Ir directo al contenido
  • Lola badge

Lidiar con la peñita: 4 tipos de seres con los que hablarás de feminismo (aunque no quieras)

Porque si te va a tocar hacerlo, mejor que vengas preparada.


Sí, el feminismo está en la tele, en la radio, en Twitter, en Instagram, en la calle, en las comidas familiares, en el trabajo, en las aulas, en las reuniones de vecinos… en las bocas. Es histórico, es maravilloso (y diverso, y plural).

A pesar de tener toda la información posible al alcance de cualquiera con 3G, a menudo nos encontramos con especímenes que se empeñan en preguntarte a ti, querida lectora. Por eso me he visto obligada (y aclaro que lo hago desde mi experiencia sesgada de mujer cis blanca) a tipificar los perfiles de algunos de los sujetos que se empeñan en hablar conmigo de feminismo (está bien, a veces soy yo la que se empeña) y con los que, estoy segura, tú también te has encontrado.

1. "Pero, a ver, ni machismo ni feminismo" (sí, siguen existiendo)

¿CÓMO RECONOCERLES?
Les recordarás por su papel en: "pero si busca la igualdad… ¿por qué no se llama igualitarismo?" o en su aparición estelar en: “¿Miedo por la calle? A mí me robaron el mes pasado”.

Entre sus argumentos: "las mujeres también nos violáis" o el imprescindible "¡pero si pagáis menos en las discotecas!".

¿CÓMO INTERACTUAR? (Hablar de debate en este caso es demasiado optimista)
¿Quieres abordarles? ¿Has desayunado bien? ¿Rebosas paciencia por todos y cada uno de tus poros? ¿Tienes un rato muerto, muertísimo, para muy probablemente desperdiciar tu tiempo sin remedio?

Si la respuesta es sí a todo, los datos son tus mejores aliado: brecha salarial, solo 0’01 de denuncias falsas en España en 2016, 39 feminicidios entre enero y junio de 2018…

Y no, no se rendirá. Y dos son los posibles resultados de esta acalorada discusión en la que te encenderás más que un charmander:

1.1. Hace como que se lo piensa, concluye que "respeto tu opinión, pero no la comparto". Guau, sorpresa, peeeeeero lo bueno es que tú puedes zanjar el tema antes con una matización de esa misma: "ni respeto tu opinión, ni la comparto, ni tú lo harías si tuvieras dentro lo que yo tengo o te molestaras mínimamente en comprenderme".

1.2. O bien, digievoluciona para dar paso a...

2. "Dos cosas sé a ciencia cierta: el machismo NO existe y TÚ estás amargada". Perfecto.

¿CÓMO RECONOCERLES?
Tiene clarísimo que tú, loca del coño, eres así porque has tenido mala suerte con los hombres, pero eh: "#NotAllMen somos iguales, cariño". Vaya, se les olvida que #YesAllWomen han pasado por cositas similares al acoso que yo denuncio. Ups.

PS. Spotted: argumentos biologicistas a mansalva.

¿CÓMO INTERACTUAR?
Pues bien, si estás a solas con él, huye. No tiene remedio y, si lo tiene, probablemente no seas tú quien tenga que pasar por esto. Todos tenemos Google. Y, bueno, si estás con alguna compa, siempre podéis echaros unas risas y encajarlo lo mejor posible. No te calles ni una, pero intenta no perder tu tiempo, y, sobre todo, que no te afecte emocionalmente.

WARNING: ¿Puede tratarse de mujeres? En efecto. ¿Cómo gestionarlo? Aunque a todas nos desanima y nos apetece sacudirle la cabeza para despejarla de tanto abeja-reinismo, tenemos que entender que cada una decide cuándo iniciar el proceso (si es que elige hacerlo) y no debemos hacer que otras mujeres se sientan despreciadas. Conscientes o no, el patriarcado también actúa sobre ellas y, a fin de cuentas, we’ve been there, queridas.

3. Érase una vez un tío tan feminista, que a su lado tú eras Albert Rivera (increíble pero cierto).

¿CÓMO RECONOCERLES?
Son difíciles de identificar (en realidad no, pero ellos creen que sí). Han visto la TED Talk de Chimamanda y, ojo, hombre aliado on board, siempre con el carnet de feminista en la manga por si hay inspección.

Sí, son los que no te escuchan cuando hablas, saben exactamente qué cosas son y no son efectivas para realizar una reivindicación feminista ("no sé, estaréis de acuerdo conmigo en que hay maneras y maneras… Enseñar las tetas… Yo, personalmente, no lo entiendo") porque, tía, conocen mejor que tú tus propios objetivos y los de tu colectivo, ese al que no pertenecen.

¿CÓMO INTERACTUAR?
Puede que tú te hartes de escucharles, pero la condescendencia y el paternalismo les susurran al oído bebiendo un gin tonic y nunca le abandonarán, así que reclama sin miedo tu espacio, comparte tu incomodidad con otras compañeras, sé consciente de que tú eres el sujeto de tu propia lucha y no tengas miedo de recolocar a los hombres que quieres que te apoyen en el sitio en el que tú les necesitas. Es tu lucha, tu evolución y tu aprendizaje.

NOTA: Un hombre que apoya la lucha feminista NO necesita constantemente que le reconozcan su labor, escuchar a un grupo oprimido NO es un extra.

4. "Tía, tampoco seas RADICAL" (me has pillado, soy radical).

¿CÓMO RECONOCERLES?
Es esa amiga o amigo que a veces parece querer escapar de las sucias garras del patriarcado, pero otras se le escapa un: "ya tía, a ver, si tienes razón, pero tampoco hay que ir en su contra, no todos son así". Ah, y bueno, no puedes soportarla cuando se pone en plan: "Hoy en día se le saca punta a todo".

¿CÓMO INTERACTUAR?
Pero en fin, es tu amiga y, una vez más, te has armado de paciencia. Será sencillo hacerla reflexionar. Solo tiene que entender dónde poner el foco, quiénes son las víctimas, y que se trata de un camino largo de desaprendizaje y deconstrucción que, aunque parece a no terminar nunca, merece la pena.

NOTA 1: La mayoría de veces, dejándoles espacio llegan a conclusiones que enriquecen vuestra amistad. Ante todo no la juzgues. No eres la policia del feminismo (sirve de mucho recordar que un día el feminismo nos dio miedo).

NOTA 2: En el fondo, está hambrienta de contenido y puede que le fascine la crítica, así que dale tus mejores referencias y comparte con ella tus pensamientos, porque en crear redes y comunidad está el futuro del feminismo.

Me dejo muchos, muchos, muchos especímenes por registrar. Lo sabéis, lo sé. Pero espero haberos hecho sentir comprendidas, aunque sea mínimamente, y espero que podáis seguir con la fuerza y el humor necesarios para pelearos con el mundo cada día.

Y finalmente: querida lectora o lector, si sientes que estás en esta lista, no pasa nada. O sea, sí pasa, pero nada que no pueda solucionarse con unos añitos de reeducación y ganas de darle un par de vueltas al sistema.