Alemanes que jugaron como visitantes en Vigo

Josef Aschenbrenner vio el partido en un bar de Vigo junto a unos amigos.
photo_camera Josef Aschenbrenner vio el partido en un bar de Vigo junto a unos amigos.

Con los nervios a flor de piel, pero con cervezas todos se lleva un poco mejor. Algunos de los alemanes presentes en Vigo intentaron juntarse con amigos o familiares para seguir el encuentro. Así lo hizo Josef Aschenbrenner y su grupo de amigos y también Nicole Steuerberg y su hijo Iván Rodríguez Steuerberg, que optaron por quedarse en casa pero sufrir o alegrarse juntos ante el televisor. 

La combinacion de cerveza y camisetas de fútbol es casi religión y en un bar de Vigo así ejecutaron el ritual, solo que Josef y sus compañeros con elásticas de Alemania -que se salían del guión- . “Alemania tuvo durante muchos minutos demasiado respeto a España. Y se vio que le falta un verdadero delantero centro. Por su parte, los españoles contralaron bien el partido y sólo sufrieron cuando los alemanes despertaron”, reflexionó el joven de 26 años. Por eso, entiende que “el juego mejoró mucho con la entrada de Füllkrug y Sané, esperemos que Flick (seleccionador alemán) se haya dado cuenta. El grupo es muy emocionante y todo es posible todavía. Personalmente, espero que España y Alemania progresen a octavos de final”, expreso Josef. 

Por su parte, el hispano-alemán Iván Rodríguez Steuerberg admitió que “fue un partido muy intenso entretenido, igualado entre dos selecciones muy potentes. Se reflejó en el resultado con un empate merecido. Ahora queda la última jornada en la que se decide todo. Estoy bastante contento con el resultado y a ver lo que pasa ahora”. Unos pensamientos tras terminar un encuentro visto en familia y en el que su madre Nicole Steuerberg, admitió que “a pesar de que no soy futbolera, vi todo el partido y mi corazón quería que ganara Alemania”. 

Al fin y al cabo, es su país de nacimiento, mientras que Iván ya comparte más el sentimiento con su doble nacionalidad. En todo caso, lo mejor resultó poder ver el enfrentamiento en familia. Uno de esos lujos en los que el fútbol se disfruta un poco más. 

El duelo hispano-germano terminó en tablas y, por lo tanto, sin felicidad absoluta para ningún equipo, pero tampoco con tristeza. Y, eso sí, normalmente con los vasos más vacíos que llenos en el descuento.

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