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Autor; FERNANDO GARCIA ROMERO ESTRUCTURA DE LA ODA BAQUILIDEA: ESTUDIO COMPOSICIONAL y METRICO Tomo II Director: Dr. D. Jos~ S. Lasso de la Vega, Catedrático de Filolog1a Griega de la Universidad Complutense de Madrid UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID Facultad de Filolog1a Secci6n de Filolog1a Clásica Año 1986 505 ODA 9 La estructura de la Oda 9, dedicada a Automedes de Fliun­ te, vencedor en el pentatlo de los Juegos Nemeos, ha sido, en general, bien estudiada por Maehler(l). Se trata de un epini­ cio con el mito principal central, de estructura, por tanto, tripartita. La primera y la tercera secci6n tienen una estruc­ tura igualmente tripartita, y una extensi6n semejante fU= 39 versos;A2= 39 versos; Mito= 26 versos). La primera está dedi­ cada, fundamentalmente, al triunfo en Nemea y la tercera a la celebraci6n del mismo en Fliunte, patria del vencedor; el mito central tambi~n se refiere a Fliunte (es al mismo tiempo "Loa de la Patria ll ) ,pues narra la gloriosa descendencia del río 10­ cal, el Asopo. La primera secci6n (vv.1-39)-se subdivide a su vez en tres partes, en claro clímax ascendente: a) vv.1-9: invocaci6n a las Gracias y presentaci6n de los dos temas principales del epini­ cio, Fliunte y Nemea, con paso ya al primero de ellos, Nemea; b) vv.l0-24: mito sobre la fundaci6n de los Juegos Nemeos; c) vv.25-39: presentaci6n de la victoria de Automedes y pormeno­ rizada descripci6n de la misma. Segán Maehler, estas tres par­ tes están organizadas de modo que cada una de ellas sirva de contraste a la anterior(2). La oda se abre con una invocaci6n a las Gracias "de áurea rueca¡¡(3), a las que se pide &6/;'" • En ella, en lugar de un im­ perativo, se usa un optativo ( &OC~~(E)), lo que constituye prácticamente un ejemplo únicO(4), y, de manera característica en Baquílides(5), se aclara la petici6n mediante una frase ex­ 506 plicativa, introducida en este caso por tToCC en lugar del ~ás usual l't!p • La 'palabra de más dificil interpretaci6n en los versos es la que inicia el epinicio, piensa que el poeta está solicitando ó6~a pri~e=os • Generalmente se ó6~a para si mismo: ftthe 'repute' that is gained by a poet who 'persuades' his hea-~=s, i.e., carries them with him, wins their favour", dice Jebb C'""' ~ .. , y con él coinciden Kenyon, Taccone, Greindl(7), Gentili(8), ~ marque(9), Duchemin(lO), Rosado Fernandes(ll) , etc. r·!aehle=, al ó6~a contrario, opina que la es para el vencedor: sola la vic­ toria de Automedes no se basta para conseguirla, sino que ~~­ cisa del canto del poeta, motivo por lo demás tan corriente 7 esencial en el epinicio, del que puede valer como muestra le siguiente afirmaci6n de Pindaro (1_7_16ss.)(12): &A.A.cl 1taAa&.~ y«p EaÓE&. X~p&.~, &~Vá~OVE~ ÓE ~po~o', uIr ~&. " ~~ XAu~at~ " 009 , a~" aw~cv axpov l1t€wv El uso del término ~oatv&.v t~'K~~a~ Cuy€v· óó~a en Baquílides y en Píndaro ~~~ ce apoyar la interpretaci6n de Maehler. En efecto, óó~« es, e~ la mayoría de los casos, la "gloria" conseguida por el vencec:'o= con su triunfo; otras veces tiene un car~cter más general, p~=o nunca es la "reputaci6n" que obtiene el poeta con su canto. Se refiere claramente al vencedor y su triunfo en B.IO.15ss: óoO'a <) N,)ta~ ~xa~&. aV~EO'&.V ~av~av &vaó~O'~~EVO~ xE~aAav •• xüóo~ e6pE'a&.~ 'A%áva~~ .añ)i,a~ OlVE'Óa:~, ~E ó6~a:v 507 y 13.58s6. (motivo muy semejante al de los versos que comenta­ mos): lK ~oü napJa ~w~ov &pLo~ápxou ñLÓ~ NCKa~J ~[EJe[EJ~uófo~ &v­ cr~ECP-&EJ!crLV óó~av nOAócpav~ov xpucrfJav WVL] lf [V}eEa lv al­ ~plC{iEL naópoL~ ~po~wv • ajlEC, • Parece tener un sentido más general en 10.37(13) y 13.179. También el adjetivo E~ÓO~O~ califica al vencedor y su victoria: 7.8ss. - vCKa~, ~ca 14.22 in' &v-&p[wn]<2l..crLv noAul;D[A.W~J2~. Ka!. nuppCXou d~óo~o~ KlH.AT)­ ~' EnÓO~OV fnnLÓVLK[OV utóv, y en la oda que estamos comentando (v.21) leemos H.ECVWV &n' E~ÓÓ~WV &yIDvwv , "certámenes que proporcionan glorialt a quien en ellos vence; cf. Pi. 0.14.23 H.ÓA.nOL~ nap' E60ó~01..~ nCcra~ ,e 1.3.1 cruv E~OÓ~OL~ &€-&A.OL~ • Precisamente los ecos verbales pueden confirmar la inter­ pretaci6n de Maebler. En el epinicio 9 se babIa de tlilustres juegos lt en dos ocasiones, v.8 nEPL[KA.EL]'tWV &€-&A.wV KECVWV &n' E60ó~wv &ywvwv ,y también gido por KA.ELVO[C en el v.22: KA.E 1. vo [1. ~] po~wv C\ 01. _ ~pLE~EL .I! ~EcpaVW" ~av-&av lp€~v~aL Kó~av. A~~o~fróEI. vüv yE vl.Ká­ crav~ C VI. v oa C¡JWv l [oJWKEV. y v.21 oó~av puede ser reco­ 508 La aplicaci6n inmediata de la sentencia al caso concreto oó~a del v.l es la que de Automedes pudiera sugerir que la conseguirá el vencedor al ser cantado su triunfo por el poeta. Pero no s6lo en Baquilides; también en Pindaro oó~a, en la mayoria de las ocasiones, se refiere a la tlgloria lt consegui­ da por el vencedor con su victoria, y a menudo hay alguna refe­ rencia a la labor del poeta como propagador de la misma; véase, por ejemplo, Q.8.64, 0.10.63(14), ~.8024ss. (Egina) 1:EAEa\l o' 5ó~av ~n' ~XE&. &pxa,. noAAoto&. ~EV yap ~ECOE1:a&. v&.Ka~6po&., ~v ~l~AO&., ~p€4a&.aa Kat %oat, ÓnEp1:~1:ot), ~pwo:, J.l.~xa&.,· &1a y6\11:' P.9.75-76 6ó~av fJ.l.Ep1:aV ~pE1:a~ i;v 5' atEt ~no ~EA~WV. J.l.Ey~Aa&. noA6J.l.u~0&.· ~.11.45, 1.1.68, 1.3.16, 1.6.12; lo mismo ocurre con el adjetivo E660~0, en Q.14.23, 1.3.1, ~.6.17, ~.12.5, li.7.8, 1.2.34, 1.8.1, y con la palabra E66o~Ca KÜOO, en P.5.8; 2!. también ~nC6o~ov ••• (!.9. 46)(15). En varios casos, 6ó~a parece tener en Pindaro un sentido más general, sin descartar, por otro lado, que en algunos de ellos pueda referirse especificamente a las victorias agonisti­ cas (0.1.70, ~.1.92, ~.2.64, P.9.l05, li.3. 4 0, li.9.34 , li.ll.9, 1.4.11); pero lo importante es que nunca significa la "repu­ taci6n lt conseguida por el poeta con su canto. Aduce Maehler otro argumento en apoyo de su hip6tesis: en sus invocaciones Baquilides pide siempre algo para el vencedor, no para si mismo(16); s6lo en la invocaci6n que abre el epini­ cio 12 el poeta pide a Olio que conduzca por el buen camino su 509 canto ( e~~uve ••• ~plva~ ~~e~€pa~ ), pero precisamente para celebrar al vencedor y su patria (v.? ... 'K.Oo~T)oaL ). Pensamos, pues, con Maehler, que son más fuertes las razo­ nes para sostener que el poeta pide ó~a para el vencedor, no para sí mismo, como a primera vista pudiera parecer y como de hecho interpretan la mayoría de los comentaristas(l?). La invoeaci6n es explicada mediante una oraci6n causal que introduce la conjunci6n l~eC. Por lo que acabamos de decir y por otras muchas razones eXpuestas por los distintos comenta­ ristas, no parece admisible la primera lectura que hizo Kenyon del texto, sino que generalmente se suele aceptar la leve co­ rrecci6n de Blass del v.3, donde cambia simplemente piro por ~e del pa­ yE, con lo que el sentido de la frase resulta perfec­ to. Kenyon mantenía ~& , lo que le obligaba a modificar otras cosas y a explicar la frase de manera bastante forzada ("the expression is, however, strange tr , reconoce él mismo(18)). Leía, en efecto, !~eL (19), en lugar de l~eC mente el poeta estaría pidiendo el ~eto~ ~Po~[~~Ja~ yf~a~ o6~a , con lo que necesaria­ para sí mismo; además, del v.3 debía ser entonces Apolo Mouoa­ y no el propio poeta, como en Pi. Pae.6.6 (véase tam­ bién Horacio, ~.3.1.3)(20); finalmente, Kenyon cambiaba e~~u'K.o~ (v.4) en E6~u'K.oV (= en~VK~OV, Fliunte), lo que haría desaparecer el motivo IIbuena disposici6n ff del poeta para cantar a su cliente(21). Así pues, es soluci6n mucho más sencilla leer l~E' ••• ye con Blass(22); la ánica dificultad pOdría ser el final de periodo tras la conjunci6n l~eC '6.nico(23). , pero no es ejemplO ,510 En la frase explicativa aparecen ya los dos temas que se tratarán fundamentalmente a lo largo de la oda, Fliunte y Be­ mea (vv.4-5). Es, pues, la primera parte de la lt~lenci6n e ..... pleja U , donde el noeta nos indica la patria del vencedor (v.4). el lugar de la victoria (v.4) y el dios de los juegos (v.5); el nombre del vencedor y la prueba en que fue conseguida la victo­ ria no se mencionan hasta el comienzo de la tercera parte de 18 primera secci6n (vv.25 y 27 respectivamente). Inmediatamente se desarrolla el primer tema, Nemea (vv.6sa y se hace alusi6n a las dos leyendas que corr1an sobre la fun­ daci6n de los juegos, la victoria de Heracles sobre el le6n (vv.6-9) y, más detalladamente, los juegos fúnebres en- honor de Ofeltes-Arquémoro (vv.lO-20). Baqu1lides, en lugar de deci­ dirse por una de las dos tradiciones, une ambas ("renovaci6n" de la fundaci6n(24)). En el epinicio 13 se narra in extenso la lucha de Heracles con el le6n de Nemea, que en el epinicio 9 es s6lo brevemente mencionada. En los vv.l0-24 se describe, en efecto, la fundaci6n de los juegos por los argivos, en honor de Arquémoro. Maehler(25) observa que cada una de las tres partes en que se divide la pr: mera secci6n sirve de contraste a la anterior. As1, la muerte del le6n a manos de Heracles es la primera de las hazañas del héroe (vv.8-9), a la que seguirán otras muchas; al contrario, la muerte de Arquémoro es preludio de posteriores desgracias (v.14), pero al mismo tiempo origen de unos e6ó6~wv &y~vwv (v.2l; cf. también vv.11-12 np[w'¡;LCi''C']OV ••• tí'&;\:rloa:v ), en los que ahora ha vencido Automedes (v.25). La propia narraci6n m1tica muestra una divisi6n tripar­ 511 tita, que subraya ese contraste: a) allí compitieron por primera vez los héroes mlticos en honor de Arquémoro (vv.lo-14); b) su muerte fue, por una parte, señal de muertes fu­ turas, en el ataque de los argivos contra Tebas (vv.15-20); obsérvense las siguientes repeticiones verbales entre a) y b): 12. ' APX€~6pwa. lo-ll~pCo&eo L .... ~ A'PT€CWV 15. 1C.PL't"O' 17. ~otpa (26) ~c;; E15ávcpovc;; &:y Lv l.ác;; (F). c) pero también fue el inicio de gloriosos juegos (vv. 21-24) • De esta manera, la primera narraci6n mltica de la oda pre­ senta la habitual Ringkomuosition entre sus partes extremas: 10. Ke[t.&a. (p) 12. ~.e-":Ilcrav 12. ~av-&ocE PK~ c;; (F) (p) 21. 'XE'VWV &n(ó) (p) 21. &ywvwv (F) 24. ~av.e-áv • Ie;ualmente, algunos ecos verbales pueden señalarse entre b) y c): 16. 'O;'KAE'cac;; 22. KAea.vo[J 17. e: 6cfv ó po 21. E15ó6twv 18. &v-&~nwv 22. 13] po't"wv (F) 20. ~, e"-f3ac;; 22. lv En v, Ne~€ál. (p). el v.lO es opini6n prácticamente unánime aceptar el su­ plemento de Housman, vlilamowitz y Blass qlO Ir] v I.Kácrn I.óe, (ha­ pax) , en lugar del simple yap] VI.K~cmI.Ce:e;; de Kenyon o de otras conjeturas que modifican el texto transmitido. La única dificul tad para aceptar qlo I.J v IrKcfcm 1.0Ee;; radica en que los trágicos ll~ man siempre a los argivos ~EvKácrnI.ÓE, CA. ~h.90; s. Ant.l06, lyr.; E. ~.1099), qUizá por relaci6n etimo16gica con &py6,(27). 512 Housman(28) señala que en P1ndaro, en la guerra de los ep1go­ nos, Alcme6n lleva una a:t.a.a: &:cm'c;; (!:.8.46). Pero el cambio de color en el ep1teto puede explicarse simplemente por la prefe­ rencia de Baqu11ides por el color rojo, que aparece en su obra mucho más a menudo que el blanco(29); por otro lado, el adje­ tivo TtOpcpupoó'va:\I, que califica al Asopo en el v.39, es pro­ bablemente reminiscencia verbal del ep1teto aplicado a los ar­ givos. A prop6sito de esto, es muy llamativo el enorme número de nombres de color que hay en la ~ 9(30), y especialmente en 105 XPUC1a:há'Ka:"I:'O 1. (v.l), tO~hecpápw\l vv.1-12: (v.?), cpol.)\lt.)i.~cml.&ec;; (v.lO), 'APye'w\I (v.3), heU~he[\loJ {; (v.ll, si admitimos que Baquílides piensa en una relaci6n etimo16eica con &:Py6C;;), ~a:\I.e-o&ePK~C;; (v.12, hapax); posteriormente también ~a:\I-&4v (v.24), y en los vv.2?ss. un gran número de palabras que indi­ can brillo (u oseurided).: J1eha:¡J.cpdhhOU (v.33), &:¡J.ápuYIla: (v. 36) (31), 'ItO pcpupo& '\la::, (v. 39, hapax), h t.Ttapol;tS\lw\I (vv .49-50; s6lo aqu1 y en E. !2!.1?5, lyr.), )f,ua\lo'Ithoxá¡J.o'U (v.53; también en 5.33 y 11.83, Q.S.5.345), XP)uC1la[v x] pua&oOK&,;p [ (v.?2), lO1thÓXO\l (v.?2) (v.lOO, hapax). Pero es que, en general, los 10 6 12 primeros versos del noveno epinicio contienen una cantidad enorme de adjetivos, e~ pecialmente compuestos; tales adjetivos, por otro lado, suelen coincidir con los miembros epitr1ticos más que con los dact!­ licos: coinciden con dáctilos XPuC1aháxa"l:'ol. (v.l), tO~hecpáPlllv (v.3), ¡J.T'\hoóatx,;a\l (v.6, hapax), en tanto que lo hacen con epl- ' tritos hl{; Ttet.C1C¡J.~pO"l:'o\l (v.2), (v.5), heuKtShE(\lO] C; .&e!oc;; (v.3), E6't'UKOC;; (v.4), &61.­ (v.?), Ttepf,,[xhelj"t'W\I (v.8), ~ap6- 513 cp-&oyyov (v.9), ~ClV-&oÓePKD~ (v.12); CPoI.JvI.Káonl.c€~ (v.lO) coincide a la vez con dáctilos y epitritos. En los versos posteriores también abundan los adjetivos, pero su concentraci6n no llega a ser tan grande como en el co­ mienzo del poema· (en la primera estrofa hay 10; en la antistro­ fa primera 6; también 6 en el primer epodo; 7 en la segunda es­ trofa y en su correspondiente antistrofa; nuevamente 6 en el segundo epodo. Predomina asimismo la coincidencia con epitri­ tos, pero no de manera tan clara como en los doce primeros ver­ sos). el v.13 hay una corrupci6n en el texto transmitido por el papiro, aoayepov~a , que A3 corrige en &oaye6ov~a. Esta ál­ En tima lecci6n ha sido defendida por relacionando el verbo con oáyr} 11 Gomperz,~ Jurenka-y Taccone, armadura It , de modo que signi­ ficaria Uestar sin armadura, indefenso lf • Proveeria un buen con­ (6páwwv) 6n€ponAO~ traste con !vonAoL ~1tALa~€vOL~ ~~xov~al. (2!. Arist. ~.1116.b ), pero presenta dos graves di­ ficultades: la cantidad breve de la silaba -o~de que &aaye~w dos ~oaye6w o ~anep y el hecho seria un hapax, y ni siquiera están atestigua­ ~aaylw • Kenyon propone, con un leve cambio, &aaAe~ov~a , segán una glosa de Hesiquio, &aaAeLv· &cpPoV~I.~eLv· OáACl yap ~ cppov~'~ • La serpiente habria mordido a Ofeltes mientras éste jugaba despreocupadamente en la hierba. Pero subsiste el pro­ blema de la cantidad de -oa- ; bien es verdad que no podemos conocer con absoluta certeza la cantidad de esa silaba en aáAa, pero si fuera larga no se pOdria poner en relaci6n etimo16gica con aáAo~, aaAe11w , como parece probable, pues el sentido es 514 adem~s muy semejante ( cro:,,"&t1CI.V "agitar", &cro:,,"&t'v preocupaciones, no agitado l1 ) ; ~pov~,,· o6~, ALox~,,"o, paxo, K~t ~ ~pov~" v~ase en el l~xico ,y poco despu~s oá,,"o,· ; y en Hesiquio crá,,"o,· "estar sin de Focio oá,,"o:· cro:""&U~Ó,, ~á­ ~pov~'" ~apo:x~ , lo que parece establecer una relaci6n entre ambas palabras. Por 6ltimo, en el Etymologicum magnum leemos -rl.', ~ ~T')5&vo, ~pov't'l:;oucra:· aáAT') l'ap &~€p,,~vo,· ALoxú,,"o, (3 2 ). &oo:,,"~,· ~ !~pov­ ~ ~pov~', También sería fácilmente explicable el error desde el pun­ to de vista paleográfico, si la lecci6n original hubiera sido &Aa:~EÚOV~O: , como propone Cataudella(33); el verbo es ya hom~­ rico, atestiguado en la Odisea. Cataudella compara con un pasa­ je de Ovidio (Met.lO.8ss.) en el que se narra la muerte de Eur1­ dice mordida por la serpiente y el poeta utiliza el t~rmino "vagaturl!; pero mucho más pr6ximo es, a nuestro entender, un pasaje de Estacio (~.4.793ss.), donde se relata precisamente la muerte de Ofeltes: nemorisque malorum inscius et vitae multum securus inerrat. y tambi~n pUdiera servir de apoyo Servio (ad Verg. Ecl.6.68): Aet volunt quidam hoc coronae genus ad indicium mortis alectum; aut quod humilis herba inmaturum de Archemoro luctum ostendat; aut quod supra hanc herbam reptans puer a serpente extinctus sit". Se trata, creemos, de una propuesta muy digna de ser te­ nida en cuenta(3 4 ). Pero la conjetura que m~s ~xito ha tenido ha sido la pro­ puesta, independientemente, por Neil y Sandys, &w~&úov~a: • Des­ de el punto de vista paleográfico, ~ y r se confunden fácil­ 515 mente y tampoco es imposible en la cursiva ptolomaica la confu­ si6n de Q y EA (35). El verbo &>,;e11w puede entenderse de dos formas bien diferentes. Conviene decir, en primer lugar, que s6lo está atestiguado en una glosa de Hesiquio, &w,;eóe~v· &1tav-&'CeO'-&a~ , y con ese sentido (tlrecoger flores") lo entienden Neil y Sandys, y Jebb cita como caso paralelo el Fr.75~ de Eu­ r!pides, de Hios!pila(36): l,;epov l~' t,;€~ alpó~evo~ • ,;~ V~1t LOV ~1tA1) o,;ov Ixwv. cf. también Estacio, Theb.4.780ss., sobre todo 792. El mismo significado aparece igualmente en los escolios a dos pasajes homéricos, en los que se usa no ya &w,;eóeLv si­ no &w,;etv (37) a Il.lO.159 "~fpeo, TUO€oC; Od.lO.548 "M1)K€';" &AA' vüv uf€- ,;C neXvvuxov 61tvOV &w,;etc;; . e660v,;e~ &w,;et,;e yAUKUV 6nvov, to~ev· K·159 &nav-& 'C'rJ ,;ov 61tvov, lK OE ';Oó,;ou Ka-&EóoE"~ , Sch. K 159 b 2 Erbse &nav-&'Ce .. ~, 1tapa ';0 <•IW';OV, lS l~ .. v ~v- §.2h. D ::J\ '&0', 1) Ko .. ~a• 1tapa ,,"o &€O'a~ ';0 Kot.~ao-&at.. #w ...." Maehler opone a esta interpretaci6n que el término aw,;oC; = ~v-&o, no e s homérico, sino posterior al siglo Va. C.; por otra parte, tampoco es indudable que &w,;€w sea un denominati­ vo de &00';0'; as! al menos lo afirma \". Beck(3 8 ) y también Chantraine(39) expresa sus dudas. Cabe una segunda manera de entender el verbo &w,;eów, y es con el significado de I1dormirfl. Baqu!lides, por razones mé­ tricas, habr!a utilizado &w,;etSw en lugar de &w,;€w, para el 516 signLaé absoluto de "dormir tío Sim6nides emplea es~ ~€KO, ••• ou é' &w~Ei, complemento direct( JU último veroo en el ~.543.8 PMG, ~ • Esta pequeña variante, si se puede llamar as!, del mito estaria apoyada por otro pasaje de Esta­ cio, ~.5.503-504: fessusque diu puerilibus actis labitur in somnos, prensa manus haeret in hE ba. Aceptan esta interpretaci6n Jebb, Edmonds, Snell-Maehler, etc.(40). También se podr'·' introducir en el texto un verbo con el significado de "juga... , de acuerdo con Estacio, Silv.2.l.l8l­ 182: Sic et in anguiferae ludentem gramine ~ern~ rescissum squamis avidus bibit ignis Oohelt Ese verbo Dudiera se: &~upE60v~a. 'A~ÚPW se us tido absoluto de rljugar ff , dicho de los niños, ya :1.15.364 a:q, también en E. l. con el sen­ n Homero: ali~L, Ol.fVÉXEUE 1tOOLV Kat xepotv &~6pwv. ~.52-53: vio, ~€v oliv av &~~t ~w~Cou~ ~po~&~ ~Aa,;' &~6pwv· El verbo &~upe6w s6lo está atestiguado, y en voz media, en una glosa de Hesiquio, &~upE6oe:a~aL· 1taCCe:Lv, J.l.L1·v~e ..v, OKLp~av • Otro problema es la cantidad de -t)- , os que sea larga. La et:molog!é del verbo &~6pw _. no podemos afirmar con plenas garantias si - t ) - pues necesitaes insegura es or~g~na­ riamente larga o breve. Según la hip6tesis de walde-pokOrny(41), seria breve (42) , pero S. Laser(43) considera la etimolog1a des­ conocida, y lo mismo Chantraine(lf.4.), quien s6lo dice que "le 517 verbe doit ~tre un présent en -ye- / -YO-, ce que suffit ~ rendre compte de l' upsilon long ll , pero ello no quiere decir que en la ra{z sea necesariamente breve. Además, el hecho de que en &:-&~pw sea larga pudiera bastar para explicar que en &~UP€ÚW lo fuera también. La demás palabras atestiguadas de la misma raíz no ayudan a resolver el problema: ~~up~~, &-&up~!­ ~~oV, &-&upo~~, ~-&vp~a~~ó~~, ~-&6p~~ov ; &-&vpovó~o~ en Hesi­ quio no nos puede informar sobre la cantidad. Baquílides usa varias veces palabras de esta familia: ~-&vp~a precisamente en el v.87 de la oda que comentamos (lIjuego de las Musas ll ) , y también en 18.57 (lIjuegos de .Ares ll ) y Epigr.l.3 (lIjuegos de las Nusas"); ~-&upol.~ (hapax) en 13.93, con el significado de IIjuego" en general. Pero de todas las conjeturas hechas hasta ahora para co­ rregir el texto, la mejor, sin duda, nos parece la que ha pro­ puesto el profesor Lasso de la Vega(4 5 ): partiendo de la lec­ ci6n originaria de A, aoalepov~a, y no de la correcci6n de A3 , se podría leer ~oal. l' IpPov'T:a (u ---u), "en el lodo mien­ tras iba con dificultad (gateandO) 11. v a) La rarísima palabra !OT) , "lodo, fango, polvo húmedo", es­ tá atestiguada en Luc. ~.l (v.l. ~~v ), Oppo Ho3.433 (Her­ mann, Orphica 711, Lehrs; c6dices !OI.V ), Poll.l.49 (variae lectiones !OOT)v, ~o~v ) y EM.153.24 vv~OV, ~OT), !Ol.~, ~~ ~~~~, ~~~I.~ ~.3l, daría !OT). ~o~~. wEo~1. • Cf. también ~~ó~~ que se explica mejor a partir de !OT) , pues &Ol.~ó~~ ce ~apW­ en A. !Ol.~ • wAOT) , en efecto, coexiste con la forma !Ol.~ (46), que encontramos en Il.2l.231, Nic. ~.176, Chari­ to.2.2 (en 1!.2.461 algunos leen &o'~ tv ~€I.~VI. y traducen I I 518 "fangoso", derivado de " aO'Io~ aO'Io~· KÓV~~ Hesiquio, ; v~anse,.;ualmente dos glosas de y aO'IoV· ~~v ~&~' &~páKWV <Kat> ~C­ &lv l~úv ). b) El sentido or~g~nario de ~ppw es ¡¡caminar con dificultad", en aller péniblement ff (Chantraine (47 )): Jlgo slovlly lt (LSJ) , liS' 11.18.421 (el cojo Hefesto),.~.4.367 (Id6tea), h.Merc.259 (el niño Hermes). Se puede, pues, mantener difficilior en lugar de ~~ov~a fppov~a como lectio , según el ya citado pasaje de Servio (ad Verg.Ecl.6.68): supra hanc herbam reptans puer A. ~.17, (~. dicho de un niño). aO'a~ c) Es probable que y' !ppov~a haya sustituído a f€ppov~a , con digamma evitando el hiato, pues r &O'aL es la falsa grafía de digamma más frecuente. d) La menci6n del barro sería significativa, ya que, según la leyenda, el niño Ofeltes-Arquémoro perecería mordido por una serpiente, el animal ct6nico por antonomasia, si se le dejaba sobre el suelo. En el v.20 hay una breve laguna en el texto, que no afecta al sentido general de la frase. Probablemente se hablaba de Adrasto como protector o aliado de Polinices. Blass coloc6 en este lugar el &.35 de Irenyon,. 'Jtpot&v[ , Y conjeturaba ~w~j npó~&vlOV ,lectura aceptada por Festa,~ebb 'Jt~a['}'K­ y Taccone. Pero Edmonds(48) demostr6 que tal fragmento debía colocarse en 9.76; por otro lado, el .uplemento de Blass violaría la "ley de Maas ¡¡. Edmonds, por su parte, propone Pi. li.7.33). Sobre 'JtAayK~I~, v~ase que Adrasto ayud6 al ~uráó~ 'Jt~arx L~W ~ ~oa-&óov •• (~ • E. Supp.15, donde se dice TIOAUV&CX&I. (también los vv.925ss.), 519 y Estacio, ~. 3 .340 (lfprofugi Polynicis 11); en .ll..14.120 'JtAa:yX­ .&E.C, se dice de Tideo, el otro yerno de Adrasto en Argos. Mantienen la Iflex r-1aasiana" los suplementos de Kenyon, 'JtAa:[~C1t1tw" 'Jt€Aa:'J ('JtapaC Jebb), y de Herwerden, 'JtAa[~''Jt'Jtw" ~CAOVJ ; quiz~ sea preferible el primero, que continúa la ali­ teraci6n con Ipl, tan llamativa en este verso, como más adelan­ te comentaremos. Con 'Jt€Aa, l'H.&tvo, (Polinices) ••• f se puede comparar E. Ph.159-160: AópáO't'<f 'JtAT'¡O'COV 'Jtapa:O"ta:-r&t. En el v.20 acaba, abruptamente, la breve narraci6n de la expedici6n de los siete contra Tebas(49) , y la segunda parte de la secci6n inicial se cierra entonces con cuatro versos en los que se vuelve a aludir a los juegos de Nemea y a la gloria que procuran a quienes en ellos vencen, en claro contraste con el O'a~a: ~€AAOV-rO, ~óvou de la expedici6n de los argivos. Al mis­ mo tiempo, esos versos sirven de transici6n a la tercera parte de la primera secci6n, que comienza (vv.25ss.) con la aplica­ ci6n de la frase de car~cter general al caso particular de Automedes (exactamente la misma funci6n tiene otro pasaje de contenido muy semejante, B.13.58-66). Las dos primeras partes de la secci6n inicial, que hemos estudiado hasta aqui, están relacionadas por numerosos ecos verbales, como es habitual en nuestro poeta: l. óó~a:v (p) 21. e~óó~wv l. ~ 15. ~ tJ.otpa: xpuaa:AcfKc.r;-ro .. X~p .. \5J&' (F) 'JtOAt1H.pa:"C€~ (p) (contraste) 2. 'Jt& .. aC~f3po"Cov 16. 'Jt&L.&(&) (p) 2. 'Jt&l.a'tJ.f3po"Cov 22. f3 J po "Cwv (F) (contraste) 520 3. 12. to 13 h.eq>á pt&)" ~a:v-&ooepK'r), (F) (mismo v.) 3. -&eto, 4. d5't' 1))(. o , (p) , 5. e (,-&ah.l, 4. N&J.1Ea:COU (F) 10. ~J.1 C-&eo .. 17. e~áv6 pou, E~-&cxh.l, 23. 6. 8-&&. 10. KE[t-&1o (p) 12-13. ,;óv • •• 1t&q>v' ••• opáK.wv 14. 1te p 1. [Kh.E lo] 't'wv &:l-&h.wV (F) 9. q>~vou E~o6~wv &:'Y~vw" (F) 21. 22. Kh.E I.VO Le L'H] P(a]Kh.Et (16. 'Oí:Kh.E Coa;, ) (F) 12. !-&h.T}O'a;v (p) 9. 1tpW"C'ov (p) 11. 1t Pl w't' 1. O''t'] ov ,., 23. 't'p&.e"C'EI. • 8. &:€-&h.wV e(,06~wv 0"1: Eq>ávw lo h.lov't'a: (F) 8. , 21. 22. !v NEJ.1lá&. (p) 5. 6-9. J.1T}h.O oa:·tK,;a;v ••• (contraste) En el v.25 comienza la tercera y última parte de la secci6n inicial, fundamentalmente una nLoa del Vencedor", que por pri­ mera vez es mencionado (v.25), as! como la prueba en que gan6 (v.27), completándose de este modo los datos que nos faltaban, después de la primera parte de la "Menci6n Compleja" tras la I1Invocaci6n Poética" (vv.4-5). En efecto, en los vv.25-26 se aplica al caso concreto de Automedes lo que se acaba de decir de modo general, mediante el t!pico vüv(5 0 ), y a continuaci6n (vv.27ss.) se hace, hasta llegar hl mito', una detalla4á.' des­ cripci6n de la forma en que Automedes consigui6 la victoria. El relato comienza con una comparaci6n(51): Automedes bri­ 521 116 entre los participantes en el nentatlo como la luz de la lu­ na brilla sobre las estrellas. La palabra más problemática de estos versos es O~aKP'VE~ (v.28), en correspondencia tautomé­ trica con la misma forma en el v.89. De dos maneras se ha enten­ dido el verbo: 1) "la luna distingue los esplendores de las es­ trellas", en el sentido de I'los' di.tltingue y los coloca en un or­ den inferior fl • Es la interpretaci6n que dio ya Kenyon (tldistin­ guishes the lights of the stars", es decir, "distinguishes from herself and sets in a lower place"), pero presenta la dificul­ tad de que serfa (como puede verse en ~) un ejemplo único del uso del verbo con un sentido pr6ximo a "eclipsar ll • A pesar de ello, es la opini6n que aceptan la gran mayorfa de los edito­ res y traductores, aunque algunos expresen sus dudas: Jebb (que lo considera forzado pero con todo adDisible, y traduce lIas the brillant moon of the mid-month night makes the rays of the stars seem pole beside her own "), Taccone, Edmonds, r'laehler (liSO wie die Lichter der Sterne Uberstrahlt die leuchtende Mond­ sichel in der Vollmondnacht"), Lens ("pues brillaba entre sus competidores del pentatlo como sobrepasa a las estrellas en bri­ llo el fulgor de la luna en una noche de medio mes n ) , etc. 2) Aún más forzada, y con menos sentido en el contexto, parece la interpretaci6n de Thomas(5 2 ), que tienen en cuenta Jebb y Festa, según la cual o~axp'vw significarfa "separar 11 , en el sentido de "moverse en medio den ( lI moves among them"). Podrfa apoyar la primera opini6n la comparaci6n con el ~.96 de Sato, como ya seña16 Page(53) , tanto si se trata de una imitaci6n directa como si es un lugar común(54): vv. 6-11 522 'KEO'CHV C:.r;. ÓÚV'tO r;. &:EACW O't" t & ~ poóoócÍK-eVA.O ~ IJ.~VO: + náv't'o: nEpp€XOL~' ~a't"po:. ~áo~ ó' lnC­ OlE .. ~áA.o:aao:v ln' &A.\J.ÚPO:V tOWr;. XO:L nOA.vO:V~€\J.OLr;. &pOÚPO:Lr;.· Maehler(55) considera B.9.27-29 una imitaci6n de saro: l¡.mp€nE't'O:L se corres'Dondería con lvÉnpEnEv., &EA.CW OÚv'tor;. con - vux't'or;. OLXOJ.1EVCÓOr;. óoóá'K't'VA.or;. (ambos genitivo.' con valor temporal); f3po­ con E15~E'YYI1'r;., Y nEppéxoI.O'(O:) con ÓLO:XpCVEI. • Esta posible imitaci6n y sobre todo la correspondencia tautométrica con el v.Be la lecci6n del l.piro, 8 hacen preferible el mantenimiento de pesar de sus dificultades, ante su modificaci6n, por leve que sea (~., ÓI.O:M.pLVE't <páEL Blass; ~áE 1. ÓI.C;.)Xpo:CVEL de Jebb; ÓLO:Xpo:CVEI. de Tyrrell; ÓLCXl~ que de 'CEL de Edmonds; ó Lo:Kpún-e&.. de Richards, etc.). Tras la comparaci6n que abre la alabanza del venced ~', Ba­ e '~lides describe con detenimiento, como bace a menudo (5E), tres de las cinco pruebas del pentatlo, prec~samente aquellas en las que venci6 Automedes(57). La estructura general de la descrip­ ci6n de las tres pruebas depende de un problema de puntuaci6n que afecta a los versos 35 y 36 fundamentalmente. El papiro no punt'6a ni tras A.o:wv (v.35) ni tras náA.o:r;. (v.36), por lo que no propr 'Aciona n:,_.guna ay' la para resolver el problema. Una primera posibilidad sería puntuar con coma tras A.o:wv y con puntuaci6n fuerte "-:,as 'itáA.o:r;. ; incluso en este caso se pOdría mantener la lecci6n del papiro, 't'E LA.E]U'to: Co:r;. , y entonces ha­ bría un zeugma, pues &lJ.ápuI'J.1O: sería también complemento direc­ to de 'itp~'it€IJ.'itWV , como lo es XA.c!óov (v.33) (Jebb, Taccone); 523 o bien, con Hense(58 ) , cambiar ligeramente esta lecci6n por el ~E[AE]u~~aa~, correcci6n Que han aceptado la mayo­ participio r!a de los editores posteriores (Blass 3 , Festa, Edmonds, Snell­ Maehler, Werner, etc.). No parecen mejores otras propuestas de puntuaci6n que se han hecho, como man(59); ~K XELPÓ~, ~oáv l~J'~~PUVE Aawv o~ Jebb) ~EAEu~aCa~ ~~ápuy~a náAa~· tuaci6n completa tras do ~ ••• náAa~ I ol (Hous­ de Jebb; o pun­ Aawv y punto alto tras náAa~ , entendien­ como una exclamaci6n (Blass). Muy recientemente ha sugerido Maehler(60) una conjetura muy atractiva: punto alto tras despuás de AaWV, pero no tras náAa~ , sino nop~upooCvay (v.39). En el v.36 habria que leer ~E[AEJ u~~aa~(6l), de modo que este participio ir!an unidos , bien mediante conjunci6n ( que recoger!a ~oto~ y ~ nEAáooa~ ~o~w[~ ~' en el v.37, del v.30), bien asindáticamente (leyendo ~o~w L~o'). De este manera, la descripci6n de las tres pruebas estar!a estructurada en progresi6n creciente, mientras que, tal como se ven!a puntuando hasta ahora el texto, a cada una de las dos pri­ meras pruebas se dedicar1an tres versos, en tanto que uno solo a la tercera, la decisiva que procur6 el triunfo final a Auto­ medes. Tambián la periodologia que proponemos al estudiar la estructura mátrica del epinicio, pensamos que confirma la pro­ puesta de IvIaehler (váase all!). Con esta puntuaci6n, en efecto, tras la comparaci6n del brillo del vencedor con el de la luna por encima de las estre­ llas, que introduce la descripci6n, el poeta alude a las dos primeras pruebas en tres versos cada una, el disco (vv.3D-32 , 524 aunque en realidad los dos primeros versos ti 1en carácter más general) y la jabalina (vv.33-35). La construcci6n sintáctica es claramente quiástica (en cambio, en los vv.36-38 no hay quiasmo, sino "inversi6n ll , como veremos más adelante): verbo personal ( <pctCve, v.31) . participio ( ~CX1:WV, participio ( XP01tÉ¡l1tWV, V.34)'><verbo personal v.32) (~1:puve, v.35) .. Construcciones semejantes encontramos en otros pasajes de los epinicios de Baquilides: 5.136ss. 1:ctÜ1:' O~lC, ~1n.Ae~ct¡l€va: 8eo1:Cou t lC,O~Pct Óctt<ppwv ¡lcf1:T) p lC,ctlC,6xo1:¡lo ¡;; ~¡lo), ~o~Aeuoev SAe~pov &1:~P~ctK1:0¡;; yuv~, lC,ctté 1:e ÓctLÓctA€ct¡;; ~lC, AápvctlC,o, ~lC,~¡lOpov <p L1:pOV 11.53ss. ~~ctúoa:oa:· 1:a:tOLv óe xOAwoa:¡llva; a1:~~eOOL na:ACV1:pOnov <pevyov ó' 8po, O¡.1epÓctA€a;v Es notable ~, !¡.1~cxAev v6T)¡.1cx· ,;a;vC<puAAOV <pwvav tetoa:L, tambi~n, dentro ya de cada frase en particular, el diferente orden de palabras; en los vv.30-32, los dedicados al lanzamiento del disco, substantivos y adjetivos van juntos ( &~ [eC]pova: lC,~lC,AOV, -&a:U¡.1a:a1:~V ó€~a:" óCcmov 1:poxo e .. ó€cx ), formando los vv .31-32 un "enmarcamiento": <pa:tve -&a:Uj.La:a1:0V óilla:, óCcmov ,;poxoe .. óia: [ I ~CX1:WV 525 Al contrario, en los vv.33-35 determinante y determinado aparecen separados ( ~lp(a), ~oáv ••• Aawv ~eAa~~óAAoU ••• &K~la~, atn&Lváv ••• at­ ), dando lugar a la siguiente figura: 526 .~o m. I .. Q. 'W d¡) ....., ~ :> ~ ::1. 'W ~ o Q. ~ :> :> ,tS ...w .....,\:t tS \JI oow \JI ~ 'W P ..a :> o <O 't:5 ,<. X -­ 527 Por fin, en cuatro versos (36-39) se narraría la victoria definitiva, la conseguida en la lucha, tambi~n mediante una ci6n participial (esta vez dos participios, unidos or~ asind~tica­ mente o por medio de la partícula 'tE:. , según la hip6tesis de Maehler(62)) y un verbo principal, tKE:.'t(O) • Expresiones seme­ jantes (uhabiendo hecho tal cosa se march6 (o lleg6) a tal si­ tiol!) encontramos, por ejemplo, en B.l.12lss.: 1tO~"'KpT)~VOV 'to] ¡O'I.V x.&6va VE:. C~ae; &1t01t~€wv ~CI.XE:.J't t le; • 1fvwaov f~Ep'tav [:tóJ~I.V ~J aO'L ~etJe; E-6 pw1t Lc!tóa c;] • 5.182ss __ (pasaje bastante semejante): Ka.. nCO'av, ~v.&t 6 K~eevvoc; 1toJOOl. VI.K<Íoac; óp6~1. ~~.&]E:.v ~E:.p€VI.KOe; <!e;) E:.-61tVpyouC; EupctKóa­ oac; 6 l3.67ss., donde tambi~n a dos participios en relaci6n asind~­ tica sigue (prObablemente, ya que el texto es lacunoso) el ver­ bo principal: 'twv Kq:lL oJu A<Í~1twvoC; 'tuxwv NE:.~lá .. , uf€ , 1tav.&a~€wv ~E:.~ávo .. o.. v &v.&] ~[WV] xaC'tav [lp]E:.cp-&E:.Ce; ~E:.CXE:.I.c;J 1tÓ~LV ~~Láyul.av • otros casos de dos participios en uni6n 5.46ss. (también una descripci6n): ~ ~1.1t«" yap taoe; ~op€a 8v KU~E:.pv~'tav ~u~áo~v asind~tica son 528 tE't'Ctl, VEÓKPO't'OV VCKaV tIlpwv~ ~LAO~ECVW~ 't'~'t'ÚOKWV. 5.153-154- 1tú~a't'ov ó~ 1tvlwv óá'H.p'Uoa, 't'A4[~wv, &yAaav ~~av 1tPOAEC1tWV." En 1.151ss., en cambio, los dos participios están unidos pre­ cisamente por la part!cu1a 't'E: EJ ~ ÓE: Aaxwv [xJapC't'wv 1tO AAO t ~ 't' E J JJ. a00& Et , 0& [0:'0 13 po't'wv, o: Cwv' !A'UOEV' L1tJlv't'E Tta!­ óa, JJ.EyaLv1Í['t'o]'U~ ALTtWV. Aceptando la puntuaci6n que propone r-1aeh1er, los dos par­ ticipios 't'E [Ae:] 'U't'~oa, y 1tEAáooo: [~ describir!an la misma ac­ ci6n(63); otros pleonasmos de este tipo, dos frases unidas por 't'E que repiten la misma idea, se pueden hallar en la obra de 3aqui1ides: en una frase se expresa el pensamiento vagamente, en ~enera1, y en la otra se dan detalles concretos(64-); as! ocurre en los siguientes casos: 11.9286. 't'p~cmaCóEl(.cx JJ.ev 't'EAlo'U, .. JJ.Dva, Ka't'a ÓáOK~OV ~A6K't'o:,OV 6ACXV ~EOyóv 't'e: Ka't" 'APXCXóCcxv JJ.T)AO't' pó~ov 11.115ss. (texto inseguro) ouv óe 't'6xaL va 'E L~ ME't'CX'JtÓV't' ~OV, ~ xp'Uolcx ÓlO'1tOLVCX AcxWV, aAOÓ, 't'l 't'OL fJJ.EpÓe:V Káoav 1tCXP' E~'UÓPOV (Q!. también 11.10-14-, 11.64--68, 13.110-113; quizá 11.30). As!, 't'OLW[L -&' 61te:p-&J~~" O'Lo&lve:J\ (v.37) recoger!a 529 't"otO¡;; ••• cpaLVE <?-&au¡.¡.acr'tov O€¡.¡.a:¡;; (vv.3D-3l), al comienzo de la • descripci6n, formando una Itcomposici6n en anillo" que cerraría la trLoa del Vencedor" y daría paso al mito mediante la menci6n de la patria (del río local, mejor dicho) en el v.39, como en 11.39 la menci6n de Artemis es el pivote que sirve para pasar de la "Loa del Vencedor" a la narraci6n mítica de la locura y curaci6n de las hijas de Preto(65). Dentro de la descripci6n de las tres pruebas se pueden se­ ñalar otros ecos verbales, además de los ya citados: 30. 'EAAávwv 34-35. l¡;; 35. at~E~váv •• • Aawv (F) 38 • l1tpo~J ra Cal. (contraste). aC-&€p(a) También el librillo" del vencedor y su comparaci6n con la luna se recoge en la descrinci6n posterior: Aa¡.¡.q)\1AAOU 34-35), (v.33, contraste), ~~ cpatvE (v.3l), ¡'¡'E­ at1teLVáV ••• at-&€p(a) (vv. &¡.¡.ápur¡.¡.a (v.36)(66). Son igualmente numerosas las responsiones entre la tercera parte de la secci6n inicial y las dos primeras: Entre los vv.1-9 y 25-39: 1-2. A~!;.av, ••• xápl. ['t"J E~ ••• 00 CTJ't" " I.1tE 25-27 • VI.V óaC¡.¡.wv ~LOJWXEV ••• e ••• ráp ••• (comienzo de la primera parte (comienzo de la tercera parte y y de la primera tríada) final de la primera tríada) 2. 1teI.OC¡,¡,~po't"ov 30. ·EAAávwv ••• Xt1KAOV 35. ~oav ~'t"PUVE 39. rAaW1t~'v. Aawv (F) (tautométricos) La patria del vencedor se menciona al principio y al final de la secci6n; en el v.4 se anuncian los temas I1Fliunte" y ItNe­ 530 mean, desarrollándose inmediatamente el segundo; en el v.39 comienza el tema "Fliunte ". ' 8. &l-&AwV (F) 27. 1tEv~al-&AoLaLv 9. 1tpGh:ov (p) 36. "tE[AEJt)~áaa~ La lucha es el primer trabajo de Heracles y el (p) ~ltimo de Auto­ medes(67). 35. Q"" '\ ... W~pt)VE ~awv. ~oav (tautom~tricos)(68). Entre los vv.l0-24 y 25-39: 10. <po L]V "",áan Ll)E~ 39. no pqmpoo !vav• (F) 11. np~"tLa~Jov 36. ~E 11. KPL~O' (F) 28. Ol.aKpCVEI. (mismo v. ) 12. ~.a.AT)aav 27. nEv~al~AoLaLv (p) lAEJ t)"t~aa~ (p) (p) 15-20. Anfiarao no pudo hacer 39. Automedes ha vuelto triun­ regresar a los argivos a su fante a su patria (contraste). ciudad, sino que se encami­ naron a su ruina. 34. ~~ atnELvdv nponÉ~nwv (F) (aliteraci6n en ambos casos) Citemos, por último, otros ecos verbales no se5alados has­ ta ahora en la secci6n inicial: 3. rE 25. 3. n pocp l á"tJ a ~ {F) 34. 4. EO~t)KO~ ~p) 5. 5. &d-&aAl~ 23. lE n ponÉI,1.1tWV (F) El.-&aAl~ , 17. 21. El.o6~wv 29. E~CPEll'l1'~ a.,;EcpávwL El.ávopot)~ 531 33-34. lleAO:IlCJ)'6AAOU KA.áóov &K,;lo:~ 7. AeuK15A e[vo) ~ \.F) 33. ll eAa ll<:pÚA.A.OU 7. Aeu,w'Ae: [v o] ~ (F) 38. 'Yul,a[A.Kla:] (p) 8. uH po: 1&e P 1, [KAe a.J 'C'wv 9. 9. 1t pW'C'ov (p) 10. 1tp[~';I,<n]ov , 23. ,;pl,e,;et' (mismo v.) e eH] Ca] KAe t' 27. nev,;a:€iAol,al,v tp) ónepiJ~1J.ú)1, 13. ~n€po1tA.o~ \.F) 37. 15. noA.uKpct'C'l~ 20. llOAUVe: CKe 15. no A.UK pct'C' € 15. r .: 37. al~lve] ~ (F) v;,v (F) 26. v I.V 17. l~ 20, 34. (tautométricos 17 -- 34) 19. ,;cS''C'te) 25. 19. " Aópaa'C'ov 30. ~1J [eC]pova: 2? ~v (p) 27. lvlnpenev 28. Ó l.a:KpCve: 1, 30. ól,(á) 30. KÓKAOV (F) 32. ,;poxoel,ólct (69) 31. óllla~ {F) 38. aWJ ~ct,;a:. • ~ vüv El mito principal(70) de la oda (vv.40-65) presenta los tres rasgos más frecuentes desde el punto de vista formal: 1) posici6n central; 2) introducci6n por medio del pronombre relativo (v.4-0); 3) flcomposici6n en anillo", pues la menci6n del Asopo (v.39) sirve para pasar de la "Loa del Vencedor" al mito, y la nueva menci6n del río en los vv.64-65 permite la transici6n del mito a la actualidad. Si el primer mito era una ampliaci6n del tema nNemea ff (victoria de Automedes), este segundo es una alabanza de la 532 patri,.-(7 1 pero el poeta no elogia directamente al Asopo, y con ~l a Fliunte, sino la gloria de sus descendientes(72). En cuanto a su estructura, piensa Maehler(73) que se divide en dos partes de la misma extensi6n: una primera en la que se ha­ blaría de la ugloria" ( KA.€O', v.40) del Asopo y la "fama" ( ~~~~" v.48) de sus descendientes (vv.4o-52), y una segunda que sería fundamentalmente un catálogo de las hijas del río (vv.53-65). En este punto, sin embargo, creemos que Maehler se ha dejado llevar demasiado por la estricta simetría que resultaría si"ambas partes tuvieran igual número de versos. Es preferible, a nuestro entender, la estructura que señala Pieper(74 ): en los vv.4o-46 Baquílides se refiere a la des­ cendencia masculina del Asopo, y en los vv.47-65 a su des­ cendencia femenina. Ambas partes comienzan con la afirmaci6n de que la glo­ ria del Asopo llega a todQS sitios(75): nJaoav x~6va N n~v~a~ (v.48), KIX€o, (v.40) - ~~~~, (v.40) (v.48); otros ecos verbales entre ambas partes serán señalados más adelante. Se designan primero dos lugares extremos de la tierra, las fuentes del Nilo y el Termodonte, a los que se añade un tercero en el que la intervenci6n de los descendientes del Asopo fue especialmente gloriosa, Troya. La menci6n de los foxa~a NeCA.ou puede valer como una expresi6n general para "límite del mundo", como lo es en Pi. 1.2.41-42(76 ), pero tambi~n puede contener una alusi6n más concreta a la muerte de Memn6n por Aquiles y de Busiris por Heracles, como piensan Jurenka, Taccone, Schober(77) o Maeh­ ler (Jebb y Festa, en cambio, opinan que se trata solamente 533 de una expresi6n general). Esta doble referencia parece con­ firmarse con la menci6n del segundo punto señalado como limi­ te del mundo, que completa la I1figura pOlar ll , el Termodonte (otro r10, como el Nilo y el propio Asopo), donde es más cla­ ra la alusi6n a héroes descendientes del Asopo que lucharon contra las Amazonas, tanto Aquiles en la guerra de Troya con­ tra Pentesilea, hija de Ares - (~oupa~ ••• " APno~, v.44),como, una generaci6n antes, Heracles y Telam6n (según el ~.172 de P1ndaro, también Peleo acompañ6 a Heracles tanto en su lucha contra las Amazonas por el cintur6n de Hip61ita como en las llanuras de Troya). Por fin, la alusi6n a Troya nos hace pen­ sar en Telam6n, Ayante y Aquiles, y quiz~ también en Peleo y Heracles, según el recién mencionado fragmento pindárico. Por lo que respec~a al orden de palabras en la primera parte del mito, los vv.40-46 se inician con dos casos muy se­ mejantes de lIquiasmol! (también lo son por el sentido): vv. 40-41 't'oü ~[,,"€o~ 'Jt]aaexv x-&6vex t ~,,"-&elv ~extJ . 1 . . . . . . - 1_ '_ 1:.1t' ~axex't'a: _ NeC,,"ou· ---J. vv.42-43 't'ex' 't" l'Jt' . e~vexEt' , 1t6pwl. ot~eüal. En ambos casos el orden de los elementos sintácticos es el si­ guiente: sujeto + complemento de lugar + verbo + complemento de lugar (nombre propio). En cambio, en los vv.43-44 hallamos un caso de "enmarca­ I I I 534 miento" : ~JyxlCa)v tO'''CoP€~ I I KOÜpa:1. ol.wl;'mtol.' .. , . Como hemos dicho anteriormente, también la segunda parte del mito, dedicada a la descendencia femenina del dios-río, co­ mienza con un motivo semejante al que iniciaba la primera p~e: la fama de las hijas del Asopo llega a todos los lugares(7 8 ). Ya los primeros comentaristas vieron una estrecha relaci6n entre estos versos y un pasaje pindárico (1.6.22ss.), donde apa­ recen unidos los dos motivos que en Baquilides están separados e inician cada una de las dos partes en que el mito se divide: el motivo de los "limites del mundo ll y el de los tlmúltiples ca­ minosll(79), que en el lugar pindárico tienen la funci6n de en­ fatizar el elogio de Egina y los Eácidas. También son conunes a ambos pasajes el tema IInadie desconoce" (B.9.53) y las re:-e­ rencias al parentesco con los dioses: ~Up'a:L o' ~pywv Ka:AWV "C€­ "C~a:v~' tKa:"Có~n€ool. ~v O'X€Pf K€AeU~OI. 'K,a:L n€pa:v NeCAoLo nayav Ka:L eL' tYn€p~op€ou~· o~e' ~O"CLV o6"Cw ~~p~a:po~ o~"C€ na:ACY1AwO'O'O~ nÓA"~, !"CI.~ o~ TI~A€O~ die .. KAlo~ ~pwo~, eóeaC~ovo~ ya:~~poü 6ewv, ••• Las similitudes son tantas y tan notorias que Prentice(BO) consideró que habia una imitaci6n consciente por parte de 3a­ nuílides,' Pieper(81) en cambio , observa diferencias(1~6 sue­ _ , 'i le fecharse en 480, en tanto que carecemos de datos para ubi­ 535 car crono16gicamente el epinicio 9 de Baqu11ides). El catálogo de las hijas del Asopo (vv.53-65)(82) está enmarcado por sendas referencias a sus relaciones con los dio­ ses, cuya importancia se resalta: lt.<; .f1~[oJC (v.50), y ••• 81aa:1. (vv.63-65); el tema se recoge incluso dentro del propio catálogo (vv.55-56): ~ ~cXv 1.LE:'Ya:A.uSv'UJIJOV Af'Yl.va:v, lJe'Y [JCT'C] o''U ZT}vJ~~ la 1tA.a:.f1e!aa: A.J~xel. El catálogo en si está hecho en forma de pregunta ret6ri­ ca o exclamaci6n, y ocupa los vv.53-62, en mal estado de con­ servaci6n, cerrándose, como hemos adelantado, con una frase que lo resume y sirve de paso a los personalia (vv.63-65). Po­ demos reconocer los nombres de Teba y Egina, y es 16gico que otras dos o tres hijas más fueran mencionadas en los vv.60­ 62(83). Diversos ecos verbales relacionan las dos partes en Que se articula el mito: 48. q>á~ 1.<; (55. IJEya:A.WV'UJlJov 64. 40-41. 1tJaaa:v X.f1<S'va: ~A..f1e [v 47-48. X-&<S'va: (F) 42. &PI.'Yvw't'[O) 1.<; ) ~eCXEI. Ól,' E~pECa:<; A.E[~].f1ou lta:I.J l1t f !axcrt'a: NE CA.o'U 40. (F) 58. r]a<; e-&va:E! 1tÓpWI. tF) . 64. E[;6va1:'<; tp) 43. otKeüa" (p) 51. ~LKl.aaa:v 44. KOÜpa:" ••• " Apno<; 50. .s'U 'Ya:'t' pWv . lJ'UpCa 1t&v~al. . 65. (1ta:!óe<;] lP) 44. t~ope<; (p) .. . 53. OteSEv ltE­ 536 c~v ••• ~yy6vwv (p) 45-46. 49. aet<; .... VEa:<; (p) tIII 45. 1to't'a:tLWV tF) 65. 1to't'atLo 1) 46. 6~L1tÚAOU T po Ca<; ~6o<; (F) 52. &1toP.&1Í't'wv &yul.av (F) (contraste) I 54. Como muestran algunos ~U6tLal't'ov 1tÓA Ü v (F) • e estos ecos, particularmente el úl timo señalado -' parece q w l poeta establece' un contraste entre la destrucci6n en la ~uerra provocada por los descen­ dientes varones del Asopo J las ciudades que llevan el nombre de sus hijas, las cuales hicieron lo dioses &1topí't'wv (v. 52). Además, en la segunda parte del mito se aplican a las hijas del Asopo epitetos amables ( A"1t«POt~Vf&)Y, vv.49-50; ... v.53; EJ6n;En;Aov .. , v.61; tAI.Koa't'lcpa[vov , v.62; atJ9 0 [.TJgl. ... 65), mientras que las Amazonas s, KoupaL ••• tIII " KUa:V01tAOK<!tJ. OU , Apijo<; llamadas , v. lJYXlwv ta't'opE<; (vv.43-44). Vamos comprobando que el con­ traste entre dos partes sucesivé.' es un principio composicl.o­ nal esencial en el presente epinicio, como ha señalado f-iaehler a prop6sito de la primera secci6n. Tambi~n hay frecuentes respor, iones verbales entre la sec­ ci6n primera y el mito: 40. )(. [A€O<; l. 66'tav (p) 8. 1tEpL[KAE L) 't'wv 21. El56ótwv 22. KAELVO[J 40. x.&óva (F) 41. IiA-&E Lv 5. 1tÉ6ov (tautométricos) 39. tKE't'(O) (p) (en ambos ea­ :os se llega a un rio) 41 Y 42. ln; (C) 537 42. . E13va:Et -' 61. ,54. , l:ü&~a:['tov 4. ... EJ 6ttEttA.OV E(5'tUX,O~ (p) , 5. 17. E~ávopou~ 21. E~5ó~wv 30. E~<PE"I"I1Í~ • d:!C[ECJpova; 10. <poLJv .. x,ácntl.5E~ E~-&a:A.€~ 29. 42. ttópw .. (F) 43. l:"IX€wv (F) 13. ~1t€pOttAO~ (F) x,A.áoo~ &x,'tla;~ 33-34. (mismo 44. Q"w~ Ctttte,? ~ (o) 20. 45. a; l. 1tOA.Ul;~A.tu'tE v. 43 y 34) 1tA.a;[~]'lttttw" (Kenyon) ~ Xpuoa:A.áM.a:'to .. 15. a; ~otpa; ttOA.ux,pa:'tÉ~ (en los tres casos ~ + subs­ tantivo + adjetivo compuesto) 15. ttO A. ux, pa:'t€~ 20. 11. ' AP"lE 'tuv x,p ..'to" (F) 22. .... tto'ta:1l0 U llOA.UVE "X,E'~ X,A.E &.'110 el. ~] po'tWV (F) eAO'W1tó] v 38. (mismo v. 65 y 38) 46. l:"I"I ÓVWV (p) 22. ~v (p) , 27. 46. ~~ ..ttÚA.OU TpoCa:~ ~&o~ (F) 20. e~Sa:~ (mismo v.) es 46. ~~"ttÚA.OU 47ss. gloria de las hijas 47. 5 .. ' E~PECa:~ x,EA.E[l1J-&ou (F) 34. !!ÉttPEttEV (Tebas ~1t'táttuA.o" • a; 'ttE"váv en B.19.47) (84) 21ss. gloriosos juegos (mismo v.) 30. o .. ' &:;C[ECJpOVa: X,Ólf.A.OV (F) 28. ~a:KP"VE" 538 48. 'P~-r &. C; {F) 50. '&E[OJC (F) . 63. 3. 1t pocp lá,;] CtC; (F) 3 • .&e:!o~ , 10. ~IlC-&e:OL (26. -&EWV (F) 12. t ÓCtCf,tWV ) APXe:Il&'PWI. , 15. Ilo!pcc 14. aallcc jJ.€A.A.ov-rOC; cp&'vou (contraste) 51-52. 52. &:P'XO:l'ot'JC; &:yu&.av (F) 12. 17. t APX EIlÓ pt¡..l e. &l'Lu&.~c; (F) " (en ambos casos 27. = ciudad) 1tEvTCtÉ-&A.Oe.ce.v l'áp (tautométricos) 53. otOEv 32. -rpo 'X oE e.6lcc 53. ')(.u~V01tA.O'K~jJ.ou 24. !;ccv.&áv. •• ')(.ÓIlCtV 54. 8~¡3CtC; 20. 8~f3CtC; 56. ZTlvJ &'C; .. 5. 56. [nAa:-&e:! c-Ct] 20. ZTlVÓC; (p) [nlACtC;] (F) (Kenyon) 38. 1tEAáoocc[ C;; (F) 56. ~pw 58. y]ac; (F) 58. f3CtmXlVOI.OLV 'Ax]CtI.ü\'v (F) 10. ')fll C-& e: o e. 38. "(]CtCal. 30-31. TO!Oe; tEAAávú}V óe. t &~[e:C]pOVCt Kt'JKA.OV cpa:!ve: ~CtujJ.aa'tbv ól~a:c; 62. lA.LltOo-rlcpg[vov (F) 23. 64. &pe.yv~-r[o] t,~ 8. 65. 1to-rCtjJ.o" 4. O'TEcpávw 1. 1tEpe.l'KA. Ee.J TWV 13. ~1tÉ p01tAOe; 15. 1tOAUKPCtTlc; 37. "1te: p-&] '6IlW lo . {fIXe:1.0ÜVTa: (F) (mismo v.) 539 9. ~a;p"'q>.(1oyyov 35. ~o&'v. La secci6n final (vv.66-l04) tenia, con seguridad, la mis­ ma extensi6n que la inicial (39 versos), pero lamentablemente su estado de conservaci6n es muy malo(85). No obstante, el si­ guiente esquema puede darnos una idea general de su contenido. Se divide en tres partes: 1) vv.66-82: alabanza de la patria y del vencedor, que com­ prende a su vez: a) celebraci6n de la victoria en Fliunte (vv.66-69?); b) menci6n de las divinidades locales, según la hip6­ tesis de Jebb, aunque es bastante inseguro (vv.69?-?); c) victoria de Automedes, que, gracias a la canci6n del poeta, será conocida por las generaciones futuras (vv.?-82); 2) vv.82-96: parte gn6mica: a) el himno de victoria vence a la muerte (vv.82-87); b) pocos hombres pueden conocer el futuro (vv.88-96); 3) vv.97-l04: vuelta al principio: a) menci6n de las divinidades locales (= "Loa de la Patriall) (vv. 97..,.100) .¡ b) victoria de Automedes y celebraci6n de la misma (vv.lOl-l04). La secci6n final presenta, pues, una composici6n anular: la alabanza del vencedor y de la ciudad parece ocurrir al prin­ cipio y al final de ella(86), de modo que queda en medio una se­ rie gn6mica(87), que, por un lado, recoge el final de la parte 540 primera (vv.?9-82: "el himno presente, Automedes, victoria en Nemea a las generaciones venideras anunciar~ ---+) tu "porque la victoria que es cantada vence a la muerte!!; paso de lo par­ ticular a lo general), y, por otro, sirve de contraste a la parte final (lino sabemos lo que nos puede deparar el futuro" "pero de momento se puede alabar a esta ciudad y a su -~) hijo Automedes que ha vencido ll ) . La secci6n se abre, en efecto, con una referencia a la celebraci6n de la victoria en Fliunte. El paso del mito a los personalia, ya lo hemos dicho, est~ facilitado por la nueva menci6n del rio local, el Asopo, al final del mito, en el v. 65 ( no~a~oü KE[A]áóov~Oh ), como el tr~sito de la secci6n trav~s inicial al mito se hacia a de la primera menci6n del rio en el v.39. Asi, Blass (y con él Jebb, Festa y Taccone) reconstruye en el v.66 vuv ~oü vuv &pxaCJav nÓALv , de modo que (y también el relativo) marcaria la transici6n formal del mito a la realidad, igual que en el v.25 del mismo epi­ nicio 9; otros editores no han aceptado este suplemento(88), pero pr~cticamente todas las lecciones propuestas para relle­ nar la laguna mantienen vüv : o~ vvv &YAa]&v nÓALv (Edmonds, (Jurenka), ~oü vuv e~p&!JaY o bien vüv ó~ 'tav KAELvJav nóJ,.Lv jes usa nuestro poeta vüv 5.31 para pasar a la actualidad(89): ~h vüv KaL <l>~ot ~upCa náv'taL Y.€AEV~Oh ~¡J.&'t€pav &pE'tcÍV ~J.lve:'tv tras el sfmil del 6.10 (Maehler). En otros pasa­ ~guila; 54-1 cuando se pasa a la victoria actual tras el recuerdo de las pa­ sadas victorias de Ceos en Olimpia, que está in loco mythi(9 0 ); véase también la transici6n del mito a la realidad en varios ejemplos pindáricos: 0.10.78ss &pxat, ó! npoTlpaL' lnÓ~EvoL KaC vuv lnwvu~'av X~PLV vCKa, ~yE~XOU KEAaó~aÓ~E~a ~POVT~V KaC vuv lv nu~v' VLV &ya~f~ KapvELáóa ula, E~~aAEt auvl~EL~E T6Xa· • ~oAAa ~EV yAwaaá &pTLEnñ, ~OL TO~E6~aT' ~XEL nEpL KECVWV KEAaólaa~· 1.. 8 • 61s • Kat v~v lv ·APE~ ~apTupf,aa~ • • • TO Kat vvv ~lPEL AÓyOV, ~aaUT«' TE MOLaatov !p~a NLKÓKA€O, ~va~a nuy~~xou KEAaó~aaL. Para un uso semejante del relativo, que en nuestro pasaje pretenden leer algunos, cf. B.l.140, 13.58 (conjetura de Wila­ mowitz; Bruhn propone fV~EV, que desempeña la misma funci6n en 11.113). La transici6n está también facilitada por la palabra con que concluye el mito, KE[AJ~ÓOVTO' (v.65), que, como ha seña­ lado Pieper(91), se usa asímismo con el significado de "can­ tar ll (92), como ocurre en B.14.21 y 16.12 (yen tres de los textos pindáricos que acabamos de citar, 2.10.78, I.5. 4 8, 1..8. 61)(93). La referencia a la celebraci6n de la victoria(94 ) duraba al menos hasta el v.69. En los versos siguientes, de acuerdo 542 con la lter'Oret6.~i6n ci. Jebb, debían de mencionarse laf:' i vi­ nidades principalmente veneradas por los fliasios, según el fi­ l6logo británico Zeus y Rera (v.70), Hebe (v.7l), Afrodita (vv. 72-7-:Z:) ,Deméter y Dioniso (vv.7 LL _75), algunas de l3.S cuales rea­ parecer1an en el epodo final, que cierra el los temas con que F' lI an illo" recogiendo iniciabC' la secci6n. Es esta también la idea fundamertal que sigue Edmonds el" sus suplemertos (acepta­ dos por \<Terner), men:;ionando a Zeus, .lera y Afrodita. A diferen­ cia de Jebb, para Edmonds la menci6n de las divinidades locales acabar1a en el v.7~ y en el v.74 comenzar1a el poeta a hablar de nuevo de la victoria de Automedes en Nemea; Ir: evidente res­ ponsi6n verbal tautométrica con el - ~22, x, A.E] ~vav ~~o:o(tc;; KA.EI.VO[t f3]po't'wv .... ~ es buen apoyo para tal suposici6n, aunque esto requerir1a en el v.73, tras l~'t'wv , una pausa que el papi­ ro no señala. El caso es que, sea en el v.74, sea en alguno de los ver­ sos siguientes, parece haber una transici6n al tema de la victo­ ria de Automedes, que es cantada por el poeta, haciéndola inmor­ tal con su himno. En efecto, por los escas1simos restos que que­ dan de los vv.75-78 podemos pensar que se dir1a algo parecido a lo que sigue: "yo, como huésped, he tra1do mi canci6n, que vencerá a la muerte y seguirá anunciando tu victoria en Nemea a las generaciones futuras", frase concreta qU f luego se expli­ ca Fediante la serie de gnomai de los vv.82ss. de un modo gene­ ral (95 ). Como hemos indicado al comentar el v.20, Edmonds coloc6 en el lugar correspondiente al v.76 él EE... '. S de ~~enyon, JITllO­ 8EN[ • Es muy probable que el poeta se esté presentando a sI 543 mismo como npÓ~Evo~; este término parece tener en la 11rica coral un significado muy semejante al del simple ~lvo~, yas1 Thummer (96 ) afirma que 1tPÓ~EVO~ "ist bei Pindar kaum geschie­ den von ~lVO~II, e indica que la misma indistinci6n puede ob­ servarse en Esquilo C~.419, ~., 491, 920); de i5ual mane­ ra, Slater(97) define 1tPO~EV'ex como "'friendly relation' (to­ wards foreigners) ,,(98) • Véase Pi. 2.9.83-84: 1tPO~EV'~ 6' 4PE~~ ~' ~A&ov • • ~~~áopo~ tla&~CexaL Aa~npo~áxou ~,~paL~, que Thummer compara con ~.10.64, n€no~&a ~EV C'f • En nuestro pasaje, como en Q.9.83-84, tendr1amos el t6pico l/he venido (99) como huésped (100) para cantar al vencedor 11 • En los epinicios de Baqu11ides, las relaciones entre poeta y pa­ trono se definen como de hospitalidad también en otros lugares: ~ aUv Xap'~Eaa~ ~a&u,IDvoL~ ~~áva~ 6~vov &nh 'a&la~ .. v~aou ~lvo~ ~~E~ipav l~ KAu~~v ~l~nE~ nóALv, l~ yd:p &A~ Cav 12.45s. ; Eevo Lae ~E nó-r:v La Ne",a vaaav AtrCVa, &nápXEL l~&~v~" Koa~~aaL &&~5~a~ov nÓ~Lv -r:~v ,;' lv N&~€&L YULaAK€a ~ouvoná~av• donde aparece igualmente el t6pico "he venido lt ; 13.224ss. ~&vCav -r:E [~L~~­ yAaov YEPexCpoo, 544 1:'aV ~lJ.o 1. AeXlJ,1tWV [ En el verso siguiente (77), Blass leia A~1:'~lJ.nÓE~, vaaJ~~ 1:'av (vaa]\~1:'av es conjetura de Herwerden), pues parece que el poeta se est~ dirigiendo directamente al vencedor y le ofrece su himno, que seria calificado de lIisleño" (,gL. B.lO.lO, ya­ a~w1:'~v ••• IJ.€A~aaav ); con este suplemento, el nombre del ven­ cedor iria colocado en posici6n tautométrica con las otras dos veces en que aparece en la oda, vv.25 y 103(101), pero presenta el inconveniente de transgredir la "ley de rvraas", aunque no se­ ria, como quiere Maehler en su comentario al lugar(102), la úni­ ca violaci6n de la ley en tal posici6n, sino que hay otros casos en nuestro poeta: 10.6 ~av1:'~ x~pJw~ ~[vvJ6v ,14.17 KaLPo~J &vó~v !prlJ.a1:'~ , y precisamente en 9.25, en la primera menci6n de Automedes, A~1:'OIJ.~ÓEL vvv rE VLKeX-/ aaV1:'L(103). otros ejem­ plos de incumplimiento de la 111ey de Haas ll en que interviene un nombre propio, son 1.6, 1.8, 1.148, 13.78, 13.97, 15.2, 15.3. De todas formas, un vocativo se pOdria colocar en otro verso (Tselios lo coloca en el v.76), si bien nosotros preferimos la propuesta de Blass. El optativo ~~~a~aKo~ del v.8l ha planteado problemas, pues se ha pensado que pudiera ser un optativo de deseo; al menos tal valor parece tener con los suplementos al v.79 de Blass ( 8~ lJ.€vwv) y Schadewaldt ( 8~ 1:'p€~v 1:'LlJ.cXV), que es el único, éste dltimo, que cita Snell en su aparato critico. Pero la inmortalidad del canto del poeta no es en el epinicio, como bien dice Maehler(l04), un deseo, sino un axioma; es una peti­ ci6n que nunca aparece en las plegarias, las-cuales (105), por otra parte, son muy poco frecuentes en Baqu11ides, pues 66­ lo hay con seguridad tres y en las tres los buenos deseos son para el vencedor: se nide bien dicha en general (5.36; 5.199­ 200, tambi~n mediante oraci6n de relativo), bien una victoria en los Juegos Olimpicos (8.26ss.; probablemente la misma peti­ ci6n, quizá para la familia del vencedor, se hace en 12.42ss.). De acuerdo con todo esto, ~~~«~OKO~ seria más bien, como pien­ sa Jebb, un optativo potencial o con valor consecutivo-final; la particula modal no es absolutamente imprescindible, pero seria en todo caso muy fácil de colocar, por ejemplo, en el v. 79, 5~ xe(v) , como hacen Jebb, Edmonds o Maehler(l06). Por otro lado, la gnOme que sigue en los vv.82-87 se avie­ ne mejor con este valor que con el valor desiderativo, pues se afirma, fuera de toda duda, la inmortalidad del canto. Tal idea es, además, consustancial al epinicio y ya se habia anticipado en la "Invocaci6n Po~ticall .que abre la oda (v~ase el comenta­ ó~«, v.l)(107); el mismo pensamiento se expresa tam­ rio a bién en B.3.90ss., 1.181ss. y 13.58ss. En cuanto a -&EC'a ... , el II aUv Ó' &ha­ motivo de la verdad" lo hallamos igualmente en otros lugares de Baquilides: 3.95, 5.187, 8.20, 13.204 (véase también el ~.14)(108). En definitiva, 10 que se dice de la victoria de Automedes en los vv.74ss., se confirma mediante una gnome de carácter ge­ neral en los vv.82-87; fll a inmortalidad conseguida a través del canto" es, pues, el primer pensamiento de la parte gn6mica que ocupa el centro de la secci6n. Y si esta primera idea explica 10 inmediatamente anterior, la segunda (Ila pocos les es dado conocer el futuro", vv.88-96) enlaza con la parte final de la secci6n, a la cual sirve de contraste y retardaci6n. Los vv. 546 88-96, que coinciden exactamente con la cuarta antistrofa, es­ tán muy mutilados, pero parece que la linea de pensamiento de­ bia de ser más o menos la siguiente: "los caminos Que siguen los hombres en su vida son diversos(109), pero pocos pueden conocer lo que les depara el futuro, por decisi6n de los dio­ ses". Es decir, una idea muy semejante a la expresada en B.IO. 35ss., donde la priamela concluye con el pensamiento (vv.45ss.) ';0 o· na J,1€AAOV &w.pC,;ov<; "CCK"C€1. ,;t1ía: f3 p' "C€AEV"C~<;, a€ 1. • Pero mientras que en este pasaje "Co J,1&V KcfAAl.O"&OV aparece des­ pués de tal afirmaci6n (vv.47-48), en el que nos ocupa ahora KcfAAl.crr;OV se ha dicho ya antes (v.86): "lo más hermoso" es de­ jar tras la muerte un MOVa[.av ••• ~-&]1;!PJla: que haga inmortales los triunfos conseguidos durante la vida. Así pues, las sentencias generales sobre la imposibilidad que tiene el hombre de prever lo que le va a traer el porvenir, sirven de contraste, "l! con ello engrandecen, la victoria actual..¡ .~ a la que se vuelve al final de la oda: Ita pocos les es dado conocer el futuro; pero de momento los fliasios habitáis una ciu­ dad honrada por los dioses y ahora debéis celebrar la victoria de un compatriota ll • En efecto, a pesar de que el texto presenta muchas lagunas, parece Que, por un lado, es alabada Fliunte ( 97-100), destacándose especialmente las dos divinidades protec­ toras de la ciudad, Deméter y Dioniso(llO). Por otro lado, 1. . últimos versos (101-104) están dedicados al vencedor y a la lebraci6n de la victoria; de nuevo una sentencia (vv.lOl-l02) 8<;J ';1. Ka:Abv ",€[p€"Cc:tI., ¡ 54-7 1téi~ ex tJ v€o " (Jebb) sirve de foil para la alabanza del vencedor: la sentencia gene­ ral se anlice al caso concreto del vencedor (vv.l02-104), cerr~ dose la secci6n final tal y como empez6. En la conclusi6n del poema se recogen los temas anunciados al principio del mismo, Nemea y Fliunte, ffunter etwas verander­ tem Aspekt in einer fllr die Wertbegriffe der Chorlyrik charak­ teristischen Synthesell(lll). La propia estructura de la secci6n final facilita la exis­ tencia de muchos ecos verbales (claros, a pesar del mal estado del texto, que a veces no permite entrar en detalles) entre las distintas partes que la componen. As!, las responsiones entre las partes primera (vv.66-82) y tercera (vv.97-104) se refieren fundamentalmente a los temas "Fliunte 11 y ltvictoria de Automedes" y celebraci6n de la misma": 66ss. Fiesta de celebraci6n (Blass conjetura - )(,wll0l. en el v.67) 71ss. Divinidades de Fliunte? 97ss. ~ 66. 1tÓ~"V (F) 98. 67. v 1.)(,0;[ (F) , 82. v C)(,cxv 101. )(,Q:Xóv, 72. Xp]uo€o;[v 100. xJpuoeoO'K.á1t~p[ 77. [A6~ÓIl~ÓE~J (p) (p) (Blass) 1tÓ~ 1. \l' (F) 102-3. 104. 1tev~[Q:o&X (p) T I.1l0~[€vouJ 1to;LOC (tautométricos) 99. &:1tO [p-&,f't o u ~ (Blass) (contraste) 80. &~] pu't'ov 99. &:1to[p.e-~'tou~ (Blass). Por otro lado, los ecos verbales que se establecen entre 548 las partes primera (vv.66-82) y segunda (vv.82-96) insistirán en la idea de que la canci6n del poeta hace inmortal la victo­ ria del atleta: 67. v I.Ka:[ (F) , 82. 74. f3 p01:0 [t~ (F) 78. V'Ka:V • • ts~vov (F) 82. Ka:AOV fpyov (F) 85. f3 p01:WV (F) 83. 88. &v.e-~[nwv 96. &v]óp [cfeH,v (p) . 6~vwv 87. 79. &nocp·thf.llvw &. 81. Noua[av ••• &.a.J ~pp.a 86. et1}[ep Ka&. -&áVTl&. 96. 1:3 P.lAAOV (F). (F) 1:&.~ (F) ... 1:ot~ ~Jn&.rE&.vo~lvo&.~ (p) 80. ~1:J PU1:0V Tambi~n xp6vov (F) las partes segunda (vv.82-96) y tercera (vv.97-104) están relacionadas por medio de ecos verbales: 101. KaA6v 82. Ka:Abv fpyov (F) 84. óa'~oal. 86. Et'l}[ep Ka&. .a-ávTI&. 1:1., (F) t .atOOV (F) 89. 98. -&Eo1:,~Q;'t'oLvJ 99. &no[p&11'1:0 u , (Blass). Señalamos a continuaci6n una serie de correspondencias ver­ las dos secciones anteriores. En bales entre la secci6n final y primer lugar entre la y la primera: 66 Y 98. 67. ~tima nóA. &. v (F) v I.x.a t. (F) t 82. 4. V ''K <IV iJ?Ae &.o\)v1:a 25-6. , 39. v &.'K áaav1: 1. r Acwnó] V (en los tres CaSos la victoria de Autome­ des) 68. f30aC (F) 35. f30áv (en ambos Casos en ho nor de Automedes)(112) 549 72. Xp]uO"fu[v (p) (Afrodita) 100. x1puO'e:ocm<!1t~p[ l. XPUO'o::ACÓf.O::~OL 3. to~Ae:cpáp.¡.lv (las f1usas) 4. dhU'Ko~ (p) , 5. (las Gracias) (p) (Zeus) 72. tÓ1tAOltOV 72. e:~ (Afrodita) 17. e:6-&O::A€~ E6áv6pou~ 21. e:'6óó!;wv e:6cpe:1''Y~~ • 11AÓPO::cnov 29. 73. 74. 19. &K] váIJ. [1tJ ';wv 80. lhJpu~ov 85. &Aa:.&e: 99. &no [p.&'!f'tou~ 30. &'!,t LE CJ po \fa: ca L (Blass) . KAE]L~av ~po~o[t, (F) .. .. 22. KA e: Lvo [~ ~J po~wv (tautom~tricos) 74. KA=l Lváv 8. 1te:PL[KAe:LJ~WV 74. ~ ~o:o[!~ (F) 2. 1te:L(jCIl~po~OV 85. ~po~wv (F) En los tres casos hay una referencia a la victoria inmortaliza­ da por el poeta. 76. 1tPO!;EV[ (F) (el poeta) 3. 1tpoCPL.41:']O::~· (F) (el poeta) (en los dos casos el poeta habla de si mismo) 34. 1lP01tÉIl1tWV (F) 78. {5¡J.vov (F) , 83. {5IlVWV 6. ~Ilve:!v (p) ." 87 • MO'UO" @v ••• &.sJ'! Pila: (F) 79. &:1tO'P'&"Il~V!A)" 13. 1tÉcpv(e:) (p) 79. &1tOCP-&LIJ.€VW .. 21. &1t (ó) 81. ~]1tL'YELVOIl€VOL~ 12. .. ­ ~1t( C) ,14. cpóvou (F) (mismo v.) 550 81. n~~aóOKo~ (F) 31. 82. NEJ~Üt. 4. cpatvE (p) NE~EaCOV !v 22. (F) NE~€~~ (P) (mismo v. 82 y 4) 3 y 25. rE 34-35. l, atnELváv 84. rE • "tjloü (p) 84. napcx 39. nápa 84. oaC~oO'~ 26. oaC~v 86. Ká"-"-LO"t'OV (p) 11. np[w"C L<YtJOV 87. MovO'[av 3. 82. , MovO'av (p) 88. &:v.&~[nwv 18. &v-&p<.tinwv 89. nOA,,-aC 15. nOAVX pa"C€, TIOAVVE 'xii. 20. oJ..axpCvEJ.. 28. 30. 89. .&EWV (F) 3. oJ..(á) .{tEto, , 10. vux"C6, (p) 29. 90. (tautom~tricos) XPL't'o' (F) 11. o ~ [aJ'!-pCv CE] ~ ) Xc!PL ['t] E' (F) (l. 89. ••• at~€p(a) ~~,.{tEO J.. (mismo v.) Contraste oscuridad (v.90) ~ brillo (v.29). Jebb reconstruye en el v.90 SOVAO: ["CO xaAvn"CóJ~EvOV VVK10' [OYÓ~O~O'LV· 96. &v]Oe[áO'LV 96. "Co 97. ]~WKE XáPLV (F) ~€XXov (F) 17. E-6ávopov, 14. ~€XAOV"'O' 1-2. 8,] (Jebb) "CL XctAOV cp€['pE"Cal. 23. (113) XáPL["C]E' ••• OOCT)"C(E) 26. 101. • flO]WKEV (F) Ol.\ "CPLE"CEt O"tEcpávwJ.. (tautom~tricos) En ambos casos hay una referencia general a la victoria agonis­ 551 tica, con aplicaci6n inmediata al caso de Automedes. TL~O~[€vouJ naLóC 102-3. A~~o~ñóEL 25. (tautométricos) (también el v.77, según Blass) nEv~[a.&A 104-. 8. &€-&AWV (F) ~.&A1jaaV (p). 12. Entre la secci6n final y el mito se pueden observar tam­ bién muchos ecos verbales; destacan aquellos que establecen pa­ ralelismos entre la "gloria de las hijas del Asopo" y la "glo­ ria del vencedor lt o de Fliunte: 66 Y 98. nóALv (F) Tpo'cx~ ~ÓO~ (F) 46. 52. &yuLav (F) 54. nóA LJ v (F) 57. ~pa:~Jov (F) (contraste) (Jebb) (tautométricos 57 y 66) 72. tÓTtAO,WV 53. KUCXV01tAOK~~OU 72. E?; 42. E~~a:Et' ,54. lÚó~a[~ov E] ~lt~nAOV 61. 72. Etn&t'v 48. q>á~ L ~ 74. KAE]~V~V 40. K[A€O~ 79ss. &nocp'&L¡..tÉVWL, ~~J pU~ov Xp6vov, atE t, Et1,t [e:p 40ss. (F) naacxv X.&óvcx 48ss. Ka&. .a-~V1jL ~L~ (extensi6n infinita en el (extensi6n infinita en el es­ tiempo de la gloria del paciode la gloria del Asopo atleta gracias al poeta) y sus descendientes) 81. ~ot'~ lJ'.:~yELVO~€VOL~ (p) 45-6. oWv ••• lyyóvwv (p) 552 82. 49. YVTJO'Cwv (p) ... O'a<; yevEa<; (p) 81. lj-JtI.YEI.VO¡.Llvol.<; . 41 Y 42. 82. [o~vJ (p) 45. (Automedes) l~(C) ,49. awv (p) aa<; (p) (el Asopo) 'ttJxóv (F) 83. 51 • oUv ,;6xa.'1. <; (P) (la victoria que alcanza (la gloria alcanzada por los himnos legítimos, "yace descendientes del Asopo, de­ junto a los dioses lf ) bida a los dioses, no conoce límites) 84. 6QJov (p) 85. c.rov (p) 86. 86. 46. 6~I.~ÚAOV 51. a~v (p) 'K.~AA I.Ci'tOV (p) 55. lle:y[CCTt']otJ (F) Ka'i. .&&v1') 1. "(;1.<; (F) 41. 'K.a.~J , 103. a~v (límite temporal) 86. 't 1. <; (F ) 87. [~a;~ve~vwvJ l1t' (mismo v. 103 y 51) ~oXa.'ta. (Blass) (Jebb) 'tC<; (p) 49-50. AL1tapOe~Vwv 47. &~PECa.<; Ke:A&[Ú]-&ov (F) 89. 1tOAAaC 45. 1tOAveT1'AW't& 89. é>l,[a.]~p'v~JI. 47. a.. (~) 89. -&EWV (F) 50. -&~ [o] C (F) 98. .(7&o't C¡J.a.'to [v) (84. óa.C¡.LoO'.. ) 97ss. Los dios s han dado a los fliasio~ -&&o'tCIla.'toLv1 &1to[p-&~'tov<; 99. Va.CEI." (p) Ne:CAOtJ (F) (límite espacial) 53. [dóot1 ~oAAa' 88-9. . 63. -&EWV (F) (tautom~tricos 89 Y 63) 50ss. Los dioses dieron a las una ciudad hijas del Asopo ciudades (v.98), &1top-&T1',;wv (v.99, Blass). (v.52) y las hon­ raron. 43. otKE~aL 51. (p) GS ..KI.OOa.V 553 102. [1ta.;] 103. 1ta:lr6C (p) (Jebb) 40. nJaoa:v ­ ' na:v,;a: Ir , 48. 65. 1ta:!OE'; (p) """ KOUpa:1r (44. .aura:,; pWv ) • 50. Para complet?r el capitulo de las responsiones verbales, señalamos a continuaci6n rimas en el mismo lugar del verso y construcciones sintácticas similares o idénticas también en posici6n tautométrica. Son numerosas las que se pueden encon­ trar, a pesar del mal estado del texto en la segunda mitad de la oda. Estrofa. v.l. l. Xpuoa:A&'K a:,;o L XcÍpc. [,;] E'; 10. ({lo c.] v c.Ká01t LOE'; l. xpuaa:AáKa:~OL 36. ,;e[Ae] u~áaa.; l. ó!SE:.a:v, ~ xpua5!AáKa:~O L 36. ~ ,; elA E] \)~cÍoa:.; 1¡..L~puy¡..La: xápl. [:1;] E'; 1tiAar;; 10. ({lo Ir] V I.K~tLOE'; 36. 't'e CAeD u't:cÍaa.; la. ~¡..Li.a~o c. 79. &1tO({l.a-,,¡..L~VW L 10. KE[!.e-~ (p) 27. 1tEv~a:l.aAOc.ac.v 88. ~'LaJf 53. -oloEv 36. fl' ~e [A e] u-:áaa:.; (p) ~¡..LC.e-EO L ... 62. ~ r..o~ nec.pávJ ~y 37 • a[.e-iveJ 1" 80. ~hJpu't'ov (Jebb). v.2. 2. 54. ~1te' (F) ~ijo¡..La [~ov 1t6i.. Ir] v (F) - _lO Xpóvov (en ambos casos tambi~n tivo + substantivo) 80. xp6vov , 89. -&eWv .. adje­ 554 Y.!2. 3. tb~A.Ecp~PWV 12. 'APXE¡J.6 PW" 3. 1t po cp [~'t ] 29. O'EA.<Íva 3. Mo'UO'av ~ 55. ~ ~av ¡J.El'aA.Wv'U] lJ.ov 3. Mo'UO'av (p) 90. - <!.t;; (F) - 29. 2-+5+ 3 + 3 silabas , 38. 1tEA.áO"O"~[~ ~Jo'UA.<Í 55. 1 .... 1 + 5 .... 3 ... 3 29 • O'EA.~Va 38. 1tEA.<ÍO'O'a[~ 55. IJ.Ey['O"~]o'U (F) 64. '.f(a]A.aL[oü 90. l~o xaA.'U1t't'6jIJ.EVOV. 81. 'J~~yE~volJ.lvo~t;; v.4. 13. + &:O"ayEi5ov~a t'Aaw1t~Jv 1t<Ípa 39. 82. yl ~o.. 13. 1t€cpv (E) 39. tXE~(O) 30. ó .. ' &tt[c 'J pO'\lex 30. x6KA.OV (F) 39. 1tápa 1tOpep'UpoóCvav 82. ~pyov 65. 82. NEJIJ.GL. 4. ~E xa' alJ ~O[i.]t;L ,91. 'fE xa' . - Y.!..2.. 5. 2 + 3 +- 2 silabas 14, 31 y quiz§ 57. 5. 14. cp6vo'U (F) 83. 'tlfxov 57. ~pa~Joü 14. cp~vo'U 40. 31. -&avlJ.aO'~~v 40. 1tJaO'av 40. 1tJaaav 66. Jexv 1tÉóov (F) 40. ~oü (p) 40. 1 ... 2 -+ 2 + 2 sílabas v.6. 57. (Jebb), 92. x-&6va 't'oü]~~ (Blass) 83. 3 + 2 + 2 • 1tO'U - . . _ - - -_ .. ~.~. -~-~.=--=====~------------ 555 ~C1t~WV 32. 32. 2 +5+ (F) 58. 2 silabas 84. ~ao~[vo 1.0l.V 58. ' AxJal.wv , 93. J&U~ 67. JoC. Y.:2... 7• 0& pác¡,e V ( P ) 'O'CKheCoa, 16. 33. Ka.C (p) 1tÓPWL (F) 42. -- v.8. +3 +4 8. 2 &:t.s-hWV (F) 8. 1tepL[Khe&j'twv &:€.s-A-WV 17. l, 69. oJu<!<:.: 1tei:-& (&) 85. &ha-&e Cal. 42. -raC 85 • ~ po'twv o -- 17. sílabas 8. 16. 34. 1tp01t€ ....1tWV ,43. (F) &6~vopou, lJrxtwv 17. l, E~ávópou, &:yLu &.~, 34. l, al1t&&.váv 86. [KaCJ. v.9. 9. 2 + 3 +4 3 sílabas 18. ~~ P~CP.a.~yr~ v 87. [13~.s-~l;~v~vJ 9. 13 a p6cp-&o Y10V 44. ó LW~ C1t1tO 1.{ o) 9. J ... ..... 61. &] ~1t&1tAOV 87. [l3a.&ul;tSvwv} 87. tf-&] '! p....a 35. AaWV (F) 96. ....€A-AOV 44.. Koüpa 1. 87. M~oCav 18. [V611 .... a (F) 44. 3 + 2 + 4 +3 sílabas (Blass) 87. (tambi~n 96 con el suplemen­ to de Jebb). Enodo. -v.2. 20. [1tÉA-a,] (F) (Kenyon) 98. 1t6AI.V 556 46. YE'60a:V'tO J.. }&€ v't' a: 46. ~<VL1tdAOtJ 72. C~1tAOKOV. E~&~~WV 47. E6pECa~ hl· 21. 21. 2 + 4 21. +3 silabas 47. (quizá E6&6~wv &r~vwv (F) tambi~n ~~pe'a~ KEAEL6]eou 47. ~ • &xJválJ.[1tJ'twv l~'twv 21. &1t' 99. &:1to[ 47. O"tECXEL 99. va'~~.v L:¡.7 • K EA€ [ 11] .so tJ 99. JEUV'ta:~. + 48. (quizá 22. 3 4 2 2 silabas 99) tambi~n 74) v.6. 76. 1tpO~EV[ 102. TLIJ.O~[€votJ N6-:"nse también las aliteraciones con labial en los versos 15-16, 20, 38, 45 Y 64-65, asi como las paronomasias • Hpa: PI.[KAEI.]1:'WV ••• KWV CHJp'[a:]'H.A~'t' l;a:v&oó:OM.'r1', ... óoá.­ &PXa:yo,s~ ... &:yuLav (vv.~:1-5L), (vv.l?-13), ••• lJ.€yCCO"t]otJ (vv.8-9), 1tE­ j!Eya:MSvtJJlJ.oy (v.55). En cuanto a la estructura métrica, la oda está compuesta en metros dáctilo-epitriticos, tanto la estrofa como el epodo. La periodolog!a que proponemos es la siguiente: Estrofa. l. -u---uu-uu- 2. --u---u- 3. --UU-Utl---U-- 4. -u---uu-uu-- I II I e -D 5 - E 4 -D-e e - D - 5 5 A= 14 theses 557 I 5. -u---u- 6. --uu-uu-- 7. -u---u- 8. --u---u-- 9. -u---u---u-- 4 E - II I TI - III 12 theses A= 14 theses 3 4 E I B= - E - E - e 4 - 6 Indicios de final de neriodo. * • v.2. - hiato: 11 - "b.i.l. lI : 54 - rimas yecos verbales: 2.... 37, 63 - ~. 89(114). - pausa sintáctica: 29 - rimas yecos verbales: 3 - 29 - 38, 55 - 64. v.4. - pausa sintáctica: 39 (paso al mito), 65 (paso del mito a la actualidad) - rimas yecos verbales: 30"" 82. ~. hiato: 14 (pero el verso siguiente empieza con inter­ jecci6n), 40, 57 - IIb.i.l.": 5,40,83 - pausa sintáctica: 14, 92 - rimas yecos verbales: 57 - 92, 5..., 83 (tambi~n la se­ cuencia de silabas 2 + 3 .... 2, en los vv.5, 14, 31 y qui zá 57). Y.!.§.. - pausa sintáctica: 41,84 - rimas yecos verbales: 32 ." 58. !iZa - v.8. - pausa sintáctica: 17 hiato: 42 - rimas yecos verbales: 8 ." 34 ." 43. •111 2 558 Snell y Korzeniewski(115) consideran que la estrofa está estructurada de la siguiente manera: II - D - e - I I E II - D - I e - e - D - E e - D- Es decir, AB AB' e II - E - I III E - e - C, de modo que AB' seria una It amplia­ ci6n" ("Er\',eiterung" dice Korzeniewski) de AB. Según la perio­ dología que nosotros proponemos, el segundo periodo mayor no seria una ampliaci6n del primero, sino que, al contrario, eoui­ valdria a éste "recortado 11 , dejando un tercer periodo final comnletamente epitritico (ttley de Zuntz ll )(116): I - D - e - II I E I - D - II e - D- E e - D- E I - I E - E - e - III Puede reconocerse al mismo tiempo que el primer período mayor está estructurado en clara "inversi6n": e - D- E - D- e ­ i I I I Esta "inversi6n" se refleja a veces en la sintaxis y en el sen­ tido; así ocurre en los vv.36-38 (seguimos el texto y la pun­ tuaci6n dispuestos por Maehler): ~ ~E [AE] u,;~oa~ &:~~pu'Y~a 1t~Aa~ ~O'wC.L ,e.' Ó'JtEp&J~~L a~l\lEJ~ 'YULa[AKla attí]~a~a ['Jtp~~ 'Y]at'áL 1tEA~aaa[~ Al principio y al final aparecen los dos participios, [As] u~áaa~ ••• [1tP~~ y] aCciL 1teAáaaa[~ ~ ~e­ ,que coinciden funda­ mentalmente con el elemento re r ; ocupan el elemento'D' los complementos directos de esos verbos, atA~t" ~J~a~a &:~~puy~a 1t~Aa~ Y YUL­ , y en el medio, coincidiendo con el elemento 111 I I I 559 central 'E', queda entenderse &'lt~ 'to CW[J., .a' Ó'lte:p-&] ~~1Jj J., o[.a€ve:J ~ , que puede KOLVOÜ con ambos verbos. Una adecuaci6n semejante entre el metro y el sentido pue­ de también observarse en los vv.79-81 (los suplementos los da­ mos a título meramente indicativo): 8~ Ke: - - -J Kat &'ltO~~L~€VOOJ., a b 't'OV 'ltáv't ' ~~ , ~h] pu't'ov XP6'vov, c - KaL 'to .. ~ ~J tt ~re: LVO~ÉVO L~ ate:t 'lt J.,~aúO'Ko L b a y en los vv.1-3: 6&'f;av, a; xpuoaAtñc.a'to .. XáPL ['t'J e:~ a b 'Jte:J.,oC~~po't'ov &oC~'t', ~'lte:t a Mouoav ye: lO~Ae:~ápoov ~e:!o~ 'Jtpo~lá't'Ja~ a La relaci6n entre la periodología y el sentido es especial­ b mente estrecha en un pasaje conflictivo, la descripci6n de las distintas pruebas del pentatlo en las que venci6 Automedes; nuestro análisis métrico nos reafirma en aceptar la interpre­ taci6n que hace Naehler de estos versos. Acabamos de comprobar que la tfinversi6nll en que está articulado el primer períOdo mayor nos inclina más bien a pensar, con Maehler, que los vv. 36-39 forman una sola frase, pero es que, además, en toda la descripci6n, a partir del v.27, el sentido se ajusta plenamen­ te a la distribuci6n de los períodos, de acuerdo con nuestro 560 esquema métrico. Precisamente Korzeniewski estudia estos versos de la segunda estrofa, que distribuye, según su periodo1og!a, del siguiente modo: ~ev~a€~AOLGLV yap ~v€~pE~ev ~~ ~G~pwv óLaKpCvEL ~~~ . VUK~O, ÓLXO~~VCóo~ e~~Eyrñ~ GEA~va· ~oto, 'EAA~VWV óL'&ne:Cpova K~AOV ~atvE ~au~aa~ov ó€~a~ óCaKOV ~POxoELó€a ~'n~wv, Kat ~EAa~~~AAoU KAáóov &K~€a, l~ atnELvav nponl~nwv at~€pO lK Xe:LPO, ~oav ~~puve y afirma que "die Strophenform AB AB' x'awv c ... spiege1t sich in der Para11e1itat von Verg1eich und Verg1ichenem wider". Efectivamente, as! ocurre si colocamos fin de período mayor en el verso tercero de la estrofa, como hacemos nosotros también; pero si situamos el final del segundo período mayor no en el v.7, como pretende Korzeniewski, sino en el v.6, la métrica y el sen­ tido se ajustan a la perfecci6n, pues la descripci6n de cada una de las pruebas coincide exactamente con un periodo mayor: ~ev~a€~AOLGI.V r~p ~v€npEne:v ~~ a~pwv I ~cf~ Ól.aKpCVE .. VUK~'o~ ó"xo~~vCóo[,1 ~6~errTl~ Ge:AtXVU· ~oto<; 'EAAávwv . &1J[EC]pova K~KAOV / Ól.' ~atve: ~au~a~~v ó€~a~ • óCaKOV Kat ~POxoe:l.ó€a pCn~wv, ~e:Aa~~6x'AoU «~~la, l~ . ~ponl~nwv / f30av ¿hPUVE Aawv· ~e:LAEJ u~áGa~ &~~puy~a mfAa~ ~OCW[L .&' 11 11 11 11 11 /1 KAáóov I atne:I.VdV at~lp' ~K Xe:I.P~, ~ / II 11 t)ne:p.&]V¡J.W1. Gl.e-lve:J~ I 11/ 11 11 11 11 (1 561 1'\.n.a[A.x€a O'wJjfa't'Cl: l'n;po, 1'J aea 1. 1tEA.áaaa [, / / tltE't' , e' AO'W1t~JV 1tápa 1tOp<pupoó(vay· / N 'tou ••• Sobre la sintaxis y el orden de palabras dentro de cada uno de los períodos, véase el comentario al pasaje. En el resto del poema tampoco hay, en general, grandes discrepancias entre la periodología y la sintaxis, pues suelen ajustarse bastante bien. Conviene notar, no obstante, el enca­ balgamiento de algunas palabras que se quieren destacar. Así, por ejemplo, en el v.6 está encabalgada la palabra IlTJA.Oóa"tK­ 'tCl:V, adjetivo muy enfatizado también por la sintaxis, ya que precisamente el substantivo al que califica ( x.€ov'ta:, v.9) no aparece hasta el final del tercer período y de la estrofa, de igual modo que este su primer epíteto cierra el segundo perío­ do mayor. De la misma manera, encabalgado entre los períodos mayores primero y segundo está en el v.12 el adjetivo ÓEpK~', también bastante separado de su substantivo, ~Cl:V~O- ÓpáKWV (v.13); ejemplo muy parecido es 1][a]X.a:;~CoüJ ••• 1to'ta¡.J.ou 64--65); véase también IlE1'[C<1't']ou (v.55) y (vv. aa:v NE]lltal. vCKav (v.82) • Epodo. El estudio de la estructura métrica del epodo es más di­ fícil que el de la estrofa, pues de los cuatro epodos que te­ nía el poema solamente dos están en buen estado, mientras que de los otros dos poco provecho se puede sacar. En consecuencia, no contamos con muchos datos para determinar los fines de pe­ ríodo. Proponemos, no obstante, el siguiente esquema métrico: 562 .. --u-- 'u-m - - e - D - 2. -u---uu-uu---u-JJ e - D 3. --u---u-- -E - 4. -u---u- 5. -uu-uu- 6. 7. 8. I --u---u- I -u---u--u---u-- III 5 e A= 12 t~cases 7 4 E 4 D 3 B= (b::.8 - E 4 E - 4 E - 4 23 theses (2 x A) b l =7 b=8) Indicios de final de neriodo. v.2. - pausa sintáctica: 20 (acaba el primer mito), 46. v.4. - rimas yecos verbales :7'2;'; 74. v.6. - pausa sintáctica: 24 - rimas yecos verbales: 76... 102, 25 ... (según Blass) ... 103. El epodo parece articularse en .os grandes periodos mayo­ res el segupdo de los cuales prácticamente dobla al nrimero por al volumen de the, ..:..:,. Cade. uno de ellos, como el primer periodo mayor de la estrofa, está construido en lIinversi6n l1 .• El primero, - e - D e - D - e I [ I [ eq' ivale al primer neriodo mayor de la estrofa, salvo en el he­ cho de que el elemento central que sirve de pivote es 'e' en 1 Uf-):::.I' de lE'. En los ~!.19-20 se puede observar que los nombres propios cO' .lciden esencialmente con los elementos dactilicos: 563 - a v - - VI v-v V ­ xat ~ó~' ·Aopa~ov Ta~[atov'oav _ v 1t€~1te:v Tambi~n v _ -..IV v _ e~f3ae; nO~uve:CKe:'~ 1tA.aL~J f[1t1tWI. 1tÉ~ae; V le; el segundo período me.;yor es, formalmente, una "in­ versi6n f!: - E - E / D - E / E - E - /// I Los dos períodos menores que se hallan en los extremos son igua­ les, Y. el central presenta la variante de un elemento 'DI en lu­ gar de 'El. La periodología se adapta bien al sentido en los dos epo­ dos Que se han conservado integros o casi íntegros. Al tratar la construcci6n de la estrofa comprobamos que la descripci6n de la tercera prueba en la Que venci6 Automedes acabaha con el primer período mayor (v.38). El segundo contiene la frase que sirve de transici6n al mito: tKe:~' lAO'W1to]V 1t~pa 1tOpcpupoóCvay· (v.39, primer período menor), y la menci6n de un primer límite geográfico, el Nilo (hasta el v.41); por último, el tercer pe­ ríodo mayor de la antístrofa segunda contiene la referencia a un segundo límite geogr6.fico que completa la "figura polar ll , el Termodonte, donde habitan las Amazonas (vv.42-44). Entrando ya en el epodo, el primer período incluye la apelaci6n directa al Asopo ( O'wv, v.45) y la menci6n de un nuevo lugar en el que se distinguieron sus descendientes masculinos, Troya (vv.45-46). En el segundo período mayor se pasa a la descendencia femenina (vv.47-52), y comprende una primera frase general (vv.47-48): 564 a~ECXE~ KE~e[ÓJ~ou ÓL' E6pcCa, ~upCa náV~aL ~á~L' / y la menci6n de las hijas, que lograron el favor de los dioses (vv.49-52, comenzando, corno el primer período, con el posesivo aa, ): aa, yEvEa, A~napo- ~~vwv ~uya~pWv, ~, ~~(oJC auv ~~xaL~ ~LKLaaav / &pxa­ you, &nop~~~wv &yuLav. /11 También en el primer epodo sintaxis y métrica coinciden: en el primer período mayor (vv.19-20) acaba la narraci6n del mito de la fundación de los Juegos Nemeos, y luego se pasa a la B.ctualidad tras una frase general: KECVWV &n' E6óó~wv &y~vwv lv NE~€"L KAeLvo[\ a _ o~ ~pLe~EL f3J po~wv / , ~e~avwL ~av~av lp€~v~aL Kó~av. A~io~~ÓEL I V~K4- vvv rE aa.v~C VLV óa.'~wv 1 (ÓJWKEV. /11 El "código" de la oda no presenta grandes diferencias respecto al que propone Hamilton: IP LV LV? TP - MCa (r-1Ft-f-1L-ND) M II III LV IV! LV 11M III GG II GG I 1~1 Gil f-l G MCb (KV) (1l2 IvI II I1 II LP G LV - TP TP - LP? II 111. un 565 NOTAS A ODA 9 (1) II 147-149. (2) Sobre la construcci6n tlquiástica ll en Píndaro, gard, sobre todo pp.18ss. (3) Sobre este adjetivo, v~ase v~ase Green­ nuestro comentario a 11.38. (4) Cf. nuestras pp.934ss. (5) 2!. comentario a 11.lss. (6) Ad loc., p.300. (7) KA€O, 92. KUOO, e~xo, ~L~~ ~~~L' o6~a ,Dis. Munich 1938, p. (8) P.16. (9) P.79. (10) Pindar, po~te et nroph~t~, p.60. (11) O tema das GraGas, p.194. (12) Cf. el comentario de Thummer al pasaje, II 118, así como Gundert, Dichterberuf, pp.84ss.; en Baquílides podemos citar 3.90ss., 13.5Sss., 9.82ss., en esta misma oda, donde se reco­ ge el tema (v~ase allí). (13) Pero es pasaje discutido; Pinte piensa que se refiere al poeta. (14)~Este se texto es controvertido; los escolios explican la fra­ tv oó~a ~€~&VO, &OXO, como ~v50~ov vo~Caa, ~O (cf.Drachmann, I329). a~vLov vLK~aaL (15) Sobre KUOO" p.113. v~ase H. Fr~kel, Dichtung und Philosophie, (16) Pavese (p.317), que sigue la interpretaci6n de Jebb, co­ menta: "Datemi il canto (c!): c! non si esprime nella forma 'datemi il canto I in Pindaro". (17) Tampoco el adjetivo neLaC~~po~o,que califica a 56~a es argumento a favor de la interpretaci6n tl reputaci6n para el poe­ tan (s610 E1stá atestiguado en nuestro pasaje y en A. Ch.362 KeLa'~po~ov ~e ~OCK~POv ). Ni Baquílides ni Píndaro emplean ne'~ en un contexto que pueda servirnos de ayuda; expre­ siones como neCaalr' ••• AÓyW (0.3.16) o neCaal.a· &Ko'~av nOIrKCAOL, ~ouAe(j~aalrv (N.5.28)-aparecen en la narraci6n mfti­ ca, en boca de alguno de-los personajes que en ella intervie­ 566 nene Es perfectamente admisible suponer que el Que IIpersuade'ó' es el poeta con su canto, pero ello no quiere decir que la Ó ­ ~a sea pedida por el poeta para si mismo: es la que consigue el atleta con su triunfo, pero que, para "persuadir a los mor­ tales" necesita del canto del poeta. (18) Ad 10c., p.70. (19) V~ase H. Koller, todo 19-21. 11 ·~o<; ", Glotta L 1972, pp.16-24, sobre {20) Housman (p.4471_ cambia 'tE por 'tó cuyo I3J1tecedente seria !1tEI, , y mantiene E~'tU'H.O<;, pues " MoudcXv 1tpo<pa,;a<,;; is the poet, and cannot be anyone else". Kenyon (ad loc., _pp.70-7l) objeta a su propia interpretaci6n que "normally a 1tpoq¡T}~T}<';; is one who speaks for a higher power than himself". Sobre esta palabra, véase J. Wackernagel, Vorlesungen fiber Syntax mit besonderer Berücksichti~ung von Griechisch, Lateinisch und Deutsch, Basilea 1926-1928 (2ª ed.), II,pp.239-240; E. Fascher, Pro~etes, Dis. Giessen 1927, p.15; Radt, ad Pi. Pae.6.6, pp.105-1 ; también A. Kambylis, Die DichterweIhe und-rEre SYffibolik, Heidelberg 1965, pp.1lss., sobre todo 12-13; Gianotti, p.64; Kramer, arte 11 1tpo<PT}'tT}<';; 'H.'tA. 11 en Th\elNT VI (año 1959), pp. 78lss., sobre todo 792-793. (21) Sobre este motivo, véase el comentario a 4.7-10. (22) Gf. Denniston, p.l46. (23) Véase la nota 114 al epinicio que comentamos. (24) Qf. Maehler, II 143-144. (25) II 147. (26) Sobre las etimolog1as con nombres propios en Baqullides, véanse las p!ginas s~ñaladas en el Index rerum. (27) La etimologla de " Apyo<,;; no es bien conocida y cabe inclu­ so la posibilidad de que sea de origen pregriego; cf. Ghantrai­ ne, DELG, s.v., pp.103-104; E. Irwin (o~. cit. en Oda 5, n.370), pp.217-2l8-sobre la etimologla, y pp.21 -21b sobre-e! signifi­ cado; también estudia detenidamente esta palabra y su relaci6n con AEUK~<';; H. Dürbeck, Zur Charakteristik der griechischen Farbenbezeichnungen, Bonn 1977, pp.87-98. (28) P.447. (29) Gf. Kriegler, PP.5ss. y 37ss.; las estadlsticas en las pp. l19ss-.­ (30) Ya lo señalan Kirkwood (p.l04) y Stern (1, pp.129-l30). So­ bre los ep1tetos de color en P!ndaro, véase S. Fogelmark, ~­ dies in Pindar, Lund 1972, pp.15ss. I I I I I I I 567 (31) Sobre &¡.LcÍpui'lla, véase Ir\rJin (oP. eit. en Oda 5, n.370), p .216: "These ,."ords occur only nine times in classical Greek. Most commonly it is the bright flash from the face, particu­ larly the eye, as in Sappho ,U:.16".18 ~ ••• h.Herm.45 ••• He­ siod. fr.43(a).4 MW. Eacchy11des uses 1t for the 'flashins mo­ vements of the c10sing wrestling bout' (9.36) ••• ". (32) Conviene advertir, no obstante, que en otra glosa de He­ siquio se dice a~~~~vov· ~p6v~~O¡.1a y que de &aa~E!v h~? una variante &aá~~E~v. (33) Cataudella 2, pp.231-232. (34) Maehler, sin embargo, ni siquiera la menciona en su comen­ tario; si Snell en su aparato critico. Baquilides usa &~~~av en 18.36. (35) Qt. Maehler, I 40. (36) Cf. G. W. Bond, Eurinides. HyPsipyle, Oxford 1963, pp.91­ 92. (37) Para las formaciones en -E~W junto a formas en -€w, véa­ se P. Chantraine, Grammaire homérique, Paris 1953, I 367ss. (38).'