VUI
Prólogo- Cen llm
simo campo de cada una, egÚll el Autor la anuncia en su Int'rocz,¿wción á la obra, on un conjunto
de ciencias, de hi torias, de rudi ión tal, que
apenas e concibe pueda cab r en una obrita d
este género, que se titula elemental, una urna tan
prodigiosa de conocimiento , no vagos ni uperfieiales, sino determinados, con r to, po 'itivos
concienzudos: basta, para conv ncer e de ello
pasar la vista rápidamente por us índices y epígrafes.
Lo que más admiración causa en la multitud de
. onocimientos estampados en la obra e el ord n
ndmVable y encantador que presid en 11os: nada fuera de su lugar; todo, como i s tratara de
una obra de :M:atemáticas ó de Metafí i a, proced
con lógica, firme trabazón y hermoso nlaúe.
La clarividencia que resulta de la lectura de
todos y cada uno de lo artículos y número' el la
obra, es un resultado feliz y necesario de la envidiable naturalidad y sencillez con que están Éieenvueltas las ideas, y del estudio e pecial que ha
hecho el Autor para ilustrar ó sclarecer los puntos más difíciles. Los ejemplos que s citan,
los modelos que se aducen y las figl,uas que e
estampan son muy oportunas al efecto (le proyectar luz clarísima sobre las explicaeiones didácticas.
Obras de este género no pueden hoy prescindir
del obligado acompañante de las figuras ó graba-
Prlílogo-
IX
le71611?'a
<1os, mayormente i vau de tinada al u o de los
que empiezan á saludar las ciencias arqueológica .
o se podrá d cir que 1 Autor haya echado en •
olvido tan ue esario elemento de in trlic ión pue
intercala en su obra má de 500 grabados con in·
ter santes fi ura, la cuale amenizan 1 texto,
siempre que la aridez del a unto lo reclame, é
ilustran las xplicacione ,siempre que la obliO"ada
concisión de obra el mental pudiera dejadas un
tanto obscura'.
No quiero d cir con sto que la obra se halle
xenta de imperfeccione : dejaría ele el' humana.
El Autor mismo la recono e, y s apre ura á
rectificar al cabo d su obra lo qu juzga menos
exacto, egún las indaO"a ione posteriormente
realizada. En mat ria d Arqueología iempre
hay que aprender y de cubrir mucho, y nadie puede gloriar e de haber dicho la última palabra.
Nada he de adv rtir re pecto de la condiciones
materiale d la obra, pues muy á la vista se hallan
de quien quiera fijarse en las mi ma . La distinción de tipos resulta muy acertada para aquellos
Seminarios en donde no pueden verse largos tratados en un ClUSO de clases alternas: con tomar
sólo aquella parte del texto que va impresa con
tipos ó caracteres mayores, y suprimir algún capítulo menos necesario, cosa que puede hacerse sin
perjudicar á la inteligencia de los otros, puede acomodarse la obra aun á los Seminarios y Colegi~
(
P/,rí¡ogn-Ce l1~.I
-en dond no e trata ino 1 dar una 1 ye tintura
de e ta ciencia á u alumno.
Ré tame expre al' aquí la má ,iva sati fa oción,
nI ver que el Autor ha realizad 'on un éxit v
perfección á qu no podía haber a pira lb el inn.'a,,otpir~
la idea que ha tiempo níamo a ariüiand
mucho. Hay verdadera es a z de obra' 1 mentales y á la vez sólidas, en donde pue la formar
la inteligencia y el gusto d 1 1 úbli ~o
n mat ria'
arqueológicas. Conviene má . eñaladam ut ofrcer en libro adecuado á los j 'v€;ne' minari"ta,
el medio d educar las aficiou artí -ti ·a. ". U ..,arrollarlas para que, en iendo PArro , . epan
estimar y con er,ar los re tos qu aun no IU dan
del inmen o tesoro que nue. tra io,! ia po. eían.
xpre ión viva u
Aquellos insigne monumento
la fe y patrioti mo de nuestros mayor
pad'iron por la ignoranr,ia y mal gu to, aIt raciones de
la sencillez, gallardía y e plendor d su. formas
primitivas, sufri ndo después las horribl. profanaciones, y vandálicos e trago. d la l'evolu ión
impía.
Algo queda todavía en pie: lo que la piqueta
,demoledora y la tea incendiaria no destruy ron,
?~Y
que conservarlo á todo trance como sagradas
cepizas y ruinas venerandas. En humildes iglesias
y' abandonadas ermitas encuéntrase á lo Ín jo!'
.algún vestiiío que hay que respetar: utensilios,
ornamentos ú otros objetos que hay que lefend "1'
•
I!.,
•
Prólogo- Censu ra
1'(1
Xl
de la injurias del tiempo y d la rapa 'idad de
anticuarios d indu tria.
Por e o ería d d ear que lleo'aran á mano
de todos, libro como 1pres nte, y que figurara en
la Bibliot cas de nu tro ilustrado lero la o13ra
d 1 P. N aval, que SÜl apasionami nto y "Vana lisonja, creo poder afu'1llar, re Tuta una obra perfe9ta
y digna de loa y no común aplau o.
Córdoba, 30 d fayo, festividad d 1 f anto Rey
F rnando III.
A -TONIO PUEYO, C.' L F.
APROBACIÓN
Vistos los' inform s que anteceden, y con tándonos
la gTancle utilidad que puede obtener' e para nuestros
alumnos de la obra mencionada, gusto amente damos
nu~stro
penDi o para, que se publique y sirva de texto
en nuest.ras clases, previos los requisitos ordinarios.
l5anto Domingo de la Calzada, 19 de JUllio de 1903,
fiesta del Sa..cratísimo Corazón de JesÚs. ..
Supo Gen.
. "
CLEMJ¡lN'liE SER~ATl
..
1
•
•
Catálogo de Autores
Catálogo de Allt01'es
GunIOL .D~
José Pbro.-~:Toci ns
el' Arqu logía agrada
catalana: Yich. H102.
~ AMGK:UJ
P. Jo é
. J.-La Belleza y la Bella Artes, s .
gún las doctrinas de la tilo ofia ocrática y de la cri tia·
na, trad. d 1 alemán por D. Jlllln 111. Orti y Lara: ~rad i ,
3. a edición, 1 _.
LAFUEZTE (D. Yicente de).-Vida d la irO' 11 María, con la
Hi toria de 'u culto en E pana y su imAgen : Barcelona,
1 79.
LÓPEz FERRElRO (D. An~oi),
Pbro.-Arqueología sagrada}
2.0\ edición: antiago, 1 94.
l\LlDRA.ZO (D. Pe 11'0 de)', QUADRADO (D. JO'é :M.l~),
AMADOR DE
LOS Rto (D. Rodrigo), LAFUENTE (D. Vic nt d), etc.Espana: sus monumentos yart s, tc. Obra monum ntal,
editada en Barcelona de 1.,84 á 1 91.
MARTIGNy' 011'. r Abbé).-Dictionnaire de antiquité chrétienne : París, 1877.
JltIms-oz y RIVERa (D. Jesús).-Pal ograCia popular: Arte de
leer lo documentos antiguo
scrito en cast llano: Ma-.
drid, 1 6.
A~&P
y FERNÁ.-DEZ (D. ~Ianuel
d la), Pbr .-Arqueología
Prehistórica, con varios cuadros de Arquitectura: Sevilla,
1 ~O.
REULEA X (:MI'. F.)- toria dell' Architettul'a, trad. de Con'ado
Corradino: Turín, 1 82.
SCHIAPARELLI.- toria Orientale Antica: Turín, 1 74.
VALLAnAR (D. Francisco de P.)-Historia del Artc: Arquitectm'a, Escultura, Pintm'a: Barcelona, 1894-9H.
VALLE)[QNT (Sig. P. L: L.), Pbro.-Gil Elementi della Storia'
della Cronologia, del Blasone, etc: Venecia, 1714.
'
VASARI (Giorgio).-Delle Arti del disegno: Roma, 1872.
VIGNOLA.-Reglas de los cinco órdenes de Arquitectura, adicionado por C. M. Delagardette: Madrid, 1792.
VINADER, "Arqueologia Cristiana E panola.. , la de lo Presbítero R ZA y RODRiG 'EZ, "L ccione elementale de Arqueolog-ía 'ri tiana", y otra : a imi mo se han tenido presenarqueológico' del extraújero, como 1 de
tes vario '~Ianul e
R¡¡;c El", ~Acheol "ie
Créti nn oo, el d L BKE "Vade-mecum
du jeun amateur d tal1eaux,.; e han con ult< do vario
Diccionarios de Ci neias Ecl iá tiea-, como 1 de PERUJO y
J."-G LO (Barc lona, 1 83-90) Y 1 de el!: CARONI (lIIilán, 1 '97)
con otros Diccionm'ios nciclopé licos publicados en ~Iadri
y en Barc lonaj varios tomo del "Museo Espanol d Antigüedades" diferentes Revi tas y publicacion s arqueológicas
nacionales y xtranjera; se han xaminado. con detención
mucha é importantes colecciones de vi ·tas de diticio y
otro monumentos, publicada recientemente en Madrid,
Barcelona, Parí y Londre ;
han visitado los 'Mu eos Ar\iueológico de más importancia en nuestra Península, y e ha
pedido consejo obre difer ntes a unto arqueológico á peronas merití imas cn e ta cla e de tudio, al objeto de que
saliera ·ou menos imperfecciones la presente obra.
A tan laudable y bi n intencionado propó ito han contribuido die l' nt
'acm'dotes de nue tra humilde y muy amada
Congregación, cuyo nombre omitimos por exiO'irio su modestia religio 'a, y varios otro acerdote' de fuera de nuestro
Instituto y Caballeros eglare, cuya li ta no cremo necesario incluir netas páginas. • o ob tante, aun á rie go d
ofender su mode tia} hemos d hacer constar nuestro má
sincero te timonio de gratitud para con el RDO. D. Jo É GuDIaL, DirectGr dell\Iuseo Episcopal Vicen e y Autor de la.
excelente obra el Arqueología, citada en el Catálogo, por u
noble desinteré y valioso concursoj asimismo, para con DON
VALENTfN PICA'I'OSTE, utor de la Biblioteca Picato te , que
con tanta amabilidad y despr ndimiento puso á nuestra di posición algunos grabados de sus obrasj ypara con el Dr. D. IGNACIO ALON o, Abogado y Arqueólogo, que tan activamente
ha contribuído al mismo fin, y del cual hacemos mérito en
otro lugar de la obra.
XIV
I
Además de las pl'ecedentes y de las citadas en varios luO'ares del texto, se han tenido en cuenta las obras recientesOde
Arqueología, publicadas en España, tales como las de MANJARRÉS, aígol ~uqrA"
Sagrada" y "Las Bellas Artes", la de
XV
2
Ehmelto,~
di!
.l¡'fjl/l'o!oyía
perfección In' r gola del arte ó val l' fll'fjlll'O!úyic o 'i l' ' antiguo y caract riza la época á qu e r fiel' ,
o e objete contra el valor científico daclo Íl la .\.rlju '01 gía la in eguri lad ó incertielumbr con que procecl 'n y concluyen lo arqu ólogo ,pues 1 hecho ele qu á y ce In' conclusione en Arqueología an ólo probRbl ,no impicle lIU
en multitud de otro ca o e II guc á la r 1'( ·za. 'amo a i
sucede en toda la ciencia hUlUclllEt : ni
dig-:t llne lo~ principio fundalllcntale le e t, cla e el' e.. tndio' ,011 vHg'uedades y upo icione arbitrarias, pues cabalm 'nI ... apoyan
ellos en la inducción legítima, hech, n vista ele multitud (1
observacione realizadas obr otros m011UI1l 'l1to 'on clnto
ciertos é inequívocos de la historia, De 'llo 110 g u'nntizn la
crítica histórica, hoy tau aclelantada y I'í,gi la, '(lI1 r,lya ('11
escéptica.
2. - J)ivi ión, La. Arqlleología.
diyid pOI' raz 'u
del tiempo en pl'otohi tórica é histórÍf'((, gÚn que 1'fiera á monumento a,nterior iL poca 1 ien elc-lindadas en la. hi toría. ó que entre de 11 no '11 período:,:- el
ésta, Por razón de u objeto
divide n 1'eligio a ~- profana) y aqu 'lla. n bíblica y cri, tiall((, nombr 's cu~i!?;nificado e advierte desde lueo'o. Lo 1l10nUll1( nto cILl
estudia la rqueología bibli 'a on todo lo lIue
l' ¡¡¡cionan con los hecho de la. 'agrada Biblia.: ~. lo qu
son objeto de la ri tiana, perten c 11 it la Historia ~.
Disciplina eele iá tica. , En concepto de vari cUltor
no abraza esta últim<.t ino lo primero io-lo d b Ig;l sia, hasta el VIII; pero aquí la extend mo tanto como
la profana ó civil, c9mprendienc10 una Y otra, la mimas edades que la Historia,
3, Ramas que abraza. - Los monum ntos 1 u el n
considerarse p¡'efel'entemente en su parte mate1'ial, modificada por la mano del hom,bl'e, Ó n su JWI'te l'o1'111al
por la idea que envuelven ó expresan, En el primer 'aso tenemos la Arqueología de la f01'ma plástica; en L
segundo, de la forma ideal y litera1'ia, Cade1, una de E' ta.
~Y{)ci(}f/l'S
Pl'f itl /( I'f ,~
gl'illlde rama el 1,1, _\rqu ologia lti tórica.
ubdÍ\~iÜe
Ú su v z n otm que pued n el' jJl'illcipales ó eCllllda¡'ia ,
En la primera. forma. e tán como ¡Ji'in 'ipal : 1<1.
tudÜt In con tru ,eione : lü EscultUI'a. lllle t¿~re
a el' '¡t d la repre entacione~
humana por la nutt ria. corpórea n u tI' ' dimen ione : la
Pintzu'a, llue
oruI a n di ha r present,tcione- ,criticada obre una up 1'ti 'i on trazo ~- 'olor , .'on
como .'ecunclm'ias en la forma plá tica la llamüda a¡'tes inclll triales y suntuarias, entr la ('uale figun1,n la
Jndu/IIent(//'ia f[n tmt¡t d los ye tido ; lel, G'el'ámica y
In. j'it¡'al'Ül ó J'idriC'I'ia de la. obm el barro ~. ,idrio
re pectivam llte; la, ,1[llsiu/1'ia el lo mo aico : la Ol'~
febreJ'ía, de los nt n ilio ~. adorno tra.bajado con metal pI' 'io o: 1<1. El'Ctl'ia ó l/¡'ollcuía, ídem de hronce: la.
Ce/'l'ajel'Ía. íelem d hi ITO: la To¡'mentlll'ia Ó AI'fllNEa ó
Panoplia trata de in trnm nto bélico ; la míptica
tudia lo °Tabado en piedra precio a 'la Eborw'ia, 'n
ordina.marfil; la Talla ó el tallado) en piedra bu ~an
ria ,
B,1,jo la se 'unela forma e cuentan como princal~:
la Iconología) i studia ht idea expre ,tda on jmágerepre enta con imbolo .
n 'la 'imbolog¿a, i let idea.
ó emblema.s; 1<1, Paleog¡'a/la cuando la id a. e xpre a.
ton l tras ó igno 'y i ésto repre ntan inmediat[~
mente, no id a, ino tono , y pOI' ro dio de 6~to
la.
id ¡;tS y los sentimi nto ,re ulta.,la Ul¡'~ica,
Ltt Paleogmfía
subdivide en Epig¡'afía., cuando e tudia las inscripciones lapidarias, y Diplomática cuando
versa sobre códices y documentos cuyo va.lor critica.,
Como subol'dinada.s á la Iconología, Simbolog'ía y Pa.lcografía, y participando del carácter de todas tres se ha.Han la Numismática, que estudia. las med.illa y monedas antiguas; la Esf'l'agistica ó igilografla) que ex[\,Arqllitectltra que
4
Elemento de A1·q'l.teologia
mina lo sello de los documento, y la He,·áldica. que
entiend en bla ones ó escudo nobiliario.
Por fin, pueden considerarse como xten ión ó aplicación
de algunas de las precedentes rama la Bibliologla, que trata
de los libros antiguo y es complemento de la PaleoO'rafía, y
la Lipsanologla, que tiene por objeto el examen d la autenticidad de la reliquias antiO'uas de los Santo y e un re ultado de la Epigrafía, imbología, etc. Llámase Up anoteca
la caja qua contieue dichas reliquia .
Adviértase, de paso, que la divi ion
y d finicione dada
á las ciencias comprendidas en todo este número sólo tien n
su valor consideradas como ramas de la Al'qu ología; pero,
tratándose de muchas de ellas como Cl1'tes J han d agrupar e
y definirse de otro modo, seO'ún e ver:\ en el egundo capitulo de e ta obra.
que debe. egllir c.- omo en to la la cien4. ~Iétod
cias, no es lo mi mo el método de invención que el de e;lpo ición en la Arqueología.
e inventa la ciencia examinando,
comparando é induciendo principios ó le} e que pr iden al
lenguaje de lo monumento' ma' pam xpon rla ó desarrollarla en un tratado con orden, pre entan á la vi ta dicho
principios que son aquí los caractere general d lo monumentos segúu la época, regiones y escuela ,~.
e J¡'acen laaplicacione {l. lo nuevos monumento que e d cubran, y e
descifra su lenguaje mudo. Y para oír cer cou claridad á la
vista del estudioso los referidos caracteres, se exhiben modelo reales ó figurados que los contengan. De aquí la n ce ídad
de una buena colección de O'rabados representativos de típicos monumentos en las obras de este género.
Aun así, no se logrará expon eL' fundar:lentalmente la ciencia, ni siquiera tendrá la Arqueología el ca,rácter de tal, y men03 se apreciará el val,or ó mérito del monum uto d<=} que se
trate, si no precede el estudio teórico al l;listórico en la eJeposición de la doctrina arqueológica. Y como son objeto de la
Arqueología las obras del arte antíguo, sobre todo de las Bellas Artes, de aquí la necesidad de comenzar los estudios arqueológicos por la teoría del arte en general y por la Estética
Pl'eliminrtl'(I:>
5
i se quiere proceder con método y po eer á fondo la a i~na
tura.
ó.
tilida{l impol"tancia {le I"'Án!ueolo ía.-Abarc3.ndo lo e tudios arqueológico 1 va tisimo campo que
hemos dado- á conocer al enumerar las ramas n que e
divide el árbol de e ta ci n ia, e vi lumbl't1. de de luego su importancia. La Arqueología ha ido y es un auxiliar poderosísimo de la Hi toria, una fuente riqui ima
de restauración y progr o en el rte, y un forti imo
apoyo de la Religión y, por lo mismo de la. IO'lesia católica.
Efectivamente: ha mer cido bi n de la Hi toria, porqu ha fijado con exactitud buena parte de la ronología, ha descubierto muchos acontecimiento ignor<~dos,
ha unido y relacionadó ntre sí mucho otro que los
separaban infranqueabl distancias é inapeabl lagunas, ha rectificotdo gL'<'Ln número de errores hi tórico y
perfeccionado la crítica de la Hi toria, ha creado la
Protohistoria, la A. iriologia la Egiptología y otra ramas de la Hist6ria de la humanidad, que se de-conocían
casi por eompleto. La Arqueología h3. d3.do al Arte
abundosas fuentes de inspiración, modelos acabado de
buen gusto, é importantí imas lecciones sobre la manera
de construir con olidez economia y elegancia-, comparando unas con otras las diferentes producciones artísticas de todos los tiempos y observando su duración ó
estabilidad, su conveniencia y proporción con el fin á
que se destinan, y demás circunstancias. La filología,
la poesía, la música, las artes industriales deben á la
Arqueología muchos elementos de su actual desarrollo.
. Pero sobre todas, la Religión ha recibido de esta ciencia el homenaje de sumisión, apoyo y defensa que puede
prestar la acción humana á la institución divina. En
corroboración de las Santas Escrituras del viejo Testa-
(j
7
EIt 1/1I'l/tV.· clt' ,11'q1U'rJ/II!/íf(
mento han 'hnbl<vlo la Protolli toria la.A ·ir ol ~da.
y In
Egiprolo!,da d un modo terminant ~.
loell 'Ilt: n el fen~a
de muchos dogma y de la~
prÚcti ·n. di 'iplinare primiti';-a ~, ~ ll1ejn,nte en u fondo it la - ,1. 'tual •
han alido t0do lo de. cuhrimi nro~
d la c'l.tacmuba
con otro d la mi ma 'pOCel. en multitud de 111 O'are el 1
mundo emon 'e::; ei vilizaelo: 1 culto de los "'l.uto . 1 01'
ejcmplo. la 1 rá ,tica, de lo~
~acram
'nto'>,\' ht 1 rima ¡a,
del Romano Pontifief' 11ml ido victorio lll1l 'ntc el mo tr¡:l.do~
contm lo prote tanteo por la .\.nlLl 'ulogí¡l., y
tu ci ncia, COJ110 nino'una otm 11¡l. ontriluidc ¡tl brillo ~T
e plendor de la Tgl Ítl. '¡1.t6licn" d mo. lmneLo cómo por
f~ta
e han renovado y vivificado toda 1tt 13 lla .\.1'te . y nunca fuera d Ha hall l' cibieLo e el. in. pira ión
de lo ~ubli 1 e
qne la hac rayar (·n lo di,·ino. ,'uprímae. i no. de la ~\.rqueol gía.
todo lo 1110num nto::! l' ligio os y e habrá dado muerte á la 'i neiH ¡l.1'(lU 1ó o 'ica
:" l árec ap ~ed
al mom nto la HE'lln "\nr d verdadero nombre.
En vi~tc
de lo dicho no
d ndmir'ar 'l mp JÍo d .
lo~
,'umo Pontific. y de lo PI' lado. ele In Igl la n
crear :.\Iuseos ,uetu ológico ':/ u pron~
'do e[
1em ntoO o~ ipoc
, aun á ca la de grande> a 'rincio ; n ,l,brir
cátedm ~- en e timular á lo a,rti ta ':/
'ritor á qu
trabajen y apliquen us habilidel,eles n tan f 'undo '
- interesante objeto' en promover d cubrimiento y re tauraciones co.sto i imas en los venerables r to d 1<t
antigüecla.d cri tianet; y en velar sobre la con ervacióll
de los confiados á su custodia por las g neracion s que
no prec'edieron.
Por esto se hace indispensable un libro de Arqueología en
manos de la juventud estudiosa y de los Sres, P·árrocos y Encargados de Igle ias; pero tal,. que sea completo en su género
y llene las condiciones de.claridad, brevedad, precisión uniYersalic1~d
d,e sotneim cQno~
,apropiados á u clase, orden,
oHÜ Z y jle1'[ccc:iÚn. y llU f01'111' 1 buen g-usto ~ra
tico; y
'ono <'1' l In "rito de las antigua producclOn s del
il'va p¡~ra
. 't, ,- 1)' l'a dirirrir l. s p queilas re tauracione que1tal vez
,oH,
e
haym~
el' hacc1';;c en elll1. , ~- para ~bcr
alten1<l~'
con o ~e
t n licio sa hio . d<'l día que s preclan d e t tlCO ama
de lo 'lntiO"uo y versado en Bella "\1't ,1
~TO
nos l¡::onj amo de haher con cgwc o .t ~ fines con la
pr C'nte olll'jta: ver tal ha .. iclo nue tro prOposltO. Y aun tue
baya otra hu 'lHl' y, sin <.luda, mejore obra para el caSQ,
no' c1aiinl'Ú la abundancia,
' .
(l.
Plan <le la, obra.- ui.en h,l,ya segLlldo pa o á pao la id n. . 'pu sta 11 lo pl'ececl nt s número ,y tenga
n 'll('ntel el 'n.rÚd r el 111 ntal de. ta.o.bral, - e.haga
Ctl.rgo dc 1<1. nc
icln,cl que hay de l ~phticar
las 1 a~s
ele l<t Arqn ología, tratÚnclo e d un lIbro de. t xto P¡U ~
un 1)rey cur~o
en E~ pana h<1.11al'Ú 1.ml J• mClOnal la dlvi i6n que ha mo n!¿1. iO"uiente forma,:
El Al't ('11 g'en '~la"
111, E-tética,. .
. d' •
PAH'I'g 1:' 1'eMia. el la Al"quitectura. ~' ';u teC:-llca.
L
L
,.,
,..
,
,
.1
T~ol"ia
'{'('(idea.
.
. ubOl"dma Il.~
inlllllres
ti la ¡<;.tultul'a;.- ell'llS a~tc-
Tt'Ol'ia dr In Pintura ~- elu
Prothi~a.
Fdadllntio'ua p:lO'ana .
l."
'Id.
id~'
cri tiana.
.\rllUlt<'etnra Id. Illl'dia
id.
\ Id. modrl'llll
id.
,'('/'C:;';11
P.\RTE2."
Hi~tl '
Sección :J. a r ni toria. d la E cultUl'lt.
'a.\E8ClIltllL"ll.)'
Id.
~ ~aPiut.Ul':
Pintura•• \ ,imhologul. e lcou~a.·
8ecciáll .'J." l' l\loviliario eclr ifl~t co.
Artes,8nll- lnunmentm·ia. clr'iá t.ica,
~al'u t
••
f PalC'ogTftfia
~. ' E P ! g ~ a f j
..
i'lumismitticll ;; "lg·¡logTafHt.
Literad a.\ Hl'rálclica,
• .P. 'H'l'E U. a
\ Diccionario el abreviaturas.
Diccionario d mnnum ntos
.
ele matCl'Ill .
l Diccionn 1'10 el '~soni '(t
Ap'1NDIOl!JS j
Agrupa.mos la lconolo 'ía y la imb~logí,t
con la ~intl1
ra y Escultura en atención el. la semejanza que oh ecen
11
APITUL
1
EL ARTE y LA BELLEZA. ARlí.''l'[C'.\.
8.
oción del Art .-Entendemo por [/'fe
...:Ún
. 'anto Tomá ,1'ecta ratio factibílium. E el 'ir: una colección de regla di t<1Q........e por In. razón para, dil'Üdr r ('tamente la 0pcri1Ció¡l humana l' pe to d In,
o a ,'teriorc que haran d hacerse ó p rfe ciolUtl's . El ¿trtc
;se puede consid ra.J;" , 1. o en, i ú objetivam nt . 2." n
el ~ujeto
que lo pos~;
3. 0 en la obra ext riol' Ó mt fa 'too En el primer ca o teJlemo el art obj tiv0 ó n, la
colección de reO'la que la raz,ón di ta' n 1 eO'undo
"ca o tá el arte ujeti\o ó ea, la di po ición ó habilidad?eJ uj to lJara obrar cohform á di ha r g'la
que el po ee; y á te ujeto
le llama ((·dista· II 1
tercer caso exi te lo que llamamos obra de aJ'te, Ó ea
la manifestación adecuada del.pen amiento h ~ m a n o
POI:
medios exteriore .
Ciencia Ó teorta clel m'te, es cl cono 'imi nto dc la l' glas de éste en sus razones ó fundamentos racionale .
Por las nociones que antecedeu se pueden inferir las dif _
renci~s
que median entre ctrtista, artesano y c1'ltico elf'Z m·t".
~ pnm.ero es el sujeto que posee las reglas, junto con la ha,
da hl~
ar~
ra b~
en conformidad COn ellas' el seO'unclo Ó
S610
construct.or, e~ el que tiene y ejerce dicha liabUd ,~)ero
para la eJ~cu ~ón
de la obra trazada por el primero' el último
del arte y sabe formar jl,Úcio exacto de lns
posee la ~le Cla
-obras artlstlCas. Los animales no son artistas, porque no eone~
las regla.s del arte ni tienen la razón de'ellas, por má
pnmores que ejecuten por necesidad de naturaleza.
.)~
Elemento. trascendental
del' arte.-En toda
{)bJ'CL ele arte,
<.htU trc <'1 mento e en iallllcnt conti l tivo~
d 1<t mi lUl: la idea iU
exp1' a, 1 meclio
xt riol' 'on [u
e cxpr a., y la expresión mi ma 6 reitliza iÓll ¡trmóni ,t 'lItr uno y otro. En t rminos má
pl'cci 'o : lo eJ.:jJresaclo lo I>,JJpl·p. ante y la eXjJl,psióll. El
primer lcm uto e' como el alma de In, obra nrti tica;
el :L"
1,1 l1l<.ttCI'Üt Ó sujeto n <i ue e enc¿:¡,rna 1<1. id a,
y 1 3. \) e la unión ó l' In 'ión Íntima d en trambo . La
pe1'fec 'ión del ,trtc no con i te n el primor d la forma ext 'riorc que on -~lLti
11 la materia d
la obm
artí tic<.t, sino n In. P 'rf cción de todo JT cada uno de
lo tres 1 ID nto , mayormente del ter ro.
En qu ~í. través u la bell za . atildamiento 1 las forma
sc vea claramente la id a uperiOl' que el artista qui o imprimir! s, en eso consi te hL 1 l'feeción de una obra de arte. En
un cuauro por 'j JU)Jlo, la /)r¡{m'osfI dI' Jlul'ilZo, no tanto e
ha d admirar la xaetitud n lo perfil', la contrapo ición
del claro-oscuro, li1 rit[lU'za del colorido, cuanto la x:.pre ión
d'[ dolor v hem nte liuO aparece n aquella línell y colore.
Qui 1l ' to no ve, no e0111pr nd el arte; y quien e to no abe
expl' ar, no merece 1 noml re d arti tao
I
10. J)ivisión callital (le la artes.- omo,la obra
ext riore d~l
hombre e encaminctn de uyo ,( remediar
~tlg na
nece idad el lmi mo, Ó. á servir de término á u
"Contempla i6n ~- gu to, por eso las artes que las producen se dividen naturalmente en útiles y bellr;ts. Las produciones de las artes ú.tiles no tienen más objeto que el de
s rvir de medios pam conseguir algún fin conveniente;
las obras de las bellas al'tes son té1'minos Ó fines en €uya
contemplación descansa nuestro espíritu, percibiendo
:por lo mismo natural complacencia, El placer ó gusto,
,sea espiritual sea sensible, no es otra c9sa que el ~es·
~anso
de una potencja en su término,
Clar.o está , qU!3 al dal' e.l nom9Fe de fin y de término
Nociones Pl'eliminare
El mentos de Arqueologia
al objeto de las bellas arte ,hablamo de términos intermedio re pecto del fin último} n IQ cuale puede el
hombre fijarse y de cansar como en grada de escalera
que conduce al término final á que a pira.
A los dos grupos referidos hay que auadir un t rcero
ó de a'rtes mixtas, cuyo objeto participa cas.i por igual
del carácter de los dos anteriore : á e te grupo se le
conoce también con el nombre de al'tes suntua?'ias.
De modo, que l¡:¡,s aÍ'tes. e han de clasificar por la idea
que en ellas predomina y que es su forma esencial. í
prevalece la idea de utilidad ó de medio para otro fin
que se intenta, artes Útiles' si predomina la, id a de término ó de belleza en cuya contemplación descansan las
facultades del alma, bellas m'tes' si ambas ideas campean por igual ó en proporción equitativa en el artefacto, artes mixtas Ó suntuarias.
1L Concepto de la Belleza.-Las consideraciones
precedentes exigen que determinemo con pI' cisión el
conceptó de belleza. Es belleza la cualidad de los seres
en virtud de la cual excitan nue tra complacencia. Bello se dice todo ser en cn.vo aspecto ó en cuya contemplación las potencias cognoscitivas del alma hallan repOso y contento. ePulchra dicuntur quro visa placent.lO
(S.-Thom., umm. Theol., La. p., q. 5, a. 4, ad 1.)
La principal causa de este reposo y complacencia, y, por
consiguiente, la raíz de la belleza, no es otra, en sentir de varios filósofos cristianos, que la proporción que existe entre el
objeto conocido y la facultad cognoscente. (Taparelli, Ragioni del bello, §. V, núm. 3.) Además, el entendimiento descansa en donde ve orden, proporción y unidad, pues tal es su objeto; y se fatiga en donde hay confusión y desorden. De consiguiente, la belleza, qne por lo dicho es el punto del descanso, Be fundará en esa proporción y en ese orden debidos. Por
lo cnal definió S. Agustín á la belleza como el ellplendor del
orden: splendo'l' ordinis. Infiérese de 10 dicho que la belleza,
13
aunque se perciba en su grado también por los sentidos, es objeto de la razón más que de ellos en todo caso.
12.
E tética.-Así se llama el tratado de la belleza'
?
lo que á ella se rey estético, lo perteneciente á ésta
fiere. Así se dic ,v. g.: sabol' estétIco, etc.
13. Divi. ión de la belleza.- egún la esfera en donde e hallen los objetos n cuya contemplación descansan nuestras pot ncias, a í erá la belleza; y como
'aquéllos pueden ten l' diversa ~ ne:as
de orden y P~'o
porción, en si mismos y con relamon a nos~tr
. ~ablén
la belleza se constituirá en diver as especIes. plvdes~,
pues en a¡·tificial, natw'al y sobl'enatu¡'al, segun que dIcho ~rden
lo ponga 1 arte, ó Dio como Autor natural,
ó el mismo " flor como Autor de la gracia y d la g~o
ria. Hay también belleza fisica r belleza ~o'al"
seguq
que se refiera la cualidad bella á un l' fl ICO Ó á las
costumbres humana; belleza, ¡'elativa y belleza absoluta,
segÚn que se la pueda omparar y se la compar~
.ó no
con otra mayor; belleza corporal y belleza eSpl,rtu.a~,
segÚn que se la supong,~
n lo cuerpos ó en los espmtus.
ere diver o . 14. Fundttlllento de ht belleza en lo
Hemo eñalado antes (núm. 11) cl fundamento. de la' bel ~za
en general; falta yer la aplicación de la doctnna á lo cllierentes OTUpOS que acabamo de enumerar, á fin de proceder
. que luego
con ma;'or conocimiento de causa en las cu~stione
se han de resolver. i eu el orden y proporCIón debIdo ,está lll,
raíz de la belleza, en tanto se hallará e~ta
precios~
cualidad
en los seres corpóreos} en cuanto mejor proporcIOnados e
vean en sus partes cons~itu ivas.
La belle?a, pues, en .cllos
consistirá en la debida proporción de sus partes; y semejante
proporción debida es más perfecta cuanto mayor sencillez y
unidad apareza en ellas. Obsérvese esto} por ejemplo, en las
ventanas de una fachada, en las notas musicales de un acorde, en el movimicnto regular de un complicado mecanismo.
En los seres espirituales consiste la belleza en la verdad y
15
.\ociOI1I'.· 1 "('lilllil1l1l'e·.
virtud qu ello po can, p rqu
to e lo arel nado y l COIIforme C011 , u naturaleza. En I hombr compu 'to ci cu 'rpo
y alma 1la d con i tir la belleza en el c njunto armónico d
la belleza corpór a y d la e pi¡'itual, ó ea, n la manif tació~
de
b .1Ieza e-piritual por medio' d la belleza corpórea.
y S1 a~ mtenor l' dunda en la exterior, upl nljUt'lIa n lUUcho la falta de é ta, pue la corpórea de uyo
1 «intimo
grado de la belleza", como dice . Agu tino
La helleza <lb oluta, en rigor no puede hallclr'
ino en
Dio; y l<? d má' re en tanto s rán relativamente má. bemits 'e acerquen á e ta. fuent de orden y hello , en cuant~
1leza, ya que El e el Padre de la 11ermo UI' : , 'pl'cil'i fjf'l/errttal' ( Rp.) VIII, 3.J. Y por coosiguient', la Humanidad de ,J _
s,ucristo ha de el' lo más b 110 qu haya en el Ulliv 1'50, }Jue
El es 81Jecios~¿
forma 1J7'fY3 filiis 7101111 fI111ll (P al. X Ll\', 3.1, Y
al).ldada ,por la ,·ta. 19le in como t;después.r· juélla que
c4l. hermosa y in mancilla: Tata pulc71/'f1 es, .l1((l'la.
~5.
Condiciones de Ja belleza artí:tica.-l pa.rticu-
y\.
lanzando más la belleza, en el art(' ha,\" qu d cir de
toda obra arti tica (lue, iendo ellil, la manif tación
adecuada d un pen amiento (n°. ) d be ten l' para
el' bella la mi ma condicione qu s exigen para la
elocución, la ual no e otra ca a ino la l' f rida mani-'
festación por m dio de la pal:1bra. y n la elocución
exiO'en los rectórico la siguiente cualidade e n iales: hon~.·tidc ,
clw'idad p¡'ecisiól1, va¡'iedad,lJ unidad,
op 1·t~¿nldac ,
natw,ctlidacl, o¡'iginaliclacl ('011 Y Yehí.
R~tól'iC(t
y Poét. lib., 2.°, § 96.). Conviene fijar alO'Ún
tanto la, consideración en estas cualidade , generalizándola ó extendiéndolas á toda obra artística que
pueda llamarse bella.
La unidad es ante todo nec sari~,
ya en la idea va
en la .c?mposición y distribución de partes, como e~ ~e.
cesarlO el orden del cual eUa es un resultado. y esta
unidad ha de campear en la va1'iedad, para que no causen hastío la mon'Otonia y el amaneramiento que de lo1
'ontra,rio re::.ultaría. (ontra, la unidad faltó Ra.fael n
de li\. Tran fio'LU ,~ción
porque n la.
1 bI' ord~,u
fn.ld,t del mont pintó 1 epi odio elel en rgúmeno que
p raha la illud é hizo r altar la fi uras a i tanto
como las de ,) u ri to y su tre Apó tole. 'ontra la
vari d,td faltn.n g II ralmente 1< obra pictórica d lo
~i! ;lo
IX: X:;'T.' I, l' piti 'uclo iempre la mLma
forma,
('11 lo 1'0 tl'O y a 'titude d lo per onaje .
La ho11 "sticlad , Bobl za y dio'nida,d on n ce aria
tn.mhién , como a i lo exig la moral y la ultum: é ta
no con ient 11 baj za ni ca a alg'una repuo'nant , en
cloncl' L¡1 l'i1ZÓn recttt no halL,~
el n~,cs
o, conformidad ó
<':011 on,tI1 Üt. El plt~c
l' nt 'iol1¡tl de la belleza
muy
div rso del OTO 1'0 d ht
n ualidad,
aun opue to
dÍ1ll11etralm nt al mi 1110. 'ontra la re! riela ondición
p a el mod rno natul'alismo, ele que habLaremo luego.
Lit cla;'iclad
indi p n abl ,pu s la confu ión y o ~
('urida,d del p nuamiento d 1 ,trti tft. can an al p cti1dor y I aburren:
bell za, e de uro perspicua y evi~
c)C'nt' . D
t¡\. condi ión al'
n lo embrolh~d
concC'pto d I churrigu ri r~'o
en . .\. .rqllit ctura amo 10 del
"Ollo'ori mo en Litcratunt. P ro no e confu.nda la cla~il ¡ d
con 1<1 vulgaridad, ni e 'excluyan la fio'ura
lu' imboLo como contrario á la mi ma; nada m.á
opue to ,Ü bu n gou to qu
mejantes confll ion y exeLu:;ion
L¡t p¡'ecisión, qu con~ist
n no pon r má ni m no
d lo que debe ponerse n la obra. pam expre c1f 1 artista su idea, es otm de la condiciones exigida , pues.
Ütnto la clifu ión y redund,lJllcia, carpo la concisión ye casez, son vicios que c¡.bruman ó apen~
el ánimo de,
qni n los ctdvierte, y destruyen por lo mismo la bell Zit.
Faltaron por exceso a dicha cualidad muchas con tl'UCdones del arte greco-romano en el siglo XVII, y 1)01' defecto otras del mismo arte en la forma severa del sigl~
.11
T
la
16
Elementos de Arqueologla
Y como dentro de la bella, precisión lit raria caben
los tres estilo I limpio) elegante y florido) pues Ha no
consiste en un ajuste matemático, así en las demá b _
llas artes pueden admitirse tres género ó estilo con
respecto á la preci ión, y que deberían llamar e con lo
mismos términos. Los tres periodos del e tilo ojival co:rresponden exactamente á dichos tr s grados, según T _
Temos en su lugar propio.
XVI.
. La 0po1·tunidad, Ó conveniencia, que por otro nombr
.se llama p1'opiedad, es la consonancia que deben o'uardar los medios externos con el fin que el artista se propone, ó sea) con la idea que trata de expresar: con líción imprescindible y fundamental en el arte (n. )
contra la cual pugnan aquellos irreflexivos artistas qu
llegan á prescindir hasta de la verdad y vero imilitud
en sus cuadros. Se distrajo, sin duda el flamenco Van
Dyck
cuando pintó un Orucifijo en la entrada de la cue,
va de Belén representada en un cuadro y más cuando
en otra pintura colocó á la ma. Virgen de rodilÜt ant
el Pesebre con un rosario en la mano. n adorno, por
excelente que ea, será inoportuno, aplicado al traje de
'Un mendigo.
La naturalidad, que hace aparecer como espontán o
y fáciles los esfuerzos del artista, debe el' otra de la ~
condiciones de la obra bella, ya que lo artificioso e tudiado y violento causa desvio y desdén penoso. D~l
pintor Ludovico Oaracci se cuenta que al terminar 1 CUI1·dro de la Anu cia ~ón
en la Oatedral de Bolonia, quitados ya los andamIos, notó que el vestido del ánO'el '.
-Gabriel tenía lo~
pliegues en sentido inverso al qU~
exigía .~l movimiento de sus pies; y fué tanta la pena que
le dIO esta falta de natul'alidad)que murió de sentimiento. La afectación y la exageración se oponen igualmente á la naturalidad.
.
El Arte y la lJ"Il,'za ..d"ti tica
17
Por fin, la.o)'igillaliclad
una x lente condición ele
l<'t obra que e c1ebid,t al prol io in rellio d 1 arti tl1, por
lit cl!al e pre entn. 1 art Cncto á los ojo del pÚblico de
modo (lU orpr nda eon nu \'a y O'r,Ün impr ~iones,
y
no pueda tomar:c <;01110 un pla O'io. Por est,t condición
, acrcditan lo' arti:-ta " y n l1a también e de::.calabran ClHtudo el afán el > 'ilguarz¡~e
los 'onclu á xtr:l.vagancÜts ., impo ible novedades. E u origill<l1 V lÚzquez n u Orucifijo por má' que ant . de '1 "'o hubi en pintado mucho por otros Hrti ta 'j 1 ro, on xtravug¡tIlt varios pi 11 tore:; 1110c1 mo al reprc utar, por
jemplo, nI iiío .Je:Ú (,11, itllacioll y n.ctitude:s e_-tr,tna 11 meclio ele ~ol
Doctore ó n . . \lzarct 'on . .luan.
tétiro e
W, ('ritcl'i() ~- !1:usto e..téticos.- ('rit rio
el prin ipio en Yil'tuel el'l cual :-. juzga r ctnm '11 te de
In. b 'll za que !l¡tya Pll una ourit arti ti a; ha:v c-riterio
l/ prio/'i y criterio II posteJ'iol'i; el primero re ulta del
conocimi(.nto '.-¡tcto de la l'('das Ú cOlldicion :: ant di(;11a (n.o lñ.; el G'L1J1clo. d la c\'idcllcia inlllcdiattl. el
la obra. bella. De H111bo' tie compoll 1 g1l3tO ité:~e
'0, el
'wl1 no e otra o ,lo 'ino la faellltad. d percibir la bell za el lo ser
lhuna gn ,to {(J'tilitico i e tratn de la
bcllez,t en el arte.
El gusto e d prava por la idea y ntimi nto reinantes
eula "poca, y ¡Í, ello contrihuycn los artistas con el olvido de
1l;'. mi ión moral izado1'a que han ue ejercer en la ociedud, y de
él son víctima lo mi mas por su afÚn de quemar iueien o
ante los ídolos del mundo perver o que le' rodea.
y aunque en el gusto artístico hay mucho de natural y
con tante, tienen grand l'art 11 él los usos y las co tumlJre
legítimas rle la época, junto coulas ~lfec ion
s particulares de
'eada uno, Por esto dice el a.dagio que ele y¿¿stibns non ('st di pt¿tnnchmtj pero no debe tomarse en absoluto semejante aforismo, sino queremos incurrir en las extravagancias l' probadas arriba (n,O 15) y en el vicio condenado' por el in igne
b
Us
El Arte y la Bellezfl A,·ti ·tica
Elementos de A1'queología
Roracio cuando explica un apotegma sem jantc (Epist. ad
Pison.) ,.9).
17. El bello ideal.-Se denomina ideal 1 tipo ó el concepto superior que se tiene de una cosa hecha. cmt~b1'
ción de sus imperfecciones; y s lla.ma bello ideal e te
mismo concepto en materia propia. d bellas a.rtes. uando se dice, por ejemplo, quc '. Franci co d Asís es el
ideal de la humildad, se habla impropiamente, y ólo se
quiere expresar que el anto se aproxima de tal manera
al tipo, que puede tomarse como tal; por más qu el concepto siempre sea muy superior á la realidad en las
criaturas, excepción hecha de la ma. Virgen María.
y mucho más ha de ent nderse así el bello ideal, tratándose, como se trata) de obras puram nte humanas y
defectuosas. Cada artista concibe á u modo el bello
ideal, y lo expresa de igual suerte; y en hacerlo a i de
una manera digna y sobre la comÚn marcha de lo otros,
consiste la inspiración ó genio a¡·tístico.
Idealiza?' es para el artista aproximar el objeto exterior al tipo que concibe, de modo que lo dé á conocer
con la mayor perfección posible (1),
18. El ideal y ]a fe cIistiana.- 'e comprende fácilmente que una doctrina divinamente revelada, que á
tan sublime altura elevó el caudal de los conocimientos
humanos, y tan delicados y profundos sentimientos infundió en el corazón del hombre, ha debido asimismo ele(1) Hace al ca o el belUsimo pensamiento de un célebre poeta
alemán del siglo XVIII: «Yo te veo expresada, oh Maria, en mil
imágenes, y sin embargo, ninguna de ellas te puede representar
cual mi alma te percibió. Sólo sé que desde que llegu6 á contempla.rte de este modo, el ruido del mundo se desvanece ante mi cual
vana sombra, y un cielo inefablemente más dulce tengo yo en mi
corazón.» (Novalis: Federico de Hardemberg), He aqui el ideal excediendo siempre á la representación artistica.
19
val' en igual proporción el ideal arti tico y contribuir soberanamente al de arrollo d 1 arte en todas las e feras.
Como el v rbo ublimó á toda la naturaleza humana en
·ri to así la revelación d 1 Yerba divinizó al arte cn la 10'1eia que e la depositaria de
ta revelación. (,~ui
"0 .•ino el
ideal cl'istiano, animó el pincel dc un Fra Ang \lico) del divino
)[orales, de un Murillo, de un Juan de Juane y de mil otros
que vivían del espíritu de la Igle ial' ¡,Qué idea ino la fe cristiana trazó lo plano de la Catedrale de li'riburgo, olonia,
León, Toledo, BurO'o , l\1i lím, Reim y Cbarlre ? eua ola expresión de la escuela de na dc Italia e suficient para cxplical' estas maravillas del arte cri tiano: «T ue tra vocllción y
destino es, por la gracia d Dios, publicar la maravillas de la
fe Alas alma que no saben leer de otro modo. (E ~atuo
para el arte d pintura en iena, año de 1355.-Chavín d l\lalAn)
lli t. de tao Catalina.) "l\( ditar en el Salvador» llamaba !l'ra
Angélico al acto de pintar, no tomando los pinc le ino despué de la oración ó de haber cOlUulO'ado. Al'ti ta como é to comprenden bien lafalsedaddcaquel principio que alg'unos
mod rnos preconizan: «El art por el arte», como si no tuneran otra finalidad moral ó religio a las bella arte, cuando
pI' ci amente e la tal finalidad lo que más las realza.
19. Lo. nblime y lo falltá tico.-. 'on lo do xtre-
m.o de 1 belleza común ó armónica pero que ambos
pueden caber dentro de la fera de la belleza tal amo
se h{~ definido. Lo sublime es lo bello en u má alto arado, e la grandeza de realid~'
perfección que no~
admira á la vez y nos complace.
La rosa es bella; la tempestad es sublime, como lo e cl arco iris: una estatua ordinaria puede ser bella; un coloso c·' sublime. Claro está, por lo dicho antes (n. o 17), que el vel'dadero
sublime se hall/\. en Dios y en todo lo que se refiere á J esueristo y Ala Sma. Virgen, yen gcneral. á las cosas divinas, cuando las consideramos en su fondo. Los salmos XVII, X, III Y
cl cántico .lfngnificat) entre otros) nos ofrecen concepto sublimes en gran manera.
\
20
Elementos de Arqueologla
Pantástico y cómico es el ideal caprichoso qu
forma de compo iciones de la imaginación ó juego d fantasía) in corre pondcr á un fondo de perfe ción real ó
física.
En cualqu!era d las bellas artes pueden hallar e
producciones correspondiente á e to tre gén ro d
helleza: lo Slbblirne) lo armónico) y lo cómico ó fantá tico.
20. Ideali mo y reaJi mo en el arte.-Con la, untriores nociones e nlazan íntimamente stos do gén ros supremos del arte, cuyo alcance conviene fijar por
s~r
de importancia suma en esta clas de studios.' irnos arriba (n. o 9) los tres elementos con titutivos de una
obra artística; y corno puede licedar que no gua,rden
perfe to equilibrio la idea y el medio exterior ó forma,
sensible de ahí ha de resultar que, i predomina un 1mento sobre el otro, aldrá la obra de distinto o·énero.
L amamos idealismo ó simbolismo al predominio d la
idea ó fondo sobre el nlPdio externo ó forma' ~' 1'eali.'lmo
Ó natw'alismo, al predominio de la forma e. terior obre
el fondo. En el primer ca o. supónese tan elevada la.
idea, que no se halla medio adecuado para expresarla
por una imagen propia, y ha~'
que recurrir al símbolo ó
al convenciona.li mQ; en el segundo ca o ge trata, d objetos que se hallan muy á nue tro alcanc ,y entollc
se esmera el artista, en reproducir C011 exactitud la fol"
ma real ó natural del objeto, cual i se tratara de una
fotografía.
. Dejando á parte la representación de los misterios d la Religión y de las cosas impersonales y ahstractas, con las virtudes y vicios, todo lo cual no puede hacerse sin algÚn símholo;
por lo demás, el arte ha de ser realista é idealista á la vez) con
la mayor armonía posible entre los dos elementos. Como el
arte expresa la realidad, y ésta se aprendc en 1 estudio de
la naturaleza, por eso él ha de ser realista y naturalista; pero como·esta realidad nQ se ha de reproducir grosera ni baja,
El .Irte y lo LJ¡'l/(Jza .ldi.·tico
:H
¡no el pojada de la impcrfeccione con qne
pre nta en
lo indivi luo natural de donde la tomamos, y rcalzada por
el id al qu conc bimo por c o el arte 11a d
r tambi;u
id alistn. 'El famo o L onardo d Yinci) pintor italiano d 1
igolo .L'Y anduvo largo ti mIo i ¡tando calabozo para oh,:; rvar la~ faccione de I@ riminales y dar la expr ión convcniente á la cara Ü .luda n 1cuadro al ól o qu . pintó para lo Dominico d )[ilán conocido con el nomhre uel Pl'e 'co de la Ueof!: st in ign' artista compr nclía hi n Ir ali m . P 1'0 claro' t!l. qn no dió al ro tro ti Juda- la mi mas
facci ne ni lo mi m s p l'filé el' alguno de los l' ferielos
cril'lÜnal s, ino quc e tampó I cOÜccpto ó 1 id al que forl1l¿lm el pués tI - u ) Ludio, pl'
in.d.icnuo de val'Ío letalles
tle la r 1l1idacl: JI) aquí el id ali mo bien ut ndido.
:.. ; r reali t. ó naturali ta in mÚs quinlle para 1
¡ut á
r fotógrafo; pI' t ndcr $tlir el id ali,nno in
¡lt ud l' t1 la naturaleza equiY¡Lle el ~ r ,i;:i nari Ó fantástico. D tou lo di ho
pucde iuf rir cuánta y rdad
t uO'a 1 prin -ipio d .\.ristót 1 ' 111 tan vu1g;n,r e ha
h ho en mat rin, d Bella Arte-: ~.\ r
imitntur natumm ~. Pero á. 1n yez
om 1 l' nd á uánta ¡l plica io]1('
fal a . e pI' ta 1 afori mo ll'U ,tión i cnt1 nel por imitación d la naturalez¡t la copia xacta el' 1 ~
L
illdi"illno d la mi ma, in Ülc:tl de ninguna la que
lo realc .
21. Perversión d 1 llatul'ali 'lllO.- ton eu ncia de
1¡t~
interpr tacion fal a d 1 citado principio
la, p rv l' ión del rcali 1ll0, lul. ta 1 punto d llamar.e r alista
y lHl.turali tit la obra de art qu ofende el pudor ó la
hone tidad de la co tumbre . Lo arti tas que iguen
tal depravada escu la se jactan el ser cultivador s
del desnudo, y pret nelen qu el arte pI' scinc]¡t d la
montl, y sostienen que la belleza hum.wa 1,10 se ¡ p 'e~ia
i no es tal como la ofrece la naturaleza pura, Sl,n. 9S
adornos de la culta sociedad. Contra semejante dCSNtt-
E1f'm(l/to.~
El Arte y la Belleza Artistica.
df' Ál'queolo[jía
Tios chtmará ~i mpre el buen sentido de lo hombres de
recta razón que pide se represente la figura humana
tal como no la ofrece la educación social, 'pudoro amente cubierta con el traje propio y distintivo de la clase ci, que pertenece ht persona de quien se trate. No
por otra parte la belleza corporal en el hombr el objeto airecto del arti ta al representar 1<"1. figura humana
(nÚm. H). Xi es en multitud de caso verdadera representación d 1 natl1l'al ese desvergonzado naturali mo.
Sin citar otros ej mplos má repugnantes, (,quién no ha
visto cuadros de moderno pin tor s, n dond se representa la Ador1.1. ión el .lo Pastores al iú-o Dios, desnu.dito ca i por completo, andando aquéllos tttm bién medio
desnudo '! Pues tales representaciones son contraria al
relato evan 'élico (Luc., TI, 7, 12), é inverosimil s por lo
que mira á lo pa tor en medio del invi rno crudo.
Atribuy,),mo iL la deoTadación de la co tumhr modernas la depmvación elel gu to y ltl. perver'i'l1 del nattwali. mo. J'eali. mo y ¡;eJ'(smo IU 1.thol'i.t no iguifica otra
cosa sino lo oez é inmoral, y recuél'des á lo arti tas
moel ~on'l
que ael l//lIjONt nati sltnt, n xpr íón d 'éneca. (V. nÚm. 1 '.,
22. .Jlateriali. IDO .~ e 'pil'ituaUsmo en el arte.-El bello ideal de qu ctl1te hicimos mérito, e la verelaelera
caus,t ejemplar d la obra arti ticct; y como s gún sea
la causa. a.·i será. 1 efecto, cuando ste bello ideal no
se eleva de las co as materiales y de utilidad, tendremos el mate¡'i(tlismo en el arte; y cuando se remonta,
sobre ellas, dn por resultado el espi?·itltalisJno. El primero es el predominio qne se da en hl. ide,t artística á las'
leyes de la fisic1.), y iL las conveniencÍGts materiales como fuentes de belleza; el segundo es el predominio de
la verdad 0101'1'1.1 ó dogmática en la iden del artista (número 1 ). Ej mplo ele lo primero es la arquitectura
23
<rriega, n la cual (como se ve en la figura) todos los
miembro y aun 1 ornato del dificio tomaban u origen
n la id ;;1, m cánica
{fig . 1 Y 2)" n cambio
j mplo ele lo
gundo ]a sublime arquit ctura ojival, cuyo solo a pecto (figura 3) ya revela el
origen spiritual de
las formas
. 1.-O'
.
F¡a-.
l'1g' n de
Ilg'. : ! . - A l'qtu. qu ost .ntan u mIembros pnn1a .Arquitectura t tura al'quicipale y aun de lo
gn ga (1).
trabada .
itelorno , segÚn s d tallará en su correspondiente ca.pitulo.
2:3. E'tilo y e. en la en la ,arte .-Las diferencias
en 1 id al egÚn e ha visto en los nÚmeros precedendote dan por con ecu ncia la variedad de estilo y
e cu las qu
han de arrollado en la hi torÜt de cada
1.111,1. de ltt arte . Lláma
e tilo á la dispo ición peculiar
{lue toman la obm de arte egÚn los paises, la épocas
en que e desarrollan. O¡'den
y lo oO'U tos domin1.tnt
.arquitectónico e 1 tilo particular d ntro del a'de clá-~ico
(greco-romano) en Arquitectura. E cuela es 1 tilo
má particular qu igu n va,rios itutores de un mi mo
gu to Ó que es comÚn á una región más circunscrita. ManeN' es el pl'ocedimi nto de ejecución que tiene un artista en dUer ntes épocas de su ·vida. Así se dice, por
ejemplo, estilo d 1 ¡'enctcimiento, escuela sevillana, Muri110 tuvo tres mane¡'as, etc. En sentido vicioso rnane¡'a
IF' "
~
(1) La sola inspección de la figuras patentiza. cómo el ostén ó
pie derecho se convierte en columna; las cabeza d la vigas, en
triglifos; los interm dio' della , en metopa; lo zócalo d I alero,
('11 moclillonc y dcnticulo', cte.
27
CAPIT LOrr
CLA IFICACIÓX DE LA' ARTE .
25. Razón de e. te capítulo.-Conocida la, teoría deI
--arte. ~e }laren ~,
y visto el fundamento en que s apoya
la diVI lOn l~d
mismo en tres grandes ramas (núm, 10)
procede contmuar el estudio de la referida ramificación
antes de bajar al examen teórico de la artes principa:
les en especie.
Recuérdese que á tres grupos s reducen todas las artes: bellas} Útiles y mixtas,
26. Divi ión de la Bella Arte '.-Pl'e::>cindiendo de
~tras
divi .iones filosóficas de la Bella ~ Arte pueden
estas conslderar::>e agrupadas en tres e 'ione: bajo}¿-I,
f?1"Tna ,lci'¡aJ~tl
o~ab
la forma tónica y ba.jo 1<'1, forma plástzca, segun el medlO de que se sirve 1 hombre para expresar su idea. En el primer C¡I,SO tenemo la Retórica i
se trata de hablar con elegan 'ia; la Q¡'atoJ'ia i el fin
conmover, y la Poesía, si se tl'afa de expresar lo b 110 dC'
los conceptos humanos} por modio de la p,l,labn1. con 1
fin de complacer.
~n
el segun.do caso tenemos 1<1. J[Ú,sicay el Canto, cuyo
obJeto es mamfestar los sentimientos del corazón por
medio de so~idos
rítmicos ó acompasados, que se ejecutan respectIvamente con inst1'umentos, Ó por medio d
la voz humana modulada.
En el tercer caso, puede la form,1. plástica ser simplemente tal, "Y entonces se admiten la Arquitectw'a y la
Rscultu¡'a, según que el objeto sea construir edificios ó
reproducir objetos por medio d formas orgánicas en
sus tres dimensione : ó pued convertirse la forma en
pla to-gráfica, obre una up rficie y da por ,resultado
~l A¡'fe del dibl¿jo Ó Arte g/'áft o, que se llama Pintw'a
si usa de colore .
eccione dicha reconocidas comúnmente
A las tI'
por los autor s d E téti a, deb preceder otra, que podría llamar e d 1 arte bajo la fOl'ma humana en acción,
y comprende la Jlimica y el A1,te dl'amátic(J Ó teatral}
los cuales no s r duc n á otro d lo dicho, y con tituyen .el art en su mayor elevt1.ción}, por lo menos este último, ya que el medio e má notable.
Pero la divi ión má comÚn 'má antigua, que se hace de las Bella rte con i te en di tinguirlas en cinco especie, á aber: ,A¡'quitect1l1'a, E cultura, PintUli'
Jtlúsicl/ y Poesía.
27. Su orden (le (ligllidad.-,'i e atiende á la nobleza é
inmaterialidad ue lo m dio externos, de quc e irv el hombr en cada una d la bella art el orden de las misma ha.
de el' inv r o al enunciado ahora: pero teniendo en cuenta
qu la ilfÚ ica expl' ~a
us concepto con má vagnedad, y por
tanto con meno perfección, qu la Pintma y E cultura ella
deb poner despué de . ta, i nclo iempre IR última. la
Arquitectma, y la prim ra la 1 oe ía ó Literatma, omo la
llaman otros .. A é ta y á u emejant
la denomina en
conjunto con el nombre d . bellas lefl'as, dejando el de brlln'
arte propiamente dicha para las d más. la Arquit ctura,
Pintura y Escultura la conoce también con los nombre de
a,'tes estáticas y artes dl'l dibujo, por lo mismo que 6st e requi re para el trazado do los plano y bocetos de sus obra ,
y éstas sqn fijas ó permanente .
28. División (le arte útiles.-Aunquc no sea objeto de
Due ·tl'O estudio las artes de e te grupo, bueno será dar In iclea
de su clasificación .natural para compleinellto del tratado. Como la obra de las artes útile se reduce á perfeccionar algo
que nos puede servir, según sean las cosas pel'feccionadas) a i
Olasi/icrtción de la. Lb"
Elementos de Al'ljnl'(llogia
---------
erán y e di tinguirán aquélla'. y pu d n p rfeccionar lo
eres del l' ino mineral y lo del v g t.1.1 . los del animal, y
el hombr.e mi mo. He aqui una ba e d (:1<1. ificación completa,
de la cual no dar mo ino alg-U.llo detalle para no el' pro-
lijo.
Las al'te qu' perfeccionan al hOll br e refi ren á él como
individuo Ó C()1lI0 mulritud; y en 1 prim r C:l o,:Ü e trata del
alma tenemo la Pedagogía y la {J-ram¡Hi a' i e trata del
cuerpo, la Gimna ia, la Cirugía y la ~[edic na;
en cl gundo
caso e tán 1 artedeg-obernaryel art militar.
La que per! ccionan al bruto JIU ,den apl icars ¡í on eo"uÜ'l , dirigido, C011 ervllrlo Ó cLU'ar] : yen el prim l' caso
está, la caza y la pe a: n el 2.", el ilrte ('cuestrc; n 1 tercero, la ganadeL'ia, apicultura,
1'ÍcuJt r~1.,
etc.; en 1 cuarto,
la veterinaria. Ca i toelas la ele
te grupo y toda la. ele
do iguicntc e llaman artes illc1 .,·(l/i't~.I
i la itrte e refieren ¡í la planta -. puad n é ta ser árbole ,y" ntonce la arboricultura y la il\"Íl:ultllnt
ncargan
de u cuidado; Ó pued'l1 el' pie nta- r qlwfla' en culti,-o '.'t'n ¡vo yen Ha
ocnp<1 la labranza: lÍ 11' cultÍ\-o inten i·
,o, y ntra la horticultllra: ó on parll r 'creo, y ti ne-Iugar la
jard inoría, etc.
Por último, si e trat; d' la materia brut¡l, pued ella modificar e en u prim ra materia, y t nemo la m talnrgia, la
fundición, lo: cemento ,-la molinería, lanificación, curtiduría¡
ó ]medc di poner e para consumirla inm diatalnente, ye tán
la panadería, culinaria, confitería) fahric¡1.ción de dc vino y
aceite., farmacia, cerería, etc.; ó para con umirla lUctiiatamente, y viene la fabricación de drogas y tintés, y los hilados con
la artes t 'xtiles¡ ó para moverla; y conculTen á ello ht náutica, mallninaria, etc.
28. Divis,ióJl de las artes.sulltual'ia.'.-Puédese fundar
esta división en la analogfa que ofrecen con las Bellas
Artes, agrupándolas con é tas como accesoria,s de cada
una respectivamen c; pero csta divi ión no queda bastante deslind,td¡], en muchos casos. lás natural es la ba-
ada
neto
rep1'oducción.
tI'
grupos: constl'uccióll) exo1'nación,
,
adjudican la art s alfarem , o
1 primer grupo
ea, la cerámica y la vidriería) la arte de albailil ría,
y cantería' la tOl'éutica ó artes m tallu'O"ica como relo- •
jería, orf br ría 11 rr ría arm ría platería t.: 1.'l.
dedálica ó a.rte arpintera como banist ría illería)
carpint ría} etc' la indumental'ia} como a, tr ría) zapatería ombrer ría y otra .
En 1 s gundo grupo entran la gliptica} que e 1 arte
de grabar, la c1'omática} que lo
d iluminar' perteneciendo á la prím ra la jo)' ría el grabado, cincelado}
tallado repujado) filiO'rana borda.do; T:\ la s O'und.a
los e malt s) dorado I 1110 aico , pintura ornamental,
{)leo rafía, cromo, pirote nia,.
y en el terc r O"rupo e cueutan 1 vaciado ó moldea<lo , la imprenta , la litoO'rafia fotoo"rafía, fototipia y
tampado difer nte ,
Agrupando e tn tlrt mixta con la B llas rt d~l
dibujo pueden toma,r como cundaria d la rql1ltectur¡t la artes de con trucción n u mayor part : d
la E~cult ra,
la glípti a, el vaciado J la arte alfar ra
en parte; y de la Pintura, let cromática} ltt fotografÍtt .
lo stampado.
30. Artes de nue. tro CUl'so.,Como se compr nde}
es imposible en un brev curso exponer ni siquiera, lo
pr~nci al
que concierne á todas las artes referidas; por
esto c fiimos nuestra inve tiga.ción á las Bellas rtes
del dihujo ó artes estáticas} que son las principale en
la Arqueología, y á sus similares entre las suntuarias
seO'ún
se anunció arriba (núm. 6); pasando desde luego
o
.
.al estudio de la teoría de dichas Bellas Artes en partl~ular)
y sobre todo d la Arquitectura.
..
Te01'ía dp la A1·quitectU1·a.
CAPITULO III
TEORÍA DE LA ARQUITECTURA.
31. Definición. -- AI'quitectura, en general, es el arte
de construir con utilidad y belleza.; pero en términos algo, más restringidos y propios, es el arte de imprimir y
expresar la utilidad y la belleza en las construcciones
que sirven para morada del hombre. e la califica desde
la anti.güedad con el nombre de reina de las al·tes, cregina a¡·tzum», pues n? obstante de ser la menos perfecta
entre las ~el as
Artes (núm. 27), es la más importante y
la que mejor se presta á causar en el ánimo la impresión
de lo sublime.
Eñ la 1- aturaleza no existen modelos perfectos de Arquitectura, como se encuenu'an para las otm Beilas Artes, y por
esto ella es más difícil' y como valian las necesidades, conveniencias é ideas del hombre según los tiempos y lugares,. y á
todas ellas se acomoda la Arquitectura, por eato es más variable que las otras; tanto más, cuanto qne -ella no tiene un
modelo fijo. Esto decimos de la Arquitectura en lo que tiene
de bella arte- porque tomada por el lado de la utilidad que re_
porta, ya está sujeta á leyes más fijas y constantes para la
construcción en general.
Se cue.nta la Ar.quitectura entre las Bellas Artes, {L pesar de
que en rIgor es muta, porque en ella se considera lo principal
que son los Templos y Palacios, y ·en éstos campea más la belleza que la utilidad (núm. 10).
32. Condiciones de belleza arquftectónica.-Las consignadas arriba para toda obra artistica (nÚm. 15) rigen
para las de Arquitectura, como no puede menos de ser;
pero conviene pI' sentarlas aquí algo modificadas, apropiándola á sta bella arte. ,on la iO'uientes: 1. a la
euritmia ó simefl'ia qu es la uniforme di tribución de
la partes sero jante ,que
colocan n igual núm ro
á un lado y otro con l' pecto á una linea; 2.'\ la sencillez en la propor iones, de modo que las medida. de
las linea que se relacionan (por jemplo, la altura, con
lit ba de una v ntana, etc.) estén proporcionadas entre í como los nÚm ro sencillos (como uno e á dos, ó
á tI' s, ó á cinco, te.); 3. 110 , ttnidad dc plan -y dc stilo,
con val'iedad d miembros arquitectónicos' 4. a , deco1'0 resultant de la nobl za 7 honestidad de forma .
5. a, exo¡'nación ú ornato con sobriedad, de modo que e
<lvite ]a severidad y la exuberancia ó recargo de adornos; 6. 110 , naturalidad que excluya la violencÜt ~r que
pro criba toda pieza fuera de su lugar y la que por su
actitud ó posición causen pesadumbre (por jemplo, ca
lumnas en en forma de pirámides truncada invertidas,
atlantes agobiados por el peso, tc.)· 7.... , verosimilitud,
de modo que en los adornos no se repre ente lo imposible.
:l3. Condicione de utilidad.-Como, según e ha: inla utilidad entra por
dicado arriba, y ello es p~ten,
mucho en unión con la belleza en las obras arquitectónicas, es consiguiente que fijemos las condiciones que
por este lado han de reunir los edificios, logrando asi el
fin que nos hemos propuesto (núm. 5) en esta obra. Desde tres puntos de vista se han de considerar las mencionadas condiciones, á saber: la salub¡'idad, la solidez y la
conveniencia con el destino de la obra.
La salubridad se obtiene procurando: 1.0, buena situación, de modo que el suelo no sea húmedo ni de difícil
accesoj 2. 0 , conveniente ventilación, abriendo los vanos
Elemento' de A¡'queoZngla
'reOl'/a de la A¡'qllit ctll1'a,
nece ario yen la po ición favorable pam ello; 3. 0 oportuna p¡'ese¡'vación de viento fuerte Id nieve T lluvit"L ,
de emanacion s pÚtrida, de avenidas pcligro a .
La solidez dep ode: 1.0) de los bu no fundamento.' d 1
edificio hasta hallar terreno finn . 2. o, de lo bueno
materiales de con truc ión, tale qu no se de moronen,
y del buen apw'ejo ó di po ición d . ello (ti que hablaremos de pué ); 3. o de los punto. de apoyo e tabl s y
seguros, sobre los cuales gTavit ]a cubierta; ±.", de la,
dist1'ibución de la ca¡'ga, bien proporcionada panl. que no
cedan los puntos fiacos ó meno robu Lo : 5. o, de los conmpuj
(lo cual n eel
tj'al'l'estos ó resi tenehL á lo
en los arcos y bóvedau, como e dirÚ más ad ltmte, nÚmero 48), para que e conserve el cquilibrio.
La conveniencia con el destino del edificio e obti n :
1. o, con la j1.¿sta Pl'0po¡'ción de modo que n mtLgnitud y
ornato corresponda con el fin ti que e le destina.; 2. o con
la sabia dist¡'ib1.lción de las piezas y dependencia , de
suerte qLle se dé el e pacio el itio conveniente á cada.
oficina y á cada habitación: 3. 0 , con la uficiente y bien
ol'ientac1a iluminación tal que proporcione recogimiento
é inspiración en los Templo viniendo la lllZ de arriba ó
aynd~
á los trabajos ele e crit.orio entrando por detrás y
un poco encima, ó facilite la labores de la CtL n" comunicándose por elladcL
34, GéneroFi de Ánluitectura.-Ademá d los comunes á toda bella arte (nÚms. 19 y 24), hay qu admitir dos que son propios de ésta y d pcndientes ele la idea
mecÁnica: Arquitectura a1'quit1'abada Ó j'ectilínea y Arquitectura c1.wvilineet ó de a1'co. Elllá primera se ejercen las presiones todas en sentido vertical (fig. 2), Y se
llama asi por el ctlJ'quit¡'abe) que es 1 miembro Qaracteristico en ella; en la segunda, la presión ó empuje a,ctÚo,
en sentido horizontal y oblicuo,y exige los contrar:resto p
d estl'ibos, qne
yerán lllego (cap. 4,. D sarrollada
toda la idea. d e ta O'UllCla n el arte cri tiuno, re ul.
ta omo caráct l' propio uyo 1 predominio de la línea
vel'tical (fig . 3 Y -, di Linguiéndo la primera á u vez
por fll predominio de la linea horizontal (fig. 4), egún es
32
T
33
Fig. -l.-Predominio de la linea horizontal.-Templo de Pastmn
·de ver en lo monumcnto eO'ipcios, en algunos griegos
y en lo antiguo de la India.
En la arquit tw'a d 1 Renacimiento e usa, como ya
10 hicieron en part los romanos una combinación de
.ambo género; pero, si bien se examina, no es dificil
notar que uno de ellos está como simple adorno.
35, ExpI'e iÓIl de la. IÍneas.-Para conocer mejor
el caráct l' de Jos dos géneros referidos, y apreciar todo
el va.lor estétiyo de la Arquitectura, es bien que nos detengamos en 1:1 consideración de éste, que podemos llamar, lenguaje de las líneas arquitectónicas, al cual debe
la. j'eina de las al'tes la importancia á que aludimos arriba (nÚm. 31). Como dicta la experiencia., 'y se infiere de
~1 noción de lo sublime· (núm, 19), recibimos la impreSIón de éste cuando contemplamos objetos grandiosos,
ya lo sean en sus tres dimensiones, ya en una de ellas
tan sólo, La magnitud extraordinaria de un objeto, ó la
4
34
ELementos de Arqueologia
continuación de las lineas cuando apena e advierte n
término en el espacio, como sucede en alta mal' Ó en
extensa llanura nos causa admiración profunda y nos
da la idea de lo sublime. Y basta que una de la dim nsiones prepondere en mucho obre las otras, para obtener el-mismo re ultado, aun cuando no se trat de grandiosos edificios como sucede en muchas iglesia ojivales.
y viceversa cuando las tres dimensiones 011 próximamente iguales, e pierde en
gran parte 1<1, referida impl'esió~,
aun tratándose de oh
jetos grandes; así acontece al
visitar el ínterior de la grandiosa Archibasilica de S. Pedro. Más todavía: la linea
vertical y el arco producen
sentimientos elevados en el
alma, y representan á nuestros ojos la actividad y el
movimiento; la línea horizontal y el arquitrabe despiertan
la idea de reposo y de muerte; la profundidad y la obscuridad de un edificio nos reco_ge: la anchura nos aplasta;
la altura nos eleva; la ilumiFig. 5.-La HU(,R verticaL·
nación nos alegra; lamultitud
Catedral de Friburgo.
de adornos da vida; la sencillez el1 lo grande nos
asombra.
De toda esta elocuoocia natu7'al de las líneas se puede
inferir cómo está en manos del 'Arquitecto la facultad
de producir diversas impresiones en el ánimo del público, según la dimensión, iluminación y ornamentación
que dé á su obra; y, á la vez, cómo deben variar dichos
Teorla de la A1'quitectura.
35
el mentos, segÚn el destino que tenga el dificio ele que
se tn.te.
36. Diferencia de edifi 'io .-El destino que e pI' fije á
una construccióll, d termina el carácter de é ta: y como son
vario los d stil}os, <"ún son varia las nec idaeles así ban
de el' también diferente la construcciones. De e tu düerencias procede la división que se hace de la Arquitectura en civil) militar (fortificacion ), hidráulica (puentes y calzada. 1 y
ncwal ( mbarcacion S); en h~ primera de las cuales entran como principale edificios la Igl ia, el onvento, el Palacio, el
Hospicio, la Universidad, la Lonja, el Teatro, la Casa. Bien
se comprende que nuestra breves nocion s ele Arqnitectura
se refieren casi exclu ivamente al Templo.
:J7. ln Templo católico.-El objeto más 11001 de la
Arquitectura es el Templo católico. A la, on trucción
de éste preside la doble idea de u fin práctico, ó de utilidad para ltt relmión de lo fieles, y de u:fin imb6lico,
ó de semejanza con la Igl sÜ., Espo a de Je ucri too
Qué sea una Iglesia material á las ojo de la f , lo dice
el Oficio de la D dicación, sobr todo en u himnos; y
de él se infiere que el ideal sublime, á que tiende la Arquitectura cristiana, es hacer visible en la tierra por
medios materiales, la obra maestra de la omnipotencia
y sabiduria de Dios, es decir) la Iglesia santa la Jerusalén celeste; al mi mo tiempo que ofrecer un lugar
apropiado á la reunión de los fieles. «Ecclcsia autem
materialis spiritualem designatl> (Durando, Rationale
divinor. offic., l. 1, c. 1.). Lo cualinsinÚa el Apostol an
Pedro: Tanquam lapidel viví supe¡'redíficamíni, domu8
spiritttalis ... (1 Pet1'., 11, 5.).
La Edad media, que asi lo entendió perfectamente,
ha realizado todo el pensamiento cristiano en la incomparable cated1'al gótica. Como se podrá ver con mayor
copia de datos en su lugar correspondiente, la C¡'UZ y la
1'080, Ó la estrella son las formas típicas y fundamenta-
Elementos de Arqueologia
Teu/'Üt ele Zrt Arqueologín.
les, á la vez que los principales símbolo admitido en
la con trucción de las 19le ia por el riquí imo y ubli·
me e tilo ojival, e encialmente cri tiano , La cruz es el
plano sobre el cual e levanta la Igle ia de Dio (fi o'. 6)'
es la piedra angular y fundamental del dificio; e el
remate y el término de la con trllcción cri tÜma,
no
podía estar separada de J esÚ su ma 11' ,ma.; por e o
la Ro a mi tica y la E trella de la
manana y e tr 11<"1, del mar e repiten
á cada paso en multitud de mi mbros
arquitectónicos: el plano de la columnas ojivale, 1 de lo áb ides rodeando á la Capilla mayor, la cruce·
ría de las bóv das, los ca1<tdo de la
ventana ,lo ro etones, te., no manifie tan en todas part s la figura de
la estrella, ímbolo de 1aría ::\1adre
del amor hermo o y de lct anta e peranza (1),
Fig. 6.-Plano de
Ademá , la mi ma palabra nave,
una Igle ia ojival.
con que se designan lo cu rpo del
rilo. de edificio religioso, nos recuerda perfe - Xtra.
Dijón (Francia).
tamente la idea mística de la navecilla de Pedro' las capillas del ábside forman la corona
mística de Jesucristo, que reside personalmente en u
centro; las torres empinadas las esbeltas y agrupadas
columnas, la elevación, ligereza y atrevimiento de las
construcciones, simbolos son de la idea espiritual que
domi.p.a en la Casa de Dios. Yel nÚmero de tres y las
hojas de trébol y los triángulos, que tanto se repiten pOI'
to la parte en 1 T mplo, embl ma on expre ivo~
de
lo mi t ri princil al d 1<t Reliooión ant,t. LIt olidez
d 1 edificio 1u P l'man c á tra é de lo io'lo imu\ri to y de
g n clara,
d la t¡thilidad del R ino d
la 1 rud ncia d 1 h wbl'C' quC' diticó ohr pi dra viva.
y lo adorno, l' produciendo forma v o'etale . Llnimal ,;'T animando con vida, exub nl.llt á la lUat ria
in rt , embl ma io'nificativo on de la 1001 ia 'ctLolica
qu rod lo r o ncra y vivifi a,
1.,¡t ..1.nl uit tum llamó n u ( uxilio á toda la artes
para, r alizar u id al ' mpl to - vini ron n primera
fila, como in ep,tntbl, compm1era la Es ultnl'<t J la
Pintura poblando t cielo terre. tI' d imágene y 11 ramb , l' tlejo.el
lo' bi 11¡tv ntnraelo morad l' - de
lelo e 1 tial.Jel'U alén ~ ~.
oloco á.J. II ri t J L1eíl, 0br el dintel d 1<t portada, y á ~la1'i,
::\[aL1rc d p 'are
n 1 pltrt luz d let mi-ma y á lo elotóp.\~
L'n la
columna III o ti n n el ¿tl' 0 el o'loria, qu l'od a al
.'¡tlvndor eh l ml1nd , ¡l\l,to'nífi a iel a, que ó10 rué OlllpI' mlida en los iglo ele f qu ho:
l!<tman 0- 11-'
ranti ta !
.l:
t:l'~i c
que mejant
imboli mo
apri 'ho de
la fanta ia loc:.t de fománti o . vi iOll<trio
11 nguaje
mí ti o el In, LiturgÜt atólica obre todo en la on aoTación de -la Igle ia y 1 píritu cri tiano d la Edad
:U dia obrador de tanta maravil1<t que se infiltró en
la e 'feras todas d la vida ocial y privada, otra cosa
elicen y uponen. Y cuando vemo en aquella época feliz tanto simboliémo cri tiano Jl la Heráldica y en la
Numismática y en la Pal ografia y en los usos y costumbres populares, ¿habriamos de negarlo á la sublime.
ArquiGectura? Impo ible.
Por último, son nue tras Catedrales riquísimos Museos,
que reunen las obras más acabadas del arte, acumula-
36
(1) Es bellisima la idea de S. Buenaventura: .Quibus auxilii
possunt naves inter tot pericuIa transire usquc ad littus? Certe
per duo, per lignu'Tn et stellam, id est, per fidem crucis et par virtutem Iucis, quam peperit nobis Maris Stella, Maria.'
37
,
4'
Elementos de I1[J!)({oe~tq'lA.
Elementos
Entre la diferentes forma d frontóil on la má- 0mune : el frontón triangular lfig. 32)) 1 circular fio·.341,
elpa¡·tido (fig. 33), el aguzado y 1 rebajado ~ cO'Ún la
altura del triángulo) y el gablete ó piJ1ó¡¡ que un frontón aguzado y de puro adorno, propio de la arquit ctura ojival (fig. 35).
En la arquitectura de ClI'CO in iste obre lft columna un
conjunto d pieza formando a¡'co, y á una on é'te la
bóvedas, miembros cuyo e tudio exig alguna detención.
4:8. Teoría del al'CO.-, 'e llama arco el conjunto le
pieza que cuhren un vano y se contrarr tan por empuje horizontal. Dichas piezas se llamau dovelas (ng. 3G
A, B). La uperior, que tiene el nombre de elate (íd. A),
tiende á caer por u peso: mas, impidiéndo elo su , cinas, ejerce pre ión sobre ellas, y é tas sobr las d más suce iv amente ha t.:'t ti gar en fin á la columna sobre la cual actúa la presión ó empuje n ntido oblicuo.
A1'quitect6nicos
49
" dic que <tel arCO no llluere nunca", y é ta e una verdad
en tal grado, que lo muro n donde lo arcos ó las bó, das
np y n e des,iarían d la normal mp.ujados lateralmente
in ce-al' desde arriba, ino fueran ba tante robustv ó no
e tu,,-i mn l' forzado con los st1'ibo. P ro en cambio, e te
géner el arquitectura 1'eúne xtraordinal'ia ventajas con
la e b Hez el ynción y facilidad de con trucción que le
di u~nit
,pue en él pucll emplear e mate1'ial menudo y no
exig lo gran les arqui.tra 1)e nterizo que u aba la arquitectura clá ica. En un edificio de a1'CO y bóveda todo ha de e tal' hien omoinado {j. modo de orgnni mo, pu unos ar~os
il'ven de contran sto á otros interiorment , y
muy ar1'iesgadoupl'imir uno solo de e to elemento : á diferencia de la
It1'quiteciura ac1int lada, n llande pu d auroentnr e 6 di miuuÍl' el dificio in p liO'ro de lo re tauteo
,
De toclo lo dicho
infior cómo]a arquit ctura cur,ilínea, e repre ntante de 1:1 a tividad, d 1 ol'O'ani mo y
de la yida al pa o qu la rectilin a lo e d la in rcia, del
lUin nu, de la rou l'te ll1úmel'o 34 y :.35.)
4:9. Forma <le arco.-Pa an de cincu nta, la que e
han u ado n con tl'uccione y de ellas on más notable la ia'uientcs: arco adintelado (fig. 3 ), ó a recto
por deb, j;' angula¡· (fig. 3 ); de me~io
punto (fig. 40)
Fig.35.-Gablete.
Fig-. 36.-Teorla
del arco redondo,
Fig. 37.-Idem
del arco ojival.
Las últimas dovelas tienden á resbalar sobre la imposta
. (íd.., M), desvencijándose el arco; pero los estribos (id"
E, E) se lo impiden, Se comprende que, si el arco se eleva en forma apuntada ú ojival (fig, 37), el empuje propende á ser menos horizontal, y por tanto exigirá menor contrarresto en los estribos.
Fig , .
Adintelado.
39,
Ang~l1ar,
40.
41.
42.
M Clio punto, Peraltado. D pl'imido.
de semicircuferencia; de hermdw'a ó bizantino (figura 44),más que semicircunferencia; 1'ebajadó Ó esca)'zá1ío
(fig, 43), menos que semicircunferencia ;pe?'altado (fig .41},
ó de medio punto sobre una part recta; dep1'imido (fig, 42),
formado por una linea horizontal que descansa sobre
'Ó
5
54
El'mentos de
Elementos Arquitectónicos.
aígol~uqrA
determinada por los arcos torales y el anillo de la cúpula; también se dice pechina la concha de forma redonda
ú ojival (figs. 84 y 64) en que remata un rincón ó una
hornacina, y que puede servir en casos dados para so tener cúpula, como
la anterior. e da el nombre de domo
á la cubierta exterior de la cúpula (figura62); de cimborio ó cimbolTio} á to~
do el conjunto de la cúpula y sus ac·
cesorios, (ibid.); de cupulino, á la pequeña cúpula que está encima de la
Fig. 64.-Pechina, mayor (ib., A);de lintel' na) á la porción cilíndrica ó prismática con aberturas para dar luz,
colocada sobre la cúpula (ib:, B); de tambo/'; á la parte
cilíndrica debajo de la cúpula, cuando exist visible; y
si éste lleva ventanas.(ibíd.,D)} se llama cuerpo de luces.
51. Teoría de ht bóvedas.-De lo consignado al principio del número anterior se infiere} que la teoría de las bóvedas debe el' la misma que la de los arcos (núm. 47), y así es
n~
general} hablando de las formas primitiva explicadas; pero las bóvedas que de ellas se derivan ofrecen muy preciosas
-condiciones mecánicas, dignas de algún estudio más detenido.
Se cony principalmente la bóveda pO?' a?-ista y de .ai·1eCt~
cibe que una bóveda cilindrica empuje en toda su longitud al
muro en donde Se apoya (ftg. 60) Y que haya necesidad de
-construirlo muy robusto para resistir su fuerza; pero si de tal
manera la aligeramos, que no se apoye aqnélla en éste más
·que en determinadps puntos, á ellos habrá que atender para
:reforzarlos con buenos estribos, pudiéndose, por lo demás,
prescindir hasta por completó de los muros, ó adelgazarlos
-cuanto se quiera. Tal ha sido el problema que l'esuelven' admirablemente las bóvedas por arista, sobre todo en las construcciones ojivales, según pone de manifiesto la fig. 68. El
.arco A insiste sobre los punto! a, Hy tiende á separarlos por
~l
empuje lateral que les imprime; mas allí encuentra resis-
55
tencia en los arcos E} F que ínsisten cabalmente en los mísmas puntos y obran en sentido contrario; estos dos arcos hallarán u resistencia en los estribos de los muros. En las mis-
Fig·.6 .-T aria do la
bóveda por ari tao
Fig. 69.-Teoria de la bóveda
en 1) china. -Bóvedas de
Sta. Sofia (Constantinopla).
mas condiciones del arco A se hallan re pectivamente los arB} a} D. Ahora bien; la b6veda M} qne es de arista, no se
apoya sino en los piE'5 6 arranques de los citados arcos' luego
-con tener asegurado el contrarresto en dichos pies a,H,E,F,
{}ueda todo en seguro, sin necesidad de otros refuerzos, resultando así aligerado el sistema. A ello también contribuye
la dispo ici6n de los urcos ojivale , la cual da por re nltado
menor empuje lateral, y exige por lo tanto menor contrarresto
(núm. 4').
Los lunetos en las bóvedas de caüón (fig. 60)} al luismo
tiempo que sirven con frecuencia para dar luz al interior del
edificio, tienden al mismo efecto de las b6vedas por arista}
aunque menos perfectamente.
Las bóvedai! en pechina resolvieron desde la época bizantina el problema de cargar una cúpula sobre un espacio cuadrado, ci.rcunscrito por cuatro arcos torales(fig. 69), pues hasta entonces no habían logrado los constructores montar las
cúpulas sino sobre muros de planta circu.\ar (ó álo sumo poligonal de muchos lados) como se ve en el antiguo Panteón de
Roma, hoy Sta. M.l\ la Rotonda .
