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CRISTIANO DESAGRAVIO Y RETRACTACIONES DE don Guillén Lombardo de la querella criminal que fulminó en esta ciudad de México a veinte y cinco de diciembre del año de mil y seiscientos y cincuenta contra los señores inquisidores: el letrado don Domingo de Argos, difunto; el señor doctor don Francisco de Estrada y Escobedo; el señor doctor don Juan de Mañozca y Mendoza; el señor doctor don Bernabé de la Higuera y Amarilla; el señor secretario Tomás López de Arenchún; el señor secretario Eugenio de Sarabia, ministros y séquito de adentro del dicho Santo Oficio de México Escudo de armas de Guillén Lombardo Biblioteca cervantina itesm «Papeles de don Guillén» Cristiano desagravio y retraCtaCiones de don guillén lombardo [m anusCrito de 1651] [a rChivo general de la naCión] Edición, prólogo, epílogo y notas: Gonzalo Lizardo Esta investigación, arbitrada por pares académicos, se privilegia con el aval de la institución que edita Las imágenes de los manuscritos se reproducen con permiso del agn Formación y cuidado de la edición Israel David Piña García Jonatán Aarón Piña García Cristiano desagravio y retractaciones de don Guillén Lombardo Primera edición, 2017 © Universidad Autónoma de Zacatecas «Francisco García Salinas» © Gonzalo Lizardo Ilustración de portada Anael Tritura, Don Guillén, agraviado, 2016, tinta e infografía isbn 978–607–8368–55–6 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, incluido el diseño tipográfico y de portada, por cualquier medio electrónico o mecánico, sin la autorización por escrito de la institución editora Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico Contenido Prefacio Andrea Martínez Baracs |9| Prólogo un pirata irlandés , humanista español y hereje novohispano | 15 | agradeCimientos y Criterios de ediCión | 43 | Cristiano desagravio y retractaciones de don Guillén Lombardo | 47 | Epílogo: l a formaCión inteleCtual de un «humanista barroCo » | 243 | r eferenCias | 257 | |9| Prefacio L a vida de Guillén de Lampart, Lamport o Lombardo atrae el interés por sus méritos propios; pero su obra es importante y apenas se está conociendo. Además de las páginas que dejó en su defensa —muchas de ellas de su puño y letra—, las escritas en pa- ráfrasis por el aparato inquisitorial, los documentos de su vida en libertad que llegaron hasta nosotros, los escritos misceláneos, los poemas de ocasión y otros textos —llenos de interés y de sorpresas todos ellos—, existen al menos dos obras formadas que logró completar Lombardo en su larga prisión: los 908 salmos y diecisiete himnos en latín reunidos bajo el nombre de Regio Salterio, y el Cristiano desagravio, compuesto en español. Ambas obras se encuentran entre los papeles de la Inquisición novohispana, que resguarda el Archivo General de la Nación de México. Gonzalo Lizardo publica ahora el Cristiano desagravio...: la transcripción completa, con un sólido aparato crítico. Hasta la presente edición, de esta obra sólo se había publicado, por Gabriel Méndez Plancarte, su poema inicial, cuya primera línea podemos usar para nombrarlo: «Alcides magno, y del Olimpo puro». En 2014 la Biblioteca Digital Mexicana publicó en su sitio en línea el facsímil completo del Cristiano desagravio, junto con la transcripción y las notas de Gonzalo Lizardo. La que tiene el lector en sus manos es la primera edición en papel —completa y más anotada que la versión digital— de las 37 fojas del manuscrito original. Para aprovechar el papel que se le proporcionaba en su celda, Lombardo escribió el Cristiano desagravio en una letra muy pequeña y en un texto muy cerrado, una práctica común en todos sus escritos carcelarios y aun en los que escribió en libertad, dado el Cristiano desagravio y retractaciones | 10 | de don Guillén Lombardo y Guzmán precio del papel, que pesaba en un hombre de recursos limitados como lo fue él. Con el excelente aparato crítico que le añadió Gonzalo Lizardo, las 73 páginas iniciales del manuscrito han resultado en 175 páginas de transcripión y notas. De gran vuelo literario, y obra consumada de tan sutil como devastadora sátira a sus verdugos los inquisidores novohispanos, el Cristiano desagravio mereció esta descripción de Rodrigo Ruiz de Zepeda, supuesto defensor de Lombardo, y cronista del Auto de Fe donde pereció en 1659: «y presentó un escrito de treinta y ocho fojas, con título de Cristiano desagravio, y retractaciones; que más propiamente fueron reafirmaciones». Don Guillén estuvo preso en las cárceles del Santo Oficio desde 1642; este fue el escrito que ofreció para abogar por su causa y paliar las consecuencias funestas de su fallida fuga, de diciembre de 1650. Lo entregó firmado el 6 de febrero de 1651. En su prólogo, Lizardo explica el contexto legal y el predicamento jurídico y teológico en el que Lombardo situó la creación de esta obra. El poema «Alcides magno, y del Olimpo puro» está dedicado «al ilustrísimo señor inquisidor general y consejo supremo de la santa y general inquisición de España». Poema mitológico, en él Lombardo se presenta a sí mismo como un gigante o cíclope, uno de los hijos de Júpiter y la ninfa Iberna (que sería Irlanda); y recorre su vida como una sucesión de episodios mitológicos, perseguido por «el alto Jove» y Polifemo. Su primer editor, Gabriel Méndez Plancarte, escribe sobre este poema: «tiene don Guillén, sobre todo en los finales de las octavas, versos rotundos de inconfundible sabor y esplendor gongorinos». Aunque su poema —como corresponde a los textos «peticionarios»— honre a la misma Inquisición que lo privó de libertad (y le quitaría luego la vida), las estrofas de Lombardo contienen versos de elegante y gráfica despedida. Cristiano desagravio y retractaciones | 11 | de don Guillén Lombardo y Guzmán En el «Epílogo para todos», don Guillén declara: «A los entendidos y los sapientes pido disculpen los defectos de mis escritos, pues son todos de memoria y sin haber visto ningún libro desde los dieciséis años de mi edad, que yo troqué en armas y estado político las ciencias», y agrega una lista de los maestros que tuvo en su vida de estudiante, hasta esa temprana edad; es una lista muy notable porque demuestra la amplitud de su educación, conforme a los cánones de los estudios jesuitas y humanistas de su época, y porque reunió un grupo de grandes maestros, entre los que destacan sobre todo Nieremberg, «en la filosofía oculta y natural», el «insigne don Juan de Espina» «en la magia natural y filotepia» y el «Doctor Roales en la Astrología y Matemáticas». Esta educación, estructurada por la Ratio studiorum jesuita y con una inspiración espiritual intensamente humanista, es analizada por Lizardo en su propio epílogo. Invitamos al lector a leer como obra literaria el Cristiano desagravio, que tiene, dentro de una narrativa retórica bien trazada, páginas de exaltada poesía en prosa, de furor místico, como ésta: ¡Ah, Señor!, cuán distraído iba. Murmuré de los que exceden en oficio a los ángeles, porque dice San Agustín que al sacerdote todas las criaturas son inferiores, y no conoce otro más superior a él que su Creador; deslustré del transparente cristal lo macizo con opaco objeto; manché del espejo el claro lunar que al mismo sol le reverbera; profané el cristalino cielo, que no consiente, por intacto, labe; eclipsé la antorcha de este mundo, vos estis lux mundi, y encubrí sus rayos con deliquios tenebrosos, hasta casi extinguirlos todos; hice como Nembroth, proterva fábrica para escalar al cielo; enterré en mi garganta el candor ejemplo de censuras, del sacerdote puse arancel en el tráfago popular con nota, tiré arpones afilados a su pecho, vibré saetas venenosas a su vida, borré la nieve entre copos esparcida (f. 310f). Cristiano desagravio y retractaciones | 12 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Podemos tener ante nuestros ojos, completa, bien legible, esta obra publicada por primera vez como libro, gracias al trabajo ejemplar de Gonzalo Lizardo. Su transcripción parece perfecta. Tarea difícil de partida, pues abundan las citas en latín y griego, además de usar siempre un español «hiperbarroco» (Lizardo explica en su prólogo este apelativo, que aquí se aplica a la prosa, sobrecargada al máximo, de Lombardo), de sintaxis apasionada y de «rebuscamiento filosófico y satírico». Es difícil seguirle el paso a la erudición desbocada y exhilarante de don Guillén. Por ello, el texto que presenta Lizardo honra la obra original pues restituye un texto fluido y con buena sintaxis, legible y de limpia tipografía, contra la tendencia a sobrecargar el texto con notas, formalidades y dudas. Hay que agradecerle además su erudita anotación del manuscrito, que identifica los nombres propios mencionados así como las citas latinas, griegas y bíblicas. En el último párrafo de su epílogo, Lizardo observa que Guillén Lombardo, su biografía y su obra, no han logrado aun escapar de las paradojas, de la incertidumbre sobre su precisa naturaleza: héroe o falsario, loco o dueño de una inteligencia superior, con poder destructor o místico, pícaro de novela o juez adusto e implacable. Y concluye que acaso todo ello pudo ser una estrategia de don Guillén, para que así, en palabras del irlandés, «me pudiera eternizar en otro siglo que fuera». Se puede decir que lo logró. andrea martínez baraCs Biblioteca Digital Mexicana | 15 | Prólogo UN PIRATA IRLANDÉS, HUMANISTA ESPAÑOL Y HEREJE NOVOHISPANO E ntre los «héroes desconocidos» de la historia mexicana, acaso el más conocido sea don Guillén Lombardo (también llamado Guillén de Lampart o William Lamport): un aventurero nacido el 25 de febrero de 1611 en Wexford, Irlanda, quien aseguraba haber combatido en el ejército español y que una vez en México intentó urdir una conjura para independizar la Nueva España. Aprehendido por el Santo Oficio el 26 de octubre de 1642, Lombardo protagonizó un tormentoso proceso que duró diecisiete años, durante los cuales realizó una fuga espectacular, pero malograda. Finalmente, fue quemado en la hoguera, el 19 de noviembre de 1659, por ser «fautor y defensor de herejes», «dogmatista inventor de otras nuevas herejías», «alumbrado, sectario de Pelagio y Lutero»,1 amén de practicar la astrología, hacer hechizos y pactar con el demonio. Tal como lo deseaba la Inquisición, la figura de ese rebelde, que primero quiso independizar Irlanda y aspiró luego a ser rey de México, permaneció en el olvido durante dos siglos, hasta 1872, cuando el político liberal Vicente Riva Palacio publicó Memorias de un impostor, una novela de folletín que lo presentó como «un hombre de profundos conocimientos, de una inteligencia clarísima y de una audacia poco común» que «poseía grandes conocimientos en 1 Rodrigo Ruiz de Zepeda Martínez, Auto general de la fe, f. 59v. Cristiano desagravio y retractaciones | 16 | de don Guillén Lombardo y Guzmán derecho, en teología y en todas las ciencias naturales».2 Pero, más importante aún, don Guillén había promovido la independencia mexicana y merecía un reconocimento oficial como su precursor. Unos años después, en 1908, Luis González Obregón se propuso desmentir esa imagen heroica y novelesca. En un ensayo que confronta la vida de Lombardo con su contexto histórico, su juicio como historiador fue mesurado y preciso: Sin haber sido un héroe, ni un príncipe, ni actor en aventuras ciertas o soñadas en su locura, D. Guillén cautiva, empero, por su extraordinario saber y talento, por su vida real, por su larga y cruel prisión, por su muerte injusta y horrorosa […] pero no debe alzársele una estatua, en el monumento de la Independencia.3 El irlandés, por tanto, más que un prócer nacional sería un héroe trágico que no pudo rehuir su destino, pero se las ingenió para dar testimonio escrito de él: un destino que lo convirtió, acaso, en un prócer de la escritura y en un auténtico mártir de la libertad de expresión. Conmovido por la católica devoción de don Guillén, el escritor Gabriel Méndez Plancarte siguió la pista de González Obregón para localizar, en el Archivo General de la Nación, una obra poética insólita y monumental: novecientos ocho salmos y diecisiete himnos que el irlandés había escrito en latín, entre 1651 y 1654, a escondidas de sus carceleros, usando cera y tizne como tinta para escribir sobre sus sábanas y sus ropas sucias. Cuando Méndez Plancarte leyó, tradujo y estudió esa compilación de poemas carVicente Riva Palacio, Memorias de un impostor. Don Guillén de Lampart, rey de México, p. xv. 3 Luis González Obregón, D. Guillén de Lampart. La Inquisición y la Independencia en el siglo xvii, pp. 234–235. 2 Cristiano desagravio y retractaciones | 17 | de don Guillén Lombardo y Guzmán celarios —transcrita por los inquisidores bajo el título de Regio Salterio—, no pudo sino elogiar a Lombardo por la pasión y destreza de su pluma, capaz de escribir con un latín «no muy clásico, pero sí de extraordinaria fuerza y energía», que le sirvió para labrar una «riquísima mina poética que nadie ha explorado hasta ahora y que bien merece ser conocida y estudiada».4 Cuando se pregunta si la sentencia fue justa, así responde: No; reconozco […] que nuestro poeta había cometido varias culpas y gravísimas imprudencias, y que, al pretender hacer de México un reino independiente y sustraerlo al dominio del Rey de España, había incurrido —según el criterio de entonces— en el crimen «de lesa Majestad». Pero este último delito no le tocaba juzgarlo a la Inquisición […] y en cuanto a los otros, paréceme que, por graves que se les considere, no ameritaban la «relajación al brazo secular».5 Para enredar aún más la personalidad de este rebelde irlandés,6 soldado español y hereje novohispano, Javier Meza González hizo pública, casi cincuenta años después que Plancarte, una tesis muy iconoclasta. Considerando sus mentiras, sus exageraciones y la pobreza con que vivió en México, Meza González puso en duda las hazañas militares y literarias de don Guillén, además de sus intenciones independentistas. Como habitual pícaro del Siglo de Oro, Lombardo habría fingido ser astrólogo, poeta, pirata y héroe de guerra para lucrar con la ignorancia del vulgo; por eso lo apodaron «El Nigromántico», por eso corrió el rumor de que sabía «alGabriel Méndez Plancarte, Don Guillén de Lámport y su «Regio Salterio», p. 6. Ibidem, p. 69. 6 Como testimonio de su rebeldía contra los ingleses, la Biblioteca Cervantina del itesm conserva su «Propuesta al rey Felipe iv para la liberación de Irlanda», transcrita por Andrea Martínez Baracs en Don Guillén Lampart, hijo de sus hazañas, pp. 87-97. 4 5 Cristiano desagravio y retractaciones | 18 | de don Guillén Lombardo y Guzmán zar figuras» y tenía pacto con el demonio.7 En consecuencia, más que un prócer, o un héroe trágico, el irlandés sería un impostor, con gran habilidad verbal, que logró forjar una falsa heroicidad con sus mentiras, entre las cuales terminaría enredado. Frente a esta hipótesis iconoclasta —que tiene como defecto no explicar la asombrosa erudición del irlandés—, Fabio Troncarelli intentó probar lo contrario: que no era un mentiroso, que solo exageraba un poco, movido por su barroca e ingeniosa verborrea. A diferencia de los historiadores que lo precedieron, Troncarelli confrontó las contradictorias declaraciones de Lombardo con otras fuentes de su tiempo. Con paciencia y entusiasmo (quizá exagerado) el historiador italiano mostró que eran verdaderos, en lo general, los testimonios del irlandés acerca de su familia, sus estudios y su carrera militar. En el caso del colegio del Escorial, por ejemplo, su permanencia quedó atestiguada por la imprenta: por su Carmen Triumphale, un poema latino que fue publicado y distribuido «entre los miembros de la corte del rey de España con motivo de la llegada a Madrid del cardenal Gaspar Borja, entre enero y febrero de 1636».8 Tras dar por verdadera la declarada participación de Guillén en las batallas de Nördlingen (1634) y de Fuenterrabía (1638), Troncarelli da por cierto lo demás. Así, cuando analiza las equívocas andanzas de Lombardo en la Nueva España, el historiador concluye sin titubeos: el irlandés trabajaba en México como espía, con la misión de vigilar al virrey Marqués de Villena y hacer reporte de sus actividades a la corona española,9 lo cual cumplía enviando Javier Meza González, El laberinto de la mentira. Guillén de Lamporte y la Inquisición, p. 57. 8 Fabio Troncarelli, El mito del «Zorro» y la Inquisición en México. La aventura de Guillén Lombardo (1615 –1659), p. 144. 9 Ibidem, p. 94. 7 Cristiano desagravio y retractaciones | 19 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cartas codificadas para Olivares o el Rey, algunas de las cuales se conservan aún, anexadas a su expedientes. Al contrastar las interpretaciones de Meza González y Troncarelli, ambas resultan inverosímiles por extremas: uno por creer que siempre mentía, otro por creer que todo era verdadero. ¿No sería necesario preguntarse cómo y por qué Guillén ocasiona esas y otras lecturas, tan apasionadas como contradictorias? Un artículo reciente mostró los mecanismos, a veces inconscientes, con que se ha mitificado a este personaje, de modo que siempre responda «a las expectativas de cada autor, de su público o de su época, ya sean literarias, ideológicas, nacionalistas o políticas».10 Para reducir este riesgo, una perspectiva hermenéutica recomendaría evitar a los intermediarios y leer directamente la obra: en este caso, los testimonios escritos por Lombardo. Resulta sospechoso que, enredados en controversias en torno a su figura, los historiadores hayan ocultado su voz, en vez de darla a conocer, amablemente modernizada, para que el lector actual juzgue mejor sus razones, a través de las palabras que él mismo escribió «si por otro siglo se eternizare». En su libro Guillén de Lampart, hijo de sus hazañas, Andrea Martínez Baracs fue la primera en lamentar que la obra del irlandés hubiera permanecido en las sombras «a pesar de lo llamativo del personaje y de sus indudables méritos literarios».11 Para enmendar dicha ausencia, Martínez Baracs transcribió tres textos, dos de ellos escritos antes de su arresto, y el tercero en prisión: «Propuesta al rey Felipe iv para la liberación de Irlanda», «Proclama insurreccional para la Nueva España» y «Pregón de los justos María Isabel Terán Elizondo y María del Carmen Fernández Galán Montemayor, «La mitificación de don Guillén de Lampart», en Esencias novohispanas hoy, p. 153. 11 Andrea Martínez Baracs, Guillén de Lampart, hijo de sus hazañas, p. 9. 10 Cristiano desagravio y retractaciones | 20 | de don Guillén Lombardo y Guzmán juicios de Dios que castigue a quien lo quitare»; escritos breves pero complejos que nos incitan a explorar «la profundidad literaria y espiritual […] de quien quiso emancipar a la Nueva España, liberar a los esclavos africanos y devolver a los indios sus derechos, tierras y preeminencias».12 En efecto: leída directamente, la prosa de estos y otros textos de Lombardo muestran a un hombre muy complejo y combativo, con vena poética, sentido del humor y gran religiosidad. Una vez que vence la barrera de los siglos y «descifra» la caligrafía y la sintaxis del autor, el lector se encuentra ante una escritura vigorosa, con marcada tendencia a plegarse y desplegarse en cualquier momento y dirección pero sin perder de vista su objeto ni su destinatario. Puesta al servicio de una mente erudita pero pícara, católica pero insumisa, es evidente que el encanto o el espanto de Lombardo proviene de su amable y temible expresión escrita: no debe sorprender a nadie que la Inquisición amenazara con excomulgar a quien leyera o escuchara sus escritos. Armado solo con su ingenio, su lengua y su pluma, es tan fácil compadecer como condenar a este «pertinaz hereje», capaz de sostener una absurda, terca y dispareja lucha contra la impune omnipotencia de la Inquisición. Por eso, más allá de las hazañas que realizó o fingió realizar como pirata, humanista o soldado, su leyenda persiste gracias a su escritura carcelaria, que lo convirtió en un auténtico rebelde intelectual. Gerard Ronan es más específico: No, los factores que hicieron perdurar la leyenda de Guillén tienen poco que ver con sus aventuras previas a su prisión, y mucho más con los panfletos que pegó por toda la ciudad durante la noche de su fuga. 12 Ibidem, p. 13. Cristiano desagravio y retractaciones | 21 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Su osadía para herir públicamente a los inquisidores del Santo Oficio materializó las fantasías de muchos otros, demasiado miedosos para decirlo por su cuenta.13 Para José Joaquín Blanco, la «absurda fe» de Lombardo en el poder de su escritura, permitió que sus frágiles escritos sobrevivieran, mientras que «ya se han olvidado muchas aparatosas obras eclesiásticas o burocráticas»14 de su siglo. De ahí su don para convencer, entretener, disuadir a los lectores de su siglo y del nuestro. Porque nos corresponde acaso el desafío de esclarecerer en sus páginas tanto su vida como su pensamiento, al tiempo que alumbramos un territorio casi olvidado de nuestra memoria colectiva: el siglo diecisiete novohispano, el Siglo de Oro colonial, cuando el duro impacto de la conquista ya había sido asimilado, y no germinaba aún la inquietud independentista. L a producción escrita de Guillén Lombardo se conserva reunida en tres corpus: a) el doble expediente de su proceso inquisito- rial que guarda el Archivo General de la Nación en México; b) la co- pia de la segunda parte de dicho proceso, que resguarda el Archivo Histórico Nacional en Madrid, y c) los «Papeles de don Guillén» que «No, the factors that had caused William’s legend to endure had little to do with any of his adventures prior to his imprisonment, and everything to do with the pamphlets he had posted throughout the city on the night of his escape. In daring to publicly excoriate the Inquisitors of the Holy Office he had acted out the fantasies of many who were too fearful to speak out themselves». Gerard Ronan, «The Irish Zorro». The extraordinary adventures of William Lamport (1615-1659), p. 270. 14 José Joaquín Blanco, «Retratos con paisaje. Los misterios de don Guillén de Lampart», p. 68. 13 Cristiano desagravio y retractaciones | 22 | de don Guillén Lombardo y Guzmán conserva la Biblioteca Cervantina del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Esos voluminosos expedientes contienen una gran cantidad de escritos, de dispareja calidad, donde Lombardo trató con su puño y letra temas científicos, políticos, poéticos, religiosos o cotidianos. Además de su obra mayor —el enigmático Regio Salterio—, habría que incluir dentro de esa «obra escrita» sus pocos poemas en español, sus epístolas, sus proclamas, sus panegíricos en latín, sus criptografías, sus pequeños tratados agrimensores, militares y astrológicos, además de las múltiples páginas que redactó en la cárcel para defender su causa: auténticos ensayos jurídico–teológicos que pusieron en serios aprietos a sus acusadores tanto como a sus jueces. Acaso por su abigarrado estilo, tan opuesto a la economía del español actual, la mayoría de sus textos no han sido impresos, transcritos ni comentados. Además de las prosas rescatadas por Martínez Baracs,15 la gran excepción es el Regio Salterio, que primero atrajo la atención de Méndez Plancarte —en el libro ya mencionado— y luego la de Olivia Isidro Vázquez, cuya tesis de maestría estudia los himnos del irlandés. Si bien estos diecisiete poemas aparentan tener un solo tema —la vida, muerte y resurrección de Jesucristo—, pronto incitan una lectura más profunda. Al identificarse con el Salvador, el autor se siente llamado a salvar la Nueva España, de suerte que sus metáforas religiosas encubrirían sus verdaderas ideas, más políticas que devotas y más libertarias que poéticas. 15 Luego de las tres transcripciones contenidas en su libro, Martínez Baracs sigue promoviendo el rescate digital de la obra lombardiana en Biblioteca Digital Mexicana (http://bdmx.mx), el portal en línea donde también se han publicado numerosos documentos en torno a la figura del irlandés, su proceso y su contexto. Cristiano desagravio y retractaciones | 23 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Los himnos revelan una parte significativa de su autor, pues no sólo muestran la erudición del poeta a través del fondo y la forma de los textos, sino que también sugieren un discurso político disfrazado […] Por tanto […] no puedo asegurar que el estudio de la obra latina se ha agotado ni concluido, puesto que, precisamente, debe analizarse como una unidad mayor.16 No todos sus escritos tienen un carácter poético y político tan evidente. Para comprobarlo basta revisar los «Papeles de don Guillén» que conserva la Biblioteca Cervantina del itesm, un pesado legajo que reúne documentos confiscados al irlandés cuando fue aprehendido en 1642, así como algunos posteriores. Aunque su contenido está inventariado en el expediente inquisitorial, se ignora cómo salió este volumen del santo Tribunal para llegar a manos del bibliófilo inglés G. R. G. Conway y posteriormente a la Biblioteca Cervantina —aunque es posible que Vicente Riva Palacio interviniera en ese proceso—. Dichos «Papeles…» incluyen textos de carácter científico, astrológico o militar que muestran un personaje muy distinto al autor del Regio Salterio. Esta diferencia permite suponer que, antes de ser capturado, Lombardo se preocupaba menos de la teología que de la política, y de asuntos tan profanos como la medida de tierras, la formación de escuadrones, los ciclos astrales de las personas o el cálculo de las epactas lunares, tan útil para los navegantes. Como erudito alumno de los jesuitas, el «humanismo cristiano», don Guillén fue un producto atípico del Siglo de Oro, hijo del Renacimiento, de la tradición judeocristiana y de la antigüedad clásica, cuyos escritos muestran un deseo poco frecuente en la 16 Olivia Isidro Vázquez, El discurso político de don Guillén de Lombardo de Guzmán, primer rey de México, a través de los himnos de su Regium psalterium, p. 186. Cristiano desagravio y retractaciones | 24 | de don Guillén Lombardo y Guzmán época: el de alcanzar un conocimiento total del mundo, del hombre, de la historia y de Dios. Para entender cabalmente su proyecto político y poético, tal vez sea necesario estudiar, como una integridad, los textos profanos de Lombardo junto con sus poemas religiosos y con la prosa que produjo en prisión: los escritos carcelarios que constituyen la parte más copiosa, reiterativa e influyente de su obra, si consideramos que contribuyó a desmitificar al Santo Oficio, cuya corrupción, al parecer, nadie había percibido hasta entonces, como si todos se hubieran habituado a la corrupción generalizada de la burocracia española. Ni siquiera Juan de Palafox, el severo obispo de Puebla, parecía haber advertido las irregularidades del tribunal cuando escribió, en 1642, su minucioso informe al virrey conde de Salvatierra: El Santo Tribunal de la Inquisición en todas partes es venerable […] y en dos o tres cosas que me pareció se excedía, con advertirlas al más antiguo de sus ministros se remediaron. Si ofreciere alguna dificultad convendrá amigablemente componerla, porque es de los tribunales más amados y respetados del pueblo.17 Entre los cientos de páginas que escribió don Guillén para refutar a los testigos de su causa, defender su nobleza, jactarse de sus hazañas o denunciar los crímenes que según él había cometido la Inquisición, destaca un texto, cuidadosamente escrito entre 1650 y 1651, que se titula Cristiano desagravio18 y ofrece un singular desa- Citado por Genaro García, Documentos inéditos o muy raros para la historia de México, p. 562. 18 El título completo es: Cristiano desagravio y retractaciones de don Guillén Lombardo de la querella criminal que fulminó en esta ciudad de México a veinte y cinco de diciembre del año de mil y seiscientos y cincuenta contra los señores inquisidores: el letrado don Domingo de Argos, difunto; el señor doctor don Francisco de Estrada y 17 Cristiano desagravio y retractaciones | 25 | de don Guillén Lombardo y Guzmán fío hermenéutico, tal como lo entenderá el lector contemporáneo en cuanto conozca las circunstancias de su escritura. No podremos comprender las intenciones de ciertos autores si olvidamos que con su pluma se estaban jugando la libertad y la vida. A unque no resuelvan todavía los misterios que envuelven la vida y la muerte de don Guillén Lombardo, ningún historiador ha puesto en duda la astucia y el coraje con que se defendió de la Inquisición novohispana desde 1642, cuando fue arrestado, hasta 1659, cuando murió en la hoguera. Casi con mil folios, reunidos en dos gruesos volúmenes, su proceso es excepcional: el Santo Oficio de México pocas veces enfrentó a un contrincante tan corrosivo y astuto; tanto, que no solo consiguió refutar las acusaciones en su contra, sino también poner a sus jueces en el banquillo. Esto ocurrió en la noche del 25 de diciembre de 1650, cuando el irlandés se escapó de su prisión para fijar en las calles de México varios carteles manuscritos que denunciaban públicamente los «crímenes» cometidos por el Santo Oficio y para entregar en manos del Virrey una misiva que reiteraba sus acusaciones. En apariencia, no sirvió de mucho esta breve fuga. Capturado al día siguiente, lo único que don Guillén consiguió fue añadir una acusación más a su proceso, por violar la ley que encubría «con capa de secreto» los procedimientos del Santo Oficio. Pero no todo fue pérdida. Al ver la rabia de los inquisidores por sus carteles, el reo Escobedo; el señor doctor don Juan de Mañozca y Mendoza; el señor doctor don Bernabé de la Higuera y Amarilla; el señor secretario Tomás López de Arenchún; el señor secretario Eugenio de Sarabia, ministros y séquito de adentro del dicho Santo Oficio de México. agn, fondo Inquisición, t. 1497, ff. 276f. Cristiano desagravio y retractaciones | 26 | de don Guillén Lombardo y Guzmán se mostró arrepentido y pidió papel para escribir una retractación pública de sus ofensas. Por acuerdo del 30 de diciembre de 1650, los jueces aceptaron su petición: le concedieron doce pliegos de papel, confiados en que cumpliría su promesa. Incluso permitieron que le quitaran el cepo de los tobillos y le pusieran unos grilletes que eran revisados tres veces al día, con el fin de que el reo escribiera con mayor comodidad. El 10 de enero de 1651, Lombardo presentó en audiencia un adelanto de su escrito, junto con una nueva recusación contra sus jueces, que ellos aceptaron, acaso obligados por las ordenanzas de la Suprema. Una vez aceptada su recusación, el reo dijo que no había terminado su desagravio y pidió cuarenta días más de plazo, otros doce pliegos de papel y tres libros: Defensa de la fe, del padre Francisco Suárez; Esperanza y caridad, del padre Hurtado, y un libro de derecho canónico. Finalmente, el 1 de enero de 1651 presentó un borrador casi definitivo. Si sus jueces esperaban una declaración de culpabilidad, el resultado debió de parecerles muy decepcionante. Así lo cuenta Meza González: El mismo día que don Guillén presentó su Cristiano desagravio, los inquisidores lo revisaron detenidamente; en su opinión el preso continuaba con su malicia y recurría a «cautelas y ardides»; además, el escrito contenía las acostumbradas «calumnias e injurias» en contra del Tribunal y sus ministros. Inicialmente resolvieron no regresarle el escrito para que lo corrigiese, tal y como él lo quería, ni darle libros y papel para escribir […] Sin embargo, finalmente optaron por darle papel y libros, sólo si nuevamente los pedía.19 19 Javier Meza González, op. cit., pp. 214–215. Cristiano desagravio y retractaciones | 27 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Tal como se conserva en el Archivo General de la Nación, el texto final está firmado el 6 de febrero de 1651, se titula Cristiano desagravio y está compuesto por treinta y siete fojas escritas por ambos lados y encuadernadas en el segundo tomo de su proceso.20 Por las circunstancias de su composición y por la personalidad de su autor, se trata de un manuscrito insólito, inclasificable dentro de los géneros discursivos habituales. Así lo advierte el autor desde su primera página: «en la Iglesia de Dios no se ha hecho hasta hoy otra acción a la fama de nadie como esta, ni ha salido otro escrito como los presentes para dicho efecto». Con una estructura muy premeditada, el Cristiano desagravio está conformado por un título larguísimo, una advertencia al lector, un prólogo en verso y las consabidas dedicatorias, antes de iniciar el texto propiamente dicho, organizado en 101 parágrafos. Para comprender mejor el contenido medular del texto, conviene detenerse unos minutos en su prólogo. Consagrado al «ilustrísimo señor inquisidor general y consejo supremo de la santa y general Inquisición de España», este poema es un resumen del texto total, conformado por veintidós octavas de endecasílabos. Meza González lo considera «no muy afortunado»,21 mientras que Méndez Plancarte le reconoce, «sobre todo en los finales de las octavas, versos rotundos de inconfundible sabor y esplendor gongorinos»,22 si bien acepta que, «a pesar de su habitual brío, no escasean los versos flojos y mal sonantes».23 Para explicar sus errores métricos, Méndez Plancarte supone que el irlandés «jamás llegó a dominar plenamente la versificación castellana», tal como llegó a dominar la versificación latina en su Regio Salterio. agn, fondo Inquisición, t. 1497, ff. 276f–313v. Javier Meza González, op. cit., p. 205. 22 Gabriel Méndez Plancarte, op. cit., p. 80. 23 Ibidem, p. 81. 20 21 Cristiano desagravio y retractaciones | 28 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Con la erudición habitual en los poetas del siglo, este poema– prólogo condensa los argumentos que su autor luego esgrimiría contra sus jueces, cifrándolos en una clave mitológica que se percibe desde la primera estrofa: ¡Alcides magno y del Olimpo puro Atlante fijo, que en tus hombros tienes del globo eterno aquel feliz coluro, y desde el polo permanente vienes apuntalando el despeñado Arcturo, y del Orión el furor previenes!, escucha breve, en atención mi canto, mi prosa suelta y mi prorrupto llanto.24 Luego de invocar a este «Atlante fijo» que sostiene el mundo sobre sus hombros (o sea, a Cristo), el poema–prólogo cuenta cómo Júpiter (o sea «el alto Jove») se enamoró de la ninfa Iberna (o sea Irlanda) para fundar un pueblo de cíclopes, entre los cuales el autor nació como gigante, protervo y feroz, nutrido por el aliento de la Sátira. Por su soberbia, Jove dios (o Júpiter) se irrita contra él, incitado por la conspiración de Polifemo (acaso el rey Carlos i de Inglaterra), obligándolo a huir sobre las «alas del veloz Pegaso». Cuatro estrofas después, el autor se compara con Prometeo, ese ladrón de «la divina llama» que con su crimen «dio más gloria y sempiterna fama/ al propio dueño de su propio fuego». Como apunta Meza González, esta octava sugiere que el crimen de don Guillén —su fuga de la cárcel— no ofendía al santo Tribunal, sino 24 Guillén Lombardo, Cristiano desagravio y retractaciones…, agn, fondo Inquisición, t. 1497, f. 277f. Las referencias textuales y los términos oscuros de este poema serán discutidos más adelante, junto con el resto del manuscrito. Cristiano desagravio y retractaciones | 29 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que lo ensalzaba.25 Para expresarlo, el autor se compara con Ícaro por su soberbia, que lo llevó a volar demasiado cerca del sol: mas con los rayos se miró burlado, las plumas enceradas derretidas, cayó, dejando al sol tan alta gloria, que de las aguas él tomó memoria. Este grave delito convirtió al autor en un «cuadrupedante monstruo» que ofendió a los «dioses» —es decir, a los inquisidores—, pero con un fin divino: para que estos dioses alcanzaran fama eterna e imborrable. En otras palabras, el soberbio Ícaro-Guillén tuvo que caer para glorificar a sus jueces: para darles una fama inmune a los esfuerzos del hombre y al olvido de la historia. Su vuelo eterno a la mayor altura (oh, sacro Solio) ya tu luz levanta y tanto alumbra aquesta antorcha pura, que ya la misma claridad se espanta, cegándose la bella cinosura con esta llama celestial y santa, pues Átropos no puede con su brío, eternamente ni apagarla Clío. La alusión a los mitos de Ícaro y de Prometeo es decisiva para descifrar este enigmático prólogo-poema. Según la interpretación ortodoxa, promovida por la Iglesia —romana o calvinista—, el trágico destino de estos héroes debería prevenirnos contra los peli- 25 Javier Meza González, op. cit., p. 205. Cristiano desagravio y retractaciones | 30 | de don Guillén Lombardo y Guzmán gros del conocimiento: 26 todo aquel que se atreviera a investigar los misterios celestes sería castigado por el inescrutable designio de Dios. Divulgada por libros de emblemas, como el Emblemata de Andrea Alciato, esta exégesis evolucionó poco a poco hacia una interpretación heterodoxa que veía a Ícaro y a Prometeo como mártires y no como pecadores; dos héroes que pagaron con la vida su atrevimiento, a semejanza de Giordano Bruno, el valeroso humanista que desafió los dogmas de sus jueces y que murió quemado por ser un hereje (según sus opositores) o un mártir (según sus simpatizantes). De manera similar, escondidas tras sus florituras barrocas, el prólogo-poema del Cristiano desagravio admite al menos dos exégesis contrapuestas. Si lo leemos desde la perspectiva «ortodoxa», el poema muestra a un pecador derrotado que se arrepiente de sus ofensas y se humilla ante sus jueces para obtener misericordia. Pero, desde una perspectiva «heterodoxa» se advierte que esa humillante adulación esconde una trampa muy ingeniosa: solo si perdonan el agravio del pecador, serán sus jueces dignos guardianes de Dios, pues el mayor indicio de grandeza divina no consiste en dar castigos, sino en «dar abrigos y propicios dones». Por el contrario, si condenan al penitente, los jueces serán sentenciados, mientras que el primero salvará su alma por un doble mérito: su audacia y su arrepentimiento. Una implacable sentencia que sintetiza en verso los argumentos que el autor desarrollará a continuación con su afilada prosa. 26 Cfr. Carlo Ginzburg, «Lo alto y lo bajo. El tema del conocimiento vedado en los siglos xvi y xvii», en Mitos, emblemas e indicios, pp. 95-96. Cristiano desagravio y retractaciones A | 31 | de don Guillén Lombardo y Guzmán unque está numerado del §1 al §102, el Cristiano desagravio solo se compone por 101 parágrafos, debido a que el autor, acaso por su premura, olvidó numerar el §12. Estos parágrafos pueden agruparse en seis grandes apartados que exponen, con gran habilidad retórica, una hipótesis muy cristiana: que el perdón de los pecados constituye la mayor de las virtudes. El primer apartado comprende del §1 al §9 y tiene un carácter autobiográfico, pues el autor aprovecha estas líneas para presentar —con los ampulosos términos que él acostumbra y que tanto irritan a sus detractores pretéritos o actuales—: su noble nacimiento en Irlanda, su rebeldía contra Inglaterra, los años que pasó como pirata, su formación académica, sus hazañas militares, su viaje a Nueva España, su arresto y su fuga de prisión. Luego de explicar que escapó solo para publicar una querella criminal contra sus jueces, declara a continuación que está arrepentido por ofender a esos sacerdotes y desea retractarse por escrito de las acusaciones que formuló contra ellos movido por el rencor. De ese modo restituiría la fama de los agraviados, tras aclarar que no los reconoce como jueces, pues solo Dios puede juzgar los agravios de sus creaturas. En el segundo apartado, del §10 al §33, el autor supone que fue arrestado por haber escrito una carta al rey acerca de los judíos que el Santo Oficio había prendido; luego se dedica a rechazar, uno por uno, los testimonios que ofrecieron contra su causa diversos testigos que califica de «inducidos». Refuta el cargo de haber usado peyote para conocer el futuro, el de recetar invocaciones mentales contra la impotencia y el de emplear caracteres mágicos; niega, además, los cargos que le atribuyeron por dar informes sobre otros presos, ya que obedecía las órdenes del mismo Tribunal, y el cargo de haberse fugado, pues tenía derecho a buscar un tribunal superior para defenderse, en tanto negaba a la Inquisición la autoridad para juzgarlo. Cristiano desagravio y retractaciones | 32 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Los parágrafos siguientes, del §34 al §64, conforman uno de los apartados más interesantes desde una perspectiva retórica. En apariencia, en ellos hace una puntual retractación de los cargos que levantó en público contra los inquisidores: el delito de simonía por haber comprado sus cargos, el de arrestar judíos sin deposición, el de obligar a sus presos a declararse apóstatas, el de cubrir con capa de secreto los actos del Tribunal, el de negar la penitencia a los presos o el de emplear el tormento como método de interrogatorio… entre muchas otras prácticas que Lombardo consideraba «criminales», aunque la mayoría fueran toleradas por la sociedad, o incluso establecidas como legítimas en los reglamentos del Santo Oficio. Usando un recurso que después perfeccionaría sor Juana Inés de la Cruz en su «Respuesta a Sor Filotea», don Guillén simula retractarse de sus acusaciones tan solo para reformularlas, aderezadas con peculiar ironía. Por ejemplo, en el §38, el autor acepta que acusó a los inquisidores de homicidio, «por parecerme que lo eran en lo retardado, en defraudar al mísero del sustento, dejarle morir sin cura ni cuidado caritativo», pero luego recomienda que por ello «no se debe presumir que los señores sabrían de ese horror, que dependía de los alcaldes y no podrían asistir a todo». El mismo recurso se repite más adelante: primero, el autor reconoce haber censurado a sus jueces por negarse a confesar a los presos agonizantes y después supone que tal vez «no lo harían de malicia, ni por negar santa providencia de la Iglesia, pues son pastores a quien toca el cuidado de las almas que están en dichas cárceles, y de ellas han de dar estrecha cuenta en el justo juicio de Dios».27 Una táctica inteligente y sin duda provocadora: sin negar que el crimen fue cometido, don Guillén justifica a sus incriminados con 27 Guillén Lombardo, Cristiano desagravio y retractaciones… §38. Cristiano desagravio y retractaciones | 33 | de don Guillén Lombardo y Guzmán un pretexto banal, ridículo, fantástico o absurdo, para que sea Dios —o el hipotético lector de sus escritos— quien dictamine la inocencia de los inquisidores. Comparado con estas prolijas refutaciones, el cuarto apartado es menos largo y más intenso. Comprende desde el §65 hasta el §72 y comienza por desmentir las acusaciones que la Inquisición levantó contra Olivares y Palafox, antes de revocar las que el autor hizo contra los inquisidores, reconociendo que «no fui dueño de mi discurso cuando yo pintaba mi querella contra el candor de sacerdotes tan provectos en virtud y celo, porque como estaba embebecido de mi dolor, cargaba el juicio en la pasión y no dejé la voluntad obrar indiferente».28 Esta sincera angustia lo obligó a fugarse, con el auxilio sobrenatural del difunto arzobispo de México, quien se apareció envuelto en llamas para sacarlo de su mazmorra. Después de este fantástico relato, el autor aprovecha para recordar las vejaciones que sufrió al ser recapturado, cuando «metieron mis pies en un cepo, mis manos en grillos y después mis pies, y alabé a Dios por todo». Sin embargo, él perdonaba a sus jueces, porque «son hombres sensibles y como tales obrarían celosos de su fama, aunque no es lícito el hacerlo como juez parte, y más sacerdotes».29 El quinto apartado, desde el §73 hasta el §87, constituye la parte medular del Cristiano desagravio, donde el autor sintetiza su hipótesis fundamental. Una vez refutados los cargos que ocasionaron su arresto, solo restan los agravios que cometió antes, al tiempo y después de su fuga. Para quedar limpio de toda mancha, pide disculpas por esos crímenes contra la fama de sus inquisidores; crímenes provocados por su rencorosa boca, y que solo por la boca podrían ser reparados. En el parágrafo §73 expresa su conclusión: 28 29 Ibidem, §67. Ibidem, §69. Cristiano desagravio y retractaciones | 34 | de don Guillén Lombardo y Guzmán La venganza que nace de la lengua no es repentina estocada y mortal, como la que nace de las manos; mas es escorpión cuyo veneno aunque tan penetrante no mata luego, mas va dilacerando a pedazos; ni tiene resistencia, penetra con arpón lo interior del alma; no tiene medicina eficaz, sino la misma lengua; y es virtud divina el dar salud lo que causó la llaga, que es tan raro que puede apostar a milagro, y lo es sin duda en este siglo vengativo. Me culpo y me disculpo, porque sabe Dios que fue el yerro tal, y su divina Majestad quiere que sea lo que fue y no lo que no era.30 Este párrafo ilustra, con su peculiar estilo, una creencia propia de don Guillén: una concepción «mágica» y «pragmatista» del lenguaje. Si la palabra es un escorpión cuyo veneno actúa lenta y profundamente sobre el alma del hombre, significa que la palabra es una especie de conjuro mágico o de ilocución verbal: más que una simple descripción de las cosas, el lenguaje es una acción que incide sobre el mundo y lo modifica. No solo porque es capaz de «envenenar» la reputación del prójimo, sino también porque puede «dar salud» a esa malherida reputación. El mismo lenguaje que causó la llaga es capaz de curarla. El autor había ofendido a los inquisidores, pero su pecado, lejos de atentar contra su reputación, enaltecía sus nombres, como la victoria de Julio César enalteció el nombre de Pompeyo, o como la persecución de Aníbal glorificó el nombre de Escipión. Desde una perspectiva mitocrítica, lo que propone el Cristiano desagravio se parece mucho a un pacto fáustico, pero expresado en términos rigurosamente católicos. Con astucia y candor, el autor ofrece a sus jueces un pacto mediante el cual pretende conseguir su libertad a cambio de un castigo justo y de dar fama eterna 30 Ibidem, §73. Cristiano desagravio y retractaciones | 35 | de don Guillén Lombardo y Guzmán a sus carceleros. Sus premisas son sólidas (aunque ingenuas): si el mayor desvelo de Cristo fue «predicarnos el perdón de agravios», mal haría el hombre si rechazara su enseñanza, pues «con la misma medida con que medís a otros, seréis medidos (dice el Salvador) y así como juzgáis a otros seréis juzgados; y como los que juzgan a otros como delincuentes y no se juzgan a sí, siéndolo más […] serán juzgados en el eterno Juicio para eterna pena».31 En consecuencia, si los inquisidores no firman el pacto, sus almas irán al infierno y la historia recordará sus errores por siempre. Si, por el contrario, aceptan los desagravios del autor y le imponen un castigo razonable, el autor podría restaurar su fama como jueces, ante Dios y ante la posteridad. En caso de que los inquisidores elijan la última opción, el autor describe cómo cumpliría su castigo en el sexto apartado, desde el parágrafo §88 hasta el §101. Para mostrar su arrepentimiento, don Guillén declara que está dispuesto a publicar por edictos un «cartel de desagravio» donde ensalzaría las virtudes del Tribunal. Declara además que haría imprimir su Cristiano desagravio y a participar en un auto público, realizado frente a la Catedral de México, donde saldría «vestido de un saco, los pies descalzos, cubierta mi cabeza, rostro y mi traje con ceniza; y a cada cuadra me he de postrar sobre la tierra y besarla con mis labios soeces que profanaron a los sacerdotes […] y que luego sean leídas estas mis retractaciones del Cristiano desagravio, desde el principio hasta el fin, tendido yo en la tierra».32 No es difícil imaginar la expresión de los inquisidores al imaginar este «piadoso» espectáculo y descubrir la trampa que la ponzoñosa pluma del autor les había tendido: si lo perdonaban en 31 32 Ibidem, §83. Ibidem, §101. Cristiano desagravio y retractaciones | 36 | de don Guillén Lombardo y Guzmán los términos que planteaba, serían expuestos ante el pueblo como jueces arrogantes que humillaban públicamente a un reo arrepentido. Si, por el contrario, le negaban el perdón, tendrían que vivir con la certeza de que habían perpetrado un crimen ante la justicia divina. Es improbable que Lombardo confiara sinceramente que sería perdonado por sus carceleros mediante este truco tan ingenioso como ingenuo. Sin embargo, como señala Troncarelli, acaso no fue en balde la escritura de su Cristiano desagravio: «Al reconocer sus yerros, don Guillén desarmaba a sus acusadores porque no podrían declararle ni pertinaz, ni reincidente, ni pecador impenitente».33 Para evadir esa trampa retórica, los inquisidores simplemente desoyeron su arrepentimiento, archivaron su escrito y recluyeron al reo en su celda, cargado de grillos y sin concederle audiencia por más de un año. Después de todo, estaban amparados contra cualquier error gracias al fuero del papa Urbano iv, que les concedía «facultades para absolverse unos a otros de la irregularidad en que hayan podido incurrir involuntariamente».34 En otras palabras, si cometían un error castigando a un reo arrepentido, no había ningún problema: bastaba con que se absolvieran entre ellos, para asegurarse unos a otros la salvación de sus almas. 33 34 Fabio Troncarelli, op. cit., p. 261. Nicolao Eymerico, Manual de inquisidores para uso de las inquisiciones de España y Portugal, p. 77. Cristiano desagravio y retractaciones E | 37 | de don Guillén Lombardo y Guzmán n favor de los jueces, el lector actual debe reconocer que no exageraban cuando sostenían que el Cristiano desagravio es- taba lleno de «cautelas y ardides». Uno de los trucos más habilidosos se esconde tras las citas textuales en griego: para mostrar que sus jueces eran malos latinistas y peores helenistas —en más de una ocasión los acusa de ignorantes—, Lombardo quiso confundirlos transliterando textos latinos con letras del alfabeto griego. El mismo fin buscaba, tal vez, cuando citó a santo Tomás para demostrar «que el hombre puede vencer las influencias e inclinaciones de las estrellas, como está defendido por el ecuménico y santo Concilio Tridentino y por el angélico doctor santo Tomás en 2a 2ae, q. 15, art. 4»,35 pues al consultar la Suma de teología, se descubre que la cuestión 15 no habla sobre astrología, sino sobre la ceguera de la mente y el embotamiento de los sentidos; además, solo contiene tres artículos, no cuatro, como afirma don Guillén.36 Sean yerros involuntarios o argucias de pícara erudición, estos detalles no invalidan necesariamente los argumentos de su texto, pero sí reflejan, en parte, la compleja personalidad de este hombre, a quien Méndez Plancarte describe como un humanista cristiano, con un pensamiento afín al de Pico della Mirandola, pero con sólidas creencias católicas y un pintoresco orgullo: No cabe, pues, la menor duda de que don Guillén tuvo una formación humanística tan amplia y completa como la mejor que pudiera recibir un joven de su tiempo. Y que él se sentía todo un «humanista» digno heredero y continuador de la Antigüedad grecolatina, manifiéstase 35 36 Guillén Lombardo, op. cit., §20. Cfr. Tomás de Aquino, Suma de teología. Parte ii–ii. Por supuesto, también puede conjeturarse que este error no fue deliberado, sino inconsciente, derivado de una falla en la memoria del autor. O bien, que con el error quería que sus jueces se sintieran cuestionados por Santo Tomás cuando condena la «ceguera de la mente». Cristiano desagravio y retractaciones | 38 | de don Guillén Lombardo y Guzmán no sólo en sus obras, esmaltadas de citas y reminiscencias clásicas, sino también en aquella orgullosa y pintoresca frase suya en que llega a afirmar: «si la facundia de Cicerón me sobra, de Séneca lo sentencioso no me falta».37 Como declarado enemigo de la lectura y el pensamiento individuales (a los que acusaba de provocar la Reforma), era casi imposible que el Santo Oficio no pusiera los ojos en Lombardo, quien se había hecho notable por su profeso amor a los libros, las ciencias y las letras. La fatal confrontación entre el irlandés y los inquisidores novohispanos se comprende mejor si la vemos como una colisión, inevitable, entre dos maneras de entender la justicia, la fe, la libertad, la virtud y el crimen. Desde la perspectiva inquisitorial, Lombardo merecía morir en la hoguera en tanto sus acciones y sus ideas atentaban contra la fe católica y la estabilidad del imperio español. Desde la perspectiva inversa, el Santo Oficio era criminal, ya que sus jueces obraban movidos por el interés meterial y su forma de procesar a los sospechosos no combatía contra la herejía sino que la fomentaba. Es posible que esta lucha se describiría mejor usando los términos que propuso Omar Calabrese para contrastar los sistemas de valores que rigen las distintas sociedades en distintos lugares y distintos tiempos. En cada época histórica —nos dice en La edad neobarroca— conviven dos sistemas contrapuestos: el sistema de «lo clásico», el cual impone y vigila un conjunto de valores que se aceptan como dogmas, frente al sistema de «lo barroco», el cual cuestiona y desestabiliza esos valores, proponiendo a cambio 37 Gabriel Méndez Plancarte, op. cit., p. 96. La cita de Lombardo proviene de su Cristiano desagravio..., § 67. Cristiano desagravio y retractaciones | 39 | de don Guillén Lombardo y Guzmán otros nuevos.38 Puede decirse, en consecuencia, que en los siglos xvii y xviii se consolidó un pensamiento barroco clásico («lo clá- sico» del barroco) que podría llamarse Barroco, con mayúscula, encarnado en un poder monárquico que, a través de distintos tribunales —como la Inquisición—, dictaba valores, leyes y castigos para estabilizar el funcionamiento social. En contraste, existiría también un barroco barroco («lo barroco» del barroco), que podría llamarse hiperbarroco: un barroco sincrético e individualista como el de don Guillén Lombardo con su simpatía por la magia que él llama «natural» y por la astrología que califica de «cristiana». Desde el Renacimiento la magia y la astrología despertaron el interés de los humanistas —en especial de los florentinos— quienes vieron en estas disciplinas la oportunidad de cambiar el mundo voluntariamente mediante el conocimiento de sus arcanos; es decir, perseguían lo mismo que la ciencia actual, aunque lo hicieran por distintos caminos. Lombardo, en particular, distingue la magia «preternatural» de la «magia natural» cuando refuta las acusaciones de Francisco del Corral, quien aseguró que don Guillén había usado unos caracteres mágicos para traer de su patria una vajilla de oro y unos manjares exquisitos. Para el autor, la acusación era falsa, pues el hombre no tiene «poder para dar virtud preternatural a cosa material ninguna, que esta potencia a solo Dios es permitida», por lo cual condena los hechizos, engaños y otros embustes de esos ignorantes que atribuyen «efectos naturales al arte nigromántica que no hay; como las curiosidades del muy insigne don Juan de Espina, siendo todo por la magia natural, hidráulica, óptica y perspectiva, de los varones grandes solo sabidas con mucho estudio».39 38 39 Cfr. Omar Calabrese, La edad neobarroca, p. 31. Guillén Lombardo, op. cit., §15. Cristiano desagravio y retractaciones | 40 | de don Guillén Lombardo y Guzmán En otras palabras, la nigromancia es una superstición y solo existe la ciencia: la «magia natural» que emplea las fuerzas de la naturaleza para obrar prodigios como los que realizaba el insigne y estudioso mago español. Esta creencia de Lombardo no deja de ser paradójica si consideramos que en su Cristiano desagravio afirme creer en apariciones sobrenaturales, como la del arzobispo de México, que difunto se le apareció, envuelto en llamaradas, para ayudarlo a fugarse de la cárcel (§68). En cuanto a la astrología, su posición es aun más compleja, más hiperbarroca, es decir, heterodoxa hasta cierto punto, pero sin apartarse del dogma. Cuando se le acusa de herejía por «alzar figura» o hacer horóscopos a partir del testimonio de su alumno Sebastián Carrillo, don Guillén califica de herético a quien condene lo que él denomina la «astrología cristiana», pues está comprobada dicha ciencia por la Sagrada Escritura que puso Dios cielo y tierra, astros y planetas debajo de la sabiduría del hombre […] para que hasta los infieles sabios llegasen a saber por la astrología que la ruina del mundo se acercaba […] y que no por eso nadie intentaba alcanzar lo futuro contingente, con ciencia infalible y absoluta, sino con juicio probable por los efectos naturales».40 En consecuencia, refutaba que el destino del hombre estuviera fatalmente predeterminado desde su nacimiento —como sostenían los teólogos de la Reforma—: el juicio de los astros no anula el albedrío, tan solo lo inclina hacia su destino, como lo inclinan «la hermosura y la virtud», aunque, en todo caso, el hombre puede vencer las influencias e inclinaciones de las estrellas. En ese sentido, su posición era perfectamente ortodoxa y contra40 Ibidem, §20. Cristiano desagravio y retractaciones | 41 | de don Guillén Lombardo y Guzmán rreformista, aunque sus jueces jamás pudieron o jamás quisieron entenderlo. Por tanto, quizá no sea tan importante discutir si don Guillén era o no un verdadero noble, un auténtico sabio o un legítimo libertador, sino reconocer que él deseaba serlo y por ello lucharía toda su vida —desde que fijaba libelos en Londres contra el rey inglés, hasta que fue sentenciado por la Inquisición—, aunque en el camino tuviera que hacer alguna trampa, probar el peyote y decir algunas mentiras. Reconocer que el hombre debía conquistar su libertad mediante el ingenio y el conocimiento, venciendo «las influencias e inclinaciones de las estrellas», es una idea propia del pensamiento neoplatónico, renacentista y hermético que luego encarnaría en el Fausto de Marlowe: esa síntesis de Ícaro y de Prometeo que aceptó perder el alma espiritual a cambio del poder material. Solo que, a diferencia de Fausto, don Guillén quiso liberar a su patria sin renunciar a su catolicismo, sacrificando su cuerpo pero sin resignarse a perder el alma. En resumen, prefirió morir en el Quemadero, antes que traicionar sus principios, tan sinceros como paradójicos. Más que un héroe nacional, como propuso Riva Palacio, o un héroe trágico, como lo creyó González Obregón, Lombardo resulta ser una especie de antihéroe tragicómico, un loco pecador que fue derrotado en una dispareja lucha por defender sus creencias personales, frente a un sistema que teóricamente debería preservar la integridad espiritual del imperio pero que —según su testimonio y el de algunos más41— estaba formado por individuos coDestaca entre todos el testimonio del inquisidor Juan de Mañozca y Murillo, quien denunció la corrupción del tribunal mexicano ante el Consejo de la Suprema, en una carta firmada el 31 de noviembre de 1646. La epístola fue transcrita íntegramente por José Toribio Medina en Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México, pp. 221-235. 