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ESTUDIS SOBRE CONFLICTES SOCIALS Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino Josep Sánchez Cervelló & Alberto Reig Tapia (coords.) Estudis sobre Conflictes Socials Direcció Alberto Reig Tapia Josep Sánchez Cervelló Consell de redacció Mario Arias Oliva, Jordi Àngel Carbonell Pallarés, Santiago Castellà Surribas, Coral Cuadrada Majó, Manuel Fuentes Vázquez Consell assessor Manuel Alcántara Sáez (Universidad de Salamanca), Enrique Gil Calvo (Universidad Complutense de Madrid), Carlos Imaz Gispert (Universidad Nacional Autónoma de México), María Rosa Lojo (Consejo Nacional de Investigaciones Cientíicas y Técnicas, Argentina), Paul Preston (London School of Economics and Political Science), Francesc M. Quílez Corella (Museu Nacional d'Art de Catalunya), Ángel Viñas Martín (Universidad Complutense de Madrid) CONGRÈS INTERNACIONAL SOBRE TRANSICIONS EN EL MÓN CONTEMPORANI 7, 8 i 9 de Maig de 2014 Universitat Rovira i Virgili, Tarragona Dins les activitats pròpies del CECOS (Centre d’Estudis sobre Conflictes Socials), ens hem proposat organitzar un nou Congrés per tractar la temàtica, sempre controvertida, dels processos de transició política contemporanis, amb l’objectiu de generar una àmplia reflexió i posterior debat. És per això, i en el context de la globalització i l’actual crisi que sacseja tan violentament el nostre planeta, que volem parlar de tr transicions humanes i polítiques, de transformacions de la societat, aprofundint també en els canvis en els moviments socials, en la llibertat d’expressió… I d’aquesta manera abordar, des de la pluridisciplinarietat, la transició en el seu concepte més ampli ampli. Donat el caràcter interdisciplinari d’aquest Congrés, es podran presentar treballs de recerca, experiències professionals i comunicacions que tinguin com a PRO 9:00 DIM Repartiment de crede 9:30 Paraules del Magn. Re Grau i Vidal i degans Bondia i Lletres, Josep Bondia, 9:30 Conferència inaugural Excm. e Ilm. Moham Àrab Sahra Repú República poble sahrauí per la in 10:15 Josep Sánchez Ce Contemporània i degà URV "Transicions a l'À URV: 11:00 Manuel Fuentes, P Hispanoamericana de literària en la revist Virgilio Piñera". 12:00 Vicenç Navarro, Cate UPF: "La Segona Tran Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino Coordinación de Josep Sánchez Cervelló Alberto Reig Tapia Tarragona, México D.F., 2016 Edita: Publicacions Universitat Rovira i Virgili Universidad Autónoma de la Ciudad de México SIMO Sistemas de Inteligencia en Mercados y Opinión 1.ª edición: mayo de 2016 ISBN URV: 978-84-8424-461-5 ISBN UACM: 978-607-9465-17-9 Depósito legal: T 873-2016 DOI: 10.17345/9788484243830 Publicacions de la Universitat Rovira i Virgili Av. Catalunya, 35 - 43002 Tarragona Tel. 977 558 474 · publicacions@urv.cat www.publicacions.urv.cat Universidad Autónoma de la Ciudad de México Dr. Garciadiego 168 Colonia Doctores - Delegación Cuauhtémoc C.P. 06720, Ciudad de México, México htpp://publicaciones.uacm.edu.mx SIMO Zitacuaro 5, Hipódromo Condesa 06170 Ciudad de México, D.F., México www.simomexico.com Imagen de cubierta: Zopalic, Equipatges antics a Ellis Island, Nova York <https://pixabay.com/en/vintage-luggage-ellis-island-652875/> Esta obra está bajo una licencia Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported de Creative Commons. Para ver una copia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-ncsa/3.0/ o envíe una carta a Creative Commons, 171 Second Street, Suite 300, San Francisco, California 94105, USA. ¶ Esta editorial es miembro de la Xarxa Vives y de la UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional. SUMARIO Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Josep Sánchez Cervelló y Alberto Reig Tapia El destierro como destino Espanya, país d’exilis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Josep Sánchez Cervelló Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España durante el régimen de facto (1936–1977) . . . . . . . 53 Joan E. Garcés La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67 Xavier Moreno Juliá España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) . . . . . 95 Ramon Arnabat Mata Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Santiago J. Castellà Surribas Maçoneria internacional: viatge d’anada i tornada . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 Quim Vendrell Moreno Exilios en el mundo La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano . . . 163 Rocío Arnal Lorenzo Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 Jaume Camps Girona El exilio español en el Magreb . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 Oliver Klein Bosquet L’exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil (1936-1939) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 Juan Roberto Zepeda Iturrieta Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939). . . . . . . . . . . . . . . . 239 Esther Gutierrez Escoda L’acollida dels intel·lectuals catalans a França . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257 Montserrat Corretger i Montserrat Palau El conlicte basc com a font d’exilis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 275 Antoni Batista Viladrich El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno en México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287 Ariel Arnal A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303 Claudio Albertani Historias de vida Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país de origen en contextos migratorios de parejas mixtas . . . . . . . . . . . . . . 323 Jordi Roca Girona Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341 Lourdes Rubio-Rico La lenta agonía del “exilio francés” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363 José Antonio Vidal Castaño Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936-1943) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 Juan F. García Bascuñana L’antropologia catalana i l’exili republicà a Mèxic . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407 Joan J. Pujadas Dones al camp d’Argelers: un centre d’allotjament . . . . . . . . . . . . . . . . . 445 Felip Solé Palestina et vesteix de cap a peus! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 477 Anna Fonoll Tassier Transterrados y exiliados: Pedro Garias y León Felipe . . . . . . . . . . . . . 499 Alberto Reig Tapia El exilio palestino: una visión personal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 525 Ahmad Abdouni Epílogo. El regreso de los exiliados republicanos . . . . . . . . . . . 539 Nicolás Sánchez-Albornoz PRÓLOGO Josep Sánchez Cervelló y Alberto Reig Tapia El ser humano es por naturaleza un ser social, necesitamos de los demás para realizarnos como personas y encontrar un sentido a la vida, salvo que se sea un ser inferior o superior, como aquel que escapaba a la comprensión del mismo Homero: “Sin patria, sin ley, sin hogar…” y que sería el primer exiliado de la historia. Así el desterrado sería un enajenado al que se le han arrebatado sus señas de identidad más preciadas y carece de libertad y de poder para recomponerlas. El desarraigo del exiliado, el sentimiento de pérdida, de usurpación más bien, de la propia patria en la que nos hemos criado es especialmente doloroso puesto que nos vemos forzados a la siempre traumática amputación de nuestras raíces más profundas. Un abandono que nunca es voluntario para un exiliado. Por generosa que pueda ser la tierra de acogida jamás le abandonará al exiliado ese sentimiento de haber sido brutalmente violentado como si su vida hubiera estado predeterminada por un inefable destino. Vida y destino, así tituló su libro Vasili Grossman, una obra maestra de la literatura rusa a la altura de Guerra y paz de León Tolstói. No en balde se reiere a ella la crítica literaria como la guerra y paz del siglo xx. Y así es. Grossman, nos traza un fresco tan duro como conmovedor de la tragedia humana que siempre supone la guerra con la batalla de Stalingrado al fondo, que fue la gran gesta de la II Guerra Mundial que provocó millones de muertos. Los grandes protagonistas no son abstracciones como el pueblo, la nación o la raza, tan caros a las ideologías nacionalistas y revolucionarias, sino un conjunto de personajes que convierten la novela en un relato coral al modo y manera como nuestro Max Aub hizo con su espléndida saga de “los campos”, en El laberinto mágico, donde traza a lo largo de las seis novelas que lo componen una descripción magníica de la guerra civil desde su mismo inicio hasta su inal desde la perspectiva de la gente común con la desbandada de los derrotados hacia el puerto de Alicante, que describe muy vividamente en Campo de los almendros donde quedan a la espera del barco que nunca llegará los perdedores de la historia y Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 7–12. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Josep Sánchez Cervelló, Alberto Reig Tapia que habría de permitirles a los que hasta allí se habían refugiado iniciar el siempre incierto camino del destierro. Si hay un drama humano íntimamente ligado a la guerra y la muerte, ese es el exilio al que siempre se ve arrojado el ser humano en contra de su voluntad, nunca voluntariamente. Nadie abandona por simple espíritu de aventura, de conocimiento o de descubrimiento, su país o su familia o a sus más próximos allegados sino impelido por razones políticas o económicas bien concretas y forzado por una situación tan destructiva y traumática como una guerra, civil especialmente, o de similares y terribles características pues todas provocan traumas y dejan secuelas horribles. La vida humana en una situación límite siempre es una fuente inagotable de conocimiento, que nos fuerza a plantearnos muchas preguntas y a tratar de responderlas. Tal fue nuestro intento cuando desde la amplia perspectiva que ofrecen las Ciencias Sociales organizamos el I Congreso sobre Exilios Contemporáneos que organizó CECOS (Centro de Estudios sobre Conlictos Sociales) y que tuvo lugar en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona del 6 al 9 de febrero de 2013 con la colaboración de los departamentos de Antropología, Filosofía y Trabajo Social, Historia e Historia del Arte, Filologías Románicas, Comunicación Social y Periodismo, Derecho Público y Enfermería. Con esa voluntad emprendimos el trabajo que ahora tenemos la satisfacción de ver ya convertido en libro y al alcance de cualquier curioso lector. Ofrecemos pues al público las ponencias allí defendidas bajo la coordinación de los irmantes de este prólogo dentro del programa de publicaciones de Estudios sobre Conlictos Sociales de CECOS, cuyo primer número Las Brigadas Internacionales: Nuevas perspectivas en la historia de la Guerra Civil y del exilio ya está disponible en edición impresa y online en la web de la colección: <http://llibres.urv.cat/index.php/purv/catalog/ series/cecos>. Hemos agrupado los textos en tres grandes apartados temáticos: I. El destierro como destino. En él recogemos las ponencias más enfocadas a analizar las consecuencias políticas, sociales, económicas y jurídicas que provocan los exilios empezando por un recorrido histórico sobre los constantes exilios que se han producido en España desde los judíos y moriscos a los liberales, jesuitas y republicanos a cargo de Josep Sánchez Cervelló. Sigue un enfoque jurídico a cargo de Joan E. Garcés mostrando las graves consecuencias de las políticas genocidas y los delitos de lesa 8 Prólogo impunidad que se produjeron a lo largo de la dictadura de Franco. A continuación Xavier Moreno Juliá traza un amplio recorrido sobre la dura represión sufrida en la Europa del Este entre 1944 y 1950 bajo la égida del comunismo soviético. A su vez Ramón Arnabat traza una panorámica general sobre los muy numerosos exiliados catalanes y españoles que se produjeron de forma masiva a lo largo de la primera mitad del segle xix. Santiago Castellá Surribas se ocupa por su parte de analizar la trayectoria de la importante labor política y diplomática desempeñada por el republicano Pablo de Azcárate a lo largo de su vida que culmina con su contribución al establecimiento de un estatuto jurídico del refugiado. Y para cerrar el apartado Quim Vendrell nos traza una panorámica sobre la ayuda económica y jurídica que los masones españoles y catalanes recibieron de diferentes estados especialmente latinoamericanos como consecuencia de la guerra civil y cómo, tras el golpe de Pinochet en Chile, fue España y particularmente Cataluña quienes acogieron a numerosos latinoamericanos forzados al exilio. II. Exilios en el mundo. En este segundo apartado podrá el lector hacer un amplio recorrido sobre diversos estudios monográicos que abordan la problemática del exilio desde una perspectiva generalista y exógena (Rocío Arnal se reiere a la solidaridad española con el exilio republicano) o geográica (Jaume Camps, se ocupa del caso de Marruecos; Oliver Klein, lo hace con el del Magreb); más particularista y endógena (Juan Roberto Zepeda, la solidaridad catalana con los refugiados y desplazados internos durante la guerra civil). Por su parte Esther Gutiérrez Escoda se ocupa de los refugiados en la IV veguería; Montserrat Corretger, del exilio de los intelectuales catalanes en Francia; Antoni Batista, del caso vasco como fuente permanente de exilios; Ariel Arnal, de cómo se fue forjando y reconstituyendo la identidad chilena en México tras el golpe de Pinochet, para cerrar el apartado Claudio Albertani, que estudia el caso de Víctor Serge y Latinoamérica a través de la revista Babel. III. Historias de vida. En el tercer y último apartado agrupamos las historias de vida de algunos casos ilustrativos por la relevancia de sus protagonistas. Así, el exilio del sargento Fabra que sublevó la guarnición de Patera en Valencia y que dio un vuelco al impasse que se produjo en el País Valenciano el 18 de julio, es abordado por José Antonio Vidal Castaño. Juan F. García Bascuñana se ocupa de los primeros años del exilio de Jorge Semprún en los campos de la muerte nazis. Alberto Reig Tapia, traza una panorámica sobre los casos singulares de los “transterrados” León Felipe 9 Josep Sánchez Cervelló, Alberto Reig Tapia y Pedro Garias en México, dos de los poetas más excelsos y singulares de la poesía española del exilio. Del análisis de los sentimientos del exiliado desde un enfoque antropológico (el amor y el dolor) se ocupa Jordi Roca que aborda los exilios amorosos. Lourdes Rubio-Rico lo hace con las experiencias de magrebíes en Cataluña. Joan J. Pujadas estudia la antropología catalana y el exilio republicano en México. Felip Solé analiza la situación de las mujeres en el campo de Argelers. Finalmente de la cuestión palestina, el exilio contemporáneo más dilatado, se ocupa Anna Fonoll Tassier y Ahmad Abdouni. Se cierra el libro con un interesante epílogo escrito especialmente para la ocasión por Nicolás Sánchez Albornoz sobre la interesante cuestión de las diicultades de adaptación con que se encontraron los exiliados republicanos españoles a la hora del regreso a su país, que hicieron que muchos de ellos retornaran a su tierra de acogida. Se trata, pues, de una amplia gavilla de estudios académicos realizados desde diversos enfoques pluridisciplinares en los que esperamos que el lector encuentre, si no respuestas concretas y precisas a su curiosidad, intereses e inquietudes, sí al menos una sólida base de información y relexión a partir de la cual poder seguir adentrándonos en el doloroso y ejemplarizante drama de los exilios en el mundo contemporáneo. La emigración, tan pareja al exilio y que marcha siempre de su mano, es otra trágica realidad del mundo contemporáneo, tanto si es producto de guerras y conlictos sobrevenidos considerados contra natura más que discutiblemente (es evidente, que el hombre es el mayor depredador del planeta), como si lo es por razones naturales: terremotos, diluvios, plagas, etc. En cualquier caso, resulta estremecedor el egoísmo del mundo más desarrollado, no ya negando la entrada en sus “paraísos terrenales” a los millones de desplazados por causas forzosas argumentando su imposibilidad de poder acoger y dar trabajo y asistencia sanitaria a todos, sino también mostrándose reacio a invertir en los países de origen y presionar en las instancias internacionales competentes para invertir en sus economías subdesarrolladas y potenciar el desarrollo de tales pueblos y naciones. El mundo civilizado no puede seguir consintiendo que tantos millones de personas no dispongan de más destino que la muerte como consecuencia de la violencia directa de los conlictos armados o por la indirecta de la falta de alimentos básicos y una atención sanitaria acorde con los principios inherentes a nuestra civilización. En España y también en Italia sobre todo ya estamos acostumbrados a ver llegar, a los que inalmente lo consiguen y no perecen por el camino, 10 Prólogo a oleadas de emigrantes en “pateras” huyendo del horror de la violencia y el hambre. La Europa del Norte parecía desentenderse de un problema de lesa humanidad que sólo afectaba a la Europa del sur, a esos despreciados PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). Pero de pronto la realidad les ha golpeado en su propia casa. Ahora el problema se ha generalizado aún más y miles y miles de personas (sirios, afganos, iraníes, paquistaníes, etc.) atraviesan Turquía y, a través de Izmir, llegan a Grecia, y por el paso de Idomeni alcanzan Macedonia y Serbia para desembarcar en Hungría, primer país de la UE, el paraíso terrenal para esas masas de gentes desesperadas que constituye la frontera de la esperanza, y que sin embargo se blinda a toda velocidad ante semejante oleada humana que huye de una muerte segura. Desde allí tratan de pasar a Austria, Italia, Francia, Alemania y Suecia. Alemania ostenta actualmente el récord de peticiones de asilo en Europa en el primer semestre de 2015 con 154.055 solicitudes que suponen el 38% del total de 398.895 según datos de Eurostat en el momento de escribir estas líneas. La emigración desesperada ya no es sólo un problema de la Europa del Sur, ya lo es del conjunto de la UE, y si las grandes potencias y sus máximos responsables políticos no comprenden que estamos ante un problema global, que el hambre no conoce fronteras y todo ser humano ante el riesgo cierto de morir puede acabar lógicamente pensando que su única esperanza pasa por matar a quienes cree responsables de su trágico destino, estarán condenando a toda la humanidad. Tristemente aún no parece que haya calado con suiciente fuerza en los países desarrollados un mandato moral superior que excede en mucho los programas políticos de nuestros gobernantes, siempre cortoplacistas y cicateros: que no hay salvación si no es con todos. Europa nos está dando serios motivos para avergonzarnos a los europeos de nacimiento y convicción más allá de las propias fronteras nacionales por los acuerdos que están tomando nuestros responsables políticos canjeándose personas y familias con Turquía como quien cambia (o cambiaba) cromos en el patio del colegio a la hora del recreo; ahora comentan la nueva aplicación que se han descargado en su Iphon último modelo. No parece que Occidente y el mundo más rico lo hayan aún comprendido. La historia es bien conocida. Cuánto tenemos que aprender las culturas supuestamente superiores y colonizadoras de las que nosotros decidimos que son inferiores y tenemos, por tanto, el derecho y la obligación moral de reconducirlas en función de nuestros intereses. 11 Josep Sánchez Cervelló, Alberto Reig Tapia Un antropólogo estudiaba los hábitos y costumbres de una tribu en África y siempre estaba rodeado de los niños de la tribu cuando un buen día decidió hacer algo divertido que entretuviera a los niños. Se hizo con una buena cantidad de caramelos y golosinas y les dijo que los colocaran todos en una gran canasta decorada al efecto con cintas de colores y otros adornos. A continuación colocaron la canasta bajo la sombra de un árbol. Llamó entonces a los niños y les propuso un juego: cuando él dijese “ahora”, los niños deberían salir disparados hacia el árbol a cuya sombra aguardaba tan preciado tesoro. El primero que alcanzara la meta y llegase a la canasta ganaría el juego y en justo premio tendría el derecho a comerse todos los caramelos y demás golosinas él solo. Había que competir y, sobre todo, había que ganar. Colocó el antropólogo a los niños en ila a la espera de la señal acordada. Cuando dijo “¡Ahora!” no salieron los niños en tropel sino que se tomaron de las manos y salieron corriendo juntos hacia la canasta y juntos llegaron a la meta. Comenzaron de inmediato a dividir los caramelos y, sentados en el suelo, se los fueron comiendo felices y contentos. El antropólogo fue a su encuentro y les preguntó enfadado por qué habían ido todos juntos, si sólo uno pudo haber tenido toda la canasta. Entonces, los niños respondieron: — ¡UBUNTU! UBUNTU signiica: “Yo soy porque nosotros somos”. La respuesta de los niños fue tan sabia como ejemplarizante. “¿Cómo uno de nosotros podría ser feliz si todos los demás estuvieran tristes?” 12 EL DESTIERRO COMO DESTINO ESPANYA, PAÍS D’EXILIS Josep Sánchez Cervelló Universitat Rovira i Virgili Resum L’exili és una constant tràgica en la història d’Espanya: les expulsions de jueus i moriscos revelaren els principis teocràtics que han regit la vida política de l’Estat. La doble expulsió dels jesuïtes i la matança de religiosos el 1936 representen, també, els límits i riscos d’aquest estat d’hegemonia catòlica. Tot i això, la guerra antinapoleònica, la dels agreujats, la dels malcontents i les carlinades —incloent-hi la de 1936-1939— tenen un clar rerefons religiós. El monopoli de la veritat i el pronunciat antiliberalisme per part de l’Església i de les classes privilegiades són, en gran part, els culpables d’aquesta Espanya caïnita. La repressió, el terror sobre els discrepants, els vençuts i les minories és l’altra constant. Tot i això, però, seria injust no reconèixer l’existència d’una altra tradició més tolerant, que permeté, al inal de les tres guerres carlistes i després de les revoltes cantonals de la Primera República, la promulgació d’amnisties per retornar a les seves llars els que s’havien exiliat, mesures de gràcia que pretengueren tranquil·litzar els esperits. L’exili de 1936 fou el més brutal de tota la nostra història i el que ha llençat més interrogants sobre el nostre present, perquè els guanyadors de l’hecatombe han impedit que es fes llum i memòria sobre aquella salvatjada. Paraules clau Exili, repressió, persecució política, franquisme, persecució religiosa. Abstract Exile is a constant in the tragic history of Spain. he expulsion of the Jews and the Muslims revealed theocratic principles that have governed the political life of the state. he expulsion of the Jesuits and the persecution of Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 15–52. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Josep Sánchez Cervelló clerics in 1936 represent the limits of and the risks to the Catholic hegemony of the state. Nevertheless, the anti-Napoleonic war, the “aggrieved” war, the malcontents and the Carlist Wars —including 1936-1939— have a clear religious background. he anti-liberalism and monopoly on truth of the Church and the privileged classes are, in large part, responsible for Cainite Spain. he other constants are the repression and terror meted out to dissenters, the defeated and minorities. However, it would be unfair not to acknowledge the existence of another more tolerant tradition that, at the end of the three Carlist wars and ater the cantonal revolts of the 1st Republic, pronounced amnesties to allow exiles to return to their homes, gracious measures that sought calm people's spirits. he exile of 1936 was the most brutal in Spain's history and the one that has raised the most questions about our present, particularly because the winners of the hecatomb have silenced anyone who wants to shed light on this barbarity. Keywords Exile, repression, political persecution, Francoism, religious persecution. 1. Antecedents a la contemporaneïtat Espanya ha estat fèrtil a l’hora de desterrar part de la seva població al llarg de la nostra cruenta història, tant per necessitats econòmiques com per motius ideològics. Especialment dolorós és el segon enunciat, el que dóna una idea de com ens han anat les coses. Només cal recordar, entre l’emigració política, les expulsions dels jueus el 1492, que van afectar a 100.000 persones, segons Isidore Loeb, o a unes 160.000, a parer de W.T. Walsh;1 la dels 300.000 moriscos el 1609, d’acord amb les estimacions de Vicente Llorens;2 o la dels austriacistes, derrotats després de la guerra de Successió el 1715, que Virginia León assenyala que va poder afectar entre 16.000 i 30.000 persones.3 D’entre aquestes persones cal esmentar Antonio Folch Cardona, arquebisbe de València, que va acabar a Viena com a president 1 Caro Baroja, J., Los judíos en la España moderna y contemporánea, Madrid, Akal, 2001, p. 203, vol. I. 2 Llorens, V., “Emigraciones en la España Moderna”, a Abellán, J. L.; Llorens, V., El exilio español de 1939, Madrid, Taurus, 1976, pp. 25-93, vol. I. 3 León, V., “Austracistas”, a Canal, J. (ed.), Exilios: los éxodos políticos en la historia de España, siglos xv-xx, Madrid, Sílex, 2007, pp. 75-106. 16 Espanya, país d'exilis del Consell d’Espanya i Itàlia en el desterrament,4 sent el precedent dels governs de la Segona República a l’exili. El manteniment d’aquest organisme suposà que Carles VI continuava reivindicant la corona espanyola i no fou ins al 1725, quan es normalitzaren les relacions entre Espanya i Àustria, que Felip V no concedí una amnistia que permeté la tornada al país de molts dels exiliats.5 Les següents foren les expulsions dels jesuïtes en dues ocasions: el 1767 i el 1932. La primera va afectar més de 4.000 membres de la companyia i la republicana, 3.622, segons ha calculat Jesús Bastante.6 2. El segle xix: exòdes absolutistes i constitucionals Especialment, però, el segle xix va ser fèrtil en desterraments. Sánchez Zapatero assenyalà que en aquesta centúria “la desidencia política como antes la religiosa, era castigada con el exilio, con lo que a cada cambio de gobierno le sucedía el éxodo forzoso de un amplio sector de la población. En total se calcula que más de 200.000 personas hubieron de marcharse del país durante ese periodo al ser objeto de persecuciones motivadas por causas ideológicas”.7 Així, durant la dominació francesa d’Espanya (1808-1814) van ser deportats a França, el desembre de 1813, 56.946 espanyols, presoners de guerra majoritàriament, segons Jean R. Aymes.8 Amb la derrota napoleònica es creu que més de 12.000 afrancesats van deixar el nostre país, com ho ha indicat Luis Barbastro.9 Aquesta emigració continuà per la política repressora de Ferran VII i perquè aquests van acabar rebent una pensió 4 La seva oposició a Felip V pot veure’s a: Valladares de Sotomayor, A., Semanario erudito que comprehende varias obras ineditas, críticas, morales, instructivas, políticas, históricas, satíricas y jocosas de nuestros mejores autores antiguos y modernos, Madrid, Blas Román, 1789, pp. 149-224, vol. XVIII. 5 Juan Vidal, J.; Martínez Ruíz, E., Política Interior y Exterior de Los Borbones, Madrid, Istmo, 2001, pp. 41-42. 6 Bastante, J. “La última expulsión de los jesuitas”, ABC, Madrid, 22 de enero de 2007, a: <www.e-libertadreligiosa.net/temas-historicos/44-libertadreligiosasigloxx/82-la-ultimaexpulsion-de-los-jesuitas.html> [consultada 18-XII-2012]. 7 Sánchez Zapatero, J., El compromiso de la memoria: un análisi comparatista Max Aub en el contexto europeo de la literatura del exilio, Salamanca, Universidad, 2009, pp. 217-218. 8 Aymes, J. R., La déportation sous le Premier Empire. Les espagnols en France (1808-1814), París, Sorbonne, 1983, pp. 170-171. 9 Barbastro Gil, L., Los afrancesados. Primera emigración política del siglo xix español (1813-1820), Madrid, CSIC, 1993, p. 11. 17 Josep Sánchez Cervelló del Govern francès. A inals de 1814, la premsa referí: “Se dará a los españoles, no militares, refugiados en Francia, comprendiendo a sus mujeres e hijos, el mismo socorro que se da a los españoles militares refugiados; para que puedan cobrarlo se les obliga a que irmen sus nombres en casa de los comandantes de armas de los lugares de su residencia, o en la del comandante más próxima a ella; lo cual veriicado se les indicará los socorros que deben percibir y en donde. Los que quieran salir de Francia pueden pedir sus pasaportes que les serán dados. Se avisa igualmente a los oiciales españoles, que ha decretado el ministro que gozaran del sueldo de oiciales franceses reformados, con arreglo a su graduación.”10 Aquesta mesura ixà els refugiats a França. Encara, durant el regnat reaccionari de Ferran VII, entre 1814-1820, es van exiliar unes 15.000 persones segons Sánchez Zapatero.11 L’inici del Trienni Liberal, el 1820, obrí un nou tempus polític i la premsa referia, tímidament, l’amnistia i l’ordenament constitucional com els principals reptes en el camp polític: “Dos objetos de público interés y utilidad nacional agitan hoy los ánimos, y avivan los deseos de los españoles honrados, a saber; si el próximo Congreso será tan generoso y magnánimo que decida felizmente la suerte de los refugiados en Francia, en consideración a que estamos en distinta época de aquella en que el Congreso decidió lo que le pareció convenir al honor español y a su patria. Segundo, si el Congreso ofrecerá a las generaciones futuras un documento de justicia que pueda servir siempre de eicaz lección a los españoles, que en las lejanas venideras edades intentasen ser Persas: conciliando la equidad con la misericordia en favor de los que viven… o si importará, en razón de todos, revivir la ley de Traisibulo, el eterno olvido.”12 Quan aquestes premisses que garantien les llibertats i el pluralisme polític es compliren, els afrancesats i l’emigració liberal es preparà per tornar. Però, abans de partir, volgueren mostrar la seva gratitud a França, mitjançant una carta que adreçaren al ministre de la Guerra, el marquès de Latour Maubourg, en la qual li deien: “Excelmo. Sr. La memoria de la hospitalidad que con tanta nobleza ha ejercitado con nosotros la Francia, y los consuelos que no ha cesado de darnos, aún en el tiempo mismo en que ella estaba tan apurada, 10 Diario de Mallorca, núm. 299, 9.XII.1814, p. 3. 11 Vegeu: Sánchez Zapatero, J., “Implicaciones Históricas, Literarias y Léxicas del Exilio en España: 1700-1833”, a: <http://www.um.es/tonosdigital/znum15/secciones/estudios30-Exilio1700-1833.htm#_tn6> [consultada 26-VI- 2012] . 12 El Universal observador español, núm. 54, 4.VII.1820, p. 1. 18 Espanya, país d'exilis nos obligan a publicar nuestro reconocimiento antes de volver a nuestra patria; y rogamos a V. E. se sirva elevar este nuestro respetuoso homenaje al trono de S. M. cristianísima, cuya paternal solicitud ha velado sobre nuestra existencia en los días de desgracia. En breve les diremos a nuestros conciudadanos, parientes y amigos, […] la relación de las virtudes de esta nación tan ilustrada y generosa, el testimonio de los prisioneros de guerra. Estaremos dichosos de contribuir así a estrechar los lazos que deben unir a dos naciones hechas para estimarse y quererse; y ojalá oiga el cielo los votos que le dirigimos, y se restablezca en su vigor esta santa máxima política: ¡ya no hay Pirineos! […] Queremos por cuantos medios podamos satisfacer una deuda sagrada, y que sea conocida del mundo toda la expresión de nuestros sentimientos.”13 El Trienni Constitucional (1820-1823) aviat fou desestabilitzat per la pèrida actitud de Ferran VII i per les insurreccions apostòliques i, a partir de 1823, el país fou envaït pels Cent Mil Fills de Sant Lluís, i s’hi implantà, novament, l’absolutisme. La primera insurrecció reialista per reposar Ferran VII s’inicià a inals de 1821, però a mitjan 1822 pràcticament havia estat aixafada arreu. Tot i això, l’odi al Govern constitucional féu que els principals absolutistes s’haguessin d’exiliar a França, on conspiraren per enfonsar-lo. Davant d’aquesta conjuntura, l’executiu dictà diverses normes per tal d’acabar amb la contrarevolució. A tall d’exemple, el 27 de maig, es dictà una real ordre informant “de que circula en algunas provincias, especialmente de las coninantes con Francia un folleto intitulado «Maniiesto que los amantes de la Monarquía hacen a la Nación Española, a las demás potencias y a sus soberanos», escrito en idioma español con caracteres, papel y forma francesa, el cual hay motivos para creer que está impreso en aquel país por los refugiados que acogidos a él conspiran contra el Gobierno Constitucional”. I, per això, l’executiu manà als governadors civils: “que se tomen las más activas medidas para recoger todos los ejemplares que puedan ser habidos, procediendo con arreglo a las leyes contra cuales quiera que los propague o retenga después del término que V. S. ijará para su presentación, y que debe ser el más corto posible, dando cuenta de los ejemplares que se recojan y personas a quienes se hayan dirigido. Y para que nadie pueda alegar ignorancia, además de pasarla para su publicación a los ayuntamientos de la provincia, he determinado se imprima en los 13 Miscelánea de comercio, artes y literatura, 24.V1820, p. 3. 19 Josep Sánchez Cervelló periódicos de esta capital advirtiendo que señalo el preciso y perentorio término de ocho días para la presentación del folleto”.14 El desembre d’aquell any, davant els creixents rumors d’invasió estrangera, el Govern tractà d’oxigenar l’exili amb el decret d’una amnistia, que el cònsol espanyol a Perpinyà s’apresurà a comunicar al prefecte: “Las autoridades constitucionales de Cataluña me han comunicado la noticia de haberse concedido amnistía a todos los sargentos, cabos y soldados españoles, que han servido a los facciosos contra el gobierno de su patria, y al presente se hallan refugiados en Francia, con la precisa condición de que se presenten inmediatamente a las autoridades de la Junquera convenientes, a in de que esta buena nueva llegue a los interesados que se hallan en vuestro departamento. Creo hacer un servicio a mi patria restituyéndole por este medio a esos hijos descarriados. Igualmente […] a vuestro gobierno que se verá libre de una carga, que sostiene por humanidad.”15 Però, malgrat aquestes disposicions governamentals, el 1823, amb l’arribada dels Cent Mil Fills de Sant Lluís, es va tornar a reimplantar la monarquia absoluta, que donà pas a la Dècada Ominosa (1823-1833). Llavors, novament, les elits i els sectors socials acostats al liberalisme hagueren de tornar a recórrer els camins de l’expatriació, tot i que la premsa, sotmesa a una forta censura eclesiàstica, no ho deixà traspuar, ans al contrari, ja que, unànimement, mostrà una gran satisfacció amb la sortida del país dels pecadors: “Acaban de llegar a Bristol muchos refugiados españoles, entre los que se cuenta el demasiado famoso Canga Argüelles, Ministro de Hacienda de las Cortes. Éste es el que hizo aquellos escandalosos empréstitos que solo podían enriquecer a los prestamistas y arruinar enteramente la Nación española. Vienen en su compañía Melchor Prat, Velasco, Seoane y Bustamante. La confusión y la desesperación están marcadas, dice la Gaceta de Bristol, sobre la frente de estos hombres. Se disponen a pasar a Londres, en donde se halla ya Mina. Se asegura que está estipulado en el tratado concluido para la ocupación de España por las tropas francesas que evacuarán éstas el territorio español en todo el mes de julio. Sin embargo, es muy justo el pensar que esta disposición dependerá de la mayor o menor tranquilidad del país.”16 Al marge dels que emigraren a Anglaterra, la gran majoria anà a França, on inicialment foren deportats 12.459 14 El Chismoso, núm. 24, 9.VI.1822, pp. 10-11. 15 El Universal, núm. 38, 7.II.1823, p. 4. 16 El Restaurador, 7.I.1824, p. 1. 20 Espanya, país d'exilis militars, com ha referenciat Sánchez Mantero17 i la resta, ins arribar als 20.000, foren civils, el nombre total en què xifrà Gregorio Marañón aquest èxode.18 La repressió absolutista en iniciar-se la Dècada Ominosa no dugué la tranquil·litat pública, ans al contrari, el país visqué una època de profunda inestabilitat. Un exemple en fou el que esdevingué a la província de Cadis l’agost de 1824 i que motivà un reforç de les mesures de seguretat i, de retruc, les repressives a tot l’Estat. La notícia fou difosa a totes les capitanies generals, i assenyalava que: “Algunos vecinos de la villa de Jimena, lastimosamente pervertidos en sus opiniones, y alucinados además por los anarquistas refugiados en Gibraltar, cometieron en la madrugada del día 1 de este mes el horrible atentado de turbar el orden en la misma villa y arrestar a las autoridades; pero hallándose casualmente allí el teniente del regimiento de la Princesa D. Gregorio del Conde con una partida de seis soldados, no dudó un momento en atacar a los sediciosos, y después de un corto tiroteo los arrolló, con muerte de uno de ellos, y obligó a retirarse a la sierra, donde de los 27 hombres que componían la gavilla han sido ya muertos 7, y presos otros 5, siendo los restantes perseguidos sin cesar por la tropa y Voluntarios Realistas que en esta ocasión han manifestado el mayor celo y idelidad al Rey N. S. Casi al mismo tiempo que esto sucedía, otra gavilla de 120 hombres, compuesta de la escoria de la sociedad, connaturalizada con el crimen, e impelida de la desesperación, tuvo la osadía de desembarcar en las playas de Tarifa, patrocinada de algunos barcos de contrabandistas, donde estaban guarecidos en la bahía de Gibraltar, y aprovechándose de la ausencia del gobernador, entró en dicha ciudad y repitió las farsas constitucionales de odiosa memoria. Informado el Rey resolvió, […] asegurar el completo exterminio de los revolucionarios; pero siendo de recelar que los proyectos y planes de estos se extienden igualmente a turbar el orden en otros puntos.” I, per això, exigí “que se vigile con todo esmero por la seguridad de esas costas, y para prevenir y desbaratar las cábalas y planes de los anarquistas, encargando bajo su responsabilidad a los comandantes y demás jefes militares de su mando […] y se persiga con mano fuerte den suiciente causa para creer que directa 17 Sánchez Mantero, R., Liberales en el exilio: (la emigración política en Francia en la crisis del Antiguo Régimen), Madrid, Rialp, 1975, p. 16. 18 Marañón, G., Españoles fuera de España: Inluencia de Francia en la política española a través de los emigrados, El destierro de Garcilaso de la Vega, Luis Vives; su patria y su universo, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1947, p. 51. 21 Josep Sánchez Cervelló o indirectamente contribuyen a extraviar la opinión pública, o al logro de los quiméricos planes de los enemigos de la Religión, del Soberano y de la Patria”.19 Es deixava clara la triple consigna carlista i abans que aquests la popularitzessin ja era la base en què se sustentava l’Antic Règim. La visió de la realitat que tenia Ferran VII canvià en els darrers anys del seu infaust regnat per la qüestió successòria. El 1829 es casà, per quart cop, amb la seva neboda M. Cristina de Borbó que, en quedar-se embarassada, plantejà el plet dinàstic ja que ins llavors l’hereu al tro era l’infant Carles, el germà del monarca. Aleshores, Ferran VII publicà la Pragmàtica Sanció per suprimir la Llei Sàlica que excloïa les dones de la successió. Els partidaris de l’infant Carles s’hi oposaren amb determinació, rebuig que augmentà d’intensitat quan nasqué la futura Isabel II, l’octubre del 1830. La principal maniobra carlista per no perdre el tron es produí el setembre del 1832 a la Granja, quan membres del Govern, amb Ferran VII agonitzant, aconseguiren la suspensió de la Pragmàtica; malgrat tot, quan millorà, la restablí. Per aconseguir suports que permetessin governar a M. Cristina, i a la seva illa, el rei remodelà l’executiu; n’expulsà els ministres més ultrareialistes, al mateix temps que es prenien mesures liberalitzants com la reobertura de les universitats, l’amnistia pels delictes polítics i la volta dels exiliats. En aquesta conjuntura l’ambaixada d’Espanya a París féu públic el Reial decret d’amnistia el 5 d’octubre del 1832, pel qual “los españoles ausentes de su patria por causas políticas, que no se hallan exceptuadas en el referido decreto, pueden regresar a España, dirigiéndose a la Cancillería de la Embajada, en donde se les expedirán los correspondientes pasaportes”. El diari que publicà aquesta informació assenyalà: “Todas las cartas recibidas después de la publicación de este aviso conirman el júbilo que con él han experimentado cuantos españoles se hallaban refugiados en Francia, de resultas de las revueltas políticas que desgraciadamente han ocurrido en nuestra Patria desde 1808. Hombre hay (se nos dice en una de estas cartas) que habiéndose establecido ya en este país, buscándose un modo de vivir seguro, y contraído matrimonio con una francesa y teniendo numerosa familia, al leer el R/D no ha podido negarse a los más vivos impulsos del placer, y ha determinado volver a su país inmediatamente. Este deseo irresistible, para conocerlo, es preciso haber pasado por el terrible lance de emigrado. Todos están entusiasmados y 19 Diario de Madrid, núm. 240, 27.VIII.1824, pp. 1-2. 22 Espanya, país d'exilis bendicen a la Providencia, por haber restituido la salud a nuestro amado Monarca, y concedido a S. M. una esposa tan benéica y tan amable.”20 Desgraciadament, el que esdevingué després fou una guerra civil entre liberals i carlistes, que durà set anys (1833-1840) a Catalunya, València i l’Aragó i un any menys al front Nord. La debilitat dels estats liberals ibèrics obligà els governs de Lisboa i Madrid a aixoplugar-se sota els governs de Londres i París amb els quals se signà la Quàdruple Aliança (22 d’abril del 1834), per impedir que l’absolutisme triomfés a Portugal i Espanya; la qual cosa permeté tenir relativament controlats els moviments dels carlistes establerts a França. Per això, el cònsol espanyol a Perpinyà comunicà a començaments de maig d’aquell any que “por el Ministerio del Interior ha dado a los prefectos de aquel reino una circular en la cual se les encarga vigilar la conducta de los refugiados carlistas, sin permitirles por ningún pretexto su residencia en los departamentos fronterizos de España, ni tampoco en el de la capital; autorizándolas al mismo tiempo para no concederles socorro alguno pecuniario”.21 Acabada la guerra de Cabrera o dels Set Anys els milers de derrotats s’internaren a França, de vegades enmig de la salvatge persecució dels governamentals. Així, s’assenyalava des de Baiona, el 4 de juliol de 1840: “Ayer han llegado 25 nuevos refugiados, restos de una partida que pocas leguas antes de llegar a la frontera se componía de 150 hombres, y que muchos de aquellos han sido muertos por paisanos armados. Estos desgraciados fueron recibidos en la frontera por los guardias nacionales de Alduides, a quienes tuvieron por tropas constitucionales que venían a cortarles el camino, causándoles por un momento tal terror que arrojando las armas se echaron a sus pies pidiendo les conservasen la vida. Fue preciso emplear todas las persuasiones posibles para tranquilizarlos. Entre estos individuos se encuentra el brigadier Arévalo, que ha entrado a pie y sin armas, habiéndosele quedado muerto de fatiga el caballo a pocas leguas de la frontera. Este oicial ha manifestado un vivo reconocimiento por la hospitalidad que ha encontrado en el suelo francés, en el momento en que debía esperar una muerte cierta si hubiese tardado en llegar algunos minutos más. El jefe carlista Palacios, hostigado por todas partes por 20 La Revista Española, 28.XI.1832, pp. 6-7. 21 El Eco del comercio, núm. 23, 23.V.1834, p. 3. 23 Josep Sánchez Cervelló las tropas de la reina, se ha presentado en el pueblo de Lanz.”22 Però qui esperaven que s’exiliés era el capità general Ramon Cabrera, que passà la ratlla el 6 de juliol, tal com ho comunicà el comte de Castellane, comandant general dels Pirineus Orientals, al capità general de Catalunya: “Con gran satisfacción participo a Vd. su a entrada en nuestro territorio por Palau (en la Cerdaña). Cabrera marchaba con la primera columna, la totalidad de los refugiados hasta ahora es de 8 a 10.000 hombres: las armas y los caballos quedan a disposición de las autoridades españolas, y envio al mariscal de campo conde D’ Hantpoul sobre aquel terreno para dirigir esta operación.”23 La situació que trobaren els exiliats al país d’acollida fou similar a la que trobarien al segle següent: “la mayor parte de soldados son jóvenes de diez y ocho a veinte años. Sea por descuido o por falta de recursos, la autoridad no ha mostrado respecto a estos hombres toda la solicitad que inspira la desgracia, porque el sentimiento de la humanidad debe dominar todos los demás. Sin el menor abrigo ni alimento, los ha destinado en el campo de Marte; y precisamente ha escogido este sitio donde no existe el menor arbolito, a in de que no pudiesen poner su cabeza al abrigo de un sol ardiente; ni aún les ha dado una manta para preservarlos de noches generalmente frías, y de los rocíos tan abundantes que caracterizan los países meridionales, especialmente el Rosellón. Por in, después de una marcha de cuatro horas veriicada con todo el ardor del sol, los ha dejado hasta las tres de la tarde sin comer ni beber, en cuya hora les ha distribuido medio pan de munición por individuo. Casi todos piden limosna, y cuando han obtenido algunos sueldos de la compasión pública, van a comprar al momento un pedazo de pan y un vaso de vino, cuyo valor los mercaderes ávidos les hacen pagar triplicado, todo esto pasaba antes de distribuirles el pan de la tarde. En cuanto a mí, no he podido menos de agotar mis bolsillos, a causa de mi solicitud hacia estos desgraciados. Así es que no se veían allí regimientos de marmitas, porque solamente había algunas alcancías que hervían por acá y acullá […]. Los carlistas franceses, los de Perpiñán en particular, han mostrado muy pocas simpatías hacia sus correligionarios. 22 El Constitucional, 14.VII.1840, p. 1. 23 Diario constitucional de Palma, núm. 15, 15.VII.1840, p. 3. 24 Espanya, país d'exilis La miseria de los soldados les ha causado tan poca compasión, que no han hecho la menor diligencia para remediar el hambre de estos Hombres.”24 Finalment, el volum dels carlistes que hagueren de passar la frontera fou d’uns 36.500, en xifres de Pedro Rújula.25 Passats alguns mesos, i davant la negativa dels refugiats d’allistar-se a la Legió Estrangera i la impossibilitat que poguessin tornar a Espanya, es produí un debat sobre què s’havia de fer i de quina manera es podria compensar França per les despeses que ocasionaven els refugiats espanyols: “Hace dos meses que el número de los refugiados no se ha disminuido sensiblemente, siendo siempre con poca la diferencia de 30.000, pues que la deserción no ha sido notable. Los que habiendo burlado la vigilancia de la policía francesa han intentado entrar furtivamente en España han encontrado bien guardado el territorio del otro lado de la frontera; y aun cuando las autoridades francesas, bien que no sea así, quisiesen disminuir su vigilància, los peligros que habían de correr los refugiados que se escapasen al entrar en el territorio español impedían ciertamente que estas tentativas se multipliquen. Habíase creído, y debía esperarse, que muchos refugiados se apresurarían a salir de una situación precaria para ellos y honrosa para el país que les ha dado hospitalidad, enganchándose voluntariamente en la legión extranjera, la cual podía recibir un gran número puesto que los cuadros se extendían suicientemente. Fundabase aquella esperanza en que no habiendo hecho estos hombres la guerra sino como partidarios, tendrían a mucho honor entrar en el ejército francés, y en que por su propio interés y por su dignidad se apresurarían a merecer por sus servicios la gloriosa hospitalidad de la Francia. Más todas estas esperanzas han sido vanas, y a pesar de la gratiicación pagada por cada enganche los alistamientos suben a lo más a seiscientos. Es verdad que para este resultado se presenta una causa y es que dispersados los refugiados carlistas en diversos departamentos […], en algunos de estos el espíritu de partido se opone a los alistamientos. De todo esto resulta que el gobierno se encuentra, por decirlo así, condenado a no sacar partido alguno de estos extranjeros, por los cuales se ha impuesto tan pesada carga. Esta es tan considerable que el ministro necesitara pedir a las cámaras créditos supletorios de bastante importancia. Excusado es 24 Diario Constitucional de Palma, núm. 5, 5.VII.1840, pp. 3-4. 25 Rújula, P., “Carlistas”, a Canal, J. (ed.), op. cit., pp. 167-177. 25 Josep Sánchez Cervelló decir que el gobierno solo concede a los refugiados lo puramente necesario, más por reducidos que sean los socorros, no por eso dejan de presentar en su totalidad la enorme suma de 20.000 francos diarios. […] La humanidad impide se envíe a estos desgraciados a España sin haber obtenido del gobierno español garantía en su favor, mas por otra parte sus deberes con la Francia le prohíben perpetuar en perjuicio de la fortuna pública estos sacriicios sin compensación. De dos cosas una, o el gobierno negociará con la España una amnistía que permita a los refugiados regresar sin peligro a su patria o se decidirá a sacar una utilidad cualquiera de estos extranjeros a quienes da el pan. Lo que el país no hace para sus hijos no puede hacerlo con los extraños, por muy digna de compasión que sea su suerte. Preciso será, por lo tanto, que se ayuden a sí mismos y consientan a ganar su vida como lo harían en su patria; y si fuese el caso que no aceptasen esta obligación, preciso será imponérsela.”26 El 30 de novembre del 1840 es va publicar un decret d’amnistia. La premsa recollia tres mesos més tard, que “el número de los refugiados españoles que hasta ahora se han aprovechado de la amnistía crece. Se hace subir a 10.000 el número de refugiados que han entrado en España, y por Perpiñán ascienden a 5.124”.27 A mitjan maig del 1841, el Govern francès donà xifres oicials sobre aquests refugiats i assenyalava que dels 24.000 carlistes que hi havia a França 14.000 s’havien acollit a l’amnistia, mentre que 7.000 “se hallan formalmente exceptuados de la amnistía, según lo demuestra el informe mismo de la comisión. Estos refugiados pertenecen todos a las siguientes categorías; o bien son oiciales o empleados civiles, o eclesiásticos, y según los términos de la amnistía está cerrado para ellos el territorio español”.28 I els 3.000 restants s’ha de suposar que o no volien renunciar als seus ideals o preferiren refer les seves vides a l’estranger. En realitat, quedar-se exclosos del decret fou més per voluntat pròpia que per qüestions juridiques: “A pesar de los enganches en la legión extranjera y de la amnistía publicada por el gobierno español nos quedan todavía 7.816 refugiados españoles que nos cuestan 203.650 francos al mes. Entre ellos hay 646 mujeres y 932 niños: los demás son generales, jefes y oiciales de todas graduaciones, obispos, clérigos, ministros, intendentes, etc. Todos ellos pertenecen a clases acomodadas de la sociedad, y no se hallan en26 El Eco del comercio, núm. 2.319, 5. IX.1840, pp. 1-2. 27 Diario Constitucional de Palma, 18/2/1841, p. 4. 28 El Católico, núm. 445, 19.V. 1841, p. 6. 26 Espanya, país d'exilis teramente faltos de recursos. Además de eso pueden regresar a su patria, mediante las condiciones de idelidad y sumisión que les impone el decreto de amnistía. Por lo demás el cese de los socorros ordinarios no privará a los refugiados españoles de los auxilios eventuales a los cuales pueden tener derecho temporal o accidentalmente por su posición particular. Una suma de 400.000 francos está destinada a este objeto.”29 El Govern francès protestà perquè volia reduir la despesa i solucionar la qüestió de l’exili espanyol; per això l’executiu de Madrid decidí: “Ampliar la amnistía a toda clase de refugiados excepto a los oiciales superiores y generales. Aunque a primera vista parezca incompleta esta medida y se ha de sentir que no fuese más amplia, sin embargo es preciso reconocer que el gobierno español, por más que le critiquen […] procede humanamente.”30 De fet, l’executiu gal féu tots els esforços que pogué per estimular el retorn. Per exemple: “El prefecto del Gard ha dirigido una proclama a los refugiados españoles aconsejándoles aprovechen la amnistía para regresar a su patria, advirtiéndoles que a in de darles todas las facilidades posibles ha dispuesto el gobierno francés se les den socorros de Marcha.” Amb tot, un cop s’aconseguí posar d’acord els dos executius, sorgiren entrebancs: “El cónsul de España en Bayona se niega a refrendar los pasaportes de los muchos oiciales carlistas que a consecuencia de la última amnistía volvían a su patria, por lo que se ven aquellos en una posicion muy lamentable, faltos casi todos de recursos y sin poder continuar su camino.”31 Finalment, aquesta qüestió també s’acabà solucionant, però és reveladora del clima de desconiança que envoltava els refugiats carlins. La divisió del bàndol liberal, guanyador de la guerra dels Set Anys, en dues faccions: moderats i radicals s’accentuà arran de l’arribada a la regència de Baldomero Espartero, cap del sector més progressista (12.X.1840), que propicià un intent de cop d’estat moderat contra el Govern de l’“esparterista” Antonio González, inançat des de París per la regent Maria Cristina i dirigit per un grup de generals liderats per O’Donnell i Ramón Mª Narváez. L’excusa pel putsch era que la “reina estaba segrestada” pels radicals, i que volien allunyar-la de la seva mare en una caricatura del que havien estat els sollevaments reialistes des del Trienni que, suposadament, 29 El Popular, núm. 76, 16.VI.1841, p. 1. 30 El Eco del Comercio, núm. 2.697, 19.IX.1841, p. 1. 31 El Católico, 19.X.1841, p. 8. 27 Josep Sánchez Cervelló també havien pretès aixecar l’arrest en el qual els seus ministres “liberals” tenien sotmès Ferran VII i alliberar-lo. El sollevament fracassà i Espartero, a diferència del que era costum a l’exèrcit de perdonar la vida als putschistes, manà afusellar els generals derrotats, entre d’altres a Borso di Carminati, Montes de Oca i Diego de León, la qual cosa tingué un gran impacte entre la ciutadania, perquè tots ells havien tingut un paper molt rellevant en la guerra dels Set Anys.32 Espartero, a més, inicià una ferotge repressió que provocà que molts dirigents de la facció moderada s’enilessin cap a l’exili. Tot i que és difícil saber-ne el nombre aproximat, inicialment foren alguns milers. La premsa de Baiona referí que la ciutat: “está plagada de refugiados españoles […], hay muchas personas de cuenta, entre ellas todos los generales y los diputados de las provincias Vascongadas, marqués de la Alameda, de Álava, Palacios de Guipúzcoa y la Torre de Vizcaya. También llegaron a puerto de salvación, aunque a costa de mil riesgos, el barón de Bigüezal y don Pedro Egaña”. El Govern francès davant el creixent allau, el 25 d’octubre inicià l’internament dels refugiats a llocs allunyats de la frontera: “a los oiciales se les envía a la Réole, cerca de Burdeos; a los generales y personas de categoría, a Pau; a la tropa hacia Mont de Marsan […]. A reclamación del cónsul de España, se están recogiendo lodos los caballos que han traído los emigrados y que pertenezcan a la nación para devolverlos”.33 Un altre diari, recollint informacions de Baiona, deia: “Han llegado esta noche a buscar un asilo en Francia varios generales, un gran número de oiciales, sargentos soldados y paisanos de los que tomaron parte en la tentativa de O’Donell.” I s’afegia: “cerca de trescientos refugiados de todas categorías han entrado ya en nuestro territorio, llegando a cada momento de nuevos”. Indicaven que O’Donnnell “dio orden a sus tropas de evacuar la ciudadela de Pamplona; en su consecuencia el teniente coronel Izquierdo ayudante de campo del general O’Donnell, y el banquero Ribed, seguidos de 200 hombres se dirigieron hacia Francia, donde han entrado por los Alduides. La noche del 21 [d’octubre] se aguardaba al general O’Donell en el mismo punto. El teniente general D. Fermín Iríarte, el comandante de la Milicia nacional de Bilbao y los comerciantes de aquella ciudad han 32 Vegeu: Fuentes, J. F., El in del Antiguo Régimen (1808-1868). Política y sociedad, Madrid, Síntesis, 2007, pp. 140-142. 33 El Espectador, núm. 89, 30.X.1841, p. 1. 28 Espanya, país d'exilis desembarcado esta mañana en Socoa”.34 Espartero, davant la impopularitat de la repressió, acabà anunciant, a principis de novembre, una amnistia per als “sargentos, soldados y paisanos refugiados en Francia”. Però, alguns mitjans sol·licitaren que aquesta mesura de gràcia s’ampliés a tots els caps i oicials i als carlistes que encara estaven exiliats.35 La preocupació de l’executiu de Madrid era que aquests moderats no fessin una aliança estratègica amb els carlistes exiliats. Per això la premsa governamental esbombà aquesta informació per desprestigiar l’oposició. Així, es deia: “la supuesta alianza de moderados y carlistas parece que no es más que un sueño que han tenido algunos generales de uno y otro bando de los que se hallan refugiados en Francia, los cuales en el hecho de haber manifestado esta opinión han perdido entre los suyos, por lo menos los carlistas, todo su prestigio. Ya cuando los sucesos de octubre se había intentado esta ridícula amalgama, que fue generalmente rechazada por el partido carlista. Este es un hecho notorio y sabido de todos en Francia.”36 El Govern, per evitar la convergència opositora decretà, l’abril del 1842, una nova amnistia de caràcter més general,37 que produí els efectes desitjats, ja que segons fonts governamentals de París: “El número de los españoles era en enero de 1841, de 21.863 y en el mimo mes de 1842, se habían reducido a 11.770, de los que 1.372 reciben subsidios y de los 10.407 restantes, algunos lo reciben eventualmente en casos de miseria extrema, marchas o salidas de Francia.”38 I, el gener del 1843, encara hi restaven 1.168 exiliats.39 Però una nova amnistia, després de la caiguda d’Espartero, el 9 de juliol del 1843, pràcticament deixà el país sense exiliats. Amb tot, la inestabilitat política i la duresa repressiva dels governs moderats anaren sembrant periòdicament de refugiats els països fronterers amb Espanya. La següent crisi humanitària es produí arran de la Segona Guerra Carlista (1846-1849). El maig del 1845, Carles M. d’Isidre —l’anomenat Carles V— havia abdicat en el seu ill Carles M. de Borbó i Bragança, comte de Montemolín, pensant en un possible casament entre aquest i Isabel II. El matrimoni 34 El Eco del comercio, núm. 2.735, 27.X.1841, p. 3. 35 Diario Constitucional de Palma, núm. 34, 3.XI.1841, p. 4. 36 Diario Constitucional de Palma, núm. 65, 4.III.1842, p. 4. 37 El Eco del comercio, núm. 2.913, 23.IV.1842, p. 2. 38 La Posdata, núm. 114, 20. V.1842, p. 3. 39 El Heraldo, núm. 178, 11.II.1843, p. 1. 29 Josep Sánchez Cervelló entre ambdues branques borbòniques no tingué el beneplàcit francès ni el d’amplis sectors del liberalisme espanyol i, en no concretar-se, esperonà un nou conlicte armat. Malgrat tot, les raons primordials de la guerra foren socioeconòmiques: l’augment dels impostos –sobretot els municipals– i el sorteig de quintes quan les collites eren dolentes i, en deinitiva, una nova situació de crisi de subsistència que, a més, coincidí amb un daltabaix agrari de dimensions continentals. A Espanya, una gran sequera comprometé la collita de cereals del 1847, la qual cosa provocà un encariment del preu del pa i, de retruc, una crisi inancera, perquè s’hagueren d’importar aliments. Finalment, també hi hagué un col·lapse industrial. La guerra sols tingué veritable importància a Catalunya i la derrota dels Matiners a principis del 1849 comportà un nou exili, que fou majoritàriament català. Robert Vallverdú l’ha xifrat en uns 10.000 membres.40 Durant la guerra, els governs de París i Madrid havien coordinat la seva política. Per això es procurà allunyar els exiliats de la frontera. Així, el 2 maig del 1848, el comissari general dels Pirineus Orientals publicà una disposició assenyalant: “Considerando el gran número de refugiados españoles que existe en este departamento, donde celebran reuniones que pueden alterar la tranquilidad pública; Considerando que por resolución del ministro del Interior han sido revocadas las disposiciones […] que concedían a los refugiados espanyoles la facultad de viajar por todo el territorio de la República, y por consiguiente les está prohibido permanecer en el departamento de los Pirineos Orientales; Considerando que el gobierno español ha concedido a los emigrados de su país el regreso a su patria pudiendo aprovechar el beneicio de la amnistía; decreto: Art. 1º. Los refugiados españoles están obligados a salir inmediatamente del departamento; Art. 2°. Les será concedido el término de 48 horas para presentarse al cónsul de España, si quieren aprovecharse de la amnistía; y en el caso contrario se presentarán a la comisaria, donde se les librará pasaporte para el interior; Art. 3º. Los que pasado este término se hallen en el departamento, serán detenidos y expulsados del territorio de la república. Art. 4. Las armas de guerra que circulen por el departamento bajo cualquier pretexto, serán inmediatamente recogidas conforme a las disposiciones vigentes; Art. 5. Los comisarios de policía, los gendarmes y los agentes de la fuerza pública, están encargados de la ejecución del presente decreto, 40 Vallverdú, R., La Guerra dels Matiners a Catalunya (1846-1849). Una crisi econòmica i una revolta popular, Barcelona, Abadia de Montserrat, 2002, p. 348. 30 Espanya, país d'exilis que será impreso y ijado por carteles en todas las municipalidades; para que llegue a conocimiento de los interesados.”41 D’altra banda, les condicions que patiren els exiliats a molts llocs arribaren a ser molt dramàtiques. Exemple d’això fou la denúncia que féu un metge de Panillac (Burdeus), assenyalant “el estado de abandono en que se encuentran algunos refugiados españoles detenidos en número de 69 a bordo de una goleta que apenas puede contenerlos. Dícese en ella que respiran un aire viciado, por carecer el buque de mangas de ventilación; que tampoco había camas ni toldos, ni tenían los desgraciados otra ropa que una mala camisa y un pantalón de lienzo, ni otro alimento que galleta, arroz y agua. Más de la mitad de ellos padecían enfermedades cutáneas, escorbuto, etc. Veintiséis días hacía que se veían en tan cruel posición, sin haberse tomado medidas para poner término a sus padecimientos o al menos mitigarlos.”42 Aquest dramatisme tornà a evidenciar-se en el decurs de la Tercera Carlinada (1872-1876). La guerra anà precedida per la Revolució de 1868, que desterrà Isabel II. Llavors, el gener de 1869, s’elegiren unes Corts Constituents, que elaboraren una nova constitució que garantia la separació de poders, un sistema bicameral i la preeminència del poder legislatiu sobre l’executiu. Però aviat es veieren els límits dels canvis, ja que, tot i haver-hi una profundíssima crisi econòmica, no es tocà el teixit productiu, ni es millorà la situació de la classe obrera, ni tampoc es qüestionà la propietat dels latifundistes, ni dels impostos indirectes tan abusius per als pobres, mentre es continuà subvencionant, malgrat la llibertat de cultes, la religió catòlica. Tot plegat provocà un creixent malestar que esclatà en les insurreccions republicanes que es produirien al llarg de l’any 1869. Des de llavors, el règim visqué en permanent crisi i inestabilitat, els governs queien un rere l’altre com a conseqüència de la desintegració política. Amadeu de Savoia, ill del monarca Víctor Manuel d’Itàlia, va ser designat rei constitucional pel Parlament el 16 de novembre del 1870. El seu regnat fou molt breu, ja que no tingué el suport dels partits i Prim, el seu mentor, fou assassinat a les vespres de la seva arribada a Madrid. El rei, a més, s’hagué d’enfrontar a l’oposició dels moderats, que volien la corona per al futur Alfons XII, i als carlins, que desencadenarien una nova guerra per col·locar al tron Carles VII. 41 El Católico, núm. 2840, 9.V.1848, p. 8. 42 El Espectador, 28.IX.1848, p. 2. 31 Josep Sánchez Cervelló Aquesta guerra, com succeí en la Primera Carlinada, fou important al País Basc i Navarra, a la diòcesi de Tortosa, a Catalunya i al Baix Aragó. Tot i això, en l’anomenat territori del centre, en el llindar de Catalunya, el País Valencià i l’Aragó, la guerra no assolí la magnitud de l’anterior i les diicultats de l’exèrcit absolutista foren insalvables i acabaren provocant la traïció del general Antonio Dorregaray43 que l’agost del 1875 abandonà el territori i marxà cap a l’esquerra de l’Ebre, accelerant el inal de la guerra. La premsa assenyalaria: “Los carlistas del Centro refugiados en Cataluña están muy desalentados, y como carecen de dinero, no pueden pagar nada, lo cual da lugar a que los reciban muy mal por los pueblos, aún en aquellos donde los carlistas catalanes encuentran más recursos.”44 Per tant, l’allau de desterrats cap a la frontera des de llavors ja seria incesant, i també es repetiren situacions que eren atemporals. Així, els derrotats, un altre cop, es queixaren que “el gobierno francés no los trata como refugiados políticos a los que pasan la frontera, y sí como prisioneros de guerra, teniéndolos encerrados y con guardia militar”.45 A partir de llavors, la premsa, com un mantra, anà referint les penalitats que els carlistes patiren: “Los periódicos de las ciudades cercanas a la frontera que no dejan de ocuparse de los numerosos grupos de carlistas que cada día se internan en Francia. Según Le Temps de París, en Aragnouet, un coronel, dos comandantes y 600 hombres que llegaron a este pueblo, fueron desarmados por un destacamento francés que estaba en observación en este punto de la frontera. L’Ebe Nouvelle de Tarbes, dice que otros 350 refugiados habían pasado una noche en Lannemezan y después habían sido internados; que se esperaban muchos más en esta semana, si la nieve, que ha caído en abundancia en el puerto, no imposibilita la marcha a tanto infeliz. Le Journal de Loire et Garonne, por otra parte, da cuenta de la llegada a Agen de 400 carlistas, que provisionalmente fueron alojados en la cárcel antigua. Le Messager du Midi publica una carta de Perpignan, en que le dicen que el día 9 por la tarde, el comisario de policía de Prats de Molló fue avisado de que muchos facciosos se ocultaban a dos leguas en una aldea e iban a pasar por la villa entrada la noche. Solo el comisario se fue de emboscada al camino de Preste, y después de esperar dos horas, vio llegar un coronel, un teniente 43 Sobre aquesta qüestió vegeu: Sánchez Cervelló, J., En terra de ningú. La guerra a la frontera de Catalunya, el País Valencià i Aragó, Benicarló, Onada [en premsa]. 44 El Imparcial, 25.VII.1875, p. 2. 45 La Correspondencia de España, núm. 6.509, 28.IX.1875, p. 2. 32 Espanya, país d'exilis coronel, dos comandantes de caballería, tres comandantes, cinco capitanes, 15 subalternos y un soldado faccioso, que parecían venían de Espinabell. El comisario dio el alto, se dio a conocer, y aunque fue amenazado e insultado, logró traerse a los fugitivos a Prats de Molló, en donde fueron entregados al comandante de la plaza, con recomendación al prefecto de los Pirineos Orientales en Perpignan. Osséja, que es otro pueblo fronterizo, ha servido también de puerta de escape a un cabecilla, que se titulaba general, y unos centenares de facciosos que le acompañaban.”46 Des de llavors ins a l’entrada a França del pretendent carlí, les notícies d’aquest tenor foren contínues. També ho foren les peticions de Madrid al Govern francès “a in de que las autoridades [franceses] ejerzan la mayor vigilancia en los departamentos limítrofes de España para impedir que los carlistas refugiados vuelvan”.47 La derrota legitimista al Nord féu que, el febrer del 1876, marxessin cap a l’exili “casi toda la burocracia del Pretendiente y las Juntas carlistas”48 i, després, que Carles VII creués, inalment, la frontera. Llavors el “prefecto de Pau, M. Nadaillac, ha signiicado a D. Carlos que no podía permitirle que permaneciese ni siquiera por un momento en el departamento de los Bajos Pirineos. Ha añadido que el gobierno, si lo desease, le autorizaría a vivir provisionalmente en una ciudad del Norte de Francia como Dieppe o Boulogne. Se ha puesto inmediatamente a la disposición de D. Carlos, un tren especial con un vagón salón, que le llevará con su familia y su comitiva, caso que exprese el deseo de que le acompañen algunas personas que vinieron con él desde la frontera hasta la residencia elegida por él. Se han tomado todas las medidas necesarias en vista de la aglomeración de carlistas refugiados, que serán mandados al interior de Francia.”49 Tot i que la Tercera Carlinada fou més breu que la primera, assolí una xifra bastant semblant d’exiliats, encara que lleugerament inferior: uns 20.000, segons Antonio M. Roncal.50 El nou monarca Alfons XII, el febrer del 1877, decretà una amnistia, a la qual s’acolliren tant els carlistes com els empresonats per la revolta cantonal del 1873. La premsa ho recollí, assenyalava que: “la amnistía 46 La Época, núm. 8.394, 20.X.1875, p. 2. 47 La Iberia, núm. 5869, 4.XII.1875, p. 1. 48 La Época, núm. 8.516, 23.II.1876, p. 2. 49 El Globo, núm. 335, 1.III.1876, p. 2. 50 Roncal, A. M., Las guerras carlistas, Madrid, Sílex, 2006, p. 285. 33 Josep Sánchez Cervelló concedida por delitos políticos abre libremente las puertas de la patria a las personas y familias que viven alejadas de nuestro suelo por haberse comprometido en la guerra civil, que tanta sangre y tantos días de luto ha ocasionado. El Gobierno de su Majestad, según el texto de las reales órdenes citadas, declara que, terminada la lucha por la más incontestable victoria, lograda la completa paciicación en el territorio de la Península, consolidadas las instituciones, y hallándose la nación española en el pleno goce de los beneicios de la paz y del régimen representativo, ha llegado ya el momento de completar la obra de concordia, que simboliza la monarquía de Don Alfonso XII. Con tan plausible motivo, el Gobierno ha provenido al embajador de S. M. en París, y a los demás agentes diplomáticos y consulares de España en el extranjero, que faciliten, por todos los medios que estén a su alcance, el regreso de cuantas personas comprometidas en la última insurrección carlista deseen volver a la Península; excitando al mismo tiempo el celo de los tribunales de justicia para que todas las causas que se hallen pendientes por delitos políticos, y sujetas a la ley de 22 de Julio de 1876, se sustancien sin levantar mano, y gocen de la gracia general los que de ella sean merecedores; circulando, por último, las órdenes necesarias para que se pongan inmediatamente en libertad a los que hubiesen sido deportados a Filipinas o a Fernando Poo.”51 3. El segle xx: l’exili republicà La restauració borbònica (1875-1923) va donar estabilitat política al país ins a l’arribada de la dictadura de Primo de Rivera, que va provocar nous exiliats, especialment d’intel·lectuals i d’alguns dirigents d’esquerra, que no degueren passar d’alguns milers i que, com sempre, s’aixoplugaren a França. Fou “una emigración política de pequeñas dimensiones pero cualitativamente importante por el peril público de las personas a las que afectó: Santiago Alba, ex ministro liberal; Francesc Maciá, jefe del nacionalismo catalán; Miguel de Unamuno, que escapó de la isla de Fuerteventura en la que había sido recluido por haber publicado una carta adversa al dictador en un periódico de Buenos Aires; José Sánchez Guerra, ex presidente del Consejo de Ministros, que se expatrió voluntariamente; Manuel Núñez 51 Revista de España, núm. 54, gener-febrer, 1877, p. 558. 34 Espanya, país d'exilis Arenas, fundador de la Escuela Nueva para obreros y uno de los primeros incorporados a la Tercera Internacional, y Joaquín Maurín”.52 La República, proclamada l’abril del 1931, va patir un constant clima de desestabilització que va culminar, el juliol del 1936, amb el cop d’estat que va acabar en guerra civil. Amb el seu inici alguns milers de republicans, fugint de la repressió, van entrar a Portugal. Segons Rodríguez Gallardo, l’època de major aluència de refugiats va ser durant l’aplicació dels bàndols de guerra (de juliol del 1936 a febrer del 1937), quan l’ordre públic estigué dirigit pels militars i quan es va produir un enfrontament per quotes de poder entre aquests, els falangistes i la Guàrdia Civil, de manera que els perseguits estaven més desemparats. De l’any 1936 no hi ha dades iables, només sabem que hi havia a les presons portugueses 400 republicans i que, a 1.500, procedents del nord de la província de Huelva i del sud-est de la de Badajoz, se’ls va permetre partir en vaixell de Lisboa a Tarragona, després de l’escàndol mundial de la matança de Badajoz organitzada per Yagüe.53 César d’Oliveira va calcular que el 1937 hi havia a Portugal més de 3.000 refugiats, nombre que amb tota seguretat va haver de ser molt més gran en el primer mig any de la guerra.54 Tot i que els nombres exactes no se sabran mai, perquè la dictadura salazarista, des de l’agost del 1936, va impedir que es deixés rastre de l’entrada de republicans per poder retornar-los a Espanya sense contratemps, perquè si eren afusellats, com va esdevenir amb l’alcalde de Badajoz, Sinforiano Madroñero, i el diputat socialista Nicolau de Pau, les responsabilitats portugueses quedaven salvades. Una altra frontera a la qual van recórrer els republicans va ser a la de Gibraltar on es van refugiar des de l’inici de les hostilitats; el juny del 1938 n’hi va arribar a haver uns 2.000.55 52 Santos, F., “Exiliados y emigrados: 1939-1999”, a: <www.cervantesvirtual.com/obravisor/exiliados-y-emigrados-19391999--0/html/fdf03e4-82b1-11df-acc7-002185ce6064_7. html> [Consultada2.XII.2012]. 53 Rodríguez Gallardo, A., “La condición de refugiados: gallegos en portugal durante la guerra civil y la posguerra”, a: <www.ahistcon.org/docs/…/Angel%20Rodriguez%20Gallardo.pdf>; Simões, Mª. D., Antunes, “O caso dos refugiados espanhóis em Barrancos; poderes e resistências”, a Lorénzana, F.; Mateos, F. J. (coord.), Iberismo. Las relaciones entre España y Portugal. Historia y tiempo actual y otros estudios sobre Extremadura, Llerena, Sociedad Extremeña de Historia, 2007, pp. 195-208. 54 Oliveira, C., Salazar e a Guerra Civil da Espanha, Lisboa, O Jornal, 1987, pp. 114-165. 55 Moreno, S.; Rodríguez, J. J. (coord.), Marginados, Disidentes y Olvidados en la Historia, Cádiz, Pub. UCA, 2009, p. 336; Monferrer, L., Odisea en Albión: Los Republicanos Españoles Exiliados en Gran Bretaña, 1936-1977, Madrid, de la Torre, 2007, p. 36. 35 Josep Sánchez Cervelló Hi va haver, també, emigració nacionalista de la zona republicana pels passos amb França i pels ports de la Mediterrània. Segons Àngel Duarte, per aquesta última via van sortir, entre el juliol del 1936 i el febrer del 1938, més de 9.200 persones i d’aquestes més de 5.000 fugiren el primer mig any de guerra;56 Milagrosa Romero elevà aquesta quantitat a més de 20.000 fugitius.57 El còmput dels expatriats va créixer amb el curs de la guerra. Així, després de la caiguda del Front Nord, l’octubre del 1937, van sortir uns 125.000 refugiats dels quals 2/3 eren bascos, però molts van tornar a Espanya per Catalunya o tornaren als seus domicilis habituals. També, al llarg de la guerra, i organitzats pel Consell Nacional de la Infància Evacuada, van sortir de la zona republicana més de 33.000 nens, un 60% dels quals amb destinació a França, encara que gran part tornaren en concloure les hostilitats. Després de la ruptura pels nacionals del Front d’Aragó, a la primavera del 1938, van marxar a França molts dels habitants de l’Alt Aragó junt amb els integrants de la 31a i la 43a divisió, uns 25.000 homes que, majoritàriament, van tornar per Catalunya a la zona lleial. La guerra també va produir nombrosos desplaçaments interns de població civil, sobretot de la zona lleial, a causa dels atroços i continuats bombardejos de l’aviació facciosa sobre poblacions indefenses, de manera que el nombre de refugiats entre 1936-1939 dins d’Espanya va ser molt gran. Es calcula que Catalunya en tenia, el novembre del 1938, més d’1.000.000,58 la qual cosa va acabar afectant l’ingent volum de refugiats que van passar, a principis del 1939, a França. Negrín, en l’última sessió de les Corts republicanes que es va celebrar a les cavallerisses del castell de Sant Ferran de Figueres, l’1 de febrer del 1939, indicà que durant els últims dies de l’ofensiva franquista hi havia hagut pànic, però no amotinament ni revolta contra el Govern i va afegir: “Quins són els motius objectius del pànic? En primer terme la repulsa de la nostra població civil a viure sota la dominació facciosa. Això ha fet que en territori lleial s’acumuli una gran quantitat de gent desproveïda de recursos. L’èxode de la població civil: homes, dones i nens davant les forces rebels i invasores, és el millor plebiscit que pot produir-se a favor 56 Duarte, À., “Monárquicos y de derechas”, a Canal, J., op. cit., p. 223. 57 Romero, M., El exilio republicano: La oposición durante el franquismo, Madrid, Encuentro, 2005, pp. 34-35, vol. III. 58 Serrallonga, J., “Refugiats de Guerra a Catalunya”, a Solé Sabaté, J.M. (coord.), La Guerra Civil a Catalunya, Barcelona, Ed. 62, 2004, pp. 216-231. 36 Espanya, país d'exilis del Govern.” I afegí que l’estampida era conseqüència de les represàlies i persecucions dels vencedors, juntament amb els atacs indiscriminats de l’aviació facciosa sobre els civils. Negrín també va referir que el Govern de la República, després de la caiguda de Tarragona, va demanar a França que admetés de 100.000 a 150.000 refugiats a la metròpoli, a Algèria o a Tunísia, amb la intenció que les despeses fossin pagades pel Govern espanyol. Però París no ho volgué i proposà crear una zona neutra a la fronterera on s’atendria els que s’hi acollissin. Aquesta solució tingué l’oposició de Franco i acabà sent desestimada. Aquesta fou la raó per la qual es produí la gran aglomeració que obstruí els accessos a la frontera. Però el Govern, al cap de tres dies, va solucionar el problema i, després de lamentar les víctimes produïdes per la intempèrie, va agrair al Govern francès les facilitats per permetre que entressin més refugiats dels que s’havia previst.59 El 5 de febrer del 1939, en vigílies de la caiguda de Catalunya, es va iniciar l’exili institucional quan el president de la República, Manuel Azaña, va marxar al desterrament per la Vajol, en companyia, entre d’altres, del president de les Corts, Martínez Barrios, i el del Govern, Juan Negrín. Aquest darrer, que volia enllaçar la guerra d’Espanya amb la mundial, es va dirigir a Tolosa i, per via aèria, aterrà a Alacant el dia 10, disposat a continuar el combat. Però els seus propòsits aviat es van veure contrariats quan, dos dies després, el general Rojo va presentar la seva dimissió com a cap de l’Estat Major Central. Els problemes de Negrín es complicarien encara més amb el seu darrer enfrontament amb Azaña, quan aquest es va establir a la seu espanyola de París i el seu ambaixador, Marcelino Pasqua, va rebre ordres de Negrín perquè el convencés a tornar a la zona centre, encara en mans de la República. Azaña s’hi negà, llavors París i Londres el 27 de febrer van reconèixer el Govern colpista i Azaña va presentar la seva dimissió al president de les Corts. Els efectes d’aquesta dimissió sobre la moral dels caps militars a la zona centre van ser demolidors i, el 4 de març, es va produir la revolta de la base naval de Cartagena que, encara que aixafada, va acabar amb la fugida de l’esquadra a Bizerta (Tunísia) el dia següent, que portava uns 4.000 tripulants i uns 300 civils, i deixava els servidors de la República de la zona centre-sud sense mitjans per abandonar el país i sota les urpes dels vencedors. Així mateix, el dia 5, el coronel Casado va realitzar, a Madrid, 59 Sánchez Cervelló, J., La Segunda República en el exilio (1939-1977), Barcelona, Planeta, 2011, pp. 15-16. 37 Josep Sánchez Cervelló un cop d’estat contra el Govern legítim, que va tintar de sang i deshonor els últims dies de la guerra en la zona republicana.60 Després de la caiguda de Catalunya, es va produir un èxode dramàtic cap a la frontera amb França de gent de tota classe i condició. De fet, en els dos primers mesos del 1939 van creuar la frontera més de 450.000 persones. Aquests exiliats, segons Dolors Pla, procedien: el 36,5% de Catalunya, el 18% d’Aragó, el 10,5% d’Andalusia, el 9,2% de València, el 6,6% de Múrcia, l’1,9% de Castella la Nova, el 3,2% d’Astúries, l’1,1% del País Basc i el 9% de la resta de les regions.61 Pel que fa al peril socioprofessional dels homes registrats en els camps on van ser internats, Javier Rubio va establir que el 30,4% procedien del sector primari, el 45,4% del secundari i el 10,5% del terciari. Aquestes dades, però, no relecteixen l’estructura laboral de l’Espanya dels anys 30 en què el sector primari era el més nombrós: el 45,5%, la indústria representava el 26,5% i els serveis el 28%.62 Això ens permet percebre el compromís de la classe obrera amb el projecte republicà, i encara que el sector terciari apareix representat amb menys de la meitat del percentatge total, els intel·lectuals, artistes i cientíics eren qualitativament els més rellevants. El tracte tan humiliant que va proporcionar el Govern francès als republicans anava en correlació amb l’hostilitat de la premsa, per la qual cosa molts tornaren als pocs mesos. Entre altres perles podia llegir-se que, amb l’entrada de tants exiliats, “França aviat serà el femer d’Europa” (Gringoire). Un altre mitjà deia que s’havia de prevenir els francesos contra la multitud de microbis que els espanyols introduïen (Le Figaro). Per la seva banda, el diputat francès Ibergaray va dir al Parlament que els exiliats havien de tornar a Espanya i, si no era possible, la millor solució per acabar amb tanta ronya era col·locar-los en vaixells i buidar-los enmig de l’Atlàntic. Degué ser per això que les autoritats franceses es van preocupar molt poc per l’allau humà que els arribava i van preferir improvisar. Primer van establir zones d’internament a Arles, la Tor de Querol, Prats de Molló, etc. El fred i la neu van fer estralls i, en aquesta darrera població, van instal·lar els refugiats en una antiga fàbrica atrotinada, on durant tres dies només 60 Sánchez Cervelló, J., ¿Por qué hemos sido derrotados?, Barcelona, Flor del Viento, 2006, pp. 215-216. 61 Pla, D., “Exilios. 1939”, a Canal, J., op. cit., p. 247. 62 Rubio, J., La emigración de la Guerra Civil de 1936 a 1939, Madrid, San Martín, 1977, p. 106 i ss., vol. I. 38 Espanya, país d'exilis van aparèixer els ximples del poble que van assetjar els refugiats com si fossin feres ferotges. A la Guingueta, al Voló i a altres llocs van establir punts de selecció. Els homes els posaren en una banda, les dones i els ills en una altra, mentre que gran part dels vells eren apartats per ser repatriats ràpidament. La majoria de les dones i els nens van ser enviats a campaments improvisats. Al cap de pocs dies regiments sencers van ser escortats per sphais senegalesos ins als arenals de Salanca. El camp ocupava un inhòspit paratge a nivell de mar d’un quilòmetre de llarg per mig d’ample. Per albergar el primer contingent no hi havia res preparat. Assaltats per malalties físiques i ferides morals, de 80.000 a 90.000 homes, combatents republicans barrejats amb civils, van ser abandonats sense barracons ni serveis, ni res per cobrir-se de les fredes nits de febrer. Finalment, amb el pas de les setmanes i els mesos, se’ls va anar repartint en camps més o menys preparats: Argelers, Sant Cebrià, Barcarès, etc. A Argelers, que era el més gran de tots, l’estiu del 1939, hi establiren unes 100.000 persones; a Saint Cyprien, 80.000; a Barcarès, 55.000; a Bram, 14.000; a Agde, 25.000; a Septfons, 16.000; a Vernet, 15.000, i a Gurs, 26.500. A més n’hi havia d’altres de repartits per França i per les seves colònies del nord d’Àfrica. En aquests camps de concentració, juntament amb la fam i la misèria, també es va patir el poll verd, causant i propagador del tifus exantemàtic, un paràsit que només podia ser eliminat bullint la roba, cosa que allà no era posible fer, ja que la majoria només tenia la que portava posada. Altres problemes van ser la sarna. El cap de la sanitat militar republicana, Joaquin d’Hancour, va apuntar en els seus informes que la disenteria i la pneumònia causaven estralls, juntament amb el tifus i la tuberculosi, i que, ins i tot, es va detectar lepra. També era freqüent la ulceració de la pell i la inlamació dels ulls i del coll provocada per la sorra aixecada pel fort vent.63 I, a més de tot això, els sphais cometeren moltes agressions sexuals. També, les autoritats franceses van diicultar al màxim les condicions de vida dels refugiats perquè acceptessin tornar a Espanya, permetent que als camps els agents franquistes publicitessin que serien ben tractats els que no tinguessin tacades les mans de sang. Molts s’ho van creure i, en tornar, van acabar davant els escamots d’execució. Igualment, van practicar de manera regular la repatriació forçosa del màxim nombre d’exiliats, al llarg del 1939 i el 1940, tractant de treure’s el problema de sobre. Però, davant la tessitura de ser retornats a Espanya, 63 Rubio, T., La tragèdia de l’exili republicà català, Barcelona, Dalmau, 2008, pp. 28-29. 39 Josep Sánchez Cervelló molts d’ells preferiren fugir o, ins i tot, suïcidar-se. El desembre del 1939, segons Geneviève Dreyfus-Armand, residien a França 180.000 refugiats, l’abril del 1940 eren 166.788 i el setembre de 1944, 160.000.64 D’altra banda, els refugiats que van arribar al port de Bizerta i es van negar a tornar a Espanya, uns 1.400, els van traslladar als camps de concentració improvisats a Meheri-Zebbeus i Kasserine (Tunísia) en condicions inhumanes. Uns altres 15.000 arribaren, el març del 1939, des d’Alacant a Algèria en vaixells francesos i britànics, i van patir fora mida en camps com els de Relizanne, Colomb-Bechar i altres. Però la situació encara va empitjorar més amb el règim de Vichy, que va crear el camp de càstig de Bossuet on van deportar els comunistes i els considerats més perillosos, alguns enviats ex profeso de França. Els camps del nord d’Àfrica es van mantenir ins al desembarcament aliat del 1942; mentre que els de la metròpoli es van buidar amb l’esclat de la guerra, en ser els seus ocupants masculins militaritzats per les autoritats gal·les en companyies de treball i empleats en les indústries o en la defensa i en els batallons de marxa.65 El Govern de Negrín havia creat, el febrer del 1939, el Servei d’Evacuació dels Republicans Espanyols (SERE), presidit per Pablo de Azcárate. Les autoritats franceses van acusar el SERE de ser una organització comunista i, per pressió del Govern franquista, e va acabar dissolent el maig del 1940. Havia disposat d’uns 3 milions de dòlars durant el seu funcionament, però la quantia major dels seus recursos els va enviar el SERE a Mèxic en el vaixell Vita, que les autoritats mexicanes van col·locar a les ordres d’Indalecio Prieto que, amb aquest tresor, constituí la Junta d’Ajuda als Refugiats Espanyols (JARE), disposant d’un capital calculat en 50 milions de dòlars, però és una aproximació, perquè Prieto mai va passar comptes del tresor, amb l’excusa que el Govern franquista el podria reclamar.66 Derrotada França el maig del 1940, tant a la zona de Vichy com a l’ocupada continuaren funcionant les companyies de treball. Es calcula que els nazis van enviar 40.000 republicans a treballar a Alemanya i uns 8.000 als camps d’extermini, dels quals ¾ parts van morir. D’altra banda, uns 10.000 espanyols combateren a favor dels aliats; i encara que els havien assegurat que la contribució de sang republicana serviria per desallotjar 64 Dreyfus-Armand, G., El exilio de los republicanos españoles en Francia. De la Guerra Civil a la muerte de Franco, Barcelona, Crítica, 2000, pp. 42-45 i 71. 65 Vilar, J. B., La España del exilio. Las emigraciones políticas españolas en los siglos xix y xx, Madrid, Síntesis, 2006, pp. 353-367. 66 Sánchez Cervelló, J., La Segunda…, op. cit., pp. 22-44. 40 Espanya, país d'exilis Franco del poder, no va ser veritat. Davant la traïció de la comunitat internacional grups de guerrillers republicans van intentar, l’octubre del 1944, després del desembarcament de Normandia, expulsar els franquistes per la força amb la fracassada invasió de la Vall d’Aran.67 Acabada la Segona Guerra Mundial, França, en agraïment pel paper dels refugiats en la resistència, els va concedir l’estatut de refugiats, perquè la majoria no va voler la nacionalitat francesa, pensant que el seu retorn a la pàtria seria proper. El 1945 hi havia, aproximadament, uns 150.000 republicans, però, del 1947 al 1951, després de la creació de l’Organització Internacional dels Refugiats (OIR), que ajudava els desplaçats a refer la seva vida en altres països, hi va haver un èxode cap a Llatinoamèrica d’unes 10.000 persones. Amb tot, el seu nombre no va baixar per l’arribada a França d’uns altres 21.000 espanyols, que fugien de la repressió i de les duríssimes condicions de vida, als quals els expatriats consideraren dels seus, perquè els seus sofriments eren conseqüència de la victòria franquista. Per això, el juny del 1958, el ministre del Govern de la República a l’Exili (GRE), Julio Just, va intentar –sense èxit– amb el ministre de l’Interior francès, Emile Pelletier, que aquests fugitius adquirissin la condició de refugiats polítics. D’altra banda, els exiliats a les colònies franceses del Magrib s’hi quedaren ins a les independències del 1956; després, la majoria d’ells van poder establir-se a la metròpoli. Entre els refugiats a França podem destacar pintors com Pablo Ruiz Picasso i Óscar Domínguez; escriptors com els germans Carlos i Jorge Semprún, Gómez Arcos i Fernando Arrabal; el físic i químic, Enric Moles Ormella; ilòlegs com Pompeu Fabra, i periodistes com Rovira i Virgili.68 A la Gran Bretanya, el 1937 hi van arribar 4.000 nens, però van ser repatriats gradualment ins al punt que el 1941 només en quedaven 411. Els registres policials han assenyalat que el 1942 hi havia 1.689 refugiats i que el 1948 arribaven a 2.353. Les autoritats de Gibraltar, al llarg de la Segona Guerra Mundial, van pressionar els refugiats perquè abandonessin la colònia, ins al punt que a inals del 1946 només quedaven al penyal 325 republicans. Molts d’ells col·laboraren en activitats de resistència, introduint documents i recollint informacions sobre la dictadura, la qual cosa provocà protestes continuades del franquisme. Entre els exiliats més 67 Sánchez Cervelló, J. (ed.), Maquis. El puño que golpeó al franquismo, 4a ed., Barcelona, Flor del Viento, 2005, pp. 61-75. 68 Sánchez Cervelló, J., “El exilio republicano de 1936 a 1977”, a Viñas, A. (ed.), En el combate de la historia, Barcelona, Pasado & Presente, 2012, pp. 504-506. 41 Josep Sánchez Cervelló destacats a la Gran Bretanya podem citar el físic Arturo Duperier Vallesa; escriptors com Arturo Barea, Luis Baeza i José Antonio Balbontín; pedagogs com José Castillejo Duarte; músics com Robert Gerhard; metges com Josep Trueta, i diplomàtics com Salvador de Madariaga. A Bèlgica, segons estadístiques oicials d’aquest país, durant la guerra hi van arribar 793 refugiats. A aquesta xifra, caldria afegir-hi uns 3.000 nens evacuats, 2.497 dels quals serien repatriats, de manera que allí em van quedar 513. A partir del 1952, i a causa de la crisi que es vivia a França, el GRE facilità que refugiats a França s’hi poguessin traslladar. Tot i això, abans de l’emigració econòmica dels anys 60, no hi havia ni un miler de residents. Les personalitats republicanes més conegudes van ser el tinent coronel Federico Escofet, el poeta i dramaturg Josep Carner i el compositor Òscar Esplà. El 1937 van arribar a Dinamarca 178 nens, 58 dels quals no van ser repatriats. Un altre país d’acollida per a nens espanyols va ser l’URSS que, entre el 1937 i el 1938, en tingué 2.895, als quals s’han d’afegir 150 persones més entre professors i ajudants. La majoria provenien del País Basc, Astúries i Cantàbria. Amb l’inici de la Segona Guerra Mundial molts d’ells van morir per malalties, mala alimentació i la cruesa del clima. També a l’URSS, en acabar la guerra d’Espanya, quedaren bloquejats uns 300 militars, entre mariners i aviadors, a més d’uns 1.300 militants del PCE/ PSUC. En total hi degué haver uns 4.600 refugiats, però, en inalitzar la Segona Guerra Mundial, es van dispersar per diversos països. La majoria dels militars van acabar tornant després de la mort de Stalin. A part dels quadres del PCE, com Ibarruri, Carrillo, José Díaz, Lister, Tagüeña, el Campesino…, hi va haver nens que hi van estudiar cursos superiors com l’arquitecte Sánchez Arca, metges com Juan Planellas, advocats com Vicente Talón… Alguns d’ells van acabar a Txecoslovàquia, Hongria, Polònia o la República Democràtica Alemanya, segons Szilvia Pethö. Quan el 1948 Stalin va trencar amb Tito, els espanyols residents a Iugoslàvia (com Enrique Líster, Juan Modesto, Manuel Tagüeña, Artemio Precioso) van ser obligats a abandonar aquest país i, llavors, van establir una base d’operacions a Praga, a mig camí de Moscou, on residia la direcció, i París, des d’on operaven amb Espanya. Però, el 1950, quan el PCE va ser declarat illegal a França, i alguns comunistes van ser detinguts i deportats a Còrsega i Algèria, la direcció va decidir enviar-los a diversos països de l’est. El 1954 hi vivien 550 refugiats, 191 dels quals residien a Txecoslovàquia (el 35%). Entre d’altres, hi havia la novel·lista Teresa Pàmies, el militar Enrique Lís- 42 Espanya, país d'exilis ter i el lingüista del mateix nom, que era ill seu. 144 vivien a Polònia (el 26%), podem destacar l’arquitecte Manuel Sánchez Arcas i el traductor Carlos Marrogán; 113, a Hongria (el 21%), entre d’altres el periodista Vicente Arroyo; 94, a la RDA (el 17%), entre els quals hi havia el cartellista Josep Renau, i els altres 8 visqueren a Àustria (l’1,9%). Amb posterioritat, es va crear un altre nucli d’una vintena de membres a Bulgària, entre els quals sobresortia el pintor José Sancha.69 Després de França, el país que va acollir més nombre de refugiats va ser Mèxic que ja, el juny del 1937, recollí 456 nens de combatents o orfes de la guerra. I, el 1939, va acceptar uns 6.200 refugiats més, que van partir de França, amb el suport del SERE. Després de la supressió d’aquest organisme la JARE es va encarregar del trasllat dels refugiats, en virtut de l’acord migratori, signat el 1940, entre la França de Vichy i el Govern asteca, que va permetre l’arribada d’uns altres 4.000 refugiats. A aquests, se’ls van ajuntar 2.000 més que, inicialment, havien emigrat a la República Dominicana i que, davant la brutalitat de la dictadura de Trujillo i la manca d’infraestructures, van acabar a Mèxic. L’emigració a aquest darrer país fou interrompuda durant la Segona Guerra Mundial, però es reprengué del 1946 ins al 1948, assolint la xifra total de 20.000 refugiats. L’emigració a Mèxic va ser la de major importància institucional i cultural. S’hi va reunir la immensa majoria de l’elit política i institucional de l’estat republicà; a més d’una ininitat de personalitats del món acadèmic com José Gaos, Bosch Gimpera, Antonio Sacristán; metges com José Puche i Jaume Pi i Sunyer; ilòsofs com José Medina; assagistes com María Zambrano i José Bergamín; juristes com Niceto Alcalá-Zamora i Luís Recasens; cientíics com Ignacio Bolivar i Odón de Buén; físics com Honorato de Castro i Pedro Carrasco; artistes com Manuela Ballester, Arturo Souto i Alfred Just; literats com León Felipe, Ramon J. Sender i Max Aub; cineastes com Luis Buñuel; editors com Joan Grijalbo; músics com Rodolfo Halter; químics com Francisco Giral González i José Giral Pereira, etc. Xile fou un altre país que va acceptar republicans. Amb ajuda del SERE va arribar-hi el setembre del 1939 el Winnipeg amb 2.200 exiliats. Uns altres refugiats s’hi van instal·lar amb posterioritat sense ajuts institucionals i 776 a partir del 1947, amb el suport de l’OIR. Van tenir notorietat, entre d’altres, els enginyers Pey Casado, l’editor Arturo Soria, i literats com Pere Quart, Xavier Berenguel, Pablo de la Fuente, etc. 69 Pethö, S., “Los países socialistas de Europa Centro-Oriental”, Migraciones & Exilios. Cuadernos de la AEMIC, núm. 8, 2007, pp. 87-94. 43 Josep Sánchez Cervelló La República Dominicana inicialment va acceptar emigrants, per això el SERE entre el 1939 i el 1940 n’hi va enviar 5.000, però el 1942 van marxar gairebé tots a Mèxic, i altres anaren a Cuba i Veneçuela. Entre els que es van quedar destacà el pintor Josep Gausachs. També, a Veneçuela, s’hi van acabar establint uns 5.000 expatriats, dels quals uns 1.000 eren bascos i un altre miler procedien de la República Dominicana i, a partir del 1947, van arribar-n’hi 2.623 més, mitjançant el suport de l’OIR. Entre els refugiats podem destacar l’urbanista Rafael Bergamín, el biòleg August Pi i Sunyer, els arquitectes Fernando i Amós Salvador, els metges José Sánchez Covisa i Manuel Corachan i l’assagista Eduardo Ortega i Gasset. A l’Argentina, el Govern va permetre el 1940 l’establiment de 1.400 bascos, perquè el president de la República, Roberto M. Ortiz Lizardi, era ill d’un emigrant biscaí i considerava els emigrants bascos gent d’ordre. Però, ja abans, a partir del 1939, hi havien arribat petits grups d’exiliats d’acord amb relacions antigues o amb contractes amb institucions o empreses del país. Un cas excepcional es va produir a inals del 1939 quan es va aconseguir, per inluència del director del rotatiu Crítica, que 147 espanyols que viatjaven en direcció a Xile poguessin desembarcar a Buenos Aires. Finalitzada la Segona Guerra Mundial van arribar al país exiliats establerts en altres llocs, quan les restriccions migratòries s’havien relaxat i es comptava, també, amb la col·laboració de l’OIR que, ins al 1949, hi instal·là uns 6.000 refugiats. Es calcula que, en total, hi arrelaren uns 10.000 republicans. Entre aquests, van destacar-hi historiadors com Claudio Sánchez Albornoz i Augusto Barcia; periodistes com Diego Abad de Santillán i Rodríguez Castelao; músics com Manuel de Falla; juristes com Jiménez de Asúa i Osorio Gallardo; escriptors com Rosa Chacel, M. Teresa León i Rafael Alberti; actrius com Margarida Xirgu, i pedagogs com Lorenzo Luzuriaga. Un altre país amb una presència relativa d’exiliats va ser el Brasil. Segons Elda González, entre el 1940 i el 1949 van arribar-hi 5.033 espanyols,70 una part signiicativa dels quals serien republicans, que es van establir amb especial incidència a São Paulo i Rio de Janeiro. A Cuba, s’hi van acabar establint uns 1.500 refugiats. Entre d’altres mereixen ser destacats els cientíics Paulíno Suárez i Gustavo Pittaluga, i l’editor i periodista Mariano Sánchez Roca. A l’Uruguai, s’hi aincaren al voltant de 1.000 refu70 González Martínez, E., La inmigración esperada: la política migratoria brasileña desde João VI hasta Getúlio Vargas, Madrid, CSIC, 2003, p. 209. 44 Espanya, país d'exilis giats, que van anar arribant en diversos moments, entre ells el compositor Casal Chapí, els metges Francisco Bergós i Luís Sayé, i literats com Juan Ramón Jiménez. Als EUA, Joan B. Vilar xifrà en un miler la presència d’emigrats a conseqüència de la diàspora del 1939, entre els quals cal destacar la jurista i periodista Victòria Kent; el general José Asensio Torrado; l’historiador Américo Castro; el metge Severo Ochoa, premi Nobel de Fisiologia i Medicina el 1959, i els literats Jorge Guillén i Pedro Salinas.71 A Colòmbia es calcula que hi van viure mig miler de refugiats entre el 1936 i el 1948. La llista de personalitats fou llarga i signiicativa: metges com Antonio Trias, Pere Mayoral i Manuel Usano; advocats i intel·lectuals com José Prat, José de Recasens, José María Ots Capdequí i Pedro Urbano de la Calle; economistes com Andrés Perea; cientíics com Antonio García Banús, o el botànic Jose Cuatrecasas i l’antropòleg José Pérez de Barradas. Hi va haver també un centenar de republicans a Bolívia; destaquen pel seu nivell intel·lectual: el general i cap de l’Estat Major Republicà Vicente Rojo, el jurista Manuel López-Rey i el físic Ismael Escobar. Per tant, amb més o menys contingents, va haver-hi exiliats en tots els països del continent, entre els quals destaquen els músics Pau Casals i Maria Rodrigo a Puerto Rico. Es considera que el total d’exiliats al continent americà va arribar a uns 44.000. 4. L’obra política dels exialiats i el manteniment de la memòria de la República L’exili va ser entès pels afectats, com havia passat en totes les èpoques anteriors, com una situació transitòria i de curta durada. Per això, els dirigents de l’estat republicà van tractar d’organitzar-se. Ja el 3 de març del 1939 es va reunir per primer cop a París la Diputació Permanent de les Corts (DP), presidida per Martínez Barrio que, com a president del Parlament, va ser convidat a ocupar la presidència de la República, atès que Azaña havia dimitit. Però la guerra encara no havia acabat i Marínez Barrio s’hi negà, la qual cosa resultà un daltabaix pels prop de mig milió de compatriotes que ho havien perdut tot i es quedaren sense cap referent quan s’iniciava el moment més dur de les seves vides. La DP abans de la invasió alemanya de França es va reunir diverses vegades, i els membres que la integraven nedaven entre dues aigües ja que, 71 Vilar, J. B., La España del exilio, op. cit., pp. 383-387. 45 Josep Sánchez Cervelló en termes generals, no els agradava Negrín, a qui acusaven d’autoritari, pro comunista i de situar-se al marge del Parlament; però, d’altra banda, tenia la clau del que quedava de la hisenda republicana, per la qual cosa no volien enemistar-se amb ell. A més, legalment, continuava essent el president del Govern i era una de les igures espanyoles de més rellevància internacional, ja que encara que Martínez Barrio fos la primera jerarquia del règim, era poc conegut a l’estranger. Les coses van canviar radicalment quan Prieto es va apoderar del Vita, ja que, llavors, va deixar d’acatar les ordres de Negrín i va decidir quedar-se amb el tresor, convencent la DP que se sotmetria a la seva iscalització, però, en realitat, mai ho va fer i utilitzà els fons per assegurar la preeminència política de l’exili mitjançant la compra de voluntats. La seva actuació es va veure reforçada després de la derrota de França, el maig del 1940, quan la majoria de les autoritats republicanes es van haver de traslladar a Mèxic, on Prieto exercia la màxima inluència. Negrín, per la seva banda, havia preferit refugiar-se a la Gran Bretanya; tot i que Londres va tractar infructuosament que abandonés el país, on hi havia els governs europeus exiliats, derrotats per l’avanç alemany, amb l’esperança que, després de la derrota totalitària, es reconegués a la República la seva legitimitat antifeixista. Quan la Segona Guerra Mundial s’acabava, l’abril del 1945, els desterrats van acudir a la Conferència de San Francisco, fundadora de l’ONU, i van aconseguir que s’exclogués d’aquest organisme el règim de Franco. Després d’aquest èxit, l’agost del 1945, es van reunir les Corts i van triar Martínez Barrio com a nou president de la República. Aquest, llavors, va designar cap de Govern José Giral, que va constituir el primer gabinet de l’exili comptant amb totes les formacions que donaven suport a la República. El principal problema del gabinet va residir en la negativa de Prieto a donar explicacions creïbles sobre el tresor del Vita i en la seva negativa a posar els diners sota la jurisdicció de l’executiu exiliat. Entre aquest any i el posterior el Govern va aconseguir els únics 11 reconeixements diplomàtics que tindria: els de Mèxic, Guatemala, Panamà, Veneçuela, Polònia, Iugoslàvia, Romania, Txecoslovàquia, Hongria, Albània i Bulgària. El 1946 el Govern exiliat es va traslladar a París convençut que el franquisme estava a punt de caure i que calia estar més a prop d’Espanya per poder inluir en la transició. El Govern Giral, malgrat el seu èxit diplomàtic, va entrar en crisi a inals del 1946 per l’actitud de Prieto, que creia que només podria arribar 46 Espanya, país d'exilis la llibertat a Espanya amb el pacte amb Joan de Borbó, i aconseguir-ho es va convertir en la seva obsessió. Però, malauradament, la guerra freda va acabar convertint el dictador en un soci imprescindible i la democràcia va passar de llarg, mentre els estrategues del PSOE tractaven d’encertar la seva actuació amb la dels anglesos, francesos o americans, tot a costa de debilitar les institucions i sense entendre que aquells només buscaven satisfer els seus propis interessos. Amb tot, la voluntat dels socialistes liderats per Prieto era pactar amb Joan de Borbó, especialment a partir del triomf del laborista Clement Attlee, que va pressionar perquè els socialistes tallessin amb el Govern exiliat i s’entreguessin, amb cor i ànima, a l’estratègia de la guerra freda que convenia al Govern de Londres, per apuntalar el franquisme. Però Martínez Barrio, maniobrant a les esquenes del PSOE, encara va aconseguir retardar l’allunyament institucional d’aquest partit, nomenant el seu secretari general, Rodolfo Llopis, cap de l’executiu el febrer del 1947. Llopis va formar un govern amb la mateixa composició que l’anterior, però va tenir l’oposició de Prieto i, a més, no va aconseguir res de Joan de Borbó, i va acabar dimitint l’agost d’aquell any. A partir de llavors el PSOE va abandonar la col·laboració institucional amb el Govern. A Llopis, el va succeir Álvaro de Álbornoz (agost del 1947 – octubre del 1951). La novetat va ser que l’executiu només va poder disposar de la col·laboració dels partits liberals republicans: Izquieda Republicana (IR), Unión Republicana (UR), l’insigniicant Partit Republicà Federal (PRF) i independents; forces que a partir de llavors es van convertir en l’únic suport creïble de les institucions exiliades, la qual cosa va suposar el seu lent declivi. Malgrat tot, el 1949 Álvaro de Albornoz va poder comptar amb un ministre del Moviment Socialista de Catalunya i el de Félix Gordon Ordás, que va dirigir l’executiu de l’octubre del 1951 al maig del 1960, integrant un ministre d’ERC. Però, el juliol del 1959, es van fusionar IR i UR i van crear Acció Republicana Democràtica Espanyola (ARDE) que, a partir de llavors, va ser l’únic suport dels governs posteriors: el del general Emilio Herrera, del maig del 1960 al març del 1962; el de Claudio Sánchez Albornoz, del març del 1962 al març del 1971 i, l’últim, presidit per Fernando Valera, del març del 1971 al juny del 1977. Juntament amb l’executiu, l’entramat institucional es va basar, també, en la presidència de la República i en les Corts. La direcció de l’Estat va ser assumida per Martínez Barrio ins al seu decés el gener del 1961. El va substituir el jurista socialista Luis Jiménez de Asúa, a qui el seu partit no va impedir ocupar el càrrec, però tampoc li va donar suport en la seva tasca. 47 Josep Sánchez Cervelló Després de la seva mort, el novembre del 1970, el succeí José Maldonado, que ins llavors ocupava, en funcions, la presidència de les Corts. Aquest i el seu cap de Govern, Fernando Valera, van ser els encarregats de dissoldre les institucions exiliades un mes després de les eleccions democràtiques del juny del 1977, però remarcant que l’única legitimitat democràtica que havia existit ins llavors havia estat l’emanada de la Constitució del 1931 i de les eleccions realitzades a la seva empara. Van recordar, també, emocionadament, als que van donar la seva vida i als que llavors encara defensaven la República, però reconeixent la nova legitimitat, dissolgueren les institucions exiliades. Per la seva banda, les Corts no es van poder reunir a Mèxic ins al 1945; tot i que, com hem vist, a França, des de l’inici de l’exili ins a la invasió alemanya del juny del 1940, va funcionar la DP, ja que cap altre dels organismes parlamentaris (plenari, mesa del Congrés i Comissió de Govern Interior) es va poder reunir. Ha quedat, igualment dit, que Martínez Barrios, president del Parlament, va abandonar el seu deure institucional el 1939 i només el va reivindicar un cop va estar instal·lat a Mèxic. La mateixa irresponsabilitat s’ha d’atribuir al vicepresident primer del Parlament, Lluís Jiménez de Asúa, que, refugiat a l’Argentina, va estar institucionalment desaparegut del 1939 ins al novembre del 1945; i, quan semblava imminent la caiguda del franquisme, va ocupar circumstancialment la presidència de les Corts, però la va tornar a abandonar quan les institucions es van traslladar a França el 1946. Llavors, qui la va assumir, va ser el membre d’IR Luis Fernández Clérigo, que, en la segona reunió de les Corts a Mèxic, el novembre del 1945, havia estat escollit com a vicepresident segon; alhora que Ramon Nogués Biset (ERC) havia estat nomenat vicepresident tercer i Dolores Ibárruri (PCE), vicepresidenta quarta. La primera vegada que la DP es tornà a reunir a França no fou ins al 15 de gener del 1947 i, llavors, ja va quedar clar que Franco no seria incomodat; de manera que la desesperació es va anar apoderant de l’emigració republicana. En aquest context Fernández Clérigo tornà a Mèxic el novembre d’aquest darrer any, assumint la presidència de les Corts Ramon Nogués Biset.72 Durant el mandat de Nogués, tant la Comissió de Govern Interior com la Diputació Permanent es van anar esllanguint per l’abandó del sector majoritari del PSOE el maig del 1949, al qual van seguir els 72 Sobre Ramon Nogués Biset vegeu: Sánchez Cervelló, J., Ramon Nogués i Biset de la presidència de la Diputació republicana a la de les Corts a l’exili, Tarragona, Arola, 2004, pp. 504-506. 48 Espanya, país d'exilis comunistes. Nogués va emmalaltir i desil·lusionat va renunciar el càrrec i retornà a Barcelona el setembre del 1955. Llavors ocupà la presidència Jiménez de Asúa. Aquest càrrec el va simultanejar, després de la mort de Martínez Barrio, amb el de la presidència de la República ins que, el maig del 1968, es va realitzar una nova reunió de diputats per cobrir les vacants de la Mesa del Congrés, escollint José Maldonado (ARDE) com a vicepresident i Joan Casanellas (ERC) vicepresident. Així, quan Maldonado va arribar a la presidència de la República, després del decés de Jiménez de Asúa, Casanellas va ocupar la presidència de les Corts republicanes ins al 1977. Les Corts de la República van tenir un actiu paper en la Unió Interparlamentària (UI)73 i en favor de l’europeisme. Les Corts exiliades van ser admeses a la UI l’abril del 1947 i Fernando Valera i Álvarez del Vayo formaren part del Consell Directiu ins al 1955, quan hi van ser admeses les Corts franquistes. Una altra actuació destacada dels exiliats, amb suport per a les Corts, va ser la defensa de l’europeisme, ja que, majoritàriament, els republicans van donar suport a totes les iniciatives que reforcessin Europa i les seves institucions representatives i, de fet, hi va haver republicans en tots els fòrums europeistes des del principi. Els orígens de la unitat continental es poden rastrejar a partir del 1946, quan van sorgir diverses iniciatives al Regne Unit, els Països Baixos, Bèlgica i França. El Consell d’Europa,74 integrat per 16 estats, va obligar els espanyols a crear un únic Consell Federal Espanyol del Moviment Europeu (CFEME), per tal que Espanya estigués representada amb un sol organisme. La comissió executiva va estar formada per Salvador de Madariaga com a president, J. M. Lasarte com a secretari general i cinc vicepresidents: Llopis per l’esquerra europea, el liberal José Maldonado, Pi i Sunyer pel grup català i Manuel de Irujo pel basc, a més d’un demòcrata cristià de l’interior. El febrer del 1949, el CFEME va participar, per primera vegada, en el Consell que es va celebrar a Brussel·les i l’abril, en la Conferència Econòmica Europea celebrada a Westminster. L’objectiu de la participació republicana va 73 És l’organització que representa a tots els parlaments del món. Es creà el 1889 amb l’objectiu que els pobles es coneguessin més i es defensessin sistemes de govern democràtics i favorables a solucionar pacíicament els conlictes. 74 L’organisme es creà a Londres el 1949. Hi poden pertànyer tots els països europeus democràtics i que respectin els drets humans. Entre els objectius principals de l’entitat hi ha la protecció de les llibertats i la defensa de l’europeisme. 49 Josep Sánchez Cervelló ser assegurar que Europa es constituís sota pressupostos democràtics i que “el cas espanyol” no fos oblidat. El principal èxit del CFEME el va obtenir al Congrés de Munic (7-8 de juny del 1962) on, per primera vegada, es van reunir representants dels dos bàndols enfrontats en la Guerra Civil. Aquest esdeveniment va ser preparat des de l’interior per l’Associació Espanyola de Cooperació Europea, fundada a Madrid el 1954 per Dionisio Ridruejo i Joaquín Satrústegui, entre d’altres, i a l’exili pel Consell Federal del Moviment Europeu. A Munic es va aprovar una resolució conjunta basada en el restabliment de la democràcia a Espanya. Que anés al Congrés una selecta representació de liberals de dretes va molestar fora mida el règim, perquè acabava amb el discurs oicial que tota l’oposició a la dictadura era comunista. Les conseqüències del conclave, contuberni per al règim, van ser que va augmentar la nòmina d’exiliats amb alguns noms de categoria com l’exfalangista Dionisio Ridruejo i l’excap de la CEDA, Gil Robles. Sobre ells, el règim va desencadenar un tal enilall d’insults que li va resultar contraproduent ja que inviabilitzà els esforços aperturistes que deia fer. A partir de llavors la brutalitat de la dictadura va acabar segellant la unitat de tota l’oposició, fet que seria un factor clau per al futur del combat antifranquista. El CFEME va continuar reunint-se a l’estranger i a Espanya, ajudà al manteniment dels llaços de solidaritat entre l’interior i l’exili i col·laborà en la consolidació de les idees democràtiques. Va comptar, per a això, amb la tasca de Manuel de Irujo que, des del 1973 i ins a inals del 1976, va exercir el càrrec de president d’aquest organisme. Conclusions • • Les expulsions de jueus i moriscos revelaren els principis teocràtics de l’Estat espanyol, i la doble expulsió dels jesuïtes i la matança de religiosos el 1936 els límits i riscos d’aquest estat d’hegemonia catòlica. Tot i això, la guerra antinapoleònica, la dels agreujats, la dels malcontents i les carlinades —incloent-hi la de 1936-1939— tenen un clar rerefons religiós. El monopoli de la veritat i el pronunciat antiliberalisme per part de l’Església i de les classes privilegiades són, en gran part, els culpables d’aquesta Espanya caïnita. Els afusellaments absolutistes de militars i civils constitucionals, les execucions d’Espartero de militars moderats i civils radicalitzats, la salvatge repressió de Franco sobre els vençuts de la Guer- 50 Espanya, país d'exilis • ra Civil, es basen en aquesta tradicional visió del poder basada en l’exercici absolutista del poder, però seria injust no reconèixer l’existència d’una altra tradició, més lexible i tolerant, com la dels inals de les guerres dels Set anys, la dels Matiners o la de la Primera República i la de la Tercera Carlinada, que promulgaren amnisties per reincorporar a la societat els que s’alçaren i tractaren de crear un clima de convivència pacíica. L’exili del 1936 fou el més brutal de tota la nostra història, però també el que més ha modelat el nostre futur, en la mesura que deixà una tradició política i institucional democràtica que no ha tingut cap paral·lel en la història del país, ae excepció del període posterior al restabliment de la democràcia. 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Keywords Genocide, Francoism, Spain, international law Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 53–65. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Joan E. Garcés 1. El genocidio español El coste de olvidar los actos de genocidio ha sido incalculable para los pueblos durante el siglo xx. El documento identiicado como L-3 ante el Tribunal Militar Internacional de Nuremberg contiene la orden del canciller alemán a sus generales de 22 de agosto de 1939 de “matar, sin misericordia ni piedad, a los hombres, mujeres y niños de origen y lengua polacos […]. Después de todo, quién habla hoy de la masacre de los armenios”1. El 12 de diciembre de 1946 la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución n.º 39/1 sobre las relaciones de sus miembros con el régimen de facto que se estableció en España el 1 de abril de 1939: he General Assembly recalls that, in May and June 1946, the Security Council conducted an investigation of the possible further action to be taken by the United Nations. he Sub-Committee of the Security Council charged with the investigation found unanimously: “(a) In origin, nature, structure and general conduct, the Franco regime is a fascist regime patterned on, and established largely as a result of aid received from, Hitler’s Nazi Germany and Mussolini’s Fascist Italy. […] (b) During the long struggle of the United Nations against Hitler and Mussolini, Franco, despite continued Allied protests, gave very substantial aid to the enemy Powers […].”(c) Incontrovertible documentary evidence establishes that Franco was a guilty party with Hitler and Mussolini in the conspiracy to wage war against those countries which eventually in the course of the world war became banded together as the United Nations. It was part of the conspiracy that Franco’s full belligerency should be postponed until a time to be mutually agreed upon. he General Assembly, convinced that the Franco Fascist Government of Spain, which was imposed by force upon the Spanish people with the aid of the Axis Powers and which gave material assistance to the Axis Powers in the war […].2 Entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977 aproximadamente 4.380.000 víctimas directas, equivalente al 17 % del total de habitantes en 1 El texto original en alemán está publicado en Akten zur Deutschen Auswartigen Politik 1918–1945, serie D, Band VII (Baden-Baden, 1956), pp. 171-172: “Ich habe den Befehl gegeben, […] daß das Kriegsziel nicht im Erreichen von bestimmten Linien, sondern in der physischen Vernichtung des Gegners besteht. […] Nur so gewinnen wir den Lebensraum, den wir brauchen. Wer redet heute noch von derVernichtung der Armenier?” 2 Documento anexo n.º 56 a la demanda de los recurrentes de fecha 2 de julio de 2010 (Resolución Nº 39/1 de la Asamblea General de la ONU). Accesible en: <http://daccessdds-ny.un.org/doc/RESOLUTION/GEN/NR0/032/90/IMG/NR003290.pdf?OpenElement> 54 Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España… la España de entonces, fueron identiicadas por los victimarios como grupo que destruir, en todo o en parte, por sostener convicciones laicistas y formas republicano-representativas de gobierno. Fueron ejecutadas más de 300.000 personas; detenidas y “desaparecidas” más de 115.000; otras 3.400.000, privadas de libertad o coniscados sus bienes, cuyas ichas individuales de identiicación se conservan en el Archivo Histórico de Alcalá de Henares; alrededor de 500.000 fueron desplazadas al exilio; unos 30.000 niños fueron sustraídos a sus padres biológicos para ser entregados al grupo nacional católico… Sus identidades continúan hasta hoy alteradas. La insurrección armada contra las instituciones y autoridades de la República española fue, para quienes la dirigieron y sostuvieron, “un enfrentamiento encarnizado entre católicos y no católicos, perseguidores de la fe cristiana estos últimos desde sus posturas ateas, materialistas, etc.”3. La “Carta colectiva de los Obispos españoles a los Obispos de todo el Mundo con motivo de la guerra de España”, fechada el 1 de julio de 19374, se expresaba en los siguientes términos: La Constitución [de la República española] y las leyes laicas que desarrollaron su espíritu fueron un ataque violento y continuado a la conciencia nacional […] se produjo en el alma una reacción de tipo religioso, correspondiente a la acción nihilista y destructora de los sin-Dios. […] Airmamos que el levantamiento cívico-militar ha tenido en el fondo de la conciencia popular de un doble arraigo: el del sentido patriótico, que ha visto en él la única manera de levantar a España y evitar su ruina deinitiva; y el sentido religioso, que lo consideró como la fuerza que debía reducir a la impotencia a los enemigos de Dios, y como la garantía de la continuidad de su fe y de la práctica de su religión. El 23 de agosto de 1936 la portada del Diario de Navarra reproducía la comunicación del obispo de Pamplona, D. Marcelino Olaechea: 3 Ver Redondo, G.: Historia de la Iglesia en España, 1936-1939, t. II, Madrid, Rialp, 1993, página 9. Accesible en: <http://books.google.es/booksid=3N2ryNhbnMsC&pg=PA72&lpg =PA72&dq=cruzada+espa%C3%B1a+1936&source=bl&ots=KYSe-dobAT&sig=3kEuKtBq yfaSlC7_00LIPCMcaL0&hl=es&ei=oT8HTsrNHI3pOa28wcIN&sa=X&oi=book_result&ct =result&resnum=9&ved=0CE8Q6AEwCA#v=onepage&q=cruzada%20espa%C3%B1a%20 1936&f=false> 4 Carta suscrita por 43 obispos residenciales y 5 vicarios capitulares, publicada en Pamplona (Gráicas Descansa) el 1 de julio de 1937, 32 páginas. 55 Joan E. Garcés poner en mis manos para que de ellas vayan a la Junta de Defensa Nacional, una limosna grande, la más grande que podáis, de vuestro peculio y de los fondos mismos de las entidades mismas que presidís, o de las que formáis parte. No es una guerra la que se está librando, es una cruzada, y la Iglesia […] no puede menos de poner cuanto tiene en favor de sus cruzados. Lo hizo siempre, y como siempre lo hace en estos días.5 Tres días después, el 26 de agosto de 1936, el arzobispo de Zaragoza distribuía la circular n.