¿Te has preguntado cómo limpiar un horno sin utilizar productos químicos agresivos o demasiado calor? Incluso si tienes un horno que se limpie solo, es posible que no quieras lidiar con los humos, ya que el horno quema la grasa y los residuos a 600 grados Fahrenheit. Por supuesto, ponerse guantes de plástico para usar un limpiador de hornos altamente tóxico con productos químicos fuertes para deshacerse de la acumulación puede que no sea la solución que prefieras tampoco.
Afortunadamente, el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco —conocidos héroes de la limpieza y la cocina— pueden hacer frente a un horno sucio cubierto de acumulación y transformarlo en un aparato brillantemente limpio. Haz una pasta de limpieza sin productos químicos con estos productos naturales para conseguir un método de limpieza seguro que combata la suciedad más espesa.
Aquí te dejamos una guía sobre cómo limpiar un horno utilizando bicarbonato de sodio, vinagre blanco y suministros comunes a una despensa de cocina. Quién sabe, la satisfacción de cocinar en un horno reluciente puede hacer que te entren ganas de hacer maravillas culinarias con tanto resplandor.
¿Con qué frecuencia debo limpiar mi horno?
Pregúntate: "¿Con qué frecuencia utilizo mi horno?". Cuanto más frecuentemente utilices el horno, más salpicaduras acumulará. Un ávido panadero debería intentar limpiar el horno en profundidad una vez cada tres meses. Para alguien con un hábito de cocina menos regular, una limpieza cada seis meses, o incluso una vez al año, puede funcionar.
Si alguna vez notas que hay residuos importantes en el horno, o que algo gotea en el fondo del horno mientras se cocina, limpia la suciedad una vez que el horno se enfríe; no querrás que la suciedad se cocine, y sin duda eche humo, cada vez que el horno esté encendido. El principal consejo para la limpieza del horno: limpia el interior con un paño húmedo, agua caliente y jabón para vajilla una vez al mes, y será menos probable que la suciedad se convierta en acumulación.
¿Cuál es la mejor manera de limpiar el interior de un horno?
Limpiar el interior de tu horno puede parecer un poco inútil, después de todo, nadie puede verlo. Sin embargo, es un ritual importante para la limpieza de la cocina.
Para empezar, es una buena higiene limpiar cualquier zona que esté en contacto con los alimentos. En el caso concreto del horno, un interior sucio puede afectar al sabor de los alimentos e incluso puede ser perjudicial para la salud. Los humos que provienen de los restos de comida que se queman continuamente, o de la grasa acumulada, pueden producir un humo nocivo que no es la mejor aromaterapia cuando sale del horno. Además, el olor a quemado puede afectar a los sabores delicados.
¿Cómo se limpia un horno rápidamente?
Siempre puedes encontrar soluciones rápidas, pero para que el trabajo se realice correctamente, te recomendamos que le dediques tiempo a la solución de limpieza para que funcione correctamente. Eso significa que limpiar un horno de principio a fin puede llevar entre 13 y 14 horas. Antes de tirar la toalla, debes saber que este tiempo no es de fregado activo. Por ejemplo, el método de la pasta de bicarbonato de sodio necesita unas 12 horas para acabar con toda la suciedad acumulada. Por eso, no empieces a limpiar una hora antes de que tengas que hornear un pastel de cumpleaños. Planifica en consecuencia, ya que tu horno estará fuera de servicio durante al menos la mitad del día. Un consejo: empieza a limpiar el horno y las rejillas por la noche, después de haber preparado la cena. La pasta de bicarbonato de sodio trabajará duro durante la noche mientras tú descansas.
¿Cómo limpiar un horno muy sucio?
