En plena polémica de la familia Rivera por la herencia de Francisco Rivera Paquirri, un empresario de Gelves, Juan Carlos Lora, ha vendido dos piezas muy importantes en la vida, y sobre todo en la muerte, del torero de Zahara de los Atunes.
Se trata de la cabeza de Avispado, el toro que acabó con la vida de Paquirri en Pozoblanco una tarde de 1984, y la cabeza de Mosquetero, el último morlaco que el diestro mató aquel día, de la ganadería Sayalero y Bandrés.
El empresario aljarafeño mostraba estas dos piezas en su Museo de la Tragedia tras adquirirlos al carnicero de la plaza de Sevilla que los tuvo escondidos durante años.
Aprovechando el retorno de la figura de Paquirri a la actualidad desde que su hijo, Kiko Rivera, entrara en una guerra mediática y económica (y quién sabe si judicial) con su madre Isabel Pantoja, el hasta ahora poseedor de ambas cabezas las puso en venta en un portal de anuncios de segunda mano.
Finalmente, un empresario de Burriana -Castellón– que está creando un museo de tauromaquia a partir de la Fundación Satine, ha adquirido ambas precias por un total de 30.000 euros. «Uno de los empleados de la empresa vio que se vendía la cabeza y decidimos comprarla. Es la guinda del pastel para nuestro museo que queremos que tenga un contenido de calidad», señala Arribas.
«Ambas piezas forman parte de un conjunto histórico que tiene un gran valor y deben de permanecer juntas», asegura el comprador.
La compra se cerró el miércoles y Avispado y Mosquetero ya están en la Comunidad Valenciana. Aún quedan meses para que se expongan al público, pues están limpiando y adecentando las piezas para el disfrute del aficionado.