º 16: Ha transcurrido poco más de un mes desde que nuestro glorioso Ejército, secundado por el pueblo español, emprendió la presente cruzada en defensa de la patria y de la Religión.6 El 31 de agosto de 1936 la circular del arzobispo de Santiago manifestaba: […] la Cruzada […] es fundamentalmente una Cruzada religiosa, del mismo tipo que las Cruzadas de la Edad Media, pues ahora como entonces se lucha por la fe, por Cristo y por la libertad de los pueblos. ¡Dios lo quiere! ¡Santiago y cierra España!.7 El cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón airmaba en 1982, cuando presidía la Conferencia Episcopal Española: No se puede olvidar que en los años anteriores a esa guerra se enfrentaron los españoles, no sólo por motivos políticos y sociales, sino preferentemente por motivos religiosos. La misma guerra fue considerada por muchos como cruzada: esto es guerra religiosa.8 Los referidos crímenes fueron cometidos mientras los tribunales de justicia se cerraban para sus víctimas y la impunidad se apuntalaba en ingeniería jurídica. Así, el 13 de septiembre de 1968 España ratiica el Convenio para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, con 5 Redondo, cit., p. 70. 6 Boletín Eclesiástico Oicial del Arzobispado de Zaragoza (año LXXV, n.º 15, 29-VIII-1936), pp. 225-228, en Redondo, cit., p. 72. 7 Boletín Oicial del Arzobispado de Santiago (año LXXII, n.º 2760), pp. 233–238, en Redondo, cit., p. 73. 8 Mérida, María: Entrevista con la Iglesia. La jerarquía eclesiástica española en su verdad humana y pastoral, Barcelona, 1982, p. 80. 56 Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España… reserva a la totalidad del artículo IX (jurisdicción del Tribunal Internacional de Justicia).9 Su interpretación y aplicación se reservó a jueces nombrados después de jurar ante Dios lealtad al Caudillo (Führer en alemán, Duce en italiano) y a los principios del movimiento fascista. Los actos delictivos y su impunidad han sido continuados. Las situaciones de este tipo persistieron y continuaron teniendo efectos tras la entrada en vigor del Convenio Europeo de Derechos Humanos (10 de octubre de 1979). Cuando el 29 de octubre de 1990 España retiró en parte su reserva al artículo IX del Convenio manifestó que la mantenía, sin embargo, en lo relativo: “a hechos o situaciones sobrevenidos antes de esta fecha, aun cuando esos hechos o situaciones continuaran existiendo o produciendo efectos después de esta fecha”.10 La primera vez que un tribunal entreabrió sus puertas a las víctimas fue el Auto de 16 de octubre de 2008,11 pronunciado a petición de los recurrentes en las citadas diligencias previas n.º 399/2006 del Juzgado Central de Instrucción n.º 5 de la Audiencia Nacional. Este auto invocaba las obligaciones establecidas en el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH). La reacción de los magistrados que juraron lealtad al Caudillo y a los principios del Movimiento queda plasmada en los autos de 26 de mayo y 15 de junio de 2009 de la Sala Penal del Tribunal Supremo, que admiten a trámite una querella por prevaricación contra el juez central de instrucción n.º 5, precisamente por dictar el Auto de 16 de octubre de 2008. Sentado lo anterior, el siguiente 29 de septiembre de 2009 el Reino de España retiraba la reserva al artículo IX del Convenio contra el Geno- 9 “Las controversias entre las Partes Contratantes, relativas a la interpretación, aplicación o ejecución de la presente Convención, incluso las relativas a la responsabilidad de un Estado en materia de genocidio o en materia de cualquiera de los otros actos enumerados en el artículo III, serán sometidas a la Corte Internacional de Justicia a petición de una de las Partes en la controversia”. 10 “Les diférends nés avant la date de la remise de la présente déclaration au Secrétaire général de l’organisation des Nations Unies pour qu’il en soit dépositaire ou relatifs à des faits ou des situations survenus avant cette date, quand bien même lesdits faits ou situations continueraient à exister ou à produire des efets après cette date”, pp. 769-770 de la Ordonnance de procédure du 2 juin 1999, CIJ, Licéité de l’emploi de la forcé (Yougoslaviec. Espagne), accesible en <http://www.icj-cij.org/docket/iles/112/7991.pdf>. 11 Documento anexo n.º 4 a la Demanda los requirentes de 2 de julio de 2010 ( n.º 37853/10). 57 Joan E. Garcés cidio aduciendo que habían “cambiado las circunstancias que motivaban esta reserva”.12 Los recurrentes consideran contrario al orden público europeo regido por el CEDH que el Reino de España impida la investigación judicial efectiva de los referidos hechos impunes, en particular la desaparición de más de ciento quince mil personas y el traslado forzoso de más de treinta mil niños de un grupo religioso a otro. Prosigue así la tortura psicológica inligida a los miembros de la familia inmediata, a quienes se sigue negando el derecho a conocer la suerte de los suyos; dada su avanzada edad —más de 85 o 90 años— plantea el espectro de un daño irreparable, consistente en avanzar hacia la muerte sin recuperar a sus seres queridos, mientras se mantiene la prohibición de recibir declaración de testigos y de investigar a los presuntos responsables vivos. La interrupción de las medidas de investigación conlleva el daño, igualmente irreparable, derivado de la muerte ineluctable. Después del inicio del procedimiento de los recurrentes en 2006 en el Juzgado Central de Instrucción n.º 5, se han identiicado 2.246 fosas comunes clandestinas (doc. anexo n.º 53) a partir de información reunida por asociaciones como las aquí recurrentes, por algunas comunidades autónomas y ONG: en Andalucía 600 (doc. anexo n.º 52), en Aragón 594, en Asturias 320, en Castilla y León 187, en Cataluña 151, en Castilla-La Mancha 139, en el País Vasco 92, en la Comunidad Valenciana 85, en Madrid 51, en Extremadura 46, en Galicia 46, en Navarra 16, en Cantabria 7, en La Rioja 6, en Murcia 6, en Baleares 4, en Canarias 2, en Ceuta 1 y en Melilla 1. La enumeración es provisional, considerando la ausencia de actuación de las autoridades públicas para hallar las fosas comunes. El primer mapa de víctimas de la represión fascista que ha publicado el Gobierno es de 201113: unas 2.200 fosas comunes, de las que 329 han sido abiertas totalmente y 42 parcialmente, a las que hay que sumar las sepulturas desaparecidas, cuya ubicación se conoce, pero a las que no se puede acceder debido a la oposición de agentes externos. Tras el Auto de 2 de diciembre de 2008 de la Audiencia Nacional (Sala Penal, Pleno) el Reino de España deniega aplicar las normas legales que ordenan exhumar 12 Accesible en <http://boe.es/boe/dias/2009/12/10/pdfs/BOE-A-2009-19876.pdf>. 13 Mapa provisional interactivo publicado en 2011 por el Ministerio de Justicia, accesible en <http://mapadefosas.mjusticia.es/exovi_externo/CargarMapaFosas.htm>. 58 Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España… los cuerpos en presencia judicial para su identiicación, determinar la causa y las circunstancias de la muerte y sus responsables. 2. Exposición de las violaciones del convenio Los recurrentes consideran que el Reino de España ha vulnerado los artículos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 13, 14 y 17 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, así como el artículo 47 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea: • al mantener los efectos, sin solución de continuidad desde el 17 de julio de 1936 hasta la actualidad, de las matanzas y desapariciones, de la privación de libertad, de los castigos físicos e imposición de trabajos forzados, del expolio de bienes y demás actos delictivos dirigidos contra el grupo nacional de creencias laicistas y partidario de la forma republicano-representativa de gobierno; • al impedir una investigación judicial efectiva de los responsables de esos actos; • al denegar a los recurrentes, y en general al grupo signiicado como víctima, el derecho a acceder a un tribunal imparcial, a ejercitar sus derechos sin discriminaciones, incurriendo en denegación de justicia; • al prolongar la tortura psicológica de aquellos a quienes ha negado el derecho a conocer la suerte de sus familiares desaparecidos, o que siguen con la identidad alterada. Los continuados actos y omisiones de naturaleza genocida y lesa humanidad cometidos durante el régimen de facto constituían infracciones deinidas, accesibles y previsibles para el derecho interno y las normas internacionales vigentes en España. Su violación se extiende a lo largo del período que comienza con el primer acto y continúa durante el tiempo en que los actos u omisiones se repiten y mantienen su conlicto con la obligación internacional correspondiente (art. 15.2 del proyecto de la CDI sobre la responsabilidad del Estado por actos internacionalmente ilícitos); sus efectos se extienden más allá de la fecha de entrada en vigor del CEDH (art. 14.2 del proyecto de artículos de la CDI), y hasta hoy. 59 Joan E. Garcés Si bien el artículo 6(1) de la Convención no crea un derecho de acceso a los tribunales de justicia, ya en 1975 el Tribunal Europeo consideró que ese derecho le era inherente (Golder v. United Kingdom, 21 feb. 1975, (175), 1 EHRR 524, para. 35). El Auto de 2 de diciembre de 2008 de la Sala Penal (Pleno) de la Audiencia Nacional y las decisiones que lo conirman mantienen el cierre continuado de los tribunales españoles desde el 17 de julio de 1936, mediante una interpretación contraria, en primer lugar, al derecho interno, pues no diferencia los delitos de genocidio y contra la Humanidad de otros que pudieran estar amnistiados. Los recursos interpuestos frente al Auto de 2 de diciembre de 2008 del Pleno de la Sala Penal de la Audiencia Nacional han sido sucesivamente inadmitidos, a limine, por la Audiencia Nacional (Pleno de la Sala Penal), por la Sala Penal del Tribunal Supremo, por el Pleno del Tribunal Supremo y por el Tribunal Constitucional. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea conirma y refuerza el artículo 6 del Convenio. Incluso cuando se supone que este último tiene efets atténués, el Tribunal subraya la importancia de esas garantías (Soering, 7 de julio de 1989, p. 113; Drozd et Janousek, 26 de junio de 1991, p. 110). El juez De Visscher sostenía que “lorsqu’un Tribunal décline sa juridiction, alors qu’il n’y a aucune autre voie ouverte au demandeur, on peut se trouver face à un déni de justice”14, citando la opinión del profesor Charles Durand según la cual “one cannot be said to have had access to the courts if only to be told that one is not entitled to formulate a demand”.15 El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya señalaba en la sentencia del caso Golder (1975) que el principio de derecho internacional que prohíbe la denegación de justicia “compte au nombre des principes fondamentaux de droit universellement reconnus. L’article 6)1) doit se lire à leur lumière”. En la especie, la denegación de justicia en el Reino de España alegada por los requirentes se reiere a un interés común inherente al carácter esencial de las reglas primarias infringidas que la demanda y la presente ampliación identiican. El Reino de España ha desconocido el derecho de 14 De Visscher, Charles: “Le déni de justice en droit international” (1935), 52 Recueil des Cours de l’Académie de Droit International. J., 396. 15 Durand, Charles: “La responsabilité internationale des Etats pour déni de justice”, Révue générale de droit international public (1931), 38, 696, p. 395. 60 Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España… los recurrentes a ser oídos, dentro de un plazo razonable, por un tribunal imparcial. Los recursos que han formulado han sido resueltos en su totalidad por tribunales integrados por magistrados mientras se hallaban recusados —antes de resolver la propuesta de recusación (caso de la Sala Penal de la Audiencia Nacional), o por la causa objetiva de haber prestado juramento de lealtad al Caudillo y a los Principios Fundamentales del movimiento fascista (en el caso del Tribunal Supremo), o por un tribunal cuya composición personal no ha sido comunicada previamente a los recurrentes (caso del Tribunal Constitucional)—. De conformidad con el artículo 1 del CEDH, el Reino de España debe responder de la violación de los derechos y libertades protegidos por el Convenio contra personas bajo su jurisdicción. Al no hacerlo, ha incurrido en responsabilidad por los actos u omisiones imputables que han violado esos derechos y libertades. Los demandantes sostienen que el Reino de España no puede hacer una excepción a la labor del Tribunal Europeo para evitar una zona sin ley dentro del espacio jurídico del Consejo de Europa, en lo que concierne a impunidad y no investigación judicial de los crímenes de lesa humanidad y genocidio de mayor amplitud de Europa occidental y con mayor número de personas en fosas comunes clandestinas. El Reino de España ha obrado en el presente caso de modo contrario a la doctrina del TEDH sobre la jurisdicción, en el sentido de que esta, a los efectos del artículo 1 del Convenio, releja el signiicado del término según el derecho internacional público (Ilascu et al. v. Moldava y Russia, §§ 310-319, sentencia de 8 de julio de 2004; Gentilhomme et al. v. France, n.os 48205/99, 48207/99 y 48209/99, § 20, sentencia de 14 mayo 2002; Banković et al. v. Belgium et al. (dec.) [GC], n.º 52207/99, §§ 59-61, ECHR 2001-XII; Assanidze v. Georgia [GC], n.º 71503/01, § 137, ECHR 2004-II). Constatación: el caso sometido a la consideración del TEDH constituye un abierto desafío por parte del Reino de España al Convenio y a la doctrina del TEDH, que vulnera las garantías protegidas citadas en las páginas 27 y 28 del escrito de Demanda de 2 de julio de 2010, que damos aquí por reproducidas, y en el punto 17 de la presente demanda. 61 Joan E. Garcés 3. Demanda contra la impunidad Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución de 1978 reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratiicados por España (art. 10.2 de la Constitución). 1. Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión. 2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismo, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia (art. 24 de la Constitución). La rebelión armada contra la forma representativa de Gobierno fue continuada entre el 17 de julio de 1936 y el 15 de junio de 1977 (elecciones parlamentarias). Las normas penales españolas vigentes a lo largo de ese periodo, y desde entonces hasta hoy, tipiican como delito el asesinato, el secuestro, la detención ilegal (arts. 163-168 del CP de 1995), la deportación y traslado forzoso, las lesiones corporales (torturas), la agresión sexual, el robo y expolio de bienes, la rebelión armada, los atentados contra los Altos Organismos y la forma de Gobierno de la Nación (arts. 167.1 y 170 Código Penal de 1932; arts. 402 a 509 del Código Penal de 1995). 3.1 Derecho internacional La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, reiterada en la Sentencia de 14 de diciembre de 2010, que, a su vez, invoca también la doctrina del TEDH, ha condenado a Brasil por la interpretación que hace de la Ley de Amnistía de 1979, inspirada en la de España de 1977. La Sentencia de 17 de diciembre de 2010 de la Cour d’Assisses de Paris, de conformidad con el CEDH, no admite prescripción ni amnistía del delito de secuestro seguido de torturas y “desaparición forzada” cometido en 1973-1975 por tropas sublevadas contra la República de Chile desde el 11 de septiembre de 1973, y condena a cadena perpetua a dos generales y a treinta años a ocho generales y oiciales del Ejército de Chile. 62 Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España… Exposición del objeto de la ampliación de la demanda La cuestión de interés general planteada —el sistema y la práctica jurídica del Reino de España de impunidad de actos de genocidio y lesa humanidad, en maniiesta infracción del CEDH— debería contribuir a la convivencia entre los grupos nacionales españoles, asentada en los principios de una sociedad democrática plasmados en el CEDH, al tiempo que hará justicia a los recurrentes. Los recurrentes constatan que, en las referidas resoluciones de la Audiencia Nacional (Sala Penal, Pleno), de la Sala Penal del Tribunal Supremo, del Pleno del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, el Reino de España perpetúa la absoluta y continuada denegación de justicia respecto de la cuestión de interés general planteada en la presente demanda y, también, respecto de los recurrentes, sin perjuicio de las violaciones del CEDH. En consecuencia, se solicita que, en el momento procesal procedente, el Tribunal declare que el Reino de España, vulnerando el CEDH en relación con el artículo 47 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, no ha respetado sus obligaciones internacionales respecto al derecho a la vida, a la prohibición de la tortura, a la prohibición del trabajo forzado, a la libertad y a la seguridad, a un proceso equitativo ante un Tribunal imparcial sin dilaciones indebidas, a un recurso efectivo, incurriendo en denegación de justicia respecto de la cuestión de interés general que plantea la Demanda y, en particular, respecto de los recurrentes. El resarcimiento de los recurrentes debería tener en cuenta el daño moral y material, la duración de la privación, los gastos de los recursos internos y del presente procedimiento, y debería realizarse en un plazo razonable. Petición de tratamiento acelerado de la ampliación de la demanda La prohibición, en el Auto de 2 de diciembre de 2008 de la Audiencia Nacional (Sala Penal, Pleno), de proseguir la investigación judicial de los actos de naturaleza genocida y lesa humanidad que los recurrentes denunciaron en 2006 ante el Juzgado Central de Instrucción n.º 5 de la Audiencia Nacional de España, en particular la desaparición de más de 115.000 personas y el traspaso forzado de más de 30.000 niños de un grupo nacional a otro, no solo mantiene la tortura psicológica que sufren los familiares 63 Joan E. Garcés más directos —a los que se sigue negando el derecho a conocer la suerte de los suyos—, sino que, dada su muy avanzada edad —en torno a los 85 o 90 años—, supone el perjuicio irreparable de morir sin recuperar a sus seres queridos, así como de impedir tomar declaración judicial a testigos de los hechos e investigar a sus presuntos autores aún vivos. Por su edad, la interrupción de la investigación conlleva el perjuicio irreparable derivado de su fallecimiento. En consecuencia, con el in de prevenir una violación aún más grave del CEDH y de estimular la adopción de medidas adecuadas antes de que se produzcan ineluctablemente los fallecimientos, respetuosamente solicitamos que: • al amparo del artículo 41 del Reglamento, la Sala o su Presidente acuerde tratar la presente ampliación de la Demanda de manera prioritaria; • al amparo del artículo 40 del Reglamento, el Secretario, con autorización de la Sala o de su Presidente informe, por cualquier medio disponible, al Reino de España la ampliación de la Demanda y su objeto. Petición de medidas cautelares Por los mismos motivos que solicitamos un tratamiento acelerado de la Demanda n.º 37853/10, en particular el riesgo de fait accompli derivado de la muerte fatal a muy corto plazo de las víctimas directas, de los testigos o autores presuntos de los hechos investigados en las Diligencias Previas 399/2006 del Juzgado Central de Instrucción n.º 5, y a in de aliviar o poner in a la tortura psicológica de los familiares más directos de los más de cien mil desaparecidos, de conformidad con el artículo 39 del Reglamento, solicitamos que la Sala o, en su caso, el Presidente, invite al Reino de España a que, en interés de las partes y del buen desarrollo del procedimiento ante el TEDH, adopte todas las medidas necesarias a in de que —en tanto que se tramita la presente ampliación de la Demanda— se practiquen sin demora las actuaciones que procedan en las Diligencias Previas n.º 399/2006 en cuanto a identiicación de las víctimas, declaración de los testigos e identiicación de los presuntos autores de los hechos denunciados. En prueba del referido riesgo de daño irreparable —la muerte— se aporta una relación de resoluciones de Juzgados y Tribunales —posteriores al meritado Auto de 2 de diciembre de 2008 de la Audiencia Nacio- 64 Los actos impunes de naturaleza genocida y de lesa humanidad cometidos en España… nal— que deniegan la petición de investigar las fosas comunes en actos de naturaleza genocida y lesa humanidad cometidos durante el régimen de facto (documentos anexos n.º 55 a 63). En el supuesto caso de que no se acuerden las medidas cautelares, se solicita que el Tribunal informe al Gobierno demandado de la presentación de la presente ampliación de la Demanda, y le invite a aportar información sobre los hechos, de conformidad con el artículo 54 § 2 a) del Reglamento, según el precedente en el caso Rafray Taddei c. France n.° 36435/07 (Sección 5ª; para. 12 de la sentencia de 31 de diciembre de 2010). Declaración de que ninguna otra instancia internacional está conociendo o ha conocido del caso. Las quejas enunciadas en la presente demanda no se han sometido a ninguna otra instancia internacional de investigación o de resolución. 65 LA EUROPA DEL ESTE DE 1944 A 1950: SUFRIMIENTO, MUERTE E IDEOLOGÍA IGUALITARIA1 Xavier Moreno Juliá Universidad Rovira i Virgili A los miles y miles de seres humanos que sufrieron lo indecible y que murieron en manos de algo llamado Revolución2 Resumen La imposición del socialismo de Estado en los países del Este de Europa fue un logro de Moscú por el que miles de personas pagaron con su vida, en una represión brutal sobre la que la historiografía ha pasado de puntillas. Precisamente por ello, en este trabajo recogemos, una a una, las realidades de Hungría, Rumanía, Bulgaria, Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia y Albania. Y, para su inteligibilidad, previamente son analizados los estertores de la Segunda Guerra Mundial y su impacto en la Unión Soviética, puente de plata, a ojos de muchos, para conigurar su hinterland del Oeste. Palabras clave Europa del Este, 1944-1950, represión. 1 Este artículo es un trabajo sensiblemente ampliado y cronológicamente acotado de la ponencia que presenté en el Primer Congreso Internacional sobre los Exilios Contemporáneos, celebrado en la Universitat Rovira i Virgili, de Tarragona, entre los días 6 y 9 de febrero de 2013. Agradezco a los profesores Alberto Reig Tapia y Josep Sánchez Cervelló su amable invitación para que tomase parte en él. 2 El artículo utiliza el término comunismo al uso, esto es, privado de todo el sentido que en su día le había dado el materialismo histórico; esto es, el de fase deinitiva de la evolución social humana y de superación de la lucha de clases. Para la verbología marxista, véase Los conceptos elementales del materialismo histórico, de la socióloga chilena Marta Harnecker, obra a la que parte de una generación de historiadores españoles (la que pobló las aulas universitarias en la segunda mitad de la década de 1970 y en la primera de la de 1980) se vio abocada durante sus años estudiantiles. Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 67–93. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Xavier Moreno Juliá Abstract he imposition of State Socialism on Eastern Europe was an important achievement for Moscow, but it led to thousands of people paying with their lives in a brutal repression which historiography has largely ignored. Precisely for this reason, in this article we discuss one by one the realities of life in Hungary, Romania, Bulgaria, Poland, Czechoslovakia, Yugoslavia and Albania. Also, to place everything in context, we analyse the inal days of the Second World war and how, in the eyes of many, this period provided the Soviet Union with its golden opportunity to form its own “hinterland” in the West. Keywords Eastern Europe, 1944-1950, repression. El inal de una guerra, a modo de introducción Como en su día nos recordó Williamson Murray, en la noche del 8 de marzo de 1945, los B-29 norteamericanos mataron a 83.000 japoneses e hirieron a más de 41.000. Fue durante su bombardeo masivo sobre Tokio, que quedó destruida en gran parte. Acto seguido, procedieron a bombardear ciudades, una tras otra. Faltaba muy poco para el lanzamiento de las dos bombas atómicas. Para la mentalidad occidental —la nuestra—, Japón dio muestras de voluntad de suicidio. En el verano, el país estaba aislado, su fuerza aérea se mostraba impotente ante la enemiga, de su lota pretérita muy poco quedaba, y la industria agonizaba.3 Pero no hubo rendición. Harry Truman, el presidente estadounidense a quien le tocó lidiar con lo que el controvertido Franklin Delano Roosevelt había comenzado,4 tomó una durísima decisión que años más tarde intentó justiicar en su libro Mr. Citizen.5 Hiroshima sucumbió el 6 de 3 Murray, Williamson, en Geofrey Parker (ed.): Historia de la guerra, Ediciones Akal, Madrid, 2010, pág. 361 (original, de 1995). 4 Un sector de la historiografía, el llamado “revisionista”, acusa a Roosevelt de haber hecho cuanto estuvo en su mano para conseguir la guerra contra Japón en un país, los Estados Unidos de América, contrario al conlicto. Al margen de valoraciones, llama la atención el hecho de que al embajador japonés en Washington le fuese reiteradamente negado el acceso al presidente. 5 Truman, Harry: Mr. Citizen, Geis Associates, University of Michigan, 1960, pág. 361. Truman autobiograió su carrera en sus Memorias, en dos tomos, publicadas entre 1955 y 1956, y en Mr. Citizen, cuatro años más tarde. 68 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria agosto y con ella acabó la vida de noventa mil personas. Dos días después, el 8, el Ejército Rojo, en franca violación del Pacto de No Agresión irmado en Moscú, cuatro años antes, por Mólotov y Matsuoka (13 de abril de 1941), atravesó la frontera de Manchuria (el Manchukuo japonés) y arrolló sus defensas.6 Solo faltaba una nueva bomba atómica; fue el 9, y Nagasaki vio la muerte en el acto de treinta y cinco mil personas. Siguieron días de angustia y el emperador logró convencer a su ejército de que no cabía más que capitular. El 2 de septiembre, el acorazado Missouri vivió la irma de la rendición.7 Habían pasado, exactamente, seis años desde el inicio de una guerra europea que en diciembre de 1941 devino mundial. Una nueva era iba a comenzar. Murray concluye su estudio con la referencia a los crímenes cometidos por los alemanes en Rusia8 y a los llevados a cabo en los campos de exterminio.9 Reiere también los asesinatos italianos en Somalia, Etiopía o Libia, y los crímenes japoneses en Corea, China y Manchuria.10 Crímenes todos y cada uno de ellos horribles, sin posible paliativo: execrables. Pero Murray, quizá por su nacionalidad (estadounidense) y por haber servido durante cinco años como oicial del arma aérea, olvida citar otros crímenes (muertes de seres humanos a manos de otros seres humanos): los cometidos por los anglosajones en Europa, fundamentalmente de la mano de su aviación y con el mariscal del aire Sir Arthur Harris como artíice de lo que ni Winston Churchill ni Roosevelt impidieron (baste citar Dresde o Hamburgo).11 Y, al margen de su nacionalidad y de su pretérita profe6 Murray, Williamson: op. cit., pág. 361. 7 Ibídem. 8 Véase el capítulo quinto de la Russia’s War, de Richard Overy (Penguin Books, Londres, 2010 —primera edición de 1999, y por Allan Lane en 1998—, págs. 125 a 153). Hay publicación estadounidense previa, de 1997, por parte de TV Books. 9 Visítese Birkenau, a pocos kilómetros de Auschwitz, en Polonia, y permanézcase durante unos minutos frente a los restos de los pabellones de gaseado humano números tres y cuatro, en uno de cuyos lancos el doctor Josef Mengele experimentaba con gemelos y enanos. Es lo que el autor de este artículo hizo en su día, y una de las experiencias más angustiosas por él vivida. Para lo acaecido allí, véanse las magistrales memorias del doctor húngaro judío Miklós Nyiszli (Fui asistente del doctor Mengele, Frap Books, Oswiecim, 2011). 10 Murray, Williamson: op. cit., pág. 361. 11 Algunas de las opiniones de Harris, en la obra de Holmes, Richard: Un mundo en guerra. Historia oral de la Segunda Guerra Mundial, Editorial Crítica, Barcelona, 2008. Esta obra se elaboró sobre la base de pasajes de 280 transcripciones seleccionadas de entre 368, llevadas a cabo durante tres años —hasta mayo de 1974—, para la que después sería una exitosa serie 69 Xavier Moreno Juliá sión, Murray tampoco reiere el asesinato de civiles ni la violación de dos millones de alemanas por la tropa soviética,12 incitada, en este caso, por los escritos del propagandista Ilia Ehrenburg, repartidos entre la tropa en forma de octavillas. He aquí una muestra: ¡Matad! ¡Matad! No existe nada de lo que los soldados alemanes sean inocentes: ni los vivos ni los que aún no han nacido. Seguid la contraseña del camarada Stalin y aniquilad para siempre al animal fascista en su propia guarida. Destruid, con furia, la soberbia de su raza en las mujeres alemanas. ¡Tomadlas como botín merecido!13 En in, la profesora galesa Mary Fulbrook (Cardif, 1951; titular de historia alemana en Cambridge) nos indica que el año 1945 fue, a la vez, el in, por agotamiento, de una era de cataclismo bélico y el punto de partida para el desarrollo europeo de la segunda mitad del siglo. Más de cincuenta millones de vidas perdidas físicamente (posiblemente, cincuenta y cinco) y otras tantas a otros niveles (hablar con mutilados de guerra es una experiencia enriquecedora para un historiador); ciudades, redes de transporte y capacidad productiva destruidas, y presencia en los distintos países de ejércitos de ocupación. Y, cómo no, la revisión de fronteras de la Europa Central y Oriental, y la injerencia de la Unión Soviética y de los Estados Unidos de América en los asuntos europeos (aunque en distinto grado y con motivaciones diferentes). La realidad soviética al inal de la guerra Tal como señala el historiador de la guerra Geofrey Parker (Reino Unido, 1943), la Unión Soviética había vencido a Alemania al precio de algo más de veinticinco millones de soldados y civiles muertos (quizá 27 millones) y otros tantos millones de desplazados y mutilados. Algo que, a ojos de sus documental televisiva. La siguiente cita está extraída de la pág. 277: “Estoy seguro de una cosa, con la lección de Japón muy presente, y es que habría sido muy fácil dejar fuera de combate a Alemania sin necesidad de enviar una fuerza invasora. Lo que no sé es si habría sido idóneo en aquellas circunstancias, porque quizá el resultado habría sido que los rusos hubieran acabado tomando el sol en las playas de España y Portugal”. 12 Véase, al respecto, Beevor, Antony: Berlín: la caída: 1945, Editorial Crítica, Barcelona, 2002, y la entrevista al autor que publicó La Vanguardia el 7 de octubre de 2002. 13 Citado por Ludwig Peters en Volkslexikon Drittes Reich. Die Jahre 1933-1945 in Vort und Bild, Grabert-Verlag, Tübingen, 1994. 70 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria dirigentes, la legitimaba para hacer de la Europa Oriental su hinterland.14 Así, la Unión Soviética, que en 1941 tenía 191 millones de habitantes, 111,5 millones de los cuales eran rusos, en 1950 tenía tan solo 181 millones, con 101,4 rusos. En cuanto a los estadounidenses, con muchos menos muertos en su haber (unos 300.000, sin civiles), en su mayoría esperaban vivir en paz con Moscú. Pero algunos comprendieron la amenaza que Stalin representaba. De ahí que los primeros pasos de los Estados Unidos después de la guerra combinasen preparativos para un enfrentamiento con intentos de llegar a pactos.15 Más al Este todavía, en Asia suroccidental, la humillación de las fuerzas armadas europeas frente a los japoneses privaría a Europa de legitimidad para mantener su dominio colonial.16 Pero volvamos a la Unión Soviética, país que, al acabar la guerra, solo mostró el reverso de su medalla: el de un gran Estado victorioso. Con ello, abrió un período de unos treinta años en el que su modelo ejercería considerable fascinación a millones de personas de un amplio espectro de países (tanto europeos como americanos, asiáticos o africanos). Pero aquella fachada escondía, en 1945, a una sociedad moribunda por cuatro años de guerra que no vio relajación alguna del control por parte del Estado ni, mucho menos, una pequeña pausa. Por el contrario, Moscú acababa de recuperar a millones de soviéticos que, durante un tiempo, en palabras del historiador francés especialista en la historia de la Unión Soviética Nicolas Werth (1950), habían permanecido “fuera del sistema”.17 Acorde con aquella forma de entender las cosas, tres días después de la capitulación alemana, el 11 de mayo de 1945, el Kremlin ordenó la creación de cien nuevos campos de concentración, cada uno con capacidad para unas diez mil personas.18 Los prisioneros soviéticos de guerra en Alemania serían controlados por el SMERSH, la organización del contraespionaje (nació el 19 de abril de 1943 de manos del NKVD), y los civiles deportados a Alemania o huidos hacia Occidente durante el ataque alemán, por el propio NKVD (el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, 14 Parker, Geofrey: Historia de la guerra, Ediciones Akal, Madrid, 2010 (original, de 1995), pág. 364. 15 Parker, Geofrey: op. cit., pág. 365. 16 Parker, Geofrey: op. cit., pág. 364. 17 Werth, Nicolas: “Un Estado contra su pueblo: Violencias, temores y represiones en la Unión Soviética”, en VV. AA.: El libro negro del comunismo. Crímenes, terror y represión, editoriales Espasa Calpe y Planeta, Madrid-Barcelona, 1998, pág. 263. 18 Werth, Nicolas: op. cit. (El libro negro…), pág. 265. 71 Xavier Moreno Juliá encargado fundamentalmente de la seguridad del Estado). De ahí que más de un millón y medio de combatientes (1.545.000) y más de dos millones y medio de civiles (2.655.000) fuesen pasto de los campos de concentración nuevos y de otros preexistentes. Tras las pertinentes comprobaciones, el cincuenta y ocho por ciento de los repatriados, en su mayoría niños y mujeres, fueron autorizados a regresar a sus casas. Pero, en la cara reversa, el diecinueve por ciento fueron enviados al ejército (en buena parte, a batallones disciplinarios); un quince por ciento fueron destinados a “batallones de reconstrucción”, en general por un período de dos años; y un nueve por ciento, unas 360.000 personas, fueron encerradas en el Gulag, bajo control del NKVD, en su mayoría bajo la acusación de “traición a la patria” (condenas de diez a veinte años en campos de concentración o en comandancias del NKVD).19 Por supuesto, el Kremlin reservó un “destino particular” a los vlassovtsy, los hombres del general ejecutado Andrei Vlasov. Este general había sido apresado en julio de 1942 en el frente del río Voljov al mando del ejército que debía intentar cortar el cerco alemán en Leningrado, donde luchó la División Española de Voluntarios, conocida por División Azul. Vlasov fue objeto de interrogatorios que evidenciaron su poca fe en el dogma soviético y, tras un período de relexión, pasó a mandar el Ejército Ruso de Liberación —el ROA—, que, por las reticencias de Hitler, no llegó a combatir hasta 1945, cuando la guerra estaba ya decidida. Un ejército que, dicho sea, optó por apoyar a los insurgentes en el levantamiento de Praga contra los alemanes. Al inalizar la guerra, sus hombres pretendieron pasar a la zona de dominio norteamericano, pero, salvo excepciones, fueron rechazados y acabaron en manos de Stalin. Vlasov fue ahorcado el 1 de julio de 1946. El hecho es que miles de aquellos hombres, que habían soñado en hacer de la Unión Soviética nuevamente Rusia y el resto de naciones, fueron ametrallados al bajar del tren que los había devuelto a su patria: todos los jefes y oiciales siguieron la suerte de su general; los suboiciales, en parte fueron asesinados y en parte enviados a los campos de trabajo del Gulag, y los soldados, o asesinados o deportados durante seis años a Siberia, al Kazajistán o al extremo norte del país. A inales de 1945 se acercaban a 150.000 los vlassovtsy registrados.20 (Y no fue hasta septiembre de 1955 que los 55.000 suboiciales y soldados todavía vivos fueron perdonados por Moscú.) 19 Werth, Nicolas: op. cit (El libro negro…), pág. 267. 20 Werth, Nicolas: op. cit (El libro negro…), pág. 266. 72 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria En cuanto a las condiciones de vida de la población soviética en general (por supuesto, no las de sus dirigentes), cabe decir que la miseria era el denominador común de la mayoría de las zonas afectadas por la guerra. Unos veinticinco millones de personas (el quince por ciento de la población) carecían de casa y las raciones de pan no llegaban a los quinientos gramos diarios para los trabajadores empleados en las tareas más duras.21 Instructores del Comité Central del PCUS inspeccionaron varias zonas del país y concluyeron que la situación material de la población era “muy difícil”, aunque, según dictaminaron, había “esperanza” de mejora.22 El botín territorial soviético En el plano exterior, la situación de la Unión Soviética era muy diferente. Durante los últimos compases de la Segunda Guerra Mundial y una vez inalizada, por medio de tratados de armisticio, reparaciones de guerra y ocupaciones militares, consiguió una inluencia decisiva en la Europa Oriental. Consideraremos como tal (Europa Oriental) el conjunto conigurado, de norte a sur y de oeste a este (por este orden), por siete países: Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía, Yugoslavia, Bulgaria y Albania. De entre ellos, los tres que habían sido aliados de Alemania (Hungría, Rumanía y Bulgaria) fueron especialmente sojuzgados. El Ejército Rojo estaba instalado dentro de sus fronteras, y en las comisiones interaliadas, que funcionaron entre 1944 y 1947, sus mandos impusieron su criterio.23 Comencemos el análisis por aquellos tres países. Hungría Analicemos primeramente los antecedentes del trozo renuente del antiguo Imperio Austro-Húngaro: Hungría. Firmante del Pacto Tripartito con Alemania e Italia, irmó el armisticio con la Unión Soviética, en Moscú, el 20 de enero de 1945.24 Muchas eran las cosas acaecidas hasta entonces, y conviene que nos detengamos en algunas de ellas. Diez meses antes del armisticio, el 19 de marzo de 1944, las tropas alemanas habían ocupado el país, y Döme Sztójay había accedido a la jefatura del Gobierno, mientras 21 Werth, Nicolas: op. cit. (El libro negro…), pág. 267. 22 Ibídem. 23 Paczkowski, Andrzej y Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 446. 24 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner: Atlas Histórico Mundial, Ediciones Istmo, Madrid, 1980 (dos tomos; primera edición, de 1970), tomo II, pág. 233. 73 Xavier Moreno Juliá que el regente, almirante Miklós Horthy (1868-1957), mantuvo la jefatura del Estado.25 Horthy había sabido de la ocupación de su país mientras estaba en el castillo de Klessheim, con sus ministros de Exteriores y Ejército, en presencia de Hitler. Y aunque en un primer momento le manifestó su intención de abdicar, inalmente reconsideró la decisión. Como en su día nos transmitió en sus memorias (no es necesario advertir de las muchas prevenciones que debemos tener ante el género de memorias, y muy particularmente cuando hay una guerra de por medio): Era evidente que mi abdicación no podría servir para evitar la ocupación de Hungría y de que sólo serviría para que Hitler mandara formar un Gobierno compuesto cien por cien por nazis y por elementos de los Cruces de Flechas. El ejemplo italiano, con sus repugnantes consecuencias, era un caso que me obligaba a meditar.26 El regente ocupaba el poder dictatorialmente desde marzo de 1920, tras el hundimiento del sangriento gobierno de soviets dirigido por Béla Kun,27 y había irmado el Tratado de Trianon el 4 de junio de aquel año, por el que Hungría había tenido que ceder el sesenta y ocho por ciento de su territorio y el cincuenta y nueve por ciento de su población. Así, en 1944 conservaba 92.000 kilómetros cuadrados (había perdido 190.263) y 7,6 millones de habitantes (había perdido casi once millones). De las pérdidas territoriales húngaras se habían beneiciado seis países. Fundamentalmente, Rumanía, Checoslovaquia y Yugoslavia. El pri25 Ibídem. 26 Horthy, Nikolaus von: Memorias, Editorial AHR, Barcelona, 1955, pág. 317. 27 El Partido Comunista de Hungría (PCH) se fundó en Budapest el 4 de noviembre de 1918. Muy pronto, Béla Kun pasó a dirigirlo y tuvo el apoyo de entre doscientos y trescientos agitadores bolcheviques. Tras su detención por haber intentado destruir la imprenta del periódico de los socialdemócratas (La Voz del Pueblo), logró, del presidente Miguel (Miklós) Karolyi, una situación de privilegio. El 21 de marzo, aún en prisión, logró la fusión del PCH y del Partido Socialdemócrata. La posterior dimisión de Karolyi llevó a la liberación de los presos políticos y la creación de un Consejo de Estado Revolucionario, presidido por Bela. Inmediatamente se puso en contacto con Lenin, con quien llegaría a intercambiar 218 mensajes, y a quien saludó como “jefe del proletariado mundial”, mientras que este, dejándose llevar por sus buenos sentimientos hacia la humanidad toda, le aconsejó fusilar a los líderes socialdemócratas y «pequeñoburgueses». Bela le hizo caso y mató a unas quinientas personas. Pero la situación en la guerra contra Rumanía se degradó y las acciones represivas generaron un alzamiento, por lo que el 1 de agosto de 1919 abandonó Budapest. Refugiado en la URSS, fue nombrado comisario político del Ejército Rojo en el frente Sur, donde se hizo famoso al hacer fusilar a los oiciales del general “blanco” Wrangel que se habían rendido. 74 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria mero había obtenido más de cien mil kilómetros cuadrados (102.000; Transilvania) y 5,3 millones de personas; Checoslovaquia, más de sesenta mil kilómetros cuadrados (61.633; Eslovaquia y la Rutenia transcarpática, actualmente de Ucrania) y 3,5 millones de personas, y Yugoslavia (Reino Serbo-Croata-Esloveno), veintiún mil kilómetros cuadrados (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina) y 1,5 millones de personas. Porciones menores de territorio y de población habían pasado a Italia, Austria y Polonia. Italia había obtenido el Tirol del Sur e Istria; Austria, el Burgenland (cuatro mil kilómetros cuadrados y 293.000 habitantes), y Polonia, Galitzia. En el plano económico, Hungría había perdido la totalidad de sus minas de oro, plata, mercurio, cobre y sal; la mitad de sus minas de carbón y, menos una, todas las de hierro. (Si antes de la guerra Hungría casi no importaba materias primas, tras ella se vio en la necesidad de importar la mayoría.)28 En todo caso, el deseo de recuperación de territorio y de población había sido la causa principal de entrada en la guerra en favor de Alemania. Pero cuando la amenaza soviética se convirtió en realidad insoslayable, el 15 de octubre de 1944 Horthy intentó infructuosamente irmar la paz con Moscú, por lo que se vio obligado a dimitir al día siguiente. Y debió hacerlo, precisamente, en favor del fascista Ferenc Szálasi, jefe del partido Cruz Flechada. Sin embargo, Szálasi no iba a disfrutar de su nueva condición por mucho tiempo, pues solo ejercería el poder —y no plenamente— durante 163 días, hasta el 28 de marzo de 1945. No plenamente porque, tras huir de la sitiada Budapest el 9 de diciembre de 1944, se instaló en Szombathely, y dos semanas después, el 22, el general Miklós Bela coniguró un gobierno interino antialemán en Decebren para toda la zona ocupada por los soviéticos y declaró la guerra a Berlín.29 Budapest cayó en manos soviéticas el 18 de enero de 1945, y con ello Hungría pasaría a tener un doble gobierno, el de Szálasi y el de Miklós Bela, hasta el referido 28 de marzo. Y llegamos a la posguerra. Caído Szálasi, el general Miklós Bela se mantendría en el poder hasta el 15 de noviembre de 1945, momento de las elecciones. Fueron ganadas por el Partido de los Pequeños Propietarios, con un 57 por ciento de los votos emitidos, mientras que el pro-soviético Partido Húngaro de los Trabajadores, bajo el mando de Mátyás Rákosi y 28 Informaciones diversas extraídas de la enciclopedia virtual Wikipedia, contrastadas. 29 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner: op. cit., tomo II, pág. 233. 75 Xavier Moreno Juliá Ernő Gerő, obtuvo solo el 17 por ciento.30 Pero el jefe militar soviético de ocupación, mariscal Kliment Voroshilov, negó al partido ganador la posibilidad de formar gobierno. Por el contrario, estableció un gobierno de coalición con comunistas al frente de los ministerios clave. El secretario general del Partido de los Pequeños Propietarios, Béla Kovács, tuvo que conformarse con quedar al frente del Ministerio de Agricultura, cargo que ejerció durante lo que restaba de 1945 y todo 1946.31 Todo cambió para peor en enero de 1947, cuando el Ministerio del Interior, a manos del comunista László Rajk (ex miembro de las Brigadas Internacionales en la guerra de España), anunció el descubrimiento de una conspiración contra el Estado e involucró al Partido de los Pequeños Propietarios.32 Fueron detenidos un ministro y varios de sus diputados, mientras que el supuesto jefe del complot, György Donáth, fue condenado a muerte y ejecutado.33 En febrero de 1947, Kovács fue arrestado por las autoridades soviéticas acusado de “conspiración contra la seguridad del Ejército Rojo” (permanecería detenido en la Unión Soviética hasta 1956). Siguieron exilios, arrestos (entre ellos, el del jefe del Gobierno, Ferenc Nagy, y el de su antecesor en el cargo, Zoltan Tildy, así como el del presidente de la Asamblea Nacional, Béla Varga) y deportaciones. Fue la manera de la que se sirvió el Partido Comunista para hacer desaparecer de la escena política al Partido de los Pequeños Propietarios.34 Pero no solo fue objeto del desvelo comunista el partido de Kovács, pues entre inales de 1947 y principios de 1949 el Partido de la Independencia y el Partido Demócrata Popular fueron disueltos.35 En palabras del secretario general del Partido Comunista, Mátyás Rákosi, regresado de Moscú en su día con el Ejército Rojo, los adversarios políticos deberían ser eliminados “a rodajas”, en la que —patético— iba a ser conocida con el nombre de “táctica del salchichón”.36 30 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 446. 31 Enciclopedia virtual Wikipedia, entrada “Béla Kovács”. 32 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 447. 33 Ibídem. 34 Ibídem. 35 Ibídem. 36 Ibídem. 76 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria Rumanía Rumanía irmó el armisticio con Moscú el 12 de septiembre de 1944.37 Previamente, el 23 de agosto, el rey Miguel mandó detener al jefe del Estado, Ion Antonescu (1882-1946), el conducator que había llevado al país a la guerra, y lo sustituyó por Constantin Sănătescu (1885-1947), quien suspendió la lucha. Pero tras el bombardeo soviético de Bucarest, se vio obligado a declarar la guerra a Alemania (25 de agosto). Al cabo de unos días, el Ejército Rojo ocupó los campos petrolíferos de Ploiești (30 de agosto) y la capital (31 de agosto).38 El armisticio de septiembre obligó a Rumanía a unirse al bando aliado con el aporte de doce divisiones, a internar a las tropas alemanas y húngaras, y a permitir el paso por su territorio al Ejército Rojo. Incluía el pago de reparaciones de guerra a la Unión Soviética (trescientos millones de dólares en seis años) y el restablecimiento de las fronteras de 1940 (devolución de Besarabia y el norte de Bucovina a los soviéticos, y del norte de Transilvania a los húngaros).39 Tras la guerra, a pesar de la ocupación soviética, en Rumanía tomó fuerza el Partido Nacional Campesino, dirigido por Iuliu Maniu. Pero fue detenido y, en octubre de 1947, él y otros dieciocho dirigentes del Partido fueron objeto de un proceso judicial, tras un sinfín de presiones policiales. La condena fue a cadena perpetua.40 A partir de aquel momento se abriría en todo el país una persecución masiva de políticos no comunistas. (Maniu moriría en 1952 en la cárcel de Sighet, localidad en el extremo noroccidental del país, convertida en prisión política en 1948.)41 Sighet se llenó de miembros de la intelligentsia no comunista: generales, obispos y sacerdotes greco-católicos, políticos, periodistas… Allí perderían la vida un considerable número de internados.42 Por entonces ejercía ya el poder Gheorghiu-Dej, secretario general del Partido Obrero Rumano, nacido en febrero de 1948 de la uniicación de fuerzas socialistas y comunistas, y, 37 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner: op. cit., tomo II, pág. 233. 38 Ibídem. 39 Enciclopedia virtual Wikipedia, entrada “Constantin Sănătescu”. 40 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 449. 41 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), págs. 448-449. 42 Cincuenta y dos. Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 448. 77 Xavier Moreno Juliá desde 1950, jefe del Consejo de Ministros.43 En el proceso de concentración de poderes del susodicho, solo unas 190.000 personas habían quedado apartadas de su militancia en el Partido, en parte, asesinadas.44 Cuando Gheorghiu-Dej inició su singladura, cerca del noventa por ciento de la producción industrial rumana era gestionada por el Estado, así como la totalidad del resto de sectores productivos (incluida la agricultura, a toque de bastón), la banca y los transportes.45 Ni que decir tiene que los agricultores sufrieron los efectos de una colectivización impuesta a golpe de decreto por una particular dama de hierro llamada Anna Pauker, y una comisión planiicadora iba a poner en marcha muy pronto el Primer Plan Quinquenal.46 Bulgaria Bulgaria irmó el armisticio con Moscú un mes y medio después que Rumanía: el 28 de octubre de 1944.47 Pero retrocedamos en el tiempo para valorar la evolución del país. La Bulgaria del zar Boris III inicialmente permaneció neutral en la guerra, pero el acceso al poder del germanóilo Bogdan Filov, el 16 de febrero de 1940, le proporcionó ganancias territoriales (Dobrudja meridional, en septiembre). De ahí que, inalmente, el 1 de marzo de 1941 se incorporase al Pacto Tripartito y, con ello, entrase en guerra al lado del Eje. Pero no participó en el ataque alemán a la Unión Soviética: se limitó al envío de un equipo médico y mantuvo relaciones con Moscú, que no llegó a romper. Sin embargo, a inales de año Alemania le obligó a declarar la guerra al Reino Unido y los Estados Unidos. La guerra, como sabemos, se complicó para el Eje, y se dio la circunstancia de que, tras un viaje a Alemania (llamado por Hitler tras enterarse este de que había sondeado a los Aliados), el rey murió repentinamente a los 49 años de edad. Le sucedió su hijo, Simeón II, de seis. Entonces, se coniguró un Consejo de Regencia (el hermano del rey muerto, príncipe Kyril, Filov y el ministro de la guerra Nikola Mihov). Asumió el cargo de 43 Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: Europa del Este, de 1945 a nuestros días, Editorial Síntesis, Madrid, 1995, pág. 145. 44 Ibídem. 45 Ibídem. 46 En 1951. Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: ibídem. 47 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner: op. cit., tomo II, pág. 233. 78 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria primer ministro Dobri Bozhilov, pro germano convencido, pero que negó la deportación de judíos que Berlín exigía. Finalmente, el 2 de septiembre de 1944 accedió al poder el dirigente de la Unión Popular Agraria Búlgara Konstantin Muraviev (duraría en el cargo solo una semana). El 5 de aquel mes de septiembre, la Unión Soviética, cuyo ejército se acercaba a las fronteras búlgaras, declaró la guerra a Bulgaria por cuanto no aceptaba su posicionamiento pro germano. De inmediato, Muraviev fue a solicitar la paz a la embajada soviética. El 6, ante la llegada del Ejército Rojo a su frontera norte, decidió el cambio unilateral de bando y declaró la guerra a Alemania. El 8, los soviéticos entraron en el país sin encontrar resistencia. Al día siguiente (9 de septiembre), una revuelta llevó al poder al pro soviético Frente Patriótico, liderado por Kimon Georgiev, quien dio vía libre a la ocupación soviética.48 (Su Gobierno fue el que el 28 de octubre de 1944 irmó el armisticio.) Nada más tomar el poder, Georgiev promovió purgas que se saldaron con cerca de 16.000 ejecuciones sin juicio previo. Bulgaria tenía entonces siete millones de habitantes. De inmediato se pusieron en funcionamiento la milicia popular y el Departamento de Seguridad del Estado, ambos bajo control comunista. El 6 de octubre de 1944, un decreto constituyó los “tribunales populares”. Seis meses después, en marzo de 1945, habían pronunciado ya 10.897 sentencias en 131 juicios, con 2.138 penas de muerte.49 Otras fuentes elevan las condenas a muerte a 2.730, entre ellas, las de los tres regentes, 22 ex ministros, 67 diputados, ocho consejeros del zar y 47 altos mandos militares. Pero, además de aquella depuración “oicial”, en 1945 hubo la llamada “depuración salvaje”, que se cobró entre 30.000 y 40.000 vidas en el ámbito local (fundamentalmente, alcaldes y concejales, sacerdotes, maestros y comerciantes).50 Al margen de las purgas, a nivel político la represión se dejó sentir muy pronto, a pesar de que en 1946 hubo elecciones (coniguración de la Asamblea Nacional) y de que un plebiscito puso in al régimen monárquico.51 El Partido Socialdemócrata, de Kosta Lulshev, la padeció muy parti48 Ibídem. 49 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), p. 442. 50 Ibídem. 51 El 24 de abril de 1946, las autoridades obligaron a la familia real a exhumar el cuerpo de Boris III, que fue más tarde sepultado en lugar secreto. Posteriormente, en septiembre, un plebiscito puso in al régimen monárquico y la familia real se vio obligada a exiliarse, en un primer momento, a Egipto y, más tarde, a España. 79 Xavier Moreno Juliá cularmente. En junio de 1946 vio la condena del dirigente Krastiu Pastujkhov a cinco años de cárcel, y poco después tenía a quince de sus miembros encarcelados. El propio Lulshev sería arrestado en 1948 y condenado a quince años.52 En cuanto al Partido Agrario, antes de las elecciones vio el asesinato de veinticuatro de sus militantes, y una vez conigurada la Asamblea, su dirigente Nikola Petkov fue detenido durante la sesión del 5 de junio de 1947 junto con otros veinticuatro diputados. Petkov había sido presidente del Consejo de Ministros al inal de la guerra, pero dimitió en protesta por la violencia terrorista desarrollada por las organizaciones comunistas. Erigido en jefe de la oposición, tras su detención fue acusado de promover “una conspiración armada contra el Gobierno”. Tras ser juzgado, el 16 de agosto fue condenado a muerte en la horca “en el nombre del pueblo búlgaro”.53 Entonces, según apuntaron en su obra L’Afaire Petkov Paul Vergnet y Jean Bernard-Derosne en 1948, gritó: ¡No! ¡En nombre del pueblo búlgaro, no! Me envían a la muerte por orden de sus maestros extranjeros, los del Kremlin o sus alrededores. ¡El pueblo búlgaro, aplastado por la sangrienta tiranía que ustedes quieren disfrazar de justicia, no creerá jamás sus infamias! 54 El 23 de septiembre Petkov fue ahorcado.55 Tras el análisis de los tres países que habían conigurado alianzas con Alemania, entremos, acto seguido, en la realidad de los que fueron ocupados tanto por Alemania (Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia) como por Alemania e Italia (Albania). Polonia Ocupada por Alemania al inicio de la guerra, Polonia fue objeto de discusión en la Conferencia Interaliada de Yalta (1 a 11 de febrero de 1945) entre Roosevelt, Churchill y Stalin. En ella quedó establecida la nueva frontera para el país discutida en la anterior conferencia tripartita, celebrada en Teherán (28 de noviembre a 1 de diciembre de 1943), con arreglo a la línea Curzon, tal como demandaba la Unión Soviética. Ello privaba a Polonia de un buen trozo de su parte oriental. En compensación, su frontera 52 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 447. 53 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 448. 54 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 450. 55 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 448. 80 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria occidental quedó ijada en el río Oder, lo que suponía la ocupación de una parte de Alemania.56 Desde que en febrero de 1943 los alemanes fueron derrotados en Stalingrado, los mandos del AK (Ejército Interior) consideraron la posibilidad de que el Ejército Rojo conquistase el territorio de la Segunda República polaca. Decidieron entonces crear una organización secreta, denominada Niepodleglosc (Independencia), para evitar la ocupación. Pero en julio de 1944 el Ejército Rojo entró en la zona oriental de lo que iba a ser la Polonia de la posguerra. Las fuerzas del AK quedaron en zona de dominio soviético y en parte fueron desarticuladas.57 Y ya en octubre, el hundimiento del alzamiento de Varsovia contra los alemanes (1 de agosto a 2 de octubre) comportó multitud de arrestos en el territorio polaco ocupado por los soviéticos. (No quedaba muy lejano el recuerdo del aplastamiento del gueto.58) En Moscú, Stalin maniobraba. El 24 de julio de 1944 aprobó la creación del Comité Polaco de Liberación Nacional (con trece de sus departamentos dirigidos a la seguridad interior), transformado, el 31 de diciembre, en Gobierno Provisional de Polonia.59 Por aquel entonces, unos 2.500 oiciales de seguridad, entre 12.000 y 13.000 policías y 4.000 soldados actuaban en la Polonia de Lublin, considerada como “esfera de operaciones de guerra”.60 Por su parte, el teniente general Viktor Abakumov asumió la dirección del SMERSH (Métodos Especiales para la Detección de Espías).61 Así las cosas, Polonia vio en abril de 1945 una reestructuración de lo que quedaba del AK, de manera que en mayo nació la Delegatura Sil Zbrojnych na Kraj (DSZ), esto es, las Fuerzas Armadas de la Delegación en el Interior.62 Por aquel entonces, el número de miembros de la milicia polaca era de entre 150.000 y 200.000, de los cuales entre 20.000 y 25.000 56 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner: op. cit., tomo II, pág. 231. A efectos prácticos, Polonia, en términos geográicos, se había traslado hacia el Oeste. 57 Wnuk, Rafael, en Alexandra Grúnová (ed.): NKVD/KGB Activities and its Cooperation with other Secret Services in Central and Eastern Europe, 1945-1989, Nation’s Memory Institute, Bratislava, 2008, págs. 54-55. 58 19 de abril a 16 de mayo de 1943. 59 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), pág. 61. 60 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), págs. 64-65. 61 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), pág. 65. Ucrania quedó bajo control de Ivan Serov y Bielorrusia, bajo el de Lavrenti Tsanava. 62 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), págs. 54-55. 81 Xavier Moreno Juliá operaban en los bosques.63 Contra ellos fueron enviados 35.000 soldadospolicía, el cuarenta por ciento de todas las fuerzas del NKVD de la Europa del Este.64 En cuanto al Gobierno en el exilio, en Londres, estaba en situación de debilidad debido a las exigencias soviéticas ante los anglosajones. Stanislaw Mikolajczyk, el primer ministro, participó en junio de 1945 en la Conferencia de Moscú, que decidiría la creación del Gobierno Provisional de Unidad Nacional, conigurado el día 28. En él, diecisiete ministerios, de un total de veintiuno, quedaron en manos comunistas o de miembros de partidos subordinados al Partido Polaco de los Trabajadores. Pero Mikolajczyk recibió la consideración de primer ministro, y, a principios de julio, el nuevo Gobierno fue reconocido por los anglosajones. De aquella manera, el Gobierno polaco de Londres había quedado deinitivamente desbaratado y, con ello, las DSZ dejaron de existir. Sin embargo, la nueva situación no quedó clara a ojos de todos y el comandante de las DSZ, coronel Jan Rzepecki, y sus colaboradores decidieron crear una nueva organización. Fue así como el 2 de septiembre nació en Varsovia el movimiento Libertad e Independencia (WiN, Wolnosc i Niezawislosc). Su objetivo era la plena independencia de Polonia y la estructuración de su política exterior sobre la base de la paz y del entendimiento con la Unión Soviética, los Estados Unidos y el Reino Unido. Pero su inluencia real quedó limitada al sur del país. En el este (provincias de Bialystok, Lublin, Podlasie y Mazowse), la organización mantuvo un carácter militar. En cuanto a la Alta Silesia y algunas zonas de Poznan y Kielce, sus estructuras funcionaron hasta inales de 1945.65 Al acabar 1945, los comunistas polacos controlaban ya todos los nuevos territorios incorporados a Polonia, y la cifra de las fuerzas de seguridad se elevaba a 24.000 oiciales de seguridad general y a 29.000 oiciales y soldados del Cuerpo de Seguridad Interior (el KBW, Korpus Bezpieczenstwa Wewnetrznego, antiguo Ejército Interior).66 Todo ello una copia del sistema de seguridad soviético. De hecho, los ciudadanos polacos quedaron 63 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), pág. 60. 64 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), pág. 66. 65 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), págs. 55 a 59. 66 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), pág. 64. 82 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria bajo jurisdicción soviética, en tanto que el Cuartel General del Ejército Rojo era el encargado de la administración de la Polonia conquistada.67 Durante los años 1946 y 1947 se desarrolló una cruenta lucha entre el aparato del poder y la guerrilla anticomunista que no se apagaría hasta principios de la década de 1950. Sabemos que los guerrilleros muertos en combate hasta 1948 fueron unos 8.700. Entre ellos había ucranianos: de ahí que se decidiese la deportación de cuantos había en Polonia —unos 140.000—, que se desarrolló entre abril y julio de 1947 en el marco de la Operación Wisla (Vístula). El razonamiento de los comunistas se basaba en la lógica de “quien no está conmigo está contra mí”. De ahí que la principal fuerza de resistencia organizada contra la Wehrmacht, el AK (Ejército Nacional), al no haber luchado al lado de los soviéticos, fuese considerada una organización aliada de Hitler. Y se llegó al punto de que funcionarios de la Gestapo detenidos fueron obligados a perjurar para justiicar condenas a polacos como la de Witold Pilecki, oicial de reserva detenido el 5 de mayo de 1947, torturado y ejecutado el 25 de mayo de 1948 de un tiro en la nuca.68 Checoslovaquia Disminuida por la cesión a Alemania de la región occidental de los Sudetes (1 de octubre de 1938) en la Conferencia de Munich (29 de septiembre, Alemania, Italia, Reino Unido y Francia), Checoslovaquia había quedado deshecha tras la entrada de las tropas alemanas en el resto del país (15 de marzo de 1939), la creación del Protectorado de Bohemia y Moravia al día siguiente, y la separación de Eslovaquia, en manos del padre Jozef Tiso. Tras años de combate, el 29 de agosto de 1944, Eslovaquia vivió un levantamiento al objeto de expulsar del poder a Tiso y establecer un gobierno partisano para apoyar el avance del Ejército Rojo. Aunque las fuerzas 67 Wnuk, Rafael: op. cit. (El libro negro…), pág. 65. 68 Pilecki era un patriota en el sentido pleno de la palabra. En 1940, por propia iniciativa y de acuerdo con sus superiores del AK, se había dejado capturar en una redada y fue internado en Auschwitz, donde organizó una red de resistencia. En abril de 1943 escapó y tomó parte en la insurrección de Varsovia de 1944. Vuelto a apresar, permaneció en el olag (Oicierlager) de Murnau. Tras la liberación, se incorporó a las tropas del general Wladyslaw Anders. En el otoño de 1945, volvió a Polonia y se unió al movimiento clandestino anticomunista, en el que organizó una sólida red de información sobre la “bolchevización” de Polonia que era transmitida al general Anders. Paczowski, Andrej: “Polonia, la Nación-Enemigo”, en VV. AA.: El libro negro…, págs. 423-427. 83 Xavier Moreno Juliá rebeldes fueron derrotadas por Alemania tras dos meses de lucha, la guerrilla continuó hasta que el Ejército Soviético tomó Eslovaquia.69 En Chequia, la situación fue muy diferente. Tras la victoria soviética de Berlín en mayo de 1945, las tropas de la Wehrmacht subsistieron a lo largo de Europa Central, en forma de bolsas de resistencia, al objeto de retroceder para rendirse a las fuerzas estadounidenses. Así, en Bohemia, numerosas divisiones rehusaron capitular ante los soviéticos que avanzaban desde Eslovaquia tras ocupar Bratislava y el norte de Austria a inicios de abril. Por el oeste, las tropas estadounidenses habían terminado de ocupar Baviera y Sajonia, y penetraron en los Sudetes. Ello signiicaba que, muerto Hitler, la Checoslovaquia ocupada por los alemanes se hallaba rodeada de territorios bajo control soviético y estadounidense y aislada de toda otra zona bajo control alemán. Entonces, el general Ivan Koniev, al mando del Primer Frente Ucraniano, atacó, apoyado por el Segundo y Cuarto Frente Ucraniano (generales Rodion Malinowski y Andrei Yeremenko, respectivamente) y por tropas polacas, rumanas y checoslovacas, unos dos millones de soldados en total. Los alemanes cercados sumaban unos novecientos mil. Eran lo que quedaba del Grupo de Ejércitos Centro, al mando del general Ferdinand Schörner, con asistencia de tropas austríacas lideradas por Lothar Rendulic. Un ejército que no obedeció la orden de cesar la lucha y ijó su centro en Praga.70 Los días 5 y 6 de mayo la resistencia checa inició una sublevación a gran escala en Praga, que hasta el anochecer del 8 solo recibió la ayuda de los rusos del general Vlasov. Previamente, el último jefe del Protectorado de Bohemia y Moravia, Karl Frank, había amenazado con “ahogar en un mar de sangre” a quienes se sublevasen. Durante la lucha, los alemanes ofrecieron una desesperada resistencia ante el temor de ser apresados y ejecutados sumariamente. Schörner sabía que la vanguardia estadounidense había cruzado la frontera de Checoslovaquia a inales de abril y creía que sería cuestión de días que Patton entrase en Praga. Lo que no sabía era que Eisenhower había dado la orden a sus tropas de no avanzar más allá del Elba, y dejar así la mayor parte de Checoslovaquia al Ejército Rojo. Por su parte, Stalin había acordado mucho antes con los Aliados que solo el país cuyas tropas hubiesen luchado contra una determinada 69 El presidente Edvard Benes decidió no amnistiar a Tiso (ahorcado el 18 de abril de 1947) a pesar de la opinión pública eslovaca y de la intervención del Partido Democrático Eslovaco, así como del voto del gabinete checoslovaco contra la ejecución. 70 Véase, al respecto, la correspondiente entrada en la enciclopedia virtual Wikipedia. 84 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria fuerza alemana podría tomar a sus soldados como prisioneros. (El Grupo de Ejércitos Centro había combatido en el frente oriental.) Cuando los alemanes se dieron cuenta de que los estadounidenses no pensaban liberar Praga, intentaron resistir y aplastar la sublevación de los checos. Pero hubo fuerzas que huyeron de Praga y que avanzaron hasta las líneas estadounidenses con el ofrecimiento de rendirse sin condiciones, pero fueron rechazadas y obligadas a volver sobre sus pasos para rendirse ante los soviéticos. En total, fueron capturados casi ochocientos mil hombres del Grupo de Ejércitos Centro. Tan solo pudieron cruzar las líneas estadounidenses minúsculos grupos aislados de soldados. Finalmente, en la tarde del 9, tropas del Ejército Rojo entraron en Praga por el este y el sur, y tornaron la lucha deinitivamente en contra de los alemanes, que optaron por huir masivamente. El 11, el combate acabó y los alemanes se rindieron. Los partisanos checos instalaron un comité gubernamental y los soldados de Vlasov, también rechazados por los estadounidenses, fueron apresados por el Ejército Rojo. 71 En noviembre de 1945, Checoslovaquia fue restaurada, y, en razón de los acuerdos con los Aliados, el Ejército Rojo tuvo que replegarse. También se retiraron los estadounidenses, que habían liberado la Bohemia occidental.72 Los problemas no llegaron hasta mayo de 1946, cuando el Partido Comunista Checoslovaco ganó las elecciones generales, aunque en Eslovaquia sus resultados fueron inferiores a los del Partido Demócrata, con el 62 por ciento de los escaños.73 Klement Gottwald (1896-1953), un obrero autodidacta convertido en jefe del Partido Comunista, se convirtió en presidente del Gobierno. Había sido el fundador del Partido Comunista de Checoslovaquia (KSC) en 1921, y hasta 1926 fue el editor de su órgano, Rudé Právo. Miembro del Comité Central desde 1925, fue presidente de la Comisión Central Política y de Propaganda (1926-1929), diputado (1929-1948) y secretario de la Internacional Comunista (1935-1943). Durante la ocupación alemana del país (1938-1945) se exilió en la Unión Soviética, desde donde mantuvo la dirección del partido. En marzo de 1945, Edvard Benes, presidente electo de Checoslovaquia (1935-1938) y líder del Gobierno checoslovaco en el exilio, en Londres desde 1941, accedió a formar un gobierno de coalición 71 Ibídem. 72 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 450. 73 Ibídem. 85 Xavier Moreno Juliá basado en el Frente Nacional junto con Gottwald. Y tras las elecciones de 1946 (38 por ciento de los votos), Gottwald fue nombrado primer ministro. Pero, con el argumento —inventado— de una conspiración, en septiembre de 1947 Gottwald desarboló el Partido Demócrata Eslovaco (no encontró la oposición de los no comunistas checos, impregnados de nacionalismo antieslovaco).74 De alguna manera, hacía gala de sus palabras de hacía años ya en el Parlamento, cuando el Partido Comunista fue acusado de seguir órdenes de Moscú: Nosotros somos el partido del proletariado checoslovaco y nuestro cuartel general revolucionario supremo verdaderamente es Moscú. Vamos a Moscú a aprender de los bolcheviques cómo retorcerles a ustedes el cuello. Y ustedes saben que los bolcheviques rusos son maestros en este campo.75 En 1947, Checoslovaquia aceptó el Plan Marshall, pero fue obligada a renunciar a él por Moscú. Como en su día señalaron los profesores Veiga, Ucelay y Duarte, a lo largo de aquel año se completó el dominio soviético sobre la Europa Oriental, y solo Checoslovaquia, por acción de los políticos contrarios a él, quedó al margen. Sin embargo, el Partido Comunista de Checoslovaquia era el más importante de la zona, lo que, en el fondo, creaba una situación paradójica, solo explicable por una política de autocontención dictada a tenor de los parámetros moscovitas de «apariencia democrática» en el contexto internacional.76 Finamente, el intento de Praga de entrar en la órbita Marshall y la posibilidad de que el auge del Partido Comunista se viese frenado en las elecciones de 1948 precipitaron un golpe de estado comunista: el llamado Golpe de Praga (21 a 25 de febrero de 1948). La crisis comenzó el 21 de febrero de 1948 cuando el ministro del Interior eligió a ocho nuevos comisarios en Praga, todos ellos comunistas, lo que ponía de maniiesto el control que tenía la parte comunista del Gobierno de Checoslovaquia sobre las fuerzas de seguridad del Estado. Aquello provocó protestas, seguidas de la dimisión de los ministros demócratas del Gobierno. Los dimisionarios pensaban que con su renuncia conducirían a una crisis política que conllevaría unas elecciones generales antici74 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 451. 75 Ibídem. 76 Veiga, Francisco, Ucelay Da Cal, Enrique y Duarte, Ángel: La paz simulada. Una historia de la Guerra Fría, 1941-1991, Alianza Universidad, Madrid, 1997, pág. 69. 86 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria padas que harían fracasar al Partido Comunista dada su renuncia al Plan Marshall. Sin embargo, los dimitidos fueron sustituidos por miembros del Partido Comunista y, con el apoyo de Stalin, Gottwald declaró, el 24 de febrero de 1948, una huelga general con la ayuda de una serie de comités de acción y de milicias obreras que frenaron cualquier resistencia por parte de las fuerzas democráticas. El 25 de febrero de 1948, el presidente de la República de Checoslovaquia, Edvard Benes, cedió todo el poder a Gottwald y a Rudolf Slansky después de dos semanas de presiones por parte de la Unión Soviética. El Partido Comunista acababa de lograr el poder. En abril y mayo de 1948 organizó un gran proceso contra los dirigentes del Partido Demócrata Eslovaco: veinticinco fueron condenados a penas de cárcel de hasta treinta años. Pero no solo ellos recibieron el mazazo del poder comunista: también penaron hombres como el general demócrata Heliodor Pika, el alcalde socialista de Brno (segunda ciudad del país) Josef Podsednik y la política socialdemócrata Milada Horakova, sentenciada a muerte y ejecutada con otros tres políticos. El 9 de mayo de 1948 la Asamblea Nacional aprobó una nueva constitución. Benes rechazó irmar la nueva legislación y dimitió el 7 de junio (moriría tres meses después). El 14 de junio, el Parlamento eligió a Gottwald como presidente del país. Leal estalinista, dirigió las nacionalizaciones de la industria y la colectivización de la agricultura. Ante las primeras resistencias a las inluencias del Partido Comunista de la Unión Soviética en la política checoslovaca, instigó una serie de purgas de más de siete mil antiguos miembros del Partido Socialista-Nacional, en más de trescientos procesos. Solo en los treinta y cinco celebrados entre mayo y julio de 1950 hubo 639 condenados, diez de ellos a la pena de muerte.77 Y más tarde procedió contra dirigentes del KSC como su secretario general, Rudolf Slansky, o el ministro de Asuntos Exteriores, Vlado Clementis, ejecutados tras los Juicios de Praga de 1951. Pero a Gottwald no le quedaba ya mucha vida. Falleció en 1953, tan solo cinco días después de asistir al funeral de Stalin en Moscú el 9 de marzo. La obstrucción de una arteria producto de un prolongado infarto lo retiró de este mundo. 77 Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), págs. 452-453. 87 Xavier Moreno Juliá Yugoslavia El 18 de octubre de 1944 Belgrado fue liberada por los partisanos del guerrillero Josip Broz, alias Tito, apoyados por tropas soviéticas y búlgaras.78 Ello, en gran medida por acción del susodicho, costó la vida a decenas de miles de yugoslavos: entre cincuenta mil y cien mil.79 Solo en Belgrado fueron ejecutadas sumariamente unas diez mil personas, al margen de adscripciones socioeconómicas (clérigos, intelectuales, funcionarios, profesionales…).80 De hecho, como Tito manifestó en el Congreso fundacional del Partido Comunista, “la hegemonía gran-serbia” había llegado a su in (en un baño de sangre).81 En marzo de 1945 fue proclamada la República Popular Federativa de Yugoslavia, un Estado constituido por seis naciones (Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia) y por dos regiones autónomas (Kosovo y Voivodina, vinculadas a Serbia). Retiradas las tropas soviéticas, Tito formó un gobierno de coalición, el llamado Frente Popular (teóricamente diverso pero, a nivel práctico, supeditado al Partido Comunista), y irmó con la URSS un pacto de asistencia, que se prolongaría hasta 1948, cuando llegó la ruptura. En las elecciones para la Asamblea Nacional, celebradas en noviembre de 1945, una lista única, con predominio comunista, obtuvo el 90 por ciento de los votos (votaron el 88 por ciento de los más de ocho millones de electores potenciales). El 29 de aquel mes tuvo lugar la primera sesión del Parlamento yugoslavo, bicameral (Cámara Federal y Cámara de las Nacionalidades), y ya en enero de 1946 procedió a ratiicar la Constitución federal, muy parecida a la soviética de diez años antes. A ella se sumaban las constituciones de las seis naciones, que en punto alguno debían contravenir lo decidido por aquella.82 Tito, al frente del Ejecutivo, contó con el importante apoyo del que sería el ideólogo máximo del nuevo Estado, 78 Tito desempeñaría el cargo de primer ministro en 1945 y de presidente a partir de 1953. (Kinder, Hermann; Hilgemann, Werner: op. cit., tomo II, pág. 233.) 79 Martín de la Guardia, Ricardo; Pérez Sánchez, Guillermo Á.: La Europa Balcánica. Yugoslavia, desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días; Editorial Síntesi, Madrid, 1997, pág. 49. 80 Ibídem, pág. 49. 81 Ibídem, pág. 49. 82 Ibídem, págs. 54-55. 88 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria Edvard Kardelj.83 Pero Tito, además del Estado, controlaba el Partido Comunista, con unos 140.000 ailiados a principios de 1946 y 340.000 en 1948.84 Y entre 1946 y 1947 procedió a la socialización del país a través de cuatro acciones: la primera, la depuración de los adversarios políticos (desde noviembre de 1944 había coniscado todas las propiedades de alemanes y de cuantos caliicó como colaboracionistas); la segunda, la colectivización agraria (unas 750.000 hectáreas repartidas entre 320.000 campesinos pobres); en tercer lugar, la nacionalización de la industria, el comercio y la banca, y en cuarto y último término, la introducción de la Seguridad Social.85 A nivel social, destacó la persecución de parte del clero católico, a pesar de ser el representante mayoritario de la religión de eslovacos y croatas. Por el contrario, la relación con la Iglesia ortodoxa fue luida. En cuanto a los musulmanes, quedaron marcados por el control institucional.86 El principal objetivo de la política exterior de Tito, la anexión de Istria y Trieste, obtuvo en 1947, por el Tratado de Paz de París, la satisfacción de lograr Istria, pero no Trieste, que se convirtió en ciudad libre bajo control de la ONU. Finalmente, en junio de 1948 llegó la ruptura con Moscú, dadas las diferentes concepciones sobre un centro dirigente o diversiicado, sumadas al nacionalismo. Concretamente, se produjo tras la reunión de delegados yugoslavos y búlgaros, en el mes de febrero, para negociar el proyecto de establecer una federación balcánica a la que se sumaría Albania. Fue la última “provocación” consentida por Stalin, de modo que a mediados de marzo ordenó el regreso de los consejeros y, al cabo de una semana, Molotov y él irmaron una declaración que rebatía las acusaciones de ser explotadores de pueblos y de haber abandonado la senda socialista. Finalmente, el 28 de junio el Partido Comunista Yugoslavo fue expulsado del Kominform por “abandono del socialismo” y la práctica de un “revisionismo nacionalista pequeñoburgués”, y Tito y Rankovic fueron caliicados como espías.87 83 Ibídem, pág. 55. 84 Ibídem, pág. 55. 85 Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner: op. cit., tomo II, pág. 251; Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: La Europa Balcánica…, pág. 55. 86 Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: La Europa Balcánica…, pág. 59. 87 Ibídem, pág. 58. 89 Xavier Moreno Juliá Pero se daba el caso de que en la primavera de 1949 existían ya contactos entre Yugoslavia y las potencias occidentales, que supeditaron su ayuda a la renuncia a apoyar a los comunistas en el contexto de la cruenta guerra civil que se desarrollaba en Grecia.88 Moscú intentó generar la rebelión en las ilas del Partido Comunista Yugoslavo, que, con su acción, deberían conseguir “el renacimiento de un partido revolucionario verdaderamente comunista”.89 Pero en diciembre de 1949, el presidente Truman dio garantías a Yugoslavia, y los dólares comenzaron a luir sobre Belgrado.90 Tito, el en su día criminal (algo que cabe no olvidar, aunque solo sea por respeto a cuantos seres humanos murieron por decisión suya) y por entonces ensamblador de aquel complejo puzle llamado Yugoslavia (su mérito tuvo), pudo canalizar su energía revolucionaria, de hecho, con dinero estadounidense. Paradojas de la vida. Así, en junio de 1950 denunció el “socialismo estatal” como propio de la Unión Soviética, y optó abiertamente por el llamado “socialismo autogestionario”, fundamentalmente aplicado en las fábricas por medio de comités de obreros.91 Pero durante aquel verano, Moscú preparó un plan de invasión, que solo cortó ante la evidencia de que Washington se había implicado hasta las cejas en la guerra de Corea.92 Yugoslavia acababa de salvar su independencia. El resto de 88 Veiga, Francisco: La trampa Balcánica, Grijalbo-Mondadori Ediciones, Barcelona, 2002, pág. 177. 89 La reconciliación no iba a llegar hasta 1955. Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: La Europa Balcánica…, págs. 60-61. 90 Según estimaciones, durante la década de 1950 superaron los dos mil millones de dólares. Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: La Europa Balcánica…, pág. 66. 91 Una breve cronología de la Yugoslavia titoísta. En 1952, reforma monetaria. En 1953, Plan Decenal para el Desarrollo Agrícola, por el que abandonó los planes obligatorios de colectivización. En el plano industrial, permiso para la creación de pequeñas industrias privadas. En 1954, destitución de Milovan Djilas, compañero de armas de Tito, condenado tres años después. En 1955, visita de Kruschev y Bulganin a Belgrado. En 1958, Congreso de la Liga de Comunistas Yugoslavos, en Liubliana: rechazo de toda injerencia externa y colaboración económica con organismos occidentales como la EFTA y el MCE, y desde 1964, también con el COMECON. A nivel de política exterior, en 1954, acuerdo con Italia: Yugoslavia mantendría Istria, en tanto que aquella, el puerto y la ciudad de Trieste. También en 1954, Pacto Balcánico con Grecia y Turquía, pero tensiones con Bulgaria y Albania por reivindicaciones de territorios fronterizos. En 1956, encuentro con Nasser y Nehru en Brioni: Tito inició una política de coexistencia pacíica y de independencia ante los dos bloques. En 1962, logró créditos estadounidenses. En el conlicto chino-soviético, Yugoslavia olvidó viejos agravios y apoyó a la Unión Soviética. 92 Veiga, Francisco: La trampa Balcánica…, pág. 177. 90 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria la Europa Oriental, salvo Grecia, no había tenido la misma suerte. Fue el caso de Albania, con el que concluiremos este análisis. Albania Albania, país que durante la guerra había sido ocupado por Italia y posteriormente por Alemania, el 29 de noviembre de 1944 quedó liberada por los partisanos. Se instaló un gobierno liderado por el comunista Partido del Trabajo, con Enver Hoxha (1908-1985), su secretario general, como jefe supremo. Hasta entonces, los partisanos comunistas habían contado con el apoyo de Yugoslavia. Tuvieron opositores, pero desunidos en clanes y orientaciones religiosas diversos, no llevaron a cabo una acción en común. El hecho es que, tras una breve lucha, los comunistas pro yugoslavos tomaron el poder. Ya en diciembre de 1944 nacionalizaron las minas, los bancos y las empresas extranjeras, establecieron un control estatal y obrero sobre la producción, y multiplicaron las cooperativas de consumo. En agosto de 1945, llevaron a cabo una amplia reforma agraria, y ya el 11 de enero de 1946 proclamaron la República Popular de Albania. Con ello, quedaba deinitivamente abolida la monarquía e instalado un régimen comunista basado en el ejemplo yugoslavo.93 Durante los primeros años del régimen, la inluencia de Yugoslavia fue vital, ya que era el principal mercado de exportación de las materias primas y porque la frágil industria pesada dependía del apoyo de sus técnicos y de sus inversiones. Pero en junio de 1948 la Kominform (sucesora de la Komintern) condenó las desviaciones ideológicas de Tito, y Albania se vio abocada a romper sus relaciones diplomáticas con Yugoslavia. Entonces, Hoxha decidió copiar el modelo de Stalin y cosechó estrechas relaciones con Moscú, por lo que estableció un modelo de planiicación quinquenal. Al mismo tiempo, incrementó la represión política contra los opositores al régimen siguiendo los moldes de la KGB.94 93 “La violencia del Régimen contra el trotskismo”, en Courtois, Stéphane y Panné, JeanLouis: op. cit. (El libro negro…), pág. 351. 94 Tras el XX Congreso del PCUS (1956), que apartó a los dirigentes soviéticos del estalinismo, Hoxha denunció el modelo de Kruschev. Rompió con Moscú en noviembre de 1961, abandonó el Pacto de Varsovia y, en 1962, el COMECON. Albania quedó aislada, pues ningún régimen de Europa Oriental apoyó tal decisión. Ante ello, se alió con la República Popular China y declaró que el régimen de Mao era “el último bastión del verdadero marxismo”. Su economía comenzó a depender de capitales chinos para expandirse. Una dependencia que se agravó por la insistencia de Hoxha en mantener la autarquía y en evitar el contacto económico con el resto de Europa. La alianza con China duró hasta 1978, cuando Pekín 91 Xavier Moreno Juliá Destacó en Albania la represión antirreligiosa, país que se convirtió en el primero donde se llevó a cabo sistemáticamente. El primado Gaspar haci, arzobispo de Shköder, murió en arresto domiciliario a manos de la policía secreta. El arzobispo de Durrës, Vincent Prendushi, fue condenado a treinta y cinco años de trabajos forzados y murió posiblemente a consecuencia de torturas. En febrero de 1948, cinco religiosos, entre los que había dos obispos, fueron condenados a muerte y fusilados. Y más de cien religiosos fueron ejecutados o asesinados durante el curso de su detención.95 *** Esperamos que la compleja realidad de la Europa del Este entre los años 1944 y 1950 haya quedado hasta cierto punto perilada con lo hasta aquí referido y con el análisis particular de estos siete países (Alemania Oriental, por su particularidad, ha restado al margen del estudio). No dudamos del hecho de que en todos ellos hubo avances sociales de envergadura. Tampoco de que no faltaron sectores de población hasta cierto punto satisfechos, e incluso, adictos; sin duda, miles de personas. Pero, por desgracia, un elemento perverso homogeneizó aquellas realidades europeas: el sufrimiento de muchos ante el goce del poder cuasi absoluto por parte de muy pocos. restableció relaciones con los Estados Unidos, reconoció a Tito y retiró la ayuda inanciera y comercial a Albania. A partir de entonces, Hoxha mantuvo al país bajo el aislacionismo, sin aliados y en busca de una autarquía económica casi completa. Dichos rasgos se acentuaron con el culto a su personalidad, en imitación de Stalin y Mao (para justiicar todo aquello se autoproclamó “el último sostenedor del auténtico marxismo-leninismo”). Pero, con la autarquía, el estancamiento económico y el empobrecimiento de la población aumentaron inevitablemente. 95 Muchos años después, en 1967, Enver Hoxha se enorgulleció al declarar que Albania había pasado a ser el primer “estado ateo” del mundo (2.169 iglesias y mezquitas habían sido demolidas o cerradas). Bartosek, Karel: op. cit. (El libro negro…), pág. 458. 92 La Europa del Este de 1944 a 1950: sufrimiento, muerte e ideología igualitaria Bibliografía Grúnová, Alexandra (ed.): NKVD/KGB Activities and its Cooperation with other Secret Services in Central and Eastern Europe, 1945-1989, Nation’s Memory Institute, Bratislava, 2008. Holmes, Richard: Un mundo en guerra. Historia Oral de la Segunda Guerra Mundial, Editorial Crítica, Barcelona, 2008. Horthy, Nikolaus von: Memoria, Editorial AHR, Barcelona, 1955. Martín de la Guardia, Ricardo y Pérez Sánchez, Guillermo Á.: La Europa Balcánica. Yugoslavia, desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, Editorial Síntesis, Madrid, 1997. — Europa del Este, de 1945 a nuestros días, Editorial Síntesis, Madrid, 1995. Nyiszli, Miklós: Fui asistente del doctor Mengele, Frap Books, Oswiecim (Auschwitz), 2011. Overy, Richard: Russia’s War, Penguin Books, Londres, 2010 (primera edición, de 1999). Parker, Geofrey (ed.): Historia de la guerra, Ediciones Akal, Madrid, 2010. Peters, Ludwig: Volkslexikon Drittes Reich. Die Jahre 1933-1945 in Vort und Bild, Grabert-Verlag, Tübingen, 1994. Truman, Harry: Mr. Citizen, Geis Associates, University of Michigan, 1960. Veiga, Francisco: La trampa Balcánica, Grijalbo-Mondadori Ediciones, Barcelona, 2002. 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El exilio se convertirá en una segunda patria para muchos de ellos, que acabarán formando familias en él; para otros será una experiencia coyuntural donde moderarán o radicalizarán su conducta política. Pero para todos ellos el exilio será una experiencia personal y política de primer orden en sus trayectorias biográicas y tendrá una inluencia decisiva en la marcha de la política catalana y española. Palabras clave Exilio, siglo xix, España, Cataluña, revolución, contrarrevolución. E for exile: Catalonia and Spain, 1808-1848 Abstract he 19th century is without a doubt the century of Catalan and Spanish exile. Over the course of the century, thousands of Catalans and Spaniards went into political exile so that by the end of the century, more than 50,000 Catalans and 200,000 Spaniards with democratic, anarchist or socialist 1 Investigación realizada en el marco del grupo de investigación consolidado Ideologies i Societats a la Catalunya Contemporània (ISOCAC) SGR 1390 de la Generalitat de Catalunya. Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 95–114. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Ramon Arnabat Mata leanings had taken this route. In exile many found a new homeland and started families there; for others it would be a temporary experience during which their political beliefs would become either more moderate or radicalized. However, for all exiles it would be personal and political experience that would have a profound efect on their lives and be a decisive inluence on the course of Catalan and Spanish politics. Keywords Exile, nineteenth century, Spain, Catalonia, revolution, counterrevolution. El siglo xix: el siglo del exilio Si hay un siglo en la historia de Cataluña y de España que pueda caliicarse como el del exilio, este es sin duda el siglo xix. No tanto por el volumen total de exiliados, que, a pesar de que fue bastante importante, fue claramente inferior al del inal de la Guerra Civil española del siglo xx, como por la continuada presencia del exilio en la vida política, económica y social del país. Un exilio que afectó a todas las tendencias políticas: liberales, absolutistas, carlistas, demócratas, republicanos, anarquistas, socialistas…2 El escritor madrileño José de Larra escribió en 1835: “[…] por poco liberal que uno sea, o está uno en la emigración, o de vuelta de ella, o disponiéndose para otra”.3 Otro escritor madrileño, Eugenio de Ochoa, en un amplio artículo titulado “Emigrados” (1845), decía: “[…] los hombres que más la honran [a España] en virtud, en letras y en armas han comido en alguna época de su vida el pan amargo del destierro”. Pero también airmaba que el exilio había formado “una turba parásita y bastarda de hombres sin vergüenza que han convertido el infortunio en profesión [y] la inmigración en industria”.4 No muy lejos de esta última airmación, Juan 2 Para la evolución del concepto de exilio a lo largo del siglo xix, véase Fernández Sebastián, Javier y Fuentes, Juan Francisco (dirs.), Diccionario político del siglo xix español, Madrid, Alianza Editorial, 2002, pp. 268-271; y Fuentes, Juan F., “Imagen del exilio y del exiliado en la España del siglo xix”, Ayer, núm. 47 (2002), pp. 35-56. 3 Larra, José de, “La Diligencia”, 1835, citado por Ruíz Otín, Doris, Política y Sociedad en el vocabulario de Larra, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1983, p. 394. 4 Ochoa, Eugenio de, “El Emigrado”, en Los españoles pintados por sí mismos, Madrid, Imprenta de Boix, 1843-1844. Edición facsímil publicada por D. Dossat, Madrid, 1992, pp. 314-326 (p. 315 para la cita concreta). Véase también Abellán, José L. (ed.), Los españoles pintados por si mismos, Madrid, 1977 [Madrid, Turner, 1986]. Véase también Miñano, Sebastián de, “Emigraciones, emigrados”, Revista Enciclopédica, vol. VI (París, 1843), pp. 176187. 96 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) Rico y Amat escribe en su Diccionario de los políticos que la emigración no deja de ser una “especie de veraneo político en que algunos abandonan la España para marcharse al extranjero, como quien se marcha a tomar baños”, que unos aprovechan para vivir “a lo grande” y otros “para labrarse una reputación de gran utilidad para hacer carrera política”.5 El exilio del siglo xix ha merecido mucha atención por parte de la historiografía española6 y, en cambio, muy poca por parte de la historiografía catalana, a pesar de su importancia en el devenir político y social.7 En este texto dedicamos una atención especíica al exilio catalán, ya que, si bien es cierto que el exilio español y catalán comparten muchos aspectos y que la vida política catalana del xix estuvo plenamente ligada a la vida política española, también lo es que en algunos aspectos diieren. Las causas Las causas que llevarán al exilio a miles de catalanes y españoles en el siglo xix serán diversas, pero la mayoría estarán ligadas a la vida política del país. Una de las principales causas del exilio continuo del siglo xix es el largo enfrentamiento entre revolución y contrarrevolución que 5 Rico y Amat, Juan, Diccionario de los Políticos o verdadero sentido de las voces y frases más usuales entre los mismos, Madrid, Imprenta de F. Andrés y Cia, 1855. 6 Abellán, José Luis, El Exilio como constante y como categoría, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001; Aymes, Jean-René, Españoles en París en la época romántica, 1808-1848, Madrid, Alianza Editorial, 2008, y Españoles en París en la época romántica, 1808-1848, Madrid, Alianza Editorial, 2008; Canal, Jordi (ed.), Exilios. 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Las emigraciones políticas españolas en los siglos xix y xx, Madrid, Síntesis, 2006. 7 Arnabat, Ramon, “Els exilis al segle xix: l’exili continu (liberals, carlistes, republicans, socialistes, anarquistes)”, Butlletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, núm. XX (2009), pp. 137-167; VV. AA, Enfrontaments civils: postguerres i reconstruccions, Lleida, RecerquesPagès, 2002; y Rahola, Carles, Els emigrats polítics en la història, Girona, El Autonomista, 1926. 97 Ramon Arnabat Mata atravesó este siglo y que se manifestó a menudo mediante la utilización de la violencia política por parte de unos y otros. Esta violencia política, entendida como la fuerza con que a alguien o a algunos se les obliga a actuar políticamente contra sus deseos o se les impide actuar conforme a sus deseos, derivó a menudo en guerra civil. Una vez terminada la guerra, será imposible convivir pacíicamente, porque el ganador querrá aniquilar al enemigo o forzarlo a tomar el camino del exilio. Si bien esta es una causa común en los exilios europeos, tiene más incidencia en España, y aún más en Cataluña, donde la división del país se mantuvo a lo largo de todo el siglo y donde ambos bandos encontraron siempre hombres dispuestos a enrolarse en sus ilas. Precisamente, una de las características de la Cataluña del ochocientos es la profunda división social, política y cultural, que conlleva que en todos los enfrentamientos políticos haya siempre una parte importante de la sociedad implicada y que en la resolución de dichos enfrentamientos siempre haya un número considerable de perdedores.8 Nuestro país vivió seis guerras durante el siglo xix, cinco de ellas civiles, lo cual condicionó la dinámica política y social: la guerra del Francés (1808-1814), la guerra realista (1822-1823), la guerra de los Malcontents o de los Agraviados (1827-1828), la primera guerra carlista (1833-1840), la guerra de los Matiners o segunda guerra carlista (1846-1849) y la tercera guerra carlista (1872-1876). Dos de estas guerras se desarrollaron casi exclusivamente en Cataluña (las de los Malcontents y de los Matiners). Pero, si a lo largo del siglo xix la guerra y el exilio fueron constantes, más lo fueron durante la primera mitad, donde se concentraron cinco de las seis guerras y cuatro de los cinco enfrentamientos armados civiles. De hecho, hubo enfrentamientos armados en Cataluña durante veinte de los cincuenta primeros años del siglo xix, de manera que cada generación vivió dos o tres guerras y en el marco general de la violencia política.9 Detrás de la violencia política y los enfrentamientos armados civiles, encontramos el trasfondo de una mentalidad inquisitorial del “bien” y del “mal” defendida desde los sectores contrarrevolucionarios. Una mentalidad que ofrecía un margen muy estrecho a la convivencia política. Frente a la ideología democrática y republicana de la inclusión civil y política de 8 Fontana, Josep, La i de l’Antic Règim i la industrialització, 1787-1868, Barcelona, Edicions 62, 1988, y La época del liberalismo, Barcelona, Crítica, 2007. 9 Canal, Jordi (ed), “Dossier: Las guerras civiles en la España contemporánea”, Ayer, núm. 55 (2004), pp. 11-148; y Arnabat, Ramon, “Violencia política y guerra civil durante el Trienio liberal en Catalunya (1820-1823)”, Vasconia, núm. 26 (Bilbao, 1998), pp. 49-62. 98 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) todos los ciudadanos, la ideología reaccionaria mantuvo el discurso de la división del país entre los “buenos” y los “malos”, y, por lo tanto, una política segregacionista y excluyente que pretendía eliminar o aplastar al otro. Esta política dejará poco espacio vital y político a los perdedores, sobre todo cuando estos sean liberales, demócratas o republicanos, o incluso cuando los perdedores sean los contrarrevolucionarios, ya que, según su ideología excluyente, no tienen lugar en un país gobernado por los “otros”.10 De la guerra del Francés a la primera restauración absolutista (1808-1819) La guerra del Francés o de la Independencia marcó el inicio de los enfrentamientos armados del siglo xix en España y Cataluña y, a la vez, el comienzo de los desplazamientos masivos de población por razones políticas, los exilios contemporáneos. Con ella cambió deinitivamente la dirección del exilio, ya que a partir de este momento fueron los catalanes y los españoles los que buscaron refugio en el país vecino, donde ya había en 1808 un millar de catalanes. A lo largo de la guerra hubo un importante colectivo de catalanes que pasaron a Francia, unos en busca de trabajo, huyendo de la guerra y la miseria, otros como desertores de las tropas insurrectas de Cataluña (1808), otros como rehenes o deportados (miembros del clero y guerrilleros, sobre todo). A estos debe añadirse el contingente más importante, el de los prisioneros de los ejércitos napoleónicos, y los 15.000 hombres de las tropas del marqués de la Romana que colaboraban con el imperio napoleónico en Dinamarca. Sin embargo, será a partir de 1813 cuando podremos señalar el inicio del exilio voluntario catalán y español de la época contemporánea con la llegada a Francia de los afrancesados y sus familias. Una amalgama de ieles a José I, colaboracionistas y oportunistas que huían de la represión fernandina (2.252 funcionarios y 830 militares según los datos oiciales de los registros franceses, a principios de 1813), a los que se fue añadiendo un importante contingente de soldados y prisioneros de guerra. En total, unas 12.000 familias (unas 36.000 personas). Posteriormente, a lo largo de 1814 10 Herrero, Javier, Los orígenes del pensamiento reaccionario español, Madrid, Alianza Editorial, 1988, y Alonso Tejada, Luis, Ocaso de la Inquisición, Madriz, Zero-ZYX, 1969. 99 Ramon Arnabat Mata se sumaron patriotas liberales (profesionales, clases medias, negociantes y propietarios) que buscaban refugio ante la represión absolutista.11 Napoleón y el Gobierno francés distinguieron entre aquellos que habían sido ieles al Imperio y a sus familias, que recibieron ayuda económica, y aquellos otros que estaban en Francia por razones económicas, a los que se ayudó a encontrar trabajo, eso sí, con la prohibición explícita de residir a menos de 25 kilómetros de la frontera. Este gran número de exiliados catalanes y españoles al inalizar la guerra del Francés está directamente relacionado con el Real Decreto de 4 de mayo de 1814 que dejaba muy clara la voluntad de Fernando VII de restaurar el absolutismo. Pero la vuelta al absolutismo era imposible a medio plazo porque las semillas del liberalismo ya estaban sembradas y la crisis económica y de la hacienda pública que padecía el país no era coyuntural, sino estructural.12 A pesar de todo, Fernando VII desplegó una represión general contra el liberalismo (personas, ideas, hechos…) que llevó al exilio a miles de catalanes y españoles. La primera y la segunda caída de Napoleón en 1814 y la restauración de Luis XVIII empeoraron la situación de los españoles y catalanes refugiados en Francia, ya que muchos de ellos fueron acusados de complicidades con el golpe de estado napoleónico, especialmente los afrancesados, algunos de los cuales se plantearon regresar a España. Pero el Real Decreto de Fernando VII de 30 mayo de 1814, que imponía diversas penas de destierro a los afrancesados y a los liberales y que marcaba el inicio oicial de la represión absolutista, les hizo desistir de intentarlo. Dicho decreto favoreció que aún más liberales se fueran al exilio, mientras que los soldados fueron regresando progresivamente. A inales de 1814 había unos 18.000 liberales españoles en el exilio que huían de la represión absolutista, de ellos unos 4.000 catalanes, que se esparcieron por Europa (unos 15.000/3.500) y por América (unos 3.000/500). Una buena parte eran soldados y prisioneros de guerra que 11 Para esta cuestión, véanse Aymes, Jean R., Los españoles en Francia, 1808-1814. La Deportación bajo el Primer Imperio, Madrid, Siglo XXI, 1987; Barbastro Gil, Luis, Los afrancesados: primera emigración política del siglo xix español, 1813-1820, Madrid, CSIC, 1993; López Tabar, Juan, Los famosos traidores: los afrancesados durante la crisis del Antiguo Régimen, 1808-1833, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001; Puig, Lluís M. de, Tomàs Puig: catalanisme i afrancesament, Barcelona, IEC, 1985; Riera, Enric, Els afrancesats a Catalunya, Barcelona, Curial, 1994; y Vilar, J. B., La España…, pp. 61-117. 12 Fontana, Josep, La quiebra de la monarquía absoluta, 1814-1820, Barcelona, Crítica, 2002. 100 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) habían entrado a la fuerza acompañando la retirada de las tropas napoleónicas, pero también había una porción importante de afrancesados y liberales que habían buscado refugio ante la represión absolutista (profesionales, clases medias, negociantes y propietarios). La mayoría de los que se quedaron en Francia se asentaron en los departamentos del sur y los más acomodados, en París y Burdeos. Muchos de ellos acabarían en los batallones de trabajadores y en los depósitos de refugiados, en realidad campos de refugiados, y en el cuerpo legionario del ejército francés. Tal y como señala José Deleito: “Apenas habría rincón alguno de los Pirineos por donde no hayan vagado aquellas tristes sombras errantes”.13 Una minoría se instaló en Inglaterra. Se trataba de una minoría con cierto poder económico, alta cualiicación profesional o militar, que se convirtió en un núcleo de oposición al absolutismo. Allí encontraremos a Antonio Puigblanch, a Juan Van-Halen o a Álvaro Flórez Estrada. Finalmente, otros pocos llegaron a América y se instalaron en Nueva Orleans, Filadelia, Baltimore o Río de la Plata. A partir de 1815 el Gobierno francés presionó a los exiliados para que retornasen a España, reduciendo las ayudas y aumentando el control en los campos de refugiados. De hecho, algunos volvieron a Cataluña y España a lo largo de ese año. A pesar de ello, a inales de 1815 todavía había entre 6.000 y 7.000 españoles (una tercera parte de ellos eran catalanes) refugiados en Francia, con un coste de mantenimiento para el Estado francés de cinco millones de francos. La situación se agravó con el Real Decreto de 15 de diciembre de 1815, que provocó una segunda oleada de exiliados, en este caso patriotas liberales. Entre 1816 y 1818 Fernando VII publicó varios decretos de amnistía que, a pesar de sus limitaciones, permitieron que unos pocos exiliados formalizaran sus peticiones de retorno. El 15 de febrero de 1818 y el 17 de diciembre de 1819 se publican sendas reales cédulas que intentan abrir las puertas a los afrancesados, pero las limitaciones eran tan grandes que muchos de ellos decidieron quedarse en Francia e incluso nacionalizarse. 13 Deleito Piñuela, José, La emigración política en España durante el reinado de Fernando VII, Madrid, Nuestro Tiempo, 1921. 101 Ramon Arnabat Mata El Trienio Liberal (1820-1823) La proclamación de la Constitución de 1812 en marzo de 1820 comportó el retorno de buena parte de los liberales exiliados en Francia, al tiempo que los decretos de 23 y 26 de abril de ese año facilitaban el retorno de los afrancesados, a pesar de establecer condiciones de residencia. De hecho, no será hasta el decreto de amnistía de las Cortes de 26 de septiembre cuando los afrancesados podrán regresar con plenas garantías y derechos.14 Se iniciará a partir de entonces un exilio individual de signo contrario. Ahora serán los realistas o absolutistas los que buscarán refugio al otro lado de la frontera para huir del sistema constitucional o participar y dirigir la contrarrevolución. Los propietarios Salvador Malavila o Domènech Caralt serán ejemplos claros de ello, junto con una larga lista de eclesiásticos como el arzobispo de Tarragona, Jaume Creus, o el obispo de Solsona… En total, medio millar de catalanes, mayoritariamente miembros del clero y contrarios a la Constitución, pasaron a Francia entre 1820 y 1822. A su vez, Cataluña recibiría cerca de un millar de exiliados liberales que huían del absolutismo, sobre todo italianos (napolitanos y piamonteses), pero también franceses. Muchos de los exiliados italianos que se instalaron en la España liberal lo hicieron en Barcelona, Mataró, Girona y Tarragona, participando tanto en las sociedades secretas, sobre todo carbonarias, como en la Milicia Voluntaria y en las tropas de choque en la guerra realista, formando batallones propios como el batallón de los emigrantes italianos.15 A lo largo del Trienio Liberal, con la agudización del enfrentamiento entre realistas y constitucionales, irá ampliándose la nómina de catalanes refugiados en el Departamento de los Pirineos Orientales. Exiliados que presionarán al Gobierno francés para que intervenga y restaure el absolutismo en España, a la vez que inancian y dirigen las partidas realistas que rondan por Cataluña. La guerra civil que sufrirá Cataluña entre el verano de 1822 y el otoño de 1823 convertirá la frontera francesa en lugar de cobi14 Gil Novales, Alberto, Las Sociedades Patrióticas (1820-1823). Las libertades de expresión y de reunión en el origen de los partidos políticos, 2 vol., Madrid, Tecnos, 1975; Arnabat, Ramon, La revolució de 1820 i el Trienni Liberal a Catalunya, Vic, Eumo, 2001; y Visca el Rei i la Religió! La primera guerra civil de la Catalunya contemporània, Lleida, Pagès, 2006. 15 Albertochi, Giovanni, “Exiliats italians a Catalunya a començaments del segle xix”, Revista de Catalunya, núm. 215 (2006), pp. 16-35. 102 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) jo de las partidas realistas. Sin embargo, será a partir de la derrota de estas partidas el invierno de 1823 cuando la Regencia de Urgell, integrada por el marqués de Matalorida, el barón de Eroles y el arzobispo Jaume Creus, deberá refugiarse en Francia, junto con la mayoría de los componentes de las partidas realistas catalanas y vascas. A inales de 1822, según los datos del vicecónsul español en Perpiñán, en el Departamento de los Pirineos Orientales había entre 4.900 y 5.000 realistas, y añadía que, de momento, “han cesado las voces que corrieron de armarlos, y al contrario hace unos días que no recibían más socorro que el del pan y este escaso, de suerte que se hallan en la mayor miseria, sosteniéndose únicamente de las limosnas que recogen.”16 La situación de los soldados realistas en Francia era bastante miserable, tal y como escribió Josep Nin, Xaconin, un realista de Albinyana (Tarragona) que acompañaba al general Romagosa: “Nos dieron el pan, de tanta hambre que teníamos, cuando nos lo dieron, enseguida se terminó y los franceses decían ‘miserable español’, y casi lloraban.”17 Después de dar vueltas por el sur de Francia, a inales de febrero de 1823 se establecieron en el campamento de San Esteban, donde fueron vestidos, alimentados y armados. El mes de marzo de 1823 ya eran 6.500 los realistas catalanes refugiados en el sur de Francia, mayoritariamente soldados y oiciales y eclesiásticos, pero también mujeres y niños, repartidos por una multitud de pueblos de la Cerdaña y el Rosellón.18 A pesar de sus divisiones, los realistas preparaban el rearme para volver a intentar entrar en España. De hecho, la mayoría de ellos volverán a Cataluña acompañando las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis que entrarán en abril de 1823. La segunda restauración absolutista (1823-1833) La restauración del absolutismo en 1823 por parte de Fernando VII signiicó el inicio de una brutal represión contra los liberales en la que se aplicó la mentalidad inquisitorial de que hemos hablado y que provocó un gran número de asesinatos, encarcelados, multados, depurados o puriicados y exiliados como nunca se había conocido en nuestro país y como no 16 Carta de 17 de diciembre de 1822. Archivo Histórico Nacional (AHN), Estado, legajo 6.228. 17 Arnabat, Ramon; Bofarull, Manuel y Ventura, Joan A. (ed.), La llibreta d’en Xaconin. Dietari d’un soldat reialista del Penedès (1820-1823), Vilafranca del Penedès, IEP, 1993. 18 Archivos Departamentales de los Pirineos Orientales (ADPO), legajos 4MP-260 y 339. 103 Ramon Arnabat Mata se volverá a repetir, en cuanto a su volumen e importancia proporcional, hasta la implantación del régimen franquista en 1939. Todo ello se releja perfectamente en esta relexión del gobernador del Consejo de Castilla, Villela, ante el embajador francés: “Le constaba que de los nueve millones de habitantes que tenía España, había de tres a cuatro millones de liberales […], pero que valía más vivir en España con un millón de personas como es debido, que con diez millones de revolucionarios”.19 Un esfuerzo represivo, sin embargo, que no logrará restaurar el viejo régimen ni cerrar el paso al liberalismo. Desde el poder real se avaló y se protegió la represión “espontánea” de los Voluntarios Realistas, al igual que el Gobierno franquista lo haría con los falangistas en 1939, tal y como denunció un hombre tan poco sospechoso de liberal como el marqués de Miralores: Prisiones, asesinatos, tropelías inauditas y de todas especies, el más furioso democratismo, desarrollado a la Augusta sombra de lealtad, de restauración de las Antiguas Leyes, y de la Religión de un Dios de paz y misericordia; este era el aspecto que ofrecía la desventurada España, a medida que caía en ella el régimen Constitucional […]; la Regencia lo veía, y no solo lo toleraba sino que tácitamente lo aplaudía. Sus autoridades subalternas nada hacían, o coadyuvaban a las persecuciones, y participaban de los despojos de los perseguidos.20 La represión realista contra la población liberal llegó a niveles aberrantes y fue fruto de una combinación de revancha personal y de planiicación política para lograr depurar la Administración y el ejército y aterrorizar a los constitucionales. El militar constitucional Pedro Méndez airmaba que, según datos de la misma Real Audiencia, entre octubre de 1823 y octubre de 1825 habían sido asesinadas en Cataluña 1.828 perso- 19 Fontana, Josep, Aturar el temps. La segona restauració espanyola, 1823-1834, Barcelona, Crítica, 2005; y Arnabat, Ramon, “Repressió liberal i restauració de la monarquia absoluta”, Segon Congrés de Recerques: Enfrontaments civils: postguerres i reconstruccions, Lleida, Pagès, 2002, pp. 422-440. 20 Miraflores, Marqués de, Apuntes histórico-críticos para escribir la historia de la revolución de España desde el año de 1820 hasta 1823, Londres, Ricardo Taylor, 1834, pp. 206-209 y 219-220. En el mismo sentido se expresa el banquero francés G. J. Ouvrard, inanciador de la campaña francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis: Ouvrard, Gabriel J., Mémoires de G.-J. Ouvrard sur sa vie et ses diverses opérations inancières, París, Moutardier, 1826, vol. II, pp. 60-61. 104 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) nas.21 Según Josep Fontana, en los años 1823 y 1824 hubo en Cataluña 2.044 asesinados por cuestiones políticas.22 Karl Marx señalará que “según la Gaceta de Madrid, en un solo mes —del 24 de agosto al 24 de septiembre de 1824— fueron fusiladas, ahorcadas o descuartizadas mil doscientas personas y eso que aún no se había promulgado el bárbaro decreto contra los comuneros”.23 Para entender esta vesania represora del absolutismo fernandino, hay que tener en cuenta que, según los realistas, el número de adictos a la Constitución era muy grande: “No bajan de ochocientos mil los individuos que han estado alistados en la Milicia Nacional, a los cuales si se añaden los empleados, los militares, los individuos de las sociedades secretas, los secularizados y los compradores de bienes nacionales, se verá que llegan a un millón los que podían considerarse comprometidos con el régimen constitucional y forman con sus familias la mitad de la población total de la Península”.24 Entre 20.000 y 30.000 liberales españoles, entre los cuales se encontraban unos 5.000 catalanes, emprendieron de nuevo el camino del exilio en 1823-1824. En algunos casos era la segunda vez que lo hacían en el transcurso de una década.25 Entre 15.000 y 20.000, de ellos, entre 2.500 y 3.500 catalanes, se establecieron en Francia. La mitad eran soldados y oiciales que se habían refugiado siguiendo los acuerdos militares, aunque a menudo fueron tratados más como prisioneros que no como refugiados, siendo encerrados en campos de concentración en Marsella, Perpiñán y Burdeos. La otra mitad formaban parte de las clases acomodadas, como los comerciantes (12,5%) y los propietarios (5%), de las clases medias, como los profesionales liberales (10%) y los funcionarios (6,5%), y de las 21 Méndez de Vigo, Pedro, España y América en progresos. La Constitución del año XII, París, 1834 (reproducido por el Marqués de Miraflores: Documentos a los que hace referencia en los Apuntes histórico-críticos, Londres, Taylor, 1834, vol. II, pp. 347-349). 22 Fontana, Josep, La i de l’Antic règim i la industrialització, 1787-1868, Barcelona, Edicions 62, 1987, p. 215. 23 Escrito del 21 de noviembre de 1854, e inédito hasta 1957, publicado en Marx, Karl [edición de Manuel Sacristán], La Revolución en España, Barcelona, Ariel, 1973, pp. 59-62. 24 Oliván, Alejandro, Ensayo imparcial sobre el gobierno del Rey D. Fernando VII, escrito en Madrid por un español en mayo del presente año, y dado a luz en Versalles por un amigo del autor, París, J. P. Jacob impresor, 1824, p. 155. 25 Sánchez Mantero, Rafael, “Exilio liberal e intrigas políticas”, Ayer, núm. 47 (2002), pp. 17-34; y Fuentes, Juan F., “Afrancesados y liberales”, J. Canal (ed.), Exilios…, pp. 137-166. 105 Ramon Arnabat Mata clases populares, como los artesanos y menestrales (14,5%) y los campesinos (14%), que apoyaron la revolución.26 A Inglaterra, vía Gibraltar, fueron a parar un millar de españoles exiliados, de ellos unos 200 catalanes, pertenecientes a los sectores sociales más acomodados, como los diputados catalanes Pere Surrá y Rull y Esteve Desprat. La mayoría se concentraron en el modesto barrio de Somers. Otros se quedaron en Gibraltar o viajaron a Portugal o a los Países Bajos, e incluso otros atravesaron el océano para llegar a los Estados Unidos de América y el Río de la Plata, como Josep Sardà y Juan Bautista Carbonell. Por otro lado, buena parte de los exiliados en Sudamérica participarán y se integrarán en los nuevos Estados como profesionales cualiicados (militares, maestros, abogados…): Río de la Plata, Chile, Perú, Bolivia… Como había sucedido durante la primera restauración, la amnistía del 1 de mayo de 1824 se convirtió en una herramienta más de represión, de modo que algunos liberales que hasta ese momento habían podido escapar de la represión, ahora quedaban sujetos a ella y aumentaron el número de exiliados. A pesar de todo, un numeroso grupo de oiciales prisioneros que podían temer menos a la represión se acogieron a ella y volvieron a España. Desde Francia e Inglaterra se prepararon diferentes conspiraciones liberales para derribar el absolutismo.27 Sin embargo, los liberales llevaron al exilio sus divisiones y rencores y el debate entre moderados y exaltados. Siguieron acusándose mutuamente de haber contribuido a la caída del régimen constitucional, según unos por ir demasiado rápido con las reformas y hacerlas demasiado a fondo, y según los otros por ir muy despacio y hacerlas muy supericiales. Fernando VII, no obstante, se dio cuenta de que la restauración de la monarquía absoluta era imposible, e inició una serie de pequeños cambios para intentar reorientar la política económica con la colaboración de algunos liberales moderados. Esta pequeña variación política sirvió de excusa a los sectores ultraabsolutistas para reivindicar la igura de su hermano 26 Rubio, Dolores, Rojas, Antonio y Fuentes, Juan F., “Aproximación sociológica al exilio liberal español de la Década Ominosa (1823-1833)”, Spagna contemporanea, núm. 13 (1998), pp. 7-19. Véase también Sánchez Mantero, Rafael, Liberales en el exilio, Madrid, Rialp, 1975. 27 Castells, Irene, La utopía insurreccional del liberalismo: Torrijos y las conspiraciones liberales de la década ominosa, Barcelona, Crítica, 1989. Véase también Vilar, J. B., La España…, pp. 123-196. 106 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) Carlos y lanzar una batalla política contra Fernando VII y sus reformas. Esta oposición acabaría ocasionando en Cataluña una nueva guerra civil, con repercusiones en otros puntos del Estado, conocida como la de los Malcontents o Agraviados.28 El fracaso de la revuelta de los Malcontents provocó un reducido exilio voluntario de sus dirigentes y el destierro forzado de otros participantes en el levantamiento a América y el norte de África. En total, un millar de personas. Fernando VII y sus colaboradores aplicaron una brutal represión contra aquellos que se habían sublevado y que durante el Trienio Liberal le habían ayudado a recuperar el trono absoluto. Muchos de los dirigentes de la revuelta de los Malcontents fueron ahorcados, coincidiendo con la visita real a Tarragona y Barcelona. El año 1830 cambió sustancialmente la situación política en Francia. La revolución provocó la caída del régimen monárquico absolutista de Carlos X y su sustitución por la monarquía liberal de Luis Felipe de Orleans. La respuesta de la monarquía española consistió en aumentar el control sobre los exiliados e impedir su regreso. A pesar de ello, sobre todo a partir de 1832 aumentó el número de solicitudes de retorno, de manera que el vicecónsul de Perpiñán manifestaba su preocupación por “el gran número de españoles indigentes que se presentan para entrar en España” (23 de junio de 1832).29 Sin embargo, no fue hasta el 15 de octubre de 1832 cuando se otorgó una amnistía digna de este nombre, si bien para entonces muchos de los exiliados estaban ya mínimamente instalados y no se mostraron coniados en regresar. Aun así, hubo un grupo considerable que sí aceptó la propuesta. De las 6.000 ichas abiertas para gestionar los retornos, un 75% procedían de Francia, un 20% de Inglaterra y Gibraltar, y el resto de los Estados Unidos, Bélgica, Portugal…30 En octubre de 1833, una vez muerto Fernando VII y proclamada Isabel II, se dictará una nueva amnistía, de modo que entre 1833 y 1834 un numeroso grupo de exiliados liberales se acogió y regresó a Cataluña (soldados y oiciales, profesionales, artesanos y campesinos). 28 Torras, Jaume, La guerra de los Agraviados, Barcelona, Universitat de Barcelona, 1967. 29 Citado por Rodríguez Moñino, Antonio, El exilio carlista en la España del siglo xix: carlistas y demócratas revolucionarios, Madrid, Castalia, 1984, p. 36. 30 García Rovira, Ana M., La revolució liberal a Espanya i les classes populars, Vic, Eumo, 1989. 107 Ramon Arnabat Mata Las guerras carlistas (1833-1848) A lo largo de la primera guerra carlista (1833-1840), sobre todo a partir de 1835 y hasta 1839, encontramos un millar de combatientes carlistas catalanes refugiados en el sur de Francia y en los departamentos del Hérault y del Gard (Sète, Béziers, Montpellier, Lunel, Clermont-l’Hérault, Lodève y Agde), desde donde conspirarán a favor del príncipe Carlos. Buena parte de estos carlistas catalanes exiliados en Francia eran abogados, artesanos, menestrales y campesinos, desde soldados hasta oiciales. A ellos hay que sumar los hechos prisioneros y deportados durante la guerra, unos 3.600 (2.100 a Puerto Rico, 1.500 a Cuba y unos pocos a Filipinas), un millar de ellos catalanes. Las amnistías publicadas por el Gobierno isabelino durante el conlicto bélico pondrán como condición previa para autorizar cualquier retorno jurar la Constitución de 1812 (Decreto de 28 de agosto de 1836), lo cual diicultará que los carlistas exiliados se acojan a ellas. No obstante, será al inal de la guerra (1839-1840) cuando se producirá el exilio masivo de carlistas catalanes hacia Francia al no aceptar las tropas carlistas mandadas por Ramón Cabrera el convenio de Vergara. En total, según Cabrera, atravesaron la frontera con Francia unos 20.000 hombres: 74 jefes, 1.980 oiciales y 18.678 soldados, la mayoría catalanes, valencianos y aragoneses. Estos se sumaron a los 5.000 hombres que se habían exiliado a raíz de la irma del convenio de Vergara a inales de 1839 y a los aproximadamente 7.000 carlistas vascos que entraron también en 1840. De manera que a inales de 1840 había unos 36.500 carlistas refugiados en Francia que fueron instalándose en los departamentos de los Pirineos Orientales, del Alto Garona, de los Altos Pirineos y del Tarn y Garona.31 Los datos dispersos de que disponemos nos permiten airmar que este exilio afectaría a unos 7.000 soldados y oiciales carlistas catalanes que fueron internados en Bourg-Madame, El Puig, Besançon…, en julio de 1840. Una parte considerable de los soldados y oiciales carlistas intentaron regresar a Cataluña y España muy pronto acogiéndose al indulto del 30 de noviembre de 1840 y al decreto del 30 de agosto de 1841. Poco a poco, sobre todo a partir de 1842, buena parte de los soldados carlistas irán regresando a España, ya sea de forma oicial o clandestina. 