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Ibérica por la libertad

Volumen 16, N.º 5, 15 de mayo de 1968

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MENSAJE DE LA CIOSL EN EL PRIMERO DE MAYO A LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES

BRUSELAS, 29 abril, Ibérica: -Reproducimos de este mensaje los siguientes párrafos:

«En este Primero de Mayo, los trabajadores de todo el mundo libre, unidos en la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, saludan a los trabajadores de España. Vuestra valiente contestación al régimen dictatorial, que persigue abiertamente su política de represión del sindicalismo auténtico, ha sido más preeminente que nunca y ha conquistado nuestra admiración más profunda».

«Nos damos perfectamente cuenta de que es el pueblo español en su conjunto el que muestra su impaciencia por deshacerse de la dictadura, y su determinación de reconquistar la democracia. Aclamamos a los trabajadores españoles que, firmemente convencidos del triunfo de la libertad, están desempeñando un papel cada vez más positivo y se hallan en la vanguardia del movimiento».

«¡Trabajadores de España!: Vuestro denodado valor en la actuación colectiva frente a la represión, vuestra solidaridad en la adversidad y la necesidad, vuestra disposición para realizar sacrificios, son considerados como un ejemplo; vuestros ideales, que son los nuestros, señalan el rumbo a todos los que luchan por la libertad, la democracia. Vuestra acción ha inspirado a los estudiantes y a los jóvenes en general para que rechacen el gobierno estérilmente autoritario del General Franco y se incorporen a la lucha».





IBÉRICA es un boletín de información dedicado a los asuntos españoles y patrocinado por un grupo de americanos que creen que la lucha de España por la libertad es una parte de la lucha universal por la libertad, y que hay que combatir sin descanso en cada frente y contra cada forma que el totalitarismo presente.

IBÉRICA ofrece a todos los españoles que mantienen sus esperanzas en una España libre y democrática, la oportunidad de expresar sus opiniones.

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IBÉRICA is published monthly on the fifteenth of the month, except August-Sept. when bimonthly, in Spanish, by the Ibérica Publishing Co., 112 East 19th St., New York, N. Y. 10003. All material contained in this publication is the property of the Ibérica Publishing Co., and may be quoted, but not reproduced in entirety.

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ArribaAbajo El resurgimiento de la clase obrera

Marcos Revuelta2


Posiblemente no se ha valorado suficientemente el efecto de la trágica derrota de 1939 sobre el movimiento obrero. Pasados treinta años, todavía es frecuente encontrar trabajadores con la psicosis del desastre, que ha llegado a crear hábito, una segunda personalidad abandonista, derrotista. Y lo que es peor: por un fenómeno colectivo de transferencia, es corriente encontrar en la nueva generación una apatía e indiferencia, una despolitización integral, que no cabe atribuirla solamente a las consecuencias de las campañas de la propaganda franquista ni a la falta de medios propios de información y formación: hay en el fondo un reflejo de la amargura y frustración de los padres, obreros derrotados colectivamente como clase, y, en cientos de miles de casos, derrotados también personalmente, por sus directas participaciones en las luchas que precedieron a la derrota.

En la trágica primavera de 1939 comenzó la diáspora de la clase obrera española. Miles de hombres, dirigentes, cuadros, simples militantes de organizaciones políticas y sindicales, hubieron de iniciar el duro camino del destierro para salvar la vida; otros no pudieron, o no quisieron, y terminaron en las cárceles cuando no en el paredón de los procedimientos sumarísimos. Pero, al fin y al cabo, éste fue el destino de una minoría de la clase obrera española. Las masas iniciaron otro destierro sin salir de sus fronteras; fueron extraños en su patria, confinados en la libertad aparente de las fábricas y de los campos; encadenados a salarios de hambre, indefensos ante la voracidad del capitalismo triunfante.

Todavía no ha existido, ni podrá existir nunca, una dictadura matemáticamente perfecta, y miles de antiguos dirigentes salvaron la vida y encontraron alguna manera de sobrevivir y conservar, más o menos latente -salvando todas las heroicas excepciones- un principio de resistencia obrera. Esta supervivencia es una de las claves del aparente milagro del resurgimiento del movimiento obrero español, que ha emergido de nuevo, de su hibernación, conservando con gran pureza alguno de los rasgos que le caracterizaron como un auténtico movimiento revolucionario. En algunas mentes poco dadas al análisis podría anidar la idea superficial de que al actual grado de lucha de la clase obrera se ha llegado sin transición; nada más erróneo: las fuerzas actuales de lucha son consecuencia de las experiencias anteriores, incluida la experiencia de los errores, más el contraste con una realidad que está presente imponiendo su ley. No se llega a un nivel de eficacia y responsabilidad como en el que hoy se encuentran las Comisiones Obreras, por el simple relajamiento de la dictadura, ni por el solo mecanismo de las contradicciones del régimen; se llega por aquella acumulación de luchas y experiencias. Y si hoy es posible ya gritar en las calles ¡muera Franco!, como ocurrió el pasado 27 de octubre en Tarrasa y Madrid, es porque hombres supervivientes del desastre de 1939 fueron capaces de mantener un nivel mínimo de resistencia, primero, y soldar después con la nueva generación.

Las fuerzas obreras de hoy

Uno de los fenómenos más importantes del resurgimiento de la clase obrera organizada en lucha es la concurrencia de trabajadores y líderes católicos. En 1936 los trabajadores católicos, o estuvieron prácticamente ausentes en la épica defensa de la revolución, o, lo que es más grave, fueron instrumentos de la reacción. Veinte años después, cuando empieza a reanudarse la lucha obrera generalizada y organizada, aparecen unos núcleos, todavía reducidos, pero ya nuncios de la buena nueva de la aparición de lo que entonces se dio en llamar Movimiento Obrero Católico. Diez años más tarde, cuando la eclosión de las Comisiones Obreras en su forma actual, se consuma la integración bajo un signo altamente positivo, como lo demuestra el hecho de que se rechace la denominación de movimiento obrero católico; se acepta ya plenamente que sólo hay un movimiento obrero y un solo objetivo de emancipación de la clase trabajadora, aunque esté abierto el diálogo sobre los posibles caminos y procedimientos de lucha para conseguirlo.

Para interpretar la realidad española en su aspecto social, deben tenerse en cuenta las fuerzas obreras que constituyen las Comisiones Obreras. Están integrados en este movimiento, católicos y comunistas, pero para comprender la situación actual, y, sobre todo, el futuro, hay que considerar y analizar otras dos fuerzas de distintos órdenes. Antes de entrar en un breve bosquejo de cada una de estas cuatro fuerzas conviene considerar cómo se ha llegado a esta polarización.

Entre los dirigentes conscientes y responsables del movimiento obrero que superaron la crisis de la guerra civil hubo dos grupos o contingentes de importancia capital para la lucha posterior. Uno fue el de los encarcelados años y años en las prisiones franquistas; muchos de estos hombres se perdieron en la gran tragedia de un cautiverio de este tipo; pero, en cambio, muchos otros se remontaron hasta convertir penales como el de Burgos en auténticas escuelas de formación de dirigentes. Miles de hombres que ingresaron en las cárceles con una idea un tanto concreta del verdadero papel del dirigente y del militante obrero y con ideologías confusas e indeterminadas, salieron con claridad de ideas, con un mínimo de contactos organizativos para reanudar la lucha, con cuadro de mandos, etc. Se podría escribir un apasionante relato sobre estos aspectos de la lucha obrera. En todo caso hay que señalar una cierta relación entre la reaparición de la lucha obrera organizada, especialmente en el terreno sindical, y los términos del mayor número de las condenas, tan frecuentes, de 12 a 20 años.

El otro grupo o contingente a que nos referimos está formado por hombres que, sorteando la cárcel, se encontraron ante el dilema de recomenzar la lucha aislados, sin contactos posibles o muy problemáticos, dentro de un sistema de terror.

Cierto número de estos hombres encontraron en determinadas asociaciones apostólicas católicas una posibilidad de trabajar por la causa obrera. Es éste un problema muy delicado porque no se puede determinar dónde hubo conversiones, dónde oportunismo militante, dónde natural aprovechamiento de unas condiciones favorables. Lo que interesa es la resultante: algunas de estas organizaciones, cuyos nombres son conocidos por todos, brotaron casi súbitamente como organizaciones obreras auténticas, con sentido de clase que jamás tuvieron. Claro que no hay que simplificar excesivamente los problemas. A la par que estas aportaciones al naciente obrerismo católico, concurren complejas corrientes más relevantes, que nacen del propio «aggiornamento» de la Iglesia, a pesar de la barrera que supone la jerarquía de la Iglesia española.

Mención aparte merece el caso de la Compañía de Jesús. Hoy, como desde su fundación, la Compañía es el Instituto, el órgano más sensible de la Iglesia Católica. Ella, antes que nadie en el seno eclesarial, advirtió un cambio sustancial en la realidad social de cada país y del mundo entero. Ha terminado la era de las minorías, del elitismo, que tanto cultivaron los jesuitas. El mundo camina irreversiblemente hacia el socialismo. El dilema está -la Compañía lo ha captado perfectamente- en qué tipo de socialismo se impondrá. Es posible que la patente y pública frialdad existente entre el Opus Dei y la Compañía de Jesús se deba a esta diametral concepción: el Opus practica la variante nueva del elitismo que es la tecnocracia, alegando que caminamos a una civilización supertecnificada, en la que todos los resortes, cada vez más delicados y complejos, se concentrarán necesariamente en esta nueva élite. La Compañía de Jesús considera que vamos hacia una sociedad de masas y por ello cambia su actitud. Así, ha tomado dos posiciones revolucionarias respecto a su trayectoria anterior: por una parte ha desistido, en su política de enseñanza (una de las claves de su influencia), del cultivo exclusivo de las minorías; por otra parte ha dado un giro total a su concepto del apostolado seglar. Aquellas Congregaciones Marianas del período anterior al 36 que fueron resumen de todo lo ñoño, blandengue y cobardón de una juventud católica falsamente espiritualizada y corrompida por la sociedad burguesa de que procedía, han dejado paso a organizaciones obreras católicas, auténticas, perfectamente enraizadas en el espíritu clasista del movimiento obrero. Las Vanguardias Obreras en lo apostólico y la A. S. T. en lo sindical y político son la prueba más evidente de esta afirmación. Y no sería justo pensar que estas organizaciones han sido teledirigidas por los jesuitas; éstos, en líneas generales, no han hecho sino lo que en definitiva se pide a la Iglesia: no oponerse al movimiento obrero; no desviarlo de sus vías naturales trabajando las mentes juveniles. Si por añadidura se contribuye positivamente, como en esta circunstancia excepcional de nuestro país, a la lucha contra la dictadura, miel sobre hojuelas.

El partido comunista

Se ha repetido, con diversas intenciones, que el Partido Comunista creó las Comisiones Obreras, y que éstas, en consecuencia, están instrumentalizadas a su servicio. Esto no es cierto: un movimiento espontáneo no se crea; se puede intentar canalizarlo y dirigirlo, pero también esto resulta difícil si este movimiento, por su carácter no organizativo concreto, carece de centros orgánicos donde centralizar y controlar las decisiones. Es imposible que nadie pueda controlar miles de asambleas obreras a todos los niveles y en todos los planos.

La única posibilidad de dirección en el seno de las Comisiones Obreras procede en la exposición de programas concretos y en la acción directa de los militantes, lo que los católicos llaman el testimonio, siempre respetando como norma rígida e inamovible la autolimitación política de los militantes de las Comisiones Obreras en beneficio del carácter unificador y movilizador del programa mínimo reivindicativo de tipo sindical, y, por extensión, de conquista de libertades democráticas fundamentales como el derecho de asociación, de expresión, etc.

