En el horizonte de los regalos románticos, las rosas han ascendido a la cima como portadoras de significado en el emblemático 14 de febrero. Estas flores no solo se entregan como simples obsequios, sino que se han convertido en protagonistas de narrativas apasionantes que dotan a cada pétalo de un mensaje único y emotivo. De igual manera, provienen de Colombia, al menos las más vendidas de nuestros días.
Pero, ¿de dónde provienen las rosas?
Colombia se ha posicionado como el segundo mayor exportador mundial de rosas, solo superado por Holanda, en una hazaña que se atribuye a su ubicación geográfica privilegiada y su clima propicio. El país disfruta de extensas horas de luz solar, convirtiéndolo en un escenario ideal para el florecimiento de esta flor emblemática.
La geografía y el clima no son los únicos elementos a favor de Colombia. El país ha obtenido certificaciones internacionales que hacen que su oferta sea aún más atractiva para los mercados internacionales. Estados Unidos figura como uno de los principales importadores, absorbiendo aproximadamente el 60 % de las exportaciones colombianas de flores. Sin embargo, el negocio de las rosas colombianas no está exento de retos. Existe un sistema de derechos de propiedad intelectual, en manos de los creadores originales de las variedades, conocidos como "breeders" o criadores. Este sistema implica el pago de regalías por cada semilla sembrada, encareciendo el proceso de cultivo.
Las condiciones ideales para el cultivo de rosas se encuentran en un rango de temperaturas entre 12 y 23 °C, favoreciendo así el proceso de fotosíntesis. La capital, Bogotá, se erige como el epicentro perfecto para este cultivo gracias a sus suelos propicios y a las innovadoras y sostenibles técnicas de los productores.
Esta floreciente industria ha contribuido significativamente a la economía colombiana, generando empleo y aportando ingresos, especialmente en fechas emblemáticas como San Valentín o el Día de la Madre.
El origen mitológico de las rosas
La rosa, símbolo eterno del amor y la belleza, ha tejido a lo largo de los siglos una intrincada red de mitos y leyendas que añaden misterio y encanto a su origen. Desde relatos cristianos hasta narrativas mitológicas griegas, las rosas han cautivado la imaginación de culturas diversas. Según la tradición cristiana, el Jardín de Edén fue el escenario donde las rosas vieron la luz por primera vez. Se cuenta que Eva, la primera mujer, se acercó a una rosa blanca en este paraíso terrenal y, al besarla, provocó que la flor se ruborizara, transformándose en la primera rosa roja.
Por otro lado, en la rica mitología griega, una historia fascinante involucra a la diosa de la naturaleza Cibeles, quien celosa de la belleza de Afrodita, la diosa del amor, creó una rosa blanca para competir con su esplendor. Afrodita, al encontrar la rosa, la acarició en su pecho, otorgándole aún más belleza. En un giro trágico, durante un paseo con Adonis, su amante, este fue atacado por un jabalí. Mientras corría, se cortó y su sangre, derramada sobre una rosa, la transformó en una rosa roja.
Otra intrigante leyenda griega presenta a Flora, la diosa de las flores, quien al descubrir a una ninfa muerta decidió reencarnarla en una nueva flor. Con la ayuda de los dioses, le otorgaron la belleza de Afrodita, el perfume de Dionisio y el resplandor y encanto de las diosas de la gracia.
- Rojo: es emblema de la pasión, el fuego y la sensualidad, es un claro mensaje de amor apasionado.
- Naranja: transmiten alegría, simpatía y éxito, ideales para momentos festivos y felices.
- Rosa: simboliza ternura, delicadeza, pureza y fidelidad. A menudo expresan amor de una manera más sutil, aunque algunas personas las eligen como símbolo de cariño.
- Blanco: es sobre la pureza del amor, la fidelidad en el matrimonio y la belleza se encapsulan en las rosas blancas, una elección clásica y elegante.
- Amarillo: representan energía, optimismo y alegría. Sin embargo, debemos tener cuidado, ya que también pueden interpretarse como una petición de perdón en ciertas situaciones.
- Azul: evocan la juventud y la esperanza de que los deseos se hagan realidad, una opción única y poco convencional.
