La rosa inglesa es una de las especies más difíciles de encontrar, pero también de las más hermosas; la conexión de sus pétalos, su fresco aroma y sus hechizantes colores hacen que se diferencie de otras rosas y también que sobresalga de cualquier jardín. Sin embargo, debes saber que hasta lo bonito tiene sus defectos, pues es una de las plantas más delicadas de la naturaleza.
No te preocupes, esta delicadeza no es un impedimento para que tengas tus propias rosas inglesas en casa, solo memoriza bien sus cuidados; de este modo, su crecimiento y floración no serán un problema. La rosa inglesa llenará de vida, elegancia y color todo tu hogar.
Origen e historia de la rosa inglesa
La rosa inglesa, conocida por su elegancia y fragancia distintiva, tiene sus raíces en la Inglaterra del siglo XVIII. Gracia a que es originaria de cruces entre rosas antiguas europeas y especies chinas, esta hermosa flor se convirtió en un símbolo de gracia y sofisticación en los jardines británicos.
Fue durante el periodo victoriano cuando los criadores de rosas, como David Austin en el siglo XX, pensaron en revivir la belleza y el aroma de las rosas antiguas, combinándolas con la resistencia y floración repetida de las variedades modernas. El resultado fue la creación de la rosa inglesa, también conocida como “rosa de Austin”.
Estas rosas se caracterizan por sus múltiples capas de pétalos, formas exquisitas y colores que van desde tonos suaves hasta vibrantes. La fragancia, reminiscente de las variedades antiguas, es otro atributo distintivo. Con nombres poéticos que evocan la tradición y la literatura británicas, como Graham Thomas o Jubilee Celebration, este tipo de rosa se ha convertido en favorita tanto en jardines privados como en arreglos florales.
A lo largo de los años, la rosa inglesa ha mantenido su estatus como una de las flores más codiciadas en el mundo de la jardinería. Su historia rica y su encanto atemporal la han convertido en un símbolo no solo de belleza, sino también de la dedicación de los criadores que trabajaron para preservar la esencia de las rosas clásicas en una forma moderna y resistente.
El significado la rosa inglesa
La rosa inglesa ha adquirido diferentes significados a lo largo del tiempo. Tradicionalmente, la rosa en general ha simbolizado el amor, la belleza y la pasión. La rosa inglesa, en particular, añade un toque de nostalgia y romance a estos significados.
Además, la dedicación de los criadores británicos en combinar la estética de las rosas antiguas con la resistencia de las modernas puede interpretarse como una metáfora de la fusión entre la tradición y la innovación. Así, la rosa inglesa podría simbolizar la conexión entre el pasado y el presente, la elegancia clásica con la adaptabilidad contemporánea.
En contextos más específicos, el significado puede variar según el color de la rosa inglesa. Por ejemplo, las rosas amarillas suelen asociarse con la amistad y la alegría, mientras que las rosas rosadas representan gratitud o admiración.
El significado de la rosa inglesa puede ser subjetivo y depender del contexto cultural, personal o del mensaje que desees transmitir a través de esta encantadora flor.
Cuánto duran las rosas inglesas
La duración de las rosas inglesas en términos de frescura y vitalidad depende de varios factores, como el cuidado que les des y las condiciones ambientales en las que habiten. En general, si sigues buenas prácticas de cuidado, estas flores suelen durar de siete a diez días en un florero.
Algunos consejos para prolongar la frescura de las rosas inglesas incluyen cortar los tallos, cambiar el agua regularmente, mantenerlas en un lugar fresco y evitar la exposición directa al sol o a corrientes de aire fuertes. Además, si eliminas las hojas sumergidas en el agua previenes la proliferación de bacterias y mantener las flores más saludables.
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Cuidados de la rosa inglesa
Para mantener la frescura y la belleza de tus rosas inglesas, es importante que reciban cuidados específicos pero, sobre todo, mucho amor y ternura.
- Corte adecuado: al recibir o cosechar las rosas, realiza un corte diagonal en los tallos bajo agua para evitar que se formen burbujas de aire que bloqueen la absorción de líquido. Realiza estos cortes con regularidad.
- Retira hojas sumergidas: es bueno que elimines las hojas que estén sumergidas en el agua del florero, esto para prevenir el crecimiento de bacterias.
- Florero limpio: utiliza un florero limpio y llénalo con agua fresca. Cambia el agua cada dos días para prevenir la proliferación de bacterias.
- Evitar el sol directo: coloca el florero o la maceta en un lugar fresco y alejado de la luz solar directa o corrientes de aire fuertes.
- Si está en tierra: la rosa inglesa prefiere un entorno húmedo pero no encharcado, así que procura que el suelo tenga buen drenaje y que su riego sea cuando la tierra esté ligeramente seca (excepto en invierno).
- Fertilización moderada: si las rosas se encuentran en el jardín, proporciona un fertilizante equilibrado. Las rosas inglesas suelen apreciar nutrientes adicionales.
- Poda: realiza podas regulares para eliminar flores marchitas y fomentar el crecimiento saludable.
- Protección invernal: si cultivas rosas inglesas en exteriores y vives en una zona con inviernos fríos, asegúrate de protegerlas adecuadamente con mantillo o cubiertas para rosas. Te lo agradecerán.
Deja que la ternura, aroma y color de la rosa inglesa invadan tu espacio, no te arrepentirás de conservar y cuidar de una de las flores más bonitas del mundo.