Las Comisiones Obreras no son, como pretende la propaganda franquista, un apéndice del partido comunista. Es cierto que hay influencia comunista en su seno; pero no es menos cierto que esto ocurre con los sectores católicos. Por otra parte esta relación de fuerzas no tiene pleno sentido sin considerar las dos fuerzas que concurren en las Comisiones Obreras y que, intencionadamente, hemos dejado para el final, por ser interdependientes entre sí; en algún grado.

El Socialismo y las Comisiones Obreras

Así como los católicos militantes del movimiento obrero se caracterizan por «no tener pasado de clase», el Partido Comunista se caracteriza por su empeño constante en mantener la resistencia y en buscar, en cada momento, formas aptas de lucha, y el socialismo se caracteriza por una postura poco consecuente.

Al final de la guerra los militantes de la UGT (por otra parte víctimas también de la represión franquista) creyeron, y a ello atemperaron su actuación, que el resultado de la guerra mundial que acababa de iniciarse tenía la clave de la solución del caso español. Vencido el Eje, se pensó por parte de miles y miles de trabajadores, y, lo que es más grave, de dirigentes ugetistas, los vencedores harán saltar a Franco y todo volverá a la «normalidad»; nos serán devueltas nuestras sedes sindicales; reconquistaremos nuestros órganos de expresión, etc., etc. Pero la guerra terminó y la guerra fría consolidó a Franco en el poder; quien, hay que reconocerlo, no perdió el tiempo en el montaje de máquina dictatorial al servicio, cada vez más íntimo, del capitalismo monopolista. En tanto, el socialismo español siguió confiando en los milagros de la solidaridad democrática internacional y en el «crack» institucional y económico del franquismo. Pero, por una de esas paradojas de la historia, cuando se empieza a perfilar esa crisis, quien se encuentra en posición más comprometida para desarrollar su actividad, en este caso la lucha de base sindicalista, es el movimiento socialista. No supo encajar la derrota; no se comprendió que la vuelta al pasado se hacía cada día más imposible (aparte que nunca se supo a qué «pasado» se pretendía volver: ¿a 1936, con el idilio de las fuerzas revolucionarias? ¿a 1939 con esas mismas fuerzas enfrentadas a muerte?). La guerra se perdió y ha sido necesario -y conveniente- reelaborar de nuevo todo, desde los programas a las tácticas y estrategias y los sistemas de formación.

No obstante este marco general, un amplio sector del socialismo español del interior está tomando conciencia de la realidad y sus efectivos obreros militan en las Comisiones Obreras. Esta actitud tiene gran importancia ahora y muy especialmente de cara al futuro, porque el socialismo tiene un gran papel que jugar en los complicados momentos que esperan a España. Pero no basta que al socialismo le corresponda un papel en el reparto; hace falta que tenga intérpretes válidos para ponerlo en escena. Y conviene subrayar que el papel de las masas obreras no va a ser de simple coro, sino de protagonista principal. Las Comisiones Obreras y las fuerzas que a ellas concurren, así lo han comprendido y por eso encabezan hoy, ya, sindicalmente, estas masas obreras.

El sector independiente

Llevados por una natural tendencia a la simplificación caemos en considerar que lo que es mayoría en las Comisiones Obreras constituye un fenómeno secundario. No sólo en las masas movilizadas, donde son mayoría los hombres sin adscripciones políticas concretas, sino también en los planos intermedios, los «independientes» son mayoría. Esto, por otra parte, es perfectamente natural y va a suceder durante generaciones, aun partiendo de situaciones favorables a la comunicación directa y libre de las masas con sus dirigentes natos.

Despista un poco una serie de coincidencias, afinidades y simpatías que se dan en muchos hombres de las Comisiones Obreras respecto a las ideologías en liza. Pero no se cae en la cuenta de que estas afinidades son consecuencia de las «plataformas reivindicativas mínimas» que utilizan las Comisiones Obreras y que constituyen los únicos programas que se explicitan. En este plano de planteamientos es natural la coincidencia y la afinidad. Sin embargo, con el más amplio juego de opciones y programas que tendrá lugar en el futuro, este grupo «independiente» está llamado a tener un papel importante en el desarrollo del movimiento obrero. No obstante, hay una diferencia esencial a otras situaciones históricas en España y en otros países, en que, ante un peligro o una aspiración común, en este caso la lucha contra la dictadura, se unen accidentalmente todas las fuerzas, para una vez superado ese peligro, o conquistada esa meta, volver a sus posiciones de partida.

Las Comisiones Obreras, además de esa unidad de acción concreta de cara a la reconquista de las libertades democráticas fundamentales, están realizando otras actividades que se prolongarán después de la caída del régimen. Especialmente hay que señalar en este sentido la concienciación unitaria del movimiento obrero y la apolitización de la acción sindical; que, naturalmente, no significa reducir la acción sindical a un marco revisionista, sino evitar a todo trance la instrumentalización del sindicato al servicio de un partido o grupo.

El gran ausente

En esta recomposición de fuerzas obreras que vienen realizando las Comisiones Obreras, hay una ausencia notoria: el movimiento libertario, encuadrado en la CNT, que tanta influencia tuvo en otras épocas del movimiento obrero español. Las causas de esta ausencia mejor que nosotros las explican estos textos publicados en un órgano libertario (Presencia, diciembre de 1967).

«A la CNT del exilio, como a la del interior, en su calidad de organización sindical revolucionaria, le cabían dos alternativas: una, desarrollar una acción violenta de hostigamiento al régimen, ofreciendo como solución la revolución social, y la otra, en tanto que fuerza sindical, colaborar con aquellas formaciones democráticas que presentaban una alternativa política a la situación española... Lo que hoy ya no se puede aceptar es la reivindicación de la acción violenta y revolucionaria, reivindicación por lo demás puramente teórica, y únicamente la media colaboración con formaciones católicas, nacionalistas y marxistas... Si hacemos un balance sincero de casi treinta años de oposición hemos de reconocer que se salda por un fracaso... En los años de la postguerra resultaba incongruente fortalecer una oposición política basada en una acción sindical, cuando esta última no tenía vida pública y por consiguiente ninguna posibilidad de desarrollo».



Este fracaso, que honestamente debe ser compartido por otras fuerzas de la oposición, es el que tratan de superar las Comisiones Obreras, precisamente por el camino que señala el autor: superando la clandestinidad para forzar la legalidad y con ello la vida pública del movimiento obrero; elaborando y practicando fórmulas unitarias básicas que eliminen los conceptos tácticos partidistas y que permitan el desarrollo propio de todas las fuerzas participantes; canalizando la acción violenta revolucionaria por los caminos de la acción de masas reivindicativa, atacando el proceso productivo capitalista, único punto vulnerable del régimen, y del capitalismo, clásico o «neo», que le ha de suceder.

MARCOS REVUELTA

Madrid, abril de 1968




ArribaAbajoLa lucha por la libertad sindical

José Antonio Novais


La represión se ceba en los hombres que luchan por la libertad sindical, obreros y estudiantes. En los últimos meses centenares de obreros han sido desposeídos de sus cargos sindicales por el simple hecho de mostrar su simpatía hacia las Comisiones Obreras; otros han sido procesados; encarcelados y despedidos de sus puestos de trabajo. La cárcel y el hambre amenazan a los militantes sindicalistas. Centenares de estudiantes han seguido el mismo camino: expulsiones de la Universidad, procesos y cárcel por luchar en las filas del SDEU, Sindicato Democrático de Estudiantes Universitarios. Es lógico que a obreros y estudiantes se les impongan los mismos castigos, se les coaccione con las mismas amenazas, ya que el fin inmediato de su lucha es idéntico: el cambio de la actual estructura sindical.

Una de las reivindicaciones de las Comisiones Obreras es la convocatoria de un Congreso Nacional de Trabajadores donde los representantes de los obreros que hayan sido elegidos de forma democrática elaboren los estatutos de una Central Sindical Obrera. Los estudiantes democráticos luchan, por su parte, para conseguir la convocatoria de un Congreso Nacional de Estudiantes donde sus delegados elaboren los reglamentos de un Sindicato Democrático de Estudiantes a escala nacional. Ambas aspiraciones sindicales llevan una tremenda carga política que no puede tolerar el Régimen. Obreros y estudiantes, al decir ¡no! a las estructuras de un sindicalismo que califican de «paternalista», están negando todo el sistema político vigente en España. El sindicalismo «oficial» es uno de los pilares del franquismo.

La respuesta del Régimen a estas aspiraciones ha sido primaria. Para las autoridades los motores de la «agitación» obrera y universitaria son «180 activistas comunistas» que arrastran a toda la Universidad y el Partido Comunista que «mueve» a las Comisiones Obreras. Por lo tanto se trata de un problema de Orden Público que hay que solucionar con el inmenso repertorio legal que posee la Autoridad para zanjar estas cuestiones.

Tratar así el problema es contraproducente para el Régimen. Pocas son las personas que creen hoy en España en el mito de los 180 activistas de la Universidad. Un diplomático norteamericano, observador en el último juicio ante el Tribunal de Orden Público contra Marcelino Camacho; uno de los fundadores de las Comisiones Obreras, nos preguntaba: «¿Por qué no le dejan explicarse?». El líder sindicalista había sido expulsado de la sala por haber intentado responder a unas preguntas de sus abogados defensores que el Tribunal no había considerado pertinentes. Estas pueden resumirse en una: «¿Es verdad que las Comisiones Obreras son una filial del Partido Comunista español?». Camacho, desoyendo las prohibiciones del presidente del Tribunal, pudo decir: «Las Comisiones Obreras son un Movimiento sindical que nada tiene que ver con el partido comunista ni con ningún otro partido político. En sus filas militan comunistas, católicos, socialistas del interior y todos los sindicalistas que luchan por un sindicato unitario». Las últimas sentencias del Tribunal de Orden Público dicen: «Que las Comisiones Obreras, creadas por el Partido Comunista español, tienden a la transformación por la fuerza de las estructuras actuales del Estado».

En la Universidad es donde se reflejan con más fuerza las contradicciones entre las estructuras inmovilistas de un Régimen autoritario y la nueva generación que aspira a la libertad. La lucha entre universitarios y el Gobierno, tras cinco meses de incidentes, se ha saldado por el cierre de varias Universidades y la supresión del «Fuero», viejo privilegio por el cual las fuerzas del orden no podían penetrar en la Universidad sin permiso de las autoridades académicas. El uso que la Fuerza Pública ha hecho de las nuevas atribuciones que le concede la ley ha sido calificado, por algunos observadores, de «provocativo». Varias Facultades han sido «asaltadas», el decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, de Madrid, golpeado en compañía de otros profesores: el de Derecho materialmente empapado por el chorro de agua coloreada del tanque-cisterna de la Policía Armada. El ministro de Educación y Ciencia, profesor Lora Tamayo, ha presentado la dimisión.

La filosofía política del Gobierno parece reducirse a mantener el principio de autoridad. A la larga esta política de fuerza sólo puede ser perjudicial para el Régimen. Por de pronto ya son importantes las consecuencias que han traído la serie ininterrumpida de incidentes universitarios.