31 González de la Cruz, Rafael, Historia de la emigración carlista, dedicada a los monárquicos españoles, Madrid, 1846, t. 1. 108 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) La mayoría de edad de Isabel II y la formación de un gobierno moderado en 1843 comportarán un aumento del control y los iltros hacia los republicanos exiliados. Una buena muestra de ello es la negativa a entregar el pasaporte a Abdón Terrades. En cambio, se abren una y otra vez las puertas al regreso de los carlistas: “La Reina Nuestra Señora se ha dignado mandar que se permita la entrada en España a los soldados que hubieran pertenecido al Ejército Carlista” (28 de octubre de 1845).32 Pero el conlicto carlista no se cerró y en 1846 estalló un nuevo conlicto armado, el de los Matiners o segunda guerra carlista (1846-1849), de incidencia casi exclusiva en Cataluña, que contó con la extraña alianza de carlistas y republicanos contra el Gobierno moderado.33 La derrota de carlistas y republicanos a manos de las tropas del Gobierno liberal moderado llevó de nuevo a un numeroso contingente de carlistas al exilio, esta vez, no obstante, acompañados de republicanos catalanes como Tomás Bertrán y Soler, Gabriel Baldrich o Ermenter Huguet. Unos 3.000 hombres en total (un 80% de carlistas y un 20% de republicanos, aproximadamente) que se instalaron mayoritariamente en Francia, aunque también en Argelia, Portugal, Italia e Inglaterra. La mayoría de estos exiliados, unos 2.500 (85% carlistas y 15% republicanos) se acogieron a los nuevos indultos del 19 de enero y del 8 de junio de 1849. Procedían de Perpiñán, Bayona, Burdeos, Marsella y Montpellier, pero también de Argelia, Portugal, Italia y Londres. El hecho de que estas amnistías exigieran el juramento de idelidad a la reina y a la Constitución conllevó que otro grupo de unos 500 exiliados catalanes se quedara en el extranjero y no volviera hasta la década de 1860. Mientras, desde Montpellier y Béziers, algunos republicanos y carlistas no dejaron de preparar levantamientos contra la monarquía isabelina, por lo que fueron internados en el interior del país vecino. La mayoría de los que se quedaron en el exilio eran, tal y como señala Rodríguez-Moñino, “gente humilde, cuya condición nos releja la escasa importancia social de estos 32 Llorens, Vicente, Liberales y románticos. Una emigración española en Inglaterra (18231834), Madrid, Castalia, 1968. Véanse también Anguera, Pere, Déu, Rei i Fam. El primer carlisme a Catalunya, Barcelona, PAM, 1995; y Santirso, Manuel, Revolució liberal i guerra civil a Catalunya, Lleida, Pagès, 1999. 33 Camps Giró, Joan, La guerra dels Matiners i el catalanisme polític (1846-1849), Barcelona, Curial, 1978; Rodríguez Moñino, A., El exilio carlista…, pp. 39-90; y Vallverdú, Robert, La guerra dels Matiners a Catalunya (1846-1849), Barcelona, PAM, 2002. 109 Ramon Arnabat Mata grupos, ieles a una idea y siempre dispuestos, por ella, a luchar, con entrega total a su causa”.34 En 1848 se producirá una nueva ola revolucionaria en Europa en la que participarán algunos de los exiliados españoles, especialmente los residentes en París. Destaca el papel que jugó Nicolás de Balza, que había sido presidente de la Junta de Armamento y Defensa de la ciudad de Barcelona durante la Jamancia de 1843. Este personaje irma maniiestos en plena revolución de 1848 en París que terminan con “¡Vive la France! ¡Vive l’Espagne! ¡Vive la République! ¡Vive la fraternité des peuples!”; y forma el Comité Démocratique Espagnol. Será el momento en que, desde París, también Abdón Terrades hará un llamamiento a los “soldados del pueblo” a seguir “el pendón republicano” para desembarazarse de los carlistas: “[…] sacudir la librea de esclavos que os han impuesto los desesperados defensores del absolutismo teocrático, […] las fuerzas combinadas del oro, la astucia, y la mentira”.35 A modo de conclusión El exilio catalán y español de la primera mitad del siglo xix combina, tal y como hemos visto, el carácter masivo de los inales de los períodos bélicos más importantes —1808-1814, 1822-1823, 1827-1828, 1833-1840 y 1846-1848— con el carácter más individual de los cambios de regímenes políticos de 1820 y 1843. Además, Cataluña ha sido para muchos españoles lugar de paso hacia el exilio y para muchos franceses lugar de entrada hacia el exilio. A lo largo de la primera mitad del siglo xix unos 170.000 españoles, entre ellos unos 46.000 catalanes, marcharon al exilio por un motivo u otro, de forma voluntaria o forzosa. Por una parte, encontramos a los exiliados forzados o forzosos, los perseguidos, los desterrados o los prisioneros de guerra, y, por otra, los exiliados voluntarios que buscan refugio por miedo a la represión (por derrota militar o persecución política) para mostrar su disidencia con el régimen político o con el gobierno de turno. La mayoría de los españoles y catalanes exiliados durante el siglo xix se instalarán en Francia y, en menor número, en Inglaterra, Gibraltar, los Países Bajos, Portugal e, incluso, en el continente americano y en el norte de África (sobre todo en Argelia). Sin embargo, todavía encontramos otra 34 Rodríguez Moñino, A., El exilio carlista…, pp. 99-100. 35 Véase Aymes, J.-R., Españoles en París…, pp. 109-115. 110 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) clase de exilio, la del exilio interior, el exilio de aquellas personas que no quieren o no pueden salir del país, a pesar de tener razones para hacerlo, y que optan (voluntariamente o a la fuerza) por quedarse en él, ya sea para oponerse al régimen o simplemente para sobrevivir. Muchos personajes claves de la historia de Cataluña y de España del ochocientos pasaron una parte de su vida en el exilio, como el escritor y político liberal Antonio Puigblanch (Mataró, 1795 - Londres, 1840), que pasó 25 de los 45 años que vivió en el exilio, o el jefe militar carlista Ramón Cabrera (Tortosa, 1806 - Virginia Water, 1877), que pasó 36 de los 71 de su vida en el exilio.36 Por no citar personajes como Abdón Terrades, Víctor Balaguer o Joan Prim, con largos períodos en el exilio. La diversidad y la permanencia caracterizan el exilio español y catalán del xix. Algunos de los que marcharon del país de forma provisional se quedaron fuera de forma deinitiva. Otros moderaron sus posiciones y terminaron reincorporándose al país. Y otros radicalizaron sus posiciones, lo que diicultó su reincorporación. En cualquier caso, el exilio se convertirá en un fenómeno permanente de la política española y catalana durante el siglo xix, tal y como señalaba el historiador Ferran Soldevila en su Historia de España: Otra característica del siglo xix: hombres obligados a expatriarse para evitar castigos o peligros, que luchan en el extranjero por sus ideales, por sus ambiciones o por sus conveniencias; que arrastran a menudo una vida llena de privaciones y de adversidades, y que esperan en la añoranza la hora del retorno a la patria, no para todos ellos conseguido. Si algunos, por sus profesiones o actividades, pueden adaptarse y aun triunfar, la mayoría no hace más que vegetar oscuramente. Algunos, sin embargo, en medio de sus sufrimientos se enriquecen de experiencias de toda clase, toman contacto con corrientes políticas y sociales, literarias, artísticas y cientíicas, reciben inluencias que nunca habrían podido recibir sin salir del país. España recibirá mucho de este forzado contacto de sus hijos con el extranjero; pasarán por él iguras de todos los campos, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, hombres de toda especie y categoría, militares, políticos e intelectuales, principalmente.37 36 Jardí, Enric, Antoni Puigblanch: els antecedents de la Renaixença, Barcelona, AEDOS, 1960; y Rodríguez, Conxa, Ramon Cabrera a l’exili, Barcelona, PAM, 1989. 37 Soldevila, Ferran, Historia de España, vol. VI, Barcelona, Ariel, 1959. 111 Ramon Arnabat Mata Las consecuencias del exilio fueron muy diversas, pero en conjunto podemos caliicarlas de catastróicas para el desarrollo político, cultural y económico de nuestro país. La pérdida, parcial o total, de un capital humano altamente formado en el ámbito profesional, artesanal, cientíico e intelectual será irreparable y contribuirá al progresivo estancamiento de España. No obstante, también es cierto que muchos de ellos realizarán aportaciones importantes al desarrollo político, social y económico del país. Muchos exiliados harán suyos los postulados económicos, sociales, políticos e intelectuales de los países de acogida y los llevarán a nuestro país cuando regresen. Por ejemplo, Pascual Montesinos estudió en Inglaterra las instituciones escolares y de beneicencia e inspiró las reformas radicales de la primera enseñanza en España, donde creó las escuelas normales y estableció las escuelas de párvulos. 112 España se escribe con e de exilio (Cataluña/España, 1808-1848) Bibliografía Abellán, José Luis, El exilio como constante y como categoría, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001. Albertochi, Giovanni, “Exiliats italians a Catalunya a començaments del segle xix”, Revista de Catalunya, núm. 215 (2006), pp. 16-35. Arnabat, Ramon, La revolució de 1820 i el Trienni Liberal a Catalunya, Vic, Eumo, 2001. Visca el Rei i la Religió! La primera guerra civil de la Catalunya contemporània, Lleida, Pagès, 2006. “Els exilis al segle xix: l’exili continu (liberals, carlistes, republicans, socialistes, anarquistes)”, Butlletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, núm. XX (2009), pp. 137-167. Aymes, Jean-René, Los españoles en Francia, 1808-1814. 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El estudio se centra en cuatro momentos clave para estas aportaciones: 1) cuando Pablo de Azcárate ejerció de director del Servicio de Protección a las Minorías de la Sociedad de Naciones; 2) la etapa de embajador de la República española en Londres durante la Guerra Civil; 3) la organización y dirección del Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles (SERE) y el establecimiento del estatuto internacional de refugiados políticos para el exilio republicano en Francia al inal de la Segunda Guerra Mundial; y 4) el período al servicio de las Naciones Unidas como mediador en la primera gran crisis internacional, el conlicto derivado del establecimiento en Palestina del Estado de Israel. Se trata del relato de la contribución de Pablo de Azcárate a la regulación jurídica del refugiado internacional y, con ello, a la progresiva humanización del derecho internacional y a la emergencia del derecho internacional de los Derechos Humanos. Palabras clave Pablo de Azcárate, Sociedad de Naciones, Segunda República, Refugiados, ONU. Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 115–135. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Santiago J. Castellà Surribas Abstract his paper looks at the professional and intellectual career of Pablo de Azcárate and his role in the creation of the concept of political refugees and the subsequent regulation and codiication of their legal status in contemporary international law. he study focuses on four key moments in his career: 1. the period he spent as Director of the Minorities Section of the League of Nations Secretariat; 2. his time as the Spanish Republic’s ambassador in London during the Civil War; 3. the role he played in organising and managing the Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles (Spanish Refugees Evacuation Service) and in deining the international statute on political refugees for Republican exiles in France at the end of World War II; and 4. his role as a UN mediator during its irst major international crisis, i.e. the conlict generated by the creation of Israel in Palestine. he article thus describes Pablo de Azcárate's contribution to the legal regulation of international refugees and, therefore, to the progressive humanization of international law and the emergence of international human rights law. Keywords Paul Azcárate, League of Nations, Second Republic, Refugees, UN. 1. Presentación Esta ponencia, presentada en el marco del I Congreso Internacional sobre los Exilios Contemporáneos,1 pretende trazar una trayectoria intelectual de las aportaciones de Pablo de Azcárate a la conceptualización, la emergencia jurídica y la posterior regulación y codiicación del estatuto jurídico del refugiado político en el derecho internacional contemporáneo. Pretendo con ella presentar los fundamentos del trazado de una difusa línea que une tres momentos clave para el derecho internacional del siglo xx, de los que Pablo de Azcárate fue partícipe y protagonista: Pablo de Azcárate como director del Servicio de Protección a las Minorías de la Sociedad de Naciones; y la cuestión de las minorías nacionales en la Europa de entreguerras como uno de los contextos clave para el surgimiento del moderno derecho internacional de los Derechos Humanos. 1 I Congrés Internacional sobre els Exilis Contemporanis, Universitat Rovila i Virgili, Centre d’Estudis sobre Conlictes Socials (CECOS), Tarragona, 6, 7, 8 y 9 de febrero de 2013. 116 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político Pablo de Azcárate como director del Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles, en adelante, SERE, y de las negociaciones para la obtención de un estatuto internacional de refugiados políticos para el exilio republicano en Francia al inal de la Segunda Guerra Mundial. Y, inalmente, Pablo de Azcárate al servicio de la recién nacida Organización de las Naciones Unidas como mediador en la primera gran crisis internacional —el conlicto derivado del establecimiento en Palestina del Estado de Israel— a la que se enfrentó la ONU y que dio lugar al nacimiento de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Oriente Próximo (UNRWA) en el contexto de la Comisión de Conciliación de las Naciones Unidas, antecedente inmediato de la creación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y clave para la conceptualización y regulación jurídica del Estatuto del Refugiado impulsado desde la ONU. En deinitiva, intentaremos trazar el itinerario biográico-profesional de Pablo de Azcárate, que realizó, desde la práctica y el compromiso, una contribución decisiva al nacimiento de una regulación jurídica del refugiado internacional, y, con ello, a la progresiva humanización del derecho internacional y a la emergencia del derecho internacional de los Derechos Humanos. 2. La personalidad política y diplomática de Pablo de Azcárate Hay muchos y muy variados momentos que pueden explicar la trayectoria de Pablo de Azcárate y Flórez, pero, a mi entender, el Pablo de Azcárate que mejor explica su biografía vital es el de un hombre de la Institución Libre de Enseñanza,2 un liberal socialista al servicio de la República Española como proyecto emancipador tras siglos de oscurantismo y atraso. Tras el golpe militar que puso in a la Segunda República, Pablo de Azcárate se convirtió en el hombre de Juan Negrín (el jefe del Gobierno en el exilio)3 para dirigir el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE), que tuvo como simétrica réplica la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), bajo el control y liderazgo de Indalecio Prieto y Largo Caballero.4 2 Vid. sobre esta, Jiménez Landi, Antonio, La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente, Universidad Complutense, 1996, 4 tomos. 3 Vid. Viñas, Ángel (ed.), Pablo de Azcárate, en defensa de la República: Con Negrín en el exilio, Ed. Crítica, Barcelona, 2010. 4 Vid. Viñas, A., El honor de la República, Ed. Crítica, Barcelona, 2009. 117 Santiago J. Castellà Surribas Pablo de Azcárate y Flórez nació en Madrid en 1890, cuando declinaba el siglo xix, en plena restauración borbónica, en el seno de una familia originaria de la villa navarro-guipuzcoana de Azcárate pero aincada en León durante todo el siglo xix. Una familia de gran tradición intelectual y política.5 Estudió en la Institución Libre de Enseñanza, obra entre otros de su tío Gumersindo, hecho este que marcará su impronta intelectual y política.6 Gracias al apoyo de la institucionista Junta de Ampliación de Estudios, completó su formación jurídica con estancias de investigación en Francia e Inglaterra, orientando así también su vocación europeísta e internacional. Catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de Santiago de Compostela y en la de Granada (donde trabará estrecha amistad con el socialista liberal Fernando de los Ríos), abandonó su carrera universitaria para breves incursiones políticas y para dedicarse al servicio exterior del Estado. A mi entender, su pensamiento político, de carácter liberal progresista, se resume en ese conglomerado ideológico humanista y regeneracio5 Por una parte, su abuelo, el ilósofo y político progresista Patricio de Azcárate; por otra, su padre, militar, el coronel Cayo de Azcárate, que fue presidente de la Junta de Defensa del Cuerpo de Ingenieros; pero más signiicativamente su tío Gumersindo de Azcárate, catedrático de Derecho Constitucional, diputado del Partido Republicano de Salmerón, hombre liberal del Partido Reformista de Melquíades Álvarez y fundador de la Institución Libre de Enseñanza con Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío (sobre él puede verse Torregrosa Peris, José Ramón, “El pensamiento político de Don Gumersindo de Azcárate”, Revista de Estudios Políticos, núm. 135-136, 1964, pp. 121 a 136; y sobre el propio Pablo de Azcárate, “El ideario político de Gumersindo de Azcárate”, separata de la Revista de Occidente, septiembre de 1963). O su propio hermano, el diplomático Justino de Azcárate, miembro activo de la Agrupación al Servicio de la República, ministro de Exteriores en el primer Gobierno de Martínez Barrios tras el golpe del 18 de julio (aunque no llegó a tomar posesión al ser detenido por los sublevados en León y posteriormente canjeado por Raimundo Fernández Cuesta), y inalmente senador por designación real y posteriormente por la UCD a su regreso del exilio venezolano (sobre él puede verse Jáuregui, Fernando, “Justino de Azcárate”, El País, 26 de noviembre de 1984; Areilza, José María, “Justino de Azcárate, exsenador”, El País, 19 de mayo de 1989; y Vicent, Manuel, “Justino de Azcárate, caballero con caballo”, El País, 12 de diciembre de 1981). También su propio hijo, Manuel Azcárate, continuará esta trayectoria política desde muy distintas posiciones ideológicas, pero no de motivación ética, como dirigente de las Juventudes Socialistas Uniicadas y más tarde responsable de política internacional del Comité Central del Partido Comunista de España (y autor de una rigurosa aproximación biográica a su padre, vid. infra). 6 Siendo incluso autor del libro sobre el que fuera padre del krausismo, Azcárate, Pablo de, Sanz del Río, Tecnos, Madrid, 1969. Sobre el papel clave de la Institución en la formación de la intelectualidad española del siglo xx, vid. Díaz, Elías, De la Institución a la Constitución – Política y Cultura en la España del Siglo xx, Editorial Trotta, Madrid, 2009. 118 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político nista que simboliza la Institución Libre de Enseñanza, pero de la última etapa de esta, la que liderará Francisco Giner, que, desapegada de la inicial recepción del krausismo por Julián Sanz del Río,7 tomó contornos liberales, librepensadores, laicos y radicales y se aproximó a un genuino socialismo democrático.8 Y como dice contundente y meditadamente Elías Días, “Institución igual a Ilustración”, en la que deine como una deinitiva y no reductiva ecuación9 que resume perfectamente el sentido institucionista. Su carrera diplomática se inicia con la Sociedad de Naciones, la organización internacional que, fruto de la Conferencia de Paz de Versalles que en 1919 ponía in a la Primera Guerra Mundial, recogió los ideales universalistas del presidente Wilson y suscitó un enorme entusiasmo modernizador en la triste España de la Restauración. La neutralidad española en la guerra planteaba algunas diicultades a su inclusión en este nuevo concierto de las naciones. Una envejecida y rancia comisión de estudio formada por Romanones, Antonio Maura, el general Weyler, Cambó, García Prieto, Santiago Alba, Juan de la Cierva, Melquiades Álvarez y González Hontoria apostó por que España pidiera su adhesión al nuevo organismo.10 Paralelamente, el entusiasmo de jóvenes intelectuales republicanos, liberales y socialistas concluyó con la creación de la Unión Democrática Española para la Liga de la Sociedad de Naciones Libres, encabezada por Manuel Azaña, con Unamuno, Marañón, Pérez de Ayala y Ortega,11 entre otros. Finalmente, Quiñones de León, a la sazón embajador de España en 7 Como explica Pierre Jobit: “En sus inicios el krausismo español es un sistema muy preciso, un cuerpo doctrinal que el maestro [Sanz del Río] ha tomado de fuera y que pretende difundir en torno a sí como la verdad ilosóica y religiosa por excelencia. […] En su segunda fase, […] va a caracterizarse, no por las líneas rígidas de un sistema sino por una cierta manera común de sentir y de pensar […]. Tres palabras bastan para deinirlo: espíritu de armonía, culto a la ciencia, moralismo”, Jobit, P., Les éducateurs de l’Espagne contemporaine I. Les Krausistes, De Boccard, París, 1936, pp. 235 y ss. 8 Una expresión de este pensamiento es la obra El sentido humanista del socialismo, de Fernando de los Ríos, en Obras Completas de la Fundación Fernando de los Ríos, Obra Social Caja de Granada, Madrid, 2002, con prólogo de Pedro Altares, que reproduce la edición primigenia de Javier Morata editor, Madrid, 1926. 9 Díaz, E., De la Institución…, op. cit., p. 16. 10 Vid. Espadas Burgos, M., “La política exterior de la Restauración”, en La época de la Restauración (1875-1902), Espasa Calpe, Madrid, 2000, pp. 613 a 683. 11 Vid. Juliá, Santos, “Los intelectuales y el Rey”, en Moreno Luzón, Javier (ed.), Alfonso XIII. Un político en el trono, Marcial Pons, 2003, p. 316 y ss. 119 Santiago J. Castellà Surribas París, sería el encargado de protagonizar nuestro ingreso en la Sociedad de Naciones.12 Si bien el entorno intelectual y político de Pablo de Azcárate está alineado con los sectores más dinámicos en favor de la Sociedad de Naciones, no será la acción gubernamental, sino la amistad y conianza trabadas en la Universidad de Granada con el institucionista y hombre del PSOE, Fernando de los Ríos, las que le abrirán las puertas de la Sociedad de Naciones por su amistad con el francés Albert Tomas, que será el primer presidente de la Organización Internacional del Trabajo. Ambos le animan a presentar su candidatura, recibiendo en 1922 la propuesta de incorporarse como miembro de la Sección de Protección de las Minorías, cuya dirección acabó asumiendo. Posteriormente, en 1934 asumiría la Secretaría General adjunta con el francés Joseph Avenol,13 seguramente uno de los puestos más relevantes e inluyentes de los que un español haya gozado en las instituciones internacionales contemporáneas. Con el golpe de Estado contra la República y tras colaborar activamente con la embajada española en París que ocupa Fernando de los Ríos, es llamado por el Ministerio de Estado a asumir la embajada en Londres, que abandonará convocado por Negrín, inalizada ya la Guerra Civil, para organizar el SERE. Desde esos días su tarea profesional e intelectual estará al servicio del Gobierno republicano en el exilio y de la actividad internacional de este, hasta su incorporación en 1944 a la Organización de las Naciones Unidas, primero en Trieste y luego en Jerusalén. 3. Pablo de Azcárate en la Sección de Protección a las minorías de la Sociedad de Naciones Ya desde 1870 el precario sistema del Concierto Europeo venía mostrando su impotencia ante las pretensiones expansionistas e imperialistas de las potencias europeas,14 lo que produjo un ahogo del sentimiento nacional de 12 Vid. sobre esta cuestión Solé, Gloria, “La incorporación de España en la Sociedad de Naciones”, Hispania, 132 (1976, pp. 131 a 175; y Madariaga, Salvador, Memorias (1921-1936), Espasa Calpe, Madrid, 1964. 13 Azcárate, Manuel, “Semblanza de Pablo de Azcárate 1890-1971”, en Rupérez, Javier (ed.), Pablo de Azcárate, Minorías Nacionales y Derechos Humanos, Congreso de los Diputados – Universidad Carlos III de Madrid, Madrid, 1999, p. 24 y ss. 14 Señala Renouvin reiriéndose a los tratados de paz de 1815: “[…] el trazado de las fronteras fue preparado por una comisión de estadística, que barajó cifras sin tener en cuenta las diferencias lingüísticas y religiosas, las tradiciones, las simpatías o antipatías entre los grupos de 120 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político los pueblos europeos que desencadenó sobre el suelo europeo —desde el 28 de junio de 1914, fecha en la que fue asesinado en Sarajevo el archiduque austríaco, hasta el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania irma en Compiègne el último de los armisticios— una encarnizada guerra de alcance mundial.15 La construcción de un nuevo orden internacional, un orden de posguerra, encontrará su máximo exponente en la propuesta del presidente Woodrow Wilson conocida como los Catorce Puntos,16 en la que, junto con la diplomacia abierta, la libertad de los mares y del comercio, el equilibrio armamentístico y la consideración de los pueblos coloniales, propone un nuevo mapa político asentado sobre el denominado principio de las nacionalidades,17 así como la creación de una “asociación general de naciones”. Además, y aparte de la necesidad de un mapa político europeo, diversas fuerzas hacen suyo el principio de las nacionalidades y la protección de los grupos minoritarios,18 junto con las pretensiones propias de grupos mipoblación. El mapa político se estableció, pues, obedeciendo a una concepción propia del s. xviii, haciendo caso omiso del sentimiento nacional que, no obstante, había desempeñado un papel tan importante en la lucha contra la dominación napoleónica”, en Renouvin, Peter (dir.), Historia de las relaciones internacionales, Akal, Madrid, 1982, p. 9. 15 Pablo de Azcárate llega a caliicar la I Guerra Mundial como “d’une guerre dont l’une des plus importantes conséquences avait été la libération des nationalités opprimées en Europe”, en Azcárate, P. de, La Société des Nations, Centre Européen de la Dotation Carnegie pour la Paix Internationale, Ginebra, 1969, p. 20; “[…] à la in du xix siècle, et jusqu’a la première guerre mondiale, la vie politique européenne était incontestablement dominée par deux grandes préoccupations: les reivindications des nationalités opprimées en Europe et l’expansion coloniale en Asie et en Afrique”; ibídem, p. 9. 16 Mensaje del presidente de los Estados Unidos W. Wilson al Congreso y al Senado de los EE. UU. del 8 de enero de 1918. 17 “El principio de la voluntad nacional, proclamado por la Revolución Francesa como base de la legitimidad política en sustitución del dinástico, condujo en la esfera internacional al principio de la autodeterminación de los pueblos, transformándose más tarde en el principio de las Nacionalidades, según el cual cada nación o nacionalidad tiene un derecho natural a erigirse en Estado, y por consiguiente, a alcanzar la independencia si está sometida a otra entidad nacional o estatal”, Truyol y Serra, Antonio, “Minorías étnicas y nacionales”, Cuadernos para el Diálogo, núm. 10-11, p. 17. 18 En este sentido, véanse los comentarios sobre la inluencia de lo que denomina “factores sociales”, como el socialismo, el paciismo o la “acción judía”, en Mandelstam, A., La protection des minorités, RCADI 1923/1, pp. 392 a 396. En el mismo sentido, Mariño, F. M., Protección de las minorías y derecho internacional, Escuela Libre Editorial – Fundación ONCE, Madrid, 1994, p. 165. 121 Santiago J. Castellà Surribas noritarios del viejo continente. Todo esto conluye en la idea declarada de utilizar los cambios de fronteras como mecanismo para la reducción de la existencia de minorías en la Europa central y oriental,19 pero “esa disminución cuantitativa de su importancia quedaba ampliamente compensada por la agravación cualitativa”.20 A este problema de reordenar el mapa político europeo conforme al principio de las nacionalidades se añade la nueva relación vencedores/vencidos propia de la posguerra, que tendrá una de sus expresiones más tensas en los territorios con poblaciones mixtas, donde la relación entre dominantes/dominados (léase mayoría/minoría) se veía invertida: polacos, serbios, croatas, eslovenos, checos y rumanos invierten sus esquemas de relación con alemanes, austríacos y húngaros.21 Desde este punto de partida, no es de extrañar que la cuestión de las minorías estuviera permanentemente presente en la Conferencia de París y fuera una de las cuestiones capitales a las que los tratados de paz, y en especial el de Versalles, debían dar respuesta. La importancia política de la cuestión de las minorías de la que se ocupará Pablo de Azcárate es, pues, clave. No se trata, ni de lejos, de una cuestión menor en la agenda política internacional. En palabras de Scelle, “[…] el sistema minoritario no es de hecho más que un sucedáneo del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos”,22 o en palabras de Branchu, “[…] la tutela de las minorías reemplaza el principio de la libre disposición de los pueblos”.23 Gjidara señala la existencia de una estrecha correlación entre 19 Pablo de Azcárate señala: “Même s’ils (les nouveaux arrangements territoriaux) multipliaient les frontières et, de ce fait, les barrières douanières en Europe, ils permirent de réduire les minorités nationales de 60 millions à quelque 20 à 25 millions”, Azcárate, P. de, Le Société des…, op. cit., p. 11. 20 Azcárate, P. de, “El sistema de protección de minorías nacionales por la Sociedad de Naciones”, en La organización y las actividades de la Sociedad de Naciones, en Anales de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, año VI, 1925/1926, p. 142. 21 La complejidad del tema es deinida por Walters, quien airma lo siguiente: “Ningún arte humano podía trazar fronteras que no dejaran minorías considerables a un lado u otro […]”, en Walters, F. P., Historia de la Sociedad de Naciones, Tecnos, Madrid, 1971, p. 104. Además, tiene también repercusiones en el plano económico y social, como señala Pablo de Azcárate: “Ainsi, en règle générale, les nationalités dominantes (en Europe centrale: les Allemands et les Hongrois) formaient la haute bourgeoisie et la noblesse terrienne, tandis que la minorité slave et roumaine faisait partie de la classe ouvrière et paysanne…”, en Azcárate, P. de, La Société des…, op. cit., pp. 12 y 13. 22 Scelle, George, “Règles générales du droit de la paix”, RCADI, vol. 46, 1933/IV, p. 379. 23 Nos presenta Branchu una evolución de la doctrina wilsoniana sobre la libre determinación de los pueblos en la que se produce una progresiva pérdida de rigidez: “[…] il n’est plus question 122 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político el no respeto a las minorías, el rechazo de la autodeterminación y las graves carencias y déicits democráticos.24 Y como señala Mandelstam, “[…] la doctrina wilsoniana reconoce, en principio, la necesidad de satisfacer las aspiraciones nacionales; pero ella se reserva el examen de la ‘justicia esencial de cada caso particular’ y limita estas aspiraciones por el interés superior de la paz mundial”.25 Así, la protección de las minorías nace fruto de la conciencia de la existencia de grupos minoritarios cuyas relaciones con el Estado en el que se encuentran y del que son nacionales son susceptibles de poner en peligro la paz y la seguridad internacionales, y es esta motivación política la que impulsa el sistema y no motivaciones humanitarias, que, si bien no quedan per se excluidas, no son el eje de este.26 Además, hay que resaltar el carácter precursor que la cuestión de las minorías tendrá en la protección internacional de los derechos humanos, al otorgar derechos no exclusivamente a los ciudadanos pertenecientes a minorías, sino articulándose como verdadera puerta de entrada de lo que hoy denominaríamos el núcleo básico o duro de los derechos humanos.27 La meticulosidad del trabajo, así como la visión política de este, hicieron que Azcárate, a los seis años de su incorporación en la Sociedad de Nacioque du droit des peuples à la sauvegarde de leur existence, de leur culture et de leur développement social. C’est cette idée que Wilson voulut consacrer dans le cadre de la S.D.N.”, Branchu, F., Le problème des minorités en Droit International depuis la Seconde Guerre Mondiale, Imprimierie Bosc Frères, Lyon, 1959, p. 30. 24 Gjidara, Marc, “Cadres juridiques et règles applicables aux problèmes européens de minorités”, AFDI, vol. XXXVII, 1991, p. 355. 25 Mandelstam, A., “La protection des…”, op. cit., p. 399. 26 Esta inalidad se concreta, según Bartsch, en “servir de tapón entre los Estados”, articulándose así una triple respuesta: primero, evitar los conlictos entre Estados y las intervenciones unilaterales motivadas por la opresión de minorías nacionales; segundo, extraer las cuestiones de minorías de la esfera de las diferencias directas entre Estados; y, tercero, evitar que las madrespatria se inmiscuyan en la protección de esas minorías constituidas por sus compatriotas en otros Estados; Bartsch, Sebastian, “Le système de protection des minorités dans la Société des Nations”, en Liebich, A. y Rezler, A. (dirs.), L’Europe centrale et ses minorités: vers une solution européenne?, P.U.F., París, 1993, p. 39. 27 “Protéger des droits et libertés pour les minorités présupposait que ces mêmes droits et libertés soient assurés à la population majoritaire de l’Etat concerné”, airma Rousso-Lenoir bajo el delator título “Les droits de l’homme, fondements juridiques de la protection des minorités dans les traités de 1919-1920”, con una contundencia que no reuniría excesivo consenso doctrinal dado el carácter eminentemente político de la protección de la Sociedad de Naciones. RoussoLenoir, F., Minorités et droits de l’homme: L’Europe et son double, Bruylant LGDJ, Bruselas, 1994, p. 31. 123 Santiago J. Castellà Surribas nes, en 1928, fuera nombrado director de la Sección de Minorías —cargo que ocupará durante nueve largos e intensos años—, con cierto desagrado de las cerriles postrimerías del primoriverismo, que intentaron neutralizarlo por medio del inexperto diplomático Aguirre de Cárcer.28 Azcárate estará en contacto luido con la más alta diplomacia internacional, convirtiendo su casa ginebrina en espacio de encuentro también para las autoridades políticas españolas. La llegada de la República le alinea deinitivamente con la acción exterior de su Estado, y el prestigio de su actividad determina que en 1934 sea nombrado secretario general adjunto de la Sociedad de Naciones. Seguramente, el protagonismo que España tuvo que asumir en la crisis de Manchuria, en la que Salvador de Madariaga y Pablo de Azcárate tuvieron que suplir la falta de pericia del entonces ministro de Exteriores Alejandro Lerroux, determinó también su ascenso.29 4. Embajador en Londres, beligerante ante la hipócrita neutralidad franco-británica El golpe de Estado del 18 de julio de 1936 es también un golpe que agitará las biografías vitales de toda la generación institucionista española. De nuevo Fernando de los Ríos, destacado dirigente por entonces del PSOE, pide su colaboración para organizar las relaciones exteriores de una República en guerra, llamando a Pablo de Azcárate a París para articular una diplomacia en favor de la causa democrática española. Allí, y a pesar del Gobierno frentepopulista de Léon Blum, Azcárate descubre la debilidad tacticista y oportunista de las democracias europeas, ignorantes de las devastadoras consecuencias que supondrá el auge del nazismo y el fascismo. Intenta evitar sin éxito los inicios de una ciega política de no intervención neutralista en España.30 La propuesta del Gobierno de José Giral de asumir la embajada de Londres le lleva a dimitir de su cargo en la Sociedad de Naciones —causando admiración su lealtad al ya frágil Gobierno republicano— y tomar posesión de este complejo encargo el 13 de septiembre de 1936. Londres 28 Azcárate, M., “Semblanza de…”, op. cit., p. 25. 29 Preston, Paul, “Don Quijote de la Manchuria”, ABC, 30 de julio de 1995. De Madariaga, S., Memorias, op. cit., pp. 15 y siguientes. 30 Castellà, Santiago, “La Sociedad de Naciones ante la Guerra Civil Española: De la debilidad institucional a la vergonzante neutralidad”, en Sánchez Cervelló, J. (coord.), Congreso Internacional sobre la Batalla del Ebro, Arola Editores, Tarragona, 211, pp. 93 a 104. 124 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político no quería un embajador de la República, pretendiendo un simple encargado de negocios al que tratar igual que a un representante del bando sublevado, pero no pudo evitar conceder el plácet a una igura de tanto alcance internacional como Pablo de Azcárate. Sin embargo, las simpatías del Gobierno conservador de Neville Chamberlain con los sublevados diicultarían su tarea, acentuada con la proclamación de no intervención en 1937. Su intensa actividad con los parlamentarios logra apaciguar estas antipatías, a pesar de la fría recepción gubernamental, relejada en la imagen de un Winston Churchill que se niega a estrechar la mano del embajador republicano en una recepción. La proclamación del nuevo rey Jorge VI es aprovechada por él y por la delegación encabezada por Julián Besteiro para intentar que el secretario de Estado del Foreign Oice Sir Anthony Eden mediara en el conlicto. Su voluntad no declina ante la cerrazón británica, y en julio de 1937 acompaña a Juan Negrín a una reunión con el nuevo jefe de Gobierno de Francia, Camille Chautemps, y con Léon Blum, aunque tampoco lograron mayores concreciones. Su estrategia política queda muy clara en sus propias palabras: “Hacer patente la realidad y extensión de la intervención italiana y alemana a favor de los rebeldes; mostrar que lo que está ocurriendo es España es resultado del designio de esas dos potencias de dominar políticamente España; subrayar los inmensos peligros que esto representa para Inglaterra en el caso del triunfo de los rebeldes” y “destruir la idea de que la república era el comunismo y el bolchevismo en acción; demostrar la inexistencia del inlujo decisivo y preponderante de la URSS en la política republicana; sacar el máximo partido de los inmensos progresos realizados por la república, no solo en el orden militar, sino en la construcción de toda su vida civil”.31 El asunto de las obras del Museo del Prado y su presunto deterioro por la desatención de las autoridades republicanas motivó una ágil actuación política. Así, se logró que Frederic G. Kenyon, articulista de arte del he Times, viera las obras y que, tras ello, publicara un extenso reportaje en el que se rectiicaban las suposiciones de deterioro. Su continua información a las autoridades británicas sobre los desmanes, los bombardeos y las ejecuciones del bando nacional encontró poco eco en el ministro Halifax, más interesado en la retirada de los voluntarios de las Brigadas 31 Azcárate, P. de, Mi embajada en Londres durante la guerra civil española, Ariel, Barcelona, 1976. (Nota del embajador para el ministro de Estado de 9 de noviembre de 1938.) 125 Santiago J. Castellà Surribas Internacionales que en el respeto del derecho internacional humanitario y la defensa de la democracia frente al fascismo. Además, Londres será quien acoja el Comité de No Intervención que vigila la aplicación del acuerdo de neutralidad en España, testigo mudo de la intervención italo-germana e implacable con las tenues ayudas a la República. Quizás sea de resaltar, en el hipócrita contexto del Comité, la inura con la que Azcárate supo entender las hipotecas internas e internacionales que atrapaban a Chamberlain y a Churchill, al tiempo que la combinaba con la irmeza en denunciar los incumplimientos a la no agresión y en mostrar la visión de que España era solo el preludio de la tragedia que viviría Europa. Participó activamente en las delegaciones españolas ante la Sociedad de Naciones; dada la sordera internacional ante la causa de la democracia, fracasó en el intento de trasladar del Comité de No Intervención a la propia Sociedad de Naciones la cuestión de la evacuación de los combatientes extranjeros en la Guerra Civil. La propuesta de retirada unilateral de las Brigadas Internacionales fue un golpe de efecto que obligó a la institución ginebrina a tomar cartas en la evacuación, pero el autismo franquista frustró que este asunto sirviera a una solución más amplia al conlicto bélico. De nuevo en febrero de 1939 actúa como intermediario de Juan Negrín en una petición de mediación al Gobierno británico para lograr un alto el fuego, pero el duque de Alba, oicioso embajador franquista en Londres, hace llegar que la rendición unilateral y total es la única posición que aceptarán de la República, poniendo así in al escaso interés mediador de Halifax. También en febrero de 1939, meses antes del inal de la guerra, Francia y Reino Unido se apresuran a reconocer al Gobierno franquista como legítimo representante del Estado español, dimitiendo Pablo de Azcárate de la cancillería para ser asumida esta por Jacobo Fitz-James Stuart, duque de Alba. 5. El Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles y el estatuto jurídico internacional de los refugiados políticos La Presidencia de Juan Negrín, iniciada en mayo de 1937, llevaría a Pablo de Azcárate a una estrecha colaboración con él, desde la embajada en Londres, atento a reorientar la diplomacia de la República en guerra por las ideas sensatas de Azcárate,32 alejándose de los iniciales vaivenes cortopla32 Sánchez Gonzales, Irena, “La piel internacional del exilio: Pablo de Azcárate”, Asociación Histórica Contemporánea. Acta Encuentro de Jóvenes Investigadores, vol. 3, 2012. 126 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político cistas. Acabada la guerra en abril de 1939, Azcárate es rápidamente depurado de la Universidad.33 El 27 de marzo, un mes después de su dimisión como embajador en Londres, asume la Presidencia del SERE por encargo directo de Negrín. El organismo nacía bajo el amparo y acuerdo del Gobierno mexicano de Lázaro Cárdenas y de la legación mexicana en París, con notable ausencia de las autoridades francesas. Organizó el Servicio y realizó las primeras gestiones, hasta que en octubre de 1939 dejó su puesto en manos de Tomás Bilbao, de la ANV. Cientos de miles de españoles, tras cruzar la frontera francesa huyendo del terroríico avance franquista, se encontraron con una dura y humillante recepción por parte de las autoridades francesas, que los instalan en pésimas condiciones humanitarias en campamentos pobremente habilitados a tal efecto. La organización de una primera atención solidaria y las posibilidades de evacuación hacia países amigos de América Latina motivaron la creación del SERE, recibido con hostilidad por el Gobierno francés por dar cabida a militantes comunistas sin discriminación respecto al resto de exiliados… No se permitía al SERE, en cuanto organización civil, colaborar en la mejora de los campamentos y de las condiciones de vida de los refugiados por estar estos bajo administración militar, debiendo limitarse a confeccionar listas de exiliados para que fueran trasladados a los puertos desde donde serían evacuados a América.34 Pablo quedó notablemente afectado e impactado de la visita que, junto con su hijo, dirigente de las JSU, realizó a los campamentos de Argelès-sur-Mer, Saint Cyprien, Barcarnes, Arls… La exigencia de aplicación del Estatuto Nansen de la Sociedad de Naciones al exilio español antifranquista chocaba con los temores franceses a perturbar la neutralidad española en la próxima contienda mundial; ello dio lugar a decretos del Gobierno francés como el del 12 de abril de 1939, por el que los refugiados o apátridas quedaban obligados a prestar sus 33 “Se separa deinitivamente por ser pública y notoria la desafección de los catedráticos universitarios mencionados al nuevo régimen implantado en España, no solo por sus actuaciones en las zonas que han sufrido y en las que se sufre la dominación marxista, sino también por su pertinaz política antinacionalista y antiespañola en los tiempos precedentes al Glorioso Movimiento Nacional”, Orden del Ministerio de Educación Nacional de 3 de febrero de 1939. 34 En especial a México, acogidos fraternalmente por el presidente Cárdenas, así como a Chile, Santo Domingo, Colombia, Argentina, Cuba… 127 Santiago J. Castellà Surribas servicios a las autoridades francesas (en compañías de trabajadores, en la Legión Extranjera o en batallones de marcha de voluntarios extranjeros). La mediación política de Azcárate logra evitar el cierre del SERE, al tiempo que, estallada ya la Segunda Guerra Mundial, desarrolla junto con Negrín una intensa actividad diplomática, mostrando su efusivo apoyo al Gobierno francés en su lucha contra Hitler en una Francia más interesada en la neutralidad franquista que en la suerte de los exiliados republicanos. El Convenio Franco-Mexicano de agosto de 1940 supuso una leve esperanza para el exilio español en Francia, aunque pronto quedaría anulado por la ocupación. Participa con Negrín en algún intento de mediación franco-británica para lograr una amnistía que permita el retorno a España de los exiliados sin represalias, pero la inlexibilidad de las nuevas autoridades españolas hace, una vez más, imposible la operación.35 La división del exilio, excluyendo a los comunistas, motivó la creación de la JARE bajo el impulso de Indalecio Prieto, con el apoyo del PSOE, la CNT y los partidos republicanos, lo que cuestionó duramente el liderazgo y el Gobierno de Negrín. La idelidad de Azcárate al que consideraba el último Gobierno legitimo de la República y la importancia que este hecho tenía en las relaciones internacionales fueron en todo momento claras y contundentes. Invadida Francia por los nazis, Pablo de Azcárate logra sacar al Gobierno republicano en barco por Burdeos hasta Inglaterra, donde, pese a las protestas diplomáticas franquistas, logran ser aceptados por las autoridades británicas. Regresado al Reino Unido, se instala en Taplow, donde convirtió su residencia en el centro de una nutrida colonia de destacados exiliados españoles. Tras constituir en agosto de 1941 la Asociación de Exiliados Españoles, impartirá clases en la Universidad de Cambridge y desarrollará una intensa actividad cultural y política. Crea e impulsa el Instituto Español,36 centro de la actividad de destacados hispanistas y punto de encuentro del fracturado exilio londinense —junto con el Hogar Español—, encomendando la dirección a Salazar Chapela. El Comité Intergubernamental para los Refugiados (CIR), con origen en la Sociedad de Naciones y con sede en Londres, antecedente de la Or35 Azcárate, M., op. cit., pp. 32 y 33. 36 Azcárate, P. de, “Salazar Chapela, Cernuda, Martínez Torner y el Instituto Español de Londres”, Ínsula, 298, 1971. 128 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político ganización Internacional para los Refugiados (OIR) de las Naciones Unidas, se preocupó tras el in de la Segunda Guerra Mundial de la suerte de los refugiados españoles, distinguiendo claramente los que estaban en el sur de Francia por motivos políticos de los refugiados económicos, de los que debía hacerse cargo el Gobierno francés.37 La simpatía lograda por los exiliados españoles gracias a su lucha contra la ocupación se transformaba progresivamente en recelo empresarial a su contratación por su extrema politización, que los llevaba a liderar las luchas sociales, y en recelo por parte de los trabajadores franceses, que los veían como competidores en un mercado laboral con poca oferta. Los exiliados carecían, sin embargo, de un estatuto jurídico internacional que garantizara su situación, habiendo quedado revocado el Estatuto Nansen38 durante la ocupación. El 15 de marzo de 1945 el Gobierno provisional de la República Francesa decretó un estatuto jurídico destinado a aquellos nacionales españoles que, careciendo de la protección del Gobierno de España, no tuvieran ninguna otra nacionalidad que los amparara, otorgándoles un certiicado de identidad y de viaje expedido por la OCRE del Ministerio de Asuntos Exteriores que los asimilaba de nuevo con los refugiados Nansen.39 El estatuto fue negociado por Azcárate con René Massigli, embajador de Francia en Londres; logró poner a los refugiados políticos españoles bajo el amparo de la ya moribunda pero aún activa Sociedad de Naciones. El Gobierno francés constituyó el 16 de octubre de 1945 el marco estatutario comunicable a la Sociedad de Naciones, aplicando los principios del Estatuto Nansen de 1928 y 1933 —precedentes del Estatuto del Refugiado de las Naciones Unidas de 1951—. Se crearon oicinas de protección administrativa de los refugiados españoles, cuya sede central estaba en París, que rendían cuentas al Alto Comisionado para los Refugiados del CIR, al igual que las oicinas existentes para el exilio ruso y armenio en Francia que funcionaban desde 1930. Y se creaba también un comité consultivo 37 Cervera Gil, Javier, “Su segunda posguerra. Los refugiados republicanos en el Sur de Francia (1945-1947)”, Espacio. Tiempo y Forma, serie V, Historia Contemporánea, 1/11, 19998, pp. 191-211. 38 ACNUR, La situación de los refugiados en el mundo. Cincuenta años de acción humanitaria, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, 2000; y Namilias, Sandra (coord.), Derecho Internacional de los Refugiados, Pontiicia Universidad Católica del Perú y ACNUR, 2001. 39 García Arias, Ludivina, Informe sobre la Nacionalidad de la Asociación de Descendientes del Exilio español, Equipo Nizor Documentos, agosto 2004. 129 Santiago J. Castellà Surribas con representación del exilio que presidirá José Quero Morales, exiliado y ex catedrático de Derecho Internacional de la Universidad de Sevilla. Sin embargo, y de acuerdo con el CIR, consideraban que la atención de los refugiados políticos era una cuestión internacional común de todos los aliados y no un deber del Gobierno francés. Paralelamente, el Gobierno republicano en el exilio creó el Ministerio de Emigración para proporcionar ayuda material y facilitar la evacuación voluntaria del exilio.40 Finalmente, las Cortes Generales en el exilio, reunidas en México, reciben la dimisión de un Negrín acosado por las divisiones internas del exilio, lo que pone in desde la decepción a esta larga etapa de Azcárate al servicio del exilio y de la causa internacional republicana. 6. Al servicio de las Naciones Unidas en Trieste y Jerusalén El Gobierno franquista, colaboracionista con la Alemania nazi y la Italia fascista, no fue invitado a participar en las negociaciones de la nueva organización que sustituiría a la Sociedad de Naciones con el propósito de mantener la paz y la seguridad internacional. Esto permitirá una activa diplomacia del Gobierno de la República en el exilio, encabezada por Negrín y Pablo de Azcárate. Ambos plantean la posibilidad de que las tropas aliadas en Europa ayudasen a la restauración democrática en España, planteándose la denominada cuestión española de la activa mano de Peter Fraser, ministro neozelandés que llevó el tema a la recién nacida Organización de las Naciones Unidas. Las gestiones de Negrín lograron que diversas instituciones de la ONU desarrollaran la política de aislamiento de la España franquista, considerado un Estado no amante de la paz en los términos del artículo 4.1 de la Carta, articulada en torno a la denominada Resolución Quintanilla de 19 de junio de 1945.41 La dimisión de Negrín y la muerte de su mujer en 1944 llevan a Azcárate a ponerse al servicio de una recién nacida ONU, aprovechando su experiencia internacional en cuestiones de protección de minorías, conlictos territoriales y refugiados. Su primer destino será Trieste, con estatuto tras la Segunda Guerra Mundial de “ciudad libre”; de alma italiana, antaño salida mediterránea del Imperio Austrohúngaro y ahora ocupada 40 Vid. Cervera, op. cit., pp. 206 y ss. 41 González Campos, J., “La admisión de España como miembro de la ONU: unas páginas de historia”, en Pons Ràfols, X. (coord.), España y la ONU 50 aniversario, ANUE, Icaria Editorial, 2005, pp. 21 a 37. 130 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político por las tropas yugoslavas del general Tito. Las posibilidades de ser nombrado comisario de la ONU para el gobierno de la ciudad desaparecen ante el gesto de Tito de que devolverá la ciudad a la soberanía italiana, lo que evita un conlicto difícil de reconducir. Es así como se encontró frente a la cuestión palestina. Tras el in del mandato británico, la Resolución de la Asamblea General de la ONU de 29 de noviembre de 1947, que proponía la partición en dos Estados, uno árabe y otro judío, y un territorio internacional en Jerusalén, supuso la creación del Estado de Israel. La ONU, ante la inminencia de un conlicto armado tras el abandono británico, designa a Azcárate director de un “grupo avanzado” que preparase la instalación de la Comisión de Palestina en Jerusalén. Al estallar la guerra, como previa y sin haber logrado vencer la sorda maquinaria funcionarial de la ONU, Azcárate es el único agente de la ONU sobre el terreno. Por ello, el secretario general no duda en proponerle que asuma el cargo de comisario municipal de las Naciones Unidas en Jerusalén, igura asimilable a la de alcalde de la ciudad en guerra. De hecho, es el adjunto de Harold Evans, que decidió no asumir sus funciones hasta que no hubiera paz, con lo que Azcárate ejerció de facto este puesto. Las autoridades judías ya habían creado una autoridad de gobierno de los barrios bajo su control, y comenzaba una incipiente estructura militar palestina bajo el control de la Legión Árabe. Intentó una difícil coordinación entre ambas estructuras, logrando la capitulación de una unidad judía aislada en un pequeño territorio bajo control palestino; pero su intento de mediación ante el rey Abd Allah I de Transjordania no logró el reconocimiento de la autoridad internacional en Jerusalén por las autoridades árabes. Y mostró gran preocupación, realizando múltiples gestiones humanitarias para los refugiados. En mayo de 1948 el nombramiento del conde suizo Folke Bernadotte como mediador de las Naciones Unidas dio a Pablo de Azcárate una nueva dimensión a su trabajo. Asume entonces la representación del mediador ante la Liga Árabe y el Gobierno de Egipto, tarea que continuará, tras el asesinato del conde, con su sustituto, el estadounidense Ralph Bunche. Tras los acuerdos de Rodas en 1949, Azcárate es nombrado secretario principal de la Comisión de Conciliación formada por EE. UU., Francia y Turquía, paralizada por la negativa árabe a sentarse a negociar con Israel sin el previo reconocimiento del derecho al retorno de los refugiados árabes. Tras organizar diferentes conferencias en Lausana en 1949 y en París en 1951, dimitió en 1952 consciente de la inutilidad 131 Santiago J. Castellà Surribas de los esfuerzos paciicadores. Regresó a Ginebra, donde se dedicó a la vida intelectual y a la escritura hasta su muerte en 1971. 7. Conclusiones Estamos sin duda alguna ante una igura intelectual, diplomático de oicio que no de carrera, que desempeñó las más altas funciones internacionales en momentos clave de la historia contemporánea. En su actividad política, la dirección de la Sección de Protección a las Minorías de la Sociedad de Naciones, la embajada en Londres, la dirección del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles y los encargos en Trieste y Jerusalén en nombre de las Naciones Unidas marcan una línea de humanización del derecho internacional y de contribución a una deinición del estatuto internacional del refugiado y el entendimiento de la diversidad identitaria en la solución de conlictos territoriales. Todo ello constituye parte del actual acervo del derecho internacional en estas cuestiones clave para el mantenimiento de la paz y el principio de la dignidad humana como pilares de la sociedad internacional. 132 Pablo de Azcárate: una contribución decisiva al estatuto jurídico internacional del refugiado político 8. Referencias bibliográicas y documentales ACNUR, La situación de los refugiados en el mundo. Cincuenta años de acción humanitaria, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Madrid, 2000. 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El 1973 amb el cop d’estat de Pinochet a Xile, molts xilens han d’exiliar-se i, per això, cal demanar la visió de l’exili d’aquells que arriben a Catalunya, entre ells, Carlos Martínez Jara, membre del Partit Radical i francmaçó, que amb el temps esdevingué Gran Mestre de la Gran Lògia de Catalunya, ara ja com a obediència sobirana. Paraules clau Exili maçònic 1939, maçoneria europea i americana, Gran Lògia de Catalunya, Carlos Martínez Jara. Abstract During the Spanish Civil War and the subsequent exile certain Masonic lodges in Europe and America tried to help the Republicans by providing them with humanitarian and inancial aid regardless of whether the recipients were Freemasons or not. he international positions of diferent countries and their masonic lodges helps explain the fates of many exiles in Latin America. his article looks at the exile of certain members of the Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 137–160. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Joaquim Vendrell Moreno Grand Lodge of Catalonia, ailiated to the Spanish Grand Lodge, which counted among its members a number of individuals from the Catalan Government and leading igures in political Catalanism. Ater Pinochet's coup in 1973, many Chileans had to go into exile; the aim of this article, therefore, is to determine the experiences of exile of those who arrived in Catalonia, including those of Carlos Jara Martinez, a member of the Radical Party and a freemason, who eventually became Grand Master of the Grand Lodge of Catalonia, which was by then an independent lodge. Keywords Freemason exile 1939, European and American Freemasonry, Grand Lodge of Catalonia, Carlos Martínez Jara Antecedents Elproclama. posicionament de la maçoneria a favor de la llibertat de la persona fa que sempre, o quasi Gran Orient Espanyol (GOE), sempre, concorri al costat de les democràcies, no natural perquè, per exemple, la Gran i territorial amb la proclamació de la Segona República Regional del deNord elLògia 1931 viu en l’espai llibertat que proclama. L’Catalunya, obediència hegemònica el 1931 era el Gran Orient Espanyol (GOE), amb una divisió terriL’altra obediència torial no natural perquè, per exemple, la Gran Espanyola Lògia Regional del Nord-Est (GLRNE) incloïa catalanes deles l’antiga GranNavarra Lògia Regional Catalunya, Balears, i Aragó,Catalana excepte obediència maçònica BalearTerol. i amb L’altra una estructura territorial federal era la Gran Lògia Espanyola (GLE), nascuda a partir en compte de les lògies catalanes de l’antiga Gran Lògia mateixes lògies catalanes constituïren Regional Catalana Balear i amb una estructura territorial federal que tenia en compte els territoris històrics. El 1933 aquestes mateixes lògies catalanes constituïren la Gran Lògia de Catalunya (GLC), federada a la GLE. En el període republicà ambdues obediències assoliren un creixement d’ailiats entre els quals es troben un bon nombre de personatges rellevants de la vida política, la qual cosa comportà que el treball pròpiament maçònic en molts moments es decantés més cap a un debat polític i, per tant, lluny del treball propi de les lògies. Per aquest motiu, i perquè la vida de la Segona República fou curta, no es consolidà una veritable cultura maçònica. 138 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada El GOE i la GLE eren presents en l’Associació Maçònica Internacional (AMI),1 que els demanava la fusió en una sola obediència, ja que de sempre s’ha demanat una sola obediència per a cada estat.2 A l’AMI, hi havia representades un bon nombre d’obediències exceptuant, com a més signiicativa, la Gran Lògia Unida d’Anglaterra (GLUA), autoexclosa per la participació en aquest organisme del Gran Orient de França (GOF),3 el seu gran rival internacional. No és una diferència menor atès que la GLUA representarà la regularitat maçònica i és la que donarà la “patent” de reconeixement internacional a altres obediències, mentre que el GOF representarà el liberalisme maçònic sense possibilitats de concedir patents internacionals reconegudes. Aquesta rivalitat entre la concepció anglesa i francesa de la maçoneria tindrà conseqüències durant la Guerra Civil i l’exili republicà, i l’actitud que mantindran les dues concepcions vers aquesta qüestió serà diametralment oposada. El 1936 la maçoneria espanyola comptava, segons diferents fonts, entre 5.000 i 6.000 ailiats. A l’exili, el 1939, els francmaçons espanyols en territori francès podien arribar a 1.200;4 tot i això, els expedients de francmaçons recopilats pel règim franquista arribaren a més de 60.000, xifra que posa de manifest la falsedat de les airmacions del franquisme en aquest aspecte, com en molts d’altres. El 1935 el Gran Mestre de la Gran Lògia de Xile, Fidel Muñoz Rodríguez,5 donà compte davant la Gran Assemblea6 de les activitats dutes a terme en el període anterior, posant de manifest el greu perill d’una immediata guerra a Europa i la crida que havien fet els francmaçons xilens perquè les diferents obediències maçòniques del món treballessin per a la pau. Aquesta crida es feia a través de l’AMI, de la qual formaven part. No 1 Creada l’octubre del 1921, amb seu a Ginebra, amb la inalitat de treballar per a la pau per evitar un nou conlicte com el de la Primera Guerra Mundial. 2 Sánchez Cervelló, J.; Vendrell Moreno, Q., Gran Lògia de Catalunya, orígens, consolidació i repressió franquista. Una història vigent, Tarragona, Arola Editors, 2011. 3 De manera sintètica, el 1877 el Gran Orient de França suprimeix oicialment de la seva constitució la fórmula del “Gran Arquitecte de l’Univers”, com a concepte d’un déu creador, i la substitueix per “Al Progrés de la Humanitat”. Això fa que la Gran Lògia Unida d’Anglaterra l’expulsi de la maçoneria regular. 4 Clara Resplandis, J., “La maçoneria a l’exili: França, 1939”, Revista Ebre 38, número 101, 1-2011. 5 Archivo Masónico, núm. 28, Xile, novembre de 2012. 6 Una Gran Assemblea es pot deinir com el Parlament d’una obediència maçònica. 139 Joaquim Vendrell Moreno anava errat, si tenim en compte el mapa polític de l’Europa del moment amb les democràcies en retrocés a favor de dictadures de dretes a Estònia, Letònia, Lituània, Polònia, Àustria, Hongria, Iugoslàvia, Bulgària, Albània, Portugal i Turquia; i el 1936, Grècia, i havent-se consolidat el nazisme a Alemanya i el feixisme a Itàlia. Paral·lelament, les dictadures –tant de dretes com d’esquerres– prohibiren i perseguiren la maçoneria: Polònia des del 1920; Mussolini ho féu el 1929, igual que Portugal; el 1934 Àustria; i Hitler declara el 1937 la maçoneria enemiga de l’Estat, portant a terme una gran repressió. D’altra banda, el IV Congrés de la Tercera Internacional Comunista (1922) no va permetre la doble ailiació al partit comunista i a la maçoneria, fet que en comportà la prohibició i repressió a l’URSS. línia deel negació de la doObrer Aquesta Espanyol (PSOE) 1934 ble militància van del seguir-la Confederació Nacional Treball el Partit Socialista Obrer Espanyol (PSOE) el (CNT) el 1936, amb un èxit relatiu. 1934, i la Confederació Nacional del contra, Treball (CNT) el 1936, amb un èxit d’auge del nazisme i el feixisme, relatiu. Per contra, i donada la situació Congrés de la internacional d’auge del nazisme i el Comunista (1935) donà suport a les feixisme, el VII Congrés de la Tercera aliances del Internacional Comunista (1935) donà democrà suport a les aliances dels partits comuaquest ascens amb la creació del que s’anomenànistes amb les democràcies burgeses per tal de parar aquest ascens amb la creació del que s’anomenà “fronts populars”. Amb el mapa polític europeu del 1936 i la prohibició i persecució de la maçoneria en molts dels seus estats, quan s’inicià la Guerra Civil les complicitats quedaven molt limitades per al Govern de la Segona República i de la maçoneria espanyola, i encara més quan Gran Bretanya i França optaren per la política de no-intervenció. Un avís del que seria la repressió franquista durant la Guerra Civil, el trobem en la Revolució d’Astúries, el 1934. Franco va demostrar el grau de repressió que, sense contemplacions, era capaç de portar a terme, amb els excessos propis de les tropes africanistes comandades per Juan Yagüe i Lisardo Doval. Franco, qualiicat de persona freda i sanguinària, el 27 de juliol del 1936, a Tànger, concedí una entrevista al periodista Jay Allen, en la qual manifestà la seva disposició a afusellar mitja Espanya, si calia, per tal de 140 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada paciicar el país.7 En aquesta mitja Espanya tenia un lloc especial reservat per a la maçoneria, per a la qual tenia una obsessió i un odi que expressà en el llibre Masonería, un recull d’articles que va escriure ell mateix amb el pseudònim de Jakim Boor,8 publicats en el diari Arriba entre desembre del 1946 i maig del 1951. La Guerra Civil Un cop iniciada la Guerra Civil, i malgrat la censura prèvia de premsa que servia en ambdós bàndols per convertir la notícia en propaganda, les barbaritats dels rebels als militants o simples simpatitzants dels partits d’esquerra i de la maçoneria feia preveure quin seria el inal tràgic de tots plegats si Franco guanyava la guerra. Si les notícies no arribaven via premsa podien arribar a través de moltes persones que s’exiliaven a Catalunya fugint de l’horror franquista. Se sabia que: “De la lògia Vicus, de Vigo, excepte molts pocs que van aconseguir la fugida, els altres van ser eliminats. Igual sort van sofrir gairebé tots els maçons de La Corunya, entre ells el cap de Seguretat, comandant de l’Exèrcit, Quesada, i el capità Tejero. La matança va ser igualment massiva entre els germans de la lògia Lucus, de Lugo, igual que els maçons de Zamora, gran part dels de Cadis, els de les lògies de Granada, ins a un total de 54, entre ells l’il·lustre otalmòleg doctor Rafael Duarte, professor de la Facultat de Medicina, i el seu ill, també doctor. Igualment van ser assassinats tots els maçons de diverses lògies de Sevilla, entre ells Fermín de Zayas, il·lustre militar, membre del Suprem Consell, i el seu ill. A Valladolid van afusellar a 30 de la lògia Constancia, entre ells el Governador Civil, que era maçó. Els exemples podrien continuar amb moltes altres ciutats i capitals.”9 Encara avui sorprèn que alguns membres de la maçoneria, sabent aquestes informacions, no emprenguessin el camí de l’exili el 1939, o abans. El cas més signiicatiu entre aquells que no van emprendre l’exili, el trobem amb Santiago Vivancos Ferrés (Lògia hemis, amb nom simbòlic 7 Entrevista que reprodueix el jutge Garzón a les Diligències Prèvies del Procediment Abreujat 399/2006 V, el 16 d’octubre de 2008, davant el Jutjat Central d’Instrucció número 5 de l’Audiència Nacional de Madrid en la causa contra el franquisme per crims contra la humanitat. 8 Es pot descarregar a: <http://www.conoze.com/doc.php?doc=5333> (consultat: 2013). 9 Museo Virtual de Historia de la Masonería, <http://www.uned.es/dpto-hdi/museovirtualhis toriamasoneria/5historia_masoneria_espana/M%20y%20franquismo.htm> (consultat: 2013). 141 Joaquim Vendrell Moreno Guimerà, i Diputat Gran Mestre10 de la GLC entre 1936-1937), que fou detingut i jutjat el maig del 1939, i afusellat el 21 de juny del 1939 al Camp de la Bota de Barcelona.11 Sobre la repressió als francmaçons —que en molts casos eren suposats francmaçons—, Ferrer Benimeli escriu: “Es pot dir que, salvant comptades excepcions, quasi tots els maçons que no van fugir de l’anomenada zona nacional van ser assassinats o afusellats sense judici previ.”12 Aquesta repressió va tenir empara, d’acord amb la legalitat que va imposar la Junta de Defensa Nacional amb el Decret número 108, de 16 de setembre de 1936, signat pel general Miguel Cabanellas, que representava l’incautament, a favor de l’estat, de tots els béns dels partits polítics i de les organitzacions que s’oposessin als rebels. Al inal de l’esmentat decret es disposava que es dictarien les normes oportunes per desenvolupar-lo, i el primer en fer-ho fou el comandant general de Canàries, Angel Dolla Lahoz, el 15 d’octubre, amb un ban on deixava fora de la llei la maçoneria i les altres associacions de naturalesa secreta. Les lleis o els decrets posteriors desenvoluparen l’esmentat Decret 108, però la culminació d’aquesta obsessió repressiva la trobem en la Llei per a la repressió de la maçoneria i el comunisme, d’1 de març de 1940, que ins a la seva supressió, el 1964, comportà milers de processos. La guerra està perduda i comença l’exili, i la condició de francmaçó per a l’exèrcit franquista té un “valor afegit” per acabar davant un escamot d’afusellament. Perduda Catalunya, comença l’exili L’exili republicà es pot considerar com a excepcional perquè les persones fugen de la repressió franquista per salvar-se la vida, però l’exili no serà cap garantia que això succeeixi.13 Per aquest motiu no es pot dissociar exili i repressió, perquè amb l’exili no s’acaba la repressió, i el reconeixement 10 Diputat Gran Mestre és el màxim representant d’una gran lògia regional o federada, en aquest cas es parla de la Gran Lògia de Catalunya federada a la Gran Lògia Espanyola. En terminologia associativa, equival al president. 11 Dueñas i Iturbe, O.; Solé i Barjau, Q., “Santiago Vivancos i Ferrés (1895-1939), un metge afusellat pel franquisme”, Gimbernat: Revista Catalana d’Història de la Medicina i de la Ciència, núm. 50, Barcelona, 2008. 12 Ferrer Benimeli, J.A., “La Masonería”, Madrid, Alianza Editorial, 2005. 13 Folch-Serra, M., “Tot relacionant la repressió i l’exili: una geograia de la diàspora republicana espanyola, 1939-1972”, Treballs de la Societat Catalana de Geograia, núm. 61-62, 142 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada de França i la Gran Bretanya del Govern de Franco, el febrer del 1939, quan el conlicte bèl·lic encara no havia acabat, comportà que a França, als camps de refugiats (eufemisme de camps de concentració), poguessin arribar-hi membres de la Falange Española Tradicionalista (que, posteriorment, s’establí a París l’agost del 1939) per convidar els refugiats a tornar sense temor a Espanya si no tenien cap causa pendent.14 Posteriorment, el juny del 1940, amb la invasió nazi de França comencen les peticions d’extradició del Govern de Franco a la França ocupada o al Govern de Vichy, amb resultats prou coneguts com és el cas, entre d’altres, del president Lluís Companys. En altres casos, el Servei d’Emigració —o Evacuació— dels Republicans Espanyols (SERE) i de la Junta d’Auxili als Republicans Espanyols (JARE) pagà considerables sumes de diners per la llibertat dels detinguts i, així, evitar que l’extradició es portés a terme. Tant durant la Guerra Civil com en l’exili la maçoneria espanyola demanà a les obediències maçòniques estrangeres la seva solidaritat i ajuda. Aquesta petició, la féu el Suprem Consell del Grau 33 d’Espanya, on estaven integrats el GOE i la GLE, del qual, d’una composició inicial de 28 membres, només en quedaven 3, a inals del 1936; els altres 25 membres havien mort afusellats o combatent al front defensant la República. La resposta que donaren les diferents obediències maçòniques davant el conlicte bèl·lic espanyol són dispars, la Maçoneria Nacional de Mèxic es pronuncià a favor de les esquerres espanyoles i contra el feixisme, i ho féu amb un manifest publicat en diferents diaris15 el 19 de novembre del 1936. Totalment oposada a la maçoneria mexicana, l’Argentina, a través del seu Suprem Consell del Grau 33, es mostrava equidistant dels dos bàndols i es desentenia de la Guerra Civil. La Gran Lògia Unida d’Anglaterra (GLUA) i la Gran Lògia dels Estats Units d’Amèrica van posicionar-se negant cap ajuda a la maçoneria espanyola, tot i això algunes lògies nord-americanes els van fer aportacions econòmiques. La negativa de la GLUA estava determinada perquè ni el GOE ni la GLE tenien el seu reconeixement internacional per considerar-les irregulars, a part que no veien amb simpatia el Front Popular. 2006, p. 17-40, Departament de Geograia – Universitat de Western Ontàrio. Traducció de l’anglès de José Luis Pozo. 14 Sánchez Cervelló, J., La II República en el exilio (1939-1977), Madrid, Editorial Planeta SA, 2011. 15 Diari de Tarragona, 19/11/1936, pàg. 2. Font: BHMT. 143 Joaquim Vendrell Moreno pronunciament la figura República i ia anglesa, ens referència a eix ens podem tina i Agustín , entre sició de l’AMI Cal preguntar-se si en el pronunciament favorable de la maçoneria mexicana inluí la igura de Lorenzo Cárdenas, president de la República i francmaçó. Pel que fa a la maçoneria anglesa, ens podem fer la mateixa pregunta amb referència a Churchill, que hi pertanyia. I el mateix ens podem preguntar sobre la maçoneria argentina i Agustín Pedro Justo, també francmaçó, i president, entre 19321938, gràcies a un cop d’estat militar. Durant la Guerra Civil la posició de l’ A MI fou discreta per no voler enfron· tar-se a la GLUA, però col·laborà amb el Comitè Central de Coordinació (COCENCOO)16 a través d’una comissió mixta integrada per Àngel Rizo, · Martínez Barrio i Louis Dignon.17 Aquesta col·laboració es concretà en enviaments de roba, queviures, productes farmacèutics i material sanitari que es repartí entre tota la població, bàsicament a Barcelona, sense diferenciar si els receptors pertanyien o no a la maçoneria. L’exili republicà del 1939 va ser un drama humanitari: molt nombrós i desordenat, perquè era una fugida desesperada per salvar-se la vida. Es va convertir en un caos al qual cal afegir que els exiliats a França tingueren una mala acollida i toparen amb l’hostilitat política d’alguns sectors. 7 Només la maçoneria francesa, en col·laboració amb l’AMI, el Gran Orient de Bèlgica, la Gran Lògia Suïssa Alpina i la maçoneria txeca i la iugoslava, va ser capaç de crear una mínima organització, que també quedà desbordada per l’allau humana d’exiliats. Tolosa serà la destinació de molts francmaçons, on s’intentarà, en un primer moment, organitzar un procés d’acollida i, en una fase posterior, d’evacuació imminent a altres indrets.18 A París es constituí la Família Maçònica Espanyola, com a organisme de16 Ajut antifeixista estranger a la democràcia espanyola amb el nom de Comitè Central de Coordinació. 17 Ferrer Benimeli, J. A. (coord.), “La masonería en la España del siglo xx”, Toledo, Universidad de Castilla-La Mancha – Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española – Cortes de Castilla-La Mancha, 1996. (Recull els continguts presentats en el VII Symposium Internacional de la Masonería Española, Toledo: del 17 al 20 d’abril de 1995.) 18 El departament 31 —Alta Garona—, comptabilitzava 171 francmaçons, mentre que a París se’n trobaven 45. Vegeu: Clara Resplandis, J., “La maçoneria a l’exili: França, 1939”, op. cit. 144 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada pendent de la Gran Lògia de França, amb Lucio Martínez Gil (GOE) i Josep Fernández Armengol (GLE), com a representants de la maçoneria espanyola, amb l’objectiu de fer un cens complet dels francmaçons exiliats i atorgar documentació maçònica que diferenciava entre els membres GOE i els de la GLE, a més de promoure ajudes materials i donar un destí als francmaçons perquè poguessin refer la seva vida i, també, protecció maçònica. Els objectius es compliren en bona mesura: un orfenat a París, allotjaments a Auterive (Autariba en occità) i Saint Bauzille de Putois (Sent Bausèli en occità), i també es pogué ajudar els refugiats del nord d’Àfrica, sense oblidar l’acollida que, individualment, molts francmaçons francesos van oferir. França no reconegué els exiliats com a refugiats polítics i, per tant, no eren més que immigrants indocumentats. La legislació francesa sobre immigració anà endurint-se, paral·lelament al conlicte de la Guerra Civil ins arribar al 12 de novembre del 1938 quan un decret del Govern francès permetia l’internament dels considerats “indesitjables”. Aquesta política va ser aplicada, també, al protectorat del nord d’Àfrica. Un francmaçó rellevant en la tasca internacional fou Louis Gertsch (Leopoldo Robert, com a nom simbòlic), de la lògia Sagesse de Barcelona, pertanyent a la Gran Lògia de Catalunya i, per tant, a la Gran Lògia Espanyola. Nascut a Locle (Suïssa) el 1888, de família jueva, tenia passaport francès que li permetia viatjar sovint per Europa per dedicar-se a les tasques humanitàries amb les quals estava compromès –secretari general del Comitè Bernois de Socors als Presoners de Guerra durant la Primera Guerra Mundial; delegat a l’Estat espanyol, el 1929, de la Unió Internacional de Socors als Infants; i assistí, el 1923, al Congrés Internacional de Salvament de Nàufrags. Durant molt temps fou el representant de la GLE davant l’AMI i davant altres organismes internacionals. A l’AMI, hi participava, entre altres obediències, el Gran Orient d’Itàlia exiliat, amb seu a París i representat per Francesco Fausto Nitti, el qual proposà el trasllat de la seu de la seva obediència a Barcelona atesa la bona col·laboració que va trobar amb Gertsch, i perquè coneixia bé la capital catalana. Durant la Guerra Civil molts membres de la maçoneria italiana van participar com a voluntaris en l’exèrcit republicà per, després, enquadrar-se a la Columna Garibaldi de les Brigades Internacionals, sent un dels personatges més reconeguts Mario Angeloni, també francmaçó, mort a Sariñena, l’agost del 1936. 145 Joaquim Vendrell Moreno Iniciada la Guerra Civil, Gertsch, juntament amb Josep Godall Hofer també de la lògia Sagesse, foren impulsors del COCENCOO que féu una crida internacional demanant el suport econòmic, que aportà molts donatius de les obediències maçòniques estrangeres. En nom d’aquest comitè, Gertsch pronuncià diferents conferències el 1937 a lògies de París, Lió i Marsella, on acabava la seva intervenció dient “no demanem res per a la maçoneria espanyola; ho demanem per a les víctimes del feixisme, sense oblidar que entre aquestes hi ha molts maçons…”. El 1937 Gertsch fou escollit secretari general de Solidaritat amb l’Espanya Antifeixista, i a l’exili, a Tolosa de Llenguadoc, fou l’home de referència per als francmaçons que volien marxar de França cap a altres destinacions. Iniciada la Segona Guerra Mundial, i amb l’ocupació alemanya de França, s’incrementà la persecució dels exiliats, la qual cosa motivà un segon exili des de França (dels 470.000 exiliats que es troben a França el febrer del 1939, es passa a 180.000 el desembre del mateix any; l’abril del 1940, a 166.788, i el setembre del 1944, a 160.000).19 Aquest segon exili té com a destí majoritari el continent americà, sobretot Mèxic; un exili que s’havia iniciat el 1939, un cop vistes les respostes d’acollida dels diferents estats; unes respostes que anaven del tot al no-res: • La Gran Bretanya va aplicar una política selectiva per acollir professionals reconeguts. Van ser pocs els republicans exiliats a la Gran Bretanya. • A l’Argentina, l’acceptació popular contrastava amb la posició del Govern que temia la iniltració “d’indesitjables”. L’arribada a l’Argentina d’exiliats republicans no va ser massiva, sinó un lent degoteig.20 • Els Estats Units d’Amèrica no van donar mai la condició de refugiats als republicans espanyols i els que foren acceptats ho van ser en condició d’immigrants ordinaris i gràcies al fet que reunien alguna de les condicions legals exigides per les autoritats americanes.21 19 Sánchez Cervelló, J., La II República en el exilio (1939-1977), op. cit. 20 Jensen, S.I., “Suspendidos de la Historia / Exiliados de la memoria”, tesi doctoral, abril de 2004. 21 Agustí, L., “Aportacions per a una bibliograia de l’exili republicà català, valencià i balear als Estats Units d’Amèrica”, Textos universitaris de Biblioteconomia i Documentació 146 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada • La República Dominicana, on el president Rafael Leónidas Trujillo havia reconegut el Govern de Franco, decidí acollir exiliats per tal de portar a terme una política de “blanquejar” la població dominicana, enfront de la població negra d’Haití. És després de Mèxic el segon país llatinoamericà que acollí més exiliats republicans,22 si bé va ser un exili amb condicions duríssimes23 i transitori cap a altres països. • Xile també va donar asil voluntari als exiliats. Es féu famós el Winnipeg, gràcies a les gestions de Pablo Neruda. Amb tot, el president Pedro Aguirre Cerda, que també era francmaçó, tingué moltes pressions internes perquè no admetés exiliats. • Mèxic va reconèixer des d’un primer moment l’estatus de refugiats polítics als exiliats. La política de reconeixement aproitava la necessitat de colonitzar algunes zones del país i rellançar la indústria. És el segon país d’acollida d’exiliats després de França. Així doncs, els tres països que oferiren exili voluntari als republicans foren Mèxic, la República Dominicana i Xile. França, malgrat la seva legislació sobre immigració, es veié forçada per les circumstàncies a admetre els exiliats, però en camps de refugiats. La sort que correran els francmaçons durant l’exili fou diversa, però idèntica a la majoria de republicans. Alguns breus relats sobre francmaçons a l’exili pertanyents a la GLC, per posar alguns exemples, són: • El fotògraf Agustí Centelles (lògia Adelante de Barcelona), internat al camp d’Argelers i a Bram. Torna clandestinament a Barcelona, és jutjat pels tribunals franquistes el 1950 i condemnat a 12 anys de presó; se li commuta la pena per la d’atenuada al seu domicili. • Samuel Morera Ribas (Lògia Prat i Armengol de Terrassa), alcalde de Terrassa i home idel a Lluís Companys. Passà pel camp d’Argelers i, posteriorment, s’establí a Montpeller i, el 1942, emigrà a Mèxic, on morí el 10 d’agost del 1989. (BiD), número 15, Facultat de Biblioteconomia i Documentació Universitat de Barcelona, desembre de 2005. 22 Les xifres varien entre 3.100 i 5.000 persones, segons l’autor. 23 Barbé i Pou, E., “Els camins de l’exili: l’exili oblidat de la República Dominicana”, ponència llegida en la LIII Anglo-Catalan Society Conference, Universitat de Gal·les (Swansea), del 16 al 18 de novembre de 2007. 147 − Joaquim Vendrell Moreno • • • • • Sebastià Campos Terré (lògia Humanidad, Barcelona-Tortosa),24 − capità de l’exèrcit republicà el 1937, internat en diferents camps de concentració, decidí tornar a Catalunya enganyat per la propaganda franquista que prometia un retorn sense penes. Fou detingut a Figueres, jutjat en consell de guerra, condemnat a mort i afusellat al Camp de la Bota el 5 de juliol del 1939. − Carles Gerhard Ottenwälder (Lògia hemis de Barcelona), comissari de la Generalitat de Catalunya al monestir de Montserrat. S’exilià a França des d’on pogué passar a Suïssa. El 1945 s’establí − a Mèxic, on morí el 1976. Francesc Farreras Duran (Lògia Justícia, Barcelona), diputat al Parlament de Catalunya el 1932, ocupà altres càrrecs dins la Generalitat. S’exilià a Montpeller i, el 1942, embarcà en el vaixell Nyasse per exiliar-se a Mèxic, on morí el 13 de novembre del 1985. A l’exili, el 1954, fou elegit president del Parlament de Ca− talunya, càrrec que mantingué ins al 1980, any de les primeres eleccions democràtiques al Pari cap major d’artilleria de la 33a Divisió del Front d’Aragó. S’ lament. Eduard Medrano Rivas (Lògia Redención, Barcelona), comissari de Defensa Militar de Tarragona el 1936, i cap major d’artilleria de la 33a Divisió del Front d’A− ragó. S’exilià a Tànger, d’on seria repatriat pels franquistes. Després d’un consell de guerra sumaríssim fou afusellat a Barcelona el 13 de febrer del 1941. Roc Boronat Font (Lògia hemis, Barcelona), regidor de l’Ajuntament de Barcelona. El 1934 fundà i presidí el Sindicat de Cecs de Catalunya, creant el sorteig del cupó que el franquisme convertí amb la coneguda ONCE. S’exilià a Montpeller, després a Casablanca i, inalment, el 1942, a Mèxic, on morí el 1965. 24 Era de Tortosa, però per falta d’ailiats en aquesta ciutat per poder crear una lògia fou adscrit, juntament amb altres persones de l’Ebre, a la Lògia Humanidad de Barcelona. 148 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada • • • • Joan Benet Piñana (lògia Humanidad, Barcelona-Tortosa),25 alcalde republicà de Tortosa el 1931. Cunyat de Marcel·lí Domingo, amb qui s’exilià el 1939. Residí a Montpeller ins al 1947, any que tornà de l’exili. Se li aplicà la residència forçosa a Barcelona, on morí el 1964. El Gran Mestre de la GLE, Josep Fernández Armengol (lògia Adelante de Barcelona, de la GLC). Exiliat a França, era la referència que tenien molts francmaçons de la GLE i de la GLC, juntament amb Louis Gertsch, per emprendre l’exili a altres països. El 1940, Fernández Armengol escrigué una carta al darrer ambaixador republicà de Xile, Rodrigo Soriano BarroetaAldamar, en la qual li agraïa la labor que estava fent a favor del maçons i li comentava que “ins a vostè hauran arribat notícies de la situació dels refugiats maçons espanyols [a França]”. Continu− ava dient-li que, en un primer moment, volia continuar a França ins que no “s’hagués evacuat el darrer dels germans”, però en el moment d’escriure-li havia canviat d’opinió i entenia que podia ser més útil en el continent americà, per la qual cosa li sol·licitava l’exili a Xile. Finalment, arribà a Mèxic on s’integrà dins la maçoneria regular. − Enric Mias Codina (Lògia hemis de Barcelona, i darrer diputat Gran Mestre de la GLC). Quan es va produir la rebel·lió militar fou un dels organitzadors del voluntariat mèdic i després metge a la Jefatura de Sanidad. S’exilià a França, on el 1946 atenia exiliats espanyols al departament d’Herault. Posteriorment, residí a Bèlgica amb la seva família, on va morir.26 Se’l troba a la relació de passatgers del Winnipeg, però s’ha de considerar un error, atès que no hi ha constància que abandonés el continent europeu. Enric Deulonder Quintana (Triangle Tàrraco de Tarragona, era el Venerable Mestre), només es té constància d’ell que s’exilià a França. El 3 de maig del 1939 la policia franquista constatà que igurava en la llista de maçons que estaven fora dels camps de concentració. També els serveis d’espionatge de la dictadura in- 25 Ídem nota 22. 26 <http://www.metgesalexili.cat/redres_exili39_exterior.htm> (consultat: 2013) 149 − − · Joaquim Vendrell Moreno • • • terceptaren una carta del Gran Mestre de la GLE, Josep Fernández Armengol, que li escrigué des de Montauban (en occità Montalban) el 10 de desembre del 1939. Li explicava que les maçoneries americanes acceptaven inançar l’embarcament de tots els germans que volguessin marxar de França i que qui s’encarregava d’aquesta qüestió des de Tolosa era Louis Gertsch, a qui s’havia de dirigir per formular-li la petició. Fou processat el 8 de febrer del 194327 en rebel·lia, i condemnat pel delicte consumat de maçoneria a 20 anys de reclusió menor i a penes accessòries d’inhabilitació absoluta i perpètua. Jaume Miravitlles Navarro (Lògia hemis de Barcelona), comissari de Propaganda de la Generalitat de Catalunya durant la Guerra Civil. Exiliat a França el 1939, des d’on passà al nord d’Àfrica i, posteriorment, a Mèxic. Arribà a Nova York el 1944, on fou director de l’agència de notícies belga Informbel i Spanish information. Tornà a Barcelona el 1962, i publicà articles a El Correo Catalán i Tele-exprés amb el pseudònim de Spectator, que era el seu nom simbòlic dins la maçoneria. Morí a Barcelona el 1988. Eduard Boada Oliver (lògia Fraternidad, Olesa de Montserrat), exiliat i deportat al camp de Mauthausen el 25 de gener del 1941,28 morí a Gusen el 28 de novembre del 1941.29 Lluís Mestres Capdevila (lògia Humanidad, Barcelona), fou comissari conseller de la Generalitat de Catalunya a Tarragona entre el 1936 i el 1937, on protegí el patrimoni de la Catedral de Tarragona i salvà les vides, entre d’altres, del cardenal Vidal i Barraquer i del bisbe de Tortosa Félix Bilbao. Del 1937 al 1939 fou director general de Finances. El 1939 s’exilià a França, i el 1942 a Mèxic; entremig fou a Tetuan. Se suïcidà el 18 de juliol del 1968 a Tehuacán (Mèxic). Com escrigué Artur Bladé, referint-se a Lluís Mestres, “és encara una víctima de la gran tragèdia del 1936-39, encara una víctima de Franco”.30 Amb aquesta frase es pot resumir el que va ser l’exili de moltes persones, fos quin fos el seu inal. 27 El tribunal estava integrat, com en la majoria de causes maçòniques, pel general Saliquet, com a president, i pels vocals: González Oliveros, general Borbón i Pradera. 28 <http://www.ceibm.org/entrad0141.html> (consultat: 2013) 29 <http://www.ceibm.org/alexca01100.html> (consultat: 2013) 30 Bonamusa, F., Política i inances republicanes (1931-1939): Lluís Mestres i Capdevila, comissari conseller a Tarragona (1936-37) i director general de inances de la Generalitat de Catalunya (1937-39), Tarragona, Edicions el Mèdol, 1997. 150 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada De Xile a Catalunya: l’era Pinochet Pinochet fou francmaçó, però en va ser irradiat (expulsat) per falta de pagament i d’assistència; en aquest aspecte es diferencià de Franco, que intentà entrar a la maçoneria a Larrache i a Madrid, però fou rebutjat. Pinochet era un admirador de Franco i, igual que aquest, portà a terme una repressió sanguinària a Xile, però amb menys intensitat, si és que la repressió pot admetre aquesta paraula. Fugint de la repressió pinochetista s’exiliaren un gran nombre de xilens, una part dels quals arribà a Europa i, en concret, també a Catalunya. De Xile arribaren exiliats perseguits per la seva militància política, però no per la seva militància maçònica, entre ells Carlos Martínez Jara, membre de la lògia Montaña, número 50, de la Gran Lògia de Xile, que arribà a Barcelona, on contactà amb la maçoneria i, amb el temps, esdevingué Gran Mestre de la Gran Lògia de Catalunya. És l’experiència d’un exiliat xilè que arribà a Catalunya i que ens parla31 de les vivències del seu exili, i de la concepció maçònica d’aquí i d’allí. Es tracta, doncs, d’unes experiències humanes que poden tenir certa similitud amb l’exili republicà del 1939. Pregunta: Quan comença la militància política i maçònica? Carlos Martínez Jara (CMJ): De la ciutat de Concepción em vaig traslladar a Santiago on vaig ingressar a la Facultat de Dret de la Universitat de Xile. Més tard, una vegada produït el cop d›estat de Pinochet, em va tocar assumir responsabilitats com a membre de la Comissió Política del Partit Radical32 en la clandestinitat. Pel que fa a l’activitat maçònica, el desembre del 1974, amb 23 anys i en plena dictadura, vaig ingressar en la Gran Lògia de Xile, a la lògia La Montaña número 50, una lògia que es caracteritzava pel seu esperit plural, democràtic i llibertari, on se›m va atorgar el grau de company.33 L’any 1982, obligat per les circumstàncies polítiques, vaig haver d’abandonar Xile de manera imprevista i urgent. 31 Entrevista efectuada el mes d’abril del 2013. 32 El Partit Radical Xilè formava part del Govern de Salvador Allende. 33 El primer grau és el d’Aprenent; el segon és el de Company, i el tercer és el de Mestre. 151 Joaquim Vendrell Moreno Parli’ns de la tradició maçònica de Xile. CMJ. La gran tradició i inluència de la maçoneria xilena, especialment de la Gran Lògia de Xile, en la societat i en la història d’aquest país, va contribuir al fet que la dictadura permetés la continuïtat dels treballs de les diferents lògies, a excepció de la lògia Hiram número 65, de la qual era membre el benvolgut germà34 Salvador Allende Gossens. Hiram, per imposició del règim, va haver d’abatre columnes, dissoldre’s, i els seus membres es van haver de repartir entre altres lògies, inclosa la meva lògia mare,35 La Montaña. Malgrat que les autoritats de la Gran Lògia semblaven neutrals en relació amb la dictadura, la majoria de les lògies es van transformar en llocs de crítica permanent al Govern de Pinochet, tot i saber que en algunes lògies hi havia conidents del règim. Què determina la seva marxa de Xile, el seu exili? CMJ. Per les meves activitats polítiques i la meva participació en organitzacions socials clandestines vaig ser detingut i posat en llibertat sota amenaça de ser sotmès als tribunals militars en temps de guerra, si hi havia una altra detenció. Un temps després, l’any 1982, en saber que estava en cerca i captura vaig haver de sortir del país amb l’ajuda d’un company del Partit Radical i germà maçó que, evadint els controls policials, va aconseguir que sortís en un vol cap a Buenos Aires, Argentina. A Buenos Aires, vaig romandre-hi més d’una setmana i, assabentat que el meu retorn no era recomanable, vaig decidir venir a Barcelona on vivia un germà. Vaig ser ben acollit per gent del país encara que, jurídicament, mai no vaig tenir vaig estatus ser d›exiliat ni de refugiat, i vaig haversota de amenaça ser sotmès Em als buscar-me la vida per de sobreviure. temps de vaig trobar amb gent ilitars moltensolidària si hi ajuda, havia una altra que em va prestar molta sobrel'any tot afectiva i laboral. Avui comprovo, 1982, en saber que estava en cerca amb certa tristesa, com aquell esperit i captura vaig haver de sortir del ha anat desapareixentl'ajuda gradualment. d'un company del 34 Germà és el tractament entre francmaçons. 35 Lògia mare: la lògia on un francmaçó s’ha iniciat a la francmaçoneria. 152 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada Com contacta amb la maçoneria a Barcelona? CMJ. El meu primer contacte amb l’ordre36 va ser a través d’un amic i company de partit xilè, professor universitari, resident a Barcelona, que va ser convidat a incorporar-se a la maçoneria, i els va parlar de mi sense saber que jo estava iniciat. En la meva condició d’iniciat vaig assistir a una reunió de la Gran Lògia Simbòlica. El meu primer contacte amb la maçoneria espanyola va ser molt decebedor, ja que venia d’un país amb una profunda tradició maçònica on les obres de l’ordre estaven plasmades en moltes lleis de la República. Passat un temps vaig ser convidat, també a través d’un germà xilè, a ingressar en la Gran Lògia d’Espanya, una obediència regular que mantenia vincles de germanor amb la Gran Lògia de Xile.37 Vaig ingressar a la lògia Boveda Celeste número 27, on vaig rebre el grau de Mestre, ocupant diversos càrrecs en la seva oicialitat ins a ser escollit Venerable Mestre 38 en tres ocasions. El 1996, amb la mort del Gran Mestre39 Lluís Salat, es produeix la sortida de la meva lògia de la Gran Lògia d’Espanya, i amb altres francmaçons formem la Gran Lògia de Catalunya integrada a un projecte estatal Gran Lògia d'Espanya regular que mantenia vi i federal que donà origen a la Gran Lògia amb la Gran L Federal d’Espanya, de la qual vaig arribar a a la 40 ser Segon Gran Vigilant. Aquest projecte vaig rebre el grau de diversos càrrecs en la se federal va fracassar per personalismes i caser bdillatges més propis de la societat profana ocasions. El que de la maçoneria. Mestre de la meva lògia de la Gran Lògia d’Espanya 36 “Ordre” o “orde” és sinònim de “maçoneria”. 37 Ambdues grans lògies, l’espanyola i la xilena, tenien el reconeixement de la Gran Lògia Unida d’Anglaterra; per tant, tenien la consideració de regulars, i entre elles mantenien relacions d’amistat. 38 Venerable Mestre és el Mestre que, escollit pels altres mestres, presideix la seva lògia. 39 Gran Mestre és la màxima autoritat d’una obediència maçònica. És un Mestre escollit d’entre tots els altres mestres de les diferents lògies que integren, en aquest cas, la Gran Lògia. 40 Si el Gran Mestre és la màxima autoritat d’una obediència maçònica, per equivalència amb una associació podríem dir que el Gran Mestre és el president, el Primer Gran Vigilant és el vicepresident primer, i el Segon Gran Vigilant és el vicepresident segon. 153 Joaquim Vendrell Moreno Què succeí després del fracàs federal? CMJ. La Gran Lògia de Catalunya es desvinculà del fracassat projecte federal i inicià un procés per si sola, com a obediència sobirana, i per circumstàncies inesperades vaig ser escollit Gran Mestre. En l’exercici d’aquest càrrec vaig haver de suportar les pressions de connotats germans nacionalistes que van preferir tornar a la Gran Lògia d’Espanya, que era la que tenia els reconeixements internacionals, abans que continuar amb la construcció de la maçoneria regular41 catalana. Aquests conspicus maçons nacionalistes van fer tot el possible perquè la nostra obediència desaparegués. Paradoxes de la vida, jo, un maçó nascut a Xile i iniciat en la maçoneria xilena, vaig encapçalar el projecte de Gran Lògia de Catalunya i vaig haver de batallar contra germans nacionalistes catalans que, des de la Gran Lògia d’Espanya, tenien una d’obsessió per acabar amb el nostre projecte d’obediència regular catalana. Què opina de la fraternitat maçònica? CMJ. En el meu cas particular la fraternitat la vaig rebre de gent que no estava iniciada en l’ordre. Amics que vaig fer amb el temps, companys de treball, homes i dones solidaris són els qui em van donar afecte i el suport que necessita una persona que ha abandonat obligadament el seu país, i no em refereixo a deixar això que alguns anomenen Pàtria i Bandera, perquè per a un maçó la pàtria és el món i la bandera és la de la pau. Em refereixo, en el meu cas, a deixar ills, pares, família, amigues i amics i, sobretot, a deixar el projecte de contribuir a alliberar el meu país de la dictadura de Pinochet. En els més de 30 anys que porto en culpa de la dictadura aquest país, la fraternitat maçònica però no ha estat gaire present en les meves és vivències. No existeix ni a Espanya ni maçons, que ens hem de a Catalunya una cultura maçònica, i lluites internes en lloc això en part és culpa de la dictadura transmetre els valors i p l'o franquista, però també, i en una part desenvolupament de la ma important, és culpa de nosaltres, els mateixos maçons, que ens hem des- un tema que està pendent i que difícilment es podrà dur a terme si prevale 41 Regular: que es reconeix un ésser suprem on cada francmaçó li atribueix essència i atributs. La bíblia presideix els treballs de les lògies, que estan integrades només per homes. 154 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada gastat en lluites internes en lloc d’intentar transmetre els valors i principis de l’ordre a la societat. El desenvolupament de la maçoneria és un tema que està pendent i que difícilment es podrà dur a terme si prevalen aspectes personals o polítics per sobre els valors essencials de la Llibertat, la Igualtat i la Fraternitat. Existeix una quantitat innombrable d’obediències i lògies salvatges42 que segueixen els dictats de líders personalistes. Aquesta atomització impedeix que la maçoneria tingui la importància que haurien de tenir en la societat profana els principis maçònics que encara són vigents avui dia. La fraternitat està absent en les lògies que he conegut i en la majoria dels casos es confon la fraternitat amb l›amistat que pot sorgir entre germans. La maçoneria té els seus propis principis, les seves pròpies causes per les quals existeix, té valors suprems i té mètodes propis per aconseguir les seves inalitats, és per això que mai arrelarà en la societat profana si se la pretén utilitzar com a mitjà per a reivindicacions de qualsevol tipus o se la pretén utilitzar com a eina política o religiosa. Què opina de la regularitat, de la “patent”, que imparteix la Gran Lògia Unida d’Anglaterra (GLUA)? CMJ. Sobre l’eterna discussió entre maçoneria regular i irregular tinc la meva pròpia posició. Sóc dels que pensen que la maçoneria és una sola, que es regeix pels valors suprems de la Llibertat, la Igualtat i la Fraternitat. Com a institució que busca la Veritat, existeixen diverses interpretacions i formes de dur a terme el treball maçònic. La Regularitat és una forma d’entendre la maçoneria, però sobretot és una forma de treballar les eines que ens dóna l’ordre. No és ni millor ni pitjor que la Irregular, que en un acte de vanitat s’autoproclama maçoneria liberal. No haurien d’existir obstacles perquè ambdues formes d’entendre la maçoneria poguessin treballar conjuntament tots aquells aspectes que ens uneixen i que són molts. Solament d’aquesta forma podria tenir l’ordre un pes en la societat actual i fer de contrapès al dogmatisme, sectarisme i fanatisme que campeja en les nostres societats sense cap límit. La maçoneria com una escola iniciàtica que pot i ha de donar moltíssim a la societat a i de propiciar una educació lliure, gratuïta i laica. No obstant això, el paper hegemònic de la Gran Lògia Unida d’Anglaterra ha fet que existeixin impediments per a aquesta 42 Lògies salvatges són aquelles que no es deineixen ni com a regulars ni com a irregulars. 155 Joaquim Vendrell Moreno unitat d’acció. La GLUA atorga reconeixements que no són més que tractats d’amistat entre les diverses potències maçòniques, però aquest reconeixement l’ha elevat al rang d’essencial, de tal manera que és un requisit més per ser completament regular. El dany que ha patit la maçoneria universal amb aquestes divisions ha estat incalculable. Ha donat la imatge que la fraternitat solament actua entre els iguals i s’ha oblidat del mosaic maçònic existent. Finalment, en el cas de Catalunya, l’existència de presumptes obediències que pretenen monopolitzar la patent de maçoneria catalana, també està ocasionant un perjudici a l’ordre i no contribueix en absolut al fet que la maçoneria arreli en la societat catalana perquè es transforma en un moviment polític més, desvirtuant l’essència mateixa de la maçoneria. Hi ha molt treball maçònic a fer i, per això, és imprescindible trencar amb el passat. Al meu entendre no podem seguir culpant exclusivament la dictadura de Franco de l’estat actual de l’ordre sinó que hem de realitzar una profunda autocrítica. La Gran Lògia de Catalunya nasqué com una expressió de la maçoneria regular43 a partir d’una escissió de la Gran Lògia d’Espanya, i aquesta és una virtut que mereix el nostre reconeixement. Intentar amagar l’origen de la GLC i intentar entroncar-lo amb èpoques passades no és positiu perquè ens desgastem i oblidem el gran compromís que tenim amb el present. Penso que no podem fer-nos responsables d’un passat històric sinó estem ben centrats en el quefer d’avui, el compromís nostre ha de ser amb la societat actual que requereix d’institucions que busquin permanentment la Veritat lluny del dogmatisme i de tots els “ismes”. Conclusions Els esdeveniments històrics no s’expliquen només per causes internes, sinó que el context internacional és decisiu en molts casos; per això la situació política europea dels anys 30 amb el nazisme, el feixisme i el comunisme és important per entendre les possibles aliances internacionals de la Segona 43 Per treballar d’acord amb les normes de la regularitat (reconeixement d’un ésser suprem, la bíblia, el president, els treballs, només homes…) no cal estar reconegut per la Gran Lògia Unida d’Anglaterra. També cal apuntar que la Gran Lògia Unida d’Anglaterra només reconeix una obediència per estat, exceptuant, per exemple, els Estats Units d’Amèrica, cas en el qual en reconeix dues: la dels blancs i la dels negres. 156 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada República un cop començada la Guerra Civil, i el posterior exili. Aquest context també és important per entendre la rebel·lió dels militars, amb Franco al capdavant. Si Europa no hagués estat majoritàriament regida per dictadures difícilment s’hauria produït la rebel·lió, o en cas d’haver-se produït el resultat inal de ben segur no hauria estat el mateix. Les obediències maçòniques, en la majoria de casos, corren en parallel amb les democràcies: si no hi ha democràcia, la maçoneria és prohibida i perseguida. La resposta internacional maçònica, però, és diversa malgrat que vingui de països democràtics, i ho és per una qüestió de concepció de regularitat o no-regularitat. La resposta, en aquesta comunicació, de Carlos Martínez Jara sobre aquest tema és prou aclaridora, i posa en evidència que la fraternitat maçònica en algunes obediències tenia, i té, fronteres. En altres paraules, la maçoneria anglosaxona va actuar de manera sectària per no simpatitzar amb el Front Popular i per una qüestió de no-regularitat maçònica de les dues obediències espanyoles, quan del que es tractava, i així es demanava, era d’ajudar a salvar vides humanes, pertanyessin o no a la maçoneria. Durant la Guerra Civil es poden diferenciar dues etapes pel que fa a la repressió: la primera etapa anirà del 18 de juliol del 1936 ins a mitjan 1938, amb la creació de l’Arxiu de Salamanca. En aquesta etapa, i sobretot durant els primers mesos de la Guerra Civil, Mola, Queipo de Llano, Yagüe, Franco… i tots els comandaments militars de la rebel·lió tenen clar que la repressió passava per eliminar de manera indiscriminada els màxims opositors, sense judici previ, i deixant clar que no s’han de fer presoners. La repressió fou generalitzada i indiscriminada, i no hi hagué una clara emfasització en la maçoneria. La segona etapa de la repressió té com eix la informació de l’Arxiu de Salamanca, i arriba ins al 1969, on arribarà documentació amb noms de persones pertanyents a partits, sindicats i maçoneria, i que farà possible una selecció més individualitzada de la repressió, sense oblidar les denúncies que fan els particulars. Aquesta segona etapa es pot considerar selectiva i la maçoneria comença a tenir una consideració especial, sense oblidar polítics, sindicalistes… seguint la lletania dels sectors més reaccionaris espanyols que associaven la decadència del 1898 amb la maçoneria. L’Arxiu de Salamanca no mantindrà cap mena de criteri arxivístic perquè la seva inalitat serà la de cercar noms de polítics, sindicalistes, francmaçons… per portar a terme la repressió. És una recopilació lenta, però efectiva, malgrat que la persona estigui exiliada, atès que França i la 157 Joaquim Vendrell Moreno Gran Bretanya reconeixen, el febrer del 1939, el Govern de Franco, fet que comportarà que la FET y de las JONS pugui accedir a França, als camps de refugiats, i així comenci el segon exili a Llatinoamèrica. Posteriorment, la invasió de França, el juny del 1940, per Hitler agreujarà la situació dels exiliats en territori francès. La Llei per a la repressió de la maçoneria i el comunisme del 1939 no s’aturarà ni dins ni fora de l’Estat espanyol, i els expedients seguiran el seu curs, amb un cert desordre administratiu, ja que, per posar un exemple, s’obriran expedients a persones afusellades per l’exèrcit rebel durant el període de la Guerra Civil. El franquisme persegueix els exiliats classiicant-los o diferenciant-los: francmaçons, polítics, sindicalistes… fet que no succeeix en clau republicana; per això els francmaçons a l’exili correran la mateixa sort que la majoria d’exiliats: coninats en camps de refugiats de la Catalunya del Nord, en un primer moment romandran a França i, després, s’exiliaran a altres països, dels quals uns tornaran i altres no; aniran a camps de concentració nazis… Cal remarcar l’excepció dels francmaçons que tenen doble militància (maçònica i política), que seran els primers que tant el SERE com la JARE ajudaran a exiliar-se a altres països. També cal fer notar que alguns francmaçons tindran la sort de poder comptar amb la fraternitat maçònica, sobretot la dels francesos, i seran acollits al seu país, des d’on posteriorment es distribuiran per tot el món. És un gest humà que fa la maçoneria que contrasta amb altres actuacions de països democràtics que van negar aquest gest humanitari. La divisió que es va produir a la francmaçoneria entre regulars i no regulars, amb les seves conseqüències, tindrà continuïtat durant l’exili llatinoamericà —que seria motiu d’un altre treball. La inluència dels francmaçons espanyols integrats en les lògies dels països d’acollida, sobretot a Mèxic i a l’Argentina, tindrà el moment àlgid el 1953, quan el reconeixement internacional de Franco ja era evident. En aquest moment els francmaçons espanyols des de Mèxic fan una crida demanant que s’abandoni la regularitat imposada per la Gran Lògia Unida d’Anglaterra, i la fan emparant-se amb la posició que adoptaren Roosevelt i Churchill que, malgrat ser francmaçons, no van ajudar ni la Segona República ni durant la Guerra Civil ni durant l’exili. 158 Maçoneria internacional: viatge d'anada i tornada Bibliograia Agustí, L., “Aportacions per a una bibliograia de l’exili republicà català, valencià i balear als Estats Units d’Amèrica”, Textos universitaris de Biblioteconomia i Documentació (BiD), número 15, Facultat de Biblioteconomia i Documentació Universitat de Barcelona, desembre de 2005. Archivo Masónico, núm 28, Xile, novembre de 2012. Barbé I Pou, E., “Els camins de l’exili: l’exili oblidat de la República Dominicana”, ponència llegida a la LIII Anglo-Catalan Society Conference, Universitat de Gal·les (Swansea), del 16 al 18 de novembre de 2007. 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Una història vigent. 160 EXILIOS EN EL MUNDO LA SOLIDARIDAD REPUBLICANA ESPAÑOLA CON EL EXILIO LATINOAMERICANO Rocío Arnal Lorenzo Ateneo Español de México Resumen Muchos republicanos españoles que tuvieron que exiliarse se establecieron en México gracias a que el Gobierno de Lázaro Cárdenas los ayudó a salir de Francia. Allí se vieron en la necesidad de fundar colegios en los cuales sus hijos pudieran estudiar hasta que se les abriera la posibilidad de regresar a España. La mayoría de ellos nunca volvió. El Colegio Madrid sirvió de refugio emocional a los niños republicanos y años después a los niños exiliados sudamericanos. Las mujeres exiliadas españolas fueron las más comprometidas y solidarias con el exilio latinoamericano. Palabras clave Mujeres republicanas españolas, JARE (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles), Lázaro Cárdenas, Colegio Madrid, exilio chileno, exilio argentino. Abstract During the inal days of the Spanish Civil War and in its immediate atermath, many Spanish republicans were forced to leave their country. Many of them were received in Mexico by President Lázaro Cárdenas who helped them to get out of France. Once in Mexico, the exiles founded schools where their children could study until there was the chance of returning to Spain. Most of them would never return. he Colegio Madrid became an emotional refuge for these republican children, and years later would also do the same for Latin American children exiled from their countries. Exiled Spanish women were the most committed in their solidarity towards Latin American exiles. Keywords Spanish Republican women, JARE (Spanish Republican Aid Committee), Lázaro Cárdenas, Colegio Madrid, Chilean Exile, Argentinean Exile Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 163–179. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Rocío Arnal Lorenzo 1. Introducción Las historias de vida como técnica cualitativa de la investigación se están utilizando sobre todo en el estudio de los movimientos migratorios para conocer la experiencia particular de una persona. Esta técnica es evidentemente subjetiva, por lo que hay que tratar de objetivarla lo más posible basándonos en otros tipos de fuentes. Como técnica cualitativa la utilizamos para entender mejor la migración a través del testimonio personal del emigrante. Es un complemento para otro tipo de metodologías de la investigación. Siendo los testimonios procesos descriptivos, deberíamos enfatizar el aspecto interpretativo.1 Las historias de vida permiten conocer desde una perspectiva individual los procesos y fenómenos sociales. Son relatos personales con los que se pretende difundir el recuerdo íntimo de un suceso histórico. Por medio del relato podemos observar lo que el entrevistado no dice explícitamente, como la ideología o los valores, es decir, la comunicación simbólica. Al contarnos sus recuerdos aloran sus sentimientos, sus frustraciones, sus miedos, sus esperanzas o sus alegrías. En este caso en concreto, se utilizan los testimonios de mujeres exiliadas que llegaron adultas a México, así como testimonios de mujeres que llegaron siendo niñas, tanto españolas como latinoamericanas. 2. Las consecuencias de la derrota republicana El 14 de abril de 1931 se proclamaba la II República española; la vida entonces comenzó a cambiar radicalmente con las reformas legislativas que el naciente Gobierno se apresuró a aprobar. Separa la Iglesia del Estado, promueve una educación laica y mixta, da el derecho al voto a las mujeres —no sin grandes discusiones y dudas al respecto—. Se legisla sobre la igualdad entre el hombre y la mujer, el matrimonio civil y el divorcio, y en 1936 se aprueba el aborto en Cataluña. En el terreno laboral también hay cambios signiicativos como la jornada de 8 horas o la ayuda por maternidad. Tiempo después, la UGT (Unión General de Trabajadores), en uno de sus congresos, pide la igualdad salarial para ambos sexos, “a igual trabajo, igual salario”. Con el estallido de la guerra en julio de 1936, 1 Véase Aceves L., Jorge E., Historia oral e historias de vida. Teoría, método y técnicas. Una bibliografía comentada, Ciesas, México, 1996, 2ª ed. 164 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano la construcción de una nueva sociedad se ve truncada; la brutal represión lleva a unos a la muerte, a otros a la cárcel o al exilio, pasando estos últimos, eso sí, por el inierno de vivir en los campos de concentración franceses, en donde también hubo muchas muertes. Joana Sendra Ros, exiliada republicana en México, nos contaba en una carta personal lo siguiente: En abril de 1939 perdimos la Guerra Civil… Atrás, en casa de los abuelos había quedado mi hermana mayor, Sonia, que no había cumplido los dos años. Ya se sabe, el viaje era muy peligroso. Franco caería enseguida y muy pronto estaríamos todos de vuelta. Desde luego, la historia fue muy distinta…”.2 Muchos exiliados pasaron varios años en aquellos campos de concentración, otros eran ubicados en haciendas francesas en donde trabajaban prácticamente como esclavos. Les proporcionaban alimento y les permitían dormir en los establos o almacenes. Un lugar donde dormir, un plato de comida y un salario miserable. En todo caso, la vida ahí era mucho mejor que en un campo de concentración. Historias al respecto hay muchísimas; Berta Fernández,3 por ejemplo, salió de España por la Jonquera en unos camiones de carga. Ella y su hermana eran niñas en ese momento. Cuenta que al cruzar la frontera las llevaron a un refugio, unas casas grandes con todo cerrado y con guardias en la puerta para que no pudieran salir. Ahí había mujeres españolas con niños. Dormían hacinados en una habitación que al menos tenía camas. Comían una vez al día. Las entrevistadas españolas cuentan que sus padres estaban obsesionados con la idea de que debían seguir estudiando, por lo que en cada refugio o campo de concentración improvisaban un aula para que los niños tuvieran clases, sobre todo de francés y de castellano. A partir de 1939 comienzan a llegar a México grandes grupos de republicanos españoles: campesinos, obreros especializados, gente de todas las profesiones. Las estadísticas demuestran que una gran parte de ellos eran profesores, intelectuales, artistas, médicos, arquitectos; una élite intelectual que había tenido un papel muy importante en la transformación de la nueva sociedad republicana. 2 Archivo personal. Joana Sandra Ros. Entre Cuernavaca y México, DF. Abril, 2012. 3 Ibídem, entrevista con Berta Fernández en La Paz, Baja California, México. 2011. 165 Rocío Arnal Lorenzo Se exilian militantes de partidos políticos, diputados, sindicalistas, aquellos que tenían algún cargo público en el Gobierno republicano, etc. Al llegar a México, muchas de las mujeres siguieron con su actividad política, creando la Unión de Mujeres Españolas, una organización dedicada a la solidaridad con los presos políticos que estaban en las cárceles franquistas. Esta organización duró hasta inales de la década de 1960. El trabajo solidario de estas mujeres no terminó con el cierre de la organización. Otras, sin embargo, se dedicaron de lleno a la familia, ya fuera como amas de casa o con un trabajo remunerado para mantener el hogar, independientemente de su formación.4 Con el transcurrir de los años, los Estados Unidos y las naciones europeas acabaron por reconocer al Gobierno franquista. Los exiliados sufren con ello una profunda decepción al ver deinitivamente disueltas las esperanzas de poder regresar a España. A partir de ese momento se verán obligados a aceptar que su estancia en México sería deinitiva. El Gobierno republicano se vio en la imperiosa necesidad de ayudar a los exiliados que se estaban instalando en el país de acogida. Para eso creó un fondo económico, el SERE (Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles), del que formaban parte Manuel Azaña, presidente de la República, y los presidentes del Consejo de Ministros, de la Generalitat de Catalunya y de Euskadi. 3. Lázaro Cárdenas, el amigo mexicano El presidente de México, el general Lázaro Cárdenas, había hecho muchas reformas a su llegada al Gobierno, sobre todo en el terreno educativo. Proclamaba una escuela garantizada por el Estado laica, gratuita y mixta. Hablaba abiertamente de una educación socialista y miraba con muy buenos ojos a la Institución Libre de Enseñanza (ILE) implantada en España durante la República. Cuando Cárdenas negocia la llegada de exiliados republicanos, tiene gran interés en que inluyan en el desarrollo cultural, social y económico del país. Se crea el Comité de Ayuda a los Refugiados Españoles (CTARE) como instrumento ejecutivo del SERE en territorio mexicano. El dinero del SERE pasó a ser administrado por el Gobierno cardenista. 4 Véase Domínguez Prats, Pilar, “La actividad política de las mujeres republicanas en México”, ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura, CLXXXV 735, enero-febrero, 2009, pp. 75-85. 166 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano A principios de 1939 el Gobierno republicano envía a México un yate con dinero y joyas que habían sido depositados en el Banco de España. El encargado de recibirlo era José Puche, representante en México del SERE, quien en ese momento no estaba en el país, por lo que Indalecio Prieto, ex ministro y diputado de las Cortes en el exilio, se hace cargo de él con la previa autorización de Lázaro Cárdenas. El Gobierno mexicano pidió a Indalecio Prieto que enviara el cargamento y el dinero de la venta del yate a París, sede de la Diputación permanente de las Cortes republicanas en el exilio. Con ese dinero se creó la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), de la cual se hace cargo Indalecio Prieto, en ese momento residente en México. La JARE y el SERE desarrollan sus actividades por separado y sin ninguna coordinación debido a las desavenencias políticas entre Juan Negrín e Indalecio Prieto. Lázaro Cárdenas otorgó la nacionalidad mexicana a todo refugiado que quisiera obtenerla, debiendo renunciar por ley a la ciudadanía española. Era una manera de no discriminar a los recién llegados y de integrarlos en la sociedad mexicana. 4. Los valores republicanos de los exiliados Todos los exilios tienden a mantener vivas sus costumbres, sus hábitos alimentarios, sus acentos, su vocabulario y, como en el caso de los catalanes, el idioma, que la mayoría de familias conservan hasta nuestros días. Se fundaron casas de cultura, en las cuales se organizaban iestas de las distintas regiones españolas. Estas casas servían además como punto de reunión, ya que en ellas los exiliados hacían gran parte de su vida social, discutían sobre la situación política y organizaban conferencias, conciertos o clases de danza regional española. Además de transmitir a los hijos pequeños recién llegados y a las siguientes generaciones sus costumbres y cultura, los exiliados también se empeñaban en mantener vigentes los valores republicanos. En esta tarea tienen un papel fundamental las mujeres, como madres y como profesoras, tanto en los colegios fundados por la JARE como en los colegios mexicanos en donde ellas se insertaron laboralmente. La mayoría de los exiliados se establecieron en la Ciudad de México, por lo que era necesaria, entre otras cosas, una continuidad educativa para los niños y jóvenes, ya que hay que recordar que la mayoría habían dejado la escuela desde que comenzó su exilio, entendiendo este como el momento en que comenzaron a huir de la represión. La situación de los niños y 167 Rocío Arnal Lorenzo jóvenes recién llegados era preocupante, algunos estaban desnutridos por la falta de alimentación y otros no hablaban castellano, solo francés, ya que habían pasado varios años en Francia. Uno de los mayores logros de los republicanos en el exilio fue la fundación de varios colegios para asegurar la educación y el resguardo de la cultura española y republicana de los recién llegados en edad escolar. Como dice Guiomar Acevedo: Los colegios del exilio se convirtieron, pues, en los principales receptáculos de la memoria, en los espacios del recuerdo; precisamente, porque a partir de ellos fue posible generar, a través de una tendencia pedagógica más ligada a preceptos de libertad, justicia y solidaridad, que a lo meramente español, una identidad colectiva que reconocía como propios tanto a España como a México.5 Además de los colegios, se funda el Ateneo Español, donde se organizaban todo tipo de actos culturales, conferencias políticas, etc., y la Casa de España, que se convierte más tarde en el Colegio de México, hoy en día uno de los grandes centros de investigación en ciencias sociales. 