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18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart Palau ricartpalau@gmail.com Julio, 2019 Nota previa: Las webs del autor son: www.miquelricart.com y https://ub.academia.edu/MiquelRicartPalau/Papers ___________________________________________________________________ Después de leer el libro Conversaciones sobre la conciencia, de Susan Blackmore, te das cuenta de la diversidad de opiniones que hay sobre el concepto de conciencia. Y a la vez –y quizá en parte por ello– me ha surgido, una vez más, la idea de hablar de tan complicado tema. Ante todo hay que indicar que la conciencia tiene una vertiente estrictamente científica, neurocientífica, neurobiológica. En el libro “50 Estructuras y sistemas de la anatomía humana” se consideran y definen las siguientes partes anatómicas (ente otras), relacionadas con la conciencia: Axón, cerebelo, cerebro, córnea, materia blanca, materia gris, nervios craneales, neurona, sistema nervioso y zona olfativa. Asimismo, el en texto titulado “Anatomía humana. Método de autoaprendizaje utilizando el color”, cuyo consultor en jefe es Kurt H. Albertine, encontramos (asimismo entre otros) en su extenso “Índice temático” los siguientes conceptos: Arterias cerebrales, audición, axón, cavidad craneal, célula olfatoria, cerebelo, cerebro, córnea, corteza cerebral, 1/11 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ cráneo, dendrita, encéfalo y sus funciones, gusto, hemisferio cerebral, lóbulo (occipital, parietal, y temporal), nariz, oído, olfato, pituitaria (anterior, posterior, glándula), primer nervio cervical, quiasma óptico, retina, sistema nervioso, sistema olfatorio, tronco encefálico (y pares craneales, surco limitante, surco medio). Nota. Como se habrá visto, algunos conceptos se hallan en ambos textos. He optado por incluirlos todos en ambas relaciones. Creo que el campo anterior (lo neurobiológico) es un ámbito casi exclusivo para los neurocientíficos; por ello no incidiré en su estudio, por aproximativo que dicho estudio pudiera ser. En cuanto a los aspectos anatómicos que se relacionan con la conciencia, los dos libros antes indicados, junto con otros del mismo género, permitirán al lector un conocimiento muy interesante de dicha disciplina científica. Por cierto, según acabo de leer: “Un grupo de científicos de la Universidad de Oxford ha descubierto la parte del cerebro donde se encuentra la conciencia humana. Según los investigadores, la voz de la conciencia se encuentra en la corteza prefrontal del cerebro. "Hemos establecido un área en el lóbulo frontal humano, un área del cerebro que se sabe que está íntimamente involucrada en la organización y en los procesos de toma de decisiones", ha afirmado Franz-Xaver Neubert, director del estudio en la Universidad de Oxford”. Asimismo he podido saber que: “La conciencia humana y la percepción de la individualidad se generan en un determinado espacio del cerebro situado en la parte posterior del córtex, lo que convierte estos fenómenos en meros episodios de las reacciones bioquímicas del cerebro, según una investigación realizada por el Premio Nobel Francis Crick, uno de los descubridores de la estructura del ADN, que publica la revista Nature Neuroscience”. Respecto al párrafo primero anterior podemos concretar que: “La corteza prefrontal o córtex prefrontal es la parte anterior de los lóbulos frontales del cerebro. En cuanto al córtex, que se cita en el segundo párrafo asimismo anterior: 2/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ “El córtex se llama también corteza cerebral”. Los datos anteriores se pueden consultar (al menos así lo he hecho yo) digitando en el buscador de Internet la frase: “¿Cómo se guarda la conciencia?” Es de suponer que la incesante investigación científica acabe por obtener cada vez con mayor precisión datos sobre la localización en el cerebro de la conciencia. Pero ello pertenece a la ciencia, y no es recomendable hacer afirmaciones de este tipo sin