En el campo gubernamental han servido de pretexto para escindir aún más las dos fuerzas que se disputan el poder: el Movimiento y los «tecnócratas» del Opus Dei. Los hombres del Movimiento atacan a los «tecnócratas» que, según ellos, son los que gobiernan a España y no son capaces de poner orden en la Universidad. La guerra es a muerte entre las dos facciones. La querella ha pasado a las Cortes. El ataque del Movimiento se hace criticando la política del Gobierno en dos frentes: el universitario y el económico. Jesús Fueyo, director del Instituto de Estudios Políticos del Movimiento, iniciaba la batalla al discutirse los presupuestos generales del Estado, criticando severamente a un «gobierno que no tenía la confianza del país». Días más tarde, los procuradores del Movimiento lograban que se quitaran los créditos a la Universidad de Navarra, del Opus Dei. Valero Bermejo, falangista y ex subsecretario de Hacienda, exclamaba ante la Comisión de Hacienda: «¡Basta ya! Señores del Opus Dei, son ustedes unos sinvergüenzas. ¡Aquí no mandan ustedes!». Pero la pólvora se quedaba en salvas. Días después el almirante Carrero Blanco, vicepresidente del Gobierno, ante el pleno de las Cortes decía que la situación económica de España era excelente, y que sólo el comunismo internacional o algunos «irresponsables» creían lo contrario. Los presupuestos fueron aprobados con sólo 18 votos en contra. Pero la batalla no ha terminado. De continuar los incidentes universitarios podría producirse la crisis ministerial y el fin del último Gobierno de «coalición» del franquismo. Los intereses de los grupos del Régimen son tan contrapuestos, que difícilmente podrían convivir en un equipo ministerial homogéneo y eficaz. Por vez primera en su vida el general Franco se verá obligado a formar un Gobierno que represente sólo a uno de los sectores franquistas.

Para el Movimiento Democrático que lucha contra el Régimen los incidentes que se están produciendo en la Universidad no pueden ser más beneficiosos. Obreros y estudiantes cada vez se encuentran más unidos en una lucha que, si bien tiene los mismos objetivos, aún no ha logrado la eficaz conexión entre las Comisiones Obreras y el SDEU para poder realizar acciones en común. Por de pronto en la última Cámara Sindical de la Universidad de Madrid, antes de ser cerrada, los universitarios decidieron supeditar su acción a conseguir el triunfo de las «jornadas de lucha» del 30 de abril y el 1.º de mayo convocadas por las Comisiones Obreras. Es posible que esta decisión influya para que la Universidad no sea abierta hasta pasado el 1.º de mayo. Los profesores comienzan a tomar posiciones cada vez más claras y decididas en favor del SDEU. Por otra parte los incidentes han servido para acelerar de forma inusitada el Movimiento Democrático Universitario y establecer conexiones entre todas las Universidades.

La repercusión de la lucha universitaria sobre la opinión pública es grande por ser más espectacular que la obrera. El ciudadano medio empieza a pensar que se vive en un Régimen autoritario que por una parte no parece capaz de mantener el orden en la Universidad y por otra no otorga las libertades mínimas que desean la mayoría de los españoles. La mayor parte de los estudiantes, como consecuencia de la estructura clasista de la Universidad española, pertenecen a las clases dirigentes. Los «hijos de papá» están haciendo que reconsideren sus posiciones gran número de familias «bien pensantes». Sectores que tradicionalmente apoyaban al franquismo empiezan, ahora, a tomar ciertas distancias. En las últimas Semanas Sociales de España, celebradas en Valladolid, el cardenal Bueno Monreal, arzobispo de Sevilla, pedía el reconocimiento del pluralismo político y que se garantizaran las libertades mínimas. Ciertos periódicos que representan los intereses de una burguesía en la cual el general Franco había encontrado siempre un fiel apoyo, ahora expresan abiertamente su simpatía por los obreros y estudiantes que luchan por la libertad sindical. Las noticias de estos sucesos son publicadas de forma destacada, y ha habido días en que cuatro de los nueve periódicos madrileños han publicado en sus primeras páginas fotografías de las fuerzas del Orden cargando contra los universitarios.

El Régimen se encuentra ante la crisis más fuerte de su historia. Lo que sucede en la Universidad sólo es la expresión, en forma un poco ruidosa, de una nueva generación que quiere participar en la vida nacional exigiendo libertad y democracia. La fuerza de esa nueva generación es incontenible y no parece dispuesta a seguir soportando la menor traza de «paternalismo». El Régimen aún tiene suficiente poder para mantenerse. El empleo de la fuerza sin otra lógica y fin que el de subsistir, llevaría al sistema político a no salvar nada en la época de transición que ha de existir entre el post-franquismo y la democracia. Los sectores más «evolucionistas» del sistema, hoy representados por los llamados centristas, lo único que pretenden, en el fondo, es intentar salvar lo que pueda salvarse del franquismo.

JOSÉ ANTONIO NOVAIS

Madrid, abril de 1968




ArribaAbajoMadariaga y el federalismo

Emilio González López3


Emprendí la lectura de las Memorias de un federalista, de Salvador de Madariaga, con gran curiosidad, tanto por la personalidad de su autor, máxima representación del liberalismo español en Europa, como por el tema, la estructura federal de España, el cual, en este momento, es de apasionante actualidad en la vida política española. Pero, he de confesar que terminé la lectura totalmente perplejo y sumamente defraudado.

Perplejo porque mientras leí con el mayor interés lo que hay en la obra de memorias, de recuerdos personales de los primeros años en La Coruña y más tarde de sus estudios en Madrid y, en París, y de sus actividades profesionales en España e Inglaterra, no logré; en cambio, pese a mis buenos deseos y a los esfuerzos del autor, encontrar al federalista de esas memorias por parte alguna. Y esto me defraudó en alto extremo, porque sentía vivo interés por conocer la opinión sobre uno de los problemas más palpitantes de España, el federalismo del pueblo español, de un español de alta visión europea, historiador del pasado español, y estadista de singular mérito, que se declara a sí mismo federalista en esta obra.

Mi desaliento comenzó al ver que falta en toda la obra el aliento del federalista, el amor por el régimen federal, como expresión viva de una realidad española: la de los pueblos que, conscientes de su pasado y mirando al futuro, aspiran a que se les reconozca su personalidad política a través de un régimen federal. Por el contrario, sentí latir en estas Memorias una constante desconfianza por toda tentativa federal, expresada sobre todo en el pasaje de que «bajo la literatura autonomista, aun la más sensata, vibra un separatismo apenas velado».

La obra parece escrita, más que por un federalista, por quien, en forma velada, hace resonar los viejos ecos del imperialismo español, que sigue mirando con recelo a Portugal, considerándolo como una absurda creación política de las intrigas internacionales contra España, y en todo portugués un declarado separatista; y considera como un genio político al desdichado Conde-Duque de Olivares, símbolo del imperialismo más vacío, enemigo jurado de las libertades regionales. Su concepto y visión de Portugal hará de cualquier portugués, lector de estas Memorias, un furioso hispanófobo; y su lectura resulta dolorosa para cuantos admiramos el mundo luso-brasileiro como una de las grandes empresas creadoras del genio peninsular.

Madariaga se resigna a tolerar el federalismo español, como mal menor, sólo para dos empleos un tanto extraños al problema que debaten hoy los que propugnan ese régimen como la mejor solución para una de las crisis más hondas que se sienten hoy en España: en primer lugar, como nuevo eco del viejo imperialismo español, para atrapar al huido Portugal, como único medio para que vuelva al redil lo que Madariaga considera oveja descarriada durante todos estos siglos; y, en segundo término, como contestación a los que en ciertos pueblos de España reclaman la autonomía para sus pueblos, como un medio administrativo de escamotear el problema, reconociendo un régimen federal para las regiones de España que no lo necesitan ni desean, con lo cual se sume en un nuevo régimen de uniformidad a toda España.

Madariaga, formado en el extranjero en la defensa del Imperio español contra los que, sobre todo en el mundo anglosajón, lo desacreditaban en su beneficio, se ha ido identificando con los ideales de ese Imperio, hoy desaparecido; y ve en los autonomistas españoles, en los vascos y catalanes, pues los gallegos no han dado pruebas de bastante actividad para merecer su atención, enemigos jurados de la unidad de España, que él entiende más en su uniformidad que en una colaboración cordial de gentes y pueblos unidos en el mismo destino histórico. Su voz y su palabra vibra contra catalanes y vascos, sospechosos de separatismo; pero guarda un casi total silencio contra los que tradicionalmente han negado la existencia de pueblos con personalidad política en España, los que no han permitido el uso de la lengua de esos pueblos en los centros de enseñanza ni la publicación de escritos en esas lenguas; y los que han cometido los mayores desafueros contra el derecho de gentes atropellando las más modestas manifestaciones del sentir colectivo de esos pueblos, incluyendo las culturales. Sólo una vez aparece en Memorias de un federalista una parca referencia afectuosa a esos mundos culturales hispánicos. La presenta Madariaga al hablar de un festival cultural galés, y decir, admirando su belleza, que esa modesta manifestación de cultura local sería mirada con hostilidad en España por las gentes de signo centralista.

Tan graves separatistas, como los vascos y catalanes que en su apasionamiento niegan la existencia de España, son los que, con la misma o superior pasión y violencia, niegan el pan y el agua a quienes representan una visión plural de las Españas; los que han impuesto a esos pueblos una uniformidad que no desean: una uniformidad que ni es beneficiosa para ellos ni para la propia España.

La España del futuro tiene que enfrentarse de una manera sincera y honesta con el problema federal. Los pueblos españoles que, como el País Vasco, Cataluña y Galicia aspiran a un reconocimiento de sus instituciones políticas y de su cultura, figuran, particularmente los dos primeros indicados, entre los de mayor vitalidad de España; y, en gran parte, esa vitalidad procede de la misma savia e impulso que les lleva a demandar el reconocimiento de sus aspiraciones políticas.

La historia, que es una realidad flexible y no anquilosada, ha impuesto dos límites a esas aspiraciones: la realidad histórica de España y el reconocimiento del castellano como lengua común a todos los pueblos hispánicos. Pero más allá está el mundo vivo de cada pueblo, de su propia lengua, en los que son bilingües, y con ella de su particular cultura e instituciones jurídicas y sociales.

No se puede escamotear este problema abogando por un federalismo que sólo sirva para recobrar a Portugal y darle un régimen más o menos autonómico a quienes no lo desean. El problema es el de reconocer, con ese régimen federal, la personalidad política y cultural de esos pueblos hispánicos en los que late con gran fuerza, de cara al futuro, un mundo de ilusiones y de esperanzas.

Yo, coruñés periférico, soy bilingüe, y como tal me considero. Tengo por la lengua castellana, en la que me formé en el Instituto de La Coruña y en la Universidad de Madrid, y en la que he enseñado en España, en Panamá, y en los Estados Unidos; un gran amor. Es la lengua en la que he escrito todos mis libros y la que enseño desde que he llegado a América hace unos 29 años. Pero llevo en las entrañas del alma la lengua gallega que hablaban mis padres, mis hermanos y todas las personas del lugar en que nací en las afueras de La Coruña. Sólo en gallego entiendo y amo la naturaleza, que aprendí a conocer y querer en el lugar coruñés en que nací. En gallego, más que en castellano, sigo conociendo los nombres de las plantas, de las flores y de las aves; y esto le ocurre a cuantos gallegos los han aprendido de la naturaleza y no de los libros.

Si es grave error desconocer el castellano, la lengua universal que nos une a todos los hispanos, lo es también no permitir el desarrollo total, cultural, de las otras lenguas hispánicas que son el alma de las gentes de los pueblos en que se hablan.

Los negadores de esas lenguas se dejan sentir hasta en los lugares que debían ser más objetivos. Para Madariaga debió ser tan doloroso, como lo ha sido para mí, ver que hasta hace poco no se estudiaban en las historias de la literatura española los grandes poetas españoles del siglo XIX, que son, con Bécquer, los que escribieron en esas lenguas: Rosalía Castro, Pondal, Verdaguer; y algunos de ellos siguen estando ausentes de esas historias. Fue mi paisano, y el de Madariaga, César Barja, uno de los críticos literarios más distinguidos de los Estados Unidos; el que reivindicó el valor hispánico de Rosalía Castro. Pondal y Curros Enríquez todavía siguen sin figurar en las historias de la literatura española. Por eso no es extraño que los grandes escritores gallegos, en lengua vernácula, desahuciados de las literaturas españolas por los críticos, encuentren amorosa acogida en obras portuguesas como el Diccionario das Literaturas portugueza, brasileira e galega.

