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      Las gacetillas que hoy escriben al CAYC

      El Museo de Houston presentó el archivo digitalizado del proyecto artístico institucional argentino que fue vanguardia en los 70.

      Las gacetillas que hoy escriben al CAYCEl Gurpo de los trece en 1972. De izq. a der, de pie: Romero, Pazos, Dujovny y González Mir, sentados: Pellegrino, Portillos, Glusberg, Bedel, Grippo, Teich y Benedit. Marotta estaba en Europa

      El Museo de Bellas Artes de Houston (MFA) ostenta la colección de arte latinoamericano más importante fuera de la región. Tiene además, desde 2020, un nuevo espacio de 22.000 metros cuadrados donde exhibe de forma permanente la obra de muchos argentinos. Y desde la semana pasada custodia y comparte online, con una dedicación preciosista, el archivo completo del CAYC, el famoso Centro de Arte y Comunicación que Jorge Glusberg fundó en 1969, y selló una de las experiencias de vanguardia y proyección internacional más destellantes del arte argentino. Interdisciplinario, experimental y gestionado por artistas, el proyecto institucional produjo en 1970 y 1979 casi mil gacetillas, vía de comunicación de exposiciones y otras actividades, además de definiciones sobre arte y política o el Arte de sistemas.

      A partir de una asociación del ICAA (International Center for The Arts of the Americas) del Museo de Houston, y de ISLAA (Institute for Studies on Latin American Art), todas las gacetillas del CAYC se digitalizaron, conformando una “base curada”, según Mari Carmen Ramírez, curadora de arte latinoamericano del museo, y ya se encuentran reunidas en un micrositio del ICAA papers, para consulta bilingüe.

      Una “base de datos curada”, a partir del trabajo de un equipo argentino.Una “base de datos curada”, a partir del trabajo de un equipo argentino.

      “Es un instrumento poderoso tener todas las gacetillas digitalizadas y puestas en un lugar de privilegio, porque si bien hay mucha gente que estudió esta experiencia aquí, para los extranjeros es un fenómeno fuera de lo común, que querían estudiar y no encontraba con qué”, definió en conversación con Ñ la historiadora María José Herrera, quien dirigió el proyecto junto a Mariana Marchesi, actual directora artística de Bellas Artes.

      Durante un año y medio, junto a las doctorandas Verónica Tejeiro y Gabriela Naso cargaron 260 gacetillas solo de la categoría Exposiciones, cada una con una sinopsis, una anotación de 500 palabras firmada y relaciones con otras actividades. “La base establece relaciones de interpretación, algo muy importante para los investigadores que no conocen el contexto; tiene mucha densidad, tira líneas para que se inicien investigaciones”, agregó Herrera, experta en este período, quien escribió además un ensayo sobre la historia de esta experiencia, que se puede leer en el micrositio. “El CAYC se convertiría en el lugar de una nueva vanguardia altamente involucrada en el contexto social y político que, en coincidencia con el breve período de retorno a la democracia, entre 1973 y 1976, buscó repensar desde el arte los modos de abordar la realidad nacional y regional contemporánea”, dice en unos de sus pasajes. “El imaginario de la revolución estaba presente en una década de intensa movilización popular en América latina”.

      Las gacetillas fueron catalogadas en dos categorías: tipologías y editoriales, y básicamente refieren a las actividades del CAYC y de la Escuela de Altos Estudios (EAE), una especie de cenáculo en el que se analizaban los conceptos que después aplicaban los artistas del Grupo de los 13 en el CAyC (hasta 1975 formado por Jacques Bedel, Luis Fernando Benedit, Gregorio Dujovny, Carlos Ginzburg, Víctor Grippo, Jorge González Mir, Vicente Marotta, Luis Pazos, Alfredo Portillos, Juan Carlos Romero, Julio Teich, Horacio Zabala y Glusberg mismo).

      El diseño de las gacetillas cumple un rol crucial. “Es fantástico. Viene de un desarrollo de marca, una idea de imagen que ya tenía el Di Tella, ambas experiencias que surgen de la filantropía corporativa, que piensan en una imagen institucional”, comentó la historiadora. De la misma manera, las ideas de trabajo en equipo que el CAYC se autoimpuso tenían que ver con las técnicas de brainstorming de las empresas y de la terapia de grupo, innovaciones culturales de la época.

      Si bien algunas bibliotecas tienen los originales, que se imprimían en un papel fino para que entraran en un sobre, solo en Hosuton está la colección completa. “La cultura de fotocopias de las bibliotecas no permiten ver el formato particular de las gacetillas, que es una indicación gráfica de las tarjetas de lectura de las antiguas computadoras, un simbolismo del diseño”, destacó Herrera como una revelación al emprender este trabajo. “Y como están cortadas las puntas, se ve como si fuera una cajita, como si tuviera volumen, un cubo aplanado. Y en una caja entran muchas cosas”.


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      March Mazzei
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