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(1) *bo go tálo go (2) Subdiretora de Divulgación de los Valores del Patrimonio Cultural Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Ilo n a Mu rcia Ijjas z Coordinación de publicaciones y coordinación editorial Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Xim e n a Be rn al Cas tillo Investigación y textos An d ré s Os p in a Asistencia editorial Pau la Mo ya ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Alcaldesa Encargada Clara Ló p e z Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte Catalin a Ram íre z Valle jo Director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Gabrie l Pard o García-Pe ñ a Ilustraciones Lau ra Pe ralta Fotografía Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Carlo s H e rn án d e z Llam as Comunicaciones Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Fre d d y D íaz Sarm ie n to Diseño y diagramación Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Ye s s ica Aco s ta Mo lin a Corrección de estilo María An gé lica Os p in a Revisión Ju an Man u e l Aco s ta, Ivó n H e rn án d e z Web Vlad im ir Mo s qu e ra Bau tis ta Agradecimiento especial Mau ricio U ribe , Fre d y Ávila Mo lin a Impresión Su bd ire cció n Im p re n ta D is trital D D D I Encuadernación Mile n io Ed ito re s Im p re s o e n Co lo m bia ISBN 978-958-99705-1-5 © 2011 Instituto Distrital de Patrimonio Cultural w w w .bo go talo go .co m b (3) á t l o o g g o o USOS, DESUSOS Y ABUSOS DEL ESPAÑOL HABLADO EN bogotá tomo I-(A-LUQUEADO) Andrés Ospina *bo go tálo go (4) p re s e n tació n Pocos testimonios tan interesantes y dicientes acerca de la forma de pensar de un grupo humano como su propio lenguaje. Tal y como lo expresa la ley de cultura de nuestro país, la lengua es parte constitutiva del patrimonio cultural, al ser representación de la cultura y expresión de la nacionalidad colombiana. Desde tiempos antiguos hasta el día de hoy, las palabras, refranes, términos y manifestaciones de la comunicación oral o escrita han sido una vía acertada y apasionante para descifrar el mundo y sus habitantes. El célebre lingüista, ilósofo y analista político Noam Chomsky se reiere a las palabras como “un espejo de la mente”. Y no hay duda de que, analizada desde esa lógica, Bogotá y sus gentes bien pueden sentirse orgullosas de su ingenio y creatividad. En el marco de la Convocatoria ciudad y patrimonio 20 0 9, organizada por el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, entidad adscrita a la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de la Alcaldía Mayor de Bogotá, se invitó a la ciudadanía en general a realizar una propuesta cuyo resultado inal fuera un diccionario acerca del español hablado en Bogotá. El proyecto ganador, presentado por Andrés Ospina y hoy publicado bajo el título Bogotálogo: usos, desusos y abusos del español hablado en Bogotá, busca, más allá de ser un inventario de términos exclusivamente cachacos, (5) con ejemplos entretenidos y muy nuestros, entender a Bogotá en su diversidad, en su heterogeneidad y en su dimensión histórica, como pretexto para develar la ciudad a través de sus palabras y para motivar un diálogo entre generaciones. El Bogotálogo invita a dar una lectura desprevenida, organizada alfabéticamente y abundante en ejemplos e ilustraciones. Pero además nos presenta un destacable número de ejemplos de uso que, sin descuidar el rigor que una investigación como esta exige, no es necesariamente un documento para eruditos ni para especialistas, lo cual conirma la intención de democratizar el acceso al conocimiento y de no privilegiar los saberes cultos en el sentido tradicional de la expresión. Gracias a esta nueva publicación, el Gobierno de la ciudad continúa su avance en el desarrollo de políticas culturales *bo go tálo go tendientes a consolidar y a dejar testimonio de nuestra identidad, esta vez mediante las palabras y expresiones surgidas en la capital o adoptadas por ella, y empleadas por sus habitantes. Por medio de obras como la que se encuentra hoy en sus manos, la Alcaldía Mayor de Bogotá continúa mostrando su compromiso con la divulgación y la preservación de nuestro patrimonio, y con su permanente deseo de resguardar del olvido la memoria de la ciudad, estrechando lazos de pertenencia, apropiación e identiicación. Así continuamos nuestro proceso de reairmación como capital del arte, facilitando a todos los ciudadanos el acceso a los bienes culturales, a través de textos como éste, y convirtiendo en realidad nuestro sueño de una Bogotá Positiva para Vivir Mejor. Gabriel Pardo García Peña. (6) p ró lo go Alguna vez un grupo de alumnos del Liceo Francés de Bogotá visitó París y cuentan ellos que, a pesar de sus hondos conocimientos de la lengua de Molière, Flaubert y Proust, tenían grandes diicultades para hacerse entender con los jóvenes de la ciudad. Estos, a su vez, entre asombrados y divertidos, les decían: “¡Ustedes hablan como Voltaire!”. Lo anterior viene a cuento porque una cosa es el lenguaje que se aprende en los cursos de idiomas y por el que velan las academias de la lengua y otra cosa muy distinta el idioma que se oye en las calles, los mercados, los buses e, incluso, ciertos programas de la radio y la televisión orientados a públicos jóvenes. ¿Cuántos viajeros que toman juiciosos sus cursos de una lengua extranjera y se sienten muy orgullosos de sus progresos en esa lengua no materna quedan locos cuando intentan entender una película sin mirar los subtítulos? ¿O cuando viajan a una ciudad donde el idioma que aprendieron sólo les sirve para poco más que identiicar nombres de calles y de estaciones de metro? Bogotá no es la excepción. ¿Cómo interpretaría un inglés estudioso del castellano recién aterrizado en Bogotá la expresión “necesito que me haga un 14”? O, si decidiera jugar fútbol en un parque bogotano, ¿qué haría con el balón si un compañero de equipo le grita “reconózcame el bailado”? Por ser una ciudad con al menos siete millones de habitantes, en Bogotá se hablan y se cruzan (7) entre sí diversas jergas. Por un lado está la tradicional jerga cachaca, que caracteriza a los bogotanos de buena familia educados antes del 9 de abril y a algunos de sus descendientes que intentan de manera desesperada mantener esa tradición como dialecto único (y excluyente) de la ciudad. Por el otro, las sucesivas jergas que se han generado en una ciudad que a partir de la segunda mitad del siglo XX comenzó a recibir gran cantidad de migrantes del campo y de otras ciudades del país. Además, los medios de comunicación y ahora el Internet y las redes sociales han permitido que entren voces provenientes de otros países e idiomas. Cada grupo (tribus urbanas, se les dice ahora) adopta lenguajes propios. Estas distintas jergas a veces resultan excluyentes y complican una comunicación luida entre, digamos, un cachaco del barrio Quinta Paredes y un punk de *bo go tálo go Pablo VI, a menos que ambos entren en el terreno neutro del castellano que se escucha en un noticiero de televisión o de radio, salvo el que utilizan en las secciones deportivas, que son un aterrador caldo de cultivo de barbarismos y usos incorrectos del vocabulario, la sintaxis y la morfología del idioma. Pero también estas voces propias de una tribu urbana o un sector de la ciudad permean en otros sectores. Se genera entonces un rico intercambio y de esa manera algunas expresiones terminan siendo de uso generalizado. El lenguaje de las ciudades es cada vez más dinámico, así que libros como el ‘Bogotálogo’* son de gran utilidad para entender términos y giros idiomáticos que se escuchan y que a veces uno repite sin conocer su signiicado y muchas veces sin conocer su origen. Andrés Ospina, autor de esta antología, ha estudiado la historia y las costumbres de Bogotá y, como parte de esa (8) tarea, los sonidos de la ciudad. Los ha anotado y también los ha aireado a través de su blog El Blogotazo (www.elblogotazo. com) y en su Twitter (@ elblogotazo). Como no se trata de un trabajo académico, en estas páginas encontramos toda suerte de deiniciones. Desde unas muy escuetas, exactas y desapasionadas, que evocan el lenguaje de los diccionarios, hasta otras cargadas de ironía y humor, así como de cierta nostalgia por tiempos idos de la ciudad en la que él ha vivido y a la que le ha consagrado tantas horas de su trabajo. Ospina no sólo acude al lenguaje contemporáneo que utilizan los ciudadanos del siglo XXI, sino que también recopila voces del pasado de la ciudad que se han ido perdiendo, así como expresiones tomadas del idioma muisca. A estas se agregan, como se anotó antes, caleñismos, antioqueñismos, costeñismos, anglicismos y galicismos que se han popularizado, por no hablar de las jergas corporativas de los cultores de esa nueva religión que se llama ‘coaching’ y que han inundado el lenguaje cotidiano con términos macarrónicos sacados directamente de los manuales de instrucciones de impresoras, computadores y videobeams. Esto hace que el Bogotálogo cumpla varias funciones. Una de ellas es informar. Otra, divertir. Y, de pronto la más importante de todas, poner al lector en la tarea de medirle el aceite a Ospina y ver si aquí aparece o no alguna deinición, o alguna acepción. Y, por qué no, generar debates alrededor del origen o signiicado de algunas de las palabras y expresiones que aquí se deinen y explican. Qué tan bogotanas son y qué tan extendido es su uso en la ciudad o si, por el contrario, son voces que recién comienzan a oírse y sólo en círculos muy cerrados. (9) Este libro invita a una mirada activa, crítica y relexiva en un ambiente de humor y nostalgia que hacen muy estimulante su lectura. Esta no es una Biblia que deba reverenciarse y tomarse al pie de la letra. Es un libro para rayar, señalar, agregarle anotaciones. Es un libro que nos invita a sonreír, a estar en desacuerdo con el autor, a consultar otro tipo de fuentes. En síntesis, un libro vivo, palpitante, de esos que ameritan un número indeterminado de ediciones aumentadas y corregidas. Eduardo Arias * proyecto ganador de la convocatoria Ciudad y Patrim onio 20 10 , organizada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y el Instituto Distrital de Patrim onio Cultural de Bogotá *bo go tálo go * ex p li ca ció n no pedi da (10) Las palabras vienen a parar a los diccionarios para escaparse del viento. Para hacerle trampas al olvido. Para no morir de inanición. De desatención. Para que algún día cierto grupo de exploradores con vocación de rescatar náufragos venga a acordarse de ellas y se atreva a escribirlas y a pronunciarlas, sin ese pudor que suele invadir a quienes se rehúsan a ser tildados de extraños por hablar raro. Para reírse de quienes procuran estandarizar su discurso para no correr el peligro de terminar malentendidos o considerados diferentes. ¿Hasta qué monto ascenderá el número de palabras que por no haber sido registradas, escritas o grabadas hoy hacen parte de la lista de muertos, de desaparecidos o de grandes interrogantes sin resolver? ¿Qué tanto podemos decir acerca del acento, del tono y del espíritu de aquellas palabras pronunciadas por quienes nos antecedieron en la historia y la prehistoria? ¿Cuántas expresiones, refranes y términos no se fueron perdiendo, sin que nadie intentara rescatarlos? Para contrarrestar tal olvido. Para anticiparnos a ese futuro amnésico, seguimos hablando en pasado. El presente texto tiene por tanto el pretencioso objetivo de propiciar un diálogo entre generaciones. De permitir que, en estos tiempos de Wikipedias, de conceptos fáciles y perecederos y de digitalizaciones atropelladas, tatarabuelos, bisnietos, nietos, hijos y padres alcancen a descifrar las pistas de aquella ciudad en la que hoy vivimos. Quienes se acerquen a las presentes páginas con el propósito de encontrar un diccionario del habla cachaca o de bogotanismos, en los más estrictos sentidos de la descripción, tal vez terminen por cerrarlo con cierta mueca de decepción. Porque el (11) Bogotálogo trasciende ese lindero. Ello se debe a la naturaleza diversa e incluyente por la que nuestra ciudad tiene sin duda un amplio derecho a ufanarse. También a que, a lo largo de sus días, esta sabana y sus contornos ha venido nutriéndose de la presencia de ininidad de saberes, de maneras de describir el mundo y de la riqueza migratoria de expresiones que, por sí solas, terminaron por penetrar en nuestras conciencias. Por eso, de alguna manera, este es también un diccionario conformado por la simbiosis maravillosa de ese castellano, que nos vino por la fuerza desde España. De esa lengua muisca, que a su vez nos fue arrebatada por las mismas manos, y del componente africano y mestizo, cuya presencia en nuestra ciudad, contrario a lo que muchos suponen, es decisiva. También de una buena cantidad de expresiones, giros verbales y construcciones idiomáticas procedentes de Asia y del resto de Europa. La intención de que este no sea otro libro de anaquel al que sólo se acude con el propósito de cumplir con una aburrida asignación escolar, de culminar un crucigrama o de corroborar un abolengo dudoso, nos ha llevado, así mismo, en la dirección de la hipertextualidad. Fácil será, por tanto, saltar de un término a otro. De un siglo a otro. Del sur al norte. Quienes tengan la suiciente curiosidad y el suiciente tiempo como para intentarlo sabrán encontrarse con una buena cantidad de pistas acerca de nuestro pasado, de lo que hemos sido, de lo que aspiraríamos a ser y de lo que hemos pretendido que somos. De nuestras organizaciones y desorganizaciones. De nuestros prejuicios y nuestras intenciones vedadas de clase. Las palabras y conceptos estarán, en muchos casos, soportados por la visión de una joven estudiante de Bellas Artes, quien, desde su propia posición (subjetiva, como todas) quiso rendir un tributo pictográico, a veces caricaturesco, a aquella ciudad en la que ha crecido. La promesa de que esta investigación no termina en este momento, queda consignada en la existencia de un sitio en la red, en donde, esperamos, sus alcances sean sometidos al juicio y a la intervención pública. Los lectores se encontrarán por tanto con unas deiniciones cuya naturaleza excede lo enciclopédico o lo referencial. Se trata de una enunciación casi narrativa de distintos lugares, sabores, sentimientos, espacios e individuos cuya presencia a lo largo de la historia ha ido convirtiéndonos en la ciudad que, bien o mal, somos. Y, sobre todo, una motivación para que nuestro espíritu se mantenga con vida, transubstanciado en forma de letras articuladas. *bo go tálo go a ( ) a. Preposición de frecuente y erróneo uso en diversas frases con el in de expresar cuantía. Yo le pagué en billetes de a 5.000. ¿a có m o , y p o r qu é tan caro ? Expresión de recurrente uso empleada por los potenciales compradores en el comercio informal, a in de blindarse contra una posible estafa y a la vez anticiparse a la necesaria negociación de una rebaja. Véase líchigo, retacar. ¿a cu án to jo d e la h o ra? Clásica fórmula despectiva utilizada por hermanos mayores para hacer referencia a la hiperactividad de los más pequeños, o por quienes son víctimas de los constantes embates de un jefe perturbador o demasiado exigente. a d o rm ir d o n d e lo tras n o ch aro n . Odiosa expresión de reproche usada para amonestar a quien, por causa de un bostezo delator o de un inevitable cabeceo, da muestras de extenuación o cansancio. a lo bie n . 1. Honestamente. De buena voluntad. Con franqueza. Este diccionario hay que leerlo a lo bien. 2. Al ser empleada como pregunta, la expresión tiene como in corroborar la veracidad de una airmación. a lo Vie tn am . Vulgarismo expresado en una situación de súplica o incredulidad. Véase a lo bien. a m í lo qu e m e to ca e s m o rirm e . Hay tal vez pocas experiencias tan odiosas como ser objeto de alguna suerte de imposición, de imperatividad o de obligaciones no adquiridas por nuestra propia voluntad. “A mí lo que me toca es morirme” es un llamado a regresar las cosas a su justa y lógica dimensión. Bien fácil habría sido imaginar a algún violador de derechos humanos y su corte ante los posibles “ahora sí les tocó liberar a los secuestrados” o “ahora sí les va a tocar dejar de mamarle gallo a la comunidad internacional”, para terminar con un taxativo “a mí lo que me toca es morirme”. Al inal, la gran realidad es que a todos nos toca es (sic) morirnos. a m í m e e m bo rrach an o m e d e jan co m o e s taba. Exigencia propia de quien, sintiéndose entusiasmado por los efectos del alcohol –en el marco de una jornada de libación etílica no inalizada– solicita a sus contertulios la adquisición y administración de una mayor dosis, con el objeto de preservar el estado eufórico. Véase chapeto, copetón, guaro, niquelado, prendo, whiskéy. aba. En lengua chibcha, maíz. abace n tro . Abreviatura para ‘centro de abastecimiento’. Expresión utilizada a manera de recurso tipográico por parte de ciertos empresarios desesperados y faltos de creatividad, con el objeto de igurar en las primeras páginas de avisos clasiicados y directorios de proveedores de bienes y servicios. Pese a que nadie hasta la fecha ha podido deinir qué es en realidad un abacentro, los hay por montones en las páginas amarillas y los apartados comerciales de periódicos. abale ar. Atacar a un individuo mediante impactos de arma explosiva, acto frecuentemente celebrado por uno de los diarios de mayor venta en el territorio local. abale o . Tiroteo. Escandaloso intercambio de municiones, por lo general acontecido en un contexto barrial. aban d e ra. Véase abacentro. abarro te s . Víveres y utensilios varios. abas to s . Alimentos y provisiones de la canasta familiar, por lo general surtidos en volúmenes grandes. Por antonomasia, la expresión suele utilizarse para aludir a la Central de Abastos, (13) expendio principal de alimentos y utensilios de la ciudad, antaño conocida como Corabastos, cuya sede norteña lleva por nombre Codabas. abe jo rre ar. Obrar de manera afeminada y taimada. Proferir zumbidos con la voz. Véase cacorro. abie rto . Individuo proclive a abandonar amigos o proyectos. Dícese de aquel que suele traicionar a los de su propia estirpe. abo rlo n ad o . Acanillado. Supericie de una tela cuya textura forma canillas. abo tagad o . Véase abutagado. abo to n ad u ra. Botonadura. Abrah am Lin co ln , m e . Emprender la retirada. Si este parche sigue así de ajizoso, mejor me Abraham Lincoln. Véase abrirse. ábras e . Amonestación violenta a abandonar un espacio o situación. ábras e , co m o la yu ca. Coloquialismo –de dudosa ralea– usado para ordenar a alguien la retirada de un determinado recinto o espacio. La igura retórica se basa en el momento en el que el tubérculo en cuestión comienza a quebrarse, tras llegar al punto de cocción. ábras e , qu e h u e le a pe s cado . Despectiva forma de solicitar a un individuo la inmediata retirada, al acusarle de despedir desagradables emanaciones olfativas, molestas para todos los presentes. abre bo cas . Antesala. Aperitivo. Como abrebocas, antes del concierto de Kiss, les tenemos la excelente la banda colombiana de tropipop Memento. abre latas . Indiscreto modismo para solicitar a alguien el retirarse de un lugar determinado. Hace velada referencia a ‘abrirse’. ¿Por qué no se abrelatas, como el atún? abrirs e . Marcharse. Abandonar un lugar o compromiso. abrirs e d e p ie rn as . Condescender de forma ingenua o demasiado fácil. abro ch ar. Afectar de manera directa a algún subalterno mediante la orden de ejecutar una *bo go tálo go (14) tarea onerosa o un oicio gravoso. Castigar. Mi jefe me puso trabajo para el fin de semana y me dejó abrochado. Véase clavar, marranear, negrero. abs o p u tam e n te . Conjunción acrónima entre ‘absoluta’ y ‘putamente’. Del todo. En proporción extrema. ¡Estoy absoputamente ebrio! abu tagad o . Hinchado. Inlamado. Estómago repleto de alimentos. aca. En la lengua chibcha, unidad de medida equivalente a nueve. acabarro p a. Hombre inútil, de modales poco delicados y tamaño prominente. acaram e lad o s . Úsase para aludir a una pareja abandonada a las artes amatorias. ¡A Robin y a Sari los vieron muy acaramelados por la calle! acas , p o r s i. Apócope, un tanto cursi, de ‘por si acaso’. Por si acas, financiemos a los dos candidatos. Con eso en todo caso salimos ganando. acatar. Caer en la cuenta. ¡No acaté a advertirles que los del supermercado son unos ladrones! acatarrad o . Enfermo de alguna afección gripal. Con lo fumador que es, Rincón siempre suena acatarrado. Véase agripado, apestado. accid e n tad o . Lleno de contratiempos. Irregular. ¡Después de un accidentado proceso, la Corte Constitucional declaró inexequible el proyecto de ley! ace ite d e co m e r. Aceite comestible. Úsase en contraposición al aceite combustible. El mejor aceite de comer es el de soya. ace ite , m e d ir e l. 1. Burda expresión alusiva al acto de propinar una puñalada a cierta desdichada víctima. 2. Vulgarismo para aludir al acto de estimular las zonas venusinas de una dama o el oriicio anal de un caballero. ace ite , p as ar. Expresión empleada para aludir a quienes, dada su avanzada edad, comienzan a manifestar serias complicaciones de salud. El término proviene de una analogía con lo sucedido a los motores desgastados, cuyo lamentable es- tado (somatizado por el aceite, que se riega en el asfalto) exige un inmediato reemplazo o una inaplazable reparación. El pobre viejo cacreco ese ya está pasando aceite desde hace como veinte años. ace le re . Prisa. Estado de hiperquinetismo debido al consumo de algún estimulante. Véase embale. ace rbía. Rigor. Severidad. La normatividad crediticia en Colombia tiene una acerbía exagerada. ach aju an ad o . Fatigado, sofocado y diezmado por el efecto del calor. Después de dos días en Melgar, uno ya se siente achajuanado. ach an tad o . Deprimido. Bajo de ánimos. Las primeras referencias documentadas al término se reieren a éste como propio de pilletes y gamines. El veredicto de la Corte dejó achantados al Presidente y a los suyos. ach ico p alad o . Decaído. Abatido. Después de la vergonzosa salida del mundial de fútbol del 94 el país entero quedó achicopalado. ach icu ys a. Vocablo de origen chibcha. Denota soledad. ach ilad o . Deteriorado. Descocido. Avejentado. Para el pelo achilado no hay nada mejor que la clara de huevo. ach iqu itar. Reducir. Empequeñecer. ach iras . Bizcochuelos salados elaborados a base de harina de achira y propios de los departamentos de Huila y Tolima. En un loable esfuerzo por mantener nuestras tradiciones gastronómicas, una afamada irma dedicada a la elaboración de alimentos tipo repostería, lanzó una variante del producto bajo el sugestivo lema de ‘Gol-o-cines’, según algunos una clara insinuación de su doble uso al servir como alimento para quienes concurren a un encuentro balompédico o a una función cinematográica. ach u ch arrar. Aplastarse. El término puede guardar alguna relación con el chibchismo ‘achuzansuca’, alusivo a los frutos dañados antes de llegar a su punto. Véase achuzansuca. (15) ach u n tar. Acertar. Dar en el blanco. En Colombia las empresas encuestadoras no achuntan ni un solo resultado. ach u zan s u ca. Vocablo de origen chibcha empleado para aludir a un fruto estropeado. Véase achucharrar, picho. aco litar. Servir de cómplice o dar aprobación tácita a una determinada acción incorrecta. aco m e d id o . Compasivo. Amigable. Servicial. Ese muchacho, Juan Carlos, ¡cómo es de acomedido! aco rd e ó n . Soplete empleado como ayuda ilícita de memoria en entidades académicas y debidamente plegado. Véase comprimido, copialina, soplete. aco s a m ás qu e n o via fe a. Voz despectiva para aludir a un individuo ansioso y falto de paciencia. aco s tar. En la jerga delincuencial, asesinar. El pirobo ese se puso de alzado y me tocó acostarlo. aco te jar. 1. Estimular. Elogiar. Favorecer. 2. Hacer caber objetos en un espacio limitado. acp m . Base alimentaria de la dieta bogotana, conformada, en dosis equivalentes por cuatro componentes (arroz, carne, papa y maduro), todos ellos igualmente nutritivos, saludables y balanceados, mescolanza que sin duda despertaría la envidia del más avezado experto en alimentación. Para mí, almuerzo sin acpm no es almuerzo. Véase bofe, corrientazo, ejecutivo, principio. acu d ie n te . Empléase en la jerga escolar para referirse al pobre infeliz a quien la suerte ha castigado con la desgracia de tener que afrontar la lluvia de quejas, llamados, observadores y castigos varios recibidos por un alumno indisciplinado a su cargo. Si van a viajar en una ruta distinta a la de siempre, deben traer el permiso firmado por sus padres o acudientes. Véase chuzo, monitor, sapo. acu e llar. Asir con violencia por el cuello. acu e rp ad o . Musculoso. Fortachón. De músculos prominentes. Véase jayanazo, macancán. *bo go tálo go acu lillars e . Acobardarse. Asustarse. ¡Ahora no se me vaya a aculillar con la vuelta, güevón! Véase le hache achí. acu s cam bad o . Véase acuscambao. acu s cam bao . Timorato. Diezmado. Atemorizado. ¿Y usted qué hace en ese rincón por allá, todo acuscambao? Véase ahuevado, atembado. acu s e tas . Se emplea para referirse a quien hace de la delación una costumbre o a quien pretende ganarse favores con sus maestros, jefes o superiores, informándoles acerca de las fallas de colegas o condiscípulos. La expresión suele aparecer enmarcada en el refrán "acusetas, panderetas, calzoncillos de bayetas", y fue empleada por el difunto ex alcalde de Bogotá Alfonso Palacio Rudas en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991. Al verse perdido, el derrotado candidato se convirtió en acusetas. Véase cepillero, chupamedias, lamberico, lambón, metido, sapo. ad e lan tar cu ad e rn o . En jerga informal, ponerse al tanto de los acontecimientos recientes en vidas propias y ajenas. Mañana nos vemos y adelantamos cuaderno. Véase rajar de alguien. ¡ad e lan te !, ¡m ire !, ¡s in co m p ro m is o ! Lema estratégico de seducción usado por los vendedores de establecimientos informales y de locales tipo ‘sanandresito’. Su in principal es cortejar al potencial cliente para que –una vez éste decida probarse alguna prenda de vestir o pieza de calzado– se le obligue –mediante toda suerte de mecanismos coercitivos, muchos de ellos violentos– a adquirirlo. Véase chimbo, chiviado, Sanandresito, tumbe. ad e n tro , vie jito s . Exclamación de camaradería dirigida a los compañeros con el in de animarlos. afan ch o , d e . Con prisa. De afán. aiebrado. Fanático de una determinada aición, hábito, causa, oicio o igura pública. Véase engomado, engome, gomoso. (16) ainar. Ajusticiar de manera violenta, causando daño al castigado. ¡Venga y lo afino, pirobo! Véase medir el aceite. alojachochas. Licor fuerte de supuestas propiedades afrodisiacas entre el género femenino. Si quiere que nos vaya bien con esas hembras, tenemos que aprovisionarnos de cuatro botellas de aflojachochas. Véase arrechera. alojar. 1. Ceder en lo tocante a un asunto determinado. 2. Despojarse de un estipendio. afrijo lar. Ajustarse una determinada cantidad de una sustancia u objeto medible en cifras. ¿Se acuerda del Preolímpico en el que Brasil le afrijoló nueve goles a la Selección? afte r. Abreviatura del conocido anglicismo 'after party'. Tal tipo de ceremoniales festivos se hizo común a inales de los 90, con la institución de la llamada ley zanahoria. La polémica medida, que ordenaba a los bares y discotecas citadinas cerrar a la una de la madrugada, inspiró la realización de un largometraje del mismo nombre dirigido por Julio César Luna y protagonizado, en parte, por miembros del elenco estelar del desaparecido seriado televisivo ‘Padres e hijos’. Véase ley zanahoria, mockusiano, partido visionario, raspada de fiesta. afu gia. Apuro económico. Véase arrancado, vaciado. agách e s e . Variable criolla del mercado tipo persa, en la que se exhiben productos dispuestos en el suelo, y por lo general protegidos tan sólo por una base de material plástico. Su nombre se debe a la necesidad de hincarse para tener acceso a la mercancía. agalla. Codicia. agallu d o . Atrevido. Ambicioso. Codicioso. El maestro de obra me salió agalludo y me quería cobrar el doble. agarrad o . Tacaño. Avaro. Miserable. Véase amarrado, tenido. agarrars e . 1. Trenzar una discusión. Después de exponer sus posiciones encontradas los dos parlamentarios se agarraron. Véase agarrón. 2. Contender físicamente. Ahí estaban los dos gañanes agarrándose. Véase biyi, tropelero. 3. Parapetarse en una situación para excusarse. La gente vaga se agarra de la falta de puesto para no trabajar. Véase eso ya fue así. agárre m e e s e tro m p o e n la u ñ a. Voz de alerta para aludir a una actividad difícil de ejecutar, equiparada a la ardua pirueta de sostener el accesorio en cuestión en un espacio tan reducido. agarró n . Trifulca. ¡Si vieras el agarrón que se armó entre Ernestico y Andresito! agria. Cerveza. Véase amarga, pochola, pola. agrie ras . Sintomatología asociada a la acidez estomacal. Lo malo de la chicha es que produce unas agrieras tenaces. Véase daño de estómago. agrio . Individuo desagradable, hostil y de mal humor. El profe de trigonometría es de lo más agrio que conozco. Véase áspero, inmamable. agrip ad o . Individuo aligido por algún virus gripal. En abril muchos bogotanos andan mocosos y agripados. Véase apestado, maluco. agro p e cu ario . Expresión elitista empleada para aludir a las características burdas, de escasa distinción o poco elaboradas de algún objeto o individuo. Con lo chambón que soy esa maqueta me va a quedar toda agropecuaria. agu a d e m o ras . Según reiere José María Cordovez Moure en sus ‘Reminiscencias de Santafé y Bogotá’, popular refresco no alcohólico a base de moras, servido en las iestas bogotanas decimonónicas. agu a d e p an e la. Bebida dulzona elaborada a base de panela diluida en agua caliente. Fuente de energía para varias generaciones de ciclistas au- (17) (agáchese) Campesinas exponiendo en la calle las artesanías, 1938. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (18) todidactas. En una anticipación visionaria a la era de las bebidas energizantes, desde hace algunas décadas ciertos miembros de empresas privadas de seguridad han cultivado la ya ancestral costumbre de mezclarla con café y Coca-Cola, con el propósito de mantenerse despiertos en sus largas noches de vigilia. Según la creencia popular, el agua de panela con limón es remedio milagroso para las afecciones gripales. Yo las gripas me las curo a punta de agua de panela. agu acata. En la jerga de los gemólogos, esmeralda de tamaño y valor considerables. agu acate . Despectiva forma de aludir a un miembro de la Policía Metropolitana, en virtud del color verde de su uniforme de dotación. Véase polocho, tombo. agu ach e n to . Aguado. Insípido. Sin sustancia. Ala, Conchita: ¡Ese ajiaco te quedó como aguachento! agu ach in ars e . Mojarse. Humedecerse. Salí cinco minutos y, como estaba lloviendo, volví todo aguachinado. agu am as a. Mezcla de sobras de comidas, generalmente empleada para alimentar a las bestias. Véase agropecuario. agu an ta. Dícese de aquellos individuos o situaciones que, sin acercarse al ideal, son dignos de ser tomados en cuenta. Por lo general se emplea al referirse a un miembro del género opuesto quien, sin ser muy agraciado, amerita un par de revolcones furtivos. ¡La hembra no será una reina de belleza, pero aguanta! Véase ahí, pa’l gasto. agu an tad a. Acción de soportar el hambre o de retener los esfínteres. Con tantas aguantadas ya me está dando úlcera ¡Con semejante aguantada yo ya estaba haciendo buches! Véase churrias, fulca, miar. agu an tad o . Contenido. Reprimido. Desde que se puso a dieta, el gordo anda totalmente aguantado. agu ap u ch a. Dipsómano. Consumidor compulsivo de bebidas fermentadas. (ajiaco) agu arap ars e . En una fruta o verdura, efecto y acción de aguarse y fermentarse. Dejé las curubas en una bolsa toda la noche y se me aguaraparon. agu e n e gu e . En lengua chibcha, expresión equivalente a 'sí hay'. La costumbre de emplearla parece haber sido heredada por nuestros tenderos y comerciantes, quienes con frecuencia suelen ijar avisos sugestivos en los portales de sus respectivos negocios y tiendas con mensajes del tipo 'sí hay huevos' o 'sí hay empanadas'. Véase sí hay. agü e p an e la. Véase agua de panela. agü e vad o . Véase ahuevado. agü ita. 1. aro m ática. Tisana fragante a base de hierbas. Entre las más populares de cuantas se cultivan y preparan en la sabana de Bogotá están las de cidrón, mejorana, hierbabuena, canela y sauco. ¡Para los nervios, mijo, no hay como una agüita aromática! 2 . p a’ m i ge n te . Variable posmoderna y criolla del lema romano aquel de ‘al pueblo pan y circo (panem et circenses)’, creada durante la década de los 90 del siglo XX por el magnate tolimense de la televisión Jorge Eliécer Barón Ortiz. agu je te ro . Almohadilla para clavar agujas utilizada en labores de costura. (19) ah í. Regular. Dícese de aquello que no despierta grandes pasiones. 1. – ¿Y qué tal estuvo la vieja que le presentaron? – Pues... ¡ahí! 2. – ¿Le gustó el partido de Millos? – Ahí… Véase aguanta, pa’l gasto. (al detal) ah í p e rd ió e l añ o . Triste verbalización de un grave error cometido por un individuo determinado, con reminiscencias de la catástrofe escolar constituida por la reprobación de un periodo lectivo anual. ¡ah í s o s , cam is ó n ro s ad o ! Grito de batalla para estimular el arrojo, coraje y valentía. ah o go . Asixia. ah o ra e l h iju e p u ta e s u n o . Voz quejumbrosa con la que el interlocutor –habiendo sido en principio víctima– termina convertido en supuesto verdugo en virtud de los ardides ejercidos por su habilidoso enemigo. ah o rita. En un breve lapso. ah o ritica. En un lapso muy, muy breve. ah u ch ar. Voz elevada con el in de espantar mediante el onomatopéyico clamor de ‘uche’. Véase chanda, chandoso, uste. ah u e vad o . Individuo tardo en el entender y el actuar. Cuando desayuno tamal con chocolate quedo *bo go tálo go ahuevado toda la mañana. Véase ahuevado, ahuevardo, atarantado, atembado, tontoniel, troilo. ah u e vard o . Véase ahuevado, tontoniel, troilo. ah u n ch e . Sobras de los alimentos. ah u yam a. Planta cucurbitácea. Fruto de la misma, también conocido como zapallo o calabaza. ají. Individuo malgeniado. ¡Ese pisco sí es mucho ají! ajiacazo . Festín en donde el ajiaco es la comida principal. Véase ajiaco, garoso, ¿quién pidió pollo?, trancado. ajiaco . Sopa elaborada a base de pollo, guascas, papa criolla, papa sabanera y mazorca. Hay quienes –profana y heréticamente– suelen añadirle además habichuelas y arracacha, en un franco atentado contra la culinaria tradicional bogotana. El tradicional platillo suele ser acompañado, además, con crema de leche y alcaparras. Véase ajiacazo. ajis o zo . Peligroso. Extremo. Incómodo. Picante. Que genera roces y molestias. Ese tipo se mete en unos videos todos ajisozos. ajo n jo liar. Véase jonjoliar. aju s tar. Ajusticiar. Disciplinar. al cie n . Burda expresión. Denota completitud e intensidad. Esta noche tenemos que oír reguetón al cien. Véase al soco. al clim a. Bebida sin refrigerar. A temperatura ambiente. Pese a que el saludable clima de la ciudad es suiciente para mantener los alimentos fríos, algunos establecimientos de discutible calidad suelen cobrar un estipendio adicional por el enfriamiento de cervezas y refrescos, por lo que el carácter de la pregunta ‘¿frío o al clima?’ se hace vital y obligatorio. – Don Luis: ¿Nos ‘regala’ dos polas? – ¿Frías o al clima, calidad? Véase agria, amarga, chuzo, gasimba, pola, tienda. al co n tado . De contado. En un solo pago. Yo le hago la rebajita, doña Miriam. ¡Pero me paga al contado! (20) al d e tal. Por menor. Dícese de aquello que se vende por unidades, en contraposición a lo que se expende al por mayor. ¡Aproveche! ¡Botones! ¡Botones! ¡Ventas al por mayor y al detal! al p e lo . Úsase para aludir a aquello que opera en forma correcta y apropiada, o que se ajusta a la perfección a las necesidades del implicado. Aunque el término venía empléandose desde los 70 del siglo XX, a inales de los 80 los creativos de publicidad de cierta irma de productos para el aseo personal emplearon tal expresión como lema de la campaña orientada a salvar las ventas del ya desaparecido Champú Glemo, con la conocida consigna “Al pelo con Glemo”. El ‘jingle’ de la campaña se valió del conocido éxito musical de los 80 ‘Gloria’, originalmente escrito por el italiano Umberto Tozzi y lanzado al mercado norteamericano por Laura Branigan, a quien, ya en decadencia, Fernando Pava Camelo intentó contratar para una fallida segunda versión del Concierto de Conciertos, que terminó realizándose meses después sin ella. La letra y la temática de la versión de Branigan diieren ligeramente de las de Tozzi. ¿Cómo va la causa? ¿Al pelo? Véase al peluche, al peluchín. al p e lu ch e . Véase al pelo. al p is o . Úsase para aludir a una actividad realizada en forma intensa y consagrada. En los 90 yo era un man alterno al piso. al qu e e s cu p e p ara arriba e n la cara le cae . Sabio llamado a la modestia. Se fundamenta en la ley universal de la gravedad y en el hipotético caso de un individuo lanzando un esputo hacia la estratósfera, para que éste luego retorne, atomizado, a su lugar de origen, bañando con sus inas gotas al emisor. Por lo general quienes más escupen son los más babosos. Véase arribista, gargajo, gomelo. al qu e le van a d ar, le gu ard an . Razonable máxima cuyo principal objetivo es desmentir a quienes –después de haber repartido un determinado bien o dádiva– se excusan ante aquel que no lo recibió, arguyendo que éste no se encontraba presente en el momento de entregarlo. al ro m p e . De improviso. Sorpresivamente. En forma agresiva. El delantero le tiró al rompe. al s o co . 1. Intensa y velozmente. 2. En considerable cantidad. El man venía al soco, en moto, por toda la 100. Véase embalado. ala. Interjección típicamente bogotana, cada vez menos común. La expresión es tal vez la muletilla y la marca registrada por excelencia del cachaco de antaño. ¡Ala, chinito! Francamente la fiesta está frondia. Véase cachaco, filipichín. albo ro tad o . Individuo impaciente, vehemente y precipitado en la acción. albo ro tar e l avis p e ro . Generar el caos en el interior de una colectividad. Provocar enojo dentro de un ambiente calmo. René Higuita se fue a visitar a Pablo a La Catedral y alborotó el avispero. alcach u re te . Individuo entrometido e impertinente. Ese Andresito sí es mucho alcachurete. Véase lambón, metido. alcagü e ta. Alcahuete. Acólito. Áulico. Encubridor. Compinche. Véase alcagüete. alcagü e te . Acolitador. ale bre s tars e . Alborotarse. Enojarse. Perturbarse particularmente por causa de algún estímulo externo. ¡Apenas le dije que tenía que pagarme horas extras, el patrón se alebrestó! Véase ponerse salsa, timbrarse. ale gar. Discutir. Contender. ale gó n . Individuo proclive a trenzar disputas verbales. ale gro n a. Dicho de una mujer, casquivana. ale n tad o . 1. Saludable. 2. En buenas condiciones. (21) 3. Atractivo. Guapo. 4. Rozagante. ale to s o . Buscapleitos. Propenso al enojo. El término surgió de las entrañas de los departamentos de Cauca y Valle del Cauca, para aincarse en los corazones bogotanos. Véase alebrestarse, ajisozo, tropelero, pa’l gasto. algo tro . Barbarismo resultante de conjugar los dos vocablos presentes en la expresión “algún otro”. ¿Se le ofrece algotra cosita, patrón? alicaíd o . En decadencia. De bajo ánimo. De semblante triste. Millonarios anda alicaído desde 1988. Véase en la mala. alim e n tad o r. Tipo de autobús encargado de abastecer a las estaciones terminales del sistema Transmilenio. El solo hecho de pensar en un autobús caníbal alimentándose de seres humanos resulta un tanto aterrador para las mentes misántropas. Véase mercedes rojo, tetiado, transmi, transmilenio, transmilleno, transmilento. alim e n tad o ra. Dama de turgencias pectorales prominentes. La hembrita esa está alimentadorcita. Véase bizcocho, gemelas, hembra, viejota. alm ártago . Inútil. Haragán. Ingenuo. Novato. Véase maquetas, nuevón, vagonio. alm e n d ra. Desnudez. Para que mi esposa no me descubriera con la otra me tocó salir en almendra. alm o rzad e ro . Restaurante de baja estofa dedicado al expendio de almuerzos. Cuando ande mal de plata, dígamelo, para llevarlo a un almorzadero de lo más barato que hay aquí cerca a la oficina. Véase acpm, almuerzo casero, ejecutivo. alm o rzars e . Alcanzar ayuntamiento sexual con alguien. La gerente se está almorzando al chofer. Véase comerse, papiarse. alo e ve ra. Variable moderna de la clásica fórmula de contestación telefónica ‘aló’, a su vez basada en el nombre cientíico del aloe vera, planta suculenta de la familia xanthorrhoeaceae. *bo go tálo go alo ja. Tipo de cerveza dulce de consumo generalizado entre las clases altas bogotanas durante el siglo XIX, aromatizada con nuez moscada y clavo. alp argata. Especie de sandalia artesanal campesina elaborada a base de cabuya y suela blanda. Véase alpargatudo. (alpargata) alp argató n . Véase alpargatudo. alp argatu d o . Fórmula despectiva para aludir al campesinado colombiano, dada su ya casi extinta costumbre de llevar alpargatas. alte rn o . Adjetivo impropio, empleado en los años 90 del siglo XX para aludir a un género musical que –pese a su inmensa popularidad y a sus altas ventas– se suponía ajeno a las corrientes de la cultura de masas. Englobaba a las agrupaciones ‘grunge’, originarias de Seattle, y a algunas bandas británicas, procedentes en su mayoría de Manchester. Entre éstas podemos recordar a Pixies, Porno for Pyros, Nirvana, REM, The Cure, Happy Mondays, Janes Addiction, Jesus & Mary Chain y otras más. Tal música era utilizada con entusiasta prolijidad en ciertos bares de la época, entre los que se recuerda a Barbie, Barbarie, Florhisteria, Vértigo Campoelías, Membrana, TVG, Kalimán y algunos otros más. Con el tiempo el género comenzó a ser abrazado por el sistema al punto que incluso ‘Papuchis’ llegó a autoproclamarse como abanderado del fenómeno. alte rn o crazy. Tribu de seguidores de la mal llamada ‘movida alternativa de los 90’, precurso- (22) res de la ‘chocolocura’ de años posteriores. Véase alterno, chocoloco. altip lan o . Por antonomasia, altiplanicie cundiboyacense. Véase boyaco. alto tu rm e qu é , d e . Linajudo. De categoría prominente o clase superior. La sección de inidencias sociales del hoy semanario El Espectador optó por esta expresión a la hora de buscarse un título. Sarita Uricoechea me invitó a una fiesta de alto turmequé. Véase jai, jailoso, play. alto zan o . Atrio de la Catedral Primada. alzad o . Pendenciero. Propenso a la cólera. Buscapleitos. Si ese man sigue así de alzado le van a terminar midiendo el aceite. Véase biyi, tropelero. alzar a s an to s . En la jerga de los tradicionales ieles católicos, momento de consagración de la hostia. alzar d e o bra. En la jerga de albañiles, dejar de trabajar al término de la jornada. am a d e brazo s . Haya. Niñera. am ach in ad o . Dícese de quien habita en ilícito y carnal concubinato. El Wilson anda amachinado con la Leidy. Véase enmozado, mozo, musinga. am acizar. Abrazar a una pareja con notable fuerza, por lo general en el marco de una libidinosa pulsión erótica. Esa forma de amacizarse no tiene nombre. Véase bluyinear, brillar chapa, brillar hebilla. Una historieta original de Adolfo Samper, publicada en el semanario Sábado durante 1943, llevó el nombre de Don Amacise. En 1952 se publicó una exitosa edición independiente de sus aventuras que, no obstante, no tuvo continuidad alguna. am agu e . Falso ademán o movimiento ejecutado con el propósito de confundir a otros individuos en la acción, o para aparentar una intención inexistente. am an e cid o . Que no ha dormido durante la noche. Vimos a Juancho todo amanecido por ahí. (amanecido) am an gu alad o . Dícese de quien entabla una relación de complicidad para obrar de manera corrupta y subrepticia. am añ ad o r. Lugar acogedor que propicia el solaz y la permanencia. Para la gente de la Costa, Bogotá suele ser una ciudad muy poco amañadora. am añ ars e . Habituarse a un entorno. Encariñarse. Después de ocho años sentado en la misma silla, el hombre se nos iba amañando. am arga. Cerveza. Don Luis... ¿Me vende dos amargas, me hace el favor? Véase agria, pochola, pola. am aricad o . Amanerado. Presunto homosexual. Oiga, viejo. Nuestro jefe es como amaricado... ¿No? Véase cacorro. am arrad o . Tacaño. Egoísta en cosas de dinero. am arrárs e la. Embriagarse. En la fiesta de fin de año de la empresa, Dorita la secretaria, que es tan recatada, se la amarró y comenzó a repartirlo. Véase chapeto, jincho, perra. am bicia. Ambición. Egoísmo. ¡No ambicie, Caretigre! Véase amarrado, garoso, líchigo. am bie n te , d e . En la jerga homoerótica, establecimiento o individuo de predilecciones sexuales alternativas. ¿Tú sabes de algún sitio de ambiente en Bogotá? Véase abejorrear, amaricado, cacorro, gatear. am e ro . Conjunto de hojas que cubren una mazorca. Véase envueltos, tusa. am igazo . Camarada entrañable. Compinche. Véase calidad, calidoso, parce. (23) (amort) am igo d e lo aje n o . Eufemismo liviano para aludir a un completo ladrón o a quien padece de cleptomanía. Véase choro, rata, ratero. ¿am igo ? ¡El rató n d e l qu e s o ! Voz de desconianza utilizada por los descreídos para dar realce a su mantra vital de nula conianza en la humanidad. am igo vio . Aborrecible conjunción entre los términos ‘amigo’ y ‘novio’. Relación entre amigos con ciertos ribetes, generalmente sexuales, de noviazgo. La igura guarda cierta semejanza con la (amero) *bo go tálo go de los ‘amigos con derechos’, también de dudoso gusto. Véase machuque. am igu is . Fórmula afeminada equivalente a amigo. Por regla general su uso suele ser más común entre jovencitas. Véase mariquis. am o blad o . 1. Dotado de muebles. 2. Motel. En Colombia dicho tipo de alojamientos, por antonomasia, tienen por vocación principal el servir de sede a eventuales ayuntamientos eróticos. Papi: aquí en la casa de sus papás me da pena. ¡Camine pa' un motel! Véase bluyinear, jabón chiquito, moteliar, moteling, tirar. am o rt. Caprichosa distorsión del vocablo original ‘amor’, empleada de manera cómica por ciertas parejas. am p áram e Gris ale s . Solicitud piadosa de compasión divina, inspirada en la popular actriz y cantante manizaleña Amparo Grisales. ¡Huy! ¡Me tiré el año! ¡Ampárame Grisales! (24) am p e to . Remoquete cariñoso con el que ciertos músicos aluden a un ampliicador de sonido. Lo único bueno de esos tropipoperos son los ampetos que tienen. Véase, bandola, guitarro. an ato le s . Copas. Tragos. Yo a su edad también me tomaba mis anatoles. Véase chapeto, copetón, guarilaque, guaro, jincho, niquelado, perra, prendido, prendo, whiskéy, whiskacho. an ch e ta. Típica cesta navideña de contenido variopinto entregada como dádiva a amigos, familiares, colegas, clientes y subalternos en el marco de las festividades de in de año. Según los diversos condumios contenidos por la ancheta puede establecerse la clase social del oferente y del destinatario, así como también el poder adquisitivo del primero y del segundo. Así las cosas, una ancheta abastecida con vinos dulzones, galletas, masa para buñuelos y alguna crema de whisky de dudosa marca, da cuenta de una preocupante parvedad. Por el contrario, la presencia de whisky 18 años, ‘prosciutto’ y quesos de compleja maduración, entre otras delicias, denota categoría y reinamiento. Otros indicadores infaltables de la procedencia de la ancheta es el recipiente contenedor, que bien puede ser un balde plástico, que luego habrá de fungir de platón para lavar; o una delicada canastilla de madera con inos acabados. En la empresa en la que trabajo son tan tacaños que ni anchetas de fin de año dan. an cian ato . Albergue geriátrico. Como los desgraciados querían quedarse con su casa mandaron al viejito para un ancianato, dizque porque ahí iba a estar mejor. Véase cucho, vicario. an d are gu e ar. Discurrir por la tierra. Ir de un lado a otro. Voy a seguir andaregueando por ahí a ver si me desaburro. Véase desparchado, desparche, distrave, vagonio. an d e n iad o . 1. Automóvil estacionado en cercanías al sardinel. El término fue empleado para una campaña insti- tucional popular con la que se pretendía inculcar buenos hábitos de seguridad en los peatones al descender o al subir a un vehículo. 2. Beso propinado en una mejilla, en inmediaciones de los labios. Imagínate que el descarado del Wilson me trató de dar un andeniado. Véase guayigol. an garrio . Flacucho. Dícese de quien maniiesta una delgadez enfermiza o de un objeto en malas condiciones o avejentado. No creo que semejante angarrio de boxeador sea capaz de ganarle a nadie. Véase acabado, entelerido, esgalamido, jailoso, play. ¡án im as be n d itas ! Expresión fervorosa de angustia y temor piadoso, para advertir y prevenir un posible peligro. Ánimas benditas del purgatorio: ¡Que a este país no se lo lleve el patas! an iqu ilad o . 1. En extremo estado de enfermedad. 2. Sometido por la derrota. Las deudas me tienen aniquilado. Véase en la mala, jodido. an te e s o . Frente a alguna circunstancia. ¿Y ante eso yo qué hacía? an te n a. 1. Artillería viril. Por el barrio Santa Fe las mujeres le salen a uno con antena. Véase presa, verga. 2. Afamada revista de farándula, cuya circulación se mantuvo entre 1975 y 1981. an te s ito s . Poco antes. El hipócrita de mi jefe, antesitos de echarme, me había dicho que no lo iba a hacer. añ o d e u p a. Expresión empleada con el objeto de fechar objetos o hechos cuyos tiempos, por remotos, resultan imprecisos. ap agu e y vám o n o s . Manoseada expresión utilizada –por lo general de manera irónica– al referirse a una situación en la que no existe perspectiva alguna de avance o evolución, dado lo desesperado del hecho en curso. ap arate jo . Utensilio eléctrico de rudimentaria elaboración y escasa utilidad. Ese aparatejo está tan viejo que ya no sirve para nada. Véase cosiaco. (25) ap are cid o . Advenedizo. Ahora este aparecido viene a creerse estrella de reality. ap artach o . Mote cariñoso con el que algunos individuos se reieren a su apartamento. Lo que soy yo, me voy a quedar echado en el apartacho todo el fin de semana. Véase bacán. ap artam e n te ro . En la jerga delincuencial, malhechor especializado en la vulneración de apartamentos y en el hurto de los bienes albergados en éstos. Gracias a las hordas de apartamenteros que en masa han emigrado hasta suelo ibérico, los expertos en tal oicio se han convertido en uno de los principales productos de exportación de nuestro honorable país. Gracias a éstos nuestra buena reputación va 'in crescendo'. Este barrio fue muy tranquilo hasta que se llenó de estudiantes y de apartamenteros. Véase choro, liso, rata. ap e lo tard ad o . Imbécil. Ese arquero apelotardado que tenemos cada vez la embarra más. Véase ahuevado, ahuevardo, atarantado, atembado. ap e n ad o . Avergonzado. Afectado por un conato súbito de timidez. Me siento apenado por todo lo que te dije anoche bajo el efecto del licor. Véase aculillarse, culillo. ap e ñ u s cad o . Apiñado. Atiborrado. Saturado. Lo peor de Transmilenio es tener que subirse a esos buses apeñuscados. Véase tetiado, transmilleno. ap e rco llad o . Apiñado. Arrinconado por la fuerza. El violento galán tomó a la dama por su cinto y la apercolló contra la mesa. Véase arrecho, bluyinear. ap e rtre ch ad o . Abastecido de armas y municiones. No se preocupe, jefe, que mis hombres y yo estamos aquí apertrechados. Véase cela, celacho, celoso, guachimán, guerrillo, milico, paraco. ap e s tad o . Enfermo, por lo general a causa de un virus gripal. Con la temporada invernal y la falta de plata pa’ comprar paraguas, todos terminamos apestados. Véase agripado. ap iar. Matar. Si el paciente se alebresta de a mucho, entre todos lo apiamos. Véase acostar. *bo go tálo go ap ich ars e . Podrirse. Caer en estado de putrescencia. Dejé las moras fuera de la nevera dos días y se apicharon. Véase picho. ap ilo n ars e . Congregarse. Reunirse. Los estudiantes de la universidad comenzaron a apilonarse para protestar. ap lan ch ad o . Decaído de ánimo. Juanito: Te veo como aplanchado. ¿Qué te aflige? Véase achantado, alicaído. ap las tars e . Tumbarse a dormir. Abandonarse a la inactividad y el ocio. Véase locha. (apeñuscado) (26) ap licació n . Erróneo anglicismo de nuevo cuño. Alude a los formularios de ingreso a una institución determinada. Voy a aplicar a London School of Echonomics a ver si me admiten y al regresar me dan un ministerio. Véase jai, jailoso, play. ap licar. 1. Copular. El tipo de la panadería terminó aplicando con la mesera. Véase arrecho. 2. Expresión de peluquería usualmente caricaturizada para aludir a la administración de un ungüento tópico, pigmento capilar, champú, bálsamo o demás, sobre la epidermis, por lo general con ines cosméticos. Véase guayigol. 3. Consumir algún licor por vía oral. Déjate que termine de hacer este trabajo y nos aplicamos unos whiskachos. Véase whiskacho. ap re tu jad o . Apiñado. Hacinado. Saturado de cuerpos humanos. Estrecho. Véase apeñuscado, cebollero, dietético, tetiado, transmilleno. ap u n tar. Abotonar. Oiga, Erik. ¡Apúntese la camisa, que si su papá lo ve así se pone bravo! ap u n tars e . Mostrar disposición para llevar a cabo una determinada actividad. Si piensan ir a la piscina de olas de Melgar yo me le apunto. ap u n te . 1. Salida cómica e ingeniosa. Calambur. Los apuntes de López son de lo peor. 2. Opinión. ap u ñ ale ar. Barbarismo para apuñalar. ¡ap ú re le , qu e e s to y bo tao ! Clásico lema publicitario empleado por el comerciante y mago José Simhón durante las décadas de los 80 y 90 del siglo XX, con el objeto de promocionar por vía televisiva y periódicamente algunos de los tapices, alfombras o papeles de colgadura expendidos en el desaparecido almacén Konker, de su propiedad. ¡aqu í e s to y y aqu í m e qu e d o ! Célebre y antañona frase de la que un antiguo primer mandatario de la nación echó mano, en el marco de una de las peores crisis gubernamentales en la historia del país. Su trascendencia fue tal que sirvió como título para un conmovedor libro en el que se resumiría el viacrucis experimentado por él y los suyos durante tal periodo. aqu í, ¡jo d id o p e ro co n te n to ! Fórmula de contestación de muy recurrente uso entre los bogotanos para señalar su sorprendente capacidad de sobreponerse con alegría a la desdicha, el desempleo y las veleidades económicas. aqu í n o s e gan a, p e ro s e go za. Acostumbrado a orbitar en torno a promesas incumplidas, a oicios mal remunerados y a iniciativas empresariales fallidas, el colombiano promedio suele acudir a esta suerte de mantras consolatorios para ocultar el inmenso dolor que ocasiona la sarta de expectativas no satisfechas que representa el vivir en el país. “Aquí no se gana, pero se goza” es el sincretismo de ese pensamiento entre estoico y bienhumorado, con una cierta dosis de falsa alegría. Por lo mucho que contraríe a la realidad, muchos corresponsales sostienen todavía ante sus respectivas agencias de noticias que Colombia es el más feliz o el segundo más feliz país del mundo. arañ ó n . Arañazo. Metí el niño al jardín y el primer día me le pegaron un arañón. ard id o . 1. Enojado. En busca de retaliación. Ese man lo que está es ardido porque perdió el torneo de banquitas. Véase piedro. 2. Quemado. Me comí un pastel gloria, el bocadillo estaba caliente y me ardí. are p a. 1. Individuo torpe. ¡Mucha arepa! Compré una cosa en la tienda y se me olvidó pedir las vueltas. Véase atembado, huevón. 2. De arepa. Dícese de quien es bendecido por la suerte sin merecérserlo. Véase arepazo, chepa, chiripa. 3. Voz vulgar con la que se alude al genital femenino. (27) are p azo . Situación afortunada debida al azar. Éxito fortuito y pasajero. Individuo torpe. Si no perdió el semestre fue por puro arepazo. Véase chepa, chepudo, chiripa. are p e ar. Ayuntamiento sexual entre dos o más damas. Me late que a mi jefa le gusta arepear. Véase marimacho. are p e ars e . Entre mujeres, volcar las pulsiones eróticas hacia individuos del mismo género. Ayer en la discoteca vi dos viejas arepeándose. Véase marimacho. are p e ra. Mujer de predilecciones sexuales lésbicas. Esas dos, que siempre andan juntas, parecen areperas. Véase marimacho. are p izza. Aborrecible producto de la ‘cocina fusión’ en el que convergen algunas características de la arepa criolla con las de la pizza itálica. are p u d o . Suertudo. En toda la historia de Colombia no ha habido futbolista más arepudo que Aristizábal. Véase arepa, arepazo, chepa, chepazo, chepudo, chiripa. are qu ipe . Golosina de consistencia espesa elaborada a base de leche y azúcar. No hay quién haya conseguido determinar con precisión la extraña similitud entre el término y la provincia peruana. ariqu ip e . Deformación del original ‘arequipe’. argo llars e . Comprometerse en matrimonio. A los jóvenes de hoy en día no les gusta argollarse. Véase amigovio, encoñe, machuque. arm atro s te . Barbarismo para 'armatoste'. Véase aparatejo, cosiaco. aro m ática. Infusión. ¿Qué le provoca, jefe? ¿Un tintico o una aromática? Véase agüita. arracach a. 1. Raíz comestible, conocida por la comunidad cientíica como arracacia xanthorriza. 2. Dama entrada en años. arracach as . Pies de descomunal tamaño. arracach u e lo . Maleza conocida genéricamente como rumex crispus. *bo go tálo go arran cad o . De escasos recursos. En permanente iliquidez. Me da pereza encontrarme con Mario, porque siempre vive arrancado y termina pidiéndome plata. Véase arrastrado. arran car. Esputar. arras trad e ras . Pantulas. arras trad o . Individuo capaz de humillarse. Indigno. De muy escasos haberes económicos. ¿Y a ti por qué te preocupa lo que digan ellos, si no son sino unos arrastrados? Véase arrancado. arras trar. Conducir en un vehículo hasta un determinado lugar. Patrón: ¿Qué hace caminando por la carretera? ¡Camine lo arrastro! Véase echar dedo. arras trar e l ala. Coquetear. Ejercer el lirt o galanteo. El término parece originarse en la costumbre de ciertas aves de mostrar su plumaje para despertar el interés sexual de una potencial pareja. A mí me late que el Wilmer le está arrastrando el ala a la Maryori. Véase amigovio, machuque. arre ch e ra. Fuerte apetito venéreo. Véase arrecho. arre ch o . Individuo poseído por intensos apetitos venéreos. Doña Gladys es muy calmada, pero si le dan trago se arrecha. Véase arrechera. arre glar. Hacer daño. Afectar. Perjudicar. Por lo general se usa en sentido irónico, como contraposición a 'tirarse'. ¡Si siguen mamándole gallo al cucho, el hombre viene y los arregla! Véase tirarse. arre glar m atrim o n io . Concertar esponsales. Véase argollarse. arre m u e s co . Objeto o individuo indeseable y estorboso. Véase arrastrado. arre tran co . Tranca empleada en equitación y caballería para impedir la caída de la silla. arre vo lve rad o . Individuo en pie de guerra. Véase emputado, piedro, tropelero. arriad o . Individuo afanado, apresurado o veloz. El corredor iba arriado por toda la pista. Véase acelere, embalado. arriar la m ad re . Poner en franca tela de juicio la honra de la inocente progenitora del interlocu- (28) (armatoste) Avión D.C. 4-136, Techo, 1950. Saúl Orduz / Colección MDB - IDPC tor. Cuesta trabajo entender qué lleva a las gentes a molestarse ante tal insulto, si se tiene en cuenta que las bases para éste son irreales. ¡arriba, abajo , al ce n tro y p a’ d e n tro ! Mantra común, susceptible de dos interpretaciones. La primera parece una instrucción simple para la ingestión de un trago corto y de sabor fuerte, tipo aguardiente. La segunda pareciera aludir a una faena copulatoria. arrim ar la can o a. Brindar colaboración. Prestar ayuda. Véase cruce. arris car. 1. Estar en capacidad de desempeñar una labor. 2. Arriscar las narices. Amenazar con enfadarse. arro z co n p o llo . Peligroso platillo elaborado a base del ave y el grano oval en cuestión, culpable de la mayor parte de intoxicaciones masivas en paseos de colegio y de visitas a dispensarios en batallones del Ejército, pero aun así elaborado con frecuencia por los habitantes de la ciudad. arro zu d o , p o n e rs e . Fórmula levemente burda para aludir a la manifestación dermatológica de frío o de temor, debida al fenómeno pilomotor. De sólo pensar en la Leidy, me pongo arrozudo. arru m ar. Apilar objetos unos sobre otros. arru m e . Acumulación de objetos, por lo general desordenada. Tengo la oficina hecha un solo arrume. Véase arrumar. arru n ch ar. Actividad de ocio, usualmente llevada a cabo en pareja y consistente en tumbarse muy unidos en un mismo lecho, bajo el amparo benefactor de las frazadas y almohadas. El domin- (29) go mi novio y yo nos arrunchamos a ver el partido de Alemania y Corea. Véase amacizar, bluyinear, locha. arru n ch e . Véase arrunchar, bluyinear, locha. arru n ch is . Fórmula moderna y un tanto afeminada para aludir al clásico arrunche. Véase arrunche, bluyinear, locha. articu lad o . Denominación genérica empleada por los usuarios del sistema Transmilenio para aludir a su lotilla de autobuses rojos. Un articulado colisionó hoy en horas de la mañana con un particular, dejando como saldo un muerto y cuatro heridos. Véase apeñuscado, tetiado, transmilenio, transmilento, transmilleno. (articulado) artó n . Plátano de gran tamaño, ideal para frituras y sopas. Véase frijolada, fritanga. as altacu n as . Hombre o mujer propensos a sentirse atraídos por individuos de generaciones mucho más jóvenes que la propia, sin que ello, por supuesto, implique pederastia alguna. Véase cucho. ¿as í o m ás ? Fórmula irónica de reciente cuño para indicar lo exagerado de un hecho, procurando parecer cómico. ¿Así o más difícil? as o le ad o . Perturbado por causa del acoso o la presión. Mi jefe me tiene asoleado con tanto trabajo. Véase montarla. as o le ar. Perturbar mediante la insistencia. Véase asoleado, balsear, montarla. *bo go tálo go ás p e ro . De alta calidad. Con severidad. Véase agrio, severo. ata. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a uno. ataban za. Adjetivo chibcha equivalente a ‘dadivoso’. El término sigue vigente gracias a la erección de un conjunto de vivienda multifamiliar, ubicado en estribaciones de la Autopista Norte y la calle 127, oicialmente llamada Avenida Rodrigo Lara Bonilla. Véase botado, botaratas, niza. atad o . Unidad de medida utilizada para determinadas porciones de legumbres, frutas o leña. La expresión tiene su origen en la forma en que éstas eran llevadas, amarradas por una cuerda. Véase abastos. atan ain as . Expresión condicional resultante de la combinación de los vocablos 'tan' y 'ainas'. Funge de ‘¿qué tal?’ Atanainas y hubiera sido usted el que hubiera tenido que ir a trabajar el domingo. ataran tad o . Estúpido. Distraído. El indio atarantado ese me atravesó la bicicleta y casi lo atropello. Véase ahuevado, ahuevardo, atembado, huevón. atarbán . Individuo de modales y maneras execrables. Véase indiazo, gala, gañán. atarzan ar. Obligar mediante acoso a ejecutar una determinada acción. Véase asolear. ate m bad o . Tarado. Idiota. Tardo en el entender. Véase ahuevado, ahuevardo, huevón. Ate n as s u ram e rican a. Remoquete de tintes irónicos conferido a la Bogotá del siglo XIX, en virtud de su aristocracia afectada y del hábito de sus habitantes de perorar alrededor de temas elevados, sin contar con el suiciente desarrollo como para ser equiparada en realidad al epicentro griego de tiempos clásicos. Aunque la mayor parte de los historiadores ha atribuido esta expresión al escritor y diplomático argentino Miguel Cané, existen otras alusiones más antiguas que aquella escrita por él. La primera de ellas fue obra del poeta santafereño Francisco Antonio Vélez Ladrón (30) de Guevara, quien en el siglo XVIII se refería a la ciudad en una de las décimas por él escritas, recomendando “traer a Santafé oradores, Atenas de tantos sabios”. En 1898, Pierre d’Espagnat habló también de la ciudad como la ‘atenas del sur’. Lo cierto es que desde hace mucho, tal referente desapareció de las mentes de los demás países latinos, y Bogotá tiene, sin duda, poco de Atenas. Véase chimbada, chimbo, mitos urbanos, paja. ate n d e r. 1. Hacer daño. Véase tropelero. 2. Dar su merecido. Si el man se pone muy alebrestado, no se preocupe, que yo aquí lo atiendo. 3. Copular. A mí tráiganme las hembritas que les sobren, que yo se las voy atendiendo a todas, una por una. Véase arrecho. atie n d e p o r las d o s ve n tan illas . Cómica expresión empleada para aludir a un individuo de predilecciones sexuales heterogéneas y variopintas. Se utiliza para equiparar su labor a la de una entidad inanciera o crediticia destacada por su multiplicidad de servicios. Véase cacorro, come de res y de marrano. (atado) ato rto lad o . Abrumado. Pasmado. Asustado. Véase ahuevado, ahuevardo, atembado. atrave s ad o . 1. Individuo, situación o compromiso impertinente. Véase lambón, metido. 2. Propenso a las riñas. atravie s a. En la jerga de agricultores, sembradío que se ubica entre especies de más lento desarrollo. Véase arracacha, chucuas , hibias, nabios. atu gu e . En lengua chibcha, expresión equivalente a 'es uno solo'. Dado que no existen registros fonéticos acerca de su pronunciación, en la actualidad se ignora si se pronunciaba 'atugüe', con diéreis, o 'atugue', omitiendo la ü. a tu n tú n . En hombros. Véase tuta, a. au d ie n cias . Cuerpos colegiados organizados por la corona española para servir de mecanismo de control en lo tocante a los actos de gobierno. Los oidores gobernaron el Nuevo Reino de Granada hasta 1564, año en que se instituyó la igura del Presidente. La Real Audiencia de Santafé fue fundada en 1549. au lagas . Poquedad, cortedad o parvedad de recursos. au s e n tis m o p arlam e n tario . Costumbre característica de buena parte de los políticos escogidos por la democracia como representantes de la ciudadanía en los cuerpos colegiados. Consiste en no concurrir a las sesiones y deliberaciones que en los sacros recintos del parlamento tienen lugar. au xilio s p arlam e n tario s . Generosos montos pecuniarios, también conocidos como ‘fondos graciables’, destinados a auxiliar proyectos gestionados en forma directa entre los representantes de los honorables cuerpos colegiados de nuestro país y presidentes o ministros. Su noble origen se remonta a la reforma constitucional de 1968. La igura quedó extinta en 1991, debido al rampante clientelismo. ave n id a d e Cu n d in am arca. Viejo nombre dado a la actual avenida 30 antes de su ampliación y reinauguración. ave n tajad o . Entrado en años. El término es una deformación de ‘avejentado’. ave n tar. Delatar. avich u ch o . Avechucho. Alimaña. Pajarraco. (31) avió n . Sagaz. Astuto. Aventajado y deshonesto en materia de negocios. avio n e to . Distraído. Ensimismado. avis p ad o . Individuo aventajado y listo, muchas veces en forma inescrupulosa. avivato . Dícese de quien saca ventaja de sus semejantes mediante estrategias poco éticas. ¡ay p ap ayai! Sonora e indeinible fórmula infantil para recriminar a algún contemporáneo por la comisión de algún acto indebido o la desobediencia a una orden expresa de sus mayores, padres o maestros. Durante inales de la década de los 70 y comienzos de la de los 80 del siglo XX, en homenaje a quien por entonces era primer mandatario de la nación, a ésta fue agregado el verso octosílabo “los calzoncillos de Turbay”. azarar. Véase azorar. azo rar. Véase azorarse. azo rars e . Asustarse. azo tar bald o s a. Danzar. *bo go tálo go B babas caidas . Individuo torpe, en franca desventaja intelectual frente a la mayoría de sus semejantes. babo s a. Tandonia bogotensis chuguilla. Planta mucilaginosa común en la sabana. babo s ad a. Imbecilidad. Estupidez. Comentario desaguisado. bacán . Hombre bueno, sociable y generoso. La expresión suele usarse para cubrir de lisonjas lambisconas a quien necesita agenciarse un servicio o favor por parte del interlocutor. ¡Bacán!: regáleme ahí la liguita. Véase pana, parce, play. bacan e ad o . Dícese de quien experimenta cierta sensación de bienestar ocasionada por el efecto de sedantes, bebidas alcohólicas y drogas psicoactivas. bacan é is . Aborrecible derivación de ‘bacano’, cuyo uso arroja certeros indicios de vulgaridad por parte del hablante. bacan o . Agradable. Bacatá. Vocablo chibcha, según las especulaciones de algunos relacionado en forma directa con el nombre de Bogotá. Los opositores de tal teoría se fundamentan en que el término sólo llegó a popularizarse hasta bien entrado el siglo XIX. Según Juan de Castellanos, Bacatá signiicaba 'lugar en donde terminan los campos'. Véase Bogotá, Muequetá, Santafé de Bogotá. Bach u é . 1. Diosa de la mitología muisca. Madre creadora del mundo entero. Según la historia sagrada, (32) Bachué llegó con un niño de brazos desde la laguna de Iguaque, ediicó una casa sobre la tierra, esperó a que su vástago se hiciera adulto y juntos iniciaron la extensa y prolíica labor de poblar la tierra. Una vez ejecutada su misión ambos regresaron a la laguna y se transformaron en dos oidios. Véase Bochica, Chía, Chiminigagua, Furachogue, Huitaca, Nemterequeteba, río Funza, salto del Tequendama, Xue. 2. Populoso sector ubicado en la zona noroccidental de la ciudad, justo en la localidad de Engativá. Su peculiar arquitectura consta de ediicios de varios pisos con escaleras independientes, a manera de entrada, ubicadas en las fachadas exteriores de los mismos. bagre . Mujer afrentada por la naturaleza, dadas sus escasas cualidades estéticas, las que a su vez agreden a quienes son castigados por la fortuna con la eventualidad de encontrárselas por las calles capitalinas. bah are qu e . Material elaborado a base de cortes de madera entrelazados y barro, de uso generalizado para la elaboración de muros en tiempos coloniales. Algunos teorizan que su procedencia es caribe y que está emparentada con el vocablo bajareque. bailad o . Puñetazo. Sosquín. bajad o s co n e s p e jo . Según la creencia popular, muchos nativos fueron timados por los conquistadores españoles, pues éstos les entregaban espejos y baratijas a cambio de grandes cantidades de oro puro. ‘Bajados con espejo’ es una forma burlesca, eurocéntrica y acomplejada para aludir a un indígena ingenuo e ignorante. bajar. 1. Ir de oriente a occidente. En Bogotá, dada la visible pendiente que va desde las estribaciones de los cerros orientales hasta las carreras subyacentes, la palabra bajar engloba todo desplazamiento llevado a cabo en tal dirección. 2. Dar de baja. Disminuir la intensidad de una determinada acción. 3. Hurtar una determinada posesión. bajar al p o zo . Vulgarismo para aludir a la práctica del sexo oral por parte de un caballero a una dama. bajar ban d e ra. En la jerga de los comerciantes, realizar la primera venta del día. Por lo general, en mercados de pulgas y ventas ambulantes, la rebaja en los precios al bajar bandera obra en proporción directa a la hora en la que la transacción tiene lugar. bajar e l m o to r. Abortar. Interrumpir el desarrollo de una criatura durante el embarazo. bajars e d e . Desapegarse de un determinado bien material. bajars e d e l bu s . 1. Decepcionarse. 2. Desprenderse de una considerable suma monetaria. 3. Abandonar una idea o proyecto. bajo d e p u n to . Desanimado. balaca. Tira de plástico, tela elástica o carey para sujetar el pelo largo. bald ad o . Unidad de medida correspondiente a la cantidad de una sustancia determinada contenida en un balde. balle t azu l. Alusión a la nómina estelar del onceno balompédico del club Los Millonarios durante los años 50, conformada entre otros por Néstor Raúl Rossi, Julio Humberto Cozzi, Francisco Zuluaga, Adolfo Pedernera y Alfredo Di Stefano. bals e ad o r. Individuo que se mofa de otro, a partir de algún gazapo o alguna falla de su parte en el hablar o el actuar, en presencia de una colectividad de reidores que celebran su ánimo burlón. bals e ar. Perturbar a un individuo mediante agresiones o mofas. bals iao . En la jerga del hampa, potencial robo. (33) bam ba. Especie de resorte recubierto de tela, empleado para recoger cabelleras largas. bam bu co . Género musical propio de las zonas montañosas colombianas interpretado a ritmo de 6/8, cuya instrumentación suele apoyarse en guitarras, tiples, requintos, bandolas y, en algunos casos, en lautas. Desaparecida tienda de discos con sucursales en diversos sectores de la ciudad. Durante algún tiempo, en particular en los 60 y 70, la irma Bambuco también fue casa disquera. ban an a. Dulce. Golosina. ban an o . Acumulación lípida en la zona abdominal, cuyo aspecto se asimila al de un plátano o fruto similar. ban d e ar. Sobrellevar la existencia con destreza y sabiduría en medio de circunstancias difíciles. ban d e ra. Ridículo y de mal gusto. ban d e re ar. Poner en evidencia a otro individuo. ban do la. En el argot de los músicos, banda de rock. ban qu itas . Disciplina deportiva no profesional derivada del microfútbol en la que participan dos (bandola) Grupo de niños en la Radio Nacional, 1946. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go equipos, cada uno conformado por un número de jugadores que oscila entre uno y cinco miembros. Dependiendo del grosor de la nómina de voluntarios, puede o no haber un arquero, aunque por regla general se suele esperar que éste no pretenda obrar de líbero y hacer salidas a lo René Higuita. Los tiempos también varían de acuerdo con un número de tantos acordado de antemano o con la capacidad física, por lo general precaria, de los participantes. baqu e lita. Expresión en desuso para aludir a un material en extremo frágil. ¡No se recueste sobre esa varilla, que es pura baquelita! barajar. Echar a perder un asunto, plan o negocio. barato ( e s tá barato ) . Expresión retórica tendiente a restarle trascendencia a determinada hora del día, en particular cuando se ha hecho muy tarde. Es el recurso predilecto de los jovenzuelos que, ya de madrugada, después de varias horas de galanteo e insistencia sin haber conseguido dádiva alguna por parte de su manceba de turno, intentan hacer parecer como si aún fuera temprano. – ¿Qué hora es?– Las 5:40. – Está barato. barbich o n a. Acrónimo. Mujer de aspecto ambiguo, en tanto a lo lejos luce como una Barbie, aunque de cerca se asemeje a una lechona. barbu ch as . Caballero de barbas abundantes. bare te ro . Consumidor consuetudinario de tetrahidrocanabinol. bare to . Cigarrillo de marihuana. barro . Expresión importada de la costa caribe. Se emplea para referirse a un individuo cruel, intransigente o traidor. barto lazo . En el deporte, jugada sin inteligencia o técnica alguna, con la que no obstante se espera un resultado positivo. (34) barto lo . En el deporte, jugador poco habilidoso, pero suertudo. bas tan to s o . Abundante. bas to . Burdo. bate ro . En el argot de los músicos, baterista. batir. Perturbar a alguien convirtiéndolo en blanco de mofas. bazu co . Droga de bajo peril conformada por pasta de cocaína y algunos otros aditivos, de consumo generalizado en los sectores más deprimidos de la sociedad, así como también por parte de ciertos miembros de sectores altos con ínfulas de poetas malditos deprimidos que, sin contar con los talentos de Baudelaire o de Rimbaud, y sin vivir en la Francia del siglo XIX, creen parecérseles. Es la versión criolla del ‘crack’ norteamericano. Con la nueva oferta de tribus urbanas, gran parte de esta raza de poetas, comunes durante la segunda mitad del siglo XX, ha terminado enlistándose en una más acorde con el nuevo milenio. No obstante algunos se resisten a abandonar tales ilas. be be co . 1. De corta edad. Bebé. Individuo inmaduro. 2. Albino. be ju co . Enojado. be lis ario . Durante los 80, cómica expresión de saludo, cuyo propósito doble era el de parodiar el tradicional ‘feliz año’ y a la vez rendir homenaje al ilustre presidente de la República Belisario Betancur Cuartas, poeta de Amagá. be lle ce ra. Expresión irónica para aludir a un individuo de connotaciones funestas. be lle zu ra. Véase bellecera. be rraco . Osado. Trabajador. Luchador. Con una particular habilidad en determinada lid. 1. Enojado. 2. Difícil. 3. Esforzado. be rraqu e ra. Osadía. Aptitud particular para afrontar la adversidad. Enojo. Ira. be rraqu illo . Véase verraquillo. be rrio n d e ra. Véase berriondo. be rrio n d o . Luchador. Intenso. Grande. be s tial. Maravilloso. Monstruoso. bich a. Papeleta de bazuco. bich e . Fruto sin madurar. Individuo bisoño, sin práctica e inexperto. bie n cu id ad ito , m o n ita. Fórmula de despedida empleada por vigilantes informales de automotores con el propósito de exigir con sutileza una remuneración a quien haya estacionado su vehículo en la calle. Cabe aclarar que la pigmentación capilar de la dama no siempre guarda relación con el consabido ‘monita’. bie n jalad o . Manufacturado o realizado en forma correcta. bie n , p ara n o p re o cu p arlo . Frase lastimera empleada con frecuencia como fórmula de respuesta ante una pregunta acerca del estado del interlocutor. bie n p u e d a. Incorrección de uso muy común con la que se pretende autorizar al interlocutor dubitativo para llevar a cabo una acción determinada sin restricción alguna. La forma correcta sería “bien puede”. bie n e s tarin a. Especie de fécula elaborada oicialmente por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con el propósito de servir de alimento a los pequeñuelos desfavorecidos. billam arqu ín . Especie de taladro manual a manera de manubrio semicircular. bille tal. Monto considerable de dinero. bille tó n . Cantidad exorbitante de dinero. bille tu d o . Individuo adinerado. billu llo . Remoquete cariñoso, aunque no por ello poco vulgar, con el que los codiciosos suelen referirse al dinero. Hay quienes lo escriben y pronuncian ‘biyuyo’, aunque los más ortodoxos apelan a su relación directa con la palabra ‘billete’, al escribirlo. (35) (bitute) Grupo de señores compartiendo una comida en el campo, 1946. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (36) birra. Italianismo de reciente cuño para cerveza. bis . Añadidura arbitraria que suele adjuntarse a la nomenclatura de calles y carreras, de seguro surgida en el seno del clásico y muy bogotano arte de la improvisación, cuando algún encargado de bautizar alguna calle con su correspondiente número, cometió el error involuntario, aunque condenable, de repetirlo. bís te c, é ch e le u n . Invitación, un tanto burda, a dar un vistazo a un objetivo determinado. Échele un bístec al carro. bitu te . Vulgarismo para ‘alimento’, aunque la sonoridad pareciera aludir al papel moneda. biyi. Miembro de alguna de las desaparecidas pandillas enclavadas en sectores de clase media alta de la ciudad, cuyo auge tuvo lugar desde mediados de los 80 hasta el principio de los 90 del siglo XX. Los biyis solían vestirse a la moda y buscar camorra con sus similares de vecindades enemigas. Los más famosos epicentros de la cultura biyi tuvieron origen en los sectores de Pablo VI, Unicentro y Niza. Según reza la leyenda, nunca comprobada, uno de sus representantes, Esteban Araque, fue apuñaleado en los baños del desaparecido Charlie’s Roastbeef de la calle 82. Entre algunas de las pandillas más reconocidas del momento se encontraban Las Pirañas, Los Piratas y Las Garzas. Véase alzado, montador, tribiyi, tropelero. bizco ch o . Dama o caballeros apetecibles y gratos a la vista. bizco rn e to . Forma despectiva con la que se alude a un individuo estrábico. blu yín . Pantalón en tela de ‘jean’ que, contrario a lo que sugiere la expresión, no necesariamente tiene que ser azul. blu yin azo . Refriega copulatoria no consumada. blu yin e ar. Ayuntamiento erótico mediado por la presencia de pantalones. bo be ar. Desperdiciar el tiempo en actividades ociosas. Cometer boberías. bo bo litro . Individuo de considerable estatura y reducidas capacidades cognitivas. bo cad illo . 1. Golosina compacta, de color rojizo y sabor azucarado elaborada a partir de cierta pasta de guayaba. 2. Combinación errónea de colores en el vestir. 3. En el argot de los periodistas, nota breve en formato de gacetilla. bo ch ad o . Sencillo. Simple. Fácil de hacer. B o c h ic a . Gran maestro del pueblo chibcha, quien –según relata la historia sacra perpetuada a través de la oralidad– descendió del cielo con sus barbas blancas, su aspecto extranjero y su bastón de mando, para enseñar a las gentes las bases de las artes de la orfebrería, el manejo de textiles y la agricultura, entre muchos otros saberes. Una vez cumplida su misión de sumo pedagogo, Bochica regresó por donde había venido, utilizando el arco iris como trampolín. Después de su partida, bajo el maligno influjo de la bella Huitaca, los discípulos olvidaron sus enseñanzas y se consagraron a la excesiva ingesta de chicha, al fornicio y a la vida disoluta, por lo que Bochica decidió castigarlos. Como sanción envió un gran diluvio que luego suspendió gracias a los clamores que ascendieron hasta la bóveda celestial. El blog www.elblogotazo.com ha bautizado como ‘complejo Bochica’ a la tendencia típicamente colombiana a beatiicar lo foráneo por el básico y fortuito hecho de serlo. Algunos estudiosos han encontrado semejanzas entre Bochica, el Manco Capac inca y el Quetzalcoatl azteca. Véase Bachué, complejo Bochica, Chía, Furachogue, Huitaca, Nemterequeteba, salto de Tequendama, Xue. (37) (bogotá) bo ch o . Véase bochado. bo dygay. Apelativo cariñoso con el que su más selecta y iel clientela –conformada sobre todo por efebos atléticos y fortachones– suele referirse a la sede chapineruna de cierto afamado gimnasio. Dicen las estadísticas que las mayores entradas a las arcas del lugar provienen de clientes en sus tempranos 30 o 40, quienes, en un desesperado intento por escapar de los embates de la alopecia y el vientre en aumento, pagan por su membresía por seis meses y sólo concurren durante la primera semana. bo fe . Grasoso condumio elaborado a partir de la fritura del pulmón de la res, consumido con avidez en las inmediaciones del Estadio Nemesio Camacho El Campín para calmar la ansiedad anterior o la frustración posterior a un encuentro balompédico. El bofe, además, está disponible en casi todos los ‘piqueteaderos’ de la ciudad aunque –según los entendidos– nunca habrá uno igual al del desaparecido Palacio del Colesterol. Véase piquete, piqueteadero. *bo go tálo go Bo go tá. Nombre de la ciudad capital de Colombia. Al parecer se deriva del vocablo chibcha Bacatá (lugar donde termina el arado), aunque, de acuerdo con los más meticulosos estudios a tal respecto, tal teoría carece de soporte. Juan de Castellanos airma que el término Bacatá signiica 'lugar donde terminan los campos'. Por su parte, Fray Pedro Simón sostiene que la voz está relacionada con la expresión ‘bogote’, uno de los títulos conferidos al zipa. Véase bacatá, bogote, zipa. Bo go tá, río . Principal corriente luvial de la ciudad, hoy diezmada y transformada en una sentina putrefacta y apestosa, por cuenta de las inescrupulosas fábricas de curtiembres aledañas. Tiene una longitud aproximada de 380 infectos kilómetros y en las estribaciones de su cuenca habitan cerca de nueve millones de seres humanos. Si bien en su cuenca alta, ubicada en el Páramo de Guacheneque, sus aguas son relativamente puras, ya a la altura de su cuenca media, en inmediaciones de Bosa y Soacha, el río comienza a abas- (38) tecerse con los detritos purulentos procedentes de las factorías aledañas. A pesar de los ingentes esfuerzos de algunos ciudadanos y entidades de bien por restablecer su buena salud, los intereses de gran parte del empresariado circundante han imposibilitado el desarrollo de una verdadera iniciativa tendiente a su recuperación. bo go tazo . Úsase para aludir a los eventos subsiguientes al asesinato del candidato liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, acontecidos en Bogotá. Si bien el uso de la expresión es generalizado, su perspectiva resulta un tanto reduccionista, pues limita el alcance de lo ocurrido al contexto capitalino. bo go te . Según Fray Pedro Simón, vocablo original que dio lugar al nombre Bogotá. Originalmente, de acuerdo con el clérigo, el término aludía al zipa. Es llamativa la semejanza entre la expresión y la palabra 'bojote', uno de cuyos signiicados es el de 'individuo de contextura gruesa'. Véase Bacatá, Bogotá, zipa. bo jo te . Individuo obeso. Rollizo. De mejillas prominentes. bo la. 1. Caja para embolar. El uso del término se remite al año de 1868, cuando un francés de apellido Deutienes comenzó a hacer uso de una caja de bocadillos para que sirviera como apoyo al calzado de los clientes, brillado con un betún elaborado por él mismo a base de ceniza de papel quemado, manteca y trementina. A esta sustancia la llamó bola. 2. Individuo torpe y tardo para razonar. 3. Testículo. bo labo tín . Embolador. bo las , parar. Prestar atención. Algunos sugieren que el término procede de cierta alusión curiosa a la erección del tolete viril, aunque resulta más fundada la teoría de que echa mano de la jerga de billarista. bo las , p ararle . Prestar la debida atención a algo o a alguien. bo late . Ajetreo. bo late s . Ajetreos. Obligaciones. bo le ar. Lanzar. Arrojar. Blandir. Hacer uso intensivo de una determinada herramienta, artículo o utensilio. bo le ar braga. Comportarse con largueza y generosidad en la repartición de favores sexuales. bo le ar can illa. Valerse de patadas para salir airoso en una competencia futbolística. bo le ta. Exhibicionista. Barroco. De mal gusto. bo le te ar. Exhibirse innecesaria y peligrosamente. Ponerse a sí mismo o a los demás en ridículo. bo le te ars e . Ponerse en evidencia. Sobreexponerse. bo le te o . Modalidad extorsiva tristemente frecuente en nuestra otrora bienaventurada capital. bo le to s o . Situación o individuo propenso a exhibirse de más. bo lillo . Clásico y ya desaparecido elemento de dotación característico de la Policía Metropolitana de la ciudad, consistente en un tubo cilíndrico de madera, con 50 centímetros aproximados de longitud. Su propósito es el de amedrentar a los malhechores. Su aspecto es similar al de un bate de béisbol. bo lis . Bebida saborizada a base de agua y colorantes artiiciales de indeterminada procedencia, caracterizada por su exorbitante contenido de azúcar, y envasada en bolsas plásticas de forma cilíndrica. Durante los 70 y 80 sació la sed de los escolares capitalinos bo llad a. Complicación. Enredo. Apuro. Afán. Aprieto. bo llo . Hez. Excreta. Problema de difícil resolución. bo ló . Betún. Apócope de “¡embolo!”, expresión utilizada por los lustrabotas bogotanos para atraer la atención de sus potenciales clientes. bo lo aé re o . Tejo o turmequé. Disciplina deportiva practicada en el territorio correspondiente a la meseta cundiboyacense. (39) bo lo , tu m bar. Tener éxito en un determinado emprendimiento. bo ls u do . Camisa, suéter o camiseta con su parte inferior descomunalmente grande por el desgaste. bo m . Famosa triada balompédica perteneciente al club Los Millonarios durante los años 70 del siglo XX. La expresión es el resultado de unir las iniciales de los apellidos de Alejandro Brand, Willington Ortíz y Jaime Morón. bo m ba. En la jerga de vendedores y consumidores de bazuco, bolsa con 60 papeletas del estupefaciente. bo m bas , e n . De manera veloz. Úsase para aludir a la presteza con la que una determinada actividad debe ser llevada a cabo. Voy quince minutos tarde y tengo que llegar en bombas. bo n ch e . 1. Riña. Conlicto. Problema. 2. Gresca. Algarabía. Escándalo. bo n o d e ap o yo . Especie de donativo solicitado por artistas en condiciones económicas diicultosas, para asistir a un recital o a una exposición. bo qu e to . Individuo afectado por un hablar gangoso. Véase boquinche. bo qu in ch e . Forma despectiva para aludir a un individuo a quien, debido a una imperfección en su aparato fónico, habla con diicultad. Véase boqueto. bo qu in e to . Véase boquinche. bo ro ló . Enredo. Sucesión de hechos complejos. bo rrach e ro . Nombre vulgar para la planta conocida como datura stramonium. Es depresor del cerebro y de las terminaciones nerviosas. Más de 500 años antes de convertirse en elemento de uso común por delincuentes, su consumo era generalizado entre el pueblo chibcha. Véase burundanga. bo rrar cas e te . Estado de amnesia, por lo general provocado por la excesiva ingesta de bebidas alcohólicas, inspirado en aquellos tiempos en los que las cintas magnetofónicas eran el ‘standard’ portátil del sonido grabado. Hay quienes se escudan *bo go tálo go tras el pretexto de ‘borrar casete’ con el objeto de justiicar actos libidinosos, violentos, imprudentes o ridículos llevados a cabo bajo el efecto de algún brebaje espirituoso, sin que el mencionado olvido haya en realidad existido. Véase aflojachochas, chapeto, embellecedor, enlagunarse, se le moja la canoa. bo s a. Chibchismo. Indica espacialidad. A la redonda. En contorno. bo tad o . 1. Dícese de quien, por alguna sospechosa razón, está obrando con mayor generosidad de la acostumbrada. El término fue inmortalizado por el mago Pedro Simón en un legendario comercial de televisión para los almacenes Konker, de los que él era propietario. 2. De fácil resolución. bo taratas . Dadivoso. Derrochador. bo te lla p ap e l. Grito de batalla en desuso, empleado por recolectores de material reciclable. Por razones indeterminadas, al comenzar el siglo XXI la expresión ha ido desapareciendo. bo te llo . Bebida alcohólica embotellada. bo tija ve rd e , zu rro n d igó n p in tad o . Fórmula cómica de denuesto. bo yaco . Forma despectiva y burlesca con la que se suele tratar a quienes son oriundos del bello departamento de Boyacá. (borrachero) (40) bras ie r. Sostén. Por extraño que ello parezca, el término aún se mantiene al margen del Diccionario de la Real Academia Española. bre va. Fruto del brevo, empleado con frecuencia en la elaboración de dulces, panecillos, elementos de repostería y demás. Una de las golosinas típicas de la gastronomía bogotana son las brevas con arequipe, por lo general dispuestas sobre una suerte de base en papel, tendiente a adherirse a su supericie, ocasionando un considerable deterioro en la calidad del comestible. bre vas . Véase breve. bre ve . Dícese de algo que puede realizarse de manera fácil y expedita. bre vo . Árbol perteneciente a la familia de las moráceas, conocido cientíicamente como ficus carica. Su presencia era común en los patios traseros de las residencias bogotanas de antaño. brillar ch ap a. Manera burda de aludir al acto de bailar muy de cerca. brillar h e billa. Véase brillar chapa. brin co , n o d ar u n . Dícese de aquello que por su escasez se agota con prontitud. brin co n a. Dama de hábitos desordenados y promiscuos. brin d is s p e ars . Brindis, en la jerga de los bares de rock duro de la avenida Primero de Mayo, con referencia al nombre de la cantante Britney Spears. briqu é . Arcaísmo para encendedor. bro ch a. Burdo. Indelicado. Poco cuidadoso en el detalle. Ese individuo es un brocha. bro ch a, co lgad o d e la. Comprometido en una situación difícil. bro ch o . Véase brocha. bru ja, e l d o cto r. Clérigo famoso en la Bogotá de comienzos del siglo XIX. bru to . De escasa inteligencia. Incapaz. Contrario a lo que sucede en muchos países de habla hispa- na, en Bogotá y el territorio colombiano la expresión pierde su connotación sexual. bu ro ge rs . Consumidor de marihuana. El término se deriva de la tira cómica y de la popular serie televisiva de los 70 y 80 tituladas ‘Buck Rogers’. bu cé falo . Remoquete a guisa de mofa empleado para aludir a un autobús de servicio público. bu ch e s , h acie n d o . Véase aguantada, haciendo gárgaras, miar. bu e n catre . Dícese de quien goza de admirable reputación acrobática y de resistencia en materia de lides amatorias. bu e n a m u e la. Úsase para aludir a un individuo de apetito respetable. bu e n a p ap a. Bonachón. Amigable. bu e n as . Voz de saludo, resultante de omitir el subsiguiente término, alusivo a la hora del día en la que éste sea proferido. Por lo general es empleado cuando se intenta veriicar si hay o no alguien en un lugar. bu h o n e ro . Vendedor ambulante de baratijas, común en los años y siglos previos al advenimiento de la revolución industrial. bu ñ u e lad a. 1. Festín gastronómico en donde los buñuelos son el platillo principal. 2. Proceder falto de pericia, propio de un novato. bu ñ u e lo . 1. Especie de panecillo horneado, a base de harina y queso. Suele consumirse en temporadas navideñas acompañado de natilla. 2. Novato. Aprendiz de una actividad u oicio. Bu rbu rata, La. En tiempos coloniales, límite norte de la ciudad, ubicado en predios cercanos al actual sector de San Diego, a la altura de la calle 26, zona en donde la orden franciscana levantó la iglesia de ese nombre. bu rle te ro . Individuo habituado a ridiculizar a sus semejantes. bu rre ad o . Apurado. (41) bu rro . 1. Ignorante. 2. Consumidor recurrente de marihuana. De acuerdo con algunos, el término alude al natural afecto profesado por la criatura en cuestión para con las hierbas. bu ru n dan ga. Escopolamina. Alcaloide tropánico extraído de las hojas de diversas plantas. La más común de éstas en la sabana de Bogotá es el borrachero o burladora (datura stramonium). Es depresor del cerebro y de las terminaciones nerviosas. Su uso es generalizado por parte de quienes profesan cierta particular modalidad de hurto consistente en intoxicar a la víctima para privarla de su voluntad y uso de razón. En dosis excesivas los efectos de la burundanga pueden ser irreversibles e incluso letales. Véase cascado, choro, paseo millonario, tumbe. bu s . Vehículo masivo de transporte público de gran calado. bu s , bajars e d e l. Cancelar una determinada deuda. Ser excluido o excluirse de un determinado gremio o actividad. Entrar en razón. bu s e ta. Vehículo de mediano calado para transporte público masivo. bu s e te ro . Conductor de buseta o bus. Úsase – por lo general– en forma despectiva y de alguna forma justiicada, dados los escasos modelos de la mayoría de quienes ejercen este noble y necesario,aunque hoy desacreditado oicio. bu s e to . Apelativo cariñoso, vagamente irónico, con el que algunos sacriicados bogotanos suelen referirse al bus. bu s qu e m o te l. Véase arrecho, páguele pieza. bú s qu e m e y ve rá qu e m e e n cu e n tra. Fórmula de amenaza utilizada para disuadir a alguien de seguir perturbando a su interlocutor. Es una derivación del clásico refrán aquel de ‘el que busca encuentra’, expresión que durante años daría nombre a una de las secciones del clásico seriado cómico ‘Sábados felices’. *bo go tálo go caballo . Mujer u hombre de estatura y tamaño considerable. caballu d a. Mujer alta y voluminosa. cabe llo . Pelo. Pese a que el uso de la expresión es del todo correcto y generalizado a lo largo y ancho de los países hispanohablantes, en Colombia suele verse ligado a una suerte de afectación, dado su amplio uso por parte de individuos poco cultivados con el propósito de darse pisto. cabe za, d ars e e n la. Consumir estupefacientes. cabe zazo . Ocurrencia inteligente y oportuna. cabe zó n . 1. Obsesionado. Pensativo. Dícese de quien ha alcanzado la desesperación gracias a la molesta insistencia de alguien relacionada con algún asunto o temática. 2. Término cariñoso acuñado por el entrañable Fulgencio Cabeza Manotas de la desaparecida estación Súper Stereo 88.9, en los días del inolvidable ‘Zoológico de la mañana’. cabild o . Ente encargado de administrar zonas, cuerpos de policía y bienes, además de realizar el reconocimiento de cargos durante la etapa previa a la independencia nacional. cabildo abie rto . Solicitud por parte del pueblo santafereño durante los tiempos independentistas encaminada a buscar mecanismos de gobierno más participativos por parte de la corona española. cabre ars e . 1. Enojarse. (42) 2. Asustarse. cabre ro . Individuo poco dado a ejercer la conianza en sus semejantes. cabrilla. Vulgarismo con el que se alude al volante de un automóvil o al manubrio de una bicicleta. cacan e a. Vulgarismo alusivo a locura, alienación mental, o a una actividad estúpida y riesgosa para la salud. cacao . 1. Heredero de las clases hegemónicas y oligopólicas nacionales que, por la fuerza endogámica ancestral de la que es beneiciario, tiende a prevalecer en el poder y a preservar en él a los de su estirpe. 2. Miembro viril. cacas e n o . Homosexual. cach a. Gran amigo. Ser humano que encaja de manera perfecta con otro. cach aco . 1. Bogotano de la más rancia estirpe. Para la población oriunda de la costa caribe, cachaco es todo aquel que provenga del interior. 2. Individuo encantador, de buen vestir, maneras amigable y gentiles, ino humor, sociable, discreto, caballeroso, bien hablado, provisto de agudo ingenio y visitante de cafés y salones de baile. Hay (cachaco) Reconocido periodista vinculado a las revistas Cromos y Semana, 1944. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC quienes dicen que el término tiene su origen en el uso cotidiano de la prenda conocida como ‘cachet coat’ entre los bogotanos de antaño. Otros consideran que puede haber una relación entre éste y la palabra ‘casaca’, o con el quechua ‘k'acha’, alusivo a un individuo bonachón y de trato amigable. Al parecer, y según lo reza el periódico ‘El cachaco’, en principio se llamaba de esta manera a quien, paradójicamente, era joven y se vestía en forma descuidada. A partir de 1830, debido a la participación de muchos estudiantes en ciertas manifestaciones libertarias, comenzó a llamarse así a jóvenes de ideas liberales y progresistas. El término es empleado en Perú para aludir a un miembro de las fuerzas militares. Una teoría más apunta a su relación directa con el galicismo ‘caché’. Aunque hacia los años 60 del siglo XX muchos textos académicos documentaron el desuso de la expresión, en los albores del XXI, ésta se ha mantenido, contra muchos pronósticos desafortunados. cach arre ar. Experimentar alrededor de algo a partir del empirismo. cach arro . Complicación. Objeto sin valor. cach e to s o . Elegante. Prolijo en alcurnia. Se deriva del galicismo ‘caché’, a su vez procedente de ‘cachet’. cach e tu d o . Modalidad aún más vulgar que ‘cachetoso’ para aludir a la elegancia de un individuo. cach ifo . Apelativo dado a un joven durante los años inales de su adolescencia. Según José María Samper, el término comenzó a hacerse popular hacia 1843, con cierta especie de pilluelos universitarios, nacidos en el seno del Colegio de San Bartolomé, a quienes se denominó ‘cachifos’. cach ip o rro s . En tiempos de la violencia, los miembros de la colectividad opuesta usaron dicha expresión para referirse a un individuo afín al Partido Liberal colombiano. cach ito . Véase cacho. (43) cach o . Cigarrillo de marihuana. cach u ch a, d ar. Practicar la usura. Estafar a alguien en el marco de una determinada negociación. cach u m bo . Rizo de pelo. cach u p e . Pestilente combinación olfativa mezclada por la congregación de la seborrea, la sobaquina y la pecueca. caco rro . Homosexual que se avergüenza de serlo y lo esconde. cacre co . Avejentado. cad a n ad a, a. Con suma frecuencia. A cada nada los desgraciados de mi operador de cable llaman a cobrarme. cae rle . 1. Esgrimir todo el arsenal amoroso propio para procurarse la conquista deseada. 2. Visitar o acometer a un individuo en forma inesperada. cae rs e . 1. Decepcionar la conianza de otro individuo. Desde que usted me quedó mal se cayó conmigo. 2. En la jerga de artes intepretativas, titubear en el habla. café co n le ch e , d árs e las d e . Presumir. El término se origina, al parecer, en la condición de bien de consumo exclusivo, hace algunos años, de la que hoy es una de las más populares bebidas calientes de la ciudad. Algunos airman que la expresión ‘café con leche’ aludía más bien a quienes, pese a su raza mestiza (entre morena y blanca), pretendían exhibir destacables abolengos. café s d e in te le ctu ale s . Hasta los años 50 del siglo XX, centros de reunión de la élite bohemia de Bogotá, esparcidos a lo largo y ancho de su centro. Muchos tenían nombres europeos. La mayoría contaba con horarios acomodados al capricho o a la resaca pertinaz de sus propietarios. Los cafés literarios cachacos eran frecuentados por personajes como Alberto Ángel Montoya, Fran- *bo go tálo go cisco Samper Madrid, Luis Tejada, César Uribe Piedrahita, Ramón Barba, Abelardo Forero Benavides, Arturo Abella, José Umaña Bernal, Víctor Amaya González, Jorge Zalamea, Luis López de Mesa, Jorge Rojas, Eduardo Carranza, Arturo Camacho Ramírez, Rafael Maya y Jaime Barrera Parra. Muchas secciones periodísticos del tipo ‘Alka Notas’, ‘La canasta familiar de Klim’, ‘La danza de las horas’ y ‘La ciencia amena’ fueron escritas en sus mesas. En uno de ellos, llamado La Gran Vía, Ricardo Rendón, gloria de la caricatura en el país, se quitó la vida el 28 de octubre de 1931. En el número 7-18 de la calle 14 estaba La Cigarra, propiedad de Santiago Páez, enterado como el que más de todas las minucias del discurrir político. Eran épocas distintas, pues el señor Páez, además, fungía de pagador de la Cámara de Representantes. A menos de cien metros de distancia, en el 7-14 de la calle 13 estuvo el Windsor, ambientado por la música triste de un violín cuyas cuerdas, reemplazadas cada vez que se podía, se lamentaban de la suerte de su dueño. Allí tenían su despacho aquellos poetas a quienes se bautizó como Los Nuevos. Muy cerca, La Riviere. En La Plaza de Bolívar estaba La Botella de Oro. El más famoso de ellos, quizá, fue el legendario Automático, localizado durante su época más esplendorosa en el ediicio Sotomayor de la avenida Jiménez, (cafés de intelectuales) (44) y desaparecido de su ubicación original poco después del fallecimiento del maestro León de Greif. Durante algunos años sobrevivieron dos presuntos herederos de El Automático, uno con su nombre, y otro con el de El Aromático. Dignos de mención, también, son ciertos restaurantes frecuentados por las clases aristocráticas del país tales como el Temel, lugar obligado de tertulia para la clase dirigente y acomodada del país, en cuyas mesas se decidió gran parte del destino de nuestra nación. En sus primeros años tuvo su sede en la carrera quinta con calle 17. Luego fue trasladado a la carrera Octava entre calles 15 y 16. Años después de su desaparición, el ediicio ocupado por el Temel fue reacondicionado para albergar el ya conocido Centro Cultural del Libro. De la misma categoría fue el legendario Gran Vatel, famoso por su decoración barroca y excesiva, sus ampulosas obras de arte exhibidas por salones, sus inos juegos de cubiertos y vajillas, y su salón presidencial. Fue fundado por Marcel Goerres y su esposa, Elisabeth Estella Held de Goerres, quienes llegaron al país en 1948. En sus diversas etapas estuvo ubicado en la calle 18 con carrera Quinta, en la calle 24 con Sexta, en la carrera Séptima con calle 82, y en la bella mansión Villa Adelaida de la carrera Séptima con calle 70, en principio propiedad de don Agustín Nieto Caballero. Entre las muchas delicias servidas en El Gran Vatel se cuentan el bouillabaisse a la marseillaise, el pato a la naranja, la langosta termidor, y el steak bearnaise. Cócteles como el gin fizz y el whisky sour también hicieron época.Digno de mención también resulta el restaurante Salinas, del español Fernando Salinas, desaparecido al inicio del tercer milenio. cafu ch e . 1. Contrabandista. Vendedor de mercancías piratas. 2. Chibchismo empleado para aludir al tayassu pecari, peculiar especie de cerdo. cagad a. Error. Equivocación. Falla. cagad o . 1. Dícese de quien se encuentra en malas condiciones o de aquel para con quien la suerte es adversa. 2. Asustado. cagad ó n . 1. Expresión escatológica para aludir a una necesidad imperativa de excretar. 2. Falla prominente. cagarla. Vulgarismo para errar. cagó n . Niño. Joven inmaduro. cagu i. En lengua chibcha, periodo del día comprendido entre la medianoche y el amanecer. caíd o d e la h am aca. Curiosa expresión empleada para aludir a un individuo cuyo comportamiento da evidentes manifestaciones de desequilibrio mental, de desorientación, de desconexión del mundo circundante o de razonamientos ilógicos. caíd o d e l p ap ayo . Individuo torpe y de tardo entendimiento. caíd o d e l zarzo . Ingenuo. Falto de cordura. caifás . Invitación poco gentil proferida por parte de un malhechor a su víctima con el objeto de exigirle el despojarse de sus pertenencias cuanto antes y sin chistar. caifás co n e l ville gas . Deformación bibliogrecocaldense de ‘caiga con el billete’. Véase afloje. cajas d e s te m p lad as , s alir co n . Abandonar un recinto o emprendimiento con semblante de decepción y aburrimiento. cajó n . Féretro. Ataúd. cajó n , h ace r. Planear una estratagema subrepticia con el propósito de despojar a alguien de su empleo o cargo para a su vez apoderarse del mismo. cajo n e ar. Perjudicar. Hacer las gestiones necesarias para que alguien pierda su posición, trabajo o pareja. (45) calam bre llan e ro . Elongación involuntaria por excitación sexual del miembro viril. calam bu r. Chascarrillo. calan ch ín . Cómplice en la comisión de un delito. calan d raco . Individuo andrajoso, harapiento o descuidado en el vestir. calao . Especie de tostada elaborada con harina, agua y sal, cuya ingesta produce un acceso inmediato e insoportable de sed. calave ra. Individuo de conducta indebida y reprochable. Véase hijo calavera. calave ra, e l. Composición típica de autoría de Fulgencio García. Sirvió como música incidental para el seriado ‘Don Chinche’. calave ro . Entrañable personaje radial de los 90, encarnado por Memo Orozco, y miembro de la agrupación Zangre Coagulada, a la que los bogotanos recuerdan por éxitos como ‘Me gusta tu mamá’ y ‘No quiero ir al colegio’. cálce lo , s in co m p ro m is o . Véase ¡adelante! ¡Mire! ¡Sin compromiso!, chiviado, gala, guayigol, Sanandresito. calce te ars e . Acción y efecto de incumplir un compromiso. Véase faltonear. calce to . Incumplido. Impuntual. Dícese de quien evade un compromiso ya adquirido. calce to s e . 1. Célebre nutrimento en polvo que se preparaba como una bebida. 2. Individuo impuntual. Véase calceto. cald o d e m ico . Ficticio potaje al que se le atribuye la propiedad de provocar un enojo inusitado en quien lo haya consumido. cald o d e p ap a. Milagroso potaje a base de patatas, cilantro y sal, de comprobadas bondades a la hora de afrontar una pertinaz resaca posterior a una prolongada noche de jacaranda. cald o rre a. Diarrea de aspecto muy aguado. cale n tah u e vo s . Dícese de cierto tipo de mujer conformado por quienes, sacando provecho de sus *bo go tálo go excepcionales virtudes físicas, procuran excitar los bestiales ímpetus libidinosos de algunos caballeros incautos, haciéndoles suponer –ilusamente– que algún día habrán de disfrutar de sus bondades sexuales. Mediante tal proceder, las damas pertenecientes a esta despreciable cofradía se procuran un determinado y utilitarista in económico, académico, laboral o social. Por lo general las calentahuevos suelen tener la odiosa costumbre de dejar a sus víctimas desoladas, humilladas, semidesnudas y con su artillería viril en innecesaria posición de guerra, después de haberlas hecho pensar que al in sus intenciones habrían de ser consumadas. Véase caramelear. cale n tan o . 1. Oriundo de tierra caliente. 2. Variable en gran formato de las tradicionales achiras. cale ta. Escondite. cale to . Oculto. calich e . Hipocorístico de Carlos. calid ad . Expresión de camaradería y gusto dudoso empleada sobre todo por miembros del proletariado local, por comerciantes informales, taxistas, mensajeros y demás. calid o s o . Individuo virtuoso y amigable. El término fue deinitivamente inmortalizado con el advenimiento de Empanadas El Calidoso, negocio ubicado en cercanías de la calle 122 con carrera Séptima. calie n te . 1. Individuo disgustado. 2. Situación de conlicto en su peor punto. 3. Individuo lujurioso. calle . Vía perpendicular a los cerros orientales. calle e s o s o jo s . Úsase para indicar la necesidad de no especular con respecto a una situación o hecho determinado, o de guardar prudencia en relación con éstos. (46) calle re al. Vía principal de Bogotá en tiempos coloniales y republicanos. Corresponde a la actual carrera séptima, entre calles 11 y 16. calle je ar. Permanecer durante largos lapsos en las calles. calvazo . Golpe seco y veloz, propinado con la palma de la mano abierta sobre la cabeza de algún desprevenido ubicado de espaldas al agresor. Costumbre predilecta de los compañeros mayores de colegio, quienes, con el aval de los monitores de ruta que están en su mismo curso, gustan de golpear impunemente a los pequeñuelos de primaria y preescolar. menesterosos y desfavorecidos por el dios de la fortuna, para resguardarse de los profusos aguaceros capitalinos. Para su manufactura se suelen utilizar papel periódico, bolsas plásticas, cartones y algunos otros materiales de muy limitada resistencia al uso. cam e llad o r. Trabajador incansable. cam e llo . Trabajo. Empresa complicada. (camello) Instalación rieles del tranvía, 1912. Luis Alberto Acuña / Colección MDB - IDPC (calvazo) calzad o s . Expresión utilizada para aludir a quienes hasta comienzos del siglo XX y dadas sus precarias condiciones económicas, no podían permitirse el uso de zapatos para aquel entonces. calzo n arias . Tirantes. cam aján . Fortachón. Individuo de tamaño prominente. cam bio d e lu ce s , h ace r. Expresión de muy dudoso gusto empleada para aludir al intercambio de gesticulaciones coquetas entre dos individuos. Hoy vi al Wilson haciéndole cambio de luces a la Paola. cam bu ch e . Tipo de vivienda improvisada, precaria y frágil, por lo general fabricada por individuos cam e lló n . Vía terrestre. cam in an d ito . Diminutivo un tanto burdo para aludir a un acontecimiento en pleno desarrollo. cam in arle . Estar de acuerdo. Coquetear con un individuo determinado. cam p an azo . Advertencia. cam p an e ro . En las bandas de delincuentes dícese de quien se ubica de manera estratégica en un lugar desde donde pueda advertirles sobre la presencia de alguna víctima o sospechoso. cam p e ch an o . Campesino. cam p e ch e . Aborrecible fórmula despectiva y elitista para aludir a un individuo procedente de zonas rurales. can a. Presidio. can ale ar. Costumbre frenética de accionar los botones de un control remoto con el objeto de diversiicar la oferta de entretenimiento. Forma criolla del popular ‘zapping’ anglosajón. can ar. Dicho del pelo, ir pintándose de canas. (47) can as te ro . Expresión en desuso empleada para aludir a los amos de casa propensos a interrelacionarse sexualmente con sus empleadas de servicio doméstico. can ch e ro . Avezado. can ch o s o . Perro saturado de pulgas. can d e la. 1. Fuego. Encendedor. 2. Hecho crítico y complejo. can d e la, d ar. Agredir a un individuo mediante impactos con arma de fuego. can d e lario . Habitante arquetípico o miembro de la población lotante posmoderna del vecindario conocido como La Candelaria. El poder adquisitivo de un candelario suele ser menor que el de un macareno, hecho relejado en las ropas y en las costumbres un tanto menos ostentosas. Ello se debe –sobre todo– a que la mayor parte del ejército de candelarios está conformada por universitarios de las entidades de educación superior aledañas al sector, dependientes de una mesada recibida de manos de sus padres. El candelario es visitante asiduo de lugares como el Café Pasaje, el San Moritz o el bar de Homero, y bebedor frecuente de vinos de caja o de chicha embotellada en el Chorro de Quevedo. También se destaca por sus cualidades de cantor y guitarrista espontáneo de tonadas de Sui Géneris o León Gieco. Comprador de inciensos, palos de santo, charangos, quenas, instrumentos andinos y prendas artesanales, su periodo de actividad suele ser corto, pues por lo general equivale a sus años de permanencia universitaria. Sobra agregar que no todos los vecinos del sector denominado La Candelaria cumplen con las anteriores características. Véase macareno. can d y. Grupo de jovenzuelos surgido a mediados de los 90 y –según algunos– precursor del futuro movimiento ‘emo’. Los ‘candies’ se vestían en forma infantil, parecían negar los compromisos y *bo go tálo go actos propios de la adultez, utilizaban muñecos, juguetes articulados y ropa de colores alegres. can e ca. Bote de basura. Tinaco. Unidad de medida para ciertos licores. (caneca) can e lazo . Calórica bebida caliente empleada para amenizar diversas actividades sociales bogotanas, tales como caminatas nocturnas, novenas de aguinaldo y eventos nocturnos al aire libre. Se elabora con agua de panela mezclada con una idéntica proporción de aguardiente y astillas de canela. Dos o tres canelazos bastan para provocar un considerable estado de intoxicación alcohólica al festejante. La Casa de Poesía Silva y algunas otras entidades, entre culturales y bohemias, han institucionalizado el canelazo como la bebida oicial en cócteles, conversatorios, simposios y lanzamientos de publicaciones. can e qu e ro . Véase perro canequero can illazo . Golpe en las canillas, por lo general propinado en medio de un encuentro futbolístico. can o . Canoso. can tale ta. Alegato. Discurso repetido e insoportable en tono, por lo general, de reprimenda. can tale to s o . Dícese de quien regaña en forma pertinaz y reiterada. (48) c a n ta r. En el argot criminal y policial, ejercer la delación. Revelar algún secreto o decir la verdad. can to . Figura en forma de L que producen las faldas de las mujeres al estar sentadas. cañ ar. Timar. Engañar. Convencer a alguien de algo mediante una mentira o argucia falsa. cañ e ro . Mentiroso. cap ar. 1. Recibir un golpe en la zona testicular, por lo general mediante un puntapié. 2. Capar clase. Dejar de concurrir a las lecciones escolares en forma deliberada y premeditada. 3. Capar texto. En el argot de editores, diseñadores, diagramadores, correctores de estilo y periodistas, reducir el tamaño de un escrito para que se acomode al número de caracteres posibles o al espacio disponible. cáqu e za. Chibchismo. Estado de paz. Sin pelea. c a ra c h a . Costra de sangre. Superficie epitelial con aspecto de costra de tejido blando conformada por la unión de células muertas, que aparece durante el proceso de cicatrización de una herida. carach as . Expresión de sorpresa. ¡Ah carachas! caraco le s . Expresión de admiración ante una circunstancia inusual. carajad a. 1. Hecho molesto. 2. Asunto irrelevante. caraje ar. Desperdiciar el tiempo. carajito . Pequeñuelo. carajo . Expresión de disgusto o sorpresa. Lugar distante. Según teorías nunca comprobadas, el término carajo es una distorsión del ‘cazzo’ italiano, zona más lejana de los barcos. Pedir a alguien que se vaya al carajo es invitarlo a irse lejos. caram e le ar. Dar contentillo. Ilusionar a alguien con dádivas o promesas insigniicantes. caram e lo , d ar. Véase caramelear. carate . Falla dermatológica consistente en la aparición de manchas oscuras o rosadas, muy visibles, en la piel. carate jo . Individuo afectado por una vistosa afección cutánea pigmentaria, en la que la piel suele llenarse de manchas demasiado claras u oscuras. caray. Expresión de sorpresa. carcach a. Automóvil viejo y deteriorado. card e n ale s . Fórmula con la que se alude a los jugadores y simpatizantes del club de fútbol Independiente Santa Fe, dada la similitud cromática de su uniforme con la de un alto prelado de la fe católica. care ch im ba. Fuerte improperio empleado en la jerga delincuencial para aludir a un individuo abominable. care cu lo . Mueca de disgusto y alicción que sucede a la comunicación de una noticia funesta, a un retorcijón estomacal o a la permanencia obligada en un entorno o situación hostil. care n o vio . Candidato a novio. Pretendiente. Dícese de aquel que, sin serlo, cumple con las obligaciones propias del prometido de una dama. caribe . Caro. Costoso. caribe an . Véase caribe. carich u p ao . De rostro enjuto y mejillas delgadas. cariñ o s o . Caro. Oneroso. Costoso. carirre d o n d o . De rostro redondo. caris e llazo . Situación azarosa, dejada en manos de un lance de moneda. La medida es propia, sobre todo, de individuos indecisos. carm e lito . Color café claro. carraco s . Denominación despectiva con la que se conoció a los partidarios del federalismo en tiempos de la llamada ‘Patria Boba’. El nombre se debió a un periódico a favor de tales ideas, cuyo título era El Carraco. Los opositores de los carracos fueron los pateadores. carram p ló n . Fusil. (49) carran ch il. Escabiosis. Sarna. Afección cutánea producida por el desaseo, uno de cuyos síntomas es el prurito. carre ras ye ye . Competencias automovilísticas informales entre jóvenes llevadas a cabo, durante los años 60 y 70 del siglo XX, en los baldíos terrenos de la actual calle 116. Por lo general sus competidores eran clientes asiduos de discotecas juveniles tipo La Bomba o El Diábolo. Véase mitos urbanos. carre ta. Falsedad. Infundio. Mentira. carre tu d o . Mentiroso. Mitómano. carro bo m ba. Auto provisto de una carga de explosivos. cartó n . Diploma universitario o escolar. cartu lin a, p izza. Modalidad de pizza expendida en las calles y sostenida por pequeños cartones triangulares, y de discutibles condiciones higiénicas y nutricionales. cas cad a, vo z. Voz enronquecida y agotada. cas cad o . Desgastado. Averiado. Golpeado. cas car. Golpear. Véase tropelero, zampar. cás cara. Obstáculo. Trampa. cas care ro . 1. Dícese del educador acostumbrado a poner pequeñas trampas en las evaluaciones a su alumnado para poner a prueba su capacidad de detectar posibles errores. 2. Ladrón de objetos de mínima valía. cas e ro , alm u e rzo . Variable de almuerzo elaborada en restaurantes económicos, sin platos a la carta, por lo general conformada por ingredientes de simple y nada costosa elaboración. Véase acpm, corrientazo, ejecutivo. cas p a. Delincuente. Individuo de conducta execrable. cas p e ar. Deteriorarse. Popularizarse. Convertirse en saber del dominio común. cas p o s o . Mentiroso. Véase pajudo. casquiloja. Dama de entrepierna blanda. *bo go tálo go cas tigar bald o s a. Expresión de gusto discutible para aludir al baile. catan o . Anciano. cato rce , h ace r u n . Hacer un favor. Llevar a cabo un encargo. catre , s e r bu e n . Especie de categorización que avala las cualidades de un individuo en las lides eróticas. catre h iju e p u ta. Exagerado denuesto de uso impropio entre individuos probos y cultivados. cau ch e ra. Dispositivo artesanal consistente en una base en forma de Y, y una banda elástica, empleada a manera de mortero. cau ch ito . Fórmula cariñosa para aludir a un proiláctico. caye tan o . Intimidante llamado a permanecer en silencio. Véase chancuco, chito. ce ba, qu é . Expresión de repudio y asco, forma moderna de los antañones ‘¡gas!’ y ‘¡fote!’. ce bars e . Vomitar. ce bo . Forma reciente del popular ceboso. ce bo lle ro . Bus de servicio público de mediano precio. Se cree que fue llamado así en virtud del fuerte olor acebollado procedente de las axilas de los viajantes. ce bo s o . Asqueroso. Obeso. ce la. Apócope para celador. ce lach o . Alusión informal a un miembro de las huestes de una empresa de seguridad privada. ce lo s o . En la jerga del hampa, celador. Tal relación, aunque en apariencia infundada, encuentra algo de soporte en el hecho de que las raíces latinas para ‘celos’ (zelus) y ‘celador’ (celator), sean similares; en latín el verbo zelare signiica cuidar, vigilar, y el verbo celare, ocultar, cubrir. ce lu . Apócope de teléfono celular. ce n tave ro . Individuo minucioso en las cuentas y acreencias. Tacaño. ce n tavo , gu e rra d e l. Pugna diaria por la mayor recolección de pasajeros posible, ejercida por los (50) conductores de buses de servicio público, con la aprobación tácita de las administraciones de turno, dada la no existencia de paraderos y la desarticulación en las irmas prestadoras del servicio. Aún hoy el conductor que recolecte la mayor cantidad de dinero por concepto de tarifas, será el que recibirá un mejor pago. ce n tro , e l. Zona medular de la ciudad, en su mayoría ocupada por sedes de entidades oiciales, universidades y locales comerciales. Se ubica, aproximadamente, entre la calle primera y la 32, y entre la avenida Circunvalar y la carrera 30. Su eje fundamental es la Plaza de Bolívar, epicentro de la ciudad, de modesto e irregular aspecto, conformado por ediicaciones asimétricas de arquitectura disforme y desigual. Desde su fundación, la Plaza de Bolívar ha visto erigirse y derribarse ediicaciones tales como las grandes Galerías Arrubla, primer centro de comercio de la ciudad, o el antiguo Palacio de Justicia (cuya ausencia fue suplida por uno nuevo, tal vez el más atroz sobre la Tierra). Antes de estos dos hubo uno más, destruido en el marco de los eventos del 9 de abril. La Plaza tiene la peculiaridad de estar inclinada hacia el occidente y de haber visto girar la mirada del libertador Simón Bolívar hacia distintos lugares, de acuerdo con el capricho del presidente de turno. Antes de la gesta independentista, dicho lugar se conoció como Plaza Mayor, nombre que conservó hasta 1846. ce p illar. Adular a alguien para ganarse sus favores. ce p ille ro . Lambiscón. Adulador. Dícese de quien exalta las cualidades de sus superiores para conseguir un in ulterior. Véase lambón, lagarto, trepador. ce rd ito s . Deformación caricaturesca empleada para aludir al vecindario norteño de Cedritos, a su vez bautizado así en recuerdo de la Hacienda Los Cedros, propiedad solariega de Francisco de Pau- la Santander en tiempos decimonónicos y cercana al actual barrio en mención. ce rd ad a. Acto burdo, desmedido, desleal o antihigiénico. Úsase también para aludir a un desmesurada ingesta de alimentos. ce rd o . 1. Policía. 2. Individuo habilidoso o despojado de reato alguno en la ejecución de una tarea determinada. 3. Individuo de modales burdos e higiene cuestionable. ce rd o , a lo . De forma burda. Exageradamente. Sin cuidado o modales. (a lo cerdo) Lechona tolimense. Aparece Daniel Rodríguez, autor de la foto, 1940 / Colección MDB - IDPC ce rrad o . Individuo hermético, poco generoso o en extremo celoso de su privacidad y haberes. ch a. En lengua chibcha, varón. Véase chibcha. ch aca ch aca. Voz onomatopéyica y polisémica aplicable a cualquier situación de la vida. Cierta campaña del desaparecido detergente Inextra Activado de Hugo Gómez, con tal vocablo como eslogan, constituyó un segundo aliento para la carrera del actor. ch ácara. Monedero. ch ach o , e l. Darse ínfulas de ser el más grande y destacado en un determinado arte u oicio. (51) ch afaro te . Dictador. Monarca. Militar doblado de primer mandatario. Véase gurropín. ch agu ala. Herida provocada por una intervención quirúrgica. ch agu alo . Zapato viejo y deslucido. ch agü e to . Objeto burdo y mal acabado. ch ale qu e ar. Requisar. Robar. ch am ba. Cicatriz o herida considerable, por lo general provocada con arma cortopunzante. ch am bó n . Individuo ordinario y poco esmerado en la perfección de sus obras. ch am izo . Rama delgada de común utilización en la decoración de pesebres en iestas navideñas. ch am p iñ ó n ( p e in ad o ) . Corte de pelo cuyo aspecto semejaba al de un hongo. ch am p iñ ó n , e s tar co m o u n . Encontrarse en un estado de soledad, abandono y aburrimiento. ch am u s car. 1. Carbonizar. Quemar. 2. …un CD o DVD. Grabar información en un disco compacto virgen. ch an co n ch an . Pago de contado. (chan con chan) Recibo de máquina de bordar, 1954. Donante: Elsa y Jesús Sarmiento Sáenz, Álbum familiar / Colección MDB - IDPC ch an ce . Juego de azar fundamentado en el mismo principio de la lotería, pero de dimensiones más informales y simples. ch an ce ra. Vendedora de chance. ch an ch ar. Alimentarse o consumir una bebida, por lo general de manera excesiva. ch án ch iras . Voz de invocación al demonio. ch an ch ito . Revista infantil publicada en Bogota entre 1933 y 1936. *bo go tálo go ch an ch o . Individuo obeso. Comedor compulsivo. ch an ch u llo . Jugada sucia y corrupta, por lo general perpetrada por políticos, funcionarios y contratistas del Estado. ch an cla, tu ris m o d e . Véase chancletero. ch an cle te ar. 1. Accionar el pedal de un automóvil en forma continua. 2. Hacer sonar las suelas de las chancletas contra el piso, provocando un aborrecible y constante sonido. ch an cle te ro . Especie muy común de individuos conformada por turistas que en festividades, temporadas vacacionales, pero sobre todo en semana santa suelen atiborrar los balnearios cercanos a la capital con sus lotadores, sus bronceadores baratos y sus automóviles deteriorados y escandalosos. Su radio de acción se circunscribe a municipios ubicados en el triángulo conformado por Girardot, Melgar, Carmen de Apicalá y otras ciudades de características semejantes. Sus puntos de reunión suelen ser las pollerías en las plazas centrales de dichas poblaciones, las ventas callejeras de ‘raspaos’ o cierto legendario asadero de pollos, pizzas y carnes en Melgar. Puntos obligados de visita son la piscina de olas y los toboganes. Existe, por asociación, un tipo de turismo al que también se denomina de dicha forma. ch an cu co . Jugada sucia y corrupta llevada a cabo en forma deshonesta y subrepticia. ch an d a. 1. Perro de raza indeterminable y aspecto desmirriado. 2. Dícese de algo muy desagradable. ch an d e rm an . Fórmula cómica empleada para equiparar las calidades de un perro de la calle a las de un linajudo dóberman. ch an d o s o . Véase chanda. ch an fa. Trabajo. Empleo. (52) ch an fain a. 1. Peculiar receta nacional elaborada a base de algunos ingredientes procedentes de la asadura de la res, tales como el hígado, el corazón, los riñones, la pajarilla y el bofe. 2. Trabajo. Ocupación. ch an gu a. Curioso y aromático caldo elaborado con leche, agua, huevos, cilantro y cebolla. En cuanto a la changua no hay puntos medios: o causa absoluto repudio o es objeto de religiosa veneración. ch an gü ita. Individuo peligroso y de mal actuar. ch an tar. Acomodar a alguien en una situación, compromiso u oicio no deseado. ch ao s . Vulgar fórmula de despedida empleada para simpliicar y pluralizar el adiós ante un grupo de individuos. Véase gomín, goñero, quiubos. ch ap e ad o . Individuo de mejillas sonrosadas. Es fácil detectar a un bogotano en cualquier otro lugar del país por este peculiar tipo de pigmentación cutánea. ch ap e te . Uno de los más importantes caricaturistas en la historia del país, famoso por su cáustico humor político y por sus críticas a los mandatarios del momento. ch ap e to . Embriagado. (chapeto) Planta Eléctrica Anchicaya, 1953. Saúl Orduz / Colección MDB - IDPC ch ap e tó n . En tiempos de la Conquista y la Colonia, español. ch ap e to n ad a. Durante los años de la dominación hispánica, enfermedad venérea eruptiva propia de los españoles residentes en suelo americano. ch ap igay. Reciente remoquete con el que a bien se ha tenido el bautizar al sector de Chapinero Alto, dada la abundancia de representantes de la comunidad LGBT que vive y ronda el vecindario. ch apín . Tipo de zapato fabricado y vendido por don Antón Hero de Cepeda en su zapatería, ubicada justo en donde, desde los años 40 del siglo XX, se erige la estación de gasolina de la calle 60 con carrera Séptima, en el punto antaño conocido como El Triángulo. Algunos teorizan que el nombre se debió a la asociación onomatopéyica derivada del ruido que dichos zapatos hacían al chocar contra el piso húmedo y el barro. Otros suponen que es una derivación del árabe chipín, cuyo signiicado a su vez es el de alcornoque. Los chipines, de hecho, eran zapatos con suelas elaboradas a partir de la madera o el corcho del mencionado árbol. ch ap in e re ar. Desplazarse por el populoso sector de Chapinero, localidad comprendida entre la avenida Circunvalar y la avenida Caracas, y entre la calle 39 y la calle 100. El lugar debe su nombre al fabricante y reparador de calzado Antón Hero de Cepeda, oriundo de Cádiz y casado con la hija de un rico cacique de Usaquén. Cuenta la historia que poco después de la fundación de Bogotá, don Antón estableció su fábrica de calzado en un lote de 150 héctareas, con su núcleo en el centro de la actual estación de gasolina de El Tríángulo, ubicada en la carrera Séptima con calle 59. El modelo de calzado más popular de cuantos fueron desarrollados por él fue el llamado chapín, por lo que sus más asiduos clientes le llamaron ‘el chapinero’, en la misma forma en que un fabricante de botas habría sido llamado ‘el botero’. El chapín (53) era un zapato destinado a proteger a su usuario del barro y la lluvia, mediante un sistema de suelas de cuero y correas. Algunos se inclinan por pensar que tal denominación se debió en realidad a la marca del calzado, a saber, El Chapín Hero. El 17 de diciembre de 1885, por acuerdo municipal, se dispuso que el caserío llevara tal título. Parte del crecimiento del sector se debió a la construcción de la red del tranvía, cuya existencia favoreció la construcción de residencias campestres tales como la Quinta Camacho. Dicha ediicación era una solariega mansión localizada en la actual carrera 13 con calle 68, de propiedad de don Eduardo Camacho. Cuenta la leyenda que el 29 de junio de 1914, el afamado matador colombiano Leandro Sánchez de León, apodado ‘Cacheta’ y alojado en ella, falleció en medio de circunstancias nunca resueltas. Aún hoy el sector aledaño conserva el nombre de la vivienda y resalta por su buena cantidad de viviendas de estilo Tudor, excepcionalmente bien conservadas. Ch ap in e ro alto . Imprecisa denominación con la que los facilistas han decidido referirse al sector correspondiente al barrio Granada, según muchos epicentro de la colonia de estudiantes caleños que reside en la ciudad. Cierto sector equivocado de la pequeñoburguesía bogotana suele incluso aludir a éste como Rosales. (chapinero alto) *bo go tálo go ch ap iyo rke r. Curiosa especie de individuos nacidos en Bogotá como producto de las hibridaciones posmodernas. Especie de ‘yuppie’ contemporáneo de hábitos reinados y gustos complejos, es la más frecuente variable local del anglosajón ‘hipster’. Sus representantes son individuos de hábitos bohemios, con ciertos intereses por las artes y la creatividad, e inclinaciones tímidas e insuicientemente revolucionarias. El chapiyorker más ortodoxo es –en el sentido riguroso del término– un habitante de Chapinero por lo general con pretensiones de artista plástico, diseñador, realizador de cine, escritor, realizador audiovisual o fotógrafo, convencido de vivir en Brooklyn. Hay quienes critican el imposible imaginario del chapiyorker de equiparar Nueva York a Bogotá, teniendo en cuenta los visos de tercermundismo que tan pretencioso acto trae consigo. Visitante asiduo y gratuito de cuanta iesta ‘fashion’ y ‘stilish’ haya en la ciudad, buena parte de los chapiyorkers se conoce y admira entre sí, aun cuando sea por las vías de Facebook o Twitter, tablones públicos en los que esta nueva tribu suele dejar testimonio de sus incursiones en la creatividad gráica o escrita. ch ap o l. Vieja fórmula despectiva para dirigirse a los miembros de la honorable Policía Metropolitana de la ciudad. ch ap o te ar. Llevar a cabo una actividad sin la debida pericia y sin técnica o arte alguno, aunque con cierta medida de decoro y buena voluntad. ch aqu é n . Dios chibcha, patrono de los grandes rituales. ch aqu e s , e n . Llevar a cabo una actividad determinada bajo algún pretexto. ch arco . Pequeño pantano. ch aro l. 1. Véase charola. 2 . Material brillante empleado para la elaboración de zapatos con el objeto de dar un falso aire de (54) elegancia a ocasiones tales como primeras comuniones, bautizos o matrimonios. ch aro la. Bandeja de metal. ch arre ra. Hecho desagradable y digno de burla y desprecio. ch arro . Desagradable. De mal gusto. Contrario al antioqueñismo homónimo, charro, en Bogotá no alude a algo cómico o gracioso. No hay nada más charro que las fiestas de integración empresarial. ch as is . Dama destacable por su curvilínea solidez. ch as qu e ar. Voz onomatopéyica con la que se alude al incivil acto de hacer sonar la boca mientras se mastica algún comestible, en particular una goma de mascar. ch ato . 1. Muletilla empleada por los cachacos de antaño para referirse a un amigo entrañable. ¡Ala, chato, lo mejor es que te vayas de aquí pa’ un sitio tranquilo! 2. Individuo de nariz pequeña. ch ave ta. Navaja. Si el tipo se le pone muy salsa, no se preocupe; ¡sáquele la chaveta! ch é ch e re . Objeto estorboso, inútil y sin importancia. Durante mucho tiempo, uno de los más célebres expendios de chécheres fue la Plaza España, tradicional plazoleta de la ciudad ocupada de tiempo atrás por ropavejeros y rodeada en su conjunto por diversas ediicaciones, entre éstas la misteriosa fábrica de Pastas El Gallo, producto al que, quienes por su avanzada edad alcanzaron a probar, solían comparar con el engrudo. Me da pereza irme a vivir con mi novio porque su casa está llena de chécheres. ch e p a. Extraña situación en la que el destino se confabula de manera extraña e inexplicable con las circunstancias para favorecer a alguien en un hecho afortunado e inmerecido. Con esta ciudad tan peligrosa uno vive de chepa. ch e p azo . Hecho afortunado debido a la suerte. ch e pito . Antiguo y pintoresco empleado de empresa de cobranzas. Su atavío consistía en un vestido tipo sacoleva, y su única dotación constaba de un maletín en el que –vergonzosamente visibles– estaba estampado un texto en grandes mayúsculas que rezaba ‘cobranzas’. Su principal objetivo, despojado de agresividad física, pero a la vez cargado de presión sicológica, era el de poner en evidencia al moroso frente a sus vecinos y conocidos para así obligarlo a cancelar las deudas tan largamente pospuestas. Por desgracia y debido a una lamentable ley, el oicio de chepito fue declarado ilegal, tan sólo para dar paso a una nueva especie de odiosos cobradores de ‘call center’, casi siempre estudiantes de segundo semestre de derecho, quienes en tono solemne y antipático suelen llamar los días domingos a las 8 de la mañana para mortiicar al pobre deudor con la consabida amenaza del ‘cobro jurídico’. Los cobradores telefónicos son los chepitos del mundo contemporáneo. ch e p u d o . Individuo bendecido por el dios de la suerte. Ángel fue muy chepudo haciendo ese gol de última hora que dejó a Nacional campeón y a Millos de segundo. ch e qu e ra. Fuente informal de ingresos. La emisora es la chequera de los programadores de radio. Ch e s m an . Una de las muchas pandillas de jovenzuelos rebeldes, cuya presencia en Bogotá comenzó a hacerse común a principios de los 60 del siglo XX. La Chesman fue, de alguna forma, antecesora indirecta de los biyis que aparecerían un poco más de 20 años después. Es casi seguro que su nombre se deba a Caryl Chesman, famoso criminal ajusticiado al comienzo de dicha década. La Chesman era más miedosa que esas pandillas de biyis ochenteros. ch é ve re . Vocablo caribeño de uso generalizado en gran parte de América Latina y de inexplicable exclusión aún hoy en el Diccionario de la Real Academia Española. Su utilización en Bogotá es (55) considerablemente común y su procedencia, al parecer, guarda alguna cercanía con el ‘chevalier’ francés. Lo más chévere de Bogotá es que no tiene bichos de tierra caliente. ch e ve rid ad . Caribeñismo colado dentro del lenguaje bogotano. Lo más importante de un ser humano, al fin de cuentas, es la cheveridad. Ch ía. 1. Según la creencia chibcha, luna. 2. Municipio colindante con el extremo norte de Bogotá, famoso por la proliferación de restaurantes y reposterías sabaneras, por la existencia de un centro comercial de considerables dimensiones y por su reticencia a quererse anexar a la capital, hecho que sin duda sería de sumo beneicio para los empleados de los locales en mención y para el estudiantado y profesorado de la Universidad de la Sabana. Véase flota, lejuras, merengón de guanábana, postre de natas. ch ib. En lengua chibcha, báculo. Véase chibchas. Ch ibafru im e . Deidad menor del pueblo chibcha, dedicada a la guerra. Ch ibch acu m . Divinidad chibcha. Furibundo y sumo regente de la sabana que, indignado por el mal proceder del pueblo muisca al desconocer los preceptos impartidos con amor por su maestro Bochica, decidió castigarlos con un diluvio universal. Véase Bachué, Bochica, Chía, Furachogue, Huitaca, Nemterequeteba, , salto de Tequendama, Xue. ch ibch as . Familia lingüística cuyas dimensiones demográicas, en su máximo periodo de esplendor, son objeto de controversia. Las distintas hipótesis apuntan a un grueso que va desde los 300.000 hasta los dos millones de habitantes. De sur a norte, los dominios de los chibchas se iniciaban en inmediaciones de Fusagasugá y culminaban hacia los territorios correspondientes del actual San Gil, en el departamento de Santander. Toda la extensión del territorio chibcha debió comprender alrededor de 30.000 kilómetros *bo go tálo go cuadrados. Como si se tratara de un anticipo a la futura historia del pueblo bogotano, la etnia chibcha no dejó construcción alguna en piedra (hecho que sí ocurrió con buena parte de los pueblos prehispánicos). Sus ambiciones arquitectónicas se limitaron a la ediicación de casas en madera y bahareque. Tal vez ello explique el desinterés de sus descendientes por la perpetuación de su memoria a través de obras monumentales y su natural inclinación por el execrable oicio de la demolición. Ch ibch o m bia. Fórmula despectiva a manera de parodia cómica, inspirada en la colombianidad, creada por las mentes responsables del legendario seriadio televisivo de dibujos animados ‘El siguiente programa’. Según el ideario de dicho espacio, el hecho de ser chibchombianos era la base genética y social del tercermundismo rampante a lo largo y ancho del territorio nacional. Véase guayigol. ch ibch o m bian o . En el mundo de fantasía del desaparecido seriado ‘El siguiente programa’, individuo oriundo de Chibchombia. ch ican e ar. Ufanarse. Sobreexponer un determinado objeto o virtud propia con el propósito de aparecer como superior a los ojos de los demás. ch ican e ro . Dícese de aquel que tiene por costumbre el exhibir sus propiedades o virtudes en demasía. El término parece derivarse del chibchismo ‘chicana’, cuyo signiicado equivale a ‘aquello que está en lo alto’. ch icare to . Individuo despojado de una o de varias piezas dentales. ch icas d e l Can . Remoquete cariñoso con el que se solía agrupar a las burócratas empleadas del extinto Instituto Nacional de Radio y Televisión Inravisión, vinculadas al sindicato de Acotv, presidido en sus últimos años por Enrique Urrea, de quien se cree fue enviado a vivir a Costa Rica en mansión de lujo. Durante muchos años las Chicas del CAN castigaron con su pertinaz desprecio a los (56) inocentes contratistas de la burocrática entidad. El término es el resultado de la inteligente asociación entre éstas y la famosa agrupación dominicana de merengue, apadrinada por Wilfrido Vargas, y llamada de la misma forma. ¡ch icas , ch icas , ch icas ! Grito de batalla de los voceadores y tarjeteros de los lupanares capitalinos, en donde por lo general suele aparecer una breve pormenorización explícita acerca de los servicios ofertados, junto con falsas imágenes de bellas damas que en modo alguno corresponden a la realidad del surtido femenino allí disponible. Según airman tales volantes, el presentarlos a los jayanes apostados en las entradas es garantía de sustanciales descuentos, al menos tan poco parecidos en la realidad al verdadero aspecto de las jovenzuelas que iguran en tan despreciable material publicitario. ch ich a. 1. Bebida fermentada a base de maíz. Su historia tiene orígenes ancestrales y su elaboración fue perseguida frenéticamente durante la primera mitad del siglo XX, so pretexto de las malas condiciones higiénicas en las que ésta se preparaba, y tal vez con el propósito de favorecer los intereses de la familia Kopp, propietarios de Bavaria, primer gran emporio de cerveza del país, hoy en manos surafricanas. Véase chicherías. 2. En la lengua del asiduo visitante de clubes como el Gun o el Jockey, whisky. ch ich a n i lim o n á, n i. Individuo tibio, sin compromiso ni iliación ideológica alguna. El tema fue inmortalizado por el tema homónimo interpretado por Ana y Jaime y compuesto por Osvaldo Pugliese. ch ich a, calm a. Estado letárgico de aparente tranquilidad, en medio de una situación tempestuosa. ch ich arro . Pequeño cigarrillo de marihuana, por lo general en forma de colilla. ch ich arró n . 1. Empella frita de la res. 2. Problema de difícil resolución. ch ich arró n blan d ito . Problema imposible de resolver. ch ich azo . Golpe brusco. Algunos argumentan que su origen se remonta a los tiempos en que los consumidores ebrios de chicha solían perder el equilibrio. ch ich azo , d e u n . Tarea realizada con destacable velocidad. ch ich e ría. Expendio de chicha. Su proliferación fue desapareciendo a medida que el gobierno de la municipalidad, a principios de los 40 del siglo XX, comenzó a perseguirlas al tildarlas de insalubres y malsanas. Durante varios siglos la aristocracia bogotana tendió a considerar la chicha un lagelo propio de sociedades bárbaras y poco instruidas. Ya para los 50 eran escasas las chicherías que aún funcionaban en Bogotá. No obstante, en los 90, algunos antropólogos, sociólogos y estudiantes de universidades públicas y privadas con inclinaciones mamertoides han procurado reivindicar el lugar de la bebida y sus expendios como uno de los patrimonios propios de la ciudad de Bogotá. Véase chocoloco, la Nacho, Lochandes, mamerto. ch ich í. 1. Micción. Orina. 2. Asta viril, por lo general de ínimo tamaño. ch ich igu a. Chibchismo. Cantidad mínima de dinero. Estipendio reducido. ch ich ip ato . 1. Individuo pretencioso cuyas acciones por lo general siempre derivan en monumentales decepciones. 2. ‘Chichipatos super uf’ fue una extraña empresa de inales de los 80 dedicada a la organización de eventos de entretenimiento y a la fabricación de parafernalia destinada a los estudiantes de último (57) grado de bachillerato. Entre sus logros se encuentra el de haber servido de promotores a la hoy olvidada banda bogotana Hangar 27. El nombre de la agrupación se debe a que ésta solía ensayar en una bodega de aviones de propiedad del dueño de la irma, lo que suscitó en las mentes más desconiadas la sospecha de que los fondos de dicho propietario quizá procedían de fuentes oscuras. ch ich o . Enojado. ch ich o n e ra. Hacinamiento. Aglomeración excesiva de seres humanos, muy común a la hora de hacer ila para ingresar a cierta crepería popular; para recibir alguna degustación; para entrar al estadio a ser testigo del deplorable fútbol de los combinados capitalinos; para presenciar la desgracia ajena en un accidente automovilístico; para solicitar el visado de entrada a Estados Unidos; para cancelar los recibos de servicios públicos después de la fecha límite; para pedir autógrafos a un artista de mediano peril o para recibir cualquier dádiva o premio gratuito. ch icle . 1. Individuo propenso a permanecer con los demás durante un rango de tiempo superior al deseado y cuya presencia constante y difícil de evadir produce incomodidad y fastidio. Véase intenso, pegachento. 2. Tonada pegajosa. 3. Pantalón asido a las piernas. ch ico . Partida de billar. Ch icó , gu e rrilla d e l. Grupeto de jovenzuelos procedentes de linajudas y adineradas familias, cuyo interés pareció volcarse hacia una revolución realizada desde escritorios, salas de redacción de revistas y periódicos, y clubes. El Chicó es un vecindario ubicado en los antiguos terrenos de la hacienda de Mercedes Sierra de Pérez, quien la recibió de manos de José Sierra, su padre, en 1921. Durante mucho tiempo los terrenos correspondientes al actual barrio fueron baldíos. *bo go tálo go A su muerte –en 1953–y por su propia voluntad, la Hacienda fue entregada a la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá y puesta al servicio de la ciudadanía en diciembre de 1964. A partir de entonces, más cerca del modelo norteamericano de vivienda que del británico, el barrio toma el lugar de La Cabrera como el sector exclusivo del norte de la ciudad con residencias de lujo. Muchas de ellas en la actualidad han sido desiguradas y adaptadas a oicinas de mediano peril, por lo que el vecindario, en parte, parece haber perdido la vocación que en algún momento lo caracterizó. Hoy la casa de la Hacienda se conserva en buenas condiciones en un parque que aloja un museo, un restaurante y un salón para eventos en el que tienen lugar matrimonios y iestas de clase media. La Hacienda no reducía sus dominios a los actuales terrenos del mencionado parque. Recuérdese que, entre los lotes donados, estaba el del Seminario Mayor y la gran extensión del antiguo “Pre Seminario” fundado en 1960 en la carrera séptima con calle cien. ch ico ria. Mujer pequeña. ch icu ca. Despojo. Destrozo. Condición en la que se encuentra algo después de haber sido sometido al desgaste o el maltrato. chilamicas. Pobre diablo. El epíteto suele ser otorgado a músicos o artistas empíricos y pobres. chilar. 1. Fascinar. Gustar. 2. Silbar en forma estridente, práctica generalizada entre obreros de construcción para halagar las gracias físicas de una dama, y entre seguidores del balompié, para abuchear a sus árbitros o para cuestionar sus decisiones. chilis. Forma cariñosa con la que se alude a un demente. chiloreto. Individuo disparatado y de poco juicio. ch ilin d rín . Vello de origen púbico cuya presencia, fuera de su zona de origen, desluce. (58) ch ilin gu e ar. Columpiar. Mecer. Úsase para aludir a quien se halla en una situación de peligro o en una posición comprometida. Millonarios está chilingueando en la tabla de posiciones. chillar. Plañir, llorar y sollozar proiriendo gemidos. (chillar)Mujeres llorando desconsoladas, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC ch im ba. 1. Vagina. 2. Ser la chimba. Dícese de algo muy agradable y dotado de magníicas cualidades. ch im bad a. Tontería. Bagatela. Hecho insigniicante. ch im bo . 1. De mala calidad. 2. Cheque o documento chimbo. Falso. 3. Falo. ch im bo rrio . Véase chimbo. Ch im in igagu a. Deidad suprema de los muiscas, primeros habitantes de la sabana de Bogotá y sus cercanías. Según cuenta la historia sagrada, fue Chiminigagua quien logró el portento de liberar a la región del imperio de tinieblas que sobre ésta se cernía, al crear millares de aves negras de cuyos picos salió luz. Una vez ejecutado tamaño prodigio, el gran Chiminigagua decidió hacer el sol, al que llamó Xue. Dado que su presencia constante comenzó a calcinar los campos, Chiminigagua hizo la luna, a la que a su vez nombró Chía, y ordenó a Xue irse a descansar durante las noches. Luego, Chiminigagua se dirigió hacia la laguna de Iguaque, de cuyas aguas salió una mujer de turgencias prominentes llamada Bachué. Con ella venía un niño de tres años. Ambos comenzaron a poblar la tierra con su progenie. Cuando ambos se hicieron viejos, Bachué y su hijo partieron hacia la laguna de la que habían venido y se sumergieron. Luego se transformaron en dos serpientes. Muertos los padres, por los cerros orientales arribó un anciano de barbas blancas y bastón, a quien los muiscas conocieron como Nemterequeteba o Bochica. Bochica enseñó a sus discípulos las bases para hilar, coser, tejer, realizar obras de joyería y orfebrería, y les señaló las bases éticas para un buen vivir. Ya con su misión terminada, Bochica desapareció. A su partida, el pueblo comenzó a consagrarse al consumo irrestricto de chicha, la maldad y el desorden, gracias a las insinuaciones seductoras de la bella Huitaca. Chibchacúm, dios de la sabana, envió una hórrida tormenta, el agua comenzó a cubrir toda la supericie terrena. Bochica llegó al occidente y con su bastón azotó las rocas, creando lo que más adelante sería el Salto de Tequendama, lugar por donde las aguas represadas siguieron su cauce. Así se formó el río Funza, la tierra volvió a ser fértil y su pueblo prosperó. Véase Bachué, Bochica, Chía, Furachogue, Huitaca, Nemterequeteba, Xue. ch in am e n ta. Aglomeración de pequeñuelos. Progenie abundante. ch in azo . Apelativo cariñoso, antes propio de cachacos y hoy muletilla en boca del proletariado con la que se antecede o sucede a la petición de un favor. ch in ch e . 1. Jovenzuelo insoportable, quejumbroso, remilgado e hiperactivo. (59) (chinamenta) Salacuna en hospital de Bogotá, 1936. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC 2. Chinche, Don. Seriado semanal costumbrista de la televisión en la década de los 80 dirigido por Pepe Sánchez. Relataba las vivencias de un grupo de vecinos de clase media baja habitantes del centro de Bogotá. Su protagonista era Régulo Engativá, alias ‘Don Chinche’, maestro de obra. ch in -ch in . Vulgarismo onomatopéyico empleado por algunos hombres y mujeres en el momento de efectuar un brindis. ch in ch o rrazo . Véase caído de la hamaca. ch in ch o s o . Desesperante. Hiperactivo. ch in e las . Calzado de suela suave y sin talón. ch in galé . Especie de madera típicamente colombiana (astrocaryum malybo) de uso frecuente en los mobiliarios en la Bogotá de tiempos coloniales. *bo go tálo go ch in gu e . Traje de baño. ch in o . 1. Niño. Jovenzuelo. Úsase también como muletilla de camaradería entre amigos. 2. Jovencito que funge como auxiliar o como empleado informal en empresas, residencias u oicios. ch in o d e la calle . Gamín. ch in o m atic. Sistema artesanal de reorganización de los bolos en el campo de juego en el que un joven es encargado de recogerlos y reacomodarlos. ch iqu i. Odioso diminutivo empleado por algunas jóvenes de principios del siglo XX para referirse a sus parejas. ch iqu irriqu itico . Véase chirriquitico. ch iqu ito . Cavidad anal. (60) (chinos) Vendedores de periódicos a la entrada del Capitolio, 1944. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (61) ch iras , d e l. 1. Anacronismo empleado para aludir a algo maravilloso, excepcional y venturado. La expresión fue inmortalizada por los creativos de la agencia encargada de publicitar ciertos productos comestibles tradicionales en presentación de paquete. – ¡Este diccionario es del chiras! – ¿Quién lo escribió? – ¡Sabrá el chiras! – ¡No voy a comprar ese diccionario ni por el chiras! 2. Nombre icticio con el que se caracteriza a un supuesto desconocido dotado de destrezas o facultades paranormales, probablemente el mismísimo Satanás – No iría a esa fiesta ni por el Chiras. – A ese ‘man’ se lo llevó el Chiras. 3. Fórmula para caricaturizar a quien se ufana de sus hazañas sin tener los méritos suicientes. ¡Ese tipo se cree el Chiras! Véase berraco de guacas, del putas, el chacho. ch ircal. Fábrica artesanal de tejas y ladrillo. Los chircales son comunes a lo largo y ancho de la sabana de Bogotá. ch ircate . En lengua chibcha, manta de forma cuadrada. ch irim bo lo . Bobalicón. ch irip a. Hecho afortunado fortuito. ch irle . Individuo propenso a estallar en llanto. ch iro . 1. Prenda de vestir deshilachada y vieja. 2. Paño con el que se limpia alguna supericie. ch irri. Antioqueñismo importado a la meseta cundiboyacense. Denota falta de estilo al vestirse o modales burdos. ch irriad o . Elegante. Maravilloso. Óptimo. ch irrin go . Pequeñuelo. ch irriqu itico . Muy pequeño. El utilizar mayor número de sílabas ‘qui’ reduce aún más el tamaño del sujeto referido. ch iru s a. Marihuana. *bo go tálo go ch is a. Larva de escarabajo. El término se deriva del chibcha ‘xisa’. ch is ga. Oferta inigualable de negocios. Barata de temporada. La expresión es de uso generalizado en falsos avisos clasiicados dominicales. ch is go n ó n . Véase chisga. ch is gu e te . Flujo delgado de un líquido disparado con violencia. ch is m ó grafo . Especie de cuaderno de uso colectivo en el que un número determinado de individuos, por lo general conformado por estudiantes de colegio, consigna sus pensamientos y predilecciones más íntimas con base en un cuestionario escrito con antelación, con el in de darlos a conocer a los demás. El advenimiento de determinadas aplicaciones propias de la web 2.0, tales como Facebook, Twitter y Formspring, ha restado seguidores a los antañones chismógrafos. ch is m o s a. En la jerga policial, libreta de anotaciones. ch is p a, s acar la. Provocar enojo en alguien. ch is p a, s altar la. Véase sacar la chispa. ch is p cu a. En lengua chibcha, codo. ch is p e ro , qu e d ars e vie n d o u n . Estado de frustración posterior al mal transcurso de un proyecto o a la no consumación de cierto plan. ch is pe ro s . En tiempos previos a la independencia, grupo de agitadores, por lo general conformado por artesanos, al mando de José María Carbonell, cuya responsabilidad consistía en expandir el germen de la revolución por entre sus compatriotas. ch is p ó n . Individuo alegre cuyo ánimo suele mejorar tras haber consumido una considerable dosis de destilados y añejos. ch ite . Voz onomatopéyica para ahuyentar. ch itiad o . En el argot de la metalmecánica, torcido, sumido, doblado. ch ito . 1. Fórmula onomatopéyica con la que se indica a un auditorio o individuo, de manera no muy gentil (62) y nada discreta, la necesidad de guardar silencio o conidencialidad. 2. Falo de tamaño ínimo. El término es de utilización mayoritaria entre la población infantil. ch ito s . Pasabocas en forma de fríjol, cuya base era la harina de maíz. Durante muchos años la leyenda urbana creada para amedrentar a los niños adictos a tal alimento, rezaba que éstos tendían a acumularse en el intestino hasta acabar con la vida de quienes los comían en exceso. Los únicos verdaderos Chitos fueron producidos por el cocinerito de Jack’s Snacks. Después aparecieron ciertas imitaciones profanas y apócrifas que, al decir de los puristas, desdicen de la verdadera naturaleza del producto. ch iva. 1. Folclórico vehículo equipado con una colorida carrocería montada sobre el chasis de un bus convencional, de uso ancestral en municipalidades, pero del todo ajeno a los hábitos capitalinos. Esta costumbre –común en el occidente colombiano– ha venido haciendo escuela en la ciudad, lo que ha dado lugar a ciertos exotismos en sus pasajeros dignos de mención. Entre éstos se encuentran el andar perturbando con sus alaridos a los transeúntes que caminan cerca y el hábito de calmar el frío que se cuela por las ventanas, desprovistas de vidrios, con danzas frenéticas bañadas de aguardiente. La manufactura de modelos a escala de tan populares y tan ajenos medios de transporte, ha servido de recurso de última hora para quienes visitan el país y recuerdan en el instante de la partida comprar un regalo apropiado. Las chivas en miniatura pululan en terminales terrestres, aeropuertos y tiendas artesanales. 2. Primicia noticiosa. ch ivato . 1. Jovencito vivaz, lenguaraz y atrevido. 2. Ají chivato. Ají muy picante del tamaño de un grano de maíz. ch ivato d e p o rras . Pobre diablo. ch iviad o . Falsiicado. Pirata. No original. Véase chimbo, chimborrio, Morgan records, Sanandresito. ch iviar. 1. Falsiicar cierta prenda u objeto para que luzca como si tuviera una marca determinada. 2. En la jerga periodística, anticiparse a los colegas en una primicia noticiosa. ch o . En lengua chibcha, y aplicado a una mujer, bondadosa. ch o car. Molestar. Perturbar. ch o ch a. Cavidad vaginal. ch o ch al. Casa de copulatrices. ch o ch e ra. Remilgo propio de quien ha entrado en la senectud. ch o ch o . 1. Cavidad vaginal. 2. Individuo achacoso, remilgado y avejentado. ch o co late s an tafe re ñ o . Vigorizante bebida caliente a base de cacao, conocida y preparada en Santafé desde los tiempos de la Colonia. Puede prepararse con agua o con leche, y con o sin azúcar. Para su elaboración suelen emplearse barras de una pasta consistente que bien puede o no estar endulzada. Tales barras suelen sumergirse en la base líquida hasta derretirse y alcanzar el punto de ebullición, proceso sucedido por la entusiasta mezcla en la que se hace uso de un adminículo denominado ‘molinillo’ con el que se pretende dotar la infusión de la característica espuma que se adivina en su supericie. Entre las muchas propiedades atribuidas al chocolate santafereño se encuentra la de provocar molestos episodios diarreicos entre quienes exceden la dosis razonable. Se consume en desayunos, onces y en las frías noches, acompañado de tamales, colaciones, huevos pericos, queso, panes de yuca, almojábanas o cualquier otra golosina o amasijo. ch o co lo co . Estirpe de jovenzuelos afín a las artes conceptuales, a lo ‘kitsch’ y al mundo de la (63) iesta alternativa. Surgió a partir de los 90 y vive su apogeo a principios del siglo XXI gracias a algunas de las implementaciones típicas de la web 2.0 (Flickr, Fotolog, Myspace y Facebook, entre ellas). ch o co lú d ico . Extraña especie de artista conceptual basada en conceptos no igurativos y excéntricos, un tanto tendientes al exhibicionismo. Véase candelario, chocoloco, macareno. ch o co razo . Fraude o trampa electoral. Véase Gurropín. ch o n ch o . Individuo obeso. ch o n e to . Torcido. Carente de formas rectas. ch o n qu e ta. Mujer de maneras y hábitos neoalternativos, por lo general agresiva en sus modales y afín a la movida depresiva. ch o re ar. Robar. ch o rizo ( billar) . Reunión completa de puntos. ch o rizo . Fórmula eufemística para indicar distancia. ¿Por qué no nos deja en paz y se va pa’l chorizo? ch o ro . Ladrón. Ratero. ch o ro te . Especie de vasija en barro por lo general empleada para la elaboración del chocolate. ch o rriad o . Movimiento de dedos, cuyo in es imitar el sonido de un líquido derramándose. ch o rro . Trago de licor consumido en forma directa desde la botella. ch o rro d e babas , s alir co n u n . Incumplir una promesa. Corresponder en forma negativa a unas expectativas generadas. ch o ta, la. En la jerga delincuencial de antaño, la Policía. ch o to . 