Salvador de Madariaga, encarnación viva de los ideales de libertad y justicia, hoy tan mal parados en España, está llamado a desempeñar un gran papel en la España que se forme en un ambiente de libertad. Pero frustraría su papel si se empeñara en buscar separatistas en cada esquina, tras el más modesto autonomista de las libertades de los pueblos hispánicos. Y muchos esperamos que el federalista tan tibio, que apenas asoma en sus memorias, tenga una encendida fe en es os ideales como solución justa y conciliadora para uno de los problemas más enconados de la vida española actual.

EMILIO GONZÁLEZ LÓPEZ

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ArribaAbajoCrónica del País Vasco

Entre Aberri-Eguna y el Primero de Mayo


Nunca se había visto en San Sebastián tal despliegue de fuerza como el 14 de abril; Aberri-Eguna, día de la Patria. Nunca, desde el fin de la guerra. El ejército acuartelado, la Legión, la policía armada, la Guardia civil, helicópteros sobrevolando la ciudad, unidades ligeras de la marina de guerra en el puerto. Cerca de doscientas detenciones, el tránsito desviado tanto para los procedentes de Bilbao, Vitoria o Madrid como para quienes trataban de acercarse desde la frontera francesa. Por tren no se daban billetes hasta San Sebastián ya desde Zarauz por lo menos. Por carretera, llegar en el día era imposible. Un autocar de ciudadanos congoleños; en excursión por Europa organizada con la meticulosidad de horario de las agencias turísticas, fue retenido en la frontera durante veinticuatro horas, y estaba claro que no eran vascos que trataban de sumarse a los actos convocados por los movimientos clandestinos o en el exilio. Otros turistas y autocares fueron desviados hacia el interior sin permitírseles tocar la ciudad militarizada. En los hoteles se revisaban constantemente las fichas de recepción para ver la procedencia de los viajeros, y en algunos casos, cuando esa procedencia era Bilbao u otra localidad vasca, se les interrogaba sobre los motivos de su viaje a San Sebastián.

Ni paz ni orden

Un grupo de sacerdotes guipuzcoanos ha leído el domingo siguiente, día 21, en numerosas iglesias, una Homilía en la que principalmente dicen: «Mientras unas personas, unos grupos o un pueblo no tengan cauces jurídicos para manifestar su opinión legítima, no se cumplen las condiciones más elementales de una paz verdadera, de la paz de Cristo. Mientras unos grupos puedan manifestar su manera de pensar y a otros se les niegue, no hay paz. Cuando se echa mano de la fuerza para reducir al silencio la opinión legítima, se puede hablar de victoria, pero no de paz. Y lo que buscamos no es la victoria de las armas y de la fuerza, sino la paz de la convivencia en una pluralidad. Por lo tanto, desde el punto de vista cristiano no se puede admitir que tanto las autoridades como los órganos de información oficiales y cualquier otra entidad o persona resuman la jornada del domingo como logro de una paz o como símbolo de civismo. A esa realidad, con todos sus antecedentes y consecuentes, para llamarse paz le falta una estructura de justicia, le falta un ambiente de libertad y le falta el calor sincero del amor».

La prensa oficial, la de la Cruzada precisamente, les ha respondido con una nota en la que, con increíble cinismo, se dice: «recuerden mejor esos sacerdotes su deber de no meterse en política».

Los sacerdotes no, ¿y los elegidos sindicales? Porque unos días después circula por Bilbao esta declaración: «Hemos comparecido ante el Tribunal de Orden Público por haber defendido con honradez los intereses de los que representamos, muy especialmente los intereses de los trabajadores de Bandas, que tan maravilloso comportamiento tuvieron en la heroica e histórica huelga. Ha quedado suficientemente clara la ineficacia de los sindicatos oficiales, su concomitancia con los grupos represivos policíacos, su desprecio a las falsas promesas electorales, su incapacidad y sumisión a la Oligarquía dominante». Y en la firma es donde estas palabras adquieren su más plena significación: «Vuestros representantes sindicales de Vizcaya, presos en Carabanchel (Madrid)».

Elegidos en sus propias elecciones, detenidos por ejercitar los cargos sindicales para los que fueron legalmente elegidos. ¿Dónde está la subversión, por tanto, más que en el propio régimen que se devora a sí mismo, a su propio orden, a su propia legislación; que niega sus propias afirmaciones?

Que la ilegalidad de quienes dan e interpretan las leyes es manifiesta, lo demuestra el hecho de que ante la demanda de un grupo de abogados de San Sebastián, basada en abrumadoras y clarísimas razones, un juez no ha tenido más remedio que dictar auto de procesamiento contra Valencia Remón, gobernador de Guipúzcoa hasta hace alrededor de un mes y destituido por esa razón de la querella. A Valencia Remón se le pudo demostrar, porque ha habido abogados y ha habido testigos decididos, que ordenaba las detenciones sin mandamiento judicial, que las mantenía más allá de las setenta y dos horas legales; en fin, que en realidad no ordenaba detenciones sino secuestros. Sobre este proceso se echará tierra. Pero que haya tenido que seguir adelante en estas circunstancias supone que esos secuestros habían llegado ya a un límite que el poder judicial no podía disimular, al menos formalmente. De momento, a Valencia Remón se le ha exigido que fije residencia y que se presente en el juzgado el uno y quince de cada mes.

Igual querella puede iniciarse contra Oltra Moltó, actual Gobernador civil de Guipúzcoa, pues sin declaración de estado de excepción sometió a la provincia a medidas excepcionales. Igual querella puede presentarse contra el de Vizcaya, Candón Calatayud, que desde varios días antes del 1.º de mayo ha ordenado detenciones masivas, registros y persecuciones. Así, las madrugadas de los días 28, 29 y 30 de abril, han vuelto a ser testigos del asalto de la policía a centenares de hogares, y otra vez jeeps y autocares repletos de detenidos «como medida preventiva». Otra vez la vigilia angustiada del primero de mayo. Precedida por detenciones en la Universidad, por el gesto de quinientos estudiantes encerrados un día entero en la Facultad de Ciencias Económicas como protesta, por las sucesivas asambleas y una manifestación pacífica que ha originado a su vez nuevas detenciones, y todo ello el cierre de la Facultad.

Una fiesta franquista

Sólo en la noche del 29 al 30 de abril se efectuaron en Bilbao más de ciento cincuenta detenciones; no se sabe de ninguna de ellas que lo fuera con orden judicial. A los dos o tres días de ser puesto en libertad el abogado Jesús Idoeta, después de más de un mes de encarcelamiento sin causa, sin proceso, sin multa ni expediente alguno, auténticamente secuestrado, que ha depositado una denuncia en el Colegio de abogados de Bilbao, era detenido José Antonio Echevarrieta, abogado también, muy delicado de salud, también sin orden de detención, igualmente perseguido por defender a los detenidos políticos anteriores; porque ser detenido con sus clientes es una de las más curiosas prerrogativas que el gobierno español concede a la defensa.

Y tras los paros parciales del día 30, el 1.º de mayo Bilbao, Eibar, San Sebastián, Baracaldo y todos los pueblos marcados en el cuadro de la represión aparecían inmovilizados por la gran trampa policiaca. En Sestao por ejemplo, tomado militarmente por la Guardia civil, estaban algunos puntos claves acordonados de tal manera por esas fuerzas que, a menos de un metro de distancia un guardia de otro, con cartucheras y metralleta todos ellos; creaban un estrecho pasillo por el que ya sólo pasar, no digo intentar manifestarse, exigía un acto de gran valor ciudadano. En Bilbao, los grupos eran disueltos inmediatamente, la documentación exigida y en algunos casos retenida, la circulación desviada por las calles que arbitrariamente decidía cada policía. Toda la brigada política, situada en diversos coches con matrículas «civiles», o agrupada en ciertas bocacalles, escudriñaba el anormal ajetreo de paseantes que intentaban, inútilmente, agruparse en algún punto de la ciudad.

Los centenares de agentes de la policía armada, los jeeps, las patrullas de la policía política; la policía armada a caballo, los retenes de la Guardia civil, los camiones cisternas, la interrupción de peatones y tránsito de vez en cuando para verificaciones de identidad, los hombres que súbitamente son arrastrados hacia los coches celulares, dan al día un aire especial, la característica esencial del primero de mayo franquista. Así es de simbólica la fiesta del trabajo. Después, según pasan las horas, va cediendo la tensión. La tensión se padece todo el año, ciertamente, pero en el País Vasco se agudiza entre Aberri-Eguna y el primero de mayo. Un tiempo de cárcel y persecución; de comisarías y de violencia, de amenazas y mentiras: un tiempo en el que el régimen secuestra y golpea con el frenesí del monstruo mitológico que devorara sus propias entrañas: pero el término de nuestros padecimientos no está lejos.

J. OÑATE




ArribaAbajo Sin permiso de la censura

Información de nuestro corresponsal en España


Las caretas sonrientes desparecieron

Cinco millones de trabajadores españoles están afectados por la congelación arbitraria de salarios cuando el propio Gobierno reconoce que en el último trimestre el coste de vida subió en 19% y los precios al por mayor en 4,5% (lo que anuncia nuevas e inevitables alzas del coste de la vida).

Según el indiscutido informe de FOESSA sobre la situación social de Madrid, el 98% de los obreros peones de la capital no llegan a ganar 10000 pts. al mes (incluyendo primas, horas extraordinarias, ¡todo!) y el promedio del grupo es de 5440 pts. mensuales. Lo más fuerte es que el promedio de capataces, maestros y contramaestres gana 8640 pts. y que el 71% de empleados y funcionarios no llegan a diez mil pesetas de sueldo al mes. Eso, sí, el promedio del reducidísimo grupo de altos empleados, gerentes, etc., pasa de las 25000 pts. mensuales.

Bastarían estos hechos para comprender la agitación social creciente que se produce en España. Pero hay más; hay, los expedientes de crisis, los despidos; hay paro obrero, lo que antes no había: a pesar de que aún sigue abierta, aunque en menores proporciones, la espita de la emigración a Europa, los parados totales pasan ya de 400000 en España. En Madrid son casi 50000 en Barcelona unos 35000, en Cádiz 25000... La RENFE amenaza con poner en la calle la mitad del personal. Cada día que pasa trae noticias de despidos en Babcok & Wilcox de Bilbao, en los Astilleros Bazán de El Ferrol, en Hispano-Aviación de Sevilla, en motocicletas Avelló de Gijón, en la mayoría de las fábricas madrileñas, etc.

Durante este mes las asambleas de enlaces sindicales de la metalurgia de madrileña de la RENFE, de construcción, vidrio y cerámica de Barcelona, los grupos sociales de Artes Gráficas a escala nacional, y varias asambleas más han tomado resoluciones cuyos puntos comunes son: 1.º que se detenga la progresión de despidos; 2.º que se descongelen los salarios; 3.º que haya subsidio de paro consistente en el 100 por 100 del salario de base; 4.º que los sindicados tengan facilidades para reunirse, celebrar asambleas, expresar sus peticiones. etc.; 5.º que se repongan en sus puestos los enlaces, jurados y vocales destituidos por los jefes falangistas de la Organización Sindical.

Todo esto responde a un clima cargado que, naturalmente, no se ha producido por generación espontánea, sino dentro de un régimen que si políticamente es de dictadura sin freno, socialmente ha nacido y vive desde hace treinta años como un régimen de los poderosos de siempre, a los que se han unido algunos nuevos ricos, de señoritos de antaño y de hogaño; raro es el régimen que en nuestro tiempo haya llegado a los extremos de «señoritismo» como el falsamente etiquetado de «nacional-sindicalista» o «católico-social», según las circunstancias, no teniendo nada de lo uno ni de lo otro.