5. El Colegio Madrid y sus principios pedagógicos Como dijo Indalecio Prieto: “Cuando no existen las posibilidades de educarse, de levantar dentro de la masa corpórea la estatua magníica de un espíritu cultivado, no se es hombre, y mucho menos se puede ser ciudadano”.6 Fieles a ese espíritu, a inales de 1941 se crea la Comisión Administradora del Fondo de Auxilio a los Refugiados Españoles (CAFARE), una comisión mixta formada por la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Gobernación por parte mexicana y un representante en México de la JARE. Esta nueva comisión es la que autoriza la fundación del Colegio Madrid por expresa petición de la JARE. La oportunidad de crear una réplica de las escuelas republicanas donde poder escolarizar a los niños exiliados que llegaban a México, con un atraso académico importante, era el principal objetivo. En un principio, la razón de ser del colegio era dar 5 Acevedo López, Guiomar, Entre memoria y olvido: 80 años del pasado contemporáneo español, Limusa/Morados, México, 2011, p. 63. 6 Indalecio Prieto. Discurso pronunciado en Cuenca el 1 de mayo de 1936, en: Palabras de ayer y de hoy: (discursos pronunciados en España antes y durante la guerra civil), Fundación Indalecio Prieto, Madrid, 1996. 168 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano continuidad a los estudios de los niños refugiados, con la esperanza de que el exilio sería breve. Desde sus inicios el Colegio Madrid se incorpora al Ministerio de Educación mexicano, cumpliendo todos los planes de estudio que el Estado requería. Sin embargo, se agregan a los programas la historia, la geografía y la literatura españolas, con el in de dar a los alumnos una “representación cabal de España y su espíritu”.7 Al colegio recién fundado había que ponerle un nombre que representara los principios republicanos. La defensa de la ciudad de Madrid era un homenaje a ese símbolo de la lucha por defender aquellos valores. Por esta razón se le llamó Colegio Madrid, para que la institución nos recordara siempre la resistencia del pueblo madrileño a las tropas fascistas. ¡Madrid, Madrid! ¡Qué bien tu nombre suena, rompeolas de todas las Españas! La tierra se desgarra, el cielo truena, tú sonríes con plomo en las entrañas.8 Para entender la ilosofía pedagógica de la institución, es necesario remontarse a la España de inales del siglo xix, en la que surge un movimiento intelectual como respuesta a la decisión de la monarquía de eliminar la libertad de enseñanza. Este nuevo movimiento intelectual tiene su base en el krausismo alemán, dado a conocer entre los intelectuales españoles por el ilósofo Julián Sanz del Río, del cual era discípulo Francisco Giner de los Ríos, ilósofo, pedagogo y fundador de la Institución Libre de Enseñanza (ILE).9 Los principios generales de la ILE tienen como base la educación laica y humanista, en la cual se formarán individuos libres, con una responsabilidad moral. Se da gran importancia en el currículo a las asignaturas cientíicas y artísticas. La libertad de la persona se logra mediante el conocimiento, sin contaminarlo con ideas religiosas o políticas. Es necesario respetar la individualidad del alumno. La educación debe ser integradora, abierta y tolerante. La inalidad es transmitir un rigor cientíico y un com7 Pastor, María Alba, Los recuerdos de nuestra niñez, Colegio Madrid, México, DF, 1991, p. 64. 8 Machado, Antonio, La guerra. Escritos: 1936-1939. Colección, introducción y notas de Julio Rodríguez Puértolas y Gerardo Pérez Herrer, Emiliano Escolar, Ed. Madrid, 1983, p. 60. 9 Véase Lozano Seijas, Claudio, 1939, El exilio pedagógico, PPU, Barcelona, 1999. 169 Rocío Arnal Lorenzo promiso ético ante la vida al educando. El proceso educativo es la única alternativa para la transformación y la subsecuente modernización de la sociedad. Los principios educativos de vanguardia de la década de 1920, heredados de la tradición liberal progresista del último tercio del siglo xix a través de la Institución Libre de Enseñanza, el republicanismo federal y el socialismo, conformarán la base teórica de la enseñanza oicial republicana. Nos referimos al fomento de la crítica como defensa de la libertad y la integridad de las personas, así como a la solidaridad comunitaria y el desarrollo del individuo en la sociedad. Estos principios republicanos llegan a México de la mano del exilio español. Dicho proyecto retoma también las ideas de Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío, entre otros educadores, según las cuales la educación debe basarse en el análisis, la relexión, la crítica y el rigor cientíicos. Esto signiica que es preciso impartir una educación racionalista, laica y humanista porque “el porvenir de una nación depende de la conciencia de sus individuos y ésta, se forja a través de la educación”.10 Por otro lado, como ya hemos dicho anteriormente, el Gobierno del general Lázaro Cárdenas reforma totalmente la educación mexicana. Retoma de la Constitución de 1917 que la educación debe ser laica, prohibiendo al clero establecer o dirigir escuelas primarias. Proclama, además, que en los centros oiciales la enseñanza debe ser gratuita. Modiica el artículo tercero de la Constitución, estableciendo que la educación que impartirá el Estado será socialista. Se introducen, así, las ideas marxistas en torno a la educación. Se promueve abiertamente una ideología de izquierda en el magisterio. No es de extrañar entonces que Cárdenas estuviera tan interesado en llevar a México a mujeres y hombres republicanos que inluyeran en la vida intelectual del país, ya que su modo de entender la sociedad era muy similar, sobre todo en lo que a la educación se reiere. Ambos gobiernos querían para sus ciudadanos una educación gratuita, laica, humanística y cientíica que formara individuos libres comprometidos con la sociedad. El secretario general de la JARE, Carlos Esplá, es quien nombra a Jesús Revaque Garea director del Colegio Madrid, institución educativa 10 Catalá Rodes, Rosa María. Discurso pronunciado durante la ceremonia de conmemoración de los 80 años de la proclamación de la Segunda República Española, boletín electrónico del Colegio Madrid, México D.F., 2010. <http://madridbien.colegiomadrid.edu. mx/?p=630>. 170 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano recién fundada. Nacido en Valladolid en el año 1896, Revaque estudió la carrera de maestro de primera enseñanza superior, asumiendo cargos de director de varias instituciones educativas. Inluenciado por las teorías pedagógicas de Decroly y defensor de la Institución Libre de Enseñanza, participó, durante la II República, en la renovación de la nueva escuela republicana. Se exilió en Dinamarca, donde se hizo cargo de las colonias de niños evacuados. A su llegada a México se encargó durante un tiempo de los servicios de comedor del Instituto Hispano-Mexicano Ruiz de Alarcón, primer colegio fundado en el exilio mexicano. La experiencia de este exiliado fue como la de la mayoría de los que llegaron: aunque su preparación fuera excepcional, tenían que trabajar en cualquier cosa que les permitiera ganar un sueldo para poder sobrevivir. Otro ejemplo es Luis Castillo Iglesias, quien fuera director del Bachillerato del Colegio Madrid. Un hombre con una licenciatura en Historia y otra en Geografía que tuvo que trabajar un tiempo moviendo coches en un aparcamiento. Indalecio Prieto le pidió a Jesús Revaque que levantara un censo de los profesores exiliados para elegir a los mejores y con ellos formar la plantilla de empleados del naciente colegio. En aquellos tiempos todo el personal que trabajaba en la institución estaba integrado por exiliados republicanos españoles. Las clases se organizaron según las edades de los niños, no por sus conocimientos. Como anécdota hay que señalar que ya desde el primer año de fundación del Colegio Madrid se celebraba el 14 de abril por medio de los clásicos honores a la bandera de tradición mexicana y entonando el himno de Riego. Hasta el día de hoy, a los alumnos se les enseña a cantar este himno desde que están en preescolar. Es interesante comentar que la versión que ha predominado entre los colegios republicanos españoles en México es una versión alejada de la beligerancia del himno de Riego cantado en España, y que, por el contrario, promueve abierta y explícitamente los valores sociales y políticos de la ilosofía republicana. Esta versión la escribió Marcial Rodríguez, pianista malagueño exiliado en México, profesor de música del Colegio Madrid y del Instituto Luis Vives. En los primeros años, los profesores que integraban el plantel del Colegio Madrid eran de muy diversa ideología. A pesar de que durante la Guerra Civil muchos de ellos se hallaban enfrentados de manera radical, en México basaban su convivencia en el respeto mutuo y la idelidad a los ideales de justicia social y libertad. Se necesitaba una educación gratuita para los exiliados españoles, ya que la mayoría tenían una situación eco- 171 Rocío Arnal Lorenzo nómica precaria. Ahí se les proporcionaban uniformes, útiles escolares, servicio médico, transporte escolar y comida; hay que recordar que muchos niños llegaron con deiciencias alimentarias. El colegio conserva las costumbres españolas, se mantiene en una especie de burbuja en la cual se habla, se come, se pronuncia y se vive como en España, lo que provoca un aislamiento de toda la comunidad escolar del medio que la rodea. 6. Los exilios latinoamericanos México siempre defendió el derecho al asilo político, además, era un país no alineado; por lo tanto, abrió sus puertas también a los exilios latinoamericanos, como lo había hecho antes con el español. Como dice Clara E. Lida: México, por su parte, desde la segunda posguerra se insertaba dentro de una tradición de país no alineado frente a los dos grandes bloques internacionales y defendía el derecho de asilo diplomático y político. Todo lo anterior permitió que en sus respectivos momentos históricos, tanto para el exilio español como para el argentino (y otros latinoamericanos), México se convirtiera en un destino común.11 Una de las características de los exiliados es la falta de medios económicos al llegar al país que los recibe. Son perseguidos políticos que tuvieron que dejar su empleo, su entorno familiar, su círculo de amigos, para esconderse hasta lograr salir de su país. Por ello, el Gobierno mexicano se tuvo que hacer cargo de brindarles apoyo económico y un lugar donde vivir hasta que pudieran conseguir un trabajo que les permitiera salir adelante en su nueva vida. Como señalan Pablo Yankelevich y Luis Roniger, “el exilio corta de forma tajante el acceso de los individuos al goce de los derechos políticos ligados a la ciudadanía”.12 El 11 de septiembre de 1973, como consecuencia del golpe de Estado en Chile, se desata una feroz represión contra la izquierda. Desde ese mismo día comenzó una verdadera riada humana hacia las embajadas y 11 Lida, Clara E., “Enfoques comparativos sobre los exilios en México: España y Argentina en el siglo xx”, en Yankelevich, Pablo (coordinador), México, país refugio. La experiencia de los exilios en el siglo xx, CONACULTA INAH, 2002, p. 211. 12 Roniger, Luis y Yankelevich, Pablo, Exilio y política en América Latina: nuevos estudios y avances teóricos, EIAL, vol. 20, núm. 1, 2009, p. 10. 172 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano la salida de los primeros exiliados del país. Se estima que doscientos mil chilenos emprendieron la marcha hacia distintos países. La elección del país de acogida respondía a motivos muy diversos. Cuenta Lila Lorenzo,13 exiliada desde marzo de 1974, que su llegada a México se debe a que la pared de la embajada era fácil de saltar. El partido político en el que militaba, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), le dio la orden de asilarse a inales de 1973. Intentó sin éxito entrar a varias embajadas, hasta que un comité de seguridad en la clandestinidad organizó su ingreso en la embajada mexicana junto con un compañero que estaba en la misma situación que ella. Entraron de madrugada a una casa en la que vivían unas ancianas. Una de las paredes colindaba con la sede diplomática. Ellas permitían la entrada a su casa para que los perseguidos políticos saltaran a la embajada. Esta pared era de baja altura, por lo que la operación era fácil y rápida. A diferencia de los refugiados españoles, a los chilenos que llegaron por medio de las embajadas les dieron la categoría migratoria de asilados políticos, lo que restringía sus posibilidades de integrarse plenamente en la sociedad mexicana. Debían notiicar a la Secretaría de Gobernación (Ministerio del Interior) si cambiaban de domicilio o de trabajo. Tenían también que pedir autorización para casarse. Y lo más importante es que con dicha categoría migratoria no podían acceder a la nacionalidad, ya que los años de residencia no se sumaban para realizar ese trámite, como ocurría con otras categorías. Esto provocaba en muchos casos cierta desventaja respecto al resto de la sociedad. El golpe de Estado en Argentina se produce el 24 de marzo de 1976. La represión militar cayó sobre mujeres, hombres, niños y recién nacidos. No hubo distinción de edad para torturar o hacer desaparecer a las personas. En su mayoría el exilio argentino fue de clase media, con nivel cultural alto, con una profesión. Había gran cantidad de estudiantes universitarios, ya que en general se tuvieron que inanciar el viaje, no como en el caso chileno, en el que al ingresar en las embajadas el viaje lo costeaba el Gobierno del país al que se dirigían. A pesar de que el golpe de Estado en Uruguay se produce en junio de 1973, no es sino a partir de 1977 que comienzan a llegar exiliados a México. Gran parte de los perseguidos por la dictadura se trasladan a Chile o a Argentina y deben abandonar estos países a medida que la represión 13 Archivo personal. Entrevista a Lila Lorenzo. México D.F., 2012. 173 Rocío Arnal Lorenzo se vuelve más peligrosa. Los que se quedaron en Uruguay pudieron salir del país como protegidos del Gobierno mexicano, ya que la dictadura no reconocía la existencia de asilados. Sin embargo, muchos llegaron también como estudiantes o simplemente como turistas y se quedaron. 7. Los primeros alumnos exiliados latinoamericanos El Colegio Madrid fue fundado para educar a los niños republicanos recién llegados mientras se organizaba su retorno a España; por esta razón al principio no recibían alumnos mexicanos. Hasta la década de 1970 la gran mayoría de los alumnos del colegio eran descendientes de exiliados españoles. Así, el colegio se convirtió también en un lugar de conluencia de varias generaciones. Esta situación se trastocó a raíz de la numerosa aluencia de exiliados sudamericanos tras los golpes de Estado sufridos en sus respectivos países. A pesar de la diversidad de origen, se construyó una nueva identidad común a todos ellos forjada por la derrota y la salida forzosa del país. No eran ni totalmente mexicanos ni tampoco del país de origen, fue surgiendo una suerte de mestizaje en el cual se creó un nuevo ciudadano que pertenecía un poco a todas partes. En el caso de los alumnos de los colegios fundados por refugiados, no solo incorporaban a su vida costumbres mexicanas, sino también españolas, y en casa se mantenían las costumbres del propio país. Los exiliados vinieron a crear una comunidad que suplía a los familiares que habían quedado atrás. Así, se constituye una gran familia de variada procedencia (españoles, chilenos, argentinos, uruguayos, comunistas, socialistas, anarquistas, trotskistas) que luchará por los derechos comunes de todos sus integrantes. Y más tratándose de derechos pisoteados por las dictaduras. En ese sentido, el Colegio Madrid fue un segundo hogar en el que los valores que se aprendían en casa se relejaban en las aulas. De ese modo, nunca hubo incongruencia entre un sitio y otro, todo lo contrario, los valores se reairmaban en ambos lugares porque eran los mismos. Treinta y dos años después de que el Colegio Madrid abriera sus aulas a los primeros niños exiliados españoles, estalla el golpe de Estado en Chile el 11 de septiembre de 1973. Comienzan entonces a llegar los primeros exiliados. Desde la sociedad mexicana se crea el Comité Nacional de Solidaridad con el Pueblo de Chile; el Colegio Madrid queda registrado en este comité para acoger a los niños refugiados chilenos. Primero era preciso hacerles un examen de suiciencia para ubicarlos en el 174 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano grado escolar correspondiente. Esto era necesario no solo por cuestiones de convalidación de programas, sino porque ninguno tenía certiicados académicos con los que acreditar los estudios realizados en Chile. El colegio se hizo cargo de todos los trámites ante el Ministerio de Educación y corrió con los gastos que estos requerían. Se formó un comité de exiliados republicanos que organizaba la entrada a los diferentes colegios que habían creado, dependiendo de las plazas que hubiera en cada uno. Este comité se subordinaba al creado por los mexicanos. El Gobierno republicano en el exilio fue quien dio las primeras becas. El Colegio Madrid era el que más recursos económicos tenía en ese momento, por lo que absorbió el mayor número de alumnos. Cuando llegaron los niños chilenos, todavía trabajaban en el colegio muchos de los profesores fundadores; también se habían incorporado profesores que habían llegado pequeños a México y algunos mexicanos. Aunque ya habían pasado muchos años desde su llegada, los profesores españoles y muchas de las madres de alumnos revivieron su exilio con el sudamericano ya que los recuerdos estaban todavía muy vivos. Los profesores del colegio se volcaron en integrar, cuidar y proteger a los alumnos recién llegados, incluso prepararon al resto de los compañeros para el recibimiento, explicándoles la situación para que ellos les ayudaran a adaptarse a la nueva vida, a la nueva escuela. Llegaban a un país extraño, como ellos habían llegado, y aunque los niños chilenos no venían de una guerra, algunos tenían a sus padres presos, desaparecidos, asesinados… Con la llegada de estos pequeños, los profesores republicanos revivían su infancia, así que hicieron todo lo que estaba en sus manos para impedir que sufrieran lo que ellos habían padecido. Alicia Martínez Dorado, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Madrid y directora del Bachillerato en el momento en que llegaron los exiliados sudamericanos, nos dice en una entrevista: Había niños (estoy hablando de los chilenos) que se te soltaban a llorar en una clase, sobre todo los de kínder y primaria, porque eran niños que no habían podido metabolizar ni sacar el duelo que traían de todo lo que pasaron, o no lo entendían, los adultos sí, pero para los pequeños no, de repente fue una revolución para ellos y no sabían ni por qué ni cómo, ahora ven para acá, ahora haz esto o lo otro, estaban con ajenos que ellos no conocían, fueron muchos, muchos cambios. 175 Rocío Arnal Lorenzo Había muchos niños que tenían conductas que no las esperabas y que tenías que abordar. Sobre todo las maestras de primaria tuvieron mucho cuidado con los niños. Pero realmente, después de un tiempo de estar en un sistema más integrado, sin tantos cambios, al conseguir papá o mamá trabajo, al irse incorporando a la sociedad, al tener amiguitos, lo fue paleando, pero al principio fue terrible. Había niños que se escondían y no te querían ni hablar.14 Las profesoras reunían dinero junto con un grupo de madres de alumnos, también exiliadas republicanas, para ayudar a pagar la cuota mensual del colegio, comprarles útiles, darles uniformes, ropa, un bocadillo a la hora del patio… Con los niños argentinos y uruguayos sucedió lo mismo, fueron integrados en los grupos de alumnos tal y como se hizo con los chilenos. Sin planearlo, con los chilenos crearon la infraestructura y los métodos que necesitaban para recibir nuevos exiliados. En el año 1976 comenzaron a entrar los niños argentinos, esta vez la situación no les tomó por sorpresa, ya habían aprendido con la llegada de los chilenos, así que sabían perfectamente cómo enfrentar la situación. Ya sabían de las carencias y los problemas de los nuevos alumnos, muy distintos de los españoles que habían llegado en la década de 1940. Los exilios chileno, argentino y uruguayo tenían unas características similares, así que el equipo de profesores que los recibió ya tenía experiencia.15 Cabe destacar el protagonismo de las mujeres republicanas más que el de los hombres en esta red de acogida a los recién llegados. Fueron ellas principalmente las que atendieron los intereses prácticos de las familias (comida, ropa, juguetes, uniformes o útiles escolares), transmitiendo sus propias experiencias a las nuevas exiliadas. En deinitiva, las mujeres republicanas compartieron dolores y alegrías con sus pares latinoamericanas. Sin la aportación de estas mujeres republicanas el exilio hubiera sido diferente. Permitió no solo educar a los hijos en sus escuelas con un enfoque basado en la Institución Libre de Enseñanza, sino también comprender —en toda su dimensión— lo que podía signiicar el destierro en términos de tiempo. Su experiencia permitió compartir los más diversos temas para desenvolverse mejor en la sociedad mexicana. Una exiliada chilena y ex alumna escribió con motivo de la conmemoración de los 40 años del exilio chileno en México: 14 Archivo personal. Entrevista con Alicia Martínez Dorado. México D.F. 2012. 15 Véase Sosenski, Susana, “Los niños del exilio. Por una historia de la infancia argentina exiliada en México”, Revista destiempos.com, año 3, número 13, México, 2008. 176 La solidaridad republicana española con el exilio latinoamericano A través de un amigo solidario mis padres llegaron al Colegio Madrid —los niños debíamos seguir estudiando, retomar letras y números, conocer amigos, normalizar nuestra vida—. Se entrevistaron con el maestro Castillo y él inmediatamente nos ofreció un pupitre, una nueva historia bordada con las notas de “Mexicanos al grito de guerra…” combinadas con “De nuevo España resurge, es tan alto y tan grande su honor que en el hombre es un timbre de gloria el nacer y sentirse español…”.16 8. Consideraciones inales No es caso de enumerar los valores republicanos como quien aprende fechas o lugares o hechos históricos; los alumnos exiliados latinoamericanos no los aprendieron de memoria, tuvieron la fortuna de vivirlos. No los educó una institución, los educaron personas, los educaron los profesores republicanos, profesores que dejaron huella porque los valores eran transmitidos día a día con su ejemplo. En cada momento del día les hacían analizar y relexionar sobre todo lo que se aprendía, sobre todo lo que les rodeaba, sobre la realidad de sus vidas, sobre la política y sobre la manipulación de la historia. Para concluir, quiero agregar que, más allá de toda teoría pedagógica, la mejor manera de aprender el valor de la solidaridad es verla practicar a diario en la comunidad escolar. Qué mejor manera de valorar la justicia social que comprobar que todos son tratados por igual, que el respeto se respira en todos los rincones del colegio. Qué mejor manera de aprender la crítica y la libertad que defendiendo con argumentos los propios derechos y las propias ideas. Este es, a mi juicio, uno de los grandes legados que dejó el exilio republicano español a los mexicanos y a los exiliados sudamericanos. Y en todo ello el Colegio Madrid desempeñó una labor tan encomiable como difícilmente olvidable, al menos para quienes tuvimos la fortuna de formarnos en sus aulas y bajo los nobles ideales republicanos y democráticos que nos transmitieron nuestros maestros. 16 Archivo personal. María Paz Duarte Rodríguez. Carta al Colegio Madrid. Santiago de Chile, 2013. 177 Rocío Arnal Lorenzo Bibliografía Acevedo López, Guiomar, Entre memoria y olvido: 80 años del pasado contemporáneo español, Limusa/Morados, México, 2011. Aceves L., Jorge E., Historia oral e historias de vida. Teoría, método y técnicas. Una bibliografía comentada, Ciesas, México,1996 2ª ed. Arnal Lorenzo, Rocío y Varas González, Paula, El encuentro de dos exilios, redes de apoyo de mujeres para mujeres, ponencia en el Congrés Feminisme i Migració: intervenció social i acció política, Barcelona, España, febrero 2012. Capella, María Luisa, “Hay que ser ieles”, conferencia del 80 aniversario de la República Española. Colegio Madrid. México D.F., abril 2011. Catalá Rodes, Rosa María, 2011, discurso pronunciado durante la ceremonia de conmemoración de los 80 años de la proclamación de la Segunda República Española, boletín electrónico del Colegio Madrid, <http://madrid.colegiomadrid.edu.mx/? p=630>. 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Fue a partir de la década de 1960 cuando se produjo el viraje hacia el liberalismo económico y la consolidación del Estado. Pero esos años también estuvieron marcados por la tortura y las detenciones de los opositores políticos que reclamaban la reducción de la corrupción y la mejora del nivel de vida y del sistema democrático. Este artículo tiene como objetivo dar las claves que llevaron a muchos opositores marroquíes a exiliarse, qué les pasó durante aquel período y cómo evolucionó el país hasta la muerte de Hassan II. Palabras clave Hassan II, Ben Barka, Serfaty, Marruecos, Guerra Fría, años de plomo. Abstract he Cold War period is key to understanding the political and social evolution of contemporary Morocco. During 1960s the country moved towards liberalising the economy and consolidating the state. However these years were also marked by the torture and the detention of the political opponents who demanded a reduction in corruption and improvements to living standards and the democratic system. his article investigates the key reasons that led many Moroccan opponents to go into exile, their experiences during that period and the changes that Morocco underwent up until the death of Hassan II. Keywords Hassan II, Ben Barka, Serfaty, Morocco, Cold War, the Years of Lead. Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 181–200. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Jaume Camps Girona I. Marruecos durante el proceso de independencia y el reinado de Mohamed V (1945-1961) La Segunda Guerra Mundial inició un camino sin retorno en las colonias. Los sometidos de África, tanto del norte como del sur, esperaban que, una vez derrotado Hitler, se produjera una verdadera liberación y no simplemente cambios retóricos en las estructuras de los imperios.1 Durante el último período del Gobierno francés “el desorden era total en el país”.2 Los años anteriores a 1956 estuvieron marcados por la confrontación entre Francia y el movimiento nacionalista capitalizado por el partido Istiqlal. Y en agosto de 1953 la situación se radicalizó por el exilio forzado del monarca Mohamed Ben Yousef. Cuando el sultán volvió en 1955, su popularidad era muy grande y únicamente el Istiqlal podía limitar su poder. En el momento de la independencia, Mohamed V disponía del poder nominal y del poder moral como comendador de los creyentes, mientras que el Istiqlal tenía los hombres y la organización (el partido, el Ejército de Liberación de Marruecos, que en la práctica era su brazo armado, y el sindicato de la Unión Marroquí del Trabajo). Así pues, el Marruecos de la segunda mitad de la década de 1950 era el de la pugna entre la Corona y el Istiqlal para hacerse con el control del aparato del Estado y con el liderazgo político. Entre marzo y abril de 1956 se proclamaba la independencia de Marruecos, y la Corona tenía dos pilares básicos para imponer el consenso: el control de las redes clientelares locales en el mundo rural y la idelidad del ejército que había sido organizado por Muley Hassan. Al mismo tiempo, desde el entorno de la monarquía y con el objetivo de diluir el peso del Istiqlal se impulsaban partidos oicialistas como el Partido Democrático Constitucional (PDC) o el Movimiento Popular.3 El nuevo monarca, para mantener la “calma” y el “orden”, tuvo que neutralizar con napalm, en 1958, la revuelta del Rif, que se produjo desde Alhucemas hasta Taza por el descontento de la población con el nuevo 1 Bénot, Yves, Ideologías de las independencias africanas, Barcelona, Dopesa, 1973, pp. 3233. 2 Como explicaba el doctor François Cléret, médico personal de Mohamed V, en sus memorias, Le Cheval du roi, citadas en Dalle, Ignace, Los tres reyes. La monarquía marroquí desde la independencia hasta nuestros días, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2006, p. 45. 3 Segura, Antoni, Más allá del Islam. Política y conlictos actuales en el mundo musulmán, Madrid, Alianza Editorial, 2001, p. 95. 182 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos Gobierno, que hacía una política discriminatoria hacia los rifeños. Y tuvo que eliminar el último reducto del Ejército de Liberación de Marruecos, un grupo armado que sostuvo la independencia pero que mantenía su voluntad de presión sobre el Gobierno y el trono para que continuase la liberación de los territorios reivindicados y no incorporados al reino como el Sáhara o los enclaves españoles del norte. Para estas tareas, nombró a su hijo Mulay Hassan jefe de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) y también tuvo el respaldo de los responsables franceses.4 Paralelamente, Mohamed V emprendió, para dejar sin argumentos a sus opositores, la modernización política del país mediante toda una serie de reformas que iguraban entre las principales reivindicaciones nacionalistas: concesión de las libertades sindicales y de opinión, derecho de asociación; creación del Tribunal Supremo, y celebración de elecciones municipales mediante sufragio universal, en 1960. Sin embargo, nunca aceptó la formación de una asamblea constituyente por su concepción absolutista de la monarquía, donde el poder supremo y la soberanía recaían en el sultán y eran renovados periódicamente por el juramento de idelidad (baia) que tradicionalmente ha unido el pueblo con su rey. La pax mohamedí devolvería al país de los jerifes una estabilidad impuesta desde arriba.5 En esta línea de reforzar su poder, Mohamed V también ilegalizó el 9 de febrero de 1960 el Partido Comunista de Marruecos. Según el Tribunal de Rabat, “de acuerdo de que el Estado marroquí es una monarquía teocrática en la que el Soberano, lugarteniente del profeta es a la vez rey temporal y jefe espiritual de la comunidad musulmana, y de que el Estado marroquí es musulmán […] todo atentado a la religión islámica está también dirigido al orden público marroquí. Y Mohamed V ha proclamado en diversas ocasiones que cualquier ideología que procedía del materialismo es contraria a los preceptos religiosos del que él es el guardián”.6 Mohamed V hizo servir el argumento religioso de ser Amin al Mu’minin (guía supremo de los musulmanes) por su condición de Sharif 4 Feliu, Laura y Parejo, Mª Angustias, “Morocco: the reinvention of an authoritarian system”, Izquierdo, Ferran (ed.), Political Regimes in the Arab Worl. Society and the exercice of power, Nueva York, Routledge, 2013, p. 71. 5 Morales Lezcano, Víctor, Historia de Marruecos. De los orígenes tribales y las poblaciones nómadas a la independencia y la monarquía actual, Madrid, La Esfera de los Libros, 2006, pp. 375-376. 6 Martín Muñoz, Gema, El Estado árabe. Crisis de legitimidad y contestación islamista, Barcelona, Bellaterra, 1999, pp. 248-249. 183 Jaume Camps Girona o descendiente del Profeta. Porque el Islam estuvo siempre presente en el movimiento nacionalista magrebí como oposición a Occidente y por las redes de apoyo que existen a su alrededor; en consecuencia, cuando llegó el momento de institucionalizar un nuevo Estado, los gobiernos tuvieron que tener en cuenta esa dimensión religiosa. Finalmente, el 26 de febrero de 1961, en una operación que parecía sencilla, murió el monarca Muhammad V; el día 3 de marzo asumió el poder su hijo, Muley Hassan, que pasó a ser Hassan II. II. Los años de plomo de Hassan II (1961-1990) nacido en Rabat el 9 de julio de 1929, el joven monarca había empezado su carrera política como testigo excepcional, al lado de su padre, de episodios históricos como la Conferencia de Casablanca, en enero de 1943, y se fortaleció cuando su predecesor en el trono lo nombró jefe de las Fuerzas Armadas Reales para sofocar la disidencia. El nuevo rey ocupó el trono el 26 de febrero de 1961, en un período marcado por los complots políticos. Para legitimar su poder, Hassan II hizo redactar una nueva Constitución, que se aprobó en referéndum el 7 de diciembre de 1962. Aquel texto estaba hecho a la medida de la monarquía. Concebía a Marruecos únicamente como “una monarquía constitucional, democrática y social” (art. 1) y consideraba al rey como “sagrado e inviolable” dentro del régimen marroquí (art. 23). Hassan II también reivindicó el derecho divino de la monarquía como trigésimo quinto descendiente del Profeta. Como señala el politólogo marroquí Mohamed Tozy: “[…] el rey de Marruecos no es solamente depositario de un gran poder simbólico, es decir, un sultán investido por centros de producción de lo sagrado, sino también es el productor inicial y exclusivo de lo simbólico”. En este sentido, hay acuerdo entre los investigadores respecto al hecho de que Hassan II dio apoyo a los islamistas radicales para golpear a las fuerzas de izquierda o acabar con las rebeliones estudiantiles. Aunque también algunos sectores vinculados al islamismo militante pusieron en tela de juicio su papel como comendador de los creyentes, denunciando la falta de libertades públicas o la corrupción, como hizo el jeque Abdelsalam Yassine.7 El rey respondió iniciando una campaña en pro del renacimiento del Islam, que se plasmó en la creación de asociaciones para la difusión de 7 Soto, Paco, El Islamismo político en Marruecos. Retrato desde dentro, Barcelona, Flor del Viento, 2005, p. 23. 184 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos la religión y la incentivación de la enseñanza religiosa y de la oración en las escuelas.8 Aquellas medidas fomentaron una educación profundamente reaccionaria para adoctrinar a su población en clave autoritaria. A su alrededor, el monarca creó una red de apoyo jerarquizada con las oligarquías de las gobernaciones del país (los walis en las zonas urbanas y los caíds en las zonas rurales). Con el poder político se desarrollaba la corrupción, que afectaba a una parte del funcionariado y a algunos miembros de la familia real, como es el caso del hermano del rey, el príncipe Abdullah, conocido como “Su majestad el 51%”, ya que esta era la proporción que exigía a las empresas que querían obtener su benevolencia y patrocinio.9 En aquella línea, el Departamento de Estado de los Estados Unidos deinía Marruecos en 1972 como “un país pobre con una monarquía medieval, con un sistema conservador en las relaciones personales y las lealtades, más que en la ley. La corrupción y el favoritismo son un componente inevitable del sistema y de la vida de los políticos y de la Casa Real”. El mismo informe explicaba que, aunque el rey quiso aumentar la participación popular, después del golpe militar de julio de 1971 existía una clara desconexión entre el monarca y el pueblo.10 A nivel económico y social, la situación del país era muy compleja. Entre 1956 y 1960, Marruecos sufrió las consecuencias de una descolonización conlictiva que comportó la huida masiva de capitales y el descenso de la inversión privada y que exigió grandes esfuerzos económicos por parte del Estado. Tales necesidades comportaron la planiicación de la economía, a partir de 1960, con el objetivo de llevar el país a la independencia económica y inanciera. Durante aquella década se empezó a abrir las puertas al capital extranjero y se abandonaron las ideas de hacer una reforma agraria; y el Estado, apostando por el liberalismo, moderó sus objetivos para limitar su actuación e incentivar la iniciativa privada.11 En la mayoría de casos las reformas sociales se hicieron con el objetivo de mantener la estabilidad de la monarquía, más que transformar la socie8 Lacomba, Joan, Emergencia del islamismo en el Magreb. Las raíces sociopolíticas de los movimientos islamistas, Madrid, La Catarata, 2000, p. 249. 9 Perrault, Gilles, Nuestro amigo el rey, Barcelona, Círculo de Lectores, 1991, p. 85. 10 Documentos desclasiicados de la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, 15/06/1972. 11 López García, Bernabé, Política y movimientos sociales en el Magreb, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 1989, pp. 89-90. 185 Jaume Camps Girona dad, de tal manera que el régimen empleó sus energías en mediaciones y en maniobras de neutralización política de la oposición, especialmente de izquierdas, en lugar de emplearse en movilizar y cambiar la sociedad.12 Los marroquíes habían puesto muchas esperanzas en que con la independencia mejorase su nivel de vida. En 1956 el analfabetismo alcanzaba valores alarmantes, por lo que el nuevo Estado signiicaba para la mayoría de la población poder acceder a la educación; pero en 1965 el Gobierno limitó el acceso a la enseñanza hasta los 18 años, lo que signiicaba que buena parte de los jóvenes no pudieran completar sus estudios. Los estudiantes salieron a las calles de Casablanca con el lema “no quieren que el pueblo se instruya”. A la revuelta también se sumó la gente de los barrios de chabolas, los conocidos como bidonville. El resultado fueron destrozos de mobiliario, coches y autobuses quemados, y un número indeterminado de víctimas a causa de la brutal represión de la policía.13 El éxodo rural hacia las principales ciudades del país, que venía produciéndose desde los últimos años del Protectorado, se acentuó durante las décadas de 1960 y 1970. El motivo fue la frustrada reforma agraria, que tendría que haber supuesto la recuperación de la tierra expropiada por la colonización francesa; sin embargo, fue la monarquía quien se quedó con la mayor parte de las propiedades, y la burguesía rural se repartió el resto (en 1971, el 5% de los propietarios agrícolas tenían el 60% de la tierra). Por su parte, la gran burguesía no invertía en la producción de puestos de trabajo, sino en la importación y exportación y en la especulación inmobiliaria.14 Según el exiliado Moumen Diouri, “el rey es el más privilegiado de los privilegiados”. Así, las principales ciudades del país experimentaron un aumento espectacular de la población, como Casablanca, que pasó de 96.500 habitantes en 1960 a 1.500.000 en 1971, o Nador, que pasó de 5.000 a 32.000 habitantes. La construcción ilegal formaba parte de una economía sumergida de vendedores ambulantes, guías turísticos y otros miles de personas que vivían de su ingenio. La crisis económica de la década de 1970 estuvo marcada por el endeudamiento del Estado —que se había convertido en el principal capitalista por la falta de inversión privada—, la falta de planiicación económi12 Lacomba, Joan, Emergencia del islamismo en el Magreb, op. cit., p. 47. 13 Diouri, Moumen, À qui apparient le Maroc, París, L’Harmatan, 1992, p. 31. 14 Perrault, Gilles, Nuestro amigo el rey, op. cit., pp. 83-85. 186 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos ca, la corrupción y los costes de la guerra del Sáhara.15 Aquello también se tradujo en una crisis política, como explicaba el profesor Bernabé López: “[…] en un sistema así, el Rey capitaliza los éxitos concretos pero también acumula todos los riesgos, responsabilizándolo de la gestión del día a día y abocando a los demás integrantes del sistema a una elusión de la responsabilidad que termina siendo paralizante a todos los niveles: un primer ministro impotente, y unos ministros convertidos en meros gestores”.16 Para obtener crédito, el Fondo Monetario Internacional (FMI) impuso un plan de desarrollo para el país que se basó en la reducción del gasto público y el reforzamiento de las políticas de austeridad.17 Aquellas medidas tuvieron consecuencias sociales directas como la huelga general de Nador en 1984, en la que la gente protestó porque el rey no había hecho nada relacionado con las medidas prometidas para luchar contra la pobreza, mientras que el precio de los alimentos no paraba de subir. La protesta fue seguida por el 90% de las fábricas, comercios y talleres, y el Gobierno, para acabar con ella, hizo servir ametralladoras, lo que provocó una matanza.18 Pero, según el monarca, “el pueblo marroquí es un pueblo al que venero, con el cual yo me muestro muy paciente, pero los marroquíes son gente difícil de manejar. Mi padre siempre decía que Marruecos es un león al que es necesario guiar con una correa. Nunca debe notar la cadena. Así pues, nos pasamos el tiempo pactando: cuando tira demasiado, yo alojo, y cuando se relaja, estiro un poco”.19 Por otro lado, el ejército, que desde la revuelta del Ejército de Liberación en 1959 había estado dominado por Hassan II, se hizo eco del nacionalismo irredentista poscolonial de generales y coroneles del mundo árabe como Nasser, Kacem, Bumedian o Gadai. Y algunos militares, ante la corrupción y la represión política que cada vez más afectaban a las Fuerzas Armadas, consideraron al monarca como el epicentro de los problemas y organizaron diferentes golpes de Estado. El primero en Skhirat, el palacio de verano del rey, el 1 de julio de 1971, y el segundo, el 16 de agosto de 15 Para saber más sobre el impacto económico de la guerra en Marruecos: Diego Aguirre, José Ramón, Guerra en el Sáhara, Madrid, Istmo, 1991. 16 López García, Bernabé, “Marruecos: el régimen y el fusil”, Izquierdo, Ferran (ed.), Poder y regímenes en el mundo árabe contemporáneo, Barcelona, CIDOB, 2009, p. 145. 17 López García, Bernabé, Política y movimientos sociales en el Magreb, op. cit., p. 90-93. 18 El País, 24/01/1984. 19 Laurent, Eric, Hassan II. La memoria de un rey, Barcelona, Ediciones B, 1994, p. 107. 187 Jaume Camps Girona 1972, con un ataque aéreo al avión de la casa real en el que Hassan II viajaba de Barcelona a Rabat. Finalmente, se produjo una sublevación militar en varios puntos del Atlas en marzo de 1973.20 La situación política era muy difícil para la monarquía y el hecho que hizo reencontrar su legitimidad fue la guerra del Sáhara.21 Aquel hecho le permitió crear una especie “de unión sagrada” de todas las fuerzas políticas alrededor de su igura y le sirvió para desviar la atención de los problemas interiores.22 III. El caso Ben Barka Según Noam Chomsky, la Guerra Fría proporcionó un eiciente mecanismo de control de la población por parte de los Estados. Aquella confrontación daba fórmulas sencillas para justiicar acciones criminales en el extranjero, así como para fortalecer los privilegios y el poder estatal en el interior. Sin la engorrosa necesidad de tener que aportar pruebas o argumentos convincentes, los apologetas de ambos bandos podían explicar, sin el menor reparo, que las acciones en el extranjero, por deplorables que fuesen, se llevaban a cabo por razones de “seguridad nacional” y en respuesta a la amenaza de la cruel y temible superpotencia enemiga.23 El Istiqlal, el partido que había controlado buena parte del movimiento nacionalista, con el paso del tiempo empezó a ceder a las pretensiones del monarca. Allah el Fassi lo justiicaba, en enero de 1962, diciendo que “nuestra presencia en el gobierno nos fue dictada por la necesidad de cooperar con nuestro joven soberano para garantizar el funcionamiento del Estado”. Para el partido, situarse en el hinterland del poder era esencial para retener las masas de adeptos y los cuadros políticos y sindicales y, al mismo tiempo, mantener a distancia a la Unión Nacional de Fuerzas Populares (UNFP), que atraía a la intelligentsia, a los jóvenes instruidos y a una parte de la clase obrera y la clase media.24 20 Morales Lezcano, Víctor, Historia de Marruecos, op. cit., pp. 399-400. 21 Para saber más: Villar, Francisco, El proceso de autodeterminación del Sáhara, Valencia, Fernando Torres Editor, 1982. 22 Segura Mas, Antoni, El Magreb: del colonialismo al islamismo, Barcelona, Publicacions de la Universitat de Barcelona, 1994, pp. 247-248. 23 Chomsky, Noam, El nuevo orden mundial (y el viejo), Barcelona, Crítica, 2002, pp. 9-10. 24 Dalle, Ignace, Los tres reyes, op. cit., pág. 240-241. 188 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos La UNFP se fundó en 1959 después de la escisión del sector crítico del Istiqlal, que desconiaba de las medidas tomadas por la monarquía, y tenía el apoyo de un importante sector de la población; en las elecciones de 1963 obtuvo 28 diputados (el Istiqlal, 41 diputados, y la victoria fue para la coalición Frente de Defensa de las Instituciones Constitucionales, creada por el ministro del Interior Ahmed Reda, con 69 diputados). Hassan II formó un nuevo gobierno con todos los partidos, exceptuando la UNFP, sus cuadros y simpatizantes. Uno de los líderes socialistas, Bouabid, describía aquella situación como, “o bien el monarca se resigna y acepta las leyes del juego democrático, y así habrá la oportunidad para que Marruecos se reinicie, o bien el Palacio cometerá el error de atacar a la izquierda y encarcelar a sus líderes, siendo nuestra organización obligada a pasar a la clandestinidad”.25 Y exactamente fue eso lo que sucedió. En 1963 el régimen hizo detener toda la cúpula, junto con otros militantes del partido, acusándolos de conspirar contra la Corona. Los detenidos fueron torturados y juzgados en un macroproceso en el que también fue juzgado, en ausencia, el líder del partido, Mehdi Ben Barka, aunque no cumplió la condena porque se encontraba en Francia exiliado. Para la monarquía, Ben Barka era el enemigo número uno porque era capaz de poder liderar las protestas populares que se sucedían en el país. Según el cónsul español en Tánger (1957): “Ben Barka es el verdadero promotor de la disidencia, que hace tiempo fue considerado como el elemento del Istiqlal más digno de estudio y atención por su relevante y vigorosa personalidad […]. Se le considera un hombre duro y energético, y desde luego nadie duda que su actuación al frente del Partido traería consigo grandes innovaciones y resultados, pues se dice que es eminentemente práctico, que trabaja con gran eicacia y que está dotado de una clara inteligencia”.26 Mehdi ben Barka (Boudnib, 1920 - París, 1965) era un hombre muy inteligente que desde joven participó en el movimiento nacionalista. Cuando fundó la UNFP, captó muchos de los cuadros con formación del Istiqlal (jóvenes, estudiantes y sindicalistas), todos aquellos que esperaban reformas profundas en el país. En su obra Option révolutionnaire au Maroc, Ben Barka relexionaba y daba las claves para entender el estado 25 Dalle, Ignace, Hassan II: entre tradition et absolutisme, Francia, Fayard, 2011, p. 213. 26 López García, Bernabé, Marruecos y España. Una historia contra toda lógica, Sevilla, Taller de Editores Andaluces, 2007, p. 267. 189 Jaume Camps Girona económico y social de su país: “[…] los proyectos gubernamentales han fracasado y la política de estabilización reaccionaria se ha venido abajo. Los responsables, faltos de perspicacia, buscan por todas partes las causas del fracaso; pero no buscan allí donde realmente se hallan: en el profundo divorcio, que no cesa de agravarse, entre el pueblo marroquí y sus gobernantes. La promoción nacional ha fracasado porque no se hizo llamamiento alguno para la participación activa de las masas rurales. La política económica ha fracasado porque no hacía sino fomentar los intereses neocolonialistas y un estado de privilegio y de explotación”. Ben Barka, pues, denunciaba el carácter despótico del régimen: “Se obliga a aplaudir a las masas por la fuerza o por reducción de la miseria y de estos aplausos forzados se hace un principio de gobierno. Sin embargo, la realidad se venga de todas estas ilusiones y la única verdad política es la política de la Verdad […]. La democracia no es una bandera para exhibir ante los turistas, sino una realidad que debe proporcionar a cada uno en concreto posibilidades de progreso y cultura”.27 En su exilio, Mehdi Ben Barka se fue al Cairo. En octubre de 1963, mediante la radio emitía mensajes de condena de la monarquía alauita y la guerra de las Arenas.28 Que emitiera desde la ciudad egipcia no era casual, la ciudad era sede de la Liga Árabe, la capital del panarabismo y del Islam modernizador y reformista. Pero, aunque el régimen de Nasser de cara al exterior acogiese a políticos marroquíes, en el interior del país intentó acabar con la oposición política, como fue el caso de Henri Curiel, uno de los propagadores más activos del marxismo en Egipto, que, refugiado en Francia, desapareció en extrañas circunstancias.29 Mientras tanto, en Marruecos la represión contra la UNFP continuaba. Las falsas acusaciones por las cuales eran apresados, torturados y juzgados demuestran que existía una conspiración de la policía y el Gobierno para acabar con el partido. Mumen Diuri, detenido durante aquella operación, denunció que fue torturado durante los 34 días de encarcelamiento y que todo era una farsa. Y en el caso de Mohamed Sajid, después de ser absuelto por el tribunal, fue secuestrado por la policía y desapareció.30 27 Ben Barka, Mehdi, Opción revolucionaria para Marruecos, Barcelona, Ediciones de Cultura Popular, 1967, p. 17-19. 28 Sobre el conlicto, véase: Torres García, Ana, La Guerra de las Arenas, Barcelona, Bellaterra, 2013. 29 Gallisot, René, Henri Curiel: le myte a mesuré à l’histoire, París, Riveneuve, 2009. 30 Perrault, Gilles, Nuestro amigo el rey, op. cit., p. 72-73. 190 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos Ben Barka era un referente del internacionalismo; por ejemplo, después de la independencia viajó a Belgrado a presentar el estudio “Carretera de la Unidad” y allí conoció a Tito y pudo ver cómo funcionaba el socialismo descentralizado y autogestionario.31 Su nombre también estuvo ligado al de la Tricontinental, aunque Hassan II presionó al Gobierno de Fidel Castro diciéndole que, si dejaba al político marroquí presidir la Conferencia de la Habana, Marruecos dejaría de comprar azúcar a Cuba. El chantaje no funcionó. En 1965 Hassan II se dio cuenta de que su estrategia de aislar a Ben Barka no daba resultados, y el 29 de marzo le concedió la amnistía. Poco después el rey envió a su primo y cuñado Muley Ali, embajador en París, para reunirse con el opositor en Frankfurt. Según el monarca, en aquel encuentro le ofreció a Ben Barka la posibilidad de volver a Marruecos, donde podría empezar de nuevo su vida pública. En aquel encuentro también se habló del papel de las fuerzas armadas y de si aquella institución aceptaría una posible apertura política hacia la izquierda, ya que algunos miembros del ejército habían formado parte del ejército colonial y se habían enfrentado con los líderes nacionalistas y anticolonialistas más radicales. Pero Ben Barka desconiaba del ofrecimiento del monarca y, por lo tanto, no aceptó volver. Hassan II se lo tomó como una afrenta personal y, cuando se reunió con Abderrahman Yussei y Abderrahim Buabid, dirigentes de la UNFP, les dijo que ya no le interesaba que Ben Barka volviese; lo conirmó en público el 20 de agosto de 1965, cuando dijo que “si personas mal intencionadas han dado a nuestra acción una interpretación errónea, han persistido en el error y han seguido actuando en contra de su país, sus conciudadanos y la nación, al mismo tiempo los han rechazado”. Pero la realidad era que al rey le interesaba más que Ben Barka se quedara en algún país lejano exiliado, antes que su regreso. El 29 de octubre de 1965, Mehdi Ben Barka fue secuestrado en París, y después de ser torturado y asesinado, se hizo desaparecer su cadáver. En las declaraciones sobre el caso, hubo acusaciones cruzadas entre el Estado francés y el marroquí. Según De Gaulle, el caso era un problema marroquí, ya que Hassan II quería eliminar a su oponente y su ministro del Interior es el que hizo “la faena”, que únicamente contó con el apoyo de gánsters franceses. Por otro lado, Georges Pompidou, primer ministro durante aquellos años, dijo que la implicación francesa tenía que ser ma31 Laroui, Abdallah, Marruecos y Hassan II. Un testimonio, Madrid, Siglo XXI, 2005, p. 7. 191 Jaume Camps Girona yor que la que decía el general, ya que tras el asesinato se tuvo que decidir qué se hacía con el cuerpo, borrar las huellas, retrasar la intervención de la policía y alejar a los marroquíes que tenían algo que ver con el asunto. En cambio, Hassan II justiicaba su actitud alegando que se encontró ante un hecho consumado.32 El general Mohamed Oukir decía que, aunque se encontraba en Francia días después del asesinato, si el Gobierno francés hubiera tenido algún indicio de sospecha hacia él, lo hubieran retenido en el país; por eso se preguntaba: “¿Por qué haber esperado mi regreso a Marruecos para designarme como principal culpable?”.33 Oukir era una persona sin escrúpulos e incontrolable. Según su biógrafo, Claude Clément, fue su padre quien le enseñó a torturar cuando atracaban a los caravaneros de oro, a quienes clavaba la punta del puñal en el torso, lo que provocaba una sensación de asixia insoportable; prácticas que perfeccionó en la guerra de Indochina.34 Además de estos actores, también hay que señalar el posible papel del Mosad israelí,35 ya que Ben Barka era un intelectual de reconocido prestigio internacional que defendía la causa de Palestina. Y el de los Estados Unidos, ya que el político marroquí era una igura incómoda del antiimperialismo que podía desestabilizar los intereses estadounidenses en el norte de África. En la investigación del caso Ben Barka, la justicia francesa encontró evidencias de que el general Oukir y su ayudante, el teniente coronel Ahmed Dlimi, junto con otros hombres, torturaron personalmente a Ben Barka. Hassan II protegió a su hombre de las órdenes de busca y captura, lo que, lógicamente, hizo pensar que la responsabilidad era de la monarquía. De Gaulle retiró la ayuda inanciera y su embajador de Rabat, lo que tensó la relación entre los dos países. Y en 2007, el juez francés Patrick Ramaël tramitó una orden de detención contra cinco responsables de la Gendarmería Real, los servicios secretos y la policía de Marruecos acusados de participar en el secuestro ilegal y la desaparición del intelectual marroquí.36 Por su parte, la viuda y los cuatro hijos de Ben Barka no obtuvieron hasta 1999 el per32 Laurent, Eric, Hassan II. La memoria de un rey…, op. cit., p. 110. 33 Laroui, Abdallah, Marruecos y Hassan II, op. cit., pp. 55-58. 34 Clément, Claude, La incógnita Ukir: biografía del general que asesinó a Ben Barka, Barcelona, Depesa, 1975. 35 Diouri, Moumen, À qui appartient le Maroc?, París, L´Harmattan, 1992, p. 163. 36 Público, 23/10/2007. 192 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos miso del Gobierno de Rabat para volver a Marruecos, pero les inquietaba aquella decisión ya que aún no se han esclarecido los hechos del crimen de Estado.37 Hassan II, a pesar de acabar con el líder carismático de la UNFP, nunca quiso acabar con el partido, pero sí tenerlo dominado para dar de cara al exterior una apariencia de democracia y pluripartidismo. Además, se beneició de la escisión del ala más radical del partido. El general Oukir también fue acusado por Figon, uno de los presentes en las torturas de Ben Barka, pero tuvo todo el apoyo de Hassan II, como brazo derecho de la represión, y se convirtió en el segundo hombre más importante del país, por detrás del monarca, hasta el golpe de Estado del 16 de agosto de 1972. El avión en el que viajaba el rey fue atacado por cazas con la intención de derribarlo, acabar con la vida del rey y que Oukir presidiese un consejo de regencia, ya que el futuro Mohamed VI era menor de edad. Algunos periodistas también vieron la colaboración de la CIA en la conjura para sustituir la monarquía por un régimen derechista militar.38 Al día siguiente se encontró el cadáver del general muerto y se dio la versión de que se suicidó, aunque algunas fuentes señalaron de que murió por los disparos que había recibido por la espalda. Tras su fallecimiento, su esposa y cinco hijos iniciaron un inierno que los llevó a las terribles prisiones del desierto de Marruecos, lo que, indirectamente, avala la teoría del asesinato de Oukir. En 1991, su hija Malika consiguió escapar de la prisión y denunciar las torturas que habían recibido durante los años de encarcelamiento. El Gobierno marroquí acabó indemnizando a la familia Oukir, así como a otras víctimas de los años de plomo.39 Pero Hassan II, poco antes de su muerte, dijo sobre el caso: “Hay a menudo obligaciones que son contrarias a los derechos. Y la armonización de los deberes ligados a las responsabilidades con los derechos legítimos de los individuos exige tiempo cuando se construye una democracia”.40 37 <http://www.maghress.com/fr/marochebdo/39508>, <http://www.egalite.be/?p=4630>, consultadas el 12 enero de 2013. 38 <http://www.cidob.org/ca/documentacio/biograias_lideres_politicos/africa/marruecos/ hasan_ii#4>, consultada el 12 de enero de 2013. 39 El País, 6/07/2008. 40 López García, Bernabé, Marruecos en trance. Nuevo Rey. Nuevo siglo. ¿Nuevo Régimen?, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, p. 72. 193 Jaume Camps Girona IV. Serfaty, entre el exilio y la cárcel Otro de los opositores más conocidos al reinado de Hassan II fue Abraham Serfaty (Casablanca, 1926-2010), judío marroquí que abandonó el Partido Comunista de Marruecos por desacuerdos sobre cuestiones relacionadas con Oriente Medio y la Unión Soviética,41 y que poco después entró a formar parte de la organización Ilal Amam, de ideología marxista-leninista, junto con otros ex militantes de la UNFP, todos ellos convencidos de que al pueblo marroquí se le excluía en las decisiones políticas del país y que era necesario transformar radicalmente las estructuras socioeconómicas.42 En enero de 1972 fue detenido y torturado junto con otros militantes, pero la presión popular hizo que volviesen a obtener la libertad. Poco después se exilió en Francia, mientras que en Marruecos eran detenidos y torturados otros militantes marxistas y algunos de sus familiares, como su hermana, quien murió por las brutales palizas, y su sobrino, en venganza por no poderle coger. Serfaty pudo huir del país gracias a Christine Daure-Jouvin, cooperante francesa y profesora de Geografía e Historia en el Liceo Mohamed V. Fueron muchos los intelectuales africanos que durante su etapa en el exilio iban a París porque la mayoría de ellos se habían formado en las universidades de la metrópoli y allí tenían redes para poder articular su actividad intelectual y política. Al cabo de dos años de agotadora clandestinidad, en marzo de 1974 fue detenido en Francia y llevado en avión hacia Marruecos, donde estuvo detenido 14 meses antes de ser juzgado, período que se convirtió en un inierno, aunque el juez del tribunal le dijo “tiene suerte de vivir en democracia”. Serfaty se convirtió en el preso político más conocido del país, ya que estuvo 17 años entre rejas, siendo uno de los reos políticos más antiguos del África. La vida en las prisiones marroquíes era durísima; la insalubridad de las celdas se sumaba a la humedad y las altas temperaturas del desierto y a los animales, como serpientes o escorpiones, que recorrían los pasillos de 41 Según Serfaty en una entrevista: “Ilal Amam nació de la ruptura con el Partido Comunista marroquí por su seguidismo de la Unión Soviética. Para nosotros lo fundamental sigue siendo crear un marxismo vivo sobre la realidad marroquí”. La Vanguardia, 21/10/1991. 42 Macías Amorreti, Juan A., “Continuidades y rupturas en el pensamiento político del Marruecos contemporáneo: un análisis histórico-conceptual”, AAM, 15, año 2008, p. 176. 194 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos las galerías. Aquello provocaba que muchos de los presos políticos cogieran graves enfermedades, además de las plagas de pulgas, sarna o piojos. Y las fosas comunes de los centros penitenciarios se llenaban día a día de los cadáveres de los opositores políticos, que sucumbían a los horrores de aquellos centros de reclusión. El 13 de septiembre de 1991 obtuvo la libertad gracias a que recibió el pasaporte brasileño porque su padre, que había estado en Brasil, también lo tenía, y se exilió en París. Serfaty declaró después de salir de prisión lo siguiente: “Mi liberación muestra la fuerza de las presiones que ha recibido el régimen, y, sobre todo, revela que el sistema político de Hassan II ha entrado en una crisis profunda”.43 En el exilio continuó su actividad política denunciando la falta de democracia y apoyando al pueblo saharaui.44 A inales de 1999 el rey Mohamed VI le concedió el derecho a volver al país como gesto encaminado a la apertura política. A causa de su edad, 73 años, y los años que había pasado en prisión, volvió en silla de ruedas. Airmó que no se metería en política, que regresaba para ayudar a la sociedad civil a encarar los cambios hacia el futuro.45 Finalmente moría en Marrakech el 18 de noviembre de 2010 a los 84 años de edad. V. Hacia una política de la verdad A partir de la década de 1980, Marruecos empezó a dejar atrás el dirigismo económico de las décadas de 1960 y 1970 para consolidar un liberalismo controlado por consejeros del palacio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.46 A la vez que a nivel político procuraba mostrar cierto aperturismo, a partir de la década de 1990 Hassan II comenzó a conceder ciertas amnistías políticas, si bien de forma puntual y para quedar bien ante las organizaciones internacionales de derechos humanos.47 La década de 1990 se inició con ciertos éxitos en el terreno económico y inanciero, pero aquellos triunfos fueron olvidados cuando Gilles Perrault publicó el libro Nuestro amigo el rey y Amnistía Internacional sacó a la luz en 1990 un informe donde denunciaba el recurso sistemático de la tortura 43 La Vanguardia, 21/10/1991. 44 El País, 14/12/1991. 45 El País, 1/10/1999. 46 Morales Lezcano, Víctor, op. cit., p. 404. 47 El País, 18/01/1991. 195 Jaume Camps Girona y los malos tratos contra las personas detenidas en el país, por lo que pedía al soberano que pusiera in a aquella situación. En un principio la monarquía acusó a Amnistía de querer desestabilizar Marruecos, pero al cabo de un breve tiempo se creó el Consejo Consultivo de Derechos Humanos. La presencia del ministro del Interior, Driss Basri, conocido como el “cocinero de los pucherazos electorales”, mostró, por lo tanto, que la intención era más propagandística que práctica.48 En 1991 se celebró el Año de los Derechos Humanos en Marruecos y se produjeron bastantes amnistías, como la de Abraham Serfaty, mientras que el régimen hacía una campaña basada en negar la existencia de prisioneros políticos, dando la categoría de presos comunes a opositores de izquierdas o islamistas.49 En abril de 1993 se creaba en Fuengirola (Málaga) el Movimiento de Oposición de Demócratas Marroquíes en el Exilio, formado por unos doscientos exiliados que vivían en Europa, y su primer presidente fue Moumen Diouri, escritor e histórico militante de la UNFP que había sido compañero de Ben Barka y había compartido con él el exilio en Francia. En su maniiesto fundacional denunciaron, aparte de la falta de libertades y de democracia en Marruecos, el apoyo económico y sin condiciones de Europa a la monarquía alauita.50 El 10 de junio de 1995 también regresó a Marruecos, después de 28 años de exilio en París, Mohamed Basri, más conocido como Fqih (‘el Erudito’). Luchador anticolonialista, militante de la UNFP y panarabista de izquierdas, fue condenado a muerte en cuatro ocasiones y amnistiado en julio de 1994, junto con 400 presos y exiliados políticos.51 Todas aquellas luchas conllevaron cambios, primero con la celebración de elecciones democráticas en 1991 y después con la reforma constitucional de 1996, que introdujo, con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos, el sufragio universal para la elección de todos los cargos de la Cámara de Representantes y la limitación de la duración de las legislaturas a cinco años.52 48 Dalle, Ignace, Los tres reyes, op. cit., pp. 528-529. 49 La Vanguardia, 21/10/1991. 50 El País, 19/04/1993. 51 El País, 11/06/1995. 52 López García, Bernabé, Marruecos en trance, op. cit., p. 84. 196 Memoria, exilio y reconciliación en Marruecos Entre 1998 y 1999, Amnistía Internacional volvía a publicar un informe donde decía que, aunque las amnistías eran positivas para la democratización, era necesario resolver los casos sobre los abusos contra los derechos humanos, ya que aún había centenares de desaparecidos.53 La reacción fue crear una comisión dedicada a indemnizar a las víctimas, al mismo tiempo que consolidaban su papel otras organizaciones como Justicia y Verdad, de Dris Benzekri, formada por antiguos presos políticos con el objetivo de estudiar aquel oscuro período. Finalmente, el 23 de julio de 1999 moría Hassan II, y pasó a ocupar el trono su hijo Mohamed VI. Una de sus primeras decisiones para romper con el pasado represivo fue la destitución del antiguo ministro del Interior, Driss Basri, que había estado 20 años en el cargo; la decisión llegaba de forma precipitada, según Le Monde, por el incendio que destruyó los archivos de la policía secreta, accidente que pudo ser provocado.54 Y en 2008 el Gobierno acordó con las organizaciones de derechos humanos convertir las prisiones en centros culturales “para recordar las décadas negras de la historia del reino y la barbarie que fue capaz de hacer el poder”.55 VI. Conclusiones El exilio marroquí, como muchos otros, es el resultado de la grave situación social que se produjo después de la independencia y que se agravó en la década de 1980. Muchos marroquíes protestaron contra el monarca y la corrupción que había a su alrededor, y, como medida para acallar a la población, la Corona optó por una dura represión contra la disidencia, con el resultado de miles de torturados, muertos y desaparecidos. Aquello llevó a personas como Ben Barka o Serfaty al exilio para continuar desde el exterior la lucha política, pero ambos fueron capturados por la policía marroquí con la colaboración más que segura de agentes franceses y de otros países. Y aunque Hassan II siempre justiicó el terror y su inocencia en los crímenes de Estado, las investigaciones han demostrado su participación directa en los hechos. Las instituciones marroquíes son hoy en día más democráticas que durante el reinado de Hassan II, y las políticas de memoria y el retorno 53 Informes de Amnistía Internacional publicados el 13/10/1998 y el 12/04/1999. 54 El País, 10/11/1999. 55 El País, 20/12/2008. 197 Jaume Camps Girona incondicional de los opositores han marcado el devenir de la justicia en el país. Sin embargo, en esta ola de cambios que afectan a toda la región será necesario ver el papel de la monarquía, que inició la modernización y ruptura con el pasado, pero que aún conserva prerrogativas que hacen intocable su poder.56 Seguramente, el futuro del país solamente se podrá basar en lo que Ben Barka denominó “política de la Verdad”, lo que el opositor marxista Dris Benzekri deinía como “permitir a la sociedad salir del silencio, hablar abiertamente, hablar de las violaciones de los derechos humanos cometidas en el pasado y buscar la verdad, eso es en sí una forma de justicia”.57 VII. 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Actualmente ha iniciado el doctorado sobre la historia del nacionalismo marroquí durante el período colonial y el proceso de independencia del país magrebí. 200 EL EXILIO ESPAÑOL EN EL MAGREB Oliver Klein Bosquet Universitat Rovira i Virgili Resumen Este artículo quiere dar a conocer la historia de la presencia física y el exilio de población española en el Magreb (concretamente en Túnez, Argelia y Marruecos), poniendo especial hincapié en el episodio del exilio generado tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno legítimo de la Segunda República. Palabras clave Emigración, exilio, Magreb, Guerra Civil, refugiados Abstract his article aims to shed light on the physical presence and subsequent exile of the Spanish population living In the Maghreb (speciically in Tunisia, Algeria and Morocco), and places particular emphasis on the light that occurred ater the coup d'état in 1936 against the legitimate government of the Second Republic. Keywords Emigration, exile, Maghreb, Civil War, refugees Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 201–224. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Oliver Klein Bosquet Con un recuerdo especial a los peninsulares que nos adentraron en los estudios norteafricanos durante el siglo xix y principios del xx: aparte de los militares Joan Prim y Victorià Sugranyes, Domènec Badia, Gonçal de Reparaz, Antoni Ametller, Marià Fortuny y Josep Tapiró, así como José María de Murga.1 Pepe, vente ‘pa’cá’, que aquí rico no te vas a poner, pero hambre no vas a pasar. (Testimonio de un emigrante español en Tánger) La España del Sur, Al Andalus, aunque desarrollaba un islamismo muy hispanizado en costumbres, en parte, en ideología, queda segregada de Europa y unida al mundo cultural africano-asiático. La España del interior, la europea, aunque bien irme en su cristiandad, se ve, sin embargo muy sometida a inlujos del sur, en el tiempo en que la cultura árabe era muy superior a la latina, y cumple entonces el alto destino histórico de servir como eslabón entre los mundos oriental y occidental. (Ramón Menéndez Pidal, en Historia de España) 1 El militar reusense Joan Prim llegó a ser presidente del Gobierno español; en sus contiendas africanas el también reusense Victorià Sugranyes iguraba como su lugarteniente y comandante de los voluntarios que se batieron en la guerra de Marruecos, encargo de Isabel II a Leopoldo O’Donnell, grande de España y duque de Tetuán, y halló la muerte en la batalla de Wad Ras (1860). En tal batalla destacaría a su vez Antonio Ros de Olano, condecorado como marqués de Guad-El-Jelú (en castellano traducido como Río Martín), título que igura en el callejero de la ciudad de Tarragona, y autor de una obra romántica, Leyendas de África. También Joaquim Gatell, nacido en Altafulla, en la misma demarcación tarraconense, estuvo al servicio del general Prim antes de convertirse en un experto africanista conocido bajo el sobrenombre de Caid Ismail y dejó una interesante obra bajo el título de Viajes de Marruecos. Aunque seguramente uno de los aventureros peninsulares más destacados en el Magreb, en concreto, y en el mundo árabe en general fue Domènec Badia, barcelonés que se haría llamar Alí Bei-El-Abbassi, uno de los primeros europeos que, gracias a su conversión, llegaría a La Meca, ciudad sagrada de todo musulmán, y que narró sus experiencias en las crónicas de sus viajes (lo que supondría un viaje a la inversa del realizado por el tangerino Ibn Batuta, uno de los primeros grandes viajeros del mundo musulmán); también destacan el burgués catalán Antoni Ametller, que dejaría su testimonio en su obra Le Grand Tour; el vasco José María de Muga, también conocido en el mundo árabe como el Hach (fórmula reservada a los peregrinos santos) Mohammed El Bagdari y como el “moro vizcaíno” en la otra ribera del mar Mediterráneo; y, inalmente, el geógrafo de origen francés, aunque instalado en la ciudad condal, Gonzalo de Reparaz. En la fabulosa ciudad de Tánger, cuyo primer embajador o jefe de la Legación Española sería el diplomático Francisco Merry y Colom, conde de Benomar, destacarían las estancias prolongadas de los pintores oriundos de Reus Marià Fortuny y Josep Tapiró, cuyos lienzos cada vez son más valorados con el paso del tiempo. 202 El exilio español en el Magreb Creemos que ha llegado la hora de reivindicar y dar a conocer mejor a la opinión pública en general la historia de la presencia física y el exilio de población española en el norte de África, concretamente en la región que conocemos bajo el nombre de Magreb, poniendo especial hincapié en el episodio del exilio generado tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno legítimo de la Segunda República. En la dedicatoria preliminar hemos podido comprobar que algunos personajes peninsulares redescubrieron durante el siglo xix, al estilo del orientalismo desarrollado por el pensamiento occidental, tal y como lo describe el escritor y pensador palestino Edward Saïd, el norte de África conocido como el Magreb, formado por los futuros Estados independientes de Marruecos, Argelia y Túnez, que ya desde mucho antes, desde la unión dinástica de los Reyes Católicos, recibió por diferentes razones la huella hispana. Igualmente, resulta imprescindible remontarnos más allá en el tiempo para hacer una primera referencia al exilio al que se vieron condenadas las poblaciones de origen musulmán, los moriscos (musulmanes conversos), los judíos y los marranos (judíos conversos) de la Península Ibérica después de haber residido durante siglos en ella. Personas que llevaron lo bueno y mejor a la otra orilla del Mediterráneo, desde las ciudades imperiales de Marruecos —Fez, Meknés, Rabat, Marrakech y Ouarzazate— hasta la capital del Imperio del Malí, Tombuctú, pasando por las grandes ciudades del Imperio Otomano de la época como Alejandría en Egipto, Tesalónica en Grecia o Sarajevo en Bosnia, ciudades en las cuales estas personas de origen ibérico conservaron las llaves de sus antiguas moradas en el Al-Ándalus o Sefarad,2 y a las que se traspasó todo el conocimiento cientíico y las grandes bibliotecas acumuladas durante los siglos precedentes. Solo hay que recordar que en la Biblioteca Nacional de la capital bosnia, bombardeada hace ahora casi dos décadas, se conservan manuscritos originales en lengua ladina,3 la variante castellana utilizada por los hebreos errantes de ascendencia sefardí. 2 Al-Ándalus y Sefarad son los nombres, respectivamente, con los que las comunidades musulmana y judía conocían la Península Ibérica, en la cual convivieron durante siglos con los cristianos. 3 Igualmente, los judíos sefarditas que fueron expulsados de la Península y recayeron en Marruecos desarrollaron un dialecto propio, conocido con el nombre de haketía, resultado de la fusión de la lengua ladina hablada por ellos con el árabe igualmente dialectal de la nueva zona de adopción. 203 Oliver Klein Bosquet Antes de entrar a desgranar el grueso de la presencia española en el norte de África, habría que hacer un recordatorio sobre dos cuestiones primordiales. La primera de ellas es tener presente que, a partir del siglo xv, bajo la inluencia del cardenal Cisneros, en plena monarquía de los Reyes Católicos, siempre existió una relación migratoria desde la actual España hacia las tierras del Magreb, que podemos limitar hasta cerca de la actual Libia y su capital, Trípoli. Estamos hablando, en la mayor parte de casos, de personas que habitaban tierras peninsulares que sufrían malas cosechas o privaciones económicas, lo que las obligaba a cruzar los pocos quilómetros que separan las dos orillas del mar Mediterráneo. En segundo lugar, hay que especiicar que, entre los años 1830 y 1945, pero también con posteriores presencias superpuestas hasta la década de 1960, coincidiendo con la presencia de Francia como potencia colonial en Marruecos, Argelia y Túnez, se evidencia, sobre todo en el segundo, relativamente más próspero, una presencia concentrada y organizada de trabajadores originarios del Levante español muy relevante. Estamos hablando, pues, de la presencia primordialmente de población alicantina y valenciana, pero también balear, que llegaba en barco a las regiones costeras de la Argelia colonial, considerada por los franceses como su estandarte en el norte de África, de la misma manera que se consideraba el Senegal en la parte occidental del continente. Efectivamente, cuando millares y millares de alicantinos y valencianos pisaban durante los siglos xix y xx tierras argelinas, por citar el caso más mayoritario, podían comprobar, y se poseen registros que así lo certiican, que se les daba un trato diferente según el extracto de población con el que se relacionaban. Asimismo, debemos destacar que los españoles, así como también los portugueses, italianos y malteses, una vez instalados deinitivamente en la colonia francesa, optaban por no rememorar su pasado y aliarse con la élite gobernante y privilegiada del momento, de nacionalidad francesa. Esa población hija de la Administración colonial solo veía en los recién llegados mano de obra barata, como ha sucedido décadas más tarde en la Europa que recibía trabajadores magrebíes poco cualiicados. Y, inalmente, está la población autóctona, que, a pesar de no compartir ni costumbres ni tradiciones con los recién llegados, adoptaba una actitud de fraternidad hacia ellos derivada del reconocimiento de su 204 El exilio español en el Magreb sufrimiento como clase humilde.4 Todo este mosaico humano daría más tarde cabida a una mezcla de sentimientos, propia de la zona descrita, que tiene mucho que ver con el regreso de los pieds-noirs de origen español a la Península años más tarde, como describiremos más adelante, y con la situación de otros grupos que, menos numerosos y manteniendo su lugar de residencia en Argelia, Túnez o Marruecos, nunca dejaron de considerarse hijos de una identidad múltiple, al estilo de lo que nos explica el intelectual libanés Amin Maalouf. El exilio republicano en Túnez Pese a lo dicho hasta ahora, por su importancia numérica y por constituir una parte nada despreciable de la totalidad de un exilio mayor que se dio a escala mundial, hay que reconocer la magnitud del exilio republicano, que, sobre todo a partir de la derrota de 1939, pero ya desde un primer momento durante el Alzamiento Nacional de 1936, se instala en el norte de África. Contextualizando esta fuga al Magreb, tenemos que retroceder hasta marzo de 1939, después de que en febrero del mismo año hubieran cruzado casi medio millón de refugiados republicanos la frontera de España con Francia, cuando ya estaba clara la derrota deinitiva y el Gobierno provisional de la República todavía se debatía durante sus últimas horas en Valencia. Mientras que en el noreste lo más natural resultaba retirarse hacia la frontera francesa, el recogimiento paulatino de las tropas republicanas desde el centro de la Península se va concentrando hacia el este, uniendo tanto a militares como a millares de familias que huían por miedo a las posibles y frecuentes represalias. Detrás de los que se batían en retirada, los franquistas intentaban cerrar el círculo por tierra y mar, avanzando hacia las principales ciudades costeras que concentraban el mayor número de ieles al Gobierno todavía legítimo de la República. Es en esta coyuntura que se entiende en última instancia la posible huida masiva por el mar Mediterráneo. En este caso, el primer episodio importante de fuga hacia las costas africanas es el de la lota republicana, formada por quin4 Un tema muy interesante a desarrollar en próximos estudios es estudiar la diferenciación de la población de origen español entre aquellos que fueron afrancesándose y inalmente decidieron defender los colores de la bandera francesa y los que, en los años de la independencia de dichos países del norte de África, también debido a su sustrato ideológico, en este caso los mismos exiliados republicanos que pudieran haber quedado, se solidarizaron con el libre derecho a la autodeterminación de dichos pueblos. 205 Oliver Klein Bosquet ce embarcaciones militares,5 con tripulación y mando mayoritariamente gallego, que, dado el impulso del avance franquista, decide abandonar el puerto de Cartagena esquivando tanto a los submarinos alemanes como a los bombarderos italianos, aliados ambos de Franco. Siendo una mala opción Gibraltar hacia el oeste, se emprende el rumbo hacia el este, hacia el puerto argelino de Orán, con el que siempre había habido cierta relación mercantil y naval. Se pidió oicialmente autorización para atracar en ese puerto al Gobierno colonial francés, que lo denegó, una nueva muestra de la poca colaboración francesa con la causa republicana española. Finalmente, se aceptó el desplazamiento de la lota al puerto tunecino de Bizerta,6 igualmente administrado por los franceses. Túnez, con las fronteras más o menos parecidas al país independiente de nuestros días, pasó a control francés entre 1881 y 1883, más tarde que la dominación paulatina sobre Argelia, iniciada a partir de 1830, pero antes de la instauración del Protectorado en Marruecos. La recepción de estos primeros exiliados españoles no fue precisamente la de un régimen francés, consolidado en su dominio colonial, decidido a reconocer y ayudar a unas tropas cansadas y derrotadas, llegadas por mar desde la Península; más bien todo lo contrario, el hecho de haber recomendado el destino de Bizerta tenía que ver con aprovechar para la recepción de los marinos españoles unos campos de internamiento parecidos a los que ya se habían utilizado en el sur de Francia, más concretamente al estilo de Argelès-surMer.7 La mentira también surge cuando las autoridades coloniales francesas dijeron que habían pactado con las autoridades militares franquistas un regreso de la lota, al cabo de dos meses de internamiento tunecino, sin represalias, es decir, una amnistía. Dos mil de los cuatro mil marineros, o sea la mitad, coniaron en la palabra de las autoridades francesas y, una vez llegados de nuevo a Península, fueron apresados, juzgados sumarísimamente y asesinados. 5 Exactamente tres cruceros conocidos con los nombres de Méndez Núñez, Cervantes y Libertad, tres grandes buques, once destructores, entre los cuales alguna fragata, e incluso un submarino, con una tripulación total de casi 4.000 marineros. 6 Al respecto cabe destacar la obra de Bechir Yazidi, profesor de la Universidad de Túnez, El exilio de los republicanos españoles en Túnez. 7 Para conocer mejor el trato dado a los exiliados republicanos españoles por parte de Francia en sus campos de internamiento cerca de la frontera, recomendamos el documental Els camps d’Argelès (1939-1942) y la película Tornarem!, ambos de Felip Solé, en los cuales se caliica la situación como la primera catástrofe humanitaria del siglo xx. 206 El exilio español en el Magreb Los dos mil soldados restantes fueron internados de nuevo en campos cuyas condiciones solo pueden ser consideradas como degradantes para cualquier ser humano. Tres fueron los centros de internamiento de los españoles, todos en el sur desértico del país; en el campo de Mehri-Zebbeuz se concentraron la mayoría después de llegar a Bizerta, pero luego los que quedaron fueron repartidos entre los de Gabès y Kasserine8. Sin equiparar estos centros a los campos de concentración nazis, sí se puede airmar que estaban diseñados para el castigo y el aprovechamiento inhumano del trabajo de los internados. A partir de esta primera experiencia tunecina, las autoridades francesas decidieron clasiicar a los internados republicanos en el resto de espacios creados en el norte de África según su grado de compromiso político y su pertenencia o no al cuerpo militar. Algunos españoles tuvieron que esperar dos o tres años en este tipo de campos, hasta los años 1941 y 1942, sufriendo la incertidumbre y la escasez material de medios de subsistencia dignos; otros sufrieron la experiencia mucho más dura del trabajo forzado, que conllevó la muerte de gran número de ellos. En el caso de Túnez, no fueron muchos los españoles que se quedaron en su territorio tras la liberación estadounidense y la posterior proclamación de independencia del país a cargo del presidente Bourguiba en 1956. Como pasaría también en Marruecos y Argelia, la población autóctona empezó a comportarse de forma hostil con la de procedencia europea, hostilidad expresada mediante una invitación que suponía una auténtica declaración de intenciones: “Escoger entre la maleta o el ataúd”. Algunos españoles, eso sí, pudieron seguir regentando durante algún tiempo pequeños negocios de los sectores de servicios, turismo u hostelería antes de partir. Muchos volvieron a Francia, solos o junto con sus hijos, con la nacionalidad francesa adquirida por naturalización. Sufrieron, no se puede olvidar, un trato injusto como ciudadanos de segunda categoría por su origen histórico (peninsular en este caso) y procedencia última (la tierra de los llamados despectivamente moros).9 8 El número de campos de internamiento a los cuales fue a parar población republicana exiliada española es el siguiente: tres campos en Túnez y tres más en Marruecos (aparte de los internamientos en la zona del protectorado español del norte de Marruecos en Tánger, Tetuán y Melilla), pero sobre todo los catorce repartidos por territorio argelino, más otros cinco centros de reclusión del tipo presidio en el mismo país. 9 Existen en internet numerosos documentales que narran los testimonios de aquellos supervivientes del desierto del Sáhara entre los años 1939 y 1943. También existen manuscritos 207 Oliver Klein Bosquet El exilio republicano en Argelia Le 14 juin 1830, les troupes françaises débarquent à Sidi Ferruch et investissent Alger. La France appelle des colons, dont elle a besoin pour ixer et étendre son installation. Pendant la colonisation française, aux Berbères kabyles et aux Arabe en place viennen s’ajouter successivement les exiles de l’Alsace et de la Lorraine annexes. Ceux-ci, voulant rester français, s’installent en Kabulie et en Oranie. Les espagnoles, chassés para la misère, viennent en Oranie, dont la capitale avait été espagnole jusqu’en 1790. Ils cultivent et développent l’orange et l’olivier. Les Maltais et les Siciliens se ixent dans le Constantinois. Ils se livrent à l’élevage des caprins et des ovins. Plus tard arrivent aussi dans le pays les legionnaires demobilizes et les réfugiés de la Guerre Civile en Espagne. Les Phéniciens, les Romains, le Vandales et les Byzantins, puis les Arabes, les Espagnoles, les Français, sont donc venus chacun à leur tour visiter pour un temps le pays où les Berbères vivaient à leur manière, puis presque tous reepartis, non sans y avoir laissé la trace de leur passage […]. Quelle connaissance avons-nous aujourd’hui des pieds noirs, le nom utilizé pour les colons en Algérie? Naitre, vivre en Algérie, y mourir, en partir. Qui sont tous ceux-l’a qui ont constitué le pays: Mohamed, Cohen, Lopez, Martin? Ils ont tous un histoire, la meme ou presque, celle d’une naissance dans un lieu commun. Cohabitation complexe, rendue diicile par des interest, des moeurs, des religions diferent. Pour tout ce qui empeche, aujourd’hui encore, le droit à la diférence. Le nom d’Alger, et donc de l’Algérie, vient d’El Djezaïr, qui signiie en arabe ‘ilots’ […]. La segunda gran oleada del exilio republicano español en el norte de África se produce en Argelia. En el momento de la llegada de los republicanos españoles, lo primero que tenemos que recordar es que dicho territorio era considerado como un departamento más de Francia, lo cual lo diferenciaba de los protectorados de Marruecos y Túnez, aunque existía entre ellos cierta continuidad en su dominio colonial. A partir del debilitamien- como el titulado “Por tierras de moros: el exilio español en el Magreb”, del anarquista José Muñoz, que seguiría con su activismo tanto en Argelia como Marruecos; igualmente, está el testimonio de Cipriano Mora, que lograría ir de Orán a Casablanca, para luego inalmente pasar a México; o el del menorquín Deseado Mercader, que cuenta como los civiles también se echaron con pequeñas embarcaciones a la mar con tal de llegar a la costa africana. El entonces comunista Enrique Chantada corrobora que los marineros desembarcados en Bizerta eran casi todos gallegos, aunque también había aragoneses y catalanes. La movilidad sobre el territorio colonial francés era constante y posible; así pues, algunos de los españoles de Túnez lograron pasar o ser enviados a Argelia, y los que estaban en Argelia tuvieron a su vez la ocasión de ir a Marruecos. 208 El exilio español en el Magreb to de la presencia española en la zona,10 Francia fuerza la conjunción de dichos territorios por el estrecho desértico al sur de la región del Oranesado, en Colomb Bechar, lo que provoca a su vez la reacción airada y temerosa de los africanistas hispanos, o sea de aquellos, fundamentalmente militares, que creían que el declive de la presencia imperial española que había conllevado las pérdidas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898 debía compensarse con la ocupación estratégica de dicha región, a partir sobre todo de la creación del protectorado español de Marruecos en 1912, después de las guerras del siglo anterior. Desde el punto de vista francés se ofrecía protección a la presencia de poblaciones de origen europeo en toda la zona, que habían penetrado de forma pacíica pero acelerada, de Argelia a Marruecos, desde décadas anteriores, concentrándose en las ciudades de Tánger y Fez, más al norte, pero sobre todo muy mayoritarias en otras al sur como podían ser Mogador, actualmente Essaouira, Rabat o Casablanca, principalmente. Colonos de origen maltés e italiano, pero también andaluces y del levante español, integraron las ilas de los primeros pieds- 10 Sobre todo en Orán, pero también en Argel, así como también en Rabat, Salé o Casablanca, los españoles lograron siempre, durante toda la edad moderna, ser más numerosos que los franceses y otras comunidades descendientes de europeos. En Orán mismo se contaban “miles y miles de españoles” originarios desde el cabo de Gata, en Cádiz, hasta Córdoba, Almería o Murcia, Alicante, Játiva y Valencia, más al norte, y de las Islas Baleares (Mallorca, Ibiza o Menorca). Dichos españoles, de clase baja, se caracterizaban por trabajar la viña, mientras que las mujeres se quedaban en el servicio de las casas de los amos franceses. También ayudaron a construir desde un principio algunas de las infraestructuras de la colonia, como los ferrocarriles, y a desarrollar la minería. En deinitiva, la colonización francesa necesitaba mano de obra europea, aunque, a su vez, la presencia mayoritaria de españoles en algunas regiones como la de Orán —donde conservaban un dialecto propio, el patauet (mezcla de valenciano, francés y árabe), mantenían las corridas de toros y su gastronomía, y publicaban prensa en español— podía conllevar diicultades añadidas al poder establecido por la metrópoli. 209 Oliver Klein Bosquet noirs11 que fueron instalándose al sur de Orán12 y que defendieron cada vez más un mayor control francés sobre dicho territorio, que sustituyó el histórico control español de Orán e implicó la creación de un departamento que se extendería a partir de 1830 a las tres regiones tradicionales que constituyen la actual Argelia: el Oranesado, la zona de la capital, Argel, y Constantina.13 11 La existencia de la expresión pied-noir para denominar a los nacidos en Argelia de origen europeo tiene su origen en los primeros descendientes de los que tomaron la ciudad de Orán en nombre de España en la Edad Moderna. En 1830 los franceses inician desde Toulon una guerra, que duraría hasta 1847, para culminar el dominio de dichos territorios. A partir de entonces la metrópoli decide apostar por promover la llegada de colonos europeos (franceses, españoles, italianos y malteses, principalmente), que en un primer momento calzaban unas botas de color negro que seguramente darían nombre a su condición. A todos los que llegaban se les concedía una casa y doce hectáreas y de esta manera hasta 1882 se crearon 197 pueblos de colonización. El número de españoles, que ya desde un principio era mayor que el de los colonizadores franceses, fue creciendo sobre todo en la zona de Orán, donde en 1886 sumaban, entre los antiguos y recién llegados, unos 160.000, o sea, el 65%, contando también con pequeños pueblos con habitantes de origen de la misma región española, como podía ser Mallorca, Alicante, Murcia o Elche. Al concedérseles más tarde la ciudadanía francesa, fueron entrando en un terreno mixto de olvido y reproche, pero al mismo tiempo de conservación orgullosa de su identidad propia. En la Primera Guerra Mundial murieron 22.000 pieds-noirs, a los que hay que sumar 25.000 argelinos musulmanes; en total fueron enviados al Hexágono hasta 119.000 argelinos de diferente procedencia para cubrir los frentes. En 1950 aún había en Orán casi 257.000 habitantes de origen europeo, entre los que predominaban los españoles de las provincias andaluzas de Almería y Granada. Llegada la hora de la independencia de Argelia, la mayoría de pieds-noirs, al contrario de los exiliados republicanos españoles que quedaron, defendieron mantener la presencia francesa sobre dicho territorio africano, apostando incluso por la desobediencia civil al Gobierno de París, y crearon sus propias organizaciones terroristas y cuerpos armados, como la Organisation de l’armée secrète (OAS), fundada y apoyada a su vez por Franco desde España. El mismo Franco recibiría con las manos abiertas a estas poblaciones de origen español que quisieron volver bajo su régimen a la Península. Hoy se calcula que son unos 50.000 los descendientes de pieds-noirs argelinos que se establecieron en el litoral de la Comunidad Valenciana, de donde habían salido sus antepasados, protagonizando buena parte del desarrollo turístico de la zona después de haber salvado algunos ahorros en su relación directa con la Francia continental. 12 La ciudad de Orán fue tomada por España en 1509 y permaneció en manos hispanas hasta la conquista otomana, mientras que en el resto del país desde mucho antes había prevalecido el acuerdo entre los gobernantes locales con la presencia del hermano turco, igual que ocurría con todos los países más al este, solo representando una excepción Marruecos en el extremo oeste. 13 Para conocer más sobre el caso, léase la obra de Eloy Martín Corrales, profesor de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, La emigración española en Argelia. 210 El exilio español en el Magreb Si hablamos de los exiliados republicanos que en 1939 empezaron a llegar a Argelia, sobre todo debemos pensar en el desembarco que en Orán llevaron a cabo tres grandes barcos provenientes de Alicante, otro gran buque que partió desde Cartagena y una última embarcación procedente de Valencia.14 Todo ello gracias a las negociaciones del Gobierno de la República15 y otros benefactores con navieras francesas que se prestaban a la misión ofreciendo buenos precios para la causa. Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta una serie de pequeñas embarcaciones que partieron durante varios meses desde el litoral andaluz y la costa valenciana, y también pequeños pesqueros que, con la tripulación hacinada, partieron desde las Islas Baleares; estos barcos aumentaron de golpe la población española que llegaba a la Argelia colonial francesa en unas pocas semanas. Se ha calculado que desembarcaron en Argelia alrededor de quince mil personas, sobre todo en Orán y en las pequeñas poblaciones vecinas que constituían la región del Oranesado, tan presente en el recuerdo español desde el siglo xv, como ya hemos mencionado antes. Los tres grandes barcos partidos desde Alicante embarcaron a casi cinco mil personas, tres mil de las cuales solo el Stanbrook, un viejo carbonero que contaba con una tripulación únicamente de treinta marineros. Si sumamos las personas que continuaron llegando desde Francia o desde los países vecinos siguiendo los diferentes itinerarios posibles, inalmente podemos calcular en veinticinco mil los exiliados republicanos españoles en tierras argelinas. La historia del Stanbrook, por cierto, resulta una de las más tristes de la Guerra Civil española, iel muestra de la humillación de la derrota republicana dentro y fuera del país: una vez llegado al puerto de Orán, las autoridades competentes no aceptaron su desembarco hasta veintisiete días más tarde. Así pues, poco a poco las autoridades francesas diseñaban su estrategia y disponían su capacidad de absorción de estas personas por encima de sus necesidades humanitarias, eludiendo su situación extrema por la escasez de comida y agua, las enfermedades y los suicidios que se daban dentro y fuera de dichas embarcaciones. Una vez iniciado 14 Concretamente hablamos del African Trader, el Ronwyn y el Stanbrook, que salieron de Alicante; el Lezardieuz, que partió de Valencia, y el Campilo, que salió de Cartagena. Anteriormente también había salido de Alicante en dirección a Orán el Winnipeg, que meses más tarde llevaría a republicanos españoles de Burdeos, en Francia, a Valparaíso, en Chile. 15 Los últimos miembros del Gobierno republicano fueron trasladados en seis avionetas que partieron desde Alicante hacia Orán y Toulouse, ciudad esta última en la cual todos se reunieron de nuevo semanas más tarde. 211 Oliver Klein Bosquet el desalojo, mujeres y niños fueron conducidos a una antigua prisión de Orán, mientras que los hombres fueron llevados a campos de internamiento previamente acondicionados para la ocasión. Los hombres, tras ser seleccionados según su iliación política o su condición civil o militar, como ya hemos explicado, fueron conducidos a los catorce centros más importantes del país,16 entre otras más de treinta destinaciones menores, repartidos por todo el territorio, pero sobre todo concentrados en la zona sur del país, la parte que coincide con el desierto del Sáhara.17 Algunos de estos campos ya existían previamente y las autoridades francesas los habían utilizado para internar a delincuentes provenientes de la metrópoli; se había podido comprobar con certeza que determinadas condiciones de esfuerzo, en zonas donde el calor puede llegar a los cuarenta cinco y cincuenta grados centígrados, poco a poco pueden acercar al ser humano a la muerte. Algunos vigilantes de estos campos de trabajo ya se conocían desde Argelès-sur-Mer, en suelo europeo, soldados de origen magrebí y senegalés que obedecían las órdenes de capitostes dependientes de la Legión Extranjera del ejército colonial francés, en alguna ocasión y paradójicamente también de origen ibérico ancestral. Muchos españoles morirían, algunos otros escaparían al vecino Marruecos por el desierto hacia la ciudad más al este del actual reino alauita, Oujda, continuando por la ruta de Fez para llegar a Casablanca, puerto internacional que abría otras opciones internacionales hacia América. Sin embargo, otros muchos españoles tuvieron que esperar el desembarco aliado en el norte de África —primero en Marruecos, después en Argelia y, inalmente, en Túnez— para ser liberados. Tal liberación fue protagonizada principalmente por los marines de los Estados Unidos entre noviembre de 1942 y los primeros meses de 1943. 16 Los nombres de los campos más importantes son: Boghari, Bou Arfa, Canot, Colomb Bechar, Djelfa, Djord Torba, Hadjeras M’Guil, Meridja, Morand, Kennadza, Kenchela, Relizane, Sidi Bel Abbes, y Suzzoni, todos ellos relacionados en mayor o menor medida con la construcción del futuro ferrocarril transahariano que debía unir la costa mediterránea de Argelia con el Senegal atravesando toda la franja desértica del continente. 17 La Ley Daladier reconocía el peligro que representaban para los neutrales y luego colaboracionistas franceses aquellos hombres que habían luchado como “rojos” en la Guerra Civil Española, por lo que se les internaba en los peores campos argelinos, desde los cuarteles de Chateau Neuf en Orán hasta el campo de Bou Arfa, perdido en medio del desierto a medio camino entre los actuales Marruecos y Argelia. La aldea cercana de Hadjerat M’Guil era conocida por entonces como el “Buchenwald del Sáhara” y en ella aún se conservan los restos de “las tumbas de los españoles”. 212 El exilio español en el Magreb Así pues, se podría haber considerado que el exilio de los republicanos españoles, como consecuencia del desenlace de la Guerra Civil, podría haber resultado temporal, por unos años, lo cual no es del todo cierto. Muchos españoles pensaron que el hecho de quedarse a trabajar en los campos de Argelia, Túnez o Marruecos podría representar un mal menor en la época que había estallado la Segunda Guerra Mundial en Europa, el régimen colaboracionista de Pétain se aliaba con Hitler y Franco se mantenía fuerte en España. Tras los años y la no intervención internacional contra Franco, algunos españoles quedaron abandonados en el norte de África y desarrollaron una vida más o menos normal o regresaron a Francia o España tras la independencia de dichos países. Otra opción emprendida por los españoles más comprometidos fue la de alistarse en la Legión Extranjera del ejército francés. Ello ya había llevado a muchos internos del sur de Francia a recabar en tierras norteafricanas, y, viceversa, signiicaba que a muchos internos en el norte de África se les otorgaba la posibilidad de salir de aquel inierno. Contradictoriamente, unos empezaron a luchar con la Legión colaboracionista de Pétain y luego otros se alistaron o se pasaron más tarde a las tropas del general De Gaulle. El general Leclerc, al mando de la Segunda División Blindada, que, después de entrenarse en Marruecos y el Reino Unido, desembarcaría en Normandía para tomar rumbo a París y declarar la Francia Libre, contaba en su seno con la Novena Compañía, formada exclusivamente por militares republicanos españoles, la mayor parte de ellos llegados desde los campos del norte de África.18 Contradicciones de la vida y de la historia, esos españoles de que hablamos acabarían acercando a la libertad a los que habían sido sus antiguos vigilantes y captores franceses.19 18 De los 144 miembros originales de la más conocida popularmente como “La Nueve” solo sobrevivían 16 al inal de la Segunda Guerra Mundial. Después de haber luchado en países como Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto y Siria, este cuerpo militar español no solo contribuiría a la liberación de París con una bandera tricolor republicana camulada en uno de sus vehículos, sino que seguiría la contienda contra el fascismo en el resto del territorio francés hasta adentrarse en Alemania y, cerca de Múnich, llegar al mítico escondite de Adolf Hitler conocido con el nombre del Nido del Águila, en Berchtesgaden. 19 Son muchos los testimonios que maniiestan que, a pesar de haber perdido la Guerra Civil, los republicanos españoles más concienciados mantuvieron las estructuras de sus respectivas organizaciones en el exilio norteafricano con el objetivo de seguir colaborando con la resistencia contra el franquismo en España y el fascismo en Europa. En este caso, hay que destacar la organización de los comunistas, pero también la de los anarcosindicalistas, que eran bastante numerosos, a pesar de no haber sido identiicados en un principio, así como las de los republicanos moderados, socialistas, poumistas, nacionalistas vascos y nacionalistas 213 Oliver Klein Bosquet También es de justicia señalar en este punto que, mientras unos españoles se alistaban en el ejército francés para evitar más jornadas inagotables de trabajo en el desierto, otros fueron liberados previamente o contratados como asalariados por empresas francesas para labores de trabajo civil en el continente africano o en la misma colonia. Otra verdad es que a los españoles no vinculados a partidos políticos y que renunciaban a su republicanismo activo de forma expresa se les dejaba con el paso del tiempo instalarse en las ciudades argelinas, sobre todo Orán, más libremente, aunque siempre vigilados de lejos, o les permitían agrupar a sus familias, o sea, mujeres y niños, en sus puestos de trabajo en el desierto. El exilio republicano en Marruecos Yo me crié en el protectorado español de Marruecos, y siendo ese un país islámico había en él mucho respeto y mucha educación; y habiendo convivido con varias religiones y culturas, puedo decir hoy que viví entonces con más dignidad y respeto allí que a mi vuelta a la Península y en concreto a Cataluña. (Josefa Mendo, 95 años, Cambrils 2013) Para conocer con más detalle la presencia del exilio republicano en el norte de África, nos queda hablar de Marruecos, país con una larga relación con España. La actividad de portugueses, primero, y luego de españoles, durante la Edad Moderna, en las ciudades del Atlántico marroquí como pueden ser Rabat o su hermana gemela Salé, que motivó sus altas murallas defensivas y la kasbah, lo que se conoce como alcazaba o fortaleza, de los Oudeya, en la capital administrativa del reino alauita, es tan antigua como la existencia de judíos en todo su territorio, que dejaron interesantes testimonios, desde la antigua Mazagán, hoy Al Jadida, hasta la última comunidad más cohesionada en torno al boulevard de la Gare en Casablanca durante las décadas de 1950 y 1960, antes de que partieran de forma masiva hacia Israel en la década de 1970. El momento álgido del Imperio Marroquí se inicia, según los historiadores, a partir del siglo xv con la expulsión de musulmanes, judíos, mocatalanes. Hubo exiliados republicanos luchando con Leclerc en Normandía, París y el Nido del Águila, y también militares españoles en Narvik (Noruega), Angola o Etiopía, y en el desembarco en Italia. Asimismo, hay que contar todos aquellos que engrosaron la resistencia partisana francesa y otros combatientes que entraron de nuevo en territorio español como maquis en los Pirineos. Todo ello releja el heroísmo de muchos de nuestros protagonistas, en gran parte hasta el día de hoy anónimos. 214 El exilio español en el Magreb riscos y marranos de la Península Ibérica y su establecimiento en lo que empezaban a ser grandes ciudades señoriales. Se vive entonces la época de apogeo de la cultura andalusí, con su literatura, ciencia, música y artes traídas directamente desde Córdoba y Al Ándalus. Si en el caso de la costa más oriental, los primeros musulmanes expulsados, en el fondo población que podría considerarse “española” tras décadas y siglos de naturalización, se instalaron en las actuales ciudades argelinas de Tlemecén, Orán, Mazalquivir o Argel (ocupando las tres regiones históricas en las que se subdivide la antigua Al Jazira:20 Oranesado, región de Argel y Constantina), o las ciudades tunecinas de Cabo Bon, Testur, Soleimán, Zaguán o Túnez, en suelo marroquí destacarían las colonias de Tetuán, Chauen, Larache, Fez, La Mamora, Fez, Rabat y Salé, como comentábamos anteriormente. Todo ello coincide con la misma presencia romana siglos atrás, desde las marroquíes colonias de Tingis, Lixus y Volubilis hasta la Cartago tunecina, bajo el nombre de Berbería que sería conocida dicha costa, hasta las mismas inmediateces de la colonización francesa, bajo el control del pirata Barbarroja (Keriddin, en su lengua). La oicialización del colonialismo español se plasmaría mediante la instauración del protectorado español del norte de Marruecos, que incluía las zonas del Rif y Yebala, según los acuerdos franco-españoles del 27 de noviembre de 1912. Hay que recordar que el inicio del Alzamiento Nacional se produjo entre los días 16 y 18 de julio de 1936 en la ciudad norteafricana de Melilla, foco insurrecto inicial, y que la rebelión pasó a Ceuta y el resto del territorio marroquí español. También bajo dominio español había quedado una zona meridional de Marruecos, cuya ciudad más importante era Cabo Juby, en la actual provincia de Tarfaya, denominada entonces Villa Bens, que enlazaba con las otras colonias españolas de Sidi Ifni y del Sáhara Occidental, con el río Draa como frontera natural. Consideramos que, antes de la aventura tunecina de la marina republicana o del mítico desembarco del Stanbrook en el puerto de Orán, el primer exilio republicano español se produce, como avanzábamos en las primeras líneas de esta investigación, durante el mismo 1936, justo días después del golpe de Estado.21 Hablamos de los primeros republicanos que empezaron a huir desde la insurrecta Melilla y del alcalde republicano de 20 Nombre con el cual era conocida Argelia en la época antigua en el mismo idioma árabe utilizado en la zona. 21 Igualmente, cabe considerar un exilio también notable, posiblemente anterior a alguna de las fechas propuestas, la evacuación de 325 niños de la guerra que fueron a parar a territorios 215 Oliver Klein Bosquet Ceuta, depuesto y ajusticiado sin garantías por no obedecer al nuevo régimen de facto. La huida tenía, en la mayoría de los casos, el destino natural de la ciudad internacional de Tánger.22 En aquella época se decía “siempre nos quedará Tánger”, como última opción de refugio, dada su situación de ciudad neutral bajo condominio de siete países (a principios del siglo xx era gobernada por el Reino Unido, Francia y España, y ahora se le sumaban el resto de países). A pesar de la ocupación de Tánger por parte de tropas franquistas entre los años 1940 y 1945, en esta ciudad se pudo disfrutar de ciertas libertades inexistentes en la Península. Si la independencia de Túnez y Marruecos (1956) y la de Argelia (1962) —esta después de una guerra interna fratricida— comportan la fuga masiva de los europeos, españoles y pieds-noirs (del territorio más europeo de todos los norteafricanos, Argelia, regresan a Europa un millón de personas, casi el diez por ciento de la población total de entonces), una importante presencia española se alarga en Tánger hasta 1961, cuando pasa a manos del Gobierno marroquí. Posteriormente, tan solo permanecieron en Tánger algunos ciudadanos de origen español. Todavía hoy en Casablanca —otro núcleo, junto con Rabat, que conservaba hasta la década de 1990 aún un número remarcable de españoles censados en el registro consular— nos podemos encontrar a una vieja republicana española de cien años, Doña Paquita Gorroño, madrileña de origen, con una historia maravillosa que la lleva a servir a la monarquía de Hassan II sin dejar de apoyar la causa republicana y la desaparición del régimen franquista, que solo llegaría con la muerte natural del dictador. coloniales franceses del norte de África, de los cuales solo fueron repatriados 24 al inal de la contienda. 22 En Ceuta se ha recuperado la memoria histórica, como en tantos otros lugares de la geografía española, del médico y último alcalde republicano de la ciudad, Antonio López Sánchez-Prado, que murió en el empeño de defender la legalidad vigente sin dejarse amedrentar por las tropas facciosas. 216 El exilio español en el Magreb El exilio republicano en la ciudad internacional de Tánger Muchas veces pienso que Tánger era un estado de ánimo y que probablemente se instalaba para siempre en esa parte un poco fantasmal de la memoria en la que algunas personas no sabemos distinguir lo que fue verdad de lo que fue mentira. (Eduardo Haro Tecglen) En a temps-là, Tanger était l’un des indroits des plus plassionnants du monde, un Constantinople en miniature. (Robert Bentine) Tánger es realmente el pulso del mundo, como un sueño que se extiende del pasado al futuro, una frontera entre el sueño y la realidad, que cuestiona la realidad de uno como la del otro. Aquí nadie es lo que parece. (William Burroughs, 1954) Si la edad de oro del protectorado español de Marruecos, instaurado en 1912, va desde la victoria franquista en la Guerra Civil en 1939 hasta la proclamación de la independencia de todo el país en 1956, la ciudad de Tánger vivió su apogeo desde ese mismo 1912 hasta la ocupación franquista en 1940, aprovechando la Segunda Guerra Mundial, mediante tropas jeriianas tetuanís. El período de ocupación franquista se extendió hasta 1945. No se pueden olvidar los grandes sacriicios realizados para mantener bajo control español dicho territorio, sobre todo durante la cruenta guerra librada contra los rifeños de Abdelkrim El-Khattabi, entre 1920 y 1926, que provocaría el Desastre de Annual, con la aniquilación de aproximadamente catorce mil soldados peninsulares y la posterior venganza del desembarco de Alhucemas en 1925. La ciudad internacional de Tánger gozaba de un mandato internacional a cargo de Francia, España y el Reino Unido, países a los que se sumarían más tarde Bélgica, Estados Unidos, Países Bajos, Portugal y la Unión Soviética. En 1909, en nombre de la protección del capital de la línea férrea que debía construirse en los alrededores de Melilla, se produjo el Desastre del Barranco del Lobo, que a su vez provocó los hechos de la Semana Trágica en Barcelona. Y en1860 ya se produjo una primera guerra de África, con la gran batalla de Tetuán pintada por el joven Marià Fortuny. Desde 1786 Tánger era una especie de capital diplomática que daba acceso al resto de Marruecos a las potencias 217 Oliver Klein Bosquet extranjeras que querían engrosar su currículum colonial. Allí se instalaron el primer consulado español en la región y la primera delegación en el exterior de los Estados Unidos de América. Estos acontecimientos históricos sirven para analizar la profunda presencia española en Marruecos, conocida como “el laberinto marroquí”. La anexión de Tánger al Reino de Marruecos en 1961 acabó con la leyenda de una ciudad abierta a la intelectualidad y libertad y frecuentada por personajes tan conocidos como Paul Bowles, William Burroughs, Jack Kerouac, Tennessee Williams, Brion Gysin, los Rolling Stones, Truman Capote, Gore Vidal, Saint-Siënnes…, que simplemente siguieron la estela de los franceses Delacroix o Matisse, o de los catalanes Fortuny o Tapiró. También en la bella ciudad tangerina nacieron y crecieron personalidades tan importantes como el judío Schlomo Ben Ami, Eduardo Haro Tecglen, Marcelino Camacho, Luis Buñuel, Alejo Carpentier, Ignacio Ramonet, Abderramán Youssui, Jorge Verstrynge, Jacques Hachuel, Elena Benarroch, Jean-Luc Mélenchon…, tal y como relata el historiador y cronista local Rachid Taferssiti en su obra Tánger. Realidades de un mito (1998). Asimismo, en esta urbe aumentaron su fama grandes artistas como Manolo Caracol, Lola Flores, Imperio Argentina y Sara Montiel, quienes, de la mano de Pepe Carlton, actuaron en el Teatro Cervantes.23 Durante el Alzamiento Nacional de 1936 se calcula que habitaban en Tánger aproximadamente 20.000 españoles, más emigrantes económicos que políticos, pese a que luego se dividirían políticamente según las simpatías, que discutían, se reunían y se peleaban desde el republicano Café Fuentes y el nacional Café Madrid. Ceuta y Melilla rondaban los diez mil habitantes cada una, de pasaporte español, y de origen, como en el caso tangerino, mayoritariamente andaluz empobrecido. Tetuán, la capital del protectorado, junto con Larache y Alcazarquivir, no alcanzaban los 8.000 civiles españoles, aunque los militares en la zona ya ascendían a casi 14.000. Cerca de Melilla, en Nador, se concentraban unos 1.500 ciudada23 Para entender más estos paisajes de la historia, recomendamos diferentes documentales que se encuentran en la Filmoteca Nacional. Por ejemplo: España en África, Españoles en Casablanca, de Antonio Trinidad, y Rif, una historia olvidada, de Manu Horrillo. La novela tangerina llevada a la pantalla La vida perra de Juanita Narboni, de Ángel Vázquez. Los clásicos ilmes Casablanca (1942), del director estadounidense Michael Curtiz, con Humphrey Bogart en el reparto, y Morocco (1930), del director alemán Josef von Sternberg, con Marlene Dietrich. Películas de la misma época en las que aparece quizás la estrella más consagrada del cine español, Sara Montiel: Aquel hombre de Tánger, Alhucemas, Noches de Casablanca o, incluso, La Dama de Beirut. 218 El exilio español en el Magreb nos españoles. El protectorado español quedó bajo inluencia franquista y los ciudadanos de talante liberal y republicano, que podían manifestarse abiertamente en el pasado, fueron represaliados. Otros intentaban pasar desapercibidos o pasar a la clandestinidad, lo que aumentaba aún más la presencia de refugiados españoles en el Tánger libre. Otros dejaron el protectorado, al sentir amenazadas sus vidas, para instalarse directamente en zona francesa, lo que aumentó la colonia española en ciudades como Casablanca, donde un total de casi cinco mil españoles residían en los barrios de Maaris y Océan. En total, en el sur de Marruecos, sumando los preexistentes y los huidos del nuevo régimen, había aproximadamente 50.000 españoles, cifra nada desdeñable.24 Muchos de los españoles republicanos de Marruecos constituyeron la Unidad Nacional Antifascista (UNA). Teniendo su sede principal en Casablanca, pretendían concentrarse en Tánger para luego atacar Ceuta desde sus focos insurgentes escondidos en Larache, Tetuán y la misma Ceuta, con notables relaciones con otras ciudades andaluzas en resistencia. La conocida como “Operación Tánger” fue descubierta y cien de sus miembros detenidos y ajusticiados, entre los cuales también cabe destacar por su compromiso a los que tenían origen judío, también conocidos en la época como hebreos, israelitas o sefarditas. Por otro lado, durante toda esta época de ocultación y actividad clandestina es interesante y extraño a la vez encontrar y demostrar como muchos otros españoles apolíticos seguían con su actividad económica diaria en el país de acogida sin casi tener en cuenta ni presente la actividad paralela realizada desde centros reconocidos anarquistas y comunistas en ciudades como Casablanca, Rabat y Oujda. 24 Para realizar una buena comparación numérica de la presencia española en el protectorado, solo hay que comparar su momento álgido, cuando se llegaría a los casi 150.000 españoles, con la marcha de casi 100.000 personas justo después de la proclamación de la independencia marroquí. Aquí también habría que tener en cuenta los que fueron regresando poco a poco a la Península al ver que su vida no era nada fácil en el territorio alauita, conclusión a la que también llegaron muchos judíos de la zona, que regresaron a España o marcharon a Israel. 219 Oliver Klein Bosquet Una sola conclusión sobre el exilio en el norte de África Cette histoire débute dans les années quarante, en Algérie, dans la vallée parfumée de la Sebkha, toujours épargnée para la neoge. Misserghin, villaje de taille modeste, est situé à douze kilomètres d’Oran, dans la plaine des orangers. Avec les vignobles et les cultures maraichères, les agrumes sont en efet la culture dominante en ce climat doux, toujours tempéreé. On aperçoit au loin le assif du Djebel Murdjadjo. Le villaje lui-mème est constitué de trois parties. D’abord, le “vieux villaje, qui possède un épicerie-boulangerie tenue par la famille juif Cohen. A quelque cinq cents mètres se dresse l’église catholique, en face de laquelle on trouve la pépinière des Pères Blancs et des religieuses. Parmi les fruits cultivés, la clémentine: c’est lún des Pères qui, en 1902, l’a obtenue par le grefage d’un mandarinier et d’un bigaradier. L’institution comprend aussi un orphelinat. En s’éloignant de huit cents mètres environ, on atteint le “villaje neuf ”, où se situent la mairie, les écoles et la gendarmerie. Juscqu’à ce lieu, les habitants sont issus d’ethnies melées. Le douar, enin s’étage sur les contreforts de la montagne. C’est là que vivent les Álgériens d’origine árabe, qui ne participent pas aux activités comunes […]. L’histoire qu’on va lire est celle de la famille Linares, venue d’Espagne pour s’installer dans le villaje. Le père, Candide, est d’abord chaufeur de taxi. La mère, Dolores, efectue des travaux de couture et assure des ménages comme la potée espagnole chez des villageois fortunés. Le couple a trois enfants: deux illes, Odette et Julie, et un ils, Claude. L’ainée, Odette, hébergée par un avocat d’Oran pour lequel a travaillé son père, poursuit ses études au lycée de la ville. Les deux autres enfants viven avec leur parents […]. On se salue: salam alaikoum! […]. Les Français d’origine se nomment tous Martinez, Sanches, peut-etre Linares […]. Claude c’est alors un jeune-marin-piednoir-français-espagnol […]. Durante mucho tiempo el Mediterráneo representó una puerta abierta en ambas direcciones, para españoles y árabes, habitantes de cada una de sus orillas, mientras que hoy en día representa algo más parecido a una muralla que divide y distancia a dichas comunidades humanas. El trabajo de investigación aquí presentado nos debe recordar la obligación de destacar la emigración y el exilio español, concentrándonos sobre todo en la época del éxodo republicano, muy poco explicado hasta el momento, en el norte de África. Tan lejos para unos y tan cerca para otros, según como se mire, pero con la certitud de haber compartido un pasado y una historia común que no puede de ninguna manera falsearse ni borrar de la memoria 220 El exilio español en el Magreb colectiva. No olvidemos que los que cantaban “¡París, Berlín, Barcelona, Madrid!” se quedaron a medias, habiendo sufrido en parte los países vecinos de Marruecos, Argelia y Túnez, desde los cuales saltarían de nuevo al viejo continente para combatir a los fascismos de entonces. La ley de la imperfección humana no debe ocultar, en ningún caso, la ambición básica del ser que reside en la vida misma. Este es, pues, un homenaje a los que supieron vivir, sufrir y sobrevivir con el exilio a sus espaldas. Mis amigos eran de todas las confesiones; y todos consideraban un deber, una coquetería, burlarse de la suya […]. Nosotros que nos jactábamos de volterianos, de camusianos, de sartrianos, de nietzscheanos o de surrealistas, volvimos a ser cristianos, musulmanes o judíos ateniéndonos a denominaciones especíicas […]. La vida habría sido hermosa si no hubiera habido ninguna guerra, si tuviéramos aún veinte años en vez de tener cincuenta, si ninguno de nosotros se hubiera muerto, si ninguno de nosotros hubiera sido un traidor, si ninguno de nosotros se hubiera ido al exilio, si nuestro país fuera todavía la perla de Oriente, si no nos hubiéramos convertido en el hazmerreír del mundo y en su obsesión y en su espantapájaros y en su chivo expiatorio […]. Siempre despreciamos la propia época, igual que idealizamos los tiempos pasados. No me cuesta nada imaginarme de republicano en la Barcelona de 1937, o de maquis en Francia en 1942, o de compañero del Che. Pero mi vida transcurre aquí y ahora, y es aquí y ahora cuando tengo que escoger: o me atrevo a meter baza o me quedo al margen […]. El Cielo les había dado el petróleo a los árabes no para recompensarlos, sino para hacerlos sufrir, y quizá incluso para castigarlos […]. ¿Por qué tenían que llevar sistemáticamente los cristianos nombres cristianos, los musulmanes nombres musulmanes y los judíos nombres judíos, sin poder escoger nombres neutros? […]. El conlicto que impide a Occidente y al Islam reconciliarse, es el que hace retroceder a la humanidad contemporánea hacia las crispaciones identitarias, hacia el fanatismo religioso, hacia eso que llaman en nuestros días el enfrentamiento entre civilizaciones […]. Podríamos estar repitiendo sin cesar que la culpa es de los demás, pero al inal no nos quedará más remedio que mirar de frente nuestras carencias, nuestros propios defectos, nuestras propias invalideces. No nos quedará más remedio que mirar de frente nuestra propia derrota, la gigantesca y clamorosa debacle histórica de nuestra civilización […]. Mi mejor amigo entre los musulmanes era Ramez; mi mejor amigo entre los judíos era Naím, y mi mejor amigo entre los cristianos era Adam. Por supuesto, no todos los cristianos era como Adam, ni todos los musulmanes como Ramez, ni todos los judíos como Naím. Pero yo a quien veía en primer plano era a mis amigos. (Amin Maalouf, Los desorientados) 221 Oliver Klein Bosquet Agradecimiento y comentario inal Este trabajo de investigación no hubiera sido posible sin las aportaciones de los siguientes autores, entre los cuales quiero destacar las aproximaciones al Corán realizadas a través de las traducciones respectivas de Joan Vernet y Mikel de Epalza: Bernabé López García, Gema Martín Muñoz, Dolors Bramon y Josep Maria Sanahuja; asimismo, la lengua francesa me ha acercado a Tahar Ben Jelloun, Amin Maalouf o Bichara Khader para entender mejor los lugares de que hablamos. Entender el contexto básico, la civilización y la cultura de que hablamos no hubiera sido posible sin la obra cumbre de Mohamed Choukri, El pan desnudo. Las obras de Paul Bowles Cabezas verdes, manos azules (1963) o Diario de Tánger 1987-1989, llevada de manera brillante a la pantalla, ayudan a conocer los parajes tangerinos de la avenida de España, el Zoco Chico, el Teatro Cervantes, el Café Hafa, etc. Tánger también es evocada por Jean Genet, Luchino Visconti, Tennessee Williams, Truman Capote, William S. Burroughs, Allen Ginsberg, Jack Kerouac, Gore Vidal, Djuna Barnes o Cecil Beaton, entre muchos otros ya mencionados. Historiadores como los clásicos José María Jover, Menéndez Pidal y Juan Bautista Villar, junto con los franceses Fernand Braudel y Bartolomé Bennassar, el inglés Sebastian Balfour, o los marroquíes Mohamed Benaboub (de Tetuán), Brahim Butayeb (de Rabat) y Mimoun Aziza (de Mequinez), han sido para mí primordiales. También resulta imprescindible entender a Albert Camus en su contexto original argelino (por cierto, de madre mahonesa, menorquina) y las contribuciones contemporáneas de personajes como Sami Naïr, y otro largo etcétera. Resulta inevitable dar las gracias de forma pública y especial a aquellos que me han acompañado con su consejo, entre los cuales cabe destacar a Arturo Reig Tapia, cónsul general de España en Tánger, Cecilia Fernández Suzor, directora de Instituto Cervantes de Tánger, Rachid Tefersiti, cronista oicial de la ciudad de Tánger, y Sonia Subirats, documentalista mexicana aincada en Barcelona. Finalmente, quiero agradecer los testimonios orales de residentes españoles en Marruecos, Argelia y Túnez, entre los cuales cabe destacar a la Sra. Mendo (Tetuán) y al Sr. Kunze (Orán). 