Tipos de alimentación y su relación con la salud

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New Gen, Nutrición, Vida saludable / 18 agosto, 2021
Tipos de alimentación y su relación con la salud

Karla García Gil Periodista

Muchos estilos alimentarios han surgido durante los últimos años; existen médicos que los avalan y otros que los rechazan; sin embargo, es importante siempre elegir una dieta que sea equilibrada y acorde a las necesidades nutricionales del propio organismo, tratando de respetar las recomendaciones oficiales en materia de nutrición.

Llevar un estilo de vida saludable y una alimentación balanceada constituyen el binomio de factores clave para el goce de una buena salud y un nivel de energía óptimo.

La alimentación idónea es aquella en la que el organismo recibe los aportes suficientes para su correcto funcionamiento. Ésta debe ser equilibrada y evitar en lo posible los excesos. Una buena alimentación puede ayudar a nuestro  sistema inmunológico. Por el contrario, una alimentación deficiente, puede reducir la actividad del sistema inmunológico, aumentar la vulnerabilidad a ciertas enfermedades, así como reducir el rendimiento físico y mental.

El proceso para lograr una nutrición saludable comienza desde los primeros años de vida, la lactancia materna; por ejemplo, favorece el crecimiento, mejora el desarrollo cognitivo y reduce la posibilidad de enfermedades en la edad adulta.

Tipos de alimentación

Estos son los principales tipos de alimentación que existen:

  • Omnivorismo

Es el tipo de alimentación que más personas en el mundo practican y se caracteriza por la universalidad, permitiendo al individuo el consumo de todo tipo de productos tanto de origen animal como vegetal. Al no tener restricción alguna, puede llegar a ser causante de un desequilibrio alimentario, llevando a consumir de forma excesiva grasas saturadas, azúcares, sodio y carbohidratos; desencadenando en enfermedades cardiovasculares y problemas de obesidad, principalmente.

  • Vegetarianismo

En este régimen alimentario se eliminan de la dieta los productos cárnicos; sin embargo, permite algunos alimentos de origen animal, según el tipo de vegetarianismo que se practique. Por ejemplo: el ovovegetarianismo (permite el consumo de huevos), el lactovegetarianismo (permite la ingesta de lácteos), el ovolactovegetarianismo (permite consumir huevos y lácteos) y el apiovolactovegetarianismo (permite ingerir miel de abeja, huevo y lácteos). 

  • Veganismo

Ha cobrado relevancia durante los últimos años, al ser adoptado como una filosofía de vida más que como una simple dieta, en la cual se pretende la erradicación del sufrimiento y la explotación animal. Consiste en la supresión del consumo de alimentos y productos de origen animal, sus derivados y los que hayan sido probados en ellos. Existen empresas hoy en día, que proporcionan al vegano una amplia gama de productos elaborados a partir de ingredientes naturales y las cuales, pueden satisfacer sus necesidades sin renunciar a prácticamente ninguna delicia culinaria.

  • Flexitarianismo

Consiste en aumentar el consumo de frutas y vegetales, y disminuir la ingesta de productos de origen animal, pero sin erradicarlos del todo. En algunas ocasiones se utiliza como el primer paso rumbo a una dieta vegetariana y otras simplemente intenta llegar a equilibrio entre ambos grupos alimenticios.

  • Crudismo

En él se pretende la conservación de las propiedades naturales de los alimentos, pues en el proceso de cocción muchas de estas propiedades se ven alteradas. Si bien, no es una dieta vegetariana como tal, muchos adeptos son veganos, esto, tomando en consideración que los productos de origen animal crudos, tales como; la leche y el queso sin pasteurizar, así como la carne y pescado crudos pueden representar un riesgo potencial para la salud.

  • Paleo

Sostiene que el ser humano debe comer como lo hacían nuestros antepasados del Paleolítico. Este tipo de alimentación trata de incentivar a una nutrición lo más natural posible conformada por: carne magra, pescado, frutas y verduras; evitando los productos procesados, los lácteos, las legumbres y los cereales, así como la sal y el azúcar refinados.

Recomendaciones generales de alimentación

Es importante destacar, que, independientemente del régimen alimentario que se desee adoptar, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para conservar una buena salud son las siguientes:

  • La ingesta calórica debe estar equilibrada con el gasto calórico. (Calculadora calórica) 
  • Limitar el consumo de azúcar libre a menos del 10% de la ingesta calórica total y si es posible disminuirla hasta el 5 por ciento.
  • Mantener el consumo de sal por debajo de 5 gramos diarios (equivalentes a menos de 2 gr. de sodio por día).
  • Consumir menos del 30% de la ingesta calórica diaria procedente de grasas.
  • Preferir las grasas no saturadas (presentes en el aguacate, frutos secos y en los aceites de girasol, soya, canola y oliva).
  • Al menos 400 gr. (alrededor de cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.
  • Incluir verduras en todas las comidas del día.

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