tener un amplio conocimiento del tema. Así pues, creo que dejaré aquí las anteriores notas sin mayores comentarios, con todas las prevenciones que de forma evidente surgen al hablar del tema. Sin embargo, y pese a lo antes citado, no me parecía correcto omitir las breves anotaciones que preceden. En todo caso, ¡Quién sabe lo que se conocerá de aquí pasado un tiempo, quizá breve, sobre los temas científicos de la conciencia! Habrá que seguir la cuestión de forma continua por los interesados en el aspecto científico de la conciencia. No parece haber otro camino. Pues bien, después de dicho lo anterior ¿Cuál será mi ámbito de trabajo? Pues comentar lo qué, a mi juicio, es la conciencia, y de cómo la misma se forma desde un punto de vista filosófico. En primer lugar, podemos recordar que no faltan quienes identifican la conciencia a con el “alma”. En todo caso –deberíamos añadir– con el “alma mortal”, puesto que parece fuera de duda que la conciencia está en el cerebro, y por tanto “dentro” de la materia orgánica de la que aquel está compuesto*. Y al ser así, y en todo caso, el alma desaparece tras la muerte del ser, a través de la descomposición y putrefacción de la materia que el cuerpo del hombre padece. ____________________ *El tejido llamado "materia gris" presente en el cerebro y en la médula espinal es también conocido como sustancia grisácea y está compuesto por cuerpos celulares. La "materia blanca" o sustancia alba está compuesta por fibras nerviosas. (Fuente: Medineplus). Dice Richard Gregory, en el libro de Blackmore citado, que el ser –tras su muerte– se esfuma. Así lo debe hacer también la conciencia: esfumarse. Y deja de existir el ser y la conciencia 3/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ donde antes sí había ser y conciencia. Ciertamente, el ser ha pasado de persona a cosa (restos). Pero dejando de lado el concepto de alma (lleno, por otra parte, de connotaciones religiosas), nosotros nos centraremos en el concepto de conciencia desde el punto de vista únicamente filosófico. En este sentido, parece indiscutible que la conciencia es la combinación o interrelación estructurada (más que superposición o yuxtaposición) de una serie de facultades humanas. Entre ellas podemos citar: la percepción, la memoria, la capacidad de sentir, los recuerdos de lo vivido, leído y oído (y aún de lo soñado), las sensaciones experimentadas… La conciencia (y en esto parece haber un acuerdo muy amplio) es: una “experiencia subjetiva”. Una experiencia, quizá podríamos añadir, formada por los diversos factores antes citados. Esa sería la génesis de la conciencia. En los escritos sobre la conciencia se encuentran habitualmente dos conceptos, que se podrían denominar fundamentales; tales conceptos son: el “conocimiento” y la “subjetividad”. También es fácil hallar el término “proceso cognitivo” en tales escritos. ¿Y si intentando avanzar algo más indagaramos en el concepto de “superposición de estados”? Pero “superponer” es “poner sobre”… y está idea tiene un aspecto más bien estático. ¿Se trataría más bien de una “acumulación”, o como antes se ha dicho, “combinación” de percepciones? Más adelante procuraremos examinar con detalle el concepto de percepción. Quizá lo conciencia sea: “Lo que soy capaz de pensar”. Si yo me pregunto sobre qué cosa debo hacer, (p.e. cuál es la mejor opción entre varias posibles en una situación determinada), acuden “a la vez” a mi mente una serie de posibles acciones, que deberé valorar. O sea, se dará lugar a un análisis de la posibilidad de la acción y de sus consecuencias previsibles. Aparecerá también una posible serie de recuerdos (hechos del pasado) asociados con aquellas. Pero todo el proceso mental que se desarrolla en mi interior, ¿Cómo se ha estructurado, no ya sólo en el momento 4/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ actual en cuestión, sino a lo largo del tiempo? ¿Cuáles han sido los aspectos que pueden haber cambiado también a lo largo del tiempo en nuestro “modo de pensar”? Quizá