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April 30, 2024

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EQUIPO CRÓNICA, según el comisario de la exposición, TOMÁS LLORENS

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Cincuenta años después de la fundación del grupo, el Museo de Bellas Artes reúne la más amplia exposición retrospectiva de Equiporónica, nombre tras el que se escondían tres artistas valencianos: Rafael Solbes, Manuel Valdés (autor de las estatuas de Las Meninas que decoran la calle Ercilla) y Joan Antoni Toledo. Se caracterizaban por trabajar de forma conjunta en sus pinturas que a menudo contienen referencias a la cultura pop, al cómic, a otros movimientos pictóricos y a corrientes cinematográficas como el cine negro, descontextualizándolas y ofreciendo una crítica soterrada sobre la España de la época. Tomás Llorens, que llegó a conocerles en persona, nos explica las claves de este colectivo.

  1. ¿Cómo definirías el movimiento y cuál es su relación con otros movimientos como el pop art? El Equipo Crónica no se propuso formar parte de ningun movimiento artístico. En todo caso se consideraban continuadores de la tradición del realismo que está muy presente en la cultura del siglo XX. También se sentían próximos a un movimiento francés conocido como figuración narrativa. En cuanto al pop art, es muy amplio. Andy Warhol les irritaba. En cambio tenían mejor opinión de Lichtenstein.
  2. ¿Y el surrealismo? El surrealismo estaba ya periclitado cuando ellos empezaron. Dalí todavía vivía pero en los años sesenta no hay prácticamente surrealismo activo. No es algo que ellos consideraran como referencia. Lo citaban porque es un movimiento reconocible, pero como una cosa del pasado, como citaban a Velázquez o a Goya.
  3. ¿Por qué decidieron trabajar como un grupo y firmando de forma anónima? La poética antisubjetiva, antiromántica está muy presente en la obra del Equipo Crónica a lo largo de toda su trayectoria. Ellos aspiraban a una poética lo más objetiva posible. El mejor modo de manifestar esa actitud antisubjetiva era renunciar incluso a la firma individual y a la noción de creación individual.
  4. ¿Y cuál era su manera de trabajar? Se planteaban el trabajo como hacen los arquitectos: con su estudio, sus horarios de trabajo y allí decidían cómo encarar cada proyecto y así iban repartiéndose el trabajo. Juntos en el mismo espacio y comunicándose contínuamente lo que hacían. Evidentemente es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo en una actividad como la pintura en la que la habilidad manual y la imaginación son difíciles de comunicar.
  5. ¿Se planteaban una sutil crítica política? Se inspiraron en el marxismo, especialmente el de tipo humanista. Tenían dos campos de reflexión: el capitalismo tal y como se manifestaba en la España de Franco y la producción artística del siglo XX. El problema de la modernidad, que la obra de arte acabe aliándose con el dinero.
  6. ¿Qué relación tenía su arte con el cómic? El cómic les interesaba como les interesaban muchos lenguajes de comunicación de masas, como el cine, la televisión y la publicidad, que probablemente les interesaban más que el cómic. Pero utilizaban personajes de cómic porque los tebeos españoles de los años cincuenta formaban parte de su memoria autobiográfica.
  7. ¿Cuál te parece la serie más lograda de las que podemos ver en la exposición? La serie negra es la más intensa y también son destacables las series de mediados de los setenta, como la llamada El cartel y la de El paredón, y también la de El billar.
  8. ¿Cómo valoras el éxito del movimiento? En cuanto a los objetivos artísticos lo conseguido es de un nivel muy elevado. Es uno de los movimientos más interesantes de la segunda mitad del s. XX. Especialmente en España hay muy pocas obras que alcancen el nivel de Equipo Crónica. En cuanto a la revolución que se proponían conseguir en el mundo de la pintura, obviamente no lo consiguieron. Pero eso es muy común cuando los artistas se plantean objetivos imposibles que están avocados al fracaso.
  9. ¿Cuál fue su repercusión fuera de España? Tuvieron influencia en los primeros años setenta, especialmente en Francia y en menor medida en Italia y Alemania. Pero a partir de la segunda mitad de los setenta hubo un cambio importante en el canon y ellos fueron de los artistas descartados del gusto oficial con la emergencia de los conceptuales y las neovanguardias.Texto de Roberto González.

 

La exposición Equipo Crónica puede verse en el Museo de Bellas Artes de Bilbao hasta el 18 de mayo.

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