<lOS
52.
Techumbre.-Como término del edificio está la
64
Elemento de Al'queo[0!Jía
La Estatt¿aria comprende tI' s formn. di tinta : In.
estatua, el g¡'upo, el relieve. La, estatua r produce
la figura humana aishldn. y por ntero, á lo ~Olem
en su porción más noble la cn.beza, el gl'l¿jJo representa v,wia figurn.s concurri nelo á una, n.e ión comÚn' el reUeve ofrece la,s figura, no ai lada) ino como
resaltando de un plano: la prim ra
caracteriza por el
reposo el segundo por la actividad
entimiellto; 1
tercero por la perspectiva que lo asemeja á la pintura.
La estatua puede s r: pl'o]Jiarnente dicha (en pi ó sentada), yacente (echada, generalmente obre sarcófao'os)
Q1'ante (de rodillas) y ecuestre ó á caballo: busto s una
estatua de sólo la cabeza; tOl'SO, de cn.beza y tronco, ó.
de é3te tan sólo; he1'lnes) un bu to que
prolonga inferiormente en forma de alto pede tal e trecho en u ba,
y sin solución ele continuidad.
El relieve puede ser: alto-1"elieve, medio-,'elieve y bCljo"1'elieve) según que la figurn. resalte d 1 pbno más de la
mitad del gro 01' proporcional, ó sólo h>" mitad) ó meno
que é tao La estatuaria se distingue, además en pl'ofana y 1'eligiosaj á ésta se la denomina iconológica.
58. Canon escultórico.-Lo que es el módulo en Arquitectura eso es el canon en Escnltura y Pintura, e decir, la
medida proporcional de la figura humana.' Pero con la tliferencia de que allá el módulo es artificial ó convencional, y
aquí nos lo da)a misma naturaleza. Al célebre Leonardo de
Vinci, pintor italiano que murió en 1519) se debe la fijación
del canon que sirve comunmente á los artistas, y es como sigue: La cabeza del hombre es igual en longitud á cuatro veces la nariz; la cara ó rostro tiene igual medida que la mano,
y ésta es Ia mitad de la anehnra del pecho y .la déchna parte
de la altura total. Extendiendo lós brazos y estando á la vez
en pie, se determina un cuadrado con las dos líneas verticales que bajan por los extremos de las manos y las dos h'ori.zontales de lo alto de la cabeza y lo bajo de los pies: las dia-
TI'o,'la
de
la EscllltU1'a
65
O'onales tI e te cuadrado e cortan en la última vért bra lUmbar, y trazando por ste punto una línea horizontal queda 1
bombl' dividido en dos part s iguales' cada una de éstns ~e
ubdivÜl en otras do por líneas paralela, que pasan por las
rodilla y la tetilla re p ctivamente.
;)9. Propieda(l d la E tatuaria.- 'obre lo dicho
en O' lleral de toda la. Bella Arte (núm. 15), hay que
aÚttdir como pecial de la E tatuaria, la. propiedades
-que la dHingu n y qu on como 1 y s 6 condicione
de todct obra escultórica, á aber: el reposo) la exp1'esión
iJuliviciual y In, 'pI'OPO}' 'ión Q1'gállica s gún el canon antedi ho.
, El ¡'eposo s elo tal manera coudici6n d las obras de
E~ta l ri "
que 'l¡UIl en aquellas figura que r pre entan
el movimiento rápido}
hn e cogido para modelo el
in tante preci o de repo o en el movimiento mismo del
objeto repre entado,
Dé e, por ej mplo, un mom nto en el cual apar ZCR más
bello el drama' háO':.¡ e que toda las per ona que figuran en
·él queu n inmóviles y como petrificadas, y tendremos la obra
escultórica ap tecida. 'e llama actitud á la po ición e coO'ida
por el arti ta, imprimiéndola en u obra. El movimiento se repre enta por la inclinación de la fig-ura ó de alguna parte de
-ellA; . el repnso, por la fijeza y rectitud y cierta riO'idez
de foro
mhs. " í, é not::l.ble el repo o de lo colosos de Egipto y del
.MoiséiJ d Miguel Angel, y el movimiento de laVictoria de Samotraoia, etc. Siempre ha de ser sobria en gestos y ademanes
la E t¿ltuariai y POI: esto son reprensibles muchas esculturns
del siglo XVIII por· la agitación en que se las supone sin motivo Rlguno, como si el viento las azotara.
.La exp1'esión individual es otra ley de la Estatuaria,
porque ésta ha de representar á individuos humanos con
su carácter propio y distintivo, aunque siempre con lo
típico de su clase, depurado de cond~i es
bajas y defectuosas. Asi ,por ejemplo, la escultura, que rep sen~
6
,
."
66
Elemento$ de Arqueología
te al Emperador Carlos V, ha de tener .todo el aire d~
majestad que conviene á un Soberano, Junto con lo.s peI' d e su persona y con la actitud
partIculaI~
.
fil es propIos
del momento en que se la supone en aCCIón.
La P1'Op01'ción 01'gánica es ley ind spensabl~,
como s~
ándose
de
una
estatua
en
seno'
pero 1
compren de, trat
.
d'
s
1 ~ense intenta producir una caricGÜura, el artIs ~
d esta ley en lo necesario para consegUIr su obJeto.
sN~ e a de las cinco llamadas Bellas Artes se presta
mgun
.
' có. que la EscultUI'a y la Pmtura
para el'é
g nelO
meJor
.
d
b
exmico caricaturesco, aunque bIen pue en am as
resa; lo sublime (núm. 19) en determinados aso. La.
pdesproporcl'ó n en las formas es lo más defectuoso
. que
d
se advierte en las esculturas del período romámco e,
los siglos X y XI.
La 1'0 ol'ción con el punjo de vista reforma. en part á
la leypanPte di cha , pues sucede que, al mirar una estatua
d
ta en lugar muy alto, observamos con menos esa~
puells 1 parte superior de ella que la inferior, y de aqul
1'1'0 o a
,
1 t'
cnte pala neceSl'da d de hacer mayor aquella, re a lvam
'd d
d
a.
e-1
ra que se ofrezc a á la< vista con toda regulan
•
á d' ndo sin pulir y tosco, hasta CIerto punto, e.
m s,. eJase observa fino mirado desde lej@s;yencamtra
b aJo,
.
, . 1" "'n
d'
.
. bio SI. se hubIese
eJa do con lIsura , no se apI ecU\,. L<o
"
l'meas 1·mportantes.
En la habilidad d 1 artIsta,
cIertas
<
••
ue sabe aprovechar esta ley dictad~
por observaCIon~
;e halla el medio de conseguir el meJor result.~o
esté
tico de la escultura, según las distancias y P.oslclón de
los espectadores,
60 P roce d1'Dl1'entos .- Varios son los que se emplean en
1 Es~aturi
á la vez que en orfebrería. y en las artes deco-·
a- .
álo'gas á la Escultura, siendo los más usuales el es·
ratlvas an
.
t
d
el
cul ido ó tallado, el modelado, el repuJa~o,
el es ampa o y .
em%utido, segun la materia que se maneJe. Esta puede ser el.
Te01'ia de la Escultu1'a
67
barro, la madera, la piedra, el bronce, el hierro, el marfil, la
plata, el oro.
E cltlpir es quitar partículas al tronco ó bloque, ya desbastado, ha ta logorar la figura que se intenta' modela1' es dar á
una pasta e a misma forma, añadiendo ó quitando porciones;
vacim' es obtener una forma en hueco ó vacío, para llenarla
de pué y lograr la po itivu' 1'epuja?' es producir en una lámina metálica ft fuerza d martillo los relieve y los huecos nee sarios para conseguir la forma que se intenta; estampa?' ó
h'oquelar imprimir sobre una lámina delgada de metal un
cuño ó troquel con las figuras en hueco, para que éstas resulten ele rclieve; embutir es aplicar sobre un molde duro una
delO'aela chapa de metal precioso, para que á fuerza de golpes
tome su formas, y desl ués, quitanelo la chapa y unicndo lo
bordes de lla, quede una estatua ú objeto artístico hueco,
pero con apariencia ele mR.Cizo· también se dice embutido al
trabajo de introduccíón de algunas piezas en la abertura.. ó
urcos abicrto en otra. on variedades de e ta clase dc embutido la tm'acea, que se hace con madera, el ~odanit1JlSUC
que se practica introduciendo laminillas de metal precio o en
lo dibujos abiertos en hi 1'1'0 Ó acero, y otras incrustaciones
a imismo decorativas. emejante es la filigrana, que se hace
aplicando hilos ó oordoncillo de metal precio o encima de
otrp inferior, produciendo caprichosos dibujos; camafeo es un
relieve quc se hace en piedra precíosa, ele variado color generalmente.
Antes de esculpir, el artista modela con barro la figura que
ha de servirle como tipo, y este modelo es para él como el ~ob
ceto para el pintor ó el plano para el arquitecto' después, con
el auxilio de la cuadrícula. saca de puntos su obra. haciéndo_
la Pl'oporcional exactflmente á su tipo. Las piezas fundidas
ó repujadas se retoMn con el cíncel ó buril para quitarles las
acgulosidades, etc.
El decorado completa. la obra del escultor, haciendo contribuir la pintura al mismo objeto que la escultura. Los antí~uos
artistas de Grecia pintaban sus estatuas, Aun cuando fueran
del más rico mármol, y bien podría imitárseles, por más que
,
70
Elementos de A"queologia
Teoría de la Pintura
espacio á distancias diferentes. i este efecto e produce por combinaciones geométricas de linea , tenemos la
pe¡'spectiva lineal, y si por la degradación de las tintas,
ó sea por el claro-obscuro, perspectiva aérea. En la per pectiva lineal hay que tener en cuenta los siguientes
elementos: el punto de vista (fig. 91, o) ó de mira, á donde convergen las líneas que forman la per pectiva (li-
-diciones generales de toda obra artistica (núm. 15), las
.cuales d un modo especial se refieren á la Pintura, ha.y
que ten r presentes como propias de este arte las que se
deducen d ht misma naturaleza de los elementos constitutivo ante m ncionados, y son principalmente: A)
·qll 1 DIB J d las figuras sea c01'1'ecto, obs rvándose
el ,tnon (núm. ) d las proporciones orgánicas, cuando e trat de la figura humana, y la regularidad en todos lo d más trazos' que sea valiente, ó trazn.do con
soltura, .
y maestría
, sin que se vea timidez é inseguridad,
.
pero in r dU1'o Ó mu fuerte en los contornos, smo .ante bi n se oculte 1 artificio en lo po ibl ,desvaneCIendo algo los ontorno; qu 8ea p,'opio de cada personaje
Ú objeto d lo que figuran en el cuadro,
xpresando el
carácter individual del mismo y los afecto dominantes
d cad¡1. unó, r poni ndolos en el lugar que les corresponde' que e ujet á las leyes de pe¡'spectiva, que diremos
lu~go:
Bl que 1 CLARO-OB, CURO proceda gradual éinsensibl ID nte en la d gradación de los tono' que tenga
coI'l'espondencia con la dirección d la luz, entrando
é ta por un 1 do en la escena; que contribuya á ,'esaltal' lo puntos más interesantes del cuadro y á ocultar
los de menos importancia, y que se distribuyan con naturalidad la luz y las sombras: C) que el COLORIDO sea.
p,'opio y no arbitrario; que sea su.ave, pero no bajo; que
se present va1'iado, pero no abigarrado, etc.. Los colores llamados primaríos son el rojo, amarillo, azul, blanco y negro; los demás se dicen secunda¡oios,
Las leyes de perspectiva se reducen á que tO,das 8~1
líneas que la forman concurran al punto de vUlta (numero 62); que la línea de horizonte se halle á la altUl'a
del ojo del observador; que dicha linea corresponda al
. m.edio del cuadro por regla. general; que no ha,ya más
de un punto de vista en cada cuadro, y que éls. h ~ .
-----------
Fig. 91.-Teoria de la per pectiYa.
neas que huyen, se denominan por los técnicos); el ho"izonte (id., A, B),ó línea en donde aquél se halla situado; esta linea es paralela á la que se llama linea de tierra (c, d) base del cuadro, y á la linea de cielo (e, f),
superior en el mismo, ~as
cuales también se dicen horizontales: ángulo óptico se llama el formado por las dos
visuales dirigidas á la vez á los extremos del cuadro de
perspectiva, el cual ángulo nunca puede exceder de 900 ;
.punto de distancia es la situación en que se ha de poner
el cuadró respecto del observador para que se distingan
bien los objetos y se cumpla la ley antedicha del ángulo
óptico.
G3. Condieionell d9 elite alete,-Sin olvidar 1a8 con-
71
72
'J'toOI'[u
Elemento de A"quoologla
á distancia proporcionada del observador guaidando
asimismo proporción con e ta distancia la ma uitud d
las figuras.
64. Lenguaje de la línea y de lo colore .-Ad más delas leyes geométricas y fí ica á que se han de ujetar la
obras pictóricas, hay otras purnffi nte e tética y d apr ciación común, de las cuales e irven los pintores para dar expresión á la figura, por mA l}ue ello tiendan á la lib rtad
é indepenp.encia d que nos babia Horacio, y se 11 rmitan ~e
nialidades de estilo peculiares de cada artista. Completando
lnelo que ya vimos en la Arquitectura (núm. 35 , adviérte
las .líneas h01'ízontales representan la calma y la quietnd' la
dive?'gentes ascencll'ntes, Apartil' de un punto ó de una lín a
normal, alegría y expansión' lasocont1'arias á é ta ) Ó
, la
divergentes descendentes de un punto ó líneA} tri teza y melancolía. Esto mismo ,emo rcpetido en la Jaturaleza} .. impresione iguales respectivamente á las antedichas no cau nn la
serenidad de la líneas borizontales del ro tro
la llanura
dilatada de un campo; lá línea que se abren de abajo arriba en el rostro y las planta elevando su rama; la forma
piramidales de los monumento fúnebre y la rama caída
del sauce llorón, etc.
También se observa, como lo notó el Tiziano, que el color
rojo produce el efecto de aproximar las figuras, el amarillo las
detiene, el oscuro las aleja, el azul suaviza las sombra.
65. Divi ión de la Pintura.-Dividese en Pintura
p?'opiamPnte dicha y Pintura decorativa, según que se
tome el objeto como propio y exclusivo de este arte, 6
como auxiliar de otro; la primera se subdivide en dQs
géneros: el histórico y el de simpatía, según que se ocupe en la figura humana y escenas diferentes de la vida,
6 elf. represeJ?tar paisajes d~ la Naturaleza, pudiendo entJ;'ar .en el primero. hasta los cuadros simbólicos. Además, se dan en la Pintura l?s tr.es géneros que definimos
arriba (núm. 19), como se supone, y éstos se refieren al
di' lo Pi Iltul'a
73
hi tór;co pI' pi qu
el principal y el único
u'ceprible d icleal, n ntil' de vario autore
Lo cuadro Ú obra piétórica e dividen comÚnment 11 mUl'ale.·, qu e hacen obre la parede y b6ved,1. del difi 'io' de 'aball te} que
jecutan obre tabla ,li nz y pln a . mi71iatuI'a qu e trabajan en
p q II Íl yen d li' ¡1(los p rfil
obr pergamino papel,
marfil Ó 111 tal.
llama iZueta 1 dibujo n el cual 610
e tá indi auo 1 ontorno dcl objeto in ofrecer apenas
otro detall
La Pintul'H clecoJ'aJiva da. lugar á la tapi cría, esmalte,
bOl'd¡1.do, gl'l.tbl1.do, 1110 aico etc. que 011 formas de
ella.
66. P.'occllimiellto . - 0 0 varios lo u ado en pintura,
0"\1 1'0
y por 110
di tinguen tambi n lo eua Ira Ú obra de la
mi 'mn. Enulll l' mo lo principale .
e dic pinturEl al frr' ·co la que e hace obre un muro 1'ecien cubi rto d cal, humedeci ndo cada día la parte que en
él
ha d pintar; d modo que, aplicando lu go lo colores.
con ngua,
logra qu la pintura lleO'ue á comhinar e con la
cal de la par d: 17 fl'r' co seco} la que se ej cutn. obre la pared
pulim ntadn, cuidando d frotarla suavement con agua de
cal en la vi pera y en el día en que se pint . al temple, la que
obtiene di olvi ndo los colores en agua de cola ó gelatina.
6 11 yema de hu VD} y aplicándolos sobre ~a pared seca, ó sobre el lienzo ó mad raí al (JI/.CClIl to, la que se trabaja de liendo lo colore 'n cera fundida y pasando después sobre el
cuadro un hierro cn.nd nte ó cautC1·ioj.aZ óleo) porque se prepara con aceites secantcs, di olvi ndo en ellos los colores; á
la agl¿ada, cuando se emplea el agua de goma y miel con el
color espe o; si éste se diluye en mucha agua, forma la acua'rela, y se llama lavado cuando sólo se emplettn el blanco y el
negro; por fin, se dice al pastel, si se aplica el color por medi~
de lápiz en seco; al ca1'bón, cuando se bace con lápiz de carboncillo.
Entre los procedimientos d corntivos es muy notable el del
mOl/lHnentos
'CAPITU L
CO", ~ÓIC.\LVRE
DELO :UOX OTNEr~
\ lIT
ARQ
EOLÚGI o.'.
U. Razón de e te capítulo.-De pu & qnc 11 mo
visto, siquiera somerament ,le1.
ondiciolle de la
obras artí ticas y lo diver os proc dimiento que n
ellas siguen sus autore , razón s rá que xtenclnmo lit
consideración á la manera de con el'varlas in d t fioro, completando asi la parte general de l<.1..ARQ EOLO }Í.\..
y aunque ea dema íctdo práctico 1 a unto p¡tnt que
haya de tratarse en la primera parte de la obm, la. m· I
zón de su generalidad é importnncÍit oblio-¡t á con iderarlo como propio de e te .lugar no habi ndo de ofrecerse después ocasión más oportuna.
~o
cuestión de pequeilo mom nto let plant ¡tda en
e te capítulo, obre todo para aqu no que ti nen á u
cargo la custodia ó admíni tración d algÚn edificio ú
objeto artí tico; la Religión, la Ciencia y el Art reclaman de ellos el mayor cuidado y la más exqui it¡t diligencia, haciéndoles responsable del abandono, transformación ó enajenación que sufran por su causa. Lastimosamente se han alterado muchos de los referidos
objetos por incurí¡;t; otros, con perverso gusto, se han
mutilado y transformado al capricho;. no pocos han parado en manos extranjeras, vendidos en vilisimo precio
al primer postor, y frecuentemente sin legí tima f¡tcultad,
tratándose de bienes eclesiásticos de mayor cuantía, A
evitar semejantes pérdidas y transformaciones van en·
caminados estos breves consejos, tomados de a.utores de.
W'qlt
ológicos
3
n 'O"eneral v
nota y p rito n 1 art . Lo dividimo
particuh re ; aquéllo pant toda cla d monumento J
para el tilo d lo mi mo ; é to , para cada una de la
¡tgl'up<.tCÍone "trtí ti a ·plicada.
75. ('ons nación de los objetos.-lIedio tl'a cendental . in duda para con ervar lo monum nto ar¡U 01' gico
la formación el •'oci dad , .A "tdemia ,
.Junta ct. en la Provin ias y n la Dió 'c i con el
indicado ti II Y la '1' a ióu d Mu o dio e ano y provinciale qu l' ~m¡tn
cu"tuto obj to d
st nÚm ro
puedan hallar di 1 l' o n mano profana ; p ro tal s medio no on 1ant tnLtados n 1<1. prc ent olJI't1.
L"t con erva iÓI1 d lo dificio y d má objeto <11'queolóo-i
r 'l¡t111"1. <1 lo n ar.o-ado II
llo qu
e
1 ~ pro ur : 1.() li IIlpieza uidando a iduam ut qu el
polyo ó la imnundicÜt no lo af ó con uma' qu n lo
Illuro :.' t jados d 1
difi io no
críen' rha ni e
d pO'it n obj to xtr'lÍlO: que la piutura y lo objto 111 táli o no
. pouo-an á manacione pútrida
ni
dej n 'í 111 l' cd d qui n q ui ra mano arlo
:'.0 ventilación, ha i nd qu
l' uue",
1 aiL' d lo
objeto y l' 'iuto largo ti mpo cenado; qu
n la
iO'I ia haya i mpr
ntana. en di po ición el n.briruando conv no-¡t para la l' novación del air : qu
lo tejido y demá obj to expu sto á la polill"t y carcoma evi iten yair n on tI' Cij u i<l;3. p,'eseI'vaci6n
ele ,dae~)/,w7
no exponi udo jamá tí ella lo obj to 111tálico , pap 1 s, madera, tejido, tc.; cuidando que ~10
penetre el n.gua eu los difi ios por la rendijas ó por los
tejados, cimientos, ventalla; evitando los aire y sitios
húmedos, mayormente cuando se trata d pinturas yobjetos orgánicos) que fácilmente se cubren de moho y se
corrompen; 4. o, "epa¡'acione ,que se han de hac r Únicamente l"ts necesarias para la conservación de lo mo-
Elementos de
aigol euq·~Á.
numento , y no con el sólo propósito d
mbe11ecerlo.
76. Con ervación de lo e tilo .-Dado que se juzguen necesarias algunas reparaciones n los monumentos de que hablamos hay que atend r mucho á con 1'val' el estilo que predomina en 110s, á te fin d b
procurarse: 1.°, elección de un arqueólogo qu dirija la
obra de re tauración, de pué de hab l' e tudiado interpretado bien el monum nto, y omparádolo con
otros de su época; 2.° unidad de plan y de tilo, ,tCOmodando al antiguo la obra nueva, y c,ons rvando todo
lo anterior, mientras no sea inútil ó de ningÚn mérito;
3. 0, ap'1'ovechamiento de los materiales antiguos y de la
piezas ó fragmentos, para reconstruir con los mismo , '
en lo posible, el objeto de que se trat ; 4. 0 ,clescnb1'imiento de la parte que sea antigua, sin ocultarht ó embadurnarla con pinturas decorativas (á no ser excelent
y
sobre grandes muros, ó en obra de mampo tería), y menos con revoques ó blanqueos dados á los sillares, i e
trata de obras arquitectónica; 5.°, conse1'vación del .a pecto de antigüedad, evitando el rascar ó picar los objetos 'Y las paredes para darles apariencias de construcción nueva, lo cual destruye lastimosamente la pátina
ó especie de barniz oscuro, depositado en la superficie
por la acción del tiempo, y que patentiza su antiglledad
venerable, ya se trate de ohjetos metálicos, ya de piedra
ó madera; 6. 0, anotación fiel y exacta de la parte reuova·
da,para que conste en lo sucesivo y no se confunda con la
antigua, y 7. 0, mano hábil para la ejecución competent .
77. Obras de Ál'quitectura.-Además de los consejos da·
dos en general, y que el estudioso podrá aplicar á varios pormenores de Arquitectura, débese tener en cuenta para los
edificios, que los cimientos no se socaben con avenidas, des·
prendimiento de terraplenes, árboles corpulentos vecinos, cuyas raíces puedan penetrllr en aquéllos; que en los muros Y
Conservacióll de los llwnumentos Q?'queológicos
5
arcos se cierren pronto la rendija que aparecen, y se aten
con tirante, en caso de no ba tal' aquella medida' que los tejados e r visen y reparen con frecuencia y e prolongue el
tejaroz en caso n e ario, ante de recurrir á canalones de
zinc antie téticos; que no e pongan para-rayos, á no estar
bien eO'uros d la p rf cción y conservación de todo el sistema; que si hubiera d l' staUl'ar e alguna columna, pilastra
ó muro d illería, no
haga cubriéndolo todo con cemento,
sino que deben su tituirse la porciones que faltan con trozos
de piedra rectanO'uIare y bien aju tado . que para de encalar las piedras, imprudentement!'l blanqueada , puede u al' e
elel agml. cali nte con alO'ún instrum nto áspero ó raspón, sin
añadir pintura qu imit 1 color y forma de aquéllas.
i . E cultura.- lo dicllo en general, hay que añadir
para la e culturas en e p cial, qu deben conservar e los colore antiO'uo de las mi mil. , sin pretend r renovación del
ro tro y v timenta' IU
i hubiera de soldar e alguna porción de pl'endic1<l., Ú
de un c mento fino y di imulado, por
ejemplo, cl11 viva de Icid¡l. y hn.tida n clara de huevo, tratándo e tI pi dril. ó han cocido' para mad 1'11 , ba ta la cola ordinaria: que, i la mad ra
balla ataca.da por la carcoma, trAte con una disolu ión d ublimn.do corro. ivo en
ag-ua al tre . por ci nto, á fin d matar lO in cto y g rm ne
que hubi se, y luego ciérr n
los orificios notable on pequeño taruguito de mn.d ra ó con alguno de lo lodo preervativos, iendo excelent para el ca o, el compuesto de
~O'Ua
de cola, blanco de E paña y polvo arsenicales.
79. Pintura .-Teniendo n cuenta para toda clase de
pinturas lo advertido aITiba, procúrese, además, que no se
expongan á la luz directa de1 sol ni al viento ni al humo',
que no se embadurnen con aceites, ni se les dé mano alguna
ele cola, om~
para limpiarlas ó darles brillo, aupque bien
podrán lIgeramente barnizarse cuando estén limpias y se
tr~ e
de pinturas al óleo; que a,llimpiarJas se eviten sacudiID1e~tos
y roces; que, si está adherida la suciedad y se trata
de pmturas al fresco, lá.vense con una fina esponja empapada
en agua tibia, mezclada con un poco de vinagrei si estuvieran
7
Elemento de Al'qt¿eologla
COIl 'el'varión de 10 monlllnentos a¡'queológieos
enmohecida
équense bien y límpiens despué con aerU&
mezclada. de amoníaco en corta porción' i la pintura fu e
al temple no e u e líquido alguno para limpia.da, yentonce podrá frotarse con miga tierna de pan la sup rfici' i e
trata de un cnadro al óleo, láve e con aerua tibia in mezcla
alguna.
Podrá uceder que el mal color d la pintura al óleo a debido á capas de barniz sobrepuesta y m'anciadas' en te
ca o procede qnitar dicha capas por medio del alcohol, puro
si la capa ·on muy dura (l debilitado con encia le trementina (aguarrás) i no son fuerte . El liquido so aplien con
tiento, valiéndose de algún trozo de algodón n rama y procurando que el alcohol no altere la pintura misma, sobre la
cual debe pa¡;arse el algo Ión empapado en e encia d tremen·
tina sin mezcla, luego de haber actuado el líquido anterior,
Taml ién se aconsejan para tos caso di olucion de pot sa
6 de amoníaco' pero deben u arse con mucha precaución, no
sea que manchen ó ataquen los colore. i el barniz qu ha} a
de quitarse fuera de huevo, hay que reblandecerlo previamente empapándolo con aceite de linaza por una do horas. i hu·
biera que pagar rasguños de lienzo ó peTícula de, prndida de
la pintura,úsese de una di olución muy fina de goma arábiga,
añadiéndole un poco de miel en cantidad d 1 cinco por ci nlO.
i se trata de descubrir pinturas murales cubiorta le cal ú
otro revoque, e procede levantando por parte con mucho
cuidado y paciencia la capa sobrepuesta; resquebrajándola
primero con golpecitos suaves: también puede ensayarse el
método de pegar lienzos sobre la cal, tirando d spués con
fuerza para arrancarlos: terminada la operación, se limpia la
pintura en la forma explicada, según su clase.
Po~lria.
ocurrir la necesidad de trasla.dar la pintura de un
cuadro ó de un muro á otro fondo, por hallarse consumido el
lienzo que la sostenía, Ó por habe1"se de proceder al derribo del
mw'o en que estaba,operación que recibe el nombre de ent?'ete·
laje: en semejantes traslados, no siempre f{Lciles ni bacedéroS,
hay que prev n~rse
con gran dosie de habilidad, yno menor suma de paciencia, 88 empieza por encolar sobre la pintura una
"-mn placa d ga a,y encima de é La se peeran hoja de papel
blanco. ha ta formar una sp cie de cartón, cuidando que no
]' alt n '1.rruga . Cuando té eco, e quita el fondo ó la ba e
primitiva de este niodo: i m lienzo encolado, basta mojarlo
por d trfl
n una ponja mpapada en agutt, y se loerrará
de ha 1'10 fácilm nt: i I lienzo e taba más fuertemente adfl"Ota con piedra pómez y alguna ra pad 1'30' si fueherido
ra tllbln,
atl 100aza también por detrá. on ierra y unas
1'80 parlera , el jÚndolll como un papel del znable sobre el
cual e pl1. a la ponja n la forma indicada; y si fues un muro, el ractiea una h ndidura profunda por un lado, y con nn
cincel
va desprencli nelo elel grueso de la pared la capa en
que está la pintura, ha ta qu toda va con 1 cartón previamente formado, y e raspa y lava como queda dicho. Hecbo
e to, e tra lada 111 nuevo fondo, cl ual podria el' un lienzo
lUuy ti o] t rso y encolado con goma y miel (egün e dice
arriba y obre él se aplica la pintura exactament por el lado qu e acaba dc raspar' cuando est s próxima á ecar e la
eola, e oprime el cuadro con una plancha, á fin d 100'rar adhesión perfecta. POi' último se quita el cartón, pasando sobre
la hoja' de papel, In e pOl1ja con a.,crua] y e limpia el cuadro
eomo e elijo arriba. 'i ante de comenzar la operltción sobre
el primitivo cuadro. de lienzo, e ve que está muy seco, debe
reblandecerse, empapándolo con esencia de trementina mezelada con aceite.
SO. lloblliario.-En la imposibilidad de bajar á por-
'6
menores respecto de los demás objeto basten las reglas
generales antedichas' á las cuales podemos ailadir, que
los armarios y estantes, en donde se guardan, tengan revestimiento de madera; que estén saturados de alcanfor
6 naftalina, cuando se trate de objetos que puedan polillarse; que no se tengan dobladas las piezas de tejido,
sino ,~adinetx
Ó aroU~d
61). cilindros de madera;
que las alhajas de metal se guarden enfundadas sin 1'0zaJ:Qiento; que los objetos metáliGQs np se limpien con
ácidos corrosivos ni con polvos; sino que, si son de hie-
96
Pl'otohi ·tOl'ic¿
Elementos de Arqueologia
---------
tas que significan re pecti\ amente piedra la¡'ga r pied ra
p1'olongada), y es una piedra suelta y levantada n aIro:
1'ingle1'a) ó conjunto de menhire en fila: cl'omlech, Ó pi"d1'as en círculo (fig. 124) porque a 110 e tÚn, ya 11 ('micírculo, J-a en elipse ya en círculo neillo ~-a en doble Ó triple círculo' piedra o cila11fe ó bamboneable, cuando se halla en equilibrio tan perfecto que ba ta 1 m Dar
impulso para que oscile sin ca r e á pe al' de su Ilorme masa; tll1nttlo, ó montículo d ti na ó d pi drn
pequeñas artificialmente levantado obr de pojo mortales ó en memoria de algún suceso notable.
De los citados megalitos se hallan ej mplares en no
escaso número, diseminados n mucha regio n d
ia
y Europa, seúaladamente en Inglaterra, Alemania,
Francia y España. En Galicia s los conoc con pI nombre de mao.~
ó modol')'asj en "' a congada con j de
sorguinechej en Extremadura, antas "Y ga¡'itos' en Andalucia, sepulc)'os de gigantesj en Baleare taula' n (~a
taluña, balmas.
En América se han de cubierto monuro nto par ('idos, que los arqueólogos reducen á do tipo: ltl. chulpali
del Perú, y los mounds de América del orte; lo primeros son criptas funerarias semcjante á dólroene J dis .
minadas en la gran meseta de los Andes; los segun lo
se constituyen por montecillos artificiales de tierra ó
piedras, como se ha dicho de los túmulos, y s ob ~nre
que debieron servir á .veces de enterramiento , otras como obra de defensa, ó de valladar para sus templos y
lugares de sacrificios.
88. Destino de los megalitos.-Mucho se ha cuestionado
sobre el origen y destino de los megalito europeos; atribuíanse antes {i 10B dJruídas Ó sacerdotes galos y bretones, y así o
llamaban monumentos d1'uidicOBj pero es común en la actualidad el recon'ocerles origen celta, como así lo reconocen el
97
Abate IIamarc1, francés, - l inO'lés .l!'ergussÓn, que justamente pu d n con iderarse como fundadores d la ciencia megalítica. on lo l' r t'ido abio podemo admitir que ca i todos
los m galito reconoe n un destino tun rnrio especialmente
los dúlm n y 1011 túmulo , pu
n ello e han encontrado
frecu nt m nt ha ioado muchos hu so . En el dolmen de
Eguílaz \.lava) (tiO', 126) e halló el e to UlUt capa el más de
un m tro de altura n 1 fondo
del mi 0l0. récse comúnmente
qu las )'illgll')'a ' y los cromleclls
sirvi ron para l' union ¡; ó asambl a ú para conm morllr alguna
victoria: que 11 la {jCller(Cls C~tbie1'trt se proclamaban Jos jefe;
qu lo trilito' ran arcos triunfilIe Ú tal vez 111 a' d
aCl'itiF:g, 125.-Dohnen de Eguicio : qu la piedra' us ilantes
laz ( ]¡l.\'a),
ran obj to d adivinación, etc.
Todo 01'1' pon len tí la época neolítica.
I
de la. dade pre1li tórica .-Qu el
hombl' primitivo en Europa, y en otras rC"'ion s d 1
mundo ti Ó por má ó ID no tiempo instrum ntos de piedra, tallada y pulida' qu vivió en cuevas) aunque no
exclu ivament ; que levantó grande monumentos d
piedra. en bruto, tc., on afirmaciones cuya v rdad está
fuera de toda duda; pero que atrav ara sucesivamente
por ltt cUcttro dades prehistóri~as,
y que viviera siglos
y siglos en un estado semisalvaje, lo juzgamos insostenible, gnl.tuito, y en pugna con la misma experien,cia y el buen sentido. Se han hallado en muchos de los
monumentos l' feridos toda clase de utensilios depiedra)
hueso y metal (por lo menos el cobre y el oro) en confu-.
oSa mezcla; se ha observado cierta uniformidad de estilo ,
;aun en países muy distantes; se han Tisto mODumenlios
9.
t~ci ír'(
102
Babilonia
mlve ora parad¡;¡, arel, unid."\, , y r 1'mando luego el imp rio a irio-babilónico tuvi ron una
arquitectura común descubierta hoy n la ruina d
sus grande edificio . Y como en u l' gión la 111 opotamia, no abunela la piedra d C011 tru CiÓll hubieron
de apelar lo
onstl'uctore al adobe y al ladrillo 1
cual e halh'l. con frecuencia vitrificado, y al a falto amo cemento. Por la mi ma razón, faltando material enterizo, inventaron el arco la. bóv da en la. con tl'UCdones, si bien di Umdo mucho ele la, perfección que
ofrece nuestra, arquitectura curvilínea. Lu, d ello t nía
la.s formas de rectilínea porque lo .trcos re ulbtban casi adintelados y con relleno de la curva.tum inf rior, de
ordinario. Los muros tenían con frecuencia rev timiento de ladrillo ba.~l izados
ó azulejo de varios colore .
Los edificio, egÚn e rev la también por el dibujo el
ellos que sé admira en alauno relieve, tenian la forma
piramidal escalonada, ó sea, por s rie do plataforma
sobrepue tas (como indica la
figura), ubiéndose á ellas por
escalera exterior.
El ll?-ás célebre y antiguo de
los edificios es la T01"1'e de Babel,
restaurada y terminada pOl"~
-abucodonosor, reducida más adelante á escombros por los conquistadore de la Asiria, y re~onstruída
teóricamente por los
4tsiriólogos en vista de las des~ripc one~
.halladas en historiadores griegos y en relieves asiTios. Las siete plataformas de que
constaba desde la restauración
. de.le n~batse,ros n docuba
dedi- 128,-Plano y alzada de la
Torre de Babilonia, segÚn
~ad s
A lo éinco planetas conociel inglés O. Mothes,
Al'qnifect Llrrt
(( ntiglla
o1'iellfal
103
do . y al 01 y á la luna l' pectivamente, n vando cada una diIcpu! color,pu lo caldeas daban culto á lo a tro': por esta
raz,'m (,l',-ían u. t mplo á la vez de ob ervatol'io. El plano
de la l' forilla 'ron ra de 196 metro de lado: u ángulos
miraban á lo cuatro puntos cnrdinal . obr
l montón inalza hoy una imag .n de lalnmaculada.
forme de la ruina
rigida alJí por un P. 'arm lita en 1·'65.
Ad má d
ta ruina
e han xplorado otra de mucho
int 1''' lY la lile opotllmia, y entre ollas la de Murrei!', antigua Jlw', con un dificio 1 vantado 1)01' 1 l' Y Uruk' la d
Jon:abad, qu ~nci
rran 1 palacio del l' y argón ~el
'almana al' ti la Biblia; las de 1 uyundschik, en dond 'e ha de nar!uerib, etc, Todo e to palacios
cubierto el palacio de
se hallab¡lll d c rada con magnificencia, prodigándose el
oro, 1 bronc " lo rcli veS n profu ión, lo mo aieo en lo
pavimento, las esfing s 'n forma d toro alado con cara de
homl re y barba rizada, ant la puerta d lo palacio. e han
encontrado xt n ion con id rabI álo largo de un camino ha ta d do 1 ilóm tro , con l' li ve l' pre nt~\ ivo
de
hazaña gu 1'1' ra ,etc. Entre lo motivo ornamentales eran
muy comun la palm ta .
~)3.
Art mello-p l"'R.- 'Úbdito lo medo de lo
re'c el eviníT~
n algÚn tiempo • dueños de pu s con
]os per a d toua la ~I
opotamia ~r de inmensa recriones ha ta om t r I Egipto el A ia 1\1 nor y aun la
Grecia en part ,
omprende que 1 arte medo-per a
había de t 11 l' rou ha punto de canta to con el a irio,
el egipcio y el gricgo, como a í se manifiesta. n las ruinas de sus antigua 'iudade
monumento, El arte indigena primitivo, sero j::mte al babilónico, si bien muy
escaso, se descubre en Ecbatanaj elformado por influencias egipcias y griegas, después del rey Ciro, os de ver
en las ruinas de Persépolis y de usa yen el sepulcro de
Dario, que se halla 11 una roea de J\lakschi--"-Rustan.
Este arte era más atrevido y ligero que el asirio y el
egipcio, aunque sin abandonar el sistema de platafor-
A¡'quifr' '(lO'r¡ antigua O1'ielltal
104
--_.----
mas. Fueron mny numerosas la columna -d
us palacios y característico su capitel en zodaria. como el
que se ve en las ruinas d Per époli
en 1 epulcro el
Daría (fig. 129)' tuvo arquitectura adint lada e finge ,.
relieves é inscripcione en la rocas, azul('jo
tc.
Admira en gran manera la de cripción qu de t al'te nos hace el sagra.do libro de E ter (ca.p. 1) bíen '0111probada con lo que la inve tigaci6n el los a. irióloo'o 1m
descubierto.
94. Arte sa ánida,.-Lainfiuencia 1el
o
arte griego se ejerció más podero a n lo
países mencionado de de que .Alejanelro
)lagl1o elerrocó el poderío de lo persa. y
los suce ore ele él ma.ntuvieron l' laeiones con Grecia y Roma. Elrcino ele iria,
junto á Pale~tin.,
con tituído por eleuca, suee al' el .\Iejitndr;o recihió el tal
Fig'. Uf!. I pitl'l
pe\" ·ít.
modo 1 Ilrte grie,go y romano. que aun
líoy e admiran u belleza en la ruina el I3aalbrc ~r Plllmira. Extenelióse e te reino ba ta dominar 1:1 Per ia durante
los eleucos y Antíoco : pero 11 01 tel'c l' iglo :¡nt('~
ele J. '.
e bacen independientes lo partos con Arsaco J, á lo cuale
suceden lo per a en la J)egemonÜl elel .Á ia con la elinn tia
de lo asánida en el iglo II! 1 pué de J. . La t ndencia
ele ésto á separar e ele las forma clá icas y á combinarla
con la, del p.tís da por resultado 1111 arte dicho (/sÚl1ido, que
fllé luego'como la base del arte bizantino y aun ele toda la arquitectura de la edael media, segÚn parece. ,'e ompon el referido arte de columna cilíndricas con su capit 1 s toscos ó
griegos degenerados; llevan éstos un segundo cuerpo encima
del ábaco en la fonlia que después se v en los bizantinos;
úsanse los arcos de medio punto, el ovóideo ó elíptico, elojival y el de berradura; sus bóvedas y cúpulas son con frecuencia elípticas, y según parece, se construyeron allí por primera vez las cúpulas sobre pechinas en un espacio cuadrado; la.
decoración es pérsica ú oriental. Se construyeron varias Igle-
105
iae en 1 A ia principalmente en Siria con e te estilo, pues
la r ligion ri tit na .' .-tendió con i<lerahlemente por 'iria
y Per ia n lo prim r. iglo del cri tiani '1])0. Lo árabes
ele truyeron 1 rino 1 '1' a en 1 siolo XII y tomaron de allí
lo ('lcm uto ele 'H art .
lucubracíoue
95. Arte g-illein.-Dela mod rna
arqlleolóp;i 'a y filolóO"i a.,
ha 11 gad á la conclu,ióa el qll In civílizaci6n eO"ipcia toma u ariO" n muy
probabl ala triull' a iátic,t ,qu inmigraron allá durante lo prilll r reínaelo de lo monarca ft irio . La
aI'lluírc 'tlInl C'g'i[)('i¡t
di tingu por. u olid z, xtensión. }l1'l':iÓn \"('rti"nl. el cara i6n d in crip ion
pinturas .- l'C'lic:'v .~
JI l' la e n Lancia en la formn, á
pe al' de 1<'1, infllll'l1e:ill grien-n que Últim. m nt r cibi,'); P ru t tÚ recnrga,c!<1 n xce~o.
y . pe ¡H1n. en u
íut río1' 'obrl tudo. 1'.11 C'lla ti nen im]) !'tan Í<l . uma.
lo: tplUplo ,10::- . C'plll '1' • Y lo ob li. 'o . Pll el díddirentre 1 cril)do~:
].0, menfita, de )[ llj1 la
a pital
(d, ele 1 ~ 'omienzo: ha~t
el iglo .-"X a.lIt, d .Te ul.:ri. to prob:lhll'I1H;lItc "tI 'uall 'rt nec n la, ('(>1 bre
pirÚmidp' ~. la..; ~'(g1Ii'.
(fig;. 130); e 'on. lTan touaYia.
una. 10 pirÚmiLl .; la rna.yor de Ha' (l~
lc.t llamada el" (fheop. , mí<lc 1i37 rn tro d altura. y 17 la. fino",
próxima. Ú la ll1Í'lna.:....
teban0'Y saíta el Teba ~
,'ai're pectÍ\'ilm nt (ti 1 . x.xx. aIIYa.. el J.), n lcual
oc' '~lnt; o
ron t 'IUI lo gran dio o de piedra con ob Ji co y do fi 1,1 d
fing
ante 110 con tituy ndo
una e p ci el itU Ó ay nida. d má d un kil6m tro ,
con centena.r s d
fing á v ce ) la.s uale 1'<.111 del
tipo de la. figura a.djunt<.1 (fig. 131). Lo templos, segÚn
ve por la. ruina. de Luk 01', de Ka.rna.k y otras, COll taban de un pilón (fig, 13:...), ó macizo en forma. que tiende a piramidal, con una, puerta de forma. trapezoidal 6
rectangular, a cuyos lados había sfinn-es)" obeliscos;
o
116
Elementos de A"queología
una' ábaco chaflanado en sus puntas con una flor n
su frente' e:t,rquitrabe, con tres p1antabanda comÚnmente; h'iso ~T molduras, con relieves J' diversos ,dornas de 'Ovos y hoja de agua por lo común (fig, 101)'
cornisa sostenida por dentículos.
Fué modelo de e te orden el templo levantado en Teaea por
Calimaco} que e el más precioso de Grecia despué del Partenón, y el monumento llamado c01'ágico en honra de Li ícrates en Atena , también por el mismo artista.
104:. Edificio griegos.-Los más suntuoso eran los templos, de los cuales hemos citado algunos tipos' In planta de
,casi todos ellos era rectangular, y raras veces circular; e dividían en las siguientes piezas ó estancias: La, un pórtico 6
P1'01WOS .sgif~
9 y 10), de hermoso aspecto} con tituyendo la
fachada; por el número de columnas ó por la extensión relativa que tomaba) se decían los templos p1'Ó tylo } a11.fip1'óstylo ,
perípte1'os, etc. ~núm,
4.1): 2.0., la cplla Ó naos, destinada á la
estatua del ídolo; 3.\ el opisthodomo , ó habitación destinada
á guardar las joyas y tesoro , detní ele la cella. "'i la 'el/a
est:-tba dividida en tres naves (cosa rara), e dccía el templo
hípet1'o) y en este caso la nave del medio carecía de t chulUbre; pero si la cella ó santuario er.1. simple, e lcrnora i qu daba abierta ó cerrada por arriba, siendo lo más probablc que
habría de todo. No se conocían las ventanas en los templo
griego) á no ser en algún caso raTO· Se decoraban las columnas, los muros, las estatuas, etc. con pintura policroma, ó de
muchos colores, aunque se ignora á punto fijo el procedimiento. Además, estaban muy en uso los relieves decorativos en lo
tímpanos Y frisos, con los ovos, palmetas, hojas acuáticas,
etc. sobre las molduras,
Los monumentos fúnebres, bastante sencillos, eran comúnmente de esta forma: en Atenas, estelas; en el Peloponeso,
templetes; en. Macedonia, grutas escavadas en la roca: entre
todos fué notable el mausoleo de orden jónico elevado á la.
memoria de Mausolo, por su mujer Artemisa, de donde toman
erbm~n
los mausoleos. Otras veces sé quemaban los cadáveres, guardándose las cenizas en urnas ó en vasijas.
_______-=ArfJ1t1tecttu-a clá, iea
117
. Iabí~,
en fin, otros edificios públicos para díversiones;
gtmnastO·) para ~a.ens ñanz ·
agol'a', para la a ambleas, y
monum ntos c01'agtCo } que eran templete á honra de 1 .
ódi
a~
cOI'ego
rector excelent de fe t jo público .
etru. ea.-Lo etru cos poblado105. a'lUte~iuqrA
probabl mente de c ndicntes de los
re de la Etrul'la
pelasgo) ultivaron 1 art
imllltáll amente con los
dorio , 'y tal vez con an terioridad á . to . Ademá de
varia con truccion
ci lópea á 110 atríbuida se
n.be IU inv lltaron u aran n lo dificio el arco de
medio punto la bóv da, p rf ta y lord n arquitectóllico llamado toscano ó eh'u ca (tip;. 1 ).
Los campan nt del O/'den toscano n: columna Ji a
J~ dism,inuida, . de 14 módulo con' u ba. a y Co pitel; to
on ma
n 'lIla qll lo dóri 0'.11'
d tri alifo de
mútul0
d nticnlo
d todo adorno qu no <1, molaru~(
li a; In olumn¡L de an n ob1' un p de tc.L1 que
tlene d
1 vación In, t rc 1'H. PUl't d aquélla . .J: o
Fig. 143.-Sepulcl'os etru ca ,
se conocen restos de este orden ni en Etruria ni en Roma; pero se saben sus proporciones por la obra -déV1'=
trubi o, arqUItecto
.
romano del tiempo de Augusto, que la..
122
I
Elemento de A1'queoloflfll
A1'quitectu1'{f clá lca
---------
en Tarragona, etc.' también lLeO'llron á formar prolollgada
serie de epulcro á lo largo de los camino, amo n la Yin
Apia, y verdaderos panteones de familia y nt rrnllliento:
subterráneos, y nicho aO'rupado ó n fila ,4u se lIamahun
.-...
e
?~
Cf.
~
e
'"
~
decorábnn e con pintura en us mmo y con mosaico en su
pavimento,
En E paila e con ervan, amo principales monumento romano
1 Acu ducto d
gavia qu
el mayor conocido,
ilIare sin cemento alguno y e
tiene 170 arco y uno ~5.0
atl'ibuye al Emp radar Trnjano; 1 Pu nte d ~[érida
obre el
Guadian:l, de ll10 m 'tro de largo por 5 d an ha y GJ arcos;
el Puent d Alcántara {tcer ", de 190 metro de largo por
de ancho, y el Edic'ulo ó pequeño monumento el dicado á
Tl'lljano por Lílcer, autor el " pu nte; el llamado ¡ I'pulc1'o de
lo,' E,'cipiulI(,s n TlU'l'agO!lU, y l Mau oleo dc la familia Atitia n. '[lIlaba IZal'a'Tozal. lo .\cucc1ucto dc Tarracrona y
Méric1a. ]] mal stad ',r ·tos d I T mplo d ;\Iart yel Arco
<l Trajano 11 'ta últimH, re 'to d I T mplo Romano de
"ieh y d lo T mplo d rr'reul
n Rarc lona, evilla, te.
lOH, Crítica ( el arte clá, ico.-... T c ario e l' conoe r qll 1 pn blo gricO'o ('1'<.t e t tico por xc lencia;
pero falto d id al up rior como lo ti n 1pueblo cri tiano, e paraba n la h 11 Z<.t de 1<.1 forma,)' u art lo
mi !uo qll 1 romano, bi 11 m rec
1 calificativo de
11 todo, era b 110;.' á tal punto
lIIatuinlistn (nÚm, _2"
11 vó u t tica en la propor ion y n ht di posición
de lo mi mbro arquit ctónico ,que ujetaba á medida
fij<.t y con tant la dimen iones de todo ello, y observaba escrupulosa l' gularidad en las lineas "'l imetría de
los mi mas: disminuia los fustes hacia arriba, precisamente para que á lit vi ta apareciesen los intercolumnio paralelos. Porque es de notar, que nuestro ojo, en
virtud de la perspectiva, aprecia como más cercanos
entre si los objetos que se hallan lejos de nosotros, y
por eso dos columnas elevadas y paralelas nos parecerán más próximas una de otra cuanto más vayan subiendo; para corregir este error, los griegos inventaron
disminuir por arriba las oolumnas, á fin de que se alejaran tanto, cuanto nuestra vista las aproxima.
1
.~
:i~
¡;;:
•
columbarios, conteniendo cada uno de éstos la ttrna cinem1'Í(t
de barro cocido ó de piedra con inscripción; 5.°, los acueductos para la conducción de las aguas (fig. 149); 6.° las termas ó
bailas públicos, las vias públicas, etc. Los edificios suntuosOS
120
----------
Arquitectura
CAPITULO IV
ARQUITECTURA CRr TIA A PRThlITIVA,
110. Fundamento y divi iÓn.-No hay para qué definir la arquitectura cristiana en general, ó sea, la informada por la idea del cri tianismo, pues de ella dijimos lo suficiente para formar un atinado concepto(n.1 ).
y por lo consignado en el preámbulo de e ta sección
histórica (núm. 83), puede conocerse la di visión de la
arquitectura cristiana en general; por lo mismo huelga su repetición en este capítulo.
El superior y enérgico impulso que la idea cristiana
dió á las artes, haciéndolas cambiar de dirección yelevándolas á lo divino, se manilestó débilmente á los principios por falta de m'edios materiales y de artistas formados, los cuales no se improvisan; pero á medida que
la Iglesia fué desarrollándose, y gozó de mayor libertad é independencia, el genio artístico cristiano desplegó sus alas y creó las obras maravillosas, que admiramos difundidas en todos los ámbitos de la tierra.
Á la era de las persecuciones por los emperadores romanos, y á los primer'os tiempos de la paz que dió Constantino á la Iglesia, podriamos llamarlos' pe1'íodo de incubación del arte cristiano, comprendiendo los cinco
primeros siglos; los seis siguientes son pe1·íodo de infancia; desde el siglo XII se ha de contar el período de virilidad, empezando la decadencia en el siglo XVI.
('1'i
tiana p"Únitiva
127
El mat rial fundamento del período primero e tá en
1<: arquit cturn. romana' 1 formal, n la idea cri tiana
de arrollándo : por e to debe llamar e al arte primitivo J'omallo-CI'i tiano.
Deeexc pcional importtl.ncia es 1 e tudio del primer
periodo d 1 arte cri tiano y no tanto como arte cuanto
como cri tiano pue
n 1 e ven ¡'eflejadas las ideas,
1 e~pirtu
y la o tumbres del pu blo regenerado, que
hahía d dar al tra t
on la viejt~
y gastada sociedad
antiO'ua fundando la nu va civiliza ión sobre divihas
ba e . P·:tr<t refutar victorio ament á lo novadore de
todo tiempo mayorment del iglo.L VI, ba ta conducirlo por la mano á la atacumba. La arquitectura
primitiva cri tiana
ci rtam nt un f cundo luga¡'
teológico; y má qu ll.l, lo on la e ultura y la pin- ~
tura primitiv¿l) que hemo de ver en u corre pondi 11t luO'ure.
Fijándono ahora tau sólo n el lado arquitectónico
d 1 art I'omano·cri tiallo di tiuO"amo
n él do tiempo: 1 dela pel'SeWCi011es ha ta principio del iO"lo IV
y el de la paz, ha ttl priDl.:ipio' del VI' en el primero
con ideranlo ln iat(l(;UlIlba .
11 1
o'undo ~h
Basílicas.
111. CATAt MBA. ': . u IllLtlll'aleza. -'e ll¡tmn.n Catacumbas 10 cem nterio subterráneo . Antigu<tmente se
dlb¿t dicho nombre á la r gión de la na Appia d Roma
en donde e tabtL 1 Cem'ntel'io de . ebastián, y por lo
mismo e lll1ma é te en el Martirologio CreTnetel'ium ad
catacumbas (1); pero hacht el siglo TI se extendió la re(1) Y la. razón de llamarse a i dicho cementerio notué otra, seglin Ma.rucchi, que el hallarse junto a 10$ sepulcro de-Ios¡Apó toles
: Pedro y S. Pablo, tumbas por excelencia, y a I catacumbas viene del griego cata (junto A) y del latln cubare ó accubitorium.
-----~
12
Elementos dé .A1·queol, ,!jía
ferida denominación á todo lo c m nt rio cri~tn
Il'b
antiguo de Roma. Hoy e enti nde por Catacumba.
conjunto de galería ubterránett di ha tc1mbi 11 Cl'ipfas en donde se depositaban lo
u rpo 1 lo~
ti lc difuntos en la primitiva IO'le ia ~T que er\'Ían á 18. y Z
para celebrar lo divinos mi terio en ti mpo de h1.8 p 1'secucione '
Son mucha la catacumba que hubo en dif l'ent '
lugares de Europa y África, in o'ulnrll1clltc en Roma. En
ésta se habían descubierto e enta Ú mediado d 1 iglo XIX, segÚn l'eti re el P. )Iarchi (J); Y i bien alguno
autores cuen tan meno la difer ncÍ11 fC d b a q II ('
toman por una las ctltacumba que otro on id rau
paradas. Toda e hallan junto á la 15 "ía pdncipalC'
de Roma y al"'una: tienen ha ta 3 y 4 pi o ' Para for-
Fig. 150.-Plano de la Cata<:umbn el los anto' Pedro
y Mnrcelino en la "Via Labicana y dctnllc del mismo.
,
marse una idea algún tanto aproxima/In. de lo que son
cada. una de ellas, véase el plano adjunto, que representa la de •. Pedro ~; . S. NIarcelino,
la cu,Ü no es cierta.
(1)
Monumenti p¡'imitiq;i delle arti cdstinne,etc., Roma, 18«.
AI''Jllifeeflll'(( c:risfiullo p¡'iJllitit'((
129
mente d la
llmyOl'
. 'aleula 1 P. ~Iarehi
cél bre arqu ólog .-plorador ue la 'araemnba. qu
wlÍemn Ú lo largo lo.
01'1' dar ' dp. toda
lla formarínn
kil 'llH'tro ) eom uiendo ei millon
una lin a de 1. O~
de • pulcro' ~.,> aun aÚna que r uita muy orto e~t
cál ·ulo. Dicho C01'1' d r tien ll, por]o comÚn, do metro' u altura ';r' 11110 el <1n ,hum.
U2. ,'¡¡ ol'igclI.-Empeznroll -n en ligio ti
aum nta-
ron con 'itlll'n hl 'lllente 11 ) m y princir io d 1 IV, d 'jando
de cnt '1'1'111' en Ilas 1 s di I\mto d de 1, pnz d Con ·tantino. ohcur~
. l' 1111 di pulado aCC'l'cn d I oriO'en Ó prim l' ele tU10
de la 'atucUl\1 bn : PUC8 Jl I'nltnroll crítico,.; ¡le 11 ta n lo iglo:5 . " ~T
\'lI! q u le
¡inhan un origen .·trt1Í1O á la idea
eri lianH, uponiC'lldo tIlle la Catacumha no mn 111á que
~a)('1 Í l
h"<:1In, illlt' del cri. tiani 1110 por lo' 'clavo' de Roma pal'n ,'Ir[ler pi 'dr.l: ~. aren. con d tino á la con tl'UCionl" y apropiada. 1Ll go 1 l' lo' Cl'btÜ1110.. p ra ' m nteri
como ,,\lC lIiÓ c n :llg'ulln d' .. '¡'¡poI . .\:í Hnl'onio, Hl io.
Aringhi, BUOlll1rr tr, 13 Id \ti. Ir ~\.gincOl rt.
,tc. Dió moti,o
á ta piniólI f. 1"11 el lIli'::lllo nombrc d' ([1' 1/(ll'io Ó f;/'ypffJ'
al'¡'l/f¡,.ifI
'on que se d 'igllahan alguna
atncumhu
pein 1I11t'llle, por hallnr' pl'Ó -ima' Il ¡tia d lond e '."traían
areM .. 1'l'l'lI hoy, gmcia Ú In im-e tiga iou del citado PadI' :\Iarchi. y de 011'
in igll" arqueólogo
ue 01'
uyo
en e la lahor
in. O t nihlc cm jil.Ut e 'peci . ~\putar
mo
algunas de 'lIS l'aZOl1f' , y a í
COllocerÚ mejor la naturaleza
d la Cataculllha ,y capr ciHl'áenl qu
ju'to la ímproba
Jallor de lo. primitivo ri tiano. de Roma.
•
Lo pl'ÍlU ra razón es 1 il 11Cio de lo historiallor ~ pag.lnos. Tito Livi , Plinio TÚcito, uetonio y otro d sCl'iben
minucia amonte In notabiliclnde de Roma, ha ta las cloaca
y ¿e po ibl que todos olvidaran tan numero as galerías i
las conocían, Ó que la' ignorttrau 'i eran obra de pagano?
La egunda) e 'triba n el fin que se proponían lo cri tiano al
encerrar e en la
ntacumbn. Y ¿e creíble que para ello
bu caran temcrarÜuneute uu sitio conocido de todo y una
10
Elementos de A7'queolugía
Arquitectura cl'istiana primitiva
mina15 públicamente explotadas? Lit tercera e apoya en la diferencia de formas. Las Catacumbas sou irregular s y e trechas y de varios piso : las galería de extracción de 'piedra ó
arena, que se conocen, son ancba • de poca profundidad, "Y no·
tienen pi os diferente pues así era indi pen abl para la xtracción del material. ~i puede suponer e qu lo inf rior s
pi os sean obra de cristianos, siéndolo cl uperior de lo paganos, como dijeron alollUos críticos; pu en la. 'ara um ha
todos los piso tienen igual forma, y tan irr guIar
l de
arriba como los inferiores. La cuarta, en fin, d scan a en las.
diferencias del terreno, en el cual se bacian unas y otra excavaciones. La campiña de Roma está formada por un t rreno
volcánico, distinguiéndose en él tres clase de roc" ~ olóCJ'icas: la toba litoide} la toba g)'(umgiel/fa y la puzolal/((' La. pri·
mera tiene la consistencia de pedernal, y su dur za cs tl'es
veces mayor que la segunda: sta es fácil d . trabajar y oCt' ce
cansi tencia en el interior de la minas; pero 'e d compone y
e vuelve deleznable al aire libre con la acción del tiempo' la
puzolana es una excelente arena para 1 cemento romano, y
resulta de la descampo ición de la precedente. ~ -o ' rlHícil
comprender qu á los con t1'uctores 1'0111nno les importab¡\
mucho la extracción de la primen1. 'tercera cla. e,!Ua no de
la eO'unda'
á lo' tine de
o
, ésta ) en cambio, era má apropiada
.
los cristianos, y dE' ningún modo podían servirlc la otra
dos, por ser la primer~
dema iado compacta y dura, é incoherente la otra, Por esto la.s Catacumbas e hallan a bi rtas en la
toba granular, y la galerías llamadas latomias y m'elwl'ias
de los romanos, en la toba litoide y en la puzolana, respectivamente. Y dicho se está, que no era del caso abril' los fieles
mansión estable para vivos y difuntos en terreno codiciado
por los constructores de obras públicas, ¡Cuán >tdmÍl'¡t1;le
es la Providencia en deparar, con tan oportunos elell1 nlos,.
un refugio seguro á los primitivos fieles pel'seg-uidosl .AiLádase·
á esto la inviolabilidad de que gozaban los sepulcros por el
derecho ó la costumbre de los romanos, y la-circunstaucia de
hallarse la entrada de muchas Catacumbas en quintas ó propiedades de alg-uno de los fieles, y se comprenderá la seguri-
dad con que pudieron vivir allí tan largos afias, y lo admirable de la Provid ncia divina que todo 10 encaminaba á dicbo
fin por medio, al parecer, tan fáciles y naturales,
130
'u cont n¡(lo.-Ya hemos di ho < nte el dobl
objeto á qu e de tinabaplas atacumba; tócnnos v r
ahora cómo taban di puesta para lograrlo., abrían
nicho} lhtllHtdo ló uli fio-. 1.-1, L) á lo h ro-o de las pareele de J¿L g-alCl'ÍiL . estancia ; en 110
e depo ita·
ban lo c'u rpos d lo erit'u~m
errándolos d pué
con una lápida ó eon htdrillo , Lo nicho
staban 11
entielo 10110'itudinal, odt~ui
unos encim¡t de otros en
direccióu paralela.
4\.d mil el lo lóculi con lo ven rabIe cu rpo d
lo máL'til'C conl nían la atacumbas mucha
tancia d nominad·t CUb¿clllum (fi , 131 llamil.l1do igleon i t n lo
sia la mayor
"'-implcs cubículll11l ql1 on de
ycr n O'ran nÚm 1'0 n la 'atacnmba de
alixto dc Prct xtato de 'tao r11é ,de,'. :\lare lino .- ,'o 1 d1'o) 11 apo nto
ó cámant de corta dim n ion J á modo d áb id
con. u
bóveda, d planta lI1icÍ!' ular,
Fio' 131.- '/l/Ji( u/um n
triangular, ó poli onal: '1 us
~.r
lltl\C. dt' 'tao 111(>:.
lado ha alguno l6culi y en u
fondo se ob rV/t 1 pulcro de un mártir, á modo de
altar (íd., A), bajo un al' o, gen ralmcnte decorado con
pintur¿t , nI cllal s le denomina a/'cosolitlln (V, fig, 49
ti la izquiel'CÜt "Y fig, 161 enfrente). 'i 1 cubículum
recibia luz por arriba, mediante una abertura que llegaba hasta la, superficie del t rreno superior se le di tinguia con el nombre de cubíwlum cla1'u'ln, ; á la abertura se la llamaba luminm'e: ésta, g neralment ,se ha113,
I
.d¡·!J¿¿itecl w·(( Cl'i'l ill 1/(1 p¡'imiti¡;rt
132
133
Elementos de A1'queologla
11a n po ición oblicua; y
tá formada on obm d albañil ría si atravie a alguna capa d terreno moyedizo (fig. 1 O izq.) arriba).
La capillas ó iglesias subtel'l'ánea no on otra o"a
sino verdadero cubícula de grand
dirnen ione . Tal
e por ejemplo la que ~e "i ita n la
ata umba de
tao lné , de cubierta en 1 ')-:1::.., uyo plano (fio·. lD:') to-
no pcqueúa ' 1 brida.d 1 de la 'atacumba d '. Poncíano 'por mÚ ~ que, tal omo hoy ~ pre' nta fue retaurado II el iO'lo \'1.
Enla '<lC,tcuulba no hay que oúur n primor arquit ·t61lic " ni bu:;e.tr miL > tilo llu
1 rOU1ttIlO: é te
.:e imprime II 1<1 columna' ó pilar " n lo .trco ':i bó'
veda tallado por lo comÚn en la ro 'ot. Ó di pue to
con fábrica de htdrillo. lio r
e tllClia,n mucho la pinturas, illlbolo
in l'ip ione d la
ata umbn. , de
todo lo ua,l e tri1tLtrá en su lugn.r propio.
114. 'U· vieisitudc..-IDmpezaron In. atacumbas d Honm en los tiempo apo tÚlico : á tal épo a e r montan In de
pulPri cila Donlitiln, . Calixto tc. Tomába e pie de lo
cro que lo personaj cri ·tia,no d bu na posición social labraban para u familia en u propiedarl ; luego admitía e
en ello por ctll'idad á lo d má fiel~
y 'iban mnltiplicando la g< 1 ría, conforme lo e_'igía la nece ida.d. de lo tiempo . En lo demás igolo d per ecución abrían nu va
ata.cumblis y
en anchaban la exi t nte . no c and
ta
labor ha ta bi 11 entrado 1sio-lo v. pacta 111. paz ti. 111. Igle ia,
mejoraron la condi ion de entrada y e taneia en la il.tncumba , y
continuaron lo nt rramiento en ella) . i ndo muy vi itada como lnO'ar devoto. lIacia. ro diado del
¡gola v dejaron de servir como cementerio p ra en adelante 1 j mas las Catacumbas d . Pedro en el Vaticano ó g"1't(IS vaticanas 1erdieron su forma para recibir magníficos
sepulcros. Las invasione de lo godos y sa.rraceno profana.ron aquellos lugares ven~randos,
y los Sumos Pontífices trasportaL'on de allí á las Ba ílicas reliquias innumerables con objeto de atender mejor á su segurídad cOlltra toda profanación.
Asi hubieron de hacerlo el Papa S. Bonifaeio IV en el siglo
vn, S. Paulo 1 en el siglo VIII, y S. 'Pascuall en el IX. Desde
I
Fig. 152.-Plano de lUla. igl '. ia primitiva. ubtl'rrán n
eu la Catacumba' de .'ta, Tnl'·.
mamos de la obra del P. :JIarcbi. En él son dc notal':
1.0, el conedor CA), que da entrada. ,Í, la ip;le ia: 2.°,1:1
entrada (B), en la mi ma: 3.°, la nayc de lina,da á los
hombre (e); 4.°, h .. naye que
dice oClIpabanl,ls mu·
jeres (E); 5.°, el pre biterio (D), on 1,1, illa ponlifi('al
(f) S 10 asi ntos de la eler cía (g)' G.o, sanml o~
de. e·
paración entre 1 presbiterio 7) 1<1. nave (1), labrada en
la misma roca ye tucadas; 7. 0, nicho para p n l' e tao
tuas (7G); 8.°, nichos 6 lowli, para los difuntos. (h). En:1
centro elel presbiterio se supone habría umt mes<'\, portll'
til c'on funciones de altar.
Algunas ele las estancias menorcs scrví.a~
el efsitpl~b
{¡'íos, 6 lugares deputados para la adnul1l tra 16n lc~(
Bautismo, y son de ver en las Catacumbas de S. C~liX'
to, tao Priscila,S. Pretextato, ,'o Alejandro, ctc.; tlene
(1) El último Papa enterrado en las Catacumbas, parece fué
S. ixto ITI en las de' S. Ciriaco (t 440); pero hailta S. Gregario
Magno (t 604) continuaron los sepelioil en las grutas vaticanas.
135
Elementos de A"queología
A1'quifl!ciUl'ft cl'istianr( p"imitiva
este iglo se fueron olvidando las Catacumbas, de modo que á
fines del siglo xn ólo de las de
eba tián con er,ába e
memoria. La vi itas frecuentes de S. Felipe ~ ~ eri y de . Oarlos Borromeo despertaron la atención de los fiel e sobre la
Catacumbas en el siglo xn; el in iO'ne Antonio Bo io, llamado el Colón de la Rom(t subte1'l'ánea, maltés de oriO'en, pa ó
treinta y tre años haciendo exploraciones (de de 1567 á 1600 ,
las cuale , pl'oseO'uidas por diferentes sabio ha tu el P. Marchi . J. y el comendador De Ros i en el siglo XIX, han logra·
do sacar de nuevo á la luz del día aquellos ubt ITáneos Yenerables, cuna de la religión cristiana y confusión de la vieja
sociedad pre ente.
(núm, 10), tra ladó 1 nombre (que tomado del griego
ha 'ilw " l' Y i rnifica. mansión ¡'egia) á la iO'lesia cristiana no ma~ie rp
nt por la forma de ésta sino por
el i"'llifi 't1.do qu )WU lve, como s de ver por S. 1 idoo divina templa ba ílica nominantur,
ro d .' villa: ~Id
quia ibi l' o'i omnium D o cultu et ::;aClificia offeruntur.» (De Origine ~.,
4).
D 'lht
on tl'uy ron al"'una m nore obre la
Cata tll11brt ,1 am tl todiar. honrar má á e tos lugar
santo y fa ilitar el ae e o it los mi mo : tale i"'le ia
se parecían mu '!lo n u planta á la. ubt rrállCt1., 0mo lo elcmue tran D' O'in ourt, D Ro i
La mÚ notabl 1 a íli a se riO'i ron n forLU;t re 'tanO'ular el tI' lUW y con áb~id'
aunque no faltaron otra de figum r donda, poligonal y n
ran
é ta mÚ bi n iO'I ia epulcra.l
y bapti"terio
ha. íliea propiam nt dicha. La mayor part
truveroll el d U" fundtun nto y ólo ¡llO'U1Ul en e ca '0 nÚmero habían ido difici 'públi o ó t mplo dE
lo pao'ano , i hi n niuO'uno de e to último
luibilitó
para igle."Üt n la iudad de Roma. amo tipo d ba í·
líca eri tianlt
cita la d
lement n cl iglo IY;
por u encill z bu na proporcione damo~
el plano
d la Ha iliCl1. di'. P elro in vinculi, rigida n cl iglo y con mat rial s n part , de otro edificio romano . En cUas
l1.dvi rt : 1.0, el 7laJ'thex ó y stíbulo
(fig. 1. 3, B) 1 r eclido á veces d un atrio ó patio peristilo, con su fu nt n m dio; 2.° la tI' s puertas, correspondiente tÍ las tI' s naves; 3.°, la tres naves, se,paradas por columnas (O, D), Y á veces por verjas y
(E) (1); 5. 0 , el be·1I'ttJ Ó
cortinajes; 4. 0 , el t1'ansept~¿m
134
115. Iglesia primitiva, al ah' libre.- \..d má de
las igle ias interiores ó subterráneas, d que h mo hablado, se construyeron otras al air libro, durünt los
siglos de persecución, en los lugare y ti mpo
n que
ésta no arreciaba' así consta del concilio d Elvira y por
testimonio d historiadores antiquísimo , como LamI rídio y Eu~
bio, y lo demuestra el do to ('iampini e crítal romano del iglo XVII.
,'e ignora el estilo y la di po ición d o t<v igl ia';
p ro el l' liove de un sa1'cófao'o del Yaticano. qu data
de primero del iglo IV, no da alguna, luz para nten·
del' que la iglesias en él repre ntada, con su cella r~
ábside, tenían mucho de parecido á las que hemo vi to
en las Oatacumbas.
Pueden considerarse, también, como iglesias de o te
período, los oratorios que en casas particulares se esta·
blecieron á imitacion del Oenáculo, según consta por
las actas de los mártires.
116. Basílieas.-Desde la paz constantiniana, se
erigieron con esplendor y magnificencia en todo elor'
be civilizado iglesias, que recibieron desde luego el
nombre de Basílicas, dando ejemplo admira.ble de ello el
mismo Emperador Oonstantino. De la ba.sílica profana
(1) Se atribu\'e iL, • Ambl'O io la prolong-ación del t1'(ln ~eptum
ha ta formal' ve'rdader3 cruz con la nave longitudinales (lig. 6).
137
Elemento de Al'queologla
Al'qllifl'ct !Ira l'omrltlO cl'i tia 11ft
presbiterio (G, JI) con su altar en In dio (111) SU átedra episcopal (G) T~ a ieuto para lo pI' bitero
(H)' 6.°, los ábside la.terale F) á m do de saeri tÍ¡t ó
'eCJ'etw'iu 111, para alocar la'
y 'tidura "Y obj to
a:;l'ado
en el de la derecha, llamado
diaconium, y la ofrenda d
lo fi le en 1 d !él, izquierda qu por to s d nominaba, gazop7zylaci!ltn. ,0b1' la
nave lateral s había tribuna. qu dabal1vista á ht c 11tral, y que re ervaban generalmente para l,ts vil' 'cnes
y viuda llamándos {l.lJnnceceum á dicho lugar. La planta
baja d ht nav izquierda e
de tinaba á las mujer s y se
llamaba matronikion . la derecha era para los hom bre con
-3
-PI
d
P
d
el
nombre de and¡'o7l, y cada
Fig. 1;).
ano e . e ro
ad V'lncula en Roma, sigl.\"'". grupo entraba en la basílica
por su puerta correspondiente' la de en medio, que se
llamaba argéntea y speciosa, servía para entrada dG los
clérigos. En el t1'anseptutn se colocaba el Ch01'US ó schola ca'!1'torUtn en medio, y habia á Sl],S lados sendos ambones ó púlpitos para la lectura del Evangelio y de la
Epistola; en la parte derecha, y con separación de verja ó pretil, se situaban los hombres de distinción, y en
la izquierda las matronas: de aquí los nombres de sena-toriUtn y matronmum, que respectiv.amente se les daba.
En el at,'ium ó narthex, lejos de las puertas de entrada,
se colocaban los penitentes de primer grado ó {lentes; en
el na1,thex Ó p,'o'1l;aos J junto á las puertas; los penitentes
el 1 'g·tmd grado ó audientes y lo cat cúmeno del
primero, que tamhi 'n s decían audientes' dentro ya de
• cer [\, de la pu rta
lo P¡'osf¡'ati y lo conla na y
i tente, on lo cn.t úm no prostl'ttti r competentes;
má nd lant y crea del tl'anseptunt e 'tahan lo fieles
comlllunicanfe, ,ó In parti ipc.\'ban de lo divino mi terio .
El tilo arquit ctónico d lu.s ba ílic,t era siempr
roma.no u la 'alumna, arcada (fiO". 7) • arquiuprimían, y n los t trabe (fiO'. l-.Jo) qu ti v c s s
ello qu ran pln)1o yart onado (fig. íd.)' las ventana t nícl,n al' o r dando' las bóv da no se, u aran
ha tü má n.d lant fuera d la bóv da para 1 áb ide,
qu irvió d el el principio' ma i la planta ra circuara le\' btt íti a terminaba
lar ó potiO'onal d
ú
cncralmente n cÚpula. El iut rior adornado' pero el
exterior era. iempre s ncillo; á dííer ncia d la con,struccione O'ri gü ' romqnas del paga.ni mo, como templo de una religión puram nte xterior. Ha ta el siglo XIII se continuó n Roma sus ercania con e te
énero de arquít ctura: no así en lo demás pai e .
ue tiónase ntre los critico si la basílica cristiana
tomó su forma de la profana, ó más bien de las igleia subterráneas ant s d crita, pues con unas y otras
ofrece puntos d contacto: creemos, no ob tante, que en
ella influyeron los dos elem ntos, pues de ambos participa y no de uno exclusiva,mente. Aun está, en duda la
forma de la basílica profana, ignorándose algunos ,detalles; á veces carecia de ábside, como no lo tuvo la de
Pompeya descubierta en nuestros dias.
136
117. BasíliclL!3 célebr" . -Lo son las 7 llamadas constantinianll.S, por atribnitse su fundación á Constantino en Roma,
á saber, San Juan de Letrán, . Pedro en el Vaticano, S. Pablo extra muros Santa Cruz de Jerusalén, Sta. Inés, S. Loren-
E tilo bizantino
Elemento de Al'queolu!/la
1-14
---------- - - - -~
quitrabe ~T lo -frotltone ; la bóv da . c mo la r mana ) pero e hac mucho u o de In. cÚIula y , ta e 01gante ó en pechina (fio·. 69) , in domo: la ventana"
geminada ó gemela fig. 1:2); la or11am ntaciÓn e ti
poco relieve, y con j te o'eneralm nt
n forma gf'o,
métrica y 11 crncccita . lo adorno en titaría y zodaTia 'Oon ~JUm
poco nüturale y ha ·ta~1
río·ido.', 'e diú
gran importancia. á los mo aico ,no Ólo para aclorno d
los pavimento sino ('n la bóveda ,'pared
abundan·
do lo dorcldo::> y esmaltado .
'n especial di 'timivo arquitectónico e~tá
11 In cÚpula sobre pechina J' é ta apoyadas n otnt ab..idal
122. Su prillcipale edificios.- delUi\ d ,unta SOfíll,
.que es la má típica 116y ueformada por 1 mbadurnami nto
d . u mosaico, y alterada en lo ·xterior d tIc que
Jll ,zquita de tmcu , exi tcn la igle ia d'e,. 'Jlarco.' en \ n Cill
(, ig-lo j1T y . uno de lo má ri os telll} los del mundo, '0bre todo en mo . ico ; la jgle~j¡l
'1 heótocu' en "un t¿lntinopla
(siglo ~. 11mha de plfLnta en cruz grieg-a, l c"fllúli 'U7I d'
.)..tellas, y otTas en ¡-Apole ,RílTena, ,'icilin y Y necia.•\lgo
anterior á la tll. 'ofia y precur ora 1 su tilo fué la i;.rle ilt
de '., 'erg-io y Bachio iglo '1'1 n on tantinopla: contcmporánea d ella y del mj mo estilo es la dc ,'. yital dc Hay na
de planta octogonal, cuyos plano y di 'eños procedi '['on el >
Con tantinopla, yen cuyos lemcntos. ad vi 1't i lentidad
fig. lvV) con los de ,'anta Sofía. En los edificio civile, omo
el palacio de Constantiuo, ~e notaba iO'ual mag-nificcncia que
en las igle ias; dicho palacio fué embelleci lo neta épocn
por Justiniano.
123~
Su,' derivacione .-El tilo bizántino, COT;110 tenclremas ocasión de'ver, influyó poderosamente cn los stilos o ci~
dentales, no tanto en la arquitectura, como en la pintura y escultura. Se acentuó más esta inJluencia, esp cialmcnte en Italia, á medid... que los artistas neo-griego. emigr~l
han ele Oriente por efecto de la per ecución de los iconoclastas (siglo VIII)
Ó acompañando Alas expediciones militares, y contribuyó
I
145
<lecididamentc á la formación del arte árabe y del estilo románico s g'Ún tendremo ocasión de oh ervnr en sus lugare
re pccti,o . ~ o dejó de t ner su part en e ta difusión del es,., ia
tilo la propagación de lo institutos reliO'iosos d la IO'le
{)ri ntal: sólo en la época d los iconocla ta e fundaron en
Calabria 97 monast rio de la Orden de '. Ba iJio. royal~
influjo aun recibió I Oriente del arte bizantino: de él participan
la con trucciOll de Pal tina y otras de rmcnia, GeorO'ia
,'iria et .
El arte qu má se acercó al bizantino} llegando á con tituir una variedacl d ést n unión con el mentas indos y per~a
,fu el ruso' y se concibe) dada la unión tIe Rusia con la
Igl 'ia g-1'iega.
1... 1 nrtp n¿so emp zó por la Rusia asiática 'Y cundió por toda
la europ a, iendo con tan te en us formas de tal modo, que
ap na e mezcló allí el mento alguno del arte ojival, ni meno del Renacim~to
ino en parte muy accesoria cuando
mucho. on i te, pues, dicho artd en el predominio é importancia de la cúpula bizantina, la cual es generalmente bulbo a,
como en la India asiática} y muy repetida en un mismo edificio. colocAndo e de ordinario obre taro bol' Ó cuerpo de luce
de con iderable altura. Por lo demA ) los arcos redondo , los
áb ide , mosaicos, planta de cruz latina ó de bl\sílica, on los
lementos que lo di tinruen. Hay en e te arte iglesias de madera} muy ricas y elegantes, con bóvedas, etc., como si fueran.
con truídas de piedra.
Puede afirmarse que el arte bizantino, propiamente dicho,
murió con la toma de Oonstantinopla por los turcos (1453), y
heredaron sus despojos las naciones cismáticas: digno, por
-cjerto, de mejor su~rte.
T
11
Estilo ,'ománico
APIT L
VI
E TILO RO)Ü leo.-PERÍODO DE It R:\IA rÓ);.
124. Noción genel'al.- 'e da 1 nombre de estilo románico al formado en Occidente por la fu ión d
1mentos latinos y bizantinos, de viandas d 1<1. form¡ts
clasicas. El calificativo de ?'ománico vale tanto omo
1'omanee Ó vulgar neo-latino, pues asi como la lengua
derivadas del latín se llamaron 1'omance ca Ó en 1'omance asi debía llamarse el art que paralelamente on
ellas se había formado. E ta con idem ión moví' al
erudito arqueólogo Ir. de Gervill , confundador de la
ociedad de Anticuarios de ormandia a propon r n
1825 el calificativo de referencia ante el mundo ilu trado con objeto de acabar de una vez con 1,,1. extntfia
babel' de nombres que se daban al mi mo e tilo; y i ndo admitida sin dificultad por los arqueólog'o la tal -denominación .hizo fortuna.
125. Sus cau as.-Decadente el estilo romano) ya de de
fines del siO'lo
II; destruidos muchos edificio clásico, • y lleno
ti
.,
de ruinas y desolacióu el imperio de Occidente á pnnClpl?
del siO'lo v con las irrupciones de los bárbaros; pobre en 8.rtlstas R~ma)
por la atracción que éstos sentían hacia Bizancio,
se comprende que el arte habría de ir degenerando en las regiones occidentales, y sufriendo continuas variaciones que le
apartaban de su Oligen. Ailádase á esto la práctica de economía, seguida por los constructores improvisados, cons~ ten
en utilizar para los nuevos edificios las ruinas y despOJOs de
los a~tiguos;
de donde provenía la necesidad de mutilar, á.
147
vec . miembros arquit ctónico enteriMs con 1 fin de acomodarlo á la nu va construcción, deformándolo y juntttlldolo n xtraña m zcla y se compr 'nclerá 1:L ,ariación cuntinua que hubo d ufl'Íl' 1 e tilo arquitectónico. La falta de pericia n lo 'cultor> y la. pr cipitaciúll con que d bían ('to
llevar: cabo u trabajo ornam utal
onducílll' á pI' f rir lo' ,u10rno g 0111' tricos por . r 111á fácil". y:'l imitnr
g-l'o:emment lo qu V'Í;U1 n lo modelo alvado dd u,\ufra.
gio artí tico. P l' últilll ) la influencia d lo bizantino, partiendo u 1 'Iltro d ci\'ilizaciún ntonc. liar cient , ;; II \-ada por las ,'P clicion
militare y por lo, mi 1110 u¡'ktas
llamado al r to (1 Occidente, completÓ .1 cuadro de las
can a, det rminant s el I stilo, qu b mo lIarnado l'Omril1Ít'o,
y cuya uata
d 1 siglo n.
126. Su (lhi. iÓn.-Tomubn 1 tilo dif r nt nombre eg-Ún la r o'ión n dond mp zó Ú de arrollar )
ad má d lo g ncml
d bido á L1:" ('10,111 uto C 111ponrnte ; r a. í juntam nt 'on lo calificathTo d bi11<tmó lO11lbardo n Itn,lia, cal"
zantino ó d románico
lovingio en Fran in, teutónico en j..l mmlÍa sajón n
Y no
Ill!dat rra, gótico antiguo y ast1triano en E~pan .
van d ac rtado e to nombre
i 011 110
xpr -a
úllicament 1 matiz pe ial que tomó nada Nación
el e tilo romani o al formar en 1 prim l' p ríodo cuma
verá luego.
egún queda in inuado al principio de
ta ee lOn
(nÚm. 3), dividimo 1 tilo románico n tre priado:
1.0, de {o¡'rnación qu abraza lo
iglo YI al L' ~l c uive y bu D"t parte d 1.T' 2,°, depe¡'fección, d Ix al XII;
3. 0, ele transición d 1 XII al XIII. La razón d
ta divisiones se comprenderá al caract riz,t1' lo p ríodo y
presentar los mod los de cada uno.
Fijandonos ahora en el primero, y dejando para otro
que dividir
capítulo el tratar de los dos siguientes, ha~
el incoherente pe1'íodo de fO?'mación, cuya propiedad es
148
EMito románicu
Elementos de Arqueologia
la indecUón y variedad de e tilos, n los apuntado
ante como nacionales. Por el interés que revi t n á
nuestro propósito, hablaremos de los estilos lomba¡'do
visigótico, carlovingio y astw'iano, con lo cuales se on·
tituye elperíodollamadocomunm nte1'ománico prima¡'io.
En todos ellos se observan elementos romanos r el mentos bizantino preponderando aquéllos obr é to
y fundiéndose á la po tre en el gran románico p¡'opio Ó
secunda¡'ia de lo iglos x y XI.
127. Estilo lombardo.-Así se llama el si tema d
construcción arquitectónica desarrollado en Italia bajo
la dominación de los reyes longobardos, precedido n
sus conqui tas y en u arte por los ostrogodo ,que habían
derrotado á los hérulo de tructore á u vez d 11m·
perio de Occi¡iente.
El principio de este lluevo arte deae ballarse en Teodorico,
rey y fumlador de la monarquía ostrogoda n Italia.
Educado n Bizancio este c ndillo, amante de las arte y ele
la cultura oriental, y decidido protector y rc tanrador de lo
monumentos qne halló en los países conqui tado , aprovechó
elementos y artistas bizantinos, á una. con los romanos 6 italianos, y dió así la nota al nnevo estilo de Occidente, á partir
del siglo VI. ~ o debe entenderse bajo el nombre lombardo un
estilo de invención ostrogoda ni longobarda' en todo rigor,
pues no tenían los bárbaros arquitectura nacional, sino que
sn estilo fné nn resultauo de los elementos que hubo de aprovechar el rey Teodorico en el siglo VI, y qne desarrollaron más
adelante los reyes longobardos en los sig-los VII y VUL El erudito Maffei, en su Verona illustrata (tom. J, c. Xl), se esfuerza
en demostrar esta idea (por lo que toca á los longobardos) con
autorizados monumentos, y cita muchos nombres de artistlls
italianos, de quienes los reyes 10m bardos del siglo VIlI sirviéronse para sus construcciones, de las cualesfué procediendo
el estilo. Antes de ellos, Teodorico había hallado en Ravenll
artistail romanos y bizantinos, y con éstos y sus predilectos
Atoisio y Daniel, arquitecto y escultor respectiva,mente, edu-
"
callo com él n Bizancio. II vó á cabo infinidad de obra civile y l' lig-io a , tol randa y favoreci udo á lo católico. á
pe al' de PI' arriano. Entl' o trocrodos y lombardo IDHclió tln
buena part de Italia 1 crobierno de lo bizantino, ta III cido
por ... :lt¡~
ol~i
n , los cuale' aumentaron eomo -5 con ig'uient ,la influ nciet· bizantiJHl u l arte qu de pu ~. heredaron y ompl taron lo longobardo
- Poqui ima - on la COll tru cion tipic. el T odori o que
ban lIeO"ado hnsta nosotro ; p t'O e con erva n gran part la
IllUY notabl el
u epulcro, n forma de t 'JUplo rotondo y octogonal, J.¡ 'cito n vida d 1 l' Y Y bajo u dir e ilm en Hn ,anc~
u cort . '> C n. id ra como una mal' villa la gigant cn cúpula d, pi dra de una ola piez¡t, uyo pe o cnlcula C'1l ;}DJ
ton Inda., y ti la cu 1 dice que hIt clip.ad la. gloria' de
la m c:ínica gipcill. Ba tI! xaminar alO"uno ti l
cclpit'l
de e la' 011 'tru ion 3 ligo 1 'O) para l' cono 'er n 'lla la
F¡o·. lHO.-Cn[litl'l
ostrog'oclo.