se podría creer que estamos entrando en el campo de la psicología. Pero yo no creo que este ocurriendo tal cosa; como he dicho, me propongo considerar la conciencia de forma exclusiva desde el campo ontológico, en el cual la conciencia es primordial. La conciencia sigue a la vida “biológica” del ser. En la medida que transcurren los años, varía la conciencia; la misma no cesa de cambiar en tal trascurso, desde la infancia a la vejez, pasando por la adolescencia y la madurez. Un itinerario que como el de la propia vida puede ser más o menos largo y complejo. Así es. La corporeidad del ser varía, y con ella la conciencia, sea ésta lo que sea y esté donde esté. Por otra parte, sabemos que accidentes físicos sufridos por el cuerpo humano en la parte del cráneo (ya sea en tiempos de guerra, en un accidente de tráfico, en el trabajo con herramientas pesadas) modifican la conducta de aquel que los sufre. Por ejemplo, se da el caso de que una persona, la cual era un trabajador cuya conducta era sociable, pasa a ser asociable tras un accidente ocurrido en una parte lateral de su cerebro por el impacto de una barra de hierro. Realmente, examinando expedientes militares de heridos (guerras mundiales, p.e.) la casuística de este tipo es muy extensa. Antes se ha aludido a la percepción como posible origen (entre otros) de la conciencia. Yo considero, ciertamente, la percepción como parte esencial de la formación de aquella. Existen unos hechos, sensaciones o características externos que percibimos por los sentidos (las imágenes por la vista, los sonidos por el oído, los olores por el olfato…) www.um.es/docencia. Asimismo, las imágenes están provistas de forma, de color… Los sonidos pueden ser más o menos intensos, más o menos agradables… Y del mismo modo, los olores pueden ser desde atrayentes hasta repugnantes. Por otra parte, los objetos de los cuales 5/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ percibimos la imagen, pueden estar parados o en movimiento; se trata del mismo objeto, en efecto, pero su percepción es diferente. ¡Cuántas variables intervienen en la formación de la conciencia! También hay que considerar las facultades del perceptor y su cultura (diferentes en cada ser humano), puesto que no ve igual una tabla de ajedrez un jugador muy experimentado, que un jugador novel, que aquel que desconoce en absoluto las reglas del juego en cuestión, siendo la tabla, sin embargo, la misma en los tres casos, y por tanto, idéntica en su forma perceptible (como objeto estático). De la Stanford Encyclopedia of Philosophy https://plato.stanford.edu/, podemos aportar la idea de que las “sensaciones” las producen los “receptores sensoriales”, y que la “percepción” constituye la integración de los mismos en unidades significativas Asimismo, del Diccionario de Nicola Abbagnano, destacaremos que la percepción es una “función cognoscitiva”, es decir, se trata del conocimiento de un objeto real, ya sea éste físico o mental. Más adelante, nos dice el autor indicado que la percepción es la “interpretación de los estímulos” Quisiera recordar ahora el libro de Gerald Edelman y Giulio Tononi, El universo de la conciencia, dada la importancia de ambos autores y también la de su libro citado. Se trata de un libro fantástico, escrito por dos científicos de primer nivel. Sin embargo, mi objetivo no es abordar temas de índole científica (yo se ha hablado antes de ello). Pero es de suponer que cuanto mayores sean nuestros conocimientos científicos sobre la conciencia (de gran complejidad, hay que reiterarlo) mayor será nuestra aproximación al concepto filosófico de conciencia; es ésta una opinión que creo razonable mantener. Intentamos avanzar en un terreno lleno de incógnitas y dificultades, y todo aquello que nos ayude en nuestro progreso es importante, sea cual sea el grado de entendimiento que alcancemos en el ámbito en cuestión. Del libro del Edelman y Tononi citado extraigo tres ideas importantes: 1. Que la conciencia es un proceso, 2. Que los “qualia” son la cualidad específica de la experiencia subjetiva 6/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ (el color, el calor, el ruido…) y 3. Que la categorización perceptual surge como resultado de la selección durante las conductas reales en el mundo real J. Searle dice en El misterio de la conciencia respecto a Gerald Edelman lo que sigue: 1. Edelman “desarrolla una teoría del categorización perceptiva” 2. Searle recoge en su libro la opinión de Edelman de que: El cerebro tiene que desarrollar categorías perceptivas. 