41 Cristiano desagravio y retractaciones | 42 | de don Guillén Lombardo y Guzmán rruptos y criminales. Más que cuestionar las bases teóricas de la Inquisición, Lombardo denuncia el proceder concreto de sus jueces. No en vano, se comparaba con Daniel, el profeta hebreo que fue perseguido y encarcelado por develar los fraudes cometidos por los sacerdotes de Baal. Frente al «barroco clásico», que vedaba la lectura y la escritura con el fin de controlar el pensamiento de sus feligreses, el verdadero legado de este erudito «hiperbarroco» fue la supersticiosa confianza que tuvo en el poder de la escritura. Al usar su pluma como instrumento de opinión, de creación literaria, de litigio jurídico o de comunión mística, don Guillén se convirtió en un antecedente histórico del «pensamiento individual»: esa especie de soberanía intelectual caracterizada por la voluntad de forjar ideas propias (individuales) a partir de las ideas recibidas (colectivas). Forjado en el Renacimiento, el pensamiento individual fue condenado y perseguido por la Inquisición, pero no fue eliminado del todo, como lo mostraría otro atípico alumno de jesuitas, René Descartes. Ciertamente, Lombardo no inventó una sola idea «original», pero el conjunto de sus opiniones y creencias es tan peculiar como su carácter individual. Derrotado en vida, mistificado por la historia, sus escritos han sobrevivido para dar testimonio de sus convicciones, según las cuales sus jueces se equivocaron: desde su propia perspectiva hiperbarroca, él no merecía ser condenado por apóstata, hereje y negativo, sino ellos, sus carceleros. Una vez que la hoguera consumiera su cuerpo, sus culpas serían lavadas y se salvaría su alma penitente, mientras las almas irredentas de sus verdugos serían sentenciadas a las llamas eternas del infierno. gonzalo lizardo | 43 | Agradecimientos y criterios de edición Este trabajo no hubiera sido posible sin la valiosa colaboración de muchas personas. Agradezco en primer lugar a mi colega Andrea Martínez Barács, por su entusiasmo y su generoso apoyo, que fueron decisivos para concluir el proyecto. Agradezco a Citlalli Luna Quintana, por su ayuda en la paleografía y captura del original; a Marcelino Cuesta Alonso, por traducir la mayoría de los fragmentos latinos; a María Refugio Gray, por corregir el borrador, revisar las traducciones y localizar las fuentes clásicas y bíblicas; a Olivia Isidro Vázquez, por su asesoría con las citas griegas y latinas, y a María Isabel Terán Elizondo por sus pertinentes comentarios críticos. En cuanto a los criterios de edición, se respetan las normas de uso de mayúsculas y minúsculas que estableció la Nueva gramática de la Lengua Española (2010), publicada por la Real Academia Española; por ello se utiliza minúscula en títulos nobiliarios, cargos y formas de tratamiento, tanto los que preceden al nombre propio («don», «fray», «santa») como los que no lo llevan («usted», «señora», «doctor», «excelentísimo», «su majestad»). Se desatan las abreviaturas, como «S. A.» («su alteza»), «S. M.» («su majestad»), «V.V. S.S.» («vuestras señorías»), etcétera, siguiendo el criterio anterior para el uso de mayúsculas, por lo que todas aparecen en bajas (salvo «Señor», cuando se refiere a «Dios»). Lo mismo aplica para todas las palabras abreviadas. Se conservan las mayúsculas en los términos que se refieren a las diversas instituciones (como la Iglesia, el Santo Oficio e In- Cristiano desagravio y retractaciones | 44 | de don Guillén Lombardo y Guzmán quisición, entre otros). En el caso de «santo tribunal» o «tribunal», aparece en minúsculas, dado que no corresponde a alguno de los nombres oficializados de la instancia. Se conserva la mayúscula inicial en los nombres de edificios públicos o apellidos («San Lorenzo», «San Bartolomé de Salamanca», «San Patricio», cuando se hace referencia a los colegios); «padre Juan de San Miguel», «padre fray Miguel de Santa María» (cuando se trata de nombres propios y no de atributos divinos); «Virgen», «Dios», «Santo Sacramento», etcétera, también aparecen en altas. Se modernizan los nombres propios de lugares («Guesfordia» es sustituido por «Wexford», «Yrlanda» por «Irlanda», etcétera) y a pie de página se anota la expresión original usada por el autor. Se actualizan palabras arcaicas o mal escritas, que son anotadas al pie de página, salvo en casos en que la aclaración sea innecesaria, como «avía» («había»), «harmonía» («armonía»), etcétera. Cuando aparecen vocablos desconocidos o indescifrables, se opta por anotar [sic] después de los mismos. Se actualizan caracteres en desuso como la «ss» en «fuisse» y se adaptan las formas arcaicas como «aqueste/aquesta», «deste»… Se sigue la norma vigente de la RAE para la acentuación del adjetivo «solo» y los pronombres «este/esta», «ese/esa», «aquel/aquella». Se conservan los guarismos con letra. Las citas bíblicas en latín fueron confrontadas con la edición Nova Vulgata de la Biblia, y a pie se anotó la traducción respectiva. Los términos difíciles o anacrónicos se definen al pie, usando el Diccionario de la lengua española de la RAE o el Diccionario de autoridades, en su edición de 1729. Se añaden o se cambian signos de puntuación cuando se considera pertinente. Entre corchetes se añaden las palabras faltantes, como [que], [de] o [a]. Cristiano desagravio y retractaciones | 45 | de don Guillén Lombardo y Guzmán No se desatan las enclíticas ni se modifica el orden de la oración, para respetar la sintaxis del texto original, con sus hiperbatós y sus digresiones, características de la época. | 47 | Cristiano desagravio y retractaciones de don Guillén Lombardo de la querella criminal que fulminó en esta ciudad de México a veinte y cinco de diciembre del año de mil y seiscientos y cincuenta contra los señores inquisidores: el licenciado don Domingo de Argos,42 difunto; el señor doctor don Francisco de Estrada y Escobedo;43 el señor doctor don Juan de Mañozca y Mendoza [sic];44 el señor doctor don Bernabé de la Higuera y Amarilla;45 el señor secretario Tomás López de Arenchún;46 el señor secretario Eugenio de Sarabia,47 ministros y séquito de adentro del dicho Santo Oficio de México. Domingo Vélez de Asas y Argos (1582-1647): egresado del colegio de San Bartolomé de Salamanca, fue fiscal e inquisidor del Santo Oficio de Cartagena entre 1602 y 1621. Fue inquisidor de México desde 1638 hasta el 26 de agosto de 1647, cuando falleció. José Toribio Medina, op. cit., p. 171. 43 Francisco de Estrada y Escobedo (1604-1661): ingresó a la fiscalía del Santo Oficio en 1634 . El 7 de julio de 1660, la Suprema de Madrid lo acusó por ciento once cargos «de ellos veinte y siete en materias y causas de fe». Ibidem, p. 261. Murió el 26 de octubre de 1661, a causa de una apoplejía. 44 Debe decir: Juan Sáenz de Mañozca y Murillo (México 1611-Santiago 1675): egresado de la Universidad de Lima, fue inquisidor de México de 1642 a 1662, cuando la Suprema probó contra él dieciocho capítulos de cargo; entre otros, apropiarse de los bienes expropiados a los reos y publicar un libelo contra Juan de Palafox. Idem. Retirado de su cargo, se trasladó como obispo a Santiago de Cuba, primero, y luego a Guatemala, donde murió. 45 Bernabé de la Higuera y Amarilla (México 1597-¿?): graduado por la Universidad de México, ingresó en el tribunal en 1643. En 1662 la Suprema lo acusó con dieciocho cargos, entre ellos el de vivir amancebado con dos esclavas. En el Archivo Histórico Nacional de Madrid está documentado un pleito fiscal contra él y sus colegas inquisidores por el paradero de «cierta cantidad de pesos, procedentes de donaciones hechas al Real Fisco». ahn, Inquisición, 4805, exp. 9. 46 Tomás López de Arenchún fue nombrado rector general del Santo Oficio en 1624. En 1660 fue acusado por la Suprema de veintinueve cargos. José Toribio Medina, op. cit., p. 262. 47 Eugenio de Sarabia (¿?–1658): fue mercader antes de ingresar al Santo Oficio, donde trabajó como secretario y notario. Formó parte de la comitiva que arrestó a Lombardo en 1642. En 1662 fue acusado por la Suprema de cuarenta y siete acusaciones. Idem. 42 Cristiano desagravio y retractaciones | 48 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Commorabo in amaritudine animae meae; et dicam Deo meo, noli me condemnare. Ex Job et Exech.48 En que se ponen los motivos y consistencias que tuvo para formar dicha su querella; defiende la católica pureza y celoso proceder de los dichos señores inquisidores y ministros; deshace los motivos, la culpa, los juicios temerarios y los yerros; confiesa sus dolores, restituye la fama con pública satisfacción; y, por edictos, revoca sus delirios, conmueve al mundo con penitente hazaña y cristiano ejemplo; fulmina contra sí sentencia nunca vista en otro y enseña a satisfacer [a] aquel que supo ofender. Contiene muchos desengaños de esta vida, llanto de haber ofendido la fama de sacerdotes, conocimiento de nosotros mismos, corrección de las fragilidades, reprehensión de la discordia, ejemplos de la paz y admiración de la penitencia; condena el vicio, ensalza la virtud en perdonar agravios y desata la pompa de su elocuencia a la restitución de la fama de los señores inquisidores, en su oración al pueblo. Iudica me Domine et discerne causam meam de gente non sancta; ab homine iniquo et doloso erue me.49 En la Iglesia de Dios no se ha hecho hasta hoy otra acción a la fama de nadie como esta ni ha salido otro escrito como los presentes para dicho efecto, y lo firmo así: don guillén lombardo «Permanezco en la amargura de mi alma, y le diré a mi Dios, ‹no me condenes›. Como en Job y Ezequiel». Job 10, 1-2. 49 «Júzgame, Señor, y distingue mi causa de la gente que no es santa; líbrame del hombre inicuo y falso». Salmo 43, 1. 48 Cristiano desagravio y retractaciones | 49 | de don Guillén Lombardo y Guzmán A quien leyere: ¡C ristiano lector!, no es esta obra para los cobardes espadachines de la ley del duelo, afrenta y horror de la de Cristo, Señor nuestro, que con profana y vengativa valentía no solo no confiesan que han injuriado, sino también se justifican en la prosecución, hasta tanto rindan con la vida a sus contrarios, por solo imaginar han sido agraviados de ellos;50 ni es tampoco para los cerrados bronces de corazón empedernidos, que nunca supieron más que criar mármol en sus abortos pechos de fementido y de aleve rencor, sino para los ínclitos y magnánimos héroes, valerosos imitadores de aquel capitán divino, Dios hombre, que enseñó por mayor trofeo rendir enemigos perdonando agravios, que es la milicia más divina del cielo, que se blasona51 entre los ejércitos de Dios en la tierra, y la hazaña de mayor proeza imaginable. Y para los efectos que Dios toca, para que, si como humanos hayan delinquido contra el cielo y el prójimo, sepan, como reconocidos de la culpa, llorar amargamente la transgresión con voluntaria pena y restituir humilde la fama que despojaron protervos; para que ambos queden en la divina misericordia de Dios confiados: uno perdonando, y suplicando con ternura y pública demostración de penitencia, el otro. Que cuando el alma llega a este profundo sentimiento, entonces el Padre de clemencias se apiada. Para estos valerosos campeones es el escarmiento y el ejemplo, y El argumento es muy similar al de Nieremberg, un jesuita que Lombardo pudo conocer en el Colegio Imperial de Madrid: «No sé qué género de idolatría es esta ley del duelo, que hace atropellar todas las leyes naturales y divinas, de Dios y de la razón, injuriosa totalmente a Jesucristo, que inmediatamente se opone a su doctrina». Juan Eusebio Nieremberg, Epistolario, p. 69. 51 Blasonar: hacer ostentación de alguna cosa con alabanza propia. 50 Cristiano desagravio y retractaciones | 50 | de don Guillén Lombardo y Guzmán no para los desesperados contumaces en sus yerros; pregonando al mundo que si en público erré, en público me arrepentí; y si manché la fama a sacerdotes, mediante la clemencia soberana de Dios, la vuelvo a restaurar con duplicada gloria, dejando su candor en más patente esfera de la que fue mirado, porque virtus multa crescit, sicut a nebula iubar:52 la virtud crece con envidia, como el rayo con la nube. Vale. Ilustrísimo señor: D on Guillén Lombardo digo que todo el cumplimiento de este mi escrito y la verificación de mis retractaciones, por la fama de vuestra señoría se entiende, como en el cuerpo se da a entender, que vuestra señoría fulminó bien o mal dicha sentencia de la causa, porque me prendió a los principios como quedó concertado en la primera audiencia; pues en esto estriba la cristiandad, cumplimiento y composición católica de todo; para que vaya inserta en este cuerpo como se supone, de que depende la ocasión y el objeto del discurso y su fundamento. Y suplico a vuestra señoría, no obstante que en ello está recusado, antes de ahora, honre a quien tanto ha oprimido, pues que no le cuesta más que la justicia y su propio nombre. Pues yo vuelvo por la fama de vuestra señoría a tanta costa mía para que se vea por los efectos lo que encarezco en las causas y luzca su nombre en todo; mas pido justicia en esto, y todo concluso conforme suplico, y mandado se imprima, esto se borre también, como está apuntado al principio. don guillén lombardo 52 «La virtud crece mucho, como la niebla de la mañana». Cristiano desagravio y retractaciones | 51 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Conságrase al ilustrísimo señor inquisidor general y Consejo Supremo de la Santa y General Inquisición ¡A de España lcides53 magno y del Olimpo puro Atlante54 fijo, que en tus hombros tienes del globo eterno aquel feliz coluro,55 y desde el polo permanente vienes apuntalando el despeñado Arcturo,56 y del Orión57 el furor previenes!, escucha breve, en atención mi canto, mi prosa suelta y mi prorrupto llanto. Al Ártico que Cancro predomina, en meta opuesta al semicapro Peze, comienza zona y otra se termina Alcides: antiguo apodo de Heracles, que aludía a su fuerza. En el original, «Athlante». Atlante es un dios griego, también conocido como Atlas, que estaba encargado de sostener la tierra sobre sus hombros. Hijo del titán Jápeto y la océanide Clímene, junto con Prometeo, Epimeteo y Meneceo. Robin Hard, El gran libro de la mitología griega, p. 90. 55 Coluro: nombre de los dos meridianos principales de la tierra; hay uno solsticial y otro equinoccial. 56 Arcturo es una estrella de la constelación de Bootes o «el Boyero». La expresión «despeñado Arcturo» podría significar que «Arcturo ha caído», es decir, que ha bajado del cenit y se encuentra próximo al horizonte. 57 En la mitología griega, Orión es un cazador de talla gigantesca, hijo de Hirieo. La constelación con su nombre se localiza en la región ecuatorial del espacio visible, formada por un cuadrilátero de estrellas entre las que destaca Betelgeuse, Rigel y la nebulosa de Orión. Esta constelación es mencionada en Job 38, 31-32. Francesc Ll. Cardona, Mitología de las constelaciones, pp. 192-193. 53 54 Cristiano desagravio y retractaciones | 52 | de don Guillén Lombardo y Guzmán en que Bootes,58 con Calisto59 vese; adonde el polo casi nunca inclina al horizonte; pero Cynthia60 crece; está la ninfa milagrosa Iberna,61 de Marte afrenta y de Minerva eterna.62 Y Júpiter tonante enamorado de su belleza y su candor divino, en ella tuvo un escuadrón sagrado de cíclopes ardientes por destino; el alto Imperio, al parecer armado, asaltos teme, y su poder previno, juzgando las arenas de Neptuno, volvieron hijos de la diosa Juno. Protervo solo yo nací gigante, de sus entrañas, y feroz tan solo, temido monstruo en mi niñez errante; si bien del sacro laureado Apolo indómita Belona63 triunfante, Cancro, Peze y Bootes: constelaciones de Cáncer, Piscis y el «Boyero». En el original, «Calixto». Calisto es el nombre de la constelación también conocida como «Osa mayor», formada por siete estrellas de gran magnitud, entre las cuales destaca la estrella polar, o Polaris: esa estrella sin movimiento aparente que señala siempre el polo norte. En la mitología griega, así se llamaba una virginal compañera de Artemisa, quien convirtió a Calisto en una osa luego de que Zeus la violara. 60 Cynthia: apodo de la diosa lunar Artemisa. 61 Iberna o Hiberna: nombre latino de Irlanda. 62 Si Marte y Minerva son los dioses romanos de la guerra y de la sabiduría, esta imagen podría ser, por tanto, un elogio a Irlanda por su valor ante la guerra y su eterno apego a la sabiduría. 63 Belona: diosa de la guerra, derivado del latín bellum (guerra), que suele aparecer como madre, hija o esposa de Ares. Robin Hard, op. cit., p. 231. 58 59 Cristiano desagravio y retractaciones | 53 | de don Guillén Lombardo y Guzmán y furia bruta del procaz Eolo, rendí desde mi cuna, en que mamaba de Sátira el aliento que me daba. Crecido en los trofeos furibundo, el alto Jove64 contra mí se irrita, al centro opaco del infesto mundo me despeñó con su potencia ignita, y Polifemo65 entonces iracundo también conspira, y contra mí se incita; pues faltan alas del veloz Pegaso, a quien lamenta en el feroz Caucaso.66 Con Mulciber67 concierto y Flegetonte,68 en que su fragua sulfurosa adumbre69 el rayo prevenido a Faetonte,70 sacuden pues del pedernal la lumbre, y como estaba tan vecino el monte Jove: nombre de Dios Padre en el siglo xvii, antes de ser traducido como Jehová o Yavé. Dentro del juego mitológico que propone el poema, podría ser también identificado con el dios olímpico Júpiter. 65 Polifemo: el más famoso de los cíclopes, hijo de Zeus y de Toose, que se enamoró de la nereida Galatea y que fue vencido por Ulises. Robin Hard, op. cit., p. 96. Góngora le dedicó uno de sus poemas más ambiciosos, «Fábula de Polifemo y Galatea», que al parecer influyó en la poesía de Lombardo (ver notas 71 y 72). 66 Debería decir «Cáucaso», pero el autor modificó la acentuación de la palabra para que pudiera rimar con «Pegaso» 67 Mulciber: apodo del dios Vulcano. 68 En el original, «Phleguetonte». Flegetonte: río del Hades. Lo menciona Virgilio en el libro vi de la Eneida. 69 Del latín «adumbrare». Adumbrar: dar sombra a un dibujo. 70 En el original, «Phaetonte». Faetón: hijo de Helios, que quiso conducir el carro del sol y que, a causa de su impericia, se desplomó junto con el vehículo en el río Erídano. 64 Cristiano desagravio y retractaciones | 54 | de don Guillén Lombardo y Guzmán al valle me despiden por la cumbre, con furia tal, que bostezó la boca, en llamas, humos y membruda roca.71 Frenético con ira cual Teseo, entonces reto a tus amados hijos, zagales del oficio lilibeo,72 taimados Argos,73 vigilantes fijos; asombra a los mortales el empleo y desde aquellos términos prolijos en que del robo se soñó de Pluto,74 corrió la voz de mi diseño bruto. Mas como Atlante en tus empeños eras en quien el globo celestial estriba pusiste firmes en las dos esferas Esta metáfora de Lombardo recuerda a la de Góngora, en «Fábula de Polifemo y Galatea», cuando describe al cíclope Polifemo como «un monte de miembros eminente». Luis de Góngora, Obras de don Luis de Góngora, p. 461. En su poema, por cierto, Góngora usa la misma estructura que Lombardo en el suyo. Ambos agrupan sus versos en «octavas reales»: estrofas de ocho endecasílabos con rima abababCC. 72 Originario de Lilibea, ciudad de Sicilia. La expresión «zagales lilibeos» alude a los jóvenes navegantes sicilianos que acompañaron a Jasón en su viaje. Góngora también alude al Cabo Lilibeo en su «Fábula de Polifemo y Galatea», ibídem, p. 459. Aunque sutil, esta cuarta alusión a Góngora sugiere que su influencia en Lombardo no pudo ser involuntaria ni inocente. En un ambiente cultural tan competitivo y polemista como el Siglo de Oro, reconocer el influjo de Góngora pudo tener serias implicaciones, por ejemplo, frente a los partidarios de Quevedo (un declarado enemigo de los conversos), o los de Lope de Vega (un autor más cercano a los jesuitas). 73 Según Méndez Plancarte, aquí Lombardo hace una referencia al inquisidor Domingo Vélez de Asas y Argos. En la mitología griega, Argos es el constructor del barco con que Jasón emprendió la búsqueda del vellocino. 74 Pluto es hijo de la diosa Démeter y de Jasión. Se le considera dios de la riqueza, «sobre todo la riqueza que surge de la tierra en la cosecha». Robin Hard, op. cit., p. 188. 71 Cristiano desagravio y retractaciones | 55 | de don Guillén Lombardo y Guzmán columnas, sin cadencia tan procliva; a quienes faunos con envidias fieras, ni Cadmos75 mismo con su copia altiva abortos pueden desquiciar, que Febo76 oprime furias del funesto Erebo.77 El robador de la divina llama78 si fue tan atrevido, desde luego le dio más gloria y sempiterna fama al propio dueño de su propio fuego, pues honra que la envidia no derrama es un espejo muy cubierto y ciego; defecto tiene la sagaz pintura que no se pone a la común censura. ¡Micante solio!,79 cuyo Santo Oficio gobierna tan heroicos blasones, a tu clemencia mi cascado juicio se rinde, con mi llanto y mis borrones, de tus grandezas el mayor indicio es dar abrigos y propicios dones. Si fui del propio seso mi Lieo [sic],80 ahora soy de mi dolor Orfeo.81 Cadmos: hermano de Europa, esposo de Harmonía y fundador de Tebas. Introdujo a Grecia el alfabeto, que Lombardo llama «copia altiva» de la realidad. 76 En el original, «Phebo». Febo: apodo del dios Apolo. 77 Érebo: dios griego de la oscuridad y la sombra, hijo de Cronos y Ananké. 78 Se refiere a Prometeo, quien robó el fuego del Olimpo para que los hombres lo usaran. 79 Micante: arcaísmo para decir «brillante». Solio: trono. 80 Acaso se refiere al Liceo: ese gimnasio ateniense cercano al templo de Apolo. 81 Orfeo: personaje mitológico, conocido por su habilidad musical y por haber bajado al Hades a rescatar a su esposa Eurídice. 75 Cristiano desagravio y retractaciones | 56 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Mis roncos alaridos de Cignea82 conmuevan las deidades si profanas, sacras en muestra, y como casta Dea83 en ondas crespas dulcemente humanas, a quien Acteón cazador desea mirar, con atenciones aunque vanas; y fue despojo de la pura ninfa, si clara más, la cristalina linfa. Madruga alegre en rosicler84 oriente aquel planeta85 cuya gloria anhela, después que pavor deslustró su frente en cuna denegrida, y luego apela a mayor luz, y más fulgor consiente a Tetis86 el reflejo, que recela; purpúreo traje decorando aurora y vuelve en rayos lo que en perlas llora. Bramó del Austro aquel fatal Nereo,87 a quien el hijo de Salacia88 llega, En el original, «Cygnea». Otro nombre de Cignus: constelación del Cisne. Cuando Faetón se cayó en el río Erídano con el carro de Helios, un cisne intentó salvarle la vida. Conmovido, Helios colocó al cisne en el cielo, junto a la constelación de su hijo. Francesc Ll. Cardona, op. cit., p. 175. 83 Se refiere a la diosa Artemisa, que convirtió al cazador Acteón en un ciervo, en castigo por haberla mirado desnuda en el río. Robin Hard, op. cit., p. 393. 84 Rosicler: resplandor de la aurora. 85 Por la posterior alusión a la luna Tetis, acaso se refiere al planeta Saturno o Cronos, «cuya gloria anhela». 86 Tetis: titánide, hija de Gea y de Urano, que personifica las aguas del mundo. 87 Austro: viento del sur. Nereo: deidad del mar, esposo de Doris y madre de las nereidas. Robin Hard, op. cit., p. 393. 88 Salacia: deidad latina del mar, que según algunos fue esposa de Neptuno. 82 Cristiano desagravio y retractaciones | 57 | de don Guillén Lombardo y Guzmán retumba en furia, truculento y feo, su padre entonces en delfín navega, estupefacto,89 y sin tentar trofeo, al ver la fuerza tan sin fuerza y ciega, desdeña poderoso aquel contrario, vistiendo nácar y carbunclo90 vario. El frigio joven orgulloso advierte de colcos91 el despojo que pretende, pues gloria sin peligros de la muerte es sombra triste que a la gloria ofende; que solo el vellocino de esta suerte de fama alcanza aquel que fama entiende; es Hidra92 viva, si perdió cabeza, por una mil, con más aumento empieza. La prenda de Penélope93 constante surcando golfos, y cuajando espuma del fiero encanto, y su vigor pujante tan sabiamente, y ardiloso94 en suma, desprecia los rigores arrogante, cierra el oído porque no presuma En el original, «obstupefacto». Carbunclo: piedra preciosa muy parecida al rubí. 91 Colco: habitante de la Cólquida, antiguo pueblo ubicado entre Asia y Europa, cerca de la antigua Frigia. 92 La Hidra de Lerna es una enorme serpiente de múltiples cabezas, que Heracles derrotó con ayuda de su sobrino Yolao. Robin Hard, op. cit., p. 105. 93 La «prenda de Penélope» es una forma de llamar a Ulises, que en este poema surca golfos, «desprecia rigores arrogante» y cierra el oído a la voz encantadora de las sirenas. 94 Ardiloso: agudo, hábil. 89 90 Cristiano desagravio y retractaciones | 58 | de don Guillén Lombardo y Guzmán la voz encantadora, y la sirena, que mata en gusto a quien no toca en pena. Andrómeda95 sus penas se lamenta, aprisionada sobre el pardo risco, también con olas ayudada, intenta de perlas tumba, y del mejor marisco, dejar a la memoria que sustenta la gloria perdurable en obelisco; el bruto alado entonces con alientos su nombre lleva por los vagos vientos. Si Faetonte96 contumaz se arroja al carro eterno de la luz febea,97 el mismo rayo en contra de él se enoja, cegándole sin ver lo que desea, despeña el coche y de la rienda afloja las listas de diamante, sin correa; lo quiso Jove, porque el mundo viera, la viva gloria de esa luz entera. El Ícaro arrogante afianzado en artificio y alas atrevidas, voló por paralelos engañado de fuerzas y de luces presumidas; Andrómeda: esposa del héroe Perseo, hija de Casiopea. Es también una galaxia, ubicada entre las constelaciones de Perseo y Pegaso. Francesc Ll. Cardona, op. cit., p. 161. 96 En el original, «Phaetonte». Nueva alusión a Faetón, que enseguida será comparado con Ícaro, como héroe que se desploma por «arrogante afianzado en artificio y alas atrevidas». 97 Luz febea: luz de Febo, el sol. 95 Cristiano desagravio y retractaciones | 59 | de don Guillén Lombardo y Guzmán mas con los rayos se miró burlado, las plumas enceradas derretidas, cayó, dejando al sol tan alta gloria, que de las aguas él tomó memoria. Aquellas diosas, que miraba el Grayo98 a las orillas de la mar salada, de la belleza recibió desmayo el príncipe de fama laureada; y fue despojo de ese mismo rayo, rendido de la luz enamorada, que no consiente a quien su gloria mira que lleve lauros, pues a tanto aspira. Cuadrupedante99 monstruo la grandeza del rey del Orco transformada, y yerto robose la Proserpina100 belleza, del septro Averno101 y su dominio alerto, dispende la corona a su cabeza, porque del robo más honor y cierto se logre, con triunfo tan preclaro, que se eternice aquel honor por raro. Méndez Plancarte transcribe «Graio». Acaso Lombardo se refiera al grajo, o cuervo, que mira a las diosas a la orilla del mar. O quizás se refiera Graico, hijo de Zeus y de una hija tardía de Deucalión también llamada Pandora. Robin Hard, op. cit., p. 527. 99 Cuadrupedante: deformación de «cuadrúpedo», animal de cuatro patas. 100 Rey del Orco: Hades, rey del inframundo, que contrajo nupcias con la diosa Perséfone, conocida en la mitología romana como Proserpina. 101 Septro averno: séptimo infierno. Méndez Plancarte transcribe la frase como «cetro Averno». 98 Cristiano desagravio y retractaciones | 60 | de don Guillén Lombardo y Guzmán En hombros del Eolo presuroso la fama salga, con mejor bocina, tocando al mundo aquel blasón dichoso que ya logró por la virtud divina el mexicano tribunal famoso, con tanta luz en adelante atina las cumbres intrincadas donde mora aquella luz, a quien el sol adora. Su vuelo eterno a la mayor altura (oh, sacro Solio) ya tu luz levanta y tanto alumbra aquesta antorcha pura, que ya la misma claridad se espanta, cegándose la bella Cinosura102 con esta llama celestial y santa, pues Átropos103 no puede con su brío, eternamente ni apagarla Clío.104 Vale. Si opus perdidimus, non perdidimus oleum.105 De vuestras señorías, don guillén lombardo Cinosura: ninfa que amamantó a Zeus cuando se escondía de su padre Cronos. Estrella de la constelación de la Osa menor. 103 Átropos: junto con Cloto y Láquesis, es una de las tres Moiras, o tejedoras, que tejen como si fuera un hilo el destino de cada individuo; cuando este hilo se rompe, la vida del hombre llega a su fin. 104 Clío: musa de la historia, «la que celebra los hechos gloriosos de los héroes y heroínas del pasado». Robin Hard, op. cit., p. 275. 105 «Si perdimos la obra, no perdimos el aceite». Alteración de una sentencia de Plauto, que en su comedia Poenulus escribe «oleum et operam perdidi»: «he perdido mi trabajo y mi esfuerzo». La expresión de Lombardo, por tanto, podría interpretarse así: «si perdimos el esfuerzo, no perdimos el producto»; es decir, «si bien fallaron nuestras tentativas, no perdimos el producto (la salvación del alma)». 102 Cristiano desagravio y retractaciones A | 61 | de don Guillén Lombardo y Guzmán la sacrosanta sede apostólica, católica, romana, pontífice máxima de la Iglesia, sacro colegio y gremio eclesiástico; a la católica majestad del rey nuestro señor y a sus consejos, y en su real nombre, a su excelentísimo virrey de esta Nueva España, Acuerdo y Real Audiencia de México; retractación de la querella criminal que hice contra los señores inquisidores y ministros referidos de esta Inquisición de la Nueva España, acriminándolos de lo que en el contexto se dirá que comenzó la petición de mi querella por el tenor y relación siguiente: don guillén lombardo, por la gracia de Dios puro, perfecto y verdadero, católico apostólico romano, por mí y por mis padres, abuelos y predecesores, ha más de mil y cuatrocientos años en línea recta heredada, desde el tiempo de la gentilidad, según consta en toda la Iglesia, a los archivos de la Vaticana de Roma, de Santiago de Galicia e Inquisición de aquel reino, a los archivos de San Lorenzo el Real, de Simancas, del Arzobispal de Toledo, a la Inquisición de Toledo y de México; colegial que fui en el Colegio de los Niños Nobles de la católica insignia de San Patricio, en Santiago de Galicia; colegial mayor de su majestad, en el real y milagroso de San Lorenzo, promovido al de San Bartolomé de Salamanca, beneficiado simple de Ávila, dincionario [sic] del reino de Nápoles, domiciliario por naturaleza en cortes de los reinos de Castilla; general de los galeones reducidos, maese de campo por su majestad y por su real decreto, según aviso del señor conde duque,106 106 Gaspar de Guzmán y Pimentel, conde duque de Olivares (Roma 1587-Toro 1645): político español, valido del rey Felipe iv desde 1622 hasta 1643; fue el hombre más Cristiano desagravio y retractaciones | 62 | de don Guillén Lombardo y Guzmán marqués de Cropani;107 equise [sic] primario por votos apostólicos de San Patricio y confidente de Estado Mayor del rey nuestro señor. §1. Por cuanto yo soy hijo en legítimo matrimonio de doña Aldonsa Sutton, de la sangre más esclarecida de Hibernia,108 y de don Ricardo Lombardo, varón ilustre de Wexford,109 en el católico reino de Irlanda, el cual (difunta mi madre) renunció estados y se ordenó de santo y apostólico sacerdote, en que esclareció con milagrosa vida y venerado de la Iglesia; nieto que soy de don Patricio Lombardo el Grande,110 que sustentó en las últimas guerras de aquel reino, en defensa de nuestra santa fe católica, contra la reina Isabel, en favor de su majestad el rey nuestro señor, catorce mil hombres a su costa por espacio de quince años, con una armada por mar, siendo el primero que, en el reino de Leinster,111 apellidó la parte de su majestad. Y mi padre condujo con su armada la de su majestad, a cargo del general don Juan del Águila,112 hasta poderoso de su época, y «el último genuino español de la época imperial», como lo llamó Gregorio Marañón en su biografía El conde duque de Olivares, p. 250. 107 El marquesado de Cropani fue un título creado en 1622, que se declaró vacante alrededor de 1640, después de que muriera su propietario: un siciliano llamado Ettore Ravaschiera. Gerard Ronan, «The irish Zorro». The extraordinary adventures of William Lamport (1615-1659) , p. 95. 108 En el original, «Hybernia». Hibernia es el nombre latino de Irlanda. 109 En el original, «Guesfordia». Capital del condado con el mismo nombre, Wexford es un pueblo y un puerto ubicado en el sureste de Irlanda. 110 Pedro Lombardo (Waterford 1555-Roma 1625): arzobispo irlandés, autor de De regno Hiberniae, que abogó por la autonomía irlandesa frente a la Santa Sede de Roma. No debe confundírsele con el otro Pedro Lombardo (Novara ca. 1096-París 1160): obispo de París, autor de las famosas Sentencias. 111 En el original, «Langenia». Leinster es una provincia oriental de Irlanda. 112 Juan del Águila (Ávila 1545-La Coruña 1602): comandante español que desembarcó en Irlanda en 1601 para apoyar una rebelión contra el dominio inglés. Cuatro meses después, cercado en Kinsale por mar y tierra, Juan del Águila cerró un Cristiano desagravio y retractaciones | 63 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ponerla en salvo en el puerto de Kinsale,113 para dar socorro a los señores príncipes de Tyrone y Tyrconnell,114 potentados del Reino de Ulster,115 agregados asimismo a su majestad; y en el decurso de las dichas guerras, mis abuelos y padres pasaron a cuchillo con sus ejércitos por mar y tierra más de cien mil enemigos del rey nuestro señor y suyos y de la fe católica. Sin otras heroicas hazañas, así entonces, como en tiempos de los moros, hicieron mis predecesores paternos a la Corona de España, que comenzaron a servir cuatrocientos años antes de la extirpación de la dicha generación, como consta con los demás méritos al rey nuestro señor y sus consejos, por el supremo de Estado, en relación que está en el oficio del señor secretario Andrés de Rosas,116 a que me remito, y a descendientes que son los dichos mis predecesores de los reyes godos de Lombardía en línea recta, cuyo progenitor pasó con Guillermo, hijo bastardo del rey de Francia, a conquistar la Gran Bretaña, como la conquistaron; sobrino que soy de don Clemente Sutton, príncipe de la mar, y de doña Anastasia Sutton, barona de Rahail [sic], y de don Pedro Lombardo, príncipe armachano,117 arzobispo y primado de Ir- acuerdo con los igleses que le permitió volver a España con las tropas sobrevivientes y algunos irlandeses. Óscar Recio Morales, España y la pérdida del Ulster, pp. 71-80. 113 En el original, «Kinzal». Kinsale es un puerto de Irlanda, donde Juan del Águila fue cercado por los ingleses en 1601. 114 En el original «Tyron y Tirconel». Tyrone y Tyrconnell son dos condados irlandeses que en 1601 se aliaron con otros señoríos para rebelarse contra el dominio inglés. 115 En el original, «Ultonia». Ulster es una provincia septentrional de Irlanda. 116 Andrés de Rosas (o Andrea de Rosas) era secretario del conde duque de Olivares, junto con Martín de Aspe y López de Calo. Fabio Troncarelli, op. cit., p. 160. Gerard Ronan es más específico al afirmar que Rosas era «Secretario de Estado para el Norte» de Olivares. Gerard Ronan, op. cit., p. 51. 117 Armachano: título eclesiástico propio de los obispos primados irlandeses, como San Malaquías. Cristiano desagravio y retractaciones | 64 | de don Guillén Lombardo y Guzmán landa, guarda apostólico de la Rota118 del Cónclave en la elección de pontífices, juez subdelegado de los cismontanos,119 cardenal y legado a latere,120 electo por Clemente viii121 para la conversión de Inglaterra, el cual sirvió treinta años en Roma, con vigilante atención y desvelo en las causas más serias del rey nuestro señor y sus obras impresas en defensa de la Iglesia pregonan su grandeza. §2. Y yo en prosecución de los heroicos servicios de los dichos mis antepasados católicos y de la católica nación irlandesa, criándome en la corte de Inglaterra, a donde tuve por maestros al padre Bathe,122 de la Compañía de Jesús, y un ayo sacerdote, escribí un libro a los diez años de mi edad, en elocuente latín, en defensa de nuestra santa fe, intitulado Defensio fidei contra Carolum Angliae Regem,123 cuyo traslado está en la real librería de su majestad en San Lorenzo, por cuya causa salí de esa corte con mi ayo para pasar al abrigo del rey nuestro señor, Se refiere al Tribunal de la Rota Romana: tribunal de apelaciones de la Santa Sede. Se le llama así porque los jueces que la conforman van rotando sus funciones. 119 Cismontano: lo que está situado de la parte de acá, respecto a lo que por uno se considera. Diccionario de autoridades. 120 Legado a latere: Eclesiástico designado por el papa para que le represente en algún acto solemne. 121 Clemente viii (Fano 1536-Roma 1605): papa de la iglesia católica entre 1592 y 1605. 122 En el original «Batheo». Lombardo pudo conocer en esos años a dos personajes con ese nombre. Gerald Ronan supone que se refiere a Sir John Bathe: un noble inglés que sirvió como espía tanto a Inglaterra como a España (op. cit., pp. 21-23). Según Óscar Recio Morales, este personaje solicitó en 1621 a Felipe iii «que desembarcase en Irlanda y fuese nombrado rey de Irlanda» (op. cit., p. 136). Pero en la época también existió otro John Bathe (Drogheda 1610 -1649), un jesuita irlandés que se ordenó en Sevilla y que ingresó al colegio de Dublín en 1638 (Dictionary of National Biography). Este último fue fusilado por los ingleses cuando Oliver Cromwell sometió la rebelión irlandesa de 1649. 123 «Defensa de la fe contra el Rey Carlos de los Ingleses». 118 Cristiano desagravio y retractaciones | 65 | de don Guillén Lombardo y Guzmán conforme las órdenes de mi padre. En el camino, fui cautivado de cinco galeones de guerra, y a los veinte días dieron batalla a una armada de Holanda, en que murió el general de los dichos galeones piratas, que fue el hijo del conde de Meus, a quien habían cautivado de quince años; y, conocida de ellos la calidad de mi sangre, de once años de edad fui elegido por general, treta de esa gente, porque no quieren general que entiende de codicia, sino participar de todo entre sí, gobernando por vía de consejo, diciendo: el general lo manda y es un tanto. Mas el tiempo y la ocasión enseña, y da valor a la sangre que lo heredó, pues en el decurso de tres años rendí ciento y seis presas, y di sangrientas batallas, en tanto que de dos mil y doscientos hombres no me quedaron en una ocasión más que trescientos, entre heridos y muertos; e hice cara (mas fue preciso), con dichos mis cinco galeones, contra veinte del estado rebelado, que salieron de propósito en nuestro seguimiento; vistos los destrozos tan continuos que recibían, y no llegó uno de ellos tan solo a dar la nueva de los otros, tal fue su porfía y el valor de la batalla que duró tres días. §3. Y destrozado, pasé a la Noruega a reforzarme, y dando vuelta, di con la armada del señor rey de Francia, sobre La Rochelle;124 su general, el príncipe de Bucoy, y reconociendo mis banderas que eran de la mar, y por la fama de mi niñez y cristiandad notoria de mi sangre, me remitió recaudo de parte de su rey, y sin 124 En el original, «La Rochela». En 1627, los hugonotes se rebelaron contra el rey Luis xiii de Francia, quien envió tropas para someterlos. Fortificados en La Rochelle, los rebeldes resistieron el asedio por catorce meses, mientras aguardaban los refuerzos que les prometió Carlos i de Inglaterra, los cuales fueron rechazados por la alianza franco-española. Finalmente, La Rochelle se rindió el 28 de octubre de 1628. Cristiano desagravio y retractaciones | 66 | de don Guillén Lombardo y Guzmán osar dar batalla, en que pedía le diese socorro contra los herejes de la dicha La Rochelle rebelada, que esperaba armada con bastimentos de Inglaterra. Y lo hice así, pues dejando dicha armada a vista de La Rochelle, le di batalla porfiada en el paso, y antes que la francesa armada pudo cargar ancla, había echado a pique cinco galeones del inglés, y viendo sobrevenir la potencia de Francia, viraron otra vuelta dando fuga, y viéndose los cercados ya destituidos, pues ratas se comían por regalo, rindiéronse y se convirtieron libremente a nuestra santa fe más de trescientas mil almas. Después, reduje dichos galeones al obsequio real del rey nuestro señor, en la Puebla del Deán en el reino de Galicia, con admiración notoria al mundo a los catorce años de mi edad, siendo gobernador de aquel reino el señor marqués de Mancera, el cual avisó de todo a su majestad, mandando celebrar la hazaña con muchas luminarias y cantando Te Deum laudamus,125 en Santo Domingo de la Coruña, y alguna gente no muy católica que había en dicha armada la convertí y la hice absolver en la Inquisición de Santiago. Mandome su majestad pasar a la corte y me hizo entonces parte de las honras y mercedes arriba repetidas. Imprimí muchas obras en varias facultades y dediqué algunas de ellas a su majestad. Y siendo yo colegial en San Lorenzo (notoria mi eminencia en las matemáticas y disciplina militar), mandome su majestad pasar con su alteza, el señor infante cardenal, a Flandes, encareciéndolo por servicio importante; y en el viaje, acometidos de la liga herética en Nördlingen,126 dispuse los escuadrones con nuevo ardid «Te alabamos, Señor». Te Deum laudamus es uno de los primeros himnos cristianos; suele cantarse como acción de gracias. La primera estrofa dice: «Te Deum laudamus: / te Dominum confitemur. / Te aeternum Patrem, / omnis terra veneratur». 126 En el original, «Norlenghen». Nördlingen es una ciudad de Alemania que fue escenario, en 1634, de una batalla decisiva dentro de la Guerra de los Treinta Años, 125 Cristiano desagravio y retractaciones | 67 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de militar ciencia, fuera de la orden de mecánica usanza que se acostumbra de cuadrado de gentes y de terreno, de más frente y fondo, con que los generales Graf, Horn y Weimar, con Slange127 y sus capitanes, nuestros enemigos, perdieron el tino y militar estruendo, muriendo veinte y dos mil herejes, con pérdida de solo doscientos hombres nuestros, entre muertos y heridos. Y estando su alteza cercado de repente, en Lovaina,128 de veinte mil franceses, yo con mil católicos irlandeses, acometiendo de noche y dispuestos a mi forma, les hice levantar el cerco, dejando el bagaje, munición y artillería, haciendo fuga. Di, en nombre de su majestad, por remisión de su alteza, sus recaudos a Venecia, en cuarenta días de resolución y despacho pretendido; y dando vuelta a España, en la conducción de dos tercios irlandeses, fue notorio mi valor en la canal de Inglaterra: veinte y cinco galeones nuestros contra cincuenta y dos de holandeses, entrando en Dunquerque129 con veinte y cinco de ellos ya rendidos. Después, llegando a la corte, al tiempo que el francés condujo contra España su potencia sobre Fuenterrabía,130 su general, el príncipe cuando las tropas suecas y germanas de la Liga Protestante fueron derrotadas por las tropas aliadas del Sacro Imperio Romano y de la monarquía hispánica, estas últimas dirigidas por el archiduque Fernando de Habsburgo y el cardenal-infante Fernando de Austria. Fernando Martínez Láinez, Vientos de gloria, pp. 245-257. 127 En el original, «Gratz», «Hornio», «Veidmar» y «Slang». Gustav Horn, Bernardo de Sajonia-Weimar y Erik Klarson Slange fueron generales de la Liga Protestante en la batalla de Nördlingen. 128 Lovaina: ciudad de Bélgica. 129 Dunquerque: ciudad portuaria francesa, que desde el siglo xvi fue posesión de los Habsburgo españoles y fue base de operaciones corsarias. 130 En el original, «Fuenterabia». Ciudad española del país vasco, en la frontera con Francia. En julio de 1638 sufrió el asedio de las tropas francesas del rey Luis xiii, un cerco que resistió con éxito dos meses, hasta que llegó el socorro enviado por el rey español. Juan de Palafox, Sitio y socorro de Fuenterrabía y sucesos del año de 1638 . Cristiano desagravio y retractaciones | 68 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de Condé,131 mandome luego su majestad que pasase a la campaña dicha, y, no habiéndose congregado todavía gente, estando en último aprieto el valor de Domingo de Eguía132 para rendirse, por exhausto ya de apercibo y lo necesario, entré con el primer socorro de doscientos irlandeses a despecho de veinte y siete mil contrarios; adonde asistí con mi maestro en parte de las matemáticas, el padre Isasi133 de la Compañía, en las invenciones y artificios de fuego que se hacían, hasta la victoria. Y vuelto a la corte, mandome su majestad levantar en ella doscientos infantes y conducirlos a Barcelona, honrándome con cuatro conductos de capitanes y demás oficiales de guerra, dos hábitos para las personas que yo quería y seis mil y cuatrocientos escudos de ayuda de costa. Y en este tiempo recibí, en nombre de su majestad, la ardua y secreta embajada de los príncipes de mi católica patria; descifré y propuse la materia, y no pudiéndose resolver por los consejos de su majestad. Visto entonces los domésticos empeños, fue servido mandar [que] se me remitiese a mí a solas, para que en su real nombre lo deliberara con advertencia, que ni empeñara a su majestad en ello entonces, pues no pudiera acudir, ni desconsolara los católicos intentos de los dichos señores para que no desistiesen del designio pretendido. Como lo hice Enrique ii de Borbón-Condé (Saint-Jean-d’Angély 1588-París 1646): llamado «príncipe de Condé», comandó el ejército francés en Fuenterrabía por decisión del cardenal Richelieu, según lo cuenta Palafox, ibidem, pp. 363-364. 132 Domingo de Eguía (¿?-Madrid 1643) fue caballero de la Orden de Santiago, maestro de campo y gobernador de Fuenterrabía, cuyo valor se hizo proverbial durante el asedio de 1638. Jesús Antonio Cid, «Perfil de Domingo de Eguía...», pp. 147-165. 133 En el original, «Ysaci». Francisco de Isasi (Eibar 1605-Valencia 1650): jesuita que participó en la defensa de Fuenterrabía, donde «con grande cuidado asistió, no solo a lo espiritual, sino a la defensa de la Plaza». Juan de Palafox y Mendoza, op. cit., pp. 166-167. Escribió un tratado de arquitectura militar y fue titular de la cátedra De re militari del Colegio Imperial. Denis De Luca, Jesuits and fortifications, p. 141. 131 Cristiano desagravio y retractaciones | 69 | de don Guillén Lombardo y Guzmán con tal desvelo, que sin intervención de su majestad ni desconfianza de ellos, solo con mi política prevención y advertencia, pasaron a cuchillo el año siguiente cuarenta y siete mil herejes, sacudiendo el infesto yugo de la apostasía, cuya relación mandó imprimir en la ciudad de México, siendo virrey el señor don Juan de Palafox;134 y entonces su majestad, Dios le guarde, en cabeza del dicho embajador secreto (por lo que así convenía para ciertos empeños de su real servicio), me hizo merced de cuarenta y siete conductos de capitanes y de más oficiales de guerra, dos sargentías mayores, dos títulos de maese de campo, diez hábitos, cuarenta y cuatro mil escudos en plata de ayuda de costa, licencia de ropa de contrabando, dos mil escudos de ventaja en campaña, con los demás favores que remito a los decretos originales de su majestad, en la secretaría del señor don Fernando Ruiz de Contreras.135 Y las relaciones de dichos mis servicios y decretos reales de las demás mercedes están en la secretaría de Estado referida, en la de Rafael Cornejo,136 secretario del reino; en la de Francisco Gómez de Lasprilla,137 secretario de cámara; Juan de Palafox y Mendoza (Fitero 1600 -Osma 1659): consejero de Indias, obispo de Puebla de los Ángeles y de Osma, virrey de la Nueva España en 1642. La relación a la que se refiere Lombardo acaso sea el libro de Palafox sobre el cerco de Fuenterrabía. 135 Fernando Ruiz de Contreras, Marqués de la Lapilla, asistió como secretario de estado de Olivares a las bodas de la infanta María Teresa con Luis xiv. Luis Colomer, Arte y diplomacia de la monarquía hispánica en el siglo xvii, p. 74. 136 De Rafael Cornejo se sabe poco, excepto que «había comprado el oficio de secretario de las Cortes en 1603 por 18,000 ducados». Francisco Gil Martínez, «‹Que todo es regalía de su majestad›...», p. 325. 137 Francisco Gómez de Lasprilla era secretario a las órdenes del Consejo de Hacienda en 1635, según consta en un documento del Archivo General de Simancas. ags, Cjh-734 , Base de Datos Misión de Irlanda, 1405. También aparece otorgando licencia para imprimir el libro Historia de la Insigne Ciudad de Segovia y Compendio de la Historias de Castilla, de Diego de Colmenares, impreso en 1637. 134 Cristiano desagravio y retractaciones | 70 | de don Guillén Lombardo y Guzmán del señor secretario Pedro López de Calo,138 fiscal de la suprema de exenciones, papeles del señor conde duque y cédulas de su majestad a que me refiero. §4. Y en esta ocasión, a seis de enero del año de treinta y nueve, llegó aviso a su majestad, despachado de esta Nueva España por el señor marqués de Cadereyta,139 con siniestro informe, intimando que había en esta pacífica y leal ciudad adversos tumultuantes. Y tanto perturbó con esto al real ánimo, que se entendió que ya el reino había prevaricado. Mandome, por órdenes reclusas del señor conde duque y secretas instrucciones, que pasara a estos reinos, con todo recato y política disimulación, para que, si habían las disonancias tan vertidas, pidiese las órdenes remitidas al contador mayor de cuentas y regidor de México, Cristóbal de Molina,140 y la duplicada de ellas al escribano mayor del cabildo y ayuntamiento de esta ciudad, don Fernando Carrillo,141 para que presentara ante esta Real Audiencia los despachos y, no habiendo nada, se remitiesen con el recato recomendado, como se hizo; y que aguardara hasta nueva orden, atendiendo a las obligaciones confiadas y encargadas a mi desvelo, adonde estuPedro López de Calo: secretario y fiscal de la Real Junta de Ejecución del Consejo de su majestad, secretario de los proratos de Castilla y León, de la Orden de San Juan y Fiscal de la Junta de Guerra de su majestad. Marcus B. Burke y Peter Cherry, Collections of paintings in Madrid. 1601-1755, part 2, pp. 1656 y 1659. 139 Lope Díaz de Armendáriz, marqués de Cadereyta (Quito 1575-¿?): primer virrey criollo de la Nueva España, que gobernó entre 1635 y 1640. 140 Cristóbal de Molina fue un regidor de México, natural de Madrid, que según las actas de cabildo de la Ciudad de México, desempeñó diversas funciones en el Ayuntamiento desde 1635 hasta 1641, como contador, diputado o ejecutor. 141 De acuerdo con las actas de cabildo de la ciudad de México, Fernando Alfonso Carrillo fue escribano mayor en el ayuntamiento desde el septiembre de 1603, cuando murió su padre, hasta febrero de 1641, cuando él mismo falleció. Dio hospedaje a Guillén Lombardo en su casa y le pagó por educar a su hijo Sebastián Carrillo. 138 Cristiano desagravio y retractaciones | 71 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ve y obré conforme dichas órdenes, que no eran tan limitadas en esta parte, cuanto arbitrarias. Conocida mi fidelidad, celo, capacidad y vigilancia, guardando en todo aquel real sigilo inviolable, proveyendo su majestad, que Dios guarde, en apoyo y confirmación de mis proposiciones discernidas y avisos, sin discrepancia alguna, como parece por los originales allá, en su real cámara, y los afectos acá deliberados, y entonces me avisó el señor conde duque de cómo se me había hecho merced de título de marqués y que tenía guardado el decreto real. Y esperando ocasión para pasar a España, a gozar de los favores en premio de mis desvelos y méritos de mis antepasados, fui frustrado y preso por esta Inquisición de México, como se dirá. §5. Este principio presupuesto de mi querella criminal, sepan cuantos hay, fieles católicos cristianos como yo, el susodicho don Guillén Lombardo, hijo verdadero que soy y siempre he sido con mis progenitores, de nuestra santa madre Iglesia católica apostólica romana, habiendo sido ocho años y dos meses preso en esta Inquisición de México por las causas infra escritas, juzgándome como me juzgué agraviado, oprimido y desfamado con pretexto de religión de los señores inquisidores del dicho Santo Oficio con espontáneo ahogo, sin recurso a Dios nuestro Señor y al rey, que Dios guarde, y más recusando como recusé al dicho santo tribunal por causas que parecen excedentes conforme el derecho, según en ello se contiene, dejándolo a la censura más apasionada, de que juzgué así por mi católica pureza, como por los cargos (al parecer atento) insólidos que están a vista, que no solo fui injustamente preso, sino también oprimido y muerto con dilatado dolor en tan prolijo ahogo de tantos años, cuya seria atención dejo al católico juicio de todos. Y vista mi justicia años y más años prorrogada, determiné formar querella criminal co- Cristiano desagravio y retractaciones | 72 | de don Guillén Lombardo y Guzmán mo formé contra los dichos señores inquisidores, capitulando en ella los rigores, causas y accidentes que se ofrecían no solo en mi litigio, sino en otros, los que había oído y entendido, y acriminando en ella cuanto lo invectivo y circunstancias en mi sentido despertaban, pareciéndome no se debía guardar decoro, recato ni acatamiento en esta parte a los dichos señores inquisidores, ni a otra persona alguna capitulada conforme el rigor del derecho, como ni la guardó Marco Tulio Cicerón al gobernador de España Verres142 ni a otros ministros del Imperio Romano acusados. Más antes los anoté de tantos duelos cuantos pudo dictar en mí el propio sentimiento y mi furor precipitado, debiendo (quizá) atender a lo sublime sacro del sacerdocio, que en mis propias venas tengo embebecido, cuando no mirara a otra congruencia mayor (que no la hay). Y exarada143 mi querella, salí de la prisión, no por vía de fuga, como se vio por los efectos de intentar justicia, pues quien nunca transgresó [sic] los fueros de su conocimiento, nunca recelaba el rigor de su justicia, sino para postrarme a los pies reales de su majestad, y en su nombre real, a su primer ministro el excelentísimo señor virrey de esta Nueva España, a quien presenté la dicha mi querella a las tres de la mañana. Y no sabiendo entonces [que] estaba en este reino el señor visitador, ni que tenía visita con el señor obispo de Oaxaca,144 contra los dichos señores inquisidores, no presenté otro tanto de ella ante su señoría. Y cuando el día siguiente lo llegué a entender, antes Cayo Verres (120 a. C.-43 a. C.): político romano que gobernó en Sicilia como un tirano (no en España, como afirmaba Lombardo). Es famoso el proceso que Marco Tulio Cicerón hizo contra él por su corrupción. 143 Exarar: esculpir, grabar con punta de hierro en bronce, mármol o piedra para que sea permanente. Diccionario de autoridades. 144 En el original, «Guajaca». 142 Cristiano desagravio y retractaciones | 73 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que pude llegar a la exacción,145 fui otra vez preso por los señores inquisidores, hallando la querella con sobre escrito que decía «al señor visitador general de esta Nueva España, guarde Dios». Y por esta ignorancia no la presenté en la primera instancia ante jueces competentes que eran, para pedir justicia conforme mi deseo, sino al señor virrey, que representa la real persona, para que se remitiera a su majestad, que Dios guarde, y a sus consejos reales, con toda exacción, reconociendo (lo que dejo a todos) que, como era y es tan natural el intentar el desagravio y el alivio, no caía debajo de la censura de los dichos señores inquisidores, el acumular por causa el que yo buscase el amparo de mi rey y señor, por cuantas vías posibles se imaginan, aunque hubiera sido con desproporción mortal, de que están las leyes llenas en lo prescrito de ellas, y son superfluas ponderaciones. §6. Y como en esta consecuencia juzgué que el agravio entendido y sentido había de ser tan notorio, como lo era a mí el dolor, fijé sumariamente lo incluso de mi querella a lo público en varias partes, pidiendo amparo mientras hallara el recurso pretendido; y aunque todo esto nació de una parte de celo, fundamento, y de mucho y vehemente sentimiento, de otra parte nació de venganza y su deseo; que toda lid tiene esta apostema146 peligrosa. Con que lo que tiene en la ponderación de algunos culpa, tiene en la atención cristiana la disculpa; por cuanto si en ella argüí malicia, ella misma daba subsistencia a mi razón. Mas como nadie puede ser juez y parte en su propia causa (como ni yo lo fui), quiero ser ahora contra mí más querelloso que defensivo en lo que dije con- Exacción: acción y efecto de exigir impuestos, prestaciones, multas, deudas, etcétera. Cobro injusto y violento. 146 Apostema: absceso supurado. 145 Cristiano desagravio y retractaciones | 74 | de don Guillén Lombardo y Guzmán tra dichos los señores inquisidores, para arrepentirme en público, si erré notorio, que este es don del cielo a pocos concedido; para que el candor consiga más fama y gloria duplicada, cuando la impostura se retrata; que no obstante que el sol es puro y sus reflejos disipan toda contraposición obversa,147 a veces se acomete de una sombra y padece deliquios148 y desmayos tan opacos que escandaliza a los mortales que le miran. Juzgando que luz que ostentaba era fantástica y aparente toda, así los señores inquisidores, que siendo por su virtud, celo y cristiana atención mirados como soles, si sus visos se eclipsaron con las sombras, es bien que se disipen las tinieblas, para que iluminen con mayor blasón en adelante, cumpliéndose el adagio: post nubila Phoebus,149 sin que amago ofendido ofusque el fulgor acreditado, ni ofenda la hermosura la competencia tenebrosa. §7. En este sentimiento, imitando a las columnas de la Iglesia: el gran padre san Agustín,150 san Jerónimo,151 al cardenal famoso Belarmino,152 Barclay,153 Mirandulano154 y al gran duque Obverso: palabra portuguesa para decir «adverso». Deliquio: desmayo, desvanecimiento del cuerpo, con suspensión de los sentidos. Del latín Deliquium. Diccionario de autoridades. 149 «Después de las tinieblas, la luz». Dicho popular. 150 San Agustín de Hipona (Tagaste 354-Hipona 430): padre de la Iglesia, autor de La ciudad de Dios y las Confesiones, entre muchas otras obras. 151 En el original, «Gerónimo». San Jerónimo (Estridón 340-Belén 420): padre de la Iglesia que hizo la edición Vulgata de la Biblia, traduciendo al latín los textos originales. 152 Roberto Belarmino (Montepulciano 1542-Roma 1621): jesuita e inquisidor que dirigió los procesos contra Bruno y Galilei, a los que ofreció la oportunidad de evitar la muerte, a cambio de su retractación. 153 En el original «Barclayo». John Barclay (Lorraine 1582-Roma 1621): poeta y satirista escocés, alumno de los jesuitas y admirado por Baltazar Gracián. Autor de Argenis. 154 Juan Francisco Mirandulano, o Pico de la Mirandola (Mirandola 1463-Florencia 1494): humanista italiano, estudioso de las lenguas y de la cábala. Conocido por sus Conclusiones philosophicae, cabalisticae et teologhicae, que le valieron la censura de 147 148 Cristiano desagravio y retractaciones | 75 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de Aquitania,155 que a la misma sede apostólica hizo guerra, y otros varones esclarecidos que se precipitaron mordaces y se retractaron advertidos, con mayor honra de los que habían acriminado, movido del ejemplo (no obstante de que sentí agravio), salgo, por el tenor de mi presente obra, a retractar lo criminoso de mi querella extra lite:156 restituyendo la fama de los señores inquisidores, sacerdotes y ministros sublimados en su celo; apartando todo rencor, veneno y pasado sentimiento de una y otra parte, por cuanto los señores, como fieles cristianos que son, y lo blasonan, no pueden ni pretenden conocer de agravios que imaginan, porque a hacerlo quedará siempre el derecho a todos, y fueran inválidas retractaciones, por ser en toda ley dispuesta la defensa en el mejor derecho ante jueces competentes y diferida la justicia. Ni yo quiero acriminar su fama más, en jurídico conocer, sino antes desistir de mi querella, revocando las censuras que en ella y mis edictos ponderé gravosos; que en esto, siendo seglar, hago lo que otros no hicieran (quizá) siendo sacerdotes, que están más obligados al ejemplo, paz y reprimir impulsos y agravios, en cuyo pecho no se debe alojar ninguna vengativa chispa, sino amor cristiano. Y como vencido del benigno menosprecio del agravio, que los dichos señores pudieran imaginar les hice, perdonando en todo mis tropiezos tan humanos, como sabios y discretos, que no se admiran de las pronas157 disonancias, sino que las disculpan, la iglesia. Méndez Plancarte advierte en Lombardo una influencia del pensamiento de Pico. 155 Guillermo de Poitiers (1071-1126): noveno duque de Aquitania, que participó en la cruzada de 1101 y es considerado el primer trovador. La Iglesia lo amenazó con excomunión cuando marchó con un ejército para recuperar el dominio de Tolouse. 156 «Desde la diferencia». 157 Prono: muy inclinado hacia algo. Cristiano desagravio y retractaciones | 76 | de don Guillén Lombardo y Guzmán vuelvo a patrocinar lo que había censurado, sin que padezca su honor ilustre, para cuyo cumplimiento pondré los motivos por donde agravié su nombre, porque se vea que ni exempli flexos158 como bruto, ni dejé de comentarlos como hombre; y luego pongo los descargos y disculpas que pude advertir sinceros, antes de increparlos ignorante, si me guiara con prudencia; mas ¿quién no yerra?, y más el deslumbrado. §8. Y porque el mundo oiga mi dolor, atienda que si he seguido a David errante, procuraré seguirlo penitente; ni tenga nadie vergüenza de restituir la fama, si no tuvo empacho de arrojar la afrenta; y quien de Dios intenta perdón, ha de perdonar; y si pretende nuestra vida gloria, ha de pasar por voluntaria pena. Y sabe Dios mi ternura cuando esto iba escribiendo, y sepa el mundo que Dios permite tales disonancias para que, con ejemplar de uno, retractando sus delirios y civiles guerras, obren todos de esa suerte, restituyendo agravios; de otra manera, peligra el salvarse. Y lo que su majestad y sus consejos pudieran haberse admirado del efecto, ahora podrán enternecerse en la acción. Para que todos vivan tímidos, como si por momentos habían de morir ciertos, y dar cuenta en aquel justo y vigoroso solio; ni nadie tenga en mí por afrentoso el retractarme, y si lo tuvieren no serán honrados ante Dios, porque yo tengo por mayor afrenta vivir en discordia, rencor y veneno, sin recelo de las justas iras, que no tardan, aunque se suspenden, y es el mayor castigo, que no por esto me confundo en ignominias, sino antes enriquezco famas, y más vale peligrar la mía, que no [la] de sacerdotes. Y pues cada día acontecen querellas de pasión, 158 «Ejemplo para los que se doblegan». En el original dice, «esempi flegros». Cristiano desagravio y retractaciones | 77 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de alzamientos, vituperios, talaciones,159 odios, tachas y fantásticas venganzas; si yo soy el primero que retracto, no soy el primero que cometo, y vale más padecer el arpón del pecador que no la saeta del solo justo; así tocará Dios a todos en restituir lo despojado, que así no hubiera pecado. Yo me desengaño, detesto de los ludibrios160 de esta frágil vida. Morir es cierto, y antes que me llames, Señor, ante ti, procuraré en todo confesar mis yerros: perdona mis ignorancias, tú, que todo aciertas; que pues los hombres siendo brutos vengativos, a veces se perdonan, tú, siendo tan clemente, nunca destituyes a quien te llama con el alma, pesaroso de haberte ofendido a ti y a los hombres; tú, con un «pequé», quedas, Señor, satisfecho, y no te vengas, y el hombre con la sangre ni la vida está aún contento; mira mis flaquezas y acuérdate que in iniquitatibus conceptus sum, et in peccatis concepit me mater mea.161 Y pues sabes los motivos con que acriminé tus siervos, me dictes sus disculpas para que el mundo vea: si el uno nació de celo, ignorancia y de malicia, el otro nace de candor cristiano. §9. Y antes que comience los motivos dichos, atiendan los discretos, que toda acusación criminal contiene cuanta fuerza la malicia fraguar puede, habiendo para ella algún amago y fundamento, sin que en ella se explique ningún candor. Pues todo agravio y pasión consigo trae esta vehemencia, y luego el candor cristiano, que dispensa en los agravios y solícita paz, honra y más perfecta virtud, explica a bien lo que atribuyó a mal. Que si esta sinceridad se guardara entre todos, nunca nadie pade- Talación: acción de talar. Ludibrio: burla, mofa, desprecio o escarnio. Diccionario de autoridades. 