Claves sobre el cultivo de alfalfa en Galicia

Una jornada celebrada en Boimorto analizó las ventajas de esta leguminosa para ganaderías de vacuno de leche en Galicia. Es un forraje que gana atractivo con la nueva PAC 2023-2027

Claves sobre el cultivo de alfalfa en Galicia

El cultivo de alfalfa en Galicia como forraje para las ganaderías de vacuno de leche es aún minoritario, sin embargo hay granjas que llevan años apostando por esta leguminosa para alimentar su ganado. En días pasados, alumnado del Centro de Promoción Rural EFA Fonteboa (Coristanco, A Coruña) y ganaderos de distintas zonas de Galicia conocieron de primera mano este forraje con ganaderías que llevan tiempo cultivándola. En la jornada formativa y técnica, organizada en colaboración con la firma Limagrain, también abordaron aspectos sobre su cultivo.

“La alfalfa es un forraje que se adapta muy bien a las condiciones de clima y suelo de Galicia”

“La alfalfa es un forraje que se adapta muy bien a las condiciones de Galicia, tanto al suelo como al clima”, reivindica Pablo Amado, ingeniero agrónomo y delegado comercial de Limagrain, que participó en la jornada. “Solo aquellas tierras que tienden a inundarse no son recomendables para el cultivo de esta leguminosa”, concreta Antonio Boado, distribuidor en la zona de A Coruña para Limagrain y ganadero. Antonio es además un gran conocedor de este cultivo, ya que lleva años optando por cultivarlo para alimentar su ganado.

Entre otras ventajas, la alfalfa (Medicago sativa) proporciona un gran aporte de proteína en la alimentación del ganado, además de tener una digestibilidade alta y ser palatable para las vacas. Está confirmado también que incluirla en la ración de las vacas en ordeño permite incrementar la producción de leche.

La alfalfa está incluida como cultivo mejorante dentro de la nueva PAC y si se emplea para la alimentación del ganado se puede acceder al pago por cultivos proteicos

Además, la alfalfa está incluida como cultivo mejorante dentro de la nueva PAC y si se emplea para la alimentación del ganado también se puede acceder al pago por cultivos proteicos, por lo que muchas ganaderías están valorando comenzar a trabajar con este forraje.

Participantes na xornada celebrada en días pasada pola EFA Fonteboa e Limagrain Ibérica, durante unha visita a un prado de alfalfa.

Participantes en la jornada organizada por la EFA Fonteboa y Limagrain Ibérica, durante una visita a un campo de alfalfa.

Preparación de la tierra y siembra

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en el cultivo de la alfalfa es su implantación. “La siembra es el momento más crítico, en parte por el pequeño tamaño de la semilla y lo ligera que es en comparación con otras leguminosas y gramíneas que se cultivan habitualmente en Galicia”, explica Amado. En esta fase de siembra y preparación previa de la tierra, recogemos algunos aspectos a tener en cuenta para lograr el éxito del cultivo:

-Elección de la parcela. Debe optarse por parcelas con una buena profundidad del suelo. “Hay que tener en cuenta que las raíces de la alfalfa pueden llegar hasta 5 o 6 metros de profundidad”, detalla el ingeniero agrónomo. Cuanto mayor profundidad tenga el suelo mejor será la producción que se logre. Así, en suelos con unas buenas condiciones se puede lograr una producción anual de 18 toneladas de materia seca por hectárea y alcanzar un 20% de proteína bruta.

-Evitar predios que se inunden. Es un cultivo que no resiste en terrenos que terminen encharcados, mientras que en condiciones favorables se mantiene 5 años sin necesidad de renovar la pradera y tener que volver a sembrar. “Con un manejo adecuado incluso se puede lograr que se mantengan hasta 7 años teniendo buenas producciones”, incide Amado.

Con un manejo adecuado y en parcelas con una buena profundidad de suelo puede lograrse una producción anual de 18 toneladas de materia seca por hectárea y que se mantenga hasta 7 años sin renovar la pradera

-Revisar el pH del suelo. Es recomendable realizar una analítica previa a la siembra para conocer las necesidades del suelo. Se aconseja cultivar alfalfa en suelos que tengan un pH mínimo de 6,5, por lo que si sitúa por debajo de esta cifra, como ocurre en muchos predios de Galicia, esta deficiencia se corrige con un buen encalado antes de sembrar.