3. Asimismo Searle nos dice que “cuando Edelman habla de categorización perceptiva no está hablando de “experiencias” perceptivas conscientes. Su estrategia consiste en construir la conciencia a partir de una serie de procesos, empezando por la categorización… Hablando en general, si nos aproximamos al concepto de categorización quizá pensaremos en clasificación en base a criterios concretos y determinados. Pero: ¿Se puede categorizar todo lo que se ha ido “acumulando” en la mente, ya sea por la percepción externa (una vez interpretada) o por la propia reflexión interna? No cabe duda que la categorización es en nuestro caso (que no es otro que la aproximación al concepto de conciencia) algo de trascendencia esencial. No me refiero a las consideradas “clases de conciencia”, es decir, la conciencia ambiental, moral, de género, social, individual, emocional, etc. Me refiero a la totalidad de la conciencia (la conciencia “como un todo” se supone que estructurado) formada por las partes que la constituyen. Es posible que dicha cuestión tenga una respuesta más científica que no-científica, “sit venia verbi”. Puede ser. Pero yo sé que percibo y que, en cierta medida, reúno en mi mente todo o parte de cuanto percibo. Reúno y, a la vez, (sea como fuera) ordeno, o sea, clasifico y categorizo. No sé en qué medida dicha acción de estructuración o selección corresponde al consciente o al inconsciente; pero sí sé que es una acción mental subjetiva y propia. Eso sí lo sé. Y lo sé porque esté en mí, supongo que en mi cerebro. Ahí dentro. 7/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ Otros conceptos que podemos relacionar con la forma en que coexisten diversas “entradas” de ideas en la conciencia son: la integración y la interacción. La integración la relacionamos con la idea de suma, o cómo las partes constituyen un todo. En el caso de la conciencia, se diría que las partes son numerosos tipos de “información” y respecto al “todo”… ¿En este último caso, sería la conciencia la integración (articulada) de las diferentes informaciones que “acuden” al cerebro? Si consideramos ahora la interacción… Es muy posible, incluso lógico, que los diversos componentes constitutivos de la conciencia (por ejemplo, la memoria y el análisis lógico) interactúen entre ellos. Parece casi inevitable que lo hagan, entre otras cosas por coexistir en el tiempo (el que dure la vida del ser humano) y el lugar (el cerebro). Pero: ¿Cómo cuantificar estas interacciones? ¿Se trata de una reciprocidad en los contenidos una vez incorporados estos a la conciencia? ¿Se podría denominar a esta relación “biunívoca”, es decir una correspondencia que fuera recíproca además de unívoca? (Fuente: “biodic.net”). El caso es que al haber tantos componentes diferentes que –en mayor o menor medida– configuran la conciencia, el hecho de establecer una relación es complejo. Tanto en la cualidad como en la cantidad. Pensamientos, percepciones, sueños, sentimientos, sensaciones, razonamientos, intuiciones, ilusiones, recuerdos… todos ellos parecen formar parte de la memoria. Realmente, una enorme diversidad de conceptos, acciones… Asimismo, se incide por algunos autores en el hecho de que la ciencia es objetiva y la conciencia subjetiva, y que ello establece una división insalvable entre ambas en cuanto a su estudio “científico”. Pero yo creo que también son subjetivas muchas otras cosas, como los sentimientos, y no por ello deben dejar de ser los mismos considerados desde todos los puntos de vista, los científicos también. Se trata de entender las cosas, sea como sea, sin perdernos en divisiones formales. 