FiO". 161. - apio
t 11ombl1nlo (le
Bé'ro·amo.
Fig". 1()2.- npit<.'l
lomharclo 11(' Pavilt.
mezcla tI lo
tilo latino y bizantino. Entr otm irrl ,iil de
la época d Teo¡]ori '0, má Ó m no molliticclda, ~ tán con
lo caracteres d u ti mpo n Hav na las ba í1i 'as d '. Apolinar el t~vo
y '. Apolinar in da 'lie Ó ext/'ClInllI'OS: la primera, mandada construir por 1monarca para los UITÜLt10 ; la eg.unda, obra de católicos poco después do la mu rte de '¡'eodoneo.; ambas tienen la forma de basílica, pero con mucbos re~a.blos
bizantinos, ricos mármoles, preciosos mosaico ,elc. an
VItal de Ravena empozó á edificarse en el mismo' afio en que
murió Teodorico, y su estilo queda ya definido arriba. Con ta.
156
sot~/em lE
-----
de Al'qtLeolo,qírt
menos y penitente; torre en e padaiitt obri dttd en
el conjunto.
Termina este período arqueológico n la inva IOn a-'
rracénica (711); pero veremo re ucitar luego 1 mi mo
arte en lo primero iglo de la R conqui tao
Tiéne e por muy probable la exi tencia d baptisterio en este período} egún el te timonio aducido a,rriba;
de ello se ob ervan a.lO'uno v ti"'io', ~obl'
r()d en Cataluúa.
129. E tilo carloviuO'io.-Hcstablpcido por Carl01l1ug'no
ellmp rio ele Ocident año" J ,quiso 1glorioso Empel'!lClOr
reanimar la cultura, lccc1.ítla por tantas convul ioue' o 'iale
como había experimentado [¡1. Europa, y dar fuerte illl}Jul o á '
las arte ," tí la leh'a . Fijó su r sid ncia en .hlUi g'rí n hoy
.Aix-la-Chapelle ,proponiéntlo, convertirla n la 4.'1 Homa
{la 3. ll había ido Rav na; la :2.'\, Bizancio: r unió allí arquitecto y sabio de toda - cJa e ,llamado principal mente
,de Ravena, de donde acó -u coJumn¡1. y mitrmole , IU , á
una con de pajos de otro!: pal. e , u iliz j pal':t _us con, tl'llccione . Aun lue algunos hi40ria rlor" IlItyitl\ vi w en al' oma~
no el providencial):p tauradol' <le I;t Itl'l¡nit "'U", 1'0ll1nna. e
lo cierto que lo artbta" -;'" lo' lel1l'nto' J'('unido 1'01' (>1 el1 u
d Oriente,
corte, y la relacione- que mantenía COI1 lo' l'~mps,
llevahan gérruene::; f cundo de biz¡tntini -mo, qu e de ¡U'1'Oliaron en sus obras: [as principal ,qu fueron 1 palacio y la
ba ílica dedicada á la 'ma. Virg- n, así lo acreditan) ele acuerdo con la historia. Todavía se conserva la ref rida jgle ia,
aunque despojada de algunas preciosidad Sj y en su planta
poligonal de 1G lados, yen su cúpula ochavada, se ven copias
de S. Vital de Ravena, bizantino, si bien los. capiteles de sus
columnas ostentan un tipo romano. La iglesia le S. Miguel de
lfulda, construída también bajo el imperio de Carlomagno, es
un edificio rotonda, y en él, yen S. Gertnigni-Ies-Pres de Loiret, de planta cuadrada con tres ábsides y cinco cúpulas, pueden ~otarse
muchos elementos bizantinos. Sin embargo, en
otros puntos y principalmente en Italia, se con~truye on
bajo
Estilo 1'ománico
15í
111 prot cción imperial basílicas d e tilo latino: de donde e
infiel' que á arlomaano debe considerárscle má como 00pul ador de las artes que v rdadCl'o fundador d un determinado tilo. La tan celebrada igle ia d •Ttra. 'ra. del Pu rto
en Clermont-Ferrand} á mediado. del iO'lo IX, como obra de
dicho tilo e un resultado de elementos lombctrelos y o tro/rodo : herma o tipo románico primario.
Ante el arlomagno
habían becho en :¡"rancia notabl
con truccione romano-cri tiana ; y de de mediados de la dina -tía merovingia e el arrolló un e tilo que tenía mucha em junza con el de lo longobardos, 1 u
e relacionaron uno
con otro por m dio de S~tn
olumbano y u di cípulo . ~al,
lo lau~
fundaban ruana trio en Francia, uiza é Italia
I siglo
"\"1 y VII),
De todo Jo cual e d duc qu} á partir del iglo XI e iba
preparando n J arte la m zela de lemento latino can
oriental } el la cual re uJtó 1e tija románico p rf cto de·
pué del i~lo
IX, y qu á
I contribuyeron má eficazmente
Jo 10nO'obllrdo .
T
O cab .dudn qu
1 impul o carlo'-ingio debió
experimentar n ¡¡taluña por su unión entonce con Fr ncia, y tal
vez a ef cto del mi mo la r lativa perfección que notaremo
en u art en e ta époCct. Quizá influyó a imismo n 1 e tilo
a turiano} por la tr eba l' lación que ro diaba entre el Empel'ador y D. Alfonso lI.
130. E. tilo a turiano.-At l' staurar la monarquía
l.
cristiana con 1,1, nacio,nalidad española. nuestros mayore , in duda alguna que restauraron simultán amente
nuestro arte vi igodo, del cual conservaban remini cencias y contemplaban ruinas; por eso la arquitectura
empleada en los primeros siglos de la Reconquista habia de seguir la tra.dición latina, modificada pOI' elementos orientales, según h... hemos visto en las obras de
Recesvinto y Wamba. y CO!D0 el estilo de este período
se puede considerar más localizado en Asturias, en donde come'nzaron nías pró:nto yse consei'van con mayor
Elementos de A¡'queotogia
E tao "ománico
arquitectónica' y a í ,habhl.lldo no' n ral, comi nza n
la Penín ura el egundo p ríodo románico á :fin d 1 iglo x para dar lugar al tercero á mediaclo del XII: te
último continÚa por bu na parte d 1 i"'lo xlII, un hay
modi:ficacione de forma / limit ,que on propia d la
diferentes regione de E paña, la cuale han de ontituir materia para otro capítulo.
Durant el iglo x debió r iodeci a la al'quite tUl'il
en E:>paíia inclinándo e más al tipo /'ornánico pro/lio
en al?;una regiones oriental s y qu c1ándo
todavía
con la (ormas anterior en la o id ntal r cOllqui tadas' pero las ter ible~
campu,fias d 1 fune to Almanzol'
asolaron todo lo bueno que xi tÜl,: debiénelo e empezar
la re tauración de pué de la batalla, 11 qu l1lurió(l :...)
casi como en los tiempo ele Don P layo. POI' to y 1 01'
10 eleneznable qu el'ctn las con truc ione de aquello.
tiem po~
en u mayor p¡trte, on tnm bi n e ca o lo monumentos ante1'iore al ~iglo
XI en lo:> 'wt1es no
a
dado aprender el e tilo de la '¡ oca,
referida c nturia. Y como el arte lombardo e hallaba en auge, y los con tructore
g-ún dicho e tilo
habían di eminado ~op
doquiCl:a: L' ultó n favor del mi mo e a perfección y
e. a fijeza d estIlo, propia del priado que e tudiamos.
164
A la for133. Segundo periodo )'oJUtLllico: ,.IL. callo a ~.mación del e tilo románico en u período propio, ontl'ibuyc·
ron do factores principal : la constitueión ocial d Europ/\
y el afianzamiento de relaciones internacionale , por un Indo, '
y la multiplicación é importancia de lª,s órclenes moná tica
por otro: ambos acontecimientos, quc la hi toria nOs revela y
demuestra, debieron por necesidad establecer una e pecie de
comunidad de bienes científicos yartí ticos, la cual, auxiliada por mayor riqueza de' medios matel'iales y por más grande
caudal de fervor religioso en el pueblo yen sus H,eyes, babía,
de producir paulatinamente la fijeza y elegancia de estilo, que
hemos apuntado arriba. Alg~
pudo contribuir al mismo ohjcto la desa.parición del temor que preocupaba á muchos r6Specto del fin próx.imo del mundo, acontecimiento que pre entían para el año 1000, y cuya ex.pectativa fué acaso un impe·
dimento para las grandes obras que Be realizaron, pasada la
l:H::
165
'us compon ntes.- o todo lo campan nte
hallan n 'ualqui r obra románica ino
d 1 IDI mo
qu , CgÚll la importancia d é ta y
gún la val'iantl' propia d cada l'e"'ión uno
en u ntran en una
yotro en otnl" 0[1' indo toda un 110 ó ti onomí
cm jant . Lo el muto má comunc y aracteri lico on lo io'ui nt
La nav d la
t rminan por la parte del
t<' t 1'0 n áb id
ul<1r
(tig. 17.,1); 1<1. 1M ve
central re ulta má ancha
y alta qu la d lo lado
;y é ta empiezan á prolongcLr e d trá d l altar ó capilla ma 01', on títuy ndo
el d ambulatorio;
cubr n la nuv con bóv d,l
por ari ta ad má el utilizar la d medio ca ÍI ón
y la cúpula, y se van olviF' 17
'.
.
dando lost chosdemac1 1'30;
Ig. 4.-Ab ¡de romámco,
sobre la, cÚpula hay un domo, ochavado generalmente' si existe el crucero, como
es lo regular en las drandes igle ias, se prolonga formando verdad l'a cruz latina, por lo comÚn, y pocas
veces griega; las columnas son cilindricas y robustas;
pero generalmente se hallan adosadas á pilastras, sien·
do.éstas m~y
visibl s; de modo, que los sostenes del edifiCIO son pilastras con columnas adosadas á sus frentes·
álas basas recuerdan la forma toscana, con grapas junto'
los ángulos del plinto (:fig. 175); los capiteles son his-
168
Estilo 1'omállico
Elementos de Á7'queologia
frontispicio colocadas encima de la portada ó d b<.tjo d
las ventanas, etc.; llevan adornos y moldura
á v ces (lo mi mo que el frontón y el alero ó tejaroz qu tamo
bien son cornisas) e án sost nida por canecillo ó por
series de arquitos (fig. 179). La ornamentación románica típica consiste en dichos elementos decorativo d la
cornisa y en follaje serpeante (fig . 176 Y 177) de hoja
gruesas, que tienen mucho de geométrica; ad má on
frecuentísimos todos los adornos g ométrico qu 11<.1,mamos bizantinos (fig, 106). E tos adornos se colocan
en los capiteles, imposta , corni a y archivoltas.
Los edificios son mayores y má atrevidos qu n 1
período anterior, sombríos alO'o pesado, y se l' fu rzan con estribos más ó menos robusto , E constant la
o1'ientaci6n do las i o le i:.tS, s d eir,
la posición 1'0 pecto de lo punto
cardinales tal, que el eje d la mimas sigue la dirección E8te-Oest coFig. 179 -Arquitos rrespondiendo el presbiterio al Ori nrománicos.
te (1). irva de modelo de igle i. ro·
mánicas del siglo XI la de S. Isidoro de León (fig. 1 O)r
cuya magnifica cripta es el panteón de los antiguos reyes leoneses: data del año 1065.
l3ó. Edificios de este período.- on dignas de considerarse con distinción en la arquitectura románica las
clases de edificios siguientes: Cated1'ales, llamadas asi
desde el siglo x por la cátedra del Obispo; hasta el si(1) Ya en las basilicas del IV siglo ballamo/l este r género deorientación; pero no es constante ni uniforme basta la época rOmánica. Asi par ejemplo, en las basilicas de Sta. M." ·del Pópolo y
Sta. M." deí Monti, el presbiterio se baila al Nortl}; en las de S.
Juan de Letrán y S. Gregorio, al Sur; en las de S. Pablo y S. Lo·
renzo extramuros, al Este; y en las de S. Pedro y Sta. Marfil. la.
Mayor, al Oeste; las cuales datan de diferentes siglos.
169
glo _-u no tuvi 1'011 O'l'Ltnd importancÍ¿t arq uítectónica
genel'almCll t pu
mucha vece le uperaban las
igl ia. ab¡l ·j¡11
11Í<.tn prolouO'ado el áb id c ntral
para 1 coro de pI' bit ro que
taba allí itundo ~. qu iba en
aulU uto obr lo ant 1'i l'
i0'10 . pre lltnbn.n en esta reO'io11
un tt pecto d [ortal za, con
torr on ":7 alm na pu
ervían
tn,m bién para. la d f 11 a de l<t
poblaciones y 1"111 á la, v z itio
d l' unión pn.ra n unto. civil
el importancia porque la l' líFig-. 1:-\ .-Jglp ia c1r nn gi 'n era el alma de todo .. 'on céta' poea. la atedraI:idoro eo LeÓll, iglo .'r. 1 bre d
le de Pa 1 rb n n AlemanÍ<.t de.Eln¿t n Francia, d
Jaca. n~ Amgón} de Fi' 01
Pi-a n Itali¿t tod<.~
d 1 iglo XI; lit Última, muy b lttt
untuo a. y on mucho
elcm nto leí i o. no
t rminó ha ta, ID diado del i"'lo XII. tra rou ~.l
hubo célebre p ro han ufl'ido
e endale l' f rm. .
Iglesias meno/'es: 1'an muy dif l' nte n dim n ión,
según II de -tino y el una do ,tI' ó cinco nave: on
notable lLt igl ia de Lo h en Anjou (Francia)} hvde
Marmonti l' n 1 <.~lcia
y . Benito de Bag
en Catalufia, empezadas n el siglo x; son d 1 iglo XI la de
Iagdeburgo y S. Jorg de Colonia, en
Ntra. 'ra. el
Alemania; las de
mín de Tolosa y . Frontin de
Perigueux, en FrallcÜt; hts de . Pedro de Roua (Gerona)
y S. Isidoro de León, en E paña, etc. Varias iglesit~
tenían cripta para gUMdar las reliquias de los antos y
en recuerdo de las Catacumbas.
Monasterios con sus iglesias abaciales: en los siglos x
y XI fueron de capital importancia y se multiplicaron
1
]!"stilo
170
obreman ra; mpezóse á tra ladar en ellas 1 ('oro al
tran epto en dicho Último io'lo - el allí pa ó tll 'otumbr á la
atedrales en E pafia, Ha, ta 1 jO'10.- no
ofrecieron interé~
arquitectónico lo mona trio , 1 ne
lo monje má que á la ¡),l'quite tUl't1. e claban .í rotllracione de terrenos y al mejoramiento ~-orgl njzacíÓn
del estado ocial; pero, de de aquel io'lo, la~
1'ílJ.ue7.as
que por donacione iban adquirienel los monje~,
y '1 fa·
VOl' que gozaban de lo .' fiore f ud:tle p1'opor ionÚbanles meclios para 'la con tl'UC ion
n grande e cala,
Los benedictino ~obre
todo, fueron 1 granelp, itrqllítectosdelo io·losx,XIYXII. Alc mC'nzar 1 ip;l Xl,
la Ord n benedictinn. en su cliv l' a rama 11e ' ..t oa rUIldada más de r .000 abadía. Yentl' la 111uC'ha' 11uc
gozaban de ju ta celebridad en toda Europa ell1p zó ti.
ser centro floreciente en e te período, 'obre todo pal'll el
arte la Abadía de luny (Fl'Gtncia) qu .ra una reforma benedictina del iglo x, En E pafia flor ci ron principalmente los mona terio de Ripoll ( iO'lo x l' eon .
truida la iO'le ia en el XI y restaurada á Último, del XIX)
en C,Ltalufia, de '. Victorián en AmO'ón (fundado en el
siglo VI, destruido por los moros en el VIII, y 1'eC011 truído en el XI) con el de '. J Uttn de la Pcúa; en. Ta va1'1':1.,
los de Leire é Hirache; en la Rioja, el ele • , )lillÚn dt' la
Cogolla y el de A.lbelda; en León, el de ,'ahao'Ún, como
otro Cluny para los estados leoneses, del cual d pendían muchos otros monasterios; en Galicia 1 d 'elanova, fundado por S. Froilán; en Castilla, el de ~anto
Do'
mingo de Silos y el de Oúa. Gran nÚm,ero ele poblaciones de Espaúa (como ta,mbién elel extranjero) d ben su
origen á los monasterios en los siglos X, XI Y XII, principalmente en el reino de León; todos bajo la Regla de
S. Benito.
Los claust1'oS: eran, como ahora, patios interiores C011
P l'i tilo. 1 ('l!
ellc'u ntl'lt11
\'
l' JlIIÚ¡¡Ú' ,
líl
lo cJ 1(1' ¡¡ tri ::> el • 1-1 untíg;n¿t ~ b¡t i lica::
el -elL' ('
p riudo 1) formnnd 1 art(l
,'-¡l
no óJo de lo lllonn'l('ri
in tambi'll el J¡ Cat dra1(' . Se L'on rvan to [¡¡da r::-t de clau tro del ,i~loXI
11 \-arja' ('nt clralp.', (llll'(l otro, 10. de Elna ~·,'eo
d
rrg '1: 11111 ~oh'
'~¡ h
<1' llllJllllst ri ~ _ . 1110 el d . 'anto
Domingo 0(' ,'ilo::; C'l ele' 1 ipoll, el de ,', B nito de Bnges,
n bu 11 tn.do.·
Lo a mpa /la ¡'ios fol'lllaban 1art' ])1'il1 'ipa'! d la' igleia, ó -taban adjunto 'í lla.: n Ita,lia (' con 'tnrían
con mÚ ind<'p Ild n 'ia ele 1<1, mí 'lll'l. : 11 Franci¡l. y Al ,.
mania cml ez¡u' n á erip:ir (l lit tor'e~
gem 1..1. á lo lado de la f¡"lchaeltt. Por l' o'la ~ n 1'ill la p1<.tnt¡t e cuadrada, y 1 - ·ampanario,. e levan má qu n 1p riodo anterior: ael¡t pi o tá fialado xt l'Ío1'ment por
cornisa romiull '11,: u r mat
piramidn,l no mu~
agudo; u y ntann. c n fre u TI in,,.., minadn, .
Lo cemelltuios: e on truían junto á la igl ia. ya
de d iglo l' moto , y ha ta 1 XIII no e daba epultura d(,lltro d ,11,1,' ino á lo u rpo de lo ,'a11t{> Obipo , .\.bnd y R y. ¿Lunque to Último omÚnm ute
e enterraban 11 cripta. Lo fundadore d iglesia y
mona trio, y otra p rsonas de di tinción, t nían u
sepulcros n lo pórtico ó en la pared xt rjor del templo ó en lo clau tro: n varias igl ia todavía
dcubren manifie ta enal s d sta prá tica. Los arcófagos eran. poco suntuo o ,consistiendo n caja d piednL
6 ladrillo, más ó m no decoradas con exorn'1.Ción románica é in cripciones y, á veces, con el dibujo del difunto en relieve; también se cavaban en la pent1. no po1(1) Empezaron en lo mOlla terio del ¡g'lo IX; mas apena
conocen actualment sino de de el siglo Xl en que principiaron
adquirir importancia.
a
172
Elémento' de Arqueología
ca veces. Pero la urna, de pi dnt qu
advi rt n
aún en 10 ort~ualc
y pn,rede d igl ia- románica) no
contien n otra co a ino ~ol hue o y c nizrt_ d lo difuntos benemérito- qUl" e tr,1. la(htb¡1.n allí de pu; de
consumido perfectamente 1 cadáv r con 1 ti"mpo' de
aquí el nombre de tima. -o arios que.' II ,rano
La construcciones civile. como ca a ,p¡1.laci y atillo , se modelaban segÚn la formtl, 'románic¡t d la
iglesias en el ornato en ht pu 'rta . v ntana
tc. Los
Ci:tstillos no empezaron á llevar 1 saledizo. 11<1.1uado
barbacanas sino despué deJ igl XI I P 1'0 antes habia
en lugar de ellos una, galerías cubierta de IDi:td ra dichas matacanes.
136. Tercer período románico: Sil. cau a..-Laevolución ó progreso del arte la nec ~id ;1.d
d dar maY0l'e
proporciones á la igle ia lo conocimiento dE' arquitectura oriental que se importaron por 1 tl'¡Üo con lo
árabes y por las Oruzctdn, junto on toda la circuntancias de los dos siglos anteriores (núm. 125) di ponían
y preparaban el terreno para la arquitectura ojival,
constituyendo por de prontl' una época d tran ición
con el estilo ?'ománico tercia/·io. El p riodo normal de
esta época e~ el siglo Xli, pero sin guardar límit s fijo,
pues mientm ~ que en alguno puntos de Italia, Francia
y Alemania se inició este período desde fines del siglo XI,
en otros lugares de dicha,:, naciones' y en varias provino
cias de España, se construían magníficas iglesias con el
mismo estilo en lo más adelantado del siglo XIII. En nuestra patria comenzaría el período terciario bien definido,
cuando ya el siglo XII se hallaba en su tercera ó cuarta
década.
137. Sus caractercs.-Se caracteriza este período
románico terciario por la mayor esbeltez, exornación y
. pulcritud de los edificios, en el conjunto y en los deta-
E tilo románico
173
He aun in lir e d 1 mold románico de crito arriba;
ademá) e introduce n mucho edifi io . 1arco ojival
en combinación con el cir ular de medio punto. Por e llama de t¡'ansición;
ta última cir un tancia 1 e tilo
y aun cuando no siempre le acompari ba ta la mayor
perfección indicndn arriba para que en todo ca o pueda
con id mI', e omo un gran pa o avanzado en dirección
al arte oji al y 11 nar con fl.mdam nto 1 nombre de
refel'cn ·ia. Tal v z 1 CUt drara con má propi dad la
denomina ión d ¡'ománico flol'ido por el' comúnmente
rico en adorno y de j u· ión má acabada que en 1
anterior período.
Deta.ll mo algo má lo clem utos con títuti o del
e~tí1o
románico pánt fijar on mayor x¡tctitud lo
aracter d 1 1 riodo qu no ocupa. La pliulÍi:t de la
igle ia ¡tt drnl y col git1.ta e hace lU<tyor y e
abren capilla en el ftb id principal' ti i1 n má el Vil.ción la
olumna y u capit le on má delicado
(fiO' . 1 1 Y 1 2)
belto en u forma r n u labore
Fig-. 1 1.- Cll.pit 1 el 1
Clan 'tro de antillana
(Santander).
Fig. 1 2. -Capitel e rom;\.nico del . x1f.(Clu~trio
de la Hu 19a ollBurgo ).
Biendo frecu utes eu ellos los grumos y hojas colgantes
(figs. 184 y'182); la portada se adoTna con mayor riqueza de motivos geométricos, vegetales (fig. 184), y aun
animales; á veces hay figlITas de santos y de monstruos
Estilo "ománico
CAPITULO VIII
E TILO ROMÁr reo REGIO AL DE E PA -TA.
139. Razón de este eapitolo.-En la descripción generlll de los caracteres distintivos del estilo románico.
no es posible descender á los pormenorc que oír cen
dentro del mismo la diferentes regiones de un e tado ó
nación cualquiera; y, no obstant ,es preci o bajar ha~
ta ellos, si tratamos de adquirir una cabal noción d 1
arte patrio. Tanto má se requiere el mencionado tudio analítico en nue tra Penin ula cuanto que la dierencia entre lo estado civiles de E paila durante la
Edad Media constituyeron, como no podía meno de sr,
diferencias de uso y costumbres y diver'idad de e tilo.
arquitectónicos. Á fin de dLtinguir bien, y de apreciar
en lo que valen los religiosos monumentos, que todavía
conservamos de aquellas épocas glorio as de l1ucstm
. brillante historia, jU3tO y debido será emprender una
excursión, rápida siquiera, por las regiones que ante
del siglo xm habían sacudido el yugo musulmán, viendo de pasada cuán perfectamente refleja el arte propio
de un pueblo las ideas y sentimientos que le dominan.
Tal es el objeto del presente capítulo: asunto dificil y
expuesto á mil equivocaciones, ya que no es dado recorrer todos los monumentos, ni éstos conservan su forma
primitiva en' la inmensa mayoría de los casos. Cemmos
nuestro trabajo á lo más saliente que se ofrezca entre
181
los monumentos que aun existen siguiendo en la excurión un orden geográfico, y empezando por al,aluúa Ú
Oriente de Espafia, en donde apareció definido má
pronto el estilo románico á Último del siglo d~cimo.
Quedó ya bastante resefiado lo que de notable se advierte en el primer periodo, y no hay para qué in i tir
más en él, fijándonos tan sólo ahora en 1 2.° Y 3.° en
conjunto.
UO. Catalufia.-El arte catalán románico es robusto y sobrio: los muros de sus iglesia on grue os\, y como no admite bóvedas por ari ta ( alvo rarísima excepción), no necesita contrafuert
ó
tribos considerables, que
limitan á la forma de bandas lombarda'
hace bl.1, tante uso de las cúpulas, co a rara, n la demá reO'iones y repite lo ábsides de modo que frecuen,
' pnntementeti acompafian
otros ecundario al la d o d I
cipal' á \7 ce. e hallan ábsides ha ta en lo brazo. d 1
crucero... on mucha las iglesia rura.1e y las ermIta
6 antuarios que pertenecen al estilo románic~,
~ otra
de más importancia, en toda Cataluña. e dI ne~g1lt
obre manera los clau tros de antiguo monasteno
que son de belli ima fábrica: no se hallarán, ciertamente, en otra región española tanto en número ni tan bien
dispuestos con la fecha que llevan lo de é ta quenosoeupa. Las torres son casi iempre cuadntda , anchas y severas. La ornamentación no peca de excesiva; no se usa
la estatuaria para este fin,si no es en algún raro frontis,
coll10 la celebérrima portadadeRipoll,y aun entonces en
forma de relieve ,alto ó medio. Pocas yeces aparecen las
cornisa8 eon labores de escultura, y rarísima vez los
tienen espléndidos las portadas, aunque hay ejemplares
de todo. En cambio, los capiteles se presentan ricamente labrados, y muchas veces con notable perfección escultórica..
1 2
Elemento de .1I·9.!II'(Jl(¡iJirt
e di 'ting-n n li.1
iguien.te i~l
in. En la pro\-incia de
Gcrona,la:3 de an Peuro de B alÚ, \' ill,1 1; etrá 11, a t llúu
tie .hupnria' u portada e po t 'rior r oji val' ·ta. )Iaría d'
_-\.mer, ". P dro de Hada, toda el 1 iKlo xr, y ¡¡IKUna mpzada en 1 s; la de "an Juan de la Abade a con u plantH
en cruz griegil, la de au :'IIartín de Surroca con u bellí ímo
áb id ,la le '. E. teban de Ba con u áh;;ifl
emí-octóg'ono,
la de LIanA' con u bella portada, la d amprodÚIt, la el aH
Pedro ele (¡allicall y la el I con vento tI ,', Dani I en I cRpital, elel iglo doce.
En la pro\ incia ele Barcelona, la d ., Benit le Bag (con
alguna parte del icrlo Xl, la ele 'ta, :r.laría de 1 ipoll on u
cinco na\-e y tr s áb ides ecundario á Mda lado el ,1 principal y la de . Pedro de Ca erras, del iglo Xl; In elc 'tao EngeMa ele BerO'a cerca de \Tich) con su hermo,a y rica portada, la de Folgarolas, Villalleón , la ele Gurh e n u bóveda
ojival} tao :María del E tany . Poncio de orbel'a, '. Jaim
tie Frontanyá, la de . Pablo en la capital, to la <lel igolo xu,
En la pl'o,íncia de Tarragona} ta, Ana de ~ron
al con u
bóveda apuntada, ~arte
del mona terio de antn' reu y del
de Poblet y porciones de la mi maateelral, lel iglo doce,
En Lérida, la iede ia de . g l' Y el mona trio d '. LLar n
del )lunt, la del monasterio de Gerri y la tic '. L renz n la
capital con la pu rta, de . )Iartín en 'tao l\Iaría d
en- ra
y gran parte de la Oatedral de olsona, son del iglo XII, p rteneciendo al XIII con el mismo estilo buena pa.rte de la antigua Oatedral de Lérida (hoy castillo) y la iglesia de Agramunt con su magnjfica portada de 15 al'chivoltas. En~re
los
claustros que se conservan, son notabilísimos del siglo xl los
del Monasterio de Ripoll. San Oúcufate del VaUés, San Benito de Bages; del Xli son los de la Oatedral de Gerona, San Pablo del Oampo en Barcelona, Villabertrán, Sta. María de Llusá
y Sta. María de Estany, aparte de algunos restos de otros y
del románico-gótico de Tarragona, que es del siglo trece.
El siglo. XIII fué en Oataluña, como en otras regiones de España, época de lucha entre el arte románico y el ojival: las
iglesias de los -monasterios de Santas Oreus y de Poblet y la
E'tilo 7'ománico
1 'a
at tlral u Tarragona elllp zaron rOlUánica en el siglo Xli
para terminnr ojí,ale' n I XlII: la antigua a dral de Léritia ti n Icm uta de ambo
tilo, á pe al' de haberse construido toda n el ¡gola XIlI: 011, pue ,d transición. La parroquia de .\.g-rammlt el I últim tercio del mi mo i"'lo, e entemm 'nt rOlll1ínica mi ntra que á la vez e construían otras
ojiralc' u Ual'celona,
Hl. .\ I'a!~Ó I.
-::\lá 11C1110 aún por punto general,
)' m no 1 gitnt
1 tilo románico n ragón, que
el definido al1 teriorment paril. il.taluúa· pero no menos
n ,J t~ca
ólido, Toda,v i a xi t In. mi 111n, at dral qu
fu; 011 a¡rmda ~'a
n 1073, la ma anti ua de Espai1a
OlllO edilicio' y ¡lllll qucd';m Ji pi con ertid¿l.
n igleia rUl'a,l :; ltls qu lo ran d mona terio d 1 iglo XI,
á pe al' d 1 abandono II qu e han vi to: pru ba clara
del acicl't con qu
edificaron. E cara teri tico u
la io'le 1:.t románica d A.ragóll el reli ve d 1 ~Iongra
ma de 'Cristo yulgarm nte llamado llába¡'o que raras
vece falta en 1 tímpano de la pu rti.'\, ó encima de
ella (1). Toda, las iO'le ia:, d] iglo XI ap n,'\, tien notro
adorno fu 1'<'1 d 10 arquito románico orun.m ntale
qu el aj dr zado ó lo bill te en fajas corridas y al
derredor d 'la portada" lo ual también e ctdviert en
algunas d 1 iglo XII" u una y otras exi ten los capiteles más Ó ID no e cultul'il.dos u forma románica. Las
portada,s, lo claustro la torres cuadradas, existen
muy típicas d 1 estilo románico, pero con mucha, sobriedad ornamental, salvo raras excepciones,
La más notables igle ia son: en la provincia de Huesca,
la antigua Oatedral de Roda (hoy parroquia de la villa y algo
(1) En algunos pueblo de E'pmia xi ten iglesia con e te sirobolo, y e atribuycn fal amente á la época de Oon tantino por la
idea delldba1'o, Ó á la vi igótica por querer ver en él una protestación de fe .contra el arrill.ni mo,
184
Elemento! de .Arqueologia
desfigurada), los antiguos monasterios de Alahón (hoy pueble>
de Sopeira), S. Pedro de Tabernas, Orema (hoy Urmella),
Sta. Cruz de la Serós (probablemente del siglo x) y S. JUlln
de la Peña, cuyas iglesias todas del siglo XI, e tán abierta
al culto como Parroquias ó antuarios (1); también del mi roosiglo, románica y muzárabe, parece er la igle ia de . MiO"uel
en Tamarite, pequeña y sencilla, y la de . Pedro de Loan·e.
La Catedral de Jaca, si bien conserva su tipo románico, fu~
modificada en el siglo XVI con adiciones góticas y platero cas
y se le cambió la techumbre, que debía ser de madera, por bóvedas de crucería. Del siglo XII se conservan la iglesia de Fraga, que es de transición; la de Pertu a, aunque desfiO"uradaj
la de tao María la Blanca en BerbeO"al, que es do principios
del siglo' la iglesia parroquial dé Tamarite, hermosa Colegilttaj la de Aiusa, ídem; la de astro, la do relíO"iosas cí tercienses de Casbas, el famoso Monasterio d ijena, con sn portada
de trece archivoltas, y las de la capital, que s llaman . Pedro el Viejo, . Juan y S. .Miguel, ademá del santuario de
Ntra. ra. de Salas en su fachada. Á mediados del X111 o
edificó la notable" iglesia de . Miguel de Foce en Ibioca
(Huesca), hermoso ejemplar románico de transición gótica, en
el cual parecen señalarse los términos de ambas arquit ctura .
En la provincia de Zaragoza están la parroquia de tao María de Uncastülo con bellísima portada, que lleva monstruos
entre sus archivoltas y acabadas labores en sus columnas; la
Catedral de Tarazona con bóvedas ojivales; las iglesias de
Daroca, S. Juan, Sto. Domingo y S. Miguel, todas del siglo XII. Y del mismo siglo con parte del XIll son los más bellos
monasterios de Aragán: Veruela, Piedra 'y Rueda; todos con
algunos elementos góticos, y loa dos últimos más bien de verdadera transición ojival, como ya pertenecientes al siglo xIII
por entero.
(1) Además el célebre de S. Victorián, que era el principal de
Aragón, cuya iglesia servía de Panteón para los primeros Reyes, y
cuyas reliquias (las del Santo) e llevaban en una arquita en las
batallas como Arca del Testamento; mas las reformas po teriores
han convertido en churrigeresca la iglesia románica del siglo once.
E tilo románico
185
En la provincia de Tel'U 1 apenas bay edificioJ románicos;
la icrle ia de In. anel Jgn ~
en Alcañiz desde últimos sIel
iglo doce.
Lo clau tro notabl se reducen al evero y sombrío de
Roda, al encillo d' . P c1ro en Hu ca al hermoso románicoojival de Ru da, nI oji,al más que románico de Veruela, y á
vario re to d otro ,como 1 de la CatedraLde Hue ca y 'an
Juan de la P Íla. Alguna torre no carecen de importancia,
como la d Tarazana y la de nca tillo; es notable la de Fragil, por úalar 11 u. altura las vicisitudes del arte: románica en el prim l' cu'rpo, ojival en el seO"undo y del Renacimiento en el t erce 1'0.
lo
14:2.
nrarl'n..-El ¡trte románico n avarri1 es verdaucmment
pI' ndido, in d jar de el' ólido é imponente ..\cnso ti íntima relacione con Francia, y sobre
todo u ruana tcrio b n dictino , le pu ieran á h"l, altum d lo centro fmn
e indicados arriba (número
13 'j. pll lo qu .obr al en la aniuitectura d 1: avana no e anterior Ú In. O"llnda mitad del ig'lo XII, por
mil. que el impllbo fu e ya dado por D. Alfonso 1 el
Ba!allado/'.
D 1 i O'10 XI apena.
conserva digno de notar e edificio al auno, si no
1<t parte pl'incipal de la igle ia del
mona terio de Leire, la de '. Miguel de Excel i y la
del pueblo de Gnzolctz' la hermo a portada de la primera e románi 'él, del iglo xm con el tipo del XII. Pero en
c¡tlllbio el e tilo rornáni o florido desplegó su magnificencia durant la mitad segunda del siglo XII y primera
del XIII, sobre todo en las i~l
sias de Pamplona, Estella,
Puentelarreina, Tud la, y angüesa, como se descubre en
sus fachadas. y lo que las distingue no es otra cosa que
laestatuaria y los adornos de las grandiosas archivoltas¡
el arco de la puerta lleva hermosos caireles sobre el
tímpano, el cual falta á veces: tal es el modelo que nos
ofrecen las iglesias del Poitou y Saintonge en Francia.
Elemento de
---------
lJ'qlwolur¡í{(
--=----------
avarra con el' a de e te tipo la portada antigua Ü la '.ted.ral de Pamplona: la de tl.ntiago, n Puent lan ina: la (le
S. Pedro la Rzía, en E_tella y '. Pedro d Olite. UranO. rco
oda~icoba
con estatuita en la archivolta e admil'a '11 lu
portada referidas de Pnmplona, Puent~ar
ina y E t lla. ,en
la de . ~Iiguel
de esta última, en la antlgua atedral d 1u·
dela y en In de la Magdalena de la mi mn. ciudad. Ll nlll e .
tatuaria en la fachada las iO'l ia de .... j[igu l 1 Ji: t 1111 Y
Sta. Ma.ria la Real de anO'üe a) qu on ele trn.n-iciÚn. y la
de S. atumino ele Artajona, que, i bi n , oji.al fu' ante
románica, perteneciendo á e ta poca la e tatua nclh ri In fa
su fachadl1 gótica. on además notables la igl sin que aUII
- están en l)ie de las que pertenecieron á mon, terio:; anti!!uo .
como el de Hirache (hermo o tipo de tran ición ojival, l1l' \;1
Oliva de Iranzu y Fitero. y entre románica:> y oji,al al·
zau l~ iO'lesias de . erniu de Pamplona
llntiago de 'l1¡~
güesa, 0. Pedro de Pueutelarr ina, . P dro de .\.rtnjollu,
además de las citada .como de tran ición y nlguna otra.
De planta octogonal, por haber sido igle-ia- de nlJ11 II ero
Templario, son las de Ktra. ~ra.
de Eunate en ~IumZÍla,
otra en Puentelarreina y otra cerca de Lo
r o rOlllÍl IlIC¡l'
del siglo X11 y de poco ornato. Románico-ojivale son lo clan·
tras de la antigua Catedral de Tudela;, con una 1 ortada ~ la
misma, y los de ta, l\1aria de Fitero, sin que haya en . ¡W!1'
rra otros claustros dignos de mención en este periodo. omo
ya insinuamos arriba (núm. 13 ), se di tinguen la con 'c~rt
ciones debidas á los cisterciense (pue lo eran los mona tenos
de la Oliva, Fitero, etc.) por su sobriedad en adamas, guardando e;xactitud y perfección en las líneas.
Ha: La lJ,i()ja.-Comprende esta región la provine.in
de Logro.fio y gran parte de la de Álava, que por lo miS'
mo se denomina Rioja Alavesa. Los .escasos monumentos.que han llegado hasta nosotros desde los sio'los Xl Y
XII, no. permiten asegurar quc tuviera especial fisol~
mía el arte ,e~
la ~egión;
pero son aquéllos tan preCIOsos y elocuentes, que bien se puede graduar por ellos de
E.·tilo 1'omállico .
1H7
típico -~ <ld lantado amo el que mi el e tilo románico
de la Rioja. El hab r p l't neci o ta COmal'CLl. en di,,tin a~
o a íone it JanUT¿t ha ta 1 pnnto de fijar u
Rere la. cort ('n una ciudn, ita 11 el 'orazón de la
alta Rioja
decir, ~ T áj ril" no h¡lce pI' umir qu partiCiPlll'Üt n mu 'ha del tilo 1 <1,quelreino' y 1 hab l'
ido l' O'l1da con lo udol' d lo do grand
•'¡.lto~
arquit cto .'to. Domino'O de la \l.lz'lda y . '. Juel.n d
Ortega en 1
iglo~
XI
_"U no ,wtoriza para re r
qu Ha 1 imprimirían 1 c,ll'áct l' fijado arribel.. En 1
íglo :r fueron cél br lo:! mon,l tel:io d .', 7lIil1án y
de .'Jbeldel n la Ri ja
d allí on l' pe tivament
los fLlmo o códi
emilianen e
albelden e ó vigilal10
(de u autor J monj "iO'ihl. qu O'tmrda 1<l biblioteca
del E corial.
El monum uta má important es la atedral le too Domingo de la alza la, cuya part absidal inferior e de últimos
del iglo xi con todo los caract re propio del estilo (figuras 17. y 176), obra d 1 mi mo anta .I!'undador de la. ciudad'
lo demá de la iD'le ia ( al va 1 cruc l'O y la capilla ma '01',
que on ojivale el 1 t l' r p riada) corresponde al románico
de tran ición ojival, pero tan perfecto, que roá parece ojival
del primer periodo, no obstante ele hal el' empezado u fábrica
en 115 y termínáclo e én el mi mo iglo. Y de e tiJa romá·
nico florido, con h l'mosas portaditas adornada con be 'ticwio ,
quedan en pie las igl sia de .Arc , Ca tiJ eco, Ochánduri y
una en Cer zo y otra en Bañares. Hay, aclemá l¡menos l' stas
del mismo estilo en Villaseca, Tirgo y Sta. Maria del Palacio
en Logroño, con otras iglesias en rninas,
En la provincia le tlava se cuenta románica de los siglos
Xl y XJI la basílica de Armentia (fig. 193) Y del siglo XlI con
estilo florido el santuario de tra. Sra. de Estibaliz. Y no hay
que buscar otros monumentos románicos, ni anteriores á ellos,
-en todas las provincias vascas.
T
T
1404,. Santander.-8in duda. que ha.bría.-muchas igle-
Elementos de Arqueología
Estilo 7ománico
sias románicas del siglo XI en el orte de Ca tilla, dada
su antigüedad en la Reconqui ta' pero son rari imas las
que se hallan de construcción anterior á la egunda mitad
del siglo XII. Las de e ta última época ofrecen un aspecto sencillo y más bien escaso que abundante de ornamen·
nasterio de too Toribio de Liéballa (cerca d la villa de Po.
tes), la de tao María del Yermo en CochiciHos, la torre de
Cervatos y la cripta de la Catedral de , antander. En la misma igle iR. Oatedral, que es gótica del siglo XIII, tiene también
su influjo el estilo románico, sobre todo en las columnas. Por
lo que e ve, imperó en esta provincia el estilo románico basta la segunda mitad del siglo trece.
1 8
Fig. 193.-Bn iliea de Armentia (Álavn).
tación, fuera de los capiteles, n lo cual puede verse
toda clase de ornato propio del e tilo. E' muy comÚn,
y se halla repetido como adorno, el ajedrezado n l~
impostas y cornisas y en una franja que voltea sobre el
arco abocinado de las ventanas y portada; : éstas e ha·
llan constituidas por archivoltas cilíndricas ó baquetones en arco redondo. Ray otro tipo de iglesias en esta
provincia, pertenecientes ya al 'Siglo XIII, y es el de
transición ojival, que sólo se düerencia del anterior en
ostentar apuntados el ar~o
de entrada y otros interiores,
y en la mayor perfección de las labores de escultura.
Del primer tipo son la iglesia de Sta. Cruz en Castai1ed&,
la de Santillana con su claustro,' la de Ojedo y la de S. Pe·
dro de Cervatos. ~n el segundo tipo entran, con más ó menos
modificaciones posteriores, la iglesia de Sta. Maria del Puer·
to en Santofia, parte de la. de S. Vicente de la Barquera, la de
Sta. Maria de Piasca (que era célebre monasterio), la del mo-
1 9
aó. A turia .-El arte que tan gallarda muestras
dió de u habilidad n 1 primer reino de la restauración
durante 1 iglo IX (nÚm. 130), e e tacionó y aun atrasó
andando el décimo siglo no produciendo sino obras mezquina é irregulares' in mbargo en algunas, como
alvador de Fu nte y 1 mOJ;last rio de orias (éste ya
del iO"lo XI) e vi lumbra una r acción favorable y se
ob ervan alguno el 111 nlo bizantino d los que con tituyen el e tilo románico. ITa ta fine d 1 iglo XI no
penetró é te con d chón nA turias' pero una 'Vez domiciliado ,tUi no dió luO'ar á ninguna, otra forma ha ta
mediado d 1 iglo xn n que e fué haci ndo gótica la
Catedrall'ománica. " di tinguen también aqui la do
formas de e tilo románico propio J d tran ieión: la
primera es b stante ca a en adorno fuera de los capiteles, iendo comone lo aj drezado y dientes de i rra' no faltan los áb id s micirculares, á veces r ctanguiares, y éstos s hallan d corados generalm nte con
arcos de resalto ó columnas ó imI osta aj drQzadas' la
portada tiene arcos redondos en degradación y á veces
relieves en el timpano: la segunda forma con ta de arcos ojivales, por lo men()s en la portada, y de mayor
exornación en las archivoltas, 'aunque' raras veces pue·
de calificarse de espléndida y variada corno en: otras regiones. La primera forma es propio del siglo XII; la segunda, de los últimos aftos del mismo y de todo el siglo
siguiente hasta gran parte del catorce.
Elemento' de Arqueologla
Estilo ¡'ománico
Perten cen á la primera) como importante i~le
ia ,la el ,'an
Pedro de Yillanueva . Juan de Priodo, tA.. Eulalia d Ljo.
tao Maria de Xarzana, tao Eulalia 1 L10l'uza, la igl ia ano
tigua de YilIamayor J la de Vald bárcena. \.demá, COll al·
guna moclificacione ,la igle ia d '. alvador de omellll'
na, '. Bartolomé de _~av ,
'. alvador de Celorio, ctc. Tam·
bién, aunque ba tante rico de ornato, la ÍLmara 'anta Ile
Oviedo y lo chm"'tros de Yillanueva. De la se~unda
son la
Colegiata de ArvÚ y lltigle ia dc '. Juan d Amaut1i, elcgnn·
temente decor da, qu datltn del i lo su; la de 'ta.:M ria de
Valdedió ' y "ta. :Uaria d Villavicio 'n, 'too Tomás de, 'alm¡.'O
y,'. Nicolá el Avilé lcon modificaci ne ojival
tlel siglo
XIII, y la de '. :F'lan~i
ca le \.vilé d 1 XIV.
comÚnm nt 1 acrificio d Abl'aham Ó la Adoración d
lo.' ~o'OliI)
en lo~
timpmlO . Encima d 1 arco del pre bitrrío
\~
COlrtantcment 1 Agnll Dei carO'ado con la
cruz, nil~'
h 1'1110 o y YUl'Ütelo ro etone .
190
H6. Galicia.-1fiene parti 'uIar ti onomía I arte 1'0'
románico 'en la cua,tro provincia, ga11 0'0, pudiendo
muy bien con tituirse un grupo re 'ionul di'tinto. ,'ón
e 'ca i il11o' lo monum nto nrquit ctónico d I iO'lo XI;
pero e encuentmn mu . J'ep tido lo románico del XII
'qt C011 alo'uno arco o,'ivo
'a in 110. Todit u Ca·
.'
~
,
tedraIes y a,un sus principal
iO'l ia. son románica,
':J' ca. i todas la i<TIe ia oji'la.Ie ofr c 11 un
110 1'0má·
;)ico , no difícil de ele cubrir en ca.da una. La, bóveda
más cn U30, ca i exclu ivo s la d ro dio caJÍón para
1<'1.3 nave de ht i!Tle ia; 011 frecu ntc lo áb'id s s mi·
circulare con su cascarón, y lo contrafuertes. La por·
tada , con su arco abocinado pocas veces tienen orna'
mentación e pléndida: é~tc.l,
con iste á los principio del
iglo XII en billetes Ó ajedrezado , cabezas de clavo,
bezantes, postas y estrellas; despué se afia.den, como
típico de Galicia, las hojas grand s imitando á la col,
1<tS rosas ó florones y los reliev s f¡1,ntás~ico:
lo mismo
sucede en las impostas. Los capiteles, sin salir del tipo
románico, guardan casi siempre cierta i,dea del corintio
ó compuesto. Los relieves iconísticos representan mas
n
191
,'on notal)le la' iguient 'ig-le ia ' En la provincia de la
C'omíli1 sobr al n Iel 'at dral d 'antiago con u cel bérimo
y g-mullio 0 PÓrtico d,'lll U/o/'ia, <1 corado con num ro a 'Y
1lI!t!:'nilicas
tatna; notahl
I tlifi io por u el ,ación y
¡:l',luflio idad, impropia dI' la "po 11 aunqu llloclifi atlo por
1 Ucnllcimi nto; n 111. mi mil. ciu lael, ,:' . .b li.' Y 'tao .'usaDa,
, ta . .\1 nl'Í1l la Pe,ll, cou 1,1 1 ortaela' d ,'ta. ~[ari
I:)alom' y
de la l'onic la antig-no mona tol'io el 1síg-Io ,'1 también allí
mismo: aclcmá', ia parroquiiL d :nntiagoo y part el ,'ta. .\JaI'in del CHmpo n la ciudc d d La· orui'ia: 'an Tir o d O ei·
ro, ,at~
.\fnria ti· 'ambr' d , tn -'fanuel d Piú iro C01\ otra
llIuclll1 por 1,1 Hin. el 1.\1'08t1, OlUO la de Araifla ,,,\ ilJajuán, te
En la pr ,inei,l el Lugo, la 'at dral qu ti n mucbo' 1 llIellt;,., ojí \'lile por hab 1" t rminado n 1 igla XIlT, y con
,ariH~
reforma '.·t dore del Henacimi nto: In d -'foncloiíe(J.), COIllO 1;1 ant'rior, 'ta. -'[M'ina de ,'anÍa y "aria. igol ia
PIl Pe:t, nzo .
En J,t pl'ovineil1 <l
r n ,la at dra!. qu ig"ne n import;ltlcia arl1n oJógoi 'lt {¡ la (1 . Uti,l!; ,una pu !'ta 1 la igol ia
d!' la Trinidad -1\ la mi. 11111 eiud:lll r la ig-I in el ',E t han
IJt' ltiha en ,'il antigu mOI1(l terio II lo 'iglo XI y XU) que
ti '11 l'n I intcrior el 1 cllili Ío ;;cultura to n atribllída 111
,i,do no\' no.
el 1 iEI\ Pont v dra, la 'ntedral de TllY] de ll'ineipi
Hayona
oj
i"ltl
.
del
xv,
J
~
t
al
gilltll
el
g-I XII, con ad icioD
!las b Ililltol ol~i
"Ill, y tre iglesia: n Hib¡td.Lvia, do d
sima. ,
14:7. León.-En l.t proV'inci.L de L, ón ~e
ha.llan
igle-if1. románica '11 g'l'i),]1 nÚmero pro eelente' en su
mayol' pn.rt ele antig'uo:3 monasterio ben dictinos de
lo oIgi~
J-, ,"r y _'H: ca i todas son elel tipo románico
del siglo XI, ) pocas la, que
puedan a,djuclica.r al de
Elementos de A7'queulogía
Estilo 1'ománico
transición. Varias con ervan techo de madera ó dan
indicios de haberlo tenido. El adorno más común :> el
ajedrezado y abundan poco lo d más. Tienen e pccitll
tipo las iglesias de ahagÚn, y con iste en u aparejo
de ladrillo, en los grandes arco. de resalto en lo e.. te·
rior de lo ábsides y en la torre an ha cuadrada y con
muchos vano . Pertenecen á e te o-l"UpO la de an Tir~o,
Santiago la Trinidad y . Lorenzo (con vario arco in·
teriores en ojiva) J' alguno resto del céI bre mOI1<1 'tcrio de ahagún. (Y. fig. 194 que e modelo pare id ).
Del tipo ordinario son notables las igl ias de la comarca
denominada El Yie7'zo, que eran de n.ntiO'uos monasterio co·
mo S. Pedro de ~Iontes
y antiago de Peiíalva.lque s atrihu·
.yen al siglo x) entre otro muchos d aquella reg-ió11; a imi mo las iglesias de antiago con cxcelente portada, . .Junn
y S, Fra;ci ca té ta del iO'lo XIII) en Villafranca del Yierzo'
las de •. E teb:\ll, . Miguel y . P dro, n 'orullón; la. tle
Valencia de Don Juan (antiO'ua oyanza la de .'tao }¡í'lcr~
de andoval, etc. De tipo má elegante que ella e . hi<1oro
de León fiO'. 1 O), con otro re tos de la anticrua aballía de
Carracedo. Románica sencilla de tnm ición e la del mona terio de tao aír ~
de Gradefes.
1-l8. Palencia.--El estilo románico d 1 iO'Io XrI (' el
tipo general de la iO'Iesias parroquiale ,. de las ermi.ttl'
de esta provincia, con pocas excepcioD . En la capital
sólo se conservan restos románicos, ctdemá de la nota·
ble parroquia de . filigueI, que es de tran ición ojival,
como edificada en los principios del siglo XIII. En la pro'
vincia hay buenos modelos de todas las variacione del
estilo , desde mediados del XI hasta dentro del siglo xIII.
Oorresponden al primero la iglesia del castillo de ,a~máT
la de S. Martín de Fromista, las de S. Facundo y la AsunClón
de Arconada, y las de Sta. :María del Camino y Santiago e~
Carrión; la última con notables relieves en la fachada. Del SIglo XlI se cuentan el monasterio de S. Isidoro de Duefias, cO·
mo tipo encillo, y la iglesia de S. Pedro en Amusco de muy
llermo a portada con 7 archivoltas, follaje yestatnas, como
tipo eleO'ante. El mona teda y la iu-lesia. de tao María la Real
en .\.guilar de 'amp60 on románicos del XII' u claustro, de
tran ición á principio del XIII. Y como iglesia de tran ición
pueden citar e las parroquia de iJlamurriel (con elementos
aráhi~o
,<.le lIusiUos, 'tao rnz de la Zarza, • antoyo, Dueñas .'. ~[iguel
de P I ncia y el antuario de ,'ta.. María de
la Fuente n Amu co, i bien varias d ella han r cibido
retoque ojivale ,
14:9. Yalla<lolid.-Los monumentos románico de esta proYincia ofrec n n u mayor parte un tinte arábigoojival que lo caracteriza, Casi todos on del 8iO'lo XII y
del tipo d tran i ión ojival con elemento arábigos en
10 ¡L1'CO y t chumbr : má bien pueden llamarse mudéjal'c La. iO'I ia que pertenecieron al iglo XI han uf1'ido tales modifi l1ciones qu apena quedan re to de
u primitivo ariO' n.
•. n notabl : n 1m do, la igle ia de . Julián, . Migupl y ' ..Andl" d prin 'ipio d 1 i"'lo xrlI' ad lllá , aunque
I'l'formada .. 'tao María y '. Juan, y la 'rmita d tao ruz.
En Bamba, la ig-Ie ia de lo unjuani ta y no 1 jo 1 mona _
terio el • la E pina' n Rio ca, la igl ia de antiago ti ne
hueno' áb 'id románi o , y la d . Miguel con 1 tipo del iglo XI e d mediado d 1 xu· n Villalón, la iO'I ia de an
~figu'l
con u torre; 11 .l\Iayorga, patria de too Toribio de
Mog'l'oyejo, hay i iO'I ia d 1mi mo tilo on fuerte re nhio arúhigo-ojivalc , 'on pórtico y ton ; en Arra. o, su pal'I'oquia pequeña y bonita del iO'lo XII' n la mi mil Valladolid, ta. María la 11tigua y Sta. María la Mayor (junto á la
Catcc.ll'al) traen su orig n d 1 iO'10 XI, pero actualmente son de
tl'an iciónj la primera eons rva mucho de u prim r estilo, con
u v tusto campanario; la erunda fué reedificada á principios
del siglo trece.
ISO. Zamora.-Arraigó notablemente en esta provinda leonesa el estilo románico, hasta llegar al exclusivis-
192
-=---------
193
14
Elementos de A"queotogía
Estilo romámco
mo casi completo, y se presenta con un tipo muy singular en las iglesias de Toro y Zamora. En dichas poblaciones y en Benavente se halla concentrado casi todo el
arte de la provincia, el cual data de mediados del sigloXII y se extiende hasta muy adentro del siguiente. En
las iglesias de importancia consiste el tipo zamorano en
esbeltos edificios con torre y cimborio, adornado con
arquitos ó galerías simuladas; la portada ofrece series de
arcos más ó menos cairelados ó festonados y con adol"
nos de elegantes hojas: en las iglesias menores hay menos ornamentación y no existe el referido cimborio.
Casi todas son de verdadera transición ojival, y con todo, es frecuente el uso de los techos de madera.
Recorriendo 1 tI' s dudade referida, ballamo n ~al
manca la Catedral vi ja, inaugurada en 1HiO aungu no terminada ha ta últimos del iglo Xli, magnifi o modelo l'omáuico d tran ic~n,
alzándo c en él la e'b ita ojiva 'obl'<' COIUlUna y capit le románico . Repoblada la ciudad d d principio d ligIo XII, con truyeron en ella 1 difC'l' 'nt' pllC'hl .
lldvendizo igole ia románica egún'u"'u -to' particuJal'<'.,
llega.ndo ha ta 50 la parroquia 1 vantada
'a 'i á la ,-ez.
Entre ell¡ ,hay todavía cin o de las erig-ida por lo' zamorano d Toro con u propio estilo; y on románica el<' la 'un
lIartín, . Julhín, tao Eulalia y .
l'i tóbal. Adclluís, e
cuentan allí romálli a la d antiago too Tomá C'antuari n·
e, ,Juan d Bárbalos, '. Mateo, y '. lar' '. En ~juda
Rodrigo tá la atedral, d l último tercio ti I igol XII, con
e tatua en la fachada, y u lau tro, románico ('n parte; an
1 idoro, también románico del ~r.
En .AJha d<' Torm s -'un
Miguel, antiago y . Juan. En Lede mil hay hupno' r<"
románico del XlI n la icrle ia d tao Elena.
152. Á vila.-Tiena clásica del estilo románico e Ávila, y más tal vez que otra alguna de las ciudades ca te-
194
En Zamora se cuentan la Catedral, la Magdalena con luj()
semi-oriental en la portada, S. Vicente (lo mlsmo), . Isidoro,
S. Juan, S. Antolín, S. Esteban, Sto. Tomé, Santiago, etc.;
cada arrabal tiene su parroquia románica, lo mismo que las
de la ciudad; y, excepción hecha de las iglesias de conventos,
las demás, que son muchas en número, pertenecen al estilo
románico, ó conservan restos del mi¡¡mo. Rival de Zamora es
Toro con su famosa Colegiata, más graciosa que la Catedral
de Zamora y de transición como ella, á la cual siguen, aunque en grado muy inferior, las muchas iglesias de la ciudad
referida. Sólo en Toro había 40 parroquias en el siglo XlV,
además de los conventos. En Benavente se hallan románicas
de transición las iglesias de Sta. Maria del Azogue, S. Juan
del Mercado, S. Andrés, S. Nicolás y Ntra. Sra. de Renueva,
aunque llevan algunas reformas. En S. Pedro de la ave (antes Priorato benedictino) hay una hermosa y pequefia iglesia
románica, semejante á las antiguas de Asturias.
151. Salamanc&.-El estilo románico de esta provincia se contrae al siglo XlI y se desarrolla en la capital
en Ciudad-Rodrigo y en Alba de Tormes: fuera de ellas
hay poco notable. El tipo es vario, y ca¡si todas sus iglesias tienen modificaciones y restauraciones que desdicen
de su primer estilo.
195
llanas; aunque en la provincia fuera de 13¡ capital no
se conserven edificios notables de este periodo. obre alen, como de primer orden la Catedral y 1.1. ba ilica de
los santos Vicente, abina y Oristeta ambas del siglo XII
y continuadas en el XlII, que han re.sultado románica
de transición, por más que en algunos trozos sean románicas con propiedad (fig. H12) Y en otro, ojivales tipicaso Lo más románico de la primera es el ábside y el
aspecto general de fortaleza medioeval que ofrece' en la
segunda; su riquísima portada con estatuaa á los lados.
Otras iglesias de la ciudad tienen su mérito artístico como
tipos del siglo XlI de forma sencilla, y son . P dro, S. André ,
S. Nicolas, S. Sebastián ó S. Segundo (todas de tres naves, y
11\. última acaso del si~lo
XI), S. E teban de primero del xm,
8. nítra~
con su torre semi-arábiga, y Sto. Domingo de Silos,
del .~nx
En la provincia se hallan restos románico princi-
196
Elementos de A1'queologia
E.Hlo 1'omdnico
pall\lPl1tc en do igle ia d )[adrigal y n cuatro d Ar"yal i
tcnnbién románica de prim ro tl 1 iglo • m la iglc. ia del
pu hlo GólU z Román.
153. ,egoTia. ·-En la ciudad y prodnciá de.' O"oYia
se con ervan numero a igle ia románica d sd la ('.
gunda mitad del iO'lo XI ha ta prim ros d 1 XIII la cua·
le por lo cOliúIl son hermo os acabados mod lo d I
e tiJo) no por la grandeza y untuo idad d lo difi io ,
sino por u bella proporcione ornamcntación r "'uJar
di po ición del conjunto. Lél.s de b apital
v elemnte
o
ofrecen un tipo ino'ular y propio de elJa n lo qu no e
ha de truido ó modificado con el tran cu!' o de lo i·
glos, y con i te en el pórtico dolumna yarcn,da 1'0'
mánica que las rodea. por de fuera ext ndiéndo ante
alguna ó algun.a de us ala , sin limitar
á 1, ola
puerta: en el áb id torneado á vece. tripl y en la too
rre cuadrada que las acompaúa ofr icndo toda el
mi mo a pecto.
~
Pa' ahau d 30 la parroquia d la iudatl <>n 1 'iglQ XII
iendo lU 1 Ha para la afuera ó arrahal . 'uh istl'l1 aún
ca 'i tocla la' 1J igl ia qu
tahlln el ntro ele lo mur . , hit'n
han.
ido
profanada
J otra alt rada' 1'11:U {'.ti·
q ue al!ru.nas
~
lo. obrl' alen cmilo arti 'tica la' iglf' ia de,'. 11 artin, ' lIU
MilIán, . Lorenzo y '. Esteban' igu n alg iuf 'ri rc" 1<1 Tri·
nidad, . Marco, '.. eha tián, con yario rl' ·to de tra. Ji'>
notahle la igle ia de 1a Vera- ruz en 1a afu ra , rot ntla interiormente y polig-onal en lo xt rior, con tI'
úh id' Ydo'
portaclitas: era de Cab l~eros
Templario. Y famo a la torre de
S. E teban (fig. 1 9), reina de las torre hizantil1a de E paM,
En la proviuci-a exi ten, ad más, como notahles las siguiente: 11 ,onagér~T
la d~ S. Miguel, dentro el 1 castillo, de truusicióD á prin ipio del siglo XIIIj en Sopúlveda, Ht ig-Ie ia y
torre del Salvador del siglo XI, y tao María de la Pila del XII
con h r1110SOS relieve iconístieos 11 la portada; en uéllar
todas us iglesias, que no hayan sido de convento, on romá·
nicas más ó menos retocadas, y principah'nente;S. Est(>han,
.
. Martín, '. ~liO'n
1. 't . T 111', . Alldré y
lnJ; 11 Fu ntidu J1a u parroquia d
crclmCuÜt. la ig-le -iit . d
. ~rHtíu
y tao .aniUlI~
y 1 moua terío d
tao lIaría la R al, qu . el' tran i·
tión .•UgUllH de la 'it¡l<l¡l' igl .
-in lle,an en I lint 1 1 monograma el ri·t, y otra tienen l' ma·
dera la te 'bumbr .
gUl'il
154:. Burgo '.-Let importanla ciudad de
Burgo ~ u provin ia no
tá
hoy en el tilo romÚni o)
on
e ca o lo monumento qu d
él e con rvanj con todo) r vi ten 110 O'ran int l'é para el e tilo d tmn ici' n pu
lo r fl jan diO'nam nt : tal
u carác·
t('1' prin ·ipal.
lHí
tao
fí-
lÜra ~
~li,!{ucl:
('U
<1-
cia arti tiCIl. d
I-'ig. 19J.-TO'1{'·iay torrc'
l! .'tn. ~[ r dI' 11(,11111'.
Ti J1 cid ·ig·lo XI ('1 m na t('rio d
't. Domiu!!o dI' .'i h ,
euy) dau. tr nlUiÍl1ic e con' 'rva toda ía l'Íeo en .1 ll11'll 1 . ~
variado n ·apitC'I'· ~fig.
17í l, n ti tuypmlo una l h1'a m:1<'''''
tra d ·u 'igl - ad 111(l' hay alguno re ·tos pn'<:io'o del mi 1110 e tilo cn otro lugar
d la provill<:in, oh1' todo n 1 llllti¡"'1l0 mona trio d Ofta. D I P riodo dI' tran ición e hin la
i~le
ia el
. Juan B. 11 ií<, por lo 111 no ~la
portcHla: In
¡lrl ia ele an i olá' n Miranela el Ebro, y
bl' toclo 1
mona terio el
tao faría la R al de la. Huelga n la afll ra
de Burgo . Lo' clau ·t1'illos el e te mOlla t l'io on un primor
(fig. 182), yen 1 claustr é igl sia
v n aliaclo I e ti!
románico, el ojival 'y 1 mudéjar de ulla roan 1'<1, exc pcional
y propia. R tos hay del iO'lo XII d meno importancia en el
moña terio de S. Cri tobal Jl Ibea, n la añadía de . Quirce y en la igll' ia d l;Ro pital d 1 R yen Burg-o .
15ó. Sol'ia.- o escas an en la ciudn.d ni e'ít la pro·
de
vincia las igle ias tománicasj pero on d 1 iglo xn
202
Elemento! de Arqueologia
la puerta antigua de la Visagra en Toledo, también el I jglo IXi en la puerta del Sol en la mi ma ciudaJ, con ·truída en
el siO'lo x ú Xli en la mezquita de Córdoba apar ció ya en la
reformas que se hicieron con motivo d la obra el ampliación, bajo el Califato de Hixem II, á fin 1 1 iglo x. Y in ir
más lejo ,se halla el arco ojival en la bóveda por ari ta figura 66), ya conocida en el siO'lo III (núm. 127, noto .)~
Pero la ojiva no e má que un el mCllto de la ¡;trquiteetura
ojival, y ésta con tituye un sistema compl to y razonad cuyo origen se ha de bu cal' en otra part . Lo ingle s, alemanes y frauceses pretenden hallar n su r pectiva na ión la
cuna del estilo completo, y á los normando
atribuy . la formación del estilo precursor del ojival, ó sea el románico dI'
transición: muchos crítico reconocen, por lo 1ll no', I dl'ci·
dido influjo de los normando en ambos tilos.
Sea lo que.fuere, y sin meterno á di cutir punto d!' orgou110 patrio, no cabe duda que 1 e tilo ojival la evolución natural del románico terciario, como éste lo ra del 'ccunrl<1l'io,
y é te, á u vez, dellong-obardo. En el románico ter iario nUció la ojiva de la nece idad qu hubo d 1 vantar 1 arco crucero, introducido en la bóvedas de ari ta para rcfo znrl ~:
pue como e te arco re uItaba de medidam ntC' l' bajarlo. i
lo formeros eran redondos, e apeló para remcdÍélr ,1 d fecto
al recurso de levantar la clave de todo á una con us bóvedas, lo cual exigía daTles la forma ojival, ya conocida n el
arte, como se ha dicho. La elevación, por otra part , y la extensión que se daba á los edificios r liO'io o , en armonía con
la idea religiosa y caballeresca, tan propia dc los iglos medioevales, exigió el empleo constante de la bóveda y de los
arcos referidos, y de ahi la constitución de todo el sistema ojival, pues unos elementos llaman necesariamente á otros. Tal
es, en verdad, el origen del estilo que nos OCUpai Y como la
idea religiosa y la tendencia á lo maravilloso dominaba simultáneamente en.las naciones católicas europeas, y el espíritu de unión internacional y de mutuo comercio se consolidaba, sobre todo, con las Cruzadasi por esto se desarrolló el estilo
á la vez en todas aquéllas, yen todas á porfia los pucblos y sus
E tilo o,jival
203
jefes, bajo la dirección el lo' Prelados (1) rivalizaban por la
obra de arte r ligioso.
160.
u componente y carácter.-La idea que preside á las construccion religio a ojivale puede considerarse bajo el punto de vista religio o ó como simplemente arquitectónico. En la primera con ideraci6n
nos detuvimos lo bastante á nuestro caso en su lugar correspondiente (núm. 37); de la segunda conviene fijar su
alcance, para ver la razón suficiente de los elemento
propios del estilo que e tudíamos.
El fin que persigue la rquitectura es construir con
la mayor solidez y elegancia po ible y el menor material po ible, un dificio que responda á u de tino, de In,
mejor manera po ible. Y ninO'ún arte con tanto acier.to
como el ojival ha r ueIto el problema. Para e to procura di minuir los empuje, concentrarlo en determinados puntos, y allí aplica todo su e fuerzo neutralizándolos. El arco ojiv"tl tiene menos empuje hacia los lado
(núm. 48); la bóveda por ari ta y lo arco cruceros fijan
en determinados punto lo empuje verticales y horizontales (núm. 51); la columna interiores fasciculada
resisten al pe o 6 empuje vertical; y los contrafuerte
que son aquí botarcles arbotantes neutralizan el empuje horizontal, que se trasmite por entero á ellos en definitiva. De aquí la posibilidad de aligerar los muros, ya
que no ejercen funci6n de resistencias, ~T la facilidad de
imprimir al edificio ese tipo aéreo, de;licado y como inmaterial que le distingue; á lo cual contribuye el adel·
gazamiento del intradós de los arcos por medio de ba(1) Los Papas concedían á los que contribulaa a esta obra las
mismas indulgencias que a los Cruzadosi los Obispos eran á vece
arquitectos, y frecuentemente otorgaban indulgencia á lo que
ayudaban, de cualquier modo que fuese, á tan piadosos fines, aun
cundo se tratara d. edificios religiosos en otras diócesi .
218
Elementos 'de A1'queologia
res y ~ejor
trabajadas (fig. ~23)
y nunca e emplean <'n In.
cornisas propiamente dichas. e llaman cal'dilws) porllu' cmejan la hoja del cardo. En el vértic d lo piná 'nl " gablete y arco de portada e ponen floran s, arUIllO <Í maco,
llas con má ó menos de arrollo (fig. 22!). La hoja d acanto
clá ica de aparece en el e tilo ojival; 11 camhio) abundan la
de la fiara indigena, como la de apio cardo, Yid, tróbol.
achicoria, encina, yedra, col, etc. 'e emplean c 1110 acLamo
frecuente lo trifolio, cuaelrifolio , trac ría, gahl tes arcada:
simulada, la figuras de castillo: é ta última se u an en pi
stglo xrn, sobre todo en lo sarcófago y do ele'te·. La molduras no e cEtsean en el e tiJa, pero on ele ección elíptica, ('01'diforme ó pirüorme..
172. Edificios varios.-De la a ertada 'ombiuaeióu
de los elementos descritos, r suIta la vn,ri daa v di tillción admirable de los edificios gótico , el ntro (1 la bcllísima unidad ideal que en ellos pre id. Vamo el re eliarlos someramente como s dado hac 1'10 en 111111, obra
elemental, de paso notaremos los prin ipale Illodplos qu nos ofr en la di l' a nacion
E'l:1'l'lpell 1
dejando los más c1r 1<t nuestra p<1.1'<l '1 iU'uiente ('¡lpí'ulo. Recorramo ,pu ) la jO'le in . l'')n . 11. ¡1(,('. or;os de torres, coro , c m nt rio ó pulcro, lo' {lau,;tras, las cruces monum ntal
y la con trnC'riollcs
ch ileso
173. IgIesias.-Todo fo qu el jamas con igll¡tdo del
templo católico tiene su más perf ta aplie¡~('ÍóJl
¡'¡ la
iglesia ojival, mayormente á las Cat dl'ale , y no h¡l~'
para qué repetirlo (núm. 37). El exterior, sohro todo
en las fachadas, es sorprendente y maravilloso y apto
para causar en el ánimo la improsión de lo suhli11lc
.s~if(
3 y 5). Las tres puertas de 'la fa,chad .... , cuando
existen, corresponden á las tres naves que fornHtn el
interior de la iglesia ordinariamente; las naves lnterales continlÍan detrás del presbiterio ó cetpilla mayor, 1'01'-
E tilo ojival
219
mando 1 deambulatorio ó ambulacrQ , , 'dan
las capilla qu
abr n en 1 áb id' t e iempre
poliO'ona1 ," ca i i mpr lllÚltipl . En 1 prim l' p riodo
ojival no hay otra. capilla qu let mayor r las d lo
abr n á 1 larO'o d los muros ,
áb ide; n 1 gundo,
modificando, por lo mi mo la planta: tn uele tener
forma de cruz, p ro no
ondiei n oblio-ada', n 1 tercer período
on truy n varia d forma simpl m nte
reetano-ular como la at dral d
villa,. muchi imas
iglesia d
gundo ord n con tan el una ola nav sin
crue ro (1). Tampo o la o1'i nta iÓ1l (núm. 134) s constante, por más qu sea lo típi ,o del tilo.
La nav lat mI
on mol baja
omúnm nte qu
la c ntra1 y lo param nto int 1'110 d
ta e hallan
dividido horizontalment por lo m no n la arande
igle ia
n tI' zonas: la inferior sompone de las arcadas de cOllluni ación on la na s laterale ; la media tá formada por 1 triforio ó h'ibuna . la superior
contiene las <Trand
Yentana; á \" ces
uprime la
int 1'media; t d qu dan diYidiela n compartimiento
por la columna fa ci ulao<1. W' ""lh n ha til 1 aITanqn el 11. bó . del al eual pum e apli an 1 arl 0tan tes rfig. 1m).
IIay- tambi' n gal ría ó ant p ho n lo xt rior de
la ,i"'l ia 'oronan lo lo muro "a lat 1'<11 , ,"¡t d Üt
na\T rentral. l\Lu ha j0'1
in.
tÚn provi ta el atrio ó
pórtico.
El coro n la igl iet d 1 prim l' p ríodo continúa
por lo gen mI, omo n la iO'1 jas románica; pero á
mediado d 1 si o '10 XIV e tl'<.t ladó n E pnna definitivamente al centro d la iglesia n las atodralc, con ti(1) La planta de I1U stra gJ'l1nd igLe ia se 1111 deformado 110
poca ec~(Y
con la adición d' capilla' extedore y adjuntas, que
la dCyoción de lo fieles hll. ido con truvendQ.
Elemento de Arqueología
EsUlo ojival
laustros y convento . - ontinuaron como en
17ó.
el periodo románico, aumentando lo clau tro n ga·
llardía r llevando el sello propio del estilo en us arcada mayormente en los calado de la parte up rior de
sus ojivits. Los convento se erigÍ<tn impre cindiblemente con 11 lau tro' y habi ndose fundado y • t ndido
en el período ojival las 6rd n mendicante, é ta fueron las propitgadoras del estilo g6ti o así como las monásticas b nedictínas lo habían sido delrománi Ó,
,'on célebres los claustros de Tarragona n 1 si'glo XtII los d Vich (fig. 226) Y Pamplona n el XI y
los de la Cartuja de Iírafior y monasterio el Bn,tn1ba
)la'~ntroP(
en el iglo quince.
176. Cemcntel'io )" s(\J)ulcl'o,.- ¡gui6
la misma
co tumbrc que ;1 la época románica,d no nt 1'rar sino
en lo pórtico ,claustros
n lo ext rior de las iglesia ,y s tan s 'lo á lo sacerdotes y bien.h chores 6
per~onas
de ah~um
di tinción, r sen~ado
el interior
par:\. los Obispo, Depositábanse lo cadáver
ele los
demás fi les en el ementerío común, que e itfiaba
junto á la igl :a. En el siglo xv s conc dió con alguna
fae '1¡dad á los s werJotes y seglar s b neméri tos el enterritmiento cn las igle ia ,y mucho más en el siglo XVI.
En todos estos ca.sos tratándos de persona di tinguidas, -se erigían m.1.gnificos sarcófagos de pi d1-a con capillitas ó arcosolios y con todo el ornato propio del siglo
ó periodo en que de construian, no faltando las inscripciones, de que se hablará eIl¡ su hlgGLr. En la parte auperior del sepulcro se ponía l,lU r lieve ó una estatua.
yacente, que á sus pies lleva. esculpido un león 6 un ~ep
1'1'0, símbolos del 'lalor y de la fidelidad respectivamente' la estatua iepr ~ent.a
al difunto eon los atrlbuo~
p'ropios de BU dig,nidad; "si lleva la espada desceftida,
indica haber muerto e71 tiempo de guerra; á los lados, y
obre todo por d lant del arcófaao profu i6n de relieye repre entando mu. frecuentemente la Adoración de
los Maao ó un entierro. En el siglo xv se introduce el
u ,0. d la e tatua orante, que sigu en el XVI, y se
afiligranan má lo adornos. on célebres en 1 arte los
Campo anto de Pi a y Milán, y lo nnmero os sepulcro ,d nue tra at dral ,eomo Tol do, Burgo, etcétera y lo de la artuja el Miraflore ~T monasterio
de ,'anta el' u (Tarraaona).
177. CrtLce lIloJlumentale . -Ya en lit poca románica se
222
T
223
constr~ eron,
p. r? de ellas no se cons rva ejemplar alguno:
en la oJival SI' I1lclel'on muy frecuente á lit eotrada de los
pu?blo , ~n la' ncrucijada, como eñal d alguna mu rte
1111.1 adJ'l~uco
y ('11 COll!U<'lllOl'llciÓn de algún hecho glorio o. Las
ma antlaull qu 1" n ervan son el 1 jalo XIV, y comúnmentf' del X"
011 tan d<' un ba am nto con arada,
0 1)1' el
cual (' azI~
IDI fu t poli onal ó fa ciculado comúnment(' que
l' t e r l n ~ 1
<'11 Ull c:¡pil 1 ojival ó impl nudo, ba ele' una
cruz de piedra Ó de m tal con la imago n d J ucristo <>0 una
cara. y de Irt Viraen ... m . ('n otra, y con cuadl'ilolios y imbolo en • u• ·xtremo'. Por In. trllza d us adorno y p rf ...C100
" "
e cu 1tonca. e pu el cono r el siglo á que p rt npc n.
17. COJl"trllcciones civilc .- e acomodaban en u raprincipale á la' rC'li a ioSlls, y toda JI vaban el s llo de
I~ arquitectt:ra propia d ~<1 época.
cons 1'van todavÍcl palaCIO de los Iglo XIV y xv indo JUuy notabl - lo d Lovaina.y B~uscIH"
en el último, y los de' Ip1' y Brujas 11 I tlOtenor ~lgo·
todo n BélU'ica. Los cnstillo dejan el carácter
,ombrlO. d los anteriores tiempos y se convi l'ten durante la.
época OJival en untuosa moradas sefiorÍltles. La llamada to31'~r
dp.l ho.numa.jeJ que II.nOO8 se elevaba aislada eomedio del reCl~tO
~ortlficado,
en los siglos de que tratamos forma parte del
edlf ~ O
que es habitación del Sefior, y sirve como de atalaya.
Contmúan los fosos, puertas con puentes levadizos barba~a
'
, a 1menas, etc. como en 111. épocll. anterior (fig. 227).
Son notables en Espafía 108 Alcázares (6 castilios-palaeios)
~os
226
ELementos de A1'queologta
maron las naciones europeas, en su ma~
oría, al adoptlll
tilo g l1uinamente cristiano' pero queda por de cifrar y de ubrir
el primer foco de donde partió el impul o arti ti o dado
que no lo atribuyamos como no pod mo atribuirl, á
la acción divina ó in piración cri tiann. infundida en todos los pueblos á la vez por cau UiS de ord 11 upr mo.
La cuestión por ventilar se halla ntr :E rancia y Alemania, siendo acaso la primera. la qu ofrec mÚ títlllos de primacia, fijando su centro artí tico n 1<1. comarca dicha del Dominio Real ó Isla de F¡'ancia. ,tI nort d 1
Loira; pero aunque E paila les siguió muy de
rca Il
abrazar el sistema oji val compl to, par ce más 'onfol'me á verdad que de Francia se tomó el patrón ó molle lo.
Empezó el estilo en el reino de Oa tilla con ht Catdral de León (1199) y con las de Burgos (12:21) y Toledo (1227)) cuya primera piedra colocó el Rey D. F rn:llldo el • anto. En Javarra parece debió ntr<l,r '011 k
restauracione ojivales de principio del iglo XIII n los
monasterio de Rirache y Leire y sabido es que por CIltonces y más adelante invadió á avan, la e cultUl'tl y
arquitectura francesa , En AraO'ón debieron s r la primeras construcciones ojivales alguno trozos del mona terio de Piedra en los comienzos del siglo XIII; 1 ClIIll
monasterio procedía del de Poblet en ataluna. En e tl\
últimUi región comenzó el estilo gótico puro con ht iglesia del convento de Dominicos en Barcelona (l:...40)., aUllo
que ~ntes
hubo secciones bastante oj~vales
en los monasterios de Poblet y Santas Oreus.
De donde se infiere que en el reino de Oastilla se in·
trodujo el estilo ojival primeramente, debido al ('.elo de.
Obispos y Reyes; en los reinos de Jayarra y Aragól1
entró desde luego por medio de los conventos y monasterios.
y desarrollar simultáneamente el suLlim
•
E. tilo ojh-fll
,
H COl'l'amo br vcm nte la dí \'
l'
a
l'
g-ion
d
la
P nin ula, ig-uiendo un. itinerario
m jaJlle al que eol iu~
n 1 tilo románíco, y v amo de llJ '1' en l)U
mOllum ~otl
l,t l' li~do
idad d nue t1'O puehlo paÍlo~
el c, rÚet l' partícular del tilo n di 'ha 1', ion ,Il1U'
el1 ¡ll'lllonía ('on 1 d lo pueblo' qut' la habitan. ,'óio
no lij¡ 1" mo n lo monumento principal ~. ,-i.lnn11la tran form,tci ne, que híz 1
te', in paral'no
Renacimiellfo, ni nht ruina que han ha inado la. reyolu 'i lle d0 lruetora .
1 O. ('ntalufill.-EI iglo d la g'l'ande y hcrmo n
l'Oll.'tl'lt '("Íon s n (' ta l' gión hIl' 1 Xl\-; d
él on la'
príllC'Í]1<Lle igle i¡t d Bar elona; ha ta últi mo d 1 XlII
pO('o e hizo Il 1 tilo g' lluin'1ll1 nt ,o'ótico, pLle ('a i
torla In ohr,t que E' rigian en di ho '~olgi
aun 1llgunasel 1"" n° '011 lYi\,han l'cmini e 11 'j¡l romÚni 'a hatilnte manifi ta. Ini 'iada la d(:adel1 'ia ti ] nrt ojinll
('11 (\¡ttalUJín con 1 ig'lo X\'. ontinuó u idea por todo el
i~lo
xn, i nfluycn do pod 1'0 ¡tm .n tOn la ('on truC'cioJI
• Ú P • al' de In
iIltin1it 01'1'. pond 'ncÜt (11 <In
halla ha, comO t d¡t la ('orona de Arngón, ('on lt,llia, fo '0
del H nacimi lltO; Tcnnz y obrio n ata1LIÍ1a el tilo
ojiYitl. lo 1l1bll10 ¿In lrománico cO'Ún clijimo,' 'orre
pan'jn COIl 1 cará t l' d 1 pll blo qu lo el ¡\,lT Ha: y
in p ruer l¡t g'randio idil.d . legan ia propias del art~
que no o lipa, no s o tenttt n el Principado ('amlúu
COIl <'iel'ta.s O"üla <[litan to 1 dí tingu n y ubliman en
otra regioll s. Apentts e hace u o d pin¡\cnlo' ni de
arhotante . 'uando xi t n l'csultml mlljT corto r par('amente adornados; los cimbo:rios ofrecen poca \i ta~'
apal'eren al exterior como chata. pirárÚides de bas oct6gonn, como octogonales 011 también las cúpulas; tampoco e Mn d corüdos lo contrafuertes, ni en general e
obser~n
~rnato
exterior, fuera de 1 ~
portada y venta°
E.
Elementos de Á1'!lueologia
nas', se u a en aquéU~s
la estatuaria, pero
..no en la archivolta ó arco en deIYradación (1) ca 1 1 mpre .' ntosde adornos; on las oji a
mezclan frecuent 111 ntc
arco~
redondos, aun en las construcciones el 1 iO"lo .'1'";
la planta de las iIYlesia no ofrece la forma d. l'UZ ('TI
el periodo propiamente ojival pu 1 f~lta
el .ruc~ ;
el cH,scarón de los áb ide se halht con IrecuenclCl. ltn,
elido interiormente en compartimi nto (fig. 207), y hay
varias iglesia menores con techumbre de mad .ra tÍ (~O
vertiente sobre los arcos ojivales. Por lo el mn
1 lJlterior d las iglesias es ie1UJ.n' 01'1' to, el gan t .
T
Los eeÍificio má notabl s on: en la provincia de •- rona, 111
Catedral con u clau tro. la Colegiatn d(' . Félix y u torre,
~a
portada de ,Martín el
mpuria, y 1 clau;~ro
g-Ótico de
o, Juan d(' la
.Abade a . En Bar 'clona, la h Uf tilla C'at dral
y u clau tro, el mona t !'io d monja [ P ~ralve
, 1 u, ',tr:l
Sellora del Pino, tao ,)[aría el 1 'Mal', tao Mana el J ungu 111
el °arm n, la igl ia de Montf' ión y uclau. tro o ' tao Ag-l1l'dn
(hoy ~ln
eo " 1 clau tro el 1 n prrat la igolf'. ia de Tarra
la ca de :Maure a con el Carm 11 y 'to, DOllllngo el la n~
roa ciudad, la fachada d . ugat el 1 a.lIé", Justo y 't¡1.
Clara de Vich. y obre todo., 1 incompanlbl clau otro, de In
Catedral vicense. En Lérida, parte d la.Catedral antIgua y
su torre y claustro, an Lorenzo n la mi roa ciudad, la ~n.
tedral de Solsona, la Colegiata de ervpra con u torrp, an
Franci co de BalaO'uer, y el clan tro de . ]'l'auci co en Hell,
puio" también la Cato de Urgel, anllqu d sfigllrada, En TnlTa;ona, la fachada y bu na parte de la Cat dral, roucha par,
te de los claustros é iglesias de Pobl t y Santas Creus, la Cadral de Tortosa con su claustro y torre, y la iglesia de Santa
Goloma de Qneralt. En Mallorca, la Catedral yel claustro del
convento de S. Francisco.
:n,
(1) No tenemos en cuenta. 13 fachada. de la Catedral do Bafee'
.. por
lona, porque ya se sabe que ella es de recieI1te eo~stucClO1,
.
más qne iliga el estilo del siglo ~v en el cual S6 trazo su pro~'ect,
filo
ojival
220
1 1.
Yalencia.-Rrconqui tada '\ alcn ia 11 1 iO'lo
el pll el
ineo iglo d . 'ugo mu ulmán,
, con('Í1 que' ti antigÜ dad anlult ctónica mpiten con l t i l góti 'o en la m n 'lonada e lltul'ia. el
('u al fu', alH brillallt ~. f cundo. D ttrrolló
e. pecialIl1Clltc n el iglo XLV' • con ervall u tipo on alO'o
el .1 XY mu .ha igle in por mil q u otra fu )' n iJn-a(lida -~
llllHt cara La por L churriu'u ri 1110 d ligIo
XVII: todo cn armonía eon 1 aráct l' ardí I1t é ill1pr ionahlC' de lo nacido n 1 ri u lío jardín d E pafia.
us
La at drilJ el Val nCÍct (iJl11ta i II 11 vario el
de L rlda,): ohr todo, ti illlelemento de' la <1nti(r~La
gu let (!et tOl'l'C') d 1 i rlo XLV imprlmi rOl! ('ierto lipo
en la reg;ión pue la imitar n la t 1T
el Alcalá d
('hi y rt, B ni 'arló Burriana
~a.
tel ón~'
Yillll' al,
pntre 011'0 dificio, La Ord n d ~[ntC'
a fundada en
el igl XIV.· ext ndida por 1 M. traz!:'. onh'ibllYÓ
á la difll..:-ión el 1 e til • ~' v 1110 aÚn di ha 0ll1.u-('.t Una d' Hntll<1rio y rmitn d lo ¡golo ."L\' y.·y drhi<.la Ú di -ha in titllción militar r li io a, Xo e lompo o
el e tilo ojiyal el 1 rcillO d "\ alen 'ia; p ),o,Í leg:lnre,
~. participa mlH:h d 1 Lip el
'atalwía,
XIII 1:23"
'u' má imp l'Lant . dificio
en la. 'iudati ti Yalenda
u lUaj tu a torre octogonal (aunqu ba -tant ('argado d cburrig-u ri '\uo 1 int rior tI la igle ia y on una portada románi a y
Otl'~1
bal'roca)' la portada lo clan tro- d la io-l .'in el la
Trinidad ó conv uto el lara y la igl ia el lo anto Jnane , por má qu' é ta
baila mua cal'ada con 1 churl'iguel'i mo; en la provincia, algunos trozo el la iglesia parro(luial de Sagunto, ot~'a
iglo ia. n Uti l y el
n Requena, En
In provincia de Ca tollón de la I lana, la igl Ü¡, mayor de la
rapital, f lizm nto dos Dlua ca,rada on 1 6H, la iglesia parl'oquiale de la villas de S. Mateo y Mor lla la sala capitular y los cl'au tro de la Cat dral de Segorbe, el santuario d
Ktra. ra. de la alud y la torre antes citada , En la pro011:
In CM dral con u mpinaelo y 1 ganLc cimborio y
•
.....