222 El exilio español en el Magreb Bibliografía básica Aouad, Oumama y Benlabbah, Fatiha, Españoles en Marruecos 19002007: Historia y memoria popular de una convivencia, Instituto Hispano-Luso, 2008, Rabat. Badia i Leblich, D., Els viatges d’Alí Bei, Les Lectures de l’Estudiant, Barcelona, 1980. Braudel, F., El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, Fondo de Cultura Económica, México, 1980. Fundació Ametller, Le Grand Tour: el viatge d’Antoni Batista al Marroc l’any 1903, Casa Ametller, Barcelona, 2005. Hernando de Larramendi, M., Historia y memoria de las relaciones hispano-marroquíes. Un balance en el cincuentenario de la independencia de Marruecos, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, Madrid, 2009. Iglesias, M., Conlicto y Cooperación. España y Marruecos (1956-2008), Centro de Estudios Andaluces, Cádiz, 2010. Laroui, A., Historia del Magreb, Editorial MAPFRE, Madrid, 1994. Martínez-Antonio, F. J., Joaquim Gatell. 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Máster Oicial Europeo en Derecho Ambiental por la misma URV y Máster Oicial Europeo en Derecho Comunitario por el Europa-Institut de la Universidad del Sarre, en Alemania. Además, es especialista universitario en Relaciones Internacionales (UB), Cultura de Paz (UAB) y Estudios Cubanos (La Habana, Cuba). Ha trabajado en el Ministerio de Cooperación al Desarrollo alemán, el Instituto Internacional de Gobernabilidad (IIGOV), el Observatorio de Derechos Humanos DESC e Idea-Born Consulting. Ha dado clases en las universidades de Barcelona, Lleida, Girona, Salamanca, Ortodoxa de Iasi (Rumanía) y Centroamericana de Managua (UCA), entre otras. 224 L’EXILI INTERN: LA SOLIDARITAT CATALANA AMB ELS REFUGIATS I DESPLAÇATS DURANT LA GUERRA CIVIL (1936-1939) Juan Roberto Zepeda Iturrieta Universitat Rovira i Virgili Resum La següent comunicació no se centra exclusivament en el fenomen dels refugiats republicans acollits a Catalunya durant la Guerra Civil, sinó més aviat en un sentiment tan humà com pot ser la solidaritat. La solidaritat del poble català cap als milers de refugiats que van arribar a Catalunya fugint dels combats i de la ferotge repressió per part de les tropes franquistes. Una solidaritat que comptà amb molts protagonistes, sobretot aquells ciutadans que hi van participar d’una manera o d’una altra, i que adoptà diferents formats gràcies a les nombroses iniciatives que es van dur a terme. Paraules clau Refugiat, Guerra Civil, Catalunya, solidaritat Abstract his article looks beyond the republican refugees that arrived in Catalonia to discuss the solidarity showed by the Catalan nation towards all of the thousands of refugees that arrived in Catalonia ater leeing from the ighting and the terrible repression inlicted by Francoist troops. his solidarity had many heroes, above all those citizens who took part in one way or another, and it manifested itself in many diferent ways through the numerous initiatives that were undertaken. Keywords Refugee, Civil War, Catalonia, solidarity Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 225–237. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Juan Roberto Zepeda Iturrieta Introducció Abans de començar, vull explicar per què vaig escollir aquest títol. Primerament, n’havia decidit un altre, un de més especíic, que estigués relacionat amb les darreres investigacions que havia portat a terme i que feien referència a l’arribada de refugiats republicans a diferents municipis del Tarragonès. Però em vaig adonar que era parlar una altra vegada del mateix, de dades, d’institucions implicades, de proveïments, etc.; per tant, vaig decidir aquest cop, aproitant la invitació al congrés sobre els exilis contemporanis, parlar d’un sentiment tan humà com pot ser la solidaritat. Concretament, la solidaritat del poble català cap a aquells refugiats que arribaran d’altres zones de l’Estat i cap als desplaçats del mateix territori. Tanmateix, hem d’entendre aquest sentiment com un conjunt d’iniciatives a partir del treball col·lectiu tant dels organismes implicats (conselleries, entitats obreres, ajuntaments…) com dels mateixos ciutadans. És més, tota aquesta solidaritat no hagués funcionat sense uns i altres, sinó com s’entén que Catalunya acabés albergant prop d’un milió de refugiats (un terç de la seva població), si tenia una població de 3 milions? Pot semblar poc rigorós plantejar aquesta ponència des d’aquesta òptica, no és el meu propòsit, ans al contrari, aquesta vegada vull tractar la història des d’una vessant més humana, amb la qual ens puguem identiicar. Per tant, per portar a terme el meu propòsit em basaré en les incomptables mostres de solidaritat que he localitzat tant en la premsa de l’època com en investigacions anteriors.1 No pretenc, en cap moment, idealitzar l’ajuda cap als refugiats, sóc conscient que també es van produir casos greus d’enfrontaments entre uns i altres, però, sincerament, crec que seria injust, sobretot per tots aquells que van ajudar i que desgraciadament ja no hi són (herois anònims, com jo els anomeno), quedar-nos amb una realitat negativa dels refugiats. Clar que hi va haver de tot, no ens oblidem que una guerra fa treure el pitjor de nosaltres, però també el millor. 1 Vegeu: Zepeda Iturrieta, J. R.: “Els refugiats a Aiguamúrcia durant la Guerra Civil (19361939)”, SANTES CREUS. Revista de l’Arxiu Bibliogràic, volum XXIII (2010), pp. 93-126; Zepeda Iturrieta, J. R.: “Els refugiats de guerra a Constantí (1936-1939)”, Estudis de Constantí, núm. 27 (2011), Centre d’Estudis de Constantí/Ajuntament de Constantí, pp. 167-200; i Zepeda Iturrieta, J. R.: “Els refugiats de guerra al Tarragonès (1936-1939)”, a Arnabat, Ramon; Gavaldà, Antoni (ed.), Congrés Internacional Pere Anguera. Homenatge al doctor Pere Anguera, vol. 1: Història local. Recorreguts pel liberalisme i el carlisme, València, Editorial Afers i Grup ISOCAC-URV, 2012, pp. 267-278. 226 L'exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil Un cop dit això, si fem una ullada al passat ens adonem ràpidament que ins a la Guerra Civil no s’havia produït un èxode intern tan important com el que provocà el conlicte. Sens dubte, és el més important de la història d’Espanya, i més si tenim en compte que hem de retrocedir ins al segle xix per localitzar desplaçaments importants de població, per exemple, els que originaren la guerra d’independència i les tres guerres carlines, els restabliments absolutistes de 1814 i 1823, i la Revolució Cantonalista del 1873, encara que no tingueren la mateixa repercussió demogràica. De fet, la Guerra Civil serà un dels primers conlictes europeus del segle xx a provocar un desplaçament de població de gran abast, només comparable amb els que s’originaren amb la Primera i, especialment, durant la Segona Guerra Mundial. Sens dubte, les dues grans guerres marcaran un abans i un després respecte als desplaçaments forçosos, a causa, sobretot, de les polítiques d’ocupació i la consegüent neteja ètnica o intercanvi de població que portaran a terme els diferents estats. Segons Tony Judt: “Al inal de la Primera Guerra Mundial fueron las fronteras las que se reinventaron y ajustaron, mientras que en general no se movió a la gente. Después de 1945 ocurrió todo lo contrario; salvo una notable excepción, las fronteras se mantuvieron esencialmente intactas y fue a la gente a la que se cambió de lugar.”2 Certament, aquest reajustament de les fronteres propicià una nova varietat de refugiat, el que Francesc Veiga ha denominat “el refugiat immòbil”.3 Finalment, cal afegir que serà realment durant la guerra quan es construirà la igura jurídica del refugiat, amb els seus drets i les seves obligacions, passant a tenir una identitat pròpia reconeguda pels diferents organismes. En aquest sentit, Catalunya serà pionera tant en el reconeixement d’aquesta identitat com en l’estructura assistencial. No oblidem que, tot i que després de la Primera Guerra Mundial la Societat de Nacions designaria un Alt Comissionat per als Refugiats, no fou ins després de la Segona Guerra Mundial quan realment es posarien en marxa organismes especialitzats a protegir els refugiats d’arreu del món com ara l’OIR (Organizació Internacional per als Refugiats) o l’ACNUR (Alt Comissionat de les Nacions Unides per als Refugiats). 2 Judt, Tony, Postguerra. Una Historia de Europa desde 1945, Madrid, Taurus/Santillana, 2005, p. 54. 3 Veiga, Francesc: “Doblement estranger: Desplaçaments forçosos i forçats a l’Europa del segle xx”, a 1er. seminari sobre: Desplaçaments forçosos i exilis a l’Europa del segle xx. Les condicions de partença i d’acolliment, La Jonquera, Museu Memorial de l’Exili, 22 d’octubre del 2010, s. p. 227 Juan Roberto Zepeda Iturrieta Els moviments interns de la població refugiada i la solidaritat dels llocs d’acollida Amb l’esclat de la guerra el territori quedà pràcticament dividit en dues parts: una on triomfà l’alçament i una altra on fracassà, que quedà sota domini republicà. Tenint en compte això, la primera idea que vull remarcar és que hi ha una estreta relació entre l’arribada de refugiats republicans i la situació del front de guerra. És a dir, a mesura que avancin les tropes rebels es produiran moviments de població cap a zones de rereguarda. Senzillament la gent fuig per un sentiment tan humà com és la por, la por de les represàlies franquistes. No és d’estranyar, ja que la política que portaven a terme les autoritats franquistes un cop ocupaven una població era la de castigar, depurar i, ins i tot, afusellar sense miraments a tot aquell que fos considerat desafecte. Sens dubte, aquesta manera de fer responia a una estratègia de guerra per crear un clima de terror entre la població i, d’aquesta manera, anihilar qualsevol rebrot contestatari. A més a més, els efectes psicològics derivats d’aquesta actuació tenien un efecte dòmino sobre la resta de poblacions que encara no havien estat ocupades. Per tant, si seguim les operacions bèl·liques podem contextualitzar el moviment de refugiats i l’arribada a poblacions catalanes. Veurem, doncs, quins són els primers i quan arriben. Certament, l’objectiu inicial de Franco era conquerir ràpidament la capital, Madrid. Com? Encerclant-la des del nord, amb l’exèrcit del general Mola, i alhora des del sud amb les tropes comandades pel general Queipo de Llano. Així doncs, entre l’agost i l’octubre del 1936 les tropes rebels van ocupar zones d’Andalusia, d’Extremadura i de la província de Toledo, provocant els primers moviments de població en direcció a Madrid. I no foren els únics, també arribaren d’altres territoris propers a la capital com ara Àvila o Lugo, que havien quedat sota domini nacional. Per tant, arribarien a la capital milers de refugiats que, posteriorment, serien traslladats cap a València, on s’instal·laria el Govern de la República, i, en darrer lloc, a Catalunya. Sovint, les evacuacions es portaran a terme en tren, però també s’utilitzaran altres mitjans com ara camions i altres vehicles. D’altra banda, a partir del mes de setembre els nacionals conqueririen Irun i Sant Sebastià, tallant el pas cap a la frontera amb França i obligant a fer els desplaçaments en vaixell cap als ports del litoral francès. 228 L'exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil Així doncs, en primer lloc arribaran andalusos, bascos i madrilenys. Detinguem-nos un moment en aquests últims i en les mostres de solidaritat cap a ells. Per exemple, comproveu com van ser rebuts a Valls:4 Escrit de benvinguda cap als refugiats madrilenys (Acció Sindical). Tal com s’apuntà, van arribar uns 300 refugiats procedents de Madrid i altres pobles del voltant. Immediatament foren atesos per la Conselleria d’Assistència Social, encapçalada pel conseller municipal Emili Martí, i hostatjats a la Casa Caritat i les dependències annexes. La majoria eren vells, dones i infants, i sembla ser que una munió de veïns els estaven esperant per oferir-los menjar i beure.5 Va ser tota una demostració de solidaritat, almenys aquesta és la percepció d’un vallenc que hi era aquell dia: “l’assistència dels ciutadans era una demostració de simpatia i de solidaritat vers els que arribaven vençuts i abatuts per la tragèdia viscuda a la seva terra”.6 De fet, se succeïren arreu les campanyes d’ajuda cap als refugiats madrilenys: 4 Acció Sindical, 3-12-1936, p. 1. 5 Aquest moment també és recollit per Casas-Mercadé, F.: Valls: la guerra civil (Quan no hi havia pau ni treva) 1936-1939, Valls, Institut d’Estudis Vallencs, 1982, p. 242. 6 Aquesta i altres impressions són recollides per Joan Roig i Sendrós en el seu article “La tragèdia dels refugiats”, Acció Sindical, 13-05-1937, p. 3. 229 Juan Roberto Zepeda Iturrieta Campanyes a favor dels refugiats endegades per la Secció Catalana del SRI (Lluita, 02-12-1936, p. 1). La Vanguardia (08-04-1937, p. 4). Si més no, una part important d’aquestes ajudes foren destinades als infants madrilenys. Molts d’ells van arribar sols i van ser acollits en règim familiar. Fou una pràctica habitual que funcionà força bé. Durant els primers mesos de la guerra molts ajuntaments van oferir a les famílies catalanes la possibilitat d’acollir nens a casa seva. La crida funcionà de manera extraordinària. Per una banda, entre el 24 de novembre i el 14 de desembre del 1936, uns 93 infants refugiats foren acollits entre Tarragona (54), la Pobla de Montornès (21), la Nou de Gaià (15) i la Pobla de Mafumet (3);7 i, per una altra, durant aquest mateix període també foren acollits uns 57 refugiats a Constantí8 i uns 25 a Roda de Barà,9 entre d’altres. Aquest és simplement un aspecte quantitatiu de l’acolliment; certament, allò que vull destacar és que les relacions personals que s’establiren entre ambdues parts es traduïren en una realitat afectiva i de parentesc que es mantingué al llarg de la guerra i que, en alguns casos, ha perdurat ins avui en dia. Durant la seva estada molts d’ells es convertiren en un més de la família. Per aproximar-nos a aquesta realitat, us vull explicar el cas d’un infant madrileny, Félix Palomo Cadalso, que va ser acollit a Valls per la família 7 Piqué i Padró, J.: La crisi de la reraguarda. Revolució i Guerra Civil a Tarragona (19361939), Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1998, p. 613. 8 Zepeda Iturrieta, J. R.: “Els refugiats de guerra a Constantí…”, op. cit., pp. 187-191. 9 Solé i Morera, Marçal: Roda de Barà. Notes Històriques, Roda de Barà, Ajuntament de Roda de Barà, 2002, p. 326. 230 L'exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil Guasch. Sembla ser que va tenir molt bona acollida entre la comunitat vallenca ins al punt que la seva mort, malauradament als 10 anys, va ser viscuda com una autèntica tragèdia.10 A banda de l’adopció, hi hagueren altres iniciatives destinades a ajudar els infants, com ara la recollida de donatius, roba o joguines, els serveis gratuïts per part d’alguns sindicats o, ins i tot, les campanyes solidàries com la Setmana del Nen.11 Finalment, un cop acabat el conlicte, molts d’ells serien retornats amb les seves famílies originàries; altres, però, es quedarien a viure per sempre a Catalunya. Treball (26-12-1936, p. 3). El Pueblo (29-12-1936, p. 1). La guerra seguia el seu curs i entre els mesos de novembre del 1936 i de març del 1937 continuaren arribant refugiats. A banda dels madrilenys, 10 Treball, 16-01-1937, p. 3. 11 Per exemple, el PSUC posà en marxa una campanya de recollida de donatius destinada a comprar roba per als infants refugiats de Portugal que havien arribat a Tarragona en el vaixell Nyassa. Diari de Tarragona, 25-10-1936, p. 1. 231 Juan Roberto Zepeda Iturrieta un altre dels grups importants a la demarcació de Tarragona foren els andalusos, especialment els malaguenys. A partir de la caiguda de Màlaga (el 10 de febrer) en mans dels nacionals, s’iniciaria un èxode importantíssim de població civil, primer cap a Almeria, on passarien uns dies, i, posteriorment, cap a terres catalanes. Alguns d’ells arribarien en tren o en vaixell a Tarragona i, des d’aquí, serien repartits pels diferents municipis.12 Igual que succeí amb els madrilenys, de seguida s’endegaren un seguit de campanyes com la que emprengué el Socors Roig del POUM a Tarragona per tal de recollir donatius.13 Per fer-nos una idea de la difícil situació que visqueren alguns dels refugiats he volgut incloure una notícia que, al meu parer, plasma o almenys s’apropa a aquesta realitat. El fet és que quatre malaguenys van entrar en un bar de Tarragona demanant si podien menjar per una pesseta. Davant d’aquesta situació, uns comensals que hi havia aquell dia els van convidar a dinar.14 No deixa de ser un episodi excepcional que, en qualsevol cas, no es pot generalitzar, però que sí que es pot extrapolar a altres situacions concretes. Entre l’abril i l’agost del 1937 continuaren arribant refugiats, pocs, novament de Madrid i uns quants del nord. Són mesos de durs combats; per una banda, durant el mes de març Mola havia iniciat la conquesta de Biscaia (el 26 d’abril fou el bombardeig de Guernica) i cap al mes de juny queia Bilbao, quedant el nord aïllat i a expenses dels nacionals. D’altra banda, les forces republicanes havien iniciat una contraofensiva a Brunete (el juliol del 1937) i a Belchite (l’agost del 1937). A partir del setembre del 1937 comencen a arribar grups importants procedents d’Euskadi i de Cantàbria. Un mes després, els seguiran els asturians. Davant la impossibilitat de fer una evacuació per terra s’optà per la via marítima. El destí foren diversos ports del litoral atlàntic francès i des d’aquests es passà, posteriorment, a Catalunya. Un dels ports d’evacuació més important fou el de Gijón.15 Precisament d’aquest port va salpar el 12 La premsa recollia l’arribada al port de Tarragona d’un vaixell amb 1.700 evacuats procedents d’Almeria i Màlaga. Llibertat, 23-02-1937, p. 3. 13 Diari de Tarragona, 14-02-1937, p. 1. 14 Pel que recull la notícia, sembla ser que eren membres de l’Exèrcit Popular els que inalment van pagar l’àpat. Diari de Tarragona, 10-03-1937, p. 2. 15 Per conèixer més dades sobre l’evacuació d’Astúries i sobre els vaixells que salparen del port de Gijón vegeu: González López, Etelvino, Ni cautivos ni desarmados: Asturianos refugiados en Cataluña (1937-1939), Oviedo, KRK ediciones, 2008. 232 L'exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil 3 de setembre un vaixell denominat Mieres en direcció a Bordeus, on va arribar el dia 7. Dies després, entraven a Catalunya i s’instal·laven en diferents municipis. El dia 11 unes quantes famílies asturianes eren acollides a Aiguamúrcia.16 Amb la caiguda del front del nord, diferents delegacions com ara la càntabra, l’asturiana i la basca s’establiran a Catalunya per tal de donar assistència als seus refugiats. En general funcionaran força bé, sobretot la basca a causa de les bones relacions que mantindrà amb la Generalitat. Targeta enviada per la Delegació del Govern d’Euskadi a Catalunya als refugiats bascos acollits a Alcover. Any 1937. AMA: Fons Ajuntament d’Alcover. Beneicència i Assistència Social. Assistència Social Prorefugiats 1937-1938. Sig. sist. 4.5.9. Sig. top. 4.4.27. En aquest moment, el nombre de refugiats acollits a Catalunya sobrepassava qualsevol expectativa inicial i feia indispensable adoptar mesures d’urgència per tal d’hostatjar-los, com ho demostra el fet que el Govern de la Generalitat es veiés obligat a decretar l’allotjament obligatori de refugiats entre les famílies catalanes.17 A més a més, amb la creació del Comissariat d’Assistència als Refugiats (CAR), amb Xavier Casademunt al capda- 16 Zepeda Iturrieta, J. R., “Els refugiats a Aiguamúrcia…”, op. cit., p. 109. 17 El Pueblo, 12-10-1937, p. 2. 233 · Juan Roberto Zepeda Iturrieta vant, es reorganitzarà de manera més efectiva la seva distribució entre les diferents regions o vegueries.18 Després de l’arribada dels grups del nord, es produirà un període d’estagnació ins al mes d’abril del 1938, quan, com a conseqüència de la gran ofensiva nacional sobre l’Aragó i l’arribada de l’exèrcit franquista a la riba dreta del riu Ebre, començaran a arribar aragonesos i els primers desplaçats catalans. A partir de la batalla de l’Ebre es produirà un degoteig constant de refugiats i desplaçats ins pràcticament els darrers mesos de la guerra. A aquests últims, s’hi sumaran, a partir del mes de novembre, els provinents de la zona del Segre. Famílies senceres abandonaran les seves llars i es dirigiran cap a zones de rereguarda. Per acabar, només cal afegir que ja que parlem de solidaritat no em deixa de sorprendre com el president Companys va repetint al llarg de la guerra aquesta paraula. Una solidaritat que, sens dubte, no hauria estat possible sense la participació de tota la societat catalana, tant dels organismes implicats com de les pròpies persones que van col·laborar-hi d’una manera o altra. A tots ells vull dedicar aquesta comunicació. Moltes gràcies. 18 El Comissariat d’Assistència als Refugiats va establir delegats a totes les capitals de vegueries: 1a vegueria (Barcelona), delegat Ararás; 2a vegueria (Girona), delegat Farrerons; 3a vegueria (Tarragona), delegat J. Cadevall; 4a vegueria (Reus), delegat provisional J. Cadevall i, posteriorment, Josep Borràs Messeguer; 5a vegueria (Tortosa), delegat Codina; 6a vegueria (Vic), delegat Senón; 7a vegueria (Manresa), delegat Sens; 8a vegueria (Lleida), delegat Alzamora i 9a vegueria (Tremp), delegat Jimeno. La Vanguardia, núm. 23.003, 3-12-1937, p. 2 234 L'exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil Crònica diària de les activitats del president Companys: 3 de setembre de 1937, ANC, Fons Generalitat de Catalunya, Segona República (1931-1939). 235 Juan Roberto Zepeda Iturrieta Fonts arxivístiques Arxiu Municipal d’Alcover (AMA): Fons Ajuntament d’Alcover. Beneicència i Assistència Social. Assistència Social Prorefugiats 1937-1938. Sig. sist. 4.5.9. Sig. top. 4.4.27. Arxiu Nacional de Catalunya (ANC), Sant Cugat del Vallès: Fons Generalitat de Catalunya. Segona República (1931-1939): Crònica diària de les activitats del president Companys 1937. Fonts hemerogràiques Acció Sindical (1936-1938). Valls. Diari de Tarragona (1936-1938). Tarragona. Llibertat (1937). Tarragona. Lluita (1936-1938). Tortosa. Pueblo, El (1936-1938). Tortosa. Treball (1936-1938). Valls. Vanguardia, La (1936-1939). Barcelona. Bibliograia Casas-Mercadé, F., Valls: la guerra civil (Quan no hi havia pau ni treva) 1936-1939, Valls, Institut d’Estudis Vallencs, 1982. González López, Etelvino, Ni cautivos ni desarmados: Asturianos refugiados en Cataluña (1937-1939), Oviedo, KRK ediciones, 2008. Judt, Tony, Postguerra. Una Historia de Europa desde 1945, Madrid, Taurus/Santillana, 2005. Piqué i Padró, Jordi, La crisi de la rereguarda. Revolució i guerra civil a Tarragona (1936-1939), Barcelona, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1998. Solé i Morera, Marçal, Roda de Barà. Notes històriques, Roda de Barà, Ed. Ajuntament de Roda de Barà, 2002. Veiga, Francesc, “Doblement estranger: Desplaçaments forçosos i forçats a l’Europa del segle xx”, a 1er. seminari sobre: Desplaçaments forçosos i exilis a l’Europa del segle xx. Les condicions de partença i d’acolliment, La Jonquera, Museu Memorial de l’Exili, 22 d’octubre del 2010, s. p. Zepeda Iturrieta, J. R.: “Els refugiats a Aiguamúrcia durant la Guerra Civil (1936-1939)”, SANTES CREUS. Revista de l’Arxiu Bibliogràic, volum XXIII (2010), pp. 93-126. 236 L'exili intern: la solidaritat catalana amb els refugiats i desplaçats durant la Guerra Civil —: “Els refugiats de guerra a Constantí (1936-1939)”, Estudis de Constantí, núm. 27 (2011), Centre d’Estudis de Constantí/Ajuntament de Constantí, pp. 167-200. —: “Els refugiats de guerra al Tarragonès (1936-1939)”, a Arnabat, Ramon; Gavaldà, Antoni (ed.), Congrés Internacional Pere Anguera. Homenatge al doctor Pere Anguera, vol. 1: Història local. Recorreguts pel liberalisme i el carlisme, València, Editorial Afers i Grup ISOCAC-URV, 2012, pp. 267-278. Juan Roberto Zepeda Iturrieta: Nascut a Xile l’any 1975, la seva família emigrà cap a Catalunya com a conseqüència de la greu situació política i econòmica derivada de la dictadura del general Pinochet. Llicenciat en Història per la Universitat Rovira i Virgili l’any 2003, s’ha especialitzat en el període de la Guerra Civil i el Franquisme, sobretot en relació amb la demarcació de Tarragona, àmbit en el qual ha publicat llibres i articles de diferents temàtiques. Darrerament, les seves investigacions s’han centrat a estudiar el fenomen dels refugiats republicans acollits a Catalunya durant la Guerra Civil. 237 ELS REFUGIATS DE GUERRA A LA IV VEGUERIA (1936-1939) Esther Gutierrez Escoda Universitat Rovira i Virgili esther.gutierrez@urv.cat Resum Existeix abundant bibliograia respecte a l’exili dels espanyols després de la derrota republicana el 1939. No obstant això, hi ha pocs estudis realitzats que relecteixin l’èxode de les persones evacuades que escapaven de les zones castigades per la guerra. Aquest èxode massiu es produeix des de inals de juliol del mateix 1936 cap a Catalunya i el Llevant peninsular. El 1939, es repeteix el procés, però a la inversa, a causa del programa franquista anomenat Repatriación, segons el qual, tots els refugiats de guerra que s’estaven a Catalunya, van ser retornats per la força als seus pobles d’origen. Aquest article pretén fer un estudi aproximatiu a l’estada dels evacuats de guerra a Catalunya, en concret a les comarques de la IV Vegueria. Paraules clau Guerra, evacuació, refugiat, infants, ajuntament, Generalitat Abstract here is abundant literature regarding the exile of many Spaniards ater the Republican defeat in 1939. However, only a few studies deal with the exodus of evacuees leeing the areas hit by the war. his mass exodus to Catalonia and the Levante region of Spain started in late July 1936. Nearly three years later, in the spring of 1939, the process was repeated in reverse as a result of Franco’s “repatriation” programme whereby all war refugees in Catalonia were forcibly returned to their villages of origin. his article seeks to uncover the story of war evacuees in Catalonia, particularly in the areas of the “4th Vegueria” (Conca de Barberà, Priorat, Baix Camp, Ribera d’Ebre). Keywords War, evacuation, refugee, children, city council, Generalitat (Catalan Government) Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 239–255. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Esther Gutierrez Escoda Què entenem per “refugiat”? Segons un decret publicat a la Gaceta de la República: “se entiende por refugiado a toda persona que ha tenido que mudar de residencia, por razones de guerra, que no es desafecto al régimen, y que no tiene medios inmediatos de subsistencia, ni es acogida por otra de su familia o amistad.”1 Sens dubte, el desplaçament humà que va signiicar l’inici de la Guerra Civil Espanyola implicà per al Govern de la República i per la Generalitat de Catalunya un dels problemes més greus que van haver d’afrontar el conjunt de les administracions d’aquesta etapa històrica. La situació desencadenada després de l’aixecament militar i les seves conseqüències socials i demogràiques no tenien precedents a la Península i, per tant, no es disposava dels mitjans econòmics i materials necessaris per afrontar el problema de l’evacuació de guerra. Així, per poder organitzar l’evacuació d’una localitat es començava per la instal·lació de la Oicina Ambulante de Evacuación. Cada persona rebia aleshores una targeta d’evacuació que era bescanviada per una itxa/ carnet deinitiva de refugiat quan arribava al seu destí. L’expedició comptava amb un responsable que es feia càrrec de tota la documentació i, a més, havia de respondre davant el Comité Nacional de Refugiados. Les expedicions creuaven diferents punts de vigilància situats per les carreteres. Aquests Puntos de Control era on la persona evacuada bescanviava el boleto pel seu salconduit, que portava el mateix número d’evacuat que li havien assignat al lloc de partida. El transport es realitzava de diferents maneres (moltes vegades a peu), però la Compañía de Transporte Automóvil de Evacuación comptava amb uns 40 xofers. L’exèrcit, els ajuntaments i les expedicions d’aliments que abastien les ciutats més grans també s’encarregaven de transportar els refugiats, ja que de tornada els camions anaven buits de càrrega i això s’aproitava per instal·lar-hi la gent. Un cop la persona evacuada arribava al municipi d’acollida, havia de reomplir una itxa que implicava un qüestionari per conèixer les característiques familiars, personals, professionals, procedències, destinació, acollida… Finalment, es reconeixia el Dret de Refugiat i se li proporcionava un carnet.2 1 La Gaceta de la República (1-4-1937). 2 Clavijo Ledesma, J. (2003), “La política sobre la població refugiada durant la guerra civil”, 1936-1939, tesi doctoral, Universitat de Girona, pp. 61-64. 240 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) En general, la mobilitat absoluta (no relativa), va estar molt concentrada entorn de les províncies més poblades, Madrid i Barcelona, així com, d’una manera creixent, València. És possible complementar aquesta informació amb una sèrie d’hipotètiques etapes migratòries en funció de les fases de la guerra, d’acord amb un calendari cronològic respecte a la posició de l’exèrcit rebel que, amb lleugeres variacions, han descrit diferents autors. En realitat, aquestes xifres han de ser considerades com una aproximació molt general, perquè el recompte de refugiats va ser extremament difícil a causa de la mateixa guerra i de la gran quantitat de desplaçaments d’anada i de tornada, o en diferents direccions, d’alguns fugits ja que, a part dels refugiats, hem de considerar que la guerra també generà importants moviments de població militar. En principi foren els sindicats els que s’encarregaren de l’acollida dels evacuats de guerra a Catalunya, i això fou així perquè disposaven d’ediicis coniscats. Els refugiats formaren, d’aquesta manera, comunitats on cadascun tenia la seva funció dins del grup. A mesura que s’incrementà l’arribada massiva de persones evacuades, van ser redistribuïdes per tots els ajuntaments de Catalunya a través dels delegats de cada vegueria. Un cop saturats els ediicis dels sindicats, els refugiats s’instal·laren en ediicis públics, però després en cases particulars, sobretot els nens que venien sols. El menjar els arribava mitjançant els ajuntaments.3 Els ajuntaments, els comitès antifeixistes i la Generalitat Per tota la zona lleial a la República van néixer comitès obrers articulant el poder local a la rereguarda, de manera que aquesta quedava conigurada a partir dels ajuntaments, que seguiren existint, però que van reduir les seves funcions a causa de l’activitat dels comitès. Això no obstant, sense tenir en compte els casos concrets, les corporacions locals no van ser destruïdes i, per tant, van conviure en diferents graus d’harmonia amb el comitès antifeixistes locals.4 Arribats a aquest punt, caldria recordar que l’octubre del 36 la Generalitat ja havia dividit el territori català en 9 regions i 38 comarques, donant lloc a l’existència d’un total de 1.070 municipis per una població de 2.920.748 habitants. 3 Casademunt, X. (1983), Els refugiats de la guerra civil a Catalunya. Índex, 67, L’Avenç, pp. 16-17. 4 Quirosa-Cheyrouzer, M. (2004), Los consejos municipales. Una nueva articulación del poder local en la retaguardia republicana, Ed. HAOL, Universidad de Almería, pp. 115-118. 241 Esther Gutierrez Escoda És aleshores quan les comarques de la Ribera d’Ebre, el Baix Camp, la Conca de Barberà i el Priorat queden emmarcades dins del que serà la IV Vegueria. Per aquestes dates els ajuntaments de la IV Vegueria es troben en plena organització interna, després de la situació dramàtica, per no dir caòtica, ocasionada per l’inici de la guerra. I és, precisament, en aquest moment tan crític que els consistoris van haver de fer front, quasi en solitari, a unes circumstàncies que semblaven irresolubles. Ens trobem així que Reus, com a capital de la IV Vegueria, va haver de fer front des del mateix inici del conlicte, a les demandes de la resta de poblacions de les quatre comarques en relació amb el problema dels refugiats, i això molt abans de la creació del Comissariat d’Assistència als Refugiats: De vell antuvi, es féu indispensable d’intervenir prop dels ajuntaments de la Vegueria, per tal d’obtenir el racionament normal dels refugiats que acollíem, a base de les possibilitats que oferia cada poble…5 La Comissaria dels Refugiats de Catalunya es feia càrrec del cens de la població evacuada, que depenia directament de la Direcció General d’Assistència Social, i la distribució dels refugiats per tots els municipis catalans es realitzava mitjançant delegats provincials. En el cas que ens ocupa, hem de dir que la Seu del Comissariat de la IV Vegueria era a Reus. El responsable directe de l’atenció als refugiats fou Josep Borràs Messeguer, d’ERC, qui intervingué al costat de tots els ajuntaments per l’obtenció del racionament normal dels evacuats que s’acolliren a partir de les possibilitats que oferia cada poble: Aleshores, amb la indemnització de dues pessetes per refugiat i dia, els ajuntaments subvenien en un tot les necessitats alimentàries dels refugiats.6 Si bé en un principi aquest Comissariat fou creat el dia 15 de desembre del 1937, no inicià la seva funcionalitat ins al dia 1 de gener del 38. L’oicina s’instal·là, primer, al carrer Llobera número 19 de Reus, però a causa de l’increment dels serveis realitzats, es va haver de buscar un local més adient i, així, el 25 de juny del mateix any, la Delegació es traslladà al segon pis de l’immoble número 7 del carrer Gaudí, també de Reus.7 5 Borràs Messeguer, J., AGGCE. PS_Barcelona_Generalitat (227,8). 6 Ibídem. 7 Ibídem. 242 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) La quantiicació exacta del nombre de refugiats a la IV Vegueria (i d’arreu de Catalunya), constitueix un repte de gran diicultat, per no dir quasi impossible d’assolir. En primer lloc perquè molts evacuats quedaren exclosos del subsidi i, per tant, no apareixen relectits en el cens que confeccionà la Generalitat. Però alguns els podrem trobar en el Cens de la Població Flotant que s’ha conservat a les localitats catalanes. A les estadístiques oicials, tampoc hi entren les persones que depenien del Govern basc, o bé que tenien una estructura d’assistència paral·lela a la de la Generalitat i a la del mateix Govern basc. També cal indicar que la Generalitat comptabilitzà les persones que ja eren a Catalunya abans del juliol del 36 com a refugiades, i no com a immigrades. Així, van quedar inscrites al cens dels comitès locals, encara que, en realitat, es tracta de persones acollides per immigració al territori català amb anterioritat al conlicte bèl·lic. Davant els esdeveniments Lluís Companys es veié obligat a decretar, l’octubre del 1938, la regulació, les disposicions i les normes del subsidi i racionament als refugiats. La intenció fou impedir el frau en la declaració del nombre d’acollits al règim de refugiat. Això ens permet comprendre l’abast del problema d’acollida dels evacuats, per una banda, i, per l’altra, la “picaresca” que en molts casos es va donar. És signiicatiu, al respecte, el requeriment que rebé l’alcalde de la Serra d’Almós un any abans del Decret per part del Comissariat d’Assistència als Refugiats: Com aquest ajuntament, són molts els que ignoren el trastorn que causen lliurant permisos [de viatge als refugiats] […] sense calcular que en aquest moment [novembre de 1937] […] hi ha dies que ens arriben [a Barcelona], de cinc mil a set mil refugiats […] Des d’avui […] seran descomptats els dies d’absència [dels refugiats], de la seva localitat, de les relacions que s’envien pel cobrament de despeses al Comissariat, a més de l’import del transport de ferrocarrils o autoòmnibus, que aniran a càrrec de l’ajuntament, puix que les llistes de trasllat no van a càrrec de l’Estat… i així evitarem uns privilegis de què gaudiren els refugiats, de mal efecte per a la població habitual, que si s’ha de traslladar, ha de pagar-se els viatges i la fonda […]8 Amb el Decret de Companys entenem com fou que molts refugiats desapareixen de les llistes oicials, sobretot les dones, que quedaren excloses del subsidi, en cobrar aquestes pensions o el Subsidi per Combatent (ill, germà, pare, espòs…), desaparegut al front, per ser militar o per ser 8 ACRE. Fons Municipal la Serra d’Almós. Correspondència, 1937. 243 Esther Gutierrez Escoda membre de l’Administració. També quedaren exclosos del subsidi els homes amb edat compresa entre els 18 i els 45 anys, les persones sense càrregues familiars i amb salaris superiors al subsidi, les famílies que percebien més de 300 pessetes, o més de les 60 mensuals per cada membre. Restaren exclosos del racionament els refugiats inscrits a una Cooperativa de Consum, i els que tingueren la Carta Municipal de Racionament. L’allotjament romandria gratuït per als refugiats amb ingressos menors a 700 pessetes, i els que superessin aquesta quantitat havien d’abonar 0,50 pessetes per dia i persona.9 Per veure una petita mostra sobre el nombre de refugiats a la IV Vegueria, a continuació exposo tres gràics extrets del buidatge realitzat a l’Arxiu Nacional de Catalunya (ANC). El primer fa referència a una comparativa per comarques que demostra la quantitat de refugiats censats al mes de desembre del 1937, el segon és la “relació de refugiats que han obtingut el subsidi de 2 pessetes diàries als municipis de la IV Vegueria, durant els mesos de febrer-desembre de l’any 1937”,10 tot i tenir present que, durant el mes d’octubre, la majoria de les localitats no presentaren les llistes. També cal indicar que no he trobat cap referència que faci allusió a les localitats de ·Pontils (la Conca de Barberà), l’Albiol, Capafonts, i l’Hospitalet de l’Infant (Baix Camp). L’última gràica indica el lloc d’origen dels evacuats. 3448 3500 3000 Baix Camp 2500 1703 2000 1168 1500 1204 1000 Conca de Barberà Priorat Ribera d'Ebre 500 0 Decembre de 1937 Elaboració pròpia. Nombre de refugiats censats per comarques. Elaboració pròpia. Nombre de refugiats censats per comarques. 9 AMLVA. Decrets (7-9-1938). 10 ANC. Generalitat Republicana, Inventaris (14.126 a 14.131). 244 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) 8000 8000 7000 5868 7000 6000 6000 5000 5000 4000 4285 4868 4976 5145 5194 4868 4976 5145 5194 4285 3314 4000 3000 7149 Febrer 7149 Març Febrer Abril Març 5224 4736 5868 Maig Abril 5224 4736 Juny Maig Juliol Juny 3314 Agost Juliol 3000 2000 Setembre Agost 1168 2000 1000 Octubre Setembre 1168 Novembre Octubre 1000 0 Decembre Novembre Refugiats censats amb dret a subsidi 0 Decembre Elaboració pròpia. Inclou el conjunt dels refugiatscensats del Baix Camp, Conca de Barberà, la Ribera d’Ebre i el Priorat (1937). Refugiats ambla dret a subsidi Elaboració pròpia. Inclou el conjunt dels refugiats del Baix Camp, la Conca de Barberà, la Ribera d’Ebre i el Priorat (1937). 500 450 500 400 450 453 453 419 Andalusia 419 Aragó Andalusia 350 400 300 350 250 300 200 250 150 200 100 150 50 100 0 50 0 Asturias Aragó Euzkadi Asturias 168 159 125 168 40 40 125 159 55 Cantabria Euzkadi 140 140 55 Castella‐La Cantabria Mancha 62 Catalunya Castella‐La Mancha 62 Extremadura Catalunya Procedència i lloc d'origen Procedència i lloc d'origen Madrid Extremadura Madrid Elaboració pròpia. Nombre de refugiats procedència i lloc d’origen. Elaboració pròpia. Nombre de refugiats procedència i lloc d’origen. El problema sanitari El Ministerio de Sanidad publicà una circular al novembre del 1936 a conseqüència del desplaçament de la població peninsular arran de la guerra, així com per les aglomeracions en determinades zones. Tot i això, tan sols dos mesos després de l’inici del conlicte, s’imposà la desinfecció obligatòria (amb àcid cianhídric) sistemàtica de les persones i robes, tant de vestir com de llit, en tots els establiments i totes les institucions de vida col·lectiva. La intenció era evitar les epidèmies. Aquesta mesura també implicava els hospitals, col·legis, sanatoris, preventoris i tots aquells centres que foren destinats a l’estada dels evacuats.11 11 La Vanguardia (28-11-1937). 245 Esther Gutierrez Escoda Podem veure aleshores que, a més de les diicultats a conseqüència de l’arribada de molts d’ells en condicions precàries, es donà un problema sanitari de gran envergadura. Així, es va crear la Comissió Executiva de Sanitat als Refugiats a partir d’un decret del juliol del 37, que manifestà la preocupació del Govern per la introducció d’epidèmies vehiculades pels refugiats que arribaven a Catalunya en condicions deplorables. D’aquí vénen les estacions sanitàries d’arribada de refugiats, així com els refugis hospitalaris i sanatius d’aïllament i guariment de tracomatosos, leprosos, tuberculosos, infectocontagiosos aguts i individus amb dermatosis parasitàries. Les estacions sanitàries de recepció s’instal·laren en ediicis amb capacitat per a unes 500 persones, habilitats perquè aquestes persones hi poguessin residir durant dos dies. En aquest espai de temps eren revisats per un otalmòleg, un dermatòleg i un internista. Com que la majoria de refugiats del sud arribaven via València, s’instal·là a la IV Vegueria aquest “iltre higiènic” a l’hospital de Reus. Un cop feta la tria dels malalts, els destinaven a diferents centres assistencials especialment preparats per a ells. Així, trobem a la IV Vegueria, durant l’agost del 1937, les següents institucions relacionades amb la sanitat dels refugiats: • Institut Pere Mata de Reus: psiquiàtric, amb un mínim de 500 places. • Hospital de Reus: de menys de 100 places. • Hospital de Falset: de menys de 100 places. • Centre Antituberculós de Reus: de menys de 100 places. La majoria dels refugiats procedien sobretot de Màlaga, Madrid i Bilbao. Tot sembla indicar que en els evacuats procedents del sud peninsular, predominava la presència de parasitosi i una incidència molt alta de malalties infeccioses com la tuberculosi o el tracoma, que s’escamparen per la població autòctona d’una manera considerable. En canvi, sembla que els nivells de vida d’evacuats del nord i el seu estat en general eren millors, malgrat el context del moment. Aquí la incidència del tracoma era molt baixa, encara que la febre tifoide era endèmica a casa seva, com també ho era a Catalunya.12 Entre les malalties més freqüents, la disenteria fou present a gairebé el 80% dels refugiats, però també es constaten altres malalties:13 12 Hervás Pujal, C. (2004), “Sanitat a Catalunya durant la República i la Guerra Civil. Política i organització sanitàries: l’impacte del conlicte bèl·lic”, tesi doctoral, UPF, Barcelona, pp. 202-203. 13 VVAA (2004), Gran Enciclopèdia en Català, vol. 8, 15 i 19, Ed. 62, Barcelona. 246 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) Malaltia Símptomes i procedència Paludisme Calfreds, febres i suors, a vegades la mort. Malaltia transmesa per picada de mosquit. Febre de Malta Episodis recurrents de febre, debilitat, suors i dolors intensos que perduren en el temps ins a cinc mesos o més. És provocada en ingerir els derivats alimentaris de les vaques, porcs, ovelles i cabres, o bé per contacte directe amb les secrecions i els excrements dels mateixos animals ja que és on habita el microorganisme Brucella. Febre groga Es caracteritza per la fallida hepàtica, renal i miocardíaca, així com hemorràgies generalitzades amb una alta taxa de mortalitat. En el cicle urbà, la transmissió es du a terme des d’un humà infectat a un de susceptible a través de la picadura del mosquit femella Aedes Aegypti, el qual s’alimenta durant el dia. Tracoma Es tracta d’un paràsit intracel·lular: Chlamydia Trachomatis, que pot produir diferents infeccions, però que en el cas dels refugiats es tracta de la infecció bacteriana de l’ull, que provoca la cicatrització de la conjuntiva i inversió de les pestanyes, i ocasiona al mateix temps cicatrització de la còrnia, que provoca ceguera irreversible. Malaltia provocada per la falta d’aigua, per una higiene deicient i per l’excés de mosques que són, a més, les transmissores d’aquesta malaltia. Elaboració pròpia. Símptomes i procedència de les malalties infectocontagioses. Amb tot, destaca l’aparició d’un focus epidèmic de febre tifoide l’estiu del 1938, localitzat inicialment a Puigcerdà, però que es va anant estenent per tot el territori català.14 Cal dir, també, que s’evidencien nombrosos casos de xarampió, gastroenteritis, bronquitis, raquitisme, polls, sarna, verola i tuberculosi. La propagació d’aquesta última malaltia fou evident a totes quatre comarques. Les itxes d’ingrés dels malalts refugiats i atesos a l’Hospital de Reus ens expliquen les condicions en què es trobaven molts menors que: 14 Hervas Pujal, J., op. cit., nota 12, p. 223. 247 Esther Gutierrez Escoda Conviuen en una casa [a Cambrils] sense condicions, són sis germans que dormen junts en dos llits, el major té sis anys i el més petit set mesos […] la nena de dos anys i mig presenta una tuberculosi molt greu […]15 La saturació de la sanitat fou ben aviat evident, així la Conselleria de Sanitat i Assistència Social informà a tots els pobles de la IV Vegueria que no pertanyien a la demarcació de Reus: que degut a l’aglomeració de sol·licituds d’ingrés a l’Hospital Intercomarcal de Reus motivada per la permanència a la comarca de nombrosos refugiats, es veia obligada a no poder admetre a l’Hospital als malalts procedents d’altres comarques que no fossin del Baix Camp.16 La població adulta L’única font documental que pot obrir una porta al món dels refugiats i als seus aspectes socials és la municipal, i això suposant que s’hagi conservat. En estudis realitzats al respecte trobem que la població adulta refugiada a la IV Vegueria, es caracteritza per la composició de grups familiars majoritàriament femenins, encara que també es donaren altres models masculins:17 MODEL COMPOSICIÓ Femení Inclou illes i àvies, a vegades són àvies amb nétes, o bé germanes majors de divuit anys amb germanets més petits. Vídues, casades o solteres. Masculí Pares amb ills o avis amb néts. Vidus. Matrimoni jove Amb o sense ills. Matrimoni d’avis Amb néts. Respecte als oicis s’evidencia el predomini de gent molt senzilla, i la no-existència d’oicis lliberals, pel que es demostra clarament la classe social a la qual pertanyen la majoria dels refugiats. Em refereixo a les classes 15 Arxiu Comarcal del Baix Camp. Hospital Sant Joan, Fitxes d’Ingrés, 1936-1938 (37.1.4.10). 16 Diari de Reus (29-1-1937). 17 Gutierrez Escoda, E. (2007), Els refugiats de guerra a la IV Vegueria. Reus: 1936-1939 (inèdit), Centre d’Història Conetemporània de Catalunya, Departament de la Vicepresidència, Generalitat de Catalunya, pp. 27-28. 248 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) socials més desfavorides que arribaren amb el que portaven posat al damunt i poc més. Quant als homes, la majoria eren jornalers o peons, i les dones, o bé són pageses o consten que, per dedicació, tenen “feines de la llar”. Les dues gràiques següents estan elaborades a partir d’una mostra de 2.096 persones evacuades a Reus el gener del 1938 i fan visible les edats de la població, i la seva composició per sexe:18 1000 1000 900 900 911 911 800 800 700 700 600 600 500 500 Menors de de 18 18 anys anys Menors de 18 18 aa 30 30 anys anys de 461 461 448 448 400 400 300 300 236 236 200 200 100 100 0 0 de 31 31 aa 50 50 anys anys de més de 51 anys més de 51 anys Les Les edats edats Elaboració pròpia. Edat de la població refugiada a Reus. Gener de 1938. Elaboració pròpia. Edat de la població refugiada a Reus. Gener de 1938. Composició de de la la població població per per sexe sexe Composició 41% 41% 59% 59% Homes Homes Dones Dones Elaboració pròpia. Reus, gener de 1938. Elaboració pròpia. Reus, gener de 1938. Els infants El problema dels infants i adolescents refugiats arreu de Catalunya fou enorme. L’informe Borràs Messeguer ens descriu al respecte la situació a la IV Vegueria:19 18 Ibídem. 19 Borràs Messeguer, J., op. cit., nota 6. 249 Esther Gutierrez Escoda El problema dels infants era patètic […] són els qui més pateixen el lagell de la guerra […] criatures escanyolides […] gairebé en la indigència […] generació raquítica, fàcil en els infortunis de la salut del cos i afeblida en les facultats de l’intel·lecte […] Els nens als quals em refereixo són criatures d’entre zero i divuit anys que vingueren sols a Catalunya, sense els seus pares, encara que moltes vegades eren grups de germanets. Molts nens que arribaren sense família ho van fer perquè es van perdre al llarg del viatge, o bé perquè els seus pares moriren pel camí, foren detinguts, o inclús perquè van ser abandonats pels propis progenitors.20 És important saber que els nens refugiats moltes vegades s’allotjaren en cases particulars, en qualitat d’ahijado.21 Amb tot, i gràcies a l’ajut rebut dels quàquers i de Suïssa, es crearen dotze menjadors infantils a la IV Vegueria. Aquests menjadors eren atesos per personal femení escollit entre els alcaldes i els representants dels mateixos refugiats. Del càlcul del percentatge dels nens refugiats que s’acolliren a aquest servei resulta que el 20% fou pel Baix Camp i el 50% per la Conca de Barberà. Les cantines infantils s’ubicaren a Reus, Riudoms, la Selva del Camp, Barberà de la Conca, Montblanc i Segarra de Gaià (actualment Santa Coloma de Queralt). Tanmateix, ·l’únic cens del qual tenim referència i que fa al·lusió a menors de catorze anys, datat el 31 de juliol del 1938, ens dóna un total de 2.682 infants, i és el que a continuació es mostra:22 1337 1400 1200 927 Baix Camp 1000 Conca de Barberà 800 600 Priorat 349 400 69 200 Ribera d'Ebre 0 Nombre d'infants censats Elaboració pròpia. Infants menors de 14 anys. Juliol de 1938. Elaboració pròpia. Infants menors de 14 anys. Juliol de 1938. 20 Clavijo Ledesma, J., op. cit., nota 2, pp. 142 i ss. 21 Aquest és el cas del Padró d’Habitants de Reus o de la Vilella Alta, al Priorat. 22 AGGCE. PS_Barcelona_Generalitat (227’8). 250 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) Els conlictes socials i competencials Tot sembla indicar que a partir del 38 la convivència amb els refugiats empitjorà notablement. La manca de recursos, les diferències culturals i lingüístiques, i la inactivitat laboral de molts homes refugiats foren la causa més directa. Martorell23 n’és testimoni directe i explica que es va generar un cert “caos”, ja que hi va haver refugiats que acabaren comportant-se com a verdaders “colonitzadors”. Segons aquest autor, els refugiats consideraven que la solidaritat era poca, i tot això acabà amb la sensació que havia arribat una “invasió estrangera”. A altres pobles de la IV Vegueria s’enfronten al mateix problema:24 Hem arribat a la i companys, esgotats els recursos, esgotats ins la paciència de les tendes de queviures al tenir que iar durant tres setmanes als nostres refugiats […] La situació és tan crítica que ni els veïns tindran lo menester per arribar a la collita d’aquest any […]25 Els refugiats comptaven amb el racionament i els vals bescanviables [per obtenir els queviures] mentre que la població autòctona s’havia d’espavilar com podia […]26 Els conlictes socials amb els adolescents refugiats es documenten arreu de Catalunya i també a la IV Vegueria. A Reus, els veïns feien públic que: Causa pena veure pels nostres carrers tants noiets refugiats comportant-se com a perfectes maleducats […] al cap vespre […] una vergonyosa invasió d’infants, alguns d’ells gairebé homes que es dediquen a molestar a les dones […]27 A tot això hem de sumar també els conlictes competencials entre la Generalitat i el poder central que es traduí en la contínua confusió a les delegacions territorials: 23 Martorell, A. (1993), República, revolució i exili. Memòries d’un llibertari reusenc, Ed. Centre de Lectura, Reus, p. 113. 24 AGGCE, PS_Barcelona_Generalitat, 279’1. Benissatet. Correspondència. 25 AMLVA. La Vilella Alta. Correspondència, 1936 (ll-36-01). 26 Font Oral: Rocamora, R. (La Vilella Alta, 2007). 27 Diari de Reus (27-5-1937). 251 Esther Gutierrez Escoda Nosaltres enteníem que per afers de trasllats de menors refugiats, tan sols podíem rebre ordres de l’Oicina de Barcelona […] repetidament en rebem del Ministerio de Sanidad, i desitgem saber si devem complimentar-les o bé, donar-ne primerament coneixement a aqueixa oicina […]28 El retorn Un cop acabada la guerra el Govern franquista s’ocupà del trasllat dels refugiats a les seves poblacions d’origen. Els organismes municipals establiren el servei anomenat Repatriación que perdurà ins ben entrat l’any 1940. Aquest fou un servei d’evacuació estatal i en molt poc temps milers de refugiats foren col·locats en vagons de bestiar i retornats als seus pobles. Els viatges es van fer en condicions infrahumanes, sense menjar i amuntegats en vagons de tren de dos pisos. Aquest viatge de retorn podia durar ins a cinc dies. Fins al 30 de juny del 1939 aquesta evacuació fou voluntària, però després d’aquesta data es procedí a la detenció i a la sanció dels refugiats que no havien marxat. El control va ser exhaustiu: la persona havia de presentar el document acreditatiu de la seva qualitat de refugiado, per així poder anul·lar la itxa corresponent del Fitxer General, el qual havia estat requisat pel Govern franquista. Un mecanisme especial d’evacuació s’ideà per als nens que no tenien pares. Se censaren tots els menors, inclosos els abandonats. Els nens procedents de Madrid que estaven en règim familiar, van haver de presentar-se als seus ajuntaments per donar compte d’on residien, mentre que els menors acollits per l’Auxilio Social quedaren exempts d’aquest Censo.29 Aquest fet és prou important si tenim present la llei del 4 de desembre de 1941 establerta per Franco, segons la qual “en el caso de que no se sepan los verdaderos nombres y apellidos de los niños [repatriats i abandonats] se les impondrá de los usuales, y se expresará que la iliación es desconocida, sin que esto implique presunción de ilegitimidad”.30 Si bé no és tema a tractar en aquest estudi, tenint en compte que foren els jutges municipals els que practicaren aquestes inscripcions, amb aquesta llei s’establí una “nebulosa” prou signiicativa que dóna peu a pensar que molts dels “nens perduts del franquisme” poden procedir precisament dels que quedaren exempts d’aquest Censo. 28 AGGCE. PS_Barcelona_Generalitat (279’5). 29 Altaba, R. (1983), Els refugiats de la guerra civil a Catalunya, L’Avenç, Index, 67. 30 BOE núm. 350, p. 9819 (16-12-1941). 252 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) Conclusió La situació desencadenada després de l’aixecament militar i les seves conseqüències socials i demogràiques no havia tingut precedents a la península Ibèrica i, per tant, la no-disposició dels mitjans econòmics, materials i humans necessaris per afrontar el problema de l’evacuació de guerra, desbordà tant el Govern de la República com el de la Generalitat. Foren molts els problemes provocats per l’èxode massiu de la Península cap a Catalunya, i un dels més greus fou, precisament, l’acollida massiva i el problema sanitari envers les malalties infectocontagioses. És evident que l’aportació obligatòria monetària per als refugiats per part dels ajuntaments i les coniscacions de béns immobles segur que comportà, també, molts mals de cap a la població autòctona. D’altra banda, es fa palès que el recompte de refugiats és una feina quasi impossible de realitzar. Crec que és important poder comptabilitzar en un futur els refugiats que no varen tenir dret al subsidi, perquè també s’allotjaren en terres catalanes i, conseqüentment, ocuparen espais i serveis socials contribuint a la saturació dels abastaments, de la sanitat i dels aliments. La qüestió respecte als conlictes sorgits entre residents i refugiats s’explica per la manca de subministres i d’abastaments. Els primers refugiats ho foren voluntàriament, però quan la ciutat de Madrid quedà col·lapsada, s’establí l’evacuació forçosa a persones que en realitat no volien marxar. És possible que aquests “obligats”, un cop a Catalunya, exigissin els seus drets de refugiat, drets que havien estat promesos des de Madrid: sostre, aliments i dues pessetes diàries; sense preveure que els recursos s’esgotarien per moments, i que no tan sols estaven ells en terres catalanes sinó que els autòctons també havien de sobreviure. Hem de tenir present que l’experiència personal d’aquestes persones a la rereguarda esdevingué prou dura i complicada: primer foren “evacuades”, després “refugiades” i, inalment, “repatriades”. Després de inalitzar aquest estudi aproximatiu al tema de l’evacuació de guerra i de l’acollida dels refugiats en terres catalanes, crec que, no tan sols la IV Vegueria, sinó que Catalunya sencera va ser més que solidària amb el poble espanyol, i no em refereixo solament a la Generalitat, sinó a la població catalana, o el que és el mateix, als consistoris i als veïns de totes les localitats. Persones i fets que la Història molt sovint ha oblidat o menystingut. 253 Esther Gutierrez Escoda Fonts consultades Arxius ACBC: Arxiu Comarcal del Baix Camp. ACRE: Arxiu Comarcal de la Ribera d’Ebre. AGGCE: Archivo General de la Guerra Civil Española. ANC: Arxiu Nacional de Catalunya. AMLVA: Arxiu Municipal de la Vilella Alta. Bibliograia Casademunt, X.; Altaba, R. (1983), Els refugiats de la guerra civil a Catalunya, Index 67, L’Avenç, Barcelona. Clavijo Ledesma, J. (2003), “La política sobre la població refugiada durant la guerra civil, 1936-1939”, tesi doctoral, Universitat de Girona. Gutierrez Escoda, E. (2007), Els refugiats de guerra a la IV Vegueria. Reus: 1936-1939 (inèdit), Centre d’Història Contemporània de Catalunya, Departament de la Vicepresidència, Generalitat de Catalunya. Hervás Pujal, C. (2004), “Sanitat a Catalunya durant la República i la Guerra Civil. Política i organització sanitàries: l’impacte del conlicte bèl·lic”, tesi doctoral, UPF, Barcelona. Martorell, A. (1993), República, revolució i exili. Memòries d’un llibertari reusenc, Ed. Centre de Lectura, Reus. Ortega, J. A.; Silvestre, J. (2005), Las consecuencias demográicas de la guerra civil, Actas del X Congreso de la AEHE, Galícia. Quirosa-Cheyrouzer, M. (2004), Los Consejos municipales. Una nueva articulación del poder local en la retaguardia republicana, Ed. HAOL, Universidad de Almería. VVAA (2004), Gran Enciclopèdia en Català, vol. 8, 15 i 19, Ed. 62, Barcelona. Premsa BOE Diari de Reus. La Gaceta de la República La Vanguardia Font oral Rocamora, J., Vilella Alta, 2007. 254 Els refugiats de guerra a la IV vegueria (1936-1939) Esther Gutiérrez Escoda. És llicenciada en Història per la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, i màster en Societats Històriques i Formes Polítiques a Europa per la mateixa universitat. S’ha centrat en la investigació històrica de la Guerra Civil Espanyola, especialment en la història de les dones, de la rereguarda i de l’exèrcit republicà. 255 L’ACOLLIDA DELS INTEL·LECTUALS CATALANS A FRANÇA Montserrat Corretger i Montserrat Palau Universitat Rovira i Virgili Resum A inicis del 1939, un gran nombre d’intel·lectuals catalans, professionals de les lletres i les arts que durant la República i la guerra havien manifestat el seu compromís demòcrata, antifeixista i catalanista, va emprendre el camí de l’exili cap a França. Ho feren a través d’iniciatives institucionals coordinades o de manera individual. El Govern català a l’exili, amb el suport i la solidaritat de diferents estaments francesos, va crear institucions per mantenir i projectar internacionalment la cultura catalana, com la Fundació Ramon Llull. A més de diverses activitats i publicacions, la Fundació va portar a terme iniciatives d’enllaç i de tasca assistencial, com la creació de les “residències d’intellectuals”. Paraules clau Exili, literatura catalana, represa cultural, Fundació Ramon Llull, residències d’intel·lectuals, reconstrucció nacional. Abstract In early 1939, a number of Catalan intellectuals, that is, scholars of literature and the arts who had proven their commitment to the democratic, anti-fascist and Catalanist cause during the Republic and the Civil War, led into exile in France. hey did so individually or by means of coordinated institutional initiatives. he Catalan government in exile with the support and solidarity of diferent groups in French society, created institutions such as the Ramon Llull Foundation to sustain and raise international awareness of Catalan culture. In addition to being responsible for various activities and publications, the Foundation engaged in diferent initiatives to provide support networks such as the “intellectuals’ residences”. Keywords Exile, Catalan literature, cultural renewal, Ramon Llull Foundation, intellectuals’ residences, national reconstruction Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 257–274. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Montserrat Corretger, Montserrat Palau Hivern del 1939: l’èxode cap a França1 Entre el gener i el febrer del 1939, un gran nombre d’intel·lectuals catalans, professionals de les lletres i les arts que durant la República i la guerra havien manifestat el seu compromís demòcrata, antifeixista i catalanista, també van emprendre, com tanta altra part de la població, el camí de l’exili. Cal tenir present que les relacions del Govern francès, que s’havia declarat neutral, amb els exiliats republicans eren d’hostilitat i, malgrat l’allau humana concentrada a la frontera, van trigar uns dies (ins a la nit del 27 al 28 de gener del 1939) a autoritzar el pas; primer a dones, homes grans i infants, i després, al cap de tres dies, als ferits de guerra; inalment, el dia 5 de febrer, s’obrí camí a les tropes de l’exèrcit republicà. Un bon nombre d’intel·lectuals catalans va poder creuar la frontera a través d’iniciatives i ajuts institucionals coordinats. Altres, que ho van fer a títol individual o formant part de l’exèrcit republicà, foren internats en camps de concentració a les platges i esplanades del sud de l’Estat francès. L’arribada i l’acollida a l’exili francès, per tant, fou ben diferent per a uns o altres. Pel que fa als primers, el Conseller de Cultura de la Generalitat, Carles Pi i Sunyer, fou l’encarregat d’organitzar, entre el 16 i el 20 de gener del 1939, un pla d’evacuació del patrimoni cultural i de la intel·lectualitat catalana mitjançant diversos vehicles i els bibliobusos de la Generalitat que els van anar traslladant, amb parades forçoses pel camí, ins a la frontera. Les tropes feixistes ocupaven Barcelona el 26 de gener del 1939 i, just l’endemà, el dia 27, al mas Perxès de l’Agullana, es va celebrar a Catalunya la darrera reunió la Institució de les Lletres Catalanes. Presidida per Pompeu Fabra, es va acordar protegir tots els escriptors que havien optat per seguir-la i es va fer un llistat de distribució per grups: Patrimoni Artístic, Institució de les Lletres Catalanes, Conselleria de Cultura, Secretariat de la Institució de les Lletres Catalanes i Escriptors i Col·laboradors de la Institució. Al mas Perxès, la planta baixa del qual estava ocupada per gran quantitat de retaules, escultures i llenços del Museu Nacional de Catalunya, custodiats per l’escultor Mallol i el pintor Anglada Camarasa, els refugiats van rebre la visita del president Lluís Companys, que hi va sojornar un parell de dies. 1 Aquest article forma part de la investigació del Grup de Recerca Identitats en la Literatura Catalana (GRILC), reconegut i consolidat per la Generalitat de Catalunya (2014 SGR 755), i del Grup de recerca Identitat Nacional i de Gènere a la Literatura Catalana, del Departament de Filologia Catalana de la Universitat Rovira i Virgili. 258 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França Gràcies a les gestions del conseller de Cultura a Figueres, el bibliobús del servei de Biblioteques al Front, amb el jovent, i un autocar de l’Assistència Social de la Generalitat, amb la gent gran, tots dos plens de gom a gom, segons conten els testimonis, el dia 31 de gener del 1939, van poder travessar la frontera pel Portús amb bona part de la intel·lectualitat catalana, que, com narrava el conseller mateix en les seves Memòries, marxava “camí de l’exili per idelitat als seus ideals i a la seva pàtria” (Pi i Sunyer 1986: 217). Altres intel·lectuals catalans, però, van ser internats en els camps de refugiats amb la gran onada de població civil que havia creuat la frontera i, també alguns altres, soldalts de l’exèrcit republicà, en camps de concentració. Les condicions eren dures i infrahumanes (Díaz 2000: 31-39). Agustí Bartra, que passà sis mesos internat a Argelers i Agde, deinia els camps de concentració com “la ciutat de la derrota”. Ho va fer en la seva novel·la d’exili, Crist de 200.000 braços (publicada el 1958 en castellà i el 1968 en català), el títol de la qual vol ser la imatge dels 100.000 refugiats i, alhora, “cruciicats” a la sorra de les platges d’Argelers. També Xavier Benguerel, que, abans de ser acollit a Roissy-en-Brie i, posteriorment, marxar cap a Xile, va passar pels camps de refugiats, va novel·lar i va relatar en les memòries la misèria i l’esgotament d’un seguit d’apàtrides a Adge, Sant Cebrià i Argelers (1969, 1971, 1973 i 1990). El novel·lista i periodista Vicenç Riera Llorca deixà igualment testimoni personal i col·lectiu d’aquell destret en algunes de les seves novel·les —Plou sobre mullat (1979), Tira cap on puguis (1985), Amb permís de l’enterramorts (1970)—, gestades en l’exili de Mèxic i escrites després de retornar a Catalunya. I encara podríem esmentar més testimonis literaris amb altres obres com Campo de concentración (1939), de Lluís Ferran de Pol; El desgavell (1969), de Ferran Planes; Diari d’un exiliat. Fets viscuts (1939-1945), de Ramon Moral; Ciudad de madera (1947) d’Agustí Cabruja, o tants altres llibres memorialístics (Avel·lí ArtísGener, Federica Montseny, Carles Pi i Sunyer, Maria Bell-lloch, Jaume Pla). També les pintures de Josep Franch-Clapers o les fotograies d’Agustí Centelles són altres mostres testimonials de les ínimes condicions de vida i de la violència suportada durant aquell hivern especialment cru als camps de concentració de les platges d’Argelers i Barcarès, entre d’altres.2 2 Un relat general i documentat d’aquests primers mesos —dins d’una articulació general de l’exili intel·lectual català— a Montserrat Palau (2007: 79-84). 259 Montserrat Corretger, Montserrat Palau En aquests primers mesos es féu, malgrat tot, un enorme esforç de reestructuració o de retorn al funcionament d’algunes institucions, entre les quals destaca la Institució de les Lletres Catalanes, que dirigia Josep Pous i Pagès i de la qual era secretari general el novel·lista Francesc Trabal. Convé destacar, en primer lloc, el treball d’organització que féu aquesta entitat tant per rescatar escriptors refugiats en condicions físiques i psíquiques infrahumanes3 als camps com per assegurar-los la supervivència fora d’aquells centres i, en el millor dels casos, obtenir per a ells el desitjat récepissé vert i el contracte de treball —sempre difícil d’aconseguir, sobretot en el camp de les lletres— que podia assegurar-los l’estada al país.4 La Institució de les Lletres Catalanes fou un dels primers motors en la tasca incipient de rehabilitació i suport econòmic i moral als escriptors catalans. Els primers mesos a França foren d’inseguretat personal, professional i econòmica, uns neguits compartits per la major part dels refugiats amb petites diferències segons l’aventura personal de cadascun i de les seves famílies.5 El tema dels subsidis és recurrent en els epistolaris de l’exili de l’any 1939, en especial pel que fa al sistema de distribució, a la seva cele3 Claudi Ametlla, en carta a Pous (10-II-39) [Les cartes de l’epistolari Pous i Pagès: Fons Pou i Pagès, Arxiu Nacional de Catalunya (ANC)], dóna testimoni del que ha vist: “Els camps de concentració són plens de catalans i murcians barrejats, com han estat barrejats en els camps de batalla i en la guerra imbècil i acatalana i plens de persones decents i de lladres i assassins, tal com hem fet la guerra. I entremig la ximpleria del comunismo libertario i altres comunismes i altres dèries i altres il×lusions, que ara es van esvaint, en la fredor, en la misèria, en la carència d'aquests llocs immundes. […] La nostra gent, intel×lectuals, gent de bé i benestant, han estat uns nòmades com els nostres reculats ancestres, al costat del míser espanyol del planell. De tots plegats en són plens els camps de concentració, d’on és diicilíssim treure’n ningú, per ara i tant.” 4 Els primers ajuts econòmics —molt petits— i les primeres gestions burocràtiques per traslladar refugiats partiren de l’oicina de la Generalitat a Perpinyà. Fou aquesta oicina la que proporcionà, per exemple, a la família d’Antoni Rovira i Virgili —entre altres grups familiars d’intel×lectuals catalans— els diners per viatjar a Tolosa i viure allà en un hotel econòmic durant una setmana abans d'instal×lar-se als Pompiers, una organització d’acollida que comentarem més endavant. 5 Una mostra eloqüent de la preocupació dels escriptors per la provisionalitat i la inseguretat econòmica, familiar i professional en els primers mesos d’exili, la trobem en les cartes adreçades per Antoni Rovira i Virgili a Francesc Trabal (Corretger 2000: 101-114). Un exemple: “Pel que a mi em toca, segueixo igual, o sia a casa el doctor Robert Roger, de Rieumes; sempre amb caràcter provisional. Allò que jo desitjaria és un mitjà de guanyar-me la vida, en qualsevol feina apropiada; però sembla que això no és massa fàcil a França, per ara almenys. Un simple canvi de departament, sense canvi de la situació personal, no em resoldria gran cosa. D’altra banda, la meva residència ha d’ésser a base de poder estar junts els quatre de la família” (carta des de Rieumes, 13-4-39). 260 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França ritat, a la possible continuïtat i a l’actitud política de les diverses institucions republicanes i catalanes que en proporcionaven.6 Durant el març i l’abril del 1939 la majoria de les correspondències conservades demanen ajuts econòmics i estabilitat en la situació personal pròpia o per altri, tal com demostren, per exemple, algunes cartes de Pompeu Fabra7 i Lluís Montanyà,8 entre d’altres. Altres intel·lectuals van tenir més sort i aconseguiren lliurar-se de l’internament. A Enric Cluselles, el va salvar una carta de Francesc Trabal que l’acreditava com a homme de lettres —que va servir, també, per alliberar Pere Calders (Guillamon 2005: 31). Lluís Capdevila, gràcies al president de la cambra de diputats francesa, Édouard Hérriot, que havia conegut abans de la guerra, aconseguí un permís d’estada (Arévalo 1998: 528-29). Els que van poder fugir aviat dels camps, com Artur Bladé Desumvila, que havia arribat a peu a Prats de Molló des del coll d’Ares, s’apropaven ins a Perpinyà, on la Generalitat hi tenia instal·lat aquells primers dies d’èxode massiu un “centre català” d’ajut comandat per Josep Tarradellas, Antoni M. Sbert, Martí Feced, i Pere Bosch i Gimpera, ja que els refugiats tenien prohibit instal·lar-se a París (Bladé 1976: 32-35). La perseverància i la voluntat institucional del Govern de la Generalitat a l’exili de mantenir junta la intel·lectualitat catalana va permetre a una part d’aquesta viure un exili en millors condicions que els internats en la duresa dels camps i, alhora, poder continuar amb algunes de les seves activitats. No es va tractar tampoc de cap exili “daurat” si és que cap exili forçós, d’entrada, pot rebre aquest qualiicatiu. 6 Per conèixer amb detall l’entramat de l’organització política i pràctica d’aquests ajuts: Francesc Vilanova i Maria Campillo (cur.) (2000). 7 Les cartes de Fabra demanen molt sovint ajut per a terceres persones. A tall d’exemple: per a Gaietà Huguet, valencià i amic, “notable propulsor de la cultura catalana a la comarca de Castelló” (lletra del 18-IV-39 des d’Illa a Lluís Torres Ullastres, administrador, amb la seva esposa Maria Baldó, del centre d’acollida de Tolosa). Cartes procedents dels arxius Municipals (Fons Torres-Baldó) i del Col×legi d'Occitània de Tolosa de Llenguadoc. Vegeu també: Albert Manent i Segimon i Jordi Manent i Tomàs (1998) i Jordi Manent i Tomàs (2002). 8 Lluís Montanyà en lletra a Torres Ullastres del 21-III-39 des de Mont-real explica la seva visita infructuosa a Tolosa per entrevistar-se amb ell (creient erròniament que Torres gestionava el fons de la Generalitat en comptes de fons del Comitè Universitari) i “obtenir algun franc, ja que estic completament sense recursos”. 261 Montserrat Corretger, Montserrat Palau La Fundació Ramon Llull i les residències d’intel·lectuals Els vincles culturals amb l’Estat francès, seculars, eren diversos, fruit, també, d’exilis mutus, i de diverses xarxes de col·laboració acadèmica i de recerca —com el felibrisme de Mistral o les xarxes d’estudis occitans. La tasca de polítics i d’alguns intel·lectuals —com Francesc Trabal que, casat amb una súbdita francesa, tenia llibertat de moviments—, va endegar un seguit de mecanismes per acollir els exiliats i estructurar l’existència i pervivència de la cultura catalana. El Govern català a l’exili i algunes de les institucions que en depenien van activar, sota l’impuls decidit d’alguns dels seus representants, en especial del president Companys (Corretger 2005: 184), i amb l’actuació solidària de grups de professors francesos, diverses fórmules d’acollida i ajut. Per la seva part, alguns intel·lectuals occitans donaren suport material i intel·lectual als catalans (Panyella 2000: 225) i continuaren una collaboració antiga, que s’havia provat ja, especialment a París i a Tolosa de Llenguadoc, en el primer exili durant la dictadura de Primo de Rivera. D’aquesta actuació conjunta sortiren tant una primera plataforma de recepció dels refugiats, el Comité Universitaire Toulousain d’Aide a l’Espagne Republicaine (alguns dels membres del qual estaven poc o gens sensibilitzats envers la tasca especíicament catalana dels intel·lectuals), projectat i dirigit pel doctor Camile Soula, catalanòil, com l’actuació generosa dels també amics de Catalunya Ismaël Girard –metge i cofundador, el 1924, amb Antoni Rovira i Virgili, de la revista d’estudis occitans i catalans OC– i Josèp Salvat —professor i literat— cap als escriptors catalans, amb qui els havien lligat molts vincles arran de l’activitat d’agermanament occitanocatalana que havien dut a terme. També es creà una “Secció Catalana” dins l’Association des Amis de la République Française, des del juny de 1939 –presidida per Lluís Nicolau d’Olwer—, que cobrí el naixement de la Fundació Ramon Llull (Comité de Patronage des Oeuvres Culturelles et d’Assistance Catalane).9 Amb el suport de nombrosos intel·lectuals francesos —com François Mauriac, Georges Duhamel, Henri Focillon o Jean Amade— i amb el consell i assistència d’un nucli d’acadèmics catalans es va constituir el mes de març del 1939 a París la Fundació Ramon Llull. La representació francesa en el Patronat de la Fundació fou la manera, segons explicava Antoni M. 9 Sobre la Fundació Ramon Llull: Josep Massot i Muntaner (2000a), (2000b), (2000c) i (2002). 262 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França Sbert en una carta a Lluís Torres Ullastres (del 29 de juliol del 1939), de poder-la constituir i fer-la operativa en uns moments en què la majoria de l’esforç s’adreçava al rescat dels catalans encara presoners als camps de concentració i el manteniment de la cultura no era, doncs, sempre ni per a tothom un objectiu de primera instància. Mentre els estatuts no van ser aprovats per Decret del Govern francès, la Fundació va haver d’actuar a través d’un Comitè de Patronat presidit per un ciutadà francès, segons manaven les lleis vigents. Així, fou possible d’endegar, emmascarada sota el patronatge francès, l’obra d’assistència als refugiats catalans i l’establiment dels primers centres d’acollida. La Fundació Ramon Llull tenia com a objectiu canalitzar tots els recursos culturals. Amb una estructura institucionalitzada, havia d’assumir les competències que, durant la guerra, centralitzava la conselleria de Cultura. Els seus objectius eren mantenir la cultura catalana a l’exili i vetllar per la seva projecció internacional i universalista, lligant-la a organitzacions internacionals, com el Pen Club, i amb els comitès d’intel·lectuals favorables a la causa republicana. El Patronat de la Fundació Ramon Llull estava format per cinc representants francesos —Philippe Serre, Louis Jacquinot, Robert Lange, P.O. Lapie i Jean Painlevé— i cinc de catalans —Pompeu Fabra (que en fou el primer president), Lluís Nicolau d’Olwer, Antoni M. Sbert, Jaume Aguadé i Miquel Santaló. La Fundació Ramon Llull va planiicar tot un seguit de projectes per mantenir la cultura catalana a l’exili i ajudar els intel·lectuals catalans refugiats. Va intervenir en el camp cultural a través de xarxes de delegacions a Europa i Amèrica, amb activitats als camps de refugiats i amb diverses publicacions, entre les quals cal destacar, el desembre del 1939, la represa de la Revista de Catalunya, amb cinc números editats ins a l’ocupació de París, en la qual va col·laborar la majoria dels escriptors exiliats. També, per subvenir les necessitats dels intel·lectuals catalans, va portar a terme diverses iniciatives d’enllaç i de tasca assistencial, com la creació de les “residències d’intel·lectuals”, els treballs retribuïts a compte de la Fundació, llibres de consulta i estudi, subsidis temporals i eventuals i beques per a estudiants (Vilanova 1998: 621-629). La tasca no fou fàcil; a més dels problemes d’endarreriments en el pagament de subsidis, cal sumar-hi la convivència en les diferents iniciatives i activitats dutes a terme entre els dirigents francesos i els exiliats catalans, tal com es pot comprovar, per exemple, a través de la correspondència mantinguda per bona part de la intel·lectualitat catalana durant aquells 263 Montserrat Corretger, Montserrat Palau mesos, com és el cas de les cartes de Joan Tomàs i Rosich i Ferran Soldevila a Pous i Pagès (Corretger 2005: 189). Ventura Gassol i Carles Pi i Sunyer van proposar la creació de petites comunitats estables, formades per les famílies d’alguns intel·lectuals catalans que permetrien la recuperació i continuïtat del treball cultural i, al mateix temps, organitzar i concretar els ajuts econòmics. Els refugiats catalans, segons la llei francesa, no es podien establir en cap indret a menys de trenta quilòmetres de la frontera. Perpinyà i Prada, per tant, eren el límit. Antoni M. Sbert, des de la Fundació Ramon Llull, es va encarregar d’agrupar els intel·lectuals catalans en diversos centres, que van aplegar un seguit d’escriptors, professors, periodistes, artistes plàstics, metges i advocats i les seves famílies. El primer centre, la primera “residència d’intel·lectuals”, fou la de Tolosa. Posteriorment, es crearien les de Montpeller i Roissy-en-Brie i, també, altres nuclis més petits, com el de Bierville. El mes de febrer del 1939, el Comité Universitaire Toulousain d’Aide a l’Espagne Républicane, establert a la Maison des Étudiants i presidit pel professor Camile Soula, amb l’objectiu de formar un nucli estable de projecció de la cultura catalana integrat a la vida universitària de la ciutat, va organitzar un centre d’acollida per hostatjar, sobretot, professors, intel·lectuals i estudiants en ediicis municipals. El doctor Camile Soula, amb l’ajut i la col·laboració dels esmentats Ismaël Girard i Josèp Salvat, van crear el primer centre a la Maison des Pompiers, administrat pel matrimoni format per Lluís Torres Ullastres i Maria Baldó (Ferré i Trill 1999 i Corretger 2005). Posteriorment, amb l’allau de refugiats que no cessava, es va obrir un altre centre a la Caserna del Conservatori. A Tolosa, els primers mesos, hi conluí una llarga nòmina d’escriptors, artistes i intel·lectuals, la majoria provinents de la “caravana” de la Institució de les Lletres Catalanes que havia creuat la frontera amb el bibliobús del Servei de Biblioteques.10 Alguns, però, marxaren posteriorment cap a altres residències o destinacions. Entre els noms més destacats dels residents a Tolosa cal esmentar: Joan Oliver, Avel·lí Artís, Alfons Maseras, Cèsar August Jordana, Domènec Guansé, Ferran Soldevila, Sebastià Gasch, Jaume Passarell, Feliu Elias, Lluís Capdevila, Jaume Serra Húnter, Josep Miracle, Antoni Rovira i Virgili, Ramon Vinyes, Josep M. Francès, Anna Murià, Xavier Benguerel, Pere Calders, Joan Prat, Mercè Rodoreda, Enric 10 Per al funcionament del bibliobús: Miquel Joseph i Mayol (2008), especialment les pàgines 47-147. 264 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França Lluelles, Ambrosi Carrion, Àngel Ferran, Josep Navarro-Costabella, Josep Renau, Anna Peris, Joan Petit, Josep Roure i Torrent i Miquel Vilà. A les darreries del febrer del 1939, segons escrivia Ferran Soldevila a Pous i Pagès (el 25 de febrer del 1939), als menjadors de la institució hi acudien cada dia no menys de 80 persones, la majoria intel·lectuals i les seves famílies. Els exiliats omplien les hores a la recerca de la seva supervivència i, també, amb la lectura i altres activitats culturals, tal com narren les cròniques que alguns autors, com Ramon Vinyes (Dietari. París i Tolosa 1939) o Domènec Guansé, van incloure durant aquells mesos en revistes de l’exili o en altres textos memorialístics publicats posteriorment, com els de Ferran Soldevila (1972 i 1995) o Josep Pou i Pagès (2002). Així, per exemple, Ramon Vinyes i Ambrosi Carrion hi organitzaren un quadre escènic per ocupar la gent jove i, ins i tot, arribaren a escriure una farsa: El misteri de santa Eròila, un divertimento per fer oblidar la gana, la misèria i el desengany.11 La colònia catalana a Tolosa es va anar ampliant amb l’arribada de nous refugiats, i, l’estiu del 1939, ja eren 150 persones, la qual cosa comportà problemes econòmics i d’infraestructures. Així, tot i els moments d’harmonia i diversió, segons Ramon Vinyes, eren freqüents les privacions i hi havia problemes de disciplina i convivència. I un dels moments més tristos fou la mort de l’escriptor Alfons Maseras, l’octubre del 1939, enterrat amb la senyera i amb lors grogues i vermelles component les quatre barres (Corretger 2005: 201). Alguns intel·lectuals van deixar Tolosa la primavera del 1939, com tot el grup de la Institució de les Lletres Catalanes que va anar cap a Roissy-en-Brie, o com la família Artís-Gener, que partí cap a Bordeus per embarcar-se al vaixell Ipanema rumb a Mèxic. Montpeller, ciutat catalana durant segles, on va néixer Jaume I, on van professar Ramon Llull i Arnau de Vilanova, ja havia acollit exiliats al segle xix, com Víctor Balaguer i, des dels anys 20 i 30 del segle xx, tal com succeïa amb Tolosa, s’hi havien intensiicat els contactes amb els nuclis d’intel·lectuals occitans. El Comité D’Aide aux Intelectuels Catalans, presidit pel professor catalanòil i mestre en Gai Saber Joan Amade, i amb una junta formada pel seu ill, Louis Amade —cap del gabinet del prefecte de l’Hérault—, Pèire Azéma —adjunt de l’alcalde de Montpeller— i Marc Rouquette —poeta occità—, i amb el suport del Comitè Britànic d’Ajut a Espanya i de la Fundació Ramon Llull, van crear, l’abril del 1939, seguint el model de Tolosa, la Residència dels Intel·lectuals Catalans a Montpe11 Per a la vida quotidiana als Pompiers: Huch Camprubí (1993). 265 Montserrat Corretger, Montserrat Palau ller (Pinyol 2005: 9-21). S’hi van aplegar diversos escriptors amb les seves famílies, com Antoni Rovira i Virgili, Artur Bladé, M. Carme Nicolau, Joan Pous i Pagès, Humbert Torres, Ramon Cervera, Antoni Bonet, Joan Sauret, Joan Puig i Cadafalch, Pompeu Fabra, Francesc Pujols o Josep M. Prous i Vila. Administrada per Manuel Alcàntara, la residència rebia subsidis del SERE i del JARE, de la Layetane Oice i de la Fundació Ramon Llull. I, també, ins que els Estats Units van entrar en la guerra, menjar i roba usada dels quàquers americans (Pinyol 2005: 11). La institució de Montpeller, però, no es reduïa a un únic ediici. En principi, el Comitè disposava d’una casa, Vil·le Saint-Roch, preparada per acollir unes tres-centes persones, però l’alta presència de refugiats, ins a vuit-cents, va fer que l’administrador i organitzador de la residència, Manuel Alcàntara, exdirector d’Assistència Social, hagués de llogar altres cases i pisos on s’allotjaven diverses famílies. Així, a la primigènia Vil·le Saint-Roch, una casa de camp als afores de la població, se n’hi van sumar altres com Vil·le Sainte-Marie, Enclos Lafaux, Clos Roux, Vil·le Herbette, Pompignane o Vil·le Chinois, on va habitar Antoni Rovira i Virgili (Capdevila 2002: 43). Al nucli urbà, al número 7 del carrer Petit-Saint-Jean, hi havia el local de la residència, el Centre Català, on es van fer molts actes culturals, tertúlies, exposicions, conferències i cursos. Fins i tot, existia una borsa de treball, que reclutava catalans per treballar en la verema. Els intel·lectuals catalans, en arribar a l’oicina de la residència, rebien un llit amb el seu matalàs, llençols, una lassada i una cadira. També es lliuraven una taula i un fogó de gas per família, així com 10 francs diaris per persona com a argent de pôche. Els refugiats, tot i que, com explica Artur Bladé Desumvila, “procuraven no fer gaire soroll i passar desapercebuts” (1976: 230), feien molta vida als cafès i a les biblioteques, tant la municipal com les universitàries, i treballaven en llibres i projectes, com Antoni Rovira i Virgili que hi enllestia el seu llibre de memòries Els darrers anys de la Catalunya Republicana o Pompeu Fabra que redactava una segona Gramàtica catalana en francès. També a Montpeller hi va trobar refugi el Grup d’Estudiants Catalans, adscrit a la ciutat universitària de Montpeller sota el patronatge de les autoritats britàniques i amb la protecció de l’Associació General d’Estudiants. Diversos joves, com Alexandre Cirici, Jaume Picas, Roser Bru, Concepció Ferrer, Heribert Barrera, Manuel Cruells, Joan Grasses, Francesc Dalmau, Josep Pallach, Teresa Rovira, Víctor Torres, Emili Vigo o Francesc Espriu, entre d’altres, van ingressar a les facultats i a l’Institut 266 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França d’Étudiants Étrangers (Figueras 2005: 230-233). El grup, molt actiu, es relacionava amb l’associació d’estudiants rossellonesos L’Alzina i va promoure diverses activitats, com concerts, periòdics, tertúlies i exposicions. El consell de la FNEC (Federació Nacional d’Estudiants Catalans) va gestionar la continuació dels estudis universitaris del joves que es trobaven encara en els camps de concentració, com el del nucli del camp d’Adge, a través dels contactes amb la societat Entreaide Universitàire Internationale i la Fundació Ramon Llull, la qual va propiciar, el 1940, la creació del Col·legi Universitari Català de Montpeller (Bladé 1976: 216-218). Amb l’ocupació de París el juliol del 1940, la residència de Montpeller va acollir nous estadants escàpols de la capital i, com relatava Artur Bladé, a l’agost ja eren més de 1.000 refugiats i no hi havia manera “d’encabir-hi ningú més”, per la qual cosa les autoritats van deixar de donar més autoritzacions. A més, el Centre Cultural Català fou clausurat i els refugiats van deixar, també, de rebre els subsidis. Francesc Trabal ja havia demostrat els seus dots organitzatius en la creació de l’Agrupació d’Escriptors Catalans i, posteriorment, de la Institució de les Lletres Catalanes, de la qual era secretari. En creuar la frontera amb el bibliobús del Servei de Biblioteques al Front, Francesc Trabal va poder viatjar i instal·lar-se a París amb la família de la seva esposa. A través dels seus contactes amb les institucions catalanes i els comitès d’ajuda als refugiats,12 va aconseguir que una sèrie d’escriptors catalans fossin acollits al château de Roissy-en-Brie,13 a 30 quilòmetres de París, un lloc destinat al descans i l’esbarjo, cedit per un organisme de Benestar Social vinculat al Partit Comunista francès que hi tenia albergs per a la joventut (Campillo 1998, 568-579). Els afavorits, a l’inici, vinculats al grup de Sabadell o a la Institució de les Lletres Catalanes, foren: Xavier Benguerel, Pere Calders, Enric 12 En un primer moment, Francesc Trabal se sorprèn de la situació —injusta, incoherent— en què han quedat alguns exiliats, començant pel seu germà, desautoritzats per rebre l’ajut de Tolosa, o escriptors com Oliver, Jordana, Obiols, etc, que no consten a les llistes “oicials”. Per aquest motiu escriu a Carles Pi i Sunyer: “hi ha coses tan desagradables com aquesta: en la llista iguren com membres de la Institució de les Lletres Catalanes l’Avel·lí Artís, En Ramon Vinyes, En Guansé, En Francès, etc. A més iguren com escriptors catalans que ni són periodistes”. Carta [22] de Francesc Trabal a Carles Pi i Sunyer, dins Maria Campillo i Francesc Vilanova (cur.) (2000), p. 26. 13 Vegeu, sobre els preparatius de l’estada a Roissy i la llista d’escriptors adjudicats, entre d’altres, les cartes 26 (p. 32) i 32 (p. 43-44) de Francesc Trabal a Carles Pi i Sunyer, a Maria Campillo i Francesc Vilanova (cur.) (2000). 267 Montserrat Corretger, Montserrat Palau Cluselles, Sebastià Gasch, Domènec Guansé, Cèsar-August Jordana, Lluís Montanyà, Anna Murià, Jordi Murià, Joan Prat (que irmava amb el pseudònim d’Armand Obiols), Joan Oliver, Mercè Rodoreda i Francesc Trabal, acompanyats, alguns, per les seves famílies. Més tard, també s’hi incorporaria Agustí Bartra, ocupant la plaça de Pere Calders, que aconseguí embarcar-se cap a Mèxic des de París, i les germanes Mercè —primera esposa de Calders— i Amàlia Casals. Tots, llevat de Mercè Rodoreda i la família Trabal, van arribar a Roissy-en-Brie des de Tolosa el dia 2 d’abril del 1939 a la mitjanit, sigillosament. Amb un autocar llogat i sense papers, van recórrer 700 quilòmetres en unes 20 hores de viatge. La residència, que acollia 20 intel·lectuals catalans i 20 espanyols, era un ediici enorme amb un aspecte decadent, que féu que Domènec Guansé el qualiiqués de “castell de cartró” (Guansé 1939: 3-9). Tenia tres plantes: a la primera, hi havia tres sales grans —una de les quals era el menjador dels catalans—, biblioteca, cuina i vestíbul. La resta de plantes, així com altres construccions independents de l’ediici, foren habilitades com a cambres. La residència estava envoltada d’un gran parc clàssic i versallesc, que comptava també amb piscina, bosc i pistes de tennis, bàsquet, voleibol, botxes i croquet. Un paisatge ideal, tal com el deinia Xavier Benguerel a la novel·la Els fugitius: “Tot és tan deliciós, tan irreal, que no és pot descriure” (Benguerel 1956: 146). De manera similar s’expressava Magí Murià: “Un lloc deliciós i a propòsit per fer-hi una cura de repòs” (Murià 2002). Els refugiats catalans complien uns horaris establerts de dinar i sopar, a les 12 i a les 7, i rebien subsidis i utensilis per a les necessitats personals. Els caps de setmana vivien acompanyats de joves alberguistes d’arreu. Podien moure’s pel poble, petit, i pel terme municipal, però tenien prohibit arribar ins a París sense autorització. Els intel·lectuals catalans tramitaven papers, passejaven, escrivien textos que es publicarien a les revistes de Buenos Aires i Santiago, jugaven i feien campionats de dames i escacs o feien esport. Joan Prat tocava el piano de cua i Enric Cluselles feia de pallasso o interpretava textos que li escrivia Trabal. Rossy-en-Brie fou com un oasi de vida fàcil, novel·lat i recordat pels seus components. Cèsar August Jordana va guardar tota la seva vida a l’exili americà una col·lecció de postals de l’indret i Sebastià Gasch anotava en el seu dietari d’aquells dies que “estem vivint un conte de fades” (Etapes d’una nova vida. Diari d’un exili), tot i que, per a Xavier Benguerel, no deixava de ser un “paradís equívoc” (Memòries 1905-1940), per les notícies que els arribaven sobre la Segona 268 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França Guerra Mundial o sobre fets com l’afusellament de Carles Rahola (Guillamon 2005: 34-35). La convivència, però, va patir tensions i, en aquest cas, van venir marcades, com va escriure Anna Murià (1990), per “l’atmosfera eròtica” i les enemistats. Es van establir diverses relacions amoroses entre els estadants i, concretament, la que van iniciar Joan Prat i Mercè Rodoreda va provocar la divisió del grup. Fins i tot, alguns refugiats, com les famílies Benguerel, Montanyà, Oliver i Trabal, marxaren cap a un altre château proper a Saint-Cyr-sur-Morin, ins que es declarà la Segona Guerra Mundial i van haver de tornar a Roissy. Amb la declaració de la guerra, l’exèrcit francès va reclamar el castell de Roissy-en-Brie i els expatriats catalans van haver de dispersar-se. Van aconseguir mantenir una pensió del Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE) i la majoria va tramitar la seva partida a Amèrica. Xavier Benguerel, Domènec Guansé, Cèsar-August Jordana, Joan Oliver i Francesc Trabal s’embarcaven el mes de desembre cap a Xile. Agustí Bartra i Anna Murià, després d’haver passat uns mesos a Vil·la Roset amb la família Murià, Mercè Rodoreda, Joan Prat i Enric Cluselles, marxaven a inals de gener del 1940 cap a la República Dominicana per continuar, des d’allí, ins a Mèxic. Mercè Rodoreda i Joan Prat s’instal·laren a París ins a l’ocupació nazi. Gràcies a les gestions de l’escriptor Josep M. Capdevila, Marc Sagnier, capdavanter de Le Sillon, un moviment precursor de la Democràcia Cristiana i fundador dels Auberges de la Jeunesse, quatre famílies d’escriptors i artistes catalans van poder establir-se en un d’aquests albergs situat en un antic molí al parc del castell de Bierville, prop de París. Carles Riba i Clementina Arderiu acompanyats pels seus ills, així com les famílies de Pau Romeva, Ferran Soldevila i Joaquim Sunyer, es van instal·lar durant quatre mesos en l’antic molí habilitat per celebrar-hi congressos. Durant una temporada també hi van viure Josep M. Capdevila, l’artista Mallol i el mestre Baltasar Samper (Manent 1963: 62-64). Vivien en unes cambres, com relatava Carles Riba, “d’una monotonia i una austeritat del tot monacals”, hi organitzaren una escola i van treballar en el que van poder. En aquell paisatge d’un “verd insigne”, allí on duia amb els seus “una sort errant i angoixada” (Riba 1984: 6-9), Carles Riba va escriure els cinc primers poemes de Les elegies de Bierville. A inals del mes de juny de 1939, el molí havia de ser ocupat per un congrés de grups catòlics i el grup de catalans, al qual es va afegir l’escultor Joan Rebull, va partir cap a Isle Adam ins que 269 Montserrat Corretger, Montserrat Palau la Segona Guerra Mundial els va fer retirar cap a París, d’on en pogueren fugir ins a Bordeus dalt d’un vagó de càrrega (Riba 1993). Tot i que no s’hi organitzà cap residència d’intel·lectuals, també cal fer esment de Prada de Conlent, on Pau Casals, que s’hi establí en el seu exili voluntari el 1939, va endegar un nucli de trobada, a més de prestar ajut de tota mena als refugiats. El 12 de novembre del 1939 s’hi va celebrar una festa per celebrar el quart aniversari del debut del mestre a París a la qual assistiren Joan Alavedra, Josep M. de Sagarra, Alexandre Plana i Pompeu Fabra, entre altres refugiats. Durant els primers mesos, l’exili es concentrà sobretot a França. Però, amb la proximitat de la Segona Guerra Mundial, va començar un segon èxode pel temor que, si es produïa la invasió alemanya, els republicans fossin detinguts i lliurats al Govern franquista. Alguns van restar a França o es van traslladar a distints països europeus i molts d’altres van partir cap a Amèrica.14 L’entrada de l’exèrcit alemany a París, el 14 de juny del 1940, va precipitar la diàspora i, els pocs intel·lectuals que encara restaven a la capital, com Mercè Rodoreda i Joan Prat, van haver de fugir cap a Llemotges i Bordeus sota els bombardeigs nazis. 14 Una visió detallada, a partir d’alguns itineraris personals —reconstruïts des de la posteritat—, de la diàspora de la intel·lectualitat catalana a Amèrica a Julià Guillamon (2008). 270 L'acollida dels intel·lectuals catalans a França Bibliograia Arévalo Cortés, Just (1998): “Quaranta anys a la sala d’epera: l’exili voluntari de Lluís Capdevila”, a Congreso internacional sobre el exilio literario español de 1939, volum 1. 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Vilanova, Francesc; Campillo, Maria (cur.) (2000): La cultura catalana en el primer exili (1939-1940). Cartes d’escriptors, intel·lectuals i cientíics. Barcelona: Quaderns de l’Arxiu Pi i Sunyer 4, Fundació Carles Pi i Sunyer. Montserrat Corretger, professora del Departament de Filologia Catalana de la Universitat Rovira i Virgili, ha treballat sobre el pensament literari dels segles xix i xx. Ha publicat estudis sobre Joaquim M. Bartrina, Josep Güell i Mercader, Alfons Maseras, Joan Estelrich, Antoni Rovira i Virgili, Josep M. Prous i Vila, Domènec Guansé i Caterina Albert, entre d’altres. Alguns dels seus llibres són: Alfons Maseras: intel·lectual d’acció i literat (Premi Prat de la Riba de l’IEC, 1996) i L’obra narrativa d’Alfons Maseras (Curial–Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 1995 i 1996); La Terra del Llamp (La Magrana, 1998); Escriptors, periodistes i crítics: el combat per la novel·la, 1924-1936 (Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2008); Domènec Guansé, crític i novel·lista: entre l’exili i el retorn (Premi Crítica Serra d’Or d’Estudis Literaris 2012, Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2011) i Catalunya a l’exili (Cossetània, 2014) amb Francesc Foguet. Ha editat, entre altres obres: Vida de Narcís Oller d’A. Maseras (1996), Laberint de D. Guansé (2003), Quatre gotes de sang de J. M. Prous i Vila (2003) i diversos epistolaris a la revista Els Marges. Un dels seus darrers estudis és “La narrativa de Vicenç Riera Llorca: literatura i consciència històrica” (Caplletra, tardor del 2014). Actualment forma part del Grup de Recerca Consolidat de la Generalitat de Catalunya Identitats en la Literatura Catalana (GRILC-URV) i dels Projectes de Recerca “Renaixença i literatura, 1854-1898. Institució, representacions i identitat” (Universitat 273 Montserrat Corretger, Montserrat Palau de Lleida) i “El coneixement de l’altre: biografíes i retrats en la literatura catalana del segle xx” (Universitat d’Alacant). Montserrat palau. Doctora en Filologia Catalana, és professora de la Universitat Rovira i Virgili i de l’Institut Interuniversitari d’Estudis de Dones i Gènere (IIEDG). Membre dels grups de recerca GRÈC (Gènere, Raça, Ètnia i Classe) i GRILC (Grup de Recerca sobre Identitats a la Literatura Catalana) i coordinadora del Seminari Paraula de Dona (Dones i Literatura), la seva recerca s’ha centrat en la literatura catalana contemporània i comparada, amb especial atenció a la narrativa i el teatre, en la cultura popular i en els estudis de dones, gènere i feminismes. És autora de diversos llibres i articles sobre història i crítica literàries. Ha publicat també diverses obres de icció de narrativa i ha col·laborat en diversos mitjans de comunicació. 274 EL CONFLICTE BASC COM A FONT D’EXILIS Antoni Batista Viladrich Universitat Rovira i Virgili Resum Aquest article tracta del conlicte basc i relexiona sobre si encaixa o no dins el concepte de guerra per comprendre la situació dels seus exiliats. La causa basca ha generat exiliats i aquests exiliats tenen un doble sentit contrari d’oposats pel vèrtex, i això és una originalitat si posem en relació la guerra convencional amb la guerra terrorista: en la guerra convencional, s’exilien els perdedors; en la guerra terrorista, instal·lada en l’empat ininit, s’exilien els il·legals, però també els legals. Paraules clau ETA, exili, conlicte, Euskal Herria, Catalunya Abstract his article relects on whether or not the Basque conlict can properly be considered a war in order to better understand the situation of those who are exiled as a result of it. he Basque struggle has created exiles who are exiled in two opposed senses. In a conventional war, it is the losers who go into exile. However, in the Basque terrorist war, which is in a permanent state of stalemate, both known and unknown terrorists go into exile. Keywords ETA, exile, conlict, Euskal Herria, Catalonia Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 275–286. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Antoni Batista Viladrich La veu “exiliats” és polisèmica i, com a tal, s’usa de diferents maneres, amb diferents sentits i funcionalitats. En el cas de guerra, la connotació del mot es redueix gairebé a denotació; l’exiliat és molt evident. Quan el conlicte o no és una guerra o no és ben bé una guerra i, a més a més, gairebé encara es conjuga en present i l’estarem conjugant en present històric durant molt de temps i, a més a més, aquest conlicte és pròxim i ens toca afectivament… en aquest contenidor de contexts, la polisèmia del terme “exiliat” no només es redueix sinó que es multiplica ins a esdevenir una diicultat metodològica. Parlem del conlicte basc, i en primera instància relexionarem sobre si encaixa o no dins el concepte de guerra. No encaixa si, a la paraula “guerra”, hi empeltem l’adjectiu “convencional”, en tant que l’acció de matar, com a mínim, no és recíproca en temps real o a l’uníson, i aquesta acció no s’esdevé geogràicament en un camp de batalla diríem que ad hoc. Ara bé, sí que és guerra si considerem, com considera la moderna terminologia militar, que el terrorisme és un tipus de guerra. En les darreres guerres en les quals estan implicats gihadistes, Afganistan o Mali, se’ns presenten exèrcits reglats contra exèrcits terroristes, ins i tot en un contenciós bèl·lic clàssic de posicions, atacs i contraatacs i conquesta de territori. Es tracta d’una extensió del camp signiicatiu que ja depassa la propaganda d’anomenar “terrorista” l’enemic, tradició que, en el cas basc, i fent una delactació lingüística —si se’ns permet la gosadia— podríem remuntar a les cròniques romanes i, en el món actual, als nazis, referint-se a resistents i partisans, i al conlicte araboisraelià, en el qual, ho veiem en les rutines periodístiques, “soldats” israelians s’enfronten a “terroristes” palestins. És prou signiicatiu, o més que signiicatiu, que en l’espai que ens ocupa, una de les primeres fonts que va identiicar el terrorisme com a guerra fos un militar franquista que va ser iscal al Procés de Burgos (1970), un dels judicis més paradigmàtics de la història d’ETA i de la lluita contra la dictadura en general: el tinent coronel Troncoso de Castro, al llibre Subversión cultural y fuerzas armadas.1 Arran de l’eclosió de la gihad i les franquícies d’Al Qaeda, el terrorisme s’ha acceptat, tanmateix, com hem anotat, com a forma de guerra més que convencionalment. Podem citar 1 Tronco de Castro, Antonio. Subversión cultural y fuerzas armadas. Olavide. La Carolina, 1983. 276 El conlicte basc com a font d'exilis com a referència Catalán Deus,2 que va encara més enllà i el considera la Quarta Guerra Mundial… En periodisme és habitual emprar la fórmula exagerar sense mentir, però tanmateix no cal: és evident que les xifres de morts que ha fet el terrorisme estan entre les més altes després de la Segona Guerra Mundial. Un segon domini lingüístic ens pot ajudar a comprendre la situació dels “exiliats” en el conlicte basc; es tracta de la consideració de violència política que serveix per deinir el terrorisme, almenys en els diccionaris castellà de María Moliner, català de l’IEC, italià de Garzanti, de la RAE en la tercera accepció, i en general en totes les enciclopèdies de referència: l’Espasa, la Catalana, la Britànica i la Larousse; i en una completíssima entrada a la Viquipèdia. Per ubicar el terrorisme basc al territori penal de la delinqüència comuna, com es va fer amb el terrorisme irlandès, a i i efecte de restar-li credibilitat, sumar-li desprestigi i negar que, en un sistema democràtic, hi hagi presos polítics, el component polític es va treure de circulació en la perspectiva espanyola de la violència basca, tot i que, amb l’extensió del terrorisme a la Llei orgànica 6/2002 de partits, aquesta consideració va grinyolar tant que es va arribar al paroxisme jurídic de negar l’evidència, per exemple, que Arnaldo Otegi sigui considerat un pres polític. El pesant fal·lus freudià del franquisme que plana sobre la dreta espanyola, determina que en democràcia no hi poden haver presos polítics, tot i que qui els fabrica és l’Audiència Nacional, hereva del Tribunal d’Ordre Públic, jurisdicció especial qüestionada per juristes d’arreu. Amb tot aquest entrellat a manera de preludi només volem enunciar que la causa basca ha generat exiliats i que aquests exiliats tenen un doble sentit contrari d’oposats pel vèrtex, i això és una originalitat si posem en relació la guerra convencional amb la guerra terrorista: en la guerra convencional, s’exilien els perdedors; en la guerra terrorista, instal·lada en l’empat ininit, s’exilien els il·legals, però també els legals. La deinició d’“exili” de la Gran Enciclopèdia Catalana diu: Allunyament, voluntari o forçós, del territori d’un estat, especialment per motius polítics. No té caràcter jurídic de pena, sinó que es tracta d’una mesura política i, per tant, sense termini ixat; la possibilitat de tornar al propi país és aleatòria i depèn del canvi de la situació política. 2 Catalán Deus, José. La Cuarta Guerra Mundial: Terrorismo, religión y petróleo en el inicio del milenio. Espejo de la Tinta. Madrid, 2006. 277 Antoni Batista Viladrich En el cas basc, cal dir que, a més d’exiliats, també hi ha extradits, refugiats, desterrats, estranyats i deportats —tema sobre el qual vaig dirigir la tesi doctoral de Susana Panisello.3 Convé assenyalar-ho també per la necessitat de palesar sempre la polièdrica complexitat del context i perquè en caducar algunes d’aquestes igures jurídiques, quan el subjecte es queda al país per voluntat pròpia, però amb motivació política, muta a exiliat. La deportació, segons la deinició esmentada, podria considerar-se, doncs, un tipus d’exili, bé en el temps real del càstig, bé a posteriori, quan el deportat pot esdevenir exiliat per voluntat pròpia en no voler tornar al país d’origen per raons individuals o col·lectives de pressió ambiental i política. Sigui com sigui deixo oberta aquesta “frontera” epistemològica, perquè ara com ara no l’he estudiada prou. L’exili basc és, en i, profús i, com gairebé tot en la història del país, es pot remuntar o a la prehistòria o a la llegenda… Jorge Oteiza, un dels dos més grans dels escultors bascos, també ilòsof i poeta, elucubrava sobre els bascos presents en l’expedició dels argonautes a la recerca del velló d’or. No és un subjecte acadèmic… No ho és aïlladament i sota els prejudicis de la beateria neopositivista que ens imposa la pedagogia computacional, però sí que ho ha de ser en la mesura que la llegenda conigura tant l’imaginari basc que es barreja amb la història, perquè la història es “llegenditza” i la llegenda s’“historiica”. Un dels darrers llibres de l’historiador Iñaki Egaña ja fa aquesta barreja;4 per fer-la, parteix de la “singularidad ininterrumpida” de l’antropòleg José Miguel Barandiarán, un dels contraforts intellectuals de més gruix en la teoria de la identitat basca. Semblantment fa Joseba Sarrionandia, un dels dos millors escriptors bascos actuals. El seu darrer llibre, premi Euskadi de Literatura 2011, Moroak gara behelaino artean?, a punt de publicar-se en català: Som com moros dins la boira?, engalza la cultura basca amb la cultura amazic, com havia fet un dels contraforts —seguim amb la intencionada metàfora arquitectònica— del nacionalisme revolucionari d’ETA, Federico Krutwig, entre els primitius bascos i els guanxes de les illes Canàries.5 Al seu llibre Jo no sóc d’aquí, Sarrionandia ja relexionava sobre aquest mixt en l’imagi- 3 Panisello, Susana. “Els deportats d’ETA: els oblidats del conlicte”. UPF. Barcelona, 2006. 4 Egaña, Iñaki. Vasconia. Hechos, episodios y sucedidos. Nabarralde. Iruñea, 2011. Pàg. 13. 5 Krutwig, Federico. Garaldea. Txertoa. Donostia, 1978. 278 El conlicte basc com a font d'exilis nari, en el capítol que titula “La història i el mite”.6 A Som com moros dins la boira?, escriu: ‘Història’ és una paraula estranya que denota almenys dues coses: els fets reals del passat i la llegenda a l’entorn del que ha passat. Variants de la paraula signiiquen, en diversos idiomes, ‘conte’. Podríem dir que la història són històries que els vius conten sobre els morts.7 Sarrionandia és ara com ara el model de l’exiliat basc: el juny de 1985 es va fugar de la presó de Martutene, i des d’aleshores és en address unknown, tot i que des d’un any ençà ja no té cap causa pendent amb la justícia. ETA, l’última manifestació violenta del conlicte basc i que, per fortuna, ja podem acotar temporalment, 1959-2010, comença a secretar exiliats pràcticament des dels seus inicis, i és òbviament la causa d’exilis més important de la segona meitat del segle xx en el mapa d’Espanya, exilis de doble recorregut dels quals és víctima i exilis dels quals és victimària. Iulen de Madariaga, un dels fundadors d’ETA, i el primer ideòleg del recurs a la violència, s’exilia ja l’any 1963, primer a Flandes i en acabat a Algèria; d’aquell primer exili sorgirà un cap de pont que anys més tard es traduirà en camps d’entrenament militar i en espai diplomàtic de tercer país a les converses que el Govern espanyol de Felipe González i ETA van mantenir a Alger entre 1988 i 1989.8 Des de Madariaga ins als últims militants d’ETA detinguts a Irlanda, al Brasil i a França, la llista d’exiliats és llarga; encara, però, no està quantiicada ni per la mateixa esquerra independentista, segons que hem pogut constatar. L’última manifestació del que s’ha convingut anomenar exili generat pel conlicte basc sorgeix abans de les eleccions autonòmiques de 2012, quan el bloc constitucionalista al Govern d’Ajuria Enea capeix que pot perdre i que l’esquerra abertzale pujarà tant que pot desplaçar PSE-PSOE i PP a tercera i quarta forta, i que quedarà el debat govern-oposició entre les forces nacionalistes, com realment va passar. Per sumar vots pretenen 6 Sarrionandia, Joseba. Jo no sóc d’aquí. Pamiela-Pol·len Edicions. Arre-Barcelona, 2014. Pàg. 46. 7 Sarrionandia, Joseba. Som com moros dins la boira? Pol·len Edicions. Barcelona, 2013. Pàg. 14. 8 Batista, Antoni. Madariaga. De las armas a la palabra. RBA. Barcelona, 2006. 279 Antoni Batista Viladrich incorporar al cens les persones que van marxar d’Euskadi en ser víctimes o amenaçades per ETA. El ministre de l’Interior, Jorge Fernández Díaz, impulsa, la primavera de 2012, un fòrum per donar cobertura acadèmica a allò que popularment és conegut com “el vot dels exiliats”. L’hemeroteca ens mostra que hi ha qui ho escriu amb cometes i qui ho escriu sense. Aquest gran debat s’inicia començant pel principi terminològic que no debades hem plantejat des del primer paràgraf com a problema metodològic. Quan Interior cerca una aplicació jurídica que permeti que les persones que haurien hagut de marxar del País Basc per la pressió terrorista puguin votar, entra en joc la vella sentència llatina “excusatio non petita, acusatio manifesta” —el qui s’excusa, s’acusa, en una traducció lliure i poètica. No ho fan de cara a les pròximes eleccions autonòmiques, que saben que perdran, argumenten, sinó en general. El Ministeri de l’Interior fa una declaració d’intencions de modiicar la Llei electoral, i és portada del diari El Mundo de 20 de maig de 2012, per tal que puguin votar les persones “que van deixar el País Basc per l’amenaça d’ETA”, quantiicades entre 200.000 i 300.000. Aquesta xifra és altament discutible des de l’estudi acadèmic, ja que segons Julio Alcaide Inchausti9 el màxim nombre de persones que surten de la Comunitat Autònoma Basca durant el període aproximat d’actuació d’ETA és de 200.000, i és molt difícil de precisar quines marxen en una relació de causa-efecte amb el fenomen terrorista. També s’argumenta que, contràriament a l’airmació, també de fonts del PP, concretament del seu líder basc Antonio Basagoiti, el cens no va disminuir sinó que, entre març de 1979 i novembre de 2011, es va incrementar en 228.000 persones, segons la font oicial del mateix Ministeri de l’Interior. La modiicació jurídica, tot i que el tema sigui tan transcendent, la farien retocant el mínim, per evitar problemes i enllestir-ho amb la majoria absoluta de què disposen a les Corts espanyoles. De la Constitució i l’Estatut, no en volen ni moure una coma, que això necessita consens més ampli i més temps, i no tenen el consens, però tenen pressa. I el tràmit per als eventuals nous electors seria tan senzill com senzill va ser el tràmit coetani de blanquejar diner negre a través de la Hisenda Pública: un imprès, i en aquest cas no cal ni pagar el delme simbòlic dels defraudadors. 9 DD.AA. Evolución de la población española en el siglo xx por provincias. Vol. I. Fundación BBVA. Madrid, 2007. Pàg. 171-177. 280 El conlicte basc com a font d'exilis Per votar des de l’exili i l’“exili”, caldria simplement demostrar que s’ha estat censat al País Basc i Navarra (curiosament, aquí el Ministeri pren en consideració la negada Euskal Herria) un parell d’anys. Amb aquest broc gros, podria votar la meitat de la Guàrdia Civil, la meitat del Cos Superior de Policia, els funcionaris destinats o en comissió de serveis, els empleats de banca i multinacionals que hi han hagut de fer un estatge comercial o laboral, etc. És a dir, el nou cens es repartirà entre el PP i el PSOE aproximadament en la proporció que estan a Espanya. Excel·lent placa de Petri per a l’experimentació de la nova Llei electoral que des d’aquests sectors aquests dies es reclama com a antídot contra el virus de la corrupció, per seguir amb el símil biològic, però que el que pretén en realitat és ancorar el bipartidisme i evitar que els partits nacionals de Catalunya, Euskadi i Galiza tinguin representació parlamentària al Congrés. Alhora, aquest concepte tan deliqüescent de l’exiliat suscita un altre debat, en el qual entraria en col·lisió, altre cop, la idea d’Espanya contra ella mateixa. Per ser exiliat és preceptiu o, cal prèviament, ser del lloc del qual s’exilia; el preix llatí “ex” indica sortir, s’ha de sortir d’algun lloc, el lloc d’on s’és o el lloc en el qual s’és, quan parlem, per exemple, de l’estrangeria. En bona lògica si “exiliar-se” és anar de Bilbao a Madrid, diguem, resultaria que Euskadi no és Espanya. Altrament, si ser, doncs, “basc” és simplement estar censat un parell d’anys, això hauria de valdre per ser també espanyol, i resulta que ser espanyol no va tan, permetin-me l’expressió, barat. Per ser ciutadà espanyol i gaudir del dret al vot en les eleccions generals, calen deu anys o cinc, si s’és refugiat polític, que és en el millor dels casos el que serien aquests bascos a Espanya. Els estrangers només tenen dret a votar en les eleccions municipals. La paritat o igualtat davant la llei qüestiona, doncs, el concepte d’exiliat aplicat al País Basc, ja que en qüestiona la causa mateixa. En dret internacional veiem, d’altra banda, que ningú assoleix la ciutadania de cap país només per estar-hi censat dos anys. Es tracta d’una contradictio in terminis, ja que si l’exili suposa “allunyament del territori d’un estat”, és obvi que no sortir del mateix estat no és tècnicament exili. Més ajustat és, com assenyala l’estudi esmentat, parlar de “migració interna” o simplement de “fugir” o “marxar” directament per causa d’ETA, element tangible, com per la por, sempre intangible i subjectiva, encara que cal prendre-la en consideració, ja que les estratègies de l’atemoriment i la por són intrínseques al “terrorisme”, que és literalment una extensió de la por en el seu superlatiu grau de “terror”. 281 Antoni Batista Viladrich Aquest supòsit no s’ha de menystenir, ben al contrari, ja que ETA va estendre la seva capacitat operativa i va ampliar els seus objectius molt més enllà dels militars i els cossos i les forces de seguretat, i durant una època a causa del “terrorisme de baixa intensitat” o kale borroka la pressió de la por podríem dir que anava per barris, per pobles i per dies. Que ETA va atemorir la població és un fet que s’ha de prendre en consideració en totes les seves terribles semàntica i pragmàtica. L’enquesta que vaig realitzar entre el 15 i el 30 de gener de 1997 per a una recerca acadèmica, en ple auge de la kale borroka, em donava el resultat aclaparador que el 44% de les persones consultades a Donostia i el 35 de les de Bilbao, modiicaven els seus hàbits ciutadans en funció de les possibilitats de trobar-se amb violència per llocs, rutes o dates.10 Recuperem, però, l’argumentari. L’estratègia de l’Estat de forçar les lleis —en aquest cas la mateixa Constitució i una llei orgànica com és la Llei d’estrangeria, de 12 de gener de 2000— per tal de diicultar el joc de l’esquerra independentista basca no és nova. Va culminar amb la Llei de partits, les seqüeles de la qual encara fan estralls, per exemple, i en primer supòsit, amb l’empresonament de casos netament polítics, amb el paradigma Bateragune/Otegi, però també amb l’afer dels tres mil “contaminats” que no han pogut presentar-se a les darreres eleccions, tot i estar legalitzades dues marques abertzales. L’ampliació del cens és una volta més de cargol: no només no poden presentar qui volen, sinó que els seus opositors poden fer votar els seus afectes no censats en el padró de les autonòmiques. Si mirem comparativament el tema dels presos, comparació sempre legítima quan es defensa la igualtat davant la llei, tot el GAL condemnat és fora de la presó, delictes de sang inclosos, mentre defensen dia sí dia també que ni amnistia ni indult per als presos d’ETA, ni tan sols acostament per als bascos en general, independentment de si el seu delicte va ser per un assassinat, un contenidor cremat o paraules en un míting. On la situació ja rebenta totes les revendes és en el cas de la condemna de la violència que ha estat eix de legalització i il·legalització. El franquisme no va tenir contaminats, l’esquerra abertzale en destacava un que va tenir un alt càrrec en la comissió de savis proposada pel PP per legislar el cens dels exiliats. I el PP no va condemnar el franquisme ni en la seu parlamentària d’Estrasburg quan podia fer-ho en votació pública, el 4 de juliol 10 Batista, Antoni. Terror i negligencia. Hipercor i la construcció periodística d’ETA. Edicions de La Magrana. Barcelona, 1997. Pàg. 72-92. 