~Art. n &W~lW" en ~o" formally simple ~., (39) DELG, LfrgE vol.I, col.1792: "denom. from out semant. unconvincing". !w­ p.153. (40) Turyn propuso ~aa~, E6óov~a, pero la corrupci6n es mucho más diflcil de explicar desde el punto de vista paleográfico; Cataudella critica que introducirla en la narraci6n un dato nuevo, el de la "saciedad 11, tras la cual el niño se adormece, aunque seria algo natural. S rachen, (42) Esta etimologia es aceptada como buena en el d~~pw; Frisk la considera digna de atenci6n. (43) Art. ( 44) It &~t1pwfl mll&, .2.!..!., ~, ~. en LfrgE vol.I, col.230. p. 28 • (45) CFC XIX (en prensa). (46) Cf. P. Chantraine, La formation des noms en grec ancien, Paris-r933, pp.113-11 4 • (47) ~,~. ~p.~, p.375: ltd' ou en général taller perte, d1spara1tre' l . (48) Edmonds 1, p.148. a sa 568 (49) También el mito se. terrumpe ')rusca:·::nte en 5.175 y 15. 63; véase el comentario éA.J.. primer .,. . . saje, pp .362. - (50) Sobre vuv, véase el comentario a 10.9, y, en la oda Que estamos comentando, al v.66. I I (51) otras comparaciones en los poemas de Baquilides encontra­ mos en 5.16ss., 5.65ss., 12.1, 13.82-83, 13.87ss., 13.124ss. 1 (52) P.79. I I I I I I I (53) Sappho and Alcaeus, Oxford 1955, reimpr. corregida 1970, pp.89-90. ~1ás paralelos señala e. H. I1liller, De similitudinibus inibusoue a ud veteres oetas ele iacos, Dis. Bremen ,pp. ss.; tamblen .Nae ler, ad loe., I 156-157. fvlientras 1 que para Page es un "lugar comón ", para I'laehler se trata de una imitación, opini6n compartida por Th. McEvilley ("Sapphic imagery and fragment 96", Herme s e I 1973, p. 271) Y por Schmid­ Stahlin (r.l 5~2),quienes consideran poco feliz la adaptaci6n de la imagen del gineceo al terreno deportivo. Sobre el bri­ llo de la luna y los astros, puede consultarse R.Bultmann, ItZur Geschichte der Lichtsymbolik im Altertum Tl , Philol05uS XC'llII 1948, pp.11-13; eh. Nugler, "La lumi~re et la viSl0n dans la poesie grecque tI, REG LXXIII 1960, pp .41-42; véase también E. Heitsch, llZum Sapphotext", Hermes XCV 1967, pp. 390-392; L. '·leld-Vl. Netherait, "Sappho ' s rose-fingered moon: a note", Arion V 1966, pp.28-3l •.Alusiones al brillo de la luna en la tragedia tenemos en A. ~.298, E. ~.992 (~.). (54) (55) Ad loe., II 156-157. (56) ef. pp.1053-l054; otros ejemplos son 5.43-49, 10.21ss., 11.1588. Pindaro, en cambio, no es demasiado amigo de este tipo de descripciones y suele pasar por ellas como sobre as­ cuas (0.8.67ss., P.8.81-82), salvo en el más detenido relato de los juegos funaacionales (0.10.64-73; también Cástor y Yo­ lao en 1.1.23ss.). Se suele pensar que en este punto Baquili­ des sigue más bien a Sim6nides (cf. Schmid-Stahlin, 1:.1 531), por los escasos restos de sus epIñicios que nos quedan, como se puede comprobar en Fr.507 P~~ J sobre todo ~.5l6 PMG, KO­ vea ót nap~ ~poxov ~e~a~WVLO~ ~e • También es caracteris­ tico de Baquilides la intervención del p~blico para hacer más vivida la descripci6n (3.9ss., 5.48-49, 10.21ss., 11.17ss.); Pindaro rara vez se sirve de este recurso (Q.9.93, QlO.72-73, en los juegos fundacionales). El p~blico tiene asimismo un pa­ pel destacado en el canto 23 de la Iliada, en los juegos f~e­ bres en honor de Patroclo (vv.721, 728, 766-767, 815, 847, 869, etc.); véase Patrucco, Lo sport nella Grecia antica, pp. 24-25 Y 399. (57) Sobre la manera de determinar el vencedor en el pentatlot véase Patrucco, Lo sport nella Grecia antica, pp.202ss., con exhaustivo estudio de las fuentes y los problemas que se plan­ I I I I I I ~ ~ I I I I I I ~ I i I I 11, 569 tean (bibliografía en p.223); recientemente, R. Merkelbach, "Der Sieg im Pentathlon ll , ~ XI 1973, pp.261-269. Digamos, como curiosidad, que de las cinco pruebas, parece que Automedes venci6 en aquellas en que predomina la potencia de brazos (dis­ co, jabalina, lucha), y en cambio fue derrotado en las dos en que importa más la potencia de piernas (estadio y salto); en el atletismo moderno hay casos notables de corredores de dis­ tancias cortas que han sido también grandes campeones en el salto de longitud; baste citar los nombres del mítico Owens y, actualmente, Carl Lewis. (58).Hense 2# P.309; ya le precedi6 Stahl (p.323), que propu­ so ~X't'EAEU't'a:O'ctt; 't' • (59) Pp .447-448. (60) Ad loe., II 160, Y también 11 147-148. (61) Si leemos un participio en lugar de 't"ELA.EJ u't'ctCa:t;, la sílaba -0:0'0: estar1a en correspondencia tautométrica con los versos 1 y 10. Las rimas internas son frecuentes en la Oda 9, a pesar de su mal estado de conservaci6n, y abundan especial­ mente en el verso primero de la estrofa. (62) Sobre estas construcciones participiales, sindéticas o asindéticas, véase Ch. Mueler, L' évolution des construction narticipiales comnlexes en grec et en latin, Estrasburgo 1938. Sobre el aslndeto de participios, Schwyzer-Debrunner, II 405­ 406; cf. también J. A. de Foucault, Recherches sur la langue et le-Style de POlybe, París 1972, p.l72. (63) Q!. f'ilugler (on. cit. en la nota anterior), p.18. (64) (65) 21· 91.. comentario a Oda 5, p. 351 , con nota 341. Zanghieri, 1'.54, así como nuestras pp.895-896. (66) ef. Kriegler, pp.85ss. (67) ef. Maehler, II 148. - (68) ef. Kriegler, pp.166ss. (69) ef. Stern 1, pp.120-l21. (70) Llamamos limito principal" del epinicio al excurso sobre el río Asopo y sus descendientes, y limito secundario" a la leyenda sobre el ori~en de los Juegos Nemeos. La afirmaci6n de Schmid-St§'hlin (I-.. l 533;cf. también 1'.536, n.2), !tim 8 (9) Gedicht ist der mytnologiscne Tei1 verkttmmert und eigenartig zersplittert" implicaría considerar ambos mitos como una uni­ dad que se ha dispersado, cuando los dos mitos no tienen nada que ver entre sí; exactamente lo mismo ocurre en el epinicio 13. 570 (71) Cf.el c,..?itulo ":"0a de la Patria", pp.1114--1115. (72) Sobre esta variante de la alabanza de la patria, Kienzle, Der Lobpreis von Stadten, p.70. v~ase (73) II 14-8. (74-) PP.76 y 80-81. (75) "No es la fama del rio Tajo tal que la cierren limites ni la ignoren las más remotas gentes del mundo", dice nuestro Cer­ vantes al comienzo del canitulo VIII del libro tercero de Los trabajos de Persi1es y Segismunda. --­ (76) Más casos en Thummer, ad 10c., II 50-51, y en ~ 5, n.14-1), pp.67ss., sobre todo 85ss. P~ron (on. cit. (77) P.25. (78) Parece ser una variante del "tema de la facilidad n (cf. Thummer, ad I.l.45-4-6, II 26), que Pindaro suele usar esp9= cia1mente-Cuando habla de Egina y los Eácidas pero no exclu­ sivamente: en 1.3.19ss. se refiere a Tebas (véase el comenta­ rio de Thummer al pasaje, II 64-65, con bib1iografia; tambi~n Bundy, pp.14-15 y 61ss.); en Baqui1ides el motivo aparece en 5.31 y 13.176ss. (79) Cf. Gianotti, pp.96, n.43, y 119ss.; P. Ange1i Bernardini, "Linguaggio e programma poetico in Pindaro ll , QUCC IV 1967, p.82. (80) PP.53-54. (81) pp.81-82. (82) Pindaro (I.8.15ss.) las atribuye al AS020 tebano. Los nom­ bres de las hijas son citados en D.S.4.72; véase \'lilisch, arte "Asoposll en Roscher I.1 (año 1884--1886), co1.642-64-4; Wagner, arte "AsopOSIl en R.E. II.2 (año 1896), col.1705-1708; sobre la narraci6n de Baquilides en particular, cf. Schober, pp.21-28, y Maehler, II 145-14-7. (83) Para los nombres que pueden ajustarse al metro y al espa­ cio disponible, v~ase Jebb, ad loe., p.309, y Maeh1er, ad loe., Ir 168. (84-) Cf. B.3 ..18;" 36, tautom~tricos. (85) Los intentos de reconstrucci6n del texto pueden consultar­ se sobre todo en los comentarios de Jebb y Maehler; tambi~n H. Tselios 4, pp.313-316. (86) Para este posible caso único de dos alabanzas de la misma ciudad en una misma secci6n de la oda, v~ase nuestra p.114-0. (87) V~anse nuestras pp.1175ss. 571 (88) Cf. Kienzle, Der Lobpreis von Stadten, pp.66-67. ,." (89) Sobre VVV para introducir la victoria actual, véase nues­ tro comentario a 10.9. (90) Como señalamos en el comentario al último pasaje citado, vuv se usa en las plegarias para pasar a la actualidad tras el recuerdo del pasado, que ocupa la posici6n central; baste citar Sapph.l.25, ~A~& ~OL Ka\ vvv • (91) P.82. (92) Cf. Kriegler, pp.166ss.; Thummer, ad 1.3/4.26-27, 11 66, Y .a5!. r.8.61-62, 11 140. - ­ (93) Pieper (p.76) observa también una división tripartita en el presente epinicio, pero en lugar de distinguir tres seccio­ nes, de las cuales la central es el mito, divide la oda en tres partes principales, cada una de las cuales se subdivide a su vez en tres partes en clímax ascendente, que culminan, cada una, con una referencia a la victoria de Automedes: 1-39, 40-74, 75­ 104; es decir, incluye los vv.66-75 en la misma "parten que el mito. Por otro lado, opina que tal estructura tripartita (usual en Baquílides, incluso en los epinicios sin mito; véase sobre todo el comentario al epinicio 10, pp. 620S8.) 'tundoubtedly was suggested by the athlete's triple success with the discus, with the j ave1 in , and in wrestling ll , lo cual nos parece un ex­ ceso de fantasía por parte de esta autora. (94) Sobre el tema, véase el comentario a 10.52ss. (95) Jebb (ad 10c., p.311) parafrasea del siguiente modo, sin intentar la reconstrucci6n del texto: tlAutomedes, we have brought thee the song of the island Muse, which shall rernain for thee, in thy life and after thy death, for endless years, to tell all generations of thy victory at Nemea ll • (96) Ad 1.3/4.26-27, 11 66. (97) S.v., p.451; Gerber (4, cise Sense unclear ft • ~., p.206) dice simplemente "pre­ (98) Cf. también Schadewaldt, pp.316-317. (99) Cf. Thummer, ~ 1.2.34, 11 46-47; Bundy, p.23, n.53. (100) Cf. H. Fr~kel, Dichtunf und Philosophie. pp.548-549; Schadewaldt, PP.3l4ss.; támbi n nuestra 'p.249. . (101) Un caso muy semejante encontramos en la Oda 3, donde el nombre de Hier6n aparece tres veces y las tres-eñ posici6n tau­ tométrica (versos 4, 64 y 92). , (102) 11 171: "Blass' und Herwerdens Erg~zung V(XC,...W1;(XV ••• wUrde bei B. den einzigen Verstoss gegen die Maas'sche BrUcke I I I I I 572 an dieser \7ersstelle darstellen". (103) Cf. Barrett 2, pp.252-253. (104) Ad 10c., 11 171. (105) Q.!.. nuestras pp.958ss. (106) V~anse otros ejemplos homéricos, con o sin particula mo­ dal, en Ivlonteil, La 'Ohrase relative, pp.45 y 47; Chantraine (0'0. cit. en la nota 37 al epinicio que comentamos), 11 244 Y 24t3-249; tambi~n Slater, p.363, y, en e;eneral, J. N. Stahl, Kritisch-historische Syntax der griechischen Verbums der klassischen Zeit, Heidelberg 1907, reimnr. Hildesheim 1965, pp.527ss. . (107) Cf. Gundert, Dichterberuf, n.46; Duchemin, Pindar, no~te et proDh~te, pp.283ss.; H. Maehler, Die Auffassung des nichter­ berufs im frUhen Griechentum bis zur Zeit Pindars, G8ttingen 1963, pp.85ss.; Thummer, ~ 1.7.16-18, 11 118-119. (108) Gf. 3tmdy, pp.59ss.; Demarque, pp.66ss.; Gundert, Dich­ terberuf, pp.50ss.; D~chemin, Pindar, no~te et proph~te, pp. l62ss.; Gianotti, pp.62ss.; Naehler, ad 3.96, 11 61, con n.2?; en general, M. Detienne, Les ma1tres de v~rit~ daDS la Gr~ce archaique, Paris 1967, s9br~ todo pp.9ss.; este ~ltimo autor (liLa notion mythique d' AA1'j.&e&.o: f1, REG LXXIII 1960, pp.27-3~, sobre todo 32-33) y ::8. Heitsh ("Die nicht-philosophische &A.1')­ -&e::&.a 11, Hermes XC 1962., pp.24-33) insisten en la. int,erpretaci6n de la palabra como compuesta de alfa. privativa y A:r¡-&rJ , mu:: adecuade para la lirica coral, donde es un tema fundamentsl ~ue la canci6n impide que la gloria caiga en el olvido. Véanse ta3­ bién A. vI. H. Adkins, "Aletheia in archaic Greece n, CH XXI 1971, pp.220-222, y recientemente A. M. Komornicka, "Termes d~terminant le Vrai et le Faux chez Pindare lt , en el volumen colectivo Aischylos und Pindar, Berlin 1981, pp.8l-89, donde cita otros articulos suyos anteriores sobre el tema. (109) Sobre este tipo de priamela, v~ase Bundy, pp.7ss. (110) La mención de Dioniso es más o menos segura, pero no así la de Deméter, que es sólo una conjetura de Jebb (v~ase su comentario al pasaje, p.312). Blass sustituye el nombre de Dem~ter por el de Heracles. En cuanto a Dioniso, era, se­ gún una tradición (Paus.2.6.6 , 2.12.6; véase el comentario de Maehler al lugar, 11 176-177), padre del h~roe ep6nimo Fliante, habido de su unión con Aretirea, hija del héroe beo­ cio Minias. Por otro lado, la riqueza principal de Fliunte consistía sobre todo en viñas y cereales (cf. Jebb, ~p.205206; E. 1·1eyer, arte nphleius" en R.E. XX.1""'Taño 1941), col. 269ss.). --­ (111) Maehler, 11 149. (112) Cf. Kriegler, pp.197ss. • • 573 (113) Maehler (ad vv.95-96) afirma: "nur weniger ipt p;~geben, die Zukunft im voraus zu kennen - B. sagt nicht O'OÓE"', weil es Ausnahmen geben kann wie Kassandra". Creemos nosotros, sin embargo, que, de estar pensando en alguien en p~rt:lcuJ..tcfl Ba­ qul1ides probablemente aludirla a Anfiarao, el OtKAEL a~ del v.16, cuyas predicciones no pUdieron "persuadir" a los atacantes de Tebas; este eco verbal lo corroborarla. (114) En el v.2 h~brla que colocar fin de perlodo menor tras una conjunci6n, t~E', si aceptamos la correcci6n de Blass a la lecci6n propuesta por Kenyon. En Baqul1ides hay in~lu~9 9 un caso de fin de periodo tras preposici6n: 5.74-75 t~ // E~­ AE~O ; cf. Snell, p.XXI; Barrett 2, p.250, n.5; J. S. Lasso de la Vega, "La séptima Nemea': ..... ti, p.93, n.64; T. C. W. Stinton, tlPause and period in the lyrics of Greek tr¡.tgedytl, QS XXVII 1977, pp.59-60. V~ase B.IO.25, también luEL • (115) P.147. (116) Véase nuestro comentario al epinicio 12, pp.748ss. (117) La flMenci6n de la Prueba" inmediatamente después, al comienzo de la "Loa del Vencedor" (v.25, 1tEv't'al-&h.OLO'LV) • 574­ ODA 10 El decimo epinicio de Baqu!lides celebra las victorias con­ seguidas por un ateniense de nombre desconocido (véase el comen­ tario al v.9) en los Juegos !stmicos (v.19). En los vv.20ss., en efecto, parece que el poeta se refiere a triunfos logrados en dos carreras, el estadio y la denominada Ifhipnios tl , pero tam­ poco lo sabemos con seguridad. Igualmente ignoramos en qué ca­ tegor!a participaba el vencedor, aunque parece probable que fuera entre los adultos, as! como la fecha de composici6n(1). Junto con la pindárica ~.7 (dedicada al exiliado Megacles) es el único epinicio que celebra a un atleta ateniense. Presen­ ta, además, otras llamativas particularidades: es el único epi­ nicio de Baqu!lides y P!ndaro que se compone, con segv~idad, de dos triadas (probablemente también B.l4-); carece de mito, a pe­ sar de tener 54 versos, y su estructura presenta alEUnos rasgos peculiares(2). Le. oda se inicia, como el epinicio 2, con una invocaci6n a Fama(3), que llega hasta el v.8. Al nombre de la divinidad in­ vocada (personificaci6n en este caso) sigue una predicaci6n explicativa introducida por y«p (4-), en la que muy probable­ mente se recog!an los atributos y funciones del personaje en cuesti6n. POdr!a, seguramente, hacer el poeta menci6n de la cualidad de Fama de llevar la noticia, y con ella la gloria, de la victoria hasta los ~ltimos rincones de la tierra, de mo­ do semejante a B.13.178-18l, donde se dice de Aretá: &AA' ~~neóov &x[a~~~a~ \3 púo u aa óó~a" 575 arpúlq>a'ta .. l'ta j'av ['tE Ka1. 1tOAl11tAaj'K'&'0 V .& [áAaooav. ~. también Pi. 1.4.41-42: Ka\ 1táj'Kapnov ~1tt x~óva KaL o.. a 1tóv'tov ~€~aKEV ~Pj'~~'&'wv &K't\~ KaAwv !a~Eo'&'o~ atEC. una alabanza de la poes1a(5). Este cometido que tiene la can­ ci6n de difundir la noticia de la victoria, lo desempeña tam­ bién Fama en B.2.lss.: "AC'~OV, ~J oE~voo6'tE .. pa ~~a, ~~ K[lov f]epav, xap .. 't~- vVIl [ovJ q>€povo' &:j'j'EA Cav, As1, el contenido del proemio podría ser más o menos el guiente: "Fama, porque tú recorres el mundo difundiendo noti­ cias y muestras a todos, incluso bajo tierra, la gloria de llos que llegan a ser ilustres y común alegría para su patria porque han conseguido la victoria ll , según esta reconstrucci6n ' hipotética: ~Ila, . 00 y@;]p. . &[~avá'twv ~va'twv 't' l]1tOLXVEt, q>\"SJAa, Kat 1tCi[ol,v 1tLq>aúOKE"~ - u] l;!-EAalJ.~~[.&lol,v Kal. j'a~ óJ1tO KE6L~EOI, KÜOO~ (vel o~av) ot yE] vwv'ta~ (- v - ­ 1tav'tt X~p]WI, ~ [vv]6v, Z5't' .. xpv[o€ a Vl.V tOEV o [laL) '! &q>~aAlJ.ot'oL N [CKa ~[aüA]a:v &:1tpooc:t"av l,;' El v.l cabría rellenarlo con (OWKEV &~avá'twv (lli,. -e' S1ta .&va'twv 't' , 576 tura de Headlam (cf. B.ll.6-7), o con Jebb, por ejemplo; en el primer caso &YYEACal.C;; .&va't'wv &-&av~"Cwv estarfa en co­ rrespondencia tautom~trica con el v .11 nodría completar con de ~-&~va"Cov. El v. 2 se 1ta[env 1tl,cpaúcrn.EI.C;; de Jebb, según 9.81, o algo semejante. El v.3 es más difícil; quizá, como piensa Ed­ monds, haya un epíteto para la palabra el verso siguiente. tI propone 220, yaC;;, que aparecería en ~EAa~~~[-&loc;;; cf. A. ~.219- Tap"Cápou ~EAa~~a-&~c;; KEU-&~WV , y S. Fr.523: ~K"CaC;; ~1taCwvác;; "CE Kat ~EAa~~a-&Etc;; AI.1tOÚOa AC~V~C;; ~A-&OV, ~pOEvac;; xo~C;; 'AxÉpov"CoC;; 6~U1tAñyac;; ~xoúoac;; yÓOUC;;. De acuerdo con el pasaje esquileo, quizá fuera mejor no leer genitivo sin;::.ular sino datiyo plural, ~EAa:~~~[.&lol.v -0]1'60 KEÚl-&ECI. , aceptando en el v.4. Así, los vv.4-5 pOdrían reconstruirse del siguiente modo: Kat yaC;; -o]1tO KEÚ[-&EOL KÜÓOC;; o~ yl]vw~"CaL• Para -o1tO KEú-&eOI. yaC;; (~ ó6'~av) ••• , v@anse varios pasajes: Pi. N.IO.56 't'av ó' -o1tO KEV-&EOI. 11.22.482-3 vüv yaCac;; ói oU ~EV 'Atóao óó~ouC;; -o1tO KEÚ-&EOL yaC~c;; ~PXEal., Od.24.204 1.~acS't" A. ~.lC36 (lyr.) ECV 'Atóao óó~o .. c;;, yac;; -o1tO KEÚ-&EOLV ~yuyCo .. o .. v Hes. ~.300 Ca-&lT}c;; 151t0 KE~-&EOL yaCT}C;;· Hes. ~.158 raCT}C;; lv KEU-&~WVI., A. Eu.805 -o1tO KEÚ-&EOI. la'~c;;· !ópac;; "CE Kat KEu-&~wvac;; lVÓCKOU X-&OVÓC;; cf. tambi~n E. Fr.865: qn1'~T} 1:0V lC-&AOV K~V ~uXcf ÓECKVUOI. YT1C;; y Pi. 0.8.81ss., donde 'AYYEACa debe llevar al Hades la noti­ , 577 cia de la victoria (y lo mismo Eco en 0.14.20ss.). .. El v.5 pOdr1a iniciarse con una oraci6n de relativo, (KU­ éo~) ot Y€Jvwv1:a~ , trIa gloria de aquellos que ••• 11. Para la ausencia de antecedente explícito, compárese B.19.1ss.: nápEaT~ ~up'a K€AEU&O~ &~~poa'wv ~EA€WV, 8~ ~v ~apa n~Ep'éwv Aá­ XT}a~ y éwpa Mouaáv, be 1:~II~ ~~,~CvE~a~ ~v &EÓ~ b Pi. Q.7.31 ( ••• ), 1.1.48, I.2.4, etc.(6). Una idea semejante contiene ya la prrrDuesta de Edmonds: ya'a~ ~J~o KEU[&O~€vo~~, ~a00 ~ j'lJ VWV1: ' 'Dero no es aceptable el "colon-continuo" (por lo cual se excluye KAELVOL é' / ot ••• tambi~n de Jebb), ya que hay brevis in longo en los versos 14, 32 y 42. Al principio del v.5 C\ , YE­ o~ estar1a en correspondencia tautométrica. con el v.33 oI 1:E bi~n el v.15 comienza con un relativo, doaa< (tam­ > ). En CUa:ltO a los vv.5-6, se suele coincidir en que en ellos se expresa la idea de que la victoria es una talegr1a común 11 pa­ ra la patria, a partir del muy probable ~[uvJ6v del v.6. As!, Jebb propon leer é' ot Y€JVWV1:a~ [XáPl1' lxouaLV 1tav~\ X~JPWL ~luv]6v ••• pensamiem. que se recoger1a en los vv.12-13, ." ~uvóv ••• i/I> X«~ donde la sentencia general se aplicar1a al caso concreto del vencedor; pero también, como apunta Maehler, son posibles • ' 578 suplementos, por ejemplo KcSO'~OVJ ••• ~[uvJóv ••• , según Pi. 1.. 6 .69 ~ uvov ~O'te L KcSO'~OV ft¡) 1t po O'cÍl'wV (7) • El uso de la I"lalabra KcSOJ.I.O~ para indicar el canto es fre­ cuente: KOO'~DO'~L ~eó&~~~ov ~áv ~. 1tÓALV . lv NE~~L l'UL~AK€~ ~OUV01tcÍA~V Pi. Q.ll.llss.: tO'~L vüv, 'APXEO'~pá~ou 1t~t, ~ea~, 'Al'~O"&~~e, 1tul'~~X'~~ ~vEKev KÓO'~OV O'te~áv~ xpuO'éa~ lAa'~~ l1tt . &&u~eA~ KeAQ&~O'w, A 5~L, en los vv.6ss., debía de seguir una expresión para T1vencerll. Jebb propone a, ~L xpu[O'é~v t&ov e6­ OA~OV &~~aA~otO'L N [CK~V 1J[~üAJav &np~'t"~v [~e ~ÓX~v. lección admitida por Edmonds, que sólo cambia NCKav por a~A.WV y ~e ~cSX~v por :~[A] ~~ [ot~. Así pues, el poeta estaría empleando el giro "ver la vic­ toria" con el significado de "vencer", que, sin embargo, carece de paralelos(B). La personificación de NC)(.(t en expresiones que significan "vencer!! ocurre dos veces en píndaro: 1,.2 .26 XPuO'€~~ lv j'o1Sva:O'Lv 1t ''t"vov~a NCx.a:~ li.5.42 N,f(,(t~ lv &~Ve:OOL 1tC,:vwv A la vista de estos dos pasajes, penSamos que hay que in­ vertir el giro: no sería "porque han visto la Victoria", sino "porque la Victoria los ha visto lf , de modo que tendríamos el mo­ tivo de la "mirada favorable" del dios para expresar el triunfo, 579 como en B.ll.15-17: t".. E~" LV] ,,\1 ~ L\~[AJoyev'h~ ut­ O~ F3a.&uC~vo ["oJ lI.a'toü~ . . ÓlK't lo] {3Aeep ú!pw] &. véanse también los siguientes pasajes pindáricos: 'Sa:ACa: 'tE 0.14.15ss. lpa:aCjJOAnE, tóotaa: 't~vóe 'H.WJ.\.OV in' Et¡';'EvEt Wl.f ltoücpa: {3,,{3wv'ta· P.3.85-86 Aayl'tav et 'to&. 't~pavvov 't~v' &v.&~nwv, ~va~, P.8.67ss. r~p Ót'PKE'tCX&', d J.\.fra, nó'tJ.\.o,. tKÓV't&. Ó' e~xolJa&. v6~ Ka't! 't&.v' aplJovCav f3AfnE&.v &IJCJ>' ~Kaa'tov, lScro: V€OIJ(H. 1. 2 •18 iv KPCa~ Ó' E~pucr.&EV~, EtÓ' 'AnÓA.AWV v&.v n~pE 't' &rAcxtav y en el propio Baqu11ides es NClLa 1 El. que "mira favorablemente­ en Epigr.l(9): Ko6pa náAACXV'tO, nOAUcSVUIJE, nó'tv &.a NCit.a, npó~pwv KpcxvvaCwv tlJep6Ev'ta xop6v . a:tev lnon'tE~o&.~, nOA€a~ é' lv &.&6PlJacrL Mouaáv K~tw&. &1JCJ>L'tC.&EL BCXKXUA.CÓ~~ cr'tecp~vou,. Quizá pudiera rellenarse la laguna con algo parecido a lo siguiente: lS'tL xpu[ala VLv fÓEV 0llca] '! &~.&aAlJo¡;cH NLCKa ~[aüAJav &npaK'tav ['t' ~éWKE xpucrla NCxa aparece en Pi. 1.2.26; - (vel 't' 8naacrEv). v&.v plural en B.l.76 y 9.15. Para la expresi6n !lel dios lo vio y le concedi6 la victo I I I , I 580 ria", tl.Pi. 1.. 2 • 18 (10). No s610 la canci6n es ano " L va o A~OLr.", nóvwv (Pl.' . _.. O 7 16 , -0.10.91ss., ...P.l.58, -P.2.14, ...N.3.17ss., -N.4.1ss., ­No7.16ss., (11))_ 1..3.7, 1.. 4 • 4 7, I.8.1ss. , '1. tambl.~n lo es la victoria, tan ligada, por otro lado, al canto, como atestigua Pi. N.5.4B-49 (poco antes, en el v.42, leemos la ya citada expresi6n NC}la~ lv &rKWVEOOL nC~vwv ), li. lO • 23ss., y quizá Q.B.7(12). En los vv.9ss. se produc1a probablemente el paso de lo ge­ neral a lo concreto, la aplicaci6n al caso particular del ven­ cedor. Los vv.13-14, ~Eav &pE~av ~avüov lnLx~ovCCLOLV , indi­ can claramente que el vencedor ha sido ya nombrado, pero cuál sea su nombre y la ~bicaci6n de éste en la oda es problema aún no definitivamente resuelto(13). Digamos, en primer lugar, que la soluci6n más aceptada ha sido la propuesta por Blass de leer 'A[rAJa~L al comienzo del v.9. No obStante, la admisi6n de e~ ta hip6tesis no ha sido unánime. Una primera dificultad es el propio nombre del vencedor, pues, en opini6n de Wilamowitz(14) "ein Athener Aglaos ist nicht glaublich n(15), y él mismo, algu­ nos años antes, habla afirmado(16): "Das Gedicht ist fUr einen gewerbsm~ssigen Laufer aus Athen verfertigt, der vermutlich Pa­ sias hiess", pues lela naoCa ~(v en el v.2(17). Por su parte, Jurenka, siguiendo una sugerencia de Herwerden y Tyrrell, in­ troduce al principio del v.ll el nombre EnXELpE~. Pero, apar­ te de que E-6XE Cpr¡~ no está atestiguado (18), un posterior aná­ lisis del papiro por Snell demostró que en ese lugar lo que hay que leer es ~ [r'}xE Lpl~, a pesar de ser un hapax. Blass intent6 superar esta primera dificultad pensando en 581 un origen extranjero de la familia del atleta(19): "monuit iam 'V'ilamovlitzius ignobilem domum victoris indicari tribu nominata, non gente aliqua, neque abhorret a veri specie unum ex pere~i- nis a Clisthene in novas tribus Atticas receptis etiam hunc pe­ tremve eius fuisse, propter quos dicit Aristoteles institutum esse Athenis ut non n«~p6~EV cives appellarentur, sed a suo quisque pago, quocum arte coniuncta erat tribus". De esta mane­ ra se explicaría tambi~n, como podemos comprobar por las pala­ bras de Blass, el hecho de que parece mencionarse la tribu (v. 18) en lugar del padre o la familia del vencedor (de todas for­ mas, que no se mencionen el padre o la familia tampoco se puede afirmar con totó.l seguridad, teniendo en cuenta las lagunas que presenta la oda(20)). Como de costumbre son pocos los datos biográficos que se expresan explícitamente en el epinicio, de modo que sobre ese punto s610 se pueden hacer conjeturas. En todo caso, la objeci6n de \oTilamowitz no es un impedimento de­ finitivo que eche por tierra la propuesta de Blass(21), a~que hay que tener siempre en cuenta que se trata de una hip6tesis orientativa, pues en el estado actual de nuestros conocimien­ tos es imposible asegurar si ése era o no el nombre del desti­ natario del poema. Otro tipo de dificultades son de orden paleográfico. El espacio entre« e L parece demasiado estrecho para ser ocu­ pado por w , por lo que se ha pensado en un error del que habría copiado ArAAOI escriba~ en lugar de ArAAQI (22), ya que, adI más, hay un signo que debe de corresponder a un acento cireUD­ flejo(23) • Rechazando la conjetura de Blass, Naehler prefiere ubica 582 el nombre del vencedor al comienzo del v.6 (nombre que acabaría en -a!o~ u -WPO~) y restituir en el v.9, por ejemplo, &:[AA]á. of • De esta manera, en la estructura general de la oda, a un breve proemio de cinco versos (vv.1-5) corresDondería lm cierre, también en muy mal estado, de extensi6n similar (vv.5l-56)(24). no armonice demasiado bien con ~E~V Pero quizá el pronombre ol &:PE~á.v (v.13) y se esperaría mejor lm pronombre de seGunda per­ sona, para evitar ese paso tan brusco de una persona a otra. También en el v.6 prefiere situar el nombre del atleta J. S. Lasso de la Vega (2 5 ), con lme. conjetura más atrevida, ya que propone reconstruir los vv.9-l0 de la siguiente a [o' . m~~era: 'AJ~~~ Kat vúv KacrLyv~~av &:KoC~al~! vacrl.w~ 1. v • lx. eV1) ae: v Al. y6<p.&oyyov ~€AI. crcrav Eco es una ninfa amada por Pan (s:.!. Honno D.16.289 !{g 16.154), que puede ser llamado su y 39.130; &:x.o''ta~ (~. Pi. Fr.156.2 Natoo~ &xoC~a~ ¿e:I.A~VÓ~ ). Pan es, según una versi6n extendida, hijo de una ~!infa, ol'JÓ~ (Olvo~·t~)(26), y, por tanto, sus her­ mémas son las Ninfas. r1elissa es igualmente una Ninfa (27) • El poeta estaría jugando con esos parentescos míticos cuando pasa en el v.9 de la invocaci6n a Fama a la indicaci6n de que xat vüv el Eco, que pregona la gloria del vencedor (cf. Pi. Q.14.20-2l), ha llegado a Ceos y ha puesto en movimiento a la Ilabeja isleña ll , que es el propio poeta. Por último, habría que admitir al libertad de responsi6n entre y princi~io del v.9 una -u-, debida al nombre propio. A nesar de las razonables dudas que suscita, a nosotros nos sigue pareciendo más verosímil la antigua propuesta de 583 Blass: el nombre del vencedor (sea 'ArAa6~, 'ArAáo~ o cual­ quier otro posible) deb1a de hallarse en el v.9, donde la f6r­ mula de transici6n , Ka~ "" vvv señala el paso del proemio con el que se inicia la oda a la alabanza del vencedor, que llegar1a hasta el v.35. En efecto, aunque no siempre (cf. B.ll.37); la f6rmula (Kat) vúv, tanto en Baqu1lides como en P1ndaro, sue­ le marcar el paso de 10 general al caso concreto del destinata­ rio del poema, cuyo nombre se menciona entonces(28); los ejem­ plos son numerosos: B.9.25-26, 11.10-14, 14.19-22 (29) ; Pi. Q.7. 13-14, 0.11.11-15, rr.6.8-9 (en B.14B.7 tenemos de vúv (3 0 )). Kct~cV en lugar La estructura de la parte dedicada al vencedor (vv.9-35) ha sido interpretada de diversas maneras, debido sobre todo a problemas de puntuaci6n que afectan a algunos versos, particu­ larmente 18, 20, 24 Y 26. Generalmente se piensa que consta de tres partes, aunque el contenido de cada una de ellas puede va­ riar según la puntuaci6n que adoptemos en cada caso: 1) Presentaci6n: a) Referencia a las victorias de Aglao (llamemos as1 al vencedor) en general: "voy a cantar cuántas veces has triunfado y has alzado gloria para tu ciudad y tu tri­ bul!; puntuaci6n fuerte en el v.18 tras en el v.20 tras ~p~«v. ó6'~av mejor que As1 hacen Blass, Jebb, Platt, Festa, Piccolomini, Taccone, Edmonds, Snell (que pun­ túa en los dos lugares), van Groningen(3l), etc. b) Referencia a las dos victorias 1stmicas que se cantan en la ~ 10: "voy a cantar cuánta gloria has conseguido para ti, tu patria y tu tribu con estas dos victorias 584 en los Juegos !stmicos,,(3 2 ); puntuaci6n fuerte en el v.20 tras dp~áv • Es la opini6n de Kenyon, Palmer, Ju­ renka, Barrett y ~Iaehler OIaehler da cuenta en su co­ mentario de un trabajo no impreso de Barrett, cuyas propuestas acepta muy a menudo). ~) Descripci6n de las victorias actuales: a) Vv.19(2l)-24, con puntuaci6n fuerte tras S~~~ov Snell, Taccone, Schwartz. b) Vv.19(2l)-26, con coma tras 8~~~ov ~ov y punto tras : Jebb, Edmonds, Finn. c) Vv .21-28, con coma tras 8~ L~OV y tras op&'J ~ov puntuaci6n fuerte s6lo en el v.28': Barrett, 3) Cat~logo op&]­ y r~1aehler. de victorias: 25, 26 6 29-35. En los vv.9-l0 el hecho de que sea el cuñado del vencedor el que ha encargado la oda ( KaOL1'v'fÍ'tct<; ~KOC'ta:<; ) ha dado lu­ gar a muchas especulaciones sobre la situaci6n personal del su­ puesto Aglao y su familia más pr6xima. Así, Blass(33) pens6 oue el atleta podría estar muerto cundo Baquílides compuso su poe­ ma, opini6n que aceptan Zanghieri(3 4 ) y Severyns(35). Pero pa­ rece difícil de admitir: el poeta se dirige directamente al destinatario, en segunda persona, y además el carácter "festi­ vo" del final de la oda, con invitaci6n a la celebraci6n de la victoria, según podemos deducir de las escasas palabras conser­ vadas, lo hacen improbable. Por otro lado, la palabra ~ya~~a (v.ll) puede referirse simplemente a la canci6n que recuerda los méritos del vencedor, sin que sea necesariamente elmonumentum de un muerto, aunque tal significado tenga en B.l.l84: 585 ~pe~a &' lnC~ox~o, .. ~EV ~JeAEu~~~e!aa . &VOpL v.Jat V~ase, &' eQ~e 9~V~~ por el contrario, B.5.4, ~p&W, AEC­ ~.20B.5; Pi. li.8.l6, ~.3.l3. Se ha supuesto tambi~n que el vencedor era aún nat, o ';&ylVE~O<; y que su padre habia muerto. No obstante, el fran nú­ mero de victorias conseguidas y catalogadas en los vv.29ss. ha­ cen improbable lo primero(36). otra posibilidad sería que la familia inmediata de Aglao tuviera problemas econ6micos, lo cual habria que relacionarlo con el oscuro origen que supone ''¡ilamowitz(37), pues se men­ ciona la tribu y no el linaje en el v.18 (en los vv.49ss. hay una alusi6n a la riqueza). Como vemos, se trata simplemente de conjeturas, unas m~s probables que otras, pero nada seguro al fin y al cabo; una vez más comprobamos lo difícil y arriesgado que resulta deducir de los epinicios de Baquílides o Píndaro datos biográficos concre­ tos(3 8 ). En el v.ll, la lecci6n &k}áva:~ov Mouaav ~:raA~a: del papi­ ro es modificada por Blass 3 en &9av~~wv, si bien entre interro­ gantes. Desde luego, no habría problema en aceptar el cambio desde un punto de vista puramente paleográfico; lo que hay que comprobar es si el sentido lo requiere. Esta breve modificaci6n de la lecci6n del papiro ha sido aprobada por FUhrer(39) , que al argumento dado por Blass (responsi6n con XapC'Twv, v.39) añade otro nuevo: es frecuente que Baquílides mencione a la Mu­ sa, en singular, sin epíteto, pero lo normal es que en plural •, I - 586 lo lleve. De todas formas, el propio FUhrer señala las excep­ ciones: Fr.20B.4, ~.55.2 (de atribuci6n dudosa), Epigr.l.3. En cuanto a la acumulaci6n de epítetos para ~yaA~a (mante­ niendo la lecci6n del papiro), tampoco sería raro en un poeta como Baquílides, y el propio FUhrer reconoce(40) que estaría justificado por el IIclímax de pensamiento" que representa el motivo (que, por otra parte, aparece ya en el proemio) de la canci6n inmortal que anuncia la &pE~d del vencedor(4l). Pero lo más importante en este problema es responder a la siguiente prefunta: ¿es adecuado el epíteto &.e-avá't'wv para las r'1usas? Baquílides utiliza a menudo este adjetivo (substantivado con el significado de Itlos dioses lt en 5.86, 5.193, 11.6; sin contexto en Fr.20E.14). En 15.45 se refiere a los dioses, ~EotO<~V) ••• d~avá't'oL~ ; en 13.65 al renombre (KA€O~ ) conse­ Guido con la victoria; en el Fr.65.l (de atribuci6n dudosa) pa­ rece que califica a K] ü6o~. Nunca se aplica a las Nusas ni a ninguna divinidad en particular. Pero es Que tampoco en toda la literatura griega es un eníteto muy corriente para las ~'lusas(42), a las que s6lo cali.­ fica en dos ocasiones: AP 7.14.1-2 I: CUt ep~ 't'o L 'KE6O&E 1", X.awv AtOA', 't'av Il E't'Ct" Mo'l1oCtI.' &~CtVá't'CtL~ ~VCt~aV Enigr.3l0.7- B (Kaibel) MoüoCtV &E~oolllvav, cr~A~ 't'ELIl~OCtV't'E~ lllov ~á [epov &~Ctvá~o I.~ ~E TI I.EP'OLV· Son, pues,dos testimonios tardíos; además, en el primer caso el íteto parece impuesto por la contraposici6n &~Ctvá't'al.~ - ~vCt't'áv, y en el segundo se trata de una conjetura. Calificativos semejantes son ~¡J.~P01':O~ : •I­ - 587 I Emp. B13l Diels Et yap ~~~~EP'WV ~~VE~€V ~~vo~, a~~PO~E Movoa, ~~E~€pa~ ~EA€~a~ <!ÓE ~OL> óLa ~pOV~Cóo~ ~A~E!V, E6xo~€VWL VÜV a~~E napCü~aoo, &~cpl, ~EWV ~aKápwv !t 7.41.1 KaAALónELa, &,..a'&dv AÓ/'OV ~~~aCvov,;~. ~A ~áxap, &~~pOO'~OL OOV€~LE ~CA~a~E MoúaaL~, X"~PE Ka~ Etv 'AtóEw ó~~ao~, KaAA'~aXE. y ~igr.226.5 Kaibel(43) dJcp.&áp~OL~ MotSOO:L~ ya:[p] ~n[€Ja[~E~JoV a6~o~ ~~[o:u,;óv, La correcci6n de Blass se hace aún más dificil de aceDtar si comprobamos los adjetivos con los que Baquilides suele calificar a las 1'1usas: 2.11 3.3 3.71 Movo' a6&~yEv~~ yAUK~ówPE KAEOL ConAó]xwv ••• Mouoa" 4.8 &[Vo:t:LcpÓpJ~LryO~ 06p[av] fa~ 5.4 tJ) oo,;E<páv~v MOLcriv 5.13 xpuoá~nuKo~ 06pav'a~ 5.176 AEV~AEVE 5.193 yAvKELav ••• Movaav 6.11 KaAALóna &VO:~L~óAnov 06pav'a~ 9.3 Mouaav yE tO~AE<pápwv 9.87 MovoGtv ~a~vCwvwvJ 12.2 ~~voávaao(a) . 13.228 KAELW (Blass) ••• KAELOt nav&aA~~ I 16.3 , ,­ -1 ~LUJ.&po~~~ [OJ6pavCa 19.4 TILEPCówV ••• Movoav I I I I 588 28.9 r.iot1O'cx~ tpcxO'I.1t[A.OK ••• Fr.2OC.3 'ltJo?:[ucp-&órrwvJ ••• MouO'a[v ~.21.4 (Snell) MoüO'~ ~E rA.UKELex. A la vista de tales epítetos, el calificativo ~-&ávcx~o~ nos pa­ rece demasiado "insulso ll en un poeta tan aficionado a los cali­ ficativos "floridos" como es Baqu11ides; además, corno dice Maeh­ ler(44), "dass die f"Iusen unsterblich sind, versteht sich von selbst". No hay, pues, nine;una raz6n de peso para modificar, aunque sea tan levemente, la lecci6n transmitida por el papiro; al contrario, todo parece hablar en favor del mantenimiento de ~-&~vcx~ov, incluso el orden de palabras, que presenta, en los vv. 11-13, un caso de "distracci6n": ~ [rJxEl.pe~~ ~.&ávcx~ov [MouO'av 1 llrcxA¡J.ex l [ l'!:'vov &v-&. EtT) xáp¡J.cx r I ( La aplicaci6n de dos adjetivos a un mismo substantivo se produce también en la frase anterior (vv.9-10, VCXO'LW~LV ••• AI.¡11q¡-&orr ov ¡J.€A.LO'O'CXV ), donde tenemos "quiasmo" en lugar de "distracci6n fI: I t . 1 - - 1_ En el v.13, la lecci6n 1 _ ~Eav &pE~áv _ -----1 de Richards es induda­ blemente mejor que la propuesta por Kenyon(45): xáp¡J.cx ~LE] av ~pE~av, ¡J.cxvüov l'JtLX~OVCOI,O'LV 80'0'cx <VÜV >•.• Como hemos indicado anteriormente, suponemos que se aplica al caso concreto de Aglao y de la canci6n de Baqu11ides lo que 589 se ha dicho de un modo general (conjeturamos) en el nroemio: Fama lleva a todas partes la gloria del vencedor, que es "ale­ gría común" para su patria; así, ahora la canci6n de la "abeja isleña", que es dos la ~?VOV &V-&~'ltOI.CI.V ••• X&'P/la:(46), anuncia a to­ &ps~~ de Aglao~ Este hecho puede ser también un apoyo más para la lecci6n &:-&~vo:'t'ov , pues la canci6n del poeta, como Fama, no s610 llega ~'lt"X.eov'ol.(nv (v.14), sino incluso a los 01. , xo::l. 1'at; 6]'lto xsú[-&s­ si la reconstrucci6n del sentido del v.4 es más o menos correcta(47). Hasta aquí, dejando a un lado los pequeños problemas tex­ tuales, la estructura de la parte central de la oda, dedicada al vencedor, parece clara. Las dificultades aparecen con la fra­ se de relativo que comienza con 8000: en el v.15. En efecto, es­ ta frase, y sobre todo la supuesta falta de una sílaba tras 00: , 80­ para completar el metro, influyen decisivamente en la es­ tructura de la "Loa del Vencedor", pues del sentido que le de­ mos den ende en buena parte que puntuemos en el v.18 6 en el v. 20: a) puntuando en el v.18: victorias en general (hasta el v.18); descripci6n de las victorias ístmicas y cat~logo de victorias anteriores (vv.19ss.); b) puntuando tras ÓP/l~V (v.20): victorias ístmicas ac­ tuales (hasta el v.20), que son descritas inmediata­ mente (vv.21ss.) y a las que sigue un catálogo de vic­ torias anteriores. En el v.15, en efecto, parece faltar una sílaba larga de­ tras de 8000: (aunque Blass, con la aprobaci6n de Taccone, ad­ I I I I 590 mite la correspondencia entre una "dipodia trocaica catalécti­ ca y acatalecta ll ) . La lecci6n más generalmente aceptada es da­ a~<KL~> de Niemeyer (apud Blass l ), que convence a Wilamowitz(48) , Platt(49), Jebb (para quien debi6 de caer por semejanza con la terminaci6n -Ka~ de la palabra que sigue), Edmonds, Snell, etc. Con este sunlemento necesariamente hay que colocar puntuaci6n fuerte tras 6~~av, en el v.18(5 0 ), en lugar de tras dp~áv (v.2ü), lo que presenta varias dificultades, apuntadas por Barrett en defensa de su propuesta. En primer lugar, tenemos el testimonio del papiro, que no indica puntuaci6n después de ó~~av y si después de dp~áv • A continuaci6n, aduce Barrett un argumento importante: hasta el v.20, )X~ , el poeta se dirige al atleta en segunda persona, mientras que a partir del v.2l describe su victoria en tercera persona, y en ese caso "the change of person between 20 and 21 must coincide with a major break in the sense; with 19-20 su­ bordinate, the break is where it should be. With 19-20 inde­ pendent, the major break would be between 18 and 19, with 19-20 serving to introduce the detailed account which follows and thrown thereby into close connexion with it; a change of per~ son across that connexion is inconceivable!l. Esta dificultad ya fue advertida por los primeros comen­ taristas, según nota un autor que, como Taccone, defiende la puntuaci6n fuerte en el v.18: "non ha forse tutti i torti lo Schwartz di affermare (p.633) che, integrando qui con un aor. pers., si dovrebbe poi continuare colla 2ª pers. sino alla fine del catalogo, il che sarebbe per~, com' egli a ragione ri­ conosce, ben difficile, per non dire impossibile,,(51 ); también 591 S1ell, en el aparato crítil de Sl- 3dici6n, nota que Ittransiri IJ a secunda persona (20 o:~) ad tertiam mirum est". Para obviar esta dificultad, Edmonds cambiaba la segunda persona del v.20 por una ter era, es decir, leía [E~~U~ fvóe~~Jev ; pero el re­ medio parece peor que la enfermedad, uues supone modificar una lecci6n que no ofrece por sí misma ningún problema Así pr"s, si puntuamos en el v.20, lo que no T'\'1demos admi­ tir es la . . -.:ci6n 6aaá<KL~> (52). Por eso Barrett, partiendo de la base de que lo que necesitamos no es la frecuencia sino la grandeza de las hazañas de Aglaodos victorias en los mismos jue~os, tanto en las pruebas atléticas de la antigliedad como en las actuales, es algo fuera de lo corriente), prefiere leer, con Richards(53), 6aaov <o:~> ••• KÜOO~, Ifwhat great glory once again you have brought about for Athens ll • Esta interpretaci6n requiere el cambio de 6aaa en 6aoov, aunque el posible error del copis­ ta pudo verse facilitado por la caída de una sílaba(54 ). Nos mac;enie: nep '~',leda, por último, la posibilidad de puntuar en el v.20 :; 6aaa (se podría completar el metro leyendo 6aaa­ o 6aaa 0'11' , como apunta Jebb). El valor adverbial del neu­ tro plural Saaa no sería problema (~., por ejemplo, Pi. Pae. 6.87-89, con valor exclamativo(55)); la dificultad estaría en su significado, ya que este pronombre indica la cantidad y no la calidad, de modo que no pOdríamos trae\- ::ir la frase 11 anunciando tu virtud a los hombres, c6mo conseguiste gloria para tu tribu y para tu patria en los juegos de Posid6n". Por eso precisaI'len­ te Blass y Jebb eran ya de la opini6n de que lSaaa en el v.15 requería 'ecesariamente puntuaci6n fuerte en el v.18. Kenyon(5 6 ), ~in embargo, había mantenido 6aaa vüv puntuando en el v.20 e 592 interpretando 80'0'a: con valor exclamativo(57): "hO\IT much thou hast brought gloryll. Pero es dificil acentar un neutro plural 80'0'a: , en lugar de 80'00\1 , con también En KÜOOC;, aunque luerro se a.Yiada óó~a:v. definitiva, creemos que son más numerosas y convincen­ tes las razones para T1untuar en el v.20; el problema está en mantener BO'oa: o modificar esta lecci6n en lSooo\l. Quizá el cambio plantee incluso menos nroblemas que el ma.Dtenimiento del texto del papiro. Según puntuemos en el v.18 o en el v.20, asi rellenaremos la laguna que presenta el napiro al comienzo del v.20. Blass, I Que 1o h aC.l.a en e 1 v. 18 ,comp 1 e t a b a eI t ext o con ~Ja:C; rE~~ur '­ lIo ~VOE~- , lecci6n que imprimen también Jebb, Taccone, Snell, Ed­ monds (este 6ltimo con la modificaci6n ya señalada), etc. En cambio, Kenyon propuso npOnOEL~a:C; [!v~a: npon~~\lJa:C; (npon~a:va:C; Jurenka; Palmer) y aduce en su defensa Pi. T.8.56: 'AX~AEdc;, o~pOC; Ata:K~óav, Ati~va:v o~E~lpa:v ~E ~C,a:v npó~a:LvEV. El verbo 1tpo~aCvw está atestiguado en B.5.77: ~&h ~vx& npo~áv~ o' ~va:v~ Ca: MEAEáypov, ( ~po~a:\lñc; en 3.51). Pero Barrett contraargumenta que la lecci6n de Kenyon es demasiado larga para la laguna y propone, a su vez, ~~~a\lJa:c; , según Tl.20.4ll &\1 Cl' ' noow\I ~PE~~\I ~\la:~aC\lwv. No obstante, el verbo está atestiguado también quizá en el propio Baqui1ides (13.75-76): 593 na~~ax'av &va ~a'vwv. (as! Snell, Blass; nC(~~ax Lav &:va~a'vwv Kenyon, Jebb, Taccone, Edmonds). Igualmente en la forma apocopada &:~~a'vw , aparece en varios pasajes pindáricos (P.4.62, P.9.73, N.9.12, 1.4.71, ~.211), aunque no en contextos demasiado parecidOS. Por otro lado, cita Barrett m~s ejemplos de frase temporal con la conjunci6n pospuesta (prolepsis), como en nuestro texto clv eK ( a) ( 58) : lv TIOOELoavo~ nepL~AeL~Or~ &:€~AOI.~ ~v,~' &~~avJa~ son vEAAaoLv noowv ~axe!av ~p~áv, ~stos: Pi. !:..4.122 Pi. P.4.188 ~ ~v nepL, ,t ' '0.. ~neL yavnoev, l~ 5' 'IaoAKov lneL Ka~€~a vau~av ~w~o~, ~vxav Más semejante al caso que nos incumbe es 0.6.26-27: ~e~ávov~ lv 'OAv~nC~ aunque la conjunci6n tenga más bien valor causal. Sin necesidad de recurrir a P!ndaro, se pueden citar tam­ bi~n algunos casos de prolepsis en la obra del propio Baqul1i­ des; en primer lugar, en oraci6n temporal: 5.71 ~ov o' ~~ tcev 'AAK~~(V>LO~ ~au~a~o~ ~pw~ 10.25-26 . ~e~l?[a€ALK~oJV lneC Ká~~L€V op6J~ov, 11.120ss. TIpLá~OL' lnet Xp6VWL ~ouAa!oL ~ewv ~aKápwv n€poav nÓALv e~K~L~€vav e igualmente en otro tipo de oraci6n subordinada: "wv re v\'Jv 594 at ~~~ lnLX~OVC~V, ~[Y]XELpe~ tv' &~áva~ov Moverav ~YCXA~a 10.11 Ó CKCX~ K€AEV~OV 11.26-27 Et ~~ ~~~ &n€~panEV &p~a~, 11.123-124 ~atL~ fXEL 9P€va~, 16.27 'IóAav B~L AEUKWAEVOV 18.42 ~.11.2 ~v~~v Et ~L~ ~XWV &nEv~~. Consideramos, pues, verosímil, tanto la propuesta de Barrett como la de J. S. Lasso de la Vega, puntuando tras dp~cfv en el v.20. El verbo &vcx9CXCvW es muy apropiado en el contexto, como muestran el ejemplo homérico y el dudoso paralelo baquilideo. En cuanto a la conjunci6n áVCKCX, no está atestiguada en Baquí­ lides, pero sí suficientemente en Píndaro; quizá en lup;ar de dvCx' podamos leer dnnó~' (si pareciera demasiado largo, po­ dríamos SUDoner un error del copista, que habría escrito una sola -n- , como en 13.110), que sí emplea nuestro poeta, en 13. 110 la forma con doble n ,yen 1.143 la forma con una sola n , en un contexto semejante al que ahora nos ocupa(59): [lx ~oJn ~EV Y€vo~ • fnAE L~O Kap~EJ p6xE L p , APYE!oL~ v_v] Aéov,;o~ ~v~o[v ~Xwv], dnó';E XPEI.[-v -) l3oAo! ~cfxa~ noaaC[v ,;' lACXJCPPÓ[~, nJg:~p'~v ~' o6x [&J;t[ÓKACXpO~ XJCXAWV, ~. también Pi. 1.1.24-25: 595 ol~ ~e XEPOtV &KOV~C~Ov~e, aCx~ar, Kat AL~'VOL' ~n~~' ~v ÓCOKOL' leVe En el mismo v.20, al final, el papiro transmite la lecci6n 't'ax etav .., 't'aXe~av ~p~<!v , que algunos editores han invertido en ~P~cXV por razones métricas, pues en los versos 10, 38 Y 48 el esquema métrico es e E - e ­ -u--u---u---u-- mientras que, con la lecci6n del papiro, en el v.20 seria -u--u---u-u-u-- e E u e - • Invierten el orden, entre otros, Jebb(60), Taccone y Edmonds. Pero no hay ninguna necesidad; anceps en esa posici6n, entre los elementos 'E' y 'e' , es muy corriente, como muestran los siguientes ejemplos de Baquilides: 3.13, 27, 55 -u---u---u- E - e frente a 69 -u-u-u-u-u- E u e frente a 116, 156 -u---u-u-u- E u e -u---u---u- E - e frente a 80, 120, 160, 200 -u---u-u-u-- E u e ­ -u---u---u-- E - e ­ (este último caso es muy semejante, con una secuencia id~ntica y cerrando también una estrOfa) 13.64, 130, 163, 229 -u-u-u---u- E - e frente a 97?, 196 -u-u-u-u-u- E u ea Finalmente, antes de pasar al comentario de los vv.2lss., conviene señalar, en lo que respecta al orden de palabras de los vv.17-l8, un ejemplo de flenmarcamiento tl : 596 así como, final del v.16, la habitual fip;ure. En el v.21 se inicia la detallada descrinci6n de las dos victorias que la oda celebra, como en 5.43-49 y 9.27-39. Pre­ senta varios problemas, dado su carácter fragmentario, entre ellos el de su extensi6n, ya que, además de la cuesti6n de si hay que puntuar en el v.lB 6 en el v.20, se añade la dificul­ tad de colocar o no puntuaci6n fuerte en el v.24, tras 3~LAov • Para Jebb, Edmonds y Finn(61), que sitúan punto fuerte en los versos lB y 26, después de óP~~OV ,la estructura de la descripci6n (con algunas variantes en el complemento de las la­ gunas, que no afectan sin embargo a la composici6n general) se­ ría la siguiente: los vv.19-2ü se referirían a la primera carre­ ra de las dos en que venci6 Aglao; los vv.21-26 narrarían la se­ gunda victoria: ÓEÓ~EPOV Ó' o~JpoLaLv ~nL ~a&Cou Jebb, reconstruye C:~:[E 1l00v o(5]pO"L(HV Edmonds ( o(5]pOI.OI.V es conjetura de Blass). De esta manera, los vv.26-28, con la proclamaci6n de los dos triunfos ístmicos, iniciarían el catálogo de victorias anteriores. Snell, que puntúa tras a~I.AOV (también, en su edici6n bi­ lincüe, Werner), considera que la estructura es ésta: los vv. 19-20 se refieren a la primera carrera; los vv.21-24 a la segun­ da; los vv.25-28, con la proclamaci6n de las dos victorias íst­ micas, abren el catálOgo(62). La interpretaci6n que ofrece Barrett difiere en diversos puntos de las dos anteriores. I Reconstruye en el v.2l e~~Le , 59? iniciandc decir, fr¿ 1e ten'ral que llega hasté;, el v. 28 ''1.0. emp~eza (6­ : (es y acaba con el epodo), y, por consiguiente, no indica purt;uaci6n fuerte ni tras g~.Ll.AOV (v.24) ni tras ópóJ­ ¡.to" (v.26), sino s610 tras 1tpocpa"t'al. (v.28)~ Así, la estruc­ tura de la IILoa del Vencedor ll sería la sigu '3nte: vv.15-20: alusi6n general a vv.~1-23: ,) dos victorias istmicas; descripci6n de la primera carrera; vv.23-26: descriuci6n de la seGunda c~~era (la descrip­ ci6n de las dos carreras ocuna le nr6tasis de la oraci6n temporal); vv.26-28: proclamaci6n de las dos victorias por los he­ r dos (ap6dos-' 9 del periodo temporal). Veamos, verso por verso, las diferentE:s reconstrucciones e interpretaciones que se hacen del pasaje. Hemos dicho que Jebb, Edmonds y Snell, entre otros, pien­ san Que los vv.21-23 se refieren a la segunda carrera, después de le ;:.i.escripci6n de la primera en ]")s vv.19-20; Barrett, al contrario, opina que narran la primera. De las tres primeras letras se ve s610 el trazo inferior, lo oue resulta insuficien­ te para identificarlas ni siquiera con aproximaci6n. Seeúnla primera interpretaci6n, el atleta, nada más ven­ cer en la primere. carrera, se situ6 de nuevo en la línea de salida (oG] po 1.0''''' ) para iniciar otra, en la que también triun­ f6. Blass sac6 a colaci6n la descripci6n de la doble victoria de un atleta en lill epigrama de Tero., del siglo I a.C., recogido por Kaibel con el número 942 ( = .ID. XII.3.3g0): 600poKAE'óa~ tIIJ.E'POV"t'O~ 'EPlJ.a~ Ka\ 'HpaxAet 598 'A NCxa ~6K~a~c~ o~' at~a~o,· &AA' ~~~ ~EP~OV ~veü~a ~€pwv OKA~pa, ~at, &no nvy~ax'a, t, !~a ~aYKpa~Cov ~aptv ~ÓVOLVJ· ~ ~'a o' &w, 0\' 8wpoKAeCoaV etoev &e~AO~ÓpwV. Basándose en le.s semejanzas que parece tener (tambi~n COIl nuestro pasaje &tt;, ••• eIoev es expresi6n baquilidea, como señala Snell en su aparato critico, pues en 5.37ss. leemos: Xa ~av~ó~p~­ ~ev wepiv~KoV / nWAov &eAAoopó~av / etoE v~xáoav~a Xpvcó­ nax v , 'Aw, , donde ademés reaTIarece la palabra !EAAa, que s610 está atestiguada en este texto y en la oda Que estamos comen­ tando, dentro de la obra conservada de Baqui1ides), ya Blass reconstruy6 en el v.22 ~ep~[av 5' !~~J nvÉwv ~eAAav (Jebb, Edmonds, Snell, etc, .aep~Lav ~~&] ). En opini6n de Barrett, en los vv.21-23 el noeta describe la primera carrera, no la segunda; el atleta no se colocaria en la linea de salida para iniciar una nueva carrera, sino Que el poeta narraria su llegada a la meta como vencedor de la pri­ mera. De ahi su suplemento 5Cou • La particula tra B.9.27ss., ~~:Le yQ:P ~l<p>~JpOHHV !~~ o~a­ yáp encaja bien en el contexto, como mues­ ~ev~a€~Ao~o~V yap lvlnpenev, donde tambi~n cia la descripci6n de la victoria(64) • En cuanto a O'~v ini­ ~É<P)-&] po~­ indicaria, como decimos, la meta, en tanto que la lecci6n de Blass, O~JpOLO'~V, seria, en cambio, el punto de salida. Con este sentido, sin embargo, la palabra o~po, no está atestigua­ da, aunque no sea imnosible(65). Los términos técnicos para in­ dicar el punto de inicio de una carrera son 6onA~~, ~~eo~, y ypa~~ñ, ~aA~'" &~E~~p'a(66), pero un poeta puede permitirse también usar otros, como ~á~p:r¡, que significa tlpunto de par­ 599 crr;~-&IlT)C; c5PIlT)-&€V't'EC; tida" (Opp. g.4.102 y &:nóaou't'ol.; Eust.l023) tambi~n "punto de llegada", incluso en sentido metaf6rico , !.6.7, E. Ion.1514 (67) ). Por tanto, si cabe teoracamente . (p~. la posibilidad de que 15poc; sea el "punto de salida ll de una carrera. Para ttmeta", el t~rmino m~s usual es 't'lplla ; pero como esta palabra no encaja en la laguna del v.21, Barrett propone leer su 't'€p-&pov, sin6nimo sentido t~cnico que, sin embargo, no está atestiguado en el de "meta de una carrera", aunque te6ricamente es posible. Cita el autor brit~ico en apoyo de su tesis un pasaje pindárico muy semejante, P.9.114(68): !crr;acs&v yap ~~av't'a xopóv ¿v· ""€pt.lCIcn.v a~"'CCK' &ywvoC;· Por otro lado, la defensa que hace de su conjetura es muy h~­ bil: si su lecci6n fuera demasiado larga para la laguna, se po­ dr1a suponer que el copista escribi6 't'l-&- en lugar de 't'€(p¡&- pues la ca1da de P , por disimilaci6n, ocurre ~.440: 't'&p-&pCOUC; RM, 't'&-&PC'OUC; VAr', ~.2.125; Y en Hesiquio "'C& en esta Emp~docles, ~. misma palabra, en la tradici6n manuscrita de 100.4 Diels ( =Arist •. R~~.473b.12): 't'€-&pa tambi~n, por 't'€p-&pa -&pCOVC; , B ; en Ar. Ald.; en Hp. 't'&(p)-&Pnówv· npw¡,pe6c; • Con esta lectura no se aviene demasiado bien el suplemen­ to al v.22 propuesto por Blass en base al epigrama de Tera, .a.&PIl[~V Platt l't'l.] nv€wv ; acepta entonces Barrett el suplemento de &:noJnvlwv, aunque piensa que el texto original debi6 de haber sido &no)nv&<'>wv , pues, como él mismo ha demostrado(69), en comienzo de periodo tras '(x)e' Baquilides evita anceps bre­ ve; como argumento a fortiori podemos aducir, adem~s, que le­ 600 yendo -~ve,'>wv tendríamos una rima tautométrica con &xpetov , en su único verso corresponsal(7 0 ). Si los vv.21-23 se refieren, como quiere Barrett, a la pri­ mera carrera y 23-26 a la segunda, entonces es obligatorio man­ tener en el v.23, en lugar de ~"~e de A, la correcci6n <X~'te de A3 , para indicar que se está hablando de una nueva prueba~7l). En efecto, A lee AlEEeATHmN , que A3 corrige escribiendo YT sobre 18 y añadiendo E entre e y A (72). Si aceptáramos la lecci6n de A, deberíamos completar la laguna que antecede pro­ bablemente con un participio ( ~pfxwJy Blass, Taccone, Jebb, quien, por otro lado, intenta conciliar las dos opciones pro­ poniendo ~~' <X~'te; ~pu~~wJy SChwartz); pero si preferimos <X~'te , necesitamos un verbo personal, como ó'<xveJ~ que sugie­ re el propio Jebb(73) y acepta Edmonds y ahora Barrett-Iv1aehler. El v.24 presenta otra lag~a, ésta relativamente más fácil de rellenar. En primer lugar, conviene precisar que 8~~~ov no es la multitud de corredores dispuestos a tomar la salida, como supuso Blass (y con él Taccone), que completaba el texto leyen­ do l~ t~n~oJv , adjetivo que se aplicaría a los corredores en atenci6n al nombre técnico de la segunda carrera en la que ven­ ci6 Aglao, denominada t1t~~O, Ópó~0,(74). Como se encarg6 de demostrar Jebb(75), y ha sido admitido luego con casi absoluta unanimidad, 8~~~ov indica la multitud de esnectadores apiñados que asistían expectantes al desarrollo de la prueba y sobre los cuales vino a caer el vencedor al final de la misma llevado de su impulso. sí apreci6 bien Blass, en cambio, que la laguna se podría rellenar con un adjetivo calificativo de blemente precedido de la preposici6n l, ( 8~~~ov l~~C~'tw , proba­ está bien 601 l, , documentado en su construcci6n con la preposici6n aunque sea más habitual el dativo s610). De esta manera aparecería de nuevo la figura l, &~póoJv l~n'~vwv a~~AOV. I que encontramos también en el v.22: ~ep~[o:v &:no] nvlwv lleAAav 1 En ambos casos (como ocurre en el v.16) las dos palabras unidas sintácticamente están separadas por un participio. Jebb propuso e~~poo" lecci6n que se ha imureso en edicio­ nes posteriores (Edmonds, v/erner, etc.) y que, según su traduc­ ci6n ("cheering", l/alegre, vitoreadora"), tendría excelente SeD­ tido. Sin embargo, esta palabra s610 está atestiguada en dos oc~ siones: Opp. 2,.3. 28 5-6 ~11~nava; ~ 6.39.6-7 d 0& nOAVaKa~twv ~eAeo~~ova; KePKeOa ~lnNwv et5~poov y estos dos únicos ejemulos son poco parecidos al nuestro. No obstante, la comparaci6n que establece Jebb con B.3.9 -&p4TJGE óe' 1m Ó' es muy apropiada. ''E Es quizá nreferible, sin embargo, la lecci6n l, d.e.póo] y propuesta ahora por Barrett: "close-packed spectators (unlike scattered ones) have little chance of dodging when a man Ca.8S suddenly among them at a run ll • Tal adjetivo no aparece otra '\'eS en 5aquílides, pero sí en ?índaro, dos veces con el sentido de "apiñado, prieto,,(76), si bien es cierto que en contextos t __ 602 biAn muy diferentes, pues se dice de las coronas: I.l.28 (cnécpa:vol.) "Cwv &.sp6ol.' &VOr¡O'áJ.LeVOL ia:J.LcfKL, ~pve:al. v xa:C"Ca, 8v"Cl.v' &.sp601. a"C€~a:vol. xe:pa\ VI.K~aav"C' &v€or¡aav ~ie:Lpav Pero tanbién se aplica a los soldados que marchan en filas com­ pactas, formando igualmente un Hdt.6.112.3 'A-&r¡vatoL óe 8~I.AO, de hombres: ~~&'''C& &~p6ol. ~poo€~e:I.~a:v "Cotal. ~ap~a­ poten, x. x. An.l.lO.13 o~ J.L~V ~"C" d~p6ol. &AA' !AAOI. ~AAO~e:V • ~.5.3.36 . d~p6o .. y~p ~v"Ce:, KaL "C&XI.~a Ka\ &acpaA€aTa"Ca ~o­ P&ooCJ.Le:'&' !v. Finalmente, la lecci6n "C&"C~[alA I.K"CcB v e s de Jurenka y Platt. misma palabra reaparece en p~ 7.210.4, v60'cp1.0'&v ~oCvwv "Ce:"Cpa:€AI.K"CO' AI.K't'O' ), y ~CPI.' (cf. Hdt.6.77.2 OeLVO, ~CPI.' "Cpl.€­ también en una ~losa de Eesiqu.io, ~av· ~yoov "CpI.KO~'aV 't'e"Cpa€AI.K't'oV &~­ (77). Como Dare.lelo para tACaafJl, señala Barrett 11.23.309 ~&pt 't'€p~a~' tAI.O'a€~e:v, dicho de Antíloco en una carrera de carros(7 8 ). En los vv.25-26 hay un caso de "enmarcamientoft: 't'&"C~La€A"'H."CoJV [ lnd, I )f,~J.L<V[&V opó]~ov I I cuyo orden de palabras es idAntico al de 11.123-124: OI.KaCa:, ~O"t'L, ~X&1. cpplva, [ r I ¡ tambiAn con prolepsis del adjetivo. 11 603 Para concluir el análisis de le, descr' I ci6n de las prue­ bas en que venci6 el destinatario del poema, podernos decir ~uet de todas las diferentes interpretaciones sobre su estructura propuestas hasta ahora, Quiz~ la de Barrett sea la más veros!­ mil en conjunto, aunque el problema diste mucho de estar re­ suelto de modo definitivo, tanto en lo que respecta a la com­ posici6n general como en los detalles particulares. En su opi­ ni6n, la estructura de la descripci6n, repitámoslo una vez mis. sería la siguiente: hasta el v.20, menci6n de las dos victorias ístmicas, que se describen en los vv.21-28; los vv.21-23 se re­ fieren a la primera carrera y los vv.23-26 a la segunda; los vv.26-28 aludirían a la proclamaci6n de las victorias por el heraldo. A la descripci6n y proclamaci6n de los dos triunfos actua­ les, sigue un catálogo de otras victorias anteriores, oue com­ pleta la l/Loa del Vencedor" y llega hasta el v.35. Está intro­ ducido 'Dor la llamativa anáfora SC, (v.2?) ••• óCc; (v.29) t que une las dos victorias ístmicas celebradas en el epinicio con los triunfos pasados, y presenta las carácterísticas generales que ha observado Thummer(?9) en los catálogos de victorias pindl­ ricos: tras la menci6n de la victoria actual, se nombran los otros grandes juegos panhelénicos y luego los festivales meno­ res. Por otro lado, señala Maehler(80) que Baquílides ha dis­ puesto la lista de triunfos en estricta simetría formal: los primeros y los últimos juegos quedan unidos por el eco verbal 4yv6v "'" te:~.'; Tebas, Argos y Eubea llevan epíteto, dejando ­ . .. el centro, sin calificativos,a Sici6n y Pelene; de manera gr6­ I 604­ fica, resultaría la siguiente figura: Nemea Tebas Argos Sici6n Pelene I Eubea v . ....gl.na I dyv6v - tEpáv En el v.35 acaba la parte central del poema dedicada al vencedor, y comienza la parte gn6mica, con una priamela cuya interpretaci6n ha suscitado gran cantidad de comentarios sin que se haya llegado a una soluci6n absolutamente definitiva(81). Desde el punto de vista formal, hay que decir, como ha indica­ do Finn(82), que es en realidad un catálogo de los caminos Que puede tomar el hombre para conseguir la &~a , y sigue a la enu­ meraci6n de las victorias de Aglao(83): ambos vienen a tener la misma extensi6n y ocupan idéntica posici6n métrica, los siete primeros versos de la estrofa (incluso en los dos casos las tres últimas silabas del verso 7, llá·n:uEI. (v.35) y ~?, Il€AAOV (v.45), no pertenecen al catálogo). El catálogo de ocupaciones humanas que conducen a la quisici6n de la ó6~a ad~ parece dividirse, tras los versos de in­ troducci6n (35-38), en tres partes, como indica el juego de partículas: 1) vv.39-42: ~ ya:p qCo] Cj>bC; 1) Xo:pC,;w'V 1:LllaV AEAOyXWC; lAnCó" xpua€&1. 1:É~aAEv ~ ~L'VO: ~EunponCo:" Etóc.5C;e 2) vv.42-43: ~';EpOC; ó' ~ut no: .. aC 605 3) vv.44-45: oe ó' ~n' ~pyoLaCv ~E Ka1 &~~L ~owv &[Y]~L~ .st)~ov a:~~Ot)crLV. Ahora bien, a qué ocupaci6n en particular ha.ce el poe1:a referencia en cada caso, es lo que no está claro. Antes de sar a examinar el problema, conviene decir que desde m~ ~ P2" to se puso en relaci6n esta priamela con la que hallaoos ea a.­ 16n 13.43ss.(84); indudablement~, los rasgos comunes so~ . .~. .~ pero querer interpretar demasiado estrictamente el catálogo" Baquílides a la luz del de So16n puede conducir, y de hecho . . . ha sido, a errores, desde el momento en que el ateniense hebJ. de la adquisici6n de la riqueza y nuestro poeta de la 6cSt•• D. Pinte ha formulado una interpretaci6n de la priamelz muy diferente a la que suele aceptar. Como indica claramente el titulo del artículo, piensa su autor que Baquilides no hace ~ ferencia a diversas ocupaciones humanas, sino a una sola, la noesía, cuyos distintos géneros se inventarían: epinicios, poe­ sía religiosa, er6tica, ge6rgica y buc61ica. Parte para ello de la base de que Baquilides anuncia (vv.35-37) que va a pasar revista a los caminos que procuran &pLyvW~OLO ó6~a" pero no todas las supuestas ocupaciones que cita después son aptas na­ ra conseguirlo, como es el caso de la agricultura y la ganade­ ria Ccf. Pi. I.I.47-51, donde a estos oficios "bajostl se con­ trapone el xüóo, del atleta y del guerrero). Es, desde lue:o, un nunto no m~y claro si se aceptan más o menos las interpre­ taciones tradicionales, pero la de Pinte tiene también algunas dificultades, entre ellas, aparte de los problemas de detalle que iremos examinando, el hecho de que un catálogo de géneros poéticos no tiene mucho sentido en el contexto, y se esperarta 11 IJ IJ IJ 11 606 mejor, por ejemplo, en 19.1ss.: n~perrt~ ~vpCa Kl~€v~o~ &~~ poaCwv ~€~lwv o~ av x~a~ IJ napa: TI ~€ pCÓW\I ~~­ ówpa: Mova~v, lof3~lq>a:poC ,;e K(6p)ca q>€pea,;lq>a:\lo~ xápL,;e~ f3~~a~\I &~q>t ~L~~\I {S~\lol.(a\l· texto que, por otro lado, presenta diversas afinidades con el que tratamos. Es, en todo caso, la de Pinte una interpretaci6n sugestiva y bien defendida, aunque, en palabras de Naehler(8 5 ), al menos fllasst sich jedoch aus dem Text nicht herleiten ll • Otra interpretaci6n de conjunto ofrece vlilammvitz (86). Ba­ sándose en un texto de Plat6n (R.581c; cf. también Arist. EN. l095b.15ss.), distingue cuatro géneros de vida: (poeta y vidente, vv.39-42), q>L~OXp~~a:,;o~ q>L~6aoq>o~ q>L~~ÓO\lO~ (pederasta, vv.42-43) y (agricultor y ganadero, vv.44-45), a los que se contrapondrfa, culminando la priamela en clímax ascendente, el q>~~6';L~O~ (laa~ov !vópa, el atleta, según su opini6n, vv.47­ 48). Tal interpretaci6n tiene, sin duda, algunos puntos criti­ cables, pero puede arrojar mucha luz a la hora de entender es­ ta complicada priamela(87) • En el primer grupo de ocupaciones, el poeta nos habla del aoq>6~ ó~, , del Xa:pC,;wv ';L~&V ~e~o"X~~ y del ';LVa: '&evnponCav el­ • Parece claro que en el último caso se alude al adivino, perO.la quién se refiere Baquflides en los dos primeros? Se­ gún Blass, Jurenka y ¡'¡ilamowitz, l aoq>ó~ designar1a al sabio en 607 xcxpC~wv general y "t' t..¡..tav Taccone opinan que i\.oYXwC;; i\.ei\.oyxwC;; al poeta; en caITloio, Jeb't y I ao~oC;; designa al poeta y ' ~ '\ Xcxpt..~v ~t..¡..tcxv ~e- al atlet e. Es indudable que en Pindexo ao~6c;;, ao~Ca designan al sa­ bio en general y especificamente ta.mbi~n el poeta(88). En Ba­ quilides están igualmente atestiguados ambos sentidos: ao~6~ es el sabio en general en 13.201(89 ) (como adjetivo, en 12.1 Kuf3€pv".~ac;; ao~6~ dalo; ao~'a , y 26.6 ~€K~ÓV[WJ v ao~[~á"t'w t.. dicho de D~­ parece usarse en sentido general en Fr.14.3, mien­ tras que Fr.26.2 es lucar corrupto), pero es el poeta con toda seguridad en ~.5.1(90). En cuanto a xapC~wv ~t..¡..tav i\.ei\.oyxw~, hay en Baquilides al menos tres pasajes semejantes: 1.151-152 e:J lj oe i\.cxxwv [XJapC~wv noi\.i\.otc;; ~€ ~[au]¡..taa&et~ f3po~wv, en que puede referirse a los triunfos atl~ticos (los nJq;~pCw" ••• Kai\.wv de los vv.145-146); 19.1ss., texto ya citado anteriormente y donde la expresi6n alu­ de indudablemente al poeta; 9.1-2 ~ó~av, ~ xpuacxi\.OCKa~ot.. xápt..[~Je~, 1tE L aC¡..tf3 po~ov 00 CT}1; ( e: ) , nasaje que suscita la misma controversia que el que tratamos(91): Kenyon, Jurenka, Jebb, Taccone, Gentili, Demarque, Greindl, Ra­ sado Fernandes, etc., opinan que se refiere al poeta; Maehle~ que al vencedor, hip6tesis que nosotros compartimos. Así pues, estos paralelos de Baquilides no contribuyen gz~ demente a decidirnos por lIDa u otra interpretaci6n, pues haceD posibles ambas. Lo mismo podemos decir de P1ndaro, ya Que en 11 11 11 .. 11 608 su poesía las Gracias van asociadas a menudo al poeta, pero al atleta: 0.2.48-51, 0.6.74-76, Q.7.10-12, P.5.45, N.IO.37-38, etc. (92 ). tambi~n Para Pinte(93) , las Gracias representan en B.IO.39 la poesía, pero no la poesía en general, sino un g~nero en nar­ ticular, el epinicio. Es cierto que Baquílides, como Píndaro, "place volontiers ses oeuvres sous le patronage des Charites ll (94 ), pero esto no quiere decir que necesariamente haya en nuestro tex­ to una referencia al epinicio y no a la poesía en general; así, las Gracias son tambi~n invocadas por Safo (95) : Fr.53 f3pa:001tCixeq; !i'Va:L XápL'te, ódhe 6(0, KÓPCtI, Fr.103.8 Fr.128 !i'VaL Xár:.H,,'tq; ITL€pLOlC.' 'te] MOt[ga:L oeihl vov af3pa:L XáPL'tC, 'Ka:AACKO¡.lOC 'te Motaa:L De las interpretaciones propuestas, dado que en principio, como hemos visto, no se puede descartar del todo ninguna, la que más nos convence es la de Snell-Haehler. En primer lugar, no '\ , :r leen n ya:p como casi todos los editores anteriores, sino 11 i'áp , con valor afirmativo (96 ). Se aludiría entonces al q>I.AÓaO­ epo, primero en general (ñ i'O:P aoepó,) y luego se especifica­ ría: se puede ser aoepeS', bien XapC'twv 'fL¡.lav AeAOi'X~' , que se correspondería con los vv.51-52 de So16n: !AAO, 'OAO¡.lnLáówv Mooalwv nápa: ówpa: OLóa:x~eC" f¡.lep'f~, aoepCn, ¡.l€'tpov tnl.O"tá¡.levo,· o bien "'LVa: ~eonponCa:v Etó~, , que se correspondería con los vv.53-55 de So16n: !AAOV ¡.láV'tLV !~n'Kev !va:~ tKáepi'o, 'A~ÓA~WV, ~i'VW ó' &Vop¡ 'Ka:KOV "C'T)Aó~ev tPXÓ¡.lEVOV, i5 • crOVOf..La:p't~ awa L ~EO C· 609 Los vv.42-43 son asfmismo objeto de gran discusi6n, con opiniones dispar~s. Seg6n Wilamowitz y Jurenka, Baquflides es­ tarfa describiendo al pederasta, pero en mal sentido, y en es­ te punto está plenamente justificada la objeci6n de Pinte (97 ): lI on s' explique mal la pr~sence de ce vice dans une s~rie ne comportant, par ailleurs, que de nobles occupations ll • Jebb C~ Kenyon) y Sandys entendlan estos dos versos como una referencia a la poesfa er6tica, opini6n que ha encon­ trado posteriormente bastantes seguidores; para mantener tal - interpretaci6n se aDoyaban en Pi. I.2.3: ~'~~a naL&ECov~ ~~6~EUOV ~EA~rápua~ 6~vou~, y B. ;Er..4.80: a' na~&~KO' 6~VOL ~Alrov~a~. Pero tal hin6tesis se sostiene diffcilmente, pues rompe total­ mente la 16gica del pasaje: ¿c6mo explicar satisfactoriamente la alusi6n a un f,~nero po~tico tan determinado tras la menci6n de la poesia en general en los vv.39-40? otro es el parecer de Kenyon, seguido por Festa y muy re­ cientemente por Finn (98 ). Comparando rO~aL tnL na~aC con ~n' ~p­ (v.44) , traduce non the ground of his children", que Finn parafrasea "hace de sus descendientes el objeto, la meta de sus esfuerzos y aspiraciones ll ; Festa (99 ) añade: "Tra le vie di giun­ gere alla fama c' ~ quella di esser padre di valentuomini •• _ idea commtme agli antichi"(lOO). Pero, además de ser la expre­ si6n bastante rara, tampoco tendrfa demasiada 16gica, en este catálogo de ocupaciones humanas, una referencia a los hijos; por otro lado, tambi~n el agricultor y el ganadero trabajarfan non the ground of his children". •I I I 610 Ante la dificultad que ofrece la expresi6n l1t t 1tctLaC ha habido intentos de modificarla. La correcci6n más ingeniosa es la de Blass, que propuso leer de Hesiquio, naaL~· K~~aL, naaL, basándose ~n una glosa , con lo que se aludir1a a los co­ merciantes, como en los vv.43-46 de So16n. Es la lecci6n que imprimen Jebb y Edmonds y aceptan otros fi1610gos, como Ro­ magnoli o Simpson(101), pero presenta el problema de introdu­ cir en el texto una palabra tan rara como naaL' s610 atestigu,ª da con certeza en la glosa de Hesiquio; además, tampoco hay que suponer que Baqu11ides deba mencionar necesariamente la riqueza, el tema central de la priamela soloniana, pese a las innegables semejanzas entre ambos pasajes. Por otro lado, la lecci6n puede ser corroborada por la rima tautométrica con a!aav naLaC (v.32). As1 las cosas, también en este punto preferimos la inter­ pretaci6n de I'laehler. Como \'lilamm·litz, piensa que el poeta es­ tá hablando de la pederastia, pero sin ningún sentido peyorati­ vo; si antes se ha referido al ~Lhóao~o, , ahora se refiere al ~Lh11'6ovo, • Los vv.44-45 no ofrecen, en cambio, dificultad alguna; la alusi6n al agricultor o al ganadero (o a la poes1a ge6rgica y buc61ica, seGún Pinte) es unánimemente aceptada. Ahora se ha­ blar1a del ~Lhox~~a~o" que, como en el caso del ~LA6ao~o, , se desdobla en dos, el agricultor y el ganadero, estructurándo­ se la nriamela en una simetr1a formal perfecta: noeta vidente pederasta agricultor r:anadero 611 e los e para lograr la &6;0:, se alude a 'entes caminos ~~ incertiduobre del futuro, como ocurre también en So16n (13.63-57). El tema reaparece e~ B.3.78-8~ (~. iGualmente 9.88ss.), en las palabras de Apolo a Admeto, donde, d,,; acuerdo con la intenci6n fundamental del -::-oe­ ma, se contrapone a la niedfld para con los dioses: ~aLa OpWv &~~paLV& ~u~ov· ~ou~o rap 'KEPO€wV ~1tÉp"Ca:"Cov.1t En la Gtta 10 el pensamiento sirve de contraste a la frase siguiente, con la que culmina la priamela: la-eA-wV (la~,;,6y?) (vv.~7-48). T~ bién esta frase ha suscitado gran disparidad de opiniones en se interpretaci6n. :Sl centro de los problemas es fundamentalme: la~A-wv la fOr:l'!a • La lecci6n que transmite el papiro es EEEAON , Que ya Kenyon corrigi6 en la~A-wv , modificado posteriormente 'Dor l-Jila­ mmritz en lo.&A-óV • Aún acentando la.&A-wv , se-an propuesto al menos dos in­ terpretaciones diferentes de la sintaxis de la frase: 1) Para Blass (lª ed.), Platt y Fraccaroli, el genitivo depender1a de "Co KáAA-L~OV • Es la opci6n que menos adeptos tiene y es tam­ bién, en nuestra opini6n, la menos probable. Ya han señalado los comentaristas (por ejemplo, Naehler(102) qu11ides usa un superlativo como subs~ntivo terminado por ningún genitivo; as1 O" que cua.'I'ldo Ba­ neutro, no .::.'re en 1':;".1-2: f'" de­ 612 2) Jurenka propuso entender la~Awv ••• nOAAwv como ~enitivo de causa, opini6n que acenta Taccone, y también Jebb eh cier­ to modo (104). Pero mientras gue para Jurenka los laJOAá. serían "victorias agonísticas", Taccone prefiere entenderlo en un sen­ tido más amplio, "nel largo significato •• 0 di buone venture non solo, ma procacciate con nobili azioni ti ( 105). Esta doble inter­ nretaci6n también se ha dado con la correcci6n tendremos ocasi6n de comprobar poco más la~Aóv, como adela~te. Que la.f1AWv ••• nOAAwv pueda ser genitivo de causa es in­ cuestionable; encontramos, en efecto, este tipo de genitivo con el adjetivo CT)AW't'Ó~ en Pi. 0.7.6, .f1TjK€ VLV l;aAw't'ov dJ.1ó­ q>povo~ E{,va~ (106), Y también es muy frecuente con el verbo l;T)AÓW (cf. S. El.1027, Fr.584; Ar. Ach.lOU8 (lyr.), y.1450; Isoc.4.91, etc.). pp~a ~.837, el orden de palabras, véase, por ejemplo, B.3.?1, 4.6,4.19-20, 5.191-193, etc.(lO?). La correcci6n lcr.f1AÓV de vlilamO\vitz ha tenido gran éxito (Blass, 2ª y 3 g ed., Jebb, Edmonds, Snell, r'íaehler, etc.), pero no ha sucedido lo mismo con su interpretaci6n del pasaje. Wila­ mot.¡itz part1a del presupuesto de que en un epinicio los éxitos agon1sticos deb1an ser considerados como el mejor camino para conseguir la gloria, la 5ó;a: en este caso. Por eso opinaba que el la.f1Aov ~v5pa no era otro que el vencedor (comp.§.rese la interpretaci6n de Jurenka manteniendo la lecci6n la.f1AWv)(108). Pero la.f1Aó~ no tiene necesariamente que designar al ven­ cedor. Usado absolutamente, sin determinaci6n, tiene un senti­ do más amplio, pues designa al noble en general (B.14.3) o sig­ nifica, en neutro, "bienes, excelencias" (4.20, 5.198, 17.132), aunque pueda englobar, dentro de esa referencia general, al ven­ 613 cede y sus triunfos agonísticos(109). De manera semejante, co­ mo observa Arrighetti, Kahó~ en Baquílides no s610 si~nifica la gloria del vencedor (2.6, 9.82, 9.86), sino también "el com­ plejo de virtudes que lo hacen destacar sobre los demás", CO!lO ocurre quiz~ en 3093, 3.96, y con seguridad en 5.50(110): gh~~O~~~~LV~ ~eó~ ~otp~v ~€ KaAwv f~opev a6v ~' ~~~CñAW~ ~~xa~ &~veov ~LO~aV ó~~re~v· Además, probablemente una menci6n tan nrecisa del vencedor no se avendrla demasiado bien con la IIf6rmula de ruptura" de los vv.51-52, ya que se volverla a hablar de él solamente un par de versos después. Por todo lo expuesto, se suele entender la frase en un sen­ tido más general, como hacen Jebb ("The noblest lot for a men is that his Ovffi worth should make him widely admired among his fellows"), o r'~aehle!', que parafrasea "das SchBnste ist, dass ein guter r'iann, gleich ,,¡elches seine ~~ .. O'"Cñ~T) ist und ,""orauf sich sein Ehrgeiz nichtet, Erfolg hat und deshalb von Vielen beneidet wird"¡ asl, esta sentencia es la culminaci6n de la priamela toda. Con tal interpretaci6n, que daría un sentido muy bueno, ~a~hov ~vópa, el orden de palabras sería también excelente: con el adjetivo delante del substantivo, y ~wv ~OhhWV ó~· &v~~ , con la preposici6n entre adjetivo y substantivo, como es frecuente en nuestro poeta (con tEK~op]€a~ ó~o xe"lPó~ ó~ó + genitivo, ~. 13.154, ). El sintagma la.&hO~ &vr}'p es corrien­ tísimo: 1l.16.600, 19.122, 23.112; ~.3.471, 4.236, 14.104; 614 Thgn.95, 186, 234, 563-564, 1112, 1118; Adesu.Eleg.2; S. ~.1345, 1352, 1399, ~.195, ~.905, 319, 922; E. HF.1335, Heracl.201, Fr.8, 1079.2, y un largo etcétera. La palabra C~AO~ , frente a ~~óvo~ , tan frecuente en el epinicio, se usa generalmente en buen sentido: "envidia sana, deseo de emulación, deseo de alcanzar la situación de que f,oza otra persona tl • La diferencia entre ambos términos está clara­ mente explicada en un pasaje muy conocido de Aristóteles (Rh. 1388a), en el que distine;ue entre "la envidia 11 "la emulación ll ( 6 ,TíAO~) (111). El uso de ( 't~ ~.a.ove!v) CTíAOt; en buen senti­ do está también claro en las glosas y escolios que explican AOVV como ~"I-I.otí~a' ae ~a;)(.ap"e"v; y así, en Hesiquio, y ,~­ C~AW ae· ~aKap"w ae­ ,~AW"c6~· ~aKap&.O"'t'ó, (tamhién Focio)(112); véase igualmente Isoc.5.69 y Th.5.105.3. Los ejemplos se pOdr1an multiplicar (en Píndaro CaAw'tóv en 0.7.6, con buen sentido), pero basta ceñirse exclusivamente a la obra de Baquílides para comprobar que, mientras ~~óvo~ tiene siempre valor peyorativo (3.68, 5.188, 13.200, con el te­ ma del ~.a.6vo~ y la alabanza del vencedor; y 16.31, el de Deyanira por causa de Yola), nuestro poeta nunca usa en mal sentido: 1.184, 5.52, 7.10, 9.45, 11.63 (113) • ~.a.óvo~ CTíAO~ La parte gn6mica concluye con una referencia a la riqueza (vv.49-51), tema que aparece igualmente en el poema de Solón, tras la alusión a la incertidumbre del futuro. La riqueza, que también puede ser Dose1da por el malo, sirve de contraste a la ~pe'tá , exactamente igual que en B.l.159-161(114): ~a~t KaL ~áaw ~€r&.a'tov Kv6o~ !Xe&.v ~pe'táv- ~AOtí­ 615 Estos versos parecen iniciar una nueva priamela, en la que se tratarían en orden inverso los tres ~COL mela anterior; a la referencia al guir otra al ~'o, ~L~~ÓO~O" de la pria­ ~'o, ~L~OXP~~~~o, debía se­ pero es interrumpida abruptamen­ te por una "f6rmula de ruptura" en el v.51, como han observado Race(115) y Maehler(116). En la fff6rmula de ruptura!l (vv.51-52) se recoge la iman:en del camino, Que ya aparece antes, en el v.36 Kl~EV~O~(117). Al mismo tiempo, se sirve el poeta de la ima¡;;en del carro, co­ mo ya not6 Jebb (118), "0recisrunente lec misma oue emplea Bp.(!uíli­ des en la única otra Abbruchsformel del ,c.orpus. conservado, 5.176(119). El verbo t~~~w (o €6~~~w), en efecto, puede de­ siITnar la conducción del carro; además del ejemplo homérico ci­ tado por ,Jebb, Il.ll.528: tnnou, ~€ lf,~\ !PIl' C~,s~O~E~, K€ L a' podemos p.ñadir otros ~ 120) : Hes. 8c.324 Ar. Av.1739 ~~'OXO, ••• t~~~€~O ••• t o ó' &~~L~~~'D' "Epw, XPUaÓ1t~EpO, ~~,~, ~~~U~E 1t~~L~~Ó~OU" E. ~.178 ~,(h;pe:Il~L~ K€~~p~ K~l, awq>po~~ 1tW~OL, Il€~~~lpwv t~ÚV€L. Isoo .1.32 't'w~ €6~vvoúv~w~ [lipll~~~] Es más probable que se trate de la imagen del carro y no de la de la flecha o la conducci6n de una nave(121). No obstan­ te, tanto vw t~~vw como ~AcroVW pueden referirse El una nave ( C-&\1­ en 11.23.317, Od.ll.10, 99:..12.82, Hdt.l.194.4; 6€ -&6vw en 616 B.12.2; l'A.a6vw en Od.l?109, 13.155, Pi. ;E.l.46, Pi. I':r.6. 28(122», y esta imagen la emplea P1ndaro en al nenas dos "f6r­ mulas de runtura ll : :;E.ll.39-40, r~.3.26-27. También pueden decir­ se tales verbos de la flecha o el dardo ( t.eúvw en 11.5.290, Il.6.3, Od.22.8, E. Cyc.15; l'A.a6vw en 11.5.57, 11.5.400, Od. 22.295, Pi. g.10.70); cf. la Ilf6rmula de ruptura ll de Pi. 0.13. 9~-97. De todas formas, la e~resi6n lK ~óoü parece indicar más bien que la imf'.e:en es la del carro, pues con la de lfl. fle­ cha o el dardo esperaríamos mejor lK O'K.OTtOÜ o algo parecido. La uf6rmula de runtura ll abre paso a una referencia a la celebraci6n de la victoria (vv.52-56), fragmento en bastante mal estado, pero cuya interpretaci6n no ofrece dudas; parece que se recoge ahora el alusi6n ~uvov xáp~a de los vv.6 y 12-13. La la fiesta cierra también el poema en los epinicios . (124) 2, 6, 9 y 13, Y es así~ismo el te~a de 11.10ss. (1?~'I -~/. F1nn 8 afirma Que el interés por la fiesta tras el triunfo atlético es frecuente en los epinicios sin mito: 2 (celebraci6n musi­ cal), 6 (canci6n de victoria), 10 (ambas cosas); pero no es exclusivo de este tipo de odas, ya que concluye también dos largos epinicios con mito, 9 y 13. Digamos, por último, Que Blass deja abierta la posibilidad de que el nombre del padre del atleta sea mencionado en los versos finales, ya que no en el resto de la oda (cf. 9.102-103 T ,,~o~ [€ v ou [~Ol.~ ; también en la ~ / Ttal.ó'¡, Q'vv KW­ 2 la alusi6n final a la fiesta in­ cluye una segunda menci6n del vencedor, que es designado en este caso por el nombre del padre). Antes de pasar a considerar la estructura general del epi­ nicio, digamos algo acerca del orden de palabras en la parte 617 final. Es ~ste, en (';eneJ ,muy sencillo, lo que habla té1bien er:. favor de la correcci6n lo.&'A.óv en el v .4'1, ya que con un ,e-enitivo nlural el orden sintáctico se complicaría. En la enu­ meraci6n le los distintos caminos que puede seguir el hombre para alcanzar la ó~a , predomina el más absoluto paralelismo; 5610 en el v.46 encontramos la casi inevitable figura &xp'~ov~ ~CK~e~ ~e'A.eu~á~. Asímismo, los adjetivos brillan por su ausencia; no apa­ recen más que los imprescindibles y no hay uno solo de los lla­ ~ativos compuestos tan abundantes en nuestro poeta. En este as­ pecto, como en el orden de palabras, nos hallamos ante un nasa­ je cuy sobrio. El naralelismo predominante en los vv.39-45 se observa claramente en los sigui 0 ntes esquemas: 618 •VI -,. '3 c.Q 1-------1 W t:$ '..1 ~ O O­ ~ ::> w di' ts ,. ..1 ~ ,. ttS:'" W ,< t:$ di' \W ~ • Ot:$ >< 619 I I I • <Xl. •<O ....,1- o , .. -1\-> =w 620 La estructura conDosicional de la ~ 10, largo epinicio sin mito, ha sido bien estudiada por van Groningen (125) y r'Íaeh­ ler(126). Puede ser dividida, como los epinicios con mito cen­ tral, en tres ..cciones, cuya extensi6n es, por cierto, basta~- te semejante. 1) La primera secci6n llega hasta el v.20 (recordemos que, de acuerdo con la reconstrucci6n de 3arrett preferimos puntuar en el v.20, no en el v.18), y comprende a su vez: a) un proemio en el que se invoca a Fama (vv.1-8) (127); b) una alabanza del ven­ cedor, con menci6n de su nombre, su patria, su tribu, los jue­ gos y la prueba en que venci6. 2) La narte b) de la primera secci6n da paso a la segunda, en la que el poeta describe detalladamente las dos victorias actuales, descripci6n que empalma directamente, mediante la aná.fora ... 6'~ Ó(€) ó,~ , que une las dos únicas triadas de que se compo­ ne la oda, con un catálogo de victorias anteriores; esta sec­ ci6n, que comprende 15 versos, viene a ocupar la posici6n que correspondería al mito, al que en cierto modo sustituye(128). 3) La tercera secci6n abarca, más o menos como la primera, 21 versos, y, como ella, se COIDDone de dos partes: a) una narte gn6mica, con la larga priamela, que se corresponde formalmen­ te con la parte b) de la secci6n primera; b) una referencia a la celebraci6n de la victoria, que cierra el poema y se corres­ ponde con el proemio. As1 pues, también la secci6n final es más o menos comparable a la de las odas con mito central de Baqu1­ lides, que normalmente se inicia con unas al ai:>anz as , seguidas de una larga parte gn6mica que ocuna el centro de la secci6n, para volver de nuevo a la victoria actual en los versos fina­ 621 les. En la secci6n tercera de ~ 10 hay, en efecto, una lar­ ga serie de sentencias que deja paso, en el cierre del epinicio, a la victoria actual; esta Darte gn6mica va precedida también por una extensa "Loa del Vencedor tl Que, debido a las peculiares características estructurales del epinicio, ocupa al mismo tiem­ po el lugar del mito. En resumen, como ha hecho notar Haehler, podemos decir que la estructura del epinicio 10 es quiástica, pues se articula en torno a un pivote central eme hace las veces de mito: b (29-35) a Victoria Victorias Parte Celebraci6n actual anteriores gn6mica de la a (1-8) b (9-20) s' Proemio inuncio de la a 2 (21 versos) 2 (15 versos) 1 (20 versos) (21-28) victoria Fama (35-51) b (51-56) victoria I I I ot~as Esta divisi6n tripartita es también característica de odas sin mito de Baquílides, que presentan la misma estructura que 10 pero en pequeño (van Groningen señala este hecho a pro~6- sito del epinicio 4, pero, en nuestra opini6n, es más claro e~ el caso de 2 y 6): Oda 2 1 (5 versos, estrofa) 2 (5 ve~sos, antístr.) 3 (4 versos, a (1-3) b (4-5) Victorias enteriores Celebraci6n Proemio A.."1uncio de los ceyos en los victoria de la Juegos !stmicos a victoria e~oCo) ~e la 622 Oda 6 1 (3 versos) 2 (6 versos) 3 (7 'Tersos) Anuncio de Victorias an­ Celebraci6n de la victoria teriores de los la vic.torie ceyos en Glirnuia En estos dos casos, el "lu~ar!l del mito no lo ocupa la inicio le descripci6n de la victoria actual, como en el (donde además se fu~ade un catáloGo de triunfos), sino el re­ cuerdo de las anteriores victorias de los comnatriotR.s del vencedor en los juegos correspondientes. Obs~rvese que 19 es­ tructura de 2 y 6 es la misma, con la salvedad de que en S fel ta la invocaci6n inicial. Oda 4 1 (6 versos) 2 (6 versos) :;; (8 versos) Anuncio de Otras veces el a) la victorie, noeta cant6 a anteriores Hier6n (recuer­ de tritL~fo a) frase b) 3e~eral actual tritL~fos b) Gname final ..ler 6n Lí' do del pasRdo) inicial En el epinicio 10 los ecos verbales no I ~arecen desempeñar en la estructuraci6n del poema un papel tan imnortante como en otras odas de Baqu11ides: 623 ~ ¡..La: 1• (p de 1 a primera 28 • 1t pO<p a,; o: 1. tríada) tríada) 52. (si e s de Cf'lp-C n€cpa:"Co: 1. y no de <po:C\lw) 11. Mouoa\l 39. (todos e~ el Xo:pC"CW\I v.; mismo ZT)\lÓ~ , 29. tautométricos 11 y 29) l. (en ambos casos in~ 39. y&p . ylá]p . duce la primera frase ee la estrofa; en el v.21, priner verso del epodo, Barrett re­ construye la misma nart1cnla) 1• &: [-&0:\1 eX"CW\I -&vO:"CW\I "C'J !J-&0:\1 á"Cw \1 ,52. -&\lcrtot'a.. (tautométricos 1 y 11) (Headlam) l. &:-&~\lO:"CO\l 11. 8. !n p<ÍK.';0:\1 ,11 • &-&á\l crto v 46. &Kp'''Cou~ 50. &XPEtO\l (mismo v. 8 y 46) 14. l1tl.x.&o\lCol.al.\I (F) 21 • !n 1. ,38. l1t 1. cn;ap.aL l1tC 42 Y 44. (mismo v. 14 Y 42) l. !J1FOI.X\lEt~ 6. ; [uv] 8\1 6. XpulaE . 10. \lo:al.w"CI.\I (p) 11. N ![yJxEl.pl~ ~p) ~ 37· O"'C E exJ W\I .. 12. ;u\l6\1 (p) 40. XPUOCaL 35. . vaoo\l (1') 19. !\I (p) , 24. l¡..L1tC-rvwv I 624 29. l[v f..,oeL;] ex, (20. 12. &V.&pW1tO 1. 01. v 48. &v.&pW1tWV 12. etT) (F) 48. e !I-Lev (F) 15. NClta~ 26. (mismo v. 11 y 29) Blass) 'Io'&l-Ll.ovCltav (F) 52.. v Clta~ (F) (ef. también v.7) 16. ~v.&eoLv (p) 40. 't'l.&aA.ev (F) 16. &va:óT)oál-Levo~ 20. ~I-L~av]a:, (Barrett) 27. &'YltJ áput: av , 17. e-6peCctl.' 31. 18 • .&íiKa:~ 50. 't' fL&T) oJ 1. (F) 18. óól;a:v (F) 37. eJup'I1xopov óót:a~ (F) 19. 1te PLltA.E L'tOt, 30. KA.ELJvá 19. 1tEPL'Y.A.EL'tot, 37. dPL"VW'tOLO (tautométrieos) 19. &l.&A.OL~ 23. ~o'ta[ 27. v [Lv 27-8. (F) (p) e6~oúA.wv ..So.­ 38. l1tLo'trxl-LaL 31. LV LV] 34. Ef5~oLav 53. 34. &1-L~1. ' t ' En~oLav (p) 34. 1tO~LUA.(f'oJ y (Platt) 28. &E.f}A.ápX]wv e~~pooúva (F) (mismo v.)(129) 34. 1tO~ LUAcf¡o] " 44. ~1t' ~P"OLOLV 36. X.lA&U.&OV (F) 52. cSóoü 37. 41. ';Lva ay,; 1. LVex ( p) 56. 47. 'túxa ,51. 