Estilo ojival
Elementos ele Al'queoluf¡ía
vinci¡1 ti ' .\Iicant , la Cat('c1rul de Orilmela ('on la i,!de' 'ia (le
antiago ('n la mi-ma eiutInti.
e~
a, can la igle~ia
ojival en
1 2. Al"agón.-~o
\.ré.l.gón· pero tienen generaJmente po [l, ap,1ri ncia xterior in arbotante ni pináculo
alvo alguun, como la
Ca,tedral de Hue a: en cambio e di tinO'u n much en
bóvedü d rucerÜ1, 111á ó lueno compli ada y b rmosa lue llevan todos lo monum nto ojival con rara excepción pue ta ó renov, da a. último d 1 i O '10 xv
y ]illincipio del XVI' en las Ch1V
le us n l'vntum
magnificos tloronc dol't1do ,á v ces enor, ,suelen pendc~'
mes y colgantes como son d ver en la, .' o ti Zm'agoZe1; e' tipo de hermo a di tribución d e to adorno lt1
C,ttedn1.l de Barbastl'o qu o tenta. n la chw d II
bóvedas :l:G4 florones de di el' os tamafio (fi o'. 2 . ).
Tanta es la costumbre de u~ar
la r·f rida 1<1, e d bóvedas, que no es raro hc.Ülarla n igl Si<:1 1~cjn.amor
como
la atedral de Jaca y en otnt de tilo greco-romano Y
c.lUn de e casa importancia. 80n parti 111<1re el ragól1,
y dignas de notar3e) no poca torre octógona y exágona de estilo O'ótico-mud jetr Ó impl m nt mndéj,tre,
con truída n lo iglos XlV) X\ y xvr: l ev~tn
faja de
labore::. minucio ,t .:t O' ométric(;~s
he has con diferentes
combinaciones de ladrillos Y,algunos arcos Ojivc1lcs.
Lo' edificio notable el e tilo ojival on n la provincia de
.. Hu sea la bellísima atednÜ d Huesca y huena part' tI 'U8
claustros) la Catl'dnÜ el Barha tro, notanl por sus airo 'a' y
tle 'ramarid'elfrada' columna', lJe1,rt de la ial sia P~UTO(IUial
.
te, la granelio 1;1, parroquia de Boltllña, la el BicI 'a: toda', en
10 pl'incipal, dpl siglo .xv ó principios el 1 XVI, si bi '11 la de
Hu· sca empezó con el siglo XIV. En 1,ar de Zaragoza 1<1 'eÜI~
dral de La Seo del ·'iO'lo XIV con ampliacion elel XV' .las ¡gleias parroquiales de Egea, Tau 'te y ádaha; la igle 111 de 811U
:Miguel y la ele monjas de la Concepción n Tarazona; la de
S. Pl'dro en Calatayuel y alguno trozo, en los mona terios de
~
~
231
V rupIa, Pi d¡'a y Ru da: todo en la mi ma provincia. En la.
. Francisco y
la Cut (Iral ti la capital' bi n qu ésta ha ido tan r formada
po -t 'riorme¡1tl', qu r ulta una igl ia pobr d 1 R nacimiento. on notahl 'la ton del alvador y '. ~ratín
n la mismil, In. <le ' .•\nclr - en alatayud, la de Tau te, la de la Magdalc-na en Tl:Il'¡lZOna, y la' el
i l . Pablo y la l la .MagdalC'na n Znrag-oza, l't _, toda d 1 gén r ant dicho.
<l' T mel, la torr de Alcañiz el convento d
navarra sobresaacabctda ejeeu ión de la. portada) con estatuaria d e merada escultllL'c.1, ya cl scle el iO'lo XIII, debida. á las escuela de
Ohartl'e
del Dominio Real d Francia. De este orden
se aparta la fl1cbada de la atedral de Pamplona, que
~s
del R na imiento ( iO'lo xVIII),aunque de buen gusto;
pero en cambio, ti 11 la atedral hermo os clau tras)
tipico del iO'lo .TV, ólo inferiore Ú. los de Vich en
Cataluúa. Por lo d mil. no llama la a,tención el exterior
de lo edificio ojivales de avarra.
1. 3.
avarrlt.- 1 e tilo ojival
1 ,como 1 románico, por el bu n gu to
011 notabl
ael má el le1, atedral 'Y u clau tro elel
mencionado 'igolo, la ig-l ia ele tao [aría la Real de Olite,
Santo pul ro de E tella, . atunúno d Artajona, la Magdalena de Tud la, rmita d . Zoilo n á eda, todo n 1siglo XIII, ('on vario trozos el lo mona trio d Hirache y de
Leire, r ele la iO'] sia románica d tran ición (núm. 1J2)'
son del iglo XIV Ó XV . Salvador ele angüe a, r tra. ra. de
Ujué, lo clau tl'O d la 10'1 ia parroquial el lo ..A.rco, an
Juan d Obano ,y bu na porción de la igl ias d antiago
y S. Pedr n Pu ntelarr ina.
184:. Provincia Va cOllga<las.-Pureza y sencillez
en las líneas interiores de loS' edificios, y sobriedad en
lo exterior, fuera de las portadas) es lo que forma'el carácter de las iglesias de estas provincias, sobresaliendo
las ciudades de Bilbao y Vitoria desde el siglo XIII.
. En esta última ciudad son notabl s las iglesias de Sta. !lia·
ría (la Catedral), S. Miguel, S. Pedro y . Vicente; además,
232
Elementos de Á1'queologia
en la provincia, 1 tra. ra. de Ayala. En la d
izcaYil., 1,
igle ia de antiago y . ntonio n Bilbao, 1 antuul'io de
tra. eñora de Begooña, la iO'I ia parroquial d
}u ruita
(recon truída en el iglo XIX. on el stilo que t nía dPl Xy r
la de lTtra. ra. de la Asunción en L qu itio. En uipúzc a,
la de S. Vicente en an Soba tián y la igl ia pn,rr quialc
de Oñate, Deva con su herma a portada, uetaria, Uondragón y . Seba tián. de Azpeitia.
185. Asturias.-Apenas quedó tiempo al
tilo ojival para desarrollarse en el Principa,do de
turia
arraigado como estaba aún en el siglo XIY el e tilo románico; y fuera, de la Ca.tedral d Ovicdo con su g·'1.11arda torre -y suntuoso clau tro , no
n u ntrau 11U1
edificios ojivale que las igle ia.s d ' . Franci ca ,- .ot~
Domingo en la capital, la. igole ia parroquial d Llnne,
tao :María la Mayor de •'ala y la. n.pilla. el 1, Ala
en ATilé : la primen1. la última d sta on d 1 itrIo
XIV; la de Llanes del xv y la dcmá d 1 XIY con alguno l mentas d e tilo gr o-romano. La atE'dral yale
por todo : e del iglo :XIV en su lau tro , d 1 :xT n
us naye ~ del XVI en u torre pórtico: bu 11 tipo ojival exc p o alguno retoques del Renacimi nto.
186. Galicia.-A pesar d 1 arra.igo qu tomó n alicia el e tilo románico, se ricrieron ya el d el siO'lo
XIII iglesias ojivales, aunque muy resabiada el 1
tilo
dominante en el iglo Xli; y aumentaron la construcciones en el'xv y principios del XVI con estilo ojiyal decadente. 'e deben principalmente á las Órdenes r O'ularos
de S. Francisco y 'to, Domingo las iglesias ojivales de
Galicia' las dichas conventuales son, por lo común, de
una sola nave (algunas pocas de tres) con uno ó tres áb,~edis
portada sencilla y bóvedas ojivales: en general,
no pueden llamarse típicas dentro elel estilo las iglesias
de Galicia, pues las de los siglos XIII y XIV llevan resabios románicos; las del XVI tienen su mezcla del Renaci-
Estilo njil'f(l
233
r forma. El
miento, y IllU 'ha han ufrido notahl
.i!TIbol tI 1 ('ol'dao. tan omún en 1 p riodo románico
UÚUl. 1-:l.(j 1,
ntinÚa lo mi m 11 e tn. po a.
"on el' imJl rtanC'Ía: ('11 la provin('il' el La e rUJla, ... ario'
troz de la. iglf\·ia. el- f:ta. )larill dpl 'ampo ,:antiag-o y tao
Bárbara PTI la ('npitnl: In 'llpi1l< del Hn.. pitlll R al n la ciudad u(' 'nntiago lo. IclU tr08 dC' la Cat¡>dnl1 la icrl-ia de
• too DOllling-o y portada. ele . Lor TIZO y '01 goi I M,. J erónilUo ('11 la mi -lIlll, la pnrroquia el >, • )Jllrtín on ,ay)(T~
la ig-leia- el' Laj y )lorainH' y la d
tao Marinn de mnbad
En Lutr ,el pórtit¡) de' ln IHedral y mucho' ('1t'mento le la
dl'.\londoítf'rlQ: ¡HI lllIL·. lo' 'onv llto • de '. Ji rall 'í. ca y anta
Doming"O n In ('apital, y •'. Fnmci ca y . tao )laría d~l
~\zo~nl'
en Bdanzo .
.
Zn Orf'nsf' la Í<... 11' ia dI' . Fran 'i co y tro re to 11 la capital y la igolf' .¡ 1 el
Vi 'ntl' n ){o;lfortC' d Lema. En
Pontevedrn, la' i2;IC'.ia .1 '.
ranciscov tao lara n la
ciudad, 1 pórtiC'l) r~ los 'Iau tro' d la ¡{t Iral el Tuv too
Doming-o de sta ('iu(lad y I magnifi' cme ro el 1<)." Trinidad ('n .anor~aB
1 7. L 'óll.-El antiguo r ino el León ti n('
difi 'io jiyal '. )}101 1 para todo. La
el t dral
de
León y, 'alllm;lll '(1 1<1 nueva) ñalnn lo límit ~ d 1 periodo ojival, y on Ú la y z bra nue tra d 1 tilo: la
primera, aUll qu no ea nota bl por u amplituel lo
por II artificio ~r ti licad Zel, con muy ndo una xpresión dig-11Cl tI la i 1 a jiyal (nÚm. 160) yrcuni ndo en sí
helll'za el to lo lo p ríodo del mi mo' la egunda,
con truida en 1 i "10 XYI ~d
elc 1 13) - completada en
los sigui nte no da u~
pre io o mod lo ojiyal florido con minu io a Jabor en u fachada: ntr una y
otra) media unlt gr<1J1l s 1'i d con tru iones ojivales
que, en su mayoria y a i n su totalidad, se reducen á
dos tipos en la cinco pl;'O in ias que abraza esta región:
el primero s el la igle ias ojivale p l't neci ntes á los
siglos XIII y XIV, que en gen ral on sencillas y con más
23J
Elemento de 111'queologla
Estilo ojival
m nos re allio bjzantino: 1 seO"undo c c1 la 'OIT,pondiente á lo j010s :X:Y y "-y¡ de estilo ojiy<tl florido:
en las proYincia de", aliad lid J' alaman a e má ('O'
mún y ha ta ca i exclu iYO e te seo'UllClo; 11 la de Palencia el primero; yen la de León )T Zamora hay PO('O
ejemplares de uno ';l' otro. En toda ,ha, igl ia l' mitnieas re taurada en el iglo xv ó x 1 'on boy da de
cruceria y otro elemento ojivale,
rl iu~á
Son la má notable : en la provincia el' L Ón, ~ÜlIC1c,\f
llP la
Oatedral la igle ia de . Marcos, re id l1C'ia qUf' fué ell' lo' CII'
ball ro de Santiago á principio' el 1 xn) n la capital; fL1Cl'I\
de ella, la Catedral de
torga d último dC'l XY 'on adita·
mento platere ca J barroco n los d má' °igol ,y la l¡¡lIT.,·
quia de La Baüeza: d I tipo primero táll la igle 'ia <1(' ,'!lll
Franci ca en Villafranea, la parroquia d Sta. l\laria e1l') :\Iercado en León y alguna otra .
En la provincia de Pal neia 'e hallan d 1 tipo anti<ruo ioeo
io-le ia en la misma capital sobr todo la el S. Pabl ,qUl' e.
de Dominicos; dos en Astlldillo, tres en A~uilar
de ampÓn r
la herma a de S. Hipólito en Támara, que e' del igolo XIY;
ademá ,otra que más bi n la adjudicamo al periodo de
transición románica. Del seo-undo tipo e tán la bella atcclrnl
de Palencia, que empezada n el sio-lo xrv l' sultó má bien
modelo del xv por la lentitud de su fábrica, su clau tro también ojival del siglo XVI y la Colegiata de Ampudin.
En la provincia de Zamora, las iglesias d S. Cipl'iano, 'aH
'Pedro y Sta. María y alguno conventos de monjas, todo en 111
capital, son ojivales más ó menos regulares con restos bizalltinos; las de S. Pedro y S. Jnliá:n en Toro, ojivales del último
período. ,
En Valladolid son notables las iglesias de San Pablo y 81\n
Gregorio, de estilo florido, muy recargado en la fachadaS, con
otros restos ojivales de menos importancia en la misnHt eiu'
dad; en la provincia, la iglesia de S. Salvador de Simal1cas,
dos iglesias en Torrelobatón, dos menos notables en Mcdinll
del Campo, Santiago' y Sta. María en Rioseco, y las igle ia de
1
('astilht la
ja.- farchando á la par on el
reino de L ón 'el.alit~
la '\ i ja, no off e a abado ti·
po del e tilo ojival n todas su fa e , mayormente en
el último pcrí odo n 1 cual no e
uperada 101' región
alo·una. Bul'o'
obr todo ha ido desdo 1 io-lo 'nI
fiel intér¡ r t de la nrquit cLura ojinl1 ha ta lo últim
del ol~i
Xl" l' umi ndo en su famo a atedral cuanto
de bueno y d licl1do Ir()dujo 1 ublím arte en lo cuatro igolo d u glOl'io o imperio. - la. atedral de viIi" • In Cartuja el Mírnflor s - la at dral de • egovia
compl
de
. tan 1 '<1.l'á ter d 1 estilo en la va ta reo-ión
o
Ca tIlla 1<1. '\ j ja 1 ual e <tUi fundo n tipicos monumento del tcr r período. on- rvanse algunos poco del i lo ,'lII y menos del XIV. En el siglo .'Yl verno
(parti ulul'm nte n ta r gión) formar::; un tilo que
se llama gótico moderT/o, constituido por machonc cilíndrico
n yez ele columnas, los cuales no tienen capit 1 ~7 e ramifi an n nervios que forman la bóyeda
de crucería: en dichos pilar s hay líneas que' anuncian
la mano del H na/cimiento; las naves llegan toda á la
~isma
altura. De ta forma son las ¡gl sÜtS qu luego
cItaremos de Miranda, lInro, Berlanga y parte de la Cntedra.l de Calahorra., etc,
Ó
de
de iIla , (io'
ampos
~(¡n
ll('I1('a
er
nmpos y, 'tao
lara ele Tar-
ojivo-nnibigns:
En ,,-'.llllmanca, lll! mÚ' d(' la IlL 'dral no \-a e 'el bra mucho pi conv nto, ')autro l' igle. iá el 'an E.t('ban ( u p rtada
e' pllltrre.·cH : m no importante bon la igle ia d
. r.·idoro, S. BI'ni(o, ¡';anti piritus 'Y Illgnno co~"
ntos el monja'
todo el!'} biglo xv al ,'VI: ad 'más, ell la provincia, In parroquin cfl' L('dl' IIlll, la igle ia d(' Agu lino ('11 Ciudad-RodriO"o
y las .ai~'(lg
panoquial d Bé'j~r.
~
'i
Veamos ahora los principales monumento ca tellano i·
guiendo el orden de las provincias. En la de antander, la
OAtedral con reminisc ncia románicas y con florone en sus
24-2
Elementos de Arqueologta
allí viO'ente del estilo oriental, hizo que se amalO'c mara.
el nuevo con elementos árabes ó mud jares - r ultara
difícil dar con monumentos genuinamente gótico. Em·
piezan é tos en el siglo XIll,6 en la época d la Reconqui que
ta,siguiendo hnsta muy entrado elxvI'Y s ob~erva
los edificios de Órdenes religiosas son ojivale puro los
palatinos 6 alcázares de los siglos XIV y xv on mudéjüres; las demás iglesias tienen, por lo comÚn ID zcla<.los
ambos estilos. Esta mezcla consi te, por lo meno
n lo
techos de madera con alfarjes yen alguna labore O' 0métricas dispuestas con ladrillos: la capillo'" JU¡ty r de
las iO'lesias más ó menos ojivales si mpr tiene hóvcda.
b
ó .
de crucería. Pocos son los edificios monumeutalf' O' tICOS
de Andalucía; pero vale por muchos la gmndio a Catedral de evilla,'del siglo xv, una de las mayorc del
mundo y la más suntuosa de Espafia.
on, además, dig-nas de notarse las siguient iO'lesia 1 aUllque más ó menos modificadas. En Jaén, la iglesias de an
Juan la MaO'dalena y S. Ildefonso, por sus bóveda de cruce1::>
F l'
,
ría complicada, yen su provincia, las de . Juan y S,. l e Ipe
en Baeza, las de S. icolás, S. Pablo y la Colegiata en Ubeda,
En Córdoba hay varias adiciones gótico-arábiga en la Catedral árabe, además de su cúpula ojival; también existen antiguas ig-lesias mozárabes en la parte baja de la ciudad, las
cuales mudaron su techumbre en bóveda ojival, tomando por'tadas ojivales con resabios bizantinos después de la Reconquista; por fin, otras iglesias se edificaron por completo ojivales, como las del Hospital de Expósitos y S. Francisco en el
siglo xv, y antes la de S. I?ablo, que hoy· se ha restaurado por
completo, y la parroquia: de S. Miguel, ambas desde el XlII...
En la provincia de Huelva apenas hay iglesia de estilo 0llval puro, 'tuera de la de Ntra. Sra. de los Dolores y la de.Santa Catalina en Aracena; las demás tienen sus modificaclOnes
mudéjares ó del Renacimiento: !le distinguen, una en Palos,
otra en Moguer, otra en Almona!lter, otra en Arocbe y la del
convento de la Rábida.
Estilo ojival
En (;villa
24:3
con ervan muebísima iO'le ia ojh-al \fiO'ura 232 , con má (', menos trnn _
formacion ,edificada ó re taurada eu los iglo XlIJ y XIV,
al!rona d Ha' fueron mozárabe ,_. otra lllrzquitn 1 qu
e
r bici ron mA Ó ml'no ~útica
lueO'o de onqui tada la ciudad:
ca i toda tirn 'n alfarjp n u
tecbumbr . En la provinl'ia e
Ji tingu nla iO'l 'in parroquial d Lehrija. 'tI' ra, ?llorón.
suna, tl'e n ~ra('
h ']la y cinco
en Carmona.
En la ciudad d ('ádiz no e
cons rvan edificio ojival s, por
hab r ido de tmído I"D lfi!J6
por lo ing-Ie e ; per n la pI' "in -ia! on notahle lli parroquia de Pum'to el
tao ,aír{~
Medina ·idonia. Alcalá el lo
GlI.zul ,Al' o de la Front 1'11, . Lúcal' d Barrameda. y' obre todo, varia n J l' Z o. la Fr ntera, eomo R. Migu l. an
Dioni -io y otra ,y u célehre artuja ojival y plat re ca.
En aoglA[~
hay una puerta ojival d e tilo florido en la parroquia del agl'ario, contíO'ua á la Catedral ~qu
O'reco-romana\, y en la provincia apena hay co a notahl ,fuera de
la igole in de Sta. María y tao
cilia en Ronda.
En Granada está la apilla Real y la iglesia de an Juan de
lo Reye ,y n [otril la igle ia parroquial, tambi'n d 1 mi _
mo tel' 'el' período.
En AIro lis. 610 es de notar la Catedral, d 1 iglo XVI, ojiVAl decadente con el mentos del Renacimiento) con almenas
y troneras para defensa contra lo' moro ,que por lltonces infestaban la ciudad.
}'i~.
2:32,-Pll.l'I'oquia Omnium
,nllcfOI"II1n ( <,villa), '. X\',
250
Estilos orribi,qu,'
Elementolf de Á7'queolog la
----------------------románicos que en evilla' en \' villa y 11 (trauel.da ampean más los ojivale en la igl ia y lo árab
JI la'
construcciones civiles' en toda part
O'<11U1. t 1'1' no el
stilo ojival sobre el árabe si
tnÜa el iO"I ai~
, con·
forme se van aproximando las con tru ion al igolo. '-,
A último de e te siglo . por todo l:x:n Únen nI
tilo mudéjar elementos del plate¡'e co (qu dir mos en 1I
lugar), y e con tituye una variedad lllUY 11 L1 o pam
construcción de palacio
ca as important
Particularizando más los cOillI on nt
d 1 (' lilo muo
déjar, debe notar~
que u apar jo má comÚn ('lj lladrillo; que u columna 'Y capit le
on
11 In
los árabe' u arco ojiva difer nt
y redondos ó en herradura en lo palacio ; t 11 on nI·
farje; la vigas e apoyan en z~l.pn,ta
con arábi·rn, Ol'll¡t·
mentaciónj ventanas ajimezada. como hl.~
<'trabe,.'; 11l1l
cho u o de azulejos d arabe cos, '1)0'0 le in. 'ripciol1e
úficas y cur iva mezcladas con latina; tnmhi n e
usan adornos n zodaria: la igl ia ti !len Úb"id' poligonal, ~T la con t1'uccione on 111 no ¡ttl' \';cla' ll l1 P.
las arábi ',1.S.
on modelos del estilo, entre lns con truccion' ci vil " mu·
cbos palacios ó alcázare de Prelados y Prócer d '(l tillll,)'
obre todos, el Palacio epi copal de Alcalá l' llenar' hoy
Archivo general del Reino, pág, (j2), el de lo JIendoza n (:m\dalajara, el ~l,.\cÚzar
de 'evilla y la llamada, 'a a el PilllIO,
muy ricos estos dos palacio en ornamentación y gu lo {Irabe:
la Aljafería de Zaragoza, etc, Entre las construcdon ti reli·
giosas, además de las torres de Aratg6n ya citadas (núm, 1i-!l,
se cuentan muchas iglesias en Sevilla, 'órc1obn, UI'Hl1ada,
Huelva, Toledo y sus provincias; eu las provincia el" Vall ndolid, Burgos, etc., seO'úu se ha indicado en parte 11 ('\ capítulo precedente y en el capítulo octavo de e 'tu 'ecci611,
El estilo ál'abe-judáico se ha tenido como englobado
en el mudéjar; pero se distingue ele él en que sólo e
:l51
aplica á la inaO'oga
tabl cida en lo dominio d
lo árabe ó con truic1-:l, por JUud jare . E tas inagoga
eran cuadrada con 1 órtico pero in colul1ma ni arco
y in di tin ión el na,- ; 'ontiencn mucho arahe co.'
é in cripcion h b1' a . E 1lI0d !o del til la ig;l ia
Humada del T1'án ito n 1'01 do' data del iO'lo Xlv. La
igle ia d 1 COI'lJtlS en. CO'o\'itl. )T.'ta. Maria la Blanc(1 n
TO,ledo (fig. 237), aunqu lambi'n fucron inagoga,
edificaron primiti\'am ntc omq mezquiÜl. (pl'oh,tblmCllt n 1 iglo x Ú XI) pu
ti n n arcos y columna árabe, y ante el 111 difical' ,hallában ol'i ntadcl.s n
tilo de
entid N rt -, 'ur al
mezquita J á difer n ia d 1<l.
a-go~ ni
f]ue lo e tán d E t Oe te: .011, má bi n Úrnh d
pUl'O olit~
en 11 ori ""en (1),
200. E tilos Rl'ábi ....os (1 Ol'ien.
te.-Lo que
han Hum rad
arriba núm. ln.-) 'om d rintdo e1el . tilo árabc n Orient
e di'tillg'uen por 1 u o 1'1' cu n:
te que n lio
ob ernl d 1 arco cOllopial, d la Úl uln. bulbosa, el lo minar tes cilíndricos
Blanca (Tol do),
de poco diál11 tro,d los a.zul jo yarabe co dif l' nte
en dibujo el lo de e'tcá, p ro muy par cido n 1<1. tmz<'t
general. Ta.nto es a í, quc e juzgan importación de diI
(1) Toda v z que no e, tá ba tanto fijado -por los a¡'c¡ucóloo'o::i el
' be n u gundo periodo (n tuu. 197), '"OpilHlcaructer d I e 't'l
1 o M'a
roo q,u d herían incluir 'e n "110 do Último odificio' citado' y
podr~an
0110
rvir el ba' pal'n determinar dicho caraeter :' "i
\ledn ~6
no o a(lInite, el b Il aeljucUcar lA' l'oforida' igole in al
prImer periodo arábigo,
E tilos del Renacimiento
Elementos de A1'queologia
255
miento d la abril, d Yitrubio-(núm. 106) á ID diado del ¡.
0'10 xv; el gusto eu literatura, pintura y cultura, que se iba
acentulmdo en favor de los e tilo de recia y Roma, y la de·
cadencia del tilo ojival por exceso de ornaCleutación, a aba·
ron por det rminar la arquit <'tura en 1expresado s ntido, é
hic'ieron triunfar en toda la línea la id a del Renacimiento, Y
como vario de us artista eran á la vez arquitecto) esculta·
re y pintore , llevaron á la arquitectura los lltrevimi utos de
su fanta ía u pintm'a y e cultura.
c merada j cución en la obra d escultura ornamental y talla,do bu cando 1 reali mo.
20;l. ,u divi ión 1l período ye tilo .-Tre son lo
capital : ell'enacimiento propio la decadencia y la resfall/'ación' 1 prim ro abraza los gilo xv (en parte) y
XYI ha t,1, 1 rincipio del XVII' el egundo, de de ya
entrado el ,'VII basta mediado del XV"III) y el terc ro. la gundt1, mitad d este Último' con mucha, obra
202. Sus componentes.- fe constituye el stilo del
Renacimiento por los el mentos siguiente: adopción de
lo antiguos órdenes clásicos de arquitectura, romana,
i bjen con más libertad en b m didas y aun en la
traza, de fustes r capit les' ú n,n
exclusivamente los
,1.rcos redondos de diferentes clases; e empl an los aro
quitrabes y froútone , ya n función ya decorativos;
on mucha frecuencia lns bóvedc1.s son de medio cafión ,
de lunetos y por ud ta, pero nunca ojivales, ni llevan
ncnTaturas; hs cúpulas; semie féricas generalment ; el
cimborio apar ce también semiesférico, llevando tambor) Ó sin él' la puertas, y VCIÜ,1nas rematan en un fron·
toncito ornamental y á veces llevan columnitas; en las
ialesias sc (l,dopta la planta d cruz latina, el ábside redondo Ó poligonal (aunque muchas veces se suprime), 11'
cÚpula sobre 1transepto y la torres gemelas: en lo al·
to de los muros hay siempre por dentro una ancha cornisa, sobre la cual á veces se monta una' balaustrads,
aunque es más comú,n una serie de tribunas; en la capilla mayor de muchas iglesias y santuarios se establece
el uso de los camarinrs; en la parte exterior de los edificios, una imposta corrida, llamada cordón, indica la
división de los pisos; la ornamentación es de molduras
diferentes de agallones, ovos, hojas de agua, postas, hojas de acanto, volutas, guirnaldas, quimeras, mascaro·
nes y medallones, como en la arquitectura clásica; hay
En E pn.üa mp zó 1 Renacimiento á Últimos del iglo xv p ro no s xtendió hasta 1 XVI n el cual iglo invadió también tL ,aic~ rF
p netró l ntamente en
.\lemania, lleaando n 1 igui nte á 1nO'lat rra,
El primer p riodo d 1 l' nacimiento panol tiene dos
forma : la plate¡'e, ca y la eve1'a qu r alm nt con titUj"en do
tilo dif r llte . en 1 egundo períodQ
de arl'olló 1 tilo llamado b07'¡'ominesco en Italia (d
o n E'pana (el
u
u au 01' BOlTomini) eugi'1whc~
principal fautor ChUJ'l'igue¡'a) teni ndo 11 Francia u
repre nta,n te n 1 tilo ¡'OCOCÓ ó ¡'ocaille (por u semejanza con ro a ) y recibi ndo lo t1' en conjunto el
nombre el bal'l'oeo \TOZ italín,na qu ignifica irregular.
De todo ello' ~T d u pl'in ipal tipo hablar mos en
los tn~il'O
núm ro omiti ndo 1,<1. re", iia regional
~e
lo mi mo, por no ofrecer var~ cion
el gran
lmponaneia, ni l' ve tir el int r - de lo
tilo precedcnt :>.
204:. Uer.¡acimieJlto italiano.-Empezó por el estilo
fi?/'entino, cr <telo 11 Flor ncia por Brunell chi, y princIpalmente conlrinuado por lberti en Rimini: su carácter, además le lo lcmentos general s dichos arriba
,
'
con lstc en el brillo, g¡ttndiosidad y riqueza de la exornación y de todo el conjunto; abundan las estatua los
relieves, las guirnaldas, etc,: son tipos del estilo en ~l si-
del XIX,
262
Elemento de Arqueología
Italia. con el ialo XYl1 por 10 arquite to Be1'l1ini y Borromini, y 'e introdujo n E~pe1,Út
por el italiano Juan
B. Tescencio al con truir el Panteón H. al en El E corial
por mandato de Felipe lIT. Lo tomaron por 'u cn nta
D. Pedro de Ribera., D. Jo é de hurriguel'l.t Barbá
Dono '0 y otro arquítectos de egundo órden ávidos de
novelería y de adquirir celebridad, la cual no acertaron
ino con el capricho 1<1, xtraVttgtl.ll ia.
á procua~
A í acontece iempre á los arti tas s cundarios, cuando
aspiran á igualar e con lo grand
genio que le precedieron. E to y el ca.ráct r I'l'i ,ol~\
propio el 1 iglo
x II,que e ma,mee tal a en las costumbres y sobre todo,
en literatura, nos dan h"t explicación uficientc d 1 origen d 1 estilo harroco r de la fama que gozó en u si·
glo. Á tal punto He ó el apa iohamiento y la d menCla,
que e mutilaron y e mbadurnaron mucho edificio
~elatn mu o
de estilo oji al par..t acomodarlo al nuevo p;u to barbarie que ya, se habíe1, en ayado 11 1 pr cedente io·lo. Toda,ía Dst n, d 0Taciadamcnt, n
E pafia i le ias de esta suerte e n ~
carada .
.'u carácter e pecial con iste n la aclulter,teión de la
forma greco-romana retorciendo la column¡t, mczclándo órclene diferentes in concierto, mutilando, de figumndo y hacinando miembros arquitectónico in orden ni simetría, invirtiendo columnas y pede tales piramidale. truncando y abriendo frontones, prodigando ~T
exagerando los gnÜescos, jarron ,follaje, pailos replegados, sarta de frutas, á.llgeles mofletudos, te., con
las más extrai'ias combillacion s; allí se ven delfines
rodeados ele frutas, cabezas elo león sosterii ndo flores, robustísimas columnas apoyadas sobre genios, ctc,
Son tipos de este género la fach.ada del ll<,spicio dc Madrid
(fig. 243), Ja Catedral de Cádiz, la fachada principal de la Ca·
tedral de Santiago,la de :Méjico, el Palacio de S. Telmo en Sevilla, el del farqués de Dos Aguas en Va.lencia y varios otros
EI;tilo' del Renacimiento
\1ig.
263
on dif('1'pnt capillas en mucha de nue tras igletambién ('S cél h1'e la acri tía de la al'tuja de Granada.
La igi ias de la Compañía
d Je ú y las de los PP. E colapio on de estilo barr ca
en u mayor parte pero mod rndoy con cierta leg-ancia:
á esta mod ración del barroqui mo s la conoce con 1
nombr de e ·tilojf'Sllltico.
20. E tilo l'OCOCÓ.- E
una vari lad muy caraeteri tica d 1 tilobarl'oeo nFrancia, y cOl'r panel á la "poca
d Lui XV ó a,á mediados
d ligIo xVI1l' por
to'e le
llama tmubiél1c tiloLlIi
e caract !'iza por lo adorno
de extraño follaje artificial,
como formado de recorte y
hoja eca l'l't ~adicr
dl' roca y cullo di forme- con
otro vario di tintivo d l
barroqui mo fia, :lJ5. Eu
E paña
v n tipos d 1 tilo
n eue ti.ón n mucho retablo , mu bl s y portadA de
Fig. 2"¡~.-lJ
'talle. dC' la faIR. época: <Í I pertenece la Cachada elel IIo picio,cn :\ladl'id.
pilla d la niversidaddeC rvera LiTicla), si bien g'u<1r la cierta roocl racióny ba tante eneillez pI ('¡]ifici n C'onjunto. Ante del rococó introdújo o en
Francia cl barroqui mo italianoconeJnombredee ·tiloLnisXlV
como pl'opio le II época.
.-I 4~
illS:
¿-'T,
en Italia á.
209. "Período de re taul'aciÓn.-Inició
principios dcl siglo XVIII, siguiendo E pafia á rncdÜtdos
<lel mi mo, por rná que no toda ÚtS con trucciOlles participa.ran igualmente del nuevo gu to: son sus principa-
270
Elementos de Arqueologia
En lo cementerio moderno de la grande poblaciones se
r producen t mpletel!!, capilla y sarcófagos de todo lo. esti.
lo con admirable gu to y elegancia, abundando más la ideas
arquitectónicas de los el ulcro paO'anos de la antigua Roma:
de ello da alguna idea la figura 250.
En lo retablos de la igle ias y en otro mucho objetos se
nota igual eclecticismo, tomando g n ralm ute los e tilos la
forma d 1 período terciario re p ctivo.
213. Caráctel· de 10. e. tilo cri tiano .-Á cinco
pueden é tos reducirse: el¡'omano-cri tiano de las basi.
licas primitivas (1), el bizantino, el1'ománico) y el ojival
el del Renacimiento. Lo h' Último e subdividen en
tres periodos ó formas como e ha visto.
E11'omano-c1'istiano es gr~Ye,
majestuoso elegante,
acorl1odado á las necjda.de del culto n la Iglesia de
lo primeros siglo : pero le falta. in piración cri tiana,
- e hasta frío, compen ándose en O'ran parte el defecto con la magnitud de la" proporcione la 'majestad y
la. riqueza de los lemento que orpr nde.
.
El bizantino es granillo o lleno de o tentación y riqueza) y no carece de in piración reliO'iosa; pero en su
arte decorativo e nota mucho convencionali mo y poca
naturalidad ó espontaneidad, como se verá al tratar de
la pintura.
El románico es sóliJo, robusto, encillo y severo, somo
brío y recogido en su interior, e pontáneo y libre de
(1) Hoy el nombre de Ba'silica e un titulo 'que la Santa. Sede
otorg'a, junto con cierto privilegios, ñ diferénteil iglesias que, por
'su antigÜedad, grandeza ó importancia, e han hecho céleb~s
.,
dignas de especial veneración. Cuatro de ellas reeiben el nombre
de Basílicas Mayon~,
y son las cuatro principales de Roma: Lateranense, Vaticana, S. Parblo extramuros y Liberiana ó ·Sta. Maria
la Mayor. Ya se ve que no tomamos en esta significación litúrgica
la palabra ba.~il ca
al usarla en esta obra, (núm. 116), oni~
en sen·
tido arquitectónico.
.
Ojeada rei1'ospectiva
271
tmba reglamentarias que sujeten la idea ó inspiración
reliO'io a: de aspecto apacible y místico sobr todo en
u ábside y portadas r pirando 'ierta religiosidad y
pOlO' ía ncanta.doras, Ú lo cual también contribuye la
vetu t z d u muro y lo recu rdos hi tóri os á ellos
liando .
El ojival
di tinO'ue por u leyación atrevimiento
sublimidc'td
e bcltez cIarida,d, in piración l' ligio a
reuniendo al mi mo tiempo O'ran salid z por su racional
contrarre to d [u rzas y notabl delicadeza con tendellC'ía á la inmaterinlidad, por sus d 19ados muros y
tenue columna:
1e tilo más O'enuinam nt cristiano.
cara terizan además, por la 1'0,'u tre p ríodo
hu tpz el primero por 1<1. 1 O'an ia 1 "'undo, y por la
exuheraucía ornnm ntal 1 t r ro:' te se pI' enta, á
vece, in exce o d ndornos n la igle ia. menare, y
entonce quival al
un do aunque má ó meno deprimido.
Lo e tilo. del Renacimiento l' produ 'en las formas
clá ira d la allticrut Roma pero con adi('ión de la cúpula hizantina ~- con otm 'modifica ion e importantes.
En rigor 1<1. nrquit ctura el 1 Renacimi nto aun en la
form¡L di 'ha g¡'eCO-1'omana, e arquitectura d arco y
bóveda ('01ll0 la l' mánica y !eL ojival si bien no tan e belta: de modo que lo al' uirrab s corni él y frontones
de ella, j rcen un pa.pel
undario y 1 corativo n la
inmen ¡1. ma, aria ele lo ca o . Podria d finir e ta arquitectura como bizantina revestida de traje g¡'eco-rorna·no. En gen ral, s a,pa.rato a, elegante, solemne, rica,
de ejecución admirabl n los detalles bien proporcionada en sus líneas generales, más grandiosa de lo que
aparece, por lo mismo que sus tres dimensiones se halla.n en justa proporción (núm. 35); pero falta de inspiración y fria en sentimiento religioso, La arquitectura
274
Elementos de A/'{ll¿eolugla
F J del mi mo puede ervir para colocar 1 3[011ume11to en
Jueye antojy en 1 extremo del muro divi orio (;.F', 1111'1' pI
crucero y primera capilla lateral, e taría bien el púlpito. Lit
bóveda on de ari ta encima d la capilla y <'Il el crucl'['O,
como lo expre a el cruc d la lín I1S d punto. y de lun ,too
en la na,e, como e indica en su figura) pudiéndo e (. Iloen\'"
una ventana en ·cada luneto) por encima de' la capilla. como
se suponc' en el tran epto
alza una cÚpula, confol'l1J.· eindica en el plano. El empuje de las bóvedas de la Iln y ·c
contrarresta con los muro div sol'io~
ante Echo, los ('ual 'C
elevan por encima de la techumbrc dc la' capilla!" lIeg¡llHl0
llasta el Rrranque de las bóv da'.
Con sólo uprimir los muros divisorio' de las ';lpill¡l" y
poner estribos correspondiente A lo mismo en la parte l'xtr.·
rior del edificio, y c;iar alguna mayor amplitud á las cl1pilJas,
tendríamos con,el'tido el plano de la igle in de crita en litro'
para iglesias de tre5 naves.
Ya que no e adopte n todos sus pormenoro ,1 plano que
ofrecem? de eable mera, en todo caso, la adopcic'l11 d n1lrll'
nos de su detalles n las iglesia JU. de nu YO
('on tmyan
Ó c re taurcn. La ituación por je111plo, de lo altar(·: y de
los confe¡¡¡onarios debería aju tal' e á la norma indicl1da, ·i
qucremos impedir multitud de irr y rencia y pon!'!' ('J\ ordl'n
á los .fi les' las dos puertas 'eñaladas para la" acri tías evi·
tarán que el pueblo tenga que subir 11.1 pI' bitE'rio para ntrar
en las núsma y que los mi tro agrados e vean en In. prC'ci·
sión de atravesar el C1'~cero
en medio de la g ntl' pRl'a oficiar
eh la capilla mayor; las referid1l.s puertas facilitan, l1:imislJ1o,
el acceso de los .fiele al camarín en determinada. runC'ión I
permitiéndole entrar desde el ClhJ.cero por una sacristía y salir
por otra.
Para no alargar el asunto más de lo que inCU1lI 1)O ¡'L Iluestro
propósito, omitimos las indicaciones correspondientes Ji las.
tres dimensiones del edificio, espesor de sus m ur s, dCl:ornción, etc., y hacemos punto final en la ección de Arqui·
tectura..
"'E
IÓ
1
E
JD
E. (' LTURA y PL T RA
21;). .\.. IInto gen l'al.-La m janza qu lu y entr
lit E eultunt ' Ja, Pintura, que n un principio ca j no
d la Al' luit ctura ó iml't'i1U ino humiL 1 ¡tuxili¡u'
pIe ornam nto d otra art ,no obliga á tratarla en
IIna ección el pué d la Arquitectura. acompailándoh el la, lmi~
oloo'iít ; Iconolo 'ía (lU por ígual
rlacionan tI' eham nt con amba . La p¡ 1 ocrrafía y 1:1
.Tumi máti a, d la 3, ti. part de la obra l'orroborarán
much, afil'mttcione d
ta eceíón gllnda.
Imprc indiblc11l nte nu tro trabajo ha de re uItar
IU ~T
comp ndio o 1 01' no con cntir otra cosa Jo límite
de una o~ra
lem ntal ~T no r v tir 1 a unto para ,un
cm o 'olar lct importancía ó el int r d 1 pr cedente,
Trataremos n di tinto apítulo de la E ultura y Pintum n u part 11i tórica enUm rando y aracterizando
us estilo
('uela principale j á
guida fijaremo
<'11 otros do capítulo la ígnifictt íón d
lo símbolo
usados en el ristianismo de de los primero tiempo, y
la manera de r prc entar con imáO' nes á Dios á los
,'antos, ya que ambas cosas han sido el objeto principal
de la Escultura y Pintura en el arte cristiano. Esta razón de semejanza y onvenienoia nos obliga á prescíndir del rigor lógico, segÚn el cual,deberían considerarse
en distinta sección la , imbologia é Iconología (núm. 6).
T
2 :>.
Elemf'llto
di' .Á.l'qt¿eologia
223. E cultura gri ga.- unqu
recia ti l' 'i6 eH
toda la B lla Arte] ninguna le di tingn tanto omo
la Escultura, que 11 O'ó n dicha nación á lo umo á donde ha podido llegar el humano ingenio abandonando á
u fuerza, el pe al' de que e trata del art mÚ difi 'n.
,'u carácter en lo mejore tiempo d Fldia' lo forman
1:1 expre ión de la l' alidad idealizada, X¿1ctLt proporpreci ión en
'ión] alejamiento de lo vago J' mon tl'UO~o.
los con tornos y d talle' armonía y b II Ztl n In formas J' finura en la ejecución, e ultivan tanto la e tatuit
omo el 0TUpO T~ el l' li v .
Pueden di tinguil'se tI'
periodo: t aJ' áicu el de
us orio'ene ba ta mediado d 1 iglo V! ant el ,1. l',:
el de t¡'ansición ha ta m diados d 1 v siglo' 1 d pl!'i~c
dón ó íglo de oro, ha ta mitad d 1 igto IY n. el .T. '"
desde la cual fe 'ha
ncu ntra 1 p fiodo el O1I~.inJ'leh
ó clifusión del estilo O'1'je"'o fu nt d 'recia por Urjanelro l\lao'no ha ta 1 iato 1I ante d .T i., n (lU' nrecía pierde la nacionalidad incorporándo Ú Roma como pro\"incin. En el primer p riodo que e el tl'ildic!tJll
oriental. e nota encillez y riO'id z en la figura; uro·
lieves on de perfil con lo ojo de fr nte: en el :2. , e
advierte más libertad, movimiento y opia d 1,1. forma
real, aunque poca expre ióll.; se di tinguen la e'eu la de
Pelopone o que expresa con vigor la de Ea'ina con 1<1
risa característica de su figuras, la de Ática con 111 jor
gusto y gracia; en el 3. 0 , lleva la palma el scuitor Fi·
días, fundador de la escuela jónica ó ática, y sus COIltemporáneos los escultores Mirón y Policleto, que perc~net
n á 1<1. dórica; el último es cél bre por su canon
escuUórico.
En la primera mitad del siglo IV distinguen e Scopas, Praxiteles y Lisipo, que imprimen á la escultW'a mayor sentimiento y realismo ó ensualislUo, siendo de esta épocl:L v¡lrias
-- ---
lli 'turio d" la E.'
'1I1t1l1'(/
Yauu'], 'Útiroh y Fauno '. A Li ipo, que reprc' 'ellW1 la independencia el la l' gla proporcionale',
le atribuy n 1.500 e tatua', y el él on 1 cnhallo' qu aclaman la rachad,l. de
~[arco.
d
('JI cia. En \a dil'u ión el I arte gríeg'o
obresalell
la (. cuela Ü Pl'l'g'<1mO, Hoda ,Tl'alJ
le
inicia lu dl'c!HI neja del lll't .
y Roma, en la cua-
Ju tam ni s r .prn ha 11 la t'ulturet :'Ti ,get la falde pnd r en el inmod rado ultivo del de nudo el
rual, no 1,1.111 nt l' ult<t ontntl'i al d .01'0 ino á la
¡ni 1l1,L verdad r natuntlielad el 1 a unto en multitud de
d 1 i t mét al gu II
ca o , por miL qu lo e! r n' 1"
que no e tmtalnt ino el glorincetr lit b 11 loIo'\, de la forma hntlH1.lle'\, yalard ttl' d p<'ri ,¡¡t
nltóriea (n.o 21).
224:. Esculturl1 rOllUl.Uá..-Proe dió d la °'1'i U'a y de
la tru ea. E ta ::;un cL¡l. 1'<L 0'f O-ét iáti a, y ~ di tinl,'1le por u forma
v ra
po o 1 O'ant
,- pOI la
\'obu ta mu Cl! latUl'Lt el la ti O'llra human,'\,:
br alió
en figura d bilrr , y IU dan poquí imo l' t
n piedra. Hü la 1 igl el .\.uJu. t no huho 11 lomn. e ul·
tare ino tl'U 'o Ó O'I'Íl'g , el na i' n i lldo lo objeto lll'ti tieo.', n u inl11l'n a ma,'ol'ía importado de la
nacíon s' \lllui·raela:. LO' lU ,¡dei ron n Rornaprocdían d lo l' f rielo nrtí ta e! 1<1. de ¡te! neia.
L¡l e cultUl'Ct pr piam 'Ilt di h,,'\, r mnn,t mpi za n
el ialo 1 d J. '. : e pr nta, má VtU' nil
robu ta
qu la 0'l'Í ga d lo Último tiempo .
ultb an n Ua
todo lo o""ón ro
p cialmente
el r trato r ht alego.
ría; tanto
a í, qu la
tatua y lo bu t
l' pre entatíYos de p rsonaj imit::1.1l al natural ha tI.t en sus defectos, y 11 gan tL p r onincar
n Rom,,'\, con mttyol' esfI' ti nt m nt que en:lr ht objetos matudio y m~'¡,
teriales é insensibl s, como 1 ilo y el l'iber, y los
taminmateriales como la R tórica, el pudor, etc. ~on
bién muy de notar los r lieves históricos d los arcos
h'iunfales, por la eX~tC itud
con que representan los heta
~
'6
[Iistoda de lft Es '1Iftlo'a
Elementos ele A1'queologia
226. Bizantina.-Po1' la call 1l ya dichas el1 la Hi tofia de la Arquitectura, l' Ó en on tantinopla el e tilo denominado bizantino que toma u aráct l' propio
hacia comienzos del iO"lo Y1. D 1 IY ~- y c hallan en di·
cha capital lo relie\'" d lo zó alo ,obre lo qu e
apova
la monumental olumna Ú oh li co d T o lo io I
,
los cual s on de e tllo romano. El stilo bizantino proccd del gol' o-romano en om1 inación con lo a iáti 'o ,y
se caracteriza por ierto aman ramiento ópoca. naturali·
dad n la fio'UI'a y sob1' todo n el pI gado d lo pailos:pol' la unHormiclad d u caras riO"idez y falta de
expl'c jón en las imág ne; por su ri IU za d a,dol'l1o
o'eométricos,juntoon arta el perla, .En e cultura rca~oig l
a,penas 011 notable Otl'O obj to qu lo díptico
ó tabla d marfil y d I1tH,d l'I.l, con l' li ve pu s ya se
ahe qu de de el mp rador L ón elI áurico (726) que
empezó la, per ecución iconoclasta (ó ontra la imAgene 1) ha tu mediado del iglo L (afio 42) n que terminó d finitivamente era impo 'ble el d arrollo de la
estatuaria' y i de de ta fecha hul o restauración en
la pintura y r líey
apenas d jó sentir n la e tatua·
ria, qu paró casi en olvido. D cayó notahlemente de·
de el siglo XI la escultura bizantina, alargando In figuras, olvidando las proporcion s d 1 canon, dando á los
pliegues de los pafios mucha angulosidad y ba tante ri·
gidez, hasta que desaparece hundida por las horda ma·
hometanas en el siglo quince.
2~7.
Visigo(la..-:....EI los país s dominados por los godos dul'ttnte los siglos y (en parte), VI, vrr y principios
del VIII, llevó muy lángida xistencia la escultura, s\
bemos de dar fe á los modernos criticas) por más quela
tradición en Espa:fla nos revele multitud de imágenes
talladas en madera y piedra, y que, gnardándose ocultas durante la invasión sarracena, se creen descubiel'tlls
'2 '7
Hm nt
n lo iO"lo d la R onqui ta (y' a e el
d e t;1, cción l. S a como fuere, por lo e ca os
.' Ol,~r
eultóri'O en l' liey d indubitahle proceden,
el,l "1 ¡goda, c¡u han 11e ado ha t¡t no otro
e infiere
llll dominó . n ta,. poca el "tilo latino, el gen rada
('011 akulla
l1Iflu nela
bizantin'le " 1'1
ual
f u ron
'
,
Il:'t .'Ti'ihl' TI lo trabajo ó labor d 01'1' br ría.
1.1 :1.1 ma. épOC¡1, ¡l,tribu' IR. tatua de ,'. Juan de
H:IÍlO
tOlltemporáne'l d u igle ia (nÚm. 12
O'ún
(' el'
1 ero \lO el jan de Off cer e n e lit!',l, erio re-
or~alim
(,él]). [\'
pal\K
ContinÚol,
tilo l' mano el cadent y to co
eJl 1>1 pl'im
d la R
nqui t,l, n E pana, como apar c: 1 l' lo r li v d , 'tao ;\Ial'ía d ...TarR.llCO
j',',3IiO'u Id Lino n
turia (núm.130! YaJO"uno
o,tro.. -in qu . pu (ltl, a eO'ural' e Lue la bltw{ria
ulIn'ara 11 tel a í n, lo mi m que n Francia é Italia
h,l la n.llIY IItr. do 1 iO"lo x. L,
rítore de la poca.
)'l~: wmo
(' nc·¡¡¡ 'j' ínolo albablardel 'ultoálas
lJ)]a~
~le
, ap na c:ih 11 otra obra que la d pintura.
.\I" l~n,r(' a
imi nto hubo.H 1 iglo IX por el impul o
(jue dIO a In, él rt el mperador arlomao'no. p ro fué
lIIuy débil y corto.
.).) nllmanICa.-Pu
"
-..
d n on idenu como preliminares el b
'ultura románica lo di] tico y el má
I'rlIc"es latino- biz¿Lntino de 1
iO"lo ant riore al X'
P~I'O
it fi~l s
d
te y c\ur¡ll"lt lo do jO'uicnte iglos
V,l odncl' Uqd~
la CUltlll'1,l, lID tipo má Ul1ifol'm y un
~al: et r
m<'LS propio, multiplicándose la e tatua ~ los
~ IJ 'es
de .todas ~l.
, corriendo pareja,s con las obras.
qllltectólllcas, A est período el 1<1 escultum se le llama I'ománico di tinguiéndo en, él lo do tiempos que
eOlTe
.
ar
. pon d en al romámco
ecundal'io ~T terciario de la
qu¡tectura, pudiendo quedars con el nombre de 1'O~
290
Elementos de Arqueología
el período á que
.'
indicio para conocer, apro ximadamente
'falta
de
in
cnpClones,
correspon den, a
En el siglo xv se observa
cada vez mayor recargo. ~e
adornos y cierta afectaClon
con algún defecto de naturalidad en las figuras dentro
del estilo ojival, por más que
haya mayor detalle y finu~a
de ejecución en las numelosas obras que nos legó dicha
centuria,: son muy relevantes
los trabajos escultóricos de
las sillerías corales de los ret ablos trascoros, epulcros,
, nuestra Espana,
- y
etc. en
célebres sus escultores Gil de
Siloe, Miguel Ruiz, Juan de
'", 264 -.-tra.• ra.la Bla.nOlótzaga, Pedro Oller y Damián Froment, como lo -~h
~;F
en 'la portada de la Cato
bian sido en el XIV Monfiont
de'León, siglo xIIl.
y Castalls entre otros, y en t r de las primeras estael XIII el maestro Bartolomé, au o
use
tuas de la portada de la Catedr~l
ta:; ~l °: e
del 'siglo XlII
230. RenaCimto.-Y;~
O\~ali )
extraordinario
y por todo el :XIV se notó en Isa ( 1
cultura greCO'
movimiento hacia la imitación d~'
a, ainol ~
Sena Y
exten
10 a
'd
.
l
cual
s
romana antIgua, e
Nicolás y Juan e
Orbieto, siendo sus promove,dores .J.: G'otto y Andrea
Pisa' casi al ,mismo tiempo Clmabue , : ma senda en
,
.
t
roseguíau 1a mIS
Pisano, suceSlvamen e, P
todos del renacimiento
Florencia, comg precurs?res
ió en dicha corte
clásico' pero llegando al SIglo xv, sur~
de Gbibertí y
vigor~
el moderno estilo con los gemos
Histol'ia de la Escultlwa
291.
Donatello, secundados por el arquitecto ~Brunel schi.
A í quedó constituida la escuela florentina, de la cual
se propagó el Rena ímiento al resto de Italia invadiendo pronto t\.las nncíone v cina . Verrochio, Luca delln.
Robbia y Leonardo de Viuci fueron en el mi mo iglo xv
mae tro Í<tmosos d la escuela mencionada, en la cual
se formó á últimos de dicha centuric:t 1 mñs grande artista del R nacimiento, que por su O'enialidad constituye escuela y estilo aparte en el siglo XVI, Miguel Ángel
Buonarotti. Pintor, escultor y arquitecto, II nó de obras
monuro ntales á Roma y á Florencia, las cuales se distiuO'uen por lo grandio o de su compo ición y forma, energía de u p rfiles y perfección n u detalle, obresaliendo n m rito 1 Noisés (fig. 265) el David, el Cupido
cultura. Tra
y la Pietá entre la d
1 siguió
pronto
la
d
cadencia
del art ,
.
porque se extravial'on u imitadores si
bien merece justa fama el florentino ellini, estatuario y orfebrista.
El estilo del Renacimiento, en O'eneral, se caracteriza por u r aJi mo con
frecuencia desvergonzado, por la belleFig. 265 -Moi,sé. za de la forma xt rior, riqu za. en los
de Miguel An- detalles falta de unción religio a. En
gel (Roma) (1). E pafia, no obstant , se pl'esenta con
(1) RálIa e ta famo II cultura en la Ba ilicn. de S. Pedro acl
tatua que debian figurar en el mau 0Vincula, ':/ es una d la
I~o del Papa Julio n, egún 1 proyecto que por mala inteligencIas quedó frustl·aclo. e ha di cutido mucho el mórito de tll. obra
mlte tra de Miguel Ángel; para unos e el non pltL8 ult1'a del arte
escultórico; par& otros, una producción párblwa sin ideal v in
~erda o
re(l,!ismo, no repre entando má que U~l
vigoroso ~tlea
o un toro enfurecido (véa e á Cartier, Je.~uc1·isto
en el Arte, obra
ql~e suele acompañar á. la de Lui Veuillot,titulada«Vida de Je ucrIsto.): no cab duda que hay xao-eración y apasionamiento en
ambo juicios. Tal es el mundo.
294
Elemento de Arqueologia
pintura de imágenes en tiempo de pers cución religiosa. En
la Catacumbas yen Jos itios en dond no había em janta
riesgo, las pinturas campeaban, como s notorio, desde el primer siglo ele la Iglesia.
Recorramo brevemente los períodos y 108 pueblo qu antes
hemo saludado en la Escultura, y veamo d apreciar el carácter de us producciones en la Bella Arte que nos ocupa.
232. La antigüedad a iática.-De lo asir~o,
cald 'os y
medo-persa ólo se conocen las decoracione de ladrillos pintados y vidriado ó azulejos, de reliev ,y los estuco. En todos
hay dibujos varios de personas) animales, flore, inscripciones,
con ma 01' importancia arqu ológica histórica d' la que
ofrecen artí tica. De ellos tomaron modelo para su azulejos
los árabes, quiene importaron á E pafia su conocimiento, pasando de aquí al re to de Europa. Los mosaicos deben también su origen á los a ilios y persas, quienes los u aran en 1avimento con formas geom tricas.
En la India e-decoraban on pintura los idolos, y e cubrían
lo muros de lo edificio notables con fr ca, repre entando
variada e cenas.
En China y Japón fué y continúa indo la pintura muy minucia a en detalle , que exiD'en gran do i d paciencia y original, e trambótica y abigarrada en us comr o iciones.
233. Egipcia.-Los egipcios u aran la pinturc, en decoracioiles de estatuas y relievefl, de momias y ataúd s de
muros y de manu critos ó papiros, tomando aquí su origen
la ?niniaturaj los procedimientos que siO'uieron se r ducen al
temple, fresco y encausto. Las pinturas más antiguas eran
mOl1ócromas; pero muy luego se emplearon varios y vivos
colores en cada escena. No conocieron los egipcios la leyes
de la perspectiva ni del claro-oscuro; pero cábeles la gloria
de haber sido los primeros-en establecer el arte con ciertas
leyes ó reglas, que indican extraordinario progreso entre los
pueblos antiguos (fig. 266). Suplieron el defecto de la perspectiva colocando las figuras humanas en filas sobrepuestas, ocultándose unas á otras) aunque sobresaliendo las cabezas con
parte del cuerpo. Colocaban de perfil el rostro de las personas,
IIi
f07'irl
de la Pintu7'C(
295
y para darl Illá
xpresión, dibujaban de ñ'ente el ojo y pard 1 cn rpo' usaban colore vivo, qu aun s cons rvan
muy briUll.nt 's, y con tanta vari dad, que
han hallado ha ta 16 di tinto en las pal ta -, lo cual podía nplit· en gran parte la fal ta d l ciar -o curo.
Lo a untos l' pn: entados en la pintura on referentes á
la a tronomía, Ú la mitol gía y traclicione á la vida del
}<'araón á quien s d dicaba ó que I van taba 1 dificio y á
la persona dirtmta cuando s trata de ataúdes:
to e ciecoraban primorosam nte con jeroglífico, mblemn y collares;
llevll.ban l' presentada en un e 'tremo la cara del difunto, y se
ajustaban peri'e ·t¡unente 1\ la momia que dentro ele ellas se
contenía. e pueden tudiar todo los referido u o egipcio
en los grande' :l\lu - o ti Europa y obre todo en ell\luseo
de Gizeh (ant s de Bulak) de EC"Ípto en donde e guardan infinidad de estos obj Los tI).
234. .Ámeri 'mut.-La pintura americana antiO'ua, n la
regiones ya dicha en otro lugar (l1ÚlllS, 9 y 222), e presenta
decorativa d
ultura muros y ya ijn d harro, y tamoién d manu crito ó cóuc s d pap 1 áO'aye:
r pI' entan
en ella hi torin d aIU llo pneblo y e cena mitolóO'icas'
lo colores on vivo y 'hillone , con fr cuen ia; la traza de
la' figura pi ,tót'ien corre par jitS con lo dicho de la e cultót
(1) Elobj to prin 'ipal el 1 art
o'ipcio la tumba: la mayor
parte de 'u e iíficio y la illm '11 ama -oria d
e refieren á lo' lIlu('rto Ó re1'r -entan e 'c na·el ultratumba} egÚll
ti idea- lIlitolóo'ica ': d nq,ú 'l afán y lllp ÜO con taute de lo
e¡ripcios u la d comción d la5 momia y d la cá111nra . pulcrale . :Uomia . todo cadáv l' pr rvado de la putrefacción por
medios llatul'lLI Ó Ilrtificial . La momificación ntre lo gipcios
e obtcnla ttatnndo lo cadável'e por el a falto fundido ó por el
natrón (cnrbonato el o a), y v ndándolo con cilltn mpapadas
en. bálsamo : cubria e lu go la momia con carton pintados con
prImor, repre 'pntando 11 la abeza la cara d 1 difunto} ponía ele
~I tocI\cl0 peculiar de Eg-ipto ó elaf' (fig . 130, 256): todo sto se en
cerraba en el ataúd rel rido. En lo Mu eo se gUlI.rdan también
muchas momia de animalo sagrados, que sé depositaban con la
d~l
hombre en ln tumba, junto con otra figurillas ó amuletos-.
29
El{Jmelltos de Á,'queologífl
(;omo los que figuran en los Museos de Tarrao'ona, Bar-celona Gerona, Córdoba LuO'o ct ,
El carácter de la pintura romana consi te n la delicadeza, liO'ereza y fantasía del dibujo ornam ntal vi·
-veza y encillez ó poca variedad n el colorido, reali IDO Y voluptuosidad en las fiO'ura: e to último se nota
(;on mucha frecuencia asimi mo n la de ora ion de
la cerámica griega por donde parece que 1 ideal de
los artistas griegos y romanos era la representación
gráfica y exacta del cuerpo bumano.
236. Romano-cristiana.-Como toda la Pintura cri tiana de los tres primeros sig'los se ha de r [ ri1' á la"
Oatacumbas, situadas en territorio romano se concibe
que debieron ser romanos los tipos de aqu lla, pue no'
tenían los primitivos fieles otros modelos que imit.u-,
mayormente hallándose reducidos á vivir en onstante
apretura. Y así sucedió en efecto: lo numerosos fresco
y pinturas al temple, que se admiran hoy n las ata.cum1:'as revelan un arte cri tiano primitivo, enteramente romano el cual rué continuando también fuern
de las Oatacumbas con la paz de Con tantino hasta el
síglo VI: desde este síglo admit influencias bizantina,
que lo alteran visible y gradualmente, hasta a,cercarst'
el síglo XIII, en el cual la pintura aCGl,ba por sacudir todo influjo bizantino: y de progreso en progreso llega á
la época dcl Renacimiento, que le imprime su especial
fisonomía de natural belleza.
El estilo romano-cristiano en Pintura se estudia pues,
en las bóvedas y arcosolios de las Catacumbas y en lo
mosaicos de las Basílicas primiti vas, y abraza los cinco
I
primeros siglos de la Era cristiana: es más correcto y
de más variados colores en los siglos 1 y JI, Y decae
paulatinamente, como las demás artes de la época, lUls-ta llegar al siglo sexto,
1Ii tm'ia de
la Pinttl1'a
299
Dista mucho d 1<'1, y rdad la afirmación
de algunos
protestantes según la ual t d 1
de las atc~mbs
;n cOl~ia
~á óa~:
~ fiO'Ul'as
monumentos pn.gano
in t
" C1" _
, •
les de
pue cas'
h
.
nel SI llIfiCaClOn cristiana'
1 no a otro slmbolo que 1 d 0·1'.
las fiuas que r cono '
, e ' , 1', eo amansando
,
z a emeJante OrlO' n
é
arm011la on la, E ritura sant (1
,y aun 1 en
b
<
a sa XI 6)' en e b'
a undan xtraordinariament la 'tiO' " ' . ~lm
10)
los pasajes d 1 EvanO' li
oUla lnblIca y
siguiente,
b
o, omo se ,erá 11 1 capítulo
En los adjuntos O'rabados (fiO's
'~862
5 '
.'
269) , que repre-
sent,an pinturas d la época. se
advlel'ten los caracteres propios
de las mi ma á aber: tipo
forma u uales, porque los romanos entian repugnan ia por
lo u o extranjero, que llamaban bárbaro' expre ión tranFig.26J ,-El Bu 11 Pa _
quila plácida y que revela cie1'tbor¡ . jQ'10 ,TI:, atacuIDta c¿1.ndidez porque tal era el
fi las 'de PrbClla:
cal' á c t el' moral de lo primitivos
J' sencillez en los trajes r actitud
e,es, da h rut~n
POI lo mI mo q
1
.
ellos en sus corazone T'le
'é
ue a t eman
'11
<,
< mb1 n se obsel'
fido
va s oc! ez en la composición en el coloU~dneít
s en~ra
pocas fiO'uras en esc na) ~T cada una
11
más bl n á ser monócroma que polícroma eh
,an muchM decoraciones de follaJ'es y fiO'url'll"s' de aDiOs y de
' 1
b
""
geprincl'p 1 ;mma es, c-qyo objeto es adornar el asunto
a elel cuadro,
T
ot 23 7. Período bizantino y románico -Oomo
d
ro 1tlgar indic d I "
•
ya que a en
te y la afi
. a o, as mva IOnes de los M.rbaros en Occidende ~I e:tn irO
de sabios y artistas á la capital del Imperio
lIlientr
' ,!CIeron retrasar el arte en los pueblos latinos
as se VlÓ en auge y floreciente en Oon tantinopla, Desd~
Elementos de Á1'qlteología
llisto1'Í(, de lo. Pintu1'Ct
la época anterior. También suel n fi~uraT
n el fondo
del cuadro, tratándose de pinturas del siglo xv, lo motivos arquitectónicos de la época. Lo fondos con ram!\'jes dorados, propios del mismo si lo, e d nominan también diapmdos.
Aunque el uso de los lienzos como base de los cuadros
es muy antiguo, no se introdujo propiamente ha ta el
siglo xv I pue antes limitába.nse los ar~is.t
á p garIo
sobre una tabla ó cuerpo duro, como SI nm am ute se
tratara de afinar y asegurar la supcl~fic e.
La pintu?'a al óleo comenzó á ensayarse con éxito por
los hermanos Huberto y Juan Ey k, pintore belgas, á
principios del siO'10 xv, quienes hallaron el medio de
darle secante: fué un gran progreso en el art . D 110s
aprendieron los italianos- á mediados del.cita,do siglo, y
pronto se extendió su uso á las otras naClOnes, .pr.evaleciendo en adelante sobre todo los demás procedImIentos.
Las ~in atU1'as
ó iluminacion s de códices van en auge
et~arud
la época ojival, ganando mucho en perfección
el dibujo, y tendiendo cada vez más á la imitación de lo
real en la naturaleza para toda clase de adornos: n el
siglo xv, sobre todo,. se empleó con mucho l~jo
la miniatura usóse con profusión la orla muy capncho a y
ocupáb~nse
en esta labor, no ya sólo monj ,como
hasta entonces, sino seglares, Príncipes y R yes, hasta.
que la difusión de la imprenta y de los grabados en madera , inventados en el mismo siglo, acabó con el arte
hacia mediados del siglo XVI.· .
Las vid, ieQ'as ae colo1 es aonstituyen uno de los articu~
los predilectos de la pintura en esta épo.C3¡ s~u.,lavijo
aunque ya desde la fundación de las antiguas Baslhc~s
estuvo en uso la vidriera pintada, no contenían. los VIdrios figuras ó imágenes en modo alguno hasta me d'lados
del siglo XII: generalizáronse en el xm, tomando la
forma de mosaico en el fondo con muchos compartimiento en toda la v ntana, y representando cada uno de
ésto algún a~unto
hi tórico' en el siglo XIV se hi ieron
ma~Tor
s di hos ompartimientos sus pi zas d vidrio
lo mismo qu las fiO'ura' stas aparecen más corr cta
pero el conjunto deca del brillo riqueza y buena combinación del siglo :XIII; n el siglo xv las imág nes on
stán como enc nadas n t mplete
mayores todavía
góticos, rizados d torr cillas, todo d h rroo os colores; así continúan 'durant el siglo x r hasta qu el Renacimi nto, invadi ndolo todo, cambia tan hermosa decOl'ación, ustituy ndola con mosaico
eoro tricos de
pieza de vidrio con variados color s, 'on mu • pocas
la vidriera historiad. s en los siglos X.VII Y XYllI; en
el XIX e imitan la, obra de los aio'lo ant riore con
varia.do O'usto.
306
o
o
307
Hasta. fin . d 1 iO'lo XIV pare' qu no
introduj ron en
tra P níll ula vidriera hi toriada: e con rvtl.n todavía
herma o jemplnr d 1 siglo xv TI la Catedral
u León
Toledo Bul'goo y . Vilil; d ligIo XVI on notabl la d
e~
villa y Ovi do' DO cal' cen de int r~s
cuatro vidri ras delllli _
mo siglo n hl. igl sin. principal d C rv ra (Lérida). En el
Hospital R al d antiago hay una de e tilo cOlllpl talllent
del R nacimiento, aunqu hi toriada.
une
239 E cuela (le e te perío(loo-La ostumbre de
3.gremiarse los arti tas qu empezó en el siglo XII pudo contribuir en gran parte á la formación de esct:elas
de pintu?'a (núm, 23), las cuales, sin embargo, no tuvieron grande importancia hasta el siglo xv brillando soaren m ~b
en el "VI. En cua~lt'o
al período gótico ú
oJIval, sólo ro re en consignarse, como verdaderas escuelas que seg'uían lpÚs ó menos los principios del mismo, la {lo?Oentina, en part ,y la flamenca, fuera de otros
muchos pintores en Espana y en otras naciones que
no formaban escuela.
310
Elemento de. A?'queología
Tabla de los Concelleres ante la rríJ'gen (fig. 276), obra
que el afamado pintor Dalmau eje utó por n .1,1'°'0 del
Municipio de Barcelona para r tabla d la apilla de
las Ca as Consistoriales n).
24:0. Período del Renacimiento.- o hay para, qué
fijar los caracteres del estilo general del Renaoimiento
en .la Pintura, después de lo qu llevamos di ha en la
otras artes' y todo nuestro resumido estudio del período
de que tratamos ha de consistir en la ennmeración de
las más celebradas escuelas y de sus principal maestros, á contf:tr desde mediados del iglo xv n Italia )'
de principios del XVI en España y n otras naciones,
hasta el siglo XIX, dando alguna noti ia de su e pecial
carácter. Conviene recordar en general, qu por más
belleza de formas con que se manifieste la pintum del
Renacimiento, por más brillo grandio idad con que
aparezca en la composición y viveza n 1 colorido,
queda. muy atrás de la ojival ó gótica en xpr sión mí tica, según puede comprobars por multitud d ejem·
plos; baste el adjunto modelo (fig. 277) que representa
una de las más cel bradas Vírgenes d . Rafael, comparándolo
con otros de épocas anteriores:
el ·naturalismo exagerado la
falta de unción religiosa y hasta
la distracción ó desvío de la pie·
dad saltan á la vista. Sin embargo, no todas las obras de tan fa·
mosos artistas merecen semejante censura, pues hay muy
Fig. 277.-Madona de S.
honrosas excepciones. y entre
Sixto:Rafael (Museo de
ellas lo son la mayor parte de
Dresde).
(1) Es notable en este cuadro el fondo con motivos arquitectó'
JIi tm'ia de la Pintu?'a
311
la l' alizadas por los "'rande artistas españoles del R nacími nto lo cuales no e olvidan los buenO'B principio de la
cu las mística.s de la Edad 111 día y saben
combinar lo m jor d aquélla con lo má perfecto de
la n o-clá ieas ó moderna .
2.jJ E en la. italiana. del Renacimiento.-No estan d a uerdo lo 'ríti os en la división qu se hace
de la e cu la italiana, y meno en la ln,sificación
de lo maestro (1)' para uno, todas Has e reducen á
tre la 1'omana In, to cana y la vmeciana; otros hallan
por lo m ] o ql,Ün
Lo má comun
admitir las r feridas, ailadíendo
la lombarda y la bolonesa, de la cuale amos á dar un
rápido bo qu j .
La ('ucla to callll él /fo1'entina, n u fa en o-clá ica ó del
rcnacimi nt t l' ('onoc al ~[a
accio, s g-Úll h mo dicho
('OlUO fundador d.l til· á él igui ron V ~'ochi,
ignor l1i,
Boticf·lli (AIl'jnndl'o Filip pi) Y Ghil'utndaio (Dominico Bigorcli) en pI mi roo ¡g-I xv; á:fin d 1 cual y á principio
del 'ig-uient I dió gnm r nombr Leonardo d Vin i, tenido
por el prim l' pintor g nuin d 1 rena imi nto' p ro obre todo I famo'í imo lpugiI~
Ang- 1, ducado n la mi roa escuela, por má qu
ti. g nio iugular y e té obr toda las e {'ucla. neo-chl. ica. D spué d
1 io-ID ron
ba tián del
PiOlUbo y Andrés lel arto vini ndo muy pronto la decaden{'ia d la e cu la ~l 111 diado del i"'lo XVI; no obstante, un
bresaJen arducei, Dani 1 el Volterra y Carlos Dale; é te
sobre todo, por la expr sfón de u cuadros.
Se cara.cteriza la
cuela florentina por la grandezu
nico , que el pIntor D~I 1au
quiso darle, rompiendo la eo tumbre
sel:'.nida en Cataluña de mplear entonces fondos diaprados. Lleva
la fecha de ~ 4 4 5 . '
_
(1) Mas lógica y más nntural seria la clasificación de lasescueIn por sus autores ó por las notabilidades de.ellas; asr, por ejemplo: la escueln de Vinci, de Rafael de Murillo, de Ribera,
312
Elementos de Arqueología
lli ·torÜt de la Pillflll'(/
de la composición y la gracia n la actitude u prinpales obras son la «Cena», dc Vinci, el "Juicio .final
en la Capilla Sixtina del aticano por )Iio'u 1 ngel.
la "Madonna del "acco» en la Anunciata <.1 Florcncia
con otras« acra Familias» de ndré del ·'arto.
La e cuela 1'07llana empieza di tinguiéndo
á finE" del
iglo xv con el Pinl~rc7io
(B l'nardino de B tto Baggio el
PenJ-gino (Pedro Vannuci) y} 'obr todo, Rafa 1 .' 'ulIzi de
Urbino (ya en el iglo XVI), que s obl' 'ali nte en clibuj y
arti ta excepcional; siguiéronle G(wavaggio (}Uguel Ang'el
Amérighi) y Julio Romano (Tulio Pippi) y tra' ello la decll.dencia en 1 iglo XVl1, aunqu toda.vía fueron notable. Sa soferrato y 1m'atta n el mismo.
Caracterizan á la escuela roma,na la corrección y nobleza en el dibujo) la bell za en la, formas y elegancia
1
en la composición. Las principctle obras son yarias
"Madonnas», la "Tran tj'Turación» y el "Pa mo» (1) d
Rafael; de éste se celebrctn mucho tümbi n los fre c? de
las "Estancías» y de las «Logias» del aticano} quc on
cuatro salas y tres galerías del Pala io, de ora,da 6 tu
en las bóvedas y aquéllas en las paredes con magnificos
cuadros históricos y simbólicos.
La escuela veneciana empieza, COlllo la anterior, á fine del
siglo xv con los dos Bellini (Gentil y Juan), ~IantegDlt
y
(1) E te famosí imo cuaelro llAma e .El Pa mo de Sicilia> porque perteueció al Convento d • tao 1\1. a elel pa imo en anto
Spirito de Sicilia; el Convento 10 regaló á nuestro Felipe IV en
1671, y el Rey ordenó que se elieran al Convento 1000 ducados
anuales de renta perpetua y otra de 500 al abad que trajo 1\ Epa·
fia tan admirable obra, la éual representa muy al vivo el Encuentro de la Sma. Virgen con Jesucristo en la, Calle ele la Am&rgura.
Es también célebre en .España una .Sacra FamiliM de Rafael, con
el nombre de La Perla. Dicese que en viéndola Fj:llipe IV, luego
de adquirirla, exclamó lleno de gozo: ~He,
aqui lct perla de mis
cuadros'. Amhos figuran entre otros de Rafael. .en el Museo Na·
cional de .Pinturas.
iH3
Gio!'O'ione (J l'g Bartelli)qu alcanzan todos al iglo XYI del
cual 'on tambPn 1 TiziaJlo lTicio icelli, 1 TintOl'etto JoaI[uin Hob nti), Pabl Fáoné (Pablo Caliad, Bas ano y DominiC'o ThcOLOCOpuli, llamado el Greco' iguen otro , como
Palma el joven ha 'ta el i<rlo XVll y alg-uno meno notahl ~
ha ta 1 XVID.
.
'e di ·tingu ltt e cu la, v ne ian,t en la viveza dd
colorido, sobre todo on 1 Tiziano y n ht distribución
<lcertacht del cl<1ro-oscuro, 'on obra principal s 1
<R tntto el (\l.rlo V», ltt" unción» y el «'anto Entierro» de TizÜtno. el "J\Iürtirio el ,'ta Justimt:o de Pablo Veroue , Tizia,no pa .t por 1 mejor rctrati ta del
mundo y fu 11 rimero qLle acertó á de vünecer lo
contorno d 1dibujo, pam qu no fuera bl'U co
e aproximara á lIt cl.pari ncia que ti nen la co as á la vi tao
La e cu la lomba/'da ó pal'me ana
D iernl. en 1 ill'lo xn y u prim l' arti ta COl'l'eggio (ntonio tigri), al cual sigui 1 Parmesano (Franci o Iüzzl101aJ
e di tingu por ht dulzura b lleza (le ns dibujo ...,- lit
abiet di t1'ibncióll de la ombras. D 1 orreg'O'io ' dice que tuvo lo rí u Ílo de L onarclo lo o'm io o y col'recto d Rafael, 1 olorido de Tiziano y el empa to de
(~ior"' ne.
Los Lladros roá notable de tan inO'ular
mete tro son la «~ och »ó 1 ".1: acimiento del eñor»
1ct .Asunción:>, pintados en lü cÚpula de 1<t catedml de
Parma, que s la más famosa por este concepto y 1<1.
·Oración d 1 Huerto» con otro cuadro de la Virgcn que
están en el :Museo dé Pinturas d Madrid.
La escuela bolonesa (dc Bolonia) ~P
sucesora de la
anterior y se distin"'uió enJos siglos XVI y XVII por los
tres Carraccios (tu~s,
Agustín y Anibal), Guido Reni, y
el Domenichino oc~njmD(
Zampieri): se celcbra mucho
en ella el dibujo aMbl1dísimo, la ~xpresión
digna y la
ejecución fácil y espontá~,
eclipsando á toda.s las italianas en el siglo XVlI. El fundador de estª, escuela fué
314
Elementos de A7'queologlcr
Hi,qt07'ia de la PintU7'a
Francia (siglo XVI) mu· elo"'iado por us Yírgene •aun
por el mismo Rafael. 'e cel bra mucho en Roma la
",Comunión de S. Jerónimo» por el Dominichino.
También se admiten las cuelas geno'l:esa napolitana,
an i'1b 7¿~
etc." ésta última e r du
á la romana:
las otras son menos importante .
24:2. E cuela e. pañola .-, iguen á la italiana en
celebridad aunqueno n ti mpo la
cuelas paÍJola
cuyo esplendor y apogeo orrespond n á los Último del
siglo XTI y durante el XVII cabalm nte cuando las
demás artes y casi todas las scuela d otra nacione
se precipitaban en lastimosa decadencÜ. EL orig 11 del
renacimiento español ha de buscar e en lo artista que
fueron á Italia para impon r e en 'Iarte J' en los lino
meneo é italianos que vini ron á E paña para j rei·
tarlo: entre. los J?rimeros figuran el pintor de lo se'~R
Católicos, Antonio del Rincón, y Alonso Be1'l'uguetp (hi·
jo de D. Pedro) con Gaspar Bec l'ra ] otro vario: y
entre los segundos los italianos Pablo de Arezzo ~. Fran·
del Tiziano del n rcco y de
cisco eápoli seguido~
Bartolomé Carduci, á una con el belga Pedro de am·
pana y el inglés Antonio loor. El primero de los cita·
dos artistas españoles trabajó n el si"'lo xv con estilo
semigótico' y representa la transición al renacimiento,
junto 'Con Pedro Berruguete y Fernando Gallegos, su
c.óntemporáneos.
Las escuelas españolas se caracterizan. por su tinte
religioso y mÍstico, por su gravedad y decoro, sin que
degeneren, como se les' acusa, en tétricas y sombrias.
Se distinguen dos agrupaciones de ellas: Castílla y An·
dalucía por un lado, Valencia y Al'agón por otro; la pri·
mera es más independiente de antiguas forml1B y mas
homogénea que la segunda,la cual no tiene un determinado carácter y sigue por la parte de Aragón y Cata·
lufia más adicta á los proc dimiento góticos. Lo má
comun en el e tudio de la pintUl'a española es admitir
la e cuelas ca tellana) andaluza y valenciana.
La castellana, una v z entrada de lleno en el Renacimiento del siglo XVI di tingue
por su dibujo correcto su brillante olorido su l'eali mo de buena ley
('on u id aH mo en la .xpre ión.
, ella p l't ne n Luis de 101'a.1e llamado el divino
por elmistici roo y la e. presión d dolor que acertó ~
imprimir n su imáo'enes) AJon o ,ánchez Coello, insigne retrctti ta, omo us discípulo Juan Pantoja d
la Cruz y F lipe Liai1o' Juan Fernand z Navarrete ó el
Tiziano español, autor d gran part de la pinturas del
E corial con Ii"'uel Barro o; todo del iolo XVI, lo
cuale
n gen ral, son amigos de pOlJ r'nubes en su
cuadro
darles un tinte oscw'o. En el iglo XVII bri·
lla como a tl'O de primera magnitud D. Diego
elázquez de ilva) u o pincel e ejercitó n cuadros de
costumbr s y n retratos ad más de trazar algunos de
earacter r liO'jo o omo u 1 brado " ri to expirando~:
on del mi mo siglo Collantes P reda Pareja ó el
esclavo de Velázqnez, y laudio Coello.
La escu la se illana) uyo distintivo carácter es la
perfección en el oloridó y el reflejo de brillante fantasía, unidos á un vigoroso dibujo tiene como notabilidades en el siglo XVl á los fundadores Juan uiiez, Juan
'ánchez de Castro y Luis de Vargas, al racionero de
Córdoba, Pablo Céspedes) y al clérigo Juan de las Roelas; pero en el siglo XVII raya en lo sumo con el príncipe del arte andaluz) el famoso Bartolomé Esteban de
Murillo, precedido de Alonso Zurbarán y Alonso Cano,
yseguido de sus discipulos Meneses, Sebastián Gómez
.(elmulato) y Villavícencio, y de Valdés Leal con los suyos, terminando en la decadencia del siglo xvm con
I
315
316
Elementos de A/'qneologia
, Bernardo Germán de Llorente. Las pintuns d :MLU'illo
demuestran la armonía del realismo idealismo, perfectamente unidos por un solo pincel' y en sus bcllí ima
«Concepciones» y en su estática «Dolorosa" yen su admirable "Cristo en la Cruz», no m nos que n sus" i(cimientos», "Anunciación y "Asunción», d scubre lo
maravilloso de su ingenio, lo brillante y hermo o de su
fantasía y lo profundo de su piedad reli ·iosa. La falta
de unidad de estilo que se nota en sus diferent s obras
sirvió de base á los Cl'iticoS para distinguir n él tres
maneras, f1'la, cálida y vapo1'osa, orrespondiente á
tres épocas de su vida,; p 1'0 no todos admiten semejantes calificativos,
La, escuela valenciana se manifi sta con bastantes diferencias de estilo, según los maestros qu forman la
agrupación, sobresaliendo en la fuerza del colorido y
corrección del dibujo, Pertenecen á la misma Juan de
Jltanes (Vicente Juan :i\Iacip) suave en la repre entación de Jesucristo, los dos Ribalta, padr é hijo (Francisco y Juan), que pertenecen.ya al siglo XVlI con sus
discípulos, y José Ribera (el Spagnoletto d lo italianos), más realista que los anteriores.
En Aragón sobresalen Tomás P legret en el siglo XVI,
imitador de Miguel Ángel; en el XVII, Jerónimo Cosida;
en el XVllI, los hermanos Bayeu (Francisco y Ramón)
y sobre todos Francisco José Gaya, el cual lleva la representación de toda la pintura española de BU época
(1746-1828), con sus retratos de acabada ejecución y extra?rdinario mérito y con SUB célebres ouadros de costumbres, aunque demasiado naturalistas.
De Catalufia se conocen muchos pintores del Renacimiento, en el cual no entraron completamente hasta el
siglo XVII, y aun conservando la costumbre de pintar
sobre tabla: sobr~salen
durante dicho siglo el cartujo
317
Fray Junco a r el Yicense Fl'anci ca Ba il; en el xnu
que e el iglo de oro para la pintura catalana del Renacimi nto d s uella cntr otro Antonio", idalomat
pintor de r na d la vida de . Fran i ca v de multitucl de cuadros reliO'io o , que fu
1 mejor'pintor de
u época n E pana.
En Galicia s distinguen como pintare de la 6poca
Garc'a, Bauza R quejo y Bernab' P na.
24::3 E. cn la. flamenca., alemana r france. a.-Hav
que apuntar algo d la es uelas flamencas , al mana y'
,
francesa del Renacimiento, y de otras mod ruas, ya que
tienen nombradia entre los actuale aficionados ó admiradores de las B lla Art s.
En In flamenCCl, d pué d lo Wan Eyck arriba citados,
apar e n l\IC'1ll1ing y uintin 1 y, como de tran ición, y
Juan ele Jfabll '8 Ó O a rt, ya ba tante imitador d lo itaIiano, n 1 jO'lo XVI; n l igui nt fué di tinguido pintor
el diplómático 1 edro Pablo Rub IlS, que pu o demH iado vig'or y movimi nto n u fiO'Ul'a , T 'u di 'cipulo "Tan Dick,
menos xllg rad y xcel nt r h'ati ta.
La cuela holclIul' tl I11p zó con Lu a d L yden, muy
renli 'ta, y c ntinuó y concluyó en l igolo XVII con Rembrandt, qu' dió mu ha iluminación Ú la fiO'ura y J' cutó con
'"
.
perf ceión lo retratos.
. La e cuela alp?lW1W d b u orig n y ca i toda u personaltdad al l' nombrado Alberto Dur ro, Ú principios del igolo
xm, notabl en dibujo, vigoro o l' alista y di tinO'uido en
grabado y miniatura .
Á la e cuela f1'(M~CPW
dió comienzo la prot cción que Francisco 1 di pcn ó á las art s y á los artistas italiano; pero no
tuvo importancia ha ta icolás Pou sin en 1 iglo XYII, al
cual siguieron Le Sueur y Le Brun, yen 1 XVIII Jovenet y
Vateau, Se distingue Ponssin por la exactitud y propiedad de
u figuras; los últimos son ya amanerados,
24:4: Escuelas contemporáneas.-En la época actual,
desde los comienzos del siglo XIX, se cultivan todos los
320
~le1 to
imbologla c1'istiana
de .Arqueología
tas y la cosas supra en ibles, 3' por esto lo yemo a i
practicado en. todos tiempo ~r nacione del o'loho no lo
ha de el' menos al cri tiano qu po e idea ublime y
conoce misterio profundí illlO de orden obl'enatural.
imposibles de ser repre enhl.dos por medio el imárren
adecuada. E to, y la necesid..l.d en qu se veían lo cri·
tianos perseguidos de ocultar á la mirad"L dIos infiele
ciertos misterios y prácticas, junto con la devoción que
les inspiraban las representaciones pictóricas de la parábolas de Jesucristo, dió lugM al simbolismo cri tiano,
que vemos muy en uso en la Iglesia desde los primero
siglos.