1. Saturado. Lleno. Abundante. 2. Miembro del cuerpo de Policía. ch ú caro . Policía bachiller. ch u ch a. 1. Fétida emanación vaporosa procedente de la zona axilar. Sobaquina. 2. Mal jugador de un deporte. *bo go tálo go 3. Individuo débil, de escasas destrezas físicas. 4. Hombre dado al acoso de damas ingenuas. 5. Variedad de roedores conocida como zarigüeya didelphis marsupialis. ch u ch e n to . Aligido por el mal olor axilar. Ch u ch ito . Cariñoso, aunque a la vez conianzudo remoquete utilizado por algunos para aludir a Jesucristo, por lo general empleado en el momento de elevar una plegaria o petitorio. ch u ch u m e co . Achacoso. Envejecido. ch u cn o rris . Churriento. ch u cu -ch u cu . Voz onomatopéyica para referirse a la música tropical. ch u cu la. Tipo de chocolate en pasta con forma esferoide elaborado con harina. ch u e . En lengua chibcha, pechos. ch u e co . 1. Torcido. 2. Corrupto. Deshonesto. ch u gu a. Tubérculo procedente de la planta del género botánico monotípico ullucus tuberosus caldas, conocida en otros países andinos como ‘ulluco’, a su vez procedente del quechua ‘ulluku’. Como la mayoría de sus similares, un vasto sector de la población bogotana sigue sin considerar a la chugua un alimento salubre. ch u lavita. Paramilitar clandestino contratado por el gobierno de Laureano Gómez con el in de aniquilar liberales. Los chulavitas hacían parte de una suerte de grupo élite procedente de la vereda del mismo nombre (localizada en Boyacá). Su misión, auspiciada por el gobierno, era la de masacrar a los revolucionarios liberales de entonces. Durante los años 50 del siglo XX, los chulavitas mutaron, hasta convertirse en lo que se conoció como ‘pájaros’. ch u le ar. Revisar y dar aprobación a un documento, tarea o propuesta. Cerciorarse de que un número determinado de tareas ha sido ejecutado en su totalidad. (64) ch u lito s , h ace r. Cruzar los dedos en ademán cabalístico con el objeto de convocar la buena suerte. Los bogotanos están haciendo chulito a ver si Millos y Santa Fe clasifican a los cuadrangulares. ch u lo . 1. Buitre. Gallinazo. 2. Marca de visto bueno, propia de profesores, supervisores y burócratas. ch u lo , h ace r. Cruzar los dedos con el propósito ritual de obtener buena suerte. ch u m be . En lengua chibcha, faja amplia. Véase maure. ch u m bim ba, d ar. En la jerga sicarial matar a disparos. Apuñalear. Ajusticiar. ch u n ch u lla. Véase chunchullo. ch u n ch u llo . Fritura elaborada a partir del intestino delgado de la res. ch u n co . Desprovisto de uno o más dedos. ch u p a. 1. Policía de tránsito. Por lo general se usa en forma burlona. Algunos consideran que la expresión es un apócope de chupa-pitos, término despectivo con el que durante algún tiempo se denominó a quienes ejercían tal labor, por su frecuente uso del pito como instrumento de trabajo. (chupacobres) Militar interpretando la trompeta, 1950. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC 2. Bomba para destapar cañerías, cuyo desempeño en el mayor número de casos resulta insuiciente, hecho que se evidencia al comprobar que las estadísticas de llamadas al plomero no disminuyen en los hogares en los que se cuenta con una. 3. Ventosa. ch u p aco bre s . En las orquestas, ejecutor de los instrumentos metálicos de viento (aerófonos). ch u p ad a. Tanda de sexo oral. chupalor. 1. Picalor. 2. Conquistador consuetudinario y promiscuo. ch u p alin a. Faena de ósculos apasionados. ch u p am e d ias . Quien se rinde a los caprichos y a las órdenes de sus superiores y los colma de lisonjas y halagos, con el propósito de ganarse sus favores. Véase lagarto, lambón. ch u p ar. 1. Consumir alcohol. 2. Resignarse a una situación desagradable, usualmente provocada por uno mismo. ch u p ar glad io lo . 1. Curiosa expresión empleada para aludir a un difunto. Se fundamenta en la común utilización del gladiolo como la lor que suele ornar las tumbas. 2. Encontrarse muerto o a la espera de morirse. Véase piyama de madera. ch u p ar gru e s o . Dar motivo de envanecimiento a algún individuo con el in de hacerse a sus simpatías. ch u p ar p iñ a. Expresión importada desde el departamento de Valle del Cauca alusiva a una jornada de besos apasionados. El término, en su momento, ameritó la creación de toda una campaña publicitaria para la bebida gaseosa Piña Postobón. ch u p ar ru e d a. En la jerga ciclística y automovilística, perseguir al competidor inmediatamente cercano, de manera insistente. (65) ch u p e . Voz odiosa con la que se invita a un individuo a resignarse después de haber tomado una decisión equivocada. ¡ch u p e ! p o r bo bo . Odiosa forma de indicar a un individuo su grado de responsabilidad en un determinado hecho trágico, aun cuando ésta tenga como origen la ingenuidad o la buena fe. ch u p e te ars e . Besarse. ch u p o . En la jerga policial, fusil. ch u rras co . Hombre o mujer cuyo aspecto resulta atractivo al ser visto desde atrás, pero decepcionante al hacerlo de frente. Un churrasco: por detrás es un churro y por delante da asco. ch u rria. Fluido excrementicio, por lo general de color marrón amarilloso de aspecto y consistencia acuosa. ch u rrias . Afección diarreica. ch u rrie n to . 1. Enfermo de diarrea. 2. Individuo con buena suerte. ch u rrim p am p le . Según el testimonio de José María Espinosa y Prieto, una de las tonadas más populares a principios del siglo XIX. Se trata de una obra para guitarra de origen español. ch u rro . 1. Individuo bien parecido y de encantos destacables. 2. Especie de fritura azucarada de forma circular y alto contenido graso, cuyo consumo suele derivar en inmediatas manifestaciones cutáneas. ch u rru s co . 1. Individuo de pelo ensortijado. 2. Especie de cepillo de cerdas delgadas destinado a la limpieza de retretes y mingitorios. 3. Tipo de oruga cuyo pelambre provoca un molesto picor, curable, según dictamina la sabiduría popular, miccionando sobre la zona afectada. 4. A comienzos de los años 60, dispositivo intrauterino. ch u ru m be l. Falo. Objeto que cuelga. *bo go tálo go ch u s acá. Vecindario del cercano municipio de Soacha. ch u s co . Bien plantado. ch u s m e ro . Grupo de furibundos manifestantes, revoltosos o insurgentes aglomerados en un mismo espacio. ch u s p a. Bolsa. ch u s qu e . Chibchismo. Chusquea scandens. Planta gramínea, especie de bambú, de gran altura, tallo nudoso y hojas estrechas. ch u ta. En lengua chibcha, hijo. Es curiosa la semejanza con el término 'chutar', cuyo signiicado es el de imputar o adjudicar a alguien un determinado oicio o la responsabilidad por algo. ch u tar. En la jerga balompédica, lanzar un tiro al arco. Véase chantar. ch u te ars e . Consumir alguna droga ilegal por vía intravenosa o intramuscular mediante el uso de una jeringa. ch u to . Crespo. ch u zar. 1. Apuñalar. 2. Intervenir una línea telefónica para espiar las conversaciones entrantes y salientes. ch u zo . 1. Establecimiento miserable. 2. Negocio de discreto peril. 3. Colegio de bajo nivel. 4. Puñal. 5. Pincho. ch u zo grafía. Especie informal de mecanografía autodidacta, ejecutada con los dos dedos índices o, en caso de dolor o desgaste de éstos, con los anulares, índices o dedos del corazón. ch yqu y. En lengua chibcha, sacerdote. cicla. Arcaísmo de gusto dudoso para ‘bicicleta’. cie rre d e te jad o . En la jerga de los constructores, inalización de los trabajos de obra negra. Por lo general los cierres de tejado son ruidosamente celebrados por los involucrados en la construc- (66) (chuzografía) Isabelita Pérez Ayala, secretaria de Eduardo Santos, director de El Tiempo, antes de ser presidente, 1933. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (67) (cicla) Mi primera bicicleta, 1984. Donante: Mauricio Ortiz, Álbum familiar / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (68) ción, quienes se autoagasajan con navegables dosis de cerveza y condumios cárnicos de alto contenido graso. cim bro n azo . Estremecimiento emocional considerable. circu n valar. Avenida periférica ubicada en estribaciones de los cerros orientales bogotanos. Su construcción comenzó a ser planeada en 1971, pero la oposición de algunos sectores obreros enclavados en los predios teóricamente atravesados por la vía retrasó la ejecución de los planes, a los que sólo se dio completa ejecución en 1981, en medio del Piduzob (Plan Integral de Desarrollo Urbanístico de la Zona Oriental de Bogotá). El uso del término, procedente del latín ‘circumvallare’, como nombre de una vía, es exclusivo de la ciudad. (circunvalar) cirilí. Véase cirirí. cirirí. Cantilena aguda e inacabable, por lo general en tono de reproche. clas u d o . Individuo de tipo distinguido, clase alta y modales reinados. clavad o . Dícese de quien se encuentra en extremo dedicado a una determinada actividad laboral o académica. clavar. 1. Perjudicar a alguien mediante la imposición de deberes académicos o laborales excesivos. 2. Penetrar por vía sexual. clavar p ico . Fórmula en extremo burda para aludir al momento en que un ser humano se queda dormido. clavija, d ar. Perjudicar a alguien en una negociación con el in de obtener un beneicio propio. Estafar. clavo , d ar. Someter a alguien a una extenuante e inacabable jornada de jodienda. cló s e r. Vulgarismo de clóset (armario). co ca. 1. Muela coca. Muela cariada. 2. Juguete compuesto por un palo en el centro y una cazoleta amarrada a éste por una cuerda. La dinámica consiste en insertar el mayor número posible de veces la cazoleta en el palo, después de haberla lanzado al aire. 3. Erythroxylum coca. Planta ancestral de consumo generalizado en los pueblos precolombinos de los Andes y en algunas comunidades actuales. Se le atribuyen propiedades curativas, tranquilizantes y energizantes. 4. Abreviatura de ‘cocaína’. co ca-co la bailable . Curioso tipo de festividad popularizada durante los años 60 y 70 del siglo XX y enfocada en la población juvenil. Las CocaColas bailables solían ser organizadas por padres renuentes al consumo de licores por parte de sus hijos. Su propósito era propiciar ceremoniales rítmicos entretenidos con el popular refresco como única bebida refrescante. Buena parte de las CocaColas bailables fueron amenizadas por la música de Los Hispanos, Los Graduados, Los Ocho de Colombia y algunas otras orquestas del momento. co ca-co la m ata tin to . Extranjerista expresión utilizada para indicar la superioridad de un ser o de una situación con respecto a otro. Se fundamenta en la creencia no comprobada de que los efectos y la valía de la bebida carbonatada en cuestión superan a los del café. (69) co caco lo . 1. Joven adinerado y de costumbres reinadas. Con la masiicación de la venta de Coca-Cola entre los adolescentes bogotanos de extracción alta, el consumo de ésta comenzó a convertirse en uno de los símbolos de clase de la ciudad de los años 40 y 50 del siglo XX. 2. Tipo de calzado en cuero de color blanco, ornado por arabescos coloridos. co ch e , ir e n . Verse beneiciado por el talento y el trabajo ajenos, y llevarse parte del reconocimiento correspondiente sin gozar de los méritos para tales efectos. co cin o l. Barata y peligrosa sustancia combustible derivada del petróleo, cuyo uso fue generalizado hasta los 90 en las cocinas de sectores deprimidos de la ciudad. co co . 1. Caja. 2. Reloj. 3. Cabeza humana. 4. Cerebro. 5. Colegio. co co s , h ace r. 1. Gesticular expresando disgusto o advirtiendo sobre algún peligro. 2. Esconderse y asomarse. co co tazo . Molesto golpe recibido en la cabeza a raíz de la voluntad de un agresor o de la caída súbita de un objeto sobre la misma. co cu yo . Luz frontal de los automóviles. Luciérnaga. co ge r. Abordar un determinado vehículo. co ge r la cañ a. Secundar a un individuo en una insinuación o propósito. co im a. Empleada de servicio doméstico. Se usa en tono despectivo. co im e . Sirviente. coja oicio. Brusca fórmula para indicar a alguien lo ocioso y pernicioso de su actividad cotidiana. *bo go tálo go co le ctivo . Microbús de servicio público. Pese a lo estrecho e incómodo de su diseño y al exceso de sillas con las que los colectivos suelen ser dotados, aún éstos campean por la ciudad, brindando extensas e insufribles jornadas de incomodidad a sus usuarios. (colectivo) co le gio gran d e . Coloquialismo empleado para aludir a una entidad de educación de dimensiones mayores y alumnos menos jóvenes que los de un jardín infantil. co lgad o . Retrasado en la ejecución de una determinada tarea. co lgan d e jo . Objeto, generalmente ornamental, que pende. co lin a cam p e s tre . Paradójica denominación empleada para aludir a un vecindario rebosante de ediicios y levantado sobre terreno llano. co lin a d e la d e s h o n ra. Remoquete cariñoso empleado por ciertos bohemios para aludir al vecindario de La Macarena. Véase chapiyorker. co lin ch ad o . Colado. Aquel que se encuentra en una posición o lugar sin merecerlo y sin haber hecho méritos suicientes para encontrarse ahí. co lin ch ar. Costumbre antañona de colgarse de las barandas de los tranvías sin cancelar el estipendio requerido para desplazarse en ellos. co lin o . Consumidor habitual de marihuana. (70) co lo ca. Vacante laboral. co lo car. Entre los individuos de escasa instrucción, barbarismo empleado indistintamente como sinónimo de ‘poner’, aun cuando éste se reiera al cambio en un estado determinado de ánimo. Mi jefe se colocó histérico. ¡No te coloques brava conmigo! ¡Le voy a regalar una chocolatina para que se coloque contento! co lo m bich e . Especie híbrida de colombianos que, dada su cercanía con Miami Beach, han comenzado a hacer simbiosis con el cubanoamericano entorno. co lo m bin o , o jo . Hematoma o absceso en la zona de los párpados, generado por un golpe. Vargas Llosa le dejó un ojo colombino a García Márquez. Co lo n ia. Periodo comprendido entre la creación de la Real Audiencia de Santafé, en 1550, por parte del emperador Carlos V, y la declaración de independencia nacional en 1810. co lo re ars e . Sonrojarse. co m a callad o . Descortés invitación al interlocutor para guardar silencio, motivada por el deseo de indicarle los peligros que puede constituir el hablar en demasía. co m ba. Ligero desvío de un cuerpo desde su eje central. co m bate , d e . Prenda, instrumento u objeto que, sin gozar de una calidad óptima, se muestra resistente al abuso y a las exigencias de las funciones para las que éste es adquirido. co m e d e re s y d e m arran o . Úsase para aludir a quien profesa la bisexualidad. Véase atiende por las dos ventanillas. co m e m ás qu e p lata al 2 0 . Cómica fórmula para aludir a la voracidad de un individuo al equipararla con las altísimas tasas de interés impuestas por una entidad o un prestamista usureros. Véase chepito, upac, uvr. co m e d e ro . Vulgarismo para aludir a un restaurante, por lo general en forma despectiva. co m e r p avo . Alusión a la situación de soledad y abandono vivida por aquella mujer a la que no invitan a bailar en el marco de una iesta o jolgorio. co m e rs e . Ayuntarse carnalmente con algún individuo. co m e trap o . Estado de extremo incremento en el apetito, posterior al consumo de tetrahidrocanabinol. Véase monchis. có m ica. Eufemismo para aludir a una meretriz. Véase crespa. có m ico . En tiempos republicanos el oicio de actor era menoscabado por la gente del común; por tanto, el término tomó cierta connotación peyorativa. Cuando el sustantivo era empleado para aludir a una mujer, tal connotación lindaba con el concepto de meretriz. co m id a. Cena. co m is o . Alimento de lonchera. Fiambre. co m o d ijo Micke y Mo u s e : ¡to d o e l m u n d o p a’ s u ‘h o u s e ’! Desagradable expresión propia de los años 70, y ya, por el excesivo uso, despojada de comicidad. Se emplea para indicar a los presentes en un determinado ágape o congregación, la necesidad de emprender la inmediata retirada. có m o e s tam o s , a. Incorrección empleada para indagar por la fecha del día en curso. Don Luis: ¿y hoy a cómo estamos? ¿có m o la ve u s te d , qu e tie n e gafas ? Manoseada fórmula de interrogación para solicitar a alguien su opinión acerca de un determinado asunto. co m o lo s p e rro s e n m is a. Fórmula refranil para aludir a la mala suerte de un individuo. co m o m e la re ce tó e l d o cto r. Libidinosa expresión –por lo general empleada por un anciano calenturiento– para exaltar las cualidades físicas de una dama. Véase guayigol. co m o m o s co e n le ch e . Utilízase para indicar la inoportuna presencia de un individuo descontextualizado. De acuerdo con el concepto encerrado (71) en la frase –equivocado, por cierto– el color blanco de la leche es símbolo de pureza e higiene. ¡có m o ñ o , m o ñ ito ! Expresión odiosa empleada para poner de maniiesto la incredulidad ante el testimonio de un individuo determinado. co m o p a'l gas to . Dícese de aquello que, sin acercarse a lo ideal, amerita algo de atención. co m o p e p a d e gu am a. Expulsión o salida veloz de un determinado espacio. La expresión tiene su origen en el curioso movimiento de proyectil con el que el hueso del reconocido fruto suele abandonar su corteza al serle propinado un golpe seco. co m o qu ie n n o qu ie re la co s a. El llamado colombiano al sigilo. Se trata de una lección precautelativa con pocos símiles en el planeta. Obrar ‘como quien no quiere la cosa’ se equipara a ir con cuidado, con disimulo. Por lo general la mayor parte de delitos, peculados, adjudicaciones irregulares de contratos, prevaricatos y enriquecimientos ilícitos en el país se lleva a cabo ‘como quien no quiere la cosa’. co m o u n lu lo . Símil un tanto extraño para aludir a la solvencia pecuniaria de un individuo. co m o u n pu tas . De manera intensa y persistente. ¿có m o vam o s ah í? Lema subterráneo de políticos clientelistas y corruptos, es primo hermano del ‘donde comen uno comen tres’ o del un tanto más burdo ‘sacar tajada’. Es una invitación formal a tomar partido igualitario de bienes pertenecientes a la esfera pública. ‘¿Cómo vamos ahí?’ signiica, al entender de los más sabios colombianólogos: ‘en últimas, de este negocito ¿cuánto me queda a mí (sic) y cuánto a usted?’ Todo esto sucedido por un llamado a ‘no pisarnos las mangueras’. Nada de raro tiene la reunión de dos ladrones tras la consumación de algún acto delincuencial iniciada con las palabras protocolarias de ‘¿cómo vamos ahí?’. co m o vam o s , vam o s bie n . Vivir con la incertidumbre a cuestas, acompañados, eso sí, por algo *bo go tálo go de resignación, es uno de los pasatiempos forzados predilectos de cada corazón colombiano que crea ser merecedor de tan honroso gentilicio. El suponer, por ejemplo y desde hace mucho tiempo, despropósitos del tono de “el país va mal, pero la economía va bien”, ha servido para ocultar la proverbial mediocridad de nuestra clase electora y dirigente. Es técnica, espiritual, académica y socialmente imposible que un país y su economía vayan en contravía. co m o vo lad o r s in p alo . Expresión en franca vía de extinción utilizada para aludir a una veloz fuga emprendida por un individuo. La desaparición de los expendios de pólvora y la quiebra de industrias tales como Chispitas Mariposa y Estrellitas Torero –por cuenta de una prohibición oicial– hacen que la igura haya perdido vigencia. co m p le jo Bo ch ica. Extraña forma de afección comportamental consistente en considerar superior a todo lo foráneo. El concepto está fundamentado en la acogida brindada por el pueblo muisca a su gran señor Bochica, supuesto maestro en las artes de la orfebrería, hilado y agricultura, cuyo fenotipo y origen, según reza la leyenda, denotaban una procedencia extranjera. co m p o n e rs e . Aliviarse. Mejorarse. Mejorar el aspecto físico. co m p rim id o . Pequeño documento plegable escrito en letra casi microscópica, del que algunos estudiantes suelen valerse como recurso para recordar un dato determinado en medio de alguna rutina de evaluación en colegios y escuelas públicas. Puesto que aún muchos siguen creyendo en la educación fundamentada en el aprendizaje de datos, tal medida se mantiene vigente en las prácticas corrientes de muchos futuros ciudadanos de bien, aunque el advenimiento del SMS, blackberries y otras ayudas ha terminado por desplazarlo. co n e s a p ie rn a… ¿p a’ qu é la o tra? Burda manera de halago en la que, singularizando la (72) alusión a las extremidades inferiores, se pretende lograr un juego de palabras que por lo general – lejos de provocar alegría en quien inspira la frase– suele generarle repudio. co n m añ ita. Cuidadosa, delicada y sutilmente. co n ch a. Véase conchudo. co n ch u d o . Indelicado. Descarado. Se usa para referirse a quien solicita favores incómodos con demasiada frecuencia, a quien abusa de la amabilidad de sus conocidos o a quien carece de tacto. co n cie rto d e co n cie rto s . Primer gran evento musical llevado a cabo en el Estadio Nemesio Camacho El Campín. Tuvo lugar el 17 de septiembre de 1988 y contó con la presencia de Compañía Ilimitada, Océano, Pasaporte, Timbiriche, José Feliciano, Franco de Vita, Toreros Muertos, Prisioneros y Miguel Mateos. Los más ignorantes, desconocedores de que la historia del Rock en Castellano no comenzó con este evento ni con el posterior Rock al Parque, han cometido la descarada osadía de llamarlo ‘El Woodstock colombiano’, sin considerar que años atrás recitales como El Festival de la Vida, en el Parque Nacional de Bogotá, o Ancón, en Antioquia, tuvieron características sin duda más importantes que éste. co n d e n illo . Individuo perverso y mezquino que causa perjuicio. có n d o r d e lo s An d e s . 1. Especie de ave falconiforme y carroñera de la familia cathartidae. Los nativos quechuas lo llamaban kúntur. Habita en la cordillera de los Andes y en las costas suramericanas cercanas al Océano Pacíico. Es la más grande ave voladora del mundo. Hay cóndores en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. 2. Fallida institución balompédica de la que se pensó sería la primera en ganar el torneo de ascenso. co n e jo , h ace r. Marcharse de un establecimiento comercial, por lo general un restaurante, bar o tienda, sin cancelar el emolumento correspondiente a la cuenta. Ignorar deliberada y deshonestamente una deuda u obligación comercial. co n fu n d a, p e ro n o o fe n d a. Expresión de disgusto en la que se indica al interlocutor lo desafortunado de una asociación mental o de una equivocación en la que el hablante haya sido involucrado. co n gre s ito . Cursi denominación oicial otorgada a la Comisión Especial que durante el periodo de interinidad en el que el Congreso de la República perdió sus facultades (entre 1990 y 1991) suplió su ausencia transitoria. co n m igo e s d icie n d o y h acie n d o . Fórmula de ufanación empleada por quienes desean pavonearse a causa de su alto y veloz poder de ejecución. El lema “diciendo y haciendo” fue inmortalizado por Andrés Pastrana Arango, durante su campaña a la alcaldía de Bogotá para el período 1988-1990. co n s e rvad o r. Una de las dos colectividades políticas históricamente mayoritarias. Su ideología está fundamentada en la exaltación de los valores tradicionales. Fue fundado en 1849 por Mariano Ospina Rodríguez y el escritor y humanista José Eusebio Caro. co n s igu ió la lice n cia e n u n tam al. Cómica fórmula empleada para realzar las escasas habilidades de un individuo al volante, endilgando a la casualidad el fortuito hecho de que éste posea una licencia de conducción. Véase buñuelo, especialidad en damas y hombres nerviosos. co n tan d o m o n e d itas d e lan te d e l p o bre . Lastimera igura utilizada por quienes, al experimentar cierta especie de envidia cachonda y lúbrica después de ver a una pareja abandonada a los escarceos amorosos en un contexto público. Véase páguele motel, páguele pieza. co n tin u is m o . Hábito político tipiicado a partir de los años 90 del siglo XX, consistente en la pre- (73) valencia en el poder de una determinada corriente política o de uno de sus dignatarios. contralujo. Medida de movilidad consistente en cambiar el sentido de una vida doble en una sola dirección, para aligerar el tránsito de vehículos en horas críticas del día. Véase pico y placa. co n tram ae s tro . En la construcción, auxiliar del maestro de obra, con la suiciente idoneidad como para supervisar el trabajo de albañiles. co n ve rs a. Apócope de conversación, de evidente mal gusto. co o p e rativa. En la jerga escolar, especie de comisariato dedicado a la venta de comestibles y golosinas. co p e tó n . Típica ave bogotana conocida con el nombre genérico de zonotrichia capensis. Su presencia es común a lo largo de toda la ciudad, más que la de cualquier otro animal, descontando ratas, ratones y cucarachas. Hay quienes dan un carácter más bogotano al mirlo, especie mucho más agresiva de hábitos marrulleros y capacidad de adaptación superior. co p e tó n , e s tar. Estado eufórico provocado por la ingesta copiosa de destilados y añejos. co p ialin a. En la jerga estudiantil, acción de copiar el contenido de una evaluación ajena o de un comprimido. Pequeño texto camulado con la respuesta a una pregunta determinada. co rabas to s . Véase abastos. co rbata. Cargo burocrático entregado por inluencia política sin mérito alguno y por lo general muy fácil de realizar. co rd o n azo d e s an Fran cis co . Aguacero. Según una leyenda popular compartida con otros pueblos, cuando san Francisco de Asís era atacado por el diablo, contestaba a sus embates golpeándolo con el cordón que llevaba atado al cinto, lo que desataba una gran tormenta en Bogotá. La presencia del río San Francisco (llamado por los nativos Viracachá y localizado bajo la actual aveni- *bo go tálo go (corabastos) da Jiménez, desde los cerros orientales) acentuó tal creencia en los bogotanos. co ro to s . 1. Posesiones que han de ser transportadas en una mudanza. 2. Propiedades de escaso valor. co rre rle la bu taca. Llevar a cabo gestiones hipócritas para despojar a alguien de su trabajo o de su posición con objeto de, a su vez, quedarse con ellos. Véase chupamedias, sapo, lambeculos. co rre rs e . Arrepentirse de una decisión en apariencia ya tomada. Adiela me iba a prestar la plata, pero se corrió. Véase mamarse, patrasearse. co rrie n tazo . 1. Platillo económico de baja elaboración, servido a guisa de almuerzo, cuya calidad, no obstante, según su vendedor, goza de apreciable excelencia. El término fue popularizado a comienzos del siglo XXI por la exitosa telenovela ‘Yo soy Betty la fea’. (74) Tiene el ingenio de unir tres signiicados distintos en una sola expresión 2. Descarga de corriente eléctrica. Electrocución. co rro n ch o . 1. Oriundo de la costa caribe. 2. Individuo de maneras burdas y poco reinadas. co rtar e l ch o rro . Suspender a un individuo el lujo de dinero o de auspicios. co s a, la. Fórmula burda para aludir al órgano sexual femenino. co s co rria. Individuo indeseable. co s co rró n . Molesto y peligroso golpe propinado con el puño sobre la supericie craneana. co s iacar. Verbo polisémico empleado por quienes desconocen la expresión correcta para referirse a determinada actividad. co s iaco . Barbarismo simplista para aludir a un objeto cualquiera cuyo nombre no es recordado por el hablante. cosiániro. Sustantivo versátil utilizado por quienes carecen de recursos dialécticos para referirse a cualquier objeto, en la misma forma en que ‘fulano’ se emplea para aludir a un individuo cualquiera. cosianirulo. Véase cosiánfiro. co s iatar. Véase cosiacar. (cosiaco) El linotipista frente a la máquina, 1942. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (75) co s ita s e ria. Individuo peligroso e impredecible del que hay que cuidarse. co s talazo . Caída. co s te ñ o . Oriundo de la costa caribe colombiana. co s tillas , a. Por cuenta de alguien. A costa de alguien. La clase dirigente colombiana lleva 200 años viviendo a costillas de los pobres. Véase coche, ir en, marranear, tinterillo. co ta. Chibchismo. Rizo. Crespo. co te jo . Competencia deportiva. co tice . Conquista amorosa. Acto de conquistar, por lo general revestido de toda suerte de eventualidades ridículas. Véase boleta, marranear, rumbearse. co tizas . Especie de calzado similar a las alpargatas. co tizó n . Individuo capaz de cautivar el amor de alguien con facilidad. Dícese de quien se dedica prioritariamente a tal in. co tu d o . Individuo ingenuo. cre am . Establecimiento típico de las décadas comprendidas entre los 50 y 70 del siglo XX en el que se expendían helados, hamburguesas y diversos alimentos. Los ‘creams’ fueron los primeros restaurantes tipo ‘drive thru’ fundados en la ciudad. El más famoso de éstos –el Cream Helado– era una cadena de heladerías de la Bogotá de los 60 y 70 del siglo XX, y fue la preferida por los jóvenes de clases medias altas de los sectores aledaños a La Soledad y el Antiguo Country. El lugar entró en franca decadencia al comenzar los 80, lo que derivó en su cierre. cre m a. De alta categoría. Exclusivo. cre m o s o . Vulgarismo para aludir a un individuo de modales y hábitos en exceso reinados. cre s p a. Meretriz. criatu ro . Pequeñuelo. Se utiliza también para aludir en forma irónica a un jovencito travieso y cruel. *bo go tálo go crio llo . Durante la dominación hispánica, hijo de españoles nacido en América. Parte del afán independentista por parte de los americanos radicaba en la imposibilidad de los miembros de su élite para acceder a cargos de relevancia. crip a. Variedad de marihuana obtenida mediante diversos procesos de cultivo, caracterizada por su alto contenido de tetrahidrocanabinol. Algunos relacionan su nombre con el de la kriptonita. cru ce . Vulgarismo en principio utilizado para aludir al intercambio de favores. En la actualidad representa el favor en sí mismo. ¡cru ce e s ta raya y s u m ad re lo llo ra! Por regla general esta oración –seguida de un esputo amenazante, a su vez demarcado en el asfalto con el zapato College La Corona de cualquier enojado trashumante de nuestras calles– es una poética muestra de ingenio, bastante más amable y menos amenazante que el también muy nacionalista y vengativo ‘lo tengo entre ceja y ceja’. El afán fratricida y violento que encierra, de todas formas, es imperdonable. cu ad ra p ich a. Distrito de bares del sur de Bogotá, ubicado en cercanías a la avenida Primero de Mayo. Si bien su aspecto es más imponente que el de las calles 82 y 93 y sus precios más bajos, la mala costumbre de acosar a los clientes y de no emplear datafonos marca una diferencia con su similar norteña; sus avisos de neón y la variedad musical ofrecida le dan, sin duda, un aspecto más cosmopolita. cu ad rar. 1. Ajustar. 2. Formalizar un compromiso sentimental. 3. Dicho de un vehículo automotriz, estacionar. cu ad rars e . 1. Formalizar un noviazgo. 2. Solventar un desajuste económico. cu ajad a. Especie de queso insípido elaborado con leche de vaca, de bajo contenido graso. (76) (cuajada con melao) cu ajad a co n m e lao . Postre elaborado a partir de la cuajada y cierto tipo de jarabe meliluo y azucarado. cu ajad o . Individuo grande y de musculatura prominente. cu arto , h ace r. Propiciar el momento y lugar para que un determinado acontecimiento se desarrolle en forma expedita. Se utiliza, por lo general, para aludir a quien sirve de alcahueta en un determinado amangualamiento, bien sea laboral o erótico. cu ba. Hijo menor. cu bio . Tropaeolum tuberosum. Polémico tubérculo, extraído de una planta herbácea de hábitos rastreros, crecimiento erecto, follaje compacto y alto contenido de ácido ascórbico. Su sabor es agrio y su aspecto accidentado. Es consumido por ciertos habitantes del aliplano cundiboyacense. Los cubios no admiten términos medios. Por tal razón sus amantes o detractores se dividen en dos bandos irreconciliables. En su acepción más generosa y poética es conocido como “camarón de tierra”. cu ca. 1. Vagina. 2. Especie de galleta de color oscuro y forma redonda elaborada con panela, harina, azúcar o melaza. Aunque su origen parece ser antioque- ño, la presentación en los paquetes personales para escolares las ha hecho populares en Bogotá. c u c a p a ta d a . Amigable juego de pelota similar al fútbol y consistente en conseguir que la bola atraviese bajo las piernas del rival, hecho que de inmediato le confiere al derrotado el inalienable derecho a recibir una reconfortante y enérgica tanda de patadas por parte de sus contendores. c u c a ra c h e ro . Avecilla insectívora de color pardo rojizo en la parte superior y marrón en el vientre. Su tamaño oscila entre los 10 y los 13 centímetros. Se caracteriza por su nervioso aletear y por sus movimientos veloces. Se le llama así por su costumbre característica de alimentarse de cucarachas. Troglodytes aedon. Tan típica criatura dio lugar a una legendaria composición de Jorge Áñez titulada ‘Los cucaracheros’, conocida como una de las más típicas de la ciudad. c u c a rró n . 1. Homosexual. 2. Conversación de fondo, a manera de zumbido, cuyo fin es arrullar a quien trata de dormirse. cu ch a. 1. Anciana. 2. Maestra, por lo general en un plantel de educación media vocacional. 3. Progenitora. 4. Pez ornamental de agua dulce, conocido con el nombre cientíico de ancistrus triradiatus. Es costumbre de los vendedores inescrupulosos de las tiendas de mascotas en la ciudad el mezclar sin discriminación distintas especies de peces independientemente de la temperatura o el ph ideal para su óptima supervivencia. Los acuaristas suelen referirse a las ‘cuchas’ como especies no ornamentales, cuyo valor práctico se reduce a cooperar con la limpieza de los tanques. (77) (cucha) Mujer de la tercera edad arreglando verduras, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (78) c u c h a c h a . Híbrido entre dama de avanzada edad y jovencita. Cucha y muchacha a la vez. cu ch are ar. Molesta costumbre de individuos golosos y angurrientos consistente en husmear con su cuchara en las ollas o platos de los comensales vecinos. cu ch as , d e . Arcaísmo empleado para aludir a quien llegaba de último en una determinada competencia. cu ch aviva. Dios chibcha del aire y el arco iris. cu ch ibarbie . Dama a la que, allende su avanzada edad, el tiempo sigue tratando con la suiciente generosidad como para ser considerada deseable en forma casi unánime. cu ch ip an d a, a la. Véase a la guachapanda, ley de Charles. cu ch is , d e . De amores. Afectuosamente. cu ch o . 1. Anciano. 2. Progenitor. 3. Maestro. cu ch u bo s . Bolsas de cuero amarradas a las sillas de montar, muy populares antes de la llegada del automóvil a la ciudad. cu ch u co . 1. Sopa espesa elaborada a base de maíz, cebada o trigo en presentación de grano pelado, en la mayoría de los casos bañada en sustancia de carne vacuna, bovina y porcina, y acompañada de arvejas, zanahoria, patatas picadas y especias tales como cilantro, laurel y guascas. 2. Tradicional personaje de la Bogotá de principios de siglo XX, cuyo verdadero nombre era Pablo Flórez. Conocedor de letras y ilosofía, y dueño de un excepcional sentido del humor, no obstante su casi absoluta indigencia Cuchuco ornó a la ciudad con sus frases sabias y su gracia particular durante buena parte de esta centuria. Véase locos bogotanos. cuchulí. Objeto cualquiera. Durante los 80 Carlos Antonio Vélez y Hernán Peláez –presentadores del legendario magazín deportivo ‘Cromadeportes de Cromavisión’ y modelos oiciales de cierta entidad bancaria de corte cooperativo– aplicaron el término a un extraño dispositivo de utilería con el que se suponía podían controlar un reproductor de VCR en el que se retransmitían jugadas destacadas. También hubo un llavero con resorte al que se adjudicó tal título. cu ch u m in a. Copulatriz. cu co . Tierno. Agraciado. cu co s . Calzones. Bragas. cu co ta. Forma ramplona y vulgar para referirse a una dama en extremo atractiva. cu cu ru ch o . Cúspide. Cima. cu e n ta d e co bro . Aborrecible documento exigido por ciertas empresas con el in de dilatar los pagos a sus proveedores y contratistas. cu e ro . 1. Balón de fútbol. 2. Lámina de papel de arroz destinada a servir de revestimiento a alguna hierba para fumar. cu e tiad o . Dícese de un objeto estropeado o de un cadáver. cu h u ca. En lengua chibcha, oreja. cu h u ca ch ie . En lengua chibcha, oído. cu h u p cu a. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a siete. cu id an d e ro . Individuo encargado de la vigilancia de una propiedad rural o latifundio, por lo general tan sólo habitada por él mismo y los suyos. cu le bra. Deuda. Cobrador. Acreencia morosa. ‘El culebro’ fue un remoquete cariñoso con el que el país recuerda al fallecido actor televisivo Hernando Casanova. Pocos saben que su apodo de ‘culebro’ se debe a un célebre personaje de cobrador por él interpretado en la comedia televisiva ‘Yo y tú’. cu liar. Tener relaciones sexuales. cu licagado . Niño. Jovenzuelo inmaduro e imberbe. (79) cu lich u p ad o . De nalgas enjutas. cu lillo . Cobardía. Temor. Inseguridad. cu lió n . Individuo libidinoso y promiscuo, adicto a las lides amatorias. cu lip ro n to . 1. Individuo fogoso y promiscuo, cuya presteza a involucrarse en dinámicas copulatorias (de tipo hetero y homoerótico) suele ser ponderada entre sus conocidos. 2. Individuo que por dar demasiada celeridad a sus acciones –y por lo general de manera ingenua y bondadosa– tiende a obrar de manera poco razonable. cu lo , im p o rtar u n . 1. Dícese de algo intrascendente o a lo que se desea restar relevancia. 2. Estúpido. Vano. Supericial. Inmaduro. cu lo d e . Suijo de origen caribeño empleado para aludir a algo destacable. ¡Culo de apartamento el que me conseguí! cu lu m p io . Barbarismo aleve para ‘columpio’. cu m bam ba. Quijada. cu n ch o . Residuo líquido de alguna bebida en el fondo de un envase. Cu n d in a m a rc a . Nombre empleado en 1886 para bautizar la extensión territorial y la subdivisión política de la que Bogotá es capital. Al parecer fue el resultado de una deformación del quechua ‘kuntur marqa’, cuya traducción aproximada al castellano sería “nido del cóndor” o “lugar en donde habita el dios Con (Cóndor)”. Hay quienes afirman que el verdadero significado del término era “región grande”. De acuerdo con ciertos cronistas, los nativos de los actuales Perú y Ecuador sostenían dinámicas relaciones comerciales con pueblos extranjeros (presumiblemente chibchas), a cuyo país llamaban Cundirumarca, Cundelumarca y Condelmarca. Al final, la expresión fue unificada en un más simple de pronunciar Cundinamarca. Dado que *bo go tálo go el sufijo ‘marca’ era empleado en el castellano como abreviatura de Cundinamarca, el término en últimas significaría algo así como “comarca del cóndor”. cu qu e ra. Ternura. cu ra. Aguacate. Banda adhesiva antiséptica empleada para cubrir heridas menores. cu rru n ch o . Dinámica lúdica consistente en adivinar qué mano esconde un objeto determinado. cu rru taco . Individuo infantil. cu rs iar. Excretar. cu rs o s . Afección diarreica. cu ru bito . Estado de jerarquía superior en una determinada colectividad. Preeminencia. cu s u m bo s o lo . Individuo solitario y de hábitos poco sociales. Hay quienes creen que la expresión está relacionada con un viejo seriado televisivo llamado ‘Cusumbo’, del que no es posible conseguir un solo capítulo, como documento audiovisual, y cuyo personaje protagónico era un carismático pequeñuelo de la calle. cu tre . Hispanismo de reciente cuño alusivo a un individuo u objeto burdo y falto de gusto. cu za. En lengua chibcha, peinilla. (80) d d añ ad o . 1. Expresión popular en Antioquia y el Antiguo Caldas para aludir a un homosexual, hoy adoptada por algunos capitalinos. 2. Degenerado. d añ o d e e s tó m ago . Afección estomacal caracterizada por eventuales episodios diarreicos e intensos dolores. d ar cach u ch a. Hacer uso excesivo de un electrodoméstico o maquinaria determinada. d ar clavija. Dejar en desventaja al contrario en una negociación. d ar garra. Excederse en una determinada actividad. d ar p is o . En la jerga sicarial, asesinar. d arlo . Rendirse a los requerimientos amatorios de un determinado individuo. d ars e . En la jerga juvenil, besarse. d árs e las . Blasonar en torno a un exagerado mérito propio. d e cu lo s p a’l e s tan co . Expresión ilustrativa con la que se hace alusión a la trayectoria descendente y trágica de un individuo. d e je lo s s an to s qu ie to s . Solicitud poco piadosa cuyo objetivo es demostrar al interlocutor la inconveniencia de sumirse en una determinada empresa. d e m alas , co m o la p irañ a m u e ca. Apocalíptico concepto con el que se pretende aludir a un giro macabro de la fortuna, en donde un individuo se ve desprovisto de herramientas y armas para enfrentar el batallar cotidiano de la vida. d e m e jo re s cas as m e h an e ch ad o . Fórmula de consuelo utilizada por quien, después de haber sido expulsado de un hogar a causa de algún proceder imprudente, decide restar trascendencia al hecho, aludiendo a los muchos lugares de mayor abolengo de los que ha sido marginado. La expresión, lejos de digniicar a quien la pronuncia, termina por desacreditarlo todavía más. d e p ip í co gid o . Úsase para aludir a dos individuos envueltos en una estrecha relación de compinchería y amistad que en modo alguno debe confundirse con dinámica homoerótica alguna. d e co m is ar. Odiosa costumbre ejercida por los micropoderes del ámbito escolar, consistente en retener determinadas posesiones de los estudiantes (bien sea alimentos, balones, prendas, juguetes o dispositivos electrónicos para la reproducción de música), con la anuencia de los cuerpos directivos. d e d icárs e la. Convertir a un individuo determinado en el permanente blanco de mofas o de acosos. d e d o , a. 1. Transportarse mediante la modalidad de ‘autostop’. Como no había buses me tocó irme a dedo. 2. Adjudicación de un cargo mediada por la caprichosa decisión de un solo individuo inluyente. d e d o , d ar. Satisfacer los ímpetus sexuales femeninos mediante el uso dactilar. d e d o , e ch ar. Solicitar transporte mediante el clásico sistema de ‘autostop’. d e je as í. Antigua expresión empleada para terminar de manera abrupta una charla, discusión o transacción. Por desgracia ésta fue arrebatada del corazón de las clases populares bogotanas por cierto comediante especializado en el arte del ‘stand-up’. d e je n d e co m e r p an d e lan te d e l p o bre . Véase contando moneditas delante del pobre. (81) d e je n m iar al m ach o . Expresión propia de la jerga agropecuaria, en principio empleada para indicar a los presentes en una faena reproductiva veterinaria, la necesidad de dar espera al macho para deshacerse de sus eluvios urinarios antes del ayuntamiento. Con el tiempo ésta comenzó a ser utilizada para solicitar al interlocutor tener paciencia o abandonar la excesiva prisa en el desarrollo de una actividad determinada. d e l cu e n to . En la jerga endogámica homosexual, expresión en clave para aludir a quien comparte tales predilecciones eróticas. d e le . Voz aprobatoria que antecede a una acción que ha de ser llevada a cabo por el interlocutor. Véase hágale. ¡d e le , d e le , qu e e l go lp e avis a! Premonitoria voz –por lo general procedente de quien guía a un conductor en un aparcadero– con el macabro propósito de ponerlo en alerta con respecto al inminente peligro de sufrir una colisión con una de las tapias del lugar, uno de sus muros de contención, columnas o –en el más grave de los casos– con otro automóvil, casi siempre de alta gama. La expresión es también un llamado a continuar contra todos los pronósticos. Una convocación sagrada a la aventura. A proseguir con ciega fe, sin miramientos o consideraciones preventivas ni analíticas, sin tener idea alguna de lo que pueda ocurrir. Muchos servidores públicos, contratistas oiciales, reparchadores de vías y demás la siguen con entusiasmo. En ocasiones el golpe avisa… y mata. Véase chitiado. d e le p a’d e lan te , qu e p a’trás as u s tan . Esta refranil prima hermana de “echao pa’lante” y “pa’trás ni pa’ coger impulso”, es sin duda la predilecta de motivadores y positivistas consumados de la estirpe Duque Linares y otros más. El pretexto es que no debemos dar marcha atrás en nuestros ímpetus progresistas. La realidad es que no mirar en retrospectiva es uno de los más co- *bo go tálo go munes errores del colombiano y que la amnesia, generada a conveniencia de quienes la promulgan, es una de las formas más dañinas de esconderse del pasado. Aquello de que “pa’trás asustan” parece más bien un llamado a negarnos a las vulgaridades y vergüenzas de un pasado que en deinitiva no queremos recordar o que intentamos hacer ver en falsos colores de nostalgia. d e li. Aborrecible apócope de delicioso, de cuño reciente. d e licars e . En lengua vulgar, enojarse o molestarse por causa de alguna indelicadeza. d e rram ars e . Lanzar la simiente masculina en medio de una faena de autoerotismo o copulatoria. d e s arro llars e . Vulgarismo para aludir al acto eyaculatorio. d e s ayu n ad e ro . Peculiar instalación dedicada al expendio de alimentos nocturnos, por lo general consumidos en las postrimerías de algún festejo, con el sano propósito de aplacar una galopante resaca. Entre sus platillos más connotados suelen encontrarse la changua, el caldo de costilla, el calentado y los huevos al gusto. d e s barata u n balín . Fórmula hiperbólica para aludir a la empresa quimérica e irrealizable de desarmar un objeto macizo de forma esférica, sólo posible para un infante bendecido con el don de la destrucción. d e s bre vad o . Arcaísmo empleado para referirse a un individuo obsesionado con el estudio. d e s cach alan d rad o . Individuo descuidado en el vestir. d e s cach ar. Equivocar un cálculo. Errar el blanco. Desacertar a la hora de atrapar un objeto o de realizar un determinado lance en una competencia de habilidad. d e s cad e rad o . Tipo de pantalón cuya parte superior linda con las zonas pudendas. d e s calzo s . En tiempos de la Conquista, gente del común. (82) d e s calzu rriao . Dícese de quien lleva sus pantalones descolgados, por debajo de la cintura. Véase descanzurriao. d e s cam biar. 1. En el lenguaje vulgar de individuos poco cultivados, cambiar dinero en billetes o monedas de alta denominación por la misma cantidad en unidades de baja. 2. Intercambiar caramelos, cartas, postales o estampitas. d e s can zu rriao . Desarreglado. d e s carach ad o . Objeto metálico al que se le ha caído parte de su pintura. d e s carach ar. Perder por voluntad propia o sin ella, una costra de sangre. d e s carap e lar. Mudar de piel después de haberse expuesto al sol. d e s cas p ar. Proceso de renovación de la piel quemada por el sol. d e s ch ave tad o . Desequilibrado mental. Falto de cordura y de razón. descochinlar. Desajustar. d e s co co ro tar. Romper. Quebrar. Estropear. desconchilar. Véase desconchinflar. desconchinlar. Desgonzar. d e s co rch ar. Deslorar a una dama. d e s co rch e . Tarifa cobrada por algunos establecimientos para permitir el consumo de bebidas alcohólicas no expendidas dentro de sus instalaciones. d e s cre m ars e . En lengua de baja estofa, despojarse del lujo seminal. d e s cre s tar cale n tan o s . Sorprender a alguien de provincia con alguna insigniicancia citadina. d e s cre s tar. Sorprender a alguien en forma favorable. Contrario a lo que la mayor parte de diccionarios parece indicar, el descreste no es necesariamente una forma de engaño. d e s cu ad rars e . Sufrir un desajuste económico. d e s cu e rar. Murmurar en contra de un individuo o poner sus defectos en evidencia. Levantar testimonios falsos que perjudican a alguien. (descuerar) d e s cu lars e . Caer de manera estrepitosa. d e s e ch able . Aborrecible y fascista sustantivo utilizado por algunos para aludir a los que padecen condiciones de indigencia. d e s e n ch ip ars e . Enojarse. d e s e n cu le brars e . Salir de deudas. d e s e n gu ayabe . Proceso bioquímico de cura posterior a una ingesta etílica, cuya piedra angular es aquella de “el guayabo es para los pobres”, en la que –se supone– toda resaca es susceptible de curarse consumiendo aún más alcohol. d e s e n te jad o . Caballero ligido por la calvicie frontocoronaria. d e s galam id o . Véase esgalamido. d e s gare tad o . Objeto, prenda o individuo en condiciones de desgaste. d e s go n zars e . Quedar exánime por causa del cansancio o la enfermedad. d e s gu ale tad o . Desarreglado. Mal acicalado. d e s gu aram bilad o . Extenuado. Desarreglado. d e s h o rizo n tad o . Sin horizontes ni destino inmediato alguno. Desubicado. Desorientado. desinlado. Individuo desencantado y defraudado. d e s jare tad o . Cerrado de manera incorrecta. Medio abierto. (83) d e s je tad o . 1. Sin boca. 2. Prenda de vestir con el cuello ancho por la acción de la gravedad. d e s je tar. Despojar a alguien de su boca. d e s je tars e . Apurarse en exceso por la ejecución de una tarea o deber. Véase cepillero, lambón, lagarto. d e s m e ch u zad o . Despeinado. De pelo achilado. d e s m ie rd ad o . Dícese de aquello que se mueve a muy alta velocidad. d e s m o ñ ar. Proceso artesanal de separación de las semillas y las hojas de marihuana antes de su consumo. d e s m u e le tad o . Desprovisto de dientes. d e s n u cad e ro . Motel. Reducto apropiado para la cópula subrepticia. d e s o re jad o . Individuo despojado de oído o de virtudes musicales. d e s p alo m ad o . Individuo ensimismado y distraído. d e s p arch ad o . Aburrido. Despojado de planes o de actividades por realizar en compañía de otros. d e s p arch e . Inactividad. Soledad. Abandono. Aburrimiento. d e s p e lu cad o . Despeinado. d e s p e lu qu e . Desorden festivo. d e s p e p ad o . De forma veloz y nerviosa. d e s p e p ar. Extraer las semillas de la marihuana con el in de optimizar la combustión de la hierba. En la creencia popular de los consumidores habituales de THC, el obviar esta práctica favorece la formación de acné facial. d e s p e p itad o . Salir con velocidad. d e s p icar. Quitar el pico a un recipiente. d e s p o rro n d igars e . Caer al piso en posición extendida. Despedazarse. d e s p u é s d e o jo afu e ra, n o h ay s an ta Lu cía qu e valga. Llamado a la razón para indicar que, más allá de los poderes atribuidos a los grandes *bo go tálo go santos de la madre Iglesia católica y romana, hay situaciones dramáticas e irresolubles. d e s p u lgar. Retirar las pulgas de una supericie o criatura. d e s trabe . Distracción, por lo general posterior a la ingesta de algún estupefaciente. d e s tu tan ars e . Acción y efecto de caer con brusquedad y hacerse daño. d e s vare . 1. Acción y efecto de poner en marcha un vehículo automotor. 2. Oicio informal o negocio desfavorable emprendidos con el objeto de sobrevivir. Véase peña, rebusque. d e s viro lad o . Individuo desorientado o carente de raciocinio. d e tro it. En la jerga callejera, detrás. d iago n al. Extraña categorización de la nomenclatura bogotana utilizada para aludir a aquellas calles que, aun siendo transversales a los cerros, no son llamadas en esa forma, sino diagonales. Aunque ello resulta difícil de comprobar, es bastante probable que en el momento de realizar el caótico trazado urbano local y de bautizar avenidas, carreras y calles con cifras, algún descuidado haya omitido una de las últimas, por lo que, en un recurso de emergencia típicamente colombiano, se haya inventado las diagonales para cubrir el error. Dos sectores famosos por la proliferación de diagonales y transversales son Palermo y Teusaquillo. Véase transversal. d ie té tico . Autobús de gran calado y bajo presupuesto. Comenzó a llamársele así dado que, debido al exceso de pasajeros, el reducido espacio diicultaba el viaje de quienes padecían de sobrepeso. d ije s , a lo s . Expresión propia de la jerga balompédica callejera. Es empleada en los encuentros futbolísticos cuando uno de los jugadores pide a su compañero el suministro del esférico por vía (84) (desparche) Trabajadores frente a la fábrica de maltina, se observa el paso del tranvía, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (85) (dietético) aérea, para que éste, a su propia vez, lo detenga con el pecho. ¡Venga, Chucho!: a los dijes. d ire ct tv. Dícese de quien se encuentra perturbado por causa de una alicción diarreica. d is co . Canción. Durante los años en los que la banda de Amplitud Modulada –AM– dominaba las ondas hertzianas de la ciudad, en los que además el formato de disco sencillo de dos caras seguía teniendo relevancia, los bogotanos solían referirse a una canción determinada que sonaba en el transistor como ‘disco’ o –de tratarse de su favorita entre las favoritas– como ‘mi disco’. d is co s d e la to rre . Denominación cariñosa y un tanto caricaturesca con la que algunos compradores de discos compactos y libros suelen aludir a la agonizante tienda de música Tower Records. d is cu lp e m e n (sic) s u e d u cació n . Fórmula de afabilidad propia de vendedores ambulantes de autobús y mendigos, que suele preceder a la oferta de un producto (por lo general bolígrafos, *bo go tálo go golosinas o cuadernillos didácticos) o a la solicitud de dádivas económicas voluntarias. dis trave . Distracción. Pasatiempo de emergencia. Sus orígenes tempranos se remontan al término ‘destrabe’, empleado por los consumidores de estupefacientes en los 60 para referirse a los rituales de recuperación posteriores a la culminación del efecto de las sustancias psicoactivas en su organismo. El término parece aludir al nombre de una irma distribuidora de aves crudas y asadas. ¡d ivin o !. Expresión típicamente femenina para aludir a la ternura o a la gracia física de algún miembro del sexo opuesto. También se constituye en una forma descarada de lambonería con el propósito de ejercer el muy femenino arte del marraneo y la explotación, amparado en los encantos del mal llamado sexo débil. d o cto r. Inexplicable formalismo empleado por los capitalinos y el resto de colombianos para aludir a quien, sin ostentar un título de doctorado (86) ni haberse recibido como galeno, es considerado por el hablante como superior en jerarquía. d o lare te . En palabras vulgares y de gusto dudoso, dólar. d o n . Preijo un tanto servil, cuyo signiicado (basado en las siglas del término ‘de origen noble’) es desconocido por la mayoría de quienes lo emplean para aludir a un superior. d o n d e co m e n d o s , co m e n tre s . Prueba legible y audible de la generosidad bogotana y de la capacidad de resignación de los habitantes del altiplano cundiboyacense a la hora de tasar los comestibles o recursos económicos. Es utilizada, además, tal como ocurrió en el largometraje ‘La gente de La Universal’, para ilustrar la posibilidad de repartir los sobornos de manera justa e igualitaria. d o n d e co m e n tre s , co m e n cu atro . Variante del clásico ‘donde comen dos, comen tres’, basada en un algoritmo aún mayor. ¿d ó n d e e s tu fo ? Exclamación humorística, cuya risibilidad ya ha ido perdiéndose por cuenta del uso excesivo, empleada en sus orígenes para indicar al interlocutor las emanaciones pestilentes de su aliento etilizado, tras una faena de copiosas libaciones alcohólicas. ¿d ó n d e h ago la raya? Vulgarismo empleado para demostrar sorpresa ante lo inusual de una situación. d o ñ a Blan ca. Taza del excretorio. Por lo general la expresión suele emplearse en el momento de trasbocar, en medio de un molesto episodio de náuseas provocado por la excesiva ingesta de licor, enmarcada en la clásica frase “Voy a hacer un depósito en doña Blanca a la cuenta del río Bogotá”. ¿d o rm im o s ju n to s , qu e n o s alu d a? Fórmula de reclamo utilizada para quien –tras presentarse en un lugar determinado– olvida decir hola a los presentes. Está basada en la creencia popular de que aquellos que pernoctan en un mismo espacio no ven necesario saludar en las mañanas. d raco n ian o . Miembro de una de las dos subdivisiones del liberalismo durante la segunda mitad del siglo XIX. Los draconianos defendían el intervencionismo del Estado y una economía proteccionista con la que se pretendía frenar el crecimiento de los grandes comerciantes, lo que los hizo merecedores del apoyo de artesanos y de militares. Los draconianos tuvieron en los gólgotas a sus mejores adversarios. d ro go . Consumidor inveterado de estupefacientes. Véase drulo, sollado. d ru lo . 1. Asiduo consumidor de píldoras sicotrópicas. La expresión se deriva de una pastilla conocida con el nombre de drula o ‘lemon 714’. Véase drogo, pepo, sollado. 2. El término se emplea también para aludir a quien se encuentra bajo los visibles efectos de alguna droga recreativa consumida por vía oral. d u lce . 1. Bebida carbonatada y azucarada. Gaseosa. 2. Ser dulce para. Resultar atractivo para cierto tipo de individuos o de situaciones. d u lce s , te n ga p a' lo s . Expresión que antecede al momento de entregar una dádiva monetaria a un determinado individuo. d u ro . Jefe. Mandamás. e e ch ar. Verbo común de brusca sonoridad y uso generalizado como anteposición a algún vocablo o expresión burda. Véase echar bala, echar bueno, echar el pato, echar globos, echar la madre, echar los perros, echar números, echar pata, echar pestes, echar piches, echar pistero, echar pupila, echar quimba, echar rulo, echar vainas, echarle el cuento. e ch ar bala. Atacar a alguien mediante disparos. e ch ar bu e n o . Modismo común de origen incomprensible, alusivo a cierto tipo de inactividad placentera. e ch ar e l p ato . Acusar a un inocente de un crimen propio para desviar el castigo. El término tiene su origen en el ya anticuado uso de mingitorios portátiles llamados 'patos' y se fundamenta en la imaginería de lo que habría de suceder si alguien dejara un pato ya contaminado con eluvios bajo un lecho ajeno. e ch ar glo bo s . Fantasear. e ch ar la m ad re . Injuriar a alguien haciendo mención deshonrosa de su progenitora. e ch ar lo s p e rro s . Esgrimir todo el arsenal disponible para conquistar a un individuo con ines amorosos. e ch ar n ú m e ro s . Aventurar cálculos y guarismos. e ch ar p ata. Caminar. e ch ar p e s te s . Injuriar de algún individuo. e ch ar p ich e s . Lanzar comentarios no francos con contenido malintencionado implícito. e ch ar p is te ro . Mirar con detenimiento. *bo go tálo go (87) e ch ar p u p ila. Observar, espiar, isgonear. e ch ar qu im ba. Caminar. e ch ar ru lo . Expresión extraída de la jerga de salón de belleza y empleada para aludir a la especie de areópago criollo de chismorreo que son dichos espacios dedicados a tinturas, cortes y arreglos de uñas. e ch ar vain as . Reprender mediante indirectas. e ch arle e l cu e n to . Acometer a alguien con estratagemas verbales de conquista. e ch e p a’ la p ie za. Voz popular empleada en situaciones de castigo o –más comúnmente– en la antesala de un abrupto acto copulatorio. ¡é ch e le m aíz al gallo ! Exclamación burlona empleada para poner en evidencia a quien, en medio de una alocución pública o de una jornada de canto hace sonar un voluntario y desainado falsete. e je cu tivo . Expresión de sorprendente e inusual polisemia, aplicada a todo cuanto se supone hace gala de una categoría y unas características cualitativas superiores a las corrientes. En dicho sentido, un bus ejecutivo presta en teoría, mas no en la praxis, un servicio más confortable y ergonómico a sus usuarios. De manera similar, un almuerzo (ejecutivo) (88) ejecutivo debería supuestamente gozar de unas propiedades gastronómicas y nutricionales superiores, cuando en realidad no suele ser más que la mescolanza indiscriminada y malsana de tres o cuatro farináceas (por lo general yuca, papa, plátano, arroz y pastas comestibles de baja estofa), cuyo consumo potencial obstruye las vías coronarias. Como si tales ejemplos no fueran suicientes, hay también un programa radial llamado ‘Noticias para ejecutivos’, cuyo contenido parece ser más el de una selección de música brillante que el de un informativo. e je ro . En la jerga de la construcción, obrero encargado de veriicar que las medidas de las construcciones se acojan a las indicadas en los planos. e l. Artículo determinado de uso generalizado entre ciertas clases sociales fáciles de detectar para anteceder nombres propios; también muy empleado por los vendedores ambulantes con el in de realzar la trascendencia de los productos ofertados, con menciones en número de tres. Son las 5 y el Wilson no ha llegado. El Deiber no volvió por aquí. ¡El cuaderno!, ¡el cuaderno!, ¡el de moda! e l 3 1 d e ago s to , d e u n añ o qu e n o d iré , s u ce s ivo s te rre m o to s h u n d irán a San tafé . Antigua profecía atribuída a Francisco Margallo y Duquesne, clérigo católico nacido en Bogotá en 1765, y fallecido en la misma ciudad, en 1837. El piadoso es recordado, entre otras cosas, por sus virtudes ejemplares y por la elaboración de prédicas escritas tituladas 'El gallo de san Pedro', 'El perro de santo Domingo', 'La espada de Holofernes', 'El arca salutífera' y el folleto 'Dirección cristiana de las acciones cristianas'. Además de ello escribió 'La ballena', texto en contra de la Sociedad Bíblica protestante. Diez años antes de su deceso, el padre Margallo y Duquesne lanzó su apocalíptico vaticinio, aún no cumplido. e l agu a e s p a´ las m atas y p a´ lo s e n fe rm o s . Típico mantra proferido por un beodo inveterado al verse ofendido por una ofrenda hídrica distinta a la del licor. ¡e l d e p ’irn o s ! Fórmula a cuyo dudoso gusto se añade el defecto de la falsedad. Es empleada por las congregaciones de consumidores de mesa, ya diezmados por la copiosa libación etílica, pero aun así ansiosos de una sola dosis más, cantidad que termina por incrementarse a cada sorbo. e l d iablo e s p u e rco . Amonestación puritana a guardar recato y a abstenerse de aproximarse a las tentaciones mundanas. El dicho se hizo popular gracias a haber sido puesto en boca de uno de los personajes de la telenovela de inales del siglo XX ‘Yo soy Betty la fea’. e l fú tbo l e s as í. Frase de cajón esgrimida por los comentaristas y narradores deportivos con el propósito de justiicar una inesperada eventualidad en el marco de un encuentro balompédico. e l p alo n o e s tá p a' cu ch aras . Clásica frase a la que se apela para referirse a una lamentable situación pecuniaria o a una carencia de recursos tal que impide incurrir en gastos excesivos o inversiones riesgosas. e l qu e fía n o e s tá. Mala fórmula para excusar la ausencia de políticas crediticias en una cigarrería, cantina, tenderete o mercado de barrio. e l qu e fía s e fu e a co brar. Aleccionadora frase de tienda y mercado de barriada en la que se maniiesta el triste destino de quienes tienen por costumbre otorgar amplias opciones de crédito a su clientela informal, convertidos por el infortunio en cobradores espontáneos. e l qu e n o h ace lo s go le s lo s ve h ace r. Adagio extraído de la cultura futbolística, en donde se airma que quien no se apreste a la inmediata ejecución de una acción verá como otros la llevan a cabo antes que él, con toda la carga de acontecimientos negativos y dolorosos que ello acarrea. e l qu e n u n ca h a te n id o gan ad o h as ta la m ie rd a lo e m bis te . Triste y certera frase en la (89) que se alude a lo sorpresiva y extraña que puede resultar una situación no familiar para quien la desconoce. e l qu e s e qu e d ó s e qu e d ó . Fórmula empleada preferencialmente por conductores de buses intermunicipales o por padres de familias numerosas para indicar la inminencia de un último llamado a quienes se apresten a abordar un medio de transporte determinado. Véase busetero, cebollero, dietético, flota. e l qu e s e va p ara Barran qu illa, p ie rd e s u s illa. Variable bogotana del clásico “el que se va para Sevilla pierde su silla”. El hecho de que ésta haga alusión a una ciudad caribeña resalta las diferencias irreconciliables entre el cachaco puro y el conocido ‘costeño’. e l qu e tie n e p ara e l w h is ky, tie n e p ara e l h ie lo . Fórmula discreta de invitar al interlocutor a la generosidad y a la supresión de cualquier conato de tacañería o apocamiento. Véase michicato, whiskéy. e l te lé fo n o n o e s p ara h ace r vis ita. Clásica enseñanza de padre de familia tacaño, empleada para indicar a sus vástagos la inmediata necesidad de dar por suspendida una conferencia telefónica. La llegada de cargos ijos y el hecho de que la creencia popular de que después de algún tiempo de charla ambos abonados tenían que correr con los gastos de la comunicación, han dado al traste con el argumento. ¡e l tre n cito ! ¡e l tre n cito ! Costumbre danzatoria de gusto dudoso, por lo general acontecida en los estertores inales de una iesta –cuando ya los asistentes han renunciado al pudor– y consistente en que los bailantes se alinean a la manera de una locomotora con sus vagones, tomándose unos a otros de la cintura. Hay quienes, de manera un tanto más osada y acaso orgiástica, han llevado dicha práctica al ámbito sexual. *bo go tálo go e l ú ltim o y n o s vam o s . De acuerdo con los más célebres bogotanólogos, una de las tres mentiras utilizadas en el contexto de bares, tabernas, cantinas y chicherías para solicitar una ración inal de alcohol. Quien emplea tal expresión subestima el poder seductor de la bebida, suponiendo que su voluntad le permitirá ser capaz de no ceder ante una oferta más. Tal frase también es usada para disuadir al extenuado ‘barman’ o cantinero de cerrar a tan tempranas horas, bajo la promesa de marcharse tras el consumo del licor inal. e le var co m e ta. Expresión alegórica relativa al acto onanístico. Compara la erección con el vuelo de un papalote. e m bajad o re s . Apelativo con el que la aición balompédica suele referirse a los seguidores y jugadores del club Millonarios, según algunos debido a sus victorias de tiempos pretéritos en tierras extranjeras; y según otros inspirado en el nombre de un hotel en cuyo bar sus fundadores solían congregarse. Otros sostienen que el café fue bautizado así en homenaje al equipo, y no a la inversa. e m balad o . Véase embale. e m bale . Premura, prisa, afán. Reacción de hiperquinetismo debida al consumo de algún estupefaciente, por lo general del tipo alcaloide. e m barrarla. Cometer un evidente error. e m be ju cad o . Enojado. e m be ju car. Provocar cólera en alguien. e m be lle ce d o r. Bebida espirituosa empleada para atenuar las molestias y prevenciones generadas por el próximo ayuntamiento físico con un individuo poco agraciado. emberracado. Colérico. e m be rracar. Suscitar enojo en alguien. e m bo ch o lar. Acertar en el intento de insertar un objeto dentro de un determinado agujero. Introducir con tino. Véase aflojachochas, bagre, chapeto. (90) e m bo lad o . En materias amorosas dícese de quien, ya habiendo sido pareja o compañero sexual de un individuo anterior en un plazo inusualmente cercano, termina por ser considerado plato de segunda mano. (embolador) Mi hermanito, 1973. Donante: Ruth Martínez, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC e m bo lad o r. Lustrabotas. e m bo latar. 1. Extraviar. 2. Timar. 3. Perder e m bo llad o . Atareado. e m bu ch ad o . 1. Saturado debido a la profusa ingesta de un líquido gaseoso, por lo general una bebida carbonatada o cerveza. 2. Individuo al que debe atenderse, alojarse o contratarse en forma obligatoria por presiones de alguna personalidad inluyente. e m bu ru n d an gad o . Bajo el efecto de la escopolamina. e m bu tir. 1. Obligar a alguien a consumir algún alimento, bebida o sustancia. 2. Forzar a alguien a obrar en contra de su voluntad. 3. Anotar un número de tantos en contra del contendor en una gesta deportiva. e m o . Especie de gueto urbano conformado por jóvenes sensibleros con pretensiones suicidas. Tal grupo no es, por fortuna, exclusivamente bogotano. e m p an ad a bailable . A mediados del siglo XX, especie de ceremonial festivo por lo general amenizado por masas de maíz rellenas de algún otro comestible. e m p ap e lar. Llenar a alguien de cargos o de obligaciones burocráticas. e m p aram ars e . Mojarse profusamente. e m pas te lado . Enredado. Saturado de diicultades. e m p e licu lars e . Autoconvencerse de hechos fantásticos e improbables. Véase envidearse. e m p e lo ta. Véase empeloto. e m p e lo to . Desnudo. e m p e p ars e . Saturarse de drogas, bien sea medicadas o estupefacientes. e m p e ricars e . Consumir cocaína. e m p u e rcar. Ensuciar. e m p u tad o . Colérico. e m p u tad o r. Cómico juego de palabras para aludir a un ordenador, resultante de unir los términos ‘emputado’ y ‘computador’. e m pu tan te . Dícese de aquello que provoca enojo. e m p u tars e . Enfadarse. e n la bu e n a. Expresión informal y un tanto burda para aludir al arte diplomático de sostener buenas relaciones entre individuos, con el in ulterior de evitar el conlicto. e n la m ala. 1. Por oposición, dícese de quien sostiene una deiciente relación con sus semejantes. 2. Úsase para referirse a una condición de infortunio. e n p ar p atad as . Fórmula popular para aludir a un hecho de simple y rápida ejecución. e n p u ra. De manera veloz y angustiante. Véase desmierdado, despepado, despepitado. (91) ¿e n qu é fam ilia íbam o s ? Expresión común entre individuos dados a la habladuría infundada. Se utiliza para retomar, tras un forzoso receso, la senda de la calumnia, la injuria y el chismorreo recreativo. e n tie m po de gu e rra, cu alqu ie r h u e co e s trin ch e ra. Símil castrense en el que se equiparan los extensos periodos de abstinencia sexual a la angustia experimentada por un soldado a la hora de eludir una lluvia de municiones, en el marco de una confrontación bélica. Su uso es común entre individuos ávidos de saciar sus apetencias de dicho tipo y sumidos en una preocupante sequía afectiva, para excusar su poca selectividad a la hora de procurarse una pareja. Véase arrechera, bagre, a esa vieja no se la come ni el óxido, embellecedor. e n u n d o s p o r tre s . De manera veloz. Con la llegada de la comunidad libanesa y hebrea a la capital durante las décadas de los 30 y 40 del siglo XX, se hizo común la estrategia de ventas tipo bazar con la consigna ‘pague dos, lleve tres’. Debido al lujo y a la forma con que la mercancía se evaporaba de los anaqueles, se aincó la creencia popular de que un ‘dos por tres’ era sinónimo de velocidad. La popularidad del concepto dio lugar al surgimiento, en la década de los 80, de una cadena de minimercados denominada Rapidtiendas 2 x 3. Véase avivato, en par patadas, turco. e n ve re m o s … La eterna expectativa por eso que nunca llegará es quizá la mayor virtud del colombiano promedio. Nace de la candidez, de aquellos anhelos que a fuerza de desesperanza se convierten en frustraciones y que a fuerza de frustraciones se convierten en espejismos. e n an te s . Arcaísmo empleado para indicar un hecho anterior. e n cach o rrad o . Enojado. e n caco rrad o . Dícese del individuo en estado de completa y dolorosa obsesión por causa de un apasionamiento amoroso. *bo go tálo go e n cale tad o . Escondido. Véase caleto. e n can ad o . Encarcelado. e n cargar be bé . Ramplón eufemismo para aludir a la decisión biológica e instintiva de procrear, tratando a la vez de ocultar la evidente connotación sexual que el acto mismo lleva consigo. e n carn izado . Apasionado hasta el delirio por algo. Obsesionado. Embriagado de ira hacia alguien. e n carre tad o . Del todo interesado por alguna determinada actividad, ser o empresa. e n cartad o . Dícese de quien se encuentra en severo estado de complicación o involucrado en una obligación difícil de cumplir. (encartado) Voceador de periódicos de Bogotá, 1939. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (92) (enchichados) Reportaje sobre la chicha en Bogotá, 1938. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC e n ch ap ad o r. En la jerga de la construcción, obrero especializado en la postura de paredes, pisos y enchapes. e n ch ich ad o . Véase encochinar. e n ch ip ar. Enrollar. e n ch o clar. Véase embocholar. e n ch o co lar. Véase enchoclar. e n ch o n ch e . Estado de sumo sopor y modorra, por lo general precedido de la cuantiosa ingesta de bebidas espirituosas o de sustancias ‘non sanctas’. e n ch u s p ad o . Resguardado. Aislado por propia voluntad. e n cim e . Mercancía adicional entregada en forma gratuita en el marco de una negociación. e n clo ch ar. 1. Accionar el embrague de un automóvil. Es una deformación del anglicismo ‘clutching’. 2. Insertar el miembro viril en otro individuo. e n co ch in ar. Ensuciar la honra y el buen nombre de alguien. e n co ñ ad o . Individuo obsesionado hasta lo enfermizo con los encantos y las destrezas copulativas de alguna avezada amante. e n co ñ e . Vulgarismo para aludir a cierto estado de enceguecimiento sexual adictivo y limitado a un solo individuo objeto de la obsesión, comúnmente confundido con el amor. e n cu le brars e . Endeudarse. e n e ve ce s . Número incalculable de oportunidades. e n e m il. Cantidad exorbitante. e n gallad o . Artefacto electrónico o mecánico ornado por lorituras y dotado de aditamentos tecnológicos varios. e n galle tad o . Involucrado en una actividad o compromiso de difícil resolución. (93) e n gañ abo bo s . 1. Individuo especializado en timar incautos. 2. Dispositivo tecnológico empleado con el propósito de asaltar al consumidor en su buena fe. e n gargo lad o . Ensartado. e n ge rid o . Individuo enfermo de frío. e n glo bad o . Ensimismado. Distraído. e n go ch o lar. Véase embocholar. e n go m ad o . Obsesionado por una actividad, pasatiempo o hábito determinado. e n go m e . Véase engomado. e n gram p ar. Adjudicar algún objeto, compañía o lugar no deseados. Véase chantar, chutar. e n gu ach in ars e . Mojarse en forma excesiva. e n gu ayabad o . Sumido en una resaca galopante y pertinaz. e n h e brar. 1. Perjudicar a alguien con cierta medida severa. 2. Penetrar a alguien sodomíticamente. 