't' L':IL (mismo v.) 't'C (6. 8't' L ) 625 38. &v6pWv 42. Ee6w~ 4é. av6pa (p) 49. or6a (p). (mismo v.) Rimas ;r construcciones sintácticas tautométrice.s. Estrofa. l. el [-&avi'Ctllv (11. XapC'twv &-&ávo;'Cov) 11. Mouoav 39. v.2. .. ­ 12. ~uvóv 30. ~wjJ.ó[v 40. "'C€-&aAEv. ~. 13. dPE"'Cáv 41. -&EUítpOít C~ 31. Et5 p6'xo pov 41. -&EUítpOít Cav. ' 4. 'Yo.:C~~J (F) 32. araav 14. lítLX~OVCOLOLV (F) 42. ítaLoC. 43. ítO LK CA.2.Y.-!Ó~OV 5. J~a~ 33. ot 33. v€jJ.ov'taL (p) ,42. itO LK CA.OV ,. ~F) 'tL'CaLVEL. v.6. 6. ít~"'CfJ tp) (Blass y Kenyon) 34. 16. aV~EaLv ~ p) 34. 16. ~av-&¡;fv ..L.!.. 34. E6f3o Lav 34. te:páv 44. ~pyo LOLV. 16. )('E~aAáv 34. E6SoLav (F) ítaLOC I I I I I 626 !.!2. 17. 2 + 3 + 3 silabas 17. -- 35. 8. vacrov 45. -&~j.LóV 45. -&Uj.Lóv. 46. 't" e: A. e: u't" á <; &Tt páx't" exv 18. 't"e: Cs[. 36. • también v.8) ó' ~A.ALO~ 46. ~pC't"ou<; KÉAe:U-&OV 46. 't" e:A e: u't" cÍ<;. 37. &p~yvw't"o~o 6ó~ex<; v.9. 9. xexo~yvD't"ex<; &xoC't"ex~ 19. Tte:PLXA.e:~'t"O!<; 37. &p l. ,,/vw!2.,!-O 19. &É~AO~<; (F) 47. lcrflA.óV 37. 3 -+ 2 -T 5 +2 sílabas 47. v.10. 10. llt CVT)~ 20. vEA.A.CC(HV 10. j.LÉALOOexV (F) 20. dpj.Láv 10. j.LÉA.lrooexv 38. nÉA.ov't"cclr 20. ~Xe:!ccv 38. lnlro"t'aj.Lexlr 20. 1tOÓWV 48. TtOA. uCñA.w't"oV 38. &vópWv 48. ~v.apW1twv. 49. 1tA.o(hou_ Enodo. :!!1.. 21. onJPolro~v 22. &1toJ Ttve:(C>wv (Barrett) (Blass) •, 627 I Y.!l.. 23. fo'ta[ (p) 51. XPTI o-::óv 23. lAa C(;H (F) 51. lAaúvw· I v.6. Obsérvense también las naronomasias de los versos 36 !\­ 1~'LoC; &:AAO yav , 48 'JtOAAWV ••• 1tO/~vt;,f¡A(;.n:ov , y 50-51 &:XPE!OV ••• XPT101;ó'V (cf. v.l &:[eavá't'wv ~va:'t'wv 't"J ). Ha;;r aliteraci6n en los versos 8 '!t[av~ av &:'JtpáH't'a:V , 15 dao&:(aLC;) N~ac; ~~a¡; .. 16 8.v-Be:CL'J c..cr.v.e~y , 17-18 'Á-&c!val,C; .eTjKac;, 42-43 • , , I E1t!. TIcr.LaL 1totKL\OV 't'ó~ov .l't..!aCvEt. Ae:Vlác;, 1tñ :E,ÚXa: ¡3pCcrf. t. ,48 1tOAAWV ~1.e:poC; 6' , ,46 aapC't'ovc; 't'CK't'Et, 't'E­ Ú2!..' &:v-&~1ttUV .!:OA.Vt;,~AW't'O'V • Asimismo, es frecuentisima en toda la oda la vocal lal, y en alc;unos casos su acumu1aci6n es franca.rnente llamativa: -_.- -- ­ vv. 8-9 ~ CavA.] av &:1t páH.'tav - - - v.l y[o:JP &:\..-&avá't'wv -&va't'wv '.0.' u:.'\7a:va'tov -- v.13 xá p¡.¡.a , 'tEaV &pe:'t'áv v.16 - - ••• ­ JI .\'<10' vaav "yaA¡'¡'C!: v. 11 ---- ~ - - ~v-&e(JLv ~av~~,! &:va:&T1a~lle:voc; Kecp~Aáv vv.22-23 -&e:PIl[av &1tO'J 1tVe: (C)<.ov ~eAA."V ~<1't~[v-vJ'1 &' a:~Í't'e -&a't'ñptllV lAaCwl, vv .27-28 &YKJ~p'U~~... tle:-&A~px1 wv 1tpocpñ't'a: t, • vv.34-36 ot.s' fE.páv / vñaoy (!tYl,vJav. Ilo;'t'e:~e!. é' tlA.A[OC; ~A.AOÜ~ v.51 ¡.¡.cmpav y[A.Jw[aJaav t.e~ao;c;. , 628 En cuanto a la estructura métrica, las lagunas que presen­ ta el papiro la hacen difícil de determinar, sobre todo en el caso del epodo. Korzeniewski(130) considera que la estrofa es­ tá construída de la siguiente manera: - D - I e - E - E - II liD - E - I D - II II e - D d2 I I U E - e - II E - e E ~ e - III Los fines de período que nosotros reconocemos coinciden sustancialmente con los que señala dicho autor, pero distin­ guimos del siguiente modo entre período mayor y menor: -e - l. --uu-uu---u-- - D 2. -u---u-- I E - 3. -uu-uu- D 3 -D- 3 E - 4 e - D d2 6 E - 4 4. I --uu-uu-- II 5. -u---u-- 6. -u'!"--uu-uu-uu- 7. -u---u.. - 8. 9. 10. -u---u-- I II I -u---u---u-u -u--u---u---u-- - "b.i.l. lI : 40. - "b.i.l.": 14, 32, 42 pausa sintáctica: 32 A= 19 theses B= 14 theses 4 -e- 6 e E u e 8 E Indicios de final de neríodo. v.4. 4 E III 5 - - B= 14 theses 629 - rimas yecos verbales: 14 ~. N 42, 32 - 42. - hiato: 15, 33, 43 - Ifb. i .1. ": 15 - pausa sintáctica: 43. v.6. - rimas yecos verbales: 16 - 34. v.8. - "b.i.l. lf : 18, 36 pausa sintáctica: 8 (paso del proemio a la Drese~~ecil. del vencedor y su victoria), l8? - rimas yecos verbales: 36 _ 46. - "b.i.l.": 47 (si leemos lcr,sXóv) - rimas yecos verbales: 9 _ 37, 19 _ 47. La periodología del ~Dodo ofrece muchas dificultades; 5610 disponemos de dos, de los cuales el primero presenta proble~~s de puntuaci6n y el final del segundo se ha perdido casi nIeto: e - l. -u---uu-uu- 2. --u---u-- 3. --u---u---u-- I 4. -uu-uu---u-- I? 5. -uu-uu- o. ,­ --uu-uu-- - D 7. -u---u-- E - 8. I - ..... I 4 1-7 I -u---u-- 5 D D 1-7 .;.J - e - e - E - Indicios de final de neríodo. - "b.i.l. lI : 49. 6 5 3 D III - - 3 4 4 ~cr ea.­ 6:;0 ~. - hiato: 51 - rimas yecos verbales: 25 v.4. - pausa sintáctica: 247. ~. - hiato:53. N 51. En el v.25 habría que colocar fin de perfodo tras !1t€ ' , pero la prolepsis lo facilita; cf. además 9.2(131). Una primera posibilidad sería distinguir tres perfodos ma­ yores en estructuxa asimétrica: A= 15 (vv.1-3), ~ (vv.4-5), (vv.6-8). También se pOdría dividir el epodo en dos gran­ C= 11 des períodos mayores: A= 20 (vv.1-4) Y B= 14 (vv.4-8), de modo que el primero se construirfa en "inversi6n ll : e - TI - E - - E - e - D - e ­ I y el segundo consistiria en la renetici6n de dos elementos: D- D- E - E - • Con esta última periodología seguramente habría oue colo­ car pausa fuerte al final del v.24; en los vv.52-53 quedarfan separados v C'Ka:~ / El Il D~O"t'€} pov.• c 6digo ll del epinicio no presenta, en general, granq,es dificultades, a pesar de las lagunas del texto: IP TP - MCa 01V)- / / LV - f.lCb (r'lFt-NL-HD-r';IPr) LV GG TPr - G - TP // GG // G l/l. // LV /// I I I I ~ 631 NOTAS A ODA 10 (1) Un detallado estudio se puede leer en ~inn, :p:p.116-123. (2) Cf. Hamilton, np.82-83; también Gelzer, p.112, n.22. (3) Cf. F. \'iassermann, Fama. Geschichte eines f10tivs der anti­ ken DIchtLm~, Dis. Fribt~go 1920 (mee.), pp.17-19. (4) Véase el comentario al proemio del epinicio 11, asi como el CEDítulo d.edicado 8 la "Invocación Poética", .930ss. (5) Cf. ThumP.1er, I 102 Y 11 76; sobre la exnresi6n nolar fI!,or tierre. y mar", cf. Btmdy, ,.24, n.55. Véanse otras invocacio­ nes semeja.'I'1tes en Pi. r~.5.1ss., S. El.1066ss., así como Pi. 0.8.81, 0.14.20ss., S.-OT.158ss., AP-IC.89, etc. (6) Cf. Slater, ~., p.363. (7) Cf. Bundy, pp.64ss. (8) Cf. Thllffir.Ier, 1 29-30. (9) véase también Eoracio, (10) Sobre la posici6n de todo 517-518. ~.4.3.1ss. ~e , véase Denniston, pp.515ss., sobre (11) Cf. Thummer, 11 26-27, así como nuestro comentario a 5.6ss. (12) Cf. Schadewaldt, pp.277-278, con notas. (13) 21. Jebb, pp.476-477. (14) Pindaros, p.158, n.l. (15) J. Kirchner (Prosopogranhia Attica, Berlin 1901, reimnr. Berlín 1966, 1 9) s610 atestigua. un ArAAo[eYMO] ¿ AEH1NAIO¿ en una inscripción délfica de 338-337 a.C. (16) Sannho und Simonides, p .185. (17) Sannho und Simonides, p.186, n.l. (18) Si E6xel,.P ner, 1 399. y E6xe "po~; cf. Pape-Benseler, 1 431, Kirch­ ­ (19) P. LXII. (20) Q!. Jebb, '0. 207. (21) Véase, para el nombre Aglao, Pape-Benseler, 1 12$' Y el buen acopio de datos que o.frece Finn (pp.115-116), quien ter­ 632 mina concluyendo Que (-1 nombre está muy bien distribuido r-eo­ gráficamente y no hay raz6n suficiente para negar la posibilidad de que se hallara en Atenas. (22) Cf., por ejemplo, 1.158 l'rvl,.!loC~V en lug~ de -0\1 ; en ~s­ ta miS'iña Oda 10.47 ~:lilamowitz corri~ en lo-&"f.óv la lecci6n to­ {+XW\I del papiro. Véase Jebb, p .128. (23) Cf. Kenyon, ,.86; Edmonds, en el aparato critico de las pp. 170-171; Maehler, I 100 Y ad loc., II 181. (24) Maehler, 11 180. (25) CFC XIX (en prensa). (26) Cf. escolio a E. Rh.36; F. Brommer, arte "Fan ll en R.-E. Suppl:V1II (año 1956),-Col.1003. (27) Cf. L. 1/1eni~7.r, arte IINelissa" en Roscher 11.2 (año 1894­ 189?)~ol.263?-2~2. (28) 21. Bundy, Pp.5ss. (29) Para las semejanzas entre los epinicios 9 y 10 Y entre 10 14, véase Pieper, pp.l06ss. y (30) La "Invocaci6n Poética ll de la Oda 10 es muy semejante a las de l4B y 7: en las tres falta la petici6n y en las tres lo gene­ ral se aplica luego al caso concreto del vencedor; cf. el capi­ tulo dedicado a la "Invocaci6n Poética", p.936. ­ (31) P.194. (32) La idea lila gloria del vencedor es también gloria para su ciudad ll aDarece constantemente en el epinicio: B.6.3 y 15-16; Pi. 2.3.38-39, Q.l.64-65, 1.1.10ss., etc. (33) Prefacio a la tercera edici6n, p.LXV1. (34) pp.32 y 43-44. (35) P.66. (36) Cf. Naehler, II 179: ItDie grosse Zahl sej.ner Sie!f;eLscheint eher gegen die Annahme, dass er hier noch nal,.~ oder áy~\lel,.O~ ist, zu sprechen ll ; pero parece con~radecirse en la p.18l, co­ mentario al v.9: ffVielleicht war der Sieger noch ein Knabe und sein Ve.ter bereits verstorben". (37) Pindaros, p.158, n.l. (38) Para una com~leta discusi6n de las diversas propuestas, cf. Finn, pp.128-l29. 633 (39) FUhrer 2, p.185, n.136. (40) ~., pp.183-185. (41) Cf. Baehler, ad loe., 11 182. Sobre el motivo "el canto hace Emortal la gloria", véase Thummer, 11 118-119; Schade­ waldt, pp.267-268; BO~lra, Pindar, p.153, n.l; pensamientos muy semejantes e~resa Baqui1ides en otros pasajes: 3.88ss., 9. 82ss. (v~ase el comentario a este lugar), 13.58ss. (42) Cf. Roscher VII (año 1893-1921), PP. 174-178. (43) Kaibel (E igrammata Graeca ex lanidibus conlecta, Berlin 1878, ;reimpr. Berl n 1965, sd loe., p.84 apunta: liNee dese sunt o:q>-&o:p-co ¡, ~IoVocCl., sed carmina, e quibus ille saeculoru1!l laudem sibi fore sperat". (44) Ad loe., 11 182. (45) Cf. Jebb, ad loe., pp.314-315: 1l0Ur poet uses the plur. áPE-Co:r- only in XIII.8 (ana probably VIII.88), and then with reference to several men 11; "!ilamowitz, Sanpho tilld Simonides, p.18r:;, n.l: IIKenyon hatte nicht Ubersehen, dass die Absicht bei der Bestellung des Liedes nur auf die Verbreitun~ der SiegesktLndenziehlen kann und daher interPtill~iert tv &~ávo:­ "Cov Mouaav O:yO:A~O: ~uvov &v-&pWno¡,o~v Et~ xáp~a "CEav &pE"Cav ; aber das Lied kann nicht ein allgemeines xáp~o: der Grossta­ ten sein". Pero tamnoco es preciso cambiar &:v.&pW1tO t.o¡,V ELTj por &v-ttpW1tOC,(H -&EC~, como propone 'VlilamO\·Jitz en ese mismo lugar. (46) Pavese (p.319) aclara que no es HeomÚD a la humanidad l1 , sino "a los hombres que oyen el canto, a los conciudadanos"; 2.f. también r'~aehler, ad loe., 11 182: liSO dass sich alle .f\lenschen darall freuen k8nnen, der· Sieger ebenso 'trie seine Familie und seine NitbUrger". (47) Cf. Finn, pp.129-131; en la p.129 afirma: "here emphasis lies not so much upon the pleasure it brings (as in Ode 5.4) nor upon its place at banquets (as in ~ra5ment 20B.5J,but rather upon its abiding qualities in eontrast to the imper­ manence of human life '( ~v-&pcSno ¡,o¡,v, line 12, and ~Tt\,X-&O­ vCo¡,o¡,v , line 14)". (48) \vilamO\vitz 2, p.330. (49) Platt 1, p.61. (50) "óooál{,¡" no s610 no está atestiguado otra vez en Baqui­ lides. ni en Pindaro, sino que además es este caso que comen­ tamos el único que Fatouros señala en toda la 1irica arcaica; en Ho~ero, no obstante aparece tres veces ("Coooáx~ en Simon.?9. 3 Diehl; "COU"COCK ¡" está documentado en varios pasajes pindá­ ricos). I 634 (51) M....,y.20, p.95. (52) 'O(j(j~<Kt.;<;> presenta otras dificultades, aparte de las se~~ ladas-hasta aquí. En primer lugar, ¡·íonteil (La p~rase relative, pp.298-299) indica que, con valor iterativo, ~o KL' siempre nrecede a la oraci6n principal y, además, el verbo de la 0ra­ ci6n subordinada es (excepto en Rdt.l.198, subjuntivo con "V ) un optativo iterativo y el dt la principal un imperfecto (en el pasaje de Qer6doto, un presente atemporal). Por otro lado, el uso interro(!:ativo-exclamativo indirecto es rarísimo, hasta el punto de qne s6lo está atestiguado una vez, en Lys.25.9. (53) P.76. (54) A~ no está atesti~uado otra vez en Baquílides; sí a~~L~ (3.89, 15.60) Y Quiz~ avaL (Fr.60.27, de atribuci6n dudosa); a.O~E es varia lectio en el v-;¿7., del epinicio que nos oc't~ne.• (55) V~ase el comentario al epinicio 6, pp. 449-450 , con n.20. (56) P.87. (57) Sobre el uso exclamativo de l5ao~ , véase ~1onteil, 1J8. -r:-.hra­ pp.221-222. Como "exclamaci6n dependiente" se construye con indicativo, como sería nuestro caso: "Oresente en S. Aj.512 y Ar. Th.281, \[.796; imperfecto en Jl.24.630; Aoristo en Ar. ~~.~5. ~elative, (58) ~T. s. Lasso de la Vega sUGiere que en este ce.so quizá pudiera entenderse ~v'Ka aún como a~verbio relativo, reco­ p;iendo lv nOOE Lóavo<; 1tE PLKr..e: L'toL «; ~l.a.A.o 1" «; que tendría en­ tonces más sentido temnoral Que local: nqué gloria alcanzaste en los muy ilustres jue~os de Posid6n, cuando mostraste e los Griegos el r~:oido lanzarse de tus riesu. Por cierto Que así traduce r'laehler (" ••• um Ruhm den Oíne!den in Poseidons ruhm­ vollen "!ettkl:impfen, (als du ziegtest?) den Griechen deiner FUsse raschen Sch'VrunZ"). Es verdad que el empleo de ~vCKa con este valor es m~Y raro, como señala Monteil (La nhrase relative, p.297), pero está atestiguado en S. El.954 y Tr.36 (antecedente vúv , como en Lys.20.17), Ar. Y.23;-(antecedente ~~~ ) y E. Ph.5 (ante­ cedente ~~€pa ). La subordinada sigue a la principal en los pasajes de 1~ist6fanes y Eurípides, precisamente los dos casos en que el antecedente no es vúv • En el lugar euripideo el verbo está también en aoristo. (59) Cf. l\10nteil, La phrase relative, "0.285: d1tó't'e: "subor­ donnant d~fini", referido a una circunstancia definida. Está ya bien atestiguado en Homero y desnu~s de él; incluso es el uso más frecuente en Píndaro (8 de 16 casos, según ~lonteil); .9f.. Slater, ~., p.386, usos con aoristo de indicativo. (60) Para otros casos de inversi6n del correcto orden de pa­ labras, véase su nota ad loe., p.316. , I I I I I I I I I I I I I I i ~ 635 (61) P.133. (62) Una pequeña variante supone la recopstru~pi6~~e Blass, acepta Taccone; leyendo en el v.2l tK~aVEL~ oOJPO~OLV ~n~ o~aóCcu· , la descripci6n de la primera victoria lleca­ ría hasta este verso, y en el v.22 comenzaría el relato de la segunda. ~ue (63) Carey (3, p.165) critica la reconstrucci6n de Barrett, que, en su opini6n, da lU3ar a una fea frase n9 s610 por su exten­ si6n, sino tambi~n porque la cláusula fnE ~"depende de~ la &láu­ sula E~~E. tl propone, ror ej~mn~, EO~UX~~ / tKnpEn'l~,OOQOLOLV ~nL u~aóCou 9€p~aV ~vanvELwv aEAAav ~~a· ó~aCvwv ó av­ ~E ••• (64) Q!. Finn, pp.133-l34. 'l' (65) Por otro lado, Baquílides usa la forma 8po~, no oupo~ , y en los dos casos en Que aparece tiene el sentido figurado de "limite de la vida"· 5.144 . ~ov ÓT} ~o!Q' lnÉKAwoEV ~Ó~E ~wa~ ~pov ~~E~lpa~ f~~EV. Fr.ll.l E!~ 8pO~f ~Ca ~po~otoCv lo~~v E~~uxCa~ dóó~, Eñ,Pínda..:ro hay un s610 ejemp,J.o, y además muy dudoso, 0.6.77: Óno KuA.A.ava:~ Z5pOL~ (codd.; opo~ TI , Snell). ­ (66) Cf. R. Patrucco, Lo sport nella Grecia antica, pp.l04ss. (67) Fennell (Pindar: The Olympian and Pythian Odes, Cambridge 1879, ad loc., p.170) cree que es éste el sentido que tiene la palabra en Pi. P.2.90, opini6n que no compartimos¡ ~. sobre el problema R. Grimm, Pindar's Second Pythian Ode, Ann Arbor 1959 (microfilm), pp.27lss. (68) E~a:óCou correspondería al &ywvo~ del texto pindárico; en los epinicios, en efecto, la palabra a~«ó~ov parece signi­ ficar siempre la carrera, no el recinto: B.6.7y 15; Pi. 0.10. 64, 0.13.30 Y 37, P.ll.49, N.8.l6, 1.1.23. Cf. Slater, s.v., p.470; Gerber 4, s7v., p.2l;. ­ (69) Barrett 2, p.250. (70) Para &no1tv€w, cf. 11.6.182, ÓE~VOV &1t01tVECOUOa nupo~ , dicho de la Quimera. ~€vo~ (71) ti al)-¡;E is necesss.ry: é' al)~E makes it clear from the outset, as él alone would not, that this is now another race thall that of 21-3", Barrett, apud Maehler, 11 186. (72) Para las correcciones, casi siempre certeras, de A3 , ~. Jebb, pp.133-135. (73) P.478. 636 (74) Q!. Patrucco, Lo sport nella Grecia antica, pp.96-97. (75) P.477. (76) Of. Slater, ~., pp.14-15, apartado b), traduce "close setlt;-"'dichte fl es la trao.ucci6n de Thummer. Es curioso que Jebb diga (p .477): 11 ttJ.1t L'tVWV expressed hOll! the victor rushed into the crowd of spectators ,,¡ho nressed around the goal" ~ utilice la misma pale,bra en su comentario al verso (p.316~; sin embarGo, no ha considerado la posibilidad de leerá~p~oY en esta laguna. (77) T.wnbiél1. en H~siquio, 'te,; palA. L~· 'te'tpcm L<; 1te pLe "A.T)~¡.Llvoc;, 11 cpv'tóv 'tI. • ~ 1to;\vtA.I.~, (78) Sobre la forma de correr las carreras largas, véase Fe­ trueco, Lo sport nella Grecia antica, pp.106ss. (79) 1 26ss.; véase también nuestro capitUlO dedicado a la IILoa del Vencedor", pp. 1054ss. (80) Ad loe., 11 188. (81) Doxografia en TIemarque, pp.22ss.; y Finn, pp.139ss. (82) P.140, sobre todo n.56. (83) Sobre este tipo de priamelas, véase Bundy, pp.4-10. La que ahora nos ocupa contiene tres expresiones que Bundy (pp. 7ss.) cq.'Ylsider.a tipicas de lo que él llama tlp~iamelas suma­ rias ll : 15::\:\0' (Í;\:\oCa;v (v.36), ¡.WpCa.L ••• t1tl.crra:~a:1. (v.38) , ~'tepo, ••• oe 6' (vv.42-44). Se puede consultar también u. Sc~mid, Die Priamel der ¡..Terte im griechischen von Romer bis Paulus, 1'Jeisbaden 1964, p.72. Sobre una posible imitaci6n de Horacio, aunque el poe­ ta latino parece seguir más a So16n que a Baquilides, véase R. G. r·l. nisbet y r'1. Hubbard, A commentar:y on Horace: Odes book 1, Oxford 1970, pp.lss. (84) Q!. Romagnoli 3, pp.163-166. (85) 11 190, n.6. (86) Sapnho und Simonides, pp.185ss. (87) Sobre el tema en general, véase A. J. Festugi~re, "Les trois vies", Acta Oongressus f"IadvÜr,iani, Copenhague 1958, 11 131-178, aunque no se refiere a nuestro pasaje. (88) 2[. Slater, ~., pp.468-469. (89) "Con referencia principal al entrenador" (Gerber 4, .§.!.Y., p.207) • (90) Q!. Balasch 3, pp.375-377. 637 (91) Véase nuestro comentario al lugar. (92) Cf. Rosado Fernandes, O tema das Gragas, pp.216ss. (93) Pp.462ss. (94) Los textos se citan en la p.463. (95) Cf. Rosado Ferncndes, O tema das Gragas, pp.172ss.; "1. Schadewaldt, Safo, trad. española Buenos Aires 1973, p.lll. D (96) Cf. Denniston, pp.280ss.; yáp en p.284. uso de ~ con vaTor afirmativo está b documentado en Ba('1u11ides (cf. Gerber 4, s.v., pp.96-97): 509 y 89; 9.36; 13.51+; 79 y 157; 18.41; Fr.IS":1 (cf. también 8.11). Podemos comparar el pasa.­ ;1e . - que comentamoscon Pi. P.6.1-3: . ­ 'AKo~aa~'· ~~T~P tA~KW~~&O, 'A~po&C~a, ~poupav ap'~wv &VCt1tOACCOI-lEV;­ véase asimismo P.l1.38ss., e 11.2.272, donde también intro­ duce tma :oriamela. (97) P.460. (98) pp.141ss. (99) sta 2, p.55. (100) ¡ Of. ¡ también Rosado Fernandes, O teme. da.s.•GraqRS, pn. -. ­ 193-194, comentarlO a B.1.151ss. (lCl) Oo. cit. (n.L~2 al e1jinicio 4), p.437, n.l. (102) Ad loe., 11 191. (103) Cf. también el famoso pasaje de Pi. 0.1.1 ~PLO'l:OV I-l~V 5ówp • Sobre el problema que nos ocupa, véase el reciente ar­ ticulo de W. H. Race, "Pindar's 'Best is water': :3est of \.'lhat?", ~ XXII 1981, pp.119-124. (104) pp.319-320: I1If ~a-&Awv ",ere read it \I1ould be neuter ••• and might best be joined with 1tOAAWV "; de todas formas, él prefiere la correcci6n de 1tJilamm·ritz. (105) Ad loc., p.98. (106) Cf. también Plu. Pomr. 6 7.4, CnAW~O, &v~p ~~, 1tPO, a6~ov E6vo'a~~wv &v~~1twv. (107) Stern 1, p.165, apéndice 11. (108) Para los argumentos Que se oponen a esta idea, además de los ya aducidos, véase Arrighetti 1, pp.21ss. I! 638 (109) K<:5hn.iten (p.217, n.119) afirmé .e lCJA.oC 'edlen KamT)fer und Sieger' die Pi. besingt". 7 (110) V~ase "meint die nuestro comentario a 1.145. (111) Cf. Chantraine, DELG, ~. l;TjA.oC;; , n.400; Schmidt, Sy,­ nonyrnik7 IV 198; P. Ruart, Le vocabulaire de l' analyse psy­ cholo iaue dans l' oeuvre de Thuc:rdide, Paris 1968, p.400. anse tamb1 n_os comentar1os de E. Fra.enkel a A. U~.939 (11 426), Y ele Barrett a E. Hhrn.168-169 (pp.193-19 • (ll¡;) Cf. H.,?r!=inkel, Dicztung uncl Philosophie, p.54 6, n.9: fI -&r¡KEl;cxA.w"C'ov (6) ist' = ~Cótc.tp\'CJe:\i 'gibt der Nitfreude am GIUck des andern Ausdruck t " ; PearsQn, comentario al Fr.703 de S6focles, ~.311. Sobre el ~CX'X.ap\'a~óc;; en 3aqul1ides, v~ase nuestro comentario a 5.50ss. (113) Cf. tambi~n Fr.65.8, pero es de atribuci6n dudosa y ade­ más desconocemos er-contexto. (114) Para el contraste riqueza-virtud, v~ase Pi. PB.88 Y 92, N.9.33, I.l.57-68; cf. Thummer, II 34-35, asl como-la biblio­ grafla cItada en nuestra n.lO al epinicio 3. Sobre el poder de la riqueza, Pi. 2.2.58-60, f.5.1-4; tambi~n Thgn.189, 718; E. 21.427; Alc.360, que hace referencia a las palabras del es­ partano Aristodamo, las mismas que repite Píndaro en 1.2.11. (115) The classical nriamel, pp.84-85. (116) Ad loc., II 192. (117) Cf. Finn, pp.139-140 y la bibliOGrafía de la p.123; Pieper, pp.113-114, Quien, a nuestro entender, exa­ gera al extender esta métáforH a tantos as"Oectos de la oda. tambi~n (118) Ad loc., p.320; tambi~n Naehler y Simpson (op. cit. en n.42 del e~inicio 4), p.437, n.l. (119) V~ase la nota 407 del epinicio 5. tambi~n nuestro comentario é 3.4.10, l'ltloE\'C":-:V donde COi:1cidimos con Finn "3.1 considerar que t.;. poeta está empleando la metáfora del carro. (120) Cf. 6~votJc;;-; (121) Cf. Jebb, ad loc., p.320: tlThe metaphor ••• shoule be from guidinf, the course of a chariot ••• not from launching a missile 11 • (122) Cf. 185-18b. P~ron 0F. cit. (Oda 5, n.141), pp.119, n.l, 181, (123) Cf. Bundy, p.2. (124) PP.155-156. (125) PP.194-195. I I I I I I I I , f 639 (126) II 180. (127) En opini6n de I·Taeh1er (ya 10 hemos dicho), el proemio s610 llegaría hasta el verso 4 6 5, buscando un equilibrio, excesivamente riguroso, con la alusi6n a la ce1ebraci6n de la victoria en los últimos seis versos; que el proemio ocupe ocho versos no es 6bice para que tal equilibrio pueda aún mantenerse. Z) (128) D. C. Young (Pindar Isthmian sostiene que en ese epi­ nicio pindárico hace las veces de m1to la referencia, en el centro de la oda, a las hazañas del tío materno del vencedor Estrepsíades, ya muerto, hazañas recientes, pero mitificadas, en opini6n de Young. También en el epinicio 10 de Baquílides el lugar del mito estaría ocupado por las "hazañas" del ven­ cedor, sus dos victorias actuales y las conse~uidas anterior­ mente. De todas formas, no terminan de convencernos los ar­ gumentos de Youne y preferimos sunoner, con la mayoría de los comentaristas, que 1.7 tiene un catálogo mítico inicial en lu­ gar del más o menos-habitual mito central. (129) Qf. EM, ~. E~~oLa , p.389. (130) P.149. (131) véase la nota 114 al epinicio 9. 640 ODA 11 El epinicio 11 celebra la victoria de Alexidamo de Meta­ ponto en la lucha infantil de los Juegos Piticos(l). La fecha de composici6n es desconocida, y las opiniones oscilan entre su adscripci6n a las primeras etapas de la carrera de Ba~!­ lides(2) y su dataci6n en el periodo de las odas sicilianas(;). La oda debi6 de ser representada en Metaponto, y se trata del 6oico epinicio conservado compuesto por Baquilides para un griego occidental no siciliano(4). Consta de tres largas tria­ das de 42 versos cada una (14 versos las estrofas y 14 los epo­ dOs), por lo que pOdriamos esperar que a cada triada correspon­ diera más o menos una de las tres secciones en que suelen divi­ dirse los epinicios con mito de nuestro poeta(5); lo impide, sin embargo, la extensi6n del mito a la tercera triada, de modo que se trata del único epinicio con mito perif~rico de Baquilides, ya que tras el relato mitico no se vuelve a la actualidad. Este hecho explica, además, la carencia de gnomai que se observa en la oda(6), pues Baquilides suele concentrarlas sobre todo en la secci6n final. El epinicio 11 consta, entonces, de dos secciones: I) El proemio, los datos de la victoria y la primera alabanza del ven­ cedor (vv.l-;9); II) el mito, compuesto por la narraci6n miti­ ca propiamente dicha (vv.4D-112) y por una breve coda final que relaciona de alguna manera el re~ato precedente con la ciu­ dad del vencedor, a trav6s de la figura de 1rtemis (vv.ll;-126). La primera secci6n de la oda (vv.1-39) se divide en dos 641 partes(7): 1) el proemio (vv.1-14); 2) la alabanza del vencedor (vv.15-39). El proemio (vv.1-14), que ocupa justamente la primera es­ trofa, se inicia con una invocaci6n a Nike, de carácter himni­ co(8). Presenta la siguiente estructura: -menci6n de la diosa (v.l) atributos y funciones de ella (en general) (vv.1-7) petici6n (imperativo y nuevo vocativo) (v.8) ~--aplicaci6n al caso concreto de Alexidamo (vv.8-14). 'fAs1 pues, el proemio queda dividido a su vez en dos par­ tes de la misma extensi6n (siete versos cada una), que guardan entre si un estrecho paralelismo, como más adelante comprobare­ mos. Los tres primeros versos están en muy mal estado, pero el sentido parece más o menos claro. A la invocaci6n a la diosa puede seguir inmediatamente una predicaci6n introducida por yáp, que recoge sus atributos y funciones. Sin embargo, los primeros que intentaron rellenar la laguna no lo consideraron así. Hense(9) (quien, no obstante, tambián proponía leer ~av ~6wKev KAu~av y~p) conjeturé ~ey'o~av ••• ~~­ (Jurenka a~aaaev), basándose en B.13.79-80(lO): ~ ~OL ~EyáAa~ ~povC&a~ ~OWKE ~,,¡.táv lecci6n aceptada por Taccone; Kenyon, por su parte, leía xp&­ ~"a~ov y Jebb ~ey'otav ••• ~~aooev ~"¡.táv. Pero en invocacio­ nes del mismo tipo(ll) es muy frecuente que al vocativo siga . . imperativo (que en B.ll no aparece hasta el v.S) o un verbo ... signifique "suplicar" en primera persona, y no directamente . . . 642 frase enunciativa con el verbo en tercera persona; por otro la­ do, este imperativo o verbo en primera persona suele ser expli­ cado mediante una oraci6n intir.oducida por ycÍp o giro semejante diferente es 1.l.1ss., donde no hay petici6n en imperativo, pero (Pi. 0.12.1ss., 0.14.lss., P.8.lss., N.7.lss.; un caso un poco sl una frase explicativa que sigue inmediatamente al vocativo, introducida no por yáp, sino por a€ fKa~~, como en B.ll.9). En el pasaje que nos ocupa, al vocativo pOdrla seguir in­ mediatamente la larga frase con yáp, que indicarla los pode­ res de la diosa invocada, y el imperativo no aparece basta el v.S ( fA"',dh ), seguido de una predicaci6n en U Du-Btil " (O'€.e-ev Ó' fKa't' ~ ). Para el caso de una oraci6n introducida por yáp inmediatamente tras el vocativo, que queda de este modo como suspendido, disponemos de un claro paralelo en el propio Ba­ qullides, 10.lss.: q;~J~a, 0'0 !laJe ••• d:[vv--- !J1.t0~xvet~ ••• (en el v.9 Kat vüv , como en 11.10). Por todo lo expuesto, creemos que en el proemio del epi­ nicio 11 se puede aceptar la existencia de una predicaci6n con yáp tras el vocativo. Por otro lado, su estructura es muy se­ mejante a la del proemio de Pi. Q.4: 1) vocativo: N'KQ; yAvKúówpe / 'EA.á't'TlP ••• Zev ; 2) predicaci6n con yáp en ~Du-Stil rt: y?x:p] 0'01. / 't'ea1. )'dp "'a pal. ; 3) nueva invocaci6n; en ambas odas se invoca a la misma divini­ dad a la que se dirigla la primera, pero no directamente con su nombre, sino mediante la perlfrasis "hijo de ••• ": ~ov Koúpa ~['t',),yo~ &p] .&OÓCKOV / i3 Kp6vov 'Ka!; ~a~vnAoKá- 643 4) petici6n en imperativo: ~~~a~L 5) nueva predicaci6n explicativa: / ól~aL; al~ev é' ~xa~L / Ya6~Lo~ ycfp • En los dos casos la "Menci6n Compleja" va unida a la se­ gunda invocaci6n, e igualmente en ambos hay dos menciones de los juegos y las dos veces la denominaci6n es diferente: B.ll.13 nu-& I.ÓV LXOV 'O~U~L1t1..0V Cxav Pi. Q.4.8 19-20 l.v 'Jt.EÓ Cwt, a't'€cpavo 12 8~ !~aCa o~E~avo- L • -&EI.~ nLoá~t,óL. KCppa~ Véase también el caso de Pi. Q.8: 1 ) vocativo: 06~u~1t Ca ; yáp, sino mediante subordinada de lugar: 2) predicaci6n, no con tva ,. 3) nueva invocaci6n, por medio de una perífrasis (v.9): &~~' (!) n'oa~ dSÓEVÓPOV 4) imperativo: o€~ a L 5) predicaci6n: ( !",' • A~~EW • ~~oo~, v .1 O) ; ~oL~12). El suplemento exacto de los vv.1-3 nunca podrá hacerse, naturalmente, con absoluta certeza, pero sí podemos entrever su sentido. En el v.l Hense propuso leer ~ówKev K~u~av yáp ••• ~L~av , con la aprobaci6n de Snell; sugestiva es también la conjetura de E. Fraenke1(13): 10 que hay que reconstruir es ~óvaL yáp , pues ~óvo~ se utiliza frecuentemente en este ti­ po de predicaciones y sobre todo en el "Du_Stil rr (14). En prin­ cipio, no es un obstáculo el hecho de que 10 que se afirma de Nika no sea absolutamente cierto, pues esta diosa no es la IIÚDica" que tiene la atribuci6n que se le imputa(15). Para completar el v.2 se han propuesto lo.s siguientes su­ 644 plementos: 't"'¡J.cXv ~ÓWKE (Jurenka, según Pi. &vóp(jv -&EWV 'tE ••• ~1taa' léo~ f.4.107-l08); 't" I,Il~V (Hense) u 3'ltaaaEV (Jebb); 'tE.&¡.J.OV óléwxEV (Kenyon); ~1taaaE (Maehler). Como observamos, las diferencias de sentido entre unas y otras conjeturas no son muy grandes. Es, en efecto, probable que debamos reconstruir un bo que signifique "dar 'KEV ll , ve~ posiblemente ~éWKEV, mejor que éléw­ (de las ocho veces que éCéw¡.J.1, aparece en Baquílides, siete de ellas es aoristo de indicativo) ,u ~'ltaaaEV. Nosotros nos iB. clinar!amos más bien por ~éwKEV t forma que vol vemos a encon­ trar en el v.39, de modo que constituiría uno de los ecos ver­ bales que subrayan la Ringkomposition que da unidad a la pri­ mera secci6n y marca su conclusi6n. En Baqu!lides, el verbo ÓW¡J.L óC­ tiene siempre por sujeto a una divinidad, como ocurriría en 11.2: 9.1-2 h6~av, ~ xp1JaaAcXKa'to ... XáPLL't]E~ 1tEI,CíC¡.J.~pO't"ov 9.25-26 éoCTI't(e), A15'to¡J.'!fÓEI, vüv 're v"'Ká­ aav'tC VI,V óaC¡..¡.wv l[é]WKEV. 11.39 'H¡J.] (pa 'tO~ÓKA1J't"O~ vCKav léwKE. 13.79-80 ~ 't"01. ¡J.EyeXAay [KPovCóa, fÓWKE 't1.¡J.áv xpóaEóv 17.36-38 I 'tE oe ó6aav [Ó1tAOY-OI, Ká­ A1J¡J.¡J.~t Nl1 Pl1 tóe,. 17.115-116 'tóv 1to't"€ o e lv yá¡J.W 1, éWKE ÓÓA ... O' 'A~poóC'ta ~óéol,~ lPE¡J.VÓV. Fr.25.1 ~a~pol,al, óE &va'twv 'tov ~1tav't"a Xpóvov óaC¡J.wv fÓWKEV (probablemente tambi~n 9.97, texto lacunoso). • 11 645 &1táCw (16): Igual ocurre en el caBO de 1.147-148 ,;60-a TIav [Ih: C5G: 1. itAU';ÓJ "C'O­ ~o, 8.26-28 ' A1tÓ[AAWV ~1taaEJ v, ~ ZEV K[E]pauvE"{xl" ~x-&aI.CiI.V ita:[J l.1t' &p!'uJ poóCva 'AA<pEI.OÜ "C'EAla[al.' IlE!'JCtAOKAla, . -&Eoó6"C'ou, e:~X~', 1tEPI, it[pa"C'C 15.59-60 "Y¡3pl." a 1tA01i~[.oJy &AAÓ,;pI.OV "C" &J 1tá[aaCtaJ ,. ót1VCtIlCv 'tE -&000' ~1ta:aEv 17.130-132 ~áAI.E, XOpOLal. K~twv q¡plvCt [CtV-&EC, ~1tCtCE -&eó1tOIl1tOV l.a-&Awv 't~Xa:v. (g!. también Fr.65a.2, lacunoso). En cuanto al complemento directo de ese verbo, la compara­ ci6n con B.13.79-80 (~. también 17.68-69; ZEÚ', ~1tlpoX6v 'te MCvw''; cpt1'te:uaE 't I.l.l.áv ) hace muy posible una palabra como 't I.lláv • No obstante, t-laehler opina que el sentido sería demasiado vago, por lo que propone "C'e-&¡..L6v, basándose en Pi. Q.8.21-27 y ~. 6.56(17). De todas formas, esta lecci6n quedaría igualmente va­ ga sin una palabra que la acompañe y explicite (Q.8.25 ól. 'tI., ; ~.6.56 ';E~~O' ,,);,oü,;ov ••• ['tE-&]Il ÓV ), que pOdría ser un ad­ jetivo en el v.l; por otro lado, tal suplemento requeriría, por razones métricas, una forma verbal ólówitev en lugar de lÓUlXEV (nosotros preferiríamos esta última, como señalamos anteriormen­ te) (18) • En suma, de todas las propuestas hechas hasta el momento, creemos que la de Hense, KAU"t'áv ••• "C' l.¡..LaV ~ówKev, es la más convincente; el sentido, en todo caso, parece más o menos cla­ ro, aparte cuestiones de detalle. 646 En el v.3 la laguna es completada por Hense con la palabra 06pav'&a~ , que designaría a Zeus (ef. B. Fr.20D.8 ~~CCvyo~ - - oúpav[ ). Pero tal calificativo s610 se refiere a Zeus en un te~ to tardío(19); normalmente acompaña a Crono (Hes. ~.486; Pi. f.3.4), a los Titanes (Hes. ~.502) pero no a Zeus en particular (Pi. o a los dioses en general, ~.4.l94; Cerc.4.39; Call. 3, etc.). Bien es verdad que el epíteto ~~'Cvyo~ ~. va a menudo unido a KpovCon~ y pOdría pensarse en una analogía (cf. Il.4. 166, 7.69, 18.185; Hes. 22.18, ~.343.9(20)), pero quizá sea preferible leer, con Jebb y Edmonds, Oúpav~&av (~. Pi. ~.4. 194 na~Ép' Oúpav~oav ~yx€~xlpauvov Zñva; en Call. Jov.3 &~KaanóXov OúpavCó~a~ ). - En los vv.4-7 se especifican las atribuciones de NCKa. En el v.4 es imprescindible introducir en el texto una partí­ cula, porque el sentido así lo requiere y para evitar el hia­ to. Neue propuso <o ') , que aceptan Jebb y Taccone; Snell lo modific6 en <~'/, lecci6n que imprime Maehler(2l): "Haupt­ s§tze werden in der Klteren Dichtung durch ein alleinstehen­ des ~€ besonders dann angeschlossen, wenn 'sie eine Erglnzung, Erkllrung, weitere AusfUhrung des vorangehenden Satzes~er auch eine aus diesem hervorgehende natUrliche Folge aus­ drticken', KWmer-Gerth 11, 242 mit Beispielen n (22). Pero el suplemento tambi~n <~ ') no es tan seguro como pretende Maehler, pues &l puede usarse con ese mismo valor • .Así .10 afirman KUhner-Gerth (23): nSo drUckt ot't der Satz mit &l einen Grund aus und steht statt y!p, wobei jedoch auch der Unterschied nicht selten stattt'indet, dass &l den Satz als einen logisch beigeordneten und mit dem zu begrUndenen gleiche WUrdigkeit 647 habenden darstellt, wgbrend y~p den Satz als einen logisch untergeordneten bezeichet: 1.496s., a.416, Eur. Hipp.197, X. ~.l. 7 .12 ••• tt. Véase también Denniston (24): "( ól) For y~p: This is quite commun, not only in Homer, where we might expect to find it, but also in later, and logically more developed, style. The Scholia often observe: d Tucker on A. Qh.32): Hom. ~ Be ,hl't;¡ 48, ! 240, Anon.20.2 (Diehl), A. Supp.190, E. ~ JÜ 412, ~.689, i'~p ~ ~O, (See Schol. Ar. !!.584 ••• ". Tampoco es prueba definitiva que corrobore el suplemento de Snell la cita por Fulvio Orsini de un fragmento, hoy per­ dido, de Estobeo (3.219): BaKXVA'ón~ óE ~~~ NCKn~ YAVXÚÓW­ pó~ ~naL K~~ !~ ~oAvXp6ow 'OA6~nw zn~t ~~pLc.~~~l~n~ KpC~EL~ -- I t ~lAO~ &~~~á~oLa' ~E K~L ~~n~o!~ &pE~~~ • La paráfrasis de Or­ sini puede igualmente explicarse leyendo ó{,. La segunda parte del proemio (vv.8-l4) se inicia con la petición en imperativo ( IAAa~~, v.8) ·que esperamos tras la in­ vocación inicial y la frase explicativa introducida por yáp • Sigue una predicación, en la que ya aparece la "Mención Com­ pleja", anunciada. por el habitual ~tí~ (v.lO): mención de la patria (v.IO), del lugar de la victoria (v.13), del vencedor (v.14). Este 6ltimo es designado mediante el nombre del padre; el suyo propio no lo conocemos hasta el v.lB, ya en la "Loa del Vencedor", retrasado a propósito por el poeta; cf. B.5.16, 9.25; Pi. 2.6.12 (el nombre del padre en el v.9), Q.8.17, g.lf 18 (el padre en el v.2), 2.12.18 (el padre en el v.13), Q.13.: etc. Las dos partes en que se subdivide el proemio (l-? y 8-1 presentan una estructura idéntica. En los vv.1-7 al vocativo 648 sigue una predicaci6n en la que se describen los atributos de la diosa Victoria; en los vv.8-14 al nuevo vocativo y al im­ perativo correspondiente sigue una predicaci6n en la que se aplica al caso concreto de Alexidamo lo que se ha dicho ante­ riormente de modo general(25). Ambas partes están, además, re­ lacionadas por medio de diversos ecos verbales: 1-2. lCtpJ 00' 2. 1tCl1:'l-,rP , (5. 9. ZT)vC (p) ) l. NCKO: (p) 2. 1:'L~aV lówKe) 2. 1:'e-&/J~v] 4. lv 1toil. u Xpúowt. <.~'> 'Oil.Ú/J1tWL (F) (Hense) (Maehler) ol.&ev 9. itO t1 po: Ó' lito:~ 1. (F) ~ L~U16~ (p) 13. nu.eL.~VL.KOV 12. -&e6~L.¡'¡'ov 9. 6pJ -&05 CKOU (26) 10-2. Me:] Cl1tÓV1:' LOV ••• ¡.¡.OV &01:'1) -&e6~ 1.­ (27). En lo que respecta al orden de palabras, en el proemio del epinicio 11 predominan los "enmarcamientos": vv.6-7 vv.8-9 &p] .&05 C'K-OU I I I- 649 vv.10-l2 M&flCI1t. &óyuCwv l!-[a'tl]toucnv vÉwv xw~o' 'te: XCII. e:óq>. -&e:6. lfCf1;U I En los versos bien conservados los epítetos son bastante abundantes, salvo en los vv.5-7. Unos son tradicionales, como ó~CCuro~ o 1tOAUXp~ow~(28)¡ otros son hapax o están atesti­ guados por primera vez en Baqu!lides: yAuxÚOWpe: (~. B.3.; Y 5.4; AP 5.21.1), f3a-&uJ1tAOKá~ou, etSyuCwv¡ con &&ó't .. ~ov lfCf1;U , compárese B.9.98 -&e:O't'~CI'tO[VJ 1tÓALV, y el v.60 del epinicio que comentamos, &&oq>"Al~ ••• HAPYO~ 1.6.65~66; -&e:Ó'tL~O~ (1tÓALV -&e:Oq>LA~ en Pi. en el v.l; de la misma oda)(29). La alabanza del vencedor (vv.15-39) está introducida por los últimos versos del proemio, que constituyen la "Menci6n Compleja". Se puede dividir en tres partes: a) vivida descrip­ ci6n de la victoria actual, rasgo habitual en Baqu!lides (vv. 15-23)(30); b) alusi6n a un triunfo olímpico anterior que le fue arrebatado (vv.24-36); c) vuelta a la victoria actual y transiei6n al mito (vv.37-39). a) La descripci6n de la victoria que la oda celebra si­ gue inmediatamente a la ·'Menci6n Compleja", y está estruc­ turada, a su vez, también en tres partes: CI) vv.15-l7: Apolo ha concedido la victoria a Alexidamo¡ Baqu!lides hace uso del motivo "mirada favorable del dios" ( IA~" ••• ~A&q>L!pwJ~)(3l); f3) vv.17-2l: aplauso del público, que en nuestro poeta es a I I I I I I I I I I I I I 650 menudo un refuerzo de la flLoa del Vencedor u (3.9ss., 5.4-8, 9.30 y 35, 10.1988.); en el texto que comentamos la admira­ ci6n de los espectadores se manifiesta en la <p1)AAO~OACa;, la costumbre de arrojar flores al vencedor (cf. B.4-.l0, seg6n la interpretaci6n de Snell; Pi. 2.8.76, ~.8.57, l.9.l24-, etc.)(32). Lo expuesto en a) y ~) es explicado en los vv .22-23, uni­ dos asind~ticamente con lo anterior; en ellos reaparece el tema de la mirada (O-6K ~ el] BI. v I.V &l.A LO~ ), y 06K ••• '1tEo6v'ta repite ~'1tEOOV (v .20). Como ya hemos anticipado, en la "Loa del Vencedor" se men­ ciona por primera vez el nombre del vencedor (v.18) y se nos da el áltimo dato que nos faltaba, la prueba en que la victoria fue conseguida ('1táA.a;~, v .21) (33) • El orden de palabras del pasaje es muy variado. En los vv.15-17 hay un nuevo caso de uenmarcamiento": tA.EWI. [v] I.V d l\~[A.] ore:VT)~ 1) eo~ ~a& • .Aa'tou~ BlK't [oJ ~A.e:cp [á¡:x.uJ ~ • I I ... En los vv.17-21 predomina, en cambio, la "distracei6n": nOh€e, e'[ &~~' 'Ahe~.I&v~iwvltv nee'WLJaT€~avOL[K,ppa,l~neoov , ,I · l' '1' I 651 Por fin, en los vv.22-23 encontramos un "quiasmo ff con un ele­ mento intercalado: 06x ~[rJó€ VLV~€ALO,IKECVWL I yE auv ~~aTL\npo, yaCaL nEaóvTa I I ­ En los vv.15-l7 todos los substantivos van acompañados de su correspondiente adjetivo, que siempre precede. En cambio, en los vv.17-2l solamente un substantivo (nttAa,) es califica­ do, y en los vv.22-23 no hay un solo epíteto, probablemente pa­ ra contrastar este pasaje con el que sigue, donde abundan ex­ I ,! I, 1: ~. traordinariamente(34). b) La victoria actual de Alexidamo es inmediatamente con­ trastada con una desgracia anterior, una merecida victoria olímpica que le fue arrebatada, circunstancia que también se describe extensamente (vv.24-36). Las desgracias, en efecto, ~ sirven a menudo de contraste para encarecer la alabanza(35), y además en el texto que nos ocupa Baqu!lides utiliza también la derrota como elogio del vencedor, al afirmar que se debi6 a una injusticia, no a la superioridad de los contrineantes(36 ). El pasaje es introducido por un verbum dieendi (q>ttow), que es una llamada de atenci6n para advertir sobre la impor­ tancia de lo que se va a decir; nuestro poeta recurre otras veces a un verbo de este tipo para introducir una alabanza: 5.42 (n Lípa(Scmw ), 8.20 ()C.o~mlao~aL ), 1.159 (q>a~1. xa!. cpáow ; introduce una serie de sentencias)(37). El tema de la victoria arrebatada viene realizado grama­ ticalmente, como es probable que ocurra también en 4.1188.(38), 652 mediante una oraci6n condicional irreal. Igualmente, Baquili­ des recurre ahora al ~~~ an6nimo (v.27), que evita herir la sensibilidad de nadie; más adelante, en los vv.34-36, es algo más expl!cito(39), pero procurando también no atacar a nadie personalmente. Hay dos versos lacunosos (30-31), dif!ciles de rellenar, aunque no impiden en absoluto seguir el desarrollo fundamen­ tal de las ideas. En primer lugar, parece incuestionable que el poeta habla del regreso triunfal del vencedor a su patria si no le hubie­ ran arrebatado la victoria. As! lo hacen suponer otros pasa­ jes en los que, tras la descripci6n de un triunfo, se alude a la vuelta del atleta a la patria: B.9.37-39 't'o~w["ó' ÓitEp-&J~¡.lW" cr[-&lVEJ~ YULa[AK€a tx E't" Pi. ~J~cr't'a [itpO~ yJaCa .. itEAácrcraL~ [' AC1W'ltO] v itápa itO p<pu po Ó'vay, ~.5.49-53 itE't'6v't'EcrcrLV dv .. 6xOL~ 8AOV óC<ppov KOIl'~aL~ &'t'apf3Et (fIPEVC, ~A.&E~ ~ó" ALf3"a~ it€óCOV !~ &YAatSV &€~AWV KaL ita~pwiav itÓALV. Además, el v.114 del epinicio 11 de Baqu!lides (corresponsal de 30) tambié~ se refiere a Metaponto: ~VÓPEcroLV <!~> y titito't'p6(f1ov itÓALV 'AxaLot~ hallamos en él el ep!teto 't'L't'~(fIOV •• titito't' p6(f1ov, que recuerda el itO p­ del v.30(40) • En cuanto a la manera de rellenar la laguna, se han hecho varias propuestas, cuyo sentido no varia sustancialmente. Blass 653 conjetu.r6 <~v> 1tEO Cov 1tá't"pa. .&', con hendiadis (muy semejan­ te, como se puede comprobar, al citado pasaje pindárico, ~.5. 49-53); habria que suponer que la particula modal ha sido omi­ tida por el copista, pues no hay espacio para ella. Esta pro­ puesta es aceptada por Jebb y Taccone, aunque el primero su­ giere como lectura alternativa 'I't"aACav X' ~opav(4l). La par­ ticula modal se podria colocar también en el v.24, leyendo en lugar de v oE Ka1 ~v ol (pero véase la rima tautomé­ trica con 'rE KaC, v.66; y con 'rE Ka'r', v.94) o en el v.28 xaC't"av (K) lAaca.. • No obstante, Maehler no la considera im­ prescindible, y cita un ejemplo de su ausencia en la ap6dosis de una oraci6n condicional irreal (~.4.l?lss.' entonces la conjetura de Platt Tanto ~2). Acepta ('I-raA] f[av 1teX'r] e~v .e-' lKla.&al.. 'I'raACa como 'Jtá't"p« serian hapax en Baquilides, pero es­ to no supondria obstáculo alguno, ya que se tr~ a del 1nico epinicio que nuestro poeta dedica aun italiot..!' m!-rpa está suficientemente atest:ladc en Pindaro. El v.3l se ha perdido por completo, lo que hace dificil adivinar el sent ~o exacto del pasaje. Por otro lado, no co­ nocemos los detalles del sueeso por el que Baquilides afirma que la derrota de Alexidamo fue injusta; por tanto, cualquier intento de completar el texto se asienta sobre una base prác­ ticamente nula. La interpretaci6n de la idea que encierran estos versos depende fundamentalmente de c6mo entendamos la palabra 1taLo Ca) • Puede referirse bien al contrincante de Alexidamo, bien a éste. Conviene decir, en primer lugar, que Blass no consideraba la forma 1tal.·0' como singular, sino como dual, y reconstruia 654 &V1'Llt~AW OÚ' ~ltE t ltato (e) , con coma tras t,,~€o-&al. y puntua­ ci6n fuerte tras 1t€AaooEv (43) • Maehler(44), por su parte, entiende que 1tato' es el con­ trincante de Alexidamo, y propone leer algo así como ~ 1'Lva 'Yap 1to1'~ 'Yal. ••• 1tato' ••• 1t€AacrO'Ev AOV ): 11 (o bien o(5oE-~ 'Y' &v1'C'Jta­ Alexidamo debi6 en justicia haber vencido también en Olimpia, pues arroj6 al suelo a su contrincante". TLva signi­ ficaria "cualquieralt, como, afirma el autor alemán, en Pi. !l. 1.64(45). Pero si para vencer era necesario tirar al suelo al con­ trincante tres veces(46), afirmar simplemente que "arroj6 a su adversario al suelo" no es decir mucho, y tampoco estaría muy claro por qué fue injusta la derrota. Por paralelismo con los vv.23-24, OÓK ~[tJoé VLV &€ALO~ KeCvwL yE aov if¡J.a1'L npo~ yaCaL nEa6v1'a , 1tato' debe de ser más bien Alexidamo (en el v.14 también natoa es Alexidamo): si sin caer ha vencido en Delfos, también debi6 haber vencido en Olimpia si no cay6. Quizá los jueces contaron como caídas válidas unas que, en opini6n del poeta, no lo eran(4?). Naturalmente, todo son su­ posiciones sin una base real. El cambio de sujeto de los vv.3l-33 no es de ningún modo un impedimento para pensar que nato' sea Alexidamo, como quie­ re Maebler. No obstante, esta interpretaci6n ltato(a)= Alexida­ mo presenta algunos problemas de 1ndole sintáctica. Nos referiremos en primer lugar a los suplementos de Jebb y Festa, similares por el sentido: ot5 xaL l' L 06AO~ KCOt6cp j:X1lV 06 1'1. OOAo~po~va Festa, Jebb ( &AA.O: 1''''xa CP.&OVE p~ Palmer; tl. 1'6­ en el corresponsal v.115): "Not that a malignant fraud I 655 made ~e boy a prey to crafty arts in the fair precints of Olym­ pis ••• " traduce Jebb; los vv.26ss. habr1an sugerido una corru~ ci6n y el poeta se apresura a evitar malentendidos: fue un dios el que extravi6 las mentes de los hombres o se trat6 simplemen­ te de un error humano, sin mala intenci6n. Pero ofrece dificultades la construcci6n uO~K'Aa~~ ~€xva~~ U€AaaaEv con el signifieado de "vencer (hacer presa) eon ma­ las artes" ( 1tO~KCAO~ estaria entonces usado en mal sentido, !i.5. como en Pi. Q.l.29, !.5.28). Jebb señala como paralelos EtW-&E KaKV'~ &ot1v1Ja~ UEAál;E~V , A. 766 (Atenea) (~E) &EO~ot~ ••• UEAáaa~ 12:. 1 55 (m.) , a los que se podr1an añadir tam­ bién Hes. Fr.33a.2l-22 1tOA€a~ oE ~EAaCv~ KDPt uÉAaaoE [K]1 EC­ - VWV , y Hes. ~.43l KaAA~x6pw~ 16~~0~a~v 1tEAáaa~ (lÓDV)~48). 'Ev x~ovt seria, naturalmente, Olimpia. Edmonds también considera posible la eonstrucci6n sintác­ 0(5 ~~~ 'oAt)¡.l1t~á&wv(IIJebb's tica, pero lee ~pwv is tautological with 0(5 ~~ &6AO~ KaK6­ 1tO~K'Aa~~ ~€xva~~ and leaves x~o­ vt KaAA"x6~, unqualified by the necessary genitive ll ) . Taccone(49), en cambio, piensa que tal sintaxis es difieil de admitir, pues los paralelos aducidos no son exactamente ea.­ parables, y propone otra soluci6n. Partiendo de una conjetura de Jurenka ( 11 0(5 ~ ~ ~ ln" X.a.ov Cwv, con signo de interrogaei6n '"-'" en el v.36, tras l€pa~) lee simplemente o~ ~~, lu~x~ovCwv : n • • • il poeta, mentre coi vv.34-36 viene a spiegare in modo non offensivo per gli 'EAAavoOCKa~ l' affermazione eontenuta nei vv.26-2? (la quale poteva, cos1 da sola, essere interpre­ tata nel senso che B. movesse accUSa di frode), mantenga pur tuttavia con fermezza che il vincitore ad Olimpia era versa•• I I I I I f 11 656 te stato Alessidamo. E questo era tutto ci~ che Alessidamo po­ teva pretendere che il poeta dicesse nel toccare della negata­ gli corona, poich~ una vera e propria accusa agli 'H.CU, 'EhhavoéC­ averbbe potuto, 01tre al procacciare all' atleta non picco­ le noie, precludergli, o quasi, la speranza di una futura vitto­ ria olimpica". Pero, a diferencia de Jebb, considera lv ••• nlhaooev tmesis yx~ovC dativo regido por ese verbo. Desde luego, la construcci6n nehcXl;el,v X.&ovC "acercar al suelo" no ofrecerla ningún problema, pues se pueden citar muchos ejemplos parale­ los (aunque en nuestro texto el adjetivoxahAI,x 6 pwl, vendrla demasiado al significado de X.&ovC no con­ como fila superficie de la tierra ti, sino que más bien parece referirse a Olimpia): Il.8.277 ~áv~a~ lnacrou~lpou~ nlhaoe X.&OVL ~OUhU~O~EC~. 13.180 xahx~ ~a~vo~lv~ ~lpEva X.&ovl ~~hha ~EhácrCV 14.438 a~~I,~ é' l~onCow ~A~~O X.&ovC, La dificultad estarla en la preposici6n lv • neAcXl;w , tan­ to cuando es transitivo como cuando es intransitivo, se suele construir con dativo, o, más raramente, con genitivo o giro preposicional, 1tptS~+acus., l~, l1tC -+ genit. o acus., pero no con lv; en el dDico caso que hemos encontrado, la preposi­ ci6n significa claramente "dentro de", sentido imposible en nuestro pasaje: ~.lO.404 x~~a~a é' lv an~EcrcrL nEháaaa~E a~ha ~E náv~a· Por eso, Taccone considera lv ••• tampoco l~nEhcXl;w est~ ~€hacrcrEv tmesis. Pero atestiguado con la construcci6n "acer­ car algo (acus.) a algo (dat.)". Adem~s, no creemos que l1tI,X­ .&ovCwv , palabra que lee Taccone en el verso anterior, sea muy I 65? adecuada en el contexto(50 ), sobre todo si después se dice ~ (que si no derri­ baron, ~stos últimos, propiamente a Alexidamo, si fueron cau­ santes de su: fracaso). 06 ~I., l1tl,x'&ovCwv en el v.31 implica­ ría que fue un dios el culpable de la derrota de Alexidamo, por lo que no tendría sentido la posterior menci6n de los jueces. Si fuera posible aceptar los argumentos de Jebb ( 1tO 1.)(, , ­ í\a!., ~txva:l,<; 1tlí\aooEv ) o de Taccone ( lv ••• 1tÉA.a:OOE.v), pre­ feriríamos leer, por ejemplo, ~L, &v~l.1táí\wv (51). 'Av~C1taí\o, 06~L, ~p' &v~L1táAWV o 06ót no está atestiguado en Baqu!­ lides, pero sí en Píndaro (Q.8.?1, !.11.26); no es palabra ra­ ra y nunca mejor aplicada que en el caso de un 1taAaLo"C'!1, (x.x­ í\a, en el v.21)(52 ). Pero si no convencen los argumentos de Jebb o Taccone, po­ demos intentar situar el dativo regido por 1t€í\a:OcrEv en el pez­ dido v.31, como pretende Maehler, pero manteniendo, contraria­ mente a este autor, la interpretaci6n de 1tat'ó' como "Alexida­ mo". Así, se podría leer, por ejemplo, 06K ~pa ~L, ~6~E 1a~ o bien 06 "C<S'~E ~L<; 1to~l.yrh (53). La separaci6n de 06 y 1:~, por una partícula no es rara: 06 yáp yáp ~I,~ yáp ~I, ~LC: .Q5!.8.552; 06 yáp~!. 11.20.467, 11.19.321; 06 v11 ~I, 11.6.487; 06 ~EY s. !&i. llll ; 06 ~EV 11.8.39, etc. T6~E (54) vendría muy bien en el contexto, pues se contra­ pondría en primer lugar a gundo lugar a Ke:.CVW!. yE ouv ~~a:~!. (v.23), y en se- " vüv Ó(t) (v.39) (recordemos que el desarrollo de las ideas sigue esta secuencia: victoria real que celebra la - victoria robada - vuelta a la victoria actual, a la que la . I I I I ~ 658 justamente arrebatada sirve de foil). TÓ~E ••• vúv ponen en Pi. ~.4.48ss. (v~ase e 1.2.6ss. se contra­ ~.799; también A. E. ~.915, ~.1402).; en Baquílides, 9.19-25. El régimen más frecuente de sici6n, como seria ya~. ~EA«~W es dativo sin prepo­ 2[. los siguientes pasajes: ~.14.315 (~E) ya'~ 6Eonpw~WV ~É~aaEv ~€ya Kú~a KU~CV&ov. Il.14.468 O~&EL n~~v~(o) 11.23.719 O~&E~ ~E nE~«aoa~, (Odiseo a Ayante en la lucha). ~po~ ya~, Si, por el contrario, optamos por el v.23 npo~ "(aC~1. nEoóv~a, y en 9.38 tenemos la segunda alternativa 06 fijándonos en [~po~ YJa'a:~ nE~áooa~, ~Ó~E ~I.~ no~t ya~ , que reco­ geria casi literalmente el v.23(55). otra posibilidad que se nos ofrece es considerar la frase interrogativa. Ya Jurenka proponia signo de interrogaci6n tras y€pa~ Do~ ~~~ ~nI.X~ovCWv, '-./ con (v.36), Nosotros preferiria­ mos, en todo caso, considerar interrogativa la frase s610 hasta né~aaoEv , esperándose respuesta negativa (pregunta ret6rica: "¿Quién arroj6 al niño al suelo?" o bien "¿Acaso alguien arro­ j6 al niño al suelo?"). Dos alternativas se nos presentan de nuevo si entendemos la frase como interrogativa: 1) Frase interrogativa introducida por el pronombre ~Ó~E &~ no~t yal. guado en B.5.l56 Pi • .2.3.25, A. < ( ~~E &11' en el v.95); (~. tambi~ ~.214 (~.)f l!.1.476, ~Ó'tE ~,~: ~C~ &~ ~Ó~E está atesti­ ~.15.228, Hes. 22.417, &11' en 11.1.92 y 8.69, ~. 8.299 Y 9.52 y 59, etc.). 2) Frase interrogativa introducida por ~~~«~(¡JV ~ o ~pa: ~p« 'tl.~ &v­ (aceptando la interpretaci6n de Jebb o Taccone) o -Dpa 659 1tpb~ o(joe:t 1: I.~ 1:e: 06oe:t 1: I.~ ). Tambi~L cabria ~ 1:61:e: 1:1.~ 1t01:L 1'al. ( o ~ 1:Ó­ • Para ~, ~ pa cuando se espera respuesta nega­ tiva, ~. !L.15.504, 5.421 1:1.~ 762; Sapph.107; Pl. g.552a. ~Hpá y aparece en B.5.165. En el epinicio que estamos comentando, v.2l, leemos ~pa, aunque con el significad~ de "gracias a ft , "por causa de (1, que es preci. amente el 6nico caso de construc­ ci6n con genitivo conocido antes de la ~poca alejandrina(5 6 ). En conclusi6n, teniendo en cuenta que no conocemos los detalles del suceso, 1tato' puede ser tanto Alexidamo como su rival, aunque nosotros preferimos la primer& alternativa por paralelismo con los vv.22-23. También nos inclinamos a entender 1tol.'KCil-a .. ~ 1:€xval.~ 13.49 1tav1:oCal.ol. in bonam partem, "con variadas artes" (saL. :B. 1:€xval.~); la culpa de la derrota de Alexidamo no se imputa al rival, sino a la divinidad o a los jueces(57). 'Ev X.f}o"t 'Kahhl.xÓpúH se refiere probablemen¡;e, a Olimpia. Digamos, finalmente, que c be también la "osibilidad de modificar el texto transmitido')r el papiro. ., S. Lasso de la Vega propone leer en los vv.32-53 1tato' lv X.f}ov~ 1to"KCha .. ~ ITail-aCw 'Kahhl.Xópwl. 1:€xval.~ 1táil-al.oev* "luchar con lt se construye con dativo (.2!. Pi. !.8.2?, 1:.9.27; 1tpocmaha Cw en 1:.4.290 e I.4.53b); pero con el sisni­ ficado de "vencer" 1tail-a:Cw lleva acusativo, como ~a:'ta:1ta:ha:Cw. cita ejemplos tar·l.ios, pero el uso pasivo se da ya en -LSJ go clásico: grie­ E. ~.686 ~~ et 1tail-a:l.o.f}et~ 1t1:W~a: .f}aváol.~ov 1teav, Cyc.6?8 oe .. vo~ yap otvo~ V.~L 1ta:ha:Ceo.f}a:1. ~apú~. Asi, el sentido de la frase seria: " (Ninguno de sus adversa:: __) .i 660 le venci6 en Olimpia (X~ovt xaAALxópwL) con variadas artes ( nOLxCAaL, ~€xvaL~), sino que el dios o los jueces le qúita­ ron de las manos el excelso triunfo". El paso de a - e (eu.) a e - a; es una falta corriente (58); S. 924 , tS, óvcma:CAaa,;cS'v LV l1.a:xcS'v; óvcmaC-cf. Aa:cnOV es correc·ci6n de Nauck(59), unánimemente aceptada, a la ~Q'l:' Fr. &lla~Ca: lecci6n cSvcmlAaa,;ov de los c6dices. <. Con esta conjetura del profesor Lasso de la Vega, libre de problemas sintácticos, el paralelismo entre los versos 31ss. y 18ss. se acentuaria aún m~s ( 1táAa:C; en el v.21). El verbo 1ta­ AaCw , además, vendria muy bien en una oda que celebra preci­ samente la victoria de un 1ta;AaLa~~c; • Tras la descripci6n de la victoria frustrada de Alexidamo, en los vv.34-36 el poeta vuelve al tema del causante de la derr,2. ta ( ~LC;, v.27), presentándonos la alternativa &J~A' ~ ~e6c; af~Lo" y]vwllaL n 1tOAÚ1tAa:yl1.~OL ~po~wv ~Jllepaa;v ~1t€p~a~ov ~x XeLpWV y€ p a;,. De este modo prepara el retorno a la victoria actual en el v.37: vuv cS' ·AP~eIlLC; ••• Ya comentamos, a prop6sito de la ausencia de epitetos en los vv.21-22, la gran cantidad de ellos que hallamos en los vv.24-36, culminando con su extraordinaria acumulaci6n en el pasaje de transici6n al mito (vv.37-39), como enseguida estu­ diaremos con m~s detalle. La mayoria de los adjetivos de los vv.24-36 son bastante frecuentes, con excepci6n de na;y~lvwL (v.28), que volvemos a encontrar únicamente en B.13.95 y S. 661 ~.378.l(60), y ~op~L~p5~9Yt que s6lo aparece aquí y en h.Ap. 21(61). Poca cosa hay que decir del orden de palabras en estos ver­ sos. Tenemos un nuevo caso de "enmarcamiento" (vv.26-27): óCxa, X€AEV~OV El ~~ ~L, l~€~pa~Ev &p~a" I con la expresi6n óCxa, X€AEV~OV muy destacada sintáctica y m~­ tricamente(62); otro "quiasmo" (vv.28-29): ~ay~€VWL xaC~av [ lAaCáL yAavxaL I y, por último, en el v.36 la habitual figura al final de una frase: Ó~€p~a~ov lx XELpWV y€pa,. [ c) Después de describir las circunstancias del triunfo que l~ fue arrebatado a Alexidamo, Baqu!lides retorna, por breve tiempo, a la victoria actual, en tres versos (37-39) que sir­ ven de transici6n al mito, que comienza en el v.40. Esta transici6n, este punto álgido, queda marcado por la extraordinaria acumulaci6n de ep!tetos, que ha sido censurada por algunos comentaristas: "grotesque accumulation of epi­ thets rr (63); "the pa8sage i8 an extreme case of the poet' s fondnes8 for epitheta ornantia tt (64); "In Pindar the very or­ dinariness of the epithets adds to their emotional impact. In 662 Bacchylides the epithets (huntress, with golden distaff, famed for her bow, gentle) produce no poetic picture, only a deade­ ning catalogue of attributes" (65) • Pero la acumulaci6n de calificativos no es caprichosa, si­ no muy importante y significativa(66), pues de esa manera se destaca la figura de Artemis, que es el v1nculo entre el mito y los personalia: como la diosa libr6 de su locura a las hijas de Preto, intercediendo ante Rera, as1, intercediendo ante Apolo, ha procurado la victoria a Alexidamo, después de su fra­ casO en Olimpia; la raz6n para la ayuda de irtemis es el culto especial que recibe en Metaponto, patria de Alexidamo, como de­ ja bien claro Baqu1lides en la 'coda- final que sigue al mito propiamente dicho (vv.113-l26). La defensa del adecuado uso de los ep1tetos en el pasaje es la tendencia más frecuente en los trabajos de los dltimos años. As1, Stern(6?) considera que hay un triple prop6sito: 1) transici6n al mito; 2) establecimiento de la principal ima­ gen de la oda, la oposici6n entre la vida salvaje y la civili­ zaci6n; 3) sugerir, mediante ambivalencias, la doble funci6n de esa imagen, que es ilustrar la animalidad de las hijas de Preto en su locura y mostrar el proceso de su cura mediante el paso a la civilizaci6n. 'Aypo~€pa es un nombre cultual de Artemis(68), que pa­ rece debe interpretarse, con von der MUhll(69) , como opuesto a domesticus más que a dp€a~€po~ , y relacionado con su carác­ ter de diosa de la caza, lfypa (~. B.5 .123). No obstante, Stern(?O) cree que hay una primera ambigüedad, ya que el ep1­ teto se relaciona también con c!yp6~ "the settled life of the 663 farm". xpuactháKct"Co~, El segundo adjetivo, es el que presenta XPuaDháKCl"CO~· mayor dificultad. Una glosa de Hesiquio dice 'Kcthh'''CO~OC;· ~hClKá"CT) r~p d "Co~ LKOC; "Co bEK"CLlt~V "Cwv tpCwv ~prahE!ov ; y otra ~hcmá"CT)· ltáhClJlOC; ••• 'Kal ~"CPctlt"COC; ••• 'KClt "Co l3€hO C;, ~v auv.&l"C~ • Las distintas opiniones sobre el significado del epíteto podemos dividirlas en dos grupos: 1) Algunos lo interpretan "la del arco de oro" (H. W. Smyth(?l), Pieper(?2)) o "la de áurea flecha" (Jebb(?3), apoylmdose en el testimonio de Hesiquio y advirtiendo que no es incompatible con "CO~6lthU"COC; ; Lens, Steen Due(?4)). 2) Para otros significa "la de áureo huso", a pesar de la afir­ maci6n de Hesiquio ~hctl(.á"CT)· "Co ¡3lhOC;, tv a\)v.&l"C~ (MaCurdy(?5), Christ(?6)). Maehler(??) indica que P!ndaro y Baqu!lides son los únicos que aplican el ep!teto a otras diosas distintas de Artemis (B.9.l, las Gracias; Pi. Q.6.104, Anfitrita; 1.6.36 y Fr.128c.l, Leto; !.5.36, las Nereidas; ~. 29.1, Melia), y con­ cluye que, pues a estas diosas ni se las representa armadas con flechas ni trabajando con la rueca, P!ndaro y Baqu!lides usan el compuesto con el sentido general de "femenino", pues la rue­ ca es el sfmbolo de la mujer, como ya observ6 Maeurdy. As!, re­ sultar!a una figura ABBA en la eolocaei6n de los ep!tetos: "der Jilgerin gebtsrt der Bogen, der 'Sanften' die Spindel": I I I ...;..V..;..Ü..;..V_b_'_". . :A:.:.IP_"C_E. :. .Jl. .; .L. .: :~ &. Lr.!. .po. :. ."C. :. .l~p. .; .a: . . . !X:. !:p. .; .\). ;. . [hl,'Tta:pav I LHJl] ~pa: I I I r:-1 "Co~. ~ fótAuu: I 664 La "distracci6n ll hace que los epítetos de 1rtemis se agru­ pen de dos en dos, y es probable que el orden sea, efectivamen­ te, ABBA, como piensa Maehler. Además, a pesar de la noticia de Hesiquio, ~"-ctKá~ compuestos puede perfectamente significar "huso": ~ •• NoCPTlC;;; , Nonn. ~.1.:?6?; en oV~"-aKá~ov otJ~"-aKá~ov IJ?L"-Oj.1TÍ"-Tl<;, ~.4.321; Y en el propio Baqu!lides Na] ~e:;\W ••• [cp LA.] a"-áKa~o<;, 1.73-74. Stern(?8) considera tambi~n ambiguo este segundo califica­ tivo: "The ambiguity of this word is perfect for the context, for essential to the meaning of the poem is the contrast bet­ ween cultivated society, as aptly represented by 'spindle', which is the proper 'emblem of women l ••• and wildness and hun­ ting, as seen in the notion of the arrow". 'H¡J.] ~pa; c1¡J.J ~pa; es el muy probable suplemento de Blass sobre de Purser y Palmer. La forma ~¡J.e:pOC;;; pudo ser panhelé­ - también Tab.Heracl.I.172), nica (cf. Pi. N.B.:?, donde Snell lee ~j.1lPOL<; , mientras que - Bowra dj.1€POLC;;;; y en todo caso está atestiguada en inscripciones arcadias como nombre cultual de 1rtemis en Lusos(79). Como ya observ6 van Groningen(80), se trata sin duda del más importante de los cuatro epítetos que se apliean a la diosa, pues subraya el punto de uni6n entre las circunstancias personales de Alexidamo y la historia que se narra en el mito: Artemis lila apaciguadora" ha sido quien ha proeurado la vietoria a Alexidamo y la que eur6 de su locu­ ra a las Prétides; para conmemorar este Último acontecimiento se celebran en Lusos precisamente las 'H¡J.&páoLa; en honor de Artemis 'Hj.1épa; (81). ,las fiestas 665 Las diversas partes de que se compone la primera secci6n I del epinicio están unidas por medio de un complejo entrelaza­ do de ecos verbales (ya se han señalado los que se establecen entre los versos 1-7 Y 8-14): ~owKeJ (2. 1. KA.u'táv] {p) 21. 'Jt<Xvv CKO 1.<.0) ! (Hense)) (Hense) 39. 'toI;6xA.u'toe; ... 30. 'Jtá't]petv 2. 'Jt<X't[t1'P (Platt) 2. 'Jt<X't[t1'P (5. Zll v C (p) ) 9. KOÜP<X tp) 4. 'JtO A. ux p11 Oüll. I 35 • 'Jt oA.'I1'Jt A. cx yx. 't o L I 17. 'JtoA.€&e; 4. 'JtOA.UXp'l1owL 38. xpuesa:A.áxa'toe; 6-7. &,s<xvá'to 1. es'v 'te K<X t ,sva­ 34-5. dJ~A.' 'ij -&&Oe; ett't 1.0e;, (p) n yJvw¡J.etl. 'JtOA'I1'JtA.a:yK'tOI. 'tote; F'Po'twv 8. lA.A.CX,sL(P) 8-9. ~cx~uJ'JtA.oKá~ou KÓ"'P<X . 15. tA.&W L (P) 15-6. 1) ea e; f3 et-&uCwvo [LOJ Aa'toüe; E ['tu'Y~e; (83) 9. &p] ,sOó CKOU la. Ka&. vU[v- (p) 26-7. otRete; ••• &~ae; 10. Me't] <X'Jt6v't I.OV 30. ['I'ta:A.Ca:v 'Jtá't] páv -&' 37. vüv ó ( € ) { p) •• (P1att) 24. Ca-&€o Le; 12. ,seó'tL¡J.ov 13. II1),sL~VI.KOV 14. 'Jtcxtócx (Alexidamo) 1, •I •I 1) Entre 1-14 y 15-32: l. NCKCX yA.UKt1&Upe (p) 13. IlU,sL6vI.KOV ! ,34 • ~e6e; 20. KCppa:e; 32. 'Jta:tó(a:) (¿A1exidamo?). 666 2) Entre 15-23 y 24-36(84): 17-9. ~oAlE, ••• &v~€wv 28-9. O''t'l<pavol. O''t'E<pavw O'á¡..t.EVO v 17. ~oi\.ÉEe;; 35. ~oi\.151ti\.a'YK't'oL I.v ~EÓ Cw L ••• K Cppae;; 19-20. I.AaCáL yAavKaL xaC't'av I.v ~a~Éol.e;; &yvov nÉAO­ 24-5. 1t0e;; óa1t€óol.e;; (31. ~EÓ Cov ] 21. 1taVVCKOI.<O) 23. 28. ~pbe;; yaCal. 1tE0'6v't'a (F) (Blass)) ~a:y~ v € w .. 31-~. [~0't'1. yal. ] ••• ~€AaO'O'Ev. 3) Entre 15= 2 3 y 37-39: 15-6. d [)~[i\.J Oy EVTle;; ••• Aa't'oVe;; 37. ., Ap't'E¡.a e;; (85) 15-7. 'tAE~L VLV ~L . . ••• vfóe;; ••• Aa'&'oUe;; ÓÉK't'[OJ f3i\.E<p[ápw] 1. 21. ~avvCKo L,o) 39. v CKav 23. KECVW1. yE aUv ~¡..La't'1. tp) 37. vuv ó(€ ) (p). 4) Entre 24-36 y 37-39(86) (todos los ecos verbales son contras­ tivos): 31. 't'6't'EJ? 37 • vvv 34. '&E6, 37 • "AP't' E¡..L 1. e;; 36. l!J ¡..LE poav 39. v CKa:V g6WKE (F). I.v (p) ••• 'Y Épae;; (P-F) Ó ( €) (P) 5) otros ecos verbales: 4. I.v 19. 5. ~ap1.O''t'a¡..LÉva 26. 1tápa ,24, 32. 10. E~y'U Cwv 12. E-6<ppoO'15va1. 15. [v] l.V 22. VI.V 26. KaAA1.p6av 32. KD:Ai\.1.x6pw1.. noA15~Aa'YK't'ol. (v.35) pudiera recoger la imagen "desviar el 11 11 667 camino de la justicia lJ (vv.26-2?) y preparar los errablL.'1deoe - de las hijas de Preto en el mito (cf. los versos 43, 54, 55, 84, 93). •I I El mito del epinicio 11 es muy extenso (vv.40-ll2) y está compuesto con sumo cuidado. En su estructura predomina la "com­ posici6n en anillo 11 , que le da unidad formal y al mismo tiempo hace avanzar la acci6n, indicando d6nde empiezan y acaban las distintas uescenas" (8?) : vv.4Q-43: las hijas de ?reto dedicaron un altar a !rtemis; vv.43-46: a ellas liera hizo huir de su casa, enloqueciéndolss; vv.4?-52: porque se jactaban de que su padre era más rico; vv. 53-54: por eso las enloqueci6 (o bien, upor eso las hizo huir ll ); vv.55-58: huyeron al bosque, abandonando Tirinto; vv.59-63: porque vivian alli desde hacia diez años; vv.64-?6: porque entablaron disputa Preto y t1.crisio, y Zeus re­ solvi6 el problema; vv.??-8l: los C1clopes construyeron una muralla para que Preto y los suyos habitaran Tirinto; vv. 82-84: de alli huyeron las hijas de Preto; vv.85-9l: Preto quiso suicidarse, pero se lo impidieron; vv.92-95: trece meses enteros estuvieron huidas; vv.96-l09: hasta que Preto lleg6 a la fuente Luso y suplic6 a !rtemis, quien persuadi6 a liera; vv.llO-l12: las Prétides fundaron el templo y las fiestas ea honor de Artemis. La estructura del mito seria la siguiente: I ) 668 vv. 40-4-2 vv.4-3-46 __ n_ I-¡ vv.47-52 : I vv.53-54 __ ~ ______ ~ ? vv.55-58 :... _ _ _ __ I I vv.59-63 vv. 64-76 vv.??-81 3-: vv.82-84 _______ I I 91 VV.85vv.92-95 -------­ J vv.95-109 vv.llO-112 --------------~ --------- indica el "motivo de la huida", con la duda de si aparece o no en los vv.53-54. Cada cuadro está individualizado por medio de la Ringkom­ position, como han indicado diversos comentaristas(88). Vv.40-42.- El mito es introducido formalmente por el pronombre relativo ~J~~ (~. 9.40, 13.100) Y el adverbio nO~E , que nos lleva a un tiempo pasado (~. 3.23 y probablemente tambi6n 5. 56(89)). La idea expresada en estos tres versos de introducci6n se recoge al final del relato (vv.llo-l12), igual que ocurre en la Oda 3 (vv.23-29 y 53ss.). Como suele suceder cuando hay "com­ posici6n en anillo", al final se amplia lo dicho al principio: vv.40-42: Preto y sus hijas fundaron un altar; vv.llo-l12: las hijas fundaron un recinto sagrado y un altar, salpicaron sangre de animales e instituyeron coros de mujeres. 669 Los co..~ceptos expuestos en uno y otro pasaje son muy se­ mejantes, aunque no haya muchos ecos verbales exactos(90): 40. "']~t. (p) 41. (Artemis) ~]w¡J.ÓV 110. -raC (p) 110. ~w¡J.óv 42. -re; 110 y 111. 42. xoüpa;1. (F) 109. )(,ot1pa~. (las Prétides) En cuanto al orden de palabras, hay un claro ejemplo de "enmarcamiento" tras las palabras -rJ~1. 1to-r(e:) que introducen el mito: , Af3cxv'tl.áócxc;; Cf3Jw¡J.OV! )(,cx'tlvcxooe:I1tOAÚA~["J a'tOV d51tE1tAOC 'te: XOÜPCXI.· 1 1 Vv.43-54.- Los vv.43-46 forman "anillo n con 53-54 (nHera hizo huir a las hijas de Preto presas de locura"), mientras que en los vv.47-52 se narra la causa de esa locura y huida de las j6­ venes. La Ringkomposition es clara, sea cual sea el significado que atribuyamos a la palabra 1taACv-rp01tOV (v.54). En los vv. 43-46 se ponen de manifiesto dos conceptos: 1) Rera las hizo huir; 2) tras enloquecerlas. La "composici6n en anillo" se cumple tanto si naA Cv't'p01tOV VÓTl¡J.cx es tJpensamiento que im­ pulsa a la huida" (1), como si es "mente doblegada, loca" (2). La primera traducci6n es de Festa, aceptada por Jebb, LSJ, De­ marque(9l ), Lens(9 2 ); la segunda es defendida por Romagnoli(93), Jurenka, Werner, Maehler. En el primer caso, el compuesto tendria un sentido acti­ VO, factitivo (el ~ico ejemplo, según ~), y en el segundo 670 un significado pasivo, el más común. Jebb afirma que no es pre­ ciso un cambio de acento para defender el significado activo. Véanse los siguientes ejemplos (las traducciones son de LSJ): ",a: pc!--r p01tO <; ~Uturned from the right ~activo: Itaverting" (E. Andr.528, waylt m,.) "turned away, f sr from men" ctivo: "turning away, averting n (94). Maehler(95) opone tres objeciones a la interpretaci6n "pen­ samiento que impulsa a la huida": 1) 1ta:~'v't'P01tOV pOdria signi­ ficar, en todo caso, Uvolver a caSan, no "marcharse de casa". Pero 1tá~~v también puede querer decir "hacia atr&s, en reti­ rada", no s610 "de vueltarr~96): ll.18.138 20.439 'Q <; &pa: q:JWvDaa:aa: 1tá~~v -rpá1tE-&' vto<; ~oto, ('A~DV~) 1tVO'~ 'AX~~~DO<; 1tá~~v ~'t'pa:1tE Kvóa~'~o~o, 5.836 xe~pt ",á~~v ~p6aaa', d ó~ !p' ~~~a:1téw, &1tópovaev· . 21.593 . (a~epóa~€o<; Ková~~ae,'",l~~y .. ó' &1tO Xa:~KO<; 8povae .Qg..7.14 3 xal. 't"ó't"e óD' ~' a:6't"oto mf~Lv x'6't"o -&lacpa:'t"o<; &~P. 2) N6~~a no es un "impulso", como el pánico, que hace huir a las muchachas, sino "pensamiento, facultad de pensar ll : "das Denken der M!dchen ist gestBrt, es wird 'zurUck-' oder tabge­ bogen', bevor es sein Ziel erreicht". Pero también cabe inter­ pretar sin problemas vó~~a: rada por un dios, como en como II pl an , proyecto, idea" inspi­ ~.14.273-274: a:~~ap l~ot ZEV<; a:6't'o<; lVL ~pEa~v ~ó€ vó~~a: 1tO '~CJ'· 3) La tercera objeci6n tiene poca consistencia: en los vv.102­ 671 103, en la súplica de Preto a !rtemis, vuelve a aparecer el tema de la locura: ~lKva óu~ávo~c Aúocra~ ~áp~povo~ l~ayaN yELV , por lo que, al volver la narraci6n a su punto de par­ tida, la simetria de la composici6n hablaria en favor de uGeis­ tesverwirrung ll , no de "impulso a la huida". Pero no es preciso suponer que los vv.l02-103 recojan necesariamente lo dicho en los vv.53-54; el tema de la locura aparece ya en los vv.45-46, que ocupan además la misma posici6n métrica que 102 ( &:VáY'Ka:~/ Aúaca, tautométricos en fin de verso), por lo que es más pro­ bable que sean estos versos los que se recojan en 102-103. En definitiva, caben las dos maneras de entender la expre­ si6n; quizá el paralelismo a~~~Ecra~v ~ •• ~~~aAEv ~p€va, ••• CEú~acr(a) (vv.45-46) / (v.54) haga que nos inclinemos en favor de la interpretaci6n -locura". En los vv.43-46 se nos dicen dos cosas: 1) Rera las hizo huir; 2) tras enloquecerlas. En los vv. 53-54 se recoge el segundo punto, mientras que el primero se desarrolla en el siguiente paso de la nerraci6n, cpd5j'ov ó' ••• (vv.55ss.). Pero, insistimos, ambas interpretaciones son per­ fectamente posibles. En el v.52 hay un pequeño problema textual. El papiro tren,!. mita la lecci6n dativo (con e:6pu~ G nAoú~wL, .. , corregida en €l1pu~ Ca por Kenyon. El v.5l) es defendido por Nairn, Taccone y Maas, atendiendo a 16.31 ~~~VO~ E6puf3 Ca~, y a Pi. 1:.5.1 d nAoü~o~ E~pua~Ev~, (97). Al contrario, aceptan la correcci6n de Kenyon otros autores, como Jebb, Maehler y Stern, pues la cons­ trucci6n adjetivo + nombre de un dios + ep1teto caracter1stico está bien documentada en Baqu1lides (98): 5.99 a€~va, X~AOV ' AP~ll.a.óO' AEUltWA€VOU 672 5.174-175 xpuO'lat; KÓ1tpI.6o~ -&EA~q.:.~pÓ'tou. También Stern(99) presenta ejemplos de adjetivos separa­ dos del nombre al que califican por dos o ocurrirla en el caso de 1tAOÓ~W~ ••• m~s palabras, como E6pu~CaL. Segdn sus cuen­ tas, en 51 casos el adjetivo precede al nombre y sólamente en 9 aparece detrás, dos de ellos en la xa:~ ••• 6p-&át; ; y 77-79 saje lacunoso); ~. 't'ErxO~ ~ 11 (versos 26-27 óC­ ••• Xet]I.AI.CM:OV; 11.2-3 es pa­ también 9.1-2, 12.4-7, 14.4, 15.45, 16.2, 17.4;-45. En ningún ejemplo se trata de un compuesto del tipo E-6pt)~ Ca:~ • En consecuencia, aunque B.16.31 y Pi. f.5.1 pOdrlan apo­ yar el dativo, la presencia del nombre de Zeus y la propia frecuencia de la construcción adjetivo-nombre-adjetivo, hacen más probable la corrección de Kenyon. El error del papiro se­ ría perfectamente explicable, al ser mucho más frecuente la forma del dativo que la del genitivo dórico en -a . El orden de palabras de los vv.43-54 presenta las siguien­ tes figuras: vv.43-45 ~cX~ l~ lpa:~wv l<pó!3TlOEV 11taYKPa:'t~<; . "HPa:\ IlEAct-&PWV TIpo C'Coo, ~I-----11 I vv.45-46 .1to.:pa:1tATjyl. '¡ l<fpÉva~1 Kap~EPal.l CEó~a:a'l &VáYKci!.· I I I I 673 Es ~ste último un nuev", caso de "distracción lt , en el que destaca el caracteristico final K~p~epa~ ,e6~ao' &VáyKá~ L - - [_ _ _ ~ que luego volvemos a encontrar en el v.54: ~~A'v~ponov ~~~aAev v6~~a· I vv. 50-52 q>áO'KOV ó~ ~. ':'lA\) oq>€-repov l~_1 nAo~-rú.a ~pocp€pe ~v ~a~€ p~ _--+ Como en el pasaje de transición al mito (V'ír. 37-39), en los primeros versos d' relato los adjetivos son abundantisimos, culminando en los VV.50-52(lOO). Segal(lOl) nota que cuando Hera vuelve locas : : las muchachas recibe nU.erosos ep!tetús: '~'}'Kpa'tr1'c;; (v.44)~. 17.24, ~otpa; ~.14.4, &A.á.ee::1.a ; sólo aqui se dice de Rera), ~opq>vpot;wvo 1.0 y en Hesiquio,!?'!'y'. t6t;wvoc;;), (v.~9) (sólo en este lugar 1;av.&ac;; (v.51), en cambio, cuan­ , do es persuadida por !rtemis al final del relato, es simplemen­ te Rera (v.l07). Vv.55-84.- Narran la huida de las Pr~tides de Tirinto. Tambi~n una "composición en anillo" enmarca el mAs largo excurso de' mito, la disputa de Preto y Acrisio : el abandono de Argos por el primero y su establecimiento en Tirinto. En efecto, en los vv.55-58 el poeta dice que las hijas de Preto abandonaron Ti­ rinto, idea que recoge despu~s del excurso, para enlazar de 1I11III 674 nuevo con la narraci6n principal (vv.82-84): IV 55. ipEU)'OV (p) 84. q>EUYOV 57. T1. p6v-& LOV ~O'''(;" 82. ~V~E:V &nEO'O'ó~EvaL 84. ~óIJ.O:'tOI. • (p) A.1./tOUcrIXI. (p) 58. .&EOÓIJ.~'t'O", Reaparece, pues, el tema de la huida, como han puesto de manifiesto Maehler(102) (uDas Grundthema sind die im Wahnsinn umherirrenden Madchen, es kehr, wie in einem Rondo, nach jedem Exkurs wieder: 43 't'a~ ••• o1Í¡..LEVa 1. 92-95 ~A.Ú'K't'IX(,OV ••• q:>EÜr ÓV "(;€"), ••• q:>eü)'ov lipó~TJoE:V - 55 ip€üyov - 82-84 &1tEcr­ "J' Stern(103) ("Tbe imagery oí the ode is not, however, limited to the metaphor of the yoke: a secondary pattern oí vords exists by means oí which the contrast between be stial ity and cultiva­ tion ••• is emphasized ••• The basic contrast is between ílight and settled living"). Los vv.59-8l están ocupados por un excurso que nos pone en antecedentes: Preto sali6 de Argos y se estableci6 en Tirin­ to, de donde huyeron las Pr~tides. Esta digresi6n, que nos lle­ va a un tiempo anterior al de la narraci6n realidad'la íunci6n d~ ~rincipal, tiene en enfatizárlos motivos témáticos de dicho relato, como han destacado algunos comentaristas: Taccone (1()LI.): n~ da notare come tanto rispetto ad Alessidamo quanto rispetto alle Pretidi si svolga il motivo di una sven­ tura susseguita da una gioia che la compensa; il medesimo mo­ tivo anzi compare anche nell' episodio del transferimento di Preto da Argo a Tirinto,,(105). Maehler(l06): "Vielmehr st5sst man bier wieder au! das 'Leiv­ motiv' des Liedes, das seine thematische und íormale Einheit •­ 675 begrUndet: Gott erh~rt die Bitten der bedr~gten Menschen". carey(l0'7): "Bacchylides attributed a healing role to Artemis in relation to The same role is played by Artemis the~victor. in the myth of the Proetides and by Zeus in the myth of Proe­ tus and Acrisius. In all three cases we have disaster which is reversed by divine intervention". otros autores, en cambio, piensan que se trata de una simple divagaci6n accesoria, sin mucho que ver con la narra­ ci6n principal. As! opina van Groningen (108): "les vers 59-81, qui sont introduits par the, fait r~alit~, pose le ant~rieur lui est po~te , Y~P, racontent la fondation de Tiryn­ A ceux que le mythe comporte et qui, en ~tranger, sympt~me dans l' emploi de ce de la libert~ dont dis­ troisi~me ~l~ment mat~rial de l' ~pinicie, le mythe"; y tambi~n Pavese(109): "Questo ex­ cursus non contribuisce nulla alla storia della guarigione delle Proitides e alla gloria di Artemis. Si pu~ dire che esso sia insignificante? In senso particolare, sl. Ma il mito ha una funzione ornamentale generica, anche quando non ~ connes. . con elementi specifici. Esso sirve a transportare l' atleta e la vittoria nel mondo leggendario". Para nosotros, es claro su paralelismo temático con el relato prinCipal, cuyas ideas básicas repite y enfatiza, ea.o se evidencia por las numerosas repeticiones verbales que re1~ nan ambas historias(llO): 92-3. ~p~OKaCóEKa ~EV ~EA€O~ ~Tjva~ 57-8. 81. "AP1'O~ ••• A~n;óv't~~ (p) T~p11v.e~ov !o'tu i.~ltOüc.:.. xat ~EOÓ~~'tou~ &TC~l~ I I I I I 676 61. vatov (p) 41. Ka't ivaaae: 116. VaCEI.~ (p) vatov (p) 80. 61. &0& 1.0'1.~6a:\ 56. ap.E poaA,€av cpwváv ~~&ol.aC 'tE P.&I.A.t.xCOl., 90. 99. KCKA,1) [&.O"H.€ (p) 62. 'XaA,K~a1tt.oE~ (111) 123. xaA,Ko&Jpcmwv (p) 66. TI po C't'w 1. (P ) 45. TIpo C't'otJ (p) 83. TI po C'totJ 68. &P.E'tpO& CKal.~ 123. OI.KaCat; (F) 69. A,Caaov'to (p) 41-2. 1tOA.~A.1-[I.JO"tov 69. A,Caaov't'o &r. 1ta!Sat; (p) 98-9. Aa'toü~ K CKA.lJ [l. O"H.& -&~'}'a'tp]q 69. "Af3o::v'tot; 71. TCpuv&a 40. ;., Af3av't l.áoa~ (p del epodo 22) 57. (p de la antis­ TLP,sV-&L.OV trofa 2ª) 72. }(.'tC<:e:I.V (p) 72. lt; &P'}'ClA,€a:V 122. .1111 &Vá1­ E~K'tL.p.€vav (F) 46. Kap'tE pa 1. .. 11 &vd''}'Ka L (F) Ka\! 73. ZE11~ (p) 52. 75. & "w~ C1t1tO LO 101. 80. tn1t6f3o'tov (F) 76. . - - 1to:: u aa L O"t tJ '}' &pw V &:Xlwv (p) lHÓ~ t1trnt'H.EO~ (p) 114. l1':1to't pócpov 108-9. navaEv 'H.aA.tJ'H.oO"t&9ávotJ~ Ko~pa~ p.a:vLav &~€wv 76. &xlú.w 85. 77. 't'gtxo~ &~ KímA,W1tE~ 110. Káp.ov (F) aXOt; 'ta~ Ó I a~'tCKa o t 't'€p.gVO~ f3wp.óv 'tE 'tgVXOV (en ambos casos es el resultado final de la historia) I 677 78. 1t[6A.J~1. (F) (Tirinto) 57. ~'t'U (Tirinto) 114. 1tó:\I.V (Metaponto) 122. mSALv (Troya) 96. 'K,etAAI.P<SC::V. En cuanto al excurso considerado en si mismo, presenta tam­ bién una composici6n circular, tan caracteristica del mito de la oda que comentamos: a) Preto se estableci6 en Tirinto tras aban­ donar Argos (vv.59-63); b) causa: la disputa con su hermano Acrisio t resuelta por intervenci6n de Zeus (vv.64-76); a) nueva alusi6n a la colonizaci6n de la ciudad de Tirinto (vv.77-8l). Baquilides empieza la narraci6n por el final, echa la vista atrás y vuelve de nuevo al resultado final. Esta estructura ciclica viene marcada por claros ecos ver­ bales, que además componen una bonita rtinversi6n lt, como ha no­ tado Pieper(112): v.60 AI.1tÓV'tS~ -APYo~ [ v.6l vatov v.62 ~IlC.a.sol. v.79 &V,",''&SOL ... v.80 val.ov "------- v. 81 En la parte central, enmarcada por el "anillo", queda la disputa de los dos hermanos y la salida pacifica de uno de ellos por intervenci6n de Zeus, ante las súplicas del pueblo; la his­ t~ria, como hemos dicho, reproduce el sentido de la narraci6n principal: una pena que se convierte en alegria por interven­ ci6n de la divinidad(113). I I ~ I I j 6?8 Maehler(114) añade que tambi~n la parte central del ex­ curso (vv.64-?6) está construida simétricamente: vv.64-65 VEtKO<; ... &lla\.ll~ov ..... ~v€na::\.'t:o O''t'UyEpGSV ~X€wv adjetivo-verbo ,con "inversi6n ff sintáctica (substantivo­ ~ verbo-adjetivo-substantivo) v.68 ~ pe: Lnov ••• Il~xa L<; 't"E :\uypa'i:<; ~vcf"(Ka:v v .. ?6 1ta:üao::l. v.?2 M ~t; &pya:\€o::v nEaE'i:v • El orden de palabras de los vv.55-84, y sobre todo la ad­ jetivaci6n, presenta aspectos dignos de comentario: vv. 55-56 q¡EUYOV M ~t; 't"a:vC~u:\:\ov Ó' O'IlEpóll:\lo::v q¡wvav ~E'i:aa:l., ¡ I Es UD'nuevo ejemplo de trinversi6nll sintáctica: verbo­ substantivo-adjetivo ~ adjetivo-substantivo-verbo. vv. 57-58 Tl.p~V~LOt; ~~u¡:\LnovO'a:I.IKa:t ~EOÓllá't"ou<; &yu\.át;. I Segal (115) subraya el contraste entre 't"avCq>u:\:\ov (epíte­ to notable aplicado a SPOt;), que simboliza la vida salvaje, y &EOÓllá't'out;, que representa la vida civilizada de la ciudad. eE6ólla't'Ot; califica a nó:\\.t; en otros dos pasajes de Baqulli­ des, l2.? y 13.163 la isla de I (~. tambi~n P~lope"). 1.14, dicho de "las puertas de 679 vv. 59=63 Destaca la figura ~eo~~~E~ ~Lnóv~eb ·APYo~ I que reaparece en los versos 72: lb neae!v ~váYKav &pyaA€av I y I zeó~ ~' f~e~ev 73: KpovCoab I La acumulación de adjetivos &óe1.o1.f3óa1. (sólo aqu! y en 5,155) xa~KáomLóeb ~~C~eo1. se repite posteriormente en los . vv. 79-81 , &v't'C~eot. ••• ~p!.I.)e~ 1tepL').1.Ae'.'toC, 10 cual hace aún más patente la correspondencia entre los dos pasajes que en­ marcan el núcleo central del excurso. En general, los ep!te­ tos son abundant!simos, y en otras ocasiones se aplican tam­ bi~n dos de ellos a un mismo substantivo (vv.8D-81, Argos; vv.83-84, las hijas de Preto). vv.64-66 vetKo~ yap &Il~ f:3AT)xpa~ &v€1takro lC.aCH. 'vT)'t'o!~" ~1t' &pxa~ TI. 't. K.' A, Un nuevo contraste se establece(116), entre los adjetivos &~aLIl~e~ov y F3AT)xpa~; la posici6n de t§ste 6.ltimo es desta­ cada, dada su separación del substantivo al que califica. 680 vv.67-68 Aao'l1~ 'tE o.. xoO"'t'a;aCa~ ~pE:LnO" &jle:'tpOO'XOl,~ ¡J.áxa;l.~ '¡E At)'ypa;t~ .. I I tAjlE'tp~O"'XO~ es un hapax. La construcci6n de la frase y el sentido (en ambos casos hay un cierto pleonasmo) recuerdan los vv.57-58: Tl.p~V%LOV ~O"'t'u AI,nOÜaal, xaL ~e:oó¡J.á'tou~ &ruLá~. vv. 69-72 ACaaov'to oe natoa~ -A. ya" n.l Aaxóv'ta~IT,pu"ea I ~ov ~n. K,¡C~e:I.V, I Especialmente destacable es el epíteto 1toAl1xpl.-€·o~ (s6lo aquí, en Euph.51.l4 y Suid., ~. XpCjlvov). Stern(ll?) 7 Se­ gal(118) opinan que el paso de la vida salvaje a la civiliza­ da se manifiesta en el dominio de la agricultura (1tOAÚKpl..e·OV) y en la doma de caballos (o .. w~'n1to",o to hom~rico ,v.75; f1tnól3o't'ov, epíte­ de Argos, v.BO). vv.77-?9 't'e:!xo~ oe K'I1KAW1tE, xájloV tA~ÓV'te:~ ~1t~ I I KA. 1t[6AJ~1. I XeÍAA"O"C'OV, 681 vv. 79-81 tv' &V,;C.e'EOL vatov 'KA.u'tov e1t'JtÓ~o'tov "AP'Yo~ fipwe:~ 1tEp. A.1,1tóv't"[e:~. , vv.82-84 ~v-&e:v &1tEoo1S~e:VClL TIpo e'rO\} KUaV01tA.ÓKa~O 1. cpe:u)'ov liÓ'J.Cl'tO 1. .e·t5'YCl'tpe:~. I El adjetivo ~ó~a't"o 1. aplicado a las hijas de Preto contras­ ta su salvajismo con la civilizada vida de la ciudad, una de cu­ yas señales es, como indicamos poco más arriba, la domesticaci6n de animales. La imagen del yugo y la domesticaci6n, así como su significado, es el tema central del tantas veces citado artículo de Stern. Vv.85-109.- El personaje de Preto pasa ahora a primer plano de la narraci6n, que tambi~n presenta una estructura cíclica 'aba': a) vv.85-9l: frustrado intento de suicidio de Preto, que preten­ de hallar así una salida a su situaci6n; b) vv.92-95: reaparici6n del tema de la locura y huída de las Prátides; a) vv. 95-109: soluci6n definitiva del problema de Preto de la mejor manera, por la vía pacifica: súplica a Artemis, que per­ suade a Hera. Las repeticiones verbales muestran un curioso paralelismo entre la "locura lf de las muchachas y la del propio Preto¡ ambas 682 se solucionan de manera pacifica, con buenas palabras (aunque en el caso de Preto también I3GaL XELpWV, v.91)¡ no olvidemos que en el excurso de los vv.59-81 la soluci6n violenta se ha revelado igualmente in6til y Zeus lo ha arreglado todo pacifi­ camente. Podemos señalar los siguientes ecos: 85-6. 90. tE 'va ... j.1€ pLj.1va j.1~~OLaC ~E j.1EL~LXCOL~ 102-3. 99~ A~aaa~ ~áp~povo~ KCKA:n [LOK€ 107. (p) 6€ xoj.1€vou 107. ~L~oüaa (119) 91. Ká~EXOV (F) 91. 108. ~aüO'Ev (p) 100. XE!pa~ (p). Esta 6ltima repetici6n es contrastiva: en el primer caso se impide el suicidio de Preto ~CaL XELpWV, mientras que en el segundo Preto XErpa~ dV~E'VWV suplica a al divinidad(120). El primer eco verbal parece indicar que ~E'va •• ~ j.1éPLj.1­ va se refiere a la intenci6n de Preto de suicidarse, no a la preocupaci6n por sus hijas(12l). Asi, la frase de los vv.87-88, ooCaee: ól ••• na~aL , seria una explicaci6n de la anterior, o' EtAEv ~ •• j.1€pLj.1Va (122) • Carey(123) comenta que es caracteristico de la técnica ~ov narrativa de Baquilides llevar la historia a una situaci6n li­ mite, acumulando tensi6n, antes de la soluci6n definitiva, por - obra de la divinidad. Tal ocurre en el mito de la Oda 3 y lo mismo sucede en el epinicio 11: el desesperado intento de sui­ cidio de Preto prepara la intervenci6n definitiva de Artemis, que lo resuelve todo pacíficamente, como en el excurso de los vv.59-8l Zeus impide que la disputa entre Preto y Acrisio llegue a mayores (v.73). 683 En los vv.92-95 la atenci6n se vuelve a centrar por unos instantes en las muchachas, insistiendo el poeta en el tema de la huida. La segunda frase, ~ov ~EÜrÓV ~E Ka~' 'APKaoCav ~~AO~PÓ­ , repite la idea de la primera, ~PLOK~CoEKa ••• 6Aav , es­ pecificando el lugar donde se desarrolla la acci6n(124). Una palabra ofrece problemas en el v.93, donde el papiro transmite la lecci6n ~A~K~aCov, que Blass' (3ª ed.), seguido por Taccone, cambia en &A~OKaCov, verbo ya homérico. Esta mo­ dificaci6n no es necesaria; en primer lugar, porque ~A6K~a~ov sería lectio difficilior, pues s6lo está atestiguado en otro pasaje, Rdt.9.70.4(125 ); y en segundo lugar, porque el senti­ do no presenta dificultades. Así, Jebb(126) dice: " &AÚW, &AUK­ ~~Cw, &AÚcrcrW (11.22.70), &AuK~aCvw (Resych.), are &AUK't"€w, verbs in which the root &A- (&Aáo~aL) takes the special sense of mental wandering, unrest, distress ••• Rere Bacchyli­ des has used ~A~K",a~ov in a way which blends the notions of mental and physical unrest: 'roamed wildly'll. Maehler(127) compara con un pasaje homérico (11.l0.9lss.), en el que Agamen6n, que no puede conciliar el sueño a causa de sus preocupaciones, habla a Néstor: 1tAá~o~al.f~éf ~.