Prescindiendo ahora de las pinturas decorativas, usa·
das ya de de el principio en las atacumbas (núm. 2361,
y que no pueden considerarse omo símbolo tre cla"
ses de éstos hallamo repetidos en la primitiva obra
pictóricas ;y escultóricas del art cri tiano á saber: fgll'
?'as emblemáticas, hist01'ias alegó?'icas ?'epl'esentacwl/e
de lJa1·ábolas. Las primeras se toman de la naturaleza
ó de objetos de arte; las segundas son historias del An·
tiguo Testamento, figurativas d 1 Nuevo' la tercera
contienen alegorias tomadas de las parábolas del Evan·
gelio. Enumeraremos las principales de la poca de la
Catacumbas, añadiendo algunas ,de le1.S modíficaciones
adoptadas en posteríores siglos.
24:7 _ Figura emblemática.-Las figuras em blcm¡\'
ticas,ó simbolos propiamente dichos, tomadas de objetos
sela~ut n
r~ artisticos, se refieren casi todas al Salvador,
al fiel cristiano y á la vida futura, y tienen su funda·
mento en expresiones de la Escritura santa. Vamos á
examinar las más comunes é interesantes.
El pez, que es el más importante de los símbolos antiO'uos
cifra ó jeroglífico
t>
, puede considerarse como una
•
del Salvador: su fundamento se halla en el nombre
eri go ti' p z (ichth!J.) y 1l alguno texto ele la E _
cl'itul'<1, qu aluden al mi~ o.
«Piscis a us, Ghl'istus
pa.' liS». dijo ,'an Agu tin (TI·act. XXIII in Joann.).
)Iur XI r iYO ,por ci rto, 1 iO'niticado qu
nvuelren la letra de leL palabra "'riega que ignifica pez
(fig. 27 Y qu tan l' p tid¡t
hallan 11 obj tos cri _
Fi¡¡; .27.'. , '0111 hr
. Fi;!, :.'!J.
.\.ncol'l'l ," pez.
imbólico d
J,
Fi"'. 2 'o. imbolo' cuclll'i:tico '.
tianos d los tI' primero iglos; se 1 n de te modo:
.Te.ous .\I'isto· Theo1~
nOS'ote7' (qu
icrnifi an Je u.~
('h¡'istu Dei Filius al ator) como a í lo indicó . AO'u ,tin. En la Jip;. 270
ob r\'an la mi ma letra y lpez
-ohr el án ora n formil. el cruz: a i se halla n una
gema (pidrn 1 recio a), qu e guarda en 1 Mu o de
Yiena: In. fio·. :278 e tá a imi mo tomacla de otra O'ema.
Lo pececillo qu s v 11 °Tabaclo en algunas lápidas
.epulcrales, on ímbolo d los fieles seO'Ún 1 Evange·
lio CUat., IV, 19)' . r cuando se dibujan con un 1 an n la
boca como se ob 1'ya en unn lápida d fódena, es evidente la alnsión á los fi les, alim ntándo e de la Euca·
ristia. El dellín, onsiderado en 111 antigÜedad como
amigo del hombr , se halla unido á un trid nte ó áncora en el simbolismo cristiano, y representa á Jesucristo
Crucificado, nuestra salud )r esperanza; se ve en sepul22
Elementos de .Arqueología
Yimbologia Cl'istiol/ ((
cros y anillos de los primeros fi le . El simbolo del pez
fué cayendo en desuso despu s d In. paz de Con tantino:
en Roma desde luego; pero 11 las provincia se con ervó todavía por algunos íO'lo .
El pan, ya se le dibuje suelto Yo), en cana tillo , ya en
combinación con el pez (fig. 2 O) ti ne evídente iguí·
ficación sacramental, como lo o),dvierten lo .to . PP. La
palabras de . Jerónimo (Ep. acl Rustic. n. xx) ".1: ihil
illo ditius qui Corpus Domini in cani tro vimin o et an·
guinem portat in vitro», aludiendo á la co tum 1>1' dIos
primitivo fieles, parecen ser una explicación d la figuras halladas' en las atacumbas· de . Calixto por Do
Rossi, una de las cuale repres nta el grabado: en 1ca·
nastillo descúbrese también la figura de uua ampollita
con vino. Para dar mayor expresión al símbolo, uelen
llevar los panes dos rayas en forma de cruz.
El áncora (fig. 279) es también frecu ntí ima como
símbolo, cuya interpretación no es dudosa, recordando
la bella expresión d 1 Apóstol: «Confugimu ad ... propositam spem: quam icut anchoram habemu animae...•
(Rebr., VI, 18,19). e encuentra mucha yece en lá·
pidas funerarias, y en no poca,e va, unida á un pez, re·
presentando el misterio de la Cruz de Jesucristo: el símbolo del pez en combinación con el del áncora (fig. 279)
es una especie de jeroglífico, equivalente á h1. frase que
se lee inscrita en varias lápidas funerarias: ¡ 'PE IN
CHRIBrO.
El ma1' y la nave no son raros ni difíciles simbolos,
cuyo significado del mundo a~tu l
Jr d 1 viaj á la vida
futura son evidentes.
La paloma, que tan repetida se ve entre las inscripciones de los sepulcros y que á veces acompaila tí la
representación pictórica del Bautismo de Jesucristo,
bien se comprende que simboliza al Espíritu anto y ¡\.
las almas fiele . Tertuliano,
ipriano v otro Padres
llaman al ju to pallonba sine {elle. O s raro hallar dibujada palomas Ú otras aves con 1 ¡'mno de olivo símbolo de la paz ó b bi ndo II un ba o emblema de la
Eucari tía y de la fu ntc del. alvador á lo cual e
alude con la frase de alO'una inscripciones: Bibe Deo.
El ramo de palma es ímbolo de fie ta (Levit., XXIII,
40; J onn, ,TI!, 13) Y el triunfo (Apoc. VII ~);
grabado
322
323
T
FiO'. 2 2. Lápi la funeraríl10 con imbolo .
Fig. 2.1.
: igno· de martir (1).
en los sepulcros es indicio del martirio (fi -. 2 1) por lo
meno cuando va acompailado con otra seilales, como
botellita ele sangre, seo'ún- ve frecuentemente en la
(1) Publicó o ta figura el .abio D' Agin ourt, ~T la incluimopor yia d jelllplo aunquo vario &rqu ólogo rood 1'no le nie.
gan autenticidad 11 vi. ta do la in cripción '.ti. ~ atendido 1
carácter de 1110 I 1:1'11.
De todas man ra,
fr cu nt hallarenla Catacumba Cra qUitos emejant 5 d vidrio y d balTO, que lo ti le depo itabl1011 jun.
to á lo cpulcro do por ona qu rida ,poniendo 11 110 diferen.
te pe!'fuUl 5, agua b uditl10 Ó tal vez ang!' el I mártir Ii quien
se trataba ele honrar.
En lo epulcro pl1ogR.no e aslmi mo et~uc'lf
hallar botellitas
por el e tilo, quo se llaman lacrimato?'ios.: ervlan ])1101'110 depositar
las lágrimas el los que lloraban ante el sarcófago. No es raro enc~ntra
en los mismos alguno frasco de pedumOi ó ungüentar.IOS,~
platito. ó vasos de poco fondo para libacione . ó para depo.
Itar en ellos el vino y la leche que llevaban u deudos al epul
ero: se lo conoce en los l\luseo con elllOmbl'e de libatorios.
324.
Elel11cnto d' Al'queolugia
Catacumba , Igual sio'nifi ación ti 11 la cOl'ona de laul'el
láU1'ea que es de ver n lo mi mo lugar s.
El cOI'dero es un ímbolo muy comÚn en lo prÍlll 1'0
sialos
y de fácil interpr tació,n n cUl.tlquíera d la Yllo
rías a,ctitude en que e le encuentra' pOl'qu una ycces se halla con nimbo ó con una cruz ó sobre un ¡tlta.
edesde el siglo y ó n) y ntonces ya se ve q u representa á ,Jesucristo rucificado; otra, , formando manada
ó contemplando al pastor, y no cabe dudar de su alu ión
al pueblo cristiano.
Otros animales como 1 ciel'vo y el caballo, que se di·
bujan n alglillos sepulcros (fig .. 155), alud n ¡l, t xto
muy expresivos de las aOTadas Letras (Psal. TLIj I.
Cor., IX, 24) Y se refier n al iervo d Jesucristo.
El Q1'ante, que es una figura humana, on los brazos extendidos se 've muy frecuentem nte D, la pintura de
las Catacumbas, ~- es repre enta ión del alma suelta de
las ataduras del cuerpo y d 1 cristiano qu a pira á lo
celestbl y e pera en el efior.
La pel'sonifícaciones de las virtude , como la Paz, la
Justicia, la Piedad, etc., pueden ~on
iclerarse como pertenecientes á este grupo.
Ray otros emblemas d la cla e llamada, ímbolo pOI"
lantes que son como jeroglíficos del nombre que Heyaba el' difunto, en cuyo s pulcro se v n esculpido I
v. gr., la cabl'itilla en el sarcófago de una cristian¡l, Ua·
mada Cap/'eola. Análogos son los símbolos de proesió¡~,
como el mal'tillo en el sepulcro de un artesano (fig. 282),
Y los instl'umentos del ma1·ti1'Ío, como el ruego en el
de Sta. Filomena (pág. 141); pero ya se ve que tales
~ol bmís
no envuelven significación mística.
Por vía de adorno y con representación simbólica se
hallan á veces entre las inscripciones funerarias algunas figuritas en forma de hojas de hiedra y de corazones
Ó
~
fier. :2 2) qu nvu lyen la id a, de la, perpetuidad r del
amor hacÍ<t 1 difunto.
Podríamo llamar símbolo. literario al monograma de
Gl'isto y el alpha .' omega qu tan [re u nt
hall
hecho n lo monum nto cri tiano ~. uy u o mpezó á 1 meno 11 el t rc r iglo. El monograma primititivo (fig. 2 3) e compon de la X ~. P O'rieg¡~,
que on
[¡1 p1'il11c1'n. 1 tra d 1 nombr XP 1. 'TO'" (Chistos)' y
_ VI"l\T~fro
J\ITERHALIS
['1 SE RVrLl1\
Fio' 2H:3.
:\IonoO'raJna de Cri too
Fjg~.
2 '4 '~ 2,5.
:\[onograma' de l'isto
alplw y olllP!!a (1).
COII
á la vez que r 1 l' entan 1 nombre, r cu rdan la figllnt de la l'llZ. Muy pronto
cambió la formn, de ht X
en verdad 1'a. cruz iendo ta nu Vt~ [01'111<1, muy u ada en Ori nt á prin ipios d 1 iglo IY' nmbas
han
rmpleado indistintamente n infinicll'td de monllm nto
de todo lo P:11 e. on mu hn 1'1' -cu n in acompníian
¡ti monograma la 1 tras primera, y Última d 1 alfabeto
"rieo'o (fig. 284:), aludiendo vid ntemente Ú la, palabra
del Apocalipsis: «Ego um alpha t omega, principium
ot finis» (Apo "I ). Po t riores á lo ant dicho mono~ram s,
y derivados d ello, son otros que yemos en
(1) La flg'ura 283 ropresentn unn 1;'1 pida ,'uu('raria hallada on
(Vie11a d, Francill.); 111. 284. c' un r Ii ve de una de la antigua ca as cristianas de iria (ambas publicada por nhtrtigny);
In 2 5 es uno de tantos mod los d monograma que reunió De
Ro si en u obra Dc InsC1·ip. .t~i'l1c
Rom, (Yéall e otro en la figura
155 yen in ~enoicpr
y monoda de ItI. 3. n Parte).
SiVlllLX
3:?6
; 'imbologia
Elemento de A¡'queología
pintura y monedas bizantinas como XC XY, IC, y el
latino IR que ha prevale ido en nu tro dia de de
-tan Bernardino de, ena.
24:. ID toria alegórica...--Lo hecho d 1 Anti"'uo
Testamento por más reales que ello ean con titnyen
<tlegorias siO'nificativa dIos acont cimiento deLe uevo como advierte el pó tol (1. COI'. , ,11); ':l no e de
admirar, por lo mismo, que en la primitiv<t Igl ia e
pintaran y esculpieran dicha historias en fiO'ura de lo
misterios de Jesucristo puestos á la consid ración de
los fiele . Tal es el objeto significado de las repetida )'
variadas formas con que se representan, ntr otro pasaje bíblicos, el de Adán y Eva
oé y el rca
braam él aac (fig. 261), loysés, Josué, David EIÜts, Tobías, Job u ana, Dani 1 entre los Iones, los tre Jóvenes del horno de Babilonia, Jonás' cada uno en lo
acto más significativos de su vida, para que representen los mi terios de Jesucristo y ele u 1 le ia.
Q.ue tal fuera el intento de lo primitivos cri tianos al
fijar por el relieve ó la pintura en parede, hó,-edas )'
sepulcros los pásajes biblico referidos, se d muestra
sobre todo) por las intencionada variacion s que en
ellos se introducen. Asi, por ej mplo, e halla figurado
en el Cementerio de Domitila el profeta Daniel con los
leones, no dentro de una cueva ó cárcel, sino apareciendo el Profeta con los brazos extendidos sobre un monte,
en cuya falda se divisan las fieras: clarament se ~tlude
allí al misterio de la Resurrecci9n de Jesucristo. El pasaje de Moysés golpeando á la roca para que dé agua,
se representa no pocas veces con la particularidad notable de llevar Moysés el título de Pet1'us en la inscrip'
ción que le acompaila: seilal manifiesta de que se trata
.aqui de una figura. San Pedro era para los primitivos
.fieles eZ Moysés del nuevo Israel, según indica nuestro
Cl'í
tiana
327
poeta Pruden 'io: la piedra era ri to (1 Cor., X, 4),
del cual hace brotar el ¿tuua d la "'racia p~ ra los fiele
la acción dc I edro, u"\ icario. La I:ata, símbolo de
autol ¡dad, no
halla Ilun a ino en la mano de J. C.
de r~o[)
é 6 d P dro. Y así como tu, podrian aducir mucha otra fio'Ul', . A lla hay qu agr gar alguno~
pít ¿tj d 1 EvanO' lio amo 1<1. re urrecci6n de
LÚzaro la cumci6n d 1 pare lítico 1<t p a milttgro a
hl' bocla d
aná tc., por su i"'nificado al g6rico semejant á lo ant rior .
'H:9. Relll' 'entación de la' Ilal'lÍbol:t '.-E ta clase
de figura parti<·ipn. d 1 'aráct r d los do pl'e dente
"TUpas. En yez d un ímbolo cualqui ra, repre énta e
tod¿t nna s na, l,t ual e tá in pirada n la par~Lbo
la de J u l'i t ,('u~o
ignificado e 1 mi mo qu
e
no de cifran
hace pat nt n lo a"'rados Eyan o ' lio
lo Expo itor
La má fr u nt s repr entacione d parábola
onla d 1 Buen Pa tor (fiO' . 26 Y 2 6) que s comuní i-
Fig. 2 B.-El Bueu
Pa tOl': Catacum.
deiS. Lorenzo.
Fig. 2 7.-Convit cucaristico.
Catacum. de . Calixto.
roa en todas las Catacumbas, las de la villa, la de las
vírgenes fatuas y prud ntes, la d 1 convite ó cena (figura 287), en el cual siempre se ven 3, 5 ó 7 comensales.
y no hablamos de otros pasajes históricos del Evan-
Iconol{)gia
333
El nimbo trae u orig-en del Eg-ipto y
u ó por lo grieO'o·
lo romano, lo cuale, no ólo adornahan con 61 la estatua dI' u dio , sino aun á vec la de 10 Emperadore .
Los cri tiano' no lo usaron durante lo tre' primero -iO'los:
de d 1 i<Tlo IV ha ta 1 x ra cñal indif rent ,y 'irvió tamhién para ~ist ngu r
á lo, Emperador s fig. :270) Y á la peronifiC'ac-ionl's ele la' irtud ,': el pué s hizo con tante y xclu ivo dIos ant s. La glO1'ía se mpl a lllU rara vec
n
la. imÚg-cnc' de los. anta y es frecuente n las del ,eñor ó
elr la ron.. irgen: ti I1r dit'er nt forma eomo la oyalaela
~. la fll1líydflloic7e, llall1llda también rtlml'lld)'(( m¿, tica.
Otro mucho atributo hay que son e 1 ecial el alguna
categoría ele anta, omo la palmrl d los mártir ,la mih'(/
y rl báculo de lo Prelado, ó siog-ulare d
cada llllO, como
l~ Agnu.· j)1'i • bre I lihro llaelo, pe 'uliar di ~itn ·
Jel
Bltuti taj la cruz napa, de . .á.ndré, tc., lo cual el'1a largo de num n'Lr. Ba t advertir, qu ante del .sig-lo Xill erau
IllUY raro lo.' atributo - ing-ulares ó individuales y rarísimo
antes del igolo x: lo g n rale ó comunes á una clase, como
lo" ornamento propio d 'u diO'nielad, acompañan á lUucha
• imágene el de el principio d la época bizantina y e generalizan de' le 1 iglo XI.
En las fiO'ura el la Edad )1 clia es muy fr cu nte ver in cripcion' cn rollo d pI aaelo Ó en inta dibujada , que. se
llaman fllrt 'i/'I'irl . P l' ella s reconoe el orelinario el fin ú
objeto que 'C propu o I arti tu al tra.zar el cuadro.
y
APITULO IV
rCONüLOUÍA.
I
252. Asunto de te ca11ítulo.-D fluida, n uluo'ar
esta mma de la A.rqueolon'ía y dada la razón de tratarla
por separado ell esto ELE)IENT (núm. 24:;"")
omprend fácilmente qué punto haya d abrazm nu tro br ve
estudio: redÚcen e á la form'l, con qu
,ha l' pI' ntado á Dio , á J esucri to á la. ma. "\ Ü'()'en ~ :oí lo . 'untos. 1 mi mo tiempo qu hao'amo tan reliO'io o e Ludio,
podrá inferirse la antiO'üedad d 1 culto neO'ado p~r
lo
prote tantes y el de arrollo qu ha tenido en 1 tran curso de los i o'1os.
25:3 Atributos iconográfico... -La imá' n
agradas e di tinguen, á falta de otro adjunto, por cierto
simbolos ó atributos q u las rodea,n ó por la iD ripciones que las acampanan. Fijándono ahora n los atributo ,hallamos ser comune el nimbo 'y la glo?·ia. Nimbo
es un circulo luminoso que se pone detrás y .1,1 derredor
de la cabeza en las imágenes (fig. 271); si Únicamente
rodea la frente ó parte superior c,l la cabcu¡"
suel
llamar aw'éola. Glo1'ia es una serie de rayos de luz, que
parecen saUr de todo el contorno d la imagen. Nimbo
C?'ucífel'o se di e el que dentro de su círculo llevi1. díbujada una cruz de brazos iguales, ensanchada én SUB extremas: es distintivo especial de Persona Divina (figuras
271-273), y el nimbo t?'iangula¡' lo es de la Pe¡sona e1e l
Padre.
254: La ltntí. ima. Trinidad.-Hablando n rigor, la
personificación ó r pI' s nta ión icono Táfic"t de la Trinidad auaustisima,
d 1 todo imposible, y hay que apelar al simbolismo para s llBibiliz"tl' el mi t río. Por esto,
)-a desde muy antio'uo, se l"epresentó á li1. Sma. Trinidad
por el simbolo de un triángulo que encierra el monograma de Cristo con 1 alpha y omega, como se ve·en algún
relieve hallado en Africa, bien que sean muy raras tales representaciones y no se remonten. más allá del siglo v. Simbolo s de la Trinidad la figura del Bautismo
Elemento de ArqueIJlogíft
cione d 1 Kucimiento de la Adoración de 10- :Jl:1g'u (ti,!!. ~nfl
:
el milagro de la con, l' iún d 1 agua 'n ,ino ti,!!. :!!ll, cl
bautismo á orilla del Jordán, In cura 'iún d l pUl'l1lítico. 111
rE' urreción de Lázaro: n todo
to- eH O· va mezcladu lo
real y lo -imbólico,lme frecuent ltl 'nt e:' ltprin1l'n circulI _
tancia 1'1 tórica para lH1 l' r altar má la id 'H Ó l'1ll1i.'terio allí encerrado. La Re urreción d' J e ueri to se ropre, ellta
en la antio-Ü dad sin la figura del. 'ctlyaelor, pero,.; IHlce notar el sepulcro ,ncío. D de el 'iglo ¡ , mpiezan á el' frc<'uentes las escena de J. . rod nelo ele '.l' Apóstolo .. iendo
muy célebre entre todas la de la
ataculllba ele:' DOlllitila.: en olla e 'Te la figura ele J. ., le a pecto juvenil, 'c'ntado
sobre un trono, á cnyo lados e hallan an Pedro y 'a11 Pahlo
entados también, y los demá Apó toles n pi ¿~l
elerredor
elel divino Mae tro: e trata ele manife tal' en tale pintura y
pó tole .
relieves la mi ión de lo
La Pa ión elp Je ucri to, má bien que repr> ntada, r encuentra imbolizaela en lo primero i¡do, y nun con pal' imonia. El tribunal d Caifá y 1 ele Pilatos 'hal1:mculpidos en algún sarcófago y una sola vez se inelica l pa.o dc
J e ucristo con la Cruz á cuesta', bajo la figurn d ' un homhre
de baja estatura que lleva una cruz, en nn arcÓf go d la
Catacnmbas. En los r lieves d la puerta de ,'anta. 'aIJina n
Roma (siglo V), e repre enta con mucha claridad e te pu o
y á la vez la sentencia d Pilatos contra Jesucrist .
El lavatorio de lo pies y la entrada n Jern -al n 011 a untos que alguna vez se hallan fjo-ul'ados en las Cllta ulllba' en
forma muy sencilla.
256. El Crucifijo.= 1ás tarde qu la l'epr entación
de la Cruz de JesucTisto (n.O 250), s adopt' lct clesu
crucifixión; tanto, que en el siglo IV aun era l'al'i;t la figura del Crucifijo. La primera conocida es un bhtsJ'emo
esgmfito (del italiano g1'affito) (1) q u se trazó en la pared del antiguo palacio de los Césares en Roma) y se
ha descubierto en sus ruinas: contiene una de las más
(1) Se con erva cu el Musco Kircherill.llo de Roma.
Ico//(}lugla
ra calumnia propalada entonce por lo
~ro'
337
n mi-
go del uombr cri tiano. • advi rt n llln 110mbr
('on ·ab za el a no: uj to á Wll.t cruz, ant el cual
adol'Ú,lldol' d bajo de ambo
e lee
<rl'i "'o la far a qu
repre enta: Ale.('ameno adora á 'u Dio . El Cl'llciti l.tdo Yi t pe1'izoma
yel tlibuj n u ti 11
atribuye p l' 1 m nos al siglo Ill. D 1
infi r
iqlli ra por opo ición, que lo
]Jrimiti\'o ti'l \. n 1'ahan lo mi tel'io d la. Pa ión
([r J. C'. v aÜorahit.n ~u imátren
ht clu\1e debieron
!?'LJal'dar á lo m no 1 rivüdam nte.
ha~'
otro
en c¡u'al't
11
pi
l'
tlU~i nt¡
r'pl' . 'ntación cri tiana tl \ la rncifixión
La ~Üm
(' halla -11 uno <1 los r li
. qu' adornallla pu rta de la Ba·
ilica ti anta ~abin<l.
en R Iltit, qu data dl'l -iglo v: en él "
w la Iig-lll'¡\ <l I , alYCHlor ('n mpdio de lo lntlr ne' y en actitud d' orant v in layo'; la cruz mim¡t e tÚ imbolizada,
Illil'" 1 i n que '11 "u forma r al. La mi mil nctitutl prc ntn la
fi¡:-unt el I
Ílor '11 una 1 la fiolr(' Ó Dotellitt1S qu guarda
d Te-oro <1 :\[onzn Italia)
dl'l io-lo Y1.
)Ia la 1 rim 1'l.t forma r¡~tian
ono ida <le cruz con
crucifijo m no iml 6li .t qu la ant riol' s data del
¡"'lo VI'
con rnt en 1 Vaticano. on ist (figura
2!l2) 1l una pI' cio a cruz muy adornü la, en cuyo centro e y el Corel ro con nimbo llev<t1ldo una. rue cita
obre la e palch; 11 lo alto J~ bajo de aqu lla ha'J' ndos medallones 011 1 busto del "eilor tmnbiól1 nimbado (1). Muy lu .go, y en el mi mo iglo, e representó
nJesucristo cl'ucifi ado 11 su fOl'manatma.l, vestido unas
veces con la tÚni a llamada colobiuJn, in ma,ngas, ó con
una simple faja, ülgunas pocas. Desd el siglo IX se generaliza sta pl'iLctica d 1 s 11 cillo pel'izoniwm (ó faja al
(1) Parece que eria co tumbre de la época r presentar de e t
modo la Crucifixión cuando . Paulino dolo. escribia, al comenzar el siO'lo v aquel conocido ver o, entre otro alu ivo: ub
rrllre
.~(lng ti ea
"
,
nivp.o . faf Ch¡'istus in Agno.
23
.
340
Elementos de A"queologfet
Iconologta
tinción en que se la vo figurada, la cát dl'a 6 trono en donde se la coloca (fiO', 2(9) la posición 6 a titud que Il'uarda,
á veces en medio de ,Pedro y ,'an Pablo; 1 traje propio de per onas elevada que á vece usa como e la
dalmática de entonces con bandas d pÚrpura (clavata),
y la repetición frecuentí ima d 1 a unto, nos da,n bastante el conocer que no se trata de una figura decorativa, aomo pretenden los protestante, sino de una idea
que formaba las d licias d 1 pu bIo cristiano y de un
objeto de religioso culto, como sí mpre lo ha, reconocido la Iglesia en su Liturgia,
y no porq?e entonc s no figurt1.s, amo ahora, en los
altares, ni ardiesen lámparas ante dichas efigi ,ni
pendieran ex-votos de Ll par d ,hay del echo á negar
que se les diera culto, 1 ues mejante deducción probaría mucha ignoran ia de lo qu iO'llifica el culto r li"'ioso, el cual varia en u manifestación externa egÚn lo
lugare y tiempo , Ba te saber que las referida imágen s ~e hallan en los itios d miL ven ración~"
en donde no se pintan asuntos decorativo . que ti urn. en lo
.arcosolios (fig, 294:) verdadero altare d la' poca,; que
se le concede los honores de distinción dados á las imágenes de Jesucristo, .r se la asocia al mí tico Pa tor
repetidas veces, y se la rodea ó acomp¿1.iía de lo Apóstoles ó de los más celebrados mártires; pan1. inferir la
veneración que la primitiva Iglesia tributó siempre á la
Virgen Madre, á quien habían de llamar bienaventurada todas las generaciones (Luc., 1,4 ).
Y es de notar, que la piedad cristiana nunca so reCtltó ni anduvo con rodeos cuando se trataba de mllDifos·
tal' sus creencias y su amor respecto de María. Fué con
tiento la mano de los primitivos artistas para representar algunos misterios de J. C., y de ahí los símbolos del
;pez y del pan, que arriba describimos; pero tratándose
de. María la dibujó en u propia forma;y en sus mi terios
má admirable
in velos que pudieran ocultar la intcn~ió
d ~ arti b.1.. - como i trataran lo fiele de pre"e111r o vItal' duda
e encarga, 1 pintor 11 mucho
ca o ~e
xpr sal' lé1. idea con n ria eÍlale y ha ta
con epI "TM
ó 1 tT ro , A í e de"\ robre todo en
l~ dibujo' que pI' entan al tilla ya o d vidrio explicltamcl1t on 1110mbr íntegro: JIARIA 1). En la atn,cum1Ja d Alejnndl'ía de EO'ipto e halló n 1 G:l: tilla
pintura l'epr
ntativ,1. del milagro d las Boda de Ca~á
en la 'unl y á la ,'ma. Virgen ocupando honorífico '~,rltOu
obr su ct1.beza ta palabra: ArIA .MAPIA (. ancta lJIal'ia).
que t1.fi,tdir qu t,~n
e pl'ndido
Atodo lo dicho hn~culto ti. ~Ili l'Í.
anterior al oncilio d Efe o 11 que
e el finió como do 'n1<l d fe la ~I< ternidad diYina de
la ma. Vil'O'en: dato importante contra lo novadore'.
Tan ino'ular y fel'voro a devocién d 1 pueblo Cl'í tia. no para con l\l<tria 1 jo d m nO'u¿u' n la, Igle ia con
~l correr de lo ti mpo I ha ido aumentando i mpre sín
mterrumpir
jamá como lo pru ban lo~
millones de
templo imágen ,obra literaria r a ocÜ1. ion que
e l han d dícado la f tiviclade qu e han instituído )- la mÚltipl advocacione, bajo la cuales s celebra y ncÜtma. La idea de María iluminó e11 todo tiempo In fallta ía de los má célebres artista cri tianos'
las mejores obras o cultóricas y de pintura fruto han ~i
do de e ta inspiración, toda c lestial )" divina.
341
T
,(1) Dichos va. os '0 hallan numeroso en la Catacumba: en va·
e~,
ellos ha," una lal11initu de oro ( obre la cual 'tA el dibujo)
IIpfJ lanada entre la doble placa de vidrio de que con tan lo foudos de lo mi mos: créc e que serviau parn lo ágapr El tipo má
notabl~
e el que repres nta á la Sma, Viro'en de forma juvenil y
en. p'le en t l' los Apó. tal. . Pedro y . Pablo:
b
pertenecen á los
SIglos IlI, IV Y v.
rlO
I
342
Elemento de Arqueologia
258. Imágene de JIaría.-EI tipo más omún de la
imágenes de María en la antigÜedad e el de una Iatrona sentada en su trono, con el.!.Tiño entre su brazo ó
sobre las rodillas, vestida de túnica, manto ó dalmática y velo calzada, yen posición de frente (figura 262
269, 272, etc). Otras veces se pre enta en actitud orante, en pie, sin velo, sin el Juío y con a pecto má juvenil: en estos casos represéntase 1 tipo de T'"i)'gen a í
como en el anterior modelo se revela y manifiesta la
Vi1'gen-1Ylad1'e.
Tipo antiguo y celebrado es el de la Vírgenes llamadade S. LZbcas, el cual se distingue por 1 a pecto alg;o bizantiuo
del rostro y de la actitud' la imagen e de medi o cuerpo y
suele estar seilalada con una eruc cita Ó una strella en la
parte del velo que cae obre la frent , Ó sobre el hombro: el
Niño vuelve algo su cara hacia la radr , apoyado n I brazo
izquierdo. Las figuras de la adjunta lámina l' cuerdan sci de
las principales imáerene de :María atribuídas á . Luca- en
Roma (1), por este orden: en la línea superior, Sta. Mm'in del
(1) Ha ido cuestión muy debatida la del Pintor Lucrrs, al cual
e atTibuye un extTaordinario numero de pintura y aun e ·cultu·
ras en Italia, España, Francia, Alemania y riente. La tradición
y respetable e critore antiguo , de de el iglo VI, afirman que el
pintor fué S. Lucas Evangeli -taj pero en el día on muy pocos lo'
autore criticos que e atreven á o tenerlo, habiendO en cambio
mucho y muy re petable- que niegan rotundamente emejnntc
especie. Se upone que habría en el igolo v, y aca o también en el
Xl y el XIII, algÚn pintor, por nombre Lucas, verdadero autor do
varia imágenes atribuida al Evangeli tao Las notable diferen·
cias de e tilo que se advierten en dichas efig'ies, y la multitud in·
numerable de ella, abonan realmente la conclusión de los modero
nos críticos. Sólo en España se cuentan más de veinte efig'ics de
Maria (y al,g-unos Crucifijos), que se dicen talladas por Nicodemu ,
pintadas por S, Lueas y traidas por 10il Apóstoles. Ning'uua de estas suposiciones puede re istir los reparo de una razonable critica.
En varias igle ias de E paüa hay cuadros de la Virgen á imita·
dón de la cleZ PópoZo} como el que se halla en la igle ia de Tobed,
Iconología
343
PJp"ZIJ fig.205 la dC' ¡ 'fa. ~lIarí
la JJaYIJI' fig;. :196), Sfa.1J.la,'la ill l'NLl/sfel;ere (lig'. 297 1, cada una nu Ba ílica y plaza
del mismo nombre la I ,'ta. Iaria la :\f ayor, n una capilla _
IÍlg;. 29 en la igle ia
En la lín a in! rioL', ¡ 'la. María 21~uot'fI
de :t<l. Fl'IlTIci ca Homana ¡ la. ~lJ(/'í
in na Lafa (fig. 299
t nnml l' en el COI' o ,"f , J.l[or[r¡ nrgo
en la Hn-iliea el
rh'!linll1/t I'f Uaf¡'¡' Olllnilon (fig. 3(0) en la ier] sia el
. Aeru tin. Bien
-ha el ver qu no eruardan uniformidad el
tilo
ne , di ha d
. Lucas, cuyo tip más
la ven rancla - imá~
gl'lluino
hulla n las 1.1\ 2. 1\ Y 4. 11 d la citada. La 6. a e
evi(lPntl'Jl1 nte una opia 1 izantina (v. fier. 27 l' la otras podrían el' lllUY hi n el I igl. xm, y a a o la prim ra ante-
dicha pucli 'rall tambión adjudicar al mi mo igolo . al VI.
En uanto el mi t ri y t1dvocacion el .Mn.ría, consta por t timonio el hi torin.dore y por monumentos
auténti o , qne la imáo'en de la
nuncia ión e remontan al iO'lo ~n
(en un arcb olio de la Catac. de
Pl'i cila)' las d la
unción Ó oronación en el ielo al
iO"lo y ( n la pu rta de ,ta. 'abina en Roma) la de lo
Dolare , ó de )larín. al pi de la ruz (1 alcanzan al iglo VI (pintura n la
atacumba de . Julio en la Vía
on ta que la fie ta
Flaminia, ~T n el Te oro d ~Ionza:
de la .1. J atividael de la 'ma. Yirgen
cel braba en el
siglo VII en Roma' la Purificación n el V' la onc pción, en el mi mo j '10 y ntre lo monj
de
aba
en el VIII n Oriente g·ún 1 M nologio grieero, en el [X
en Occiclent según 1 alendario antjguo napolitano' la
Expectación d 1 Parto
nunciación, en el siglo Vil en
dicen también antiqui imo ó pintado
cerca de Cnlatayud, y
por , Lucasj p 1'0
el ca o qu la mayor Pllrte 011 pintura al
óleo,)' abido
que ha ta 1 ig-lo xv no e conoció e te género de
pintlu'a, El rMerido de Tob d e' un li nzo pilltado al temple.
(1). El tipo d e ta imág-une con iste en la actitud en pi d
la Señora, apoyando ulla d u mejillas con la mano; la orra mano \), á vec las do ) s' levanta '11 alto hacia la cruz. En parecida forma
ve á . Juan Bv. al otrO' lado d 1 Crucifijo.
Elementos
d~
AI'q!tl'uluflía
?'ecida , argumento que no deja el t ncl' 'U fuerza, r
cual haccmos las iguiente adYel'tcn 'ia ,
l.lt
Que no negamo la yeneranchl tn,dieione, , , iuo Ja
autenticidad de la efigie', pUl" con -ta (IU muchas veccs lo
Prelados y lo Párrocos hici ron dapar ·cer ¡]1~UJHl
. im¡i!.:'e·
ne muy 'to cas y las u tituycron por tra - mejorc' culo
siglo XliI y X'I"'I) al perfeccionar el g-u ·to '~,ocit-l
quizá
también con moti,ó de cbapeada ó el coral'ln , ('OIllO .(' ha
dicho arriba.
:l.a. (~u
no éx.cluímo toda XCOPC'JOll, pue' 'in tllldll la
l1a,brá en la' reO'la g u ral ehtua '11 é. to lllunero.
3. n Que much., . veces las tradiciones elc e t, lJ'úm'ro no
tienen más funda m nto que los apócrifo y de acrcditlldo
cronicones, inventados en 1 iglo XVI, titulado dc' JIfllIl,PTto) Liberato, Flavio fJNdro y Julián Pcj¡'ez ju lamcnte condenado por la Acael 'mia ele la lli toria; pUl" hasta que e
publicaron s!'Jmejnnte fal eelade , no meo ionó (' cl'it l' al!.:'uno imágenf' do, '. Lncas en España' 1 ni otr<l mil ca as que
lHm re 'ultado ser cngendro de loca fanta ín, in" l1taclil- en
el iglo xv consignada yaulllcutada '11 el XVI.
. 4. n Que s rá imprudente en multitud ele ('a o hneor ante
1 puello l.lplicación d la regla: antedicha' s hre la Illlti!!üe(1)
'na exc .pción hemo ele hacer en ·t, punto c01\ el Iicnzo
ante' nomhrado de Tobecl (nÚm, 25 , uota) del cual constll por do·
cumento del Rer de Aragón D. Martín, fechado n 1400 ( (. 'r\ln~
da en el Archiyo de Alcalá) que 1.'1 ionlll'('n l'ccihió dicho cuadro
del Rey de Francia (Cario n) como pintura de '. LuctL·, junto con
unos c~bel o
de la Sma. Yirgen, de lo cual hizo donlll'Íón á la
iO'le
ia de Tobed el Rey
D. l\fartfn. El íamo-o cuadro no es olra
t:>
,
cosa, según Lafuente, que una de yarilt· copias, I1landada acarpor
el mencionado Rey de Francia, de otro cuadro que (oJ po'ola como
obra de S. Lucas :" que se d cla haber pertenecido á Sta. Pulquc'
ria, Emperatriz de Oriente. Dc¡;de entonces empezó en· E p/liia In
idea de atribuir á S. Lucas varia' imAgcne de e cultura, idcn que
estamparon y fomentaron de pué los mentiroso cronicolles aducidos. Eutl'e las varias reliquia reUl'lida.s pOI' D. Martín en el Ca tillo de la Aljaferia de Zaragoza ~T repartida. luegoo ft varia iglesias, figura el G(ítiz del Señor de la Catedral de Yalencia (lig. 321).
Ironologla
I
dad d ' In' imAgane , pue no conduciría -ino á illdi pon '1' lo
Únimo, in prov ('ha para la religiosidad de lo' fiel '.
mucbo c-rítico moderno, ele muy ano juicio y
5." l~(
probada ortodoxhl, opinan re ueJtu,lllPI!tP 11 contra de la upUf' !¡l antigÜedad y aut ntic-i<1ad de la imi'tg n " cuando l'
las quil'r ha' l' 1'emontal' á la' épOCll Yisigótica ó apo tólica.
E doetl'ina corrient en el día que bacia 1 siglo x s labraJ'on muc-hns imeig nI' t ca por lo cri tiano de la He.
<'onqui ta y por mozárabe i lIue en lo -iglo XI y XII fué n
aumento In talJ¿, dI' imágCl1t' de María- lue en 'las époc-a de
rie o~ por la ineur -iones de lo moros, y principalmente por
la' de .\lmanzor, '~ ultarí n
dicha imágenes por lo fiele i
que IljlareC'ieron Ó e hallaron dc 'pu" ,y qu mue'has e reeIrrnlll'OIl Ú sustituy 'l' n, com refiere Lafucnte (obra cit.).
260. Los ÁuO' le .-Hasta el siglo IV no se nota especial imbolismo para, la repre entación de los él11gele ,
~' i al<runa V z
hallan n las Catacumba la fiO'ura
de • , Gabri 1 y . Rafael tomando parte n alO'una ecena hi tórica revi ten la forma de personajc~
con túaci~
;otnam'~
n 1 relieve de artago, que repre cnta
a la. Dla. YirO'en con el Jifio, que se atribuye al siglo
1\', e ve un lin erel con alas por vez primera.: asimi mo
aparec n lo ángeles alado en un mOSético del iglo v
en. 'tao l\1c:tria la Ma~'or
de Roma, y más adelante se re.
pre entan los serafines (fig, 262) como los describe
1 aia (Isa. VI, 1), que estaban junto al trono de Dio,
Desde !tI, época románica se ven los ánO'e1es , mayormen~
•. Gabriel y .', Rafael.. en la forma que ahora los
vemos representados, ó en traje de caballeros,
261. Lo Santo .-El culto á lo, Santos en los pri~eros
siglos dc la Iglesia está propádo por mil testimomos de los Padres y por las significativas inscripciones
que se grababan en los sepulcros de los mártires: en
muchas de ellas se declara explícitamente la devoción
que tenian los fieles de encomendarse á las oraciones
T
.
24
Elementos de A1'queologír.t
lOl/ologlal
de los mártire y la grata y reUgiosa memoria, qu o'uardaban de ellos, e11 lo cual consi t ht es n ia el 1 culto.
Lo mismo se demu stra por la inscripci n de lo nombres de los antos en los dipticos (núm. 26'"), r~ por la.
celebración de su fiestas y memoria anuales: de de el
siglo v aelóptase la mism<1 práctica on lo antos Confesores no mártires.
Respecto á la iconoloo'ia dIos anto, poco hay que
estudiar en los primeros siglos de la ¡gle ia por lo e casa que resulta. notaremo varios pormenore de ella
relativamente á algunos, 'antos, dejtwdo los el más pOI'
no a.largar el asunto ni ser difícil su . sLudio.
San José: aunqu,e no en las pintura de la
atu,eum. bas, se le ve representado en ,"'ario arcOfago tlllado
de la Virgen, vistiendo corta túnic'1 á yece también
manto v empuilando encorvado bastón: en el al' ófag(}
de '. Celso en :Milán, aparece con el ha ha en la mano:
y en un mosaico de tao [f-ría la layor 11 ~v ya la vara
florida. Antes del siglo IV tiene el a pecto de un joven:
en adelante, se 1 representa de edad avanzada.
an Ped1'o y San Pablo: no se hallan imá cr nes uras
en los tres primeros siglos, fuera de Roma; pero son
muy frecuentes en monumentos de esta Ciudttd: desde
el siglo IV abundan en qJ.uchos lugar s,
Es célebre el medallón d cobre con los bustos de los
santos Apóstoles Pedro y Pablo en relieve, hallado en
las Cat cumb~s
de Domitila, y que se atribuye á los últimos del siglo I: á su imitación se hicieron otros en
los siglos III y IV. De estos últi,mos son también las figuras sobre vasijas de, yidrio en las CatacUlubas, indicadas en otra parte (núm. 257, nota 2."'); en ellas se va
á J. C, coronando á los dos Apóstoles á sus la.dos. La famosa estatua de bronce, que hoy se admira en S. Pedro
del Vaticano, y qtW representa al Príncipe de los Após-
atril uy al i lo y mandada labrar por, '. León
Las lÜw s, que simbolizan la pote tad uprema,
figuran en la mano d ,". Pedro lo mi mo que el gallo
ti us pie, n e cultura d 1 iglo IV' la
pada en la
mano de ". Pablo no e neu ntra ant d 1 iO'lo x.
Lafed la primitiva Igle iacn 1 Primado (1) de , .Pedro se demu tra por elocuentes y rep fido t timonio
iglo.
y monumentos arqucolóO'icos de lo prim ro
Ademá de inl' rir
ufi ientem nt por lo que llevamos dicho (nÚm 2 ) onmuy xpre iva la fi.o·urasbiblica grn.badas ó pin tadas 11 sal'cófa o muros y , idrios
de la ataeumba 101' la cual s r pI' sénta e al Príncip el lo Apóstol
ual otro 1\10," é d la I~ey
.rTu va
(núm 2 ) golp ando la mí ti el, ro a de Horeb y omo
Pe C<.l.dol' n 1 río 1 la racia que brota de ah~id
piedra, y como Mini tro d lo 'acl'<lmen o bautizando
con la mi ma aO'ua y como acerdot qu con ao"l'a la
Eucari tía, imbolizada n el pan y 11 el pez 01 re lo
cuale extí nd u mano: que todo e to e cont mpla en
lo fre co de la llamada Cáma¡'a de los aCl'amentos
de cubicTta r ci ntement en la
ataeumbas d
'a~
Calixto y xplicada por De Ros i. Junto con dichas
pinturas, cuyo principal ujeto par e el' el mencionado. Apóstol, ya qu d p nden toda las figuras de la
prImera, que vid ntemente le repre enta
halla el
Bn.nquete Euearí tico figurado en otro cuadro (fi o'. 2 7)
IV ,
Yque terminet la id a. En un' sarcófago del siO'lo
5
354
,
v
.:>55
tole,
)[[\,0'110.
(1) De pu 's el
. Cipriano, no habrá otro Padre d lo
cuatro primeros iglo que tan locuentemellt haya hablado de
la Cátedra ó Primado de . Pedro como nne tro admirable Prude.neio, el cual se expresa el
te modo en n hiu11Io iL • Lorenzo:
N¡e nempe jam 1'egnant ~¡/l"7otspA-ud
Pl'incipes-Alte¡' voealar gentium-Alte1' Cathed1'am possidens-P"Únam 1'ecludit cred i1~. - d et 1'nita s
jamtas. Yel himno de . Hipólito: Una fideo
,~l(e I"
quam Paulus l' linet qltamque Catheclra Petri, en donde
se ID lDúa la. infabilldad pontificia.
356
Elementos de Arqueologíc¿
que e guarda en el )Iuseo de Letráll y e halló en In
de . Pablo extramu1'os, s
e ntr otra figuras l1.l, de . Pedro con la Vtl,r¡;t de autoridad eh u
mano: del mi mo t nor podrían cihU'se monumento
grandemente significativos de la verdad mencionada.
y no vale la objección de que no iempre se coloca. an
Pedro ti. la derecha de Je ucristo, ino que á v e e
halla •. Pablo; pues si ¡:t!O'Llll,l, fuerza tuvler1.l" probaría
que Je ucristo es inferior á •. Pablo y la m¡;l,. '\ ircrcn
lo es tí 'tao Inés, ya que también se han hall,Ldo respectivamente á su izquierda, fo:'mand~
0'~1 0.
Apóstoles y Profetas: no tuvIeron mdIvld u~l
r presentación iconológica, fuera de . Pedro y • . Pablo,
hasta la época ojival pu s antes de lla aparec ~ uniformemente vestidos con túni ca y manto, empllnando
un rollo ó un libro; lo mismo sucede con los Profetas~'
Escritores. En la iconografía románica se encu ntran
unos y otros con el rollo de pI gado ó el !ibro a~icrto,
lle" ando en él inscrita alguna sent nC1a propIa del
Santo de quien se trate ó el nombr del mismo: tm.nbién
se distinguen por el aspecto más ó menos val'oml ~el
rostro . .Á. los Evangelistas se los representa, adernas,
con los símbolos propios de ellos, que son los cuatro
misteriosos animales que describen Ecequiel ((;,l,P. I) .~
San Juan (Apoc., IV, 6), la cual representación sim~ólI
ca data del siglo v y es común en los antiguos mosaICOS.
Desde el siglo XIII acampanan tí las imágenes de 105
Apóstoles los instrumentos de su martirio, y á la de S,
Juan una copa con la serpiente que sale de ella, . .
Los demás Santos: en la época románica es difíCIl dlS'
tinguirlos si no llevan inscripción, ya que son raros
los atributos singulares; desde el siglo XIII basta conocer su vida para acertar con la significación de los
atributos que ordinariamente les acompañan (n.o 253).
,lt;(i ís,l~B
SECCIÓ
ARTE
TER ERA
• U TU RIA.
262. Objeto de e 'ta, cción.-Lo monumentos que
on producto d las A"tes sl¿nfllarias (nÚm. 2 ) con tituyen un objeto mu~r
principttl d la rqueología bien
que subordinado al a unto de la pre d ntes 'ecciones.
o entra en nuestro plan hablar aquí de todas las referida art ,silla tan sólo de lo' ,¡ue ofrece ma~-or
interé para la cla e á la cual va diriO"ida sta obm.
Para qu m jor e apr cie d sde el punto d Yi ta reliO'io o toda la id a d 1 plan que d ,urollamo en e ta
eO'unda Parte, advi rta e que en la primen-¡, 'ección
hemo hablado pI' fer ntement delluga¡' n donde se
da culto al eÍlor qu es el t mplo: en la eg-unda, de la
repre entación . simboli mo de la personas, á las euates se da culto (por lo menos en lo prin ipal el 1tratado),
yen esta ección Terce1'a nos toca hablar de las ca a ó
medios con los uales se tributa al 'eilor el culto.
y como estos m dios ó instrumentos del culto reliO'ioso pueden ser de do clase, unos que van adherido , á
manera de ornato, á 1<1, P rsona del ministro, y otros que
son utensilios de los cuales él se sirve en su ministerio,
de aquí la división que hacemos en dos capítulos de toda
la materia que abraza la Sección presente. En uno de
ellostrátase de la vestimenta con el titulo de Indttntentaria, y en otro, de los utensilios, bajo el epígrafe de Mobilial'io, empezando por este segundo, más impoTtante.
I
¡:)(j~
Elementos de Arqueologi"
on rarí iUlO' lo altare ai lado fu ra de lo' m n ¡onado
arriba de la Basílicas de Roma.
Aunque por lo regular n las ba ílieas primems no e.·¡ tía
·ma de uu altar, no faltan ejemplo de hab r erigido vnrio'
en lUla mi 'ma iglesia de d la' atacumbas' en el iglo n 'c
xtendió má la
il.:lmentó el número de 110 , yen el XIV
práctica en Occidente (núm. 173), quedándose en Ori nte la
co tumbre antigua.
Con los altare !ruurdan estr ella r lación lo 1'etublus, cu,
yo' pI' cedentes e hallan n lo dípticos.
265. Díptico,.- on lo clílJtico' una placa de
marfil, madera ó metal, unidas de modo que pued.m pI .
garse, á manera de tapas d un libro por medio de charnelas: si constan de tres hojas ó láminas r ciben el
nombre de' tl'ipticos, y si tien n má polípticos. Eran de
uso común entre los romanos, sirviendo amo libros de
notas, ~' con tituían articulos de lujo para n: eralos
cuando las placas eran de marfil y 11 vaban n u parte
exterior hermosos relieves. Desde el II sierlo, por lo ruenos con ta que empleó la Iglesia objetos cmcjatlte
llamado dípticos eclesiásticos, ya tomándolos de los llue
estaban en el u o común, ya labránclolos cxprofc o y
con tipo verdaderamente cristiano: n 110s se escribían gráficamente ó sobre pergaminos que se pegaban
interiormente en los mismos, los nombres que habían de
tenerse presentes en el santo 'acrificio. Unos dípticos
llevaban los nombres de los difuntos en una lámina )'
de los vivos en otra: había dípticos para los nombres
del Papa, Obispos y Magistrados protectores; otro', pa'
ra los mártires y demás bienaventurados; algunos contenían las listas de los ,catecúmenos (1). Fácil es reco·
(1) En aquella época se tenia por una especie de excomunión
~ el ser borrado de los dípticos el nombre de alguna persona, .10
cual daba orig~n
á eria cuestiones, següll l'elieren los lJi tona'
dores eclesiásticos, en donde pueden Yerse.
¡lio bilim'io
363
nacer en losc.liptico lorigen d lo l\Iementos del anon
de la llIi a pues la identidad d obj to e manifie tao
Hacia, el sierlo IX de aparecíó el u o de lo díptico ó
fu' rarísimo par¡,¡, la r f ridas conmemoracione en la
:Mi a: p ro continuaron como objeto de piedad y devo~
cíón, Durante la época ojival e tuvieron muy en bog[),
esto objetos pi[),do o , haci 'ndo e en ellos notable la~
bol' s d r li v 6 d pintura con repre entacione de
lo mist rios d la Religión y aclornos propios del e ilo
elc l[), época: servían para avivar la. devoción de los ·celebrantes en la mi a ó de lo fieles en su c.1.sas (figura
311)' de ello se originaron lo~
r tablos.
266. Retablos. - El
nombre d retablo, qu
viene d "etl'o tábIda,
denota 1 conjunlo de
Í<lbla é imáO' n
010'
cadas detrá d 1 altar.
frente al pu blo p'lra
avivar la fe, mov r la
piedadyex itar In, atención religiosa de lo fieFio'. ; !l.-Tríptico italiano del
les. HacÍ/1. 1 iglo _'1
¡glo Xl1l (DI Ag-incourt).
'comenzó la prMtica de poner sobre lo altares dípticos
piadosos á una con la cruz y r liquias de los antos'
aumentándo e con tantement las dimensiones de los
dípticos, llegaron á convertirse en ret[),blos 'fijos hacia
el siglo XII: eran de metal precioso, con engastes de pedrerín ó con esmaltes, y de poca altura, semejando galerias románicas con una imagen de relieve en cada una
de las arcaditas, Por demás s advertir que, al celebrar
la 1Ifisa ante un retablo, el Sacerdote no estaba de cara
al pueblo, pues ya desde el siglo IX comenzó á perderse
esta costumbre de las basílicas (nÚm, 26-1).
36 '
Elemento de Al'qlteOZogla
1Jlobilia I'io
'-'-""'--"-,
altar, ó bien se apoyaba obre 1 mi mo en l.teto de la
celebración de la Misa' má ad lante. e lle<ró ú. poner
detrás del retablo, por fin, de de el iglo x
fué geralizando la práctica de situar los taberniClllo en el
centro y parte inferior d 1r tablo(fig, 3H), 'omo wa.
268. (;redeneia .-A ce orio d 1altar on la creo
dencias destinada á O'uardar junto al mi roo lo objeto.
que han de ervir en 1. En la
atacumba
notan
vestigios de credencias' en las basílicas romanas 0"1I:11'dlibanse los objetos e~la
piezas ó acri tía próxima al
presbiterio' en la épO-ca románi a fueron ra.r1 imtl: las
sacristias en éstasr 'iones y suplían e con arclI,s y mcho
ó armarios que se situaban en las paredes de la ig-losh\,
próximas al ábside, ó donde s nece itaban, haciendo
oficio de credenciás. La con tl'ucción de vcrclil.dora acristias, en nuestra igle ias d E pafia, empi za. on la
época ojival y ~e hace comÚn de de ~ siglo ~ IV. La
credencias en forma de nichos ó arma.nos pOl1Hl.n e en
el lado de la Epistola y se decoraban segÚn el e tilo de
la poca.
....
269. Pila,' ";:":En el género de pilas entran
principales lfl:s bazttismales, las de agua bendita
piscinas.
Las pila8 ba,utisrnales datan de las Cata 'umbas: en
aquella época eran de forma rectangular
estab'-l.n
hundidas en el terreno, saliendo Únicamente los bordes
encima del plano, á fin de representar m jor el sepulcro
de Jesucristo, segÚn la expresión de . 'Pablo: (Consepulti enim 8umus cum illo per baptismum (Ro~.,
VI, ~).
Todavía se conserva ~n las Catacumbas de :::l, PonCHl.no uno de las baptisterios, en el cual se ve una hermo·
sa cruz pintada, cuyo pie llega hasta el interior de
la pila, denotando que por virtud de la Santa Cruz
tienen las agua!? bautismales la facultad de regenerar
T
369
al hombr.
dicha pilas iba el agua corriente por
conducto
ubterráneo, i mpre que era po ible ~
dond no, e con rvaba en pozos. En los baptisterios
. con truido al aire libre d sd la paz de onstantino,
e ob or.a la mi ma ostumbr de pila grand s y hundida, uadnlda, poliO'onal S ó circulare, con agua
corrient r abundante. omo hast'l el siglo XIV estu o
en u o 1 bauti mo PO?' inrne?' ión la pilas necesariament d 1)ían r grandes, á man ra de cubeta; desde
aqu 1 iglo
g n rt'tlizó la forma d bautismo PO?' infu ión di lUillUY ndose el tamailo de las pilas, como er¡,l.
con igui nt, dividi .ndose en do compartimientos,
de lo ual s s rvÍ<.l. 1 uno como d pó ito y el otro para
recoO' l' 1 .tO'ua qu c¡,lía del b<.llltizado.
La forma de las pila bauti males re ultan muy variada . para conoc l' u a.ntigüedad, hay que atender
más á u tamailo á 10 adorno que las embellecen,
propio d 1 estilo y poca de su construcción (figs, 316,
31i,31 ) qu .], u forma "'en ra1. pue no deja de ser varia
en toda, época: tambi n son muy v¡'l.l'ias las cubiertas de
T
Fig. 316. - Pila baúti mal
románicl\. (Musp,o d'
Bru. ('la ).
Fig.317.-Pila bnuti mal gótica,
ig'lo XIV.
las pilas; se distinguen mucho las del sigloxv'por suelevación y forma de cimboriosótorres. La situación de las
fuentes bautismales era siempre en el centro del edifi25
__-=--
de Á1'queologia
, : = - Elementos
=~
370
_~
tratándose de baptisterios (fig. 164:), ó en el nál't~ex,
trata de algunas basílicas .antiguas, ó e~ la prImera capilla entrando, si las iglesIas son po terlOres, como
sucede ahora.
'0
~: s~
Fig. 318.-PHa bautismal mudéjar, siglo
xv (1).
Fig. 319.-Acetrc d
mármol en . Ambrosio de :Mihi.n, . x.
En muchas ialesias del O1"te de Espafta e con s rvan to~a
"O
• 1"
en algunas aun eXls
vía las fuentes bautismales del SlO' o XI, y dó d fi itivamente
ten del x ó del IX siglo, en el cual se roan
en.
lPapa L eón IV que en todas las parroquias hubIera fuenpor e
"
h d d
1 jO'lo VI
lO
tes bautismales, como ya las teman muc as es
(núm. 118).
" O'raves arLas pilas de agua bendita se remontan, se~un.
01' taqueólogos, á lo primitivos tiempos de la IgleSIa; ó~:
~e bales pilas se juzO'an algunos vasos ó pequeftos depC
bas
ITa cocido y d: mármol que se hallan en las
at cumba. f~
. t aque
ya entonces s'las tal
,..
siendo, por otra parte, cosa Cler
uso del a. ~
bendita. La forma y sltuaCló.n de las pI ez6 en
como a.hora las vemos á la entrada de las 19lesia Ó1~ p
s del
.
.
o no se hizo muy general hasta
lmo
el SIglo XII, per
á1
"las bautismales, aunque
XIV' son pareCldas en la forma
as pI
.
rn. el
.
'dad Y fondo Los acetres ó caldel'lUas pa •
'.
cree debieron
de menor capaCl
agua bendita se hallan desde el slg~
x, y se e hacia uso del
existir en siglos anteriores, por lo mIsmo que s
.
fué
bautizado
ella
(1) Consérvase en Alcalá de Henares, y en
él inmortal Cervanteil.
J[obilia/'io
371
ll,,"'Ua lustral' por sus adorno é inscripcionl' puede 1'3. tre8ol's
la antigüedad que las di tingue. En la época románica sirv ~
de aspersorio alguna ramita. veO'etal; lueO'o de pués, introdújo e la forma de pincele ,qu ha durado ha t80 nuestro día .
La piscina ó sumidero , para vert r 1 agua de las ablucione saQTadas, comienzan de un modo e table n el siglo IX,
en que fueron mandadas por León IV;
pu i ron junto á las
credencia ó d bajo d ellas, y e adornaron igualmente: allí
e depo itaba el agua que había servido para la locione de
lo va o y lienzos sagrados y las ablucione d 1 Sacerdote
d pué d la Comunión n la Mi a, pues el u o actual de
UlUir é tas el e lebrante no empezó basta el siglo xU; desde el
iglo XVI desaparecen las pi cinas de la igl sias y se trasladan á la acri tía. También son verdaderas piscinas, en otr()
'entido, la pilas y fuent que buba para uso común en el
atrio de alguna ba ílicas y en la más pl'incipRle igle ias.
románicas' asimi 1110, lo d pósito de Raua n alO'una dependencia de la iO'lesia en la Edad Media, que e destinaban
para locione
abu('Íon litúraicas d lo clérigos y catecúmeno. Aunqu en E pai\a no on conocida esta última piscinas, consta u exi tencia en Italia, Francia y Oriente.
270. Cátedra .-Pertenecen al O' nero de cáted"ag
todos los sillones qu tienen un oficio litúrgico, y principalmente las cátedra episcopales. Exi ten r a en las.
Catacumba, y se en uentran en el testero de los cubiculum, talladas en la illisrr:a roca (fig. 152, f): tienen la.
forma de sillón de brazos con retipaldo (fig. 151). En la
basílicas primeras y durante la época románica estuy(}
la cátedra en el fondo del ábside ó de la capilla mayol'
(fig. 153, G), levantada sobre el sucIo con gradas r ostentando rica ornamentación, formada de relieves é in.
orustaciones de marfil cuando la silla eru de madera, ~
de solos relievos cuando era de mármol (fig, 320). Entrada ya la época ojival, la cátedra de¡ Obispo se traslada con el coro al medio de la iglesia (núm. 173.), aunqUe no faltan ejemplos de hallarse también dicha
37
Elementos de A"queología
lIfobilirr no
::ronse recipientes metálicos en forma de cajt Ó pix.~
y
{je copa ó cibo1'ium. El tipo más común y má anti uo
de la primera es la paloma eucari tica (fiO'. 326) de oro,
plata ó cobre dorado, que á ve es su pendia e d'l baldaquino sobre el altar' también se usaron desde 1 siglo
-v al x unas cajitas cilíndricas de marfil ó d metal lla·
madas tU1'¡'eSj las columbas llegaron hasta bien entrado
el período ojival. En Espafia fué muy comÚn en la épo-ea románica la píxide cilíndrica de cubierta cónica hecha de cobre dorado y esmaltado, á lt1. cual se atiadió
por fin un pie ó montante, constituyéndose de este modo el copón ó custodia (fig. 327) que frecuentemente
presenta la forma globosa: continuaron asi las do formas durante el período ojival, con más ó menos an"'ulo·
'sidades y adornos del ~stilo,
y de la mi ma suerte°con_
-tinúan en la época moderna aunque más en forma de
globo y con adornos del Renacimiento: las caja::; u an
actualmente para llevar el Viático, y los copones para
distribuir la Comunión á los fieles.
Los vi1'iles ú ostensorios para la exposición del, 'antj·
simo Sacramento no empiezan ha ta después de in tituída la fiesta del C01']JUS, ni se fija su forma hasta el
'siglo xv bien adelantado; en el XlV se emplearon imá$enes, cruces, copones y otros objetos con el expresado
fin, acomodándolos de diversas maneras á su nuevo destino, sin quedar siempre visible la agrada Hostia; desde mediados del siglo xv tomó la forma de torre ó de
templete ojival, erizado de pináculos y sostenido por
elegante píe y artística base; en la época del Renacimiento se construyeron asimismo en forma de eemplete
romano, y desde últimos del siglo XVI comienzan las que
hoy se usan, á modo de sol radiante. En Espafia se esta'b1eció á mediados del siglo xv la costumbre de llevar en
-:ricas andas la custodia ú ostensorio en la procesión del
.corpus, cuando es de grandes dimensiones,
on célebr s las cu todias ú ostensorio ojivale de Gerona,
Barcelona, Córcloba, L ón, Toledo (1), etc., con los del Renacimiento de Teruel, evilla, Valladolid y otra . La de Barcelona e lleva n anda obre el bellísimo trono del Rey don
Martin.
379
273. Ánfora .-Además de los referidos, hay otros
vasos, que más bien pertenecen al género de ánfol'as,
usadas en 1 culto divino desde tiempos remotos, y principalmente las crisme1'as y vinajeras.
Las c"ismeras son va o cilíndrico de metal con tapa, destinados á guardar los antos Óleos; cuando son grande á
modo de jarras, como los que se u an en las Catedrales, se
conocen má con el nombre de ánforas. Por documentos histórico se prueba ht existencia d semejantes utensilios en E pall.a desde los primero iO'10 de la Reconquista; pero no
constan auténticos ejemplares anterior s á la época ojival: ya
en ésta fué ca tnmbre guardar la anforita dentro de otra
eaja, que se adornaba conforme al e tilo corriente.
Las vinaje¡'as actuales han reemplazado á las antiguas
ánforas que con el nombre de hama ó ámula servían pa-
ra recibir 'r llevar á los cálices el vino que los fieles
ofrecían n la lisa. Con frecuencia eran hermosas jarras de metal, ricamente decoradas (fig. 291); otras eran
de vidrio ó de barro (fig. 343): la forma reducida de las
vinajeras actuales data, por lo menos, del siglo XIII.
Para. verter en el ca.liz el vino que se ha de consagrar, usóse durante la Eda.d Media en varias iglesias
una cucharilla, la cual ahora sirve en las Misas del Papa yen las iglesias de España, únicamente para mezclar el agua con el vino del cáliz; costumbre que ya se
hallaba en el siglo XIV, En el rito griego ú oriental se
viene usando la cu hari~la
litúrgica para administrar á
los fieles la Hostia consagrada, humedecida con Sanguis,
(1) Esta custodio. e halla decorad&, entre otros adornoi, con
260 estatuitas de diferentes tamaños, y mide 2,56 metros.
3O
Elementos de A1'<pteologia
atribuyéndo e el origen á . Juan rís tomo. En la,
Igle ia de Occidente nunca e tuvo en uso
mejante
práctica, pero si la de unos tubito metálico llamado
cálamus, phístula) iphon con lo cuales e participaba
del cáliz consagrado, por más que e iO'nol' la fech¡t
preci a de este uso: cr' e e por lo meno d 1 sio-Io III
continuándose hasta qu de apa,l'eció el rito d 1<.1. 'omunión en ambas especie . Consta) in mbargo, ([\le ni cm
unifol'me la práctica, ni ll1 omLmión se admiui traba,.
siempre bajo la especie de vino, si ndo aUll más frecu n.
te la de una ola 'especie en la Iglesias de rito lc1.tino.
on lo 'objetos de est grupo
relacionan e tI' ham nt
las bandeja, alvilla ó platillo y muel le' s m jant/J , usados en la iglesia para recibir 1 ofertorio del pueblo y l' core~
la limosnas de lo fi le . Los hay de madera, de cerámica barnizada ó esmaltada v de m tal' no son raro lo que e
baIlan del siglo XVI y aun del xv, apropiándo
al ca o al~u
nas pieza que antes babían l'vido como platillo de lámpa·
ra (núm. 277). Varia de esta va ijas' on muy apr ciada
por su embutidos y demá la1)or s, mayorment la de ccrániica barnizada, cuando ostentan hermosos refiejo lUl'ttílico (1).
(1) A e ta cla e de vajilla e la conoce con el nombre d' ('ercj·
mica morisca ó hispano-rnol'isca, por má que no i 'lUpl'e eran
moros su fabricante. En lo iglo. XIV y xv hubo en diferentes
punto de la PeDin ula notable alfa..!' ría lnudéjal'e', cUYo'
producto e di tinguen por la ornamentación ojivo-árabe que
llevan, realzada con figuras de Iones rampante, antílopc, escudo de armas é in cripciones gótica; mu ha tienen hermoso
vidriado con metálico r aún dorados reflejo
obra fondo azul:
en vario objeto c notan ele reliev lo adornos. La ccr{lmic&
propiamente 11W?'isca e autel'ioi·.r co Mnea de la prec deute; su
procedencia es árabe ó de pai e Doreconquistados; 'u adomo: son
menudo mabe cos, junto con reptile ,ave y antilopc'; lo. roflejo metálico' se de tacan de fondo rojo. De de el siglo XVI huho
en España mucha fábrica de loza con imitaciouc de la, ante-
Mobiliario
: 1
274:. Obj too de adoración.-Formando grupo di tinto se hallan los objetos destinado á la adoración ó
que pued n el' cl'uces reliveneración· d lo flele
cal'io y p01'tapaces. De lns c/'uces h mo visto lo qu
recpe ta á su forma imbolismo é imag n del ru Hijo
que 1 a ompaúa (núm. 2:-0 y 256)' re ta con ignar lo
que e l' fi re tí. u de tino y cualidad de muebl sagrado. Bajo e te conc pto
dividen las ruc s nlJ1'ocesionale y ele aUm') á las cual s pueden añadir las C¡'uce
monnmentale d qu hablamos en otro lugar (número
177), la cru e pat¡'iaJ'cales) las cruc s pectol'ale$ y las
cruces votivas fJ.u después veremos.
La C¡'1¿CeS procesionales debieron estar muy en uso ya
en el si 0'10' IV, gún s infiere del insio'u Prudencio en
u' verso 'contra. ímaco: se adornaban con riqueza,
e colocaban obr una espiga ó a ta presidiendo en
la funcione r ligio as, y á vece e llevaban simplement en la mano. La mi ma cruz ervía para el altar,
pue 1 cru íf ro ituába e con lla junto <tI ara, cuando se ofrecia el anto, 'a rificio. Tanto dumnte la época
románica como en la ojival, servía con fr cuencia la
mi ma cruz para ambos fine ,aunque e fijara n el altar ó sobr el retablo cuando conY nia, Antes del siglo
YllI no e ¿"po, aba la ruz sobre el altar sino que pendía sobre 1 mismo, costumbre que siguió hasta el sio-Io
XI; desd el siglo.' todas llevan regularmente pintada
Ó en escultum la imagen del Crucificado. Las cruces
T
J
rior ,r ha ta s hicieron retablos de estilo italiano á imitación
de la admirable obra de cerámica de Lucca della Robbia,
No hay Mu eo arqueológicQ de importancia en España que no
reÚna buena colección de estos objetos} al lado de cuTio os ejernpla.re del famoso balTO sagttntino Ó cerámi a romll:no-,hispana de
Color l'OjO uniforme y de superficie lustrosa: suelen éstos llevar
'diferentes relieve de animale y follaje} y pertenecen, por supuesto, á la época de la dominación romana, '
3 H
Elementos de Al'qtteologfa
en las iglesias y museos acaso no se remonten más allá
del siglo XlI.
,te di tinguell los tre estilo en los incensario de
este modo: los románicos on alobosos y con calados má
ó menos circulares (fig. 333)' los ojivales llevan torrecilhlls y castillos en la tapadera, ó e halla é ta perforada
con calados góticos (fig. 334:); los del Renacim,iento tienen ornamentación propia de su época: los primeros
datan de los siglos XII y XIII; los seo'undos llegklln hasta
el xVI.inclusive, y los últimos son los ordinarios desde
el sio'lo XVII. Ha.y, también, incensarios de grnndes dimensiones con susp nsorio fijo para. ser movidos con
aparato, como el de la C<1.tedral de tantiago.
Con el incensario va 1<1. aCe1'1'a Ó naveta pt1.ra conteo
ner el incienso, 1<1. cual es una Ce ja, omunment en forma de nave, con adorno propios del estilo del incensario.
277. Objeto para iluminación.-Para iluminar el
interior de h1.s iglesias, homar á la vez los actos del
culto y avivar la devoción de los fieles, adoptó la Iglesia desde los primeros siglos el uso de lámpara. ,. cande-
Fi&,. s~tnhcyL-.53
ete cobre.
Fig.336.-Lucerna
vista de frente.
le¡'os y co?'onas luminosas, que son los tres tipos de los
aparatos de iluminación, empleados en las funciones
religiosas, Las lámpa1'as, ó sencillos vasos con aceite,
.JlobiliorÚ¡
3 U
fucron el prim r i t ma de iluminación en las Catacumbas: si stÚn cerrada dejando abel'turns para la
mecha y para verter aceite, e llaman luce¡'nas, que
pueden el' d metal (fi a . 33-) ó de barro (fig. 336)' también f\ dicen lychnus, ~T ll<Í.man e bilychnns Ó polychnus
egún 1 nÚm ro d puntas Ó meeh ro [ue teno-a. Las
roá elegaut
u 1 n lener una a a con algÚn ímbolo,
como 1 nfonoO'rama de ri. to (fio'. 335, A) y orificio
pam u p lid rln (ibid.), constituy ndo lámpara pensil.
E ásombrosa la multitud el lucernas qu se hallan n
la Catacumb.l., 11 donde
usaban tambi 11 para honmI' la memoria el los difunto J hnci .ndolas arder a!1tc
u sel ulcro.
L, lámpara n forma d vaso abierto y uspendido
por tr c.l.d na
on alvilla 6 l' c ptáculo inf rior para mayor limpieza,
o' n ratizaron de de 1 'iO'lo II,
y han atray ado todo los periodo hasta nu tros día :
de de la 'loca d 1 R nacimiento ha tomado o-rande
propor ion
dicho platillo, ha ta onyertirse en una
especie d cald rilla ou ext riore adornos.
Lo candele¡'o que a. esta.ban n u o ntre los romano y cu'o de tino es ost nel' vela ó cirios, e emplearon iempre en 1<1. Io-lesia de d las Catacumba.
Las sale~\
fueron d cera, sio'uiendo la costumbre de los
hebreo que asi 1<1. habían u ado. Lo candelero de altar, 6 par<t colo arlo obre el mi mo, no se hallan en la
Igle ia latina hasta el sierlo x; todavia no ha llegado el
uso á la Iglesia griega, n la cual, los ministros del altar sostienen 1<1. vel:1s con sus mano ó las apoyan sobre pedestales junto al ara. Las formas de los candeleros han variado conforme á los estilos que han ido sucediéndose: á veces se han hecho de muy grandes
dimensiones para colocarlos junto á los altares, ó con
varios brazos y con distintos mecheros á modo dc coro-
392
Elemellto de .L:Í1'queología
toral y anillo. Dejando est Último para otro luo'ar, ano.
ternos aquí algo de los Iri111 ro .
El báculo episcopal provien del ba tón qu de de
muy antiguo se con iderab,t amo di tíntivo de autoridad' primitivamente m l' cto como lo es aún n la
Iglesia griega; pero
termina Oll1unment de el el
siglo Vl n llna pieza, á modo el Tú n L1n~t
bola; ele de
el si lo x empieza á. encorntrs püra lo Obi pos d 1
rito latino (fiO'. 317); se compli a má 1 cayado conforme se adelanta en la época 1'01l1ÚniCll , , toma, tio-l1'
o
r¡;¡,s ó motivos ojiyales e tanda n pleno período ojÍ\Tal.
Los ha de madera, d hierro (fig. 3 O) T~ d
obr esmaltado (fig. 3±O), de plata, de marfil t . , 'on caso.
lo modelos que. se hallan el di ha épo It ¡¡,nt riore.
al siglo xn; lo del Renacimi nto no son dificil d ditinguir por su traza ó u adorno propio del tilo.
Báculo ccmto¡'al e llama 11 alg'unn' ig] iR:; 1hu túnll1l'g'0
de madera con reve timiento el pInta qu 11 va .] Chllntre comorecuerdqde u diguidad la cual 1110 antiguo 1 daha pre j_
dencia . ohre el cuerpo de cautore" c(dro. e die n uno hatone emejante, terminado' en piña ó maza que cmpuíian
los capero en el coro de nu tra. Oatedrale n los oficios
olemne J y bordones se llaman los c t¡·o que lkvan los c~('¡il
tares de procesiones. Por )0 meno datan del jo-l0 Xl los 1'0ferido báculó, aunque entonee eran más ~Ol'to
y má
precioso que en la !ctualidad: Jos c tro y bordone son d
la época ojival.
La C1'UZ patriarcal ó ürzobispal es una insignia propin.
de los ArzobiSPQs, los cual.es ti nen privilegio de llevarla ante si en ocasiones solemlles; la C1'UZ pectoral, ó
simplemente dicha el pecto1'al, es insignia'común á todos
los Obispos y recuerda el Racional del Sumo Sacerdote
de la Ley antigua: de una y otra hemos dicho lo sufi··
ciente en el número 274.
L~s
bandm'as y gonfalones ó estanda1,tes pueden con·
T
.
393
Jlob ili rr rio
---------------:...._- - - - -
I
tal'
crtl~
In. in io-nias ecle iá ti a , 'Y de ello exi ten
mCl!lorias pertene i nte al siglo XII' desde el iglo XYI
e hici ron mÚ propias d las cofradia , como e tá hoy
en u o.
279. Libro litúrgico ,-De d lo primeros tiempo
de la lo'] ia tuvi ron e en grande ~ tim .~
los libro que
irven para, la. fun ione ao-ntda llamados, por lo
mismo, lit/Í,1'gico8 T
adornaron con primor; mas cuando lo ti 1 gozaron de libertad, se mpleó todo el ingenio tl lo arti ta y lo má precio o de la joya en
adornar por d ntro
por fuera. lo libro en donde e
('ontenía la pa.lnbl'i.t de Dio, tÍ la cual e l¡t v neraba
tanto como al mi mo J ucri too Pre indi nclo de las
miniatura on que má al lante
ilu traron lo códi('es agracIo
tuvo n u o de d l~ paz de Oon tantino adornar ri 'am nt la cajas
tapa qu
ontenian
dicho volúm n
rvían para e to placa de marfil
con reli ve ,lámina el plata d oro con enga te d
piedra pI' cio as' miL adelante fina labore repujada y á cinc 1: d toda la
nal
no dan testunorno
fehacient lo d um nto de la hi toria.
La enum ra ión Td cl'ip ión dIos diver o libros
litúro'ico u ados n lo antio'uo por la IO'lesia, erá objeto el • otro HÚmero en el cap. el la P 1 agrafia,
ccitt 11 como hj te antigu s y precio e d
t género
una placa d oro y p dI' .ría conservadas n el tesoro de
~[ouzn,
n Italia, que P<'l't necen al iglo VII; un mi al con
lámina el ' marli.l en u tapas, que guardtt la hiblioteca Barberini en Roma y p rt n i6 en 1 ig-lo VII á la iglesia de Jflorencia; una placa de marfil bizantina del iglo XI, qne posee
el Mu ea Episcopal d Vicb, y va.rias otras láminas en los
Museos principales: de la época del RenR.cimiento abundan
más estos objetos en uu strus iglesias.
280, Campanll,s.-Consta la existencia de las campanas en los pueblos antiguos, sobre todo egipcios, he•
I
•
Elemento c/e .tll·qucúluflia
breo y romano : pero como nI ti mpo de. el' , dopti\<la'
por la 10'le ia e tu,o muy n boga el bron
el la ampania, ces ~n1u aJ]m c
-~
n dicha región hoy Tie"¡'a de
Labol'J parece que t0J1111rOn la forma qu aun hoy tic·
nen de allí pro iDO el nombre de campana que 11 :Y<ln.
on ta a imi mo qu 11 1 iglo VI
e taban ya en u.~opar
'om-oc¡11' ¡Ho'
fiele, egÚn e dijo arriba (nÚmero
131). ullque han t nido ,ariada forma , preyal ci ron la
mi f ;ric'a
y elip oidal
n la época rOJ1lÚniea
(fig. 3-:1:J); d ~pués
del iO'lo XII tomaron forma parecidas á la a tunlc ,
J siempr llevan inscrip iones, má
Fig. 241.-Campa- Ó m no alu iva al obj to Ú que e
na románica.
ele tinan (1).
En la época ojival aparecieron lo cal'l'illo-Ilf',', Ó ruedas con campanilla ; también e da di ho 110mbr á un
juego de tre ó cuatro companilla para el altar y que
sueDan á la vez. La campanilla para hacer súal Pon diferentes ocasiones en la Ii a no s ant rior al igolo xv,
aunque antes se usaba para el Viático. 011 ha tnnte comunes las campanillas con fecha.s d 1 siglo XVI, muy legibles al derredor de las mismas (2).
(1) La mayor campana conocida e la dc Trotzkoi, cerca de
Mo cou, fuudida en 1746, y pe a 196.464 kilogramo; cn E paiin se
celebra como de extraordinaria dimen ione la de Toledo, fundida en 1753, que pesa 17.74 kilogramo.
(2) En la Exposición Eucarística de Milán , año 1 95 , prc' ntó:iC
un nuevo i tema de campanas de. origcn inglés, qu no deja de
el' recomendable en determinada circunstancias. Con i te en un
sjmple tubo, perfectamente cilindrico, cuyas pl'opol'cione SOIl de
3 centlmetros diametro por 50 de altura: ha ta el solo golpe externo, dado por un martillo, para que produzca un sonido relativamente fuert~y·agrdble.
Sus constructores, Harrington, Latham
y C." en Conveutry.
tr "'rupo::;(' reduce e 2 1. In trulIlcllto mÚ .\~-'oci·
cla 0p 11 in trum 'llt ,10' 'ual fOrlU¡tn parte muy principal llelmobiliario ('1 iático, {t elher: in truUlcnto ele?:Í lito, de pel'l'lI iÓIl y di' c/lerdo. Al 1.0 P rt ne' n la trompetas
flauta y ór~an
; al :!, o, lo timhall", tambor y campana i
1\1 ..0, la - viola , citaras ó lira ,salterio r arpa . E t Último
grupO e livid n in -truUl nto el,.. C/lPl'dr{ pinzada ffolpcr/(lrt
r frotac/a. El piano luiyal' á umt arpa horiz ntal golp ada'
,1 arm nio
UlHl d rivación del órgano: '1 m diófono participa todavía mÚ el 1 carÚC'ter del mi mo.
n to] s ellos 1 1111 ha III l' cido con justiC' ia llamar rf'.Y
dI' llls il.~t·¡¿nwfo,'
e ('1 órg-ano, obre CllYo origen hay gran
illecrtic1umhl' . Se el' e ol'ig-inario d la 'hina ó, gún otro',
del pueblo h breo, hien que n una forma rudim 'ntaria: fu
conocido y u aclo por lo romano, y ele 1 hablan Titrubio"Sr
uetonio. Pare' qu la Ig1 .-ia lo adoptó hacia el igol nI en
Con tantinopla, y en 1 VIII' importó á Occid nt, iendo el
primero onoeido lllU e dice haber r galado on tantino
Coprónimo á Pipino 'l B1·f'.VI! y qu e iu taló n una igol sia
de ompiegn .
Lo órganos pueden el' portátiles y fijo, egÚn qn e tén
Ó no dispu to
Luyo para 'er tra ladados; hicZráulico Ó
neumático) según lue el viento
produzca. por la'·tensión Ó
pre ión d agua fl'Ü. Ó caliente, ó bien por los fuell
ael itema aetualm ute u 1;1 'o. La inveución d ésto pi.r ce remontars al iglo IV n riente; d sde ntone hasta: 1 iglo
Xli e cmpl aron lo dos ist ma } re nltando siempre muy
embarazo '; n di ho iglo s abandonaron ompl tamente
lo hidráulicos, y desd 1 siglo xm . fué gen ralizando en
las io-lesias el órgano, ¡¡,dquiri ndo 1 ntam nte u p rl'eeciónen el XIV simpliticóse 1 jueO'o de fuell ,qu antes exi"'ia la
fucrza el muchos hombre; en el xv se construy ron órgano
de mayores dim nsiones y fijos, continuando los portátiles y
pequeños para iglesias menor Si en 1 XVI se aumentó el tamaño ele los órganos y se les encerró n la aje., como e ve
ahorai en el siglo XIX han p rfeecionado ha ta el punto de
abrazar un solo órgano la extensión de 10 octavas con 5 te-
t!t
o
o
•
,
3%
Elem,entos de Arqueología
cIado . últimamente, éon la aplicación de la ele tricidatl á los
mi mo, e ha con eguido implificar los si tema' de palancas tra mi ora y dar mayal' precisión, amplitud y rapidez á
todos los movimiento .
Fueron notables en la época ojival lo Ó1'gG1W ele campallClIJ,
llamado" también ca7Tillones, los cuale han 11 aado hll ta
'"
nue tro días en algunas igle ias. Con tan d un armónico
si-o
tema de campana , dí puestas para el' golpeadas por martillo dependí ntes de un teclado ó de un conjuto do barilla .
2 2. Cerrajería.-Digna de mención esp cial n e te
grupo. on la verjas las cerradura y los herrajes d la
puertas en las igle,ias y capillas. S conservan alguna' de de
el siglo XII; en el periodo románico tien 'n forma l'edond n.
d!,! los adornos varios que en la rejas se forman; en la época
ojival on anguloso; en el iO'lo xv, rizado le pinlÍculo y
con labores flamígera j en el XVI hay mucbo de forma plateresca. Lo herraje' ó bierros aplicado á lo batient ú
hoja de la puerta tienen forma
pirale enJos igolo XI y
XII; esta mi ma h'aza continúa en los iglos del p 'riada ojival
aunque no exclusivamente. También e d cor'an la boja de
las puertas con diferentes combinacione de clavo y chapa',
que forman en conjunto caprichosos dibujo ,sopl'e todo en los
iglo -v Y XVI. Lo alelaban para llamar á la puerta no carecen de arte por lo común' u forma ordinaria en los p rio·
dos ojivales se reduce á una gruesa anilla con figura el cabcza de león ú otra emejante.
283. Objetos decorativos.-Además de los objetos
del mobiliario, cuyo fin directo es la utilidad para el
servicio del culto, hay algunos otros de carácter puramente decorativo, y de los cuales bastará una simple
enumeración para complemento de este capítulo. Los
principales s9n: tapices, dos eZes, aZfomb1'as ,co1'nucopias y
{lo l'e1'OS.
Los tapices son telas destinadas á cubrir las paredes
y las columnas del templo en días solemnes ó pam honrar algún sitio de especial veneración ó decorar los si-
•
Jfobiliflrio
3~7
tial , te. E tán hecho al t lar, y pre ntan dibujos ó
figura muy variada , afiadi ndo e stampacione d
a unto ,generalmente hi tórico. tro lle,an esqui ita
bordados dIana ó da sobre un fondo de cafiamazo de
modo qu no aparezca la t la primitiva (1).~
'e u .aron
de de la poca vi igoda: mas lo que ahora
onservan
antiguo datan, Ú lo urna, del iglo x
alvo rarí ima
excepcione .
1 bran alguno d Alemania., hecho
en el iglo XII, y el fama o tapiz dc Bet 'eux (Francia)
que e del iglo .n, y 1no menos inter ante de la a·
tcdral de Gerona, que s del siO'lo -H y representa e cenas d los días de la creación.
• e han u ado también ricas telas de seda, sobre todo
los t rciopelos y damascos, para 1 mismo objeto que
lo tapic s, y se llaman telas de empalial'; no son raros
lo qu aun e isten d sde el siglo XVI, Y con más ó meno riquezi:t, e u an pafios de pÚlpito ortinajes, tapete ,etc. d el la épocct gótica (2).
Lo do 1 para, 1trono de lo Obispos J Reye cons·
tan desde 1 principio de la poca ojival y lle,an su
bordado, seudo ele arma ,franja de oro J adorno
emejant s. Tambi n cami nzan n la misma época lo
palio y umbeléts para II val' el antí iIDO Sacramellto.
Las alfombras son para el suelo como lQ,S tapices para
(1) Se da el nombre de tapicería ¡í la pieza misma del tapiz,
cOIl'iderada por razón de "U tejido. llay tapic da d alto lizo y
bajo lizo egÚn la dirección de la trama, y tapiceria bOI'dadas y
pintadas. Se dicen lJaI10.~
de 1'as Ó de A1Tas una tapic ria procedente de la fAhrica flamenca de A1'l'as, que fué la m¡\'s celebre en
el iglo XIV.
(2) En la épocas románica y ojival, y antes de ella, usáron e
cortinas para ai lar el pre biterlo del re to de la iglesia en la celebración de los divinos misterios, cOl'l'iéndolas ó descorriéndola á
sus ticmpos; todavia se conserva esta práctica. en alguna.s iglesia.
400
285. Origen de lo' ornamento aO'rado, .-E Joco
trina corriente, fundada n lo dato que 110 oír cell
las pintur~s
antiguas y en el ilencio de los e ritore
eclesiásticos primitivos, que hasta, el ialo n no hubomaterial distinción entre las ve tiduras profana y la
que servían para el culto, ya qu é tas no eran ino la
mismas usuales entre la gent d hone ta vida, ambiando lo trajes del pu blo hacia 1 iglo VI on la mudanza de usos y costumbres, debida á la In zcla de tribus y razas diversl:ts con las invasiones de los bárbaro,
la Iglesia no qui'So abandonar cn sus funcione sagmdas
los trajes antiguos, sino que) adornándolos ony niClltemente, quedaron constituido en ornamentos propios del
culto.
Ya desde el siglo v di tinguianse lo traje sagrado
de los profanos, por lo menos en el olor, pu s aquéllo
eran siempre blancos: en el siO'lo VI las distin 'ione de
forma resultaron mayores; en el IX -a poco faltó para
quedar uniformemente fijados los ornamento n la
iglesias de Occidente, aumentándose los colores de ello':
desde el iglo XII se van adoptando los color s litúrgico
que hoy existen, y el Papa Inocencia lIT fija en 1 siO'lo
XlII el uso respectivo de ellos, según las festividade
del ano.