282 El conlicte basc com a font d'exilis de 2006, a proposta del president del Parlament Europeu, Josep Borrell, amb motiu del setantè aniversari del cop feixista. Va ser precisament un basc, Jaime Mayor Oreja, qui va argumentar el vot negatiu del PP, només secundat per dos diputats polonesos d’extrema dreta. Aquell mateix estiu, la Universitat de Deusto va fer unes jornades sobre justícia transicional, en què es plantejaven situacions com la que viu actualment el País Basc i, precisament, com la que va viure Espanya en el pas del franquisme a la democràcia. Tot plegat anava en aquest rumb. La proposta d’aplicació de la “justícia transicional” per resoldre el tema de presos, exiliats i desmantellament d’arsenals, és una igura treballada per experts de les Nacions Unides en Dret Internacional de cara a garantir la no-vulneració dels drets humans en el trànsit d’estats no democràtics a democràtics. La idea d’una “segona transició” pròpia del nacionalisme basc transversal, molt ben trenada pel catedràtic de la UPV Ramón Zallo,11 si bé té poc recorregut polític, perquè estrictament no correspon, sí, en canvi, que té possibilitats en els sectors més garantistes de la magistratura espanyola, que comencen a sentir-se incòmodes en el paradigma actual d’antiterrorisme sense terrorisme, i s’emeten sentències amb voluntat de crear jurisprudència, i cada cop són més els vots particulars —el cas Otegi al Suprem, el darrer, i la sentència absolutòria a l’Audiència Nacional dels processats en el cas que va suposar el tancament del diari Egunkaria, ara fa exactament dos anys— que donen arguments de cara a futur. Malgrat la facilitat que podia tenir el PP de tirar endavant el vot dels exiliats tècnicament, aquesta facilitat se li podia girar políticament per reaccions adverses del PSOE i del PNB. Uñigo Urkullu, cap de llista jeltzale, ara lehendakari, ja va parlar de “manipular el cens i retòrcer les lleis”. Sense suports aliens, no podien evitar l’estigma de la tupinada. Sobretot si tenien tota la premsa internacional mirant-los de reüll, per l’afer de Bankia i del rescat, amb cometes o sense. Van aparcar el tema. El vot dels exiliats suscita, a més a més, dos eixos de relexió: el concepte d’exili i la naturalesa de l’amenaça que el desencadena. És ben curiós un contrast. Els militants d’ETA i de l’esquerra abertzale en tota la seva extensió de marques, no van considerar mai exili anar a Ipar Euskadi, Iparralde, l’Euskadi Nord o el departament francès dels Pirineus Atlàntics. Sempre han considerat aquest territori com una part d’Euskal Herria, per tant, no hi ha exili. A Catalunya, anàlogament, no va existir 11 Zallo, Ramon. Euskadi o la segunda Transición. Erein. Zarautz, 1997. 283 Antoni Batista Viladrich aquest concepte, prevalia la idea de França per damunt de la de la Catalunya del Nord. El grandiós poema èpic de Pere Quart “Corrandes d’exili” predica bellament aquesta idea. Als antípodes dels militants d’ETA que no consideren anar a l’exili creuar el que anomenen “la falsa frontera” —Irun, Hendaia, Dantzarinea, Donibane Garazi…—, els constitucionalistes/espanyolistes que van marxar del País Basc per la pressió terrorista sí que parlen d’“exili” quan van a qualsevol regió espanyola, sigui la veïna Cantàbria, el centre politicoeconomicomediàtic: Madrid o el País Valencià, principal lloc d’estiueig de les classes mitjanes basques unionistes —les nacionalistes vénen a Catalunya. És una contradicció ad hominem, com si donessin la principal raó que neguen als abertzales: que el País Basc no és Espanya. L’altra qüestió és el deliqüescent concepte de l’“amenaçat”, etiologia principal d’aquests exilis. Qui marxa perquè ha estat directament o indirecta, a través d’un familiar, víctima d’ETA o de la kale borroka, té un motiu indiscutible. El problema rau quan es parla d’“amenaces”. En ser un tema tan delicat, he volgut que sigui una inqüestionable i incontestable víctima d’ETA qui plantegi la qüestió per a aquest congrés. Ho he demanat a Robert Manrique, ferit greu a l’atemptat d’Hipercor a Barcelona, que va ser president de l’Associació Catalana de Víctimes d’Organitzacions Terroristes i delegat de la Generalitat per a l’Atenció a les Víctimes del Terrorisme. Diu Manrique: “És complicat parlar del concepte ‘víctimes del terrorisme’ i, sobretot ara, que en diferents indrets de l’Estat hi ha greus enfrontaments entre algunes de les que es creuen representants del col·lectiu. Però en referència amb el tema dels anomenats ‘amenaçats’, sempre he mantingut una distància prudencial: és indiscutible que existeixen ciutadans que per la seva manera de pensar o d’actuar han aparegut en llistats de diferents bandes terroristes i especialment d’ETA. D’altres no han donat mai aquesta impressió. Però no es pot negar que aquesta aparició tan espontània ha estat a partir de la promulgació de la Llei 32/1999, en la redacció de la qual vaig tenir la responsabilitat de treballar i ser un dels pocs que vàrem advertir que ens trobaríem amb el que d’un temps ençà ens trobem: una quantitat de noms i cognoms difícils de quantiicar dels quals, ves per on i amb molt poques excepcions, no teníem cap notícia quan encara no existien lleis que oferissin drets i avantatges a qui els sol·licités per estar amenaçat. I no vull recordar aquells dos membres de cert col·lectiu laboral que porten 284 El conlicte basc com a font d'exilis anys discutint si l’amenaça soferta anava contra una o contra l’altra. Pel que conec del tema els asseguro que estar amenaçat no és cap luxe…” A l’altre pol ideològic, el del nacionalisme basc, sí que té una lògica considerar exili la fugida per raons polítiques a qualsevol altra entitat nacional, i justament l’exili més documentat dels bascos durant la Guerra Civil va ser Catalunya. Gregorio Arrien i Iñaki Goiogana ho analitzen minuciosament en un volum imprescindible, prologat per Hilari Raguer.12 D’aquella etapa queda el memorial on va ser la primera seu del Govern basc a l’exili, al número 58 del passeig de Gràcia, al costat del baixador del tren, amb una placa escrita en èuscar i català. La Delegació va ser ideada i dirigida per Manuel de Irujo, ensems ministre del Govern de la República, “com una mena d’ambaixada o consolat”.13 Va fer una gran feina assistencial als refugiats, va editar un diari: Euskadi en Catalunya, va tenir una luida relació política amb la Generalitat, va intervenir en la guerra a través de les milícies basques, va fer d’oicina comercial i va mantenir l’esperit nacional a través d’accions diverses, amb especial signiicació de la celebració de l’Aberri Eguna del 27 i 28 d’abril de 1937 o el Concert pro-Euskadi que va organitzar la CNT al Palau de la Música Catalana el 13 de juny d’aquell mateix any i molta activitat cultural patriòtica també en la Setmana proEuskadi que va tenir lloc entre el 29 de maig i el 6 de juny de 1937. Però els bascos, potser per la tradició dels argonautes, van deixant assentaments per allà on passen —importants a l’Amèrica Llatina, estratègics a Anglaterra i als Estats Units. El PNB es va agermanar amb Unió Democràtica de Catalunya a través de la Internacional Democratacristiana, lligams que s’han mantingut ins al present. I els primers militants d’ETA són genèticament i política ills del PNB. Iulen de Madariaga és, altre cop, emblemàtic en aquest sentit: el seu avi va ser un dels redactors de l’Estatut d’Estella i el seu pare va tenir càrrecs al Govern del lehendakari Agirre. Però aquesta circumstància té moltes altres extensions. Si Catalunya va ser el primer exili dels bascos, també ho va ser en el segon, si ens cenyim al segle xx –no parlem dels lligams carlins. ETA troba en els pares nacionalistes catalans i en els ills del PSUC o del PSAN l’exili més freqüent, l’acolliment més càlid. He analitzat prou les relacions entre el nacionalisme basc i el 12 Arrien, Gregorio; Goiogana, Iñaki. El primer exili dels bascos. Catalunya 1936-1939. Fundación Sabino Arana i Fundació Ramon Trias Fargas. Barcelona, 2000. 13 Op. cit. Pàg. 177. 285 Antoni Batista Viladrich nacionalisme català14 que són en l’arrel d’aquest exili, en el qual, a més a més dels lligams familiars i polítics enunciats, juga un paper destacat l’Església, a través del monestir de Montserrat i de les comunitats cristianes de base que aloren arran del Concili Ecumènic Vaticà II (1962-65). D’aquest amagatall català, pàtria d’exilis, n’ha quedat constància en la literatura, des dels poemes d’Aresti a les novel·les d’Atxaga i en les cançons de Lete. Xabier Lete, gran poeta i cantautor, que estiuejava a Altafulla, diu a la seva preciosa “Cançó a Catalunya”, amb contrapunt de tenora: Tu ets la nostra pàtria, l’estimada casa propera, / el nostre llindar amb la frontera de la saviesa; / ets el lloc on buscaria ser acollit / si algun dia hagués de marxar del meu país. / Oh Catalunya! El inal de la violència d’ETA, el 20 d’octubre de 2011, ha de començar a posar i a tota mena d’exilis, en desaparèixer-ne la causa. Però el inal de tants anys de violència s’ha d’interpretar en clau de procés, falta el desarmament d’ETA, la seva dissolució, i una política de distensió del Govern espanyol que comenci per l’acostament de presos en aplicació de la llei penitenciària. I que tot plegat faci també possible que els bascos visquin al seu país, pensin com vulguin i tinguin la pertinença identitària que vulguin, només bascos, bascos i espanyols, només espanyols, mirant cap al futur i no a fora, pendents de causes que ja són del passat. Per fortuna. 14 Batista, Antoni. Catalunya i Euskadi. Nació còncava i convexa. Angle Editorial. Barcelona, 2010. 286 EL ASQUEROSO OLOR DE LA TORTILLA. SUMAS Y RESTAS EN LA CONSTRUCCIÓN IDENTITARIA DEL EXILIADO CHILENO EN MÉXICO Ariel Arnal SIMO, México Resumen En este artículo se explica la manera íntima de vivir el exilio chileno en México. El exilio chileno se produce como consecuencia del golpe de Estado en Chile del 11 de septiembre de 1973. De este modo, llegan a México alrededor de 4.000 exiliados, que permanecerán en este país como el segundo exilio sudamericano más numeroso, al menos hasta 1984. En este texto se analizan al menos tres posturas existenciales frente a la imperiosa manera de tratar con México. Al mismo tiempo, se manejan elementos identitarios que se ponen en juego en esa relación con el nuevo país de acogida. Palabras clave Exilio, Chile, México, identidad. Abstract his article gives an intimate account of how Chilean exiles experienced their expatriation to Mexico. he Chilean exodus was caused by the coup d’état on 11th September 1973 and led to around 4,000 exiles arriving in Mexico. hey remained in this country as the second largest group of exiles in South America until at least 1984. he present text analyses three existential postures that they adopted in the face of the imperative and urgent need to come to terms with Mexico. he text also analyses aspects of identity that came into play in their relations with the new country that was to take them in. Keywords Exile, Chile, Mexico, identity Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 287–301. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Ariel Arnal Allí, a través de la lectura de nuestros clásicos, del café negro, de nuestra milenaria lengua que nadie entendía, recordábamos a los seres queridos, los olivos peinados por el viento y la sal bajo el implacable sol del Egeo. Allí, en la sempiterna espesa neblina que calaba los huesos, éramos una gran familia que curaba el corazón del exiliado. Evangelos Panopoulos, El olivo en la neblina, memorias del exilio, 1820. Más allá de la deinición legal del exiliado reconocida por ACNUR,1 el “refugiado”, aquí hablaremos del exiliado como condición existencial, de alguien que ha sido obligado a dejar su país de origen, Chile, por diversas razones. Si bien los primeros exiliados en llegar a México lo hacen por algo tan sencillo como salvar la vida, con el tiempo encontraremos exiliados que abandonan Chile por otros motivos que no excluyen en muchos casos la posibilidad de conservar la vida. Según Rolando Álvarez, para junio de 1974, casi un año después del golpe de Estado, alrededor de 150.000 chilenos habían dejado su país.2 La cifra se incrementaría con el paso de los años, mezclando a aquellos que dejan Chile por razones políticas con los que lo hacen por razones económicas y más aún con los exiliados chilenos que provienen de otros países, principalmente el norte de Europa y los entonces llamados países socialistas. Para 1976, Amnistía Internacional da una imprecisa cifra de alrededor de 200.000 chilenos que han dejado su país. Si extrapolamos esa cifra a la familia que queda en Chile y que, por ende, también vive las consecuencias del exilio, hablamos de alrededor de un millón de personas afectadas por el exilio, eso en un país que por entonces estaba poblado por unos 10 millones de personas.3 Hablamos aquí de la imposibilidad del desarrollo profesional y la calidad de vida en un ambiente emocional empático con la manera de deinirse como chileno, lo que de manera natural hacía converger al diverso exilio chileno en América Latina y más precisamente en México.4 La dictadura 1 Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, 22 de abril de 1954, de conformidad con el artículo 43. Serie Tratados de Naciones Unidas, núm. 2545, vol. 189, p. 137. 2 Archivo Digital Casa de Chile en México, caja 1, carpeta 3. 3 <http://www.memoriaviva.com/exilio/exilio.htm>. Consultado el 12 de agosto de 2014. 4 Álvarez, Rolando, “El PC en el exilio: la renovación comunista y los orígenes de la Política de Rebelión Popular de Masas (1973-1980)”, La tarea de las tareas: luchar, unir, vencer. Tradición y renovación del Partido Comunista de Chile (1965-1990), Santiago de Chile, 2007, tesis doctoral, Santiago, Universidad de Chile. 288 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… inicia de inmediato una persecución de la libertad de expresión que se traducirá en la llegada a México de intelectuales que ven truncada su carrera en su país de origen. De igual modo, la crisis económica chilena de inales de la década de 1970 y el experimento neoliberal planteado por la dictadura como solución al problema económico obligan a salir de Chile a otro importante contingente que, asimismo, suele estar bajo sospecha por su pasado allendista. Es a partir de septiembre de 1973 que empezarán a llegar a México un sinnúmero de exiliados y que no dejarán de hacerlo, en grandes cantidades, hasta el rompimiento formal de relaciones diplomáticas entre Chile y México en 1974. A partir de entonces, los exiliados chilenos que continúan llegando lo harán desde otros lugares del mundo, siendo realmente muy pocos los que llegan directamente desde Chile. La particularidad del exilio chileno en México radica en que es oicialmente protegido por el Gobierno mexicano del presidente Luis Echeverría Álvarez, un gobierno bajo la inluencia de los Estados Unidos.5 Esta protección se tradujo en diversas medidas que hallan su antecedente directo en la ayuda al exilio republicano español de 1939 y al exilio guatemalteco arbencista de 1954. Ello es posible como consecuencia de la doctrina Estrada, doctrina en asuntos internacionales impulsada por el ministro de Relaciones Exteriores Genaro Estrada en el lejano año 1930. Además de otorgar las bases materiales para el desarrollo humano de los exiliados chilenos, a saber, casa y trabajo por un tiempo determinado, y reconocimiento de títulos universitarios sin papel alguno, el Gobierno mexicano se preocupó de impedir la iniltración de agentes del servicio de inteligencia de la dictadura chilena. La razón de esto se hallaba en que la dictadura de Pinochet había demostrado con hechos que era capaz de actuar y asesinar en el extranjero. Sendos atentados ya se habían producido en Buenos Aires y Washington, donde los servicios secretos chilenos se habían encargado de asesinar tanto al penúltimo comandante en jefe del ejército del Gobierno de Allende, el general Carlos Prats,6 como al último ministro de Defensa, Orlando Letelier.7 Así, a partir de 1974, el ingreso a México de turistas chilenos quedó prohibido durante muchos 5 Martínez Corvalá, Gonzalo, Instantes de decisión: Chile 1972-1973, México, Grijalbo, 1999. 6 Prats González, Carlos, Memorias. Testimonios de un Soldado, Pehuén Editores, 1985. 7 Varas, Florencia y Orrego, Claudio, El caso Letelier, Aconcagua, Santiago de Chile, 1980. 289 Ariel Arnal años, siendo imprescindible para ello la invitación expresa de un asilado político residente en México, vía el Ministerio del Interior mexicano. Para el Gobierno mexicano, cuidar de los exiliados chilenos era una cuestión de honor, consecuencia de una estrecha relación cultural y afectiva con el Gobierno de Allende. Proteger el exilio chileno era honrar la doctrina Estrada, pero particularmente el compromiso adquirido años atrás con Salvador Allende. Hasta 1984, fuentes informales hablan de 10.000 chilenos exiliados en México,8 pero las cifras del Ministerio del Interior mexicano y de la propia Casa de Chile reducen el número a alrededor de 3.500 chilenos exiliados.9 Aun así, la cifra de exiliados del Cono Sur, a saber, chilenos, argentinos y uruguayos, parece alcanzar efectivamente las 10.000 personas. La confusión surge del carácter claramente distintivo entre asilado político y exiliado. El primer término es el utilizado por las autoridades mexicanas para designar a aquellos exiliados que han pedido asilo político expreso ante el Gobierno mexicano, mientras que el segundo incluye también a aquellos que han salido legalmente de su país de origen (Argentina, Chile o Uruguay, en este caso) con un pasaporte en mano, es decir, no han pedido asilo político para abandonar su patria. Es por eso por lo que las cifras informales, reconocidas con reserva por ACNUR, son siempre imprecisas, como las de Amnistía Internacional, debido a la naturaleza de su origen. Esa es la razón de que eleven exponencialmente el número de chilenos. Hans Wollny preiere estacionar dicho número de exiliados —asilados políticos y exiliados con “pasaporte en mano”— en alrededor de 5.000 exiliados chilenos en México.10 Como consecuencia del celo del Gobierno mexicano en proteger al exilio chileno, a la llegada de los primeros exiliados se creó la Casa de Chile, que pronto se convirtió, además, en el centro de operaciones latinoamericanistas de la Secretaría de Solidaridad de América Latina. A medida que las dictaduras lorecían como mala yerba por todo el mapa continental, la Casa de Chile se llenaba de colores y acentos diversos. El 8 Nepomuceno, Eric, “El asilo en México se torna selectivo. Facilidades a los intelectuales; para los pobres no hay lugar”, Proceso, México, núm. 259, 19 de octubre de 1981, pp. 13-15. 9 3.345 asilados políticos para ser exactos. Report of UNHCR Assitance Activities in 1983-1984 and Proposed Voluntary found Programmes and Budget for 1985 (UN-Doc. A/AC.96/639), parr. 562. 10 Wollny, Hans, “México y el reto del asilo: Una visión desde afuera”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado, mayo-agosto de 1990, nueva serie, año XIII, p. 989. 290 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… Chile renacido en México devolvía así lo que había recibido del Gobierno mexicano, la solidaridad vuelta fraternidad.11 Pero cómo es el arribo a México de esta gente extranjera. La llegada abrupta a un nuevo lugar, aun a un país “hermano” como lo era México, se plasma a través de un verdadero universo de maneras de comprender e interactuar con lo nuevo. Amanecer literalmente en un nuevo país es para el exiliado no solo abrir los ojos a una luz tropical naturalmente más luminosa, es también abrir los ojos a una nueva realidad que, queramos o no, es de golpe violenta y radicalmente distinta. Ese abrir los ojos a lo que le rodea y a lo que está por venir, esa nueva manera de entender el mundo, su mundo, es tan amplia y variada en formas como la propia historia de la humanidad. No existe un exilio, existen tantos exilios como exiliados.12 Es interesante el modo en que se reconstruye la cotidianidad en el exilio. A través de la historia de los exilios políticos, solemos encontrar al menos dos modos de afrontar lo que es la nueva realidad en un país que es en principio extraño. Estas maneras de levantar de las ruinas una cotidianeidad que en los hechos suelen combinarse, mezclarse, pelearse, volviendo a encontrarse inexorablemente, son maneras de entender el mundo —cosmogonías particulares al in y al cabo— que sobreviven en el corazón y alma del exiliado, como lo hacen las múltiples personalidades de la esquizofrenia. Son, al in y al cabo, un ir y venir entre los dos extremos que signiica mantener la “chilenidad” a costa de lo que sea o, por el contrario, la integración completa en México, aun perdiendo los signos identitarios chilenos. De traidora y revisionista podría acusar la “chilenidad” a la mexicanización. Arcaica y chovinista, patriotera barata, le respondería la mexicanización a la “chilenidad”. Ese es el diálogo constante que ocurre en el espíritu dolido y doloroso de cada exiliado en sus primeros años en tierras mexicanas. La gran mayoría encontrarán el equilibrio con los años a través de los hijos y los nietos, de la comida y la luz radiante del trópico. Otros muchos jamás hallarán consuelo, aprendiendo a vivir con el dolor y la carencia, y agradeciendo eternamente la mano mexicana extendida, mano no por ello diferente y ajena. 11 Rojas Mira, Claudia y Santoni, Alessandro, Geografía política del exilio chileno: los diferentes rostros de la solidaridad, México, FLACSO, perf. latinoam., vol. 21, núm. 41, junio de 2013. 12 Arnal, Ariel, “Introducción. El “otro” como espejo, “nosotros” como realidad”, Atlántico imaginado: fronteras, migraciones y encuentros, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid, 2010. 291 Ariel Arnal Así, tres son los modos de enfrentar el exilio en la cotidianeidad, a saber, defensa numantina de la cultura de origen a través de una negación constante de la paulatina adaptación a la cultura anitriona, integración en la cultura anitriona negando la cultura de origen, y, inalmente, la trágica e imposible convivencia entre ambas, que se traduce en un verdadero sufrimiento existencial cotidiano.13 El primer caso, la conservación intacta de la identidad, que incluye no solo la pertenencia a lo que ambiguamente podemos denominar “cultura chilena”, sino también los principios y valores que conforman también la “identidad política”, suele ser una postura común entre los exiliados. Cabe advertir aquí que “chilenidad” no es más que un término instrumental que se reiere a la certeza del exiliado de que hay valores y costumbres distintos de los mexicanos que son constitutivos y que por ello han de resguardarse. Nada tiene que ver este concepto con, por ejemplo, las deiniciones nacionalistas y patrioteras promovidas por los gobiernos latinoamericanos…, aunque se les parece mucho. Esto conlleva una difícil negociación cotidiana con la realidad mexicana. Esta negociación prioriza en cualquier caso la construcción de una realidad propia que se impone a las costumbres mexicanas. El trabajo, la escuela o la compra en la tienda de la esquina o el supermercado se convierten en la prueba cotidiana del sostenimiento militante de la “chilenidad”. ¿Hasta dónde soportaré estoicamente la inluencia ajena de un país que no es el mío? El dolor y el sufrimiento militante es en este caso la constatación de lo que deine el origen del exiliado. Mucho se ha dejado en Chile; no solo a la familia y los amigos, sino también el sufrimiento de quienes soportan la dictadura y de los compañeros en prisión, y el dolor —inmenso dolor— por los que han muerto o están desaparecidos. Así, las tentaciones de san Antonio en su particular versión mexicana, el México vibrante, amante de la vida, de los colores, los olores y los sabores, se tornan en el pecado identitario al que no hay que someterse de ninguna manera. Es posible conocer México y a los mexicanos como un turista, como un etnólogo por obligación, pero de ningún modo las costumbres mexicanas deben sustituir a las chilenas. Esto es en principio fácil de hacer. Tras la llegada del chileno común a México, la fortaleza de su “chilenidad” frente al nuevo ambiente mexicano 13 El cúmulo de entrevistas realizadas, así como el antecedente similar del exilio republicano español, apuntan a estos tres modos de afrontar el exilio. 292 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… se ve claramente consolidada ante lo que le parece una terrible, espantosa, costumbre mexicana, la ingesta cotidiana en grandes cantidades de maíz en forma de tortilla, un producto sin personalidad, estéticamente sin ningún interés, y, lo que es peor aún, con un olor repulsivo que de inmediato quita el apetito.14 Soportar el olor de la tortilla es síntoma de fortaleza, del sufrimiento necesario a modo de penitencia revolucionaria.15 La realidad es doble por el simple deseo de que así sea, por el íntimo deseo de que, tal como sucede en el mito de la caverna, la realidad esté en otro lado, en lo profundo del corazón de cada exiliado. La calle, la escuela, el trabajo…, son un espejismo, una pesadilla que pronto desaparecerá…, cuando caiga la dictadura. En ese universo paralelo, México transcurre con su propio ritmo mientras el exiliado construye y reconstruye su realidad personal a su manera una y otra vez. Esto es así, afortunadamente, porque ello no signiica que la realidad, la verdad histórica absoluta deseada por el viejo positivismo decimonónico, se materialice a partir del deseo. Por el contrario, constatan solamente la plasmación de verdades particulares que construyen realidades en la medida que esta es interpretada a través de ideologías y sistemas de pensamiento.16 Se trata, en este caso, de elevar a rango de realidad el deseo de la sobrevivencia de los valores de la izquierda chilena a partir de cada acto de cotidianeidad. Es interesante señalar que la mayoría de los exiliados reieren el olor de la tortilla como uno de los grandes martirios de sus primeros días en México. Frente al hotel San Diego, en la calle de Luis Moya —uno de los hoteles donde el Gobierno mexicano ubicaba a los exiliados recién des14 En las entrevistas en profundidad, las referencias al “asqueroso olor de la tortilla” son un tema recurrente. Solo en dos ocasiones detectamos exiliados que airmaban haber sido seducidos de inmediato por dicho olor. “El asqueroso olor de la tortilla” se convierte así en una verdadera agresión al olfato del chileno, más acostumbrado al olor del “pan amasado” recién salido del horno. 15 La tortilla en México, y buena parte de Centroamérica, es el alimento principal que ha de acompañar a toda comida, de modo similar a como se utiliza el pan en Europa. La tortilla tiene forma de torta circular aplanada, de alrededor de 15 centímetros de diámetro. Está hecha de masa de maíz previamente cocida con cal y agua, proceso que se denomina nixtamalización, palabra de origen náhuatl formada por nextli, ‘ceniza de cal’, y tamalli, ‘maíz cocido’. Esa masa nixtamalizada se cuece en una plancha caliente, ya sea de aluminio o barro, denominada comal, palabra derivada del náhuatl comalli, que signiica simplemente ‘plancha’. 16 Yankelevich, Pablo, “Ser otro en ambas patrias. Exiliados latinoamericanos en México”, en Fanny Blanck-Cereijido y Pablo Yankelevich (comp.), El otro, el extranjero, México, Libros del Zorzal, 2003. 293 Ariel Arnal embarcados del aeropuerto Benito Juárez—, se encontraba entonces una tortillería. Las habitaciones que daban a la calle y, por ende, a la tortillería permanecían cerradas incluso en el caluroso mes de mayo. ¿Por qué los mexicanos consumían tortilla si el sencillo pan de marraqueta cumplía con creces las necesidades básicas de cualquier comida que se dijera digna de una civilización milenaria?17 Como si de un criptojudío en la España del siglo xvi se tratara, el chileno disimulaba en el trabajo o la escuela su horror a la tortilla. Al llegar a casa, refugio y verdadero “Chile chico” en medio de la agresiva selva tropical citadina, la familia o los amigos se reunían piadosamente para cumplir con los rituales heredados de generación en generación, materializados en la santa liturgia de la “once”, la hora del té a la chilena, hora del té que desde luego no incluía tortilla.18 Resulta al menos curioso que, si bien la mayoría de los exiliados reieren su horror al olor de la tortilla, los parientes y turistas chilenos que visitan México de manera voluntaria suelen enamorarse a primera vista, olfato y gusto de tan importante signo identitario mexicano. ¿Acaso la tortilla se convierte en el fetiche que concentra la resistencia a mexicanizarse?, ¿será que el sucumbir a la tortilla abre las puertas a un universo de perdición que incluye abandonar la “chilenidad”?, o, lo que es lo mismo, ¿el convertirse paulatinamente en mexicano signiica abandonar la lucha por la resistencia y, lo que es peor, olvidar a los compañeros muertos y desaparecidos? Temor vano como demostraría afortunadamente el paso del tiempo. Esos mismos exiliados se deinen hoy en día a partir 17 Entrevista a Lila Lorenzo Soto-Aguilar, Ciudad de México, 11 de mayo de 2012. 18 No está claro el origen de la “once” o, más correctamente, “las once”. La tradición popular chilena hace referencia a la bebida que los trabajadores salitreros bebían clandestinamente en el trabajo, el aguardiente, palabra constituida por once letras. Otras investigaciones apuntan a un doble origen vasco e inglés que hace referencia en ambos casos al almuerzo de las once de la mañana, elevenses para el caso inglés y hamaiketako en lengua vasca. Sin embargo, la adaptación chilena ha trasladado la hora del almuerzo inglés y vasco a la merienda, alrededor de las cinco de la tarde, dejando la comida más abundante precisamente en el “almuerzo” de alrededor de las 13.30 horas. Collier, Simon y Sater, William F., A History of Chile, 18082002, Cambridge, Cambridge University Press, 2004. Siguiendo siempre con las entrevistas realizadas, encontramos que la “once” se convierte en un verdadero acto de comunión familiar y, a la vez, en el momento de reforzamiento explícito y consciente de los valores culturales chilenos. La “once” en México sirve así como un recordatorio cotidiano del origen de cada uno de los miembros de la familia. 294 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… de identidades mixtas que desde luego incluyen, todos ellos, tacos al pastor, quesadillas, gorditas, lautas, sopes y chilaquiles.19 La confusión entre costumbres cotidianas y valores culturales es común en los primeros años de integración de cualquier extranjero en una cultura distinta de la propia. Así, acontecimientos aparentemente insigniicantes se convierten en el último refugio del recuerdo de la patria perdida. Sucumbir a esos nuevos valores de la nueva patria de acogida pareciera en esos primeros años un “soltar amarras” de los valores y la cultura de origen, cediendo entonces a la deriva que introduce la sensación de haber perdido referentes morales. Así, el simple hecho de reconocer el gusto por un platillo hasta entonces extraño puede llegar a constituir un verdadero terremoto identitario.20 Frente a esta posición de enrocamiento alrededor de la patria trasplantada, encontramos en mucha menor medida el abrazo a México y a la necesidad de construir una vida nueva, aun a costa de perder algunos elementos del pasado inmediato chileno. La prueba triunfante para quienes han elegido esta manera de vivir su exilio se vislumbra claramente en los hijos nacidos en México. Antes que nada, son mexicanos que de manera voluntaria y paulatina eligen las costumbres de los padres y las hacen suyas solo en la medida de sus necesidades. Son mexicanos en el amplio sentido con padres exiliados. Es así como los hijos de exiliados cuyos padres han optado por esta manera de integrarse en México no se diferencian a sí mismos de otros mexicanos —chilangos como ellos— cuyos padres han emigrado desde los estados o desde otros países. Si el origen de la emigración de sus padres tiene un trasfondo clara y eminentemente político, su vida personal resulta similar a la de estos otros hijos de migrantes. Por el contrario, cuando el exilio es una constante lucha por mantener intacta la identidad chilena, muchas veces los hijos heredan también esta identidad de resistencia, llevando en la práctica una doble vida —como mexicanos en la vida pública entre mexicanos y como chilenos en el exilio entre sus iguales—. El exilio republicano español ha demostrado que esta herencia transgeneracional de una identidad trasplantada puede reencon19 Alimentos todos ellos muy comunes en la cocina mexicana y que incluyen siempre algún modo particular de preparar la tortilla. 20 Costa, Cátia Miriam, “Más allá del horizonte: de la tierra del destierro a la tierra de promisión”, en Atlántico imaginado: fronteras, migraciones y encuentros, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid, 2010. 295 Ariel Arnal trarse fácilmente en los nietos, mexicanos que “añoran” la España de sus abuelos y sufren hoy en día el haber perdido la guerra. Es de este modo como desde el exilio se construye una nueva frontera, esta vez entre Chile y México. La frontera forma parte del exiliado, la carga consigo y la lleva a todas partes cada día. Como bien ha expresado Cunha Martins, esas fronteras parten de referentes físicos, pero pronto se trasladan al imaginario, donde se lleva a cabo un complejo proceso de interiorización simbólica de lo que la frontera signiica.21 Con esa frontera por iltro en su mirada, el exiliado se reairma como tal a través de las comparaciones y los inevitables juicios de valor. Con el paso del tiempo, esa frontera se convierte en algo inherente a él mismo. Pero, como en cualquier cultura, este concepto de frontera portátil es maleable y lo modelamos como barro según nuestras necesidades y a medida que la realidad nos lo va exigiendo. Llegados a este punto, es importante señalar que de manera natural esa supuesta “identidad chilena intacta” cambia como cualquier identidad. Paradójicamente, muchas veces la sorpresa es mayúscula cuando ciertas costumbres van desapareciendo en el territorio chileno, mientras que en el exilio se mantienen como pieza arqueológica. Sirva de ejemplo la “once” —la hora del té—, costumbre que poco a poco va desapareciendo en las regiones urbanas debido al cambio en las relaciones y los horarios laborales. El neoliberalismo chileno desplaza paulatinamente a la “chilenidad” y sus costumbres sagradas, como lo es, desde luego, la “once”. Es por eso por lo que, en la mayoría de los casos, quienes tardaron en regresar a reconstruir su vida en Chile “justo donde la habían dejado” muchas veces vuelven a hacer el camino de retorno a México a conservar, como si de una reliquia se tratara, las “verdaderas costumbres chilenas”, olvidadas en la patria andina justamente porque la nueva democracia burguesa ha dejado en la cuneta los valores y principios que los trajeron exiliados a México.22 México y la casa del exiliado se convierten así en una 21 Cunha Martins, Rui, “Frontera y miscegenación. La deinición de las fronteras lusobrasileñas en el siglo xix”, en Atlántico imaginado: fronteras, migraciones y encuentros, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid, 2010. 22 Las cifras sobre el número de chilenos que comenzaron a regresar a Chile a partir de 1985 —fecha en que el Gobierno de Pinochet retira de manera deinitiva la prohibición de entrada a los chilenos exiliados— no son claras y tienden a la confusión. Estas cifras, poco iables, hablan de que al menos un tercio de los chilenos que regresaron a Chile volvieron a México después de un frustrado intento de readaptación en su patria de origen. 296 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… suerte de templo de la pureza de los principios y las costumbres chilenos, donde cada uno de los actos cotidianos han de recordar este mesiánico encargo del destino. Ni siquiera Chile es ya el resguardo de la “chilenidad” auténtica.23 Este trabajo de preservación de lo que fue Chile hasta 1973 no puede construirse en solitario. Al llegar a México, lo primero que el exiliado extraña es a la familia y a los compañeros que han quedado en Chile, unos en la clandestinidad, otros desaparecidos o muertos. Es por ello por lo que la tendencia natural es a reconstruir, en la medida de lo posible y la gran mayoría de las veces de manera sustituta, la familia con los valores y soportes emocionales que ello implica. Lo primero que sucede es la redeinición del concepto de familia. Esta ya no se plasma a partir de relaciones de consanguinidad, sino que se recurre a los valores que han provocado el exilio, los valores de la izquierda chilena, aquellos que hacen referencia a la solidaridad tanto en lo material como en lo emocional. Ser exiliado chileno te convierte a partir de entonces en algo así como un pariente no muy lejano, alguien a quien puedes recurrir cuando hace falta y a quien deberás ayudar cuando lo necesite.24 La puesta en práctica de las costumbres chilenas, de los actos de solidaridad con la resistencia chilena a la dictadura, la militancia política, acerca de manera natural a las personas, construyendo así, en comunidad, ese Chile en el exilio del que forman parte todos. Surgen de este modo códigos y referencias comunes que permiten tratar y ser tratado como un familiar. Es dentro de estos parámetros que se conmemoran el 11 y el 18 de septiembre, y se adorna la casa con artesanía chilena y referencias a Allende y los héroes partidarios particulares, lo que da nacimiento oicial al nuevo estilo kitsch del exilio chileno.25 Pasan los ines de semana y los chilenos exiliados, a diferencia de los mexicanos, no pueden visitar a la madre, a los abuelos, a los primos… Es 23 Programa Médico Psiquiátrico. Recopilación documentos de trabajo sobre exilio y retorno. 1978-1982, Santiago, Ediciones Signos de los Tiempos, serie Migraciones: 64. 24 Todas las entrevistas reiteran una y otra vez este sentimiento, el sentido de pertenencia a una “nueva familia” formada a partir de los miembros que suman el exilio. 25 Recordemos que el 11 de septiembre de 1973 fue la fecha en que se produjo el golpe de Estado contra el Gobierno de la Unidad Popular liderado por el presidente Salvador Allende. El 18 de septiembre hace referencia a la fecha —1810— en que en Santiago de Chile se proclama una autonomía que con el tiempo se convertirá en punto de partida del movimiento independentista chileno respecto a España. 297 Ariel Arnal así como, a falta de una familia sanguínea, el exiliado va construyendo poco a poco lo que ocupa ese lugar, una nueva familia llamada exilio. Es allí, en el seno de esta nueva familia sustituta, donde tímidamente empieza a colarse de manera inevitable la realidad que existe de la puerta para afuera. México se mete en el hogar a través de la televisión, del fútbol, de las reuniones y los festejos del trabajo, de las iestas mexicanas y de la cocina. Se cantan el “Cumpleaños feliz” y las “Mañanitas” tras romper violentamente una piñata que escandaliza silenciosamente a los padres de los infantes del exilio.26 Quienes pueden pagarse el servicio doméstico verán que a través de este México se acomoda en su casa de una manera amable. Las iestas mexicanas y, desde luego, la comida entran de lleno. A la palta27 de la “once”, desabrida para el paladar mexicano, ha de agregársele todo lo que debe llevar un guacamole como Dios manda.28 El pan dulce mexicano, inexistente en la tradición chilena, cómo no, dulciica la conversación. Así, sin darnos cuenta, la “once” se nos ha convertido en la “merienda” con té negro y chocolate oaxaqueño Mayordomo.29 Y, desde luego, la tortilla, ese objeto diabólico, avanza despacio y sin hacer ruido desde la cocina hasta ubicarse en medio de la mesa del comedor y, desde el tortillero, sonreír amablemente a toda la familia. Así, el exiliado se torna exiliado para siempre, pero dejando a la vera la rigidez de su “chilenidad” —y entendiendo que lo que hemos dicho al principio: hay tantos exilios como exiliados—, y que cada quien puede vivir su personal exilio, reinventando lo que se ha sido y construyendo lo que se quiere ser. El exiliado va descargando poco a poco el dolor de lo perdido a través del bálsamo de lo que descubre nuevo y que ahora le pertenece. 26 En los cumpleaños en Chile, al festejado se le canta la versión castellanizada del “Happy Birthday” anglosajón. En cambio, en México se canta una canción de oscuro origen criptosefardí, “Las mañanitas”. Además, cuando el festejado es aún niño, es costumbre romper una piñata, una igura de cartón o de barro repleta de dulces y fruta. El niño, con los ojos vendados, intenta romper la piñata golpeándola con un palo. Al romperla, el contenido cae al suelo y es recogido por los niños en una verdadera rebatinga que suele dejar algún lisiado. 27 Aguacate en dialecto chileno. 28 El guacamole es una pasta hecha a partir del aguacate. Su nombre proviene del náhuatl ahuacatl y molli, pasta o salsa. 29 La marca de chocolate oaxaqueño Mayordomo es la más reputada en la cocina popular mexicana. 298 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… No hace falta dejar de ser chileno para ser mexicano. Los valores de solidaridad característicos de la izquierda revolucionaria latinoamericana son aplicables no solo a la militancia política en el exilio, sino cada día, y, además, el exiliado descubre con sorpresa que son universales. Sí, esos valores también existen en México y en el mexicano común, aun en aquellos que no tienen idea del marxismo-leninismo, de la revolución cubana ni de Allende. Algo similar, pero en un período de mucho más largo aliento, sucede con el exilio republicano español. El exiliado español se da cuenta de que los valores que conforman su identidad “española” son aquellos valores republicanos que ha traído consigo desde los campos de concentración franceses, valores de democracia y liberalismo político. Con el tiempo, se da cuenta de que esos valores son compatibles con su nueva mexicanidad precisamente porque son universales. Tanto para el exilio republicano español como para el exilio chileno, lo más valioso de la identidad política no solo permanece a salvo en tierras mexicanas, sino que puede expresarse y desarrollarse libremente.30 Dejar el dolor del exilio es aprender a vivir con la pérdida, no regodearse en ella ni hundirse en su fatalidad. Dejar el dolor del exilio es quitarse la carga del prejuicio y el adjetivo negativo, es asumir que nuestro horizonte cotidiano nos regala cosas nuevas y nos hace a cada paso más mestizos. Sin quererlo, despacio pero inexorable como una gota de agua en la roca, el mestizaje ha ido haciendo mella en nuestra identidad. La nostalgia primera y el dolor por lo perdido conviven ahora en la necesidad inherente al ser humano de superación y, ¿por qué no decirlo?, de vivir su futuro. “La tortilla es nuestra y la hacen los pueblos”.31 30 Arnal, Ariel, Imágenes del exilio español, México, MUCA-UNAM, 2000. 31 Paráfrasis y libre interpretación de la frase pronunciada por Salvador Allende en su último discurso en el palacio presidencial de la Moneda, en Santiago de Chile, el 11 de septiembre de 1973: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”. Grabación radiofónica realizada por Radio Magallanes. A su vez, esta frase es una paráfrasis de otra pronunciada el 4 de febrero de 1962 por Fidel Castro en la “Segunda declaración de La Habana”. 299 Ariel Arnal Bibliografía Álvarez, Rolando, “El PC en el exilio: la renovación comunista y los orígenes de la Política de Rebelión Popular de Masas (1973-1980)”, en La tarea de las tareas: luchar, unir, vencer. Tradición y renovación del Partido Comunista de Chile (1965-1990), Santiago de Chile, 2007, tesis doctoral, Santiago, Universidad de Chile. Archivo Digital Casa de Chile en México, caja 1, carpeta 3. Arnal, Ariel, “Introducción. El “otro” como espejo, “nosotros” como realidad”, en Atlántico imaginado: fronteras, migraciones y encuentros, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid, 2010. —Imágenes del exilio español, México, MUCA-UNAM, 2000. Castro, Fidel, “Segunda declaración de La Habana”, 4 de febrero de 1962. Collier, Simon y Sater, William F., A History of Chile, 1808-2002, Cambridge, Cambridge University Press, 2004. Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, 22 de abril de 1954, de conformidad con el artículo 43. Serie Tratados de Naciones Unidas, núm. 2545, vol. 189, p. 137. Costa, Cátia Miriam, “Más allá del horizonte: de la tierra del destierro a la tierra de promisión”, en Atlántico imaginado: fronteras, migraciones y encuentros, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid, 2010. Cunha Martins, Rui, “Frontera y miscegenación. La deinición de las fronteras luso-brasileñas en el siglo xix”, en Atlántico imaginado: fronteras, migraciones y encuentros, Ministerio de Trabajo e Inmigración, Madrid, 2010. Martínez Corvalá, Gonzalo, Instantes de decisión: Chile 1972-1973, México, Grijalbo, 1999. Nepomuceno, Éric, “El asilo en México se torna selectivo. Facilidades a los intelectuales; para los pobres no hay lugar”, Proceso, México, núm. 259, 19 de octubre de 1981, pp. 13-15. Prats González, Carlos, Memorias. Testimonios de un Soldado, Pehuén Editores, 1985. Programa Médico Psiquiátrico. Recopilación documentos de trabajo sobre exilio y retorno. 1978-1982, Santiago, Ediciones Signos de los Tiempos, serie Migraciones: 64. Report of UNHCR Assitance Activities in 1983-1984 and Proposed Voluntary found Programmes and Budget for 1985 (UN-Doc. A/AC.96/639), parr. 562. 300 El asqueroso olor de la tortilla. Sumas y restas en la construcción identitaria del exiliado chileno… Rojas Mira, Claudia y Santoni, Alessandro, Geografía política del exilio chileno: los diferentes rostros de la solidaridad, México, FLACSO, perf. latinoam., vol. 21, núm. 41, junio de 2013. Varas, Florencia y Orrego, Claudio, El caso Letelier, Aconcagua, Santiago de Chile, 1980. Wollny, Hans, “México y el reto del asilo: Una visión desde afuera”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado, mayo-agosto de 1990, nueva serie, año XIII, p. 989. Yankelevich, Pablo, “Ser otro en ambas patrias. Exiliados latinoamericanos en México”, en Blanck-Cereijido, Fanny y Yankelevich, Pablo (comp.), El otro, el extranjero, México, Libros del Zorzal, 2003. Archivos radiofónicos y páginas digitales Allende, Salvador, “Último discurso de Salvador Allende”, grabación radiofónica realizada por Radio Magallanes, 11 de septiembre de 1973. <http://www.memoriaviva.com/exilio/exilio.htm>. Consultado el 12 de agosto de 2014. Ariel Arnal es director de SIMO Cultura en SIMO México. Doctor en Estudios Humanísticos por la Universitat Rovira i Virgili, es especialista en historia visual y teoría de la historia. Desde esa perspectiva ha trabajado al fotógrafo alemán exiliado en la República española —Walter Reuter—, el exilio español y el exilio chileno en México. 301 A LA SOMBRA DE LOS NOPALES CRUELES1 VICTOR SERGE, AMÉRICA LATINA Y LA REVISTA BABEL Claudio Albertani Universidad Autónoma de la Ciudad de México Resumen El artículo explora una faceta poco conocida de la vida y la obra de Victor Serge (1890-1947), el gran historiador, periodista y novelista ruso-belga que narró las revoluciones de la primera mitad del siglo xx y murió exiliado en México. Se trata de su presencia en América Latina, concretamente en México y en Chile. En el primer país permaneció seis años (1941-47) realizando un intenso trabajo poético, literario y periodístico. Participó en el grupo antitotalitario Socialismo y Libertad y colaboró con su órgano de difusión, la revista Mundo. En Chile, país que nunca visitó, entabló una fecunda colaboración con la revista Babel, que dirigía Enrique Espinoza. Palabras claves Revolución, totalitarismo, socialismo, comunismo, Mundo, Babel. Abstract his article explores a little known aspect of the life and work of Victor Serge (1890-1947), the great Russo-Belgian writer who documented the revolutions that occurred in the irst half of the 20th century and who died in exile in Mexico. In particular the article examines how his presence came to be felt in Mexico and Chile. He spent the years 1941-47 in Mexico where he produced a prodigious amount of work as a novelist, poet and journalist. He was a member of the anti-totalitarian group Socialismo y Libertad (Socialism and Liberty) and wrote for its publication Mundo. 1 Serge, V., “México. Letanía de la mañana” (fragmento), Babel, núm. 33, vol. VIII, 1946, pp. 104-105, trad. Oscar Vera. Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 303–319. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Claudio Albertani He never visited Chile but nevertheless struck up a very interesting collaboration with the journal Babel, and its editor, Enrique Espinoza. Keywords Revolution, totalitarianism, socialism, communism, Mundo, Babel Cuando un escritor quiere actuar políticamente, tiene que entregarse a un partido, y tan pronto lo hace, está perdido como poeta; tiene que decir adiós a su espíritu libre y a su visión imparcial y ponerse sobre las orejas el grosero bonete del odio ciego. Goethe (citado en La tragedia de los escritores soviéticos) Victor Serge, alias Victor Kibalchich, llegó a México el 5 de septiembre de 1941 procedente de Europa, tras una larga espera y muchos rodeos vía Marsella, Casablanca, La Martinica, Ciudad Trujillo (Santo Domingo), La Habana y Mérida, Yucatán. Viajaba con su hijo Vladimir, de veintiún años, quien pronto se daría a conocer como el pintor Vlady.2 Ambos huían de los nazis; eran individuos sin Estado ni nación, marcados con el estigma de apátridas. Desterrados y perseguidos, no tenían más identiicación que la precaria cédula expedida en Marsella por el cónsul mexicano Gilberto Bosques, un valiente diplomático que ayudó a escapar a cientos de personas del régimen pro nazi de Vichy. De estatura media, recio y entrecano, el gran narrador de las revoluciones del siglo xx aparentaba un poco más de sus 51 años. Una fuerza tranquila y dulce, una gran integridad, así como cierto cansancio, emanaban de lo profundo de sus ojos color ámbar. Un escritor fuera de serie ¿Quién era este hombre que cargaba en sus hombros la pesadumbre de tantas derrotas y esperanzas fallidas? Hijo de padres rusos que huían de la represión zarista, Serge había nacido en el exilio y no tenía más patria que la revolución. De formación anarquista, militante a los 15 años y presidiario a los 22, participó en tres revoluciones: la española, la rusa y la alemana. Estuvo activo en cinco países más: Austria, Alemania, Bélgica, 2 El Centro Vlady de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México posee un valioso acervo documental centrado en el propio Vlady y Victor Serge. 304 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel Francia y México. A pesar de su gran inteligencia y talento, no sucumbió a la tentación, tan común entre los revolucionarios, de ser un líder. En 1919 se trasladó a Petrogrado para sumarse a la revolución bolchevique, que, en su opinión, expresaba “el acuerdo entre la palabra y los hechos”.3 Combatiente, periodista, traductor, organizador de los servicios de información de la Internacional Comunista y agente clandestino en Europa, Serge vivió en primera persona el fracaso de la revolución y la progresiva degeneración del régimen soviético. Erudito y políglota, conocía también las asperezas del trabajo manual y poseía una inteligencia ágil, forjada al calor de una larga permanencia tras las rejas. No fue un intelectual de mesa y siempre vivió la necesidad de prolongar las exigencias del espíritu en la acción. A partir de 1924 fue un miembro prominente de la Oposición de Izquierda (trotskista) en la URSS; encarcelado una primera vez en 1928, fue luego desterrado a Orenburg, antesala geográica y política de Siberia. Se salvó de una bala en la nuca después de una confesión ritual solo gracias a la ruidosa solidaridad de sus amigos franceses. Salió de la URSS en la primavera de 1936 junto con su esposa, Liuba Russakov, y sus dos hijos, Vlady (1920-2005) y Jeannine (1935-2012), poco antes de que empezaran los procesos de Moscú, no sin ser despojado de la única ciudadanía que poseía: la soviética. Se volcó en la literatura relativamente tarde, a los 38 años, casi ofreciendo disculpas por el atrevimiento, cuando las puertas de la acción política se le habían cerrado. Expulsado del partido en abril de 1928, a los pocos días enfrentó la muerte a causa de una oclusión intestinal. Al recobrar la lucidez, hizo un balance de su vida: veinte años de militancia de los cuales los últimos nueve dedicados a la causa bolchevique. Había trabajado enormemente, luchado y aprendido, sin producir —pensaba— nada válido y duradero. “Si por casualidad (me dije), sobrevivo, habrá que terminar pronto los libros comenzados, escribir, escribir… Pensé en lo que escribiría, esbocé mentalmente el plan de un conjunto de novelas testimonios sobre mi tiempo inolvidable […]”.4 Dedicó las dos décadas siguientes a este cometido. En el ciclo épico Los Revolucionarios —título con el que un editor francés reunió en un solo volumen cinco de sus novelas— narró las hazañas y los tropezones 3 Serge, V., De Lenin a Stalin, Editorial Imán, Buenos Aires, 1938, p. 9. 4 Serge, V., Memorias de un revolucionario, Veintisiete Letras, Madrid, 2011, p. 317. 305 Claudio Albertani de los anónimos protagonistas de las grandes sublevaciones sociales de las que había sido testigo.5 Otras dos de sus novelas, Les hommes perdus, sobre los bandidos trágicos de la pandilla Bonnot, y Tourmente, sobre el estado de la revolución en 1920, fueron secuestradas por la GPU cuando Serge abandonó la URSS en 1936 y nunca se volvieron a encontrar.6 En Los Últimos Tiempos relató la catástrofe de Francia de 1940, y en Los Años sin Perdón plasmó el exterminio de la generación revolucionaria bajo la bota de Stalin. Escribió, además, ensayos históricos, poemas, cuentos y cientos de artículos periodísticos. Al entrevistarlo en el momento de su llegada a México, el escritor peruano Juan Luis Velázquez airmó sin vacilación: “La vida y la obra de Victor Serge son la vida y la obra de un gran poeta revolucionario”.7 A pesar de todo lo que vio y vivió —o, tal vez, gracias a ello—, no se entregó al pesimismo, tan característico entre los náufragos del comunismo, y no perdió la perspectiva revolucionaria: “El porvenir se me presenta, cualesquiera que sean las nubes en el horizonte, lleno de posibilidades más grandes que las que entrevimos en el pasado. Ojalá que la pasión, la experiencia amarga y las faltas de la generación combatiente a la que pertenezco puedan aclarar un poco sus caminos. Con esta condición única, convertida en imperativo categórico: no renunciar jamás a defender al hombre contra los sistemas que planean la aniquilación del individuo”.8 Serge en México Ahora llegaba a América Latina, el último refugio de los proscritos, gracias a la solidaridad de muchos amigos, entre los que sobresalían el escritor norteamericano Dwight Macdonald —también colaborador de Ba- 5 Les Révolutionnaires, Éditions du Seuil, París, 1980: 1) Hombres en la cárcel, sobre su experiencia en la cárcel; 2) Nacimiento de nuestra fuerza, sobre la insurrección de Barcelona (julio-agosto de 1917); 3) Ciudad ganada, sobre la epopeya de la lucha contra los blancos en Petrogrado (1919); 4) Media noche en el siglo, sobre los deportados en tiempos de Stalin; y 5) El caso Tuláyev, sobre las purgas soviéticas. 6 V. Serge, carta a Henry Poulaille, 28 de mayo de 1934, reproducida en Rière, Jean (coor.), Cahiers Henry Poulaille no. 4-5. Hommage à Victor Serge, Éditions Plein Chant, Brassac, Francia, 1991, pp. 71-75. 7 Velázquez, Juan Luis, “Hablando con Victor Serge”, Hoy, núm. 243, México,14 de octubre de 1941. 8 Serge, V., Memorias, op. cit., p. 461. 306 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel bel— y su esposa Nancy.9 Después de mucho tiempo, saboreaba al in el gusto de dormir tranquilo. Aun así, sus atribulaciones no terminaban ya que en Europa quedaban todavía su hija Jeannine, de apenas 5 años, su ex esposa Liuba —quien, demasiado frágil para una vida tan azarosa, se encontraba recluida en una clínica psiquiátrica— y su nueva compañera, la futura arqueóloga Laurette Séjourné, alias Laura Valentini (1911-2013). ¿Cuál fue el primer impacto con México? Una mezcla de sentimientos encontrados. Acostumbrados a las penurias de Europa, Víctor y Vlady se asombraron ante la frivolidad de la muchedumbre festiva, los autos de lujo importados de los Estados Unidos y los cafés repletos de gente hasta tarde en la noche. Una modernidad agresiva se asomaba tras los numerosos anuncios publicitarios de chispeantes refrigeradoras y antros nocturnos. En los cines, las multitudes aclamaban al galán del momento, Arturo de Córdova. Pronto entendió que México era “un país en dos tonos, sin clases medias o insigniicantes: arriba la sociedad del dólar, abajo la miseria primitiva del indio”.10 Un país extremoso en donde la opulencia más descarada coexistía con la miseria extrema, en una indiferencia mutua. Durante algún tiempo, las medidas revolucionarias de Lázaro Cárdenas habían beneiciado a obreros y campesinos, pero ahora soplaban otros vientos. El nuevo presidente, Manuel Ávila Camacho, estaba encauzando el país hacia un rumbo mucho más conservador, contando para esto con el apoyo entusiasta del Partido Comunista Mexicano. Observador agudo, Serge quedó impactado por las culturas de los pueblos originarios, estudió seriamente sus raíces y comprendió que el futuro de México no podía basarse en la imitación de lo peor del modelo norteamericano. Para seguir hacia delante, pensaba, el país tenía que buscar su propio camino. Estas inquietudes quedaron plasmadas en una cantidad de textos, en gran parte inéditos, y también en los poemas que, unos años después, publicaría la revista Babel: 9 Dwight Macdonald (1906-1982), escritor y periodista de la izquierda norteamericana, primero trotskista y luego paciista libertario. Fue articulista de Partisan Review y, en 1944, fundó la revista Politics, de la que Serge fue colaborador asiduo. 10 Serge, V., “Lettres à Antoine Borie”, 21 de agosto de 1946, revista Temoins, núm. 21, Zúrich, 1959. (Reedición: A contretemps, núm. 20, París, junio de 2005. Número especial dedicado a V. Serge.) 307 Claudio Albertani […] a las dos y a las tres, a las cuatro y a las seis, a toda hora, Virgen Reina, a toda hora, alcohol, miseria, a toda hora una llaga para mí, a toda hora una muerte para ti, Madre Santa, Niño Jesús, bendecid tierra y libertad, la tierra eriaza, el hombre desnudo, la raza vencida, envilecida, el burro que lame la piedra ardiente, y la serpiente víctima del águila, y el águila víctima de los buitres, el pájaro de fuego y el de ceniza, la sangre leprosa, la codicia, la ojos muertos, la humildad. ¿Más todavía, Mister Jones? ¿Qué variedad de eternidad?11 En aquellos primeros días, sin embargo, las preocupaciones de nuestro autor eran otras: asegurar la sobrevivencia de su familia y, sobre todo, seguir escribiendo, dejar su testimonio, antes de que el destino le alcanzara… Eran, por lo demás, tiempos difíciles. Titulares en ocho columnas registraban el avance aparentemente irresistible de las tropas alemanas en territorio soviético, un asunto al que nuestro autor consagró un libro, Hitler contra Stalin, publicado en aquel mismo 1941 por la Editorial Quetzal, que dirigía el catalán Bartomeu Costa Amic, militante del Partido Obrero de Uniicación Marxista, POUM. Junto con Stalin —publicado por el mismo editor en vísperas de su llegada—, este es el único libro de Victor Serge que salió a la luz en México mientras él vivió. Una de las primeras personas que buscó en México fue Natalia Sedova, la viuda de Trotsky. Vlady recordaba que ese día vio a su padre llorando. En los años anteriores al crimen de Coyoacán, las relaciones en11 Serge, V., “México. Letanía de la mañana”, op. cit. El poema es parte de un cancionero cuyo índice (y algunos poemas) se halla en el Archivo de Laurette Séjourné, la última esposa de Serge. AHLS-Fondo Victor Serge, Caja 1, Cuadernos, Fundación Orila Séjourné, Amecameca, Estado de México. El lector puede consultar el poemario completo en francés, junto con gran parte de la producción poética de nuestro autor, en la excelente edición compilada y anotada por Jean Rière: SERGE, V., Pour un brasier dans le desert, Éditions Plein Chant, Brassac, Francia, 1998. 308 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel tre los dos revolucionarios se habían vuelto espinosas porque, además de juzgar prematura la creación de la IV Internacional, Serge buscaba una explicación de la degeneración soviética en los errores de la vieja guardia bolchevique (por ejemplo, la creación de la policía secreta y la sangrienta represión de la revuelta de Kronstadt), algo que Trotsky no podía tolerar. Sea como fuere, las relaciones con Natalia se mantuvieron cariñosas, aunque no estuvieron exentas de tropezones.12 En marzo de 1942, después de muchas angustias, llegaron Laurette y Jeannine, de manera que nuestro autor encontró algo de la tranquilidad que necesitaba. En cambio, y a pesar de muchos esfuerzos, nunca pudo rescatar a Liuba (“la gran enferma” de los Carnets), quien, por un cruel azar del destino, le sobreviviría durante décadas, hundiéndose trágicamente en los abismos de la locura. Murió coninada en una clínica psiquiátrica, en Aix-en-Provence, en 1984. Serge vivió en México los años más tranquilos de su existencia agitada; relativamente tranquilos, precisa su amigo Julián Gorkin.13 Apenas sí logró subsistir y sobrellevaba con dignidad una miseria inaudita, sin nunca quejarse. Escribía sin tregua ni descanso… para el cajón. Tenía, al mismo tiempo, una clara conciencia del valor de su obra y sabía que los tiempos no estaban maduros. Estaba seguro de sí mismo, de sus ideas y sus conclusiones, de sus recuerdos, incluso de su estilo, sigue Gorkin. Logró, en unos cuantos años, una producción literaria asombrosa: Los Últimos Tiempos (hasta ahora inédita en español), El caso Tuláyev, Los años sin perdón, los Carnets y Vida y muerte de León Trotsky, en colaboración con Natalia.14 Terminó, asimismo, las Memorias, hoy un libro de culto y una herramienta fundamental para entender las convulsiones sociales de la primera mitad del siglo pasado.15 Todas, salvo la primera, son obras póstumas. Redactó, además, un sinnúmero de cuentos, poemas, ensayos (muchos todavía inéditos y todos de gran calidad) y artículos para la prensa 12 Serge, V., Carnets (1936-1947), edición de Claudio Albertani y Claude Rioux. Prefacio de Claudio Albertani y Jean-Guy Rens, Agone, Marsella, 2012, p. 267. Incluye un diccionario de personajes y un aparato crítico. 13 Gorkin, Julián, “La muerte en México de Victor Serge”, <http://www.fundanin.org/gorserge.htm>. 14 Serge, V., Vida y muerte de León Trotsky, Juan Pablos, México, 1971 (primera edición en francés, 1951). A la postre, Natalia optó por no irmar como coautora del libro. 15 Serge, V., Memorias de un revolucionario, Veintisiete Letras, Madrid, 2011. 309 Claudio Albertani estadounidense y latinoamericana que le dieron un poco de alivio económico. Abordaba los temas más variados: desde las culturas precolombinas hasta el antisemitismo, pasando por estudios de carácter estratégico sobre la Segunda Guerra Mundial, las crónicas de la vida cultural en México, el Japón imperial, la Alemania nazi, la resistencia en Europa, el régimen de Vichy, los escritores soviéticos… La correspondencia depositada en el archivo de Laurette Séjourné abarca unas mil páginas. Junto con los compañeros del POUM, el socialista francés Marceaux Pivert —líder del Parti Socialiste Ouvrier et Paysan (PSOP) y fundador en México del Instituto Francés de América Latina (IFAL)—, el poeta surrealista Benjamín Peret, el ex comunista italiano Paul Chevalier (Leo Valiani) y los escritores Jean Malaquais (Vladimir Malacki) y Gustav Regler (estos dos, colaboradores de Babel), entre otros, Serge participó en Socialismo y Libertad, un grupo extremadamente interesante —aunque casi desconocido— animado por el deseo de reconstruir un gran movimiento internacionalista más allá de las antiguas divisiones entre anarquistas, socialistas y comunistas.16 Socialismo y Libertad publicó una revista de gran calidad que abordaba la crítica al totalitarismo soviético y logró cierta proyección continental: Mundo.17 Entre sus colaboradores latinoamericanos, señalo a los chilenos Julio César Jovet y Manuel Hidalgo Plaza, ex embajador en México. El proyecto fue boicoteado sistemáticamente por los soviéticos, que acababan de asesinar a Trotsky y no toleraban ninguna crítica. Por su parte, el Partido Comunista Mexicano y el periódico El Popular, dirigido por Vicente Lombardo Toledano, emprendieron una campaña que miraba a la expulsión de Serge y sus compañeros, bajo la acusación, evidentemente estrafalaria, de ser agentes del nazismo en México. Desde Santiago de Chile, el escritor Volodia Teitelboim (1916-2008) acusó a Serge de ser un colaborador del Eje y exigió que se le aplicara el artículo 33 en calidad de extranjero indeseable.18 Como resultado de 16 Albertani, Claudio, “Socialismo y libertad. El exilio antiautoritario de Europa en México y la lucha contra el estalinismo (1940-1950)”, Políticas de la Memoria, núm. 8/9, Anuario del Centro de Documentación de la Cultura de Izquierdas en la Argentina (CeDinCI), Buenos Aires, primavera 2008, pp. 131-140. 17 La revista Mundo se publicó entre 1943 y 1945, con un total de 13 números, el último de los cuales, doble. 18 Teitelboim, Volodia, El Siglo, Santiago de Chile, 18 de abril de 1942. Fondo Marceau Pivert, Bibliothéque Jean Maitron, 9, rue Malher, París, Francia. 310 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel dicha campaña, el 1 de abril de 1943, Serge eludió un intento de asesinato cuando, al grito de “muera la quinta columna”, un centenar de estalinistas armados con puñales, matracas y pistolas asaltaron el local del Centro Cultural Iberomexicano, donde iba a dictar una conferencia.19 Aun cuando no logró su objetivo principal, la campaña sí contribuyó al aislamiento del grupo. Serge tuvo unos cuantos buenos amigos en México. Destacan el marxista alemán Otto Rühle y su esposa Alice Gerstel, de quienes abundan las referencias en los Carnets.20 La persona más cercana fue, probablemente, Fritz Fränkel, un médico y psicoanalista próximo a Walter Benjamin y a Hannah Arendt.21 Fränkel, que había participado en la organización de los servicios sanitarios de las Brigadas Internacionales (antes de romper con los comunistas), lo empujó a estudiar la compleja relación entre socialismo y psicología, que nuestro autor plasmaría en un texto publicado en español por la revista Mundo en su etapa chilena.22 Entre los mexicanos destaca Octavio Paz, quien lo cita a menudo en sus libros, siempre con una gran admiración, dándole el crédito de haberle abierto los ojos sobre la verdadera naturaleza del estalinismo.23 Otra persona cercana fue Ramón Denegri (1887-1955), antiguo militante magonista y ex embajador de México ante la República Española. Denegri era un hombre muy cercano a Cárdenas y a Mújica que había sido testigo de 19 Sobre este acontecimiento, muy comentado en la prensa de la época, existe un dossier en la galería 3 del Archivo General de la Nación, Extranjeros perniciosos. Encuentros sangrientos entre nazi-fascistas y comunistas, exp. 541.1/56. 20 Otto Rühle (1874-1943), diputado socialdemócrata opuesto a la Unión Sagrada de 1914, fundador con Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo de la Liga Espartaquista en 1916, fundador del KAPD en 1920, después de la AAU-E (Allgemeine Arbeiterunion-Einheitsorganisation, de tendencia anarcosindicalista), hostil a la burocratización del comunismo y favorable al sistema de los consejos obreros. Exiliado en México, trabó amistad con Trotsky (quien admiraba su profundo conocimiento del marxismo), sin renunciar a sus posiciones, y fue miembro de la Comisión Dewey. Es autor de la biografía Karl Marx. Vie et Oeuvre, Entremonde, París, 2011 (primera edición en alemán, 1928); Alice Rühle-Gerstel (1894-1943), feminista y psicoanalista de orientación adleriana, se suicidó el día de la muerte de Otto. 21 Young-Bruehl, Elisabeth, Hannah Arendt, Fayard/Pluriel, París, 2010, pp. 157, 172-73, 197, 203, 352. 22 Serge, V., “Socialismo y psicología”, Mundo, núm. 3, nueva serie, Santiago de Chile, abrilmayo de 1948. 23 “Victor Serge fue para mí un ejemplo de la fusión de dos cualidades opuestas: la intransigencia moral e intelectual con la tolerancia y la compasión”, PAZ, Octavio, Itinerario, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, pp. 75-76. 311 Claudio Albertani las maniobras de Stalin en la Península Ibérica y mantenía una posición sumamente crítica con respecto al socialismo soviético. Victor Serge, uno de los héroes éticos y literarios más imponentes del siglo xx —la deinición es de Susan Sontag—,24 murió el 17 de noviembre de 1947 en un taxi, solo, con el poema “Manos” en el bolsillo, que no alcanzó a entregar a Vlady. Ataque cardiaco, según el reporte médico, pero se sabe que la GPU se deshacía de sus enemigos con venenos que no dejan rastros. No hubo autopsia y nunca se sabrá la verdad.25 Serge en Chile A pesar de que siempre fue boicoteado por la prensa comunista, Serge no era un desconocido en América Latina. Sus obras se difundían a través de las editoriales españolas Zeus, Cenit y Ulises, y, en 1928, José Carlos Mariátegui ya lo había deinido como “un gran escritor”.26 En 1937, la revista Claridad de Argentina publicó la famosa “Carta a sus amigos”, en donde nuestro autor anunciaba su llegada a Bruselas después de tres años de coninamiento en Orenburg.27 En Chile, la editorial Ercilla publicó Destino de una revolución en 1937 (el mismo año de su aparición en París), mientras que la editorial anarquista Imán de Buenos Aires publicó, en 1938, De Lenin a Stalin, con un posfacio de Antonio Gallo.28 Por otro lado, a partir de 1947, una nueva serie de Mundo se publicó en Chile, con el mismo formato y una redacción integrada por Carlos Videla L., Pierre Letelier, Luis Quintero T., Augusto Pinto y Juan Sandoval O. El editorial del número 1 de la nueva serie reivindicaba el papel de la 24 Sontag, Susan, “Perpetuo: vigencia de Victor Serge”, Letras Libres, junio de 2004, <http:// www.letraslibres.com/revista/convivio/perpetuo-vigencia-de-victor-serge>. 25 El hallazgo de los Carnets permite establecer que Serge sufría graves padecimientos cardiacos, lo que aleja la hipótesis del asesinato. Véase op. cit., pp. XIX, 652-653 y 712. 26 Mariátegui, José Carlos, “Los Artamonov. Novela de Máximo Gorki”, Obras Escogidas. Selección Francisco Baeza, tomo II, Casa de las Américas, La Habana, s/f, p. 372. 27 Claridad, núm. 325, Buenos Aires, julio de 1937. La carta de Serge es de abril de 1936 y fue publicada originalmente por la revista anarcosindicalista parisina La révolution prolétarienne. 28 Los editores de Imán tomaron distancia de las posiciones pro bolcheviques de Serge: “De manera alguna, la publicación de esta obra implica para Ediciones Imán una coincidencia con la actitud subjetiva y con la posición doctrinaria del autor”, (pp. 7-8). Sin embargo, en “Victor Serge en la Argentina”, http://www.fundanin.org/tarcus1.htm, HoracioTarcus le hace decir exactamente lo contrario. 312 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel revista en la defensa de “la bandera envilecida y abandonada de la revolución socialista. Mundo, editado en Chile, quiere ser el heredero de esta revista, que a tantos compañeros ayudara en su formación ideológica. Hay que arrancar al movimiento socialista de su estancamiento en que se encuentra mundialmente”.29 Entre los colaboradores, además de Laín Diez (que publicó un artículo sobre Anton Pannekoek y luego una serie sobre “La decadencia de la revolución rusa”, entre otros textos),30 iguraba Victor Serge con “Bajo el totalitarismo ruso”.31 Es un texto importante, casi un testamento, porque Serge tomaba distancia del trotskismo airmando que la Oposición de Izquierda, “la más audaz, no se atrevió jamás a ir más allá de un programa de democratización progresiva del partido y de algunos sindicatos. No haber corrido el riesgo de dirigirse al país, de apelar a él, acaso fue la falta más grave y suicida. El fetichismo del partido explica esa falta”.32 Mundo siguió publicando textos de Victor Serge y en el número 2, además de “¿Tiene la URSS un régimen socialista?”, aparecen dos artículos, uno de Julián Gorkin y otro de Juan Sandoval O., que participan de su muerte inesperada. ¿Cuándo y cómo se inició la relación entre nuestro autor y Enrique Espinoza, alias Samuel Glusberg, el director de la revista Babel? No lo sabemos con exactitud, pero es evidente que el acercamiento fue posterior al número especial de Babel dedicado a Trotsky, ya que Serge no igura entre los participantes. Lo cierto es que los dos hombres compartían muchas cosas: ambos eran escritores, ambos eran de origen ruso y ambos eran trotskistas críticos. Espinoza había intercambiado cartas con Trotsky e, incluso, lo había visitado en Coyoacán. “Nosotros no fuimos jamás partidarios de Trotsky en el sentido estricto de la palabra —aclaraba el director de la Babel—; pero nunca ocultamos nuestras simpatías hacia su gran igura 29 Editorial Mundo, núm. 14, nov.-dic. 1947. El Instituto de Historia Social de Ámsterdam conserva unos 30 números de Mundo, Chile, pertenecientes a la colección personal de Luce Fabbri, la conocida anarquista italiana exiliada en Montevideo. Referencias: ZK 65411 (1947)-(1949): núms. 1-5; (1951): núms. 19-23; (1952): núms. 25,27-30. 30 Anton Pannekoek (1873-1960), astrónomo y marxista holandés, teórico del comunismo de los consejos y crítico del bolchevismo. Laín Diez tradujo su libro Lenin ilósofo. 31 Extracto del folleto Le nouvel imperialisme russe, Cahiers Spartacus, París, enero de 1947 (el manuscrito original lleva la fecha de julio de 1945). 32 Serge, V., “Bajo el totalitarismo ruso. El partido y el pueblo”, Mundo, núm. 14 (nueva serie), Santiago de Chile, 1947. 313 Claudio Albertani histórica y cuánto le debíamos a su inmensa obra libertadora, tanto en lo colectivo como en lo personal”.33 En el archivo de Laurette Séjourné se conservan dos cartas de Serge a Espinoza, una de octubre de 1944 y otra de diciembre de 1945, ambas en francés.34 En la primera, Serge responde a la solicitud de participar en la encuesta de la revista sobre la cuestión judía y recomienda consultar a “nuestros amigos norteamericanos, Max Eastman, Sidney Hook, Dwight Macdonald, Gaetano Salvemini, Lionello Venturi y el gran viejo John Dewey”.35 Serge precisa no ser judío, “sino puramente ruso, aunque escritor de idioma francés y ilosemita”. Al respecto, vale la pena mencionar una anécdota que relata Jean-Guy Rens, el biógrafo de Vlady. Cuando, en pleno régimen pro nazi de Vichy, un funcionario de la policía política preguntó a Vlady: “¿Es usted judío?”, Serge, sin perder la sangre fría, contestó por los dos: “No tenemos el honor, señor”.36 En esa misma carta de 1944, Serge anunciaba que recién había terminado Recuerdos de la Revolución Rusa y de la Comintern, libro que saldría póstumo en 1951 con el título Memorias de un revolucionario y que Gorkin deinió “su obra más recia y sensacional, un testimonio casi único”.37 En la segunda misiva anexaba tres poemas y conirmaba que recibía regularmente Babel y la leía con interés. Contestaba, además, una solicitud de Espinoza para recibir noticias de Jean Malaquais y de José Loredo Aparicio, el veterano de la revolución asturiana de 1934.38 33 Editorial no irmado, Babel, núm. 15-16 (nueva serie), Santiago de Chile, op. cit., pág. 130. 34 V. Serge a Enrique Espinoza, 12 de octubre de 1944 y 5 de diciembre de 1945, AHLSFondo Victor Serge, Caja 2, Correspondencia. 35 Max Eastman (1883-1969), escritor trotskista y luego anticomunista; Sidney Hook (19021989), ilósofo marxista que tuvo una evolución parecida; Gaetano Salvemini (1873-1957), intelectual antifascista que intervino a favor de Serge en el Congreso en Defensa de la Cultura que se celebró en París en 1935; Lionello Venturi (1885-1961), historiador del arte, padre del conocido historiador Franco Venturi; John Dewey (1859-1952), ilósofo y pedagogo norteamericano, presidente de la Comisión que llevó a cabo una encuesta sobre los Procesos de Moscú en Coyoacán. 36 Rens, Jean-Guy, Vlady. De la Revolución al Renacimiento, Siglo XXI Editores, México, 2005, p. 63. 37 Julián Gorkin, “Adiós a Victor Serge”, Mundo, núm. 2 (15 nueva serie), Santiago de Chile, enero-febrero de 1948. 38 Jean Malaquais, pseudónimo del polaco Vladimir Malacki (1908-1998), autor, entre otras obras, de Les Javanais (La Babel de las pasiones, Editorial Cima, México, 1940, trad. Juan Luis Velázquez), sobre su experiencia como trabajador minero en Francia, y Planète sans visa (Le 314 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel Los textos de Serge en Babel Editor, narrador y ensayista, Samuel Glusberg nació en Kishinev, Ucrania, el 25 de julio de 1898 en el seno de una familia judía de clase media. Su padre, el rabino Ben Sión Glusberg, tomó la decisión de emigrar a la Argentina después de los terribles pogromos de los años 1903-1905. Se inició al periodismo muy joven y, a los veinte años, ya editaba libros bajo el membrete de BABEL (Biblioteca Argentina de Buenas Ediciones Literarias), publicando autores modernistas y socialistas. Gran lector, erudito, Glusberg adoptó el seudónimo de Enrique Espinoza en honor a Heinrich Heine y Baruch Spinoza. En 1921 lanzó Babel. Revista de arte y crítica, que se publicó en Buenos Aires hasta 1928, con una línea editorial más bien ecléctica, aunque destacan las aportaciones de José Carlos Mariátegui.39 A partir de mayo de 1939, Babel se volvió a editar en Santiago de Chile, en donde su director residía desde 1935. La revista era ahora más política, más abiertamente crítica con el modelo soviético y más claramente ligada a la opción del socialismo libertario. Además de Victor Serge, entre los colaboradores iguran Laín Diez, Gustav Regler, Lewis Mumford, Paul Mattick, Madeleine Paz, Edmund Wilson, Dwight Macdonald, Ignacio Silone, André Gide, Arthur Koestler, Sidney Hook, Rodolfo Mondolfo, Bertram Wolfe, André Malraux y irmas prestigiosas como Albert Camus y Hannah Arendt. Entre 1945 y 1948, Babel publicó cinco textos de Serge: la respuesta a la citada encuesta sobre la cuestión judía, núm. 26, marzo-abril de 1945; los dos poemas “México. Letanía de la mañana”, núm. 33, mayo-junio de 1946, e “Idilio”, núm. 43, enero-febrero de 1948; “El viejo” (Trotsky), núm. 40, marzo-abril de 1947, y “La tragedia de los escritores soviéticos”, núm. 48, nov.-dic. de 1948. La encuesta sobre la cuestión judía se publicó junto con textos de Waldo Frank, José Carlos Mariátegui y Enrique Espinoza, entre otros. Como sabemos, Serge no era judío, pero Liuba sí lo era y el rechazo rotundo al antisemitismo es permanente en su obra. Jean Rière recopiló en Mundo Pré aux Clercs, París, 1947), sobre los refugiados de 1940 en Marsella (entre los personajes se encuentran Serge y Vlady). Espinoza lo menciona en su texto “Los escritores frente a Trotsky”, Babel, núm. 15-16, op. cit. José María Loredo Aparicio (1897-1948) fue un militante de la izquierda revolucionaria asturiana que en un primer momento emigró a Chile y luego a México, donde murió por un accidente de automóvil. 39 Tarcus, Horacio, Mariátegui en la Argentina o las políticas culturales de Samuel Glusberg, Ediciones El cielo por asalto, Buenos Aires, 2001. 315 Claudio Albertani los artículos publicados en el diario belga La Wallonie, algunos inéditos, y una carta de repudio a su viejo amigo Maurice Wullens, director de la revista Les Humbles, que, a su juicio, había incurrido en esa enfermedad.40 A la pregunta: “¿Podría usted resumirnos alguna experiencia, personal, signiicativa, referente a sus conciudadanos de origen judío?”, Serge contestaba que en el mundo moderno, dividido por las luchas sociales, la nación judía (un término, aclaraba, preferible a “raza”) “ha producido grandes capitalistas, hábiles comerciantes, multitud de socialistas y revolucionarios y pensadores cuyos aportes a la civilización han sido esenciales”. En la respuesta sobre el antisemitismo, resaltaba su carácter contrarrevolucionario y señalaba la apremiante necesidad de analizarlo a fondo. En Rusia, el antisemitismo había sido el principal expediente de la reacción monárquica para canalizar los instintos violentos de las masas ignorantes miserables, y ahora los nazis reproducían el modelo en escala ampliada y con métodos “cientíicos”. ¿Su objetivo? Acabar con el humanismo de la tradición occidental y “crear por la violencia, la expoliación y la masacre el lazo terrible de una complicidad criminal entre todos los participantes del antisemitismo, envilecer al hombre en general para romper más fácilmente su oposición al régimen totalitario”. Serge captó perfectamente el carácter del antisemitismo nazi. No era simplemente una nueva manifestación del viejo racismo europeo, sino algo más siniestro: el fundamento mismo del totalitarismo. Concluía con una profecía: “Los nazis inligieron al mundo un daño irreparable por largo tiempo ya que las consecuencias psicológicas y sociales de esta degradación del hombre moderno persistirán ciertamente mucho después de la liquidación del nazismo y el castigo de los culpables”.41 Veamos ahora los otros textos. De los tres poemas que Serge envió a Espinoza en 1945, Babel solo publicó dos, “Letanía de la mañana” e “Idilio” (fragmento), que salió póstumo acompañado de una breve esquela. El tercero es muy probablemente “Iglesias”, pues forma parte de la misma colección en la que Serge trabajaba en el momento de su fallecimiento.42 “Letanía”, ya citado, es una visión lírica de un México desgarrado entre los 40 Serge, V., La question juive. L’extermination des juifs de Varsovie et autres textes sur l’antisemitisme, edición de Jean Rière, Joseph K, París, 2011. 41 Serge, V., Babel, núm. 26, op. cit., pp. 61-64. El original en francés tiene la fecha del 12 de octubre de 1944. 42 Serge, V., Pour un brasier…, op. cit., p. 235 (nota de Jean Rière). 316 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel de abajo y los de arriba, mientras que “Idilio” es un estupendo poema de amor situado en el trágico entorno azteca: Luna mágica, Luna madre, alúmbralos con tu canto llano! Subieron hasta la cima de las viejas lavas, carne a carne, sobre la misma silla. El paso de la mula balanceaba el mundo, las estrellas, su sangre, su silencio sombríamente apaciguado. El vendaje adornado de plata tintineaba, murmullo líquido de estrellas, había olores de resina en el aire. La escolta de los altos cactus negros y blanquecinos los acosaba de inmovilidad. El viejo, sobre Trotsky, es un breve ensayo que proporciona un excelente ejemplo de literatura testimonial, el género en que la escritura de Serge se encuentra en su máxima expresión.43 Terminado en octubre de 1942, fue dado a conocer por Babel en 1947, siendo la última colaboración que publicó la revista con Serge en vida. El autor recuerda al fundador del Ejército Rojo enaltecido en la defensa de Petrogrado (1919), pero “nunca lo conoció más grande y más querido” que en los miserables cuartuchos de obreros donde “lo veía hablando horas enteras para convencer a unos cuantos hombres de la fábrica y de la calle”. Trotsky —explica nuestro autor— fue muerto en el momento preciso en que el mundo moderno entraba por los caminos insensatos de la guerra a una nueva fase de su revolución permanente. Lo mataron porque —con razón o sin ella— se había convertido en el símbolo de otra revolución, esa revolución libertaria que seguía anhelando Serge. El último texto que nos ocupa, “La tragedia de los escritores soviéticos”, muestra otra catástrofe del régimen estaliniano: el exterminio casi completo de la intelligentsia, algo que ni el zarismo había logrado. ¿Cómo pudo suceder? Serge sabía que escribir en la URSS equivalía a una amenaza de muerte. Él era un sobreviviente, pero gran parte de sus amigos no había corrido la misma suerte: Meyerhold, Riazanov, Mandelstam, Pilniak, Babel y todos los demás. La tragedia no terminaba ahí. Serge denunciaba también la ceguera y el cinismo de los llamados compañeros de ruta, los escritores occidentales 43 Este texto fue retomado como introducción a La vida y la muerte de León Trotsky, op. cit. 317 Claudio Albertani que, como Paul Éluard y Louis Aragon (y habría que añadir Pablo Neruda en Chile), estaban dispuestos a encubrir la realidad soviética torciéndola según las cambiantes necesidades del partido. El texto terminaba con un llamado que no ha perdido un ápice de su actualidad: ¿La literatura responsable […] limita su responsabilidad a ciertos y determinados casos históricos renunciando a otros?, es bueno preguntarlo. La conciencia del escritor no puede eludir esta interrogante sin traicionarse. En ella reside hoy lo que se llama lisa y llanamente la conciencia, es decir la conciencia de todos los hombres para quienes la vieja magia de las palabras y de las obras vivas que crean las palabras, sigue siendo un medio de iluminar y ennoblecer la vida.44 Bibliografía AA. VV., Hommage à Victor Serge, Éditions Plein Chant, Brassac, Francia, 1991. AA. VV., Le nouvel imperialisme russe, Cahiers Spartacus, París, enero de 1947. Bradu, Fabienne, Benjamin Péret y México, Editorial Aldus, México, 1998. Malaquais, Jean, La Babel de las pasiones, Editorial Cima, México, 1940. — Le nommé Louis Aragon ou le patriote professionnel, México, 1945. Mariátegui, José Carlos, Obras Escogidas. Selección Francisco Baeza, tomo II, Casa de las Américas, La Habana, s/f. Paz, Octavio, Itinerario, Fondo de Cultura Económica, México, 1993. Rens, Jean-Guy, Vlady. De la Revolución al Renacimiento, Siglo XXI Editores, México, 2005. Serge, Victor, Carnets (1936-1947), edición de Claudio Albertani y Claude Rioux, Agone, Marsella, 2012. — De destino de una revolución, Editorial Ercilia, Santiago de Chile, 1937. — De Lenin a Stalin, Editorial Imán, Buenos Aires, 1938. — La question juive. L’extermination des juifs de Varsovie et autres textes sur l’antisemitisme, edición de Jean Rière, Joseph K, París, 2011. 44 Serge, V., “La tragedia de los escritores soviéticos”, Babel, núm. 48, op. cit., pág. 271. Sobre la rendición de los poetas occidentales al pensamiento dirigido, véanse también los siguientes textos escritos en la misma época por dos compañeros de Victor Serge: Benjamin Péret, Le déshonneur des poètes, México, 1945 (ahora en Fabienne Bradu, Benjamin Péret y México, Editorial Aldus, México, 1998), y Jean Malaquais, Le nommé Louis Aragon ou le patriote professionnel, México, 1945 (publicado por Cahiers Spartacus, París, 1947). 318 A la sombra de los nopales crueles. Victor Serge, América Latina y la revista Babel — Les Révolutionnaires, Éditions du Seuil, París, 1980. — Memorias de un revolucionario, Veintisiete Letras, Madrid, 2011. — Pour un brasier dans le desert, Éditions Plein Chant, Brassac, Francia, 1998. — Vida y muerte de León Trotsky, Juan Pablos Editor, México, 1971. Tarcus, Horacio, Mariátegui en la Argentina o las políticas culturales de Samuel Glusberg, Ediciones El cielo por asalto, Buenos Aires, 2001. Young-Bruehl, Elisabeth, Hannah Arendt, Fayard/Pluriel, París, 2010. Revistas Mundo, México (1943-1945) Mundo (nueva serie), Chile (1947-1952) Babel, Chile (1939-1952) Archivos Instituto de Historia Social de Ámsterdam (fondo Luce Fabbri). Fundación Orila-Séjourné, Amecameca, estado de México (fondo Victor Serge). Archivo de Jeannine Kibalchich, México. Centro Vlady, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México. Escritor y periodista, Claudio Albertani es profesor de tiempo completo de la Academia de Historia y Sociedad Contemporánea de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, donde dirige el Centro Vlady. Es autor de numerosos trabajos sobre Victor Serge y Vlady, así como de la edición crítica de los Carnets (1936-1947) de Victor Serge, descubiertos en 2012 (la versión en español saldrá en 2016). Su último libro es Pienso luego estorbo, Juan Pablos Editor, México, 2012 (segunda edición ampliada, México, 2013). 319 HISTORIAS DE VIDA EXILIOS AMOROSOS: PROCESOS DE IDENTIFICACIÓN Y RECHAZO DEL PAÍS DE ORIGEN EN CONTEXTOS MIGRATORIOS DE PAREJAS MIXTAS Jordi Roca Girona Universitat Rovira i Virgili jordi.roca@urv.cat Resumen En nuestro trabajo pretendemos presentar una tipología de movilidad o migración que ha venido creciendo en las últimas décadas en el marco de la sociedad globalizada, la extensión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y los cambios acaecidos en el ámbito de las relaciones amorosas. Se trata de la que hemos denominado migración por amor, por cuanto el motivo principal de la movilidad de uno de los miembros de la pareja es precisamente el deseo de formar una pareja mixta o binacional. En el texto que sigue vamos a presentar las características especíicas de este tipo de migración, especialmente en relación con los procesos de “exilio” de las mujeres migrantes por amor a España, que resultan tener alguna similitud, en algún punto, con el exilio político y aparecen, por el contrario, muy diferenciados de los procesos seguidos por la gran mayoría del resto de emigrantes. Palabras clave Exilio amoroso; migración por amor; migración femenina; sociabilidad migratoria; identidad nacional. Abstract his article studies a particular form of mobility or migration that has increased in recent decades within the context of the globalization of society, the expansion of ICT and the changes to romantic relationships. In particular the article looks at migration for love, which occurs when one member of the couple is motivated mainly by a desire to form a mixed or biSànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 323–339. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Jordi Roca Girona national relationship. he text presents speciic characteristics, especially with regard to the processes of exile involving female migrants moving to Spain for love. Some of these characteristics share certain similarities to those found in processes of political exile, but there are also other characteristics that contrast markedly with those of other immigrants. Keywords Exile for love, migration for love, female migration, migrant sociability, national identity Trist el qui mai no ha perdut per amor una casa. [Triste quien jamás ha perdido por amor una casa]. Joan Margarit Introducción: amor y migración, un binomio sospechoso Comenzamos a interesarnos por el fenómeno de las parejas mixtas o matrimonios binacionales1 en el año 2006, en un momento en que en el Estado español empezaban a constituir un fenómeno emergente y creciente.2 En ese momento, desde el punto de vista de la opinión pública y de la opinión publicada, este tipo de matrimonios se asociaban de forma generalizada a lo que se denominaba, despectiva y sarcásticamente, matri1 Que, en este texto, hace referencia a una pareja heterosexual, casada (cuando nos referimos a datos estadísticos) o conviviendo en una unión de hecho, en la que uno de los cónyuges es de nacionalidad española y el otro no española. 2 Nuestro primer proyecto fue “Amor importado, migrantes por amor: la constitución de parejas entre españoles y mujeres de América latina y de Europa del Este en el marco de la transformación actual del sistema de género en España”, Proyectos de Investigación Cientíica y Desarrollo Tecnológico; Programa: Acción Estratégica sobre Fomento de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres; Plan Nacional de I+D+I (2004-2007), Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Instituto de la Mujer (Exp. Nº 47/05, AMIM, 2006-2008). Posteriormente lo continuamos y ampliamos con el proyecto: “Amores transnacionales: constitución y desarrollo de parejas mixtas en España”. Plan Nacional de I+D+I (2008-2011), Ministerio de Ciencia e Innovación (CSO2009-10187, 2010-2012). Actualmente estamos iniciando un tercero: “Parejas mixtas residentes fuera de España: relaciones de género, dinámicas sociales y conexiones transnacionales”. Plan Nacional de I+D+I, Ministerio de Economía y Competitividad (CSO2012-33565, 2013-2015). 324 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… monios por interés, blancos, de complacencia…, es decir, uniones carentes de “amor verdadero” y solo realizadas con la inalidad de obtener la nacionalidad española por parte del cónyuge extranjero/a —o incluso de hacerse con la fortuna del incauto cónyuge español— y de conseguir dinero a cambio o una esposa o esposo difícil de conseguir en el propio país por parte del cónyuge español. En el ámbito académico las cosas no eran muy distintas. La tradicional suspicacia vertida por la universidad sobre los denominados estudios de género se veía excitada aún más al unir en este caso la palabra amor y vincularla, además, a la de emigración. A nuestro entender, cabe enmarcar la percepción y reacción de la opinión pública española en la idiosincrasia de España en términos migratorios. España, a lo largo de la mayor parte del siglo XX y hasta inales de la década de 1970, fue un país de emigración. Los matrimonios mixtos, pues, sí que existieron, pero se dieron fundamentalmente fuera de la frontera española. A partir de la última década del pasado siglo España pasó de ser un país emisor a ser uno de los principales países receptores de emigrantes de la Unión Europea. Hay que señalar, no obstante, que las principales zonas de destino de la migración en España, con Cataluña a la cabeza, ya habían sido durante gran parte del siglo XX regiones de recepción de inmigración, en este caso interna, procedente de distintas regiones del propio Estado español. Desde el punto de vista académico,3 por otro lado, encontramos algunas primeras referencias al fenómeno de las llamadas mail order brides, esposas de alquiler, temporales, por correspondencia, etc., que se presentan de forma diferenciada al de otros colectivos de mujeres migrantes que han sido ampliamente estudiadas desde la perspectiva del género y también algunas otras a menudo diluidas bajo las etiquetas más o menos (im) pertinentes del turismo o del mercado sexual internacional. A pesar de las suspicacias apuntadas anteriormente y de esta inicial heterogeneidad de trabajos, empezamos a contar ya, no obstante, con cierto corpus de literatura que recoge la investigación llevada a cabo en el terreno de las mujeres que migran para casarse. Los trabajos, en este sentido, prestan atención a los principales itinerarios que recogen los lujos de cónyuges y parejas, así como también a su dirección y sentido: esposas ilipinas de maridos de di3 Para no recargar el texto y por falta de espacio, no incluimos las referencias bibliográicas pertinentes para cada una de las aportaciones y de los ítems enumerados. El lector interesado puede encontrarlas diseminadas por nuestras diversas publicaciones (Roca, 2007, 2009, 2011, 2011ª; Roca et alii, 2009; Roca, Soronellas y Bodoque, 2012, entre otras). 325 Jordi Roca Girona versos países; matrimonios transnacionales entre ilipinas y japoneses; parejas de brasileñas y suizos y de suizos y latinoamericanas; mujeres chinas, tailandesas y asiáticas en general, así como brasileñas, casadas transnacionalmente. También contamos con aportaciones que describen los diversos patrones de género vinculados a la movilidad marital en un contexto global, mostrando a mujeres y hombres que toman la iniciativa, que realizan elecciones y que devienen agentes activos, apuntando las motivaciones y razones para la salida, los nuevos patrones de movilidad de personas de las distintas clases sociales, los costes y beneicios de la salida o la permanencia en el país, los factores que intervienen en la elección de pareja, el papel de las nuevas tecnologías en estos procesos, y la consideración de la noción de mercantilización asociada a este nuevo mercado sentimental global, así como las nociones y expresiones de amor, intimidad y sexualidad que tales relaciones entrañan, su incidencia en los roles identitarios, especialmente de género, y su relación con procesos de divorcio e inestabilidad conyugal, además de la consideración de las parentalidades mixtas y los procesos, en in, de comunicación y de negociación (inter)cultural. Un nuevo enfoque de las migraciones Los estudios que podríamos denominar clásicos sobre migraciones — migration theory— se fundamentaban, por lo general, en la asunción incuestionable de su causalidad económica (véanse, por ejemplo, Harris y Todaro, 1970; Rothenberg, 1977; Zolberg, 1983), con algunas excepciones que hacían referencia a motivaciones de carácter político. Esta forma de reduccionismo ha presentado a los migrantes como actores esencialmente económicos, infravalorando las dimensiones no económicas tanto del proceso como de la existencia e, igualmente, las de carácter no individual. Las limitaciones de este tipo de planteamiento se ponen claramente de maniiesto cuando se comprueba, por ejemplo, su incapacidad para explicar por qué solo algunas naciones “pobres” proveen mano de obra y por qué no todas las “ricas” la reciben (Portes y Borocz, 1989). Junto a estos estudios de corte claramente economicista, centrados sobre todo en el fenómeno emigratorio (causas), se dieron asimismo una serie de trabajos que consideraron mayormente el fenómeno inmigratorio (consecuencias), esto es, las dinámicas y políticas de inserción de los migrantes dentro de los países de acogida (Sayad, 1991). Este terreno fue abordado principalmente por sociólogos y antropólogos, que centraron 326 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… su interés sobre los procesos de adaptación de los inmigrantes a partir del uso de conceptos como los de asimilación, aculturación e incorporación. Este tipo de planteamiento, que ha marcado fuertemente nuestra manera de conceptuar, teorizar y pensar la migración, y, de paso, ha contribuido a inferir, implícitamente, que todos los migrantes son socialmente inferiores —pobres, incultos, analfabetos, marginales, desesperados, etc.— a los miembros de la sociedad de acogida, cuando es confrontado al escenario del nuevo orden global, da como resultado, por una parte, la necesidad de adopción de un nuevo marco teórico y, por otra, la consideración de nuevas geografías y tipologías en relación con la migración. Es en este contexto en el que surge, a mediados de la década de 1990, la llamada transnational migration theory, esto es, el acercamiento de la categoría transnacionalismo al estudio del fenómeno migratorio, poniéndose la atención en los procesos mediante los cuales los migrantes forjan y sostienen redes sociales entrelazadas que vinculan sus sociedades de origen y de acogida (Basch, Glick Schiller y Santón Blanc, 1994), siendo así, por tanto, que es evidente que esta perspectiva alienta la superación de las categorías tradicionales de emigrante e inmigrado, que implican claramente una mirada unidireccional centrada en el traslado de un lugar de origen a uno de destino. La citada teoría remarca también un aspecto que ha sido considerado clave en los estudios migratorios: el concepto de red migratoria. Este puede ser deinido como el vínculo interpersonal que une migrantes, migrantes precedentes y no migrantes dentro de las áreas de origen y destino. Los vínculos que forman estas redes pueden ser de naturaleza diversa —parentesco, amistad, trabajo, etnicidad, etc.—, en tanto que la inalidad de las redes no sería otra que la de permitir a sus miembros acceder a informaciones, apoyos y recursos, esto es, gestionar el riesgo mediante una herramienta racional y colectiva que hace posible, por ejemplo, que el migrante comparta el riesgo del proyecto migratorio y que los que se quedan amplíen sus posibilidades ocupacionales (Tilly, 1990). Finalmente, la consideración del nuevo orden global en relación con los procesos migratorios contribuye asimismo a delimitar nuevas geografías y tipologías respecto a la migración —migraciones de crisis, de mujeres independientes, de profesionales y trabajadores cualiicados, de estudiantes, de jubilados, medioambientales, etc. (King, 2002)—, entre ellas, las migraciones por amor. 327 Jordi Roca Girona Los matrimonios mixtos: explicaciones globales y comprensiones locales Año Total de matrim. mixtos de diferente sexo Hombre español con mujer extranjera Mujer española con hombre extranjero Ambos cónyuges extranjeros Total de matrim. realizados en España Total de matrim. entre españoles Evol. porcentual matrim. mixtos Evol. porcentual matrim. entre españoles Evol. porcentual total matrim. de diferente sexo TABLA 1 Matrimonios entre personas de diferente sexo registrados en España 1996-2010 1996 9.198 3.568 4.441 1.189 194.084 184.886 100,0 100,0 100,0 1997 9.115 3.709 4.443 963 196.499 187.384 101,8 101,4 101,2 1998 10.411 4.496 4.771 1.144 207.041 196.630 115,7 106,4 106,7 1999 11.259 5.137 4.924 1.198 208.129 196.870 125,6 106,5 107,2 2000 11.794 5.316 4.985 1.493 216.451 204.657 128,6 110,7 111,5 2001 14.094 6.517 5.237 2.340 208.057 193.963 146,8 104,9 107,2 2002 18.460 8.329 6.039 4.092 211.522 193.062 179,4 104,4 109,0 2003 26.082 11.349 7.739 6.994 212.300 186.218 238,3 100,7 109,4 2004 30.930 13.574 9.074 8.282 216.149 185.219 282,8 100,2 111,4 2005 29.604 13.672 8.730 7.202 208.146 178.542 279,7 96,6 107,2 2006 31.884 14.499 9.420 7.965 203.453 171.569 298,7 92,8 104,8 2007 34.223 15.395 10.659 8.169 201.579 167.356 325,3 90,5 103,9 2008 36.320 16.811 11.243 8.266 194.022 157.702 350,3 85,3 100,0 2009 37.119 17.327 11.955 7.837 174.062 136.943 365,6 74,1 89,7 2010 36.702 16.606 11.152 8.944 167.232 130.530 346,6 70,6 86,2 Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE (Instituto Nacional de Estadística). Datos consultados el 9-9-2011 en www.ine.es. 328 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… Como muestra la tabla 1, en 1996, el primer año con que contamos con datos estadísticos, se realizaron en España apenas 8.000 matrimonios mixtos o binacionales, esto es, uniones heterosexuales entre un cónyuge español y otro extranjero. Algo más de una década después, en 2009, el último año en que las uniones mixtas crecieron, esta cifra se había elevado a casi 30.000. De estas uniones, algo más de 17.000 correspondían a matrimonios entre un hombre español y una mujer extranjera, y cerca de 12.000 a bodas entre mujeres españolas y hombres extranjeros. Para el conjunto del período comprendido entre 1996 y 2010 la proporción es similar: 167.796 hombres españoles se casaron con una mujer extranjera, frente a las 114.592 mujeres españolas que hicieron lo propio con un hombre extranjero.4 Esta progresión y distribución de las cifras coincide en gran medida con lo sucedido durante este mismo período aproximadamente en los países ricos del occidente europeo, Norteamérica y Asia-Pacíico, donde una parte de su población masculina, en mucha mayor medida que la femenina, comenzó a elegir pareja sentimental entre mujeres de algunos países pertenecientes a regiones del Caribe, Latinoamérica, el este de Europa y el sudeste asiático. La eclosión y el crecimiento de los noviazgos y matrimonios transnacionales deben ser ubicados, pues, en la década de 1990, con la aparición de portales y agencias especializados en internet.5 En los Estados Unidos, por ejemplo, el lugar en donde el fenómeno alcanza una mayor dimensión desde la perspectiva de la “importación de esposas”, en la década de 1990 se constata una creciente presencia de mujeres ilipinas —que ya en la década de 1980 habían destacado por sus matrimonios transnacionales con hombres principalmente australianos— en las agencias matrimoniales, seguidas por las mujeres de Europa del Este y de la ex Unión Soviética (Constable, 2003). De hecho, y respecto a las mujeres-novias, el Informe sobre el estado de la población mundial del Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (UNFPA) de 2006, entre los muchos 4 Si bien hay que señalar que no es hasta el año 1999 que los hombres toman la delantera a las mujeres españolas en uniones matrimoniales con un cónyuge extranjero. 5 Hay que señalar, no obstante, que los datos estadísticos correspondientes a uniones mixtas no distinguen —al menos en España— entre aquellas parejas que son consecuencia de la emigración —es decir, que se conocieron en el país de destino del cónyuge emigrante— y las que son causa de la emigración —es decir, aquellas en las que uno de los cónyuges emigra como consecuencia de la búsqueda y encuentro transnacional de pareja—, que es el colectivo que nos va a interesar en este artículo. 329 Jordi Roca Girona datos que aporta, recalca un aumento importante de mujeres que migran mediante una relación matrimonial. La contextualización de este fenómeno reciente y en aumento de las uniones mixtas pasa, a nuestro entender, por la consideración de un conjunto de factores tanto de carácter material como ideológico que poseen una dimensión global y una expresión local. El marco supranacional, en este sentido, estaría caracterizado por la creciente existencia de lujos transnacionales y realidades de carácter globalizado, por la emergencia y extensión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y por el paso de una sociedad centrada en la producción a otra centrada en el consumo y en la elección. Esto nos sitúa en un escenario en donde los límites y las fronteras entre migración y movilidad se difuminan al tiempo que crece su intensidad en relación con recursos de toda índole: personas, capitales, mercancías (Featherstone, 1990; Robertson, 1992; Hannerz, 1998; Appadurai, 2001). La movilidad electrónica característica de la sociedad de la información hace posible que cualquier lugar del mundo sea susceptible de estar cerca o de ser accesible con carácter inmediato. El territorio amoroso tampoco restará inmune a estos cambios, siendo así que el patrón amoroso romántico que vinculó al matrimonio la pasión y la durabilidad será sustituido, en opinión de Giddens (2000), por el de amor conluente: un amor contingente, activo, que se desembaraza de la eternidad —“para siempre”— y la exclusividad —“uno y solamente uno”— propias del amor romántico para fundarse en la relexividad: las relaciones continúan porque así lo eligen ambos miembros de la pareja. La concreción de este fenómeno global al contexto especíico español introduce algunas particularidades que deben ser destacadas. Por una parte, el ya señalado reciente protagonismo de España como receptor de migrantes —a diferencia de la mayoría de países en los que se ha producido este fenómeno—, que en los últimos años lo ha convertido en el país de la Unión Europea con un mayor número de matrimonios mixtos y de incorporación de población inmigrada. España es el país de la Unión Europea que ha experimentado el mayor incremento de inmigración ininterrumpidamente desde 1997, recibiendo en el año 2006 casi el 45% de toda la población inmigrante que llegó a la UE. Por otra, España se ha signiicado también como uno de los países en donde se ha producido una notable transformación en el sistema de género en las últimas décadas, con cambios sociológicos de cierta consi- 330 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… deración (incorporación de la mujer a los niveles superiores de formación y al mercado de trabajo y mayor capacidad de control y emancipación de su papel como reproductora) y políticas de género, especial y fundamentalmente legislativas, a menudo de carácter pionero y muy publicitadas tanto dentro como fuera de sus fronteras (matrimonio homosexual, leyes recientes del aborto y del divorcio que amplían supuestos y agilizan procesos). Este extremo, precisamente, alimentó una de nuestras hipótesis de partida, centrada en el hecho de que la mayor independencia material y sentimental adquirida por las mujeres españolas como consecuencia de los cambios señalados estaría ocasionando como resultado la resistencia de algunos hombres, que, en desacuerdo con este nuevo y cada vez más generalizado modelo femenino, se habrían lanzado a buscar pareja en un mercado matrimonial distinto del del propio país, en el marco de lo que ha venido a denominarse en los últimos años “crisis de la masculinidad”. Nuestro intento, como se dijo, huye de la ruptura entre lo global y lo local o de la consideración de una sola de ambas dimensiones. Nuestra mirada, en in, parte de la convicción, por lo tanto, de la necesidad de articular las experiencias personales y las trayectorias de vida con los factores infra y supraestructurales que hacen posible, producen y/o condicionan las relaciones amorosas entre hombres españoles y mujeres extranjeras, principalmente latinoamericanas y eslavas,6 que son las principales zonas de procedencia de las mujeres no españolas que se unen a hombres españoles, tal como se aprecia en la tabla 2: 6 Dos de cada tres matrimonios entre hombre español y mujer extranjera es con una mujer americana. Los matrimonios con mujeres europeas se sitúan en segundo lugar, representando alrededor de un tercio de los anteriores. En términos de representatividad estadística, el peril de unión mixta mayoritaria en España es el de hombre español y mujer brasileña y hombre español y mujer rusa. Para un tratamiento más amplio y profundo sobre la distribución geográica de los matrimonios mixtos españoles, véanse Roca et alii, 2009, y Roca, 2009. 331 Jordi Roca Girona Tabla 2 País del cónyuge extranjero Europa [comunitaria y no comunitaria] Matrimonios con hombres Matrimonios con mujeres Españoles Españolas 2000 2002 2004 2006 2008 2009 2010 2000 2002 2004 2006 2008 2009 2010 1.570 2.292 3.652 4.192 3.888 3.669 3.682 2.684 2.686 3.182 3.139 2.891 2.657 2.554 332 Francia 195 192 215 201 229 207 232 351 361 347 354 382 347 360 Alemania 168 186 177 210 223 218 232 419 362 369 366 382 312 275 Reino Unido 140 173 184 196 177 177 175 450 409 518 468 427 373 346 Italia 68 66 103 160 162 177 192 390 386 385 432 475 460 521 Polonia 97 149 180 129 162 184 177 53 -- 43 33 39 39 48 Rumanía -- -- -- -- -- -- -- 112 184 424 423 195 168 160 Portugal 145 132 121 141 141 129 169 244 202 234 252 285 256 239 Rusia 168 388 689 820 909 840 726 14 26 41 21 43 34 -- Ucrania 75 192 355 259 296 309 296 10 18 46 34 35 35 33 América Europa no comunitaria 2.938 5.201 8.585 8.909 11.025 11.678 11.020 1.165 2.051 3.628 3.770 5.031 5.503 5.151 Brasil 394 521 897 1.690 2.446 2.446 2.156 43 61 118 263 419 459 375 Colombia 926 2.056 3.040 1.700 1.544 1.738 1.640 131 318 759 518 738 815 766 218 472 1.094 995 889 834 801 55 120 387 329 412 501 614 Argentina 166 545 797 744 809 742 704 144 480 741 661 789 736 688 República Dominicana 190 211 423 549 871 1.098 1.096 42 -- 121 324 596 767 725 Venezuela 110 174 464 640 734 682 638 63 91 236 315 379 348 274 Paraguay -- -- -- 323 669 838 744 -- -- -- -- -- -- -- 333 Cuba 271 268 332 440 483 455 437 186 238 339 359 425 430 341 Perú 171 200 255 359 422 481 503 72 84 120 146 190 258 238 África 657 668 1.072 1.073 1.380 1.562 1.499 937 1.076 1.927 2.063 2.715 3.270 Marruecos 484 442 742 707 1.012 1.187 1.151 585 580 1.098 1.134 1.557 2.030 1.786 Nigeria 49 97 162 207 193 165 153 69 175 316 390 473 341 299 Senegal -- -- -- -- -- -- -- -- -- -- 46 164 239 333 Asia 137 150 249 310 340 394 362 178 177 305 406 485 486 411 China 22 33 51 79 87 117 116 7 8 14 15 11 15 19 Filipinas 24 20 24 80 29 33 35 16 10 10 6 11 16 12 Pakistán -- -- -- -- -- -- 21 33 76 170 197 220 160 India -- -- -- -- -- -- 16 23 58 102 129 103 97 Japón -- -- -- 128 30 95 -- -- -- -- -- -- -- 51 39 Resto países TOTALES 68 14 8 16 20 15 24 41 21 49 32 42 5.316 8.329 13.574 14.499 16.648 17327 16.606 4.985 6.039 9.074 9.420 11.173 11955 Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE (Instituto Nacional de Estadística). Datos consultados el 9-9-2011 en www.ine.es. 45 11.152 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… Ecuador Jordi Roca Girona Mujer, migrante y esposa: el estigma de la incorporación a una unión mixta las mujeres migrantes por amor emigran solas, sin cadena migratoria, y, en consecuencia, en el país de destino carecen de una red de apoyo consanguínea y nacional. Múltiples negaciones se les asocian. Vienen como novias-esposas y mantienen unos vínculos con el país de origen que, a diferencia de las mujeres inmigradas convencionales, a menudo se van debilitando —negando— con el paso del tiempo por la inexistencia de un proyecto de retorno, aunque en ocasiones esto ocurre especialmente al inicio, y después, con la llegada de los hijos, si esto ocurre, puede producirse un aumento en la intensidad y frecuencia de la relación. Por otro lado, generalmente reniegan del colectivo de su misma nacionalidad o no tienen contacto con él, bien como una forma de airmar la diferencia —una suerte de negación de su propia condición de emigrantes—, bien porque a sus parejas no les parece conveniente o se sienten incómodas con este tipo de relación. Este nivel de negación, además, contribuye a menudo a generar entre las esposas migrantes por amor una actitud de rechazo hacia su propia cultura de origen en términos muy parecidos a los de una auténtica conversión y en línea con una de las fases del proceso de socialización que se da en la carrera moral de las personas estigmatizadas (Gofman, 1986), a saber: aquella en la que aprenden a incorporar el punto de vista de los “normales”, con lo que adquieren las creencias relativas a la identidad propias del resto de la sociedad mayor. Y, inalmente, son a menudo, especialmente al inicio de su llegada, (re)negadas por la red familiar y social de sus parejas, que las mira con recelo y suspicacia. Nos interesa destacar la negación de la condición de migrantes. Tal como apuntábamos, pensamos que la negación debe entenderse como una reacción al estigma que supone la etiqueta de “migrante” o “inmigrante”. La negación de tal condición, por activa —la propia persona que posee la condición— o por pasiva —la misma sociedad de recepción que “niega”, o no reconoce, la condición de migrante, como veremos en los dos casos citados a continuación—, es común a todos los colectivos de migrantes que no responden a la identiicación hegemónica de la migración con la precariedad económico-laboral. Es así como sucede, por ejemplo, con la migración residencial de la tercera edad procedente del norte de Europa o con los llamados ejecutivos empresariales —expatriados— enviados a países extranjeros por corporaciones multinacionales (Torbiorn, 1982). 334 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… En estos dos casos sí existe, y de forma muy acusada, una asociación comunitaria entre iguales. No son percibidos socialmente como migrantes, aunque su real o supuesta adscripción a una clase social alta o media-alta no niega la dimensión económica de su movilidad. Las migrantes por amor, en cambio, se situarían a medio camino entre estos migrantes “de nivel alto” y los migrantes de baja cualiicación laboral y/o social por cuanto, si bien (re)niegan de tal condición, no son ignoradas como tales por la sociedad de destino, que, además, las estigmatiza como “sospechosas” de llevar a cabo un matrimonio “por interés” destinado a obtener la legalización jurídica. Unos, los migrantes “clásicos”, económico-laborales, son acusados de “quitar el trabajo” de los autóctonos; otras, las migrantes por amor, tienen que lidiar con la acusación no tanto de “robar maridos” (Reigada, 2006), sino de utilizarlos con inalidades espurias. Unos y otras atentan contra dos estructuras básicas de la sociedad: la producción y la reproducción, a pesar de venir a cubrir una demanda especíica de la sociedad de acogida en relación con cada uno de estos dos grandes ámbitos. Esto resulta muy claro en el caso de la migración femenina. El nuevo escenario de relaciones entre las esferas productiva y reproductiva en los países occidentales, asociado a las transformaciones de género acaecidas en el último cuarto del siglo pasado, ha desembocado en una mercantilización de las funciones de la esfera reproductiva que, a menudo, supone la contratación de mujeres migrantes. Esta situación, que contrasta con el “rechazo”, la “abdicación” o la “deserción” de las mujeres autóctonas de estas funciones, tiene que ver en buena medida con la demanda de mujeres migrantes como esposas. La contradicción es que su papel reproductor alcanza un carácter completo y total y lo hace, además, bajo una forma no directamente mercantil, sino aderezada por la lógica del amor. De ahí que buena parte del estigma que se precipita sobre las uniones mixtas, y especialmente sobre las esposas inmigrantes de estas uniones, tenga que ver con este tipo de cuestiones y consideraciones. Ya hemos dicho que, por una parte, el matrimonio mixto sitúa a las mujeres migrantes en un nivel de integración jurídica, les proporciona la inserción en la red social de la pareja y les resuelve la situación económica, pero, por otra, también las coloca en situación de dependencia respecto de su pareja y de su relación con esta. Una primera etapa de la vida en común se caracterizará por el escrutinio constante y a menudo implacable del entorno. Su condición de inmigrante —que además no ha accedido al 335 Jordi Roca Girona país mediante el recurso a las habituales cadenas y redes migratorias—, la aludida presión social del entorno y las expectativas del marido en términos de su priorización de la casa y la familia por encima de cualquier otra consideración la predisponen a la dependencia de forma inequívoca y a la soledad. En esta situación, además, la migrante por amor deberá abordar la problemática de la discontinuidad biográica que se le presenta (Gofman, 1986). Por una parte, poseía una identiicación personal y una planiicación biográica que el hecho migratorio, en parte, puede haber transformado. Por otra, en destino, los demás compondrán una biografía que incluye una versión de la clase de persona que fue en otro tiempo y del medio del cual proviene. Esta doble biografía compuesta por quienes la conocieron y quienes la acaban de conocer debe ser tenida en cuenta para explicar las relaciones transnacionales de la migrante por amor con su grupo de referencia en origen y las relaciones sociales con los grupos de referencia en la sociedad de acogida. En este sentido, del mismo modo que ocurre con las personas estigmatizadas (Gofman, 1986), las mujeres migrantes por amor podrán encontrarse con tres clases posibles de situaciones espaciales en un primer momento: aquellas en las que se dan de bruces con su condición de migrantes y donde la entrada puede signiicar expulsión o una situación de tensión incómoda —los escenarios públicos—; aquellos lugares donde la persona es tratada cortésmente, aunque también a menudo penosamente —la red familiar y social del marido, por ejemplo—; y, inalmente, aquel entorno donde no se precisa ningún tipo de encubrimiento ni preocupación por la aceptación o no de su presencia —el ámbito privado de la familia nuclear—. El hecho de estar sometida a la presión que signiica gestionar los niveles de aceptación y rechazo hacia sí misma en espacios y contextos diferentes parece claro que puede acabar comportando un alto nivel de ansiedad y un desgaste psicológico considerable. Todo ello puede dar lugar a la aparición de diversos trastornos que en ocasiones, con mayor o menor fortuna, se han etiquetado con distintas denominaciones, tales como los síndromes de Cenicienta —la persona estigmatizada permanece cerca del sitio donde puede vivir sin peligro su estigma, que, en el caso de las mujeres migrantes de las que nos ocupamos, sería el ámbito doméstico— o de Ulises —esto es, la serie de síntomas y duelos por lo que se pierde y se deja atrás sin tener muy claro lo que se gana que sienten algunas personas durante el transcurso del proceso mi- 336 Exilios amorosos: procesos de identiicación y rechazo del país del origen en contextos migratorios… gratorio—. Más aún en el caso de las mujeres migrantes por amor, que, a menudo, y contrariamente a lo que generalmente se piensa, llevan a cabo una unión hipogámica con sus parejas: mujeres con formación más elevada que la de sus maridos españoles que se desenvuelven como amas de casa o trabajan en lugares y ocupaciones claramente por debajo de su cualiicación. Muchas de ellas, ciertamente, bien pueden sentirse identiicadas con los versos de Joan Margarit que encabezaban este texto y con todo el poema del que forman parte y que, para inalizar, reproduzco: Darrere les paraules només et tinc a tu. Trist el qui mai no ha perdut per amor una casa. Trist el qui mor envoltat de respecte i prestigi. Jo em crec el que passa en la nit estrellada d’un vers. [Joan Margarit, “Dona de primavera”] Detrás de las palabras solo te tengo a ti. Triste quien jamás ha perdido por amor una casa. Triste quien muere rodeado de respeto y prestigio. Yo me creo lo que pasa en la noche estrellada de un verso. [Traducción propia] 337 Jordi Roca Girona Bibliografía Appadurai, Arjun (2001), La modernidad desbordada, Buenos Aires: FCE. Basch, L.; Glick Schiller, N. y Szanton Blanc, C. (1994), Nations unboud: transnational projects, postcolonial predicaments and deterritorialized Status, Nueva York: Gordon&Breach. Constable, Nicole (2003), Romance on a Global Stage, Berkeley: University of California Press. Featherstone, M. (ed.) (1990), Global Culture. Nationalism, Globalization and Modernity, Londres: Sage. Goffman, Irving (1986), Estigma. La identidad deteriorada, Buenos Aires: Amorrortu. Hannerz, U. (1998), Conexiones transnacionales, Madrid: Cátedra. Harris, John R. y Todaro, Michael P. (1970), “Migration, unemployment and development: a two-sector analysis”, Economic Review, 60, 126142. King, Russell (2002), “Towards a New Map of European Migration”, International Journal of Population Geography, 8, 89-106. Portes, A. y Borocz, J. 