~ ofJé€ ~O, ~~op f~1tEéoVf &AA' &AaAÚK~~~al., KpaoC~ él ~~1. f;w cr~~~lwv ~K-&pfOKEI., K't'A •• ' AAaAúK't'~~al. significa, según Maehler, "ich bin ausser mira, y la construcci6n de Baqu!lides con la prepo­ sici6n Ka~á, como si se tratara de un verbo de movimiento, es­ taría facilitada por analogía con 1tAáCo~(tI. bién, añadimos nosotros, por la expresi6n Ka6Cav y similares, y tam­ ~EÜrÓV ~E Ka't" 'AP­ que sigue inmediatamente, pues la segunda frase es una precisi6n de la primera, pero ambas desarrollan fundamentalmen­ I I I I I I I I I , 684­ - te la misma idea. Cf. tambi6n Il.2.4-69ss.(128): 'HÚ~€ ~vLáwv ~óLváwv at ~~v€a nOAAá, ~€ Ka~a ~a~~ov nOL~~vLOV ~AáaaovaLv ~P1J I:.v € lapl.vV, Los vv.92-95 recogen 55-56, pero ahora el raro ~av'~vAAOV ~Aav 3po, 1:., es sustituido por el homárico Ka~a óáaaLov ••• (1!.15. 273), como apunta Segal(129), quien indica además que los epitetos "positivos" aplicados a Arcadia (v.95) y a la fuente Luso (v.96) preparan los coloristas adjetivos de los vv. 978S. En cuanto al orden de palabras, únicamente merecen comen­ tario los vv.92-94-: ~p. ~ev ~eAlov, ~Dva, Ka~a ó. ~AúK~aCov 6Aav ~eüyóv ~. Ka~' --'------:-L~ __...:.__ -=--_--=___-¡-__________ 1 1 , A" ~--------------~--------------~ De nuevo hallamos la figura óáaal.ov ~AúK~a~ov 6Aav I En los vv.95-109 el centro de atenci6n es de nuevo Preto, que, tras un baño ritual (vv.95ss.), suplica a !rtemis que li­ bere a sus hijas de la locura. Precisamente la extensi6n de su discurso directo ha sido discutida. LUdwich(130), Housman(131) y Romagnoli(13 2 ), con la duda de Taccone, consideran que debe empezar en el v.102 y que !l!ayayet'v es un infinitivo imperati­ vo. Tambián FUhrer parece ser de la misma opini6n(133). Jebb(134-) aduce dos convincentes objeciones, que aprueba ~. 685 Maehler(135): 1) cuando, en una plegaria, hay infinitivo impe­ rativo, normalmente precede un vocativo con el nombre de la di· nidad; 2) el sujeto del infinitivo no suele ser el dios. A estos dos argumentos se debe añadir que no hay otro ca­ so de infinitivo imperativo en Baquílides y que tampoco hay grandes dificultades para aceptar que el infinitivo ~~arcxyEtv dependa de KCKA.!l ~C'K.E. Maehler señala como caso paralelo .!l. 9.566ss.; ~. también s. QI.209ss. (~.): ~ov Xpuoo~'~pcxv ~E KLKA.~OKW. ~aoó' lnwvu~ov ya" otvWnCX BáKxov, E5LOV MCXLV~ÓWV d~óo~óA.OV, nEA.aa~DvCXL ~A.lrov~(cx) ••• Otros verbos de la misma raíz pueden construirse igualmente infinitivo. Así, C4 KCXA.ÉW en 11.15.54-55: , KCXL\ uEUpO KCXA.EOOOV ~... . "'IPL'.I ~' lA.~É~EVCX L KCXL 'AnóA.A.wvcx KA.U~Ó~O~ov. o lnLKCXA.lo~CXL Hdt.l.87.1 Th.3.59.2 (también con el sentido de "suplicar"): lnL~~oa;o.(1cxL . 'AnóA.A.wvcx ,;ov lnLKaA.EÓ~EVOV, ~nLKa;A.O~~E~a; ~ou, KEK~~Kó~a;, ~~ rEvla~cxL ~nO e~~CX'OL,~~óe ~ot, lx.(1'a~oL, ~'A.~CX~OL 3V~E, nexpa­ óO.(1DvCXL. Así pues, compartimos la opini6n de que las palabras de Preto en estilo directo abarcan solamente los vv.l04-105 l' se introducidas abruptamente(136). En este pasaje hay abundantes ecos verbales del resto ~ epinicio, y en particular de otras partes del mito. Los ep1't1 tos, en especial, son importantes. irtemis es llamada ,o~v~ 111.1 11.1 686 11.' K Lpccó€~vOJ ~O Acc'toü<; ••• ~"VLKOKp~ÓE~VO<; [&úyCC't pJc: ~OW1t" V • El calificativo contrasta con 1tOP~Upo~wvo"o (v.49), que se dice de Hera(137); y ~own .. v , además de continuar con la imagi­ ~oü<; neria animal (cf. v.l04 ), es significativo por tratarse del tradicional epiteto homérico para Hera, usado por 6nica vez como calificativo de Artemis(13 8 ). Preto promete sacrificar en honor de !rtemis, si cura a sus hijas ( 'E~CCO(CC), v.46; son además ~OLV"K6'tp .. xa<; ~ó~a~oL, v.84), (hapax; ~oü<; &,uya<;(139), que ~OLV"KOKp~ÓE~VO<; s610 está atestiguado en B.ll.9?-98 y 13.222, aplicado a al Musa). La acumulaci6n de epítetos sigue siendo grande en los ver­ sos finales del mito, y en varios casos un mismo substantivo recibe dos de ellos: ~úooa<; ~oü<; , v.l02; , v.l04; 1rtemis, vv. 106-107. En cuanto al orden de palabras, se pueden observar las siguientes figuras: vv. 97-99 ~V~EV xp6cc VL~~&VO<; ~OLVLK. Acc~oü<; I K CKA!) LL C'H.E -&úycc't p) e: ~OW1t LV I I vv.106-107 ~oü Ó' fKAu' &p"o~o1tá~pa I -&npoox6no<; E(,XOj.l€vou· I I (140) 687 Vv.llO-l12.- Lús dos versos con los que el m. ) concluye t re­ cogen el principio (vv.40-42), formando una perfecta "composi­ ei6n en anillo". Gomo señalamos al iniciar el comentario del mito, Baquilides no se limita a repetir lo que ha dicho en los vv.40-42, sino que amplia los datos y da más detalles sobre el suceso. En tres b~eves frases se describe la fundaci6n del san­ tuario en honor de 1rtemis: establecimiento de. un recinto sa­ grado y de un altar, tal como se adelant6 en los vv.40-42; sa­ crificio de animales, eomo promete Preto en los vv.105-l06; creaci6n de coros de mujeres. El orden de palabras de las tres frases es notable, sobre todo por la posici6n del verbo(14l), que en la primera está al final (-¡;e"x ov ), en la segunda al principio (Xpa:tvov) y en la tercera en medio (tO"ta:v ), de modo que el periodo se cierra con la tipica figura xopou~ to-¡;a:v rVVa:~KWV. I La brevedad y aoncisi6n de las tres frases finales, sin un solo epíteto frente a la abundancia de ellos en los versos an­ teriores(142), es un ejemplo más de lo que Segal denomina nt~c_ niaa de contracci6n y expansi6n h • Vv.113-l26.- Despu~s del final del mito (vv.llO-l12), que la Ringkomposition señala con toda claridad, el oyente espera una vuelta a los personalia. Pero no encontramos una nueva alaban­ za del vencedor ni se mencionan otras victorias de Alexidamo o sus familiares; tampoco se habla del entrenador, como suele ocurrir cuando el vencedor no es un adulto(14 3), ni se elogia 688 ~ la patria, al menos de la manera habitual; en fin, está to­ ~mente ausente el elemento gn6mico, tan caracter1stico de la secci6n final de las odas con mito central de Baqu1lides. En su lugar, nuestro poeta introduce una coda final que rela­ ciona el culto a lrtemis (y el mito en general) con la patria Lel vencedor, hetaponto, supuestamente fundada por los héroes aqueos tras la guerra de Troya. La ~almente por el adverbio coda es introducida for­ lv~€v (v.113), utilizado también dos veces en el mito propiamente dicho (versos 82 y 97), de modo que Baqu11ides sorprende a al audiencia al continuar as! con la narraci6n en lugar de pasar inmediatamente a los personalia. En definitiva, el epinicio 11 es el único con mito periférico den­ tro del corpus conservado de Baqu!lides. De nuevo es la figura de 1rtemis la que enlaza el final del epinicio con el mito y también con la secci6n inicial. Esta "funci6n integradora" de la diosa para unir las distintas par­ tes de la oda ha sido subrayada por diversos autores; as1, van GrOningen(l44): "L' image de la déesse sert encore 11 passer la derni~re partie qui nous reporte a M~taponte, a la patrie du vainqueur, fondée par des grande héros achéens"; o Maehler(145): " ••• Artemis' integrierende Funktion in diesem Lied zeigt: die G~ttin, die in Lusoi Proitos' Gebet erh~rte und in Delphi Ale­ xidamos den Sieg erringen liess, ist die StadtgBttin von Meta­ pont, wo jetzt der Sieg gefeiert wird H • De esta manera, por un lado la 'coda final es una conti­ nuaci6n del mito, algunas de cuyas ideas centrales repite: la fundaci6n de una nueva ciudad bajo protecci6n divina (Tirinto en el excurso dentro del relato mítico); el establecimiento de 689 un santuario en honor de Artemis ( ~Aao~, v.118), como hicie­ ron Preto y sus hijas. También otro motivo importante reapare­ ce, como señala Pieper(146): la invocaci6n ro xpua€a Aawv (vv.116-ll7) en lugar del típico 5éanoLva ~~pWv(147) es 5€anoLva significativa, pues 1rtemis ha dejado de ser la diosa de los animales salvajes ( &ypo~€pa, v.37; ~~poaK6no~ , v.lO?) y se ha convertido en divinidad de hombres civilizados. Pero, por otro lado, el cierre del epinicio se corresponde con el proemio (vv.1_14)(148): ambos constituyen una unidad métrica exacta y en los dos casos se invoca directamente a una diosa, a Victoria al principio y a 1rtemis al final. En el cierre, en efecto, encontramos el vocativo (vv.116-117) y el uso de la segunda persona (versos 116 y 118). Los ecos verbales son, además, muy numerosos: 12. ~~u (F) ~1e:"&"o::nóv~ LOV 10. Me:~Janóv~Lov xpua€a 4. 1toAuXp11owL 2. ao' ,9. 114. n6ALv 116. 117. (Metaponto) 118. "&"0" 119. dSuópov 10-1. 122.E~~~~€vav 121. ~EWV ~aK~pwv flouAai:a.. 12;. ÓLKa'a~ (F) 124. ~Xe:1. (Metaponto) aé-&Ev e:6yuCwv 12 • E-6q> po crova lo 12. &E6~L~OV (149) 9. &p}&OÓCKOU (150) 11. ~ la~lJxoua ... Añadamos que la frase con que acaba el .epinicio, ó LKa'a~ .. a~ ~ ~XEI. q>plva;~, E~­ Pñae:1. aVv &1tav~1. XpÓVWI. ~up'a~ &AKa~ 'AxaLwv. I I I J • 690 relaciona el pasado m1tico con la victoria pitica actual, ya &AK~, 'Axa~wv se refiere tambi~n al triunfo de Alexidamo, que sigue los pasos de sus antepasados legendarios(15l ). Hay, que en efecto, muchas responsiones verbales entre el cierre y la alabanza del vencedor en los vv.15-39: f~~o~p~~ov 114. (Metaponto) ~oP~~~P~~9Y 30. (Metaponto) (mismo v.) auv &e ~~xa~ (F) 115. [&AA« ~~xa ~%OVEP~J 31. (Palmer) (mismo v.), (contraste) 117. xpua€ a (irtemis) 119. K~oav ~ap' 121. %&Wv E6u&pov 38. xpuoaAáKa~o~ 26. 'AA~EOV ~ápa KaAA~p6av (p) 24. ~a~€o~~, (Ártemis) 34. %EÓ' (contraste entre 121 y 34: ~xi­ la divinidad decide el to o el fracaso) 123-4. &~Ka'a, 80~L' &CKa, KÉAEU%OV EC 26-7. ~~ ~~, &~l~pa~Ev 6p~a, fXE~ ~p€va, (contraste) 2~. Tambi~n KE Cvw ~ TE oUV ~~a~ ~ (p). son numerosos los ecos verbales que se estable­ cen entre la 'coda' final y el mito propiamente dicho, ya que importantes temas que aparecen en éste se repiten, como hemos comprobado anteriormente, en aquella: 113. &pr¡.'~ CAO ~~ 114. emto~p6~ov • •• 'Axa~ot~ 60. %EO~~A€~ • •• 75. & ~w~ C1t1tO ~o " APTo~ 80. t~~6~o~ov (F) 101. e'JtmSKEo , 691 114. fnno~p~~ov 95. ~~AO~P~~ov (152) 114. ~~A~V 57. tl~u, 78. . (Metaponto, la nueva ciudad fundada) 'Jt [~A] ~ ~ (F) (Tilinto, la nueva ciudad i'undada) 116. va:Cel.' tp) 61. va:tov (p) ,BO. 117. AaJJSV (F) 67. Aa:06, 110 • ot tlAao, 11Bss. ~€ ~o 1. ••• tcacff.1evo 1. . no~t Ka:AAl.p~a:V (p) 96. AQuaov np~yovoLt 74. ye:ve:áv XP~VU)l. (153) 59. f~o~ OéKa:~OV 119-20. 120. ~lf.1EVO, ~wf.16v ~E ~e:üxov + Káaa:v ~a:p' e~uopov 119. va:tov (p) ¡ti • • 121. -&ewv 60. -&EO~LA€<; 62. ~f.1'.e·e:OL 79. &v~ C.seo 1. (F) (mismo v. 121 y 79) 122. E6K~I.f.1€Va:v 123. Xa:AKO~páxwv 123-4. 123. (F) OI.Ka:Ca:, ••• (p) ~p€va:, Ot.Ka:Ca:, (F) 72. K~'l;e:"v (p) 62. xa:AKeXan "oe: ~ 45. ~p€va:, 68. &IJ.E~POO CKO L~. (contraste) En cuanto al epodo final en s1, hay varias palabras que se repiten en breve espacio: 114. ~~AI.V 114. , AXa:Lot, (F) 115. (jvv oE ~t1xa 1. (F) xp~vúa .. 125. cWv 111ta:v~L XpÓVWI. 122. e6K~I.f.1€Va:v (F) 119. dSuopov 120. 122. 1tÓAI.V , 126. AXa:t.wv t F ) (F) 125. Xp~vw ... 692 Por último, el orden de palabras de los vv.113-126 pro­ ;x>rciona un caso de "distracci6n" (vv.113-115): ~V~EV KaL[ap~t~'~OL~ avopEooLV I<~~> Enn. nÓ~Lv I~'-A-X-~-LO---L~~I I I ~anEo· I ,. otro de flenmarcamiento" (vv.123-124): oL,(.a:Ca~ 8cr'tL~ fXEL 'PP€va~ I e~ el que destaca la relevante posici6n de la importante pala­ bra oLKa; Ca<;; (154) • Hemos ido comprobando, en suma, que el epinicio 11 es una oda algo extraña, desde el punto de vista formal,dentro del corpus de Baqu!lides, con un final algo abrupto si se quiere, pero con una unidad evidente entre sus distintas secciones, y, dentro de cada una de ellas, entre las diferentes partes en que se dividen. La figura de 1rtemis tiene una "funci6n integrado­ ra rt , es decir, sirve de enlace y vinculo entre cada una de las secciones de la oda; desde el punto de vista formal, la unidad de cada parte y la relaci6n entre cada una de ellas es marcada por las repeticiones verbales y por el uso continuo de la "com­ posici6n en anillo n • Rechazamos, pues, categ6ricamente la nega­ ci6n absoluta de la unidad del epinicio que han censurado di­ versos autores(155) y que aún podemos leer en trabajos relati­ vamente recientes, como el de Townsend(156 ), para quien Ba­ 693 quilides ha compuesto el poema "in Hesiodic catalogue manner, writing down whatever strikes him at the moment instead of planning the whole ode and its emphases ahead". Hay que hacer menci6n, finalmente, de un problema textual que afecta a los vv.119-l20. VOL taa~~€VOL , r·re lecci6n del papiro es npóyo­ que parece una corrupci6n por diversos moti­ vos: por la sintaxis, por el hiato y por el esquema métrico, ya que esperariamos u---uu- y no uu--uu- do defendida por Jurenka, que sobrentiende otra posible dificultad métricf ; aún así, ha si­ etaCv • Hay, además, y es que en el corresponsal , ){.á~ov daría 1u­ gar a brevis in longo, indicio ce final de período, por lo que no sería posible en los vv.119-l20 ....n flcolon-continuolJ (el otro verso corresponsal, 35, no nos ayuda, pues la palabra final es ~po~wv ). De todas formas, se podria admitir perfectamente un alargamiento de la ~tima silaba, )(.á~ov (157). Las distintas soluciones dadas para arreglar el texto han sido recopiladas por Jebb(15 8 ) y Cataudella(159). En primer lugar, se intent6 resolver el problema (si es que lo hay) de la brevis in longo del v.?? modificando la lecci6n del papiro en este lugar, con todo el riesgo que supone cam­ biar un texto transmitido (aunque los cambios sean mínimos), que además da perfecto sentido, en base a un texto corrupto casi con toda seguridad. Platt propuso ){.á~ov~·, pero, según Jebb, ~a forma media s6lo aparece en griego pre "üejandrino dos veces (Il.18.34l y Od.9.l30), y en ambos casos no es mera sustituci6n de la activa por comodidad métrica, sino que tiene un sentido 694 distintivo (t'construirse algo con el propio trabajo, con las propias manos "). RAbil es la leve modificación de Maas ( AOV~&~ .a€­ en lugar de ~A~OV~&~ ), pero la mejor solución seria, creemos, considerar que hay un alargamiento de la vocal ante -v • En cuanto a las propuestas para corregir los vv.119-l20, podemos dividirlas en dos grandes grupos: las de quienes admi­ ten un "colon-continuo" y las de quienes no lo hacen. Dentro del primer grupo, Wilamowitz conjeturó npoy6vwv toollll€VWV , que aceptan Blass, Taccone y Festa¡ Jebb y Schwartz leen tambián taallllévwv, pero en lugar de go británico prefiere npo VIlOt' y el alemán Platt(160) se inclinaba por llloC ~POYÓVOL<~ ~f>; TIP~ youvot' y Headlam por nll~pWwv (u--), que habria sido glosadO por ~aallv ~poyóvwv el filólo­ npóyovoL (uu-). de Palmer, con puntuación tras AIlWV TIpóyovoL (v.ll?), ha convencido a Kenyon y a Crusius(16l); pero ya Blass demostró que tenia muchas cosas en contra: el hiato; la forma activa del verbo, rarisima en lugar de la media con el significado reque­ rido por el contexto; el hecho de poner en boca del poeta una afirmación que carece de base(162). Jebb(163) resolvia el pro­ blema del hiato y de la forma activa dia ~aaav~o leyendo .&€aallv, ~aallv en lugar de la me­ aunque ál mismo, en su edición comentada(164) considera esta enmienda Umetrically untenable". Tambián presuponen "colon-continuo" las conjeturas ~ Lllwa' de \i. Theiler(165) y npóyovo L ~O ~aallv OIlOÜ , "piantaro­ no tutti insieme", de Cataudella. J. S. Lasso de la Vega(166) ha propuesto la siguiente lec­ tura: 695 . ­ ¡WV ~Aao~ ~l ~o~ f~€p6€v· K~oa:v 1ta:p' d~uopov 1tPÓI'OVO ~ <€ta>voa:v ~~ot rrp~á~o~' ~1t€C ••• . AAOO~ seria el segundo complemento de va: , ' ~ €~~.np0'Y0vo~ con correptio epica (en la oda que comentamos se da tambián en los versos 12, 24 Y 118(167» daría una secuencia --u---uuu, es decir, - EUu , que encontramos también en 3.83 (y qUiz' 8.28) a comienzo de período, y en 3.40 con nombre propio(168); compá­ rese, en Píndaro, !.5.6, 10 y 12(169), 1.2, verso 6 del epodo, 1.4.54b, 1.6.63 (nombre propio), y qUizá Q.3.35 y ~.4.253. Para (EfO'':>T)aexv con la preposici6n 1texpá + acus., véase ~~~E ~o~€va:~ Hdt.l.99.l: na:pa ~a:O~A€a: ~DO€Va:. El verbo está bien atestiguado en Píndaro (~.4.l20, ~.lO.32, li.lO.16, ~.169. 18). Para el preverbio Et~- en Baquilides, 21:..- F.¡,.20D.8. rrp61'0Vo ~ ••• f~o' seria el "yo coral H: es el coro de metapontinos el que habla de sus antepasados, no el propio poe­ ta. Asi, los vv.119ss. recogerian lo dicho en los vv.113-ll5, pero ampliando los datos, como ocurria en el caSO de los vv. 92ss •. Finalmente, puntuando tras l~EPÓ€V, la nueva frase que comienza en el v.119 seria muy se~ejante a Pi. !.7.33-35(17 0 ): napa ~lro:v &~cpaA.bv €OPUlf.ÓA1tOU ~ÓAEV X~ovó~ - !v rru~'oLa~ o~ oa1t€oo~~ lf.Er~exL - rrp~~~ou 1tÓALV NEOn~ÓA€~O~ ~1tEt npá~Ev, otros autores consideran que en el v.77 hay brevis in 10m­ ~ y por tanto fin de periodo, lo que haría inadmisible un -cO­ lon-continuo!f. Dentro de este grupo de propuestas, contamos cea _____ .,.''0 _ 696 una segunda conjetura de Wilamowitz(17l), A~O~ npo ~ov ~ooa~ TIú­ , de acuerdo con Estrab6n (6.264), quien transmite una le­ yenda según la cual los pilios fundaron Metaponto tras la caída de Troya; presenta la dificultad de ~oaav en voz activa. Maas(17 2 ) leía &~ao~ ~6 ~o~ f~Ep6EV Káoa ~ap' EOUÓPOV ~60v looav~o, <KAUT~V) ITp~~~o~' l~EC ••• , pero son demasiados los cambios que deberíamos admitir en el texto. Tampoco con­ vencen las propuestas de Carey(173), (de nuevo ~€vwv n6pov laoav np6yovo~ looav en voz activa) y de Edmonds, (~o~ np6~wv ~o~' tooa­ ••• ~o&', "t6 tienes"). Turyn(174 ) prefería !~oo~ ~€ ~o~ f~Ep6EV K~oav nap' EOUOpOV K~Coav otó' ~aoá~Evo~ , aceptado en parte por Maehler(175), que mantiene ~EVO~ K~Coav pero sustituye otó' ~aaá~Evo~ por o~a&~aoá­ Si hubiera final de período en el v.119 y fuera correcta , según Pi. 0.10.45. (aunque arriesgada) la idea de Wilamowitz de leer el nombre de los pilios, que habría sido expulsado del texto por su glosa np6yovo~ (176), se pOdría haber dicho, por ejemplo, nu~Cwv , \./ KEt~' tooá~EVO~ (!~oo~ ••• nu~Cwv: "santuario de (alzado por) los pilios"), sin puntuaci6n fuerte tras ~aWv , V.ll?(l??). En B.9.46 el papiro tambi~n lee ErrONOI, cuando lo correc­ to es ErrONQN. nuA.CWV rimaría con sus corresponsales (v.35) y 17.39. Ká~ov KEt&~ ~po~wv - (v.77); sobre la sinicesis, cf. KvwaCwv en .....,. est~ atestiguado en 9.10, aludiendo a la funda­ ci6n de los Juegos Nemeos en honor de pasado legendario. nu~Cwv Arqu~moro, tambi~n en un sería el sujeto de la frase siguien­ te, que no se vuelve a repetir, como en los vv.6?ss: ~ao~~ ~E ó~xoo~ao'a~~ 697 ACOOOV'tO ó€ ••• Quizá tambi~n cabria, aunque los cambios son mayores, TIu­ ACUlV, lf.'tLO.&EV 'to 1táACU, ....., y v.121 EÓlt't&.~€vav hay varias 'to 1t~Aa&. palabr~s (~AOO~ ••• lt'tl.o.&lv). e:f. v.72 ,­ X'tCCE&.V (ya hemos señalado que en el epodo :final , que se repiten, 1tOA&'b' , L ' Axa~ub' xpovo~ ); en Fr.5.2. Indicamos, :finalmente, otros ecos verbales observados a lo largo de la oda: Dentro del mito. 'tJ q: ~ 40. (p ) 43. 't'cf~ (P) 85. , 53. 'tato..v ól. 'tov ó(l) (p) 106. 'tov ó (l) (p) 110. 'tal. (p) 126. aO"t&.~ Ó (€ ) ,p) (tautom~trieos 43 y 85, 40 y 126)(178~ 73. KpovCóab (F) 123. 41-2. 1tOAt1A~ [&.] O"tov 50. ' A't PE Lóav 1tOA~ 70. 41. lf.a'tivaooe 42. e~1tE1tAO &. ,63. 1tOAUC~AW&. 1tOA~lt P&..&ov 91. )f,~'tE:XOV (F) 119. d5uópov t 93 y 94. Ka't& 122. E&r.'t &.Illvav 103. l~a'Ya'YEtv 43-4. lpa'twv ••• ~EA~~PWV 118. !AOOb 'ti 'to&. tllEp6ev 698 44. 44. 44. "Hpa: , 51. 1ta:p€opou (F) 107~ "lipa:v (F) (tautométricos 51 y 107) A~aaa:c; 102-3. 1tápeppovoC; 123-4. OI.Ka:Ca:C; ••• cpplva:c; 51. 1ta:plopou (F) 103. 1tápcppovoc; lP) 119. 1ta:p,á) 45. 1ta:PO:1tAfi'yl. 47. yCLp 48. ~'t" 1. 59. yCLp ~'t"oc; , 64. 'Yáp 55, 72, 114. (tautométricos 72 l;c; y 114) 48. 't"€(.lEVOC; 110. 't"€~EVOC; 50. O'cp€'t" EpOV 71. Ó1tAÓ't"EPOV (F) 51. 1t POcp€ PE 1. V 119-20. 1tpóyovol.+ 51. 1t po<p€ pe: 1. V 89. a: Cx~o<p6po 1. 51. 1t a:'t" € po: 96. 1ta:'t"11' P (Preto) (Preto) 106. clpl.O"'Co1tá't"pa: (F) 91. f3 cal. .54. • •• 58. c{yua.ác; ~F) 61. !OEI.O'I.¡3Óa:1. 88 • l; V O"'C € pv o 1. O' 1. 103. ~~a:'Ya:'YEt'V 64. &:~a:I.~cñtE't"OV 68. c{tJ,E't" po o CKO I.~ 84. !cS~a:'t"o 1. 105. !l;u'Ya:~ 109. &-&€wv 63. O'~v 115, 125. (Zeus) 699 JO. ... &V';E CVW\i 119-20. 65. KO:OLyVT}';OL~ 7'+. 65. &1t(~) 82. &1tEOOÓ~EVO:L 67. &LXOo,;O:OCO:L~ (F) 102. yEvEeXv , &UO';~VO LO 112 • t O't' o:v 77 • K ÓKAW1t E ~ 99. ~OW1tLV 78. KAE LVaL 80. KAU,;6v 8'+. .&ÓYO:';PE~ \F) 99. .&\1yo:,; pJ q; 86. VLV 89. VLV 91. K<Í';EXOV 95. 99. , 124. fXEL ~T)Ao,;p6<pov 111. ~~AWV ~OW1tLV 104. ~oü~ 10'+. ';01. (F) 118. ';01. (!.rtemis) 111. ~LV (Artemis). Entre el mito y la seeci6n inicial. 41. KO:';€VO:OOE 91. }l.á,;txov (F) 93 y 9'+. 41-2. Ko:,;á 1toA6A~lLJO';OV :1.7. 50. 1tOAÓ 63. 1toAul;~AW" 70. 1tOAÓKPL'&OV 42. KOÜPO:L 42. dhE1tAO L (F) ,109. 119. Ef}v6pov 122. E6K~~~évo:v (F) 43. ~~ ,103. t~O:YO:'YEtV 44. 1tO:YKpa:,;~~ KOÓPO:~ 9. KOÓPO: (p) 10-1. 12. 36. 1tOA€E~ tK Edyu Cwv ElJ<p pooóvo: " 1tpóyovo 1.1 700 ~1tO:v,;¡, 125. 44. 1tO:yKPO:'t'~C; - 46 • 45. 45. 20. K pCC'tE pac;; 12. E(,q> pooúvo:&. 'K po:'t' Epo: &. q>p€vo:C;; 103. 1tápq>povoC;; (p) 124. cp pEVO:C; , 5. 1tO:PO:1tA:TlY 1, 51. 46 • 28. 1to:y~€v(.tH. :no:pé'epou (F) 1tO:PLO';O:¡.t€VO: 26. 1tápo: 103. 1tctPCPPOVOC;; (p) 119. 1to:po: (mismo v. 103 y 5) ,. r: E ú~a: o t a: ) 84. ltell-O:';ol, 105. 47, 59 lfr:uyo:c;; y 64. yáp l. [yáp] 49. 1tOpq>uPOr:WVOLO 16. ~o:-&ur:wvo [&.oJ 49. ~Eac;; 12. -&EÓ';LIl-OV (F) , 58, 60, 62, 79, 109 (F), 121. 34. , 24. -&EÓC; 50. q>cto;tOV (p) 24. q>crow (P) 50. Oq>€';EpOV 37. &ypo,;é'po: (F) 71. 51. d1tAÓ';EPOV (F) 1to:'t'€po: 96. (Preto) 1t0:'t't) P 2. 1t0:'; Cri' p ( Zeus ) 5.· 1tO:PLO';O:Il-€VO: (Preto) 106. &pLa';01t(X,;po: (F) 51. r:0:~€0"C; 1to:pÉepou (F) (Zeus) (Rera) (30. (único caso en que se dice fepo:v] (Nike) ~ebb) de una esposa) 52. OEIl-VOU ~LÓC; (p) 52 • ~ "eS c;; , 73. ZEú C;; 25. ( p) 5. d:yvoü néi\o1toc;; ZT]V C (p) I 701 21. naA C\/'t ponov 54-. 54. naA CV't ponov • • • 57. lío'tu 114. 61. nÓAI.V ,122. a&EI.OI.~ÓaL , 74. nói\.l,v 64, 68, 84, 5-6. a-&av cÍ't o 1.0 LV , (mismo v.61 , ouv ouv , ~póyovol.t 65. an(ó) 67. lh xoo'taoCa1. , 82. 102. &uo'tcÍVOI.O 112. to'tav ~nEootJ~EVal. 2:7. (F) 5. nap I.o'ta~éva 9. 6pJ-&0& CKOU a~E'tpo& CKO 1. e; :123. " 12. ao'tu yEvEav 119-20. 68. ••• yvw~al. y 5) 105, 109 (F) 63, 115, 125. ­ , vOT}~a n[6h.J~L (F) ,78. &:né'tpanEv ~~é'tpanEv I I I &I.KaCa<; (F) - (mismo v. 68 y 26) 68. ~pEl.nOV (p), 69. nat&ae; 14. 70. ya e; 23 (¿y 31?). yaral. 74. 't I.~Wv (p) 2. 72. ~EOEI.V 20. 23. nEoóv'ta 33. ~éA.aOOEV (F) (180) ~~EOOV , , 32. nat&a ['tI.~ávJ nato (a) (Hense) 12. .sEÓ't I.~OV 76. O'tUyEpWV 9. 78. ÓnEp<pCai\.OI. 36. 78. i-tAEl.val. , 80. 81. nEpI.Ki\.E I.'to' KAU't6v l. ~L'tuyóc; ~~l p'ta'tov L KA.U't cÍv] 39. (tautométricos) (Hense) 'tOl;ÓKA.u'to e; (mismo v. 81 I I I I I I I I y 39) I ~ 702 Ká~~~o~ov 79. 95 • (p) Ka;i\~ ~ póa;v 26. Ka;~~ ~ póa;v Ka;i\\c.xópwC. 32. (tautom~tricos 81 y 39)(181) ¡3a;-&uJ ni\oKá~ou (F) 8. /;e:. Cva; 85-6. 86 y 89. ,111. v~v ~~v lf~t-pa;Ke:.<; 87-8. 90. ~e:.~~I.X'o~<; 91. xe:.~pwv 91. ' Ka;~eXov (F) , 124. 92. ~e:.~€ou<; tF) 95. ~ f)i\ o-¡; pócpov - , 100. " na;)'/; Évw c. 15. vJ 18. &~t-p (C) ­ ~Xe:.~ - (mismo v.) Xe:.~pwv 11. ijo [a;'t'l] XOUO ~ ~É~o<; . no p-¡; ~ -¡; pót-pov .. 30. ' ' \ '\ ' no-¡;~ Ka;~~~poa;v Káoa;v na;p' 'Ai\t-pe:.ov nápa; 26. e:.~u&pov (tautom~tricos 96. tKa;ve:.v (F) 30. t'K.€o-&a;~ 98. Aa;~ou<; 16. Aa;~ou<; 100. v~v "'" 36. 6. 22. ri\uKúÓWPe:. l. xe:.~pa;<; , ~v (mismo v. 114-30) 95. Aouaov 119. 28. (F) npo<; a;6r&<; ••• ~e:.A'OU Ka;Ai\~póa;v 96 y 26) (F) (F) 23 (¿y 31?). npo<; ra;Ca~ (contraste) 101. ~e:.ACOU 104 y 118. 108. 112. 112. &:lA ~o<; (F) 22. ~o~ 2. Ka;i\uKoo~e:.t-p~vou<; xopoú<; ••• , Xo pou<; 0'0 e ­ 9. o€-& e:. v a~Ét-pa;vo~ 19. rUva;~Kwv , 29. 11-2. O'~e:.t-pa;vwoá~e:.vov 703 Rimas y construcciones sintácticas tautométricas. Estrofa. !.:.l. l. NCxa (p) 99. x 'XAn [1. O'IU': > lq> ó f3.:J2e:t..v 15. t.~ CA] o y e: v,; , 15. [vJ.!y 43. "Cá, (p) T 1. púv-&-.!'2Y , 85. "Cov 43. l~ !p~"Cwv 85. - .i v.2. 2. 1ta"Cí,1Íp 43. 57. -e:tAEV axoe;. , 44-. 1tayx pa"CT) e; 16. f3a-&v,wvo [l.oJ 58. -&Eoó¡.¡á"Cove; 44. ¡'¡EAá-&pwv 86. 58. d:yvl.á, (F) 100. ¡.¡€pl.¡.¡va 1tPoe; a'6yáe;. ~. 3. [ofJpavl.óav] + 3. 4 3. 4 silabas óq,Ct;v[yo, cpáayavov 87. 101. 101. t 1tmS'K E.Q5. (ambos epitetos a principio de verso) 1tapa1tAiiy 1. , 59. yap. 18. d:v-&€wv 46. d:váy'Kal. 18. ' AAE~ [Cóa] ¡.¡OV 60. -&EOq>I.A€e; 45. -v.4. 60. (misma construcci6n sintác­ 46. tica) 46. d:váyKal. (F) 88. 88. a"C € 102. pv2..! eH 1ta~al. óvO'''Cávol.o. 704 !.!.2. 5. 5. 1tap 1. O't'aj.l É\I a 2 19. + 5 silabas , O't'€q>a\lol. (F) 47. 1ta P.&€\I ea 1. 47. 1tap.&€\I Ca 1. (F) &ó€~al.~óal. 61. Cw 1. 1t€Ó 19. O''t'Éq>a\lo 1. 61. 89. a t Xj.lO q>ó po 1. 89. \I~ alXj.loq>ópol. , 1tapq>po\lo S; 103. a l X~oq>ó po 1. • 89. -6.v.6. Xpl.\I€ I .S; 20. K Cppas; 6. &.&a\leX't'oI.O'I.\I 90. ~e:I.AI.X'OI.S; 62. xaAxáO'1t I.Ó€ S; , e 20. K. ppas; !1t€O'O\l 90. j.lú.&o 1.0'1. 't'€ j.l€ I.A I.X Co~ 104. .&úO'w Ó€. 't'01. € "I.XOO'1. ~OÜS;. !.!2. 7. 1táAas; , 49. 21. &pe:'t'as; (F) 105. 21. -0'1.\1 63. 7. Ka' 91. 91. , Ka't'€ X O\l -- (F) -X as; 1ta\l\lCxol.<o) 1tOpq>uPO~W\l~ 49. 7. .&€as; , O'U\I 105. !:.&. 8. [~a.&u] 1tAOM.eXj.lOu 64. 106. . &pI.O''t'o1teX't'pa 50. .ól , 92. 22. € [ 1:]Ó€ ­ 22. O(,K fi['t]Ó€ 50. q>áO'~\I 64. \le:I.XOS; 50. óÉ 64. '}'ap 50. O'q>É't'€ pO\l 64. &j.lal.j.leXx€'t'o\l (p) (F) lOG. 't'pI.O'xaCÓ€Ka - 't'ou Ó' fKAU [e:] , - 705 , 50. cpamc.ov ~.' , 9. K..QYpa 9. O'É-&e:v (p) , 9. Koupa ELtui'ó~ ­ (p) 9. Koúpa; _.- 92. 't' P l.2.?ia' Oe:Ka;. 51. n", oú't'úJ 1. 51. ~av.(ta, 65. ~ "'l1xpa, 107. -&l1Pomc.óno~ - -- - (93. 9. 6p] -&00 CKOU , jlT}va~ e:l,XOjlÉvou 107. 23. Ke: \, VúJ 1. 51. n",oú't'úJ 1. " 1. 23. ajla't' 61. na't"Épa ­ 65. ~"'l1xpa~ 93. 93. ~",a;v 10'1. - - (F) Ka,;a, ) jlT}va~ v Hpav • Y.!1.Q.. 24. O€ Kat." 66. , 94. 't'& Xa:"f I (10. Me:'t'] anóv't' 1.0V ) , 24. cpaaw 94. cpe:üyov e:l, pu~ ca (F) 52. 't'e: Ka; e 94-. , 108. -,¡a:üa&' ' Apx.ao.f~v 52. e:l, p I.~ Ca (F) 108. Ka"'UKoO''t'e:cpávou~ 66. ' AK Pt. O' CúJ t. (F) 94-. 11. K(a't"ÉJxouO't. ­ . 67. 11. vÉúJv (F) 109. &-&ÉúJv 25. nÉ",ono~ o~nÉool.~ 53. OE , 1:. ' ApKaul.av. v.11. - o I.xoO''t'ao'a: .. ~ xo",wO'~jlÉva (109. d-&ÉúJv 25. ~i'VOV rrl"',ono~ oanloo 1. ~ 25. 2 T 3 + 3 silabas 67. ) ",aoú~ 't'-=- o L x.~'t'~o Ca: 109. (también construccj táctica inversa) 53. ol 67. 't'e:. 706 !.d,g. 54. 1ta:ACv'tponov &¡J.e'tpoóC}tol.~ 68. 12. ~e 26. , a:~1' CKa: 110. }ta:1. ' AAcpeóv 26 y 96(182). Ka:AAl.pÓa:V ­ 96. AOUOOV 56. 1ta:ACV'tP01tOV K€Aeu-&ov 68. ~ pe I.1tOV 68. ~e 110. -001. &¡J.e'tpoóCltol.~ 68. 26. (54. ~~ 'teüxov (183) v.13. 13. ~¡J.veüol. &€ (p) N cpeuyov & Oc É) 55. 69. ACOOOV'to &€ 111. xpa:'tvóv 13. nU.&l.óvl.ltOV CF) 55. ~a:V'cpUAAOV 55. cpet;'Y ov ~po~ 69. ACOOOV~o 111. 111. v.14. -14. 1ta:!óa: (óJ y Xpa:t'vóv 'te a: 1: ¡J. a:~ 1. " 28. 1ta:y~€vwl. 28. xa: C'ta:v 14-. -&a:,,~ 14-. 1ta:!óa: 56. o¡J.ep6a:A€a:V 14. .&o:T)~[BY 70. 1tOAÚKPI.-&OV 14-. 1ta:!&a: 112. 28. 3 .... 2 + 3 silabas ~e x.a:C 56, 112. , 28. Xa:C~a:v 56. cpwva:v 28. ~Aa: Cal. CF) 56. fet'oa:1. 28. 1ta:y~€vw 1. 70. yav , 112. to~a:v 1ta:- ) 707 28. 98. Aa'toue; 28. 112. 56. - 'Yuv~xwv 70. A.axóv'tae;. tEtoal. (F) EpOdO. v.l. 29. o't E<pa~oálJ,~Y...Q.Y (F) -v.2. ~P'Ya:A.Éa:v 1tEOE'tV 72. t1t1to'tpó~ov 1tó\I.V 114. 114. lfVÓPEOO~ (le;> l 72. 1tPLV 72. ~Pla:A.€a:v 114. -v.4. 32. 1tarÓ (a) 116. VaCEI.e; t1t1to't pócpov. 116. ~. 32. lC.a:A.AI.Xópw1. !.!.2.. 33. 1t€~aooEv 75. 117. A.aWv ÓI.W~'1t1tOI.O 117. ófo1tol.va. y&.. 34. d]~A.(l) (p) 118. ~AOOC;. !.&2. 35. - ~ po'twv v.B. 36. (F) ­ XE l.{:lJJv 78. Ó1té:P'¡J Ca:A.~ 77. xáfJ.ov. 78. xA.é:l.vac. 120. TIpl.álJ,o 1. (o). 38. xpuoa:A.áxa'toe; 122. 1t€p~v 38. A.1.1ta:páv (F) 122. e~x 't L.lJ.É v a:v --- v.l0. 80. 2 + 2 +4 sílabas 122. 708 (id~ntica estructura sintác­ tica). 39. v CKav 12:;. ' A"t'pe: LOaV 39. fOWKe: (F) 12:;. Ól.KaCa<; 81. 1te:Pl.'KA~"t'OC 12:;. ' A't"pe: l.Oav. !.!li. - <pe:u'Y 0v • N6tense tambi~n los siguientes casos de aliteraei6n: v.25 - néAono <; ,=:-..:::::=: óa1tÉoo l. <; - vv.5D-51 <p~m.f.ov O€ 11;OAO O",!É't"e:pov 1tA-oú't"Wl. 1tpo<pÉpe:l.V 1ta't"€pa !;av.&a<; 1tapÉópou vv.2D-21 - KCppa<; f1te:oov 'Kpa"t'Epa<; ..=- ... _ - ­ ~_pa . - -1tavv Clt.O - L(o> 1táXa~ ­ vv.77-79 "t'e:LXO<; OE KÚKA-W1te:<; Xcl¡.lOV ~A.&ÓV"t'e:<; ó1te:pepCaAOl. KAe:LVal. 1t[ÓA]~l. xclAA LO""t'OV, Blass(l84) resalta la aspereza de los sonidos en los vv. 85-88, frente a su blandura en los vv.89-90; la aspereza rea­ parece en el v.91, si bien de manera no tan evidente como antes. En su opini6n, hay correspondencia entre estos juegos f6nicos y la diversidad de los conceptos expresados por el poeta. El esquema siguiente: m~trico que proponemos para el epinicio 11 es el 709 Estrofa(1 85). l. - --uu-uu-- 2. -u---u-- 3. 4. --uu-uuu -u---u-- 5. -uu-uu- 6. --uu-uu- 7. -u---uu- 8. --uu-uu- 9. u --uu-uu---u-- 10. --uu-uu- 11. 12. --uu-uuu --uu-uu---u-- 13. --uu-uu-- -u---u-- 14. I D - 3 E - 4 - D 3 e u e 4 D 3 - D :; - - /1 e I - d1 4 D u e - - II - I -D -D - D -u e III 14 theses B= 18 theses B= 18 theses 3 - D - D A= 5 :; 3 - - E - 5 3 4 Indicios de final de periodo. -v.2. - "b.i.1.": 86 - pausa sintáctica: 58 (comienzo del excurso del mito), 86 - rimas yecos verbales: 58 - 100. -v.4. - hiato: 88 XiZ. - - pausa sintáctica: 46, 88. pausa sintáctica en todos los casos, con rima además en los versos 7, 21, 49, 105 • .!.!.2.. - "b.i.1. u : 23 - pausa sintáctica: 23 - rimas yecos verbales: 93 - 107. • 710 -v.12. - hiato: 12 - "b.i.l.": 12, 26, ,54, 96 - pausa sintáctica: 12, ,54, 68. La estrofa se divide en tres periodos mayores, con una es­ tructura pro6dica ABB. El primer periodo mayor se forma por repetici6n de un ele­ mento: - D - E - / - DE - //. En el segundo periodo mayor también se repite una secuen­ cia, pero "recortada": D - D e - dl / - D - D ~ e - // El tercer periodo mayor comienza con una ampliaci6n (por delante) del segundo periodo menor del periodo mayor anterior: - D- D- D~ e - / ; y concluye repitiendo la secuencia bá­ sica del primer periodo mayor: - D - E - l/l. Epodo. l. --uu-uu- 2. --uu-uu-u-u-- 3. -uu-uu- D 4. --uu-uu- - 5. 6. 7. -u---u-- / --u---uu --uu-uu---u- 9. --uu-uu- 10. --uu-uu- 11. -u---u---u--uu-uu- - D U e - 5 D 4 3 / ? -D -E 4 - D :!: e 5 - D 3 -D 3 / // E - e D = 18 theses 3 E - // A 3 // --uu-uu- 8. 12. 3 - D - 6 3 B= 12 theses B= 12 theses 711 13. --uu-uu- 14. -u---u-- D /// E - 3 c= 10 theses 4 Indicios de final de periodo. v.2. - pausa sintáctica: 30, 72 - rimas yecos verbales: 30 !.:.2.. N 114. - "b.i.l.": 33 pausa sintáctica: 33, y quizá 117. L.2.. - "b.i.l.": 771 (v~ase el comentario al problema textual de los vv.119-l20). -v.8. -v.10. - pausa sintáctica: 36. - "b.i.l.": 80 - rimas yecos verbales: 38 !.&. - "b.i.l. fI : N 122. 39, 81 - pausa sintáctica: 39 (paso al mito), 81 (fin del excur­ so). Obs~rvese que en el epodo primero la periodologia se ajus­ ta impecablemente a las pausas sintácticas. Korzeniewski(186) presenta el siguiente esquema: vv.1-4: vv.5-8: - D / - D: u e - / D / - D E - / / • - D - E / - D !! e / / vv. 9-12: - D- D // E - e - // D - DE - /// con una estructura A1 BA2 , y nota agudamente que A2 equivale a Al , pero ampliado con un elemento IEI en el interior. Sin a.­ bargo, en el recuento de tiempos mareados resultaria una figu­ ra 18-12-22, bastante asim~trica. Si dividimos el tercer perio­ do en dos, como proponemos nosotros, la asimetria es menor '7 _ ; sigue siendo válida la observaci6n de Korzeniewski. 712 Asl, el epodo comenzarla con tres perlodos mayores en es­ tructura pr06dica ABE, a los que se añadiria un periodo final e, que en los tres epodos supone un cambio en el desarrollo de la acci6n. En el primer epodo (vv.4D-42) constituye el inicio del mito despu~s de la secci6n inicial de la oda, a la que pertene­ ce el resto del epodo. En el segundo (vv.82-84) supone el retor­ no a la narraci6n principal tras el excurso sobre la fundaci6n de Tirinto, en el que se incluyen los once primeros versos. Por fin, en el tercer epodo (vv.124-l26) el periodo (con encabalgamiento de la importante palabra e comprende oLXaCa,) la fra­ se que cierra el poema sobre las inmumerables hazañas de los aqueos, entre las que hay que contar la presente victoria de Alexidamo en Delfos. Los dos primeros perlodos mayores, cada uno de los cuales se compone a su vez de dos perlodos menores, están articulados en "inversi6n rf : - D­ D u e - I D ­ D E - /1 - D - E I - D ~ e /1 I Los dos perlodos menores del primer periodo mayor comien­ zan con un elemento 'D' que falta al inicio de los dos perio­ dos menores del segundo periodo mayor. El cuarto periodo mayor es una repetici6n "recortada l1 del tercero: - D - DIE - e - /1 D- D E - l/l. _..-------~-~~--~~ 713 El Uc6digo" del "-rinicio 11 queda como ~GUe: Me ;"HFt_VlL-Mv(187)) M III !VI II M II t-I II LV II LV M 11/ M II M II 111. , , 714 NOTAS A ODA 11 (1) Carecen de base los argurr:entos con que I\1erkel bach 2 ha in­ tentado demostrar que la oda se compuso para celebrar una vic­ toria conseguida en los juegos de Artemis en Lusos; véase la refutaci6n de K5hnken l. El triunfo en unos juegos locales, en efecto, no sería demasiado consuelo para una victoria olímpica frustrada. Por otro lado, no es tan extraña la tl c ol aboraci6n lt de Apolo y Artemis para conseguir sus fines (cf. Pi. P.3); en B.ll Apolo ha concedido la victoria a Alexidamo por iñtercesi6n dp. su hermana; n6tese que en los vv.15-16 se llama al dios llq.­ [AJOYEV~~ ueo~ ~a~uCwvo[L~ Aa~oü~, Y en los vv.98-99 a Arte­ mis <po!.V UI.O'H. [paót'¡..Lvo] LO Aa~ov~ ••• f.&ú'Ya~pJ c¡., destacándose lo que más une a los dos 'hermanos, el ~ugar tle nacimiento y la ma­ dre. (2) Snell, pp.XXVIII-XXIX y XLV, por razones métricas; Pieper, pp.24-25. (3) Severyns, p.95; Gentili, pp.21-22. (4) Cf. Taccone, p.lOl. (5) Pieper, p.24. (6) Ya lo notw~ Taccone (p.lOl) y Pieper (p.25). (7) Maehler, II 203. (8) Cf. nuestro capítulo dedicado a la "Invocación Poética", pp. 9226S. El carácter hímnico ha sido observado por Pieper (p.26): ap6strofe seguida de frase explicativa introducida por yáp ; ~enealogía (vv.2 y 9); lista de funciones (vv.5-7); re­ ~etici6n del pronombre personal (vv.2 y 9); finalmente, peti­ ción de asistencia. Sobre el himno en general, véase la bi­ bliografía citada en el capítulo dedicado a la nInvocaci6n Poética n , p.947, n.20. (9) Hense 1, p.319. (10) Véase también Pi. :E. 2 • 89: (.eEO~) fÓWXEV ¡..Lt'ya xÜ&o~. (11) Se trata del IlDu-Stil '¡ de Norden, Agnostos 'I'heos, pp. 143ss.; cf. Thummer, II 83-85 Y 87, así corno nuestro capi­ tulo sobre la flInvocaci6n Poética", pp.93D-931. (13) Plautinisches in Plautus, - (12) Cf. también 0.10; véanse nuestras pp.929-930. Berlín 1922, p.l02, n.l. (14) Véase Norden, Agnostos Theos, p.160, donde estudia la oda a Roma de fvlelino: Xat'pt' ¡..LO!. 'IW¡..La ••• 0'0'1. ¡..L6va, 1tpÉO'~LO'~a;, • 715 6€6wKE Motpa Kv60~ , cuyo contenido pudiera ser semejante al de los versos que no~ ocupan; e~ la p.,245. :r:wl se r~.tie~ al Fr.93 de Píndaro: oLo~ anAa~ov KEpat~E ~EWV ~V~WVd ••• ~EV na~Ep :-En los himnos 6rficos I-.1Ó~O~ rearece en eontextos de este tipo 16 veees, Yóotra vez ~a~~o~ ~o vóo~; numerosos ejemplos de las f6r­ mulas jJ. vo~ y npw~o~ Kal. jJ. vo~ eitan Sehmid-StIDllin, .1.2 568, nota. el comeptario de Barrett a,E. Hipp.12SD-128l (~.): oVlJ.nav~wv ~aoLA~Lba ~LjJ.av, KúnpL, ~WV6E jJ.óva Kpa~úvEL~. tI jJ.óva; is strietly false, :for Aph. is not alone in her royal . power over all ereation ••• But Eur. is using, albeit inexact7 ly, a traditional element of ~eek prayer and hymns ••• The jJ.o­ vo~ serves to enhanee the de1ty's honour by insisting that no other god posseses his power ••• or performs this function". Of.,' A:r. Th.~14l (m,.), Atenea; iS,. Av.1546, PrOl!leteo; .id. 1e.7 y l~ 1d. P~.590 (1lt.), Paz; in. V.392, L1eo; D1pn. ­ lI'r.86 Koek, -n-iomso. (15) V~ase , (16) En Píndaro easi siempre es una divinidad el sujeto de 6náCw ; ef. Thummer, ad I.l.ll, 11-12-13; Slater, s.v., p. 385. - ­ (17) En este 61timo pasaje Wilamowitz traduee ~E~jJ.Ó~ por "Aufgabe ll (ttPindars siebentes Nemeisehes Gedicht", SBB 'XV 1908, p.346, n.2; recogido en Pindaros und Bakehylides, p~O, n.37) o por "Amt tf (Pindaros, pp.131-132). (18) TE~IJ.Ó~ no está atestiguado en Baquílides ~alvo en una eonjetura de Blasa a 3.70 ( ~E~jJ.COV). Sobre ~E~jJ.O~ en Píndaro, v~aae Gundert, Diehterberuf, pp.64-65 y 135, n.303; Sehadewaldt, pp.271 y 284; Bowra, Pindar, pp.196-197. (19) Porph. Phil.282 Wolff; cf. Roscher VII (año 1893-1921), p.136. . ­ (20) Roseher VII, p.142. (21) Ad 10c., 11 206-207, con bibliografía. (22) 1i.l.256, 15.682; Pi. Q.l.89; S. !a.657; Hdt.l.40; Tb.l.4. (23) 11 274-275. (24) pp.169ss. (25) Sobre el paso de lo general a lo partieular, mentario a 3.90ss. v~ase (26) Pieper (pp.26-27) opina que en el v.6 KP'VEL~ ~lAO, troduce la imaginería legal tan frecuente en el poema. el eo­ in­ (27) Maebler (ad vv.1-14, Ir 205, y ad vv.6-7, 11 208) ha notadD el paso del plano divino en los vv .1-7 8i plano humano en los 716 vv.8-l4 mediante &.&avá"t"o.,,~'v "t"~ K<¡L. -&va"t"o¡;~ (vv~6~-7). Este pa­ so se reflej a en la opos~c~6n OAtI~nW \. / ME"t"J anov Lcfv • En los siete primeros versos se habla de la funci6n de Nike entre los dioses y en los siete siguientes de su funci6n entre los hom­ bres. ¡, (28) Q!. Kriegler, pp.117-ll8. (29) Sobre &p]'&O&CKOU, véase el comentario a 4.3 y 4.11-12. (30) Cf. Carey 2; en las pp.227-229 compara las descripciones de Baqu!lides con las de P1ndaro; véase también nuestro cap!­ tulo dedicado a la "Loa del Vencedor", pp .1053-1054. (31) Cf. Pi. 0.14.l5ss., P.3.85ss., P.8.67-69, I.2.l8. Véase nuestro comentario al epiñicio 10, PP.578ss. (32) Más ejemplos en Maehler, ad loc., II 212; véase también nuestro comentario a 4.10. (33) Es frecuente que este dltimo dato se nos dé en la "Loa del Vencedor" en lugar de en la flMenci6n Compleja" propiamente di­ cha; cf., por ejemplo, Pi. ~.6.l7. (34) Véase el comentario al epinicio 4, p.2l2s •• sobre la "técni­ ca de contracci6n y expansi6n de los epítetos". (35) Thummer, I 79-80; Maehler, ad loc., II 214, que cita otros ejemplos de "victorias arrebatadasi/. (36) Maehler, ad loc., II 214; esta idea es criticada por Ca­ rey (3, p.166), pero es, a nuestro entender, perfectamente vá­ lida, y no es preciso imputarla al "duro bundysmo" de Naehler. En tiempos no muy lejanos se acostumbraba a hablar de "victo­ ria moral" para justificar una derrota deportiva que se consi­ deraba injusta. (37) Véase nuestro comentario a los pasajes citados. (38) Sobre la semejanza entre ambos pasajes, véase el comenta­ rio al epinicio 4, pp.23l-232. (39) TI.~ no es, pues, espec1ficamente "einer der Kampfrichter", como quiere Maehler (ad loc., II 215). Taccone (ad v.3l, pp.l05­ 106) observa que un ataque directo contra los helan6dicas po­ dría comprometer seriamente futuros triunfos de Alexidamo, de ah! que Baqu!lides se muestre tan cauto, pese a mantener firme­ mente que el vencedor debi6 ser Alexidamo. (40) En el v.119 la expresi6n K&aav nap' EnU&pOV recuerda [' Aaw1to) v n&pa nOP9upoO Cvay de 9.39. (41) '~v na"t"pC&' e6xapn6v -&' Jurenka, pero probablemente haya que leer ]pav.&' • •• 717 (42) Pd loc., Ir .15, con bibliograf1a; en cambio, Carey (3, p.165j sI >,msidera necesaria la part1cula. (43) Cf. Pi. 0.8.68, donde lv ~É~paoLv ~aC&wv &~E~ñKa~o yUCOL~ se dice del vencedor; v~ase también el aludido pasaje baquilideo, 9.37-39. (44) Ad loc., II 215-216. 1- (45) Pero este pasaje es controvertido; ~. des Places (0 cit. en n.20 a Oda 6), p.83: "En somme, ~LC; est le pronom de r ano­ nymat ••• quelques exemples oa Ir anonymat ••• dissimule une personne que Ir on h~site A nommer ••• Ce genre d' allusion convient A un oracle comme celui de Tir~sias N.l.64, oa VLV (66) doit d~signer A Héracl!s vainqueur de ses ennemis, et ~Lva l' un au moins de ceux-ci, Busiris ou plut~t Antée tJ • (46) Cf. Gardiner, Athletics of the ancient world, pp.18l-196, sobre-rodo 183 y 185. (47) Que no todo tipo de caídas contaban para el triunfo final lo aclara Gardiner en las páginas citadas. El imputar a los árbitros las culpas de las derrotas no tiene por qu~ ser nece­ sariamente cosa de ahora. (48) nEAál;w puede también usarse sin ese sentido hostil que normalmente tiene; cf. A. Fr.132 = 212B Mette; S. El.220 (l¡r.), fl!.727-728 (m.). ­ (49) Ad loc., pp.l05-l06. (50) La expresi6n ~L~ f~LX~OVCwv es frecuentísima; cf. B.5.5 y 54, Fr.20C.17; Pi. Q.12.7, etc. (v~ase también B.4.l~. (51) Esta dltima lecci6n ya la propone Maehler, que sin embargo acaba por rechazarla; no obstante, también Carey (3, p.165) la prefiere a la conjetura por la que finalmente se decide el fi­ l6logo alemán. (52) Para el valor conectivo de ~pa, explicaci6n de lo que se acaba de decir, cf. Denniston, pp.32ss., sobre todo 40-41; KUh­ ner-Gerth, II 3l78s.; des Places (ttudes sur guelgues particles de liason chez Platon, París 1929), pp.279-28l. NApa en Baqul­ lides se encuentra en 13.164 (con ~]€AAOV, cf. Denniston, p. ¡6) y 228 (en oraci6n condicional; cf. DenniSfon, p.37). OG~E apa es una combinaci6n frecuente, sobre todo en Homero (Dennis­ ton, pp.42-43): Il.l.93, 15.72; Hes. ~.489, 784; Phoe.2.5; Emp.:B17.,O y'142+Diels, etc. (53) Carey (3, p.165) estima que de X~OV,. Y&L sería inoportuno al lado (54) Hay algunas coincidencias l~xicas notables entre el epinicio 11 y el lacunoso ~.20C, un encomio a Hier6n: • • ~ , , , 718 Fr.2OC 13. 't6'tE ­ 14. ~~O~ náyxeCuaov 38. nJoAuxp.[ua, 17 ¿Sa'tw~ ~n~x.&ov~wv •21. ofh ~1 v' &:v.& pW'J'twv (cf. 5.5 y 54, también en unLPoema dedicado a Hier6n) 19. 'tt,;xv]cn 21-22. Ka:.&opal.] AE[t1K~J 1t1tOe; , Awe; 31. ~EÓ1to[~nov ~]~~A1tO[V 32. 22. 'tlxva:l.~ (también en 13.49) OOK ~[!]ó€ VI.V áeALo~ (ef. 5.40) _ , 11-1~ ~[a:'ttJxoyoLv ~ •• KW~~I. 'tE Ka:L EU~pOOUVa:L ~EO'tL~OV a:O"'tu. " (55) véase el comentario de Jebb (p.3OG) a 9.38, ~p~~ TI a:Ca~ : "The redundant preposition, though'on1y a conjecture, is part1y supported by X.23 npo~ ya:Ca: 1tEOÓV'ta: • As Jurenka observes, there is no other examp1e of a p~ep. being added to the dative after 1tEAá,w ". En efecto, cuando 1tEAá~w rige un giro preposici~nal, la ~repoei~i6n nunca.l1eva dativo; cf, Od.7.254, ~E ••• v~oov te; QyUY~DV 1tEAa:oáv ~EO~ ; y con 1t~a:,ro-intransitivo Hes. 22. 732 ( 1tpoe;+ acus.); Hdt.2.19.2 y 4.181,4, S. OC.1761, E. IT. 1212 Y !!.1332 ( EL~); ~h.A.888 ( t1t~+ genit;). -­ (56) Cal1. (57) 21. ~.231; AE 15.22.1, 15.26.18, 16.299. Komornicka (op. cit. en Oda 9, n.108), p.87. (58) Cf. Young (op. cit. en Oda 1, ~.69), pp,lOG,l07: Pi. P.8. 45, .eal"O~a:L / -trta:o~a:~ ; P.9.I'2 tpa:'táv / apE'ta:v i N.9.5r, ápyUpÉa:LO~ / &pyupaCEoL .-tambi~n J. Jackson, Marg~na1ia Scae­ nica, Oxford 1955, pp.134, 148-149, 242. (59) Aristophanes Byzantii fragmenta, Halle 1848, s.v. "transpo­ sitio" , p.301. ­ (60) LSJ no recoge los dos pasajes de Baqu11ides, s61amente el fragmento sofoc1eo. (61) Sobre este adjetivo, véase el interesante comentario de Jebb, ad 10c., p.324. (62) Sobre la prolepsis, consdltese nuestro comentario al epi­ nicio 10, pp.593-594 ; para la expresi6n tlcamino de la justi­ cia", véase el comentario de Maeh1er, ad loe., II214-215. (63) Farne11, pp.3 4 5-346. (64) H. W. Smyth, p.420. (65) H. C. Avery, UPindar and .four epithets fT , Arion II 1963, pp.128-129. (66) Véase nuestro comentario a 5.98-99, un caso semejante. I 719 (67) Stern 2, pp.275-278. (68) Of. M. P. Ni1sson, Geschichte der riechische Re1i ion, 1 454-457 (sobre todo 455 ; Wernicke, arte uArte­ II.1 (año 1895), co1.1378-1379. Munic~1914, mis" en ~. (69) "K1eine Bemerkungen zu Pindars 01ympien", MH XI 1954, p. 55; de la misma opini6n es Ohantraine CoP. cit.-en la n.282 al epinicio 5), pp.36-37. (70) Stern 2, p.276. (71) P.420. (72) P.31. (73) Ad loe., p.325. (74) "The meaning of the Homeric formula xpua~~áK«~o~ vñ", ~ XXVI 1965, pp.1-9, sobre todo p.9, n.28. (75) P.XXXVII. (76) Ohrist 1, p.108. (77) Ad loe., 1I219. (78) Stern 2, pp.276-277. (79) IG V.2.403; véase también Ca11. Dian.235-236 y Paus.8.18.8. Wernicke (art. cit. en la n.68), c01.1386-1387. 21. (80) P.195, n.4. (81) Véase, sobre todo ello, Maeh1er, ad loe., 1I219-220. (82) Maeh1er, II 203; Pieper, p.30. (83) 2!. Pieper, p.28; Carey 2, p.227. (84) Maeh1er, II 203. (85) Véase la nota 1. Maeh1er, II 203. (88) Kirkwood, pp.105-106; van Groningen, pp.195-196; Duehemin, p.188, para quien, naturalmente, es imitaei6n de la técnica na­ 720 rrativa de Pindaro; Maehler, 11 203-204, Y ad vv.40-42 1 11 220-221; Carey 2, pp.23lss.; Pieper, p.32; vease tambien Illig, pp.56 y 59ss.; Greengard, p.34. (89) Véase nuestro comentario a 5.56. (90) Es lo normal; ~. Hamilton, p.57. (91) P.183. (92) P.199: "pensamientos que las impulsaron a la fuga". (93) Romagnoli 1, p.28l. (94) Cf. la discutida palabra á~pono~ en Pi. N.7.l03; Kohn­ ken, p.80; E. Tugendhat, "Zum Rechtfertigproblem in Pindars 7 Nemeischen Gedicht", Hermes LXXXVIII 1960, pp.405-409. (95) Ad loe., 11 224-226. (96) Maehler aduce los dos primeros ejemplos para el significa­ do de "regresar", pero también subyace el de "alejarse". (97) Véase también Pi. Q.4.l0 Eópua~Ev€wv &pE~av. (98) M~s ejemplos de la construcci6n adjetivo-substantivo-adje­ tivo, en Stern 1, p.166, donde incluye el que ahora comentamos. (99) Stern 1, p.165. (100) Qf. Carey 2, p.23l. (101) Segal 2, p.122. (102) Ad vv.40-42, 11 220-221. (103) Stern 2, pp.279-280. (104) ~.40, p.l0'7. (105) También el mito de Creso en la Oda 3 desarrolla el mismo tema de la desgracia que pasa a convertirse en alegria por 10­ tervenci6n de la divinidad. (106) Ad vv.64-76, 11 227. (107) Carey 2, p.235. (108) P.196. (109) P.322. (110) Las más importantes las señala ya Carey 2, p.232. (111) Sobre la significaci6n e importancia de la palabra en el l 721 mito, ~. Segal 2, p.125. (112) P.34. (113) Cf. Maeh1er, 11 227 (ad v.63), 229 (ad v.69), 230 (ad v.70),-Sobre la correcci6n aer-mito por p~de Baqu1lides, causa de su carácter pacifista; Carey (3, pp.165-l66) cri­ tica esta idea. a (114) Ad vv.64-76, 11 227. (115) Segal 2, p.124. (116) Maehler, ad loe., 11 228. (117) Stern 2, p.280. (118) Segal 2, pp.127-l28. (119) Q!. n.lll. (120) Sobre los gestos en las plegarias, véase el comentario a 3.35ss. (121) Q!. Maehler, ad loe., 11 232-233. (122) Para él introduciendo una frase que explica la anterior, véase el comentario al v.4 del epinicio que nos ocupa. No es necesaria, sin duda, la correcci6n,que",pr9110n~ Platt_("Sopho­ clea", CR XIII 1899, p.147): Kp~éLav o~ELa ~ tv npa~ev ~É­ pL~V~ . ­ (123) Carey 2, p.234. (124) Véase el comentario al epinicio 4, pp.2l8-2l9, y al epi­ nicio 5, p.35l , con n.34l;, también al eplllicio 9, p.528. (125) Lo mismo ocurre con la palabra ~tx~o~ópo~ (v.89), que solamente aparece en Baqu1lides y en varios pasajes de Her6do­ tOe (126) P.480. (127) Ad loe., 11 235. (128) Cf. J. A. Cramer, Anecdota Graeca e codtcibus manuscri'-· tis biD!iothecarum Oxoniensium, Orlord rel.Dlpr. !mster am 1963), 1, 77, 1 y t, 88, 3; Et.Gud.79.5¡ Eust.792.5¡ Bechtel, pp.33-34¡ H. Erbse, Scholia Graeca in Homeri Iliadem, Ber11n 1974, 111 21. (129) Segal 2, pp.124-l25. La misma expresi6n se encuentra tam­ bién en h.Cer.386; reminiscencias de este himno (vv.375ss.) hay asimismo en B.-5.l6-30, como señalamos en el comentario al lugar. Pieper (pp.31-·~) cita otras en el epinicio 11. 722 (130) P.12. (131) P.449. (132) Romagnoli 1, p.282. (133) En Formprob.lem-Untersuchl.Ulsen habla de B.l1.102-105. (134) Ad loe., p.332. (135) Ad loe., II 236-237. (136) Extraña es la afirmaci6n de A. Hurst en su reciente ar­ ticulo: IfBacchy1ide l' obtient sans un seu1 discours direct U (1) (p.164) • (137) Segal 2, p.122; Pieper, p.36. (138) Algo muy parecido ocurre en 5.99 'AP~€~~óo, ~EUKW~€VOU ; v&ase el comentario al lugar. (139) Segal 2, p.t2?; St;rn 2, pp.278-279. Paralelos para la expresi6n CEU~O::cr aváy'Kal. cita H. SChreckenberg, ANAI'KH. Untersuchl.Ulsen zur Geschichte des Wortgebrauchs, Munich 1964, p.l8, n.16. (140) Sobre E6xo~€vou, véase Cor1u, Mots relatifs a l' id~e de pri~re, p.98. (141) Maeh1er, ad loe., II238. (142) Sega1 2, p.123. (143) V&anse nuestras pp.1161ss. (144) P.196. (145) II 205; véase tambi~n Gentili, pp.123-124. (146) P.37. (147) Wilamowitz (2, pp.3J0-331), que compara con Anacr.348.3 ó€01tOl.V' "AP~E~I. .&T}pú.)v; v~ase también Gentili, p.124. ~ (148) Van Groningen, p.196; Pieper, p.38; Maeh1er, II 204-205. (149) Tema del favor divino; (150) 2!. 2!. Carey 2, p.238. Carey 2, p.239. (151) Q!. Maehler, ad loe., II 241-242; Pieper, p.38. (152) (153) 2!. 2!. Pieper, p.3? Carey 2, p.238. 723 (154) Sobre la prolepsis, Ef. n.62. (155) Farnell, pp.345-346; Romagnoli 1, p.279; Jebb, p.58; Corbato, p.362. (156) PP.89-90. (157) Cf.,S~ll, p.XXI, con numerosos ejemplos, entre ellos 11.114-1tOA LV. (158) pp.481-483. (159). Cataudella 2, pp.232-233. (160) Platt 1, p.61. (161) Crusius 2, p.179. (162) Palmer se basa en un conocido pasaje pindárico, P.5.74ss., donde el poeta afirma que sus antepasado~ y los del veñeedor, Arcesilao de Cirene, fu~ron los mismos: t~ot 1ta~ÉpE~ (ef. tam­ bi~n 0.6.84 ~~po~á~wp t~á ).lNo obstante, en el texto~e Ba­ qu11ides pudiera entenderse ~~oC como "yo coral". (163) Jebb 4, p.126; también Jebb 1, pp.225-228. (164) pp.482-483. (165) En W. Theiler y P. von der MUhll, uDas Sapphogedicht au! der Scherbe fJ , ~ III 1946, p.24. (166) lli XIX ( en prensa). (167) 21. Snell, p.XX. (168) 21. Snell, p.XXVII. (169) Maas, Greek Metre, p.41; Htshl (op. cit. en .Q!! 4, n.84), pp.23ss. (170) Seguimos el texto de la edición teubneriana de 1964, no el de la nueva de 1984. (171) Griechische Verskunst, p.422, n.2. (172) Maas 3 11, p.19. (173) Carey 2, p.238, n.35. (174) pp.111-112. (175) Ad loe., 11 239-240. (176) No nos parece importante la objeción de Maehler (ad loe., II 240): 11 nÚALOI. wttrde an dieser Stelle, zwischen 'AxaI.6'~ 724 114 und ' Axa I"WV 126, die Schlusspointe des Liedes zersttsren, die darauf beruht, dass B. die GrUnder d~ ach~ischen Kolonie Metapont kurzerhand mit den homerischen AXal"O gleichsetzt, um fUr sie deren 'unzUhlige Heldentaten' in Anspruch nehmen zu k5nnen - also die Taten aller Griechenhelden vor Troia, nicht nur Nestorsl". No hay dificultad alguna para admitir que Baqu1­ lides hubiera podido decir que los pilios Udestruyeron la ciudad de Pr1amo junto con los Atridas". Un ejemplo muy parecido es Pi. t " ~ 'C -1.5.34ss. :~aAA • EV O~vwva ~EyaA~I~opE<;; opya AtaKoÜ naCówvl~E· ~ot Kat ouv ~áxal,,<;; ,. 'o. ' 1tpavOV, a1tO~EVO 1" Ó",,<;; 1tOA&.V Tpwwv 'HpaKAñ¡ npó~EpoV, )tal" auv • A~pECóal,,<;;. (177) No es impre~indible, contra Maehler, suponer que falte un verbo finitp; aAGo<;; puede ser perfectamente complemento directo de VaI.EI.<;;, unido a rlE~aTIOV"t'1.0V mediante la part1cu­ la ,'bE. (178) Cf. Illig, pp.31-32: también en Pi. P.9 las distintas partes-ae la narraci6n son introducidas por relativos. (179) Consúltense los art1culos de Stern(2) y Segal (2). (180) Pieper (p.34) nota que al hablar de la disputa de Preto y Acrisio, el poeta utiliza la terminológ1a de_la lucha. (lSl) La forma KaAA&.póa<;; s610 está atestiguada en estos dos de Baqu11ides y en Inscr.Prien.376; más frecuente es KaAAI.Ppoo<;;. Sobre su repetici6n en el epinicio, véase Pieper, p.36. pasaj~s (lS2) 26 y 96 son dos versos muy semejantes , idénticos, por su sintaxis, e incluso presentan la misma secuen;ia de s1la,­ bas 2 +) 2 + 4 + 2 + 3 Ccf. también en el v.55 opo<;; t<;; ~av ­ epUAAOV. ­ - (lS:;) Of. 10.:;6 'K.ÉAEU-&OV· "" 46. 'tEAEU'tá<;; • --(184) Prefacio a la tercera edici6n, p.XXIX. (lS5) 2[. Korzeniewski, pp.151-152. (lS6) P.14S. (lS7) En el v.14 el vencedor es nombrado con padre. El suyo propio aparece en la flLoa del también en ella se nos dan los dltimos datos el dios de los juegos (vv.15-16) y la prueba el nombre de su Vencedor" (v.lB); que nos faltan: (v.21). 725 ODA 12 Los epinicios 12 y 13 son los únicos que Baquílides de­ a ciudadanos de Egina. El que ahora nos ocupa celebra la ~ca .~ctoria de Tisias en la lucha de los Juegos Nemeos, ignoramos :~ qué fecha\l). 8610 se conocían los ocho primeros versos hasta que, en :?4l, M. Norsa public6 un nuevo fragmento del papiro londinen­ se (E§! XII.1278) , que fue inmediatamente estudiado por 8nell(2), I I :ellacher, Gallavotti(3) y Pighi, Y algo más tarde por 8etti. ~entras =~evo que Oellacher y Pighi creían que se trataba de un epinicio, Snell reconoci6 sagazmente que el fragmento ;~rtenecía I I , I I , , • • • !OS al epinicio 12 y comprendía los cinco últimos ver- de la antistrofa y los cinco primeros del epodo; concluy6 ;ue el poema constaba de tres tríadas y 72 versos en total (7 Tersos las estrofas y 10 los epodos), pero Gallavotti precis6 ~~e el epodo debía tener 9 y no 10 versos, y por tanto el to­ ~al del poema serían 69, hip6tesis que fue aceptada unánime­ .ante, incluso por el propio Snell(4). Gallavotti(5) sugiere también que la estructura del epi­ :icio pOdría ser semejante a la de la Oda 10: ambos poemas tie­ ~en una extensi6n semejante (56 versos la Oda 10, 69 la ~ 12), se inician con una "Invocaci6n Poética" y presentan hacia la ?arte central un catálogo de victorias, del vencedor en el epinicio 10, de su familia o sus conciudadanos (10 primero es lo que opina Gallavotti) en 12(6); en consecuencia, en los ver­ sos perdidos quizá hubiera una descripci6n de la victoria de Ti­ sias a partir de la primera antístrofa y una larga parte gn6mica 726 final cerrar!a la oda, como en el epinicio 10. Se trata, natu­ ralmente, de una mera suposici6n, pues de los 69 versos apenas podemos leer 16 6 17; no cabe descartar siquiera la posibili­ dad, aunque nos parece improbable, de que hubiera un breve mi­ to, como apunta Maebler(?). Se inicia la oda con una "Invocaci6n Poética" a el10 ('como el epinicio 3 y qUizá también 13)(8), que presenta los rasgos más característicos de este tipo de proemios en Baqu!lides: nombre del personaje invocado, al que califica un adjetivo, ~~­ voávaoo« (9), sin interjecci6n; petici6n en imperativo, EO&U­ VE , en que el personaje invocado desempeña un papel lIactivo~(lO); predicaci6n explicativa introducida por yáp(ll), que conduce directamente a la "Menci6n Compleja", que incluye el nombre de la patria (v.6), de los juegos y la prueba (v.8), y, con toda probabilidad, del vencedor en los versos siguientes. Tiene, no obstante, la tfInvocaci6n Poética" de la Oda 12 la p~ticularidad de iniciarse con una comparaci6n, WaEI, KU­ ~Epvñ~a~ ao~ó~ (12), que nos presenta a la Musa como el hábil piloto(13) que conduce la inspiraci6n del poeta. J. Péron(14) comenta lo siguiente a prop6sito de este pasaje: "car lA enco­ re le rOle de Clio est double; c' est A la fois la déesse sous le patronage de la quelle il se place pour que, telle un pilote - l' image est exprimée deux fois, par la comparaison initiale EO~UVE (v.2) - elle guide et par la métaphore incluse danf favorablement l' ode vers Egine, brée; mais elle représente en o~ m~me celle-ci doit atre céle­ temps le phénom3ne propre­ ment intérieur de l' inspiration qui anime le po~té n. A noso­ tros nos parece que precisamente la última idea es la que pre­ :11 1111 1,'l.,.1.1 1'1 1 1' 727 valece: la Musa como "piloto" que tfconduce ll la inspiraci6n del poeta, y de modo secundario se nos muestra como timonel que guia la "nave del canto n hacia Egina(15). Con acierto, a nues­ tro entender, estudia Péron el presente ejemplo en el apartado "Le pilote intérieur u (16), en el cual se deben incluir también otros dos pasajes de Baqu!lides: 14.10-11 8~ ~aJ n«p X~LPO~ KU~ÉpvaO'~V olJ KaCal.O' I. , "61.0~ 17.20ss. !ppÉv~OOl.v. t" UI.~ , !p~P"t'a~ou, 8ol.ov O~KÉ~1. ~Eav ~ow KU~~PV«I.~ !PP~vwv -&?I;- [óv] • La metáfora de la "nave del estado U aparece en 13.183ss. (17): O'uv (AretA) Kr..E I.a 1. OE nór..l.v E6­ qHr..OO~~!p [ávw 1. KU~~pV«I., y en 5.47 KU~Epv~~av es el auriga(18). La Musa Cl!o es la mAs apta para conducir la inspiraci6n de un poeta de epinicios, pues Itc' est en effet l' idée du con­ trele efficace d' une autorité apte termes comme ota~ ou A diriger que sugg~rent les KU~~PV~~D~, et ce, par transposition, dans des domaines qui n' ont rien de maritime ll (19). De ah! que sea adecuado en el contexto el adjetivo (hapax) ó~voávaoo(a) (20), as! como el calificativo O'o~ó~ para el piloto, bastante fre­ cuente, como ya seña16 Jebb, que compara con Archil.211 V~~D~ oO!pó~ KU~Ep­ , A. §BIut.770 KU~EPVTÍ~V oo!Pq>, o Fedro 83.8 nguber­ nator sophus 1I (21) • Digamos, por ~timo, que en P!ndaro la Musa no es nunca I ?28 "piloto" con;) en nuestro texto, pero desempeña un papel ,xy se­ mejante: IlQue Bacchy1ide con(foive la ro1use Al' image d' un pi­ lote ••• a10rs que Pindare la voit comme la nI implique pas de diff~rence d~esse du vent, dans le rOle que tous deux 1ui assignent': car dans les deux cas elle appara1t sous les traits dI un guide dont l' autotit~ Si exerce favorab1ement sur le cours du po~me, qu' elle dirige en 1igne droit ll (22). Por otro lado, la ffInvocaci6n cio 12 recuerda, en cierto modo, el Po~tican inicial del epini­ g~nerode1 "prop~mpticotl o "poema de despedida U (23), que consiste generalmente en el deseo de un buen viaje para la persona que se va, pero a menudo los poetas introducen variaciones diversas. Asi, en lugar de un buen viaje se desea el naufragio del enemigo (combinándose el propémptico con el poema de maldici6n) en Hippon.115 (= Archi1. ?9a Dieh1), probablemente imitado por Horacio en ~.10; bi~n ~.4.365-38?¡ un naufragio desea Dido a Eneas en Virgi1io tam­ Propercio, en cambio, hace del propémptico e1egia amorosa (1.6, 1.8) o poema triunfal (3.4). Por ello no debe extrañar, en pria cipio, que Baqui1ides pudiera introducir una nueva variaci6n y combinar el poema de despedida con la "Invocaci6n Po~tica", de­ seando Hbuen viajen a su propio himno. Cairns(24) señala cuatro elementos caracteristicos en los propémpticos no aXE~ALaa~~Ká, como seria el nuestro: 1) buenos deseos y petici6n de ayuda divina para que el viaje llegue felizmente a su término; 2) descripci6n del destino; 3) deseo del que habla de acompañar, o bien excusa por no poder hacer1o¡ I I I I I I I I , 729 11 4) reiteraci6n de los buenos deseos y del ruego de protecci6n divina. Estos cuatro rasgos pueden aparecer todos y en el orden §!f!.3.2; Paulino de Nola, Carm.17), expuesto (E. Hel.1451ss.), todos y en otro orden (Estacio, o bien s610 algunos de ellos (Propercio 1.6, que presenta únicamente los elementos 3 y 2). En el caso del epinicio 12 de Baquilides faltaria, por su propia naturaleza, el apartado tercero,ya que el poeta "despide" a su propio himno; también, al ser un propémptico resumido, estA ausente el cuarto, la reiteraci6n de los buenos deseos. Nos quedan, sin embargo, dos elementos fundamentales, la invocaci6n a al divinidad en petici6n de ayuda y la "des­ JI 11: :I! il 'l.. l. l. l. !I. 111 cripci6n n del lugar de destino (Egina); precisamente estos dos elementos son los que encontramos también al comienzo de uno de los más famosos poemas de despedida de la literatura anti­ gua, Horacio Carm.l.3: Sic te diva potens Cypri, sic fratres Helenae, lucida sidera, ventorumque regat pater obstrictis aliis praeter Iapyga, navis, quae tibi ereditum debes Vergilium; finibus Atticis reddas incolumem, precor, et serves animae dimidium meae. La menci6n o descripci6n del lugar de destino es un ele­ mento prActicamente indispensable: Hippon.115; E. Bel.1465ss. (con mitos relativos a él); Estacio, Silv.3.2.102ss. (con una 730 especie de "Loa del Vencedor u en los vv.123ss.); Paulino de Nola, ~.17.1ss.; Propercio 1.6.1ss., 1.8.1s8., 2.19.1s8., 3.4. lss.; Juvenal 3.1ss., etc. En cuanto a la invocaci6n, cuando se trata de un viaje por mar es natural que el poeta se dirija, pidiendo protección, a divinidades marinas, como ya seña16, al estudiar el gánero, el r~tor Menandro (399)(25): lav OE o~a ~aAá~~~~ &váyn~a~, lKEr ao~ ~v~~~ ~aAa~~'wv ~a~a~ oaL~óvwv, Atyun~Cou r.pw~Éw~, 'Av~­ oovCou rAaÚKou, Nnplw~, nponE~nóv~wv ~E KaL auv~Eóv~WV ~~ vnt ••• En B.12 la divinidad invocada es la Musa 0110, cosa perfec­ tamente explicable, ya que nuestro poeta pone igualmente bajo su patronazgo los epinicios 3 y 13, como dijimos anteriormente. Olio es, en efecto, una de las nueve Nusas desde Hes. ...... Th • 77(26); sin embargo, también se da el mismo nombre a divinida­ des inequ1vocamente marinas o fluviales(27). En el ~.577 ~ de Sim6nides, Olfo aparece relacionada con las fuentes: Plut. Pyth.Orac.17.iii: ~~v ~~xPf oE nEp~Epyó~Epov a~~L' d LL~WVCOn, KAELW npoaELnwv· ~yvav lnCaxonE XEPVC~WV, Pero contamos, sobre todo, con dos textos en que Olio es una diosa del mar, una Nereida en Higinio (~. pra~f.8) y una'Oceá­ nide en Virgilio (Georg.4.341): Olioque et Beroe soror, Oceanitides ambae, La circunstancia de que el nombre de una Musa coincida con el de una divinidad marina o la ninfa de alguna fuente, (27 bis) ocurre también en el caso de otras Musas' . : Erato es una Nereida en Hes. ~.246 y APOIIOd.1.2.?(28), y una N~ade en Higinio (~.1?0)(29). 11 731 Talla es (Hes. Th.909) una de las tres Gracias, hijas de 11 Zeus y Eur1nome, a su vez hija del Ocáano; es también una Ne­ reida ya en 11.18.39 (véase Virgilio, y 1130.39, Y ~.5.826, Eust.742.37 quiz~ Hes. ~.245)(30~. Urania es una Oceánide en Hes. ~.350 e h.cer.423(3l)~ Quizá Baqullides, al invocar a la Musa C110, pueda estar jugando con estas otras tradiciones que nos la presentan (a ella y a sus otras compañeras) como diosa marina, y en calidad de tal le pide que conceda una buena ftnavegaci6n" a su poema. Como hemos indicado, la petici6n de asistencia a divinidades marinas es natural cuando se trata de un viaje por mar, y en­ tre estas diosas del mar ocupan un lugar destacado las Nerei­ das, especialmente Galene y Galatea, que aseguran la bonan­ za(32): E. ~.145lss.; Estacio, §!!y.3.2.l3; Propercio 1.8. 18; Theoc.7.52ss.; Ovidio, A!.2.ll_34ss.(33). En resumen, Baquílides habría podido combinar el género del propámptico con la petici6n de asistencia a la divinidad para que guíe su himno por buen camino, sirviéndose de imá­ genes naúticas ( KU~€pV~~a~, e~aUV€) y del doble papel de Clío como Musa del canto y divinidad marina. Tambián Ovidio, en el l.¡. célebre comienzo de sus Tristia, despide a su libro: '.1/. se explicativa ( ráp, v.4) introduce un motivo muy semejante, como señala Maehler, a Pi. 2. 4 •lss • (34 ): :. J'" Parve - nec invideo - sine me, liber, ibis in urbem • • • Tras la invocaci6n y la petici6n en imperativo, la fra­ 'E;"o:'t'~P ó1tlp~o:'t'€ ~pov't'a~ &KO:l-1o:v't'ó1to'50~ Zd)- ~€a:1, rap TQ po: 1, 732 ó~o ~OLKLAO~Óp~LyyOC &oL6a~ E~LaaÓ~€V ó~~Ao~á~wv ~áp~vp' &€~AWV· v~ase también Q.14.17ss.(35): AV&~ yap 'Aaw~LXov lv ~pó~~ En nuestro caso, la que incita a cantar al poeta es Nike(36) personificaci6n que aparece a menudo en Baqu!lides (3.5, 5.33, 10.15,11.1, Epigr.1.1)(37). En esta frase parece haber un pr;";ojlema sintáctico en el uso del verbo &:1tá'PX€ L (v.6), atest: "~lado pocas veces en los textos griegos que han llegado hasta no~otros. Probablemente la 1ec­ ci61:. del papiro se pueda mantener y explicar 1~ posible irre­ gularidad sintáctica sin necesidad estricta de modificar el texto transmitido(38 ). El verbo &:1tá'pxw está atestiguado tam­ bién en Pi. !.4.46, donde significa "reinar lejos de la patria", en uso absoluto(39); puede igualmente usarse en el sentido de "guiar, ¿ :igir", y en ese caso parece que se construye con dativo, como ocurre en Af 9.189.3: ~~~ L &' &1táP~E ¡, Ea1t~w xpva€C~v XEpatv fxovaa AÚP~V. y en una inscripci6n pub1icadar E. SChwyzer(40): &1tápxov~o, A€q~Ot, e~~aCoL', ~A6Fmc.o~ ~do F16vax estaba a la cabeza de escogidos tebanos,,(41); es"' . : to dudoso D.H.7.73.5 ~ov oll K«A&~ &~ápxov~a ~wv &px~a~wv, onde pudiera regir genitivo(42), As1 pues, habria que explicar en el pasaje de Baqu11ides el acusativo IJ.€ - en lugar del espe::ldo dativo :.lOL (que, por otra • •-. ..., parte, no encajar1a en el esquema métrico) • De varias maneras se puede interpretar, entonces, la sin­ taxis del texto, aunque el sentido no cambia esencialmente • Una primera posibilidad es suponer que el verbo usado absolutamente y ~E f , anaPXE~ está es s610 el acusativo sujeto del in- finitivo consecutivo-final N Koo~~oa~ ; es el parecer de Jebb, que traduce "for divine Victory leads the way,bidding me go to Aegina's happy isle, in honour of hospitable friends, and do grace to that god-built city". otra posibilidad, para nosotros preferible(43), es con­ . ' , siderar ~E como réglmen de anapXE~ y Koa~~aa~ infinitivo consecutivo-final. Que tengamos acusativo en lugar de dativo puede explicarse, en primer lugar, por atracci6n de lAaóv~a, pero también por analog1a con otros verbos; as1, l~ápxw pue­ de construirse con genitivo, dativo y acusativo de cosa (~. 11.2.273; h.Hom.XXVII.18; Archil.120.1; Theoc.8.62), pero también con doble acusativo, como en E. ~.152 (lyr.) y, so­ bre todo, S. !i.557: EC oÉ ~' ~ó' &EL AÓyOV~ (Y!l. AÓyO ~ ~), donde aparece, como en el pasaje que nos ocu­ pa, un acusativo ~(E) (44). Maehler(45) cita también como posible paralelo la cons­ trucei6n sintáctica de KEAEtJW, como en 11.17.30: &AAá a' ~ywy' &vaxwpñaav~a KEAEÚW l~ nA~aVV CÉva~, y traduce ItDenn die glSttliche Nika sehreitet mir voran naeh der gesegneten Insel Aigina, und ich komme, meinen Gastfreunden die I 734 I I I I I I gottgebaute Stad t zu schmüc...:::en n • Casos semejantes del uso del infinitivo final son, por ejemplo, los siguientes(46): li. l • 442-3 .y, " w XpVOD, npo ~ tt " t ~nE~~Ev ava~ 1:: - , , avupwv Aya~E~vwv nat&á ~E oo~ &y€~EV, - E. Hec.43-44 Hagamos menci6n, por ~ltimo, de la propuesta de J. S. Lasso de la Vega, que sugiere como lecci6n alternativa xar~ dnap­ / lA~óv~a , suponiendo que el verbo personal estaría en los versos perdidos. Las "primicias" serían el canto, y el da­ tivo con KOO~ErV no ofrecería problemas (2!. B.?ll; Pi. 1.1. 19, Parth.2.49). El primer fragmento de la ~ 12 se interrumpe despu~s de la menci6n de la patria, del lugar de la victoria y del tipo de prueba, tras lo cual esperamos la mención inmediata del vencedor (a no ser que,- como en el epinicio 9, haya de por me­ dio un mito relativo a los juegos o a la lucha). otras "Men­ ciones Complejasl/ semejantes, en que los diversos datos se unen simplemente por medio de la partícula ~E y están en acusativo, dependiendo de un verbo que significa "cantar", sonf 47 ): B.3.1ss. ' Ap I.O'to LX] ápnou E l,XEA Ca~ KpÉovoav fi[áJ~a'tpa too'té~avóv 6~VEl" yAVXV&WpE KAEOr, AV~J1tI.O&pó¡.J.ov~ 14.19ss. KAEo1t'toAI~wl. vvv ou 'tE Kovpav ~oá~ ~' '0­ 'IÉpwvo~ tn1t[oJu~. 6k xápl.v Xp~ TIoOEl,&avó~ ~E 'té~EVO~ KEAa&~Oal. ITE'tp[aC­ r 735 nvppCxov ~' E~OO~OV tnnóVLX[OV VeÓV, En B.12.7 el poeta usa el verbo xoa~DaaL con el signifi­ cado de "cantar"; expresiones semejantes encontramos en 3.94ss., 7.10ss., y, sobre todo, en algunos pasajes pindáricos, especial­ - mente N.6.45-46, citado por Taccone(48): nAa~E!aL návTo~EV vaaov AoyCoLaLv lv~t npóaoooL E~KA€a ~áVOE xoa~E!v· también Plndaro está hablando de Egina. Véanse igualmente los siguientes casos: Q.ll.llss.(49) ta~L vüv, 'APXEa~pá~ou na!, TEa~, Kóa~ov dOV~EAD ~.194.3 lnL tAYDaCoa~E, nvy~axCa~ ~VEKEV a~~~ávwI xpva€a~ lAaCa~ xEAaoñaw, Era TELXC~W~EV ñOD nOLxLAoV xóa~ov a~oáEvTa AÓYWV Los vv.9-32 se han perdido por completo, y el nuevo frag­ mento editado por Norsa comprende los vv.33-42, hacia la mitad del poema, según la reconstrucci6n de Snell. Su interpretaci6n ha suscitado diversos problemas, aún no resueltos, primero por las lagunas que presenta, y sobre todo porque es un pasaje ais­ lado y la pérdida del contexto anterior y posterior complica las cosas al faltarnos algunos datos esenciales. Las dificul­ tades se reducen fundamentalmente a dos: se trata evidente­ mente de un catálogo de victorias, pero ¿quiénes las han obte­ nido, la familia de Tisias o los eginetas todos?; y en segundo lugar, el orden en la enumeraci6n de los juegos no deja de ofre­ cer problemas. Quizá la soluci6n de la segunda cuesti6n contri­ I 736 buy~ a aclarar algo la primera. En el catálogo de victorias es segura, y todo el mundo coincide en ello, la menci6n de dos grandes juegos panhelá­ nicos, los ístmicos (vv.38-39) y los Nemeos (vv.40-41). Lo que ya es muy dudoso es lo que precede y lo que sigue. En cuanto a los juegos que se mencionarian en los vv.42ss., tras los Nemeos, casi todos los comentaristas coinciden en admitir la propuesta de Norea, que ya apunt6 la posibilidad de que el poeta se refiriera a los Juegos Olimpicos: "Notevole la coin­ cidenza della fine di questo verso con la riconstruzione del v. VII 46 Blass (= VIII 26 Snell). Anche qui potrA parer ovvio seguitare con 5x~aLoLv 'AA~eoU ,o ~oaL~, ~poxoat~, ~e€apOL­ CHV, nóplf , o sim. n(5 0 ). Lo mismo opinan Snell, Gallavotti, Setti, Maehler y Oellacher, aunque éste último, para quien se trataba de un nuevo epinicio que celebraba una victoria olim­ pica, suponia que el catálogo de triunfos familiares acababa tras la menci6n de Nemea, y reconstruyendo vüv óE] :aú~aj KaL [5x~aLoLv 'AA~eLoU l~' &pyupoóCva Aáxe ~L~a~ d óeLva 'OAU~~LOVCK~~] ereia que se pasaba de nuevo en estos versos a la victoria ae­ tual. Para Pighi, que eonsideraba también el fragmento un nue­ vo epinicio, la primera menci6n de los Juegos Olimpicos ten­ dria lugar en el v.5 (= 37 Snell), donde él propone recons­ truir ol ~ev 'OAu.mCa, • lv nCoa o algo semejante; y en los I vv.lOss. (= 42ss. Snell) [vUvJ -:' a~~' &~Kat l~' &pyupooCva [Kp~~vaLoLv 'AA~eLoU ~eyáAaLJ [~áp~upe~ éyyevlwv &pe~av] I I I I I I I I I I I I I 737 se pasarfa a la victoria actual otra vez. I I También nos parece a nosotros probable que en los vv.42ss. el poeta aluda a los Juegos Olfmpicos. Hay, no obstante, una dificultad: en los catálogos de victorias(5 l ) el orden de los cuatro grandes juegos suele ser Olimpia, Delfos, Istmo, Nemea, y , , í' l'l. l. í. I 11 l. 111 no se altera generalmente sino por causa justificada; en efec­ to, en Pi. Q.13.98 Istmo y Nemea, y en ~.7.l3 Istmo aparecen antes que Olimpia y Delfos, pero ello se debe, como observa Thummer(52 ), al gran número de victorias conseguidas en esos juegos, que impresionarfa aán más al oyente al colocarse en primer lugar. Por eso no nos parece aceptable la explicaci6n que da Setti al hecho de que los Juegos Olfmpicos aparezcan en la -6.ltima posici6n del catálogo de B.12~53): tiMa, in real­ ta, che la lista degli agoni termini con la menzione, e in speciale rilievo, di Olimpia, si spiega, in ogni caso, con 1 1 altezza suprema di questa gara, trattandosi qui, come tutto lascia credere, di una visione riassuntiva di tutte le glorie sportive della cittA". La soluci6n al problema debe ser otra. El papiro punt-6.a tras N~~~a'ov en el v.4l, lo que parece indicar una separa­ ci6n, siquiera pequeña, con lo que sigue(54). As!, la su­ puesta menci6n de ülimpia en los vv.42ss. no puede ser otra cosa que el deseo de un triunfo futuro en los más grandes jue­ gos de Grecia(55). En efecto, que un catálogo de victorias se cierre con el deseo de una victoria en Olimpia, es algo per­ fectamente comprensible, y, lo que es más importante, conta­ mos con suficientes ejemplos paralelos que puedan corroborar­ 10(56). En primer lugar, un pasaje muy semejante es, en el pro­ I 738 pio Baquilides, el catálogo de 8.17ss.: comienza con la men­ ci6n de las victorias conseguidas en Delfos (v.17), Nemea e Istmo (v.18), y se cierra (vv.26ss.) con la petici6n de un triunfo olimpico (si son válidos, como parece probable, los suplementos 'tEA€a[aL~ y &J1tá[aao:!J ~ de Naas); se trata precisamente de la única nPlegaria para el Futuro ff de Baqu!li­ des en que con seguridad se desean nuevas victorias: í!i ZEU XLEJ pcxUVE1'Xé~, xa[1. l:.1t' &pyu] poóCva 5X~O:LaLv 'AA~ELOU 'tEA€a[aL~ ~EyJO:AOKA€O:~ .&EOÓÓ'tO\.'~ E6xá~, 1tEpl. K[PO:'tC 't' &]1tá[aoO:LJe; yACXUKOV ~VÓT)~' At'tWACÓO~. l:.Aa Co:~ l:.v rrÉA01tO~ ~pvyCov Ya hemos señalado que Norsa se basa en estos versos, y más concretamente en la palabra &pyv]poóCva, para suponer que la reaparici6n del mismo adjetivo en 12.42 es indicio de que el poeta tambi~n está hablando de Olimpia; el parecido entre ambos textos seria, entonces, aún más grande. Se pueden citar otros ejemplos (éstos pindáricos) de pe­ tici6n de una victoria olimpica después de un c.atálogo: en ll.lO.24ss. se mencionan las victorias de Teeo en Argos (vic­ toria actual), Delfos, Istmo y Nemea, y en los vv.29ss. se pide a Zeus un triunfo en Olimpia; igualmente, en 1.1.64 de­ sea el poeta que su compatriota Her6doto venza en los Juegos Piticos y Olimpicos tras un catálogo de victorias en compe­ ticiones menores. En 2.13.105, ~.5.124 e 1.6.7 se piden tambi~n victorias I I I I I I I I I I 739 olimpicas para la familia del vencedor(57). As:!, si en B.12.42ss. hubiera una "Plegaria para el Futuro", el ?rincipio del v.42 pOdrla reconstruirse, por ejemplo, ~~é; (58) o incluso E1 ~~ó~, pues quizá haya espacio suficiente para seis letras, si son delgadas (59). Para o:: t~€w, compárese ,Pi. donde, tras mencionar a Zeus, como en B.12.41, el poe­ ~.5.124, ta concluye el epinicio con una petici6n: ,11 ~oü~o OÓ~EV y€po::~ ~n~ Bá~~oo - Y€VEL. y sobre todo N.9.29ss.: at~€w ~o!pav OE ~a~aLv oapov O' EnVO~OV At~vaCwv 6~áCE~V, ZEÜ ná~Ep, &yAataL.OL.v O' &a~oVÓIlOL.~ ~~L~E!~aL Aaóv. 1I l' i'i. n'l. It Suponiendo, pues, que en los vv.42ss. se aluda a los Jue­ gos 011mpicos, con la petici6n de una victoria en ellos, nos queda el problema, aún más complicado, de los versos que ante­ ceden a la menci6n, segura, de los Juegos ístmicos y Nemeos, es decir, esencialmente los vv.35-37: ¿qu~ juegos se mencionan en ellos? Según se puede comprobar examinando los catálogos de vic­ torias pindáricos y baquilideos, esperarlamos en tales versos una alusi6n a los Juegos P:!ticos; por eso, en la laguna del final del v.37 Snell lela o f ~€,! [TIU~ó" , de acuerdo con Pi. 1.7.51, y este suplemento lo acepta Gallavotti y lo modifican ligeramente Maas (TIo.aCaL.~ , unido a VCKaL~) y Oellacher (TIU­ .a Ca L ~ ) ( 60) • Pero esta manera de completar el texto, tan convincente 740 en principio, tropieza con una dificultad, y es que en el v los editores y comentaristas del pasaje admiten unánimemente el suplemento de Norsa para rellenar la laguna: &;~tp I.K['t I.óv]!fv l.v &:€&t..o ~ [C;;; ¿cuáles son estos njuegos de los vecinos"? Una primera posibi­ lidad consiste en suponer que con tal perlfrasis Baqul1ides estarla aludiendo precisamente a los Juegos Plticos, si se com­ para con algunos pasajes pindáricos: -P.4.66-67 't~ ~ev 'Anó~~wv &'tE nu&w XÚÓoC;;; t~ &;~tpI.K'tI.ÓVWV ~nopEV tnnoópa~'ac;;;. ~.lO.8-9 o'tpa'tw 't' • &~tpI.K'tI.ÓVWV ól.aut..oópo~av d napváool.oc;;; a6'tov ~uXÓC;;; 6na'tov naCówv &vÉEl.nEV. Surgirla entonces el problema de compaginar esta supuesta pri­ mera menci6n de Delfos con la segunda, también supuesta, del V.37(61). La única manera de hacerlo seria considerar que ol ~ty lnu&CaL~ (v.37) recoge la frase anterior y a su vez la contrapone a las posteriores; es decir: "los eginetas (o los familiares de Tisias) en los juegos de los vecinos (i.e., Del­ fOs) con treinta brillantes coronas fueron celebrados con cor­ tejos, éstos con victorias piticas, otros en el Istmo ••• ". De tal modo, los vv.35-37 podrian referirse a los Juegos Plticos e iniciar el catálogo de victorias. Pighi, puesto que lee en el v.37 ['O~u~nCáI.J no encuen­ tra dificultades para admitir que el v.35 se refiera a Del­ fos; Gallavotti, por su parte, se limita a dejar la cuesti6n en suspenso(62). Norsa, a quien se debe el suplemento d~tpl.­ K['t l.óvJ<:>v , creia también que asl eran denominados los Juegos 741 :1ticos, pero en el v.37, en lugar de [nu-&o' ] o semejantes, prefería leer un adjetivo, ~Ey[a.AOO.sEVE!<;], ~Er[a.CvTrt"o ¡,J, etc¡ ~ell(63) sugiere, en la misma direcci6n, ~Er[a.O.sEVE!~], y .setti(64) ~Ey[(Df.AEE!<;;;). Sin embargo, la gradaci6n , :f ó' ••• ot ó' ••• ot ~Év ••• parece bastante clara(65). Cabría también la posibilidad de que con d~~I,R[~LÓV]~V I1I !v &É-&AO ~ r..~ €Os 1I el poeta se estuviera refiriendo a todos los jue­ panhel~nicos, ~terpretaci6n que luego se especificar1an uno a uno; esta no la ha tenido en cuenta firmemente nadie y ya 3nell la consideraba imposible(66), pese a que en Pi. !.6.39 , nov~ou '11·. 1, , ", yE~Up a.Ra.~a.v~o<;;; ~E .1 ~v 1_ , ~~~I,R~LOVWV ~aupo,óvwI ~p¡'E~npCÓI, KPEov~Cóav se designen así los Juegos ístmicos. 11 Una tercera soluci6n es la que propugna Maehler(67) , pun­ ~ando tras &É.sAO~[<;: se tratar1a de competiciones locales; se basa en dos textos de P1ndaro: t_ '\ \. ~y~a.al, VI,RCXI, , ncx~pav ~ , ,API,O~cxyo, pav " euwvu~ov lo~e~ávwoav náA~ Rcxt ~Eya.uxet naYKpcx~C~. Illi 11: e 1.8.64(68) lvCKcxoe lnEt nEpLR~'ova> OD no~e KaL " s:. KEI,VO<; avupa<; " a,UK~CX I XEPI,, .J! KAOV~WV. 111: Sin embargo, presenta esta interpretaci6n la dificultad, .'i.: 7a señalada por 8ne11, de que entonces los juegos locales se­ ii rian mencionados antes que las grandes competiciones panhel~­ nicas, lo cual s6lo ocurre en circunstancias excepciona1es(69): en Q.7.80ss. el catálogo se inicia con las victorias de Diá­ I 742 goras en los juegos locales rodius, pero se debe a que asf se enlaza directamente con el mito(7 0 ), y además Olimpia y Delfos ya se han mencionado en el v.lO. Para aceptar la propuesta de Maehler, habrfa que pensar en alguna excepci6n de este tipo. De estas tres posibles soluciones, quizá la mejor sea la primera: ~~~~K~~6vwv ~E~AO~ el catálogo; ol ~ev nv~Ca~~ son los Juegos Pfticos que inician recoge y resume ·toda la frase anterior y a su vez se opone a los siguientes elementos de la enumeraci6n. Pero quizá cupiera tambi~n la posibilidad de que en el v. 35 se estuviera hablando de los grandes juegos panhel~nicos en general, mencionándose a continuaci6n cada uno de ellos por se­ parado. Esta interpretaci6n, que es factible (aunque improba­ ble, como hemos señalado un poco más arriba) manteniendo el su­ plemento &~~~K[~LÓV]~V de Norsa, serfa más verosfmil rellenan­ do la laguna de otra manera. En efecto, nadie hasta ahora, a lo que hemos podido comprobar, ha intentado otra lecci6n. En ello quizá ha pesado mucho la rotundidad de las palabras con que un fi1610go de la talla de Snell (tan buen conocedor del texto de Baqui1ides) ha defendido el modo de completar el texto por par­ te de la papir610ga italiana: "v.36 eine sichere ~~CP~K~ ~6vwv halte ich fttr M. Norsas, obwohl die Spuren auf dem Faksimile nicht fUr J~v zu sprechen scheinen 11 (71 ); "ich bezwei­ Erg~zung fle nicht, dass letztere ( ist n (7 2 ) • ¿De qu~ &~~LK~~ÓVWV lv &€~AO~~) richtig otra manera, entonces, se puede rellenar la laguna? Mejor que una palabra compuesta seria un sintagma &~~ e.. . nombre de lugar, como, por ejemplo, en otro catálogo, B.IO.34 ~~~C~' í I ~ 11 ­I 11 11 I 1 I I ! • • • • • 743 , ~.cu • Fero necesitaríamos ~eguramente un acusativo (aunque !:: !inal J ~v no e s seguro) y no vemos, además, c 6mo medi ante -- nombre de lugar pOdría haber en nuestro pasaje una referen­ a los cuatro grandes juegos en conjunto. Por eso, es mejor , " ~:onstruir tras a~~~ una palabra que venga a significar algo :~ !.Si: como "premio fl y entoces el sentido total del pasaje seria -::2~ o menos el siguiente: tilos familiares (o los compatriotas) ~ Tisias en los juegos en que se compite por ilustres(73) pre­ con treinta brillantes victorias fueron celebrados con cor­ ~os, ~~jos, unos en Delfos, otros en el Istmo y otros en Nemea; oja­ :! logren también victorias olimpicas tl ; o bien, suponiendo que :: número treinta se refiera s610 a las victorias délficas y ;-r.::::::::.tuando al final del v.35: ••• en los juegos en que se com­ por ilustres premios: con treinta brillantes victorias fue­ ;~te III ti ~n celebrados con cortejos unos en Delfos, otros en el Istmo ••• ti El uso de , , en expresiones del tipo "luchar por obte­ afJ.~1. :sr algo" está suficientemente atestiguado en Pindaro: ~.9.90 ~€VEV &rwva ~pEO~U~Épwv &~,' &prUpCOEOOI.V· ,,:ubién en un catUogo, pero en lugar de ,111 s:..n6nimo &rwv ; ~.9.l05-6 oto~ AI.~vooa<;; &~~L " 1 paoa ~ po <; 11II 7 11I1 :1' , TtÓA ruval.xo<;; ~~av ~ v, con la preposici6n TtEpe en el propio Baquilides: 5.l24ss. ~apvá~E~' ,: !E..ft'A.O<;; aparece su tVOUKÉW<; KouP~o" ~EVE~~OA€fJ.O"<;· 744 4 ~ no,; é cp a:¡.L L y 13.54ss.(7 ) ,;a"ÓE] nEpt O'';Eep<ÍVO "aL na:yK]ea:,;COU nóvov 'EA­ AávEOOLJ v f6¡:x.SEV';' lOEO-&a:L." ¿Qué podemos leer en lugar de ~¡.LCPLK[';LÓV]~V que signifi­ que algo así como "premio"? Tiene que ser una palabra con una estructura métrica uu- y en la que la x- inicial vaya se­ guida de una consonante o sonante para hacer posici6n, pues la iota final de a¡.LcpC debe ser larga. Podemos intentar recons­ truir, por ejemplo, K[A0:6ÉJ~v , pues, como es sabido, el pre­ mio para el vencedor en los cuatro grandes juegos panheléni­ cos era una corona "vegetal n : de olivo en Olimpia, de laurel en Delfos, de apio en los Juegos ístmicos, de apio fresco en los Nemeos(75). La menci6n de estas coronas como premio al vencedor es corrientísima; en Baquílides podemos citar casos semejantes en 8.30, dentro del catálogo que tantos puntos de contacto tie­ ne con el que nos ocupa: '!tE pI. yAO:UXOV ltVÓT)¡.L' y 11.28 'K [po:,;' 't' &] ná [00'0:"] ~ . At';WACÓO~ lAa:Ca:~ 'Jto:y~ÉVWL XaC,;o:v lAaCa .. yAauxaL o';Ecpavwoá¡.LEVOV así como el ya citado '!tEp\ O'';EcpávOLOL de 13.55(76). Especialmente significativos para nuestros prop6sitos son dos pasajes pindáricos: -0.8.76 , " cpUAAOCPOPWV a:'!t l. , ~yWVWV. 745 's:. TI~Ep~uWV, " E~~ .. ~a~ TIu­ ~W~EV tOAu~~~áówv ~' t~a~p{~o~, 'AA~EOÜ ~PVEcr~ ~pá~a~ ~onde con XE!pa ••• ~pVEa~ se alude al mismo tiempo a las recompensas ~e Delfos y Olimpia, como en nuestro caso con XAaó€wv se alu­ :~la a los premios en los cuatro grandes juegos panhelénicos :excepto Olimpia, si es "Plegaria para el ,Fut~otÍ)(7a). No obstante, un problema morfo16gico presenta la forma ',-,,:,ó€wv , ya que lo corriente es que la palabra KAáóo, siga :a declinaci6n temática, y asl ocurre en el único caso que te­ ,'11 ~emos en Baqullides, 9.33 (en Plndaro no está atestiguada). Pe­ ::-o flexionada por la declinaci6n atemática(79) la encontramos !I al menos 50 años después de Baqul1ides, en Fi16xeno (435-380 ~roximadamente), EI,.836a.3 E!m.: El~' ~~EPE o~€~avov AEn~a, ~no ~up~Cóo, yv~~wv :11 aunque KAaó[wv E¿­ ó~oúvan~ov· )(.Aaó€wv es correcci6n de Bergk en lugar de KA<ÍÓWV; : en Ar. !!.239 (~.): Boa ~' ó~wv ~a~~ 'K~~Ou, t~t K~OcrOÜ ~AáóEcr~ vo~~v ~XE~, Quizá mereciera la pena seguir investigando en esta di­ recci6n, si no convence el suplemento propuesto. Se pOdría leer también !I' l':.' .1 &:~~..~ 'K[pa~€]~v lIen los juegos en torno a las fuerzas (de los hombres)", englobando todas las competiciones en que prima la fuerza (lucha, pugilato, pancracio) y supo­ niendo que la familia de Tisias habrla vencido s610 en este 746 tipo de pruebas. La especiE.;. }acj _ de .