161 «Fui concebido desde el pecado, y en pecado me concibió mi madre». Salmo 51, 7. 159 160 Cristiano desagravio y retractaciones | 78 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ciera agravio, violencia ni afrenta, ni hubiera tantas controversias ventiladas en este ni en otros tribunales, pues explican los hombres a mala parte, lo que no tiene haberes en la malicia camino. Para ello, menos en la cristiana atención y pías, y como todas nuestras acciones tienen acto y potencia, que es imperfección y perfección, nace que con la verdad se mezcla el engaño y muchas veces el engaño solo predomina, como más pronos que somos a la malicia, con que dichos mis capítulos de mi querella tienen acto y potencia, como tiene todo lo humano. Asimismo, el noble entendimiento sabe, y el capaz, que un agravio, no solo formal sino imaginado, en sí encierra veneno vengativo, conforme somos tan humanos, sensibles y proclivos al despeño del dolor, de donde nadie se admire (pues los mismos señores inquisidores lo asientan) que yo obrara como otros obran, y por los mismos filos, teniendo tanta ocasión y sin recurso a la justicia, sintiéndome en opresión de tantos duelos, por más que mi paciencia, convencía (a mi ver) y la razón. Mas como yo no soy juez de mi causa, por apasionado mío, ni dichos señores lo son tampoco, la dejo a Dios y a los hombres de cristiano apoyo, si fuera puesta en las censuras de ellos. Y como en el católico pecho debe reinar la paz y desterrarse la discordia, el odio, la venganza y la malicia, vista la bondad, rectitud y la cristiana humanidad de los dichos señores, como el mundo verá en los efectos, culpo de una parte mi querella; y de la otra, me parece que el mismo cielo me disculpa, pues salime como destituido de humano abrigo, a buscar de un rey cristiano el patrocinio y su justicia, como huérfano que soy, y su pupilo desde mi niñez, desterrado de mi casa y patria por defender la fe y la corona de su majestad. Y como dicho santo tribunal es pastor cuidadoso, volviome al rebaño como se dirá, para que (quizá) me amparara con amor paterno, y yo también volviera a revocar mis quejas; Cristiano desagravio y retractaciones | 79 | de don Guillén Lombardo y Guzmán porque disuena verdaderamente a tantos, y tan nobles caballeros, que nadie (mucho menos yo) tenga de qué litigar opuesto a la justificación que se intima. Los cargos pongo míos y los que puse contra los señores inquisidores y donde ponderé con peso criminal daré la causa y desharé la culpa imputada, porque el honor no peligre en censuras más ajenas de las que hasta ahora ha sido apadrinado. Y esto así, notado con atención tan seria, advierta lo que prescribe Herodiano Griego162 sobre el texto del famoso Solón163 [texto ilegible].164 Con este preludio y salva, entraré en los motivos de la dicha mi querella: y el primero fue, en que fundé la causa intrínseca de mi prisión, al haber escrito ciertas cláusulas a su majestad como se sigue. §10. Es verdad que cuando el dicho Santo Oficio de México hizo la prisión grande de portugueses, a trece de junio del año de cuarenta y dos, escribí a su majestad, que Dios guarde, conforme consta por los originales en su real secreta, y remitidas por diversas vías, muchas duplicadas de este pliego: una fue por vía de esta Inquisición de México, que llevó y entregó Sebastián de Almeyda,165 en el cual había una cláusula por vía de recuerdo que decía cómo estaban presos dichos portugueses por el delito de judaísmo, y era la gente más poderosa del reino que susten- Herodiano (ca. 178-252): historiador romano, originario de Grecia, autor de Historia romana. 163 Solón (638 a. C.-558 a. C.): poeta, filósofo y político ateniense. 164 Lo que pareciera un texto en griego es, al parecer, una adaptación de vocablos latinos al alfabeto griego, aunque el resultado es ilegible. (Nota de Olivia Isidro.) Puede tratarse, también, de un mensaje cifrado, si consideramos que entre sus papeles se encontraron algunos ensayos de escritura criptográfica, basada en la sustitución de las letras castellanas por diversos alfabetos inventados. 165 Sebastián de Almeyda era «guardia del agua» de la ciudad desde 1603, según las actas de cabildo de la Ciudad de México. 162 Cristiano desagravio y retractaciones | 80 | de don Guillén Lombardo y Guzmán taba el comercio; que si era verdad que estaban convencidos del delito, fuese servido su majestad mandar se despachasen luego, porque no se consumiera el tesoro confiscado con pretexto de retardados, pues era necesario para los socorros reales; y si no lo eran, seguía el mismo inconveniente, pues el comercio estaba exhausto en ellos y los derechos reales atenuados, así que de cualquier camino parecía conveniente fuesen despachados. Y aunque en mi querella dije que este era el motivo oculto porque dicha Inquisición me prendió, no era el motivo que se me dio de mi prisión, sino el que diré luego (que parece aun fue menos). Fundeme en decir que esa fue la causa oculta, por cuanto, siendo llamado al tribunal para el discurso de vida y preguntado si sabía la causa de mi prisión, y respondiendo que no, el señor inquisidor Argos me dio a entender que impedía el recto y libre ejercicio del tribunal, diciendo no había escrito a su majestad de que anoté a los señores inquisidores de grande felonía, pareciéndome por dicha razón habían abierto y retenido el pliego de su majestad. Siendo así, que aunque el fundamento parece líquido,166 pude engañarme en esto y ser juicio temerario mío el entenderlo así, pues pudo Felipe Méndez167 informarle de la cláusula, que por alguna vía lo entendiese de mis papeles, que estaban a veces a la vista suya; que no se debe presumir que ministros semejantes habían de increpar aviso tan leal, ni sondear secretos, habiendo de por medio tal delito como abrir pliego real y en incurrir de más de eso en la excomunión de la bula 166 167 «Líquido» se usa en el sentido de «claro» o «transparente». Felipe Méndez Ortiz: capitán español, natural de Espinosa de los Monteros, que «había servido a Su Majestad en los estados de Flandes». El 26 de octubre de 1642 presentó denuncia contra Guillén Lombardo y el 27 fue llamado a dar declaración. Luis González Obregón, op. cit., p. 78. Cristiano desagravio y retractaciones | 81 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Canae Domini,168 que no ignorarían. Y las acciones referidas en mi querella, que digo hizo el señor inquisidor don Francisco de Estrada, no sería por revelar el inquisidor Argos el motivo, según he ponderado, sino por salir de la materia que se preguntaba; que es ordinario en personas advertidas el ir a la mano a otra, cuando se divierte fuera del propósito; ex leg Manilia, pro Reg Deioth, est ex leg Aquilia in Philip,169 etcétera. §11. A veinte y seis del mes de octubre del año de cuarenta y dos, a media noche (que ponderé por malo) fui preso, en virtud de una simple deposición de un Felipe Méndez, español, que el día antes había depuesto, según constó por la fecha, que me había oído mandar a un indio ciego tomar una yerba bebida que llaman peyote,170 para saber (dice) si había de ser virrey. Esta fue la causa en cuya virtud sola el Santo Oficio me prendió, sin tener otra alguna que pudiese adjudicarse, como en ella se contiene. Y de la otra deposición del dicho Méndez, diré en su lugar Tal vez Lombardo se refiere a In coena Domini, la bula atribuída al papa Bonifacio viii, que diversas monarquías prohibieron porque vulneraba la autoridad real. La bula amenazaba con excomunión a los herejes, a los piratas, a los que impusieran tributos sin autorización papal, a los que cometieran violencia contra los eclesiásticos o quisieran juzgarlos en tribunales civiles. Al parecer, Lombardo la interpretaba al revés, como si prohibiera a los sacerdotes interferir en asuntos ajenos a la iglesia. 169 «La ley Manilia por el rey Deion es la ley Aquilia en Filipo». De acuerdo con el contexto, podría interpretarse como «lo que una ley es para uno, para otro es otra cosa». La ley Manilia fue establecida en el año 66 a. C. para otorgar a Pompeyo el mando de los ejércitos romanos y fue defendida por Cicerón. La ley Aquilia es una ley romana del siglo iii a. C. que establecía una indemnización en caso de que alguien dañara los bienes de otro. 170 Por un edicto de fe de 1620, la Inquisición prohibió públicamente el uso de «la yerba o raíz llamada peyote», pero toleraba su uso entre los indígenas. Aunque los cristianos no comieran directamente la planta, el edicto condenaba también a aquellos que la hicieran comer a los indios con fines mágicos. Solange Alberro, Inquisición y sociedad en México 1571-1700, p. 82. 168 Cristiano desagravio y retractaciones | 82 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que no tocaba tampoco al Santo Oficio; a este testigo no taché en mi querella de inducido, por cuanto fue espontáneo. Mas juzgo que convencí en mis respuestas a este cargo que no solo no pude ser preso por la dicha causa, sino que injustamente fui oprimido; lo primero, por no ser causa que tocaba a la fe, por la ley del cap. in haeres;171 lo segundo, por ser deposición simple en materia aliena [sic] y repugnante, y preso contra lo dispuesto por la ley Aquilia y las leyes de la partida;172 item,173 por ser absurdo, en que no pudo caer en su crédito persona de mis letras, según dispone el derecho citado; item, por ser falsa tal virtud y repugnante en dicha yerba; por nulo testigo singular cuando fuera su deposición de cosa verosímil y entidad; por no tocar al tribunal el reconocimiento de la causa, caso negado fuese así, si por lo citado del capitán por cuya causa estaba recusado ex natura rei174 según derecho; item, por ser dicho Méndez hombre vil y estragado, y como tal castigado de Dios que le privó una noche del uso de ambas manos, dejándole tullido. Que así quedó dispuesto por el católico senado el Consejo Real de su majestad, en favor de la señora marquesa de Alcañices, presa sobre corregir a tres criadas suyas de servicio servil, conforme la partida, que por ser personas bajas, aunque contestes,175 no bastaban para dar motivo a la prisión que se hizo contra la di- «Hacer cabeza entre los herederos». Ley que establecía la prioridad en el reparto de una herencia entre los herederos. 172 Se refiere a las leyes de las Siete Partidas, establecidas por el rey Alfonso el Sabio para el reino de Castilla. 173 Latín para «ítem»: cada uno de los artículos o capítulos de que consta una escritura u otro instrumento. Cada uno de los elementos que forman parte de un conjunto de datos. 174 «Por la naturaleza de las cosas». 175 Conteste: el testigo que declara sin discrepar en nada lo mismo que ha declarado otro, sin variar en el hecho ni en sus circunstancias. Diccionario de autoridades. 171 Cristiano desagravio y retractaciones | 83 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cha marquesa, por cuyas causas dije, en dicha mi querella, que fui preso injusta y alevosamente con rencor, odio y venganza de los señores, sin apariencia, causa, verdad ni amago de ella; item, les acriminé de heréticos por esa prisión, por parecerme herejía pretender y dar pretexto de fe a donde no le había, incurriendo en la censura de censurantes; item, por dar crédito (a mi parecer) que dicha yerba tenía, o tiene, virtud para saber lo futuro que implica; y por las demás causas que alego en mi proceso, todas a mi parecer demostrativas en nuestra santa fe. §13. Después fue llamado el indio,176 según consta y confiesa el dicho santo tribunal, al cual llamé en mi querella testigo inducido, por parecerme había de ser llamado antes de ser yo preso para tener forma de testigo y más en materia tan ridícula; el cual depone que había ocho meses poco más o menos antes de mi prisión, que estando con un pleito contra cierta justicia, viviendo yo en las casas de cabildo, le dije un día que bebiese dicha yerba para saber (dice) si se había muerto una dama en España y si me venía algún oficio; y que le mandé pedir dinero, la compró, se lo molí y se lo di a beber; y estando recogido en una sala de noche, oyendo que yo había salido, lo derramó y no lo bebió, pero que al día siguiente me dijo que sí, y lo que le vino a la memoria por tenerme (dice) miedo. Y en otra forma de este cargo dice la bebió y estaba en vela toda la noche encomendándose a Dios, y no vio más que una penosa noche, pero que me dijo a mí lo que se le vino a la boca y que la bebió en mi presencia; y encontrándole algunos días después en la calle, le requerí 176 Aunque Lombardo no lo nombra en todo su Cristiano desagravio, se trata del ciego Ignacio Fernándo Pérez, indígena principal de San Martín Acamixtlahuacan, quien rindió declaración ante el Santo Oficio el 29 de octubre de 1642. Cristiano desagravio y retractaciones | 84 | de don Guillén Lombardo y Guzmán diciendo: «tú no debías de haber bebido aquello» y «me engañaste», como no había visto yo efecto (dice) de lo que él me dijo; y él respondió que sí, y se fue a su tierra, y no me vio más. Por este cargo, al parecer convencido por fe católica y el derecho, antes que fuese necesario responder a ello, traté a los señores inquisidores de hombres facinerosos, seductores del derecho y de la justicia, por matarme con tales pretextos (al parecer) nunca vistos en audiencia; ni rencor, presupuestos semejantes cargos, acrimineles también de aleves, por la muerte que me daban con espontáneo fraude, según me parecía, pues están convencidos estos dos testigos, por su misma boca, de falsos: por cuanto Felipe Méndez dice en su deposición que cuatro días antes de mi prisión, viviendo yo en las casas de los Carriones, me había oído mandar al dicho indio que bebiese la yerba, y no pudo ser menos esta su falsa deposición, porque era el tiempo breve en que me conoció y en que yo me mudé a las dichas casas, en que trabó plática conmigo; y el dicho indio dice que no, sino ocho meses antes, viviendo yo en las casas de cabildo. Y traje la historia de Susana177 sobre este caso, alegando por fe la falsedad, con el ejemplo de los jueces que fueron justamente condenados a muerte por varios y falsos en solo una circunstancia, que era del lugar: diciendo uno que la había visto cometer adulterio debajo de un pino y el otro, de un lentisco. Y estos quedan falsos por fe católica,178 por dos circunstancias forzosas: una del luEste episodio bíblico está narrado en Daniel 13, 1-64. Susana había sido condenada a muerte, acusada por dos viejos que juraban haberla visto bajo un árbol, pecando con un joven. Antes de cumplirse la sentencia, un hombre llamado Daniel detuvo el proceso y preguntó a los dos viejos, por separado, bajo qué árbol habían visto a Susana pecando. «Bajo una acacia», dijo uno; «bajo una encina», dijo el otro. Ante la evidente mentira de ambos, el pueblo los condenó a muerte y Susana fue declarada inocente. 178 Se entiende ahora la alusión de Lombardo a la historia de Susana: al mostrar que el testimonio de los viejos era contradictorio, Daniel había invalidado su acusación; 177 Cristiano desagravio y retractaciones | 85 | de don Guillén Lombardo y Guzmán gar, de dos casas tan distintas; otra del tiempo, de ocho meses y cuatro días, por cuya causa acusé en mi querella a los dichos señores de heréticos, que niegan la Sacra Biblia, por parecerme no daban lo uno y lo otro por verdad convencido. Item, por intentar verificar dos contradictorios; item, por dar cargos de fe que parece no lo eran, y siendo repugnantes in rerum natura;179 y por ver que dicho indio está condenado por sus mismas contradicciones: dice [que] lo bebió y dice que no; dice [que] en mi presencia y dice que no; por cuanto le había requerido que no lo bebió y me engañó, lo cual no pudo ser si lo bebiera en mi presencia. Item, argüí a los dichos señores en mi querella de malévolos, incapaces y excomulgados, por cuanto juzgué vistas (a mi ver) las causas aparentes de mi prisión y muerte: que fui preso injustamente e incurrieron en ello excomunión, y por rencor; y porque daban por testigo a un indio ciego, bárbaro, dado por incapaz de quien no conoce dicho tribunal ni fe por bula apostólica. Item, por cuanto yo no conocía jurisdicción en ese tribunal, por ejemplo que soy, por bula Hyberni Constantissime fide;180 item, por entender que daban crédito que puede haber virtud intrínseca o extrínseca en dicha yerba ni otra para saber lo venidero ni presente, pues no tiene ni acción para los pactos que se vierten ni pasión para la imaginativa y todo es fingida tradición de los indios repugnante. Y aunque al parecer del mundo estas causas eran consistentes, y que lo son, para argüir a cualquiera de estas censuras, bien se deja entender que no incurri- de igual manera, la acusación de Felipe Méndez y del indio Ignacio Fernando deberían invalidarse, pues su testimonio era contradictorio, tanto en el lugar como en la fecha de los hechos. 179 «En la naturaleza de las cosas». 180 «Para Irlanda por la fe de Constantino». No se pudo localizar la menor referencia a esta bula. Acaso Lombardo había olvidado el nombre correcto, acaso lo inventaba. Cristiano desagravio y retractaciones | 86 | de don Guillén Lombardo y Guzmán rían los dichos señores inquisidores en nada de ellas, in foro interiori,181 como católicos cristianos, ni ignorarían las evidencias vistas, ni negarían la Sacra Biblia ni la paridad, ni darían crédito a lo que ver repugna, ni ignorarían la materia inconsistente de la prisión, ni las contradicciones y absurdos de los dichos, ni lo afijarían por cargo de fe definitivo, ni incurrirían en las desproporciones ponderadas mías, ni mostrarían a las bulas alegadas objeción ni contumacia;182 ello lo dice, la invección [sic] fue como de injuriado, vel imaginatio fuit in levibus,183 conque quede por más celoso, apasionado y disparatado mi apoyo, que por advertido: et loc. in. cap. de. fid. et potest ad lib.184 §14. A Juan Méndez Villaviciosa185 llamé testigo inducido por la dicha razón de ser llamado y examinado después de preso yo, sin ninguna citación de parte.186 Y llamé a todos estos contra tiempo y forma examinados por lo dicho. El cual depuso en el mes de diciembre, después de preso yo, que le había dado un papel escrito con una invocación mental a un personaje de «En el fuero interior», es decir, en la conciencia. Contumacia: tenacidad y dureza de ánimo en mantener con tesón y rebeldía el propio dictamen o resolución. Diccionario de autoridades. 183 «O bien la imaginación estuvo en las frivolidades». 184 Debe decir: et loc in cap. De fides potest ad lib.: «se localiza en el capítulo en el libro Del poder de la fe». 185 Juan Méndez Villaviciosa era un judío portugués, de oficio mercader, que solía visitar la casa de Simón Váez Sevilla, donde se reunían los portugueses de la Ciudad de México. 186 Citar a los testigos después de que el reo había sido arrestado era una práctica habitual del proceso inquisitivo del Santo Oficio. O bien Lombardo desconocía el proceso, o bien estaba negando la validez de ese procedimiento específico. Lo primero parece poco probable, pues Lombardo contaba con abogados defensores: Martínez de Cepeda y García Palacios. Lo segundo implicaría que Lombardo desaprobaba, consciente o inconscientemente, los principios del tribunal, con lo cual se expuso a ser acusado de herejía. 181 182 Cristiano desagravio y retractaciones | 87 | de don Guillén Lombardo y Guzmán las tinieblas, para curarle la impotencia que dice él tenía, y los demás delirios de novela que refiere. Convencí patente que en mi vida hablé a tal hombre ni le di jamás papel, sino a Simón Váez,187 que fue secreto medicinal, el cual lo declaró así. Por este cargo, argüí en dicha mi querella a los señores inquisidores de heréticos (no me pareciendo leves fundamentos sino claros), juzgando (pues lo dan por cargo) que creían que pudo tener verdad sin implicancia a parte rei188 lo uno, y lo otro en la fe católica que creemos; porque es de fe que los conceptos internos y mentales no pueden ser inteligibles a personajes ni a ninguna pura criatura, sino es a solo Dios inmenso, según el real profeta scrutans renes et corda Deus, psal. 8 y 18 ,189 y por las demás autoridades de fe alegadas en el proceso a este cargo. Item, por parecerme que daban crédito a cargo que implicaba y implica [sic] de potencia absoluta en la verdad, cómo una cosa mental pudiese darse por escrito quedando mental, ni a la contra. Item, por parecerme hacían quimeras (que llama la filosofía esenciales, verdaderas y quidditativas [sic]) con lo dicho; item, por dar materia que repugna en lo absoluto por cargo, y de su crédito. Item, les acusé de excomulgados por el Concilio Simón Váez Sevilla (Santiago de Castilla 1598-¿?): mercader portugués que llegó a México en 1614, iniciando una red comercial que abarcaba desde Italia hasta Perú. Casado con Juana Enríquez, a partir de 1620 fue el líder visible de los portugueses en México. Arrestado el 13 de julio de 1642, fue reconciliado junto con su esposa en el auto de fe de 1649. Eva Alexandra Uchmany, «Simón Váez Sevilla», pp. 67-93. Se ignora la fecha de su muerte, pero en 1667 Simón Váez todavía luchaba ante el Real Fisco del Tribunal de Madrid para recuperar sus bienes. ahn, Inquisición, 4808, exp. 8. 188 Expresión utilizada por la filosofía escolástica para decir que algo existe «Según su propia naturaleza», según la naturaleza de la cosa, y no según el entendimiento (lo que se llamaría «secundum intellectum»). 189 Debe decir: Scrutans corda, et renes Deus: «Dios escruta el corazón y los riñones». Salmo 7, 10 y Salmo 17, 3. 187 Cristiano desagravio y retractaciones | 88 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Décimo Sexto Toledano,190 que veda que se traigan por testigos a judíos contra los católicos notorios, sino en casos de la ley, y los señores confiesan que dicho Méndez es judío;191 y por las bulas apostólicas y autoridad de san León Magno papa,192 eximido de poder ser testigo, todo lo cual admite de una parte acción y de otra parte pasión. Y se concibe bien que dichos los señores inquisidores no fomentarían estos ahogos en su pecho, ni ignorarían que ese cargo estaba repelido por fantástico a la vista luego y repugnante, ni darían ascenso a lo mental que pudiera ser inteligible, ni ignorarían (como teólogos) que implicaba de absoluto aquel bruto desvarío de hombre rudo y lego; ni dejarían de invalidar al judío por incapaz, sino antes harían justo escarnio de los delirios y creerían, como puros y católicos cristianos, en todo cuanto enseña nuestra santa madre Iglesia, como yo. Y todo sería como fue, aprehensión y dolor mío, y me afijo en el derecho de comprob. y en Concil. del cap. sup. nullit.193 §15. A Francisco del Corral llamé testigo inducido por lo dicho en mi querella. El cual depuso que le había convidado a merendar y le mandé servir con vajilla de oro y con manjares tan exqui- Concilio realizado en el año 693 en la ciudad de Toledo, donde se discutió, entre otros asuntos, sobre los judíos conversos y sobre los que judaizaban después de ser bautizados. Félix Amat, Tratado de la Iglesia de Jesucristo o Historia eclesiástica, tomo viii, pp. 387-389. 191 Con esta descalificación, más que expresar una condena hacia los judíos, Lombardo quiere evidenciar una contradicción del tribunal, que por un lado persigue a los sospechosos de judaizar, pero por el otro acepta, cuando le conviene, el testimonio de uno de ellos, como Méndez Villaviciosa. 192 Leon i el Magno (Toscana 390 -Roma 461): papa de la iglesia desde el año 440 hasta su muerte. Combatió el maniqueísmo, el priscilianismo y el pelagianismo. 193 «Comprobado en el Concilio en el capítulo sobre nulidad». 190 Cristiano desagravio y retractaciones | 89 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sitos que no se hallaban en estos reinos, y que le había jurado que la noche antes habían venido de mi casa y patria, y que era verdad (dice) por cuanto él vio en el fondo de los vasos unos caracteres en cuya virtud se obraba aquel portento grande; y los demás engaños convencidos, que no hacen a propósito; y que vio una firma de su majestad entre mis papeles que no le parecía cierta, por haber sido él alférez. En mi respuesta a este cargo, remitía a don Manuel de Pedraza y Guzmán, que estaba presente, que declarase este encanto, y si jamás había convidado a semejante hombre, ni si tenía casa para formar las cuchilladas de la ley del duelo que el espurio fraguó, siendo yo el mayor enemigo de ella; y acoté con su propia testificación de los caracteres fingidos en los vasos y no respondí entonces a lo de la firma, por no ser materia de dicho tribunal, mas que reírme del engaño, porque las firmas que pudo ver en mi escritorio, sobre un bufete a vista del mundo, eran cédulas de su majestad en relación de mis méritos y mercedes de hábito a don Sebastián Carrillo duplicadas, y cartas del señor conde duque y del señor conde de Castrillo194 y otras personas de la corte a que me remito. Por este cargo, argüí a los señores inquisidores de heréticos y sustentáculos195 de errores e ignorantes en mi querella, por juzgar eran crédulos de este y semejantes yerros (pues lo daban por cargo), intimando que hay caracteres, cifras ni enredos de virtud alguna, para bien ni mal; lo cual condena por estúpida locura en sus novelas Cervantes, siendo hombre lego y no versado en las ciencias como Bernardino González de Avellaneda (Valverde 1544-Madrid 1629): conde de Castrillo, capitán general de la flota de mar Océano y presidente de la Casa de Contratación de Indias durante los reinados de Felipe ii, Felipe iii y Felipe iv. 195 Sustentáculo: apoyo o sostén de algo. 194 Cristiano desagravio y retractaciones | 90 | de don Guillén Lombardo y Guzmán yo, abstrusas,196 y doña María de Sayas,197 siendo mujer, como si hubiera penetrado los arcanos de la sabiduría a muchos tan ignota. Pues no tiene el hombre, ni los espíritus malignos, poder para dar virtud preternatural a cosa material ninguna, que esta potencia a solo Dios es permitida, que dio al cayado de Moisés esta virtud y al báculo de Jesús de San Patricio para obrar portentos en su santo nombre. Por cuya causa colegí, en mi parecer, que igualaban la potencia creada con la divina en semejante extremo; y por los mismos visos condené encantos, transformaciones, hechizos y otros embustes, como todo falso y sustentado de gente incapaz, que dan a entender que lo saben por estafar a ignorantes, atribuyendo efectos naturales al arte nigromántica que no hay. Como las curiosidades del muy insigne don Juan de Espina,198 siendo todo por la magia natural, hidráulica, óptica y perspectiva, de los varones grandes solo sabidas con mucho estudio, gasto de hacienda y tiempo. Para saber la eminente, según Boecio:199 Magia naturalis est omnium scientiarum apex, et celsitudo; et preternaturalis stupida ignorantium sententia, cuius non est ratio, virtus, aut invocatio in rerum natura utpote extincta.200 Argüí también a los señores Abstruso: de difícil comprensión. María de Zayas Sotomayor (Madrid 1590 -¿1661?): novelista española del Siglo de Oro, autora de novelas cortesanas de gran éxito. 198 Juan de Espina (Madrid 1563-1643): erudito, coleccionista y músico; reunió en su casa de Madrid un museo de curiosidades y artilugios mecánicos que le dio fama de nigromante. Según Quevedo, Espina tocaba la lira con «la verdad de la ciencia». Citado por Emilio Cotarelo y Mori, Don Juan de Espina, p. 12. 199 En el original, «Boetio». Severino Boecio (Roma 480 -Pavia 524): filósofo romano, autor de Consolatio philosophiae. 200 «La Magia natural es la cima y grandeza de todas las ciencias; la preternatural es una necia sentencia de ignorantes, de la que no hay razón, virtud o invocación de los asuntos de la naturaleza puesto que está extinta». No se encontró la fuente de esta cita atribuida a Boecio. En la época circulaba un libro de Giovanni Battista 196 197 Cristiano desagravio y retractaciones | 91 | de don Guillén Lombardo y Guzmán inquisidores de negativos de lo invisible, per ea que visibilia sunt (dice el apóstol) ad invisibilia ducimur ;201 por cuanto me parecía no creían que lo visible del cargo estaba convencido; pues alega caracteres en los vasos, los cuales tenían los señores, y no vieron ni rasguños, de que se infiere que quien niega lo visible, que está patente, mejor negara lo invisible, que no se ve. Y la merienda eran conservas y aguardientes202 que por lo exquisito dijo [que] no se hallaban en este reino, sino que eran necesarios caracteres del cielo para traerlas de España. Más bien se deja entender ahora que los señores inquisidores eran y son capaces en las divinas y humanas letras, y que reconocían que el cargo implicaba y el testigo condenaba a sí mismo, por lo que alegaba y testificaba; y no negarían lo visible de ello, ni por consiguiente lo invisible, ni ignoraban lo que prescribe el derecho en ser inválido testigo singular y en materia tan absurda, repugnante y convencida por naturaleza y contradicción propia; ni dejarían de penetrar si debían de reprender tales testigos, aunque no fuesen inducidos como no lo serían, sino llamados, y por decir algo, dijeron fantasías locas que no tienen más esencia que la ficción de la idea. Y pues los señores son cristianos y prudentes, disculpen mi dolor y mi aprehensión, que yo disculpo su atención e increpo mi impaciencia, y revoco cualquier censura mía, sin deliberado juicio, opuesta a su cristiana profesión sin aprobado fundamento; que esto pudo nacer en mí, de dos causas, la una sensible y la otra Prata, Magia naturalis sive de miraculis rerum naturalium (1584), que defendía una tesis similar. 201 «Por estas cosas que son visibles somos conducidos hacia las invisibles». Romanos 1, 20. La cita literal de San Pablo dice: «Porque lo visible de Dios, desde la creación del mundo, se manifiesta a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad». 202 En el original, «aguas ardientes». Cristiano desagravio y retractaciones | 92 | de don Guillén Lombardo y Guzmán imaginable; y como quien le parecía que había más motivo para ello, que no en contra mí, que padecía como se ve. §16. En dichos tres cargos pusieron los señores al parecer toda la energía del proceso, y cuan débil es, lo dejo al universo y a la prudencia de ese santo tribunal. Al padre fray Miguel de Santa María llamé testigo inducido por lo referido, el cual depuso de oídas que había sido colegial en San Lorenzo el Real, a donde enloquecí con el demasiado estudio de las matemáticas (que allí no hay); que había perdido la gracia de su majestad y del señor conde duque, por enamorado o casamiento; que era muy pobre, que había escrito a señores de la corte desde Cádiz, que era muy fecundo en la poesía; trabuca con enojo mi nombre, pone dolo en la nobleza de mi padre; y que hablé en Churubusco con el señor marqués de Villena.203 Y preguntándole los señores inquisidores si yo era mágico, respondió que así lo había oído, pero que él se reía de eso, etcétera. Por estos cargos, todo en ellos contenido, argüí en mi querella a los señores inquisidores por heréticos según las leyes del cap. in haeres,204 por parecerme que establecían contra lo dispuesto nuevos capítulos de nueva fe; asimismo, de sectarios ocultos, pues daban dichos cargos por causas de fe, siendo que nuestra santa fe católica no tiene tales definidos, ni palabra alguna de todas ellas se me pudiese dar por cargo en dicho santo tribunal, que solo conoce Diego López de Pacheco Cabrera y Bobadilla (Belmonte 1599-Pamplona 1653): marqués de Villena y duque de Escalona. Se trasladó a México en la misma flota que Guillén Lombardo y Juan de Palafox, para asumir el cargo de virrey de Nueva España, el cual desempeñó desde el 28 de agosto de 1640 hasta el 10 de junio de 1642 , cuando fue destituido por Palafox. Tras el juicio de residencia que el rey le hizo, se le restituyeron sus privilegios y fue nombrado virrey de Nápoles. 204 Ver nota 171. 203 Cristiano desagravio y retractaciones | 93 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de materias de herejía,205 o que parece son contra lo prescrito de nuestra santa madre Iglesia católica apostólica romana. Y aunque todo esto es verdad católica, claro está que no lo ignorarían los señores inquisidores, ni sería su intento establecer nueva fe, ni capítulos nuevos, y sería (como lo era) vana o vengativa presunción mía, como acosado con tanto dolor, pues hombres doctos no podrían ignorar los casos que tocaban a la fe, y debían de dar por cargo lo dicho y lo demás por vía de cumplimiento y de volumen, no por casos de fe nueva, ni con siniestro intento. Mas, cierto, vi la instancia que se puso en todo, que me confundía, especialmente por lo que tocó a la nobleza de mi padre, a que salí con la defensa tan debida, probando por la Sagrada Escritura, crónicas, archivos, cánones, leyes y autores profanos, que mis padres y yo éramos como somos, iguales en nobleza a todos los reyes y príncipes del mundo; y cuán falso era todo lo demás, remitía al rey nuestro señor, que es testigo sin tacha. §17. Al padre Juan de San Miguel206 llamé testigo inducido por la razón relatada en mi querella, el cual depuso que yo le había dicho Aunque algunos cargos lo inculpaban de crímenes que sí perseguía el Santo Oficio, el de rebelarse contra el rey (delito de lesa majestad) no era combatido específicamente por el tribunal, aunque implícitamente lo hizo muchas veces, bajo el supuesto de que atentar contra el rey era atentar contra el designio divino. La analogía contraria sí estaba establecida: el delito de herejía era comparado con el de lesa majestad, pero «es mucho más grave delinquir contra la majestad eterna que contra la temporal». Eduardo Galván Rodríguez, El secreto en la inquisición española, p. 25. De nuevo, es difícil saber si Lombardo desconocía las prácticas inquisitoriales o si más bien se oponía a que el tribunal interviniera en asuntos de Estado. Es muy significativo que la sentencia final contra Lombardo no mencionara el delito de lesa majestad que ocasionó su arresto. 206 Juan de San Miguel fue un jesuita, natural de Madrid, que tenía 36 años en 1642, cuando declaró al Santo Oficio sobre las figuras astrológicas que Lombardo solía dibujar. Luis González y Obregon, op. cit., pp. 95-96. 205 Cristiano desagravio y retractaciones | 94 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que dijera al señor marqués de Villena que escribiera a España sus cartas en hora planetaria; respondí que no era cargo tocante a la fe, y que el padre San Miguel, sin entender de signos ni planetas, hizo un sermón probando que la Virgen santísima nació en la constelación de Virgo, que es más profunda causa, que no la hora planetaria. Por este cargo, argüí a los señores en mi querella de erróneos, por parecerme que negaban y condenaban el influjo de los astros y sus efectos en nosotros, compuestos de las cuatro calidades, y lo que enseña y practica nuestra santa madre Iglesia, profesando la astrología cristiana, que ni ella ni la gentílica tiene maletia [sic] ni disonancia alguna, pues guarda los fueros del libre albedrío, y primera causa inviolables; y pues lo daban por cargo invectivo, ¿quién no había de presumir que no la condenaba? Y aunque uno no presumiera tal, las circunstancias, parece, obligaban al más sincero que achacara a sus émulos con más patente fundamento de lo que se fundaba, que si lo uno parecía lícito, mucho más lo otro, por más notoria, cierta y verdadera fe. Así que se guiaba (a mi ver) entre cortinas de justificación, con resabios de venganza, esta lid, pues ni yo erré en el cargo, dado fuese verdadero, ni los señores errarían en lo acriminado que son insignes en las letras; ni negarían los efectos de las causas superiores en las sublunares, ni irían contra lo que aprueba, estudia y cursa todo hombre sabio y católico, y enseña y manda el calendario gregoriano y el santo Concilio; ni tal darían por capítulo opuesto a la fe, como no lo es; ni dejarían de entender lo que la fe enseña, ¿cómo y cuándo?, conforme de su prudencia se colige y su cristiana profesión publica.207 207 Por su sintaxis barroca, esta frase puede resultar equívoca; modernizando la expresión, podría entenderse como: «conforme se colige de su presencia y publica su cristiana razón». Cristiano desagravio y retractaciones | 95 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §18. A Jacinto de Soria208 llamé testigo inducido por lo dicho; el cual dijo [que] le había escrito una carta con nuevas, que él no había oído hasta un año después. Por este cargo, noté a los señores en mi querella, asimismo, de sectarios, pareciéndome lo daban por capítulo de fe, no lo siendo, como por fe nos consta; item, de engañosos, por cuanto en este cargo, como en el de dicho Juan Méndez, acotaban con los instrumentos de papeles de mi letra y, pidiendo yo que se presentasen, no los había. Mas esto era excusado en mí de anotar a los señores, ni entender que lo daban por capítulo de fe, ni juzgar por instrumentos que no había; antes era señal que procedían bien, pues fácilmente pudieran arrojar en el proceso instrumentos, si con malicia intentaran algo. Si bien era necesario verlos, para el conocimiento jurídico; mas como todo implicaba, no se podía mostrar lo que no era, ni había; con que no se debe entender, sino que son muy cristianos, fieles y sinceros católicos, lejos de venenoso ni adverso aliento. §19. A Gabriel López de Bonilla,209 pseudoastrólogo de México, que llamé testigo inducido, y sería llamado por cuanto tenía un Jacinto de Soria Navarro era un comerciante poblano que solía hospedarse en casa de Fernando Carrillo, donde conoció a Lombardo. Cuando supo que este había sido arrestado, se presentó voluntariamente al Santo Oficio el 9 de diciembre de 1642 con varias cartas que Lombardo le había confiado. Javier Meza González, op. cit., pp. 59-60. 209 Gabriel López de Bonilla (Alcolea del Tajo 1600 -México 1668): astrónomo español que llegó a México en 1628. A partir de 1632 comenzó a realizar periódicamente sus Pronósticos o Lunarios, con permisos de la Real Audiencia y del Santo Oficio. En 1654 imprimió su principal estudio: Relación cometográfica del repentino aborto de los astros, que sucedió del cometa que apareció por diciembre de 1653. Uno de sus hijos se casó con una hermana de Carlos de Singüenza y Góngora. Rosalba Tena Villeda, «Gabriel López de Bonilla, un astrónomo-astrólogo en el siglo xvii mexicano», pp. 33-52. 208 Cristiano desagravio y retractaciones | 96 | de don Guillén Lombardo y Guzmán billete suyo entre mis papeles, como tenía del padre San Miguel, Jacinto de Soria y otros; el cual dice su fecha en julio, tres años después de mi prisión, que le fui a consultar si me había de casar en México y si me venía el gobierno de China y que él respondió adefesios por evadirse. Respondí, por lo que se ve, que no había de ir a consultar a quien ignoraba latín, sino a ver qué libros tenía y donde yo pudiera más bien que nadie formar acierto, en cuanto se puede acertar; no había de ocupar a semejante sujeto que sin ciencia se guía por las efemérides y cálculos perpetuos, sin saber usar de instrumentos. Y si era caso de Inquisición el consultar la astrología, que prendiesen a cuantos hay, y al dicho Bonilla y a los demás profesores doctos y rudos de esta ciencia. Y sobre esto no argüí nada en mi querella, por habérseme olvidado este cargo, según me parece, o que condenaban la astrología. §20. A don Sebastián Carrillo,210 que llamé inducido, examinaron los señores; el cual dijo que había hecho nacimiento a una persona conjunta suya, o a él mismo ([lo] que llama el vulgo alzar figura), y de estos nacimientos había entre mis papeles algunos que se me dieron por grave cargo, a lo cual respondí que era fe católica que no contenían cosa tocante a la fe. Y agravaban el cargo: que pretendía alcanzar lo futuro contingente reservado a Dios y que tenían también caracteres, como los vasos de Corral. Y que habían vedado la astrología por un concilio secreto de este Santo Oficio, a que repliqué en mis descargos que era herejía el condenar la astrología y formar concilio secreto, pues está comprobada dicha ciencia por la 210 Sebastián Alfonso Carrillo Maldonado, hijo de Fernando Carrillo y de Inés Maldonado, fue alumno de Lombardo hasta antes de su detención. Cristiano desagravio y retractaciones | 97 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Sagrada Escritura, que puso Dios cielo y tierra, astros y planetas debajo de la sabiduría del hombre: omnia subiecisti sub pedibus euis;211 el profeta: item, coeli enarrant gloriam Dei, et opera eius anunciet firmamtum; et nox nocti indicat scientiam,212 etcétera; y que dotó Dios a los hombres sabios, con tanta luz y sabiduría casi como a los ángeles: minuisti eum paulo minus ab angelis,213 con esta diferencia, que los ángeles alcanzan los efectos naturales a priori, como intuitivos que son, y los hombres a posteriori, como contemplativos; y que tenemos en ella muchos misterios importantes de nuestra santa fe, como consta por los sabios reyes: vidimus stellam eius in oriente;214 por san Dionisio Aeropagita,215 que siendo gentil alcanzó por el eclipse general que había padecido el autor de naturaleza: aut machina mundi disoluitur, vel Author naturae patibur;216 y Cristo nuestro Señor puso las señales del extremo juicio en los planetas, para que hasta los infieles sabios llegasen a saber por la astrología que la ruina del mundo se acercaba: et erunt signa in sole, luna et stellis.217 Y que no por eso nadie in- «Pusiste todo bajo sus pies». Hebreos 2, 8. Debe decir: Caeli enarrant gloriam Dei, et opera manuum eius annuntiat firmamentum. Dies diei eructat verbum et nox nocti indicat scientiam. «Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos, un día emite palabra a otro día y una noche a otra noche indica sabiduría». Salmo 18, 2-3. 213 «Le has hecho poco menor que los ángeles». Salmo 8, 6. 214 «Vimos su estrella en oriente», Mateo 2, 2. 215 Existen dos personajes llamados así: san Dioniso Areopagita, un ateniense (siglo i) que fue convertido por San Pablo; y el Pseudo-Dioniso Areopagita, un teólogo bizantino (siglo v) que firmaba sus obras con el nombre del primero; en una de ellas (De los nombres divinos) afirmó que había presenciado el eclipse solar que se produjo durante la crucifixión de Cristo. 216 Debe decir: aut machina mundi disoluitur, vel Author naturae palitur: «O perece la máquina del mundo, o padece el autor de la naturaleza». Breviario romano, 9 de octubre. 217 «Y habrá señales en el sol, la luna y las estrellas». Lucas 21, 25. 211 212 Cristiano desagravio y retractaciones | 98 | de don Guillén Lombardo y Guzmán tentaba alcanzar lo futuro contingente, con ciencia infalible y absoluta, sino con juicio probable por los efectos naturales; ni los gentiles astrólogos tal pretendían, pues Hieroteo218 y los demás confesaron que había hado y primera causa, que interrumpía a veces los efectos y pronósticos. Y sabían que no violentaba el efecto al albedrío, sino que le inclinaba, como la hermosura y la virtud, diciendo: sapiens dominabitur astris;219 y los cristianos astrólogos lo mismo: astra movens homines, sed Deus astra movet.220 Y si san Agustín y el derecho reprueban la astrología, fue porque juzgaron que violentaban los astrólogos el libre albedrío; mas en esto el santo se engañó, como en negar había antípodas, pues todos saben que el hombre puede vencer las influencias e inclinaciones de las estrellas, como está definido por el ecuménico y santo Concilio Tridentino y el angélico doctor santo Tomás, en 2a 2ae q. 15. art. 4 ,221 enseña este juicio y la astrología ex profeso. Por estas causas acusé a los señores de heréticos en mi querella, juzgando que condenaban de veras la católica astrología, que usa, enseña y confirma la santa madre Iglesia; item, los censuré de apóstatas, por lo que dijeron que formaron concilio secreto y vedaron dicha católica ciencia, siendo así que no puede haber concilio de fe que no En el original, «Hiorechas». Hieroteo es un personaje apócrifo inventado por el Pseudo-Dioniso Areopagita para dar credibilidad a sus escritos. Joseph Stiglmayr, «Hierotheus», p. 366. 219 «El sabio dominará las estrellas». 220 «Los hombres se mueven por los astros, pero Dios mueve los astros». El refrán latino original dice: Astra regunt homines, sed Deus astra regit: «Los astros rigen a los hombres, pero Dios rige los astros». 221 La cita es errónea. En la «Segunda sección» de la «Segunda parte» de la Suma Teológica de santo Tomás de Aquino, la cuestión 15 («Ceguera de la mente y embotamiento del sentido») solo contiene tres artículos, no cuatro, como afirma Lombardo (ver nota 36). 218 Cristiano desagravio y retractaciones | 99 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sea por la Santa Sede Apostólica, congregando legítimamente en el Espíritu Santo, y por esta razón los anoté de conciliabularios; item, les censuré de negativos de la fe divina, según el § 15, por parecerme que defendían había caracteres, lo que es fe humana, y divina no los hay en dichos nacimientos ni in rerum natura.222 A todo lo cual, digo que los dichos señores inquisidores no negarían dicha católica ciencia, ni creerían que nadie puede errar en lo que permite la Iglesia, ni presumir con nueva opinión que ningún astrólogo pretende alcanzar lo futuro contingente con certeza infalible, ni negar que algunos efectos se pueden alcanzar con ciencia probable, ni afirmar que esos capítulos tienen malicia ni obversión223 a los capítulos de fe ni niegan los misterios que la fe enseña en la ciencia, ni formarían tal concilio secreto, como ni lo podrían formar. Que muchas cosas hablan los hombres por ostentar y platicar, que de ello no consiguen malicia; que si supieran que había alguno que sacara explicación siniestra, no lo dijeran, y como palabras con el aire pasan, juzga el corazón sencillo que no se interpreta con malicia, lo que sin ella se dijo. Así que ni en nada de esto los señores tan cristianos incurrirían, ni nada afirman contra lo debido y santo de la fe, que ellos mismos blasonan, son columnas de ello. §21. Asimismo, me dieron por cargos, cuyos testigos llamé inducidos por lo referido, que había soñado un sueño y relatádole, diciendo que por eso daba crédito a sueños, como gentil, y que había leído un libro de secretos de naturaleza, y en él, un secreto de hacerse invisible cuerpo mortal; a lo cual respondí, como a to- 222 223 «Sobre la naturaleza de las cosas». Obversión: procedimiento lógico que consiste en permutar una proposición al convertir una premisa afirmativa en una negativa. Cristiano desagravio y retractaciones | 100 | de don Guillén Lombardo y Guzmán do lo demás, en mis descargos, el año de cuarenta y cinco, en el mes de octubre, y más distintamente el año de cuarenta y nueve, en el mes de febrero, convenciéndolo todo por fe católica de falso, nulo y de implicatorio, como en ello se contiene. Y luego, en mi querella criminal, acusé a los dichos señores por estos cargos, referidos de erróneos y criminosos contra los portentos de Cristo nuestro Señor, a quien arguyeron los judíos que obraba sus milagros en virtud de Beelzebub,224 cuando se hizo invisible por su divino fuero, al tiempo que le intentaron apedrear, lo cual, si pudiera ser por virtud natural o secreto diabólico (según parecieron los señores que pudo ser), tenían los judíos blasfemos fundamento para acumular a Dios con ese dolo, siendo así que no hay potencia criada que pueda hacer un cuerpo material a la vista material invisible, como ni cosa espiritual a la vista corpórea visible, que ese poderío solo a Dios omnipotente se concede como absoluto Señor en todo. Asimismo, capitulé de herejía a los dichos señores por condenar tan absolutamente sueños, sin restricción alguna, pues tenemos por fe que hay sueños en que debemos creer eran revelaciones del cielo, como el de Faraón, del copero, de José, hijo de Jacob y de san José, patriarca esposo de la Virgen, de los Reyes Magos, etcétera, en el sagrado texto. Y que ni los gentiles dieron crédito a sueños, como parece de Somnium Scipionis225 y de otros que tuvieron sueños por solo sueños, y no por avisos acreditados de ellos; que estos que se han de creer son En el original, Belzebub. Al parecer, Lombardo alude al episodio narrado en Mateo 12, 24: «Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebub, príncipe de los demonios». 225 En el original, «Somno Scipionis». El libro Somnium Scipionis («El sueño de Escipión»), escrito por Marco Tulio Cicerón, narra el sueño de Escipión Emiliano, un general romano que de ese modo prevé —dos años antes de que sucediera— su participación en la toma y destrucción de Cártago. 224 Cristiano desagravio y retractaciones | 101 | de don Guillén Lombardo y Guzmán guiados de Dios y se conocen por los efectos. Y si por soñar y contar sueños los hombres habían de creer y se habían de prender por caso de Inquisición y negocio de fe, bien se podría comenzar a prender cuantos hay en el mundo, que no hay ninguno que no amanezca con un desatino y cuento. Mas todo aquel rigor de mi censura, así fundado, no tendría en la credulidad interior de los señores inquisidores acción, pues son capaces, doctos y muy fieles sacerdotes; ni habían de incidir en delirios semejantes, ni presumir [que] había virtud criada para hacer lo visible, invisible; ni que la acrisia [sic] que llama la sagrada teología puede nacer, sino de virtud divina; ni condenarían sin restricción los sueños que nos da por fe la Sagrada Escritura, ni que hay bruto tan incapaz que dé ascenso a fantasías del sueño que nacen de superfluos humores o de especies impresas en el sentido común; ni daría crédito a lo que tanto se oponía a la razón y al creer, sino que yo lo acriminaría como ofendido de que me pesa firmemente de ello, aunque lo hice conforme al derecho a que me remito. §22. También me dieron los señores por cargo papeles escritos míos, tocantes a mis desvelos del Estado: cartas que había escrito del señor marqués de Villena, otras al señor don Juan de Palafox, a la señora condesa de Olivares y otros; pliegos al rey nuestro señor, todo de allá fuera; y me hicieron reconocer una carta de mi letra al señor don Juan de Palafox, que fue una dirección de pliego a su majestad, y se puso un traslado de ella en el proceso, de que me escandalicé no poco, viendo capítulos puestos de fe, que yo creía, y creo, no tocaban a la fe que nos enseña nuestra santa madre Iglesia.226 Por estos cargos y otros 226 Aunque no las castigara por cometer delitos contra la fe, la Inquisición censuraba obras teatrales (y acaso otro tipo de escritos) en tres casos: a) cuando se opusieran Cristiano desagravio y retractaciones | 102 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de esta calidad, censuré en mi querella a los señores inquisidores de cisma y de apostasía, inventores de nuevos cargos reservados de nueva fe; pues no eran ni tocaban a nuestra santa fe el escribir a su majestad y lo demás que en el contexto se contiene. Y no disculpo sin embargo mi invección en esta parte, que aunque me parecía que los señores inquisidores obraban con algún rencor y fuera de los límites de su reconocimiento y daban cargos de la consistencia que se ha visto, todavía parece que yo debía tolerar con más paciencia mis agravios tan sensibles, sin explicar a mala parte dichos cargos ni capitular de cisma lo que pudo ser con otra intención. Que no ignorarían los señores que los cargos no tocaban a la fe, ni los darían por tales sino de oficio, quizá de jueces, quorum functio est addiccionare in levibus;227 con que si el arrojamiento mío de una parte nació de razón, de otra nacería de calumnia, como destituido de justicia de que me pesa en el alma de ello. §23. Y estando preso, a los principios platicaba con los otros presos, como todos, por cuya causa me arrojaron en un calabozo los señores inquisidores, a donde me faltaba la respiración, no siendo yo obligado (a mi ver) guardar los estatutos del secreto y el silencio de la Inquisición, como quien no tenía dependencia con los dichos presos y por no estar yo preso con causa que tocaba al Santo Oficio, para guardar sus fueros del secreto. Y llegando a estar enfermo, me dieron entonces solo confesor, el cual me dijo que revelara lo que había oído platicar [a] los presos; pedí audiencia y cumplí la orden, y estando mejor mandaron los sea la fe católica, b) cuando pervirtieran la moral cristiana, y c) cuando tocaran de cerca «las regalías de su majestad». Antonio Roldán Pérez, «Censura civil y censura inquisitorial en el teatro del siglo xviii», p. 120. 227 «La función de las cuales se ha de incrementar en las frivolidades». Cristiano desagravio y retractaciones | 103 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ñores por vía de obediencia que prosiguiera escribiendo dichas pláticas, dándome los puntos como consta por sus autos, que están insertos en mis cuadernos. Y llegando a darme cargos a los tres años de mi prisión, me dieron largos capítulos de pláticas, acumulando (a mi parecer injustamente) que alborotaba bullicioso las cárceles secretas, a que respondí con fuerza y con verdad, acotando con sus órdenes y mis escritos, relatando el engaño que a mi ver había, pues mandaban que platicara y después me lo dieron por cargo criminal; aunque todo no importaba más que nada. Por cuya causa taché a los señores de alevosía y de urdir engaños, y dilaté sobre esto invectivamente, mas no lo harían por vía de extorsión, sino antes lo despreciarían y sería de oficio del señor fiscal, por ver si de mis respuestas resultaría cosa nueva contra los portugueses. Y no había, porque verdades han de ser enteras y las malicias excusadas donde hubiere lugar en su disculpa, así san Bernardo. §24. Y en mi querella capitulé a los dichos señores de falsarios, por cuanto diciendo en mis confesiones que Simón Váez había dicho a su hermana Rafaela Enríquez228 que se había levantado falso testimonio a sí y a su mujer, se puso que era término para decir que había dicho verdad; y en otra plática, con Isabel de Silva,229 dijo era honra suya ser portuguesa, se añadió judía. Y mi censuRafaela Enríquez: natural de Lamego, Portugal; hermana de Juana Enríquez y cuñada de Simón Váez, tenía 42 años de edad al momento de su arresto. «Era una devota judía que en compañía de su madre, doña Blanca, encendía hasta ochenta velas por vivos y muertos en las vísperas del Yom Kakipurim». Eva Alexandra Uchmany, op. cit., p. 86; agn, Inquisición, t. 402, exp. 7. 229 Isabel de Silva: hija de Elena de Silva y Gómez de Silva, originarios de Castelo Blanco; esposa de Antonio Caravallo. Durante el proceso, el fiscal Gaviola acusó a Lombardo de cortejarla. agn, Inquisición, t. 1496, f. 129 y ss. Fue reconciliada con abjuración formal y sambenito en el auto de fe de 1649. Toribio de Medina, op. cit., p. 197. 228 Cristiano desagravio y retractaciones | 104 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ra no sería bien fundada por estas causas, porque como los señores inquisidores eran expertos en la forma del hablar y en las cautelas de los judíos, más bien sabrían el estilo de ellos, que no yo, y todo eso sería con muy cristiano celo y afecto, y yo imitando el estilo de falso testimonio en las pláticas de los portugueses (según había oído de los señores inquisidores) lo confirmé así en las hablas de Juana Enríquez,230 como parece en los cuadernos. Si es verdad, y su intento de ella, y de ellos, que hablaban, era con esa malicia, premie Dios el desvelo y discreción de los señores que lo penetraron; si no lo era, pido perdón a quienes otorgué apoyo, contra mi dictamen entonces, en esta parte, sin tener otro escrúpulo en cuanto escribí de dichas pláticas, excepto uno: y es que preguntando dichos presos a Jerónimo Núñez231 por los que estaban fuera, respondió que cuantos había estaban ya adentro, excepto Sebastián Váez232 y otros que nombraba; y refiriendo yo esta plática a los señores inquisidores, dijeron: «judíos». Y otorgué también que como entonces ignoraba yo las cautelas de los portugueses tenía escrúpulo no obstante que consentí en los aditamentos referidos, y como los señores inquisidores, con el desvelo y ejercicio tan continuo de estas acechanzas, tenían experiencia, estarían satisfechos en su conciencia y por eso lo dirían, solicitando todo. Y yo de mi verdad en lo demás hice la protesta que está patente a que me remito. Juana Enríquez: esposa de Simón Váez. Fue reconciliada en el auto de fe de 1649, con destierro de las Indias, cárcel perpetua y doscientos azotes. Ibid. 231 Jerónimo Núñez: judío reconciliado con sambenito en el auto de fe del 16 de abril de 1646. Ibidem, p. 181. 232 Sebastián Váez de Acevedo: gran mercader, portugués de nación, que fue amigo del inquisidor Francisco de Estrada y protegido del virrey marqués de Villena, quien lo nombró proveedor general de la Flota de Barlovento y capitán de infantería. Solange Alberro, op. cit., p. 46-47. Era también introductor de esclavos de Angola. Fue reconciliado en el auto de fe de 1649. 230 Cristiano desagravio y retractaciones | 105 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §25. Y en mi querella dije que lo que obraban dichos señores en su tribunal era sacrílego engaño contra la confianza de ambas majestades recomendada; por los motivos referidos y subsecuentes: que habiendo desistido yo de escribir las pláticas y alegado servicio muy colmado hecho a Dios y al rey, no solo lo afearon, sino lo acumularon a la contra en los cargos, diciendo [que] era engaño, según parece en la acusación que se me dio y respondí que, si lo era, no había palabra de verdad por justos juicios de Dios en dicho tribunal aprocesado. Por cuanto se argüía que la verdad era mentira, preciso era que la mentira tuviese asiento de verdad. Porque como yo sabía que había dar cuenta de lo que escribía ante Dios y no ante la Inquisición de México, escribí sincera mi verdad, si bien a veces con apoyos míos, y sin pasión ni interés, sabiendo todo indubitable, sin discrepar un tilde que fuese de importancia, como remito a los originales, de aquí me resultó el fundamento de decir que el tribunal fraguaba y trabucaba cuanto bien o cuanto mal quería; en que se ve cuán deslumbrado anduve (sin embargo, de que no ignoro que la verdad en todo caso se debe justificar), pues los dichos señores hablarían entonces una cosa y sentirían otra, y pues por mi verdad se afijaban en esta parte, sigue ser así, con que por esta vía se debe alabar no la ponderación mía sino la disimulación prudente de tan capaces y celosos, sin incurrir en la nota ni desproporción que patrocina el engaño. §26. En mi querella, condené por erróneo y prevaricación el usar los señores inquisidores y ministros de estratagemas a lo divino para obligar a los presos que confiesen, por un argumento que llama la filosofía ad hominem;233 por cuanto los señores Argumento ad hominem: aquel que se funda en las opiniones o actos de la misma persona a quien se dirige, para combatirla o tratar de convencerla. 233 Cristiano desagravio y retractaciones | 106 | de don Guillén Lombardo y Guzmán habían condenado en mi leal persona el usar de lícitas cautelas, poniendo mi vida en riesgo, por el rey nuestro señor, conforme lo deliberado que se dirá, para sondear los ánimos que entre rumores vacilaban sospechosos, arrastrándolo por desconfianza. Y pues esto condenaban siendo obligatorio en mí, y mandándome234 por expresa orden y cédula de treinta y nueve. Me parecía mucho más infesto usar de estratagemas a lo divino para sondear el corazón secreto, no habiendo a mi parecer decreto para ello; mas como lo primero en mí no se debía acumular de sospechoso ni de desconfianza en lo humano, sino antes realzarlo con encomios por leal y por celoso, en tanto que en lo mortal no hay mayor muestra de fineza, así en lo divino y ejercicio de este santo tribunal se debe encarecer y aplaudir aquel desvelo, recato, cautela y atención de descubrimientos, como empresa heroica y ardilosa,235 la mayor que se puede emprender en honra y gloria de Dios y extirpación de yerros reprimidos, sin que en mí peligre el afecto de leal ni en los señores la intención de muy celosos; pues la competencia va a mejoría, según san Pablo: emulamini charisimi ad meliora,236 y sin que la imaginación brote en delante en propensión siniestra. §27. Por cargo se me dio, cuyo testigo llamé inducido por lo referido, que yo tenía secreto para rendir mujeres; a que respondí que el mayor secreto que yo había alcanzado para eso en mis estudios era plata. Y pareciéndome que eran creyentes de que había tal secreto natural, preternatural ni sobrenatural, si el hombre quiere repugnar para rendir el albedrío, les censuEn el original, «mandádome». Ardiloso: astuto, agudo, hábil. 