En primer lugar, hay que dejar claro que, los bastoncillos de algodón no son adecuados para limpiar los oídos a diario. Especialmente porque pueden dañarlos, ya que sin ir más lejos, estamos llevando a cabo una limpieza de una zona que no conocemos y que no podemos controlar mediante una visión directa.

De esta forma, y sin quererlo, podemos llegar a dañarnos el oído. La lesión podría ir desde una simple herida en el conducto auditivo hasta una perforación del tímpano, una luxación de la cadena de huesecillos e, incluso, la pérdida de audición momentánea o irreversible.

Qué se puede producir al usar bastoncillos para limpiar los oídos

Asimismo, al introducir un bastoncillo de algodón en los oídos no se consigue realmente limpiar el cerumen, sino que más bien se empuja hacia dentro. Esto lo único que puede provocarnos, en un corto periodo de tiempo, es un tapón de cera, que llevará implícita una disminución leve de la audición y la sensación de tener el oído tapado.

Además, la limpieza del cerumen tampoco es un factor que se considere fundamental. La cera cumple una función importante dentro del oído, ya que se trata de un antiséptico natural que nos protege de diferentes gérmenes. Sin el cerumen adecuado, estamos más expuestos a sufrir algún tipo de infección, como por ejemplo, una otitis externa.

El cerumen se produce de forma natural en las glándulas de las orejas, por lo que resulta sano tener una cantidad de cera normal en el oído. Sus propiedades antibacterianas sirven como método de defensa del cuerpo, limpiando y lubricando el conducto auditivo. Además, la cera evita la entrada de polvo y otros restos de suciedad en el tímpano.

Alternativas a los bastoncillos de algodón para limpiar los oídos

Lo cierto es que cuanto más introduzcamos el bastoncillo de algodón en el oído más probable es que nos provoquemos un tapón o alguna lesión interna. Por ello, lo mejor es utilizarlos únicamente para limpiar la parte exterior de la oreja. En realidad, los oídos se limpian ellos mismos, ya que expulsan la cera y la suciedad hacia su parte más externa.

En el caso de producirse un tapón de cera en el oído, deberemos acudir a un especialista. Una vez allí, nos solucionará el tapón que se ha ocasionado por la utilización del bastoncillo y nos ofrecerá otras alternativas para limpiar los oídos. Entre ellas, se encuentra la utilización de una mezcla de peróxido fresco y agua una o dos veces al mes o aplicar 4-5 gotas de vinagre y agua una vez a la semana.

En definitiva, son muchos los factores que desaconsejan el uso de los bastoncillos de algodón para la limpieza a diaria de los oídos. Tal vez el más evidente es la posibilidad de perforar la delgada membrana que cubre el tímpano y dejarlo así expuesto a posibles infecciones que solo nos traerían graves consecuencias.

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