~. :la.falf; 'La o ciu 3n unas determinadas disciplinas es cosa habitual, como se puede comprobar, por ejempl~, ~ en la 6 de Baquílides, donde se nos dice que los ceyos vencían en el pugilato y en el estadio(80). En cuanto a la expresi6n, podemos comparar sobre todo con Pi. -0.3.36ss. : ~ , va~~ov ,... aywva , VE~ELV &vopwv ~' dpE~a~ nÉpL KaL ~L~~ap~á~ou ÓL~p~Aa:()Ca~. Véase igualmente g,.4.253, !.6.14, 1.8.66. También Kpá~o<; po­ dría traducirse por "victoria", como er.: B.5.114 y qUizá 13.83(81). Por fin, se pOdría asímismo reconstruir un adjetivo y su substantivo al final del verso anterior. Queda por tratar el segundo problema que presenta el catá­ log~: ¿las victorias que se enumeran han sido conseguidas po~ los familiares de Tisias o por los eginetas todos? La cuestión no puede resolverse con seguridad, máxime teniendo en cuent que el número de triunfos, treinta, si es buena la reconstrue­ ci6n de Snell(82), puede ser un número general que signifique "muchas", como quizá setenta en 2.9-10(83). Piensan que se catalogan las victorias de los eginetas Snell (para quien el número treinta se refiere s.lo a los triun­ fos conseguidos en Delfos), Pighi\ Setti, Pavese(84), Hamil~ ton(85). Por el contrario, atribuyen los triunfos a los fami­ liares de Tisias Oellacher, Gallavotti y recientemente, aunque reconoce que no se puede dar una soluci6n definitiva, Maeh1er(86 1I 74-7 Quiz! si aceptamos que la menci6n final de Olimpia es una 11I ·Plegaria ".para el .Futuro", sea un argumento en favor del cat&logo ie victorias familiares, pues ya anteriormente los naturales I de Egina habrlan conseguido triunfos ollmpicos, y el deseo de una victoria en esos juegos tendrla menos sentido(87); parece, en efecto, que en el ndmerotreinta no se incluyen las victo­ 1I rias en Olimpia(88). Adem!s, nunca en una "Plegaria para el Futuro ll en la que se formulan buenos deseos para la patria del vence­ ior, se piden triunfos deportivos, cosa que sl es frecuente cuando la petici6n es para la familia(89). 111: Dado el estado de conservaci6n del epinicio, las pocas repeticiones verbales que podemos señalar, apenas nos dicen Ilr l',1" 1', ! I l' I1II1 111 nada y no nos sirven de ayuda para determinar la estructura iel poema, como normalmente ocurre. En tales circunstancias, enumeramos los siguientes ecos simplemente a tltulo indicati­ vo: 5. !;.ECVOI.OL :;. N eltCX (F) M (p) 34-. ~EI.VOtJ • (p) , 37. v t.XCX.L<;• (p) o. vcxoov (p) 39. váootJ (p) ,. -t+EÓO¡'¡CX';ov 38. ~ . .. Ccx-&Éa<; tF) 7. nÓA.LV (F) 34-. &:0';[ B. NEj.lGL 4-1. NEJ..I.ECX CotJ (F) ~ '" -'e lv 35, 38. Rimas "l. construcciones sintácticas tautométricas. 11I t 41 1.1 l. ~¡,¡v2.~V~O­ "7. KOO¡.¡TjOCXL I 748 Tambi~n determin&~i6n la de la estructura m~trica del epi­ nicio presenta muchas dificultades, ya que apenas podemos apo­ yarnos en la relaci6n entre el metro y el sentido; en conse­ cuencia, toda reconstrucci6n ha de basarse casi exclusivamente en la consideraci6n de la propia composici6n interna, con las limitaciones que esto supone, sobre todo a la hora de distin­ guir entre periodo mayor y menor. Para determinar la estructura m~trica de las estrofas so­ lamente disponemos de una de ellas entera y casi la mitad de otra, de las seis que compon1an la oda; el esquema que propo­ nemos es el siguiente: l. --u---uu-uu- -e -D 5 2. --u-- -e- 2 3. -uu-uu- D :; 4. --uu-uu-u-u- 5. --uu-uu-- 6. -u-~-u-- 7. --u---u---u- 1I - II I III 5 :; B= 8 theses E 4 A= 10 theses -E -e 6 D u e A= 10 theses D Indicios de final de periodo. v.6. - hiato: 6. As! pues, la estrofa tendria una estructura tripartita, 0 mes6dica, .ABA,(9 ). Los dos primeros periodos estar1an articu­ lados en "inversi6n ti (91 ): - e - D- e - D I I 1/ - D u e - D - II I I I I I I I I , I , I I I I I I I I I I 749 El segundo periodo mayor equivale a la inversi6n del pri­ :tero tlrecortado", pues falta el elemento 'e' que encabeza el ;~imer a: periodo. El hecho de que el segundo periodo equivalga primero recortado, también lo hemos observado en otros epi­ ~cios de Baquilides; asi ocurre, en efecto, en la estrofa de :a 9: ~ e - D - E / - D - e-I/ e - D / - E / - D - 1/ ionde en lugar de ltinversi6nll del primer periodo hay "repeti­ =i6n" con el recorte del elemento final 'e,(92). y del mismo =odo que en la estrofa del epinicio ~as 9, en la estrofa de 12, los dos primeros periodos mayores asi construidos, queda ::c tercero, epitritico, que cierra la estrofa ("Ley de Zuntz lf ) 7 se equilibra por el volumen-de theses con el primero, con lo ;'ile resulta en ambos casos una estructura ABA muy semejante: :da 9 A= 14 B= 12, equivale a 11I Il repetici6n recortada" del primer periodo; A= 14, epitritico. :da 12 A= 10 B... 8, equivale a "inversi6n recortada ll del primer 11 periodo; A= 10, epitritico. ~III !. iI La estructura métrica del epodo presenta aún más y mayores problemas, prácticamente insalvables, pues de los tres epodos eon que contaria el epinicio, si la reconstrucci6n de Snell y ::;allavotti es correcta, como parece, 'Ó.nicamente se nos han con­ I I 750 servado los cinco primeros versos de uno de ellos; a esto hay que añadir la hip6tesis, ya formulada por Snell y tenida muy en cuenta por Gallavotti(93) , de que los dos versos del ~.l, transmitido por Estobeo, t o , Ó' !na~ EtnEtv, ~p€va xa\ nux~v&v KÉpCO~ &v~pWnwv ~~a~a~. (el único fragmento de los epinicios al que no se ha podido encontrar ubicaci6n en los pasajes lacunosos de otras odas), pertenezcan al epodo del epinicio 12, con lo que tendríamos dos de los cuatro versos que desconocemos. Suponiendo (y reconoce­ mos que es ya mucho suponer) que los dos versos del ~.l corres­ vv.6-7 del epodo, es decir, los dos que siguen in­ pondan a los mediatamente a los cinco que podemos conocer, la estructura métrica podría ser la siguiente: l. --uu-uu- 2. --uu-uu-- 3. -D - 3 D 5 -e- 2 - D -u---uu-uu- e - 4. --u-- 5. [-u-J --uu-uu-- 6. -u---uu-uu- 7. -u----u-- I /1 /1 / 3 [e] - D - 5 e _:cD 5 E - 4 A= 13 theses B= 10 theses ¿A= 13 6 14 theses? 8. 9. Indicios de final de período. -v.2. -v.4. - hiato: 39. - pausa sintáctica: 41. La construcci6n sería muy semejante a la que presenta la ­I I I I I I I I I I I I I I I I 751 ~strofa: ~eorte dos primeros periodos articulados en ltinversi6n", con de un elemento en el segundo, y un :~inantemente ~ltimo periodo pre­ epitritico con el mismo volumen de theses que :: primero. En efecto, la construcci6n de los dos primeros pe­ -' _-od os del a" s~gu~ent e manera(94) : " quedar~a D - / e - D+-I_-_i_-_I_I_C_?_----JI - D- - e - D // El tercer periodo tendria tres versos (7-9), de los cuales ~: primero seria E - • Los dos últimos versos podrian ser, pon­ §;'a:lOS por caso, D - e - E , lo que daria un volumen de 13 ~­ ~, como el primer periodo (9~); o bien pOdria tratarse de un ;~riodo final totalmente epitritico de 14 theses (A,)(96) o de :2 theses (A'= E - E - E). 111I Finalmente, el Itc6digolt de la oda es: :P - TP Me (MPtl ••. /1 ••• OL • • • 111 • :11 II i' II 97 ) II Me (ML-MPr/ ol99) _ n(lOO) ••• 98 } ... II ••• III /11 ••• /1 ••• /1 ?52 NOTAS A ODA 12 II! II (1) Kenyon (p.109) comenta que /lit is interesting as showing, in conjunction wi~h the poem which follows, that Pindar, in spite of the number of his Aeginetan odes and the evident clo­ seness of his connexion with the island, did not have a mono­ poly of the celebration of the athletic victories won by mem­ bers of Aeginetan families 11 el (2) Snell 4, pp.2l3-2l9. I 1I I (3) Gallavotti 1, pp.8-l5. (4) P.XLV. (5) Gallavotti 1, p.14. (6) ¿Podrían permitir las condiciones materiales del fragmen­ to ubicar el pasaje no en la segunda triada, como hace Snell y aceptan todos los editores, sino en la tercera y última, de modo que el epinicio acabara con un catálogo de victorias que concluiría con la petici6n final de triunfos olimpicos, como ocurre en B.8 y otras odas pindáricas, si es correcta la hi­ p6tesis que en su momento expondremos? (?) Ir 245. (8) Q!. pp. 919-920; Maehler, ~ 13.1-12, Ir 259-260. (9) Qf. pp.92?-928. (10) Cf. pp.939. (11) V~ase nuestro comentario a ll.lss. (12) Cf. Pi. P.l.9l ~e;pvTRT)t;, etc. ~O~&P KU~Epvá~a~ &vnp; Thgn.5?6 ~Ofi&P KU­ (13) Cf. K. H. Kaiser, Das Bild des Steuermannes in der antiken Literatur, Dis. Erlangen 1954 (dactil.). (14) Qp. cit. (~5, n.14l), p.138. (15) Sobre la imagen del canto como nave, cf. B.16.lss.; Pi. P.l.46, P.3.28, P.10.5l-52, P.ll.39-40, N.;726-2?, N.4.69-?0, W.5.50ss:, N.6.2~; v~ase nuestro comentario a B.10.;1. -(16) - Qp. cit., pp.13?ss. (1?) Q!. Péron, op. cit., p.197. (18) Páron, op. cit., p.l02. 753 (19) Péron, op. c.,i., p.l02. (20) Qt. 4.7-8 &[va~I.cpópJj.lLrYOc;., y 6.10 &vac;.I.j.lóA.1tOu. (21) Of. Péron, o~. cit., p.l04 n.4; Gladigow (op. cit. en ~ 9-;-n.20), p.$ ; véase tambi¿n Pi. r..5.ll5 clpj.lcct"T)X¡ltac; oocpÓC; • (22) Péron, op. cit., pp.18o-l8l; v'ase también p.138, n.lO. (24) pp. cit., pp.115-ll7. (25) Qt. Nisbet-Hubbard, op. cit., p.43. (26) No es mencionada por Homero; según el indice de Fatouros, en la lfrica arcaica s6lo aparece en Baquilides, Pindaro y en el ~.577 ~ de Sim6nides. (27) Cf. Adler, arte "Klio" en !h!.. XI.l (año 1921), col.862. (27 bis) Alcmán identifica a la Musa con la Sirena en el Fr.30 cf. Gianotti, p.44, con n.8, donde cita bibliografia:­ ~; (28) Cf. Snell (op. cit. en Oda 1, n.20), pp.69ss., sobre todo p.73.­ (29) Cf. Stoll, arte "Erato" en Roscher 1 (años 1884-1886), col. Escher, arte "Erato" en R.E. VI.l (año 1907), col. 354-356. ­ l295-~96; (30) Véase el comentario de West a este último pasaje, p.239. Sobre Talia, cf. H6fer, art. "Thaleia, Thalia" en Roscher V (años 19l6-l9~), col.449-457; Le sky, arte "Thaleia, Thalia" en ~. V.l (año 1934), col.1204-l207. (31) Cf. Mayar, arte nUrania" en Roscher VI (años 1924-l937)~ col.98-l05; Oberhummer, arte "Urania" en R.E. IX.l (año 1961), col.93l-942. Mayer (col.lOl) indica que er-ipiteto "Urania" aplicado a Afrodita est! relacionado con su car!cter de diosa marina. (32) 21. Snell (op. cit. en ~ 1, n.20), pp.73ss. (33) otras divinidades invocadas son los Dioscuros (E. Hel. l495ss.; Estacio, Silv.3.2.l; Ovidio, Am.2.ll.29; HoracIO; Oarm.l.3.2); Proteo, Trit6n, Glauco, PaIem6n (Estacio, Silv. ~35ss.; Ovidio, Am.2.ll.27), Eolo (Estacio, Silv.3.2.42; Horacio, Carm.l.3.3)7 Isis (Estacio, Silv.3.2.l~ Afrodita (Horacio, Carm.l.3.l~, Posid6n (Thgn.b9!; Pi. 2.6.104-105), etc. (34) Of. Race, The vaunt in Pindar, p.23. (35) Cf. asimismo, aunque es algo diferente, !.3.lss., !.5.l ss • 754 --- .:;:) Motivo "canto-victoria"; cf. Schadewaldt, pp.278-279 y ----::·ss. ~) V6ase también nuestro comentario a 10.7. ~=) De las diversas conjeturas ( &naL~Er Jebb, ln&pxEL , , etc.), probablemente la mejor sea la de Crusius, anaL­ :::. , que Jebb conf?id~ra :'posi'9lell -: Edmongs imprime_en su edi­ :~5=; en Hesiquio ana~pEL dOEUEL, anooD~E~, ávaxwpEL • !~_.~ll, :?) "Regno procul a patria U , Rumpel (s.v., p.56); "reigo far .III~ home", Slater (s.v., p.60). Ha ha'6iñ'o intentos de modi­ ~~:ar la lecci6n de los manuscritos también en este pasaje. Dialectorum Graecorum exem re~pr. H1 eshe1m 1 • ~:) V6ase tambi6n E. Fraenkel, ad Ag.1227, III 565-566, que se refiere al pasaje de Baqu1lides en la nota 4 de la p.565: ~~ere the sense of the verb appears to be.'orders' or forders ~:yf". En el pasaje esquileo la,pa~abra anapxo~ no parece ~erenciarse mucho del simple apxo~, como comenta Wilamowitz : prop6sito de A. Pers.327; véase también el comentario de ~adhead (Cambridge-!960, p.112) a este texto • .~2) Tombién se ha intentado corregir este texto: lnapx ov :=~Yt apxov~a Kiessling, lnápxov~a L. Dindorf. Ja­ '..:..3) También para Gerber 4, s.v., p.26: "apparently as the ver­ :al equivalent of ~napxo~ ":'th acc. and in!.". 'commander t and so torder, bid', :..:..4) De todas formas, este ejemplo no es absolutamente seguro, ~a que, además de la varia lectio AÓyoL~, la forma ~' puede ser tanto ~(E) como ~(OL) • Véase G. Mt1ller, JJTextkritisches :t1 den Septem des Ai8Chylos", Hermes XCIV 1966, pp.260-264; ;; S. Lasso ae la Vega (op. cit. en ~ 4, n.40), pp.ll0-lll; :-. n.13.481. - :~5) Ad loc., II246-247. :~) Más ejemplos en Stahl (op. cit. en Oda 9, n.l06), pp. 5068s.; y en Chantraine (op. cit. en Oda~ n.37), II30;ss. ,llll ," II ,1111 1II 1 i también B.4.lss.: ·E~L tupaKoaCav ~LAEr nÓALv Ó X~uooKo~a~ 'AnóAAwv, &O~Ú~E~CV ~ 'r€ [ pw]va YEpaCpEL· :4-8) Ad 10c., p.117; Ef. nuestro comentario a ~ 10, pp.578ss. :49) No obstante, Wilamowitz (Pindar08, p.2l7, n.4) opina que :a palabra KÓO}tOV designa el adorno que está sobre la corona, :as "cintas" t ~''t'paL) de 2.9.84. 755 (50) Qf. también 5.38; véase Pighi, p.178, n.4. (51) Of. Thummer, 126-28, as! como nuestro capitulo dedicado a la '1'f!;oa del Vencedor", pp.1054ss. (52) 1 28. (53) P.129. , 1. , , ó' (54) O!, Maehl~r, 11 244: "in 42 mit Ka~ ~n apyopo Lva (scil:- AiI.<pE~OO ) offenbar neu eingesetzt wird"; también parece confirmarlo la métrica (véase el comentario métrico al epinicio). (55) Ya lo apunta Maehler (11 244): "Was hierauf folgte, war sicher eine Erwahnung olympischer Siege, entweder von frUher errungenen (wobei vielleicht wieder eine Zahl genannt war) oder von zukUnftig erhofften". Setti (p.129) considera seguro que el epinicio 8 acaba con la petici6n de una victoria ol!m­ pica, pero no aplica tal conclusi6n al pasaje que comentamos. (56) 2[. nuestras pp.958-959. (57) Of. nuestra p.959. (58) At~Et está atestiguado en el dudoso Fr.66.ll. Para el verbo de súplica en primera pérsona, v'ans~as pp.939 y 972. (59) Sobre El aEÓ~ , véanse las pp.955 y 972. (60) Sobre la variatio en los catálogos de victorias, véase Thummer, 11 3l-~2. (61) Q!. Oellacher, p.llO; Snell 4, p.2l8. (62) Gallavotti 1, p.13: "non credo che stia male le~gere TIo­ aót nel v.37, neppure se !osse certo che la parola a~<pLK~LÓ­ vwv del v.35 gil designi di per se stessa a sufficenza le ga­ re Pitiche; ma come ~ noto, tale parola ~ di incerta interpre­ tazione, e poteva variamente essere determinata con qualche aggettivo nelle lacune dei primi versi, in modo di acquistare un signi!icato generico. Lasciata quindi in sospeso l' inter­ pretazione dei vv.33-35 ••• H. (63) Snell 4, p.2l7, n.l. (64) P.133. (65) Para un encabalgamiento estr6fico semejante, v&ase, den­ tro de otro catálogo, B.10.29. ~66) Snell 4, p.2l7: "Entscheidend ist vielmehr, dass mit dem aEail.oL nicht die vier panhellenischen Spiele be­ zeichnet sein ktsnnen tf • a~<pLK~~ÓVWV (67) Ad loe., 11 247-248. 756 '58) Para el signi:ficado "vecmos lf de &jJ.CPLK"t' Cove<,;; , Maehler :~~para con Hdt.8.l04 y Pi. 1.4.8, Parth.2.43. '59) Snell 4, pp.2l7-2l8. '''''') v Thummer, 1 28. • . ¡ -., ) - Snell 4, p.2l6. '''2) Snell 4, p.2l7. -3) KAU"t'WV o un adjetivo semejante pOdr1a hallarse al :final v.34; sobre este tipo de adjetivos aplicados a los juegos, ::. comentario a la ~ 9, p.507. ~:: ~4) N.lQ.3l: \ ~ L "te Ka~ ucr"t'L<';; ajJ.LAAa"t'aL ~crxá"t'wv &laAWV'Kopucpat,. ~:ter (~., p.427) lee nepC • O:f. -- tam~i~n~P1~ yvw"t aeLow-~ew ~5) Of. Patrucco, Lo sport ~-~~dante bibliograf'la. ~€pL nella Grecia antica, pp.3D-32, con -5) O:f. también 2.10, 5.186, 7.11, 9.23, 10.16, 13.59-60, ::.59=70, l3.l96ss., l4B.9; en P1ndaro, 0.3.13, 0.4.11, 0.11.13, ~.:3.33, !.1.17, N.4.88, !.6.l8, !.11.29~ 1.2.l6~ 1.8.64~ etc.; ~ase Thummer, 1 ~9-30. G:f. también 1.1.29. -;5) O:f Hdt.7.l9.1 dno ~) &E,"t'~<,;; t~a~D' "t'ov, KAá&ou<,;; YDV nacrav ~~~a~v. En E. ~.80, &acpvD' KAaóoLcrL en el templo d~l:fico :..: Apolo. -;) Q!. Ohantraine, DELG, ~., p.537. 30) Véase también N.ll.19ss. En la actualidad, por ejemplo, _:: etiopes destacañ exclusivamente en las carreras de gran !'=.do. =:) O!. Gerber 4, s.v., p.130. En Baqu1lides y en P1ndaro s6lo en singular:-­ E; =-~ce 52) 80ell 4; de!endida en las pp.2l6-2l7. :3) C:f. Setti, p.132: "11 numero sarA :forse arrotondato, ma ~ ogñI caso sembra ~::a :famiglia"ia lo troppo elevato per i componenti di una que Maehler (II 244) objeta que en Pi. J • ..s.58ss. se cuentan 25 victorias que una sola :familia de ~-=:la, los B!sidas, habia conseguido en trlos juegos llamados ~-ados". Sobre el nmnero tres, v~ase Delling, arte n "tpEt<,;;u E:. ~WNT VIII (año -1969),,'.pp.2l5-225, eon bj..en provista biplie­ g::!la. ?5? (85) P.I02, donde codifica "HaP". (86) V~anse sus argumentos en pasaje, rr 248. rr 2438S. y en su comentario al (8?) Cf. T. Klee, Zur Geschichte der gymnischen Agone an grie­ chiscnen Festen, Leipzig 1~n8 (reimpr. Chicago 1980), pp.l09ss. (88) Cf. Maehler, rr 244: UDass in der von Bakchylides genenn­ ten Ziñl von 30 Siegen auch olympische Siege enthalten waren, lasst sich nicht ausschliessen, ist j~d09h wenig~r~~ahrscpe~­ lich da nach der Aufglieder~g.in O',~EV ••• o~,u ••• 2~ ••• ~3?-40) in 42 mit 'KO:~ ~'1t o:pyupoo I.va: (scil. A"'q>E~OU ) offenbar neu eingesetzt wird (s. zu 42)". (89) Q!. nuestra p.959. (90) En el caso de que, en efecto, hubiera fin de periodo tras el v.3, no seria válida la conjet~a ~e Snell (4~ ~.2l6), que propone leer en los vv.33-34 1ta:Y]/~EI.VOU o EUJ/ ~ECVOU • (91) otros casos de ttUmkehrung" en Baquilides hemos estudiado en los epinicios 9 y 10; v~anse los comentarios a la estructura m~trica de ambas odas. (92) véase también el segundo periodo mayor de la estrofa de la Oda 11: D -Te - dI I - D - D !! e - II (93) Gallavotti 1, p.15. (94) Obsérvese que en este caso la "inversi6n" seria inversa (permitasenos el juego de palabras) a la de la estrofa, con los mismos elementos: en la estrofa - e - D - e - D es el primer periodo que luego se invierte en el segundo; en el epo­ do e - D - e - D seria el segundo periodo resultado de la in­ versi6n del primero. (95) Para un periodo final no totalmente epitritico, véase, por ejemplo, el último periOdO de la estrofa y del epodo del epinicio 11. (96) 21. el periodo tercero de la estrofa del epinicio 9: E - E - E- e ­ y de la estrafa de 10: E - e - e E - e - • (9?) Es dudoso que sea "Loa de la Patria", como quiere Hamil­ ton, y no simplemente "Menci6n de la Patriarl. (98) Probablemente seguia la "Menci6n del Vencedor". (99) Hamilton codifica t1HaP (M)?"; nosotros creemos que se tra­ ta más bien de un oat~logo de victorias familiares, con todas 758 las reservas expresadas a lo largo de nuestro comentario. (100) Ya hemos dicho que para nosotros la supuesta menci6n de no Olimp~a en los yv.42~s. r es una !fP~e~aria ,para el Futuro" y una s~mple cont2nuac~6n (y culm~ac~6n) del catálogo • • • 759 ODA ~l ~w __ 12 epinicio 13 de Baqullides, dedicado al egineta Piteas, de Lamp6n (v.68), celebra la misma victoria cantada por ~~-¿aro en su ~.5(1). La fecha de composici6n, asl como la =-~ologla relativa de las odas dedicadas a los miembros de la :~~ia de los PSalicladas, es cuesti6n complicada(2), aunque 1.:3 suele situarse entre 487 ;~bable, y 480 (485 Severyns). Es bastante por otro lado, que la victoria de Piteas se produjera ~ la categorla de los árlvELOL, que en Nemea era intermedia -!:::tre Ilniños lt y '·hombres tl , como ha demostrado Blass(3). Es, qUizá, el epinicio más largo de Baquílides. Kenyon, sin ~~bargo, estima~a que 8610 se habían perdido diez versos al pr~ :ipio de la oda y, por tanto, se tratarla del segundo epinicio ~or su extensi6n (198 versos), despu~s de la ~ 5. Blass, por el contrario, opinaba, y tal parecer ha sido aceptado por la ma­ joría de los editores posteriores, que el poema empieza para ~osotros ¡¡II en el v.44, de modo que se habrían perdido la primera trlada entera y casi toda la estrofa de la segunda tríada, y, en consecuencia, el epinicio completo constaría de 231 versos y sería el más largo de nuestro poeta. El único fi16logo que ha vuelto posteriormente a la vieja teoría de Kenyon es Iri­ goin(4), pero sus ideas no parecen haber tenido, al menos por el momento, mucho eco (en su comentario al epinicio, Maehler '. • l'111 i~' ni siquiera las menciona). Con el cómputo de Blass, la secci6n inicial comprenderla 99 versos, el mito ~. 70 y la secci6n final ~. 60. En cambio, en la Oda 9, que, como iremos comprobando, presenta una estruc­ ~ 760 tura muy semejante, la secci6n inicial abarca 39 versos, 26 el mito y 39 la secci6n final, es decir, exactamente la mis­ ma extensi6n que la primera(5). En el epinicio 13, con el c6m­ puto de Kenyon e Irigoin, la primera secci6n comprenderla 66 versos, ~. 70 el mito y la secci6n tercera ca. 60; es decir, la primera y la última secci6n tendr!an un n6mero de versos muy semejante. De todas formas, la extensi6n de. las dos sec­ ciones extremas es muy diferente en las otras dos odas con mito central en las que podemos hacer con seguridad tales cál­ culos (cosa imposible en el epinicio 1): ~.- Al -- 22 versos 2.- = 40 versos A2 = 36 versos Al = 55 versos Mito Mito ~ A2·= 120 versos 25 versos. Además, en 9 el breve mito inserto en la primera secci6n llega hasta el v.20, mientras que en 13 acabarla en el v.57 con las cuentas de Blass y en el v.24 con las de Kenyon e Irigoin (el pasaje-puente gn6mico, que en 9 es s6lo de cuatro versos, en 13, en cambio, ocupa nueve), En todo caso, en tanto este asunto no quede definitivamen­ te zanjado, seguiremos utilizando, para mayor comodidad, la nu­ meraci6n de Blass, que es tambi~n la de Snell. Pero, aun en el caso de que sea el epinicio más largo de Baqu!lides, contando la gran laguna inicial y otras más peque­ ñas (vv.170-l74, 210-219), apenas una cuarta parte de los versos nos han llegado completos; por eso, podemos reconstruir, en general, la estructura de la oda en su conjunto, as! como su linea de pensamiento, pero en much!simos versos el suple­ mento exacto para rellenar la laguna es muy inseguro y son I I I I I I I I I I I I I I I t t ~ t , 761 admisibles varios de ellos. El epinicio 13 es uno de los más alabados poemas de Baqul­ :"ides: II! I1 c armine egregio lt (6), t'placentero y gracioson(7), etc. .se trata de una ada con largo mito central, que narra, como es costumbre también en las odas eginetas de Plndaro, "historias 1'1 l' l':, 11' '.l. l. • de los Eácidas", en este caso las hazañas de Aquiles y Ayante ante los muros de Troya. Pero, además, tiene en su primera secci6n otro mito que cuenta el origen de los Juegos Nemeos, con lo que su estructura se asemeja mucho a la del epinicio 9, que contiene también un primer mito relativo a la fundaci6n de los Juegos Nemeos y otro central, más largo, que es, igualmente en esa oda, alabanza de la patria. Del proemio apenas podemos decir otra cosa que la Musa Cllo era invocada o, al menos, mencionada, igual que en las IIInvoca­ ciones Poéticas fl de los epinicios 3 y 12. Cllo reaparece al fi­ nal del poema (v.228), con lo que, como es habitual en Baqul1i­ des, el cierre enlaza con el proemio(8) • Tampoco podemos saber con exactitud c6mo se pasaba del proemio al primer mito, pero, fijándonos en la Oda 9, parece probable que tras la "Invocaci6n Poética" se mencionara al me­ nos el lugar de la victoria(9), que introducirla (quizá median­ te un adverbio relativo de lugar; en 9.6 ~.eL) el tema "Nemea" y el consiguiente excurso sobre la fundaci6n de los juegos. A la alusi6n a la primera hazaña de Heracles, la victoria sobre el le6n, debla de seguir la profecla sobre sus futuras proezas (hasta los vv.44-45), una nueva referencia a la lucha con el animal, que es descrita (vv.46-54), y otra prOfecía final so­ 762 re los Juegos Nemeos y el pancracio que en e,. lS tiene luL ·:::, (vv.54-57). Es decir, ::lgo as! como: ·'Canta, Clio, la victoria de Piteas en Nemea, donde Heracles venci6 al le6n, la primera de sus hazañas; a ella seguirán otras muchas, que lograrán pa­ cificar la tierra; c6mo derrot6 al le6n con toda clase de ar­ tes; as! también, en este mismo lugar, los griegos competirán con esfuerzo por las coronas del pancracio"'. Para nosotros, el epinicio comienza prácticamente en el v.44, cuando debia de acabar la alusi6n a las futuras hazañas de Heracles y el poeta volv!a a la primera de ellas, con la descripci6n pormenorizada de su victoria sobre el le6n(lO). Un personaje predice las proezas de Heracles y, tras la des­ cripci6n de la lucha, las futuras competiciones lel pancra­ cio en Nemea(ll). Quién sea tal personaje, resulta, en el es­ tado actual de nuestros conocimientos, imposib¡e de saber. Dos son las teorlas que más éxito han tenido. Por un lado, Blass(12) y Wilamowitz(13) creen que se trata:'.e la ninfa Nemea, hija del Asopo y hermana de Egina, a Sl. vez ninfa ep6­ nima de la patria del vencedor; aceptan esta hip6tesis Pie­ per(14) y Lens(15). En cambio, Jebb (que en un principio pen­ s6 que pudiera tratarse de Tiresias, según Pi. !.1.61ss.) propuso Atenea, que, en muchos vasos en que está representada la lucha de Herac1es y el le6n, aparece como espectadora y protectora del héroe, junto a otra ;ura femenina ,e se ha querido identificar como la nin¡a Nemea(16). otros casos de concordancia de pasajes baquilideos con escenas vascula­ res, señala Jebb(17) a prop6sito de las odas 3, 17 Y 18; hay, 'demás, ejemplos de más profecias de Atenea (A. Eu.685ss.). 763 -e ~ropuesta de Jebb ha gozado de una aceptaci6nalgo mayor la de Blass y es la preferida, con mayor o menorconvic­ ~e :~~~, por Taccone, Festa, Edmonds, Werner, Pavese(18) y Fran­ ::~s; Pieper(19), que al final parece decidirse más bien por -= ~ip6tesis =~~~ionada del alemán, señala, sin embargo, que Atenea es nuevamente en el v.195 de la presente oda (como ::!o lo es también en ambas secciones). Pero, en definitiva, como afirma Maehler, es imposible ~a= una respuesta segura; ambas teorías pueden ser ciertas tienen gran validez los argumentos presentados para ~ ~o ~:x~luir una u otra(20). En los vv.44-45 parece acabar una profecía sobre las fu­ hazañas de Heracles y su labor pacificadora. El mayor ~as ;=o~lema, en estos dos versos, es la expresi6n óCKa~ ava~o!­ :. ~paCvwv • Maehler(21) critica las interpretaciones hechas ~sta la fecha, pues opina que óCKaL, en plural, no puede ::'g:nificar ttderecho, justicia R (flRecht, Gerechtigkeit"), sino ~.510 "sentencias" (nUrteile lf ) , y así traduce "ejecutando cas­ -::'§;os para los (injustos) mortales" ("indem er Strafen :~eckt voll~ an den (ungerechten) Sterblichen"; "Strafen an Sterbli­ :!¡en vollstreckend tt), entendiendo ó Cxa~ xpa CVE LV más o menos =0:10 &Cxa~ ACq..l.¡3cÍVE LV • Algunas traducciones, en efecto, parecen difíciles de aceptar, como las de Jurenka ("des Rechtes Satzungen stiftend :'en Menschen lf ) o FranQois ("fijando reglas a los mortales fl ) , 7a que, como muy bien apunta Maehler, Heracles no ha sido nun­ :.a un legislador, sino un encargado de castigar la fS¡3PL~, al 764 modo de Teseo en B.18.4l-42: ~ ~EO~ ~u~ov dp~a~ El Anfitri6nida no ha impuesto la ley "fijando reglas a los mortales ", sino que su papel de OWTIÍ P y defensor de la jus­ ticia se basa en el empleo de su fuerza fisica para asegurar­ la(22). Desde este punto de vista, la interpretaci6n que hace Mae}¡ller de OCKCX~ ~va~o¡;o~ xpaCvwv en el sentido estricto de "imponiendo castigos a los (injustos) mortales" seria proba­ ble y tendria una posible confirmaci6n en los vv.62ss. de la !.l de Pindaro, que tanto se saca a colaci6n a prop6sito del texto de Baquilides que estamos comentando(2;): ~ooou~ ~EV ~ooou~ , xaL ... ~a oE lv x€pow • K~avwv, ~óv~wI ~Dpa~ ~LopooCxa~· ,~, ouv ~Lva .1 ~ s:: ' uCXWOELV • Sin embargo, ~~alLw • , ~opov quiz~ • no se pueda negar, tan tajantemente como hace Maehler, que 6CKaL en plural signifique "justicia, derecho ft ; al menos, la opini6n contraria es sostenida por M. Schmidt(24): "bes. im PI. sowohl individualisierend Entschei­ dungen wie (nicht davon zu trennen) koll. die in solchen Entscheid. sich manifestierenden Prinzipien: -aL (t~E¡;CXL) Recht, Gerechtigkeit (h.Cer.152, n 542, 11:,.86, 22,.;6, viell. QJ2..l24) , -CXL OXOALaC 'Unrecht' (.QE..2ll); neben o. Dat. sind -&€~LO~E~ im instr. die 'Urteilssprttche', s. zu Th.86". Váase también Thgn.54: I I I I I I I I I I I I I 765 !rantes, no conocían ni el derecho ni las leye.s tt (Adrados), lII ceux qui autrefois ne connaissaient ni droit ni lois" (Carri~­ :-e), Ilquelli che prima né di diritto sapevano né di leggi" ::Garzya); y ya antes Q1..9.215(25): OÜTE óCKa~ EO Etóó~a OÜ~E &€~~OT~~· As!, se pOdria traducir entonces óCKa~ &va~o!oL KpaCvwv en un sentido más amplio que el que le atribuye Maehler: "cum­ pliendo (haciendo cumplir) la justicia a los mortales", sin m~s :-eferencia explicita a castigos; es decir, o menos como traducen Jebb ("confirming the reign of law for mortals tl ) , Taccone (lIassicurando alla giustizia il suo regolare corso lf ) , Edmonds ("by putting judgments into effect among men") o Lens ("impartiendo justicia a los mortales ft) (26) • En los vv.46-54 se describe vividamente(27), como acostum­ II 1I II bra Baqu!lides, la lucha de Heracles con el le6n, que sirve de paradigma y at't ~ov, como demuestran claramente los vv. 54-5'? , a las competiciones del pancracio en Nemea. Este hecho ya fue observado por Wilarnowitz(28) y Jurenka(29), que señalan el eco verbal ~omo nav'toCaLo~ 't€xvaL~ (v.49) - . nayK]pa'tCou (v.56)(30). indicamos en el comentario al epinicio 9, en los vv.10-20 de ese poema se narraba una de las leyendas sobre la fundaci6n 1I de los Juegos Nemeos, a saber, los juegos fúnebres en honor de Arquémoro; en la ~ 13 se recoge la otra tradici6n, la muerte del le6n a manos de Heracles. El motivo de tal variaci6n en la selecci6n de las leyendas puede estar muy bien en el deseo de Baqu!lides de señalar en el epinicio 13 la primera hazaña de Heracles como paradigma del pancracio, pues en la ~ 9, en efecto, no se trata de un pancratiasta, sino de un pentatleta. 766 La profecia del personaje desconocido(3l), y con ella el primer mito, acaba coincidiendo justamente con el final de la segunda antistrofa(32); Pieper(33) ha observado que en el epi­ nicio 13 hay gran coincidencia entre las divisiones temáticas y estróficas, lo cual seria indicio de temprana composición. En definitiva, el discurso directo (y el primer mito) de­ bia de articularse esencialmente en tres partes, tras una pro­ bable referencia inicial a la victoria de Heracles sobre el león en el valle de Nemea, que serviría de introducción: a) fu­ turas hazañas de Heracles; b) descripción de la lucha; c) futu­ ras competiciones en Nemea. La parte b) seria el gozne entre las otras dos, pues la proeza descrita es, por una parte, pre­ ludio de hazañas posteriores (a), y, por otra, at~Lov del pan­ cracio de los Juegos Nemeos (e); véase el eco verbal v.45 ~o 'ta L Y - vv. 56-57 'EA [AávEoca] v , y los futuros loe:o~aL ~va­ naúae: L (v .45) (v.57) frente a los presentes y aoristos de la des­ cripción; las dos predicciones se encuentran, además, en posi­ ción tautométrica. En los vv.58-66, el primer Upasaje-puente" gnómico de la oda(34 ) procura el tránsito del primer mito a la t1Loa del Ven­ cedor", mediante una referencia a la inmortalidad que proporéio­ na al atleta la victoria en los juegos, cantada por el poeta; as!, lo que se dice en estos versos de manera general, se apli­ ca en 67ss. al caso particular del vencedor, Piteas. Las sen­ tencias reproducen exactamente la misma idea que encontramos en 9.2lss. y 9.77ss.(35); en el primero de los dos pasajes, ade­ m~s, las gnomai desempeñan el mismo cometido que en 13.58-66, ya que permiten la transición del mito sobre el origen de los jue­ .1 , 1 • . •Ir, 111 111 ?6? gos a la alabanza del atleta que ha vencido en ellos. Un caso muy semejante hallamos en Pi. Q.l.9?ss.: tras el mito de Pélope, a qUien se tenia por el primer vencedor en las carreras de ca­ rros de Olimpia y fundador de las mismas, un pasaje gn6mico (vv.9?-lOO) d VLKWV oE ~oLnov &~~t ~Co~ov EXEL " 's::' EVuLav 'l.' ~E~L~oEcrcrav &é~~wv y' ~VEKEV· ~o o' atEt napá~EpoV tcr~óv deja paso a la "Loa del Vencedor": KELVOV fnnCw • vó~w • Si el sentido general de las sentencias de 13.58-66 es claro, las lagunas del texto hacen que algunos detalles de por­ menor permanezcan oscuros, especialmente, en el v.58, la forma de efectuarse la transici6n del mito a las gnomai(3 6 ). Blass proponía leer el v.61 [a: -&á~~E L napJá, cuyo sujeto sería K~u~Jav Oó~av singular, con N'Ka~ ••• :p€~EL ~[v}&Ea, y en , de modo que lI. (femenino como antecedente) sería sujeto de :pé­ <pEL (3?). Jebb, por su parte, suplía en el v.58 8~ vüv 1tapJá y en el v.61 Xpucrl] av, de modo que sería sujeto de &V[OE~EJ~crLv :pé~EL y 8~ (= 1tayKpa~ Cou 1tóvov) lt[vJ-&Ea (acusativo) complemento de , que reconstruye en los vv.59-60, siguiendo una propuesta de Housman, en lugar de acusativo complemento de &:V[OE-&E] un par de ejemplos, o't&IJ.I.l' &v[~pW1tO]~crLV ~crLv de Blass. Un sería raro; Jebb cita &vaOT)cráI.lEVO~ en una inscripci6n, 768 y {(jJ 'ten ••• ~ó&a. en Ath.f'J6d (2!. t como éluismo reconoce, el dativo es much- más que es más importante para nosotros, es el :lcuente, y, lo ~~abitual en Ba­ quilides y en Pindaro: B.IO.16 .. ~V~EOLV ~a.v~av &va.6~oá~evo~ xe~a.Aáv Pi. P.2.6 't~Aa.Vr€OLV &v€ó~oev 'Op'tvrCa.v o'tE~ávOL~, -~.lO.40 &á~v~ 'tE XPUOÉ~ xó~a.~ &va.ó~oav­ 'te~ -N.ll.28 -1.1.28 "EpVEOLV , xaL'ta.~ e incluso en Simon.506 ~, fragmento de un epinicio~38): 'tC~ ó~ 'twv VÜV ~óo&6t n ~e'tá~oLdL ~úp'twv ~ o'tE~ávOLOL ~óówv &VEÓ~Oa.'tO, vLx<áo>a.L~ lv &rWVL REPLX'tLÓVWV; Por otro lado, leer en el v.58 vüv quiz! sea adecuado. Sin embargo, Maehler(39) propone tambi~n ~~ vüv o 'tw VÜV t ba­ f',(::ndose en que en estos versos se realiza el paso del mito a la victoria actual de Piteas en el pancracio, y alega como parale­ lo - vüv del v.25 de la tan socorrida Oda 9. Muy al contrario" en nuestra opini6n, este pasaje que cita Maehler, si algo prue­ ba, es que al principio de 13.58 no hay que leer vüv • En efec­ to, en 9.20 acaba el m~to sobre la fundaci6n de lOE juegos, y en los vv.21-24 se ubica el "pasaje-puente" gn6mico: xeCvwv &n' e~6ó~wv &rwvwv lv NE~Éa:L ;t\ELVO[t ~Jpo'twv 769 II11 Y s6lo en el v.25, en la presentaci6n del vencedor, aparece vüv A6~o~ñóEL oav~' VÜV rE VLKá­ VLV óaC~wv f[Ó]WKEV. En consecuencia, en la tan semejante Oda 13, esperarf.amos vüv en el v.67, cuando se refiere el poeta al caso particular del vencedor, y no en el v.58, iniciando la parte gn6mica, la cual tiene un valor general que no se avendrf.a bien con un vOv particularizador(40). Asi, la mejor forma de rellenar la laguna del principio 1 1 .'I 11 del v.58 seria, creemos, seguir la orientaci6n de ~Vilamowitz (lK ~oü) o Bruhn ( ~V~EV; 2!.11.113)(4l). En cuanto a la pro­ puesta del primero, podemos decir que en el epinicio 13 es fre­ cuentisimo el uso del pronombre demostrativo-relativo como transici6n de un tema a otro (un pronombre demostrativo-rela­ tivo inicia una estrofa o un epodo en los versos 67, 91, 100; ~. v.46 otav, y vv.124-l33 ~O~(E) ••• ~~ ); tampoco es raro, por otra parte, que, al acabar el mito, el tránsito a la rea­ lidad se haga por medio de un relativo o un demostrativo (42) , como ocurre .en 9.21 1.140 KE Cvwv &1t' E~ÓÓl;.WV &rwvwv; véase también [lK ~o]V ~EV ylvo~ (conjetura de Edmonds), y Pi. 2.6.71: l~ Oó 1tOAÚKAEL~OV Ka~' Aava~ ylvo~ v EA _ fIa~Lóav· frase con que concluye el mito (quizá se pudiera leer asimismo l~ o~ en B.13.58, pues el mismo sintagma reaparece en Pi. 2.9. 76). Para Wilamowitz, entonces, ~Lv)~Ea (v.60) serf.a el sujeto , I I I I I I I I 770 del verbo ~p€cpel. (v.62) (43) • La palabra S:v-&o~ aludir1a, con seguridad, a las coronas de victoria, pero quizá también pu­ diera contener una alusi6n al canto del poeta(44), como en los siguientes pasajes~45): B.16.B-9 S:v-&ea ne60I.XVeLV, Fr.4.63 xa¡ ~eAl.yAwaawv ~01.6av S:v-&ea Fr.2OC.3 lfv-8-E~oV f40uaa[v tI] Épwv [1. Pi. 2.6.105 ~vwv S:E~' E~~epne~ S:v-8-o~. -0.9.48 atvEI. 6E naAal.OV , ~tv o!vov, av-8-ea 5' ü~vwv VEw~epwv. ~p€cpw, En cuanto al verbo ~pe~a[~ yE podemos comparar con B.3.90ss. ~JEV o~ ~l.vú-8-el. ~po~wv a~a a(w~]~~1. cpÉyyo~, ~AAa ~p[ÉcpEI.J Moüaá VI.V y Pi. 0.10.95 ~pÉcpOV~1. xópaL ~. 6' e~pu KA€O~ TILEp'6E~ ~I.Ó~. tambián Q.l.112: En los vv.59-60 hay igualmente discrepancias en el posi­ ble suplemento de la laguna. Wilamowitz pretend1a leer un ver­ bo personal, ~v[6C6w1(1"1. , Y en el v.61 (xat xAu~]áv • Jebb(47) objeta que ~va61.6óval., en griego clásico (~. usado intransitivamente, es rar1simo Hdt.7.26.3), y en dos pasajes pindári- cos (1.6.39, Fr.133.3) es transitivo. Por otro lado, parece que la primera letra tras la laguna es una iota, por lo que (46) : I I I I I I I I I I I I 771 ,~~e más bien a reconstruir un dativo plural, que antici­ ~=úpo~~ ~po~wv -,-:-:-uye ~ del v.62. Housman, como hemos adelantado, &V[ÓE-&EJ~(HV, que acepta Jebb, pero que, según Xaehler, sería demasiado breve para el espacio dispo­ ~:J.ell, seguido por vlerner, propone &v [a~ Eíp-&E] ~a 1. v, que, ....:: :'e I1aehler, sería demasiado largo, y, además, el verbo no está atestiguado hasta Eurípides (Hipp.806; ~.241 :\ y posteriormente en Calímaco (~.260.15 y 194.42) Y 7;~grama - del siglo II (786 Kaibel); no obstante, en 13. :"eemos a't'EípcÍvo La LV [&v-&] ~ [wv], que pOdría recoger &v [a~Eq>­ =[vJ-&Ea • := todo ello, el suplemento que mejor parece adaptarse a -""- es &ve8pW1to] ~al.v de Blass (también Taccone, Edmonds, ,.... -: _:::.. ;·íaehler), que, sin embargo t presenta la dificultad, - .:. ::""7ente sin duda, de la cantidad larga de -w- , pues en versos corresponsales la sílaba es breve (93, 126, en el v.159 no podemos saberlo)(48). Para la repe­ =\I~PW1tO~ ••• ~ po~ó~, compara Blass (49) con 1.161 &\1­ .. 162-163 &vópó~, y 1.169 &v-&PW1tWV -176 -&va~o!al.v; - -:a.::bién 3.61 -&va~wv ... 66. ¡3po't'wv, 3.88 &vópC ... 91 • 7, en la ~ 13, 201 ~vópa ~po­ _ 202 ~PO~W\l. :.::.. el "pasaje-puente" gn6mico son constantes los contras­ ~-~ tienden precisamente a resaltar la idea central, la .:=~::-:::- idad que procura la victoria atlética cantada por el 4',-:. =-,,,\ _ ... ): . :-- ~lJav óó!;,av -:;: , ·.u9a\l~ov , -:":'....~: a\l~ o v 64 • KuaVEOV vÉq>o~ #' 62. 1taupo L~ #' 64. KaAúq¡" 1. ??2 65. &.aáva't'ov (61-2. ~v at[wvL 63. a:]~e:' ). El orden de palabras en los vv.58-63 seria muy complicado, si es v~lida la reconstrucci6n que hemos admitido: 773 'ci i CQ t.....J ~ \.P o 'W c.O ::> ;( r;J ¡,......I ,.,0..' ~ e­ 1/1 1111 111 774 En general, los adjetivos son abundantes, igual que en el primer mito, e incluso en varios casos se aplican dos al mismo substantivo: crÉ] av óaJ.LacrCJ.L~po't"o<;; at{twv [xa,,"]~ó<;; óó~av no,," úcpav't"ov 'y~Cvoo<;; (vv.50-51), (v.61) • s610 está atestiguado posteriormente en Nonn. ~.9.207 y Epigr.Gr.440.10 Kaibel (siglos 11-111); 't"o<;; aparece también en Simon.616 ( a CXJ.LTÍ ); 614~, Xpu­ ~ óaJ.Lacr'~~po­ (Esparta) y Pi. Q.9.79 c{pCcr't"apxoc; es igualmente epíteto de Zeus en Simon. el único otro pasaje en que está documentado, mientras que <pE PE}tUÓl)<;; es palabra típica de Baquílides (13.182, 1.127) - épí­ Y s610 vuelve a aparecer en una inscripci6n de Calcis (IG XII. 9.1179). Por cierto que la aplicaci6n de los dos ~1timos tetos a sendos dioses, uno tras otro (vv.58-59), es llamativa: ápl.cr't"ápx ou 6. 1.0<;; [N Cl<,a<;;] cP. LE] P c; . [E] }tuÓÉo .. I I Finalmente, no,,"úcpav't"o<;; es otro hapax. En el v.6? comienzan las alabanzas, del vencedor (vv.67-76) y de la patria (vv.77-99); la menci6n de la ciudad (vv.7lss.), en la cual se celebra la ~iesta por la victoria de Piteas, ~a­ cilita el tránsito de una a otra. Como hemos anticipado, en los vv.67ss. Baquílides pasa a hablar de Piteas, aplicando la sentencia general inmediatamen­ te anterior a su caso concreto: Piteas ha sido uno de los pocos mortales que ha triunfado en Nemea. La transici6n se realiza de nuevo por medio del pronombre demostrativo-relativo, y, además, 775 ~irigiéndose el poeta directamente al vencedor mediante un vo­ :ativo(51 ). Piteas no es llamado por su propio nombre, que no aparece ~asta el v.191, sino por el de su padre, , CL Aa~nw~o~ u~~ (v.68). :or eso, suponemos que ha sido ya nombrado al principio, en la ;arte perdida. En la Oda 9, antes del mito primero, Baquilides ::::>s da a conocer el nombre de la patria ( <l>AE~oüv't'a, v.4) y de :os juegos ( NE~EaCou, v.4), y s610 después de dicho mito el ~mbre del vencedor ( AO't'o~~ÓE~, v.25) y la prueba ( nEv't'aÉ­ -:-'.::> I,CHV ~a, , se debía de indicar el lugar de los juegos (cuya mención s¿~viria ~~e v.27). En la Oda 13, al comienzo, en la parte perdi­ para introducir el mito), quiz! también la prueba, de todas formas se nombra ya el el mito (v.56), o la pa­ ~ia(52). No podemos asegurar que fuera nombrado igualmente :~teas, ~~icie pero es bastante probable. En primer lugar, en ningún de Baquílides el nombre del venceder aparece después ~= la primera tríada(53); pero. es que, además, sería caso dni­ !~ ~ si se nos presentara por primera vez al venceder per el nem­ de su padre y luego su propio nombre no apareciera hasta :25 versos después. En efecto, lo más frecuente es que se de­ :~~e =- antes al vencedor por su nembre y ya después per el de padre(54); no ebstante, pudiera ecurrir a la inversa, ceme se aprecia en los siguientes Casos: 7.11 =.:1.14 na!óa ••• <l>a"tc.mou 1II 11.18 AcÍXW] va 'AA.E~ CCóa] ~OV : en Píndare: , A1'1lO' Ca 11II ¡III ,, l I I I 776 !.7.7 - 1ta;I.~ d ee;a;pCwvo ~ li· lO • 24 OU'A'I.a: 1ta:I.~ , 1.. 6 .3 Aa;I·mwvo~ ••• - ye;ve;a:~ en odas con mito, y en las Q.ll.11-12 li· lO • 2 , 'ye;vT1 ~ ee;a;to~ ¡ il>UAa:K Cóa: siguientes odas I.6.7 'APxe;a~pá~ou 1ta:t UtE ~I.Aávopo~ Q.12.l3 - li·7.8 TI.~ovóou -N.2.l0Pero podemos1ta:tó(a:) observar que, sin mito: Q.ll.12 tAYT1aCóa:~e; -0.12.18 'Epyó~e;Ae;~ cuando esto ocurre, el nombre del vencedor no suele tardar en aparecer (la mayor distancia ocurre en Q.IO, donde el nombre del padre est' en el v.2 y el del vencedor en el v.18) y en todo caso nunca se retrasa hasta la ~ltima secci6n del epinicio. Por otro lado, una segunda menci6n del vencedor tras el mito, iniciando su alabanza, es corrientisima, a menudo en vo­ cativo; asi sucede en B.3.64 ( ( tIÉpwv), m1ta:t Q.6.77 y 80 ( t AyT1a Ca: y mente), ~.9.100 ( ('AAKC~I.Óa: m~e;ya;CvT1~e; mTe;Ae;aCKpa:~e;~), tIÉpwv), Pi. Q.l.l07 ¿wa~pá~ou respectiva­ !.4.78 ( TI.~áaa:pxe;), !.6.60 ), y también en !.5.43 ( nU~Éa:), que celebra el mis­ mo triunfo que B.13; en otro caso distinto al vocativo podemos citar B.5.185 ( tI€pwvl.) y 13.191 ( nJu~€a:)(55), ( ~ov AlvT1al.óá~ou), Q.7.80 ( AI.a:yópa;~; Pi. Q.2.46 caso muy parecido al que nos ocupa, pues el mito acaba con la menci6n de unos jue­ gos atléticos rodios, en los que ha vencido Diágoras, hacién­ dose también la transici6n por medio del pronombre relativo, ~wv av~e;al. AI.a:yóPa:~ / !a~e;~a;vwaa;~o óC~ ), ~.5.103 ( 'APKe;aC- ACf ), ~.11.43-44 ( ~ 1ta:~pL IlU~OVC'K<f / ~ó y€ vuv ~ epa;auó~), !.3.67 ( avv tAPl.a~O'KAe;Có~), 1.. 6 .57 I I I I I ( ~UAa:KCóCf)' etc. En la primera alabanza del vencedor, se refiere el poeta I 777 1I a la celebraci6n de la victoria en su ciudad natal, lo cual es bastante corriente en Baqu11ides (2.11ss., 6.14ss., 9.66ss., 10.52ss., 11.9s8. ) (56) • Diversos ecos verbales relacionan la narraci6n de la pri­ mera victoria m1tica y la sentencia general sobre la gloria eterna de quien vence en Nemea, con su aplicaci6n al caSo par­ 11I ticular de Piteas: 67. 'twv (p) 58. t.K 58. nap]a ~w~ov &pLo-,;ápxou l1Ló~ 11I (Wilamowitz) -,;oü] (p) t"F) 68. l\.á~nwvo~ u tl (F) 48. nEpoECóa~ 69. o'tEcpávOLOLV (F) 55. o'tEcpávol.CíL (F) 70. &:v-&J ~[wv (p) 60. ll[v}&Ea (F) 70. [tp]ecp-&EC<;; tF) 64. Kah. úcjJ" 1. 71. ó~l.árul.av (F) 44-. ÓcjJLVÓOU 72. 'tE] pcjJl.~[~Jpó'twv (F) 50. óa~ao C~f3 po-,;o~ . 62. t"p) (57) f3 po'twv (F) (45. .&v a't otal. ) 75. ónÉp¡3 1. [o v] 76. na~~axCav (p) toxúv (F) 4649. ÓÚOh.ocpov ••• XEtpa 49. nav'toCal.ol. 56. nayx] pa't Cou (p) • 76. cpaCvwv (F) 61. noA.vcpav'tov. La menci6n de Egina en la "Loa del Vencedor" 'permite un !'Acil tránsito a la primera "Loa de la Patrian (vv.??-99), que a su vez introduce el largo mito central (vv.IOOss.). 11I :11 1I II Esta "Loa de la PatriafJ consta de dos partes: 1) unos ver­ sos de introducci6n, en que se habla fundamentalmente de las victorias de los isleños en competiciones deportivas (vv.77-83), 778 y que presenta relaciones sobre todo con las gnomai de los vv. 58-66; 2) alusi6n a las canciones de alabanza de las j6venes eginetas en honor de Egina y sus descendientes (vv.83-99); en esta parte abundan los ecos verbales de los vv.67-76 (celebra­ ci6n de la victoria de Piteas), pero tambi~n, como comprobare­ mos, de la descripci6n de la lucha entre Heracles y el le6n(5 8 ). Una clara Ringkomposition enmarca la alabanza de Egina: 77-78. 94-5. Ji &~o1tol.va 1tay~e:[Cvoo Ji 1to-¡;alJ,oü -&úya-¡;e:p x-&ovó<; cPpov, 83. at]ve:! ••• KÓ<P,* 94 • 1tanAévol. IIÉA1tOUOI. ¡.rv t"" 95. 1tay~e:CCvou_ e incluso 78. ~1tl.ócpPov (F) si admitimos con Jebb(59) y Taccone(60) que el poeta usa el ad­ jetivo ~1tl.ócpPov para referirse a la hospitalidad de los egine­ tas(6l): "1 1 appellativo dato qui alla Ninfa lo si comprenderl bene quando si ricordino i costumi ospitali degli abitatori dell' isola, sempre vantati tanto da Bacchilide quanto da Pin­ daro ogni volta che essi celebrano un atleta eginese" (Taccone). El ep!teto s6lo estA documentado en otros dos pasajes, en Emp. B 35.13 Diels : ~1tl.ócppwv ~I.A6-¡;~-¡;0<; y en una inscripci6n de &lJ,ElJ,CP€O<; ~poca ~lJ,~po~o<; dplJ,~ imperial (1027 Kaibel - 1& III. 171), en la que se invoca a Asclepio: A~~oC&ou v~1t1.6cppova<; OElJ,VD<; ~e: KopwvC&o<; ~1tl.ócppwv aparece en Str.l.2.8; cf. na!, &yavócppwv ya en Homero, Il.20.467, y en Pi. ~.12.l2, donde Leto es llamada &yavóq>pwv KoCoo I~ ~oyá~~p • V~ase tambi~n lJ,a~aKócppwv en Orph.H.59.l5: 779 " .. A~pOnE, Kalo" AaXEOlo, "1. 0..'. K~wvw ~ó~~pwv en AP 9.525.8(62): - (ApolO) • En esta primera flLoa de la Patria", y sobre todo en el en­ ~antador pasaje ("de gusto anacre6ntico", a decir de Gentili (63)) ~ue describe los juegos de las j6venes eginetas, hay un claro :ontraste con la descripci6n de la lucha de Heracles y el le6n ~e Nemea(64); todo lo que all! era rudeza, violencia, se torna ~~ora delicadeza, juego; s610 con atender a la adjetivaci6n se muestra con claridad: ~os ~eracles l. el le6n SÚOf...OIP o V , ..la TI ..., o't a: 1. Sa¡J.a:o e¡J.~ po~o ~ ::L-&WV t , , óq.,a:UXT)~ (contraste con (contraste con ó~a- f...ocpov ) , tÓpWEv't(a) &nEvC:81Í~ , (contraste con novou ... "ouIPa &yaXA.E .. ~a:[t~ ~o ¡¡II ll..' E~ina ~o¡.lTlo~a lo) 'ta:pcpEW~ 1:' il. ~nloóCPPov ::;¡;"a~ou I~I I:I'¡ doncellas es¡inetas l. .. lo vJ t, K ÉWV nay;E[CvOU (contraste con &nf...tÍ'tou ). Además, varios temas se repiten en uno y otro pasaje, en clara contraposici6n: - coronas del pancracio (54ss.) - coronas de las muchachas (91ss.) 780 - por tales coronas los hombres - para las muchachas son sim­ sufren 1tÓVOV ••• fopW€v't' (a) plemente una o~v (56-57) - Heracles lanza su ÓÚOAO~OV itóó€oa~ 't'ap~Éw~ • •• (46-49) AÉOV't ~ (92-93) - la doncella egineta retoza ••• xetpa contra el le6n Heracles domeña al l [it'~wJ pCav tf.e'up­ ~~~o't'a~ ••• -&pw~OKoua (a) (86-90) la joven asemeja un &itEV[&~~ (46-47) Koü~a V&~PO~ (87)(65). En cierto modo, la "Loa del Vencedor tl (vv.67-76) sirve, a este respecto, de puente entre ambos pasajes, pues si bien la adjetivaci6n es colorista y tlpositiva", haciéndose eco de la alegria de la fiesta ( itav&a:AÉwV; contraste con oalJ.aoC~~po't'o, hay una referencia a la 'tEJp~~~[~]p'ó't'wv (v.50); ~1tÉp~~[ov] d~lP01tV)ówv , ), en claro al final lax úv de Piteas, por la que es comparable al Heracles del mito(66). En la primera parte de la alabanza de la patria (vv.77­ 83), el poeta habla de los triunfos de Egina en los juegos, de modo que cabe aplicar también a la patria la sentencia ge­ neral de los Vv.58-66, como se habia hecho antes al caso con­ creto del vencedor Piteas (vv.67ss.): la victoria atlética procura fama inmortal a quien la consigue, como es el caso de Egina (vv.61-62 ~&~ - xpuo€ ] av oóf:av itOAÚ~av'tov lv al[wvl.] lpÉ­ vv.79-80 ~ 't'o~ ~EyáAay [KpovCóa~] ~OWKE 't~lJ.cÍv ), y aunque son pocos los que 10 logran (v.62 itaúpo~~ ~po't'wv), los ciudadanos de la isla han conseguido muchos triunfos , 1tav'tEaa~v [taywoLv J lv (v.81). En la segunda parte, Baquilides se refiere a los cantos de alabanza de las muchachas eginetas, que introducen el mito. 781 AdemAs de los ya señalados, multitud de ecos verbales re­ ~=-cionan la "Loa de la Patria" con los versos anteriores: -~-8 Y 9~-95. vocativo -3. AtYl.v(a) -. 1; , 71. ttÓAI.V ,75. vaoo[vJ (p) , 83. , (mismo v. 79 y 67) 0'0 V -:. [Kpov Cóa<;] 58 • 6 &, Ó<; (F ) .• [Kpov Cóa<;] ~8. llEPOECÓa:<; (p) , ltáV'tEO'OI.V (p) -_e 95. lta:v'tol.al.o&' ltay~E [CVOV 56. ltayK] ea't Cou (p) 69. ltavaaAéwv (p) , uallllaXl.av Cp) 76. (tautométricos 81 y 69) =_28. , /.v ltaV'tEO'O&.V L&yWO' &. v] , , 76. ltallllaXLav ava epa&,vwv JI ••• q>a:CVWV . -- . . , /.V (p) ~ 61. ltOAúepav'tov 99. /.v ltVPO'óv (p) 61 • /.v 50 • -.:.. "EAA [aO' &. atawv (F) 56-7. 'EA[AávEOOI.] v , ~6. 'tLVa: ~. "q,'vóov 71. Óq,&,áyuLav (F) 51. &ltAá'tou 65. 'a.' (p) a:vava'tov , "" 66. aO'q>a:AEI. .,- lu(e) ,92. l.[ltl.xwJpCav :c. &VaE~.I.(SEV'ta<; \ p) ' 0.' (p) -:-2 • a:VvEWV - - OVV , =-.-:-. ~8. lq¡ CT}OL 60. lÍ[vJ'&Ea (F) 70. 66. oúv [&vaJ ~[wv] (p) 782 n). d:YCXKAE I.'HX ['t<¡; KA.ÉO<¡; (83. 65. KAÉO<¡; Kenyon) 55. o~E~cxvwoá~E[VCXI. 91. o,;"E~ávol.ol. o~E~ávol.ol.v 67. 92-3. 94. l[~~xwJpCcxv ~ [EOV ';"ÉKO] , (Hr'!sman) (F) 52. XWpE]'tV 72. [AtCXKOÜ] (F) (Blass) (p) (Bla~s) (67) • 99. ACcxKGh Hay diversas en los versos que constituyen la "Loa de la PFia tl que normalmente no oscurecen el sent __ co ge­ laguna~, neral del pasaje, pero para las que se han propuesto varios suplementos diferentes. Una primera se encuentra en el v.79 y no ofrece grandes dificultades. Kenyon suplfa ~ Pi. !.2.3 e 1,.4.70 ~EyáACX[V ~OE 1tCXL<¡;], según ';"01. 00' av'IÍp (en el último caso ~oJ &v~p 01.­ ~AÓCXV v CKCXV &:ve:~ávcx~o ); Blass (68) propuso [KPov Cocx,] , lecci6n que ha sido En un&nim~mente efecto, 5610 dt aceptada por ::.n dios se puede dE s editores posteriores. > r que "concede gr',"'). ho­ nor" en los juegos atléticos(69), y, tratándose de ntodos los certámenes", ese dios es taco y esposo de Egina; probablemente~eus, pad..t:·e además le 21. Pi. !.1.16ss.: .1::' , ,\' uE Kpovl.wv 1tO~E~OV ... " , '\ ~vcxa';"~pcx 01. XCX~KEV~~O~ " ~cxaE ~ t1t1tCXI.X~OV, ACXOV ~cx~a o~ KCXt JOAV~_ 1tl.áowv ~ÚAAOL, lACXl.ñv X~ ~ÉOI.' ~~X-&Év~cx. Zeus es protector de Etna (21. v.7), como en B.13 lo es de Egi- na. LKpovCocx<¡;) rimarfa con [AtCX)KCOCXI.~ (v.166:: y q'l:.izá tsm- •I I I I I I 783 _~: con [6ap6avC6a~] (v.112). En el v.81 falta el final, en el que se ha suplido ~::yon, Jebb, Edmonds) o ~=:l, Fran~ois, , ­ aywoLv (Blass, Taccone, Festa, Werner). Mejor seguramente es la propuesta ~: 31ass, que rima con los vv.48 l~C~OL, 69 o~E~ávOLOLV, XALOC~LOLV (de todas formas, en el v.198 podemos leer :< :avEAAávwv &É~AOL~ ). La laguna cuyo suplemento ha planteado m~s problemas es -- del v.82. Las conjeturas que se han hecho podemos dividir­ ~~ en dos grupos: por un lado, las de quienes integran un com­ ;:;~ento , de ~aLvw; por otro, las de quienes consideran que el : ::::;llemento de dicho verbo es el mismo que el de ~6WKE, o sea, -._iv , y completan el texto con un adverbio. Entre aqu~llos hay que citar a Kenyon y Maehler. El primer ~~~tor de Baqu11ides le1a VEAA[aoLv &AKáv] , aceptado en prime­ ~ instancia por Blass(70); recogeria ~~lp~L[OV] lox úv ••• :=Cvwv , que se dice de Piteas en los vv.75-76. Maehler, por ~ parte, reconstruye en estos versos lv náv~EooL V[EOp~OV ~upoov w~ VEAA[aoL vCKav ~a:: Cvwv. ~~ter allen Grieehen (den frischen Sieg) wie eine Fackel zei­ ~endll(71) • Dentro del segundo grupo, los que consideran ~~~&v comple­ ::ento tambi~n de :a conjetura que ~aCvwv y rellenan el texto con un adverbio, m~s ~xito ha tenido es aceptan Taecone, Festa, Edmonds, ~oloea ~DAE Fran~ois, de Blass, que Werner, y que Snell en primer lugar en el aparato critieo de su edici6n. 784 Jebb alega en contra de esta lecci6n que todos los versos co­ rresponsales conocidos, menos 115 ( tt ao~u) tienen la última s1­ laba larga, pero no es una objeci6n importante, pues puede ha­ ber perfectamente brevis in longo si hay hiato, y con ~l fin de per10do,en los versos 103 y 115. Por otro lado, la compara­ ci6n con la antorcha se aviene muy bien con la propuesta de Blass, pues, por ejemplo, en Pi. ~.129.9 tenemos nupt ~~Ae­ ~avEt (72); en li.3.64 se dice de Egina ~T}A.auyE<; Jebb, suponiendo de ~sta ~€yyo<; apape tambi~n AtaKI.<5av aó~ó-&Ev· , que ~I.~av es complemento tanto ~owxe como de ~aCvwv, proponía wEAA[aol. náv~~J ' palabra bien atestiguada en Baqu1lides en contextos similares: ~W<; vvv xat UIlE~É pav <l)~ot ~upCa náv~al. K€Aeu~o<; &pE-¡;áv Ó~vEtV, O~E CXE 1, <51, t eópE (a<; KeAe [ú]-&ou ,. ,.., ~upl.a nav-¡;al. ~a~I.<; 9.48 aa<; yEVEa<; AI.napO­ l;wvwv .eura~pwv, náv-¡;al. oE <51.É<5pa~Ev aóoáEI.<; AÓyO<;­ v~anse Para la expresi6n, los siguientes pasajes de Pinda­ ro: ,2.1.116 A.ava<; lóv-¡;a nav-¡;a. I - P.4.l7l l.' a-¡;ap t, " laawv au-¡;o<; • ,. wpvuev Kapuxa<; <pal.vÉ¡..LEv tt~ ~u~ l' Eov~a , nAoov 1t(lv~éi • • Por otro lado, la segunda "Loa de la Patria" (vv.182ss.) - 785 Ta precedida de un pasaje gn6mico en el que podemos observar ~a serie de semejanzas con los versos que nos ocupan. All1 :5 hace menci6n del "brillo" ( o~ yap (h.cq.L~é'': vv~ [¡;-6C;) de ;=etá, y se destaca sobre todo su extensi6n por toda la su­ ;erficie de la tierra: &AA' ~~neoov &xLa~&~aL ~ púovaa 6ó~a L a~PW~a~aL xa~a xat :0 yav [~E nOAúnAayK~ov ~[&Aaaoav. que podr1a ser eco del posible - , nav~aL , ~aLvwv que propone :eer Jebb en los vv.82-83, pues, además, se aplica a 'ApE~& el calificativo naaL~avDC; (hapax). La repetici6n n&v~eaaLv (v.al) , N ­ (v.82) tampoco nav~aL :er1a un obstáculo, y menos en el epinicio 13, donde tal pa­ :abra y sus compuestos y derivados son abundant1simos (versos -9, 56, 69, 76, 95, 141, 176, 198), incluso repetidos en ver­ sos pr6ximos entre si: 203 n&v~eaoL, 205 navo[aJ~&~w[pJ ; 229 nav~aAñc; , 231 nav~C (73). En conclusi6n, nada seguro podemos decir y las posibili­ iades son muchas, aunque básicamente no afectan al sentido ge­ ~eral. Cabria incluso un adjetivo para nvpaóv , que pOdr1a ser, por ejemplo, Aa~npóv (tl. 3.53-54; en 13.175 leemos &:Aa~'ttÉ" J A&~nwv en los versos 68 y 226; véase también 17.103ss., )'O:P &:yAa:WV A&~nE yvCwv oÉAac; ~~E nvpóc; ) (74 ). En el v.83, el suplemento de Kenyon [KAÉOC; aCJvE1 ~o , &no ha si­ aceptado por muchos autores (Jebb, Blass, Taccone, FranQois, Snell, Werner). 8610 han opinado otra cosa Edmonds ( [yÉvoc; VEL ) y Barrett (apud Maehler, [Kpá~oC; Ó~Jvet )(75). a~­ 786 ~ heme apuntado que hay una Ringkomposition entre estos versos y 94ss., de modo que quiz! allí se podria repetir más o menos lo que se dice ahora. Lo malo es que también el v.94 es lacunoso y ~alta precisamente el complemento del verbo ~€Anou­ aL • TEOV Kpá~o~ leen Blass, Taccone, Jebb, Edmonds, FranQois, Werner(7 6 ); pero como el segundo complemento de ~€AnouoL es, . en el v.96, 'EvJóa'~óa , un nombre de persona, quiz~ rible en el v.94 el suplemento de Housman (77) ~[EOV ~€)toJ ~ sea prefe­ , lecci6n que imprime Maehler en su reciente edici6n comentada(78) Así, quizá también en el v.8; se podría completar el texto con una palabra que hiciera na, como [y€vo~ al]vEt re~erencia a la descendencia de Egi­ de Edmonds (o bien Ó~JVEt de Barrett r€vo~ aparece en H.l.140 y 17.9.3; en FÍll­ en lugar de al]vEt). daro es frecuente para designar la descendencia de un personaje mítico: ~.9.21 (Perseo), ~.9.14 (Océano), N• .3.28 (taco), li. 4 • 68 (Peleo), etc. Por otro lado, alv€ w en Baquílides lleva sie& pre un complemento de persona (1.3.201, 5.16 y qUizá 9.102, tex­ to lacunoso; en 5.188 se usa absolutamente, pero puede sobreen­ tenderse un complemento personal). En Pindaro, no obstante, ha1 - ejemplos de complemento de cosa, e incluso en N.7.6.3 se dice ~6a~o~ ~~E ~o&~ ~'AOV ~~ KA€O~ l~n~u~ov KAELva~ ~~ También con B.5 •.33 alv€ o w· y€vo~ aunque, en defensa de avóp' &ywv se pOdría citar Q.9.14: tOnóEv~o~· alVnoaL~ ~~v€w E xaL ulóv, caben ambas posibilidades: ~W~ vúv KaL <l>~o~ ~up'a náv~aL )t€AEU~O~ Ó~E~€pav &pE~áv ~~vEtV, 787 ~- cambio, en Pi. li.5.25, que celebra el mismo triunfo que B.13, !!A dice a~ éE TIp@~La~ov ~EV ~~v~­ Oav ~LO~ &pxó~EvaL aE~vav 8ÉTLV ~~e introduce el mito y sería un buen paralelo para ~ÉATIOUaLV : :e:ov ~ÉKOJ ~ ••• En t Ev] {>a-Léa TE .... de B.13.94ss. (79) • cuanto al orden de palabras en la tlLoa de la Patria", ::5 casos más interesantes son los siguientes: 7"7.77-78 Primero se agrupan los substantivos y después sus corres­ -ondientes adjetivos, en el mismo orden. -;-:,.79-81 Z "to L!'-fl,-E-Y-á-A.-a-y---;ILKPoV Céat;] f:éWKE [T L~av Ilv návTEocHV [&yWOLv, l 1 ...-;.87-90 'Ó,e ve~po~ &.1 &v. ln' (SX~OU~]IKOÚ~a ~p~LOKoua'I&Y, auv &YX. L--~_----,"f ;111 11I 1II il I Son dos casos de "distracci6n u • En el segundo, el final ovv &YXkéó~[Ok~] ~pWLax.OUO' &yaKA.ELTa[t~ tTaCpa]L~" I I t'.1 788 es € al mismo substantivo. ,aract: '!stico de m, has .. 'ases de Baquílides (cf. loE' 5l-52);se ap.Lican, además, dos adjetivos Como en los vv.44-66, los adjetivos son abundantes, • v " también llamativos, en los vv.67-99. Hay bastantes hapax: Óq;L­ áy\nav (v.7l), d;~[po1tvJówv (Blass) o a~ [po.&pJ ÓWV (Barrett) (v.73), óq;auxñ~ (v.84). otros compuestos están atestiguados muy raramente: TV.&CXA.É, 'twv (v.72; ~.12.~--,9, h.Ap.4ll, dicho de Helios, y Orph.A. 1049, dicho de la Aurora), ~1tLÓ<PPOV (v.78, ya comentado), ~1tEV­ [:t}ñ~ (v.87; B. !!:..11.2 y ::l:.65.5, A. Pr.956), ~YXLóólL[OL~ (v.89; Coluth.247) , 1tay~E[CvOU (v.95; B.ll.28, S. ~.37B.l) \80) En el v.100, introducido por relativo, comienza el mi~o central, en el que se narra, al modo épico(Bl) la lucha junto a las naves aqueas durante la guerr& de Troya, descrita en J~.15.4l5ss., t~nr:' ién destacándose especialmente el papel de Ayante y, mediante una mirada retrospectiva, también el de Aquiles, con 10 que el poe desc~.i... dientes cumple as! su prop6sito de alabar a los de taco y, con ello, a la isla de Egina, patria del vencedor. Muy hábilmente, Baquílides se refiere primero a los méritos de Ayante, vuelve enseguida la vista al pasado, cuando Aquiles sembraba el pánico en las filas troyanas, y de nuevo retorna a la lucha junto a las naves (vv.150ss.), parE reunir a ambos héroes al final com -"rincipales causantes de la victoria de los aqueos (vv.164ss./ 32): f..L]ÉAJ\OV ápa 1tpó't~(po) v]~v'ta ,0LVC~~~[v .&JVáLOKOV'te:~ v Ó 1.­ Ex]cXf..Lavóe[ ., Ó1t' [A Ca) x Cóa:I.~ I 789 l PE 1,4 [I.'t] g f [xc 1. <; • Así, la estructura del mito es la siguiente(83): -;.100-104: introducci6n, presentaci6n ------------------------~ de Aquiles y Ayante ~.l05-109: lucha junto a las naves, papel de Ayante ~.110-113: mirada retrospectiva, que introduce el motivo "c6- ----------------------- -------i lera de Aquiles" - miedo de los troyanos­ (vv.114-120) ~.114-149: explicaci6n de - c61era de Aquiles- ------; la situaci6n (vv.121-123) expuesta en los comparaei6n vv.105-109 (vv. 124-132) c61era de Aquiles _ --­ ___ .J (vv.133-140) - miedo de los aqueos, __ los troyanos llegan a las naves (vv.141­ 148) TO.150-156: lucha por las naves ...157ss.: conclusi6n, m~ritos de los Eácidas, cuya gloria no perece. 77.100-104.- Son los versos de introducci6n, el proemio de la -:=raei6n mítica, en el que se nos presentan los dos persona­ 790 jes princi:.?ales, Ayante y Aquiles. Apenas podemos observar más repeticiones verbales con los versos de cierre (164ss.) que la menci6n de los Eácidas, pero es claro que la aparici6n de am­ bos h~roes juntos inicia y concluye el mito central. Al final del v.lOO hay una laguna que nos impide conocer la desinencia del adjetivo. Prácticamente todos los editores, desde Kenyon, han impreso &EpOL~cÍ~[OU~Jt pero Barrett (apud Maehler, que acepta la propuesta) prefiere &EPOl.lJ.cÍ~[a:'J (con este dltimo suplemento habr!a rima con los versos 79 y 112, tambi~n conjeturas, y 178). En realidad, ambas lecciones son perfectamente posibles, y no hay ningún argumento que haga que nos decidamos definitivamente por una u otra. En la obra conservada de Baqu!lides podemos citar, en apoyo de la se­ ~1.0~ ufo~ &~a:p~o~áXa:~ (Heracles) y 5. 105 gunda, 16.28 , s: ' xá­ npov a:Va:LuOIJ.~Xa:v mos na:AAá50~ &pOLlJ.cÍX OU , compuesto pr6ximo por el sentido a &EpOC~a:xo~ (el jabal! de Calid6n), pero en 15.3 tene­ (o -a:~ )(84). En otros autores hay también ejemplos de ambos tipos de compuestos, e incluso dobletes en un mismo adjetivo. Ciñéndonos a los que aparecen en P!ndaro y Sim6ni­ des, citaremos los siguientes: nEColJ.cÍxaLCI.V ~v50IJ.áxa~ (Q.12.14, hapax), nECó~a:xO~ en Luc. ~. (l.2.65, hapax; pero (!!.4.30, hapax), &Ka:IJ.a:V~OlJ.cÍXa:1. pax,; pero (1.4.171, ~.22r.6), (Q.7.15, E~~ÚlJ.axo~ en Simon.104c.l Diehl, e !~u~áxwv Simon.l04b.l Diehl); y en cambio pax), E6~ulJ.cÍxa:v ~uyólJ.a:xov (Simon.524 ~)t Kpa:~~CClJ.axov (~.9.86, fnnolJ.áxo~ hapax). en h!­ (Simon.144.4 Diehl y 96.8 Diehl; ya en 11.10.431 y Mimn.14.3), (~.10.3, ~­ ji , a:pI.O~OIJ.a:xou 791 I I Tampoco los compuestos con primer elemento &Epa~- ayudan I a resolver el problema. Ni en P1ndaro ni en Baqu11ides hay otro atestiguado con seguridad(85 ), y los que aparecen en otros I autores pueden declinarse de las dos maneras: ttEpa'-~o~o~ : A.R.2.1060, Nonn. , , I •1 • • • 1 aEpa~-voo~ Q.2.684; : Nonn. Q.33.67, probablemente Ion Eleg.744.4 ~, Orph.Fr.280.9; ~Epo'-nopo~: , , Nonn. Q.l.285; 2EpaL-no~~~o~ : Hes. ~.777, Nonn. ~.2.483; frente a &Epo~-nÉ~~~ : Q.S.3.211¡ , 'ó ~~ aEpa~-no : Nonn. Q.IO.401; I 1. . También en este caso hay dobletes: , , aEpO~TIE~~~ - , , aEpoLno~~~- &EpoCnou~(Il.18.532, h.Ven.211, ...... Vv.105-109~- Con estos versos entramos ya en el mito propiamen­ 11· te dicho tras el pr610go y presentaci6n del tema. El poeta nos • • muestra, en el punto álgido de la lucha, a Ayante apostado en I I • • • • la proa de una nave resistiendo las embestidas de H~ctor. En los vv.150-163 (sobre todo 150-156), en perfecta Ringkomposi­ tion, se vuelve a recoger el cuadro, esta segunda vez con más detalle, despu~s de que se ha "iluminado" la escena con el re­ lato de las causas que han llevado a tal situaci6n, en los ver­ sos centrales del mito. Los ecos verbales, muchos de ellos tau­ tom~tricos, son muy abundantes: I 792 ' ­ 8a't' in t npvJ.1vca 105. 150. a'ta-&[e: Ce;; v] aval. Ó' ~aXEv 151. ~~pvav't(o) 106. ~axe:v 163. ~~EI.V 156 • ó pJ.1áv (F) 150. v]avaC (p) 107. [ó pJtJ.a Cvov'ta v[aae;; (F) 161. -&e01tEOCWI. (p) 155. ]vÉae;; (F) Cao-&Éwv 163. vEK'topa (p) 15'+. (Blass) ~tJ.I.-&Éo 1. e;; 156. 109. (tautom~tricos: iK[1tÉpo~v'tee;; 160-1. 108. 1tapa:( (tautom~tricos) 106. 106-7. E~npÚJ.1Vo 1. e;; -& [EÓÓ] tJ.a'tov 'EM.'topJ€ae;; (tautom~tricos). Es de destacar la retardaci6n del nombre de los dos héroes, Ayante y Héctor, y la acumulaci6n de ep1tetos en torno a ellos(86): vv.l03ss. E~EI.ÓÉOe;; 't' 'EPI.~o'cxe;; 1tcx!ó' ~1tÉp-&v~ov ~oáLaw Atav'tcx O~KEO~ÓPOV ~[pw, vv.l06ss. fOXEV -&paouxápól.ov [~p­ ~a'vov'ta v[aae;; -&E01tEOCWI. 1tV[PI. - ­ vEK'topa xaA[xEo~C'tpaJv, • Con excepci6n del ya comentado hapax &Epol.tJ.á~[ove;;, los adjetivos son ahora, como en general en todo el mito, mucho más tradicionales, como corresponde al tono épico de la narraci6n(B? Vv.ll0-113.- Con estos cuatro versos el poeta echa la vista ¡l. l. • l' 793 atrás e introduce por primera vez el tema "c61era de Aquiles lt , causa principal de que la situaci6n haya llegado a tal grado de desesperaci6n para los griegos. El mismo tema se vuelve a recoger dos veces, en los vv.121-123 (en parte tautométricos con llD-113)Y en 133-140 (en los tres casos se trata de una oraci6n temporal), y cada vez el poeta nos da un nuevo dato y nos detalla progresivamente las consecuencias y la causa primordial de la c61era. As!, en los vv.llD-113 nos indica que la c6lera del Pelida hizo que los males cesaran para los troyanos; en los vv.121-l23 nos enteramos de que los males de los troyanos cesaron porque el héroe abandon6 la lucha; por fin, en los vv.133-140 se nos aclara definitivamente la cau­ sa de la c61era de Aquiles y su retirada consiguiente del com­ bate: EtyEK[EJ~ ~av~a~ rVvaLK6~, BJp[,,191ltóo~ ~~EpOrVCOv, . . Las variaciones que va introduciendo Baqu!lides en cada uno de los tres pasajes se reflejan incluso en el propio nom­ bre del héroe, que una vez es llamado por el nombre de su pa­ dre (n!lt).EtÓa:~, v.llO), otra vez por el de su madre (NTJpfi ..­ ÓO~ &~p6~TJ~o[~ vfó~ , v.123) y finalmente por el suyo propio ( 'AX"A~Éa, v.134)(88). Hay, naturalmente, diversos ecos verbales entre los tres pasajes, pero las comentadas variaciones y ampliaciones que va introduciendo poco a poco Baqu!lides, hacen que tales res­ ponsiones no sean repetici6n exacta de una misma palabra o ex­ presi6n: 794 112-3. [óa:póa:v Cóa:C;] 133 Y 139-40. TpG)e, ••• <po &,­ ~av 't"' fA-uoev lf["Ca:c; lOLóóv't"e, ónat xe~~wvoc; a:tj'A-av 113. ~A-UOEV 122. A:r;~ ev (p) 121-2. nOA-€~o ~[oJ A.Tl~EV 135. ~C~vo[v't"'J ~v KA.~OCTl~o~v. En el v.lll hay un problema textual') debido a una laguna en el papiro. En su primera edici6n, Blass leia que acepta Taecone, pero en la segunda prefería , ,. APj'E ~o 1.0 ~ , , A"C PE C5a: ~o ~ (quizá mejor para el espacio disponible), que convence a Festa, Edmond s , Snell, Frangois y Werner. Maehler, en cambio, defiende el suplemento lv O"Cñ~EOOL de Desrousseax, ya que encuentra di­ ficultades en la expresi6n ' A"CpEC5a:~0~ ~av~v tilpCva:'t"d 8 9). l'iuestra Maehler(9 0 ) que la expresi6n "alzaba c61era para los Atridas ll , de acuerdo con el uso homérico del verbo ópCvw, s610 pOdria entenderse con el sentido de que eran los Atridas los que estaban encolerizados con Aquiles, y por eso suple, con Desrousseaux, [lv o"Cñ.a-eoo ~ ~J av ~v tilpCVE"CO homérica, si sustituimos llaV ~v por ~UIlÓV4I , expresi6n muy Rechaza, pues, la posibilidad de que la leeei6n propuesta por Blass tenga el significado de 'falzaba c61era contra los Atridas"; pero lo mismo que Baquilides ha introducido una variaci6n en el uso de la voz verbal, ha podido ampliarla también a la construc­ ci6n sintáctica. Es verdad que la interpretaei6n "alzaba c6­ lera contra los Atridas" para t '1:.. ... ,,. A't"pe~ua:&'o~ J.l.a:v~v wp~va:"Co no tiene paralelos claros, ni en Homero ni en otro autor, pe­ ro sl es posible señalar pasajes semejantes con el verbo SpVU~~ ,probablemente de la misma ra1z; una expresi6n muy pa­ recida encontramos, en efecto, en E. Hec.201 (~.): 795 otav otav a~ 001. X~~av lx~Co~av ~pp~~av ~. tlquel outrage odieux, indecible, a encore contre toi soulevé quelque génie!U (M'ridier), "iQué, qué ultraje odiosísimo e indecible ha suscitado contra ti una divinidad! ti (A. fl1edina González y J. A. L6pez Férez). Con la lectura • A~ PE 1."s:. u ((1, O 1. o 'APYE c o 1.01. habría un con­ traste con ilapóav Céete¡; del v.112 (otra conjetura de Desrouseaux). Los contrastes argivos-troyanos son constantes en el mito que narra Baquílides, pero es especialmente significativo el v. ie 145, "i:)pqáv ~[E] <póF3ov ilavaot', , cuando se ha descrito en los versos anteriores el ataque de los troyanos; la construcci6n sintáctica del v.145, verbo + acusativo .... dativo, es compara­ ble a la de los versos que comentamos, y además se usa el verbo con n OpVV~L , y • prec~samente en correspondencia tautométrica wpCva~[o (v.112), muy destacada por tratarse de princi­ pio de verso y de estrofa. En cuanto a la elecci6n entre • A~pECéaLoL . " 1.01. o . APYE 1.0 , parece mejor la primera opci6n por el tamaño de la laguna (se­ gún Edmonds), aunque la antítesis quedaría más marcada si le­ yéramos 'APYECOLOL (91), que además rimaría con los versos 45 ~va~ot'cH y 222 <POLvLKoKpaél~v~ verso_ corresponsal); a su vez, (en 56-57 'A~pECéal.ol. ~EX[XávEOOI.JV, rimaría con los versos 90 ~YaKX~~a[t', , 177 &:~aupo[thal. y 189 EC[pJñvQ:L , así como con 123 ~~pó~r¡~o[, • Vv.114-l49.- Estos versos constituyen el núcleo central de la I 796 f narraci6n mitica, en el que se expone el cambió de situaci6n que provoc6 en la lucha la retirada de Aquiles del combate, como consecuencia de lo cual los troyanos llegaron a las na­ ves, donde los contuvo Ayante. aegún hemos expuesto en el gráfico anterior, tambi~n den­ tro de esta parte la estructura viene subrayada por la carac­ teristica "composici6n en anillon: vv.124-l32: comparaci6n vv.133-l40: c6lera de Aquiles 1 I I t vv.114-l20: miedo de los troyanos vv.12l-l23: c6lera de Aquiles I I ] , vv. 141-148: miedo de los aqueos Es decir, la situaci6n favorable para los griegos (vv.ll4­ 120), se torna favorable para los troyanos (vv.14l-l48), a cau­ sa de la c61era de Aquiles (vv.12l-l23 y 133-140), cambio sub­ I I rayado por una larga comparaci6n al modo homárico (vv.124-l30) 1 que ocupa la parte central, justamente el epodo cuarto. I Los ecos verbales entre los vv.114-l20 y 141-148 son muy numerosos, y muchos de ellos destacan sobremanera el gran con­ , traste entre las situaciones, totalmente opuestas, que se des­ I criben: 114. [1tOAÚ1tUPYO] v (F) 142. ~E 'XEa (p) 115. 'I]~'OU ~a~~ov ao~u 142. ~ECXEa Aao~Éóov~o~ 116. 96 AEt1tOV 141. A~1tÓV~E~ (F) 116. &~utÓ~EVO~ 145. ~pgáv ~ (p) lE] cpó¡3ov 6.avao't~ t (los troyanos) 117. 1 f 143-4. )(.pa~EpcÍv <p€pOV~Er; ••• ó[oJ~Cvav t I , 797 ne:.óCw~ tv :lB-9. , ¡J.a~vo~'t , KAovfw[v , AX~ A\e:.u~ ' ne:.óCov • • • lX1.~av (los troyanos) :20. Aao<póvov (p) 142. :'20. oópu 133-4. (Aquiles) t]~ 143-4. Aao¡J.Éoo\l'to~ , , a~X¡J.a'tav 147. , , e:.ue:.l'XT)~ (F) (Aquiles) (Ares). La total contraposici6n entre circunstancias tan dispares viene subrayada, como acabamos de decir, por una comparaci6n ~e claro corte homérico, que ocupa exactamente el epodo cuar­ -;0(92). El contraste que se establece entre lfos c uridadlJ (vv. :24-127) y Uluzlt (vv.12B-132) refleja la Itluzlt que vieron los ~oyanos ( ~o~~av ta~óóv'te:.~ ~nat Xe:.L¡J.WVO~ aty\av , vv.139-l40) ~uando Aquiles se retir6 de la lucha; el léxico empleado por el poeta subraya de manera inequ1voca tal contraste(93): Kuavav~É¡ :24-5. ••• ~ 124-5. ~no ••• nóv~wL 129. o'tópe:.ae:.v óÉ 'te:. nól\l'tov 1'30. Nó'tou x,ú¡..t.aoLv [u¡J.ov &vÉpwv] ••• óat~e:.L BopÉa~ 127. 129. ,AO ...L. También pueden observarse diversos ecos verbales entre la 111 ::larraci6n de los hechos (vv.114-123 y 133-149) Y la comparaci6n (vv.124-l32) : 224. )(. uavav~É" 125. nÓ\l'twL (p) 129. 124-5. '1 149. ~aAáaaa, (F) nó[v'tov ~[UIlOV &:vÉpwvJ Bop€a~ ••• &at~e:.L • • fI 116-7. fI • • 122. &:'t PÓ¡..t.T1 ~o [~ 154. ~ó~ov 798 - 125. BopÉac;; 14-0. XEI.IJ.WVOC;; 127. &:v't<xoac;; 138. llv'tEI.VaV 128. AT)~EV 122. Ar¡~EV 128. <paEOl.IJ.[¡3pó'tWI. (F) , O''tOpEOEV , ~~C[1(.) ov'to X~[pCJov (F) 120. Aao<póvov Cp) la9. 132. . 139-40. 149. (p) <poL~áv (contraste) ••• ati'AaV t ~ov 't '~ nI,.. -&Lva -&' aAaCJoa~. N Al final del v.127 hay una laguna en el papiro que plantea ciertos problemas; la lectura original era ANTAI:ANY~1 , que A3 corrige, añadiendo AL antes del segundo AN haplografla) y enmendando y bien en A y M en algo que puede ser TI (como opinan Kenyon y Snell), bien T menos probablemente, de O (clara falta por seguida de E o, (Blass, Jebb, Maehler, etc.). En el caso de que fuera TI , Crusius (y su propuesta la acepta \'lerner) conjetur6 'tóc;; &vanE1t'taIJ. Éva c;;, que formarla con vtnc.­ un genitivo absoluto, nal exparcirse la noche"; pero Jebb(95) objeta que este verbo se usa generalmente cuando lo que se despliega es la luz, no la oscuridad, como en 1!.17.3?l u ~.6.44; (con en este caso, Jebb preferirla leer nóv'tlf), Umar abierto 11 , como en Hdt .8.60 1tE1t'taIJ. Év lf vaUlJ.aX~CJELC;; 1tEPLKAÚ~OLO ,y Arat.287-288 ~v 1tEA<XYE" &:va­ IJ.~ KE'V~ ~VL IJ.nVL -&aAáCJOV / 1tE1t'taIJ.Évlf 1tEAáj'EL XEXpnIJ.ÉVo~ • Leyendo TE , se suele reconstruir un participio del verbo &:va'tÉAAw , pero aún asl caben dos interpretaciones. Una es la de Blass (seguida por Festa, Edmonds, Werner, Maehler) áva'tEAA lJ.€vac;; , genitivo absoluto unido a v'U'K'tóc;;, lIal levantarse la noche l1 .(la tormenta habria durado toda la nOChe). Pero el pro­ blema radica en que este verbo nunca se dice de la noche o el dia, sino de un cuerpo celeste, el sol muy frecuentemente (2!t ?99 ;or ejemplo, S. OC.1246, ~a también en la comparaci6n con o las estrellas (A.R.3. ~.?54) tormenta), la luna (Ar. ~59, tambi~n ~~e ~., en una comparaci6n; Musae.lll, etc.). De ahí Jebb haya propuesto "av~aoa" " VUK~O, , '\" ava~ [ Cf...~O~cV~ ~~e el participio iría unido sintácticamente a I .., .';'0" ~ice , con lo ~acoL~[~pÓ~w~ (así leen Taccone y FranQois); el verbo, en efecto, se también a menudo de la Aurora: ~eoc.18.26 'Aw, &V~lf...\oLoa Kaf...OV óL€~avE ~póow~ov, , ' r :~o ' ~c ~O~VLa NU~, '\~CUKuV ~" cap ffiÓE Kat d XPuoÉa 'Ef...Éva "". L. XEL~WVO, av~v~o, óLc~aCvE~' lv tt~lv. en una comparaci6n; Q'ÓÓ{ ;.• R.2.l00? ~o~É o~" v ~w, &V~Éf...f...EL Ka~á~wv &~cp, El único problema sería la particula óÉ , que iria enton­ ces en tercera posici6n, tras Jebb(96 ) y Denniston(97). f...~;EV; otros ejemplos señalan Vv.lSD-lS6.- La narraci6n vuelve a su punto de partida con una nueva alusi6n a la lucha junto a las naves; los ecos verbales que unen estos versos con 105-109 ya han sido señalados. il Los vv.155-l56 están en mal estado, pero, en todo caso, parece decir el poeta que el ataque de los troyanos ( too~Éwv 5,,' d p~áv ) puso en graves apuros a los aqueos ( f¡~ ".sto L' ). Las posibles lecciones para rellenar las lagunas son muchas(98 ); quizá al principio del v.156 pudiera encontrarse un adjetivo que calificara a dp~áv (99), como creen Jebb (&<;'E'tav; ~. v.ll?) y Blass (~apElav), rima con el v.lll de modo que en ambos casos habría .. ~pa:Lx]Etav. .. Sobre el orden de palabras, com­ 800 párense, en la oda que comentamos, los versos 51-52 ... &~a o~~a~o~ ; 66 &o~a~eL ouv afoa~; 88 &n~á~ou &v&E~óev~a~ ~n[' SX&ou~ ; 154 'EK~opJ€a~ óno xe~[pó~ ; 203 náv~eao~ ••• ~nt f!pyo ~ [~ • También seria aceptable un substantivo que significara "dolor" o I1 peligro" ( nÉv&o~ Schwartz, Taccone, Festa; ~áp~o~ Edmonds; "~vy~a Maehler), y en el verso anterior su adjetivo, ~JÉy(a) , precedido de una particula ( ~e Pfeiffer). La expre­ si6n ~€ra nñ~a (a menudo con dativo de persona, como en nues­ tro texto ~~L&ÉO~~) es frecuente en Homero: !h.3.50, 6.282, 9.229, 17.99; ~.21.305. En el v.156 acaba la narraci6n propiamente dicha de la lu­ cha junto a las naves, y el poeta añade una coda final (vv.157­ 167), para declarar que, en realidad, las esperanzas de los troyanos de incendiar las naves eran vanas, y los encargados de terminar con ellas fueron precisamente los Eácidas (vv.164-167), con lo que Baquilides cierra el mito con una nueva alabanza di­ recta de los descendientes de laco, igual que lo empez6(100). Señalamos a continuaci6n una serie de ecos verbales dis­ persos que podemos encontrar entre las diversas partes del mi­ to central: 100. ~wv (p) 121. B~E , 124. ~o~(e) (p) 105. Ba~\E) (p) 133. 110. Bnno~E (p) (tautométricos 100 y 133) 114. ol (p) 100. vta~ OS~ (p) 103. 1tat&(a) (p) 801 123. [tJ fó e;] lF) 117. J.lcXXa [v 121. noAÉJ.lo~O Añ~ev (contraste) ' 't' , 'AX~AAéa (F) 101. 't'axtJv , 101. 't'axtJv 102. e-l1E~6Éoe; 'Ep~~o 1:" Cae; 110. TIT)Ae'¿6ae; !pa[xJ 7!ay 117. o t~ _ e~av Coa't'ecpávo [u] NTJ pTj ~ooe; (101) 122-3. B ] ~ [~J qTJ t 60 e; fJ.le: po "fu Cou 137. 111, 102. e:-l1e:~6ÉoS; (p) 139. ta~6óv't'e:, 102. e6e~6éoe; (p) 11+7. e}-l1el'Xr1<; :11 e6npúJ.lvo ~<; 150. (tautom~tricos 11 I1 !,I !, l' i'l. :1. :. •- 124. -&[UJ.lóv) 102 y 11+7) 103. Ó1tÉp-&UJ.lov 158. ~1tepcp[CaJAov 104. aaKeaq>ópov 11+4. q>Épov't'e<; (F) 104. fi[pw] 155. ~J.l ~.eÉo ~ e; (F) 156. 105. l1tC 108. -&ea1teaCw~ (p) Cao-&Éwv 149. ln' 138. -&e:o!al.~ (p) 155. ~J.lI.-&ÉOI.<; 156. Cao-&Éwv 163. -& [e:óó] J.la-¡;ov ­ 108. 1t'![pC 169. 1tUpO:I. 111. [' A't'pe: Coa l.a~J 145. l\avaot<; 111. J.l) av 1. v (F) 119. J.laCvo I.'t' (o) 112. t:>pCva't'[o (p) 145. i:>pqo:v 112. [l\apoav C6a<;} 133. T pwe<; (mismo v. 112 Y 133) (tautom~tricos) 160. TpWe:]<; (p) 802 [n;oAt1'JtUPYO]V (F) (102) 11L. 167. lpEL.4{"n;]~e[yoL.e;J (F) (Barrett) 115. ~(}'tu 118. lv 124, 135, 151, 162. 123. &'t PÓIlT)'tO [t;; 131-2. 124. Kua:va:v-&l'~ 160. xua:vwnL5at;; 124. [&vlpwv] (F) 152. cpw'twv (F) 154. 1Elf.'tOp]€a:t;; (F) cpaEO"Il[~ pó'tw,,] 128. 125-6. 163. (Troya) n;ó~Lv (F) (Troya) ~EAn;'tov (F) ón;o KÚIla:O"V 166. Ó'Jto XE,,[pÓt;; ,)n; , uta} x C5a:" e; 127. &va:!t[ 138. lfV'tE"Va:V 130. [n;voa"J (F) 158. n;vEC]OV'tEe; (p) lh:A'Jt'tov 157. (103) lA'Jt'O"V (F) n..K1ov'to 160. EX[ 153. ra:La: 131-2. 132. lf;, 132. X~[P('V (F) 138. XEpat;; 154. XEL[póe; (F) 139. lea 5ÓV'tE t;; 143. lJt;; (p) 142. 'tE 'XEa (p) 167. epE L<J¡[L't] C? ~(xo L.t;; 144. ó[o]ll'va:v cp€pOV'tEe; . (F) 159. t€V'tEe;] , .., .... a65á.v, (F) (Barrett) 152-3. ~pEU%E ••• ra:ta: 165. (contraste) IJ.lAa: ["va: 154. q>OLvCt~~[v I:K)<ÍIla:VOe[OV ':E¡.-op]Éa:t;; ón;o xE,,[pÓe; 166. ')'Jt' [Ata]K '5a:Le; (contraste). Tambi~n son numerosas las repeticione~ verbales entre el mito central y la secci6n inicial del epinicio: 100. ula:e; ,103. 'Jtato(a) (p) 68. ut€ (F) ,77 • .&Úra:'tEp 803 :00. &Epo~~á1[OU~ 76. ncxll~cxxCcx\l (p) 117. lláX a l \lJ 121. nO"-É~.lO ~ [oJ (F) :01. (mismo , 86. 'tax.u\I 'tcxp<pÉw~ (F) 89. 102. :1 (l~EYXñ~ (p) 150. EUnpU~\lO~~ 1I , , ónÉp.&u~o\l 148. 104. Kouq>a (p) E6EI.OÉO~ (p) 147. 103. v. 121 y 76) 75. ónÉplh[o\l] (104) 48. ~CT}O~ (F) ,88. ónEP<P [CaJ,,-o\l , Oa:M.EOq>0pO\l 144. q>ÉPO\l1;E~ (F) ¡, 105 Y 149. tnC 1I 1,' l' :,• l' 92-3. 106. ~OXE\I 108. 1tt}[pC , 169. [1tupa~) , 163. l~E~\I 75. é1t( C) t[n~xwJpCcx\l tOXÚ\I (F) 82. 1tUPOÓ\I (p) (mismo v. 169 y 82) 109. XaA.(KEoll C'tpa] y (F) 51. XCXA.J~ó~ (p) 109. xaA.[KoKoPUo'tá]y 98. [xopuo'táv] (Jebb, Barrett) (Barrett) 110. n!l [A.E"tOa~J 48. nEpoECoCX~ (p) 111. [' A't PE COa: ~OLJ 79. [Kpo\l Cocx~1 112. [6apoa\l Coa:~ J 96. 123. NT} PTl LOO ~ 137. BJ P. [~] qT}too~ ( p) 166. [Ata}KCoa~~ 110. n!í[A.E·toa~J 'E\I] 9atoa I,p) (tautométricos 112, 166 Y 79) 804­ 110ss. IT1J [AE-ióa~] :pa[x1 ~ta~ 1:.' , 46ss. UUOAO<pOV wjJ.no'tal. [ , A't PE Cóa 1,(,11. jJ.] av 1. V ... L ~~ov't~ TIEpO'ECoa, I.cpCnol. XEtpa lA p eva1: [o 113. fAUOEV ~['ta~ (F) 114. [noAV1tUPYO] v (F) 61. nOAúcpcxv'tOv 115. &crtu (F) 71. 163. 116. • nói\l.v (F) AEtnov 141. .1 nOAI.V 64. AECnE'tal. (F) ALnóv'tE~ (F) 118, 124, 135, 151, 162. I.v 61, 81 (P), 99. (mismo v. 135 y 81) 120. Aao<póvov óó pu (p) 122. Aíi~EV (p) 122. tOO''tE<PeXvo [u 123. ,128. 50-1. oajJ.ao CjJ.~ p01:0~ • • • Aii~EV . 55 • O't e<p eXv o 1. o 1. (F) &'t pÓjJ.T)'to [~ 131-2. , 46. naUOEI. 69. o'te<pcXvo LOI.V 91. Ou:cp avwoeXjJ.E[V a 1. 51. &nAeX'tou tfei\n'tov 65. &-&cXva'tov (p) 66. &o<paAE't' 87. &nEv [-&rí~ tF) (mismo v. 131-2 y 65-66) 124. ~O't(E) (p) ,133. ~t; (p) 82. Il',t; 60. &[Y]-&Ea (F) 70. &vo&] ~Lwv] 88. &:Vo&EjJ.ÓEV'tO~ 92. 124. )(. uavav-&€·': 160. xuavwnLOat; &:vo&€wv 64. KUeXVEov 805 &:\la1}[ ,138. ~\I'tEL\la\l " 76. a\la 50. oa~aoC~~po'to, 61. I3po'tw\I (F) 72. 'tEJp~L~[I3J~ó'tW\I (F) (tautométricos 128 y 61) 66, 89. :'28. OÚ\I :.,0. [it\loa L] 73. (F) (Blass) dl3[poit\l]ów\I 158. [1t\lEC] O\l'tE, tp) :'32. l~ fe 'H,] O\l'to 160. :';7. 58. l'H,] (p) l'H,[ 46-9. t~EpOyUCou (F) OÚOAO<pO\l XE! pa ••• (contraste) 96. --:7. t~EeoyuCou 72. poóó[ita:xuv 'tE] p<VI,~[I3J J?ó'tW\I (Barrett) :'38. -&EO!Ot.'! (p) (mismo v. 163 y 97) 155. f,~L-&ÉOL, 156. too-&ÉW\I 163. -& [EÓOJ ~a'to\l (108. -&E01tEOCWI, :38. Xe:! pa, \F) 154. ) 49. Xe:! pa (p) 49. 1ta\l'toCaI,OL xe: 1. [pó, (F) :./,J..1. 1tQ:oouocal, ,p) . 56. 1tay'H,] pa't CO\) (p) 69. 1ta:\I-&a:I\.ÉW\I (p) 76. 1ta:~tJ.a:xCa:\I (p) 1.1111 1'lIi 81. 1tá\l'tEOOL\I (p) 95. 1I1I 1tay!;,e:[C\lou 806 56. 1ta" '~a'CCou (p) 98. [HopaJ:[aJ ~[6vJ (Kenyon) (mismo v. 143 y 56) 145. c:pó~ov 148. ltvo:;~ ..., 56-7. 1tÓVOV 'E\[\cXVEOO&.] V navaOL<;; 95 • óÉ01tO Lo va 58. 1tap]á 150. 1tapa('> 155. 79. ~Eráhav ~JÉy(a) 157. ~Eráha LCHV 156. o 1. (á) 52 . . .. Ó "a' 157. oúmp] gOVE<;; (p) (Blass) 46. óúo\oq>ov 157. oúoq>] p'OVE<;; (p) (Blass) 78. ~1t LÓCPPOV (F) 157. 1i 54. 1i ,79. 1i (p) 71ss. Fiestas en Egina por el 162. E'ha] 1t Cva<;; triunfo de Piteas Fiestas en Troya por la liberaci6n de la ciudad 164-5. 166. ?8. ól.vav'Co<;; Ó l..[v]av'Ca ~Jvá ..aKov'CE<;; (p) 46. ~va'CoLo" 63. ~avá'Co LO 65. &~áva't'ov ?2. [AtaKovJ (p) (Blass) 99. AtaKwl.. Digamos, por último, que el orden de palabras en el largo mito central presenta ejemplos de varios tipos de figuras(105): vv.114ss. 1 o t 1t. ~.I1t. LIJh Cou -&. lto'Cu q~ hCL1tOV, I&'Cu~. (oE] ¡1t:aooov '---- I _~_._pJq_"_._. I I1 807 vv.118ss. I , AXI.Ax'e::.ÚC;!, '---- E?;';' lv nEÓCWL XAovéw[v] ¡J.CX{VOL't" I :1 I -, vv. 139-140 1- vv. 143-144 :­ i.¡. l. ¡­ l. l. l. l1li l1li 11 l1li <poL~av X,CXOep. ÓÓpU O'e::.CWV· j lO'L6óv't'e::.C; ÓncxL Xe::.L¡J.WVOC; atrx'av· I lJ C; ne::. 6 Cov xpa't' e::. PO:v I Ilf l:'.~ av I [0'] ¡J. {vav I<pe pOV't'E c;. 'Ó 1 \ La figura lfe::.An't'ov le, {LX] ov't'o X~[pO'ov I (v.132) la encontramos también en los versos 130 y 164-165. El comienzo de la secci6n que cierra el epinicio se conser­ va bastante mal, e incluso se han perdido cinco versos enteros (170-174). Sin embargo, prácticamente todos los fi161ogos que han estudiado el pasaje están de acuerdo en aceptar la recons­ trucci6n de la idea general que deb1an de contener estos ver­ sos propuesta por Blass: "quorum (Aecidarum) etsi corpora obru­ ta sunt ~a~Uf,úA~ nup~ sive (nempe Aiacis) terrae aggere, fama tamen immortalis viget u (l06). Esta afirmaci6n a prop6sito de los EAcidas se ilustra acto seguido con una sentencia general (vv.175-181), que introduce la segunda "Loa de la Patria" de la I 808 O.:la (vv.182-189) Así, 1é sentencia generel perr:e la transi­ ci6n del mito a los personalia: la fama de los muerto _~) E~cidas porque la virtud no se oscurece -~) no ha también a:Oo­ ra sigue siendo gloriosa la ciudad de laco. Es decir, estas gnomai desempeñan exactamente la misma funci6n que las de los vv. 58-66 , mediante las cuales se pasaba del primer mito a las alabanzas del vencedor y su patria. Ahora, sin embargo, se in­ vierten los términos, de acuerdo con el propio contenido del mito: el primer mito se refería a la victoria de Herac1es so­ bre el 1e6n, at~~ov del pancracio de los Juegos Nemeos, en el cual ha vencido Piteas, y por eso las gnomai sirven de transi­ ci6n entre el mito y la rrLoa del \,~ncedortl, que a su vez intro­ duce luego lE' IILoa de la Patria ll ; en cambio, el segundo mito se refiere a las glorias de Egina, y, como consecuencia de ello, en este caso las sentencias permiten el paso a una segunda tlLoa de la Patria", que a su vez va seguida de una nueva ala­ banza de la victoria actual, del vencedor y su entrenador Me­ nandro (vv.190ss.). A pesar de ello, las dos partes gn6micas repiten las mis­ mas ideas generales y también idéntica imaginer1a(107 ): - contraste 1uz-oscuridad(108): 175. &:AaJ.l~l~C Vu~['tó~ 177. OÓ ••• KpU~~&!a' 64. &:J.lau­ KUcÍVEOV vl,o, 64-5. AE '1tE~a ~ &:~cÍva'tov po[U~a~ 6v6,0~a~'1 - difusi6n de la gloria: 176. 