Pero la realidad se venga cruelmente de quienes así quieren burlarse de ella. Y a los treinta años de «victoria» -que no de paz- los obreros se organizan, se agitan, y con tanta o mayor fuerza que hace treinta y cinco o cuarenta años, hablan de su clase, de sus derechos, sin estar dispuestos a continuar siendo los tontos de la farsa cómico-siniestra que representan ante treinta millones de españoles los artífices del retablo de las maravillas, llámense Maese Carrero, Maese Solís, Maese Rodó o el que esté de turno, que eso poco cuenta.

Lean ustedes las proclamas, los manifiestos, los llamamientos ante el 30 de abril y, el 1.º de mayo, que incluimos por separado en otras páginas. En Madrid, en Barcelona y Cataluña entera; en Vizcaya, en Sevilla, las Comisiones Obreras, al llamar a la acción, no hacen sino formular de una manera articulada y sistemática esas peticiones a que anteriormente nos referíamos. Y, naturalmente, como vivimos en la segunda mitad del siglo XX, y esos obreros de las Comisiones no son los «ludditas» de comienzos del XIX ni siquiera los de «las tres clases del Vapor» de la Barcelona de hace un siglo, ponen en relación sus problemas con la permanencia de la dictadura, con el aferramiento al Poder de una camarilla que se niega, por la violencia, a que los hombres y mujeres de España puedan decidir libremente sobre los destinos de su país.

El liberalismo pierde la faz

Ésa es la verdad y no es complicado conocerla. Claro que el falangista subvencionado y oficioso Arriba está obligado a sacar el cuento clásico de los comunistas y de su «subversión», que ya no sirve ni para que los niños se vayan a la cama después de cenar. ¿Que los comunistas dicen que hay que manifestar el 1.º de mayo? ¡Pues vaya una novedad! Eso lo han dicho desde que existen, desde 1919; y los otros sectores obreros desde 1889, siendo en 1890 cuando se celebró por vez primera en España. De ahí a querer convertir la demostración obrera y democrática del 30 de abril y 1.º de mayo en una anacrónica subversión comunista; hay un abismo que sólo puede salvarse desde la dirección de Arriba, las covachuelas de los funcionarios del Movimiento y los turbios despachos de la Dirección de Seguridad. Por otra parte, ellos son los únicos que no tienen derecho a hablar de comunistas, ni de violencia, ni de subversión; porque están ahí por la violencia y por la subversión desde el Poder perpetuadas durante treinta años. ¿Pruebas? Las acaba de suministrar el vicepresidente del Consejo y, de hecho, primera figura política, Sr. Carrero Blanco. Hace apenas cinco días, con ocasión de entregar los diplomas a la nueva promoción de Estado Mayor, dijo textualmente lo siguiente: «Que nadie; ni desde fuera, ni desde dentro, abrigue la más mínima esperanza de poder alterar en ningún aspecto nuestro sistema institucional, porque, aunque el pueblo español no lo toleraría nunca, quedan en último extremo las fuerzas armadas, para las que siempre constituirá un timbre de honor el cumplimiento del mandato de su caudillo».

Ya lo saben ustedes. Están ahí por derecho de conquista, porque sí... por «reaños», hablando groseramente, pues no tiene otra acepción la actitud jaquetona del llamado vicepresidente del Gobierno. No cuenta, ni siquiera por guardar las formas, la opinión de los españoles. Una minoría ha fabricado un sistema y lo declara eterno, inalterable, inmutable. Bueno; intelectualmente hablando, eso da la talla mediocre de ese personaje que si hubiera tenido que vivir de lo que ha escrito con el nombre de «Juan de la Cosa» no se hubiera comido una rosquilla en su vida. Pero la vida de un país no es un debate intelectual; la amenaza de emplear el ejército contra la voluntad de la nación (convengamos en que es este asunto en que los gobernantes españoles tienen acreditada experiencia), aparte del matonismo que encierra (matonismo como el de la «Defensa Universitaria», como el de los «ultras» que apalean sacerdotes en Barcelona, inevitable secuela del contubernio entre militares «rifeños» y habituales de «la dialéctica de los puños y las pistolas»), aparte de que puede ser cierto o puede ser un «farol» del Sr. Carrero, que se vea defraudado al llegar la hora de la verdad (porque los militares españoles son más dignos o más sensatos o más realistas, o las tres cosas a la vez, de lo que el vicepresidente se figura), es una toma de posición que descalifica política y moralmente a un gobernante. Igual que la de ese otro ministro, el Sr. Oriol, que dijo una vez que él «ya había votado el 18 de julio de 1936». ¡Qué desprecio tan grande hacia los españoles de hoy significan esas actitudes! Esos señores son los que están concentrando hoy policía armada, guardia civil, brigada político-social, etc., en «puntos estratégicos del país», como si el 1.º de mayo fuese una batalla que van a librar contra los obreros españoles, una más. Y todavía hablarán de subversión. ¡Qué mayor «subversión» jurídica y moral que la del encarcelamiento de hombres como Camacho, Ariza, Martínez Conde y tantos más! Esos señores son los que en estos momentos están transmitiendo órdenes por las estaciones de radio de la policía, para que se dispare contra los manifestantes si llega el caso.

La policía cede ante la iglesia

Más emotivo ha sido lo ocurrido en Madrid, en el popular barrio de Moratalaz. En aquella parroquia, llamada «Casa del Pueblo de Dios», que regenta el joven párroco don Mariano Gómez, se organizó una conferencia sobre el Primero de Mayo, a cargo de la señorita Carmen Ruiz, de la editorial ZYX, que es autora de un libro sobre el mismo tema que fue secuestrado y quemado hace un año por el Ministerio de Información. Era después de cenar y había ya en la iglesia unos 200 obreros. La policía rodeó el edificio y detuvo a dicha señorita cuando llegó, así como al abogado don Juan Canet y al sacerdote don José María Ballesteros. Mientras tanto, ya cercados, el Padre Gamo hizo uso de la palabra y explicó él mismo la significación del 1.º de mayo. Al terminar, los policías penetraron en el solar que rodea a la iglesia y comenzaron a incautarse de los carnets de identidad de aquellos que intentaban salir. Se opuso el Padre Gamo, pero no consiguió de los policías que abandonasen el cerco, pues estaban dispuestos a «embarcar a todo el mundo». Entonces, agarró el teléfono y llamó al arzobispo, Mons. Morcillo se escurrió, como es en él habitual y respondió que «estaba algo indispuesto». Pero el obispo auxiliar de la diócesis, don Ángel Morta, tomó un coche y a la una de la madrugada se presentó en Moratalaz. Ante la actitud decidida del obispo la policía optó por retirarse entre los abucheos de otros cientos más de personas que, sabedoras de lo ocurrido, ocupaban las calles circundantes. Esa misma muchedumbre ovacionó al obispo. Todos los que había dentro de la iglesia firmaron un documento, dirigido a la Secretaría de Estado del Vaticano, denunciando la agresión perpetrada por la policía. Los tres detenidos fueron también puestos en libertad.

Originales formas de protesta

En las fábricas madrileñas, desde la condena de Camacho y Ariza, y las últimas detenciones de miembros de las Comisiones, no ha cesado la agitación. En Pegaso se une el asunto al despido de 39 enlaces y jurados sindicales: en Lanz Ibérica a un problema de puntos familiares... Tanto en esas fábricas como en AEG los obreros han asistido al trabajo con brazaletes negros y, con frecuencia, han hecho paros silenciosos de diez o quince minutos. Otras formas originales de protesta, como salir fuera de la fábrica y alinearse cara a la pared (muy llamativo para el público) han sido hechas en AEG. En Worthington, 1000 obreros han escrito a Solis diciéndole que, puesto que los enlaces y vocales sindicales son destituidos a centenares y procesados por el Tribunal de Orden Público, ellos no están dispuestos a seguir pagando una cotización sindical a quien va contra sus intereses (la cotización sindical en España es descontada por el patrón al pagar el salario).

En provincias ha habido protestas contra los despidos en Babcok de Bilbao, Matacás de Barcelona, Motos Avelló de Oviedo. En Hispania-Aviación de Sevilla, 700 obreros ocuparon la fábrica más de tres horas, en la tarde del día 25, hasta ser desalojados por la fuerza pública. El problema de la RENFE sigue también en pie; el día 25 se reunieron 30 vocales de la Junta Social, para pedir la escala móvil de salarios y la semana de 42 horas de trabajo.

Por las barriadas obreras llueven literalmente las octavillas y manifiestos; la policía realiza detenciones, pero da la impresión de encontrarse desbordada. Por eso, según ciertas noticias, se está reuniendo ya en el Ministerio de la Gobernación un verdadero Estado Mayor «anti 1.º de mayo».

Además de los llamamientos de las Comisiones Obreras, la Acción Sindical de Trabajadores (tendencia cristiana) y la Unión Sindical Obrera (tendencia socialista) han difundido numerosos llamamientos para unirse a la acción de las Comisiones.

Más allá de este tema de actualidad, el Gobierno prepara la reapertura de la Universidad de Madrid, se cree que para el 6 de mayo. El nuevo ministro de Educación, Sr. Villar Palasí, es catedrático de Derecho Administrativo, tiene 45 años y ya un pasado de altos cargos, entre ellos el de subsecretario de Comercio. Se dice que goza de gran confianza de Carrero Blanco. Pertenece, desde luego, a los medios católicos conservadores. El nuevo subsecretario, don Alberto Monreal, es hombre que lleva también muchos años en la Administración, en los medios próximos a López Rodó. A trueque de que se nos enfaden algunos señores, tendremos que decir que estos nuevos altos cargos de Educación responden a lo que se ha dado en llamar «tendencia Opus»; aclaremos, tendencia «Opus» gubernamental, pues ya sabemos que hay otra discrepante o «evolucionista» que se expresa en el diario de la noche Madrid.

Cambios que no traen nada nuevo

Sin duda los cambios señalados no pueden tener ningún alcance en problema como el universitario que es de orden nacional y político. Pero demuestran que en las alturas no se quieren hacer cambios importantes de gobierno; se quiere ir tirando. Los del equipo de «economistas» quisieran salir del mal paso actual, conseguir algo del Mercado Común, poner en marcha el tan desgraciado II Plan de Desarrollo... Los altos funcionarios del Movimiento quieren imponer «su» Ley sindical, cueste lo que cueste; los «ultras» (Carrero Blanco, Nieto Antúnez, Tolosa, Silva, Oriol) son partidarios del inmovilismo cien por ciento y de procedimientos de guerra civil. Se habla incluso de nombramientos de mandos militares bajo la influencia directa del vicepresidente del Consejo, después que Muñoz Grandes ha pasado a ser una figura decorativa.

Como la situación se ha agravado, los llamados gobernantes se quitan las caretas de sonriente «liberalismo» que tenían para los momentos fáciles o para recibir a diplomáticos de países democráticos. Son quienes son, quienes siempre han sido. Ellos lo dicen con orgullo: los del 18 de julio. La Historia juzga ya, aunque ellos se tapen los oídos y quieran tapárselos a España entera, lo que fue aquello. La Historia juzgará, sin duda, en días no lejanos, ese empecinamiento en considerar España como tierra de conquista en manos de una camarilla mantenida por la peor de las violencias y de las subversiones, la que se realiza invocando en falso la nación y utilizando fraudulentamente el Estado.

TELMO LORENZO

Madrid, 28 de abril de 1968

Suplemento a la crónica

En Madrid el 30 de abril y 1.º de mayo

Las primeras noticias relativas a la acción de las Comisiones Obreras y grupos que las apoyan durante los días 30 de abril y 1.º de mayo, dan cuenta de manifestaciones en más de treinta ciudades de España.