3. Copular. e n h u e s ad o . Atareado. e n jau lad as . Dícese de las meretrices que –al estilo del Barrio Rojo en Amsterdam– exhiben sus zonas pudendas a los potenciales clientes ávidos de experiencias copulatorias, desplazándose en forma deliberada por el vecindario bogotano de Santa Fe con el propósito de despertar apetitos venéreos. Es de anotar el altísimo grado de riesgo que representa para los libidinosos caballeros en cuestión, el trabar ayuntamiento, por error, con un macho funcional. Véase antena, crespa, presa. e n lagu n ars e . Olvidar algún episodio de la existencia propia, debido a haberlo vivido bajo el efecto del alcohol. Véase alojachochas, borrar casete, embellecedor. e n m e lo co tar. Mancharse de forma supericial con alguna sustancia pegajosa. e n m o zad o . Dícese del individuo involucrado en algún tipo de amancebamiento carnal ilícito. e n m u grar. Ensuciar. *bo go tálo go e n re d ar la p ita. Complicar el transcurso de una determinada situación. e n s alad illas . Especie de publicaciones satíricas y anónimas en formato de volantes, de amplia circulación en tiempos de las guerras de independencia. Según Le Moyne, cronista extranjero radicado en la Nueva Granada de entonces, tales textos también denunciaban actos bochornosos de la intimidad de los habitantes de la ciudad. Uno de los grandes creadores de ensaladillas fue Francisco Javier Caro, abuelo de José Eusebio Caro. Las ensaladillas esparcían injurias y diseminaban informaciones falsas que atentaban contra la integridad de algunos inocentes ciudadanos. e n s artar. Penetrar por vía sexual. e n s ayad e ro . En la jerga de músicos y ejecutores de artes interpretativas, lugar destinado a ensayos y prácticas. e n s o p ad o . Muy mojado. Emparamado. e n te car. Basados en una creencia popular, supersticiosa, agorera y sin fundamento alguno, restar lustre y pureza a un objeto o animal por el constante roce con él. El término es de utilización generalizada entre ciertos pequeñuelos desde cuya juventud ya se adivinan ribetes de arribismo, clasismo, egoísmo e inmamabilidad. ¡No me toques el hámster porque me lo entecas! e n te le rid o . Revejido. Enclenque. e n te n ad o . Hijastro. e n to n ce s qu é . Saludo antioqueño hoy adoptado por las mentes de los bogotanos con complejo de paisas. e n trad o r. Individuo habilidoso en las artes de las relaciones públicas. e n tre ch is te y ch an za. Dados,–como siempre lo hemos estado– a hacer de cualquier situación, por dolorosa que sea, una especie de comedia del absurdo, nos hemos hecho a la idea de vivir nuestras vidas entre chiste y chanza, más allá de lo poco jocosa que nos resulte la situación vivida. (94) Entre chiste y chanza se nos acomodan verdades históricas que duelen. e n tre p ich a y p ich a. Dícese de aquello a lo que se tiene en la mira, entre ojos o que obsesiona. e n tre cas a. Tipo de prenda únicamente apta para ser usada dentro del propio domicilio. e n tro n cars e . Experimentar una erección. e n tu te lar. Entablar una acción de tutela en contra de alguien. e n vain ad o . Individuo abatido por diicultades u obligaciones. e n vid e ars e . Dejarse perturbar por imaginerías infundadas. e n vu e lto s . Bollos de harina de maíz con sabor dulzón y consistencia blanda. e n zo rre . Perder el control en medio de una determinada actividad. Dejarse agobiar por una carga de oicios. Equ id ad , La. Club balompédico de muy reciente aparición en el torneo rentado de primera división, con nombre y patrocinio de aseguradora. Sus notorios éxitos ha provocado la humillación frecuente de sus adversarios de patio e qu ip o . En la jerga de los técnicos en sistemas, computador. Por lo general, la palabra es empleada por los desdeñosos trabajadores de Unilago, el Centro de Alta Tecnología y Lago Centro al aludir con desprecio o en tono halagüeño a un ordenador, según su conveniencia. e qu is . Individuo u objeto insigniicante y anónimo. e s acto d e co bard ía d añ ar la co jin e ría. Mantra de súplica y recriminación institucionalizado por los tapiceros de los automóviles de servicio público. Se emplea para disuadir a la caterva de vándalos que suele desplazarse en estos automotores de no estropearlos mediante cortes con bisturí o la escritura de mensajes, graismos o consignas obscenas, políticas o románticas. e s m ás m ach o u n tim bre . Fórmula directa para poner en tela de juicio la virilidad de un in- dividuo. Se fundamenta en la equiparación del dulce y agudo resonar de una bocina o campana instauradas en la puerta de un hogar, al alcance de quien quiera accionarla, a la masculinidad del personaje en cuestión. Véase cacorro. e s m e jo r qu e digan qu e u n o e s u n h iju e pu ta a qu e u n o e s u n h u e vó n . Adagio popular en el que se privilegia la sagacidad, acompañada del posible mal concepto que ésta pueda acarrear en el individuo, sobre la bondad a su vez acompañada de la idea de que el sujeto en cuestión obra con ingenuidad. ¿e s tan am able y m e co labo ra? Fórmula poco cordial empleada por vigilantes y miembros de la fuerza policial para ordenar a un conductor retirar su vehículo o abandonar un determinado espacio. Su espíritu, aunque en apariencia disuasivo, suele ser de amenaza y coerción. e s a p latica s e p e rd ió . Es la forma local del desprendimiento y la renunciación al bien material aderezada con cierto ingrediente resignado. Hay en la frase un componente de tristeza por las infamias del sistema inanciero, la poca viabilidad a la que el microempresario colombiano está sometido y la baja capacidad de pago-endeudamiento propia de nuestros compatriotas. e s cach alan d rad o . Véase descachalandrado. e s calabrar. Descalabrar. e s can d o la. Algarabía. Ruido. Escándalo. e s carap e la. Especie de acreditación en forma de carné indispensable para el ingreso a ciertas entidades burocráticas o eventos exclusivos. Es costumbre de los bogotanos rapárselas cual aves carroñeras en el momento de hacerse a una de las escasas emitidas por la Orquesta Filarmónica de Bogotá en el marco del festival anual Rock al Parque. e s carap e lar. Descamarse en las postrimerías de una visita a tierra caliente. e s có n d as e , qu e lle gó la bas u ra. Fórmula humillativa para despedazar sin compasión la (95) (escarapela) autoestima de un individuo al compararlo con los desechos a diario recogidos por los recolectores de desperdicios. e s e h u e vito qu ie re s al. Expresión de gusto dudoso con la que algunos miembros de la comunidad masculina suelen señalar a una dama a la que suponen ávida de amancebamiento. Véase gala, garra, guayigol. e s fe ro . Bolígrafo. Cosa extraña, este bogotanismo de uso tan común y cotidiano en la ciudad resulta chocante en muchos lugares del país. e s fo n d ad o . Barbarismo de 'desfondado'. e s galam id o . Revejido. Enjuto. En extremo delgado. e s m e ch u zao . Despeinado. De pelo achilado. e s m e rald e ro . Individuo dedicado al comercio de esmeraldas. e s o le p re n d e e m p u jad o . Clásico diagnóstico propio de un mecánico empírico o de algún ciuda- *bo go tálo go dano que de buena voluntad desea cooperar con la reparación de un vehículo que no enciende. Véase desvare. e s o m e s u e n a a p as e o . Desobligante y odiosa expresión empleada cuando un individuo intuye estar siendo incluido en una tarea o en una colectividad que no le corresponde o a la que no pertenece. e s o n o d a p lata. Consigna típicamente materialista empleada por individuos descreídos de la importancia de los saberes humanistas, en contraposición a las ciencias exactas y económicas. Es usada, sobre todo, por padres en procura de disuadir a sus descendientes de la tentativa de formarse profesionalmente en una disciplina artística. e s o n o lo h ace n i Man d rake . Fulminante y desobligante forma de eludir una tarea o responsabilidad por considerarla imposible. e s o s e le d e m o ra. De la misma rama genealógica del pensamiento budista zen, esta doctrina, erigida desde montallantas, talleres de mecánica (esfero) (96) automotriz y centros de servicio técnico en computadores, es un llamado a la paciencia y a la capacidad de espera, como un valor infaltable dentro del tejido social en el marco de nuestra atropellada patria. Ante un ‘se le demora’, el decepcionado cliente no puede hacer más que mirar hacia el suelo en un gesto de triste aceptación. ¿e s o s í qu ié n lo m an d a? Fórmula recriminatoria empleada para castigar en forma verbal a quien por su propia voluntad se haya visto involucrado en una situación en donde su bienestar ha sido comprometido. e s o va e n gu s to s , co m o e l qu e co m e m o co s . Escatológica e irónica expresión con la que se acoge la diversidad de criterios, basada en un singular ejemplo gastronómico al que la comunidad cientíica denominan ‘piofagia’. e s o ya s e fu e as í. Preferida por oicinistas o contadores mediocres, correctores de estilo frustrados, malos diseñadores gráicos o industriales, y maestros de obra sin vocación, es la más adecuada de las excusas a la hora de justiicar las entregas inacabadas y contrahechas. Amparados en el escaso tiempo, cada vez son más quienes siguen esta escuela entre estoica y antiprofesional. – Esa cuenta no cuadra, señor Useche. – Qué pena jefe, pero eso ya se fue así. e s p an tabo bo s . Hecho insigniicante que, no obstante, consigue provocar intimidación entre los ingenuos. espantalojos. Dícese por lo general de una llovizna irrelevante que, pese a su insigniicancia, es capaz de incomodar a los más asustadizos. Véase aculillarse. e s p e cialid ad e n d am as y h o m bre s n e rvio s o s . Clásica consigna de guía telefónica, empleada para anunciar los servicios de una academia de conducción. Es cosa común que los aprendices bogotanos del género masculino, en medio de su entrenamiento y en el momento de emprender la marcha –una vez el semáforo cambia a verde–, se encuentren justamente con aquella dama a la que pretenden conquistar, incurriendo en la consecuente y ridícula torpeza de apresurarse demasiado a liberar el embrague, lo que a su vez ocasiona una desagradable vibración del motor o –aun peor– un súbito apagamiento del mismo. Una vez ello ocurre, volverlo a encender resulta más que imposible. Véase buñuelada, hacer el oso, güevón. e s p e rn an cad o . Individuo abierto de piernas. El término, en plural, también se utiliza para aludir a un juego consistente en lanzar un cuchillo contra la grama, para que éste, al ser clavado, marque un límite que debe ser alcanzado por el compás de las extremidades inferiores al extenderse de uno y otro lado. e s p ich ar. Oprimir hasta destrozar. e s p o rro n d in gars e . Esparcirse. Explayarse. Excederse en el desarrollo de una tarea. e s s o , m ó bil y te xaco . Expresión de dudoso gusto para indicar la precisión de algo. 'Eso'. e s tá h acie n d o co m o h am bre . Expresión incorrecta en la que una condición interna y personal como el hambre, es equiparada en origen y síntomas a la de una externa, como el clima. e s tallar. En la jerga de los consumidores de estupefacientes, el término alude al momento justo en que la droga consumida comienza a surtir efecto en el cuerpo de un individuo. e s tarte . Bogotanización del anglicismo ‘starter’, de uso generalizado en el gremio de mecánicos automotrices. e s te p e ch ito . Vulgarismo para aludir a uno mismo. Expresión muy empleada por Josefa, empleada del servicio doméstico de la familia Vargas (personajes principales del desaparecido seriado televisivo ‘Dejémonos de vainas’ de la década de los 80 del siglo XX). Una de las más sabias premisas ilosóicas de Josefa era aquella de “a lo hecho, pecho”, consistente en señalar la (97) relevancia de lactar a su hija, María Josefa. Véase pechonalidad. e s tilach o . Especie de donaire innato del que algunos individuos privilegiados hacen gala. e s to e s cu e s tió n d e p an d e bo n o . Verso extractado de una bella canción vallecaucana, original del grupo ‘Nietzsche’, cuya traducción literal al idioma germánico sería "das ist pandebonen frage". Según algunos ilósofos bogotanólogos, las implicaciones de la adición de bocadillo al clásico pandebono de dicha zona del país no han sido a la fecha medidas por nadie. e s to n o e s u n h o te l. Odiosa exclamación propia de madres o padres de familia enojados por los consuetudinarios arribos de sus retoños al hogar a imprudentes horas de la madrugada, o por las horas imprudentes en que éstos se despiertan. e s tó m ago , d añ o d e . Afección estomacal caracterizada por indigestión y dolores. e s trato . Medida de diferenciación social establecida por los entes reguladores. e s tro lín . Antioqueñismo de uso restringido en nuestra capital, al parecer fruto del ingenio de la entrañable Nena Jiménez, creado con el propósito de aludir al asta viril. e s tro n gars e . Alusión al acto de elongación experimentado por el asta viril al recibir algún estímulo sensorial, visual o táctil. Se deriva del anglicismo ‘stronging’. e xcu s ad o . Retrete. Mingitorio. Deformación de ‘escusado’. *bo go tálo go f . . fa ri fa fá, zap ato blan co , tacó n be bé . Voz exclamatoria durante los 60 empleada en la ciudad con el in de aludir a un caballero de dudosa sexualidad. fac. En lengua chibcha, equivalente a 'afuera'. fagu a. Chibchismo. Estrella. fajars e . Superar las expectativas generales con la realización de un trabajo de considerable calidad. faltaro n cin co p a'l p e s o . Es el clásico comentario, infaltable, en el marco de cualquier certamen, gesta o competencia internacional en que, como suele ocurrir, los representantes colombianos terminan por defraudar incluso al más pesimista de sus seguidores. El grado de decadencia es tal que esa costumbre de segundones de reinado de belleza, competencias ciclísticas o campeonatos de fútbol, tan frecuente en los 80 y 90, ya es un recuerdo lejano e imposible. Ahora con diicultad alcanzamos algún grado de iguración balompédica o estética, y hace mucho que una señorita o una Selección Colombia no llegan siquiera a la categoría de chaperonas o terceras princesas. Siempre “faltan cinco pa’l peso”. faltó n . Incumplido. Dícese de quien abandona una responsabilidad o un compromiso sin mayor pudor ni recato. Véase mamarse. falto n e ar. Incumplir. Traicionar. fam a. Expendio de productos cárnicos. Algunas de las famas más famosas se encuentran en la plaza del barrio Siete de Agosto, fragante plazole- (98) ta techada donde se venden verduras, comestibles y víveres varios bajo la regencia de verduleras, carniceros y tenderas. fam ilia Miran d a. Clan familiar icticio arquetípico. Representa la típica estirpe de colombianos que, sin poseer los fondos para adquirir un bien exhibido en una vitrina, se conforman con mirarlo, mientras se dibuja en sus rostros cierta mueca de hambrienta frustración. fam ilia Pe láe z. Parientes de consanguinidad y desgracia de los Miranda, los miembros de este grupo familiar son adeptos a la iliquidez y la ausencia permanente de fondos. fara. Zarigüeya didelphis marsupialis. Especie de marsupial didelimorfo, también conocido como chucha. Véase chucha. faro le ar. Presumir a partir de un hecho falso. fatu to . 1. Réplica exacta. 2. Individuo raizal. Yo soy cachaco fatuto. fé fe re s . Chucherías. Cachivaches. Objetos sin valor. fe o . En la jerga delincuencial, policía. ¡Mosca, que allá viene un feo! Véase mario, polocho, tombo. fe rch o . Conductor. El término invierte las sílabas del vocablo ‘chofer’. fe riar. Malbaratar. Vender a precio muy módico. Como ando mal de billete, me tocó feriar mis discos de Led Zeppelin en la 19. Véase arrancado, líchigo, peña, vaciado. fe ro z. Rudo. De mal aspecto. fe s tival d e la vid a. Recital organizado en 1970, cuya sede fue el Parque Nacional de Bogotá. fe te cu ar. Atraer la mala suerte mediante algún extraño ardid agorero y mágico. Hay quienes en forma equivocada, aunque no del todo absurda, asocian la expresión al apellido de un legendario urbanizador sin licencia de fama nacional. Véase bulto de sal, joder, rata, tumbe. fe te cu azo . Impacto con arma de fuego propinado en forma traicionera. fe ú ra. Fealdad. Aplícase para aludir a un individuo desemejado y de mal ver. La feúra de Ingrid no tiene nombre. Véase bagre, churrasco. iambre. 1. Alimento cocinado y frío que suele llevarse como dotación a excursiones y paseos campestres. 2. Individuo de pronunciada libidinosidad al que, según la creencia popular, “se comen en todos los paseos”. iar es cosa ingrata: se pierde el amigo, se p ie rd e la p lata. Sabio adagio con el que se invita a los comerciantes naturalmente generosos a reconsiderar las desventajas de una política de créditos abiertos. icha, mala. Individuo de bajas calidades humanas. icti. Adjetivo de reciente cuño empleado por la juventud para referirse a un individuo u objeto falso o hechizo. Apócope de icticio. iera. 1. Individuo de destacables capacidades en una actividad u oicio determinado. 2. Esposa intransigente, dominante y propensa al enojo. ierita. Individuo habilidoso, diestro y conocedor de un oicio u actividad. El doctor Ardila es una fierita para los negocios. Véase avión, avispado. ierro. Arma de fuego. iguró. Sentencia un tanto triste para aceptar la necesidad de obrar, por lo general en contra de lo deseado. ihisca. En lengua chibcha, alma, espíritu o aliento. ijo, pero. Voz empleada para corroborar la seguridad de un hecho. Úsase también con sentido irónico. ilimisca. Dama osada en el vestir. (99) ilimisco. Individuo arrogante y presumido. Ese filimisco ni me dirige la palabra. Véase picado. ilipichín. Caballero esmerado en el vestir. Delicado. Afeminado. Tal concepto dio lugar a una entrañable composición de Emma Perea de la Cruz, titulada ‘Los ilipichines’. ilipichín colorado. Especie de tela gruesa de engaripola comúnmente utilizada en la Colonia para servir como revestimiento al mobiliario doméstico. ilipichines, Los. Pasillo compuesto por Ema Perea de la Cruz. Fue el tema musical de identiicación del célebre seriado de televisión ‘Don Chinche’ a lo largo de toda su historia. ilo. Hambre extrema. ina chiffón. Dama de altos vuelos y gustos reinado. El término alude a una clásica marca de productos grasos. inca. 1. Hacienda. 2. Depósito pecuniario dejado en calidad de garantía en las arcas de algún establecimiento, por lo general con el propósito de asegurar la oportuna devolución de los envases retornables de alguna bebida gaseosa o etílica (casi siempre cerveza). incho. Véase finde. inde. Forma cariñosa con la que la clase trabajadora suele referirse al in de semana. irigüelo. Ave cuculiforme, cuyo principal alimento son las garrapatas del ganado vacuno. ¡laca: tírame un hueso! Fórmula de halago callejero empleada por miembros de la clase obrera para halagar las virtudes físicas de una dama delgada. Véase ruso. lecha. Teléfono móvil de regular calidad y precio accesible. El término es el resultado de asociar el hecho de que todo ‘indio’ tiene acceso a una. Véase indiazo, indio, panela. lojera. Decaimiento. Indisposición para cualquier actividad en la que trabajo, lucha o movimiento estén implicados. *bo go tálo go (filipichín) Hombre con cigarrillo en el Capitolio, 1930. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (finca) Hombre a la entrada de Shangri-la, 1930. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (100) lojo del estómago. Enfermo de diarrea. lor. Homosexual. lorero de Llorente. Detonante para la generación de un conlicto o disputa. El nombre se debe a los acontecimientos del 20 de julio de 1810, después de que el comerciante José González Llorente se negara a prestar un lorero de su almacén para la recepción en honor del comisario Antonio Villavicencio. loriado. Objeto de forma cilíndrica estropeado en su boquilla. lota. Autobús de servicio intermunicipal cuya conducción suele ser dejada en manos de individuos burdos y desentendidos de la responsabilidad que su actividad exige. Véase atarbán, busetero, gala, garbancear. lotantizar. Barbarismo en desuso alusivo al acto de sacar a lote un determinado emprendimiento. lumáster. Resaltador. Marcador. lux. Tipo de atavío masculino conformado por saco, pantalón y chaleco. Fo . Véase fu, Nencatacoa. Fó . Expresión onomatopéyica de repudio. fo co . Somnolencia. fo co , e ch ars e u n . Expresión un tanto burda de origen difícil de determinar con la que se alude al acto de dormitar. fo fo rro . Festividad. Jarana. Jacaranda. fo lcló rico . Según una nueva estirpe de elitistas, convencidos de ser depositarios de un saber superior, el término está relacionado con todo cuanto sea rudimentario, falto de elaboración y de gusto reinado. fo n dazo . Golpe fuerte propinado en medio de la desprevención del agredido. Véase calvazo, coscorrón. Fo n tibó n . Antigua municipalidad cercana al perímetro urbano de la ciudad. Hoy ha sido ab- (flota) Paseo en bus, 1945. Donantes: Elsa y Jesús Sarmiento Sáenz, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC (101) sorbida por la metrópoli, aunque sigue siendo, sin duda, distante. fo n tibro n x. Remoquete cómico con el que ciertos nativos aluden a la localidad de Fontibón. Andar por Fontibronx a las 3 de la mañana es muy peligroso. fo qu e ar. Dormitar. Sus orígenes son inciertos, aunque algunos teóricos suelen relacionarla con ‘foco de luz’. Fo rd tre s patadas . Modelo de automóvil fabricado por la irma norteamericana Ford. Comenzó a circular en los años 10 del siglo XX y se mantuvo en el mercado hasta bien entrada la década de los 30. Mi bisabuelo fue uno de los primeros taxistas que hubo en la ciudad y manejaba un Ford Tres Patadas. (ford tres patadas) fo rm al. Amigable. De buenas maneras. El novio de Clarita me pareció muy decente y formalito. fo rrad o e n p lata. Eufemismo para aludir, por lo general en tono envidioso, a un individuo acaudalado. fo s fa. 1. Dama núbil ataviada de manera atrevida e impropia para su corta edad. 2. Mujer elegante y presumida. fo s fo ro fó . Voz de repudio hacia alguna fragancia fétida. ¡Fosforofó! ¡Ese es el río Bogotá! fo te . Flatulencia. fo tó grafo d e agü ita. Especie de profesionales de la fotografía, en franca vía de extinción, dedicados a la toma y procesamiento de fotos *bo go tálo go instantáneas en blanco y negro. Los fotógrafos de agüita estaban por lo general ubicados en plazas públicas. Sus fotografías eran reveladas mediante un sencillo sistema basado en el uso de agua y platón. La primera foto de mi vida me la tomó un fotógrafo de agüita en el parque Santander. fran e la. Especie de camiseta interior sin mangas, de tela ligera. fre ak. Innecesario adjetivo de procedencia anglosajona (‘freak’) empleado para aludir a quien actúa con poca cordura. fre e lan ce ro . En el gremio del diseño, la publicidad y ciertas artes, por lo general subestimadas y mal remuneradas, individuo dedicado a prestar sus servicios sin la mediación de un convenio contractual. El freelancero es el marginado por excelencia del mundo de las cuentas de cobro. fre s ko la. 1. Bebida carbonatada de inmensa popularidad durante buena parte del siglo XX. El producto ha sido relanzado y descontinuado en diversas oportunidades. 2. Voz de llamado a la calma de considerable popularidad en los años 70 del siglo XX. fre gad o . 1. Individuo de difícil temperamento, exigente y severo. Ten cuidado al hacer negocios con el señor Barón, porque es un fregado. Véase jodido. 2. Hecho o situación difícil de llevar a cabo. 3. Condición adversa. fre gar. Perturbar. Incomodar. Molestar. fre s as . Véase fresco. fre s co . Voz juvenil de invitación a la tranquilidad. fre s co , qu e u s te d s abe có m o s o y yo . Demostración verbal de complicidad utilizada entre compinches para denotar absoluta entrega y idelidad a prueba de fallas. Su uso es común entre colegas a la hora de cubrir una falta u omisión menor. Véase fresas, pa’ las que sean. fre s qu e ars e . Tranquilizarse. (102) frikis . Demente. frikis m o rtis . Fusión entre el latinajo ‘mortis’, cuyo signiicado es el de muerte, y ‘frikis’, estado de postración resultante de la inexistencia. friqu e ad o . Paranoico. Perturbado. fritan ga. Condumio hipergraso elaborado a partir de diversos productos farináceos y cárnicos, cuya presencia ha venido deleitando los paladares bogotanos desde tiempos remotos. frite ra. Arcaísmo empleado para aludir a un asunto engorroso y aburrido. No hay peor fritera que ver el Canal Institucional. Véase jartera, inmamable. frite z. Expresión propia de las generaciones jóvenes del inal del siglo XX y comienzos del XXI. Alude a un estado crónico de demencia. ¡Cómo será (fritanga) de tenaz la fritez de Villegas que se cree la reencarnación de Gonzalo Jiménez de Quesada! frito . Dícese de quien ha perdido el juicio o de quien se halla en una situación de extremo riesgo. El vocablo fue popularizado por el anverso de las bolsas de los productos Del Chiras, de Ramo. frito lay. Variación de ‘frito’, en alusión a la empresa del mismo nombre. fro n d io . Ramplón. Ordinario. Burdo. Fu . Dios chibcha, amigable y festivo, patrono de la chicha los tejedores y los artesanos. También se le conoce como Fo y como Nencatacoa. Se acos- tumbraba a representarlo con formas de zorro o de oso. Según sus discípulos gustaba de mezclarse con ellos para darse a la profusa bebida del fermento. Sólo consideraba propicias las ofrendas de dicho brebaje. Como puede notarse, Fu era una deidad polifacética y laboriosa. Véase fo. fu ch a. 1. Aluente hídrico cuyo nacimiento se localiza en el páramo de Cruz Verde y cuya desembocadura se ubica en el río Bogotá. 2. Sarna. 3. Pelea. fu ch i. Expresión de repudio. fu cú . Agente desencadenador de mala suerte. fu cu s e ar. Contagiar un emprendimiento en curso con mala suerte. fu e p o r can e la y le d ie ro n clavo . Curioso juego de palabras basado en una triste paradoja. El término alude a la curiosa polisemia del término clavo, que bien puede signiicar un popular condimento, que en efecto suele acompañar a la canela en el popular chocolate santafereño, pero que a la vez puede referirse a una jodienda sexual forzada. Por tanto la igura señala a un caballero o dama que, yendo en busca del popular comestible, termina recibiendo una severa tanda de embates fálicos. fu e n te d e s o d a. Especie de bar y centro de reunión para jóvenes, muy popular durante las décadas de los 60 y 70 del siglo XX. fu e rzu d o . Individuo de fortaleza y tesón destacables. Pambelé era bruto, pero fuerzudo. Véase camaján, macancán. fu e te ra. Véase juetera. fu e tazo . Vulgarismo para aludir a una dosis de cocaína. fu fu ru fa. Meretriz. fu lca. Faena de excreción profusa. fu le ro . 1. Burdo. Ramplón. (103) 2. Dícese de quien se vanagloria sin motivo. fu ll. 1. Anglicismo un tanto ramplón para aludir a algo de calidades destacables. 2. Dicho de un escenario u hospedaje, ocupado al máximo de su capacidad. fu ll, a. Vulgarismo de origen anglosajón. Intensamente. Al máximo de potencia. Véase a todo full. fu m igar. En la jerga paramilitar, asesinar mediante ráfagas de ametralladora. fu n d as , n i d e . Negación rotunda. Dícese de una determinada tarea o actividad para la que no se está dispuesto a efectuar bajo ninguna condición. fu n d id o . Extenuado. fu n d illo . Zona glútea. fu n d illó n . Dícese de un emprendimiento de extrema envergadura y difícil realización por parte del responsable. Véase jodido. fu n za. 1. Chibchismo. Papa de corteza negra. 2. Municipio cundinamarqués ubicado al occidente de Bogotá. Según algunos cronistas, los dominios del zipa tenían su sede tres kilómetros al sudeste de la moderna Funza, en un punto denominado La Ramada o Catama. Véase zipa. fu ra. En lengua chibcha, mujer. Fu rach o gu e . Otro de los nombres dados a Bachué, madre del pueblo chibcha. Su signiicado es el de 'buena mujer'. Véase Bachué. fu ribis ta. Seguidor de Álvaro Uribe Vélez. fu rru s ca. Gresca. Riña. *bo go tálo go G gad e jo . Unión de los grafemas iniciales de la expresión “ganas de joder”. Se emplea cuando alguien maniiesta una sintomatología irritable y propensa al enojo sin justiicación aparente. gae jo . Véase gadejo. gagá. Estado de senescencia y avejentamiento caracterizado por la desconexión e incomunicación con el mundo y por la imposibilidad de expresarse o de comprender lo que los demás intentan expresar. gaitan is ta. Partidario del fallecido caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán. gala. Individuo de mal gusto en el vestir. gala, u n ifo rm e d e . Traje escolar para ocasiones formales, por lo general de aspecto aun peor que el de aquel de uso regular, y casi siempre conformado por zapatos colegiales, pantalón de paño color gris ratón y buzo verde, azul o rojo de cuello en V. galan is ta. Partidario del fallecido líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento, fundador del Nuevo Liberalismo, asesinado en Soacha a mediados de 1989. gale m bas . Vulgarismo de muy dudoso gusto, empleado para aludir al actual sector de Galerías, conocido por los puristas como Sears. Galerías es, de hecho, el mismo antiguo vecindario de Sears, rebautizado en esa forma a causa de la partida del país de la cadena Sears Roebuck de Colombia, a mediados de la década de los 80 del siglo XX. Es (104) posible que el nuevo nombre conferido al antiguo centro comercial se deba en parte a la presencia cercana de algunas galerías de arte. Camine, nos comemos un chorizo en Galembas. Véase gala, gañán, perratear. gallad a. Pandilla juvenil. Véase biyis. galle ta. 1. Homosexual. 2. Agujero en un calcetín. 3. Situación difícil de resolver. gallin ace ar. Flirtear. gallin a rad io activa. Ave doméstica comestible, muy común en restaurantes y asaderos de carretera, exhibida en vitrinas, para cuya elaboración se emplean pigmentos de color amarillo, y cuya temperatura se mantiene gracias al empleo constante de una bombilla convencional de 100 vatios. gallinazo. Individuo coqueto y galante. gallin e to . Tipo de prenda con cuadros pequeños a dos tonos, entre claros y oscuros. gallito . Individuo arrogante y envalentonado. Los primíparos salen muy gallitos del colegio, pero cuando entran a la universidad les bajan los humos. gallo . 1. Obstáculo técnico. Diicultad. Complicación. Según algunos se deriva de un mal uso del anglicismo ‘gadget’. Véase chinomatic, engallar. 2. Cavidad vaginal. 3. Falsete involuntario emitido al hablar o cantar. Véase ¡échele maíz al gallo!. gam ba. Hampón. Individuo de malos modales. gam ín . Pilluelo. Joven indigente. Por extensión el término se emplea para aludir a un adolescente cuyos modales burdos, groseros y descuidados desdicen de su supuesto origen y educación. gan ad o . Alusión en extremo burda para aludir a lo que los machistas entienden por surtido disponible de mujeres. La expresión ‘¿Cómo está el ganado?’ pretende inquirir acerca de las cualida- des estéticas de las damas presentes en un determinado espacio. Véase hembraje. gan ch o , an d ar d e . Expresión empleada para aludir a dos o más individuos que se desplazan tomados del brazo, o que aparentan ser cómplices en una empresa dudosa gañ án . Hombre ordinario y poco caballeroso. garate c. Tipiicación icticia de la clásica universidad de garaje, a saber, entidad universitaria generada de manera informal, cuyo campus se circunscribe al aparcadero de una vieja casa o a un ediicio de vivienda adaptado para tales ines, y cuyo pénsum académico es a todas luces mediocre. garban ce ar. Vomitar. garbim ba. Individuo ramplón. gare te , al. En abundancia. gargajo . Esputo. gárgaras , h acie n d o . Figura empleada para aludir a la molesta sensación provocada al retener por la fuerza el líquido urinario. Si no me dejas bajar del carro a miccionar voy a durar todo el resto del viaje haciendo gárgaras. Véase aguantada, haciendo buches, miar. garlan ch a. Especie de pala destinada a la recolección de escombros. (gamín) La pobreza y los niños, 1942. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (105) garlar. Vulgarismo para perorar. Dialogar. Vociferar. garle ro . Individuo hablador. garo s o . Comelón. Angurriento. En extremo ambicioso. garpuia. Individuo andrajoso y despreciable. garra. Individuo ramplón y ordinario. garra, d ars e . Obsesionarse o encarnizarse con una determinada actividad. garrap ata. Individuo pegajoso del que es difícil deshacerse. Su conducta se equipara a la del famoso ácaro. Véase pegachento. garro te ra. Gresca. Riña. garu lla. 1. Especie de panecillo azucarado, típicamente bogotano. 2. De escasos modales. Ordinario. Burdo. Véase gala, garpuia, guayigol. ¡gas ! Expresión de fastidio. gas fu ch i fo . Expresión de asco, un tanto más afeminada que el clásico ‘gas’. gas im ba. Bebida dulce carbonatada. (gasimba) Tomando gaseosa, 1950. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go gasoia. Expresión resultante de unir los términos ‘gasolina’ y ‘bazoia’, alusiva a la cualidad altamente contaminante del mencionado combustible. (gasofia) Pasando la bomba, 1960. Donante: Ana Rosa Sánchez, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC gas o lin e ra. Especie peculiar de mujeres caracterizadas por su marcada tendencia a dejarse atraer por hombres con automóviles. gas tar. Invitar a alguien a un alimento. Cancelar un bien o servicio del que otro es detentor. El término delata el inmenso dolor que suele provocar a los bolsillos del bogotano promedio el tener que incurrir en gastos en los que otro es el beneiciario. gas tar p ó lvo ra e n gallin azo s . Desperdiciar energías o insumos materiales en causas que no los ameritan. gas tars e . Hacer gala de alguna virtud o bien. Ese tipo se gasta una pinta la berraca. gas tó n . Individuo inclinado al derroche y la dadivosidad extrema. Véase marrano. gata. 1. Mujer de maneras coquetas y formas exhibicionistas. 2. En lengua chibcha, fuego. (106) Gata Go lo s a, La. 1. Fundada a inales del siglo XIX, La Gata Golosa fue una de las más afamadas chicherías de la Bogotá de entonces. Estaba ubicada en cercanías de la actual Universidad Externado de Colombia. El nombre se debe a su curiosa vecindad con una pastelería francesa en cuya puerta resaltaba un aviso en el que se destacaba un primoroso letrero con las palabras Gateau Golusine (pasteles-golosinas). Si bien uno y otro negocio tenían clientelas opuestas (el uno frecuentado por la plebe y el otro por la aristocracia), ambos cohabitaron sin problema, dado que uno funcionaba de día y el otro de noche. Para simpliicar las cosas, los visitantes de los dos negocios castellanizaron la razón social cambiándola a La Gata Golosa. 2. Composición del maestro Fulgencio García altamente representativa de la bogotaneidad, aunque sobreutilizada por su uso excesivo en noticieros y documentales para representar la ciudad. Véase caspear, entecar, perratear, gate ar. Desplazarse sutilmente en dirección al lecho de alguien, por lo general con ines sexuales y durante horas nocturnas. gato . Golpe seco a manera de puño, propinado en alguna extremidad. gato d e zo rra. En la jerga de mecánicos automotrices, dispositivo hidráulico empleado para levantar del suelo los automotores. gato , m arca. Objeto de marca desconocida. gave r. Asta viril. El término proviene de invertir las dos sílabas que conforman la palabra verga. ge m e las . 1. Verijas. Fórmula burda para aludir a los testículos. 2. Turgencias pectorales femeninas. ge n io p are jo . Temperamento calmo y poco dado a la cólera. Hay quienes en forma irónica aluden al concepto como si hablase de lo contrario. Mi novia es de genio parejo: Anda emputada todo el día. ge n te bie n . Categorización arbitraria y excluyente de uso generalizado entre las clases hegemónicas y endogámicas de la ciudad para aludir a quienes a su juicio también pertenecen a ellas. ge n te d ivin am e n te . Individuo o grupo de individuos linajudos y de probas costumbres. Véase gente bien, gentecita bien de tierra caliente. ge n te cita bie n d e tie rra calie n te . Categorización ligeramente despectiva emprendida por las clases hegemónicas y endogámicas de la urbe para aludir a quienes, a su vez, hacen parte de éstas, pero en el contexto de menor valía de la provincia. Ge rm an ia. Desaparecida fábrica de cerveza fundada por Rudolph Kohn, ex empleado disidente de Bavaria. ge te ars e . Embriagarse hasta perder el sentido. ge to . Individuo sumido en un profundo grado de inconsciencia por causa de la excesiva ingesta de alcoholes. glaxo . Petimetre. Lechuguino. Individuo esmerado en el vestir. glo s to ra. Especie de aceite empleado a manera de tónico capilar, entre los años 40 y 70 del siglo XX, antecesor lejano de los actuales geles. go d arria. Conservatismo. Grupo conformado por quienes profesan dicha ideología. go d o . 1. Miembro del Partido Conservador colombiano. 2. Individuo de ideas anticuadas. El origen del término se remonta a la llamada ‘guerra de independencia’, al ser el mote utilizado para referirse a los realistas (defensores nativos de la monarquía española, dado que la expresión ‘chapetones’ era empleada tan sólo para aludir a los nacidos en Europa). Tal concepto procedía de una asociación libre con los visigodos y con el oscurantismo que se suele atribuir al tiempo en el que dicho pueblo gobernó la península ibérica. La expresión revivió con la aparición de los parti- (107) dos tradicionales, al argumentar los liberales que los conservadores querían regresar el país a la Colonia. En la actualidad la expresión se usa, por extensión, para referirse a cualquier personaje de ideas retardatarias en lo político e incluso tradicionalistas en lo privado, sin que necesariamente milite en el partido de Caro y Ospina. gó lgo ta. Expresión resultante de la división del liberalismo nacional acontecida en la segunda mitad del siglo XIX y derivada en dos corrientes. La llamada ‘gólgota’ fue la más radical de las dos y estaba conformada por jóvenes egresados universitarios rebosantes de ideales, pero del todo despojados de experiencia política. Defendían una economía del libre cambio. Su participación en la revuelta de 1854 fue determinante para arrebatar el poder al general José María Melo. Los opositores de los gólgotas fueron los draconianos. Véase draconiano. go lo s a. Juego de rayuela consistente en saltar una serie de cuadros y en remover una tiza con las extremidades inferiores. (golosa) *bo go tálo go go m a. Aición. Apasionamiento por una determinada causa o hábito. go m e lia. Remoquete cariñoso con el que algunos lugareños suelen referirse al vecindario de Modelia, una de las famosas urbanizaciones lideradas por la organización Fernando Mazuera e Hijos. go m e lo . Jovencito de clase alta y hábitos costosos. Algunos han rastreado una posible relación del vocablo con la gomina, empleada por sus ancestros de años atrás. La utilización del término, que ha venido entrando en cierto desuso entre los estratos altos, ahora parece haber permeado a los bajos. go m e lo d e ve re d a. Individuo de provincia con pretensiones de clase alta. go m ín . Acrónimo de ‘gomelo’ y ‘gamín’. Individuo dado a la utilización de atavíos a los que considera elegantes y de buen gusto –tales como lentes de sol propios de comandante de aeronave y chaquetones en cuero–. En ocasiones consigue engañar a los demás con su aspecto, aunque –al momento de hablar– todos sus encantos se vean ensombrecidos por su léxico y maneras soeces, y por sus gustos de truhán. Véase gamín, gomelo. go m o s o . Aicionado. go n o rre a. 1. Individuo despreciable. 2. Blenorragia, blenorrea y uretritis gonocócica. Go n zalo Jim é n e z d e Qu e s ad a. Uno de los más importantes descubridores y conquistadores de lo que más adelante sería llamado Nuevo Reino de Granada. Su lugar exacto de nacimiento es un enigma, aunque la mayor parte de los historiadores coincide en ubicarlo en Córdoba o Granada (España), tierra a la que su imaginación alucinada encontró semejante a lo que hoy correspondería al actual territorio central colombiano. Su llegada al mundo ha sido fechada, sin posibilidades de exactitud, entre 1496 y 1500. Combatió como (108) soldado en lo que hoy es Italia hasta 1530. Retornó a España, en donde se recibió como licenciado. Se radicó desde 1536 en América, y lideró una expedición iniciada el 6 de abril del mismo año, cuyo punto culminante tuvo lugar en 1538. Por entre tierras agrestes e inhóspitas, las huestes del ejército a su cargo se vieron diezmadas por el paludismo, las serpientes y las dolencias tropicales. Después de meses enteros de viaje, don Gonzalo y los suyos arribaron a un territorio singular, en aquel tiempo circundado por abundantes aguas y bosques imponentes. Gracias a la proliferación de árboles de la especie en cuestión a la tierra –ya habitada por aldeanos muiscas, en su mayoría débiles y apacibles– la denominó Valle de los Alcázares. En homenaje a su ancestro nativo don Gonzalo fundó la ciudad de Santa Fe de Bogotá, más adelante capital del reino. Cuenta la leyenda que las primeras ediicaciones fueron 12 ranchos pajizos y una iglesia, y que la liturgia fue oiciada por Fray Domingo de las Casas, parte de cuyo hábito de ese día se conserva, presuntamente en el Museo Nacional de Bogotá. El asentamiento español en la actual ciudad fue un proceso pacíico, si se le compara con otros similares. No debe soslayarse sin embargo, la muerte propinada por órdenes suyas a Tisquesusa (cacique muisca), acontecida según se cree en las Piedras de Tunja, y cuya tumba habría sido profanada por él mismo en busca de oro. Quiso la suerte que en 1539 arribaran a la ciudad dos conquistadores más (don Sebastián de Belalcázar, desde Perú, y Nicolás Federmann –alemán–). Los tres estuvieron muy cerca de alzarse en armas en su afán de poder, aunque al inal su disputa por la gobernación del Reino fue dirimida en un tribunal ibérico. La decisión fue que ninguno de los tres ocuparía la alta magistratura. De consuelo Jiménez de Quesada fue nombrado mariscal, cargo que en la práctica no le otorgaba poder alguno sobre las tierras por él conquistadas. (Gonzalo Jiménez de Quesada) Homenaje en el mausoleo a don Gonzalo Jiménez de Quesada dentro de la Catedral Primada, 1945. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (109) En 1550, ya avejentado, Jiménez de Quesada inició una nueva expedición en busca del esquivo ‘dorado’, hacia los Llanos. La fuerza del río Orinoco dio al traste con las intenciones de su tropa, y la aventura se tornó en fracaso. Se retiró, para vivir sus años inales en Suesca (Cundinamarca), en donde falleció el 16 de febrero de 1579, sumido en la más ignominiosa ingratitud. Los expertos coinciden en creer que antes de morir padeció una larga agonía, debido a los crueles efectos de la lepra. Gracias a don Gonzalo, Bogotá goza de su espléndida ubicación, si bien estratégicamente alejada de las costas, según doña Amalasunta Ponce de Alfaneque enmarcada en un “altiplano saludable y frío que es como un alcázar inexpugnable que nos aísla de la tierra caliente con sus caimanes, mosquitos, arañas y serpientes, y su guacherna de piel tiznada que apesta a catinga, suda y habla a gritos”. Don Gonzalo Jiménez de Quesada fue autor de varias obras escritas, de las que sólo sobrevive el ‘Antijovio (Apuntamientos y anotaciones sobre la historia de Paulo Jovio),’ y entre las que se extrañan la ‘Relación de la conquista del Nuevo Reino de Granada’, ‘Compendio historial de las conquistas del Nuevo Reino’ y ‘Ratos de Suesca’. Hoy el monumento a su nombre –ubicado frente a la avenida que a su vez lleva su apellido, y en la plazoleta del Rosario– es víctima del vandalismo y de la indiferencia de una estirpe de ruianes ignorantes, quienes se sientan o se duermen sobre su pedestal sin tener idea acerca de quién demonios fue él. go ñ e ro . Curiosa especie híbrida conformada por quien combina las maneras inas del gomelo con las burdas del ñero. go rd e lio . Medianamente obeso. go rra, d e . Dícese de aquel bien o servicio del que se usufructúa de manera gratuita e inmerecida, sacando provecho de los demás. *bo go tálo go go rre ar. Consumir alimentos o bebidas a cuenta ajena. go rre ro . Dícese de quien acostumbra a alimentarse con fondos no propios. Véase marranear. go rrio n e s . Durante varios años y a partir de la muerte accidental de un menor de edad colado en el estadio Pascual Guerrero de Cali, se llamó ‘gorriones’ a la más modesta de las tribunas, destinada a albergar a niños de escasos recursos durante encuentros balompédicos de importancia. El título surgió a partir de un clamor de la prensa de los 50, indignada con el fallecimiento del pequeño, a quien equiparó a una pequeña ave con el único sueño de cantar para su equipo. El empleo de dicha tribuna se extendió a otros escenarios, incluido El Campín. La zona fue suprimida en las recientes remodelaciones del estadio a partir de los años 90 del siglo XX. go rro n e a. Distorsión del original gonorrea. gorsoia. Lumpen. Individuo despreciable. go te re ar. Aprovechar haberes etílicos ajenos para la embriaguez propia. go te re ro . Beodo habituado a sacar provecho gratuito de las reservas ajenas de alcohol sin hacer aporte económico alguno. go zqu e . 1. Perro callejero de raza indeterminada. 2. Individuo primario, poco cultivado y sin instrucción. Gracie las To rre s y s u lavad e ro . Expresión de gratitud creada en honor a una afamada presentadora de televisión, cuyo éxito se debe –sin duda– a su objetividad, a su compromiso periodístico y a su afán sincero por hacer el bien. gran ito d e o ro . Voz de exclamación. Reemplaza el ‘gran hijueputa’. gratin ian o . Gratuito. Véase marranear. grille s . Establecimiento varietal dedicado al expendio de bebidas alcohólicas y alimentos, y a la presentación de diversos espectáculos. Diversos (110) griles fueron reconocidos en la historia de la ciudad. Entre estos se recuerdan: 1. As de copas. Legendario establecimiento de la Bogotá de los 50, 60 y 70 del siglo XX. Decorado a la usanza española, este gril restaurante se caracterizó por la presentación frecuente de bandas en vivo procedentes de Colombia y el exterior, y por los estupendos platos allí elaborados. El As de Copas estuvo ubicado en la carrera 13 No. 59-24. 2. La pampa. Céntrico lugar de entretenimiento de los años 60 y 70 del siglo XX, localizado en la carrera 13 No. 58-63, propiedad de Plinio Córdoba y Alberto Navarro. También hizo parte de su nómina Fernando Mosquera , chef desertor del gril La Pampa. Aunque al principio el lugar se dedicó a la elaboración de platos argentinos y a la cocina gaucha, con el tiempo y gracias a la vinculación de Navarro (quien también era dueño del gril As de Copas) con la Tropibomba, se fueron incluyendo piezas de jazz y música tropical. El lugar desapareció tras la muerte de Navarro, su principal accionista. 3. Miramar. El más famoso de los centros nocturnos de la Bogotá de los 60 y 70 del siglo XX. El Miramar, localizado en la calle 24 No. 8-43, fue propiedad de Alberto Balaguera y se hizo famoso por su decoración estilo art noveau, su estupenda orquesta y su música en vivo. Algunos de los artistas de planta fueron Alfredo Linares, Mondragón y su grupo, Cuarta Generación, y Jimmy Salcedo y su Onda Tres. El lugar desapareció a mediados de los 70. gu a. 1. En lengua chibcha, montaña. 2. En lengua chibcha, pescado. gu ach ad a. Acto burdo y falto de donaire y señorío. guachaita. Desorden. Indisciplina generalizada. Ánimo festivo impropio. guachanita. Véase guachafita. gu ach ap an d a, a la. Obra llevada a cabo sin esmero y sin técnica, cuyos resultados, por lo general, son mediocres. Sin planeación, cuidado o raciocinio alguno. Úsase con regularidad para aludir al mal desempeño de operarios tales como carpinteros, zapateros, ebanistas, electricistas, técnicos en computación y demás. Durante muchos años el trazado urbano de la ciudad se hizo a la guachapanda. gu ach araca. 1. Instrumento musical idiófono, conformado por una caña con ranuras, que suena al frotarse con un tridente de alambre. La mayor parte de sus ejecutores aicionados suelen ser objeto de burla debido a la pobreza y escasa técnica en su desempeño artístico. Véase chocoloco, tropipop. 2. En el argot delincuencial, ametralladora. gu ach e . Ordinario. Ramplón. Paradójicamente, el término era empleado en chibcha para aludir a un guerrero de la frontera, en lo que constituye una muestra más del neorracismo rampante en la ciudad. gu ach e rn a. Plebe. Populacho. El término fue inmortalizado por la canción ‘La guacherna en carnaval’, de Milli y Joselyn, escrita para el carnaval de la hermana ciudad caribeña de Barranquilla. gu ach im án . Burda derivación, al parecer antioqueña, del anglicismo ‘watchman’, empleado de manera acaso ofensiva para aludir a un vigilante. (guachimán) (111) gu ach ip an d a, a la. Véase a la guachapanda. gu aim aró n . Jovencito ya crecido. Dícese de un adolescente a quien la mala suerte comienza a dotar de un incipiente y antiestético bozo. gu am a. Fruto del árbol mimosáceo del guamo. Hace ya algunas décadas, en Bogotá, se utilizaba la expresión “echar guamas” como sinónimo de “echar vainas”. gu am a, qu é . Voz de exaltación empleada para señalar la gravedad de un problema. gu am azo . Golpe fuerte. Véase hablar por la Voz del Guamo. gu ám bito . Impúber. Pequeñuelo. gu am o s . Insultos lanzados de manera indirecta a un interlocutor, en medio de un grupo de individuos. gu an aban azo . Caída brusca. gu an d o ca. Presidio. Reclusión. Las más famosas penitenciarías en Bogotá son la cárcel La Picota y la cárcel Modelo. La superpoblación carcelaria de Colombia es indicio de cuán prolíica ha sido esta bella ciudad en materia de delincuencia común. gu an d o lo . Remoquete afectuoso con el que sus habituales consumidores suelen aludir al guarapo. gu an tó n . Golpe propinado en el rostro. gu ap ach o s o . Música o individuo de carácter festivo y tropical. gu arap azo . Impacto fuerte, por lo general acontecido en medio de una caída. gu arap o . Bebida fermentada a base de miel de caña o de panela. gu ard ae s co bas . Franja de madera empleada para proteger las esquinas que unen las paredes con los pisos. Es curioso, por cierto, que en éstos no se almacene ninguna escoba. gu arich a. Término despectivo aplicado desde tiempos coloniales para aludir a una nativa. Indí- (guandoca) Patio interior del Panóptico, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (112) gena. Ramera. En chibcha la expresión era empleada al referirse a una dama hermosa. gu arilaqu e . Aguardiente. gu arn e ta. Mujer inmoral. gu arn ició n . En la jerga policial, mujer generosa en eso de ayuntarse con varios agentes. gu aro . 1. Aguardiente. 2. Individuo burdo. gu as am alle ta. Tolete masculino. El término fue importado de la cultura caribeña. gu as ca. Hierba aromática de uso generalizado en la preparación de ajiacos. Su denominación cientíica es galisonga parviflora. gu as cazo . Golpe súbito. gu as qu e ars e . Vomitar, por lo general a causa de una intoxicación alcohólica. gu as qu ilad iad o . Embriagado. gu ato c. En lengua chibcha, quebrada, riachuelo. gu ayabo . 1. Resaca. 2. Sensación de tristeza o nostalgia. gu ayabo p u n tu d o . Véase guayola. gu ayaro la. Véase guayola. gu ayigo l. Curioso adjetivo inspirado en la marca tolimense de calzado deportivo del mismo nombre. Al ser comparados con los guayos importados, los guayigol hacían gala de una extrema ordinariez, que no obstante se veía compensada por su bajo precio, accesible a los bolsillos de la mayoría de familias bogotanas. Guayigol es sinónimo de ordinario, barato y burdo. El remoquete ‘guayigol’, no obstante, no debe ser tomado como sinónimo de ñero o ñampiro, sino más bien como una forma amigable de referirse a nuestra barata idiosincrasia. El término fue impuesto en determinados círculos por el legendario programa radial ‘La silla eléctrica’, transmitido a través de la frecuencia joven de la Radio Nacional de Colombia, ubicada en los 99.1 de FM, y hoy conocida como Radiónica. gu ayo . 1. Zapato deportivo empleado para la práctica del balompié. 2. Mujer de mal aspecto. gu ayo la. Inexplicable reacción común a la mayoría de los hombres en las postrimerías de una ingesta etílica, por lo general acontecida durante la mañana siguiente y caracterizada por la mezcla de la consabida y pertinaz resaca con un levantamiento inatajable y obstinado del asta viril, sólo detenible mediante la consumación de un acto coital. gu e . 1. En lengua chibcha, casa. 2. En lengua chibcha, equivalente a 'es', del verbo 'ser'. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güe' con diéresis, o tan sólo 'gue', omitiéndola. gu e bo s a. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a cuarenta. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güe' con diéresis, o tan sólo 'gue', omitiendo la diéresis. gu e h is ca. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a cien. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güe' con diéresis, o tan sólo 'gue', omitiendo la diéresis. gu e m ica. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a sesenta. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güe' con diéresis, o tan sólo 'gue', omitiendo la diéresis. gu e ch a. En la lengua chibcha, guerrero, tercer escalafón en el orden jerárquico de la comunidad. Véase milico, tropelero, zipa. (113) gu e re be . Automóvil. gu e rrillo . En la jerga militar, miembro de algún grupo armado al margen de la ley. gu e ta. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a veinte. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güeta' con diéresis, o tan sólo 'gueta', omitiendo la diéresis. gu e ta as aqu i ata. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a veintiuno. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güeta' con diéresis, o tan sólo 'gueta', omitiendo la udiéresis gu e ta as aqu i bo s a. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a 22. Dado que los testimonios escritos a tal fenómeno no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güeta' con diéresis, o tan sólo 'gueta', ignorando la diéresis. gu e ta as aqu i u bch ih ica. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a treinta. Dado que los testimonios escritos a tal respecto no dieron cuenta de su fonética, se desconoce si se pronunciaba 'güeta' con diéresis, o tan sólo 'gueta', omitiendo la diéresis. gü e va. Individuo torpe. Se utiliza también como muestra de camaradería. gü e ve tas . Fórmula amigable para referirse a un amigo torpe. Véase güevón. gü e vó n . Torpe. Tardo en el entendimiento. Véase guón. gu is a. Reprochable caliicativo con el que algunos arribistas suelen referirse a quienes no corresponden a sus estándares sociales por no ajustarse a su supuesto repertorio de buenas costumbres en el vestir, el hablar o el comer. Se entiende por guiso a quien ejerce profesionalmente las labores del servicio doméstico. Pero también a quien obra con ordinariez y poco reinamiento. Sin duda al- *bo go tálo go guna no hay nadie más guiso que quien osa hacer uso de semejante despropósito lingüístico. gu itarro . En la jerga de músicos, guitarrista. gu ó n . Chilenismo de reciente cuño entre las juventudes bogotanas que remplaza a güevón. Denota compinchería, más allá de si los hablantes tengan o no testículos en su haber. Por tal razón, las mujeres mismas han optado por llamarse huevonas entre sí. gu rbia. Hambre. (gurbia) gu rre . Individuo de mal aspecto y desprovisto de gracia. Gu rro p ín . Acrónimo de uso generalizado en la Bogotá del siglo XX para aludir al general Gustavo Rojas Pinilla. gu s an e ar. Incurrir en el deplorable acto de suma deslealtad de arrebatar su pareja a un buen amigo. gu s an o . Dícese de quien acostumbra lirtear con damas comprometidas. (114) (h) h aban o . Al decir de algunos vendedores de plaza de mercado, banana. h abla h as ta p o r lo s co d o s . Fórmula despectiva para aludir a un individuo cuya costumbre es la de hablar en demasía hasta hartar o aturdir a sus interlocutores, quienes claman por que guarde silencio. h ablad e ra. Parloteo. Murmuración. h ablam ie rda. Mitómano. Farsante. Véase pajudo. h ablar p o r La Vo z d e l Gu am o . Alusión obscena a la práctica de una disciplina felatoria, en curiosa analogía con una presunta desaparecida estación de radio con sede en El Guamo (Tolima). Tal vez la expresión tiene su origen entre la similitud del tolete viril con la guama (inga edulis), frutilla algodonada de consumo relativamente popular en la ciudad. Véase chupada. h ace r e l e xp re s o . 1. Conducir a un individuo de forma directa a la puerta de su destino. 2. Acometer a un individuo con ines copulatorios y resultados prontos y eicaces. (hablar por La Voz del Guamo) Hernando Vega en una grabación radial, 1946. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC h ace r e l favo r. 1. Acceder a ayuntarse con un individuo. 2. Provocar un embarazo no deseado. h ace r e l m an d ad o . 1. En la jerga sicarial, ultimar. 2. Copular con un determinado y preseleccionado individuo. hacer ieros. Forma de gesticulación empleada para provocar envidia en uno o varios individuos. h ace r m e rcad o . En la jerga de consumidores de estupefacientes, aprovisionarse de víveres narcóticos. h ace rle . Obrar con entusiasmo y decisión frente a algo. h ace rle cu arto . Colaborar en complicidad para que alguien obtenga un determinado in, por lo general romántico. h ace rle o jo s . Gesticular haciendo uso de ojos y cejas, con ines coquetos o de reclamación. h ace rs e e l bikin i. Depilación del vello que circunda las zonas pudendas, con miras al próximo empleo de un pequeño traje de baño. h ace rs e las u ñ as . Extraña manera de aludir al acto de someterse a un tratamiento manicurístico. h ágale . Voz aprobatoria que antecede a una acción. ¡h ágam e e l favo r! Fórmula empleada para resaltar las cualidades de un determinado individuo u objeto. Hágamen (sic) el favor y prueben (sic) la delicia de bofe. h agám o n o s p as ito . Vulgarismo empleado como llamado a la tregua o a la agresión controlada entre dos contendores. h ágas e e l m arica, qu e as í s e qu e d a. Hostil expresión cuyo in principal es disuadir al interlocutor de ingir ingenuidad ante un hecho o situación patente. La expresión ‘hacerse el marica’ equivale a la menos agresiva “hacerse el loco”, la que a su vez puede equipararse con “hacerse el inocente”. ¡h ágate la gü e va! Invitación al interlocutor a abandonar la idea de seguir timando al hablante. (115) h am bre ró n . Véase filo, hambronón. h am brie n to . Tacaño. Angurriento. Véase líchigo, tenido. h am bro n ó n . Condición de hambre voraz y desaforada. Véase filo. H an d e l, e l Me s ías d e la. Sonada polémica desatada a raíz de cierta decisión del gobierno de Alfonso López Pumarejo, cuyo propósito era reintegrar los bienes incautados a los alemanes residentes en Colombia durante la segunda guerra mundial y en custodia del Estado, a cambio del pago de una multa. Hay quienes airman que el gran beneiciario en este tipo de transacciones fue su hijo, Alfonso López Michelsen, y que buena parte de la fortuna de la familia López tuvo como origen tal determinación. También se dice que dicha disposición habría podido obrar en beneicio del pueblo colombiano, si no se hubiera dado prelación a los intereses de ciertos inversionistas extranjeros. La más importante de todas las negociaciones llevadas a cabo durante tal periodo involucró los bienes convertidos en ideicomiso de guerra y correspondientes a la Handel, empresa holandesa dueña de la mayor parte de acciones de la cervecería Bavaria. El ‘Mesías de la Handel’ fue el sobrenombre con que se motejó a López Michelsen por entonces, en un juego de palabras con el nombre de la conocida obra musical ‘El Mesías’ de Händel. h arvard tín . Mote con el que algunos educandos de la afamada Universidad San Martín, a su vez derivada de lo que antes fuera una fotocopiadora, se reieren a ésta, dados los altos estipendios que deben ser pagados por concepto de matrículas semestrales. h as ta. Preposición de frecuente utilización incorrecta en lugar de 'desde'. Por cierta curiosa razón, muchos comerciantes bogotanos lo emplean con sentido contrario. Abrimos hasta las 10 de la mañana. Para decir... Abrimos desde las 10 de la mañana. h as ta las te tas . Úsase para aludir a un espacio hacinado, sobreocupado o saturado de individuos. (hasta las tetas) Paseo de domingo. Donantes: Elsa y Jesús Sarmiento Sáenz, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (116) El concierto de Wendy Sulca estaba hasta las tetas. Véase transmilleno. Véase tetiado. h as ta p a' ve n d e r, h ace r. Incurrir en toda suerte de desmanes, muchas veces en contra de la moralidad, el respeto y las nobles costumbres. Anoche el patrón llegó todo borracho e hizo hasta para vender conmigo. h as ta qu e ya. Hasta el inal. A más no poder. A cabalidad. Anoche tomamos whisky hasta que ya. h as ta raro . Úsase para ilustrar la singularidad de una situación. ¡Tengo un susto hasta raro! h aw aian a. 1. Remoquete surgido a partir de la distorsión del clásico ‘javeriana’ en cómica alusión a la Pontiicia Universidad del mismo nombre. Véase la Ponti. 2. Extraña variable de pizza en la que la piña es su ingrediente principal. Véase pizza cartulina. h ayu e lo . Dodanea viscosa. Árbol de hojas simples oblongo-lanceoladas y lores unisexuales y amarillentas. h e bra. En la jerga del proletariado bogotano, corbata. Hay quienes equivocadamente han comenzado a utilizar el término para aludir a un vestido de paño completo, una verdadera distorsión de los alcances originales de la expresión. h e laje . Temperatura en extremo baja. h e m bra. Vulgarismo para aludir a una fémina de igura curvilínea y generosa voluptuosidad, objeto de miradas libidinosas y deseos poco castos. h e m braje . Proliferación de damas. Úsase por lo general de manera positiva para aludir a su belleza. h e m bro . En la burda lengua de ciertas jovenzuelas, caballero atractivo, bien dotado físicamente. h e rp o . Curiosa galleta rellena de arequipe y bocadillo. Pese a la no muy provocativa sonoridad del término, el buen sabor del bizcochuelo en mención permite que sus ventas se mantengan estables. Véase bocadillo. h ibia. Tubérculo de raigambre indígena propio de la meseta cundiboyacense y de los países andinos, llamado por los cientíicos oxalis tuberosa y conocido por los quechuas como ‘oca’. De color rojizo y forma redondeada, aún en el siglo XXI hay quienes discuten si las hibias son o no un comestible. h ica. 1. En lengua chibcha, maíz. 2. En lengua chibcha, piedra. h ie lo ram a. Legendaria pista de hielo ubicada en el sector de Quinta Paredes, justo en la avenida 26 con carrera 42 B. h igo tu n o . Cactus opuntia. Higo de tuna o chumbo. h ijo calave ra. Expresión empleada por ciertos padres descontentos al aludir a un vástago casquivano, rebelde y disoluto. h ijo d e p ap i. Individuo remilgado y consentido. Descendiente de las clases hegemónicas que de antaño han gobernado el país y, por tanto, heredero por derecho propio de todos los beneicios vedados al populacho. Véase gomelo, jai, jailoso, play. h ijo d e p ap i-cu lto r. Expresión humorística empleada para aludir a un pequeño de relativo poder adquisitivo procedente de las actividades agropecuarias de su señor padre. h iju e m aca. Voz de exclamación, por lo general empleada para expresar sorpresa desagradable. Véase juemaca. h iju e m ích ica. Voz de pánico o dolor. h iju e m il. En enorme cantidad. (herpo) (117) h iju e m ín ch ica. Véase hijuemíchica. h iju e p u ch a. Voz exclamatoria usada en lugar del soez ‘hijueputa’. h iju e p u e rca. Voz exclamatoria. Indica grandeza y relevancia. Un dolor ni el hijuepuerca. h iju e p u ta. Fórmula nacional de insulto por excelencia, derivada del clásico ‘hijo de puta’ ibérico. Téngase en cuenta que no todo 'hijueputa' es necesariamente el vástago de una meretriz. La exclamación es polisémica y goza de muy diversos signiicados, dependientes del contexto. Un hambre la hijueputa. Ni por el hijueputa. h iju e p u tivo . Remoquete de uso popular empleado para aludir a un autobús de servicio ejecutivo. h ip e rm e gap lay. Anacronismo de dudoso gusto originado a comienzos de la década de los 80 del siglo XX. Usábase para aludir a un individuo de altos vuelos. Hoy algunos individuos avejentados siguen empleándolo, convencidos de estar hablando 'a la moda'. Véase gomelo, jai, jailoso, play. h is ca. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a cinco. Brebaje. Pócima. h it. Hecho grandioso. Jugada afortunada. Emprendimiento acertado. h o go . Suculento aderezo elaborado a partir de tomate, cebolla, ajos, mantequilla, aceite, sal y color, por lo general consumido con patatas, arepuelas o patacones. Su consumo puede llegar a provocar serios cuadros de halitosis, por lo que se recomienda mantener cuarentena una vez éste sea ingerido. h o n go , co m o u n . Expresión descriptiva para indicar soledad. h o n go , p e in ad o . Corte de pelo masculino de dudoso gusto y utilización generalizada entre ciertos individuos durante los 80 y 90. h o n gu e ars e . Consagrarse al consumo de psilocibina con su mal sabor matizado por el de la leche condensada. h o n gu iza. Conjunto de experiencias alucinatorias sucesivas, experimentadas por quien ha consumido psilocibina. h o ra Gaviria. Disposición del gobierno de César Gaviria Trujillo, quien, debido al racionamiento eléctrico de 1992, decretó que todos los relojes del país por el racionamiento eléctrico de 1992. Por decreto, todos los relojes del país fueron adelantados una hora, lo que perjudicó en particular al sufrido estudiantado bogotano, que se vio abocado a aguardar por los autobuses de servicio escolar y copiar las tareas a última hora en medio de las tinieblas. h o rch ata d e ajo n jo lí. Popular refresco de uso generalizado en las clases altas de la Bogotá republicana, dispuesto en grandes botellones de vidrio y servido en las iestas con el propósito de calmar el calor de los danzarines. h o rte n cio . Orto. h o y n o fío , m añ an a s í. Consigna de común utilización en pegatinas adheridas a las vitrinas de tiendas de barrio y expendios de cerveza. La air- (honguearse) *bo go tálo go (118) mación –que en sí misma reviste una permanente contradicción– es sin duda antipática. h o y n o fío n i p re s to e n vas e . Firme indicación con respecto a las políticas crediticias y de tenencia y arrendamiento de inventario de recipientes empleados para el transporte de las bebidas etílicas y gaseosas. h o yo d e l ve n ad o . Según la leyenda, en tiempos de la Conquista, un soldado español huyó hacia los cerros después de haber cometido un homicidio en Santafé. Allí encontró una cueva en la que había un venado de oro macizo. Aunque su propósito era quedarse con él, regresar a la ciudad era muy riesgoso, por lo que preirió llevarse sus cuernos y clavar su espada frente a él, con el propósito de poder encontrarlo trazando un cuadrante imaginario, cuya localización debía coincidir con el ojo de la cerradura de la capilla de Jesús Nazareno, en la iglesia de San Agustín, o con Guadalupe, según otras versiones. Tiempo después, el soldado regresó en busca de su tesoro, tropezándose con la triste sorpresa de que la espada ya no estaba. Muchos habitantes de la ciudad desperdiciaron sus vidas al acecho del botín, hasta la fecha jamás encontrado. h p . Abreviatura con la que se pretende ofender a un individuo poniendo en tela de juicio el recato de su progenitora. h u e co . Entidad de educación de baja calaña y nivel académico desdeñable. Antro. h u e s ad a. Diligencia incómoda y aburrida. Actividad tediosa. h u e s o . Obra de arte tediosa, extensa y aburrida. Suele aplicarse a audiovisuales y a libros. h u e va. 1. Atolondrado. Torpe. Estúpido. 2. Gónada masculina. h u e vas , las . Exclamación despectiva para hacer maniiesta la negativa ante una determinada propuesta. h u e vis . Forma afeminada de hueva, únicamente admisible en damas, pequeñuelas y señoritas, pero del todo censurable en varones. Véase mariquis putis. h u e vito d iario . Obscena expresión de doble sentido con la que se alude a faenas copulatorias ejecutadas a intervalos máximos de 24 horas. La expresión fue usurpada como lema por una irma vendedora de huevos de gallina. h u e vo , te n e r. Demanda ilógica y excesiva alrededor de una actividad, bien o suma de dinero. h u e vó n . Torpe. De cuestionable inteligencia. Estúpido. Tarado. El término relaciona, en forma gratuita, la estupidez y la hipertroia gonádica masculina. H u itaca. De acuerdo con la historia sagrada muisca, mujer de impresionante hermosura y libidinosos procederes. Tras la partida de Bochica, gran maestro de los chibchas, Huitaca encauzó al ingenuo pueblo por senderos concupiscentes y pecaminosos, lo que condujo al indignado Chibchacum a desatar una tormenta mortífera que por poco acaba con la humanidad. Hoy, para deshonra de su memoria, Huitaca es nombre utilizado para bautizar restaurantes de baja estofa y centros de alojamiento y turismo piscinero que a todas luces desdicen del personaje. Véase arrecho, Bochica, chancletero, chapeto, Chibchacum, Chiminigagua, piscinear, zorra. h u ó n . Véase huevón. (119) (hoy no fío ni presto envase) Lo va a pensar, 1966. Donante: Leonor Moyano de Sánchez, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (120) ibiris . Ridículo suijo sin signiicado alguno empleado con el equivocado propósito de adornar una palabra. ico p o r. Por antonomasia, tela gomosa y porosa fabricada en el país por la Industria Colombiana de Porosos. Por extraño que parezca, la variable del poliestireno expansible conocida en el país como icopor, no es una denominación genérica, sino el nombre de la empresa manufacturera del producto, dueña, también, del monopolio de éste en el territorio nacional. Es conocido como telgopor en Argentina, como estereofón en Costa Rica, como tecnopor en Perú, como plumavit o aislopol en Chile, y como unicel en México. icte ria. Vulgarismo arcaico para ictericia. Pigmentación amarillenta en la piel humana o en las plantas. igu alad o . Dícese de quien, en un franco y consciente desconocimiento de las jerarquías, tiende a tratar a sus superiores con excesiva conianza. igu azo . Individuo burdo, falto de reinamiento y francamente ramplón. El término fue popularizado por la desaparecida serie de televisión ‘El siguiente programa’ . im p ajaritable . Inexorable. Imposible de evadir. im p o rtacu lis m o . Postura ilosóica de corte ataráxico cuya proclama principal es el abandono de toda preocupación y la supresión de cualquier actividad vital en donde esté implicado algún tipo de esfuerzo tendiente a alterar el equilibrio y la tranquilidad corporal o espiritual. Se trata de una de las doctrinas más difundidas entre los ciudadanos bogotanos del promedio, quienes, ante el temor de ser fagocitados por los leviatanes propios de la cotidianidad, preieren replegarse sobre sí mismos, dando lugar a una actitud que suele ser confundida con el egoísmo (véase malparidez crónica y cósmica), pero que en realidad sólo busca sustentar la paz interior. El importaculismo, es uno de los rasgos que marcan al bogotano moderno, en tanto sujeto, a merced de los improperios vitales de que lo hace víctima su entorno agresivo. in d iazo . Individuo ramplón, maleducado y en extremo lobo. in d o rm ia. Artilugio. Ardid. Jugarreta. Marrulla. El abogado defensor se valió de toda suerte de indormias para salvar a su cliente. in d o rm iars e . Barbarismo para ingeniarse. Buscar la forma de solucionar alguna situación desafortunada. inlingir. Barbarismo para ‘infringir’. A los que se atrevan a inflingir la norma les caeremos con todo el peso de la ley. ín grim o . En completo estado de abandono y soledad. El ‘íngrimo solo’ de los bogotanos tiende a ser redundante o inoicioso, de manera similar a como lo es, de algún modo el ‘libre albedrío’ o el ‘currículo vitae’. in m am able . Intolerable. Imposible de soportar. in m an cable . Ineludible. De obligatoria ejecución. in m arce s ible . Expresión de uso común entre los bogotanos gracias a los oicios poéticos de Rafael Núñez, coautor del himno nacional de la República. Pese a que su signiicado es el de ‘inmarchitable’ hay quienes la emplean en lugar de ‘inmamable’. in m u n d a, e s tar e n la. Expresión de reciente cuño empleada para indicar una condición desesperada de extrema mala suerte y abandono. (121) in d io co m id o , in d io id o . Fórmula de excusa empleada para emprender la retirada de una faena gastronómica a la que se asiste como convidado, tan pronto los alimentos han sido consumidos en su totalidad, desconociendo los preceptos de urbanidad y buenas maneras impartidos por Manuel Antonio Carreño en su célebre tratado. in te n s o . Acosador. Insoportable. in te rp e rie . Común y aleve barbarismo para intemperie. in vivible . Úsase para aludir a un espacio o situación insoportables. En los 70 Bogotá tenía fama de ser una ciudad invivible. Véase inmamable. Iro n s p e e d . Desaparecido bar, fundado en 1987 y pionero de lo que más adelante sería conocido como 'escena alterna noventera'. Véase alterno, alternocrazy. izar ban d e ra. Levantamiento involuntario del asta viril por causa de la excitación venérea, por lo general acontecida en horas de la mañana. Véase guayarola, guayola. ize . En lengua chibcha, hormiga. *bo go tálo go J jabó n . En la jerga delincuencial, ladrón. jabó n ch iqu ito . Pasta soluble para aseo personal de tamaño reducido que, según la creencia popular, se ubica en duchas y lavabos de moteles, residencias y demás establecimientos destinados al ayuntamiento carnal clandestino. jai. Deformación del anglicismo ‘high life’, empleada en forma un tanto burda para aludir a la ‘alta’ sociedad y a individuos de altos vuelos. Gonzalito es de la jai. jailo s o . Miembro de las clases altas. Véase jai. jairo . Castellanización abreviada del anglicismo ‘I don’t know’. jala. Embriaguez. jala m ás p e lo d e cu ca qu e cable d e bu qu e . Contundente comparación en la que el inmenso poderío encerrado por las pilosidades genitales de una dama, deviene mucho mayor que el de un remolque marino. Es utilizado para referirse a un individuo cuya voluntad –por causa de sus ímpetus amorosos– ha sido reblandecida y sometida por los encantos de una dama. jalad o . 1. Embriagado. 2. Alusión a la calidad de la manufactura o de una obra terminada. Al sastre de la esquina, el vestido de Julianita le quedó muy bien jalado. jalad o r. Individuo que ha hecho del hurto de vehículos automotores su profesión. jalarle . Estar dispuesto a realizar una actividad cualquiera. La frase fue inmortalizada por el (122) personaje protagónico de la legendaria cinta ‘El taxista millonario’, quien airmaba ‘haberle jalado a todo, menos a eso’, aludiendo al homoerotismo. Yo le jalo a todo, menos a la mecánica. jalars e . Embriagarse. ¡jále le al re s p e tico ! Voz irme de llamado a guardar la debida consideración a un individuo, por lo general desairado por su interlocutor. jartar. 1. Consumir alcohol. 2. Ingerir alimentos en forma desmesurada. 3. Hartar. Aburrir. Desesperar. jarte ra. Aburrimiento. Borrachera. jarto . 1. Incómodo. Aburrido. 2. Dícese de quien se encuentra embriagado. 3. Individuo insoportable. jau la. En la jerga policial, camioneta acondicionada con rejas, destinada al transporte de los reos. Véase aguacate, choro, tombo. jave rian o . Alumno de la Pontiica Universidad Javeriana. jayan azo . Jovenzuelo atlético de estatura prominente y semblante fortachón. (jartar) Hombre bebiendo chicha en una enorme taza esmaltada, 1938. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (123) je ch o . Anciano. je d io n d o . 1. Desagradable. 2. Poco estético. 3. Repugnante. 4. Maloliente. je rin gu e ar. Perturbar a un individuo con el in de provocarle enojo. je rm u . Mujer. je ró s tico . Véase jeroz. je ro z. Distorsión del término ‘feroz’, de uso generalizado en las municipalidades y veredas de la meseta cundiboyacense. je ta. Fórmula ramplona para aludir a la boca humana. je ta, d ar e n la. 1. Golpear a otro individuo. 2. Humillar al contendor en medio de una competencia. je tabu lario . Socorrida y manida expresión empleada para referirse a un vocabulario inadecuado y soez. je te ad o . Muy dormido. Desmayado, hecho debido casi siempre a la ingesta excesiva de bebidas embriagantes. je te ar. 1. Dormitar. 2. Sintomatología mandibular provocada por el consumo de cocaína, consistente en un movimiento involuntario del maxilar inferior. je te ars e . Embriagarse. jin ch o d e la p e rra. Dícese de quien se encuentra al borde de la inconsciencia por causa de una desmesurada ingesta etílica. jip a. Sombrero de jipijapa. jo ch e , qu e d ar. 1. Sumirse en una situación insalvable de confusión. 2. En la jerga castrense, encontrarse retrasado en la realización de una actividad determinada. *bo go tálo go jo d a. 1. Perturbación incisiva e incesante. 2. Úsase en forma vulgar para aludir a un objeto cualquiera, del que no se sabe o no se quiere mencionar el nombre. Tráigame esa joda. jo d a m ás , jo d a m e n o s , ¡p e ro n o jo d a tan to ! Contrasentido dialéctico empleado para implorar al interlocutor ser menos insistente en sus constantes molestias al hablante. jo d e n cia. Acción y efecto de joder. jo d e n cio . Individuo insoportable y remilgado. jo d e r. Perturbar. jo d id o . 1. Individuo en condiciones de infortunio extremo e irreversible. 2. Dicho de un proceder, de muy complicada ejecución. 3. Dicho de un individuo, complicado o marrullero. jo d ó n . Individuo insoportable que deriva complacencia en perturbar a sus semejantes. Jo h n s o n ( s e ve ro Jo h n s o n ) . Alusión a quien maniiesta destreza en las artes amatorias. Se fundamenta en la presentación en polvo del afamado talco Johnsons. jo n jo liar. Secundar en caprichos, berrinches y remilgos. jo p o . Región glútea o anal. J o rge P a s e o Lo za n o . Cálido remoquete con el que la ciudad suele referirse a la entrañable Universidad Jorge Tadeo Lozano. Una variable, mucho más ambiciosa, modiica el ‘Lozano’ por ‘Lochano’. jo ro bar. Véase joder. jo to . Paquete, bolso, maletín, maleta o carga abultada y prominente. jo yita. Expresión irónica para aludir a un individuo peligroso cuya conducta es reprochable. ju agad o . Individuo u objeto muy mojado. ju agar. Reprender. Imprecar. (124) ju agars e d e ris a. Carcajearse de manera histérica, a mandíbula batiente. ju an ch ó n . Dicho de una prenda o vestido, ancho y holgado. J u a n ito . Por antonomasia, personaje infantil empleado en chistes e historias cómicas transmitidas por vía oral. Es cosa curiosa que todos los ‘juanitos’ –más allá de si el humorista que los encarna sea santandereano, vallecaucano o de cualquier otro lugar del país– siempre hablarán con acento antioqueño, costumbre presuntamente atribuible al humorista bumangués José Ordóñez. En aras de la justicia histórica sería más razonable remitirse al legendario programa radial ‘La simpática escuelita que dirige doña Rita’ o al humorista antioqueño Montecristo. ju e m aca. Véase hijuemaca. ju e m ácara. Véase juemadre. ju e m ách ica. Véase juemadre. ju e m ad re . Expresión de uso común, por todos reconocida como menos agresiva que el clásico ‘jueputa’. ju e m ích ica. Exclamación de sorpresa. ju e m ín ch ica. Véase juemíchica. ju e p látan o . Véase juepucha. ju e p u ch a. Pequeña variante para suavizar la carga de obscenidad acarreada por el clásico ‘jueputa’. ju e p ú ch ica. Véase juepucha. ju e p u e n te . Véase juepucha. ju e p u e rca. Véase juepucha. ju e p u lga. Véase juepucha. ju e p u n ta. Véase juepucha. ju e p u ta. Obscenidad colombiana por excelencia. Goza de muy diversas connotaciones, dependiendo del contexto. ju e rn e s . Aborrecible noventerismo con pretensiones cómicas derivado de la expresión ‘hoy es juernes’ con la que se pretendía insinuar que ya desde las tempranas horas del penúltimo día de la semana laboral comenzaba a respirarse el ambiente previo a las celebraciones subsiguientes del antiguo ‘viernes cultural’. ju e tazo . Latigazo. Azote brusco. Cuando tenía cinco años quemé la alfombra de la casa y mis papás me dieron un juetazo de padre y señor mío. Véase juete. ju e te . Azote. Deformación del vocablo original fuete. ju e te ra. Tanda de sucesivos azotes. ju go d e tu bo . Vulgarismo para aludir a agua del grifo destinada a ser bebida. No tengo nada de tomar. Pero –si no le incomoda– le ofrezco jugo de tubo. ju icio s o . Obediente. Que se acoge a las reglas y normas sin chistar. ju m e n to . Fórmula caricaturesca y despectiva de equiparar a un individuo de tamaño prominente con un asno, pollino o bestia. ju rgo . Indicativo de abundancia. ju rgo n ó n . Sobreabundancia. (125) (jurgo) Gaseosas Colombianas, 1952. Saúl Orduz / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (126) k L ( ) ke p a. Apócope resultante de la unión de las siglas iniciales de la expresión ‘qué pasó’, y a la vez homenaje al honorable director y actor Kepa Amuchastegui. kiku yo . Especie de pasto, conocida cientíicamente como pennisetum clandestinum y originaria de Kenia. Sus primeros estolones fueron introducidos en el país por José Félix Restrepo, quien después de leer un artículo en el Times londinese acerca de la planta , solicitó al autor de la nota le enviara algunas muestras. Desde entonces el kikuyo se ha diseminado como la más común variedad gramínea en Bogotá. Ko n ga. Fallido intento de bebida carbonatada elaborado por la también fallida división de gaseosas de Bavaria, ineicaz tentativa de hacer contrapeso a los tradicionales productos Postobón. Los malos augurios por su pobre enfoque publicitario y de posicionamiento de marca se pusieron de maniiesto con el torpe uso de la letra K inicial, de dudosísimo gusto. la. Artículo determinado femenino, por lo general antepuesto por los estratos populares al nombre propio. la d e ad e n tro . Fórmula despectiva con la que en tiempos antiguos se solía aludir a una empleada de servicio doméstico interna. Hoy domingo me tocó cocinar porque 'la de adentro' está de licencia. Véase guisa, muchacha. la llo ro n a. Estado de nostalgia y depresión ocasionado por el consumo de algún estupefaciente o etil, caracterizado por llanto pertinaz, por episodios de autocompasión o por la legendaria exaltación de la amistad propia de muchos borrachos o de individuos en circunstancias alteradas de conciencia. ¡la m ach a! Expresión empleada para subrayar lo desesperado de una condición. ¡Tengo un hambre la macha! ¡la m ad re !. Exclamación de inconformidad o descontento para con una situación determinada. ¡la m ad re qu e s í! Fórmula de juramento. la p e o r d ilige n cia e s la qu e n o s e h ace . Falsa fórmula de consolación preventiva utilizada por quien, pese al mucho temor que le presupone el llevar a cabo una determinada gestión, se encuentra decidido a ejecutarla. la Po n ti. Fórmula cariñosa, aunque algo afectada, para aludir a la Pontiicia Universidad Javeriana. la p u n tica n o m ás . Al lado de ‘el último y nos vamos’ y de ‘mañana le pago’, otra de las clásicas mentiras estampadas en cartelones de cantina. (127) Alude a la intención de contenerse en el momento del ayuntamiento carnal, insertando el aparato fálico del caballero en la cavidad vaginal tan sólo con el propósito de mantener una falsa castidad en la presunta doncella o de evitar una posible concepción indeseada. El recurso, aunque conocido de sobra, sigue siendo repuesto indistintamente por adolescentes y adultos a la hora de obtener sus propósitos sexuales. la ve rga. Maravilloso. Divertido. Excepcionalmente agradable. lad rin a, e ch ar. Almorzar. Consumir un alimento con el propósito de reparar fuerzas. El término está basado en una reconocida marca de alimentos caninos. lagañ a d e m ico , n o e s cu alqu ie r. Figura retórica empleada para aludir a lo que goza de cierta relevancia. lagarte ar. Véase lagarto. lagarto . Espécimen común en la fauna social colombiana caracterizado por su natural tendencia a reptar y a procurarse el ascenso social y laboral a partir del lambetazo debidamente calculado. lam a. Especie de capa de aspecto vegetal que se forma en la supericie de los objetos. Musgo. lam be cu lo s . Individuo servil y tendiente a satisfacer los caprichos de los poderosos. Véase chupamedias, lagarto, lambón. lam be r. Véase lambón. lam be rico . Véase chupamedias, lagarto, lambón. lam bó n . Adulador. Dícese de quien halaga a los demás para procurarse sus favores. Véase chupamedias, lagarto. lám in a. Individuo de buen ver. lám p aras . Voz de alerta para indicar la necesidad de mantenerse vigilante. ¡Huy! ¡Lámparas! Mejor pisémonos, que vienen los tombos. Véase pilas. lam p arazo . Trago de alcohol. lan garu to . Individuo famélico y desnutrido. lan za. En la jerga castrense, compañero. *bo go tálo go lap o , d ars e e l. Aincar todas las esperanzas y esfuerzos en una causa determinada. las cu e n tas claras y e l ch o co late e s p e s o . Voz manida utilizada para llamar al interlocutor a llevar un recuento contable y pormenorizado de cada uno de los compromisos, ingresos y egresos de una sociedad. ¡las gü e vas ! Véase las huevas. ¡las gü e vas d e d o n Sim ó n ! Variable, un tanto más creativa, de ‘las huevas’. ¡las h u e vas ! Vulgarismo tajante de negación empleado para manifestar el absoluto desacuerdo con un planteamiento determinado. lata, a la. En abundancia. Sin mucho cuidado. lau re an is m o . Progresista e innovadora fuerza política conformada por conservadores partidarios de Laureano Gómez. lavap e rro s . Lacayo o sirviente de bajo rango, por lo general bajo las órdenes de algún gamonal o capo. Véase sacamicas. laxo . Relajado, sosegado y tranquilo. ¿le an o tó p lacas ? Forma de interrogación propia de la década de los 90 del siglo XX, empleada para equiparar el acto de obtener los datos de contacto de una potencial manceba con la que pueda concertarse una cita, con el de los policías de tránsito al tomar atenta nota de la identidad de un infractor. Véase cotice, levante. ¿le co labo ro ? Fórmula de aparente cordialidad empleada por vendedores informales, botones, camareros, impulsadores de telefonía celular, cuidanderos de automóviles y demás individuos dedicados al muy bogotano arte del rebusque, con el propósito de convencer al interlocutor de hacer uso de sus servicios. le d ijo h as ta d e qu é s e iba a m o rir. Úsase para aludir a una seguidilla de reprensiones, injurias, improperios, denuestos y abominaciones recibidos por un individuo. (128) le d ijo h as ta m ico . Úsase para aludir a una jornada de profusos y loridos insultos. le falta m u ch o p e lo p a’ m o ñ o . Expresión amparada en la jerga de salón de belleza y empleada para hacer referencia a quien aún no goza de la madurez necesaria para la ejecución de un determinado oicio. ¿le gu s to ?, ¿le de bo ? ¿o s e le pe rdió u n o igu alito ? Expresión amenazante empleada por quien se siente imprudentemente observado por alguien. le h ach e ach í. Expresión un tanto odiosa para aludir a la cobardía de un individuo. Suele estar acompañada por un movimiento palpitante de los dedos, imitando las palpitaciones del sistema cardiovascular humano. le lle n aro n la barriga de h u e s o s . Expresión rayana en la obscenidad, empleada para aludir a quien se encuentra, quizá contra su voluntad y por su actuar ingenuo o descuidado, en estado de gravidez. ¿le p are ce p e s cad o ? Vulgarismo empleado con el propósito de hacer maniiesta la molestia ante un acto de subestimación por parte del interlocutor. ¡El tipo fue presidente de Concasa! ¿Le parece pescado? ¿le va a e n s e ñ ar a s u p ap á a h ace r h ijo s ? Especie de cuestionamiento usado para evidenciar y sopesar la inexperiencia de quien presume de ser avezado en una lid determinada, en contraposición al verdadero conocimiento empírico de quien está convencido de ser mucho más experto que su interlocutor. le vie ro n la cara. Úsase para aludir a quien, debido a su aspecto cándido, ha sido objeto de una estafa. Es una forma abreviada y suavizada que encierra un concepto similar a “le vieron la cara de huevón”. le ch e d e m íp alo . Vulgarismo empleado para aludir a los lujos vitales. Véase hablar por la Voz del Guamo. le ch e ro . 