1ta(H,aV~~ , AP&'t [eí ( 1tao ~,avl1'~ hapax) 61. 6ót;.av 1tOAÚ,av'tov ( nOA ú,av'tov hapax) KAlo, I I I 809 ::"::0-1. a'tpwcpa'tcxl. KCX't"O: yav ['tE] KCXL nOhúnAcxyK'tOV -&[áAaaaCXV Extensi6n en el espacio(109) Extensi6n en el tiempo - persistencia: ::"78-9. f~nE60v &K[cx~á'tal. f3púovacx 6ó~aL - otros ecos verbales: ::"76. , APE't[á 179. 6ó~al. (F) 58. 61. :'81. nOAúnhayK'tov 6ó~cxv 61. no hÚcpCXV'tOV • No hay mucho que comentar sobre el orden de palabras en los vv.175-181. En los vv.178-179 aparece la figura &K[cx~á'taI.J f3púovacx 6ó~aL 1': l':, l'¡- l1li ~ IIJI ... que enfatiza el tema de la persistencia de la gloria, al jun­ tar las palabras f~nE60v yd:K[a~á'tal. • A las sentencias generales sigue un ejemplo concreto, in­ troducido por Ka\. ~áv (110): la alabanza de Egina. Tambi~n en este caso podemos señalar diversos ecos verbales que relacio­ nan esta segunda "Loa de la Patrian con la primera (vv.77-99), así como con la "Loa del Vencedor lt que precede (vv.67-76): 182-3. v[aaov] (F) AtaKoU (p) 185. nÓALv (tautom~tricos 71-2) 71-2. ~ÓAI.V ••• [AtaKou] (p) (B1ass) 182-3 y 74-5. 1;Fcx'tP[uÍl.cx] v (F) vaao[y] (p) 99. AtaKWL 810 , 80., 't t.1J.a:v 90. &ya:KAEL'ta:Lt~ (83. [KAÉO~J 91. Kenyon) a'tE~a:vwoáIJ.EtVa:t. 69. o'tE~ávOLO"V (F) zuv Et5KAE C<X .. oe.~ t.A.oO'tEcp[ávw .. .recoge, por el sentido t lo que se dice de Egina en los vv.79-83. 186. aa:ó~pwv (F) 78. ~n .. ó~pov (F) 69. na:v~a:AÉWV (p) recoge todo el ambiente festivo (676S.) y de paz (las j6venes egine­ tas son como el cervatillo &nEv[~D~ , v.87) de la primera ala­ banza. En la "Loa de la Patriall (vv.182-l89) la construcci6n sintáctica es bastante simétrica; en todas las frases el ver­ bo va al final, el sujeto es una personificaci6n y el comple­ mento directo una palabra que designa a Egina: aov] A[a:KOÜ &vopWv (vv.182-l83), ~EPExuóéa: v[a­ nÓALv (v.185), ao'tEá 't' Et50E~éwv (vv.188-l89). La gloria de Egina bril16 en la mítica guerra troyana y sigue luciendo en los juegos atléticos. Por eso, tras la I1Loa de la Patriall se pasa, sin transici6n alguna t a una nueva "LoI del Vencedor", muy breve, que a su vez introduce la alabanza, más larga, del entrenador Henandro (111) ; . ambas loas ocupan exactamente el epodo sexto, con lo que comprobamos una vez má que en el epinicio 13 las distintas partes temáticas se ajust muy a menudo a las unidades métricas. 811 En los vv.190-198 se recogen ideas e imágenes que ya encon­ ~~os en la primera serie de alabanzas, incluyendo el primer '; asaje-puente /f gn6mico: - -'-'. v CKav 't"' lpLKu[&laJ (p) 59. N CKa~J cp [E] ~ [EJ~u&lo~ (p) 94. tl ÉA nouo L at]vE! (83. ,Kenyon; ÓtlJVE!~ Barrett) _~ ... 94. napaÉvo L (p) c1i VlOL (F) 84. Kó<pa> :. ~ l. n] uala ( p) 68. Aátlnwvo~ ufÉ (F) :'~:"-2. 62 • ~ po't"wv (F) ~po't"wq>[EJX.la 72. 'tEJp(h'!-[~Jl?ó'twv (F) 58. 1tapJa ~WtlOV &pLO'tápxo u ~LÓ~ ~o [a!~J &VaE~ÓEv't"a~ l1t[t axaou~J 88. 62 • 1tau po! ~ ~ po'twv (F) (contraste) 81. lv 1táV'tEOOLV [&ywot.v ~upCwv ••• &v€pwv •• • 'tC~aoEv (Atenea, protec- 80. ~ÓWKE 'tt.¡J.áv (F) 197. _~. tora de Menandro) : ~. - -r -;ot:::)- Xpuo<Í Ptla'to~ (F) 7• (Zeus, protector de Egina) 61. xpuoÉ]av (p) • • • lO'tE<pávw- 69-70. .a] ([wvJ xaC'tav [lp] E<pae: C~ OEV lae: Cpa~ 91-2. Klwv &vaÉwv . 111I ::'8. 1II 1I o't"E<pavwo<Ítle:[vaL q>ot.vJ~­ lv nave:Ax.ávwv &É.&AOL~ (F) 81. lv 1tCXV't"EOOLV [&ywOLv 82. -EAA [ao L. Asimismo, igual que ocurría entre la primera "Loa del Ven­ :::edor tl y la primera "Loa de la Patria ll , hay tambi~n algunas re­ 812 peticiones verbales entre la segunda alab,~za del vencedor y su entrenador (vv.190-198) y la segunda alabanza de la patria (vv.182-189): 190. ~PL'KU [óÉa] , 194. ~LlJ.acre:v 195. cre:lJ.vá (p) .. 196. &:v€ . pwv 197. lcr~e:'Pávwcre:v (p) (F) 182. 'Pe:pe:'KuóÉa 183. ~LlJ.aL - 188. e:l!oe:~Éwv 189 • &vópWv 184. 'P L."'ocr~e:'P [ávw L. Las dos frases que componen los vv.190-198 son dignas de comentario en lo que respecta al orden de palabras. En la pri­ mera v CKav 1:' ~PL'K.¡ IJ.., ~ v€oL,I[nJu~Éa, 1J.e:"'É~~Lv ~e:J ~po~. I Me:v<Ívópou, hay simetría en la construcci6n (con el verbo y el vocativo in­ tercalados): substantivo + adjetivo compuesto + nombre propio en genitivo; obsérvese además la rima vC'Kav IJ.e:A€~q;[ v ~e:] ~ pO~W'P [e:] ",la ~J lPL'Ku[ó€a] ••• • La segunda frase (vv.193-198) también consta de dos par­ tes con los mismos elementos cada una, pero el orden de pala­ bras es diferente en ambas. El centro de toda la construcci6n es el nombre de la diosa Atenea, enfatizado por la extraordi­ naria acumulaci6n de tres epítetos, como Artemis en 5.98-99 y 11.37-39: 813 • .. ts • -w o• -w 1­ 1­ I . • l­ a. ::> :1 .. • ~ .. • ~ l.tJ ::1. • \:) • • • ,< ..< 814 En la estrofa séptima (v.199) comienza, en uni6n asindé­ tica con las alabanzas anteriores, la tercera y ~ltima parte gn6mica de la oda, que llegaba probablemente hasta el v.220, aunque desgraciadamente se nos han perdido los vv.2l0-2l9. En esta ocasi6n, el paso es de lo concreto (triunfos del en­ trenador r'lenandro) a lo general (sentencias de valor general, que también se pueden aplicar al caso de Menandro), al contra­ rio de lo que ocurría con las dos primeras series de gnomai del epinicio: GG ~ (vv.58-66)~ LV (vv.67ss.), GG (vv.175-l8l) LP (vv.182ss.). Maehler(112) observa con acierto que la parte que se nos ha conservado de las gpomai (apenas la mitad) está articulada en una serie de contraposiciones pOlares(113): - envidia _ alabanza(114): 200. cp-&óvoC; • 201. f!- tvÉ'tw 202. ~uv ó CKa.. (p) - verdad _ mentira (reproche)(115): Una frase general: ~po'twv oE ¡..Lw¡..LOC; náv'tEoo" ¡..LÉv lo'tl.v ln' ~pyo~[c;· se desglosa en dos miembros contrapuestos: "la verdad vence" _ tila mentira muere ti : 204-. ~ Ó' &Aa.&ECa (p) 204-5. cp I.AEt VI.KaV 208-9. ¡..La:['ta:Ca: YAwoota:)] 209. á"LÓr,C; ~.I.I.VLÚ-&E .... 207. á[€~EI.. Es difícil determinar c6mo continuaba, en la parte perdi­ da, la serie de sentencias hasta desembocar en el v.220 t~.,­ ó 1. -&U¡..LOV ta:Cv(- •.Jebb, Taecone y K5rte (116), basándose en la 815 de este verso con 10.40: :..::.za lAnC&~ xpvala~ ~é~aAEv Que los versos que faltan podrían estar ocupados tam­ una priamela que acabaría con la menci6n del arte del :0 cual permitiría pasar a la parte de cierre del epi­ ~r.22lss.). 2 ~ que el poeta aludiría a la "esperanza fI de futuros = :.~ Piteas, lo que constituiria una especie de "Plegaria ~~ :~turo" ':~s 7 Maehler, al contrario, se inclina más bien casi al final de la oda. común a las tres partes gn6micas del epinicio es el :a inmortalidad, ;·~tos consid~rado en cada caso desde dis­ de vista. En primer lugar (vv.58-66) se habla de :::=-:alidad conseguida mediante el triunfo en los juegos - - 7:::8 en particular (aunque, como apuntamos al comentar :_~, quizá pudiera haber también una alusi6n al canto -:=; en todo caso, no seria demasiado explicita); en la : serie de gnomai -=~ (vv.175-l8l) el poeta se refiere más a la inmortalidad (e infinitud) de la Aretá; finalla tercera es la gloria duradera del ao~~v ~v&pa. ser el entrenador l-íenandro. pero que a la vez se en­ sentido más amplio. En los diez versos perdidos de serie de sentencias quizá se hablara, más explici­ -. ;~e en la primera, de la inmortalidad conseguida y ;:'.:.:':::' ?or el canto del poeta, pues seria raro que no se ::::=::. al tratarse el tema de la ínmotalidad en un epíni­ ~e~ás, permitiria una fácil transici6n a la parte fi­ - ;:ema (vv.221-231), en la que se vuelve a la victoria ~ final de la Oda 3 el poeta retorna también a la vic­ 816 toria actual tras est~ un~ parte gnómica, y en ese caso la transición igualmente facilitada por la idea, básica en el género del epinicio, fiel canto del poeta procura inmortalidadtl~117): &pE,;a [<,; yE ¡.¡.] EV o~ IJ. 1. VÚ-&E 1. vv. 90S8. ~po,;wv !¡.¡.a Moüaá VI.V a[w¡.¡.J~,;1. ~€YYo<,;, &A~a ,;p[É~EI. ..] 'I€ p wv, al> ó(é) ••• Al ser el mismo el tema central de las tres partes gnómicas de la oda, se pueden observar entre la tercera y las dos prime­ ras, a pesar de la pérdida de diez versos, algunos ecos verba­ les que lo subrayan: ao,ov ~vópa 201. 202 • (F) ~ po,;wv .... 205. VI.KaV 205. ~ó[aJlJ.á,;w[p 176. ';0 KaAw<,; el] pYIJ.Évov 206-7. 207. ~aúpol.<'; ~po,;wv 62. atÉv ~~av1Í<,; (p) . 65-6. El; lpx.&Év,;o<,; 61-2. lv a t[wv t.] aJ~E' (p) 117. , C.u,;at. . ou, ••• a¡.¡.aupo ( contraste) • Las breves lagunas del texto no ofrecen graves problemas de reconstrucción; sólo nos referiremos a la que se encuentra al final del v.207. La frase fue completada por Kenyon del si­ guiente modo: lS ';E ~avó[aJf..Lá,;w [p XPóvo<,; ';0 KaAwc; [l]pyiJ.€vov El verbo atev &[É~EI.· &[l~EI. ha sido impreso por la casi totalidad de los· editores posteriores, prácticamente sin comentario alguno. Es­ 817 ~ :ectura, en efecto, proporciona una buena contraposici6n, ~~ m~s entre las que abundan en el pasaje, con ~~V[Ú~E~ del ·.~:9. El mismo contraste ~~V[Ú~E~ ••• &l~E~ aparece también .- ~ lugar hesi6dico muy conocido, ~.6(118): ~E!a ót &pC~~~ov ~~VÚ~E~ xat &ÓD~OV &l~E~, Píndaro, en un controvertido pasaje con graves problemas :,,=rtuales, qUizá afirmara igualmente que la virtud flcreceu(119): a6~E~a~ ó' &pE~a x~wpa!~ ~lpoa~~ w~ B~E ÓlVÓPEOV &tooE~, Sin embargo, piensa Maehler(120) que, en el pasaje baqui­ ~:~eo, -~~ en principio no esperaríamos que se dijera del Tiempo l1aumenta" o "exaltan toda buena acci6n, sino más bien que -::. "acreditan o ~~entes II pone de manifiesto n , de acuerdo con los si­ textos de P1ndaro: ~.lO.53-55(121) B~' ~~E~lyxwv ~6vo~ &Aá~E~av é~ñ~v~ov Xpóvo~. , ~ap~vpE~ ~.159 , oo~w~a~o~. &vópwv ó~Ka'wv Xpóvo~ ow~~p ~p~o~o~ ~. también Men. ~.829 (edici6n de Jaekel)(122): x , povo~ óCKaLOV av "ó pa ó ' E~KVUO~V , ~ovo~ No creemos nosotros que haya suficientes razones para re­ :~azar el suplemento de Kenyon, pero, en todo caso, mejor que la :~njetura de Maehler, a[vCOXEL, preferir1amos (a pesar de la :orrespondencia tautométrica con el v.75, toxúv ) un verbo que significara "revelar, poner al descubierto, poner de manifies­ illll ~o". Quizá pudiera leerse &lVOCrE~, ya que este verbo puede 818 usarse también en el sentido figurado de ftdescubrir, sacar a la luz u una acci6n, buena o mala, como en los siguientes pa­ sajes: 8. ~.515-516 ~~ ~po~ ~EvCa~ &voC~~~ (~.) ~a~ aa~ ~ ~Énov~' áva~óij. (escolio: ~ñ &va~~ú~~~ ~ov ~a &va~óñ fpya ) E. 1!.326 E. Ion.1563 véase también: A. Supp.322 KaL ~ovó' ~VO~rE ~o~vo~a d~~óv~ AÓy~. Men. Fr.638 OUK - , .1 \ Precisamente en Men. xpuao~ , ~~ov ó' , , " aVOLrE~V Aav~avouaav a~ux~av ~.826 leemos &VOCyE~ ~ávTa y el manuscrito F dice KaL xaAKa~ ~úAa~ Xpóvo~ en lugar de xpuaó~ (123). En cuanto al orden de palabras en la serie de sentenci: , señalaremos 6.nicamente un caso de "enmarcamiento 11 (vv .199-202): EJt ~~ ~Lval~EP. ~~óvo~l ~~a~a~, ~tvEC~W ao~ov ~vópa ~vv óCKa~. I y , - - - 1- - - - ' la figura náv~Eaa~ ~Év lo~~v l~' fpyo~[~· I que luego reaparece en los versos 229 y 231. Los vv.221-231 constituyen el cierre de la oda, en el que se vuelve a pasar de lo general a lo particular, mediante la 819 ~:icaci6n de la parte gn6mica a la propia labor del poeta, que ::..;:1a de sí mismo (221 lyw, 224 <paCvw, 225 : :'? tjJ.a'tc;) (124), ~:spitalidad YEpaCpw, 226 tlJ.oC, incluyendo tambi~n una breve alabanza de la de Lamp6n, el padre del vencedor. En la parte final del epinicio se recogen, a través de lla­ ~~~ivos ~e ecos verbales, temas y motivos apuntados ya a lo largo la oda, pero aplicados generalmente a otra persona: - v.22l "Cal. lyw \P) l1.at v.67 "Cwv I1.Cf[1. oJú (p) En ambos casos se pasa de lo abstracto a lo concreto, en c- v.67 al vencedor y la celebraci6n de su triunfo, y en el v. ¿21 al poeta y su obra. . - v.222 C:POI.VLKOKpaoÉjJ.VOloC; ["CE r10Úoal.C; vv.9l-92 ... 'tat OE. O"CE<paVWOcÍIJ.E[vaL epo I.V] loltÉWV &V~ÉWV OÓvaltOC; ••• Las muchachas que cantan a Egina y a sus descendientes. vv.69-70 nav-&aA.Éwv O"CECPcÍVO loOI.V &v-&J ~[wv) xaC"Cav [tpJEep~ECC; Piteas. vv.196-l97 ji' 'í I l:1' :, , :1111 , jJ.UpLWV "C '·0 nn ... ' , jJ. , "CpaLOI.V aVEpwv lO'tE<pávWOEV t-&ECpac; Los discípulos de Menandro. - vv.223-224 tsjJ.vwv "Cl.vO: "CáVOE v[EÓnA.OltOv OÓOI.V , cpal.vw El poeta tlmuestra" su canto. vv.?5-?6 ,,, , nalJ.lJ.aXLav ava <paLvwv Piteas Ilmuestra" su fuerza en la competici6n. 820 <pa: Cvwv Zeus "muestra" la gloria de Egina en los juegos deporti­ vos(125). v.224 ~EVCa:V I I Hospitalidad de Lamp6n. 6~ono~va na:y~E['VOV X~ovó~ v.95 Hospitalidad de Egina. ~&v !~o', Aá~nwv, q[U - v.226 vv.67-68 ~wv I nopwv Kq:[1. oJ v ~uXiliv NE~€a~ Aá~nwvo~ \Jel, [<p~~á]yAa:OV - vv.224-225 - vv.226-227 [o~J ~Anxpáv El canto del poeta. vv.61-62 nOAv<pav~ov!v a:t[wv~ La fama del que vence en Nemea. vv. 79-80 ~EyáAay ••• ~~~áv La gloria de Egina. v.176 La Aret'á. - v.227 ~C.€KE~J Barrett ( ~[lKVW~J Schwartz; ~[lxvovJ Piteas, cantado por el poeta. v. 94 ~lEOV TÉKO] ~ taco, cantado por las j6venes eginetas. - vv.228ss. ~ttv EtK l~ú~w~ ~pa: KAE~W na:v~aA~~ !~at~ !v€oTa:~lEV ~Ep~~EnEt~ VLV gLo1~6a~ na:vTL Ka:PÚ~OVT~ Aa:Lw]~. I <ppa:aCv, Snell) 821 ' a• t VEL~W . . "avupa 1:. ao~ov vv.69-70 1tav-&a:A w € v ••• [&:v-&J ~ [wv] - :antos del poeta que alaban al vencedor. . . P<jJC.¡,,¡,L¡3J pó~wv -:: en honor del vencedor. ~s~as ~av~t Kapú~ov~c. Aa:[WJ~ - cantos del poeta anuncian a todo el pueblo el nombre -::ior. _=s.: la victoria en Nemea (y el canto del poeta) extien­ :~a del vencedor por doquier ( 1tOAÚ~aV~Ov)t para siem­ , .., '- ~::1. ). -;::v'tal. -,¿~ (Jebb) victorias de Egina en los juegos se extienden por do­ -- .!..retá • . amos, para acabar, que, a pesar de haberse perdido el del poema, es probable que el final estuviese relacio­ el proemio por medio de responsiones verbales, como _::.:-:lal en Baqu11ides(127): 9. KAEI.W ." (128) 12. &0 ~J &á.v ? • • 822 Para comple+-ar el cal ,:;ul0 de las responsiones verbales, citamos a continuaci6n otras que hemos observado a lo largo del epinicio: Dentro de la sección final. 178. &x.[allá'taL 204. &,.a-&E Ca 209. &.,&~, (177. &ll au poLü'taL 175. Ó:Aa~,!€" 226. 176. na6L~av~, (p) 198. TIavEAAcfvwv ) Aá~nwv 203. náv'tE6oL (p) 205. nC·.Jo[aJ ~á~w[p v-&aA ~ , 229. 'J" A: 231. no:v~' I 1 (mismo v. 198 y 231) 176. naaL~av~, (p) 178. t:,.mE&ov 183. aóv 183-4. El!'KAECaL I 224. <paCvw (p) 189, 198, 229. 202. aúv lv (P) 186. E6vOll Co: (p) 188. E6aE~€W\l 183-4. 184. El!'KAECaL ~LA06~E~[ávWL 228. ltAEI.W 224. [<pLAá]yAaov 186. aaó~pwv 229. C.~paa'v (F) 187. -&aACa, 229. nav-&ai 189. &v&pG)v ; 192. MEVáv¿¿ou (F) 196. .. &vlpwv (F) ., 201. ~vópa (F) 19'--. v C'Kav (p) 205. vLKav I I 823 223. V[EónAoKov 202. f3 pO"Cwv ~EVcÍVÓpou 208. (p) ÓUCJ¡J.EV&WV . t,;; ( C) 203, 227. 220. -&u¡J.óv ,. 223. "CLVa: •lo \, (F) ~ po"CWcp [E]Ala <. • EyeÍ-&U¡J.O e; ~~so 207. :as secciones primera ÉJpY¡J.Évov (p) .. y ~ltima. 06 yeÍp (p) ' ] (p) 50. 00' yap :l:ACt¡J.ttÉ" 51. , , ­ - • a:x[a¡J.a'ta:L - verso del epodo) de la estrofa) Épyo t. Ce; (F) ~~ (3ª y 4ª sílaba del primer 4ª sílaba del primer -: y . -"- . '- . - - '"' -- -- ""'7 . 65. &:-&cÍV a:'to V (p) ~Aa:-&ECo: 66. ~acpaAEt ~·i.ó1Íe; 87. ~TtEV[.e-TÍC; (F) ~¡J.O:u po [ü'to: L ) ~AO:¡J.,€L , 226. Aá¡J.TtwV 1tacHq>a:v1Íe; (p) (tautométricos 204 y 51) 68. AcÍ¡J.TtWVOC; ,. 49. Tta:v'tOLaLOL na:VEAAávwv 56. Tta'Y1'J ea"C Cou TtáV'tEOOL (p) 69. Tta:v-&aAlwv (p) , 76. TtO:¡J.¡J.a:XLa:v (p) 81. TtáV'tEOOLV TtaVÓ [a] ¡J.á'tw[p Tta:v-&aA1Íc; .::;: l. ~1tAcÍ'tOU , 95 • 1tO:V'tL TtaY~E[CvOU (tautomEStricos 176 y 56) na:OLcpavlÍc; (p) 224. <pa:Cvw (p) 61. TtOAVGlav'tov , 76. <pal.vwv (F) 83. cpo:Cvwv (p) 824 89, 198, 229. 178. 61, 81 (P), 99. (mismo v. 198 y 99) 178. ~1l1td)ov 183. avv , 183-4. 86. nóótaal,· 66, 89. , 202 (p). EÓ)tAE 65. E~ ca 1, 186. E6vo¡..¡.Ca (p) 188. E6aE~€wv )tA.€o~ 65. EÓltAE Ca 1, 183-4. 90. &:y<ril.A.E I,~a:[¡;~ (83. [ltA.€o~J Kenyon) 184. 197. 186. ~a~E'P<ÍvwaEv (p) aaóq>pwv (F) 229. 202. 69. a~Ecpávol,al,v (F) 91. a~Ecpa:vwaátLE[va: .. 78. ~1t ..ócppov (F) 50. óa:¡..¡.a:aCtL~po~O~ ['PpaaCv (F) f3PO~Wcp[EJA€a: 191-2. a~tcpávo .. a.. (F) 55. 'P1,A.oa'tEcp[ávwl, ~po~wv 62. ~po~wv (F) 72. ~tJ P~"I-:(~J eó~wv (F) 193. br. ( C) , 203, 227. 48, 88, 92. 195. J.1Eyá.&vtLo~ 79. tLty<ÍAav 199. ~ I,va: 46. ~I,va: , 223. , ~I,va , , 84. ~I,~ (tautométricos 199 Y 46) 200. ~ I,a~a: 1, (F) 75. ~1tÉpf3l,[ovJ 201. a:CVEC~W (p) . 83. a CJ VEt (F) 202. Ó Clta 1, 45. Ó C)ta~ 203. f pyo I,[~ (F) 65-6. 207. 203. f]pYIlÉvov (p) ~a~l,v lpx.&lv~?~ (Kenyon) 825 205. na'Vo[a] ¡.J.á't'w[p 50. oa¡.J.aoC¡.J.~po't'o<; 208. oOO'¡.J.&'V&w'V _"'_. 46. O",OAOCP°'V 223. [OÓOI.'V (F) 80. fowx&. (p) (Blass) ~ ::2ntre la secci6n final 175ss. Contraste luz-oscuridad 139-140. 175. &Aa..,:J¡€t 123. 131-2. 204. O:A,a.&& Ca (tautométricos 177 y 123) g&An't'o'V ti'~OT}' r... (177. O:¡.J.aopolü't'al. :1 &'t'pó¡.J.T)'t'oC<; 178. tiK [a¡.J.á't'a 1. 209. 1:1 el mito central. ) 175. 'Vo~{'t'ó<; (F) 128. 'VOK't'Ó<; (p) 176. naol.cpa'Vñ<; (p) 141. naO'ooO La 1. (p) 128. cpaEal.¡.J.(~pó't'WI. 198. TIa'VEAAeX'VW'V 203. neX'V't'&aol. (p) 205. na'Vo[a]¡.J.eX't'w[p 1II l'1­ 1I •l. :. l. l• 229. na'V.&aAñ<; 231. na'V't' , 176. naal.cpa'V~<; (p) (F) 224. cpae'Vw (p) 178. t!¡.J.nEoo'V ,189, 198, 229. 178. f .... nEoo'V 118, 124, 135, 151, 162. nEO ew 1. , 143. 118. ~'V 180. ya'V 153. yal.a 181. nOA",nA,aYK't'o'V 114. 1toA,,,,nopyo] 'V (F) 149. .&aA,áaaa<; (F) t/III 181 • .&[eXAaaaa'V (F) (129) 125. ­ nó'V't'wl. (p) 129. 182. CPEpEKooÉa (tautom~tricos 104. 182 y 104) nó['V't'ov , O'ctKEacpopo'V 144. cp€pO'V't'E<; (F) nEO CO'V 826 183. AtaKoÜ (p) 166. , 183. auv 128. ,202 (p). 183-4. E~KXECaL 102. r.Ata])(. ~.'! .. <; ~ELÓlo<; (p) 186. E6vo~'a (p) 147. &J~&,,(xlÍ<; (p) 188. E6aE~lwv 150. &6npÚ~voL<; 184. ~ .. Xoa~E~[ávw .. (mismo v. 183 y 150) , , [u 122. Loo~Eq>avo 197. ~a~E~ávwaEv (p) 185. 1tóXa.v 163. 1tÓXLV (F) 186. oaócppwv (F) 157. óúoq>] POV&<; , 188. lXa~Ea (p) 115. ~a~'t) (F) 189. &:vópG)v 124. [&vÉpwv (F) 121. 1tOXl~OL[O (B1ass) 229. [q>paoCv (F) 192. MEVávópou (F) 196. &vÉpwv (F) .• " , 201. lXvó pa (F) 189. Et[p]lÍvaL (F) (contraste) 190. lp L'H.U [.ó&a] 103. 'EpL~o'a, (F) 191-2. J3po~wq>[EJX&a 128. q>aEoL~[~pÓ~WL (F) 135. ~C~vo[v~] (a) 202. ~po~wv 192. MEVávópou (F) (p) 208. óua~Evlwv (p) 193. ~1t(') ,203, 227. 195. ~&"(á-&u~o~ 105, 149. (mismo v. 203 y 149) 155. ~J€"(a) 157. 195. ~E"(á-&u~o<; 196. ~C~pa LO LV , 220. -&u~óv ~&"(áXaLoLv 103. ~1tlpau~ov 109. xaX[)(.&o~,~paJy ,124. (F) a[u~y ,1 t. 827 . OUOI.l€:VÉwv -" (p) 106. ~paouKápoLOV 157. OÚOcp] ROVE~ .. 102. E6ELOÉOS' (p) (B1ass) l(a.oóvTE~ 139. 131-2. . aEX1tTOV lX1tCOLV (F) 157. :22. cpOLvLKoKpaoÉ~voL~ 122 • tOOTE<pávo[u . 165 • <po LV Cl;. ~ ~ (V 137. t~E poyu Cou • ~22. cpOLvLKoKpaoÉ~voL~ (F) (ambos hapax) 231. XaLGS] ~ (F) 120. Xaocpóvov (p) 142. .Aao~éoovTO~ (163. 1111 XaocpóJ~~L~ (F) Barrett)~ ?imas y construcciones sintácticas tautométricas. ::::strofa. íll :1 l'i. l. •:­ J. Ld· 46. 66óXo<pQ.Y 133. )C.Xúov 46. olav TLVá 145. wpgáv T[E] 166. ~ VáLO'KOVTE~ 67. TWV (p) 100. TGSV 67. 133. atx~aTáv NqlÉaL 166. [A!aJKCO(XL~ 178. &:)C. [a~áTa L 199. -&EPCH LE] 1t1Í~ (ambos bapax) 112. ~pCvaT(o; (p) 145. 112. (6apoa:vCoa~J 145 • 145. I!}pqáv TLEJ cpó~ov 6avaot ~ 178. -- I!) poa;v 6avao!~ &:XX· !~1tEO~V &:)C.l~~áTaL. 828 v.2. 46-7. ;,U1J.1)O',;a 1. 'A.€.O'l)'; 1. (F) 13",,-4. LaC] XjJ.a;,;cX'I) 'AXI.'A.Xéa 68. 3 + 2 silabas 80, 113, 146, 179. 80. 113. ,;' ~XUO'E'I) ![,;a, fÓWXE ';1.jJ.cÍ'I) (F) 146. ~';pU'I)E Ó' "AP1) , 101. ,;a;x'Ó'I) 101. 2 + 3 silabas 113. " ';PU'I)E 146. W 200. tI. [,;a, (F) v.3. 48. 3 + 4 silabas 69, 102 (véase también 114, 147, 180). 48. ~cp'1)O'I. (F) , 69. a,;Eq>CX'l)OI.O'I.V 81 • [ d:'Yw~'I) J 135. . \ 1.0"'111.,0'1,'1) 48. lcp '1)0'1. 102. '~P.!~o Ca, 48. lq> ,1)0'1. 135. xX 1.0"1) 1.0'1.'1) 81. TtcÍ'I)'; E0'01. '1) 135. jJ. 'jJ.vo ['1)'; 102. EÓ~Ó€.O' 168. EC 114. IJ.&v 135. l'l) 147. ';E (F) 180. [';EJ. v.4. -49. na;'I),;ot,aI.O'I. 82. 49. XE!pa (F) 136. , 70. 3*2+3 silabas 70. , xat,,;a'l) '] ,201. l'l) . cx C'1) E '';00 - "EXX[aO' 1. EtyE'H.[E]\,! 136, 148 103. ónÉo,.s.vjJ.o'l) 181. TtoX6nXa'Yx,;0'l) 103. ~ocÍ[O'oo 115. tI.a,;u , 103 • ~Tt& paujJ.o v 169. ~aaV~ÚA~[1. 181. oS [cÍXaO'O'a'l) 829 181. 1tOAÚ1tAayx,~ov :03. 1ta'to (a) (p) :36. 181. Ka' 181. 1tOAÚ1tAayx,~ov l;av&a~ :36. yuva I.K~ ~ (F) :~8. Ao~Ca~ tfva~ 202. ~w~o~ • A1t~AAWV 202. ovv oCKaL. ~po~wv oE ~w~o~. !.!2. 50. at&wv 83. ~J ve:'t 50. oa~aa'~~po~o~ at&wv 104. oaKe:acpópov ~[pw 182. cpe:pe:x,uoÉa vlaoov , 182. Ka"1. ~av 50. 06 yáp] (p) 50. [ó6] (p) 116. ~6 71. tt ÓALV 116. Ae:'t1t~ 71. ~cVl.&'YULá;v 137. t~e:poru Cou (F) ,,1 (ambos hapax) 71. 1iA&e:~J (p) 149. ll;ov 71. ~A&e:~] 203. 83. cpaLVWV (p) 83. q¡a Cvwv· ~ó 104. Atav~a , 182. KaL"- 104. Afav~a , 149. l~ov ~' -- 104. Atav~a (p) " 137. BJ eCLJgTJ"COO<;e , !II I1 l' l'1.1 •• 1 1 - ­ 11 1táV~e:OOL , ~av v.6. 51. &:1tAá~ou 84. ~4>aux,,~ 117. d~e:'tav 150. e:61tPÚ~VOL~ 51. &ÉAEI. 51. 2 + 105. o~a&[EC~ 3 + 2 silabas 72. [Atcnc.oü] (p) (Blasa) ,204. CPLAe:'t 117, 138, 150. 84. KaC ,183. Atcnc.oü 84. x,ó(pa:) 138. XÉpa:, 105. 1tpt1~val, 138. ,150. Ttapa<C> tfv~e: I,vav ~1t , 830 - - , 105. 'Jtpu¡..¡.val. 183. 't" t. ¡..¡.a 1. ­ 117. o'¿;, el.av 138. &v't"el.vav 117. ¡"¡'~j{~[v 150. 'Jtapa('> ~eot(HV 138. -- , 204-. aAa~eCa 150. vJauoC. w.. 52. ( -&ÉA.el.) j{wpeJ!v 205. ( ep 1. A. E! ) 73. 118. }(,A.OV Éw Lv c1@[po'Jtv] ówv V L.KaV 151. lvap I.C l~¡..¡.~vJ~ &~ [ponvJówv 73. 106. -&paouKápo¡,ov 184. cp I.A.OO't"Eep [ávwl. 205. navolal¡..¡.á't"w[p 106. ~ox~ 118. lv 139. epo \'~áv 151. ¡..¡.ápv~'t"(o) 139 • .!O~OÓV't"E<; 184. OE: cp~A~O~q>[áVWI.. , 205. vl.xav 10'7. ¡..¡.a '~'t"a 140. XEI.¡"¡'WVO<; 74. 1¡a'tp[wLa] v (F) 140. atyAav 86. 't" a pcp Éw<; 119. 'AXLA.A.EÚC;; 86. 't"apcp Éw<; (F) 206. KaAwc;; 107. 119. ¡..¡.aCvol.'t"(o). ~ ¡..¡.aCvov't"a" .. ­ 9~ -KA. E I.W (F) 120. OECWV 54. epáoya]vov (p) 75. vaoo[y] 54. epáoya] v~ 120. AaotP.óvov , 141. naoouora .. --" 20'7. l]py¡..¡.Évov 87. a'JtEv L-&~<; (F) 153. ¡"¡'EAa[v~E!o(a) 87 • .1Q.'t"E (p) 186. E6vo¡..¡. Ca (Page) . '1,1 831 120. Aa:Ocpóvov óópu aECwv .• =-E CWV (F) -.aaaue 186. ca L , aaocp~ 153. a:t¡..¡.a:]'t..!::.. j'a:'ta: 207. a lÉv 186. , ,. Euvo¡..¡.~a: , 208. el 187. 't'E ~cq.l.¡..¡.a:x , La:V (p) , . 1ta:¡..¡.¡..¡.a:XLa:V .. na:¡..¡.¡..¡.a:xCa:v - . ~aCvwv - - --.;::.. 88. áV-&E¡.LÓEv'tae; ,. a:va: " cpa:I,VWV 154. tEK'top] Éa:e; (p) 187. Aa:o¡..¡.Éóov't'o (F) ti. ,220. la:Cv[­ 154. XEL[póe; ,175. vUlj.['tóe; --,;:. Aa:o¡"¡'ÉÓ~'toe; 187. AÉAOYXEV cEK'top] Éa:e; 184. -&a:A Cae;. . -. -. ÓCPLVÓOU 56. "óvov ÓCPLVÓOU 89. &:j'XLOó¡,:[oLe; 122. toa't'Ecpávo[y 155. ~1.lI,&ÉO Le; ÓCPLVÓOU -. 122. lOCJ't'Ecpávo[u Ó<\JLVÓOU 221. n Cauvo e; -7. ~ no't'a:¡..¡.oü (p) 110. dnnó1E =9. &:YXI,ÓÓI-!LOLe; .­ 155. ~¡"¡'L&ÉOLC; :22. loa't'E<pávoLu 143. "EÓ Cov :43. Kpa:'t..:..páv 176. ' !pE't[á :76. na:CJLcpa:v~e; (p) 188. &a'tea: l76. II'ill 7l«al,cpa:v~e; XE 1, [póe; 208. ¡.La: ['t'a: Ca: 175. ttAa:¡"¡'1}É" -..;. ó"o -&a:ACa:e; - Aao ¡..¡.ÉÓO v't' oe; --..:::.. -'" 'tE. 832 221. 1t Co'Ovo [<;. -v.12.J&av· (F) 12. 156. opJ..l.áv 177. xp u 9-&e'to(a) , 45. 1ta'Ooel. 45. '&va't'o!o¡, xpaCvwv 90. dyax~EI.'t'acr<; t't'aCpaJI.<; (Blass) 111. [' A't' PE C&~a I.J 177. &J..I.a'Opo[ü't'al. xa~ú1t't'pal. 189. itlpJ~val. ~'O~áoaEI. 222. ~OLvLxoxpao€J..I.vol.<; __ o ['t'E Movaal.<; 90. L~'t'a Cpa] 1.<; 57. foeo-&a 1. (F) 177. XaAÚit't'pal. (Housman) 222. ['t'E MovoaL<; 57. -t&pwev't'(a:) -- 156. ia~.s&v & 1. ' 90. &YaK~EI.'t'a:['t<; t't'a:Cpa] L<; 123. &'t'póJ..I.n't'o[<; 'O'ó<; 222. . ['t'E ~Ol.vl.xo){.pa&ÉJ..I.VoL<; Moúoo: 1.<; 78. OI.Vetv't'o<; 123. Nr¡pTj "00<; 78. AtYl.v(a) 144. ,)[a]J..I.Cva:v n ' , 90. vpwI.OXO'OO J participio t't' a Cpa] 1. <; dativo 90. 2 -t 4 111. +3 r'" '\ ayaK~EL't'a:LI.<; ­ silabas :pa:[x1~av t A't'peCOa:Lol. 177. xp'O~-&e!a' &J..I.a'Opo[ü't'a~ particiEio-­ Xa:AVit't'pal. (Housman) dativo 177, 189. 122. Nr¡pr)¡,óo<; &'t'pólJ.n't'o[<; (~. 45. -&E!o(a») 111. 3 + 4 -+ 2 silabas 123. 1ta:ÚO~1. ,177. xp'O~ 833 t:JAácroe:" (F) 222. [I>10Úoa" c;] • . - -. : : I.\lJ ~lJ.lwv (F) :-; ECfavwoá¡..Le:[va 1. - 124. [&vlpwvJ 157. ¡..Le:yel"Aa I.a 1. .... uavav,¡¡l"': 190. lpl.Ku[ólaJ ~ uavav-&l" 223. 'távóe: t:\l'cCOI.V (F) 223 • [óóal.vJ . t p 1. 'K U [óla] 223. 'távóe:. ---." ~~e:J e[e:]l!-uóloc; _:. l[1t1.x w]pCav ;h,l.s~v . 125. Boplac; 125. ó'lt6 191. TI]u-&(a . - -2. ¡J.e:i\&'t 'te:] 13 po'tw.....aCv - -=---= 224-5. ~e:vCav 'te: [cpl."Aáy"Aaov cp--=_v [e:] AÉa r'ie:vávó __ pou _ - . .=:vJ.s-e:a .- 127. &v'táaac; _. -:¡oAúcpav'tov -. -tA1tQual. 160. xuavw1tl.óac; 193. ' , A"Acpe: LOÜ , 226. ,;av - -::. 'AAq> e: LO Ü (nombre propio) 226. Aá¡..L1twv. -- ~. =;. 1taúp~ 227. lna-&PrlaaLC; :::" [X.s-OVÓC;] (F) 194. xpuaáp¡..La'to C; =; • nay~e: [evou 227. l'lta-&pr)oa" C; 834 1, q>a:EOL¡..L(~PÓTWL (F) • y.&. 63. aJtEe (p) 129. ' AO! 63. "JtEC 228. Elx 63. -&aváT~ 228. !!pa: Kk.~W 228. KkEI.W .. ' A.-&áva 195. Y..:2.. 64. xakú(jJT} L 64-. kECnETaL (F) 64. A.E CnETa: L (F) 97. fTI.[M.TE 97. LTIT}A.€a] 130. , 163. 1tók LV (130) [1tvoci!.] 196 • 64. 3+ 2 +3+ .3 silabas , XUa:VEOV 229. 1to:v-&a:A.nc; 130. oll.Efa 196. iJ.U pCwv 130. xÓt. 1l{wCCCV 229. l VEO"C á~ [EV 64. 229. 163. 3+2+4-+ 2 silabas 163. - nókl. v (F) 229. [q>po: oCvl· TEkcc¡..LL.w]va: _. - . 197 • lo"C~q>ctv~o EV 197. latEq>ávwaEv .. ­ v.8. 98. 131. v.9. 66. tOTCOV (p) - ¡..L 1. X-&EtO' (a:) 99. &cHpaA.E1 165. 66. ouv atOaL (F) 66. lpx-&Év"Coc; 66. lpX-&~T,?C; 99. _. 131-2. lv Et![vaL 165. &L[vJav"Co: , 231. 198. lv 164-5. <1pnak&wC; (T ') lfEA.nTOV q>o LV C~~ ~LV 1tPÓ"C~LpoJ V &1. [v] av"Ca: l~~Lx]OVTO X([pOOV (adverbio + adjetivo + verbo + substantivo) 835 x~[pO~ (F) 165. l~ C[w.] OV1:0 • 231 • . ElC.] clIJ.aVÓ p[OV - Podemos citar, finalmente, muchos casos de paronomasia~, aliteraciones y otros juegos verbales: - paronomasias: 61-62 &:-&áva1:ov; 103-;: 'Epl.f'O Ca: e; ... 65 &1:UCÓIJ.EVO 1. (132); 155 116 y(a:) 228 ,11 nav-&a~ñe; -&aVcl1:o"o ... "1J. .. .alo Le; _ 156 tí [1:ae;]­ tao-&Éwv; 155 205 IJ.] É­ navó[a:JlJ.á1:w[p; na:v1:C(133). 231 - aliteraciones yhpmeoteleutos: n01:E ••• nEpC ••• -na:ylC.]ga1:Cou . ­nóvov &vl-&pwnoJ l.a .. v tf[V}&Ea: [xpual]a:v óó~av no~d'epav1:ov 59-61 69-70 " - a]tEC; 63 104-. f'oá[aw (131); 113 IJ.Eyá~a: .. al.v; 203 náV1:Eaal. _ 157 54-57 II lv at[wv&.] ... 63 nav-&a~€wv ••• [&:v.e-] € (tl. 87-88 &:nEv[<&~e;1 ._­ &:V&E... · . 124 t &a:A.áaaae;, 195 Kua:va:v&lt -&[UlJ.óv] , 149 &tva. IJ.Eyá&ulJ.oe; 'A&áva: 72-75: abundantes vocales de timbre /0/ ' 11 , (tambi~n son abundantlsimas en estos 76 n~IJ.IJ.~X" a:v ~v a: epa: .. vwv versos las nasales) " •IIIt • • 106-107 -&paauKápól.ov ~1J.a:CVOV1:a: 110-112 nU[AoE-'Óa:e;] ••• [' A1:pECóa: .. al.] ••• [Aapóa:vCóae;] 127 VU'K1:0e; &:v1:áaae; &:Va:1~[A.AoOIJ.ÉVa:e; 143-144 K pa:1:EpaV tí"'~a:v ó[aJ IJ. Cva:v 147-149 Auw.Cwv 1:E Ao~Ca:c; tfva~ 'AnÓAoA.wv· - - .=.::'!: :::-... == -_ . 153 ~11J.~]1:1. y~ta IJ.lA~Ll.va VCKa:V 1:' lpI.KU(óla:] ••• nu&Éa, IJ.EA.l~q:C.v 1:E] SP01:Wep[E]A.€a 190-192 196 ' ~UpI.WV \ 231 naV1: .. "ó n 1: , n ' ~1.1:pal.a Kapú~~ (134) .. v • 836 La periodologla del epinicio 13 se puede establecer con una cierta seguridad, a pesar de las numerosas lagunas, ya que, de­ bido a su extensi6n, quedan aún muchas estrofas y epodos bien conservados. La estructura de la estrofa podrla ser la siguiente(135): l. 2. 3. --uu-uuu --u-- ---uu-u -D u e 1 1 3 - - D? 2 A= 12 theses 3 4. -u---u-- 1/ e u e 4 5. --uu-uu-- 1 -D- 3 6. -u---u- E 4 - - A= 12 theses 7. --uu-uu- - D 3 8. u 1/ -u e - 2 3 --u-- - 9. -uu-uu-- / D 10. -uu-uu-- / D - 3 11. -uu-uu- D 3 - e -u e - 4 12. u --u---u-- 111 Be 13 theses Indicios de final de perlodo. ~. - hiato: 101, 200 - "b.i.1.": 47, 68 pausa sintáctica: 113, 167 - rimas yecos verbales: 101 - 134, 113 _ 146, 179 ... 200. !.:..2.. - "b.i.1. 1I : 48, 69, 114, 135, 147, 180, 201 - rimas yecos verbales: 48 _ 69... 81 _ 135, 147 _ 180. ~. - hiato: 103, 115 - pausa sintáctica: 49, 148, 181. l:.!.Í. - hiato: 104 837 - "b.i.l.": 182 - pausa sintáctica: 149, 203 - rimas yecos verbales: 71-72 N 182-183 (con el suple- mento de Blass). I.!.1. hiato: 185 - pausa sintáctica: 140 - rimas yecos verbales: 86 - 206. - hiato: 108?, l53? - Ub.i.l.": 54 - pausa sintáctica: 120, l74?, 207· - rimas yecos verbales: 9 ... 120, 120 - 186. 7.10. - "b.i.l.": 55, 121, 142, l54?, 187 - pausa sintáctica: 76, 220" - rimas yecos verbales: 141 - 154 - 175. Los dos primeros periodos mayores, que tienen el mismo vo­ ':'umen de theses, están articulados en llinversi6n 11: - D u e - D? - e ~ e - II - D - E - D ~ e - II El final del primer periodo (D? - e ~ e -) se repite en la apertura del segundo (- D - E -), Y a su vez el cierre del se­ gundo periodo mayor (D ~ e -) es igual a la apertura del pri­ ~ero (- D ~ e -). Esto parece llevarnos a la conclusi6n de que el raro elemento del v.3, ---uu--, se considera equivalente a 'D -', pero con la sustituci6n de las dos primeras breves por 1111I una larga en todos los versos; es más, en dos versos cabria III l. 111I I .¡ I¡ incluso la posibilidad de medir óa~ l~C~a~ -uu-uu-- : en el v.48 TIepaeC­ es la lecci6n de Snell, pero se pOdr1a medir TIep­ aetóa~ ~cpC~a .. ,como n1JLA.etoa~] en el v.llO, 'E"] oo:too: en el 838 v. 96, o BJ e[¡,J \111·¿óo~ en el v.137 (véase, en cambio, ,Nr¡ pTj "óo~ en el V.123)(13 6 ); en el v.69 nav~a~~v o~E~ávOLO" mide Snell, pero también podría ser - v -.;- v "'i - ~ 1tav-&a:~EwV ~E<pavO,,(:a, v pues --&a:A- es breve, y no larga, en el v.229 (1ta:v-&a~~~)(137). La sustitu­ ci6n de las dos breves por una larga se produce en otros lu­ gares de Baquílides(138), y quiz~ el tono épico mantenido a lo largo del epinicio, pero especialmente en el mito, contri­ buya también a disminuir la extrañeza por tal sustituci6n, tan habitual en el hexámetro de la epopeya. En cuanto al tercer período mayor, presenta casi la misma cláusula final que el período primero (D - e ~ e -), del que s6lo se diferencia por el comienzo dactílico (D - D -), frente al comienzo dáctilo-epitrítico del período inicial (~ D ~ e -). Precisamente los dos versos que constituyen ese comienzo dac­ tílico (y forman un hexámetro perfecto)(139) están a menudo ocupados por expresiones de marcado cuño homérico: vv.87-88 (tl. 11. 21 • 29 ~;j't'E VE~pOÚ" ópC~ &:V-&E~ÓEV't'1, 22.1 ~i3~E VE~PO' ; 2.467 ¿Ka:~a:V- ) ¡ vv.l08-l09¡ vv.120-l2l ( &:AA' O~E ó';- es un comienzo de hexámetro frecuente en Homero: 11.3.216, 10.365, 22.208, 23.721, 24.31; véase también !h.4.446, 12.437, etc.); vv.14l-l42 ( na;oouóC'a" a comienzo de hexámetro se encuentra en n.2.l2, 11.709, etc.¡ Aao~€óov~o~ tro en 1!.5.640 y 649, 6.23; ~. aparece a final de hexáme­ asímismo 21.443, donde se ha­ bla de la construcci6n del muro); vv.153-l54 v. EK~opo, • s: ' avupo<povol,o Aunque en la ~ (11. 1 •242 ón' ; 18.11 XEP01.v ~no TpWwv ). 13, como hemos indicado en varias oca­ siones, con mucha frecuencia coinciden los límites estr6ficos y de sentido, sin embargo no es demasiado habitual que haya 839 ~=uerdo ~ido entre limite periodo16gico y sintáctico. Netro y sen­ coinciden con mucha exactitud, por ejemplo, en la ant1s­ ~ofa sexta (fin de periodo mayor en los versos 181 y 185), ;ero no es corriente que los dos fines de periodo mayor de cada estrofa coincidan con pausa sintáctica o de sentido, aunque si ~o de los dos (cf. los versos 49, 70, 86, 140, 148). Por eso, en muchas ocasiones hay una palabra, generalmente importante, ~ue queda encabalgada entre dos periodos mayores, resultando asi fuertemente destacada: v.54 ~áolaJvov ; v.75 vaoo[v] ; v.83 q>a'vwv ; v.116 915 A..e:C1tWV • otras veces no es una palabra, sino una frase entera, lo que se encabalga: v.l04 KEO<¡)ÓpOV"Tt[pw ; v.120 " ALav~a oa­ Aaoq>óvov 6ópu oe:Cwv; v.137 BJ~[LJqT}{'!I 6o~ f~EpOrU'Ou , caso muy semejante al del v.l04, con el re­ ,i~ traso deliberado del nombre de persona que se quiere destacar; v.203 mxv~EaoL ¡JÉv t!a~Lv l1t' ~PloL[C; I11 1I , • ; v.207 ~O XCIAWC; ¡ [t!Jpl­ ~€vov atEv &:I€E;.e-f.. EpOdO(140). l. u --uu-uu---u- - D ~ e 5 2. --uu-uuu - 3 3. --u-- u - e I e 4. -u---uu-uu- 5. --u---u- 6. u --uu-uu-u u -u---u--u- 7. 8. 9. u -uu-uu-u -u---u-- D II III - -D - E I - D -u u e :!:: e e u D e u- e - 2 5 A= 19 theses (a= 10 ... b= 9) 4 3 B= 6 3 4 16 theses (b= 9 -+- c= 7) I 840 Indicios de final de periodo. !::..2.. - rimas yecos verbales: 191-2 - 224-5, 193 "'" 226 ~. - hiato: 128 - rimas yecos verbales: 62 !iZ. N (",!Xv). 128, 226 "'" 228 (anáfora). - hiato: 64, 130 - pausa sintáctica: 163 - rimas yecos verbales: 64 N 130, 163 ... 229. La estructura del epodo es, pues, la siguiente: - D ~ e - D ~ e - I e - D - E II e I D ~ e ~ e - III Obs~rvese que el segundo periodo mayor es una repetici6n del primero, con la excepci6n de un elemento 'D ~, (v.2) que se inserta en ~ste. En cuanto a la construcci6n de cada periodo mayor en par­ ticular, cada uno de ellos se articula en dos perlodos menores. Dentro del primer periodo mayor, el primer periodo menor consis­ te en la repetici6n del miembro - D -u e t que en el segundo periodo menor se invierte (e - D), cerrándose con la cláusula epitritica. Dentro del segundo periodo mayor, su segundo periodo me­ nor consiste en la "repetici6n recortada" (falta un elemento 'e') del primer periodo menor(141). En los epodos, la adecuaci6n metro-sentido es más exacta que en las estrofas; la coincidencia entre limite periodo16gi­ co y de sentido es perfecta en los epodos tercero, quinto y s~ptimo. Conviene notar que a menudo la anáfora ayu~a al es­ I I I I , 841 -:ab1ecimiento de la periodologia: 91 .;J 1, ••• 228 ; 157 ~ éúoq>] 80V&<; ••• - ~áv ~a:t él ••• ..., 94 'Jta:p-&l­ 160 T pW&J <; ••• ; 226 ~áv ••• ••• No obstante, hay tambi~n varios casos de encabalgamiento; :ma sola palabra se encabalga en los versos 63 a:] ~E', 129 :'31 eo~cov V~ ; tAo!, una frase entera en el v.195 OE¡..LVa ¡..LEyá-&u¡..Lo<; tA-&á_ con lo que se destaca aún más el énfasis buscado con la , acumulaci6n de tres adjetivos para el nombre de la diosa, al quedar el primero de ellos (el xpuaáp¡..La~o<;) separado de los otros dos al final del periodo anterior. Hay que señalar asi­ mismo que en el segundo epodo los encabalgamientos aumentan 1!lt el énfasis de las palabras, importantes, con que cada periOdO comienza: v.61 xpualJ a:v áór;.av , v.63 a] ~EC (que repite, ha­ ciendo hincapié en la idea, la expresi6n ~v a:t[wv ..] de los vv.61-62), v.65 &:.f}ávo:~ov ltr..Éo<; • l:,' :, :. :e • • ::1 El "c6digo" de la oda es el siguiente: III ••• M II M II G III Me 2 (142) - LV - TP ••• LP II M G III LP II G LP TP - OL - TP M II 111. II M II LV - TP I-l OL III III M GG II II M II M GG - TP LP III II II 842 NOTAS A ODA 13 A Filácidas, hermano de Piteas, están dedicadas las !stmi­ y 6 de Píndaro. 5 :: Si. Jebb, p.2l3; Taccone, pp.118ss., donde recoge su artí­ ~~~accone 1; Severyns, pp.4lss.; véase tambi~n el artículo -= ..'oloch • . ~~ Blass 3, pp.364-365; - ~ -. tambi~n Snell, p.XLVI, y Haehler, 11 Irigoin 1, p.56. -' V~ase el comentario a la ~ 9, pp.505 y 539. Snell, p.XLV. Kirkwood, p.lO? . '!~ase nuestro !a4i.ee. !.!.!! "Respgnsi6:q .verbal n; tambi&n en :. Oda 3, entre otros ecos veroales, KAEO~ (v.3) es recogido ~ ~inal por Moúoa (v.92). :: En 9.4s8., en la primera parte de la t1l'-1enci6n Compleja lf , :7 ~os - -:::.. indican la patria del vencedor y el lugar de la victo­ :.._) Es seguramente un error de Pieper (p.8), considerar una '= =-"7:'uctura : (1) Introducci6n (vv.1-45). (2) Mito sobre la fundaci6n de los juegos (vv.46-55). :..~ introducci6n no llega hasta el v.45, sino que el mito comen­ - =..-:e probablemente antes. :..:) Sobre los "discursos de profecía" en la lírica arcaica, ~~se FUhrer, Formproblem-Untersuchunr,en, pp.109-ll0 y l12ss. :..~) Blass 1, p.3?4. :..;) Wilamowitz 2, p.33l; Pindaros, p.l?2, n.2. ::..-=-) P.95, n.3. :"5) P.202, n.48. :s) Cf. Franqois, pp.95-96, con ilustraciones (v~ase tambi~n láiñina 4 de la edici6n de Naehler de 1968). Sobre las re­ :~sentaciones artísticas de la lucha de Heracles con el le6n :5: Nemea puede consultarse A. Furtwangler, art. HHerakles" en ~:scher 1.2 (años 1886-1 8 90), col.2l95-2l98; F. Brommer, Hera­ ~ces. Die zwtllf Taten des Belden in antiker Kunst und Literatur, ''!::ster/Co10nia 1953 (reimpr. Co10nia/Viena 1972), pp.7ss.; :.=. 843 sobre la:r 2215-2216. !lci6n entre Heracles ~ Atenea, FurtwlIDgler, col. :17) pp.72-7:3. Véase también Gentili 2, Jebb 2, Stern 3 (p. 299), Y los artículos de A. H. Smith, Pryce, WUst, Davies, y Pharmakowsky. Se puede consultar asímismo la edici6n de DI Eichtal-Reinach, el libro de Gentili, y los sucesivos in­ formes de Webster, "Greek archaeology and literature~, Lustrum 1 1956, pp.95ss., sobre todo 102; VI 1961, pp.13ss., sobre todo 20; XI 1966, pp.lOss., sobre todo 14; XV 1970, pp.13ss. (18) P.326. (19) P.95, n.3. (20) Así, W~lamowitz (Pindaros, p.172, n.2) afirma que, si fuera Atenea, no se limitarla a mirar, sino que intervenccría activamente en ayuda de Heracles; Jebb, por su parte, piensa que las palabras son demasiado solemnes para una ninfa, cuan­ do Lens) al contrario, ve lIen el tono del pasaje más bien una expresion de ingénua sorpresa u • (21) Ad loc., 11 260. (22) fi. Galinsky (oP. cit. t ~ 5, n.174), pp.29 y 32ss. (23) La interpretaci6n de estos versos es controvertida, y son varios, y graves, los problemas textuales; cf. Farnell, pp.248-249; S. L. Radt, "Pindars erstE: NemeischeOde tl , ~­ mosyne S.IV, XIX 1966, pp.148-174, sor"€ ' todr l69ss. (24) Art. 303-304. 11 ÓCKT) IJ en LFrgE vol.II, coL.;)02-3~./, sobre todo (25) Puech traduce Pi" P.4.1.52-153 ~ %pov~, 00 no~& KpT)~&~óa~ Élxa~C,wv tn~ó~at~ &~~UV& Aaot~ o'xa~­ lile trene, oh siégeait jadis le fils de Créthée, pour r,epdre la j'P-stice A S9n peuple de cavaliers"; cf. Sol.4.36 EU-&UV&I. OE ó~Ka~ C'KoA.~a~ , ITeereza las s;'!ltenCias torcidas" (Adra­ dos, García Gual); vé::.e también Ht;s • .QJ2..262. (26) Sobre xpaCvw, vJas~ E. F;aenkel ad ~. !g.369, 11 193­ le; cf. 11.5,,508 ~ou O txpal.al.VEV l c:pffJ.l.a, ,-Pi. 0.3.11 Kj:. I.vUlV" t~J.l.a, , Orph.A.1297 K. -&lJ.l.l.a~a~. ­ (27) Parece claro que o tav (v'.46) es una exclamación como quiere Blass, y no un símil, como asegura Pieper (p.9~: "The last words make a reference to jusyice, which is immediately illustrated by asimile ( o t v ~ l.va, 46) relating the first labor of HerSkles and the m~~hical founding of the Nemean games". Jebb, en apoyo de su teoría sobre el personaje que habla, observa que en los vasos en que aparece representada la escena, las dos figuras femeninas alzan lo~ brazos "con asombro y deleiten. 844 '28) Wilamowitz 2, p.33l. - '29) Cf. también Dumortier, pp.4l7-4l8, y Merkelbach l. :30) Blass (1"p.374)_co~para con B.ll.33 nO~KCAaL~ ~€xvaL~, 7 Pi. 0.9.91 o~upeneL OOX~t dicho en ambos casos de un na­ ',:; Lcr'rñ~ • :31) Para el uso de ~n~C (v.54) en una profecia, véase FUhrer, ?ormproblem-Untersuchungen, p.12l, n.35. ~32) Cf. FUhrer, Formproblem-UnttrSuchun~en,.pp.66sS._Y 77! ?ara ~ndaro es fundamental el l1bro de • Nlerhaus (op. Clt. en ~ 6, n.30.), sobre todo pp.40ss. (33) PP.8-9. :34) Sobre la función de "puentes" para pasar de un tema a otro tienen los pasajes gnómicos del epinicio 13, véase Maehler, =1 255 Y 257-258. Es una idea de Dornseiff, p.13l¡ véase nues­ tro capitulo dedicado a las fmomai¡ ~ue ~35) Véase el comentario a estos lugares. Cf. Jebb, pp.483-484. (37) Siguen esta propuesta Taccone, Frangois ~36) y Edmonds, aunque para este hltimo a seria neutro plural, con S: [v}&ea:; Jebb objeta el hiato entre los vv.60-6l, que no tiene paralelos en los versos corresponsales. (38) ¿'re~a:vów se construye con dativo de la cosa con que se corona: B.13.196-197; Pi. 0.1.100, 0.4.11, 0.7.81 (también áv~eo~ ), 0.14.24, P.8.19¡-en B.13.~1 qUiz6-con genitivo, co­ mo en Pi. ~ae.13a.lb. (39) Ad loe., II 262. (40) Sobre vüv en la transición a la persona del vencedor, véase el comentario a 10.9 y 9.65. (41) Barrett (apud Maehler) prefiere ~ó&ev, atestiguado en ~ó~~ en 3.7 (conjetura de Palmer) y 19, Y 17.101. 5.197; I I.il·· I (42) Qt. comentario a 9.65; véase también FUhrer, Formproblem­ Untersuchungen, p.41. (43) Wilamowitz 2, p.33l; Pindaros, p.173, n.l. (44) Qt. Maehler, ad loc., II262. (45) Cf. Maehler (OE. cit. en Oda 9, n.l07), p.GO, n.l; Duche­ min, PIndar, po~te et proph~te;-Pp.237ss. (46) También en este caso se trata de una sentencia general que 11I 845 es luego aplicada inmediatamente c a.,t Hier6n e'p" I~pwv, aO o' 'KcÍAA La"C' l:neo [e C~Jao -&va't"ot<; ~ticular: o~~ou éfv-&ea· (47) P.484. (49) Blass 1, p.375. (48) Of. Jebb, p.483. (50) Ya ene el mito podemos observar el contraste v.44 O~ pLO<; v.45 o lf.a<;; cf. Schmidt (art.cit. en n.24), col.304, apartado 3). ­ N (51) otros ejemplos del uso del vocativo en las transiciones cita Pieper, p.190; v~ase tambi~n nuestro comentario a 6.10ss. (52) Cf. el capitulo dedicado a la "Menci6n Compleja", pp.lOOBsfl s610 eñ un epinicio de Baqu11ides, 14, la patria es mencio­ nada después de la primera triada. (53) Qf. "Menci6n Oompleja rt , pp. 999ss. ; s1 en cinco epini­ cios de P1ndaro, cuatro de ellos con mito periférico (P.l, f.:;, li.lO, 1.7) y uno con mito central (Q.13). (54) Cf. el caso de los epinicios 2, 4 Y 6, que comentamos en su momento. (55) En B.l.142 es nombrado Argeo tras el mito, pero también se ha perdido el principio del poema. (56) Para la reconstrucci6n de las lagunas, 485-486, Y Schwartz, p.636. v~ase Jebb, pp. (57) 'Y<v'áyu La es un ha~ax y ó<vCvoo<; t como anteriormente se­ ñalamos, s610 está atest1guado otra vez en Nonno y en un epi­ grama (son relativamente numerosas las palabras que están do­ cumentadas únicamente en Baqu11ides y en Nonno dentro de la literatura griega conservada). También es un hapax ó~aux~, (v.84). (58) Este canto de alabanza de las j6venes eginetas recuerda el canto de la "virgen locria" en honor de Hier6n en Pi. f.2. 18ss.; s!. Pavese, p.327. (59) Ad loc., p.341. (60) Ad loe., pp.124-l25. (61) Cf. nuestro capItulo "Loa de la Patria", pp.1122-ll2;. (62) En B.16.7 Jurenka reconstruye d]oe-tav q>plva ; ~. tambih Pi. P.;.7l: (Hier6n) ~pat<; &a"Cot<;, o~ q>-&ov€wv &ya-&ot" ~eC- 846 '53) P.122. :54) Ya lo apunta Pieper, pp.13-14. :65) Maehler (ad loc., 11 266) nota que, mientras en Homero ::1.4.243, 21.29, 22.1) el cerv~tillo representa el asombro : ~E~~nó~E~) o el miedo ( nE~u~o~E~), en Baqu11ides indica el =ovimiento alegre y retoz6n. :56) Sobre los rasgos comunes a Heracles y Piteas (y también :2 Ayante del mito central, que resiste tenazmente los ata­ ~ues de Héctor), véase Dumortier, pp.417ss.; también nuestro :::ap1tulo "Loa del Vencedor fl , pp .1045-1046. ~67) Q!. también 83 [~pá'to~1 ~enyon ~68) - 56 ncxyKJp'cx~LOU (P). Barrett y 98 [Kpcx]1LCX] ~ [ÓV] Blass 1, p.377. :59) Véase el comentario a 11.2, sobre ÓCÓW~L y dná~w • (70) Blass 1, p.377. Jebb (ad loc., p.3 4 1), aunque propone otra cosa, estima que la lecci6n de Kenyon es tlquite possi­ ble" • (71) N€oP~o~ (VEOp~Ó~ Maehler) no está atestiguado hasta s6­ :ocles (00.1507, Tr.894, lyr., Fr.872, lyr.); VECXV~~~ , otra ?osibilidad que cOñsidera Naehler, aparece en Nic. Alex.609 e IG 111.716.16, del siglo 111 después de Cristo. Compárense en~aqu11ides los hp;ax VEÓKpO~OV ( VCKCXV), 5.48; VEOKpC~OU , 7.17; VEOK€~CXÓOV, .61.2, de atribuci6n dudosa; VEOK'tC~WL s610 está atestiguadO en B.17.126 y Nonn. D.18.294. 1 11111 1II 111I1 111I III (72) También 'tDAE~CXVE~ nüp se encuentra en el médico Areteo (4.13.10 en la segunda edici6n de Rude) , probablemen~e ~el s~glR 1 después de Cristo. En B.17.5 leemos ~DACXUyÉL ycxp [lvJ ~CXpEI. • , (73) Barrett (apud f>la~hler, 11 265) piensa también,q\\e 'tL¡.J.CXV es complemento de ~CXLVWV, pero suple en el v.82 a~EL • (74) En E. Ph.1377,encontramos una comparaci6n semejante, sin adjetivo para nu~ao~ . tnE~ Ó &~Et~D nupao~ w~ Tupa~vLK~~ aáAnLyyo~ ~XD ..• cf. también HF.361 (1zE.), con el comentario de Bond (Oxford 1981), p.155. (75) " KA.€o~ is too short rt (Edmonds); "Kenyons [KA.ÉO~ cxC] VEL wUrde die LUcke nicht ausfUllen" (Maehler). (76) T[ECLV XápLV] de Wilamowitz (2, p.331), suplemento acep­ 847 t ~or Schwartz (p .637), o es !"lO )le, pues la úl timEl let 3 una sigma; Jebb (apuú Kenyon, había propuesto ~EOV (u bien ~O oov) Kt..ÉO~ • , , (77) P.464; en la p.450 propone yalJov o yOVOV. (78) Cf. Pi. Fr.75.12: yóvov ~1tá~wv !leV ~S~€pwv IJE~1tÓIJEV<O l.) yuvaLKwv ~E KaOlJeLaV, (79) Carey (3, p.165), basándose también en la R~ngktmpo(ition que encuadra la ItLoa de la Patria fI, prefiere KA o~ !lV E en el v.83 y 't"EOV K~€O~ en el v.94. . (80) Véase nuestro comentario a 11.28, con la n.60. (81) Sobre los homerismos en esta narración, véase el comen­ tario de Maehler, passim; también Kirkwood, p.lOO, y, en ge­ neral, el libro de Buss. En el gusto por desarrollar el mito al modo épico, ve Jebb (p.217) lt ')rincipal diferencia con el estilo narrativo de los mitos pi~ cáricos, especialmente en comparaci6n con la N.5; cf. Taccone, p.12é., Dumortier, p.419, Duchemin, p.189, cuJo juICio es, por supuesto, desfavorable para Baquílides. (82) Q!. Maehler, 11 253-254. (83) Como se puede comprobar por el gráfico, la tltécnica en­ volvente ll de la narraci6n, en la que la Ringkomposition juega un papel fundamental, es muy semejante a la que hemos apre­ ciado en el mito del epinicio 11; véanse nuestras pp.900ss. (84) Pero cf. lrepol.-lJáXa~ en AP 7.424.4; todos los citados sonnapax. ­ eje~plos (85) En el v.?3 del epi: ::do que estamos comentando Blass propl.l, junto a c!~[p01tvJ ówv, &~[POl.vJÓwv. - (86) Cf. Maehler, ad v.l 9, 11 270. - (87) Véase, al respecto, el comentario de Maehler. (88) Este tipo de variatio en nombres propios es frecuente en los epinicios. En P1ndaro, por ejemplo, N.7.30 "I~ou 1tó\I.V t 35 npl.álJov 1tÓALV, 41 Tpo"a-&ev; cf. KBhñken, p.63 con n.132, J. S. Lasso de la Vega, liLa Séptima Nemea ••• 11, pp.123-124. (89) El uso con valor intransitivo de &pCvw en voz media es único, pero se puede admitir sin necesidad de modificar el texto; poco después, en el v.152, lpeú-&w en voz activ~:, está usado intransitivamente, lo cual es muy raro; cf. Wila­ mowitz 4. También en "este caso Baquilides parece IñoCfítícar el uso homérico, 'siempre intransitivo: . (.1S0 'rl.ll.394 d··o-€." -&' atlJa~1. ratav lpeú-&Wv 848 1!.18.3 29 ~g~w y~p nÉnpW~aL d~oCnv yatav tpeuOaL aÚ~ov !v t Tpo '11, Véase también gar. tp€ú~€~a~ en B.3.44, con el comentario al lu­ (90) Ad loe., 11 270. (91) ~sí Jf}bb (ad loe., p.345): 11 'APyeCoLoL seems fitter here than A~peL&aLot : the antithesis is between Greeks and Tro­ jans"· señala Taccone que, si bien la c6lera de Aquiles se dirigla especialmente contra los Atridas, sus efectos se de­ jaron sentir sobre todos los griegos. (92) Cf. To~msend, p.125, y Maehler, 11 273 Y 276 (ad vv.139­ l40);-en general, H. Frankel, Die homerischen Gleicnnisse, G5ttingen 1921, y H. Stroch, Die ErzIDílfunktion der homerischen Gleichnisse in der Ilias, Dis. TUbingen 1960 tdactil.); véase también Péron Cap. cit. en Oda 5, n.14l), pp.278ss. y, para este texto de Baqul1ides en-pirticular, pp.305ss., aunque la opini6n que le merece no es precisamente muy buena: flTexte insolite en vérité, véritable monstre littéraire ••• , dans cette comparaison colossale di une extension telle qu' elle paralyse littéralment l' ensemble du po~me ••• ". (93) Péron, op. cit., pp.307-308. (94) 21.. Hugler (op. cit.en ~ 9, n.54), p.42. (95) P.486. (96) Ad loe., p.346. (97) pp.185ss., sobre todo 187ss. De todas formas, caben otros suplementos, como, por ejem~lo, un p~ticipio e~ dativo o ge­ nit~vo como ~omplemento de av~aaa, : áva~Aeuoa~tvoL, (-wv) o aVa1tAeLo~ÉvoL, (-wv ), licuando navegaban de regresott o ;'hacia al1;a mar"; quizá s~ pudiera leer también, en ,lugar de ava~EAAO~€Va, , ava~ELvo~eva, "la noche que se ext1ende en­ cima" (ef. Xen. QE.7.1.4, un águila; 7.1.6 y 23, el ejérci­ to). (98) Cf. Jebb, ad loe., p.349; Maehler, ad loe., 11.278-279. Schwarez, p.637. (99) Barrett cree reconocer al final de la laguna el resto de una letra que pOdría ser Jp' o]~ , de modo que, si fuera v, pudiera tratarse del acusativo femenino singular de un adje­ tivo. (100) Los vv.157-163 están en muy mal estado, pero parece que en ellos se mentan las esperanzas de los troyanos de incen­ diar las naves (vv.16o-l62) y, de esa manera, liberar su ciu­ dad, que lo celebraría con grandes festines. Para los comple­ ~entos de las lagunas, véase Jebb, pp.486-487, y Maehler, ad ~., 11 279-280, con las nueVaS lecciones de Barrett. .:·I! 849 (101) Los lep1tetps de los hombres sop, por el con..tr~io, llgue_ rreros": aé:p(jI.lla¡[OV, (v.IOO) 't'axv~ (v.lOl), l.}7tÉp'&VIlOV (v,.103), aax.é:ocpópov (v,.lQL.¡.)~ hpaovKa~&I..qy (v.I06), xaA[Ke:o­ 1ll..'tpaJy ,(v.109), Aaocpovov ~ v.120), a'tpollr¡'tOC, (v.123), [a CJ Xlla't'av (vv .133-134) , tnne:v'ta 1.. (v.160), lpe: 1.. <v (,,'t'] 9 ~ txo I..~ (v.167); cf. Segal 2, p.130, y nuestro comentario al presente epinicio,-Pp.779-780. (102) Solamente atestiguado en h.Ap.242. (103) Q!. 3.29 ~e:An't'ov - 75 lAnCe;. (mismo verso). (1QL.¡.) Sobre la comparaci6n de Piteas con Ayante, véase Dumor­ tier, p.419 (~. nuestra nota 66 al presente epinicio). (105) Sobre los epítetos en el mito, véase Segal 2, pp.128ss. (106) Asi también, por ejemplo, Jebb: "And if (the bOdies) of the Aeacidae (have :f3rished, burnt) on high-built pyre (or buried in the tomb, yet their names live for ever ••• )". En Pi. I.8.55ss. la transici6n del mito (que también narra las hazañas de los Eácidas en Troya) a la realidad es muy seme­ jante. (107) Q!. Dumortier, p.419; !'laehler, 11 257-258; Pieper, p.18. (108) Cf. Duchemin, Pindar ~o~te et proph~te, pp.193ss.; G. Frener, Kontrast und Añ i hese bei pindar, Dis. Innsbruck (dactil.), pp.23ss.; KBhnken, pp.113-114, D. Bremer, Licht unCl Dunkel J.n der frUhgriechischen Dichtung, Bonn 1976, p.; 253 (también pp.24?, n.2, y 313, sobre los vv.201-207~. t 19~ (109) Otros ejemplos de esta "figura polar" en Frener, o~. cit., pp .6ss; 1'1aehler, ad 10c., 11 281-282. otra ".figura polar , aun­ que diferente, encontramos en 9.40-44. Para la correspondencia entre "eX'tensi6n en el espacio n y "eX'tensi6n en el tiempo", véase el comentario al epinicio 9, p.551. (110) Cf. Denniston, pp.351ss., con ejemplos en p.352; también nuestro-comentario a B.5.56. - (111) También lo alaba pindaro, N.5.48; cf. el articulo de Woloch. ­ (112) Ad loc., 11 286. (113) También las contraposiciones y contrastes son claros en los dos primeros pasajes gn6micos de la oda, como notamos en nuestro comentario. (114) Sobre el tema del cp.&óvo, véase Bundy, pp.59-62; Thummer, 1 18; K6hnken, passim ¿relaci6n de páginas en p.241, s.v. "Neid"; sobre nuestro pasaje, véanse las páginas 33, ~-207, 210, n.95); también el articulo de Eitrem citado en ~ 5, n.4,34. 850 - (115) Cf. comentario a 9.85. (116) K6rte 1, pp.142-l43. (117) Cf. también 5.l87ss., aunque es menos claro. (118) Q!. West, ad loe., pp.139-l40. (119) El paralelo 10 señala K6hnken, pp.34-35, n.62. (120) Ad loe., 11 288. (121) Q!. B. ~.14: opWv o' &v­ &~&~av ao~Ca ~& xa1Kpa~~~ ~ l~€YXE~ &~á-&E~a ••• (122) Cf. igualmente las sentencias 13-. 939, 7l~, e39 d~ Me­ ov& d navu~~a~wp a~au­ ep1teto que en B.13.205 y el mismo verbo que en el v.177 (véase también Epigr.Gr. 1050 Kaibel). n~dro;-Fi. Fr.227; Simon.53l.5 PMG, pwa&~ XP6vo~-; donde se usa el miSmo (123) Cf. Il.15.492-493; precisamente en la lucha junto a las naves .~.ue~arra el mito de B.13, diQe Héctor¡ (Zeus~ &"~~~va~ ~Lv6&~'~E KaL O~K t~€~~a~v "~ÚV&~V, ~ vüv ' APyE Cwv IJ. LVÚ&E ~ ~€vo ~f ~IJ.IJ.I. o' PlÍrE l.. En el mismo canto se describe una tormenta, y el poeta usa el verbo loa·t¡;'e-¡;o (v.629), como B.13.l26 oa·t¡;'e~ • (124) Sobre el cierre de un epinicio con alusiones personales del poeta a su propio arte, véase Maehler, ad loe., II289, con bibliografía; tl. B.3.96ss., 2.1lss. (125) En el v.223 Maehler prefiere leer v[Eó~av~ov 1J.'~pavJ, ya que, según Barrett, &óaLv sería demasiado trivial para ir acompañado por un ~~vá enfático (véase la crítica de Care~ 3, p.165). Ciertamente, hace falta un substantivo femenino (~av­ &e ) que sea una metáfora para la canción, de modo que habría varias posibilidades, dado Que ni siquiera podemos saber el nú­ mero de letras y de'sílabas que'tal palabra tenía, y habida cuenta la gran cantidad de metáforas que utilizan ?índaro y Baquílides para designar la canci6n; véase, por ejemplo, Slater, s.v. &OLÓ& o 6IJ.vo~; Duchemin, Pindar, po~te et proph~te~assim, Gianotti, pp.85ss., etc. (126) Este eco parece apoyar la hipótesis ,de Schwartz (pp.638­ 639), quien sugiere que en los versos finales el poeta se di­ rige en segunda persona a Lamp6n; aceptan esta propuesta, con algunas variantes, Barrett y Maehler, y también Snell (y Wer­ ner), aunque con más dudas. Los demás editores, siguiendo a Platt, hacen de A~lJ.nwv sujeto y de lna&~aal.~ un partici­ pio de aoristo: 851 ~av l~OL A~~nwv [napÉxwv XáPLV ~A.r¡xpav lna-&plÍoaLt; ~[CEL Blass, Jebb, oó Fran90is; T~ccone) ~av t~ot Aa~nwv 'CáPEXEV ~áPLV oó ~A.r¡XP~v lna~plÍoa~t; ~[Lva, Edmonds. (127) 21.. fvIaehler, ad 10c., 11 291. (128) 21.. 3.3 KA.EOL N 3.92 Mouoa • (129) Sobre KU~Epva~ (v.185), véase Dumortier, p.420, así como nuestro conentario a 12.1. (130) 21.. 13.71 lÓA.~v N 116 A.Etnov. (131) Q!. comentario al epinicio 4, n.32. (132) Q!. IvIaehler, ad 10c., 11 270-271. (133) V~ase la p.785 del comentario al presente epinicio. (134) Véase también 120. en el mismo verso. A.ao~óvov (P) N 186. oaó~pwv (F), (135) Una periodo1ogía en cierto modo semejante, con diferentA distinci6n entre periodo mayor y menor propone Schroeder 2 ("Die enoplischen Strophen Pindars", Hermes XXXVIII 1903, pp.202­ 243 Y lf.80,.En las pp.23B-239 analiza la Oda 13 de Baqu11ides y propone el siguiente esquema (en la columna de 1adereche., la notaci6n de rviaas y la numeraci6n de los versos según la edici6n de Sne11, con la periodo10gia que proponemos nosotros): Schroeder u Sne11 v.1 vv.1-2 a i eU - D- e - 7 v.2 io,- u u I D? ~ e ~ e - II vv. 3-4 v.3 v.5 a iO~ - D- ~ v.4 vv.6-8 u u i o u II E - D - e - II v.5 v.9 i o D- I v.6 i o, i o u u D - I D - e ~ e - III vv.10-12 - 13.187, (136) Cf. Maehler, ad 1.113, 11 15. (137) Qt • .&a:A.Cat; Snel1, p.XXI. EÓ.&cxA.lt; 9.5, e:ó.&aA.Éa (138) Qt. Sne11, p.XXVII; H6h1 (OPe cit. en 59ss., sobre todo p.64, n.l. ~ 14B.8; véase 4, n.84), pp. (139) Qt. B.5.170-172, con nuestro comentario al lugar. (140) Como hemos hecho en el caso de la estrofa, comparamos él. continuaci6n la periodologia de Schroeder con la que propone­ mos nosotros 'para el epodo: 852 Schroeder v.l v.2 v.3 v.4 v.5 a i ~ a i u i a i i o e eu I o u u eee u u Snell - D -u e - D- e e - R - {t B - ti ­ D - e - e I II e :! e I - III (141) Véase nuestro comentario al epinicio 9, p.558 epinicio 12. pp.748ss. v.l Vv.2-3 vv.4-5 vv.6-7 vv.8-9 , y al (142) Hamilton (p.102) nota nMenci6n Compleja" sin dudar, pe­ ro, como señalamos en su momento, es muy probable que al me­ nos algunos datos de la ItMenci6n Compleja tl hubieran aparecido ya en los versos perdidos. 853 ODA 14 - La Oda 14 canta el triunfo conseguido, en fecha descono­ cida(l), por el tesalio Cleopt61emo en la carrera de carros de los Juegos Petreos, que se celebraban en honor de Posid6n, pro­ bablemente en el valle de Tempe(2). Se trata, pues, de un fes­ tival menor, de ahí la colocaci6n del poema entre las últimas odas del libro de los epinicios, según se admite generalmente desde Kenyon(3). otro hecho notable, ahora relativo a su contenido, pre­ senta la ~ 14, Y es que se trata del único epinicio entre los conservados de Baquílides que comienza con una parte gn6­ mica(4), bastante extensa. Precisamente la gran extensi6n de las sentencias ha hecho suponer a diversos comentaristas(5) que el poema tendría un número de versos superior a las dos tríadas (#4 versos) que reconstruye, aunque con dudas, Bruno Snell(5). Así, muy recientemente, Maehler(7) ha afirmado: "Auf' dieses grosse, kunstvoll komponierte Prooimion dUrfte ein ver­ haltnismassig langes Siegeslied gefolgt sein, denn hatte B.14 nur aus zwei Triaden = 44 Versen bestanden, hatte das Prooi­ mion ein ganz unproportioniertes Ubergewicht gehabt. Es sind also wohl mindestens drei Triaden anzunehmen, vielleicht noch mehr. Ob auch ein fI..ythenerza.hlung darin enthalten war, kBnnen wir freilich nicht sagen n (8). En la parte gn6mica se vierten unos conceptos muy seme­ jantes a los que expresa el poeta en 10.35ss. (9) , pero su po­ sici6n dentro del poema, y con ella su funci6n, es muy distin­ ta, justamente 1 a ~versa. En el epinicio 14, en efecto, las 854 gnomai 'ven como preparaci6n para la alabanza del vence ya que se aplican luego a la persona de Cleopt61emo ( vüv v.20), ejemplo del hombre Ka:Ca:I.O .. ~p€VEOO .. V , xPTÍ, . S<; '&'a] nap XE"PO<; KU~ÉPVa:[OEV [n]­ (vv.lO-ll). En el epinicio 10, al contrario, las sentencias se encuentran tras la larga loa del vencedor, con catálogo de v~ctorias incluido, que ocupa el centro de la oda, de modo que su funci6n es precisamente la. contraria, dar a la loa del vencedor una dimensi6n más general; es decir, en 10 se pasa de lo particular a lo general, y en 14 de lo gene­ ral al caso particular del vencedor, como muy bien ha señala­ do f.laehler(lO). En cuanto a la propia estructura interna de la serie de gnomai, parece que se puede observar una composici6n artisti­ camente elaborada. Se trata, hay que decirlo en primer lugar, de una priamela, del tipo que llama Bundy "sumariall(ll), pues contiene, en efecto, diversos rasgos que el fi16logo america­ no(12) considera esenciales en este tipo de priamelas: expre­ siones como ~A]AO<; &AAOCa:V (v.7) o /J.upC]a:1. ••• &pE[-Ca:CJ (v.8)(13), y la correlaci6n 06';(E) ••• 06'&'(E) ••• &AA(á) ••• Como ocurre a menudo en las priamelas, y es también una carac­ teristica constante en el arte compositivo de Baquilides, la Ringkompositión da unidad al conjunto(14). Pero véamos cuál es la estructura general de la parte gn6mica: 855 buen destino de parte de la divinidad -------. para los hombres lo mejor (vv.1-2). fortuna a veces oscurece al bueno - - ------, al malo (vv.3-6). , P.uchas son las virtudes de los hombres, pero una prevEüece, el gobernar con mente justa lo que se tiene a mano (vv.6-11). , I ,, I Ejemplos (vv.12-16). - - - - - ---- - _ _ _ _ _ _ • .2 En cada acci6n de los hombres, la oportunidad es 10 más hermoso, y a aquél que logra actuar as1, la divinidad endereza (vv.16-18). En los versos 1-2, 6-11 Y 16-18 se expresan los conceptos fundamentales de la parte gn6mica, en clara progresi6n, pues en los vv.16-18 ( 11 1a oportunidad es lo más hermoso l1 - fiel dios endereza al que as1 procede") se recoge, en sucesi6n in­ versa, lo que se ha dicho tanto en los vv.1-2 ("tener buen des­ tino de parte de la divinidad es lo mejor"), como en los vv.6­ 11 (ffgobernar lo que se tiene a mano es la virtud que prevale­ ce!!). En efecto, en cada uno de los tres pasajes hay un super­ lativo: v.2 8:pI.CJ'tov (15) vv.8-9 ~Ca ó' l[K mXCJCi1vitpÓKEI.~Cll. (16) ¡ ¡i 856 vv .17-18 XcIhh 1.0'1:0<; • También en los tres se repite la palabra "hombre": vv.1-2 [&:v}&pW1tOI.<; , v.8 &:vopwv , v.17 d:vopWv • Finalmente, hay otros ecos verbales que unen el principio y el rinal de las gnomai: l. &t 18. [E];5 (p) l. 1to:p~ Oo:C¡.L[ovo<; 9EÓ<; del v.18, en singular, conrirma a~n más, si cabe, la lecci6n Oo:C¡.L[ovo<; de Blass (v.l), aceptada por todos los editores posteriores, en lugar de oo:C¡.L [oO'I.V , que imprirni6 Kenyon. El suplemento de Blass es avalado, además, por la com­ paraci6n con otros pasajes, as! pindáricos como baquilideos (B.5.50-51; Pi. Q.2.36, n.8.l7, 1.6.l0ss., etc.; 2f., no obs­ tante, B.4.18), y por el propio uso que hace nuestro poeta del término oo:C¡.LWV ; s610 dos veces esta palabra aparece en plural: 9.84 ~<jJoti 17.117 &1&1.0'1:0V ~ 1:1. Oa:C¡.LOVE<; mxpa 00: C¡.LoO'\, XEL1:O:I.· ~ÉhWO'I.V O~o&V ~PEVOcIpo:l.<; ~P01:0L<;· y en el resto de los casos en singular (3.37, 5.113 y 135, 9.26, 16.23, 17.46, ~.13.l Y 25.1). Por otra parte, en nuestro con­ texto se presenta la divinidad más bien como dispensadora del destino, y con este significado es el singular lo que espera­ mos(17). En medio de los tres puntos fundamentales de la serie de sentencias (versos 1-2, 6-11, 16-18), quedan dos paSajes que presentan caracter!sticas llamativamente comunes entre si (ver­ sos 3-6 y 12-16); en ambos se ampl!an los conceptos expuestos en las rrases inmediatamente anteriores, y en uno y otro la 857 construcci6n sint~ctica es muy semejante. Veámoslo: vv.3-6 a]u~<popQ: ó' la-&A,óv .(-c') &:~aA,óú- 1 2 3 VE&. f3J apú-cA,[a] :o~ ¡..LoA,oüaa 4 3 2 XE 1. K] a-co p-&w-&Etaa· 4 vv.12-l6 o~-c' lJ v f3apu'JtEv-&Éal.v d:p~ó- 3 2 1 2 4 Ka L A, l.] 'YUKA,a'Y'YEt~ XO po' • • 4 o~-c' !}V -&aA,CaL~ Kavaxá 1 2 4 Cada una de las dos frases está articulada en claro para­ lelismo sintáctico(18), y en ambas el segundo miembro está re­ cortado con respecto al primero. As!, en el segundo miembro de la primera frase no se repite el sujeto (obsérvese también que I I en el primer miembro el ep!teto compuesto se predica del sujeto y en el segundo del complemento directo), mientras que en el 858 ser ¡do miembro de la segunda fr[ :' lo que n, ;:le rep: veroo, y además e: l Jv .&aA. Ca Le; no está calificauo por nlngún eri­ teto, al contrario que ~J~xaLe; . ~Jcxpú~A.[aJ~oe; , v.4), y dos del primer miembro ( ~or es (BapUnEv~ÉoI.V, eco verbal de s6lo presenta un sujeto ( Kavcxxá), por o~~á ••. xopoC). otro lado, este paralelismo sintáctico tan notable lo utiliza, a nuestro entender, hábilmente el poeta para s~b­ rayar la clarísima contrapo_ci6n cor ~eptual que se establece entre los dos miembros de cada frase en cada uno de los dos pe­ sajes(19). También en los versos 3-6 y 12-16 se concentran los ep!­ tetos ornamentales de la parte gn6mica, totalmente ausentes en el resto de los versos; ~CXpÚ~A.cx~Oe; , ~~L~av~e; , ~apunEv~~ y xaA.KÓK~UnOe; están documentados en este texto por primera ~. mientras que A.LyuKA.aYI'~e; es palabra de cuño baquilideo, pues s6lo aparece en otra ocasi6n en 5.73. Una concentración sene­ ja."'1te de adjetivos no vo: -'~mos a encontrar hasta el paso e la persona del vencedor (vv.¿2-23). De este moe ~ la serie de sentencias que abre la ~ lL procede en cinco etapas, que llevan desde lo más general (ti ~EV Ee~áp~aL ••• ) hasta una alusi6n más particular, más di­ rectamente referida al vencedor, que, sin perder su valor ge­ neral, permite la transici6n al tema central del epinicio, la celebraci6n de la victoria, en los versos f: les(20). La primera sentencia general (vv.1-2) introduce el teEa que domina la parte gn6mica, el destino y su poder sobre el hombre, como nos aclaran los versos siguientes (3-6). A1~as insignes fi16logos, amigos de deducir datos biográficos ce 859 determinadas afirmaciones expuestas en los epinicios, se han basado en estos versos para suponer que Cleopt61emo 10gr6 su triunfo tras un infortunio anterior, bien la derrota en una competici6n precedente (Jurenka), bien la muerte de su padre (Blass(21)). Pero en nuestro texto tales sentencias deben te­ ner un valor más general, como reconocen la mayoria de los co­ mentaristas(22). El t6pico de la "variabilidad de las circunstancias en la vida del hombre u , sirve como transici6n a la frase central, con­ ceptual y posicionalmente, de la parte gn6mica (vv.6-11); la asociaci6n de ideas que sirve de nexo debe ser la siguiente(23): , , y las ape~a~ humanas, aunque sean muchas, están ex­ puestas a los golpes del destino n , de donde se deduce la supe­ rioridad de una de ellas, KaCa~a~ ~p€veoo~v 8~ ,;&] 1tap XE~pO~ KtJ~Épva[aEv 6(1­ • Sin dejar por ello de tener las sentencias un valor general, parece que ya se va preparando el paso a la persona del vencedor; asi, los ,;a:] 1tap XE~PÓ~, "la tarea in­ mediata" (Jebb), de Cleopt61emo es la competici6n, pero al mis­ mo tiempo puede haber una referencia al poeta, cuya "tarea in­ mediata" es el canto de victoria, al que se· alude abiertamente en los versos siguientes. Asimismo, la expresi6n c:pp€veoo~v 6~J 'KctCaLa~ puede aplicarse a Cleopt61emo Ifdass der Sieg mit erlaubten lI-1itteln errungen sei ll (24), e igualmente al poeta, que alaba rt con justas mientes" al vencedor(25). Tras los ejemplos ilustrativos de los vv.12-16, en la dl­ tima etapa de la serie de sentencias se recoge de nuevo, segfin hemos apuntado, el tema de la floportunidad tl como la principal excelencia del hombre(26), y junto a él, el tema que iniciaba I I 860 la oda, lfel buen destino de parte de la divinidad ll , que'alcan­ za "el que obra con oportunidad 11 , cerrándose así la parte gn6­ mica con la ya comentada tlcomposici6n en anillo" y la uni6n de los dos temas expuestos con anterioridad. Los versos finales apuntan ya probablemente al vencedor, a quien el poeta va a referirse de inmediato, pero siguen conservando un valor uni­ versal(27). En el v.19, en efecto, se pasa ya a la persona del vence­ dor (cuyo nombre es la primera palabra con que nos tropezamos). mediante el característico vüv (28); se inicia así la rlf>1enci6n Compleja", que comprende, por este orden, la rnenci6n del vence­ dor, del dios de los juegos, del lugar de la victoria, del pa­ dre y de la prueba, de modo que s6lo nos falta, para que los datos estén completos, la patria del vencedor, que precisamen­ te en Baquílides suele aparecer muy pronto y, además, en pri­ mera posici6n por regla general(29). La parte conservada de la Oda 14 se interrumpe súbitamen­ te en el v.23, cuando parece iniciarse la loa de Cleopt6lemo con las palabras 8, ~~Ao~eCvov ~e Kat &p~O&'KOV ••• El rela­ tivo parece claro que se refiere al vencedor, pero ¿e quién o a qué aludían los epítetos ~~Ao~eCvov ~e Kat &p~O&CKOU? Herwerden(3 0 ) recontruye en el v.24, exempli gratia, ne~vKw, na~po~ , con 10 que, en su opini6n, Baquílides estaría ala­ bando la hospitalidad y rectitud de Pírrico, padre de Cleop­ t6lemo. Es verdad, como indica Maehler(3l), que el elogio de la hospitalidad del padre del atleta celebrado es una corte­ sia frecuente en el epinicio, según podemos comprobar, dentro 861 de la obra conservada de Baqu!lides, en 1.150 6 13.224; tam­ bién la rectitud del padre es motivo de elogio, por ejemplo, en Pi. Q.7.17(3 2 ). Pero no debe descartarse la posibilidad de que tales ala­ banzas no tengan como destinatario al padre, sino a la patria; la hospitalidad, en efecto, es un tema constante a la hora de loar a la patria del vencedor (33 ): l~ yap &A~Cav B.12.5 ~ECVOI.O'C ~E 1tó"Cvl.a NClta 13.95 y lo mismo ocurre con la justicia: B.13.186 t, , Euvol..LI.a "CE O'aoeppwv, E incluso en varias ocasiones los dos temas, justicia y hospi­ talidad aparecen unidos en la alabanza de la patria(3 4 ): - Pi. 0.8.21ss. fv&a ¿w"CEl.pa 61.0~ ~EVCOV , J:: 1tapEupO~ t... aOKEI."Cal. L e~~I.~ f~ox.' ~v&pW1twv. -N.4.12 -1.9.4ss. &(Ka • 06 ~EVap'H.€·' RO &€~LV o~&€ I.VOV ep€Y'Yo~. &CKav ~E'VWV ~1tEp~aCvov"CE~· En consecuencia, al principio del v.24 podríamos recons­ truir, por ejemplo, 'YaCa~ o bien 1tá"Cpa~ (que rimaría con 1ta­ O'a] v, v .11) • El hecho de que prácticamente s610 se haya conservado la 862 primera tríada, reduce el número de los ecos verbales que p~e­ mos observar, aparte de los ya señalados como significativos para marcar la Rin~komposition que da unidad a la parte gn6­ mica que inicia la oda: l. napa óaC~[ovo~ 10. nap XEt.PÓ~ 4. ~J aptÍ'tA,[a] 10~ 12. ~apunEv-&€ot.V 6• 'K] a'to p-&w·lh;'toa 18. eS [p-&o't (F) (35). No obstante, son más numerosas las repeticiones verbales y conceptuales que hay, efl la parte conservada, entre las sen­ tencias (vv.1-18) y la celebraci6n del vencedor (vv.19-23): noO'e:t.óavo~ 20. l. napa oaC~ [ovo~ -&e:ó~ 18. 21. xe:A,aóf}oat. (F) vv.11-16. 22. d~oo~ov l. e:lj (p) 22. d50o~ov 6. 'tt.~av 23. ~~ 10. 23. eS p-&oo CKOU (p) 6. , ~~] eS p-&oó CKOU 23. 11. , 8. e:] lj &pe: ['taC] (p) H. ]a'to 18. , 18. p-&w-&e: 't oa eS [p-&o 't (F) ót.JxaCat.O't.. Aún podemos señalar también algunos casos de rimas y co=s­ trucciones sintácticas tautométricas: l. óaC~[ovo~ 8. &pe:['taC] 3-4. &~aA,óv[ve: t. 10-11 KV~Épva[o&v 5-6. 'te:v[Xe:.. 12-13. clp~ól~e: .. así como otros, más numerosos, de aliteraciones, paronomasias, rimas vv. 3-4 ~c.: O'J V~cpo pO: 6' lO'-&A,óV ('t:> &~aA,óv­ ve: .. ~J a~v'tA, [a] :o~ ~oA,oüoa 86; vv. 5-7 'tEÚ[XEI.] ••• fXEI. v.7 ~A] AO~ vv.8-9 &:A.A.O Cav jJ.upC] a 1. o' avopwv &pE[ 'taC;] ; 2 1 , , '.na o' ~[K 1taoa] v 11 pOKE 1. 'ta l., 2 1 3 v.8 jJ.upC] a" o' avopG)v apE['taCJ v.9 ]!aoaJv 1tpÓXEI.'ta" v .10 1tap XE" po ~ KU¡3€ pva [OEV -:::I!!!:!I//t ....::::::r - ­ vv .10-11 Ku¡3ÉpvaL~Ev OI.J Ka Ca"E" <ppÉvEOaI.V ¡3apu11Ev~ÉO"V ~pjJ.ó- vv.12-1; ~EI. jJ.J~xa,,~ <pÓpjJ."Yro~ &jJ.<pá - - - . vv.l;-llJ. <pÓpjJ."YYO~ ••• A"JYU'KAaYyEt'~ ­ vv.15-16 Kavax& [xaA.K]ÓK'tU1tO~ -=- =-= -=.­ vv.16-17 tKáo'tw" ~a"pó~J ~EO~ &[~ot' v.lB Xp~ vv.19-20 xápl.v VÜV nOOEI.OaVO~ vv.20-21 OU 'tE llE'tp[aC­ = - .=. 'tljJ.EVO~ = Tampoco la estructura periodo16gica de puede darse con seguridad, a falta de m~s estro~a datos; podría ser la siguiente: Estro~a. I I I I l. -u---uu-uu- 2. --u-- 3. -u---u-- 4. 5. / -u---u---uu-uu-- e /1 -D 5 - e - 2 E - 4 E - 4 - D - :3 A= y epodo . 12 theses 864 -u---u-- 6. III -u---u- E - 4 E 4 B= 11 theses Indicios de final de perfodo. v.2. - hiato: 9 - pausa sintáctica: 2. -v.4. - "b.i.l."; 4, 11 - pausa sintáctica: 11. Tenemos, pues, dos perfodos mayores, A y B, de los cuales A se compone a su vez de dos perfodos menores Ca= 7 + a l = 8); el segundo perfodo menor forma la cláusula del primer perfodo mayor, que es igual a la del segundo perfodo mayor, epitrftica. El primer perfodo menor es dáctilo-epitritico, como es dactíli­ co tambi~n el comienzo del segundo perfodo mayor. Epodo. l. --uu-uu- 2. --uu-uu-- 3. -u---uu- 4. -D I? -u---uu-uu-- II 3 - D - 3 A= 15 theses e - dI -D- 4 Ca= e 5. -uu-uu- D 6. --u---u-- -ED - 7. 8. -tl.U-UU-- -u---u-u-u-- /? III E u e Indicios de final de perfodo. -v.4. - pausa sintáctica: 18. 6 + b=9) 5 3 - 4 AI= 16 theses 3 Cb'= 10 + 6 a=6) 865 El tl c 6digo" del epinicio 14 es el siguiente: GG /I GG // GG MC (MPt?) - LV? ••• TP - NC (~lV-rJID-NI~fJI.Pd-MPr-) /// 866 NOTAS A ODA 14 (1) Severyns (pp.34ss., sobre todo 36) la sitúa, pero es una mera suposici6n, antes de la partida ae Sim6nides para Atenas (490), en base a los siguientes presupuestos: 1) s6lo un poeta principiante y poco conocido, no en el cénit de su carrera, hubiera podido ir a Tesalia ex professo para celebrar una vic­ toria poco importante en una competicibn local; 2) Baquílides, en estos los primeros años de su carrera, sería recomendado a sus amigos tesalios por su tío Sim6nides, que pas6 veinte años de su existencia en aquella regi6n. (2) Sobre estos juegos, de los que sabemos muy poco, consúlte­ se Jebb, pp.2l7-2l8 y 359; Taccone, p.l;8; Maehler, 11 294; para las fuentes y la bibliografía, J. Schmidt, arte nFetraios" en ~. XIX.l (año 1937), col.1180. (3) F.135. Sin embargo, el primer editor afirmaba, demasiado precipitadamente, según se pudo comprobar después, que no había ningún otro epinicio tras éste antes de los ditirambos; véase también Gallavotti 1, p.9, quien creía igualmente que la Oda 14 era el último de los epinicios: n ••• questa oda impO:ñente e squisita per Pitea meglio serviva di splendida conclusione all' intero libro, prima di quella specie di epirnetron che era il c.14 ed ultimo lt • Q!. Irigoin 1, pp.57 y 59-60. (4) Q!. Finn, p.90. (5) Jebb, p.2l8; Taccone, p.138. (6) También 44 versos reconstruye Irigoin (1, p.57); Galla­ votti (1, p.9) igualmente se inclinaba a pensar que el poema tenía 44 versos, pero pertenecientes a una sola tríada en lu­ gar de a dos: ti • • • ed era forse composto di una sola triada di vv.44 It • (7) 11 296. (8) La Oda 10, extenso epinicio sin mito, con una considera­ ble parre-gn6mica también, consta de 56 versos, de los que 16 6 17 corresponden a las ~nomai, y el resto, poco más del doble, al proemio y la cele racibn del vencedor. Con tres tríadas, la Oda 14 tendría un número de versos más o menos similar, y la proporci6n entre las sentencias (18 versos) y la celebraci6n del vencedor (48?) tampoco variaría dema­ siado. (9) Cf. Wilamowitz, sa~ho und Simonides, pp.183-l9l; Arri­ 1; Maehler, II$. ghet~ (10) 11 295; véase también van Groningen, p.195. , 867 (11) Pp .48S.; cf. nuestro comentario al epinicio 10, n.83. (12) P.7. (13) Qt. Race, The classical priarnel, p.82, n.115. (14) Cf. Wilamowitz, Sappho und Simonides, p.184; Race, The classICsl ~riamel, p.82, a propbsito de la priamela que Iñr­ cia el ditlrambo 19 de Baquilides. (15) Para otras priamelas, en Baquílides y Píndaro, que ~o­ mienzan con un superlativo acompa.,..qado de la partícula ¡.lÉv, véase Race, The classical priamel, p.84, n.125, y también p.15, n.48. (16) 'Ex ~aoav es una conjetura de Jurenka, basada en lK na­ oéwv , propuesto por Richards (p.76); Housman (p.452) sup11a l~ &kkav • La lecci6n de Richards-Jurenka es aprobada por \Vilamowitz, Sappho und Simonides, p.185, n.l. (17) Sobre el uso de los términos ~&Ó~ y óaCllwv y las rela­ ciones destino-dioses en Baquílides, se puede consultar Ba­ lasch 2, pp.7ss. Un pequeño error, que en nada modifica sus conclusiones generales, comete nuestro compatriota al se~aler (p.ll, apartado b) que Baquílides usa óaCllwv en plural so­ lamente en una ocasi6n (17.117), cuando hemos comprobado que también 10 hace en 9.48. En Píndaro son más numerosos, pro­ porcionalmente, los casos de óaC¡.lwv en plural; ~. Slater, ~., p.117. (18) Sobre el paralelismo en las priamelas, véase Race, The classical priamel, p.27. (19) El paralelismo sintáctico que subraya la oposici6n con­ ceptual es un buen arzumento en favor de la conjetura de Schwartz (p.639) L~ ~Jov Ka(Kóv] (con el solo cambio de ~ por Ka', propuesto por Suess y Wilamowitz 1 Seppho und Sima­ nides, p.184, n.l), para corregir la lecciOn del papiro: KAI[•• ~ JONRAHY'fI ••• Blass leía D xuópov ~ó' y Jebb X&l"~OV tó', que se ajusta mejor esquema métrico. Sobre el pensamiento, ~. Hes • .Q.l2..6. (20) Para todo ello, véase I'laehler, 11 295. (21) Prefacio a la tercera edici6n, p.LXX. (22) ln 868 de Cornell studies in classical phililogy), pp.56-90. (23) Arrighetti 1, p.24, n.2. (24) vlilamowitz, Sappho und Simonides, p.185. (25) Sobre las "rectas mientes ll del poeta al alabar al vence­ dor, cf. B.13.202, y también 11.123; Pi. 0.2.96, N.3.29, N.7.48, etc. vrase Gundert, Dichterberuf, las páginas a las que remite en su registro de p.i46. (26) [KaLpó,J al principio del v.17 es una magnífica conjetu­ ra de Jebb l unánimemente aceptada; véase su comentario al pa­ saje, p.35~, así como A. Poutsma, p.339. Sobre el tema del KaL­ pó, , Demarque, p.51.¡ Gianotti, p.122, n.117. (27) Qt. Arrighetti 1, pp.19-20. (28) C:r. el comentario ala. 9 j \1;:;\1 es también bastante fre­ cuente-tras una priamela, segun señala Bundy, p.5, n.18. (29) Qt. nuestras pp.1008ss. y 1029ss. (30) Herwerden 1, p.211. (31) Ad 10c., II 301; entre otros, también parecen dar por hecho que tales ad~etivos se refieren al padre, J~bb ,(~lOC., p.359) y Severyns (p.35); Edmonds reconstruye OLKOL EX­ ~\I ••• tfwho went forth from a hospitable and uprightjud­ ging house ••• ". (32) Q!. nuestra p.1155. (33) Cf. nuestras. pp.1120ss. (34) En Pi. 0.2.6 justicia y hospitalidad aparecen unidas en la alabanza del vencedor, Ter6n, y en N.ll.7ss. en la loa de los compañeros del nuevo prítano, Aris~goras (véase también 0.10.14ss., P.3.;2). El adjetivo <PL~Ó~E\L)\lO' y el substan­ tivo <pl.~O~Erl.)Vl.a se aplican a Hier6n en B.3.16 y 5.49; en Pi. 0.3.1 a los Tind~idas y en.!.1.20 al vencedor Crpmio¡ en 1f."5.8 Egina es <pC'h.a\l ~lvwv apoupav. En cuanto a óp.sÓOl.­ KO" se dice de la Estigia en B.ll.9 y quizá de las f10iras en 24.7, aunque en este último pasaje se pOdría reconstruir también eó.&'6)ÓI.KOl. 1 adjetivo que se aplica a Hier6n en 5.6 (el tirano es también áa~ú3E~I., en 4.3). En Pi. P.ll.9-l0 Delfos es llamado &p.&oóCKav yaS; &~<pa",ó\l. ­ (35) En el v.18 Maehler (ad loc., II 299-300) prefiere su­ plir O[~!3PE't , Turyn d[p~(h f cf. Snell, p.XX. 869 ODA 14B Durante más de cincuenta años el último epinicio conocido de Bagui1ides fue el gue Snell numera con la cifra 14, dedica­ do al tesalio Cleopt61emo, vencedor en la carrera de carros de los Juegos Petreos; pero en 1956 Edgar Lobel pUblic6, en el vo­ lumen XXIII de los papiros de Oxirrinco, varios textos nuevos de nuestro poeta, y, entre ellos, con el número 2363, 17 versos que correspondian a los epinicios, y a dos poemas diferentes, pues en el margen izquierdo del v.7 aparecen unas cuantas le­ tras que sin duda debian pertenecer al titulo de una nueva oda. Del prinero de ellos, que su editor denomina 14A, s610 se pue­ den leer los restos de tres versos, en los que apenas es re­ conocible alguna palabra; el segundo (14B) corrió mejor suer­ te, y aún se nos han conservado prácticamente completos los diez versos iniciales, en los que reconocemos los nombres del vencedor, su familia, su patria y la menci6n de dos triunfos en los Juegos Piticos. Ahora bien, el contenido de estos diez versos no es bastante para resolver los distintos puntos que todavia permanecen oscuros, de los cuales es el más importante precisamente la ocasión del epinicio, en qué juegos y en qué prueba fue conseguida la victoria que celebra el poema. El problema está bien eA~uesto, con acierto y claridad, en la introducción de Maehler a la oda(l). Lobel pensó que l4B pOdria celebrar el triunfo consegui­ do por Aristóteles en la carrera de carros ( AapCaa[~ &Jva~Cnnou, vv.9-l0) en los Juegos piticos ( KCppav npO~ E6~ak€a, vv.7-8)(2), pero esta suposici6n plantea a su vez otros problemas, que afec­ 870 tan sobre todo al orden en que fueron dispuestas las distint~s odas en el libro de los epinicios de Baqul1ides(3). En efecto, si 14A y 14B siguen a 14, que celebra la vic~;oria conseguida en un certámen local, pOdrla pensarse que también estas odas cantarlan triunfos logradOS en jue~os de menor importancia que las cuatro grandes competiciones panhelénicas, igual que las "Nemeas" 9 y 10 de Plndaro celebran sendas victorias conse­ guidas en 8ici6n y Argos respectivamente. Por todo ello sería raro que 14B cantara un triunfo en los Juegos Plticos, e im­ probable que tal victoria fuera conseguida en la carrera de carros, la prueba más prestigiosa de cuantas tenlan lugar en ellos. Pero también la suposici6n de que fuera compuesta con ocasi6n del triunfo en unos juegos menores tropieza con un problema no pequeño: en los epinicios es de rigor que la vic­ toria actual sea la primera que se mencione, incluso cuando el destinatario ha conseguido otras de mayor importancia(4), y precisamente este hecho se cumple sin excepciones en los epi­ nicios de Baqul1ides en que ·os es posible cor'·robarlo (l?, 2, 3, 4, 5?, 6, 7, 9, 10, 11, l¿, 14). Para resolver esta aparente contradicci6n, Maehler ha formulado la hip6tesis de que la Oda 14B pudiera no ser un auténtico epinicio, sino un poema compuesto para celebrar la toma de posesi6n de un funcionario de Larisa, como Plndaro compuso su !.ll con ocasi6n de la toma de posesi6n de la pritanla de Ténedos por parte de Aristágoras(5); ambas odas tienen, además, otra destacada nota común, 1 "Invocaci6n Poética" a Hestia, en nuestro caso el ffhogar" de la ciudad de Larisa, que en principio no tendría mucho que hacer en un 871 epinicio. Asi, Maeh1er reconstruye el titulo de la siguiente manera: 'AP~a~o~€hE~ AJa­ p~aaCw~ t1t] 1t a (= t1t1tá( PXl1 ~)). Se trata, en conclusi6n, de una hip6tesis atractiva y a tener en cuenta, que permitiria resolver los problemas que la oda plantea, pero su confirmaci6n definitiva es, con lo poco que del poema conservamos, punto menos que imposible(6). En cuanto a la estructura del epinicio, apenas nada cabe decir, pues tampoco es posible determinar su extensi6n, ni si­ quiera aproximadamente. Se inicia con una flInvocaci6n Po~tican (vv.1-6) a Hestia, en la que el vocativo con el nombre de la divinidad va acompa­ ñado, como es habitual en Baqui1ides(7), por un epiteto namental n, xpuaó.frpovoC;; (8); sigue una fl tl or­ p redicaci6n de relati­ vo ll , con el caracter1stico pronombre !~(E) , precisamente el único caso de este tipo de predicaci6n que podemos encontrar en nuestro poeta(9); falta, finalmente, la petici6n en impe­ rativo (como en l?, 2, 3, 5, 11, 12) o en optativo (como en '9), cosa que ocurre tambi~n, al parecer, en otras odas de Baqu11i­ des, concretamente en las "Invocaciones Po~ticasl1 de 7 y 10 (aunque el estado de conservaci6n es bastante malO), y de Pín­ daro (P.l, li,.8; en el segundo caso tambi~n hay u predicaci6n de relativo", con el pronombre lf ~E Y el verbo en segunda perso­ na, como en B.14B)(10). En la 1fInvocaci6n Po~tican del epini­ cio que nos ocupa, es presentada ya la familia del vencedor (v.2) y su patria ( eEaaaACatc;;, v.5), aunque ~sta última se 872 precisa un poco más adelante ( AapCaa[~, vv.9-10). En el v.? pasamos a la persona del vencedor; la transi­ ci6n se hace mediante el adverbio KEt~EV (11), mencionándose entonces el destinatario (v.7)(12) y las ya comentadas y pro­ blemáticas victorias piticas. En este caso, quizá más que en ningún otro epinicio de Baqui1ides, cualquier intentó de establecer una periodologia válida seria esfuerzo vano, por cuanto ni siquiera conocemos el número de versos de cada estrofa ni si se trataba de un poema estr6fico o triádico. Hasta el v.lO el esquema métrico es el siguiente: l. 2. -u---u- 4 E --uu-uu---u- I - D - D - e 5 3. --uu-uu-- 4. -u-ú-u-- e Ü e - 4 5. --u---uu-uu- - e - D 5 6. --uu-uu- - D 3 7. --uu-uu-- -D- 3 E 4 D 3 -E 4 8. 9. 10. ? I -u---u-uu-uu--u---u- • • • ? 3 Se podria, en principio, colocar fin de periodo tras el v.3 y tras el v.6, con lo que resultaria una estructura A= 12 + A= 12 + B= ? (al menos 14 theses}. En el v.6 hay pausa fuerte, en el paso de la "Invocaci6n Poética tl a la persona del vencedor, mientras que en el v.; un posible indicio de fin de 873 'EO"'tCf.X (v.l) ••• ,,~évf.X periodo es la anáfora (v.•;) ••• Tam­ bién la estructura interna de cada periodo apoyaria esta hi­ p6tesis, pues los dos primeros, de igual número de theses, tendrian una composici6n parecida: E e ? Ü D­ e - D­ e - - e - D­ D / / con la sola inversi6n de - D - e del primer periodo (v.2) en - e - D del segundo (v.5), pero tos y inici~dose ambos con epitri­ acabando con dáctilos. El tercer periodo comenzaría con una repetici6n - D - E D - E. otro indicio que nos puede ~vudar a establecer una perio­ dologia es el orden de palabras. El periodo primero presenta la típica Itdistracci6n 11 : y la figura la repite, pr~cticamente igual, en el tercer perio­ do: _1t--,-pO_C;~E_.---,-¡.L_O_"'_W_v I()1. ~ , A pI. O' • \ _K_'-,-P-,-P_Cl_V I O''t ecp ClV .1_A_f.X_p_._c!