Jóvenes que dicen sí al sueño de Dios

Con la institución en los ministerios de lectorado y acolitado, seis seminaristas están cada vez más cerca de recibir su ordenación sacerdotal.
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El camino al sacerdocio parece largo y difícil, pero en el itinerario hacia la ordenación, los jóvenes seminaristas que se preparan para el ministerio presbiteral van dando pasos que les ayudan en su formación como futuros ministros de la palabra y la eucaristía. Con la recepción del ministerio del lectorado, Stefano Malerba, Aarón de Jesús Marchelli e Isaac Godignho se comprometen desde hoy a hacer de la Palabra de Dios el centro de su vida, a la vez que pueden proclamarla en las asambleas litúrgicas. Por su parte Prisca Romero M’Bo, Pablo Dorado Pardo y Victor López Pelarda podrán ayudar al sacerdote y al diácono en el altar y, de modo extraordinario, podrán distribuir la comunión y exponer el Santísimo Sacramento para la adoración, además de instruir a los fieles sobre la eucaristía.

 

Coincidiendo con el Día del Buen Pastor y Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, estos seis jóvenes seminaristas –pertenecientes a los seminarios diocesanos San José y Redemptoris Mater– han recibido los ministerios laicales esta tarde de manos del arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, en una eucaristía en la que les han acompañado sus compañeros seminaristas y sus formadores, así como numerosos sacerdotes, familiares y amigos.

 

En su homilía, el pastor de la Iglesia burgalesa, ha animado a los jóvenes a «estar cada vez más cerca del Señor» y «comprometer su vida como el mismo Jesús la comprometió» con el objetivo de ser ellos «mejores hijos de Dios y hermanos unos de otros» ayudando a los demás a vivir esta doble dimensión propia de la vida cristiana. «La imagen del Buen Pastor nos invita a imitar su ejemplo dando la vida por los demás, tal como él la dio», ha insistido. Y ha remarcado a los jóvenes seminaristas: «Decid sí al sueño de Dios y pedidle que vuestra vida, ya desde ahora, sea una continua preparación para el sacerdocio, dejándoos acompañar por él».

 

Ministerios

 

El concilio Vaticano II actualizó las antiguas «órdenes menores», que recibían los candidatos al sacerdocio, convirtiéndolas en «ministerios» o servicios que pueden realizar todos los varones bautizados, perdiendo así el carácter clerical que habían adquirido con el paso de los siglos. Con el motu proprio Ministeria quaedam, el papa Pablo VI instituyó los ministerios de «lectorado» y «acolitado» como servicios específicos que algunas personas prestan en la Iglesia.

 

La función propia del lector es leer la palabra de Dios en la asamblea litúrgica. Proclama las lecturas de la Sagrada Escritura, en la misa y en las demás celebraciones sagradas; en ausencia del diácono, proclama las intenciones de la oración de los fieles y dirige el canto y la participación del pueblo fiel e instruye a los fieles para recibir dignamente los sacramentos.

 

Por su parte, el acólito es instituido para ayudar al diácono y prestar su servicio al sacerdote. Es propio de él cuidar el servicio del altar, asistir al diácono y al sacerdote en las funciones litúrgicas, principalmente en la celebración de la misa; además distribuir, como ministro extraordinario, la sagrada comunión.

 

Más: galería fotográfica de la celebración

Comentarios

Comentarios: 1

  1. MONICA VILLAFRANCA

    Enhorabuena a los seis!!!, y cómo no, a los dos «Javieres», rectores de ambos seminarios, así como a sus formadores y compañeros.
    Todos disfrutamos de una celebración eucarística muy gozosa, así como del posterior ágape, que en nuestro caso fue en el Redemptoris Mater.
    Muchísimas gracias a D. Fidel, por su presencia y el cariño, que como siempre, nos muestra a todos.
    Nos volveremos a encontrar, si Dios quiere, el próximo 15 de junio en nuestra preciosa catedral, para celebrar la ordenación sacerdotal de nuestro queridísimo Pablo, y su compañero diácono del seminario S. José, cuyo nombre, perdonadme, ahora mismo no recuerdo.
    Aprovecho también este momento, para felicitar a nuestro querido párroco D. Lucinio, y a todos los feligreses de Ntra. Señora de Fátima, en este día tan especial; que la Virgen de Fátima nos cuide y nos guíe a todos hasta el último día.