Hallándose en los trajes antiguos de los romano el
origen de los sagrados ornamentos, muy oportuna será
la descripción sumaria de los primeros, para onoc r á
fondo la naturaleza y representación de los scgundos,
Los trajes romanos exteriores ó visibles eran la túnica,
el cíngulum, la toga, la pcenula, la clámide y lácel'na, la
dalmática, la stola.
La tÚ,nica, semejante al chiton de los ~riegos,
era una vestidura estrecha que cubría todo el cuerpo hasta las rodilla , con
mangas hasta el codo: se prolongabn más ó menos, según lit
401
IIIc/ 1/ nU'l!fcwifl
Elr:menlo de aigol ~uq"A
cOlldieiÓn dc 111' pe¡"Ol1/l' fig', :W,', :?69: 'i carccía d mana¡} Ú la' t nía muy 'ortas,
r llnl11ub.t 't)lobil/lII y si le faltaUll.l IllCll1O'1l d jando de cubirrto eL hrazo y hombro deretho, 'c d cía ('J'/)/lli' \ lig'. ;2, ti, iendo propia d 1 H ·tor s y
bl'CH'C'ro . Tomal a a imi:mo lo nombr 'dc alba y línea por
el olL!' y t'jido 1'<' P C'tivnllle'ntr • SI' llamaba fa/lo'i' por lo'
latino y l)(Jr/('¡'is por lo griego' cUllnd 'P prolongaba ha, ta
lo: pie, Cuunelo eta Última, qne rn propia d nobl ,s blZ
comÚn. adomaron 11, su' túnicll 'on (ranja de h rdado
I!'I cincilul1, ·[ll.IJHllllll :;01/((, b(Íllhell' ('ra un into ó faja con
que:1' cei1ín. la túnica' a Vl'ces 11 vaba mucho adorno de
pedrerí¡l, y 1'[1. '11nL dI' di tinción CI1 111 oci dad. ,
La lOf/fl eon istí<'t n una vestidura holgnda y ~blCrt1
por
drlnll(r ha '(n la cintura, 1)('1'0 'rrtHl¡l n lo dcma 'j ('ra de
lana y la lIl'v¡lhan 10 'l'lll1dor' y p ¡,"ona' ri ¡l obr la túnica cí modo dc llHmto .ree giéndola por 1'1 lado derecho y
trrciándula hacia ,1 h01l1br izqui rdo, Por lo conn'LU) 1'80 d
color hlanco; lo' a pirllntl" á. cualqui l' magi tl'uturll la 11 vaban Í('mpl' 1 lanea, óCfÍlldic7rt,ydr aquí 1 vino Lnombre
dl' ('clJ/didatl}$i 10. 11l'1gi trados la
tent¡lban con banda 6
li tas (le púrpura y lo' mp radol'(' l' camada ~lp Ol'~
fpictn]
Ú toda tle púrpura (to,l)a )1ltl')JlÍl·('rI). DUl'llnte '1 llllp 'no de DollIieiano (¡lúa Hl-, 6) fué u tituyéndo e In toga por la pcellula,
ya d antp cono 'ilhl..
rcdu('Ü~
á un manto Cl'ITacld
de corte ,cir. La pomllla
cular con un orifiei n 1 e ntro para pa al' la 'ab za¡ SI 'tabit hl'cha d' pm10 burdo, como fu
n un prin ipio, y algo
corta l¡m\b.t~
pCJ3Iwltt viflfnl'ia, y i rl'lt de t la pI' cio as
ó con franjas de púrJJUril,
llstituía la p ;:1Ula 1~0
,u ada,
como
ha dicho illTiba, tl dc fin
del 19l pl'lmero. Llamó e plalll'frt 11 'igllifj ación 1')'1'((nte) porqu giraba aIrcd el' 1
brazo con
dor d I cucrp in fij('za. rara h¿tCrl' u
e tn. ve tidurn., C'nt TI C ,Ario levantllrla por les lad?s ha h),
los hom bro ' ,
La capa llamada lacel'7W t nía mucha semcjanza con las
capíl,s actuales, úlo qun se ('erraba ~nte
e.l ~hcep
n~c
un corchete Ó hebilla ({lb ula),. la clámide o pallw1n sUJetabasc con
27
ba
°
Elementos (le AI'f]l¿eologín
broche ó fíbula obl' 1 hombro d t' cllo fig-, 7~
), y cra de
cort ó hechura cuadl'aoO"ular.
La dalmática venía á el' una tÚnica ancha Y' con manga
entera, adornada con dUel' nt s handll ó tim 'le 'olor y in
('íng-ulo; traía u oriO"en de la Dalmacia y e hizo el mo<la en
1 iglo n: fué muy 11 aoa por lo ri liana de"d d igolo 111,
prolongándo' hasta lo pie ('n 1 trajl' u 'ua!.
La stolrt con i tía <"o una e pe 'i<" j(' tÚnica 1¡ll'gi1 ('on rica'
bordaduras, que 11 vaban la: muj('re nohl'í la/mU(/, Inmbipn de la sel1ol'as, corresJlóndín lí In. toga ó al prtllium d
los hombre',
El mallílntlum, wc1al'imn ¡j 11lcíppllla pqol,nlia h ntlcstl'o
pañuelo de bol illo: el Cltl'111lUS (,l'u, 1111<1 'ficP)l~e
el (';1 pucha,
que á vece iba junto con la toga pénula ó la(·c1'I1a. pam ('U,
brir la caheza.
Entre los adorno. fué muy comÚn pI )~,(/:.1lfc
quo ernln 1anda ó handas de pÚrpurc1 Ó clo otro colol', anteclidln', In: ('na1t'
bajaban de clp lo hombro ú eSl alda ha ta 1 xtr('I11O inferior
el la' pieza á que '0 aplica han. ('omo tún i('I1~,
toga • ('(C'. De.
cíanse (fJl{jli, ticlal:i Ó [r(ticl".vi, eg-ún qu ran ptr ('ha ó IUl'
C'bl18. OaUic1.lla l'a un adorno ¡í manera elp <'Íl'culo ó tlorlm.
quP se I1plieu,ba ('n diferente punto upl y(' tido.
Á la ve ticln1'a interior se la llamaba en tr'l'lllillOS crenera.lrs
indmnelltum; á la más s:terior ((mid/(,. El ('alZ c1do comÚn
era la andalia r.gól('(f); ligada con una ('orrea ((,()I'riflire,
con tituyenclo así la cáliga)' pI
pe Íi11 rj ([uP cuhl'íl1 lllá, ,',
m nos.el pie, el cíase cá/celts l/don) ('am}! g1t,~:
('stp PI'I1. pro,
pio de gento di tinguida,
286. Matelia de Jos ol'namentos.-Ellino, la lana y
la seda, dispuestas en tejid:>s y combinada á veces con
oro, plata (1) y diferentes bordados, constituyen la ma(l} Aunque á vece se aplican e to metales en forllla de cin·
ta d Igadl ima, para el tejido, lo ordinario es que se usen rceu'
bl:iendo en forma de hélice á U11 hilo dr srdn, al cual dlln la 111)lle
deucia de hilo metálico 1l1acizo y flexible; tnmbi('n sr dispone el
hilo de oro ó plata en forma de tubo de h('lice, llamado cllnutillo,
muy u ado en bordados y flecos de lujo. Claro e tá que se falsca
II/d /( mt' JIto ¡'¡ti
reria d> lo
e tÚn
,?
ornam nto
'luída la, pi za
au)]cluC n la
el laBa.
4 3
el
'tual di ciplina
Enuml'r 1110:> lo principaIr': tejido' quC' ttín <Í han e~tado
f'n n (1 par¡l O1'na111('11tos agrado. En gpneral, sO di(' /",t fa.
ClHl1'1 uil' l' t 'jido <1(' . da <Í lana ('on la IlOl'(': Ú figura.:i é"ta
..on d(' p r:onn r animal<.', (' llama (','filfa hiMorilldo: bli/'¡/I/llt) p" torla labor dC' omam ntaciún n rC'li y ,qu
(' I1fia(lc 'obe la tela con au 'ilin el la a~uja
pnr dif'rpnt' proceilimi('nt ,: (1 : bl'ocado C':; un t .jido d 's tia, l' alzátlo con TIg-urn:< varia' de rolInj y al1 il11ulC':, hecha ron h Uo: de 01'0 :r
pInta' ti.'I¡ o la t la <Ieedu n la cual 'llIl'an l'ltll1aje y fi;:,:uI'a con hilo (1<' l' Y plata pa anclo 1 dibujo ete UI1 lado i't
ut1'l1. aunqu<' :úla bl'ill por UlHt 'ara; 1'8jWl!JI e~ una tela cl<:"
,edo 'Oll flor ;< Ú l'alllUj<'"', qu P no pn aa nI orl'O lado ¡no
por lo bord
tlc <'Ha .' trl/llrl (' dice la hojita Ó lmninilla,
m·tlUicil, it modo d larga y
trechi ilUa cinta. que I1tra,
tI' g: "U 1'0 -~ qU(' f1' cnentellH'ute 1\0 ti 11(' sino 111 apnrictlcia' (le 01'0 lú (tU brilla '01110 tal; pero raro ('S el "'('n ro que
ho\' dia no e 't(• . lljet át'mejallt· fal,iikacioll ., LIÚ111l1st' \'ul~n;'mel t<:
enf I'efino 1 g-nl'll ó t jido qu tiC'll brillo dI' oro, pero
'llIe en l' alidad ,Y in ellO'aiio " allunrill t'01110 oropC'1. Lo, tejido
c1p I'da fal ..e~uacíIi
t'on algo Ión Ú ot1'a~
materia t ,-tiIe:, ponién<Iolas con tal al'lilicio, que ¡\ pesar d con titui1' 1 'ucrpo firme de
In tela uo I1pur cen ¡\ la vi ta) puc la' nCI1))re una tenuísim/l.
('lipa d . 1i1111ll nto: de ' da. Para descubrir -ta ,\. otras 111l1nera'
I\e fal iIi 'al' los tC'jidos, no ·~.ab
como de hac ~olr
por una orilla, ."
observar at lltl11l1 nt lo hilo- de la urdimhrr ;" de la trama. Xo
tan f:'ICil e di 'tillgllir elalg'odón d I lino n mucha" tela; I mejor
m~dio
con i te 11 oba.r1n un poco y notar que el pl'Í111rro ,e <'onri rte r11 bOlTa m:'\ pl'onto que el 'egundo,
(1) Entr' lo difer 'nte. bordado que e tl\ 11 rl1 u o, hálJause
nHb <'omUllC'- los sigui nt : al pasado, en el cual p/l aulo hilos
de la bordadul'1l. de l.Ula pn.rt(· á otra, in m;\ 1C111 utos; tI· punto
de cadeneta)? de punto plallo, por la. forma que to111a el hilo que
plisa; de {'(ln'utillo, por el n o que se hace el 1canutillo doro ó
plata; de "ealce) pOl' el re alto qu tiene el bordado, merced á otro
f'lemento qne interponen; de sob¡'epue, to ó ele aplicación, por
hacer'e el borda.do aparte, co. iéndolo ele. pué ti. la tela.
IIIUl'IlO (
401
Elemento ele A1'queologia
en vario tejido, y tambi('n IR mi 'lila tela a i fOrtlllld:1
r tejida con
eda: bl'o('nt 'l l' dcnomina una tela qu' imita al
brocado, aunque muy infe,ior á (. te, ienGo el fOndo de algodón Ó hilo y de 'cda lo adorno ó r c¡ mil lo : clU1II1l151'O eli un
tejido de eda o:p. ramaje d uniforme c')lor '011 el fondo:
lamj)(í' e llaman hoy aquello tejido de eda cuya urdimhre
es de ciar difer nte lue el de la tl'<lUla, re" ultandu flor ''{
ramaje muy visto~
que
de tacan de un fondo qu tien:'
color unir rme y di tinto de cllo'; tCl'ciopdo s die la tela de
seda de olor uniforme y finamente velluda p l' un lallo; I'II,'Q
e la tela de seda brillante y Ji a por Ulla cura y uniforme en
color y tejido; tafetán e' una telit d\3 'edct lllUY delgada y tupida, cuyos llilo están l'Uzados como <n]¡t t 'la ordim\l'ias;
cendnl 'una tela de 'eda ú lino l1luy ligera y tran parente,
La plÍl'PW'{( n e' un tejido {'sI> cial, sino cLlalquier tcla cI('
seda ú lana} t niela del color denominado plÍ1'lJlll'(/ rojo-Yino50, que e elaborahcl con 1 líquido extraído up uno' U1olusco~,
El g~urdame
l Ó guac7ronacil PS un u ro CUl'tido y C011 ¡ulorno'
de pintura finos y muy permanentes.
Las e tofas y lo bordado' on 1<' toda la' épo'n '11 Orien;~t
rn Occidente e ~ctendi
ron mucho d stl la fundación de
Con ·tantinopla, Por entouce hallábcln
muy en boga lo teji.do orientales car~ .do
d ornam nación fantá ,tica, hítoriada y á veces religio nj tamhién había ot¡·o ('on c1dorno'
geométrico', La seda
ultivú y laboró en Europa desde
I~
imp do de Justiniano "iglo VI), trayendo noticia 'ircunstanciada de ella uno' ~li
ionpro que hahían ido ú evang('lizlll'
la Ohina. A las tela de 'cda se la con ocia con cl nombrc d
holosél'ica, y si llevaban mczcla, S7Ibsél'ic(/ (1).
(1) Los bordados de lil: rpoca románica son sencillo, llll.sando
-el hilo de seda ,encima de 10 de plata ú oro y debajo de la t la, in
que éstos la atraviesen; se u ¡¡, la cadeneta para bordar ron scd/l
de' color; en la época ojival se hallan muchos bordados d<' sobrepuesto, que ya empezaron al fin dc la románica, y contillÚllnlo,
antel'iore con mucha finura; bien elltrado el Renaciniicnto, cm·
pieza el bordado de gran realce y el de canutillo, del cual se hace
mucho uso en la actualidad,
II/d Un1r'lltfl l'ia
405
En la ~pl ca
rnnuínicll l' e. timaron mucho lo ti:Úe' ori nIX lo 111 )1'0
ul ti varon e ta industria
tale .) <[p, d I ~ig-Io
en Anc!a1:J.C'i:l y en ieilia: 1'an
tamhién ea)J1'ieh amente bi toriada Ó 11 ¡Jornado con figura
de animule ¡fig-. :31-2 . Fu ron
cl'lehrps, ntr' utro de la época,
los PililO,' llamados ti f h'(Ice Ó
til'a::. d "icilin, I de Y n cia
C'l d Lucca y 1 dC' E pana'
6 to., g-en ralnwnte, mori cos,
Lo ,de '\ (mecia tenían 1 fondo
di! oro ó plata y los t lomo' de
:-1 da al rC' (,s los de LU('ca, ambo empiezan n el ig-lo XlI.
ntinuÓ <'n la é OClt ojival '-tendí ndo
1<1 rnbrieación
de lo ti Úc' y otm. eda: <Í difcrente punto el Italia y E _
paña, ohr toelo n 10 iglo XlV y xv; el ,::;d ' r te último se
u'un lo brocndos j~ lo' brocateles, y. d d <'1 nntel'Íor e orr llernlizan lo dama ca y lo terciopelo, Lo adorno d e ta
épol'1l on dp Illotiyo ojival , los cualr' c ntinÚan }Ul ta el
'i~lo
_'\'II: lo Ol"llRtll nto
a~rados
pr cio'o llcvan mu ha
imaginería d'd fin d 1 iglo Xl" \1),
2 7. Omamento diaconale, .-Emp zando por los
ornamenio qu u a.n lo ~oncáiD
~)
mini tros inferiores, hay qu hablar del amito alba cíngulo, manípulo}
estola y dalmática.
El am'ito, di ha nsi porque su d tino era cubrir la
cabez¡t y las <'spalda,s elel celebrante ~ ele lo ao-ra,dos
(1) Gozaron d íalllll univél' al ha tu 1l1cdiado' del siglo XVI
la fábricas paito]a: d s deria, especialmente las andaluza.
A. egúrase que hacia el siglo XllI babia sola111(',11te en e-villa
16.000 telare', que tenian ocupado' á 13,000 obr ros; A fines del
siglo XVI s610 quedaban alli 15 telares. También eran muv estimados en todas parte los paños de lana y telas de 1l.Igodóu de
procedencia spaiioln.
Elemento ele Arqueología
Ind Il me lit ((,.¡({
del iglo XIL Encima de la obrepelliz
lleva muceta
en 1 coro la cual e de de In, época romit niea una especie de e clavina con capuchón.
El cíngulo e una d rinwión d 1 cincfl/lll rOl11al1O, r~
e u~ó
desde el principio en formll de ordÓn eOI1 nudo
Ó á manera de faja sujeta on ·nudo, fíbula Ó
)uiv¡tlente; se hizo de materia lllUY yariada ~r ml ~'
riells
clurante toda las épocas: pero de de 1 iglo XYl ofl' e
constantemente la forma de corclón 11 eho 1 lino ó c<.la, mezch1.da á v ce con hilo:; d oro y pendí nclo del
. El propio ele todos lo minismismo legantes bO~'la
tros que llevan alba.
diÚeono:, .~ ¿l, el de 1 ig-Io IV' la de <1CI11 '110:\ era pre('hen, la. el . to
n ·i1l,t y mo taba hecha de lin()
'1): lo~
:l.cel'dot 3 la.
y lana,. lla'nó palla li ó,~tim(/
nliJ1a'\~
'l'uzada 1l.nt el pecho ~'en
ualqni r función
<' 'lc"¡Ú t'cn: I :; diácono Únicamente cll1mnte el .'acriliei .~ pendi nte' del hombro izquierdo fier. 343). Durante
lo~
ti mpo l' l1 Único~
;t ojiyal s e adorn61a tola con
]"r,o. h rcla 'lo. pendi ndo cl
Ha 11 rmo o fl co y:
IÚjantc 111 tÚlie , nil lo uale m diabnn alO'una
y<'cc peql1"ii1l. campanilla.
Ll dalmática e 1 ornamento má propio de lo levita ó eliÚ onos d el prin ipio elel siO'lo IV, J por estor Ll llamó también le'Citonal'i/lnr tenía la forma de la
dalmátiel\. ele 11 o profano con la mangas bu tante
holp;ada ,~if(
134,: ) y con, lB dad (franja) y us calliClllll3 n h1. \t1clnp~
y Ú yec por leI.l.nte· de de el
.i2:1.
ya e tI' 'bando n la manO'a y cuerpo, h,\c:l'uc1o
n é te' al,guna abertura pan\ comodidad
(fitr. 13M); n L1.
poca ojiVtl.l continúan prolongándo e
Ia.~
ahertl1ms, 11 g-ando 1 fin hasta al comienzo el la
man""a; n el i,rlo xVI e abren por completo los lado
de 111 dalmátiea .- d u manga., r d de 1 siO'lo XVIll
tonm la actual forma. La tela ma ri as y las franjas
de bordf1rlo', etc, han ervido en la Edad Meditl. para.
1" con(ccción dc las dalmáticas. El collar de éstas empez' á u llr.,e TI el siglo xv.
JO'
- - ~-
-
- ----
El manlp1.11o tu,o al principio el mi mo objeto y ltt
mi ma forma que el 81.1claJ·ium romano; n 1 iglo VI
empezó á con iderarse como ornnl1lento de diÚconos; en
el IX se hizo común á diA ono J- sa erc10te y lucil'O
de pués extendi6-e á lo ubdiáconos. 'u forma era má
Ó Ipenos cuadrada en lo primero si ;~ol
e tejía de
lino y lana, })or lo cual se llamó panrl1.lm linósfinum, y
se llevaba en la mano: de pué tomó la forma prolongada durante la época románica y ojival~'
e fijó en el
brazo (fig-. 344:): entonces hacÍ<l como ahora, de telas
preciosas J' se adornaba con riqueza de bordado, cte.
En varios documentos de la Edad MeclÜ\ se le 11<1.11111.
{ano?! Ó phanol1.
. La e.~tola,
llamada ol'a¡'iu?n en los escritos que hablan
de la misma hasta el siglo x, tenía de antiguo la forma
de banda, como ahora, ':l parece que procedió de las
franjas que adornaban la stola de los romanos: El sobre. dicho nombre primitivo se deriv'3r de ora ú orilla, según
dicen varios arqueólogos, fundados en el origen referido.,
ó bien, de ol'm'e, según otros, porque se usaba la estola
para la oraci6n del sacerdote. El uso de la estola rué
privativo de sacerdotes (sin. excluir á los obispos) Y
4ün
La tltnicella, como propia vestidura del subdiácono
data d 1siglo XI ':l em semejante á la dalmática, si bien
con menos adorno J más corta en sus m.wgas; desde
eliglo xv se han igualado ambas en la forma.
288. O,J"uamentos, acel'-tlotale .-, onornamentospro(1) Vi-nn c cn el Brcvillrio Roma'no las l<'ccione del egund()
nocturno (ice. 5.") en In ti 'tn de ,. ilve trr. Pnpa.
,Ho
Elemelltu de .1rlJueulu[jlu
muy cumplida en la 'poca, ojival; n 1 dOl"O tl la mano olía, tener un m dallón) Ulla piedn1 pr -io ¡L
.c"Ídorno parecido.
Las . andalia. litÚrgica
e men -ion<.ln c mo ornamentos de Ohi po de de el jglo IX; e adOl'lI<.1l'Oll eH
]¡],S diferente3 'p c~1.
eO'ún su ti lo (ti u', 3;)' . De dc
1 siglo VI con ta que hahia pl'i, ilegio- ele 11 ,-al' calza'
do e pecial por el alto clero do Roma, y R<.l.\' 11<1 1 y de
.este calzado l <)u no e~·<.l
otro Eino 1 campaglls rOlll<.tllo,
ha podido originarse la sandalia pi copül '1 u
11 1'el1lidad no se parece Ú 1<.1. antigua ólea. Al prilltipio e
-confundian las ~andülias
on h1S cáligas} pero luego .e
distinguieron. quedando al fin reducida Ó3lÜ Ú la 1'01'IDíL actu<.l.ll que es la de tibialia ó media.
De de épocas r mota (aciL o el ~io'l
y) ha tn °Tiln
parte del ~iO'lo
XIV) e tuvo en uso ellJeinc litÚl'g'i o) <1r
marfil o'eneralmente, con punt<.1. por ¡1.111 bo ,~olc1t
(,OH
el cual un presbítero ó diÚ,cono p jnaba al Ubj po al
e~ritsev 'l
de pontifical) y tod,wia e con 1'\"<.111 vario
de estos peines en i O'lesias prineiptÍles y en lo::> lIl11COS.
'\ arios ele ellos se encuentran n las atacumhas l pue$
<lebieron estar en u o entre los primitivo' fiel
('vIllO
pÍ<.1.dosa práctica de significativa ceremonia: ~Ol\
tic
madera, ó hueso.
El bác~tlo)
el pectoral y el anillo son t¡l.l1lbión oma·
mentos delObispol JT de ellos dimos (IlÚnb. ~7-!,
-¿7 1
algunas nociones: b<l.st<.1. aÍl<.1.dil' aquí) rc~pe to
del
.anillo, $lue si bien fué común en la autigÜ daÜ á toda
dase de personas) mayormente á las constituidas ell
.dignidad) 10s'Obispos de Occidente lo han usaclo COlllO
propio de su cargo desde el VI siglo, y con tal abundlln'
cia) que llegaron en los sitglos XIlI J' xlv á coloearse
iLnillos en todos los dedos á le" vez el~ días de gmn corcmonia. Dumnte h1 Eel<l.d llledi<l. figumbtl.u en los illvcn-
I71dumenfa't'ia
417
tarios d los Obispo verdaderas colecciones de anillos
precio os algunos de lo cuale
erviall para sello:
todo conti '11 n un,,, piedra preciosa) por lo menos, que
uele s r u le" a tualidad) amatista e meralda ó topacio
(véa-e 1 núm. 304:).
El p,'cfol'"l I . lo Obi pos no fué eo. 'u origen otra ca a
'más qu un relicado. amo de él habla Durando en 1 siO'lo
Xl1I, dp cribi ~ n d o l
n In forma que abara ti ne, hemo de
inf rir que ya ntone ,Ú on '1 siglo xa, e taría en u o. En
E pafia no t' ,"L tl'n documentos ci rto /lnt riore á lo último
¡Ino d 1 'iglo ,-lV, lJUO pru ben la exi tencia d cruces p ctora.\e como las d ahora., y no faltan
critor s xtranjcros .1· que c'>lo conc den una antigÜ dad de cuatro siO'los á
e t(' omamento de lo Obí po .
290. Ornllllumtos dI' Itltar.-lt'áltanos ver para complemento de la InclulU .ntcU'iit, lo qu podriamo llamar v 'tidura
de los altare qu e r ducen á los Inalltele , corporales y
{rontal!' '.
De el lo prim ro
iglo data el u o dios corporale de
lino, y gÚn consta por Ana tasio el Biblioteca1io (célebre
e critor dd iglo IX y bibliotecario d 1 Yaticano) se emplearon ant diana ó ·eda pues hubo de pro cribir . ilve-tre
todo pailo que no fu ra de lino para toear inmediatamente la
Ho tia anta. Ha ta la 'poca ojival eran lo corporale de
granel dinH'n. ion
d modo qu ,xtel1dido 'obre el altar,
pudíerall ervir por un xtremo para cubrir el cáliz en v z de
la hijuchl. que ahora
USR, la
ual junto con el purificador,
e e tabl ció al adoptarse la práctica 'de umir las ablucion s
\núm. 269)01 ac rdot (2). Con frecuencia s adornaban los
extremos de los corporales con bordados de oro y seda.
(1) O' Bl'ien ed Eveu, Stol'iq, della Jlfessa,Roma, 1895.
(2) o~
obstante, 'e conCnndian en uno el pmificador ~"Ia
hi,
juela de los corporales, y sin duda tardaron más do un siglo á distinguir r. "i el Papa Inocencio m, ni el Obispo Durando (ambo "
del iglo Xlll) mencionan 01 pmiflcador entre los pafios de la Misa,
a pesar de hacernos minuciosa descripción de todos. En la Iglesia
28
4-1<'
Ele'mento de A"qtteulog¿a
Lo mi mos corporale
rvia de mant('le~
al p¡'j¡)(;ipio, cgún parece' de d l i"'lo VI iguió e la prá ticn el . cuhrir lo
altare con ricas tela ó tapice 10 'ual
en opinión d
grave arqueólogos, hacían oficio el mant le . :Jlá aelelm1t',
por lo menos desde el iglo x con ta ya la exi trnc'ja el lo
manteles d lino, ad má de lo' cor]1orale ,y d elp el 'iglo
xv son tr s constantemente dicho mantel
adornÜndo co- .
mo se ba dicho de lo corp ral .
Para mayor pnlcritud y ornamento d 1 altar,
cubría " te
por delante y co tados on algnna precio a tela ó tal 111., IIamadapaliwln n cierto dOCUlll ntos, dlíllc10 e 1 n 0111111' ' de
antipendi7.Lm {) frontal á la partl;l delant ra ó el fren!, costumbre que empezó en lo i"'los VIII ó IX como no ·it'yieSl n
tambi'ful para lo mismo los tapices antedichos. Durante la
época románica rozose de madera ó d m tal precio o y cince·
lado'en la época ojival fueron roá frecurnt lo el tda. bordadas' d d el siglo xVII son COluune para dicho ohjrto lo:
ba tidores de madera con lienzo pintado ó con g-undamcC'i·
les ó con tela de seda, di pu to d modo que pucda.n can!bia.rs con facilidad según el color del día, co tumbre que
aun boy e ob erva en muchas igl sia ,
on, por último, vestiduras propia d 1 altar lo 01WjJ/'O,
que e tán pI' scritos por las rúbrica para cubrir 1 Ilgrllrio
(fig. 314). Han de ser de tela de s da y de color blaneo ó del
que exigen las rúbrica para el oficio d 1 día. Su origen
halla en la' cortinas que pendían de los baldaquino/; (número
264), y el uso de ello empezó con los sagrarios de la forma actual (núm. 267), En -Espafta, no abemos por qué razones, apenas se ve practicada ~ n
laudable co tumbre y prescripción de la Iglesia.
griega empléase hoy una" esponja en vez de purificador, uso quC"
podemos suponel' se hallarla en nuestros paises antes de la adop
. ción del referido pano, La bolsa de lo corporales, en la forma qu~
ahora tiene, data del sig¡o XVI.
P RTE
PARTE LITERARIA
ti iIllo e
291. 'f'l'l1tado,' IlU abraza e. ta Partc.-'~a.
el horizont qu no oh e In. Are¡ u ología n u Pa de
litua¡'ia
gÚn pu d inf ril'se d lo qu ano tamo en
un 1 riu ipi (nÚm, 3 Y 6) y el importan ia uma, para.
1fin qu p r igue In ieucia. arqu oló ica e induelable-'
D1 llte elr ft -iY
tu lio obre la, mi mu. En ella e ven
r fleja,da
011 n1ú pr cisión qu
n otra, alO'una rama,
el
ta eí 11 ia, la id a y co tumbr
humana qu
con tituyen lobj to formal d let Arqu al o'ia 'nÚm, 1).
til rá por lo mLmo, tocar Ílluíera lo puntos generule d tan variado < unto.
agrupan
l tre pu d n reducirse la ciencia qu
en la, Pal"te literal'ia de la Arqu ología: la Paleografía
la l.Yumismática y la He1'Céldica, toda, vez qu la igilogl'afia el b con id rar como un apéndic d la Diplomática, y é t<.t
una, rama de la Paleografía,
Por lo mismo, y por la n ce ida,d en que no vemo de
simplificarlo todo, di tri buimos la mat ria en tre capitulas, con spondiente á las tres ieneias indicadas. En
el primero d ellos incluimos las nocione de Paleografía
en gen ral, Epí~;ra.fi ,
Bibliolog'ía, Diplomática, y Esfraglstica ó 'ígilografia, que pu dan convenir á nuestro
objeto; en el segundo trcttamos lo general de la Numismática, sobre todo espanola, yen el tercero apuntamos
las más comunes ideas del arte del Blasón, terminando
así nuestro breve cm'so el mental de Arqueología,
Paleogl'at'la
CAPITULO 1
PALEOGRA}f'ÍA.
292. Divi ión del tratado.-Paleogl'afía, en general,
es 19, parte de la Arqueoloo'ia, que tiene por obj to la.
lectura é interpretación de las escrituras antiguas. ,e
divide en cuatro mma principale: la Epig¡'afía, la
Paleogl'{lfía p¡'opiamente dicha, la Diplomática y la Bibliología. La primera e tudia las in cripcion s lapidarias ó hechas en materiale duros; la segund¡t, la escritura de los códices y diplomas, la terc ra y ht cuarta,
los mismos diploma y códice, respectivamente, por
razón de sus especiales caracteres ó propiedad s, á fin
de criticar su autenticidad y mérito. Llámase diploma
cualquier documento ó d p< cho oficial, expedido por
la autoridad competente: códice s todo m¡\,nuscrito antiguo en forma de libro Ó volumen (1).
Cada una de las ramas antedichas se subdivide en
<>tras, según las diferentes clases d escrituras y de
pueblos y de épocas que deban estudiarse,
En los números ,siguientes se han de ver sumarias
nociones de todo lo enumerado, precedidas de otras so(1) Antiguamente 'e comprendla también con el nombre do
Diplomática el estudio de lo códices;y de cualquier manuscrito
antiguo; pero en el día se limita á lo diploma, y aunquo reina
eoufusión en muchos autores al definir las ciencia consig-nadas
arriba, ereemo que no debe darse otro valor á las palabras sino
el que ella snenan, como e indica en el texto.
421
br la esc¡'itura en O'eneral, acompanada de al 'una
obre E fl'aglstica y eguidas de br ves notas relativas
iL las notaríon mu ical
toda vez qu Ha con titu,
y u la Paleogl'afia d la JIÚsica: tal e
1 sencillo plan
de nu tro li 'ero e tudi pal OOTáfi o,
29:J. Escritura II .... u ral.- e llama esc¡'itu,1'a let
manif ta Ión d 1 pen amiento por m dio de ignos y
fio'ura más ó m no c l1vcncionul ,qu se trazan ó
fijan obre un¡\, up rfici . Divide
n ideog¡'áfica y fonográfica ó fonetica eO'tUl que Ion l' ferido
iguos re, ] l' sCllt n inm din.tamente id t ,ó bien, s an l' presentaci n de oliido, lo cuale voguen)l1. id a. La primemera
ubdi\'id n /iuu¡'ativa y simbólica Se O 'Lt1l que
la idea
r prc ent 11 por fio'ura
imá o' nes de los
objeto id ado ó bien, por ímbolo naturale ó conycncionale (núlU . 3 245). La e critura imbólica se
corre ponel con la i mbologia (ibíd.) y aun equivale á
ella tomándoln. n u ac pción má o' nérica sin re trinO'irla al ten no l' ]jO'ioso. La e critura. fon'tica
divide Ú u v z n alfabética y ilábica: en h1. primera los
caractere ó iO'no l' pI' eutan ai ladamente vocales Ó
con onante :~.
n la gunda cada uno de dicho signos
repres nta una Haba ó una palabra.
Como no e fácil ni aun posibl la expresión de todas
las id as con la figuras de lo obj to mismos, resulta
embarazosa y ca i inÚtil 1'1 escriturl;1. que hemos llamado
figu¡'ativa y qued¡tn las otras tres, como prácticamente
Útiles, usada por diferentes pueblos desde remotos siglos, á saber: la simbólica, á ]a cual pertenecen los jeroglíficos; la silábica, propia de los chinos, y otros pueblos orientales; la alfabética, ordinaria ó común en los
pueblos cultos y constituye un sistema perfecto, Podria
afiadirse la escritura taquig¡'áfica: pero ésta se reduce á
la alfabética, toda vez que su objeto es simplificar los
Elemento ele A1'ql¿eología
trazos de ella p:lra lograr m<~yor
rapidez en 1 e. rito.
El istema. de e critura má <wtiO'uo
1 ideográfico
de pu ~l all'ab ó jerogldico; á él iguió el ilábi
tico: la inyención de 'te n su forma p rfecta .e atriá la, raza emírica y probablem lit Ú,lo f nicio ,
T
E condiciÚn d todo i t ma d e eritura hi n ordenado
que, al juntar do carne ter de la mi Illtl se logr
.-pr at'
una id a di tinta d la 'Iu tal v 'z xpr saran caela uno de
lo componente:; 1 arado .•~ í, aun n lo imbolo ti la
eritma j roO'lifica ucedc que, scgÚn la po jción qu' guarde
uno de 110 re peeto ele otro, el jO'nUicaelo ele ambos
muy
difereute; lo cual dificulta en g-ran mau ra la int rpr Lación
el e te género de e critura. En la f nogTáfica e -i t n ('on frecuen 'ia igno ó camcter pollfolloS Ó qu tiell TI dil'cr nte'
'onido
gún la 'ircUJl tancia , al pa O que otro on homófOllos, Ó d igual sonido á p al' el su trazo di tinto lo cual
e-torha a imi mo no poco para el
tudio
inv tig'ución de
la lengua d que 'e trate.
294:. Alfabeto .-La erie Ó onjunto cIelo di[rr nte
sigpos que expresan distinta emisione impl d voz
articulada en un idioma se llama alfabeto, La figura
de la e critura ideooTáfica s denominan ideogramas.
Cada len na tiene su alfabeto, y C' laro e tá que es indi pensable el conocimiento del mismo i hemos de du,r con
la interpreta.ción de la. escritura re p ctivu"
:Muy oportuno fuera en toda ohra de Arqueología un detenido estudio sobre los alfabeto de que se ha 'e u o TI los manuscrito é in cripeione que se examinan en ella; mas si ndo
imposible en nuestros EL ~[ENTO
un trabajo de esta indol )
nos limitamo á. pre entar un e bozo de antiguos alfabetos,
dado el interés que en nuestros dias revisten las antigüodades
orientales y habida consideración á la utilidad que pueden
ofrecer (los dos medios de la fig., 357) priJ.. a la Numismática
espanola (1).
tI) Y no babJamo de los alf.abeto sansc1'ito (ó sagrado del In·
dostán), lleb7'eo) griego m'caico) etc.) etc.) porque no se trata de
p"lf!0!J 1'lI fíll
423
La fig. ~54
da, j<l < U 1
aractcres lliHnado cuneifol'me.
por 'U emejllllza por la cuúa lo cual,' fueron propio de
lo ~ou-git1la
alfall Lo a. irio meuo y p r'u', y 'on en 1 dÜt
obj lo de important . y lh;idua. inYPstig-acion por part d~
lo ori lltnlÜ,ta : la ('alumna .1
pnrt del alfah to babilófliCOj la B Jo
del Jli tliviffl Ó (( 'il'io: la (' ti 1 m 'do; t dos de
IR critura di('ha <'lIlleijUI'IIt1' 1Il0df'I'I1(/.
La fig. :!!j7 <,ontiC'lH' trc' alfah to' de puehlo antiguo
C'Jmo e indiCil '11 u pígrafe l' p ·tivo: 1 púni (J ú fenicio,
ballan no ]JO '¡ moneda' yalguna in 'cripcrip('un I ('ual
l'iOlH'S' 1'11 E 'pUl ni el ibrh'ico, u ado Ji gTnll part' d
uue tra
Pellín ula al tiPIlIIIO d la inva ión romana, y con 1 cual e
in cril ¡pron l11uC'llÍ 'imll mon da el u ép ca· y el gipcio
jel'oyllfico) I'npio d In in cripci n' <'gipcia
n' plllcro:> y
n . n yariante. . eg-Ún la
olwli (' '. Lo: do primero oCr
él oea . y In 1'I.'O'i011 <'11 dond -e u aban, y 11 la columna
r Jl cti VllHun el' v r In Pl'ill 'ipule variacione conocida.
_t)gUllll' tI la' muchmi qUI' t nͿl el gipcio)
.O'ún los dile'
l' ni . ea
. de lit ('. riturll,
'on -iU'nan 11 In fig. 355.
J. ~
toda In. critura O' roO'lífi a. d lo crripcio er¡l.
id ográfi a amo lJodría. parec l' Ú impl vi t~
ino
qu mucho 1 u ímbolo l' pre ntaba dir tarnent
p1'eci amente
letra de un aHab to fon tico y e to
lo que e indi '1 n la fiO' ,3-- y 3-7' no ob tante Yario el di ha ímbolo fueron 1'ealrnent ideográ.fico).
egúnlo xpr a h~ tig, 356, D donde s pu d inferir
que la escl'itum roO'lifica egipcia debe con idera~
como mixta. d id oO'ráfica y fon tica. De ésta. se deri-
un e tudio filoJó<>'ico; ni drl goriego po'terior ó moderno, porque
e bn.Illt con facilidad 11 varia obl'a que cOrren n mano de eminarj ta ; ni del latino, toda vez qu no es mucha lit düerencia
quo hay entre el 1~i
roo y el que hoy u amo; ni de la variaciones
suCridéLs por el alCab to romano durante lo igolo de la Edad ?r~ dia en lo manuscritos é inscripcione qu
e e tndian en la Arqueologia, porque fácilmente
podrán colegir de los mi mos facsimiles que aCrecemos luego.
Elementos de A"ql¿eologla
Prlleogl'lJ.fia
vó la hiel'ática ó cur iYa egipcia, la cual era una. especie de taquigrafía respecto d la ant riol" y de la hie-
rátíca provino la demótica Ó vulgar: toda.s s halla.ron
imultán amente en u o por largo iglos en EO'ipto
ha ta 1 i"'lo HI d pu s de J. '., con admirable consleían lo e critos
tancia. de forma . Por regla "'eneral
parti ndo el la el recha hacia la. izquierda, y son raros
lo qu van n ntido contrario' p ro los O'eroglificos
má antio'uo 1 ían d arriba á abajo en series ó co'
lumna empezando por h1. derecha.
Del alfabeto hierático gipcio
deriva el fenicio antiguo, qu es 1 del "'rabado (fig. 357), Y de ste el griego arcaico, 1 cual e divide en ri go <mtiguo oriental
424
A
B
e
FENICIO IBERlto GEROGl:
~
~
r~
A
B
~
71
D
E
F
\~
1
K
L
"':'¡"'v
"1'l'
~}1
tL
1\I
1ST
1=0 7 ~
a=\.'--'
2-- 8 =
e.i= ~ .lá~
3=W
4= f
o.U= l§.@~
b=J ¡;
k= ..
t= ....a=>l
Fig.355.-J'erogliticos .fon éticos.
~=5
~9
'o
~
,J
~
ti
t1=tJ
10=
{; ~ { 12 = ~
Fig. 356.-Jero·
glifico ideogrúfico (1).
p
()
R
S
s
~f
J''\
~
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*1<
'<::lO
IIV
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wYt'\
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HN
1Jt"j '1"
'i '1 rv
0/'11 00
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Fig-.354.-Cal'l1ctere cuneiforme..
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T '1.1' XT
Th él0 <l ~
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Tz P 1" 'il't'
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YI.f
'So
425
~
Fig. 357.-Alfabeto s
antig'uoll (2).
(1) Sólo por via de muestra van los imbolos dc este cuadro,
pues son muchos más los que forman parte de la ideografla egip·
cia. La explicación de este grabado es como igue: 1, el 01; 2, 111.
luna; 3, el mundo; 4, la vida; ó, la vigilancia; 6, el año; 7, el hombre; 8, la mujer; 9, el niño; 10, el rey; 11, la reuta; 12, un dios.
(2) Los alfabetos fenicio é ibérico de este cuadro están sacados
-de la obra de Numismática de D. Antonio Delgado, citada al principio de estos ELEMENTOS, con alguna pequeña variante que he-
lila' intl'ot1ll{'ido fundada ell otro autor'. El alfabeto j 'roglifico
(''''ipeio s ('1 mismo d - uhi rto por Challlpollión y perfeccionado
por Roug(·. LIl primera ba' de e te d cubrimi nto fué la célebre
Pil'flm de Roseta, hallada por lo. frane
n 1799 al abrir lo fo,os d la ciudad del Ro,cta n Egipto (actualment e halla en 1
~ln,eo
de Londr .), la {'nal piedra, por estar 'crita en g'ri go, en
(,o'ipeio d mótico y eH jeroglitieo, pudo 'ervir para conocer alguno carn<:tcrrs {'gipcios, mediante 10 griegos. Lo que fueron la
Pinlm tl Roseta." el Obelisco ele File para la 'critUrR egipcia, eso
Cué para la critura cuneiforme a ida la famo a roca de lJehú tun,
('uya;- Humero '/t in 'cripcion s, hecha-en ti mpo de Darío Hi ta pc , .e hall hallado 'cr también trilingile ó e ·crita.~
n tres lenguas, {,aber, PC¡'sPj)olitall(1 (ó aJIti"'ua. per'a), fttrdllica ó escítica
y asi ria: como la pl'im J'll. )"1\ era couocida d lo orientali tas, á
fuerza de e ·tudio 10oTáron de cifrar la otra, n cuya labor e
ocuparon felizmente el ino'l' Rawlin ou, entre otro y 1 francés
Lenormant, ¡\ III diados del iglo XJ,X.
Un pl'Ocedimiento ~ mejante iguió nue tro eximio Delgado, al
descubrir por medio d la moneda antiguas de España el alfabeto celtibérico, egún decimos en su lugar en la Numismática,
En la segunda mitad del iglo XIX hau hecho e fuerzos. sobre.
humano el fl'ancós Rosny y el Pbro, mejicano D. Dámaso Sotol a~Tor
en la interpretación de la escrituras d 1 antiguo Méjico, las
cuales tuvieron asimismo su tre periodo J jeroglifico, 1lierático y
demótico, aunque muy diferentes de los egipcios. (Véa 'e llna idea
de su jerogllfieos en el centro de la f1g. 26 ).
\
4:?t1
Elemellto d,' Al'qlteologla
. O'riego antio'uo occident<"tl; el é te, por fin, naci ron
€lOgrieO'o moderno y 1 latino ó romano. Y el 1 alfabeto romano vienen:· todo lo d nu tra 1 n O'ua' neolatinas, cuyo tipo y modificacione importante ,p l' lo
qu hace á nue tra lengua, iO"uen má ade1<.u~t'.
También la cTitura un iform d l<t A ll'1tt tU\'O su
antece ora arcaica, y
ta halló u pI' ce~l ' t
II
otros caractere ideográfico
igui ndo 1 mI '1110 plan
-que h mo dicho para lo e~'ip
io . P l'ten 'ía al g.rupo
de la ilábica, J~ e 1 ia como la nue tl'i.L pnrtlOndú
de la iZqLúerda.
.
En el alfabeto fenicio, amo en 1 h breo antlgllo y
otros semíticos no había letrns vocal
, ino que la
-senalac1a con e te nombr eran má bien a 1 il'c~on
como el spíl'itus áspe¡' y el :p¿l'itu lenis d lo '~gen'o
La dirección de la escritura n to alfab to , lo mIU:o que el griego arcaico procedía de le)'(;cha á iz.ad~leiuq
.
295. Elemento' materiale,' d la e.'critura.- 011 ¡-derado en término generales 1 elemento formal de la
€scritura, veamo alO'una ca a del mat dal que d' d~
muy antiguo e ha ido empleando el cual . ~ r duce ~'
tres géneros: láminas ó superfici s, plumas o p ltllZOn es
y tintas.
' .
En el primer grupo están: la piedra, que ha Ido on·
tante en los pueblos de todas las épocas: el barro ele "~n
cilla cocido, que fué elom nto de primera import<.u~cI¡l
~ntre
los' caldeos y asirios; el papiro, formado por tu'as
-de Ube1' (capa interna de la corteza) de UD arbusto lla'
mado pa:py"us pegadas y prensadas, qu formó el ca'
IegIpcIOS,
' .
y .que
}
racterístico elemento
escriturario d
e os
'después se extendió á vai-ias naciones eu~opens;
el henzo usado también por los egipcios, sobre todo en las
,
'en
l
' (n. 233)', el bronas momIas
inscripciones
que poman,
Pa 1('0!lI'O lE{(
ce, el cobr , 1 plomo, la mad ra encerada ó blanqueada, qu e u an el r~n1l
antio'uo ~ tuvieron u fumo a
epoca cntre lo romano; el p r amíno (1), llamado
lambi 'n membrana tu Tim., IV. 1; qu ~'a
u aran lo
a irio • lo gri go , y qn fué de "'raude importancia
~n la Edad 1\1 dia la vit 'la.
pe ie dc p rgamino má
delicado h cho ti pi 1 el becerrillo (L"itpllu ): 1 papel
que data del iO'lo ,'JI ~r cuyo uso fué ext ndi ndo d
de 111 diado d 1 XIII.
Lo pnpiro
e cribían tan sólo por una cara y e
di ponían g ncralm nt en laro·a. pi za qu e arrolla.
ban al den dor de un cilindro para con rVH,rla ~ de
e te modo constituía
1 volumen (d vólvel'e,revolyer):
lo' pCl'o-UmillOs e c cribian por un lado ó por ambas
cara Uamálldo
11 ste cgundo ca o opistógl'afos y
e unían CH forma (le cuad rno que e d nominaban
dllel'niones tel'nione ) qllatel'nione Ó quilliones, e"'ún el
número 1 hoja unida : una rie de cuaderno o ido
por 1 dor o l' cibía el nombre d libellll Ó códex. Al
perO'amino ó códice rn 1 ado ó borrado r nuevamente
e crito,
le llamaba palimpsestu ,
Lo in trumento pnra la scrHura on: pam grabar
ó rayar n eco, lo cincele, buriles y estilosj para escribir con tinta, la carrn la pluma.
di el nombre
de e tilo ( tylus) á un punzón de marfil ó hueso, con el
cual e e cribía rayando en tableta encemdas' tenía
una. cabeza por un extr mo para borrar lo escrito cuando convini fa .• i el st,IJhts era de metal llamába e gra.phittm. Desd tiempos r motos usab~t
los egipcios 1.1. pluma de oca para la scritur& con tinta negra sobre los
papiros, aunque en Europa no se conoció apenas si no
(1) Se llama as! por suponer e -que fuá inv ntado en PÓl'gamo
por el rey Eumenes II ó por Atll.lO, aunque tal vez no se hiciera sino perfeccionar el invento, que ya era antiguo.
Elementos de Arqueología
de pués del iglo VI; lo mA comÚn ent senil's duna
e pecie de caña, cálamlts la cual rué á v c metálica,
semejante á nue tra pluma de ,tcero la,ruas.
La tinta que en lo pueblo antiguo e taban más
en u o} era,n la negra ompue ta d neo-ro de humo Ó
negro animal y goma; la roja, formada con minio, ber·
mellón ó ptu'pura j la de oro 'Y plata: que se hacían con
polvos de estos metale . De de 1 siglo XII se mplea la
tinta clá ica de infu ión de aO'tl,Uas y ulftl,to de hierro
(caparrosa verde); desde el iglo XI en ad lante, cm·
pleóse el oro en láminas s.utilisimas para bs letra 01"
namentales y otras decoraciones en los códices de lujo.
El lápiz data del siglo XI y se hace comÚn en 1 xm.
, 296. Epigrafía de 108 pueblos antiguo . -Dando una
rápida ojeada á los monumento de la antigüedfLd antes
del cristianismo, baIlamos con tantemente la práctica
de inscribir en rocas} e tela monoliticas y diferentes
materiales duros la noticia de los acontccimi nto más
importantes.
I
on célebres, sobre todo, lo ladrillo de Asiria, llenos de
menuda inscripciones cuneiformes' a ciend n á. mucho mi·
le los que se hallan reunido y descifrados en 1 ~ruseo
de
Londres, encontrado en las ruina de ínive, y que formaron la biblioteca de ardanápalo TI en dicha ciudad, ocho
siglo ante de J. C.; y semejantes lib7'OS de tan peregrinas
bibliotecas se van descubriendo en otras varia 'ciudades antiguas de aquella región, caleulándos en centenares de miles
los que deben estar sepultados entre sus escombros. Además,
se hallan en la Asiria rocas elevadas, con extensas inscripciones de la misma naturaleza que las de los ladrillos, Y se
han transportado á los :Museos varias piedras y cilindros con
relieves ó inscripciones parecidas (fig. 254).
Sabida es también la celebridad que nan alcanzado en
nuestros tiempos las inscripciones egipcias, las cuales se ha·
llan con profusión en los obel~sco,
muros de templos, cáma·
-129
ras fun rarias, momia , etc. Mucha' Si' guardan n lo ~[u·
seo má celebrado, yalO'uno obeli co· e transportaron á
Ellropa alzándose hoy n Roma, Parí y Lonare , en donde
r le II con admiración y ntu ia mo. Lo nombre de reye
qll fiO'uran n la in cripcione ,,1,pa1'ecen iempr ncerrados
d ntro d> UD l' ctángulo con la
l ~ n .~
~1U 1e quina redondeadas (fiO', 3:) ),
o
1-- ....lI:..
al ual
le llama dl1'fu ho ó
I -":
cartela. L s papil'os y las pin1iI
111
tura murales (flO'ura 266) on
}
i1
:t
otro tantos obj to lit rario
~ HrA
a.-n; ':~
el Eg-ipto qu hoy se interpreIV
v
tan, de pué de quince iglo en
Fig. 35 '.-J l'oglffico 'gipque habían permanecido mucio (1),
do .
~
n
P*
La in l'ipcion celtib ricas de España (fig. 359) no
han 100'rado d s jfrnr
con certeZt'l" sin mbargo de
(1) Lo llomhl'es real ,in' ripto- n e-to cartuchos, 'Oll como
¡gue: 1, Ram é ; II, AlIl notph; IU, Thoutm '; IY, Ptolomeoj v, Berenize, Para cuya inteligencia e- digno de notar,1(', que lo' coptos
(indigena descendiente de lo' antiguo' gipcio') COll"ervan
todavla un leng'uaje casi id ntico al que 'e hablaba en la poca
de lo j rog'lifico , por má 'lu hayan perdido la e'critllra den·
tonce . E tudiando hampollión te lenguaje, II gó Ii. 'o pechar
en vi ta de la piedra d Ro. eta de que arriba hicimo mérito, i
tal vez lo' hubolo d' la sCl'itura j roO'lffica rcpre en tan la' letras inicialc de lo nombr s -qu n Egipto daban á lo objeto
figurado en dicho imbolos, r a i era en efecto. Por jemplo, llamándo e en Egipto all011l al ágnila ">-labo all ón, para rcpr entar
la letra L ponian la figura de un león y para la letra A la figura
de un Aguila. Asl, el nombre de ,o~mltP
quc n g'l'iego e Ptolemaios, se representa con ocho signos, cada uno de lo' cuales
tiene la figura del objeto cuyo nombre empieza en el lenguaje de
Egipto por la letra re pectiva. Dicho objeto 011 en este caso,
como se vé en la figura, un rectángulo, un emicirculo, un lazo ó
cuerda, un león, un codo, dos hojas de caña ~- un respaldar. Fácil
es comprender 1\ 1, cómo una mi mil. letra podla repre entl\rse
por varios signos ~' dificultar con tanta variedad la lectura,
432
- - ~- - - - - -
Elementos de A¡'queologia
433
-
oficiales aun conservan por largo ti mpo sus buenas formas. Antes del Imperio ran menos regulares las letra
(fig. 361) Y menos culto el estilo u lindo e n la escritura extrailos diptongo , v, gr.: cast¡'eis en vez de ca tris, posterei en lugar de póste¡'i, El tipo de la letra e
siempre mayÚsculo.
Por razón del objeto, se distinguen las inscripcione
en seis clases: votivas ó sacras, dedicada.s á los dioses
(fig. 362); jurídicas ó decretol'Ías, que expresan leyes,
decretos ó convenios; pÚblicas ó rnonurnentales, grabadas en monumentos pÚblicos, como templos, arcos de
triunfo, piedras miliarias, expresando el objeto de lo,
nllsmos; histó¡'icas, ó conmemorativas de un h cho importante; hono¡'íficas, en honra de alo-Ún personaje distinguido; fttnel'a1'ias, Ó pue tas sobre sepulcro, indicando la muerte del personaje. Cada una de ellas tiene u
estilo ó formulismo especial, que omitimos en gracia
de la brevedad, y que pu~de
rastrearse por 1 Diccionario de siglas, que va en un Apéndice. El conocimiento
de este formulismo ayuda en gran mitnera para. descifrar la inscripción y reconocer su autenticidad y época.
Todas suelen llevar no pocas abreviaturas, con un punto después de cada palabra, excepto en la Última de cada linea, El objeto de los puntos es separar iuejor entre
si las palabras; son rarísimos antes de la época de Augusto; con frecuencia tienen la forma triangular, yentonces son posteriores á dicha época; no es raro verlos
sustituidos por hojas parecidas á la yedra.
La dificultad mayor que se ofrece pa.ra la lectura de
las inscripcipnes se baIla en las siglas y demás abreviaturas, yen los errores ó anomalías que á veces presentan, Llamanse siglas aquellas abreviaturas que se
reducen á'las iniciales (lítte1're singulre) de las palabras,
Á fin de obviar este inconveniente, incluimos al fin de
esta obra el breve Diccionario antedicho,
Lo" '1'1' r s y anomalía de la in cripciones se deh n á la
impericia dd grnhad l' y á la icrnorancia d 1 latín en la 0lonia )- mm en el Imperio romano, sobr todo n lo tiempo
de Galieno y laudio el Gótico. ~TO
e hallan errore en la
época de bella latinidad, de Anau to á Trajano; p ro í algnna anomalía. L
principal s on como 'ign :
En la ol'to[Jl'afla dI' la' leh'a: e 'crih n varia' IMina on
caractere gri -'¡ro , ('omo la E en forma ti II, la L por L1., la
,lE como.L1 y otnl ' .• Toes raro poner 1'tra' de gran tamaño
en ni dio tl ~ la palabrll, sin ningún motivo: e cribir doble
la letrns que han d' ,el' cneilla' y viceversa' olllitÜ', á vece , alguna lf'tra siurazón, 'obre todo la J¡[y la "ti, ó añadir
otra in nece idad, como la y la X. u titú)·cnse con al~u a
f1' cuencin la n por la 1r y vicaver a, como placávile
por placábile, bi.d' por d:l~if;
la B con la P, como, up n y Z
de. ¡¿I) cOlllr¡{¡snln n 1ugar de conlaplmm . la O con la G como //lorí. fmills 11 r nwgi,'trafuli Ó con la
por ejemplo.
l1clul1'ill por Wjlllll'ill
y vicev ¡"a, loqll' por locll '; la I por
la E, com fi ni' por fine,. la K por la , como . ak¡'1/111 por
.r¡CI'l/m; la ~lI con la ..Y, como inpell (( por impr'II.'r¡· la liT por
la ,como me .~is
por m 'JI 'í : la O por la e, como 71OC, I'qllom
por Iwc, eqllllm' la R por la L, como lIperléctile POl' SlIpr'l/Mi/ e' la T con la ]), como t por ed' la K'1.' d 1 final d 1
pr t 'rito p rfecto e confnnde con la JI, com pl'l'fecerum en
,ez de pel'feCe¡'wlt· la X ~ pre enta. á veces por C. ó S ..';
la [' iempre 'e scribe rr n las lápida, y en el iglo de AuI\'Usto u ·titny mucha veces á la I) en ca o como estos:
asimi mo,
1acru//lre, nw:rnnUl en v z de lacrimre, maxi~'s,.
reemplaza á la' Y ó ú la O, como stlboles, u1'ia en lugar de
soboles, SYl'ifl .
En los diptongos: s olmten 'on frccn ncia, como en '1:itre
bonre, poniendo vite bone; so :d'l.aden in .motivo, como en
8t8cu/lda en lu~ar
de semtndfl; e sustituyen por otros anticuados, como Aimitiu8 por .tEmilius, Aidilis por .J.iJdili8) p1'Ovinciai por pl'ovincire, co tumbre que era univ-ersal y clásica
ante de Augusto.
En la punh~ac.ión:
á vece e omiten los punto en todas las
T
a,
29
Elementos
qe A.¡'ql¿eologirt
palabras y abreviatura, ó se pre,cinde el
Ho al capricho
en alguna tan sólo: en el iO'lo egundo d J. . es f1" cu ntc
eparar con punto la ilabas y ha ta la letra d alguna
palabra.
Las abreviaturas: no tienen reO'la fija; unas vece llevan la
inicial sola' otras, la inicial con la final, ó las dos ó tr . primera letras de la palabra, ó la iniciale de cada Haba. '0
faltan abreviatura que tienen la forma de monograma ó on
ligaciones de letras: por el ontexto pu den orrlinariamcl1tc
descifrarse.
Además de conocer el formulismo, la anoml11ía y
las abreviaturas de los diferentes géneros de inscripciones, según hemos dicho, es indispen able para leerla
con acierto, saber los usos y costumbres de lo antiguos
romanos, y haber visto y comparado muchos monumento de esta clase. Uno de los aludidos usos} que má se
revelan en Epigrafía, es el de los nombres de familia.
Los romanos tenia n la costumbre de I1pellidar e C(ln v¡\r~os
nombres á la vez; desde fines de la RepÚblicl1 u aron ti'es nombres y á veces cuatro; antes de estl1 poca
solos dos. Se distingúen así: pramomen, nomen cognomen, agnomen. El primero es el nombre personal del individuo; el segundo, el de la estirpe ó linl1j (gens); el
tercero, el de la familia que desciende con otras de
aquella estirpe; el cuarto, ó segundo sobrenombr ,el
que .por sus hazañas ha merecido el individuo. Los hijos
adoptivos llevan todos los nombres del adoptaute, afiadiéndoles el suyo de familia. Pero desde el ti mpo de
los Antoninos (últimos del siglo II) se trastornl1 el orden
mencionado, y se ponen á la vez varios nombres de estirpes1y muchos prenomb1·es. Tratándose de ciudadanos
romanos, llevan en sus inscripciones honoríficas y funerarias' el nombre de la tribu á que pertenecían, en
ablativo, sobreentendiéndose ex t1'ibu, lo cual ya no se
halla desde el siglo IV, y rarísimas veces después de
'eptimio 'ev ro (afio 211): dicho nombre se intercala
entr la indicación del par nte o J el sobrenombre ó
cognomen. La. mujer s nunca llevan nombre de tribu
y más comúnm nte carecen d prronomen quedándose
610 con el nomen r cognomen; i \'Íven ó han vivido en
matrimonio, afiadcn el nombre del marido, en genitivo.
Lo i rvo ó
lavo no tienen má que un 010 nombre.
'in hablar en special d las dUer nte cla es el in cripcion mencionada, cligamo una palalJra de los epitafio, ya
que tan comun s on en nuo tra. IJenín ula. La in cril cione
fun rarias, del paganismo chí ico mpiezan g neralm nte con
la invocaciÓn y dedicación á lo' dio. . ?nO I//' : D. 11[. . (Diis
JlnniiJu) acn/1I!' i~ue
el nombre del difunto· d spués del
lIonten ante del cogllomel1, e indica la filiación ó parentesco
del mi 1110; lu go de expresada Ja tribu y 1 cognomen ( i
exi ten), pon 1 nombre de 1< ciudad ó paí d origen (en
grnitivo ó ablativo, ó adj tivándolo y onc rtado con el nombre d 1 difunto) y el ele la prof ión Ú oncio; á continuación
., uet rmina la dad que tenía el sujeto ~- la. f cha ó año del
con ulado que ej rcía el Emp rador ú tro per onaje lo cual
{aJta con ft· cu ncia .
xprc a, la defunción on la fórmula
híc i/us est ó equivalent ,y e termina con alguna aclama.mación ó el s o el 1 u n augurio. "So e raro añadir l110mbr
de la p'r Olla quc el liea 'lmonum nto,:'( oh'as circun tancia
de éste, 'on imprccA.<"ion contra quien viole la epultura.
Para ilu trar má 1 asunto, van á continuación algunos
ejemplo notabl 's de in cripciones fun rarias romano-hispana , en dpndr' podrá notar e la aplica ión de muchas de la
regla antes con ignada .
En la prim ra d e ·tas inscripciones pu de v rs la indicación de Ül medida. deL epulcro, según la costumbre de los romanos cuando la sepultura e hallaba junto á lns vías pública
y querían bac r resp tal' 1 derecho á la misma. Las expresiones in fronte pules viginti qltinque, in ag¡'o pede viginti quatuor, se refieren respectivamente á la anchura ju~to
al camino
y á la longitud por la parte del campo ó terreno de propiedad.
T
Elementos de Arqueología
ó rótulos y aclamaciones se ponian en lo va o pinturas murales' desde la cit::¡.da fecha empiezan las in cripciones dedicatorias de Basílica y otras emejante .
El material empleado por los primitivos fieles consi t
en lápidas y objetos de mármol, barro cocido, madera,
marfil vidrio: á veces utilizaban lápidas ele s pulcros
paganos, que les venian á mano sin co te. La precipitación con que habían de pro eder al inscribir los pitafios ele los mártires, y las necesidade económica,
obligábanles á prescindir con mucha frecu llci,t del
graba,do ó esculpido, y e contentaban con trazar al
carbón ó con tinta negra y á veces roja (nÚm. )"I~2
lo
títulos de las lápidas, aunque en otras oca iones va·
líanse de la misma tinta para realzar el grabado.
Distinguense las inscripc.iones cristiana de la paganas en 18s símbolos, en las aclamaciones y d má formuli mo, y en el e tilo general ó estructUl'<.t de la comnóic so~
literaria. Digamos alO'o sobre cada uno de esto
PU)1tos.
l'
FAVSTINAEVIRGINI·YOR TISSlMAE
<(VE BIXlT ANN-X :x l,
~J
Fig. 363,-Inscripción funer~ ia
en la
Catacumbas (Boldettl).
Los iro bolo más
u ado , n la época
de las p r ecucione',
son la paloma, Ipez.,
el áncora (fig. 363) Y
lo ramitos de palma
ó equivalentes; des·
pué d la paz constantiniana, el mono·
grama de Cristo; la' cruz ornamental empieza con el siglo Vj
pero en muchísimos epitafios antiguos no existe símbolo al·
guno:
Las fórmulas cristianas excluyen toda idea de paganismO,
como se comprende, y si ttlgún resabio tienen de profanas,
son más bien del IV y V siglos que de las primeras centurias.
..Dícenóe aclamaciones las que expresan un deseo ó el dolor
439
qu xperimenta qui n dedica el epitafi . La má comun
en tiempo d la p l' cucione on: PClJ: tecum, Inpace, Vivas
in Deo iJl Cll1'isto, ill Domino) el/m 'a/!ctis el/m tui') In "er,.igl'l·iIJ Pele pl'O nobis ... En los va O' d .idrio I y rara vez
en lo epitafio
s común la fórmula g-ri ga PIE ZE ES, lue
va cl'it~
en caracter' latino y igllifica bfbe et vive, aludiendo 'in duda" lo áO'apc yal convite c('le ticll: dicha aclamaciÓn ra c mún entre lo romano de aquel tiempo, y e u a
el d fin s d 1 'iglo III Ó principio el lIV.
De 'pu ·'s d la paz, la aclamaciones antcdi 'has de aparecen
casi por e mpleto d lo pitafio, y n su lugar e críben e logia ampulosos ti I difunto y fórmula quc x]lresan implemente la d po i ión funeraria. Los elogio más comunes on:
Jfirre '((pitmtire, .lfil'ce illIlOCt'lItice ó anctitati'. La fórmula
de e tcl g-uhda ('poca on: hic jet·et hic po itu e t Requie8cil ill par'p, NI'f'(','liit ill pace (tiO'. 36-1 ,
El e tilo y la traztt
gen ral coinciden con
lo profano en el tipo
de la letra en la abreviaturas, en la incorreccione 'Y anol11.c.'tlía ;
Fio·. 3IH.-Lf\pida Cl'i tiaua del
pero se diferencian en la
jo'lo IV (1).
sencillez de los nombres
pemnza. que demu stran las mismas
y en la id a de
indicaciones d la muerte (2).
En la época de las pers cuciones el e tilo e breve
sencillo yel gmlte; no se fija ca i nunca la fecha con(1) Con; rvase en una iglesia cerca d Vich, y se loe: Recessit
in pace Amantia, qui vixit ann(o ) X, d(i ) XXV.
(2) La verdade dOg'\lláticas quc s indican en lo pitaflo
cristiano con titnycn, rennida , un admirable conjunto ó cuerpo
de doctrina que da mucha luz para conocer la fe de la primitiva
Igle in, en todo igual á la que profe amQ . En ello se ocupó admlrablemente el malográdo arqueólo~
Armellini en su obra citada
al principio de estos ELEME TOS.
;
440
Elementos de A"qu¿o[ogia
MI
pf1[¡·u[Jl'rrfía
sular y raras veces la del scpelio y edacl d 1 difunto;
los eloO'ios, que tal vez se dan á
te son br vi ilnos y
modestos; no lleva más de un nombre propio iendo
raros los casos en que tiene dos y esto ya en el iO'lo III'
son frecuentes las in crip 'iones O'ri ga , y no aparecen
errores de baja, latinidad, aunqu llev n alguna incorrecciones por falta de pericia n el lapidario (fig. 2 3l.
Desde la 'poca de Constantino cambia el procedimiento, y se observa mayor aparato y c. tensión de
las inscripciones, con determinación de ht edad, fecha,
del sepelio y afio consu1ar; comÚnmente llev.t dos nombres el difunto, (por lo regular, d sabor cristiano, como
Renatus, Amanti~¿s,
para. sobrenombre) ad más de la.
indicación de sus títulos ú oficios. La puntua.ción se sustituye á veces por asteriscos, ramitas Ú hojas y crucecitas (figs. 282, 364).
En la época del Papa '. Dámaso, á mediados del
. 0'10 IV, pusiéronse inscripciones en anteriores cpulcros de insiglles mártires con muy elegantes caracteres
mayúsculos, festoneados en sus extremos; la composición está en verso latino: se conocen con el nombre de
inscl'Ípcio1)es damasianas.
Todo lo anteriormente consigpado, queda dicho para
Roma y sus regiones próximas; en las provincias del
Imperio se prescindía muchas veces de varias formalidades, llegando siempre tarde los clltllbios de la metrópoli. En Espafia continuábase con los emblemas del
pez, de la paloma y de la palma, aun en el siglo VII.
Comúnmente, las inscripciones funerarias de la época
visigoda en Espafia constaban del nombre del difunto
(uno solo), de su título ó calificativo (por lo menoS, ór
mulus Dei), edad, día ¡;lel sepelio, fórmula de' la muerte
cristiana (1'equievit in pace) y fecha de l¡:¡, Era Hispana
(fig. 365). Se notan barbarÍt¡mos en la composición é in-
r
correccion en la e critura, y acompaúa generalmente
á toda in cripción 1<t cruz ó el mon "'rama de ri too
LIToR.IVS FA
MVLVSbEIVI
XITANNOSPLVS
MI WVS \.X)(VR E
QVlvlTINPACEDIE
VIIII<ALS
IV\.IAS
~ ¿rm$~Im1~@;S
.QER A 1>lOOOCVllI
RuJJ<c5m1J}'i¡lI!5'1A~Mq;¡ri'ny
~@fi1(~;¡'TiM,s. WFI~G
@~UI' A~mr J
Fig. 365.-Lápil1a del
.
VI
(1).
~ \U!l
Fig·. 336.-111 'cripci6n
visig na el 1 iO'lo
VI[ (2).
A vece t rminan con imprecacione contnt los que osen
profanar 1 pul ro .
Hasta el j lo VII contábanse lo afias en las inscripciones lapidaria por datos de consulado ó por cómputos speciale de algunos paise ; en el iglo VI introdujo
Dioni io el Exiguo, monje de Roma, el sistema actual
<1e la Era Cristiana y se vulgarizó en Ita,lía, Inglaterra
(1) Fué hallada en un olivar de Tala.vera y -e con rva eu la
igle-ia de la Virg n d I Prado en la misma ciudad. Dice a i: LitoI'iu,~
f{m~ul s
Dei, vixit annos, plus millu ,LXXV. Requi(e)¡;it in
1'<U'e, die VIII kalclI([as julias, rera DXXXXVIII (año de 510).
(2) E un fl'lIgmento de la in cripcióu funeraria de una lapida
que se halló n '1 mismo sitio del Te oro de Guarrll.zltr (número
275) y se con orvll. en el Mu 00 Arqueológico de J\oIa.dri ~
la. porción copiAda en la figura os la parte itlt gl'a de la iuscripción (que
,-e halla muy deteriol'ada en lo demas) y dice asl: ... sociatus 1'eswr-
!Jarn hic vit(a)e CurM anno finito Cl'ispinu pr(e)sb(y)t(er) peccator in XPI (Cllristi) pace quiesco, (a)era DCC. o estA completada. a.qui la fochll., pues en la linea
nal e tos solos earaetel'e ~
XI.
iguiente léanse e\1 el origi-
Paleografia
Elementos de Arqueologia
y Francia desde el siglo VII. En E paúa e contaba pOI'
la E¡'a de Augusto ó Hispana, introducida por lo romanos generalizada, más d de la, inya ión de lo. godo
o obstante, se hacian lo
y abolida en el siglo XI\T.
cómputos indistintam nte por consulados ó por la Era
Hispana en la Península, ant de la iuva ión vhgoda,
según lo manifie tan vario mOnumento .
La Era Hispana ó de Augusto empieza 3 anos ant
que la vulgar y data de la conquista y pacifi ación total de EspaJia por AuO"usto y del tributo impuesto Ú la
sazón por el mismo (1). Parü reducir ht Era Ili pana Ú
la vulgar ó cristiana, basta quitar á los año el itquélla
el número de 38..
299. Epigrafía de la Eda.d :JIedia.-D de lo Últimos del siglo "VI empezó á notarse en la epiO"rafia ( obn'
todo en la espaiiola, en 1<t cual principalment no fijamos) cambio intencionado de los cal'actere romano,
prescindiendo de lits aH raciones que ya el iUltE' ufrieran, debidas á la mano inexperta d 1 lapidario. Lo
referidos cambios de letra fueron acentuándo e en 10'
demás siglos y constituyeron tres clases de tipos en u o
durante la Edad Meelia JT que pueden llamarse re pectivamente visigodos, monacales y góticos.
Los visigodos de los siglos VI al VIII no ofrecen grandes modificaciones del carácter romano, y p<l.recen ser
éstas debidas á la influencia de los neo-griegos ó bizantinos; se nota grande analogía entre la forma de la letra de aque.! tiempo en España y la que tenían las monedas bizantinas acuñadas en Oriente (figs. 402,403 y 404).
Como puede verse por la figura adjunta, las letras <jue han
sufrido más alteración en esta época son la D, la G, la JI, la
(1) De aqu1 trae su origen la palabra Era, . egÚn S. 1 idoro de
. Sevilla, ab rere 1'ecldendojotros, con SepÚlveda, bailan ja etimologla
en las silgas A-er-a, tomadas de la frase Annus erat Augt&sU.
4,13
Q y la v:,. e ta última e confunde con la U como entre los romanos. También e u an mucho la ligaciones de letra y la
mezcla de tamaño dUer nt d llas. AdemA de ba tante
lApida fun raria de este periodo y con st caráct l' de letra
en las cual
e igu un plan sem jante al consignado arriba,
aunque más ampulo o, e han hallado algunas inscripcione
dcdicatorias de jalesias con rvándo como má célebre la
de la primitiva atedral d Toledo (año 5 7) Y la de . Juan
de Baño (661).
En los primero iglos de 1<11 época d la Reconquista
siguióse la mi ma forma de 1 tra que en los anteriores'
pero luego e modificnn adoptándo e un tipo romano
prolongado en s ntido ver'tical; continÚan lo nexos de
de letras, las in lusiones de unas en otras la mezcla de
diferent s tamanos. la abreviaturas frecuentes. e
encorvan los trazos de de el iglo XI, tomando forma
Fig, 367.-Lápida del .
Xl
n lo clau tro
. Cugat del Vallés (1).
extraftas (fig. 367). La numeración continúa siendo por
Cifl"aS romanas; pero se introduce la T para representar el valor de mil , la X' con vírgula vale cuarenta, y.
la 1 más alta que otras compaüeras equivale á dos Ullldades.
(1) Dice as1: cRec est Arnalli-Sculptoris forma catelli-Qui
claustrum t~le-Construxit
perpetuale.,
4!G
Paleog¡'afia
Elementos de A1'queología
más que alD'uno escritores llamen con dicho nombr á
los de la época prec dente: en ellos (en lo monacale)
d~mina
los traz~s
curvos pero se guarda má regularIdad en el tamano de las letras y en los renglone: e
establecen lo punto de s paración entre palabras, descuidados antes, siendo gen ralmente tres para cada
una y en sentido vertical (fig. 368); se suprimen los difíciles é irFegulares nex.os del siglo anterior aunque
.
'
slguen
las abreviaturas y ligaciones, fáciles y sencillas.
Los caracteres llamados gótico (figs. 369, 370 Y 371)
empezaron entrado ya el siglo XIII y terminaron á principios del XVI; se di tinguen de lo anteriores por sus
delgado perfil
n lo trazos horizontal s y gru sos en
los vel'ticale y por la tendencia, á errar la letras que
en .otros alf.1.beto preced nte qu daban abiertas I como
la e, la E, la T y otra . En el si 'lo xv
hace mucho
uso del tipo alemán, que e más anguloso; desde el siglo
XIV se introducen los caracteres minúsculos y s van
haciendo O'enerales en el siglo xv (fig. 371): la puntuación divisoria de palabras continÚa siendo de tres puntos en línea vertical aunque á veces se reducen á dos
ó á uno, ó se sustituyen por una crucecita.
Á mediados del siglo xliI empiezan á redactarse en
lengua vulgar las inscripciones, siendo indiferente el
uso de ella ó de la latina desde la mitad de del siglo XIV
en adelante. Todo lo cual y otros pormenores pueden
verse comprobados en las figuras ó facsimiles que van
adjuntos.
Los epitafios de esta época contienen generalmente
un resumen d'e
la vida 6' un panegírico del difunto·, las
,
inscripciones dedicatorias son breves y tienen por objeto fijar datos cronológicos.
Siguió usándose el cómputo de la Era Hispana (nÚmero 298) en la epigrafía de las épocas románica y oji-
447
val h:1 ta médiado del si 10 XIV: n Castilla y León
quedó abolido (' te i t ma por la
ortes d
egovia
aJÍo 13 3' n AraO'ón lo había ido por las de lonzón
en 13-1; n ataluna mucho ante por un Concilio tarr<1.con n en 11 O; 11 PortuO'al, ba taIlt después hacia, el aúo 1-:b32. Le 11 tituyó 1 de la Ere
ri tiana ó
nl1gal' u ya de d el iO'lo XIlI había mpezado á introducir . IIn.cia mitad del siglo XIII omenzó á u arae
la numeración arábiga en E paila (1), ext ndiéndose el
u o de el aquí Ú toda Europa, si bi n no se hizo gene
ral n piOTafia ha tn, el siglo XVI.
Entrado ~ra dicho siglo, la invasión del Renn,cimiento
impon lo tipo romano n las inscripc.iones, y ce a
la uniformi lad d
tilo aun á veces el sabor cristiano d la mi ma .
'irva como j mplo el epitafio de un legista que se
balla in ri1 to obre maO'nifico al' ófaO'o n la c lebre
'artuja el Pavia, el cual es como iuue:
(1--
---
I
==========1,
'omo f;(' v por la lUue trH p uprimcn todas las fórmula
cri tiana' y las pltg-anas juntam nte, aunque, por lo demá , el
e tilo es romano antig-uo p rfecto (2). La puntul1 ión sólo se
aplica en te pitaflo á la ahr viaturas.
(1) Por este dato y por el anterior del idioma en qne e in crj·
blau Jo epitafio', e podrá juzgar de la autenticidad que tengan
lo qu e atribu. n ¡i los siglo IX, x y Xl U lo !\Iona terio de
S. Juau d la Peña, 8 .• alvador de Oüa y otros pue e leen fe·
chados con cifras arábiga y redactados en e tilo relativamente
moderno: 011, in duda, muy posteriore á la fecha qu llevan,
"'rabados por algun monje del siglo xv,
(2) r o es dificil su interpretación: Alexalld1·o 'Tartagno imolentino (de Imola), legllm reriss¿mo (le fidíssímo intél'p7' ti, qui r;ixit
Elementos de A¡'qtteologla
1 nlt>ogr(lfía
En E paña no ha e tado en uso e tft forma dc in cripc:i )}('
fuuerarias moderna, pue nunca se han olvidado la fórmulll
cri tiaña por completo.
300. Códice y dil)loma : . 11 e. crltnra.-· egún la
nociones dadas arriba (núm. 292), core~pld
á la
Paleografía propiamente dicha el e tudio de lo" manu'critos antignos por razón d u letra para leerlo: ó de cifrarlos, y e te es el objeto del presentc níune1'o. Ya
dijimos (núm; 29-1) que en el alfabeto romano hay que
hallar el origen de los nuestros. Los romanos tenian
dos formas de escritura.: la capital ó inidal y la cursiva:
aquélla ,enia á ser equivalente ú nuestnL nm~'úscula
de imprenta y se usaba en epigrafía y en documento
y códices de importancia: la cur iva era una . pecie
de taquigrafía ó abreviación de la otr1t.
La letl'a capiteLI fué luego alterada en muno de lo
O'odos y demás pueblos afine , j' al u l1rht en la e eritura de los códices j' diplomas, se hicieron CU1'VO ~.
ruesos su trazos, resultando una especie de letrit emejante. á nue tra minúscula, pero de gran tamafio y de
gruesos perfiles: á estos carttctere se los conoce con el
nombre de u,nciales, y con ellos se e crlbieroll los pergaminos de la época visigoda en su mayor parte. o e
perdió, sin embargo, el uso de las letras capitales, pue
todavia se empleaban para iniciales y epigrafes de lo
libros, además de usarse en lapidaria.
En el siglo VII experimentaron sucesivas modific¡lciones dichos caracteres, y desde entonces se enumeran
las siguientes formas de escritura en Europa: la visigótica para la Península ibéríca y mediodía de Francia;
lit franco-gálica para Francia; la anglo-sajónica para
T
annos quinquaginta tres, filii pientissimi, patri opUmo benemerentí, posuere. O,biit anno 1477.
.
4-19
In"'lat rra: la ¡'lÍ nica para Din, mar a y E candil1<1.via,
)'la longobál'Clica para Italia (fig. 372·.
'blt~ u:econ
~
e<cah~
fcr CJu,tetu
Cum"ot~ce- 'b rfj
n:? -
.·~iF
Ilrllctc1'Ctdongob:\.rdico·, iglo
IX
(1).
La granel importancia que obtuvo c1rlomagno en la
Europa central y III ridional hizo preval cer la escritura fran e a ó franco-gálica sobr la otras recibiendo el
nombl' de cal'lovingia la cual, modificada por los Cape1"
o
'h\Ch c.,.\'1z\, tutarc:" ut..ljomt. 1Jonem.....
(Y
bnC.
WI
'"
fonfo ~-3f1Tt
~ ,'eno~ Dtk'
hane \lU;Tf~
-
\l\(kUa. .,a¡~6
rnq.U'
1 __ '"
'"
\..r.\.. Q). C, .n vx~
'}\la
nlaJ\U ~
~E:
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lufft. Ilq'l
.. 1
prea.lclo 'troa~m.l
"'1 itAWTJ rn(~bl
,~S
iUb¡r'/
QMAra.
"
/~
~.c_
antlD.yn·mn
ll'\l.F!J'
'OIW/'"
rob"ro.
Fig. 373.-Lct 1'11 frll1\cc'a Ó carlovillg'ilt. ¡"'lo
XII
(2).
to ,llegó Ú triunfar d finitivamcnt sobre la vi iO'oda
que usaba E pafia, merced á la venida de los monje
(1) 1 úbrica' el 1 códice romano que' cita e1\ la fig. 343 .~
S46. En la pl'imera liu a ele dichas figul'a e Ice: .Subdiáconi pntenalU t cálicem .... ; t'U la eg-uuda, que o r fierc ¡\ la otra figul'n, dice:
UIU póllice déxte1'ro fa(cit) C1'UCC111.
(2) Concln ión de una carta de privilegio, expedida en Náje1'a
por Alfon o VII el Rmpe1'ado1', á favor de la Catedral de Santo
Domingo de la Calzada, que dice asi: .Facta carta naiar (en ájera) Hl nonas ovembri, Era MCLXXVIln (3 de Noviembre de
1141), predicto nldefon o imp(er)atore, imp(er)aut iu tolcto, cte.30
45~
Paleografl,(
Elemento de Al'queologia
Aquí d be principalm nte con id ra1' e la manera con
que e formaron ó e cribieron lo códice en la Edad
1\1 dia las e pecie di,ersa de ello yalguno ejemplares célebres qll hoy e admiran --;.r con 1'\7 an,
abido e qu lo' monje de lo má o CUTO
ig-lo dl la
Edad 1 dia fueron loo encargado pro id nciale de con. rval' lo te oros científico y litera'o~
d' la O' nerueion
que le precedi ron con aO'rando Imena parte d' 'u lahorio a
vida á la tran cripción é ilumina ión de 10 anticruo manucrito y á la 'ompo ieión d otro' nu vos. A e t fin había en
el interioJl de los convento un lugar l' tirado y fuertemente
SIC1rnd\i í'l!tq~i
ñimaunf\t10'1WC
i)ni.r.úmai' dhqu,~
1IIltf\it"fl1DU\-1lfoneqrnunañtTdCIttW
mal'ah'l'il ~q l)utl\11!c.llldlOl t linna i tnS
qi'dn.&b).ñidllabJ ¡fiuna-quota é¡rm
i v;6\~
lDlSe damarcm".ul'COflmn1ft
t1ltÜtUléiD) otilé ~
eé. i/\ustátbaYw
rafeon.l:jr,oiñ;'lnpri.atñé mfi\\D.",
owmqlli.iO·toev.11AA1oYi\ pi: pti<ade
fi\i'-..vtra 2)& fp.f.
~pr At¡!ma\OL
Fig. S7G.-Letra O'ótica formada, iglo
.xl\'
(4).
abovedado, que se de tinaba á la e crit-ura d lo.. códice,
ficiale tenÍ<t
y llamába'e c7'ipi01'i1tmj allí cada uno de lo
(4) Fragmento d un ('ódice que' pel'L n dó al Mona torio dl'
Poblet ('Farragona), cuyo tenor, . uplicndo la ahrevil1tura', ('como sigue: .Sciendum ergo, quod pater nOl! e t major filio, nel'
pater et filiu major(e) piritu aneto, nec maju aliquid du' uut
imul per onre quam UlJa, ncc tl'e simul majus aliquid quam dure;
nec major cssentia in tribus quam in duahu , nee in duabus qualll
in una, quia tota e t in singulis. Unde johaones dama eenus ait:
Confiterour deitati, natul'am omnem perfecte es e .in sing'ul/\
suorum ypo taseon id (e t) persol1arum, omnem in patre, omnclll
in .filio omneIfl in piritu aneto. Id oque, perfcctu deus pnter,
perfectu deus filius, perfectus deu" piritu anctu ..... (De nuC tra colección particula,¡').
_'
4:J.
u pupitre con lo libro· y uten -ilia al efecto, incurriendo
n pena el ,'comunión qui n extraj ra 1 s códice el 1 lugar á
qu e mban adjudic el s, 'no ra el cribient ó pe1Uloli. ta J
y otro '1 iluminador ó lItilli(/tul'i ta; el primero dejaba in e cribir la letra capital . al campan r u libro, y 1 seO'undo
1 e ta labor, el pu que 1 primpro hahía t r. en ar~ ba
mina 1 la llYl.l.. o 011 raro n lo . arehivo' lo. códice que
todavía e hallan in lH1berle lJ gado 1 turuo para la formación el la' letra ol'l1amental ,quedanel ·n hlanc
litio
que !la d I íH1l ocupar.
Por lo tjU hace á. llue ·tra E 'paña, liéron e 'on tauto afán
la mOlljes y eC'lesiá ·tico . á la formación de códice , luego
ele inicindn la R conqui ta, que ya n el iO'lo IX hubía ver·
dad m' y formal . bibliot 'ca pn la at drale y ~lo1a
t rio d. alguna importancia, Lo 'ódic' ran de p rgamiu
ó vitela, ~. ::; 'crihíllu siempre en lengua latina) má ó meno bárhn,rw hacia mediado' d 1 igl XlU mpi za á e.-t 11del'
1 [ap 1 y
'l'ih n lo códic
en 1 nerua yulgar,
babi nelo jemplarc mucho d UIlO y oh'o <:>n ¡l,d l:mte. Lit
tinta que e mpl aba ('fa n.gn para el t xto y roja para las
adyertencÍ1l y título, que p r o ' llamaban rÚ)n'i (1 • Durante la época ojival Ó gótica rué extraordinaria la actividad que s el pl<:>O'aba n la campo ición é ilulUinación d
códices, ali ndo d lo mona trio e'ta ·noble afición literaria invadien 1 á mucho d .diver a clas
ociales (Uúmer
23 ), ba ta qu la diru ión de la impr nta apagó el ntusiaroo. En lo libl'O' d coro, habiendo d
el' exce ivameut
O'l'and para la tipografía de entonce , iguiós todavía la
antig'uit prá ·tic<l durant el siglo XVI, y más ó m nos ha continuado hasta el pr sente.
Al mismo tiempo que en los diplomas y en algunos
códices se empleaban las clases d letras ref ridas) usábanse en los códices ordinarios entre gente de estudios
los caracteres di chos góticos de letm f01'mada Ó alemana,
la cual era una derivación de la carlovingia, y sólo
diferente d la que hemos llamado de p1'ivilegios en que
suprimía los trazos curvos y prolongados. Dicha letra
•
•
45-1
Elemento ele Arqueología
Paleog¡'{(fla
(fig.376) e pI' ent<1. con mÚ reo'ulariclad) má angula a
relativamente mÚs alta ha ia el iglo XY, on tituJ'endo 1 carácter mÚ propiament dicho alemán (figura 371), que fu' el prim ro u a lo en imprenta. Ya
hemo Yi to cómo en epioTafía
hizo u o del al!'abeto
gótico durant lo iglos XIII, XIV Y XY.