1. Fórmula justiicadamente despectiva con la que se alude a los autobuses que, en una abso- (legal) Licencia de ciclista, 1934. Donantes: Elsa y Jesús Sarmiento Sáenz, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC (129) luta anarquía alentada por la llamada ‘guerra del centavo’, tienen el odioso hábito de detenerse en cualquier parte para recoger pasajeros. 2. Individuo suertudo. le ch u gu in o . Joven gentil y elegante en el vestir. Al parecer se denominó así a los de este tipo por su costumbre de emplear el afamado ijador Lechuga, especie de tónico para amansar cabelleras rebeldes. le gal. Dicho de un individuo, de maneras probas. Honesto. le ju ras . Lejanías. No entiendo por qué hicieron la Universidad de la Sabana en semejantes lejuras. Véase bosa, cerditos, chía, Fontibronx, gomelia. le gü in s ki. Alusión a un acto felatorio, inspirada en la famosa becaria de la Casa Blanca, íntima conocida del ex presidente norteamericano Bill Clinton. le n gu ó n . Hablador. Lenguaraz. le n te jo . Lento. Tardo en la reacción. le ñ a. Crítica descarnada a una determinada obra. Tan pronto salió el Bogotálogo, los críticos se dedicaron a darle leña. le ñ e ro . Deportista profesional de alta competencia especializado en sacar de combate a sus contendores golpeándolos sin que el juez a cargo lo note. le s d a u n o la m an o y le co ge n e l co d o . Fórmula de corte anatómico para aludir al descarado acto de sacar excesivo provecho de una colaboración desinteresada, perjudicando en forma directa a quien de manera voluntaria intenta cumplir con la premisa humanitaria de socorrer al desvalido. le y. En la jerga policial, miembro de dicho cuerpo de seguridad. Véase tombo. le van tad o . Individuo de clase emergente, colado de súbito en los estratos altos, por lo general de modales arrogantes y afectados. le van tar. 1. Acto de conquistar los favores amorosos de alguien. *bo go tálo go 2. Golpear o atentar físicamente contra un individuo. 3. Obtener un determinado bien o servicio. le y d e Ch arle s ( m ach e te ) . Principio básico de acción derivado de la ley de Charles y Gay-Lussac, al que suele apelarse cuando un trabajo supera las capacidades del ejecutor o cuando la prisa a última hora apremia. Consiste en llevar a cabo las actividades de manera descuidada y veloz, por lo general con muy mediocres resultados. le y zan ah o ria. Medida sancionada durante la primera administración de Antanas Mockus, consistente en establecer una hora determinada en la que todos los establecimientos de la ciudad dedicados a la jacaranda y al expendio de bebidas embriagantes estaban obligados a cerrar sus puertas y a expulsar a los clientes de sus instalaciones. Para justiicarlo, el líder echó mano de una zanahoria como emblema de su intención de inocular supuestos hábitos sanos en los habitantes de la ciudad. Véase zanahorio. lgbt. Denominación oicial de nuevo cuño para aludir a los grupos conformados por lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas. libe ral. 1. Una de las dos colectividades políticas tradicionales en Colombia, fundada en 1848 e inspirada en el ideario del general Francisco de Paula Santander. El Partido Liberal colombiano se declara a sí mismo de centro izquierda y social demócrata. Surgió a partir de los postulados de Ezequiel Rojas, uno de cuyos bastiones era cierta postura anti radical. 2. Bizcochuelo de harina recubierto con azúcar debidamente tinturada con anilina roja. Es uno de los manjares privilegiados en la clásica repostería del proletariado bogotano. Debe su nombre a la similitud del color de su supericie con el de la colectividad del mismo nombre. Viene en presentación de rollos y su medida estándar alcanza (130) los 25 centímetros de largo. Según los expertos catadores de liberales, hacen buen maridaje con la Colombiana Postobón. Por alguna extraña razón, la existencia de liberales no ha sido aún compensada con la de conservadores, hecho que releja la clara polarización antidemocrática aincada en el mundo de las golosinas de tienda. Apelando al sentido común, la dirección nacional del Partido Conservador debería elevar una queja a instancias superiores para que, en aras de la democracia, el gremio de reposteros, bizcocheros y panaderos iniciara también la fabricación masiva de conservadores. lích igo . 1. Amarrete. Avaro. 2. Especulador. Usurero. Hay quienes sostienen que la expresión se deriva del vocablo anglosajón ‘leech’, con el que se alude a la criatura hematófaga conocida en castellano como ‘sanguijuela’. 3. En su acepción más antigua, conjunto de productos expendidos en una verdulería. lích igo , la d e l. Llamada perdida a un abonado de telefonía celular con el objeto de que éste a su vez llame de vuelta, para ahorrarse el cargo de los honorarios correspondientes a la tarifa por minuto. lich igu iar. 1. Recolectar monedas de manera mendicante, con el in de solventar las afugias de índole económica. 2. Obrar con extremada mesura en los gastos. ligu ita. Limosna. Donación voluntaria para socorrer a indigentes y vagabundos de profesión. lim p ie za. Abominable práctica consistente en asesinar indigentes y habitantes de la calle por considerárseles indeseables. lim p io . 1. Individuo despojado de dinero. 2. En la jerga policial, delincuencial y jurídica, individuo despojado de máculas o faltas que ensucien su historial. liqu ira . En lengua chibcha, especie de manta de pequeño tamaño, similar a un chal y destinada a cubrir los hombros. lis o . Amigo del latrocinio. Delincuente, por lo general dedicado al carterismo. lis te rin e . Voz indicativa de disposición y preparación para una actividad que se ha de realizar. Alude al popular enjuague bucal de esa marca y a la expresión ‘listo’. llan ta. Concentración grasosa de mal aspecto localizada en la región ventral humana. llave , m i. Amigo íntimo y buen cómplice. llave cita. Variable cariñosa de ‘mi llave’. llave ría. Véase llave, mí. llavero. 1. Hombre de dimensiones considerablemente reducidas, al comparárselas con la de su pareja. El término se emplea al comparar su presencia con la insigniicancia de un portallaves. 2. Baraja de vacantes y de candidatos para una determinada posición, por lo general en la mente de quien detenta poder suiciente como para deinir quién habrá de ocuparla. lle n ad o r. 1. Dicho de un alimento, propicio para saciar el hambre. 2. Dicho de un individuo, insoportable. lle va. Véase yeba. lle vad o . 1. Dícese de quien atraviesa una difícil situación, bien sea en el ámbito sentimental, económico, físico o laboral. 2. Individuo sumido en la adicción a algún estupefaciente. lle vad o d e l bu lto . Véase llevado, tenga pa’ que lleve. lle var co n la d o ble . Tratar a un individuo determinado de manera hipócrita. lo m alo d e la ro s ca e s n o e s tar e n e lla. Expresión quejumbrosa en la que se resaltan las (131) desventajas de no pertenecer a las clases dominantes ni a los círculos de poder. Si bien los orígenes de esta muy antigua premisa deben remontarse a los tiempos de José y sus hermanos, cuando el bueno de Jacob decidió darle a su hijo menor preeminencia por encima del resto de su progenie, muy a disgusto de la misma, dudo que haya lugar alguno en el mundo en donde el amiguismo, el nepotismo y todos esos odiosos ismos se encuentren más aincados. De ello pueden hablar con propiedad representantes de todas las esferas del saber humano. Desde futbolistas hasta sacerdotes, pasando por actores, presentadoras de televisión y senadores. lo pe rdim o s . Fórmula lastimera para aludir a quien, debido a sus nuevas costumbres, se aleja de manera radical de su grupo ancestral de amigos. lo qu e , a. Tan pronto. En la medida en que algo ocurra. A lo que yo te avise, tú inmediatamente vienes. lo qu e e s la abu n d an cia d e e s cas e z. Paradójica manera de referirse con ironía a una extrema condición de carencias pecuniarias. lo qu e le d iga e s m e n tira. Aceptación por adelantado de que todo cuanto vendrá no será más que ardides baratos y pamplinas con la fantasía y la especulación como único soporte. Frase favorita de quienes, desprevenidos, son abordados por algún conductor desorientado en alguna esquina para ser socorridos en materia de direcciones y vías. lo ú ltim o e n gu arach as . Vulgarismo empleado para aludir a aquello que luce revestido por la fugaz apariencia de la novedad. lo ve o grave . Diagnóstico apocalíptico pronunciado con el in de suscitar preocupación en el interlocutor y para señalarle lo incorrecto de su proceder. Un reconocido bar de la mal llamada ‘escena alternativa’ de la década inal del siglo XX, fue bautizado TVG, como una variación, un tanto más amigable, de la frase en cuestión. *bo go tálo go lo bo . Clásica especie de la fauna social colombiana. Puede detectarse fácilmente por sus atuendos exhibicionistas, su tendencia a fanfarronear a voz en cuello acerca de sus muchas posesiones materiales y a su diicultad para obrar sin escándalo. Suele llevar anteojos oscuros y ropas brillantes y vistosas. lo ch a. Modorra. Pereza. Indisposición para la acción. lo ch o . Ocioso. Poco adepto al trabajo. Lo ch an d e s . Cariñoso mote espetado por los estudiantes de la prestigiosa Universidad de los Andes a su noble alma máter. lo m bricie n to . Dícese de aquel cuyo sistema digestivo se encuentra habitado por nematodos. lo qu ito s bo go tan o s . Por antonomasia, personajes ya fallecidos, de comportamientos singulares y disparatados, y fama considerable, cuyos nombres e historias difusas siguen almacenados en la memoria de los bogotanos de diversas generaciones y siglos. Algunos de los más destacados son: 1. Aljure, Tufi. Típico personaje capitalino de ciudad durante la primera mitad del siglo XX. Tui Aljure era un caballero libanés nacido en 1875. En 1901 arribó al puerto de Buenaventura con el propósito de iniciar una próspera carrera como comerciante de telas y prendas de vestir. Sin embargo, la tendencia típica de los nativos del Pacíico de entonces de desperdiciar su dinero en orgías y en bebetas –en lugar de utilizarlas para adquirir ropas y ornamentos– lo condujo a mudarse a Bogotá. Abrió un puesto ambulante en el Parque de Las Nieves y sus destrezas comerciales lo hicieron rico, ya por los años 40. Después de enterarse de que su esposa estaba contagiada de lepra y de que debía ser recluida en Agua de Dios, intentó sin éxito inocularse el bacilo de Hansen, para poder ir con ella. Tras una reacción violenta al serle negada la entrada al leprosorio, por no estar infectado, fue recluido en Sibaté, de donde consiguió escapar, quizá con el consentimiento de las autoridades, hartas de él. (132) (locha) Personaje durmiendo en salones del capitolio, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (133) Regresó a Bogotá, lugar en donde se hizo famoso por sus tristes actos autodestructivos, apoyados en su fortaleza física. Solía romper las piedras de la calle y atemorizar a las damas con serpientes de juguete. Uno de sus hijos, el mayor Dumar Aljure, militó junto a Guadalupe Salcedo en las guerrillas liberales de los Llanos. 2. Artista Colombiano, El. Nacido en 1902 y llamado Jesús María Torres Quevedo, el Artista Colombiano era un hombre de la calle, dotado de notables cualidades histriónicas, de las que hacía ostentación en las calles de la ciudad. Durante su juventud fue agricultor, pero luego emigró a Bogotá para dedicarse a la albañilería, oicio del que se retiró para hacerse mecánico. Era prolijo en su discurso y solía ir acompañado de ayudantes. Gustaba de emitir arengas políticas. Murió en agosto de 1978, en el Hospital de La Hortúa. 3. Bobo del tranvía, El. Afamada igura de la Bogotá del siglo XX, cuyo apellido y verdadero nombre son desconocidos. Se le solía llamar Antoñín. Al parecer era el hermano de una agraciada dama, muy cortejada por los jóvenes capitalinos de entonces. Según reza la leyenda, dado el temor que a ésta le provocaba la posibilidad de ahuyentar a sus admiradores una vez se percataran de las deiciencias mentales de su cercano pariente, optó por pedirle que cuando ambos tuviesen que ir al centro, no abordara junto a ella el tranvía. Y para convencerlo, arguyó que los cinco centavos correspondientes al importe del tiquete de viaje habrían de servirle para consumir suculentas colaciones. Con el tiempo ella se fugaría con uno de sus pretendientes, hundiendo al futuro Antoñín en una patológica tristeza. Desde entonces, éste emprendió una persecución demencial a cuanta nemesia o lorencita se le apareciera de frente con la esperanza de hallar a su amada hermana, quien tiempo después regresaría ya con hijos y desairada por su esposo. Vivía en las calles, sumido en la *bo go tálo go indigencia, pero aun así consiguió hacerse a apreciables destrezas físicas debidas a su costumbre de perseguir los tranvías. Los estudiantes de la ciudad le nombraron presidente honorario de la Circulación, y le consiguieron –para tales efectos– un uniforme de policía, vestido por él con orgullo y dignidad. Gustaba de competir contra los tranvías para ver quién conseguía alcanzar mayores velocidades, gesta en la que algunas veces resultaba vencedor. Con la desaparición del servicio de tranvías al comienzo de la década de los 50 del siglo XX, Antoñín sintió que no había lugar para él en el mundo, lo que le provocó un fuerte estado depresivo. Hay quienes dicen que murió atropellado por un bus. Otros sostienen que falleció de un ataque cardiaco en 1955. Al parecer había nacido en 1914. 4. Cuchuco. Véase cuchuco. 5. El doctor Goyeneche (Gabriel Antonio Goyeneche Corredor). Entrañable personaje de la Bogotá del siglo XX, oriundo de Socha (Boyacá) y tal vez nacido en 1886. Ya entrado en años, hacia los 50 de la mencionada centuria, Goyeneche, quien había intentado ser profesor en su Socha natal, inició una carrera política con miras a convertirse en primer mandatario de la capital. Entre sus muchos planes progresistas estaba la pavimentación del río Magdalena, el fumigar las nubes bogotanas con aviones del ejército para evitar el invierno y el entechamiento de la ciudad entera para guarecerla del clima. Gracias a la simpatía despertada por su carácter y su ideario entre el estudiantado de la Universidad Nacional de Colombia, Goyeneche consiguió alojamiento en uno de sus ediicios. Solía salir a perorar por las calles del centro de la ciudad llevando consigo un buen número de volantes impresos en litografías. Se presentó en diversas oportunidades como candidato a la primera magistratura, obteniendo en 1966 la apreciable cifra de 2.652 sufragios a su favor. Ya muy anciano, falleció a principios de 1978. (134) 6. La loca Margarita. Mote con el que la ciudad entera llegó a conocer a doña Margarita Villaquirá Aya, legendario personaje capitalino durante los años 20, 30 y 40 del siglo XX. Según cuenta la leyenda, la señora Villaquirá perdió la razón en 1902 siendo maestra rural en la vereda El Alto, de su natal municipio de Fusagasugá, después de habérsele comunicado el deceso de su marido, el suboicial Nemesio Gutiérrez, en la Guerra de los Mil Días. Tiempo después, ella y su hijo Miguel Gutiérrez fueron capturados como sospechosos de insurrección. Aunque Margarita fue indultada, su hijo resultó condenado a muerte. Años más tarde y ya del todo falta de razón, se radicó en Bogotá, ciudad en la que vivió hasta el día de su muerte gritando arengas contra el “tiránico Partido Conservador”. 7. Pomponio. Remoquete conferido por los habitantes de la capital a Manuel Quijano y Guzmán, uno de los más populares personajes de Bogotá. Vástago de una ilustre familia y al parecer afectado por alguna patología mental, se convirtió en estafeta informal, encargado de repartir recados y tarjetas de invitación entre los ciudadanos de entonces. Antes de convertirse en ‘Pomponio’ (nombre quizá inspirado en su tendencia a vestirse con pompa y elegancia), fue un inteligente y dulce alumno del Colegio de San Bartolomé. Según se dice, la extrema disciplina de la que fue objeto por sus padres y su posterior orfandad lo condujeron, ya en la adolescencia, a una depresión crónica, agravada por el rechazo del que fue objeto por parte de una dama de la aristocracia de la que se vio prendado después de haberla visto una sola vez. Con la razón extraviada, pero aun así dueño de una prodigiosa capacidad para memorizar direcciones y nombres, se dedicó al simple oicio por el que toda la ciudad le conoció. Su rasgo más característico era la tendencia extraña a perder la cordura ante la simple insinuación de “¿quiere queso?” pronunciada con morboso entusiasmo por los niños que se regodeaban al verlo enojado. 8. Otros dementes importantes de la Bogotá de los siglos XIX y XX fueron Chepecillo, el Conde de Cuchicute, Gonzalón, Manrique, Zuzumaga (o Susunaga) y Rafael Lasso de la Vega. lo ra. Radio. Reproductor de cintas magnetofónicas. Grabadora. Algunos jóvenes de extracción media baja acuñaron la expresión durante la década de los 80. lo ra, d ar. Hablar de más. Reprender. lo re n cita. Tranvía aerodinámico unidireccional importado a Bogotá en 1938, con puerta central, techo pintado de color plateado y carrocería marca Brill. Se le llamó ‘Lorencita’ dada su similitud cromática con el pelo platinado de la entonces primera dama de la nación, Lorencita Villegas de Santos. lo ru d o . Dícese de quien tiende a hablar de manera excesiva y escandalosa. lo s d e atrás s o n lo s qu e re co ch an . Cristalización verbal de un concepto aferrado en nuestra cultura popular de colegio, en donde se suele pensar que –por regla– siempre son los alumnos apostados en las ilas traseras de salones de clase y autobuses escolares quienes en mayor grado promueven brotes de desobediencia, vandalismo e indisciplina. lu cas . Dinero, por lo general expresado en unidades. En algún momento un peso fue una luca. Dada la galopante devaluación de la que nuestra moneda ha sido objeto, hoy una luca corresponde con mil pesos. lu lo . Dama destacablemente atractiva. lu lo , co m o u n . Inexplicable expresión empleada para hacer referencia a un individuo en óptimas condiciones físicas, económicas o médicas. lu qu e ad o . Dícese de quien cuenta, de manera transitoria, con abundantes reservas de dinero. (135) (locha) Tumulto alrededor del tranvía,1945. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go co n tin ú a tomo II> (137) (chito) Fórmula onomatopéyica con la que se indica a un auditorio o individuo, de manera no muy gentil y nada discreta, la necesidad de guardar silencio o confidencialidad. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (138) Subdiretora de Divulgación de los Valores del Patrimonio Cultural Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Ilo n a Mu rcia Ijjas z Coordinación de publicaciones y coordinación editorial Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Xim e n a Be rn al Cas tillo Investigación y textos An d ré s Os p in a Asistencia editorial ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTE Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Alcaldesa Encargada Clara Ló p e z Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte Catalin a Ram íre z Valle jo Director del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Pau la Mo ya Ilustraciones Lau ra Pe ralta Fotografía Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Carlo s H e rn án d e z Llam as Comunicaciones Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Fre d d y D íaz Sarm ie n to Gabrie l Pard o García-Pe ñ a Diseño y diagramación Instituto Distrital de Patrimonio Cultural Ye s s ica Aco s ta Mo lin a Corrección de estilo María An gé lica Os p in a Revisión Ju an Man u e l Aco s ta, Ivó n H e rn án d e z Web Vlad im ir Mo s qu e ra Bau tis ta Agradecimiento especial Mau ricio U ribe , Fre d y Ávila Mo lin a Impresión Su bd ire cció n Im p re n ta D is trital D D D I Encuadernación Mile n io Ed ito re s Im p re s o e n Co lo m bia ISBN 978-958-99705-1-5 © 2011 Instituto Distrital de Patrimonio Cultural w w w .bo go talo go .co m b (139) á t l o o g g o o USOS, DESUSOS Y ABUSOS DEL ESPAÑOL HABLADO EN bogotá tomo II-(MACANCÁN-ZUTE) Andrés Ospina *bo go tálo go (140) vie n e d e tomo I > (141) (m) m acan cán . Individuo acuerpado y fortachón. Durante algún tiempo, a finales de la primera década del siglo XXI, Macancán fue un personaje institucional de cortos animados, destinados a educar a la clase trabajadora colombiana en materia de salud y seguridad ocupacional. m acare n o . Habitante o miembro de la frecuente población flotante del tradicional sector de La Macarena, en cercanías de las Torres del Parque o Bosque Izquierdo. Los macarenos tradicionales hacen parte de la llamada ‘farándula intelectual’ bogotana. Por lo general son gestores culturales, fotógrafos, realizadores de video. Véase candelario, chocoloco, socialbacán. m ach a, la. 1. Dícese de una situación compleja, insoportable o destacable. Tengo una gripa la macha. 2 . Antañona marca de calzado industrial especializada en la fabricación de botas empleadas por nuestra clase obrera. Durante los 80 hubo una variable infantil del producto denominada ‘Machita’ y descontinuada a mediados de la década. m ach aca, la. Fábula popular capitalina en la que se alude a la existencia de un insecto fantástico provisto de un aguijón con el que pica a las jovencitas. Según la creencia popular, su mordida tenía consecuencias mortales, solamente contrarrestables mediante un inmediato coito. Muchos varones se valieron de esta creencia para acceder a los favores carnales de ciertas desdichadas adolescentes, quienes, persuadidas por el pánico *bo go tálo go de fallecer, accedían a copular sin chistar y con inusitada prontitud. m ach e ra. Hecho o situación agradable y plausible. Este diccionario es una machera. m ach im bre . En la jerga de la construcción, listón de madera al que se le hace una ranura para que empate con el siguiente. Suele ser utilizado en techos interiores. Cámbieme ese machimbre, que se gorgojeó. m ach ín m ach ó n . Juego de sube y baja. Balancín. m ach o . Tremendo. Intenso. Persistente.Está haciendo un frío el macho. m ach u can te . Mancebo encargado de saciar los ímpetus eróticos de su hembra ansiosa. m ach u qu e . Véase machucante. m aciar. Laborar en forma ardua. m acu e n co . Expresión en desuso empleada para aludir a la suculencia de un platillo determinado. m ad razo . Pronunciación espontánea y cotidiana del vocablo ‘hijueputa’, clásico improperio bogotano por excelencia, empleado en situaciones de crisis para denotar preocupación, alegría o ansiedad. La expresión tiende a abreviarse mediante la sigla hp. m ad re , s e r u n a. Más allá de su género, dícese de un individuo dadivoso, indulgente y amigable. m ad re ar. Poner en entredicho el señorío de la progenitora del interlocutor. m ad ru gó n . Feria callejera en la que se expenden prendas de deficiente calidad, por lo general promovidas por vía radial o televisiva con la ayuda de payasos o de actores o personalidades públicas venidas a menos. m ad u ro . 1.Plátano en su condición de apogeo nutricional. 2. En la jerga de consumidores y expendedores de drogas recreativas, cigarrillo de marihuana, mezclado con alguna otra sustancia. (142) (macancán) Enfrentamiento de lucha libre ante el público callejero, 1941. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (143) m ae s tro . Obrero de alto rango encargado de la difícil y desagradecida tarea de organizar a los diferentes oficiales y capataces en las construcciones. maio. Apócope de ‘mafioso’. m aice ro . Expresión antaño empleada para aludir a los habitantes del departamento de Antioquia, según la creencia popular, grandes consumidores de arepas de maíz. m ais tro . Degradación del vocablo ‘maestro’ en alusión a un oficial de albañilería. m al qu e bie n . También dotada de ese amargo aunque confortable sabor a resignación, es la variable colombiana del Ying y el Yang. “Mal que bien el arriendo se pudo pagar”. “Mal que bien tenemos trabajito”. “Mal que bien nos alcanzó para el mercado”. “Mal que bien tenemos regalitos para diciembre”. Y así la vida se va, mal que bien. Hay, como se ve y mal que bien, cierta piedad lastimera en el discurso. m ala, e s tar e n la. Encontrarse en una situación de desvalimiento y desgracia. m alacaro s o . Individuo cuyo gesto delata antipatía o disgusto. m ale n carad o . Véase malacaroso. m alale ch e . Individuo de carácter agrio y hostil, cuyas intenciones suelen ser malas. m ald in ga s e a. Incorrección derivada de la exclamación ‘mandinga sea’. m ale te ars e . Estropearse. Deteriorarse. Véase caspearse, perratearse. m al jo te ad o . Arcaísmo empleado para aludir a un individuo descuidado en su vestir. m alp ajo rro . Deformación del vulgarismo ‘malparido’. m alu co . 1. Dícese de quien padece cierto tipo de malestar. 2. De mal sabor. m alu qu e ar. Generar un malestar, por lo general de índole digestiva o respiratoria. *bo go tálo go m alu qu e ra. Condición de malestar, por lo general caracterizada por mareos o por indisposición estomacal. m am á e s ta p re s a. Vulgarismo polisémico en el que se refiere el aparente hecho trágico de la progenitora reducida a calidad de reclusa, cuando en realidad se hace alusión a una insinuación felatoria. m am ad o r. Felador. m am ad o ra. Felatriz. Dicen que Amparito es una estupenda mamadora. m am agallis ta. Individuo habituado a mofarse de sus semejantes. m am ar gallo . Mofarse de alguien o evadir una responsabilidad impuesta por éste. m am ar ro n . Caribeñismo importado a la jerga cachaca alusivo al consumo del famoso destilado. m am ars e . Abdicar, por cansancio o desesperación, en el cumplimiento de una determinada asignación o tarea. Algunos filósofos bogotólogos sostienen que el derecho a ‘mamarse’ es sagrado e inalienable. Yo traté de trabajar como vendedor de puerta a puerta, pero a los tres días me mamé. m am e rto . 1. Comunista. 2. Defensor o militante de doctrinas izquierdistas. 3. Crítico del establecimiento. 4. Intelectualoide. En su acepción original el término fue empleado para aludir a los miembros del Partido Comunista Colombiano, PCC. La tradición oral se remite a Francisco Garnica, joven dirigente del Partido Comunista de Colombia (colectividad diferente al PCC), quien se mostró públicamente inconforme al haber sido incluido, de manera equivocada, entre los miembros del PCC. Con cierto humor, en alusión a Filiberto Barrero y Gilberto Vieira, Garnica exigió no ser "confundido con Filibertos, Gilbertos y demás 'Mamertos'". Por extensión, la palabra se utilizó para referirse a cualquier individuo de ideas izquierdistas. El estereo- (144) tipo de mamerto (simbiosis elaborada de la nada), hacia la década de los 70, apuntaba a un individuo de fijaciones comunistoides anacrónicas, por lo general seguidor de los cantantes Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Pablo Milanés, y fanático de mochilas arhuacas, palos de santo, sahumerios e indumentarias artesanales diversas. A los ojos de muchos, el mamerto podría ser un estudiante radicalizado de universidad pública o un profesor de sociología o antropología, experto en lanzar arengas contra Estados Unidos, el capitalismo, los monopolios y el gobierno de turno. Lector acérrimo de Marx y a la vez comprador compulsivo de tratados comunistas, el tradicional mamerto llevaba barba hirsuta y fumaba cigarrillos sin filtro y marihuana, más por convicción que por gusto. Su mayor desahogo consistía en escribir consignas con aerosol en las paredes de entidades universitarias o en lanzar piedras contra miembros de la fuerza pública. Se vestía de manera simplista y no solía ser del todo adepto al aseo o al baño diario. Sus pertenencias incluían prendas de vestir o afiches de deficiente calidad estampados con la figura de Ernesto Guevara de la Serna. Es justo tener en cuenta la deformación de la que el vocablo ha sido objeto, al usarse para desacreditar a cualquier crítico acérrimo del establecimiento; o a quien –dados sus intereses académicos, intelectuales o humanitarios– tiende a ser visto con desprecio por los neoliberales, militantes de derecha y demás. Aunque la expresión suele ser utilizada en tono ofensivo, hay quienes se autodeclaran orgullosos mamertos. m am e ra. Estado de extenuación, indisposición, aburrimiento o hartazgo en lo concerniente a una actividad determinada. Usase también como sustantivo. La clase de química es una mamera. m am e y. Dícese de una actividad sencilla y fácil de ejecutar. Subir al alto de Patios en bicicleta no es tan mamey. m am i. Fórmula de alusión cariñosa a la manceba, mozuela, esposa, novia o prometida por parte de su pareja. Su gusto exageradamente dudoso y su utilización es muy popular entre individuos de baja estofa. m am ó n . Individuo insoportable. m an . Anglicismo para hombre. Píllese las zapatillas de ese man. m an d ad o . Asignación. Orden. Pedido. Encargo. m an d ad o , h ace r e l. 1. Despojar a una jovencita de su doncellez. 2. Acceder a un individuo con propósitos copulatorios. Si usted no se avispa yo le hago el mandado a Nancy. Véase bajar el motor, pringar. m an d ar cás cara. Término empleado para indicar una orden o solicitud de difícil ejecución propinada, por lo general, por un superior. m an d ars e . Expresión acaso machista con la que se alude a la consumación de un acto coital propinado por un hombre a una dama. m an d ars e a la m u e la. Variable aun más burda de ‘mandarse’. m an d ril. Barbarismo derivado del anglicismo ‘man’. m an d u qu e ars e . Comerse. m an ga. 1. Extensión baldía y reducida de tierra, por lo general en un terreno empinado. 2. Individuo corpulento y fortachón. m an garria. Arcaísmo empleado para aludir a cierta cualidad particular para propinar puñetazos certeros. m an gazo . Puñetazo. m an go . Corazón humano. Al vecino, de tanto fumar, se le jodió el mango. (145) m an gu ala. Concierto contubérnico con fines corruptos y malintencionados. m an gu ian ch o . Individuo dadivoso o permisivo. m an icagad o . Expresión en desuso empleada para aludir a quien es zurdo. m an icu lich im bite te o . Faena de caricias genitales en las que se involucran aun más zonas pudendas que en el ‘maniculiteteo’. m an icu lich o ch ite te o . Véase maniculichimbiteteo. m an icu lite te o . Faena de caricias genitales en las que se involucran diversas zonas pudendas, por lo general como antesala a un ayuntamiento venéreo. manilojo. Individuo de escasas destrezas en materia de motricidad fina y por tanto propenso a dejar caer los objetos sostenidos por sus manos. m an iqu e brad o . Homosexual. m an itro n ch ad o . Véase maniquebrado. m an o , d ar u n a. 1. Fórmula empleada con el propósito de aludir a una derrota sonada en una determinada situación. 2. Prestar colaboración. m an o , m e te r la. Intervenir de manera subrepticia y corrupta en un determinado hecho para alterar su normal transcurso. m an o , s acar la. Dicho de un individuo, perecer o cejar en un empeño determinado. Dicho de un objeto o dispositivo, estropearse por completo. m an qu e s e a. Barbarismo aleve derivado de la expresión ‘aunque sea’. m an te ca. Fórmula aborrecible y despectiva de aludir a una empleada del servicio doméstico. m an te co . 1. Individuo de piel y pelo grasosos, condiciones en muchos casos imposibles de evitar, más allá del uso frecuente de astringentes, rinses y tratamientos capilares de alto impacto. 2. Individuo de origen cuestionable, aunque con ínfulas de pertenecer a las altas esferas sociales. ¿Ese manteco? ¡Que ni sueñe con ser socio del club! *bo go tálo go m an te qu e ar. Desempeñar a regañadientes oficios domésticos. La empleada se me enfermó, no vino, y me tocó ponerme a mantequear. m an u e la. Onanismo. m an zan illo . Político corrupto y clientelista. m añ a, h ace r. Dilatar el tiempo para la ejecución de una acción determinada. m añ an a le p ago . Clásica promesa propia de quien, confiado tal vez en la pronta llegada de un dinero del que no dispone en el momento de solicitar un préstamo, asegura a su benefactor que éste le será revertido al día siguiente. Los escépticos suelen considerar –más bien– que la mencionada promesa es formulada a sabiendas de que no será cumplida. m añ as , d ars e . Valerse de habilidosos artilugios para desarrollar una actividad dificultosa. m añ é . Antioqueñismo equivalente al ñuco o ñero bogotano, antes inadmisible en la ciudad, pero ahora incorporado en el acervo de términos empleados en la urbe. m ap a. Acumulación profusa de sudor ubicada en la zona axilar de batas, mangas, suéteres, camisetas y camisas, cuyo contorno semeja el relieve exterior de un croquis geográfico. m ap e ar. Véase mapa. m aqu e tas . Individuo poco esmerado o no muy pulido en la ejecución de sus tareas. m ara. Canica de color blanco con aspecto de porcelana brillante. m aracach afa. Fórmula cariñosa, un tanto anacrónica, para aludir al cannabis. m arca gad o . Gracejo vulgar derivado de la expresión ‘marca gato’. m arca gato . Producto cuya originalidad y calidad están en entredicho. m arca p ajarito . Véase marca gato, marca pollito. m arca p o llito . Véase marca gato. m arch an ta. Expendedora de víveres en una plaza de mercado. (146) m are ars e . Reaccionar con enojo, perturbación o confusión ante un estímulo determinado. m aría. Marihuana. m arica. 1. Expresión de camaradería que en modo alguno pone en tela de juicio la virilidad de los interlocutores y que, de hecho, es utilizada indistintamente por caballeros y damas. 2. En modo ofensivo el término se emplea para aludir a un individuo de seso escaso, ingenuo o torpe. m arim ach o . Mujer de ademanes y actitudes impropias de la feminidad y en extremo varoniles. Véase arepera. m arim ba. 1. Marihuana. 2. En el célebre largometraje de factura nacional ‘Colombian Connection’, protagonizado por Carlos‘El Gordo’ Benjumea y Franky Linero, la Hacienda La Marimba era el cuartel secreto y el laboratorio de producción de unos narcotraficantes, antagonistas en esta legendaria obra del séptimo arte. Debe anotarse que la mencionada película no tiene relación alguna con ‘Delta Force II: The Colombian Connection’, dado que la norteamericana es sólo un plagio de la nacional. También es oportuno dejar claro que la escena del combate entre detectives y narcoráficantes del mencionado filmograma nacional llevado a cabo en la Hacienda La Marimba no se asemeja a la realidad, pues los efectos presentados por los bandos rivales, una vez las municiones se acabaron y fue necesario enfrentarse con lo que había a la mano, distan de parecerse a los de las drogas que fueron usadas como arsenal. m arim be ro . Concerniente al cannabis. Individuo adepto a su consumo. m ario . En la jerga de vendedores ambulantes o de traficantes callejeros de mercancía, voz de alerta que anuncia la inminente llegada de un policía con intenciones de decomiso. Véase feo, polocho, tombo. m ariqu e ar. Obrar de manera afeminada y acaso homosexual. Perder el tiempo o concentrarse en una actividad improductiva. m ariqu is . Fórmula caricaturesca y afectada de camaradería. Véase amiguis, marica. m ariqu is p u tis . Hiperbólica fórmula de camaradería entre jóvenes alambicados. m aris co s . Voz exclamativa de gusto muy dudoso, empleada para sustituir el término ‘marica’. ¡Huy, mariscos! ¡Se me dañó el carro del patrón! m arm aja. Vocablo cundiboyacense popularizado por el personaje de Trino Epaminondas Tuta, uno de los zares del transporte público bogotano, en la desaparecida serie televisiva ‘Romeo y buseta’ de finales de la década de los 80 y principios de la de los 90. Dinero. m aro m as . Piruetas y ardides de compleja ejecución realizados con el propósito de resolver una situación difícil. m arran a, p artir la. Repartir el botín o las ganancias, por lo general fruto de una negociación ilícita. m arran azo . Caída brusca, cuyas consecuencias para la salud suelen ser de gravedad. m arran e ar. 1. Explotar a alguien sin pudor ni miramientos. 2. Entre hombres, juguetear en forma brusca y agresiva. m arran e ro , p an taló n . Pantalón de bota alta, hecho por lo general debido a su desgaste, a los múltiples lavados de los que ha sido objeto o a haber pertenecido a otro individuo. m arran ito d e tie rra. Armadillidium vulgare. Suborden de crustáceos isópodos, conocidos en otros lugares como cochinillas, chanchitos de tierra o chanchitos de bola. Muy comunes en la sabana bogotana, se caracterizan por la peculiar forma esférica que toman al encogerse. (147) m arran o . Dícese de aquel incauto que por omisión o por decisión consciente permite que uno o varios individuos saquen provecho económico de su propia fortuna. m arro n e s . Rizos. m ás abu rrid o qu e m ico e n u n bo n s ái. Triste tipificación de una desesperada situación de tedio, equiparable a la de un antropoide a quien el escaso tamaño del árbol en el que juguetea le impide ejecutar las piruetas adecuadas. m ás calie n te qu e u n n e gro e n u n baile . Expresión con la que se pretende equiparar la temperatura ambiental o de una sustancia, o el estado de ánimo de uno o varios individuos, con el nivel de alegría experimentado por un individuo de raza negra en medio de una danza festiva. m ás can s ó n qu e u n a to s tad a e n u n bras ie r. Alusión despectiva a un individuo o circunstancia insoportables, al compararlos con la presencia molesta y con la sensación de picor provocada por las migas de un panecillo tostado en la piel íntima de una dama. m ás ce rrad o qu e cu lo d e m u ñ e ca. Figura despectiva a la que se acude al momento de criticar a un individuo hermético y poco abierto a la interacción, comparándolo con las formas traseras de un juguete. m ás co lgad o qu e s alch ich ó n d e tie n d a. Símil que equipara un embutido guindante en un expendio de víveres de barrio a una situación comprometida y apurada, experimentada por un determinado individuo. m ás co n te n to qu e p o licía e s tre n an d o bo lillo . Comparación humorística de un estado de absoluta complacencia con aquel experimentado por un miembro de la Fuerza Pública al recibir una nueva pieza de su clásica herramienta de dotación. m ás fe o ( a) qu e u n carro p o r d e bajo . Odiosa y despectiva figura para ejemplificar la horripilancia *bo go tálo go de un individuo al comparársele con la estructura mecánica de un vehículo automotor. m ás largo qu e u n a s e m an a s in carn e . Forma ilustrativa de aludir a una medida excesiva de tiempo, cuyo trasfondo esconde una suerte de proclama antivegetariana. m ás m alo qu e p e garle a la m am á. Hipérbole empleada para describir a un individuo caracterizado por sus malos procederes inveterados, equiparables a un matricidio. m ás m am ad o qu e ch u p o d e gu ard e ría. Expresión que denota agotamiento máximo, a partir de la comparación entre el estado de extenuación experimentado por el individuo en cuestión, y el nivel de magullamiento y deterioro del que es objeto un biberón, después de haber sido aprovechado por la totalidad de párvulos alojados en un pabellón de lactantes. m ás m e jo r. Barbarismo típicamente bogotano, por lo general seguido del también errado ‘menos pior (sic)’. m ás o rd in ario qu e m arran o co m ie n d o p o n qu é . Fórmula cómica para aludir a la ramplonería de un individuo, equiparándola con un cerdo alimentándose con alguna fina pieza de repostería. m ás o rd in ario qu e u n e n tie rro e n vo lqu e ta. Cómica expresión en la que se equipara la ramplonería de un individuo, situación, objeto o hecho determinado, con la de un hipotético cortejo fúnebre llevado a cabo en tan prosaico vehículo. m ás o rd in ario qu e u n yo gu rt d e yu ca. Expresión peyorativa para aludir a las maneras burdas de un individuo o a la escasa calidad de un producto determinado, al compararlo con una hipotética bebida láctea extraída del típico tubérculo tropical. m ás p e rd id o qu e Ad án e l d ía d e la m ad re . Alusión bíblica a la condición de orfandad experimentada por quien, de manera paradójica, es considerado el padre de la humanidad. (148) (más perdido que el hijo de Límber) Mundo al Día. Archivo particular. (149) m ás p e rd id o qu e cach aco e n p laya. Certero símil en el que se compara un estado de extrema desubicación con la extraña presencia de un clásico bogotano raizal en inmediaciones de algún predio costero, afectado por las veleidades del clima, la ausencia de prendas adecuadas para tal espacio y sus nulas habilidades en los deportes acuáticos. m á s p e rd id o q u e e l h ijo d e Lím be r. Vulgarismo con el que se alude a un individuo u objeto extraviado, al equiparar su condición a la misteriosa desaparición del hijo del pionero de la aeronáutica Charles Lindbergh. La pésima pronunciación del apellido ha contribuido a que, para muchos, los orígenes del concepto sean dudosos. El primogénito de Charles Lindbergh, Charles A. Lindbergh, fue secuestrado el 1 de marzo de 1932 de su lugar de residencia en East Amwell, Nueva Jersey, Estados Unidos. Su cadáver fue encontrado más de un año después con una severa fractura en el cráneo. m á s p e rd id o q u e e m bo la ta d o . Vulgarismo hiperbólico empleado para aludir a un individuo en obvias condiciones de desorientación. m á s p e rd id o q u e u n p io jo e n u n a ro d illa . Expresión burlona con la que se señala un estado de absoluta desubicación padecido por un determinado individuo. m ás p icad o qu e m u e la d e gam ín . Eufemismo empleado para referirse a un individuo orgulloso y arrogante. El término ‘picado’ (léase ‘picao’) alude a un hombre o mujer pretenciosos. El ingrediente adicional de ‘muela de gamín’ se refiere al deteriorado estado de salud periodontal de los habitantes de las calles citadinas. m ás raro qu e u n p e rro a cu ad ro s . Coloquial y cómica fórmula para aludir a la extrañeza o singularidad de un ser al compararlo con un representante de la especie canis lupus familiaris de piel ajedrezada. *bo go tálo go m ás re co s tad o qu e la p o bre za. Realista y cruda frase en la que se ilustra la directa relación entre el grado de descaro de un individuo y el nivel de desesperación económica en el que éste se encuentre. m ás s e p e rd ió e n e l d ilu vio y n ad a e ra m ío . Débil fórmula de consuelo empleada para minimizar las consecuencias de una evidente y apocalíptica tragedia. m ás s e n tid o qu e u n bam bu co . Dícese de quien padece de excesivos sentimentalismos o de una marcada tendencia a la irritabilidad, actitud equiparable al alto grado de emotividad del ritmo en cuestión. m á s tra ga d o q u e ca lzo n cillo d e ciclis ta . Fórmula análoga a ‘más tragado que media de torero’, en la que se utiliza como base el reconocido deporte nacional cuyo periodo de esplendor para el país tuvo lugar en los ya lejanos años 80 del siglo XX. m á s tra ga d o q u e m e d ia d e to re ro . Expresión extraída del diario acontecer de la tauromaquia, empleada para aludir a la condición de embelesamiento experimentada por quien se encuentra prendado de un determinado individuo. m ás vie jo qu e e l h am bre . Figura con la que se equipara la longevidad de un individuo a la de existencia de la mencionada sensación en los individuos. m as ato . Refresco dulzón, pesado y levemente fermentado a base de maíz o de arroz en cuya superficie suele espolvorearse canela. m ás im o . Distorsión del vocablo original máximo, popularizada por el personaje protagónico de la telenovela Pedro el Escamoso. Es infortunado, por decir lo menos, que la mayor fuente de abastecimiento para nuevos modismos sea impuesta por el capricho de los guionistas de televisión y por la actitud de borregos de la mayor parte de nuestro pueblo. m as qu e s e a. Véase manquesea. (150) (masato) (151) m ata y co m e d e l m u e rto . Úsase para aludir a quien –al haber sido desairado o haberse enterado de que uno de los suyos ha sufrido un abominable ataque– está dispuesto a ejercer una cruel y desmedida venganza contra el agresor. m atacán . Arcaísmo para aludir a un asesino. Matón. m atach ín . Véase matacho. m atach o . Grafismo en representación de una figura antropomorfa. m atam o s u n d iablo . Expresión empleada cuando dos individuos dicen una misma cosa en forma simultánea sin haberse puesto de acuerdo. Se basa en la creencia supersticiosa de que los demonios mueren cuando esto ocurre. m atar. 1. Gustar o agradar en grado extremo. Me gusta Pasaporte, pero no me mata. Prefiero Hora Local. 2. Dar fin a algo. Por lo general y dado el carácter beodo del bogotano del promedio, suele aludir al acto de consumir el sorbo final de alguna bebida alcohólica alojado en cierta botella. m a ta r c a via r. Expresión cómica empleada para aludir al desconocimiento desplegado por algunos individuos cuyo alto poder adquisitivo parece proceder de labores ilícitas. Con ésta se pretende ilustrar la ignorancia gastronómica con respecto a ciertos platillos exquisitos, al suponer que el caviar es una criatura a la que debe sacrificarse para proceder a consumirla. m a ta tigre s . Leyenda surgida en el sur de la capital. Según ésta, uno de los habitantes de cierto sector, propietario de una chichería, rentaba uno de sus terrenos a los circos que visitaban la ciudad. En cierta oportunidad, uno de sus inquilinos cirqueros dejó de cancelar el canon de arrendamiento, por lo que se vio obligado a dejar una de sus tigresas como prenda. Algunos meses después, harto de los altos costos que acarreaba la alimentación del felino (el que con facilidad podría devorar varias cabezas *bo go tálo go de ganado, gallinas, reses y demás criaturas vivas), decidió sacrificarlo e invitar a sus vecinos a un asado en el que éste fue el plato fuerte. Al culminar la faena, los viandantes mostraron su satisfacción por el festín cárnico, por lo que el tigricida decidió mostrarles el cuero de su presa. Invadidos por la indignación y la repugnancia, los comensales le apodaron ‘Matatigres’, remoquete que a su vez sirvió para bautizar el lugar, ubicado en el sector del Cemeterio del Sur. m ate ria. Líquido espeso de color verdoso o amarillento, producto de una infección y segregado por algún tejido inflamado del organismo humano. Está conformado por leucocitos, células muertas y algunas otras sustancias. m ate rile rile ró . Especie de retruécano romántico empleado para aludir a la inminente derrota o deceso de alguien. m atin al. Desaparecida franja de funciones cinematográficas llevadas a cabo en horas de la mañana. Durante los años 60 del siglo XX, muchas de éstas solían iniciarse con conciertos de rock and roll en cabeza de bandas como Los Flippers, Los Speakers, Los Wallflower Complextion, Time Machine, Los Ampex o Los Young Beats, para continuar con la proyección de algún largometraje musical. m atin é . Función matutina de cine, costumbre hoy caduca ante el advenimiento de los poderosos, fríos e impersonales múltiplex. m ato n e s , s altar. Realizar toda suerte de piruetas y artilugios con el propósito de rebasar los obstáculos en un determinado propósito. m atro z. Expresión en desuso que significaba descomunal.Gigantesco. m atu rran ga. Marrullería. El término, empleado como apelativo, comenzó a ser aplicado a Francisco Maturana, a quien el país debe la clasificación a dos copas mundiales de fútbol, pero quien a la vez es el responsable de la eliminación de dos más, lamentable consecuencia de su tendencia a mantenerse en su solio balompédico, costumbre con la que consiguió perjudicar, deportiva y económicamente, a varios clubes internacionales. m au re . En lengua chibcha, faja amplia. Véase chumbe. m azam o rre ro . Consumidor de mazamorra. m azam o rre ro , bigo te . Mostacho largo e incómodamente grueso, de textura y longitud adecuadas para retener los líquidos y sedimentos que suelen escaparse de la cuchara al consumir una colada, crema, sopa o caldo espeso. Miguel Ángel tiene bigote mazamorrero. ¿m e co m p ras u n d e tallito ? Eufemismo utilizado por la comunidad de vendedores pseudo hippies de artesanías, manillas, inciensos y manufacturas varias para ofrecer en venta un objeto cualquiera. m e co rtaro n lo s s e rvicio s p o r e xce s o d e p ago . Irónica justificación para la suspensión súbita de un determinado servicio público, a causa de mora o insuficiencia monetaria en el momento de cancelarlo. Véase arrancado, vaciado. ¡m e e xtrañ a! Expresión de desasosiego y defraudación resultante de una actitud inesperada por parte de alguien a quien se consideraba digno de confianza. Es usado también para amonestar a quien pone en tela de juicio la honorabilidad o idoneidad del hablante. m e h ace e l favo r y le baja al to n ito . Llamado firme y severo al respeto a un interlocutor cuyas palabras o tono de voz comienzan a cruzar los linderos de la decencia.Un error gramatical y un contrasentido típicamente bogotano es reemplazar el ‘de’ por el ‘y’ en frases del tipo “hágame el favor y”. m e h ace e l favo r y m e co labo ra. Vease es tan amable y me colabora. m e h a ce e l fa vo r y m e d a s e n cillito . Solicitud un tanto descortés –por lo general procedente de un transportador público, de un vendedor de cigarrería o de un comerciante informal– cuyo propósito es exigir papel moneda de baja denominación, en el marco de una transacción comercial de bajo cuño. Véase busetero, cebollero, dietético, ejecutivo. m e h ace e l favo r y m e d a s u e ltito . Véase me hace el favor y me da sencillito. m e h an m irad o fe o y co n o jo s m ás lin d o s . Expresión de desdén empleada para menoscabar un gesto hostil procedente de un individuo al que se considera insignificante. m e im p o rta u n s o be ra n o cu lo . Soez y profana exclamación extraída del saber popular, y premisa fundamental de la doctrina conocida como importaculismo. Al agregar el término ‘soberano’ se añade un carácter transgresor, herético y profano a la expresión. Véase importaculismo. m e p a te ó e l s e re n o . Expresión de angustia para denotar el malestar consecuente de una salida al gélido clima capitalino tras una copiosa bebeta. m e trae algu ito . Clásica fórmula de mendicidad empleada por quien, a las puertas de un viaje o salida de su interlocutor, le espeta algún tipo de solicitud incómoda de un encargo, por lo general comestible. Véase garoso. m iar. Forma vulgar para ‘miccionar’, derivada de ‘mear’. m e cato . Golosina. Comida rápida de muy escaso valor nutritivo. Tras haber sido empleada de forma espontánea por los bogotanos, la expresión resultó legitimada por la creación de las fugaces ventas de comida Mecatto Fast Food, con diversos puestos en el estadio Nemesio Camacho El Campín, en los que se expendían distintos condumios grasos de alto riesgo para la salud coronaria de los viandantes. (153) m e ch o n e ar. Tomar a un individuo del pelo con brusquedad. La costumbre es más propia de damas que de caballeros, y suele tener lugar en corredores de oficinas, burdeles y salones de clase. m e d iacu ch ara. Ayudante de construcción dotado de algunos conocimientos elementales acerca del arte del pañete, levantamiento de paredes, amarre de acero y demás actividades propias del oficio. m e d ias n u e ve s . Alimento ligero consumido en horas distintas a la del desayuno, a media mañana. Derivan su nombre de la hora exacta en la que se supone deben ser consumidas (9:30 a.m.). m e d io p alo , a. Medianamente borracho. Me ic u c h u c a . Primer zipa de Bacatá del que se tiene noticia. Se hizo famoso por su proclividad a ayuntarse con mujeres ajenas a su linaje, dinámica promiscua ejercida en tiempo récord, pues sólo vivió entre los años 1450 y 1470. Fue sucedido por Saguamanchica. Véase Nemequene, Sagipa, Saguamanchica, Tisquesusa, zipa. m e jo r c in c o m in u to s c o lo ra d o q u e to d a la vid a m o ra d o . Se supone que quien guía sus días y sus procederes por esta frase, más de viejo archivador que de cajón, es alguien dispuesto a la franqueza y blindado contra afectaciones innecesarias de tipo protocolario. Seguir, empero, la lección encerrada por esta célebre máxima con todo y su pose de franqueza es una de las cosas que menos estamos dispuestos a hacer, porque en el fondo somos en nuestra gran mayoría una camada de cobardes, con poca o ninguna disposición a dar la cara. m e lc o c h a . Pegajosa golosina en forma de cilindro trenzado elaborada a base de panela. Su uso requiere de una singular pericia y de una óptima condición de las piezas dentales del comensal. Su alto contenido de sacarosa la convierte en un riesgo potencial para la salud pancreática. *bo go tálo go m e lco ch a, vo lve rs e u n a. Ensuciarse, en particular con alguna sustancia pegajosa y dulce. Enredarse. (melcocha, volverse una) m e lco ch u d o . Individuo molesto del que es difícil deshacerse, y acostumbrado a presentarse en ágapes, festividades, viajes y otros eventos sociales sin haber sido invitado. m e lo d ía, vo lve rs e u n a. Véase volverse una melcocha. m e m bran a. Escatológico nombre de un desaparecido bar de la mal llamada ‘escena alternativa’, localizado en la calle 46 con carrera Séptima. Fue fundado en 1992. Véase alterno, alternocrazy. m e n . Extraño extranjerismo en el que se desconoce la condición plural del término para aludir a un solo hombre. m e n ch is . Eufemismo femenino con el que ciertas adolescentes aluden al ciclo menstrual. Amiguis: me llegó la menchis. m e n tar la m ad re . Injuriar a alguien, poniendo en entredicho la honorabilidad de su progenitora, tildándola de meretriz. m e o , e ch ars e u n . Desbeber. m e p a. Acrónimo conformado por la unión de las palabras ‘me parece’, por lo general como respuesta a un anterior ‘¿te pa?’, que a su vez equivale a ¿te parece? Véase kepa, tepa. (154) m e rca. En el argot de los narcotraficantes, mercancía conformada por estupefacientes. m e rcar. 1. Aprovisionarse de víveres para el sostenimiento del hogar. 2. En la jerga de ciertos consumidores de drogas, adquirir un buen inventario de sustancias ilegales. m e rcad o . Órgano sexual masculino. m e rce d e s ro jo . Fórmula cómica con la que los usuarios frecuentes del servicio Transmilenio suelen aludir a dicho sistema de transporte con el fin de fanfarronear ante los desorientados acerca del supuesto vehículo de lujo en el que los primeros se desplazan. Cabe aclarar que los autobuses de la flotilla de Transmilenio son en efecto elaborados por la casa Mercedes Benz y que además están pintados de rojo. m e rch o . Denominativo cariñoso y un tanto pretencioso por parte de quienes aluden, con cierta afectación reverencial, a un automóvil Mercedes Benz. (metacho) Rock al Parque, 1997. Rayuela / Colección MDB - IDPC m e re n gó n d e gu an ában a. Producto de repostería. Representante por excelencia de la repostería criolla posmoderna, por lo general expendido en vehículos automotores estacionados en las carreteras que comunican a la ciudad con los municipios vecinos. La selección de la guanábana como el fruto base para tal platillo sigue siendo un enigma incomprensible, al tener en cuenta que sin duda habría sido una escogencia mucho más sabia el escoger la pera, el durazno o la manzana en lugar de ésta. Por fortuna ya existen otras variables frutales para el mencionado platillo. El consumo excesivo de merengón de guanábana puede provocar episodios incómodos de meteorismo y flatulencias. Los puristas de la gastronomía saben bien que el merengón de buena calidad sólo se consigue en las cajuelas de automóviles Renault 4, 6 y 12. Mañana lunes no voy a poder ir al colegio porque me comí un merengón de guanábana y no he salido del (155) baño. Véase Cajicá, Chía, churrias, direct tv, endulza tu paseo, postre de natas, Subachoque, Zipaquirá. m e re qu e te n gu e . Desorden. m é rm e le . Voz en desuso empleada para ordenar a un individuo el disminuir la velocidad, volumen o intensidad en el desarrollo de una determinada actividad. m e s ió . En la jerga de los emboladores de antaño, fórmula para dirigirse a un caballero, derivada sin duda del galicismo ‘monsieur’. m e tach o . Entre sus adeptos, alusión al género musical conocido como ‘metal’. m e tálica, m ú s ica. Expresión errónea, fruto de la rampante desinformación en materia musical de la que los bogotanos solemos ser objeto. Proviene de la creencia errónea de que Metallica es un género musical y no una banda, por lo menos tan absurda como aquella de que Rolling Stones es una revista de ‘fans’ de la popular banda británica o de que los integrantes de Kiss son asesinos de polluelos. m é tam e lo , p e ro co n vas e lin a. Vulgarismo empleado para solicitar a un agresor o acosador laboral o a un cobrador, algo más de delicadeza a la hora de plantear sus exigencias o de cometer sus abusos, equiparando tal acto al de una violación suavizada por algún aceite o preparación lubricante. m e te d e ro . 1. Lugar de higiene cuestionable e insalubre, por lo general dedicado a la ejecución de tareas ilícitas o inmorales. Véase hueco, olla. 2. Atajo. m e te go l tap a. Curioso juego de pelota de espíritu similar al del balompié, consistente en que aquel que anote un tanto relevará de inmediato al arquero, quien a su vez hará las veces de jugador de campo. m e te ló n . 1. Individuo laborioso y recursivo. *bo go tálo go 2. Consumidor inveterado de narcóticos. m e te r. Vulgarismo para aludir al acto de consumir estupefacientes. m e te r las p atas . Desconocer las normas de profilaxis en el marco de una faena sexual, derivando en un indeseado estado de gravidez. m e tid o . Dícese de quien tiene por hábito el adentrarse en lugares o situaciones a las que no ha sido convocado. m e to . Expresión aprobatoria ante la oferta del consumo o de la realización de una actividad determinada. m e xs an a. Pareja monógama y tradicional, lo que, según algunos, constituye ‘una costumbre fresca y sana’. m i am o r. Fórmula utilizada por impulsadoras confianzudas o vendedoras de baja estofa, con el fin de que el potencial cliente se sienta familiarizado para acercarse a la mercancía ofertada. ¡Buena tarde, mi amor! ¡A la orden! ¿Qué se le ofrece? ¿Qué está buscando? ¡Siga! ¡Sin compromiso! m i p e z. En la jerga callejera, amigo íntimo. m i vid a. Fórmula cariñosa empleada por secretarias de mediano rango para dirigirse a sus compañeros de trabajo. m iad e ra. Frecuencia anormal en la regularidad de las micciones diarias. m iad e ro . Mingitorio. m iad o s . Acumulación de orina, por lo general proveniente de distintos individuos. m ia n d o fu e ra d e l tie s to . Particular y odiosa figura retórica con que se alude a un estado de ignorancia, desconocimiento o ingenuidad de un individuo con respecto a una determinada situación o saber. En ella se equipara la poca precisión con el hecho de dirigir el flujo urinario lejos de la boca del recipiente destinado para tales fines. m iar. Desbeber. Forma vulgar y, por lo mismo, mucho más popular para miccionar. (156) m ica. 1. Bacinilla. Instrumento metálico esmaltado y portátil, antaño utilizado para depositar los efluvios renales durante las noches, sin necesidad de abandonar el lecho para dirigirse al retrete. 2. Cobertura transparente de un reloj. 3. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a tres. Distinto. Escogido. m ich icato . Tacaño. De escasas aspiraciones y pobres resultados. m ich ico . 1. Interjección utilizada para aludir a los felinos. 2. Cobertura vítrea de un reloj. m ico . Inciso, parágrafo o pequeño fragmento de una ley que, aunque poco visible, suele acarrear consecuencias decisivas con respecto a la misma. Los micos aparecen, por lo general, en exenciones tributarias, indultos, rebajas de penas o amnistías generales. m ie lm e s abe . Tradicional postre elaborado a base de leche cortada, panela o azúcar y canela. m ié rco le s . Fórmula de sorpresa empleada para ablandar un tanto la fuerte expresión de 'mierda’. m ie rd a. Excreta. Dependiendo del contexto, la expresión adquiere matices diversos, hecho coreado hasta la náusea por algunas aborrecibles cadenas y mensajes reenviados de correo electrónico. No obstante, dada la importancia del término, aquí se citan algunas acepciones muy bogotanas: 1. Coma mierda. Expresión de los peores deseos para con alguien. 2. En la mierda. Distancia considerable. 3. Ni mierda. Escasez. 4. No se ve ni mierda. Imposibilidad para divisar algo. 5. No le creo ni mierda. Incredulidad. 6. ¿Qué es esa mierda? Imagen o hecho indefinibles, dada su mediocridad. 7. Sabe a mierda. Gusto repugnante. 8. Una mierda. Mezquindad. Mala calidad. 9. Va a toda mierda. Velocidad excesiva. 11. Voló mierda al zarzo. Situación caótica y conflictiva. 12. Vuelto mierda. Condición decadente, depresiva o denigrante. 13. Mucha mierda. Crueldad. m ie rd e ro . Entramado caótico, conflictivo y difícil de desenmarañar. Riña o problema de compleja resolución. m ie rd o s o . Individuo cruel y mezquino. m igas , h ace r bu e n as . Trabar buena y espontánea amistad con otro individuo. m ijo , a. 1. Fórmula recurrente para dirigirse a la pareja, de categoría dudosa, y preferencialmente empleada entre ciertos individuos. Mijo… ¿Usted me puede dar 50.000 pesos pa’l mercado? 2. Expresión cuyo espíritu, si bien en principio cariñoso y paternal, termina por hacerse despectiva cuando se emplea de un contemporáneo a otro. ¡No, mijo… usted no me va a venir a enseñar a mí! m ilico . En la jerga de los grupos alzados en armas al margen de la ley, miembro de las Fuerzas Militares. m illo s . Cariñoso apócope utilizado por los sufridos seguidores del Club Deportivo Los Millonarios, quienes, pese a los deplorables resultados de las administraciones de la entidad al menos desde 1990, han mantenido una lealtad a prueba de derrotas y vergüenzas deportivas. El equipo, uno de los dos más tradicionales de la capital, fue fundado en 1937. m ilqu i. Voz empleada para aludir a la suma exacta de 1.500 pesos oro. m in ch a. Cantidad ínfima. m in é . Hábito de propinar satisfacción erótica a una dama haciendo uso del aparato lingual. m in e te ro . Dicése de quien acostumbra a llevar a cabo el llamado ‘cunilingus’. (157) m in ite ca. Especie de festín adolescente amenizado por las luces y la musicalización de discotecas móviles especializadas en ritmos propios de los años 80 tales como el ‘dance’ o el ‘house music’, en la mayoría de los casos llevado a cabo en salones comunales de conjuntos residenciales por cuyos vidrios empañados suele deslizarse la transpiración condensada de la muchachada en fragorosa danza. m iqu e ar. Juguetear de manera inquieta e hiperquinética. m iqu e ría. Monería. m iriñ aqu e . Curioso antioqueñismo implantado por la entrañable Nena Jiménez, quien con su sutil, ingenioso y refinado humor optó por emplear el término para referirse al acto coital. m is iá. Fórmula arcaica para aludir en forma respetuosa a una dama entrada en años. m is iá e s co p e ta. Historieta original de Adolfo Samper, publicada en el semanario Sábado durante 1943. m ita. Sistema de trabajo implantado en tiempos de la Conquista. Con la mita se asignaban turnos obligatorios de trabajo comunitario que debían cumplir los nativos a cambio de una precaria remuneración. m itaca. Correspondiente a la mitad de un año gregoriano. m iti-m iti. Repartición equitativa de un bien o ingreso, por lo general fraguada en el marco de alguna negociación corrupta y mal avenida. m ito s u rban o s . Creencias populares, sin ningún fundamento ni sostenimiento en la realidad, afincadas en el ideario colectivo de varias generaciones de bogotanos sin que hayan sido comprobadas. A diferencia de los mitos y leyendas del tipo ‘mula herrada’, los mencionados mitos urbanos involucran situaciones menos supersticiosas y más anecdóticas. Entre ellos, del todo infundados y nada comprobables, podemos contar las siguientes: (millos) Estadio El Campín en El Dorado. De izquierda a derecha: Antonio Báez, Alfredo Di Stefano y Adolfo Pedernera, 1952. Carlos y Guillermo Cubillos / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (158) 1. El presidente castrado Consiste en endilgar cargos de homicidio involuntario a un ex presidente de la República, a su vez hijo de otro ex presidente, y tiempo atrás ex alcalde de la capital, por haber atropellado a una anciana a finales de la década de los 60. Tal vez creada por los detractores de quien a mediados de los 90 fuera candidato al cargo de primer mandatario, la historia se remonta a los tiempos de las carreras a go-go (antecesoras directas de los posteriores ‘piques’), una suerte de competencias automovilísticas ilegales entre los jóvenes acomodados de la época por la de momento despoblada 116 como pista. El relato cuenta acerca del delfín adolescente perdiendo por completo el control del volante, y acelerando hasta el punto de colisionar con una desdichada abuela cuyo consecuente deceso fue instantáneo. Se dice que para proteger la reputación del púber y para no truncar sus aspiraciones presidenciales, su progenitor hizo cuanto pudo por ocultar el asunto. Una extensión del mito se refiere al atropello de una joven cerca al palacio presidencial que habitaba el padre del dichoso púber. Los esfuerzos de ocultamiento se encaminaron a evitar el escándalo , no a proteger la reputación ya muy disminuida de un joven que no poseía aspiración presidencial alguna, según certifican aún sus amigos de la época y compañeros de bachillerato. 2. El mismo ex presidente carece de un testículo La ‘petit histoire’, narrada por los detractores del mismo ex mandatario, habla sobre la donjuanesca historia de dos de los vástagos del veterano ex presidente en cuestión (uno de ellos futuro presidente y el otro, futuro director de un desaparecido diario), flirteando con la hija de uno de los propietarios de una afamada clínica oftalmológica. Luego relata acerca de un violento acceso carnal por parte de la pareja de traviesos hermanos para con la heredera del emporio óptico. Al terminar alude a la consecuente retaliación ejecutada por el desairado padre, quien, presa de la cólera y gracias a su experiencia en lides quirúrgicas, decidió convertir a uno de los jovenzuelos en semi eunuco, deshonra esta que de nuevo fue ocultada para no truncar las brillantes carreras de padre e hijo (ambos, en algún momento, máximos dignatarios del país). 3. Una difunta presentadora de nuestra televisión y un ex director de la Policía fueron propietarios de sendos burdeles Estas leyendas tienen la peculiaridad de cuestionar una de las más brillantes y donairosas carreras en la historia de nuestra televisión y nuestra radio, y de poner en tela de juicio el currículo de uno de nuestros hombres del orden. La primera calumnia consiste en enrostrar sobre la inocente e inmolada diva, deshonrosos y del todo falsos cargos por proxenetismo. Para más señales, se suele decir que el establecimiento está ubicado en inmediaciones de la calle 100. Una suerte semejante ha corrido en años recientes un ex comandante de la Policía, 4. El Vikingo La historia se remite a la avenida Caracas, en el extenso círculo de establecimientos que dentro de horarios ilegales aún siguen operando, en un franco desacato a la ley. Se trata de un bar que, para ser exactos, se localizaba en donde hoy está Galerías y en donde alguna vez estuviera Sears. Según los voceadores de la nunca comprobada situación, había en la zona un club de billares en donde los clientes que acertaban en sus distintos embates con el taco, recibían como premio ayuntamientos carnales con bellas damas dispuestas para tal fin. El problema estaba en el excesivo y poco ejemplarizante castigo recibido por quienes, tras sucesivos yerros, salían derrotados de la partida, pues dado tal caso, ‘El vikingo’ –un hombre de raza negra ataviado con un casco y a su vez (159) provisto con cuernos, a lo Olafo– hacía su siniestra aparición, atacando con su despiadada y monstruosa asta viril a los infelices clientes derrotados. 5. Restaurante caníbal en La Calera Se rumoraba, por allá en los 80 del siglo XX, acerca de la existencia de un establecimiento en donde, a puerta cerrada y con secretas recetas jamás reveladas a la engañada aunque satisfecha clientela, se elaboraban platillos en que los cuerpos humanos cocidos eran el ingrediente principal. Se supone que la verdad salió a flote cuando uno de los comensales encontró en su bandeja un fragmento de una falange. Dicho mito es una actualización de otro –mucho más antiguo– en donde se afirmaba que la mencionada falange habría sido hallada en una rebanada de humilde salchichón cervecero fabricado por una pequeña y desconocida salsamentaría bogotana. 6. Los tatuajes temporales incluidos en la presentación ‘vasito’ de cierta marca de helados contenían drogas Otro de aquellos inventillos inverosímiles de los años 80 del siglo XX, fue difundido por ciertos párvulos que se encargaron de diseminar la creencia de que los tatuajes autoadhesivos contenidos a manera de promoción por los pequeños envases de la codiciada golosina, habían sido envenenados con tóxicas y adictivas sustancias que eran inoculadas por vía epidérmica. A esto se añadió que tal delito formaba parte de las estrategias ideadas por los narcos para enviciar con sus productos a la juventud. 7. Cierta popular marca de hamburguesas era elaborada a base de lombrices Durante los 80, cierto sector de opositores de una pujante cadena de comidas rápidas esparció la infundada creencia de que ésta incluía como ingrediente principal para sus hamburguesas algunas criaturas invertebradas del género de los anélidos. *bo go tálo go 8. Iggy Pop tiene una novia en Cedritos Hay quienes siguen afirmando que tal hecho es verídico. Para tal efecto aseveran haber sido testigos presenciales al oír a una mujer –cuya identidad no ha podido ser precisada– afirmar acerca de su compromiso con la estrella del pop mundial, famosa en principio al lado de la banda The Stooges. No obstante, la ausencia de pruebas al respecto lo mantiene hasta la fecha como una suerte de mito urbano en entredicho. No hay bogotano del círculo subterráneo quien no tenga entre sus conocidos a alguien que diga saber quién es la misteriosa dama. 9. Vicky es hombre Algo menos famosa que Iggy Pop, una persistente compositora e intérprete salida de ese crisol de talentos que fue El Club del Clan, fue objeto de odiosos rumores alrededor de su sexualidad, que la obligaron, según ella, a retirarse de su profesión por un tiempo. Hubo quienes imputaron sobre ella infundados cargos por travestismo. 10. El mariachi embalsamado Un no comprobado relato reza que en tormentosos años de ‘vendetta’, abuso de poder y mafia, un omnipotente narcotraficante estaba agasajando a los invitados a su estancia con una sentida serenata. Fue tan de su agrado la presentación del mariachi vocalista que el narco decidió asesinarlo y embalsamarlo en actitud histriónica. 11. Noel Gallagher fue visto en un afamado bar chapineruno, localizado en la carrera Séptima con calle 59 Hay quienes afirman haberse encontrado con el creativo imitador de The Beatles, y a su vez miembro fundador de Oasis, pavoneándose de incógnito por los pasillos de cierto bar capitalino, hoy muy famoso por su vinculación con las artes audiovisuales. (160) 12. Los riñones extirpados Este rumor trasciende las fronteras locales mediante un correo electrónico. Es la historia de un hombre que, tras flirtear con una de sus compañeras de barra en una discoteca, la lleva a su domicilio para el consabido ayuntamiento. Luego de unas horas, del todo desconcertado, el espontáneo paciente de cirugía casera despierta en su tina, atiborrada de hielo, con un mensaje en el que se le informa acaba de ser despojado de la totalidad de su equipo nefrítico y cuenta con pocas horas para salvarse. Tal vez sea una ficción creada por padres represivos o por esposas celosas para evitar que sus hijos y cónyuges osen hurgar en las solitarias damas de tabernas en busca de aventuras casuales. m ix, e ch ars e u n . Miccionar. El tema está inspirado en la jerga de ‘disc jockey’. m o ch ar. Mutilar. Recortar. m o ch ilas . Testículos aún no desarrollados de un pequeñuelo. m o ch o . Individuo despojado de una de sus extremidades o de parte de ellas. m o cku s ian o . Actitud o proceder propio del dos veces burgomaestre y candidato presidencial Antanas Mockus Zivickas. m o d e lar. Pagar una condena por algún acto criminal en las celdas de la Cárcel Modelo de Bogotá. m o go lla. 1. Suculento panecillo elaborado a base de harina, margarina, agua, sal y azúcar. 2. … chicharrona. Panecillo típico, derivado de la mogolla, cuyo aspecto virginal oculta la presencia interna de cierta empella frita de origen porcino. A una masa tradicional, destinada a convertirse en una mogolla dotada de sus bondades convencionales, se le inserta una ración considerable de chicharrón, a veces aún rodeado de cerdas. Todo ello se funde en un cuerpo uniforme con gusto a fritura de puerco, manteca y pan. Suele ser acompañado por cualquier bebida cola. Inexplicablemente hay una horda de fanáticos aficionados a semejante curiosidad gastronómica. m o go llo . Al aludir a una tarea, dícese de algo sencillo y de simple ejecución. m o jar cu co . Reacción femenina producto de algún estímulo erótico consistente en la lubricación femenina que antecede a la cópula. Por asociación, el término alude a cualquier súbito arranque de entusiasmo y alegría como reacción a una situación agradable. m o jar te n a. Véase mojar cuco. m o jicó n . 1. Panecillo blando de superficie azucarada. 2. Personaje de tira cómica creada por Adolfo Samper. Apareció publicada por primera vez en 1924, en Mundo al Día, diario de circulación vespertina. Estaba inspirado en Smithy, quien a su vez aparecía en las páginas del diario norteamericano Daily News. Mojicón salió de circulación con la crisis de los años 30. m o le r. En la jerga del proletariado, trabajar en forma ardua. m o le s tad e ra. Incómodo hábito de perturbar a los semejantes de manera constante. m o le s tars e . 1. Hurgar una herida propia. (mogolla) (161) 2. Onanizarse. 3. Flirtear. m o lid o . Dícese de quien por causa del intenso ejercicio físico se halla extenuado. m o n a. 1. Caramelo o estampita procedente de algún álbum de colección. 2. Extraña forma empleada por hombres y mujeres de la calle para aludir de manera cariñosa a un individuo, sin que éste necesariamente sea rubio. 3. Fórmula utilizada por las trabajadoras de la cafetería o de los servicios de aseo de la Universidad de Los Andes para referirse a los estudiantes, la que a su vez es empleada por éstos de la misma forma, en reciprocidad. 4. Jovenzuela, por lo general tendera o dependienta de un negocio informal. 