Hablar del Airlander 10 es sinónimo de lujo, eficiencia, diseño, comodidad y espacio aéreo, pues este último es su medio natural. Se trata del avión más grande del mundo, todo un ‘pájaro’ que supera los 90 metros de longitud y puede dar cabida a 19 pasajeros, cuya aventura por los cielos promete ser inolvidable, aunque para ello aún quedan unos años.
Lujo aéreo
Este peculiar dirigible todavía tiene un largo camino antes de que entre en producción, pero el responsable de su fabricación, la compañía Hybrid Air Vehicles, ya está haciendo todo lo posible para que ese día llegue cuanto antes. Gracias al avance de la tecnología se han mejorado muchas áreas que sembraban ciertas dudas en los primeros prototipos para tratar de ofrecer un medio aéreo seguro, estable, práctico y respetuoso con el medio ambiente, que irá destinado al turismo expedicionario de lujo, servicios militares y transporte de mercancías.
El Airlander 10 no ha sido concebido para ser una aeronave rápida, sino cómoda, fiable y duradera. Por ello, algunos de los datos más destacados nos dicen que su autonomía es de tres días completos, es decir, puede permanecer en el aire durante 72 horas seguidas, así como cubrir un total de 2.000 millas náuticas (unos 3.705 kilómetros). Pero claro, para lograrlo no queda otra que llevar un ritmo muy tranquilo, pues su velocidad crucero es de apenas 150 km/h, mientras que la altura estimada de vuelo es de 4.900 metros.
Para todos aquellos que no quieran ir deprisa, este medio de transporte será ideal ya que cuenta con grandes superficies acristaladas y una cabina principal modular cuya superficie es de 195 metros cuadrados. Además, cuenta con todo tipo de comodidades como si de un hotel volador de lujo se tratara y la mejor prueba son las habitaciones individuales con camas de gran tamaño, una cómoda sala de estar para varias personas, cafetería y muchas otras áreas de entretenimiento.
Respetuoso con el medio ambiente
En cuanto a la propulsión, HAV ha estado trabajando de manera constante en el modelo de producción para mejorar su eficiencia, con una nueva arquitectura que le permitirá integrar varios motores eléctricos. Para ello, la compañía se ha asociado con Collins Aerospace y la Universidad de Nottingham. No obstante, la resistencia aerodinámica se ha mejorado notablemente y eso contribuye a que, según sus creadores, este modelo emita un 75% menos de emisiones que las aeronaves de este tipo. Pero el objetivo es más ambicioso ya que con la propulsión eléctrica se pretende realizar vuelos libres de CO2.
Si todo sigue según lo planeado, los primeros ejemplares estarán listos para el 2024. Las pruebas continuarán a lo largo de este año ya que HAV pretende poner unos 12 prototipos en el aire y conseguir la certificación correspondiente con la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y la Administración Federal de Aviación (FAA), para así garantizar que sea operable en todo el mundo.