.Á Último del ialo xv de figuraron los e cribano la
letra corte [(na y la convirtieron n procesal) a i llamada porque la mpleaban n proce o judi 'ictles:
dificili ima la lectura d em jante C',trá ter de letra por
sus largo trazo en elltido horizontal) sn n n.denamiento y profusión de embamz sos ra gas, que 'igucn
aumentando en los siglo XVI XYII,
Con el Renacimi ~nto
italiano se introdujo en el iglo
XVI la letra llamada itálica ó ba tardilla que ha t,t fin
del iglo XVII no logró pI' dominar obr las otra: e
semejante á la cursiv.a de imprenta.
Tanto n los códice como en lo diplomas adorncíban e frecuentemente la 1 tras inicial s con trazos
caprichosos y miniatura , con tituyendo la letms O/'namentadas que se dicen antropomórficas si sus trazos
están hechos con figuras humanas, zoog¡'áficas si lo están
con formas de bruto , etc. Esta práctica era más propia
de la escritura de códic s, los uales se adornaban,
'además, con lujo as portadas,
Se dificulta en gran manera la lectura de los códice
y diplomas de la Edad Media, por la multitud de abreviaturas que se introducen y por lGt falta de puntuación
ortográfica,
.
Las ab¡'eviatw'as son de variaB clases: unas por sincopa ó supresión de letras en medio, otras por apócope
que las suprime al fiu; otras por siglas, que deja sólo
(1) Lo libros impresos en el siglo xv se llaman incuncibl6S, por
esta" aún la imprenta en su cuna.
"
455
la ini 'iale : otra p r let¡'a, obrepuesta Ú la palabras
y otra en fin, por nexo ti 1 tra ~ y por ignos especial qn' repr ntan njO'lma ílaba. De todos hay
ejemplo n los eliUí~'Car
aducido en lo cuale pued
,el' tambi 'n la in O'uridad de la puntuaci 'n orto ráfica: el lla por mÚ que n ti mpo de arlomagno e
11 O'aran á
tablec l' al 'unas norma, 'lo 1 O'uión
qu
pon al <tu dar incompleta la 1 ahtbra en qu
terminan lo l' 110'1011 (fi', 373) Y lo iguo indi 'adores
de abI' ~arutiv
por in opa ó apócope (flg-, 376), lograron al¡2;una con tu,ncia 11tre otro poco. Para indi al'
colo Úba,se un
que una 1 trl1 silaba el bia suprimir
punto d hajo el la JUi~ma
(ti '. 376, lín. ,1 tI'. úlU.
Pueden diyidil' lo códices en dif l' ntes la e , como lo libro s aÚn cl contenido de cllo : pue lo hay
hi tóricos, científico, l' ligio o jurídico y literario, y
to arupo e dividía n otro que no e
cada uno el
del ca o nUID rar n detalle, na de 1, prin ipale
[tO'rupa iones que merece tudiar e con alO'una det nción e la de los códi es ó lib¡'os litÚ1'gicos y de ella
tratamo n núm -1'0 apart .
Entr lo mÚ él br códic
iluminado, ó con miniatu·
ra , que todavía c con ervan, hállan' n la Bibliotcca del
Vaticano un «VirgiliolJ (la Eneida), copio amente iluminado
en lo siO'los IV y Y vario libro d 1 Antiguo T tamento de
lo siglos VII, I~ Y x un ~r nologio gri go d la mi 'ma época;
en . Pablo f, 'f¡'aJnUl'o una Biblia d 1 iglo IX; en la Biblioteea d la linel'VH, un Pontifi. al del siglo IX; en la Biblioteca
de . LOl'cnz de Ji 10l'encía, un códice iriaco d 1 ig10 IV; en
\(1. Igle 'ia apitular d V rona un acram ntario L onino (con
pI' c litúrg-i 'a' de . León M.) del siglo VIII; en la Bibliote('11 ilUI erial'd' VÜ'lla, un 'Dioscórides, (libro gri go de Medicina) del siglo VI, te.
El). E paila son célebres la "Biblia mílil1n nse n del monje
Qui o, r¡u lleva la data de 1.1. Era DOO (año 662) y se conserva
en la R al Academia de la Historia; el códice de los "Diálogos
456
Elementos de Al'IJItNdo.r¡I'(
Prt7('or¡l'nfírt
de . Gregario Magno en la ato d "Crg 1, igl x: 10'"'mentaría ti Beato» obre alauno lihro el ~ la Rg'I'a\la E critllra en la mi ma Cato yen la de ~erona
y en la Biblioteca
Nacional lo de ésta sou del iO'lo XI y los dI' aqnéllas rl 1 x:
la "Biblia de Lbila.. n la mi ma Biblioteca, ¡glo ~TI'
1 Oíclice Vigilano Ó Á-ilbelclen e (d 1 monje Vigila en el mona.terio
de Albelda) del iglo x, n la Biblioteca del E corial' '1 OJdice Emilianense (del monasterio d
. Millán) d la mi ma
época y en la mi ma Biblioteca' 1 "Libro de R z ,. ti Don
Fernando 1 en la Univ r idad ompostelalla, siglo .~I;
lo códice godo y mozáTabe, de la nt elral de Tal elo: 1libro dI'
los Testamentos ó privilegios ele la ateelral el Oviado, jglo Xli. De los siglos xm XIV, y xv, mayorm nte elel último,
son muchí imos los códices que se O'uardan y admiran por sn.
curiosas miniaturas: entre ello, e muy célehre l "Mi al Rica." usado por el Cardenal i neros y qu e con rya n la
Biblioteca J.:TaciollaL En la forma 'ión ele aquellos b rmoso:
caractere y brillante miniaturas ele a abada jrcución y
buen gu to, se ocuparon 3 pintare trabajando 1.- ano: 1 misal en cu stión es de 7 tomos d fina vit.ela. Por último, en
los archivos de la Catedral s de Burgo., L ún, Tarl'il.O'Ona,
Toledo, etc., se cu todian magnifico y variado códicr de
ine timable valor' en la Real Academia d la Ui toría los hay
excelente desde el siglo VII al xv, recogido de los mona ·tcrios españoles después de la exclaustración, y n vario. Archivos ó Bibliotecas se guardan interesant<'s papiros dr origen
cristiano (pre cindiendo de los qu existan pro ed nte de
Egipto), pues aun en el iglo x se usaba n las canciJ]erías de
Roma este material escrituTario.
pu' d la, 111 ncionncla f cha e hici 1'an modificacione
ó e e tableci mn dif rent liturgia, fu ron aquélla'
mu~'
accidcntale y tas muy privativa de alauna
M
302. Libro Iitúrgicos.- on los destinados por la.
Iglesia para la administración de los Sacramentos) celebración de la :Misa y ejercicio de las demAs funciones.
sagradas.
El periodo de la formación de los libros litÚrgicos empieza en l<;>s primeros siglos y termina en la época de
Carlomagno para la Iglesia Romana, pues aunque des-
-157
reO'ion
El libro litÚrO'ico d má importan ia en la, antio'üedad eré. 1 Sacram nta/'io) plle bajo e te nombre se
entendia unae 1 eci d )[1 al incompl to) que l' unía la
. pr c Ú oracione comun s para el anta. ~acrif c o,
Ó
ea pant la confec i n d la Eucari tia ( 1 aCl'amentltm
por xc 1 nci¡t) ~. que fueron r copilada y fijada por
S. Oela io, ,". (ir o'orio )Iagno, Papa . iau II despué
el Evangelia/'io qu abraza lo Evangelios di puestos
con orel n para la :W a
n el d cur o del afio y qu
fu ord na,do por.' . .T rónimo, ncarg~tdo
Ú su vez por
1 Pap'1 . '. D{LllHt O' 1 Epi to~aJ'io
LeccionaJ'io con las
Epi tola ó L cione pa,ra la }Iisa l:ttribuído ~lau'Oi
ment á ' . .T erónimo' 1 AntifonaJ'Ío con lo introito
O'mdual ofertorio, ctc. cuyo principal autor e . :1"re~
ario; 1 Mi al) qu en lID principio m I . acramen·
tario, . que d pu
fué compl tÚndose con los otro
libro Hum rada hasta constituirs en .Misal plenari(}
Ó cQmpl to ha ia 1 ialo r: y quedar n esta forma
único para la igle ias menores' el Bendicionario) que.
r Ún la b ndi ione de la Igle ia y e atribuye en aran,
part á .'. Gr gario; el Pontifical 1'omano y el Ritual
que abrazan r pectivamente las oraciones y prácticas.
de los bispos ó de los Párrocos en la admini tra ión delos acramentos que les incumbe; el Breval'io Ó libro del
rezo eclesiástico, dicho así por haberse determinado en
ror'la breve por . Pío v, según interpretan algunos, ó
por ñaberse impreso en reducido volumen segúnotros, ya
que desde la invención de la imprenta reúne en corto espacio todo lo que antes se hallaba en los grandes libro
de coro: hasta dicha época rezábase el Oficio Divino en
45~
l~
Ú
Elemento de Al'queología
coro y lo libro del
officiarill m.
l'
zo
llamaban liber ol'ato¡'illni
En E~paíi
ti ában e durant
lo 'prim ro icrlo d .
la Reconqui ta el :JLi al ~T 1 Br yiitrio de rito lIwzá¡'abe
Ó muzál'abe, lla,mado a í por haberse e tabl illo para
u o de los crí tiano bajo 1 yugo d lo árabe I amo i~
dijéramo mixti-á¡'abes): dí ha rito ó liturgia no ra ino
una modificación de la vi igoda fij¿tda por. t. 1 idoro 11
el IV Concilio de Toledo y de cenc1ientc de la tradiciones apo tólicas. En el Último tercio d 1 iglo xr e abolió
el rito mozarab en toda España llstituyénc101e 1 romano que impuso '. Gregario vu' 1 ero aun quedaron
.alguno resto de aquella hermosa liturO'ia qu s lIaron
nuestro mayores con su si.tngre, y hoy se halla reducida Ú una Capilla en la atedral tal d.tna por fundación
del O'ran Jiménez de Ci neros,
303. Diplomática.-Re trinO'uida la. siO'uiti ación de
e ta pal ~ra,
como se ha dicho arriba (nÚm ,12:)~
'~t.ih
que e tuchar ~n el asunto las diferentes cla e de diplomas lo matenal de ello, el idioma en que
han redactado ':l el formuli mo e pecic.tl usado en Lo mi mo ,
~os
dip10.mas se dividen por~J'azón
de su autor, de su
<>rIgen escrituraría y de su objeto ó asunto. En el primer caso dícense los diplomas ecle iá tico ó civiles
pontificios, ,'egios ó p,'esidenciales autos judiciales ó no~
tal'iales, etc., segÚn procedan de' autoridad eclesiástica
ó civil, del Papa ó de un Rey ó de un Presidente, de
un Juez ó un Notario, En el segundo caso pueden ser
autóg'¡'afos Ó apóg1'fo~,
según que se trate de originales
a~t n icos
Ó meras copias de ellos. Los autógraf
sc
dIvIden en ológ1'afo8 yqui1'óg¡'afos, siendo los primeros de
la propia mano del autor, y los segundos obra de amanuense con la :firma de aquél; los apógrafos pueden distinguirse en simplemente tal.es y en autorizado ó re-
Pall'o{}/'{/fill
frendado . Por lobj to que lo motiya on lo diploma cClrta de jJridlegios, Ó ea con' ion
que la autoridad hace Ú u' favor citlo , ó bien, actas, ~ent cia
)' escl'itw'a. Ilotal'iale . ('U~TO
:fin e bien conocido,
han llamado lo diploma con lo nomEn O'en ntl
bre d cá1'tula, cal'ta ó ka¡'ta t:fig. 373) inst¡'umento,
testamento 2Júginai y e da I nombre de ca¡'tulario
libro becerro ó tumbo al libro mamrcrito que reúne la
copias literale de los diploma ó privHegio concedido
á una igle ia ó corpomción, y qu e guarda en el arcbivo de la mi ma.
La materia d lo diplomas e 1 pergamino ó la vitelct, para lo que 011 d import~uca;
·n la antigüedad
hasta el iglo ,'1 u Ó e t.tmbién el petpiroj de de el iglo
:XIII
empl a fre u ntemente el papel n documentos
de inferior ondi ión lo ual e ha
comÚn desd el
siglo. v; s di tinau 1 papel antiO'uo por lo grue o
flojo que
pI' enta y tanto má
uanto má anti uo.
La tinta u ada comúnmente es la n O'ra' pero de de el
ob erva muy alt rada r de color rojizo, sin
iglo XIII
. duda por la d campo ición química, lentamente
obrada por la acción del tiempo. Lo diploma de privilegios .~ otro importantes e escriben sólo por una
cara.
El idioma en que se redactaron los diplomas en la
Penín ula, duntnte letS épocas visigoda y románica, fué
siempre el1atino aunque muy barbarizado. Desde Últimos del siglo XII n Castilla y del XIII en Arn.gón escribiéronse no pocos en lengua vulgar, aumentándose
el número á medida que se acercaba I siglo xv, en el
cual se hizo indiferente la redacción de los diplomas en
una ú otra lengua, menos cuando habían de dirigirse
al extranjero. Son mucho menos frecuentes los adornos
en los diplomas que en los códices, y apenas llevan
4Gü
Elementos de A¡'qtteo[ogir¡,
otra iluminaciones que la aplicada á letra de ,1,dol'l1o
y á los igno rodado.
El formulismo d lo diploma 01 IIDl tien lugar pe.
cialm nte en los encub zami nto y en la c nelu ión el los
mi mos. e mpieza invocando el ombre de Dio' ó el 111.
ma. Trinidad, precediendo el l'i 'món ó' monograma de
Cri to, durante la época románica' el c1"i rnón
reemplaza
con frecuencia de de el iglo XIII por una impl cruz. Depués de la invocación, ya xplí ita, ya implícita por medio
de la referida eñal, iO'ue elnombr de la persona qu dirige
la carta, acompañado de los títulos que le distinguen (figura
374 J 375), Y termina el ncab zamieuto nombrando y aludando á la persona ó orporación á la cual s dirig el e crito, si e trata de privilegios, cartas de amonestación ó gratitud ó equivalente. La forma de saJutación má 'comÚn en
E pafia es: sal1¿d y gl'acirt. uando e trata de in trumento
notaria le el encabezamiento con i te n fijar el lugar y fecha del acta, y luego el nombre del que la autoriza. y el de
lO comparecientes al acto, omo hoy se u a. En alO'una em'ituras de diligencia y entencias mpiéza
con aquella
fórmula; epan cuanto e ta carta vieren, como yo ... J de pué de la invocación el 1 ombre de Dios (fig. 1:175).
Una vez con ignado el a ,mto que motiva 1 diploma, se
concluye con la intimación de no" contravenir á lo mandado,
usándose á vece fórmula imprecatoria muy t rribles, como
on las amenazas de la indignación divina ó de la condenación cum J1¿dc¿ prodito1'e, etc. E comuní ima en los documentos castellanos desde Alfonso X esta sencilla ilÍtimación: "E
non fagades ende al, sopena de la mi merced". Terminan,
por último, con la lecha y las firmas (fig. 373).
Ú
Resp c~
de la fecha debe notarse, que J siempre y
cuando se escribe la palabra E1'a, se entiende la Era
Hispana (núms. 298, 299); si no suena dicha palabra,
suelen contarse los afios con la Era vulgar ó Cristiana
o con los del reinado de algún Monarca (fig. 373); si el
documento se halla redactado en latín, se fija el día por
el sistema de calendas, nonas é idus.
Palengl'afta
461
La data, ó f cha de los diplomas aparece con tal1temente
gÚn la Era IIi pana n a tilla y León) hasta
el ~l'Ois
XI\' en que rué abolida, como se dijo n su lugar
(nú;. 301): 1 ro n ata.lulia
introdujo el cómputo
dioni iano el i t ma de la Era ri tiana J-a de de el
i"'lo IX d bido in duda J á la influencia fmnce a: En
1 citado iglo y 11 lo si 'ui ntes ha ta 1 XIl inclu i~e
fechában e comÚnm nt lo documento por lo anos
d reinado d lo mon,l,rca france e . lo Conde Ramón
Berengu r n donaciones á las Igl sia d Tarragona y
Barcelona usaron indi tintam nte 1 ómputo de la Era
ID pana y 1 el la ri ti<tna. Al rdr e de este últi~o
no fué con tante In, d 'iO'nación d 1 punto de partIda:
unas v c s fijaba n el día d la atividad del efior
y otra
n 1 d la En arnación, u anclo expresamente
io término 1nno ab lnca¡'natione Domini ... J Anno a
Xal:Ítate nomini... - aunqu
doctrina. orriente que
n el reino de a tilla significaban lo mi mo ambas
locucion
'que 1 afio e contaba de de 1.0 de Enero
(collformándo con 1 u o vulgar que a í lo practicaba)
no ob tant opinan vario e critor que por lo meno
en Ara ~ón
y ntalufia) se distinguían la data en lo
documentos , conform á dicha fórmulas (1).
.
Á la firma d 1 documento solia acompañar la s¿gnatW'a qu
1'<1, un libujo caprichoso r "rariable jecuta.do
á pluma como la.s actuales rÚbricas de los. otarlo
(fig. 377): d de 1 iO'lo XII tomó h~ forma de szgno ,'odado (fig'. 37 ), muy usada por los Obispos y Reyes de
Castilla. hasta fines del siglo XY. En los documentos de.
Alfonso X e iluminaron dichos signos con ariados colores, y en los de Pedro I tomaron proporciones colosa. t'lea d e E'sp aña. por D Yicente
(1) «Véa e la Hi toria Eclesu't
de la Fuente, tomo lI, §. CCX.xXYI.
462
Paleo!p'o rlrt
Elemelltos de Arqueologla
le , 11 O'ando á exced l' u diámetro en doculll nto o.
1emne ha tn. de lo centímetr ~.
Terminada In. redacción d 1 documento
autoriza.
Fig'. 377. -, 'i~ nlt U1'a
de Alfo n '0 \'II (Arehiyo de 1<t Catedral
el' ,'igti llza).
con el ello corre'ponclieute
e ocupa hL Es!,l'agl.-tica.
Fip:, :37,.- 'ig'no rodurlo de
Alfon;;o YIlI.
n curo
. <un n'ó
tudio
.30-1:. E, fragoi. tica.-A i e llama. (del griecro . 'Phl'aello) la parte d la. .\.rqueolor"ía qu e tllclict lo
se110 que '\et11 aplicados á lo documento dando ft 'to
mayor fuerza autoritativa: e la conoce también con el
nombl~e
de igilogm(ía derivado del latín igillllnt 110.
'~,lcH
que examinar neta 1'<una arqueoláo'iea ~l in _
tl'ume~o
Ó medio con qu
e imprimen lo bello, la
mafeJ'za de ésto , la (arma y el n. o qu se ha 11 cho de
los mismos en las diferentes époe¡v" de la. historia
.
El i11stl'umento para sellar' se clice ta.mbién sel~
y e
el Cluío Ó, la matriz que e üplica. obre la mM ri~
pam
I darle la forma, ó figura
igilar. El objeto que antiO'uaet~ m
aí~res
para. este oficio era 1 ¡tnillo; no obsta~l e,
se cltan eJemplos de haber usa.do los babilonios una
c!ase de rollos ó cilindros provistos de mango á propósIto para hacerlos resbalar sobre ~Llg na
materia. susceptible de recibir la impresión de sus relieves. Los
glS
anillo iO'ilnre llevaban una. piedra de á"'ata Ú Oh'el..
,cmcjant(', '11 la cual
habia, rabada en haeco la
figura que ele 1 ué re uIta.ba, n l' li ye al imprimir el
110. Otro 11' c dimi uta f' 1 el lo troquele ó placa
de metal Ó ele mael ra fu rte, O'rabacla -y proyj ta de un
pUlí , on 1 u: 1
oprime fu rt 111 nte la. placa obre
la mat ritt tllt ha d
('llar e: dicha, lÚmina e l' emplazn. -~OIJ
y ntajo alllcnt
por l,t cromn, cau ha para
e, t¿lmIHll' 1 sl'110 on tinln..
Lit matcl'Í,t el ~ol
110 e muy yaria' p ro lit má
comÚn ha. , ielo . r S toc1cl.via. 1 plomo. la c 1'a. el la re
Ó Ce!'({ hisjlál/ica, I,t obl a,
1 pap 1 con l:t tinbl. y
1pn),)l'1 "obl' h ohl a: también
u ¡L 1 papel en eco
pum
llo jl1
e imprim II con dobl troqu 1, 1u~er
tamI0 la fio'ura como L'cpujada. 'Cna y c el ello ~tá
pendiente el 1 <10 'mncnto por medio d cordone ligados
á llno ~. otro y otra
aplica -1 110 á modo ele placa
ohr 1 1 l' "tlUino ó pap 1 el In :a'Utirc~
en el prim l' ca. o 11 nt CO\1 fr cucnci,t un forro prot ctor q u
uele l' una ('¡,jita d hojalata ó un,t bohttt. i el ~el o'
e el
l' ¡) ó la er .
en In figm'¡'t qu ~c impriLo formal <1 1 110 0\1 i~tc
lllP.: at~"
PlH'<1
l' un imholo una. '~aDli
n una palabra, UlI monO"Tal1m. la. inicial
el 1 nj to liue ella.,
un cu<10, et " Al d rr d l' c1 l,t fio'llra hay, 1'egularment una in rip ióu qu -xprc:t "1 nombre "Y lo
titul de la p l' Ona. Ó corporación llYO e 1 ello de
modo qu lo ¡t cm j¡t ,), una 111011 da.. La forma cxtcriol'
ó contorno el 1 110 e l' donda, poligonal ó a.migdaloicl .
Yini nclo al u o ó o tumbre c¡n se h,t gunrclíl,llo con
los ello 11 llts diferente 'poccl. de la. 11i toria, hay
qu anotar la io'ui('ntes obscrva ion ,Lo primitiYos
cri tiano
igui ndo In. prá tic,t el lo romano d
u
époc,t, llevaban anillos con piedra. gl'a.bacla T lo u a,-
464-
Elementos de Al'que%gia
tan frecuentemente como Uos: la ~ figura que n lo
mi mo e e culpían eran lo ímbolos u ado. nto]) e ,
á saber, la paloma (fia'. 379) 1 áncora y la na' (fill'ura 3 1) el Monograma d
ri to, alguna d la aclml1asel oi~
deyotas (fig. 3 O) et . E'tu prácti'a d
ellal'
Fig. 3i9.
Anillo
de lo
Fig. 3 '1.
primitivo' cri't l O~.
Fig. 3 O.
Fig. 3· 2.-SeIJo <le plo-
mo de una 1 nln (1).
.adoptada por lo' Obispos (núm. 2 D) continúa durante
liLs épocas Yisigoda J' románica, empleándo ,Ú y ce .
para anillo sigiror piedras grabada de anti(~uo
por
los romano, bien que d tal s anillo no 'on ta que
sirvieran para sellar diploma ino má bien otro obj.
os en los ca os pre crito por la litm'O'ia deJa época. De
toda manera, el sello e imprimía obre plaquita de
cera adheridas al objeto.
Los sellos pendientes y circulare d plomo fueron conocidos y usado por los Emperador
de la antíll'uil
Roma. Los Papas adoptaron la mi ma práctica tí. Últimos del siglo VI, autorizando con esta clase de s('llo lo
documentos más importantes, llamado Bl¿las, nombre
que tomaron de los mismos (bullcc plumbew, dicho por
los antjguos); desde Pascual Ir ó poco antes, en el siglo
XI, llevan éstos en una cara los bustos de S. Pedro y
S. Pablo y ellla otra el nombre del Pontífice reinante
ovl~s
raras excepciones. También los reyes
(fig. ,)~3
cristianos hicieron uso de esta clase do sellos pelldien(1) Reducidos á la do quinta parte de u diámetro. EllcinllL
de los busto, se indican lo personaj
ql~e
repre cntan: S.
PA(ulus), S. PE(tru ).
Paleogrnfla
46.">
te y d plomo iendo lfonso " III el primero que los
Adoptó en E palÍa; no ob tante ~\ medida que iba ~un
diendo 1 uso del pap 1, di minuía el u o de lo. mi mos ,
ya qu ólo pu el u aplicill"e á lo diploma de pero-ahan con rvado ha ti), la época momino: n 6 to
trata d olemn documento.
derna cuan lo
ut que 1 d plomo y á ulla con ellos, u áron e .
en E pafia lo d cera obtenido por troquel pu ~
con tan d de Hon o VI: y aunque no haya noticia
clara sobre la manera de ellar en tiempo anteriores,
e conj tur¡'\, (¡ue rvirian los anillo , y no es 11 enturado uponer hubicra. troquele . Lo d cera se u an,
~ra
II forma. de placa, ~ra
pinjantes.
Entntdo el p riodo oji val se extiend el uso de los
ello de C ra. a Obi po y Corporacion de toda cla.<.'s adoptAndo la.:lo forma indicada por má que
alguno bispo y orporllcione ya lo u aban do io-Ios
ante . En lo d placa nel pon l'
de de el siglo XIV
un pa] el obr la cento tí. fin de imprimir el troquel con
mayor eo-uridad y limpieza; los ellos pendientes del
documento, van protegidos con una bol iÚt desde la
misma época' en el iO'lo xv se encierran en una cajita
de madera ó d hojalata, á la Cl al van adherido , . ésta
e generalmcnt de forma ojiyal ó amio'dalóidea como
el sello. Alas adelante, en la época del Renétcimiento,
continÚ¡,t la mi ma caja, pero de form¡,t circular.
El uso de la oblea con papel encimit pam recibir la
impresión del s lIo, data del siglo XVI, y el del lacre
empi Ztt en el XVlI; en el XVIII comenzaron los sellos
estampados y los obtenidos en el papel seco.
Las figtwas, que suelen imprimirse en los sellos, guardan relación estrecha con la persona ó comunidad á
la cual pertenecell; los pontificios llevall la figura de
los Apóstoles ó la de sólo S. Pedro en actitud de pescar,
31
466
Elementos de
Al'q ~eo gic
--------'--------------como acontece en el ello denominado Anillo del Pe cado)'; lo reale tienen comúnment la fia'ura el 1 rc~'
ó u e cudo ó el embl ma, de u r ino; lo d Obi po .~
bade o tentan la ficrura d un pI' lado n lo má untio'uos ó la de los antos de su iglesia, ó el e. uclo dI'
armas per~onal
del mi mo: e ta Última práctica
la
que hoy e sigue de d l siglo XIV bi n que á lo, principios no era el e cuelo lo principal d la fjcrUl'a, El ('110' de las iglesias cofradia y demá asociaciol1 rrligiosas lleva la imagen el 1 Patrón ó Titular, ó I1lgÚn
emlllema del rr:i mo, Entre los emblemas ele e te o'6ne1'0 es frecuente el ele la jarra con aZllcen¡;I,S, que imooliza á la, 'ma, Virgen, sobre todo n el mi tcrio el u
AmmcÜl,ción: lo tienen la Igl ia at 11'<11
dI' Bur'o , Cartagena, Ciudad-Rodricro, nlaman '<1, y Yall1t·
dolid, entre otras.
Desde el siglo XIV la fio'Ul'a u len e tUl' a. ompafiadas con motivos arquite tónico . Lo
ellos ele cera
pendientes y sin caja prot tora uel n. tener en cl
dor o alguna. contraselia, cuando no están impr o por
lo dos lados: dicha eñal e dice contm ello y con i te
en un ello de cortas dimensiones, que lleva un cudito
ú otra cüra de la autoridad corre poneli nte: Q objeto
es dificultar más la falsificación del 110,
Por lo consignado en e e número
puede col gil' la
gran semejanza que media entre la E fragí tica, hl, .I. Umismática y a Heráldiea, y ómo lns tres s ltlLXili<tll
mutuamente y se completan.
305. Notación mu ical.-Oportuno complem nto de
las precedentes nociones de Paleografiia setán, sin duda,
algunos apuntes sobre la notaci6n mttsical (1). Como la
I
T
-
No cabe en el plan de esta obra tratarlo alguno sobro 111.
Mú ica por no 01' e ta bella arto unn de la qu e dl.' aÍTollan
en el e 'pacio, com'O lo monumentos quo hemos l'eC01'l'ido, sjno on
(1)
Paleog"{(flct
467
voz articulada, qu s la palabra. tí ne su r pre ntaCiÓll gráfi a 11 la e critura a i la .oz modulada ó ea
el canto ha d t n r u repre elltación material en una
e pe'i ti
l'illll'a que
e llama. notación, E~,
por
tanto, la notación mllsical el arte ti r pre entar O'ráfi.cam nt por igno 'onyencional las modulacione
del onido. Por 11a e fija 1 yalor el lo sonido mu iy, tm mit 11 á la. po teridad lo adelanto que
al
e r alizn,n 11 1 arte divino de la mÚ iea,
TitO ha pa ado por uce Í\-as
y omo e11 no'u<l.j
volu ione ha ta lo ra1' u p rf cto de arrollo así la
notación ha. id varía r procrr ,i,n. ha ta conseO'túr 1<tuniformidn.u mod rna que en yana ha,u pre ndielo alcanzar 1 ara í la 1 nguas hablada y es rita ,
En un prin ¡pío
u 'ó d biela á lo gri go la noaplicaban las 1 tra d 1
taci6n al{abética, por la ua.l
alfab Lo °'1'i.cr á r pI' cntü1' lo onido d ÜI, e cala,
AtribÚ'e á Bo cio 1 '¡tlllbí d la 1 tm ,gri Cl'a por
la romana ~., Ú ta, forma
le da lnom bre de notaci6n boeciana. o e on ernm libro ni códice que
iO'un . clu ivam nt 1 l' fel'ido i tema' pero i lo~
ha -, p lt n ci nt ¡tI icrlo XI qu ti van la notación
aIfab tíca junto on 1<t lllll ical propia in duela para
facilitar 1 tudi de la IÚ íea: á e t g nero pertenece el famoso Antiforiano deo lIIompeller,
Hacia el sio'lo vII (ó quiza en 1 YI por " Gregario)
emp zaron lo s ritor á usar un i t ma d notación
e pecíal on ist nte en un conjunto ele msgos y de
pUlltitos, qu f01'ml111 lit notnción lhl,mada neumática
por los modernos. l\Iá bien debiera d cirsc notación
m~ sical
propia, Dichos signos fonético se escribían
('1 tiempo, que s fugaz y no permanece, En lo qu tiene d fijo~'"
permanente, como e la notnción, puede tratar e con d recho ~
Con la bl' vedad qu exio'en los limite de e te libro,
46
Elementos de A¡'qtteología
encima del tex.to que había de cantars . uno t nian
la forma de puntos diminutas} otro eran á modo de
ntsgos angulares y curvos, qu no parecen cr otra
cosa sino ligacione cursiva de punto mu icale : Ú
esta clase de notas e las di tingue con 1 nombr d
neumas (del griego pnellma) l' piro), y on realmente
grupos de notas unidas, que los mod rno tTtl,tu,di ta
distinguen con diferente nombre, inÚtiles á nu tro
propósito. Al p'rincipio no tenÍttn pauta ó p ntagntma
dicha. notas, ni clave las m lodia . Ú fine d 1 siglo x
coménzó á ponei-se una linea sobre el tex.to lit rario;
Guido de Arezzo en el iglo XI puso dos líneas, como
pauta, y claves' en 1 siglo xm quedó constituida la
pauta de cuatro lin a., y n el xv re ultó el pelltagrnma ó pauta de cinco lin t ,que es el usado en la actualidad. Los ra o t1nt di ha ó neumas van perdi 11do u forma cur iva tÍ medida que va ad lantándo e el
siglo XI, quedando má ueIta, la nota de puntos, los
cuales conviértense en cu<'\,drado .
Habida consideración á los datos que ant ceden, pue'
den distribuir e lo códice mu ical s en varios grupo,
correspondientes á .pocas distintas en la historia de ht
MÚsica, y reconocer su t~n igÜoda
por m dio de la
mencionad.as evoluciones do la notación neumática.
Ciñendo la cuestión á nua tra E paila, en donde ya
desde los tieml)Os de S. Leandro (siglo VI) se cultivó
este género artfstico religioso, pueden dividirse los referidos códices en tres grupos, que para mayor claridad los basamos en el pautado, á saber (1): códices
T
(1) Esta cla ificación y las principales nociones de este nÚmoro
se deben á la p,xquisita amabilidad y noble ele iuterés del docto
jurisconsulto y erudito arqueólogo calceatel1 e, Dr. D. Ignaci?
Alonso, quien nos ha facilitado los Apuntes inéditos que redacto
en vista de multitud a ·ombrosEi. de códices musicales de todos
tiempo , que ha e tndiado.
46ft
blancos ó in pauta, tet¡'agl'amacio y lJelltagJ'amados.
Códice.' blancos: van in pauta, ó cuando mucho}
ti nen una impl lín a.; tampo o 11e an igno de cla11 Ú lo
io-lo' VllI al XIII n u princiye y pert n
n do cla : ('ódice godos ó vUgopio . Di tingu n
do 'uyo t -to lit ral11 va critura vi io'óti a (número
uOO J, •c.-ti nden ha ta lo aúo de Alfan o VI en el
iD'lo ,-1, y códices galicano cuyo texto e de letra carlovino'i:t y abrazan 1período d fin del iglo _'1 hasta
:va ntrac10 1 io·lo. III: en lo primero la nobción e
ra gaela, pI' dominando la curv,1.tunt de las linens, lo
ual hace muy difí il u traducción fonética.j 11 el e'"undo la notaci n
p rfih da y u puntos cuadrado
varían d sd un milímetro y aÚn m no ,d l<.tdo, hasta
cinco ó i.
CódicP8 tet?'ag¡'amados: tienen pauta el uatro líneas
~- p rtcn en á lo
i lo XlU, 1 y principio del x .
Todo 11 van la lav d 'LTt (elo: Ó de Fa al principio
el las m lodia ; la. nota on CU<.ldrada , bi n determinadas y p rfilada v miden do milimetro por lado en
1 i O'10 XIII.
Códice. pentag¡'amados: 11 van 1auta de cinco lin a
claves y d má como n 1 grupo ¡ nterior, y pertenecen
al siO'lo xv hasta nuestro dia.
Desde 1 siglo:xIII pll de afirmar e, quedó ya perf cta la notación mu ical) pues el pentaD'rama no hizo
ino darl facilidad en la interpretación ó traducción
fonética.
471
----._-mátic,l en o' neral e ~tudian
lo 'aractere 1 articular el lo "TUpO
n eru
e diyid la XU11li roáti a.
paÜola; roa como é ta depend rio'inari m nte de la
d la romana, el la bizantina e indica lo má
d toda 11a ante de cara ,t rizal' la difereniOlle el la panola.
:301, 'otnel1'(J~I
d la mOIl da.-En toda moneda ó
1ll chtlla hay qll
tudiar ht parte mat rial~'
la part·
formal d la mi m,t: la pl'im 1'< on. i t Il 1 111 tal ele
qu
tÚ Ll,bmela . r en h1. forma. ext rior q u pre enta;
la errunÜa
illseril)cion
y'- el má
le·
n , nln fie:ura,
'"'
mento qu allí intr duce el uno.
Ló 111 tale ron qu
ha batido mon Ü" 011 el oro,
1<, plata, 1 el¿ctJ'um IlUez 'lad 01' ~. 11ntl1l, el allóll
.pltttn l' b¡l,ja 1 y Ó on 111ucho obr), 1 'obre (qu II
.l.Tumhnátir,l,
die hron e) llat n 1 plomo ~ Últimam nl
h,1. mpl ado 1 aluminio. La forma. ext rior d la 1110n ela
di oidal Ó l' donda. p r lo cOlllÚn··
'lHldrada. En l¡t tlntiO'Ü dad e bati ron moneá '\ ('.
da fundi 11110 el m tal que d> pu
nteÍtl,l a 11 ID Id prcviam ut rrmbado con la fio'ura del uíio' pero
muy pront
introdujo l proc climi nto d l' ducir á
lámina el metal; imprimir! el troqu 1 en [río, ya por
bru ca p 1'CU ión. amo e hacía antio'ucunente, T, por
fu rt prc iÓl1) como ahom e practica.
Lo elementos fonnales de la monedtl, son: la g/'dfila)
que e' la orb ti puntos ó de línea cir ular que sigue
concéutrica al bord ó cordan; el á/'ea Ó campo, que e
el e 1a io int rior 'ireuns rito por ia gráfil~,
pre cindielldo el las figura ' tipo ,que 00. las fig.lras de la
moneda: ue/'go s 1 espacio elel cümpo fllerh. del sitio
<JCupado por los tipo; leyencla, ó in crjpción ,que rodea.
iL ht fio'ul'as; insc/'ipció11 propÜ1,l1l ntc dicha; que e 1<1.
grablJ,da 11 líu a recta en el área; anve/'so es la cara.
T
OAPIT LO Il
r
11 I~
1 '~[
Á. TIC
Á •
306. Fin J objeto de este callítnlo.-X¡¿mi '/l/lÍtica
e la parte de la Arqu ología qu e tudia !<-1,S mon da'
y medalla . Por monedas
nti llden la' pi za de
metal acuúttdas que il'ven pnril. tl'an ,1,ccion
n el
comercio humano y por medallas, 1<t mi ma pieza.
cuando tienen por obj to COlUllOmOr¿1,r alO'ún a,cont elmiemo, honrar ttlgÚn personaj ó rvir 1 unl, In, pi d,td
de lo fiele . A las moneda::; antio'lltl, también so ltt di'e m elallas.
Po<.: ~
monumento arqueolóo'ico len ver [n,d, l' vi ten
la importancia le los qu vamo á e tudi, r 11 e t capítulo, ~'a qu en las moneda, y medalla ha gml aelo
el hombre as ielea clomiu,tnte, ~T 101' lo mi mo, eH
ellas e revela el c<lráct r propio el lo pueblo tlue la
fabricaron. Por otra parte, lo
onocion to numi máticos e enlazan íntimamente con lo ele epignl,fía, pa.lcografia simbología, progr o y deca,el ncia el 1 arte,
etc., de tal modo, que e imposible formar abal concepto de alguna de esta ci ncia, , in poseer ¡tlgo más
que vulgare nociones de .r umismática.
.
Dar una ide¡t sucinta ele los principales grupos de
monedas antiguas, especialmente de h1.s spanolas, y sobre todo, de las cristianas, para q1,le se ntienelan algo
y se é1.precien más estos curioso. é instructivos monumentos, es el fin á que se dirio'en las presentes nociones·
En ellas, después de consid mI' lo técnico de la Numis-
1
Elementos de Arqlteologla
..
en donde está el tipo principal - i no le hay, ht <1.m en
donde e halla in crito el nombre principalj ¡'evel' o, qu
s la parte opue ta; módulo es 1 diÚm tro de ht moneda;
volumen es el grosor de la, pieza. -;e dic nombre tópico
el de la localidad para cuyo u o fuó acuúada la moneda
y que va inscrito n Ül, misma (fig. 3 9): tipo. parlantes,
los que expresan con figuras 1 nombre de la nación
de Ca tilla'
pueblo ó monarca' n í el castillo lo
marcas de valor son lo signos indicadores d 1 valo;'
relativo de la moneda; marcas de ceca son la qu expresan la ceca ó fábrica en dond se a,cunó la misión
monetaria.
308. Cla e. de pieza num! mática..--.\.demá d las
monedas y medallas) antes definid.-!. ,existen como imilares lots téseras) ó piezas de metal, madera ó marfil,
pÚblicos
que
. servian como premio en los jueO'os
o
, ó como
bIllete de entrada ó bono de cobranzajlas tarja ójetones
(del francés jetton) que son ficha ó tantos para 1juego
con apariencias de moneda)que e u an desde los últimos tiempos de la Edad i'Ieclia; los tantos de coro) que
nar~
piezas equivalentes á moneda) las cuale s distribuían en los Cabilbos á los asistentes, para camhinrlas.
después por moneda contante.
Atendida la forma) pueden ser las monedas: inensas,
y son las que presentan la misma figura por ambas.
caras, pero la una en relieve y la otra en e'co', combadas,
ó de forma cóncava por un lado y convexa por el otro;
(ol'l'adas, las que, siendo de bajo metal, se hallan cubiert~s
de una hoja de plata ú oro; dentelladas, las que
tIenen festonado el borde,
Por razón de las inscripciones, se dicen las monedas
anepig1'a{as cuando no presentan rótulo alguno, bilingilescnando lo llevan en dos lenguas,
Por causa del erigen 6 de la potestad que las autoriza,.
473
se di tino'uen la mon das en autónomas) cuando se
miten por un E tado ó ciudad que funciona por u
1y
propias' coloniales, i e labran n municipios
dppendient
de una metrópoli, fuera del territorio de
• ta' ob. idionale. qu on la acuúada por ne e idad
en poblacione, itiada del enemio'o' imperiale., 1'eales
epi copales pontificias, te" eCl'lm sea la autoridad en
CU~TO
nombr ó por cuyo mandato e hace la, mhón;
con uZa¡'es ó familiares, las qu e labraban entre los
romano por la familÜl.s consulare qu t nian derecho
de acuñar mon da' anónimas las que no 11 van nombre
per onal qll xpr e la autoridad por la cual se mUer
municipales ó ¡'egionales) si Únicamente se destinan al
u o del municipio ó d la región: por fin,
dicen deomonoia (voz gri el. que iguifica alianza) la moneda
acuúadas para una iudad ó E tado y qne pueden ircular librement en otro por virtud d alO'ún pacto ó
alianza. cntre ambo . ¡'eselladas on las que por haber
queda,do abolidas ó cambÜ\do de estimación, ó proceder
del extranjero, han ido marcada nuevamente con
alO'ún contrasello que las rehabilite y les imprima el
nuevo valor r latiyo.
309. Antigüedad de la moo da..- onvienen los historiadores y críticos en afirmar qu la invención de la.
moneda se remonta al siO'lo VII Ú VIll antes de J. C. y
qu probablem ute fueron los jonios sus inventores. ocabe duda, que antes de la mencionada época eran
conocidos el oro y la plata en el comercio humano para.
cambios ó transacciones, pues de ellos nos habla la sagrada Biblia en diferentes lugares; pero en aquellos.
tiempqs remotos empleábanse los metales sin cuño oficial
(que es lo cal'a.cterístico de la moneda) en lingotes ó bafl'itas d 1mismo.
La introdución de la moneda en Espafia se atribuye
Elemento de Al'quf'ología
SÚmi mútÚ'a
- - -~- '-
al tercero ó cuürto iO'lo nnt el .J. l.. i nelo In,. primeras q lle e labraron ll"U t rritorio la g"l'i ga tl
las colonias focen e ele Amplll'in ~' Ha a - I Empól'ifoll
~'Rodet n
y despué ,bajo 1 imperio el lo ronumo.
Elnpol'ice y Bode); en po el
na vinieron lllego la
fenicias de Cádiz . Ibiza (Gade y EbllSU.'), iO'uieron
})l'onto la ibérica de Ca. e (probablem nte Tnrragona),
y a ella muchas atril n dif r nt f' luO'al' <1 la Peninsula, desde lo principio el li1 inV"a ión romana
{ iglo III a. d. J. .).Los m tal ~ qu irviel'Oll pam moneda en E paila fueron de d 1 principio la plata ~. '1
{',obre si ti n la primera comcnzó antcs y,
1 t>o'undo
concluyó más tarde en la dn,d anti"·wl. ( só por completo la acufiación de lUan da nacional on 1 impC'rio
de Oalígula y no reapar C ha tn 1 l' inado el L 0\'igildo, en que por primern y z
acunó el 01'0, in qlle
se hayan descubierto moneda nacional
el
t Pl'cio o metal antes de la m Ilcionada fecha, Hay
,. , no
upon n lahrado en
oh tante) alguno áw'eos que
E pafia durante lo irnpe o~
de . Au~w
to, (jalba."\ pusiano y Hadriallo) pero á nombre d lo EJl1}Jemdore'.
310, Cla ificación de la. lDonel1a.'.-Puccl 11 la ifiII la
al' e'las moneda por vncio método. ba ado
diferencias apuntada arriba (nÚm. 30L 1: p ro lo comÚn
es distinguirlas por na ione ,y Il cadü, nació]) por
épocas ó evoluciones hi tóricas. Tnmbién e adopta el
orden alfabético de pueblos; lo cual sLlccd tratandosc
ele colonias ó de municipios) dep ndiente d mHL soll1.
ID trópoli, cuando en ellos se acunaba moneda, con permiso del poder supremo: lo mismo uele hacerse con
pueblos autónomos de una misma lengua..
La clasificación seguida en estos breves apuntes numismáticos, referente á las monedas espaüolas, s por
aemá:s natural y.sencilla: partiendo de las tres cda,des
475
hi tón a antigua media y model'lH7. dí tínO'uen e en
la pl'im ra i t gnlI o~,
01'1' Iondi nte á la dÍ\Ter a
len ua el la in crir iou mon taría ; pero ante de
num rarIos y d cl'ibirlo, dan e u,1O'una nocion de
la mon da O'l'icga -~ romana, qu
on ba e de la
e paúola: n la Tumí mática de la Edad 1\1 liia e di tril uy n lo grupo mon tario ~ O'Ún lo E tado y la
naci n
.-ist nt
ó llC ¡ya
11 nuC' tra Penin uht
dUrc1nLe la misma épo t. Y unt ~ (1 l1i 'ho o-rllpo
ha lel d ln,s moneda bizantina , lue lo pr e di ron y
acompañar n, D IrL dn,d Última ó rood mn, po o hay
que ady rtir, toda v z <[ue on fácile d conocer y
de ifrar u mon da , Todo lo llal e ya xponiendo
n lo nÚm ro i ni nt
311. l fOlletlas griega ·.-EI tipo el' (' tn mon da' en su
u período má h Ha y nacion, 1, e la dracma ateni n e fi~u
rilo, • ': ) ó dr((cma ático.. la un] es una monda de plata d
U< tl'O gramo' y:3O
ntigmlllo de P ~o
cquiy¡ll nt á una pe etar' 'paú laapl'Oximadnm 'n1' : II n1 n u :1nv'l' o 1 bu to
l' :.'I[in rva, yen 1 l' ver o la imbólica
1 'chuz¡ con in cripciolle r otro irnbocUlldul'io . ,'ob1' la dracma, e ntáFig. :3 3 -Drncma 1
ática (1).
ban e amo múltiplo la didl'(lCl1w y la
tetl'adJ'{lc11W (do' tI' Y cuatro c1l'acmn re p tivamcnt , y
dívi. 01' ~ el tef¡'ób070, tl'ióbolo (6 m dia dl'3. mil) dióboZo y el
m jaute 'I'an la moneda de oro.
óbolo todos d plata.
cuyo tipo se hnlla u 1 sfátel' (del tamaño dc la dnl JURo) 'on
sus divis r el' semie tcite/', 1 rcio, cuarto
xto. y dozavo:
Reducido u lIlódulo n la ftg'ura Ú la do tercera parte
l' e en 'u nta para la denu\ de
e t capitulo. Para obten "\' l v'rdader módulo de la ,mismas,
la mitad de la figura -:r triplique 'desde ltlOg'O. A exceptóm
figura se han tomado de
ción de las lUan da' bizllutina (cu~-a
l\tartigny) lo dibujo de la otras e han h eho eu vi ta de lo
mismo original de nu tra colección particular.
(1)
el l lll1tural. Lo mismo d b t n
476
Elementos de A1'queología
un tdl,,)' valía 20 dracmas. El talento rué una moneda nominal, equivalente á 60 mina ó 6.000 dracma, i era ele plata,
Ó á 600 mina y 60,000 dracma
,i 1 talent
el cía dI' 0/'0.
La moneda de cobre mpezó á entrar en ircula iÚn en el
siglo v a. de J. .' hacia el sio-lo JI (a. d. J. .) toda c rebajaron de medida, lleo-ando á r duC'ir e la moneda ca i Ú In
mitad de u anterior peso.
El tipo má comÚn de las mon da. gripga e el indicado n
la figura á aber: en el anvel' o, la caheza ele una divinidad
mitológica' en el rever o algún símb lo propio de In ciudacl
'11 donde se acuñaban ó la l' pre entación de algún hecho
h róico atribuído á la misma, junto con alguna insel'ipción
relativa al pueblo: en toda, I l' lieve se presenta muy aliente y convexo. Acuñábanse mon das g'rieg'R en di[ l' nt ,s
pueblos de la Grecia propiamente di 'ha y de la' 01' 'ia a iática ó A ia Menor y en las numero a . colonia
tablecida en
Occidente) ohre todo en ilicia, en donde llegaron á una perfección admirable. 'e comprende, que la del .Asia adoptaron
un tipo má oriental ó babilónico.
312. :lloneda, romana..-En dos grandes agrupaciones se encierra la umismática romana con lo
nombres de monedas consula7'es y monedas impeJ'iales;
las primeras corresponden ti. la República, y las segundas al Imperio. Antes de aquéllas hubo algunas de los
primitivos reyes de Roma) que se reducen al grupo d
las consulares, como antecesoras'y prep::tratorías, y
más todavía deben incluirse en el grupo las anónimas
de la época republicana.
el primer grupo tle hallan tres tipos de monedas:
el as, el dena1'io y el áW'eo¡ el primero es de cobre y
tiene origen remoto; el segundo, de plata, empieza en
el año 486 de la fundación de Roma (268 a. de J. C.), y
el tercero de oro, en el 547 de Roma; pues hasta las
citadas fechas no se acuñó la plata ní el oro en Roma,
sino que procedía de Grecia ó de sus colonias todo el
En
477
"tI~umis df co
numemrio que dIos l' f rielo metale hallába e circulando n In, Tall 1 pública.
El (/s (tig.: 1) lleval a en el any
l'
o la figura de la doble
~,
~
Fi"'. 3J <l.-As anOllimo de la Repúhlica R mana. igolo III 11. d. J. .
Fig.' ;).-Dc·l1ario consular de la familia
A11tonia iglo 1 ant'$
d J. C. (1)
cara dI' Jano, y n I rey rso, la pl'OIl de un harco: u divisor eran 1 semis (m di as) con la cabeza d JÚpiter n el
anvero; 1 t¡'[el!:
:.l'fall 'Y la lbIlcia cada
uno con 1 mi lUO l' ver o que 1 a y con Eferente cabeza
d divinidad pagana n el anver 'o, En uua de la cara, Ó eu
la do • 'e advi rt n la marcas d valor en e tn forma: el a
lleva un trazo que indica el núlU 1'0 uno' el semi, una . 1
tríen , cuatro bo-lobulitos n linea' el cuádrans, tr globulito
j
•
1 éxtan', d ,y la uncia, uuo. El aluivalía á 12 uncw )
y rea1111 ute 'U pe'o fué de una libl'll (a libral), ha ta el año
: 6-1 (1 la fundación de Roma, bi n que á los principio no taba acuflado (re 1'uc1l' J' en tiempo d
Cl'vio Tulio e g'rabó
una ov ja como mar a, d donde vino al din ro egún Cé al'
Cantú, 1 nombre de p c~mi(
(el péC07'O): hacia 1 año 364 de
Homa 'e l' -dujo '1 pe o á la mitad, ya í los divi 01' s del mis]110' continúa la reducción de peso en adehlDte, llegando ba ta
un~
onza 11 537 Y ha ta un cuarto d onza en 714, de apareciendo por compl to en el i~nperio
de Augu to,
El clenrwio (nO'. 3 '5) era una moneda equivalente á diez
(1) Anverso: c/tocza barbada y laureada, dctl'/i
(enatu )
C(san ulto);delante, anillo. Rever o: la Victoria ,con pal.ma ~ o.·~c
na en carro tirado por cuadriga veloz; dchaJo) la ID Cl'lpClOn
Q(intus) ANTO(niu) BAl-B(u) PR(mtor), con ligacion
de
letra .•
47
Elementos de A1'queologia
~1 'e ; tenía en u an v l' o, Q; D ralment , una cab za mitológica. á mejanza de la. dl'ac1l1R' gri ga . en el r v('r o era
muy común la figUl'a d una. biga ó cua ll'iga (tronco d do
~ cuatro caballo ) ti rando del carro de la victoria dig. ;3. '5 ,
o en u luO'ar figuraban objetos varios de 'upel'sti 'i6n; debajo
ele lo tip del rev ~o
e tá)l lo nombre de la persona ó
familia con ular á quien p rtenece la emi ión de la moneda.
on divi ores del denario el qninal'io ó victoriato, I extel'cio
yel dupondio con lo valores r spectivo' de cinco a " do' y
medio, y do ,indicado p r rco-Ia O' neral en el e.'ergo el I
anv r o. Durante lo dos últimos siglos dc la H pública el VIl101' del denario rué duna 2 c'n timo de pes tao
El éHweo, muy e 'ca o en sta época, valía en un principio
60 'extcrcio . al fin de lla quedó l' elucido á 010 veint : u
tipos eran par cidos á lo el 1 denario.
En el segundo grupo arriba indicado, e on ervan
los tipos del áureo J- denario, aUl1qu varÜtndo de p _
so' los a es y divsore~
quedan r emplazado por varia.
mon da de cobre que los numismático distingu n con
los nombres de gran bronce, mecliano b¡'once y pequeno
b1'once. 'e extiende el período ha ta la caida, d 1 i.m.pclio ele Occidente y aun hasta que e forma el e tilo bizantino al empezar el siglo VI.
o obstante , hay
, mucha diferencia entre las monedas imperiales paO'anas y
las cristianas, de modo que puede formarse de sta
grupo distinto; aun en la' primcras,
distinguen notablemente las del siglo III por su estilo decadente en los
dibujos é inscripciones, ya iniciado en el siglo JI.
Todas en conjunto se caracterizan por llevar en el
anverso el busto del Emperador, siempre de lado, ósea
de perfil, y en la leyenda de la misma cara va el nombre del Emperador con sus títulos; el reverso es variadísimo y consiste de ordinario en figuras ele objetos
supersticiosos ó de asuntos históricos, ó en alegorías y
personificaciones del valor, de la fuerza" de la abun~
~Nl/
mismái ica
479
lan ·:ta, l'i lU za, fol'tun¡1 victoria etc" (fig 3 '6, 3 j).
En 1 l'
r~o
el In \11on da d cobr
nd, ierten la
igla • '. C. (. 'enatu,' Con 'ulto, lar d creta el 1 -'enado}
ha ta fin d lila n. El denario ,n la época d u u to.
il Domi inno valí11 d 7~)
elurant 1 imperio el a :Luél,;
Ú j
c nti1l1 d p t¡L ( 11 la d 6 tC).
Fig', " (),-llt'l1l1l'io Fig.' 7.-l\~( Cliano
broll- Fig, S8 .oi'~an D-,
de Tiherio, 'ig'lo 1(1).
'C d' Tl'aJll.no (2).
d
011 tant}llo(H),
D0~d
1 iO'lo III II Ó' '1 vellón pnra mon das ~qui
yalente al d narío, .' on lo tipo d 1 mi mo con ba tttnt ' fr
u n ia: las fi urn d toda la moneda Vi:1n
p reli ndo i:1CIU Ua on ~e jc1<td qu di tinguia á In de
lo io-lo 111lt riore , 'Y la j 'cllC'ión el 1 Tabado y lo
dibujo mi mo re ultan mÚ ÍJ:t Ol'recto .
D 1 'on tan tino el (I¡'ande e de ti rran ele ht moneda lo ímbolo paO'ano (excepto en la de Juliano.
el Apóstata) ~. mpi zan los cri~tano
con el monograma de ri to V llába¡'o (tl o '. 3 ). En E paüa cuentan
por millon 'la m n da romana
obr todo de de
• ugu to ha ti:1 la. aiela elel imperio d Occidente,
o: bm,to de Tibc;'io con clind.ema :\.,111. ~ahce'lO<
l ~Ye
AE A R DI' 1 A G(u tI) F(Jlm) .A.VG\ '1'\ .
Re"erso: Tih 'l'io n u trono l\ la del'ccha; ley nda: P •'TIF( x}
JIlAXIM(u$).
(2) AI1".: hu~to
de Trnjnno con C01"OI1I1 radiant á la derecha;
lcvenda: IMP(l.'ratori) C E (al'i) ER' AE TRAIANO AVG(u to~
GEH,(manico) DAC(ic~)
P(olltitire) l\l(aximo) TR(ibunitil1) P(ote tate) O(n) '(ulatu) Y P(atri) P(l1tri3:'), Rev.: per onifieación de la.
lÚnmdanria, tocando con una varilla un e cudo; en el campo,
. (enatu ) C(onsulto); lC~'enda:
(enatu.) P(opulu )~(ue)
R(oma(1)
'~nA
da: TI(b I'ill')
llllS),
OPTIMO PRlr CIPI.
482
Elementos de .rh·queologla
de y Ebusus, la cuales ofrecen el tipo pÚllico- iculo.
Las monedas pÚnicas 6 cartaginesas (fig. 91) Ytambién
barkidas porque fueron acunada por lo ({ob madores
cartaglne es Aníbal y A drÚbal de 1;:1 familia el lo
Barkas ignorándose el punto de la ceca, on el cobre unas, y otras d plata: el tipo de é ta es In d.racnHl,
pero existen múltiplos de ella hasta la hexaelmCll1¿1. Todas son anónimas y anepígrafasj cuando má , 11 van
alguna letra fenicia suelta en el rever o.• 'u tipo más
comunes son: cabeza de divinidad n cl anver o, y caballo parado, cabeza de caballo, lefante 6 paJmem,
en ~l reverso. Al principio de sus aeuüacione parciase el tipo á las africanas ele Carthago; pero muy luego se hicieron especiales ele la colonia hi pano-pÚnica.
Las emisiones monetarias se extienden aproximadamente, tan s610 desde 229 á 210 antes de Je ucri too
Las monedas libio-fenices reciben e t nombre por In incripciones que llevan en lenaua libio-fenice, dicha a í por lo.
numismáticos y no bien conocida ha ta el pre cnt: e crce
propia de tribus fenicia v nidas d África. ,e acuftnl'on e tas monedas en unos pueblos m ridionale de Andalucía!l.
los principios de la dominación romana, principalmente en
Asido (Medina Sidonia, Ipt1wi (cerca de Prado del Hey)
y Lascuta (cerca de Alcalá de lo Gazule). Toda son M
cobre; muchas, bilingües (latín y la lengua dicha); su tipo
del anverso, cabeza de divinidad; del rever o, el caballo,
elefante, ara, espiga.
315. Monedas ibéricas.-Se distingue con este nombre una gran serie de monedas que llevan caracteres
ibéricos (fig. 357), Y pertenecen á multitud de pueblo~
situados en la España Cite¡'io1'. La época de estas acuilaciones se encierra entre los afios 226 y 133 antes de
Jesucristo, bien que en Saguntum y EmpQ1'im continÚan
un tanto más por el favor que los roman~
dispensaban
á los mencionados pueblos.
1(cit¡C n·. m lY~
E comÚn doctrina d lo numi mático moderno
(lU la reí riela <'mi ¡one 1110n t< ria
hicieron todas
con el p 1'lUi o y aÚn bajo la dire iÓIl de lo r nHU1O~,
qu ':tt ntonc
ran r alm nte 10 duefio de la ma~-or
part de nuestra P nín ula y a í e explica la uniformidad (lU o'ual'c1nn ntr ~í lo tipo ih' rico~
y h identidad de u i t m,1 monetario 011 1 ele lo ,~onal1Or
eo-ím s puede l' conocer en lo modelo qu nUl adjunto .
La prudencia natural y la táctica de huen gohierno que
di tinlTuia á 10 dominadore (véa el libro 1 de lo oebacn[~
t
VIII, 3), tl.eÓn8cjó tí "sto. la benilTuidad C011 lo pueblos omctido', y de aquí el permitirl (lU ig-ui ran por dC' pronto
cnn u: nntig-un: ley<' y u aran de u propio alfabeto en la
acufinción (lo la moneda; Ullí' ad 'lante. fu 'ron cc'ando tan
honroso privilcg-io , no 'in l' alizar '13, 'ucc inl tranformación dI' los tipo ih ·'J'ico. en romano 1.
~\ ciend n á 12010. pueblo' d la antigua E'paÍlIl Herior
lJU gozaron ,1 '1 !>I'Í\'ilogio d
'unar 'ta clu" d moneda,
la ual em de ('obre n todo ello y d, plata, ademA en alguno.. •'obl'csalieron la poblacion el Co e probabl mente
Tarragona), I~'rda
(LéJ'ida, legóbl'iga (.: gorbc .b..;,·lskall Ú
O ca (atribuida li. Uue ca TUI'in o ('rar<1Z01Hl, Ie sOlla
(1) E' ej mplo notllble de e ta
volut'iones ~- tetimouio .fiel
de la mencionadn táctica, la el'ie de moneda ib('rico-romana de
de Bllbilis ( nlatayud). La priDle ~
mi iones ofrrc n el tipo
enteraJl)ente ilJórico (fig. 397)j luego de pué. e modifica, tomando
las figura un til ~
más romano y cambiando la l tra celtilJórica por latinll j aii;\dos(' entonce al nombre de Bílbilis el o.
brenomhre de IMlirCl, como perdiendo u carácter hi pano; en
otra emisión 'e inscribe el nombre de .AU!l .~tus
en el allver.o,
pero continÚa el jiuet ibéricoj en otl'a sigui ute de aparece todo ve tigio iudlgona~'
en vez del caballo se graba una corona
cívica, rodeada por los nombre de los duumyirosj por fin, de apacen éstos, para dar lugar 1\ lo cón ules del Imperio, con-.umándo e la sumisión y ('1 ervilismo.
•
Elemento' de A¡'gueologúL
:'tumismática
en la moneda de la provincia catalana fig. 3n3" empufll1
lanza n ri-tre en la provincia d Yalencia, AruO'ón y centro
de Ca tilla fig. 3!)'j'), y II ya un darcl ó arpón on la d 11 orte
de Ca tilla y .Tavllrra fi~.
39 ,bien que no pu d dar. una
reg-111. fij¡l.
unqu la inmcn a mayoría no ti n n má in crip ión qUI'
la oeltibérica delllombre tópi o y alguna letra su Ita', hay,
no ob tant , varia- otra quo on bilingÜe, como de rtglllltum) C"l,'o,
Ui Osicc1Yla) etc. (11.
T
umilli "tracia' por la
(1) La referida eircun tancia, con otra
de btl. -e al omin nt' Jlumi mAtico.' 'al1io arGeografía, ~irv e on
queólogo D, Antonio DelO'aelo, para Oronar en u ohra .XUl'YO
Método de Cla 'ificación. ( itada on el PI' ámbulo de "ta obrita)
lo e fu rzo' que ante hahian de"pl gado en orden á d s -uhrir
el alfabeto ihérico lo. rudit, l' critorc' Antonio Ag-ustln, Y'lázquez, . aule)", te, Almque todavía reina incertidumhre obre al.
guno punto d menor importancia, cube afirmar que I >-cüor
Delgado llegó á de cubrÜ' el alCubeto llilado por lo
'pañole: autes el la dominación romana, el m¡\," b 110 de cuanto á la 'azón
e taban en U"O.
El de cubrim iento :e funda: 1. 0) n la exi tencia d monedas
bilingÜe, que tienen 1 nombre tópico en tipos ibérico" por un
lado ~. en latino por 1 otro, tales ('omo CeZsa (J el. a, n Zaragoza)
y Gilí (Peiiaguila, n Alicante); 2, o, en la encilla tl'an formación
ri uumi-mAtica
de uno tipo" en otro', como e obsCl'va en la
de alguno' pueblo. tale como Bílbilis y egóbl'iga; 3. 0 , en la
frecuencia con que determinada monedas se de-cubren fortuitamente cn ciertas comal'ca y no en otra) viendo por otra parte,
cómo 10- nombre - ibéricos in criptos en ella.s COl'l'e pon den á los
que se dieron por los geógrafo antiguo á pueblo de aquella
región ó comarca; 4,°, en la corre pondencia de lo nombres monetarios con los de los geógrafo, si aquéllos se leen con el alfabeto descubierto por Del~ado)
aun prescindiendo del lugar en
donde. e halló la moneda.
Fundados en lti. 4. a base, nos atrevemos á rectificar el juicio del
.sr. Delgado sobre las monedas que llevan la inscripción ibérica
RSO y <iN, Y que él atribuye á HelHn (Alba~te),
pues los dos únicos ejemplares conocidos en España (uno en poder de D, José Saderra, de Olot, y otro en nuestra colección pal,ticular) han ido
jlallados er~a
ere Gui ona (LéridA), á la cual deben adjudicarse.
487
Otr grupo muy
flll·d,·tll/UI,' II
ingular el be hac r'e con la' monedas
Oblll o tilOS" Porcuna, n Jaén), la cuale ou
pi ZIl el cobrC' y hiln~ü
s, que llevan el nombre de la loealÜlacl u 1 mwer"o c n tipo romano , y otro nombre inde _
cürable Uf' .MaO'i trado' Ó O'ol>ernant ,en I re-ver o: no hay
Qtra.. figura que la eab za d una divinidad en el anv r o y
la c [Ji~a
on ('1 al' d en I rever o (fiO', 399 . Lo caractere
'on aun t1 lo íb rico ,lera n realidad p rt uecen á llll
alfnb to di tinto) qu e Ol1oce con I nombre <1e turdetano)
aunqu no 1 ien d flnido.
lH6. Mon das l1i pano-latina. omprende este
grupo todas la mon das coloniales d Roma, acuiiada
en nu tr'L P nln uL.'L r en EbuSlLS con caracteres latino
abrazando un período de 212 afio , con varias interrupcione .
La prim 1'a emiiolle' monetaria con I y nda exclusivam nte latina, apareei ron en Cal'teia (ruina c rca d .AIO'ciras) y en ralelltia por lo' ailo" de 111 y 13 a. de J. ., re _
p ctivamente; poco d pué (al1o 133 a, d. J, C.), vencida la
inmortal Tumancia, prohibieron lo romano la acuilacione
en toda E paila, quedando sólo las de cobre en aguntu7n y
Empol'ial. DUl'l1nt la guerra ertoriana (de 49 á 45 años ante
de J. .1 rC'·talleció, la emi ión d monedas en iete ú ocho
pu blo de la Evpaña iterior) tomando caractere latino' y,
por fin, llegado 1 afio 29, ant rior á la Era. C1'i tiana., permite
el Emperador Augusto la acuftación en las trc provincia
hispano-romanas, la cual no pa a más allá delimperio de
Calígula (41 d. d. J, C.) (1).
Pueden distinguirse estas monedas en dos grupos,
(1) Duntnte el imperio de Claudio 1 e labraron numerosi imas
piezas de cobre á nombre del Emperador, idénticas á la imperiales de Roma, in duda. para. compensal' de e te modo la prohibición
de nuevas aeuilaciones indígenas y utilizar las flibricas que iban
Asor abandonada . Esto explica la extraordinaria abundancia de
la referidas monedas que hay aún en la actualidad, no obstante
01 de hozo que e ha hecho de las mismas.
4
Elemento ele Arque%yEn
~Yu
n ufiaron p rtencegÚn qu los pueblos en doncLe
cieran á la EspanCl Giterio¡' ó á la 7tel'iol'; á
re egundo corre ponden 67 pu blos y 2 al prim ro. ,'obresalen Gcesa1'augu ta Galagz¿l'1'is) Cm'tl1ago ~\o
'a) Gel a,
Tm'l'aco) entre otra
n la iterior y Ga1'1llo (( !'teia ,
GÓ1'duba) Emé¡'ita) ObulcGll la. Herior. TOC1<l la
moneda de esta serie 011 d cobr latón Óbron ,1 ues
)
Filf·400.-.á. deAug'll tO,en
cre Etl'auO'usta (1).
Fio·. 401.-A' d' Augusto, n
nía Patrí ia (2).
010-
si se acunó la plata, fué íUlicamente y rari una, v z 00
algÚn denario consular ó imp rial en o. ce¿ y Emérita.
El tipo más comÚn de los perteneciente á la E pana,
Citerior consiste en el bu to del Empcrador con 1 ~. nd.t
imperial (fig . 400 Y 401) en el anv rso, y el toro ó utensilios del culto pagano ú otros emblemas en 1 reverso:
en éste figuran ordinariam te lo nombres d lo Duumviros Ó nIl;tgistrados del Municipio de que se trat junto
con el nombre tópico ó las sigla,s del mismo. En las
tI) Anver'o: busto del Emperador Augusto laureado, á la izquierda; delante, símpl¿lo (calderilla para la I¡bacíon ) y lituo
(ba tón de adivino); le,)' nda: IMP(erator) AVG(u tu ) XIV (año
14 de su generalato, 8. 0 antes de ,J. C.).-Rever o: dos ¡J\1eyes
guiados por un sacerdote; leyenda: CAESARAVGVSTA. M(arco)
PORC1(o), CN(eo) FAD(io) TI VIR (Duumviri ).
(2) Anv.: busto de Augusto á la izquierda; leyenda: Pe1'mis.m
Ccesa?'is Augusti.-Rev.: a~pergilo
(asper orio),p?'efedculo (;\níora
para las libaciones») patera (plato para lo. acrificio)? lituo; leyenda: Colonia pat?'iciq (Córdoba).
mismá ti ('~
-1 9
'uiíada <tnt el 1 Imp río n ycZ d 1 bu to imperial
hay una c,1,heza mitológic¿l y al <runa poca on bilingüe .
La mi m<t forma ti n n la moneda de la E paña
Dterior n tÜ"'UllO Municipio
como on CÓl'd ba~
Emél'ita Rómula (. 'ev-ilhtl; pero n a i todo lo otro
b na m 'nor p rf ción del dibujo y 0'1'. bado y má
\-¡uiethd el fi"'Ul:a n lo re cr o . uprímen e lo nombre. el lo I~ a <ri trado con I'recu ncÍ<t y se e crib el
nombr tópí o J1 1 anver~o
ó n el l' v r o, 'in abundar
otr¡t 1 y nlIa . in cripcion .:' hallan también algulIa~
bilingÜ y on ant riore á 1<t form1t imperial.
:H 7. 1 umisllllitica (le la E<lall llellia en general.El <tráctcl' ele las moneda 111 dioC'val
con i te en J¡1.
. pI' "ión r ligio a d u fi"'ura 1 yenela y ímboio
á una ' n la to qu dad ó ílnp 1'1' 'ión <ll'ti tic. ele u
dibujo. 1 o
cr 1\. in .mbar"'o qu todo e de cuido
~. abandon en lo tlue e l' ti r al atildamiento de la
ext 1'Íore forma pue ha~moneda que le cubren no
pe J II lÍa h.lbilidad n u fabri ant . pero é t¿l e hallarán mÚ bi 11 al t rminar el p riodo m ncionado. ó á
lo umo, n 1 iO'lo XLV. El YOlllill n d la piezas numi mÚti a ll1 dio yalc re uIta., por lo comím d 19ado'
con mucha fre uencia el v llÓn
el m tal mnon dado
aunqu
u n tambi n los otro; 1 reli V pi rde la
conv xidael qu tenia. entr lo °Tieo'o y romanos de
ialo y
hace plano. P ro obre todo,
de lo mejor
ca.mI '1 la idea cristiana n los cuilo de todas las naciones qll a.doran á Jesucristo; on raras las piezas que
de un modo Ú otro no lleven la cruz Ú otros símbolos
cri tianos; los bustos s colocttn de frente, como propios
ele la maj stad, en vez del perfil que di ting'uía á las
tio'uras de 1<1,S a.nteriores acuftacion s.
Aunque ya de de Const<1,ntino mpi zan las monedas
á s fialar la época d 1 r~inado
ocial dé' Jesucristo, por
el
490
Elementos de A7'queologla
llevar con mucha frecuencia in rito ó imbolizH,do .. u
adOl'able .r ombre, ctumenta 1 imbolismo r In, .• -pr('.
ión de de que se forma la po a bizantina n 1 'iO'lu
VI. El Emperador de Oriente, Ana ta io 1 (¡túo 43].
518) fué el que primeramente di6 á las mon da,s 1 ello bizantino, bien que 110 con todos su cara t _
res propios, que al fin recibió en. el imperio d .Tu ti.
niano (527-565)' y estas forma bizantinas infiuy ron
poderosamente en las naciones dominada por lo' bárharos, las cuales adoptaron 11 gran parte u si telllit.
En E pana no empiezan hast<1, el último trIO d 1
VI siglo las emisiones monetarias nacionn.les y no
interrumpe la acmlación ha ta la venida de lo
arracenos. En aquellos siglo de titánica lu ha no . 1'<1. po j_
ble formalizar el ejercicio de las artes untuctrias , fue
necesario que llegara 1 siglo XI para que volvi m
á reaparecer la emisión de moned<t, bien que dos siglos antes había comenzado parcialmente en CMaluíia.
'e fabrican desde entonce en los nuevos Estado d la
Reconquista, y no ce an ya las acuilaciones llmtl1te
toda la Edad l\Iedia, progresando cada vez má el arte
}>or todos conceptos.
Al mismo tiempo, los invasores de Espailct repiten
sus numerosas fabricaciones de moneda en oro y plata
no cesando hasta que pierden su vida oficial en nuestra
Península.
Tal es el cuadro que ofrece la Numismática en la
Edad 1rI~dia,
por lo que interesa á nuestra Nación, y
que vamos á desarrollar brevemente en los números
que siguen.
318. Monedas bizantinas.-Quedan ya dichos los
'Orígenes y los tipos en general de esta clase de monedas. Los bizantinos acufiaron en los tres metales acostumbrados, siendo, no obstante} sus monedas típicas el
.Xu mi
4!H
n~áti('a
d oro y el tl'Íen 6 t¡'iente . a parte d 1 mismo'
é te p aba un 130 entigl'< mo . La in cl'ipcione
hallan n latín
11 rie o, y no e
raro n ontrarla
en idionlct gricO'o con aract re latino deg nerado .
Ju tiuiano fu' 1 primero qll introdujo 11 la mon·
da 1 tipo mÚ O' nuinam ntent bizantino que con i te en la fiO'ura d 1 mpemdor de frent , con un globo en
u mano del' cha, t rminado por ht l'UZj má adelante
se u ctron on fre u n ia la figuras el medio uerpo y
aun d cu rpo entero en el auv ro, práctica ya antigua par'), 1 r yer o. Tttmbi n
hallan ntl'e las bizantina no poca monedas ombada ó esqltifadas.
Eu 1 imp 1'10 d Ju tiniana Ir (afio 6 --711) aparece
por vez prim l'il. 1 bu to de J e ucri to (fig. 402) en las
mon da , Ú una con 1 del Emperador, á quien á. sec~v
corona on u d l' chaj n el d Juan 1 ZlDllsces
{969-976) 11 gó á desaparecer la fiO'ura del Emperador,
.s6lidQ
F'
lj~
402 - ólido de
tin'illno II (1).
Fig.403.-Bronc de
Juan 1 (2).
para dar todo el espacio á Jesucristo (fig. 4?3); ~n
el
de León IV ( 6-911) se introduce en la nrulllsmátlCa la
(1) Rev.: Busto dp, Jesucristo, de frente, coronad? por la. cruz,
con la.
con el libro del Evang lio en su izquierda y bendLc~o
derecha; ley uda: D(omi) (us) JHS CH, (Jesu Chn tus) REX
REGN.A TIVM Anv.: busto del Emperador, de frente, con globo
1
.
JVSTI IANYS MVLTVS
AV.
y cruz:
leyenda:'D(ommus)
,
(2) Anv.: Busto de J. C. con el Evangeli~;
leyenda: EM ~.
OYHA (Emmanoel); en el exergo, re C; SIglas de Jesus Ch? ¿.
.stus). Rev,: iuscl'ipción sola: IHSVS XRISTUS BASILEU(s) BA.SILE(on) (Jesus Cristus Rea; regum).
493
"Úmi!imátic(¡
de A¡'queología
figura de la ma. Virgen (fig. 404:) qu
l' pit
n
adelante mucha y ce y d varia man ra ya ola,
ya con 1 mo Ta coronando á'
lo Emperadore . en 1 de Miguel
YI (1 56-1057) comienzan á fiO'u1:>
rar las imágenes de lo 'anto n
Figo, 40{, - ólido de
la mone.da bizantina práctica
LeónIV (1).
muy extendida en la aCluíacione
local s italianas.
319. Moneda papale .-Aunqued tipodifer nt que
las monedas bizantina, consideramos omo apéndic de
ellcts á las papales, toda v z que los Papas eran lo
sonar~b S
de Roma, desd el iO'lo VIII. En est
iglo
empIeza, por tanto, la aCUl1ación monetaria pontificia, la
cual es en los primero iglos de tipo romano-bizantino
muy decadente como todas hts d u épo a. El Papa an
~rego i
ID (731-751) fu el primero que batió mon da,
~n busto ni ~gura
de ninguna cla e~'
con ola in rip
Clone abrevIadas de lo nombre del Pontífic v de ,'an
Pedro (fig. 405). El Papa Hadriano 1 introduj~
á fines
del mismo siglo el busto del Pontífic n las moneda .
León liI asoció á su nombre el nombre y la figura d~
Carlomagno; Benedicto III juntó asimismo 1 nomhre
del Emperador Lotario con 1 uyo propio) ~ los demás
Papas continuaron on el busto de '. Pedro ó de los dos
Apóstoles ó del Pontífice en sus acufiaciones: Gr gorio
XI (1370) estampó on sus monedad el Agnus Dei con la
inscripción alusiva al mismo, de donde sin duda lo tomaron algunos reyes de Castilla (fig. 414).
320. Monedas godas.-Al principio de la dominación
.
(1) Anv,: bu to del Emperador con globo y Cl'UZ patriarcal;
leyenda: LEONEN CRISTO BASILEVS ROMEON.-Rev,: busto
de la Sma. Virgen, de frente, en actitud orante; leyenda: MARIA;
en el exergo, MR OY (llIater Dei).
visigoda, irvi ron los dominadores y lo subyuD'ado
do la mon da romanas que hallaron n circulación y
de las bizantina que iban llegando de riente r de la
,alia. o 'on ta a uúación alguna 1 moneda visigoda n lo reinado d Ataulfo ha ta Liuva I inclusive;
de de L OYigildo (alÍo 73) ha ta D. Row'igo (711) e
~'tcui1an
n v.uia poblaeione de su dominios, sirviendo
de pa,trón ó modelo el t¡'iente bizantino, y son toda
de oro.
di tinO'uen tas monedas por u bárbara aculÍa'ión T uniformirlad d
tilo en figuras é inscripcioues:
La ta conoc l' una oht para no confundirlas con las
monedas de otr
o'!'upo (fiO". 4:06). 'rodas llevan un
bu to muy mal trazado n el anv 1'80 con el nombre del
Re r que dicho bu to r presenta' en el reverso hay generalm nte una cruz á la cual rodea una inscripción
formada por 1 nombr tópic0:J° un adjetivo ln.udatorio
u a e el romano con
del :Monarca. El alfabeto que
alguna intru ión d letra griega y on otra modificaciones acc soria : á vec s suprimen e letra en medio
de ht palabra y
reemplazan con puntos. Lo numis-
Filr.
~05.-Primel"A
da papal, iglo Vll1 (1).
1110n
Fig' 406,-Tricl).te
Yi iO'odo (2).
máticos distinguen nueve tipos diferen tes, basados en
(1) Anv,: in cripcióu coronada pOl" la cruz dentro de gráfila:
GRE(gor)II PAP(a)E O"Ioneta) , Rev.: S(an)C(t)I P(e)TR(i) Mo-
neta.
~
(2) Anv.: bu to de .Ervig'io, de frent ; inscripción: I(n) D(ei)
(o)M(i). (e) ERVIGIVS REX.-Rev.: cruz sobre pedestal; leyenda: TARRACO PIV .
494
Elementos de A1'queología
el mayor ó menor apartamiento ele la imitación bizantina; mas no hay para qué detellerno n expli -acione .
La ciudades que má el cUE:l1an como <.lcl1fiadora de
estas piezas on Barcinona Ccesarallgllsta Oórdoba
Hísp alis ,Emérita Toletllm Tal'1'acona etc.
'
Ante de CLue lo vi igodo emprendieran la a uíiación ele los referido triente 1 arecc la habían pl1e to
ya en práctica lo uevo ele A turias, Talicia y Lu itania, formando a i Ulla agrupación monetaria, cono -ida
con el nombre de moneda sueva (1), \ on todas Ua
trientes á imitación d los bizantinos, qu llevan hasta
él nombre mismo y la figura del Erop rador d Oriente;
á veces presentan el nombre suevo con la figur<.l del Emperador bizantino: las emi ione abrazan el período de
lós afio 4:30 Ií, 4.57 en Lusitania, y -!11 á 58-! en Oalicia.
321 Moneda. arábigo-hi.pana ,-DueUo lo árabes
de casi toda la Peninsula ib rica lueO'o de ocurrido el
de a tre del Guadalete t 711), empezaron á labrar moneda para sus h'ansaccione comerciales con 1 pueblo
subyugado y también para las uya propia no cesando en esta labor hasta la completa desaparición de su
dominio en 1±91. Acunaron los metales de oro, electron,
plata., vellón y cobre; las piezas de oro y elect,.on se
llaman dina1'es; las de plata J' vellón, dirhemes, y si
son de plata dIos Almoravide , qUÍ1'ates; las de cobre,
felnses.
La umismática arábigo-hispana comprende siete
épocas: La., monedas con algunos tipos latinos, desde
711 á 720; 2. a, monedas árabes bajo la dependencia de
los Cal~fs
de. Damasco y por los Amires hasta Abde(1) A.sí lo entienden algunos numi mAticos, iguiendo á MI'.
'A.loi Reiss que la publicó en 18!H. Si e 'ta monedas se consideran
como nacionales, hemo de adelantar más de siglo y medio la. acuñación del OTO eu nuestra Pernn uJa. (núm. 3(9).
Snmismático
rrahmán III de 7...0 á 928; 3. '\ árabes del alifato
independiente de órdoba, hasta 105 : 4:.'\ idem de lo
R' aulo Ó re T d Taifas, ha ta 1 11 6' 5. a, íd m de
los Almoravid y u R' O'ulo , ha ta el 1174:; 6. a idem
tl lo Almohad s y d su R'O'ul0 ,ha ta el 1269' 7. a ,
lUonC'c!a el lo 1 ~T S nasaries de ranada, de 113-! á.
H.2.
El t\.1'Úrt l' de las moneda d 1 primer periodo conci t e JI 1 u o d 1 alfabeto latino con alO'una figurilla..
to C<.l· muy lu go
mezclan leyenda latinas COIl árab I i"'lliendo en e to lo mul umane la 111l ma tactica
dicha arriba dC' lo romanos, La inscripciones latina
on bcí.rl aras, juntáncIo e toda la letra in distinción
utr p, lahm . cifra ,
\uuqu rara la moneda d 1 rupo anterior, no lo.
on la de plata d lo otro TUpO
ob1' todo en Ancara ct rizan por la au encia
dalucia. To In Ha,'
ab oluttl el aru~if
y ímbolo, y por la abundancia de
in rip ion nrábitTa (fi a . 407) de modo ¡ue lo ignorant tI la 1 11 'Wl en que van e crita , hallarán toda
la pi Ztl idél1ti a ntr sí ó poco meno . En las in cripciones uel l' petir e con tan•
t ID n te la profesion de fe mulSlt_
....-",0 ..
mana, la fe ha el nombr de la.
ceCel y el del alifa ó Régulo. Lo
Fig'. ·J.Oí.-Dinnr de
Reyes de Taifas acunaron los metales de oro y plata de mU~T
baja.
Abrl nahnn IlI.
ley, casi de cobr Lels monedas el los Almol'ayides
suelen el' muy peqnefias cuando son de plata; los Almohades letS ücunaron de forma cuadr.ada (las de plata}
ó con un cuadrilátero inscripto en el círculo de la moneda .(las doro), y carecen de fecha: lo mismo debe de.
cirse de los Reyes nasal'íes de Granada, si bien sus fe.~
luses revisten novedad por su estilo y llevan fecha.
496
Elemento de Arqueología
322. :noneda hi. paoo-crí. tíana, d la R CO)Hlui. tao
-Ya e han iodicado arriba el comienzo J lo
nractre má generales de e ta eri numismáti a.. Ba t
aüadir, quedándono aun en la línen O' n rale qu
las fiO'ura dibujada en e ta moneda no i mpre
hallan de frente ino má bien d perfil con mucha
frecuencia' que dicha figuras consi t n casi i mp1'e n
bustos reales, símbolo parlante, e u io y letra
1'0nadas' que 1as coronas reales suel 11 ser en forma d
sencilla diadema ó auréola en el iglo XI, eH forma d
birrete C011 perlas durante el XII y casi todo el XIII, y n
forma trebolada, y abierta , en adelante; las le nda ó
inscripciones, salvo rarísima excep ión lo al, van i mpre escritas en latín, iendo sus caract re latino deg .
nerados y de trazos gruesos hasta fines dcl i0'10 xIl!; qne
desde esta fecha hasta llegar al iglo XVl son O'ótico d
la forma de las ioscripcion s lapidaría' quela 1 y nda
contienen generalmente el nombre d 1 obm'ano con sus
títulos de dominio y el nombre tópico cuando s tmta de
acunaciones locales ó re ionales' que nunca llevan f _
chas ni se indica la ucesíón cronológica de lo 'ob ranos excepto en alguna moneda ca t llana del siglo X".
La pieza típicas de este período, que se t rminn en el
iglo XVI, on el dinero de veJIón y el real de plata: é t)
equivale al denado romano, i bien cambió de magnitud r
peso con harta frecuencia. Hay, ad más) entl'e otras pieza,
las llamadas blancas ó dineros d vellón más grande y blilncos, el óbolo de vellón, el cornada y el ardite de cobr , etc,
Las piezas de oro se llaman en Oastilla doblas, :r la hay do
o~ y de 10 doblas; también hay medias doblas, cuartos de
dolilla y maravedí de oro: en AraO'ón y Navarra se dicen
florines, medios florines y, más adelante, ducados, etc.
Se dividen las monedas de este período en diferentes
grupos, según los Estados que las emitían, como se describe en los números siguientes.
497
323. Mon (la' catalana .-Las di~t n a
erie que
d monedas catalanas pueden redu ir e á cin o
¿loTUP'l -ione 1 ]'incpale~:
moneda cQJ'lovingias mone
da ba ¡'celone as., mon da d lo condados dependientes
el Barc 1 na, 1110n da epi copa les y monedas locale'
<l di!' l' nt 1 ueblo .
Lo IODtl,rca d la dinastía carloyino'ia acunaron
in n da dIlata (dinero y óbolo) n Barcelona, Geron.-" y mpuria desd comienzo del siglo IX hasta el
hizo ind pendiente 1 ondado de
aúo '7± n que
Bi"rcclona: II tipo on ll1U? sen ill s fio·. 408); toda
llevan ruz qllilÚtera n el anver o C0n 1 nombre del
ha~r
Fig-. 40 '.-Dinero ele Cal'·
lomngno (1).
Fi:l' 409.-Dinero d
pll\tn d B al Ú, iglo Xl (2).
;\lonar el,; n el rever o el nombr tópico ~r alguna cifra.
La < cUÍlación de la monecla.s barcelon sas empieza en
tiempo d lo onde Ramón B l' 1l00uer (á m diados del
. . XI), r continúa por todo 1 p ríodo de la Edad Media "y
::\lod 1'11a ha ta el d tronarniento de Isabel TI inclusive,
'.'u di tinLivo e P cial 'en el ren'rso la ruz equilátera.
J' las Ol'Lijas y rodelillos en los ángulos de la mi ma
'sobre 1 ampo' 11 su lugar, á veces, las ba1'1'aS cata:lana: en 1 anverso hay uun, e pecie de flor en las moneditas anónimas qu se atribuyen á lo Berenguere:
en las demás, 1 busto d 1 oberano ó la cruz equilátera,
(1) Auv,: CAR(o)LYS REX. Re,',: BVRCINO~A,
(2) Anv,: Bu to do la Yirgen, de frente; le~'
nda, Sancta lIIm'ía,
.Re".: Cl'UZ ancha, obre la cual so in cl'ib GI'lIX 'aneta, y al dorredor, Bislllcluno.
33
49
Elemento de Al'qlltJoluyiu
Hay ademÚ , una pieza ele oro biliuO"ü (Amb y latín , acuíiaela á nombre el un ond Ramón tlU' e npone fuera el primero de lo TI rengu re ¡ ~iglo
o-r.
De pué, yü no apare e 1 oro n la~
DCUfiel. ion barcelone a hasta el l' inado el Juan II (143 ). En la
inscripciones lée e el título Dei gl'atia ele d P dru TI.