-Se precisa labrar la tierra antes de la siembra. Se aconseja hacer labores de susolado y labores de desmenuzado del suelo. Luego de estos proceso recomiendan una compactación previa a la siembra, que preferiblemente se debe hacer con rollos acanalados.

-Sembrar temprano. La alfalfa suele sembrarse en primavera o en otoño. En el caso de las siembras que se hacen a comienzo del otoño, se recomienda hacerlas temprano, ya en septiembre, para que la planta llegue al invierno en un estado óptimo.

-Sembrar a poca profundidad. La alfalfa requiere sembrarse de manera superficial, nunca a más de 1,5 centímetros de fondo, pero es preferible hacerlo a una profundidad de 1 centímetro. Para esta labor el apero que mejor se adapta son las sembradoras de línea, bien sean de botas o de discos.

-Dosis de siembra. Se recomienda emplear una dosis aproximada de 40 kilos por hectárea, con el objetivo de lograr unas 400 plantas por metro cuadrado.

-También es aconsejable pasar el rollo compactador antes y después de sembrar la alfalfa.

Fertilización y tratamientos fitosanitarios

La alfalfa es un cultivo que requiere poco aporte de Nitrógeno y tiene altas necesidades en cuanto a Calcio, Fósforo y Potasio. El Calcio debe aportarse antes de sembrarla, corrigiendo el pH de la tierra, si es preciso. La aplicación de Fósforo y Potasio debe realizarse anualmente, después de la corta, ya que también favorecerá el rebrote.

“Tradicionalmente siempre se dijo que la alfalfa no toleraba el purín, pero hoy en día vemos que en algunas ganaderías están haciendo aplicaciones moderadas, hasta un máximo de 30 metros cúbicos por hectárea, que resultan beneficiosas”, apunta el técnico.

Algunas ganaderías están haciendo un aporte moderado de purín que les proporciona buenos resultados para la alfalfa

A la hora de aplicar tratamientos fitosanitarios es preciso tener en cuenta el ciclo de la planta, ya que en invierno suele producirse una parada vegetativa, que puede aprovecharse para realizar determinadas aplicaciones, o incluso pueden realizarse antes de sembrarla. Así, recomiendan aplicar un herbicida preventivo antes de la siembra, para reducir la competencia de otras hierbas.

“Puede cultivarse con otras especies, pero lo que se suele hacer es cultivar la alfalfa sola para conseguir producciones altas y un buen aporte de proteína”, concreta Amado. Si se opta por cultivarla sola suele aplicarse un herbicida preemergencia y luego se emplean herbicidas para controlar la competencia tanto de hoja estrecha como ancha. “Las especies de hoja ancha, como la alfalfa, suelen controlarse en invierno, durante la parada vegetativa de la alfalfa”, detalla.

La siega y conservación de la alfalfa

A la hora de la siega y conservación de la alfalfa, los técnicos también apuntaron algunas claves para mejorar la conservación de este forraje. Hay que tener en cuenta que es una leguminosa en la que se desprende con facilidad la hoja, la parte que contiene mayor calidad, por lo que lo ideal es segar y dejar extendido, sin deflectores. Debe esperarse alrededor de unas 24 horas, en función de la época de la siega, hasta que el contenido de humedad sea el adecuado para ensilarla.

También es recomendable emplear rollos o acondicionadores de caucho. De no contar con ellos, es aconsejable no segar en las horas centrales del día, para evitar que se pierda tanta hoja.

En el primero año de implantación de la alfalfa es recomendable esperar hasta que se produzca la floración de un elevado número de plantas antes de realizar el primero corte

Además, en el primero año de implantación de la alfalfa es recomendable esperar hasta que se produzca la floración de un elevado número de plantas antes de realizar el primero corte. “De este modo nos aseguramos que la planta acumula reservas en las raíces que favorecen el rebrote”, explica.

Es habitual que la alfalfa proporcione entre 4 y 5 cortes anuales, por lo que aquellos que coincidan con el silo de hierba pueden ensilarse juntos. Para el resto, lo más aconsejable es hacer pacas y encintarlas. “La alfalfa tiene altos contenidos de proteína y bajos contenidos de azúcar, por lo que su ensibilidad es menor que un raigrás”, apunta el técnico.

Para aquellas ganaderías que opten por ensilar la alfalfa en un silo de trinchera es recomendable añadirle conservantes o inoculantes para lograr un buen ensilado.

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