236 Debe decir: Emulamini autem charismata meliora: «Aspirad a los carismas superiores». 1 Corintios 12, 31. 234 235 Cristiano desagravio y retractaciones | 107 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ré en mi querella de erróneos, por cuanto está definido por fe con el santo Concilio Tridentino quicumque dixerit liberum arbitrium a Deo motum, et excitatum, non posse resistere si velit, anathema sit;237 item, por el Milibitano y la Sagrada Escritura: quoties volui congregare pullos meos sub Alis? Et noluerunt;238 item, reliquit hominem in manu consilii sui, ut at quoad villet porrigeret manum;239 y por el santo Concilio Niceno: quikunque dixerit ominem mikrokosmos non et semper luberum erra timen non in etta,240 y aunque ni secretos naturales, simpatía y afectos que inclinan, no hay secreto que violente ni rinda. Y esa censura mía contra los señores inquisidores (no obstante que lo dieron por cargo) sería invectiva, porque no ignorarían que el albedrío no se puede rendir, ni dejarían de saber lo definido por fe ni darían crédito que puede haber locura semejante, como se colige de sus letras y cristiandad, siempre sujeta a lo que enseña la Iglesia, sin dis- «Cualquiera que diga que Dios no puede cambiar la libertad de los hombres es un hereje». Debe decir: Si quis dixerit liberum hominis arbitrium a Deo motum, et excitatum […] neque posse dissentire, si velit; sed velut inanime quoddam nihil omnino agere, mereque passive sed habere: anathema sit. «Si alguno dijera que el libre albedrío del hombre, movido y excitado por Dios […] y que no puede disentir aunque quiera, sino que, como un ser inanimado, absolutamente nada obra, y que sólo se tenga como sujeto pasivo: sea excomulgado». Consilium Tridentinum Documenta, texto latino del original de 1564, sesión vi, capítulo iv, «De la justificación». 238 «¿Cuántas veces quise congregar a mis hijos junto a otros y no quisieron?». Debe decir: Quoties volui congregare filios tuos, quemadmodum gallina congregat pullos suos sub alas et noluiste? «¿Cuántas veces he querido reunir a tus hijos del mismo modo en que una gallina reúne a sus pollos bajo sus alas y no quisiste?». Mateo 23, 17. 239 «Y dejó en la mano del hombre su consejo y su decisión». Debe decir: Reliquit hominem in manu consilii sui, et dedit eum in manum concupiscentiae suae. Eclesiástico 15, 14: «Y dejó en sus manos su consejo y dejó en su mano su concupiscencia». 240 En latín, pero escrito con grafías griegas (ver nota 164): quicunque dixerit hominem microcosmos non et semper liberum erra timen non in etta (Transcripción de Olivia Isidro): «cualquiera que diga que el hombre no es siempre un microcosmos y libremente se equivoca no temiendo, etcétera...» [sic]. 237 Cristiano desagravio y retractaciones | 108 | de don Guillén Lombardo y Guzmán crepancia alguna; así que culpo mi inadvertencia y apoyo su católica creencia. §28. A los siete años de mi prisión, fui llamado para darme segunda publicación de tres testigos presos, cuyas deposiciones no hacen al propósito, por no tener en ellas materia que importase, cuya refutación remito al proceso y mis respuestas. Y se leyó por rétulo241 de esta acusación: Segunda publicación contra don Guillén Lombardo, preso en este Santo Oficio por astrólogo judiciario y tener pacto con el Demonio, a lo cual respondí, con el justo sentimiento, que este rétulo implicaba contradicción con los cargos, porque, si yo tenía dicho pacto, ¿cómo se me daban cargos de peyotes otros que dicen que solicitaba por saber?242 Item, argüí lo de forajido pretexto, y espontáneo nuevamente, puesto al fin de siete años, y falso; probando por fe divina y humana que ni fui preso por semejante causa ni ningún testigo de los falsos tal habían depuesto, sino que fui preso con sombra de la dicha yerba, como está patente. Y con el dolor que el discreto puede imaginar, de suerte apreté contra el señor fiscal por inventar este pretexto, que los señores inquisidores le disculparon, diciendo que no lo había puesto, sino algún ministro de la secreta; y mirando yo la letra, me pareció que era de uno de los señores inquisidores, y lo dije así. Con cuyo motivo argüí de falso al dicho tribunal en mi querella, y de erróneos, por acumular por pretexto de prisión la astrología judiciaria y católica; como quedó probado, no es causa sino en contra de Rétulo: título o letrero que indica el contenido de un escrito o el carácter o fin de algo. 242 Lombardo advertía una contradicción en esta acusación: si había hecho pacto con el demonio, ¿por qué habría de solicitar que alguien consultara el futuro comiendo peyote? Ver nota 170. 241 Cristiano desagravio y retractaciones | 109 | de don Guillén Lombardo y Guzmán los señores, si lo fuera. Y puede ser me engañaría en la letra y, cuando no me engañara, no sería bastante causa para ponderar de falso al tribunal con ese epíteto; que pudo ser acriminación de jueces sin otro intento de dolo, ni calumnia espontánea, aunque la ocasión es clara. §29. Y en esta ocasión (habiendo suplicado lo mismo cuatro años antes), pedí papel y tinta para alegar de nuevo en mi derecho, con todo el rigor de él permitido a la defensa natural, y reducir los cargos a convencidos por capítulos de fe, como lo hice; pidiendo asimismo que el abogado que se me dio informase en el derecho, anulando testigos para mayor abundamiento, siendo (a mi parecer) nulos por su naturaleza y en materias repugnantes y falsificados por autoridades y textos de nuestra santa fe, sin tener amago que pudiese tocar al dicho santo tribunal, según remito a mis alegaciones y al contexto. Leyeron entonces los señores al abogado, para hacerle más capaz, los dichos tres cargos: del peyote, de la invocación mental y de los caracteres o merienda, como sustancia del proceso y no más. En que advertí que los tres capítulos estaban diferentes de lo que eran antes, cuando se me dieron cuatro años había, según consta en el proceso de mi letra y mis respuestas recibidas ante los señores por tales, auténticamente contestes con los cargos originales, lo cual convencí tan claro, que los mismos señores inquisidores no lo pudieron negar, diciendo: «nos estamos espantados, don Guillén dice bien, gran memoria tiene». Por cuanto el letrado dificultaba, hasta tanto supliqué que se leyese mi verdad; y queriendo yo ponerlo así por escrito, con instancia, me dijeron estas palabras formales, que para qué quería querellarme, no habiéndome hecho agravio por sentencia; por cuya causa noté en mi querella a los señores Cristiano desagravio y retractaciones | 110 | de don Guillén Lombardo y Guzmán inquisidores de falsarios. Mas será juicio temerario mío entender que tal habrían cometido con malicia ni cuidado, sino algún ministro divertido debió de errarse, como en el rétulo referido. Y culpo mi censura arrojada, aunque en la prudencia y noble pecho de los mismos señores inquisidores podré tener disculpa, vistas las causas, al parecer forzosas; y de otra parte, atendiendo a mi flaqueza como humano que soy y tan sensible, juzgando el prudente que más valía morir de una vez, que no vivir muriendo tantas. Y aunque argüí de esto en mi querella, lo mismo en otras causas, sería con la malicia y presunción que hace el derecho, y cuando alguna vez aconteciera, hase de entender de yerro y no de malicia, pues no se debe presumir dolo en sacerdotes confidentes, en materias que tampoco importan, ni de ello consiguen ningún logro, sino antes daño, si fuera con malicia. §30. En esta ocasión forzosa es preciso descifrar en algo, un poco del consejo de su majestad recluso,243 si bien no contraviene al debido secreto en esta parte, pues conviene se publique ahora. El año de cuarenta y ocho, por ocasión que importante se ofreció en los estados, se ventiló en la suprema de ejecuciones, lo que parece no fue necesario, por lo que ello mismo dicta; pero para guardar seguridad en el interno fuero de la conciencia y afijar el premio en adelante a semejante celo. Si en cualquier contingencia o rumor de desconfianza, por señales o indicios de obras o palabras, o por murmullos de la plebe, algún ministro superior estaba anotado en su gobierno de sospechoso en la confianza, era lícito a un vasallo hacerse como parcial, 243 Otro caso de hiperbatón que confunde la lectura. Modernizando la sintaxis, diría «recluso un poco del consejo de su majestad». Cristiano desagravio y retractaciones | 111 | de don Guillén Lombardo y Guzmán para descubrir y penetrar designios; ¿y caso no podía por lo remoto y lo oculto del intento, si podía hacerse como cabeza con los que presumía cómplice, para rastrear mejor adicionados?244 Esto con parecer y voto y con acuerdo de los teólogos, letrados y estadistas de su majestad, resuelto y discernido, que no solo era lícito, sino que había obligación precisa y natural de hacerlo así. Y caso de extrema necesidad, podía y debía hacer despachos en nombre de su majestad para prender y privar al tal ministro del gobierno, antes que llegara a declararse y hacerse en este caso capital autor para apaciguar amotinados, y dar a entender les premiara mejor con apercibos.245 Porque de dos medios tan precisos se debe elegir el menor y más seguro, hasta asegurar la causa y la corona, por cuanto toda cautela es lícita contra la felonía y su rumor; en poder, como un hombre que convida a otro a dar muerte alevosa a personas interpósitas,246 en caso de esta necesidad, está obligado disimular y poner todo medio (u otro que no sea convidado, sino que lo sospecha) para darles vida, convidándose con los agresores para ello; si no hay otro medio, haciéndose cabeza para reconocer lo uno, el intento, y lo otro, para defender a los acometidos en la ocasión y darles vida, cuyo ejemplar se vio en los dichos estados y contra Pizarro247 en el Perú, con que el reino se aseguró y su majestad agradecido honró con tanto favor la lealtad y el cuidado. Adicionar: hacer o poner adiciones. Apercibir: prevenir, disponer, preparar lo necesario para algo. Amonestar, advertir. 246 Interpósito: expresión jurídica para designar a un intermediario o testaferro, como es el caso de los prestanombres. 247 Francisco Pizarro (Trujillo 1478-Lima 1541): noble castellano, conquistador del Perú. Una vez sometido el imperio inca, tuvo que someter la sublevación de Diego de Almagro, quien hizo arrestar a Hernando y Gonzalo Pizarro, hermanos de Francisco, porque consideraba que la ciudad de Cuzco estaba bajo su dominio. 244 245 Cristiano desagravio y retractaciones | 112 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §31. Esto advertido, notorio al mundo fue el rumor (aunque siniestro, según se vio por los efectos) con que los ánimos plebeyos y urbanos ventilaron en este reino del señor marqués de Villena, cuyo fundamento remito al informe del señor don Juan de Palafox, en que mostró los velos, para su descargo y mío, en que se fijó para dar aviso a su majestad, y me fundé yo también y por otros míos; mas consta de mis avisos que nunca llegué por ellos a intimar al ánimo real desconfianza viva en el señor marqués de Villena, sino solo lo que manda el político desvelo del cristiano estado, y porque en estos intervalos se vigoraba [sic] cada día aquel rumor, por accidentales causas y contingentes. Por si fuesen subsistentes, previne toda advertencia según mis órdenes y lealtad me obligaban, y vista la resolución tempestiva de su majestad conforme las consultas referidas, conmutando el gobierno, quedó en cuanto al señor marqués de Villena todo llano. Entró en el virreinato el señor don Juan de Palafox y, por celoso y recto de todos casi envidiado, formó consejo para asegurar tropiezos, vistos los ejemplos de Portugal, las islas, India, Cartagena y los rumores de esta ciudad de México ya previos. Y como entre muchos no hay secreto, divulgose el designio no solo de la plática, sino también los votos tan infestos de muchos contra la clemencia de la real intención, en oposición de dichos portugueses, visto su poder, número, caudal, séquito y maña. Y apercibido el señor don Juan de Palafox para ejecución más compasiva, recatada y justificada, se suspendió hasta saber si en el mes de octubre viniera virrey como vino el señor conde de Salvatierra, y como con la consulta y su deliberación estaban los portugueses advertidos, y quizá apercibidos, por saber [si] les habían de confiscar sus bienes a lo menos y recogerlos, y por otra parte, avisados, les querían extinguir por esos votos. Entonces, me apercibí también de nuevo, como Marco Tulio Cristiano desagravio y retractaciones | 113 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Cicerón contra la conjuración de Catilina,248 que fingió cartas de Hiempsal y Micipsa,249 gobernadores de Numancia y Numidia, convidándose a su parcialidad, intimando les esperase, y fue para que Catilina se suspendiera con esa esperanza, hasta llegar Escipión Africano, y con la cautela ardilosa libró la Roma.250 Porque este tumor era más peligroso al parecer, que no el otro, ya disuelto. Y luego, venida nueva de virrey el señor conde de Salvatierra, se divulgó también que traía órdenes secretas para apagar los portugueses y represarlos, y aunque en la Veracruz intimó a los que entonces allí estaban, el amor de su majestad y su real cuidado, mandando no les molestasen, y les hizo naturales en Castilla; se vertió [que] era cautela,251 para que descuidados fuesen asaltados. Y cómo con la novedad del desacierto y felonía del duque de Braganza252 el vulgo fraguaLucio Sergio Catilina (108 a. C.-62 a. C.): político romano que urdió una conspiración para obtener el consulado. Cicerón pudo denunciar la conjura gracias a unas cartas que los conjurados escribieron a los galos alóbroges para que se unieran a su causa, y que fueron interceptadas en el puente Mulvio. Son célebres los cuatro discursos, llamados Catilinarias, que Cicerón pronunció ante el senado contra el conspirador. 249 En el original, «Hiemsal y Misipsa». Micipsa (¿?-118 a. C.): rey de Numidia que combatió contra Cártago durante la tercera guerra púnica, aliado a Escipión Africano. Al morir, Micipsa dividió su reino en tres partes: dos para sus hijos Aderbal y Hiempsal (¿?-117 a. C.) y la tercera para su sobrino Jugurta, quien después hizo la guerra contra Roma (111-105 a. C.). 250 Lombardo confunde la cospiración de Catilina (que involucra a Cicerón) con la guerra de Jugurta (donde participaron Jugurta, Hiempsal y Escipión Africano), tal vez porque ambos conflictos fueron narrados por Cayo Salustio, en dos libros que solían publicarse juntos: Cayo Salustio Crispo, La conjuración de Catilina y la guerra de Jugurta. 251 «Se vertió que era cautela»: se dijo que era precaución. 252 En el original, «Verganza». Se refiere al duque de Braganza (Vila Viçosa 1604-Lisboa 1656): hijo del rey Teodosio ii y de Ana de Velasco. Impulsado por su mujer, Luisa Francisca de Guzmán, el duque se sublevó contra España y se convirtió en el rey Juan iv de Portugal, el primero de su dinastía. Era primo del marqués de Villena Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla. 248 Cristiano desagravio y retractaciones | 114 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ba lo que deseaba contra estos, y el mal es más creído, que no el bien, preciso era engendrar en ellos desconfianza y miedo. Y entonces me previne más para penetrar los ánimos sin hacer prueba, por cuanto todavía estaba atento y sin acción bastante para escudriñar si había llaga oculta donde por tantas causas podía sospecharse que la había; hice pretexto común de agravios, correspondencia sagaz, formé despachos y lícitas cautelas, todo en embrión, y luego, asegurados de que nada había en su oposición, no fue necesaria más diligencia que la suspensión de todo. Y en este tiempo, el Santo Oficio me prendió y, por haberlo visto el dicho Méndez, acumuló a mi real desvelo, incapaz al fin de lo que es Estado y de lo que su majestad había ordenado. §32. Y los señores inquisidores tomaron mi declaración sobre el caso, luego que fui preso, habiéndolo comunicado yo antes, con el padre San Miguel, persona de las más doctas y aplaudidas de la Compañía, por si llegara a ejecución, y respondió que bien se podía hacer dando primero caritativa corrección, como consta de su letra; sin embargo, en caso forzoso, no había de dejar de ejecutar lo que quedó prescrito en la suprema de ejecuciones, aunque confieso es más seguro en la conciencia reprender, antes que acriminar, pero en la materia implicaba según se ve. Y llegando los señores a darme cargos, me dieron dichas prevenciones, acumulando mi atención leal y mi desvelo de ignominia la que satisfice con los motivos que están en mis papeles en alguna parte; y por reconocer (a mi parecer) pasión, alegué que estaban excomulgados por adjudicar en sí causa alienada, y en ella no les conocía por jueces, ni en nada, por las leyes de compet. iudi,253 y que de esta materia no podía dar satisfacción sino a su 253 Término legal: «de competencia jurídica». Cristiano desagravio y retractaciones | 115 | de don Guillén Lombardo y Guzmán majestad, que Dios guarde, mano a mano, a quien daría cuenta si obré mal o bien. Por cuya causa en esta taché en mi querella a los dichos señores de felonía, mas son muy leales y honrados vasallos, y yo lo soy también, como es notorio al mundo y a su majestad, y mis obras lo publican mejor, que no la lengua; y como vi mi lealtad en este secreto tan afeada, les argüí con el mismo vituperio, que estos duelos y calumnias cada día se vomitan por vía de venganza de agravios, sin que su majestad, consejos, ni prudentes de ello se admiren. Como el señor marqués de Cadereyta acumuló a todo el reino por el informe dicho, sin que los señores inquisidores incurran en ninguna leve imaginación de nota, ni yo, sino de apasionado, con que sirva de ejemplo al mundo que perdonan transgresiones con la facilidad que fueron cometidas; y yo les restituyo la fama, como único, confesando mi dolor, fundado en mi agravio, como flaco, caduco y humano que soy, sujeto a mis impulsos y venganza natural. §33. Y en mi querella censuré a los señores inquisidores de felonía, por una carta, parte en cifra y parte no, que escribí a su majestad y entregué al inquisidor Argos para remitirla, el cual era de condición arrebatada sin malicia, y, acabada de leer, la rompió con palabras furiosas; que como cada uno de los señores hace de por sí cuerpo de tribunal y todos juntos, les acusé a todos en esta parte, no siendo el contenido más que el inquisidor Argos, el cual no lo haría tampoco por vía de menosprecio, sino de condición precipitada y colérica. De lo mismo censuré en mi querella a los señores por cuanto Francisco de León dijo que yo le había dado un pliego dirigido al señor don Juan de Palafox para que la remitiera a su majestad y sus consejos, y me lo dieron por grave cargo, diciendo que me estaría muy mal si tal hiciera; en que me parecía no hay poder de vasallo leal y justificado Cristiano desagravio y retractaciones | 116 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que pueda osar impedir avisos y recursos al rey, y más los míos que fueron siempre importantes a su real corona; y aunque así lo agravaron, no cabe en ningún juicio que tal impidieran, por el delito que se ve, ni lo hicieron, pues no hallaron tal pliego, ni apareció254 jamás. §34. En cuanto noté a los señores en su ascendencia, bien se sabe en el mundo que yo jamás les conocí ni los conozco, y como por oídos la pasión se mueve, dije liviano lo que ahora me pesa advertido, ni dichas personas que me informaron eran afectos suyos, con que no solo no se ha de presumir verdad, sino tenerlo por totalmente falso. Pues bien notoria es la sangre ilustre del señor don Juan de Mañozca, cuando no tuviera más calidad que ser sobrino del señor arzobispo que fue de México, además, teniendo tantos sobrinos y conjuntos de hábitos y religiones; el señor don Francisco de Estrada por lo consiguiente, y noble por nacimiento, pues su padre era vizcaíno y su madre hija de vizcaínos. Y en esta impostura seguí a lo que los señores hicieron conmigo, pues siendo yo de la nobleza notoria al universo, y mi padre apostólico y milagroso sacerdote cuando excluyera todos los demás blasones, por su santidad sabida en toda la Iglesia, sobrepuja toda la nobleza humana, y no obstante le achacaron de pescador, por oídos del dicho fraile, como si los apóstoles de Dios no lo eran, y llegaron a ser los príncipes del mundo en la nobleza. El señor don Bernabé de la Higuera y Amarilla compite con lo mejor del Reino, pues su sobrino carnal casó con hermana del señor conde de Orizaba,255 y todos 254 255 En el original, «pareció». Rodrigo de Vivero Aberruza (1564-1636): encomendero de Tecamachalco y capitán general de las Islas Filipinas, quien negoció entre 1609 y 1610 un acuerdo con el emperador de Japón, el cual no fue ratificado por Felipe iii. Cristiano desagravio y retractaciones | 117 | de don Guillén Lombardo y Guzmán por su virtud y sacerdocio mayores en nobleza que los príncipes ni grandes; el señor secretario Eugenio de Sarabia tiene hipotecada en el oficio la finca más segura de antigua cristiandad,256 como acrisolada por el Santo Oficio, y es ilustre republicano de México, por más que ladre el jurado Valderas y otros émulos suyos. Lo mismo digo a lo que noté inadvertidamente de estragados en el vivir, que fue de mal informe y apasionado, a que no se debe dar crédito ninguno, pues el oficio y dignidad de sus personas no consiente tacha ni calumnia opuesta a la virtud y su candor de vida; que bien se sabe que nunca he asistido en sus casas, ni retretes, para ver ninguna disonancia, y es verdad sincera que viven sobrios, pacíficos, continentes y bienhechores; y todo lo contrario es engaño de mordaces. Además, humanas incidencias no son dolos, sino calumnias de los que viven libres, como yo vivía y vivo, sin reprimir mis apetitos, que esto tiene la flaqueza mía: censuré a otros sin censurarme a mí, efecto de desconocimiento propio y mi miseria lábil.257 §35. Y los capitulé de simonía258 y por consiguiente excomulgados incapaces de función apostólica por cuanto había oído que compraron oficio,259 según dije en mi querella; lo cual sería ajeLa acusación de Lombardo coincide con la descripción que Toribio Medina hizo de Eugenio Sarabia, quien «pasaba por hombre habilidosísimo en materia de manejar intereses propios con título de ajenos», José Toribio Medina, op. cit., p. 212. 257 Lábil: que resbala o se desliza fácilmente. Frágil, caduco, débil. 258 Simonía: compra o venta deliberada de cosas espirituales, como los sacramentos y sacramentales, o temporales inseparablemente anejas a las espirituales, como las prebendas y beneficios eclesiásticos. 259 Lo que Lombardo calificaba como pecado de simonía —la venta de cargos religiosos— era una práctica habitual en el siglo xvii. En la Nueva España, la venta de oficios «satisfizo en parte las aspiraciones de la élite criolla para constituir una especie de nobleza togada al tiempo que ayudó a enjugar el déficit financiero de la corona y su quebrantada Hacienda». Manuel Rivero Rodríguez, op. cit., p. 265. 256 Cristiano desagravio y retractaciones | 118 | de don Guillén Lombardo y Guzmán no de verdad, pues son capaces y doctos, y no podrían ignorar la grave culpa e impedimento que tal compra tiene; ni es verosímil que personas que tratan de ajenas almas habían de olvidarse de las suyas. Y como los que de esto me informaron eran apasionados, el entero juicio sabe no hay quien pueda refrenar las lenguas que giran como veletas inconstantes; pues de Cristo murmuraron, siendo Dios ajeno de los ápices menudos.260 Y esto mismo digo a las palabras que refiero de cada uno, antes de la prisión, que no se debe entender objeto de codicia, adonde interviene mayor logro que es la estimación del bien obrar en dicho Santo Oficio; y todo cuanto dije de particiones de haberes, robos y sobornos, gastos y fiscos, así de los señores como de sus secretos confidentes, era de ajeno informe engañado; que en esto no puse más voto que el presente, y aunque dije que su fausto excedía los alimentos del salario, no se sigue que por eso habían de defraudar los fiscos, pues tienen, como todos, otras inteligencias y comercio lícito para sustentarse con mayor lucimiento. Y aunque yo hice la protesta referida en mi querella de la fe, desde el primer Concilio de la Iglesia hasta el último del santo Tridentino, no fue porque los señores inquisidores ponían ninguna controversia en nada de eso, que son y fueron siempre ínclitos profesores de lo que enseña la Iglesia, sino de mi motivo, en oposición de aquellos cargos referidos, y me remito al original cuya verdad contesta con la presente, que está patente. §36. En mi querella llamé a los señores apostatantes por cuanto yo sabía que habían preso a muchos, sin deposición previa alguna, y salieron por judíos, y ellos mismos confesaban a mí que los ángeles eran tan judíos como ellos; a lo cual digo ahora, aunque 260 «Ápices menudos»: pequeñeces o cosas sin importancia. Cristiano desagravio y retractaciones | 119 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sea contingente, que estos tales se levantarían falso testimonio, obligados del miedo y rigor, o por lo que ellos imaginan, como cada día acontece. No se debe presumir que los señores insistirían en eso, ni los encaminarían en lo que habían de decir, ni usar de diligencia alguna que no fuese lícita; y si les hablaban preñeces y palabras, dichos y preguntas en las ceremonias de la ley de Moisés, como dicen, no sería para alumbrarlos de lo que habían de confesar, ni enseñarlos, sino por vía de cautela y de oficio de jueces, para desentrañar y penetrar. Y si los hombres, mujeres o muchachos que dicen [que] se dejan prevaricar de miedo no son reos en algo de eso, ¿cómo no se revocan antes que se ratifiquen? Que como estas gentes son hijos, nietos, parientes o sobrinos de los que son hebreos, parece que, por más que digan, están lisiados y comprehendidos, y la sospecha vehemente de que lo son será bastante causa, sin previa deposición, para prenderlos; y como no se sujetan estos libremente al gremio de la Iglesia, estando en ella por el bautismo, y apartados por su error y apostasía, parece que todo medio que usan los señores inquisidores es para reducirlos al debido conocimiento y limpiarlos de cualquiera infición261 interior que tengan, para vivir en adelante puros. Y con estos motivos argüí a los dichos señores, en mi querella, de tiranos y crueles, y por los dolores que en mí nacían, pues, siendo por la misericordia de Dios firme primogénito de la Iglesia, experimentaba tanta262 sequedad y destitución a mi justicia y libertad; y lo demás, juzgué por mí que en los otros habría mucho más y mayor duelo, y pude engañarme como malicioso en el juzgar y sentimiento, pues otros habría que sentirían menos por estar más favoreci- 261 262 Infición: infección. En el original, «tan». Cristiano desagravio y retractaciones | 120 | de don Guillén Lombardo y Guzmán dos, que a veces va en suertes y no en calidades de personas, y si procederían conmigo con algún azar, no sería así con otros. §37. En mi querella, refiero los estorbos que intentaron contra mí y mi letrado el doctor Juan Bautista Martínez,263 varón de vida ejemplar y virtuosa, y de muchas letras, por cuya causa les noté de tiranía, pareciéndome lo era el negar todo recurso a la defensa natural; mas juzgo no sería el intento tal, pues yo alegué al fin cuanto quise, sino porque la sustancia de los cargos era fútil,264 y la materia ridícula y repugnante, para gastar prosa y tiempo en refutarlos, siendo por su naturaleza implicatorios y convencidos; y porque tenían otros de más peso a su cargo, no querían consumir el tiempo en estas alegaciones tan superfluas. Con el mismo epíteto los capitulé, fundándome en todo el discurso de mi querella y de agravios, que no embargante que la causa fue conclusa a los tres años de mi prisión, me vi, en esta muerte dilatada, desvalido, arrojándome también en un calabozo, donde las ratas me roían, por no dejarme hollar de un sotoalcaide,265 y sin oír partes, siendo yo el agraviado, fui de más a más oprimido. Y todo, puede ser, nacía (como sin duda nació) de interna y natural pasión de algunos de los señores, y no obstan- Juan Bautista Martínez de Cepeda: abogado del Santo Oficio que se encargó de la defensa de Lombardo desde el 21 de octubre de 1644 hasta el 11 de febrero de 1649, luego de las respuestas de Lombardo a la segunda publicación de testigos. Fue catedrático de la Universidad de México a partir de 1635, donde ejerció como canónigo de gracia entre 1646 y 1652. Leticia Pérez Puente, «Las cátedras de la Universidad de México: entre estudiantes y doctores», p. 44. 264 Fútil: de poco aprecio o importancia. 265 Sotoalcaide: sustituto de alcaide; es decir, sustituto de «la persona que tiene a su cargo el guardar y defender por el rey, o por otro señor, alguna villa, ciudad, fortaleza o castillo que se le ha entrgado para este fin debajo de juramento». Diccionario de autoridades. 263 Cristiano desagravio y retractaciones | 121 | de don Guillén Lombardo y Guzmán te debía de llevar yo, con mi paciencia, mis dolores, sin increpar a sacerdotes ni arrojarme con tan grande ahínco a mi querella; y pudo nacer también de algún oculto celo que yo no entendía, que esto se debe presumir más, que no al contrario; aunque mi miseria tiene su excusa tan a mano, que hasta bárbaros convence en cualquier desacierto mío, pesadas las circunstancias, causas y motivos de quien padece entre sus contrarios. §38. Capitulé a los dichos señores de homicidas, en mi querella, por parecerme que lo eran en los retardados, en defraudar al mísero del sustento, dejarle morir sin cura ni cuidado caritativo, dilatar su muerte y enfermedades sin despacho, tratarle con oprobio estando afligido y con castigo en las miserias más infaustas; en cuanto a los despachos de las causas, se dirá en el §62; y en cuanto a lo demás de este capítulo, no se debe presumir que los señores sabrían de ese horror, que dependía de los alcaides y no podrían asistir a todo, que en algo había de haber confianza. Ni nadie entienda que sacerdotes a quienes incumbe, por obligaciones tantas, la caridad, habían de consentir tan graves extorsiones si lo supieran, pues algunas cosas que llegaron a su noticia remediaban y luego los ministros descuidaban; y porque no se culpe a otros que bien cumplían, los que mal se ocupan fueron el alcaide Francisco Ruiz Marañón,266 Pedro de Cangos y Juan de Civillaga, más detestable que todos. Y noté a los dichos señores de herejía por parecerme que lo era negar, en caso de necesidad extrema, el sacramento de la penitencia a 266 Francisco Ruiz Marañón: originario de Jaén, viajó a Nueva España en 1623; ese mismo año se le nombró alcaide del Santo Oficio mexicano. María Luisa Rodríguez-Sala, Cinco cárceles de la Ciudad de México, sus cirujanos y otros personajes 15741820 , p. 150. Tuvo una importante participación en el auto de fe de 1649. Matías de Bocanegra, Auto general de la fe, pp. 41 y 46. Cristiano desagravio y retractaciones | 122 | de don Guillén Lombardo y Guzmán quien lo pide, como a mí se me negó; y ponderé en mis descargos que ni el pontífice, en este caso, puede negar la confesión ni el recurso al Santo Sacramento sin especial revelación de Dios, por lo que sucedió en Roma en tiempo del doctor eximio, el padre Suárez,267 que habiendo su santidad excomulgado a uno y mandado nadie le absolviera ni le confesara en necesidad alguna, lo confesó y absolvió el padre Suárez, interpretando la excomunión de su santidad, que no era su intención negar, en el artículo de la muerte y peligro de la vida, la penitencia a quien la pide. Por cuanto está definido quicumque dixerit hominem in quolibet, instanti non posse converti ad Deum anathema sit;268 item: convertimini ad me, et ego convertor ad vos;269 item: facienti quod ex se est, Deus non denegat gratiam;270 item: omnes qui laboratis, et onorati estis venite ad me, et ego reficiam vos;271 y como nuestra santa madre Iglesia representa vivamente por fe católica la misericordia de Dios a quien se arrepienta, como tenemos por fe que Dios no niega su recurso nunca, también creemos que su Iglesia no lo podrá negar. Y les anoté de fraudatarios de los gozos de la Iglesia por la autoridad del melifluo san Bernardo,272 Francisco Suárez (Granada 1548-Lisboa 1617): conocido como «Doctor eximius», fue un teólogo jesuita, filósofo y jurista. En Defensio fidei catholicae et apostolicae adversus anglicanae sectae errores (1613) sostuvo que el papa tenía poder indirecto en asuntos temporales y que los ciudadanos tenían legítimo derecho a protegerse contra los abusos de cualquier príncipe convertido en tirano. Esta obra fue quemada en público tanto en Francia como en Inglaterra. 268 «Cualquiera que dijera que el hombre no se puede convertir a Dios al instante sea anatema». 269 «Convertíos a mí y yo me convertiré a vosotros». Zacarías 1, 3. 270 «Incluso al que se convierte por sí mismo, Dios no le niega la gracia». 271 «Todo el que trabaja y está fatigado que venga a mí y yo os restableceré». Mateo 11, 28. 272 Bernardo de Claraval (Fontaine-lès-Dijon 1090 -Abadía de Claraval 1153): doctor de la Iglesia, monje francés de la orden del Cister. Maestro de San Malaquías, quien instaló en Irlanda el primer convento cisterciense. 267 Cristiano desagravio y retractaciones | 123 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que prescribe que quien impide sin legítima causa el recurso a los oficios divinos, defrauda el tesoro del Espíritu Santo; y como a mí me parecía [que] no había impedimento legítimo para expelerme de los dichos gozos, por eso lo encarecí tan invectivo. Mas en cuanto a esta partícula de mi querella, está a mano la respuesta, porque como los señores son subdelegados de su santidad, que puede dispensar en los cinco preceptos de la Iglesia, según los cánones, también podrán en virtud de alguna bula que para ello tendrían; y en cuanto al negar el sacramento de la penitencia, no lo harían por creer que lo podían negar ni por dejar al alma destituida de la misericordia de la Iglesia, sino por entender que no era el peligro tan mortal (aunque el médico lo recetó por cumplir con su conciencia) y que habría tiempo para ello si apretara más la enfermedad; ni entenderían que bastaba la intención de confesar (pudiendo otorgarse) para la salvación, por ser dudoso tanto un acto verdadero de contrición y tan difícil sin inmensa clemencia de Dios y justos juicios suyos, que se concede a pocos, según san Agustín, y con la confesión vocal y atrición273 se suple; con que no lo harían de malicia, ni por negar santa providencia de la Iglesia, pues son pastores a quienes toca el cuidado de las almas que están en dichas cárceles, y de ellas han de dar estrecha cuenta en el justo juicio de Dios. §39. Y censuré de herejía unas palabras que refiero en mi querella que dijeron cuando presenté en mi derecho mi segundo informe: que era peor la medicina que la llaga, fundándose que hablaba libre en mi defensa, que daba doctrina al tribunal y que noté los cargos trabucados; interpretando esa llaga yo, que 273 Atrición: pesar de haber ofendido a Dios, no tanto por el amor que se le tiene como por temor a las consecuencias de la ofensa cometida. Cristiano desagravio y retractaciones | 124 | de don Guillén Lombardo y Guzmán siendo la medicina mía fe católica y, siendo los cargos fantásticos y repugnantes dolos, que eran la herida, dijeron, era peor la fe como medicina, que no la malicia como llaga. Mas no se ha de entender así, sino que su intento será que más les ofendían y les irritaban mis alegaciones que no la causa con que me habían tantos años sepultado. Y aunque esto también, según la ley, denota agravio y declarada pasión que excluye a todo juez de conocimiento de semejante causa, según enseña el derecho s. l. de min. ff. de quest. y per totum [sic],274 sería forma de hablar no más. Pues se ve que en mis escritos e informes no hay cosa que sea ofensiva a nadie, mas que alegar con toda fuerza, y lo que en ellos está patente al mismo rey nuestro señor se puede presentar, y si fuera juez, sin ofenderse; y no obstante lo ponderaron así. Se presentó con parecer y acuerdo del abogado el doctor Palacios,275 con su informe docto y digno de verse en todos los tribunales del mundo, anulando por el derecho todo, como yo lo había anulado por la fe, y recusando al dicho santo tribunal, como yo, y falsificando los testigos, probando que ni con semiplena causa fui preso; y me remito al contexto de su informe, en que acota con Bártolo,276 «[¿?] de la cuestión y por todo». El doctor García Palacios fue el abogado defensor de Lombardo a partir del 10 febrero de 1649, después que Martínez Cepeda renunciara. En la audiencia del 8 de marzo de 1649, García Palacios alegó que los delitos de lesa majestad estaban fuera de la jurisdicción del tribunal, que los delitos contra la fe se invalidaban pues no podían probarse y que los nuevos delitos eran inadmisibles. Meza González, op. cit., p. 156; Gerard Ronan, op. cit., p. 216; agn, Fondo Inquisición, vol. 1496, f. 278f y ss. 276 En el original, «Bartholo». Bártolo de Sassoferrato (Sassoferrato 1313-Perusa 1357): jurista italiano muy influyente en toda Europa. Creador del derecho privado común y del derecho continental. Antonio García y García, Derecho común en España. Los juristas y sus obras, p. 99 y ss. 274 275 Cristiano desagravio y retractaciones | 125 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Baldo,277 Mascardus,278 san León papa, el pontífice Adriano,279 con autoridades de Inquisición, y todo el derecho. Y si en mis informes hubiera cosa disonante al respeto que se debía lo revocaba mi letrado, como moderó algunas palabras dichas al señor fiscal, que están borradas. §40. En mi querella, por los motivos míos referidos y consecuentes, llamé a los señores insidiadores y que falseaban cédulas reales y bulas apostólicas por cuanto, recusando yo al tribunal, como está recusado en todo fuero, con parecer y alegación de los doctores Martínez y Palacios, y hallándose los señores justamente recusados y convencidos en la recusación,280 me intimaron, Vivae vocis oraculo (quod facit fidem in iudice humanam),281 cédula de su majestad y bula de su santidad, que dijeron habían pediBaldo degli Ubaldi (Perugia 1327-Pavía 1400): jurista italiano, profesor de derecho en diversas ciudades italianas. Alumno de Bártolo y autor de varios comentarios al derecho de Justiniano. 278 En el original, «Mascardo». El jurista Iosephi Mascardi (o Josephus Mascardus) fue autor de De probationibus (1593); pionero de la criminalística por la importancia que daba a la obtención de pruebas, Mascardus se basó en el derecho romano para establecer que «ningún esclavo puede servir como testigo». R. H. Helmholz, «The Law of Slavery and the European Ius commune», p. 28. 279 Adriano vi (Ultrech 1459-Roma 1523): pontífice de la Iglesia Católica durante un año (1522-1523). Fue tutor de Carlos i de España y regente de Castilla. 280 La recusación que Lombardo hizo contra los inquisidores, asesorado por sus abogados Martínez Cepeda y por García Palacios, era procedente de acuerdo con las instrucciones de Toledo, impresas en 1561 y validas para la Inquisición mexicana: «Si alguno de los Inquisidores fuere recusado por algún preso, si tuviere collega y estuviere presente devese abstener del conocimiento de aquella causa, y avisar al consejo, y proceda en ella su collega: & sino le tuviere assi mesmo avise al consejo: y en tanto no proceda en el negocio hasta que vistas las causas de sospecha el consejo provea lo que convenga». Eduardo Pallarés, El procedimiento inquisitorial, pp. 167-168; agn, fondo Inquisición, t. 1519, exp. 1. 281 «Aquí está el Espíritu de Dios (que infunde la fe en el juicio humano)». La expresión «vivae vocis oraculo» designa los decretos del papa expresados de viva voz. 277 Cristiano desagravio y retractaciones | 126 | de don Guillén Lombardo y Guzmán do para conocer de mí, las cuales recusé, lo uno por apócrifas, como consta en el proceso, y lo otro por incursivas, por reconocer que su majestad ni su santidad podían, a ley de justificados que son, otorgar a ningún juez conocimiento de persona presa en su poder; siendo recusado hasta oír la parte, pues era dar licencia para hollar la justicia y acumular agravios por informe de una parte, y no de otra que implica. Y, caso negado, se hubiera concedido tal, apelaba yo ante uno y otro fuero, como jueces solos competentes míos, informados con pasión, sin otorgar yo en dicho conocimiento hasta ser oído. Y aunque es verdad que todo esto y lo demás así pasó, no se ha de entender que obrarían tal insidia ni formarían tales despachos en lo ejecutivo, pues pidiendo yo que fuesen insertos en el proceso, no se hizo, señal que no los había, sino de palabra y de apariencia, y aunque la causa dio motivo al capítulo, la consecuencia da satisfacción a su fama; ni habían de incurrir en esta nota por efectos, sino por palabras que con el viento vuelan, y esto se demuestra por lo que se ve, pues no hay despachos semejantes en el proceso ni tal conocimiento se les concedió; ni habrían de profanar la justicia con siniestro achaque, que muchas cosas intiman jueces con potencia del oficio, y no por eso incurren en la obra, ni tal les pasa por el pensamiento. Y anoté la visita del señor arzobispo de México de inicua en este santo tribunal, y que su majestad fue engañado en la consulta de su provisión, por parecerme que no pudo ser juez visitador en dicho tribunal, por la consanguinidad y parentesco que tenía con el señor inquisidor don Juan de Mañozca, su sobrino, y por haber sido inquisidor, y por las causas que refiero en mi querella, en que digo fue sobornado el señor arzobispo por cuanto no visitó conforme el rey nuestro señor manda; y es su intención de deshacer agravios y lo demás, pues siendo yo el primero y el único Cristiano desagravio y retractaciones | 127 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que había de ser llamado como capaz y defensor de la verdad y celoso de las causas de su majestad, fui sepultado en el mayor olvido, con mayor agravio a mi parecer. Mas toda esta ponderación y sentimiento natural hallará en la piedad cristiana noble abrigo, y dichos señores inquisidores y señor arzobispo su entero lugar y la virtud patrocinada, porque sería olvido, y no malicia, el no guardarme a mí justicia ni llamarme como llamó [a] algunos; ni habría incurrido en mi censura de cohecho, pues ni era digno de su persona; ni estos señores, procediendo bien, habían de gratular282 a nadie, para disimular defectos, que sabían no tenían; ni recelarían ningún desorden, como afianzados en lo entero del proceder que tienen, con que sería más acción de sentimiento en mí esas [sic], que no averiguada queja. §41. Noté a los señores de hipocresía en sus visitas, diciendo que preguntan a los presos si han menester alguna cosa, en ocasiones muchas, sin dar lo que han pedido; a esto digo que mi censura en esto era temeraria: no obstante que es así que visitaban, era porque tanto se pedía; que si se había de acudir con todo, en cada visita era necesario el Potosí,283 y la caridad siempre ha de ser medida con la posibilidad, y ha de quedar para dar. Y si a veces padecían algunos grande necesidad y no les socorrían, sería o porque por esa vía descargasen las conciencias o porque el fisco estaba alcanzado y no habría. Por cuya causa a veces algunos de los señores por caridad cambiaban ropa de su casa y regalos a personas muy necesitadas, y algunos que 282 283 Gratular: dar el parabién a alguien. Alegrarse, complacerse. En el original, «Pothosi». Se refiere a la Villa Imperial de Potosí, ciudad al sur de Bolivia, que desde épocas prehispánicas se caracterizó por la plata que se extraía de sus tierras. Aquí Lombardo la utiliza como sinónimo de riqueza: para que los inquisidores visitaran a los presos, estos tenían que ofrecerles un Potosí. Cristiano desagravio y retractaciones | 128 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sabían como discretos, que tenían vergüenza de pedir, acudían vista su miseria, y a otros espléndidamente repartían lo que era necesario. Y dije, ponderándolo de crueldad, que me mandaron ahorrar de mi sustento tenue para otros menesteres; no lo dijeron porque salió de su motivo propio, sino del alcaide que informó que era yo tan parco en la comida, y tan debilitada ya la naturaleza (y era verdad), que ni un real de sustento podía gastar cada día, y lo demás sobraba. Y lo que se debía por cierta manera agradecer, lo afeé en mi querella, y cuanto yo pedía (que confieso era poco) me lo daban con muy benigna voluntad y pronta; y en vez de aplaudir la benevolencia, la vituperé en mi requesta,284 sacando de una acción que me parecía disonante muchos tropiezos, que al parecer de los otros más bien inclinados que serían muy cabales obras, y lo que a mí como ofendido me parecía delito, si no lo fuera, pareciera acierto. §42. Aunque afirmé en mi querella que los consejos y amonestaciones de los señores y algunos ministros eran astucias, lazos y oblectamientos285 para obligar a los presos [a] apostatar levantándose falso testimonio y enredar a otros, no se debe creer, y sería informe malo que me dieron, porque, siendo tan enteros y cristianos, no llevarían otro blanco más que reducir al ciego (que deben de saber lo es) en el camino recto, apartándole del oblicuo, en que va tan desviado. Y (aún) yo fui de parecer, según consta en mis cuadernos, que importan ministros inferiores muy capaces para persuadir con eficacia y caridad a los que ignoran cómo se han de guiar. Y algunas veces yo lo hice 284 285 Requesta: demanda o petición. Diccionario de autoridades. Oblectamiento: palabra inexistente en español, derivada del latín «oblectare» (divertir, entretener); podría interpretarse como «bromas» o «jugadas». Cristiano desagravio y retractaciones | 129 | de don Guillén Lombardo y Guzmán con los que platicaban conmigo, y sabe Dios con qué celo aconsejaba, y nunca osaba insistir con fuerza, intimándoles recelo de lo que habían de padecer; temiendo no fuese yo parte, que apostataran de la verdad, levantándose falso testimonio, confesando lo que no debían. Mas como esos señores tienen el oficio mejor, sabrían cumplir con sus conciencias de lo que yo podía entender; y si algo de esto ha sucedido, que por temor o persuasión prevaricaron, tendrán los señores seguridad en sus almas y estarán sin escrúpulo, por cuanto amonestan que no lo hagan, y deben morir primero que degenerar de la verdad cristiana. Con que nadie presuma en adelante que no irían con tanta atención cuanta la delicadeza de la materia pide y requiere, pues no ignoran que no hay otra más peligrosa que la del alma, honra, vida y hacienda, todo en una sola palabra. Ni concluye lo que dije, que si mil católicos perfectos como yo estuvieran en poder de los dichos señores inquisidores, usando con ellos lo que conmigo y con los portugueses han usado, que los novecientos y noventa y nueve, aunque fuesen cardenales, príncipes y prelados, estando de por medio el interés, habían de salir por moros, judíos, herejes penitenciados, o morir por negativos. Pues como yo (mediante Dios) he defendido en tantos años mi pureza, lo mismo harían los demás que no lo deben; aunque la naturaleza humana es frágil, y un tormento y su temor abate al mayor candor a veces, y esta ponderación mía era más criminal, que bien fundada, como se deja entender ahora. §43. Y no obstante que ponderé en mi querella que el conato286 de los señores inquisidores en tantos años de aflicción y civil 286 Conato: esfuerzo, empeño, aplicación y cuidado grande en la ejecución de alguna cosa. Diccionario de autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 130 | de don Guillén Lombardo y Guzmán muerte era para obligarme a apostatar, se debe aprobar por juicio temerario mío; y querer juzgar con desacierto, y aunque me decían que descargara la conciencia, de [lo] que yo me escandalizaba, sabiendo el cielo y la tierra mi católica pureza, no se debe entender que intentasen tal, conforme yo interpreté con saña, sino que sería ceremonia que acostumbra el Santo Oficio; y muchas acciones y palabras son de estatutos de los ministros, que no incluyen más malicia de la que el malicioso quiere acumular, para el fin que lleva. Ni se puede presumir con apercibo cándido que tal deliberasen, que eso era hacer guerra a letra vista a la verdad y su pureza, y se había de colegir por infalible que lo que en mí se hizo así sería en todos; así que tal no intentaría, sino honrar al puro y convertir impuros; revoco la calumnia, afijo la sinceridad y anulo la presunción por temeraria y por indigesta. §44. Condené en mi querella por felonía287 el inserto secreto del dicho Santo Oficio, pareciéndome lo era guardar y obligar a guardar secreto en cosa que disuena a la justicia, fe y confianza recomendada, como los dichos capítulos contravenían (a mi ver) a todo; juzgué que el bien obrar se debía pregonar, para glorificar a Dios y ensalzar al rey, en los ministros rectos, y que el mal obrar se debía publicar para la enmienda. Además, el secreto de ese tribunal se entiende, en los testigos y cómplices, que no revelen unos a otros sus dichos y, en los letrados y ministros, que no divulguen el estado de las causas hasta tanto sean liquidadas. Mas no hay decreto de su majestad ni del pontífice (ni puede haberlo) que obligue a nadie guardar secreto con sus agravios ni en los ajenos, ni ocultar horrores en ningún 287 Felonía: engaño, falta de fe, deslealtad, traición y alevosía. Diccionario de autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 131 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ministro, que son o que parecen disonancias;288 ni Dios nuestro Señor tal puede otorgar con ser él solo absoluto, por ser tan justo, ni los señores pueden ignorar esta verdad ni condenar en mí por transgresión el sacar a la luz cuanto me parecía era yerro y maligno obrar, porque eso fuera tomar licencia contra el rey y la Iglesia y obrar con el pretexto del secreto cuanto intentaren, sin recelo del castigo; y en esta parte diga del cielo y su majestad si está bien condenado o no. Con que si dichos mis capítulos me parecían tan legales y mis agravios tan patentes, ¿quién es el monstruo que osa afirmar que contravine a lo que el rey, papa y Dios no mandan? Y si ahora me corrijo en mi querella, modificando mis censuras y retractando lo criminoso de ella, mirando con atención cristiana el peso y calidad de la materia, no excluye mi justicia ni mi acción a ella; entonces, cuando la había fulminado, que cada día están las cosas de diferente valor y se allanan conforme la prudencia y la ocasión enseña, sin caer, entonces, en tanto desvarío que no tuviese apoyo en la menor prudencia, ni ahora en tanta nota, que no tenga en los señores mismos patrocinio, así que ese parecer legitimado es verdadero, justo y obligatorio, y no lo siendo, es inadvertencia el redargüir y achacar lo que por abstruso es aplaudido. 288 La tácita ley del «secreto» establecía que ninguna persona debía manifestar ni publicar ningún asunto relativo al proceso inquisitorial. Para el Santo Oficio, este secreto constituía la base de su poder y su autoridad, «pues cuanto más secretas son las materias que en él se tratan, son tenidas por sagradas y estimadas». ahn, Inquisición, t. 1278, 331v. Este secreto, además, era una salvaguarda ideal que sus jueces, cubiertos por el anonimato, no fueran aborrecidos ni castigados por nadie. En respuesta, los detractores del tribunal blandieron después el argumento de Mirabeau: «Dadme al juez que plazca: parcial, venial, incluso mi enemigo, poco me importa, con tal de que no pueda hacer nada sino de cara al público». Eduardo Galván Rodríguez, El secreto en la Inquisición española, p. 10. En este sentido, Lombardo anticipa a Mirabeau, al establecer que solamente la transparencia del proceso —y no el secreto— podrían garantizar la verdadera justicia. Cristiano desagravio y retractaciones | 132 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §45. También reargüí el secreto de callar los nombres de los testigos, y no soy yo el primero, como consta a su majestad y al Consejo que sobre esto y lo demás se hizo, y dije que los que pidieron dicha bula para ello engañaron a su santidad y a su majestad, por parecerme que acontece cada día, así en los tormentos como del recelo de ellos; por dar en uno que se alega por testigo, vacila y calumnia a veinte por redimir la vejación. Mas contra esto está también la causa de haber pedido dicha bula, porque sucede que seis o siete hacen un ayuno hebreo juntos y, preso uno de estos, si supiera el nombre del testigo que depuso de él, callara los demás y no se descubrieran, con que parece que la mira inmediata era que nadie ocultase cómplices. Y mirado bien en esta parte, es importante y debido medio, y no multiplicaran personas los jueces, que viven temerosos de Dios, por más que de ello fui informado, ni pondrán testigo supuesto por verdadero. Que aunque sean mortales sujetos a los comunes precipicios de esta frágil vida, pues ni se santifican ni pueden decir que son santos, no se ha de entender, con razón fija y fundamento exacto, que sacerdotes que profesan en público tanta virtud, que en secreto no cumplan con igual candor de sus conciencias; que no hay que argüir de mi dolor, lo mismo en los otros que le prenden, porque aunque yo me querellé, los otros no, o porque no tendrán de qué, o por juzgarse desvalidos, aunque se hallen querellosos. Que no hay mortal que no se caduque, ni hombre que no sea proclive a sus justificaciones propias; que no nos basta a los que vivimos hollando decir de ello daremos cuenta; que es preciso más al ultrajado buscar remedio, que no al otro sin Dios, ni [es] ley matarle, ni nunca se apercibe que obra en nada bien, aquel que impide que el desvalido que abate intente el desagravio y su justicia. Por cuya causa no han tenido a mal en mí, el intentar el refugio de mi rey y la justicia, pues no ignoran, ni el mundo, que me sentí Cristiano desagravio y retractaciones | 133 | de don Guillén Lombardo y Guzmán oprimido; solo llegarían a sentir de que con tal y tanta vehemencia tan extraña, altercara su decoro en mi querella, mas si en eso erré como humano, ahora lo enmiendo para mayor blasón de sus personas y más honra de sus cristianas luces. §46. En mi querella toqué casos individuales sucedidos, quizá con detrimento del proceder y del abono de los señores inquisidores, por tanto parece justo satisfacer en todo con el candor debido y sana intención que se les debe, sin que nada quede indeciso. Dije que Francisco Correa, sus hermanos y otros que salieron por judíos y penitenciados, que no lo eran, ni debían serlo, fundándome en sus propias confesiones que hicieron al principio y lo que ellos mismos me informaron con sinceridad, porque nada ocultan [los] presos que se comunican entre sí a solas, y por lo que oí platicar a solas entre ellos, que decían [que] estaban locos pensando quién les había acusado, por no hallar testigo en los cargos, sino ellos mismos, presos todos juntos, y que confesaron luego que habían ayunado cuando se les fue apuntado el ayuno, pero que fuesen maldecidos y condenados si tal habían oído que era malo, ni quien era Moisés, sino que ayunaban así para mayor penitencia, pensando que todos hacían lo mismo, y que creían en la fe de Cristo como cuantos había en el mundo. Bien se deja creer de una parte el afecto y sinceridad, y en esto me parece no agravé nada contra los señores inquisidores. Por cuanto materias ventiladas y litigadas en todo tribunal, tienen varios votos de los que oyen, y lo que uno aplaude por muy justo, el otro lo condena, y no por eso será injusto. Y la misma plebe murmura a veces lo que este tribunal aplaude; y como la mía fue querella, pude agravar en esto, como en otras cosas, [en] lo que pude engañarme. Y mirándolo de otra parte con atención, parece que se debe aprobar lo que dicen les había dicho el in- Cristiano desagravio y retractaciones | 134 | de don Guillén Lombardo y Guzmán quisidor Argos, que debían de ser los primeros judíos cristianos del mundo, porque difícil parece (aunque no repugna) que, siendo hombres ya, no entendiesen que esa forma de ayunar no era de la Iglesia y, por consiguiente, parece no se excusan de malicia, o a lo menos tenían (al parecer) obligación [de] saber cómo ayuna la Iglesia si había algún escrúpulo, [a] menos que les disculpe la ignorancia crasa; con que en mi voto no fue nada ofensivo, porque es común en todos censurar. Y me dijo a mí un familiar, que había venido de ver un auto, que no ataba ni desataba y que eran tan judíos como él los que allí sacaron, y puede ser que él lo fuera, como ellos, según dijo. §47. Con dicho motivo de que confesaron el ayuno sin fin legal de la observancia de la dicha ley, que nunca dicen habían oído, dije en mi querella los hacían judíos, no lo siendo, y traje un ejemplo sobre el caso definido en favor de los católicos de la Etiopía ante su santidad, con autoridad del muy eminente y docto cardenal Cayetano,289 que habiendo el obispo Zagazabó290 dado la obediencia en nombre del emperador de la Etiopía, el señor Preste Juan291 a la Santa Sede Apostólica, y hecho protesta de la fe, Tomás Cayetano (Gaeta 1469-Roma 1534): cardenal dominico y diplomático del Vaticano, que debatió públicamente contra Pico della Mirandola y Lutero. La historia que cuenta Lombardo pudo provenir de un libro escrito por Fray Luis de Urreta, donde el obispo Cayetano discute con un fraile llamado Tomás acerca de las costumbres de los etíopes. Fray Luis de Urreta, Historia eclesiástica, política, natural y moral, de los grandes y remotos reinos de la Etiopía…, p. 467. 290 Zagazabó, o Saga za Ab, fue un embajador etíope que visitó Europa de 1527 a 1533, en representación de su rey, Lebna Dengel. Sus declaraciones sirvieron al humanista portugués Damião de Gois para hacer la primera descripción del cristianismo etíope. 291 De acuerdo con una leyenda de origen medieval, Preste Juan (o Beldigian) era el título que adoptaban los emperadores cristianos de Etiopía cuando eran elegidos. Según esa versión, el primer Preste Juan descendía de los reyes magos y su imperio se 289 Cristiano desagravio y retractaciones | 135 | de don Guillén Lombardo y Guzmán fue preguntado «¿por qué ayunan y se circuncidan los dichos etíopes como los judíos, bautizándose juntamente?» El cual respondió, «porque Cristo nuestro Señor así ayunaba y se circuncidó y se bautizó también», y el libro de Abethilis y Manda292 (que son los santos evangelios) que los dejó santo Tomás,293 su apóstol, no les enseñó otra forma de ayunar.294 Y vista la sinceridad y la inocencia rara de la dicha gente, se definió que no era más pecado en los cristianos etíopes ayunar como ayunan los judíos ni circuncidarse con el bautismo, porque Cristo nuestro Señor se circuncidó, se bautizó y ayunó así, que azotarse un cristiano localizaba en la India. Urreta ubica su hipotético reino en Etiopía, un reino cristiano más viejo que China, el cual jamás había sido conquistado. Fray Luis de Urreta, op. cit., p. 83. Cervantes también menciona al «Preste Juan de las Indias» en el prólogo a Don Quijote, tomo i, p. 19. 292 En el original, «Abutilis y Manda». Abethilis y Manda era un libro que los etíopes consideraban canónico y «de infalible verdad». Según Luis de Urreta, ahí se reunían ocho textos que, «según ellos decían, eran tradición ciertísima que los compusieron los apóstoles estando todos juntos en Jerusalén, antes que se dividiesen por el mundo a predicar el santo Evangelio». En esos libros se establecían algunas costumbres etíopes —como la circuncisión, el ayuno y el descanso sabatino— que los cristianos europeos consideraban propios de los judíos. Fray Luis de Urreta, op. cit., pp. 460 -461. 293 Según la tradición, santo Tomás el apóstol fue el evangelizador de Siria, de Persia, de China y de la India, como relata el apócrifo Hechos de Tomás. En su obra perdida Fénix de Occidente San Tomás Apóstol, Carlos de Singüenza y Góngora sostuvo que santo Tomás había predicado en las Indias, donde se le conoció como Quetzalcóatl. Esta tesis había sido ya manejada por Antonio de la Calancha en su Crónica moralizada del orden de San Agustín en el Perú y fue retomada luego por Servando Teresa de Mier en un célebre sermón pronunciado en la basílica del Tepeyac en 1794. 