Los Condado dependient
elel el Barcelona (IU
emitieron seris mon taria R, on: 1 le Ampul ia I ha 'Í<l
los i0"10 XI, XlI Y XTII y
di tingu n por In, fig-lIl'D ele
una e paela que e dibuja en 1 l' verso con In, ('¡ouz
equilátera en el anv rso' el el Be alÚ (Bisllldul1um
hacia el siglo XI) cuyas monedas 11 van en nntl. el • w
caras el bu to ele la Yu'o'en (ti o 40n) ó l1~t
cruz el 11(' ha
Ó lm ángel ó una mano abi rtel.: el 1 Ro cllón Id el el
siglo XIl ha ta mitad elel XVIl) y
di tio oou n por un¿l, P
en el reverso, ademá el cruce equilátera y nOll1b1'
reg-ional; el de Pron~za
( iO'lo xn) eli tinau
n . ll.
únicas moneda ele vellón por 1 nom! re de P¡'odncia ó
Uassiliensis que e in cribe n lla; el de Gro'el " igolo
XII al xv) lleva en u elin ro J óbolo
Único) <.'1
báculo epi~copal
ó el e cudo el 1 'ondado.
Los Obi pos ele Yich adquirieron derecho ele a ufiar
moneda por concesión de lo Rey Franco, tÍ una con
el • efiorío sobre la ciudad 'd penden ia . Con tn. por
documentos fieledigno la acuna<'Íón de moneda en'\ ich
desde el siglo XI, si no ante o 'esó el privilegio pn.r'l lo
Obispos en 1315; más tarde lo adquirió el :Mullicipio. Distinguense las referidas monedas (son de plata y d vellón) en los bustos de los Apóstoles Ó del Obispo que llevan en su anverso j en el reverso, 1111<1 cruz Ó Llna es-'
trella ó un pastor q.ue guía dos buey ) con el nomhl'e
tópico.
Varios pueblos de Cataluila labmron moneda locnl
desde el siglo xv (Lérida desde el XIV) con u blasÓll.
~YI
i.· máfi cn
Ó el ,!;<.'ll mI del Principado ó con tipo barcelotod¿l lil pieza lleyan 1 nombr tópico: ill"'una
on d plata, p 1'0 la i11m n et .lhro·~am
d cobre. Lleg-a1'011 ha °teL lllÚm l' d -:1:7 lo l' 'ferie! pueblo, 'lW1C[U
poco mpezaron 11 1 iulo XY. ,'ohr al ntre todos.
(}erona C[U habia labrad en lo
ie'lo' X al XII con
tipo C'llwjelnt· al tI 1 andado de Re alÚ.
:324,. _lolINlas ltl'u,!;'olle.'as.-EmI izan con 1 r inado el ,.. Jl ho Hamir z (10 '3-lOn-l:, y terminan en 1 de
F lipe '\ o .' acuÍla primero el y llón (dinero y óbolo ó
medio~
elin 1'0 ')j sio'u n lo t10rine el oro el d el rei-
propio
II
;
(l'
Fil:'o .Jl0. Dil1l'l"o <11'
.~ IIÚII: dI' '/ll1cho
H, lJlÍrcz.
Fig. ·111.-T illero de
yol1ül1, tic Jaime 1.
J.t'ig. oide[~-o2:]4
flo1'ln. de P droIY (1).
nado d Pedro IV (13i36-13 7) "~ 1.0 ducado de oro
de de Juan JI (1-1:5 :)~7Hla plata fina empieza á
moned¡ll'
lHtjo e t mi mo R y real y medio-real, y
on dif rente m dida .
e ntinÚan lo trc m taje
Lo tipo el 1 any l' o ,e di ~ilauen
por 1 bu to ~r
el nombre d Rey, meno en lo tlorille, que 11 van
U1l<1 flor;
n el r y rso el árbol de 'obrarbe al principio (tig. 4:10), la c'ruz patriarcal de pué, de d Jaime1 Conqui t~dor
(fi a . 411), Y por Último, el e cudo de
Arao'ól) (bal'l'as catalanas) desde Juan n .. 'us florine:=> 1
que t<>rminan 'on Alfon o V (145 ), tienen una flor en el
°an~er o
y la figura de Han ,Juan Bautista en el r verso
I
(1) No e difleilla 1 ctura de In' inscripcionc en e tn mone(la.: n 111 figo 410 se 1'e: '(lllcius Rex-o'!?Ylgon; en la fig. 411 J Jawbu. Rex-AmyolI; cm la fig. 412, .drogo(num) Rex P(etr\l')-S_
Joha7171es B.
500
Elementos de
AI'q~¿eol , a
(fig. 412). De de Pedro n se u a el tílulo Dei gl'otia en
1<1S 1 renda: lo bu to real . van d perfil más qu d('
frente en Aragón y a,taluiia.
Lo E tado d pendi nt de AraO' n. H,(,Ullaron también moneda á nom))re de lo :Monarca araO'on e, n
esta forma: el 'eñorío de :;,\1ompeller dun1ute Jaim I ó
II} con el escudo de ragón" 'ilicia d d Pedro nI
con el águila ó e cudo de Aragón acuartelada 'on áO'ui.
las; Nápoles, desde Honso"\ on la cruz de Jeru alén
y otra figura: erdeila de de Jaime IJ, con la cruz
. equilateral y flores ó coronas e,n u ángulos.
325. Moneda valenciana y mallorquina. ,-Las valenciana se acuñaron de de Jaime 1 ha ta F lip \ inclu ive: e distinguen los l' ver o por la fl01' de rolencia
terminada en una cru 'ecilla: de. d Iartín I en ad lante, toda las monedas de plata (que son la. mayor parte
de la acunadas allí) pre entan el bu to real de frent y
de una manera uniforme) y en lo l' ver o el e 'uda d'e
Valencia losanjeado.
Las ~onedas
baleare que se labmn de de Jaim JI
(1276) hasta Fernando" rr inclu i\'e e distingu n por
la, cruz latina y larga que llevan los rever o d modo
que atraviesa la gráfila ha ta el borde inferior de la moneda: en los huecos hay adorno variados.
326. Moneda. navarra.. -Empiezan la emi iones
monetarias del reino de Navarra durante el reinado de
Sancho III (1000-1035), antes que en los demás Est~do
de la Reconquista (prescindiendo de las monedas carlovingias y otras probables de Cataluña), y continúan
hasta Fernando VII inclusive. Hasta Carlos II el Malo
(1349-1387) lio hay otras monedas que dineros y óbolos
de vellón; entonces empiezan los florines, idénticos á los
.aragoneses, y el gl'os de plata (mayor 'que el real de
plata castellano ó aragonés), y siguen otras diferentes
1
------------
_.~-
501
mon da. .. ' di tinrru n h primera llamada anchetes'"
(din ro d 'ancho nI, Garcí:.t nI;r • ancho 1\) por el
Úrbol d ,'obrarbe 'mo la <1r[\"'on a 1 cambiando el
nomhr(' Aragón por XCU(lJ'J'a' n ad lante, ha ta 'arIos
1I)
<11', eterizan por la ruz larO'a con e trella en los
ÚHalIlo , Ó bi n por una trella obre ro día, luna: de el 1 citado )1onar " , abundan la flore d li Y la caclenas de Javarra n lo l' v l' o .
221. .Ion (las ca, tellana. y 1 on ,a, ,-L,1 acuÍlación
(le 1110n da cn Ca tilla mpi za también por dineros de
yellón con 1r(;inado d Alfon 0"\ 1 (1065·1 (3)' desde
F mando 11 el León y Alfonso "\ III ele -',t tilla se acunan
pi Z<.t de oro n 1 nombr de rnaravedi de 01'0' de de
Alfon o X
v n pi ZetS d . .plata finet, y en 1 reina.do
d Alfon o ~TI
c mi nzan la dobla. d oro. La fabrica.ci'n (1 num r,rio ca t llano propiamente dicho, e x·
tiend 1m ta 1 j"'lo XYI cuando por feeto d la unión
dc'la do corona tien n las mon da le Ca tilla carácter gen mI de pañole.
Lo ~opit
d la monedas cast llema
leone a son'
T
Fjg·. 413.-Dilt61'O de
v llón de AHon o VI.
Fio', 414.-B1an
.AgIIU8
ll,
d 1
Del, de Juan 1.
muy variado j pero abundan mucho en las mj mas los
leones y castillo , que se graban aislados (uno ú otro)
desd Alfonso VIIj'castillos alternando con leones, desde
en, un escudo heráldico, desde
Alfonso ... r, y encra~los
lOS Reyes Católicos, En hts primera ttcui'iaciones se
graba la cruz equilátera, con el alta y omega Ó sin éllos,
6.el monograma de Cri to (fig. 413), cesando estos símbolos, en su calidad de principales figuras de la moneda,
50:1
Elemento de
aígol euq'b~
de de
F ruando IIl. En "\""aria moneda. il conteu' d _
de Pedro I ha 'ta lo:; Reye atólico
n an como fio'uras principales la inicial ó l<t primera letra d 1 nOlllbre reo'io coronada (fio·~.
4:H ~T 4:1-): lo hu to~
rcale.
e colocan, ya de frente, ya Lle perfil; pero n e t(' il o
o
Fig-.
o
415.-Heal
el
plata, d Enrique IV (1).
siempre miran á la izquierda de d Alfon o YIII. En los
reinado de Juan I y Juan JI se acuííarOll moneJa con
el ti po del Cordero (fig. 414),
La inscripcione¡< 011 en extremo encilla al prillci- .
pio, limitándose al nombre d 1 Monarca, seguido d la
palabra Rea;j pero desde Fernando In se u a el tít'ulo
Dei gratia, aüadido al nombre real. Tanto en la lUClldonada frase, como en otra 1 r ndas accesorias tomadas de la sagrada E critura ó alu ivas á .Te neri to (figura 414.), se ad,vierte mucha con tancia y frccuencia
en las 1!10nedas castellana ,En la di tribuci6n de la palabras y letras en las inscripciones, sobre todo al continuar:las en una de las áreas por no caber en la otr.a,
se observan incorrecciones y capI'ichos á cada, paso (figura 414); lo mismo puede notarse en el uso de las
cifras.
Dos 1tnomalías se encuentran en ciertas monedas de
Alfonso VIU, dignas de consignarse: una es el cómputo
de la Era Hispana que emplea en sus maravedises ,de
(1) Anv.: cifra Teal cOl"Onada; leyenda; XPS (Cbristu ). VINCIT.
XPS. REG ~AT.
XPS. (Imperat). Rev.: ca tillo alternando con leo'
nes, leyenda: Enríc(u)s C(u)artus Deí Gracia Rex,
-- --
• 'llmismáfic(l
-~- - - - - - - - -
503
Qro y otm el LI o <le la 1 Illr ua ál'i1.bc ya, ola, ya a~o'Íi1.da con in C'rip i' 11 latina. E'ta. pieza bilino'üe e un
felÚs Ó mOIl da. de obr ,~T ltL otra un di/1a/' Ú marav dí
de 01' : nmbc.t, in duda para facilitar la tran accion
. n lo árabe:, n los dominio d
\L tilla.
327. lloneda de la Edad ~Ioderna.D de Cl.trlo 1
e dj~tinO'uel
la monedas por el alf¡lbcto de tipo romano biell leO'ibl ,qu se u a en Ha ; por la numentción uce iya el los Rey de un mi mo nombre y por
1<L f chn. del ano en qu
e labra la 1110n da. 1 cual se
pon comÚnmente desde F lip II. Elllas'lllon das regional ~, ó s a en la de Araa-ón ataJurht, Valencia ~T
:N ¡t yalT,L, no
conforma con Ca tilla la numeración
cronológica eÍ. ~ol
r ~res
d un mi mo nombre sino que
va siO'ui lldo la propia de su región como si fuera indep ndi ntc; a i n Ta\Tarm se lbma Fernando nI
nI 'II el a tilla. El idioma n a.elo en la in~cripc ones
monetaria e 1 latino hasta Fernando VII.
El lp\TRntull1ipJllu d Cataluña contra 1gobi rno d
a tilla
{jurante " reinado dI' }<'I'lipc IV, diÚ oca ión á que en mucho
puebl s dI' la· provincia catalana e aCUllariUl moneda.
local s de tipo ba taute ullifol'm en todos 'lIos. a i todas
al crullu d plata. T da 11 van el
on (tC' cohl'c, aunqu ha~T
oC 'cudo ú simbul el 1 1 u blo con el nombre de é t en una de
sus área!>; en la otra 1 e cudo g 11 ral de ataluña, por lo
común, durante el 1 vantamiento referido, y 1 busto d Lui
XIII ó Luis XIV de Francia, durant la umisión á lo :Monar'as fran' se . Aute de las rereridas pi za' labr~l on
e otras
en dif rente' pu blos d Catalufl.a durante lo siglos xv y XVI,
como se ha inc1jcado arriba; se distina-u n por el e cudo ó
8OObolo parlante y el 'nombre tópico respectivo de cada
pueblo.
En los siglos 'VII JT XVIII circularon como legitima
moneda en varios pueblos de Catalufia. los tantos de C01'O,
llamados pellotes y pellel'o{el, que usaban los Cabildos
50J.
Elemento de Al'fjudolog¿1L
en la di tribuciolle cOl'l.lles. on 'Üt in emb..l r o· C¡u
á veces se acuñaban expre amente en los Municipio
para ervir de moneda" . '011 pieza de latón por lo común sólo acuñada por un lado con alO'lma seiíal di tintiva del pueblo ó del abildo. Para u o del coro dalan
ya del siglo XlV iendo muy comunes en el xv j O'ui lltes; la pieza má antiguas
bicieron d plomo . r
anepígr<1fas: mucha dc ellas on .sa~ucni
,'ería exceder los límit
que dicen bien á
ta. obm
el detene rnos en describir otro grupos de nnm ntrio
moderno que se refier n á nu tra ación: tale son la
moneda labrada en los Estados flamencos r demÚ
enoríos que se unieron á la arana de Espai1,l cn lo
comienzos del siglo xn' asimismo, ltlS monedas coloniales aCUJ1adas en diferentes puntos ele Aln' rica dosel
Carlos 1, Y en Filipinas desd, arIos nI
tc. Por lo
mi mo que son modernas, no ofrecen dificultad y entran
en las líneas o'enerale , ya consignadas. Tampo o e
del caso hablar de medallas conm morativas, ))i de
medallas piado as: tratándose de las e pal10la toda
son modernas y no es dificil su estudio . conocimi uto
si e presentan á la vista. Las medalla, piadose más
antigua ,ó que sean de la época ojiv<.ll, pued n muy bicn
descih'arse con lo apuntado en la mui mc.'Ltica d la
Edad Media, ' igilografía y EpigraJía.
El precio á que sc cotizan hoy en lo. l1H'rcados las 1I10n da.
y medallas I1ntigua , depende más de la rareza Ó ,cas z de
los ejemplares bien conservados, que el .'u preciosidad matcrial y perfección arti tica. S pu den adquirir den ario im periales por dos ó tres pesetas según los caso . y mon das de
cobre por cincuentBJ céntimos, En cambio, se ita vendido algún bronce de Pértinax por 200 franco , ya que son rUl'ísimos_
APÍT LO IJI
HE R .\ L DI
:l'~,
A,
)b,; to de e te capítulo.-Da e el nombre de-
JIe¡'Úld i a al ¡trt que lict[\, las reO'las que deben eguire n In. forma ión de lo Escuelas ele a¡'nws ó nobiUm'io
y lo el cribe.,' ll[\,ma también Bla. ón, Ciencia del
Bla.·ón y 'iencía JIeróica.
Por Escudo de W'lI1.aS se ntiend un'l pi z[\, Ó cartela
de forma 11 cia.l en donde e tán di bujado , á modo de
'mbolo ó embl roa , los distintivo de lIna fclmilia ó
p l"ona nobl ó (1 un..t corporación 6 oci dad cualqni 1'a. 4\. cada una dc la piezas 6 fio'ura dibujada en
el campo 1 1 cndo, se 1 di e tambi~n
bla ón J- e·
llaJUil, divi a el rótulo ó lema (di ho también mote) que
por y ntura 1 acampana: al conjunto de la fi~uras
y
dh-i a e 1 onoce con 1 nombre de ernpt'esa, ieudo
d eIl..l 1 al ¡na la di visa y 1 CtreJ'lJO lc.tS :ti f)'ura . Esta..
idea d la, empresa es ólo propia de los abaIleros antiguos.
Por lo dicho se comprende, que el es udo nobiliario
viene á s J.' un jeroglífico de la person:1, [a,lUilia Ó corporaci6n lb qn ,e l' fier[\,: en él se repr sentan los hecl~os
que dieron r nombre á la f[\,luilia, ó las cualid:1des morales que la distinguían, ó las virtudes á cuya posesión
deb n a pirar los individuos que se honran con el e cudo nobiliario. Descifrar estos jeroglíficos y acertar con
50l)
IIfl'áldicfl
Elemento de A I·queolv.r¡ía
la recta di po ición d Uo
liando hayan de fOl'mnl's
el objeto de 1<'1, HenUdi a.
y como de lo e cudo h l'áldi o
e h<l.c LIS frcuenti imo en multitud d obj to sagrad
y profano
en dOCIl11J nto en
Bn mueble
n altare, n adorno
moneda en ello en lápida~,
etc. tc. no deja d
['
muy curio o, intere ante' é in trllcti,o el e tudi d lo
mi mos) siquier<t sea para no e~rad'(uq
uno in- n ibl ,
indif rente y mudo á la vi la de tnn a ombro a lllultituJ
d objetos que tanto dicen y tanto ignificanal 11 val'
estampados sobre i lo e cudo el armas, Ln, 110CiOní'R,
por otra parte, de •'i ilografía y 'umi múl icn que
hemos apuntado en lo dos capítulos pI' ced nt s no
serian completa) si no acompailaran con 1" d 1 Blasón, como fácilmpnte puede coleO'ir e de lo que 11 nUDO
dicho (1).
329. Antigüedad del R1l.t 'ón.- i se toma por Bla ón
cualquier figura dibujada cn 1 e-cudo ó brol]u l, u -ado por
los guerreros de otros iglos, la antiO'üedac1 d 1 Blasón e
pierde en la noche de lo ti rupo . pues con ta qu ] . ;.ripcías, hebreos, griego y romano, u aran de eruejl1nte C111blemas con divi lls ó inscripcione : así puede inf rirse de
de numerosos relieves y pinturas de Gre ia y Roma y el lo'
(1) En breve pa.labra compend'ta el P, Mene tri r, S, J., In
importancia y la amplitud de lo:; e tudio heráldico, qu> f01'1nnll
por si solos toda una enciclopedia, Die a i en u lIIéthode da 1Jla:no~
«Tiene la Heráldica u tp.ologia, filo ofla, g'eog'l'aria, jurisprudencia, geometría, aritmética, hi torja y pragmática propilL .
La priJuera explica us misterio j la seg'Unda, In pI' pi dac!t'
de sus figuras; la tCl'cera. señala los pai e de clond son originaria la familia y los que habitan SUS difel'cntes ramas; 111
cuarta explica los derechos de! Blasón por las brisadas, lo titulos
)' la colocación de las armas en edificios pÚblico, con motivo do
los patronatos; la quinta con idera la figura 'y su colocación; 111.
sex.ta examina su número; la séptima da- la razone ,y la ultimn
explica los términos y descubre BU orígenes,.
má aHtigllO e. ('ritol'l" om~rp
,-: un agrado (~ ume1'OI l/ 1,
,)~
Pero i ma Ún ha ti ig-nificar 1 e'oDjunto d fiO'ul'H"
que' l' ]lre cntan Ú una familia ~- -e p rpetúan en Ua, aeo111 <lAnelo.. ('n 'u eli po-i ión á I'<'g-Ia' fija
y 'onstante 1 cl
ario- n ti . aquél ha eiP hallar 'e H la belad :M dia, ~. lUUY pl'Ohah! mente' ('H Lo torneo ó oaramuza callalL resea simulada, que' .. tnvi ron n uso el dc 1 igLo x. Y como tale ~
tan fam os jn go
e' e1eh1'<11 an ron má.. l' gularidad n
\.1 mania qn en nación alg-unaj por 'to, e adjudica má'
comÚn y pl' hablem 'nt Ü, ella 1 1Il rito quC' pu da haber (~1l
la invc¡; 'ión c1(~
estIL nohl"t' Al't', ,in cmharg'o 1 I' 'ducir á
m "tocio y l'l jijRl' pUl' 'crit la,,] y . qUI' pI' Bid n á la nnHdica c atl'ihuy on má . pral ahilidad á lo fnmcese lo
cual fué po tcriOl: al Ol'i,..:eD eh ]0 - cudo hen\ldico ,
En E paiia el bi ¡'on intl' clucir aJo-o HUí.S tarde emejant' .
conocimientos y u 'os ya qu n e hallnn (' cudo bi 'n ti finido con Hnt l'ioriciad al iglo xIU,
IT
:3:JO. 'la, iflcación (1 10 . cutlo'.-. on mucha, las
aO'rupacioll qu
hac n de lo
cudo d armas en
especie; p ro creemos acertada la ncilla cla iticación
el lo mismo n . imples y compuestos, Los simples con
tan d un solo campo gu á lo urna e divide en
cuatro Cllart le . los compnesto e tán formado por adició!1 de los imIle , onstitu -enclo un todo bien ordenado.
'ubdiviclen e los impl s en escudo de familia, de
dignidad y de comunidad: lo prim ro., on oncesi~
reales qu van vinculada á una f~tmlha
T se t r ~ s l t e n
por heren i:t; lo segundos afectan al argo 6 dIgmdad
Q. ~uq
s halltt investida la p rsona, como son los es?udos de lo Obispos y Card nales; los terceros son propIOS
de una ciudad, provincia 6 sociedad cualquiera.
Los compuestos pueden serlo: por alianza de familias
nobles cuando por razones de parent sco toma una
los es~uclo
de bs otras, aUadiéndolos á 19S suyos propios; por concellión de un Soberano, que autoriza el uso
50 '
JI"l'eí 1dica
Elementos (le Arqu oZogia
de u arma á un nobl , pa.ra qu é te la junt con la
suya; por .·uperi01'idad uando un noble adqui l' nueva jurisdicción ~cle
iA tica ó civil, ~T afiade á u cudo
anterior el que e te nn VQ caro'o l proporciona' por
dignidad, lo mismo que el ant rior, pero in que e trate
de j\lrisdicción verdadera, il10 de un caro'o 1 ado qll
lleva anejo escuelo. Lo ele alianza
dicen también
pendón genealógico: á vec s
complican el tal man ra,
que han lleg'ado' á reunir e hasta 32 cuarteles,
No entra en nu stro propó ito el consignar histó. ¡'icarriente los principal s blason s que xi ten de cada
llna de las citadas la es, sino tan ólo apuntar lo más
saliente de la teoria de los escudos, qu es g n l't1.l Ó
'común á todas las agrupaciones gue el 110s puedan hacerse. Para esto hay que examinar los elem ntos con ttitutivo del escudo en gen ral y en e pecie n cuya
e:s:po ición versan lo nÚmero siguientes.
331. Elemento. del e cudo.- 'on de do cla : lementos esenciales ó principal
y elemento accesorioslos primeros son iDdi pellsables en todo lo e cudo
(excepto la figuras, aunqu mu, principale)' lo sgundos forman el conjul1 to d adorno
terJor: bajo e te
concepto puede ser el escudo raso ó adornado(núm. 383).
Los elementos principales del escudo on: 1 contol'no
ó forma exterior, las pa/'tes de que consta 1 campo, la
divisiones que admite ,los col01'esymetales deque está formado y las figw'a que encierra. Las figuras son de dos.
cla es: flguras propias de la Heráldica ó pieza.', y fi&,uras
importadas de la naturaleza ó del arte. Las piezas distíngueuse, á su vez, en hono¡'ables y menos honOl'ab e.~
Trataremos sumariamente de los referidos elementos.
en especie.
332. Formas del e cu~o.
-Atendido el contorno,.
puede ser el escudo 1'edonilo, ovalado (fig. 482), gótico (}
-~ - - ~- -
apunte do (fíO'. 413) en losanje (fiO'. 416) ó losanjeado
redondeado n la punta (fiO'. 4:17) aguza lo en In. punta
Fig.415
"ático.
o
Pio', 416
Lo anj .
Fig.417
Red ndeado.
(fi o·. 41 ) ó acaudado y ele otras yarjas lUan ras, La forma, gótica tUYO n u o de el 1 siglo xIlI al x.,VI, y lo
mi mo la el lo anje. El cudo redond aelo se diCe también espaÍlol porque fué el predil cto de lo espaüole
d sd 1 iglo X\TI; 1 ¡),O'uzaclo e llaIDa {/'anc4', porque
lo adoptaron n. ilo francesesde de el mismo 8iO'lo hoy
es el qu lre\rale e: e tos do últimos tienen o ho part .s
de altura pOi: 7 d ancho. El e udo ovalado es proplO
de lo ecle iá ti o 11 It¿tlia (fio·. 2)' el escudo alemán
ofr ce ontorno irregular
el italiano pre enta entrada curva n lo la,do ; pero en la actualidad a i todo
desapar e n (exe pto l ovalado omo e ha dicho),
para dar lugar á la forma france a. En ligIo XVIII fué
muy u ada la forma de peto (fig. 481).
333. Part. <lel campo.- 'e di tinguen teóricamente
en el ampo del scudo nueve partes iguale (fig. 417)
en e ta forma: la d en medio, procediendo de arriba
abajo, s llaman jefe (ibid., b), centl'o (ib. e) 'Y punta
(h)j las de la d recha (1), .cantón diestl'o de frente (a)'
flanco die t¡'O (d), cantón dMstl'o de punta (g)j las d~ la
izquierda, con los mismos nombr s que lIado antenor,
cambiando la pi:1.labra diest1'o por siniest7'o, La banda
(1) Adviértase que en Heráldica o dice c~el'ho
al lado del
-escudo que cono ponderia á TIue tra dorecha 1 lo lleváramo delante, y en el libro cae ¡\ la izquierda.
512
Elemento de Arqw'Ologfa
incluyen bajo la misma denomina iÓ11 los (Ol'/'os. Lo
metale que se usan en lo
cudo herÚldico. 011 hl.
plata y el 01'0' lo colore) cinco á aber: azul' (azul)
yule~
(rojo)
inople (,'erd L pÚrpura (rojo-morado),
~able
(negro). Los inO"le s reconocen tI' s color mÚ:
-el sanguíneo el/ulJI'anjaclo y el d canela.
Lo (01'1'0' heráldico 011 cierta fio'ura qu indican
'Ó recuerdan lo verdad 1'0 forros d piel gu formaban
parte del hábIto de lo Caball ros en los torneo .. 'on de
dos cla es, m'minos y vel'Os, en recuerdo también d la
l)ieles dcl armillo y de otro animal s mejaJlt (llamado
val'ius en latín, por la variedad dé SLl colore') qu mn
muy usadas en la antigÜedad para manguiterít"t. .' representa el forro w'miño con 1 equeiía motas pttr ida
á mosquitos, las cuale se dibujan negras obr fondo
blallco (fig, 434)' pero si el campo es negro), la mota on
blancas represéntase el contl'a-al'rnino. Lo vel'os e díbujan en forma de eries d campanita ano'ulo el. de olor azul sobre fondo blanco de modo que lo elemento de
la serie inferior correspondan entre m dio de lo qu
tná en la superior (no", 53 ). se dicen contl'a-vel'os uando
las series de campanita se hallan opuestas por 1<.1, bü
de dos en dos (fig. 436), Y ve/'os en punta cuando los ápices de una serie horizontal caen debajo de la ba
el
otra superior (ng, 437)' si la mencion,tda campmÜta
tienen formas redondeadas) constituy n los vero oncleados; de este género son los veros que se usan en atalu:i1a (fig, 438). Dícense vel'ados los forros análogos á lo
veros cuando se dibujan de gules sobre fondo de oro, y
-cont1'a-ve1'ados si los verados to nan Una disposición semejan te á los cont1'a-ve1'OS,
La representación gráfica de los metales y color s,
'Cuando no se pintan con BU verdadero tono, se hace por
medio de punto~
y rayas en esta forma: la platLt, en
HeráldiCf/
513
blan o (fin-. 4, ;)~
1 oro con punto (fi o·. 4401; el O'ule
on raya v rti ale (fig. 441); el azur con horizontale
(fig. 442)' In púrpura con raya diaeronales de derecha
DO
Fig·:.: ~:3!I.
4+0,
4-11,
442
443
44J,
445.
PIlltlt Uro. Gnles. Azur.Pllrpura. inoplc. ablc.
utido
á izqui rela. (fig. 443)' el sinople con raya en
contmrio (fig, -144)' 1 able, on ray¡t horizontales~'
verti al (fin-, 44-); el naranjado) con rayas diagonales
situadas á la v z nla dos direcciones; el sanguíneo
con diaO'onal
n los direccion y con horizontales(l).
EloriO' 11 el lo olor s y m tale h ráldicos e halla
a imi mo n lo toro o . El e cudo podía s l' de cualqlli r m tal 13 1'0 e pintaba esmaltaba del matiz de
lo m tal noble (plata y oro) Ó d algún color heráltlico: to r,w iDCO tc-~ desde la época d los romano
(;ua ndo en lo ju ero del irco había ecciones Ó CU,1,drilla d j inet que denominaban alba, ¡'ósea véneta
itzul) p I'a 'ina (verde), á las cU<.tle Domiciano auadió
la PWjJ/ÍI'ea. El . 01<>1' negro fu' introducido por los caballero de la Edad Media cuando llevaban luto.
Ti nen 1 . csmalt . h l'áldico su p cial imbolismo y
cxig n obligacion tamhi'n e pe ia.les de qui n lo u a al
decir de vario tratadistas. El 07'0 reclama el deber de aliviar
á lo pobre y el fender á lo. reyes y á la patria, ba ta morir
(1) Ha ta 01 iglo x Vll no teniau ~'epro
ntación fija Jo .colores
por miodo d'l dibujo. Atl'ibÚyo e la actual forma al P, Sllvestre
Pietra anta, S. J, (t 1637), romano, que la publicó on su ohra «Te·
serre o·cntilitiro•. FUlÍ también célebre en el mi mo iglo el P. Claudio en~M
tri r, . J., Iranc6 , por su obl'a «Ml,thode du Bla on.,
de la cunl tá acncla la doctrina de e to capitulo en u ma '<21'
parto.
34
516
Elemento de Al'ql¿eologla
cent.ro del campo; el Cl/arto (?'anco (fiO". 463) qu no pa a
de la cuarta parte dIe cudo carll"a obre un (ntón
de fre'nte; el giJ'ón (fiO". 46-1:) ó pieza triano'ular aplicad¡l,
en un lado cualquiera pero con el vértice hacia el m dio del e ·cudo.
"' aria de las sobredicha pieza pueden combinar
ó juntarse entre si formando por.ejemplo,let cabeza-palo
(fig. 46-) la banda-campiíia etc.
. Comunes á las sobredi has piezas honorables on
ciertas modificaciones que suelen acompanarlas, por let
cuales reciben di tintos calificativos. Pueden ser la
piezas dentadas Ú ondeadas (en sus bord ) )'ecal'gadas
encima), {01'¡'adas ( i lo tán COIl
(si llcvan oh'as fiO'ura~
armíiios ó vera ), losanjeadas (dividida n rombo) á
escaques (cuadricnlada), compue.·tas Ó multiplicada,
etcétera: pero serán anta má nobl cuanto má en iHa ó menos modificada s pres nten. No ob tant , la
multiplicación que no exc da 1 nÚmero de sei incluyendo en éste los espacio interm dios (fig. 4:1: ) 110 S
considera disminuida en nobleza.
3:37 o Pieza mello. honorable. o-En esta e ción de
figu¡'as propias
Ó
piezas heJ'áldicas 1IIenos lwno¡'ables
reúnen e dos series de figuras con lo nombre de piezas
honorables disminuidas) J piezas diseminadas. Se forma
la primera serie con reducciones dc xtensión qu se
hacen sobre las piezas más honorabl ,arriba d s ritas, y compónese la seO'unda de pieza menare , di tribuidas simétricamente sobre cl campo ó sobre otms figuras.
Las más frecuentes de las .que entran en el primer
grupo son: el colmo ó cabeza disminuida, la va1'ita 6 palo
reducido á la mitad de su anchura, ht clivisa 6 faja reducida á la tercera parte, los tl'angles 6 fajas disminuidas á la mitad y en número impar, los blweles, ídem
IÜ1'óldicn
517
en nÚmero p¡tr de diez n ad lante la gemelas y las tercia Ó f~tjas
IllU
tr chas qu van de dos en dos ó de
tre n tr re p ctiy,tlllente (fig . -1: '7 -00), 1 filete en
C¡'UZ, ó ruz reducida, á let cuarta pa,rt d 'u <.l.l1chura,
la hilel'Cl ó e. pineta, bordum e tI' had,t ha.stet la cuarta
part, 1 trechol' cinta e trecha dobl y tior ada, la
.mm
.~.
Fio' .467,
46"
469,
[il Z ~1
~
470
471,
472,
-Ha.
Oe- E' '11.- L -an- Fr - Plinto
ni- -olcpn~
mela'. qu s. jenc1o. t MIo. y fu o . 110:. nado.
cotiza 6 b.tnda di minuida y e dice cotizado el e cudo
cotiz¡l,' 1 ba tón ó banda equii ti ne má d nu
ntl nt á media atiza, bastón en medio 6 bastón recorUl,do (fig. 4:74:), 1 filete 6 banda que no pasa de la quinta.
part d u anchura normal' la contl'acotiza, el conf7'aconstituy n por las mi ma
ba tón y el contl'afilete
l' ducciones de la banda,aplicada á la barra; el cantón
(¡'anco es el cuarto franco di minuido en una tercera
parte.
Entre las piezas diseminada' de más fr cuente uso e
cuentan: 1 ajedl'ezado (fig. -1:6 ), ó campo di idido en
cuadrí ula, cu os cuadrltos son alternativamente de
metal y d color, se dice también jaquel y á escaques;
loS' puntos equipolados (fig, 466) ó ajedr zado de solos 9
rectángulos, los losanjes(fig. 469) 6 rombos poco alargados y también uadritos en punta, qu llenan todo el
campo como el ajedrezado; los {1'etes (fig. 470) 6 bastones·en ruz de . Andrés,que e juntan constituyendo el
escudo f1 oeteado 6 de cancel; los (usos (fig. 471, B) ó rombos prolongados que,si llenan el escudo, le dan el nom-
Elementos de A"queologla
51
bre de fu ado; los plinto' ó billete' ibiJ. A) que on
tarjetitas prolongada. la cual s dan elllombr d. l)lin.
tado al e cudo q ne la llen\' n to la la xt n iÓll ti 1
campo: lo cllad¡'ado, agudo .11 pe¡'¡o¡,{tdo' fig.4:71 C),
cuadrado y ¡'U que ~e dicen maclas si el orificio
t1'OS si e redolldo; ]o~
anillos y los ci¡'culo in rto ('11
otros (DO'. 4:72)' lo tortillos Ó ¡'oele, qu on dL'o ele
color, los bezantes que son ro le d metal: tambi'l1 e
4:73), qu
uentan el escamado y el p{tpelonado ~fio·.
una yariedad del
camado. Todas eUas pu d n aplicarse sobre otras fio'üra heráldica, lo mismo qu sobre
el campo.
338, Origen de la,' figuras h ráldica In·ollias.
Aunque hay diferencia de pareceres eutr) lo
ritores, que han examinado el origen de la mellciolUtda
figuras no deja de ser muy autorizctda la yer ión de
los que todo lo hallan n los torneos y caball l'Ía andante. 'egÚll éstos, la cabeza r present,t la dÜtdema' la
faja es un recuerdo del fajin militar, la banda' rpre-senta una banderola, 1 palo imboliza la juri dic ión,
ó también una lanza si e tá aguzado en punta, Ó ulla
estacada. si está multiplicado; li,t cruz evoca la memoria
de las Cruzadas; la cruz de ,And¡'és toma II idect del
estribo de los Caballeros, y su frecuente u o de la famosas disensiones entre la casa de Orleáns y la de Borgoña, de la cual era dicha cruz el distintivo; los plintos
ó billetes son señales de antiguas franquicias concedidas por los .'oberanos á la casa Ó ciudad que las lleva
en su escudo; los bezantes y tortillos recuerdan los ceno
sos que se pagaban á los altos efiores, etc,
339. Figuras físÍca ,-Además de las figuI'as propias
del Blasón, enumeradas en los párrafos que antecedeu,
hay otras que podríamos llamar fisicas (á diferencia do
las ullteriores que son.geomét¡·icas) y se dividen adecUlt1
,Y
IIe"áldica
51!)
<lam nte en natlll'ales, al'tificiales y quiméJ'icas: las primera
toman d la naturaleza; la egunda del arte
y las Últimas de la fanta Üt. o e po ible enumerar en
breye páO'ina la multitud de fio'ura que el Blasón ha
impol't, do d lo tre reinos de la Jaturaleza pue le
han rv-iclo lo min rales, las planta , los anímale , el
hombr mi mbro diferente los elementos el cielo.
Algunos animale no e dibujan en su forma propia
natural sino he¡'áldica, de figurándolo con angulosida<l s, omo on lo leones 1 opardos y águilas; otro
e
pintan ?nutilados, e pe ialm ntc la.s a ves, sin patas y
in pico ; todos e di ponen comúnm nte mirando á la
derecha del' e cudo. ,'e dicen figura af1'ontadas la qu
se colocan mirándose mutuamente' adosada , si se dan
las ' palda ; conto1'1wda, i miran á la izquierda del
escudo' azol'ada i e di ponen en actitud de arrc:mCill'
el vuelo; explayada, las ayes cuya alas se dirigeu
abiertas hacia la p, rt uperior d 1 scudo; pasmadas,
las aves ~ a i i mpre on águilas) qne se representan
con la ala ext ndidas
cuya pluma bajan verticales' l'ampante (obre todo, leone), cuando están d('
perfil con la patas delanteras 1 vantadas' pa ante,
cuando andan' nacientes, cuando sólo aparece la mitad
superior de u figura, ,e Ua'ma encuent7'o, luna. cabeza
objeto (la pieza banda
de frente' engolado, cualqi~r
por lo comÚn) asido en sus extremidades por dos cabezas que parecen devorarlo; y á este talle se usan otro
muchos nombres en Heráldict\', expresando las actitudes y posiciones de los animales, Las figuras humanas
llevan casi siempre el color natural en su rostro y manos, etc., al cual se le dice encCl1'nación,
Las figuras artificiales suelen ser instrumentos de culto, vestiduras, utensilios de artes y oficios, armas, edificios, naves. Las fignras quiméricas ó fantásticas más
520
Elementos de Arqueología
frecuentes on el gl'ifo (animal con alas T cab za d~
águila y cuerpo de león), el dra,gón (mon trua con cuerpo de reptil, alas de áO'uila y garras de león) la s rpiente alada, la sirena el centauro tc. Todas la figura
pueden dibujarse con alguno de lo colores herúldicos,
lo mismo que se advirtió para el fondo ó campo del scudo; peTo no es raro verlas con lo propios olore de
los objetos representados, y ntonces se dicen l1evüI'
color al natu1'al.
340, Simboli mo (le la figura, ,-Ninguna pi" za e tan
expresiva ntre los Bla on ,como las figm'as naturalc ~T
artificiales que lleva 1 campo; d aquí 1 empl al' los fundadores de un e cudo de armas todo 'u ingenio en la lección
de los tipos adecuados al fin de que se trate, y más todavía.
en la invención de un mote ó lema que resuma n breves palabras la idea que envuelven las figura . Así, p r ejemplo
Beltrán Duguesclín, que era deform , llevaba en su scnd
un rinoceronte con elleroa: Dat virtu : quod forma negat n ;
Lorenzo de i'llédici pu o un laur 1, que iempre con erva su
lozanía, junto con el mote: ~Ita
e t virtus,,; la colul1mas de
Hércules y una águila en medio, con el mote Plus ultra n , fué
la empresa de Carla V) aludi ndo al dominio sobr la India.
occidentales.
La armas de las familias antiO'uas má ilustrc' llevan
fi~ura
, por lo común, pcwlantesj v.gr.) la t07're e símbolo de
la ca a de la Torre, lo calderos d la casa Calderó, ctc. Asimismo, las armas de las ciudades tien n u origen y ignificación en el lugar topográfico, en el acontecimiento que fué la
base de su fundación, etc. Así, la 'I'Iwno se dibuja en los escudos de Manresa y Man.:Jeu) la cabeza con barbas 11 el de
Ba7'bastro, el ciervo en el de Cervera, el epulcro el Santiago
Apóstol en el de la Iglesia Compostelana; el leÓn, el castUIo,
la granada, són símbolos parlantes de sus respectivos reinos.
Larguísimo fuera el catálogo de este lenguaje simbólico, si
hubieran de ponerse en lista los objetos que aprovecha la
Hel'áldica para sus figuras. Bastará apuntar algunos, tan sólo
como .art~eu1l;I
Los leones, símbolo de la majestad, recuerdan,
521
en mucho (' cudr¡ lo viajes al .Ürica realizados por el
aball ro (lU lo stampó 11 u cudo; lo mirlo, que son
avc· emigrante.,
dibujan in pata y in pico, y i!rnificau
lo Yiaj ¡; ci Tltramal' CQJl la ay ría con igui nte ; la cruces,
la conchas y la m dias.luna., qu(' tanto ahun lan y que de
tan div ro' modo
dibujan o lo Blason(', evocan el
r cu rdo de' In' 'ruzada y de]o viaj s ti. Oriente' las estr 11a, 01 Y luna dIos cudo, r pres otan á los aballeros
antig-uo ) di -ha del ol) de la Luna, etc., n 10 torn o . Las
copa el( notan I oficio d. opero ~Iayor
que tuvo algÚn oble
en otro ti m1'O.
}\lu 'ha fig-ul'u hay que no ti nen m<~
origen que un juego
d. palabra 6 cquí o os y em janza remota con el nombr
de la familia ó ciudad á qu p rt 11 ceno Alguno l' cuerdan
la prof('. ión de 'aballero n otro tiempo, in qu corre panda
á u po terior gloria. A. í, el bla ón de la Ca a de los Médici ti 11
¡-tortilla pue to n orla, lo cuales n un printipio lig-uraban píldora qu de pué
cambiaron en balas.
aH. Bri. ada..- Enti nde e por bri ada (del francés
brisll/'e) toda m dificación que e introduce n el escudo
de una, familia para di tinO'uir la ramas que d ~la
proced n. El primoO'énito de una In,milia noble tien~
d r cho d II val' la arma simples y plenas de u ma'01' s, p ro lo hijos segundo las han de modificar,
aH randa u sencill z, potra llevarlas sin injuria del
heredero á lo ual s dice brisa/'lo blasones. e b1'isan
Ó quiebran las rma de diferentes modos: uno es el de
la fiO'uras honorables disminuidas (núm. 337), reduciendo las piezas ':l multiplicándolas; otro, el de cuartelar
los blasones de una casa con los de otra en donde se
establece 1 hijo segundo; otro, el d cambiar los esmaltes, y otro, en fin, el de. recargar con estrellas y crueitas y diferentes objetos las figuras del blasón primitivo,
La pieza más famosa para brisar scudos reales ha sido
el lambel (fig. 476), que es una especie de banquito Ó,
l;lscabcl, dib~jao
en el jefe del escudo; también se han
)
Elemento de AI'q¡¿eologiCL
-empleado con f.recuencia
-cotizas.
1 bIt tón
JIel'áldi c¿
la bordul'tt In.
Oomo ej mplo notable d hri ada ,para di'tiuO"uir mielllbro de una familia, puede aducir
1 d la usa d Borhón,
-cuyas arma imple y pll'nfl. e.11 i' ten, como
'abido, 11
tres li es de 01'0 obre campo el azul'. Pue bien: .como tan ólo
-el jef d la Oa a puede n yal'ln
n ta forma, lo Príneipes,que d la mi ma procedieron han tenido qu bri -al' el Bl;l·
ón) y lo han realizado n 'tu forma: 1 Duqu. d
r](:'¡í.n "
que fué segundogénito, cargó un lamb 1 (fig. 476); '1 Duque
477,
47,
479,
4RO,
'Fig·.: 474, 475, 476,
Condé. Con ti. OrleÚII . Anjou. Berrl. Vendomc. Delfín.
-de Anjou, Felipe de Francia, añadió la bordura de O'ul s 1 fi.gura 477)' el Duque d Berri,arlo de Francia, tomó la mi ma bordura) dentándola (fig. 47 '; el Príncil e d ond, Julio
de Barbón, colocó un ba tón recortado d gule
obr 1 l'll'tro (fig. 474); el Príncipe de onn, Armando d Barbón admitió la bordura y el ba tón recortado, ambo de gule (figura
475); el Duque de Vendomé ti nen el mi mo ba tón l' cortado
JI cargado de tres leoneillos de plata; el Delfín d Ji ran ia
(heredero, aunque no en po e ión de la orona) lleva el seudo
<l.e Borbón cuartelado con delfines de gules en campo de 01'
(lig. 480), Y así de otros.
Con frecuencia se hace caso omiso de esta lcy de .la
brisadas, y los segundogénitos se diferencian d l. h re-<lero tomando el nombre de otro territorio y conserv,tDdo las mismas armas. Nótese, que á veces queda obligado el noble á modificar sus blasones, sin que propiamente .hayan intervenido las brisadas, y esto sucede
"Cuando se le degrada por sentencia del Soberano; ta.mbién es digno de observarse,' que la posición de las figu-
l'a ,mirando á la izqui rda suele indi al' la condición de
bastardo' lo mi mo jo'nifica la barra, aunque fio'ura entr la pi za honorable,
34:2. Lc)'e. h rlil<1icas,-La medida proporcionales fij~tda
arriba pn.ra la pi za Ó fiO'llra propias, la
manera d ituarla obre el -ampo) la coloca ión de
la brisada
• otra mil parti ularidacl que se han
apuntado, 'on n l' alidad otra tant'l leyes hel'áldicas,
l' conocida por la co tumbre; p ro la famosa ley herál(lica, dichlt así por 10 tr<ttttdi ta que irve pitra di r mil' en tre lo
cuelo legítimo ~r los falos, al decir
de 11os, e la que
formula, n estos precisos término:
( o hav~t
m tal obr metal ni color sobre color," Dr
modo q~l
, i 1 mn,1t el 1 rampo
metal, no, pueden
el' m tales la fio'ma qu obr 1 mi 1110 in i tan y
Yicevcl' ,1,' p ro i la pi za de color e caraa sobre me- .
tal bi 11 puede aquél1,l,'l' cil ir obre i misma un metal
. é t un color on tal que e haga sobreponiendo siempre y alternando colores con metales(fig _480, 482, etc.)
La 1 . tiene u excepcion s en caso extraordinario,
. como tales, sin duda, c habrán telLido las bri ada
d al unos Princip s d la Ca~
de BorMn (figs. 474
475,477) cuando así han prescindido d la le famo a.
Tampoco stán incluidos eu la mencionada ley los colores dichos encarnación y al natw'al, lo mismo que
ciertos apéndic s ó adornos de las figuras de animales,
como asta , lengua, coronas, picos. Los forros heráldicos y 01 color púrpura se tienen como elementos indife}'entes , es decir , como metales ó colores, según convenga, para los efectos de 1<'1, ley enunciada.
'
El origen de la ley en cuestión se halla asimismo en)os
torneos, en los cuales era indispensable llevar la coraZa. de plata Ú oro sobre los vestidos de color, y se permitían ligeros vestidos de color sobre la coraza.
5~6
Elementos de A"queología
lIel'cíldicf¡
imperial con cuatro diadema iguale
meno ele ada ; la de Príncipe (fig. 491) que puede l' igual á la
precedente, pero sin diad ma , bi n que lo Príncipe
de Asturias (título del heredero de la Corona dc E'pafia)
la u an con dos diademas' la de Duque ~fio·.
492), tambi n de oro, con ocho florones en forma d hoja d apio
y sin diadema ; la de jJla¡'qués tiene cuatro tlorono
cuatro puutas má baja terminándo e é ta
n tI'
perlas colocada en triángulo (fig. ±. 3) ó en fila vertical
(fig. 483 D) ó en serie horizontal (fig. 494:); la ele Conde
Fig . 495,
496,
De Conde. Yizconde.
. 497,
Barón.
498,
Pre idente,
499.
Mural.
(fig.4:95) con 18 radios que termiu¡.tn en perla; la de
Vizconde (fig. 4:96) con sola cuatro puntas . sus perlas
respectivas; la de Barón (fig. 497), formada por un cerco
de oro obre el cual se arrolla en e piral un doble col'·
dón de perla . la C01'ona mw'al (fig. 499), que propia
de ciudades y se forma con torreones sobre un c rco el.
manera de muro. El Birrete de Presidente (fig. 4-9 ) es
propio de Cancilleres, Presidentes del Parlamento, etc.,
y se constituye por un cerco de terciopelo negro con
galones de oro: los Electores del alltiguo Imperio alemán
llevan Bir1'eta germánica, que es un bonete de grana
con faja de armiilo.
El Yelmo, que es sefial distintiva de Caba;Ileros 'de
cualquier dignidad, consta de ires partes: casco (fig. 483,
C) ó morrión, vise1'a y babm'a, Los Monarcas lo llevan de
• oro, de frente y abierta la vise;l'a; los Príncipes y grandes Senores, de plata, más ó menos abiertos y de perfil;
los Vizcondes, Barones y Caballeros lo usan terciado
527
(ibíd.); lo impl l: oble , de acero pulido, de perfil .,.
cenado; i mir<1 1 'elmo á la izquierda denota la condición d bao tardo.
La cimeJ'G (fia.
, A) e una figura Que e pone sobr~
1 y lmo ó c rana, como ornamento d 1 Timbre' coni t O'en ralm nt n c<1bez<1s de ..t nimales lancilla .
ave, tc. mirando á la d recha.
Lo lambrequines (ibid., B, B) on penachos ó recorte qu penel n á lo lados del Timbre; se dibujan del
col l' propio dIo udo, d uerte que 1<1 parte de frente
ó la i.ua d lo lambrequine lle en 1 color del campo,
r el revé ó la vuelta de ello ., 1 d las figuras: sedi pon n largo cuando el scudo no tiene oportes.
La in igllia ó di tinti va d la dignidad, que i.1.demás
del timl re acompa.lían al es"cu lo (bi n que teng<1n cará ter má a
ario) son comúnmente: la Llaves (figura 4: 2) pu ta n ruz de ~. _\.nclre , para la dianidad
pontificia; la, ¡'UZ} Jlitl'a • Báculo (fig. 4: 6) p<1ra. la.
di O'nidad episcopal; la Cruz pat¡'ial'cal y el Palio para.
l Arzobispos (fig, 4 5)' el báculo teniendo su curvatura.
hacia adentro, para los Abades; el bastón sin cay ,do~
para las belde a (fiO's. 4: 7,
). la maza para lo
Grnnd
<.111 ill re .
La cli¡;i a ó 1
nn rótulo que forma como el alma.
del EIa ón (núllls. 32 y 340) Y e coloca obre una cinte .
en po iCíon
Y<1riable (fig. 500)' no ob tante, muchísimos e cudo cal' cen de este ado!'no: y entonces hay
Que supon 1'10 como tácito.
Las conclecomciones ó insignias de alguna Orden deCaballeri<1, á que por ventura pertenece el oble cuyo.
es el escudo, se ponen pendientes del mismo, de suerte
que ro de la cinta ó cadena al tarjetón sobre el cual sehalla montado (fig. 501); 6n las cruces de Malta, deCalatravi.t y de semejantes Órdenes l\Iilitares,se usa tam-
tU.,
528
Elemento de Arqueología
Heráldica
bién dibujarlas como!?i ~tuvieran
detrá d 1
udo
(fig. 500): si el Caballero e honra, con varia cond oraciones) pónese más próxima al e cudo la más nobl
ó la más antigua- en igualdad d circun tancia .
e dicen sopo/'tes las figura de animales que apitr 11tan .0 tener el e cudo J e llaman tenantes i la fiO"LU'f1S
son humanas (fig. 4: 2). El pabellón ó manto 1'eal s dibuja
como abrazando al escudo cuantlo e trata de •'ob ran ,
y las bandel'as se coloean á lo lados del
'udo i é t
pertenece á militares ó á un r ino ó repÚbli 'a.
El origen de todos lo m ~ncioads
o1'11am ntos del e _
cudo) en lo que tienen de civil ó militar} s halla) amo
las demás pieza anteriormente descrita en los torneo
de ht Edad Media: la manera de timbrar lo escudo
como ahora se estila) data d 1 siglo X\T. Lo aporte
representan á los p<tjes y es udero ) qu n lo ju O'~
aludido ve tian e con frecuencia de un modo xtralÍo
con fjO'Ul'as de salvajes unicornio J et . La ca tumbr
de poner los Caballeros de la Órdenes )Iilitare u cruces deb~jo
de los escudos no pu de tener otro orio'en qu .
b práctica de llevar los Cruzados sus insignia ncil11a
del vestido) sobre el cual aplicaban el scudo al u al' de
l~
en las batallas.
34:4:. Jlodo de bla. Ollar lo. e cudo. .-Blasona/' un
escudo es disponer con acierto y d cribir ordenatlam nte las figuras y demás elementos del mismo) conforme á
~as
reglas del arte. Asi como la disposición de toda la
piez~s
de un escudo tiene sus leyes) segÚn con ta por lo
explicado en los precedentes nÚmero , así la descripción de las mismas posee su técnica á la cual debe suje.
tarse, Para.describir acertadamente un escudo s necesario conocer á fondo la propiedad d los términos que
úsa el arte del Blasón) los cuales no son pocos ni fácilos
de· aprender, por cierto. Se requiere, además) tener co)
nacimiento e:m to el la alianzas que tal vez se hall n
repre ntada en 1 cudo, J 1 la modificaciones introducida en él} 01' 1<1. diO'nidad y po i ión nueva del
oble qu lo n~u
cil'cun tan ia qne d ben examinar-c'
con cuidado ant d proced l' á d ribirlo. amo enayo d
t l nguaje técnico dama á O'uida una de cripción dI. cudo d 1 Emmo. Cardenal Ca ajares
lu f!;0 d xaminn,r en llS línea má salientes 1 procedimí n to que d be seguir e.
Par.-\. bla.sona¡' on orden, se comi l1za por describir el
malte d 1 campo; luego e pa a Ú las fignras, teniendo
n eu nta qll las piezas honorables han de ser las primera . por r la más noble; exceptttanse la cabeza y
la bordura, que
d criben las Últimas entre las figuras
d 1 ampo. uan lo algÚn 'TImeble (figura) está ,montado
sobre otro e d cribe cle~pués
del que stá debajo, 'j- !;li
aquél e un obre cudo) hay 1ue dejarlo para de pués
de hab l' descrito lo bla ones todos del escudo que le
sirve de apoyo.
Tratándo e de e cudo de alianza que tienen muchos
cuartel hay qu numerarlosy¡blasonarlos por su orden,
comenzando por la dere ha del e cudo' si el primero 'jT
el uarto, v. ~r.,
son iguales, e bla onan juntos; lo mi mo que 1 egnndo y 1 tercero i también se identifican.
'í fu nm desiO'uales, por escasa dc igua,ldad que aparezca en ellos, se blasonan de uno en uno expresando
ante las divi iones g llerales del scudo ntero. Por
ejemplo: «la Casa de Lorena lleva cortado, con cuatro
II c ~ b e z a
y cuatro en punta; en elLo, de ... ; en el 2. 0 ,
de ... », etr. Descrito que sea cada uno de lo cuai'teles
de alianza, se indica la fámilia de donde procede el respectivo cuart l' y lllego que todos se hayan blasonado
se procede <1. describir los ornamentos ó accesorios del
escudo) pOi' lo menos el timbre y la divisa,
1
35
530
Elementos de .LÍ1'ql¿eologia
JIprc11clicn
De cada figura ha~
que expre al' con t' rminos té nicos la posición, la actitud el esmalt la divi ión ó repetición de la misma y el nÚm ro de veces que el' pit ,
J los recargos qúe tenO'a no olvidando qu la menor cosa
de éstas es suficiente para coustituir en e p cie di tinta,
. al bla 'ón de que se trat, 1 explicar la po ición que
O'uarda un mueble hay que r lacionarlo con• la. reO'ión
b
del escudo (fig. 417), ó con la forma de la pIeza honorables que la pudieran o upar; a i, por ejemplo, cllatro
bezantes en línea vertical, puestos en medio el 1 e udo
se dirán cuat1'o bezantes en palo; si tomaran la posición
bezantes en banda ó en baJ'}'(/,:
diagonal) se dirían c~lat1'O
sí ocuparan los ángulos, se d scribirían llamándolo
acantonados y si dichos bezantes se rela jonan con otra
pieza ó figura del mismo escudo, ésta se d nominaría
acantonada ó acompañada de bezantes, s gÚn la po ición
que guardaren. Aunque se deb contar 1 nÚm ro d
veces que se repite una figura si se nota qu no ha, n
sus repeticiones un definido propósito d pon r nÚmero
fijo, se dice simplemente que se ballet el Cc mpo sembra·
do, v. g'I de lises.
Dados estos precedentes, véase ahora cómo s
aplican á la descripción técnica, previniendo qu no
hay completa uniformidad en los escritores sobr este
punto.
Adviértase, para mayor claridad,qu en el blasón del
Emmo. Cascajares figuran las armas ele cuatro noble
familias aragonesas, correspondiendo á sus cuatro cuarteles) cuya descripción es como sigue:
El Emmo', Sr. D. Antonio María, C.ardenal Cttscajares y Azara, Arzobispo que fué de Valladolid y Zaragoza, trae cuartelado; en elLO, de plata) al león rampa,n·
te de gules empuñando una hoja de sierra al natural,quc
es de Cascajares; en el 2. 0, de gules, al castillo de plata,
T
531
fabrí ado de abl (1), ftanque.tdo de torres, que es de
Azara; n 13,°, d plata á tre tercias de azur, que es
de Bardají' 4,Q, d oro, al á"'uila bíc ps explayada de
"'ule ,que
d Mata- 1 sobree cudo con 1 :Nombre de
:María y 1 mot Uon tl'a te e e Jlah'em, que es del Arzobí po; 1
udo, obre la 'rllZ de alatraya d gule
y cruz patriarcal d oro, timbrado d Cardenal y con la
divisa, n punta it.J.. omen Domini benedictum.
I
Fig. oOO.-E' 'udo elel
nrdennJ
n cajar
:U5. E eudo elli. eopale, .-Por má que la doctrina
xpu sta n los precedente nÚm 1'0 abrac todos los
~énero
d scudos nobiliario ,arriba d fiuidos (nÚmero
330), bi n se cha de "' el' que
aplica más e pecialm nte á los d f'1milia y her ditarios 'que por lo mi mo) falta el cir .tlgo de lo pi opal
u afines.
abido es qu los Obispo, Protonotarios Apostólico.
Dean s y otra p rsonas con tituidas en dignidad elevada, tienen, por su mismo e tado y oficio, derecho
reconocido por todos de llevar 'scudo. Al olrL~dnuf
ó
disponerlo s gÚn su propia elección dichas per Ollas,
uel n acomodarse á las leyes de Heráldica por ulliver(1) So dice t'ab~i('ulo
un ca tillo, ruando las enal que n él se
son de di tinto e _
ponen, para indicar la' juntura. de la' piedra~,
malte qne el fondo.
53:3
Elementos de A1'queologia
---------
sal costumbFe; muy laudabl ,por ierto. Lo PI' lado
españole acostumbran di pon l' us e cudos de arma
con bastante complicación, cuartelándolo ca i siempre
y usando muy poco de la pieza honorable á no el'
que las traigan de su familia' lo PI' lado extranjero,
por el contrario no dividen el campo del e cudo ino,
Fig. 5Dl.-E cudo de Ca tilla.
cuando más, en forma cortada ó partida ó tronchada
y usan con harta frecuencia las figura honorable.
i el Prelado desciende inmediatamente d familia noble' suele poner en su escudo las armas de la familia,
cuartelándolas, por lo menos n Espaiia, con las de la
Iglesia á que está ligado; si la familia no se honra on
titulo alguno de nobleza, el nuevo Prelado toma sus armas de la población en donde vió la primera luz, ó de la
Iglesia en donde fué regenerado, Ó bien forma una espr
cie de jeroglífico, valiéndose de algún 'significado que
tengan su nombre propio y apellidos. Es muy frecuente
poner algún emblema del Corazón de Jesús ó de María
en un sobreescudo, que se fija en el centro ó én la frCl}
te ó jefe del escudo principal, con algún mote que avive
:íla devoción ó exprese lo que llamaríamos el programa
IL l'cílclica
533
de u gobi mo: lo j mplo de todo lo dicho abundan
por d mÚ , para (fU ha 'amo de it,l.rlo....
:H6, E. cutlo tlc E paña.- \. i como hay cudos de
aJi'l.nza ntl'e la familias unida por
tre 'ho lazo de
par nt o (nÚm. 3 O), a í han de hallars por igual
man ra n lo l' il o~
Ó nacione que han sido poderosas
un dift, y (Lue n 1 apoo' o de u grandeza unieron á su
territorio importa.nte dominio. .-trallos á su idioma.
Poca na.cion
'omo E paúel. pued n gloriar e de tan
va ta, dominación, jercida, ti us mejore tiempos' y
en su escudo de a.rma ha quedado una muestra, aunque
d ficient , el su pa a.da gloria . Por 1 interés que
re i te, y n la impo ibilidad d trazar la d cripción
el lo má famo o e udo na 'ional s y extranjeros
no s rá ntret nimi nto yano h,tbl<:tr del escudo na-ional d E panel, como panl. remat d nue tro libro.
El que l' pI' nta la, fig. 501
el cudo d reino de
'i a tilla y León, muy u ado aÚn
n docum nto oficiale
de otro iO'lo como i fuera el eneral de E paúa.
De de la 1 volución del (j ú a e muy frecuent mente
el seudo CUítrt lado con la arma ele Ca tilla en el
cuart 11. 0 , la d León n 12. 0 la d
ragónen e13. 0
y las de Java.lT< en el 4. o; p ro antes d la citada, fecha
no
unió al
udo gen ral d E paúa 1 de avarra,
n aten ión á que no fu incorporado di ho reino antiO'uo al d
a tilla y Aragón por alianza sino por la
fuerzt, y utonc s perdió Javn,rra u p rsonalidad
politi a y h ráldica.
Antes ele quc
adopta,l'cl. el referido cudo, campeaba en 1 s documento y edificios público el general de
los antiguo Estados espn.fioles, que aun hoy se u a, no
obstant d qu no expresan u blasones más que un
simple l' cuerdo hi tórico el pasada grandeza. Dicho
escudo. general contiene las Armas de cuatro Reinos en
Elemento de A1'qlteologia
cabeza dos Ducados en faja . cuatro Du ado rondados en punta: en el sobree eudo las de Ca tilla JT L ón,
entado con las de Granada y sobr 1 total] otro
u ón
en abi mo con las de la reinante dina tía. Los l' ino q u
figuran en cabeza son por su orden Aragón) Sicilia, utria (como Archiduque de u tria que es el R y el
España desde Carlos I) y Boro'oña moderna. Lo Ducados que van en faja son los de Parma, (Casa de Farnesio)
JT Toscana (de l\Iédici ) agregado por arIos IU á su
escudo. Los que figuran en punta son: D\lcado de Borgoña antiguo] Condado de Flandes, Condado i 1 'firol
y Ducado de Brabant que un dia fueron i:>atrimonio de
la Corona de España. ótese que en algunos ej mplare
no se ven colocados los blasones d Castilla en sobr escudo sino en el cantón diestro de frente del es udo.
Concln ión.-Lleo'ado al término d nuestras di quisiciones arqueológicas, ~T emocionudo nuestro spiritu
con los dulcismo~
recuerdos de reguladas historias, que
la ciencia de lo antiguo no ha revelado] justo y debido
es el tributo de nuestra gratitud al Dador antiguo de
todo bien, Antiquus die1'um (Danielis, VII] 9)] que di tribuye de los tesoros de su inugotable 'abiduría siempre
nuevos y antiguos raudales de divina ciencia, pl'ofel·f
de thesauI'o suo nova et vetel'a (Matl~.,
Xffi, 52): equitativo esy saludable ofrecer nuestros humildes obsequios
á la purisima Virgen, que desd los tiempos más remoto
ángeles, ab
. constituye las delicias del eñor y de su~
initio et ante smcula et ex antiquis (Eccli., XXIV, 14),
Se1'o te amavi, pltlch1'itudo tam antiqua et tam nova]
se1'O te arnavif ( . Agust., Confessionum) lib. x, c, 7).
Regi autem smculoi'urn imrn01·tali) invisibili, solí Deo) l¿o71.01' et glO1'ia in smcula smr;ulo/'ltm. Amen. (1 Tim., I, 17).
RE 'TIl!'l ACIO
T
Como
advirtió n otra parte (núm, 139'), la impo ibilidad
en que no hall!llllo de studiar uno 'por uno sobr 1 terreno
lo monumento' arquit ctónico que s m ncionan n la pI' nte hrita, y la e n igui nte nec idad en que no vimo d
t n '1' por ~ guros en tal 'aso", lo que afirman escritore d
nota, no exp ne it inexnctitude en la apreciación del e tilo
dominante, rcsl)('cto el tal ó cual iglesia m no conocida.
Fundado n catecrórica afirmaeione del reputado arqueólogo D, 1) dro de :Madrazo, indicamo' 11 la pág. 242 la xitencia d igla ia mozárabe' n órdoba, afirmación que no
pu de' 'tener >.
A imi mo, bajo palabra del juicio o y erudito
critor don
Ramón Vinad 1', el lizó"e n In púO'. 1 2 el calificativo de
románica, dado á la ild in. d a t",llón de Ampuria y en 1<1
páO'.:.:J la afirmación el
r ojivales el clau tro románico de
Gerona (v. pÜg-. ~ 1
Y la atedl'al d
1'O'el: ninguna de esta'
<úirma 'ion . pll d admitir . La Catedral de r"el e románica d flO'urada por '1 Renacimiento.
¿tes , ~d
má , rectificando la citada pág. 1 2, que Ripoll
na, . Lorenzo de Munt está cerca
e de la provincia el re~
de 'abad 11, }' . anta Ana d 10m' al, próxima á Vich (Barelona).
La vi ·ta del Al' hivo general ti 1 R ino, que se halla ~n 1/\
pág .. ti3, no es d Simancas ino de Alcalá, según s adVIerte
n la pago .05~
.
Puede admitirs sin dificultad alguna que la moneda epI e~q
copal vicen e mpezó en el siglo x, antes, por lo ,om~i
en alguno el los Estados espafioles de la ReconqUIsta (pa·
g~na
49H).
I
538
A. P.
0..
Anno po t urbem conditam.
1. C. .Anima quiescat in Clu·ist/}.
A. R. V. Y. D. D. Aralll votivam yolen dicayit.
A.
Apindice I
Elementos de A1'queolugía
B. Baccho, Beleno b n Illerenti.
B. D. D. Boni dii ó d abu .
B. F. ó B...ClF. ó B. Beneficiariu
B. 1. O. Bíbas in Chl'i too
B. M. Bonae memoriae.
B. M. ó B. M. T. Benemerenti.
B. M. F. . Benemerenti faci ndulll curavit.
B. 1. M. R. Benemerelltibu.
B J . Benevolo.
B.O.. Bene qui scat.
B. V. . Ba 'im (base ó pedestal) voto oluto.
C. Cajus, centurio, civis. cohors, conjux, con ulari' consul.
C. B. Civis bonus ó conjulri bona .
C. C. Ourire consulto, con en'u cidtati .
C. C. V. V. O1ari imi ,riri Ó Olari' imus vil'.
C. F. Olari sima femina.
C. M. ]). Curavit monumentum fieri.
e, O. Conjugi optima .
O, O. B.O.. Oum oml1íbus boni quiescat.
COK. O. . F. Conjugi optima epulcrum 10 uit.
CO . Ó CO '. Con ul ó con'ul ;:.
CO . DE. Consul de iguatu .
C. P. O1a1'i sima puella.
C. R. Civis romanw;) ó curarunt refi '1.
C. S. H. Communi sumptu 11aer dum.
.C. . H. S. '. Communi epulcro hic siti sunt.
C. V. P. V. Communi voluntate, publice Yotum.
D. Décimus, decurio, Deo, domo, dedit, dedicavit.
D. Deposit'l.ts, dulcis.
D. A. . ó D. 1. '. Düs avernis acrum ó düs inferis sacrum.
DD. DedicaYit ó Domin1.
p. D. D. Datus decreto decurionum, ó dono dedit donum.
n. D. L. M. Dono dedit liben' Ó lubens donurn merito.
D. D. O. Diis deabus omnibus.
DE ó DEF. Defunctus.
D. 1. P. D01'mit in pace.
D. M. ó M. D. 1L Diis roanibus, ó monumentulU diis manibus.
D_ M. S. ó D. M. V. Diis manibU!l sacmm, ó diis manibus
votum.
D. N. DD. NN. Domino nosf1'O) Dominis nost1'is.
D. O. M. Deo optimo maximo, ó deac optimae maximae.
D. P. Diis publieis, ó dono posuit.
D. P. P.
D. '.];.
n. D.
.ó
539
D propia pecunia dedicamnt, ó d derunt.
... P. Ji'. . De uo fa ienduro curavit, ó de
sua]) cunia...
D. . P. D. ó D ..~. P. P. De ua p cu.nia d dit ó posuit.
D. '. '. ó D. .'. 1. De ·uo umptu ó de Bua impen a.
E. Exa t l' rgo (indica tambilln 1 centm·ión.)
EE.
. ] H. ó g. ( . H.. Equit Romani ó Equ
Romanu.
E. J. nI. . V. Ex jure ~lanium
con rvatum vocO.
E. JI. V. ó K . ¡) b. F. Egregiae 111 moria viro, ó eO'reO'io
viro. ó eO'reO'ia f mina.
E 'uo ó .~ ooni uis.
E. T. 1<'.1.,. Ex te tam nto fieriju sit ibi.
E. VIY. DII'. E 'Viví' dí ce . it.
.
E. V. L. nI. P. Ex voto lib n 111 rito po uit.
F. ó Fl. Filius, filia ó ]i'lIwiu fundu, iuit fiamen.
Faciendum cUl'avit, Ó fae 're curavit, ó fieri fecit,
}'. C. Ó 1<'. .~]
ó fecerunt.
J.i. F. P. P.1".];. Flor nti aimi ó IeHci'simi, pü .imi, forti·
imi.
}'. U. }'. j; ieri bae1'ecl . /'ecerunt.
E. J. }. ieri ju it ó in. tituit.
liL. DL\L. ó ~IART.
Flam n dill.li ó martiali , etc.
l!. L. L. P, <e'. 1<' 'it lib nti ime pecunia ua.
F'. Fo 01'.
F. '. l!'ratri hu ó filii ui.
F. V. . F cit voto u cepto.
G :fG. YB F. G rlllani fratre trc .
G. L. G niol ci .
G.. L V.
anime~
:Minervia vict1'ix.
. P. ] . Temina pia fideH .
11. Haer ó habet /í. honor m.
H. A. . Uner 1 aram cunuunt.
H. A. . .I!'. . IIaerede aere communi faciendum curavere.
R. Á. F.
HcUl aram faciendalll curavit.
H. B, o H. ]j'. llomo bonus íi hone ta femina.
II. II. P. P. Hi pani< prqYil1ciarum duarum.
H. L. ó H. L. R. Hac 1 ge o hunc locum o hac lege l'ogatum.
H. L. . Hoc loco itus.
R. L. S. Ui locn!; ó sepulcrum.
H. M. Hoc monumentum Ú, honestae matronae.
H. M.A.H. .I: • P. Roe monumentumad haeredell nonpertinet.
H. M. D. M. A. Huic monumento dolus malus abest.
ll. M. E. . H.. lloc monumentum extero non recipit.
H. N. S. (Hoe monumentum ó sepulcnun) llaeredes non se·
qui.tur.
5-t0
H. S. E. ó H.
. ·H'. Hic itu, ó ita e t, ¡) fuit.
T . .I<' ó H. T. D. D. lIunc tituluJU f cit ó hnuc- titnlum
dedito
H. V. Hi pa11iae utriu que ú bic vi.'it.
H. X. ó V. liori' deeem, 6 quinque etc.
r. emel) ó Imperator) ó prima.
ID. Idibus.
I. D . .l.. In Dei nomine.
r. H. H. ó r. H. D. D. In hoc honor, ó in h~uorem
domus
divinae.
L0T. P. In pace.
I. X. In CMisto.
n. ó n. M. S cundus, it 'l"Um, ó it ratus miles.
n VIR. ó ID ó IV., etc. Duumvir ó triulllvir ó quatuorvir.
J. D. Ju u Dei, ó Juridicundo, Jud x d 'io-natu
J. Ji. Ju u fecit.
.
J. O. J'II. ó J. O. M. J.)1. Jovi optimo maxim ú Jnnoni
llIin 'rva .
J. R. ó J. . llL R. Junoni Regina ó Junoni s05pitae roa·
gncle Reo-inae.
K.
alendae, ó casa, ó cau a, ó caru .
L. Laecio, latm)} , longum lu tTum) ext rcio Lu 'ino t
L. _'!... Liben animo, ó lib 'nti animo. ó locus ad 'ig-natu .
L. D. . ó L. C. . Lib n de no ó lib n cum ni .
L. D. . C. 6 L. D. D. • Lo us datu enatu con 'ulto ó
locu datu d er to eolleCTii.
L. L. ~L
Libentis im ó liben la tus ro 'rito.
L. U. Locu monuroenti.
L. P. ó L. )L D. Liben posuit, óliben merito d clit.
L. S. Lib n' solvit ó locus epuleri.
:U. lllárcus, magi ter, mater, m moria, monum lltum, mur·
JUoreum.
M. A. G. S. Memor animo grato olvit.
Y. D. Matri d orum ó Militum decorum.M. F. C. remoria ó monuro ntum ti 'ri euravit.
jJLlI.· lllarty¡'e s.
.Y. 1\L ó M. R. S. F. C. Meriti simo faciclldum CUl't1vit.
. 1\'1. P. n. ó V. Millia passuum duo ó quinque, etc.
M. S. Maje 'tati, ó 1\le11ses, ó 1\lagi tro uo.
N. Nepos, natus, nonas, nuroeru', u1l1crius, num rarius.
N. M. J. S. ó N. P. Novum m011umcntulll nomine uo 6 nomine proprio.
O. Hont, obiit.
OB. IN XPO. Obiit in Christo.
O. D. Opus doliare.
n.
•
•
ApéndicI' I
Elemento' de Al'qneologia
O. D. , . 11.
O. E. B. <l.
5-11
Optiroe dI' e m rita ó mer nti.
. ó . P. Q. OS a ejus h n' quiescant Ú o a
placide qui scant.
P. Pater patria, pu r, per, pondu . perpetua, Pontif x,
Publius, publicu , puella.
P. Pa.',piu'.
P.
Ponendam curavit ó p 1. con ulatuUl, ó Prl'l fecto
corpori .
OY. Post eOIl ulatllm.
P. C. ó P.
P. D. D. Positum deer to decUl'ionum, ó publico dedicatum, ó pater dedieavit.
P. D. F. Puhlico d er to r c runt.
P. F. Pius f lix, Ó pÜt f lix, ó p rfecerunt.
P. F. \. Pio feliei victori.
P. n.
Provincia lli panire citerioris.
P. JV. Poniju. it.
P. r.
Publica iropen a epultu ó piu in uos.
P. L Pontife.' mllxirou Ó minor ó post mortem.
P. M. Plu.. minll ) piae rnemo1'iae post l1wl'tem.
P. P. Pater patria ó patrum ó pecunia pública, ó pedes,
p rpetuus, pro patrf' Prac s Provinciae.
P. P. P. Propria pecunia ó pro pi('tat> posuit ó Patri patriae
pra tanti iroo.
P. P. P. D. ó F. C. Publica pN'unia ponendum decre'it,
ó faei n lum curarunt.
P. P. XII. Pondo duod cim, ó Praepo itus duodecimae.
P. P. V. P. Pro pietate vivi posuerunt,
P. Q. Pede quadrati (medida 'up ¡-ficial) .
PRo Pra tor, Praefectns Praepo itus, Provincia) pro.
PRE. P¡'e byte¡'.
P. R. . Po 1. Romam conditam.
PR. K. Fl'idie kalmdas.
PR.
P"id1'e nona .
P. R. Q. ó P. R. . Q, Po terisque.
P. S. }i" ]' cunia ua fecit, ó posuit ü·atri.
P. V. Praestantis iroo ó perfecti imo viro, ó prout voverat•
P. Z. Pie zes 8 •
Q. Qua 'to1', QUilltu , Quadratus.
Q,. Q,ui, quiescit,
Q. B. AN, Qui bixit annos.
Q,. I. P. Q,uie.cas ó quiescit in pace,
Q. M, Qui ti mm.D?riae.
.
QQ. Qinqu llllahtms,. q~09u
, quoquoversuI?'. .
Q. V, . 1. ó XX. QUl VI:lut annum unum ó Vlgmtl.
R. Recta, retro) 1'u1'isslmo, recto, requiescit.
Jo..
560
Elementos áe Arqueologla
Ángeles (iconolog.), 260.
Anillo del Pescador, 304.
.Anillos, 2l:!9, 304.
.Anta, 45.
Antepecho, 54, 170.Antipendium, 264, 290.
Anunciaeión (icon.), 25
Anverso. 307.
Aparejo, 43
Apógrafo, 303.
Apóstoles (iconolog.) 261.
Arabesco, 70.
\rábigo (estilos y artes), 194,
y sigo'. 321.
Aragón (arquitect.), 130,141,
179, 18~.
Aragonesas (monedas), 424.
Aranas, 276.
Arbotante) 49, 167.
Arcada, 49.
Arcatura, 49.
Arco: sus formas, 49.
Arco: su teoría, 4 .
Arcosolium, 113,264.
Arcos triunfales, 10
Archivolta, 53, 165.
area, 30.
Armadura, 52.
Armería, 3.
Armiño ,335.
Arq ueología, 1.
Id.: su método, 4.
Id.: su división, ~, 3. 6.
Id.: su utilidad, 5.
Arquitectura, 3, 31.
Id.: sus géneros, 34, 36.
Arquitos románicos, 134.
Arquitrabe, 47.
Arte, 8.
Arte: sus elementos, 9.
Id.: su división, 24.
Id. plástico, 56.
Id. bizantino, románico, etc.
(Véanse estos nombres).
.Artes, 3, 10
Arte: u divi ión, 10) 2fl, 27,
28.30.
Artesauo
Arte ón, 71.
Art onado, 73.
Arti ta, '.
Arrabaa, 196.
As, ¡jl~.
A irio (art ), !ll, 2] '. 232,284.
.A pa, 336.
.Aspcr¡!ilo. 316, nota.
Asturiano (e tilo 130.
Asturia tarquit.', l~O,
1-1;),
.5~1
A trágalo. 46.
Asunción licol1olog-. 1, 25,,'.
...tico, 54.
Atlant , -!5, 72.
Atril,271.
Atrio. 40
Audicntes \catectllllcno,',llli.
.n.ur o. 312.
Aur oJa, 257.
Autó~rafo.
3 3.
Azorada (figuJ-'s) :: K.
Azur.33-.
Babel (Torre d ,fl2.
Báculo, :H \.
BaJau trada, - 4.
Baldaquino, 5±,2U4.
Báltheus. 2 5.
Banda, li9. 336.
Banda lombarda, 127.
Band ra • '271:3.
Baptist rios. 113. 1] H, ] 2H.
Baquetilla, 6n 70.
Baquetón, 70, 163.
Barbacana, 54.
Barra, 336.
Barro saguntino. 273, not¡,t.
Barroco, 203. 207.
Basa. «.
Basamento, 44.
Basílica romana. 108.
Basílica cristiana, 11li, 213.
Apéndice 1II
Ba ílicas célebr s, 117.
Bastón, 337.
Bati nt ,53 .
Bauti mo. (V. Pila bautism.)
B na Artes, 10) 2(i.
Belleza, 11.
Id.: su división, 13.
Id.: 'u fundum nto, 14.
Id.: u ondiciune, 51.
Bell za. arquit ctólúca, 32.
"
escultÓrica. 59.
"
pict<irica, l13.
Bello ideal, 17.
B rua. 116.
Bendición: u formas, 255.
B tiarío, 13 nota, 251.
Betilo, 21H.
Bezantes, 70.337.
.Bibliol g-ía, ; , 2~1.
¡j01.
Bicha.. 7"2.
Bil ing-lie. 30 .
BiIlet 's. 70. 337.
Bizllntino e tilo 1, 120. 213,
"226.237
Bizantino 1 diftcios), 122.
Blanca I JUan da ), 322.
Bla ón. 32¡.(.
Bln onar. 34·1.
Boeel, 6!1.
Boceto.60.
Bolone n te cuela, 24.1.
Bordados, "2 6.
Bordura.. 336.
Boturel. ·15, 165.
Botllret , 45, 49, 1(;5.
Bóveda: Ims formas, 50, 166.
~
su teoría, 51.
Brisadas, brisar, 341.
Brocado, 286.
Brooatel. 2 6.
Bron'ceríll, H.
BucrlÍneo,7'l..
Buen Pastor, 249.
Bula, 304.
Burel,337.
1
551
Bu too 57.
Caballo (símbol.). 250.
ab za lh ráld.), 336.
Cabria (h rúl.). 336.
Cadena (arquitec.), 43.
Cair I .70.
álamu ,295.
Caldeo I arte), 92, 21 , 232.
álice 272 .
Cáliga, 285,2 9.
Callícula, 2 5,
Camafeo, 60.
Cami ia, 2 7.
Campanas. 2HO.
Campanario (V. Torres .
Campiña (h rálcl.),3i.l6 ..
ampo. ::107, 333.
and leros, candelabro, 277.
ane illo , 5-1, 72.
anon cuJtórico. 5 .
ántbal'u~.
:H2.
Cantón \heráld.), 333.
autón franco, 337.
Capu pluvial. 2l:l .
Capelo. 34.3.
Capital letra l, 300.
Capit 1: us forma, 44, 46.
Capit<;l ,onitaz~
románico,
glpCIO, te. (Véan
sta
palabra ).
Cardinll. 171.
Cl:iriátid ,45. 72, 95.
llrlovingio (e tilo , 12!1.
arlovingia letra), 300.
Carlovin~ s
(moneda ), 323.
Carmen (iconolog.), 25 .
Carpll.nel (V. Arco).
.
Carta. 303.
Cartela. 54. 291t
Cartucho, 29l1.
Cartulario, 303.
Carrillón, 280. 281.
Casetón. 71.
Castellana (escuela), 242 .
Ca tellnuas (monedas), 227.
55-1
Elentlmtos de Arqueologia
Engolt>.do, 33
Enjutas, 49.
Entablamento, 43.
Entalle, 66.
Entrefino, 2"2.
Entretelaje, 79.
Entrepaño, 53.
Epigrafía, 3,292, 296 Y siO'.
Era'Cri tiana, 29 , 303.
, Era Hi pana, 3, 29 , 303.
E caqu ,336, 338.
E carpado, 43.
Escocia, 69.
,
Escritura: sus clase , 293,300.
Escudo y sus clases, 32 ,330.
Escudo de España, 346.
Escudos epi copales, 345.
Escuela de artes, 23.
Escu las de Escultura, 230.
Id. de Pintura, 239.
Escultura, 3, 56.216 Y sigo
Escultura: su con ervacióD,
78.
E cu ón, 336.
Esfinge, 72.
EsfraO'ística, 3, 292, 304.
E grafito 256·
E malte, 66.
E padaña (torre), 131.
E piritualismo en el arte, 22.
Espolín. 2 6.
Esmalte, 335.
Estalo, 270.
Estampado, 60.
Estandartes, 278.
Estáter, 311.
Estatua: sus formas, 57.
, Estatuaria, 57, 59.
Estela, 54.
Estereobato, 44.
Estética, 12.
Estilo (punzón), 295.
Estilobato, 44.
Estilos, 15.23.24. .
Id. de Arquitectura, 83.
Estilo deE cultura,216 ysiO'.
id. d Piutura, 231 y siO'.
Estilos bizantino, románico.
etc. (Véan e
tus pala·
bra J.
~,5'2,alotsE
7.
E tofa, 2 6.
Estofado, 60, 2' .
E tL'ia, 69.
Estribo, 45, 4. .
Etrusco (arte), 105.
Eucari tía, 247, 24.9, 261, 272.
EvanO' li tas (iconolog.), 261.
Exá tilo, 41.
Ex dra, 270.
Ex rgo, 307.
l!:x:omis, 2 5.
Explayada (figura), 338.
Extradó , 50.
Extr madura (arquit.), 157,
191.
Fabricado. 344 (nota).
Fachada ó frouti , 39.
Facistol, 271.
Faja, 69, 3ol>.
Fanon, ~ 7.
Fantá tico, 19, 20.
Felús, 321, 326.
Fenicio (arte), 96, 220, ,49~
314.
Fíbula, 285, 2 7.
Figuras heráldicas, 331, 336,
y siO'.
Filacteria, 253.
Filete, 69, 337.
Filigrana, 60.
Fiola, 256, 274, nota..
Fitaria, 68, 71.
Flamenca (escuela), 239, 243.
Flamígero (estilo), 161.
Flecha, 54.
Floreros, 283.
Florentino (.estila), 204, 230,
239.
Follaje, 71.
Apéndice III
Fran a e cuela.), 243.
Frauc a letra), 300.
Fretes, 337.
Fri 0,47.
Fronda, 72, 171
Frontale , 264, 290.
]1'rontón y su clase , ~ 7.
Fu o ,3' 7.
Ji uste, 44.
Gal ría. 40.
Gal ría cuhi rta, 7.
Galicia, \Ul'lluit.), 130, 1 6.
árgola, r.4.. 72. 170.
-l-az phylacium, 116.
emela. 3; 7.
Girón. 33·1 336.
lifo, 69.
Glíl lica, 3.
loria (atributo) 325.
ola, ()fI.
Got rón, 6n.
ótico antiguo (e tilo), 126.
Gótico ( . ojival).
ótico (caracteres), 299, 300,
3 1 317 322.
rabado, 66.
Gráfila, 307.
Granadino (e tilo), 195, 198.
rapbium, 295.
reca, 70.
Gr co-romano(estilo). 204, 209.
GrieO'o (arte), 110, 223, 235,
296,311.
Grifo, 72, 339.
Grumo, 171.
Grupo (e!>cultura), 57.
Grutas vaticanas, 114.
Grutesco, 72,205.
Guadamecí, 286.
Guantes, 289.
Guardillas, 52.
Guarrazar (Tesoro de), 275.
Gules, 335.
Gusto estético, 16,
Gynnreceum, 116.
.555
Hama, 273.
Hastial, 39.
Hebreo (arte), 96.
Hemidolmen, 87.
Heráldica, 3, 328 Y!lig.
Hermes, 57.
Herrajes, 2 2.
Hidra, 251.
llierático, 294.
Ripetra ( ala), 95.
Hipogeos, 95.
Hipóstila (sala), 95.
ni toria, l.
Hoja acorni ada 171.
lIoja acuática , 71.
nolandc a (escuela), 243.
Homófono, 293.
Homophorion, 398.
Hon tidad, 15.
Honorables (piezas), 336.
Hornacina, 54.
lb rico (arte), 294, 296 315.
Iconología, 3, 252 Y ig.
Iconología mariana 25 , 259.
Ideal, 17, 1 .
Id alismo, 20.
Ideograma, 294.
IO'le ia 37. (V. Catedrales,
Bu ílicas, etc).
Imafron te 39.
ImaO'en, 245. (V. Iconologilt).
Imóscapo, 45.
Imperial (estilo), 211.
Imposta, 48, 54.
Impresionista, 244.
Incensarios, 276.
Incunables, 90, 301.
Indio (arte), 97, 221Indo-árabe (arte), 200.
Indumentaria, 3. 28,286.
ínfula, 289.
Inscripción (V. Epigrafía).
Instrumentos músicoil, 281.
Intercolumnio, 53.
Intradós, 50.