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      Día del Ahijado: la importancia del rol de madrinas y padrinos en la crianza

      Cuál es la etapa de la vida en la que padrinos y madrinas cobran mayor protagonismo y por qué.

      Día del Ahijado: la importancia del rol de madrinas y padrinos en la crianzaDía del Ahijado: por qué es tan importante el rol de madrinas y padrinos en la crianza de los chicos (Foto: ilustración Shutterstock)
      Redacción Clarín

      El segundo domingo de mayo en Argentina se celebra el Día del Ahijado y del Nieto, una efeméride que tiene como propósito ensalzar la importancia de los vínculos con madrinas, padrinos y también con abuelos y abuelas.

      El Día del Abuelo solía celebrarse el 11 de mayo por iniciativa de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, pero hace 15 años pasó a celebrarse en conjunto con el Día del Ahijado.

      Apadrinar y amadrinar es un compromiso que se ha resignificado, ahora es común que prescinda de las connotaciones religiosas que dieron origen a la práctica. Pero no por eso ha dejado de cumplir un rol en las dinámicas familiares.

      Hoy en día no todos los padrinos o madrinas son asignados tras una ceremonia religiosa, pero la tradición y el rol siguen vigentes. (Foto: ilustración Shutterstock)Hoy en día no todos los padrinos o madrinas son asignados tras una ceremonia religiosa, pero la tradición y el rol siguen vigentes. (Foto: ilustración Shutterstock)

      Aunque a veces se trata de tíos, abuelos o primos, a menudo los ahijados tienen madrinas o padrinos con quienes no se tiene un parentesco filial, son “la familia que se elige”.

      El doctor en Psicología y director de la Escuela Sistémica Argentina, Marcelo Rodríguez Ceberio (M.N. 9987), explica a Clarín que nombrar a un mejor amigo o amiga para que acompañe la crianza también responde a esa voluntad de estrechar lazos fuera de la obligación de la consanguinidad.

      “El apadrinamiento es uno de los compromisos más importantes en las dinámicas familiares. Con sus hijos o hijas uno puede elegir quién puede ubicarse en ese lugar copaterno o comaterno, quién puede ejercerlo”, afirma.

      “El apadrinamiento es uno de los compromisos más importantes en las dinámicas familiares", afirma Rodríguez Ceberio. (Foto: ilustración Shutterstock)“El apadrinamiento es uno de los compromisos más importantes en las dinámicas familiares", afirma Rodríguez Ceberio. (Foto: ilustración Shutterstock)

      Agustín Cassano (29) sabe de primera mano que las palabras "madrina" y "padrino" son especiales. Cuenta a este medio: "Cuando nací, el médico le dijo a mi mamá que estaba todo bien. Mi madrina, Marisa, que es la mejor amiga de mi vieja, también es pediatra, me fue a ver y algo no le gustó, como que estaba violeta, fue dos días seguidos a verme y el tercer día me auscultó. Ella es quien descubre que tenía una cardiopatía congénita. Cuando me bautizaron al año siguiente mis viejos decidieron que ella fuese mi madrina. La quiero, al día de hoy le sigo consultando cosas".

      Según el especialista, la elección de nombrar a una persona como “comadre” o “compadre” da cuenta de la envergadura de una tarea que implica apoyar en la crianza del ahijado o la ahijada. “Quien es elegido tiene que adoptarlo con responsabilidad, más si hay una situación en que se espera cultivar un vínculo cercano, afectivo y de guía”.

      Apoyar en la crianza de ahijados es una de las labores de quienes son elegidos madrinas o padrinos. (Foto: ilustración Shutterstock)Apoyar en la crianza de ahijados es una de las labores de quienes son elegidos madrinas o padrinos. (Foto: ilustración Shutterstock)

      Para Agustín ese título no viene dado a la ligera y cuando uno de sus amigos de la infancia le pidió que fuese el padrino de su hijo, aceptó. "Siempre quise tener un ahijado, después me di cuenta de la responsabilidad. Ser padrino en nuestra tradición argentina, pero sobre todo en mi tradición italiana, es un honor y un compromiso, vos tenés que estar".

      Ahora, dice Agustín, su ahijado tiene cuatro años y, aunque él vive en Capital y el niño con su madre en La Plata, quisiera verlo más seguido. "Yo quiero estar lo más presente que se pueda". 

      Una de las cualidades que define justamente ese vínculo entre ahijado y padrino es, según Ceberio, que “tienen una función intermedia, mucho más horizontal que la dinámica entre hijos y padres o madres” sin dejar de cumplir con un rol parental.

      Ni hadas madrinas ni padrinos temidos: por qué la adolescencia es la etapa de mayor protagonismo

      Por su rol parental pero más flexible que el de padre o madre, los padrinos pueden ser una fuente de apoyo y guía para los adolescentes. (Foto: ilustración Shutterstock)Por su rol parental pero más flexible que el de padre o madre, los padrinos pueden ser una fuente de apoyo y guía para los adolescentes. (Foto: ilustración Shutterstock)

      Así como con madrastras y padrastros, puede que los cuentos de hadas o las historias de mafia hayan cimentado los estereotipos detrás de apadrinar o amadrinar, pero ¿cuál es el momento de la vida en que el papel que desempeñan es más relevante? Rodríguez Ceberio responde, sin dudas, que es durante la adolescencia de ese ahijado o ahijada.

      “Sería en la adolescencia porque los chicos tienen una cuestión de mucha rivalidad con los padres, hay una prototípica confrontación con ellos, se produce una desidealización de los padres, se dan cuenta de que esos padres que ellos fantaseaban como ideales no son perfectos y además se presentan conflictos. Ahí es que padrinos y madrinas tienen que salir a la palestra y tener mayor nivel de confianza y poder aconsejar a los chicos y darle una mano a los padres”, explica el especialista.

      Además, para ahijados y ahijadas “ellos cumplen roles parentales, pero pueden tener otro tipo de actitudes y cobran mayor relevancia si son partícipes en la crianza del ahijado; a veces cuanto mayor es el conflicto, mayor va a ser el protagonismo que adquiera el padrino o la madrina”.

      Agustín piensa en su padrino Roberto, que también es su tío materno, y enumera anécdotas, viajes e incontables asados. Con su madrina, no se olvida que de chico lo llevaba de fin de semana a los clásicos salones de videojuegos, le compraba juguetes y un día hasta hizo parar el barco pirata porque estaba muerto de miedo. "Los quiero y quiero que mi ahijado cuente conmigo como yo conté con ellos".


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