El cáñamo por bandera

Bhang: "cáñamo" en nepalí

La palabra "Bhangara" resume la intención de nuestra marca: sacar a la luz el arte del cáñamo nepalí. Todos nuestros accesorios están hechos a mano, según las técnicas tradicionales de cultivo, enriado, hilado y tejido de Nepal.

Cuando un recurso natural y ecológico como es el cáñamo ofrece tantas ventajas...

¿Por qué utilizar fibras sintéticas?
Un cultivo local respetuoso del medioambiente y de las personas

Un cultivo local respetuoso del medioambiente y de las personas

El cáñamo, originario de Asia, está presente de forma natural en las regiones de Bajhang y Bajura, en el oeste de Nepal. Adaptado a las condiciones climáticas locales, esta curiosa planta está libre de parásitos y evita la aparición de malas hierbas. Elegir el cáñamo significa optar por un cultivo sin plaguicidas ni herbicidas, lo que preserva tanto la salud de los agricultores como el entorno del Himalaya.

El cáñamo, originario de Asia, crece en la naturaleza

en las regiones de Bajhang y Bajura, en el oeste de Nepal. Allí, las comunidades locales lo vienen cultivando desde tiempos inmemoriales.
De la semilla a la fibra

De la semilla a la fibra

El cáñamo se siembra entre febrero y marzo y se cosecha entre septiembre y octubre. Tras la siega, se deja secar al sol varios días. A continuación, se le quitan las hojas para dejar los tallos limpios y se dejan secar éstos. 

Luego viene el enriado o embalsado, la etapa de maceración que ayuda a separar la el líber (fibra útil) del corazón del tallo de la planta. Durante este proceso, los microorganismos consumen las pectinas que forman la lámina media, dejando libres los haces de fibra y permitiendo su separación.

En Nepal este proceso se lleva a cabo en una fosa. Para acelerar la fermentación microbiológica se añaden además excrementos de vaca. Lo que viene siendo la naturaleza al servicio de la naturaleza.

La última etapa es el agramado, o desfibrado, que permite separar las fibras textiles de la cañamiza o agramiza (parte leñosa de la planta) por medio de golpes y sacudidas, para obtener haces de 70 a 80 cm de longitud. Esta etapa es dura y requiere mucha mano de obra.

Hilado y tejido del cáñamo

Hilado y tejido del cáñamo

Que el proceso de obtención de textiles de cáñamo sea ecológico no lo convierte precisamente en fácil. Al contrario, los procesos de hilado y tejido requieren igualmente especialización y experiencia:

  • Las mujeres de las aldeas se encargan de hilar a mano el cáñamo
  • Con el hilo, elaboran el tejido en un telar que se ajusta a su cintura. Con este método tradicional, los rollos de tela alcanzan una longitud máxima de 3 metros. El resultado es un tejido de muy alta calidad, tupido y denso. Encontrarás este tejido de primera categoría en nuestra colección bajo el nombre de "cáñamo de pueblo" o "cáñamo del Himalaya".
  • En estas regiones remotas, las mujeres tienen un patrón de tejido que es natural en todo el sentido de la palabra: su propia cintura. El ancho de cada trozo de tela será diferente según la mujer que lo ha tejido.

Algunas partes de nuestros bolsos ecológicos más complejas, como las piezas con patrón de espiga o zigzag, se tejen en Katmandú. Los ovillos tardan entre 6 o 7 días en llegar a la ciudad. Allí, el cáñamo se teje en un telar de mayor tamaño, pero mecánico, independiente de la electricidad. Y eso puede ser una ventaja... Incluso en la ciudad, los apagones pueden durar hasta 16 horas al día.

El cáñamo, un material ecológico lleno de recursos

Además de poder transformarse en un textil resistente y dar lugar a bolsos ecológicos, el cáñamo también es un gran aliado del medio ambiente. Por ejemplo, se utiliza en la fitorremediación, una técnica para limpiar y sanear los suelos tras la contaminación por metales pesados o elementos radiactivos. El cáñamo también impide la proliferación de las malas hierbas, sus largas raíces fijan el suelo y lo alimentan con materia orgánica.

El cáñamo posee una fibra de alto grosor a nivel molecular, lo que le confiere una particular resistencia a la abrasión. Además, el cáñamo es antimicrobiano y antifúngico. Incluso los parásitos y los roedores parecen no tener especial predilección por consumirla. La tela de tu bolso de cáñamo resistiría hasta el paso del tiempo: se han encontrado restos de cáñamo en tumbas chinas cuya antigüedad se ha estimado a 6.000 años.

El cáñamo impide que crezcan las malas hierbas

y alimenta el suelo con materia orgánica. Además, como toda fibra natural, es biodegradable.

Pero la historia no se acaba aquí. Como fibra orgánica natural, el cáñamo es biodegradable. A pesar de su alta resistencia a otros organismos vivos, el cáñamo se degrada naturalmente en unos 4 años. A modo de comparación, una botella de plástico tarda entre 100 y 1.000 años en desaparecer.

Para acabar de ganarse el título de don perfecto, el cáñamo es reciclable. Más fácilmente y más veces que el plástico, o que sus homólogos como el algodón o el papel. Por ejemplo, el papel de cáñamo puede reciclarse hasta 8 veces.

Tal vez tras haber leído todas estas características únicas quizás entendáis por qué en BHANGARA creemos que el cáñamo es un aliado óptimo para una producción responsable y ecológica.