8/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ Por otra parte, a lo largo del tiempo te das cuenta de lo difícil que es afirmar. Pero afirmar, o establecer algún tipo de concreción conceptual, es algo que en cierta manera es necesario en el mundo del pensamiento. Se corre un riesgo inevitable al afirmar, cierto; pero no hay otro modo de salir de la ambigüedad. Y aún así… Pero, ¿Qué “produce”, o “crea”, o “modifica” la conciencia? Podemos dar por cierto que en nuestra conciencia han influido en el curso de nuestra vida multitud de factores, entre ellos nuestros propios razonamientos… Y en un ser determinado, tras la “conjunción” o “coincidencia” de factores múltiples en el cerebro, se llega a conclusiones más o menos concretas. ¿Qué es lo que influye en la conciencia? Pues los conceptos conocidos (a los que se ha tenido acceso), los hechos acontecidos de los cuales hemos tenido constancia, nuestra propia educación, y en su caso, algún tipo de religión o de creencia con la que nos hayamos visto relacionados. Pero pareciendo todos ellos ciertos: ¿Qué ha prevalecido entre tantos factores reunidos en la conciencia, sobre todo en el caso de que dichos factores estén confrontados o incluso sean contradictorios, ya sea en todo o en parte? Y se dan, por otra parte, los problemas morales que suponen determinadas opciones (entre el bien y el mal, lo justo o lo injusto)… Cuando se pregunta uno mismo sobre qué hacer en situaciones determinadas, como por ejemplo: ¿Qué actitud tomar con los que nos han hecho un daño importante? ¿Es posible olvidar según qué cosas, es ello lo correcto? ¿Es ético perdonar, y dejar sin castigo el mal? Se trata de la conciencia como “acción de enjuiciamiento personal de conductas concretas”. Sin embargo cuando yo “considero” determinado lugar conocido –en el cual desearía pasar una parte de mi vida futura– acuden inevitablemente a mi mente imágenes de montañas, de ríos y de campos de aquel lugar…Se trata, en realidad, “de lo que existe en mi persona del recuerdo de unos hechos pretéritos, de cosas en su mayor parte 9/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ podemos considerar objetivas”. A lo que sigue la valoración propia al decirme a mí mismo”: ¿Es recomendable volver allí? Atendamos ahora a la memoria y los recuerdos. Pese a no ser lo mismo, sí se diría que tienen algún punto en común. Parece inevitable asociarlos. Al pensar en una persona querida recordamos sus actos positivos respecto a nosotros mismos, el afecto que no ha manifestado, la ayuda prestada, en ocasiones muy valiosa e incluso decisiva… Pero quizá haya habido también en la relación referida algunas cosas negativas; todo ello coincide a la vez en nuestra mente, con diferencias temporales de nanosegundos. Por qué: ¿Puede el ser humano modificar en su conciencia los recuerdos, las valoraciones, es decir, aquello que se puede transformar de lo recordado, de lo sabido? ¿No es posible que se origine en la conciencia un cierto autoengaño al respecto? Dice Alan Lacey que: “la memoria hace al pasado presente.” Por otra parte, el conocimiento previo del objeto del recuerdo es condición necesaria, aunque no suficiente, para que sea posible recordarlo. A mí no me cabe duda de que el estudio de la conciencia es preponderantemente científico; sí, preponderantemente, pero no absolutamente. Las cosas, todas, se deben “analizar”, “interpretar”, deben al cabo “ser sometidas a valoración propia por cada sujeto humano”. El caso es que la valoración estructurada de lo conocido, y también de lo imaginado, tiene lugar “en” o “a partir” de la conciencia. ¿Tiene el ser dominio sobre su conciencia o la conciencia se forma de manera autónoma? Yo pertenezco al grupo de quienes, tras reflexionar sobre la conciencia, declaran estar algo “desconcertados”, tanto respecto a su esencia como respecto a su posible ubicación. Ciertamente, sólo