_J_v_._X_f.X_'p_,,_v I I Las determinaciones de lugar "enmarcan" al sujeto y su verbo; en este caso, la adecuaci6n entre el metro y el sentido es bastante grande: , I 874 v v vv­ v- --- v_ KEt~EV KaL 'APLa~O~É~~~ KCppav npo~ E~~a~€a ~O~WV \,.; \.IV­ VV ___ v -- - v ot~ a~E~aVWaa~o AapCaa[~ &Jva~Cnnou X~PLV ••• Como se puede observar, los dáctilos coinciden con el sujeto y su verbo, y los epitritos con las determinaciones de lugar. Nos queda entonces entremedias el segundo periodo: ~~Éva ~ÉaaL~ &yuLat~ llnVELOV &~~. E~w&Ea eEaaa~'a[~ ~nAO~pÓ~Ou ~v yU~AOL~· En él, tras el participio ~~Éva (en anáfora con 'Ea~'a , v.l), siguen tres determinaciones locales, que, en parataxis, van especificando gradualmente la patria del destinatario de la oda: ~€aaL~ &rULat~, nnVELOV &~~' E~woEa, eEaaa~CaL~J ~~- ~o~pó~ou tv yU~AOL~ aa[~ ,aunque hasta el tercer periodo ( hapC­ , vv.9-l0) no se nos aclara definitivamente. Hemos apreciado que en los periodos segundo y tercero abundan las determinaciones de lugar; ahora bien, la presen­ cia y abundancia de tales determinaciones parece responder una consciente intenci6n del poeta, pues h~ 8 gran semejanza en el orden de palabras y en los epitetos que se aplican a las del segundo periodo y a las del tercero. Primeramente, \ llnVELOV l. , a~~ t 's:. KCppav npo~ E~~a~Éa ; en ambos casos EUWuEa- el orden de palabras es el mismo, substantivo .... preposici6n +­ epiteto, y, además, las dos veces se trata de un adjetivo compuesto con un primer elemento mente subrayada por la rima E~- E~woEa ; la similitud es igual­ - E~~aA€a. Por otro lado, Lobel observ6(13) que el adjetivo E~w&Ea aplicado al Peneo 875 hay que relacionarlo con otros casos en gue Baquilides llama I1florido" a un rio, transfiriendo el epíteto de sus riberas a la corriente misma: &V~E~w[óEaJ NE~AOV, 19.39-40; &V~E­ ~ÓEV~~ vE~PW~ ,16.5; ~OÓÓEV~~ AUKóp~a~, 16.34(14). No obs- tante, pudiera considerarse L tambi~n "ó Ea como un caso de EUW sinestesia(15). Una seg~~da correspondencia encontramos entre 8Eaaa~'a[~J ~nAO~pÓ~Ou lv rUáAO~~ y Aap'oa[~ &Jva~'nnou Xáp~v ; el orden de palabras es de nuevo idéntico, nombre de lugar en genitivo epiteto + substantivo rector del genitivo, e igualmente en am­ bos casos los ep1tetos se corresponden, pues los dos aluden a la crianza de animales(16). Señalamos, para acabar, los pocos ecos verbales que pode­ mos citar en los versos conservados: 1-2. 2. E6óó~wv 'Ara~OKA&aÓaV 5. E6tSóEa ,8. E6.aaAÉcx 11. 'KA'o[ (P). El "c6digo lJ de los diez primeros versos del epinicio 14B es: IP - OL?(17) - Me (MV-ML?_MPt(18)_}Wr?) ••• ~ 876 NOTAS A ODA l4B (1) 11 302-303. (2) De todas formas, incluso el propio Lobel pone reparos: UBut Ilu}&l.ct is certainly not what was ~Tritten, J1' La; or J'; La: being the only alternatives to Jnct, ••• The two P.ythian crowns must, therefore, have been previous victories, to which Aristoteles ••• has added that celebrated here in an event and at a contest which 1 see no hope of determining on the remaining evidence u (pp.29-30). (3) Sobre este particular, consáltese Gallavotti 1, pp.8ss.; Irigoin 1, pp.59-60; también Snell, p.VIII, y l"laehler, I­ 36-37. (4) Thummer, 1 26; se trata precisamente de la ánica conclu­ si6n del autor austriaco que Hamilton (p.7) acepta como re­ gla fija (Ustatement 'a' is the only really helpful one n ). Para las posibles excepciones y su explicaci6n, véase Ramil­ ton, pp.103ss.; Maehler, II 302, n.2. (5) Léanse los escolios en Drachmann, III 1~-185, que ~e~on­ tan a la autoridad de Didimo: l'el'P~'~ctl. <ol) T~ol. ,;~v ~o~v eC, npu,;a;ve60v,;ct KctL ,;~, nó~ew, npoeo,;w,;a: ,;ov API.O,;a1'ópav ••• I I 11 I I I I I 11 11 (6) Oarey (3, p.165) considera débiles los argumentos de Maeh­ ler; partiendo de la idea (quizá demasiado tajante) de que la posici6n en el papiro es irrelevante, pues las odas no mues­ tran un clar9 princiRio de orde~aci6n, suglere,como título ~ara la oda API.O,;o,;lAEI. Aapl.octl.WI. nctAct .. o,;~1. nU~l.ct • Gelzer \p.96, n.4) se hace también eco de la hip6tesis de Maehler. (7) Cí. nuestras pp.927-928. (8) Sobre el significado de este epíteto, véase el extenso comentario de Maehler al verso (11 304-305). (9) Of. nuestro capitulo dedicado a la ffInvocaci6n Poética tt , pp. 93'0ss. ; en las restantes invocaciones predomina el tt es ­ tilo-tlí", puesto que no hay ejemplos de "estilo-él fl ni de "estilo participial ti. (10) Qt. nuestras pp.93l-932. (11) Más ejemplos baquilideos de adverbios de este tipo usa­ dos en transiciones señala Pieper, p.188. (12) Parece que 'Ka:.. 'APl.o,;o,;lA~~ se debe entender "también Arist6teles, como antes otros Agatocléadas", y no rtcomo Arist6teles antes así también ahora Fulano' (el nombre del vencedor aparecerla en los versos siguientes, perdidos) ha vencido", interpretaci6n que también tiene en cuenta Lobel 8?? (p.30, comentario al v.13); véase la refutaci6n de esta últioa posibilidad en Maehler, II 306. (13) Ad loe., p.30. (14) El adj~tivo eQ u~a~o con más propiedad, por ejemplo, en 13.88 áV-&&¡..Lo&v'ta:, tn [ OX-&ou, • (15) Para más ejemplos de sinestesia en que interviene el sen­ tido del olfato, véase S. Lilja, Tbe treatment of odours in the poetry of anti~uity, Helsinki 1972, pp.40, 99, 111 y 114; r. \',Taern, "Zur Synasthesie in griechischen Dichtung", Eranos L 1952, pp.14-22, sobre todo 21-22. También se puede consul­ tar 'd. B. Stanford, Greek metaphor, Oxford 1936, pp.47-62. (16) 'A1va:~Cnnov como epiteto para Larisa, como supone Lo­ bel, pOdria indicar que la victoria se c,onsigui6 en qpa carre­ ra de carros, igual que en Pi. P.4.2 &~~1tnou ••• Kupava, , pe­ ro en modo algqno es argumento cQncl~ente¡ cf. Pi. P.9.4 ó~w­ ~C1tnou ••• Kupava, , B.ll.BO-81 Cnnó~oiov' Aprjo, ,y 11.114 t1t1to'tpó~ov nÓA~v , cuando la victoria de Telesicrates de Ci­ rene fue obtenida en la carrera de hoplitas y la del metapon­ tino Alexidamo en la lucha. Ni que decir tiene que Larisa, y Tesalia en general, era famosa por sus caballos; véase nuestro capitulo "Loa de la Patria", p.1126. (17) 2!. el capitulo "Invocaci6n Poética fl , p.943. (18) Tesalia ya se menciona en la tlInvocaci6n Poética ll , e igual­ mente la familia del destinatario de la oda. PAR T E S E G U N D A: ELEMENTOS DEL EPI N 1 ES T R U e 1 o e T uR AL E S 879 M 1 T O l. Generalidades. El mito es un punto crucial para cualquier investigaci6n sobre la estructura formal del epinicio, como esencial es tam­ bién la comprensi6n de su funci6n para la inteligencia del poe­ ma en conjunto. Pero es, a la vez, el elemento menos convencio­ nal del género, el que más se resiste a una formalizaci6n y sistematizaci6n rígida(l) y ofrece al poeta mayor libertad de elecci6n y tratamiento entre el riquísimo material de que dis­ ponía. Por eso, es quizA el elemento más conflictivo del epi­ nicio, el que ha centrado, junto con los flcomentarios perso­ nales ll del poeta(2), buena parte de las discusiones sobre su unidad(3): ¿es el mito una mera digresi6n, que poco o nada tiene que ver con las partes no míticas, o se trata de un ele­ mento esencial? ¿cuál es su funci6n en la oda? Ya los comentaristas alejandrinos acusaron a Píndaro de introducir tI irrelevante s digresiones" en sus epinicios ( 4 ), con lo que venían a decir que los lazos de uni6n entre las partes míticas y los personalia eran muy laxos o incluso inexistentes. Contra esta opini6n reaccionaron los grandes fi16logos que en el siglo XIX resucitaron los estudios pindáricos, intentando demostrar la relevancia del mito para el entendimiento de la oda: el mito expresa indirectamente la summa sententia (Dissen: "In fabulis ideale exemplum inest sententiae carmini subjec­ ta u (5») o la "idea poética ll (G. Hermann), o bien expone de manera aleg6rica las circunstancias de la vida del vencedor (Boeckh). Estas teorías, que coincidían entre sí en la nega­ 880 ci6n del carácter digresivo de los relatos mfticos de Píndaro, pero diferían a la hora de enjuiciar su funci6n en el poema, se mantuvieron en boga el tiempo que las tesis unitarias do­ minaron la crítica pindárica, pero hicieron agua cuando el veD­ daval del antiunitarismo (Drachmann, "el audaz Normando que baj6 en incursi6n sobre los simétricos castillos que durante generaciones habían edificado los pindaristas con las precio­ sas piedras de los epinicios,,(6); Wilamowitz, Dornseiff(?)) volvi6 a sacar a flote las ideas expuestas por los escolias­ tas, que de nuevo influyeron grandemente en los estudios so­ bre el epinicio. De los relatos míticos se sacaron muchos de esos purpurei panni que constituyen (al menos en opini6n de Wilamowitz y sus seguidores) la sal de la poesía pindárica, pero su pertinencia, su significaci6n para el conjunto del poema, era negada. Así, perrotta(8), distinguiendo, como ha­ cía Wilamowitz(9), entre partes puramente poéticas, que ge­ neralmente se corresponden con los mitos, y partes prosaicas (los personalia y las sentencias), concluye que "Pindaro ~ il poeta del mito", y que en los mitos reside la verdadera mate­ ria de su poesía(lO), pero afirma, sin embargo, que a menudo no tienen nada que ver con el resto del poema. El nuevo rumbo que los estudios sobre el epinicio toma­ ron con la publicaei6n del libro de Sehadewaldt afect6 tam­ bi~n, como no pOdía ser menos, al entendimiento del papel del mito en la oda(ll). Sin embargo, hay que reconocer que el maes­ tro alemán se ocup6 más de las partes no míticas que del mito, como han señalado diversos autores(12). Fue un discípulo suyo, Illig, quien estudi6 con detenimiento los mitos de los epini­ I •~ J 881 cios pindáricos, pero trat6 el tema, tambi~n interesante, de la estructura narrativa del relato en si, sin apenas hablar de su relaei6n con las partes no míticas de la composici6n. No obstante, se basa Illig en la premisa de que el mito no es un mero adorno(13). Quienes, muchos años despu~s de Schadewaldt, continua­ ron los trabajos sobre las convenciones del g~nero (nos re­ ferimos, naturalmente, a Bundy y sus seguidores), tampoco se ocuparon suficientemente del problema de la funci6n del mito en el epinicio, probablemente por ser, como hemos dicho, el elemento que más se resiste a la sistematizaci6n. Bundy, en efecto, no trat6 el tema, y s610 su disc1pulo H. Lee(14) in­ tenta salvar el escollo considerando el mito un elemento en­ comiástico más, como había hecho su maestro con los "comen­ tarios personales" del poeta(15). Thummer, por último, llega más lejos y lo incluye, junto con el proemio, entre las "par­ tes predominantemente decorativas rl del epinicio, lo que equi­ vale, más o menos, a negar la unidad del poema. En este punto, pues, la aplicaci6n exagerada del bundismo tampoco parece aportar una soluci6n satisfactoria. La respuesta a las dos preguntas que formulamos al comien­ zo del presente capítulo (¿es o no es el mito un elemento esen­ cial en el epinicio? ¿cuál es su funci6n?) s610 puede hallarse, en nuestra opini6n, mediante el estudio detenido de cada oda en particular, para determinar con exactitud, si las hubiere, las relaciones que el poeta establece (o pretende establecer) entre las partes m1ticas y no míticas. Este es el prop6sito que ha guiado, en los últimos años, a diversos helenistas, que han I 882 analizado con pormenor los epinicios de Píndaro (Young, Carey, ! . K5hnken, Angeli Bernardini ••• ) y de Baquílides (Brannan, P~­ ron, Lefkowitz ••• ). Si bien estos autores manifiestan diver­ sas concepciones de lo que es un epinicio (dan mayor o menor importancia a las convenciones del género, insisten más o me­ nos en los aspectos hist6rico-biográficos y su influencia y reflejo en el poema, etc.), sus trabajos han demostrado una cosa: las relaciones, a veces muy Complejas(16), que se es­ tablecen entre las partes míticas y no míticas de un epini­ cio, muestran a las claras que Píndaro y Baquílides elegían un determinado relato y lo componían de una determinada manera teniendo siempre presentes las partes no míticas del poema, a las que el mito ilumina mediante la analogía O el contraste. Precisamente la elecci6n de una determinada leyenda (o una variante de ella) y la manera de narrarla por parte del poeta, es un buen indicio del cuidado con que éste trata las partes miticas y de c6mo tiene siempre muy en cuenta la espe­ cial situaci6n del destinatario, sus allegados o su patria(l?). Del mismo modo que en las partes no míticas de entre los m~­ tiples materiales que el género provee "el poeta selecciona (por tanto, acepta y rechaza) y ordena a su beneplácito n (18), de acuerdo con sus particulares intenciones en cada caso, ta.­ bién la elecci6n de una determinada leyenda y su tratamiento (escogiendo una versi6n y no otra, insistiendo en unos aspectos y callando otros(19)) debe igualmente ilustrarnos sobre los prop6sitos del poeta. Así, Pindaro en Q.13.9l calla el triste final de Belerofontes, después de extenderse ampliamente en describir sus hazañas, por tratarse de un epinicio dedicado 883 a un ciudadano de Corinto; en cambio, en I.7.44ss. es pre­ cisamente el castigo del héroe lo que le interesa, para ilus­ trar las sentencias inmediatas(20). De igual manera, Baquilides en el epinicio 9 narra la leyenda de Arquémoro y los juegos fúnebres que los argivos celebraron en su honor como origen de los Juegos Nemeos, pero en el epinicio 13 prefiere contar la leyenda alternativa sobre la fundaci6n, la lucha de Hera­ eles con el le6n de Nemea, para presentarla como at't' t.ov del pancracio en dicha competici6n, en el cual ha vencido el des­ tinatario de la oda, Piteas de Egina(21). En definitiva, la funci6n del mito dentro del conjunto del poema s610 se mostrará suficientemente en todos sus as­ pectos mediante el análisis detallado de cada oda, estudiando sus relaciones con las partes no miticas, yeso es lo que he­ mos pretendido llevar a cabo en nuestro comentario a cada uno de los epinicios de Baqu11ides. El tratamiento del mito es quizá el punto más débil del libro de Hamilton, y puesto que tiene una importancia capital en la reconstrucci6n del modelo de epinicio que él propone, esta deficiencia es un factor fundamental que determina el fracaso de tal reconstrucci6n, que s610 se mantiene, como afirma K6hnken, "a base de constantes juegos malabares con el concepto de mito,,(22). Hamilton distingue dos tipos de material m1tico(23) , lIMi­ to" y "Ejemplo M1tico". Se distinguen, según él, por dos fac­ tores fundamentalmente: 1) la extensi6n: el liMito" comprende por lo menos catorce versos y el "Ejemplo Mitico" no más de 884 ocho; 2) la posici6n: los dos tipos de material mítico ocupan posiciones mutuamente exclusivas en la oda, pues el "Mito" nor­ malmente aparece s610 en la secci6n central y el "Ejemplo M1ti­ con s610 en las otras dos secciones (adem!s, el "Ejemplo Míti­ co" no se halla nunca en la primera estrofa). El primer criterio, la diferente extensi6n, no puede tener valor absoluto, aunque si relativo (la duraci6n de una parte m1tica en comparaci6n con otra dentro de la misma Oda). En primer lugar, es completamente arbitrario fijar una extensi6n máxima de ocho versos para el "Ejemplo f-t1tico" y una extensi6n m1nima de catorce para el UMito,,(24); en segundo lugar, y más grave, el propio Hamilton se contradice al considerar como "Mito" algunas narraciones que abarcan menos de catorce ver­ sos(2,5). El segundo factor, las posiciones mutuamente exclusivas, puede ser operativo, pero siempre que se aplique con cautela. Cingano(26) afirma que el hecho de que Hamilton(2?) cite die­ ciocho excepciones sobre sesenta y cuatro ejemplos invalida cualquier posibilidad para el oyente de basarse en este cri­ terio distintivo (el propio concepto de expectaci6n del oyen­ te es, en si, bastante discutible). Pero estas dieciocho ex­ cepciones no impiden que, en cierta medida, la posici6n en la oda pueda considerarse un buen indicio para distinguir el re­ lato m1tico principal ("Mito") de los secundarios (nEjemplos M1ticos"). En efecto, en todos los casos, menos en uno, se trata de epinicios con mito no central, en los que la dispo­ sici6n de las partes m1ticas, salpicadas entre las partes dedicadas a la actualidad, es mucho más compleja que en las odas I ~ I 885 con mito central; y en !.2, oda sin mito, las alusiones míti­ cas que ocupan la parte central del poema son demasiado bre­ ves para que puedan ser consideradas "Mito" propiamente di­ cho. En los epinicios con mito central no hay normalmente pro­ blemas para distinguir entre el mito principal y los "Ejemplos Miticos" • Solamente dos epinicios de Baquilides, 9 y 13, ambos con una estructura muy semejante, presentan más de una narraci6n m1tica: un mito central más largo y un mito más breve en la secci6n inicial\. El primer mito de la Oda 13 es posible que fuera bastante extenso (aunque el principio del poema se ha perdido por completo), pero el primer mito del epinicio 9 so­ lamente comprende los vv.l0-20, lo que, unido a su posici6n no central y al hecho de que no empiece en la primera estro­ fa, hace que en la teor1a de Hamilton debiera ser catalogado como "Ejemplo Mitico"; sin embargo, el autor americano lo con­ sidera flMito,,(28), y afirma expresamente(29) que Baquilides no emplea en absoluto los I1Ejemplos Miticos". En definitiva, los dos criterios que Hamilton utiliza pa­ ra distinguir entre lo que él denomina "Mito" y "Ejemplo Miti­ co,,(3 0 ) s6lo pueden ser válidos relativa, no absolutamente. En los epinicios con mito central no hay, en general, grandes pro­ blemas para distinguir el mito principal de los más breves que aparecen en las dos secciones que lo enmarcan. En las odas sin mito la propia brevedad del poema y especialmente, dentro de él, de las partes miticas con respecto a las no míticas, im­ pide que tales partes miticas puedan ser equiparables a los "Mitos" propiamente dichos. S6lo los epinicios con mito pe­ 886 rif~rico presentan dificultades a este respecto, ya que le o­ sici6n generalmente no nos indica nada y tampoco la extensi6n es un criterio estable. En nuestra codificaci6n de los epinicios de Baqu11ides hemos señalado como "Mito" los relatos m1ticos de la secci6n inicial de 9 y 13, pero insistiendo en el comentario a los dos poemas que son mitos secundarios con respecto al mito cent~a1t por la posici6n y por la extensi6n (9.10-20 _ 9.40-65; 13.?-57 _ 13.100-~.1?O). II.Posici6n del mito. La idea de que el centro del epinicio es el lugar propio del mito (eso implica la tradicional estructura ABA, siendo B el mito y A los personalia) no puede considerarse como una re­ gla absoluta, aunque si es 10 más frecuente. El análisis que hace Hami1ton de los epinicios pindáricos le lleva a concluir 10 siguiente(31): 1) aproximadamente una cuarta parte de los epinicios carecen de mito; 2) dentro de los epinicios con mito, en una cuarta parte de los casos el mito no ocupa el lugar CaD­ tral. En los epinicios con mito de Baqu11ides, ~ste tiende a ocupar el centro con más frecuencia que en los de Píndaro; en cambio, las odas sin mito son proporcionalmente más frecuentes, aunque en algunos casos pueda haber dudas por el estado de caa­ servaci6n del texto. Es el mito precisamente (su presencia o ausencia y su po­ sici6n) el factor fundamental en la divisi6n que hace de los epinicios de P1ndaro en tres grupos(32): Hamil~ 887 1) Odas sin mito(33): diez de cuarenta y cinco (22'2%), ocho que señala Hamilton como tales (0.4, 5, 11, 12, 14; P.7; li.2; 1.3) más otras dos que engloba en el apartado "Uniques Variants,,(34 ), li.ll e 1.2, odas sin mito de mayor extensi6n. 2) Odas con mito central(35): veintisiete de cuarenta y cinco (60%). Hamilton señala Q.l, 2, 3, 6, 7, 8, 9, 10, 13; ~.2, 5(36), 6, 8, 10, 11; li.3, 4, 5,6,7,8,9; I.l, 5, 6, 8. A ellas pOdríamos añadir ~.12, que él(37) incluye entre las "odas con mito al principio". En efecto, Hamilton(38) considera "odas con mito periférico" aqu6llas en que la narra­ ci6n mítica comienza ya en la primera estrofa, COSa que ocurre en el caso de P.12; pero se trata de un epinicio muy breve (algo mayor que las odas sin mito "normales", pero más breve que N.ll e 1.2) y el volumen de las dos secciones extremas, Al y A2, se equilibra, de modo que equivale a una noda con mito central n en pequeño(39). Por último, Hamilton coloca aparte, dentro de este grupo, las odas eginetas, dadas sus características comunes que las diferencian de las demás(40). 3) Odas con mito perif6rico: ocho de cuarenta y cinco (17'8%). Como acabamos de decir, Hamilton llama nadas con mi­ to perif6rico u exclusivamente a aqu611as en que la narraci6n mítica comienza ya en la primera estrofa, y distingue dentro de ellas las que comienzan con un mito propiamente dicho (~.3, 4, 9; tambi6n incluye 61 P.12) Y las que comienzan con un ca­ tálogo mítico (N.lO, 1.7)(41). Á ellas, simplificando un poco las detalladas clasificaciones de Hamilton, podríamos añadir tres odas que el fi161ogo americano estudia como casos apar­ 888 te(42): f.l comienza con una larga "Invocaci6n Poética" h1mnica, de modo que el breve mito (vv.16-28) no aparece hasta el epo­ do primero; pero quiz! se pueda tambi~n incluir este epinicio (nforma11y the most comp1icated in de corpus,,(4 3 )) entre las "odas con mito periférico", pues la secci6n que sigue al mi­ to (vv.29-100) es 1arguisima en comparaci6n con la que 10 pre­ cede. !.1 e 1.4, al contrario, tienen el mito al final, y por ello son también 1Jodas con mito perif~ricofl en ambos casos una narraci6n mitica m~s en sentido amplio; breve ocupa la posici6n central del mito desp1azado(44). El final de !.1 coincide con el final de la narraci6n mitica(45), mientras que en hay ti~mpo 1.4 aún para una alabanza final del vencedor y su entrena­ dor (vv.69-72b), brevisima en comparaci6n con la secci6n que ~.1-51). precede al mitc A la hora ti istil'uir en 10f. epinicios de Baqui1ides entre odas con y b.l.n que a veces el me asegurar si una Ol.-.~ mito, conviene obrar con pr"- ancia, ya stado del texto no nos permi~~ siquiera tenia o no mito. Es probable que 7, 8 Y 14 carecieran de él; de 14B s610 se conservan los diez pri­ meros versos, mientras que 12 presenta grandes lagunas que podrian ser ocupadas por un mito no muy largo, aunque se sue­ le pensar más bien que no tenia mito. 1) Odas si~ mito: nueve de quince (60%), 2, 4, 6, 10, 12?, 14?, 14B? abundar bastante 14 ser~_¡ m~ ?, 8, Asi pues, los epinicios sin mito parecen en Baqui1ides que en Pindaro. 10, 12 Y odas sin mito muy largas, comparables a las pind~- 889 ricas N.ll e 1.2. 2) Odas con mito central: cinco de quince (33'3%), 1, 3, 5, 9, 13. 3) Odas con mito periférico: una de quince (6'7%). La ~ 11 tiene el mito al final, aunque el epinicio no acabe justa­ mente con él (como en Pi. !.l) ni haya lugar para breves ala­ banzas (como en Pi. 1.4); tras el mito hay una breve coda fi­ nal, en la que se ponen en relación la diosa protagonista del relato, !rtemis, con Metaponto, patria del vencedor. En la Oda 1 la sección inicial parece ser de muy poca ex­ tensión en comparación con el mito y la sección final, pero aún asi puede ser incluida entre las odas con mito central, a falta de datos más precisos (el texto se encuentra en pésimo estadO). En los epinicios 9 y 13 un mito más breve que el central se inserta dentro de la sección Al, sin otro en A2 que le sir­ va de contrapeso(46), pero este hecho no altera en absoluto la estructura total del poema, comparable en lineas generales al resto de las odas con mito central. Hamilton(47) resume en unas tablas la posición del mito en los epinicios de Pindaro. Aplicando su sistema a los epi­ nicios de Baqu11ides, obtenemos los siguientes resultados: 1: mito en el primer cuarto de la oda; 3: mito en el 61timo cuarto de la oda; 2: mito en los dos cuartos centrales. 890 1 2 1.191-140 x 3.23-62 x 5.56-175 x 9.10-20 3 x 9.40-65 x 11.40-112 13.1- 57 x x l3.l00-~.170 x III.Extensi6n del mito. Hamilton(48) ha demostrado, estudiando el tema con deta­ lle, lo que ya se suponía, que la longitud total de la oda depende de la extensi6n del mito, no s6lo porque los epini­ cios sin mito carecen de una de las tres secciones, sino tam­ bién porque la presencia de mito trae consigo además la apa­ rici6n de una secci6n final (12), de modo que, en lineas ge­ nerales, se puede decir que la extensi6n de las odas con mito triplica al menos la de las odas sin mito. En las tablas que ofrecemos a continuaci6n(49) hacemos unas estad1sticas de la extensi6n del mito en relaci6n con la extensi6n total de la oda. Píndaro. Odas con mito central. total versos total versos de la oda de las partes míticas 116 71 61'2 891 Q.2 100 61 61 Q.3 45 26 57'7 Q.6 105 47 44'7 Q.7 95 53 55'7 Q.8 88 22 25 Q.9 112 51 45'5 Q.10 105 59 56'2 Q.13 115 50 43 1 4 ~.2 96 33 34 1 3 ~.5 124 41 33 ~.6 54 14 25'9 ~.8 100 24 24 ~.10 72 17 23'6 ~.11 64 27 42'2 P.12 32 21 65'6 !.3 84- 42 50 !.4 96 44 45'8 !.5 !.6(50) 54 29 53'7 66 10 15'1 N.7 -!.8 105 30 28'5 51 22 43'1 N.9 55 17 30'9 1. 1 68 17 25 1·5 63 21 33'3 -1.1.68 75 30 40 70 44 62'8 2210 ~ 41 1 7 total odas con mito central 892 Odas con milio 12eriférico. !:..l (51) 100 24 24 -P.3 P.4 -f·9 115 81 70'4 299 254- 84'9 125 93 74'4 !.l 72 44 61'1 !.10 90 54- 60 !.4 72 24 33'3 !.7 50 20 40 ~ ~ 64'3 2l22. lill. -48'4 total odas con mito 12eriférico total odas con mito de P1ndaro Bagu11ides. En algunos casos los porcentajes son simplemente aproximativos, cuando el texto se encuentra en mal estado y no sabemos d6nde empezaba o acababa un mito exactamente. Odas con mito central. total versos total versos de la oda de las partes míticas 1 184 ~.123 66'8 3 98 40 40'8 5 200 120 9 104 37 35'6 13 231 ~.125 54'1 total odas 817 ca.445 ~ con mito central 60 893 Odas con mito periférico. 11 126 83 65'8 total odas con g§. §2 65'S ~ ca.528 mito 12eriférico total odas con 2.§. mito de Baguilides En Baquilides los porcentajes son algo más altos que en Pindaro, sobre todo en los epinicios con mito central: mientras - que en el tebano oscilan entre un 65'6% (P.12) Y un 15'1% (N.6), - en Baquilides van del 66'8 de 1 hasta el 35'6 de 9. En los epinicios con mito periférico las partes miticas suelen ocupar, en general, mayor extensi6n que en los epini­ cios con mito central. En Pindaro nada menos que tres odas con mito periférico (~.3, ~.4, ~.9) superan el porcentaje mayor entre las odas con mito central (65'6). El ~ico epinicio con mito periférico de Baqu!lides tiene también un porcentaje bas­ tante superior a la media, aunque es ligeramente inferior al de un epinicio con mito central, la 22:!!. l. IV. Funci6n del mito. Jurenka divid1a en tres grupos los mitos de los epinicios de P!ndaro y Baqu!lides según su relaci6n con las partes no miticas: 1) mitos en relaci6n con el lugar de la victoria o el tipo de prueba; 2) mitos en reláci6n cón la patria o la familia del vencedor; 3) mitos escogidos por parang6n con las condi­ ciones personales del vencedor. Esta clasificaci6n es repro­ ducida tal cual por G. Fraustadt(52 ), Dornseiff(53) y Oehler(54); 894­ tambi~n zanghieri(SS) la reproduce, pero para despuás criticar­ la; finalmente, la matizan y amplían BischOff(S6), Thummer(S7) y Hamilton(S8). En el caso de Baqu!lides se puede mantener m!s o menos, pero debemos tener siempre en cuenta que a menudo las cosas no son tan sencillas, ya que con frecuencia hay dobles e incluso triples referencias, que s6lo pueden apreciarse de­ bidamente mediante el estudio pormenorizado de cada epinicio en particular. 1) Mitos en relaci6n con el lugar de la victoria: 9.10-20, l3.?-57. Se trata en ambos casos del primer mito del epinicio, más breve que el mito central (que en las dos odas se refiere a la patria del vencedor); en cada uno de los dos pasajes se narra una versión diferente sobre el origen y fundaci6n de los Juegos Nemeos ro; ~ (~ 9, los juegos fúnebres en honor de Arquámo­ 13, la lucha de Heracles con el león). Estrictamente hablando, un mito sobre el "tipo de prueba" en que fue conseguida la victoria que se celebra, no se encuen­ tra en Baqu!lides; el único ejemplo pind&rico es ~.12, tambi6n el único epinicio dedicado a un flautista, Midas de Acragante. Sin embargo, en el primer mito de B.13, aunque puede decirse que narra la fundación de los Juegos Nemeos en general, se re­ fiere más en particular al pancracio, la prueba en que ha venci­ do Piteas: los pancratiastas emplearán toda suerte de habilida­ des para derribar al contrario, como hizo Reracles (v.49 ~oCaLaL ~ÉxvaL, ~av­ ) para vencer al león, contra el que nada po­ d!an las armas. Los vv.5lJ.ss. muestran a las claras esta parti­ cular referencia al pancracio: ~ 1to~l q¡aflL 895 ~a~&EJ nEpL cr~E~ávo~cr~ nayKJecr~COu nóvov 'EA­ i\áve:crcr~] v t&pWEV~' lcrEcr.ea~.1f 2) Mitos en relaci6n con la patria: 1.7-140, 9.40-65, l3.l0o-~.170(59). El mito del epinicio 1 narra una leyenda local de Ceos, la patria del vencedor, pero al mismo tiempo parece que se quiere establecer también una relaci6n entre esa leyenda y la familia del vencedor, que descendería de Euxancio. Así, la transici6n del mito a la realidad se hace en los si­ guientes términos (vv.140SSe)(60): ~K ~oJV ~EV yÉvo~ lni\e: [~o Kap~EJ póXe: L p , APyELo [~ ••• En el largo mito del epinicio 11 también se relaciona de algún modo el relato mítico con Metaponto, por medio de la fi­ gura de !rtemis. Pero la funci6n del mito es fundamentalmente lIejemplar": así como !rtemis 10gr6 la curaci6n de las hijas de Preto, del mismo modo ha propiciado que Alexidamo haya obteni­ do una victoria tras su fracaso anterior. Hay, pues, que in­ cluir este caso en el grupo tercero. 3) Mitos escogidos por parang6n con las condiciones per­ sonales del vencedor: 3.23-62, 5.56-175, 11.40-112. En los epinicios pindáricos los mitos del primer grupo s610 se encuentran en odas dedicadas a griegos occidentales (una posible excepci6n, aunque dUdosa(61), es ~.11.17ss., en una oda dedicada al tebano Trasideo). En este punto, Baqu11i­ des difiere de Pindaro, pues el epinicio 9 celebra la victo­ ria de un fliasio.y 13 la de un egineta, y además en ambos 896 casos no se trata del mito central de la oda, sino de uno más breve incrustado en la secci6n inicial(62). El grupo más numeroso es, sin duda, el segundo. Los mitos que se refieren a la patria del vencedor son abundant!simos(63), en especial en las odas eginetas(64): los once epinicios pindiri­ cos que celebran a ciudadanos de Egina tienen mito central y en todos ellos menos en ~.8 ese mito es alabanza de la patria. Ba~ lides dedica dos epinicios a vencedores eginetas: el mito central de la ~ ~ 13 narra, en efecto, "historias de los Eácidas"; la 12, en cambio, es posible que no tuviera mito (ser!a la dnica oda egineta que careciera de ~l), pero nada se puede asegurar dado su estado de conservaci6n. La relaci6n con la patria es también predominante en el mito de los epinicios 1 (a Argeo de Ceos) y 9 (a Automedes de Fliunte). Pero la excepci6n la constituyen, tanto en P!ndaro como en Baqu!lides, las odas dedicadas a griegos occidentales(65): "La raggione salta subito agli occhi. Colonie recenti come quelle di Sicilia, se avevano culti locali, non potevano avere miti 10Cali H (66). Este hecho puede explicar c6mo, en el mito de B.ll, la acci6n se sit~a en el Feloponeso y s6lo al final se nos dice que el culto de Artemis fue llevado de allí a Me­ taponto, en un intento por relacionar tambi~n este mito con la patria del vencedor. En efecto, en los tres epinicios eon mito que Baqu!lides compone para griegos occidentales (la ~ 4 carece de mito), la narraci6n mítica es escogida en virtud de su relaci6n con las circunstancias personales del vencedor (grupo tercero). Al ya comentado caso del epinicio 11 se deben añadir 3 y 5, en ho­ 897 nor de Hier6n. En ambos poemas, como estudiamos en el comenta­ rio particular a ellos, el mito es escogido por su significado para Hier6n(67) , pero su funci6n es distinta, opuesta dir!a­ mos mejor, en cada uno de los casos: en el epinicio 3 el per­ sonaje central del mito, Creso, es un "ejemplo positivo", una contrafiguraci6n mítica de Hier6n; al contrario, en 5 tanto He­ racles como Meleagro son "ejemplos negativos", pues su desgra­ cia contrasta fuertemente con la buena fortuna del tirano, co­ mo ya apreció Blass(68): "fabula non illustrat ante dicta qui­ bus victoriam ceterasque Hieronis laudes extulerat, sed contra­ posita est n • v. Introducci6n formal del mito. Simplificando, podemos reducir a dos los procedimientos que emplea Baqu!lides para pasar de la realidad al mito (no sabemos cómo era introducido el mito de la Oda 1 ni el primer mito de la ~ 13): 1) mediante una sentencia cuyo contenido es ilustrado por el mito; 2) mediante una palabra-clave que sirve de enlace. Estos dos procedimientos son también los más frecuentes, con mucho, en los epinicios de Píndaro(69). Con­ viene advertir que algunos casos son en realidad una mezcla de ambos expedientes. 1) Una sentencia de transición tenemos en los dos epini­ cios con mito de Baqu!lides dedicados a Hier6n, 3 y 5. En 3 el mito se inicia con la conjunci6n ÉnEC , seguida del fre­ cuent!simo adverbio nO~E (v.23), que sitúa la acci6n en el pasado(7 0 ). En 5.56 hay desgraciadamente una laguna, de modo que no sabemos con exactitud c6mo se efectuaba la transici6n, I 898 aunque parece seguro que ~ambién se empleaba no-r, • En los epinicios de P!ndaro hay varios casos de senten­ cias de transici6n entre realidad y mito. En Q.9.29 se usa iD­ cluso, como en B.3.23, la conjunci6n lneC (71 ), y en Q.7.2? una expresi6n semejante, Kat y~p ••• no~e ,que asimismo es fre­ cuente en la introducci6n de un mito (cf. B.5.97, introducien­ do un mito dentro de un mito)(72).~También una sentencia in­ troduce una alusi6n m!tica en ~.4.289-290 ( KaL ~áv (73); el ejemplo m1tico es ilustraci6n de la sentencia) y ~.5.55ss. (ó€ , que marca una contraposici6n). Hay algunos casos intermedios entre los ejemplos de este primer grupo y los que estudiaremos en el grupo segundo; son aquéllos en que dentro de una sentencia se encuentra la palabra­ clave que, recogida normalmente por un pronombre relativo(74 ), introduce el mito: 0.4.19 ( ( a ~o~, ó~ánE~pa ••• ~nEp ••• ), 1.7.44 que recoge toda la sentencia anterior); en !.8.23 en lugar de un pronombre relativo tenemos uno anafórico, KEt­ vo~ KaC (= ~~óvo~ , deducido de ~~ovepoto~v -P.5.57 Ketvov ,v.21;~. ). Por último, en otros cuatro pasajes a la sentencia gene­ ral sigue la mención de un personaje al que le cuadra bien; el nombre es recogido luego por un pronombre relativo que in­ troduce propiamente el mito, por lo que también se pueden con­ siderar casos intermedios entre los dos grupos: 0.2.22-23 fnE~a~ ót AÓyO~ e~~póvo~~ Káó~o~o KoúpaL~, ~na~ov a~ ~eyáAa· 1:,.1.15-1 6 lS~~' I.v atv~ Tap~áP«f KEt~a~, aEWV nOA€~Lo~, 899 " EyEv~o ~.6.29-30 'l., xa~ npO~EpOV , Av~ C'\AOXO~ a '" ~~a~a~ vó~~a ~OÜ~O ~ÉPWVf ••• ¿s~ ~.9.79-80 ~yvov nO~E xal 'Ió\aov 06x &~~~áoav~á VLV tn~ánu\o~ 2) En fin, los casos más numerosos son aquéllos en que la transici6n se efectúa no por medio de una sentencia, sino tan s6lo por medio de una palabra-clave (el nombre de un hé­ roe o un dios, de la patria del vencedor u otra palabra cual­ quiera que establezca la relaci6n entre realidad y mito). Esa palabra-clave es inmediatamente recogida por: a) un pronombre relativo: B.9.39-40 ( ['Aawnólv ••• ~oü ••• ), ll.37s9. ( "AP~E~L~ ••• [~J~L nO~(E) ••• ), l3.97ss. ( [n~i..€aJ xa\ ~Ei..a~[w)~a ••• ~wv ••• ); Pi. Q.1.24ss. ( nÉi..o­ no~ ~ou ••• ••• li..aCa~f ~áv nO~E ), Q.3.139s. ( l2ss. ( atvo~ ••• av ... ), ••• ), Q.6. Q.6.28ss. ( n~~ávav ••• &~OL ••• ), Q.8.30S9. ( Ataxoü· ~óv ••• ), Q.9.7ss. ( &xpw~~p~ov ••• ~O ó~ nO~E ( a nO~E ••• ~Pq ), Q.10.24ss. ( &ywva ••• -' ~v ••• ••• ~.9.4ss. ( ••• ), Kt)páva~· ~áv vwv· oloL ••• ~.8.38ss. ••• no~€ ), ¡.10.30ss. ( ), Q.10.104--105 ( i..óyov • • • ••• ), ~.9.105ss. 'YnEp~op€Wv ••• nap' ( twv npoyó­ ol~ nO~E ••• ), ¡.11.16ss. ( 'op€o~a. ~ov ó~ ••• ), ~.11.58ss. ( XáPLV ••• a ~E ••• ), P.12.6ss. ( ~€XV'ff ~áv nO~E vwv ~nEp 'HpaKi..€o~ ••• &~ ... ~ nO~E • ( ••• lpW~wv ••• ••• ), ,H.3.21ss. ( ), ,H.4.24ss. ( 'Hpax\€o~ x~ó­ ••• auv ), ~.5.8ss. ( ~a~pÓnoi..Lv ••• ~áv no~{€) ), ,H.8.5 ss • 010~ KaC ••• ), ~.9.10ss. ( ~pwa ••• 8~ ~Ó~E ••• 1.1.12ss. (na~pCóL ••• lv ~ Ka' ••• ), 1.6.26ss. ( na~pó~· ), I 900 ~ÓV ••• ), I.8.18ss. ( ZDVC ••• g ••• ). b) Un adverbio anaf6rico o relativo(75): B.9.10 ( Ke[t~~, Ne~eaCou ZDVO, eó~aAE, x€&ov , vv.4-5); Pi. ~.4.3ss. que recoge ( nu~wv~ ••• ~v~a xo~€ ••• ). c) En !.1.16ss. en lugar de un relativo es el pronombre anaf6rico KeLvo, el que recoge la palabra-clave (véase, en el grupo primero, el caso de !.8.23): ~ Kaa~ope'~ ñ 'IoAáoL(~) ••• Ke'tvo" yáp ••• Para completar este estudio, conviene añadir que también se dan en los epinicios de P1ndaro otras transiciones: 1) en lugar de una sentencia propiamente dicha, una afir­ maci6n del poeta en primera persona, introducida por Q.13.49ss., li.7.20ss., !.1.33ss.(76 ). 2) ~av~C, A€yov~aL lyw &€ ••• : o expresiones similares(77): ~.1.52ss.t ~.2.21ss.t ~.3.86ss. y 112ss. ( &v~~xwv ~á~", ), !.7.84ss., li·9.39ss. 3) otras veces la parte m1tica comienza directamente con la oda misma; tal ocurre en los IIcatálogos m1ticos lt de li.lO. lss., tras la breve "Invocaci6n Poética" inicial, e !.7.1ss. (2!. también ~.3.1ss.). En !.4.52ss. el mito (Heracles-Meliso) es introducido por las partículas KaC ~oC xo~(e)(78). VI. Estructura del mito. Si hemos insistido repetidas veces en que la 6nica manera de comprender en su integridad las complejas relaciones que se establecen entre las partes míticas y no m1ticas de un epinicio es estudiar detalladamente todo el poema en conjunto (no s610 901 el mito), a fin de determinar la funci6n que el mito desempeña en &1, en cambio si es perfectamente posible analizar indepen­ dientemente el relato mitico desde el punto de vista de la fo~ ma, para hallar su propia estructura composicional, la técnica narrativa del poeta. La obra básica sobre la estructura for­ mal de los mitos pindáricos es el libro de 1llig, donde se es­ tudian los distintos casos detenidamente. 1llig insiste, en efecto(?9), en la necesidad de analizar con pormenor cada ejemplo por separado: "Ehe nicht, unter Bertlcksichtigung der technischen und inneren Voraussetzungen der mythischen Erz~­ lung im Epinikion tlberhaupt, in Einzelinterpretationen geprtlft ist, warum Pinder gerade so erzl:lhlt, wie er erz8.hlt n• Por su parte, Hamilton(80) distingue dos tipos de mitos claramente delimitados según su construcci6n en los epinicios de P:1ndaro: 1) la forma que llama "catalogue focus n (8l): el mito co­ mienza con un catálogo de héroes y de ese catálogo se escoge un personaje, cuya historia es relatada con mayor amplitud. Una variaci6n es lo que Hamilton denomina "balanced focus": el catálogo es suprimido y se produce el balanceo de dos "fo­ cos l1 • Este tipo de construcci6n es caracter:1stico de las odas eginetas. Hay catalogue focus en H.3, H.4, N.5, 1.5,1.6(82), e 1.8. En cuanto a la variante balanced focus, Hamilton(82bis) señala tres ejemplos, N.6, H.? y N.8. De los tres, solamente H.? es válido, ya que efectivamente hay un "balanceo" entre las historias de AYante y Neopt6lemo(83). En el mito de N.6 Hamilton afirma que se "balancean n la historia de la familia I 902 e los Básidas en forma de ~ o y el mito egineta; pero ya De­ mos dicho que el catálogo de victorias familiares no puede caa­ siderarse a~ mito. Por lo que respecta a !.8, el fi16logo ...­ ricano(84), rizando el rizo, une la narraci6n mítica relatiYa a taco (vv.6-22) con el relato del suicidio de Ayante para ca.­ seguir un nuevo ejemplo de balanced focus. De nuevo la excesi.-. tendencia a generali:.ar, a no dejar un solo caso luera de su esquema, ha jugado una mala pasada a Hamilton, que alarga~ acar­ ta, divide o junta los mitos para adecuarlos a sus teorias. 2) La forma que Hamilton llama "kephalaion ring ll (85), cu­ ya estructura es la siguiente: A: frase general (que Illig denomina "kephalaion-) que contiene un escueto resumen del cJntenido de1 mito; B: explicaci6n; Al: vuelta a la afirmaci. 5n inicial, aunque general­ mente no en los mismos t~rminos que al principio. El kephalaion inicial cuenta el I'.'ultado final del mito, de modo que la explicaci6n (B), que sigue formalmente al kepba­ laion, precede crono16gicamente(86). ¿Hay en Baquilides ejemplos de uno y otro tipo de estruc­ tura? Hamilton(87) dedica unas pocas lineas a aplicar los re­ sultados de su investigaci6n a -''.1estro poeta, y lo hace con acierto. El mito central de la egineta ~ 13 presenta tambi~n. co­ mo es habitual en Píndaro, catalogue focus(88). Pero el uso que Baquílides hace de este tipo de construcci6n es algo más com­ plicado que el que observamos en los mitos eginetas de Pindaro. 903 En efecto, hemos dicho que el catalogue focus consiste en un catálogo inicial del que se destaca un personaje en cuya his­ toria el poeta se detiene durante más tiempo. Este personaje es, normalmente, el áltimo de los mencionados: ~.3: Peleo, Telam6n, Aquiles; ~.4: Telam.6n, Teucro, Ayante, Aquiles, Neopt6lemo, Peleo(89); li.5: Endeide (Peleo y Telam6n), Foco y Psámate, Peleo; 1.5: hazañas de los Eácidas (sobre todo de Aquiles); 1.6: 1.8: Peleo, Ayante, Telam6n(90); taco y sus descendientes; Peleo y sobre todo Aguiles. El mito central del epinicio 13 de Baqu1lides comienza también con un catálogo de Eácidas: Peleo, Telam6n y, dentro ya del mito propiamente dicho, Aquiles y Ayante. Pero en lu­ gar de desarrollar simplemente la historia de uno de esos hé­ roes, Baqu1lides mezcla hábilmente las hazañas de los dos úl­ timos, Aquiles y Ayante, en la guerra de Troya, de modo que al final aparecen ambos como los mayores baluarte s de los aqueos y principales causantes de la caída de la ciudad de Pr1amo(9l). En efecto, tras el catálogo se refiere nuestro poeta a la tenaz resistencia de Ayante ante los ataques de Héctor en la lucha por las naves (vv.l05-l09); a continuaci6n, mirando al pasado, expone claramente la diferente suerte de los aqueos antes y después de la retirada de Aquiles del combate, causa princi­ pal de la situaci6n a la que se ha llegado (vv.llo-149); en los vv.15G-156 se vuelve a la lucha junto a las naves, y al final del mito, en muy mal estado (vv.157ss.), parece que se presen­ taba a los dos héroes desendientes de taco como responsables de la ruina de los troyanos I (2!. vv.164-l67). 904 Los mitos de los epinicios 3 y 11 proporcionan sendos claros ejemplos de kephalaion ring(92). En ambos, efectiva­ mente, el kephalaion inicial (A) se recoge al final (A'), que­ dando reservado el centro del mito para una pormenorizada ex­ posici6n de los hechos (B)(93). En el mito de una y otra oda la narraci6n gira en torno a un eje central, alrededor del cual las distintas partes se disponen en rtanillos conc~ntricosn, procedimiento del que t811­ bi~n se sirve P1ndaro(94 ). El caso de B.3 es más sencillo: Introducci6n (kephalaion) (vv.23-29) Actitud de Palabras de Creso Actitud Conclusi" (vv.35-49) de sus (recoge la Creso hijas (vv.29­ (vv.49­ 35) 52) (vv. 53-62) I En cambio, en B.ll este procedimiento se complica mucho más, al introducirse, dentro de la historia de la locura de las hijas de Preto, una nueva historia, la disputa entre Pre­ to y Acrisio y la colonizaci6n de Tirinto por el primero (vv. 59-81). Este segundo relato precede crono16gicamente al primero, de modo que Baqu11ides está empleando la t~cnica de la "crono­ logia retr6gada", que tampoco falta en los epinicios pindári­ cos(95): 905 vv.40-42------------~ VV.43 - 4 6 ] vv.47-52 vv. 53-54 vv.55-58 - - , VV. 59-6 3] VV. 64-76 vv.77-81 vv. 82-84 ----.) VV.8 5- 91 VV. 92-95 J VV. 95-109 vv.110-112 - - - - - - , As!, la estructura tanto del mito en su conjunto como de cada una de las distintas partes que comprende est~ marcada por la Ringkomposition( 962. Pero la tácnica de los "anillos concéntricos" y de la flcronolog!a retr6grada", con las distintas partes individuali­ zadas y unidas con las demás por medio de la ncomposici6n en anillo", no es exclusiva de los mitos que presentan kephalaion ring. Tambián en el mito central del epinicio 13, con catalo­ gue focus, se aplican éstas técnicas narrativas: las hazañas de Aquiles, colocadas formalmente en el centro, son crono16­ gicamente anteriores a las de Ayante, y las distintas partes se disponen en anillos concéntricos, tanto el mito en conjun­ to como la historia central inserta en él: 906 vv.10D-~04: intr iucci6n, presentaci6n ------------------------~ de Aquiles y Ayante vv.105-109: lucha junto a las naves, papel de Ayante vv.llD-113: mirada retrospectiva, que introduce el motivo "c6­ lera de Aquiles" - miedo de los troyanos~ (vv.114-120) vv.114-149: explicaci6n - c61era de Aquiles---, (vv.121-123) - comparaci6n (vv. 124-132) - c61era de Aquiles_--I (vv.133-140) - miedo de los aqueos; . los troyanos llegan _ _ ....J a las naves (vv.141­ 148) vv.15D-156: lucha por las naves vv.15?ss.: conclusi6n; méritos de los Eácidas. En los restantes mitos de Baquílides la estructura es más variada. En la larga narraci6n del epinicio 5 es totalmen­ te imprevisible, como señala Hamilton(9?), y el abrupto y sor­ prendente final, que tan bien explota nuestro poeta, impide absolutamente la Ringkomposition. No obstante, hay un cierto recuerdo de la técnica de los 907 "anillos concéntricos", ya que, tras los versos de introducci6n (56-76), el mito se estructura en cinco discursos directos, dis­ puestos del siguiente modo: vv.76-84: palabras de Meleagro vv.84-92: palabras de Heracles vv.93-l54: narraci6n de Meleagro vv.155-l69: palabras de Heracles vv.170-l75: palabras de Meleagro El discurso central (vv.93-l54) comprende la narraci6n, hecha por Meleagro, de los sucesos que desembocaron en su pro­ pia muerte; es decir, de nuevo un relato inserto dentro de otro relato. Pero también en este segundo relato interior la narra­ ci6n de los hechos es bastante lineal, y la única Ringkomposi­ E.2B. que se puede apreciar es la repetici6n del tema "c6lera de Artemis" (vv.97ss. y 122ss.), que sirve para introducir ca­ da una de las dos batallas que se cuentan, la lucha contra el jabalí y la posterior guerra entre etolos y curetes(98). El mito central del epinicio 9 (vv.40-65) es todo él un catálogo, de modo que se diferencia fundamentalmente de la forma que llama Hamilton "catalogue focus rr , donde se destaca uno de los personajes citados y su historia es narrada con ma­ yor pormenor. En todo caso, es más semejante a la variante que Hamilton denomina "balanced focus,,(99), donde el catálogo se elimina y hay dos "focos" de atenci6n que se contrapesan, aun­ que el caso que nos ocupa presenta a su vez la variaci6n de que los dos "focos" que se contrabalancean son precisamente sendos catálogos. En efecto, el mito central de la ~ 9 se puede dividir en dos partes: la primera (vv.40-46) es un ca­ 908 tálogo de los descendientf masc'_inos el ~ o AC':!::lpo y le a­ gunda (vv.4?-65) un catálogo de sus descendientes femeninos(lOO); ambas partes están relacionadas mediante numerosos ecos verba­ les, como ocurre habitualmente entre los dos "focos" que se contrapesan cuando hay balanced focus(lOl). En cuanto al mito del epinicio 1, su lamentable estado de conservaci6n impide cualquier comentario sobre su estructura de conjunto, pero debfa de ser bastante elaborada, a juzgar por lo poco que de él se conserva(102). Nos quedan, finalmente, los dos mitos no centrales de los epinicios 9 y 13, insertos en la secci6n inicial. Del mito de 13 conservamos únicamente los versos finales, de modo que su estructura de conjunto nos es igualmente desconocida(103). El breve primer mito del epiL.,,~io partes (a: vv.1D-14- b: transici6n a la act. V\" ~lidad.i' 9 (vv.1D-24) se divide en tres 5-20; c: vv•.7.-24, sentencias de cada una de las cuales se rela­ ciona con las demás mediante ecos verbales(l04); 909 NOTAS A "MITO" (1) Cf. Kt:Shnken, p.l4-, con n.9l; Lasso de la Vega, liLa Séptima NemeB:"":"••• ", p.84-. (2) Cf. Kohnken, pp.9ss. (3) Cf. Hamilton, pp.3ss.; Kt:Shnken, pp.lss., sobre todo pp.13ss. (4-) Cf. van Groningen, pp.33l, n.l, y 358, con n.l; Burton, pp. ~-64; Kohnken, p.10, con n.60. 7y (5) Op. cit. en "Introducci6n", n.26. (6) Gildersleeve; tomamos la cita de Lasso de la Vega, "La Sép­ tima Nemea ••• ", pp.64-65. (7) Cf. Illig, pp.lss. (8) Pindaro, Roma 1958, pp.30 y 121. (9) Cf. Lasso de la Vega, tILa Séptima Nemea • • • 11, pp.66-67. (10) Qt. van Groningen, p.335. (11) Cf. Illig, p.4-. (12) Ya H. Frankel, we§e und Formen, p.355; véase K5hnken, p.10; van Groningen, p.334-. chadewaldt (p.267) comienza por llamar al mito "der festeste Teil des Programms", pero luego apenas se ocu pa de estudiar su funci6n en la oda. Van Groningen, al contra- ­ rio, incluye el mito entre los "motivos arbitrarios", "ceux que le po~te développe parce qu'il a quelque chose A dire, ou sim­ plement paree quetel est son bon plaisir ••• et ••• ceux-ci ne présentent qu' un rapport plus ou moins éloigné avec le cen­ tre matériel de l'ode" (p.325); no lo considera un elemento tan esencial como los personalia ("la narration mythique, moins essentielle 1 trouve sa place logique entre les deux (éléments d' actualite) ", p.327), pero en su posterior análisis de poemas individuales se esfuerza por estudiar los posibles lazos de uni6n entre las partes m1ticas y no m1ticas. (13) P.12. Sobre la significaci6n de los mitos pindáricos, véan­ se las profundas páginas de Schadewaldt, en su recensi6n del li­ bro de Illig (Deutsche Literaturzeitun~ LV 1934-, pp.14-07-l4-l2 • Hellas und Hesperien, Stuttgart 1970 ( edici6n), 1 181-186 (pp.94-98 de la 1ª edici6n). ª (14) Aspects of Pindar's arte A literary study of Nemean 11, .1 ians XIV XII and IV .. and P:1thian 1, Dis. Stanford 1972 (mi­ ·crofJ.lm ;so re este punto, v ase Lasso de la Vega, "La Séptima Nemea ••• ", pp.84-85. 910 (15) Véase, sobre ello, K5hnken~ p.9. (16) Sobre las "dobles referencias" de los mitos, véase, por ejemplo, Burton, p.ll? (l?) Sobre el tema, véase KBhnken, pp.226-22?; B. Gentili, "Aspetti del rapporto poeta, committente, uditorio nella li­ rica corale greca l1 , §!1! XXXIX 1965, p.?2. (18) Lasso de la Vega, "La Séptima Nemea ••• ", p.83. (19) "Las omisiones de P!ndaro son de lo más significativo de sus mitos" (Lasso de la Vega, "La Séptima Nemea ••• ", p.123). (20) Q!. Gentili (art. cit. en n.l?), p.84. (21) Véase nuestro comentario a ambos pasajes, especialmente al segundo. Kohnken ha escogido precisamente los epinicios que estudia en su lipro por narrar diversas variantes de una le­ yenda, lo que le permite tratar la funci6n del mito en cada caso a la luz de las variaciones que introduce el poeta en una oda con respecto a otra (cf. pp.15ss.). (22) Las criticas del uso abusivo que hace Hamilton del con­ cepto de mito, con enumeraci6n de pasajes concretos, pueden encontrarse en las Reseñas de Cingano. pp.184-18?; Newman, pp.419-420 y ~22; Radt, pp.398-400; K5hnken, passim. (23) pp.14-15. (24) Q!. K5bnken, Reseña, p.128; Péron, Reseña, p.2?9. (25) Véanse las Reseñas de Cingano, p.l84; Newman, pp.419-420; Péron, p.2?9; K5hñken, p.12? Son claros, por ejemplo, los casos de P.l.16-28, N.l.13-18, N.8.23-32 (cf. Hamilton, pp. 43-44, doñde intenta-eliminar esta tlexcepc'IOn" a base de unir este relato mítico con los otros de la oda, que no tienen na­ da que ver con él; en el "c6digo tr considera "Mito" la refe­ rencia a C!niras, v.18), P.9.?9-88; más dudosos son otros ejemplos que aduce Newman-(0.9.29-35, N.3.22-26, N.4.25-30), en los que el poeta inicia ün relato mítico, pero-se interrum­ pe y la narraci6n sigue otro curso. (26) Reseña, p.l84. (2?) P.21, n.? (28) Véase el "c6digo" en la p.lOl; en p.l02, n.22, parece incluir como "mito presente" los vv.21-24, que son en reali­ dad las sentencias de transici6n a los personalia!H (29) P.80. (30) En p.21, n.4, Hamilton reconoce un antecedente en Illig (p.?). El autor alemán afirma en otra ocasi6n (p.l?, n.5) que 911 no trata en su libro los pequeños interludios mito16gicos que se encuentran dentro del programa (lidie ganz kurzen, mytholo­ gischen Einlagen innerhalb des tProgramms tn ). (31) P.8. (32) pp.14-l5 Y 28. Es cierto que tal clasi~icaci6n no cons­ tituye ninguna novedad (c~. Cingano, Reseña, pp.189-l90; véase, por ejemplo, Illig, p.17~n.5), pero sI lo es el estudio sis­ tem~tico que pretende llevar a cabo Hamilton. En nuestra opi­ ni6n, la distinci6n entre epinicios con mito central y epini­ cios con mito peri~érico es muy ~til en un an~isis ~ormal, pese a las reservas de KBhnken (Reseña, p.127). (33) Hamilton las IIcodi~ica" en las pp.97-98. (34) P.lOl; pero véase p.29 y el cios en la p,75. (35) Hamilton las IIcodi~ica" an~lisis de estos dos epini­ en las pp.98-l00. (36) Cingano (Reseña, pp.184-l85) ~irma que P.5 es una oda sin verdadero mito; pero la historia de Bato puede per~ecta­ mente considerarse mito central. (37) P.lOO. (38) P.15. (39) C~. Hamilton, pp.29 y 73-74. En su lIcuadro de material miticO" se observa que el mito de P.l2 ocupa la posici6n cen­ tral de la oda. Véanse las criticas de KBhnken (Reseña, p.l27), Cingano (Reseña, pp.186-l87) y Newman (Reseña, p.420). (40) C~. pp.56ss. Es una idea alabada por sus recensionistas; Newman, Reseña, p.422. ~. (41) Sobre I.7, véase nuestra nota 128 al epinicio 10 de Baqu1­ lides. ­ (42) pp.72ss. (43) Hamilton, pp.74-75. (44) Hamilton, p.75. Es también al principio tengan otro mito al ~recuente que las odas con mito ~inal que les sirve de contra­ peso (f.3, P.9, N.lO). (45) Hamilton, p.2l, n.9: "in the peripheral myth odes, only the Myths o~ !:.9 and li.lO go to the close o~ the ode". (46) Q!. Hamilton, p.82. (47) PP.l7-l9. 912 (48) pp.26ss. (49) Los datos relativos a Pindaro los hemos tomado de las tablas de Hamilton (pp.3l-32). (50) Hamilton (p.3l) afirma que el mito de N.6 ocupa veinti­ versos, pero porque en él incluye la afabanza de los Básidas, la familia del vencedor (ef. pp.42 y 59), que no pertenece aún al relato mitico proPiamente dicho; v~ase Radt (Reseña, p.400) y Ktlhnken (Reseña, p.126). tr~s (51) Hamilton indica que las partes mitieas de P.l ocupan veinticinco versos, pero el mito de Tif6n empieza en el v.16, no en el v.15, como él cree. (52) Encomiorum in litteris Graeeis histor1a, D1S. Le1pzig 1 O , pp.2l­ ue ad Romanorum aetate. sobre todo 0-31. (53) P.120. (54) 4A~a~r=a~u~1~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ M Dis. p.73. (55) PP.59ss. (56) pp.46ss. (57) I 110-121. (58) PP.17-l9. (59) V~ase nuestro capitulo "Loa de la Patria", pp.1109ss. (60) Q!. los mitos de Pi. ~.4 Y P.5. (61) Cf. Thummer, 1 112; Hamilton, p.18; Young, Three odes of Pindar; pp.lss.; Burton, pp.63ss.; van Groningen, PP.358ss. (62) Cf. Oehler (Ot. cit. en n.54), pp.58-59 sobre Pindaro, y p.6~sobre Baqu~ides. (63) V~anse los cuadros reproducidos en nuestras páginas 1ll6ss. Cf. Oehler (op. cit. en n.54), p.59; Zanghieri (p.58) explica por qu~ son tan numerosos los mitos que cantan las glorias de la patria: n! una fusione delle glorie patrie con quelle dell' uomo celebrato. Questi porta lustro alla sua cittA, la aggiun­ ge gloria, si rende degno delle sue gloriose tradizioni ••• ". (64) n.7. V~ase nuestro capitulo "Loa de la Patria", p.1149, (65) V.§ase nuestro capitulo "Loa de la Patria", (66) Zanghieri, p.58. p .1109. 913 (67) 2[. Oehler (op. cit. en n.54), p.69. (68) Prefacio, p.XXIII. (69) 2[. Dornseiff, p.120. (70) Cf. Burton, p.49; F. Dornseiff, Die archaische Mythener­ zIDlluli, Berlin-Leipzig 1933, pp.17 Y 51; W. J. Slater, "Lyric narra:C~ve: structure and principle", CIAnt II 1983, pp.118, 119, 127 Y 128. (71) 2[. Oehler (oP. cit. en n.54), pp.7o-71. (72) Sobre yáp , v6ase Illig, p.32, n.4; sobre xa~ yáp, Oehler (op. cit. en n.54), p.70. KaL yáp Ro~e es una de las posibles lecciones para rellenar la laguna de B.5.56. (73) Sobre ~áv , v6ase Illig, p.32, n.4; Oehler (op. cit. en n.54), p.71. Ka\ ~áv no~e es otra lecci6n posible en B.5.56. (74) Sobre la introducci6n del mito mediante un pronombre re­ lativo la bibliografía es abundante: Oehler (op. cit. en n.54), p.71; des Places (op. cit. en Oda 6, n.20), pp.48ss.; Thummer, I 133ss.; K5hnken, pp.129, n.6~32-133, 159-160; Illig, pp. 31 y 32, n.4; Young, Pindar Isthmian 7, ·p.35. (75) Cf. Young, Three odes of Pindar, p.32, n.4. (76) En este último caso se usa ~~ rácter ~pico; ~. Illig, pp.2o-21. exclamativo (v.35), de ca­ (77) 2[. Oehler (op. cit. en n.54), p.70. (78) Q!. Oehler, ibid., p.71. (79) P.5. (80) PP.56ss. (81) 2[. ya Illig, p.18; Y Schadewaldt, pp.309 y 339; tambi6n K5hnken, pp.198-199, 207, 213, con n.l. Caso por caso estudia Hamilton los distintos mitos en las pp.57-60. (82) Pero 21. Radt, Reseña, pp.398-399. (82 bis) PP.59-60. (83) Para las relaciones entre los mitos de Odiseo-Ayante y de Neopt61emo, v6ase K6hnken, pp.37ss., sobre todo 60ss.; Lasso de la Vega, tiLa S6ptima Nemea ••• ", p.99. (84) PP.43-44 Y 60. I I I (85) Cf. ya Illig, passim; van Groningen l pp.351ss.; Young~ Three-odes of Pindar, p.33, n.2; Slater ,arte cit. en n.70j, 914 que estudia sobre todo pasajes homéricos, pero también algunos pindáricos. (86) Para los casos particulares, véase Illig, passim; Hamil­ ton, pp.61-65. (87) P.82. (88) De 12, el otro epinicio de Baquilides dedicado a un egi­ neta, ya hemos dicho que sólo nos han llegado un par de frag­ mentos de varios versos, de modo que no podemos saber con se­ guridad si tenia o no mito, aunque los distintos comentaris­ tas suelen inclinarse más bien por lo áltimo. Sin embargo, Hamilton (p.84, n.14) afirma: nOde 12 is also Aeginetan and seems to have a Myth as well as Aegina Praise", suponemos que refiriéndose al discutido catAlogo de victorias de los vv.35ss.; pero ni siquiera sabemos si esas victorias cata­ logadas eran de los compatriotas o solamente de los familia­ res de Tisias (véase también p.l02, donde Hamilton codifica "HaP (M)?"). (89) También se habla algo de Telamón, pero menos que de Pe­ leo. Sobre la estructura del catálogo, véase K~hnken, pp. 198-199; una opinión contraria a la de K~hnken sostiene C. Carey, "Three myths in Pindar: N.4, Q.9, N.3 1f , Eranos LXXVIII 1980, pp.146-151. ­ (90) Para más detalles, véase la pormenorizada critica que hace Radt (Reseña, pp.398-399) al análisis del pasaje por parte de Hamiiton. (91) Véase nuestro comentario al epinicio, pp.788ss. (92) Hamilton, p.82. (93) Hamilton (pp.61ss.) señala que en algunos mitos pindá­ ricos, tras recogerse la afirmación inicial el relato no acaba, sino que se añade una ampliaci6n imprevista; tal ocurre, por ejemplo, en el caso de 0.10 o P~2. En B.3 Al marca claramente el final del mito y la vuelta a los sonalia, pero en B.ll se añade una coda final (vv.113- 6), que tampoco era previsible. Pi2­ (94) Cf. Illig, pp.58ss., donde estudia con detalle numerosos ejempIOs; en pp.59-60 se ocupa precisamente del epinicio 11 de Baquilides; véase también van Groningen, pp.349ss.; Young, Three odes of Pindar, p.33; Slater, arte cit. en la n.70. (95) Véase, además de las páginas citadas de Illig, van Gro­ ningen, pp.327-328 y sobre todo 352ss., a propósito de 0.7; es también el tema del reciente articulo de A. Hurst. ­ (96) Es un tema muy estudiado en los epinicios de Pindaro y que nosotros hemos destacado también en nuestro comentario a las odas de Baquilides. Cf. G. Fraccaroli, Le odi di Pin­ - 915 daro dichiarate e tradotte, Verona 1894, pp.136 Y 385; Illig, ,aSSim, sobre todo pp.56ss.; Schadewaldt, p.308, n.l; Bowra, indar, pp.310-311; Young, Pindar Isthmian 2, p.35; Greengard, p.5!. (97) P.82. (98) Para más detalles, véase nuestro comentario al epinicio, pp. 28988.; el tema lo trata recientemente J. Pinsent, que no aporta nada nuevo. (99) pp.56 y 59-60. (100) También en la lista inicial de glorias de Argos qu~ ~bre la N.IO de Plndaro se dice que la ciudad x,at y1Jva .. ~ .. v x,aA.Af.,KÓ­ ~o .. af.,v &p~~EÚE" náAa~· (v.lO), pero de hecho no hay una sepa­ raci6n tan tajante entre hombres y mujeres, sino que se mez­ clan en el catálogo. (101) C~. Hamilton, pp.59-60. Para los ecos verbales entre las dos parres en que se divide el mito central del epinicio 9, véa­ se nuestro comentario al poema, pp.531ss., sobre todo 535-536. (102) Véase nuestro comentario al epinicio 1, pp.77ss. (103) Para una reconstrucci6n hipotética, véase el comentario al epinicio, pp.761-762. (104) Véase el comentario al epinicio, pp.510-511. 916 INVOCACIÓN PO!TICA - Hamilton, pp.l? y 19-20; Thummer, I 107-110 Y Ir 83ss.; Scha­ dewaldt, pp.269-28l; Kambylis, Anredenformen. l. Concepto y frecuencia. Es una invocaci6n dirigida a una divinidad (normalmente no panhe16nica), que suele situarse al comienzo de la oda y con­ cierne a la victoria actual y al canto que la celebra(l). Consta habitualmente de un vocativo, con el que se nombra a la divini­ dad, y de una petici6n, aunque 6sta puede faltar (2f., por ejem­ plo, Pi. li.8 o 1.5); a menudo adopta la forma de un largo himno. Corresponde, aunque s6lo parcialmente, al "proemium lt de Dissen y al "prooimion" de Schadewaldt, que son conceptos más amplios(2). Su frecuencia en los epinicios de Píndaro y Baquílides es la si­ guiente. De los cuarenta y cinco epinicios conservados de Píndaro, veinticinco tienen "Invocaci6n Po6tica" (5515~)(3). Como más adelante comprobaremos, se ubica al principio de la oda, salvo en Q.13 (en el centro de la secci6n inicial) y !.5 (no exacta­ mente al principio, sino que precede una comparaci6n del poeta con el escultor). 1:.1 tiene dos n~oe.aéiQnes Po6ticas", una al comienzo de la oda y otra en el epodo tercero, vv.58ss.; tam­ bi6n Q.14 presenta otras dos, que prácticamente convierten esta breve composici6n en un himno continuo(4). 1) Odas sin mito. De diez, cinco tienen "Invocaci6n P06ti­ ca" (Q.4, 5, 12, 14; l.ll): 5~. 2) Odas con mito. De treinta y cinco, veinte tienen "Invo­ caci6n P06tica": 5?·1~. 917 a) Con mito central. Quince de veintisiete (Q.2, 8, 10, 1;; P.2, 8, 11, 12; N.;, 5(5), 7, 8, 9; 1.1, 5): 5515~. b) Con mito - perif~rico. - Cinco de ocho (~.l, 4; !.l, 10; I.7): 62'5%. De los quince epinicios conservados de Baquílides, s6lo pode mos tener en cuenta trece, ya que en dos de ellos (8 y 1;) la apertura de la oda, el lugar más propio para la "Invocaci6n Poética", se ha perdido, aunque en 1; pudiera haber una "Invo­ caci6n Poética" inicial, a juzgar por la palabra ~~E~W del v.9(6). En diez epinicios hay "Invocaci6n Poética", casi siempre abriendo el poema; el epinicio 5 tiene dos, una al comienzo de la oda y otra iniciando la secci6n final. Solamente falta en 4 y 6 (que comienzan directamente con la "Menci6n Compleja") y 14 (que se inicia con una larga parte gn6mica)(7). Así pues, hay "Invocaci6n Poética" en el 76'9% de los epinicios de Baquílides, como mínimo. A la hora de distinguir entre odas con y sin mito, debemos contar siempre con las limitaciones impuestas por el mal estado de conservaci6n del texto(8). 1) Odas sin mito. Tienen "Invocaci6n Poética" 2, 7, 10, 12 Y l4B, si es que estos dos últimos son epinicios sin mito; care­ cen de ella 4, 6 Y 14, los tres únicos epinicios de Baquílides que no comienzan con "Invocaci6n Poética". 2) Odas con mito!_cinco de cinco, 100% (1, ;, 5, 9, 11, ésta última con mito periférico; quizá tambi~n 1; comenzara con "Invocaci6n Poética ti). A la vista de estos datos, parece tener raz6n Hamilton(9) cuando afirma que Píndaro presenta una mayor variedad en la 918 forma y el contenido de sus "proemios", as! como en la posici6n de la "Invocaci6n Poática". En efecto, el porcentaje de odas con "Invocaci6n Poética" es bastante m!s alto en Baqu!lides (76'9 frente a 55'5 de P!ndaro). Por otro lado, en P!ndaro ape­ nas bay diferencia entre las odas con y sin mito en los que res­ pecta a la frecuencia del uso de la "Invocaci6n Poática" (57'1~ frente a 50% a favor de las odas con mito), mientras que en Ba­ qu!lides bay una buena diferencia, también a favor de las odas con mito (lO~ frente a 62'5%1), basta el punto de que todos los epinicios con mito de nuestro poeta se abren con "Invoca­ ci6n Poética n • Digamos, por último, que lo.s "pr.oemio8~:4e ~ndaro no s6lo presentan una mayor "variedad" que los de Baqu!lides, sino tam­ bién una mayor "profundidad", como ba demostrado Scbadewaldt(lO): "Wo Pindar den Hymnos im Epinikion verwendet, wird ibm diese Form zu einem Organ religi~ser Seins- und Wesenserkenntnis; der Dicbter entfaltet durcb die Beziebungen der g6ttlichen Gestal­ ten zueinander, durcb ibr Wesen und ibre Werke den Inbegriff einer wertbaften Eigenscbaft des Sieges oder des Siegers. Dem Bakcbylides dienen saine beliebten Anrufungen der Muse Kleio oder der Pbema und sonstiger Gestalten zum Ausdruck anmutig bunter Festlichkeit. Ibm ist die Hymnenform wesentlicb Tr!ger gstbetiscber Werte, kaum bedeutsamer als bei seinem Nacbabmer t I ! Horaz". El poeta tebano expresa a menudo en sus invocaciones, de profundo significado religioso, conceptos claves para la comprensi6n de la oda(ll), o es capaz de deducir toda una con­ cepci6n religiosa de la poesía (f.l) (12) • 919 11. Personaje invocado. 1) ,?:!.ndaro(13). a) Lugar: Q.5 (Oamarina), Q.8 (Olimpia), P.12 (Acragante), N.l (Ortigia), I.l (Teba), ~.2 I.7 (Siracusa), (Teba); total, siete veces. b) "Musa": Q.2 ( 6~vo a.), Q.lO (Musa), Q.14 (Gracias), (forminge, v.l; Musa, v.58), P.4 U-rusa), N.3 (Musa), N.5 -P.l -( ), !.9 (Musas), !.10 (Gracias); total, diez veces. &o~óá c) Personificaci6n (14): 0.12 ( Tt1xo: ), Q.14 (Eco), ~.8 ( 'Haux Co: ), !.8 ( "'Opo: ), !.ll (Hestia); total, cinco veces. d) Divinidades mayores: Q.4 (Zeus), Q.13 (Zeus); total, dos veces. e) Divinidades menores: P.ll (hijas de Oadmo), !.7 (Ili­ tia), 1.5 (Tia); total, tres veces. 2) Baquilides. a) lfMusa": 1 (Piérides), 3 (Ol:!.o), 5.l76ss. (Oal:!.ope), 9 (GraCias), 12 (Cl:!.o;.:¿tambi'n 131); total, cinco veces. b) Personificaci6n: 2 (Fama), 7 (¿N'mesis?, ¿H~mera?, ¿o acaso Hécate?), 10 (Fama), 11 (Victoria), l4B (Hestia); total, cinco veces. c) Vencedor: 5 (Hier6n). En este aspecto es también notable la diferencia entre el usus de P:!.ndaro y de Baqu:!.lides. En P!ndaro predomina la invo­ caci6n a la "Musa", en la que inclu:!.mos "canto", "forminge", y tambi~n las Gracias, que a este respecto desempeñan un papel semejante al de las Musas(15). También buena parte de las "In­ vocaciones Poéticas ll de Baqu:!.lides van dirigidas a las ItMusas n (16)¡ pero mientras que en P:!.ndaro el segundo lugar lo ocupan las 920 invocaciones dirigidas a la ciudad del vencedor (o a la ninfa local, que viene a ser 10 mismo; en 0.8 al lugar de ce1ebra­ ci6n de los juegos), en Baqui1ides no contamos con ningún ejem­ plo de este tipo de invocaciones, y, en cambio, ocupan un lugar predominante (tantas veces como la dirigida a la "Musa") las invocaciones a "personificaciones", que en el tebano son bas­ tante menos frecuentes. Por último, Pindaro se dirige en tres ocasiones a divinidades menores y en dos a Zeus (el caso de Q.13 es especial, pues se unen "Plegaria para el Futuro" e elnvocaci6n Poética ll ); nada de esto encontramos en Baquí1ides. Por el contrario, la invocaci6n inicial al vencedor en B.5 es un caso ~ico, muy debatido(17). III. Posici6n. La posici6n que esperamos ocupe la "Invocaci6n Poética" es, naturalmente, el comienzo del poema, y ello se confirma en casi todos los casos. Son s610 cinco las excepciones, cuatro en P!n­ daro y una en Baqui1ides. Una pequeña variaci6n ofrece !.5, que no empieza directa­ mente con "Invocaci6n Poética", sino que ésta sigue a una breve comparaci6n del arte del escultor con el del poeta ("Tarea del Poeta"), la cual abre la oda. En tres epinicios, Q.14, ~.l Y B.5, encontramos dos "In_ vocaciones Poéticas"; en los tres casos la primera de ellas inicia la oda. En B.5 la segunda es a la vez "f6rmula de rup­ tura", que interrumpe súbitamente el mito e introduce la secci6n final; es decir, en este epinicio, y s6lo en él, las dos seccio­ nes que enmarcan el mito se inician con "Invocaci6n Poética". I 921 8e trata asimismo del único caso que conocemos de "Invocaci6n Po~tican ~.l, usada como "f6rmula de ruptura". la oda más complicada del corpus pindárico, a decir de Bamilton, tiene mito periférico, que sigue precisamente a la larga "Invocaci6n Poética" himnica con que el poeta da comien­ zo a su composici6n. La segunda ItInvocaci6n Poética", a la Musa, se encuentra en los vv.58ss., y con ella pasamos de la persona de Hier6n a la de su hijo Din6menes, cuya alegría por la vic­ toria es también grande(18). Q.14 tiene, como hemos adelantado, un carácter himnico MU7 acusado, pues a la larga invocaci6n himnica inicial (vv.1-20) sigue otra invocaci6n dirigida a Eco, que cierra la oda (vv. 20-24). En realidad, como nota Hamilton(19), la segunda invo­ caci6n, más que una petici6n, es un lIencargo" del poeta, seme­ jante a los que hallamos, por ejemplo, en !.2.24 ( ~ ~o~t~a~ ), 1.2.47 ( NLKáaa~~(E) ) o 1.5.62. Nos queda, por fin, Q.l;, epinicio con mito central, en el que la "Invocaci6n Poética" (que presenta un carácter dual, pues es al mismo tiempo "Plegaria para el Futuro") ocupa el centro de la secci6n inicial (vv.24-;0; la secci6n tiene cuarenta y nueYe versos), iniciándose con la triada segunda. La triada que pre­ cede es fundamentalmente una alabanza de la patria, mientras que el resto de la secci6n que sigue a la "Invocaci6n Poética­ es esencialmente un catálogo de las victorias de Jenofonte y de sus familiares. Precisamente es la "Plegaria para el Futuro" ­ IIInvocaci6n Poética" lo que sirve de pivote para pasar de una alabanza a otra (vv.24ss.): J( v~a~ '.1."'" EvpU avaaawv 922 'OAv~nCa~, &~~6v~~0~ lnEaO~V y€VO~O xa\ Xp6vov ~6VÓE &nav~a, AaOV ZEÜ ná~Ep, &~Aa~~ VÉ~WV 8EVO~WV~O~ E~~VVE óaC~ovo~ O~poV· &É~al. ~€ ot ••• IV. Estructura de la "Invocaoi6n Poética". Conviene distinguir, en primer lugar, entre aquellas in­ vocaciones que presentan carácter himnico y las que no lo tie­ nen(20). Un himno consta esencialmente de: 1) Invocaci6n a la divinidad. 2) Predicaci6n en la que se recoge su genealogía, funcio­ nes ("aretalog!a H(2l)) o ubicaci6n. 3) Petici6n de asistencia. En los epinicios de Píndaro cumplen estos requisitos nueve "Invocaciones Poéticas l1 : Q.4-, 8, 12, 14; !:..l, 8; !l.7, 8, e 1.5 (no obstante, en las dos últimas falta la petici6n de asisten­ cia, y rasgos hímnic08 tienen también P.12 y !.ll). Schade­ I I I t I I I I waldt(22) no señala Q.4 ni Q.8; Burton(23) afirma que nueve proemios pindáricos tienen carácter h!mnico, pero no indica cuáles; Hamilton, por su parte, s6lo especifica en su "c6digo l1 E,.l y P.8. En lo que respecta a Baqu!lides, Burton asegura que ocho proemios tienen carácter h!mnico, pero nos parecen más acerta­ das las palabras de Pieper(24): nA similar type of proemium (como el de 11) is found in nine of Pindar's epinicians, but in Baechylides a simple invocation i8 more common rt • En efecto, dejando aparte la Oda 1, cuya HInvocaci6n Poética" está mal 923 conservada, tienen carácter himnico las invocaciones de ? y 10, probablemente, y con seguridad la de 11; no ocurre as! en 2, 3, 5, 9, 12, mientras que l4B presenta algunos rasgos himnicos. Estudiemos cada uno de los elementos componentes de las "Invocaciones Poéticas 11 , tanto de las h!mnicas como de las que no lo son. El vocativo. Antes de iniciar una clasi~icaci6n de los di~erentes ti­ pos de vocativo (que, por cierto, se inspira, aunque sin se­ guirla exactamente, en la que lleva a cabo Langhol~(25)) que­ remos hacer algunas aclaraciones. Es muy corriente que en la invocaci6n a la divinidad se encadenen una serie de vocativos seguidos; pues bien, en tales casos, muy numerosos como decimos, tendremos en cuenta únicamente el vocativo principal. Así, por ejemplo, en Pi. At~€w ~.12.lss.: OE, ~LhárhaE, xahACo~a ~po~Eav nOhCwv, ~EpoE~~va~ ~óo~, &~t aX&aL~ ~nL ~~hO~Ó~OV vaCEL~ tAxpáyav~o~ lÓó~a~ov xOhwvav, ~ ~va, entrará en nuestra clasificaci6n únicamente el Último vocativo, el que contiene el nombre o apelaci6n de la divinidad (~ ~va ), aunque en algunos casos sea dificil distinguirlo. Un caso especial se presenta cuando hay dos vocativos se­ parados; nos referimos al tipo, que luego estudiaremos más de­ tenidamente, de B.ll: v.l NCxa yhvxvowPE vv .8-9 ~a:&'UJ nhoxá¡J.o'U xovpa: ~[~uro~ &pJ&oóCxou. En estos casos tendremos en cuenta ambos vocativos. Por último, señalemos que, debido a su estado corrupto, no podemos clasifi­ 924 car la invocaci6n de B.1. 1) Con interjecci6n. a) Simplemente ti señor , señora" ( &lo-noLva, '1tÓ~VLa, ava etc.): Pi. .,.. ava " w ~.12.3 1,.5.6 wvaooa. " b) "Señor, señora" con amp1iaci6n: Pi. Q.14.13 !.3.1 ~ -n6~vLa Motaa. c) Simplemente nombre: ~ Pi. Q.10.3 Moto(a). d) Nombre + adjetivo: ~ ~Lnapa~ &OC&L~OL ~aoC~ELaL Pi. Q.14.3-4 XáPL~E~ 'EPXO~EVOU, .,.. ( w 0.1 4 .13-16 , " nO~VL t) Ay~ata ~L~~oC~o~n€ ~' E6~poo6va • • • ••• ,.aa~Ca ~E lp"oC~OAnE ••• ~.2.1 MEra~o'1t6ALEb ~ 1,.7.1 ~ ~áKaLpa 8~~a EupáKooaL B.2.1 ~J OE~VO&ó~ELpa ~~a B.9.1 ~ xpuoa~áKa~oL X~pL[~JE~. e) Perífrasis "hijo de ••• ": · _.. O4 6 P ~. P 11 • 7 _. ' a~~ .,.. w ,.,.. w KpÓvou naL (27) N -&« naL E~ f) Per1frasis t'hijo de ••• " B.7.1-2 ~ ~Lnapa ~6ya~Ep NUwcó~, , AP~OVLa~. i- adjetivo: Xpóvou ~E ~[aC 925 Dentro del último apartado podemos incluir 2. 8 .9 tambi~n Pi. , que se corresponde con 06Au~nCa del v.l, exactamente como en B.ll se corresponden NCxa yAuxvówPE (v.l) y ~[~uyo~ &p1~oóCxou ~a~uJnAoxá~ou xovpa (vv.8-9); la estructura de ambas invoca­ ciones es, en efecto, muy semejante(28). 2) Sin interjección. a) Simplemente "señor, señora": ningún caso. b) "Señor, señora" con ampliación: Pi. 2.13.26 ná~Ep ZEÜ v Opa nó~v~a. N.8.1 c) Simplemente nombre: Pi. 2.5. 4 Kallápl.va 2. 8 • 1 06Au~n'a !:.1.58 'AXo! Mo!aa P.4.3 Mo!aa N.l.2 top~uyCa !t.?l tEAE'.&U~a: .!.9.1 Motaa~ !t.lO.l Xáp~~q; !.ll.l 'Ea~Ca B.IO.l Ma~Ep ~ xpuaoa~E- &:É~AWV ) cpáv(»v 2. 14 • 21 (pero antes ~]Ila. d) Nombre -+- adjetivo: Pi. 2. 2 .1 2. 4 • 1- 2 &:vai;I.q>6p~I.YYE~ 6llvo~ 'EAa~T¡p ~nÉp~a~E ~pov~a:~ c!xa:~av~6no6o~ ZEÜ 926 E,.8.1 <p I.~ó<ppov ~HouX Ca H 5 2 _.. -" y~U;c.EI. 1. 1 • 1 XPÚOaORI. 1.5.1 nO~UWVUf.lE , (después 6.1.;c.a<; .,. W f.lE­ r:.' aOl.ua e~~a BECa y~U;c.ÚÓWPE K~EO! B.3.3 ~EU;c.W~EVE Ka~Al.óna B.5.l76 B.l1.l NCKa B.12.l-2 y~UKúÓWPE tEo~'a B.14B.l K~E\O! óf.lvoávaoo(a) ••• XpuoÓapOV(E). e) Perífrasis "hijo de • •• n.• Pi. Q.5. 2 'Q;c.Eavoü f. ll • l N '% _.~. Kácf.loU KÓpal. 11 B.1l.8-9 ~úya~Ep (pero después se especifica) 1.... ~ ~ , (29) oupavou no~uvE<p~~a ;c.p~OV~1. ~uya~Ep ~a.euJnAOKáf.lou ;c.oúpa ~ [~uyo<; &p}&oó C;c.ou. f) Perífrasis "hijo de ••• JI + adjetivo. Podemos incluir en este grupo B.5.l-2, invocaci6n especial dirigida al vencedor: E6f.l0 1. p~ [l:] u pa;c. [00 Cw] v tmtoó I.v1Í~wv 0~pa~a[1J É, Del estudio de estos datos podemos obtener varias conclu­ siones. En cuanto al uso o no de interjecci6n con el vocativo Jlprincipal ti, no hay gran diferencia entre ambos poetas. Sobre treinta y cinco casos en Pindaro y once en Baqu!lides, el pri­ mero usa la interjecci6n, siempre ~ como también Baquílides, 927 en doce ocasione~ (incluimos el duo caso 2.4.6), lo que su­ pone un 34 1 3%, mientras que Baqu!.lides lo hace en tres (27 1 3%). Estos porcentajes concuerdan bastante bien con los que señala J. S. Lasso de la vega(3 0 ), quien recoge las estadisticas de J. A. Scott: en Pindaro, Baquilides y Timoteo hay 184 casos COD interjecci6n frente a 461 sin interjecci6n (39 1 9%). Más notables son las diferencias entre ambos poetas en lo que respecta al tipo de vocativo. La siguiente tabla nos da una idea bastante clara (las letras de la izquierda se refieren a los apartados de la clasificaci6n anterior): P!.ndaro Baguilides a) 2 O b) 4 O c) 11 1 d) 12 7 e) 5 1 f) 1 2 Comprobamos, en efecto, que en Pindaro los casos están mucho más repartidos, mientras que en Baqu!lides predominan, con gran diferencia sobre el resto, las invocaciones en que al vocativo acompaña un adjetivo (apartados 'di y 'f'), casi siempre del ti­ po llamado "ornamental", lo cual cc~cuerda plenamente con el gusto de nuestro poeta, con frecuencia señalado desde el des­ cubrimiento y pUblicaci6n del gré;' papiro londinense, por esta clase de adjetivos. Basta s610 ojear los calificativos que usan en estos casos ambos poetas para comprobar el diferente gusto en su elecci6n. En Baquilides encc ramos epitetos floridos, por ejemplo, aE~voóó~ELpa, xpuaa~áKa~oL, yAUXÚÓWPE, ~EUKW~EVE, , , , I I I 928 XPUOÓ~pOVE , etc., mientras que P!ndaro, aunque también se sir­ ve de ellos, prefiere generalmente adjetivos más simples y, quiz~, m~s ajustados al sentido general del proemio y de la oda en conjunto: L o~a ~ ~a , Ó p~Ly~, .1 ' ~Aa~~p .<. L un~p~a~E , .HouX ~LAO~pOV ea, - , T'uxa, Xpu••• ZEU, OW~ELpa s:. ' .,., yAUKEL-" aOLua, W ~aKaLpa 0"­ o~ etc. (31). En cambio, en P!ndaro es frecuente la acumulaci6n de vo­ cativos junto al vocativo principal(32), algo que no ocurre en Baqu!lides (¿quiz~ en Oda l?), quien prefiere otro tipo de pre­ dicaciones (con yáp, de relativo). As!, podemos señalar en P!n­ daro los siguientes casos: 0.8.1-2 Ma~Ep ~ XPuooo~E~ávwv OllAu~nCa, &:É-&AWV, &:Aa-&ECa~, oÉonoLv' Q.14.3-4 ~ ALnapa~ &:OCOL~OL ~aoCAELaL, P.l.1-2 xpuoÉa _P •• 2 1- 2 ~ÓP~L)'~, '1.''1. JV1Eyaf\.OnOf\.LE~ L ~~~EVO~ " , AnoAAwvo~ , KaL ~" LonAoKa~wv .,., c. L W ¿upaKooaL, ¡::¡l-'avunoAql.OU APEO~, 's:.- vLnnwv avupwv ~E s:. OLuapoxap­ ~av oaL~óvLaL ~po~oC, 1:,.12·.1-3 At't'Éw OE, ~ LAcÍyAaE, KaA:'" Co~a a ~' ~EpoE~óva~ E60~, ~ pO~Eav nOA Cwv, 5x-&aL~ ~nL ~~AO~Ó~OU vaCEL~ 'AKpáyav~o~ lÚo~a't'ov KOAwvav, ~ ~va, " A~nvEu~a Nl14 _. • - , OE~VOV ''1. KAELvav ¿upaKoooav OÉ~VLOV ­ Af\.~EOU, ~cÍAO~ 'Ap~É~LOO~, ~cÍAOU KaoLyvñ~a, N.7.l-2 'EAEC3uLa, nápEopE MOLpav ~a~u~póvwv, 929 - ~aL ,. ~EyaAoo~EVEO~, oov, !.8.1 v uHpa~, axou­ yEVÉ~ELpa ~ÉXVWV· Qpa ~6~vLa, xápu~ 'A~poOC~a~ &~~pOaL~V ~LAO~á~wv, Hemos ya apuntado que en varias invocaciones hallamos dos vocativos "principales t • distanciados entre si; entre ambos se sitúa bien la predicaci6n del personaje invocado (Pi. Q.4, 8, 14; 1.5; B.ll), bien la petici6n (Pi. Q.5, ~.ll, !.;). El tipo más frecuente es aquél en que uno de los vocativos es el nom­ bre del personaje invocado y el otro la menci6n de su padre o madre, es decir, su genealog!a, que acompaña frecuentemente a la invocaci6n, como tendremos ocasi6n de comprobar(;;). Este doble vocativo aparece en los siguientes casos: O .4 . 1 Z"'\"'; · _ w'" P1.. Q.5.2 'QxEavou ~úya~Ep Q.14.;-4 i1i ••• XcÍPL~E~ 1.3.1 i1i ~6~vLa Moioa 6 w ... Kp6vo"v .n. . a':'" 4 Ka:¡J.cÍPLVa: 1;-15 <i1i) ••• ~EWV xpa~Co~ou ~ai5E, o~pavoü ~OAuvE~lAa XpÉOV~L 10 ~vya~Ep B.ll.l NCxa yAuxúowPE 8-9 ~a~uJ~Aoxá~ou 1: [~uyo<; " xoúpa &p]-&oó Cxou. Muy semejante es la estructura de Pi. 0.8, como ya se ha apuntado: v.l 06Au~n Ca 9 ~AA' c!i nCoa<; d~OEVOpOV ln' 'AA~EW En 1.5 &AoOr; • • tenemos v.l 8E Ca: - 6 t:>va:ooa , y especial, con la menci6n de ambos padres C;4): ~.ll es un caso 930 vv.1-3 7. ¡:; 'Jto:'i:ÓE~ 'Ap¡.10vCo:~ Káó¡.1oU lt6po:1. ••• <EE¡J.Éi.a: ••• 'Ivw DE AEUXO-&€a:(35) Tambi~n peculiar es el caso de 1.1, donde el segundo voca­ tivo ( ~ 'AnoAi.wvl.á~ , v.6) no va dirigido al mismo personaje que el primero ( xp'6O'a:O''Jt 1. eñ~o: , v.l). Segán Hamilton(36 ) , en estos casos el poeta está jugando con la expectaci6n de los oyentes, que esperan la menci6n del nombre y el parentesco del personaje invocado, al retrasar una de las dos cosas. La predicaci6n. La predicaci6n de las funciones, genealogía o ubicaci6n de la divinidad es un rasgo propio de las invocaciones de ca­ r~cter hímnico. Norden distingue, desde el punto de vista for­ mal, cuatro manera de hacer la predicaci6n: 1) "estilo-tú n (37); 2) "estilo-él JI (38); 3) "estilo participial" (39); 4) "estilo re­ lativo,,(40). La distribuci6n de las invocaciones de Píndaro y Baquílides es la siguiente. 1) "Estilo-tú" (introducido por y([p, "COl., o''6v, pronombre de segunda persona): Pi. 2.4.1 't'Ea:t yap ""OPO:L ••• 2. 8 •10-11 , iS't'I.VI. o'ov , , 2. 12 .3 't'I.V ya:p ••• I , y€po:~ ~O'1tE't' 2. 14 .5 O'uv yap 6¡.1'i:v • • • 20 O'EÜ fxo:'t' 1. 1:. 8 • 6 't'u yáp ••• li.7.2 ~VEU a€~Ev 6 ouv oe: ••• 't' Cv ••• ' ~yAa:ÓV. ~lf.a:'t'I., ~VEU 931 I.5.2 alo l'H.a'tL B.?2 al , 8 au B.lO.l au 'Y. [á] p. ••• B.ll.l 'YO:p] ao' ••• • •• Véanse también en invocaciones no hímnicas: , Pi. Q.5. 4 aav ? 't Cv N.l.4 al.&e:v - N.3.5 al.&e:v N.ll.5 ae:. 2) "Estilo-él 11 : Pi. Q.14.8 O~ÓE 'Yap ~e:ot ae:~váv XapC'twv ~'te:p ••• (en los vv.5ss. y 20 tenemos "estilo_tú fl )(4l) 1:.l.2ss.: mezcla de "estilo-él" y lIestilo-tú" en oraci6n de relativo. 3) IfEstilo participial": Pi. Q.13.24-25 ~~a't' E~PU t E,.8.3-4 &váaawv , OA.U~nLa" ~ouA.av 'te: 'H.at noA.l~wv ~xoLaa 'H.Aatóa, ~~Ep't~'ta,. 4) IfEstilo relativo": Pi. 0.4.6 8, At'tvav fxe: .. , ••• Q..8.2 tva ••• 0.14.2 al'te: vaCe:'te: 1:. 1 • 2 'ta, &'H.06e:t. ••• ••• 1:. 12 • 2-3 ••• 932 ••• !.ll.l 8:. 'te • • • AlAOYXa:~ ••• B.14B.1-2 8:.'t(e) ••• Predomina, en el áltimo grupo, el pronombre 8o'te ,que expresa la acción habitual del sujeto, "une fonction du su­ jet lt (42). En Píndaro, no en Baquílides (aunque el lamentable estado del comienzo de algunas odas no nos permite afirmarlo con total seguridad), es bastante frecuente encontrar varios tipos de pre­ dicación, siendo el caso extremo Q.14, donde alternan "estilo­ tá", "estilo-~l" y "estilo relativo lf • En ambos poetas el m~s frecuente es el "estilo-tú" y a continuación el "estilo rela­ tivo"; en Baquilides no hay ejemplos conocidos de y "estilo participial" , que tambi~n "estilo-~ln en Pindaro son muy escasos. Tanto en las invocaciones de carácter himnico como en las que no presentan tal carácter, es muy frecuente que se indique la genealogia del personaje invocado. Pero la frecuencia depen­ de de quién sea ese personaje, como ha señalado Hamilton(43) , aunque sus datos deben ser revisados. En este particular, el usus de Pindaro y Baquilides es muy semejante: 1) Si el personaje invocado es un "lugar": - se indica la genealogia: Pi. Q.5 ( 'Qxeavoü ~úya'tep, v.2), Q.8 (v.9), , V ~.2 ( 't€~evo, HApeo~r v.2), P.12 ( ~epoe~ó- .2) '_.N 1 ( tupaxoooav ~áAO~ , v.2),· - no se indica: !.l, l.? 2) Personificación: - se indica la genealogia: Pi. Q.12, B.ll; ~.8, ,!!.ll; B.?, 933 - no se :lndica: Pi. 2,.14 (Eco), : .8; B.2, B.lO?, B.14B. 3) Divinidad menor: - se indica la genealogía: Pi. ~.ll, !.7; - no se indica: 1.5. 4) Zeus: - se indica la genealogía: Pi. 0.4; - no se indica: 0.13. 5) "Musa ll : - se indica la genealogía: Pi. Q.14 (Gracias), ~.l, N.3; B.l; - no se indica: Pi. Q.2, Q.lO, ~.l (v.58), ~.4, li.5, !.9, !.lO; B.3, B.5 (v.176), B.9, B.12. En la inicial invocaci6n al vencedor de B.5 no se indica la genealo;ía. En general, podemos decir que píndaro es más dado que Ba­ quílides a expresar la genealogía del personaje invocado (pín­ daro, catorce veces de veintisiete, 51'8%; Baquílides tres de once, 27'2%). Sin embargo, ambos coinciden en una cosa, y es que raramente la señalan cuando el persanaje invocado es la ItMusa,,(44), mientras que lo hacen más a menudo cuando es una personificaci6n, sobre todo Pfndaro. Asímismo, es muy fre­ cuente cuando se trata de un lugar, aunque desgraciadamente no disponemos de ejemplos de este tipo en Baqu!lides. La ma­ yor insistencia en la genealogía por parte de Píndaro se debe poner en relaci6n, sin duda, con la ya.:;omentada mayor pro­ fundidad de sus proemios, pues "la genealogía es una forma de revelaci6n que expresa la esencia del cosmos,,(45). 