5. En la jerga de los jóvenes de los años 60 del siglo XX, tetrahidrocannabinol. m o n ch is . Sensación de hambre ansiosa, común a los consumidores habituales de marihuana, quienes, por lo general y en forma equivocada, suelen suponer que tal sustancia sube de peso, cuando en realidad es la ingesta desmesurada de alimentos tras su consumo la que provoca ese efecto, nefasto para quienes desean mantener su peso ideal. Aunque no lo parece, el término se deriva del anglicismo ‘munchies’. m o n d á. Caribeñismo importado desde el litoral hasta nuestra ciudad. Alude al miembro viril. m o n ito r d e ru ta. Extraña forma de micropoder tiránico, omnímodo y totalitario, establecida en las entidades educativas dotadas con servicio de transporte. Los monitores de ruta, por lo general, son alumnos de grados avanzados con vocación tiránica, cruel y dictatorial, encargados de mantener el supuesto orden en los autobuses escolares. Expertos en el arte de decomisar reproductores estereofónicos portátiles y juguetes costosos, y de *bo go tálo go ajusticiar a sus súbditos mediante impunes tandas de calvazos, pastorejos y gatos, los monitores son uno de los cánceres del mundo escolar. Véase chuzo, hueco. m ono. 1. Individuo de pelo rubio. 2. Jovencito. 3. En cierta jerga de gusto dudoso, propia de beodos y amanecidos, sol. m o n p irry. Legado popular de la telenovela ‘Pedro el escamoso’ emitida a finales de los años 90 del siglo XX. Muchos bogotanos con ánimos puramente imitativos, decidieron adoptar esta expresión, propia del repertorio de Pedro Coral, protagonista de la mencionada producción. Monpirry es una expresión de camaradería con visos de muletilla, empleada por un individuo cualquiera al dirigirse a sus amigos más entrañables. m o n tad o r. Clásico representante del micropoder ejercido con tiranía y mezquindad desde diversos círculos laborales o académicos. m o n tar la p e lícu la. Urdir una mentira acompañada por una ambientación y una historia compleja. m o n tarla. Dedicarse sistemática e insistentemente a perturbar a alguien sin fin justificado. m o ñ a. Pequeña fracción de marihuana. m o qu e ade ra. Flujo nasal constante e indetenible. m o qu e ar. Acción de llorar, por lo general acompañada de considerables cantidades de flujos nasales harto repugnantes para quien intenta dar consuelo al plañidor de ocasión. m o rgan re co rd s . Denominación genérica con la que se alude a cualquier grabación en formato cd o dvd de alguna pieza fonográfica o videográfica manufacturada de manera clandestina por una indeterminada fábrica pirata. La expresión hace referencia a sir Henry John Morgan, tal vez el más famoso de los bucaneros que atacaron las costas iberoamericanas durante la Colonia. (162) m o ris qu e tas . Gesticulación. Muecas. m o rraco . Fórmula cariñosa para aludir a un cadáver, por lo general perteneciente a un individuo fallecido en circunstancias violentas o en accidentes dramáticos. m o rro n go . Dícese de quien obra de forma taimada e hipócrita. m o rtad e lo . Areola de un seno femenino cuyo diámetro se asimila al del tradicional embutido en su presentación de rodajas. m o rtal p a’l p e ch o . Anacrónica expresión –propia de los años 80 del siglo XX– empleada para aludir a una situación fatal o desagradable. m o s aico . Véase mozo. m o s am a. Véase mozo. m o s ca. Voz de llamado para invitar a prestar atención y a mantenerse en alerta. m o s ca d e ce m e n te rio . Moscardón. moscorroio. Individuo desemejado y de mal ver. m o s qu e ars e . Reaccionar con presteza ante algún estímulo. m o s tro n a. Mujer exhibicionista con sus turgencias femeninas. m o te l. Particular tipo de alojamiento, rentado por horas y especializado en la atención a parejas ansiosas de saciar sus fragores eróticos cobijados por el sagrado manto de la intimidad y el secreto. Los moteles son remanso de confidencialidad para infieles, y suelen incluir servicios especiales de esterilización de retretes, batas de baño, pantuflas y jabones de liviano tamaño. Las bebidas suelen ser entregadas (mosca de cementerio) a los huéspedes mediante una muy pequeña compuerta por la que tan sólo se asoman las manos de los amantes extendiendo el dinero hacia las de los camareros. Los hay en abundancia en cercanías de los barrios periféricos de la ciudad y suelen contar con un hermético sistema de aparcaderos comunicados en forma directa con las habitaciones, separadas unas de otras. En los moteles es común encontrar una cinta que atraviesa las tapas de los ‘excusados’. Véase mozo, jabón chiquito. m o te liar. Abandonarse a las artes amatorias en un alojamiento destinado para tales fines. m o te lin g. Anglicismo empleado para aludir al uso de los servicios de algún establecimiento dedicado al ayuntamiento carnal clandestino. Mis papás estaban en el apartamento y me tocó irme de moteling con la hembra. m o to la. Expresión un tanto burda para aludir a la cabeza humana. m o to s o . Vulgarismo para ‘siesta’. m o ve r la agu ja. Despertar sentimientos de atracción en alguien. La profe de química me mueve la aguja. m o zo . Mancebo o manceba que, en el marco de una infidelidad marital, hace las veces de amante de un hombre o mujer casados. m u ch ach a. Despectivo término utilizado por algunos miembros de la burguesía bogotana para referirse a las sufridas y mal remuneradas empleadas del servicio doméstico. Hoy toca dejar las camas tendidas porque no viene la muchacha. m u ch ach o . Segmento de carne alargada, redonda y cilíndrica, ubicada entre la tapa y la contra de la zona trasera de la res. El muchacho es expendido de forma masiva en casi todas las carnicerías de Bogotá y sobrevolado con permanente avidez por las moscas vecinas. m u ch ilas . Véase mochilas. m u ch o tilín tilín y n ad a d e p ale tas . Fórmula despectiva para referirse a quien –pese a los mu- (163) chos aspavientos por él ejecutados– suele obtener resultados desafortunados, pobres o nulos en la comisión de un objetivo determinado. m u e . En lengua chibcha, parte más alta de la cabeza. m u e ca, la. Vagina. La expresión, de gusto muy dudoso, tiene como fundamento la realidad anatómica de los labios vaginales, desprovistos de dentadura. m u e co . Puño asestado en la dentadura. m u e n d a. Golpiza. Tunda de azotes. Contundente y humillativo resultado al término de una justa deportiva o de una competencia cualquiera. Mu e qu e tá. En chibcha, 'extensión plana de tierra'. Hay quienes sostienen que tal vocablo pudo dar origen al nombre de la ciudad. Véase Bacatá, bogote, muyquy m u é rgan o . Individuo hostil, cruel e insignificante. m u e rto d e h am bre . Individuo en condiciones económicas y laborales angustiosas. m u e s tre a ve r. La desconfianza y la duda metódica hacen parte del diario sentir colombiano. Es el sentimiento de nula confiabilidad hecho palabra. Es la criollización patente del pensamiento santotomasino. Ningún colombiano que merezca ser denominado como tal aceptará razón o argucia alguna sin un protocolario y dubitativo ‘muestre a ver’. m u gre . Individuo de escasas calidades humanas, afín a la crueldad. m u gre qu e n o m ata, e n go rda. Sabio adagio empleado para tranquilizar a quien se halla indeciso a la hora de consumir un comestible contaminado o indebidamente aseado. Ante las altas posibilidades de padecer disenterías, amebiasis, deshidrataciones y otras dolencias más por cuenta del desaseo, no queda más que hacer de la alimentación un acto de fe. Así, aunque exista la certeza inapelable de una futura intoxicación, ésta vendrá acompañada por la atenuante de una satisfacción inmediata del ímpetu de la sed o el hambre. *bo go tálo go m u gro s o . Individuo cruel, falto de ética, miserable. m u is ca. Próspera firma dedicada a la elaboración de carrocerías y chasises destinados a servir de coraza a buses, busetas, ejecutivos y algunos otros especímenes más del transporte público local, por lo general conducidos por legítimos descendientes venidos a menos del pueblo muisca original. m u is cas . 1. En lengua chibcha, individuos. 2. Etnia nativa pobladora del altiplano cundiboyacense entre los siglos VI antes de Cristo y el XVI. Antiguos pobladores de la región correspondiente a la actual Bogotá y sus contornos, a saber, los terrenos correspondientes a la capital de hoy, Tunja, Iraca (hoy conocida como Sogamoso), Guanentá y Tundama. Algunos de sus descendientes habitan en barrios o poblaciones cercanas tales como Suba, Bosa, Cota, Chía o Sesquilé. En términos políticos, los muiscas estaban organizados mediante un sistema de cacicazgos regidos por los líderes correspondientes de Bacatá, Chía, Tunja, Ramiriquí o Duitama y Tobasia. La población total del pueblo rozaba el millón de habitantes esparcidos a lo largo y ancho de toda la meseta. Fueron estupendos orfebres y buenos cultivadores de diversos productos –tubérculos como la papa, quinua, algodón, cubios, hibias, etc.– hoy erradicados de las costumbres mayoritarias del bogotano actual. El chibchano, 'muysca cubun' o ' muisk kubun', hace parte de la familia lingüística chibcha. Su radio de extensión abarcó gran parte del norte de América del Sur y Centroamérica. Algunos pueblos, tales como los tayronas y los u’wa se comunicaban en un lenguaje similar, hecho que propició la generación de fuertes nexos con ellos. El origen de la denominación 'muisca' es, sin duda, harto extraño. La expresión proviene del chicbha 'muexca', cuyo significado es el de 'hombre'. Según Juan Rodríguez Freyle y fray Pedro Simón, al arribar a la sabana bogotana, Gonzalo Jiménez de (164) Quesada y su ejército preguntaron mediante señas a los nativos qué tan grande era la población de la zona. Su respuesta fue, según Rodríguez Freyle, la de 'muisca puemunga', y según Simón, 'muexca bien agen'. El significado de la frase era el de 'hay muchos hombres'. De forma un tanto cómica los españoles dedujeron que los nativos pululaban como 'moscas', lo que generó la deformación del gentilicio original. El máximo nivel jerárquico de la estructura piramidal muisca lo ocupaba el zipa, seguido, en un segundo plano, por los jechas y mohanes, quienes a su vez alcanzaban la dignidad sacerdotal. En el tercer escalón estaban los guerreros o 'guechas'. Estos últimos tenían fundamental importancia dado el permanente estado de contienda en el que la nación se encontraba. Aparte del gran zipa, cada región contaba con caciques que, a su vez, debían obedecer sus órdenes. Ninguno de los anteriores estratos era productor de recursos, dado que tal actividad correspondía, en su orden, a los artesanos, tejedores, alfareros y orfebres, mercaderes, trabajadores de minas de sal y esmeraldas, y agricultores, todos ellos en obligación de tributar. En el pueblo muisca la poligamia era permitida y el mayor beneficiario de tal práctica era, como es de suponerse, el zipa. La peor parte la llevaban los esclavos, por lo general enemigos cautivados en combate. m u je r qu e n o jo d a e s h o m bre , o tie n e m o zo . Misógina y sexista expresión en la que, de manera arbitraria y no comprobada, se generaliza con respecto al temperamento femenino y su supuesto talante incisivo e irritante. Véase moteliar, musinga. m u la. 1. Forma burda para aludir a la cabeza. 2. Individuo torpe. 3. Dícese de quien presta sus vías digestivas para el transporte de estupefacientes hacia otros países del orbe. 4. Dama o caballero de considerable resistencia a arduas labores físicas. m u la h e rra d a , la . Leyenda popular de la Bogotá colonial. Cuenta esta historia que en las noches era común encontrar una mula herrada y ensillada que vagaba solitaria por las calles, haciendo chispear el piso. Se decía que la mula había pertenecido a don Álvaro Sánchez, ludópata que en las noches se dirigía en su mula hacia la casa de juegos de don Juan de Guevara para comer y jugar hasta la madrugada. Alguna vez su sirviente llevó la mula a beber agua al río San Agustín, pero ésta huyó y se fue corriendo hasta su amo, a quien se acercó para hablarle en palabras que no eran de animal. Desde ese día, don Álvaro decidió ir caminando hasta lo de don Juan de Guevara y ordenar a su sirviente enviarle la mula a medianoche, pues ella ya conocía el camino. Don Álvaro murió en la ruina y su mula lo siguió poco después. No obstante, muchos aseguraban haber oído el galopar del espíritu del híbrido en las noches. Quienes vivían en inmediaciones de la ermita de Belén dijeron haber encontrado un cadáver en una enramada, perteneciente a una bruja en cuyas manos y pies había herraduras clavadas. Algunos comenzaron a decir desde entonces que la hechicera era la misma mula, transformada. m u n d ial. Destacable. Único en el mundo. m u ñ e co . Cadáver, por lo general producto de un accidente o un atentado a mano armada. m u ñ e co , d arle vu e ltas al. Copular. m u rió . Voz de lamento empleada para aludir a una actividad, empresa o menester caduco, o a alguna tarea a la que se ha puesto fin. Llegó el tombo y la fiesta murió en su mejor momento. m u rió y fu e h o rrible . Execrable voz lastimera con pretensiones cómicas para aludir al funesto desenlace de una situación determinada. (165) (muñeco) Joven muerto por una piedra que cayó de la Catedral, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (166) m u rraco . Cadáver resultante de un accidente. El que limpia las ventanas se cayó desde el sexto piso y quedó murraco. m u rrio . En la jerga proletaria y campesina, almuerzo. m u s ca p u e n u n ga. En lengua chibcha ‘mucho gentío’. Según algunos cronistas españoles, la distorsión del primer vocablo derivó en el surgimiento de la denominación muisca, aunque hay quienes apoyan la teoría de que el término proviene de la comparación realizada entre la abundancia de nativos con las moscas que, de manera similar, proliferan por doquier. Véase muiscas. m u s in ga. Concubina. m u s ite ca. Legendaria tienda especializada en la venta de álbumes en formatos lp y cd y pertenecientes al género rock en todas sus múltiples vertientes. Fue fundada por Saúl Álvarez en 1980 e hizo parte del circuito de almacenes musicales independientes de la avenida 19. Álvarez falleció en 2008. ¿m u y m ach ito ? Fórmula retadora empleada para calibrar la valentía de alguien en la antesala de lo que promete ser una riña. m u yh ica. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a cuatro. Objeto de color negro. Trenza. Ramificación. Extremo de un objeto. m u yqu y. En lengua chibcha, extensión de terreno. Véase muequetá. n n aco . Puré de patatas. n aco , qu e d ar h e ch o . Dícese de un objeto, individuo o sustancia reducidos a ruinas o desechos. N ach o , la. Remoquete cariñoso empleado para aludir a la Universidad Nacional de Colombia. Véase mamerto. n ada de n e rvio s . Forma poco convicente y menos efectiva de llamado a la tranquilidad, por lo general empleada en medio de circunstancias críticas. n ad a qu e ve r. 1. Odiosa expresión empleada con el propósito de manifestar desprecio o absoluta desvinculación de un determinado ser o de una causa cualquiera. Después de su excesivo uso caricaturesco, antecedido por el ya anacrónico ‘o sea’, el término ha perdido validez. 2. Una orquesta de los 70 y 80 hizo uso de tal expresión para darse nombre. n ad ad ito d e p e rro . Actitud disimulada, imperceptible, astuta y eficaz. n álgaras . Véase nalgas. n algas . Remedo de la expresión nada. ¡n an ay cu cas ! Expresión de negatividad de origen y procedencia incierta. Según algunos, alude al momento en que se agotan de una alacena o mostrador las galletas de color negruzco y forma redonda, de común utilización en buena parte del gran Caldas. Otras mentes, más suspicaces, suponen que la palabra ‘cuca’ en este contexto tiene una acepción distinta, alusiva al genital femenino. (167) (la nacho) *bo go tálo go (168) n aran jas . Fórmula de negación equivalente a ‘no’. n arco . Apócope de ‘narcotraficante’. n arco to yo ta. Voluminoso vehículo Toyota tipo burbuja, según la creencia popular adquirido en la mayoría de los casos mediante el uso de fondos mal avenidos. n arizo n a, tan ga. Especie de calzón de baño cuya forma parece resaltar la zona posterior del glande masculino, remedando el aspecto de una nariz larga y curvilínea. n arra, qu é s e . Distorsión con cierto grado de comicidad, análoga al clásico ¿qué se cuenta? n ave . Vulgarismo para aludir a un automóvil de lujo. n e a. Apócope de gorronea. n e cio . 1. Jovenzuelo insoportable. 2. Adulto díscolo y proclive al desorden. 3. En un contexto sexual, individuo avezado en las lides amatorias. n e gar la p aja e s co m o n e gar a la m am á. Vulgar adagio en el que se equipara el onanismo al acto de desconocer la relevancia y la naturalidad de la progenitora en la existencia humana. n e gre ar. 1. Traicionar. 2. Explotar a un subalterno mediante la imposición de cargas laborales injustas y excesivas. Véase marranear. n e gre ro . Patrón o jefe explotador. n e gro : n i e l te lé fo n o . Abominable frase de corte racista, empleada para indicar el repudio de un individuo para con los miembros de la raza predominante en el continente africano. N e m e qu e n e . Según los cronistas, tercer zipa de Bacatá, autor del código legislativo que lleva su nombre. Era sobrino de su antecesor, Saguamanchica, muerto en combate al término de la llamada 'Guerra de los 16 años', de la que salió victorioso. Nemequene se apoyó en su sobrino Tisquesusa. Desde el inicio de su mandato combatió contra el nuevo zaque de Hunza (Tunja), Quemuenchatocha, y se dedicó a contener las rebeliones de los caciques de Ubaté, Zipaquirá, Guatavita y Ubaque (a quien perdonó la vida, después de verlo arrojar sus riquezas en la laguna a su mando). Pese a un intento más del cacique zipaquireño por rebelarse, fue reprimido en forma oportuna por Tisquesusa. De nuevo tuvo lugar una confrontación entre los ejércitos de Tunja y Bacatá, una vez más librada en Chocontá. Aunque el triunfo parecía inclinarse del lado del zipa, una flecha se clavó en su corazón y falleció antes de ver su victoria. De acuerdo con la costumbre de aquellos tiempos, Nemequeme se fue junto a sus amadas favoritas a sumirse en la alucinación del borrachero. Véase meicuchuca, código de Nemequene, Sagita, Tisquesusa, zipa. N e m e qu e n e , có d igo d e . Conjunto de normatividades propias de los indígenas habitantes del territorio correspondiente a la actual Bogotá en tiempos precolombinos, al parecer implementadas por el zipa Nemequene. El código de Nemequene establecía una serie de actos punibles y de formas de castigo, de acuerdo con la gravedad de las faltas cometidas. Entre las prácticas penalizadas estaba el adulterio de mujeres. Quien fuese tenida como sospechosa de tan abominable hecho, era obligada a consumir mortíferas dosis de ají. Si la desdichada confesaba su crimen –desesperada por la ingesta del pimiento– de inmediato era aliviada con agua y abluciones, y luego ejecutada. Si, por el contrario, la presunta delincuente se mantenía en silencio hasta el final del suplicio, recibía la indulgencia y una dádiva, a manera de compensación por el daño causado. Lo anterior deja claro el fundamental papel del ají como elemento ajusticiador. Con todo y este severo sistema de control, muchos caciques desconfiaban de si sus hijos habían sido (169) (narizona, tanga) En Melgar, 1980. Donante: Martha Arévalo, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (170) en verdad engendrados por ellos, y debido a lo anterior el cacicazgo se transmitía por la vía de tío a sobrino (matrilinealmente). Así las cosas, el heredero del cacique debía ser hijo de una de sus hermanas. Actos como la violación eran severamente castigados. La crueldad de la reprimenda dependía de si el violador era soltero o casado. En el primer caso, se daba muerte inmediata al infractor. En el segundo, tan solo se le afrentaba con el ostracismo. Actos como el incesto eran penalizados sumergiendo a los pecadores hasta el cuello en hoyos llenos de agua infestada de sabandijas y serpientes. La sodomía era abominada, empalando a quienes la cometieran en un asta debidamente provista de espinas, cuya punta, al final del martirio, debía atravesar la espalda, ojos o cráneo. La virginidad era tenida entre los chibchas como deshonrosa, y tan sólo propia de mujeres desprovistas de atractivos. En materia de herencias, en caso de no contarse con herederos naturales, el estado reclamaba para sí los bienes del difunto. Quien siendo combatiente mostrara alguna forma de cobardía ante la batalla era vestido con atavíos femeninos y se le asignaban menesteres propios de un ama de casa. Aquel que, además de ser timorato, se decidiera a desertar, era cazado y aniquilado en forma inmediata. Estaba prohibido mirar a los ojos del zipa o a los de cualquiera de los caciques en forma directa y por ello, al encontrarse con tales jerarcas, era obligatorio bajar la vista o volver las espaldas. Pese a que los zipas y caciques estaban exonerados de los castigos, ante la comisión de cualquiera de los delitos anteriormente tipificados, eran sus mujeres quienes gozaban de la potestad de azotarlos. Por tal razón, en la medida en que se incrementara el número de cónyuges del gobernante, los padecimientos aumentaban de manera equitativa. Los viudos debían guardar celibato durante el lapso indicado por la principal de sus mujeres en el momento de morir. No obstante, tal periodo no podía exceder los cinco años, y existía la posibilidad de negociar tal situación con la agonizante dama. Si la muerte de la esposa tenía lugar en medio de un parto, el doliente debía entregar la mitad de su hacienda o, en caso de pobreza, los bienes requeridos por la familia de su compañera, la que a su vez estaba facultada para castigar con la muerte al caballero en caso de que ésta lo demandase. Véase Nemequene. n e m e s ia. Modelo de tranvía fabricado por la casa Brill y traído a Colombia durante los años 20. Se le llamó así en honor a Nemesio Camacho, gerente de la empresa correspondiente por esos años. n e m te re qu e te ba. Otro de los nombres conferidos a Bochica, gran maestro de los chibchas, en cierta forma análogo al Quetzalcoatl azteca o al Manco Capac de los Incas. Véase Bachué, Bochica, Chía, Furachogue, Huitaca, río Funza, salto de Tequendama, Xue. N e n cataco a. Dios chibcha amigable y festivo, patrono de la chicha y de los tejedores y artesanos. También se le conoce como Fo y como Fu. Se acostumbraba a representarlo con formas de zorro o de oso. Según sus discípulos, gustaba de mezclarse con ellos para darse a la profusa bebida del fermento. Sólo consideraba propicias las ofrendas de dicho brebaje. Véase Fo, Fu. n e n o rra. Jovenzuela pubescente. El término fue popularizado por Fulgencio Cabeza Manotas Cepeda y Silva, entrañable personaje del legendario espacio radial ‘El zoológico de la mañana’, presentado durante años por la desaparecida Súper Stereo (más adelante Súper Estación) 88.9 FM. n e rd o . Individuo de escasas cualidades físicas y absoluta dedicación a los menesteres intelectuales, en particular orientado hacia disciplinas computacionales, científicas y matemáticas. Suele (171) llevar anteojos, es limitado en las lides deportivas y su capacidad intelectual va en proporción inversa a la física. n ga. En lengua chibcha, pues. n i cagan d o . Extraño vulgarismo de tenor similar a ‘ni de fundas’ y a ‘ni de vainas’. n i cin co . Indicativo de carencia o de negación hacia una acción determinada. No tengo ni cinco y no me gusta ni cinco. n i d e fu n d as . Dícese de aquello que no se está dispuesto a hacer bajo ninguna condición ni circunstancia. n i d e vain as . Véase ni de fundas. n i qu e e s tu vié ram o s bravo s . Amigable aunque ramplona fórmula de aceptación a una petición determinada. Véase pa’ las que sean. n i raja n i p re s ta e l h ach a. Expresión despectiva comúnmente atribuida al individuo que, además de poco colaborador, hace gala de un fastidioso egoísmo. n ie blu n o s . En los tempranos tiempos republicanos, vecinos del ‘tenebroso arrabal’ de Las Nieves. n ie s . En los caballeros, región correspondiente al piso de la pelvis. Véase ñe. n iñ a. Odiosa muletilla empleada por quienes, sintiéndose superiores en jerarquía, suelen dirigirse a telefonistas, dependientas, secretarias o cualquier otro tipo de empleadas encargadas de atención al público. n iqu e lad o . Ron. No debe confundirse con la marca Aguardiente Niquelado, cuyo uso, generalizado en el departamento de Boyacá, presenta sin duda altos riesgos para la salud hepática. n iqu e le ra. Arcaísmo empleado para aludir a una monedera. ¡n o alcan zo ! Fórmula de excusa, por lo general falsa, esgrimida por los vendedores informales de establecimientos tipo Sanandresito o en expendios de bienes de contrabando, para indicar al potencial comprador que el margen de negociación y de *bo go tálo go descuentos ya ha alcanzado el límite mínimo posible. Véase chimbo, chiviado, líchigo, retacar, tumbe. n o bu s qu e lo qu e n o s e le h a pe rdido . Amenazante insinuación con respecto a la inconveniencia de entrometerse en honduras investigativas. n o co m e rle . No permitir que alguien, por poderoso o superior en jerarquía que parezca, provoque tipo alguno de intimidación en un individuo determinado. n o e s cu alqu ie r lagañ a d e m ico . Dícese de aquello que, aunque en apariencia insignificante, reviste una considerable relevancia. Véase pichas. n o e s tá n i tibio , p ap ito . Burda voz, por lo general empleada por representantes del género femenino, para indicar al interlocutor lo equivocado de su concepto con respecto a una situación determinada. n o h ablo in glé s , p e ro lo e n tie n d o . Despropósito conceptual con el que algunos individuos pretenden esconder su absoluta ignorancia con respecto al dominio de la lengua anglosajona. Suele verse acompañado, en las hojas de vida, de especificaciones porcentuales con respecto al conocimiento del idioma en cuestión del tipo: Inglés, 54%, como si el manejo de un lenguaje pudiera cuantificarse de manera tan precisa, en lo que constituye una paradójica escala de medir lo que no es mesurable. n o h aga bizco s , qu e s e qu e d a as í. Advertencia severa en cuanto al peligro que para la salud física puede representar el incurrir en muecas antipáticas para con el interlocutor, quien por lo general está a las puertas de arremeter contra el espontáneo gesticulador. n o jo d a. Voz imperativa cuyo fin es solicitar al interlocutor comportarse con respeto, tranquilidad y decoro. n o jo d ás . Expresión de incredulidad. Es una de las pocas formas de voceo permitidas por el código cachaco. (172) n o le cabe n i u n tin to . Típica descripción de un estado crítico de hacinamiento, en que se acude a la figura simbólica de la bebida cafeínica nacional por excelencia. Véase cebollero, dietético, ejecutivo, transmilleno. n o le van ta u n p o lve ro . Forma despreciativa de referirse a un caballero o dama cuyo éxito para con el género opuesto es escaso o inexistente. Véase levante. n o lo h ay. Extraña expresión propia de comerciante informal empleada para indicar la ausencia de un producto en su inventario. n o m e abra lo s o jo s , qu e n o le vo y a e ch ar go tas . Advertencia cuyo aparente tono oftalmológico tiene propósitos similares a la clásica “no me haga bizcos que se queda así”. n o m e ale gro , ¡p e ro s í m e d a u n fre s qu ito …! Manifestación de júbilo vergonzante por la desgracia de un enemigo o de un individuo, que otrora hubiese afectado al hablante. n o m e cre a tan p e n d e jo . Expresión de sorpresa utilizada para aludir a una situación o hecho sorprendente. ¡n o m e cu e lgu e ! Fórmula de súplica empleada con mucha frecuencia por los seguidores de un gran zar de la radio bogotana, especializado en cortar las llamadas al aire de sus oyentes sin el menor atisbo de vergüenza o culpa. n o m e d io n i la h o ra. Aceptación estoica y resignada del rechazo propinado por un individuo (generalmente del sexo opuesto) a una insinuación amorosa. Véase no levanta un polvero. n o p re gu n te , qu e e n tre m e n o s s e p a, m u ch o m e jo r. Exhortación a mantenerse ignorante con respecto a ciertos hechos que pueden comprometer la integridad física, la tranquilidad, la honra o la vida del interlocutor. n o p u e d e n ve r a u n p o bre aco m o d ad o . Exclamación en la que se hace visible la lucha de clases: las fuerzas encontradas de la superación por parte de los oprimidos y el deseo de las castas hegemónicas de mantenerse en su lugar de privilegio. Véase todo lo del pobre es robado. n o s aca u n p e rro a m iar. Úsase para aludir a un individuo poco proactivo. n o s e la( o ) co m e n i e l ó xid o . Figura despectiva para ilustrar la condición poco apetecible en materia sexual de una dama o caballero, desprovistos de gracia. El término ‘comer’ se equipara al acto copulatorio. Véase bagre, gurre. n o s e bu s qu e u n a m u e rte p e n d e ja. Llamado a la cautela o fórmula de advertencia casi siempre lanzada a quien –por causa de sus acciones descaradas o imprudentes– está haciéndose a la antipatía o a la enemistad de otro individuo. n o s e p ie rd e n i la co rrid a d e u n catre . Frase con la que se ejemplifica el carácter curioso, investigativo e inquisitivo de un individuo en ejercicio de su legítimo derecho a la información. n o s e vaya, qu e e s to s e co m p o n e . Súplica por lo general empleada en el marco de una fiesta en donde la deserción de los invitados es inminente y amenaza ruina, o cuando una empresa determinada se halla al borde del naufragio. n o cas . Forma curiosa de no. n o ch e de co ro n ació n . Vulgarismo empleado para aludir al culmen de una larga labor de conquista, con la consabida inversión económica, física y espiritual que tal empresa suele acarrear, cristalizada por fin en el acto de ayuntamiento copulatorio. n o ch e ro . Cachaquísima forma de aludir a una mesa de noche. n o gal. 1. Especie de árbol conocido por el nombre genérico de ‘junglans neotropica diels'. En el siglo XVI Juan de Castellanos decretó la tala de todas las especies nativas, incluido el nogal, árbol sagrado del pueblo muisca. Para expiar las culpas e indemnizar los daños, en 2002 la Alcaldía Mayor lo declaró especie arbórea insignia de la ciudad. (173) 2. Tradicional vecindario ubicado en las cercanías de la avenida Séptima entre las calles 76 y 80, cuya más representativa edificación puede ser, quizá, el conjunto residencial que lleva su nombre. El barrio debe el suyo al árbol allí ubicado. Las Residencias El Nogal son el primer conjunto de vivienda multifamiliar moderno construido en Bogotá. Inaugurado en 1948, el majestuoso par de edificios aglutinó servi- (nogal) *bo go tálo go cios de lavandería, guardería y seguridad privada, constituyéndose en foco de desarrollo de un norte aún despoblado. Pese a la depredación arquitectónica de la que han sido víctimas las viviendas a su alrededor, su estado de conservación, teniendo en cuenta la tendencia típicamente bogotana a pisotear la historia y el patrimonio propios, es destacable. En (174) frente hay dos altivos árboles bicentenarios, ajenos al tiempo y a los apuros de la cotidianidad urbana. n o im p o rtis m o . Doctrina profesada por René Segura en los incunables textos sacros y profanos del Señor Plátano. n o kias . Adverbio de negación inspirado en la reputada fábrica de dispositivos de comunicación digital. n o rbe rto . Adverbio de negación acuñado en homenaje a uno de los salones de belleza insignia de la ciudad y empleado durante las décadas finales del siglo XX. n o rm al. Adjetivo de frecuente utilización errónea al aludir a una bebida o alimento en su presentación corriente, en contraposición a otras variables. – Una botella de agua, por favor. – ¿Normal o con gas? – Una Manzana Postobón. – ¿Normal o light? n o rte . Delimitación cardinal de características inciertas, dada su dependencia de los determinantes geográficos, cronológicos o prejuiciosos del hablante. Según los más ortodoxos, el norte de Bogotá se inicia justo después de la calle 72. No obstante, hay quienes, basados en el concepto de Centro Histórico y Centro Internacional, lo ubican en la calle 26. El primer límite norte de la ciudad fue la plazoleta ubicada en la actual carrera séptima (antigua calle Real) con la calle 14, conocida en tiempos previos a la República como Plaza de San Francisco y como Plaza de las Yerbas. Más adelante, tal delimitación se trasladaría a San Diego. Algunos, un tanto más osados, limitan su rango de acción a las calles y diagonales subsiguientes a la 100. Véase Burburata, la. n o s be lm o n t. Especie de despedida derivada del tradicional ‘nos vemos’, e inspirada en la popular marca producida por cierta tabacalera. n o s be m o le s . Véase nos belmont. n o s bis te c. Véase nos belmont. n o s pillam o s . Convención informal de despedida. n o s ve m o s las carátu las . Burda voz de despedida empleada para dejar abierta la posibilidad de un nuevo encuentro. n o s vid rio s . Véase nos belmont. n o ve le ar. Desperdiciar el tiempo viendo telenovelas. Husmear. n o xp irín . Nos pillamos. n u d o d e co brad o r. Cómica alusión en desuso a una corbata mal anudada, basada en su equiparamiento con la de un ayudante de conductor de tranvía encargado de recolectar el dinero de los viajantes. n ue vó n . Despectiva fórmula con la que los educandos y maestros antiguos suelen referirse a los estudiantes neófitos que año tras año tienen la desgracia de engrosar las filas de las entidades dedicadas a la educación de bogotanos de bien. El término suele ser empleado con sentido similar en empresas, por parte de empleados veteranos para con los debutantes. n u m e rito . Dama poco aplomada y libidinosa, adepta a la jacaranda y el desorden. n ym y. En lengua chibcha, gato montés. Leoncillo. ñ am p ira. Véase ñampiro. ñ am p iro . Ordinario. De mal gusto. Inculto. ñ an ga. Vocablo resultante de invertir las dos sílabas que conforman el término gañán, sin que su significado varíe. ñ ap a. 1. Miembro viril en el cuerpo engañoso de un travesti. Uno se va todo confiado a Santa Fe a buscar guarichas, y le salen con ñapa. Véase antena, presa. 2. Dícese de aquello que viene por añadidura. Véase vendaje. ñ ato . 1. Individuo despojado de nariz. 2. Dícese de quien resalta el fonema ‘n’ al hablar. ñ e . Periné. ñ e rad a. Ordinariez. Acto ramplón, sin refinamiento, ostentoso y burdo. ñ e re n gu e . Cómica alusión al merengue, reconocido ritmo originario de tierras dominicanas. ñ e ro . 1. Durante las décadas de los 70 y 80 del siglo XX, término derivado del clásico ‘montañero’, en alusión a un individuo de maneras burdas y ordinarias. Véase guayigol. 2. En las postrimerías del siglo XX el término, quizá relacionado con ‘compañero’, se comenzó a emplear para referirse a un gamín o indigente. ñ e rvo . Desagradable tubo de apariencia venosa de apariciones ocasionales en las pilas de carne de res molida. ñ o co . Individuo despojado de una de sus extremidades. ñ o m a. Herida notoria e impresionante. Cortada inmensa. Cicatriz de proporciones notables. ñ o ñ a. Hez. ñ o ñ o . Individuo consagrado de manera desmesurada a sus deberes, adicto a sus tareas estudiantiles o laborales. n p p . Abreviatura de negación taxativa e inobjetable. Es el resultado de unir las iniciales de la procaz expresión “ni por el putas”. ñ u co . De escasa instrucción, poco refinamiento y gusto dudoso. Tengo unos vecinos muy ñucos que usan abrigos de piel de tigre. Véase guayigol, mañé, montañero, ñero. ñula. Molesto y deslucido residuo alimentario alojado en las encías, cuyo repugnante aspecto genera repudio entre quienes tienen la desgracia de contemplarlo. *bo go tálo go o (175) o s e a. Expresión en vía de desuso, según la creencia popular empleada como muletilla por parte de chicuelos vacíos y despojados de seso. o s e a qu e le s alí a d e be r. Fórmula de protesta en la que, tras haberse prestado para servir a uno de sus semejantes, la situación sufre un paradójico giro, poniendo al benefactor en situación de desventaja y convirtiendo al menesteroso en su verdugo. o to d o s e n la cam a, o to d o s e n e l s u e lo . Consigna democrática de corte igualitario con la que se convoca a todos los miembros de una colectividad a ser objeto de beneficios o perjuicios equitativos. Véase mamerto. o cas a. En lengua chibcha, verdad. o ccid e n te . Según la sabiduría popular actual, zona localizada a partir de la avenida Boyacá, al oeste. A lo largo de la historia los límites occidentales de Bogotá han cambiado de lugar. Durante buena parte del tiempo estuvieron ubicados en la zona lo que aún se conoce como Puente Aranda, lugar que debe su nombre al puente situado en los terrenos cenagosos hoy ocupados por el actual vecindario. En principio, hacia 1573, allí estuvo emplazada la hacienda de don Jorge Aranda. San Victorino, punto de llegada de viajeros, también fue considerado extremo occidental de la ciudad. La parroquia de San Victorino, con su plaza alrededor, fue erigida en 1578. En 1792 fue dotada de una pila y de baños públicos, y de hogares para niños, contiguos al llamado Camino de Occidente. (176) San Victorino fue durante muchos años la única zona de la ciudad provista de dos puentes sobre el río San Francisco (Puente de Micos o Filarmónica y Puente de San Victorino). Ello propició la concentración del comercio en esta zona, óptima para el intercambio de mercancías entre viajeros y habitantes de la ciudad. Por decisión del gobernador de Bogotá de entonces, Alfonso Acevedo, se prohibió el ingreso de coches de mulas y de carruajes a la ciudad, lo que a su vez derivó en el establecimiento de una terminal de transportes, en donde comenzaron a congregarse los viajantes de manera masiva. La iglesia desapareció en 1827, lo que a su vez favoreció el surgimiento un tanto indiscriminado de locales comerciales y el emplazamiento de aguateros, carrozas, miel, maderas, vendedores y compradores, y la presencia de carruajes, mulas, bueyes y caballos. En 1910 la plaza de San Victorino empezó a rendir homenaje a Antonio Nariño, y en 1946 fue objeto de una remodelación que terminó por convertirla en una suerte de parqueadero público, ligada a su vez a la ampliación de la calle 13, vía que se convirtió, por un tiempo, en avenida Colón, en homenaje a un héroe cuya estatua, erigida ahí, sería retirada dos años después. La demolición del mercado del centro a finales de los 50 trajo como consecuencia el desplazamiento masivo de los comerciantes expropiados al sector de la plaza de San Victorino, lo que impulsó al alcalde Jorge Gaitán Cortés a crear las Galerías Antonio Nariño en 1962. ‘Unicentro de los pobres’ y ‘Agáchese’ fueron algunos de los nombres conferidos al sector, dada la necesidad de hincarse para observar los productos en venta. Finalmente, en la antesala del comienzo del siglo XXI, durante la administración de Enrique Peñalosa, la plaza fue sometida a un proceso de cambio. Los vendedores ambulantes fueron reubicados y el lugar vivió cierto remozamiento peculiar, reforzado por la presencia del sistema de buses Transmilenio en el sector. o ch as y p an o ch as , h ace r. Excederse de manera abusiva en el uso de algún bien o en el acceso carnal a otro individuo. o e . Voz de exclamación para oye, al parecer importada de latitudes antioqueñas. o id o r. Véase real audiencia. ¡o igan a e s te ! Antioqueñismo importado a la capital con el que se pone en tela de juicio la veracidad o la cordura de un individuo después de haberle oído proferir algún desaguisado. Véase ¡cómo ño moñito! ¡o igan a m i tío ! Extraña expresión de origen antioqueño para señalar lo equivocado del concepto emitido por uno de los presentes en una determinada conversación. o jibro tad o . Individuo de mirada saltona. o jo al o jo , qu e e s d e vid rio . Vulgarismo para indicar a los presentes la necesidad de prestar particular atención a un concepto determinado. o le r. En la jerga de consumidores de estupefacientes, consumir drogas por vía nasal. o lla. 1. Expendio de estupefacientes. 2. Lugar peligroso y deprimente. Véase hueco. o lla, e s tar e n la. Encontrarse en situación decadente, desesperanzadora y de muy malos pronósticos. o lle ta. Especie de olla en cierta forma similar a un jarro de boca ancha, usada con frecuencia para hervir el agua que servirá en la elaboración de tisanas, chocolates, cafés y algunas otras bebidas. o lle ta, e s tar e n la. Véase estar en la olla. o n ce s . Especie de merienda servida en la tarde, por lo general conformada por panecillos, bizcochuelos, bebidas calientes y, en algunos casos, arepas y almojábanas. Algunos investigadores (177) imaginativos, sin mayor fundamento, han sugerido la existencia de cierta relación cabalística entre el término y las once letras que conforman la palabra ‘aguardiente’. o re . Voz exclamatoria subsiguiente a la pronunciación de alguna ramplonería, imitando el estereotipado ‘ora sí jué’, al que alguna gente de ciudad considera típico del campesinado local. o re ja, p arar. Prestar atención. o re jó n . En tiempos republicanos, campesino habitante de la sabana de Bogotá. o rgip iñ ata. Festividad entre individuos pubescentes cuyo propósito, en apariencia ingenuo, puede estar motivado por el deseo desenfrenado de plácido ayuntamiento carnal entre los invitados. (onces) *bo go tálo go o rin e fe liz, o rin e co n te n to , p e ro o rin e p o r d e n tro . Refranil llamado a la higiene y la coordinación psicomotora por parte de quien se apresta a hacer uso de los servicios sanitarios de un establecimiento, con el fin de indicarle la necesidad de no manchar el aro del retrete o el piso del lugar con su amarilloso líquido urinario. Véase miando fuera del tiesto. o rin e s . Conjunto de materias líquidas de color entre transparente y amarillento, secretado por los riñones con destino a la vejiga, y expulsado por la uretra, cuyo olor por lo general se asimila al del amoníaco. o s o , h ace r e l. Obrar de manera ridícula en público. o vie d o . Obvio. (178) P p a´ an tie r e s tard e . Diacrónica expresión con la que se pretende indicar la urgencia en la ejecución de una determinada tarea. p a´ trás , n i p a’ co ge r im p u ls o . Frase refranil empleada por bogotanos optimistas, muy popular entre reinas de belleza en medio de las gestas previas a las jornadas de elección y coronación. ¿p a’ d ó n d e va?: Pa´ vie jo . Afirmación irónica, para responder a una pregunta con respecto al destino de un individuo, basada en la realidad inexorable de que el de casi toda vida humana (si no hay un deceso prematuro involucrado) será el avejentamiento. ¿p a’ d ó n d e va? Odiosa y desconsiderada fórmula de interrogación empleada por taxistas despojados de profesionalismo y gentileza con el propósito de indagar si el destino del potencial pasajero se acomoda o no a su caprichoso itinerario. p a’lan te e s p a’llá. Piedra angular del progreso y el optimismo mal entendidos. Esperemos que la historia algún día devuelva a tamaña apreciación filosófica el lugar de privilegio que por derecho merece junto a los más sabios decires de virreinas de belleza y motivadores de colectivos sin fundamento. p a’ las qu e s e an . Es el monumento vivo a la incondicionalidad, semejante en espíritu y alma a la filosofía de Alejandro Dumas y sus Tres Mosqueteros, con aquella apología a la amistad de ‘Uno para todos y todos para uno’. Al final, en la misma forma en que san Pedro osó negar a su maestro en tres oportunidades, es cosa casi segura que quien sostenga estar dispuesto “pa’ las que sean” se constituya en el primero y más rastrero de los traidores. Por cierto, alguna vez –en un no muy afortunado momento de sus carreras– Sting, Brian Adams y Rod Stewart intentaron musicalizarla con motivo del largometraje homónimo de la obra de Dumas. p a’ qu e lo lle ve . Fórmula de disuasión empleada por vendedores informales para reforzar la idea de que el descuento concedido por éstos a su potencial comprador es suficiente motivo para que el negocio sea sellado sin titubeos. Véase tumbe. p a’ s u s tre s m ie rd as . Tríptica fórmula de maledicencia proferida para con un individuo, en el marco de una situación tensa. p aba. En lengua chibcha, padre. p ach as . Hipocorístico empleado en alusión a las alumnas del colegio Santa Francisca Romana, a su vez conocido como Santa Pacha. p ach o rras , h ace r. Obrar de manera deliberadamente lenta. Hacer un esfuerzo consciente por perder el tiempo. p ach u co . Aburrido. Poco interesante. Ordinario. De mal gusto. Por alguna indeterminada y curiosa razón, el término se despoja de su significado original, procedente, según se cree de México, de la palabra náhuatl 'pachoacán', cuyo significado es el de ‘lugar en donde se gobierna’. p ach u lí. Según una infundada creencia popular, fragancia de perfume barato. El ‘patchoulí’ es en realidad una planta aromática de uso común en India. p acie n te . En la jerga delincuencial, víctima. p aga. Voz un tanto burda empleada para ilustrar lo mucho que se justifica llevar a cabo una determinada actividad. ¡Paga ir a Ciudad Tunal porque están repartiendo Milo caliente! p agan ju s to s p o r p e cad o re s . Clásica tipificación de las injusticias a diario cometidas para con (179) una vasta mayoría de seres buenos, por una minoría involucrada en la comisión de faltas castigadas por la ley divina. p agar e s co n d e d e ro a p e s o . Úsase para aludir a una situación de desesperación extrema en la que la víctima está dispuesta a esconderse en cualquier lugar, toda vez que ello la exima de un sufrimiento o incomodidad ulterior. ¡p águ e le p ie za! Exclamación propia de taxistas, conductores de autobús y transeúntes en general, al sorprender a un par de amantes en medio de un franco intercambio de caricias en la vía pública, previo al amancebamiento, y empleada con el objeto de invitarlos a hacer uso de los servicios hoteleros especializados en tales faenas, en cambio de andar exhibiéndose. Véase arrecho, busque motel. p ailan d e r. Acrónimo resultante de la conjunción entre el término ‘pailas’ y el título del largometraje y serie televisiva ‘Highlander, el inmortal’, producida en sus dos formatos durante las décadas de los 80 y 90 del siglo XX, respectivamente. p ailas . Voz de preocupación empleada para ilustrar la gravedad de una situación determinada. El término se deriva de la antañona expresión “en la paila mocha” utilizado para aludir a quien, por alguna razón, se encontraba padeciendo una situación infernal, dada la popular creencia de que el infierno es administrado por huestes de pequeños demonios encargados de someter a los impenitentes a suplicios en grandes recipientes, abastecidos con hirviente aceite. p aja. Mentira. p aja, h ace rs e la. Procurarse la autosatisfacción erótica, a la manera del legendario Onán. p ajarilla. Pese a la aparente delicadeza sugerida por el término, la pajarilla no guarda relación alguna con el romántico mundo de las aves, pues no es otra cosa que el pulmón de una res. Hay quienes tienen la repugnante costumbre de servirla en un pestilente caldo aderezado con sangre bovina. *bo go tálo go p ajazo . Faena de autosatisfacción erótica masculina. p aje ars e . En los hombres procurarse satisfacción mediante mecanismos onanismos y autoeróticos. p aju d o . Individuo proclive a proferir mentiras. Mitómano. p aju e lo . Discípulo contumaz y leal de Onán. p alan ca. Influencia necesaria para obtener un fin político, laboral o comercial determinado. La 'palanca' es una oscura fuerza oligopólica y burócrata encargada de favorecer a determinados individuos laboral o contractualmente. Puede tratarse del individuo encargado de traficar las influencias o de las influencias como tales. p álid a. Malestar súbito cuyo síntoma más evidente es la lividez. p alito . Especie de don indefinible y propicio que deriva en una consecuencia determinada, por lo general negativa. Yo tengo el palito para los maricas. Yo tengo palito para caerles mal a los policías. p alo . En la jerga de la clase obrera, canasta de cerveza. p alo d e agu a. 1. Expresión tradicional con la que se alude a una lluvia copiosa. 2. Instrumento idiófono de forma cilíndrica conformada por un tubo de madera relleno con piedrecillas, cuyo sonido simula el de la lluvia. 3. Intérprete del posmoderno y polémico género del tropipop. p alo s e co , a. Soportar un determinado trance sin la anestésica ayuda del alcohol. p alo , d ar. En el caso de una obra artística de cultura popular, tal como una canción, un libro, un largometraje o una serie de televisión, ponerse de moda. p alo , s e r e l. Recibir un resultado triunfal, sorpresivo y contrario a los pronósticos y las expectativas, en el marco de la entrega de algún galardón. (180) p alo , s e r u n . Ser poco diestro en la danza o en la práctica de un deporte. Véase primera acepción de tronco. p alo , u n . Un millón de pesos. p an a. Amigo íntimo y entrañable. La expresión se deriva del anglicismo 'partner'. p an d e bo n o co n bo cad illo . Variable criolla del pandebono. Al decir de los puristas oriundos del departamento vallecaucano, toda una aberración de la típica repostería colombiana, pues, de acuerdo con sus estándares gastronómicos, incluir pasta de guayaba en dicho alimento se constituye en un irrespeto al tradicional amasijo. p an d e yu ca. Producto de panadería con forma de media luna o bumerán, elaborado a base de almidón de yuca, queso blando, mantequila y huevos. Las bondades del pandeyuca fresco tienen una durabilidad limitada, puesto que al día siguiente a su manufactura éste tiende a tomar una molesta consistencia pétrea y riesgosa incluso para las más sólidas dentaduras. p an e l. Camioneta de la Policía Metropolitana de Bogotá. p an e la. 1. Frente humana. 2. Artificio tecnológico aparatoso. El término se utiliza con frecuencia para aludir a dispositivos de telefonía celular o radios portátiles de gran tamaño. Véase flecha. p an e lazo . Golpe seco espetado de forma cruel con la palma de la mano en la frente del desprevenido contendor. p an iqu e ad o . Individuo atemorizado y paranoico, estado por lo general provocado por la ingesta de bazuco. p an iqu e ar. Suscitar episodios de pánico en un determinado individuo. p an o ch a. Vagina. p añ e te . Capa de estuco o yeso empleada para dar acabado a las paredes, inmortalizada por Fé- lix San Jordi y su Banda Sonora en su legendaria canción ‘El rey del pañete’. p an talle ro . Individuo exhibicionista y ávido de figuración. p an taló n m arran e ro . Pantalón con perneras altas. p an te ra. Compañera o cónyuge en extremo celosa y propensa al enojo. p an tico n d ó n . Obra magna de la creatividad colombiana en la que se conjugan el diseño de modas, la ingeniería, la profilaxis y la ciencia, para dar lugar a una suerte de prenda íntima provista de un preservativo, ideal para amantes fogosos y apresurados que requieren de un inmediato inicio de la jodienda sin despojarse de la totalidad de sus ropas. Pantyicia Universidad Javeriana. Alusión irónica a las gran cantidad beldades que estudian en dicha universidad, con injusta reputación de homologar el examen de admisión a sus alumnas con un ‘casting’. p an u ch a. Especie de dulce de leche de forma similar a la de una empanada, rellena de arequipe y recubierta por azúcar pulverizada. p ap a. Uno de los alimentos base de la dieta bogotana, rico en contenido farináceo y escaso en el proteínico. p ap a e xp lo s iva. Material bélico de fabricación casera y uso generalizado en protestas estudiantiles. Véase mamerto, nacho, la, piedragógica. papa en chupe. Típico platillo elaborado con papas dispuestas en gajos y bañadas en una emulsión compuesta por cebolla, tomates rojos y leche. p ap a, bu e n a. Individuo amigable, generoso y bonachón. p ap as o te . Fórmula de halago un tanto burda empleada para exaltar las virtudes estéticas de un caballero. p ap aya, d ar. Ubicarse en una posición de blanco fácil para el enemigo. Actuar con poca precaución. (181) (papaya, dar) Ponerse en evidencia ante un potencial agresor o rival. Según algunos el término tiene su origen en una donación de helicópteros efectuada por Rusia al Ejército colombiano. Cuenta la historia que tales vehículos fueron entregados a la respetable entidad castrense pintados con el color naranja-papaya del anticorrosivo y que, de forma muy ingenua, los pilotos anduvieron volando por el cielo con sus naves de guerra pintadas en ese tono, exageradamente vistoso y fácil blanco para el enemigo. La sabiduría popular colombiana, siempre propugnando por la ley del nulo esfuerzo y del camino fácil, ha incorporado en su doctrinario dos premisas fundamentales en la conducta de todo hombre que se precie de ser inteligente: Premisa 1: No dar papaya. Premisa 2: ‘Papaya ponida (sic), papaya partida’. p ap ayazo . Oportunidad de fácil aprovechamiento. Circunstancia excepcionalmente favorable. p ap ayo , p as ar al. Condenar a muerte. Asesinar. p ap e lu ch o s . En tiempos independentistas, panfletos de publicación semanal cuyo contenido en su mayoría era político, satírico y de tono burlón. p ap e ro . Cultivador de patatas. Úsase también para aludir a un individuo de modales burdos y faltos de refinamiento. *bo go tálo go p ap i. Fórmula de alusión cariñosa al esposo, novio, pareja o mancebo, de gusto y categoría exageradamente dudosos. p ap iars e . 1. Ingerir un determinado alimento. 2. Hacer uso de un individuo mediante un ayuntamiento erótico. 3. Derrotar o demostrar una superioridad ostensible con respecto a otro individuo en una determinada competencia. 4. Convertir a un incauto en víctima de un timo. p ap icu lto r. Individuo dedicado al cultivo de patatas. p ap ita, e ch ar. En cierta jerga ramplona y de dudoso gusto, almorzar. p ap ito rico . Fórmula ramplona para exaltar las virtudes estéticas de un representante del género masculino. p aqu e te . 1. Contratación, fichaje o negociación enmarcados en el engaño y en la decepción por no cumplir con las expectativas generadas. Úsase por lo general para aludir a un supuesto refuerzo extranjero llamado a fortificar las huestes de alguno de los oncenos balompédicos de la capital. 2. Miembro viril, por lo general en su estado de flacidez y sobresaliente de entre las prendas interiores. 3. Unidad de medida correspondiente a un millón de pesos. p ara. 1. Vulgarismo empleado en conferencias telefónicas cuando, en lugar de saludar al interlocutor telefónico o al dependiente de determinado establecimiento, el hablante pretende abreviar los protocolos con una inexistente capacidad de síntesis. Así, en lugar de optar por un razonable “Señorita, ¿podría usted enviarme un taxi, por favor?” o por un “Señorita, quisiera pedir una pizza, por (182) favor”, terminan por decir: “Para pedir un taxi” o “Para una pizza”. 2. Abreviatura de paramilitar. p ara qu e n o le cu e s te , n o s e re cu e s te . Consigna de vitrina de droguería, dulcería o cigarrería, por lo general manuscrita y adherida con cinta pegante a la superficie del cristal de la estantería, para advertir a quien se pose sobre ella acerca de los peligros físicos y pecuniarios que le puede representar una eventual ruptura de los vidrios. p araco . Apócope despectivo de paramilitar. p araló bicas . Expresión resultante de invertir el orden de la cuarta y la tercera sílabas del término ‘parabólicas’, alusivo a las antenas receptoras ilegales de televisión satelital, cuya proliferación, desde mediados de los 80, modificó el paisaje urbano en forma considerable. Véase casa del satélite. p aram o s a. 1. Temporada lluviosa. 2. Gracias a la curiosa sonoridad del término, dícese también de un período ideal para iniciar una relación extramarital. ‘Paramosa’ se transforma en ‘para-moza’. p arca. Patrulla policial. Véase choro, tombo. p arce . Apócope de parcero. p arce ro . Amigo entrañable. La expresión se deriva del vocablo portugués parceiro. p arch ar. 1. Compartir un determinado tiempo junto a uno o varios individuos. 2. Antioqueñismo equivalente al bogotano ‘rumbearse’. p arch e . Colectividad conformada por amigos cercanos. p arch u d o . Temperamental. De ánimo y disposición inestables. p arke rm é trico . Estilógrafo o bolígrafo de deficiente calidad y marca dudosa. p aro . Remedo o simulacro de algo real. p aro la. Levantamiento súbito e inocultable del tolete viril. Véase arrecho, guecha, izar bandera. p arran d e ar. 1. Festejar. 2. Estropear. p articu lar, d e . En la jerga escolar y corporativa, sin uniforme. p arte . Multa o comparendo recibido como consecuencia de una infracción de tránsito. p a rtir. Alusión coloquial a ser castigado con un comparendo o ‘parte’ por causa de una infracción al código de tránsito. Quizás el verbo debiera ser ‘partear’ y no ‘partir’. Me crucé un semáforo en rojo y me partieron. Véase chupa, tombo, untar. p artir e l bizco ch o . Alusión obscena con pretensiones cómicas, en la que se pretende jugar con la similitud encerrada por el concepto de rebanar una tarta y el de hacer menester de las zonas pudendas de un individuo. p as acin tas . Arcaísmo, típico de los 70 y 80, empleado para aludir a un reproductor de cintas magnetofónicas, por lo general destinado a automóviles. (pasacintas) p as ad o . 1. Dícese de un individuo visiblemente afectado por el excesivo consumo de alcohol o estupefacientes. 2. Producto de calidad destacable. 3. Exagerado. p as ar al p ap ayo . 1. Fusilar. 2. Conducir a un individuo al tálamo copulatorio. (183) p as ar d e re ch o . Soportar, por causa de los menesteres académicos, laborales o festivos, una noche de insomnio. p as ar p o r la galle ta. Curiosa expresión cuyos orígenes suelen ser ignorados por la mayoría de quienes la emplean. Alude al hecho de desconocer la autoridad o el concepto de alguien con respecto a una decisión cualquiera. ‘Galleta’ es una expresión coloquial con la que se hace referencia a un orificio visible en alguna prenda de vestir, por lo general un calcetín. p as ar p o r la m an te ca. Desconocer en forma deliberada el trámite regular de un asunto, omitiendo una o varias de las instancias. p as e . Dosis de cocaína. p as e o m illo n ario . Ingeniosa modalidad delictiva consistente en forzar, mediante el uso de armas, maltrato verbal y demás medidas coercitivas, al infortunado usuario de un servicio de taxis para que extraiga y entregue el dinero almacenado en sus cuentas bancarias a los malhechores, a través de cajeros electrónicos. Para tales efectos –dado que el cupo admitido por cada retiro es limitado– la víctima es transportada por diversas sedes de bancos y corporaciones de la ciudad, hasta agotar el saldo total de su cuenta. Durante el recorrido, los bandidos suelen castigar al desdichado viajante con toda suerte de improperios e injurias, muchas veces acompañados de golpizas y torturas, con el fin de incrementar su (paseo millonario) *bo go tálo go nerviosismo y obligarlo a suministrar la contraseña de sus tarjetas de crédito o débito. El paseo millonario se inicia en el momento en que el incauto pasajero aborda el taxi convencido de que quien lo conduce es un laborioso hombre de bien, y continúa con la triste decepción de notar que éste es en realidad miembro de una nefasta jauría de delincuentes, quienes en un callejón oscuro se suman a la tripulación del vehículo para iniciar la enriquecedora faena. Véase burundanga, cascado, choro, tumbe. p as illo . Género musical interpretado a ritmo de ¾. Su instrumentación incluye guitarras, tiple, bandola y requinto. Es una de las herencias simbióticas de Américal. p as m ad a. Desagradable sintomatología ocasionada por la abrupta y larga suspensión en la ingesta de una bebida alcohólica. p as m ad o . Individuo de carácter flemático y poco dado a la acción. p as o d e p arih u e le ro , a. Avance lento, si bien seguro. Un parihuelero era el encargado de llevar las cargas en hombros mediante un sistema de dos patas que servían como sustento. p as tal. Minifundio en peligro de extinción, dado el excesivo uso del asfalto en la ciudad. En tiempos antañones los pastales sirvieron de lugar para el recreo, el retozo, el jugueteo, la práctica espontánea de deportes a campo abierto o la elevación de cometas, en compañía de burros, vacas, cabras, chivas y caballos –y en algunos desgraciados casos, también de ratones y ratas–. p as tillaje . Cobertura sólida o cremosa en exceso dulzona empleada en repostería. p as to , d ar. Dar cierta ventaja al contendor en medio de una competencia, para convencerlo de una inexistente superioridad de su parte. p as to re jo . Molesto golpe resultante de la propulsión del dedo índice contra el pulgar, por lo (184) general propinado en los órganos externos de la audición. Véase monitor, ruta. p ata. Extremidad inferior. Úsase de forma burda para aludir a los pies. p ata, a. Caminando. p ata al s u e lo . Úsase para aludir a un individuo desprovisto de calzado. p at’e cau ch o . En la jerga policial, automóvil. p at’e cu m bia. Frecuente y ofensivo remoquete con el que algunos individuos irrespetuosos suelen referirse a quien padece de alguna afección o impedimento para caminar, bien sea permanente o transitoriamente, y sólo en una de sus piernas. p at’e p e rro . Viajero consuetudinario. Aventurero. Aficionado a viajar o a discurrir en el exterior del fuero hogareño. p ata p e lad a, a. Descalzo. p atacó n . 1. En tiempos coloniales, unidad de medida expresada en monedas. 2. Rodaja frita de plátano. p atad as , a las . Descuidadamente. Sin atención. Con prisa. p atan e ar. Gandulear. Juguetear con brusquedad. p atas , e l. Demonio. Personificación de las fuerzas siniestras y crueles del mal. El patas suele ser convocado cuando no parece haber alrededor nadie capaz de resolver un interrogante o de solucionar una situación. pate ado r. Denominación despectiva con la que se conoció a los centralistas en tiempos de la llamada ‘Patria boba’. El nombre se originó cuando, presa de la ira, José María Carbonell, partidario de esa forma de organización política, arrojó al suelo, pateó o pisoteó un ejemplar de ‘El Carraco’, publicación originada por sus opositores. El hecho ocurrió durante la guerra entre Cundinamarca y Tunja. p ate ar la lo n ch e ra. Desaconsejable costumbre, consistente en defenestrar del empleador, poniendo en riesgo el futuro laboral. p ate ars e . Ser testigo encubierto e indiscreto de una situación a la que no se ha sido invitado, muchas veces en contra de la propia voluntad. Me tocó patearme una discusión entre mi hermano y su novia. p ate cabra. Puñal. p ate p e rro . Andariego. Véase pat’e perro. p atiale gre . Individuo de espíritu aventurero presto a desplazarse a cualquier lugar. p atiap artad o . Véase patiapartao, rodillijunto. p atiap artao . Dícese de quien padece de una separación anormal de sus piernas bajo las rodillas. Cascorvo. Patizambo, zancajoso. Patias ao . Legendario expendio de frituras y platillos típicos ubicado en inmediaciones de la actual calle 82 con carrera Séptima. Fue la inspiración para una célebre obra musical del maestro Juan Carlos Tobar. p atico n te n to . Amigo de los viajes y las faenas vacacionales. p atin ch ao , Véase patihinchado. p atih in ch ad o . Individuo insignificante, de escaso poder y relevancia. Úsase por lo general en contraposición a quien goza de prestancia y poder de decisión. ¿Qué va a decir un pobre patihinchado como Juan al lado del señor Suárez, que tiene maestrías, especializaciones y doctorados? p atico , m u je r. En cierta oscura jerga machista, curiosa mezcla femenina en que se conjugan los atributos de la pantera, el tigre y el cocodrilo; a saber: atrevida, hábil y poco agraciada. p atico rtico . Individuo de extremidades inferiores cortas. p atirrajad o . Vocablo propio de la meseta cundiboyacense empleado para aludir a un individuo de muy poca relevancia. Patio bo n ito . Tradicional sector ubicado en el sur de la ciudad, reconocido por sus críticos y detractores como ‘el barrio de las dos mentiras’ (185) dado que, a su parecer, Patiobonito no es un patio ni es bonito. p ato . Dícese de quien concurre a una determinada festividad, jarana, jolgorio o ceremonia sin haber sido objeto de invitación alguna. Según sostienen algunos investigadores, el término se originó en homenaje a un bogotano adepto a dicha práctica a quien en el siglo XIX llamaban, precisamente, ‘el pato’. p ato , p agar e l. Pagar un castigo o condena por un crimen, delito, falla o error no cometidos. p ato jo . Chicuelo. (patirajado) Voceador de prensa, 1920. Luis Alberto Acuña / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go p ato n e ad a. Caminata extensa. p ato n e ar. Recorrer una distancia extensa caminando. p atras e ars e . Retroceder en un dictamen, decisión u opinión. Recular. p atu rro . Individuo de corta estatura o cuyo largor de extremidades es inferior al normal p cu a. En lengua chibcha, lengua. p cu ah as a. En lengua chibcha, relámpago. p cu ap cu a. En lengua chibcha, sombrero. p e ch i. Remoquete cariñoso con el que los inveterados consumidores de cierto tradicional cigarrillo sin filtro suelen aludir a quien a la postre habrá de convertirse en el agente provocador de su dolorosa y lenta agonía por causa de alguna enfermedad respiratoria. p e ch iblan ca. En la jerga de los beodos de profesión, cerveza Águila. p e ch o n alid ad . Unidad de medida alusiva a las dimensiones de las turgencias mamarias de una dama. El vocablo es una deformación del término ‘personalidad’. De acuerdo con cierta premisa parafílica, “lo más importante en una mujer es la pechonalidad”. p e co s a. En la jerga de los practicantes de balompié, balón. p e cu e ca. Fragancia fétida emanada desde las extremidades inferiores de un individuo, cuyo aroma, según algunos catadores, semeja el de las galletas de sal. p e cu e co . De escaso valor y poca virtud. Carente de atractivo. p e d ir cacao . Suplicar por compasión. p e d irlo . Solicitud de una o más relaciones sexuales, por lo general adornada de protocolos y ardides de seducción. p e ga. 1. Residuo quemado del arroz, por lo general alojado en el fondo del recipiente en el que ha sido cocido. (186) 2. Mofa, chascarrillo o broma, casi siempre propinados por vía telefónica. El advenimiento en los años 90 del siglo XX de los sistemas identificadores de llamadas promovidos por la ETB, dio al traste con esta tradicional costumbre a la que muchos chicuelos bogotanos eran adeptos. p e gach e n to . 1. Individuo que, en virtud de su no deseada omnipresencia, causa fastidio. 2. Pegajoso. p e gar. 1. Dirigirse hacia un determinado lugar. A esta hora, con contraflujo, yo no pego pa’l norte ni por el chiras. 2. Coincidir. 3. Combinar. 4. Tener éxito en una determinada empresa. El hombre pegó duro con esa nueva línea de perros calientes que lanzó. p e garle . Contagiar a alguien de alguna dolencia o hábito. Tener éxito en un determinado emprendimiento. p e garle al p e rro . Contar con buena e inusitada fortuna en una empresa cuyos alcances en principio parecieron inciertos. La variable ‘no me le pegue al perro’ es un llamado a no causar daño a parientes o allegados. pegarle su ainada. Alusión al acto de ajustar cuentas con un individuo o de acceder eróticamente al mismo. p e garle s u alin e ad a. Reprender a un individuo con el objeto de enderezar sus conductas. pe garlo . En la jerga de los consumidores habituales de tetrahidrocanabinol, rodear de saliva el papel de arroz que recubre un cigarrillo de marihuana, con el propósito de que sus extremos se adhieran, para así conferirle su característica forma de cilindro, ergonómica e ideal para el consumo humano. p e go s tre . 1. Mancha pegajosa de muy difícil remoción. 2. Véase pegachento. p e go te . Pequeñuelo. p e go te , cae r co m o u n . Provocar disgusto o desagrado en alguien. p é gu e le . Voz estimulatoria para invitar a alguien a decidirse a ejecutar una determinada acción. p e la. Fórmula de castigo físico empleada por los padres, con supuestos propósitos aleccionadores y –por lo general– sucedida de una justificación del tipo “esto me duele más a mí que a ti”. p e lad e ro , s u birs e e n u n . Acudir –en busca de socorro económico– a un posible prestamista cuya situación es de iliquidez o de ausencia de posibles insumos económicos. El término hace alusión a la situación de desvalimiento a la que se ve abocado quien decide ubicarse en un lugar desprovisto de vegetación. p e lad e z. Situación de extrema y preocupante ilíquidez. Véase peña, vaciado. p e lad o . 1. Jovencito. 2. Individuo falto de recursos pecuniarios. p e lad u ra. Raspadura resultante de un accidente. p e lan ga. Condumio de alto contenido graso y aroma notorio, conformado por diversas vísceras procedentes del ganado vacuno o porcino. p e lar e l co bre . Expresión tomada de la bisutería y del arte joyero, y empleada para tipificar el momento en que un individuo delata sus verdaderas intenciones, defraudando la confianza del hablante. Está basada en la prueba química consistente en determinar la pureza áurea de un supuesto metal precioso, cuyo resultado en ocasiones deriva en el descubrimiento de que el mayor porcentaje es en realidad cuproso. p e lars e e l cable . Alusión burda, aunque cómica, al acto onanístico. p e li. Poco masculino apócope de ‘película’ importado desde tierras ibéricas. Primo hermano de ‘celu’, ‘deli’, ‘depre’ y de otras afeminaciones más (187) por desgracia adoptadas como propias por las nuevas generaciones de bogotanos. p e lo , a. Úsase para aludir a una relación sexual llevada a cabo sin el uso de un preservativo. No tenía condón y me tocó comerme a esa hembrita a pelo. p e lo ta. Individuo ingenuo, torpe o de escasa inteligencia. p e lo te ra. Reyerta. Algarabía. Confusión. p e n co . Mujer atractiva. Individuo burdo. p e n d e jad a. Hecho irrelevante. p e n d e je ar. Cometer alguna estupidez. Desperdiciar el tiempo. p e n d e jo . Individuo ingenuo y poco inteligente. A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de países latinoamericanos, en Bogotá y en Colombia el término parece despojarse de su connotación sexual. p e n d io lo . Individuo falto de valor, iniciativa y ánimo. p e ñ a. Casa de empeño. Clásico epicentro de quienes a causa de las aciagas y adversas circunstancias económicas se ven obligados a hipotecar sus planchas, equipos estereofónicos, cámaras de video o fotografía y demás artefactos que, por supuesto, nunca recuperan. Las peñas generalmente son atendidas por individuos intransigentes, humillativos y adustos, y suelen ser frecuentadas por músicos en ciernes con el propósito de obtener instrumentos musicales de segunda mano. Véase desvare, rebusque, tumbe, varado. peo . 1. Dificultad. 2. Lío. Contratiempo. 3. Gas expelido por vía anal. p e o n ad a. Proceder ordinario e incivil. p e p a. 1. Droga en presentación de grajeas o píldoras. 2. Dícese de un individuo destacable por sus notables capacidades cognitivas. *bo go tálo go p e p azo . Impacto con arma de fuego. Pe p ita Me n d ie ta. Miembro ficticio del elenco del seriado televisivo ‘Dejémonos de vainas’, cuya presencia real se limitó a menciones casuales por parte de los demás miembros del reparto, sin que jamás ella hiciera una real aparición en medio de la serie. En teoría, Pepita Mendieta era una dama de alta sociedad, íntima amiga de la tía Loli, a su vez encarnada por Érika Krum. p e p ito . A principios del siglo XX, jovencito alambicado de maneras refinadas y atavíos ostentosos. Véase cachaco, cocacolo, gomelo, pepito, play. pepo . 1. Consumidor inveterado de drogas. Véase drogo, drulo. 2. Dícese también de quien se encuentra bajo el efecto de algún estupefaciente. p e p o s , o jo s . Estado de inflamación e irritación ocasionada por el consumo recurrente de cannabis. p e qu e . Apócope de pequeño. p e rcan ta. Individuo aborrecible. El término, al parecer extraído del repertorio de lunfardo argentino, no guarda relación alguna con su significado original (mujer considerada desde el punto de vista amatorio). p e rd e r e s gan ar u n p o co . Demagógica justificación expresada por el antaño director técnico del seleccionado futbolístico nacional para explicar sus salidas en falso, en el marco del torneo mundial del deporte en cuestión correspondiente al año 1994. p e re n d e n gu e . Remilgo. Embeleco. Accesorio innecesario. p e re qu e . Impertinencia, imposición u obstáculo fastidiosos. p é re z. Apócope de ‘perico’, en alusión a la cocaína. p e rica. Forma anacrónica, en femenino, para referirse a la cocaína. (188) p e ricad a. 1. Candidad apreciable de huevos pericos para ser compartida entre varios individuos. 2. Faena gastronómica con huevos pericos como plato central. p e ricazo . Dosis de cocaína. Véase fuetazo. p e rico . 1. De conformidad con una inexplicable costumbre bogotana difícil de asimilar para el resto del país, un perico es un pequeño café con leche. Para el resto del país la expresión resulta razonablemente absurda. 2. Huevo perico. Platillo elaborado a partir del líquido embrionario de la gallina, sal, tomates picados y, en algunos casos, cebolla. 3. Cocaína. Según los entendidos en tan perniciosas lides, el término comenzó a ser utilizado a comienzos de los 70 a causa de la similitud entre el parloteo imparable de quienes se encuentran bajo el efecto del alcaloide, y el de las delicadas avecillas que canturreaban sin tregua, muchas veces confinadas a una cruel jaula hasta el día de su deceso. p e riqu e ars e . Consumir cocaína. p e riqu e ra. Cuadro de sintomatologías propias de quien ha consumido cocaína. p e ro d is im u le . Voz de alerta lanzada a quien está poniéndose en evidencia en la comisión de algún hecho imprudente o ilícito. p e rra. 1. Embriaguez. 2. Dama promiscua y casquivana. p e rrad a. 1. Movimiento desleal. 2. Traición. 3. Proceder habilidoso y marrullero. p e rrata. 1. De mala calidad. 2. Ser u objeto de muy bajas calidades físicas o espirituales. p e rrate ar. Estropear. Restar calidad o categoría. p e rrate ars e . Denigrarse. Disminuir en categoría hasta frisar las bajas esferas. p e rrate c. Universidad de discutibles calidades académicas. El término resulta de la unión del coloquialismo ‘garatec’ y la expresión ‘perrata’. p e rre ar. Impúdica y antiestética forma de ceremonial rítmico consistente en la unión de dos cuerpos, contoneándose eróticamente con erotismo al ritmo del igualmente insinuante reguetón. p e rre n qu e . Intrepidez. Fortaleza. Vigor. p e rro . 1. Individuo casquivano, libidinoso y promiscuo. 2. Individuo de calidades humanas cuestionables. 3. Individuo experimentado y habilidoso en una determinada lid. p e rro can e qu e ro . Dícese de aquel hombre cuya promiscuidad se ve aunada al evidente mal gusto. p e rro m in e te ro . Mámifero cánido adepto al extraño hábito de estimular los genitales femeninos con su aparato lingual. p e rro s , e ch ar lo s . Esgrimir, sin demasiada discreción, todas las armas posibles de conquista para ganarse los favores amorosos de alguien. p e rru n ch o . Dicho de un individuo, polígamo y promiscuo. En lo que es un claro reflejo de la visión machista del pueblo capitalino, el término resulta ofensivo al aludir a una dama, mientras que parece tomar tintes halagüeños si se trata de un caballero. Pe rs e , La. Apócope de La Perseverancia, sector antaño conocido como Unión Obrera, y hoy epicentro del afamado Festival de la Chicha, el Maíz y la Dicha. p e ru bó lica. En los 80 y 90 el término fue una fórmula genérica para aludir a los canales televisivos procedentes del país incaico y recibidos por la vía satelital (Frecuencia 2 Satélite y América TV, entre ellos). Pese al infundado sentimiento de superioridad que invade a los colombianos frente (189) (perubólica) a los demás países andinos, sigue siendo una vergüenza el que para aquel entonces ninguna de las estaciones de televisión colombiana fuera abonada de alguno de los servicios de satélite en boga en ese momento (tales como el Galaxy I, líder del mercado en aquel tiempo). Una de las cadenas de la desaparecida Inravisión conseguía con mucha dificultad emitir sin señal de audio por vía Intelsat, tal como puede comprobarse en las revistas TvÓrbita, editadas durante aquel dorado periodo de los receptores ilegales de televisión internacional. p e ru ch as . Turgencias mamarias de una dama. p e s ad o . Individuo insoportable y poco delicado. p e s ars e . Visitar una mancebía con el objeto de que una meretriz calibre las aptitudes sexuales del individuo. p e s are s . En palabras de individuos amarretes y poco solventes, pesos. p e s ca m ilagro s a. Modalidad delictiva de uso generalizado en grupos armados al margen de la ley, consistente en salir a las carreteras en busca de viajeros para convertirlos en víctimas de secuestro. Su nombre –inspirado en un relato bíblico consignado en los evangelios– se debe a la incertidumbre que constituye en principio el desconocer las condiciones económicas y, por tanto, el posible monto de la recompensa que se ha de cobrar por la potencial víctima. *bo go tálo go p e s car. Hurgar entre los bolsillos con el propósito de calmar la sensación de prurito en la zona testicular, forma de tratamiento que en ocasiones suele derivar en una faena onanística, a la que también se llama ‘pesca milagrosa’. p e s cu cia. Individuo abominable y digno de desprecio. p e s te . Afección gripal. Catarro. p e tacas , e ch ars e a las . Bajar la guardia o confiarse en demasía en cuanto a una tarea determinada. p e taco . Canasta de cerveza. p e taqu e ar. 1. Descomponer o deteriorar un objeto. Estropear una situación. 2. Véase tirarse. p e to . Maíz blanco en su estado más crudo. p e ye . Despreciable, repugnante, de mal aspecto o pésima calidad. p icad a. Conjunto de alimentos cortados y dispuestos en bandejas para el consumo espontáneo de los comensales. p icad ito . Encuentro balompédico improvisado, despojado de reglas, condiciones o tiempos rigurosos. p icad o . En palabras de gusto dudoso, individuo pretencioso y engreído. p icar e l o jo . Acción de cerrar uno de los párpados en forma voluntaria para comunicar alguna situación al interlocutor de manera no verbal. Tal tipo de guiño es el gesto predilecto de los timadores en busca de complicidad a la hora de proferir una mentira o de quienes desean ejercer el flirt o galanteo de manera directa y poco pudorosa. p icárs e las . Darse inmerecidas ínfulas. p ich a. Costra de lágrima, moco, agua y grasa, procedente de las glándulas y la mucosa de los párpados, solidificada en cercanías de las cuencas oculares. p ich al. Lodazal pestilente, estancado y fétido. (190) (peste) Hombre con pañuelo en las escaleras del Capitolio, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (191) (picado) Cochise se retoca en el retrovisor para recibir el premio de la Vuelta a Colombia, 1963. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (192) p ich an gu e ar. Véase pichar. pichar. Chibchismo para referirse al acto copulatorio. En tiempos modernos el término suele ser tomado como burdo. p ich irilo . En jerga popular y harto ramplona, automóvil. p ich o . 