agallas o bugallas

Agalla o bugalla de roble. Fotografía de BUO Estudio Arquitectura & Paisajismo

Si alguna vez hemos sido algo observadores cuando hemos caminado entre robles y hemos descubierto unas bolitas de color amarillo pálido que miden de 2 a 3 cm de diámetro. Seguramente nos hemos preguntado: ¿y esto….qué es? Pues he aquí la respuesta: una agalla.

Las agallas o cecidias, en gallego «bugallas o cocas dos carballos», son formaciones anormales de tejidos u órganos de las plantas causadas por la actividad de un organismo inductor. Las formas de las agallas son variadas (esféricas, semiesféricas, alargadas, ovales, cilíndricas, etc.) y depende del parásito que la origine.

AGALLAS ROBLE

Agalla o bugalla de roble. Fotografía de BUO Estudio Arquitectura & Paisajismo

Los organismos que provocan estos tumores se conocen como cecidógenos o gallícolas, y tienen una elevada especificidad ya que afectan a determinadas especies y órganos vegetales. Existen más de 15 mil especies de gallícolas, entre los cuales están protozoos, hongos, virus, bacterias y algunas algas, pero son los insectos los que causan la mayor parte de ellas.

Las agallas esféricas que hemos visto en los robles (Quercus robur) son inducidas por el himenóptero Andricus kollari; un cinípedo de coloración rojiza uniforme y que mide cerca de 5 mm de longitud. Este tipo de malformaciones no llegan a causar problemas de consideración en los robledales.

Andricus kollari

Ejemplar de Andricus kollari. Fotografía cortesía de Graham Calow. Nature Spot Leicestershire and Rutland

Las hembras depositan los huevos aislados en el interior de los brotes tiernos de los robles, los cuales, como medio de defensa, hacen crecer alrededor del huevo una agalla esférica. El insecto utiliza la cecidia como un medio de procurarse nutrición especializada y cobijo frente al medio y enemigos naturales.

Este tipo de agalla es producida como consecuencia de la acción mecánica de puesta de huevos sobre las yemas, que se puede acompañar de la introducción de una sustancia, producto de secreción de las glándulas del aparato de puesta, permitiendo el desarrollo de huevos y larvas. El proceso de formación es muy complejo; las causas y mecanismos precisos del proceso de inducción de las agallas son aún mal conocidos, por eso existe una ciencia forestal que se encarga del estudio de las cecidias, la Cecidología.

AGALLAS ROBLE

Agalla o bugalla de roble. Fotografía de BUO Estudio Arquitectura & Paisajismo

Un rasgo característico de los insectos gallícolas es su especificidad frente a la especie de planta hospedante y la parte atacada, por lo que una determinada especie gallícola está asociada únicamente con una especie botánica e induce las agallas de manera exclusiva sobre un único órgano.

Existen varias hipótesis sobre la adaptación de las agallas de insectos. Un valor adaptativo para la planta, la cual neutraliza los efectos tóxicos del insecto sobre sus células; valor adaptativo para el insecto, ya que la agalla se convierte en refugio frente a los enemigos naturales, en protección frente al ambiente físico hostil y en una rica fuente de alimento. Sin embargo, también se propone que no tienen ningún valor adaptativo.

AGALLAS ROBLE

Agrupación de agallas  de roble. Fotografía de BUO Estudio Arquitectura & Paisajismo

Se han encontrado restos de agallas de Andricus kollari, probablemente para uso médico, entre los productos expuestos en un mercado de la ciudad de Herculano sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79.

Las agallas son ricas en taninos que sirven para la fijación de los tintes naturales, siendo importantes en la producción de tintas ferrogálicas. No obstante hay que ser muy cuidadoso con su recolección, debiendo ser esta esta moderada con el fin de respetar el equilibrio natural.

La forma esférica y redondeada de las agallas han hecho de ellas uno de los juguetes por excelencia del mundo rural, siendo utilizadas por los niños como canicas.

¡Un saludo desde BUO Estudio y buen inicio de semana!