Cómo sacarle el amargor a la radicheta y aprovechar sus beneficios

La achicoria, también conocida como radicheta, es una miembro de la familia de las hortalizas asteráceas. Sus hojas verdes, con un característico sabor ligeramente amargo, suelen dividir a los paladares en dos grupos: aquellos que la adoran y los que prefieren evitar su amargura.

A pesar de su sabor distintivo, las hojas de achicoria son una opción popular para ensaladas gracias a sus numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Sin embargo, ¿cómo se puede aprovechar al máximo esta verdura, especialmente si se prefiere un sabor menos amargo?

Propiedades de la achicoria o radicheta

Esta hortaliza, compuesta principalmente de agua, se caracteriza por su bajo contenido calórico, con tan solo 23 calorías por cada 100 gramos.

Además de su ligera carga calórica, la achicoria ofrece una buena cantidad de fibra lo cual contribuye al funcionamiento saludable del sistema digestivo. La fibra vegetal agrega volumen a la dieta, siendo un aliado para quienes desean controlar el peso y reducir los niveles de colesterol, según explica Medline Plus.

En cuanto a su perfil vitamínico, la achicoria es una fuente significativa de vitaminas del complejo B, incluyendo una buena dosis de vitamina C, que contribuye al desarrollo de vasos sanguíneos, músculos, huesos y cartílagos. Asimismo, aporta vitamina K, esencial para el proceso de coagulación sanguínea, como destaca Medline Plus.

Esta verdura de hojas verdes es también rica en ácido fólico, una vitamina del complejo B crucial para la formación de glóbulos rojos y el crecimiento, particularmente en las primeras etapas del embarazo, según lo subraya Mayo Clinic.

No obstante, sus beneficios no se limitan a las vitaminas. La achicoria contiene potasio, que en combinación con la vitamina C, favorece el desarrollo de huesos, dientes, tendones, cartílagos y vasos sanguíneos.

Además de su sabor amargo, se ha asociado a la salud del hígado y a la mejora de los procesos digestivos. Sus propiedades depurativas también contribuyen a la purificación del organismo, ayudando a eliminar sustancias tóxicas.

Cómo sacarle el amargor a la radicheta o achicoria

Paso a paso de cómo utilizar la achicoria para que no sea amarga.

Para aquellos que deseen disfrutar de la achicoria con un sabor menos amargo, existe una técnica que puede transformar la experiencia culinaria.

El método implica cubrir completamente las hojas de la planta, normalmente con un trozo de tela. Este proceso priva a las hojas de la exposición solar directa, lo que resulta en un color más claro y un sabor menos intenso. Se recomienda mantener la planta tapada de esta manera durante un período de 20 a 30 días, dependiendo de la temporada del año.

Este blanqueo puede ser un truco útil para aquellos que desean disfrutar de la achicoria sin su sabor tradicionalmente amargo. La adaptabilidad de esta hortaliza la convierte en una adición versátil a la dieta, permitiendo a los amantes de las verduras experimentar con distintos matices de sabor.

Otro tip para que la radicheta disminuya su amargor

Cuando se trata de elegir y preparar la achicoria, hay algunas pautas clave que pueden hacer la diferencia en el sabor de este vegetal. Aquí hay algunos consejos importantes:

• Examina el tallo: al seleccionar achicoria, es esencial observar el tallo. Este debe haber sido arrancado y no cortado con un cuchillo. Este detalle aparentemente pequeño puede marcar una gran diferencia en la amargura del sabor.
• Evita el uso de cuchillos de metal: cortar la achicoria con cuchillos de metal puede intensificar su sabor amargo de inmediato. Para mantener un sabor más agradable, se recomienda utilizar cuchillos de plástico o cerámica o, incluso mejor, cortarla con las manos.

Estos consejos pueden ayudar a los amantes de las verduras a disfrutar de la achicoria con un perfil de sabor más suave y agradable, lo que la convierte en una opción culinaria versátil.

Sacar el amargor de la achicoria con agua o leche

Otra alternativa para suavizar el amargor de la radicheta es sumergirla en agua caliente sin que esté hervida. Debe quedar en remojo durante dos minutos y luego pasarla por agua fría durante 5 minutos. El cambio abrupto de temperatura ayuda a que las hojas pierdan el sabor amargo.

Sumergir la radicheta en leche y dejarla durante 30 minutos es otro truco para eliminar el sabor amargo. Una vez pasado el tiempo lavar las hojas con agua antes de consumir y quedará perfecta para ensaladas.