294 Cuenta Urreta que Zagazabó respondió así a los que cuestionaban la costumbre etíope de ayunar y circuncidarse: «Solo el fin que tenían en la circuncisión era mandarlo aquellos ocho libros de Manda y Abethilis […] y por devoción y amor de Cristo, que pues nuestro Redentor se circuncidó a los ocho días, y derramó su sangre divina», de modo que circuncidarse «no es más pecado que lo es azotarse, por conformarse con Cristo azotado en una columna». Fray Luis de Urreta, op. cit., pp. 466, 467. Cristiano desagravio y retractaciones | 136 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de la Europa, porque nuestro Señor fue azotado, quitado el escándalo, que entre ellos no lo hay por ser costumbre heredada. Y esta paridad se entendió y se entiende equipotente, en los dichos que dicen ayunaban en esta forma sin fin legal e intención de la observancia de la ley de Moisés (si es verdad que alguno de ellos dijo de llevar dicho fin), ni en ellos había escándalo, por cuanto nadie los había visto ayunar así, y que era para mayor penitencia, juzgando que todos hacían lo mismo. Mas probado en los dichos, o en cualquiera que tuvieron fin legal en el ayuno, y con designio de la observancia dicha, como gente hebrea y crédula de esa ley, claro está que son judíos, judaizantes en cuanto pueden, que basta, y por ese motivo dije que los señores eran rabíes de los tales, porque ellos dijeron que no siendo judíos les hicieron y les enseñaron la malicia del ayuno. Pero esto no se debe entender, sino que les enseñaron y abrieron sus ojos, dando a entender que no era ayuno de la Iglesia, y tenía malicia legal, y no por eso les hicieron judíos, si ellos no lo fueran, sino sus padres, que dicen les enseñaran la forma sin advertirles nada. Y con dichos motivos, dije en mi querella que los señores sustentaban este judaísmo por adquirirse opulencias, por lo que alega Mariana295 de los cristianos (que llaman nuevos) que pasaron a Aragón, cuyo nombre y memoria se apagó en veinte años, como finos católicos que se mezclaron con los otros en ca295 Juan de Mariana (Talavera de la Reina 1536-Toledo 1623): teólogo e historiador, uno de los más influyentes y polémicos pensadores de la Compañía de Jesús. Su monumental obra Historia de rebus Hispaniae (1592) sentó su fama como historiador, mientras que De Rege et regis institutione (1599) causó polémica en algunos países por su defensa del regicidio: un derecho que el pueblo podía ejercer contra su rey en caso de que se convierta en tirano. Su tratado Tractatus de monetae mutatione (1609) le causó problemas con el rey Felipe iii, por eso la Inquisición lo procesó en 1610, aunque ese mismo año quedó en libertad. Martínez Baracs sugiere que sus ideas y su carácter pudieron influir en Lombardo, op. cit., p. 81. Cristiano desagravio y retractaciones | 137 | de don Guillén Lombardo y Guzmán samiento. Pero esto sería ponderación criminal, por cuanto no se debe entender que intenten sustentar esta labe,296 por ningún objeto, sino antes extirparla con desvelo y pesarse de que nadie vaya desrumbado con levísimas intenciones. Ni lo dije de mi motu propio, sino de varios susurrantes, así españoles como portugueses, cuyo natural común (como hombres) es el murmurar y añadir a casos sucedidos, que nunca faltaron émulos a nadie; si la virtud no queda tan patente como el día, ni siendo notoria, está exenta de esta labe para que redunde después en mayor honra, opposita iuxta se posita magis elucescunt,297 dice el filósofo. La calumnia opuesta a la virtud da más luz a sus reflejos, porque no fuera virtud sino se contradice, ni fama verdadera se logra sin fatiga y contradicción emulosa. §48. Si yo excusé la simplicidad de los dichos en ese género de ayuno, me parece que tuve en los fundamentos verdadero estribo. Y también puede ser que los dichos, y otros de este jaez, se fingirían inocentes e ignorantes del fin legal; que el que parece simple en lo exterior, a veces es veneno en lo interior. Y pues que los señores inquisidores lo sacaron, sería con bastante desempeño y averiguación; en la final malicia que obras que salen a lo público no se agravian con ninguna contradicción, ni las secretas tampoco, habiendo para ello fundamento y cada día se revocan y se anulan las sentencias de los tribunales y de jueces muy expertos y muy doctos, por gravosas e injustas, aunque confieso que deslustra mucho a su estimación por cuanto incurren nota, en el mundo y el cielo, que desfallecieron de la rectitud, y se 296 297 Labe: mancha, deshonra, desdoro. «Las cosas opuestas entre sí tienen más brillo». Frase atribuida a Aristóteles, que santo Tomás de Aquino retoma en su libro De malo. Cristiano desagravio y retractaciones | 138 | de don Guillén Lombardo y Guzmán presume (y muchas veces se averigua) que fue de malicia, que es peor. Y aunque noté en mi querella, por lo que me parecía en mí mismo y casos referidos, que no prenden a ninguno, o muy pocos, con justa causa a la primera instancia, y que después de presos hacen causa, será siniestro informe y parecer mío por lo dicho, porque de uno ni de veinte que sean así presos no se debe sacar la consecuencia en todos, aunque también los señores son humanos y no pueden ser sus obras tan perfectas que alguna acción no tengan de mortales; y aunque sea así en muchos, parece que es el oficio el inquirir, después de presos, la forma del vivir y proceder de los que prenden con indicio leve, de donde resulta el proceso, a veces muy justificado, si la materia fuere tal, y no harán en esta parte, sino con mucha atención y advertido proceder, que esto de judío es cosa que tiene mucha sutileza en descubrirlo como tan secreto y disimulado. §49. También en mi querella reprobé la prisión grande que hicieron, por simple deposición de Francisco de Robles,298 que dice se fingió judío con las Blancas, para ir calando a los que ellas le nombraban observantes. Pareciéndome que un testigo solo no era bastante para prender en cosa tan grave; según dispone el derecho, a lo menos dos: in ore duorum vel trium stat omnis veritas.299 Se trata de Gaspar de Robles (San Vicente de la Vera 1609-¿?): comerciante portugués, miembro de la familia Enríquez, a quien sus tíos Enrique y Francisco Home convirtieron al judaísmo. Aconsejado por su confesor, se autodenunció ante el Santo Oficio el 26 de marzo de 1641. Sus declaraciones sirvieron para aprehender, un año después, a un gran número de portugueses. Eva Alexandra Uchmany, op. cit., p. 76. 299 «En boca de dos o tres está la verdad de todos». Expresión usada como norma jurídica. La frase viene de Mateo 18, 16: si autem non audierit, adhibe tecum adhuc unum vel duos, ut in ore duorum testium vel trium stet omne verbum, es decir: «Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra». 298 Cristiano desagravio y retractaciones | 139 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Y aunque a todo fiel cristiano incumbe el celo de la rectitud en la administración de la justicia, como al juez que la profesa, más obliga a quien más alcanza; con que dicha gente portuguesa, como lisiada en esa secta, puede ser que, en opinión de otros, se podían prender con menor indicio. Que la conciencia se regula por diversas sendas: unos la tienen amplia300 y otros temerosa; y en el justo juicio de Dios, mejor es la segunda, que no la primera. Ni esa reprobación mía, me parece, fue ofensiva a la justificación de los señores, ni en cuanto dilaté sobre las causas de los portugueses, pues son materias indiferentes a la probabilidad de leyes, y no son demostrativas verdades en el derecho; y se ventilan entre doctos: unos murmuran y apoyan otros. Y discurrí sobre la contestidad301 de las Blancas,302 que se comunicaban como gente envidiosa, y las falacias de Alfaro,303 con que intentó engañar, escribiendo tantos horrores y locuras ignorantes, que, se presume, sería por congraciarse como hombre facineroso y atroz que era, contra la pureza de nuestra santa fe, como se sabe en el mundo ya, que me parece no [ha] habido otro que le igualase, y para minorar su castigo, acumularía millares de testimonios sin fundamento, como parece en su contexto. Juzgando que semejante no era válido testigo contra nadie, todo lo cual disculEn el original, «ampla». Contestidad: facultad de ser testigo conteste, declarando sin discrepar en nada lo mismo que ha declarado otro, sin variar en el hecho ni en sus circunstancias. 302 Se trata de Blanca Méndez Rivera y sus hijas María, Isabel, Margarita, Catalina y Clara, que en la comunidad portuguesa eran conocidas como «las Blancas». 303 En el original, «Alfaro». Se refiere a fray Gaspar de Alfar, o Gaspar de los Reyes: un impostor, originario de Villa de Lepe, España, que con papeles falsos y sin licencia pasó a Nueva España, donde se fingió sacerdote para celebrar misas, confesar y bautizar. Aprehendido en la Habana, fue utilizado por los inquisidores para espiar a los reos, especialmente a Simón Váez Sevilla. En el auto de fe de 1648 fue condenado «con 300 azotes y galeras de España al remo y sin sueldo, perpetuas e irremisibles». Eva Alexandra Uchmany, op. cit., p. 87. 300 301 Cristiano desagravio y retractaciones | 140 | de don Guillén Lombardo y Guzmán pa el celo y el cuidado de ese tribunal con atención mirado, porque, como dichas Blancas eran los archivos (al parecer) en que estaban en depósito secreto los demás, parece convenía que se pusiesen tan a mano que se pudieran comunicar para desabrochar mejor sus pechos y no guardar ocultos cómplices; y no tendrían el designio de contestarlos, que eso, ya se ve, no era lícito ni cristiano en esta parte. Ni Alfaro ni sus dichos hallarían más crédito con los señores que el que se veía muy patente, por lo que dispone en su desabono304 el derecho y la misma causa. Y todo esto alegué, por lo que la gente agravada me informó con queja lastimosa contra Alfaro y las Blancas que este capítulo no comprehendía a los señores más que en lo permisivo que nacía del cristiano celo, a donde no se mezcla malicioso aliento; y como yo me pude engañar en mi dictamen (según dice el presidente Covarubies [sic]), es bastante satisfacción de cualquier yerro el confesarlo así: que dichos portugueses (que ya no llamo judíos, pues son cristianos convertidos o herejes reconciliados) me informarían mal y con dolor que causa pasión, pues dicen que los señores inquisidores les intimaron eran sus enemigos y que los portugueses éranlo también suyos; mas esto se debe calificar que los señores lo dirían por lo que aborrecen su incredulidad y sus delirios pertinaces y no por ser enemigos de sus personas con odio ni venganza que disuena a quien conoce nuestra fe divina. §50. En mi querella, alegué que esos señores inventaron nueva circuncisión, que llaman retajadura,305 contra lo prescrito de la fe en la Sagrada Biblia. Quizá sería informe falso que me dieron, En el original, «disabono». Desabono: perjuicio que se hace a otro en el crédito, fama, reputación o hacienda. Diccionario de Autoridades. 305 Retajar: cortar circularmente una porción del prepucio, circuncidar. 304 Cristiano desagravio y retractaciones | 141 | de don Guillén Lombardo y Guzmán lo uno y lo otro, puede ser verdad, que así lo habían averiguado los señores inquisidores que algunos lo usan. Que aunque los portugueses no se circuncidan, [a] menos que entren en las sinagogas, puede ser que se den alguna retajadura o piquete en honra de la circuncisión, sin querer circuncidarse porque no se descubran; lo cual averiguado, parece, podrán llamarse circuncisos. Mas advierten los judíos, lo que se debe advertir cristianamente para el desengaño de su bárbara ignorancia, que es locura si lo hacen, y no es circuncisión más que bautismo; pues es de fe en el Antiguo y Nuevo Testamento que todo lo que no es cortarse todo el prepucio es herejía creer que queda circunciso; como también con el bautismo, todo lo que no es bautizarse con agua pura, en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, no es bautismo válido, sino falso y erróneo. Pero los que pretenden y profesan ser judíos en secreto ¿qué diligencias no harán para serlo? Y lo vienen a hacer con el intento, ya no con las obras adecuadas, por cuya causa dije que no se sacaban judíos en los autos, ni lo eran sin la circuncisión perfecta, que es el carácter de la ley escrita y sacramento antiguo que hace judío, como el sacramento del bautismo en la ley de gracia hace cristiano; lo cual dije en todo rigor, como de buena razón así se deja entender. Sin embargo, no les excluí de judigüelos,306 dignos de reprehensión caritativa, por sus ayunos y absurdos, los cuales vienen a ser judíos catecúmenos307 que deben de aguardar el tiempo y la venida del mesías para circuncidarse, y no lo harán, de miedo, en España, como la chusma que fue a busJudigüelo: «el hijuelo del judío, y cierto género de arvejas». Sebastián de Covarrubias Orozco, Tesoro de la lengua castellana o española, p. 492. Voz coloquial por «judío». 307 Catecúmeno: persona que se está instruyendo en la doctrina y misterios de la fe católica, con el fin de recibir el bautismo. Neófito de cualquier doctrina. 306 Cristiano desagravio y retractaciones | 142 | de don Guillén Lombardo y Guzmán car el río Sabático;308 y advierta su frenética miseria, que no les basta la intención de circuncidarse para ser judíos verdaderos, por cuanto pueden (ya que viven ciegos) pasar a donde pueden serlo y guardar sin recelo esa secta que profesan. Así que no son judíos en rigor ni son cristianos, por la consiguiente, sino una nueva resulta y composición infesta de malos cristianos y de judíos malos, hermafroditas verdaderos. §51. Ni esta verdad niegan los mismos señores inquisidores, diciendo que ni son cristianos ni judíos, como no lo son, que se ha de entender por cuanto no observan la ley de Moisés con todo requisito, conforme manda el Éxodo y Paralipomenon,309 y lo prescrito en la Biblia. Y, en rigor, basta la intención de apostatar para merecer la corrección y medicina salutífera: aunque no hayan llegado con efecto a delinquir en ejercicio, si dicha intención se puede averiguar, y aunque nunca tenga intención de ser judío uno, sino que en su alma lo detesta, si otro le embiste intentando apostatarle, por cuanto habiendo reprendido al agresor, y visto que con el consejo no llegó a absolverse, si no le acusó al tal, incurre la censura del Santo Oficio por disimulado. Y se presume que quien calla, otorga, y quien oculta crimen de lesa majestad, ofende según el derecho de re militari,310 de donde sigue que, aunque no sean en rigor judíos ni cristianos, En el original, «Sabathico». Según Urreta, el río Sabático nace en la Etiopía y corre hacia el Cabo de Buena Esperanza; se le llama así porque «corre todos los seis días de la semana, con tan grande ímpetu y caudal, que se lleva tras de sí las piedras y arranca las peñas que encuentra, y el sábado descansan sus aguas sin menearse». Fray Luis de Urreta, op. cit., p. 73. El historiador Flavio Josefo también lo menciona, aunque lo ubica entre «Arcas y Rafanea, ciudades del Rey Agripa». Historia de las guerras de los judíos y de la destrucción del templo y ciudad de Jerusalén, p. 313. 309 Paralipomenon: nombre griego y latino de las Crónicas del Viejo Testamento. 310 En el original, «de re milit.». «De asuntos militares» o «de lo militar». 308 Cristiano desagravio y retractaciones | 143 | de don Guillén Lombardo y Guzmán son judíos todos aquellos que intentan serlo con obra exterior, como es el ayuno legal, o con palabra, como es enseñar, callar, profesar, desear que fuese enseñado en dicha ley. Y sabe Dios que cuando yo oí la forma de observancia de estos, que ha poco que tal alcancé, ni entendí jamás, ¿en qué consistía ese judaísmo y perfidia? Fue tal la indignación que tuve contra ellos, que si la caridad cristiana no me obligara a refrenarme, les quisiera borrar del mundo, si poder tuviera, por ver cuán ciegos e incapaces son; pues no siendo observantes de ley conforme el mundo ve, se ponen a ser judíos a retazos, arrojándose del gremio de la Iglesia por un ayuno loco, rindiéndose al suplicio, afrenta, dolor y pérdida de bienes. Y me parece vivo celo y obligatoria esta advertencia contra la ceguedad tan sumergida en sus almas, para que de ella se retiren y vivan entre fieles como tales. Y quede por concluso en este epílogo que esos señores, como expertos en los ludibrios y cautelas de estos que son hebreos, sabrían sus veredas, sin que nadie aperciba que habían de oprimir a nadie ni juzgar lo que no fuese bien deliberado y competente al fuero, celo y cristiano intento; y que dichos judíos están de los judíos y de sus sinagogas excomulgados, sin que ellos los tienen por tales, como lo afirmó Abraham Parente,311 Rabí Africano, pretendiente en la corte, diciendo [que] no eran más judíos que el cristiano. Asimismo, condené por apócrifa en mi querella lo que se vierte de los judíos que ultrajan los santos Cristos y semejantes injurias contra las cosas sagradas, por el motivo y motivos dichos, porque, si ellos son judíos, no lo harán si son observantes de esa ley que veda tal, y todo judío dice que es contra su profesión; si son cristianos, ya se ve 311 Personaje desconocido. «Abraham Parente» puede traducirse como «Padre Abraham». Cristiano desagravio y retractaciones | 144 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que no lo harán, pues implica. Pero como son mixtura de ambos, y judíos en la profesión intencional, no es mucho que lo hagan, pues algunos casos semejantes están en las historias de Francia, y los hombres y los tiempos son igualmente inicuos, con que a veces no implica que suceda algo de eso. §52. Califiqué la afirmativa que no eran judíos los dichos penitenciados con ejemplos de los que así salen y después pasan a reinos heréticos adonde viven católicos con oratorios y con sacerdotes, como lo vio su alteza el señor infante cardenal, pasando por los estados de los Grisones312 cuando fue a Flandes, que parece sí lo fueron, allí lo profesaran donde estaban libres de recelo. Y aunque esta razón concluye al buen discurso, puede ser que viven bien por bien convertidos, habiendo vivido antes mal; aunque la [sic] axioma dice: quo semel est imbuta recens servabit odorem, testa diu.313 Y puede ser también que dichos portugueses fuesen muy católicos siempre, y viéndose convencidos con testigos falsos, o apretados del recelo o del tormento, dijeran que eran judíos, queriendo primero pasar plaza de eso, que no morir, que suceden casos tales en todos tribunales, de que los jueces (quizá) no tendrán la culpa. Como tuvo el alcalde Bueno, que mató injustamente en un tormento a uno que le atormentó a él con su vista hasta morir también; que algunos castigos permite Dios en unos porque otros escarmienten, y no El cantón de los Grisones ocupa actualmente la región más oriental de Suiza. Durante la Guerra de los Treinta Años era una federación compuesta por tres ligas, y tuvo una gran importancia estratégica ya que se encontraba justo entre el Milanesado, el Tirol, el estado veneciano, Francia y varios cantones suizos protestantes. 313 «El vaso conservará por largo tiempo el olor de la primera sustancia que contuvo». Horacio, Epistolae i, 2, 69. 312 Cristiano desagravio y retractaciones | 145 | de don Guillén Lombardo y Guzmán lo hacen. Y lo que se vio en la audiencia de Quito:314 visiblemente los demonios, representando los ministros todos de esa sala, sentenciando un pleito algunos años prorrogado, y permitió la gran bondad de Dios que llegasen los demonios a despachar, con más clemencia que no los hombres, que ya parece llegan a ser peores, y más ahora, pues ha tan poco que sucedió. §53. Y no obstante que es verdad notoria que pasó un portugués a África a profesar la ley de Moisés, diciendo que le habían enseñado en la Inquisición de Lisboa siendo cristiano viejo, no sigue esta tragedia en este Santo Oficio: ni una golondrina hace verano, ni se debe presumir que dichos señores hayan intentado ni intenten tal dolor por ningún amago. Y puede ser que mentiría, porque parece que si él hubiera sido fiel cristiano, aunque con el dolor y sus ahogos se dejara apostatar, diciendo era judío, no lo había de seguir después ni vengar en su alma propia lo que no pudo en la ajena. Y era sacerdote, que es más horrible, y estos desaciertos, ni herejías tan enormes, jamás se han visto (sea Dios bendito) en nosotros los seglares: porque Arrio,315 Sergio,316 Lutero, Calvino, Zwinglio,317 Cassallo [sic], Villalpando318 y aún Judas eran sacerdotes inventores de tantos monsLa Audiencia y Cancillería Real de Quito fue el más alto tribunal de la corona española dentro del Virreinato del Perú. Estaba regido por el Tribunal de la Inquisición de Lima. 315 Arrio (Libia 250 -Constantinopla 336): ermitaño y sacerdote de Alejandría; se opuso al dogma de la Santísima Trinidad, afirmando que la naturaleza del Hijo era distinta e inferior a la del Padre. Fue condenado como hereje por el Concilio de Nicea. 316 Sergio (ca. 565-ca. 638): patriarca de Constantinopla, creador del monotelismo, que admitía en Cristo una doble naturaleza, humana y divina. Fue condenado como hereje por el Tercer Concilio de Constantinopla. 317 Ulrico Zwinglio (Wildhaus 1484-Kappel am Albis 1531): presbítero suizo, fundador de la Iglesia Reformada Suiza. 318 Juan de Villalpando: originario de Garachico, Tenerife; fraile carmelita y presbítero que dirigió una congregación de «alumbrados». Fue aprehendido en 1627 por 314 Cristiano desagravio y retractaciones | 146 | de don Guillén Lombardo y Guzmán truos y, no obstante, no perjudican al sacro sacerdocio. Porque conviene, según el apóstol, que haya herejía, oportet haeresim esse,319 para que el engaño se distinga de la verdad pura, con más ardor y perspicaz acierto que las avispas y abejas se distinguen en los panales: aquellas las engendran de veneno y estas de miel y de dulzura; y aunque son una forma de animales se producen efectos tan distintos, vida y muerte. No se debe acumular que con una sombra santa se ha de fomentar triaca320 y ponzoña; si bien el siglo luctuoso está tan exuberante de malicia prava,321 que apenas se distinguen por las causas, efectos son los que intiman desengaños. Por eso, ninguno advertido bien increpe mi aprehensión del proceder de los señores inquisidores, porque demás de lo que dispense el sentimiento, humana contemplación también disculpa; pues son humanos como todos y los que obran en lo público a vista del recelo a veces se descuidan sin recelo y faltan a la integridad debida. ¿Qué mucho es que maliciara yo, por mis ahogos propios, desproporciones del secreto?, y aunque pudiera refrenarme con paciencia, ¿quién es aquel que en todas ocasiones es discreto, cabal y reportado? Esto es condenar el propio precipicio y confesar lo frágil de que soy compuesto. Y vengo a ser tan acordado, que lo que pareció monte desde lejos, estando cerca, no es más que congelada nube que luego desvanece. Y como quien se engaña con refracciones de la vista, en un diáfano y transparente cuerla Inquisición de Sevilla. Marcelino Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, p. 171-172. 319 Debe decir: oportet haereses ese. «Es necesario que haya herejía». 1 Corintios 11, 19. 320 Triaca: composición de varios simples medicamentos calientes, en que entran por principal los trociscos de la víbora. Su uso es contra las mordeduras de animales e insectos venenosos y para restaurar la debilitación por falta del calor natural. Diccionario de autoridades. 321 Pravo: perverso, malvado y de dañadas costumbres. Cristiano desagravio y retractaciones | 147 | de don Guillén Lombardo y Guzmán po, juzga está partido lo que está entero; y en la óptica le parece verdadero lo aparente, y en la perspectiva vivo lo que no tiene ni consiente vida. Que como el alma en este cuerpo corruptible anhela caducando, y estamos tan sujetos a nuestro propio sentimiento, vivimos delirando, y el más sabio, sujeto al mayor yerro; como Salomón,322 Orígenes323 y yo por diferente rumbo. Y lo que nos pareciera bien si el dolor no nos acosara, nos parece, al contrario, enorme, cuando duelos acometen; porque la vejación instiga, el horror solicita, la aprehensión imprime, el entendimiento aviva, la voluntad ciega y todas las potencias se conciertan para intentar remedio y disipar ahogos; que un gusano hace acción de sentimiento y dolor cuando le maltratan, y san Agustín dice que hizo experiencia de ello para ver si el alma material es indivisible o no, y esto es natural en toda especie de vivientes. §54. En mi querella ponderé que los señores inquisidores no convertían a nadie con rigores y opresión, por parecerme que la conversión ha de ser libre reducción y persuasión a nuestra santa fe, y sin apremio; y pues dichos reos no vienen espontáneos, sino violentos al gremio de la Iglesia, juzgué no era conversión. Y aunque así está definido por la Iglesia: fides non est Salomón gobernó el reino de Israel entre 970 a. C. y 930 a. C., aproximadamente. Fue hijo del rey David y es considerado el monarca más justo, rico y sabio de la Biblia, pese a que mandó matar a su hermano, de que tuvo un gran número de concubinas y a que en su vejez adoró dioses paganos, como Astoret y Milcom. 1 Reyes 1-11; 2 Crónicas 1-9. 323 Orígenes (Alejandría 185-Tiro 254): discípulo de Clemente de Alejandría que es considerado padre de la iglesia oriental, pese a suponer que el Hijo de Dios estaba subordinado al Padre y asegurar que tanto los justos como los pecadores se reunirían con Dios al final de los tiempos. 322 Cristiano desagravio y retractaciones | 148 | de don Guillén Lombardo y Guzmán oprimenda, sed persuadenda,324 en que se fundó aquel famoso estadista Mos de la Pluma [sic], que contradijo [que] entrase en Francia [la] Inquisición por esa causa, erró con su licencia por no ser teólogo; que esa definición se entiende de los infieles y gentiles, que no pueden apremiar, sino persuadir a que se conviertan. Pero a los que están bautizados se puede obligar, a donde hay orden para ello, a que guarden la fe que recibieron, y están obligados de guardar en virtud del sacramento bautismal, como cristianos que son, y mucho más a los que la profesan en público y la detestan en secreto, cuyos ejemplos se hallan en las sagradas letras del Antiguo Testamento, adonde Dios castigaba a los hebreos que estaban circuncisos, cuando se apartaban del conocimiento idolatrando, y aún se puede castigar con muerte luego a cualquiera que fuese convencido de apóstata, según el Deuteronomio,325 por el ejemplo de Jozabed326 y otros; conque por esta vía no se llaman convertidos, sino oprimidos con justicia a cumplir la obligación que tienen, como en las cosas morales la justicia ordinaria hace. Mas por cuanto en esta obligación no se les violenta el albedrío, pues pueden morir con su yerro, se puede llamar conversión y ellos convertidos, aunque sean obligados a ello; y los mismos señores inquisidores lo dicen, como experimentados, que los dichos reos no se convierten sino de miedo (algunos, se entiende), que no todos dejan de entender su ignorancia, y Dios alumbra a veces las «La fe no ha de ser opresiva, sino persuasiva». Los versículos que amenazan de muerte a los apóstatas dicen: «Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, […] y perezcáis pronto de la buena tierra que os da Jehová». Deuteronomio 11, 16-17. 326 En el original, «Jozabe». El moabita Jozabed era uno de los siervos de Joás, rey de Judá, que se rebelaron contra su amo y le dieron muerte, castigándolo por haber sustraído los tesoros de Jehová y por haberlos entregado a Hazael, rey de Siria, cuando este invadió Judá. 2 Crónicas 12, 21. 324 325 Cristiano desagravio y retractaciones | 149 | de don Guillén Lombardo y Guzmán almas olvidadas de su luz y destierra de ellas la obstinancia.327 Conviértanse ellos bien es lo que importa, que sea libremente o con opresión, si hay obligación de ello, no hace al caso; que los señores hacen en esta parte cuanto pueden, y si no se convierten de corazón, a lo menos de boca sí, y lo interno solo Dios lo sabe y lo externo por los efectos se conoce, que mucho ayuda el amor, caridad, ejemplo, lástima y santa vida. §55. Y no implica lo que dije en mi querella, que por uno que debe ese delito se encadenen ciento, por los ejemplos que cada día hemos visto que nacen del recelo, y pretender alivio; aunque de esto no tendrán la culpa jueces, si no ponen medios para ello, y menos los señores que amonestan con la verdad, y si les apremian será porque habrá causa legitimada para ello; y pues ellos lo dicen, parece que lo deben; si bien he visto confesar a uno, en un tormento, un hurto de la custodia del Santísimo Sacramento que no hizo, y murió por ello; y de allí a dos años el que lo había hecho lo confesó, ajusticiado setenta leguas adelante. Con que el juez que procede justamente no obliga a nadie [a] apostatar, mas si procede mal, no tiene duda, como procedió el dicho juez que Dios castigó después, que llegó a mendigar, y sus hijos, porque con leve indicio le puso en un tormento, solo por haber faltado aquella noche de su casa y no más. Y cuando los señores llegan a dar tormento, bien se debe entender que es con ocasión bastante, por más que lo repugnen dichos reos. Y aunque yo acriminé codicia por objeto principal de este empeño, será malicia mía, y los efectos más bien desmienten esa mancha, que no satisfacciones; y su majestad, que Dios guarde, no lo debe de ignorar, con cuya grandeza ni vale mi lisonja ni se apadrina mi desabono, 327 Probablemente quiera decir «obstinación». Cristiano desagravio y retractaciones | 150 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sino lo justo en todo. Si pues no consiguen mayor premio que el que nace del ensalzamiento de nuestra santa fe, a todos pido [que] se les dé la palma que merece tal vigilancia y cuidado, sin que el voto de mi querella lo impida; y que dichos reos merecen ser llamados judíos y corregidos por sus ayunos y judaísmos bárbaros, porque nuestra santa fe no consiente obras disonantes a la profesión cristiana, por pura, ajena de ceremonias de otras sectas: bonum ex integra causa, malum autem ex quocumque defectu;328 que cualquier discrepancia basta para entender que van errados y fuera de la senda como ciegos, ignorantes. §56. Lo que acriminé en mi querella en la causa de Juan Pacheco de León, alias Salomón Machorro,329 diciendo que le admitieron al gremio de nuestra santa madre Iglesia siendo infiel y sin ser bautizado, ya se ve que, si en ello erré, fue por el informe del mismo León, y sería engaño, porque no habrían dado crédito a sus contradicciones, que dijo primero [que] era bautizado y después que no lo era, y al fin volvió al primer dicho, sino a pruebas auténticas de que lo era, y por huir del castigo diría que era judío nacido en Pisa, como dijo hasta resolverse a la verdad. Que claro está [que] si hubieran averiguado que no era bautizado no lo habían de admitir a la comunicación de fieles, que «El bien procede de una causa íntegra, el mal de cualquier defecto». Frase del Pseudo-Dionisio Areopagita en De divinis nominibus, iv; citada por santo Tomás, Suma de Teología, partes i-ii, cuestión 18, artículo 4. 329 Juan Pacheco de León, o Salomón Machorro, era un joven, natural de Antequera, que a la edad de 20 años se embarcó a la Nueva España para buscar a su padre. Establecido en México, se dedicó a instruir a la comunidad judía y fue de los primeros arrestados durante la persecución de 1642. A partir de 1649, fue compañero de celda de Lombardo, quien lo ayudó a urdir su defensa; en 1650 se le reconcilió con trescientos azotes y condena de ocho años como galeote. Eva Alexandra Uchmany, op. cit., p. 83 (nota a pie). 328 Cristiano desagravio y retractaciones | 151 | de don Guillén Lombardo y Guzmán esto fuera atroz hecho y sacrílega herejía, y no se debe presumir tan grande yerro en la cristiandad y su profesión, además [de] que cuando las materias no se pueden liquidar con pruebas, por estar la parte fuera de la jurisdicción, sí se ha de guiar uno por el rigor del derecho y las leyes; cuando el dicho León no fuera bautizado puede ser que el juez halle en su conciencia que ha de juzgar por el primer dicho, libre y espontáneo que se presume en lo moral lo cierto, y el segundo con malicia, como en otros casos en todos tribunales del mundo. Con que si no es bautizado parece que él tiene la culpa. Aunque confieso que en materia del alma no se debe guiar el hombre por lo rígido de las leyes, sino lo pendoso [sic] de la Iglesia, puesto que lo más seguro es muy cercano a Dios, que todo lo demás es delinquir al parecer de tiranía y crueldad. Con que dichos señores habrían probado muy plenariamente que estaba bautizado, pues quien desea salvar a otros parece no intenta condenarse a sí ni a la fe por su capricho y corazón ardido. Y aunque dije en mi querella que extendían redes para buscar caminos para afrentar a todos, unos por billetes,330 otros por pláticas, otros por varios, otros por diminutos, otros por decir en el tormento, y lo demás ocultando con esto la prevaricación que ponderé, esto será falso informe que me dieron los reos apasionados, porque no cabe en cristianos pechos tal horror ni tal veneno ni intentar estrago semejante con cautelas, sino porque escarmienten dichos portugueses en no prevaricar a otros ni dejarse prevaricar de nadie, ni de sí mismo, ni osen de cautelas, sino de cándido proceder y voluntaria confesión, sin intentar engaños. 330 Billete: papel pequeño doblado en formas diversas, con que recíprocamente se comunica la gente en cosas de poca consecuencia, y se evita la equivocación de los recados, tan común en los familiares. Diccionario de Autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 152 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §57. Y agravé en mi querella la pregunta que hacen los señores inquisidores a los que dicen [que] ayunaron: «¿en qué cuenta se tenían, si cristianos católicos o judíos?» Porque si son confitentes331 del ayuno, parece que no los condenan por judíos, pues preguntan en qué opinión se tenían, y que no se satisface la conciencia aunque digan el ayuno observado, en que parece hay cooperación en este aprieto y querer conocer con violencia del corazón interno, que solo Dios podrá escudriñar. Y aunque esto parece de una parte recio y prohibido, de otra parte es muy prudente y advertido, como de personas capaces, sin incurrir (al parecer) en lo dudoso ni oblectar332 en lo confitente ni avocar333 jurisdicción interna. Por cuanto ven los señores como prudentes que dichos reos no tienen más amago que un ayuno (que basta in foro legis),334 preguntan lo dicho para que digan con más llaneza el error del pecho, por cuanto la Iglesia no juzga de lo oculto, y por examinar si tenían fin legal en el ayuno; y aunque digan [que] se tenían en estimación de católicos, parece que implica, siendo confitentes del ayuno, pues la pureza no consiente acción mixta de ajenos ritos. Y también harán la pregunta para excluir las dificultades de los susodichos que dijeron vivían católicos confesando el haber ayunado sin el fin legal. Y aunque todos los capítulos de mi querella parece no tienen en lo físico ninguna duda en su verdad, por lo claro y contestidad a los primitivos manantiales, toda vía en lo moral Confitente: el que confiesa, y en el estilo forense se toma por el que ha confesado su delito. Diccionario de autoridades. 332 Latinismo derivado de «oblectare»: divertir, entretener. 333 Avocar: llamar ante sí algún tribunal superior y traer los autos de alguna causa, citando las partes litigantes y sacando el proceso de otro tribunal inferior. Es voz forense y sale del latino avocare, que significa llamar a otra parte. Diccionario de autoridades. 334 «En el foro de la ley». 331 Cristiano desagravio y retractaciones | 153 | de don Guillén Lombardo y Guzmán puede obrar más la sutileza en mí, que no lo sería en congruencias vivas; como san Agustín confiesa de su propio ingenio, que si los fundamentos dieron materia al reparo, no debían de dar fomes335 a la malicia, habiendo en el candor precisiones metafísicas para todo. Que esto tengo de miserable y prono, que el corazón sencillo y santo ha de guiarse por la humilde y sana intención, condenando propias acciones y excusando con bondad ajenas, dando el mejor sentido a todo. §58. Lo que refiero con ejemplos en mi querella, que usaron de insidias para que los reos contestasen, sería también siniestro aviso que me dieron, además (quitado lo principal que toca a este punto), bien se podía hacer, como de buen deseo y caridad, en las circunstancias accidentales, para que tuviesen causa más corriente y mejor, y para aliviarlos. Que como todos están confidentes en lo principal del judaísmo, hic et nunc,336 conforme el derecho, antes es nativo bien del prójimo el darle luz en las demás ocurrencias, para que se abonen rectos confitentes, mostrando en esto benevolencia y piedad cristiana; que todo cuanto el juez y bien intencionado puede obrar de bien, en dar alivio al desconsuelo, es justo y compasivo abrigo. Y aunque es verdad lo que refiero en mi querella de casos tan atroces sucedidos, con emulación y rencor de las compañías entre sí, como vengativos e irritados del dolor humano, unos contra otros, acusándose malignos, no será la intención de los señores que tal hiciesen, ni creasen discordia para enredarse ni buscar causa por esta vía contra ellos; sino por vía de alivio compasivo, para que, animándose unos a otros, y platicando, diesen 335 336 Fomes: causa que excita y promueve algo. «Ahora y nunca». Cristiano desagravio y retractaciones | 154 | de don Guillén Lombardo y Guzmán treguas a las fatigas; que en esa miseria no hay otro consuelo mayor. Aunque muchos, ya con la costumbre de la soledad, más bien se hallan solos por huir controversias tales. Pues no hay bruto más vengativo que el hombre ni más rápido en sus resoluciones cuando se ciega; y esto comúnmente sin ocasión bastante. Y no es nuevo en esta vida ciega el atribuir el bien al mal, y más cuando efectos contingentes dan lugar a la malicia. David fue argüido de inicuo, siendo ya profeta santo y penitente; Abel fue envidiado por victimar lo mejor en holocausto al cielo; Noé fue afrentado por reprehensor del vicio y predicar del mundo la ruina; Miqueas337 fue abatido por verdadero celo; Daniel fue perseguido por descubrir los dolos de los sacerdotes;338 Abraham fue increpado de su propio padre y afligido de los caldeos por adorar al verdadero Dios; Jacob fue engañado de su suegro Labán por favorecido en el aumento de sus bienes;339 José fue vendido a ismaelitas de sus hermanos por soñar su dicha;340 san Juan evangelista murmurado fue de san Pedro, por reclinarse sobre el pecho de Cristo, temiendo no le despojara de la primacía por favorecido; y el mismo Dios fue calumniado de su misma gente, en sus divinas maravillas y En el original, «Micheas». Miqueas: campesino y profeta del Antiguo Testamento, que se caracterizó por defender al pueblo hebreo frente a los abusos de los aristócratas. 338 Daniel: profeta judío, autor del libro del mismo nombre. Durante el reinado de Ciro, «el persa», Daniel demostró al rey que su dios Bel no era quien comía las ofrendas que le dejaban en su templo, sino sus sacerdotes. Daniel 14, 1-22. 339 Labán era el padre de Lea y Raquel; cuando Jacob le pidió a Raquel como esposa, Labán accedió a cambio que lo sirviera durante siete años. Cuando el tiempo se cumplió, Labán engañó a Jacob entregándole a Lea, en vez de Raquel. Génesis 29, 1-30. 340 «Y cuando pasaban los medianistas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto». Génesis 37, 28. 337 Cristiano desagravio y retractaciones | 155 | de don Guillén Lombardo y Guzmán benéficos favores; en todos siglos predomina ese voraz duelo, tan fecundo de miserias. Porque la virtud se afina con el fuego de la contradicción y repugnancia humana, en tanto que afirma san Jerónimo que no es virtud la que no se contradice y se calumnia, para que sepan sus quilates; es como el oro, que se refina en un crisol a fuego fuerte del reverbero, y llama mediocre no distingue su pureza; y luego se purifica con copela,341 después se prueba con la piedra toque, para que, pasando por ensayos tan reales, quede en la estimación universal de toda ley, tan acendrado342 que nadie puede achacarle de mixturas falsas ni aparentes. Con mucha más razón permite Dios que la virtud y bien obrar se purifique con censuras contrapuestas, porque, como es el oro corriente que en el cielo pasa, a no ser liquidada con la prueba y riguroso ensayo de la vida humana, no podrá tener la estimación de vida ni los quilates puros sin aquella prueba. Por si acaso (aún al parecer mundano) tuviese alguna lama o dudosa escoria, conviene se repugne hasta tanto que el mismo ensayador que rechazó su precio vuelva con mejor acierto a publicar aquel valor intrínseco que tiene, tan subido, que no solo se estima por lo que es, sino por mucho más de lo que alcanza como tesoro oculto; que solo Dios penetra su riqueza y su valor supremo. §59. Ponderé también que a los menores se señalaban, en dicho tribunal, tutores y defensores a los alcaides y porteros, pareciéndome apariencia fantástica de justicia, y por vía de cumCopela: plato pequeño y poroso fabricado con ceniza de huesos calcinados y prensados en el que se funden pruebas de oro o plata con mercurio bajo entrada de aire. Claude Priesner y Karin Figala, Alquimia. Enciclopedia de una ciencia hermética, p. 76. 342 En el original, «encendrado». 341 Cristiano desagravio y retractaciones | 156 | de don Guillén Lombardo y Guzmán plimiento, y que debían ser personas abonadas, para que, si por falta de defensa peligraren los menores, habían de dar cuenta de ello los tutores saneados conforme a derecho. Mas esto será bastante y sobrado nombramiento, por cuanto los señores saben que los menores estarán convencidos, y cualquier apariencia basta para ese efecto, y que, cuando no estuvieran convencidos, conocen los señores en su misma justificación que no harán cosa opuesta a la justicia; y como esta equidad dimana del tribunal abonado en su verdad, y no de defensores que se nombran, viene a ser lo mismo un pobre que un rico; porque jamás sucede que ninguno haya sido llamado a juicio por semejantes tutorías. Y discurrí que cuando muere alguno en las prisiones dichas, se llaman por edictos sus conjuntos, para defender su causa y bienes; y en saliendo alguno a la demanda, también le prenden y le sacan por judío. Esto no lo apliqué a este Santo Oficio de México, que nunca oí tal de los señores ni se debe presumir; en Portugal, notorio caso es que sucedió. Que conforme son los jueces así son sus obras, ni se debe condenar a muchos por lo que uno ni otro desfallece de la rectitud. Y puede ser que el tal también sería de ese crimen anotado, que casos hay tan contingentes que parecen hechos con inicua mira, mas equilibrados en balanza justa y atención de peso se hallará que no. §60. Y dije en mi querella que los letrados que se dan a los reos son otros enemigos más, por cuanto no alegan cosa alguna en el derecho más de lo que alega el mismo rudo en su abono. Y esto sería ponderación mía, en virtud de los informes ajenos y desviada del abrigo que profesa tribunal tan noble, porque parece que los abogados no habían de seguir ajeno parecer, estando juramentados a la defensa, ni habían de lisonjear a los señores Cristiano desagravio y retractaciones | 157 | de don Guillén Lombardo y Guzmán con daño de sus propias almas; y caso que no alegan en derecho será por ser confitentes ya los reos; y es superfluo gastar tiempo en lo que no se debe ni es necesario. Y de una parte excusé a los señores consultores, diciendo que ignoran las malicias que encareció, por cuanto los procesos se crían a solas de los señores inquisidores y se consultan ya digestos; y de otra parte dije que, sin embargo, tienen [la] obligación [de] ver y averiguar principios, causas, testigos y circunstancias, antes de otorgar sus votos. Mas esto se allana en el discurso, y no pondrían dolo los señores y padres consultores ni calificadores en la verdad de los señores inquisidores, y porque verán claras las verdades, confesiones o negaciones muy patentes, sin incurrir escrúpulo sus votos. Ni se debe presumir en los señores otra cosa opuesta a la verdad y celo que profesan ni poner achaque a donde la salud está entera, ni nunca lo pusiera yo, si mi dolor y mis aprehensiones no me hubieran incitado con tanto ahogo y dilatado agravio. Y si los señores juzgaron que no obraron con agravio mío, en esto se engañarían como humanos, o que yo no me engañaría en lo que juzgué. §61. Y por mi querella consta que acusé a los señores inquisidores de usurpantes de la adoración dulía,343 por cuanto Simón López, Francisco Fonseca, Francisco Blandón y otros les hablaban de ambas rodillas; y aunque a mí me dio escándalo, no tenía fundamento de ello, pues señores tan capaces no lo permitieron porque fuesen adorados, y si lo consentían era porque los dichos en ello porfiaban. Y, mirando bien, yo había de ser el primero que les había de hablar con muy sumiso obsequio, si tuviera humildad perfecta, como a sacerdotes que represen343 Dulía: culto que se les da a los santos. Cristiano desagravio y retractaciones | 158 | de don Guillén Lombardo y Guzmán tan a Dios: ego autem dico, vos dijestis.344 Y argüí también que se dejaban asimilar a la Santísima Trinidad, por cuanto Baltazar de Oviedo dijo que esos señores eran tres, como la Santísima Trinidad, en quienes reina la santidad; y claro es que no habían de hablar al dicho sotoalcaide tan atroz blasfemia, para que lo intimase a nadie, ni sabrían tampoco del desvarío, pues lo habían de increpar como se ve. Asimismo, acriminé que negaban la potencia de la Virgen para valernos, por cuanto Francisco Nieto confesó, que, dándole tormento, clamaba: «¡Virgen santísima, valedme, que me sacasteis tres veces del agua ahogado!», y que dijeron: «Pues ahora no os ha de valer». Cuyo lenguaje no se ha de entender como Nieto y yo lo ponderamos, pues es notorio que nadie más devoto de la soberana Princesa de los ángeles y Reina del universo que los dichos señores, sino que, como dicho Nieto era reo del judaísmo, que no le había de valer ni amparar nuestra Señora en no confesar la culpa imputada, sino, antes, le había de desamparar para que la dijera, pues no daría amparo para ocultar malicias; con que era dar sentido ajeno de la intención con que se dijo. Que no hay acción que la malicia humana no aplique a la peor parte cuando se siente agraviado o, lo que debemos los cristianos atender a la sinceridad y sana interpretación de todo, que, cuando nos dejamos llevar de nuestros precipicios, estamos como brutos desbocados y como avispas buscando entre las flores alguna maletia [sic] para cebarnos del veneno y, rumiándolo indigesto, parece reventamos con lo que sirve de mejor sustento; como el animal que traga el verde trigo con rocío y luego entumece345 con que muere, chu- Debe decir: ego autem dico, vos diligite. «En verdad os digo amaos (los unos a los otros)». Mateo 5, 44. 345 En el original, «intumesce». 344 Cristiano desagravio y retractaciones | 159 | de don Guillén Lombardo y Guzmán pamos el veneno como víboras y luego lo vomitamos con ajeno daño; estamos hechos pescadores, enredando con falaz anzuelo al descuidado en el vivir honrado, y permite el cielo que nos enreden otros, porque por donde pecan los hombres se castigan y, con los lazos que echamos, venimos a ser enlazados. Y es dichoso, y de Dios bendito, aquel que sabe desordenar los nudos y las redes que trabó, para que, si cazó con malicia, restituya346 con conciencia, sin defraudar a nadie de lo que era suyo; que todo hombre es engaño, y cuanto más ofendido, furibundo, mas no hay mayor verdad que el sabio desengaño; feliz de aquel que sabe reprimir impulsos iracundos, porque vive angélico, siendo humano, y arrisca347 aplausos, en oposición de oprobios. §62. Acriminé de asesinos y de homicidas a los dichos señores, por la autoridad de san Agustín y del proverbio en las sagradas letras que dice: «aquel que no oye el clamor del pobre y no le guarda su justicia, y dilata su miseria, le mata; y si se muere, cooperó en esa muerte»;348 pareciéndome que las que en dichas prisiones suceden con dilaciones, que concurrían los señores en ellas, pudiendo, al parecer, atajarlas con la brevedad cristiana que se debe. Esto estaba indubitable, si los señores tuvieran el defecto y no las causas y las dependencias, así que la causa de esas retardadas, es común en la disculpa, que no podrán más. Y como en esto estaría yo ciego, con mi propio dolor, ahora pido a Dios que me alumbre, para que vea mis defectos; y aunque es verdad que toda brevedad consiste en manos de los jueces que viven En el original, «restituye». Arriscar: poner en peligro, riesgo o aventura alguna cosa o persona. Diccionario de autoridades. 348 El versículo dice: «El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará y no será oído». Proverbios 21, 13. 346 347 Cristiano desagravio y retractaciones | 160 | de don Guillén Lombardo y Guzmán temerosos de Dios, tendrían los señores algún impedimento que yo no alcanzaba, y los reos muchas dependencias, que son forzosas se liquiden juntas, o algún arcano oculto que yo no penetraba, con que no sigue que concurren en las dichas muertes, desesperaciones ni locuras alegadas. Que aunque la ocasión es fuerte, no hay fatiga que no venza el hombre si él quiere y, llegando el llamamiento destinado, tampoco habrá resistencia al morir, aunque estuviera uno en el terreno paraíso; que bien creo que tanto desean despachar los señores como los mismos que padecen, como a veces lo han dicho. Y aunque dije en mi querella que las retardadas nacían de dos motivos, el uno por oprimir y el otro por consumir el fisco, será invectiva conjetura mía, porque se ha de presumir que son celosos vasallos de su majestad y desean socorrer las necesidades reales en cuanto es posible, procurando ahorros de gastos excusados; y lo otro, si fuera la tardanza por aplicar en sí lo embargado, más competente parecía el despachar de presto, que no gastar en tantos años con el preso, que viene a ser mucho en dilatado tiempo. Ni parece la dilación por oprimir, que eso era con prejuicio de su majestad; y si los presos no han ofendido a los señores, no cabe ocasión para venganza, y cuando hubieren ofendido, parece que disuena a lo cristiano que profesan sacerdotes, agravar con extorsiones vengativas al que está rendido a su orgullo. Y aunque dije que me habían dado veneno (que lo son calamidades), ya se ve [que] sería aprehensión siniestra mía, que si una vez estuve muy enfermo, pareciéndome nacía de eso, por cuanto bebí en chocolate como confección349 que olía a botica, según lo 349 En el original, «conficción». Confección: compuesto de varios simples, preparado con el punto correspondiente al uso que ha de tener o a la materia a que se ha de aplicar. Diccionario de autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 161 | de don Guillén Lombardo y Guzmán declaré al doctor, nacería de la imaginación vehemente que yo tuve, que muchas veces mata; porque no se ha de entender de señores tan cristianos tan nefando hecho, con que cese la queja en la verdad de aprehensión siniestra y apasionado apoyo mío. §63. Y por las causas referidas del dicho mi proceso, pareciéndome que esos señores no se guiaban por las evidencias (a mi ver) patentes de la fe y del derecho, les anoté en mi querella criminal de despreciadores de los cánones sagrados, conforme san Mateo en el capítulo 26;350 mas parece que deliberé quejoso, antes de haber experimentado cuerdo, pues no había visto su sentencia y aún eso mismo en tantos años de horror y sentimiento me podrá disculpar en la católica prudencia de todos. Y por dichas ocasiones, cargos y alegaciones, taché las letras y capacidad de los señores, pareciéndome que todo hombre insigne en las ciencias a la primera vista se hallará convencido y satisfecho antes de fulminarse cargos semejantes, mucho más, después; más bien se reconoce mi ignorancia y vana presunción mía de mí mismo, pues son doctores graduados en las facultades que profesan, y muy capaces y experimentados en otras ciencias, sin ignorar lo que la profesión obliga que se sepa, y consumados en el oficio que ejercen, sin que en esto hay que ponderar más de lo notorio. Que siendo yo un ciego, tanto presumí que di a entender que veía, y no vi lo que debía; y desdeñé ajenas letras, como si yo tuviera voto más que en mis rudezas propias; me ocupé en ese escudriñar ajenas vidas y me olvidé 350 La referencia es oscura. El capítulo 26 del evangelio de Mateo habla sobre la última cena, la traición de Judas y la captura de Jesús. Acaso Lombardo se refiere al versículo donde Jesús condena a sus ejecutores: «A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido». Mateo 26, 24. Cristiano desagravio y retractaciones | 162 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de la mía. El primer escalón del desacierto humano es entender que sabe, porque sobre esto funda su malicia o su aprehensión, y cuanto en sí dibuja le parece hermoso; y no hay ninguno más sujeto a un engaño que el que más sabe, aunque no presuma de ello, porque sciencia inflat,351 la sabiduría hincha, y cuando está en el crisis352 del discurso, entonces peligra en la cadencia y delirio, con que el humilde sabe, y solo sabe quien salvarse sabe. §64. Y lo que dije en mi querella de otras inquisiciones, ponderando [que] viven sus ministros de unos mismos duelos, unos más y otros menos, lo revoco. Porque si estos señores inquisidores obran con afecto, celo y con verdad exacta en su secreto, lo mismo harán todos, sin incurrir en detrimentos contra la rectitud y la clemencia que profesan; y cuando unos degeneren como hombres, otros habrá que procedan como ángeles. Y lo que dije de la prisión del señor conde duque,353 conforme los pretextos y la causa, empresa que llegó a este reino el año de cuarenta y cinco, fue por parecerme todo repugnante, así en los efectos como en la sabia consistencia de las muchas facultades que he estudiado y en las experiencias verdaderas que he tocado en ellas con obligación precisa del desengaño. Porque, muy bien alcan- «La ciencia hincha» o «La ciencia envanece». La fuente es 1 Corintios 8, 1, donde se lee: «En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica». 352 No debe confundirse «la» crisis (en el sentido de «situación mala o difícil») con «el» crisis, entendido en el sentido que le daba Baltazar Gracián: el crisis como examen y juicio que se hace de algo después de haberlo examinado cuidadosamente. Su obra El criticón está subdividida en capítulos llamados «crisis». 353 Lombardo se refería a los rumores sobre el arresto del conde duque de Olivares, entre otras cosas, porque se decía que dominaba al rey Felipe iv mediante hechizos, y que tenía un diablo (un «familiar») metido en una muleta para que le ayudara en sus decisiones. Caro Baroja, Vidas mágicas e Inqusición, vol. i, pp. 99 y ss. 351 Cristiano desagravio y retractaciones | 163 | de don Guillén Lombardo y Guzmán zo, no hay ciencia mágica, sino fingida y falsa, ni natural que pueda en su virtud obrar ningún efecto preternatural, sino todo fantasía de ignorantes tradiciones; y esto dice quien lo sabe, ni es mucho que en esto yerren los que nunca la penetraron con la ciencia y su experiencia como cosa oculta, que tampoco se esmeran en el estudio de ello. Pues yerran los prudentes en lo natural por falta de experiencia y del estudio sabio, pregonando simples (y se creen) que hay efectos muy patentes, siendo no solo falsos, sino repugnantes y contra toda naturaleza y natural filosofía, como son la piedra filosófica,354 sal fusible,355 fijación de mercurio,356 del precipitado y proyección357 del croco martis358 y quintaesencia del antimonio,359 el oro potable,360 aceite de Piedra filosofal o Lapis philosophorum: es el bien supremo de los alquimistas, la substancia codiciada que el adepto podía preparar, y con la cual se realizaba la transmutación del metal en oro de la manera más eficaz. Claude Priesner y Karin Figala, op. cit., p. 288. 355 Sal fusible: sal que se puede fundir. En la alquimia hay tres acepciones del término «sal». La primera designa a la «sal común», es decir, al cloruro sódico (NaCl). En la segunda acepción, a cualquier sustancia soluble en agua que se parezca a la sal común, como el alumbre, la sosa o la potasa. La tercer acepción se debe a Paracelso, y se utiliza para las sales incombustibles y no fusibles. Ibidem, pp. 421-422. 356 Fijación: proceso alquímico para solidificar de nuevo un líquido o una solución (en este caso, el mercurio). Ibidem, p. 359. 357 Proyección: operación consistente en introducir una sustancia en el metal que se va a transformar. Ibidem, p. 333. 358 Crocus: nombre de algunas uniones de metales que van del pardo rojizo al amarillo. El crocus martis, en concreto, es un hidróxido férrico de color castaño (Fe2O3 . xH2O) que se forma por precipitación con lejía alcalina a partir de sales triférricas y que al secar o calentar se convierte en hematita deshidratada. Ibidem, p. 166. 359 Antimonio: elemento químico de número atómico 51. En la alquimia designaba originalmente un polvo fino llamado también antimonita o estibnita, y era una variante gris-negra del trisulfuro de antimonio (Sb2 S3). Servía para la fabricación de ungüentos y cosméticos. Ibidem, pp. 73-74. 360 Oro potable, o aurum potabile: fármaco líquido de gran poder, preparado con oro, que los alquimistas consideraban un «elíxir de vida». «Se creía que el aurum potabile formaba un líquido pesado, oleoso, de color amarillo subido o rojo rubí». Ibidem, p. 92. 354 Cristiano desagravio y retractaciones | 164 | de don Guillén Lombardo y Guzmán talio,361 transformación de Venus362 y fijación de Luna en Sol363 que pregona con blasón la química y espagírica;364 siendo todo bruto desvarío, visto, manejado y palpado por mis propias experiencias, expensas y estudio, pues no hay ciencia que pueda transformar en una especie distinta otra sino la divina sabiduría. Mucha mayor ceguedad es la de encantos, cifras, caracteres, familiares y otros desvaríos tan vertidos. Solamente por algunos justos juicios suyos permitió Dios nuestro Señor (a veces) obras en virtud de espíritus malignos, para segregar lo puro de lo infesto y desengañar la ceguedad gentílica; mas hoy no hay tal ciencia que se llamó mágica o nigromántica, para que con encantos ni invocaciones puede nadie obrar ningún efecto, ni hay Clavícula de Salomón365 ni puede haber transformaciones sino los metamorfoseos fabulosos de Ovidio y los poetas ethniLos alquimistas llamaban «aceites» a las sustancias húmedas y grasas que causaban la elasticidad, cohesión e inflamabilidad de los cuerpos. Ibidem, p. 19. Van siempre unidos a una sustancia base, en este caso al «talio». Como el elemento que hoy se conoce con tal nombre fue descubierto hasta 1861, quizá Lombardo escribió «talio» para referirse a un «thallus» o talo: a una rama de vegetal verde o fresca. 362 El planeta Venus se vincula en la alquimia con la diosa Afrodita, con el principio femenino, con el cobre y con el color verde. Ibidem, p. 255. De acuerdo con esta analogía, la «transformación de Venus en Sol» designa al proceso mediante el cual el cobre se transformaría en oro. 363 La Luna se asocia con la plata (cuyo símbolo gráfico es una media luna) y con el mercurio, mientras que el Sol se relaciona con el oro y con el azufre. La «fijación de Luna en Sol», por tanto, podría aludir a la solidificación de la plata en oro, o bien, a la solidificación del azufre junto con el mercurio. Ibidem, pp. 247, 290, 326 y 383. 364 Originalmente, la espagírica o espagiria era el arte de preparar la piedra filosofal mediante un proceso de análisis y de recomposición. Ibidem, pp. 333-334. Paracelso llama espagiria a la alquimia puesta al servicio de los médicos, a quienes recomienda: «aprended pues de la Alquimia, también llamada Spagiria, y ella os enseñará a discernir lo falso de lo verdadero». Paracelso, Obras completas, p. 162. 365 La Clavícula de Salomón o Clavicula Salomonis es un libro mágico del siglo xiv o xv atribuido al rey Salomón. Según Caro Baroja, en él «se rastrean influencias griegas, babilónicas y egipcias» además de «un marcado elemento astrológico»; 361 Cristiano desagravio y retractaciones | 165 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cos;366 y me parece justo que ello se intime al mundo y novelero367 vulgo, sujeto al crédito, para que no peque en el acento, ya que no hay efecto en la virtud y desatino. §65. En esta parte, no agravé nada contra los señores inquisidores que prendieron al señor conde duque, porque sería en virtud de las deposiciones ignorantes que en dicha causa fueron referidas. Los jueces muchas veces se disculpan con el celo bueno, por cuanto les parece verdad por el estilo común, y como no se han experimentado en estas facultades, se guían por el vulgar torrente. Y como yo sabía el candor cristiano con que él vivía, pues cada día comulgaba, y de otra parte fui testigo [de] que en San Lorenzo no había tal embuste de encanto implicatorio, salí por la defensa de quien yo amaba, reconocido a los beneficios que me hizo, criándome desde mi niñez y honrándome el rey nuestro señor con su abrigo; ni era hombre tan incapaz, que no sabía por sí y por los que tenía a su lado, que eran quimeras, y sin fundamento más que inventivo; ni hay familiares mas que en los colegios, Santo Oficio y epístolas de Cicerón; ni había de admitir la sinagoga que se dijo, con su propio acuerdo, si no por el de todos los consejos reales, como el papa y otros príncipes cristianos las admiten; ni tenía el dicho Alcorán en su librería, sino por vía de curiosidad, como lo tiene San Lorenzo El Real. Que claro está que viendo los señores inquisidores la consistencia lábil, habían de despreciarla como tal. Que aunque el Santo Oficio no mancha al noble heredero de la fe cuando aunque fue prohibido reiteradamente, este grimorio «se copiaba y recopiaba» en pleno siglo xvii. Caro Baroja, op. cit., pp. 162 y ss. 366 Ethnico: lo mismo que gentil. Es voz griega, de quien la tomaron los latinos. Diccionario de autoridades. 