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En Las Manos Del AlfareroMuestra

En Las Manos Del Alfarero

DÍA 2 DE 3

Trabajar con barro no es una tarea tan simple. Es un arte que conlleva faena, tiempo, calma y dedicación. El primer paso es quebrantar o romper la tierra, para molerla en un molino hasta reducirlos a trocitos pequeños que se convierten en polvo. Para esta obra no se puede utilizar cualquier tipo de tierra, ya que hay tierras que no funcionan para ser moldeadas. Debe ser buena arcilla para moldear.

La revelación que recibió Jeremías en el capítulo 18 versículo 4, la vasija de barro que estaba haciendo el alfarero se echó a perder en sus manos; así que el alfarero volvió a hacer de ella otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Aquí son notables dos cosas importantes, primero la resistencia del pueblo de Israel a ser formado por el alfarero haciendo echar a perder la obra de las manos del maestro y segundo, el amor y la paciencia del alfarero para volver a trabajar ese barro sobre la rueda. Muchas veces así nos encontramos en las manos del Señor. Nos resistimos a la metamorfosis de convertirnos en algo mejor. Quizás, por temor, incertidumbre, dolor o resignación. Pero debemos entender que podemos depositar toda nuestra confianza en el Señor porque aunque el proceso del barro sobre la rueda parezca doloroso el Alfarero ha de hacer de nosotros una obra magnífica para Su gloria.

Para que la arcilla hecha polvo se convierta en barro, hay que añadirle agua. Uno de los objetivos de este proceso es que el agua actúe como un limpiador. El agua hace que las impurezas, como las ramas, hojas y raíces floten y suban a la superficie. El alfarero cada día abre unas compuertas y deja que esa agua superficial que sobra vaya saliendo y cada cierto tiempo mueve la mezcla para que afloren más impurezas. Finalmente, por un proceso de evaporación, el agua disminuye hasta que obtenemos una masa apta para ser moldeada. JESÚS es esa agua viva que nos purifica y que actúa como limpiador de nuestras almas. En el libro de Juan capítulo 7 Jesús se pone de pie y dice:

38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado (Juan 7:38)




Escrituras

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

En Las Manos Del Alfarero

En este breve devocional de 3 días reflexionarás sobre cómo tú te ves en las manos del Alfarero. Reafirmará tu identidad según la Palabra de Dios. Viene acompañado de un tema musical que será de bendición para ti. El pr...

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Nos gustaría agradecer a PJMEDIA GROUP LLC por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.pjmusic.net/

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