Una vez que hayas limpiado tu horno hasta el punto de que esté reluciente, seguramente querrás que siga así el mayor tiempo posible. Para empezar, pon unos forros de horno antiadherentes de Amazon para ayudarte a combatir la grasa futura. Estas alfombrillas atrapan los goteos y derrames, son fáciles de quitar y se limpian rápidamente. Alternativamente, coloca una hoja de papel de aluminio directamente en la rejilla del horno, debajo de la rejilla que sostiene una olla o plato que podría gotear o tener alimentos sueltos que caen. Evite colocar la lámina en la parte inferior del horno, ya que puede dañar el aparato si se calienta demasiado. A continuación, una guía paso a paso para conseguir un horno limpio del que estarás orgulloso.
Para dejar tu horno reluciente, necesitarás los siguientes productos de limpieza:
- Bicarbonato de sodio
- Agua
- Guantes de plástico
- Vinagre blanco
- Botella de spray
- Trapo de limpieza
Saca las rejillas del horno y apártalas, preferiblemente sobre papel de periódico o toallas viejas. No querrás transferir la suciedad al piso de tu cocina. Asegúrate de retirar cualquier otro elemento que haya en el horno, como termómetros o sartenes.
Para hacer tu limpiador DIY, mezcla partes iguales de bicarbonato de sodio y agua hasta que se forme una pasta untable. Empieza con media taza de ambos ingredientes, y duplica la receta si necesitas más. Cubrirás todo el horno con la pasta de bicarbonato de sodio, así que haz suficiente para cubrir toda la superficie interior.
Extiende la pasta de bicarbonato de sodio por todo el interior del horno (puedes usar guantes de plástico para proteger tus manos: es un trabajo bastante sucio, y la suciedad se meterá bajo las uñas si no te pones los guantes). No te acerques a las resistencias mientras aplicas la pasta. Asegúrate de cubrir los puntos más grasosos y no te preocupes si la pasta es más espesa en algunas zonas. La pasta empezará a volverse café al entrar en contacto con la grasa.
Una vez que hayas cubierto completamente el interior del horno con la pasta de bicarbonato de sodio, déjala reposar durante al menos 12 horas.
La mejor manera de limpiar las rejillas del horno es dejarlas remojando en agua caliente durante al menos dos horas. (Añade un cuarto de taza de jabón en polvo. La bañera funciona muy bien para este paso. Coloca toallas viejas en el fondo para evitar que la suciedad se transfiera a la bañera). Una vez que haya pasado el tiempo, los residuos deberían salir fácilmente con un cepillo para fregar. Aclara.
Después de 12 horas, utiliza un paño húmedo para limpiar la pasta de bicarbonato y los residuos del interior del horno. Puede que sea necesario utilizar una espátula o un rascador si te resulta difícil tratar las zonas más complicadas. Afloja los residuos con cuidado para no rayar la superficie. Evita los estropajos, ya que pueden dañar el horno.
Añada vinagre blanco a una botella de plástico con pulverizador y rocíalo por todo el interior del horno. El vinagre blanco es un excelente agente de limpieza. Hará que la pasta de bicarbonato residual haga espuma y afloje cualquier resto pegajoso.
Un interior del horno limpio pasará desapercibido si el cristal de la puerta está turbia por la grasa. Para limpiar el cristal, haz otra tanda de pasta de bicarbonato y extiéndala por todo el cristal. Déjala reposar durante unos 30 minutos. Limpia la pasta con un trapo húmedo o una toalla de papel.
Para el último paso de la limpieza del horno, limpia enérgicamente el exterior de la puerta del horno. Utiliza un limpiador de vinagre natural: mezcla a partes iguales de agua y vinagre blanco. Pulveriza sobre un trapo y limpia el exterior. (Si lo rocías directamente sobre los mandos y paneles, corres el riesgo de que el limpiador entre en un panel de control, lo que podría provocar un cortocircuito). Pule el exterior del horno hasta que desaparezcan las manchas y las rayas. Si tu horno es de acero inoxidable, utiliza un paño de microfibra para limpiarlo.
Artículo publicado originalmente en AD US.
Traducción y adaptación de Fernanda Toral.