367 Novelero: amigo de novedades, ficciones y cuentos. Diccionario de autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 166 | de don Guillén Lombardo y Guzmán por tales visos ejecuta en él prisión escandalosa, a lo menos tizna,368 y tanto, que más quisiera morir por el delito más atroz en otro tribunal que no ser preso en este, por arrojar al aire sueños. Esto conjeturo en todos por mí mismo y anoté la intención de este Santo Oficio en prender al señor don Juan de Palafox,369 por parecerme que superior no incurría en censuras de inferior, como disponen los sagrados cánones; mas puede ser que este santo tribunal podía conocer de la causa hasta ventilarse la nulidad o eficacia de la dicha excomunión, cuya fuerza ya se ha visto por todos los atentos a que me refiero. Y a la prudencia de los señores inquisidores, que todos tienen fiscal en esta vida miserable, unos por bien obrar y otros por mal; pero obrar bien a toda ley importa, que a cargo de Dios está el librar al justo de las manos del pecador, según el profeta: custodit dominus animas sanctorum suorum de manu peccatoris liberabit eos.370 §66. A todas las malicias que fueren en dicha mi querella criminal contra los señores inquisidores y ministros, revoco, anulo y borro tan de quicio que no se quede cosa alguna que deslustre injustamente su nobleza, fama, religión, lealtad, limpieza, decoro, celo, justificación y pureza; advirtiendo al mundo que, Tiznar: manchar con tizne, hollín u otro unto semejante. Diccionario de autoridades. En sentido figurado, aunque no los condene, el Santo Oficio «tizna» la reputación de aquellos a quienes procesa. 369 Tal vez se refiere a la persecución que los inquisidores instigaron en 1647 contra Palafox, cuando este se enemistó con la Compañía porque sus sacerdotes predicaban en su obispado sin licencia. Aliados con los jesuitas, los inquisidores excomulgaron al obispo de Puebla y «se introdujeron a inmensos procedimientos en la materia, y esto no con igualdad y justicia, sino con manifiesta pasión contra el dicho señor obispo, su previsor, criados, allegados y afectos, prendiendo a muchos». José Toribio Medina, op. cit., p. 241. 370 «Protegió el Señor el alma de todos los santos y liberó a estos de las manos de los pecadores». Salmo 96, 10. 368 Cristiano desagravio y retractaciones | 167 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cuando yo escribía dicha mi querella y mis edictos, todo lo que siniestramente en ellos dije no atendía a ello, como ciego en la pasión y sentimiento, y me parecía que iba tan fundado como el monte Sión, que por lo fijo nunca se desgaja, y con centenares de veces más justificación, que no los dichos señores han procedido conmigo. Y tanto que me parecía que tenía muy pocos capítulos de qué dar cuenta a Dios, y de ello pongo a su divina Majestad por testigo. Y esto digo porque nadie se deje llevar del propio sentimiento, juicio ni censuras temerarias, y [en] caso que tropezare como yo, fundándose en justicia con descrédito del prójimo, no insiste en la defensa de su motivo; menos que se muestre enemigo aquel que se notó de agravante, porque en tela de justicia hay obligación a la defensa y donde hay composición de vida y remisión cristiana de agravios, aquel que más satisface es el más dichoso; y si la una parte se humilla al debido cumplimiento y la otra se justifica en su derecho, el que se humilló cumplió con su obligación ante el divino acatamiento y humano, y tiene obligación de justificar su causa también; y tendrá de Dios justicia y de los hombres, como pacífico, humilde y manso; y es señal patente que cuanta queja tiene es infalible verdad, por transgresión notoria y agravios; así el derecho justiniano y en la partida.371 Tan afianzado pues estaba en mi justicia, verdad y las causas de dicha mi querella, que juzgué, como en ella encarezco, que no había otros sobre la tierra más facinerosos ni ofensivos a la divina y humana majestad que dichos señores, en sus obras (a mi parecer) tan infestas. Y cuánto me cegó mi propio sentimiento, ahora se de- 371 El Código de Justiniano es un conjunto de normas jurídicas promulgada por el emperador Justiniano en el año 529. «La partida» se refiere a las leyes de las siete partidas promulgadas por Alfonso el Sabio. Cristiano desagravio y retractaciones | 168 | de don Guillén Lombardo y Guzmán muestra; soy lo que nacía de buen celo e intención cristiana en el servicio de Dios y del rey. Se aprehendió contrario: no miré a mis ofensas ni mis iniquidades perpetradas contra el cielo con humanas fragilidades, y también confieso que nunca defraudé en cosa al rey de cuanto tuve a mi desvelo, mas que seiscientos reales una vez, que montan a setenta y cinco pesos, los cuales di a un pobre caballero muy necesitado y los volví a enterar con ganancia, como consta por las resultas en la contaduría de don José de Yepes, que nadie debe osarse a la real hacienda que está a su cargo, aunque sea para buenas obras, y enteramente de ella, después que puede caer en nota de desconfianza, si se llega a entender. §67. No fui dueño de mi discurso cuando yo pintaba mi querella contra el candor de sacerdotes tan provectos372 en virtud y celo, porque, como estaba embebecido en mi dolor, cargaba el juicio en la pasión, y no dejé la voluntad obrar indiferente, sino la apliqué con toda fuerza en un objeto solo, que me parecía más amable por lo que apetecía y no por lo que era en sí mismo; no advertí con los ahogos que implicaba mal con bien en una acción indivisible; estaba como con apoplejía, batallando un furor con otro, y como con tentaciones muy gigantes la humana resistencia; y como nunca tuve sobre mí victoria, rendime frágil al sentimiento fuerte y al furor del iracundo agravio. No convido a nadie que dispense en lo justo, aunque más padezca, sino que salga siempre al patrocinio del derecho, si le es forzoso el litigio. Solo advierto que más vale ser agraviado que agraviar y más vale acreditarse en esta guerra por vencido 372 Provecto: antiguo, adelantado, o que ha aprovechado en alguna cosa. Diccionario de autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 169 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que por victorioso; porque lo primero es blasón divino, y humano lo segundo; aquel aclama trofeos de gloria y este laureles de pena sempiterna. Muchas diferencias se han de componer en el terreno juicio porque no lleguen a clamar en el divino: clamant sub throno Dei, vindica sanguinem nostrum Deus noster,373 ¡gritan los agravios en el trono de Dios, vengue nuestra sangre Dios, nuestro terror! Oh, lúgubre exclamación, que pide ante Dios venganza y justicia, como el rey don Juan, llamado «el príncipe perfecto»,374 que sentenció a muerte a uno y apeló de la sentencia; y respondió el rey [que] de su sentencia nadie puede apelar, sino un loco; replicó el reo que apelaba ante Dios, y tanto fue el horror y recelo del cristiano príncipe que luego le mandó echar libre, revocando la sentencia, diciendo que hombre que apelaba al tribunal divino estaba en la sentencia agraviado y en la causa, que ni burlando quería oírse emplazado ante Dios y su divino acatamiento. Quien procura agradar a Dios, que le imite; quien comete el yerro, que lo enmiende; de otra suerte se hace diabólico en la perseverancia, siendo humano en la cadencia. Y como en esta vida, ni en la otra para con Dios, ni con los hombres, hay mayor satisfacción de agravios que confesarlos con la boca, pudiendo sepultarlos en el pecho, así no hay mayor grandeza, ni más semejante a la de Dios, que perdonar el yerro y fomentar su ofensor arrepentido, como Dios lo hace. Y pues dichos señores inquisidores, como tan imitadores del cielo, y sacerdotes en el oficio y clemencia, han 373 «Claman bajo el trono de Dios: reclama nuestra sangre, Dios nuestro». Apocalipsis 9, 10. 374 Juan ii de Avís (Lisboa 1455-Alvor 1495): hijo del rey Alfonso v el Africano, a quien acompañó en sus campañas militares antes de ocupar oficialmente el trono en 1481. Aunque en vida Juan ii era conocido como «el príncipe tirano», Lope de Vega se inspiró en él para escribir su obra El príncipe perfecto (1623). Cristiano desagravio y retractaciones | 170 | de don Guillén Lombardo y Guzmán perdonado y honrado a quien les ofendió, digan los justos, santos y los sabios ¿quién merece mayor gloria: aquel que remite con plenaria indulgencia la ofensa o el que estando perdonado publica, sin embargo, al mundo su ignorancia? Y hallarán que los señores inquisidores imitan a Dios tan a lo vivo que vienen a ser como dioses, según Orígenes, perdonando agravios. Y yo imito solo al penitente pródigo, que siempre vengo a mendigar, aunque sean como son mis padres, y culpo mis delirios, en tanto que si la divina majestad no permitiera mi deliberación, hubiera prorrumpido en mayor dolor y más funesto ahogo. La energía y non plus ultra375 de su grandeza, fama y proceder debido, remito a la oración y su ternura, que se recita al concurso grave, a la restitución de honra tan ilustre, en que se verá que si la facundia de Cicerón me sobra, de Séneca lo sentencioso no me falta, y si el honor de Craso376 y Marcelo377 achacado fue con admiraciones restituido, con mayor gloria y más justo aplauso saldré de mi empeño prometido a la dicha fama. Cedant arma togae, concedant laurea linguae.378 §68. Con estos y los otros motivos, capítulos y cargos, como en dicha mi querella están, salí, conforme parecía, animado y mandado de Dios nuestro Señor, por cuanto su divina majestad ordena, que toda mi justicia se publique, y maldice por Jeremías «No más allá». Lema del Imperio Español. En el original, «Creso». Acaso Lombardo se refiere a Apio Claudio Craso (¿?-471 a. C.): cónsul romano que se suicidó antes del jucio que se abrió en su contra por oponerse a la ley agraria de Espurio Craso. 377 Tal vez se trate de Marco Claudio Marcelo (268 a. C.-208 a. C.): cónsul romano cuya actuación militar en la segunda guerra púnica fuera criticada por Polibio, pero elogiada por Tito Livio y Plutarco. 378 «Cedan las armas a la toga, los laureles a los elogios». Versos de Marco Tulio Cicerón, De Officiis, i, 77. 375 376 Cristiano desagravio y retractaciones | 171 | de don Guillén Lombardo y Guzmán al que calla tales disonancias, vel vobis qui tacuistis;379 e hice lo que arriba queda relatado. Tan confiado estaba yo en lo substancial de mi verdad y celo de mis capítulos previstos, que pasé por mi guía y norte a Dios, pues, antes [de] que saliera de mi prisión funesta, muchos días me ocupé en oración y llantos, y noches enteras desvelado mi triste espíritu, mi boca desabrida en amargura, seco mi cuerpo; y desteñí380 mi rostro con ceniza y con ella comí mi pan y mi comida; usé por cama una tabla y por cabecera un leño; y reposé, mas sin reposo, vestido, pidiendo a Dios clemencia, que me guiara la salida, para publicar la dicha mi querella, que pronto estaba yo de volver a la miseria, en tanto me sentí agraviado. Y tú, mi Dios, sabes y eres testigo de todo esto, en cuya presencia derramé mi llanto y lo demás. Y lo conseguí todo, sin saber adónde iba ni adónde estaba, cuando sola una pared me dividió la calle, sin entenderlo, como con los ángeles atestiguó. Y todo esto permitiría Dios, lo uno por el afecto (quizá) e intención celosa mía, por parecerme justo, sin atender a lo imperfecto de mi ignorancia; y lo otro, y más cierto, por dejar que la virtud de los señores inquisidores fuese expuesta a la calumnia, para que después, con mejor viso contemplada, yo mismo defendiera aquel candor que estaba apadrinado, que cuanto Dios dispone es para mayor honra y gloria suya y calificación de sus amados. Y aunque yo había emplazado a los dichos señores y al señor arzobispo, como visitador que fue ante el tribunal de Dios, por los agravios que me parecía me habían hecho, no permitiría que el señor arzobispo fallecido viniera en llamaradas,381 en virtud de mi emplazamiento, a «Incluso para vosotros que callasteis». Frase contradictoria. Debería decir: «teñí mi rostro con ceniza». 381 Lombardo inventó este episodio el 13 de diciembre de 1650, al saber que había muerto el arzobispo Juan de Mañozca y Zamora. Decidió entonces divulgar que 379 380 Cristiano desagravio y retractaciones | 172 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sacarme y mandarme pregonar la injusticia ponderada (aunque no implicaba en los altos juicios), porque habría procedido bien en su conciencia en dicha su visita, como en la Iglesia, que estaba a su cargo, y no incurriría en los sobornos que yo dije con juicio temerario, pues era prelado que no consiente profanar su virtud con la vil codicia, por extorsión alguna; ni ignoraría la grave ponderación de santo Tomás de Villanueva,382 que dice: «más quisiera ver un sacerdote y un obispo morir con una amiga al lado, que con un real en la caja por codicia». Así que yo vencí estorbos tan arduos, que lo fueron grandes, y no por eso, ni por eso otro soy milagrero; que, vistas las circunstancias, más era milagroso que natural. Mas no lo obraría Dios por mí, sino por los señores inquisidores, permitiendo que yo saliera para mayor honra suya y confirmación de su virtud y proceder celoso; ni a mí la pasión más insulsa podrá argüirme de culpado en esta acción ni hacerme cargo de ella, pues entre moros es lícito buscar remedio contra el cautiverio y opresión de tantos años e intentar justicia por cuantas diligencias se imaginen contra el pontífice que fuera, si se presume que con agravio o con pretexto ajeno de sus fueros huella. §69. El día luego siguiente fui de nuevo preso con el estrépito y escándalo notorio, dejándome prender sin resistencia ni buscar abrigo de la justicia de su majestad, por no poner en contingencia la quietud con alborotos; pues por menos sucedió a aquel el difunto se le había aparecido a medianoche, a decirle que venía desde el infierno, arrepentido, para auxiliarlo en su fuga. Así lo confesó al tribunal Diego Pinto, su compañero de evasión, cuando fue recapturado. agn, fondo Inquisición, 1497, 112f-163v. 382 Santo Tomás de Villanueva (Fuenllana 1486-Valencia 1555): fraile, sacerdote y asceta agustino. Autor de De la lección, meditación, oración y contemplación. Cristiano desagravio y retractaciones | 173 | de don Guillén Lombardo y Guzmán tumulto de quince de enero en tiempo del señor marqués de Gelves,383 y por poco no sucedió casi ahora, en prender al señor fiscal de este Santo Oficio, don Antonio de Gaviola.384 Mas no me puse espontáneamente en ocasión de prendimiento. Además, me parecía que si los señores no se hallaban culpados en mi querella, no intentarían no solo molestarme, sino que presentarían ante competente juicio todo, para que o lo probase o incurriese en la ley y pena de capitulantes improbables. Pero lo cierto es que la causa de prenderme sería para que volviera sobre mí y no me dejara llevar de la pasión de agravios, tan peligrosa contra la conciencia, y que viera con más asiento que el honor no se ha de agravar livianamente con propensivo amago. A medio día, entraron con extrema furia a donde estaba retirado y, en presencia de concurso grande, me trataron con atroces vilipendios, y un ministro sacerdote, faltando a las obligaciones que tiene, me hirió el rostro, estando yo impedido de la defensa natural; excediendo en esto todas las afrentas del universo, pues siendo Dios el más paciente, sin hacer caso de todos los agravios que los pérfidos verdugos y judíos le hicieron, solo cuando llegaron a profanar su rostro sacrosanto con afrenta, volvió por sí diciendo: «si mali locutus sum, perhibe testimonium Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel, marqués de Gelves (Valladolid 1560 -Madrid 1636): virrey de la Nueva España entre 1621 y 1624. Su conflicto con el arzobispo de México, Juan Pérez de la Serna, originó un tumulto popular que terminaría por quemar las puertas del palacio virreinal mientras demandaba la destitución del virrey. Fue sustituido por el marqués de Cerralvo. 384 Antonio de Gaviola (¿?-México 1655): fiscal del Santo Oficio de México a partir de 1642 . El 11 de octubre de 1645 se encargó de presentar la acusación formal contra Lombardo. Juan Sáenz de Mañozca y Murillo lo destituyó de su cargo en 1647, a causa de sus robos y su ineficiencia. Dando señales de locura que hacían temer a Mañozca por su vida, Gaviola murió el 29 de diciembre de 1655. 383 Cristiano desagravio y retractaciones | 174 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de malo; si autem bene, cur me cedis?»385 Y, blasonando el dicho santo sacerdote de su propia infamia, diciendo a los señores: «mírenle el ojo», a que respondiendo yo: «sí, amigo, Dios se lo pague, aquí tiene el otro», no faltó un blasfemo fariseo que me dijo que mentía, que nadie me había injuriado. Y ya se ve que por la ley del mundo a un mentís se debe una vida y a una bofetada mil, si las tuviera; pero lucrum meum pro Christo mori,386 según san Pablo, mi honra es el padecer con Cristo. Atáronme las manos con tanta furia que juzgué que ya la sangre reventaba, como si fuera algún judío, moro, hereje o delincuente atroz y homicida aleve, y como quien no pedía su justicia ante un rey católico que no consiente ni por amago agravios. Y entrando en la Inquisición, los señores inquisidores me trataron de perro, y en un instante hicieron al irlandés católico hereje de palabra; a que respondí que, si así hacen los judíos, presto concluyen la partida. Mandaron cortarme el cabello con afrenta, metieron mis pies en un cepo, mis manos en grillos y después mis pies, y alabé a Dios por todo. Y sepa el mundo que no me afrento en ser pregonero de mis agravios, que estos lo son de marca mayor y otros que reprimo; pues Cristo nuestro Señor no se afrentó en blasonar los suyos. Y aunque de una parte se conoce el interno odio y venganza (al parecer) de los señores, que por vía de justicia no podían mostrar ultrajes semejantes, pues no eran ni son jueces míos, mucho menos en la propia causa, como es patente a los campestres brutos si fueran capaces de discurso, de otra parte les disculpo, pues son hombres sensibles y como tales obrarían celosos de su fama; aunque no es lícito el hacerlo «Si algo malo he hablado, da testimonio sobre lo malo; si, por el contrario, [he hablado] bien, ¿por qué me golpeas?». Juan 18, 23-24. 386 «Mi ganancia es morir por Cristo». Debe decir: Mihi enim vivere Christus est, et mori lucrum. «Para mí, la vida es Cristo y morir, una ganancia». Filipenses 1, 21. 385 Cristiano desagravio y retractaciones | 175 | de don Guillén Lombardo y Guzmán como juez parte, y más sacerdotes. Y parece debían de atender por sí que yo también era mortal, y quizá con igual empeño de honra en todo el mundo. Y lo que cada uno siente en su duelo debe de medirlo en el ajeno. Y que cada uno se justifica en su causa, cuyo litigio remito a Dios, no para que lo castigue, sino perdone a mí, si fui la causa, y a los dichos señores, si lo fueron, que ningún cristiano puede decir mejor sentencia. §70. Por las prescritas causas, agravios, motivos, capítulos y cargos así del proceso como de mi querella y de este escrito, recusé a los señores inquisidores por enemigos capitales, siendo cualquiera de las causas, por todo el derecho, exorbitantes, mucho más tanta copia de ellas juntas. Y dieron por presentada dicha mi petición, y claro está, por recusados por la consecuencia, pues no pueden ni podían ser jueces y partes en su misma causa, como personas que se sentían agraviadas como yo. Cuyo ejemplo y escarmiento justo, del castigo de Dios y del rey nuestro Señor, se vio el año de treinta y ocho, contra la justicia mayor y gobernador de Málaga, caso tan notorio, el cual parece estaba enamorado de una farsanta que galanteaba otro en el vestuario; y como celoso llegó dicho corregidor, diciendo que ese lugar no era suyo, para alborotar la comedia (o lo que fraguan sombras de justicia impía), respondiole que era lugar común y no molestaba; y porque replicó, con mano de justicia, le dijo que era un desvergonzado, respondiole que mentía, replicole el dicho, «justicia sois un perro», a [lo] que el otro dijo: «mentís como un cornudo y lo probaré por menos de dos maravedís»; sacan las espadas, fulmínale causa con pretexto de resistencia, recúsale por enemigo por lo referido; sentenció la causa, apeló y, sin recurso, mandó llamar un confesor y acabada la confesión le degolló, y muy ufano se justificaba en su oficio por honrado. Llegó la nueva a su majes- Cristiano desagravio y retractaciones | 176 | de don Guillén Lombardo y Guzmán tad, mandó sin dilación a don Juan de Morales,387 alcalde de corte, fuese con todo secreto por la posta, hiciese justicia conforme manda la ley; llegó a Málaga disfrazado y, sin quitar espuelas, prendió al dicho corregidor paseándose en la plaza y dentro de dos horas le puso en una horca. Y el castigo que se hizo en la cancillería de Valladolid por afrentar a otro es notorio. Porque nadie puede ser juez y parte en su propia causa. Estos recuerdos traigo no porque ningún juez ignora lo que es, sino por intimar que Dios no duerme permitiendo agravios. Y como dichos señores inquisidores profesan y cumplen contra leyes de venganza los fueros santos de ley cristiana, no solo no han querido usurpar conocimiento, sino, con heroica nobleza, han perdonado con amor paterno mi ignorancia, reconociendo como sabios los precipicios arrebatados de los hombres en miserias sumergidos; y de eso mismo obligado más, revoco mis querellas y las siniestras ponderaciones de ellas, con el respeto más sincero de agradecido, y vencido de su tranquilo y cristiano pecho, en que desde hoy más alumbra nuevo rayo de pureza santa, para enseñar al mundo el resplandor que tiene como los efectos lo dirán. §71. Y como yo condeno en mí y en todos la vileza vengativa y poca atención en el discurso despeñado a la malicia, también condeno la propia justificación de jueces: y con licencia suya, no basta que digan [que] darán cuenta de las causas, porque en dilatados años dan a nadie muerte civil; que su majestad, Dios le guarde, no da, ni puede como cristiano dar mano libre para tanto aho387 Juan de Morales Barnuevo (¿?-1654): colegial mayor de Santa Cruz y caballero de la Orden de Alcántara, que tuvo muchos cargos durante el reinado de Felipe iv, entre otros, el de fiscal de Valladolid, oidor de Granada, regidor de Guadalajara, alcalde de corte y del Consejo de Hacienda. José Antonio Escudero, Hombres de la monarquía universal, p. 140. Cristiano desagravio y retractaciones | 177 | de don Guillén Lombardo y Guzmán go, y más en parte donde se impide el recurso que condena más al juez de proceder inicuo, cuando lo estorba con proceder humano sujeto a sus propios dolos. Y es más justo intentar vivir él oprimido, que no a un juez sin ley matarle. Y en tal extremo, no solo es lícito, sino obligatorio, buscar camino para llegar al rey nuestro señor y sus consejos a pedir justicia, como queda dicho en § 45. Y quien esto condenare, al mismo Dios en cuanto puede condenará, porque no consiente su majestad por voluntario en un ministro el decidir las causas, cuando él quisiere, para que, con pretexto de su rencor, las vaya dilatando hasta la muerte, sino preciso, con término competente y perentorio de las divinas y humanas leyes, concluirlas, pena de castigo justo, para que, si fuere el preso convencido de alguna culpa, ejecute la pena, y si no, que le absuelva y no le mate sin pretexto para ello; mas que espontáneo y falaz de venganza o recelo no venga a condenarle de enorme por agravios, que esto es intentar sin Dios que desespere, perdiendo vida y alma. Con que el prudente y cristiano pecho podrá disculpar cualquier disonancia mía, pues cinco años y dos meses había que dichos pretextos, cargos y causa de mi prisión se concluyeron definitivamente, y sin embargo no sé por qué me consumían, que confieso [que] este dolor pudiera urdir en un bronce sentimiento y ablandar el mármol más endurecido, ni hay horror que se iguale a esta sola aprehensión. No es mi intención en esto querellarme, sino confesar mi grande impaciencia y mi sensible y bruto sentimiento que yo tan poco sujeté en mis angustias dilatadas; que otra fuera que de ellos hubiera hecho tanto mérito, que fuera santo milagroso, mas yo soy miserable, envuelto en mis desdichas, y cuanto más me acosan, más ofendo. Y pues todo eso pudiera tener algún óbice388 que yo 388 Óbice: obstáculo, embarazo, estorbo, impedimento. Diccionario de autoridades. Cristiano desagravio y retractaciones | 178 | de don Guillén Lombardo y Guzmán no entendía, debía ajustarme con la suerte y no abalanzarme en contumelias de sacerdotes, por más que yo entendiese; pues no hay cosa más sujeta a ser engañada que la propia imaginación, que obra a veces en perjuicio de su mismo dueño, mucho más en el ajeno, y lo que le parece feo, viene a ser hermoso bien mirado; ni su cabal prudencia de los señores inquisidores anticipa a la miseria la pasión; que la libertad es tan natural como intentar vivir y conservar la vida, y no tiene precio: milyta pro toto non venditur auro libertas.389 Lo cual, mirando la católica atención de su majestad, no increpo (siquiera) a Vincencio Lupalo Máximo, que quebrantó el mismo palacio, que era pena capital de muerte, cuando huyó por el delito que cometió, y aunque disfrazado en hábito de peregrino fue otra vez preso y absuelto de todo con heroica clemencia. Mucho menos se puede argüir de culpa en mí, habiendo tantos años estado oprimido, el que yo buscara la libertad, lo uno, y lo otro mi justicia; y esto es tan natural, que aunque fuese con quitar la vida de quien lo impidiera en ocasión de empeño, no incurría pena en la ley, como hizo Diego de Silva, que mató a tres ministros, que no solo tuvo a bien su majestad, sino que le honró con jineta de compañía viva. Basta ya de quejas, cesen aquí erumnios [sic] y acábense alegaciones, que ya se remataron mis querellas con sana intención y cándida, disipadas y disueltas, para mayor trofeo del dicho Santo Oficio y sus ministros y para mayor fama de los señores inquisidores, cuyo desvelo ahora descuella entre las luces de mayor aplauso: sicut inter planetas Phoebus, et stellas inter Cynosura maiores.390 Debe decir: non bene pro toto libertas venditur auro. «La libertad no se vende ni por todo el oro del mundo». En los «Preliminares» de El Quijote, Cervantes lo atribuye a Horacio de manera falsa y deliberada, pues es una máxima de Walter Angelicus. Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, p. 20 (nota al pie). 390 «Como Febo entre los planetas, es la Osa Menor una de las mayores (estrellas)». 389 Cristiano desagravio y retractaciones | 179 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §72. Debe de imaginar la ceguedad humana, que es fama aquella que no se acomete con calumnia; y es estúpida ignorancia, porque aquel que vive blasonando honra sin haber sido expuesto a la censura, no la tiene, sino aquel que la ganó en la palestra391 de virtud, a despecho de la envidia pregonada del contrario mismo. Qui legitime pugnat, coronabitur,392 dice el Salvador, aquel que vence los opuestos duelos merece solo él diadema y palma. Que si no hubo resistencia ni contraria repugnancia, ¿de qué [hay] gloria? Y cuanto más acometido es el honor, más laurel aclama su triunfo. Que sin esta adversidad no quiso el real profeta la victoria contra sus contrarios y por eso pide a Dios: persequatur inimicus animam meam, et comprehendat; conculcet in terra vitam meam, et gloriam meam in pulverem deducat.393 Persiga el enemigo mi alma y la rodee, huelle y pise contra la tierra mi caduca vida y trabuque en polvo mi humana gloria, para que después: exaltere in finibus inimicorum meorum,394 me exaltes hasta en los confines y umbrales de mis mismos adversarios. Porque fama que no se canta del enemigo no es fama de todos aplaudida, ni perfecta su victoria en los anales de perenne gloria; verificándose lo que afirma la dulzura de Demóstenes: spisa kaligo obtene brantiv noktiv dikut a soliv dirumpit [u ]r radiiv ita inimika diskuti biruv fulgore birtutiv, et pereni fama kentum kantabitur linguis ex ore ostili dekuv eiuv.395 Veluti asolis radiis spissa obtenebrantis noctis dirumpiPalestra: en la Antigüedad clásica, lugar donde se lidiaba o se luchaba. «Lucha legítimamente para ser coronado». 393 Debe decir: persequatur inimicus animam meam, et comprehendat; et conculcet in terra vitam meam, et gloriam meam in pulverem deducat. «Que el enemigo persiga mi alma y la tome y estruje en la tierra mi vida y mi gloria la haga caer al polvo». Salmo 7, 6. 394 «Exaltaré hasta el final a mis enemigos». Salmo 7, 7. 395 En latín diría (ver nota 164): spisa caligo obtenebrantis noctis dicut a solis dirumpitur radiis ita inimica discuti virus fulgore virtutis, et pereni fama centum cantabitur linguis 391 392 Cristiano desagravio y retractaciones | 180 | de don Guillén Lombardo y Guzmán tur caligo, ita virtutis fulgore inimica discutitur virus, et perenni fama centum decus eius contabitur linguis ex ore hostili:396 Como con los rayos del sol se desbarata la oscuridad de la noche tenebrosa, así con el resplandor de la virtud se desvanece la ponzoña enemiga, y con perenne fama su candor ha de ser cantado con cien lenguas de la hostil garganta. Y el muy elocuente Osorio, [en] de Gloria mundi encarece el perfecto honor acometido del desprecio, que sin serlo no merece aquel nombre tan heroico, porque primero ha de ser expuesto al naufragio, antes que logre el premio de alabanza: perinde enim abque nauclerus in parva cymba, post tumidis sactatus fluctibus in portum gloria evehitur; sic fama postquam rapidis iactatur, procelis ad celsa attollitur gloria culmina, ubi tantummodo splendet qui victis adversitatibus opicem scandit.397 Así como un piloto en un pequeño fuste398 después de agitado entre hinchadas olas toca con gloria el puerto, de la misma suerte la fama, después de combatida de rápidos ahogos, se levanta a las excelsas cumbres, adonde solo resplandece aquel que vencidas las adversidades subió a la altura. Con que se puede llamar dichosa culpa, no por lo que tuvo de ofensa, sino por lo que consigue de mayor fama a los señores inquisidores, que tanto les encumbró a la feliz esfera de virtud tan verdadera, adonde ya sin ex ore ostili decus eius. «Así como la espesa niebla de la oscuridad de la noche es disuelta por los rayos del sol, así el veneno del enemigo es disuelto por el resplandor de la virtud y con perenne fama ha de ser contado su decoro por cien lenguas de su garganta hostil». 396 Ver la traducción de la nota anterior. 397 «Así como el capitán es transportado por las fuertes corrientes en una pequeña barca hacia el puerto, de la misma suerte la fama, luego de convertida de rápidos ahogos, se levanta a las excelsas cumbres, a donde solo resplandece aquel que vencidas las adversidades subió a la altura». No fue posible localizar la fuente de esta cita que Lombardo atribuye al «elocuente» Osorio. 398 Fuste: madera, vara o palo. Cristiano desagravio y retractaciones | 181 | de don Guillén Lombardo y Guzmán emulación ni riesgos dispenden seguros lo que se miró dudoso, aclarando la nube y esparciendo luces. Y como en propio epiciclo399 ostentan ya la hermosura, que por lo sublime de su grandeza y lo corto de mi vista no penetré, ni alcancé lo que era, sino antes reprobé lo que fue; y como Aracnae 400 competí con Juno, y si no hice competencia, a lo menos puse dolo en la obra, hasta ver el desengaño deliberado en los efectos, y juzgué que la trama era de Penélope, siendo de Helena.401 ¿Cuán fácil es el hombre para incidir en yerros?, ¿y cuán difícil es en la enmienda?, porque se va adulzurando en el mal, y le parece que está entonces más contento, estando en descontento; y antes que advierta su peligro, se engolfa más en él, y cuando ya se mira rodeado entre tanto abismo, parece [que] desespera, precipitándose al profundo en que muere el alma para siempre. Contra mí me irrito y contra mis miserias me enciendo; y lo que yo de mí me quejo, si otro hubiere como yo tan malo, y aunque no podrá serlo en todo, si en alguna parte lo fuere, y hubiere deslizado en esto, como es contingente, incrépese también y sanará, si no de todo luego, de mucha parte (a lo menos) de sus enfermedades y poco a poco cobrará salud en el vivir cristiano. §73. La venganza que nace de la lengua no es repentina estocada y mortal, como la que nace de las manos; mas es escorpión cuyo veneno aunque tan penetrante no mata luego, mas va dilacerando a pedazos; ni tiene resistencia, penetra con arpón lo in- Epiciclo: según la astronomía ptolemaica, es la órbita circular de un planeta que gira en torno a la órbita circular de otro planeta. 400 En el original, «Aragne». Aracnae: habilidosa tejedora griega, que fue desafiada por la diosa Atenea. Incapaz de vencerla, la diosa la convirtió en araña. 401 Es decir, juzgó que el tribunal se movía no por la lealtad al rey, sino por la deslealtad (sus acciones no eran tejidas por la fiel Penélope, sino por la infiel Helena). 399 Cristiano desagravio y retractaciones | 182 | de don Guillén Lombardo y Guzmán terior del alma; no tiene medicina eficaz, sino la misma lengua; y es virtud divina el dar salud lo que causó la llaga, que es tan raro que puede apostar a milagro, y lo es sin duda en este siglo vengativo. Me culpo y me disculpo, porque sabe Dios que fue el yerro tal, y su divina majestad quiere que sea lo que fue y no lo que no era. Así que naufragué sin norte por ofuscarse mi razón en mi dolor; no pesé con astrolabio fino y calculado bien la luz y su altura, pues la miré con tanto desacierto, y es de advertir que mi frágil leño se halló tan rodeado de iracundos golfos y procelosos escarceos de tormentas, que sin leme402 a velas sueltas corrí fortuna, atropellando riscos y escollos por si tocara en tierra, por no morir sumergido en tan funesta tumba; no reparé en el ajeno duelo, como tan desahuciado en el mío, ni antepuse a la mía la salud ajena. Que cuando en las manos de los hombres se afijan anclas, difícilmente o nunca podrán zarparse con bonanza, desvalidos; porque toda especie es propicia a su estirpe y la humana no; rallé los riscos con la quilla403 y contra fuerza de su esencia saqué de sus entrañas lo que parecía adopción de rayos y no lo era, mas abracé con ellos si aparentes, como si fuesen verdaderos. Y todo lo permite el cielo a veces para que todos aprendamos, unos en obrar bien y otros en tolerar miserias. §74. ¿Habrá alguno que siendo mortal no esté sujeto a las proclivas disonancias como yo? ¿Yo soy acaso el primero que erró? ¿No perdió Adán el venturoso estado? ¿Caín no era fraticida del inocente Abel? ¿Joab no era homicida del leal Abner?404 Leme: timón, pieza para controlar la dirección de una nave. En el original, «haquilla». Quilla: pieza de madera o hierro, que va de popa a proa por la parte inferior del barco y en que se asienta toda su armazón. 404 Joab era un capitán del rey David que asesinó a Abner, capitán de Saúl, para recuperar el afecto de su soberano. Su historia se cuenta en 2 Samuel 2, 12-32. 402 403 Cristiano desagravio y retractaciones | 183 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ¿No pecó David? ¿No idolatró Salomón? ¿No se erró Sansón? ¿No ofendió Sedequías?405 ¿No erró la Magdalena? ¿No negó Pedro? ¿No dudó Tomás? ¿No persiguió Pablo? ¿No se cegó Agustín?406 ¿No mordió Jerónimo?407 ¿No deliró Orígenes?408 ¿Luego qué mucho es que caducara yo, si todo el mundo está envuelto en la ignorancia y yerros? Y los que de mí se escandalizaren hagan lo mismo de Salomón y cuantos sabios han vivido, que estos absurdos grandes no cometen idiotas, ni son capaces de ellos sino los muy insignes émulos que consigo solo competieron. Ni sabe la mayor parte de los que presumen del saber en qué consiste, ni cuánto y cuán eterno nombre o afrenta logra aquel que está patrocinado o reprimido del afamado, porque siendo mortal viene a ser eterno. ¿Qué memoria ni blasón al mundo dejaban los señores inquisidores referidas para sus posteridades? ¿Ni qué registros de su fama inscritos dejaban en los anales, si no me hubiera opuesto yo a sus desvelos y vuelto a proteger sus fueros y candor ilustre? No es fama En el original, «Zedechias». Sedequías fue el último rey de Judá. Durante los primeros años de su gobierno se doblegó ante Nabucodonosor, pero luego «hizo lo malo ante los ojos de Jehová» y «se rebeló contra el rey de Babilonia». 2 Reyes 24, 19 -20. En castigo por su rebeldía, Nabucodonosor invadió Judá. Una vez destruida Jerusalén, los vencedores degollaron a los hijos de Sedequías, y a él lo mantuvieron prisionero hasta su muerte. 406 Pedro, Tomás, Pablo y Agustín son santos indiscutibles de la Iglesia que en cierto momento de su vida cometieron graves errores: el primero negó a Cristo, el segundo puso en duda su resurrección, el tercero persiguió cristianos y el cuarto fue creyente del maniqueísmo. 407 San Jerónimo de Estridón —ya mencionado en el Cristiano desagravio, §7, nota 151— era conocido por su fuerte carácter y su orgullo, que le impidieron hacer vida ascética y lo obligaron a hacer vida erudita, consagrado a traducir la Biblia. 408 Pese a ser considerado uno de los tres padres de la iglesia, junto con san Agustín y santo Tomás, Orígenes era famoso por sus «delirios» especulativos, especialmente su teoría sobre la apocatástasis: la certeza de que, al final de los tiempos, todos los hombres se volverán uno con Dios, fueran santos o pecadores. 405 Cristiano desagravio y retractaciones | 184 | de don Guillén Lombardo y Guzmán en el mundo el arrojar mil autos en tablado, que nunca lo común consigue honra, ni cuentan las crónicas sus nombres ni el suceso para memorias venideras; mas esta gloria sí, cuya fama será tan permanente: quod nec Iovis ira, nec ignis, nec poteterit ferrum, nec edax abolere vetustas.409 Alejandro Magno no fuera vivo si Quinto Curcio no le eternizara;410 Pompeyo Magno se olvidara si Julio César no le resistiera; Escipión Africano no gloriara si Aníbal famoso no lo acosara; Deiotero, Marcelo411 ni Publio Escipión412 no lograran fama eterna si Marco Tulio no les sublimara; Estilicón se enterrara en el olvido si Claudiano no resucitara su memoria,413 y en tanto vive el feliz renombre, en cuanto casos raros, y el aplauso eterno establece la virtud y fama, por la misma pluma que notó la mancha. §75. Nadie mal censure de los caminos que permite el cielo, ni haga vilipendio de sus altos juicios, que consienten yerros para mayor acierto y mayor blasón; todos (ya se sabe) nos hemos fundado en razón: los señores inquisidores en sentir mi invectivo precipicio y yo en advertir su opresión mortal; ahora valga lo que a Dios agrada, y a los hombres, y diese al alma aquella tez micante414 que al mismo cielo rinde, desviando del afecto pro«Ni la ira de Júpiter, ni el fuego, ni el poder de la espada, ni lo que la edad adulta quita». Ovidio, Metamorfosis, xv, Epílogo. 410 Quinto Curcio Rufo: historiador romano, cuya obra Historiae Alexandri Magni Macedonis —en diez volúmenes— contribuyó a la mitificación de Alejandro Magno. 411 Deiotero y Marcelo fueron contrincantes de Marco Tulio Cicerón, quien los inmortalizó con sus discursos y escritos. 412 Publio Escipión Africano: el comandante romano que resultó vencedor en la tercera guerra púnica. Cicerón escribió sobre él en En defensa de Murena. 413 Estilicón (Roma 359-408) fue un general romano en la época de Teodosio i; Claudio Claudiano (¿Alejandría? 370 -Roma 405) era un poeta en la corte imperial romana, que se convirtió en propagandista oficial de Estilicón. 414 «Micante», latinismo derivado de «micans»: resplandecer. 409 Cristiano desagravio y retractaciones | 185 | de don Guillén Lombardo y Guzmán pio toda acción, para que del divino esposo quede enamorada como amante de su belleza sola en la virtud divina. Audi filia, et inclina aurem tuam, et oblivisciere populum tuum, et domum patris tui, et concupiscet Rex decorem tuum;415 que donde el alma y su logro interviene cesen peligros de esta vida mortal. De que se admira un ejemplo raro en la historia del rey don Pedro de Portugal,416 que vio matar un hombre a otro en un solar; mandó prenderle, remitiole al juez que castigara el delito, fulminó la causa, negó. El juez entero no pudo condenarle, aunque fue testigo el mismo rey; entonces, le llamó a solas, sin divertirse el rey, sacó los cuatro Evangelios diciendo que jurase en ellos y que Dios le condenase el alma si no dijera verdad; juró que le mató y, preguntando el rey: «¿pues cómo lo negaste?», respondió: «lo negué ante juicio ordinario, con el juramento común, por escapar la vida; mas aquí adonde se me conjura el alma lo confieso, por no perderla, sino la vida». Y siendo tan cruel el rey, se confundió con pavor, diciendo: «pues hombre que tanto mira por el alma justo es», y le hizo agravio el muerto, salga libre y honrado. Con que el alma ha de ser en todo afianzado, y aunque los fundamentos sean justos y los agravios muy patentes, no se deben desordenar con otros, y aunque a veces precipita la ocasión que descompone al hombre fuerte, recoja la atención cristiana y el sentido de la prudencia y recupere discreto lo que perdió temerario. Y lo justo en todo es vivir temeroso, sin agraviar enorme, porque de un dolor siguen muchos, de una y otra parte, por lo sensible que tenemos los imperfectos. Y los necios que de mi resolución se admiraren, miren bien «Escucha, hija, inclina tu oído y olvida tu pueblo y la casa de tu padre, pues el Rey desea tu belleza». Salmo 45, 11. 416 Pedro i (Coimbra 1320 -Estremoz 1367): rey de Portugal, hijo de Alfonso iv, famoso por sus amores con doña Inés de Castro, que han inspirado varias obras literarias. 415 Cristiano desagravio y retractaciones | 186 | de don Guillén Lombardo y Guzmán y examinen el rescoldo de su propio pecho y verán que con las causas mías que tuvieran hallarían chispa con que fomentaran otro incendio (quizá) más inextinguible contra el prójimo y el alma suya, y si presumen a la contra, están de inicuos reprobados en tal justificación: discendat hic justificatus a domo sua ab illo, omnis qui se exaltat humiliabitur, et qui se humiliat exaltabitur.417 Nadie se aliente en sus fuerzas sino para obrar malicias; el bien de Dios procede con sus auxilios santos. No hay perfecto hasta concluirse su carrera y hasta pagar el feudo a la mortalidad, y esta certeza los gentiles alcanzaron con experiencia en los vaivenes del humano aliento, tan sujeto a la mudanza varia de sus yerros: ante obitum, extremum que diem nemo beatus;418 ninguno [es] feliz hasta la muerte y su fin postrero, que entonces solo se podrá llamar dichoso, y acaso perfecto. Dión419 sirve de escarmiento, que vivió santo sin cometer mortal ofensa en su vida y acabó condenado por presumido en su justificación, como si el vivir bien había sido por sus fuerzas y no por la divina gracia. §76. Y si hemos de contemporizar a los sofísticos ludibrios de esta vida mísera, no hay ninguno querelloso que no se justifica en sus agravios y puestos en litigio competente se confirman tales; por cuanto los hombres juzgan (como deben) no las inten«Volvió este justificado a su casa, por ello todo el que se exalta será humillado y el que se humilla será exaltado». Lucas 18, 14. Esta referencia también se repite en Lucas 14, 11 y Mateo 23, 12. 418 «Antes de la muerte y del día final no hay nadie dichoso». Variante de una frase de Ovidio, en Metamorfosis iii, 136: Dice beatus ante obitum nemo supremaque funera debet: «nadie debe ser considerado feliz antes de la muerte y de la sepultura». 419 Acaso se refiere a Dión Crisóstomo (40 -120): orador, escritor y filósofo griego que practicaba ideales de los filósofos estoicos y cínicos, por lo que, sin ser cristiano, cultivaba un concepto de virtud afín al del cristianismo. 417 Cristiano desagravio y retractaciones | 187 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ciones, sino por los efectos que se miran. Mas el que es pacífico, ama a Dios y teme; ha de procurar no solo huir de controversias, sino que debe excusar malicias y dar tan cándido sentido como requiere la intención cristiana de la obra, sin achacar oprobios de siniestro intento; y lo demás es violentar la paz. Y encargar el alma e intentar discordia es rechazar a Dios, viviendo en contumacia;420 de quienes se queja por el real profeta: cum his qui oderunt pacem eram pacificus, cum loquebar illis impugnabant me gratis,421 con los que aborrecían la paz era yo pacífico y cuando les hablaba me contradecían libres. Quien no se avincula en la paz, dice san Epifanio,422 alcanza de su alma a Dios, y esta paz no se entiende por amistad mundana, ni amor de amistad423 (que llama el teólogo), sino amor de caridad divina, que se infunde en el alma por el hábito de la gracia, que habita en el espíritu cristiano que ama la tranquilidad y que destierra el interno duelo y el veneno que oculta, profesando caridad externa. Así el apóstol: charitas Dei diffusa est in cordibus nostris, per inhabitantem spiritum cuius im nobis.424 Ni basta al católico perfecto no sentir en sí discordia ni rencor interior contra quien le ofendió, sino que tiene obligación también mostrarlo así con benéfico abrigo, en todo cuanto se valiere de él el ofensor, y dar testimonio con las obras de aquella virtud Contumacia: tenacidad y dureza en mantener un error. «Con estos que aborrecieron la paz era pacífico, cuando les hablaba me impugnaban sin motivo». Salmo 119, 7. 422 San Epifanio, o Epifanio de Salamina (310 -403): obispo bizantino, padre de la Iglesia, cuya obra fue escrita fundamentalmente para combatir la herejía. Su libro más conocido es el Panarion, escrito entre 374 y 377. 423 En el original, «amizicia»: palabra italiana (del latín amicitas) para designar a la «amistad». 424 «La caridad de Dios está en vuestros corazones porque su Espíritu habita en nosotros». Romanos 5, 5. 420 421 Cristiano desagravio y retractaciones | 188 | de don Guillén Lombardo y Guzmán divina, y paz que tiene en su pecho y en palabras; si no, es falsa la virtud, hipócrita y fraguada. Que ha de ser como lo manda el Salvador eterno: pacem meam do vobis, pacem meam relinquo vobis, non quomodo, mundus dat,425 etcétera, os doy mi paz a vosotros, dejo mi paz a vosotros, no como el mundo la da, que es aparente vínculo de amistad aborta, mientras priva la bonanza, sino con verdadera unión de caridad, para desterrar discordias inclementes y enlazar sus corazones en el amor perfecto con Dios, el prójimo y consigo, sujetando impulsos pravos que acometen. §77. Quien pierde su derecho en lo humano por lograr la paz en lo divino, dice Tertuliano, es hijo de Dios por adopción de gracia, beati pacifici quoniam, filii Dei vocabuntur,426 y gana vida por ganar la paz; y esta no se llama pérdida, sino eterno logro; es el primer don del Espíritu Santo, en que los otros estriban como en basis,427 fijo y perdurable; la gloria en Dios y su concordia con esta excelencia se alcanza, cuya armonía intimaron los ángeles con el nacimiento divino de Cristo a la tierra; la gloria en las alturas a Dios y en la tierra paz a los hombres de voluntad sincera. Y tanta fue la próvida428 grandeza del Creador inmenso que, dando ser al universo, cielo y tierra, puso entre las cosas todas el pacífico precepto, para que cada calidad se conservase sin invadir a otra en su dominio: el cielo empíreo es «Mi paz les doy, mi paz les dejo, no como la da el mundo». Juan 14, 27. «Bienaventurados los pacíficos porque serán llamados hijos de Dios». Mateo 5, 9. 427 Basis: base o fundamento. La frase «don en que los otros estriban como en basis», significaría, «don en que los otros se apoyan o fundamentan, como si fuera su base». 428 Próvido: prevenido, cuidadoso y diligente para proveer y acudir con lo necesario al logro de un fin. Propicio, benévolo. 425 426 Cristiano desagravio y retractaciones | 189 | de don Guillén Lombardo y Guzmán ciudad de paz y visión de tranquilidad amena; crió en paz a los ángeles, aunque hubo disensión después por el protervo Lucifer, desvanecido en el fulgor que tuvo; crió en paz al hombre, sin rebeldía insulsa, y después contaminose con discordia. Los celestes globos, aunque giran con volubles y contrarios movimientos, tienen paz y no se impiden estando tan unidos, que no hay vacío ni lugar entre esfera y esfera y su materia tan concorde que es incorruptible; los astros y planetas guardan sus apogeos, sitio y epiciclos sin altercar sus puestos, los elementos se conservan simples, sin admitirse mixtos. Los animales en sus especies tienen unidad; y la muda república de peces se gobierna desviando civil guerra; las aves del firmamento combinadas establecen la concordia; el piélago,429 que como monstruo brama estando irritado de los vientos, se conserva en sus límites, y con la tierra tiene paz nativa. Preceptum posuit, et non preteribit;430 el vasto globo de este pesado mundo está tranquilo en el centro, firmavit orbem terrae, qui non commovebitur.431 Luego con más bendición del cielo, y más razón prudente, el hombre debe guardar y procurar la paz, como más capaz con alma, razón y semejanza a Dios criado, para vivir con ella en la eterna gloria o morir con la discordia en perdurable pena. Y si como humano frágil sembró cizaña, que la arranque luego tan de raíz que no parezca ni renazca eternamente la semilla tan infesta; sino, cultive el corazón cristiano con nuevas plantas de tantas flores odoríferas que al mismo Dios conviden sus fragancias a reposar en tan ameno paraíso de deliciosa paz y de virtudes puras. Piélago: parte del mar que dista mucho de la tierra. «Estableció la norma y no ha prescrito». Salmo 148, 6. 431 «Detuvo el orbe de la tierra para que no se moviera». Salmo 92, 1. 429 430 Cristiano desagravio y retractaciones | 190 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §78. Esta unidad divina es el difícil estatuto que nos obliga al católico, y por don de Dios señala a los suyos que predestina a su gloria, como verdaderos observantes de su ley divina y amantes suyos: qui me diligit sermonem meum servabit,432 etcétera. Y toda perfección está en esta caridad y vínculo pacífico de amor y de perdón de agravios, como secuaces militantes suyos, que solo merecer el renombre de alistados en sus banderas triunfantes, cuya fuerza no consiste en extirpar civiles guerras ni proximal discordia solo, sino en dilección de amor que deben establecer interna y eternamente, que es la paz de Dios. Diliges Dominum Deum tuum ex toto corde tuo, et proximum tuum sicut te ipsum,433 que es el mandamiento cardenal de que los otros penden: el amor a Dios sobre todo, y al prójimo como a ti mismo, con tan firme unión que el mismo amor que cada uno se muestra en no querer que le agravien, la misma debe mostrar en no hacer agravio; y la satisfacción que intenta que le hicieren si le ofenden, la misma debe hacer cuando ofende. Y tanto nos obligó Dios a este recíproco amor que puso ley que nos amáramos más que no a los ángeles, pues no nos dio precepto para ello y a nosotros sí; y lo que es más difícil de todo: diligite inimicos vestros,434 manda que amemos a nuestros enemigos, que no recompensemos mal por mal ni dejemos de amar bien a quien nos muestra voluntad maligna, sino antes procurar ganar su afición, porque su alma no peligre en el rencor inicuo. Y somos tan villanos que, ganando ante Dios tan grande premio, como es el ser hollado con agravio, si lo llevamos con varonil constancia, aborrecemos «El que me ama servirá a mi sermón». Juan 14, 23. Si quis diligit me sermonem meum servabit. «Si alguno me ama, guardará mi palabra». 433 «Ama al señor tu Dios de todo corazón y a tu prójimo como a ti mismo». Deuteronomio 6, 5. 434 «Amad a vuestros enemigos». Mateo 5, 44. 432 Cristiano desagravio y retractaciones | 191 | de don Guillén Lombardo y Guzmán el instrumento de este mérito, en vez de agradecérselo perdonando y amándole. Y porque dicha paz no puede ser perfecta y meritoria para salvarnos sin la cristiana reconciliación, satisfacción, amistad amorosa, caritativa y perdón plenario de agravios, nadie cumple con nuestra santa fe, ni salvarse puede, sin obedecer y ejecutar aquel precepto soberano, imitando al legislador y adalid eterno, que dejose la misma cruz en sus mortales agonías, perdonó sus enemigos Pater ignosce illis, [quia] nesciunt enim quid faciunt; 435 mas no se aprovecharon de esta pródiga indulgencia, pues no pidieron misericordia por los agravios hechos, sino quedaron obstinaces en su justificación perversa y fueron condenados en sus mismos duelos y maligna insistencia. §79. ¿Quién tuviera angélica eficacia y espíritu divino en el decir para rendir los albedríos contumaces a este yugo dulce y cristiana servidumbre tan precisa para llegar a Dios y su reposo eterno? Y para dar al corazón protervo vuelcos y temblores hasta tanto que resuelva la ejecución humilde de esta ley tan infalible, sin la cual no hay que tener esperanza de vivir eterno, es raro aquel que no está envuelto en este mortal paroxismo,436 y más los que vivimos en el tráfago secular, absortos en el mundano devaneo y pundonor aleve de este siglo dolorido y engañoso. Remiten muchos el perdonar agravios al tránsito fatal de la muerte, y entonces [es] raro, o nunca acontece, según san Agustín, tener perfecta contrición, como rodeados con ansias y miserias tantas, y con la apostema con que viven (dice) permite Dios que con ella acaben. Y otros que agraviaron remiten 435 436 «Padre, perdónalos pues no saben lo que hacen». Lucas 23, 34. En el original, «parasismo». Paroxismo: exaltación extrema de los afectos y pasiones. Cristiano desagravio y retractaciones | 192 | de don Guillén Lombardo y Guzmán al mismo trance mortal el pedir perdón a los que injuriaron; y es ridícula locura, por cuanto no tendrán (quizá) disculpa en el justo Juicio, si era necesario satisfacer en esta vida, y no lo hizo, pudiendo. Y lo que es más lastimoso, mueren los más, debiendo honras, vidas o hacienda, y a veces todo, sin escrúpulo ninguno ni restitución (siquiera) de palabra, que fuera lo mismo que nada, habiendo obligación y lugar de cumplir; que estos llevan desde el lecho en que muere tragada ya su condenación desesperada y escrita la sentencia en sus enormes almas; y no les basta que les perdone la parte agraviada de su católico motivo, porque no se humillaron ni a la restitución, pudiendo ni pedir perdón, estando imposibilitados de la satisfacción debida; que tanto se debe llorar a estos, como a los moros, judíos y herejes, que mueren sin fe divina. Que Dios no juzga como el hombre, con pasión, sino con viva justicia y verdadera; en cuya presencia la pureza de los ángeles se encrespa, cuando miran a su majestad indignada. Y los ápices que nunca fueron llorados tienen castigo grave si se salva uno, mucho más los condenados tienen hórridos suplicios por sus delitos olvidados en el vivir insulso. ¡Oh, Señor, ten de mí clemencia! ante quien me postro tan cargado, yo protesto la enmienda, mientras me queda vida; detesto ya con corazón entero de este mundo y sus encantos crueles. §80. Yo vi y conocí personas que tenían obligación de dar ejemplo, argüir a otros de malicia teniendo la razón de su parte y la justicia, viviendo ellos mismos escandalosamente, sin confusión y sin empacho, y los otros no; y hecho habían agravios muy atroces y notorios, y se justificaban por enteros. ¿A dónde van aquestos desalmados en sus propios dolos tan afianzados? ¿Y otros semejantes? Son como los judíos que condenaron la pureza de Cristo Señor nuestro: calificándose ellos por los justos, escrupu- Cristiano desagravio y retractaciones | 193 | de don Guillén Lombardo y Guzmán lizan treinta dineros, que era precio de sangre, y no lo hicieron en despojar la honra y la vida; miran las motas en el ajeno vivir y no los montes en el propio, condenan la virtud en otros y alaban en sí propio el vicio, calumnian la razón y la verdad en otros, y en sí mismos la injusticia y el engaño aplauden. Quien reprende al prójimo, primero reprenda a sí mismo, ni puede predicar ejemplo, verdad, virtud, desagravio, contrición ni penitencia aquel que no la sigue ni la cumple en su propia alma; quien da consejo y no lo sigue no yerra de ignorancia, de malicia sí, y sirve para mayor condenación eterna suya, conforme el apóstol Santiago: scienti, et non facienti, maius peccatum est illi,437 quien sabe que peca y no obstante peca, comete delito más abominable. O lo que la vana presunción de falsa fama deprime a los abismos, la verdadera, que con la virtud santa se alcanza, y con pureza, es obligatorio se defienda y se apoye; según el Eclesiastés, mejor es la buena fama que todos los tesoros de esta vida, porque es el testimonio del vivir honrado, ajustado a la virtud y la conciencia temerosa de Dios y su justicia, y los que celan la honra propia siempre miran la ajena, que si no, es cierto no la tienen ante Dios ni en presencia de los hombres, sino falaz y maligna apariencia. §81. Si todo el desvelo de Dios hombre en la tierra era predicarnos el perdón de agravios, ¿qué atención debemos de poner en esta ínclita grandeza y vivir sencillo? Que esta divina sabiduría no se enseñó a los protervos sabios, sino a los humildes pequeñuelos: confiteor tibi Pater! Quia abscondisti haec a sapientibus et prudentibus et revelasti ea parvulis.438 No sabe nada quien ig«Saber y no hacer es mayor pecado». Debe decir: Scienti igitur bonum facere et non facienti peccatum est illi. «Saber hacer lo bueno y no hacerlo es pecado». Santiago 4, 17. 438 «Te confieso a ti, Padre, porque escondiste esto a los sabios y prudentes y se lo revelaste a los niños». Debe decir: Confiteor tibi Pater Domini caeli et terrae quod 437 Cristiano desagravio y retractaciones | 194 | de don Guillén Lombardo y Guzmán nora esto en el ejercicio, muchos son los que lo saben y es lo mismo que ignorarlo, si nunca lo practican; es misterio ignoto y oculto arcano a cuantos no lo obran, y los que lo ejecutan son los pequeñuelos que Dios escoge y a quienes reveló su sabiduría, porque se hacen simples en el saber humano y se gradúan en el divino, que de otra suerte están expulsos de la gloria eterna. Nisi efficiamini sicut parvulus iste, non intrabilis in regnum caelorum,439 [a] menos que se hagan tan inocentes y olvidadizos de pasiones como el niño inocente, y tan ajenos de las humanas y soberbias leyes, no han de gozar del reino de los cielos, cuya sabiduría es tan opuesta a la del mundo como es la luz a las tinieblas. Y conociendo la majestad divina lo peñascoso de nuestro corazón tupido, nos encargó con tanto y tan intenso fervor este ablandativo medicamento que nos lo dejó escrito para que, cada día, como el sustento natural, lo suplicáramos, pidiéndole perdón así como perdonamos, que ha de ser tan amplio como pedimos. Y si algo reservamos de culpa o pena sin remisión, eso nos bastará para morir en su desgracia, si de culpa para condenarnos y si de pena para mayor castigo nuestro; porque en la forma que perdonamos, así de Dios seremos perdonados: serve nequam! Dimisi tibi omnia debita quoniam rogasti me, nonne ergo oporteste demittere,440 etcétera. ¡Ini- abscondisti haec a sapientibus et prudentibus et revelasti ea parvulis. «Te confieso a ti, Padre, Señor de los cielos y la tierra, porque escondiste esto a los sabios y prudentes y se lo revelaste a los niños». Lucas 10, 22. 439 «El que no se haga como niño, no entrará en el reino de los cielos». Debe decir: Nisi conversi fueritis et efficiamini sicut parvuli non intrabitis in regnum caelorum. «El que no se vuelve y se hace como niño, no entrará en el reino de los cielos». Mateo 18, 3. 