934 Características del verbo. El último elemento que hemos de estudiar es el verbo, con el que se pide asistencia al personaje invocado. La distinci6n de modos queda como sigue. 1) Imperativo: Pi • .Q.. 4. 9 ó l1; a 1. ( 46 ) 0.5.3 Ól'KEV 0.8.10 ól1;a 1. , , 0.10.1 avayvW'tE ~ 5 lPÓKE'tOV &~<p\''ItÓAEI. 0.12.2 I 0.13.28 I I I I I I I I I I I 2. 14 .5 dj-&VVE 29 ólr;a 1. K"-ih(E) 21 ~"-.e(E) ;t.l.59 'JtC.eEO 60 le,EÓPWjJ.EV E,.11.3 t'tE E,.12.5 óle,al. N.3.3 9 tKEo l5'Jtat;E 10 ~PXE !i.5.3 O'tELX (E) !.7.2 tl'KOVOOV !.9.1 3 'KW~áOOIJ.EV 1t páOOE'tE 935 .., 1tepaaa l. 10 I.l.6 1..7. 20 B.l: texto lacunoso; los suplementos suelen contener un imperati vo. B.2.l "Á[t'~ovJ (47) B.3.3 B¡..¡.vel. B.5.8 ~&Pt'\oov .., 177 o'taoOV 6¡,,¡,v1)aov 179 B.l1.8 ~Af..a& l. B.12.2 e~&vve. 2) Optativo: Y€VOI.O Pi. Q.13. 26 l1taxoo1:'te Q.14.l5 1. 1 .3 ve¡..¡.eaáaal. B.9.2 60 C11't (e) • 3) otros casos: Pi. Q.2.2 xeAa6nao¡J.ev (futuro de indicativo o aoristo de subjuntivo) ~.l (sin verbo) ~.2.3-4 ~€pwv ¡"¡'€AO~ ~Pxo¡J.al. (presente de indica­ tivo) (48) 1:. 4 • 1 Xp'!Í ae (presente de indicativo) !.1.5-7 6¡J.Vo~ dpIJ.a'tal. • • • de indicativo) !.8 (sin verbo) (presente 936 <&ñoo~al. (.futuro de indicativo) ¡;E"'~W (futuro de indicativo) (sin verbo) d~'Ppava~ (aoristo de indicativo) yvWOT}1. (futuro de indicativo) (¿sin verbo?) B.7 B.lO (¿sin verbo?) B.14B (¿sin verbo?). Como era de esperar, tanto en Baqu!lides como en P!ndaro predomina el imperativo(49 ). No obstante, en Baqu!lides son com­ parativamente abundantes las "Invocaciones Po~ticas" en que fal­ ta la petici6n y, en general, cualquier verbo que no forme parte de la predicaci6n. Los tres ejemplos (7, 10, l4B) son del mismo tipo: lo que se dice en general en la "Invocaci6n Poética" se aplica inmediatamente después al caso concreto del vencedor (7.10-11, 10.9, l4B.7). El optativo tiene mucho menos uso, puesto que, como más adelante estudiaremos, suele quedar re­ servado para las "Plegarias para el Futuro". As!, de los cua­ tro pasajes señalados, en Q.13.26 el optativo pertenece más bien a la "Plegaria para el Futuro" que va unida en este texto a la "Invocaci6n Po~tica" propiamente dicha; en cuanto a 1.1, ya hemos advertido que su "Invocaci6n Po~tican no sigue los patrones corrientes; en cambio, B.9.2, como Pi. 0.14.15, es un caso claro de optativo usado en una "Invocaci6n Po~tican. Un ejemplo dudoso es !.11.10; nosotros hemos leído, siguiendo la conjetura de Dissen que aceptan Snell, Bowra, Bury y Turyn entre otros, nEpaoaC VLV ,y, por tanto, lo hemos incluido entre los imperativos; sin embargo, la lecci6n de los manus­ I 937 critos, que siguen Puech y Farnell, es un optativo, o6v ••• , nEpaoa~ Si fuera buena esta última lectura, tendríamos un caso semejante a 0.13, con una "Plegaria para el Futuro fl dentro de una Invocaci6n Poética", pues el poeta pide que Aristágoras pueda desempeñar con éxito su cargo(5 0 ). ti otro aspecto que concierne al uso del imperativo en las invocaciones es la adopci6n del tema de presente o del tema de aoristo, problema discutido del que tenemos una buena expo­ sici6n en el citado libro de Bakker(51 ). Presente. Píndaro. divinidad menor dios olímpico 0.5.3 (Oamarina) 0.13.28 (Zeus; pero es al 0.10.1 (en general) mismo tiempo "Plegaria 0.10.5 (Musa y Ver­ para el Futuro ti ) dad) 0.12.2 (Fortuna) 2.14.5 (Gracias) 2.14.15 (Gracias1 P.8.5 (Oalma) ~.11.3 (hijas de Oadmo) ,li.3.9 (Musa) N.3.10 (Musa) N.5.3 (canto) N.9.3 (Musas) Baquílides. 3.3 (Olío) 11.8 (Victoria) 12.2 (Olío). 938 Aoristo. Píndaro. divinidad menor dios olímpico 2.8.10 (Olimpia) 2.4-.9 (Zeus) 2.14-.21 (Eco) 2.13.29 (Zeus) P.l.59 (Musa) ~.12.5 (Acragante) !.3.3 (Musa) !.7.2 (Ilitia) N.ll.3 (Hestia) !.ll.lO (Hestia) 1.1.6 (Delos) Baquílides. 2.1 (Fama) 5.177 (Calíope) 5.179 (Cal!ope). En B.5.8 (Hier6n) se usa también el tema de aoristo. Es muy semejante el número de pasajes en que se usa el presente y el aoristo. Las "Invocaciones Poéticas ll dirigidas a divinidades menores predominan con mucho sobre las dirigidas a dioses olímpicos. Los dos únicos ejemplos en que el poeta invoca a un olímpico (Zeus) son pindáricos y en ambos se usa el aoristo ( ol~a~); 2.13.28, donde se emplea el presente &n­ .&1JV& , es más bien una "Plegaria para el Futuro". En dos tlIn_ vocaciones Poéticas" dirigidas a divinidades no olimpicas pero de gran contenido religioso (!.7 y N.ll), Píndaro emplea el aoristo, pero el presente en ~.8, también de gran contenido religioso. En Baquílides no se observa el uso del presente o el aoristo KA&Ot ; 5.176ss. (c~. di~erencia 3.3 ~~V&~, alguna entre yA1JXÚOWPE AE1JXWAEV& KaA~~óna ••• ~~v~oov ). 939 Hamilton(52) estudia también los casos en que el perso­ naje invocado tiene un papel "activo" ("canta", "acude", trvell" etc.), y aquéllos otros en que su papel es "pasivo" (trrecibe", "escucha", etc.). Mientras que en Píndaro la repartici6n es muy equilibrada, en Baquílides predominan los casos en que el personaje invocado desempeña un papel "activo": «[t'~O\lJ 6¡J.\lEL E~{}U\le (3.3), «&Plloo\l (5.8), o"Caoo\l (12.2), frente a (5.177), 6¡J.\lll00\l (2.1), (5.179), ~"''''a&1. (11.8) (53) • Por último, en algunas 11 Invocaciones Poéticas ll de píndaro, no de Baquílides, al menos en nuestro actual conocimiento del texto(54 ), la petici6n es reforzada por un verbo que significa "suplicar" en primera persona: ",Coao¡J.al. XOllaL v. (0.14.5), al"CÉw (P.12.1) (55). (0.12.1, N.3.1), e~ - - Combinaciones. Es frecuente que la "Invocaci6n Poética f1 vaya combinada, inseparablemente unida, a otros elementos estructurales del epinicio. "Tarea del Poeta".- Pi. 2.2, 4, 10, 14; E,.l, ._2, quizá 4; !.1,3,9, quizá 10; 1.1; B.5 (vv.176ss.), 9, 11, 12(56). Men­ ci6n especial merece B.5.176ss., el dnico ejemplo conocido en que la uInvocaci6n Poética" es al mismo tiempo "f6rmula de ruptura"~57) • "Menci6n Compleja".- Es el caso más frecuente: el poeta pide al personaje invocado que acoja o cante al vencedor, indicán­ dose también otros datos de la victoria. Ocurre en Pi. 2. 4 , 5, 10, 13, 14; E,.4, 8, 12; E.l, 7, 9, 11; B.3, 7, 11; en B.9 va unida s610 a MOa ("Menci6n de la Patria" y "Menci6n del Lugar-). 940 No incluímos aquellos casos en que la "Menci6n Compleja" sigue inmediatamente a la "Invocaci6n Poética n, pero aún po­ demos establecer una pequeña separaci6n entre ambos elementos; cf. Pi. ~.2, ~.ll, !.5, B.2 (estos dos últimos casos muy se­ mejantes, con el "motivo del anuncio,,(5 8 )). "Gnome".- Pi. Q.4, 8; !:.l (vv.58ss.); !.3, 7; 1,.1. 8610 conta­ mos con ejemplos pindáricos; como veremos, Baqu!lides tiende a presentar las sentencias en grandes bloques más que a inter­ calarlas dentro de o entre otros elementos de la oda. En cuanto al uso que hace P:índaro de las gn5'mai dentro de la "Invocaci6n Poética", es notable que las emplee para divi­ dirla en dos partes. En Q.4 Y Q.8 inmediatamente después de la sentencia hallamos un segundo vocativo, tras el cual se encuentra la petici6n en imperativo. Así, en ambas invocacio­ nes la estructura es muy semejante: a) vocativo: ZEÜ O(,A.u~nCa / y~p b) predicaci6n: / tva c) gnome: Q.4.4-5 2.8.8 ~ECVWV o' ~ ~oavav au~ ~vE~aL oE E~ npaoaóv~wv , eK npo~ J. 'lo' ayyEALav t XáPLV , nO~L E(,oE~Ca~ - " yA.UKELaV EOA.OL • &vopwv A.L~at~· d) nuevo vocativo, perifrástico: a; K póvou na! &A.A.' a; rrC C1a~ • • • ~A.ao~ &A.A.' e) imperat i vo : olc;a L / f) nueva explicaci6n: yáp En ~.1.58ss. y rativos: O€c;aL / ~o L. !.3 la sentencia separa los diversos impe­ 941 a) vocativo: Mot'aa b) imperativo: ili 1tó'tvl.a Notaa / 1tC~EO / txeo. - En N.3, cuya "Invocaci6n Poética" es mucho más larga, te­ nemos además un verbo de súplica ( hCaao~al. ) y una frase ex­ , plicativa introducida por yap • c) Gnome: ~.1.59 xáp~a &' 06x &hhó'tpl.ov vl.xa~opCa 1ta'tÉpo~ &e~hovl.xCa a'te~ávwv &E ~áhl.a'tt &pe'tav 'tE d) nuevo imperativo: lpe~~w~ev &ol.&av &e~l.w'tá'tav ~l.hEtt &na&óv· / En N.3 hay además un segundo vocativo. En ~.7 la sentencia (vv.5-6): &vanvÉo~Ev &' OÚx a1tav'te~ lnl taa· separa las dos partes de la predicaci6n: !1vEU aÉ.&Ev • • • auv &E 't Cv ••• En l..l, cuya "Invocaci6n Poética" es anormal, la senten­ cia se formula en forma de pregunta (v.5): 'te ~Ch'tEPOV xe&vwv 'toxÉwv &ya.&ot'~; "Loa de la Patria lf . - Es relativamente frecuente la menci6n de la patria en la ffInvocaci6n Poética" (no debemos olvidar que muchas invocaciones de Pindaro, no de Baquílides, se dirigen a la propia patria del vencedor o a la ninfa ep6nima), pero ya son menos los casos en que podemos hablar de "Loa de la Patria" propiamente dicha; incluso algunas veces es dudoso si se puede considerar una alabanm en toda regla lo que se dice de la pa­ tria(59). 942 Parece que hay "Loa de la Patria" en las "Invocaciones Poéticas" de Pi. ~.2, f.12 (en ambos casos el personaje invo­ cado es la ciudad patria) y !.lO (el poeta invoca a las Gra­ cias)(60); bastante más dudosos son los casos de !.l, !e3(61) y N.9 (en estas tres odas hallamos posteriormente una "Loa de la Patria" más larga: !.1.13-l8, N.3.l2-l4 Y 64ss., !.9.23-33). En Baqu11ides contamos con dos ejemplos posibles: 3 y 14B (Hamilton también señala el epinicio 12, más dudoso). Para Hamilton el primer pasaje es claro(62), mientras que el segundo lo deja entre paréntesis. No obstante, para nosotros se trata de dos casos dudosos, como !.l, !.3 y!.9_ No vemos, en efecto, gran diferencia entre la posible alabanza que se hace de Sira­ cusa en B.3: 'APLcr~o[KJápnou ¿LKe~Ca~ Kploucrav ~[á]~a~pa tocr~l~avóv ~E Koúpav 6~VEL, ••• y~uKú&wpe K~eo!, y la que se hace de Egina en !.3: "(\' ~, nO~VLa MOLaa, ~&v no~u~lvav t'Keo ~wp'&a fv ., ~a~ep L 3. ~~e~~pa, , ~Lcrao~aL, fepo~~v'a Ne~eá&L • vacrov AtyLvav· o de Etna en !.9 (que Hamilton ni siquiera señala entre parén­ tesis): Kw~áao~Ev nap' 'Anó~~wvo~ tL'KUWVÓ~e, Mo!craL, ~av veoK~'cr~av f~ At~vav, ~v~t &vanen~a~€vaL ~ECVWV vevCKav~aL ~úpaL, La diferencia está en que no hay una posterior "Loa de la Patria" en B.3 (de l4B nada podemos saber). "Loa del Vencedor".- Es mucho menos habitual. En Píndaro pode­ 943 mos citar Q.5.4ss., Q.14.22ss. y li.9.4-5, si bien en los dos últimos casos es dudoso si la "Loa del Vencedor" pertenece enteramente a la "Invocaci6n Poética" o s6lo están estrecha... mente unidas pero sin llegar a ser lo mismo(63). Por lo que respecta a Baquílides, en 3.5-8 encontramos un caso muy semejante a H.9, donde hay una frase explicativa introducida por yáp que dudamos en incluir o no dentro de la "Invocaci6n Poética" propiamente dicha(64). En B.3 hay pos­ teriormente "Loa del Vencedor" en los vv.9ss., 63ss., 92ss. La especial invocaci6n al vencedor en la Oda 5 es, en cierto modo, también "Loa del Vencedor 11 • No obstante, más clara "Loa del Vencedor" tenemos luego en los vv.3lss. y 19-5ss. Por último, señalemos que Hamilton(65) indica "Loa del Vencedor" en la "Invocaci6n Poética ll de B.ll; pero la "Loa del Vencedor" comienza en los vv.15ss., tras la IIMenci6n Compleja" • "otras Loas ll . - Son igualmente poco frecuentes en la "Invoca­ ci6n Poética" y plantean problemas parecidos a los del apar­ tado anterior. En Píndaro podemos indicar ~.1.58ss. (Din6me­ nes, el hijo del vencedor) y H.ll (los compañeros de Aris­ tágoras). Un posible ejemplo de Baquílides es la invocaci6n ini­ cial de l4B, con alabanza de la familia del vencedor. "Plegaria para el Futuro".- Aparece unida a la "Invocaci6n Poética" en Pi. Q.13.24ss., como se ha señalado repetidas ve­ ces. En H.ll la invocaci6n acaba con el deseo de un buen desem­ peño de su cargo para el nuevo prítane, y es, por tanto, tam­ bién "Plegaria para el Futuro", tanto si leemos 1tepaaO:L con Dissen como si preferimos seguir la lecci6n ~ep~aO:L de los c6dices. También puede considerarse al mismo tiempo "Plegaria para el Futuro" la "Invocaci6n Poética" de 0.12: A'aao~O:L, ~o:t Z~vo~ 'EAEU~EP'OU, 'I~€PO:V E¿pua~Evl' ~~~L~ÓAEL, aw~eLpo: T6XO:. Ningún ejemplo hemos hallado en Baquilides, en quien es­ casean las "Plegarias para el Futuro". • 94-5 NOTAS A "INVOCACION poETICAII (1) Hamilton (p.17) generaliza otra vez en exceso al afirmar , sin restricci6n alguna, que la "Invocaci6n Poética ll "occurs in the opening of an ode"; asi es en la mayoria de los casos, pero hay excepciones, como tendremos ocasi6n de comprobar. (2) También Thummer habla de "prooimion", que él incluye entre las "partes predominantemente decorativas del epinicio". En un trabajo reciente, A. Lenz (Das Protlm des frUhen griechischen ~OSt Bonn 1980, p.252, n.2) advierte que, aunque es costumbre empIear el término "proemio" para designar el comienzo de los epinicios pind&ricos (precisamente es Pindaro el primer ~oeta en que la palabra está documentada con este sentido, segun afirma H. KOller, "Das kitharodische Prooimion. Eine form­ geschichtliche Untersuchung", Philologus e 1956, pp.159-206; véanse las pp.187ss., donde se refiere a tres pasajes pindá­ ricos, P.l.4-, P.7.2, N.2.3), no es conveniente usarlo, al me­ nos mientras no quede-oien fijado hasta qué punto es compara­ ble con lo que llamamos "proemio" en las obras de Homero o Hesiodo. Lenz prefiere hablar simplemente de ItEinglinge", pues presentan una diversidad grande de forma y contenido. Preci­ samente J. Danielewicz, "Regu~y rozpoczynania tekstu w melice greckiej" (ltLas reglas del comienzo del texto en la poesia mélica griega rt ) , Eos LXVIII 1980, pp.4l-50 (en polaco, con un breve resumen ~inglés), insiste en que los comienzos de los poemas de la lirica arcaica no son simplemente imitaci6n de los proemios épicos. Garcia L6pez llama "prooimia" a los poemas más breves (susceptibles, según su teor1a, de ser posteriormente encua­ drados en una composici6n más extensa o bien formar por si solos un poema; cf. p.399) y "preludios" a la introducci6n de los más extensos. (3) Con respecto al estudio de Hamilton, debemos hacer las siguientes precisiones. En primer lugar) no incluimos 0.3, donde Hamilton piensa que hay IIInvocacion Poética" imp!'i­ cada (cf. el "código" en la p.90); no obstante, no la cita en el cuadro de la p.19 (cf. p.23, n.24-). En todo caso, no se trata de una "InvocaciOn Poética" propiamente dicha, co­ mo tampoco lo es N.4.ll, que Hamilton cita en la p.20, pero s6lo entre interrogantes en el "c6digo" de la oda (p.9l y p.96) n.l03). si eontamos 0.12.lss., en atención a su po­ sicion y a los elementos hImnicos que presenta, aunque la petici6n no concierne al canto, sino a la patria del ven­ cedor, lo que la acerca a una "Plegaria para el Futuro" (~. Hamilton, p.24-, n.29). (4) Cf. M. D5nt, "Zur l4.olympischen Ode Pindars", RhM CXXVY-1983, pp.126-l35, cuyo prop6sito es precisamente demostrar que ttdie hymnischen Strulttur in der ganzen Ode durchlaufend vorhanden ist" (p.126). El articulo es un de­ tenido y acertado estudio de los elementos himnicos del I epinicio; cf. ya Gianotti, pp.7lss.: ti • • • 0.14, l' ode com­ posta per Ir giovenetto Asopico di Orcomeno-e che si pu~ a buon diritto definere un inno alle Cariti" (p.7l; véase la bibliografía de la nota 11;). (5) Newman (Reseña, p.42l) critica a Hamilton que cite N.5 al hablar de las "Invocaciones Poéticas" en la n.25 de la p.23, y en cambio no lo indique en el "c6digo" de la p.9l; debe de tratarse de un descuido de Hamilton, ya que la existencia de una "Invocaci6n Poética" al comienzo del poema sí se señala en la segunda codificaci6n del epinicio (p.99). (6) Es muy probable que la Oda 1 comenzara con una "Invocaci6n Poética", de acuerdo con la-reconstrucci6n de Maas. (7) Para Hamilton (pp.lOl y 102, n.lO) hay quizá tlInvocaci6n Poética lf implicada en el comienzo de la Oda 4; cf. el ya ci­ tado caso de Pi. 0.3. ---­ (8) Véase nuestro capítUlO dedicado al "Mito lf , pp.888-889. (9) P.8l. (10) PP.276ss.; cf. también pp.286ss., sobre sobre P.l. - ~.8, y pp.336-337, (11) Cf. Schadewaldt, p.276, n.3; Lasso de la Vega, "La Séptima Nemea-:-•• tI, pp.90-9l y 128, con n.160, Thummer, I 73, n.49 (a prop6sito de P.8), y sobre todo I 109, n.95, aunque el autor austriaco, al coñsiderar el proemio una "parte predominante­ mente decorativa" niegue la existencia de tal significado re­ ligioso: í'wir glauben nicht, dass man das Prooimion allgemein und dieses im besonderen (está hablando de N.7) ••• als ein Zeignis der Religiosit§t Pindars deuten dar!". (12) Q!. SChadewaldt, pp.336-33?; Gianotti, pp.54ss. y l23ss. (13) Notamos las siguientes diferencias con respecto a Hamil­ ton. En 0.4 el dios invocado es Zeus y no lo incluimos en el apartado-"lugar", aunque sea el dios de los juegos y de la patria del vencedor (cf. Hamilton, pp.19 y 23, n.25; véase también Schadewaldt, p.269, n.3). Para nosotros, en 0.14.20 Ec...o es II personificaci6n" y no "Musa ll , y a la inversa-en P.l.l cpóP/J.l.y!; es "Musa" y no "personificaci6n"j cf. Hamilton,-p.23, n.25; véase Gianotti, p.124, n.122. Con mas-audas hemos colo­ cado aparte las divinidades menores: P.ll (hijas de Cadmo; Hamilton, p.19 "simple occurence"), W.7 (Ilitia) e I.5 (Tia); Hamilton (p.20~ considera las dos últimas "abstracciones". (14) Preferimos hablar de "personificaciones" en lugar de "abstracciones", como hace Hamilton (~. p.19), dada la exis­ tencia de un culto a estos personajes. As!, por ejemplo, para "Fama" de B.2 y 10, cf. Plu. Cam.30.3 y Paus.l.17.l; véase o. Kern, Die Religio~der Grieehen, Berlin 1938, III 79-80; u. von Wilamowitz-Moe11endorff, Der Glaube der Hellenen, reimpr. 947 Darmstadt 1973, I l7ss.; J. nberg, arte "Pheme" en Roscher III.2 (años 1902-1909), col.2292-2293; Voigt, arte ItPheme" en R.E. XIX.2 (año 1938), col.1954-l955; L. Deubner arte "Per­ SOñifikationen" en Roscher III.2 (años 1902-l909~, col.2068­ 2169- F. Sttsssl, arte fipersonifikationen" en R.E. XIX.l (año 1937~, col.l042-l058. Bowra (Pindar, indice de-ra p.430) ha­ bla de ItAbstractions personified". (15) Cf. o. Falter, Der Dichter und sein Gott bei den Grie­ chen üñd R6mern, WUrzburg 1934, p.29 (sobre Plndaro); J. Du­ chemin, Pindare, po~te et pro~h~te, pp.54ss.; Rosado Fernan­ des, O tema das Gracas pp.lB -196 (sobre Baquilides) y 196-225 (sobre pindaro~; en p.197 leemos: "Com as Musas for­ marao elas uma uniao indestructivel por cujo favor o poeta se torna imortal"; Gianotti, pp.4lss., sobre todo 6Bss. (p. 48: "in questi versi la presenza delle Cariti, che svolgono la stessa funzione che altra volta abbiamo vista pro~ria delle Muse ••• "; cf. también la n.2l de esa misma pagina); más general, aunque-también alude a este tema es Balasch 3, pp.375ss.; también Fernández-Galiano, ad 0.14.12, p.332. So­ bre una posible diferencia entre el papel-de las Musas y el de las Gracias, véase nuestro comentario a B.5, n.22. (16) Se ha hecho notar que, mientras Pindaro suele invocar a la "Musa" en general (en N.9 en plural), Baquilides pre­ fiere dirigirse a una de elras en particular, y en dos oca­ siones (quizá también en la Oda 13) a Cl1o, cuya etimologia tan bien acuerda con la esenCIa del epinicio; cf. Maehler, II 259-260, ad 13.1-12, y E. Barmeyer, Die Museñ, Munich 1968, pp.113=r16. (17) Véase nuestro comentario al epinicio 5, p.253. (lB) Cf. Schadewaldt, p.27l, n.3; A. KBhnken, "Hieron und Deinomenes in Pindars erstem Pythischen Gedicht", Hermes XVIIIC 1970, pp.1-13, sobre todo 2ss. (19) P.94, n.49. (20) Para el himno en general y sus rasgos formales en parti­ cular, véase Norden, Agnostos Theos, pp.143-l76; V. Langholf, Die Gebete bei Euripides und die zeitliche Folge der Tragtsdien, Gtsttingen 1971, sobre todo PP.5l-65, con buena bib1iograf'ia; H. Meyer, aymnischen Stilelemente in der frUhgriechischen Dich­ ¡uni' vrurzburg 1933; Dtsnt, arte cit. en n.4. Véase también • eyssner, Gottesvorstellun~ und Lebenaui'fassung im §rie­ chischen H~US, Sttutgart 19 2; E. von Severus, arte 'Gebet" en RAO VIII afio 1972) col.1134-l25B; WtInsch, arte nHymnos" en R:!. IX.l (año 19l4~ col.14o-lB3. Sobre la estructura del "pr'O"eiñio citar6dico", v¿ase Koller, arte cit. en la n.2, pp. 175-176. (21) gf. NOrden, Agnostos Theos, pp.150, n.l, 154, 165, n.2. (22) P.276, n.l. 948 (23) pp.9l-92. (24) P.26. (25) Op. cit. en n.20, pp.5lss. (26) Pero la invocación continúa luego; véase el apartado d). (27) As! leen Bowra, Puech, Gildersleeve, Fernández-Galiano "" .....< ­ otros ma­ aAAa Kpovov, seó~ nuscritos. y otros; Snell-Maeh1er y Turyn (28) 21. nuestro comentario a B.ll, pp.647-648. (29) Bow.ra; Snell-Maehler colocan coma tras Kp€OV~L. (30) Sintaxis griega, Madrid 1968, I 339ss., sobre todo 341. (31) Véase lo que decimos a propósito de los adjetivos que acompañan al vocativo en las "Plegarias para el Futuro". (32) 21. Dornseiff, pp.89ss., sobre todo 91-92. (33) Véase nuestro comentario a la invocación inicial de B.ll; también Greengard, pp.54ss. (34) 21. Greengard, p.29. (35) Para la enumeraci6n de las hijas tras la mención general, Pi. Q.14.3-4 Y l3ss. ~. (36) P.115. (37) Agnostos Theos, pp.143-l63. (38) Ibid., pp.163-l66. (39) Ibid., pp.166-l68. (40) Ibid., pp.168-l76. (41) Cf. D5nt, arte cit. en n.4, pp.127 y l29¡ Gianotti, p.73. (42) E. des Places, oR. cit. en ~ 6, n.20, pp.55-56; casi to­ dos los ejemplos que cita son de proemios. Véase tambi~n C. J. Ruijgh, Autour de I1TE é~iqUen, Amsterdam 1971, pp.296ss.; P. Monteil, La phrase rela ive, pp.lOlss., sobre todo 119-120. (43) P.115. (44) Incluimos el caso de Pi. 0.14, cosa que no hace Hamilton (p.119, n.19)¡ para diferencias de detalle con respecto a nues­ tros datos, v&anse las pp.115 y 119, n.19. (45) P. Philippson , Origini e forme del mito greco, trad. ita­ 949 liana Turin 1949, p.79; véase el capitulo "La genealogia como forma mitica" (pp.39-82), donde estudia la Teogonia de Hesiodo. (46) Sobre el Umotivo- ó€~(XI. ", véase Schadewaldt, pp.269 y 274. (47) Q!. nuestro comentario al lugar. (48) Sobre la posible perifrasis ~€pwv ••• ~pxo~aL , véase E. Coseriu, "El aspecto verbal perifrástico en griego antiguo lJ Aetas del III congreso español de estudios clásicos, Madrid 1968, III 93-116, sobre todo p.l06, donde cita un ejemplo pindarico, N.7.69 (la traducci6n alemana de este articulo puede leerse en Glotta LIII 1975, pp.1-25)¡ cf. también el articulo de su disclpülo W. Dietrich, "Der periphrastische Verbalaspekt im GriGchischen und Lateinischen", Glotta LI 1973, PP1 188-228 ( EPxo~aL + participio de presente en pp. 2l0ss.; EPxo~aL + participio de futuro en pp.2l7ss~). (49) Sobre el imperativo en las plegarias, véase W. F. Bakker, The ~eek imperative, Amsterdam 1966, pp.98-l27, sobre todo 110:1 5 para Plndaro. Recuérdese la censura de Protágoras al primer verso de la Iliada en Arist. E2.l456b. (50) Hamilton, en las tablas de las pp.19-20, indica también los distintos modos verbales usados en las "Invocaciones Poé­ ticas"; no obstante, nuestros datos muestran una serie de discrepancias que es preciso notar. En primer lugar, Hamilton incluye KEx'aólÍaollEv (0.2.2) entre los casos de imperativo. Es cierto que t~EVPWIlEV (P.l.60) y Kw~áao~Ev (N.9.l) son casos de subjuntivo-impera~ivo; pero, aun aceptando que KE­ x'aólÍao~Ev sea subjuntivo mejor que futuro de indicativo (lo cual es imposible de determinar con exactitud como señala ya Gildersleeve en su comentario al lugar, p.143~, seria más bien un subjuntivo deliberativo, ya que la "Invocaci6n Poética" está en forma de pregunta (cf. Fernández-Galiano, ad loc., p.137). Por todo ello nosotrosnemos preferido incluir este pasaje en el apartado "otros casos tl • Tampoco es exactamente un impera­ tivo xP~ aE ••• a~allEv de P.4.lss. (pero cf. Hamilton, p.24, n.26). En cuanto a N.4.ll, ya aclaramos en ot'ro lugar que no lo consideramos propiamente "Invocaci6n Poética"; Hamilton coloca este pasaje entre los optativos. (51) ºp. cit. en n.49, pp.llss. y 98ss. (52) Tablas de pp.l9-20, con notas, especialmente p.24, n.26. (53) También las Gracias desempeñan un papel activo en la invo­ caci6n inicial del epinicio 9 ( ÓOC~~(E) , v.2), e igualmente las Musas en la invocaci6n del epinicio 1, si leemos con Maas LÓEÜP' t~E1 (v.3) y con Blass lvu~aCLvE~E ó' ü~vou~] (v.5). Sobre el tema en general, véase J. Laager, arte ffEpik:lesis" en RAC V (año 1962), col.577-599. - (54) Véase nuestro comentario a B.12.42. 950 (55) Cf. Corlu, Mots relatifs ~ l' id~e de ~ri~re; para la distinci6n entre eUxo~al, y Xtaao~al" pp.3 5-326; entre e~xo~a 1, y aC",tw , p.65; entre ACooo~a 1, y aC",tw p .296. En 0.14.5 P1ndaro usa e~xo~al, en el caso en que esth más inte­ resado en la petici6n: "Deux traits doivent ~tre soulign~s (sobre e~xo~al,): l' affirmation est ~ la fois personnelle et solennelle. L' affirmation a ceci de particuli~rement grave que celui qui la formule parle de lui-m~me" (p.117). Tambi~n parece ser más fuerte la petici6n con ACOOO~al, ( 'I~€pav e6pua&evÉ' &~~I,K6Ael, ,0~12.1-2; txeo ~wpC6a vaoov ~tyl,vav ••• !PXe ••• 6ÓKI,~OV 6~vov ,N.3.3ss.) que con al",~ (simplemente 6É~al, , P.12.1ss.). Por sü parte, W. J. Verde­ nius (nPindar's TwelfTh Olympian Ode, A comment ary l1, en Zete­ sise Album amicorum dood vrieden en colle a' s aan eboten aan Prof. Dr. E. de tryeker, Amberes 1 73, p. 1ndica que con ACaaO~al, se eXhorta a hacer un favor gratuito, mientras que e~xo~al, implica un intercambio, el s~plicante recuerda al dios los servicios prestados. Sobre eúxo~al, , v~ase reciente­ mente H. Reynen, EnXeqSaLund seine Derivate bei Romer Bonn 1983; en particular sobre los verbos de süplica en Baquflides, Kriegler, pp.143ss. (56) En N.5 "Tarea del Poeta" (comparaci6n del poeta con el escultor) precede a "Invocaci6n Po~tica", pero no forma pro­ piamente parte de ella. (57) V~ase nuestro comentario al pasaje. (58) Cf. Schadewaldt, pp.274ss., así como nuestro comentario al pasaje baquilideo. (59) Sobre la "Loa de la Patria" en los proemios, 1 59ss. Ef. Thummer, (60) Hamilton señala "Loa de la Patria" en el "c6digo ll de !.10 y, entre par~ntesis, en el de P.2, no así en ~.12. (61) Entre paréntesis lo indica Hamilton. (62) Pero 2f. p.l02, n.2. (63) V~ase nuestro capítulo dedicado a la "Loa del Vencedor", p.1099, n.3. (64) Cf. tambi~n,B.12.4SS., donde pasamos, mediante frase ex­ plicatIva con yap, de "Invocaci6n Po~tica" a "Loa de la Pa­ tria"-"Tarea del Poeta". (65) P.102, en el "c6digo". ti I~ I I I '­ 951 PLEGARIA PARA EL FUTURO - Hamilton, pp.17 y 20; Thummer, I 103-106; Bundy, pp.76-83 ; Kambylis, Anreden forme n. I. Generalidades y frecuencia. A diferencia de la "Invocaci6n Poética", con la que tiene bastantes rasgos formales comunes, en la "Plegaria para el Fu­ turo" la petici6n no se refiere al presente, sino al futuro, y abarca un campo más amplio que la "Invocaci6n Poética": de­ seos para el vencedor, su familia, su patria o para el propio poeta. Esta concepci6n de la "Plegaria para el Futuro" (en la que seguimos a Hamilton) comprende un área más restringida de la que pretende abarcar Thummer cuando habla de "deseos" ("WUnsche") en las páginas citadas. Tales restricciones se refieren sobre todo a los "deseos para el poeta" (las peticiones para el ven­ cedor, su familia o patria vienen a coincidir sustancialmente), pues no incluimos aquellos casos en que el poeta pide una buena acogida para su canto presente o el acierto en el mismo, que estudiaremos en el capitulo "Tarea del Poeta"(l): 1.2.35-37, 1.4.43, 0.9.80, P.9.89, etc., asi como los pasajes que Thummer r e c oge en su apartado "Bitte um gn~dige Aufnahme des Liedes ll (2) , que ya hemos tratado en el capitulo dedicado a la "Invocaci6n Poética,,(3) • Desgraciadamente, e l emp leo que Baquilides hace de la "Ple­ garia para el Futuro" es d ific il de estudi ar , pues 8610 dispo­ nemos de tres ejempl os s eguros (dos de ellos en la ~ 5 y otro 952 en la 8) y un cuarto posible (12.42ss.) en todo el corpus de los epinicios conservado; además, el hecho de que su ubicaci6n en la oda sea más variada que la de la "Invocaci6n Po~tica" aumenta e s t a dificultad, porque en el caso de la IIInvocaci6n Po~tica" podemos al menos intuir a veces, por los escasos resto s conservados de una parte del epinicio, especialmente el comienzo, si aparecía o no en la oda, al ser su posici6n mucho más fija. En compensación, el material que ofrece Pín­ daro es bastante amplio, de modo que alguna conclusi6n sí po­ dremos obtener. En veinticuatro de los cuarenta y cinco epinicios conser­ vados de Píndaro hay "Plegaria para el Futuro" (53'3%)(4). Su posic i6n dentro de la oda es variable y, a diferencia de lo que ocurre con la "Invocaci6n Po~tica", es frecuente que haya más de una "Plegaria para el Futuro" en un mismo epinicio (el caso extremo es P .l , que tiene nada menos que cinco). 1) Odas sin mito. De diez, cuatro tienen "Plegaria para el Futuro" (0.4, 5, 12; N. ll ), lo que representa un 4OC,,6 , por­ centaje un poco más bajo que el de los epinicios sin mito con "Invocaci6n Po~tic a " (50%). 2) Odas con mito. De treinta y cinco, hay "Plegaria para el Futuro" en veinte: 57'1%, el mismo porcentaje que tenemos en el caso de la "Invocaci6n Poética". a) Con mit o central: dieciseis de veintisiete, 59'2% (!lInvocaci6n Poética ll en quince de veintisiete), 0.1, 2, 6 , 7, 8, 13; P.2, 5 , 8 , 10, 11; N.7, 8, 9; 1.1, 6. b ) Con mi t o perif~rico: cuatro de ocho, 50% ("Invoca­ ci6n Poé t ic a" e n c i nco de OChO), P.l, P.3, N.. IO, 1.7. 953 Aunque no podemos a segurarlo de un modo categ6rico, pare­ ce que Baqu11ides hac e un uso bastante menor de la "Plegaria para e l Futuro ll , como afirma Hamilton( 5) . De los quince epi­ n ic i os conservados, no sabemos si t enían "Plegaria para el Fu­ turo" 1, 7, 13, 14 Y 14B (e s probable que 1 no tuviera, si el mito empez aba ya en la primera tríada, pues conservamos toda la secci6n final; en 13 ocurre algo parecido, aunque en este epinicio se han perdido diez versos cerca del final). Con se­ guridad carecen de "Plegaria para el Futuro ll 2, 3, 4, 6, lO, 11 Y muy probablemente 9, aunque la sección final de esta última oda está bastante deteriorada(6). En suma, podemos asegurar que hay "Plegaria para el Futuro" en dos epinicios de Baqu11ides: 5 (dos veces, versos 36 y 199-200) Y 8 (vv.26-32); además, en la Oda 12 es muy posible que el catálogo de victo­ rias de los vv.35ss. concluyera con la petición de un triunfo en 01impia(7). Todo esto supone un porcentaje bajísimo, ya que, aun suponiendo que hubiera IIPlegaria para el Futuro" en las cinco odas en que no podemos saberlo, lo cual es prácticamente imposible, apenas se llegaría al porcentaje de los epinicios pindáricos (53' 39~) (8) • De los tres epinicios de Baquílides con "Plegaria para el Futuro ll , uno de e l l os, 5, ti ene un largo mito central, mientras que 8 es probablemente una oda de mediana extensión (32 versos) sin mit o, y 12 un poema más largo (69 versos) sin mito, si bien pudiera haber un breve relato m1tico en alguna de las partes perdidas. No hay "Pl egari a para el Futuro n en otros largos epin ic ios con mito (3 , 9, 11), ni en la sección final de 1 y quizá de 13; t amp oco en tres breves odas sin mito 954 (2, 4 Y 6) ni en la larga 10 (55 versos), también sin mito. En conclusi6n , podemos decir que, en efecto, Baqul 1ides hace un uso mucho menor de la "Plegaria para el Futuro ll que píndaro, lo cual contrast a con el gran empleo de la "Invoca­ ci6n Poética" en la apertura de s u s epinicios, frente a la ma­ yor variedad de los proemios pindáricos. La diferencia pudiera deberse en parte al mal estado del texto en muchas odas de Ba­ quílides, pero no conviene olvidar que el final del poema es el lugar más propio para la "Plegaria para el Futuro" y lo conservamos en buena parte de ellos: 1, 2, 3, 4, 5, 6, S, 9 (con lagunas) , 10 (con lagunas ) , 11, 13; s610 5 y S acaban con "Plegaria para el Futuro". 11. Personaje del que se hace depender el cumplimiento de l a petic i ón. Como estudi aremos al tratar la estructura de la "Plegaria para el :Futuro" , puede contener o no una invocaci6n; es decir, se pide al persona je invocado que cumpla la petición o se for­ mula simplemente el deseo. A este respecto, podemos clasificar las nPlegarias para el Futuro" del modo que sigue, según el per­ sonaje del que se haga depender el cumplimiento del deseo formu­ lado ( 9 ) : 1) Zeus: Fi . 0 .2.12ss., 0.5.17ss., 0 . 7 . S76S., 0.S.S4ss., ....0 . 13 .248S., - - 0.1 3.115 , F.l.29-30, -P.l.67ss., P.5.124, ­N.S.35ss., ..... N.9.2Ss s. , N.9 .53ss., N.I O.298s., B.5.199-200, B.S.26ss.(10 ) . 2) Otro dios mayor: 0.6.10368. (Posid6n), P.l.39-40 (Apo­ 10 ) , P. 5.118s s. (Crón idas), P o S.67ss. (Apolo), 1 .7.498s. (Apo­ 10) (11) . • 955 3) eE ó~ o simil are s: 2. 1.108ss. (~EÓ~ ), 0 .4.12-13 ( ~EÓ~), 0.6. 1 018s . ( ~E Ó ~), 0.13.1 05-1 06 ( 6 aC~wv yEVÉ~~~O~ ), ~.1.56-57 ( ~E Ó ~ ), P.3 . 11 0-111 ( ~E Ó~ ), P.IO.20ss. ( llt ~EWV ), No7 .89ss. ( ~ EÓ~) , 1.7.39ss. ( ~ 6' &~av á ~wv ••• ~~óvo~ ), B.5.36 ( ~EÓ~). ~EÓ~EV lpaC~av lta~wv También P. ll .50, , debe pertenecer a este grupo mejor que al cuarto, así como P.8.67 (v.71), ~EWV 6' 5nLv I ~ ~ ~ovov at~Éw, S lVa plt E~, u~E~Épa~~ ~ úxa ~~ • 4) Simple pet ici6n, sin expl i citar: 0.1.115-116, P.2.72, f.2. 96, P.3.1ss., ~.10.17ss. (pero en el v.20 llt ~EWV ), l.l. 64S8., l.6.7s8. Una variante especial y frecuente, en este apartado, está formada por aquellos casos en que el s ujeto es "el tiempo": 0.6.97ss., 0.8.28-29 (cf. B.5.36, muy semejante, aunque con ~EÓ ~ en lugar de Xpóvo~ ), P.l.46, ll.7.67-68. 5) otros casos: 0.12.1-2 (Fortuna), f.3.77ss. ( Gran Madre), P .8.98ss. (Egina), N.7.89ss. (Heracles), N.8.13ss. (taco), N.ll.9 (Hestia ) , l.6.16ss. (las Moiras). Entre las "Plegarias para el Futuro" en que se invoca a un di os mayor, sobresalen las que se dirigen a Zeus(12): en Píndaro tre ce casos de dieciocho, y en Baquílides los dos únicos ejemplos(13). De est os trece casos, en seis (Q .7.87, 0.13.26, N.8.35, N.9.31, N. 9. 53 , N.IO.29) la invocaci6n va dirigida a ZEU ná~Ep y en dos a (14), ZEU ~É~E~E (0.1 3 . 115 y P.l.67)(15), "el que lleva las cosas a su fin", epíteto que tan bién se acuerda con la petici6n del cumplimiento de un vot o (16) . De los cinco ejemplos restan­ tes, dos carecen de invoc ac i 6n(17) : lo ~ a 0.8.84-85 Epya 6' ln ' ~l~ o ~ OÓ ~ EV, lo~ o ! ~ &~ ECa~ oE vóoou~ &na~á~ltOL. 956 ( Zeus menc ionado en el verso anterior) " E uxo~a L y P .5.124 : - ) " O~v~nLa VLV ( Zeus ___ ~o u ~o I s:.' uO~EV L y~pa~ " EnL , Ba~~ov L • .,. , y~vE L mi entras que los tres que nos quedan (0 .2.12 w KpOVLE na Q.5.17 ­ EW~~P ~~LVE~ E~ ZEU , ~.1.29 ZEU ) present an tamb:é_ rasgo común, y es que la "Plegaria para el Futuro" aparece forma de una elaborada invocaci6n, como las que encontram las "Invocaciones Poéticas", de donde son más propias (18). tipo de "Plegari a para el Futuro" elaborada e s, en c ambio, cuando se invoca a ZEU ná~Ep o a ZEU ~tAELE , que s ueler '!:" ....= ­=­ r ecer simplemente as1, sin más aditamentos, como s i por sí ­ las las palabras ná~Ep y ~tAE I.E tuvieran una fuer z a e spec:..=­ y o. en este context o de súplica (excepc i ones son 0 .7 . 87ss. ~. 24ss.). Los dos solitarios ejemp los de Baqu11ides no no s perc~ ten establecer una comparaci6n compl eta, pero si podemos .~ ­ tacar algún rasgo. En 5.199, sin invocaci6n, leemos(19) ~ou~ d ~ErLa~oná~wp ZE~~ &KI.V~~OV~ lv E[p~V[~L ~vAáaaoL . En este pasaje , en lugar del simple Baqu11ides dice ~Erl.a~oná~wp (sr. ná~Ep que emple a pin &pl.a~oná~pa, dich o de -­ mi s, en 11.106) , y en el otro caso ( 8 .26ss.) el poet a invoca • En ambos ejemplos observamos de nue vo tendenc i a de Baqu11ides a usar ep1tetos ornamentales (los . son hapax), que IIhace n bonito", pero que quizá no sean t an tados al contexto en que se encuentran como el simpl e ná ~ E o ~tAE I. E de P1ndaro (20 ) • En otros cinco e jemplos, todos pindáricos, el poeta se ~ ~~ 5 ~ ­ 957 - dirige a un dio s olímp i co distinto de Zeus: en P.l.39-40, P.8. - 67ss. e I.7.49ss. se invoc a a Apolo, y se trata siempre de una invocaci ón más O menos elaborada ( 21) . En lo s dos primeros ca­ sos , sendas Pít ic as , el poeta p i de al dios por el éxito de su l abor poética (en P.l.39-40 f undamentalmente por la patria del vencedor ) , mientras que en 1.7.49ss. l e ruega una victoria en los juegos que él preside, los píticos. La invocación a Posi­ dón en 0.6.103ss. está plenamente justificada, por cuantó se pide al señor de los mares que conceda al vencedor una feliz travesía en su viaje de vuelta a la patria , de ahí que se in­ voque al dios como nov~ó~E60v(22); de todas formas, pudiera haber un doble sentido, con referencia a la "buena navegación" por la vida(23). Por último, ningún significado especial pare­ ce tener la invocación a los KpovC6aL ~áxapE~ en P.5.118, don­ de se suplica dicha en general para Arcesilao. otras vece s no encontramos invocación, sino una simple plegaria, con optativo de deseo o período hipotético (véase más adelante el apartado dedicado a la estructura de la "Plega­ ria para el Futuro"). De un total de veintitrés casos, en doce de ello s aparece ~EÓ~ (24) • En siete pasajes, todos pindáricos, la plegaria es dirigi­ da a una divinidad menor. En 2 .12.1-2 y N.ll.9 co incide con "In­ vocación Poét ic a ll , en la que h ab i tualment e se invoca a una d i vi­ nidad menor, no olímpica; también t ienen invocación P.8.98ss., a Egina, ninfa epónima de la patri a del vencedor, y N. 7.87ss., a Heracles, IIvec i n o" de S6genes y su familia. Carecen de ella y tienen idént i ca estructura P .3.77ss. (25): &\\' ln€Ú~aO ~aL ~ ~v Éywv l~É\w 958 Ma't pe, o o.• lyw e Io6.16s s. (26) : KAW~W Kao~yvD'ta~ v€ vÉnw 6' ó~C~povov 'tE npoo­ ~onÉo%aL KAu~a¡~ Por último, un caso semejante a los dos últimos e s N. 8. 13s s . : exÉ'ta~ ACaxoü OE~VWV yová~wv nÓAL ó ~ ~' ün~p ~CAa~ &o~wv ~' Au6Cav un Ep ~wv6' an~o~aL ~Épwv ~C~pav Kavax~6a nEnoLKLA~Évav, III. Destinat ario de la pe t ici6n. Thummer distingue cuatro tipos de "deseos" se gún el desti­ natario de la petic i6n: para el vencedor, su familia, su patria y para el propio poeta. A esta divisi6n nos acogeremos también nos otros (naturalmente, en una misma "Plegaria para el Futuro" pueden hacerse v ari as pet ic i ones)(2 7 ). 1) Petici6n para el vencedor. Es la más frecuente; se puede pedir: a) felic idad en general: 0.1 .115, 0.4.12, 0.5.17, 0.7. 87, 0.13.24, 0.13. 115, P.l.46, ~.1.56, P.l.67 (69) ( 28) ,P.2.72, P.5.118, N.7.89 ( 94), B.5.199. b) Nuevas v ictorias en certámenes atléticos: 0.1.108 (nuevas victorias Olímpicas), ~.50118 (124) (victoria en Olim­ pia), N.IO.29 (vic tor i a en Olimpia), 1.1.64 (victorias en Del­ fos y Olimpia), I.7.49 (victoria en Delfos), B.8.26 (victoria en Olimp i a ). c) Pet ic i ones de carácter particular: 0.6.97 (98) (que Hier6n r eciba bené volo el cortejo de Hagesias) y 103 (feliz re­ 959 gre s o de l vencedor a s u patria), P.3. 1 (deseo irrealizable, que QUir6n r e sucit ara y pudier a curar a Hier6n), P.3.77 (tam­ b ién s úplic a por la curac i 6n de Hier 6n ) ( 29), li. 7.89 (que s6­ gene s cont inúe habitando l a cas a de s us mayores), N.ll.9 (que Arist ágor as desempeñe con éxito su magistratura). Notemos s610 que los dos únic os c asos de "Plegaria para el Futuro" en que se formula una pet i c i6n para el vencedor en el grupo de las ístmicas, en ambos se pide la victoria en otros juegos de mayor importancia (cf. I.6.7 en el aparta­ do 3) . 2 ) Petici6n para la patria. a) Dicha en general: 0.5.17, 0.6.101, Q.8.28, 0.8.84, 0.12.1, 0.13.24, P.l.39, P.l.67, N.8.13, N.9.28 (29). b ) Peticiones especificas: P.l.67 (71) y N.9.28 (que los cartagineses permanezcan tranquilos en su patria y no en­ tren en guerra con los griegos), P.8.98 (que Egina siga siendo libre) • 3 ) Petici6n para la familia del vencedor. a) Dicha en general: 0.6.97 ( 30 . ) ,0.7.87 (92), 0.8.84, 67 , ~.10.17, ~.8 N. 7 . 89 (100), I.6.16, B.5.36. b ) Nuevas victorias en j uegos deportivos: 0.13.105, P.5.124, I.6.7 (en los tres casos se piden victorias olfmpi­ cas ) ; probablemente también B.12.42ss. ( 31 ) • c) Petici6n especifica : Q.2.12 (que los descendientes de Ter6n sigan manten i endo como herencia Acragante). 4) Petici6n para el prop io poeta. El poeta (o el "yo coral") puede rogar éxito en s u actividad poét ica o bien dicha en otros aspectos de su v i d a; a vece s es dificil distinguir entre una u 960 otra c osa . A otros aspectos de su vida se refie ren~ • •é • P.2 .96(32) , P. 3.ll 0 , P.8.67(33), P . ll.5 0 , N.8. 35 , I • . 39. -­ cambio, l a ac tividad poética parece predominar en 2. 1.1_'­ 0.6. 103 , 2 .7. 87 , 0.1 3.24, 0.1 3 . 115, P.l.39 (34 ) , N.7.67, _ De l a s cuatro "Plegarias para el Futuro" conser vadas :: Baquilides , en dos se p i den bienes p ara el vencedor (5. 9J ' 8.26), en otra para éste y su familia (5.36), y en la cua-~~ (si es que hay una cuarta) probablemente para la f am ilia _~. 4 2) . No h ay peticiones para el poeta y quizá t amp oco para _E patri a, con la duda de 12. 4 2. IV . Posici6n. La p os ic i 6n de la "Plegaria para el Futuro" es mucho re _ nos fija que la de la "Invocaci6n Poética", pero aún es po ::.­ ble ob s ervar una serie de tendencias, cuando no reglas, que se cumpl en con c asi t ot al regularidad. Hamilt on( 35) nota _ al contrario que la "Invocaci6n Poética", la "Plegaria paré. el Futuro" no aparece al principio de la oda (excepc iones Q.12, P.3 y también N.ll) Y en cambio es frecuente al f in~ este último hecho lo destaca también Thummer (3 6 ), haci~nd se eco de unas palabras de van Groningen(37) : rI • •• on cons te ici une tendance, toute naturelle, A donner au dernier ment un accent particulier d' intensité. Au d~ but d~sir de ~_ b~t ir le 'splendi de fron von' correspond celui de terminer p une phrase ~ marquable, pr i~re, a ~ gr and effet, sentence, proverbe, express i on re ­ n ote personnelle". El propio Thummer ( 3 8 ) señala que los "deseos", aunque n ~ están directamente subordinados a la laudatio, si son, sin e_­ 961 bargo, una parte esencial de ella. En e fec to, muy a menudo van unido s a el la, i ntroduciéndola, inter rump iéndola o culminándo­ la. Tr ate mos todos est os punto s con det alle, en cada caso con­ cret o , p ara lo cual es conveniente c lasif i c ar las odas según su particul ar e structura. 1) Odas con mito. a) Odas con mito central. La "Plegaria para el Futuro" puede encontrarse en la s ecci6n inicial o, más a menudo, en la secci6n final. Si se encuentra en la secci6n inicial, con la excepci6n de 0.13.2~ss. siempre se piden bienes para la familia o la pa­ tria del vencedor, nunca para el propio vencedor o para el poe­ ta. Suele aparecer la "Plegaria para el Futuro " hacia la mitad de l a secci6n, nunca al principio y hacia e l final solamente en 0.8.28-29, donde es un paréntesis que i nterrumpe la "Loa de la Patria " , que a su vez enlaza directamente con el mito (referido a Eac o y, por tanto, al mismo tiempo "Loa de la Patria"). La IIPlegaria para el Futuro 11, en la secci6n inicial, cul­ mina l as alabanzas de la familia o de la patria, según sea la petic i6n para una o para otra. La petici6n de bienes para la fam ilia culmina su alabanza en 0.2.l2ss. (l oa de los antepa­ sados de Ter6n), P.lO.1 7ss . (l oa del ve nc edor y su padre), I.6.7ss. (catálogo de vi ctorias de la e stirpe d e Lamp6n, pa­ dre de l vencedor, que termina con e l deseo de una victoria olimpic a ) , I.6.l6ss. (dese os de felicidad para Lamp6n, tras al abarle) y B.5.36, donde la alabanza de los hijos de Din6me­ nes concluye con el de se o de que su buena suerte continúe ( E~ 962 Pet ici6n de biene s para la patria encontramos en el ya comentad o pasaje 0. 8.28-29 y en N.8.13s8.: la "Plegaria para el Futur o " ( unida a "Tarea del Poeta") sigue a un "Ejempl o Mí ­ tico ll (= "Loa de la Patria"), en el que se relata el nacimien­ to de laca . En 0.13.24ss. la "Plegaria para el Futuro " ( con deseos para el prop i o poeta, el vencedor y su patri a ) sirve de pivote para pasar de la "Loa de la Patria ll a la IlLoa de l vencedor t,(3 9 ); t ambi~n en este caso ocupa la parte central de la secci6n. Asi pues, se puede ob servar que la "Ple garia para el Fu­ turo" no aparece aislada e n la secci6n inicial, sino siempre unida a una alabanza, de la que, como se ha dicho, es una par­ te esencial. El único ejempl o baquilideo (5.36) no presenta ninguna caracterist ic a diferencial, de modo que el us o que hace Baquilides de la "Plegaria para el Futuro" en la secc i 6n primera de las odas con mito central es el mismo que hace pin­ daro , aunque un caso aislado sea demasiado poco para deducir ninguna conclusi6n definitiva. Tambi~n se puede observar que únicamente en I.6 hay más de una "Plegaria para el Futuro" en l a secci6n inicial de una misma oda, lo cual es , en cambio, un hecho relativamente fre­ cuente en la sec ci6n final. El número de "Plegarias para el Futuro" que encontramos en la secci6n final es, en efecto, bastante mayor que el de la secci6n inicial , y , por tanto, su disposici6n más compli­ cada. Las pet iciones son asimismo más variadas: para el ven­ cedor, su familia, su patria o para el poeta. 963 La "Plegaria p ara el Futuro 11 puede ub icarse al princi­ pio, en medio o al final de la se cc i 6n. Son pocos los casos en que s i gue inmediatament e al mit o, al comienzo de la se cci6n, y presentan rasgos comunes perfectamente distinguibles. En P.8.67ss. (petic i6n para el p oeta y para la familia del ven­ cedor) y N. 9 .28ss. (para la patria), l a "Plegaria para el Fu­ turo ll es muy larga y sirve para abrir adecuadamente la sec­ ci6n(40); en el segundo caso acaba en una breve "Loa de la Patria 11 (vv. 32-33 ) • También la "Plegaria para el Futuro ll de N.8.35ss. se ubica poco después del mito, pero tiene un carácter especial, ya que se trata en realidad de una. gnome personalizada . (otros casos volveremos a encontrar más adelante ) , y de he­ cho aparece inserta en una larga serie de gnümai que siguen al mit o . Tampoco son muchos los casos en que el poeta sitúa la "Plegari a para el Futuro ll en la parte central de la última secci6n. La mayor1a de ellos presentan las mismas caracter1s­ ticas que ya apuntamos en las "Plegarias para el Futuro ll de la secci6n inicial: van unidas a una alabanza, del vencedor o la familia, o bien a "Tarea del Poeta", según a quien se destinen las gracias de la petici6n. La petici6n de una nueva victoria ol1mpica para Hier6n culmina su alabanza en 0.1.108ss . ( Situada, no obstante, casi al final de la oda, ya que la secci6n A2 es bastante breve, debido s obre todo a la extensi6n del mito); en 0.13. 105-106 la súpl i c a de nuevos é xi t os olímpicos en la larga serie de triunfos de los Ol i gétidas interrumpe un catálogo 964 que luego se conti ' :a c on otras victorias menores; de igual mod o , la "Plegaria para el Futuro" de N.7.67-68 ( d 6(; AO!.­ 1tOe; E ~ q:>pWV no·d. xpóvoe; ~P1to!. ,para el poeta) se inserta en una l arga "Tarea de l Poeta", mientras que lpaC~av ~aAwv, ••• 1:. 11 .50-51 ( -&EÓ-&C V ,también para el poeta) es en re al idad una gnome personalizada (como N.8.35ss.), dentro de una l ar­ ga serie de sentencias, que siguen a la "Loa del Vencedor" y llegan hasta el "Ejemplo M1tico" que cierra la oda. Por último, un carácter especial tiene P.2.72 (pet i ci6n p ara el vencedor ) . No está unida a ninguna loa, como es prác­ ticamente de regla en l a s "Plegarias para el Futuro" situadas en el centro de la secci6n final, sino que presenta una auto­ nom1a seme j ante a la que tienen, como más adelante comproba­ remos, muchas "Plegarias para el Futuro" al final de una oda . Este uso especial está, sin embargo, plenamente justif icado en el presente caso, pues el poeta se ha despedido previa­ mente ( Xa¡pE, v .67) , aunque ante nuestra sorpresa el poema continúa aún durante más de una tr1ada( 41 ). Con todo, lo más habitual es que la "Plegaria para el Futuro" esté al final del epinicio. Cuando se encuentra en tal posici6n, puede ser culminaci6n de una loa, como hemos observado que ocurre siempre en la secci6n Al y generalmente cuando la "Plegaria para el Futuro ll se halla en la parte cen­ tral de la s e cci6n A2 ; pero también es muy frecuente que ten­ ga gran independenc i a con respecto a lo que antecede, como un medio al que r e curre el poeta para cerrar adecuadamente su composic i 6n, según ha notado van Groningen. As1, en 0.7. 87 ss. el poeta expresa buenos deseos en pri­ 965 mer lugar para e l ve n cedor (v . 87) , en medio de la "Loa del Vencedor ", separando el cat á logo de victorias y el elogio de sus cualidades personales; en segund o lugar para su familia (v. 92), dentro de la alabanza de lo s antepasados, unida a la "Loa del Vence dor": Diágoras no ha hecho más que seguir los paso s de sus antepasados con su t r iunfo. La "Plegaria para el Futuro H no está exactamente al final, sino que el poema se cierra con una gnome (vv. 94-95): lv bE ~~~ ~oCpa Xpóvou I I Igualmente, al final de P.5 (vv.118ss.), la "Plegaria para el Futuro" cierra una larga alabanza del vencedor y con­ c luye la oda con buenos deseos para él. En I.l.64ss. la pe­ t ic i6n de victorias píticas y olímpicas culmina el catálogo de triunfos de Her6doto; como en 0.7.87ss., el poema acaba con una sentencia. El único ejemplo baquilideo de "Plegaria para el Futuro" cerrando una oda con mito central (5.199~200) presenta estas mismas características: los buenos deseos concluyen una breve "Loa d e l Vencedor". En ot ros casos la "Plegaria para el Futuro" es mucho más independiente. Así ocurre en 0. 1.115-116, donde las peticiones siguen a una sentencia (motivo n e plus ul tra). En 0.6. 97ss. l os buenos deseos ocupan toda l a parte final de la oda. Está unida a la alabanza de Hier6n la "Plegaria para el Futuro ll de los vv.97-1 00 , c on pe ticiones para Hier6n ( Xpóvos 5A~OV l~€ pnw v ~~ ~páooo~ ) y para el vencedor ( ouv bE ); en ~~AO~PO- cambio, ya 966 l a IIPlegaria p ara e l Futuro de los vv.l Ol-l05 est ' más des­ lig ada: tras una se ntenci a introduct oria se formulan pet ic io­ nes p ara las dos pat r ias del venc edor (Estínfalo y Siracusa) y por un fe l i z regres o de T amb i ~n ~ste a Sicilia. tiene cierta independencia la "Ple garia para e l Futuro " (petic ione s para la patria y la familia del ve nce d or) de 0 .8.84ss., aunque en cierto modo queda unida a lo anterior por la menci6n de Zeus y algunos familiares de Alcime dont e ("ya que Ze us ha concedido esta victoria, que sig a distribu­ yend o di c ha para la familia del venced or y su patria ll ) . Conse r va cierta autonomía la "Plegaria para el Futuro" de ~ 9 . 53ss., donde el poeta pide acertar en su canto, aunque anteri ormente se ha hablado de la fiesta y la celebraci6n de otra s victorias d e Cromio. Ya cl aramente des conectadas de l o anterior, a modo de con­ clusi6n, e st án las "Plegarias para e l Futuro" de 0.13.115 (preH cedida de br eve "Tarea del Poeta": a.yE , ~ X.OU<pOLOI.V f;;X.VEUOO V nooCv ), ~ .2.96 Y P.8.98ss. (precedidas de una larga serie de gnomai) • Nos queda por examinar s610 el caso de N.7, cuya parte final es muy complicada(42) y en ella la IIPlegaria para el Futur o" ocupa buena parte y mant ieL-. c ierta independencia. El poeta, al iniciarse el cuarto epodo , cumple con su "deber" de cantar a Zeus, cuyo r e cuerdo l~ trae el de Beracles , que , además , es el protector de la familia de S6genes. Como tal lo invoca Píndaro p ara que proteja al vencedor y a sus descendien­ tes (hasta el v.l Ol ) . Cuando ya el programa parece conclus o , el poeta añade unos versos finales e d i f ícil interpret aci6n, 967 en los que está imp l icado el problema c entral del epinicio, si Pfnd aro se está just i f i cando o no por lo dicho en Pae.6(43). b) 9das con mito periférico . En cuatro epinicios de P1ndaro con mito periférico hay "Pl e garia p ara el Futuro", y dos de ellas (P.3 y espe cialmente P. l ) se caracterizan pre­ cisamente por el gran uso que hace el t ebano de este elemento, c osa 16gica en poemas dedicados a un Hier6n ya viejo y enfer­ mo. P.l tiene nada menos que cinco "Plegarias para el Futuro" , con diferentes funciones. La de los vv.29ss. se ubica inmedia­ tamente después del mito; el poeta, portavoz de ide as comunes, " ZEt>, pide a Zeus serIe gr ato ( EI.T), 1; \ I.V EI.T) " O:v5ávEI.V ) , en cla­ ro contraste con el ej emplo negativo que nos acaba de ofrecer en el mito, con el enfrentamiento entre Tif6n y Zeus (véase el v.13, Booa oc ¡J.~ nEcpCAT)KE ZE Vt; ,que contrast.a con el v.29); pero este Zeus, como el del mito, es Zeus Etneo, que tutela la patr ia de Hier6n, de modo que la "Plegaria para el Futuro" se usa t ambién para introducir la "Menci6n Compleja" tras el mito. La de los vv.39ss. está unida a la "Menci6n Compleja" mediante una sentencia a modo de comparaci6n: asf como los marineros, cuando en el viaje de ida tienen buen tiempo, tam­ bién esperan tenerlo al regreso, de igual modo los triunfos atléticos actuales de la ciudad h acen esperar otros en el fu­ turo; se pide a Apolo que cumpl a estos deseos. En los vv.46 y 56-57 se e xpresan buenos deseos para el vencedor; el primer c a so introduc e, tras llamativa "Tarea del Poeta", la "Loa del Venc edor 11 , ilustrada con el ejemplo mfti­ co de Filoctetes, y el s egundo prec isamente cierra esta misma 968 = "Loa de l Vencedor", concluyendo, además, una primera p ar la oda (una se gunda, dedicada a Din6mene s, comienza ense introducidé.~por una nueva "Invocaci6n Poética" (44 )) . Por Úl ­ timo , hay otra "Plegaria para el Futuro" en P.l .67s s.; s e pide por el vencedor y su hijo y por su patria, es muy lar5~ y une precisamente la alabanza de Din6menes con la de la a­ tria y la del vencedor. En P. 3 hay t re s "Plegarias para el Futuro", la pr i mer:::. P.3~ _ =E. de ellas de características muy especiales. En efe cto, es s610 en c ierto sentido una "Plegaria para el Futuro", _ _ que los deseos que se expresan son irrealizables; pre senta además, otra peculiaridad llamativa, y es que abre l a oda, que s610 ocurre en este Caso y en Q.12 y li. l l, ejempl os ferentes,como veremos en seguida al tratar las odas sin La "Plegaria para el Futuro" de ~.3.1ss. ci~ • introduce, c on la menci6n de Quir6n, el mito , que se encuentra al comien zo 'e __ oda, como en r.l (45 ). En los vv .77ss. hallamos una plegaria de tip o más co__ ~~~­ te: los nuevos de se os de curaci6n para Hier6n cierran adee"'=.­ d amente la al abanza del vencedor que precede~46 ) . Finalmente, los vv.llOss. contienen una "Ple garia para el Futuro ll de otro tipo t amb i~n conocido: se trata de una ~ me personalizada, inserta en una larga serie de gnomai que cierr a la oda. Tam bi~ n es n ormal la posici6n de la plegaria en otr o nicio con mit o per i férico, N.IO. Los vv.29ss. son una pe t ~c: implicit a de una victoria olimpica para Teeo, que c onc l uye venient emente un c at ál ogo de triunfos. 969 En 1.7, con c atál ogo mítico inic ial, hay dos "Plegarias p ara el Futuro " . En los vv. 39ss . l os c iudadanos de Tebas ha­ blan por boc a del p oeta y piden una vida dichosa hasta la ve­ jez; s igue a una "Loa del Vencedor". En l os vv .4-9-51 una nue­ va plegaria conc l uye el poema, con r e l ativa independencia con respecto a lo que antecede; el ep inicio acaba así con la peti­ c i 6n a Apolo de una victoria pítica(4-7 ) . 2) Odas sin mito. Nunca hay más de una "Plegaria para el Futuro" en el mismo epinicio. En dos ocasiones la plegaria se encuentra al principio del poema y en ambos ligada a "Invocaci6n Poética". En 0.12. 1-2 hay practicamente una identidad entre ambos elementos, mientras que en N.ll.9 la "Plegaria para el Futuro" cierra la "Invocaci6n Poética", con la petici6n a Hestia de un buen de­ sempeño del cargo por parte de Aristágoras. Compárense estos dos pasajes con la ya comentada "Plegaria para el Futuro" que abre P.3, no unida a "Invocaci6n Poética". En 0 .4-.12- 13 la petici6n (para el vencedor) une la "Men­ ci6n Compleja ll con la "Loa del Vencedor"; es decir, va unida a una alabanza, introduciéndola. 0.5 presenta una larga "ple garia para el Futuro", que ocupa casi toda la tercera y ~ltima tríada, con una sentencia final (motivo ne plus ul tra) que c i erra la composici6n. No e s­ tá subordinada a lo anterior y en ell a el poeta expresa bue­ nos deseos para el vencedor y su patria . La "Ple garia para el Fut uro" de B.8.26-32 no tiene ningu­ n a particularidad esp ec i al. La petici6n de un triunfo olímpico cierra la oda y a la vez la "Lo a del Vencedor", que incluye un 97 0 catálogo de victorias. T ambi~ n cierra un catál og o de victorias (famil iare s r o­ babl ement e) la posibl e "Plegaria para el Futuro" de B.12 .42s s. co~ . pero n o concluye l a oda, si la reconstrucci6n de Snell es ta, sino que se sitúa hacia su parte central. En conclus i 6n, en lo que respecta a Baquilides pode mos afirmar que, al menos por lo que se puede deducir de los cua­ tro únicos casos que conocemos, su uso de la "Plegaria p ar a el Futuro" coinc ide plenamente con el de Pindaro. A falt a de cantidad, por lo menos hay cierta variedad. En cuanto a los ejemplos del epinicio ~ ­ 5, con mito central, e l primero ( v . 36 ) está en la se cci6n inicial y cierra la alabanza de los hijos de Din6menes, en favor de los cuales se formulan los bue nos deseos; el segundo (vv.199-200) se encuentra en la secc i6n final y concluye el epinicio y una breve "Loa del Venced or • También al final del poema y cerrando una IlLoa del Vencedor se halla el terce r caso, 8.26ss., en una oda sin mi to. Por último, en 12.428S. la IlPlegaria para el Futuro" culmina catálogo de vict orias, pero no el poema. Es decir, en l os cuatro pasajes la plegaria concluye una alabanza, y en d OE de ello s el epinicio. V. Estructura. Para realiz ar l a clasificaci6n de las "Plegarias p ar a Futuro" de l os epinic ios de Pindaro y Baquilides desde e l to de vista f ormal nos basamos fundamentalmente en la que blece Langholf en s u obra ya citada(48), aunque con al~ ~­ ._­ es-~­ 7 dificac iones de ac uerdo con nuestras neces idades. La clasi­ fic ac i6n que propon emos es l a s i uiente, teniendo siempre en cuenta que a ve ces en una mism a It Pl egaria para el Futuro" pue­ den co inc i dir varios tipos (por e j empl o , 0 . 13.24ss., primero opt ativo y luego imperativo; 0 .6.101 55., P.l.675s., N.7.S9ss., etc .; de B.12 .42ss. apenas nada se puede decir). 1) Invocaci6n a la divinidad y súplica inmediata • .,. , a) Con segunda persona del i mperativo (tipo W ~EO~, ' Q ' ): Pi. Q.2.12, 0.6.1 03 , Q.7 .S7, 0.12.1 (con ut. ó 't E: IlOI. a:ya:va: verbo de súplica ACOOOIla:I., aunque es un tipo diferente a los ejemplos consignados en el apartado 4), 0.13.24 (27), Q.13.115, P.l.67 (71) (también con 9 (leyendo nEpaoa:C VI.V ACOOOIla:l.), P.S.9S, N.llo )(49),1.7.49. b) Con segunda persona del optativo (tipo ~ ~EOC, bO!'tÉ IlOI. ~ya:~á B. S .26 (5 0 ). ): Pi. 0.13 .24, P.l. 39, P.5.11S, N.7.S9 (94), 2 ) Invocaci6n a la divinidad, pero súplica no directa, sino ! a) mediant e una persona del optativo que no sea l a se­ gunda (t ipo ~ ~EOC, yÉvol.'tó IlOl. ~ya:~á ; en Pfndaro y Baqufli­ des nunca imperativo): Pi. P.l.29, P.l.67 (69), P.5.11S (120), N. 7 . 89 (100), N.8.35. b) otros cas os: 0.5.17ss., fltÉ'ta:c; OÉ~EV !:PXOIla:~ ••• ••• Tambi~n ~, ~ ; N.I O.29, ZEU na:'tEp, 'twv ~ Il~V H Epa:'ta:1. , ~pEVI., 01.­ se podría i ncluir en este apartado P.l.67ss.: ZEÜ 'tÉAEl.' , a tE l bE 'tol.aú'ta:v 'AIlÉVa: na:p' ~bWp a:toa:v ~o'to !c; Ka:L ~ aOI. A E ÜOl.V bl.a:ltpC­ 972 vc~v ~~u~ov ~óyov av%pwnwv. cuya s i nt axis es dudosa(5 1 ). 3) Si n invocaci 6n. a) El dios es suje to (tipo ot %cot aya%á ~o~ 60!EV siempre con optativo) : Pi. 0.4.12, 0.6.101, 0.8.84 Y 87, P. l .~ ~ B.5. 36 , B.5.199. b) El di os no es sujeto (tambi~n siempre con optativ Pi. 2 . 1.115, 0.6.97, 0.8.28, P.l.46, P.2.72, ~.2.96, ~ .10. 1 1 9 , P.ll.50, N.7.67, I.l.64, 1.6.7, 1.7.39 ( a%avá~wv ••• ~~ ' ­ vo C; ). . c ) Un caso especlal es N.8 .13ss. (51 bis) : ~~t~ac; ACa~oü OE~VWV yová~wv nó~~óc; %' ónEp ~C~ac; & o~w v ~' ón~p ~wv6' &n~o~a~ ••• 4) Con verbos de súplica ( En Xo~a~ + infinitivo, etc . ) ( 52 . a ) Con vocativo (tipo ~ ~coC, cüxo~a~ ó~!v áya%á ~ OL 6oüva~ ( r cvÉo~a ~ ) ): Pi. P.8.67, N.9.53. b ) Sin voc at ivo (tipo E~xo~a~ ~0!C; ~Eotc; áya~á ~o~ 60üva~ ( rE vÉa~a ~ ) ): Pi. 2.8.84 (86), P.3.77, P.5 .118 (124), I.6.16. 5) En forma condicional(53): Pi. 2.1.108, 2. 13.105, f.3. P.3.110, N.7.89, N.9.28 (los dos últimos casos con invocaci6n ; en N.9.29 hay además un verbo de súplica, aC~tw OE + infini­ tivo ). Los cuatro únicos ejemplos de Baqu11ides poco nos permit e= concluir, con el agravante de que nada se puede decir sobre a estructura de 12 .429 9 . En todo caso, pertenecen a tipos perfec-, tamente atestiguados en P1ndaro. 973 Como h ic i mos a l estudiar la "Invocaci6n Poética,,(54), ofre­ cemos a c ont inuac i6n una cl a s ificac i6n de los diferentes tipos de vocativo que aparecen en las "Ple garias para el Futuro". 1 ) Con interj ecci6n . a ) Simplemente "señor, s eñora": P.8.67 Jiva:.~ • b) "Señor , señora" con ampliaci6n: 0.7.87 Ji ZEÜ neX'tEp • e) Simplemente nombre (cf. 1.7.~9 , en el apartado l C). d) Nombre + adjetivo: B.8.26 T ti) , ZEU- tt.[EJ pa:.UVEYXE<; • En Pi. N.7.9~ ap arece solamente el adj et i vo , <7i ¡J.eXtt.a:.p , pues ya se ha invocado anteriormente a Heracles con su nombre en el v.86 (cf. también el v.90). e) Perífrasis "hijo de ••• na:.! 11. Pi. 0.2.12 <7i KpÓVl.E ~pta:.<; • f) Perífrasis "hijo de ••• 11 + adjetivo : ningún caso. 2 ) Sin int erjecci6n. a) Simplemente II señor, señora ll : ningún caso. b) II Se ñor , señora" con ampliaci6n: Pi . 0.6.1 03 0. 13 .26 6Éano"ta:. nov"tó¡J.e:6ov ZEÜ ná't Ep N.8.35 Atyl.va:. cpCAa:. ¡J.a'tEp , ZEÜ na:.'tE p li· 9 .31 ZEÜ ná"t Ep N.9.53 ZEÜ na:.'tE p P.8.98 N.IO. 29 , ZEÜ ná,; E p • e) Simplemente nombre: Pi . !:.1 .29 Z EÜ Ca N .11 . 1 ~ Ea,; 1. 7 .49 Ao ~ Ca (pero antes <7i xpua{~ tt.ó¡J.~ ~áAAWV ). 974­ d) Nombre + adjetivo: Q. 5.17 Q.12.2 Pi. 0. 13.115 ~w~~p ~~LVE~E~ ZEU, OW~El.pa TúXa z dS 'tÉAEL(E) P.l. 39 AÚKLE Kal ÓcÍAOI.' aváoowv / ~ O¡~ E P.l. 67 ZEU ~ÉAEL(E) P.5.118 KpovCoaL ¡..LcÍKapE~. e) Perífrasis "hijo de ••• ": Pi. 0.6.104 riant e ) • f.. 1 .71 KpovCwv N. 9.28 KPOVCwv. f) Perífrasis "hijo de ••• Como en la 11 rr + adjetivo: ningún ejer:;2. . Invocaci6n Poética" (55), en Pínd aro predor:':"~ ­ mucho los casos sin interjecci6n (diecinueve frente a cuatro si bien 1.7.49 es un caso intermedio); en Baquílides el único e jemplo de invocaci6n la lleva, pero un solo caso no nos pue ~ indicar nada. También la siguiente tabla de frecuenci as es Píndaro Baguílides a) 1 O b) 8 O c) 3 O d) 7 1 e) 4 O f) O O instruc ti v ~ : El únic o pasa je de Baquílides pertenece pre c i samen te él grupo de vocat ivos (nombre + adjetivo) que asímismo en la -­ 11- 975 voc aci6n Poét i ca ll pred omina con gr an d iferencia sobre el res­ t o(5 6 ) . Tamb ién en el c a so de Pindaro las cifras son propor­ cionalmente seme j ant e s , con la salvedad de que se invierten los papeles de los grupos 2 ) y 3), el primero muy frecuente e n las "Plegarias para el Futuro" y el segundo en las 11 Invo­ c aciones Poéticas"; ello es debido sobre todo a la frecuencia c on que Píndaro invo ca a Ze:u ná'te: p en las "Plegarias para el Futuro", como ya hemos indicado(57). En cuanto al modo verbal, la clas i f ic aci6n que iniciaba nuestro estudio de la estructura de l a "Plegaria para el Fu­ turo" mu e stra a las claras que predomina con mucho el opta­ tivo desiderativo , aunque el imperativo no sea infrecuente(5 8 ). En la "Invocaci6n Poética" ocurre justo al predomina el imperativo. Tambi~n hay rev~s, pues en ella ejemplos de otros modos, cuando la plegaria tiene forma condicional o es del tipo ~a ~ e:Qxo­ + infinitivo . En la siguiente tabla se puede c omprobar el uso del tema de presente o de aoristo del imperativo. Presente. Píndaro . divinidad menor dios olímpico 0 . 12.2 (Fortuna ) 0.6.104 y 105 (Posid6n) P.8.99 (Egina) 0 . 7.88, 89 y 92 (Zeus) 0 .13 .28 (Zeus) 0.13.115 (Zeus) P .l.68 (Zeus; infinitivo­ imperativo) Aoristo. Pindaro. N. 11.9 (He stía ) 0.2.14 (Zeus) 976 divinidad menor dios olímpico P.l.71 (Zeus ) 1.7.49 (Apol o) No hay ningún cas o en Baquílide s. En las nPlegari as para el Futuro" dirigidas a divinidades menores se puede observar una cierta d iferencia, aunque los ejemplos son poc os para ob­ tener conclusiones generales. En las dos ocasiones en que se usa el presente la petici6n tiene carácter general, mientras que en N.ll.9 lo que se desea es algo muy concreto: que Aris­ tágoras desempeñe con éxito su cargo. También en las "Plega r i as p ara el Futuro" dirigidas a dioses olímpicos en que se emplea el a ori st o se formulan deseos concretos: que los cartagineses no levant en guerra (P.l.71), que Apolo conceda una victoria pítica (1.7.49), que Zeus mantenga Acragante como patria para los descendientes de Ter6n (0.2.14). Pero igualment e deseos concretos se expresan con el presente: que Zeus acoja ben ~ ­ vol o el himno (Q.7.88), que Posid6n conceda buena navegaci6n a Hagesias (0.6.1 04 ) , aunque en este último caSo cabe también pensar en una alu si6n a la "navegaci6n por la vida" y entonces la petici6n tendrí a un c arácter general~ . No parece haber gran diferencia en el uso del tema de pre­ sente o de aorist o c uando en lugar de imp erativo encontramos optativo de deseo, ya que incluso alternan en la misma pet i ­ ci6n: 0.8 . 85 ~€A O~ ••• ~naAáA~oL ; P.l.46 E~~~VOL ••• napá­ aX oL • En Baquíl ides hay más casos de aoristo que de presente. Presente. simple pet i c i 6n Píndaro Q.1. 115 divinidad menor ~ dios olimpico N.7.99 y 100 0.4.13 Q.8.85 y 88 977 simple pet ic i 6n divinidad menor ~ ~Ó> dios olímpi c o 0 . 6.97 0.6.102 P . l.29 P.l.46 P.l.56 P.5.119 y 121 P.2 .96 P.IO.21 N.8.35 y 36 P . l O.17 P.ll.50 N.7.68 I .1 .64 I.6.7 Baquílides. 5.200 Aoristo. Píndaro. 0.8.29 0.8.85 P.l.46 0.13. 26 P.2.72 P.l.40 Baquílides. 5.36 8.27-28 En algunos casos, t odo s ellos en la obra de Píndaro, la "Plegaria para el Futuro" no se limita simplemente a un voca­ t ivo y un verbo que contiene la petici6n, sino que la invoca­ ci6n puede ser más elaborada, indicándose algunos atributos de la divinidad, que siempre es un dios mayor, Zeus (0.2.12ss., 0.5.17ss., 0.7.87ss., 2.13.24ss., P.l.29-30) o Apolo (P.l.39-40 P.8.61 ss., I.7.49-51 )( 59). La est ructura de todos estos casos es muy similar: al vocativo c on el nombre del dios (en 0 . 2.12 ~ KPÓVLE na! 'pta~ ,y en ~. 8.6l ' EK a~a~ó~E ) acompaña una predicaci6n, que s iempre es part icipial, menos en P.l.29-30, donde se realiza mediante una orac i6n de relativo, una pequeña variante(60). Además, en todo s l os casos excepto en XPuoÉ~ KÓ~~ ~á~AWV 1.7.49, ~ ,se indi ca que la divinidad invocada go­ 978 bierna o habita un lugar que le está consagrado. Unas veces se nombran e l l ugar de los juegos y otro lugar(61): Q.2 .12-13 ~AA' ~ KpÓV~ E n a! 'péa~, & É~AWV ~E Kopu~av n6 pov EW ~~P Ü~~V E~E~ Q. 5. 17-1 8 ~60~ ~' 'OAú~nou vÉ~wv 'AA~Eou, ZEU, Kpóv~óv ~E vaLwv AÓ~ O V ~L~WV ~' 'AA~E6V E~PU ~Éov~a 'r6a1óv ~ E crE~ Vb V &v ~ p o v, , ' AUK~E K a ~ " , á crcrwv av ~aAOL otras solamente el lugar de los juegos: 0.13 .24-25 E.8.61-63 Bna~' EÓ pU dvácrawv , ' '1. O ", u~n ~ a ~ , ~U 'EKa ~a ~óAE, 6', , ., , vaov EUKAEa nu~vo ~ lv 6 náv60KoV .L Lav~~wv yUáAOL~, y otras, en fin, un monte que el dios tutela en la patria del vencedor: Q.7.87(62 ) ZEU ná~ Ep , vw~o ~a~v ' A~a~upCou ~E6Éwv, P •• 1 29 - 30 En~ TJ, Z EU, , ~ ~ V E" LTJ d: v 6'av E ~ V, (el Etna) Por otro lad o, a diferencia de lo que ocurre en la "Invo­ caci6n Poética", es raro que se nos indiquen las "fWlciones" propias del personaje a quien se invoca. Aparte de Q.12.1ss. y li.ll.lss., es c l aro, por ejemplo, en li.7.89ss., ,v.90 rCyav­ ~a~ ~~ l6á~aaa~ , y, sobre todo, vv.94ss.: .,. , W ¡.1.aKap, ~tv 6' lnÉo~KEv vHpa~ nócrLv ~E nE~~É~EV 9 9 Kópav ~E y~avKwn~6a· oúva cra~ oe ~po~oto~v ~AKáv ~~ a xav~ av 6 uo ~ á~wv ~a~a OLO Ó~ EV . donde se hace la descripc i6n de He racles ~AE~CKaKo~ • Tambi~n en li. lO • 2 9-30 ( nav óE general en ~ . 5. 118ss., ~lAO ~ lv ~tv ~pywv ) y de un modo más sobre todo vv .122-123: ~ ~Ó ~ ~OL v 6 0~ ~lya~ KU~E pva ,;.' " a vus: pwv ua~~ov , ~~AWV. • Para terminar, en nuestro estudi o de la tlInvocaci6n Po~­ tica,,(63) indic amos que es frecuente hallar dos vocativos, e l primero de los cuales es generalmente el nombre del personaje invocado y el segundo la menci6n de su genealogia; entre ambos se coloca habitualmente la predicaci6n de los atributos de la divinidad o bien la pe tici6n. Tambi~n en el caso de la "Ple­ garia para el Futuro" hay algunos ejemplos. Id~ntica estructura presentan 0.6.103ss. y P.l.67ss.: 1) vocativo : 6Éono~a nov~ó~E60v / ZEU ~lAE~(E) 2 ) petici6n, para el vencedor en 0.6, para la patria y el vence dor (y su hijo asociado a él ) en P.l; 3) nuevo vocativo, perifrástico: xpuoaAaKá~o~o nóo~~ 'A~~~­ ~pC~a~ I Kpov Cwv; 4 ) nueva petici6n, para el poeta en Q. 6 y otra vez p ara l a patria en P.l. Liger amente d i ferente es li. 9 .28ss.: 1) vocativo perif rást i co : KPovCwv; 2) petici6n para la patria; 3) vocativo: ZEV ná~Ep; 4) continuaci6n de la petic i 6n para la patria. Ya bastante diferente es P.8.61ss.: 980 1 ) vocat ivo : c EKa:'ta:~ót..E; 2) "ha s c oncedido el mayor gozo a Arist6menes"; 3 ) nue vo vocativo : ~va:~ ; 4) pe tici6n, p ara el poet a y la familia del vencedor. La "Plegaria para el Futuro" propiamente dicha s61 0 abar­ ca l os puntos 3) y 4). Digamos, finalmente, que algo semejante ocurre en N.7.89ss., a cuya comp licada estructura ya hemos hecho alusi6n varias vec es . Tras e l vocativo 'Hpá~t..EE~ rCya:v'ta:~ 8~ t6á~a:oa:~ v encedor, y luego (v.86), se encuentra la pre d icaci6n (v.90), seguida de una pe tici6n para e l ~ ~á~a:p (v.94), y tras este vocativo la men­ ci6n de las f unc iones del héroe y nuevas peticiones para el veL­ cedor y sus descend ient es . I 9B1 NOTABA "PLEGARIA PARA EL F UTUR (1) 2[. Hamilton, p. 23, n.2~. (2) I 106. (3) Un caso dudoso e s N.9.53-55 ; nosotros, aunque con muchas reservas , l o hemos incru1do dentro de las lIPlegarias para el Futuro ", fundamental mente en función de su posición al final de la oda y de la invocación a Ze:ü 1tcÍ'te:p , t1pica de las IlPle_ garias para el Futuro ll , como tendremos ocasión de comprobar. Hamilton, con cier t a incoherencia, cita el pasaje como "Ple­ garia para el Futuro" en su "código" (pp.92 y 99), pero no lo h ac e en las tabl as de las pp.19-20; en p.23, n.2~, indica expre samente que no lo incluye entre las "Plegarias para el Futuro", pero si lo hace en p.2~, n.30. (4) Señalamos a continuación nuestras discrepancias con otros autores que han tratado el tema. Con respecto a Hamilton nota­ mos las siguientes: en su cuadro de p.20 no cita P.l.46, pero si l o hace en el "código ll (pp.90 y 101 ) Y en p.24-:- n.29; tam­ poco incluye en dicho cuadro, como y a hemos señalado, N.9.28ss., n i I.6.16, que para ~l ofrece dudas ( codifica "PT Il , e indica en p .97, n.148 "FP? OP?") ¡ no tiene en cuenta P.2.72, la dis­ cut i d a frase yévoL' olo~ €ooC , ni N.IO.29 1 que es una "Plega­ ri a par a el Futuro" especial, pues va impll.cita en un catálo­ go de victorias y no se expresa expl1citamente (cf. Bundy, p . 79); no consideramos nosotros "Plegaria para el Futuro ll el fi­ nal de P.4 , que Hamilton no incluye en el cuadro de p.20 pero sí en e! "código ll ; en cambio , añadimos N.8.13ss.: fK€'ta~ 4taKoÜ OE~VWV yová'twv 1tÓALÓ~ ~' Ó1tCP ~CAa~ &o'twv ~ Ó1ttp 'twvó' a1t'to~aL ~€pwv Au óCav ~C'tpav Kavax~óa 1tE1tOLKLA~Évavf como hace Thummer (1 104-105; cf. 0.5.19 fKÉ'ta~ O{~EV ~Pxo~aL AUÓ CO L~ &1tÚWV lv a6Ao L ~ ); cf-.-tarnoi~n KBhnken, p.22. Las d i ferencias con respecto a Thummer ya han sido seña­ ladas anteri ormente. (5) P.Bl . (6) n¡,~ aúox oL del v.81 Ilc annot have expressed a wish ll , Jebb, p.311 ; cf. tambi~n Maehler, ad loc., II 171. Sin embargo, los s uplemeñFos de Blass y Schadewel dt s up onen la expresión de un deseo. (7) V~ase nuestro c omentario a la oda, (8) El ditirambo 17 ac aba Futuro 11 ; cf. P. 0.2.12. ( 9) Cf. Hamilton, p.20. tambi ~n PP.735ss. con una "Plegaria para el 982 (1 0) En 0. 13.105-106 s610 ind~rectame~te Ce: apartado 3): Ett oi:. Oal./-lWv YEV~{}AI. O ~ p1tOI., , , , . 1 ~l. ~O U ~ EVUaAI.W ~ ~xuwaO~EV , 1t paa a E l. v. . ~, ~ll ) En P 8.67ss. hay una seg~da petic ión ( ~EWV o' 81tl.v / a~ {}ov o v al ~ Éw, E Évapx E~, Ó~E~Epal.~ ~Úxal.~ ), qu e debe incluir s e en e l punto 3 ) . (12) De lo s trec e cas os pindáricos, en la mayoría se trata de v ic tor i a s olímpicas o nemeas, pero también la petición se ha­ ce depender de Zeus en tre s odas píticas: P.l.29-30 (a Zeus Etneo , protector de la pat ria del vencedor), P.l.67ss. y P.5. 124 (petición de una victoria en Olimpia). En-Baquílides con­ tamos con dos ejemplos: en 5.199-200 se trata de una oda olím­ pica y en 8.26ss. (no sabemos en qué juegos fue conseguida la victoria que se canta) se pide un triunfo en Olimpia. Sobre el tema, véase H. G. Gerhardt , Zeus in den pinda­ rjschen Epinikien, Dis. Frankfurt am Main 1959, sobre todo las pp.48ss. y 63ss.; S. Fogelmark ( op. cit. en Oda 9, n.30), pp. 498 S. --­ (13) Hamilton (p.17) indica que en Píndaro ocurre en diez de quince casos; nosotros añadimos tres más: 0.13.24ss., donde se unen "Invocac ión Po~tica ll y "Pl egaria para-el Futuro" y la invocación, Ze:ü 1tá~EP , es característica de las pl egarias; so­ bre N.9.53ss. y N.IO.29ss., v~ ase la nota 4. (14) Cf. Gerhardt (op. cit. en n.12 ), pp.16 y 17, n.35. (15 ) Cf. Gerhardt . (op. cit. en n.12) , p.14. (16 ) Cf., t~bi~~ en una p1 ~gari~, A. ~.9~3-974: ZEU ZEU ~lAEI.E, ~a~ l~a~ E¿xa~ ~EAEI.· ~éAOI. 6é ~oCOOI. ~WV1tEP ~v ~ÉAA~~ ~EAELV. (17) Sobre estos dos casos, v~ase Corlu, Mots re1atifs a l' de pri~re, p.l08: Píndaro usa E 6xo ~al. en la petici6n como variatio, para evitar la acumulación de optativos o el excesivo paralelis mo de dos plegari as. id~ e (18) Hamilton Cp.24, n.30) nota que e stas elaboradas invoca­ c i ones ocurren c l1 qndo el invocado es Zeus o Apolo; véase más adel ante nuestras pp.977ss. (1 9 ) La reconstruc ción de un optativo ~uAáaooL es sin duda preferible a un i ndic ativo ~uAáoOEL (Palmer), por su situa­ ción al final de la oda, propia para una "Plegaria para el Futuro", y seguramen t e tambi~n porque que el poeta afirme que Zeus "guarda" siempre inmutables los cimientos de la di­ cha para Hier6n s ería un aserto peligroso, que conllevaría ts~pl.~ • (20) Cf. , n o obst ante, Q.5.17 Ó~I.\lE~l~ , aunque la autenti­ este epinicio sea dudosa (cf. M. Fernández-Galiano, c idad~e 983 "Psaumis e n las Olímp icas de Píndaro IT , Emerita X 1942, pp. 112- 148). En l os dos e j emplo s p indári cos en que se enc arga a Zeus el cumpl i miento de la pe t ic i6n pero n o se le invoca (0 .8.84, P . 5 .124 ), se le menci ona un poco antes y no s e le nombr a en-l a "Pl egari a p ara el Futuro ll prop i amente dicha; en el único caso d e Baquílides (5 . 199 ) sí es mencionado Zeus en la "Pl egaria para e l Fut uro", pero puede ser mera casualidad, que un grano no hace granero. (21) Véase la nota 18 . (22) ~ap~ e~ Píndaro y palabra (~., • ~.743 (~. ) , Ar. a----srm6nide s. n o muy corriente: A. Th. 130 V. 153l, AP 13 .19, atrlDul do (23) Q!. Péron (op. c i t . en Oda 5, n.14l), p.133; Fernández­ Galiano, ad 10c., p.209 . (24) Hamilt on (p. l ?) cuenta en Píndaro ve intiún casos, nueve de e l los c on ~EÓ~; nosotros añadimos, n aturalmeDte~,el úni/­ ~o pasaje d~ Bas~i1ides ( 5.36) y P.8,67 (71 ) , ~EWV o ón ~v a: cp ~o vov a: ~ 'tt w , ~€va:pl<. E:~, t11le;~t'p(H S ~U XO: L~ ; ant e r iormente e l poet a ha f or mulado a Apolo una pet ic i6n para sí mismo, como acab amos de señalar. ( 25 ) Cf. nota 29. ( 26 ) Cf . -- !JIO.17-l8~ E nO L ~ O ~oLpa , KaL ~a~t'p O:LaL v lv a~~pO: L~ &y ávopa n~ oü ~ov &v ~E: !v a~CoLv· (27 ) Cuando señal amos dos cifr as, una de ellas entre parénte­ s is , la primera indica el verso en que comienza la "Plegaria para e l Futuro ", y l a segunda, entre paréntesis, el verso en que empieza la petici6n c orre spondiente a cada apartadO, cuan­ do hay más de una . ( 28) Se pide dicha para Hier6n, pero se asocia también a su hijo Din6menes , por lo que también podría ser "petici6n para l a f ami l ia "; cf. B.5. 36, donde se pide dicha para los hijos de Din6mene s, -entre l os que se halla e l vencedor, Hier6n. (29) El r a z onamiento que s e sigue e s e l s iguiente: puesto que l a sal ud de Hi er6n no puede s er re s t aurada ni por Qui­ r 6n ni por Asc l epio , al poeta le qued a : 1 ) invocar a la Gran Madr e ( vv .77- 79); 2) pedir resign ac i6n ( vv.80ss.), ( cf . J. Duchemin , fyt higue s 111, IX, I V, V, París 1 967} pp.51=?2). Según los escolios (Dr ac hmann, 11 80-81 ) , Rea tenia entre sus atribuciones h acer crecer y decre cer una enfermedad. Los mismos escolios, apoyados por lo s t estimonios de Paus.9.25.3 y al gunas biografí as pindáricas (l a ambrosiana y la de Eusta­ c io ) , cuentan que Pindaro habia ded i c ado a esta diosa un san­ tuario cerca de su ca sa, tras una visi6n, según decía Aris­ t odemo. Cf. N. 7.87ss., donde se pid e a Heracles que proteja 984 al muchacho Sógenes, que tenia su casa paterna cerc a de s u santuario; sobre el tema, véase J. S. Rus ten, rrrE I EQN HPQ ¿ • Pindar 's pr ayer t o Heracles (N.7.86-101) and Greek popular religi on", HSPh LXXXVII 1983,-pp.289-297. (30) No exact amente para la familia, sino para Hierón, am i go prot ector de Hagesias. y (31) Váanse nuestras PP. 735ss. (32) To!~ &y a~ot ~ d ~L~C!V parece tener un significado gene­ ral, aunque tambi~n se ha pensado que alude solament~ a lQs vencedores en los jue gos (cf. 0.1.115ss. vL~a~6poL~ 6~LACLV ); el poeta estaria deseando Ya restauración de su amistad con el tirano. Sobre el pasaje, véase Gundert, Dichterberuf, p. 142, n . 375; Bowra, Pindar~ p.336; Burton, pp .1 33- 134; Grimm (~. c i t. en Oda 10, n.67J, pp.290ss. Para la expresión, com­ p ese con Thgn.31- 32 y 37. (3 3) También es dudoso si este pasaje se refiere sólo a la ac­ t i vid ad poética o si es una petición más general. Se trata, en efect o , de un lugar controvertido, con problemas textuales ade­ más. Farnell (pp.196-197, "the reference need not be limited to his poetic activities") y Burton (pp.1 84-185) entre otros, prefieren entender la frase en sentido amplio, no C9mo refe­ rencia exclusiva a la actividad po~tica. Los escolios, no obstante, parafrasean de la siguiente manera (Drachmann, II 21) 5) : , ~' .,." "1. _ SI _ .. , a OOL uC, tu Ano~Aov, cuxo~aL E~opav OE LKao~ov ~ wv nOLD~a­ ~w v, ooa ~a~á ~lva ap~o vC av lnÉpxo~aL ~at rpá~w. b) aAAw~· ~~OL 6La~E~aLoU~aL. ~ EnXo~ aC OOL, w "AnoA AO v, Ka~' &E~ovCav npo~ náv ~a €PX E O~aL npár~a~a, otov npo~ ~~6EV nAD~~E­ AW~ ~PXEO~aL. Corlu (Mots relatifs a l' idée de pri~re, p.337) cree que Pindaro está habland o de la actividad poética. (34 ) En realidad se pide sobre todo por la ciudad del vencedor, que el dios no sienta envidia por la alabanza que el poeta le hace; al go parecido ocurre en Q.13.24ss. (35 ) P.17. (36) 11 53-54, comentario a I.2.47-48; véase también Bundy, pp.76ss. (37) P.72. (38) 1 103. (39) véase el capitulo dedicado a la "Invocaci6n Poética", p.921. (40) Hamilton ( p .95 , n.81) comenta acerca de la "Plegaria para el Futuro ll de P. 8 .67: "Long, to balance opening". (41 ) El pasa je, como es sabido, es uno de los más debatidos de 985 la obra p i ndárica, s o~re tod o por e l s i gnific ado que h ay que dar a la pa l abr a Ka a~o p E~oV del v. 69. También son problemá­ ticos los p opi os versos 2-73; no s otro s s e guimo s l a int e r ­ pretaci6n del, prQfesQr ~a s so ~e la vóeg a , en~evist a ~por B~ gk y B~ y' : y€v o ~ ot o ~ t ao ~· ~a~wv Ka~ ~ ~o ~ n ~ ~w v nap ~ naL o Lv, a CE L ! i<.aA.6~ • 1I0jal é.. l l egues a ser cual eres. Habié ndo l o apr endido (por aprendiz a j e ) , sábe l o, he rmos o e s el mono entre l os niños, s i empre h ermoso l1 (contraposic i 6n n atur al eza / apren­ d iz aj e, tan pindárica) . Cf. L. Woodbury , "The ep ilogue of Pin­ dar's Second Pythian ll , TArhA LXXVI 1945 , pp . 11-3 0, c on com­ pleta doxograf ia ; Grimm (oP. cit. en Oda 1 0, n. 67) , pp. 199s s. ; Burton, pp.125ss. (42 ) Cf. Ham i 1ton , p .96, n.1 23 : "The whol e l ast tri ad i s ela­ borateand original and therefore hard t o code n • (43) Cf. Las s o de la Vega, li La Sépt i ma Neme a • •• " , pp. 1 09ss., sobre-rodo 120ss., con completa bibliografia s obre el t ema. (44- ) Cf . nuestro c apitUlO " Invocaci6n Poé t i c a" , p . 921. Para esta func i6n de tr ansici6n , véase Bundy , p. 78 . (4 5) ~f. Young , Three odes of Pindar , pp.28s s. (46) Véas e la nota 29. (47) Cf. Bundy , pp.79-80 . Young (Pindar Isthmian 7, p.33) ha­ bl a de c ontraste con el ejemplo mItic o de Bel er ofontes. (48 ) Ir Invocaci6n Poé t ica ", n .20; l a s páginas son 57-65. (49 ) Véanse l as pp.9 36- 937. (50 ) Los opt ativos son suplement o de Maas; Kenyon reconstruia i mperativos. (51 ) Nosotros aceptamos l a inter pr etaci6n de Boeckh y Her mann, quienes consideran que el sujeto res al aav o A6 yov ; según SChroeder, Zeus es el sujeto y a aav y Aó yov acusativos en aposic i 6n (en tal caso, habr í a que inc luir e ste pasa je en el apartado 1). En t odo caso ÓLai<.pCVELV e s infinitivo con valor imperat ivo. (51 bis) Cf. 0 .5.17 en el ap artado 2b, con i nvoc ac i6n, que en N.8 13ss.:ño encontramos. 0 (52) Qf. Corlu, Mots re latif s ~ l' i dé e de pri~re, pp .65ss., 99s8. , 295-296. (53) Comprende los casos en que están explicitas la pr6tasis y la ap6dosis de l periodo condic ional; n o incluímos casos en r que no hay ~p6~os i s E(a,ioja~á! ) , c Qmo Pi. P.l. 46 : EL yap O n ~~ Xpovo~ OA. ~OV ~ E V o~ ~w i<.aL K~cávwv 6óaLV EÚ~ÚVOL, i<.~ ~ á~w v ó' tnCAaOLV napáoxo~· 986 (51­ véanse n . stras pp.92 3ss • (55) véanse nuestras pp.926-927. ( 56) Véanse nuestras pp.927-928. ( 57 ) Véan se nuestras pp .955-956. ( 58) Sin embargo, el imperativo es más frecuente cuando la in­ voc aci6n se hace a un dios mayor, como señala Hamilton (cuadro de p.20 y p .24, n. 30 ). (59) Cf. ~ amilton, p.24, n.30. (60) Véase IlInvocaci6n Poética ll pp.930ss • En 0.12 y N. ll, en que coinciden I1Invocaci6n Po~ t ic all y I1 Plegaria para eT Fu­ turo l1 ,la estructura es más complicada. (61) Cf. Gerhardt (op. cit . en la nota 12), pp.30-31; sobre l a indicaci6n topográfica que sustituye a la historia del naci­ miento del d i os en los himnos, véase Gianotti, p.73. (62 ) Cf. Young , Three odes of Pindar, p.94. (63 ) Véanse nuestras pp.929-930.