1. Materia orgánica en estado putrescente. 2. Úsase para aludir a un individuo en estado crítico de enfermedad. 3. Estropeado. p ich o e n p lata. Envidiosa manera de referirse a quien –a diferencia del hablante– ha sido bendecido por la fortuna. Úsase, sobre todo, de manera despectiva. p ich ó n . Adepto a la cópula. p ich o n e ar. 1. Hallar. Encontrar. Localizar. 2. Buscar con la vista y sorprender en un ilícito. p ich u rria. Individuo o cosa aborrecible. p ich u rrio . Decepcionante y de poca relevancia. p ico . 1. Fórmula empleada para aludir a cifras inexactas. Esa vieja debe tener treinta y pico años. Nos vemos a las 5 y pico. 2. Ósculo discreto en la mejilla. p ico y p laca. Estricta medida oficial derivada del hacinamiento del que la malla vial capitalina es objeto por causa de la sobreabundancia de parque automotor y de la negligencia de quienes, sin haber presupuestado el desmedido crecimiento experimentado por la ciudad y su número de habitantes, trazaron unas vías precarias e insuficientes. La disposición consiste en sancionar la circulación de los vehículos cuya placa tenga como dígito final un determinado número, durante ciertas horas y días de la semana hábil. p id e m ás qu e d e m e . Utilizase para aludir a un individuo o institución en extremo exigente y pedigüeña. Véase garoso. p ie d ra. Rabia. Ira. Ánimo enfadado. pie dra, s acar la. Provocar enojo a algún individuo. p ie d ragó gica. Mote con el que algunos ciudadanos suelen generalizar al aludir a la Universidad Pedagógica, inspirado en la costumbre ejercida por una minoría vandálica de su estudiantado, de responder a las agresiones de los representantes de la Fuerza Pública con pedreas y petardos. p ie d ro . Dícese de quien se encuentra en un estado de irascibilidad. p ie d ro n ó n . Enojo excesivo al enterarse de un asunto desagradable en forma súbita. Pie rro t. Desaparecida marca de cigarrillos elaborada por la Compañía Colombiana de Tabaco. A éstos les sobrevive una tradicional línea de cigarrillos sin filtro con nombre de nativo americano. Pese a que los asentamientos poblados por los indígenas pielrrojas se encuentran en su totalidad ubicados en suelo de Norteamérica, algún creativo falto de patriotismo supuso que tal nombre resultaría sin duda más atractivo a los potenciales adictos a la nicotina durante los lejanos años 30 del siglo XX. Nadie, por ejemplo, pensó en la oportuna y muy nacionalista utilización del indio pijao Calarcá, con su cabeza revestida de penachos y su nariz angulosa y desafiante. p ie za. Habitación. ¡p ilas ! Voz de alerta para invitar a un individuo a mantenerse en guardia frente a alguna situación determinada. Es la lógica derivación del más antiguo modismo de ‘ponerse las pilas’. La analogía entre la energía humana y las baterías eléctricas fue debidamente tipificada por la desaparecida agrupación puertorriqueña Menudo, con su magna obra ‘Cámbiale las pilas’. p ile ra. Sagacidad. Inteligencia. Disposición para el trabajo y la acción. p illars e . Voz de invitación para fijar la atención o la vista en algo. Píllese las nuevas zapatillas que están vendiendo en Sanandresito. (193) p ilo . Individuo brillante y destacable por su alta e incansable capacidad de trabajo. p ilo s o . Véase pilo. p in ch ad o . De maneras y gustos refinados. p in ch ars e . 1. Dicho de un automotor o de su conductor, sufrir un pinchazo. Es curioso el contraste entre el uso de tal expresión en Bogotá y el resto del país, despojado de los pronombres personales ‘se’ o ‘me’, un tanto diferente al ‘pinchar’, de otros países , en el que se prescinde de estos últimos, aludiendo tan sólo a ‘pinché’. 2. Adoptar maneras o hábitos elegantes. p in ch e . Insignificante. Sin valor. p in gu a. Canica de diminuto tamaño. p in gü iñ o ñ o . Antioqueñismo popularizado por la afamada y entrañable Nena Jiménez, refinada comediante oriunda del Valle de Aburrá. Empero su sonoridad, que en principio sugiere ingenuidad, alude de manera franca y directa al miembro viril. p in ito s , h ace r. Aborrecible fórmula cliché para aludir a los primeros atisbos en el desarrollo de alguna actividad profesional. p in ta. 1. Aspecto físico. 2. Atavío. 3. Vulgarismo para aludir a un individuo del sexo masculino. 4. Dicho de un caballero, atractivo. p in to s o . Individuo de buen ver. p ín te la. Voz que antecede a la ejecución de una tarea. Tiene por objetivo solicitar al interlocutor una descripción pormenorizada de las labores por ejecutar. También es utilizada, en una clara manifestación de vulgaridad y pésimo gusto, en la antesala de una riña: “¡Píntela como quiera!” p ín te la, qu e yo s e la co lo re o . Expresión belicosa empleada para convocar al interlocutor a dar inicio a una contienda callejera. Téngase en cuenta que –pese a que la expresión indica *bo go tálo go lo contrario– en realidad los términos ‘pintar’ y ‘colorear’ son sinónimos, por lo que sería más correcto y menos burdo optar por un ‘dibújemela, que yo se la coloreo’. Cabe aclarar que tal llamado no es, precisamente, una invitación a la creación pictórica colectiva. p in to rre te ad a. Dicho de una dama, maquillada en forma excesiva. p in to s o . Individuo bien plantado. p ió n . Barbarismo despectivo para aludir a un individuo burdo, derivado del vocablo original ‘peón’. p ip a. Vientre prominente, por lo general resultado de la ingesta profusa y crónica de cerveza. Véase pola. p ip í. 1. Orina. 2. Miembro viril. 3. Voz onomatopéyica para remedar el sonido de la bocina de un automóvil. p ip icie go . Individuo de notables deficiencias optométricas. Corto de vista. p ip ilo co . Caballero libidinoso y promiscuo, uno de cuyos mayores deleites consiste en amancebarse con cuanta dama esté disponible, desconociendo muchas veces los mínimos preceptos de la profilaxis, la fidelidad de pareja, el control de natalidad y la paternidad responsable. p ip irip ao , d e . Linajudo. De abolengo y alcurnia. p iqu e . 1. Pugna de velocidad atlética o automovilística. Capacidad de un individuo para alcanzar ligereza o prontitud en el movimiento. 2. Molestia ocasionada por la envidia. p iqu e d e ce lad o r. Velocidad al correr propia de vigilantes, necesariamente inferior a la del raponero. Las persecuciones por parte de éstos suelen por lo general ser llevadas a cabo en condiciones de desventaja, en tanto el sufrido guardián suele ir tras los malhechores provisto de ruana, radiorreceptor con baterías tipo A, bolillo y gorra tipo vi- (194) sera en constante peligro de venirse al suelo o de obstruir su visibilidad. Véase cela, celacho, choro. p iqu e d e ch o ro . Velocidad al correr, tan sólo posible a quienes tienen el hurto como profesión y rivalizada únicamente por los que, a su vez, hacen parte de los cuerpos de seguridad privada de la ciudad. Véase cela, celacho, celoso, rata. p iqu e te s an tafe re ñ o . Comilona campestre a la que se suele llegar provisto de ollas y refrescos, en automóvil privado, y generalmente llevada a cabo en las estribaciones del perímetro urbano de la ciudad. p iqu e te ad e ro . Asadero, casi siempre localizado al aire libre y especializado en la elaboración de condumios cárnicos y frituras de alto riesgo para la salud cardiovascular, hepática y coronaria. Los más respetables piqueteaderos están dotados usualmente con diversas atracciones, tales como juegos de rana, minitejos y, en los más refinados casos, canchas de microfútbol o banquitas. La bebida insignia de los piqueteaderos suele ser, como lógico es suponerlo, la cerveza. p iqu is . Juego de canicas altamente popular entre infantes y preadolescentes. Es regla general que en el piquis, los triunfos de los más jóvenes sean sistemáticamente desconocidos por los mayores, quienes, pese a verse derrotados en franca e indiscutible lid, suelen rehusarse a entregar su arsenal de canicas a quien los haya vencido, en lo que constituye otra de las agresiones de la tiranía de los más grandes a la vulnerabilidad de los más pequeños. p irate ar. 1. Sacar provecho de la propiedad física o intelectual ajena. 2. Hurtar. p irin o la. 1. Deformación del original perinola. 2. Forma suave de aludir al tolete viril. p iro bo . En la jerga del hampa de los 80 y los 90 del siglo XX, homosexual. En la actualidad los alcances del término ‘pirobo’ se han incrementado, el uso de la expresión se ha generalizado y es una forma de insulto con significado incierto, pero con propósitos francamente ofensivos. p is ars e . Marcharse. Retirarse. Emprender la graciosa huida. p is ca. Fórmula en desuso empleada para aludir a una meretriz. p is cin e ar. Folclórica y atávica costumbre cultivada por los bogotanos en temporada vacacional o durante puentes festivos, consistente en acudir en masa y en grupos familiares a algún balneario cercano de tierra caliente, armados de flotadores, chancletas, chingues, fragantes bronceadores y demás artículos propios de la indumentaria tropical, con el único propósito de atiborrar centros de recreación y de regresar diezmados por cuenta de las múltiples picaduras de insectos hematófagos, (piscinear) En la piscina, 1963. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (195) por la sobreexposición a los malsanos y pestilentes aromas provenientes de los demás turistas de ocasión o, en algunos casos, por la indigestión originada en el consumo de raspaos, aguas contaminadas u otras sustancias comestibles, igualmente tóxicas y perniciosas. p is co . En tono un tanto despectivo, individuo del común. p is o . Fórmula simbólica para indicar la pertenencia a un grupo generacional dividodo por décadas. Cumplí 30 años. ¡Llegué al tercer piso! p is o , d ar. Asesinar. p is o s . En jerga de discutible gusto, calzado. p is p ire to . Véase pispo. p is p o . Individuo de buen ver y atavíos elegantes. p is te ro . Ojo. Inflamación ocular resultante de un golpe. p is to la, h ace r. 1. Obsceno ademán en el que los dedos índice y anular son flexionados, mientras que el del corazón se mantiene recto, simulando el aspecto de un asta viril espigada. 2. Úsase para aludir al acto de incumplir un compromiso. p ita, s o bar la. Hostigar. Perturbar. p ite . 1. Párvulo. Individuo de escasa estatura. 2. Ínfima cantidad de una sustancia. p itico . Véase pite. p ititu ya. Objeto o individuo de diminuto tamaño. p ito . Explosivo ornamental de la familia de los voladores. Al ser encendido realiza movimientos aleatorios e impredecibles, provocando un chillido ensordecedor y, en algunos casos, persecuciones y quemaduras letales. Su uso fue prohibido al comienzo de los 90. p iyam a d e m ad e ra. Burda expresión de corte cómico y a la vez macabro para aludir a un féretro. La principal y más antigua necrópolis de la ciudad es el Cementerio Central, fundado en 1831. Su *bo go tálo go creación tuvo como fin erradicar la costumbre de enterrar a los muertos en los jardines de los hogares o en los atrios de las iglesias. p lacas , an o tar. En jerga de dudoso gusto, tomar nota del número telefónico o de las coordenadas geográficas de un individuo para asegurar la posibilidad de un futuro encuentro, por lo general con fines románticos. p lace ro . 1. Expendedor y voceador de víveres en una plaza de mercado. 2. Individuo escandaloso y soez. p la n te . Coloquialismo para aludir a un capital inicial de inversión destinado a una empresa determinada. Durante los 90 un programa presidencial institucionalizó el término con el objeto de motivar a los colombianos dedicados a cultivos ilícitos a sustituir tales productos por alimentos corrientes. p lata e n m an o , cu lo e n tie rra. Fórmula estricta de exigencia del uso de papel moneda en efectivo, en el marco de una transacción comercial o de algún convenio laboral. p latad o . Cantidad considerable de alimento, dispuesta en un tazón o plato de dimensiones gigantistas. p lato , s e r u n . Inexplicable término para aludir a quien suele adoptar procederes cómicos o divertidos. p latu d o . Individuo adinerado. p lay. Individuo o costumbre propios de estratos altos, con alto refinamiento y poder adquisitivo considerable. Su uso comenzó a generalizarse en la juventud a partir de los 80. p le i. Véase play. p le y. Véase play. p lo m e ra.. Abaleo. p lo n . Chupada corta de tabaco, marihuana, bazuco o cualquier otra droga inhalada por vía oral. (196) (play) Fidelito Cano Isaza en el Gimnasio Moderno, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC p lu ff. Barbarismo para ‘plug’ (en inglés, terminal de una conexión, por lo general de audio). Su utilización se ha generalizado en minitecas de cuestionable idoneidad. p lu m as , bo tar. Condición experimentada por quien de súbito delata su homosexualidad con algún acto involuntario. p o ch o la. Melifluo néctar de cebada. El término se deriva de la expresión ‘pola’. p o cicle s . Denominación genérica con la que se solía denominar los helados de fruta durante los 30 y 40. Es una distorsión del anglicismo original ‘popcicles’. p o cillo . Remoquete despectivo conferido a quienes carecen de una de sus orejas. p o co n ó n . Enorme cantidad de alguna sustancia o de determinados objetos. p o co tó n . Véase poconón. Po la, la. 1. Remoquete de Policarpa Salavarrieta, heroína de la gesta previa a la independencia, de lugar nativo incierto (pese a que muchos sostienen que su sitio natal fue la población de Guaduas, Cundinamarca). La Pola fue decapitada en 1817 por su vinculación como infiltrada de las fuerzas de la insurrección en la Bogotá de principios del siglo XIX. 2. Línea de fermento de cebada lanzada por Bavaria con motivo del primer centenario de la mal llamada independencia nacional. Por antonomasia, y con el tiempo, una ‘pola’ es hoy una cerveza cualquiera. po laco . Denominación genérica de nacionalidad empleada a principios del siglo XX para aludir a cualquier judío procedente de Europa. Véase turco. p o lare s . Desaparecida marca de helados reconocida entre la infancia de los años 30, 40 y 50 de la ciudad. p o lich ar. Dar lustre a la pintura de un vehículo automotor. El término procede del anglicismo ‘polish’. p o lin ch ar. Deformación aborrecible del término ‘polichar’. p o lla. Apuesta, casi siempre llevada a cabo en medio de una pugna balompédica, en la que desde los 80, por regla general, los equipos bogotanos tradicionales han dejado como saldo desastrosos resultados. po lle ro . Individuo de avanzada edad y predilección por jovenzuelas pubescentes, cuya edad él triplica. p o llo . Jovencito. Adolescente. p o lo ch o . Agente de la honorable, recta e incorruptible Policía Nacional. p o lvazo . 1. Jodienda memorable. 2. Individuo afamado por sus virtudes copulatorias. p o n e r cu ad ro . Hábito femenino de mal gusto consistente en abrir el compás de las extremidades inferiores en forma insinuante. (197) (pola, la) Escultura de Policarpa Salavarrieta, en cercanías de la actual Universidad de Los Andes, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (pola) Periodistas de El Liberal, 1948. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go p o n e rs e d e ru a n a . Perder el respeto y la solemnidad debidos ante una determinada condición o contexto. Los papás de Juan Pablo salieron de viaje, y él y sus amigos se pusieron de ruana la casa. p o n e rs e s a ls a . Enojarse. Atemorizarse. Alertarse. p ó n gas e m o s ca. En esta selva plagada de lagartos, ratas, conejos, micos, lobos y sobrevolada por gavilanes, buitres, gallinazos y especímenes de todas las naturalezas debidamente clasificados y pormenorizados en la ‘Fauna social colombiana’ de Antonio Montaña Cuéllar, el invitar a alguien a ‘ponerse mosca’ es un hábito más de supervivencia que de perspicacia. (198) Si alguien, por rebeldía, obstinación o dignidad se rehúsa a ‘ponerse mosca’, el precio que debe pagar por tan suicida ímpetu es en extremo alto. ¿Quién puede andar por la avenida Caracas a eso de las tres de la mañana sin ponerse mosca? ¿Quién puede pagar una deuda con un billete de 50 mil y esperar los vueltos sin ponerse mosca? ¿Quién puede comprar un par de zapatillas deportivas o una memoria USB en Sanandresito o Unilago sin ponerse mosca? p o n qu é . Tarta de harina aderezada con diversos componentes, tales como chocolate o vainilla, y en algunos casos recubierta por alguna decoración o pastillaje sólido o cremoso. Se deriva del mal uso del anglicismo ‘pound cake’. p o ñ o ñ ó in g. Alusión onomatopéyica extraída del mundo del cómic a la elongación fálica. El sonido, originalmente, era empleado para aludir al estallido de un resorte almacenado en una caja de sorpresas. p o p cicle . Anglicismo arcaico para ‘mantecado’. Véase pocicles p o p e ro . En la jerga radial de finales de los 80, estilo de música pop bailable, mejor conocido como ‘dance music’ o ‘house music’. p o p e ró . A diferencia del vocablo anterior, el término es una alusión directa, aunque imprecisa, al viejo éxito de la banda belga Technotronic ‘Pump up the jam’ y su verso ‘pump it up’. Por extensión, el término se aplicó a todos los ritmos ‘house’ y ‘high energy’, en boga durante los tardíos 80 y los iniciales 90 del siglo XX, y emitidos en los programas ‘Megafiesta’ y ‘Disco Nice’ de dos afamadas estaciones de radio ubicadas en los 102.9 y en los 88.9 de la FM. p o p o ch o . Individuo u objeto relleno. p o r ah í n o s e d ie ro n las co s as . Expresión clásica de la jerga balompédica para endilgar la culpa de un resultado desafortunado al azar. p o r d ías , la d e . Fórmula despectiva con la que se alude a una empleada de servicio doméstico no residente en el hogar. p o r e s o e s tam o s co m o e s tam o s . Clásica fórmula de acusación de un ciudadano a otro, consis- (ponqué) Con ganas de comer ponqué, 1981. Donante: Ana Rosa Sánchez, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC (199) tente en inculpar al interlocutor de una conducta endémica, y en responsabilizar a dicha conducta de todos los problemas del entorno. p o r e s o le d igo . Inmortalizada por ‘La gente de La Universal’, esta máxima se constituye en la reiteración de la colombianidad por excelencia. Es cosa común de quien la pronuncia el considerar a su interlocutor sordomudo, impedido mental o estúpido. Cuando alguien se atreva a espetarle las cuatro contundentes palabras, es sensato dar por entendido que quien se las dice lo cree imbécil. p o r la p lata baila e l p e rro . Certera afirmación en la que se hace visible la casi absoluta devoción de la humanidad para con el dinero. ¡p o r la s o m brita! Solicitud encarecida de moverse con cuidado en un determinado espacio o contexto. “Aunque te haga canción, debes ir por el sol”, decía el respetado filósofo ibérico Julio Iglesias, en una contraposición a tal concepto. p o r las tie n d as . Faena lúdica consistente en ir de visita por diversas cigarrerías, minimercados, cantinas y expendios de cerveza de barriada, consumiendo una dosis de la bebida en cada una. Tan entretenida y saludable forma de esparcimiento no ha sido del todo aprovechada por las empresas promotoras del turismo distrital. p o r p lata n o s e p re o cu p e , qu e p lata n o h ay. Prueba viva de la capacidad humorística del bogotano para contraponerse a las adversidades monetarias mediante el uso cáustico de la ironía. ¿p o r qu é n o va y m ira s i ya p u s o la m arran a? Burda fórmula para solicitar de manera acaso cómica a un individuo el abandonar un determinado lugar, en aras de la privacidad propia. Debido a su excesivo uso, la expresión, de origen campesino, ha ido perdiendo gracia. p o rd e baje ar. Denigrar. Descalificar. Subestimar o desestimar la categoría o las calidades de un ser, objeto o entidad más allá de lo real. *bo go tálo go p o rfa. Apócope de “por favor”. porilis. Derivación aun más suplicante y mendicante del más clásico ‘porfis’. poris. Apócope lastimero en busca de piedad, para “por favor”. p o rfu e re ar. 1. Suspender el ayuntamiento erótico a la manera de Onán. 2. Realizar una actividad determinada al margen de las obligaciones laborales oficiales. 3. Incurrir en actos de infidelidad marital. p o r m ayo r, al. Venta y distribución en grandes cantidades. Véase al detal. p o rra. Vulgarismo para cabeza. p o rra, e n la. Expresión hiperbólica para indicar la extrema distancia de un lugar. p o rrazo . Golpe brusco y doloroso recibido en la cabeza. p o rs u p o llo . En jerga de muy dudoso gusto, por supuesto. p o rta u n cu lo . Apócope de “me importa un culo”. p o rtaco m id as . Especie de fiambrera de uso generalizado dentro de los miembros del proletariado y la clase media trabajadora capitalina. p o s tre d e n atas . Suculento platillo de la repostería bogotana elaborado a base de natas de leche y azúcar. (portacomidas) (200) Po s tre d e n o tas . Sección final de la revista Carrusel, suplemento de fin de semana del diario El Tiempo, a cargo del célebre periodista, escritor y lutier emérito Daniel Samper Pizano. p o s tre d e ñ atas . Escatológica, aunque aun así cómica, forma de aludir al humor nasal, de consistencia pegajosa y en algún modo similar al postre en el que tal expresión está inspirada. p o ta. Variedad de canica de cristal de tamaño considerable y color vistoso. p o te . Expresión amigable para aludir a un hombre rollizo. p o te ca. 1. Curiosa papilla de color naranja, objeto de odios y amores a granel, elaborada a base de calabaza en puré. 2. Individuo voluminoso. p o tre re ar. Faena copulatoria llevada a cabo con la naturaleza como escenario. p re n d ad o . Obnubilado por el ímpetu amoroso hacia un determinado ser. p re n d as . Dinámica lúdica consistente en que los perdedores de un determinado juego deben irse despojando de sus ropas a cada nuevo error. Es de gusto generalizado entre jóvenes ansiosos de soltar las riendas de sus ímpetus furiosos en los albores de su despertar sexual. p re n d e d izo . Dicho de un padecimiento, contagioso. p re n d id o . Ligeramente entusiasmado a causa de la ingesta de bebidas etílicas. p re n d o . Véase prendido. p re ñ ata. Festividad adolescente con pretensiones inocentes y desenlaces fatídicos para dos o más de los presentes. p re p a go . Expresión acuñada en la década inicial del siglo XXI, en principio empleada para aludir a las tarjetas telefónicas con un crédito determinado que –en un acto de usura paulatina, consentida y descarada– solía ser descon- tado a cuentagotas por los operadores en cuestión, en unidades correspondientes a minutos, en lugar de a segundos. Con el tiempo y gracias a los nobles oficios de Graciela Torres, más conocida en la esfera pública como la ‘Negra Candela’, el término comenzó a emplearse para aludir a cierta nueva estirpe de meretrices finas que medran en las altas esferas del narcotráfico buscando dádivas por parte de sus capos a cambio de favores sexuales. Resulta fundamental dejar en claro que no toda meretriz puede ser tildada de prepago ni toda prepago puede ser tildada de meretriz. p re s a. Miembro viril, por lo general guindante del cuerpo de un travesti. Véase ñapa. p re s te p ara acá. Grosera y egoísta voz empleada en forma imperativa para pedir a alguien que haga entrega de un objeto o bien determinado. p ré s te m e . Solicitud informal de un objeto para que éste sea alcanzado o llevado hasta las manos del hablante. p re te n d o . Aspirante al noviazgo, matrimonio o ayuntamiento carnal con alguien. p rim e ro fu e lu n e s qu e m arte s . Especie de comparación escalada y jerárquica acerca de la prominencia y experiencia de un individuo en un determinado círculo. p rim ip arad a. 1. Novatada propia de quien es neófito en medio de alguna comunidad, oficio o disciplina. 2. Chascarrillo, broma o mofa de la que los neófitos son víctimas. p rim íp aro . Debutante. Estudiante o trabajador neófito. Novato en un saber determinado. p rin cip io . En los restaurantes de baja estofa, entrada. Por lo general está conformado por dos opciones diferentes de verdura que bien pueden permutarse, mezclarse o cambiarse por algún otro comestible. (201) p rin gar. 1. Esterilizar un recipiente o herramienta determinada. 2. Transmitir a alguien una dolencia infectocontagiosa de tipo venéreo. Véase gonorrea, putear, virulea. p ro . Apócope de ‘profesional’ de cuño reciente. Es empleada por la juventud para aludir a un lugar, personaje u objeto de altas calidades. p ro m . Costumbre foránea de reciente cuño adoptada por las generaciones más jóvenes. Consiste en una ceremonia de gala posterior al recibimiento del título de bachiller. Para ésta suele ser necesario incurrir en toda suerte de gastos innecesarios (el alquiler de un vestido, la elaboración de un peinado complejo, lecciones de baile de última hora, y el consabido desfile por las escalinatas del local alquilado para tales fines). Los ‘proms’ suelen además involucrar una aburrida excursión a San Andrés o a algún destino caribeño, y la confección de una chaqueta en la que se consigna el año del grado (prenda que por lo general se decolora con la primera lavada). p ro n tico . Insinuación sutil con la que se pretende indicar la urgencia de una orden o solicitud. p ro p io , e l. 1. Dícese de quien goza de la idoneidad necesaria para desempeñar una tarea determinada. 2. Narcotraficante. 3. Mancebo oportuno para una determinada dama. 4. Úsase también como adjetivo para indicar la calidad de un producto. p ro vo car. Incitar apetito o deseo en un individuo. Antojar. p ru e bita. 1. En la jerga informal del mercadeo gastronómico, degustación. 2. Vulgarismo para aludir a una relación premarital. p u ch e cas . Turgencias mamarias de una dama. *bo go tálo go p u ch e ro s an tafe re ñ o . Sopa típicamente bogotana elaborada a base de productos cárnicos, papa, plátano y mazorca, bañados en un guiso con base de tomate y cebolla y decorado con hojas de repollo. p u e rcad a. Suciedad. Porquería. Proceder indecoroso y malintencionado. p u e s tazo . Plaza de trabajo privilegiada, cómoda, envidiable y bien remunerada. p u n ke to . Descendiente indirecto y un tanto bastardo del genuino ‘punk’ británico. En la mayoría de los casos, los ‘punks’ criollos consiguen de alguna manera copiar los atavíos de sus similares ingleses. No obstante, muchas de sus maneras, su desconocimiento general de la lengua inglesa y sus problemáticas, más propias del tercer mundo pauperizado que del primero industrializado, los alejan un tanto en sus predicamentos del espíritu original de la tribu a la que creen representar. p u n ta, d ar. En las más bajas esferas delincuenciales, herir con arma blanca. p u n tu d o . Afilado. Terminado en punta. p u ñ alad a d e carn e . Fórmula en extremo burda con la que se alude a la penetración fálica. p u p itrazo lim p io . Modalidad parlamentaria de aprobación antidemocrática a una iniciativa, consistente en escoger la iniciativa de quien dé un golpe más fuerte sobre el escritorio. p u p p y. Individuo extractado de las más altas esferas locales, por lo general abundante en dinero y adepto al refinamiento en el comer, el vestir y el hablar. p u ra, e n . A muy alta velocidad. p u rgan te . Individuo atorrante y desagradable. pu tas . Individuo inigualable y singular, de poderío y virtudes destacables. El término se emplea, entre otros, en los modos subsiguientes: 1. Como un putas. De manera intensa y persistente. 2. Creerse el putas. Para aludir a quien se caracteriza por su arrogancia y orgullo. (202) 3. Del putas. Magnífico. Maravilloso. Dícese de un ser o situación cercanos a la excelencia. 4. El divino putas. De manera profana, para referirse a un individuo de jerarquía superior. 5. Ni por el putas. Rotunda y taxativa forma de negación. Situación o hecho de ejecución dificultosa o improbable. 6. Sabrá el putas. Con el propósito de ilustrar un hecho misterioso, desconocido o de imposible dilucidación. p u te ad e ro . Mancebía. p u te ars e . Deteriorarse. Popularizarse de manera indiscriminada y sin tamiz alguno. Véase caspear, perratear. p u té rico . Acrónimo resultante de unificar los términos puto e histérico. Se emplea para referirse a quien se encuentra en un considerable estado de cólera. p u tis . Afeminada e inadmisible forma de referirse a un compañero, amigo o camarada. Véase deli, huevis, mariquis, peli. p u to . Enojado. Molesto. p u yar e l bu rro . Expresión caribeña empleada para indicar la urgente necesidad de solicitar a alguien la inmediata realización de alguna tarea. p u yó n . Caballero consagrado a la satisfacción esmerada y constante de los apetitos sexuales de una dama en particular. q ¡qu é co s ita! Fórmula de reprensión empleada para referirse al mal comportamiento de un individuo. ¡qu é e m o ció n tan am arilla! Voz exclamatoria un tanto inexplicable con la que se denota alegría. De más está decir que el maestro Jorge Luis Borges se quejaba de la sonoridad del término ‘amarillo’. ¡qu é falla! Exclamación de queja ante el mal desarrollo de un determinado asunto o proyecto. qu e gracias . Expresión irónica de gratitud, un tanto manoseada en años recientes por telenovelas y actores de ‘stand-up comedy’. Es curioso anotar que el término ‘gracias’ no figura en el diccionario de la Real Academia Española. ¿qué hacemos? ¡Pues empanadas, que es lo que más se vende! Expresión odiosa con pretensiones cómicas, empleada como fórmula de respuesta para satirizar a quien pregunta cómo proceder en una determinada situación. ¿qu é h ay p a´ h ace r? Clásica pregunta de viernes en la tarde o de sábado, provocada por la desocupación de los hablantes, en busca de alguna actividad entretenida por desarrollar en el marco de un fin de semana. Véase desparche. qu é m ás . Fórmula colombiana de saludo por excelencia que, aunque aparece muy común y cotidiana para cualquier habitante del país, es sin duda un tanto incoherente, pues se constituye en un constante interrogante sin explicación a la espera de mayor información por parte del descon- (203) certado interlocutor, si es que éste es extranjero y desconoce tan local código. ¿qu é m ax, be tam ax? ¡N ad a, e m p an ad a! Fórmula de pregunta y contestación fundamentada en versos simples, rezago de aquellos lejanos años 80 en los que Colombia se ufanaba de ser uno de los pocos territorios en donde el uso del sistema de videocintas tipo ‘beta’ era generalizado. Véase tembleque. ¡qu é n o ta! Anacronismo propio de los 70 y 80, empleado por una juventud hoy ya avejentada, para halagar las virtudes de algún ser, hecho u objeto determinado. Es frecuente que muchos individuos entrados en años sigan empleándolo, ingenuamente, convencidos de su total vigencia. ¿qu é ? ¿Me va a lle var h as ta s u cas a, o a la d e s u m ad re ? Para algunos transportadores bogotanos no existe diferencia alguna en la naturaleza de la carga que sus desvencijados vehículos movilizan. Bien puede ser un contenedor de huevos de codorniz, de raquetas elaboradas en aleación de titanio y grafito, o de guijarros de acero; bien puede ser una bandada de gallinazos, como también puede ser un grupo de indefensos pequeñuelos de algún jardín infantil. Todos recibirán, invariablemente, el mismo trato rudo y desalmado. Cuando por alguna razón justa, legítima y decente, uno de los pasajeros decide avisar con la racional antelación su deseo de bajar de la nave, haciendo sonar el timbre dispuesto para tal efecto, y el cruel tirano de las vías citadinas parece no querer oírlo, al desvalido viajero no le queda más que lanzar ese irónico “¿Qué? ¿me va a llevar hasta su casa?”, a lo que el conductor suele responder con un no menos cáustico “Yo a mi casa no llevo maricas ni putas”. ¿qu é o n d a? Fórmula de salutación de origen mexicano, extrañamente diseminada en la juventud de comienzos del siglo XXI. *bo go tálo go ¿qu é p ito s to ca? Como Josué y su ejército de vencedores en las murallas de Jericó, la mencionada pregunta es la expresión de duda y temor ante el arribo de algún visitante advenedizo y sospechoso. ¿Y este novio nuevo de Marcela qué pitos toca? ¿Y esta ‘zona de encuentro’ qué pitos toca? ¿qu é vale ? Molesta incorrección típica de cualquier circunstancia comercial de tienda o supermercado, y utilizada en indiscriminado reemplazo del legítimo ‘¿cuánto vale?’. qu e brar. Asesinar. Hacer daño. Derrotar a alguien en una determinada competencia. qu e d a s irvie n d o p a’ tre s co s as . El absurdo “queda sirviendo pa’ tres cosas”, seguido de un más odioso “pa’nada, pa’ nada y pa’ nada”, es un contrasentido discursivo que, además de inútil, insulta. Decirlo es lo mismo que demostrar la ausencia íntegra del más mínimo atisbo de creatividad. Hay quienes incluso lo dicen creyendo estar haciendo un aporte jocoso al diálogo cuando la integridad física de algún utensilio mecánico está en juego por la inminente posibilidad de caer en manos inexpertas. qu e d ad o . Dícese de quien está atrasado en el cumplimiento de una determinada tarea. Véase colgado. qu e d ar m al. Incumplir. Dada la proverbial impuntualidad del bogotano promedio, quedar mal es parte de la naturaleza intrínseca de los nativos. qu e d é m ás lle n o qu e e l h ijo d e la s irvie n ta. Arribista fórmula para aludir a un estado de absoluto hartazgo, de acuerdo con algunos, sólo posible a quien por su relación de consanguinidad con una cocinera suele recibir de ella el mayor número posible de alimentos. qu e m ad o . 1. Almacenamiento digital en formato de disco compacto o DVD grabado en forma casera por medio de la unidad llamada ‘quemador’. Véase chamuscar. (204) 2. En la jerga política, candidato marginado de algún cuerpo legislativo o de determinada entidad gubernamental, en virtud del bajo nivel de sufragios obtenidos a su nombre. qu e re m e . Suerte de preparación mágica para atraer, mediante mecanismos truculentos y forzosos, al ser deseado. Según reza el credo generalizado, suele administrarse en conjunto con algún alimento o bebida. Véase encoñe. qu e ru be . Expresión irónica con la que se alude a un pequeñuelo travieso y cruel en el que los instintos asesinos y destructivos comienzan a plantar sus fértiles y duraderas semillas. qu e ru bín . 1. Pequeñuelo inocente y despojado de culpas. Úsase por lo general en forma irónica. Véase querube. 2. Fallida tira cómica de aventuras cuya producción se limitó a un fascículo, cuyos autores fueron Quiriam Javier Pinilla y Grosso. Relataba las aventuras de un jovencito bogotano de pelo rubio y aspecto protopunk. qu e s o , d ar. Besar a un individuo con desaforada e impúdica pasión. qu e s o , rayar. Onanizarse. Cuando yo era adolescente y veía a las Hinojosa, siempre terminaba rayando queso. qu iay. Deformación de la fórmula clásica de saludo “qué hay”. qu ica. En la lengua chibcha, extensión de territorio o región. qu ich e . Planta bromilácea empleada en tiempos menos ecológicos para la ornamentación de pesebres. ¿qu ié n p id ió p o llo ? Manifestación de inconformidad y desconcierto por el alto monto de una cuenta. Data de aquellos días en que el consumo de aquella ave era un lujo. Hoy, gracias a sus demostradas repercusiones negativas en los organismos saludables de niños y adolescentes, tal consumo ha descendido a nivel crítico, dado el grado aberrante de hormonas que son administradas a los pollos, para efectos de crecimiento y engorde acelerados, en las inescrupulosas granjas de donde salen ya muertos para convertirse en comida de supermercado. Pero aun así, el pollo sigue siendo un emblema de poder. El comentario se repite idéntico a la hora de cancelar deudas compartidas por concepto de comilonas y bebetas. Aún para muchos no han cesado los tiempos en que las pollerías eran (óigase y créase bien) lugares en donde nuestra sufrida clase media solazaba su angurria dominical engullendo piernas, muslos, patas y demás miembros de la mutilada anatomía aviar, remojados en abundantes dosis de bebidas carbonatadas o champús mal preparado. El tema fue banalizado gracias a un espectáculo reciente de ‘stand-up comedy’. qu ié n qu ita. Expresión empleada para aludir a la remota, aunque no por ello descartable posibilidad de que algo ocurra. ¿Quién quita que en 50 años nos ganemos el Baloto? qu ih ich a. En lengua chibcha, pie. qu ih ich a ata. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a once. qu ih ich a bo s a. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a doce. qu ih ich a u bch ih ica. En la lengua chibcha, unidad de medida que equivale a veinte. qu im ba. Calzado, por lo general deteriorado y de regular calidad. qu im bas , m e te r las . Cometer un error. qu in ce n e ad o . Curiosa condición efímera experimentada por los asalariados al principio y en la mitad de cada mes, una vez sus honorarios les son cancelados mediante un depósito en su cuenta de ahorros. Es costumbre del individuo ‘quinceneado’ malgastar sus fondos, arduamente obtenidos, en la desmesurada ingesta de bebidas r embriagantes, en la contratación de mancebas a sueldo o en algún divertimiento transitorio del que suele salir con sus reservas diezmadas, justo en los días finales de cada período. qu in ta. Vivienda campestre de lujo con amplios jardines exteriores. qu iu bo . Fórmula común de salutación. Simplificación del clásico ‘qué hubo’. (205) rabó n . 1. Individuo mezquino y dado a proceder de manera incorrecta. 2. Poseído por la ira o el deseo de venganza. rabo n ad a. Jugada sucia. Proceder traicionero. rad io la. En los años 20, 30 y 40 del siglo XX, radio de tubos con gramófono incorporado y de tamaño prominente. (quiubo) Saludando desde las escalerillas del avión, 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC qu iu bo s . Fórmula de salutación a colectivos, de gusto evidentemente dudoso. qu ye . En lengua chibcha, palo. qu yh yca. En lengua chibcha, boca. qu yn e . En lengua chibcha, hueso. (radiola) *bo go tálo go (206) raja. Línea divisoria del conducto genital fibromuscular elástico femenino. rajad e ra. Faena consagrada al ancestral oficio de levantar chismorreos alrededor del desvalido prójimo. rajar. En la jerga estudiantil, calificar a un educando por debajo del rango tolerable. rajar d e algu ie n . Hablar negativa e hipócritamente de algún individuo amparándose usualmente en infundios, chismorreos y calumnias. ran ch ars e . Obstinarse de manera irracional en una posición o punto de vista determinado. ran ch o y lico re s . Local dedicado al expendio de comestibles, víveres, productos de salsamentaría, ‘delicatesen’ y bebidas espirituosas. ran ch o , m e te rs e al. Entrometerse con indelicadeza en honduras íntimas. Rasgar el velo del respeto y la discreción al vulnerar los más caros afectos de un individuo. ran cio . Anquilosado. Retardatario. Arcaico. ran e ar. Delatar. Véase sapear. ran ga. Individuo torpe, lento y perezoso en el desarrollo de una determinada tarea. rap o n azo . Brusca y súbita forma de hurto, ejercida con profesionalismo y esmero por una buena parte del hampa informal bogotana. Véase caco, choro, liso. rap o n e ro . Ladrón especializado en la compleja función del raponazo. raró fo n o . Dícese de un individuo u objeto de comportamientos o características extraños. ras ca. Embriaguez. ras cad o . Embriagado. ras qu in -ball. Supuesta disciplina deportiva practicada por los ociosos y haraganes, consistente en rascarse la zona testicular. ras p a. Instrumento idiófono cilíndrico cuyo sonido procede del roce de un dispositivo dentado sobre su superficie irregular. Véase guacharaca. ras p ach ín . Oficio consistente en recolectar y procesar la hoja de coca en su estado más puro para que, una vez se encuentre lista, sea llevada a un laboratorio, en donde se transforma en cocaína. ras p ad o . Refresco saborizado y granizado, tinturado de colores tornasoles y bañado en leche condensada. Pese a que algunos comerciantes inescrupulosos y desentendidos de la importancia de preservar la lengua castellana, intentaron, durante los 80, cambiar su nombre por el de ‘snowbiz shaved ice’ (a la manera norteamericana), el poco éxito del negocio los llevó a desistir de tan desaguisada empresa. raspada de iesta. Congregación de individuos embriagados en las postrimerías de una festividad de bar o discoteca. En la mayoría de los casos, las ‘raspadas de fiesta’ tienen lugar en el hogar de algún desafortunado participante en el jolgorio. El anfitrión de una raspada de fiesta suele verse obligado a preparar consomés, arroces con huevos y comestibles para los presentes. A tal desgracia se suma la del día siguiente cuando, presa de la resaca y del malestar matutino, el anfitrión termina por verse obligado a remover los desechos de la jacaranda pasada y acaso a limpiar los rezagos del fétido vómito procedente de las fauces de los ebrios contertulios, ya petrificado en mesas, tapices y sanitarios. rata. 1. Individuo diestro en las artes del latrocinio profesional. 2. Individuo abominable. rayad o . Individuo desequilibrado, con frecuencia a causa de la sobreexposición a un estímulo externo negativo. rayad o , m irar. Contemplar a alguien de soslayo, con desdén, desprecio o desconfianza. raye . Compulsión obsesiva por una determinada causa. Demencia. (207) rayo , tirar. Convertir a alguien en el foco de una perturbación u hostigamiento. re a. Sufijo empleado en forma caricaturesca para aludir a un apellido linajudo tipo Urrea. Véase uricoechea. re bo tars e . 1. Sufrir de un repentino malestar digestivo. 2. Entrar en ánimo colérico. re bo te . Desagradable sensación de malestar digestivo acompañado por pesadez o mareos. Suele ser consecuencia del consumo excesivo de golosinas. Véase acpm, corrientazo, picho. re bu llir. Mezclar una sustancia. re bu s qu e . Clásica dinámica de supervivencia propia de las economías emergentes, consistente en el desarrollo de oficios informales mal remunerados y dificultosos. Véase varado. re cad o . Sustrato de residuos sólidos de una sopa, potaje o colada, ubicado en el fondo de un plato. re ch o n ch o . Individuo considerablemente obeso. re co ch a. Batiboleo. Batahola. Algazara. Desorden. re co ch e ro . Individuo aficionado al jolgorio, la mofa y la entretención. re d u cid o r. Dícese de quien comercia con objetos (por lo general repuestos automotrices o equipos estereofónicos para automóviles) obtenidos como botín de un hurto. re fajo . Refresco resultante de la mezcla entre cerveza y cierta bebida carbonatada nacional de color naranja rojizo y sabor dulzón. re fo rzad o re s . En la jerga del gremio de constructores y obreros, trabajadores encargados de manipular, moldear y cortar el acero. re frige rio . Alimento un tanto rancio que suele ser provisto por los camareros a los comensales presentes en una convención, conferencia o grabación de alguna producción cinematográfica o televisiva. Casi siempre consiste en algún refresco *bo go tálo go en polvo acompañado por galletas Saltinas o por un ‘croissant’ con cuero de pollo. Resulta sumamente desagradable cuando el maestro de ceremonias o ponente del seminario al que se asiste anuncia como refrigerio una bebida caliente. re fu n d id o . Objeto extraviado de manera temporal. re galad o . Individuo servil, cuya mayor virtud es la de valerse de artimañas lisonjeras para ganarse las gracias de los demás, por lo general superiores en jerarquía. Véase lagarto, lamberico, lambón. re galad o h as ta u n p u ñ o . Paupérrima y mendicante consigna que justifica la típica tendencia de los bogotanos a hacer largas filas, siempre y cuando el premio final sea un objeto gratuito. re galar. Extraña expresión que acaso permite entrever el carácter del colombiano mendicante y proclive a solicitar dádivas gratuitas, aunque la intención sea la de comprar. De cuño reciente, la expresión ‘regalar’ ha ido suplantando al más contundente y real ‘vender’, y se usa indistintamente en tal sentido. Señor… ¿Me ‘regala’ una pizza con gaseosa? re gars e . Extenderse en un alegato o perorata, por lo general en tono de reprimenda. Véase mujer que no joda es hombre. re gio . Dícese de aquel individuo u objeto provisto de donaire, belleza y distinción. re glu d a. 1. Dícese de aquella mujer en estado de menstruo. 2. Úsase, además, para aludir a un individuo (no necesariamente mujer) cuyo ánimo parece irascible en forma transitoria. re gu e ro . Desorden de sustancias u objetos dispersos en una superficie. re gu lar, tre s cu arto s . Úsase como respuesta a un interrogante acerca del bienestar del interlocutor. Se fundamenta en los códigos utilizados para describir el nivel de cocción de un producto cárni- (208) co. –¿Qué tal estuvo tu fiesta de grado?. –Regular, tres cuartos. re in a, m i. Fórmula amigable de camaradería, aunque de gusto dudoso, para dirigirse a una dama. re jo , d ar. Castigar a un individuo valiéndose de un cinturón o de improperios. re lle n a. Especie de embutido tradicional de origen europeo, equivocadamente considerado por muchos como autóctono. Se elabora a base de sangre de ganado bovino o porcino, vegetales, especias y granos, todo ello debidamente revestido por la membrana intestinal de un animal sacrificado. re m o n tad o ra. Establecimiento dedicado a la refacción y mantenimiento de zapatos. Véase Chapinero, embolador, quimbas. re n d id o . Extenuado. Agotado por el mucho trabajar. re n d ir. Aumentar el volumen de una sustancia pura con otra. re p e lar. Raspar el contenido final de una olla, con frecuencia en las postrimerías de una festividad, con el propósito de calmar el malestar provocado por la excesiva ingesta de bebidas alcohólicas. Véase guayabo, gurbia, monchis. re p e le n te . Individuo insoportable y perturbador. re p e tir e l añ o . Reincidir en una determinada conducta o retornar a una costumbre atávica, en teoría abandonada. re p o s ar. 1. Curiosa variable del significado original del término. Es utilizada por los padres asustadizos para disuadir a sus hijos de ingresar a una pileta después de haber consumido algún alimento. 2. Dejar un líquido o sustancia por un tiempo. re p u e s tico . Eufemismo empleado para menguar la carga de culpa al referirse a la evidente obesidad de alguien. re qu e . Jamelgo. Caballo famélico y escaso de carnes. re s gu ard o . Forma de organización social indígena propia de la Conquista y aún vigente en algunos lugares, enclavada en territorios poblados por nativos, con títulos de propiedad comunitaria o colectiva y regidos por sus propios estatutos. re s id e n cias . Variable menos costosa y más simple del tradicional motel, en donde, según la categoría y precio del establecimiento, también se suelen disponer batas, avisos de esterilización en los excusados y jabones de pequeño tamaño, pero que, a diferencia de sus hermanos mayores, los moteles, tiene la forma de un edificio de apartamentos. La zona más prolija en residencias de la ciudad se encuentra localizada en cercanías del costado oriental de la calle 58 con avenida Caracas. re s o lan a. Intenso sol. re s to . En jerga juvenil, cantidad considerable. re tacar. 1. Recolectar dinero de manera informal, mediante procederes mendicantes, aunque amigables. 2. Propinar un severo engaño. re trato d e la víctim a. Antiguo caballo de batalla de los voceadores de diarios matutinos y vespertinos. El anunciar una edición con el ‘retrato de la víctima’ se constituía, sin duda, en el más serio gancho a la hora de vender un ejemplar. re ve n tad o . Por completo extenuado. Véase mamado, más mamado que chupo de guardería. re ve rbe ro . Recipiente para calentar o hacer hervir líquidos. re té n . Caseta o emplazamiento policial de control, cuyo objetivo es realizar inspecciones periódicas en torno a la circulación de automóviles, vigilar su velocidad o detectar individuos sospechosos en las vías. Los retenes se constituyen en la mayor fuente de pánico entre los beodos cuya esperanza es la de salir impunes e indemnes de las periódicas pruebas de alcoholemia. (209) re y, m i. Fórmula amigable de camaradería para referirse a un caballero. rías e . Véase ríete. ríe te . Fórmula común para destacar la singularidad de un acontecimiento, por lo general positivo. Ríete los precios tan buenos de las verduras en Paloquemao. rila. Heces de gallina o de gallo doméstico. rin gle te . Individuo hiperactivo. ro ba m ás qu e e l go bie rn o . Cómica expresión empleada para aludir a un individuo de probada deshonestidad. Surge en virtud del triste halo de corrupción atribuido por muchos bogotanos a las entidades públicas. ro bar. 1. En la jerga de periodistas y personajes de medios de comunicación, sacar provecho del conocimiento, el trabajo o la imagen de algún colega. 2. Figurar injustificada o excesivamente en algún medio de comunicación, sin méritos reales. Véase chiva, pantallero. (rochela) Rompiendo la piñata, 1968. Donante: Beatriz de Valencia, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go ro ch e la. Jacaranda. Batiboleo. Escándalo. Desorden. ro d illiju n to . Patizambo. ro d illó n . 1. Individuo entrado en años. 2. Dícese de quien, por sus constantes ruegos y por su frecuente posición genuflexa, ha visto crecer el volumen de sus rodillas. ro la d a . Conducta o proceder propios del rolo. Úsase por lo general en forma despectiva para caricaturizar el mal vestir de un típico bogotano cuando es trasplantado a tierras caribeñas o a las estribaciones del mar. Un buen rolo jamás renuncia al uso de calcetines, camisas o chalecos, por más que la alta temperatura le apremie. Por otro lado, la dermis del bogotano es genéticamente opuesta al sol, lo que suele ocasionarle episodios de quemaduras en primer grado, insolaciones y excesivos enrojecimientos de piel cuando es sometido a baños forzados de sol. (210) ro lam e n ta. Fórmula despreciativa para agrupar a un contingente de bogotanos, por lo general de visita en otro lugar del país. ro lan d ia. Expresión genérica para aludir a Bogotá, basada en la denominación ‘rolo’, levemente despectiva, empleada para aludir a quienes son oriundos de la capital colombiana. Véase rolo. ro lo . Gentilicio de tinte despectivo con el que el resto del país suele referirse a quienes deben su origen a la bella ciudad de Bogotá. En el pasado, un ‘rolo’ era un bogotano descendiente de gentes de provincia. Hoy, equivocadamente, algunos bogotanos se autoproclaman rolos, en lugar de optar por un más consecuente y bello ‘cachaco’. Es usual que las gentes de otras regiones, particularmente de Antioquia, dibujen cierta mueca y adopten cierto tono de desprecio al pronunciar el vocablo ‘rolo’. ro n bo i. Aborrecible vulgarismo, procedente de la deformación del anglicismo ‘round point’, fácilmente sustituible por el hispánico ‘glorieta’. ro ñ a. Actividad ociosa que se lleva a cabo para dar espera al inicio de una actividad concreta. (ronboi) ro s ca. Odiosa forma de amiguismo con tintes nepotistas, consistente en cerrar y blindar determinados círculos de poder con el propósito de que estos se mantengan en manos de un solo grupo endogámico y oligopólico. ro s cas , h ace r. Grosera y burda fórmula gestual de salutación consistente en imitar la forma de un cilindro con las manos, abriendo y cerrando las falanges, e insertando entre éstas la nariz. ro s có n . 1. Bizcocho de harina en forma de rosca, relleno de pasta de guayaba o de dulce de leche, y recubierto por azúcar espolvoreada en su superficie. 2. Homosexual. Amante del redondel. ro s co n e ar. Ejercer la homosexualidad de manera plena y con largueza. ro s qu e ro . Individuo propenso a privilegiar a sus amigos, familiares y miembros de su círculo por encima del resto de los seres humanos. Nepotista. ro s qu e to . Individuo caracterizado por sus inclinaciones homoeróticas. ro tar. En la jerga de los beodos, circular una botella para que el licor sea libado de manera equitativa entre la concurrencia. (211) ro tativa. Función de cine continua, de común utilización en el ámbito del género porno. ro to . 1. Recinto de mal aspecto y condiciones insalubres. 2. Plantel escolar de baja estofa. Véase chuzo, hueco. ru an a, lo s d e . Representantes de los estratos medios y del proletariado bogotano, por lo general grandes marginados del sistema, y una de las esferas sociales más susceptibles y vulnerables al castigo o a la injusticia de cuantas conforman nuestro descompuesto tejido humano. ru an e tas . Individuo de muy limitados haberes económicos. Los fallecidos humoristas de ‘Sábados felices’ Carlos ‘El Mocho’ Sánchez, Jaime ‘El Flaco’ Agudelo y Humberto Martínez Salcedo (progenitor de un célebre líder político conservador de pelo lacio y peinado en mitades equivalentes) crearon un trio musical-humorístico con ese nombre. ru can o s . Papel moneda. ru cio . Burdo. Ordinario. De baja calidad o carente de instrucción. ru id aje . Ruido anormal, por lo general proveniente de un dispositivo descompuesto. ru id ajo . Véase ruidaje. ru le r. Latinización de una expresión anglosajona cuya traducción literal sería la de ‘regla’, en la acepción de “instrumento para medir”. También se emplea para aludir al ciclo menstrual femenino. Véase menchis, regluda. ru m ba. Festividad. Ánimo desordenado propio de ésta. ru m ba crio lla. Curioso género musical de ánimo festivo generado como contrapeso a la avalancha de sonidos caribeños que, a partir de los años 50 del siglo XX, comenzó a invadir de manera súbita los salones de baile y las estaciones de radio de música popular. Pese a que su prevalencia fue reducida, dejó tras de sí importantes clásicos aún presentes en la memoria. *bo go tálo go ru m be ad e ro . Espacio empleado para ceremoniales festivos y danzatorios, y para la ingestión de bebidas fermentadas. ru m be ars e . Frotar mediante un movimiento mandibular los labios de dos individuos en señal de impulso libidinoso. (rumbearse) La fiesta, 1926. Donante: Leonardo Hurtado Guzmán, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC ru m be ro . Individuo proclive al eterno festejo. ru m bo s o . Abundante. Grandioso. Dadivoso. ru n ch o . Individuo esquivo. En cierta jerga campirana y cundiboyacense, rata. runla. Cúmulo notorio de objetos. ru ñ ir. Mordisquear y succionar la médula de un hueso, acto abominado y prohibido por las páginas del tratado de urbanidad y buenas maneras del venezolano Manuel Antonio Carreño. (212) ru s a. Categoría laboral que engloba a todos los honorables y sufridos miembros del gremio de la construcción colombiana, quienes, a lo largo de dolorosos años de explotación, han terminado por levantar las viviendas del país entero para que otros las ocupen. La rusa incluye a contratistas, maestros de obra, guachimanes, ayudantes, contramaestros, mediacucharas, oficiales, electricistas, plomeros, aseadoras, reforzadores, ejero, almacenista, carpinteros, ventaneros, cocineros (fabricantes de cocinas), pintores, jardineros, cerrajeros, llaveros, impermeabilizadores, vidrieros. ru s o . Albañil. Hay quienes creen que el término guarda alguna relación con el surgimiento del proletariado en la antigua Rusia. ru ta. En la jerga escolar, autobús encargado de realizar el costoso, y en ocasiones inexistente, servicio de transporte puerta a puerta de los educandos. (rusos) Instalación rieles del tranvía, 1912. Luis Alberto Acuña / Colección MDB - IDPC s s a ba jó n . Insalubre revoltura elaborada a base de aguardiente, yemas de huevo, leche, azúcar y canela. Esta degeneración del zabaione italiano suele ser consumida en los bajos mundos como emblema de categoría y refinamiento. Su popularidad se ha extendido al grado de haber propiciado la producción industrial de sabajones embotellados. El más popular de los que se expenden en Bogotá es sin duda aquel que lleva el nombre de una profanada deidad griega, ser que de ningún modo debe haber consumido licor, tal como lo muestra la contraposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco. s abatin a. Tiránica forma de castigo perpetrada por ciertos rectores y prefectos de disciplina de planteles académicos consistente en obligar a los educandos a concurrir a las instalaciones escolares durante los días sábados. s aca. En lengua chibcha, nariz. s acam icas . Individuo servil y dado por gusto a menesteres denigrantes. En el sentido literal, la expresión aludiría al encargado de remover las bacinillas de las habitaciones de su patrón, como cualquier camarero, ayuda de cámara, chambelán o camarlengo. Véase lagarto, lamberico, lambón, lavaperros. s acar e l cu lo . Cejar en una determinada empresa. Incumplir un compromiso adquirido con antelación. *bo go tálo go (213) s acar la le ch e . Someter a un individuo, casi siempre subalterno, a una tarea extenuante y dificultosa. Sagip a. Según los cronistas, cuarto zipa de Bacatá. Su periodo tuvo lugar entre 1514 y 1537. Era sobrino de Nemequene, de quien fue fiel colaborador en diversas batallas. Su primera ejecutoria consistió en reunir a sus caciques y a 70 mil soldados, para emprender venganza contra Quemuenchatocha (zaque enemigo, quién con una lanza puso fin a la vida de su tío) e invadir sus dominios. En el combate, librado en Cajicá, y dada la extenuación de los ejércitos, se firmó la paz. La paz persistió por diez años más, hasta la llegada de las huestes españolas. Sagipa enfrentó a Gonzalo Jiménez de Quesada en dos oportunidades, la primera en Zipaquirá y la segunda en cercanías de lo que actualmente se conoce como río Bogotá. Aunque consiguió escapar a la zona hoy denominada Piedras del Tunjo, allí fue encontrado y ultimado por un impacto de lanza propinado por Alonso Domínguez. Véase Gonzalo Jiménez de Quesada, Nemequene, Saguamanchica, Tisquesusa, zipa. s agrad o . Dícese de un acto o ritual cualquiera que debe ser llevado a cabo con disciplina y puntualidad. Se usa por lo general para aludir a una costumbre alimentaria o al pago de alguna deuda de mayor o menor cuño. Sagu am an ch ica. Segundo zipa de Bacatá, según cuentan los cronistas. Nació en cercanías de la actual Chocontá, en fecha desconocida, y reinó por dos décadas. Fue feroz guerrero y amplió sus dominios gracias a un ejército conformado por 30 mil guechas. En su gobierno –iniciado hacia 1470– combatió a los panches, sutagaos y fusagasugaes, y venció a los caciques Tibacuy y Uzatama. Poco menos de un lustro después, se inició la ‘Guerra de los 16 años’, en la que se pugnó por las zonas esmeraldíferas de Muzo y Somondoco –en poder del zipa de Bacatá–, y las salinas (214) (sacar la leche) Militares en entrenamiento, ca.1940. Daniel Rodriguez / Colección MDB - IDPC (215) *bo go tálo go (216) de Zipaquirá y Nemocón –en poder del zaque de Tunja–. Saguamanchica combatió por el norte con Michúa y por el occidente se enfrentó de nuevo con los fusagasugaes, panches y sutagaos en Zipacón y Tena. El combate definitivo se efectuó precisamente en Chocontá, lugar que hoy marca los límites entre Boyacá y Cundinamarca. En medio de la refriega ambos contendores murieron, aunque Saguamanchica y sus hombres resultaron vencedores. Fue reemplazado por su sobrino Nemequene. Véase Meicuchuca, Nemequene, Sagipa, Tisquesusa, zipa. s alad o . Individuo cubierto por el manto de la mala fortuna. s alar. De acuerdo con cierta superstición local, atraer la mala suerte hacia un espacio tras haber copulado en él. s alch ich ó n ce rve ce ro . Curioso embutido de gran calado, destacable por su alto contenido graso y conformado por la mezcla de diversas carnes de cerdo. Muy apetecido dentro de la clase obrera bogotana, suele venderse en pequeños cortes ya fijados por un moderno sistema de notación métrica impreso en sus envolturas. Es común verlo colgar en diversos tenderetes, charcuterías y almacenes de la ciudad. s alch ip ap as . Criolla combinación entre el más popular de los embutidos, la salchicha, y las patatas fritas. Hubo, frente a la sobreviviente sede de un popular expendio de perros calientes, un negocio con tal nombre, cuyo emblema era una suerte de can con una bolsa rebosante de grasosas papas en sus manos. s ale p a’ p in tu ra. Voz coloquial y un tanto vulgar indicativa de la culminación satisfactoria de un trabajo. s alir p itad o . Abandonar un espacio con extrema velocidad, por lo general con el propósito de emprender la fuga. Véase embalado, pique de celador, pique de choro, pisarse. s alp icó n . Mescolanza de frutas picadas servidas a manera de refresco y combinadas con cierta bebida cola, de generalizada aunque poco higiénica consecución en parques, semáforos y esquinas. s altar e l blo qu e . Dícese del instante aquel en que, presa del enojo, un individuo pierde las riendas de su accionar, transformándose en un peligroso monstruo de agresividad. s altach arco s , p an taló n . Pantalones de bota alta, llamados de tal manera porque su diseño dificulta que éstos se mojen al atravesar una superficie húmeda. s altatap ias . Malhechor dedicado al saqueo profesional de viviendas. Véase apartamentero, choro, liso. San an d re s ito . Paraíso bogotano del contrabando o del expendio de productos ingresados al territorio nacional sin licencia, en principio localizado en las inmediaciones del Hospital San José y en la carrera 38 y luego diseminado por diversos lugares del norte, sur y occidente de la ciudad. Hasta el advenimiento de la apertura económica promovida por el gobierno de César Gaviria Trujillo, Sanandresito hizo las delicias de los amantes de la alta tecnología, comerciando con videoreproductores, equipos estereofónicos, televisores y algunos otros dispositivos domésticos de avanzada. Pese a las altas ventas de los mencionados productos, no hay entre todas las mercancías de los Sanandresitos unas más representativas que las clásicas galletas rellenas de higo marca Fig Rolls o las galletas venezolanas tipo wafer de marca Cocosete. Aún hoy resulta extraño que a ningún (217) fabricante nacional de golosinas y galletería se le haya ocurrido remedar tan populares productos. El nombre se deriva de la asociación del lugar con un ‘pequeño San Andrés’, en alusión al archipiélago caribeño. San Victo rin o , lu z d e . Superstición popular de la Bogotá colonial consistente en creer que durante las noches una misteriosa aparición hacía presencia en el sector del mismo nombre, ocasionando la muerte a quienes la desafiaban con un silbido. San Vitu co . Remoquete cariñoso con el que algunos capitalinos de rancia estirpe suelen aludir al sector de San Victorino. s án ch e z. Véase sano. s an co ch ad o . Dícese de quien soporta un intenso calor. s an e ti. Sano. Intacto. En buenas condiciones. Indemne. El término se apoya en la ramplona expresión “Déjeme Saneti que ando Happy Lora. Y si me enrosca me pongo Nino Bravo”. s an o . Indemne. Tranquilo. Callado. Domesticado. Manso. s an tafe cito lin d o . Fórmula cariñosa, un tanto lastimera, con la que sus seguidores suelen referirse a Santa Fe, uno de los dos combinados balompédicos más tradicionales de la ciudad. s ap ito . En la jerga informal, herpes bucal. s ap e ar. Ejercer la fea costumbre de la delación. s ap o . Delator. Acusetas. Denunciador. Sobra decir que los sapos pueden dividirse en dos categorías: la de quienes lo son por convicción y de la quienes lo son por conveniencia. De entre ambas, la peor sin duda es la segunda. s áqu e m e lo . Voz vulgar de protesta con la que el hablante exige o suplica a su interlocutor dejar de importunarlo. s aram p ió n . Pederasta. Dícese de quien suele acometer a individuos mucho más jóvenes que él con fines amorosos. La analogía se fundamenta *bo go tálo go en que tal enfermedad eruptiva sólo ataca a jovencitos. s ard in e ar. Ir en pos o frecuentar la compañía de miembros del sexo opuesto mucho más jóvenes que uno. s ard in e l. Galicismo para aludir al borde externo de una acera. s ard in e río . Fórmula de dudoso gusto empleada por ancianas o ancianos libidinosos para aludir a una congregación de jovenzuelas o jovenzuelos. sardinero. Individuo proclive a sentirse atraído a las lides amorosas con quienes son mucho menores que él. (santafecito lindo) De la mano de los grandes, 1983. Donante: Nadia Bernal, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC (218) s ard in o . Fórmula anacrónica y de muy dudoso gusto para referirse a un jovenzuelo, adolescente, jovencita o mozalbete. sarita. Véase sarampión. s e acabó e l añ o y n o h icim o s n ad a. La contundencia y veracidad de la frase, sumadas al cansancio por haber escrito cerca de ocho páginas seguidas de texto, me hacen pensar que ésta ya goza de la necesaria elocuencia y que cualquier explicación sería redundar. Ahora bien… ¿Hay algo más cierto que eso de que ‘se acabó el año y no hicimos nada’ cada 31 de diciembre? s e arm ó u n 9 d e abril. Alusión a una situación caótica cualquiera, análoga a los luctuosos acontecimientos del 9 de abril de 1948. Véase bogotazo. s e cre e la ú ltim a Co ca-Co la d e l d e s ie rto . Expresión de corte extranjerista que da cuenta de la creencia generalizada del pueblo bogotano en cuanto a que el refresco por excelencia es la bebida carbonatada en cuestión. Se emplea para aludir a un individuo arrogante. s e d e s p id e m ás qu e circo p o bre . Dícese de aquel individuo que –al no tener una genuina voluntad de marcharse– suele decir adiós con el fin de que sus contertulios o anfitriones lo disuadan de una inexistente intención de emprender la retirada. Un afamado circo nacional ha sido claro exponente de esta doctrina al acuñar el lema comercial de “y después no digas que no te avisamos”. s e la fu m ó ve rd e . Frase de utilización común para aludir a quien expone un concepto alocado. Equipara la demencia al estado de turbación generado por el consumo de cannabis. s e las p is a y p re gu n ta d e qu ié n s o n . Fórmula en extremo tosca para aludir a un individuo distraído o desprovisto de habilidades intelectuales o cognitivas. Véase huevón. s e le ap are ció la virge n . Úsase para aludir a quien sin explicación ha sido bendecido por la fortuna. La expresión es una muestra clara de la fe católica, arraigada en la mayor parte del pueblo bogotano. s e le co rrió e l ch am p ú . Expresión que bien puede aludir a un individuo afligido por una patología psiquiátrica o convertido por alguna situación fortuita o por el efrecto del alcohol o las drogas, en espontáneo homosexual. ¡s e le d ijo ! ¡s e le ad virtió ! Entrañable expresión de reprimenda empleada para recriminar a quien desoyó un consejo. Fue empleada y popularizada por el excelente humorista uruguayo Hebert Castro. s e le m o ja la can o a. Expresión de origen caribeño utilizada para aludir a quien –en el marco de una faena etílica– da un vuelco abrupto y transitorio a su orientación sexual, incurriendo en actos públicos de homoerotismo. s e le s ale n las p lu m as . Dícese de quien en forma abrupta comienza a desplegar maneras y ademanes afeminados. s e le s alta e l cam bio . Véase se le corrió el champú, se le moja la canoa, se le salen las plumas. ¡s e le tie n e ! Expresión propia de comerciante informal habilidoso o de vendedor de repuestos para confirmar a su potencial cliente la existencia en bodega de un bien por el que éste haya indagado. Véase reducidor, tumbe. s e le tie n e e n cu e n ta p a’l d ía d e l gam ín . Expresión de muy dudoso gusto usada para recriminar a un individuo determinado por su tacañería a la hora de entregar al hablante una dádiva o limosna. ¡s e le s qu ie re ! Expresión de afecto, un tanto venida a menos, popularizada al comienzo del siglo XXI por Mario Muñoz, vocalista de la banda capitalina de ska Doctor Krápula. s e lo qu e d o d e bie n d o . Esta prima hermana del pensamiento jesucristiano y altruista de no esperar nada a cambio, nos convoca a soportar resignados la ausencia absoluta de regalos en fiestas (219) (sardino) Ula-ula, 1976. Donante: Jorge Ardila, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (220) de cumpleaños, de una puntual recepción de pagos por parte de nuestros deudores o patronos, y de cualquier compromiso derivado de acreencias adquiridas en el marco de bebetas y almuerzos entre compañeros de trabajo. Opositores de esta escuela intelectual son los escarmentados tenderos, quienes a su vez han hecho populares mediante pegatinas, avisos y manuscritos los sabios mantras de “Fiar es cosa ingrata”, “Solicite su crédito que nosotros con gusto se lo negamos”, “Hoy no fío, mañana sí”, y aquella muestra iconográfica sin par de “Yo vendí a crédito. Yo vendí de contado”. Véase líchigo, retacar. s e m e cu id a. Cariñosa fórmula para invitar al interlocutor a ser prudente y cauto. Se utiliza con mucha frecuencia como voz cliché de despedida. s e p ie rd e , p e ro s e go za. Prueba hablada del optimismo del bogotano, quien aun viéndose enfrentado a situaciones apocalípticas e imposibles de resolver, antepone una sonrisa a la desgracia galopante. s e ro ban u n m o jad o . Tipificación certera y preocupante acerca de la tendencia al latrocinio y la corrupción de algunos habitantes del bello suelo bogotano. Véase choro, liso, rata. s e tiraro n al ch in o . Expresión lastimera y quejumbrosa empleada cuando un individuo –por lo general en sus días de preadolescencia o adolescencia– es inducido por alguien de más edad a comportamientos sexuales promiscuos o a conductas delictivas o drogodependientes. Véase asaltacunas, cacorro. s e to m a la s o p ita. Fórmula cómica para aludir al evidente sobrepeso de un individuo, fundamentada en la creencia de que el consumo de tal tipo de alimentos incrementa el volumen graso del cuerpo. Se ars . Desaparecido centro comercial con estructura de tienda por departamentos, cuya sede y alrededores han cambiado en forma sustancial. La compañía norteamericana Sears Roebuck estableció a finales de 1952 su primera sede de Bogotá, en la calle 53 con carrera 24. El almacén dio nombre al barrio aledaño y permaneció así hasta finales de los 80, momento en que, en una irrespetuosa afrenta histórica, comenzó a ser llamado ‘Galerías’ por medida oficial. Hoy, lo que fue un amigable sector familiar, ha venido perdiendo lustre hasta transformarse en una barriada en franca decadencia. Antes de su fundación, en el mismo lugar había funcionado el Hipódromo de Bogotá. Véase Galembas. s e ca, la. Sintomatología de resequedad en la cavidad bucal, por lo general debida a resaca, calor o a extenuante actividad física. s e co . Parte sólida de la comida. s e gu n dillas . Alimentos ligeros que suelen ser consumidos en medio de las comidas más grandes. s e ju e la. Forma eufemística para aludir a la senectud a partir de la frase “se jue la juventud”. s e m brarle la yu ca. Vulgarismo con el que se hace referencia a una penetración copulatoria. s e ñ o r: ¿m e lle va p o r 50 0 ? Fórmula de súplica muy común entre los desempleados bogotanos, quienes, para satisfacer su necesidad de transportarse por la intrincada topografía citadina, se ven abocados a apelar a la generosidad de los conductores de autobuses de servicio público para obtener un sustancial descuento en el importe del tiquete de viaje. s e ñ o rite ro . Delicado. Sustancia, costumbre u objeto propios de señoritas. s e ñ o rito . En tiempos coloniales y previos a la Independencia, joven de clase alta. s e p tim azo . Famosa costumbre, de uso generalizado entre los años 10 y 50 del siglo XX, consistente en recorrer la populosa carrera Séptima, con el objeto de procurarse cierta entretención contemplando las vitrinas y a los demás transeúntes. Aunque la contaminación, la delincuencia y (221) (septimazo) En camino al septimazo, 1929. Donante: Vicky López, Álbum Familiar/ Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (222) (septimazo) Vía en el centro de Bogotá, 1945. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC el masivo desplazamiento a otras zonas residenciales de la ciudad habían alcanzado a erradicar ese sano hábito, a finales de los 90 del siglo XX ha vuelto a hacerse común por políticas de la administración distrital. Véase echar rulo, familia Miranda, sapo, vitrinear. s e r u n h ach a. Gozar de una habilidad especial para un determinado oficio o disciplina, por lo general numérica o comercial. s e re n ate ar. Regañar de manera reiterativa. Cantaletear. s e rru ch o . Habitual costumbre consistente en obtener ilícito provecho de bienes públicos, divididos como botín entre funcionarios corruptos . s e ve d o l. Individuo insoportable. Tal denominación está inspirada en el reconocido analgésico promovido como posible alivio “contra severos dolores de cabeza”. s e ve ro . Que goza de preeminencia, notoriedad y grandeza. s h o w . Escena innecesaria y exhibicionista de enojo, celos o disgusto. s i co m o cam in a co cin a, m e le co m o h as ta e l p e gao . Vulgar forma de halago empleada –en teoría– para resaltar la elegancia seductora en el contoneo de una dama al desplazarse. El efecto provocado por el supuesto coqueteo suele ser contrario al esperado y deriva en una mirada de desprecio y fastidio. ¡s í, có m o n o ! Clásica frase en la que, de manera irónica y descreída, un individuo intenta poner de manifiesto su poca fe en las afirmaciones de su interlocutor. s i e s ya, e s ya. Voz con la que se pretende señalar la imperiosa urgencia de ejecutar una determinada acción. s í h ay. Curiosa expresión comercial empleada con frecuencia a la entrada o en las vitrinas de ciertos negocios informales, con el extraño objeto de reafirmar la disponibilidad de un determinado (223) bien de consumo en el establecimiento. Véase aguene gue. s i m ás . Por poco. Expresión empleada para indicar la inminencia de una circunstancia que, no obstante, terminó por no ocurrir. Si más me estrello con esa buseta y me caen todos los amigos del chofer a darme varilla. s i n o la caga a la e n trad a, la caga a la s alid a. Escatológica expresión empleada para aludir a quien no es de fiar. s i s igu e tim bran d o lo s igo lle van d o . Cruel expresión propia de conductor de autobús, usada para desalentar el empleo del timbre dispuesto en su vehículo para indicarle la necesidad de hacer una parada. Véase busetero, cebollero, dietético. s i s u h ija s u fre y llo ra, e s p o r u n ch o fe r, s e ñ o ra. Consigna propia de pegatina de autobuses, empleada para resaltar las virtudes donjuanescas de algunos de nuestros transportadores. s i tie n e afán , m ad ru gu e . En su defensa natural, quien de manera descarada abusa de servicios como teléfonos públicos, ventanillas de bancos o cualquier otro bien de uso común, hace de esta frase su caballo de batalla. Ese ser inconsciente, aferrado con su fervor de mal ciudadano al auricular y ajeno del todo a las elementales formas de respeto, sigue hablando sin detenerse. Cuando cada determinada cantidad de tiempo alguien le reclama por su excesiva permanencia en la cabina, él lo mira con desdén y le clava una odiosa mirada acompañada de un “si tiene afán, madrugue”. ¿s í p illa? Voz interrogatoria para indagar al interlocutor acerca de si se ha percatado o no de un determinado suceso, o de si ha entendido o no una explicación. s ibe rian a. Especie femenina híbrida de costumbres reprochables, en el que se fusiona el aspecto amenazante y vistoso de la loba, con la presunta promiscuidad de la perra. *bo go tálo go s ica. En lengua chibcha, dientes. s icas . Afirmación lanzada en oposición a ‘nocas’. Según algunos estudiosos, el término tiene su origen en una alusión curiosa al clásico álbum musical ‘Seek and destroy’, de la banda Metallica. s ie . En lengua chibcha, agua. s ie n co n 15. Barbarismo cómico empleado para aludir a las zonas laterales de la cabeza (sienes), involucrando a la vez la conocida glorieta de la carrera 15 con calle cien (tradicional lugar de la ciudad en donde alguna vez se ubicó la sede del café concierto La Gata Caliente). s ie m p re . Extraña forma de afirmación equivalente a “un poco”, “sin duda” o “de alguna forma”. P: ¿Ya se mamó de leer el Bogotálogo? S: Siempre. s ié n te s e … qu e p arad o s s ó lo trabajan lo s p e lu qu e ro s y e l p ip í d e lo s h o m bre s . Fórmula poco cordial para invitar a un empleado a tomar asiento, equiparando la posición contraria a la elongación del miembro viril y sus cuerpos cavernosos, o al oficio de un estilista. Sie te d e ago s to . Tradicional vecindario bogotano ubicado en inmediaciones de la calle 66 y la carrera 24. Debe su nombre a la antigua existencia de una hacienda llamada en esa forma. s ifó n . Barril dispensador de cerveza. Cerveza extraída de tal tipo de recipientes. s iga u d . Amable abreviatura empleada en restaurantes de dudosa categoría para invitar a los clientes a ingresar de manera libre y confiada. s im as ito . Forma, un tanto más servil, de ‘si más’. Casi. s in agü e ro . De manera audaz. s in cin co . Úsase para aludir a una situación de absoluta iliquidez. s in ve rgü e n za. Individuo en cuyo cuerpo y alma la promiscuidad ha fijado su lugar de habitación. s is as . Afirmación expresa, con distintas variables locales: cinderella, simphonys, cilantros, simpson, sífilis y simcard, entre ellas. (224) s itu a. Apócope de ‘situación’, por lo general empleado en condiciones de emergencia. s o ach in gto n . Cálido y caricaturesco apelativo con el que se suele aludir al municipio de Soacha. s o bad e ra. Perturbación constante y muy molesta. s o ban d e ro . Masajista especializado en terapias de sanación muscular u ósea. s o bar. Importunar. s o bars e . Invitación al estoicismo, a la vez acompañada de la indicación del imposible desarrollo de una solución a un determinado problema. s ó be s e , qu e n o h ay p o m ad a. Agresivo llamado al estoicismo y la resignación, para con quien –por su propia voluntad o por el destino mismo– se ve comprometido en una situación desfavorable. s o bijo . Masaje. s o brad o . 1. Individuo cuyas capacidades desbordan el promedio. 