sé que hay algo que denominamos “conciencia”, y que está en mí. ¿Y los sueños? ¿Forman parte de la conciencia, por disparatados o irreales que puedan haber sido? Yo diría que en la medida que corresponda, sí. 10/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ Hay que distinguir dos tipos de sueños. Los que tienen relación con nuestro pasado y aquellos que no lo tienen (caso de soñar ir a un lugar paradisíaco desconocido previamente). En realidad, al tratar de los sueños el primer problema que surge es el de su determinación, entendiendo por tal su contenido, su configuración y aún la su posibilidad de existencia. Pero sea cual sea el sueño (agradable o desagradable, relacionado o no directamente con nuestro pasado…) parece que algo del sueño tenido ha quedado en la conciencia. Algunos sueños se repiten, sean del tipo que sean. Y quizá los sueños modifiquen ideas o conceptos anteriores al propio sueño. ¿Cuál es la diferencia entre el sueño y la memoria? Probablemente la más importante es que la memoria supone que el sujeto está despierto cuando “memoriza”, mientras que el sueño lo asociamos con el hecho de dormir y con las alucinaciones hipnagógicas (auditivas, visuales… que se producen antes del inicio del sueño). El término hipnagógico se debe al médico francés Alfred Maury, y expresa el tránsito entre la vigila y el sueño. Si acudimos al diccionario etimológico de chile, en él se nos especifica que la palabra “hipnagógica” significa “relativo al período de cuando uno empieza a dormir”. Sus componentes léxicos son: hypnos (sueño) y agogos (que conduce), más el sufijo -ico (relativo a). Imaginemos que soñamos que nos encontramos en un lugar desconocido. ¿Qué referencias espaciales tienen en este caso nuestros sueños? Siendo, supongamos, el sueño irreal, acuden en él visiones, recuerdos de lugares conocidos o imaginados. En general, son todo ideas, referencias, inconcretas, parcialidades... Todo está entrelazado en la conciencia. Pero ¿hasta qué punto está todo “desordenado, deformado, recreado, transformado”? ¿Hasta dónde llega en nuestra mente el caos de lo diverso, de lo disperso, de lo imposible, de lo doloroso, de lo negativo, de lo falso, de lo ajeno…? La conciencia, ese conjunto relacionado, no soluciona nuestras dudas ni nuestra angustia. ¿Cómo podría hacerlo? 11/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ Criterios, opiniones, posibles decisiones sobre acciones, juicios sobre actos concretos... Quedan pendientes de llevarse a término muchas concreciones, aclaraciones, y especificaciones sobre la conciencia. Sólo puedo decir en este momento en relación con este tema (aparte de lo ya comentado en este escrito) que nos hallamos continuamente –como seres humanos– ante una gran cantidad de hechos y situaciones diversas, en parte objetivas, y que a través de las percepciones y los análisis posteriores de dichas percepciones tales hechos y situaciones han ido pasando (de modo total o parcial, y a lo largo del tiempo) a formar parte de la subjetivad de cada ser. Y entre esa multiplicidad de facultades humanas entrelazadas he intentado avanzar. _____________________________________________________________ Nota final Cualquier comentario del lector sobre el contenido de este texto (ya sea en el fondo o en la forma) será bienvenido. Doy por ello gracias anticipadas a quien tenga la amabilidad de hacerlo. 12/13 18. Sobre la conciencia Miquel Ricart _________________________________________________________________________ Bibliografía Anatomía Humana, Kurt H. Albertine, Librero, 2016 Blackmore, Susan, Conversaciones sobre la conciencia, Paidós, 2010. Diccionario etimológico de Chile, etimologias.dechile.net/ Edelman, Gerald y Tonino, Giulio, El universo de la conciencia. Cómo la materia se convierte en imaginación, Drakontos, 2002. Searle, John R., El misterio de la conciencia, Paidós, 2000. Stanford Encyclopedia https://plato.stanford.edu/ of Philosophy, ____________________________________________________________ 13/13