¿Y si tu hijo es el acosador en el colegio?

Hoy en ‘Cosas de Niños’ hablamos sobre el comportamiento del acosador y cómo debe actuar la familia. Porque el acoso escolar no es una broma.

Cuando hablamos de acoso escolar casi siempre profundizamos en las consecuencias que tiene en la víctima y cómo podemos prevenirlo. Sabemos sobre la importancia de brindarles apoyo, y sobre cómo dotar de herramientas a familias o profesores para que puedan detectarlo. Sin embargo, la violencia no se erradica simplemente actuando sobre la víctima y su entorno, también es necesario incidir en el otro rol: el del acosador.

¿Alguna vez te has preguntado si tu hijo o hija es un acosador? Al menos 1 de cada 3 niños es víctima de acoso escolar, lo que nos muestra que detrás hay un joven que ejerce esa violencia. Y, normalmente, suelen estar apoyados por un grupo.

Y si mi hijo es el acosador

Para un padre o una madre es difícil pensar que su hijo pueda ser el que acosa a otros en el colegio. De hecho, a veces, aunque se muestran evidencias en el hogar, resulta complejo descubrirlas. O, incluso, después de ser informados por parte del profesorado, la familia del acosador o acosadora no sabe cómo actuar, siendo -en ocasiones- la negación la primera reacción.

¿Por qué un niño acosa?

El niño o niña que acosa puede hacerlo por diferentes motivos, entre ellos:

  • Para obtener reconocimiento de un grupo de amigos
  • Para controlar a los compañeros o compañeras
  • No cuentan con herramientas para desenvolverse de una forma diferente en sus relaciones sociales
  • O porque vive una situación complicada dentro de su hogar. No olvidemos que, a veces, el acosador suele desarrollar una personalidad influenciada por duras vivencias: como pueden ser la violencia en el hogar.

Cómo puedo detectar que mi hijo acosa

Aunque cada joven tiene una personalidad distinta, normalmente, los acosadores o acosadoras suelen compartir una serie de características a las que debes prestar atención en casa:

  • Falta de empatía emocional. En muchos casos son conocedores del sufrimiento de la víctima, pero no se ponen en su lugar.
  • Desobedece muchas las reglas que se acuerdan en el hogar.
  • No suele sentirse culpable cuando ha hecho algo mal.
  • Suele convencer a sus compañeros o compañeras para hacer lo que él o ella quiere.
  • Cuando quiere algo, su principal herramienta es la violencia.
  • Poseen una baja tolerancia a la frustración y muestran impulsividad.
  • Se muestran envidiosos o celosos con compañeros o compañeras que considera más inteligentes o con mayor poder adquisitivo.

Y ahora, ¿cómo reacciono?

Cuando seas consciente de que tu hijo o hija acosa a algún compañero, ya sea porque lo ha comunicado un padre, la víctima o algún profesor, debemos tener en cuenta lo siguiente:

Analiza la situación. Sí, es complicado, pero es importante que sepas mantener la calma. Reflexiona para construir una solución. Recuerda: la prioridad ahora no es culpabilizar.
Da prioridad a la comunicación. Pregúntale para saber su versión, pero, sobre todo, hazle saber adecuadamente que su comportamiento es inaceptable y no puede tolerarse. Haz que asuma la responsabilidad de los hechos y gane empatía hacia la víctima, que se pregunte: ¿cómo puede sentirse?
No justifiques su conducta. La violencia nunca es una opción.
Contacta con el centro. No solo para estar informados. Si es necesario, el colegio puede brindar apoyo psicológico al niño o niña. Según la gravedad de la situación será necesario tomar medidas más o menos trascendentales.
Investiga por qué se ha comportado así. Puede que nunca haya mostrado los motivos reales por los que desata esa violencia y, en caso de necesidad, busca ayuda.

Prevenirlo desde la familia

En la prevención de la violencia, tanto dentro como fuera del colegio, la familia tiene un rol clave. Precisamente, por eso, padres y madres deben trabajar en generar con sus hijos un ambiente de seguridad y confianza. Pero no solo eso, también funciona generar vías de comunicación relajadas, para que el pequeño pueda sentirse comprendido.

No obstante, también es muy efectivo el apoyo emocional. Cuando los niños y niñas sienten que son escuchados y sus emociones son validadas, no tendrán miedo de expresarlas. Esto también ayudará a la familia a detectar sus cambios de humor y ayudarles a gestionar la frustración.

Asimismo, en Aldeas Infantiles SOS hemos creado la guía Violencia entre niños, niñas y adolescentes que puedes descargar aquí. Esta hoja de ruta te dará pautas para prevenir y detectar la violencia entre los más jóvenes.