El despliegue de fuerza ha sido enorme, sobre todo en Madrid, Barcelona, Bilbao y Sevilla. En Madrid, la policía armada (grises) con casco y mosquetón, a pie y a caballo, la Guardia civil con las metralletas en bandolera, la policía urbana y la brigada político-social. Y dos helicópteros, para completar la operación por los aires. La ciudad ha sido tomada militarmente. Sin exagerar, puede decirse que fuerzas superiores a las de una División mixta de combate, habían ocupado Madrid.

En esas condiciones las manifestaciones multitudinarias se han limitado a la salida de las grandes fábricas y a ciertas concentraciones, sobre todo la del barrio de Atocha de Madrid. Por el contrario, las manifestaciones pequeñas, sobre todo de jóvenes, han brotado constantemente por calles y barrios de Madrid, teniendo en jaque a la policía durante dos días.

El día 30 hubo huelgas de una hora o de treinta minutos en una docena de importantes fábricas: Electromecánica de Precisión, Pegaso, Boetticher y Navarro, Perkins-Hispania, Kelvinator, AEG, Ericson, Worthington, etc. De madrugada la policía había procedido a nuevas detenciones, lo que dio lugar a algunas pequeñas manifestaciones de protesta en Getafe y Vallecas.

Por la tarde, los obreros salieron de las fábricas y se negaron todos a tomar los autocares que suelen transportarlos, iniciando así una marcha pacífica hacia Madrid. De esta manera se iniciaron manifestaciones pacíficas muy importantes, pero en el trayecto fueron dislocadas por la fuerza pública, que tenía la misión de no dejarlas concentrarse en los cuatro puntos señalados: Atocha, Getafe, Cruz de los Caídos y Cuatro Caminos.

En Getafe, la manifestación fue de varios cientos de personas, a las seis y media de la tarde, dispersada por la Guardia civil, que practicó numerosas detenciones. En Cruz de los Caídos, otra manifestación de unas 600 personas, poco después de las siete; la inmensa mayoría de los grupos habían sido disueltos antes de llegar por un dispositivo militar impresionante. Varios grupos se dirigieron por las Ventas al barrio de Necrópolis donde manifestaron de nuevo. En Cuatro Caminos se produjeron dos manifestaciones de varios cientos de jóvenes, a la altura de Estrecho. Otra análoga, con numerosos estudiantes, tuvo lugar entre las glorietas de San Bernardo y Quevedo, llegando a interrumpir la circulación. Pero la más importante tuvo lugar en Atocha: unas 5000 personas según observadores objetivos, más de 3000 según la prensa franquista que ha estado más abyecta y embustera que nunca (en justa réplica, los obreros quemaron numerosos ejemplares de dicha prensa). La manifestación se extendió hasta Delicias y Paseo de Santa María de la Cabeza, a los gritos de «¡Libertad!» y «Dictadura, no; democracia, sí», llegando a interrumpir toda la circulación a las ocho de la noche. Cargaron los «grises», pero la manifestación se rehizo en otras calles próximas, mientras un nuevo brote surgía por la cuesta de Claudio Moyano, y cerca de un millar de personas avanzaron por el Paseo del Prado camino de la Casa Sindical, pero fueron disueltos por brutales cargas antes de llegar.

Los grupos más jóvenes de los manifestantes pasaron a la acción y derribaron tres automóviles en Santa María de la Cabeza y Argumosa y también un autobús en la glorieta de Atocha. Dos periodistas (uno del Ya y otro de la Agencia Logos) fueron detenidos momentáneamente y apaleados por los grises en la glorieta de Atocha. Eso no les impide seguir mintiendo a ciencia y paciencia, pues el Ministerio de Información ha ejercido mayores presiones que nunca para que la prensa presente las manifestaciones como actos minoritarios y de mozalbetes.

El miércoles 1.º de Mayo, la policía tomó militarmente la Gran Vía, donde estaba convocada la manifestación. Sin embargo, más de 500 personas se manifestaron al grito de «¡Libertad!» en la plaza del Callao. Cargaron los guardias y detuvieron a numerosos manifestantes, entre ellos al profesor García Calvo (expulsado de la Universidad en unión de los profesores Aranguren y Tierno Galván). Pero los manifestantes se reagrupaban constantemente y las manifestaciones prosiguieron durante toda la tarde. Aunque es difícil hacer evaluaciones, no es exagerado decir que las múltiples pequeñas manifestaciones reunieron unas 8000 personas. La policía practicó más de cien detenciones, entre ellas las de dos periodistas: Gerard Rubion de Paris Match y Chris Morris del Daily Express. Los policías se apoderaron de las fotos que los periodistas habían tomado y no contentos con ello, maltrataron de palabra y obra al Sr. Morris.

Las manifestaciones; en las que había muchos jóvenes, actuaron en algunos barrios como verdaderos «comandos»; hubo varios bancos con los cristales rotos, alguna que otra tienda y un coche más derribado. El martes por la noche ya hubo algunos choques entre jóvenes manifestantes y guardias, pero la prudencia de los obreros evitó una verdadera tragedia al no responder a las provocaciones de los guardias en las cercanías de la Plaza de Cruz de los Caídos. Es interesante insistir en el gran número de esas pequeñas manifestaciones (una treintena aproximadamente), en barrios céntricos algunas, como San Bernardo, Princesa, etc. en las que se desplegaban pancartas, se gritaba «Abajo Franco», «Democracia», «Libertad sindical», etc., llegando en muchas ocasiones a la agresión contra parejas aisladas de guardias.

En las provincias

En Barcelona, hubo diversas manifestaciones en la tarde del día 30. En la calle de Ausias March (con rotura de escaparates), en Pedralbes (por estudiantes), Rambla de Cataluña y Ronda de la Universidad. Los obreros de la SEAT fueron brutalmente cargados por la policía cuando se dirigían a la Plaza de Cataluña. Las manifestaciones, que reunieron a varios millares de personas, duraron hasta pasadas las diez de la noche. Hubo 44 detenciones.

El día 1.º, a pesar del despliegue militar, una gran manifestación con pancartas al grito de «¡Viva la democracia!» tuvo lugar en la Turo de la Peirá, colina de árboles situada en las afueras. Cuando los grises cargaron, los manifestantes respondieron a pedradas. Las manifestaciones se repitieron en varios lugares entre once de la mañana y dos de la tarde. Hubo nuevas detenciones y heridos leves entre los manifestantes y entre los guardias.

Las huelgas del 30 fueron generales en las localidades industriales de la provincia: Tarrasa, Sabadell, Mataró, Cornellá, Badalona, etc. En Badalona, el choque entre manifestantes y policías -armados de metralletas- fue muy violento, ante el local de la Org. Sindical. En Cornellá la Guardia civil hizo varios disparos de fusil, y en Mataró se paralizó la circulación. La manifestación de Tarrasa reunió 1500 personas con pancartas de «¡Vivan las Comisiones Obreras!»

El 1.º de mayo varios miles de obreros de Tarrasa fueron en familia a pasar el día al lugar la Fon de Na Tanes, a 3 kilómetros de la ciudad. Allí se cantó el Himno de las Comisiones Obreras, se dio lectura a textos políticos y a poemas de Miguel Hernández. Intervinieron varios oradores. Hacia las siete de la tarde regresaron en masa a la ciudad y entraron en ella con las pancartas en alto; atacaron los guardias en los jeeps y los obreros respondieron a pedradas, mientras las madres se retiraban con los niños que iban en la comitiva.

Las cargas se convirtieron en persecución, pero también en verdaderos combates de calle allí donde los obreros resistían, con frecuencia ayudados por vecinos desde las ventanas de las casas. Hubo mujeres que se lanzaron en tromba sobre los jeeps para liberar a los detenidos. El número de detenciones es elevado en Tarrasa, también en Sabadell (dos sacerdotes fueron allí detenidos en la manifestación), Mataró, Cornellá y otros lugares.

En Guipúzcoa fueron muy numerosas las manifestaciones. En San Sebastián más de 500 jóvenes, entre once y dos de la tarde, al grito de «Libertad»; 1000 manifestantes en Eibar y otras manifestaciones en Mondragón, Villarreal, etc.

En Santander cerca de 1000 personas -numerosos sacerdotes- en la plaza de Alfonso XIII. Fueron también importantes, según las primeras noticias que se reciben; las manifestaciones de Lérida y Tarragona, de Gijón, Oviedo, Pamplona, Málaga y Ciudad Real.

En San Fernando, de Cádiz, los obreros de la Constructora Naval Bazán, a los que se unieron más manifestantes, hicieron una marcha pacífica, en la que había más de 1000 personas a partir de La Carraca, hasta que fueron disueltos por la Guardia civil a la altura del puente de hierro.

En Sevilla, donde las precauciones policiales fueron inmensas, hubo dos manifestaciones el día 30, cada una de las cuales de unas 600 o 700 personas. Las manifestaciones se repitieron el 1.º de mayo, pero no se tienen precisiones sobre ellas.

Solamente en Bilbao puede decirse que la agitación ha sido mínima, limitándose, que se sepa, a la huelga en la Constructora Naval de Sestao.

A pesar de que las noticias son muy incompletas, y de que el Gobierno hace inmensos esfuerzos por impedir que se conozca la verdad de los hechos, no cabe duda que la acción ha tenido una gran repercusión a escala nacional y ha mostrado el carácter articulado del movimiento de las Comisiones y de los grupos de diverso matiz ideológico que las apoyan (entre ellos el Sindicato Democrático Universitario siempre presente).

En la tarde del 1.º de mayo las Comisiones Obreras han hecho pública una nota rechazando las calumnias gubernamentales y afirmando, una vez más, que no están ni pueden estar dirigidas por el partido comunista ni por ningún otro grupo político, y menos todavía dirigidas desde el extranjero.

T. L.

3 de mayo, 1968






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El ocaso de un régimen


El espacio histórico de los años marcados por el franquismo en España, se aproxima al punto final. Aparecen síntomas inequívocos diagnosticados por acreditados conocedores de la interpretación de los movimientos sociales y políticos; ellos aprecian signos positivos de una situación sin posibilidad de mejoría en ella misma.

Estos síntomas, dada la importancia de su naturaleza; podemos reducirlos a tres; sus manifestaciones son recientes, y, por tanto, fáciles de analizar: las declaraciones del almirante Carrero Blanco, los acontecimientos del 14 de abril en San Sebastián y las actividades de los trabajadores en las fechas marcadas por ellos mismos, de los días 30 de abril y 1.º de mayo.

El 24 de abril el vicepresidente del Gobierno, Sr. Carrero Blanco, pronunció en la Escuela del Estado Mayor militar, ante los graduados de este año y con asistencia de los ministros militares, un discurso que exige un análisis de interpretación y unas deducciones de sus consecuencias. Las afirmaciones esenciales de su discurso fueron estas: «Nadie, ni desde dentro ni desde fuera, puede intentar alterar en ningún aspecto nuestro sistema institucional, porque, además de que el pueblo español no lo toleraría nunca, quedan las Fuerzas Armadas». Más adelante añadió: «La ley orgánica del Estado asigna a las Fuerzas Armadas el papel interno de defensa del orden constitucional».

No pretendemos desorbitar ni minimizar el alcance de estas palabras; nos atenemos a los hechos y a las consecuencias de los mismos. Obligado es señalar que esas declaraciones han sido posteriores a los rumores que circulaban en España de una intervención militar con el propósito, según unos, de asegurar la continuidad del actual régimen después de la muerte de Franco; según otros con el de instaurar en el trono de España al Conde de Barcelona. De este rumor de intervención militar se hizo eco el periódico Madrid, aludiendo a una intervención del Ejército. El discurso, repetimos, fue posterior a esos rumores, pero anterior a la celebración de la fiesta nacional vasca en San Sebastián y a las manifestaciones obreras del 30 de abril y 1.º de mayo. Las amenazas del Vicepresidente fueron realidad el 14 de abril en aquella ciudad.