440 «Siervo malo, te perdoné todo lo que me debías porque me rogaste, por lo tanto era oportuno que tuvieses misericordia». Debe decir: Serve nequam, omne debitum dimisi tibi, quoniam rogasti me; non oportuit et te misereri con serve tui, sicut et ego tui misertus sum? «Siervo malo, te perdoné toda tu deuda porque me rogaste, por lo Cristiano desagravio y retractaciones | 195 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cuo siervo! yo te perdoné todos tus delitos y las dudas porque me rogaste, ¿no te conviene a ti también el perdonar a tu prójimo cuando te pide? Ah, mi Dios, no solo he perdonado yo a mis ofensores ante ti, ni solo he pedido perdón a los que se sienten de mis agravios, sino que publiqué con sentimiento mis delirios y ante ti postré mi corazón rendido; a ti, Señor que no solo muestras tu gloria en perdonar, que es en lo que ostentas más tu omnipotencia, sino también adornas al corazón contrito con celestiales dones, suplico por quien eres, que seas hoy tan pródigo y propicio, que desde luego halle el patrocinio, conforme tu grandeza y clemencia puede y es servido, absolviéndome de mis ofensas todas, apartando de mi pecho lo infesto, afijando los luceros compasivos tuyos sobre mí, para que jamás en adelante yo tropiece, sino que siga enteramente tus caminos sin desvíos, y la breve vida que me queda la emplee toda en penitente llanto y dolor contrito de haberte ofendido y despegue de mi alma mis denegridas manchas y mis lamas pegajosas; lava mis inmundicias, pues no te causan asco, sino lástima mis lepras; sana mis heridas tan mortales, que solo tú penetras cuán profundas son y cuán horribles. Y cuando me acomete el estímulo fatal de que yo tan miserable estoy vestido, me des auxilio poderoso, porque no me rinda con cadena el dolor; yo mismo soy mi homicida y solo tú mi vida. Hasta los labios ya rendido estoy, en el profundo con mi propio peso, a ti mi ronco alarido llegue y penetre velozmente a tus oídos sacros. Sálvame, que si atiendes a las ofensas del humano duelo, ¿quién podrá afianzar en ti clemencia? Extiéndeme tu brazo y seré salvo del peligro y cantaré sin fin tus misericordias santas. tanto, ¿no era oportuno que tuvieras misericordia del mismo modo en que yo me compadecí de ti?». Mateo 18, 32. Cristiano desagravio y retractaciones | 196 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §82. Es bien bien [sic] que el acuchillado aconseje a los soldados que están expuestos a la terrena guerra y sus heridas, para que, luego que se vencen de sus propios desaciertos, vuelvan a mirar el daño, sus ojos desvendando y aclarando su discurso con la luz cristiana, apartando el amor propio y sentimiento; verá cuán presto queda en sí, si antes enloqueció errado, y lo que le pareció agravio, hallará es celo, y al contrario; y lo que juzgó por yerro, hallará acierto, y si el desengaño fuere tan patente, toda vía delibere que puede engañarse, y consulte su dolor con otro que le guíe, antes de ejecutar su parecer y su intento, y si le falta consultor, venza con paciencia hasta que Dios castigue sus agravios, no porque intente la venganza, que es pecado, sino que nunca tarda el cielo en ser propicio ni consiente siempre el mal; que aunque Dios es paciente también es iracundo, y por caminos varios da castigo a los protervos y endurecidos, en su mando inicuo confiados. Está contento Dios mirando al valeroso soldado batallar contra las furias enemigas y, cuando las vence con sugestión humilde y resignación constante a la divina voluntad, le tiene apercibido un laurel de gloria; y no consiente más fatiga de la que el hombre puede resistir con ánimo pujante. Que la tribulación es misericordia que Dios envía a sus amados en esta vida, por donde los va llevando al refrigerio, según el apóstol: per ignem et aquam transivimus et venimus in refrigerium,441 y nunca se debe envidiar al próspero, porque Dios le olvida, sino al oprimido, a quien Dios visita. Y aunque yo erré contra el consejo saludable, ahora me arrepiento; que si nadie tropezara, nadie aconsejara, porque no fuera necesario. El obrar mal ya es común a todos, el revocar el yerro es concedido 441 Debe decir: per ignem et aquam transivimus educes nos in refrigerium. «Por el fuego y el agua transitamos y nos conduces al descanso». Salmo 65, 12. Cristiano desagravio y retractaciones | 197 | de don Guillén Lombardo y Guzmán a pocos, como ser llamados muchos, pero escogidos de Dios son raros: multi sunt vocati, pauci vero electi;442 y los llamados tienen la culpa de no ser escogidos, porque no responden a las divinas voces ni impulsos que Dios da al alma, embriagada en la torpeza, iniquidad y vicio. El revocar el duelo es lo que importa, porque es más difícil enmendar que quebrantar el barro, y mayor magisterio es soldarle, que no el amoldarle; cometer agravio es una ofensa, revocarle es otra y defenderla es peor. Que de una disonancia se encadenan muchas y un abismo llama a otro si no se vuelve a Dios y su temor divino, ante quien mejor se abona el sufrido, que no el que oprime, porque este se condena y se salva aquel. §83. No dudo de que si todos los que ofenden tuvieren esperanza de salvarse y agradar a Dios, sino que habían de poner los medios y requisitos eficaces para ello, porque: eo iudicio quo iudicatis, iudicabimini; et ea mensura qua mensuratis, mensurabimini,443 con la misma medida con que medís a otros seréis medidos (dice el Salvador) y así como juzgáis a otros seréis juzgados; y como los que juzgan a otros por delincuentes y no se juzgan a sí, siéndolo más, y que a otros juzgan que han agraviado a uno y no se juzgan a sí, que han injuriado a mil, estos no se juzgan en esta vida siendo reos y se pregonan justos, serán juzgados en el eterno juicio para eterna pena, por justificados de sí mismos en sus hechos, siendo abominados de Dios y de los hombres, si lo saben; pues no se sujetan a temporal vergüenza o leve pena 442 443 «Muchos son los llamados y pocos los elegidos». Mateo 22, 14. «Del modo en que juzguéis seréis juzgados, y en la medida en que midáis seréis medidos». Debe decir: In quo enim iudicio iudica veritis, iudicabimini et in qua mensura mensi fueritis metietur vobis. «De la misma manera en que juzgan serán juzgados y con la medida que midan serán medidos». Mateo 7, 1-2. Cristiano desagravio y retractaciones | 198 | de don Guillén Lombardo y Guzmán para restituir la fama más amable que la vida, siendo disolutos y atrevidos lobos que con cualquier pretexto de oficio y mando al más noble y cortesano procuran difamar con vituperios más; y cuando no tuvieren sino escrúpulo de alguna palabra dicha o de alguna acción hecha con vilipendio a otro, tienen obligación de restitución pública, si lo fue la acción o palabra; y cuando no tuviera (aún) escrúpulo como gente de conciencia estragada que no conoce a Dios, juzgarse debe por el escándalo que dio y debe restituir la afrenta y agravio, aunque fuese hecho con justa causa, si de ello redundó escandaloso duelo y público, de lo que quizá era secreto y no se sabía. Y de esta ley ninguno queda exento, como ni de la muerte ante el justo solio de Dios, que lo demás es fraguar el hierro con un carbón extinto y amasar un clavo con el resuello; es urdir contra el cielo y sus preceptos guerras alevosas, ocultas de los hombres, lo que desprecia a Dios que está mirando. Y no hace caso del divino aliento que le ve, sino de los humanos que no penetran; adula con el mundo, ocultando de él la impiedad que hizo; y no apercibe confusión interna, como si Dios no fuera; ni intenta con el cielo treguas, ni del vivir eterno aprehensión alguna le conmueve. ¡Oh, mísero del hombre! ¡Oh, ciego impío!, que si pusiéramos a Dios presente a la vista en nuestras obras, pensamientos y pláticas, no cayéramos en tan adversas maletias [sic] y flaquezas repetidas; porque implica obrar mal, estando vivamente presente el sumo bien. Que sola la vergüenza refrenara, si la virtud, amor y obediencia no, pues natural al hombre es el recelarse vergonzoso de los hombres cuando comete transgresiones, mucho más de Dios, y en ocasiones del pecado, si estuviera a la mira el hombre no lo cometiera, menos se atreviera si atendiera que su Dios está mirando, rodeado de cortesanos soberanos; que si yo hubiera obrado en esto como ahora Cristiano desagravio y retractaciones | 199 | de don Guillén Lombardo y Guzmán entiendo, nunca yo hubiera ofendido a Dios ni a los hombres. Mas, Señor, no tarda tu clemencia, ni tu gracia nunca se prorroga al pecador que pide y propone verdadera enmienda; confieso desde el centro de mi alma que delinquí en tu presencia, y me pesa de ello con todo corazón. Perdonaste a David cuando despertó de su letargo y con sumiso pecho confesó su yerro; diste a Sedequías vida cuando lloró su muerte sentenciada;444 absolviste a Magdalena, cuando rendida a tus sagradas plantas las bañó con lágrimas y los secó con sus madejas crespas;445 perdonaste a Pedro cuando amargamente lamentó su culpa repetida; y como pregonaron su cadencia, yo también publico ya la mía, y como en ti no hay mudanza, muéstrame la misma gloria de clemencia, y si lo impide mi tibieza, supla mi defecto con tu gracia, pues sabes mi deseo, que apetece ser intenso en el dolor, que te agrade, y con tu fuerza procuraré la insistencia en mi llanto, hasta tanto borres mi vileza, y cantaré endechas tristes de mi triste vida; y al son de los corrientes fugitivos despertaré mi corazón del sueño mortal. Y como tan cautivo en mi vicio, iré creciendo los babilonios ríos con mis ternezas y mi llanto repetido, hasta tanto halle el cautiverio mío libertad clemente, apartáreme del inicuo Siquem,446 huiré de los SabeLa referencia parece irónica. Cuando fue derrotado por Nabucodonosor, al rey Sedequías le perdonaron la vida, pero degollaron a sus hijos frente a él y lo condenaron a cárcel perpetua. 2 Reyes 25, 7. 445 Lucas 7, 37-38; Marcos 14, 3-8; Mateo 26, 6-12. Curiosamente en estos evangelios canónicos, no se menciona el nombre de esta mujer «pecadora» que se atrevió a lavar los pies de Jesús. 446 En el original, «Sichen». Siquem era un príncipe de la ciudad del mismo nombre, que al conocer a Dina, la hija de Jacob, «se acostó con ella y la deshonró». Aunque después se prendó de ella y la pidió en matrimonio, Jacob lo consultó con sus hijos y ellos se rehusaron a aceptarlo por ser incircunciso; en venganza, los hermanos de Dina entraron en la ciudad de Siquem para matar a todos los siquemitas, incluyendo a Siquem. Génesis 34, 1-31. 444 Cristiano desagravio y retractaciones | 200 | de don Guillén Lombardo y Guzmán lios,447 despreciaré a Gabaón,448 desmembraré a Hai,449 hollaré la Meretriz embriagada,450 que al mundo asalta con el vaso corruptible, y solo en Sión afijaré mi paso y mi morada. Tu luz me guíe, tu amor me encienda, tu misericordia me perdone, tu bondad me aliente, tu fuerza me anime, tu poder me corrobore, tu brazo me detenga, tu espíritu me vivifique, tu gracia me levante y tu gloria me perpetúe en el descanso sempiterno, a donde cantaré tus misericordias santas que sin fin se alaban. §84. Tan pura es la virtud y candidez divina en los que bien se ajustan en el obrar y proceder cristiano, que aquel mismo que engañado de su cuidado la contradijo, después con intención más recta y sencilla sacude las tinieblas de su vista y mira cierto lo que miró incierto; así el real profeta: Lex Domini immaculata, convertens animas testimonium Domini fidele, sapentiam praestans parvulis; iustitiae Domini rectae laetificantes corda, praeceptum Domini lucidum, illuminans occulos.451 La ley del Señor (en En el original, «Sabeyos». Los sabelios —en latín, sabelli— era un grupo de pueblos que habitaron la península itálica antes que Roma fuera poblada. Entre ellos estaban los marsos, marrucinos, vestinos y sabinos, cuyo rey, Tito Tacio, hizo la guerra a Roma para vengarse por el rapto de las sabinas. Aparece mencionado en Eneida viii, 38. 448 En el original, «Gabón». Gabaón es una ciudad al noreste de Jerusalén. El libro de Josúe cuenta que los habitantes de dicha ciudad, temerosos de ser aplastados como Jericó y Hai, se hicieron pasar ante Josué y los israelitas como un pueblo empobrecido, indigno de ser saqueado. Josué les perdonó la vida aunque después, al descubrir su engaño, decidió convertirlos en esclavos, encargados de cortar leña y traer agua para la congregación. Josué 9, 1-23. 449 En el original, «Hain». Hai es una ciudad cananea cercana a Betel. Fue una de las ciudades destruidas por los ejércitos de Josué, quien la quemó «y la redujo a un montón de escombros, asolada para siempre desde hoy». Josué 8, 1-28. 450 Se refiere a la «gran Ramera» del Apocalipsis, es decir: «Babilonia la Grande, la madre de las rameras». Apocalipsis 17, 5. 451 «Ley inmaculada del Señor, que conviertes el alma en fiel testimonio de Dios, que pones la sabiduría al alcance de los niños, que muestras recta la justicia de Dios, 447 Cristiano desagravio y retractaciones | 201 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sus siervos) es inmaculada que convierte almas, el testimonio del Señor es fiel que da sabiduría a pequeñuelos, las justicias del Señor son rectas que alegran corazones y el precepto del Señor es luminoso que alumbra a los ojos. Y esto solo basta para ensalzar y confirmar la virtud y candidez de los señores inquisidores, que con su misma luz clarificó la vista; que como ciego me dejé llevar del sentimiento y no del buen discurso (permitiéndolo así Dios), para que se viera que la antorcha entre sombras recogida había de aclararse en su nativa excelencia, y enseñar al ciego el fulgor que no había visto, para que acredite crédulo lo que negó ignorante. Y esto es milagroso obrar de Dios y no corriente en lo natural, que solo acontece cuando su divina majestad quiere se pregone su nombre en las obras de sus siervos, como enseña la experiencia en las sagradas letras y vidas de los santos y varones de confirmada virtud. Y de esta suerte me deben los dichos señores agradecer la tacha, más que increparla, porque así lo había dispuesto Dios para mayor gloria suya y preeminencia de sus celosos y enseñanza mía; pues ni yo lo hice, sino como violentado y contra mi natural, ni mi salida fue sino milagrosa; con que todo convence fue de Dios para confirmar el proceder y santo celo de los dichos señores, y para este efecto permitiría su divina majestad mis duelos tantos años dilatados; que los caminos de Dios son infinitos y no se entienden hasta verse en los efectos. Y aunque todo se guía de lo alto, no por eso nadie dé ocasión de agravio ni nadie se precipite vengativo, porque lo que en esto ha sucedido milagroso, para abonar la gran virtud y celo de los dichos señores, de una parte, y de la otra para que yo llorara mis defectos en lo residuo que haces que los corazones estén agradecidos y que haces que el precepto y el juicio de Dios ilumine los ojos». Salmo 18, 8-9. Cristiano desagravio y retractaciones | 202 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de mi vida, no acontece sino raro o nunca en otras ocasiones, porque ni el agravio se enmienda con la virtud ni la calumnia vengativa se retracta, y todos quedan en su falacia insistentes y depravados, ni basta a los hombres imaginar que no agravian ni dan ocasión suficiente para quejas por cuanto se engañan; y más bien entiende esto el que lo padece, no aquel que hace padecer. Y no obstante que sea el agravio tan patente, no se debe tocar en la fama, que es tan vidriosa, que a pocos se concede gracia para desmancharla, y si acaso se arrojare como mortal, vuelva en cuanto fuere su capacidad a deshacer el yerro, que bastará y tendrá el uno y el otro honra, en esta y la otra vida. §85. Un dolor obliga siempre que ejecuten otro y una pasión injusta aclama otra; mas el cristiano santo no debe seguir ese rumbo, por cuanto ya la ley del Talión452 se derogó por el autor de vida, nuestro Señor Jesucristo, anulando la ley de venganza y estableciendo la de misericordia, y de agravios el perdón. Y como estamos tan sujetos a la mortalidad corrupta y corrupción mortal, de una voluntad prevaricada453 y proclive454 a las disonancias varias de un rebelde apetito y de un entendimiento deslumbrado, nadie se admire de la flaqueza ajena estando la propia sujeta a la misma y a mayor desproporción; por cuya causa, la gran capacidad de los dichos señores inquisidores, como sabios y tan doctos, nunca se admiraron de mi determina- En el original, «Thaleon». Ley del Talión: principio jurídico de justicia redistributiva, que impone un castigo idéntico al crimen cometido. Deriva de tallis, que significa «idéntico». 453 Prevaricar: faltar a la obligación de su oficio, quebrantando la fe, palabra, religión o juramento. Diccionario de autoridades. 454 En el original, «proclivo». Proclive: inclinado o propenso a algo, frecuentemente a lo malo. 452 Cristiano desagravio y retractaciones | 203 | de don Guillén Lombardo y Guzmán do desacierto, sino antes se lastimaron, pues no ignoraban lo que pudo obrar un ímpetu que aviva cual aguijón agudo al corazón tan ahogado, y como vino fuerte o licor compuesto, sube destemplando los sentidos, privando del discurso, de la razón y tino. Y milagroso es no despeñarse como desesperado en fatal tragedia, pues tantas son las causas y angustias que representa un ahogo semejante que cualquiera de ellos es exorbitante peso para rendir a la flaqueza humana; y en esta tentación horrenda y ocasión tan fuerte, el eficaz remedio es alzar a Dios los ojos del alma, y pidiendo su abrigo, y divierta el pensamiento y deseche las asechanzas. De otra suerte, como el hombre es frenético, peligra cual caballo desbocado, que en el coso se ciega y se irrita, no mira ni ve el precipicio que por distinto teme, sino conforta de una vez, se acaba perdiendo el tino que tenía, y mejor es brotar en desacierto humano, que no en bruto frenesí; porque el uno se remedia y el otro no, según el poeta: facile descensus averni, sed revocare gradum superasque evadere ad auras; hoc opus, hic labor est.455 §86. Con solo un discurso que avivara siempre en sí, el cristiano entendimiento nunca peligrará en los ahogos, porque, considerándose tan ofensor de Dios, toda calamidad llevará con paciencia y ánimo invicto por vía de castigo misericordioso que envía el cielo, como lo es para purgar el alma en esta vida, dispensando en las horribles penas de la otra. Y siendo este soberano beneficio dado para usar bien del medio y llegar después 455 «Es fácil descender al infierno, pero es más difícil revocar el grado que lograr llegar a los cielos; este trabajo es lo que hay que hacer». Virgilio, Eneida vi, 124-129. Debe decir: facilis descensus averni […] sed revocare gradum superasque evadere ad auras hoc opus, hic labor est. Cristiano desagravio y retractaciones | 204 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de las presuras456 al tranquilo puerto del descanso, no solo desusamos de ello para mayores penas, sino, también, desconocemos el favor ingratos, y la ingratitud es el mayor delito según Séneca,457 y el más feo contra Dios y contra el hombre, y como tal no tiene en las humanas leyes pena, o porque todo el mundo está comprendido en este crimen, y si todos habían de ser increpados conforme merecía esta culpa no quedara nadie, o porque es tan feo que no hay suplicio que le iguale. ¡Ah, pluguiera a Dios que yo hubiera sido tan agradecido a su divina majestad por los beneficios recibidos, como lo he sido a los hombres por cualquier favor que me hicieron, que así pocas veces (puede ser que nunca) le hubiera ofendido! Y confieso que si dichos señores me mostraron alguna vez acción de afecto o benevolencia de su motivo en tantos años de muerte civil (que me parecía implicaba), fue la primera vez que en mi vida he sido ingrato a los hombres, por cuanto siempre deseaba pagar con bien el bien que recibía, ni nunca de mi motivo contra nadie tuve rencor ni deseo de litigio, y dicha mi querella (como sabe Dios y su rigor) nació más de una violencia que de natural acción, y por ver que ni la sumisión, justicia, ni paciencia vencía el ánimo que me oprimía, me parecía con rencor y odio. Y pongo a Dios por testigo que nunca di ocasión para que ninguno de los dichos señores me tuviese pasión, si es que alguno la tenía; mas como para el maligno corazón y venenoso, que de su natural interior lo es, no es menester dar ninguna causa para mal querer. De allí me nació la aprehensión del odio y por efectos, y como todo mortal es imperfecto, y yo más que todos, así censuré (qui456 457 Presura: opresión, aprieto, congoja. Prontitud y ligereza. «Ingrato es quien niega el beneficio recibido, ingrato quien lo disimula, más ingrato quien no lo devuelve y más ingrato que todos quien se olvida de él». Séneca, Beneficiis iii. Cristiano desagravio y retractaciones | 205 | de don Guillén Lombardo y Guzmán zá) con más malicia que ninguno; seguí mi sentimiento, desabroché el Etna,458 tan cuajado y compuesto de dolores en mi humano pecho, que reventó de insufrido y arrojó, hasta las nubes y aún a los confines de la tierra, llamaradas, estruendos, ceniza y desperdicio, y aunque fue breve la exhalación, causó memoria perdurable, y si no hizo estrago en las vidas, arrojó lo más amable, que son las honras, y enterrolas entre tanto peso. Que solo yo que despedí los rayos los puedo recoger, dejando acrisoladas esas famas con magistral y gretas [sic] de mayor aplauso, como hago; y si antes fueron mortales, ahora como inmortales vivirán sus famas a despecho de inclemencias de los tiempos mismos, porque su recta fama viget in saeculorum memoria; sicut experrecta vita quae temporum invidia, nunquam extinguitur, cuius viviturque gloria pro Dea colimus,459 así Cratipo:460 la fama resucitada y restituida florece en la memoria de los siglos, como la vida que fue muerta y se hace eterna nunca se apaga con la envidia de los tiempos, y la vividora gloria de esa fama veneramos por diosa, raro encarecimiento y digno del honor de los dichos señores, a quienes se debe más si más pudiera haber en esta vida. §87. Así se eterniza el hombre virtuoso y afamado en sus hechos, y viene a ser oráculo famoso en los registros venideros; y aunque tanto colmo de grandeza y honor eterno consiguen los señores de mi yerro, culpo mi miseria y mi desorden y confieso mi Etna: volcán de Sicilia, famoso por la furia de sus erupciones. «Desabroché el Etna» puede entenderse como «desaté la furia». 459 «La fama resucitada y restituida florece en la memoria de los siglos, así como la vida que fue muerta y se hace eterna nunca se apaga con la envidia de los tiempos, y la vividora gloria de esa fama veneramos por diosa». 460 Cratipo de Pérgamo (siglo i a. C.): filósofo griego, seguidor de las doctrinas de Aristóteles , amigo de Cicerón y maestro de Horacio y de Bruto. Admitía la lectura adivinatoria de los sueños, pero rechazaba cualquier otro tipo de augurios. 458 Cristiano desagravio y retractaciones | 206 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cadencia lábil, que no hay creatura más infesta ni más ajena del dictamen de razón que el hombre cuando se ciega, y como Dios lo sabe, le muestra más su misericordia cuando se conoce. Y de esta clemencia santa se admira el paciente Iob: quid est homo, quod opponis erga eum cor tuum? Visutas eum diliculo et subito probos eum.461 ¿Quién es, Señor, el hombre que afijas sobre él tu corazón? Le visitas a menudo y le pruebas de repente. Y el profeta: quid est homo quod memor es eius? Aut filius hominis quoniam visitas eum?462 ¿Qué es el hombre porque de él te acuerdas? ¿O el hijo del hombre para que le veas? Y porque la miseria misma dice lo que es, se suspenden admirados en la pregunta: es una hoja que, con el leve zafiro de tentación exigua, al punto se despega de raíz y se despeña a los profundos de su yerro; una yesca seca que con la chispa más ambiente se enciende un volcán fogoso de venganza. Dichoso el que sabe reprimir impulsos y sujetar mociones, yo publico al mundo mis flaquezas, confieso mis ignorancias desfrenadas; tan fuera estaba del dominio de mí mismo, como el bruto que a carrera suelta se desgaja desde la cumbre más erguida al abismo más profundo. Aquel que no sujeta en sí los precipicios, forzoso es que precipite a otros. ¿A cuántas almas condenaron ocasiones tales? Y con tener ejemplares del dolor, apenas hay quien se retire del peligro manifiesto; todos se justifican y se condenan todos con su mismo abono; y la mayor ofensa es la contumacia. Es fe divina que los pontífices, los reyes y los príncipes (cuanto más los de menor parte) tienen obligación no solo [de] Debe decir: Quid est homo quod memor es eius? Aut filius hominis quoniam visitas eum diliculo, et súbito probas illum? «¿Quién es el hombre para que te fijes en él? Lo visitas al amanecer y súbitamente lo pones a prueba». Job 7, 17-18. 462 «¿Quién es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que lo visites?». Salmo 8, 5 y Salmo 144, 3. 461 Cristiano desagravio y retractaciones | 207 | de don Guillén Lombardo y Guzmán restituir la fama, sino cualquier agravio hecho con algún pretexto, [a] menos que desesperados se condenen, pareciéndoles mejor caer en la indignación divina que no perder el pundonor humano, fingiendo justificación adonde está malicia. Ni basta satisfacer en secreto si fue público el agravio: non demittitur peccatum donec restituator ablatum,463 dice san Agustín que no se perdona el pecado mientras no se restituya lo quitado. Y como la joya más preciosa de esta vida es la honra, en todo linaje de personas es mayor la indignación divina contra aquel que la despoja con cualquier sombra si no la restituye, ni acción más agradable que restituirla; así que, confiando yo en la misericordia de Dios, que sabe las flaquezas del humano duelo, todo lo que con demasía, venganza y malicia dije en dicha mi querella en oprobio y descrédito de la fama de los señores sacerdotes inquisidores y ministros suyos, o contra la pureza católica de sus personas, contra el ejercicio legítimo y limpio de sus oficios o contra la dignidad de sus empleos y nobleza, lo revoco, anulo y lo pregono invectivo, como agraviado que me sentí, blasonando todos su virtud, nobleza y su verdad con mucha mayor fama, pues la restituida es la mayor, conforme san Atanasio,464 porque la que antes era sospechosa, ahora es demostrativa honra, firme y sin adversa contumelia, aprobada por constante y pura. §88. ¿Quién pusiera en censuras de la plebe y los urbanos el honor al parecer sagrado de sacerdotes, sino fuera algún inadvertido «No es perdonado el pecado hasta que se restituye la ofensa». San Agustín, Sermón 65. 464 Anastasio de Alejandría (296-373): santo para las iglesias copta, católica, ortodoxa y anglicana. Como obispo de Alejandría, se dedicó a defender los acuerdos del Concilio de Nicea frente a los arrianos. 463 Cristiano desagravio y retractaciones | 208 | de don Guillén Lombardo y Guzmán como yo, en opresiones ya exhausto? ¿O lo que afeitan465 sombras no solo en mí, sino también en muchos? Las mías desbarato, y si se miran congeladas, la fuerza del fulgor disipa lo tenebroso y arrisca lo seguro; que si las nubes fueron invectivas,466 se desvanecen todas con las luces. Que no obstante que los señores inquisidores y ministros no intentan sublimado aplauso, es forzoso restituir al rostro su color nativo con otro contrapuesto desteñido, dibujando breve lo que extenso se admira; y pinté aquí en este lienzo la verdad con el perfil atento a su diseño, pues no hay Apolodoro,467 Lidos468 ni Tiziano469 que tan bien dibuje: es su virtud por sí tan conocida desde hoy, que ella misma se pregona en hombros de la fama voladora; el celo en la pureza de nuestra santa fe, el desvelo en la fatiga, el estudio en los aciertos, el ardor en la constancia, el cuidado en la prudencia, los pudiera eternizar si hubiera premio para tanto mérito en lo mortal; acérrimos martillos contra la herética perfidia, gigantes indefensos contra profanos y ardilosos bríos, atlantes valerosos de la católica Iglesia de la Nueva España, columnas de la fe cristiana firmes, baluartes bien armados que batieron los escuadrones y tenaces muros de apostasías, pastores cuidadosos que vigilaron el errante aprisco y congregaron, Afeitar: aderezar o componer con artificio lo que se ha de vender para encubrir el defecto que tiene. Diccionario de autoridades. 466 Invectiva: reprehensión eficaz y acre, hecha con fervor, actividad e indignación. Diccionario de autoridades. 467 En el original, «Apolidoro». Apolodoro Skiagraphos (siglo v a. C.): pintor griego que, según Plutarco, fue el primero en usar sombras degradadas. No se conservan obras de él, aunque Plinio describió dos de sus pinturas. 468 En el original, «Lidio». Lidos: pintor de cerámica que trabajó entre 565 a. C. y 525 a. C. Subsisten dos vasos pintados por él. 469 Tiziano Vecello (Pieve di Cadore 1477-Venecia 1576): pintor renacentista, considerado como el mayor exponente de la escuela veneciana. 465 Cristiano desagravio y retractaciones | 209 | de don Guillén Lombardo y Guzmán padres amorosos que acarician los errabundos hijos. Que ni la vanidad puede atreverse con presunciones a tanto blasón ni la envidia arrojarse a tan ilustre apoyo menos que abatida, en estos monstruos de la fama perdurable por combatida; alábese el escrutinio de tanto y tan oculto error, pondérese el ardor de tantas conversiones, engrandézcase la fama de tantos autos, abónese el cuidado con tanta copia de gente tan diversa, elévese la vigilancia tan colmada, estímese el valor en las angustias propias y ajenas, apláudase la atención de sus desvelos, apadrínese la asistencia tan continua, aliéntese la experiencia tan consumada, confírmese la integridad de su clemencia y rectitud celosa sin que peligre en más censuras lo que por justas atenciones se abona; imitando en el fervor a Elías,470 en las fatigas a Enoc,471 en la corrección a Moisés, en el refrigerio a Habacuc,472 en la templanza a Natán,473 en la verdad a Matías,474 en la sinceridad a Amós,475 en el dolor a Miqueas, en el gobierno a Daniel, en el sentimiento a Jeremías,476 en la constancia a san Elías: profeta hebreo del siglo ix a. C., que se enfrentó a Acab, rey de Israel, y a su esposa Jezabel. Fue uno de los primeros en prever la venida de Jesucristo. 471 En el original, «Enoch». Según el Génesis, Enoc era un hijo de Jared y padre de Matusalén, que vivió trescientos sesenta y cinco años. Génesis 5, 21-23. El Libro de Enoc es un libro canónico para la Iglesia Ortodoxa etíope, pero es rechazado por las demás iglesias cristianas. 472 En el original, «Abacuch». Habacuc es un profeta judío, autor del libro del mismo nombre. También aparece en el libro de Daniel, cuando un ángel lo introduce en la celda donde se encontraba encarcelado el profeta Daniel, para llevarle un refrigerio. 473 Natán: profeta judío, encargado de revelar al rey David la gravedad del pecado que había cometido contra Urías, al tomar a su mujer Betsabé. 2 Samuel 12, 1-15. 474 En el original, «Amathías». Matías fue el apóstol que los discípulos de Jesucristo eligieron para sustituir a Judas Iscariote luego que este se suicidó. Hechos 1, 21-26. 475 Amós: pastor y profeta judío, autor del Libro de Amós. Famoso por su pública denuncia de las injusticias sociales de Israel. 476 Jeremías: profeta hebreo, autor del libro que lleva su nombre, aunque también se le atribuyen los dos libros de Reyes y el Libro de las Lamentaciones. Pidió al rey 470 Cristiano desagravio y retractaciones | 210 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Pablo, en el deseo a san Pedro y en la profesión a nuestro Señor Jesucristo. §89. Restitúyese por entero el honor debido a tan ínclitos varones. Sé que a veces estaban en audiencia, desde por la mañana hasta medio día, y por no perder tiempo, en el mismo tribunal comían, a donde asistían a veces hasta las ocho de la noche. Parece que con esta sola cláusula apagué de mi querella todo el incendio. Sé también que algunos de los dichos señores mandaban ropa y regalos de su casa a personas muy necesitadas y enfermos, por estar el fisco pobre; visitaban a los enfermos y los consolaban en sus angustias, mandando a los ministros acudir con caridad cristiana, mas poco importan mandamientos a quien carece de ella, y de estas omisiones no sabían los señores; así que su desvelo, caridad y asistencia halle la calidad que pide la virtud y no padezca detrimento por lo que mi querella acriminaba. Y revoco mis inadvertencias, y pesaroso de ellas ante ti, mi Dios, me postro ofensivo,477 como ante quien jamás supo ser esquivo en la clemencia ni se escandaliza de humanos desafueros. Tu misericordia pido, oh, Señor inmenso, y pues mi labio es bruto, torpe mi lengua, rudo mi ingenio, ciega mi voluntad, fija mi ignorancia y delincuente mi corazón para formar eloquios478 ni articular sentidos que te agraden ni que expliquen mi dolor, válgame en tu preferencia mi deseo y supla tu clemencia mi defecto. Confieso mis pravedades de to- Sedequías que los judíos liberaran a sus esclavos para congraciarse con Jehová, y ellos aceptaron en un principio aunque después se arrepintieron. En consecuencia, Jeremías predijo la caída de Judá y el incendio de Jerusalén. Jeremías 34, 8-22. 477 El adverbio «ofensivo» parece contradecir la intención de la frase. Sería más lógico si Lombardo se postrara «inofensivo» ante Dios. 478 Eloquio: habla. Del latín eloquium. Cristiano desagravio y retractaciones | 211 | de don Guillén Lombardo y Guzmán do corazón y deseo que sea mi contrición tan vehemente como la de todos cuantos pesarosos ha habido juntos en este mundo, y tú sabes mi deseo, a quien nada se oculta, arrójense al olvido mis ofensas, mitigue ya tus justas iras y convierta a ti mi alma enteramente, llueva sobre mí tu paz y sobre tus siervos todos que llegan a ti de corazón rendidos y pesarosos; dame el justo miedo de tu rigor sin permitir que caiga en desconfianza, para que nunca más te desagrade; disipa mis tinieblas, disculpa mis ignorancias y desvía mis tropiezos; otórgame la vida que tú amas y la clemencia que te acompaña; expele mis humores y cura mis cicatrices. Y a cuantos he ofendido en pensamiento, obra o palabra, por el presente pido me perdonen, que yo perdono a todos con tanta vehemencia, a los que en algo me han ofendido, que pido a Dios que por ello les dé la gloria como si nunca tal agravio ni ofensa hubieren cometido, y ruego a cuantos esto leyeren que me encomienden a Dios, como tan necesitado que me hallo de su divina gracia. §90. No avives Señor en tu memoria los tropiezos juveniles míos ni mis ignorancias perpetradas, delicta iuventutis meae, et ignorantias meas Domine ne memineris.479 Pequé, mi Dios, y confesaré de todo corazón mis duelos: humano soy, de espinas escabrosas soy llagado, en el alma críe úlceras fatales, fétidas y malignas, adonde a ti te había de alojar divino; dulzuré480 mi pecho con torvisco481 y no sentí su amargura; atienda a tus grandezas pródigas y mira ya clemente a mis angustias dilatadas; imítente tus siervos perdonando, así como quieren ser de ti absueltos; «No te acuerdes, Señor, de mis faltas de juventud ni de mi ignorancia». Salmo 24, 7. En el original, «adulzuré». Dulzurar: mitigar, apaciguar. 481 Torvisco: mata de la familia de las timeláceas. La corteza sirve para cauterizar heridas. 479 480 Cristiano desagravio y retractaciones | 212 | de don Guillén Lombardo y Guzmán no quede algún resabio vengativo en sus pechos, a donde a ti tan puro te hospedan. ¿No llamas amoroso a los perdidos hijos, Padre soberano?, pues yo soy verdadero pródigo, sumergido en miserias indecibles y acordado de esa espléndida abundancia de tu casa; de ti me alejé a tan remotas tierras y extrañas de ofensas que ignoro ya adonde estoy, tan descuadernada tengo el alma en mis delirios que ya no vive; despiértome, Señor, de mi infausto sueño, en que, por falta de sustento, me sustento acabando; ya llego a tus umbrales, vesme ante ti rendido, pálido, roto, truculento, escuálido, atiriciado, mortal, funesto, mísero, hirsuto, lúgubre, seco, dolorido, hórrido, maganto,482 trémulo, ulcerado y hecho un esqueleto, un espectáculo de langores483 y dolencias, ronca la voz, sofocado el aliento, seca la lengua, marchita la tez, postrado el brío, cerrado el pecho, sumergidos los ojos, atenuado el espíritu, abatido el ánimo, erizado el cabello, bruto el semblante, hesitante484 el resuello, tupida la garganta, desmembrados los nervios, encogidas las venas, descubiertas las arterias, disipados los músculos, tiritando los dientes, azulados los labios, pendientes las cejas, desbaratados los pulsos, muerta la vida y viva en ti la esperanza; no me desprecies por rebelde ni dejes como Padre de admitirme como hijo, aunque indigno de este nombre; peccavi, Pater! contra coelum et contra te.485 Pequé, ¡Padre inmenso!, contra el cielo y contra ti, aparteme ofensivo de mi Dios amado, desperdicié mi patrimonio, me anegué en vanidad, torpeza y engaños; rechacé tus voces, desdeñé tus dones, quebranté tus mandamientos y con mi lengua bruta toqué a tus ungidos. ¡Ea, Señor!, absuelve a mis errores, Maganto: triste, pensativo, macilento. Langor: languidez. 484 Hesitar: dudar, vacilar. 485 «Pequé, Padre, contra el cielo y contra ti». Lucas 15, 18 y 21. 482 483 Cristiano desagravio y retractaciones | 213 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sirva de castigo lo que pasé de miseria y sirva de pena lo que mi culpa trajo de suplicio; despida de tu dulce aliento y paternal favor enternecido un abrazo en señal de mi recibo alegre; dame al alma ósculo de paz filial y de perdón amante; prorrumpa ya, iam hiems transit, imber absit, et recessit, surge amica mea et veni,486 ya pasó el atiriciado invierno de fatigas, el escarcho congelado y los rigores ya pasaron: ¡levántate, esposa y ven! No más rigores ni disonantes duelos; ¡ah, Señor!, afija en mí de tu clemencia pura, aquella vista eterna; muéstrate pródigo en bien conmigo, que fui pródigo en el mal, para que el cielo y suelo vean en los efectos tus grandezas sempiternas, como en ti su causa, y que más puedes perdonar por infinito que todo el universo puede ofender por limitado; y con más facilidad absuelves perdonando de la que yo cometo tropezando; no te excuses como avaro conmigo, tú que con los brutos eres dadivoso, y dame los desperdicios que se vierten de aquellos abismos que por instantes manan; y no te muestres rígido a quien te invoca, oh, Señor, humilde; dame un espíritu resoluto de increpar el vicio en mí, extirpándolo, y en otros, desviándolo, y determinación recta me concedas para que con nadie disimule contra ti ofensas ni transgresiones de tu ley divina; cumpla tu promesa (que es tan infalible), pues diste palabra de recibir jovial al hijo que se te vuelve pesaroso; y pues tú ves, mi Dios, el corazón y el deseo con que vengo, y pido me otorgues la abundancia que dispendes y el defecto que mi sentimiento hoy tuviere como mísero, tú, Señor, lo suplas como el solo opulento en gloria y clemencias. 486 Debe decir: Iam enim hiems transiit; imber abiit, et recessit. «Ya pasó el invierno, la lluvia se alejó y se retiró, levántate amiga mía y ven». Cantar de los cantares 2, 11. Cristiano desagravio y retractaciones | 214 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §91. Quisiera que mi alma pudiera articular un tan vivo dolor y muestra tan exuberante de pesar, que el universo lo llegase a admirar en los efectos de penoso, por haberte, Señor, ofendido, para bendecirte en tus clemencias perdurables; no vibres justiciero rayo contra quien se rinde abatido, porque disuena a tu potencia eterna, pues contigo pugna suum finem cum iacet hostis habet;487 que cuando se te humilla el delincuente, entonces has vencido la batalla y no te manchas sangriento contra un rendido; sublima el nombre de tus ministros que tanto por el tuyo se desvelan; suba su virtud a tanta cumbre, que vea el mundo sus ardores esparcidos en un cristiano hecho, perdonando con triunfo a quien con sumisiones se les rinde, y quede yo con labe de apasionado, antes que padezcan por sinceros y sacuda de ellos todo lo que deslustra aquella gloria que se debe al sacerdocio santo que profesan; no quede mancha adonde debe reinar la candidez, que aclama por despojos justos a la misma gracia; que si yo les ofendí en todo, tú, mi Dios, bien sabes que no entendí que en todo te ofendía a ti; ¿qué puedo yo afianzar en mí, si no miseria y ceguedad ignara?488 Cosecha mía es la ignorancia, sujeto estoy a la calamidad nativa del tropiezo contraído y conmigo concebido; caduco en este valle infeliz de dolor y llanto. Es guerra viva nuestra vida, y cuanto más procuramos vivir ajustados, más vivimos del espíritu combatidos; que los que están a rienda desbocada no sienten tentación contraria, porque consigo llevan lo maligno y cumplen del deseo el apetito. Tribulaciones son clemencias y terrenal bonanza es suplicio; gloria de esta vida humana milita contra la divina; y quien posea aque- «La batalla llega a su fin cuando el enemigo yace muerto». Ovidio, Las tristezas, Libro 3. 488 Ignaro: que no tiene noticia de las cosas. 487 Cristiano desagravio y retractaciones | 215 | de don Guillén Lombardo y Guzmán lla está excluso de la otra, porque nemo potest Duobus Dominis servire, Deo, et Mamomae;489 a dos señores tan opuestos nadie podrá servir de suerte que no discrepe del mejor. El pectoral del sacerdote Aarón490 estaba en el centro embutido de diamantes, porque fatigas son riquezas que labran los mortales pechos; y son los ornamentos que enriquecen, y las estrellas luminosas del tusón491 pendiente que señalan a esos grandes de la curia eterna; de que se infiere que dichos señores son del cielo escogidos, pues en lo mejor son examinados con adversa prueba, siguiendo al cordero manso, señalados conforme el Apocalipsis. O sí yo llevara (como al fin debía) mis ahogos y molestias en amor de Dios, segura yo tenía en su clemencia la señal que da a sus amados; mas impaciente fui, y cada día ofendía más (quizás) en esos duelos, que no en libertad. Confieso mi penuria, la aflicción tan fuerte, la destitución tan rara, la ocasión tan peligrosa, la dilación tan mortal, el rigor tan vehemente, la mocedad tan malograda, el tiempo consumido, las obligaciones consurgidas, la libertad tan ofendida, la justicia tan prorrogada; todo acometía con tan feroz batalla, que rigor natural no pudo resistir sin desvarío. Si Dios clemente no obrara, y verdaderamente no alcanzo, ¿cómo tiene esperanza en Dios aquel que oprime de esta suerte al hombre? En esto confieso mi ignorancia, culpo mis defectos y miserias. ¿Qué soy? Un montón de nada congela«Nadie puede servir a dos señores a la vez, o sirve a Dios o a la riqueza». Mateo 6, 24 y Lucas 16, 13. 490 En el original, «Arón». Aarón: hermano mayor de Moisés, sacerdote levita, sumo sacerdote de Israel. Sus lujosas vestiduras y el pectoral del que habla Lombardo están descritos en Éxodo 28, 4-43. 491 Tusón: el vellón del carnero o la piel del mismo con su lana. Díjose del verbo castellano antiguo tusar, que valía cortar el pelo con tijera o esquilar. Diccionario de autoridades. La frase «las estrellas luminosas del tusón pendiente» puede referirse a las joyas que los inquisidores llevaban pendientes de sus ropas. 489 Cristiano desagravio y retractaciones | 216 | de don Guillén Lombardo y Guzmán do, y otra vez en nada he de ser disuelto; y como a nada el rigor me trata, y siendo el hombre en su ser tan fútil y en su pompa tan caduco, no hay monstruo más atroz ni furioso cuando no se vence ni qué veneno más mortal despida cuando se enciende irritado; los ímpetus humanos se disculpan en el divino consistorio por lo frágil que somos, pero deliberados duelos con rencores alimentados, no. §92. Perdono pues, Señor, mis ofensores así como deseo me perdones; revoco mi querella, vencido estoy y obligado del soberano ejemplo, cristiandad, amor y benevolencia de los señores inquisidores, en perdonar mis yerros y frenético delirio; que aunque no cumplieran con tu fe divina, menos que lo hiciesen, pudieran insistir en el veneno y dejarse condenar del vicio, como el mundo hace; mas ya ostentan nuevo blasón a tu grandeza, testifican con las obras tus preceptos en sus entrañas observados, predican al universo un ejemplo singular en perdonar agravios, como yo predico satisfacciones; no son humanos en esta acción, sino divinos imitantes tuyos; verdaderos crédulos de tu grandeza y adoptivos hijos de tus entrañas engendrados. Según san Juan: his qui credunt, dedit potestatem filios Dei fieri; non ex voluntate viri, neque ex voluntate carnis, sed ex Deo nati sunt;492 esta hazaña excede el aplauso del decir y el eloquio del serafín más alto; logran ese premio inefable del invicto proto492 «A estos que creyeron les dio Dios la potestad de ser hijos de Dios, no según la voluntad del hombre, ni según la voluntad de la carne, sino porque fueron creados por Dios». Debe decir: Quotquot autem receperut eum, dedit eis potestatem filios Dei fieri, his qui credunt in nomine eius: qui non ex sanguinibus, neque ex voluntae carnis, neque ext voluntae viri, sed ex Deo nati sunt. «A esos que recibieron les dio la potestad de ser hijos de Dios, y a los que creyeron en su nombre, no según la sangre ni la voluntad de la carne, ni según la voluntad del hombre, sino porque fueron nacidos de Dios». Juan 1, 12-14. Cristiano desagravio y retractaciones | 217 | de don Guillén Lombardo y Guzmán mártir tuyo san Esteban, que mereció tu vista a la diestra del eterno Padre, desabrochándose aquel globo eterno, para que viera lo que pudo el perdonar agravios. Y si no pidiera por san Pablo, afirma san Agustín, que no lograra luz de nuestra fe sagrada, no hay forma, valentía ni victoria en lo mortal que llega a esta. Mas forzado es, según Claudiano, aquel que se vence a sí, que no aquel que rinde muros, reinos, castillos ni escuadrones: fortior est, qui je, quam qui fortissima vincit, Moenia; 493 y hasta los gentiles bárbaros más blasonaron de esta virtud, que de victorias en las armas; Alejandro Magno dijo que no venciera nada si no venciera sus pasiones, que vencía al mundo por generoso y no por vengativo; Cicerón alaba esta victoria por mayor grandeza de Cayo César, Julio de sí mismo lo publica, Catón Mayor 494 con esto se eterniza, Platón lo encarece sin medida, Valerio Máximo495 con ejemplos raros lo celebra por mayor trofeo y gloria de la clemencia de aquel filósofo que ocultó el homicida de su propio hijo; luego, con más razón, el católico «Es más fuerte el que vence a la ira». En Proverbios 16, 32 se lee: Fortior est qui se, quam qui fortissima vincit Moenia, nec virtus altius ire potest. «Es más fuerte el que vence su propia ira que aquel que vence ciudades». Es significativo que Juan Eusebio Nieremberg y su alumno Lombardo citan el versículo en versión simplificada. El primero atribuye la versión a «un poeta»; el segundo, a Claudiano. Nieremberg, Epistolario, p. 59. 494 En el original, «Cato el mayor». Catón el Viejo (Tusculum 234 a. C.-149 a. C.): político, escritor y militar romano. Nombrado cónsul en 195 a. C., fue un acendrado impulsor de la «moral pública» basada en la austeridad y modestia. 495 Valerio Máximo (siglo i a. C.-siglo i): escritor romano. Su obra capital es Factorum et dictorum memorabilium, donde recopiló hechos históricos para reflexionar sobre diversos asuntos morales o filosóficos. Por ejemplo, en el capítulo «Sobre la humanidad y la clemencia», Valerio Máximo recuerda que el senado romano perdonó una vez la vida a 2 743 prisioneros cartagineses sin pedir recompensa. Desde entonces, los cartagineses «admiraron la generosidad del pueblo romano, equiparable a la magnanimidad de los dioses». Valerio Máximo, Hechos y dichos memorables, tomo i, p. 332. 493 Cristiano desagravio y retractaciones | 218 | de don Guillén Lombardo y Guzmán cristiano debe blasonar esta viva fe y virtud impuesta por precepto celestial y alabarse con eterna fama de victoria mayor, y de lograr por esta vía la insignia valerosa que concede Dios a tan ilustres triunfantes, a quienes mira aún el mundo mismo como prodigios raros, suspenso en la admiración, sin poder encarecer la virtud y fama que adquiere hecho tan divino y tan ajeno del vigor humano. Y cesen todas presunciones vanas y siniestras, adonde esta bondad cristiana predomina, que no se compadece dolo y candor tan alto; apaga las tinieblas en el alma esta luz dichosa; deifica, digámoslo así, al hombre y le engrandece con semejanza a Dios; alumbra como antorcha en la Iglesia remontada a la cumbre mayor de la divina fama, para que el mundo se ofusque con los rayos ejemplares y procure imitar la gloria que contempla estupefacto;496 viva pues aquel que en esto vence, que contarán los cielos su victoria. §93. Retiremos nuestros pasos deslizados, huyamos sendas lubricosas497 de esta vida falaz, detestemos de profanos devaneos, revoquemos quejas, desistamos de litigios venenosos, afijemos la cristiana paz y la concordia en cristianos pechos, desterremos la venganza fiera, perdonemos por la gloria eterna agravios momentáneos, procuremos el honor y fama que nos manda el cielo, que no nos destituye Dios por imperfectos, sino por contumaces. No quede de rencor resabio en corazón cristiano, porque expela a Cristo y su gracia arroja, le hace guerra con desprecio impío; ¡no criemos peligroso cáncer en el alma con pretextos llenos ni vacíos, o engaños ciegos de los hombres! ¿A dónde nos habéis de despeñar, atroces? Estamos a la orilla 496 497 En el original, «obstupefacto». Lúbrico: resbaladizo, propenso a un vicio. Cristiano desagravio y retractaciones | 219 | de don Guillén Lombardo y Guzmán del abismo y no vemos lo profundo del peligro; vivimos en la muerte tan contentos que hasta tocar los términos eternos no lloramos, y entonces tarde; es tanto nuestro olvido de la ley de Dios y del temor divino que nos parece o que no hay Dios por lo paciente que es o que solo fuimos criados como bestias para esta vida, sin anhelar a la eterna; y si alguna vez articulamos su divino nombre con nuestros labios tan polutos, nos parece que cumplimos el deber con eso solo y hemos dado muestra de que le conocemos compungidos. Oh, ¿cuántos dolos alevosos se verán patentes, aquel día iracundo, en los que se afeitan con candor externo, estando lo interno de negrida pez y hollín opaco? Danos, Señor, perfecta candidez y contrición profunda con enmienda, antes que nos llames a las cuentas de tu juicio riguroso; mas tengámosla nosotros, que tú no faltarás clemente; no nos condenas tú, sino nosotros. Perdona mis ofensas, oh, magnífico y sacro Creador, que yo confesaré al mundo mis tropiezos todos, por escrito en ocasión extensa, y si de malicioso reservare alguno, no vea yo tu rostro sacrosanto en tu gloria, que puede ser que algunos de mis pecados sean tan escandalosos que, si se declararen con toda circunstancia, aprenderán los hombres nueva forma de pecar, según que son tan frágiles, y no será conveniente [que] se demuestren esos tan patentes, que no quieres que se enseñe el mal a quien el mal ignora; mas no los callaré de malicia, ni vergüenza en cuanto puedo, como tú lo sabes; porque si no tuve empacho en ofenderte a ti, que todo sabes, ¿por qué tendré vergüenza en confesarlos para que me perdones por quién eres? ¿No se han de publicar mis pravedades en tu juicio iracundo? Si, pues quiero, Señor, que no me condenes porque callo, sino que muestres tu poder inmenso y clemencia, porque confieso mis miserias pravas; pues nunca desamparas al confidente ni huyes del leproso que te pide sa- Cristiano desagravio y retractaciones | 220 | de don Guillén Lombardo y Guzmán lud con alarido público y contrito; porque de tu clemencia misma nace la gracia de esta contrición y su deseo a quien la gloria y alabanza sempiterna sea. §94. Admírese el mundo de la heroica cristiandad y católica grandeza de los señores inquisidores en repugnar que saliesen a luz, con tanta satisfacción de todos, estas mis retractaciones, hasta que cargue a sus conciencias, no impidiesen lo obligatorio ni defraudasen la Iglesia de este ejemplo, con que otros, extirpando de sus almas fantasías falsas de la ley del duelo, satisfagan penitentes lo que obraron contra el honor, o maliciosos o ignorantes o escandalosos; ni obviasen de mí el mérito que se sigue de esta acción, ni la alabanza de la honra y gloria de Dios en todo, ni interrumpiesen la restitución, si [es] debida a la fama propia y ajena; que el contravenir a todo esto era atajar cristiano ejemplo, siendo tan importante en este siglo tan abundante de agravios, y darse por culpados de mi querella, si no lo son; con que por fuerza consintieron lo que era justo, ni podían impedirlo, mientras esta acción no es suya, sino mía; porque nadie acredita su fama por sus manos propias con venganza, mas antes acumula más afrenta y vituperio, y procurando justificar sus agravios los aumenta en los ajenos, y solicitando honra queda más infame, y dicha atención de los señores pregona gran virtud, mas donde intervienen esos logros tan precisos, fuerza era el dispensar en la licencia. Dilexisti iustitiam, et odisti iniquitatem; propterea unxit te Deus oleo laetitiae prae consortibus tuis,498 amaste la justicia y aborreciste la iniquidad, por eso te ungió Dios entre tus consortes con óleo de 498 «Amaste la justicia y odiaste la iniquidad, por eso Dios te ungió con el óleo de la felicidad entre de tus consortes». Hebreos 1, 9. Cristiano desagravio y retractaciones | 221 | de don Guillén Lombardo y Guzmán alegría; que como dichos señores amaron el candor y la virtud y desdeñaron el vicio, permitió Dios que yo contradijera, para que entre todos los ministros y jueces fuesen después ungidos con la abundancia de alegría en restituir su fama, que excede todo el placer y la grandeza de esta vida; con que no fue acaso lo sucedido, sino muy previsto en la Divina Providencia, para confirmación y nombre perdurable de sus siervos. Y la ejecución de esto no está voluntaria en dichos señores, sino en mí, por cuanto puso Dios, en todo lo criado, perentorio término, el cual pasado no hay obligación ni lugar al cumplimiento, que cuando el hombre se humilla a su contrario y ofreció satisfacción de pronto, y pide le perdone, si no acepta cumplió con su deber y no tiene obligación de más, y cuanto ofreció quedó cumplido para con Dios, dado que el agravio fuera sin haber dado ocasión para ello, mucho más estando la otra parte con justo sentimiento, el cual en este caso de repulsa está obligado a su derecho y prosecución de él, teniendo por declarado enemigo al contrario (como queda dicho en el § 66), a quien no hizo ningún agravio, pues niega la concordia del humilde que holló infesto, y no hay ley que no condene al protervo. Mas como el sacerdote es el medianero entre Dios y el pecador, para que mediante su virtud y santa vida el distraído se retire de sus yerros y haga paz con Dios, huyendo en adelante la ofensa, ¿este aliento soberano había de faltar en dichos señores para sí y para mí? ¡Oh, mortales!, sufrid del sacerdote las injurias y no las censurases con las calumnias, [a] menos que sean contra el cielo conjuradas, y si acaso el dolor obliga, mirad la recta intención y no aprehendáis agravios, y si lo fueren, castígueles su culpa y no increpéis su dignidad altiva, y si lo hiciéredes, llorad arrepentidos lo que habéis cometido furiosos, porque no sabéis lo que hicisteis. Cristiano desagravio y retractaciones | 222 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §95. La amenaza de Dios por los pecados del pueblo era, y el mayor castigo, auseram a vobis prophetas,499 os quitaré los profetas, porque no los estimáis con debida reverencia; nuestros profetas son los sacerdotes, a quienes no censure el pecador, porque no castigue Dios al mundo con quitarlos, como castigó a muchos reinos que yo he visto, adonde en muchas leguas ni ciudades no se hallaba misa, y esa, muy oculta, y se miraba un sacerdote como de Dios un ángel. Atiendan al mandato de Dios: nolite tangere christos meos,500 no toques a mis ungidos, pues es tocarle en la niña de sus ojos; Datán y Abiram501 por murmurar de los sacerdotes Moisés y Aarón fueron cuerpos y almas tragados vivos al eterno abismo, y a Judas siendo depravado fue lícito ser él mismo su verdugo. ¡Ah, Señor!, cuán distraído iba. Murmuré de los que exceden en oficio a los ángeles, porque dice san Agustín que al sacerdote todas las criaturas son inferiores, y no conoce otro más superior a él que su Creador; deslustré del transparente cristal lo macizo con opaco objeto; manché del espejo el claro lunar que al mismo sol le reverbera; profané el cristalino cielo, que no consiente, por intacto, labe; eclipsé la antorcha de este mundo, vos estis lux mundi,502 y encubrí sus rayos con deliquios503 tenebrosos, hasta casi extinguirlos todos; hice, como Nembrot,504 proterva «Os quitaré vuestros profetas». «No queráis tocar a mis ungidos». Salmo 104, 15. 501 En el original, «Dathan y Abyron». Datán y Abiram eran dos hermanos, hijos de Eliab, que se aliaron con Coré, para encabezar una rebelión contra Moisés y Aarón. Su historia está contada en Números 16. 502 «Vosotros sois la luz del mundo». Mateo 5, 14. 503 Deliquio: desmayo, desvanecimiento del cuerpo, con suspensión de los sentidos. Del latín Deliquium. Diccionario de autoridades. 504 En el original, «Nembroth». Nembrot es otro nombre dado a Nimrod, el primer rey de la historia, que edificó Babel y su famosa torre, esa «proterva máquina para escalar al cielo». La historia de la torre es contada en Génesis 11. 499 500 Cristiano desagravio y retractaciones | 223 | de don Guillén Lombardo y Guzmán fábrica para escalar al cielo; enterré en mi garganta el candor ejemplo de censuras, del sacerdote puse arancel en el tráfago popular con nota, tiré arpones afilados a su pecho, vibré saetas venenosas a su vida, borré la nieve entre copos esparcida, pisé las flores y su fragancia con desprecio indigno, marchité aquel frondoso abril que deleitaba, con mis susurros abracé las crestas y la pompa de las selvas, inficioné la medicina, sembré cizaña entre fructíferas espigas, arrasé con flegras [sic] esas mieses que dan sustento a los mortales, talé los campos y fecundas vegas, roí como gusano las raíces y repostré505 las frutas, entumecí los cierzos y despojé los prados, desaté relámpagos con furia a desquiciar los polos, rebocé506 en sombras el farol micante, afrenté con nubes los albores, fajé entre crepúsculos las luces, hice abortos las estrellas, guié por otra eclíptica507 contraria su carrera, trabuqué508 voluble el movimiento y natural por otro desvío,509 y, contrapuesto, cegué los manantiales que refrigeran los caminantes con la sed exhaustos, destemplé la simetría, quité triunfos de los victoriosos, sepulté en urnas510 del olvido la vividora fama, vomité langostas que talaron el aliento, robé del dueño su nobleza; mas ahora hipotecaré en consistente finca su grandeza; y si parece mucho lo que hice, es nada en comparación de lo que hago, porque esa fue tiniebla que asaltó de paso y esta es gloria que ni el tiempo acaba. Repostrar: volver a postrar: rendir, humillar o derribar algo (las frutas, en este caso). Diccionario de autoridades. 506 En el original, «arrebocé». Rebozar: ocultar, encubrir mañosamente. 507 Eclíptica: círculo formado por la intersección del plano de la órbita terrestre con la esfera celeste, y que aparentemente recorre el sol durante el año. 508 Trabucar: trastornar, descomponer el buen orden. Ofuscar, confundir o trastornar el entendimiento. Trastocar y confundir especies o noticias. 509 En el original, «devío». 510 En el original, «urnadas». 505 Cristiano desagravio y retractaciones | 224 | de don Guillén Lombardo y Guzmán §96. ¿Tocar el sol quién puede sin quedar despojo de sus rayos? Si el águila registra lo claro, no ofende lo ignito;511 y aunque con el vuelo presumido se arrisca, con atención devota se humilla; y lo que mira con envidia, adora con obsequio más avaro; y cuando peina el intercapedo,512 bien confiesa su presunción, y por más que intenta arrojarse, reconoce lo inaccesible del empeño; si cuando joven bullicioso el pájaro se atreve a registrar arcanos del planeta, cuando ya anciano se conoce y mendiga vida de quien tuvo envidia. Y como el sol es generoso, comunica más aliento a quien le fue más atrevido; imita con distinto natural lo que dispende su Creador divino, y tanto más alcanza cuando más demuestra; ¿qué importa que la sombra le asalta si tiene la virtud de disiparla? No fuera codiciado si siempre estuviera luminoso, ni nadie estimara aquella luz si ignora lo que son tinieblas; cuando la luna interpuesta como cuerpo opaco le ofende al sol y se desmaya, después que cobra su luz y se le restituye, infunde mayor júbilo en los mortales y mayor aprecio en el fulgor que tiene; la prenda estimada ha de ser perdida para que recuperada más se guarde; las adormideras que descuellan mucho deben despuntarse porque no se envicien, y de esta suerte crecen con más fuerza; el diamante cobra valor por lo bien labrado, la tierra estercolada fertiliza más y la traspuesta planta más se aumenta; sin un mayor pesar, no hay mayor placer, porque todo por su contrario se alcanza; un poco de veneno no mata, antes purga como sea humores, dejando el cuerpo más dispuesto y con salud entera; los objetos relumbrantes y diáfanos, si desde lejos se contemplan, no se distinguen, y porque más se admiren con un objeto opaco se cote- 511 512 Ignito: que tiene fuego o está encendido. Intercapedo: palabra latina. Significa interrupción, intervalo o respiro. Cristiano desagravio y retractaciones | 225 | de don Guillén Lombardo y Guzmán jen;513 lo más amable ha de ser ausente, porque solo entonces se hace prueba del amor tan lánguido que engendra la pérdida o privación de aquella prenda amada; toda perfección divina y regalo nace primero de su clemencia y luego de fatigas padecidas en sus siervos, porque así pregona de ellos su cuidado y establece su favor en confirmación de que los quiere y permite que lleguen al mayor extremo para mostrarles el mayor abrigo. En Lázaro está el ejemplar ecce quem amas, infirmatur,514 «el que amas está enfermo»; y porque le amaba mucho le permitió el mayor mal, que fue dejarle morir para mostrarle el mayor bien, en darle vida al cuerpo y alma; así que la mayor grandeza y prueba del cielo de que dichos señores son queridos suyos y sus obras fueron celosas y aceptables, y su fama en la presencia divina, fue permitir [que] se achacaran, para mayor blasón y nombre en todo el mundo, estableciendo ahora perpetuo aquel renombre que antes era dudoso y perecedero, para que su nobleza se levante, su virtud se eleve, su celo se alabe, su fama se engrandezca, su religión se confirme, su desvelo se aliente, su limpieza se pregone, su vida se imite, su grandeza se venere y el Santo Oficio, en su ardor, se blasone por milagroso y protegido por el mismo cielo con más admiración, honra y alabanza perdurable. §97. No fue mi yerro contra la esencia de la sabia consistencia, ni fue delirio contra la ciencia que adorna con hermosura natural al alma, para que con luz de la razón nativa conozca el hombre de Dios omnipotente la perfección eterna y la humana entidad En el original, «acotejen». Cotejar: comparar, conferir una cosa con otra, examinando y experimentando si convienen entre sí, y están conformes, o en qué se diferencian. Diccionario de autoridades. 