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Desde el año 2006 dirige diversos proyectos de investigación competitivos sobre las denominadas migraciones por amor y las correspondientes parejas binacionales resultantes. 339 SOBRE ELS DOLORS DE SER I SENTIR-SE IMMIGRANT: EXPERIÈNCIES DE MAGRIBINS A CATALUNYA Lourdes Rubio-Rico Universitat Rovira i Virgili Resum Aquest article forma part d’un estudi més ampli l’objectiu del qual fou identiicar les necessitats de l’usuari magribí en la seva relació amb els serveis públics de salut a Catalunya. Els resultats que s’hi presenten i discuteixen se centren en l’afectació de la salut que comporta el fet de ser i sentir-se immigrant, tot entenent la salut com un concepte subjectiu i multidimensional, com una manera de respondre a les exigències vitals i, també —per les implicacions existents entre salut i justícia social—, com una qüestió ètica i política. Les dades es van recollir entre el maig del 2009 i el maig del 2011 i provenen de 12 entrevistes individuals (EI) i 10 grups focals (GF) d’usuaris magribins del sistema públic de salut a Catalunya. Els resultats proven que hi ha un sofriment associat al fet de ser i sentir-se immigrant. Paraules clau Immigració, Magrib, salut, síndrome de l’immigrant amb estrès crònic i múltiple. Resumen Este artículo forma parte de un estudio más amplio cuyo objetivo fue identiicar las necesidades del usuario magrebí en su relación con los servicios públicos de salud en Cataluña. Los resultados que se presentan y discuten se centran en la afectación de la salud que conlleva el hecho de ser y sentirse inmigrante, entendiendo la salud como un concepto subjetivo y multidimensional, como una manera de responder a las exigencias vitales y, también —por las implicaciones existentes entre salud y justicia social—, como una cuestión ética y política. Los datos se recogieron entre Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 341–362. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Lourdes Rubio Rico mayo de 2009 y mayo de 2011 y provienen de 12 entrevistas individuales (EI) y 10 grupos focales (GF) de usuarios magrebíes del sistema público de salud en Cataluña. Los resultados demuestran que existe un sufrimiento asociado al hecho de ser y sentirse inmigrante. Palabras clave Inmigración, Magreb, salud, síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple. Abstract his paper is part of a larger study whose objective was to identify the needs of the Maghrebian people when they use the Public Health Service in Catalonia. he presentation and discussion of the results focuses on how being and feeling like an immigrant afects health, where health is understood as a subjective and multidimensional concept, as a way of responding to life's demands and as an ethical and political subject given the connections between health and social justice. he data were collected between May 2009 and May 2011 and came from 12 individual interviews (EI) and 10 focus groups (GF) involving Maghrebian people who used the Public Health Service in Catalonia. he results show that there is speciic sufering associated with being and feeling like an immigrant. Keywords immigration, Maghreb, health, immigrant syndrome with chronic and multiple stress Introducció Per entendre com es veu afectada la salut de les persones pel fet de ser i sentir-se immigrants, cal reconèixer la dimensió subjectiva de la salut —la que prové de considerar el benestar com un dels elements a partir dels quals es deineix— i l’holisme que impregna l’essència de l’ésser humà. Cal acceptar que la salut —o la mala salut— també s’expressa mitjançant la resposta personal a les diicultats que comporta el procés migratori. I, inalment, cal admetre que les vicissituds de l’aventura migratòria —les 342 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya del camí i les de l’establiment lluny de casa— acabaran de modelar-ne el resultat. Parlar dels “dolors” de ser i sentir-se immigrant no vol dir parlar de mals físics lligats al procés migratori. Vol dir parlar de mals que, si més no al principi, no en són, de físics. Vol dir parlar d’una mena de sofriment que no es nodreix, només, de l’objectivitat del fet migratori, sinó que demana, a més, l’elaboració personal del signiicat de ser immigrant, de sentir-se’n. Els “dolors” de ser i sentir-se immigrant s’expressen a través dels sentiments i els pensaments d’un ésser que —ho diu l’OMS— és físic, mental i social alhora (1). De vegades, però, la queixa acaba esdevenint física i n’és —de física— perquè l’estrès, les diicultats socials i les emocions parlen, ara, a través de les incomoditats del cos. Així ho han reconegut diversos estudis que han provat d’explicar l’origen de la simptomatologia psicosomàtica (2-4). Aquest text es proposa de cercar proves que hi ha un sofriment associat a la condició objectiva de ser immigrant i a l’elaboració subjectiva de sentir-se’n, així com donar a conèixer la forma i els detalls amb què aquest sofriment, que ve de ser i sentir-se immigrant, es presenta en l’immigrant magribí en el context d’ús dels serveis de salut a Catalunya. Metodologia Es va realitzar un disseny qualitatiu amb inalitat descriptiva i interpretativa de la realitat. Les dades es van recollir mitjançant entrevistes individuals semiestructurades i sessions amb grups focals. Es va considerar població d’estudi els adults (≥ 18 anys) nascuts en algun dels països del Magrib, residents a la província de Tarragona i amb experiència recent (≤ 6 mesos) de relació amb els serveis de salut de la zona, tant d’atenció primària com hospitalària. Es va realitzar mostreig intencionat ins a la saturació de les dades. Inicialment es va pensar a organitzar grups focals d’usuaris adults segons sexe, iliació cultural —àrab o berber—, nivell d’instrucció, domini lingüístic i situació legal dels informants. No va ser possible organitzar un grup focal íntegrament masculí. Els homes que van participar en l’estudi, ho van fer en grups mixtos o mitjançant entrevista individual. També es van trobar diicultats per reclutar usuaris que acceptessin registrar dades sobre la seva situació legal, per la qual cosa es va renunciar a organitzar grups focals segons aquesta característica i es va optar per assegurar, entre 343 Lourdes Rubio Rico el global dels participants, la presència d’informants amb menys d’un any d’antiguitat a Espanya. Per completar l’espectre de persones amb diicultats especíiques en la seva relació amb els serveis de salut, es va decidir incloure el testimoni de dues persones sense possibilitats d’accés al sistema sanitari públic i amb necessitat sentida d’ús d’aquest sistema. Amb la progressió en la recollida de dades i davant de la necessitat de complementar l’experiència limitada de l’usuari amb una altra més extensa i global, es va incorporar a la investigació el testimoni d’adults magribins que estiguessin treballant com a mediadors interculturals en salut per al col·lectiu estudiat. L’accés als adults magribins es va fer a la comunitat. El reclutament d’informants es va realitzar mitjançant la tècnica de bola de neu a partir de persones d’origen magribí accessibles en primera instància a la investigadora, o bé a partir de professionals de l’àmbit de la salut i el treball social en contacte amb el col·lectiu i amb possibilitats de reclutar persones o grups de persones de la població a estudiar. Entre els professionals que van actuar com a intermediaris en el contacte amb els informants hi ha infermeres, treballadors socials, tècnics d’immigració, mediadors culturals en salut i voluntaris en treballs d’integració comunitària. Alguns d’aquests professionals van contactar amb els informants a títol individual i altres ho van fer en nom de les institucions per a les quals treballaven. En qualsevol cas, totes les persones i institucions que van col·laborar en la captació de participants van accedir prèviament al protocol d’estudi i hi van donar la seva aprovació. Les dades es van recollir entre el maig del 2009 i el maig del 2011 mitjançant entrevistes individuals semiestructurades i l’organització de grups focals en què se’ls demanava que expliquessin com l’experiència migratòria els afectava la salut i el benestar. Per a l’assignació de les tècniques de recollida de dades segons la tipologia dels informants, es va considerar que els mediadors havien de ser entrevistats individualment per aprofundir en la visió global dels fets a estudiar. Pel que fa als usuaris, i per estimular la discussió, es va pensar en la tècnica de grups focals. Alguns usuaris van expressar la seva oposició a participar en grups focals i altres van tenir diicultats de disponibilitat horària per acudir a la reunió, de manera que en tots dos casos es va oferir la possibilitat de participar en l’estudi mitjançant una entrevista individual. Les entrevistes individuals es van dur a terme en un espai proposat per l’entrevistat. Les sessions amb grups focals van tenir lloc en espais neu- 344 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya trals acordats per ambdues parts o en espais familiars per als participants, ja que molts dels grups focals ja estaven organitzats prèviament per altres motius (alfabetització, veïnatge, universitat, etc.). Les sessions amb informants no competents en alguna de les llengües oicials a la zona van comptar amb un traductor d’àrab o amazic, segons fos la llengua d’expressió del grup o individu. Les sessions es van gravar en àudio i es va fer la transcripció literal dels fragments traduïts. Es van realitzar 12 entrevistes individuals, 6 a mediadors i 6 a usuaris, un d’ells que havia exercit com a menor traductor. Es van organitzar 10 grups focals d’usuaris. La traducció de les sessions d’entrevistes i grups focals es va sotmetre a la tècnica d’anàlisi del contingut. Els “dolors” de ser i sentir-se immigrant L’experiència de sentir-se immigrant és descrita com una vivència d’extrema duresa a la qual hom no pot aproximar-se des de fora. Per saber què signiica ser i sentir-se immigrant, cal ser-ne i cal viure-ho, només així es poden entendre els sentiments que comporta aquesta circumstància: El ser immigrant és molt difícil… si un no lo és no ho puede entendre, i quan tu ets un immigrant ja ho notes i como jo sóc immigrant entenc aquests marroquins que vénen… […] No em sento aquest sentiment que l’altre pot sentir, però… al ser… jo sóc immigrant, ja ho pots entendre. Es un conlicto intrapersonal que té la gent, entre ell… “la gent d’aquí no m’entén”, no estan en el seu país… moltes coses que… bueno, són coses que es troben en la gent (EI11. Mediadora, àrab). Tal com es pot veure, però, ser i sentir-se immigrant no és una experiència unívoca. No tots els immigrants se’n sentiran de la mateixa manera, tot i que ser-ne —d’immigrant— dóna la clau per fer-se càrrec de la magnitud de la vivència. Els sentiments negatius —els dolors— que provoca el fet de ser immigrant magribí i, és clar, de sentir-se’n, s’han revelat associats a dues circumstàncies. La primera, la pertinença al col·lectiu d’immigrants procedents del Magrib, que comporta la sensació de no trobar-se a casa, de sentir-se un estrany o de veure’s tractat com si se’n fos. L’altra, una determinada situació personal, no necessàriament lligada a l’origen o a la pertinença etnocultural, com pot ser la situació irregular, la percepció de discriminació, les diicultats per expressar-se en una nova llengua o el mateix fet migratori. 345 Lourdes Rubio Rico Iguals? Diferents? La consciència de diferència provoca incomoditat a l’usuari magribí que ha de compartir espai amb l’autòcton: Son chicas guapísimas, modernas pero llevan el pelo tapado, pero ves en ellas que están molestas con, con que la gente ve el pañuelo y lo están siempre tocando o arreglando (EI12. Mediadora, àrab). Aquesta declaració il·lustra l’esforç de fer com tothom per passar desapercebut, un esforç que es percep estèril des de la convicció que malgrat els afanys “mai no seré considerat un dels vostres”: […] las mujeres, pobres, dentro de la casa son marroquíes, fuera de la casa se visten de otra personalidad, que quieren parecer que entienden el entorno y no sé qué y ven que por mucho que hacen de su parte no van nunca a ser de aquí, nunca van a ser aceptadas como de aquí ¿vale? (EI12. Mediadora, àrab). I és que, amb independència de com siguem de diferents, o de si aquesta diversitat ens permet o no de viure plegats, sembla que les nostres diferències són, al primer cop d’ull, massa evidents; tan evidents que barren el pas a la coneixença mútua; tan evidents que fan que la part s’arribi a confondre amb el tot. De fet, el concepte de dona magribina està dominat pel mocador, que n’és l’element deinitori per excel·lència. La percepció de les dones magribines és que, a ulls de les persones d’aquí, més enllà del mocador no hi ha res més que en pugui explicar l’essència. No hi queda ni l’interès per conèixer, perquè, de fet, per al que mira amb prejudicis, ja està tot vist: Bueno… yo siempre digo, es… bueno, solamente un pañuelo se cambia toda la persona. Ellos no… no te hablan a ti, no te ven a ti como una persona (GF6. Dones, àrabs, estudis primaris o secundaris acabats). I, per extensió, si no hi ha mocador no hi ha dona magribina. Segons la declaració que segueix, la percepció de la informant és que la població autòctona decideix sobre la integració o no de les dones magribines basant-se en si llueixen, o no, un aspecte occidental. És a dir, el criteri per decidir sobre la integració es basa a constatar l’absència d’allò que la societat d’acollida considera propi de la dona magribina —el mocador islàmic, sobretot—, que no és altra cosa que dir que per integrar-se cal mostrar clarament que s’ha deixat de ser el que s’era ins ara. És l’exigència d’assimilació disfressada d’integració, l’airmació de la diferència com a única possibilitat: A mi m’han arribat la gent que em diuen: que tu has tret mocador aquí, tu has integrat aquí. Perquè ja em vesteixo així, ja estic integrada… No, jo he sigut sempre així al Marroc! (EI11. Mediadora, àrab). 346 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya I és que, ara i aquí i pel que fa a les dones i als homes magribins, es tendeix a essencialitzar-ne la pertinença cultural, que passa a interpretar-se, només, des de la visió restrictiva de l’etnicitat tot ignorant altres eixos de deinició de les persones. S’emfasitzen les diferències, s’ignora la complexitat de la cultura i es nega la possibilitat de compartir maneres de veure i viure el món no necessàriament lligades a l’origen: A vegades estic parlant amb els professionals i em diuen… “Oye, pero és normal que facin això?” […] Dic, és que… en general no pots… cada persona és una persona, és com és. No pots dir la meva cultura fa això i fa… clar, no, cada persona és un món. Clar, depèn de la cultura, de l’educació, de l’entorn, del nivell sociocultural, socioeconòmic, tot això inlueix, no pots dir… (EI9. Mediadora, àrab). Encara més, de vegades és el mateix usuari qui insisteix en aquesta concepció limitada de la cultura i la pertinença, i fa un judici estret de mires sobre què vol dir ser magribí, tot oblidant, que per bé que se sigui magribí, s’és moltes coses més; vegeu, sinó, què en diu una mediadora en salut magribina: […] i me diu [la pacient]… al sortir, quan se n’ha anat el metge, me diu… “M., tu creus que això m’anirà bé? Entre tu i jo, siendo marroquines, de cultura igual, tu creus que aquests medicaments me serviran d’algo? És que ells no ho entenen, aquestes coses” Déu n’hi do! (EI9. Mediadora, àrab). En aquest cas, la usuària magribina a què es refereix el relat redueix els eixos de deinició cultural a un de sol, el de l’origen, i dóna per feta la identiicació total entre la mediadora i ella, tot oblidant que entre totes dues també hi ha diferències. També els professionals, en les preguntes i airmacions que fan sobre l’usuari magribí, denoten una consideració monolítica de la manera de fer i pensar de tot el col·lectiu. Iguals i diferents. Homes i dones magribins senten que, des de la mirada dels autòctons, són vistos com a força semblants entre ells. En canvi, sentir-se diferent és una experiència familiar per als magribins que viuen a Catalunya; un sentir-se diferent que els fa sempre visibles, que només poden treure’s de sobre si estan protegits per la intimitat dels que els coneixen bé o per l’espai compartit dels iguals; un sentir-se diferent que és viscut com una càrrega feixuga que desferma la susceptibilitat dels homes i les dones magribins, i els deixa en mans de les seves inseguretats: Sí, el otro día dice que estaba en el hospital, estaban en el hospital… al CAP y… y están… bueno, hay unos usuarios que estaban allá y cuando han visto que son marroquís estaban hablando del marroquí que ha matado a su mujer: “¡Ah! Son… bueno… maltratador, nosequé…” solamente porque han visto 347 Lourdes Rubio Rico que son marroquís, como si todos los marroquís son maltratadores (GF9. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà). L’usuari magribí sovint es percep discriminat, tot i que aquesta percepció no sempre s’acompanya de fets que permetin objectivar-ne el tracte desigual. La discriminació percebuda rau en la signiicació atorgada a fets i circumstàncies que són jutjats com a manifestació de tracte diferencial i discriminatori, en aquest cas, per raons d’origen o nacionalitat. L’usuari magribí té, sovint, la sensació que en el seu tracte amb l’Administració –la de salut, en aquest cas– se li exigeix més del que es demana als autòctons i té més diicultats que no pas els altres usuaris. Les atribucions causals més freqüentment associades a aquest sentiment són l’origen i el fet de no ser nacionals: Alguns [marroquins] se senten como en inferioritat quan hi ha un professional que està demanant coses. Diu: “que sí, que són racistes perquè jo sóc del Marroc o algo així i m’està tractant així” (EI11. Mediadora, àrab); les diicultats per expressar-se: Si veuen que et costa d’explicar-te, et fan sentir com una nosa i no s’esforcen. […] em diu… “no puedes [no puedo] perder el tiempo, tiene mucha gente esperando” (EI6. Usuari, àrab), o la consciència de diferència cultural i social, sempre força determinada per l’aspecte físic i la indumentària: T’infravalores, potser som marroquines i no ens tractaran com aquí, perquè no ens coneixen bé, no ens tracten com la gent d’aquí que va ben vestida (EI7. Usuària, berber. De petita va fer de traductora). Però, com s’hi arriba a aquesta percepció? S’han pogut identiicar dos factors com a responsables. Per una banda, hi ha la interiorització de no ser prou digne de les bondats de l’estat envers els ciutadans. Per l’altra, hi ha la imatge que els altres projecten sobre l’usuari magribí; una imatge en què es veuen com a pidolaires professionals dels beneicis que la llei reconeix a les persones que viuen a Catalunya. Un i altre elements, la interiorització d’un autoconcepte deteriorat i els inputs que provenen de l’exterior, s’integren en un cercle viciós en què en donar-se un factor, es legitima i es reforça l’altre: […] porque [para] mi hija, me [jo] necesito las tiras, un día necesito las agujas, un día necesito la insulina… y yo me siento, ¿sabes? Allí débil. Como me mira que siempre voy pidiendo una cosa ¿sabes? (GF4. Dones, àrabs, baix domini lingüístic). La interiorització d’aquest autoconcepte malmès no sempre ha estat clarament explicitada, tot i que la passivitat davant de l’abús de poder d’alguns treballadors de l’Administració permet fer-ne una lectura implícita. Entre les raons de l’acceptació resignada davant el maltractament dels 348 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya professionals, hi ha la por a perdre el control: Ella, cuando me toca me ha hecho daño e ha dicho: “¿Tú va[s] a hacer un parto? ¿Una mujer así va a hacer un parto?” [en to despectiu]. No, no he dicho nada, porque […] yo preiero de… de no hablar que hablar una cosa muy mal (GF2. Dones, àrabs, universitàries); por a qüestionar la decisió professional: […] ella no se ha atrevido a decirle, oye… pero, por favor, pésame al niño, recétame analítica… (GF8. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà); poca capacitat de reacció en aquell moment: Y yo, me da una rabia, no puedo hablar. Cuando yo vuelvo a mi casa digo… me pongo repentida, digo… ¿por qué yo no hablo con él? [el metge] (GF4. Dones, àrabs, baix domini lingüístic); vergonya de demanar: Totes ho volem, això, que ens visiti una dona. [Ho heu demanat?] No. Ens fa vergonya (GF5. Dones, berbers, baix domini lingüístic), o diicultats per expressar-se: Por la manera que iba vestida con la chilaba le llamó bruja. Pero ella lo entendió. Ella entiende el castellano, lo único que para expresarse… (EI4. Usuària, àrab). L’obligació de l’usuari a suportar situacions que sent com a injustes està molt determinada per la condició legal. La situació irregular genera por a ser descobert i dubtes sobre els drets a què es té dret en aquesta circumstància. Tant la por com el desconeixement afermen la passivitat de l’usuari i li’n donen arguments: Una idea muy importante: los extranjeros ilegal ¿él tienes la mismo derecho que los legales al médico? […] ¿Tienes la mismo derecho? ¿Puede reclamar o no? Porqué la mayoría tiene miedo de reclamar (GF8. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà). Amb tot, l’acceptació resignada d’aquesta mena d’actituds coexisteix amb postures més reivindicatives que, sovint, s’associen al treball remunerat i al pagament d’impostos: […] Por dentro hasta me lloré cuando llego a mi casa. Le he dicho a mi marido e dice “¿por qué no cridaste ahí? ¡que pagamos seguro e tenemos todos los derechos!”; ins al punt d’obrir un debat sobre què dóna dret a tenir drets, si és l’origen o el compliment amb el deure com a ciutadans: Para no sentirte un ciudadano de segunda clase… los politicianes hablan de que estamos ciudadanas. Si quiero hacer una empresa tengo que hacer todo que hacen lo catalán o español, aquí […] ¡como otro! ¡Catalán! E cómo para pasar un servicio público, pago como ella los impuestos ¿por qué ella va a pasar una habitación e yo otra habitación? (GF2. Dones, àrabs, universitàries). Les usuàries que fan aquestes declaracions interpreten en clau de discriminació la política d’ocupació d’habitacions que se segueix en alguns hospitals, sovint basada en l’eix nacional-estranger. De manera complementària, i d’acord amb el que s’ha dit ins ara, 349 Lourdes Rubio Rico compartir habitacions amb usuaris autòctons és viscut amb satisfacció i s’interpreta com un senyal de justícia i equitat: Yo [he] perdido un hijo aquí, sí, yo he perdido aquí. Sí, [he pasado] dos días, juntos, con mujer españolas. Derecho de estar iguales. Iguales, que estáis todos iguales. ¡Es una cosa muy buena! (GF8. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà). Els altres “dolors” Malgrat que els mecanismes de solidaritat són actius i el col·lectiu s’organitza per rebre els nouvinguts, ensenyar-los a moure’s en un entorn nou i, ins i tot, acompanyar-los en els primers contactes amb l’Administració, diferents sentiments aloren. Hi ha por perquè se senten sols en un entorn nou, on els costa expressar-se: Primero yo tengo miedo, sí, tengo miedo porque no sabe la idioma, no sabe nada, e cuando yo fui a la calle, no sé qué puedo hacer […] Yo, yo encontré diicultades para convivir con otra gente, porque… está emigrantes que están en [que són de] diferentes países, no sólo un país (GF8. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà), i on sovint se senten amenaçats per la situació irregular en què es troben alguns: Hay mucha gente que no tiene papeles, tiene todo el miedo que salen a la calle o al médico… […] y no puede hacer amigos españoles por eso, porque tiene miedo que no tiene papeles… y no sabe hablar con ellos (GF9. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà). La por i les diicultats per expressar-se constitueixen bones raons per inhibir-se de buscar atenció en la salut. Vegeu els motius que dóna un usuari per decidir no treure’s la targeta sanitària: Es que bueno… no sabe dónde va [on anar], y tiene miedo porque no tiene papeles. Sí, es que dice que, como tampoco no sabe hablar… bueno… pues ha decidido no ir a ningún sitio (GF9. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà). Per culpa de la por, també, s’evita el contacte profund amb els professionals ins al punt que uns i altres —professionals i usuaris— es queden amb un coneixement supericial i esbiaixat de l’altre que no ajuda a entendre’s, cuidar o deixar-se cuidar; un coneixement, en deinitiva, que no és bo ni per a la relació ni per a la salut: […] veo que hay mucha humanidad, aquí, de parte de los profesionales. Cuando entras al principio –yo, la primera– me extrañaba muchísimo cuando entraba a la consulta de mi médico de cabecera y me preguntaba la doctora… “te veo triste, ¿qué te pasa? Mira te voy a mirar la tensión” y… hay mucho contacto físico y la gente se interesa por ti, pero también tenía miedo que me juzgue […] y… también esto te 350 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya limita cuando una te da para escucharte y cuando empiezas a explicar tus dolencias, tus sufrimientos y te dice “mujer ¿no te… no has pensado, no te has planteado volver a tu país?”. Entonces ¿por qué le he explicado esto? (EI12. Mediadora, àrab). També hi ha la vergonya que, com la por, interfereix en l’atenció i deixa les coses a mig fer; la vergonya per no poder-se expressar: “Tenemos vergüenza [de preguntar] [por]que no hablamos bien (GF8. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà), i la por de no ser escoltat: Me da miedo, este… que me [yo] digo… Yo tengo enfermedad en… me da receta y ya está (GF8. Mixt, domini lingüístic bàsic, entorn urbà); la vergonya de ser diferent: és que potser s’enriuen o s’enriuran o parlaran de nosaltres perquè sempre anem molt tapades o perquè portem mocador… (EI7. Usuària, berber. De petita va fer de traductora); la vergonya d’haver-se equivocat, o la vergonya de no sortir-se’n o de passar penes: diu que quan van al Marroc, les veuen… al Marroc: “pobres, elles viuen a fora del Marroc…” saps? Quan van al Marroc se senten una mica d’inferioritat perquè… perquè ara el Marroc va… va canviant, va tot… i aquí… diu que els veuen com pobrets (GF10. Dones, domini lingüístic baix). Si hi ha vergonya o por, l’encontre és fugaç i els problemes no s’expliquen, s’endevinen… o no. La vergonya, com ho era la por, és un obstacle per a la coneixença mútua: vengo a que me recetes algo y me voy y no me lees tus sermones, ¿vale? Porque a lo mejor me vas a decir cosas malas de mí y no te voy a entender y entonces… preiere, bueno… “Me duele la cabeza y me duele esto, esto y estoy mal. Dame pastillas y nosequé, y adiós”. No están para, no están para, para explicar na… el rechazo también a… a explicar la vida personal (EI12. Mediadora, àrab). La migració comporta, inevitablement, un trencament en l’espai i el temps de l’immigrant; un espai i un temps, els d’abans, que connecten amb l’origen de les persones; un altre espai i temps, els d’ara, que es vinculen amb el futur. Aquesta frontera en el transcórrer vital de l’immigrant es materialitza en un distanciament físic —en l’espai i el temps—, però no emocional. L’immigrant malda perquè aquest trencament físic, tan implacable, no l’acabi arrossegant a un trencament amb els afectes i els signiicats que ha deixat enrere. Heus aquí el doble dol de l’immigrant, tal com l’han descrit alguns dels informants, que fa referència a les diicultats per tirar endavant un projecte vital sense deixar enrere tots els lligams que al llarg de la vida ha anat teixint amb els indrets i les persones que hi va haver abans d’ara. El doble dol de l’immigrant fa que alhora que se sent fora de 351 Lourdes Rubio Rico lloc perquè no acaba de ser d’aquí i ara tampoc no és d’allí: los inmigrantes, aquí, sufrimos de ser inmigrantes, pero también cuando bajamos a nuestro país no nos sentimos que formamos parte de ellos, porque nos ven del otro mundo (EI12. Mediadora, àrab), se senti amb ganes de ser a tot arreu, sense voler renunciar a cap dels papers que li han estat assignats: A mi se me ha muerto un hermano, allí, e no lo he visto (GF4. Dones, àrabs, baix domini lingüístic). El doble dol de l’immigrant fa que, tot ignorant que el món gira i els temps canvien pertot, ell s’entesti a aturar-lo —el món— i a conservar amb intransigència els valors en què va créixer, per retre’ls tribut i transmetre’ls als seus ills sota pena de traïció: Y vas y encuentras que el mundo ha avanzado y tú… yo estoy aquí intentando con mis hijos conservar la misma educación, con mis hijos, los mismos principios, pero cuando bajo [a Marruecos], encuentro que todo el mundo está como aquí (EI12. Mediadora, àrab). Les pors, les vergonyes, la ubiqüitat impossible i els altres dolors de què hem parlat ins ara, es disfressen de corporeïtat per amagar el dolor vergonyant de les diicultats i convertir-lo en un dolor acceptat que ni aixeca sospites ni demana conidències que, encara, no s’està preparat per compartir. És la somatització: Y… lo de la somatización, hay muchas mujeres que han sido llevadas a salud mental […] y era esto, la añoranza al país, a la familia… era esto, era esto. […] Lo puede contar y sacarlo […] pero no, lo deja para ella. Y sufre (EI12. Mediadora, àrab). Ja s’ha vist que el sofriment s’amaga als llocs més insospitats i es presenta quan no se l’espera. Les raons del sofriment es troben en els altres i en un mateix. A Catalunya i al Marroc. En el menyspreu que ens arriba i en els límits que ens posem. El sofriment impregna l’experiència de sentir-se immigrant. Així i tot, ni la societat ni les persones poden renunciar a plantar-li cara. Els remeis Al·là no ha enviat cap malaltia sense enviar-ne la cura. Al Bukhari, Llibre de medicina, hadit 5354 (5) Els mals volen remeis. Tal com s’anunciava al principi d’aquest text, el propòsit era parlar de mals, dels mals que vénen per ser i sentir-se immigrant. Ara bé, i malgrat que amb tot el que s’ha dit ins ara costi de creure, de remeis, també n’hi ha. I rauen al mateix lloc que hi trobàvem els mals, o 352 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya sigui en la manera de sentir de cadascú i de fer de tots els altres. Rauen en el convenciment de creure en un mateix i en els altres, i en la voluntat i la capacitat de pensar-se com a persona digna i capaç: Económicamente estaba bien, pero siempre es… pensaba en hacer otra cosa que no es solamente ganar algún dinero para mí, sino intentar hacer entender a los profesionales que las otras mujeres también quieren trabajar, quieren aprender, quieren alguien que les ayude (EI12. Mediadora, àrab). Rauen en l’ànim que dóna la satisfacció de sortir-se’n malgrat les diicultats: Yo no pregunto de eso ni de na, porque… cualquier cosa sabe dónde es […] e hasta las cartas que vienen a mi casa, cualquier carta sabe lo que es, a mis hijas o del médico o algo, cualquier cosa, sabe lo que es (GF4. Dones, àrabs, baix domini lingüístic), i en el diàleg que s’estableix entre l’autoconcepte i la imatge que d’un mateix projecta l’entorn. I, tal com és normal, sentir-se objecte del maldir i del “mal fer”, també presenta opcions guaridores. Ho són l’ajuda desinteressada dels autòctons que, espontàniament, s’ofereixen per donar un cop de mà si fa falta: i anàvem a moltíssimes visites… per exemple la L., la meva amiga, també ella feia les trucades a vegades a l’hospital i tot, per… saps? perquè si hi havia alguna cosa que no entenien (EI7. Usuària, berber. De petita va fer de traductora). I també ho són aquelles persones que fan costat als immigrants —els nens, en aquest cas— en la defensa dels seus drets, concretament, el de l’educació: ara, si no t’espaviles tu sol o no tens algú que t’ajudi —com jo, que he tingut a la L. que m’ha ajudat moltíssim— no t’espaviles, no tens a ningú, i els mestres això no ho entenen (EI7. Usuària, berber. De petita va fer de traductora); les que reconeixen l’aportació de l’immigrant al bé comú: Pero mira que ha pasado con la enfermera de diabetiques, muy, muy buena. Mira… cuando ella tiene un problema con las otras marroquís me llama, A., ven, ven… e cada jueves, coge conmigo a mi niña (GF2. Dones, àrabs, universitàries), o les que creuen més en la capacitat d’entendre’s que no pas en la confrontació: Y han visto que se… que podemos convivir bien ahí en la sala esta [multiconfessional], que no hay mucha complicación […]. […] creo que las generaciones que vendrán de, de los marroquíes que son ahora catalanes, queramos o no, será… tendrán una buena convivencia (EI12. Mediadora, àrab). Són formes guaridores el suport d’iniciatives pensades com una guia en el transcórrer de l’experiència migratòria i una ajuda per suportar els sofriments que l’acompanyen: Hice una charla sobre el dol migratori a las magrebinas […]. He hecho sacar de ellas lo que yo he vivido, el contacto con, con… al principio con los marroquíes como yo, pero que me evitaban 353 Lourdes Rubio Rico para… o me preguntaban… “¿de dónde eres? soy del norte. Ah no, yo soy del sur. Adiós”. Bueno esto, esto ellas también lo explicaron, y digo bueno, esto también lo sufrí, para que vean que todo lo que sufren, todo… toda persona que viene de inmigrante a un país, lo sufre. Tenemos que pasarlo ¿vale? Y tenemos que aprender de las experiencias del otro (EI12. Mediadora, àrab). I ho són també aquelles que s’han creat per estimular la coneixença mútua, amb el benentès que acostar-nos ens fa més humans. I ens en fa per aquesta mateixa voluntat de saber de l’altre i perquè, en conèixer-nos, podem deixar de pensar-nos —uns i altres— en termes d’utilitat i proit, per fer-ho com a persones que compartim, si més no, la capacitat de sentir: Para profesionales también hice este, el dol migratorio, hice… que… estaban contentísimos porque han entendido un poco por qué… ¿cómo se dice en castellano…? el sufrimiento, el doble sufrimiento de los marroquíes, hombres o mujeres o niños (EI12. Mediadora, àrab). I són guaridores perquè en aquest diàleg entre el jo immigrant i l’entorn que l’acull s’hi reconeix la feblesa intrínseca de l’ésser humà i el poder de commoure que té la contemplació del sofriment, sobretot si qui se’l mira té el deure d’alleujar-lo. Discussió Tal com ha estat descrit en la literatura, els “dolors” de ser i sentir-se immigrant que pateixen els magribins que viuen a Catalunya s’assemblen força als dolors que han descrit altres immigrants. Les pors (6-8), l’enyorament de casa i de la família, l’experiència de sentir-se prejutjat i discriminat, les diicultats per refer la identitat i encaixar en una realitat cultural diferent, el sentiment de desarrelament (7-9) i la sensació de sentir-se exclòs de la interacció i la participació signiicativa en la societat (10) han estat assenyalats com a “dolors” que acostumen a aligir els immigrants. És més, hi ha força autors i treballs que identiiquen aquests “dolors” com a via oberta a la somatització, que reconeixen l’efecte sinèrgic d’aquesta mena de mals en la gravetat de la malaltia i que, ins i tot, els en fan responsables (6-8,10-13). Segons la interpretació del testimoni de les persones que n’han volgut parlar, l’origen d’una part dels “dolors” de ser i sentir-se immigrant rau en la relació que s’estableix entre la construcció de l’autoconcepte i el retorn que l’immigrant rep de la societat d’acollida, una relació en què veure’s malament i ser malvist es retroalimenten en una mena de bucle. Tot i referir-se només als immigrants en situació irregular, Larranché des- 354 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya criu una interrelació força semblant en parlar dels obstacles intangibles en l’accés a la salut (14). L’autora sosté que la construcció social de la illegalitat, basada des de fa molt de temps en la por, els prejudicis racials i les inseguretats econòmiques i socials, té un poderós efecte de subjectivació que afecta l’autoestima de les persones en situació irregular en situar-les al marge de la societat i representar-les com a excloses. Aquest efecte es basa en la construcció social de la il·legalitat, molt vinculada als discursos de restricció pressupostària en què es retrata l’immigrant com a individu que, fraudulentament, s’aproita dels beneicis socials de l’Estat francès; una construcció social que, ins i tot, dóna lloc a pràctiques institucionals especíiques que legitimen la discriminació i afecten l’autoestima i, òbviament, la salut. En aquesta mateixa línia de pensament, Fassin (15) parla de la paradoxa francesa en destacar els efectes que té la construcció social dels immigrants —no només els irregulars— com a grup social il·legítim. Segons Fassin, en un país en què teòricament es garanteix el dret a la salut en condicions d’igualtat respecte als nacionals, aquesta consideració social negativa referida als immigrants, n’afecta l’accés als serveis de salut i, lògicament, fa mal per ella mateixa. Una paradoxa que també ha estat expressada pels informants d’aquest treball en constatar el missatge dual que, per una banda, proclama el compliment del deure com a garantia de drets i, per l’altra, la discriminació percebuda com a evidència del pes de l’origen en el gaudi dels beneicis socials. La identiicació entre immigració i il·legitimitat no és exclusiva de França. De fet, en el nostre medi, hi ha força autors que s’han fet ressò de l’acceptació i la difusió del discurs autòcton que associa delinqüència i immigració (16-21), un discurs que, per força, retorna a la persona en forma de rebuig i exclusió (16, 20, 22). Sobre la fama dels immigrants com a xucladors de les bondats de l’estat del benestar, i pel que fa a la salut, el que se’n sap ins ara ens diu que la despesa farmacèutica dels immigrants és menor que la dels autòctons (23, 24) i que la probabilitat d’utilitzar l’atenció primària o d’acudir a la consulta d’un especialista és, també, inferior entre els immigrants (25, 26). És només en la demanda d’atenció urgent que alguns estudis —no tots— assenyalen freqüentacions superiors entre els forans (26-28). Sigui com sigui, convé considerar que la idea de l’immigrant com a beneiciari il·legítim de l’estat del benestar no es troba, només, en un sol dels costats —el dels autòctons— sinó que també és l’usuari magribí qui, sovint, malgrat el que diguin les lleis, accepta l’origen com a legitimador de drets o, si més no, com a excusa per acceptar que li siguin negats. Cer- 355 Lourdes Rubio Rico tament, ara per ara és la nacionalitat —molt determinada per l’origen— la que dóna accés a la ciutadania, la que permet diferenciar entre “nosaltres” i “els altres” (29). Amb tot, i pel que fa al gaudi de drets fonamentals com és ara el dret a la salut, la ciutadania no és un requisit. Per bé que el dret a la salut a casa nostra està reconegut –encara– com un dret lligat a la residència —no a la situació legal— (30), i per bé que el treball i el pagament d’impostos a què obliga la llei dóna —en justícia— accés a la satisfacció d’altres drets, l’estat d’opinió insisteix en el caràcter gorrer dels immigrants i en la seva astúcia per gaudir —immerescudament, és clar— dels beneicis socials que ofereix l’estat (16-18). L’acceptació d’aquest fet, no és més que un relex de la interiorització que l’immigrant magribí ha incorporat de si mateix, una interiorització que fa que es percebi instrumentalitzat i presoner d’una relació de poder en què pesa més beneiciar-se del treball de l’altre que no pas gaudir legítimament dels beneicis que aquest treball comporta. Aquesta relació de poder comença a trontollar quan una de les parts decideix reivindicar-se com a treballador i ésser humà amb drets, i l’altra reacciona a l’ofensiva amb l’artilleria del rumor i la maledicència amb què, a poc a poc, s’ha anat construint la imatge social de l’immigrant, tan lligada a la idea d’illegalitat. Lligat a la penetració d’aquest doble discurs que, per una banda, anuncia els drets reconeguts a les persones en tant que éssers humans i, per l’altra, estableix l’origen com a element discernidor del mereixement o no d’aquests drets, hi ha la resignació davant del maltractament o l’abús de poder que alguns testimonis han hagut de suportar per part dels professionals de la salut. Per bé que el desequilibri de poder existent entre professional i usuari en les interaccions en un context sanitari fa que no tots els usuaris —immigrants o no— reaccionin per defensar els seus drets com a pacients (31), aquest desequilibri encara és més evident si la víctima de l’abús és un immigrant, fet que s’explica des de la perspectiva que la migració és un element que desequilibra encara més la relació en dipositar sobre l’usuari migrant la càrrega afegida de fer-li creure que està consumint un servei que, de fet, més que un dret, sovint és considerat com una generosa concessió del sistema (32). Aquesta passivitat a acceptar resignadament les actuacions injustes dels professionals ha donat lloc a la conceptualització del fenomen sota el nom de Happy Migrant Efect, un concepte que es mira amb sorpresa la reacció temperada dels immigrants davant d’actuacions professionals que, si més no, els han deixat insatisfets, si és que no 356 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya els han fet sentir discriminats (32). L’efecte de l’immigrant feliç s’atribueix a les diicultats per comunicar-se, al patriotisme pel nou país, a les normes culturals que demanen un comportament social desitjable, a un cert grau de menysteniment per no parlar l’idioma, a por de la represàlia (32) i a una mena d’agraïment incondicional, sobretot si el sistema de salut de procedència és injust o dolent (32, 33). Pel que fa a la declaració dels usuaris magribins que han participat en l’estudi i han suportat amb estoïcisme situacions injustes, no costa gaire descobrir-hi les raons descrites en la literatura. Amb tot, cal afegir-hi una certa afectació de l’autoconcepte, no només lligada a l’idioma, sinó també a la diferència cultural i el qüestionament del dret a la queixa quan s’està en situació irregular. D’altra banda, convé anar més enllà i preguntar-se si aquesta manca d’expressió dels greuges no deu ser, també, l’expressió d’una falta de coniança en la voluntat sincera de les institucions per defensar els drets de l’usuari i, encara més, si aquest usuari és, per afegiment, immigrant i magribí. No hi ha discussió sobre els efectes en la salut dels “dolors” de ser i sentir-se immigrant. Més enllà del sofriment que puguin causar, s’ha pogut identiicar el poder patogènic de la discriminació sentida com a element dissuasiu en la cerca d’atenció sanitària i l’estrès reconegut (11, 12, 34). D’altra banda, les diicultats associades al procés migratori, han permès entendre el sofriment per excel·lència de l’immigrant, la síndrome de l’immigrant amb estrès crònic i múltiple, altrament anomenada “síndrome d’Ulisses” (8, 35), en una clara al·lusió a les vicissituds per les quals ha de passar el viatger. Malgrat que els estressos i els dols de la migració gairebé hi són sempre presents, l’autoestima és un component importantíssim en el pronòstic de com serà l’experiència migratòria i el seu desenllaç. Sabent, com se sap, que la salut psicosocial de l’immigrant està molt relacionada amb l’autoestima (36), que les relacions entre l’usuari magribí i la societat d’acollida han de fer trontollar la coniança en un mateix, ins a l’extrem que poden arribar a despullar de dignitat la persona i, encara més greu, a fer que s’ho cregui; i sabent també que l’autoestima dels immigrants millora amb els assoliments personals (36, 37), amb el suport social i familiar, i en un context d’harmonia cultural (37), cal considerar la necessitat d’intervenir en les condicions ambientals pel poder que tenen de promoure la salut i contribuir a fer una societat més justa (38, 39). D’acord amb aquesta apreciació, les persones que han parlat de la seva experiència com a immigrants per a aquest treball, han pogut identiicar 357 Lourdes Rubio Rico certes accions de la societat d’acollida que han contribuït a fer més suportables els “dolors” que els consumien. Es tracta d’accions en què s’han sentit reconeguts com a persones i compresos en les seves necessitats, esdeveniments que els han canviat la percepció de les capacitats per fer front als estressos propis del procés migratori, la manera de fer voluntària de l’autòcton commogut per la duresa de l’experiència migratòria, la humanitat del professional que s’interessa per les persones més enllà dels dolors físics que l’aligeixen, el reconeixement del valor de “l’altre” o la promoció d’iniciatives que els ajudin a treure els dimonis que els corsequen per dins; són accions que han estat citades pels testimonis com a bàlsams que els han ajudat a fer més suportable l’exili. En aquest sentit, són interessants les conclusions de treballs com el de McLaren (40), que parla del poder dels contactes interculturals, com ara la relació d’amistat entre autòctons i membres de grups minoritaris, per disminuir la percepció d’amenaça i reduir els nivells de voluntat d’expulsar els immigrants. És a dir, de com el coneixement mutu pot millorar l’experiència migratòria i, ins i tot, modiicar les actituds de la societat d’acollida envers els estrangers. En realitat, es tracta del poder del coneixement profund per crear lligams i trencar amb els prejudicis. Al seu torn, Gotlib (10) també ha pogut demostrar els efectes benèics de parlar i, potser encara més, de ser escoltat. El seu treball sobre medicina narrativa parla de la implicació humana amb el sofriment aliè com a eina terapèutica; parla dels efectes que es produeixen quan els professionals veuen, en els pacients, persones amb històries especialment difícils i doloroses; parla d’establir lligams que actuïn contra la por i la incomprensió entre cuidadors i cuidats; parla, en deinitiva, de l’aportació sinèrgica de l’humanisme a la ciència i la tecnologia mèdiques. 358 Sobre els dolors de ser i sentir-se immigrant: experiències de magribins a Catalunya Bibliograia (1) Organización Mundial de la salud (OMS). 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Me centré, casi en exclusiva, en la trayectoria de este modesto militar, el sargento Fabra, en el exilio “francés”, que fue el más duro y masivo que sufrieron los españoles al inalizar su Guerra Civil. Más de 400.000 personas cruzaron la frontera con Francia y se vieron envueltas por un país y una situación política poco acogedores, a diferencia de lo que ocurrió en otros exilios. El sargento Fabra, que había dominado en un cuartel cercano a Valencia la rebelión militar contra la Segunda República, vivió una larga y dolorida experiencia en ese terrible exilio. Palabras clave Sargento Fabra, Guerra Civil, exilio en Francia, campo de concentración, emigración, colaboración, resistencia Abstract On 6 February 2013 I presented the book Sergeant Fabra: the History and Legend of a Republican Soldier (1904-1970) on this forum. I focused almost exclusively on the experiences of this modest soldier, Sergeant Fabra, during his exile in France, where the sufering of Spanish exiles was far greater than that of people who escaped to other countries ater the Civil War. More than 400,000 people crossed the border into France and found themselves in an unwelcoming country and a diicult political situation. Sergeant Fabra had put down the military rebellion against the Second Republic in the barracks near Valencia but despite this he went on to experience a long and painful life of exile in France. Keywords Sergeant Fabra, Spanish Civil War, exile in France, concentration camp, emigration, collaboration, resistance. Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo. Vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 363–390. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 José Antonio Vidal Castaño Advertencia previa Carlos Fabra Marín había nacido en Chella (Valencia) en 1904, hijo de un secretario de ayuntamiento y un ama de casa. El medio rural y el acentuado republicanismo liberal de su padre marcaron su carácter y estilo de vida. La prematura muerte de sus padres, víctimas de “la gripe española”, y la precaria situación de la economía familiar obligaron al joven Fabra a ingresar voluntariamente, con 18 años, en el ejército para, un año después, ser destinado con el grado de sargento al norte de África, donde España libraba una cruel guerra contra los tribus rifeñas sublevadas por su independencia. En 1931 fue destinado a Madrid y, recién casado, asistió en la capital a la gran iesta del 14 de abril, día de la proclamación de la Segunda República, acontecimiento que decidió su destino. En 1935 fue trasladado al cuartel de ingenieros de Paterna (Valencia), donde evitó en una decisiva y heroica acción militar, apoyado por los sargentos y al frente de un pelotón de cabos y soldados, la rebelión de los oiciales que conspiraban contra la República, tras un intenso tiroteo. El sargento Fabra fue felicitado por el mando y ascendido a teniente y más tarde a capitán, gozando, en el curso de la guerra, de la conianza del general José Miaja, jefe militar de los ejércitos republicanos del Levante y Centro de España. Para recabar más datos sobre su vida anterior al exilio, es necesario consultar el libro El sargento Fabra. Historia y mito de un militar republicano (1904-1970), Madrid, Libros de la Catarata, 2012. Lo que vas a leer es un extracto, con modiicaciones, de la última parte del libro citado, que estudia con detenimiento el exilio en Francia del “sargento Fabra” desde 1939 hasta su fallecimiento en París en 1970. *** ¿Qué harías tú en un país al que no querías llegar? José Lezama Lima El exilio de la familia Fabra en Francia puede dividirse en tres períodos. Primero los tiempos de supervivencia y clandestinidad, vividos íntegramente en Narbona, entre su llegada en 1939 y la fecha de la liberación de Francia del yugo alemán en 1944. Años en los que Carlos Fabra se oculta e intenta embarcar con su familia para México, aunque no lo consigue y es apresado, pasando medio año en el campo de concentración de Vernet 364 La lenta agonía del “exilio francés” d’Ariège. Luego, los tiempos de resistencia antinazi desde 1944 hasta el inicio de la década de 1950, en los que intentó organizar un grupo armado para actuar en el interior de España. Más tarde trabajó en unas minas de azufre, años en los que decae la esperanza de derribar al régimen de Franco por la vía armada. Y, inalmente, los tiempos de normalización y vida familiar, en los que, ya con domicilio en París, ayuda a sus paisanos y compatriotas emigrados, y que inalizarán con su muerte en 1970, cinco años antes de la muerte del dictador Franco. Treinta años signiicativos más llenos de temores y desgracias personales que de alegrías y políticamente atravesados por muchas esperanzas frustradas. Ecos del hundimiento republicano español Llegado a Francia (aeropuerto de Toulouse) con un salvoconducto irmado por el general José Miaja, considera que su primera preocupación es localizar a su familia y recuperar el dinero que había prestado a un desaprensivo para buscar una vivienda y mantenerse. Eran los últimos días de la Guerra Civil en España. Pronto conseguirá lo primero, pero perderá la pista de su estafador, que, no contento con ello, lo denunció como “ilegal” ante las autoridades. También le preocupa seguir informado sobre la situación en España para tantear las posibilidades de volver, pues no pierde la esperanza de que la Guerra Civil española pueda terminar con una paz negociada. La angustia en la que se vio envuelto por la ruptura personal con su admirado general José Miaja, que acabó apoyando el golpe militar contra el último Gobierno de la República, y por la atmósfera que se vivía en España por los últimos coletazos de la guerra le acompañará hasta el inal de sus días. Pronto comprueba que se había ahorrado las humillaciones que otros exiliados no pudieron evitar: el calvario de la retirada, el desconsuelo por la amarga derrota, la entrega y rendición de sus armas, la pérdida de su mismidad, el hambre, el frío, la miseria y, a menudo, la muerte en los campos que los franceses preieren llamar de internamiento y no de concentración, o la espera temerosa en algún puerto mediterráneo español de unos barcos que no llegaron ni llegarían nunca para decenas de miles de ex combatientes y personas que hicieron suya la causa del Frente Popular. Los Fabra se reúnen de nuevo en las cercanías de Perpiñán, sin contar con otros medios que sus propias fuerzas y la ayuda que reciban de otros exiliados. Las noticias sobre España estaban en las primeras páginas de los 365 José Antonio Vidal Castaño periódicos y en las miradas indiferentes que les dedicaban los ciudadanos galos. Supo que el golpe de Casado se había consumado y que el presidente del Gobierno, Juan Negrín, había salido de España, aunque volviese más tarde para intentar una imposible resistencia. La lota abandonó Cartagena rumbo a Bizerta dejando a merced de los soldados de Franco a millares de personas sin protección en los puertos de Alicante, Valencia… Supo también de los apuros que tuvieron para exiliarse algunos dirigentes republicanos… Narbona, parada y fonda La familia Fabra abandonó la casa cercana a Perpiñán y se trasladó a Narbona. La gran esperanza que alimentaron a lo largo de 1940 era conseguir los papeles necesarios para embarcar rumbo a México. Esperanza que se derrumbará como un castillo de naipes. Durante ese tiempo, colaboró con miembros del Gobierno republicano español en el exilio para confeccionar las listas de los embarques hacia México… Fabra disponía de los salvoconductos necesarios, pero en el último momento y con el pie en la pasarela, un policía de Vichy le sujetó por el brazo y les condujo a todos a tierra tras consultar una siniestra libretilla de tapas negras… ¿Figuraba escrito su nombre en ella? La situación en aquellos momentos de la avalancha humana que se había precipitado huyendo de la guerra y la derrota en España presentaba los números que a continuación tratamos de resumir en la siguiente tabla: 366 La lenta agonía del “exilio francés” Algunas cifras del exilio “francés” de 1939 Número Fuente Meses Componentes Núm. de personas 01 Alted, Alicia abril a agosto - 515.000/255.000 02 Casanova, Julián abril - 450.000 03 Dreyfus-Armand, G. abril - 440.000Ÿ 04 Madariaga, Salvador* marzo - 440.000 05 Pérez, Joseph mayo - 400.000 06 Pons Prades, Eduardo junio - 300.000 07 Rubio, Javier abril a diciembre - 463.000/407.000 08 Sarraut, Albert diciembre - 140.000 09 Soriano, Antonio febrero - 450.000 10 Tuñón de Lara, M. septiembre - 250.000 Vilanova, Francesc * marzo Viejos, mujeres y niños 170.0000 ídem ídem Militares 220.000 ídem ídem Civiles 40.000 ídem ídem Heridos 10.000 TOTAL 440.000 11 ídem Fuente: elaboración propia sobre datos extraídos de los autores citados. Buen número de autores son reacios a dar cifras totales. Pero la cifra más repetida es la de 440.000. (*) Madariaga desglosa 170.000 niños; 40.000 varones civiles; 10.000 enfermos y heridos; y 220.000 soldados. Sus cifras son coincidentes con las de Dreyfus-Armand y Vilanova, de las que ofrecemos el desglose visualizado. (*) Informe Valière, desglosado en 210.000 civiles, 220.000 soldados y 10.000 heridos. Albert Sarraut, ministro francés del Interior, indicó que en marzo de 1939 unos 50.000 exiliados habían vuelto a España. Tuñón de Lara señala que en el exilio hay dos períodos: el primero desde 1939 hasta 1945 y el segundo desde ese año hasta 1957-1958. Por esos años llega a Francia la segunda oleada de emigrantes económicos, que inluye en la situación de los exiliados políticos en este país. Los países afectados por los exilios fueron: Francia (mayoritariamente), México y otros lugares de América, la Unión Soviética, otros países de Europa occidental —Reino Unido, Alemania, etc.— y, inalmente, el norte de África. 367 José Antonio Vidal Castaño Pese a todas las diicultades, Fabra “reanudó contacto con sus compatriotas […], muchos de ellos valencianos, de Izquierda Republicana y miembros del Gobierno” y fue encargado por estos de ayudar a confeccionar las listas para emigrar hacia Sudamérica, haciendo funcionar “la cadena de solidaridad” entre los refugiados españoles. Esta tarea le obligaba a viajar con frecuencia a Marsella avalado por las “convocatorias justiicativas” que recibía puntualmente. Esta actividad generó correspondencia que nos deja “testimonio de las cualidades humanas en la adversidad […]”.1 Había riesgo, pues las listas de emigración eran, en última instancia, “controladas por la administración de Vichy”.2 Un ejemplo fue la detención por la policía de Vichy del político Julio Just, que se enfrentó a una petición de extradición. Con su luida oratoria fue capaz de autodefenderse y evitarla. Sin embargo, fue internado temporalmente en el campo de concentración de Vernet d’Ariège. En una carta explicaba que “[…] dos veces quisieron llevarme por la fuerza a España, como hicieron con Companys”.3 Los Fabra sufrieron también un registro domiciliario. Recibieron la noticia de la detención y el internamiento de Just “en abril de 1942”. También fueron informados “en julio del 41 que el Dr. Peset Aleixandre (Ex Rector de la Universidad de Valencia), había sido fusilado días antes”.4 Fabra preparó sus propios papeles para embarcarse en el sueño americano. Pero todo acabó en un frustrado intento que puso sobre su pista a la policía francesa y propició su detención el 4 de marzo de 1943 y su “internamiento” al día siguiente (5 de marzo) en el campo para “indeseables” de Vernet d’Ariège.5 El archivo familiar guarda copia de las “visas” y otros documentos que autorizan la “inmigración” a la República mexicana a “Fabra Marín, Carlos y los familiares que le acompañan: Lucía Pardo, Carlos y Leonor”. Al pie del documento irmado por el cónsul general de México en Francia, 1 Archivo familiar Carlos Fabra (AFCF). Docs. “Recuerdos de infancia y exilio”, p. 3. 2 Ibídem. 3 AMA. Archivo Julio Just, /009/089. 4 AFCF. Docs. “Recuerdos…”, doc. cit., p. 4. El recuerdo de Leonor Fabra, en el caso del internamiento de Just, no coincide con el dato registrado en el Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica. 5 AFCF. Cartas/Carta de Lucía Pardo a Federico Miñana para comunicarle la detención y el internamiento de su marido con el ruego de que hiciese por él lo que pudiese, pues estaba enfermo del estómago. 368 La lenta agonía del “exilio francés” Gilberto Bosques,6 igura la fecha del 12 de abril de 1942. No obstante, “la emigración hacia América —según José Borrás— no estaba al alcance de cualquiera. Era preciso ser una personalidad, reunir ciertos méritos, ser propuesto por un partido o una organización sindical y que la propuesta fuera aprobada por una comisión seleccionadora. Lograron salir […] bastantes personalidades republicanas y socialistas, buen número de comunistas y un reducido número de militantes libertarios”.7 En un plano más personal y de las relaciones humanas que constituían la realidad inmediata de la familia Fabra, la mayor parte de los recuerdos de su vida cotidiana en los años de Narbona forman parte de su memoria y de la de la familia Durbán. Vicente Durbán Solaz, hijo de emigrantes españoles, había nacido en Narbona en diciembre de 1925. Vivió durante toda su niñez y juventud en esta misma ciudad hasta que sus padres regresaron a España. Nos cuenta: “Después de la Guerra Civil pasaron muchos españoles por allí, a los que metieron en los campos [de concentración]”,8 como el de Argelès-sur-Mer”,9 una playa donde se hacinaron miles de republicanos españoles. La casa de los Durbán servía de punto de reunión los domingos para comer una paella. Las fotografías revelan que aquellas reuniones domingueras servían para mantener un alto grado de cohesión social entre emigrantes y refugiados políticos, que por lo común se igno6 ACFC. Docs. Gilberto Bosques Saldívar fue un diplomático mexicano que como cónsul de su país en Marsella ayudó a escapar de la persecución franquista a cerca de 20.000 republicanos españoles, entre los que estaban Max Aub, Altolaguírre y María Zambrano, a judíos y a refugiados de otras nacionalidades perseguidos por los nazis. Detenido por la Gestapo y coninado, fue canjeado con su familia en Bad Godesberg por prisioneros alemanes detenidos en Lisboa. 7 Borrás, J., Políticas de los exiliados españoles. 1944-1950, París, Ruedo Ibérico, 1976, p. 13. 8 Entrevista a Vicente Durbán Solaz, verano de 2007. 9 El campo de “internamiento” de Argelès fue “habilitado” en la playa del pueblo del mismo nombre por el Gobierno francés. Se estima que pasaron por él entre 50.000 y 70.000 refugiados españoles. Las enfermedades infecciosas (disentería, tuberculosis…), el hambre y la sed causaron estragos, en particular entre niños y combatientes, que murieron a centenares. Muchos prisioneros fueron trasladados a otros campos y los supervivientes más fuertes trabajaron para los propietarios agrícolas franceses. Acerca de los sufrimientos de los exiliados en los campos franceses, véanse, entre otros: Mistral, S., Éxodo. Diario de una refugiada española, Madrid, Icaria/Público, 2011 (editado por Ediciones Minerva en México en 1940); Dreyfus-Armand, G., El exilio de los republicanos españoles en Francia. De la guerra a la muerte de Franco, Barcelona, Crítica, 2000; Alted, A., La voz de los vencidos. El exilio republicano de 1939, Madrid, Aguilar, 2005; y Vidal Castaño, J. A., Exiliados republicanos en Septfonds (1939), Madrid, Catarata, 2013. 369 José Antonio Vidal Castaño raban con frecuencia. El ex capitán Fabra aparece en las fotos en un discreto segundo plano por no querer hacerse muy visible, al menos hasta que le fuera concedido por el Gobierno francés el “estatuto de refugiado político”. Carlos Fabra y su familia vivieron en la rue Le Kanal en una casa alquilada. Los Fabra tenían dos hijos, Carlos y Leonor, con los que el joven Vicente Durbán jugaba en muchas ocasiones. “Carlos, el hijo mayor, ¡pobre!, murió muy joven. Primero murió el hijo y después el padre”,10 añade Durbán con un gesto de amargura. Su familia se trasladó de nuevo a España a principios de noviembre de 1942… Durbán traza actualmente el siguiente retrato del que fue su amigo, “el señor Carlos”, y de su esposa: “[…] era un hombre enjuto, moreno, muy estirado de cara, con bastantes entradas […] la señora Lucía era muy maja […] era un señora de buen porte. Y él era un hombre cariñoso, afable… Jamás comentaban cosas de la guerra, ni malas ni buenas […]” (el énfasis es mío). Y de su carácter: “Con la mayor parte de la gente que lo conocía era muy paternalista”.11 La débâcle de Francia De pronto, un cañonazo sonó tan cerca de París que los pájaros abandonaron lo alto de todos los monumentos. Irène Némirovsky La imagen acogedora de Francia para los republicanos españoles fue, desde siempre, muy potente. Se trataba de una república —cuna de las libertades y del progreso— cuyo sistema político se apoyaba en derechos arrancados a la monarquía absoluta por una sangrienta revolución burguesa aliada con las clases sociales más desfavorecidas. Francia, o mejor la idea que tenían de Francia un buen número de republicanos españoles, estaba desfasada. Pero ellos se mantenían incólumes en su fe a los compases de “La Marsellesa” y a la invocación de las palabras que resumían todo un código revolucionario: libertad, igualdad y fraternidad. “La fe en Francia, escribiría Chaves Nogales, era una fe ciega, 10 Ibídem. 11 Las citas en relación con las fotos comentadas entre los Durbán y los Fabra están tomadas del AFCF. Docs. “Recuerdos de infancia y exilio”. 370 La lenta agonía del “exilio francés” universal. […] La fe del labrador en las cosechas, del pastor en la reproducción de las especies, del marinero en la virtud de los vientos”.12 Por esta ignorancia y por el evidente maltrato sufrido durante la “retirada” de 1939 el desengaño fue de proporciones mayúsculas. La Francia que encontraron durante aquella primavera era muy distinta de la imaginada. Aunque victoriosa, no había salido indemne de la Primera Guerra Mundial. Una especie de quiebra moral, agravada por la crisis mundial sobrevenida entre los años 1929 y 1932, carcomía el ambiente, en el que menudeaban enfrentamientos de clase, miedo a lo desconocido, xenofobia y racismo. El desgaste colonial redujo el peril hegemónico de Francia como potencia europea y devaluó su papel internacional… Pero no era el de la Tercera República francesa un caso aislado ni excepcional en Europa. Las libertades políticas y los derechos sociales estaban en claro retroceso y la creciente agresividad nazi-fascista, sin dejar de lado los recelos que despertaba —entre las democracias establecidas— la consolidación de un Estado comunista en la ex “Santa Rusia”. El triunfo electoral del Frente Popular puso de maniiesto la profunda división social existente, la revisión a la baja de sus viejos valores y la escasa calidad democrática que destilaban sus políticos e instituciones. El socialista Léon Blum presidió desde junio de 1936 el Gobierno del Frente Popular, mostrándose —en unas circunstancias adversas— incapaz de superar la presión nacional e internacional. Con sólidas razones para ayudar al Gobierno republicano español, cedió ante la derecha, los católicos, amplios sectores de la Administración y del ejército francés… Blum siguió la política británica de “apaciguamiento” de Chamberlain y suscribió el Pacto de Múnich, que propugnaba la “no intervención” en la guerra de España. Ángel Viñas insiste en “la actitud pasiva del gobierno Blum”. La postura francesa de no intervención se endureció.13 En abril de 1937 el radical Daladier asumió el poder. Se produjo la quiebra deinitiva del Frente Popular. La derecha había ganado en Francia. 12 Chaves Nogales, M., La agonía de Francia, Barcelona, Libros del Asteroide, 2010, p. 8. 13 Viñas, A., El honor de la República. Entre el acoso fascista, la hostilidad británica y la política de Stalin, Barcelona, Crítica, 2008, pp. 26, 35, 36, 147, 151, 234 (Álvarez del Vayo) y (Negrín a Stalin), y 404. Véanse Lacouture, J., León Blum, París, Seuil, 1975; Wingeate Pike, D., Les français et la guerre d’Espagne, 1936-1939, París, Puf, 1975, donde resalta que el embajador Herbette se mostraba como un decidido antifascista, solo en contraposición al avance comunista; Colin, A., Le Choix de la defaite. Les élites françaises dans les années 1930, París, 2006. 371 José Antonio Vidal Castaño Y esta Francia, que no tardaría en ser arrollada por el poderío militar germano, es la que “acogió” a cerca de medio millón de republicanos españoles que acababan de perder la primera gran batalla de la guerra civil europea, que proseguiría —por otros medios— en el seno de la Segunda Guerra Mundial. Dos grandes ideologías, fascismo y comunismo, se enfrentarían con participación de las democracias en una guerra de proporciones descomunales. Julián Casanova ha analizado estos enfrentamientos: “El mundo quedó a merced de la capacidad de los sistemas democráticos, de las políticas parlamentarias, para enfrentarse a un nuevo estilo de hacer política basado en la organización de movimientos de masas, centralizados y jerarquizados en torno a la igura del líder. Las imágenes y símbolos del culto a estos líderes: a Stalin en Rusia y a Hitler en Alemania, fueron mantenidos por los medios de comunicación, por los órganos de expresión de los partidos y por grandes exhibiciones y manifestaciones. Sus miembros llevaban uniformes e insignias que los distinguían […], tenía ramas paramilitares, juveniles y de mujeres […], las nuevas autoridades desarrollaron nuevas y desconocidas fórmulas de represión y terror”.14 El 3 de septiembre de 1939 Francia y el Reino Unido declararon la guerra a Alemania tras la invasión de Polonia. Alemania no atacó inicialmente a Francia. Durante ocho meses el ejército francés permaneció en sus posiciones de la Línea Maginot esperando el ataque alemán. Fue la drôle de guerre (“guerra en broma”), que inluyó negativamente en la moral de combate de las tropas francesas y en la desorientación de sus mandos. Cuando los ejércitos del Tercer Reich atacaron, lo hicieron —para sorpresa del general Gamelin y el alto mando— por la zona boscosa de las Ardenas y sus unidades motorizadas (tanques Panzer y otros vehículos blindados) avanzaron en lecha hacia París encontrando escasa resistencia. La operación se completó con la ocupación de Luxemburgo, Bélgica y Holanda, cuyas tropas y las unidades francesas que llegaron para apoyarlas fueron aniquiladas en pocos días. El ejército expedicionario británico se vio obligado a reembarcar en Dunkerque. Según Antonio Soriano, al estallar la Segunda Guerra Mundial quedaban más de 200.000 españoles exiliados, de los que cerca de la mitad salieron de los campos de concentración para luchar con los franceses. 14 Casanova, J., Europa contra Europa, 1914-1945, Barcelona, Crítica, 2001, pp. 151 y 152. 372 La lenta agonía del “exilio francés” Entre estos, 6.000 cayeron muertos, 14.000 fueron capturados y más de 8.000 fueron deportados a Alemania.15 Marc Bloch, historiador y combatiente él mismo, nos dejó su lúcido testimonio La extraña derrota, donde señalaba: “Los alemanes han hecho una guerra de nuestros días, bajo el signo de la velocidad. Nosotros, por nuestra parte, ni siquiera hemos tratado de librar una guerra de ayer o antes de ayer […] no hemos sabido o no hemos querido comprender el ritmo, acompasado a las vibraciones aceleradas de una nueva era”.16 Chaves Nogales escribe: “Francia estaba intelectualmente gobernada por los nazis mucho antes de que las divisiones blindadas de Hitler ocuparan físicamente el territorio francés”.17 Atribuye “la fascinación ejercida por el hitlerismo sobre Francia” a “la claudicación de las élites” e incluso de la pequeña y media burguesía, “presa de un egoísmo feroz”,18 pero considera injusto que se atribuyera el fracaso al sistema democrático. Incluye una severa crítica a los comunistas por su fracasada huelga general de 1938, con la que “plebiscitaron —sostiene— la tendencia transaccional del gobierno Daladier”. Pero añade lo siguiente: “En política exterior el gobierno Daladier no hacía sino reconocer y aceptar el estado evidente de la opinión pública que no podía seguir ignorando. La voluntad de inteligencia con las potencias totalitarias e incluso el espíritu de capitulación ante ellas que incuestionablemente existían en Francia”.19 Por eso mismo, entendemos que no puede obviarse la responsabilidad de Daladier en la debacle de Francia. Tony Judt reconoce la ambigüedad de los intelectuales, tan inluyentes en la opinión pública francesa. Es el momento del llamado “compromiso” (engagement), pero las posiciones políticas aparecen como “entrelazadas y contradictorias”. Sobre la situación tan delicada que vive la izquierda: “No sólo tuvo Vichy un considerable atractivo para muchos de los intelectuales de la joven generación sino que fue esta misma cohorte la que emergió después de 1944 en tanto que grupo dominante”.20 Vichy era la capital del 15 Soriano, A., Éxodos… op. cit., p. 61. 16 Bloch, M., La extraña derrota, Barcelona, Crítica, 2002, p. 58. 17 Chaves Nogales, M., La agonía… op. cit., p. 90. 18 Chaves Nogales, M., op. cit., ibídem, p. 91 y ss. 19 Ibíd., p. 127. 20 Judt, T., Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses, 1944-1956, Madrid, Taurus, 2007, pp. 35 a 40. Véase también, del mismo autor: “À la recherche du temps perdu: Francia y sus 373 José Antonio Vidal Castaño régimen pro nazi presidido por el mariscal Pétain en la llamada “Francia Libre”. En cuanto a las reacciones de la población y en concreto la de París —espejo y guía del resto de Francia— ante la llegada de las tropas alemanas (inales de junio de 1940), fueron múltiples y variadas, casi tantas como ciudadanos y familias que la habitaban, pero existió un denominador común: el miedo. El miedo atenazó la voluntad de muchos parisinos que, renunciando a toda gallardía, huyeron lo más al sur posible. Nadie ha recogido mejor el pánico de los fugitivos provocado por este éxodo masivo y caótico que Irène Némirovsky: “Eran los pobres, los desgraciados, los débiles […], los que siempre acaban relegados a los últimos puestos, y también algunos tacaños” que rehusaron comprar el billete de tren hasta última hora. “Francia entera estaba en llamas, el peligro acechaba por todas partes. No sabían con certeza adónde iban”.21 Prisionero en Le Vernet El 4 de marzo de 1943 la policía de Vichy detuvo en su domicilio a Carlos Fabra y lo llevó directamente al campo de “internamiento” de Vernet d’Ariège, donde quedó “instalado” el día 5. Lucía Pardo pidió socorro a sus amigos de Marsella, en particular al dirigente del Gobierno republicano en el exilio Federico Miñana, a quien pidió que encontrase a alguien para atenderlo… Quedó abierto el camino para las visitas familiares. La petición se basaba en que Carlos Fabra padecía una enfermedad estomacal (úlcera) que podía agravarse dadas las pésimas condiciones del lugar.22 El campo de concentración de Vernet fue construido en 1939 sobre las ruinas de un viejo campo de la Primera Guerra Mundial; quedó registrado como un campo para los “indésirables” al ser considerados sus ocupantes pasados”, Sobre el… op. cit., pp. 193 a 212. Para una mejor comprensión de las reacciones y miserias de la ocupación alemana, véase: Modiano, Patrick: Trilogía de la Ocupación, Barcelona, Círculo de Lectores, 2012. 21 Némirovsky, I., Suite francesa, Barcelona, Salamandra, 2004, p. 83. Para explicar las claves internas de cómo se construye el régimen de Vichy, véanse: Burrin, PH., La France à l’heure allemande 1940-1944, París, 1995, y en versión española: Francia bajo la ocupación nazi 1940-1944, Barcelona, Plaza y Janés, 2004; y Paxton, R., La Francia de Vichy 1940-1944, Barcelona, 1974, un texto ya clásico. 22 AFCF. Cartas personales. Vernet/1 y 2. Las condiciones habían evolucionado, como se verá, desde 1939 hasta marzo de 1943. El campo retenía, en esos momentos, a menos de mil internos. 374 La lenta agonía del “exilio francés” como “extremistas”. Llegó a albergar 16. 000 hombres. El hacinamiento fue tal que en solo tres meses llegaron a morir de frío y hambre 57 personas, pese a que parte de los internos fueron destinados al no menos siniestro campo de Gurs, en el departamento de los Pirineos Atlánticos. La policía no controlaba las fugas y daba las versiones más pedestres sobre el destino que aguardaba a los huidos.23 Luego el campo quedó casi vacío al ser enrolados buena parte de sus inquilinos en las compañías de trabajadores extranjeros, que utilizaron a numerosos internos para engrosar la mano de obra en las explotaciones agrícolas, las minas y las fábricas, y la construcción de carreteras y de fortiicaciones militares para el ejército alemán. En opinión de algunos escritores que pasaron por él, las condiciones higiénicas y de subsistencia eran inferiores incluso a las de algunos campos nazis, como sostiene Arthur Koestler: “La mitad de los prisioneros dormían sin mantas con 20º bajo cero”,24 aunque la muerte no estuviera programada —como lo estaba en numerosos campos nazis— entre los objetivos de los gestores del sufrimiento. Antonio Soriano escribe que en Le Vernet solo faltaba el crematorio.25 Max Aub se muestra sarcástico sobre el particular universo de las concentraciones humanas. Le Vernet ocupaba una extensión de terreno de unas 50 hectáreas (unos 6 kilómetros cuadrados) con barracones construidos con tablas y cercado por una triple valla de alambre de espino. El recinto se dividía en tres zonas (manzanas) o “cuarteles” (barrios) separados: A (para reos de derecho común), B (políticos/extremistas) y C (peligrosos para Francia);26 hay quien añade una cuarta zona T con oicinas y servicios (¿?). Fabra cumplió sus cinco meses largos —177 días exactamente— de internamiento, ora en el “cuartel” B mientras estuvo hospitalizado, ora en el “cuartel” C, hasta su salida del campo hacia Burdeos. La confusión e ignorancia de los carceleros eran tales que en el mismo “cuartel” podían coincidir un individuo como Léon Degrelle, “jefe del racismo belga y futuro general de las Wafen-SS con ex 23 Rafaneau-Boj, M. C., Los campos de… op. cit., p. 205. 24 Koestler, A., La lie de la terre, París, Charlot, 1946, y Calmann-Lévy,1947. 25 Soriano, A., Éxodos. Historia oral del exilio republicano en Francia 1939-1945, Barcelona, Crítica/Grijalbo, 1989, p. 31. Soriano (Segorbe, 1913 - París, 2005), protagonista también del exilio, fundó en 1948 la Librería Española de París (72 rue de la Seine), punto de referencia de los antifranquistas que difundió las publicaciones de Ruedo Ibérico y otras prohibidas por la dictadura en España. 26 Rafaneau-Boj, M-C., ibíd., p. 214; Cohen, M-L y Malo, E. (dir.)., Les camps du SudOuest de la France. Exclusion, internement et déportation, 1939-1944, Toulouse, Privat, p. 46. 375 José Antonio Vidal Castaño combatientes izquierdistas”. Para Degrelle, que afrontaba su décimo octava prisión, Le Vernet era “el campo más duro de Francia”, “on m’avait lanqué, dit-il, dans un baraquement de ‘Rouges’ espagnols…”.27 Los comunistas constituían en Le Vernet un grupo muy unido, una especie de “minicomintern” bajo la dirección de un antiguo responsable de los brigadistas alemanes en España. Formaban parte de este Francisco Antón, miembro del buró político del PCE, ex protegido de Dolores Ibárruri, Pasionaria —exiliada en Moscú—, y responsable a la sazón del partido en Francia, y Jesús Larrañaga, “único enlace con los contactos del interior”.28 La historia del campo se ennegreció con la invasión alemana y su utilización en 1942 por la Gestapo como lager de tránsito para los judíos. Los hombres eran enviados a Dachau y las mujeres a Ravensbrück. En resumen, unas 40.000 personas de cincuenta y ocho nacionalidades pasaron por este campo (incluidos mujeres y niños), que inalmente fue desmantelado en junio de 1944.29 Le Vernet no fue una excepción por lo que respecta a la existencia de pequeñas maias que organizaban clandestinamente un “mercado negro basado en el trueque o en un intercambio monetario”. Algunos desaprensivos, con la complicidad de guardianes, acumularon “verdaderas fortunas” acaparando la distribución y compraventa de mercancías e incluso el lujo de dinero por medio de una red de delatores o “chivatos”.30 En medio de la depresión causada por meses de internamiento en un lugar tan poco atractivo, la luz brilló para Carlos Fabra cuando recibió las visitas de su mujer e hija. Existe una fotografía de estos encuentros tomada en la puerta del domicilio de una francesa que les cedió su casa para la reunión. La foto trasmite la alegría del m omento y nos deja ver a los tres Fabra junto a un guardián y la señora que acogía la visita. Finalizada la visita, Fabra, de vuelta a su lóbrego aposento, rumiaba una idea que le dominó por un tiempo: escapar lo antes posible. Pero su destino inmediato estaba ya decidido. Iría a Burdeos a trabajar en las obras de la organización TODT,31 encargada de la construcción del “Muro del Atlántico”, una 27 Cohen, M-L y Malo, E. (dir.), ibíd., p. 47. 28 Morán, G., Miseria y grandeza del PCE, 1939-1985, Barcelona, Planeta, 1986, p. 24. 29 Dreyfus-Armand, G., El exilio de los… op. cit., pp. 63 a 70 (referencia a Vernet, p. 69); Alted, A., La voz de… op. cit., pp. 75 a 77. 30 Rafaneau-Boj, M-C., Los campos de… op. cit., pp. 157 y 158. 31 La organización TODT (OT) se fundó en 1938 bajo la dirección del ingeniero Fritz Todt para llevar a cabo el programa de construcciones militares para la expansión del Tercer 376 La lenta agonía del “exilio francés” formidable fortiicación que los nazis creían capaz de detener cualquier intento de invasión aliada. El 28 de agosto de 1943 las autoridades del campo trasladan a Carlos Fabra a Burdeos. Llega a su destino en un tren expreso, con transbordo incluido en Toulouse, y, tras pernoctar en la capital borgoñona —en territorio de la Francia ocupada—, escribe a su esposa al día siguiente, anunciando que pasará por las pruebas pertinentes que determinen si es apto o no para desempeñar el duro trabajo que le espera en la TODT.32 Lo cierto es que no llegó a trabajar en esta organización y que volvería poco después a Narbona. Su hija Leonor dirá en junio de 2006, en una de sus intervenciones públicas: “Las circunstancias de su liberación no las conozco detalladamente, pero por su estado de salud y la comprensión de un oicial alemán […] que le proporcionó documentación, le permitieron regresar libre a Narbona”.33 Se trata de una explicación razonable y deducible de la documentación disponible. Fabra, de vuelta a la “normalidad”, relexionó sobre su reciente situación. Había pasado buena parte de los momentos más crudos de dos guerras, había estado cautivo y en una situación física deiciente. Su úlcera de estómago había progresado. Se debía a sí mismo un cierto reposo. Pero ¿qué había sucedido mientras tanto durante su etapa en prisión? Fabra apreciaba cambios de mentalidad entre los franceses corrientes y en buena medida entre los españoles exiliados. Del inicial sometimiento al yugo de Vichy se había pasado al deseo de liberarse de este como fuera, sin rechazar la lucha armada, y ahí estaban los ejemplos de la resistencia y el maquis para probarlo, aunque años después se regresara a posiciones más conservadoras. Veamos el contexto de estos cambios. Reich. Nombrado ministro de Armamentos y Municiones en 1940, Todt llegó a disponer de más de un millón de trabajadores-esclavos para la construcción de la “Muralla del Atlántico”, autopistas, bases para submarinos y otras obras. Véase: <http://www.exordio.com/19391945/civilis/industria/organiza>. 32 Pons Prades, E., Republicanos españoles… op. cit., pp. 179 a 204, recoge ejemplos que ilustran el reclutamiento y las condiciones de trabajo de los prisioneros; también el testimonio ya citado de Francisco Urzaiz y otros trabajos como el de Égido, A., “Republicanos españoles en la Francia de Vichy: mano de obra para el invasor”, Ayer, 46 (2002), pp. 203 y ss. 33 AFCF. Docs. “Recuerdos de infancia y exilio”, p. 6. Intervención en el marco de un homenaje al sargento Fabra en reconocimiento a su valor, celebrado en Paterna el 22 de junio de 2006. 377 José Antonio Vidal Castaño Los españoles y la resistencia antinazi La resistencia contra la ocupación nazi y el Gobierno de Vichy personiicado en el anciano mariscal Pétain contó con la participación de millares de exiliados españoles salidos de los campos y de las compañías de trabajadores extranjeros. Centenares de ellos se unieron a los diversos grupos de maquisards, cuando no contribuyeron a crearlos y en algunos casos a dirigirlos personalmente. La actuación de aquellos españoles, respetados en los días feroces de la resistencia por su experiencia como luchadores antifascistas, fue siempre relevante y en no pocas ocasiones revistió caracteres épicos. Hubo españoles en las Fuerzas Francesas del Interior (FFI) y en los ejércitos de la Francia Libre que lucharon en diversos lugares del mundo, desde Narvik hasta el norte de África. Muchos de ellos, encuadrados en la Segunda División Blindada del general Leclerc, contribuyeron a la liberación de París y desilaron con sus tanquetas ondeando banderas de la República española y exhibiendo rótulos como Teruel, Guadalajara, Brunete…34 Los maquis españoles eran numerosos en los departamentos pirenaicos, en el Ariège y el Midi. Pese a la inicial oposición de la Internacional Comunista, los maquis acabaron haciendo converger su lucha con los intereses del Consejo Nacional de la Resistencia francesa presidido por Jean Moulin, líder del clandestino Ejército Secreto, que peleaba con todos los medios —incluyendo el terrorismo— contra los ocupantes. Las represalias desproporcionadas de los nazis creaban las condiciones para el reclutamiento de nuevos resistentes.35 Placas, memoriales, estelas, tumbas y no pocas calles o plazas tienen nombres de maquisards españoles o relatan sus heroicas hazañas. Cristino García Granda fue el jefe guerrillero español más famoso. Al mando de la “división 158” que tomó Foix, derrotó en la batalla de La Madeleine a fuerzas alemanas —armadas con tanquetas y ametralladoras— que la duplicaban en número, siendo reconocido como 34 Véase Mesquida, E., La Nueve. Los españoles que liberaron París (prólogo de Jorge Semprún), Barcelona, Zeta, 2008. 35 Beevor, A. y Cooper, A., París después de la liberación 1944-1949, Barcelona, Crítica, 2006, pp. 42 a 45. La película El ejército de las sombras (L’armée des ombres), dirigida y escrita en 1969 por Jean-Pierre Melville, según novela de Joseph Kessel, narra con toda crudeza la lucha de la resistencia urbana contra nazis y colaboracionistas, con Lino Ventura y Simone Signoret como protagonistas. Jean Moulin murió torturado a manos de la Gestapo. 378 La lenta agonía del “exilio francés” “héroe de Francia” y obteniendo la Cruz de Guerra.36 Enviado secretamente a Madrid en 1946 por la dirección del PCE para cumplir una misión de “limpieza” interna (eliminación física de dos de sus camaradas), fue apresado por la policía franquista, condenado a muerte en consejo de guerra y fusilado en Alcalá de Henares junto con 11 de sus compañeros, todos ex resistentes en Francia.37 El anuncio de su ejecución puso a la opinión pública francesa en guardia. Al no ceder Franco y su Gobierno a la presión internacional, el Gobierno francés cerró la frontera el 1 de marzo, dejando a la dictadura franquista y su Gobierno más aislados que nunca. El nombre de Cristino García da nombre hoy a una calle en Saint-Denis, en lo que fue el “cinturón rojo” de París, cerca de donde vivió la familia Fabra, y otra en Alcalá. No es un caso aislado, el general De Gaulle concedió la Legión de Honor a cerca de doscientos destacados maquis españoles que lucharon por Francia. El Hospital Varsovia y la empresa de carboneros y leñadores Fernández-Valledor —controlados por los comunistas españoles— fueron centros de reclutamiento e instrucción del movimiento guerrillero, así como almacenes de armas y municiones, e incluso centros de acogida para los guerrilleros que actuaron en España. Sin embargo, como airma David Wingeate Pike: “[…] la historia completa de la Resistencia no será nunca escrita, porque no hay documentos militares, ni órdenes de marcha, ni planes de operaciones”.38 En octubre de 1944, bajo los auspicios de la Unión Nacional Española, organización todavía embrionaria controlada por el comunista navarro Jesús Monzón, se planeó la operación “Reconquista de España”, más conocida como “invasión del Valle de Arán”. Unos cuatro mil guerrilleros armados con metralletas y algunas piezas de artillería ligera, escaso bagaje para enfrentarse a tropas muy superiores comandadas por varios generales franquistas. Tras ocupar pequeñas poblaciones de los valles de Arán y El Roncal, tuvieron que retirarse ante la imposibilidad de tomar Viella —fortiicada— por no disponer de artillería pesada. ¿Un fracaso calculado? Lo cierto es que fue aprovechado para introducir guerrilleros en distintos lugares de la geografía española, con órde36 Domingo, A., Historia de los españoles en la II Guerra Mundial. Sus peripecias en todos los frentes y bajo todas las banderas, Barcelona, Almuzara, 2009, pp. 92 a 103. 37 Estruch, J., Historia oculta del PCE, Madrid, Temas de Hoy, 2000, p. 166. Véanse también los libros de Moran, Domingo y Wingeate Pike, entre otros, citados aquí. 38 Wingeate Pike, D., Jours de gloire, jours de honte, París, SDES, 1984. 379 José Antonio Vidal Castaño nes de expandirse por todas las regiones. Estos maquis contactaron con grupos de huidos de las zonas montañosas del “interior” y reclutaron nuevos integrantes, siendo pieza clave en la formación de las distintas agrupaciones guerrilleras que funcionaron en España entre 1944 y 1952.39 Pero los días prestigiosos, de gloria del maquis español en Francia y de su buen cartel de “masas”, comenzaron a esfumarse a partir de 1947 con el inicio de la Guerra Fría y la expulsión de los comunistas del Gobierno francés. En abril de 1948, Francia reabrió la frontera con España, lo que marcó un giro radical en su política respecto a la dictadura franquista, que presentará escasas variaciones hasta la muerte del dictador. Efectos de la victoria aliada “El 25 de agosto [de 1944] París fue liberada por las tropas estadounidenses, las de los ‘franceses libres’ y un levantamiento popular”.40 Fuerzas guerrilleras españolas consiguieron ocupar la Ópera, la Cámara de los Diputados, el hotel Majestic y la plaza de la Concordia, y fue un español el que alzó la bandera de la Francia Libre en l’Hôtel de Ville,41 apoyando la participación en las tropas del general Leclerc, entre las que estaban los españoles componentes de “la Nueve”. En menos de dos semanas los ejércitos anglo-norteamericanos ocuparon el resto de Francia. Pero el camino hacia Alemania era un cuello de botella que costó ríos de sangre a los aliados. “La victoria en Francia —según Richard Overy— fue tan repentina como total, pero en modo alguno estuvo determinada de antemano”. Los aliados vencieron esencialmente por dos razones, a saber: “[…] el valor incalculable que el poderío aéreo tuvo […] en todos los campos de la guerra […] y el engaño”. La incerteza sobre el lugar del desembarco en las costas francesas (operación Overlord) “obligó a los comandantes alemanes a hacer exactamente lo contrario de lo que se les había enseñado: diluir sus fuerzas en vez de concentrarlas […]. La victoria aliada en Francia echó por tierra toda la perspectiva de que Alemania pudiera evitar la derrota”.42 39 Vidal Castaño, J. A., “La política del PCE y la Agrupación Guerrillera de Levante. Relexiones en torno a la insurrección armada (1944-1952)”, Historia del PCE. I Congreso 19201977, volumen I, Oviedo, FIM, 2007, pp. 495 a 506. Véase Cervera, J., La guerra no ha terminado. El exilio español en Francia, 1944-1953, Madrid, Taurus, 2007. 40 Véase Overy, R., Por qué ganaron los aliados, Barcelona, Tusquets, 2010. 41 Wingeate Pike, D., Jours… op. cit., p. 57. 42 Overy, R., Por qué… op. cit., pp. 239 a 241. Véase también: Eley, G., “Conclusión. Estalinismo, Capitalismo del bienestar y guerra fría, 1945-1956”, en Un mundo que ganar. Historia 380 La lenta agonía del “exilio francés” Pese a la victoria y la preponderancia del espíritu de la resistencia en los primeros años de posguerra, para Tony Judt, los franceses continuaron, tras la liberación, tan divididos como estaban antes de la guerra. La experiencia de la ocupación y de la resistencia representó más un paréntesis que una ruptura. Se exacerbó el odio de clase y se puso de maniiesto la urgencia de los oportunistas por sumarse al bando ganador en 1944. “Aunque parezca extraño”, las ideas políticas y los programas de la resistencia no fueron demasiado revolucionarios ni sus defensores consecuentes con sus propias declaraciones. André Malraux, por ejemplo, defendió el gaullismo y otros muchos le imitaron, de manera que la “nueva” Francia se parecía mucho a la antigua, pese a los deseos de Albert Camus, quien desde Combat proponía “tomarla como un todo, con el general De Gaulle y con los comunistas…”.43 Julio Just, entonces ministro de Justicia en el exilio, reconoció en Camus “el gran combatiente de la Libertad y de la Justicia”, pero —como escribe Ángel Duarte— los republicanos españoles que “le honraron hasta el último momento […] no pudieron asumir sus perspectivas de trabajo político”, aplicadas al problema español, pese a que desde una oposición que había superado el republicanismo histórico en la segunda mitad de la década de 1950 y en la década de 1960 se “apostaba por dejar de estar atenta a las voces del pasado y por empezar a pensar en términos de futuro”.44 Gotas de resistencia, ríos de sufrimiento Carlos Fabra deseaba unirse a tareas que lo ligaran a la lucha contra la dictadura franquista, pero también necesitaba trabajar. La familia sobrevivía de manera muy precaria. Su situación seguía siendo la de un extranjero sin papeles. Ello condicionaba también el tipo de trabajo que podía realizar. Fabra se sentía como inútil, cono cogido entre dos fuegos. Sus hijos, gracias a la abnegación de su esposa, que se dejaba la vista cosiendo día y noche, inalizaron sus estudios primarios y secundarios sin mayores diicultades que las propias de la integración cultural. Su adaptación al idioma de la izquierda en Europa 1850-2000, Barcelona, Crítica, 2003, pp. 299 y ss. 43 Lottman, H. R., Albert Camus, Madrid, Taurus, 1994, p. 397. En esta misma página se justiica la toma de partido de Camus por “el problema de España” y entiende que forma parte de “la guerra contra el fascismo”, que en su opinión se “debe hacer totalmente o no hacerla”. 44 Duarte, A., El otoño de un ideal. El republicanismo histórico español y su declive en el exilio de 1939, Madrid, Alianza, 2009, p. 251. 381 José Antonio Vidal Castaño y las costumbres galas fueron rápidas. Francia comenzaba también a ser su otra patria para los pequeños. Iban creciendo y pronto hablaron mejor el francés que el castellano, aunque no perdieron contacto con su lengua materna gracias a las cartas que escribían a sus abuelos con relativa frecuencia. Tras una nueva detención, un abogado especializado tramitó el certiicado médico que proporcionaba la prueba de la enfermedad de Fabra: una úlcera de duodeno en estado avanzado, lo que permitió su rápida salida de la prisión. Por in, en agosto de 1944, con la alegría desbordante de la liberación, Fabra dejó de ser un refugiado ilegal y consiguió la carta de refugiado político, casi al tiempo que se ailiaba a la enlaquecida organización de Izquierda Republicana. Escribió al general Juan Hernández Saravia, a quien planteó su disposición a colaborar en cualquier proyecto de carácter militar… Se le citó a una reunión donde se redactó un borrador que elevaba una petición al Gobierno de la República en el exilio para que autorizase la llamada Agrupación Autónoma de Resistencia del Interior con el in de organizar grupos armados con la misión de iniltrarse en territorio español para ayudar a los que escapaban del régimen de Franco y realizar sabotajes en ciudades y pueblos determinados previamente… Lo cierto es que la redacción del documento es muy confusa, lo que indica que no era un documento deinitivo. Este proyecto estuvo siempre al margen del Movimiento Guerrillero Antifranquista dirigido desde Francia por los comunistas. Parte de este llegó a ponerse en marcha, según los papeles de Fabra, que mencionan sabotajes en la vía férrea Valencia-Madrid-Barcelona, un atentado contra el cuartel de la Guardia Civil en Gracia (Barcelona), con “graves daños materiales en el ediicio”, un “incendio en el stand de las estaciones del metro y ferrocarriles del Norte”…, así como la protección a evasiones de presos del penal de San Miguel de los Reyes en Valencia y otras actividades desarrolladas al parecer entre febrero y julio de 1945. En el otoño de 1947 Fabra se reunió, al parecer, con sus hombres de máxima conianza y enviaron una carta-protesta a Julio Just en el Ministerio de la Gobernación, radicado en París, que pone de maniiesto contradicciones internas y falta de apoyo desde el mando; pasa una nota de gastos y propone nuevos planes… Los grupos y la Agrupación, que habían surgido un tanto espontáneamente, cesaron su actividad por completo a lo largo de 1947.45 Por in encontró un trabajo muy duro y no bien retribuido 45 No he localizado documentación en los archivos españoles sobre las incursiones de carácter militar organizadas por Carlos Fabra Marín con grupos armados que no proceda 382 La lenta agonía del “exilio francés” como peón en unas minas de azufre. Lo poco que ganó, sumado a los ingresos de su mujer, Lucía, les permitió sobrevivir. “Salía todo empolvado de amarillo [de la mina] y toda la casa se tornó del color acre del azufre”, pero fue ascendiendo. Se lastimó un dedo y “recibió una pequeña pensión de invalidez”. La empresa Charbonnages de France premió su rendimiento concediendo una beca a su hija para cursar estudios en la Universidad de Montpellier, lo que le permitiría graduarse en Derecho. Carlos Fabra, no obstante, seguía siendo en España un proscrito en situación de búsqueda y captura por el delito de “rebelión militar”. En Francia se asistía, por otro lado, al declive del republicanismo entre los exiliados españoles. Para colmo, en el verano de 1950, con el inicio de la Guerra de Corea, que enfrentó indirectamente a las dos grandes superpotencias, se calentó la Guerra Fría y los partidos políticos se posicionaron desde sus órganos de propaganda en una u otra orilla del nuevo conlicto internacional. Los republicanos, con una gran masa de sus efectivos en México y su sempiterna moderación, estuvieron siempre lastrados por esa carencia. “Los partidos republicanos no actuaron orgánicamente en Francia —según José Borrás— durante el periodo de la ocupación alamana. Con la Liberación, en 1944, se reorganizaron y constituyeron Agrupaciones departamentales, celebrando congresos y designaron Juntas y Comités directivos”.46 Sus timoratos organismos desarrollaron una labor sin incidencia real, aunque, eso sí, su oposición a los comunistas fue mucho más matizada y comprensiva que la de los socialistas y libertarios. En 1946 Fernando Valera regresó de México y asumió la Presidencia de Izquierda Republicana hasta 1951, año en el que fue sustituido por Félix Gordón Ordás. El partido estaba organizado en agrupaciones y, según Borrás, “en el exilio no se han considerado nunca desvinculados de sus correligionarios que actuaban en España”. Contaban con unos 6.000 ailiados entre Francia y otros países de Europa occidental y norte de África; divididos, además, entre sí. Todos, sin embargo, entendían su presencia en Francia y México como transitoria, por lo que no se preocuparon por fortalecer sus instituciones en territorio francés, lo que les privó de una colaboración más estrecha con los partidos antifascistas y no les dio ninguna oportunidad de estar representados en los organismos internaciodel propio archivo familiar. Las notas y los escritos con las propuestas de Fabra y los informes sobre sabotajes parecen ser los únicos documentos consultables hasta la fecha. Tampoco hay referencias bibliográicas en ninguna de las obras citadas. 46 Borrás, J., ibíd., p. 61. 383 José Antonio Vidal Castaño nales. Por ejemplo, los políticos franceses y los diplomáticos de América Latina se entrevistaban siempre con Largo Caballero antes de que el líder socialista fuese detenido y enviado a un campo de concentración alemán, y luego con Indalecio Prieto, otro socialista, el “republicano” más requerido para los contactos internacionales. En opinión de Ángeles Égido: “El movimiento republicano en el exilio apenas tuvo relevancia, especialmente a partir del fracaso del gobierno Giral tras 1947. […] A medida que avanza la guerra fría, el régimen de Franco se va viendo aceptado en la comunidad internacional”.47 Las actividades de IR estuvieron muy centradas en tareas de propaganda realizadas en México, con el casi único ejemplo del periódico España Republicana, que, bajo la dirección de Ricardo Gasset, trató de clariicar el “ambiente […] turbulento que reinaba en los medios exiliados a causa de las ambiciones y maniobras de la UNE”. Numerosos informes recogidos por Borrás señalan muchas carencias.48 A lo largo de estos años de inicio de la Guerra Fría, Fabra mantendrá correspondencia con José Ballester-Gozalbo, valenciano y miembro del Gobierno republicano, movido por la apremiante necesidad de regularizar su situación en Francia y dispuesto a conseguir ayuda para la continuación de los estudios de su hija. Las cartas cruzadas con Ballester le habían devuelto las ganas de intentar de nuevo la aventura mexicana, pero las indicaciones de Julio Just de que iban a cesar por completo las ayudas económicas para los embarques a México le hicieron desistir por completo de tal proyecto. Su hija dirá: “[…] todo nos sujetaba ya a Francia. Primero, con mi madre habíamos conseguido regresar a España a ver a mis abuelos (lo que nos valió perder el estatuto de ‘refugiado político’). Segundo, mi casamiento con el estudiante francés que conocí en Montpellier, Jean-Louis Portail, y la tercera generación, la de los nietos, hizo el resto. […] Francia sería nuestra segunda patria, deinitivamente”.49 Para atender a los abuelos de Chella, que necesitaban de sus cuidados, y urgidos por esta necesidad de disponer de algún dinero rescatando algunos bienes y propiedades familiares, decidieron un viaje a España al que obviamente Fabra no podía sumarse. El viaje fue proyectado y llevado 47 Égido León, A., Francisco Urzaiz. Un republicano en la Francia ocupada. Vivencias de la guerra y el exilio, Madrid, Biblioteca Nueva, 2000, pp. 48 y 49. 48 Borrás, J., Políticas… op. cit., ibíd., pp. 75 y ss. Véase: Sánchez Cervelló, J., La Segunda República en el exilio (1939-1977), Barcelona, Planeta, 2011. 49 AFCF. “Recuerdos…”. Doc. cit., p. 8. 384 La lenta agonía del “exilio francés” a cabo sin contratiempos por las dos mujeres, que gozaron durante este de la compañía del joven Jean-Louis Portail, que se brindó a acompañarlas. A mediados de agosto se produce el anunciado viaje familiar a Chella, que sometió a nuestro personaje a una dura prueba. Experimentó una especie de exilio interior, sentimental y pleno de soledad, que le produjo una fuerte depresión. En cuanto al viaje proyectado, la familia consideró que, habiendo pasado 17 años desde que concluyera “oicialmente” la Guerra Civil, era el momento para volver por unos meses a su tierra y dedicar tiempo a sus ancianos padres, así como para aprovechar la estancia a in de canalizar algunos recursos en beneicio de la familia, tan necesitada económicamente. Ni Lucía ni su hija llegaron a vislumbrar los efectos negativos que su ausencia, durante ese año, tendría sobre el ánimo y la moral de Carlos Fabra. Un año de soledad y de silencio a su alrededor que se releja, sin embargo, en sus cartas. Cuando la pequeña expedición llega a Chella en agosto de 1956, España presentaba una faz distinta de la que conocieron durante la República y la guerra. El país estaba —pese a su fosilizado esqueleto político y la constante represión— cambiando lenta y trabajosamente. La situación era compleja y difícil de captar para estas dos mujeres y su acompañante accidental. Lo que no parecía haberse movido, al menos oicialmente y ya superado el ecuador de los años cincuenta, es el interés de la policía franquista por prender a un enemigo del régimen como el sargento Fabra. Era evidente que, de haberse presentado por allí, hubiera sido detenido, juzgado y condenado, como mínimo a varios años de cárcel. El “Antecedente” policial más cercano al viaje de las Fabra a Chella es el expediente 26.103 sobre “Repatriaciones”. En este se pedía, con fecha 16-12-1954, por la Comisaría de lo Político-Social, “los antecedentes o el expediente de Fabra Marín, Carlos”, y la Unidad de Investigación y Vigilancia de la Dirección General de Seguridad del Ministerio de la Gobernación contestó lo siguiente: “Al iniciarse el Glorioso Movimiento Nacional prestaba sus servicios como sargento de Ingenieros en el Cuartel de Paterna y dirigió un grupo que asesinó a los oiciales del mismo, por lo que fue ascendido a Teniente. Sugeto [sic] inmoral, ateo y considerado peligrosísimo para el Movimiento Nacional”.50 El oicio de 16 de diciembre de 1954, pese al faltón de ortografía, dejaba las cosas bien claras. 50 Archivo General de la Administración. Interior. Caja 44. Legajo 9068. 385 José Antonio Vidal Castaño Lo cierto es que la esposa y la hija de Fabra, aunque fueron sometidas a vigilancia, apenas fueron molestadas en sus idas y venidas por el pueblo o cuando salían de él para cumplir con visitas familiares en Valencia o para realizar compras fuera de la localidad. La evocación de aquellos meses pasados en España tuvo para la joven Leonor un sabor agridulce. Por una parte, el envolvente cariño de familiares y parientes con el añorado e idealizado paisaje local de fondo; por otra, el experimentar el sabor de la diferencia, “el descubrir que España no era igual a la de mis padres ni a la de mis sueños. Me impresionó la pobreza, la presencia insidiosa de la policía (Guardia Civil) y la arrogancia del clero […]”. Recuerda que “cuatro sacerdotes vinieron a Chella a dar su agradecimiento por haberles salvado la vida mis padres”.51 Max Aub, que visitó España en 1969 con el in de documentarse para un libro que escribía sobre Luis Buñuel y para recuperar su biblioteca depositada en el Ateneo Mercantil de Valencia desde 1939, relexionó sobre la desmemoria del drama de la Guerra Civil. La gallina ciega es el libro donde recoge sus sensaciones de aquel viaje. Y le queda una mezcla de indignación y asombro. Aquellos jóvenes periodistas, coniesa, le hicieron más de 40 entrevistas sin preguntarle nada sobre aquello. “España se desconoce”, concluye. Constató que las humillaciones infringidas a sus mayores, los perdedores de aquella guerra, durante más de 20 años apenas habían dejado huella…52 Los acontecimientos, a partir de ese momento, no harán más que precipitarse e inundar la última década de la vida de Fabra con algunos retazos de paz interior, tronchados por la prematura e inesperada muerte de su hijo Carlos. El 21 de diciembre de 1957 se celebró en París la boda entre Leonor Fabra y Jean-Louis Portail. La gran novedad en la década de 1960 fue el traslado a París; concretamente a la histórica localidad de Saint-Denis. En ella se encuentra una magníica iglesia que contiene las tumbas de los reyes de Francia. Con el tiempo experimentó una evolución y el primitivo núcleo residencial y aristocrático que justiicó su aparición experimentó una profunda metamorfosis social y demográica, creciendo un pueblo-dormitorio para los obreros que trabajaban en las industrias de París. En las décadas de 1940 y 1950 eran mayoría, entre sus habitantes, 51 AFCF. Docs./ “Coloquio sobre…” Doc. cit., p. 2. 52 Aub, M., La gallina ciega. Diario español, Madrid, diario Público, 2010, pp. 260 y 261. De obligada lectura para entender la visión de los exiliados sobre la España imaginada y la real. 386 La lenta agonía del “exilio francés” los militantes comunistas, y, como sabemos, tras la liberación, una de sus calles se llama Cristino García en honor del resistente español, “héroe de Francia”. El domicilio de los Fabra estuvo situado cerca de dicha calle. A lo largo de la década de 1960 recibió numerosa emigración extranjera y allí encontraron acomodo muchos trabajadores españoles en la empresa Christole.53 La otra gran novedad fue que Fabra encontró un mejor empleo en la fábrica de vehículos y armamento Hotchkiss.54 Allí Carlos Fabra llegó a encontrarse a gusto y su trabajo estaba más en consonancia con su profesión de militar; pronto se ganó la conianza de sus superiores. Leonor Fabra pudo comprobarlo pues en ocasiones lo visitaba acompañada de sus hijas (nietas del ex sargento). “Me enseñó con orgullo cómo lo tenía todo organizado; se sabía de memoria cantidad de referencias […]. Era la primera vez desde tanto tiempo que gozó del reconocimiento social y de condiciones de vida normales”.55 No era esta la única tarea del ex militar, pues su condición de algo similar a la de un consejero del “jefe de relaciones humanas”, cargo que su hijo político Jean-Louis desempeñaba en Christole, le permitió canalizar el trabajo de muchos de sus compatriotas y, particularmente, emplear a los emigrantes de su pueblo en esta empresa. En esta actividad demostró dotes de organizador y su lado más humano. Organizó una cooperativa para agrupar a los emigrantes económicos españoles, que llegaban a París sin conocer el idioma, las costumbres ni las posibilidades de trabajo en aquella inmensa ciudad. La cooperativa impulsada por Fabra trataba de ayudarles en estos menesteres. En esos tiempos la casa de Carlos Fabra en la rue Emile Conno acogió a numerosos emigrantes hasta que encontraban vivienda y trabajo. A veces repartía el hospedaje con sus hijos, que vivían casi en frente de su propio domicilio en una casa facilitada por la empresa que había contratado a 53 Fundada en 1830 por Charles Christole, es una prestigiosa irma mundial de decoración del hogar. Jean Cocteau y Man Ray, entre otros artistas, han creado diseños para algunas de sus piezas. 54 Con sede central en Saint-Denis, Hotchkiss fabricaba coches deportivos. A partir de 1914 fabricó una ametralladora con trípode y peine lateral, usada en la Guerra Civil española por ambos bandos. Sus blindados H-35 y H-38 fueron usados en las dos guerras mundiales, sobre todo por la Wehrmacht, que se incautó de la empresa durante la ocupación de Francia. Tras 1945 fabricaron jeeps y camiones militares, motores de aviación y armas ligeras, así como recambios para todo ello. 55 AFCF. Ibídem. Entendemos que trabajaba como encargado o supervisor de los almacenes. 387 José Antonio Vidal Castaño Jean-Louis. Así lo atestiguan numerosas personas de Chella, Anna y otros pueblos que conocieron al Carlos Fabra de aquellos años. En ocasiones eran familiares como Fermín Ros Fabra (hijo de su hermana Carmen), que conoció a su tío en París. “Mis tíos y primo me acogieron muy bien y se desvivían por ayudarnos. Cuando murió mi primo Carlos a los 30 años de edad, comenzó la decadencia de mi tío y ya no volvió a ser el mismo”.56 Y era la muerte, al hombro la cuchilla / el paso largo, torva y esquelética. Antonio Machado57 Pero la labor humanitaria de Carlos Fabra respecto a los emigrantes económicos y la estabilidad laboral alcanzada se convirtieron con inusitada rapidez en algo así como los cristales rotos de un esqueleto de vidrio. El esqueleto comenzó a derrumbarse con la muerte de su hijo mayor Carlos, que “en el momento que empezaba a saborear la felicidad de ser padre (de nuevo), enfermó y murió cruelmente el 18 de febrero de 1969.58 Tenía 37 años y dejaba tres niños”.59 Funestas fueron las consecuencias de esta muerte. Así deambuló Fabra en vida durante el tiempo (poco más de un año) que transcurrió desde la muerte de su hijo hasta la suya propia. Fue arrastrándose a actos culturales y patrióticos convocados por los republicanos de Saint-Denis, se reunió con amigos y compañeros de trabajo, asistió a celebraciones familiares y realizó las funciones más comunes y rutinarias con la angustia de seguir viviendo escrita en su semblante y en su cuerpo. Fue enlaqueciendo a ojos vistas. Su piel fue pareciéndose cada vez más a un pergamino amarillento y envejecido. Carlos Fabra, el valiente y sacriicado ex sargento Fabra, el “héroe de Valencia y la República”, el patriota y el resistente, moriría por el agravamiento de su úlcera estomacal el 6 de julio de 1970. El general Franco, atacado por el síndrome de Parkinson, tardaría cinco años en agonizar en su mansión de El Pardo en Madrid. Muy poco después “se le asigna al príncipe Juan Carlos un papel oicial como sucesor designado por el Caudillo”.60 Este es también el momento más adecuado de escribir la palabra in. 56 Entrevista del autor a Fermín Ros Fabra (Valencia, 13-11-2008). 57 Machado, A., Poesías completas, Madrid, Residencia de Estudiantes, 1917, p. 31. 58 Registro Civil del servicio consular de España. Extracto del acta de defunción de Carlos Fabra Pardo/ sección III, tomo 40, p. 29. 59 AFCF. Docs. “Recuerdos de…” doc. cit., p. 9. 60 Vilar, P., Historia de España, Barcelona, Crítica, 2002, p. 161. 388 La lenta agonía del “exilio francés” Bibliografía Alted, A., La voz de los vencidos. 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Historias orales del maquis (2004), El sargento Fabra. Historia y mito de un militar republicano (1904-1970) (2012) y Exiliados republicanos en Septfonds (1939) (2013). Es miembro del Comité Asesor de la Cátedra Complutense de la Memoria Histórica. 390 LOS PRIMEROS AÑOS DE EXILIO DE JORGE SEMPRÚN: DE LESTELLE-BÉTHARRAM A BUCHENWALD (1936-1943) Juan F. García Bascuñana Universitat Rovira i Virgili juanfrancisco.garcia@urv.cat Resumen Intentaremos abordar el tema del exilio republicano español a través de una aproximación a la vida y la obra de Jorge Semprún. Un largo exilio constituido por distintas fases de su dilatada biografía. La primera, desde el verano de 1936, cuando tiene que abandonar España precipitadamente, junto con su familia, para refugiarse en el pueblecito vascofrancés de Lestelle-Bétharram, hasta la primavera de 1939, en la que llega a París tras la caída de Madrid y el inal de la República. La capital de Francia tendrá para él, en esos primeros años de exilio, una doble dimensión: será la ciudad en la, que junto con la apropiación de la lengua y la cultura francesas, abrazará la causa de la resistencia contra la ocupación alemana a través de su ailiación al Partido Comunista, lo que será su manera de afrontar su situación de exiliado. Ello le acarreará la detención y deportación al campo de concentración de Buchenwald. Nuestro artículo se centrará precisamente en esos primeros años de exilio de Semprún, entre 1936 y 1943. Palabras clave Exilio, República, Guerra Civil española, París, Resistencia francesa, campo de concentración de Buchenwald. Abstract In this article we deal with the topic of Spanish republican exile by taking a close look at the life and works of Jorge Semprún. Semprún experienced a long exile covering many diferent periods in his long life. It began in the summer of 1936 when he had to hastily leave Spain, together with his family, to take refuge in the little French-Basque village of LestelleSànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 391–406. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Juan Francisco García Bascuñana Bétharram until the spring of 1939. He then went to Paris ater the fall of Madrid and the end of the Republic. he French capital brought two new dimensions to his life in the course of those irst years of exile: he was introduced to the French language and culture and he embraced the cause of the resistance against the German occupation by joining the Communist Party. his would also be his own way of coming to terms with his situation as an exile. his course of action led to his further detention and deportation to the concentration camp of Buchenwald. Our paper focuses on those irst years of Semprún’s exile between 1936 and 1943. Keywords Exile, Republic, Spanish Civil War, Paris, French Resistance, Camp of Buchenwald. Hay que señalar, desde el inicio de este artículo, que la dilatada biografía de Jorge Semprún se va tejiendo a lo largo de diferentes exilios que se suceden dentro de ese interminable exilio que comienza en el verano de 1936, cuando tiene que dejar precipitadamente su país a partir del estallido de la Guerra Civil, tras el levantamiento militar contra el Gobierno de la República. Durante un tiempo, junto con su familia, buscará refugio en el pequeño pueblo vascofrancés de Lestelle-Bétharram. Semprún se convierte así desde niño en uno de esos muchos exiliados que por circunstancias religiosas o políticas jalonan la historia de España. Pero el niño que más tarde llega con su familia a La Haya, donde residirá hasta los primeros meses de 19391 acompañando a su padre, diplomático en la legación de la República española en los Países Bajos, no será, por mor de las circunstancias, el mismo que más tarde, y ya adolescente, prosigue sus estudios en el liceo Henri-IV de París. Esta nueva fase del exilio, que 1 Jorge Semprún y algunos de sus hermanos (sus dos hermanas serán enviadas a un internado católico en Suiza) se reunirán con su padre en esa ciudad holandesa en los primeros meses de 1937. Es precisamente de las Navidades de 1936, probablemente de la noche de San Silvestre de aquel año (unos meses antes de que los hermanos Semprún se instalasen en La Haya), que data esa foto, que tantas veces hemos visto, en la que los hermanos Semprún alzan el puño en solidaridad con la lucha de los republicanos españoles y de manera especial con los defensores de Madrid, entonces en plena batalla para evitar la caída de la capital en manos de las tropas franquistas. La encontramos, por ejemplo, en la biografía de Semprún escrita por Franziska Augstein, con el siguiente pie de foto: “Los cinco jóvenes republicanos que alzan el puño en las navidades de 1936 son los hijos de José María Semprún Gurrea: Álvaro, Jorge, Gonzalo, Carlos y, a la derecha del todo, Francisco” (Augstein, 2010: 267). 392 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) para él será capital, lo pondrá en contacto deinitivamente con Francia y la cultura francesa, al mismo tiempo que empezará a interesarse por la ilosofía y la literatura de inluencia marxista. Pero un período más dramático, otro nuevo exilio de signo diferente, se iniciará tras ser detenido a inales de 1943 por la Gestapo mientras luchaba junto a la Resistencia francesa. Y tras conocer, durante su detención, la experiencia traumática de la tortura,2 que le perseguirá para siempre, será enviado a través de ese “largo viaje” en tren, del que nos habla en su primer libro (Semprún, 1999, 1ª ed. 1963), al campo de concentración de Buchenwald. A partir de la “experiencia inexpresable” de ese campo de trabajo3 y su liberación en abril de 1945, Semprún empezará un doble exilio, es decir, será en cierto modo un exiliado en Francia y al mismo tiempo en España durante sus estancias clandestinas en Madrid como militante del PCE, enfrentado a la dictadura franquista. Sin contar que se producirá un nuevo exilio tras su expulsión del Partido Comunista en 1964, una experiencia especialmente dolorosa porque, más allá de la ruptura con el partido, en el que cada vez, es cierto, se encontraba menos a gusto, supondrá el alejamiento de antiguos compañeros a los que se sentía ligado por una fraternal camaradería desde los tiempos de Buchenwald. Es entonces cuando ese “heterodoxo” constante que es Jorge Semprún elegirá la escritura y la creación literaria como formas de exilio más consoladoras y gratiicantes, en realidad un verdadero refugio en la soledad de ese exilio interminable que van constituyendo sus sucesivos exilios. Pero no elegirá para ello su lengua materna, sino principalmente esa lengua de elección que es para él el francés, con cuya cultura fue estrechando cada vez más lazos desde sus años de estudiante en el liceo Henri-IV. Así se vinculó a otros 2 Precisamente el tema principal de Exercices de survie (“Ejercicios de supervivencia”) (2012), libro póstumo de Semprún, es el de la tortura. Quizá en ese libro es donde Semprún aborda más abiertamente el grave problema de la tortura, que padeció en sus propias carnes después de su detención por la Gestapo como integrante de un maquis que operaba en la región de Borgoña (véase la reseña que hace de dicho libro Jaime Céspedes en Tonos Digital, Revista Electrónica de Estudios Filológicos, núm. 24, enero de 2013). 3 Buchenwald no era exclusivamente un campo de exterminio como, por ejemplo, Auschwitz, en el que se recluía sistemáticamente a los judíos y que estaba pensado para la “solución inal”. En este sentido, Buchenwald pretendía, en principio, recluir a “enemigos políticos” (sobre todo comunistas), aunque tampoco faltaban allí esos hornos crematorios de los que nos habla Semprún al referirse constantemente en sus libros (véanse Le grand voyage [“El largo viaje”], Quel beau dimanche! [“Aquel domingo”], L’écriture ou la vie [“La escritura o la vida”], Le mort qu’il faut [“Viviré con su nombre, morirá con el mío”]) a ese “humo incesante” (“fumée incesante”) “que salía por la chimenea del campo”. 393 Juan Francisco García Bascuñana exiliados y heterodoxos españoles que eligieron, a lo largo de la historia y por razones diversas, una lengua extranjera como modo para expresarse desde sus respectivos exilios (como Antonio del Corro4 o Blanco White, por ejemplo), o contemporáneos suyos como Agustín Gómez Arcos.5 De todos estos diferentes exilios que se van sucediendo a lo largo de la vida de Jorge Semprún nos vamos a centrar esencialmente, en este trabajo, en lo que podríamos llamar su primer exilio, el que lo va a condicionar en adelante y que sirve para explicar su dilatada biografía. Es decir, ese período breve pero deinitivo que abarca desde que tenía 12 años, desde ese verano de 1936 en que estalló esa guerra, que Semprún deine con frecuencia en sus obras como “nuestra guerra”, hasta el otoño de 1943, en que las ilusiones del joven luchador de la resistencia quedan enterradas en los campos de Borgoña. Las primeras formas que adopta el exilio desde la huida de Lekeitio, el pueblo vasco en el que su familia pasaba las vacaciones aquel verano de 1936, no le parecen al niño de doce años que era entonces Jorge Semprún especialmente dramáticas. A pesar de la huida precipitada a la que se ve obligada la familia por los acontecimientos que se van sucediendo en aquellos primeros meses del conlicto,6 este primer contacto con el exilio 4 Sevilla, 1527 - Londres, 1591. Escritor, gramático, profesor de lenguas y teólogo español. Monje jerónimo que profesó en el convento de San Isidoro del Campo de la localidad sevillana de Santiponce. En 1557, un año después de la llegada al trono de Felipe II y coincidiendo con las primeras detenciones de reformados españoles y de todos aquellos a los que se consideraba relacionados con la “herejía”, tuvo que abandonar su convento y huyó de España junto con otros monjes igualmente sospechosos. Una huida que lo llevará de Sevilla hasta Londres y Oxford, tras pasar por la Ginebra calvinista, en donde, según algunas fuentes, habría sido ordenado ministro de la Iglesia reformada. Ello le permitiría más tarde ser pastor de la comunidad española protestante de Londres. En Ginebra tendrá contactos directos con el propio Calvino, pero su posición en algunos debates teológicos acabará provocando que se enemiste con este, debiendo abandonar precipitadamente la ciudad suiza para instalarse en la pequeña corte de Nérac. En esa ciudad gascona ejerció como pastor protestante hacia 1560, protegido por Juana de Albret, reina de Navarra. Durante su estancia en Nérac habría enseñado castellano al hijo de esta, Enrique III de Navarra, el futuro rey Enrique IV de Francia. Más tarde abandonó la pequeña corte aquitana y se trasladó a Flandes, concretamente a la ciudad de Amberes, antes de instalarse deinitivamente en Inglaterra. 