2. Arrogante. Soberbio. s o brad o d e lo te . Expresión propia de la década de los 80 del siglo XX para aludir a una situación de holgura de un individuo en un determinado contexto. s o brad o r. Individuo presumido cuya excesiva confianza, en ocasiones, puede conducirlo al error. s o brad o s . Restos de un alimento. Véase corrientazo. s o bre . Vulgarismo para aludir al lecho. El término se ampara en la analogía existente entre descansar resguardado por las frazadas y hacerlo resguardado por una envoltura de papel. Ayer tenía tanta gripa que tuve que durar todo el día metido en el sobre. s o bre m e s a. Postre. s o cialbacán . Individuo moderno de ideas izquierdistas, despojado de las maneras hostiles y rudas de sus antecesores. El socialbacán se mantiene fiel a dichos ideales, pero su actitud es sin duda más sofisticada, moderna y afín a la cultura, y menos antipática que la de los izquierdistas de viejo cuño. s o d a, qu é . Anacronismo muy propio de los 70 y 80, empleado por la juventud bogotana con pretensiones modernizadoras en aquellos ya lejanos tiempos para aludir a algo agradable y sorprendente. s o lar. Jardín y patio trasero de las casas. La inexistencia de parques públicos en la Bogotá republicana propició la existencia de una buena cantidad de solares en los barrios centrales de la ciudad. s o licite s u cré d ito , qu e n o s o tro s co n gu s to s e lo n e gam o s . Ingeniosa, cómica y muy cortés fórmula para indicar a alguien las políticas de un negocio con respecto a las facilidades crediticias. s o llad o . Dícese de quien se halla sumido en un plácido sopor por causa del consumo de cierta sustancia estupefaciente. s o llars e . Alcanzar un estado de laxo bienestar, por lo general bajo los efectos de algún estupefaciente. s o lle . Estado de locura e ispiración, en la mayor parte de los casos provocado por la ingesta de estimulantes. (sobremesa) (225) s o ltu ra. Afección diarreica. s o n ars e . Remover las mucosidades de la nariz mediante un enérgico y ruidoso soplido cuya sonoridad suele resultar molesta para quienes tienen la desgracia de ser testigos de tan íntimo acto. s o n id o . Expresión de discutible gusto empleada por los encargados de probar micrófonos en el marco de conferencias, recitales o de cualquier otro evento en el que se requiera de amplificación. Es empleada también para alertar a los presentes del peligro de ser oídos profiriendo alguna información impropia en voz alta. s o p a d e co lí. Suculento brebaje líquido elaborado a base de agua, sal, condimentos y plátano. s o p a y s e co , d ar. Demostrar la absoluta superioridad en un determinado conocimiento o actividad. s o p as . Voz de alerta para advertir de alguna presencia amenazante. s o p ita, e ch ar. Expresión de baja ralea para aludir al acto de alimentarse. s o p lad o , s alir. Abandonar un proyecto o una actividad con inusitada velocidad. s o p lar. Aspirar una droga por vía oral o nasal. s o p lars e . Enojarse. Hurtar un determinado bien. s o p le te . Ayuda nemotécnica ilícita empleada en forma generalizada por los estudiantes de colegios y entidades universitarias, consistente en un micropapel con los contenidos cifrados de los eventuales datos que pueden ser preguntados en el marco de alguna evaluación. s o rbe te d e cu ru ba. Suculenta bebida típica de nuestra capital. Se elabora con leche, crema de leche, agua, azúcar y –como es lógico– pulpa de curuba vaciada de su cáscara con una pequeña cuchara. Los ingredientes son mezclados en licuadora. Luego, el líquido es filtrado por un tamiz al que se denomina colador. Se sirve frío y es un excelente acompañante de un variado tipo de comestibles. *bo go tálo go s o rro s tricar. Perturbar, incomodar. s o s te n e r la cañ a. Mantener una mentira o una situación insostenible. No tengo plata para seguir pagando la cuota del apartamento, pero voy a tratar de seguir sosteniendo la caña a como dé lugar. s o s té n gam e lo e n la cara. Vigoroso y amenazante llamado a la franqueza dirigido a un individuo de cuya sinceridad se sospecha y a quien se acusa de hipócrita. s o y p o bre y vivo le jo s . Lastimera expresión, por lo regular empleada en sentido irónico para autovictimizarse ante el interlocutor. s p o rt, ro p a. Anglicismo anacrónico empleado para aludir a atavíos deportivos o informales. s ticke r. Afectado anglicismo acuñado en los 90 por parte de quienes encontraron en éste una forma de mostrarse más solventes en el manejo de la lengua inglesa, dictaminando a la vez la muerte lenta de la tradicional calcomanía, mucho más cercana a los afectos de los colombianos desde lejanos tiempos. s u e d u cació n , p e rm ítam e n . Fórmula servil de saludo empleada de manera recurrente y automática por los vendedores ambulantes de autobuses o por los menesterosos acostumbrados a derivar sus fondos de la mendicación de buseta. s u a. 1. En lengua chibcha, día. 2. En lengua chibcha, sol. Tal vez variable de 'xue'. s u a m e ca. En lengua chibcha, periodo del día comprendido entre el comienzo de la tarde y el inicio de la noche. s u a m e n a. En lengua chibcha, periodo comprendido entre el comienzo de la mañana y el mediodía. s u ave n a, co n . Expresión de dudoso gusto para indicar la delicadeza con la que debe de ejecutarse una determinada acción. ¡Wilson! Ese repuesto es delicado. Si va a montarlo, hágalo con suavena. Véase con mañita. (226) s u ba. 1. Chibchismo. Puede traducirse como ‘en frente’. 2. Vecindario. s u bid o . Individuo afligido por un atípico estado de arrogancia. Véase más picado que muela de gamín, picado. s u bie n d a. Periodo transitorio en el que la densidad de peces en un río se incrementa. s u bir. Dada la conformación del suelo bogotano, en el imaginario de los habitantes de la ciudad subir es desplazarse hacia el oriente. s u cia. Mujer de execrable reputación sexual. s u cu rs al. Amante. Dícese de quien prodiga favores sexuales a un individuo al margen del sagrado tálamo conyugal. s u d ad o . Comestible casero de alto contenido farináceo, conformado por carnes, arroz, papa, yuca y plátano elaborados al vapor y bañados en un suculento guiso a base de tomate y cebolla. Pese a lo repugnante de su nombre, el sudado es de hecho uno de los más apetecidos comestibles de la cocina criolla. s u e . En lengua chibcha, pájaro. s u e lazo . Caída brusca. s u e lto . 1. Dinero en billetes o en monedas de baja denominación. 2. Individuo afligido por alguna dolencia diarreica. s u e rte , e s qu e le s d igo . Fórmula de despedida de corte irónico y desobligante. s u e rte y m u e rte . Vulgarismo de gusto dudoso utilizado como fórmula de despedida. Su uso se generalizó a finales de la década de los 80 del siglo XX, pero ya ha ido cediendo su lugar a otras expresiones más contemporáneas. s u é te r. Fórmula típica de despedida, derivada de ‘suerte’. s u é te r d e lan a vírge n . Véase suéter. s u h u za. En chibcha, unidad de medida equivalente a ocho. s u m e rcé . Pronombre personal un tanto servil y en franco proceso de desaparición, empleado para dirigirse con modestia a los superiores. s u p cu a. En lengua chibcha, cangrejo. s ú p e r. Prefijo un tanto anacrónico utilizado para denotar superlatividad o superioridad. En su afán por sonar juveniles, algunos vejetes lo emplean un tanto equivocadamente en expresiones ya anticuadas tales como ‘súper bien’ o ‘súper bueno’. s u p e rvis ap o . En la jerga corporativa informal, individuo encargado de monitorear el desempeño laboral de los empleados a su cargo. El término es el resultado de unificar los términos ‘supervisor’ y ‘sapo’. Con frecuencia, un supervisapo deriva un gusto morboso al señalar las fallas de los operarios bajo su jurisdicción para, a su vez, ganarse los favores de los superiores. (supervisapo) El poeta Carranza y dos periodistas, todos atentos a la máquina de escribir, 1943. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC s u re ñ o . Residente de la zona sur de la ciudad. s u tián . Sostén. s ys qu i. En lengua chibcha, cabeza. (227) t ta. En lengua chibcha, unidad de medida equivalente a seis. Labrantío. tabo go . Remoquete cariñoso y simpático con el que algunos suelen aludir a la capital. Aunque obvio es decirlo, surge de trastocar el orden silábico del nombre. tacar. Cometer un error o incurrir en una imprecisión en medio de un juego de billar, al golpear las esferas con el taco. tacar bu rro . Errar de manera vergonzosa. tach o re m ach o . Mantra lúdico de los chicuelos empleado para solicitar un extemporáneo tiempo de distensión o una zona de neutralidad en medio del juego. tai. En la jerga de los pequeños, voz de llamado para solicitar un tiempo de gracia durante el trámite de algún juego. Aunque ello no se ha comprobado, y para vergüenza de los bogotanos, hay quienes lo relacionan con cierta distorsión del anglicismo time. taita. 1. Progenitor. 2. Chamán, dedicado a guiar a los participantes en tomas de yagé y demás rituales ancestrales. talco , p e in ad o . Burda y manoseada fórmula cómica para aludir a quien no suele peinarse una vez se despierta. El término, ya anacrónico, procede de la abreviación del término ‘tal como se levantó’. Talcu al. Entrañable personaje de cuerpo pequeño y voz áspera, creado a principios del siglo XXI *bo go tálo go como figura principal de una campaña contra la especulación y en defensa de los derechos del comprador promedio, a través del reconocido espacio televisivo ‘El boletín del consumidor’, fundado por Ariel Armel. talcu ale ar. En la jerga de universitario burdo, fotocopiar. tam al bo go tan o . Especie de hayaca elaborada con una masa blanda de harina de maíz, en algunos casos aderezada con manteca de cerdo y caldo de carnes de res, gallina y puerco bañadas en guiso de arroz, garbanzos y cabezas de ajo. El conjunto se presenta envuelto en hojas de plátano. tam bo re ar. Despedir o expulsar a alguien de un determinado ambiente. tan qu e ar. 1. Abastecerse de combustible. 2. Vulgarismo para aludir al acto de alimentarse, equiparando el sistema digestivo de un humano al sistema de abastecimiento de combustible de un vehículo. ¡tan tas cu rvas y yo s in fre n o s ! Vulgar fórmula de halago empleada para referirse a las turgencias femeninas y al estado de lubricidad experimentado por el hablante a causa de ellas. Véase arrecho. tap ad a, a la. En la jerga de los jugadores de cartas, escogencia dejada al azar, confiada a la suerte propia. tap ad o . Taimado. Hipócrita. El término se utiliza para aludir a quien actúa de manera subrepticia, desleal, deshonesta y silenciosa. tap ad o e n p lata. Dícese de un individuo adinerado. tap ’e tu s a. Término en desuso para aludir a una bebida alcohólica de destilación casera. Se le llamó así dado que, en la mayoría de los casos, dichos brebajes eran tapados con los restos de una mazorca. tap itas . Véase yermis. (228) tap o n azo . 1. Brusco e involuntario golpe, casi siempre asestado con un balón de fútbol. 2. Alusión a un acto de penetración fálica. taqu e ad a. Reprimenda. taqu e ad o . Recinto o espacio sobresaturado de gentes u objetos. Individuo en condiciones de hartazgo debidas al excesivo consumo de alimentos. taqu e ar. Imprecar. Regañar. taram ban a. Individuo desprovisto de cordura y juicio. tarilas . Individuo torpe y falto de inteligencia. tarrad o , có m as e u n . Invitación descortés con la que se impreca y denuesta a un interlocutor al conminarlo a ejercer la coprofagia, consumiendo las excretas en una repugnante presentación de lata. tarre ar. Expresión empleada por los adolescentes de clases medias y altas de la ciudad –por lo general procedentes del sector de Chapinero– en la década de los 60 del siglo XX, para aludir al oportunista y libidinoso acto de palpar, con o sin su anuencia, las zonas pudendas de una empleada dedicada a oficios domésticos. Véase bluyinear, maniculichimbiteteo, maniculichochiteteo, maniculiteteo. tarro , vo z d e . Voz atonal, molesta y desafinada. tarro s . Expresión un tanto vulgar para aludir a las piernas femeninas. tatabra. Individuo propenso al enojo. tatabró n . Jovenzuelo de considerable estatura. tatarap izca. Ancestro femenino presente en el árbol genealógico familiar, cuya reputación, no obstante, se encuentra en entredicho. tatare to . Tartamudo. El término se utiliza también para aludir a quienes, por causa de la ingesta desmesurada de algún destilado o añejo, se encuentran en dificultad para comunicarse con sus semejantes. tate qu ie to , p o n e r e l. Manida expresión empleada por los tituladores de diarios e informativos radiales y televisivos. Se deriva de la expresión ‘estate quieto’ e indica el acto de dar término a una situación o hecho anormal. té d e B o go tá . Alstonia theaiformis. Una de las muchas especies vegetales descubiertas por José Celestino Mutis durante su expedición botánica. La planta crece en la sabana y es también conocida con el nombre vulgar de ‘palo blanco’. ¡te vi! Fórmula poco cordial de despedida, empleada para indicar, sin ninguna discreción, el deseo de evitar la futura presencia de un determinado individuo. te bas , s e r e l. Ser el más calificado, dotado o capacitado para la ejecución de una determinada tarea. (tebas, ser el) Primer campeón de atletismo de 5.000 y 10.000 metros planos, Jorge Nava, a la llegada a la meta en Bogotá, 1944. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (229) (tejo) El alcalde de Bogotá Carlos Sanz de Santamaría jugando con sus allegados, 1944. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (230) te clas . Turgencias pectorales de una dama. te gu a. Dícese de quien, sin haberse recibido como profesional en el ramo de la medicina, ofrece sus servicios informales como doctor. Curandero. te jo . Deporte nacional, originado en el altiplano cundiboyacense. Consiste en el lanzamiento de una pieza de piedra o metal de forma redonda (tejo) hacia una plataforma inclinada de arcilla húmeda, en la que hay dispuestas cuatro pequeñas láminas triangulares debidamente equipadas con pólvora y prestas a estallar al contacto del misil. El equipo o individuo que acierte en mayor número de oportunidades es el ganador. No obstante, más allá de las exigencias y reglamentos que regulan el tejo, el más inviolable y sacro de sus predicamentos es el consumo copioso de cerveza, obligación ineludible para todos sus cultores. te le b o b e la . Expresión popularizada en los años 80 del siglo XX por el legendario semanario cómico de televisión ‘Sábados felices’, en alusión caricaturesca a la deplorable calidad argumental de muchas de las telenovelas emitidas por los canales nacionales en aquel entonces. te m a. En la lengua vulgar, burda, inescrupulosa y sobornable de algunos operadores, programadores corruptos de radio y promotores de casas disqueras, canción. te m azo . Véase tema. te m bo . Apócope de ‘atembado’. temblar. Dicho de un videograma preservado en el muy bogotano formato de Betamax, presentar fallas en el sistema de ‘tracking’ por desgaste de las cabezas o deterioro de la cinta. Bogotá, al igual que toda Colombia, se ufanó de ser territorio Betamax durante la década de los 80. Véase ¿qué máx, betamax? te m ble qu e . En alusión a una cinta de Betamax, acción y efecto de temblar. te m p lad o . 1. Enojado. 2. De carácter sólido. Con temple. te m p lar. Arribar a algún lugar. te m p lar carp a. Experimentar una incómoda erección, difícil de ocultar. te n az. Increible. Destacable. Maravilloso. Exagerado. Tengo un hambre ni la tenaz. te n e r d e la s h u e va s . Enfrentar una situación de suma presión y cargas laborales, económicas o académicas excesivas. Estoy pagándoles la universidad a mis tres hijos, y me tienen de las huevas. te n ga , p a ’ lo s d u lc e s . Eufemismo empleado como anticipación a la entrega de alguna dádiva monetaria, que suele proporcionarse como contraprestación a una actividad realizada en forma voluntaria, como gratificación motivada por un soborno o como obsequio espontáneo a un pequeñuelo, en muchos casos por parte de algún pariente cercano o amigo de la familia. te n ga p a’ qu e lle ve . Si bien el origen de la expresión debió cimentarse en la generosidad y en el deseo de compartir, su fin es más bien irónico, pues no alude en su contenido a un elemento de bienestar, sino más bien a un perjuicio ocasionado al incauto o al débil. tengo un ilo, que si me agacho me corto. Vulgarismo bastante común para ilustrar una situación desesperada de hambre o de ansiedad por alimentos. Se fundamenta en el significado coloquial del término ‘filo’. te n go u n a m iad a, qu e m e s abe la bo ca a ch am p añ a. Alusión a una condición de sobrecarga y de continencia forzada del líquido urinario, debida por lo regular a la ausencia de un mingitorio cercano; su mayor síntoma, aparte de fuertes (231) punzadas en el bajo vientre, es un extraño sabor ácido en el paladar. te n id o . Ruin. Tacaño. Egoísta. Poco dado a la generosidad. te p a. Abreviatura ligeramente afeminada para ‘¿te parece?’. Suele ser respondido con un ‘mepa’ aprobatorio. Véase kepa, mepa. te rc e r p u e n te . Frecuente aunque anacrónica forma de aludir al puente vehicular localizado en la calle 170 con autopista Norte. Es una herencia ancestral de los tiempos en que, en efecto, este era el tercero y último en la corta lista de enlaces levadizos que permitían atravesar la incipiente vía sin afectar su tránsito de automóviles. te rro n e ra. Sensación de pánico o de temor exagerado que antecede a un hecho riesgoso o comprometedor. te s o . Individuo impresionante por su fortaleza o sus habilidades en el ejercicio de una determinada actividad. te te ro . Recipiente para la lactancia artificial o contenido lácteo del mismo. te te ro s . Vulgarismo para aludir a la prominencia de las glándulas mamarias de una dama. te tiad o . Lleno. Saturado. Atiborrado. te tiar. Atestar un determinado local con la presencia excesiva de seres humanos. teto. Úsase para aludir a las condiciones de hacinamiento que caracterizan a un determinado lugar. te trah iju e p u ta. Variable cuadrangular de la reconocida fórmula de denuesto. tib ie z a . Molesta sensación de calor presente en los cuerpos de los individuos que por alguna razón, voluntaria e involuntaria, se han visto impedidos de dar cumplimiento al saludable y sagrado menester del baño diario. tie m p o s d e l ru id o . Fórmula afincada en la memoria colectiva de los bogotanos desde el *bo go tálo go siglo XVII. Alude a un extraño e inexplicable fenómeno acústico acontecido en la madrugada del 9 de marzo de 1687, cuando por toda la ciudad y sus confines se sintió un estrépito misterioso que se prolongó por unos minutos. Su causa continúa siendo un enigma, aunque es interpretada, de acuerdo con las creencias de cada individuo, como un prodigio celestial, como un fenómeno meteorológico, como una mentira histórica o como producto de un sismo lejano. Decir que algo pertenece a ‘los tiempos del ruido’ es remontarlo a épocas pretéritas. tie n d a . Expendio misceláneo de víveres, bebidas y bienes varios. La tienda del barrio es al bogotano lo que el pub al británico, lo que el bar al norteamericano, lo que el café al parisino o al porteño, y lo que la tasca al ibérico. En la tienda, además de oírse entrañables tonadas populares que emanan de las bocinas de radios y videorockolas, pueden consumirse toda suerte de alimentos, además de espíritus alcohólicos que van desde el aguardiente hasta el refrescante néctar de cebada. A esto debe añadirse la existencia de ciertos tenderos generosos, y de la posibilidad de alimentarse a crédito. En las tiendas pueden entablarse magníficas amistades con el obrero, el vigilante, el alcohólico o el tendero del vecindario, individuos de cuyo ejemplo hay mucho que aprender. Quienes logran un alto nivel de confianza con los propietarios de las tiendas, podrán inclusive abrir ‘cuentas’ y gozar de los excepcionales beneficios crediticios que los clientes predilectos disfrutan a granel. Véase el que fía no está, hoy no fío, mañana sí. tie n e h u e vo . Voz de reproche hacia la conducta de un individuo, por lo general descarado, equivocado o abusivo. ¡Tienes huevo si me vas a pedir prestado sin haberme pagado lo que ya me debías! Véase mandar cáscara. (232) (tienda) (233) tie n e lo s s e rvicio s co rtad o s . Figura retórica empleada con frecuencia para aludir al momento en que –debido a una conducta inapropiada o desleal– la pareja de un individuo cualquiera decide negarse a recompensarlo con el débito conyugal. Se emplea además para referirse al momento en que alguien pierde, de manera temporal, el favor de otro individuo. tie n e m ás e n trad as qu e San to d o m in go . Fórmula cómica e ilustrativa para aludir a una pronunciada calvicie frontocoronaria, equiparable, por el volumen de la frente, a los ingresos de uno de los famosos magnates nacionales. Úsase también con Ardila Lulle o con cualquier otro multimillonario. tie n e m á s e n tra d a s q u e U n ice n tro . Fórmula cómica análoga a ‘tiene más entradas que Santodomingo’, pero en este caso ambientada en uno de los más grandes centros comerciales de la ciudad, localizado en el populoso sector de Santa Bárbara, entre las calles 120 y 127, y las carreras 13 A y 15. Véase tiene más entradas que Santodomingo. tie n e m á s fre n te q u e la s Fa rc. Fórmula cómica análoga a ‘tiene más entradas que Santodomingo’ y a ‘tiene más entradas que Unicentro’, en la que se apela a los muchos contingentes de los que dispone el grupo armado ilegal Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. tie n e m ás o jo s qu e u n a p iñ a. Vulgarismo empleado para alabar la belleza ocular de un individuo. tie n e m ás p atas qu e u n a m e s a d e billar. Burda y machista expresión de galantería, empleada con el objeto de poner de relieve la belleza de las piernas de una dama. tie n e m ás p lata qu e u n cu ra co n d o s p arro qu ias . Alusión a la incalculable fortuna de un individuo, consistente en insinuar que ésta supera a la de un prelado cuyos ingresos proceden de las *bo go tálo go cuantiosas contribuciones de los feligreses de una dupla de iglesias. tie n e m á s p re s e n c ia u n m o c o e n u n a c o rb a ta . Gráfica y despectiva alusión al mal aspecto de un individuo, equiparable al de una secreción mucosa sólida adherida a la prenda en cuestión. tie n e m á s re ve rs a u n a vió n . Voz indicativa de intransigencia o de la imposibilidad de revertir un asunto, comparada con la inexistencia de un mecanismo aeronáutico de reversa. tie n e u n o s o jo s c o m o p a ra c h u p a rle la s te ta s . Vulgarismo masculino por excelencia, empleado para señalar las intenciones lúbricas que una dama despierta entre sus admiradores debido a la belleza de sus ojos sumada a la perfección de sus turgencias mamarias. tie rra c a lie n te . Dada su condición de país sin estaciones, tal expresión se emplea en las regiones centrales de Colombia para aludir a las zonas de climas cálidos. Por oposición, la tierra fría es aquella de temperaturas bajas. tie rre ro . Situación conflictiva y enmarañada. Pugna. Riña. tie s o y p are jo . Con fuerza y persistencia. tie s tazo . Golpe severo, producto generalmente de una caída. tigre . Individuo experimentado en una lid determinada, que bien puede ser deportiva, amatoria, administrativa o laboral. tim brars e . Enojarse o sobrecogerse ante un estimulo determinado. tin ie blo . Amante. Dícese de quien sostiene encuentros libertinos e incastos con mujeres casadas o núbiles, usualmente consumados en moteles, tabernas y lugares crípticos, todo con el fin de guardar la debida confidencialidad. tin te rillo . Dícese de aquel que –sin haberse recibido de abogado– funge como tal. (234) tin to . Café negro. En el resto del mundo la expresión causa desconcierto, pues los demás países hispánicos entienden por ‘tinto’ un vino de color oscuro. (tinto) tip le . Curioso instrumento musical exclusivamente colombiano, conformado por cuatro órdenes de cuerdas de afinación idéntica a la de una guitarra. tira la p ie d ra y e s co n d e la m an o . Úsase para aludir a un individuo incapaz de responsabilizarse por sus actos y, además, sumido en una suerte de hipocresía combinada con falta de valentía para afrontar las consecuencias de sus actos de agresión vedada. tirad e ra. Jodienda. tirad e ra, h ace r la. Perturbar o incomodar a un individuo. tirad e ras . Denominación conferida por los cronistas al tipo particular de lanzas empleadas por el pueblo chibcha. tiran d o p ó lvo ra e n gallin azo s . Expresión propia de Antioquia y el gran Caldas, con la que se hace referencia al acto de desperdiciar energías o recursos en causas o individuos que no los ameritan. tiran tas . Calzonarias. tirar. Copular. Amancebarse. tirarle s e rie d ad . Comportarse en forma seria y adusta. tirarse. Estropear. tirárs e las . Darse inmerecidas ínfulas. tiro d e as , a. Expresión muy propia de comentaristas y periodistas deportivos. Se usa para aludir a un hecho inminente, que está a punto de cumplirse. Por lo general alude a un acontecimiento positivo. tiro d e bu ñ u e lo , a. De inmediato. Hacer tiros. Instante en que una determinada sustancia o acción surte efecto. Tis qu e s u s a. Según los cronistas, cuarto zipa de Bacatá. Sucedió a su tío Nemequene. Su primera ejecutoria consistió en alinear un ejército de 70 mil hombres para vengar la muerte de su pariente, quien había perecido a manos de Quemuenchatocha, zaque de Tunja. Tras el inicio de una cruel batalla por el dominio de esta población y debido a la extenuación de los combatientes, se firmó la paz. Luego, Tisquesusa procedió a una ofensiva contra los sublevados caciques de Ubaté y Susa, de la que salió vencedor. La tranquilidad persistió por diez años, hasta la llegada de las huestes españolas. El célebre zipa combatió en dos oportunidades a los hombres de Gonzalo Jiménez de Quesada: la primera en Zipaquirá y la segunda en estribaciones del actual río Bogotá. De ambas salió derrotado. Al término de la segunda huyó a cercanías de lo que hoy se conoce como Piedras del Tunjo, en donde fue cazado y ultimado a manos de Alonso Domínguez. Tisquesusa fue sucedido por Sagipa. Véase Meicuchuca, Nemequene, Sagipa, Saguamanchica, zaque, zipa. tith u a. En lengua chibcha, jefe de tribu. to alla. Expresión cariñosa y cómica con la que los fanáticos del mondongo suelen aludir a la natura- (235) leza de la carne servida en el mencionado platillo, dada la semejanza de la textura de su epidermis con la del tejido de un paño para secar. to bia. Chibchismo que significa canasta. to ch e . Expresión importada del Tolima grande y/o Santander empleada para aludir a la torpeza de un individuo. ¡to d o bie n , to d o bie n ! Mantra optimista y minimalista impuesto por el afamado futbolista profesional Carlos ‘El Pibe’ Valderrama en el marco de los desastrosos resultados del combinado balompédico patrio durante el mundial de Estados Unidos en 1994. Úsase indistintamente como pregunta o como afirmación. Úsase también en sentido irónico. Véase el que no hace los goles los ve hacer, por ahí no se dieron las cosas. to d o fu ll, a. 1. A cabalidad. Anglicismo redundante y absurdo. Véase a full. 2. Con absoluta velocidad. to d o lo d e l p o bre e s ro bad o . Franca alusión a la triste creencia tendiente a restar méritos a los logros de quien no pertenece a las clases hegemónicas o a atribuir sus logros y sus éxitos pecuniarios a actividades delictivas. to d o n iñ o n ace co n u n p an d e bajo d e l brazo . Falsa creencia difundida por padres y familias irresponsables, fundamentada en la idea de que el simple nacimiento de una criatura es garantía de que ésta jamás habrá de padecer hambre. to e s qu é . Burda forma de saludo derivada del también un tanto burdo ‘¿entonces qué?’. to gu a. Chibchismo: copo para hilar. to le m p o . Torpe. to m áis . En la jerga de la construcción, expresión resultante de invertir y distorsionar las sílabas que componen el vocablo ‘maestro’. to m ate ch o n to . Lycopersicum esculentum. Especie de tomate de uso común en la sabana bogotana, popularizada por las jornadas pedagógicas *bo go tálo go contra la inflación bajo la batuta del filantrópico Ariel Armel. to m atrago . Individuo dionisíaco y propenso a la beodez. to m ba. Úsase para aludir de manera genérica a quienes hacen parte de la fuerza policial de la ciudad. to m bo . Voz de desprecio con la que se descalifica a cualquier miembro de la Policía. to m e , p a’ qu e s e e n tre te n ga. Fórmula en apariencia amable, pero un tanto amenazante, de asignar a un individuo una determinada tarea. to m ín . Vulgarismo para aludir al órgano copulatorio y urinario de un caballero. to n s . Burdo apócope de ‘entonces’. Véase toes qué. to n tarró n . Individuo torpe y pretencioso. to n to n ie l. Úsase para aludir a un individuo de limitadas capacidades intelectuales. to p a to lo n d ra, a la. Actividad realizada sin esmero ni técnica. Una obra tan importante como la de Transmilenio no debe hacerse a la topa tolondra. to p cito . Extraña forma diminutiva y generalizada con la que se alude a aquella prenda de vestir femenina encargada de cubrir el pecho y de descubrir la cintura. to p o . Especie de alfiler de oro empleado para sostener las mantas sobre el pecho. Su cabeza suele tener forma de cascabel. Curiosamente, otros pueblos nativos americanos emplean la expresión para aludir a un pendiente o arete. to qu e . Unidad de medida empleada para referirse a una cantidad pequeña. to rcid o . Ardid deshonesto. Negocio sucio. to ta. Chibchismo: reflejo del cielo. to tazo . Golpe involuntario en el cuerpo, con frecuencia debido a la impericia de quien lo experimenta. to te . 1. De acuerdo con una inexacta creencia popular, precursor infantil de las 'papas explosivas', cuyo (236) auge tuvo lugar entre los años 60 y 80 del siglo XX. El clásico tote consiste en dos secciones de pólvora en forma de macropastillas envueltas en papelillos de colores, cuyo contacto con el piso provoca una estrepitosa explosión. Muchos pequeñuelos con precoces instintos homicidas o pirómanos hicieron uso de éstos para agredir a sus condiscípulos. Por lo general los totes eran distribuidos preferencialmente por los zapateros de barriada. La confusión está legitimada por el DRAE, al identificar los ‘totes’ con lo que en Bogotá se llamaba ‘torpedos’. Los torpedos, en efecto, eran pequeñas ‘papas explosivas’ del tamaño de una falange que estallaban al arrojarse con fuerza contra una superficie dura, produciendo un ruido similar al de un disparo con arma de poco calibre. Estos son los que describe el texto. (tombos) La muerte de un árbol, 1950. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC Pero los totes eran otra cosa: gotas solidificadas de una materia fosfórica altamente tóxica, pegadas en un papel corriente. El usuario arrancaba una de estas pastas azulosas y la raspaba contra el asfalto para “prenderla”, soltándola luego porque lo podía quemar. El tote se consumía durante pocos segundos en una ruidosa e ininterrumpida serie de minúsculas explosiones que, sumadas, constituían un sonido muy característico. Los verdaderos totes fueron la “pólvora decembrina” más económica y popular por largo tiempo, pero sus propiedades tóxicas irreversibles hicieron de ellos una de las herramientas predilectas de los suicidas. Así mismo, innumerables niños quemados murieron por los efectos del fósforo blanco que se empleaba en su composición. Su prohibición fue bastante anterior a la del resto de productos explosivos ornamentales. (237) 2. En la jerga delincuencial, arma de fuego. to te , e s tar co m o u n . Encontrarse en extremo enojado. to te ar. Estallar. Tiene su origen en el antiguo término chibcha tohoty, cuyo significado es el de ‘reventazón’. to te ars e d e la ris a. Ser víctima de un intenso e histérico ataque risueño. to tu m ad a. Unidad de medida correspondiente a la capacidad de una totuma. to tu m azo . Golpe propinado con la palma en la frente de otro individuo. Tp b. Siglas identificativas del desaparecido Teatro Popular de Bogotá, uno de los más importantes centros de producción y divulgación del teatro, fundado a comienzos de los 70 y desaparecido en los 90 del siglo XX. traba. Condición experimentada por quien se encuentra bajo los efectos de algún estupefaciente. trabaja m ás qu e go rgo jo e n u n rie l. Úsase para ilustrar la poca vocación de un individuo por la laboriosidad, equiparable, según la frase, a lo poco que puede hacer uno de los coleópteros en cuestión al tratar de alimentarse de un carril férreo. ¡trabajar, trabajar y trabajar! Polémico mantra vital esgrimido durante los ocho años de gobierno de uno de los más populares presidentes de la República en la historia moderna de Colombia. traga. Estado de embelesamiento y estupidez padecido por quien se haya prendado de otro individuo. tragad o . Prendado. tragan tin a. 1. Vulgarismo con el que se alude a los alimentos. 2. Faena de ingesta profusa de comidas. tragu e ad o . Individuo transformado por los efectos del etil. *bo go tálo go traje ad o . Expresión empleada para aludir a la forma de vestir de un individuo determinado que, según el caso, puede estar bien o mal trajeado. tran ca. Aparato fálico. tram acazo . Golpe fuerte producido en la mayoría de los casos por un accidente o caída. tram ar. 1. Mentir. 2. Despertar interés. 3. Engatusar. tran cad o . Voz angurrienta utilizada por individuos necesitados de saciar sus gaznates con copiosas dosis de alimentos al sentarse a manteles. La expresión “un almuerzo bien trancado” es también empleada como estrategia de seducción por parte de los expendios de comidas de dudoso perfil. tran có n . Congestión de tránsito (junto a Monserrate, a la Plaza de Bolívar y al tamal con chocolate, uno de los emblemas identificativos de nuestra capital ciudad). La fama nacional de Bogotá, como la ciudad de los atascamientos del tráfico vehicular no ha podido ser contrarrestada por medida alguna.Véase busetero, fercho, pico y placa, tetiado. tran qu il( o ) a, qu e yo le re s p o n d o . Frase campeona entre quienes desean huir impunes de un accidente de tránsito o anticoncepción fallida sin tener que acudir a instancias oficiales o sufrir intervenciones por parte de la fuerza pública. “¿Pa’ qué nos vamos a enredar la vida con croquis y citaciones y cosas? Mejor venga, le doy mi teléfono, que yo conozco un taller bueno en donde me hacen las cosas bien y baratas. Llámeme esta tarde. Tranquilo que yo le respondo”. También es común su uso en escenarios en los que se comunican paternidades solteras indeseadas por venir. “No se preocupe, mami, que yo no la voy a dejar engrampada. Déjeme, voy a solucionar un asunto en los Llanos y cuando vuelva hablamos con sus papás y nos vamos a vivir juntos. ¡Tranquila, que (238) yo le respondo! ¡No se preocupe por médicos, ni por pañales, ni por nada!” tran s m i. Fórmula cariñosa para aludir al sistema de transportes masivos de mayor cubrimiento en la Bogotá de comienzos del siglo XXI. tran s m ie rd e ro . Fórmula, para nada cariñosa, con la que se hace alusión de manera crítica al sistema de buses articulados Transmilenio. tran s m ile n to . Término desligado de la realidad en el que se atribuye al sistema de transportes de la ciudad una inexistente lentitud. tran s m ille n o . Juego acrónimo de palabras con el que se pretende criticar el alto flujo de viajeros en el sistema de transportes Transmilenio durante determinadas horas del día. Véase chucha, tetiado. tran s ve rs al. Vía paralela a los cerros, con características casi idénticas a la de carrera, pero, de manera arbitraria y del todo inexplicable, llamada en forma distinta. Véase diagonal. tran vía. Sistema de transporte por rieles cuya operación en la ciudad, entre 1884 y 1952, cumplió de manera eficaz con las necesidades de desplazamiento de los bogotanos. Al principio fue remolcado por mulas y conocido como ‘tranvía de sangre’, pero a partir de 1910 el sistema eléctrico comenzó a ser implantado en forma paulatina. El responsable de su eliminiación fue Fernando Mazuera Villegas, quien hasta el final de sus días manifestó su orgullo por haber adoptado tan poco romántica medida. trap e ar e l p is o . Propinar a un individuo, subalterno o en condiciones de indefensión, un trato humillativo y esclavista. trap e ro . Artefacto empleado en la limpieza de pisos. traqu e ad o . Envejecido. Desgastado. traqu e to . Individuo dedicado al narcotráfico como profesión. En el imaginario colectivo del (239) (trasteo) Desalojo, 1942. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC bogotano, el traqueto se caracteriza por el innecesario exhibicionismo de su poder adquisitivo, por la ostentación de los bienes y por la fastuosidad de todo cuanto le rodea, incluidas sus mujeres, quienes por lo general han sido sometidas a exahustivas cirugías estéticas. tras te o . Mudanza. El término alude a la expresión ‘trasto’. *bo go tálo go tribiyi. En los años 80 del siglo XX, el término se utilizaba para aludir a quien gustaba de exagerar una moda. trico rn e r. Barbarismo derivado de las palabras inglesas ‘three’ y ‘corner’. Se emplea para aludir a una popular marca de ron. trigo . Apócope de trigonometría. (240) trip ich ín . Faena sexual simultánea en la que están involucrados tres individuos. trip le h iju e p u ta. Manera certera de reforzar el insulto hacia la vejada progenitora del interlocutor. trip le p ap ito . Protomacho. Hombre que por su talla, musculatura y vestimenta atrae las miradas libidinosas de cuanta mujer encuentre a su paso. Expresión imitada por cierta horda de televidentes, quienes a su vez la aprendieron de un personaje interpretado a finales de la década de los 90 del siglo XX por el destacado dramaturgo Fabio Rubiano, en el seriado cómico dominical ‘Vuelo secreto’. tro ilo . Individuo alelado y poco despierto. El término está inspirado en uno de los personajes de la novela ‘El divino’, de autoría de Gustavo Álvarez Gardeazábal y adaptada para televisión a mediados de la década de los 80 del siglo XX. tro lle y. Sistema oficial de trolebuses de la ciudad. Operó entre finales de los años 50 del siglo XX y 1990. tro m p e ars e . Besarse de manera impúdica y descarada. Imagínate el asco y la tristeza que me dio ver a mi marido trompeándose con esa guaricha. tro m p ilis o . En la jerga delincuencial, revólver. Mejor que se quede callado, papito, porque aquí detrás suyo tengo un trompiliso. tro n ch ar. Doblarse intempestivamente una articulación de los miembros inferiores o superiores en medio de una situación accidentada, cuya consecuencia máxima puede ser, incluso, su dislocación. Por andar escapándome de la tomba me tronché el pie. tro n ch o . Individuo afectado por los efectos sedantes del tetrahidrocanabinol. Después de tres plones el man quedó troncho. tro n co . 1. Individuo poco habilidoso y con serias discapacidades motrices que le dificultan el ejercicio competitivo del balompié o de cualquier otra disciplina deportiva. Por desgracia hay una considerable cantidad de troncos vinculados de forma profesional a los clubes de fútbol capitalinos. Si Millonarios y Santa Fe siguen contratando tanto tronco no sería raro que terminaran en la B. 2. Caribeñismo, de uso ya generalizado en Bogotá, para destacar las virtudes de algo. ¡El baboso de Santiago se casó con tronco de mujer y tiene tronco de carro! tro n o . Vulgarismo para aludir a un retrete o excusado. tro p e l. Zafarrancho que deviene en altercado callejero entre un número considerable de individuos, generalmente circunscritos a pandillas o a grupos de adolescentes o de postadolescentes envalentonados. En la época de los biyis se armaban tropeles en Unicentro casi todos los días. tro p e le ro . Individuo entusiasta a la hora de casar camorras, peleas y pleitos. No hay honor más grande para un verdadero tropelero que salir airoso de su gestas, en la misma forma en que no hay peor deshonor que el de saberse derrotado. De todos los tropeleros de Multicentro, el peor era Araque. Véase alzado, biyi, guecha, rabón. tro p e lia. Remoquete caricaturesco con el que en algún tiempo ciertos bogotanos solían referirse al vecindario occidental de Modelia, según algunos, terreno fértil para el desarrollo de camorras, luchas y pugnas de todo jaez. Mis cuchos se cansaron de vivir en Fontibón y compraron casa en Tropelia. tro p ip o p . Género musical de creación reciente, con frecuencia interpretado por músicos oriundos de la meseta cundiboyacense, invadidos de un fuerte deseo de lucir tropicales. Pese a haber sido vendido como la gran innovación de la música colombiana contemporánea, bandas como Manduco y artistas del tipo Nano Cabrera o Yordano habían venido trabajando una propuesta similar de tiempo atrás. El tropipop está sin duda ligado a (241) una nueva estirpe de individuos, provistos de manillas, sombreros vueltiaos y algunos otros emblemas más que ellos consideran suficientes para cambiar el país. Gracias a lo anterior, el tropipop ha trascendido los límites de su condición como vertiente sonora y ya comienza a perfilarse como un estilo de vida. Hoy se entiende por ‘tropipops’ a quienes gustan de visitar los establecimientos y de seguir las estaciones de radio dedicadas al mencionado género, por lo general jóvenes de clase media alta con fe ciega en la institucionalidad y con una visión optimista del país. El tropipop es un ritmo muy nuestro, del que debemos sentirnos orgullosos. ‘Colombia es pasión’ constituye la marca tropipop por excelencia. tro zu d o . Individuo de estructura corporal rolliza. tru ch a. Invitación vulgar a mantener la guardia y a permanecer alerto, cauto y atento. Bueno, viejo: se me pone trucha a camellar o me busco a otro. tú fre s cave n a, qu e yo ch o co lis to . Vulgarismo aleve con el que –apelando a dos bebidas lácteas (tupirle) *bo go tálo go en polvo de uso popular en nuestro país, pero una de ellas descontinuada– se invita al interlocutor a permanecer calmo, a la vez que se indica la presteza del hablante a la hora de lanzarse a un determinado proyecto. tu bazo . Vulgarismo para aludir a la inserción del aparato fálico en las zonas pudendas de una dama. tu m bad a. Acción y efecto de tumbar. tu m bar. Hurtar un objeto determinado. Estafar. Llevar a cabo un negocio en extremo favorable para sí y del todo desfavorable para la contraparte. Deja que el gamín te tumbe un poco de lo que traes. Esa es la única forma que tienen para ganar. tu m be . Acción de estafar o robar. Severo tumbe el que me metieron en Sanandresito. tú m bilis . En la jerga escolar, acción de hurtar la propiedad de algún condiscípulo. ¡Huy: mire la cartuchera de Matallana! ¡Túmbilis! tú m bilo . De poca memoria. Desubicado. tu p irle . Llevar a cabo una acción con denuedo. (242) tú p ale . Fórmula de exhortación para invitar a un individuo a trabajar con disciplina y entrega o a ejecutar una acción ante la que éste se encuentra dubitativo. tu qu i tu qu i lu lú . Expresión popularizada por el personaje de William Guillermo (conductor antioqueño de bus en las series ‘Don Chinche’ y ‘Romeo y Buseta’). Indica la gravedad de un asunto o el inminente peligro de muerte y suele acompañarse por una suerte de movimiento dáctilo-yugular que semeja un cuchillo, con lo que se hace hincapié en lo riesgoso de la situación. Si este man sigue envalentonado: ¡tuqui tuqui lulú! tu qu io . Saturado. Hacinado. Véase hasta las tetas, tetiado, transmilleno. tu rco . Gentilicio equivocado empleado por los bogotanos desde los años 30 para aludir a cualquier árabe residente en Bogotá. Se refiere al imperio turco otomano. tu rm as . Testículos. tu rm e qu é . Tejo, también conocido en la región cundiboyacense como ‘bolo aéreo’. La partida de turmequé se resolvió rápidamente a favor del local. Véase alto turmequé, de. tu rra. Estado de sopor y confusión que sigue al consumo del canabis. Juego de perinolas. tu rre ra. Sintomatología risueña, adormilada o delirante padecida por quien se encuentra bajo los efectos del tetrahidrocanabinol. Con esta turrera no soy capaz ni de sumar. tu rro . Individuo afectado por los efectos del consumo del tetrahidrocanabinol. El pisco estaba todo turro y ni se dio cuenta. tu ru p e . Montículo sobresaliente que resalta en alguna zona de la epidermis. Voy a tener que ir al dermatólogo porque ese turupe que me salió en la frente no me gusta nada. tu s a. 1. Despecho. Padecimiento amoroso difícil de curar. No hay nada peor que una tusa. 2. Residuo de la mazorca una vez desgranada. tu s te . Cabeza. tu ta, a. Desplazarse a cuestas de otro individuo, imitando el cabalgar un semoviente. Algunos bogotanos creativos llevan a cabo actividades lúdicas grupales o de pareja en la mencionada posición, (tuta, a) (243) tales como carreras de caballos o jugueteos eróticos que además de indefinibles resultarían inmencionables. Si te sientes cansada puedo llevarte a tuta. tu te lazo . Acción de tutela. El más popular e impactante de los legados de la Asamblea Nacional Constituyente. El cabrón ese al que echamos nos metió un tutelazo. Tu to Barrio s . Misterioso personaje procedente del elenco del legendario seriado televisivo cómico-costumbrista ‘Dejémonos de vainas’. Sin que jamás hiciera presencia, el Tuto Barrios era en teoría el galán más apetecido por las adolescentes de la serie, al grado de despertar la curiosidad de casi todos los miembros de su elenco. Con frecuencia el Tuto era invitado a festividades y encuentros familiares, a los que al final no podía concurrir o a los que llegaba con la cara cubierta por causa de alguna afección cutánea. Tras una única, lenta y muy codiciada aparición, el Tuto mostró ser, contrario a la expectativa del país entero, un individuo afrentado por la estética y en extremo horripilante. *bo go tálo go (u) u bch ih ica. En la lengua chibcha, unidad de medida equivalente a diez. u llu co . Véase chugua. u n arro cito e n bajo . Vulgarismo empleado para aludir a quien, de manera calma y sin prisa, aguarda el desarrollo de una situación, por lo general de ‘flirt’ o galanteo, o espera por un ascenso o una contratación laboral en silencio. u n gan a-gan a. En muchas oportunidades es el retruécano que sigue al consabido y ya mentado ‘¿Cómo vamos ahí?’. Hay, en la mayor parte de los casos, dos formas de estar involucrado en un gana-gana. La primera es siendo víctima de éste, en alguna estafa de las muchas y muy originales que se fraguan en el fértil suelo colombiano. La segunda es siendo su beneficiario, en el marco de alguna de aquellas comisiones de las que tanto saben curadores urbanos, senadores, notarios y otros servidores públicos más. u n re gu e ro d e p in zas . Fórmula extraída de los gabinetes de un salón de belleza, alusiva a los actos de histerismo o amaneramiento propios de uno o varios homosexuales en medio de una tertulia plagada de chismorreos. u n a co s a e s u n a co s a y o tra co s a e s o tra co s a. Silogismo complejo cuya obviedad no amerita definición, empleado para diferenciar dos conceptos de manera tajante. u n a lim o n ad ita d e m an go . Fórmula cómica para indicar al hablante lo excesivo o imposible de sus requerimientos. Gracias a la llegada de la (244) cocina fusión, a los injertos y a los zumos de frutas de dos sabores, la expresión ha ido entrando en desuso. u n a ve rga e n s als a. Expresión en extremo vulgar para aludir a un individuo arrogante y presumido. U n ip lay. Desaparecido local del centro comercial Unicentro, dedicado a los juegos de video electrónicos que operaban mediante fichas o monedas, entre los que se contaban máquinas de ‘marcianitos’, automóviles de carreras y máquinas de boxeo. En Uniplay, durante los 80, se daban cita gran parte de los gamberros del sector de aquel entonces, pertenecientes a pandillas del tipo Las Pirañas o Los Piratas. u n tad o . Dícese de quien se encuentra involucrado en la comisión de algún ilícito, en el que con frecuencia hay involucrados malversación o desvío de fondos. u n tar. Ensuciar a alguien en la comisión de un delito. Hacer entrega a alguien de una dádiva impropia en el marco de alguna gestión corrupta. Véase lagartear, sapo, serrucho. u p a, añ o d e . Expresión empleada para aludir a un momento lejano en el tiempo. ú p ale . Voz exclamatoria para señalar un hecho sopresivo. Úsase también para ilustrar una caída o accidente. u pac. Unidad de poder Adquisitivo Constante. Forma de agiotismo consentida legalmente, con la que en teoría se pretendía favorecer los intereses de quienes tenían entre sus sueños el de contar con una vivienda propia. A finales de 90 gran parte de los usuarios de este sistema perdió sus propiedades, experimentando dolorosos periodos de ruina. u p cu a. En lengua chibcha, ojo. u p cu aga. En lengua chibcha, pestañas. U rico e ch e a. Linajudo apellido propio del más rancio abolengo capitalino. Entre los bogotanos prevalece la creencia de que los apellidos poco comunes, por lo general de origen vasco, italiano, francés o británico, dotan de inmediato a sus poseedores de una categoría superior. u s te . Véase ústele. u s te d n o m e h a vis to bravo . Amonestación no muy amigable en relación con la inconveniencia de provocar el enojo del interlocutor. u s te d n o s abe co n qu ié n s e e s tá m e tie n d o . Fórmula de amenaza análoga a ‘usted no sabe quién soy’, aunque no siempre esgrimida por quien presume de su abolengo, linaje o poderío económico, sino por un representante del bajo mundo o la clase sicarial. Véase usted no sabe quién soy. ¡u s te d n o s abe d e qu ié n s o y h ijo ( a) ! Fórmula de amenaza fundamentada en los presuntos lazos genéticos del hablante con algún individuo influyente. ¡u s te d n o s abe qu ié n s o y! Fórmula amenazante con la que un individuo –convencido de su abolengo, jerarquía o de su categoría de personalidad pública– indica a su interlocutor el peligro que constituye el no acogerse a sus órdenes. Véase picado. ú s te le . Voz utilizada para demostrar sorpresa ante un evento o comentario inesperado. ¡u tu tu i! Expresión onomatopéyica de galanteo por excelencia de recurrente uso por parte de conductores de autobús y obreros de la construcción durante sus muy pocas y cortas jornadas de descanso, en las que, contrario a la costumbre de jugar fútbol en calles transitadas del sector, se deciden a contemplar el andar desprevenido y coquetón de las vecinas del momento. ¡Ututui! ¡Con esa pierna, para qué la otra! u vito de páram o . Gaultheria anastomosans. Arbusto de hojas pequeñas y dorsiventrales, bastante común en la sabana y en los cerros de la ciudad. u vr. Sistema de revaluación constante de la moneda y la propiedad. Reemplazo al UPAC, con resultados muy similares a los de su antecesor. v va a llo vió . Expresión extemporánea para indicar el inminente advenimiento de un aguacero que antes parecía lejano. va p a’l cie lo y va llo ran d o . Por lo general los ricachones suelen ser una estirpe de plañideras, un rebaño de llorones, una bandada de quejumbrosos y un rimero de lamentaciones. No importa cuán holgado y grato sea su mantenerse satisfecho. Debido a ello, la mencionada frase es en su esencia más pura el grito de batalla de toda una jauría de quejones de profesión, supuestamente desfavorecidos por los miserables aumentos al salario mínimo o por las políticas gubernamentales que muy difícilmente llegan a desfavorecer sus intereses. vaca, h ace r. Reunir determinada cantidad de dinero entre varios individuos con el fin de adquirir un bien común o de saldar una acreencia pendiente, por lo general de índole etílica. Muchos bogotanos, justo al momento de hacer su correspondiente aporte a este tipo de causas, suelen evadirse, fingiendo que su billetera está atascada en sus bolsillos o que olvidaron traer dinero, dirigiéndose a los servicios sanitarios o simulando una absoluta inconsciencia fruto de la embriaguez, de la que suelen despertarse, súbita y milagrosamente, una vez el estipendio ha sido desembolsado. vaca p a’ e l gu aro . Voz de invitación que, sin estar relacionada con el ganado vacuno en mención, estimula a recolectar fondos con el noble fin de *bo go tálo go (245) adquirir una o varias botellas de la bebida anisada en cuestión. Difícilmente se suele convocar a una vaca para la adquisición de un bien distinto a un producto alcohólico. vacalo ca. Situación caótica e inmanejable. Véase mierdero, tierrero. vacam u e rta. Mujer parca en las lides coitales. vaciad o . Individuo con escasas o nulas capacidades adquisitivas. vaciad o a, s e r. Guardar una estrecha y excepcional similitud con otro individuo. El término se relaciona con la técnica escultórica de reproducir las facciones de alguien mediante la utilización de un molde. Andrés salió vaciado a Misael. vaciar. Reprender. Imprecar. vago n io . Fórmula derivada de ‘vago’. Holgazán. vain a. Término empleado para aludir a un objeto o situación cualquiera cuyo nombre no se recuerda o se desconoce. Problema de difícil resolución. Conflicto. (vagonio) Gabriel Trillas, periodista español radicado en Colombia, 1947. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (246) vale h o n go . Expresión propia de adolescentes acomodados para restar importancia a algún hecho determinado. vale h u e vo . Expresión de la que se hace uso con el objeto de enfatizar en la escasa trascendencia de un hecho. vale ve rga. Voz indicativa de desinterés ante una circunstancia en apariencia preocupante. Véase importaculismo. vale ve rgu is m o . Doctrina de corte estoico y prédicas similares a las del importaculismo. Valle d e lo s alcázare s . Nombre otorgado por el adelantado don Gonzalo Jiménez de Quesada al encontrarse con la bella sabana de Bogotá, lugar que sin duda debió sorprenderlo debido a su benigno clima, desprovisto de alimañas y de las crueldades propias del trópico. Ahí, el inspirado e inteligente aventurero hispánico decidió fundar esta villa, distanciada más de 300 leguas de los puertos. Véase Bacatá. valle jarto . Expresión de desprecio con la que sus detractores suelen aludir al vallenato romántico que desde hace cuanto menos veinte años ha invadido nuestras tiendas de barrio y nuestra cultura festiva. valle n ato . Aire musical originario de la costa caribe colombiana, en principio interpretado por talentosos juglares que sin duda escribieron algunas de las más esplendorosas páginas de la historia de nuestras artes, y hoy heredado por una nueva raza de músicos que, en su mayoría, han alterado las estructuras originales de tal ritmo, convirtiéndolo, según sus detractores, en un adefesio estético, de excesiva popularidad entre los nuestros. vara. Dícese de un individuo de estatura prominente. vare jó n . Véase vara. varillo . Canuto o cigarrillo de marihuana. varo . Véase bareto, varillo. vas e lin o . Véase gomelo. vaya a ju gar co n lo qu e m i D io s le d io . Cómico llamado para exhortar a un individuo a mantener sus manos quietas o a ocuparlas en menesteres onanísticos, menos peligrosos que los ejecutados en el momento en que ello es solicitado. ¡vaya a qu e jars e al m o n o d e la p ila! Expresión equivalente a ‘vaya a quejarse delante de quien no puede oírlo’. Está inspirada en la estatua inicialmente erigida en la Plaza de Bolívar como parte de la ornamentación de la segunda fuente de agua pública en la ciudad, levantada en reemplazo de la original. La primera pila había sido construida en 1584 a petición de los habitantes de la ciudad, quienes aún se veían obligados a lavar sus cuerpos y ropas en los ríos Manzanares y San Francisco. Para tales efectos, la Real Audiencia estableció un impuesto a carnes y vinos, removió la picota que antes había en la plaza –en la que se ajusticiaba a presuntos infractores de la ley, muchas veces indígenas inocentes– y ubicó allí la estatua y la fuente. Se cree que en 1861 la base fue reemplazada por una más vistosa, esta vez provista con una estatua un poco tosca de un párvulo, a quien se apodó desde entonces como ‘El mono de la pila’. A partir de ese momento se hizo común la frase ‘váya a quejarse al mono de la pila’, indicación que se daba a quien se lamentaba de algo sin recibir respuesta. Según el reciente libro de las investigadoras Clara Inés Ángel y Clara Isabel Mz Recamán, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, la segunda fuente la segunda fuente, con su estatua, fue construida en 1775. Representa a un niño vestido con una tela, que bien puede ser Juan Bautista o Neptuno, de acuerdo con distintas versiones. Al parecer la expresión tiene como fundamento la costumbre de dirigirse a la escultura para ponerla al tanto de las pesadumbres políticas y sociales del pueblo bogotano, a sabiendas de que éstas no van a ser atendidas por (247) las autoridades. La mencionada estatua fue reemplazada en 1846 por la de Simón Bolívar. Tuvo una larga itinerancia por distintos lugares, incluidos la Plazuela de San Carlos, el Museo Nacional y el Museo de Arte Colonial (a donde aún podemos ir a quejarnos frente a ella de los problemas sin solución de la ciudad). Ante la imposibilidad de que nuestros clamores sean atendidos por algún organismo público, nos queda –de consuelo– 'El mono’, o, o, en su defecto, la tumba de Leo Kopp. váyas e co n e s e m an to a m is a y ve rá qu e lo can o n izan . Expresión de corte monacal empleada para indicar al interlocutor su ingenuidad con respecto a un determinado concepto. ve in te ju lie ro . Alusivo al 20 de julio de 1810, fecha del primer grito independentista. Un discurso veintejuliero es una perorata excesiva, grandilocuente y demagógica. ve lad a, te n é rs e la. Hacer a un determinado individuo objeto de constantes acosos, perturbaciones o mofas. ve lar. Perturbar a otro individuo. ve ló n . Expresión empleada para aludir a aquel animal que gusta de merodear las mesas en donde los humanos consumen sus alimentos, en busca de algún obsequio o de hacerse a alguna de las migajas que desde los platos de los comensales caen a la superficie terrestre. ve n d aje . Mercancía adicional que los comerciantes, en particular los panaderos, suelen obsequiar a sus clientes por compras considerables. ve n d e h as ta u n h u e co . Clásica alusión a un individuo con destrezas especiales en el arte del comercio. De acuerdo con la creencia popular, el bogotano del promedio no es poseedor de dichas habilidades, mucho más propias –según se suele pensar– del antioqueño. ve n d id o . Individuo presto a acogerse a predicamentos, causas o decisiones ajenas siempre y *bo go tálo go cuando vengan acompañados de un pago en papel moneda. ve n e co . Nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Úsase de forma despectiva para aludir a quienes han nacido en el paraíso chavista. ve n e n o s o . En extremo costoso. La expresión tiene su origen en la posibilidad de que el comprador fallezca al enterarse del precio del producto que pensaba adquirir. ve n ga y le d igo cu án to s p are s s o n tre s m o s cas . Curiosa fórmula empleada para indicar la experticia o sabiduría del hablante con respecto a determinado hecho o disciplina. ve n id a, a la. Al regresar. Durante el viaje de vuelta. ve n irs e . Vulgarismo para aludir al clímax erótico. ve n tan e ar. Desdeñable hábito de husmear vidas ajenas a través de los cristales de la ventana. ve n to rrillo , e l. Chichería. ve rd e . Dícese de un gracejo obsceno. ve rgajo . Infante hiperactivo, travieso y amante de las pilatunas. Hombre de conducta reprochable. ve rgam in o l in trap ie rn o s o . Dosis fálica fundamentada en la creencia popular de que la penetración por parte del miembro viril en la vagina femenina es cura para todos los males y mágica solución en eventuales casos de salud con diagnóstico y pronóstico complicados. ve rgu e ro . Situación compleja de difícil resolución. ve rijis e co . Individuo avejentado cuya potencia sexual se ha visto diezmada por los años. ve rraco d e gu acas . Fórmula extraída de la cultura guaquera del antiguo Caldas, alusiva a un hombre valiente, habilidoso e inteligente. Se basa en la natural destreza atribuida a quienes se dedicaban al fascinante oficio de la búsqueda de tesoros indígenas escondidos. El término guaca recobró relevancia en el contexto nacional a raíz (248) (ventanear) Paseo en taxi, 1950. Donante: Esperanza González, Álbum Familiar / Colección MDB - IDPC (249) *bo go tálo go (250) del hallazgo de un tesoro selvático, cuya procedencia no era, exactamente, ancestral. ve rraqu illo . Bebida de presuntas cualidades afrodisíacas, elaborada en fragantes cevicherías y conformada por Kola Granulada JGB (en la actualidad rebautizada como Tarrito Rojo), cangrejos licuados, vino, borojó y algunos otros aditamentos jamás sometidos a las pruebas fitosanitarias de rigor. ve s tid o rcito . Dicho de un atavío, que a pesar de su simpleza alcanza a adornar a quien lo luce. ve te ran a. Dama entrada en años y atractiva. viajad o . 1. Acometida. Ataque. 2. Unidad de medida correspondiente al cupo de un vehículo de carga. 3. Hacer el viajado. Consagrar todos los esfuerzos para agenciarse una faena copulatoria. viaticar. En la jerga laboral, en particular del sector público, viajar con gastos pagados por la entidad. vicario . Individuo de avanzada edad. Veterano. vicio . Vulgarismo para aludir a un estupefaciente. vid e o . Aborrecible expresión propia de los años 90 del siglo XX, alusiva a una situación que en la mente de quien la experimenta parece rozar los límites de la ficción. vid e o s o . Individuo de imaginación desbordada, paranoica y excesiva, rayana en la mitomanía. vie ja. Vocablo empleado para aludir a una dama, más allá de lo temprano o avanzado de su edad, y no necesariamente senescente. vie jo . Voz utilizada con camaradería entre amigos cercanos. Suele emplearse en diminutivo o acompañado del término ‘querido’. vie jo m án . Anacronismo resultante de la unión del término ‘viejo’ y el anglicismo ‘man’. Véase viejotal. vie jo ta. Dama dotada de considerables cualidades estéticas. vie jo tal. Anacronismo propio de los 70 con el que se pretendía indicar camaradería. ¿Entonces qué, viejotal? vie jo te ca. 1. Especie de creación colectiva surgida desde las entrañas de los departamentos comerciales de periódicos y revistas, con el propósito de sacar un último provecho a la agonizante industria discográfica al obsequiar a sus suscriptores malas compilaciones musicales en formato CD como suplemento a sus publicaciones. 2. Taberna, discoteca o bar dedicados a la infatigable reproducción de éxitos de artistas veteranos –Óscar Golden, Palito Ortega, Los Hispanos, Los Melódicos y Los Graduados, entre ellos–. ¿vie n to s o m ale tin e s ? Voz de saludo resultante de la evidente similitud sonora entre las dos palabras en mención y los términos ‘bien’ y ‘mal’. ¿vie n to s o m are as ? Fórmula de salutación, de gusto muy dudoso, basada en la similitud del fonema inicial de la palabra ‘bien’ con ‘vientos’. ¿vie n to s o p aqu e te s ? Saludo, de tenor similar al de ‘vientos o mareas’, con el sensible agravante de equiparar el pa’quetes a la clásica interrogación ‘¿pa’ qué?’. vie rn e s cu ltu ral. Ancestral costumbre impuesta en los años 40 del siglo XX por el inmolado líder político Jorge Eliécer Gaitán, consistente en tertulias y encuentros masivos de fin de semana llevados a cabo en las instalaciones del entonces llamado Teatro Colombia, años más adelante rebautizado en honor del candidato. La saludable costumbre fue degenerándose hasta transformarse en pretexto para indecorosas festividades, por lo general ambientadas con reguetón o vallenato. Véase juernes. vie rn e s ch iqu ito . Fórmula cariñosa, aunque levemente burda, empleada a manera de premio de consolación para aludir a la escasa similitud existente entre un jueves y un viernes, dado que, (251) para muchos, este último se inicia al comienzo del primero. villa d e l Bro n x. Remoquete cómico con el que algunos bogotanos suelen aludir a la populosa urbanización Villa del Prado, ubicada en estribaciones de la autopista norte. ville gas . Expresión algo vulgar para aludir al dinero. Se fundamenta en la similitud sonora entre el apellido y el término ‘billete’. (villegas) vin o d e d u razn o . Brebaje embriagante de naturaleza espumosa, al decir de sus fabricantes, extraído del más puro néctar de la fruta, y, al decir de quienes se han visto intoxicados por su consumo, preparado con alguna indecible sustancia. El vino de durazno ha hecho las delicias de jovenzuelos impúberes, ansiosos de iniciarse en el mundillo de la beodez. Es empleado por las amas de casa para dar gusto alcohólico a tartas, pasteles y carnes aliñadas. La sola presencia de una botella de esta sustancia en la cava de un hogar bogotano es motivo suficiente para poner en entredicho la categoría del mismo. vin o d e m an zan a. Melifluo e hiperglicemiante aperitivo carbonatado de fruta. El vino de manzana es una bebida de escaso presupuesto, cuya circulación debería ser puesta en entredicho por el Ministerio de Salud y por las agremiaciones locales de enólogos y ‘sommeliers’. A su sombra han aparecido algunas otras imitaciones profanas del producto, aun más letales que éste. La de durazno es, quizá, la más destacada. *bo go tálo go vio le n to . Suceso sorprendente, generalmente agradable. virin go . Desnudo. Véase almendra. viro n ch a. En la jerga delincuencial homosexual, afín al ejercicio del rol pasivo. Por lo general es utilizado como improperio entre indigentes. virre in ato . Jurisdicción a cargo de un virrey. Desde 1718, año en que se creó el virreinato de la Nueva Granada, Santafé fue la sede de éste. virre y. En tiempos de la dominación española, los virreyes fueron los representantes oficiales del Rey en América. Sus periodos de gobierno duraban de tres a cinco años. viru le a. Más bajo que gonorrea. viru ñ a. Individuo de mal aspecto y presumibles conductas delincuenciales. viru ñ as . Demonio, diablo. Uno de los innumerables nombres por los que el señor de los infiernos es reconocido. viru te ar. Pulir el piso de madera mediante una lija o esponja alambrada. vis aje . 1. Sobreexposición. 2. Acto de espiar u observar con atención. Véase boleta, choro, tombo. vis ajo s o . Individuo poco discreto y exhibicionista en el momento de ejecutar actos indebidos. vitrin e ar. Costumbre típicamente bogotana de husmear las vitrinas de centros comerciales, aun cuando no se disponga de fondos para adquirir alguno de los artículos en ellas exhibidos. vivid e ro . Lugar de vivienda. Aunque la gente se viva quejando, Bogotá es buen vividero. vo lan tó n . Joven cuya mayoría de edad ya le impone la obligación de independizarse de la casa paterna. vo lars e . Emprender la fuga. Huir. vo le ar. 1. Trabajar. (252) 2. Luchar de manera disciplinada para obtener un fin determinado. 3. Esforzarse en demasía. vo le o . Actividad u ocupación frenética. vo lte ar. En la jerga militar, faena gimnástica resultante de un castigo impartido por un superior. vo lte ars e . Volverse a favor de una idea o costumbre contraria a la usual. Empléase, en particular, para aludir a quien se muda de partido político, de onceno balompédico o de predilección sexual. vo ltiare p as . Traidor. Dícese de quien sin vergüenza ni recato suele cambiarse de bando en busca del propio beneficio, en un franco desconocimiento de la importancia de mantenerse leal a las creencias e ideales propios. vo u ch e r. Aborrecible e innecesario anglicismo empleado por los dependientes encargados del manejo de datafonos para aludir al tradicional y antañón recibo. vu e lta. En la jerga del hampa, gestión ilegal. vu e lta, h ace r la. Vocablo de dudoso gusto para aludir a la serie de rituales protocolarios que preceden al coito. A esa hembrita yo sí le haría la vuelta. vu e ltas . 1. Trámites. Diligencias. Gestiones. 2. Cambio en papel moneda resultante de una transacción. Por alguna indeterminada razón, en Bogotá y en Colombia entera, al término se le ha conferido género femenino. vu e ltica. Voz vulgar con la que se suele solicitar a una dama el dar una giro completo a su cuerpo con el propósito de mostrar su atavío o su humanidad a los presentes. w afe r, galle ta. Homosexual. w w an n abe . Anglicismo acuñado para aludir a quien, sin gozar de las cualidades necesarias, intenta sin éxito parecerse a alguien. w h is kach o . Fórmula cariñosa, aunque de muy dudoso gusto, para aludir al whisky. w h is ké y. Fórmula cariñosa, de gusto similar al de ‘whiskacho’, en la que se añade un inexistente acento en el penúltimo fonema. w ó n . Véase guón. (whiskacho) Recepción en el Banco de la Republica, 1952. Saúl Orduz / Colección MDB - IDPC y x x. Denominación empleada para hacer referencia a un individuo cualquiera, anónimo e irrelevante. No te preocupes por lo que Déiber dijo de ti. Él es un ‘x’. xie . En lengua chibcha, río. Véase sie. xl. Dama o caballero afectados por la obesidad. Xu e . 1. En lengua chibcha, sol. 2. Edificio ubicado en la carrera 8 No. 99-54. Según se deducía del cabezote del seriado televisivo de los ochenta 'Contravía', protagonizado por Bruno Díaz, Fernando Sáenz, Guillermo 'El Chato' Latorre hijo, Carlos Vives y algunos otros actores, los protagonistas del programa residían ahí. Véase Chía, Chiminigagua. *bo go tálo go (253) ¿y có m o e s la vu e lta? Úsase para indagar al interlocutor acerca de las condiciones acarreadas por un determinado oficio o actividad. ¿y cu án to e s lo m ín im o , p a’ lle varlo ? Fórmula de súplica, por lo general empleada en el contexto del comercio informal con el propósito de implorar al vendedor un último descuento. Véase chichipato, líchigo. ¿y e s e m ilagrazo ? Expresión interrogatoria, por lo general hipócrita, utilizada en el marco de un encuentro poco frecuente con un individuo, empleada con el fin de indicar sorpresa. y tal y p as cu al. Voz informal equivalente a ‘etcétera’. ya vin o a d árs e las d e m u ch o café co n le ch e . Alusión despectiva a quien presume de abolengos, alcurnia o poderío económico. Hay quienes sostienen que la expresión tiene su origen en el hecho de que el consumo de tal bebida –en tiempos lejanos– era propio de la aristocracia. Otros teorizan que un individuo “café con leche” es un mestizo con pretensiones de blanco. yba. En lengua chibcha, sangre. ye ba. Inocente entretención infantil basada en un juego de velocidad en el que uno solo de los participantes da inicio al juego al ser infectado por cierto tipo de virus, al que se denomina en esa forma. Quien padece el virus imaginario sólo puede deshacerse de él transmitiéndolo a alguno de sus amigos al tocarlo. En caso de que alguno de (254) los que huyen sea atrapado por el virulento chiquitín, automáticamente se transfiere la enfermedad a éste, quien sale a su vez tras otras víctimas. El infecto, por tanto, debe dar alcance a alguno de sus compañeros y tocarlo para contagiarlo. Mientras ello ocurre, los competidores sanos hacen alardes de sus destrezas escapistas, ubicándose a escasos centímetros de quien esté enfermo de ‘yeba’. Hay quienes discuten la ortografía del término, argumentando que éste se deriva de la expresión ‘la lleva’. ye rm is . Dinámica lúdica y callejera de baja estofa consistente en formar una torre a base de tapas de refrescos embotellados. Después de formar dos equipos, uno de los participantes toma una tapa de caucho e intenta derribar la estructura previamente conformada. Tras conseguir su objetivo, los miembros de la escuadra contrincante intentan reacomodar el tinglado con velocidad, mientras que uno de sus contendores toma la pelota y arremete contra sus rivales, quienes a su vez corren asustados hacia bases previamente establecidos, a manera de zonas de distensión. ye s e n ias . Sí, afirmativo. Es una alusión al anglicismo ‘yes’. ye yo . Malestar previo a un desmayo. yo le d igo e l m ilagro , p e ro n o e l s an to . Fórmula un poco hostil y provocadora para ocultar la identidad de quien ha cometido una fechoría o un acto ilegal, o de quien ha pronunciado palabras injuriosas acerca del interlocutor, no dignas de ser contadas. Regularmente, quien la emplea acude a ella con el fin de parecer más interesante y enigmático. yo lo vis to , p e ro n o lo alim e n to ( m an te n go ) . Desobligante expresión usada para indicar las limitaciones en las dádivas económicas de las que un individuo determinado puede ser beneficiario por parte de otro, a causa de los altos costos acarreados por éstas. yo m an e jo la p arte d e . Fórmula de reciente cuño e inexplicable origen utilizada por empleados de rango medio bajo para aludir al oficio que desempeñan o a las funciones que pueden llegar a cumplir.Yo manejo la parte de ventas y de atención al cliente. yo n o n ací aye r. Voz exclamatoria para disipar cualquier sospecha de ingenuidad por parte del interlocutor. yo s o y d e lavar y d e p lan ch ar. Alusión a la supuesta descomplicación, llaneza y simplicidad del hablante, equiparada a una prenda cuyo proceso de aseo y manutención es sencillo. Úsase por quien, de manera paradójica, alardea de su humildad o sencillez. Viene bien cuando es pronunciada por un tercero, pero no cuando es utilizada por el hablante para referirse a sí mismo. yo m s a. En lengua chibcha, papas. Véase yomuy. yo m u y. En lengua chibcha, papas. Véase yomsa. yta. En lengua chibcha, mano. yu ca. 1. Sonido resultante de hacer crujir voluntaria o involuntariamente las articulaciones de los dedos. 2. Tolete viril. 3. Mujer apetecible. El término fue popularizado por el burdo concurso emprendido por la estación de radio juvenil ‘La Mega’. (yuca) yu cazo . Jodienda. Faena copulatoria. Véase vergaminol intrapiernoso. z za. En lengua chibcha, noche. zafa jirafa. Anacrónico término correspondiente a la cultura hippie tardía de comienzos de los 80, popularizado por el joven Andresito, hijo del entrañable doctor Pardito, ambos personajes del seriado cómico-costumbrista ‘Don Chinche’. Equivocadamente hay quienes aún lo relacionan con la juventud contemporánea. (El estupendo actor Diego Álvarez, quien encarnó a Andresito Pardo, falleció en 1993 en medio de tristes y oscuras circunstancias) . zam p ad o . Individuo entrometido e impertinente. z a m p a r. Golpear. Arremeter en forma violenta contra algún individuo o propinarle algún daño. z a n a h o ria , h o ra . Medida emprendida durante la administración de Antanas Mockus. Ordenaba dar por cerrados bares y establecimientos festivos una vez el reloj marcara las 2 de la madrugada. zan ah o rio . Individuo de costumbres saludables y acaso monásticas. El término alude al adjetivo ‘sano’. zap ato n e s . Estilo descontinuado de calzado impermeable para hombres, indicado para temporadas lluviosas. Los zapatones tenían un tamaño mayor que el de los zapatos convencionales, lo que permitía llevarlos sobre éstos a manera de cubierta protectora. zaqu e . En lengua chibcha, gran señor. El zaque era el equivalente tunjano del zipa bogotano. Véase zipa. *bo go tálo go (255) zarrap as tro s o . De aspecto desmirriado y miserable. zarzo . Desván. zarzo , caíd o d e l. Individuo afligido por desequilibrios mentales o emocionales. Dícese de quien tiene ideas desaguisadas o emprende proyectos alocados. zas ca. En lengua chibcha, periodo del día comprendido entre el ocultamiento del sol y el comienzo de la medianoche. zip a. 1. En las jerarquías del pueblo muisca, máximo soberano, a quien sus súbditos debían incuestionable acatamiento. Una traducción literal para el término sería la de 'gran señor'. La condición de zipa se heredaba por la línea matrilineal, para evitar que el heredero fuera el fruto de alguna infidelidad oculta. Esto significa que el heredero del zipa era en realidad su sobrino. Si el zipa carecía de herederos, debía efectuarse un peculiar proceso de selección. Según Juan de Castellanos y Lucas Fernández de Piedrahíta, los candidatos a zipas tenían que ser dos guechas de entre los más fornidos, a los que se sometía a una rigurosa prueba, consistente en ubicarlos frente a una grácil doncella, a su vez también seleccionada entre las más hermosas del pueblo. Los tres debían presentarse en completa desnudez ante un tribunal conformado por jueces atentos y prestos a detectar cualquier reacción fálica debida a los atributos de la jovencita. Aquellos individuos cuyo tolete viril sucumbiera a tales encantos eran de inmediato descartados, por considerar tal situación como un inequívoco signo de debilidad. Quien soportara impasible tan compleja prueba era entonces reclutado como miembro de las honorables fuerzas armadas del pueblo muisca. Dado que no existe un conocimiento preciso en relación con la fonética del término, en la actualidad na- (256) die puede aseverar si la palabra tenía en cuenta la diéresis –güecha– o si se omitía –guecha–). Véase arrecho, bogote, chibchas, guaricha, guecha, muiscas, parola, zaque. 2. Remoquete conferido a Efraín Forero Triviño, primer campeón de la Vuelta a Colombia, en 1951. El apelativo hace alusión a la Zipaquirá natal de Forero, quien a su vez nació el 4 de marzo de 1930. z o c a m . En lengua chibcha, unidad de medida corrrespondiente a un año lunar. Es curioso anotar la semejanza entre el calendario chibcha y el europeo. Los tiempos estaban divididos en años, meses y días. Los meses se contaban por lunas y los días, por soles. Tales categorías fueron esenciales en el correcto trámite de las cosechas periódicas. z o n a b a n a n e ra . Cómica –aunque un tanto manida– forma de aludir a una acumulación liposa en la zona del abdomen, equiparándola a la región productora de bananos de nuestra fértil nación. z o n a ro s a . Denominación conferida desde mediados de los años 80 del siglo XX al circuito de bares aledaño a la calle 82, entre carreras 11 y 15, hoy un tanto venido a menos. A lo largo de su historia, la Zona Rosa ha sido epicentro de legendarios lugares tales como Charlie's Roastbeef, Sello Negro, Trafalgar Square, el Café Imperial, el City Rock Café (versión pirata del internacional Hard Rock Café) y Cassis, entre otros. ¡zo n a s ! Voz de alerta para mantenerse cauto en medio de una determinada situación riesgosa. zo ro co . Individuo torpe, crédulo, bisoño e ingenuo. zo rra. 1. Mujeruca. 2. Especie de carroza de carga tirada por un caballo y dedicada al acarreo de mercancías, cartones, bienes muebles o desechos. zo rre ro . Auriga de zorra. zu ás . Voz onomatopéyica con la que se indica un acontecimiento inesperado o una caída. zu áqu e te . Interjección onomatopéyica para indicar un golpe o accidente. zu co . En la jerga de consumidores de estupefacientes, abreviatura de ‘bazuco’. zu m bam bico . Pequeñuelo insoportable. zu rró n . Jovencito travieso. zu te . Infante. (zorrero) (257) (zorra) Un zorrero sufre un accidente en la vía pública por la caída del caballo. Un policía ayuda, 1947. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (258) biblio grafía bás ica Acosta Ortegón, Joaquín. Idioma chibcha o aborigen de Cundinamarca. Bogotá: Imprenta del Departamento, 1938. Acuña, Luis Alberto. Diccionario de bogotanismos. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1983. Alape, Arturo. Sangre ajena. Bogotá: Planeta, 2000. Álvarez, Alejandro; Carlos Ernesto Noguera y Jorge Orlando Castro. La ciudad como espacio educativo. Bogotá: Arango Editores, 2000. Álvarez Lleras, Antonio. Fuego extraño. Bogotá: Selección Samper. 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Celdas del Panoptico, Ca.1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go (264) (agüita pa' mi gente) Variable posmoderna y criolla del lema romano aquel de ‘al pueblo pan y circo (panem et circenses)’, creada durante la década de los 90 del siglo XX por el magnate tolimense de la televisión Jorge Eliécer Barón Ortiz. . Entrenamiento de bomberos, Ca. 1940. Daniel Rodríguez / Colección MDB - IDPC (265) (cachetoso) Elegante. Prolijo en alcurnia. Se deriva del galicismo ‘caché’, a su vez procedente de ‘cachet’. ??????????????????????????. Daniel Rodríguez, 1968 / Colección MDB - IDPC *bo go tálo go Bo go tálo go Po s t Scrip tu m * * espacio para escribir palabras faltantes; sus aportes, reproches y correcciones pueden ser enviados a: w w w .bo go talo go .co m co n tribu cio n e s @bo go talo go .co m (270) (seca, la) Sintomatología de resequedad en la cavidad bucal, por lo general debida a resaca, calor o a extenuante actividad física. Obreros tomando cerveza y refajo. Daniel Rodríguez, 1938 / Colección MDB - IDPC (271) *bo go tálo go EL BOGOTÁLOGO FUE POSIBLE GRACIAS AL INGENIO DE LOS HABITANTES DE LA MESETA CUNDIBOYACENSE, DESDE TIEMPOS PRECOLOMBINOS HASTA 2011.