514 «Aquel al que amas está enfermo». Juan 11, 3. 513 Cristiano desagravio y retractaciones | 226 | de don Guillén Lombardo y Guzmán criada; como caducaron515 los otros sabios, así gentiles como fieles, que fueron los oráculos de los pasados siglos: Aristóteles negó la creación y afirmó que el mundo era ab eterno; ex nihilo nihil fit; unde mundus ab aeterno existit,516 a quien siguieron los demás peripatéticos; Platón y los estoicos negaron la distinción humana y su esencia: homo est animal bipes implume;517 Zenón,518 Galeno519 y [los] animísticos520 negaron la inmortalidad del alma: anima nostra, aerea, cum vita efflatur, atque evanescit esentia; 521 Séneca522 condena la existencia eterna Caducar: hacer y decir cosas y acciones fuera de juicio y propósito originado de la larga edad, falta de los sentidos y vicio de las potencias. Diccionario de autoridades. 516 «Desde la eternidad, de la nada, nada puede ser hecho, por lo tanto, el mundo existió desde la eternidad». Para Aristóteles, Dios era el primer motor inmóvil del mundo, que causaba el movimiento y el devenir, pero no era causa primera de su ser sustancial. Metafísica xii, 6. 517 «El hombre es un animal bípedo sin plumas». La atribución a Platón es indirecta. Laercio cuenta que el cínico Diógenes, cuando supo que Platón había definido así al hombre, tomó un gallo, le quitó las plumas y lo echó a la escuela de Platón, diciendo: «Este es el hombre de Platón». Diógenes Laercio, Sobre las vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, tomo ii, p. 23. 518 Zenón de Elea (Elea 490 a. C.-430 a. C.): filósofo presocrático, famoso por su paradoja de Aquiles y la tortuga. Según Diógenes Laercio, para Zenón, el alma era «una mixtión de todo lo dicho», es decir, de cálido y frígido, seco y húmedo. Ibidem, p. 251. 519 Galeno (Pérgamo 130 -Roma ca. 216): médico griego. Siguiendo a Platón, para Galeno el alma era un principio vital que se manifestaba como alma concupiscible (con sede en el hígado), alma irascible (en el corazón) y alma racional (en el cerebro). 520 En el original, «Animasticos». Los animísticos, o animistas, creían que todas las cosas naturales se hallan animadas, es decir, explicaban los acontecimientos por la acción de fuerzas o principios animados. Nicola Abbagnano, Diccionario de filosofía, p. 79. 521 «Nuestra alma es aérea cuando tiene vida y es echada fuera cuando se desvanece su esencia». 522 Séneca explica, en la «Carta lxv» a Lucilio, la causa primera del mundo, a partir de lo enseñado por Platón y Aristóteles. Y concluye que existen dos causas que explican la realidad de las cosas: la materia (ex quo) y el logos (a quo). Pero, como el logos está adherido a la materia, la causa final es, necesariamente, la materia. El logos (Dios) no sería sino la causa que mueve el mundo, pero no su causa eficiente ni primera. 515 Cristiano desagravio y retractaciones | 227 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de la primera causa: omnia mutantur, et fatum divinitas extincto aliquando cares;523 Tulio y sus consortes negaron la unidad de Dios: ¡oh inmortales!, quorum maxima rerum potestas omnia subdit;524 Hermes Trismegisto525 puso el misterio de la Trinidad en todas las cosas del universo, habiendo puros elementos y simples, que no consienten mixtos: omnia sunt tria, sal, oleum, atque sulphur,526 así en su Espagírica; Heráclito527 lloraba siempre las mudanzas del mundo, negando la divina providencia: inepta sunt omnia;528 Demócrito529 se reía siempre de esta vida, negando que era a concilia: ridicula sunt omnia;530 Sócrates, que «Todo cambia, y la divinidad [modifica] al destino del que finalmente carece lo extinto». No se encontró en Séneca la fuente de esta frase, pero su comienzo parece inspirado en una de Ovidio: Omnia mutantur, nihil inherit, «Todo cambia, nada perece». 524 «De las cosas que el poder máximo entregó por completo». 525 Hermes Trismegisto es un personaje legendario —unión del dios egipcio Thot con el dios griego Hermes— al que se atribuyeron muchos textos filosóficos y religiosos sincréticos del siglo iv, como el Corpus Hermeticum. Su figura «se asoció también a un faraón legendario que supuestamente había dotado al pueblo egipcio de 30 000 volúmenes que contenían todos los conocimientos» y «fue una especie de Moisés de los alquimistas». Alexander Roob, El museo hermético. Alquimia & Mística, p. 8. 526 «Todas las cosas son tres: sal, aceite y azufre». Las enseñanzas espagíricas de Hermes Trismegisto se basaban en este principio «trinitario»: la unión de dos elementos o principios opuestos —por ejemplo, lo femenino y lo masculino—, produce siempre un tercero, cuyo símbolo era el Hermafrodito. 527 Heráclito de Éfeso (535 a. C.-484 a. C.): filósofo griego, autor de una influyente obra aforística. Entre sus enseñanzas, Diógenes Laercio destaca: «que todas las cosas se hacen por contrariedad, y todas fluyen a manera de ríos. Que el universo es finito. Que el mundo es único: es producido del fuego». Diógenes Laercio, op. cit., tomo ii, p. 238. 528 «Todo es ineptitud». 529 Demócrito (Abdera 480 a. C.-370 a. C.): matemático y filósofo presocrático griego, discípulo de Leucipo, conocido como «el filósofo que ríe». Diógenes Laercio lo describe como «autor del bello estilo, y docta frase, y sobre todo, del hablar festivo», op. cit., p. 258. 530 «Todo es ridiculez». 523 Cristiano desagravio y retractaciones | 228 | de don Guillén Lombardo y Guzmán era el alma divisible: anima sicut corpus dividitur;531 Hermógenes,532 que no informaba el alma al cuerpo sino asistía como piloto en una nave que la gobernaba: non unitur anima corpori, sed assistit sicut navilenis navis.533 Apolonio,534 que no había otra causa más que las estrellas: ab Astris omnia vincet vegetantur, et sentiunt.535 Hieroteo,536 que los movimientos del cielo nacían de vida intrínseca que tenían los cielos: vita enim naturali, motum excitant coeli contrarium;537 Ovidio538 concede alma a la tierra: spiritus intus alit,539 y supone materia de que se hizo cielo y tierra, y da a la naturaleza sola la virtud y disposición de todo efecto: ante coelum et terram, et quae tegit omnia circum, unus erat toto naturae vultus in orbe quem dixere chaos, rudis, in- «Alma y cuerpo están separados». Hermógenes (siglo v a. C.): discípulo de Sócrates y maestro de Platón. La imágen del alma como piloto del cuerpo, es semejante a la expresada en el «Fedro», donde Sócrates describe el alma como un carruaje movido por tres corceles. Platón, Diálogos, p. 642. 533 Debe decir naufragus en vez de navilenis nabis. «No se ha de unir el alma al cuerpo pero no ha de separarse como el náufrago del barco». 534 En el original, «Opolonio». Podría referirse a dos sabios: al geómetra Apolonio de Pérgamo (Perge 262 a. C.-Alejandría ca. 190 a. C.), que dio nombre a las principales curvas que rigen la astronomía (elipse, parábola, hipérbola, epiciclo); o bien al filósofo Apolonio de Tiana (siglo i), famoso por sus conocimientos de medicina y su ferviente pitagorismo. 535 «Se demuestra que todas las cosas sienten y son animadas por los astros». 536 En el original, «Hiarchos». Hieroteo: astrónomo ficticio citado por el Pseudo-Dioniso Areopagita, para dar credibilidad a sus escritos. 537 «Los cielos estimulan la vida de forma natural y son contrarios a la muerte». 538 Errata de Lombardo: no es Ovidio, sino Virgilio, quien alude al «alma del mundo» o anima mundi, la cual sustenta cielo, tierra, la luna y los astros, como lo explica en Eneida, libro vi, versos 725-728. 539 «El espíritu nutre por dentro». Virgilio, Eneida vi, 726. El verso completo dice: spiritus intus alit, totamque infusa per artus mens agitat molem et magno se corpore miscet. «Un espíritu interno y un alma que penetra en cada parte y que pone su mole en movimiento y se infunde en su fábrica imponente». 531 532 Cristiano desagravio y retractaciones | 229 | de don Guillén Lombardo y Guzmán digestaque moles,540 etcétera; Plutarco541 negó la distinción humana; Homero increpó el hado; Virgilio concedió al hombre el gobierno del mundo: divisum imperium cum Iove cesar habet;542 Orígenes negó la continencia;543 san Agustín negó antípodas y habitable la zona tórrida;544 Alberto Magno545 erró en la experiencia de sus secretos naturales, Raymundo Lulio546 en su Obra Mayor y química, Ptolomeo547 en la geográfica, Sacro- Esta frase sí proviene de Ovidio. «Cubrió todas las cosas alrededor del cielo y de la tierra, era único el aspecto de la naturaleza en todo el orbe al que denominaron caos, masa informe y enmarañada» Debe decir: Ante mare et terras et quod tegit omnia caelum unus erat toto naturae vultus in orbe quem dixere chaos, rudis, indigestaque moles. «Ante el mar y la tierra y todo lo que cubre el cielo uno era el aspecto de la naturaleza en todo el orbe al que denominaron caos, masa informe y enmarañada». Ovidio, Metamorfosis i, 5-7. 541 Plutarco (Queronea ca. 46-Delfos ca. 120): historiador romano, autor de Vidas paralelas, donde establece paralelos entre biografías distintas para comparar sus virtudes y defectos. 542 «César comparte el imperio de Júpiter». El historiador Tiberio Claudio Donato, en su Vida de Virgilio, atribuye al poeta esta frase, que Batilo reclamaba como propia. El dístico completo dice: Nocte pluit tota, redeunt spectacula mane / Divisum imperium cum Iove Caesar habet. 543 Error de Lombardo: Orígenes, junto con Tertuliano, dieron fe del entusiasmo con que los sacerdotes abrazaban la continencia total. Narciso Jubany, El diaconado y el celibato eclesiástico, p. 27. 544 San Agustín, en La ciudad de Dios (libro xvi, capítulo ix), pone en duda que la tierra sea redonda y esté suspendida en el espacio. 545 Alberto Magno (Lauingen 1193-Colonia 1280): obispo, teólogo y científico medieval, maestro de santo Tomás de Aquino. Fue famoso por sus vastos conocimientos, que la gente atribuía a la magia, aunque en realidad los obtuviera cultivando las ciencias naturales. 546 Ramon Llull o Raimundo Lulio (Mallorca ca. 1232-1315): filósofo y científico, creador de una máquina lógica mecánica, llamada Ars Magna («Obra Mayor»), que organizaba las teorías y las proposiciones lógicas en figuras geométricas «perfectas», movidas mediante un ingenio mecánico que permitía explorar nuevas proposiciones lógicas. 547 Claudio Ptolomeo (Ptolemaida 100 -Cánope ca. 170): astrónomo, químico, geógrafo y matemático grecoegipcio. En su libro Almagesto propuso un modelo geocéntrico 540 Cristiano desagravio y retractaciones | 230 | de don Guillén Lombardo y Guzmán bosco548 en el cálculo esférico, Vitruvio549 en los elipses y otros sabios en lo patente del saber erraron; y esta nota no me toca en mi desacierto, porque yo erré de imprudencia y no de absurda ignorancia en el saber divino ni humano. Y este ahogo comprende a cuantos viven, porque nemo mortalium omnibus horis sapit,550 no hay mortal ninguno que en todas ocasiones es prudente; y afirma el gran Temístocles:551 oporset aliquando homines insaniri, ut vivant,552 importa a veces que los hombres enloquezcan para que vivan, porque si el dolor viene a ser tan vehemente, mejor es delirar, que no matarse uno ni caer en otra miseria fatal, que toda disonancia remediable con más aplauso no es yerro, sino acierto permitido de lo alto. Y aunque en mí fue desacierto la ejecución, no lo fue para la mayor fama de los señores la atención, y porque en todo esta fama abunde y logre los quilates que destina el cielo, como fue público y con escándalo mi queja contra el decoro de tan ilustres sacerdotes, conviene sea pública la satisfacción y el pesar mío, y como por edictos fulminé la mancha, es preciso que por el mismo medio del universo que por siglos fue considerado verdadero. Su Geographica, en cambio, fue considerada una obra errónea, porque fallaba en el cálculo de las distancias terrestres; esos yerros, irónicamente, hicieron creer a Colón que las Indias se encontraban mucho más cercanas de lo que resultaron. 548 Johannes de Sacrobosco (1195-1256): académico, monje y astrónomo que enseñó en la Universidad de París y fue el principal responsable de divulgar el sistema de Ptolomeo. Es autor de un Tractatus de Sphaera («Tratado de la esfera»), que aplica las propiedades de la esfera para describir el universo. 549 Marco Vitruvio Polión (siglo i a. C.): arquitecto, escritor e ingeniero romano. Autor de Los diez libros de arquitectura, dedicados al emperador Augusto. 550 «Ningún mortal es siempre prudente». Erasmo, Adagiorum chiliades quatur ii, iv, 29. 551 Temístocles (Atenas 525 a. C.-Magnesia 459 a. C.): político y militar ateniense; dirigió la flota que derrotó a Darío i en la batalla de Maratón el año 490 a. C. Aunque se le reconocía haber salvado a Grecia de la invasión persa, perdió el favor de sus compatriotas y fue exiliado en 471 a. C. Murió al servicio del emperador persa Astajerjes i. 552 «Algunas veces es conveniente que los hombres hagan locuras para que vivan». Cristiano desagravio y retractaciones | 231 | de don Guillén Lombardo y Guzmán se prescriba y se borre con mayor gloria y honra de los dichos señores sus ministros y de este Santo Oficio, y se publique el desagravio por edictos, como lo hago, cuyo original era del tenor siguiente: Cartel de desagravio §98. Por cuanto yo, don Guillén Lombardo, habiéndome sentido ultrajado con los agravios que en mi querella criminal fulminé en esta ciudad de México el año pasado de mil y seiscientos y cincuenta, a veinte y seis de diciembre, contra los señores inquisidores: el licenciado don Domingo de Argos, difunto; el señor doctor don Francisco de Estrada y Escobedo, el señor doctor don Juan de Mañozca y Mendoza, el señor doctor don Bernabé de la Higuera y Amarilla, ministros y séquito de adentro del dicho Santo Oficio, salí de dicha mi prisión, a los ocho años y dos meses de ella, para buscar refugio y justicia a mi rey y señor, como lo hice, pareciéndome era natural y obligatorio, y presenté ante su majestad, que Dios guarde, y en su real nombre, ante el excelentísimo señor y virrey de esta Nueva España, dicha mi querella, sin entender entonces [que] estaba en este reino el señor visitador general; y fijé, asimismo, públicos carteles en varias partes de esta ciudad, en los cuales sumariamente estaban contenidos los capítulos dichos de mi querella, para que llegasen a más pública noticia de todos y lo invectivo de ellos; y ahora, siendo como soy, y siempre fui hijo verdadero de nuestra santa madre Iglesia católica apostólica romana, como lo son y fueron todos mis progenitores y prosapia, desde el tiempo de la gentilidad hasta hoy, que ha más de mil y cuatrocientos años, como consta al mundo, reconozco había procedido con pasión y sentimiento y con escándalo contra la fama y Cristiano desagravio y retractaciones | 232 | de don Guillén Lombardo y Guzmán proceder de los dichos señores inquisidores y ministros, fundado más en vengativo ahogo, que no en consistencia sólida de la materia, explicando las causas y motivos de dicha mi querella con más rigor y disonancia de lo que era la intención de sacerdotes tan católicos; y esta queja anticipada a la definitiva de la causa, porque dichos señores me habían aprisionado tantos años que parece arguye en mí el desacierto, aunque también disculpa eso mismo por la miseria; y aunque no se debía entender que jueces semejantes no habían de deshacer al fin agravios arbitrados, me dejé llevar de mi ahogo e impulso vigoroso, que debía refrenar con la prudencia, y acriminé liviano el candor de tan ilustres sacerdotes y ministros acreditados en la confianza, cristiandad, celo, limpieza y manejo de su oficio, arguyéndoles de lo mismo que profesan extirpar; y porque dichos señores no pueden aclamar jurisdicción en mí, para conocer si yo les hice en eso agravio o si injustamente procedí en los capítulos de mi querella contra la justificación del derecho, por ser ejemplos por la ley, ahora y antes recusados con excedentes causas, ni adjudicar como doctos y católicos señores semejante violencia, sino antes como raros y perfectos imitadores de Dios, no solo han perdonado su agravio, sino también, como prudentes, disculpado mi flaqueza y miseria, quedando como antorchas ejemplares en la Iglesia santa. En esto más que en todo cuanto el hombre puede afamarse, y prevista tan heroica grandeza, y la equidad, verdad y sinceridad de los señores inquisidores en la dicha definitiva, sin atención alguna a pasión, odio ni rencor, movido del ejemplo tan cristiano y convencido de él, y de virtud tan admirable, huyendo yo de toda lid y disensión odiosa, procediendo con el debido escrúpulo del alma, de mi motu espontáneo, arrepentido verdaderamente de mi yerro, salgo a la restitución de la fama de los dichos señores Cristiano desagravio y retractaciones | 233 | de don Guillén Lombardo y Guzmán inquisidores y ministros a bulto ahora por el cartel presente y por exento en el escrito intitulado el Cristiano desagravio, en que pongo los motivos en que me fundé, y luego explico su intención cristiana, revocando mis interpretaciones sutiles, maliciosas o siniestras, y cuanto disonante hay en mi querella, que saldrá a luz por mi instancia y lágrimas suplicado; para que el mundo aprenda ejemplo grande en la nobleza y cristiana piedad de los señores, perdonando, y sepa restituir en público el honor que achacó notorio y más a sacerdotes, a quienes nadie con presunciones debe atreverse, y porque acontece que las obras se lastiman y se trabucan con las impresiones, no tenga fe ni crédito el dicho desagravio cristiano, ni estos carteles, ni oración inserta en dicha obra, menos que vayan firmadas de mi letra y firma. §99. Por tanto, remito a la pública satisfacción mía la dicha restitución, y al tenor del dicho Cristiano desagravio, suplicando a todo fiel católico se sirva de tener un tanto de dichas mis retractaciones penitentes, para que encomienden a Dios mis ignorancias, para perdonarlas, y vean la mayor fama engrandecida por milagro del cielo en los dichos señores, y se abstengan todos, al ejemplo mío, de censurar el honor del sacerdote; y caso que flaqueza humana tropezare como yo, que hagan restitución del bien que hubieren defraudado; y para que vistas las incongruencias mías y mis calamidades retratadas, salga la opinión cristiana de los señores inquisidores y ministros con mayor eminencia y luz más esparcida, hasta los términos remotos del mundo, afianzada por suprema. Y por el presente, hago notorio a todos dicho mi Cristiano desagravio, y que me juzgaré a mí, que es la mayor satisfacción que puede haber en esta vida mortal y la mayor honra del que se siente agraviado; para Cristiano desagravio y retractaciones | 234 | de don Guillén Lombardo y Guzmán que si antes se miraron humanos, en adelante se contemplen a modo de divinos los señores inquisidores; y aunque como tan clementes y católicos no solo han perdonado mi delirio, sino que impedían mis satisfacciones públicas, todavía por fuerza lo han concedido, por cuanto cargué en ello a sus conciencias, estorbando el ejemplo por donde otros muchos podrán llegar al puerto de la salvación dichosa, atropellando estorbos de la falaz ley del duelo, siguiendo la pura y penitente de nuestro Señor Jesucristo, porque más se consigue en esta acción en la república cristiana, que de las otras todas, siendo tantas, desterrando todo rencor, veneno y venganza, pues es la otra vida la que anhelamos y no la falsa en que vivimos olvidados. Y porque todos lo entiendan, hice fijar estos carteles en las iglesias y asistencias frecuentadas, suplicando [que] no falte nadie de mi acto público y voluntario, que remito sea visto en la Catedral de México el día adonde se ha de leer dicho desagra- vio cristiano y mi sentencia propia contra mí; y supliqué a los dichos señores se sirvan de asistir en forma de tribunal, y que los ministros de este Santo Oficio honren caritativos mi penitente acción, acompañando la ida y vuelta de la dicha parte, y por remate tendré al auditorio, una oración con elocuencia a la honra y fama de los señores, sus ministros y del Santo Oficio, que saldría impresa con el dicho escrito, y convido por el presente a los sujetos doctos de las sagradas religiones y gremio, así eclesiástico como secular; y como esta acción nunca se ha visto en la Iglesia, pido a la cristiana piedad se muestre tan recíproca y tierna, que abone por honra en mí lo que el siglo vil ha increpado hasta hoy por vituperio, y todos mostrarán amor, aplauso, triunfo y victoria como yo, a la fama laureada con eterna palma de los dichos señores inquisidores y sus ministros celosos, leales, píos, católicos, sinceros y esclarecidos, que Cristiano desagravio y retractaciones | 235 | de don Guillén Lombardo y Guzmán no solo saben vencerse a sí, perdonando agravios, sino exceder a otros santos y encumbrados sacerdotes, dispendiendo favor a quien tocó su nombre. México, etcétera, a seis de febrero del año de mil y seiscientos y cincuenta y uno. §100. Para cuyo cumplimiento, atendiendo a la infinita misericordia de Dios nuestro Señor, en quien confío, y reconociendo mis ignorancias y pravas transgresiones, y lo que se debe a la paz, concordia y caridad cristiana, desviando toda emulación odiosa, pleito, capitulaciones, querellas y competencias criminales, vista la equidad amorosa y cristiana de los señores inquisidores en la dicha definitiva y remisión de agravios, retractando todas mis siniestras ponderaciones y juicios temerarios que hice contra los dichos señores y ministros, anulando todas mis invenciones y perdonando ahora y eternamente, en esta y en la otra vida, cualquier agravio mío recibido, imaginado o consistente plenariamente en culpa y pena, como quiero ser de Dios perdonado, y protestando morir primero que acriminar en adelante con calumnia a nadie, ni intentar jamás con justa ni injusta causa el descrédito de nadie, y vistos con deliberación cristiana mis excesos, no obstante mis disculpas tan patentes, por haberme precipitado ciego e impaciente contra la fama de honoríficos sacerdotes y virtuosos con censuras escandalosas en lo público acusándolos de sectas, irreligiones y apostasías tan lejos de su pureza y vigilancia, llevado de mi propio engaño, exagerando mis motivos con más grave apoyo del que se debía entender, hallo que debo deshacer el dicho agravio y escándalo en forma pública, lo uno para impetrar553 a Dios su misericordia, confesando penitente mis humanos desafueros, y lo otro para 553 Impetrar: conseguir una gracia que se ha solicitado y pedido con ruegos. Cristiano desagravio y retractaciones | 236 | de don Guillén Lombardo y Guzmán restituir a los señores sacerdotes inquisidores y ministros la debida fama a su católica nobleza, limpia y celosa, y movido de su ejemplo vivo, y de mi misma cristiandad, como juez que soy en esta vida de mi propia alma, y en esta lid de una y otra parte disipada, sin aguardar la cuenta rigurosa que se ha de dar a Dios de honra ajena, y más de sacerdotes, no obstante que su heroica nobleza y católico afecto perdonó mi yerro, para eterna fama suya y ejemplar doctrina para otros que agravian o que obraron con escándalo contra lo debido a su prójimo, me juzgo por la ley divina, de iudica te ipsum,554 con la sentencia que se sigue. §101. Yo, don Guillén Lombardo, por las previstas causas y desaciertos míos en todo el cuerpo del contexto contenidos, y por todas mis transgresiones contra Dios tan ofensivas, por esta mi sentencia definitiva fallo contra mí que salga en público concurso hasta la iglesia mayor de esta ciudad de México, el día de vestido de un saco, los pies descalzos, cubier- ta mi cabeza, rostro y mi traje con ceniza, y a cada cuadra me he de postrar sobre la tierra y besarla con mis labios soeces que profanaron a los sacerdotes; y en mis brazos he de llevar una cruz en señal de que imito sus misterios penitentes, negando mi albedrío, por seguir al Redentor que la llevó por mí; y que me he de postrar a los pies de los señores inquisidores para que, puestos sobre mí, tendido, digan todo el salmo qui habitat in adiutorio Altissimi,555 y acabado les he de besar los pies con toda reverencia y humildad debida y, en público, tres veces les he de pedir perdón en diferentes tiempos; y que luego sean leídas «Júzgate a ti mismo». Variante del aforismo griego latinizado como gnosce te ipsum, «conócete a ti mismo». Se dice que estaba grabado en el tempo de Apolo en Delfos. 555 «El que habita bajo el amparo del Altísimo». Salmo 90, 1. 554 Cristiano desagravio y retractaciones | 237 | de don Guillén Lombardo y Guzmán estas mis retractaciones del Cristiano desagravio, desde el principio hasta el fin, tendido yo en la tierra y luego he de hacer al auditorio y concurso una oración en restitución de la fama de los dichos señores inquisidores y ministros, y fenecida he de volver a besar sus pies y dar la vuelta a la parte donde yo salí; y que todas estas mis retractaciones, luego y ante todo, sean impresas con dichos mis carteles y mi oración a la restitución de su cristiana fama; se imprima luego y se agregue con este Cristiano desagravio, como parte principal que es. Asimismo, por esta mi sentencia revoco mis absurdos y todas mis siniestras imposturas, calificando a los señores inquisidores por cándidos, celosos y católicos ministros, defensores puros de nuestra santa fe, quedando su honor en adelante más opulento, claro y más ilustre conforme está dispuesto en el derecho; suplicando al rey nuestro señor y a sus consejos reales [que] se sirvan de atender y remunerar desvelos tan cristianos de ministros tales; y todo fiel católico acate, estime y reverencie a su virtud, como a quienes el cielo aclaró el rayo poseído con mayores resplandores. Y exhorto a todos cuantos vivan agraviando, y mordaces, que imiten esta acción, y nunca vista ejecución en muestra de que son tan hijos de la Iglesia, y hallarán divina fama en la presencia de Dios y humana en la del mundo; y amonesto a todos cuantos viven que imiten el jovial aliento y cristiano de estos señores, perdonando ofensas al punto que se humillan los ofensores, y serán afamados y benditos sobre las cumbres del eterno solio. Y por final de mi sentencia, ruego que quien impidiere cosa alguna de cuanto yo he puesto, escrito y sentenciado de mí mismo, y quien no se humanare556 556 Humanar: convertir en hombre. Es usado entre los poetas. Diccionario de autoridades. Lombardo lo usa en el sentido de «compadecerse». Cristiano desagravio y retractaciones | 238 | de don Guillén Lombardo y Guzmán con semejantes demostraciones de arrepentimiento mío, o de cualquiera, sea de Dios castigado, aniquilado y borrado como verdugo sangriento, contumaz, protervo y enemigo de nuestro Señor Jesucristo, y declarado apóstata contra lo que enseña su ley sagrada. Y con el término perentorio de cuarenta días de resolución y aceptación de mi satisfacción y muestra penitente, supliqué con llanto a los señores inquisidores que lo mandasen publicar y fenecer,557 para que en este raro espectáculo, en este concurso copioso, en este aliento compasivo, en esta viva fe, de una y otra parte, logre soberano ejemplo la Iglesia, confusión los infieles, ternura los devotos, espanto los vengativos, freno los agresores, fama los sacerdotes, pureza los ministros, reverencia la virtud, amor los penitentes, caridad y fe los prójimos, rogando todos por mí, para que Dios dispenda sobre mi alma las altas avenidas de su misericordia, los rayos puros de su gracia y la perenne vida de su gloria eterna; y digan todos, Amén. Fecha en México a seis de febrero de mil y seiscientos y cincuenta y uno. Epílogo para todos §102. A los entendidos y los sapientes pido [que] disculpen los defectos de mis escritos, pues son todos de memoria y sin haber visto ningún libro desde los dieciséis años de mi edad, que yo troqué en armas y estado político las ciencias, en las cuales cursé en dicha edad poco más o menos, comenzando desde cinco, entregado de mi padre al vicario general de Wexford, don William Deve- 557 Fenecer: acabarse, terminarse o tener fin alguna cosa. Diccionario de autoridades. En sentido jurídico, significa dar fin a un proceso. Cristiano desagravio y retractaciones | 239 | de don Guillén Lombardo y Guzmán reux,558 varón de vida apostólica, para que me criara; y tuve en dicho reino en que nací por maestros a fray Thomas Furlong,559 de la orden de san Agustín, en el leer y escribir y la gramática; en la poesía y retórica al padre Walter Cheevers560 y fray Anthony Turner561 de la orden de san Francisco; pasé a la ciudad de Kilkenny562 con mi ayo, y tuve por maestro en la poesía retórica y elocuencia latina y lengua griega al padre Henry Plunkett563 de la Compañía, y en lo mismo al padre Thomas Quin564 de la Compañía, en la corte de Irlanda, y a don Juan Godínez sacerdote; en la corte de Londres, al padre Bathe en la esfera,565 de la Compañía, En el original, «Guillermo Deverox». William Devereux era párroco de Wexford y profesor de escuela; fue fugitivo de la justicia inglesa. Gerald Ronan, op. cit., pp. 1617. Troncarelli agrega que Devereux «vivió en Wexford de 1614 a 1638, de donde fue vicario apostólico». Fabio Troncarelli, op. cit., p. 135. 559 En el original, «Thomas Furlonio». Thomas Furlong era un monje agustino. Murió en 1627. Gerald Ronan, op. cit., p. 17. 560 En el original, «Gualtero Chevero». Walter Cheevers era franciscano; estudió en Douais y Lovaina, se vio obligado a huir de Irlanda por culpa de las persecuciones contra los cristianos. Una vez en Roma, estuvo a punto de ser nombrado obispo de Ferns. Troncarelli, op. cit., p. 136. 561 En el original, «Antonio Tornero». 562 En el original, «Quilquenia». Kilkenny es capital del condado del mismo nombre, ubicada a un lado del rio Nore. 563 En el original, «Henrique Plunqueto». Plunkett era pariente de fray Diego de la Cruz (o Diego Nugent): un irlandés que la Inquisición mexicana procesó por haber defendido en público a Lombardo. Natalia Prada, «Orígenes de una leyenda del siglo xvii…», p. 21. 564 Thomas Quin: jesuita, profesor del Colegio Back Lane de Dublín. Se le ha descrito como un jesuita incansable, que se disfrazaba para eludir la vigilancia de los puritanos y visitar los hogares católicos; también se le atribuye un informe sobre las condiciones de los católicos irlandeses entre 1652 y 1656. Fue removido a Nantes y de ahí a Saint Malo, donde murió en 1663. John Thomas Gilbert, A History of the City of Dublin, vol. ii, p. 221. 565 Probablemente sea una cátedra sobre las propiedades de la esfera y su aplicación en problemas concretos, como lo hacía el Tractatus de Sphaera, de Juan Sacrobosco. 558 Cristiano desagravio y retractaciones | 240 | de don Guillén Lombardo y Guzmán y a John Greaves,566 seglar en la misma. En España, por maestro en la lógica, filosofía y metafísica, al padre Idelfonso de Amaya567 y el padre Diego Carneo [sic] de la Compañía; en la sagrada teología, al padre fray Juan de Toledo y fray Miguel de Santa María, jerónimos, y en las Sagradas Escrituras a fray Mauricio; en la óptica, perspectiva y horaria, al padre de la Faille;568 en la hidráulica, geometría y aritmética, al padre Claudio Ricardo;569 en la política, económica, geografía, náutica y esfera celeste y fortificación y arte militar a los padres Claudio Clemente,570 Poza,571 Isasi572 y En el original, «Juan Gray». John Greaves (Colemore 1602-Londres 1652): matemático y astrónomo inglés, egresado del Balliol College, en Oxford. Fue profesor de geografía en el Gresham College de Londres desde 1630 hasta 1643, cuando fue nombrado profesor saviliano de astronomía en Oxford. 567 Idelfonso de Amaya era rector del Colegio de Santiago de Compostela cuando Lombardo solicitó su ingreso. Fabio Troncarelli, op. cit., p. 144. 568 En el original «Falla». Jean-Charles de la Faille (Amberes 1597-Barcelona 1652): matemático jesuita. Enseñó matemáticas en Lovaina desde 1626 hasta 1628, cuando fue nombrado profesor del Colegio Imperial de Madrid, y consejero de Felipe iv en cuestiones militares, especialmente fortificaciones. 569 Claudio Ricardo o Claude Richard: cosmógrafo francés, profesor de geometría y astronomía en el Colegio Imperial de Madrid. Es conocido por sus ediciones de los Elementos de Euclides y de las Cónicas de Apolonio, además de «numerosos manuscritos sobre matemáticas, combinatoria […] álgebra y anatomía». Antonio Lafuente y Javier Moscoso (eds.), Madrid, ciencia y corte, p. 192. 570 Claudio Clemente o Claude Clément (Ornans 1594-Madrid 1642): padre jesuita, autor de una conocida refutación de las ideas de Maquiavelo: Machiavellismus iugulatus a Christiana Sapientia Hispanica & Austriaca (1637). Después de 1626 comenzó a impartir la cátedra de «Erudición» en los Estudios Reales el Colegio Imperial de Madrid. 571 En el original, «Pozas». Juan Bautista de la Poza (Bilbao 1588-Cuenca 1659): teólogo y filósofo jesuita; impartió una de las lecciones inaugurales de los Estudios Reales del Colegio Imperial. Cuando la Inquisición prohibió su Elucidarium deiparae (1627), Poza perdió su plaza y fue confinado en el colegio de Cuenca, Ecuador, donde murió. 572 En el original, «Ysaci». Francisco Isasi (Elbar 1605-San Mateo 1650): matemático e ingeniero militar. En el Colegio Imperial fue titular de las cátedras de matemáticas y De re militari. En 1638 colaboró en la fortificación de Fuenterrabía, cuando fue sitiada por los franceses. Murió mientras fortificaba las fronteras de Valencia. 566 Cristiano desagravio y retractaciones | 241 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Camassa,573 todos de la Compañía; en la filosofía oculta y natural, al padre Eusebio Nieremberg574 de la Compañía, y al doctor Roales,575 en la astrología y matemáticas; en la espagírica, al doctor Blanco; en la magia natural y filotepia [sic], al insigne don Juan de Espina; en la memoria,576 a don Juan Bathe, y lo demás con que mis yerros son perdonables a Dios. finis En el original, «Gamazo». Francisco Antonio Camassa (1588-1646): jesuita napolitano, profesor del Colegio Imperial de Madrid, donde impartió la clase De re militari. Fue maestro particular del príncipe Baltasar Carlos y consejero militar del marqués de Leganés, a quien acompañó en la batalla de Nördlingen. 574 En el original, «Neremberg». Juan Eusebio Nieremberg (Madrid 1595-1658): humanista, físico, teólogo y escritor ascético jesuita. Impartió humanidades y ciencias naturales en el Colegio Imperial de Madrid y tradujo La imitación de Cristo, de Tomás de Kempis. Autor de Curiosa filosofía y cuestiones naturales (1630), De la diferencia entre lo temporal y lo eterno (1640) y De la hermosura de Dios (1641). 575 Francisco de Roales: «doctor de Salamanca, natural de Valdemoro, presbítero capellán de honor y consejero del rey, catedrático de matemáticas, maestro del infante cardenal don Fernando», que en 1633 acusó de heréticas las obras de Juan Bautista de la Poza. Juan Antonio Llorente, Historia crítica de la Inquisición de España, tomo viii, pp. 127-128. 576 Posiblemente sea una cátedra sobre el «arte de la memoria»: la disciplina creada por Simónides, practicada por Cicerón, perfeccionada por Lulio y adaptada por William Bathe a la enseñanza jesuita. 573 | 243 | Epílogo La formación intelectual de un «humanista barroco» P ara explicar la embrollada personalidad de Guillén Lombardo a partir de su vida y de sus escritos, el erudito Gabriel Mén- dez Plancarte no duda en calificarlo como un humanista «cristiano» o un humanista «barroco», en la medida que manifiesta una notable erudición clásica y unas ideas afines a las de Pico della Mirandola, pero sustentadas en sólidas creencias católicas que el irlandés aderezaba con una «pintoresca» arrogancia.577 Además de convalidar el prejuicio social contra aquellos eruditos «a quien el humano saber hacía incurrir en pecado de soberbia»,578 la descripción de Méndez Plancarte es ambigua y equívoca: el concepto de «humanismo» parece contradecir los adjetivos de «cristiano» y de «barroco», en la medida que se atribuye al humanismo —como categoría histórica— un carácter antropocéntrico propio del período renacentista, contrapuesto al teocéntrico del cristianismo que se impuso durante el barroco. Para esclarecer esa presunta ambigüedad, debe recordarse que el humanismo es entendido, tradicionalmente, como «el estudio de las letras clásicas, paganas, sean romanas o griegas»579 que se instauró en Italia, a partir del siglo xv, como un movimiento filológico, histórico, ético y pedagógico fundamentado «sobre el Gabriel Méndez Plancarte, op. cit., p. 96. Luis Gil Fernández, Panorama social del humanismo español (1500 -1800), p. 261. 579 Domingo Ynduráin, El fin del humanismo tradicional, p. 33. 577 578 Cristiano desagravio y retractaciones | 244 | de don Guillén Lombardo y Guzmán valor educativo del mundo clásico», y que proponía «como cauce para su realización el estudio y el cultivo de las letras humanas».580 Así entendido, el humanismo «tradicional» se instaló en España una vez que el cardenal Jiménez de Cisneros inaugurara los estudios de lenguas clásicas en la Universidad de Alcalá, «porque algunos religiosos y otras personas, inflamadas del celo de la fe y del amor de Dios, suelen tener el deseo de aprender las lenguas para poder difundir mejor la palabra divina».581 Este humanismo hispánico alcanzó su cúspide con la edición de la Biblia Políglota —impulsada por Antonio de Nebrija y Hernán Núñez— antes de extinguirse en 1599, cuando los libros de Erasmo de Rotterdam fueron incluídos en el índice de lecturas prohibidas. En ese sentido, hablar de humanismo después de esa fecha resultaría anacrónico, a menos que fuera considerado como una categoría filológica, ética y pedagógica, más que histórica o «tradicional». Por este motivo Luis Gil no duda al afirmar que «desde sus primeras manifestaciones en el Quattrocento y Cinquecento italiano», el humanismo es «una corriente educativa que se mantuvo en vigencia hasta las postrimerías del siglo xviii»,582 y que su persistencia se debió, en gran medida, a la pedagogía humanista impulsada por Ignacio de Loyola y resumida por Claudio Acquaviva en la Ratio studiorum, el programa educativo que impulsó en sus colegios la Compañía de Jesús. Así lo explica Bertrán-Quera: Ignacio de Loyola, en diversos momentos de sus catorce años de estudiante, sintióse sin duda influenciado por los grandes humanistas y pedagogos de su tiempo —Erasmo y Vives, entre los principales—, Concepción Cárceles Laborde, Humanismo y educación en España (1450 -1650), p. 28. Marcel Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo xvi, p. 19. 582 Luis Gil Fernández, op. cit., p. viii. 580 581 Cristiano desagravio y retractaciones | 245 | de don Guillén Lombardo y Guzmán aunque el impacto final que dejaron en él fue muy diverso. La pedagogía ignaciana de corte humanista, no siguió la línea fría del puro humanismo intelectual que se siente independiente de toda autoridad religiosa y jerárquica, a la manera de Erasmo. Está mucho más cerca de las instituciones psicológicas y pedagógicas de Vives, que favorecen la adaptación y aproximación cordial del maestro al alumno, dentro de un marco espiritual de fidelidad religiosa.583 Para mejor aprovechar los elementos renovadores del Renacimiento, Ignacio les impuso una firme ortodoxia cristiano-tradicional, fiel a la autoridad doctrinal de la Iglesia, lo cual representó «para la historia del pensamiento pedagógico la armonización del teísmo medieval con el humanismo renacentista, dentro de una fórmula nueva de pedagogía humanista cristiana»;584 es decir, un humanismo cristiano cuyo ideal de formación fusionaba la invariabilidad del elemento divino con la variabilidad, perfectibilidad y libertad del elemento humano, objeto de educación. Fundada en dicho humanismo, la pedagogía jesuita buscaba unir «virtud con letras»; es decir, enseñar las letras humanas junto con los valores cristianos. Como consecuencia de esta fusión ignaciana, Ynduráin puede afirmar que «más allá de los studia humanitatis entendidos en sentido estricto como estudio especializado del griego o latín»,585 algunos principios humanistas fueron asimilados por la tradición posterior, específicamente el rescate de la dignidad individual, la cual se alcanza no por la nobleza, sino por la virtud, un principio según el cual «es el esfuerzo personal, Miguel Bertrán-Quera, «Introducción histórica y temática» en C. Labrador, A. Díez Escanciano, M. Bertran-Quera y J. Martínez de la Escalera, La «Ratio Studiorum» de los jesuitas, p. 18. 584 Ibidem, p. 20. 585 Domingo Ynduráin, op. cit., p. 18. 583 Cristiano desagravio y retractaciones | 246 | de don Guillén Lombardo y Guzmán la virtud del individuo lo que origina y justifica la nobleza y sus privilegios», de lo cual se deriva «que cualquier hombre esforzado y virtuoso puede alcanzarla».586 Desde esta perspectiva, resulta verosímil que Méndez Plancarte describa a Guillén Lombardo como un «humanista cristiano» o «barroco», si aceptamos que su formación intelectual fue acuñada por la Compañía de Jesús, cuyos maestros le habrían inculcado el ideal de la «virtud con letras»: la virtud como una dignidad o nobleza que podría alcanzarse con esfuerzo y dedicación, por eso Guillén aspiraba a ser rey, exclusivamente por sus virtudes. Como Lombardo jamás pudo o quiso adaptarse a la imagen convencional promovida por los pedagogos jesuitas —la de un humanista «domesticado, sumiso, respetuoso con las jerarquías y consciente de la humildad de su misión»—587, por cuestiones de carácter personal derivó hacia una posición más rebelde sin dejar de ser católica. Para someter a prueba esta conjetura, uno puede empezar por releer con atención el último parágrafo de su Cristiano desagravio, donde Lombardo se dirige a los «entendidos y sapientes» para disculparse por los errores de sus escritos, «pues son todos de memoria, y sin haber visto ningún libro desde los dieciséis años de mi edad, que yo troqué en armas y estado político las ciencias»,588 antes de ennumerar a los maestros que tuvo tanto en Dublín y Londres como en España. Aunque fue enseñado por agustinos, franciscanos y jerónimos, es notorio que los tutores de Lombardo fueron, en gran mayoría, miembros de la Compañía de Jesús. Entre otros, el autor del Cristiano desagravio destaca al padre de la Faille, que le enseñó «óptica, perspectiva y horaria», los padres Ibidem, p. 53. Luis Gil Fernández, op. cit., p. 273 588 Guillén Lombardo, Cristiano desagravio, §102. 586 587 Cristiano desagravio y retractaciones | 247 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Poza, Isasi y Camassa, que lo adiestraron en «fortificación y arte militar», el padre Juan Eusebio Nieremberg, experto en «filosofía oculta y natural» y don Juan de Espina, maestro de «magia natural y filotepia». Parece casi evidente que este «Epílogo para todos» es en realidad un guiño que hace el autor a sus lectores ideales, como si quisiera (o adivinara) que el Cristiano desagravio sería leído no solo por sus jueces, sino por la posteridad, cuando hombres más «entendidos y sapientes» tuvieran acceso a sus escritos y pudieran revalorizarlos. Al reseñar su formación académica, Lombardo se retrata ante sus interlocutores como un hombre cuya principal característica era un «ansia inagotable de estudiar».589 El recurso, por supuesto, no convenció a sus jueces —ni a muchos historiadores actuales—, quienes dudaron desde un principio que hubiera tomado cursos en el colegio de Santiago de Compostela, lo mismo que en San Lorenzo del Escorial. Según los inquisidores, la carta de concesión de la beca de estudios «era una copia realizada por Lombardo del documento original y por lo tanto una falsificación»,590 y se negaron a hacer más averiguaciones. La falsificación era una práctica común en la España del Siglo de Oro —al grado que el mismo Miguel de Cervantes firmó en 1587 una declaración falsa—,591 por lo que algunos estudiosos, considerando el «pícaro» carácter de Lombardo, han puesto en duda el conjunto de sus declaraciones. Por muy novelesca que parezca esta conjetura, hay documentos que prueban sus estudios en Santiago de Galicia y en San Lorenzo de El Escorial: para el primer caso, un interrogatorio transcrito donde Fabio Troncarelli, op. cit., p. 143. Idem. 591 Manuel Rivero Rodríguez, La España de don Quijote, p. 112. 589 590 Cristiano desagravio y retractaciones | 248 | de don Guillén Lombardo y Guzmán el joven William Lamport testifica sobre la fuga de unos compañeros;592 para el segundo, un poema llamado Carmen triumphale, escrito en honor del cardenal Gaspar de Borja, que fue impreso en Madrid el año 1636, firmado por «D. Guiglielmus Lombardus de Guzmán».593 Además de ser un pretexto para no atender sus argumentos, quizá la negativa de los inquisidores a validar los estudios de Lombardo tuvo un motivo adicional, si consideramos un dato implícito al final del Cristiano desagravio: la asistencia del irlandés a los Estudios Reales de San Isidro, con sede en el Colegio Imperial de Madrid: una institución jesuita que desde sus inicios contó con la abierta oposición de las grandes universidades españolas —como Salamanca y Alcalá—, de las cuales egresaron muchos inquisidores. De los jesuitas que menciona en su epílogo, hay cuatro que fueron profesores destacados en dicho colegio: Juan Bautista de la Poza, Francisco Isasi, Francisco Antonio Camassa y Juan Eusebio Nieremberg. Este colegio, inaugurado en 1572, fue una institución jesuita de estudios menores que en 1629 abrió los «Estudios Reales de San Isidro», con apoyo de Felipe iv y su valido el conde duque de Olivares: «una escuela con estudios superiores, anticonformista y abierta a nuevas ideas», donde los profesores impartían «una enseñanza científica, pero también política»594 dirigida por la beligerante Compañía de Jesús, cuya fundación provocó la protesta de las universidades tradicionales: Transcript of an Interrogation Made to Students in the Irish College, Santiago. Salamanca Archive, Rusell Library, St. Patricks College, Maynooth, Irlanda. Puede consultarse en Biblioteca Digital Mexicana: http://bdmx.mx/detalle/?id_cod=79. 593 Carmen triumphale in adventum Eminentissimi, ac Excellentissimi Principis. D. Ac. D. Gasparis de Borja…, en «Papeles de don Guillén», Biblioteca Cervantina itesm, f. 58. 594 Fabio Troncarelli, op. cit., p. 146. 592 Cristiano desagravio y retractaciones | 249 | de don Guillén Lombardo y Guzmán La fundación de los Estudios Reales a cargo de la Compañía de Jesús es un episodio más del enfrentamiento que mantuvieron en España durante los siglos xvi y xvii la enseñanza oficial y la privada […] Las mayores dificultades no provinieron de la Corte, que pronto llegó a un acuerdo con los jesuitas sobre los términos exactos de la fundación. La batalla definitiva habrían de librarla con las Universidades, que se opusieron radicalmente al proyecto […] Finalmente las Universidades de Salamanca y Alcalá lograron su objetivo al eliminar en la futura institución las asignaturas […] que hubiesen podido recortar su monopolio en los estudios superiores.595 La oposición entre los Estudios Reales y las universidades tradicionales puede explicarse, desde una perspectiva más amplia, como consecuencia directa de las reformas que quiso implementar el conde duque de Olivares para reactivar el vasto pero erosionado imperio español. Como centros intelectuales de ciencias jurídicas y teológicas, los colegios mayores de las universidades formaban letrados «en razón de las demandas y necesidades de las burocracias del Estado y de la Iglesia Católica»,596 por lo cual ejercían un triple proceso selectivo sobre sus estudiantes: una selección geográfica, una selección económica y una selección de sangre que dificultaban al máximo el egreso, de suerte que a finales del siglo xvi, «dos tercios de los matriculados en el primer curso no podían culminar su carrera jurídica. El nombre de Salamanca parecía fascinar a todos y privilegiar a unos pocos».597 Un desencanto causado por la progresiva inercia de Juan Antonio Martínez Comeche, «La fundación de los Reales Estudios en la Isagoge de Lope: ¿testimonio o recreación literaria?», p. 65. 596 Luis E. Rodríguez-San Pedro Bezarez y Roberto Martínez del Río, Estudiantes de Salamanca, p. 10. 597 Ibidem, p. 14. 595 Cristiano desagravio y retractaciones | 250 | de don Guillén Lombardo y Guzmán una sociedad que tenía demasiadas expectativas en los estudios universitarios. Los colegios [mayores] eran financiados por la aristocracia y ésta se encargaba directamente de dar becas y recursos económicos a los estudiantes, sin embargo, con el tiempo, esa asignación pasó a manos de los colegiales, con nefastas consecuencias. Lógicamente, los recursos empezaron a ser monopolizados por familias enteras y a heredarse de padres a hijos. Hacia el siglo xvii los miembros y estudiantes de los colegios eran designados por unas cuantas familias, sustituyendo la experiencia y la calidad académica por la influencia.598 Para contrarrestar esta erosión académica, los Estudios Reales de San Isidro fueron promovidos por Felipe iv y Olivares —junto con una red de academias especiales— para educar a los hijos de nobles «y en particular a los primogénitos, que raramente asistían a la universidad, con el fin de prepararlos para las importantes tareas que habrían de desempeñar como líderes ‹naturales› de la nación».599 Con ello, el rey y su valido pretendían formar una élite cultural y de gobierno: «una clase social especialmente habilitada para los estudios superiores e intencionalmente preparada para el desempeño de responsabilidades públicas».600 Incapaces de otorgar títulos que fueran válidos en todo el mundo —un privilegio exclusivo de los colegios mayores de Salamanca y Alcalá—, los Estudios Reales ganaron su renombre gracias a ilustres alumnos como Calderón de la Barca y Lope de Vega, quien escribió un poema llamado «Isagoge a los Reales Estudios Javier Meza González, op. cit., p. 35. Richard L. Kagan, Universidad y sociedad en la España Moderna, p. 82 600 Bernabé Bartolomé Martínez, «Educación y humanidades clásicas en el Colegio Imperial de Madrid durante el siglo xvii», p. 109. 598 599 Cristiano desagravio y retractaciones | 251 | de don Guillén Lombardo y Guzmán de la Compañía de Jesús», para celebrar la fundación del Colegio y agradecer a sus promotores, Felipe iv y Olivares.601 Como en todos los colegios jesuitas, los estatutos de la Ratio Studiorum aconsejaban que no se excluyera a nadie «por ser de condición humilde o pobre»602 de los Reales Estudios; por ello, el Colegio Imperial permitió la entrada a muchos estudiantes —nobles o no— que apenas cumplían con los requisitos de ingreso, que no tenían aspiraciones burocráticas ni eclesiásticas y que podían mantener sus estudios trabajando medio tiempo. En cuanto a la edad de ingreso, por ejemplo, los jesuitas mostraron ser bastante flexibles: si bien las reglas establecían que no serían admitidos mayores de dieciocho años para continuar estudios de humanidad o retórica, se aceptaba al estudiante si había «buena noticia de su aplicación y entera satisfacción de sus costumbres».603 Este requisito, por cierto, pudo haber ocasionado una de las «picardías» de Lombardo, cuando alteró su edad al momento de copiar sus cédulas, afirmando que nació en 1615 —y no en 1611—, como hijo de «esclarecidos nobles» de Irlanda. De ese modo, el irlandés cumplía con los requisitos de edad y de nobleza que solicitaba todo colegio jesuita, con tal de convertirse en «discípulo» de Olivares y adquirir con el tiempo los conocimientos necesarios para obtener algún cargo en el gobierno o en el ejército español. Como casi todos los documentos jesuitas, los libros y registros del Colegio Imperial fueron destruidos al decretarse la expulsión de la Compañía en 1767.604 Este hecho imposibilita conocer su matrícula y sus programas de estudio, aunque un cuadro de horarios de 1639, realizado por el padre Fernando Valdés, revela que Citado por José Simón Díaz, Historia del Colegio Imperial de Madrid, Tomo i, p. 100. C. Labrador, La «Ratio Studiorum» de los jesuitas, p. 65. 603 Bernabé Bartolomé Martínez, op. cit, p. 121. 604 Ibidem, p. 120. 601 602 Cristiano desagravio y retractaciones | 252 | de don Guillén Lombardo y Guzmán en las aulas del Colegio Imperial se estudiaban las obras de Platón y Aristóteles, las fábulas de Esopo, las cartas y discursos de Cicerón, los poemas de Ovidio, de Virgilio y de Horacio, sin olvidar a Tito Livio, a Séneca, a Plinio.605 Esto coincide con las investigaciones de Cruickshank, quien afirma que Calderón estudió en el Colegio Imperial «las cartas de Cicerón, a las que les seguían Ovidio, más Cicerón, las Églogas y las Geórgicas de Virgilio, Séneca, Catulo, Propercio, Plauto y Terencio».606 En otras palabras, ahí se leían regularmente la gran mayoría de los autores citados por Lombardo, sin tomar en cuenta aún el explícito influjo que sobre él ejerció Juan Eusebio Nieremberg, el notable jesuita que impartió clases en los Reales Estudios «de filosofía oculta y natural» desde 1628 hasta su muerte en 1658. Esta influencia se manifiesta específicamente en dos puntos del Cristiano desagravio. En primer lugar, cuando Lombardo advierte en su dedicatoria que no escribe para «los cobardes espadachines de la ley del duelo, afrenta y horror de la de Cristo, Señor nuestro, que con profana y vengativa valentía no sólo no confiesan que han injuriado, sino también se justifican en la prosecución», lo cual coincide con lo que escribe Nieremberg en su Epistolario: «No sé qué género de idolatría es esta ley del duelo, que hace atropellar todas las leyes naturales y divinas, de Dios y de la razón, injuriosa totalmente a Jesucristo, que inmediatamente se opone a su doctrina».607 En segundo lugar, para demostrar que la fortaleza y valentía no se expresan mejor cuando el cristiano «rinde muros, reinos, castillos ni escuadrones», sino cuando «se vence a sí mismo»,608 Ibidem, p. 129. Don W. Cruickshank, Calderón de la Barca, p. 72. 607 Juan Eusebio Nieremberg, Epistolario, p. 69. 608 Guillén Lombardo, Cristiano desagravio, § 92. 605 606 Cristiano desagravio y retractaciones | 253 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Lombardo atribuye a Claudiano una cita abreviada de los Proverbios —fortior est, qui se, quam qui fortissima vincit, Moenia—,609 que coincide letra por letra con la simplificación poética citada por Nieremberg en sus Epistolarios: «dijo el Espíritu Santo que era más fuerte el que se vencía a sí mismo que el conquistador de ciudades, y un poeta cantó: Fortior es qui se, quam qui fortissima vincit Moenia».610 Esta doble coincidencia de Lombardo con Nieremberg se vuelve más significativa si consideramos que el español publicó su Epistolario hasta 1649, cuando el irlandés ya se encontraba preso en México, de modo que solo pudo conocerlas en forma de manuscrito o directamente en las lecciones de su profesor. Por otros documentos de la época se sabe, además, que los Estudios Reales llegaron a ofrecer «veintitrés cátedras, varias dedicadas a disciplinas no cursadas en ningún otro lugar».611 Había lecciones de Política, impartidas por Agustín de Castro; de Física, por Francisco Ruiz; lo mismo que de Matemáticas y De re militari, donde se enseñaba «a formar esquadrones, abrir trincheras, hazer fortificaciones, y abrir fosos: o para enseñar a esgrimir, o disparar la artillería, o jugar de otras armas qualesquiera».612 Esta última cátedra, cuya enseñanza fue cuestionada por las universidades tradicionales, fue promovida por el Consejo de Guerra para capacitar a los artilleros del rey, y trasladada desde Sevilla hasta los Estudios Reales por Julio César Firrufino, quien al poco tiempo de impartirla en Madrid fue sucedido por Luis Cartucho La cita completa dice: Fortior est qui se, quam qui fortissima vincit Moenia, nec virtus altius ire potest. «Es más fuerte el que vence su propia ira que aquel que vence ciudades». Proverbios 16, 32. 610 Juan Eusebio Nieremberg, op. cit., p. 71. 611 José Simón Díaz, «Fiesta y literatura en el Colegio Imperial de Madrid», p. 525. 612 José Simón Díaz, El Colegio Imperial de Madrid, tomo i, p. 84. 609 Cristiano desagravio y retractaciones | 254 | de don Guillén Lombardo y Guzmán (o Carducho):613 un matemático, casado con una mujer llamada Jerónima, que en 1639 compartía su casa en la Calle del Olmo, precisamente con Guillén Lombardo, su mujer Ana Cano y su hija Teresa.614 Por todo lo anterior, puede concluirse que es muy difícil, casi imposible, que Guillén Lombardo haya pisado un colegio mayor de alguna universidad tradicional, pues no contaba con influencias de peso para ser aceptado. Según afirma al comienzo de su Cristiano desagravio, ganó la bolsa de estudios para ser «promovido al de San Bartolomé de Salamanca», pero nunca ejerció ese privilegio cuando tuvo que trocar «en armas y estado político las ciencias»; es decir, cuando abandonó las letras por las armas para combatir con el ejército español, al lado, por cierto, de dos notables maestros de San Isidro: en la batalla de Nördlingen con el padre Francisco Antonio Camassa, y en el cerco de Fuenterrabía con el padre Francisco Isasi. Pero, por idénticas razones, es difícil (y estéril) suponer que Lombardo jamás cursó los Estudios Reales, pues su «enciclopedia cultural» coincide con el perfil académico que imponía ese colegio a sus alumnos, los cuales, a semejanza de Guillén, se consideraban «discípulos» del conde duque de Olivares. Si al final de los cursos no obtuvo ningún título, fue porque el Colegio Imperial no estaba autorizado para dárselo. A semejanza del marqués de Sade o de James Joyce, Lombardo fue un producto atípico de la pedagogía jesuita —cuya férrea disciplina adiestró su combativo catolicismo, su formación humanística y militar—, pero que encauzó sus conocimientos por una vía heterodoxa, bajo el influjo de su personalidad. 613 614 María Isabel Vicente Maroto, «Las escuelas de artillería en los siglos xvi y xvii», p. 9. Javier Meza González, op. cit., p. 39; Fabio Troncarelli, op. cit., p. 122. Cristiano desagravio y retractaciones | 255 | de don Guillén Lombardo y Guzmán Muchos enigmas quedan por resolver en el Cristiano desagravio, como la relación de su autor con los conversos judíos o la verdadera naturaleza de sus actividades en México. Sobre sus estudios, concretamente, falta saber por qué ocultó su estancia en los Estudios Reales, luego de presumir su paso por los colegios de Dublín, Londres, Santiago y El Escorial. ¿Acaso porque suponía que los inquisidores, egresados de Salamanca y otras universidades afines, estaban enemistados con el colegio jesuita de Madrid? Si así ocurrió, habría que preguntarse entonces por qué el Santo Oficio se alió con los jesuitas mexicanos para combatir a Palafox, pese a las magníficas relaciones que este mantuvo con algunos jesuitas españoles, como Kircher y Nieremberg. Como sea, es evidente que para 1651 —cuando Lombardo escribió el Cristiano desagravio—, los Estudios Reales habían perdido su influencia, pues el rey ya había desplazado a Olivares y este había muerto, solitario y enfermo, sin que pudiera proteger las instituciones que había promovido ni a los alumnos que egresaron de sus colegios. Pero, más que la desgracia del valido, fue trágico el destino de su discípulo, quien fue condenado, después de su fallida fuga, a nueve años más de agonía, soledad y locura. Como toda auténtica tragedia, este episodio está lleno de paradojas. Algunos dirán que un hombre de tal devoción no debió ser condenado a la hoguera; otros, que se lo ganó por desafiar a las autoridades con sus insolencias y desacatos. Unos señalarán las sospechosas irregularidades que el Tribunal cometió en el proceso; otros argumentarán que los inquisidores se saltaron el reglamento para no exponer al pueblo a las subversivas, belicosas ideas de Lombardo. Y algunos, finalmente, sospecharán que todo —su conjura, sus desacatos, sus provocaciones, su fuga, su recaptura— fue una estrategia de ese pirata irlandés, humanista español y hereje novohispano, para conseguir que sus escritos Cristiano desagravio y retractaciones | 256 | de don Guillén Lombardo y Guzmán sobrevivieran y así «me pudiera eternizar en otro siglo que fuera»,615 como Lombardo llegó a sugerir en su proceso. gonzalo lizardo 615 ahn, Inquisición, t. 1731, exp. 53, f. 72 . | 257 | Referencias Archivo General de la Nación, fondo Inquisición, «Causa contra don Guillén Lombardo de Guzmán», tt. 1496 y 1497, México. Archivo Histórico Nacional, Consejo de Inquisición, «Proceso de fe de Guillén Lombardo de Guzmán», t. 1731, exp. 53, Madrid. Biblioteca cervantina itesm, Colección Conway, «Papeles de don Guillén». Abbagnano, Nicola, Diccionario de filosofía, fCe , 4ª edición, México 2004 Alberro, Solange, Inquisición y sociedad en México 1571-1700, fCe , México 1988. 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