Desde 1932 venían los vascos celebrando dicha fiesta sin la menor perturbación hasta que fue prohibida por el franquismo; pero a partir de 1964 decidieron volver a celebrarla, y así lo han venido haciendo, escogiendo cada año ciudades distintas; a San Sebastián le correspondió este año. Es de notar que a partir de 1964 la fiesta se hacía más nutrida y ha tenido una doble significación: la afirmación nacionalista y la protesta contra el franquismo. Si los vascos se preparaban para la celebración del Aberri-Eguna, el Gobierno se preparaba para seguir la línea marcada por Carrero Blanco, que era su propia línea.

Desde el viernes 12 empezaron los encarcelamientos; el domingo 14 no había locales suficientes para cerca de 700 detenidos, según nuestras informaciones. En la noche del sábado al domingo las fuerzas de la policía invadieron prácticamente la ciudad con sus ametralladoras en mano; la policía montada patrullaba por las calles más céntricas; la Guardia civil vigilaba las carreteras de acceso a San Sebastián; helicópteros volaban sobre la ciudad; lanchas rápidas habían llegado de otros lugares para la vigilancia del puerto. En fin, San Sebastián en estado de sitio.

Dirijamos la mirada a los acontecimientos de los días 30 de abril y 1.º de mayo. No es en la prensa española donde se pueden encontrar noticias de lo ocurrido en esos días; el Ministerio de Información había dado instrucciones para que fueran reducidas al mínimo las noticias sobre las manifestaciones, pero es inútil negar que en más de treinta ciudades se han registrado huelgas en las fábricas y manifestaciones callejeras. En algunas ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Sevilla, la policía hizo verdadero derroche de precauciones. Se mutilen como quieran las informaciones, los hechos han tenido repercusiones nacionales.

Comentadores de la prensa extranjera, después de las declaraciones del vicepresidente Carrero Blanco hablan de la posibilidad de la intervención de las Fuerzas Armadas. ¿Se prepara el almirante para sustituir en plazo breve al general Franco? Las apariencias así lo señalan. Estimamos de una gravedad extrema ese discurso, pero es posible que encuentre el Sr. Carrero Blanco alguna sorpresa en el Ejército, donde no todos sus componentes opinan como él. A este propósito nos permitimos recordarle algunas frases contenidas en el Manifiesto de un grupo de jefes y oficiales, que circuló hace poco más de un año. Propugnaban en ese Manifiesto: «Un régimen votado por la mayoría; un Estado de Derecho defensor de los principios universales que sirven de base a nuestra civilización».

El ocaso del régimen se anuncia. Abrigamos la esperanza de que un patriotismo consciente unirá a los españoles para la labor constructiva de la nueva era que se aproxima.




ArribaResumen de noticias

Crisis y despidos en Barcelona

BARCELONA, 20 abril, Ibérica: -Según la publicación Fomento de la Producción, en 1967 se presentaron ante la Delegación Provincial de Trabajo, de Barcelona, 250 expedientes de cierre y despido y 205 expedientes de suspensión y reducción, que afectaron a un total de 20 mil productores. La misma revista añade: «En el último trimestre del pasado año, se presentaron ante el juzgado Decano de Barcelona, capital, 32 solicitudes de suspensiones de pagos que totalizaron un pasivo superior a los 500 millones de pesetas. En diciembre del 67 se presentaron 19 expedientes de crisis, que representaban el despido de 529 obreros, y 26 en que se solicitaba la suspensión temporal o la reducción de jornada, afectando a 1896 obreros. Las cifras de enero son, respectivamente, 37 empresas y 1778 obreros por el primer concepto y 13 empresas y 755 obreros por el segundo». Se estima en 50 mil obreros en paro los que hay en Barcelona.


Dimite el rector de la U. de Madrid

MADRID, 20 abril, Ibérica: -El nuevo ministro de Educación y Ciencia ha aceptado la dimisión del rector de la Universidad de Madrid, profesor Isidro Martín, quien se consideraba virtualmente dimitido desde principios de este mes a causa de los incidentes que dieron lugar al cierre de la Universidad. El profesor Martín había pedido desde finales de marzo, con otros miembros de la junta de Profesores, la retirada de la policía de la Ciudad Universitaria. Reemplaza al señor Martín el profesor don José Botella Llusia.


La juventud española empieza a ser mayoría

MADRID, 17 abril, Ibérica: -Según el Instituto Nacional de Estadística, dentro de unos dos meses España alcanzará la cifra de 32 millones y medio de habitantes, más bien cerca de los 33 millones. La tercera parte de ellos, unos once millones, están comprendidos entre los quince y los treinta y cinco años de edad. La juventud, por tanto, empieza a ser mayoría.


Graves sucesos en Santiago

Con algún retraso ha llegado a nuestro poder prensa de La Coruña, donde se detallan los sucesos ocurridos en Santiago de Compostela a finales de abril, durante los cuales fueron lesionados por la policía 27 estudiantes, 10 del sexo femenino y 17 del masculino. Exponemos a continuación las declaraciones del Hospital Provincial de Santiago:

Blanca Caamaño González, 21 años; contusión en la región lumbar y traumatismo craneal; Mari-Lourdes Enríquez Morales, 17 años, luxación de la articulación acromioclavicular; María Macías Salgado, 19 años, contusión con hematoma en región poplitea derecha; María González Rodríguez, 19 años, contusión con hematoma en tercio medio de cara posterior del brazo derecho; Carmen Beltrán Barro, 23 años, contusión con hematoma en región occipital y en región dorsal; María Inés González Álvarez, 19 años, contusión con hematoma en región occipital y en región dorsal; Adela Varela, 22 años, contusión con hematoma en el tobillo derecho; Victoria Reboredo Santos, 19 años, contusión con hematoma en región escapular derecha; Elvira Macho-Quevedo Muñoz, hematoma en región parietal izquierda, contusión con hematoma en región supra-escapular izquierda y contusiones en región glútea y tercio superior dorsal de la pierna derecha; María del Carmen Arca, 21 años, contusión con hematoma en región orbitaria y maxilar superior.

En cuanto a los 17 estudiantes varones, entre los 18 y 25 años de edad, señores Julio Díaz Blanco, José Caamaño González, Luis Cerviño Fernández, Adolfo Núñez Hernández, Carlos Cuartas García, julio Beiras Torrado; José Lorenzo Porto, Jesús Domenech Cienfuegos, Juan de la Cuétara Martínez, Enrique Anciones de la Torre, Tomás Pellicer Larco, Enrique López Veiga, Fermín Bouza Álvarez, José Trillo López, Cándido Conde-Pompido Tourón, José Mille Galán y José Rodríguez Martínez, sufrieron contusiones menos graves.


Nuevas manifestaciones obreras

PARÍS, 19 abril, Ibérica: -Le Monde, de hoy, publica la siguiente información de su corresponsal en España: «Madrid y Barcelona fueron ayer teatro de manifestaciones obreras. En la capital española las fuerzas del orden, que guardaban los alrededores de la presidencia del Gobierno; impidieron la entrega de un documento de las COJ (Comisiones Obreras de los Jóvenes) en el que los jóvenes trabajadores expresaban sus reivindicaciones. Las dos mil quinientas personas que respondieron al llamamiento de las COJ cortaron la circulación en varios puntos del centro de la ciudad a los gritos de ¡Viva la libertad! y ¡Abajo la dictadura! Cincuenta personas han sido detenidas. En Barcelona mil quinientos trabajadores se reunieron ante el edificio de los sindicatos oficiales respondiendo al llamamiento hecho por las Comisiones Obreras del metal y del textil. El objeto de esta manifestación era protestar contra los despidos que han tenido lugar recientemente en varias fábricas. Los manifestantes fueron disueltos y hubo 15 detenciones. Varias fábricas de la cintura industrial de Barcelona se declararon en huelga de brazos caídos por solidaridad con sus compañeros despedidos. En Madrid los trabajadores continúan manifestándose solidarios con los miembros de las Comisiones Obreras encarcelados en Carabanchel. Fue elevado al Gobierno un documento firmado por 348 mujeres pidiendo se aclare el maltrato recibido por nueve militantes obreros durante un interrogatorio de la policía».


Venta de un pueblo

BURGOS, 22 abril, Ibérica: -Parece que ya hay comprador para Brieva de Juarros, el pueblo de esta provincia cuyos vecinos lo pusieron a la venta con todas sus casas, tierras y heredades, hace seis meses. Aunque el probable comprador ofrece un millón menos de los siete (en pesetas) pedidos por los vecinos, se cree llegar fácilmente a un arreglo. Como en Brieva de Juarros existe agua abundante, caza y arbolado, no será difícil su promoción turística mediante las oportunas inversiones.


Mineros de Asturias y el tribunal de O. P.

MADRID, 18 abril, Ibérica: -El martes 15 comparecieron ante el Tribunal de Orden Público, de Madrid, diez mineros de Asturias, acusados de haberse encerrado voluntariamente en una mina de Llanes para protestar contra la situación de paro forzoso en que se encontraban. El fiscal pidió para cada uno seis meses de prisión.


Telegramas a Willy Brandt

STOCKHOLM, abril, Ibérica: -Las juventudes Socialdemócratas de Suecia y los Comités pro España, enviaron al ministro de Relaciones Exteriores de Alemania Federal, Willy Brandt, un telegrama rogándole suspendiera su proyectado viaje a España.

Estas entidades habían enviado a España una delegación para entrevistarse con la Resistencia Española, y es a petición de socialistas de Barcelona, Madrid, Bilbao y San Sebastián que dichas sociedades han hecho la petición al ministro sueco.

Petición de las Fuerzas Democráticas

PARÍS: La Unión de Fuerzas Democráticas, integradas por Unión Democrática Cristiana, Acción Republicana Democrática Española, Partido Socialista, Unión General de Trabajadores de España, Partido Nacionalista Vasco y Solidaridad de Trabajadores Vascos, enviaron también a Willy Brandt un telegrama rogándole suspendiera el anunciado viaje a Madrid en momentos que juzgan decisivos para el porvenir de la libertad en España. «Es inconcebible -dice el telegrama- que la máxima representación de la democracia alemana contribuya a sostener un régimen dictatorial que declara ilegal la existencia de partidos democráticos y prohíbe la formación de sindicatos libres y no respeta la Declaración de los Derechos Humanos».


Brandt aplaza su viaje a España; Kiesinger irá

STOCKHOLM, 22 abril, Ibérica: -El periódico Aftonblade, de esta ciudad, ha recibido una comunicación oficial de Bonn según la cual el ministro de Relaciones Exteriores de la Alemania Occidental, Willy Brandt, que está realizando un viaje por África, no ha podido leer, aún la petición de las juventudes Socialdemócratas suecas. Pero de todos modos las JJ. SS. pueden estar tranquilas: Willy Brandt no irá a la España de Franco, por lo menos ahora.

Sus planes de viaje se han modificado, pues el canciller Kiesinger va a Portugal para ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Coimbra. El canciller irá luego a España para entrevistarse con Franco.


Aires de cisma entre el clero gallego

LA CORUÑA; 2 mayo, Ibérica: -En varias iglesias de Santiago de Compostela y de otras ciudades y pueblos de Galicia, fue leída en estos últimos días una valiente y sentida Homilía firmada por un centenar de sacerdotes de Galicia, alabando los nobles afanes de justicia y libertad abrigados y defendidos por estudiantes y obreros. Por su parte el cardenal Quiroga Palacios, secundado por los restantes obispos de Galicia, ha publicado una pastoral condenando dicha homilía, a la que califican de «rebelde y escandalosa actitud».

La reacción entre el resto de la clerecía galaica ha sido tan enérgica, que a la vista tenemos una Carta, muy difundida, calificando de «Iglesia muerta, por anticonciliar, la encarnada en el Sínodo presidido por el Cardenal de Santiago», y subrayando que los quinientos clérigos que firman esta Carta se suman al centenar de compañeros que se hicieron responsables de la Homilía motivo de tan absurda censura, porque «los consideran la verdadera representación de la Iglesia Conciliar, y viva, por lo tanto».


Sobre el trasvase del Tajo

BARCELONA, 19 abril, Ibérica: -El periódico La Vanguardia Española del 17 publicaba una larga información de su corresponsal en Madrid, Luis Moreno Nieto, enviada desde Toledo, en la que da cuenta de la sesión celebrada en la Casa Sindical de aquella ciudad.

El coloquio -dice el corresponsal- duró cerca de cuatro horas, en el que se trató exclusivamente del aprovechamiento de las aguas Tajo-Segura. Presidió el Gobernador civil y asistieron más de 150 personas.

El coloquio comenzó con la lectura del escrito del doctor y ex alcalde de Toledo D. José Conde Alonso, escrito que contenía 19 preguntas. El abogado D. Agustín Conde Alonso pronunció un discurso que arrancó grandes e insistentes aplausos al poner de relieve que era necesario estudiar seriamente y hacer investigaciones de fondo, tales como el estudio de la cuenca del Segura, la posibilidad de la desalinización del agua del mar, etc. Terminó su discurso con esta afirmación: «Toledo debe oponerse al transvase».

(Nota de la redacción) -En la sesión plenaria del Ayuntamiento, celebrada en el mes de marzo, se expresaron idénticos argumentos por el concejal D. Mariano Conde Gutiérrez, aconsejando se opusiera el Ayuntamiento al transvase. Recordamos a nuestros lectores que ese problema fue planteado por primera vez por nuestro colaborador D. Manuel Díaz-Marta, en el trabajo publicado por nuestra revista en su número del mes de diciembre del pasado año y ampliado en otro artículo que publicamos en el mes de marzo de este año.

El Gobernador, en la sesión del coloquio a que hemos hecho referencia, hizo alusión, y no amablemente, a los artículos del Sr. Díaz-Marta.


Otras manifestaciones y banderas republicanas

GINEBRA, 2 mayo, Ibérica: -Journal de Genève de hoy publica el siguiente despacho de la agencia FP, procedente de Madrid, del que damos los siguientes párrafos: «En Santander varios centenares de personas, entre ellos sacerdotes y mujeres, organizaron una manifestación cerca de la plaza de Alfonso XIII. La policía disolvió los grupos utilizando las porras. Varias personas resultaron heridas y la policía realizó varias detenciones». «En su conjunto, las manifestaciones convocadas para el segundo día de "lucha" por las Comisiones Obreras no han revestido en ninguna parte el aspecto de manifestaciones en masa». «Los observadores políticos subrayan, sin embargo, tres hechos significativos: 1. Es la primera vez que los obreros madrileños manifiestan el 1.º de mayo desde la guerra civil. 2. También es la primera vez que el 1.º de mayo da lugar a manifestaciones en tan gran número de ciudades españolas. 3. La inauguración de acciones de "comandos"». «Parece que la bandera republicana ha sido izada en Vallecas y Tetuán, barrios obreros de la periferia de Madrid».


Dimisión de dirigentes de Acción Católica

NEW YORK, 27 abril: -El New York Times de hoy inserta una crónica de Madrid, de su corresponsal Tad Szulc, de la que damos los siguientes párrafos: «Cuarenta dirigentes de Acción Católica han presentado su dimisión esta semana después de una disputa con la jerarquía católica. Después de dos años de batalla con la jerarquía, los líderes de Acción Católica, encabezados por su presidente Santiago Corral y sus tres vicepresidentes, han presentado ayer su dimisión al cardenal Quiroga Pla, presidente de la Conferencia Episcopal. El conflicto gira alrededor de esta cuestión: si el grupo tiene libertad para tomar parte en los asuntos temporales en el sentido político, social y económico, o está circunscrito puramente a la acción evangélica». «Los miembros de Acción Católica se estima que suman unos 30000, pero su influencia es muy superior a esta cifra, especialmente entre los trabajadores». «Fuentes bien informadas no excluyen una intervención del Vaticano, en una u otra forma».


Contra la congelación de salarios

MADRID, 21 abril, Ibérica: -Crece la inquietud sobre la congelación de salarios en los medios sindicales, afectando a cinco millones de trabajadores. Hay 140 convenios colectivos paralizados, puesto que estipulan el aumento salarial automático cuando aumenta el coste de la vida... ¡ y éste aumenta! Esa situación anómala concierne a 400 mil trabajadores.

Las protestas por la congelación son cada día mayores: asambleas de enlaces sindicales de transportes, construcción, vidrio, cerámicas y artes gráficas de Madrid. En Barcelona otra asamblea de 1750 enlaces de construcción, vidrio y cerámica. Y, además, los 7000 enlaces sindicales de la metalurgia madrileña.

El otro problema es la recensión constante y los despidos que aumentan el paro: en la Babcok & Wilcox, de Bilbao, han puesto en la calle, con autorización oficial, a 351 obreros; en Talleres Metacás, de Cornellá (Barcelona), a 70; en los talleres Renfe de Gijón, a 100. En la Renfe la inquietud es muy grande, pues el plan de «modernización» puede suponer 20000 puestos de trabajo menos.


Reformas en el cementerio civil

MADRID, 2 mayo, Ibérica: -Por fin se ha llevado a cabo la concienzuda reparación que estaban reclamando imperiosamente los panteones de los eximios repúblicos don Francisco Figueras y don Nicolás Salmerón. Con tal motivo se efectuó un respetuoso desfile el día 1.º de mayo, que acompasaba emotivamente con el realizado ante la siempre bien cuidada tumba de «El Abuelo» (Pablo Iglesias) y las demás figuras cumbres del socialismo y del republicanismo español.


La policía cerca una iglesia en Madrid

MADRID, 26 abril, Ibérica: -El obispo auxiliar de Madrid, reverendo Morta, ha tenido que intervenir para impedir que la policía detuviera a un centenar de trabajadores en una iglesia de las afueras de Madrid, donde se habían reunido para escuchar una conferencia sobre el 1.º de Mayo.

Esto ocurría el miércoles. La policía había cercado la iglesia y trataban de apoderarse de los documentos de identidad de todas las personas que salían de la iglesia terminada la conferencia. Pero los allí reunidos decidieron continuar dentro de la iglesia, mientras el obispo auxiliar trataba de conseguir la retirada de las fuerzas telefoneando al jefe de ellas. Siendo inútil esos ruegos telefónicos, el reverendo decidió personarse en la iglesia misma, y al fin consiguió, en la madrugada de ese día, que se retiraran las fuerzas.


Premio «Don Quijote» para 1968

MÉXICO, 25 abril, Ibérica: -El día 15 de julio de este año se cierra el plazo para acudir al premio de novela «Don Quijote», de 1968, creado en 1966 por la Editorial España Errante. Se ha invitado a todos los escritores de lengua española, cualquiera sea su nacionalidad o país de residencia. El premio, además de un trofeo metálico representando a Don Quijote, consistirá en 1600 dólares, por concepto de derechos de autor correspondientes a los primeros diez mil ejemplares de su obra. El fallo tendrá lugar el 12 de octubre de este año. Los originales, inéditos y escritos a máquina a doble espacio y con un mínimo de extensión de 200 páginas, deberán remitirse por duplicado a nombre de dicha editorial, apartado postal 30-574, México 4, D. F.


LA CONMEMORACIÓN DEL 14 DE ABRIL

El 14 de abril en México

MÉXICO, 17 abril, Ibérica: -Para conmemorar la proclamación de la República Española del 14 de abril de 1931, se reunieron los republicanos españoles residentes en México y gran número de significados mexicanos en una comida. Insertamos a continuación algunos párrafos del discurso pronunciado en dicho acto por el ingeniero don Antonio Padilla Segura, quien acudió en nombre y representación del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, don Gustavo Díaz Ordaz. He aquí sus palabras:

«Vengo en nombre y representación de don Gustavo Díaz Ordaz, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, a recordar la proclamación de la República. Española en ocasión de su XXXVII aniversario.» «Conmemoramos más que un hecho, la vivencia permanente de un ideal que nos es común: El derecho a gobernarnos libremente y a nombrar a quienes por decisión popular ejercen el poder delegado por los ciudadanos. Sólo el pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno».

«Para nosotros, democracia y república no son meros conceptos académicos o referencias históricas: son esencia misma de la nacionalidad». «Creemos en una república democrática, activa y profundamente humana, en la que se realiza la síntesis de ideologías y esfuerzos para lograr que todo hombre sea libre en lo político, en lo económico y en lo espiritual». «Por eso, republicanos españoles, aseguramos que nos unen lazos comunes, no solamente en la historia y en la sangre, sino en lo que es más importante: en el espíritu y en el pensamiento». «Reiteramos que nos une la fe republicana y la decisión de consolidarla y defenderla».

«Señores: El presidente Díaz Ordaz me ha encargado transmitir a ustedes un saludo personal y el afecto del pueblo mexicano en este aniversario de la proclamación de la República Española».



El 14 de abril en París

PARÍS, 23 abril, Ibérica: -El sábado 20 se celebró en el salón de actos Force Ouvrière, rebosante de público, la conmemoración de la citada fecha. El doctor Boix, presidente de ARDE, abrió el acto.

Jean-Claude Hervé, en nombre de las juventudes Liberales Europeas, hizo una síntesis de la significación de Europa y de la necesidad de que España se desprenda de ese régimen que le impide ingresar en la vida de los pueblos europeos.

Arsenio Jimeno habló en nombre del Partido Socialista y la Unión General de Trabajadores, tratando el tema de la necesidad, para el socialismo español, de propugnar por todos los medios la restauración de la República en España.

Manuel de Irujo llevó la voz de los vascos y de los catalanes. Pidió un minuto de silencio dedicado a dos figuras simbólicas españolas: al general Emilio Herrera y a don Manuel Giménez Fernández. El público, después de guardar el minuto de silencio, aclamó fervorosamente la mención de ambos nombres de la democracia española. Citó Irujo la significación de la fiesta vasca y la movilización de las fuerzas de tierra, mar y aire, que pusieron a San Sebastián en situación de plaza sitiada.

Fernando Valera señaló los hechos más culminantes durante el Gobierno de la República a partir del 14 de abril de 1931, y leyó y comentó textos de la Constitución republicana.

El 14 de abril en Puerto Rico

SAN JUAN, 17 abril: -La Asociación Pro Democracia Española de esta ciudad, invitó a Doña Victoria Kent al banquete que dicha Asociación había organizado para conmemorar la implantación de la segunda República. La destacada republicana presidió la comida como invitada de honor y dirigió la palabra a los asistentes al acto, entre los que se encontraban, además de numerosos republicanos españoles, distinguidos puertorriqueños, miembros o simpatizantes de dicha entidad. Entre esas personalidades se encontraban: el Secretario de Hacienda, Sr. Jorge Font, el senador don Hipólito Marcano, el juez don Fernando Gallardo, el profesor don Gustavo Agrait, don Salvador Tió y el presidente de la Asociación, Licenciado Toro-Nazario.

Señaló en su discurso Victoria Kent que no estaban reunidos evocando un pasada como plañideras, sino que aquel era un acto de afirmación republicana, de esperanza y convicción profundas del renacer de la libertad y de la democracia en España, que no puede tener efectividad sino dentro de un régimen republicano. Afirmó su creencia en un futuro laborioso y próspero dentro de una federación de los pueblos de la Península Ibérica.

Al día siguiente pronunció una conferencia en la Universidad, invitada por la Facultad de Humanidades, con este tema: «El encuentro de las generaciones». Estudiantes y algunos profesores tomaron parte activa en la discusión, lo que dio un vivo interés a los puntos señalados por la conferenciante. La prensa de la ciudad se ha ocupado ampliamente de ambos actos.



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