5 Enix (Almería), 1933 - París, 1998. Fue un dramaturgo y novelista español. La mayor parte de su obra la escribió en lengua francesa y se reiere precisamente a las consecuencias dramáticas de la Guerra Civil española y a los exilios exteriores e interiores que provocó. 6 Semprún se reiere todo el tiempo a la Guerra Civil en las primeras páginas de Adieu! vive clarté… (“Adiós, luz de veranos…”), con la expresión “nuestra guerra”, así en castellano, incluso en el original francés: “Nuestra guerra: nous employions toujours ce possessif pour 394 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) tiene algo de “vacaciones ininterrumpidas”. Unas vacaciones diferentes y continuadas que conllevan el no poder regresar a Madrid, la ciudad de sus primeros juegos y sus primeros colegios, aunque las nuevas circunstancias suponen también para ese niño quedar dispensado por una larga temporada de las obligaciones escolares. A la manera de aquellos chicos de una conocida película de Jaime Camino, Semprún va a disfrutar igualmente de unos prolongados meses de asueto y libertad, lo que en principio no parece disgustarle a pesar de lo preocupante de la situación, sino que despierta más bien en él las ansias de aventura que todo niño lleva dentro. El propio Semprún aludió a la película de Camino al relatar en Vivir es resistir7 los primeros tiempos de aquel verano de 1936 tras el levantamiento militar contra la República: Estábamos de vacaciones en el País Vasco español en julio del 36. Un director español hizo una película mucho después, que se titulaba Las largas vacaciones de 1936,8 precisamente por lo mucho que se prolongaron para ciertas familias. Estábamos en Lequeitio [sic], un pueblecillo vasco español, cuando estalló la guerra tras el golpe de Estado militar. Al marchar, vivíamos en la incertidumbre. No estaba claro si la insurrección militar se extendería a las principales ciudades o no. Llegaban noticias contradictorias de Barcelona, de Madrid, y de otras ciudades importantes. Mi padre se dirige entonces en coche a Santander, ciudad que conocía porque había sido gobernador civil de la República en aquella provincia, donde además tenía vínculos familiares. Allí es donde participa, desde Radio Santander, en un llamamiento contra lo que luego sería el franquismo; en la época se le llama tan sólo “sublevación militar contra la República”. (Semprún, 2014: 133) nommer la guerre civile. ‘Notre guerre’, sans doute pour la distinguer de toutes les autres guerres de l’histoire”. Y añade: “Comment d’ailleurs la comparer aux autres guerres de l’histoire? C’était impensable” (Semprún, 1998: 14). 7 En la nota del editor (Tusquets) de esta edición española, que aparece al inicio del libro, se nos indica la génesis de este libro publicado en marzo de 2014: “Reunimos en este volumen dos obras diferentes de Jorge Semprún publicadas originariamente en lengua francesa en editoriales diferentes. La primera (El oicio de hombre) agrupa tres intervenciones inéditas de Jorge Semprún, pronunciadas en el marco de las Grandes Conférences de la BnF, los días 11, 13 y 15 de marzo de 2002, con el apoyo de la Fondation Simone y Cino del Duca y del Institut de France. La segunda (El lenguaje es mi patria) reproduce los diálogos mantenidos en el verano de 2010 por Jorge Semprún con su amigo el cineasta francés Franck Appréderis”. 8 El título exacto de dicha película, que Semprún modiica levemente, es Las largas vacaciones del 36, estrenada en 1976. 395 Juan Francisco García Bascuñana Esta primera cara del exilio no presenta en principio para Jorge Semprún, que tenía en aquel momento doce años, ese aspecto especialmente doloroso con el que se van a encontrar años después otros exiliados españoles en los momentos especialmente trágicos de los últimos meses de la guerra, tras las caídas sucesivas de Barcelona y Madrid. Semprún nos cuenta su huida de España en aquel mes de septiembre que siguió al estallido de la guerra casi con la nostalgia de la infancia lejana y en cualquier caso sin ningún dramatismo: Soutou,9 enviado por Emmanuel Mounier, se había presentado en Lekeitio, el pueblo vasco de pescadores donde pasábamos las vacaciones estivales en 1936, para interesarse por nosotros y brindarnos la ayuda del grupo Esprit, del que mi padre era corresponsal general en España. Era el mes de agosto, unos días antes de que las tropas del general Mola tomasen Irún, cortando así el acceso a la zona del norte de España que permanecía leal a la República. A ines de septiembre, cuando, huyendo del avance de las tropas fascistas, llegamos a Bayona con otros refugiados en un pesquero que había navegado toda la noche desde Bilbao con las luces apagadas, la familia Soutou nos acogió en Lestelle-Bétharram. (Semprún, 2011: 15)10 Semprún nos irá informando detalladamente en Adiós, luz de veranos… (Adieu, vive clarté…, en su título original) sobre sus nuevas experiencias de niño exiliado que, tras unas primeras semanas en la pequeña localidad de Lestelle-Bétharram, en los Pirineos Atlánticos (Pyrénées Atlantiques),11 no lejos de Pau, recalará en Suiza12 antes de establecerse 9 Se trata de Jean-Marie Soutou, amigo de la familia Semprún, diplomático francés relacionado con la revista Esprit. 10 Aunque habíamos trabajado con la edición original francesa de Adieu, vive clarté… hemos optado por extraer nuestras citas de la versión española (Adiós, luz de veranos) con el in de facilitar la lectura. Para ello, hemos utilizado una reedición española de 2011 (la primera edición española del libro es de 1998, es decir, del mismo año que la edición francesa). 11 En aquella época todavía se llamaba a ese departamento pirenaico francés Bajos Pirineos (Basses Pyrénées). De hecho, solo cambiaría a su nombre actual en 1969. 12 Para estudiar durante unos meses en el colegio Jean Calvin de Ginebra y estar cerca de sus hermanos menores, que estaban acogidos por una familia francesa en la localidad fronteriza de Ferney-Voltaire, que debe su nombre a que sirvió de lugar de exilio a Voltaire, quien se instaló allí permanentemente para evitar problemas con la justicia francesa. Un guiño de la historia ante el que no podemos quedar indiferentes, como tampoco podemos hacer caso omiso del hecho de que Semprún se instalara en Ginebra, tras esa primera etapa ya comentada en los Pirineos franceses, pues nos hace pensar en otro exiliado español, al que 396 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) junto con su padre en La Haya. Será precisamente en esta ciudad holandesa en donde por primera vez el joven Semprún tomará conciencia de su situación de exiliado. Nos lo cuenta el propio autor con todo detalle una vez más en Adiós, luz de veranos, el libro en el que mejor evoca esos primeros tiempos del exilio. Se trata de un episodio que dejará una huella indeleble en el joven Semprún y servirá para apartarlo deinitivamente de la práctica religiosa y del catolicismo. Un domingo, durante los primeros meses de su estancia en La Haya, acompañará a su padre, católico convencido que hace compatible sus convicciones religiosas con su republicanismo inquebrantable, a la misa dominical. El sacerdote aprovecha el momento de la homilía para lanzar una dura diatriba contra los republicanos españoles, que identiica claramente con los enemigos más acérrimos de Dios, tildándolos de rojos y comunistas, al tiempo que lleva a cabo una encendida proclama a favor de los militares sublevados, según él, en defensa de los valores cristianos. Ello provocará la protesta del padre ante el sacerdote una vez inalizada la misa y dejará para siempre un recuerdo imborrable en el hijo. Por primera vez, este empieza a ser consciente del rechazo y la animadversión que la causa que los suyos y él mismo comparten y deienden provoca en los que Georges Bernanos llamará los biempensantes (“les bien-pensants”). Semprún se da de bruces por primera vez con la cara más amarga del exilio, con su verdadero y primer exilio. Tras varios meses de aquellas “largas vacaciones” proseguidas forzosamente en LestelleBétharram y continuadas en otros lugares, tiene que aceptar con irritación y tristeza que la causa de los suyos no era ni mucho menos compartida por todos en Europa, lo que provoca ante todo un problema de conciencia en su padre, desgarrado entre sus creencias religiosas y sus ideas políticas. El joven Semprún empieza a comprender que Europa (en sus diferentes representaciones: Francia, Suiza, los Países Bajos, Bélgica y otra vez Francia) no es ese refugio anhelado del que le había hablado su padre, sino su lugar de exilio, ese exilio que otros españoles conocieron ya desde el siglo xvi por razones religiosas o políticas. Una situación de exiliado, con todo lo que representa a menudo de desconianza y rechazo, que se hará más evidente en el episodio del que Semprún nos habla reiriéndose a los primeros meses de 1939. Tras la caída de Barcelona a inales de enero y el ya hemos aludido más arriba, Antonio del Corro, quien como él peregrinaría por Europa de exilio en exilio y adoptaría la lengua francesa como uno de sus modos de expresión. Y, por supuesto, también en Miguel Servet, otro exiliado por razones religiosas que acabó siendo víctima del fanatismo. 397 Juan Francisco García Bascuñana inmediato reconocimiento del Gobierno de Burgos por la mayoría de países occidentales, los Semprún tienen que abandonar la legación de España en los Países Bajos para instalarse en Francia. En el momento de cruzar la frontera para trasladarse a París junto con su hermano mayor Gonzalo y el amigo de su familia, Jean-Marie Soutou, el mismo que los había acogido durante un tiempo en el pequeño pueblecito del País Vasco francés, Jorge Semprún, que acababa de cumplir 15 años, tiene que soportar las miradas burlonas y desconiadas de los policías belgas del puesto fronterizo que se ponen a hojear aquellos pasaportes emitidos por un Estado que estaba dejando de existir y cuyos seguidores estaban abocados irremisiblemente a la cárcel o al exilio. ¿Qué iban a hacer aquellos “rouges espagnols” en París sino malvivir a pesar de sus pasaportes diplomáticos, salvoconductos fantasmales sin futuro. Así nos narra un Semprún adolescente, recién llegado a París, su amarga experiencia durante ese viaje obligado que le lleva de La Haya a la capital francesa junto con su hermano Gonzalo, nueva etapa de un exilio que parecía interminable y que no acababa más que empezar: Dos días antes de entrar en el internado, mientras atravesábamos Bélgica, unos policías de uniforme examinaron nuestros pasaportes. Sus quepis me parecieron ridículos, de una altura desproporcionada, pomposos, con sus alambicados dorados. ¡Eran gorros de general! A ellos, por su parte, se les antojaron sospechosos los pasaportes diplomáticos que exhibimos Gonzalo y yo. Les dieron vueltas una y otra vez con cierta expresión de asco. Bien es verdad que las democracias occidentales se apresuraban una tras otra a reconocer al gobierno de Burgos: un puñado de oiciales facciosos en torno a Francisco Franco. La República española no era más que el fantasma agonizante de un Estado de derecho; no contaba ya para nada. Los policías belgas miraban y remiraban nuestros pasaportes, cuchicheaban entre sí, arrimando en su conciliábulo sus grotescos quepis. ¿Cómo podíamos ser aún republicanos españoles?13 ¿Teníamos siquiera derecho a atravesar el territorio del reino de Bélgica? ¿No contaminábamos aquel inmaculado territorio con nuestra sospechosa presencia, por más que fuera pasajera? Por in los policías belgas desistieron de hacernos bajar del tren, como era su intención. Se doblegaron a los argumentos, esgrimidos con calma, de Soutou, y nos permitieron proseguir el viaje hacia París. (Semprún, 2011: 16). 13 Guiño literario de Semprún, en una referencia clara a la pregunta insistente de Montesquieu en sus Lettres persanes (“Cartas persas”): “Comment peut-on être persan?” (“¿Cómo se puede ser persa?”). 398 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) Sí, podían proseguir el viaje hasta París y con ello dar forma a sus primeros años de exilio. Lo que suponía poner in deinitivamente a los años de infancia, ya sin ninguna protección familiar, e iniciar una vida de adulto a los quince años. El propio Semprún nos relata ese momento decisivo de su adolescencia en Adiós, luz de veranos…, al llegar al internado del liceo Henri-IV y tener que someterse al trámite de inventariar la ropa blanca preceptiva ante los ojos de una monja, mal encarada, encargada del ropero. Ello supuso para el joven Semprún una de las primeras etapas humillantes del exilio. Pero quedaba una tercera prueba que soportar en ese paulatino descubrimiento del exilio por parte del joven Semprún, una prueba todavía mucho más dura y deinitiva que de alguna manera va a representar un momento decisivo, un punto de no retorno en su aprendizaje del exilio. Pues esos primeros años de “aprendizaje” del joven exiliado en París le empujan pronto a adentrarse por la senda fascinante y al mismo tiempo llena de riesgos del compromiso político. Pero antes de llegar hasta ahí, Semprún nos explicará sus primeras experiencias de joven exiliado en aquel París que pronto sufrirá los horrores de la guerra y de la ocupación. Semprún nos las relata una vez más, con todo tipo de detalles, en Adiós, luz de veranos…, un libro que, como nos dice Françoise Nicoladzé (2002: 46-47), es sobre todo el relejo nostálgico de una adolescencia quebrada por los avatares de la historia, pero en el que no faltan tampoco recuerdos agradables. Aunque, en última instancia, siempre acaba estando ahí el poso amargo del exilio, como lo podemos comprobar pocos días después del mencionado episodio en la frontera franco-belga. Coincidiendo con la caída de Madrid en los últimos días de marzo de 1939, un jueves por la tarde (día de salida de los escolares) aquel muchacho de 15 años tiene que pasar por otra terrible prueba aún más humillante. Semprún la ha contado hasta la saciedad en varios de sus libros. En Adiós, luz de veranos… Semprún le da sin cesar vueltas a esa escena, que puede resumirse así: a la salida del liceo Henri-IV el joven exiliado lee en la primera página de los periódicos expuestos en los kioscos del boulevard Saint-Michel el anuncio de la caída de Madrid y la entrada de las tropas franquistas en la capital. Las lágrimas del muchacho se van a entremezclar con las gotas de lluvia de aquella tarde de inicios de la primavera. Y la situación va a culminar con la famosa escena de la panadería en la que entra para comprar “un croissant ou un petit pain [un panecillo]”, y, traicionado por su mala pronunciación en francés, se verá insultado por la panadera, que, haciendo gala de esa 399 Juan Francisco García Bascuñana “dulce xenofobia” tan propia de los “buenos franceses”, como nos dice el propio Semprún (2011: 57-58), lo degradará sucesivamente a la categoría de extranjero, de español, de rojo (“que invadían Francia y no sabían ni siquiera expresarse”). Y a renglón seguido nos dice Semprún: Fue probablemente por aquella época, durante aquellas primeras semanas del exilio —en La Haya estábamos de paso, todavía no estábamos exiliados—, sumido en la tristeza del desarraigo, de la pérdida de todos los puntos de vista de referencia habituales (lengua, costumbres, vida familiar), cuando nació o cristalizó el hastío vital que me embarga desde entonces, como una gangrena luminosa, una aguda presencia de la nada. Y que habitualmente acierto a disimular de modo que nadie me cree cuando aludo a él […]. Pero no estás aún en la plaza de la Contrescarpe, en 1942,14 estoy en el bulevar Saint-Michel, a inales de marzo de 1939, en el primer mes del primer año de la larga “noche sin sueño del exilio”.15 (Semprún, 2011: 58-59) De cualquier forma, aquella tarde del “primer mes del primer año del exilio” tendrá consecuencias deinitivas en la vida de Jorge Semprún, más allá del incidente puntual de la panadería. Semprún iniciará, es cierto, su largo exilio o, dicho de otro modo, su verdadero primer exilio. Pero al mismo tiempo empezará una “relación” con la lengua y la cultura francesas que no tendrá in. Los insultos de la panadera que reprocha a aquel chico formar parte de un ejército derrotado y ni siquiera saber expresarse en francés lo van a golpear en lo más profundo de su amor propio y lo llevarán a decir casi sesenta años después con una mezcla de resentimiento, tanto hacia aquella “buena francesa” que se burlaba de él y lo insultaba como sobre todo hacia aquel general que encarnaba la España que había empujado a él y a su familia al exilio:16 14 Momento en el que empieza a participar en la Resistencia contra la ocupación alemana. 15 Entre comillas en el texto. 16 Pero, pese a las humillaciones que salpican sus primeros años de exilio, el joven Semprún no llegó a conocer otras formas más duras del exilio como ocurrió con los derrotados republicanos que tuvieron que abandonar precipitadamente España en los últimos días de enero de1939, tras la caída de Barcelona, y fueron internados en los campos de internamiento improvisados en las playas del Rosellón, o con los que, tras la caída de Madrid, a inales de marzo de ese mismo año, tuvieron que huir en desbandada hacia el puerto de Alicante y desde allí de manera desordenada embarcarse hacia el exilio. 400 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) “Español del ejército derrotado”:17 las palabras de Victor Hugo, en boca de la panadera del bulevar Saint-Michel, me hundieron en una espantosa zozobra. Porque era cierto, estábamos derrotados, en todos los sentidos de la palabra. La expresión que en el caso de Victor Hugo había sido una pura baladronada chauvinista, en este caso era exacta. Y quien nos había derrotado no había sido, desde luego, Napoleón, sino Francisco Franco, un general de las guerras coloniales africanas, barrigón y con voz de castrado, pero tenaz, despiadado y frío, quien reinaría en España durante cuarenta años, contra toda esperanza y previsión. (Semprún, 2011: 60-61) En cualquier caso, aquella tarde lluviosa de primavera en que se anunciaba el in de la II República española y la entrada de Franco en Madrid, aquel adolescente que deambula por el bulevar Saint-Michel al salir de clase asume su situación de exiliado y es consciente de que no hay vuelta atrás posible, que el abismo del exilio se abre ante él, con todas las zozobras que esa situación conlleva y que él intenta paliar recurriendo a unos versos con los que se siente identiicado en aquellos momentos de especial tristeza, unos versos que quizá no por casualidad le vienen a la memoria en su lengua materna: […] Estoy en el bulevar Saint-Michel, bajo una ina lluvia de primavera. Y no albergo la menor duda con respecto al autor de los versos españoles que recito ahora a media voz: es evidentemente Rubén Darío, y es el último verso de la última estrofa: ¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?18 Por una vez, pese al énfasis, en otras ocasiones insoportable, o irrisorio, de la poesía de Rubén, me veía relejado en ella. Veía ielmente expresado el malestar que me tenía paralizado. Del cielo gris de París, del exilio, del desamparo, caían realmente las lágrimas de lluvia de mi melancolía. (Semprún, 2011: 75) Pero más allá del resentimiento, las palabras ofensivas de la panadera del boulevard Saint-Michel van a servir a Semprún de acicate para acercarse a la lengua francesa y hacerla suya, iniciando así una relación compleja. Una relación con Francia y su lengua que se inicia en esos primeros años de internado y de estudios, en el liceo Henri-IV, posteriores al inal de la 17 Semprún evoca aquí unas palabras (“Espagnol de l’armée en déroute”, en francés) extraídas de un poema de Victor Hugo titulado “Après la bataille”, referido a un episodio de la lucha contra las tropas de Napoleón durante la Guerra de la Independencia. 18 En español, en la edición original francesa, el verso de Rubén Darío. 401 Juan Francisco García Bascuñana Guerra Civil. El dolor del exilio lo empieza momentáneamente a superar zambulléndose en el estudio (primero en el liceo y después en la universidad) y al mismo tiempo con el aprendizaje y perfeccionamiento de la lengua francesa. Y a partir de ahí, de una manera suave casi inconsciente, Semprún se irá apropiando de dicha lengua y buscando su lugar en el marco de aquella gran ciudad desconocida que era hasta entonces para él París. Una apropiación que explica de la manera siguiente: Pero la apropiación de la lengua francesa —nueva patria sin ninguno de los horrores del patriotismo; arraigo en lo universal y no en un territorio cualquiera; mentalidad abierta al cielo y no al campanario del pueblo; serenidad de una belleza en su apogeo, en el momento conmovedor como ninguno, de un declive histórico previsible […]— no implicaba en mi caso, ni mucho menos, la renuncia del español. (Semprún, 2011: 130) Esa nueva relación que, a través de la apropiación de la lengua francesa, se irá creando, a lo largo de los años, entre Semprún y Francia o, mejor dicho, París, nos la cuenta el propio escritor muchos años después en Vivir es resistir, al referirse a su instalación deinitiva en la ciudad del Sena a partir de su regreso del campo de concentración de Buchenwald en la primavera de 1945: Más de una vez he escrito que para sentirme en mi casa, me bastaba una ciudad a ser posible atravesada por un río, con cafés, museos, bibliotecas, anticuarios. Pues sí, en París, aquí estoy en mi casa. Este barrio19 está lleno de librerías, el Sena queda a cien metros, el museo de Orsay a cincuenta, el Café de Flore a cuatrocientos: aquí estoy realmente en mi casa, en el sentido de lo que había escrito y pensado. Porque lo cierto es que aquí es donde he vivido la mayor parte de mi vida: pese a los viajes, la larga clandestinidad en España, pese a mis frecuentes regresos a España actualmente, aquí es donde he decidido vivir. (Semprún, 2014: 137-138) Pero, de inmediato, Semprún interrumpe ese discurso, que evoca su estrecha relación con París y su amor a esa ciudad, a la que llegó como niño exiliado en aquellos primeros meses de 1939 en que la España por la 19 Semprún se reiere al barrio de Saint-Germain-des-Prés, en el que tuvo su domicilio parisiense durante muchos años. 402 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) que los suyos habían apostado había sido derrotada, y nos dice a renglón seguido: Pero lo de en mi casa es un poco paradójico… Porque basta una estancia de unos días en España para que me vuelvan mis costumbres, relejos, comidas, paisajes, museos, y para que me diga: ¿por qué no vivo en Madrid, o en Barcelona? En general, soy un hombre de ciudad más que de campo. En cuanto regreso, recobro mis raíces españolas. (Semprún, 2014: 138) Llama la atención en estas palabras de Semprún la utilización del verbo regresar al referirse a los momentos de su vida en que por unas razones u otras tuvo que trasladarse a España. De hecho, adivinamos en dicho vocablo la nostalgia del exiliado a pesar del tiempo trascurrido desde sus primeros años de exilio. Pues para Semprún, a pesar de todo, siempre estará presente esa idea del regreso, de reencontrar los lugares de su infancia, como podemos ver en no pocas de sus novelas, entremezclada, eso sí, con su estrecha relación con la lengua francesa, con Francia, con París. En este sentido, es especialmente evocador un pasaje de su última novela, escrita en castellano, Veinte años y un día, referido a su regreso a Madrid durante su primer viaje a su ciudad natal cuando militaba en el Partido Comunista de España. Semprún relata en tercera persona, como personaje de dicha novela, las peripecias de ese regreso y su confusión y desasosiego al reencontrarse con su ciudad, con su barrio y sobre todo con la casa en la que había pasado los primeros años de su infancia: La primera vez que volvió a Madrid, clandestinamente, en junio de 1953, en cuanto se hubo instalado en una pensión de Santa Cruz de Marcenado, se tiró a la calle. Anochecía, fue andando a largas zancadas hasta el barrio de Salamanca, fue recorriendo las calles de la infancia, todo era igual, todo —casi todo, salvo algún pequeño retoque en alguna fachada, salvo la presencia o la ausencia de algún escaparate—, todo era idéntico a las imágenes de su memoria, y sin embargo fue adueñándose de su espíritu un incomprensible sentimiento de extrañeza, de confuso desasosiego: nunca se había sentido tan extranjero como aquella noche, al regresar al conocido paisaje de la infancia. (Semprún, 2003: 248) Pero, volviendo a los primeros años de exilio de Semprún en París, hay que decir que la invasión alemana acabará trastocándolo todo. Aquel joven estudiante de ilosofía se verá inmerso en los acontecimientos de la 403 Juan Francisco García Bascuñana época y acabará uniéndose a la Resistencia francesa contra la ocupación alemana, un gesto que tendría un doble signiicado: por una parte, el del exiliado que intenta superar “su condición de extranjero” hasta convertirse en un ciudadano más, sin otro rasgo distintivo que su ailiación al Partido Comunista; y, por otra, el del militante de ese partido que intenta vengarse, luchando contra el nazismo, de la derrota infringida por el fascismo a la República española.20 Sobre este punto, en su libro Lealtad y traición. Jorge Semprún y su siglo, Franziska Augstein nos pone al tanto de las peripecias que acompañaron la ailiación del joven exiliado al Partido Comunista: Semprún había pasado por Marx y Hegel, sin saber qué conclusiones podía extraer para sí mismo; entonces Michel Herr21 le vino como anillo al dedo. Lo condujo a la organización MOI, siglas que desarrolladas parecían muy inofensivas: Main d’Œuvre Immigrée, “Mano de Obra Inmigrante”. Desde su fundación en los años veinte estaba dominada por los comunistas y su misión era posibilitar que todos los camaradas inmigrados permaneciesen ieles al espíritu de la Tercera Internacional, sin necesidad de subordinarse al Partido Comunista francés. Durante la guerra, el MOI se convirtió en una sección de la organización comunista de resistencia Francs-Tireurs et Partisans. Jorge Semprún conoció a los emigrantes austriacos, entre cuyos libros descubrió Historia y conciencia de clase, de Lukács, gracias a Michel Herr y al MOI. La lectura le ayudó a vincular la teoría con la realidad política. La crítica de las armas y las armas de la crítica: Semprún interpretó esta agudeza en la intimidad diciéndose que en ese especial momento histórico no podía existir una crítica eiciente sin armas. Más tarde a través de MOI desembocó en el Partido Comunista español en París. (Augstein, 2010: 92-93) En cualquier caso, a través del Partido Comunista, el joven Semprún busca el calor de la camaradería en medio de la frialdad del exilio. Su cada vez más estrecha relación con la lengua y la cultura francesas, así como su incorporación a la Resistencia, representan unas bases sólidas que lo 20 Como subrayó Franziska Augstein en su conferencia con ocasión del simposio internacional “Jorge Semprún: memoria, historia, literatura” celebrado en Tarragona, en la Universitat Rovira i Virgili, el 21 y 22 de marzo de 2012. 21 Michel Herr era hijo de Lucien Herr, un intelectual francés, pionero del socialismo, famoso bibliotecario de la École Normale Supérieure que había apoyado en su momento a Alfred Dreyfus. Entabló en París amistad con Semprún a través de la hermana de este, Maribel, a la que había conocido en Lyon. 404 Los primeros años de exilio de Jorge Semprún: de Lestelle-Bétharram a Buchenwald (1936–1943) fortalecen como persona y lo justiican ante sí mismo. Empieza a dejar de ser un “Espagnol de l’armée en déroute”, un exiliado, para convertirse en luchador por la libertad y un resistente al fascismo, con la intención de vengarse de las humillaciones sufridas por la derrota de la República española. Atrás quedan, pues, la huida desde Lekeitio en el verano de 1936, los reproches a los “rojos españoles” en la homilía de la misa dominical del sacerdote de La Haya, las miradas entre humillantes y burlonas de los policías de frontera belgas, y los insultos hirientes de la panadera del bulevar Saint-Michel. Ahora solo era un estudiante comunista (tanto daba si francés o español) que luchaba contra los ocupantes nazis, que era su manera de luchar en aquellos momentos contra el franquismo, victorioso unos años antes. Y el resultado de aquel compromiso político, entremezclado con orgullo personal, no fue otro que la detención, junto con otros camaradas, del grupo de resistencia en el que estaba integrado y que luchaba en los campos de Borgoña. La detención y sobre todo la tortura a la que es sometido en la comisaría de Joigny22 y posteriormente en Auxerre, donde será encarcelado antes de ser enviado, desde Compiègne, al campo de concentración de Buchenwald, han sido evocadas por el propio Semprún en varios de sus libros, aunque siempre de una manera indirecta y sin dar demasiados detalles al respecto, como si hubiera sentido cierto pudor en hacerlo. Nunca había hablado de la tortura a la que fue sometido, tras su detención en el otoño de 1943, de la manera en que lo hace en esa obra póstuma que es Exercices de survie (“Ejercicios de supervivencia”) (2012). Semprún había aludido a ello, de manera más o menos directa, en sus novelas,23 pero nunca de manera tan abierta y desgarrada. Y a partir de ese momento, a inales de 1943, el desgarro interior, teñido de melancolía, de nostalgia, por el paraíso (infantil y familiar) perdido, dejaba paso a una etapa mucho más humillante y dolorosa en la que asomaba la cara más dramática del exilio: la tortura tras su detención e inmediatamente después su traslado al campo de Buchenwald, con el que se habría una nueva etapa de su vida que lo marcaría para siempre. 22 Un nombre que podía traerle al joven detenido un eco hispánico, puesto que se trata del lugar de nacimiento del escultor hispano-borgoñón, aincado en Castilla, Juan de Juni. 23 Sobre todo en Le grand voyage (“El largo viaje”) (1963), L’évanouissement (“El desvanecimiento”) (1967), Quel beau dimanche! (“Aquel domingo”) (1980), L’écriture ou la vie (“La escritura o la vida”) (1994) y Le mort quil faut (“Viviré con su nombre, morirá con el mío”) (2001). 405 Juan Francisco García Bascuñana Referencias bibliográicas24 Augstein, Franziska (2010), Lealtad y traición. Jorge Semprún y su siglo, Barcelona, Tusquets Editores. Céspedes, Jaime (2013), “Exercices de Survie de Jorge Semprún”, Tonos Digital. Revista Electrónica de Estudios Filológicos, 24, apartado reseñas, s.p. [consultada octubre de 2014]. Nicoladzé, Françoise (2002), La lectura et la vie. Œuvre attendue, œuvre reçue: Jorge Semprún et son lectorat, París, Gallimard. Semprún, Jorge (1999/1ª ed. 1963), Le grand voyage, París, Gallimard «Folio». —(1967), L’évanouissement, París, Gallimard. —(2002/1ª ed. Gallimard, 1980), Quel beau dimanche!, París, Grasset. —(1994), L’écriture ou la vie, París, Gallimard. —(1999/1ª ed. 1963), Le grand voyage, París, Gallimard «Folio». —(2001), Le mort qu’il faut, París, Gallimard. —(2003), Veinte años y un día, Barcelona, Tusquets. —(2011), Adiós, luz de veranos…, Barcelona, Tusquets “Fábula” (título original: Adieu, vive clarté…, París, Gallimard, 1998). —(2012), Exercices de survie, París, Gallimard. —(2014), Vivir es resistir, Barcelona, Tusquets. Juan F. García Bascuñana es profesor titular de Filología Francesa de la Universitat Rovira i Virgili. Se interesa por la recepción de la cultura francesa en España, temática a la que ha dedicado numerosas publicaciones. Ha dirigido varios proyectos de investigación en I+D inanciados por diferentes ministerios. Fue coordinador del simposio internacional “Jorge Semprún: memoria, historia, literatura”, celebrado en la URV en marzo de 2012. 24 En lo que concierne a las referencias bibliográicas de las obras de Semprún, tenemos que decir que hemos utilizado esencialmente las ediciones originales en francés, salvo en dos casos en los que hemos recurrido a las traducciones españolas con el in de presentar en castellano las citas que hemos utilizado. 406 L’ANTROPOLOGIA CATALANA I L’EXILI REPUBLICÀ A MÈXIC Joan J. Pujadas Universitat Rovira i Virgili Resum El text planteja l’impacte de l’exili republicà a Mèxic en el desenvolupament de l’antropologia catalana. La igura central d’aquesta connexió és el Dr. Claudi Esteva Fabregat, mestre a la Universitat de Barcelona de la primera promoció d’antropòlogues i antropòlegs catalans. Juntament amb la presentació del doble exili del Dr. Esteva, cap a Mèxic l’any 1939 i cap a Madrid l’any 1957, es glosa la trajectòria d’altres insignes mestres dins de la nostra disciplina, exiliats republicans tots ells, que es van arrelar a Mèxic i van desenvolupar unes intenses i trascendents carreres professionals, que han estat molt reconegudes, en general, al seu país d’acollida. Els professors Bosch i Gimpera (que fou rector a la Universitat de Barcelona durant la Guerra Civil), el Prof. Joan Comas, que es van integrar a la seva arribada a Mèxic a la UNAM, en qualitat d’arqueòleg i antropòleg físic, respectivament. Un segon grup format per tres joves, cogeneracionals de C. Esteva, que van estudiar a l’ENAH mexicana: Àngel Palerm Vich, Pedro Armillas García i Santiago Genovés Tarazaga. També es comenta la trajectòria de tres ills d’exiliats, que també han conreat l’antropologia: Roger Bartra, Andrés Fábregas i Glòria Artís. Finalment, s’esmenten altres tres antropòlegs formats també a Mèxic, no procedents de Catalunya: Carmen Viqueira Landa, Pedro Carrasco Pizana i José Luis Lorenzo Bautista. Paraules clau Exili republicà, antropologia, Mèxic, Catalunya Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 407–443. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Joan J. Pujadas Abstract he text considers the impact of Spanish republican exile to Mexico on the development of Catalan anthropology. he central igure of this connection is Dr Claudi Esteva Fabregat, whose taught the irst generation of irst Catalan social anthropologists at the University of Barcelona. In addition to presenting the double exile Dr Esteva, irst to Mexico in 1939 and then to Madrid in 1957, I also describe the lives of other distinguished teachers in our discipline, all Republican exiles who settled in Mexico and went on to have intense and important careers that have been widely recognized in their host country. Two of these were Prof. Bosch Gimpera (who was rector at the University of Barcelona during the Civil War) and Prof. Joan Comas, who joined the UNAM on their arrival in Mexico as an archaeologist and as a physical anthropologist, respectively. I will also look at a second group of three young contemporaries of Dr Esteva, who studied at the Mexican ENAH, namely Angel Palerm Vich, Pedro Armillas Garcia and Santiago Genovés Tarazaga. here is also a discussion of the lives of three children of exiles who have also had careers in anthropology: Roger Bartra, Andrés Fabregas and Gloria Artís. Finally, I mentioned three other anthropologists who were trained in Mexico but were not from Catalonia: Carmen Viqueira Landa, Pedro Carrasco Pizana and José Luis Lorenzo Bautista. Keywords Republican exile, anthropology, Mexico, Catalonia. Aquest text sobre l’exili republicà a Mèxic té molts elements autobiogràics. Jo no sóc cap exiliat ni els meus pares o avis van patir un exili a cap país estranger, però tant la meva família paterna com materna, republicans fervents, van patir un exili interior amb presó i espoli de béns i propietats. No va ser ins fa uns pocs lustres que vaig poder avaluar com aquest exili interior va inluir les nostres vides des del punt de vista familiar, personal i professional. D’altra banda, l’oportunitat de poder conèixer i tractar al llarg dels anys alguns dels protagonistes de l’exili exterior ha tingut també un important impacte professional i identitari. Els antropòlegs i les antropòlogues catalans de la meva generació vàrem tenir com a mestre un exiliat català, el Dr. Claudi Esteva, que va 408 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic arribar a Mèxic l’any 1939 a bord del vaixell Sinaia, juntament amb 1.800 compatriotes més. L’exili del Dr. Esteva va ser doble: un exili mexicà en sentit estricte, que es perllongà ins a l’any 1957, i un reexili cap a Espanya, motivat per la seva militància política a l’exterior, que el va situar a Madrid durant 11 anys, abans no va poder retornar a la seva Barcelona natal. Amb els meus congèneres catalans, i en Joan Prat al capdavant, he compartit la preocupació d’establir la nostra iliació intel·lectual:1 de qui som ills, quins són els nostres antecedents, les nostres arrels.2 Alguns dels elements que ens uneixen, generacionalment, tenen a veure amb la nostra militància anti-franquista, amb un predomini del marxisme teòric i ideològic i una clara opció en aquells anys 70 per l’estudi de la pagesia i per allò que, en termes gramscians, eren les “societats subalternes”. Cal tenir present, però, que el context intel·lectual en el qual ens vàrem formar a la Universitat de Barcelona estava dominat, aquells anys, pel corrent estructuralista i, en el nostre cas concret, pels enfocaments culturalistes i molt especialment per l’Escola de Cultura i Personalitat, que era la iliació on s’emmarcava professionalment i teòrica el nostre introductor en antropologia, el Dr. Esteva. Dit això, per emmarcar els antecedents i les motivacions que hi ha darrere d’aquest text, el meu objectiu principal és mostrar com l’antropologia catalana es forjà a partir d’un impuls intel·lectual molt lligat a l’exili republicà espanyol i, particularment, a l’obra dels exiliats republicans vinculats a les institucions acadèmiques mexicanes, la qual cosa explica l’important grau de cohesió i els vincles entre antropòlogues i antropòlegs mexicans i espanyols que arriben ins als nostres dies. Una expressió molt recent del reconeixement cap a les contribucions decisives que els exiliats republicans van tenir pel desenvolupament de l’antropologia als dos cantons de l’Atlàntic és la recent constitució de la càtedra Àngel Palerm, que aplega quatre universitats mexicanes i quatre d’espanyoles, que es reclamen hereves i continuadores de l’obra d’aquest eivissenc universal.3 1 Sobre l’estudi dels antecedents de l’antropologia social a Catalunya, cal destacar els treballs següents: Prat (1980, 1986, 1990, 1991, 1999); Prats, Llopart i Prat (1982); Prat i Pujadas (1991), i Pujadas i Prat (1981a, 1981b), i Calvo (1991, 1994, 1996, 1997). 2 A banda de la meva preocupació per la vida, obra i trajectòria intel·lectual del Dr. Àngel Palerm (Pujadas, 1984, 2000, 2014; Contreras, Pujadas, Terradas, 2000), vaig dedicar fa trenta-cinc anys un assaig a un altre dels nostres exiliats, en aquest cas a la Gran Bretanya, el Prof. Josep M. Batista i Roca (Pujadas, 1980). 3 La càtedra Ángel Palerm es va constituir a Mèxic l’any 2005, per honorar la memòria de qui va ser una peça fonamental en la instauració dels estudis d’antropologia a les quatre institu- 409 Joan J. Pujadas Exili i desexili en el procés de creació de l’antropologia a Catalunya durant la transició democràtica (1975–1987) L’exili republicà va ser present en els nostres anys d’estudiants universitaris de maneres diferents. Gairebé tots els llibres que van constituir les nostres primeres lectures en antropologia eren publicats a Mèxic (Fondo de Cultura Económica).4 Claudi Esteva, després d’haver cursat amb ell les matèries introductòries d’Antropologia Cultural i Etnologia dels Pobles Primitius, ens va anar oferint en anys successius cursos monogràics sobre etnologia americana: Cultura Asteca i Cultura Andina.5 El curs 1970-1971 Claudi Esteva va convidar el Prof. Joan Comas, exiliat com ell a Mèxic i un dels grans mestres de l’Antropologia Física a Mèxic (UNAM), a impartir una conferència a la nostra facultat. Per aquell temps un altre exiliat republicà, deixeble de Comas, estava preparant l’expedició del rai Acali, que havia de creuar l’Atlàntic. Com va quedar patent, Comas estava orgullós de Santiago Genovés, tot i que no acabava d’identiicar-se amb aquell perillós projecte de creuar l’Atlàntic. Les úniques lectures d’edició espanyola vinculades a l’antropologia durant la llicenciatura, que jo recordi ara, van ser els llibres de Freud (Totem y tabú, Alianza, 1967), V. Gordon Childe (El nacimiento de la civilizaciones orientales, Península, 1968), M. Mauss (Sociología y antropología, Tecnos, 1971), F. Engels (El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, Ayuso, 1972) i B. Malinowski (Los argonautas del Pacíico occidental, Península, 1973). La nostra generació, formada a la Universitat de Barcelona entre 1965 i 1975, no va poder obtenir cap titulació en Antropologia, ja que la llicenciatura no es va implantar ins a la segona meitat dels anys 1970. Sota la cions mexicanes consorciades: Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (UAM-I), Centro de Investigación y Estudios Superiores de Antropología Social (CIESAS), Universidad Iberoamericana (UIA) i El Colegio de Michoacán (ColMich). L’any 2014 es va constituir un consorci d’universitats catalanes i espanyoles, que constitueixen l’antena espanyola de l’esmentada càtedra: Universitat Rovira i Virgili, Universitat de Barcelona, Universidad de Sevilla i Universidad Autónoma de Madrid. 4 Llibres com els dels següents autors: Herskovits (El hombre y sus obras, 1952), Kluckhohn (Antropología, 1957), Linton (Estudio del hombre, 1961), Lévi-Strauss (El pensamiento salvaje, 1964), Lewis (Antropología de la pobreza, 1961), Sapir (El lenguaje, 1966), Swadesh (El lenguaje y la vida humana, 1966), Soustelle (La vida cotidiana de los aztecas en vísperas de la conquista, 1970) i Caso (El pueblo del sol, 1971). 5 Claudi Esteva en aquells anys de formació del grup d’antropologia a la Universitat de Barcelona també oferí un curs titulat Antropologia per a Lingüistes. 410 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic tutela del Dr. Esteva, els membres del grup que es formà al seu voltant, vàrem cursar llicenciatures properes a algun dels camps de l’antropologia de les quatre branques, pròpies de la tradició boasiana, que era l’herència formativa del nostre mestre. A banda de quatre llicenciats en Filosoia, hi va haver dos llicenciats en Lingüística, dos en Prehistòria, dos en Psicologia i un en Història de l’Art. Aquesta tradició i aquesta trajectòria entraven en conlicte, tant amb la moda de l’estructuralisme, com en l’enlluernament cap a l’antropologia social britànica que ens va inocular un altre exiliat intel·lectual català: Josep R. Llobera, que instal·lat a Londres des d’inicis dels anys 70 va exercir una notable inluència en tots nosaltres, mitjançant les seves visites a Catalunya i les denses converses que manteníem amb ell i, sobretot, mitjançant l’extraordinària tasca de traducció i edició dels clàssics de l’antropologia social, que va dirigir en aliança amb Jorge Herralde, propietari de l’editorial Anagrama.6 Tornem a l’exili republicà a Mèxic i a la manera com va inluir la nostra formació acadèmica i la nostra iliació professional. Juan Vicente Palerm, ill del gran antropòleg i exiliat a Mèxic, Àngel Palerm, va ser cap a mitjan anys 1970 la segona persona que ens va connectar amb la tradició mexicana de l’antropologia i, molt especialment, amb els enfocaments marxistes i amb els plantejaments de l’ecologia cultural que es deriven dels corrents de l’evolucionisme multilineal, que van ser les principals fonts de les quals va beure Àngel Palerm a mitjan segle xx. Al llarg de tot un curs, 1973-1974, Juan V. Palerm es va desplaçar des de Madrid, on exercia de professor ajudant a la Universitat Complutense, cinc o sis caps de setmana per discutir i debatre amb un petit grup de joves llicenciats els enfocaments mexicans i nord-americans en l’estudi de la pagesia. Ell, molt inluït pel seu pare, s’alineava en els corrents marxistes i en la tradició de l’evolucionisme multilineal. L’important per a nosaltres no va ser només allò que vàrem aprendre d’ell, que va ser molt substantiu, 6 El primer títol de la col·lecció que va dirigir Llobera, Biblioteca Anagrama de Antropología, va ser el recull de textos de clàssics d’antropologia, seleccionat, editat i prologat pel mateix Llobera: La Antropología como ciencia, aparegut l’any 1975. A poc a poc molts de nosaltres vàrem anar col·laborant a la col·lecció de Llobera, aportant traduccions dels textos de les diferents publicacions d’aquella extraordinària col·lecció. Altres textos que van tenir molt d’impacte dins d’aquesta col·lecció van ser: Antropología Económica (1988), Antropología y feminismo (1979), Antropología de las sociedades mediterráneas (1981), La Antropología Médica en España (1980) o la traducció d’alguns dels textos dels autors clàssics de l’antropologia social britànica: Radclife-Brown, Evans-Priatchard, Leach o Kahn. 411 Joan J. Pujadas sinó també les pistes i els contactes que ens va proporcionar i que ens varen ajudar a sortir del cercle tancat on ens trobàvem. La dinàmica que es va generar arran de les trobades amb Joan V. Palerm va impulsar la idea d’allò que l’any 1978 es va convertir en l’Institut Català d’Antropologia, la primera associació antropològica a l’Estat espanyol des de la instauració de la democràcia. L’ICA, el concebíem com una plataforma, independent de la Universitat, on poder connectar-nos amb professionals de l’antropologia social que ens obrissin portes al coneixement i que ens permetessin acabar-nos de formar professionalment. Durant el decenni que va de 1978 a 1987, al local de l’ICA del carrer Urgell, hi van passar antropòlegs com Jonathan Friedman, Olivia Harris, Kenneth Brown i Àngel Palerm (1978), John Murra, Lawrence Krader i Josep R. Llobera (1979), Anne Cadoret, Teresa San Román i Pierre Bonte (1980), Anthony Leeds, Verena Stolcke, Lluís Mallart, Ubaldo Martínez Veiga i Josep R. Llobera (1982), Julian Pitt-Rivers, Louis Assier i Robert Jaulin (1983), Carmen Viqueira (1984), Gary McDonogh (1985), John Murra (1986), Marie E. Handmann i Raul Iturra (1987).7 Resulta signiicativa en aquesta llista de distingits col·legues la incidència d’exiliats que la formen: Àngel Palerm (exiliat republicà nascut a Eivissa i resident a Mèxic), John Murra (antropòleg nord-americà d’origen romanès, combatent a les Brigades Internacionals a la Guerra Civil Espanyola), Carmen Viqueira (exiliada republicana d’origen gallec i resident a Mèxic) o Raul Iturra (xilè i exiliat de la dictadura pinochetista, resident a Portugal). També destaquen aquells col·legues i companys espanyols formats i/o residents a l’estranger: Josep R. Llovera, Teresa San Román, Lluís Mallart o Ubaldo Martínez Veiga. Exili, memòria, comunitat El fenomen rellevant, en tot aquest conjunt de situacions i de processos individuals i col·lectius que estic narrant, és la mobilitat d’anada i de tornada de les persones i de les idees, del coneixement que atresoren. Tot fent de la necessitat virtut, les experiències de l’exili aporten cosmopolitisme i, 7 Des de inals dels anys 80, amb el relleu generacional a la Universitat de Barcelona i la consolidació dels estudis d’Antropologia a la Universitat Autònoma i a Tarragona (URV), van canviar els objectius i les prioritats de l’ICA i les universitats van recuperar íntegrament la seva missió formativa i divulgativa. 412 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic al mateix temps, posen a prova la capacitat de les persones de gestionar la seva vida en el marc contrastiu d’unes alteritats que es confronten amb la pròpia identitat. Com veurem més endavant, l’experiència dels exiliats republicans que es van instal·lar a Mèxic ens permetrà relexionar sobre l’exili com a situació i com a procés, com un estatus legal i jurídic de refugi i, al mateix temps, com una construcció social subjectiva, com un itinerari individual que es resol per via del retorn al país d’origen o per via de l’adopció de la nacionalitat del país de residència. Al mateix temps, la convivència a Mèxic dels exiliats amb els espanyols i catalans residents al país asteca amb anterioritat a l’esclat de la Guerra Civil, posa sobre la taula allò que hi ha d’experiència comuna i compartida entre emigrats i exiliats, i allò que els fa categòricament casos diferents. La literatura sobre l’exili republicà a Mèxic va ser encapçalada ins a mitjan anys 70 per historiadors, antropòlegs i escriptors mexicans, tot i l’existència d’una abundant obra memorialística i testimonial escrita pels mateixos protagonistes de l’exili. Dins de la historiograia mexicana destaca l’anàlisi de les aportacions que l’exili intel·lectual espanyol va fer al Mèxic postrevolucionari de mitjan segle xx. Es tracta, en general, d’una literatura encomiàstica que posa de relleu les grans aportacions d’aquesta elit de l’exili en el camp de les arts, la cultura, l’ensenyament universitari i en camps professionals com l’enginyeria, la medicina o les ciències experimentals.8 Per la seva banda, la literatura memorialística dels exiliats republicans ens il·lustra sobre les circumstàncies del inal de la Guerra Civil, les condicions de la sortida d’Espanya i els primers moments de l’arribada a Mèxic. També delimiten el procés d’adaptació a la societat mexicana i les oportunitats per inserir-se a la vida activa, productiva i/o professional. Un altre aspecte que es destaca en aquesta literatura és l’associacionisme exiliat. La immensa majoria d’aquests testimonis van acompanyats d’expressions de gratitud i reconeixement cap a l’acolliment de què van ser objecte per part de la societat mexicana, en general, i pel general Lázaro Cárdenas, en particular.9 8 Entre els treballs més reconeguts i citats hem d’assenyalar: Bonil (1993), DDAA (1982), Enríquez (1990, 2004), Fagen (1975), León Portilla (1978), Lida (1988, 1994, 1997), Lida i Matesanz (2000), Martínez (1959), Matesanz (1978, 2000), Pagni (2011), Palma (2006), Pla (1985, 2000, 2007) i Pla et al. (1993, 1997). 9 Dins d’aquest apartat memorialístic també hi ha espai per a la relexió sociohistòrica. Alguns dels textos més citats i inluents en l’estat d’ànim dels exiliats i en la manera de mirar i 413 Joan J. Pujadas Si resumim de manera esquemàtica allò que ens aporten aquests antecedents, podem airmar que, mentre uns valoren les aportacions de l’exili a Mèxic, els altres avaluen les aportacions del poble i la societat mexicana als exiliats. La meva perspectiva, com crec que ja ha quedat clar, és la d’analitzar quines han estat les aportacions dels exiliats i de les institucions mexicanes que els van acollir o bé aquelles que ells mateixos van crear, en el desenvolupament de la disciplina antropològica catalana i, al mateix temps, en la creació d’una consciència generacional sobre l’exili republicà i sobre la memòria d’aquest exili. Algunes de les grans igures en l’anàlisi de l’exili, per exemple Lida (2009) i Abellán (2001), coincideixen a destacar l’actitud summament proactiva del Govern mexicà en el procés d’acolliment dels exiliats republicans. Mèxic va ser una de les poques veus, sinó l’única, que va denunciar les polítiques de no-intervenció per part de la Societat de Nacions. La complicitat entre el projecte social, secularitzador i modernitzador de la República Espanyola amb l’ideari de la Revolució Mexicana, que s’acabava de consolidar, era molt àmplia. Els exiliats espanyols, tot i que eren molt diversos entre ells, representaven la legitimitat democràtica del règim republicà i eren vistos com una avantguarda social que, a més, estava formada per un percentatge molt signiicatiu d’intel·lectuals i professionals, que van ser molt ben rebuts i que, al mateix temps, feien molta falta en un país en ple procés d’expansió post-revolucionària i de modernització. La hospitalidad de México con los republicanos españoles fue, pues, total, y no tuvo más límites que los que los propios españoles quisieron imponerle, la mayoría de los cuales no sólo se nacionalizaron mexicanos, sino que apoyaron el proceso político de la Revolución; es decir, que se adhirieron entusiastamente a la política progresista del Estado mexicano (Abellán, 2001: 93). Aquesta bona rebuda era generadora de les millors expectatives. No obstant això, com assenyala Clara Lida (2009: 87 i s.), les coses no van ser tan fàcils per als exiliats espanyols, ja que Mèxic era per a la majoria d’ells “terra incògnita”. Com devien percebre en el moment de la seva arribada aquesta nova realitat desconeguda? Com van passar dels estereotips a una aproximació més relexiva i vivencial de la realitat d’un país, encara emillegir la seva realitat de “transterrament” els devem a intel·lectuals exiliats com: Aub (2008), Bladé (1976, 1993), Buñuel (1982), Calders (1964), Gaos (1947, 1966), Gili (1970), Martí (1989), Peyrí (1953), Somolines d’Ardois (1966) o Tísner [Avel·lí Artís] (1972, 1984, 19891996). 414 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic nentment rural i que feia menys de 20 anys que havia sortit d’una guerra civil molt cruenta? D’altra banda, la mateixa autora es pregunta quina era la percepció que els mexicans, en general, van tenir dels exiliats. Ens recorda que ens aquells temps hi havia dues categories per diferenciar els diferents tipus d’espanyols: “rojos” i “gachupines”. I afegeix: En el imaginario mexicano, los españoles eran vistos a través de la lente nacionalista de la Revolución como los antiguos colonizadores y las élites económicas del xix que durante siglos habían abusado de su poder social y material afectando al grueso de los mexicanos menos favorecidos (Lida, 2009: 88). En tot cas, és clar que en molt poc temps els refugiats espanyols van saber prendre distància de l’estereotip del gachupín, marcant un peril propi on es mostrava la complicitat d’aquests rojos amb la Revolució Mexicana i el seu projecte nacional que, en molt bona mesura, van contribuir a consolidar amb la seva destacada feina intel·lectual i material. Segons dades de la historiadora mexicanocatalana Dolors Pla (2000) el 58% dels refugiats republicans estava constituït per professionals, catedràtics i docents, intel·lectuals, cientíics i artistes, mentre que el 41% adscrit al sector secundari provenia dels sectors més moderns de la indústria. Des de ben aviat, la literatura sobre l’exili va canonitzar una lectura en positiu d’aquest exili, que posava l’èmfasi especialment en la tasca intel·lectual i en les nombroses iniciatives en el món editorial (Bernecker, 2011: 41 i s.). Especialment durant els primers moments de l’arribada a Mèxic les dues colònies espanyoles a Mèxic van tenir molt poca connexió. La majoria d’antics residents d’origen espanyol, molts d’ells empresaris d’èxit, tenien un peril conservador i, al llarg de la Guerra Civil, van ser molt més propers a l’alçament feixista. Per als exiliats republicans el concepte de comunitat i/o d’identitat nacional no tenia cap sentit, referint-se a aquests sectors conservadors que, no només s’arrengleraven amb la contrarevolució de Franco, sinó que dècades abans havien donat suport a la dictadura mexicana de Poririo Díaz. Si partim de la teoria, plenament justiicada en aquest context, de les dues espanyes, l’Espanya republicana i exiliada se sentia més pròxima als ideals mexicans que als ideals dels seus conterranis gachupines. Aquesta complicitat, aquesta bona rebuda, va portar que la visió dels exiliats, almenys la d’aquells sectors que van poder escriure i difondre el seu pensament, fos la d’una experiència de continuïtat amb el seu ideari progressista i amb les seves trajectòries professionals; cosa que a casa seva 415 Joan J. Pujadas hauria estat impossible. S’estableix una continuïtat entre la terra europea i la terra americana, travessada pel pont d’uns mateixos ideals compartits. Més que viure la situació com un veritable desterrament, molts d’ells van conceptualitzar la situació en termes menys rotunds. Tot i reconèixer la frustració de ser lluny del seu país, paisatge i paisanatge, l’experiència mexicana perllongava els ideals i les il·lusions dipositades en participar en la construcció d’una societat més justa, laica i progressista. Aquest corrent d’opinió queda relectit en diferents escrits d’un dels més grans i reconeguts exiliats republicans, José Gaos: […] es claro que entre los refugiados españoles adaptados a México no existe una impresión de destierro, sino más bien de traslado, dentro de la propia tierra española, es decir, de ‘transtierro’, y así lo conirma Gaos cuando dice: ‘En México no me sentía desterrado, sino “transterrado”, con la palabra que ha hecho fortuna, sin duda por dar expresión a una realidad psicológica, colectiva’ (Abellán, 2001: 95). Clara Lida (2011) fa servir la imatge del “estar en vilo” com una manera d’expressar la situació d’esquinçament emocional, de provisionalitat, d’espera, que suposa la situació del refugiat que, tot i rebre una excel·lent acollida, està pendent d’allò que succeeix al seu país, al seu continent. Després de la derrota feixista a Espanya, el nazisme a Europa va fer veure a molts que la situació de provisionalitat podria durar molt de temps. Per a molts, Amèrica podria esdevenir de nou la terra promesa on poder materialitzar els anhels de revolució social que la majoria de republicans exiliats cobejava. Entre els literats catalans com Bartra, Calders, Tísner i altres, la idelitat a la llengua i la perspectiva del retorn al país es va mantenir incorruptible; per altres, l’arrelament a la república asteca va ser la seva alternativa. En el cas dels antropòlegs catalans, que passem a presentar tot seguit, va prevaldre aquesta segona actitud, entre altres raons perquè l’antropologia tenia molt millors condicions de desenvolupament a Mèxic que no pas a l’Espanya franquista, on les ciències socials eren silenciades o reprimides. Els antropòlegs catalans de l’exili mexicà Es tracta de nou persones, dues de les quals van arribar a Mèxic en el zenit de la seva carrera professional: Pere Bosch Gimpera (arqueòleg i rector de la Universitat de Barcelona) i Joan Comas Camps (pedagog i antropòleg 416 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic físic, originari de Menorca).10 Quatre més van arribar molt joves a Mèxic i es van formar com a antropòlegs a l’ENAH i a la UNAM, són: Ángel Palerm Vich, Claudi Esteva Fabregat, Pedro Armillas García i Santiago Genovés Tarazaga.11 Finalment, tenim una segona generació, composta per tres col·legues i cogeneracionals nostres: Roger Bartra Murià (nascut a Mèxic i ill dels escriptors catalans Agustí Bartra i Anna Murià), Andrés Fábregas i Glòria Artís (illa de Tísner). Juntament amb els nou antropòlegs de parla catalana, hem de registrar la presència a Mèxic d’altres tres antropòlegs, formats a Mèxic i procedents de Madrid: Pedro Carrasco Pizana, Carmen Viqueira Landa i José Luis Lorenzo Bautista. Aquest serà el nostre univers d’anàlisi. Començarem per fer una presentació succinta dels nostres protagonistes. 1. Pere Bosch i Gimpera Filòleg clàssic i prehistoriador de formació, va ser catedràtic d’Història Antiga, degà de la Facultat de Filosoia i Lletres i rector de la Universitat de Barcelona (1933–1939). Entre 1937 i 1939 va ser conseller de Justícia de la Generalitat de Catalunya. L’any 1915 va ser nomenat director del Servei d’Excavacions de l’Institut d’Estudis Catalans. El 1916 accedí a la càtedra d’Història Antiga de la Universitat de Barcelona. El 1919 va publicar Prehistòria catalana. Dins la seva extensa producció escrita anterior a la Guerra Civil, l’any 1932 va publicar un extens volum dedicat a l’etnologia: Etnologia de la Península Ibèrica, que va tenir un gran impacte i que va rebre elogiosos comentaris del seu col·lega basc José María de Barandiarán. Fou un dels creadors de l’Associació Catalana d’Antropologia, Etnograia i Prehistòria i l’any 1929 organitzà el Congrés Internacional d’Arqueologia. Al seu exili mexicà va ser professor tant a l’Escuela Nacional de Antropología e Historia com a la Universidad Nacional Autónoma de México. L’any 1945 va publicar a Mèxic el seu llibre: La formación de los pueblos de España. Entre els anys 1948 i 1952 exercí com a cap de la Divisió de Filosoia i Humanitats de la UNESCO. L’any 1971, tres anys abans de la seva mort, obtingué la nacionalitat mexicana. Al llarg del seu llarg exili mantingué una estreta relació amb el seu col·lega i antic deixeble: Lluís Pericot Garcia. Juntament amb la seva dilatada producció cientíica, centrada en l’anàlisi dels pobles europeus de l’eneolític ins a l’edat del bronze, 10 Els professors Bosch Gimpera i Comas els podem considerar mestres de mestres. 11 Aquesta és la generació dels nostres mestres. 417 Joan J. Pujadas també abordà una extensa tasca de divulgació; destaquen treballs com: El estado actual de la investigación de la cultura ibérica (1929), L’art grec a Catalunya (1938), Las razas humanas (1928, 1976), El hombre primitivo y su cultura (1945) o El problema de las Españas (1981, 1996). Cal destacar, també, el seu llibre de memòries, editat pòstumament: Memòries (1980). 2. Joan Comas i Camps Antropòleg físic nascut a Alaior (Menorca) l’any 1900. Va estudiar Magisteri i Biologia a la Universidad Central de Madrid, on es va especialitzar en el camp de l’Antropologia Física. En la seva etapa madrilenya es vinculà al moviment estudiantil i fou company de Federico García Lorca o Luís Buñuel. Acabats els estudis a Madrid, va marxar a Suïssa per continuar la seva formació; fou alumne de Jean Piaget en el camp de la pedagogia i, sobretot, d’Eugéne Pittard, un dels fundadors de l’antropologia física moderna. Refugiat a Mèxic, com a resultat de la Guerra Civil Española l’any 1939, dugué a terme una intensa tasca investigadora al voltant de la realitat dels pobles indígenes de Mesoamèrica. Vinculat a la defensa de la causa indígena, va ser un dels pioners a Mèxic dels drets humans. Desenvolupà també una meritòria tasca docent a l’Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) i a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), molt especialment a l’Instituto de Investigaciones Antropológicas, del qual va ser un dels fundadors i director (1963–1973). Va morir a Ciutat de Mèxic l’any 1979. A banda de desenes d’articles en revistes cientíiques, la seva tasca docent, divulgadora i militant gira al voltant d’uns set llibres. A cavall entre la docència i la recerca publicà: Paleoantropología y evolución (1959), La antropología física en México (1960), Manual de antropología física (1966), Unidad y variedad de la especie humana (1967) i Introducción a la prehistoria general (1971). En el camp de la divulgació dirigí: Las razas humanas (1946). La seva contribució més rellevant en la crítica al racisme i en la defensa dels drets humans apareix a: Razas y racismo (1972). 3. Pedro Armillas García Donostiarra, ill d’una família de comerciants, que s’instal·la a Barcelona a la dècada dels anys 1920. Estudià batxillerat a l’Institut Jaume Balmes i realitzà estudis universitaris incomplets d’Arquitectura, Belles Arts i Filo- 418 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic soia i Lletres entre 1932 i 1936. A la Guerra Civil exerceix com a topògraf en unitats d’artilleria. Aquests coneixements elementals de topograia li permeteren, després de la seva arribada a Mèxic, obtenir un treball qualiicat a la Comisión Agraria de Chiapas, la qual cosa li permeté entrar en contacte amb els pobles indígenes, fet que marcà la seva inclinació cap al seu futur professional dins de l’antropologia. Des de 1940, ja matriculat a la carrera d’Antropologia a l’ENAH, comença a participar en excavacions arqueològiques transcendentals, sota la direcció d’Alfonso Caso (Xochicalco, Teotihuacán, Monte Albán), aproitant de nou els seus coneixements topogràics. Ja l’any 1945 succeeix el seu mestre, nomenat rector, a la càtedra d’Arqueologia Mexicana, desenvolupant una intensa tasca docent i investigadora. L’any següent obté una beca Guggenheim, que li permet viatjar als Estats Units i completar la seva formació com a arqueòleg. Allà, sota la inluència cabdal de Paul Kirchhof, queda atrapat per l’enfocament de l’evolucionisme de Gordon Childe i de l’ecologia cultural. Els nous plantejaments d’Armillas entren en conlicte amb els interessos dels seus mentors mexicans i es veu obligat a iniciar allò que ell mateix va considerar el seu segon desterrament, exercint com a professor en diferents universitats nord-americanes, entre elles, Michigan, Southern Illinois i Chicago. Mantingué sempre contacte i amistat amb P. Bosch Gimpera i Joan Comas. La seva obra, no massa abundant però molt inluent, s’orienta cap a l’anàlisi evolutiva dels sistemes polítics i al seu impacte sobre el control del territori (1948, 1951, 1975), els sistemes hidràulics i l’evolució de l’agricultura (1949, 1966). 4. Santiago Genovés Tarazaga Va néixer a Ourense l’any 1923, tot i que, posteriorment, la seva família es va traslladar a València, ciutat on van viure durant la Guerra Civil. Va arribar a Mèxic amb 15 anys d’edat, sense haver acabat el batxillerat. Va estudiar a l’ENAH i, posteriorment, realitzà el seu doctorat en Antropologia Física a la Universitat de Cambridge. Cientíic destacat i de projecció internacional, el seu camp principal d’estudi durant els anys 50 i 60 va ser la paleoantropologia, seguint la trajectòria iniciada amb la seva tesi doctoral (1956) i amb treballs publicats amb qui va ser el seu director de tesi, el Prof. D. R. Banbridge (1956). Dins d’aquesta mateixa línia d’identiicació de restes òssies treballa en diferents jaciments arqueològics com Coixtlahuaca (Estat de Oaxaca) o Tepexpán (Estat de Mèxic) (1959,1960), revisa i aina les tècniques de datació i d’es- 419 Joan J. Pujadas tabliment d’índexs que permeten la identiicació del sexe, l’edat i l’altura dels fòssils (1965, 1967). Al llarg de la seva trajectòria com a investigador de l’Instituto de Investigaciones Antropológicas (UNAM), manté una relació estreta amb el seu primer mestre, el Prof. Comas, amb qui realitza diferents publicacions sobre l’estat de l’antropologia física a Mèxic (1964). Un altre àmbit d’investigació en el qual el Prof. Genovés va mostrar la seva implicació cívica i la seva ideologia progressista, compartida per la immensa majoria dels antropòlegs i les antropòlogues mexicans (en especial, el seu mestre, el Prof. Joan Comas) va ser el racisme (1966). Però, tal vegada, una part important de la seva reputació internacional està relacionada amb els seus estudis sobre la violència, que mostren la seva militància contra el paradigma de la sociobiologia i d’altres teories post-evolucionistes, que defensaven el caràcter innat de l’agressivitat i la violència humana. Va promoure la Declaració sobre la violència (Sevilla, 1986), que assenyala que “1. La violència no està genèticament determinada; 2. La violència no està inscrita al nostre cervell; 3. La violència no prové del nostre passat animal; 4. En el procés de l’evolució no hi ha hagut una selecció més positiva cap al comportament agressiu o violent, que cap a altres tipus de comportament, i 5. La violència no és hereditària”. Aquesta Declaració va ser subscrita per la UNESCO i per més de 100 societats cientíiques, corresponents a un ampli ventall disciplinari: neurologia, isiologia, bioquímica, psiquiatria, psicologia, sociologia i antropologia (Genovés, 1986). Dins d’aquesta línia de recerca sobre violència i agressivitat humana, un dels experiments més notoris va ser l’organització de l’expedició transatlàntica en el rai Acalli (“Casa en el Agua”), on Genovés va aconseguir aplegar 10 persones (6 dones i 4 homes), provinents dels camps de la medicina, la sexologia, la psiquiatria, la psicologia, la sociologia i l’antropologia. La seva inalitat era analitzar el comportament dels viatgers en un context tancat i de convivència inevitable: “la historia fue larga en ese laboratorio aislado e inescapable”. Al llarg de 101 dies amuntegats en un petit espai enmig de l’oceà, Genovés va poder comprovar, “de manera fehaciente y brutalmente directa, que la violencia se relaciona con la búsqueda de liderazgo y poder. Esta es la fuente número uno de violencia”. Al mateix temps considerava que, tal vegada, la segona font de violència és el canvi de rols: “en nuestros papeles de jefes, amigos, hijos y padres, por ejemplo”. Així, fa notar que “nos pasamos el día cambiando de roles y que cuando ese cambio es muy súbito, se origina el conlicto”. Fruit d’aquesta 420 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic experiència l’autor va publicar la monograia del viatge (1975), així com altres llibres de relexió derivats (1974, 1976). 5. Claudi Esteva Fabregat Nascut circumstancialment a Marsella el novembre de 1918, ill d’una família barcelonina, resident al barri de Sants. Va arribar a Mèxic el 13 de juny de 1939 a bord del vaixell Sinaia, en la primera gran expedició d’exiliats espanyols que va sortir de França. Molts dels 1.800 refugiats d’aquella expedició provenien del camp d’internament de Sant Cebrià (Departament dels Pirineus Orientals). Esteva, com tantes altres fonts, narra les penalitats, humiliacions, fam i fred que van passar durant aquest internament. També narra l’emoció que va provocar en tots els exiliats la càlida rebuda de què van ser objecte a la seva arribada a Veracruz. Tots els refugiats, després de les penalitats de la guerra, experimentaven una sensació de llibertat, d’alleujament, tot mantenint els seus contactes, que els permetien, entre altres coses, conèixer l’evolució de la situació a Espanya i a Europa, inconscients, en la majoria dels casos, que estaven acabant d’iniciar una llarga etapa que, a molts, els mantindria a Mèxic la resta de les seves vides: Teníamos todos la idea en la cabeza de que al cabo de tres meses volveríamos a casa. Es decir, no teníamos una conciencia muy clara de que aquello duraría mucho tiempo. Pensábamos que vendría la guerra [a Europa], que probablemente la ganaríamos nosotros, los demócratas, y que volvería la República a España. Ésta era la convicción, pero estábamos totalmente equivocados, evidentemente (Brufau et alii, 2011: 3-4). Fins l’any 1947, en què es va inscriure a l’ENAH per estudiar Antropologia, es va guanyar la vida fent de jugador i entrenador de futbol, raó per la qual va viure cinc anys a Puebla (1940–45), abans de tornar a Mèxic DF. La vida social dels exiliats era molt intensa, tant en relació amb les organitzacions polítiques (Esteva era membre del Partit Socialista Català), com en relació amb un àmbit més informal, a mig camí entre la sociabilitat i la cerca de contactes per guanyar-se la vida: En mi caso, junto con otros catalanes, fui al Orfeó Català, donde nos recibieron muy bien los antiguos residentes, y allí fue donde empezó a formarse ‘la red’: un viejo residente le daba empleo a un recién llegado, éste hacía correr la voz entre sus amigos y se ponía en marcha la bolsa del trabajo. Digamos que 421 Joan J. Pujadas esta bolsa estaba basada en relaciones de grupo ‘étnico’: los catalanes por una parte, los vascos por otra, los gallegos por otra… (Santos, 2009). Quan Esteva es va matricular a l’ENAH la seva idea inicial va ser la de seguir els estudis d’Antropologia Física, motivat en bona mesura pel mestratge de Joan Comas i Pere Bosch Gimpera, professors de l’ENAH. En aquesta institució universitària es va organitzar també una “xarxa” d’estudiants provinents de l’exili, la majoria d’ells catalans: Allí conocí a compañeros míos que entraron por los mismos motivos que yo. Resultó que el grupo catalán dentro de la ENAH era el grupo de extranjeros más numeroso: estaba Molins i Fàbrega, que era el director de La Batalla; estaba Àngel Palerm, que venía del anarquismo, de la CNT; estaba Pedro Armillas, que acabó siendo un gran arqueólogo, uno de los mejores arqueólogos que ha dado México… En in, había muchos. Formamos un grupo de unos diez (Brufau et alii, 2011: 6). L’ambient intel·lectual d’aquells anys a l’ENAH era extraordinari. Tot un ampli ventall de grans professionals de l’antropologia visitaven Mèxic i oferien cursos en aquella institució: els nord-americans G. Foster, I. Kelly o R. Redield, el francès J. Soustelle... De tota manera l’antropòleg d’origen estranger més inluent en aquells anys va ser Paul Kirchhof, fundador de l’ENAH i investigador de la UNAM, ins a la seva mort (1972). Va impulsar una línia de pensament de iliació marxista i va ser qui va establir el concepte de Mesoamèrica com una àrea cultural diversa, però que compartia molts elements civilitzadors. Va ser decisiu el seu impuls d’una visió etnogràica i etnohistòrica orientada a l’anàlisi de les cultures i societats primigènies: […] el énfasis en la etnografía y la historiografía [en aquella época], además de los requerimientos del Estado, fue la que veía el objeto de estudio de la antropología en las sociedades indias. Lo que es falso es airmar que no existían otras propuestas en la escuela de aquellos días. Tan es así que la tesis de Claudio Esteva Fabregat (igura importante de la antropología contemporánea en España) versó sobre los problemas de la clase obrera. Así mismo, la llamada generación crítica que se forjó en la Escuela Nacional a mediados de los años cincuenta y principios de los sesenta, tocó también temas diferentes a los de la cuestión indígena (Fábregas, 1992: 13). 422 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic Claudi Esteva, en una entrevista recent, expressa la seva discrepància respecte al punt de vista predominant en l’acadèmia mexicana amb aquests termes: […] en aquel momento llegué a la conclusión de que llegar a ser antropólogo indigenista no entraba dentro de lo que pensábamos que tenía que ser la antropología, teniendo en cuenta que no se contemplaban las culturas urbanas y las civilizaciones modernas. Yo en aquel momento estaba convencido de que la antropología no empezaba allí donde terminaba el asfalto. Es decir, la antropología debía incluir también a las sociedades modernas (Brufau et alii, 2011: 9). La lectura d’autors com Ruth Benedict, Clyde Kluckhohn o Abraham Kardiner i la inluència del psicoanalista mexicà Raúl González (Brufau et alii, 2011: 11), que li va presentar el psicoanalista alemany Erich Fromm, van donar una orientació decisiva a l’enfocament teòric i a la trajectòria professional de Claudi Esteva al llarg de tota la seva trajectòria vital i professional: Estuve cinco años siendo psicoanalizado por Fromm y estuve trabajando en el análisis de materiales clínicos, dándoles una comprensión de tipo cultural (Brufau et alii, 2011: 13). Aquest acostament d’Esteva a la psicoanàlisi va tenir conseqüències directes en l’inici de la seva carrera acadèmica: Raúl González Enríquez, que era muy amigo de Alfonso Caso, un antropólogo-arqueólogo, me pidió que diera un curso sobre Cultura y Personalidad en la ENAH, de manera que ésta fue mi orientación. Di este curso, que se completó con una Historia de la Cultura y con uno de Análisis de la Personalidad. Y desde el año 1953 hasta 1956 estuve dando estos cursos en la ENAH. (Brufau et alii, 2011: 13) A la seva tornada a Espanya s’instal·là a Madrid. Portava cartes de recomanació que li havia fet el Dr. Pere Bosch i Gimpera, la qual cosa li aplanà el terreny per tal que pogués aconseguir de manera relativament ràpida els títols universitaris que l’habilitessin per poder exercir com a antropòleg a Espanya, tot i no existir la possibilitat que li fossin reconeguts els estudis realitzats a Mèxic. Així, l’any 1957 obtenia el títol de llicenciat en Història d’Amèrica per la Universidad Complutense de Madrid. L’any següent es doctorà en Filosoia i Lletres a la mateixa universitat (Secció 423 Joan J. Pujadas d’Història d’Amèrica) amb una tesi sobre El caràcter nacional asteca. Fou professor encarregat de curs a la UCM entre els anys 1958 i 1968. L’any 1965 va ser nomenat director del Museo Nacional de Etnología de Madrid, càrrec que ocupà ins al 1968. L’any 1966 fundà l’Escuela de Estudios Antropológicos de la qual va ser director ins a l’any 1968. Aquest mateix any guanyà per oposició la plaça de professor agregat d’Etnologia a la Universitat de Barcelona i el 1971 obtingué la primera càtedra d’Antropologia Cultural a l’Estat espanyol. El 1972 fundà el Departament d’Antropologia Cultural de la Universitat de Barcelona, del qual fou director ins a la seva jubilació, l’any 1986. Paral·lelament, va ser director del Centre d’Etnologia Peninsular i Hispanoamericana, del CSIC de Barcelona (anys 1968–1986). En el marc del CSIC va fundar i dirigir la revista ETHNICA (1971–1986). 6. Àngel Palerm Vich Va néixer a Eivissa l’onze de setembre de 1917, ill d’una família de comerciants. Va ser activista i militant anarquista des de ben jove: membre de la secció local de la FUE, activista de la FAI a l’illa i col·laborador de la revista anarcosindicalista balear Cultura Obrera. Quan va esclatar la Guerra Civil es va enquadrar a la columna menorquina de la CNT i, posteriorment, després dels fets de maig de 1937, deixà l’anarquisme per ailiar-se al PSUC i a l’exèrcit regular republicà, on arribà a ser comandant de l’exèrcit de terra i cap d’estat major de la brigada internacional Garibaldi. Acabada la guerra, i després d’un temps en un camp de concentració francès, pogué sortir per Bordeus el juliol de 1939 a bord del vaixell Mexique en direcció al port de Veracruz, a la costa atlàntica mexicana. L’any 1941 conegué i es casà amb Carmen Viqueira Landa, exiliada republicana, nascuda a Badajoz, de família gallega originària de Betanzos. Palerm mantingué el seu activisme a les Joventuts Socialistes Uniicades (JSU), havent dirigit revistes com Juventud de España, La Lucha de la Juventud i Presencia. L’any 1945 abandonà el PCE per discrepàncies amb la seva línia política i milità un parell d’anys en un grup anomenat Movimiento de Oposición Comunista. Esperonat per la seva dona, Carmen, reprengué els estudis l’any 1945 i l’any 1949 es llicencià en Història per la UNAM i el 1952 obtingué el grau de Mestre en Etnologia per l’Escola Nacional d’Antropologia i Història 424 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic (ENAH).12 Davant la manca de perspectives laborals a curt termini, i seguint el consell del Prof. Joan Comas, acceptà una plaça de funcionari a la Unió Panamericana, la qual cosa suposà el seu trasllat als EUA. Com destaca Alonso (2008) en el seu esbós biogràic, publicat al web del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales: “Ángel hablaba de cuatro exilios: de Ibiza a España, de España a Francia, de Europa a México, y de México a Estados Unidos”. Allà va viure 13 anys, primer com a editor de la Revista Interamericana de Ciencias Sociales, després (1961–1965) com a director del Departament d’Assumptes Socials de l’Organització d’Estats Americans. Desavinences entre el seu tarannà progressista i antiimperialista, l’hegemonia creixent dels EUA en l’organització, la mort de Kennedy i les crítiques de Palerm a la guerra del Vietnam, van signiicar la i d’aquesta etapa.13 El 1965 tornà a Mèxic. Entre 1965 i 1966 va ser representant especial del secretari general de l’OEA a diversos països de l’Amèrica Llatina. Exercí de professor a la Universidad Mayor de San Marcos de Lima, al Perú. Fou professor d’Etnologia a l’ENAH ins que el 1968 abandonà el càrrec com a protesta per la repressió dels estudiants del 2 d’octubre de 1969 i per l’expulsió de professors compromesos amb el moviment estudiantil. Treballà durant dotze anys com a professor del Departament d’Antropologia a la Universidad Iberoamericana, on romangué gran part de la seva vida acadèmica. Hi fundà i dirigí la carrera d’Antropologia Social i l’Instituto de Ciencias Sociales d’aquesta universitat. A partir de 1973, també fou director del Centro de Investigaciones Superiores de l’INAH (CIS-INAH) que, posteriorment, passà a denominar-se CIESAS i a independitzar-se de l’INAH. 12 A l’ENAH va tenir grans mestres com Isabel Kelly, Sol Tax, Pedro Armillas, Pedro Carrasco, Ricardo Pozas, Robert Redield, George Foster i Paul Kirchhof. Kelly va ser la seva gran introductora al treball de camp en un projecte sobre l’àrea d’El Tajín (Veracruz). Les aportacions de Palerm en aquell estudi van ser tan rellevants que Kelly el va fer coautor del primer volum del llibre he Tajin Totonac. Subsistence, Shelter, and Technology (Washington, Smithsonian Institution, 1952). Pedro Armillas i Pedro Carrasco, exiliats republicans com Palerm, també s’havien format a l’ENAH i feia poc que havien acabat els seus estudis quan van ser professors de Palerm. Altres exiliats, com Santiago Genovés i José Luís Lorenzo van ser companys de Palerm a l’ENAH. S’anaven consolidant els llaços d’aquesta petita comunitat d’exiliats antropòlegs. 13 Durant la seva estada als EUA, l’any 1962, obtingué el seu grau de doctor en Ciències Socials a l’Instituto de Planeación Regional del Perú. 425 Joan J. Pujadas Des del punt de vista de la recerca, realitzà treballs de camp a Guatemala, Perú, Israel i, sobretot, a Mèxic. Les seves tesis antropològiques el dugueren a criticar l’ortodòxia marxista per adoptar posicions obertes a un evolucionisme multilineal que comportava preveure la possibilitat de la supervivència del capitalisme o de la seva transició cap a altres sistemes que no havien de ser necessàriament el socialisme. La seva aplicació del model del “despotisme oriental” per explicar l’estalinisme provocà respostes irades dels sectors ortodoxos. S’esforçà per trobar un mètode comparatiu que fos d’aplicació a les diferents formacions socials i se centrà, en especial, en l’agricultura meso-americana (Palerm i Wolf, 1972), els sistemes prehidràulics (Palerm, 1973), el concepte de mode de producció (Palerm, 1976), l’anàlisi de la relació entre marxisme i antropologia i la formació del sistema colonial. Cal destacar, però, una contribució molt singular, que és la mostra del seu caràcter de mestre indiscutible de l’antropologia. Ens referim a la seva Historia de la Etnología, concebuda en sis volums, dels quals va deixar publicats en la seva mort els tres primers, dedicats respectivament a: Los precursores (vol. 1), Los evolucionistas (vol. 2), Tylor y los profesionales británicos (vol. 3).14 Aquest ingent projecte es fonamenta en tres pilars bàsics, que mostren la visió de Palerm sobre l’antropologia: 1. L’antropologia, a diferència d’altres ciències, no posseeix un cos teòric tancat, sinó que consisteix en un conjunt de teories vinculades a problemes i enfocaments particulars, la qual cosa implica la necessitat de situar històricament les formulacions teòriques en el seu context històric particular. Per tant, dedicar-se a la història de l’antropologia volia dir treballar sobre la teoria antropològica (Alonso, 1979). 2. L’etnograia esdevé una “tradició cultural” i quasi un gènere literari, juntament amb els relats de viatge, ja des de la tradició clàssica inaugurada per autors com Heròdot, Cèsar, Estrabó o Tàcit, ins als nostres dies. Aquesta tradició cultural de contingut humanista modiica la seva orientació a mitjan segle xix per esdevenir una ciència formal i és en aquest moment que pretén diferenciar-se dels valuosos i extensos precedents en col·locar-los l’etiqueta de “precientíics” (Palerm, [1974] 2010: 14). 3. Una història de l’antropologia, concebuda com el resultat d’un procés acumulatiu d’experiències i descripcions, controvèrsies, que s’emmar14 Aquest projecte d’una Historia de la Etnología ve precedit per un llibre publicat l’any 1967, titulat Introducción a la Teoría Etnológica (Universidad Iberoamericana, Mèxic). 426 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic quen històricament en processos de conquesta, exploració, comerç i altres formes de mobilitat durant dos mil·lennis i mig, no pot ser reduïda, com ho fan els historiadors de l’antropologia anglosaxons i francesos, a un curt període que arrenca de inals del segle xviii, sense tenir en compte tota la història intel·lectual anterior, que es remunta als autors clàssics grecoromans. Una història així és rebutjada per Palerm, pel seu etnocentrisme i per la seva ideologia imperialista (Peña, 1987: 285). Aquesta concepció a la vegada humanista, crítica, universalista i postcolonial és en el centre de la seva concepció del paper que ha de jugar l’antropologia, entesa com a comunitat cientíica. Una comunitat cientíica, però, on la producció en llengua espanyola ha de tenir més protagonisme, ja que ha d’enllaçar la tradició espanyola, expressada en les aportacions dels cronistes d’Índies, i la seva construcció de l’alteritat cultural amb les noves tradicions representades per les ciències socials i humanes d’arrel llatinoamericana: Si existe o puede existir una disciplina universal por su propia naturaleza, es la antropología. Si existe o puede existir un cientíico desprovisto de prejuicios nacionalistas, racistas, culturales o sociales, es el antropólogo. Formamos parte, profesores y estudiantes, de una verdadera comunidad internacional. Sin embargo, hay toda clase de razones —pedagógicas, académicas, culturales, hasta económicas— para desear ver una mayor producción en lengua española en el campo de la antropología sociocultural (Palerm, 1967: 190). Com airma Jorge Alonso (2008), Palerm va ser, abans que res, un mestre d’antropòlegs. Va morir prematurament a Ciutat de Mèxic el 17 de juny de 1980. Avui en dia les desenes de deixebles que va deixar repartits a Mèxic a les principals institucions que conreen la pràctica antropològica continuen el seu llegat i guarden la memòria del seu mestre. El reconeixement de la seva obra també va arrelar en aquest altre cantó de l’Atlàntic i avui en dia una càtedra hispanomexicana que du el seu nom en manté viu el record i el de les seves lliçons. 7. Els exiliats procedents de Madrid Es tracta de Pedro Carrasco Pizana, José Luis Lorenzo Bautista i Carmen Viqueira Landa. Farem una presentació succinta del seu peril i de la seva obra. Pedro Carrasco Pizana va néixer a Madrid l’any 1921, era ill del físic espanyol Pedro Carrasco Garronera, director de l’Observatorio As- 427 Joan J. Pujadas tronómico de Madrid, ins al seu exili. El jove Carrasco va estudiar a l’ENAH i va ser el segon antropòleg graduat a Mèxic i el primer dins de l’especialitat d’etnohistòria. L’any 1945 va presentar la seva tesi de grau, titulada “Cultura e historia prehispánica de los pueblos mesoamericanos de habla otomiana” que, amb el temps, ha esdevingut una obra clàssica de l’antropologia mexicana (Carrasco, 1950). Els conlictes sorgits entre ell i l’inluent arqueòleg mexicà Alfonso Caso, el van obligar (com va ser també el cas de P. Armillas i A. Palerm) a cercar una alternativa per realitzar la seva tesi doctoral. Va marxar als Estats Units per fer el doctorat a la Universitat de Columbia, havent obtingut el 1951 una beca Guggenheim que li va permetre acabar el seu doctorat l’any 1954 amb una tesi titulada: “Tarascan Folk Religion: An Analysis of Economic, Social, and Religious Interactions”. La tesi va ser dirigida pel Prof. Ralph L. Beals, amb qui ja havia publicat un article conjunt l’any 1944. Va començar la seva carrera acadèmica a la Brandeis University, passant a la State University of New York (Stony Brook), on va fer la resta de la seva carrera acadèmica i on era professor emèrit en el moment de la seva mort, l’any 2012. Tot i el seu segon exili als EUA, a Carrasco cal considerar-lo a tots els efectes com a antropòleg mexicà, tant pel manteniment dels seus vincles acadèmics i personals amb la resta de col·legues de l’acadèmia mexicana, com per la seva incansable tasca d’aprofundir en el coneixement del passat prehispànic de Mèxic. Es va especialitzar en l’estudi del poble tarasca o purépecha (1976b), un gran imperi en època precolonial que contenia altres pobles, com els otomís (1950) o els txitximeques (1963), tot i dedicar atenció a l’imperi asteca (1974, 2006). És autor o collaborador de nombroses obres col·lectives de recerca o de divulgació del període anterior a la conquesta (1976a, 1994, 1978, 2006). José Luis Lorenzo Bautista va néixer, igual que Carrasco, l’any 1921. Es va formar a l’Instituto Escuela de Madrid, una institució que proporcionava una formació liberal i laica, impregnada pel moviment kraussista. Va fer a Mèxic la formació preparatòria per accedir als estudis superiors. L’any 1945 s’incorporà a l’ENAH on tingué una àmplia gamma de professors, entre els adscrits a la pròpia ENAH més el professorat visitant nordamericà. Amb tot, el seu veritable mestre en Arqueologia va ser Pedro Armillas, tot i que aquest encara no havia acabat els seus estudis. També va ser alumne de l’etnòloga Isabel Kelly amb la qual va estudiar la comunitat indígena d’El Tajín a Veracruz. El seus estudis de postgrau van ser realitzats a la Gran Bretanya, França i Suïssa. Es va especialitzar en els estudis 428 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic paleoambientals i la geologia del quaternari (1958), i va adoptar una visió social de l’arqueologia, aplicada a la interpretació històrica de les revolucions neolítica i urbana (1961). A banda de la seva activitat acadèmica com a professor de l’ENAH, va dedicar una part important de la seva vida a l’activitat museològica: Museo Nacional de Antropologia, Museo de Antropología e Historia de Morelia (Michoacán). Museo de los Fuertes de Puebla15. La seva dedicació a la docència, de la qual va ser un gran innovador, que el va dur a la creació d’una escola de reputació internacional, així com les seves tasques d’arqueòleg de camp i de gestor de llocs arqueològics i museogràics el van dur a una rellevant tasca de divulgador i de sintetitzador de la història i la prehistòria de Mèxic (1967, 1976, 1980, 1982). Carmen Viqueira Landa, nascuda a Badajoz el 20 d’agost de 1923, de família gallega, va viure la major part de la seva vida ins a la Guerra Civil a Madrid, on va estudiar a l’Instituo Escuela (1926–1933) i a l’Instituto Velázquez (1934–1939). Va arribar a Mèxic amb la seva família l’any 1940, després de passar un any a Anglaterra, acollida per una família britànica. Va fer els estudis preparatoris al Colegio Hispano-mexicano i de seguida va conèixer Àngel Palerm, amb qui es casà. Va estudiar Psicologia a la UNAM. A les comunitats d’El Tajín i Eloxochitlán, on A. Palerm feia recerca amb I. Kelly, Viqueira va aplicar tests psicològics, que van donar com a resultat una publicació conjunta (1951). La seva tesi doctoral, dirigida per Stanley Diamond (1977), va ser “Percepción y Cultura”. Hi va desenvolupar els seus plantejaments sobre els fonaments culturals de la percepció: el caràcter adaptatiu al medi geogràic i climàtic pel desenvolupament de les capacitats sensorials humanes, en oposició a les teories innatistes (Melville, 2011: 166). La seva trajectòria acadèmica està estretament lligada als ritmes i a les etapes de la trajectòria del seu marit. L’etapa d’A. Palerm a l’OEA (1954– 1967) va ser el període en què Viqueira va poder realitzar la seva tesi doctoral. Retornats a Mèxic, va contribuir en cos i ànima a la consolidació del programa d’Antropologia de la Universitat Iberoamericana, creat per Palerm. Des de 1978 va ser la directora del Departament d’Antropologia d’aquesta universitat, quan Palerm va ser designat director del CIESAS. 15 Obra seva és la concepció i execució de la Sala de los Orígenes de l’actual Museo Nacional de Antropología de Ciutat de Mèxic. Entre 1964 i 1967 ocupà el càrrec de director de Monumentos Prehispánicos i l’any 1971 va ser nomenat cap del Departamento de Restauración del Patrimonio Cultural mexicà. 429 Joan J. Pujadas En aquest període, que arriba ins a la seva jubilació, publica dos treballs principals (1990, 2001) i es dedica, principalment, a reeditar alguns dels treballs del seu marit, mort l’any 1980. Tots els biògrafs de Viqueira destaquen la seva dedicació constant a la millora del programa de postgrau en Antropologia de la Universitat Iberoamericana, activitat que va continuar desenvolupant, ins i tot jubilada. Morí a Ciutat de Mèxic el dia 21 de juliol de 2010. 8. La generació dels ills dels exiliats en l’antropologia mexicana Els antropòlegs de la segona generació de l’exili català, tots ells en actiu, són: Roger Bartra i Murià, Andrés Fábregas Puig i Glòria Artís Mercadet. En farem una molt breu caracterització. Roger Bartra i Murià, ill d’Agustí Bartra i Anna Murià, va néixer a Ciutat de Mèxic el 7 de novembre de 1942. Es formà en Etnologia a l’ENAH i en Sociologia a la Universitat de la Sorbona, on obtingué el grau de doctor. Va ser professor i investigador de l’Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Ha estat professor visitant en diferents universitats: la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, el Centre Paul Getty de Los Ángeles, la Universitat de Wisconsin, la Universitat de Califòrnia La Jolla i a la càtedra Joaquim Xirau de la Universitat de Barcelona (2010). Actualment és investigador emèrit de la UNAM. Entre la seva vintena llarga de llibres cal destacar: La jaula de la melancolía (1987), El salvaje en el espejo (1992), Oicio mexicano (1993), La fractura mexicana (2009), El mito del salvaje (2011) i La sombra del futuro (2012). Andrés A. Fábregas Puig, ill de pares catalans, va néixer a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 14 de febrer de 1945. El 1969 va obtenir el Màster en Etnologia, de la Secció d’Etnohistòria de l’ENAH amb la tesi: “Nahualismo y su expresión en la región de Chalco-Amecameca”. L’any 1970 accedí al doctorat de la UIA, que incorporava una estada d’un any a la Universitat de Nova York, Stony Brook. La seva tesi va ser llegida, sota la supervisió d’Àngel Palerm a CIESAS. Es va iniciar a la docència a la UIA, va fundar, juntament amb José Lameiras, Juan Vicente Palerm i Roberto Varela, el Departament d’Antropologia de la UAM-I. Allà romangué com a professor ins al 1985. Ha estat professor en més de deu universitats mexicanes i estrangeres. Fou fundador i primer rector de la Universidad de Artes y Ciencias de Chiapas i de la Universidad Intercultural de Chiapas. Durant la seva estada a Guadalajara (Jalisco) va fundar el programa del Doctorat en Ciències Socials d’El Colegio de Jalisco. Com a investigador ha fet impor- 430 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic tants aportacions en antropologia social i, des del punt de vista regional, destaquen les seves publicacions dedicades a Chiapas (1985, 2010-2011, 2012) i a Jalisco (1986), així com un estudi molt reconegut sobre el futbol (2000) i un treball comparatiu entre els Altos de Jalisco i la Sierra de Ávila, en col·laboració amb Pedro Tomé (2000, 2001, 2002). Glòria Artís Mercadet, illa d’Avel·lí Artís (Tísner), es va graduar a l’ENAH amb l’especialitat d’arqueologia. És membre de l’Academia Mexicana de Ciencias Antropológicas i, ins a l’any 2009 va ser coordinadora nacional d’Antropologia de l’INAH. Forma part del sistema d’investigadors: Nivell C. Dirigeix la revista Diario de Campo. A banda de les seves publicacions especialitzades dins de l’àmbit de l’arqueologia, ha fet una important tasca divulgadora, publicant o coordinant llibres com: Antropología e Historia (2000), La antropología en su lugar (2004) o A qué nos referimos cuando hablamos de Antropología? (2013).16 La comunitat mexicanocatalana d’antropòlegs i antropòlogues: arrels i memòria Els exilis, altres exilis, són també presents en aquesta genealogia intellectual, que emmarca la memòria que hem anat construint sobre els nostres orígens. Cal esmentar la igura, ja citada a l’inici d’aquest text, de Josep Maria Batista i Roca. Entre 1915 i 1916 residí a Londres i Oxford, i es dedicà a l’etnologia. Fou un dels fundadors l’any 1917 de l’Arxiu d’Etnograia i Folklore de Catalunya, juntament amb Tomàs Carreras i Artau. Fou un dels introductors de l’escoltisme a Catalunya i el 1927 organitzà els Minyons de Muntanya. S’exilià a Anglaterra i des de 1939 a 1976, data del seu retorn a Catalunya, fou professor al Trinity College de Cambridge i va reorientar la seva carrera cap a la història. Va ser un gran activista de la qüestió catalana i fou un dels principals promotors del Consell Nacional Català. L’any 1978, en què es creà l’Institut Català d’Antropologia, Batista i Roca va ser nomenat president honorari, tot intentant simbòlicament fer l’enllaç entre aquella tradició d’estudis etnològics d’inicis del segle xx, de la qual ell va ser pioner, amb la represa que protagonitzava la nostra generació. Un altre exili, aquest interior, ve personiicat en la igura del basc Julio Caro Baroja, autor d’una torrencial producció assagística, etnogràica 16 Dins d’aquesta segona generació, també cal esmentar la Dra. Carmen Icazuriaga Montes, illa d’un immigrant basc. 431 Joan J. Pujadas i històrica, que el converteix en l’únic referent per aquella generació d’antropòlegs socials britànics i nord-americans que a mitjan segle xx arriben a Espanya i comencen una exploració bastant sistemàtica de caràcter etnogràic. Des de George Foster, a Julian Pitt-Rivers, Joseph Aceves, William Douglass, Stanley Brandes o Davvyd Greenwood, entre d’altres. Tot i la importància cabdal de les aportacions de Caro Baroja a l’antropologia espanyola, és cert que la seva inluència a la nostra generació, a Catalunya i a la resta de l’Estat, ha estat indirecta i molt tardana.17 El mateix es pot dir de l’arqueòleg basc José Miguel de Barandiarán. L’exili també és present, en sentit oposat, amb l’arribada a mitjan anys 1970 de la Dra. Dolores Juliano, provinent de l’Argentina, país del qual s’hagué d’exiliar a causa de la dictadura militar. Des del 1977 va ser professora del Departament d’Antropologia de la Universitat de Barcelona, ins a la seva jubilació, esdevinguda l’any 2001. Especialista en antropologia de l’educació, estudis de gènere, migracions i identitats ètniques, ha dedicat també una bona part de la seva obra a analitzar diferents formes d’exclusió social. L’any 2010 va rebre la Creu de Sant Jordi, en reconeixement a les seves aportacions cientíiques i cíviques.18 Un col·lega de Juliano a la Universidad de Mar del Plata en el moment de l’arribada de la dictadura a l’Argentina era Eduardo Menéndez Spina. Ell optà per l’exili a Mèxic, on va esdevenir una igura de referència dins l’àmbit de l’antropologia mèdica. Els seus estudis sobre l’alcoholisme li atorgaren prestigi internacional. A banda de les seves aportacions a aquest camp d’especialització, ha fet contribucions fonamentals al camp de la teoria i l’epistemologia antropològiques. Des de fa més de 25 anys Menéndez ha contribuït amb el seu magisteri a la consolidació del camp de l’antropologia mèdica a la Universitat Rovira i Virgili. Com a testimoni del reconeixement a la seva tasca el dia 21 de maig de 2009 va ser investit doctor honoris causa per la URV.19 17 Com assenyala Castilla, aquesta anomalia es pot explicar de la manera següent: “Uno de los motivos que más ha inluido en esta situación es la propia actitud y personalidad de don Julio, a menudo indeciso en la deinición de su labor y con frecuencia empeñado en negar toda adscripción particularista que pueda minar su independencia” (Castilla, 2002: 273). 18 La vida de Juliano està molt marcada per l’exili. El seu marit era un exiliat republicà que s’instal·là a l’Argentina al inal de la Guerra Civil. 19 Un altre exili des de l’Argentina a Mèxic és el del Prof. Néstor García Canclini, un dels intel·lectuals més reconeguts de llengua hispànica de caràcter internacional i un dels capdavanters en la coniguració dels estudis sobre la ciutat i sobre les diferents formes d’hibridació i mestissatge cultural, que tenen les ciutats per escenari. Els vincles entre l’obra de Canclini i 432 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic La meva reconstrucció dels ils argumentals i personals que fonamenten la nostra identitat col·lectiva professional i generacional, tot i ser àmplia, no exhaureix ni de bon tros tots els lligams que ens uneixen als exilis i, en especial, a l’exili republicà. Es tracta, sens dubte, d’una reconstrucció subjectiva, que el temps i la crítica dels meus companys generacionals acabaran de depurar i de ixar. Com deia Halbwachs: la historia no es todo el pasado, pero tampoco es todo lo que queda del pasado. O, si se quiere, junto a una historia escrita, se encuentra una historia viva que se perpetua o se renueva a través del tiempo (Halbwachs, 1995: 209). En d’altres paraules, queda clar que resulta molt difícil separar allò que és memòria històrica del que és memòria col·lectiva. Té raó Pierre Nora quan airma que “el estallido de la memoria es la culminación de su desaparición en el fuego de la historia. La necesidad de memoria es una necesidad de historia” (Nora, 1984). Però en el cas que ens ocupa, les coses, tal vegada, són una mica diferents. La historiograia sobre la Guerra Civil, sobre el franquisme i sobre l’exili republicà és aclapadorament àmplia. Els historiadors han fet (i crec que han fet bé) la seva feina. Però la història no pot suplir l’absència de polítiques públiques que restaurin la memòria dels vençuts, dels republicans, dels exiliats. El dret a la memòria és el dret a la recuperació de la dignitat, una dignitat trepitjada durant més de mig segle. La història i els historiadors no poden suplantar el pacte de silenci amb què es va iniciar la transició política cap a la democràcia. Els abusos i la crueltat dels vencedors durant mig segle no ha tingut cap reparació simbòlica. Els alemanys van demanar perdó pel genocidi nazi. El sector franquista de la societat espanyola no només no ha demanat perdó, sinó que sembla estar molt orgullós d’aquest llarg període de la història. La “España rota” és la Espanya indigna dels que es van aproitar de l’altra mitja Espanya. Uns patint el silenci i la por dins d’un exili interior; els altres maldant per tornar a casa, aixoplugats en molts indrets del món gràcies a l’acolliment forçat o generós dels països de tres continents. Mèxic, sens dubte, constitueix un cas a part. Des de molts punts de vista va esdevenir la veritable pàtria dels apàtrides, expulsats de casa seva el nostre grup generacional, tot i ser indirectes, són molt presents. La URV i la UB, mitjançant la càtedra Àngel Palerm, estan vinculades a la UAM-I i als seus enfocaments, que són un referent per a molts de nosaltres. 433 Joan J. Pujadas per ser idels a la legalitat vigent i a les seves idees de progrés. Alguns van tornar, altres van romandre per sempre més al país asteca. Mèxic no és, no pot ser, un país estranger per a tots nosaltres. Mèxic, com va argumentar Gaos, és l’encarnació en molts sentits d’allò que hauria pogut ser la pàtria ibèrica. Les trajectòries d’aquesta dotzena llarga de mestres i col·legues que acabem d’evocar, tot i el trauma i el dol per la pèrdua que va suposar el seu exili, s’acosta a allò que hauria pogut ser la vida normal d’uns intel·lectuals de primer ordre, que van ser suplantats per una generació mediocre sorgida a l’escalf de la dictadura franquista. Mèxic és, per a tots nosaltres, el principal lloc de la memòria i els exiliats republicans que hem adoptat com a ancestres de la nostra estirp són els monuments d’aquesta memòria, un patrimoni col·lectiu de tots nosaltres, que basteix la nostra identitat i la nostra línia de iliació. 434 L'antropologia catalana i l'exili republicà a Mèxic Bibliograia citada Alonso, Jorge (2008), Ángel Palerm Vich. Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, Sección Biografías. 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En un moment en què les veus conservadores de la memòria oral han arribat al límit biològic de la seva edat i deixen lloc als discursos formatejats de recuperació memorial, ens ha semblat indispensable recuperar aquests testimonis, malgrat poder ferir la sensibilitat d’aquells que volen disculpar la República Francesa del seu acolliment dels antifeixistes d’Espanya, d’Alemanya, d’Itàlia o d’aquells que minimitzen el rol criminal de l’estat de Vichy en nom del temps transcorregut. Paraules clau Argelers, camp de concentració, exili, refugiats Abstract he present text recovers the oral memories of witnesses and compares it with the clearest evidence from archive sources, and in doing so it sheds a little unexpected light on the history of the concentration camp at Argelers. At a time when the numbers of those who remain alive to impart these oral memories are dwindling and there is a corresponding call to record their memories before they are lost, we felt that it was essential to record these witness accounts, even if this may ofend the sensibilities of those who wish to excuse the French Republic's treatment of antifascists from Spain, Germany and Italy, or of those who try to play down the criminal actions of the Vichy regime on the basis that they occurred a long time ago. Keywords Argelers, concentration camp, exile, refugees Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 445–476. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Felip Solé Incontestablement el camp d’Argelers ha esdevingut símbol i cruïlla en la memòria catalana de l’exili republicà. Re-traçant la seva història es teixeix també el “il roig” contra la sedició i la subversió de la “ideologia estrangera” entre els diferents serveis de l’Estat francès, des de la Tercera República al Govern col·laboracionista de Vichy. Però alhora també la capacitat d’aquests serveis en la utilització dels estrangers com una mà d’obra tan providencial com explotada. Sobre aquella platja àrida es va jugar un drama en tres actes palpablement demostrats: la incapacitat d’endegar el lux de refugiats de la retirada de l’hivern del 1939, “l’estranya guerra” entre el setembre i el maig del 1940, i a partir del juny del 1940 la col·laboració de França amb l’Alemanya nazi, l’Espanya franquista i la Itàlia feixista, convertida en una croada contra un enemic comú. El camp d’Argelers és un laboratori a cel obert de mesures d’exclusió per a estrangers del qual no en subsisteix cap resta física si no són les ombres ardents d’una història enterrada en la sorra batuda pel vent. El control administratiu del camp d’Argelers sota Vichy inaugurarà una nova etapa i, a la vegada, comportarà el seu tancament deinitiu al cap d’uns quants mesos; un tancament programat i acompanyat de tota una sèrie de noves mesures d’exclusió contra els estrangers internats amb la reorganització dels camps de la zona sud francesa seguint la lògica de col·laboració amb l’ocupant alemany. “Camp d’allotjament”, aquest serà el seu nom oicial substituint el de “camp de concentració”. La primera reorganització té lloc el 25 d’octubre del 1940 amb la decisió de destinar els camps de Vernet i Rieucros com a llocs d’agrupament dels estrangers classiicats perillosos i el camp de Gurs per a refugiats súbdits del Reich alemany. Per contra, tots els estrangers considerats i classiicats com a “no perillosos” hauran de ser transferits a Argelers de la Marenda. Recordem que des del 4 d’octubre del 1940, els estrangers d’origen jueu també poden ser internats per decisió administrativa dels prefectes; una llei que reforça la desconiança generalitzada envers els estrangers “indesitjables” presents en el territori nacional francès, com ho il·lustra la terrible història de Boris W. L’11 de juliol del 1940 les autoritats obren una investigació a aquest antic soldat rus, refugiat a França des del 1930, i que en aquell moment està destinat a treballs auxiliars de cuina en un refugi per a republicans espanyols situat a Molig, un municipi del Conlent al peu del Canigó. El comissari de policia que l’investiga el descriu com a individu asocial i violent, l’acusa de manifestar expressions antinacionals i conclou el seu in- 446 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament forme demanant “l’internament en camp de concentració”.1 El sotsprefecte de Prada de Conlent ordena l’internament a Argelers. El dia del seu arrest Boris W. se suïcida… Des del mes de setembre del 1940 i a mida que avança la reorganització dels camps, el nombre d’internats a Argelers no deixa de créixer. El 20 de novembre, 2.300 refugiats republicans espanyols hi són transferits des del camp de Bram, el mateix dia que té lloc la primera reunió del Comitè de Nimes,2 agrupant 25 organitzacions religioses humanitàries encarregades d’aportar ajuda i assistència als internats dels camps francesos de la zona sud no ocupada. El Socors Suís als Infants també en forma part i està representat per un dels seus membres destacats: Elisabeth Eidenbenz. Poc després de la retirada havia creat una maternitat provisional a Brullà, primer, i, després, la d’Elna. Des del mes de setembre ha aconseguit muntar i fer funcionar sense interrupció a l’interior del camp d’Argelers un quiosc de distribució d’aliments anomenat la Gota de Llet. L’ajuda consisteix en un got de llet diari als infants de 2 a 16 anys i berenars tres vegades a la setmana. Als menuts de menys de dos anys els preparen biberons i farinetes. Des d’un bon començament 1.0483 infants gaudeixen de la Gota de Llet, i a començaments de l’any 1941 són 2.000! L’acció del Socors Suís als Infants no es limita a la distribució de queviures, també es prodiga en l’ajuda a dones malaltes de tifus, una plaga mai extingida al camp, a les mares recents acabades de portar un ill en el món concentracionari, a les dones embarassades, als vells… Però no n’hi ha prou, i per poder fer front a la situació catastròica provocada pel nombre creixent de dones internades, Elisabeth Eidenbenz aconsegueix instal·lar un annex de la maternitat d’Elna al mateix camp d’Argelers. L’estructura serà coinançada en ¾ parts pel Secours Quakers Américain,4 representat al Rosselló per Miss Elmes,5 1 ADPO 109W327. Dossiers individuals W. 2 Comitè de coordinació per a l’assistència als camps del sud de França, anomenat Comitè de Nimes. 3 Informe de la Comissió Internacional. Philadelphia març de 1940. 4 Tant el Socors Quàquers (American Friends Service Committee) com el Socors Suís als Infants són organitzacions de confessió protestant. Durant la guerra la seva ajuda humanitària va estar dirigida en major part a la maternitat d’Elna i al camp de Ribesaltes. Als Pirineus Orientals els quàquers disposaven de dues colònies d’infants a Canet Platja i als Banys de Vernet. 5 Delegada dels quàquers per al departament dels Pirineus Orientals, Miss Elmes (o miss Elme) va actuar al camp d’Argelers des de l’hivern del 1939, després d’haver retornat d’Espa- 447 Felip Solé que fornirà llits de camp i mantes (provinents del camp de Bram) com també aliments. Des del mes de desembre del 1940 Elisabeth Eidenbenz aconsegueix tenir condicionades dues barraques gràcies a l’esforç dels fusters republicans internats al camp que treballen a les companyies de manteniment (Génie NDLR). Cal pensar que quan les joves mares amb els seus nadons passen de la maternitat d’Elna a aquesta “maternitat” gaudeixen de millors condicions d’higiene i vida que la que hi ha a les barraques. El dia 6 de maig del 1941 Remei Oliva i el seu nadó Rubén deixen la maternitat d’Elna i tornen al camp. Es troba amb la mare ingressada a l’hospital de Perpinyà i amb el pare, mig cec i amb 62 anys, sol, però ajudat per les dones de la barraca. El marit no hi és, ha hagut d’enrolar-se en una CTE i treballa per a l’exèrcit francès. A la barraca l’espera un bressol, fet pel seu pare, amb fusta recuperada d’alguna barraca esberlada pel vent, però sense màrfega ni llençols. Per pal·liar aquestes situacions generalitzades Elisabeth donava a totes les mares que internaven al camp una panera de vímet a mode de bressol, un petit matalasset, una manteta i bolquers. A la barraca, les dones cedeixen a la Remei un lloc davant l’estufa i prop d’una inestra perquè el nadó pugui tenir una mica d’escalfor i de llum natural: “Ho van decidir perquè en Rubén no estès a la fosca, però el problema era la tramuntana. La sorra penetrava a través de la tela mosquitera.” La Remei Oliva té prou llet per alletar en Rubén, però el poc que menja és de mala qualitat i el nen no agafa pes… La Gota de Llet proporciona llet per als biberons. La Remei anava a buscar la llet en pols i se la bevia: “Els biberons me’ls bevia jo i així tenia llet materna bona per en Rubén.” Aquesta manera de criar provoca les crítiques de les organitzacions humanitàries i instauren que nadons i infants prenguin l’alimentació directament. Donada la situació tota la família de la Remei es mobilitza, el germà li envia la fortuna de quinze francs, ja que en guanya dos per dia; el marit cobra cinquanta cèntims per dia, el mateix sou que els soldats, i li envia deu francs. Amb aquesta magra economia la Remei compra pots de llet i galetes al camió d’alimentació que cada dia va al camp. Pensa que amb farinetes de galetes i llet el nadó agafarà el pes necessari: “Recordo que li provocava nya, on havia obrat en solidaritat i ajuda al camp republicà. Originària de Waterford (Irlanda), Mary Elmes va ser un personatge central en l’ajuda als refugiats republicans dels camps del sud de França (sobretot a Ribesaltes) ins a l’any 1942. Detinguda pels alemanys el febrer del 1943 i transferida, primer, a Tolosa de Llenguadoc (a la presó de Saint Michel) i, a continuació, a la presó de Fresnes (París), quan serà alliberada tornarà i s’instal·larà a Perpinyà on continuarà amb l’ajuda humanitària. 448 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament estrenyiment i llavors hi afegia més aigua ja que no teníem pediatra…” La Remei Oliva sempre té una tovallola a punt per protegir l’infant de les ventades: “Tenia uns ulls molt macos i pensava: un dia aquests ulls s’ompliran de sorra. Això em feia molta por, però als quatre mesos ja va dir la primera paraula… iaia”. En aquest moment del camp el súmmum del reinament gastronòmic està compost de pastilles de caldo Maggi amb aigua i pa sec que ella comparteix amb les altres dones. No tenen plats o, en el millor del casos, són plats militars provinents dels soldats de la retirada. Fan servir les llaunes buides dels pots de conserves i, malgrat tot, la solidaritat continua viva i la dona que té diners per comprar extres com cafè el reparteix amb bon humor i ironia. “De vegades em deien: Digues-li a la Remei, que avui no vull l’esmorzar i pot prendre el meu. Avui vaig al bar…de la platja.” El camp d’Argelers continua dividit en deu illots. Dos “subcamps” estan destinats a les dones i als infants. Hi ha un altre subcamp destinat als gitanos expulsats pels nazis de les regions d’Alsàcia i Lorena, a qui es permet viure en família. Dels altres set camps destinats als homes, dos estan reservats als brigadistes internacionals i un com a illot especial de càstig disciplinari. A continuació hi ha l’illot de la infermeria, el dels serveis d’enginyeria, el de transports i, inalment, el de la guàrdia mòbil. Sota la tutela del Ministeri de l’Interior de Vichy, el camp només compta amb 150 guàrdies mòbils repartits en quatre escamots a peu i dos escamots mòbils. Cal afegir a aquesta llista de subdivisions de l’espai les barraques de la intendència, la de correus i la de la direcció del camp. Cada illot té assignat un oicial de l’exèrcit francès com a responsable, però delega i està assistit per un cap d’illot i un intendent republicans encarregats de rebre i de distribuir els queviures. No cal dir que pràcticament tota la feina recau en els mateixos interns. Pel que fa a l’avituallament està dividit en dues partides, una assegurada pel Ministeri de l’Interior, que nodreix els refugiats internats, i una altra sota els auspicis del Ministeri de la Guerra, que forneix l’alimentació dels que treballen a les seves ordres, que es tracta tant de refugiats republicans com de refugiats europeus o treballadors francesos, també internats. Els queviures arriben de Ceret i de Carcassona; palla, userda i blat de moro per als animals de Castres; mantes i roba de Montpeller… Sota la vigilància dels oicials francesos són els refugiats espanyols qui gestionen les distribucions i continuen fornint tota la mà d’obra necessària en tots els serveis; refugiats que, considerats com a “treballadors estrangers”, integren les companyies d’enginyeria encarregades de la refecció constant de les barraques i dels treballs de manteniment 449 Felip Solé general del camp. La 44a CTE s’encarrega dels serveis de transport i vetlla pel manteniment i el bon funcionament de més de 200 camions de l’exèrcit republicà procedents de la retirada, necessaris pel normal funcionament. L’hospital del camp també és totalment gestionat pels mateixos refugiats republicans amb 25 metges, 3 farmacèutics, 26 infermeres i 47 auxiliars, segons un report establert a inals de l’any 1940. El camp número 9, on viuen les dones i els seus infants, llinda amb els dels homes, però entremig hi ha el fossar constituït per una riera. La separació entre esposes, ills i marits és quasi total i absoluta, i només es poden veure una vegada a la setmana, els diumenges, i comunicar-se separats per ilats de dobles reixes… En aquest improvisat locutori s’assabenten de les bones o males noves, excepte els dies de tramuntanades, quan el vent del nord provoca autèntiques tempestes de sorra que torturen els rostres i impedeixen entendre’s, malgrat parlar-se a crits. Els refugiats que treballen en les CTE també acudeixen al locutori. Sovint vénen de lluny per comunicar-se a crits amb les seves dones i els seus ills; uns nens que conviuen amb la tragèdia de la sorra d’Argelers, dèbils, mal alimentats, amb el pare absent… L’afecte de les mares és l’únic antídot contra la misèria del camp. D’altra banda, les refugiades han aconseguit l’autorització per organitzar més eicaçment el taller de costura i confeccionar vestits per a elles mateixes i els seus ills. Es disposa del testimoni de Krisa, el ill d’una de les costureres que va arribar al camp el dia 15 de desembre del 1941 amb la màquina de cosir familiar salvaguardada de totes les evacuacions, ja que era la seva única riquesa. De fet cosirà i apedaçarà els vestits esparracats i foradats d’una multitud de dones mal vestides i mal protegides del fred i, de tant en tant, algú li donarà alguna moneda. En aquest moment el camp d’Argelers continua absorbint totes les persones que fan nosa dintre l’organització de l’estructura econòmica productiva francesa. El cas del jove Krisa, d’origen ucraïnès, però amb passaport polonès, ho il·lustra perfectament. Evacuats de la Gironde viatja amb els seus pares en un tren. A l’estació de Lió la policia vichysta els intercepta. Els iquen en un altre tren i van a parar a Argelers sense més explicacions. El que colpeix més al jove és l’arribada a l’estació d’Argelers quan veu un munt de policies, de gendarmes, un munt de badocs… una veritable ira. Els viatgers són canalitzats i obligats a caminar els tres quilòmetres que hi ha ins al camp: “Tinc el record de l’entrada. També d’una multitud de gent que ja era a l’interior, eren els refugiats republicans espanyols…” Deu dies més tard se celebra Nadal i les associacions humanitàries locals or- 450 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament ganitzen una festa per als infants del camp. Hi ha espectacle de guinyol i una gran taula on els serveixen una espècie de sopa de llet: “Em va crear rebuig aquella sopa. Em va fer mal. Vaig estar malalt!” De fet, la taula estava parada a prop de les latrines i l’adolescent Krisa encara no havia tingut temps d’acostumar-se a la intensa pudor que desprenien, provocadora de nàusees. I un altre record que també li ha quedat gravat és que al camp de dones, no gaire lluny del camp dels comandaments, hi havia uns grans altaveus penjats als pals elèctrics que difonien notícies, informacions del mateix camp i música. La tonada d’una havanera li va quedar per sempre més, era Carmen, de Bizet, juntament amb la imatge de les llaminadures nadalenques distribuïdes. El pare d’aquest jove ucraïnès havia arribat a França l’any 1928. Molt poc abans havia acabat el servei militar a Polònia, ja que Ucraïna havia estat annexada i vivien sota nacionalitat polonesa. De resultes d’una aspra discussió familiar amb el seu pare emigra a França i a la regió Lorena coneix a qui serà la mare del jove Krisa, també ucraïnesa emigrada. Tot va bé per aquest matrimoni ins a la declaració de guerra, moment en el qual dones i infants són evacuats cap al sud del país, mentre que els homes es queden per continuar fent funcionar les fàbriques. I durant nou mesos no va passar res, era “l’estranya guerra”, ins que un bon dia els alemanys passant per Bèlgica i Luxemburg ocupen França: “El meu pare es va retrobar amb nosaltres i junts vam anar cap a la Gironde. El meu pare es va posar a treballar en una foneria que fabricava obusos ins que va ser bombardejada pels italians.” Al camp hi ha moltes altres famílies ucraïneses que els Krisa coneixen. N’hi ha una que recorda especialment, una senyora amb dues illes i un petit infant, els seus veïns de barracó: “Eren els meus veïns. El petit va morir, era el tercer de la barraca que moria…” Tot i no recordar les circumstàncies de la mort d’aquest infant guarda viu record del fred que hi feia. Els hiverns del camp van ser terribles, però, malgrat això, als nens se’ls feia esperar a la intempèrie de l’entrada del barracó per allunyar-los de l’espectacle de la mort: “Només recordo els crits de dolor i els plors… de les dones.” El jove Krisa també recorda el moment de la separació del pare: “Els guàrdies mòbils van dir: «Les dones i els nens a un costat i els homes a l’altre.» No podies rebel·lar-te, i com ja havíem estat separats durant nou mesos… i la gent esdevé fatalista, se’ls ordena i ho fan, sobretot pel fet que érem estrangers; aleshores teníem sempre els complexos d’estranger que cada un guarda dins seu, perquè no érem acceptats a tot arreu i calia ba- 451 Felip Solé rallar-se contínuament.” El noi i la seva mare s’estan al camp de les dones situat al costat del dels brigadistes internacionals. En el camp de les dones hi ha gent de totes les cultures europees que s’ajuden en qualsevol circumstància i mantenen llaços de solidaritat davant l’infortuni: “Sé que hi havia bastants jueus, també. La meva mare feia treballs de costura i em parlava que preferia cosir per als jueus perquè ells tenien una mica de diners i li’n donaven.” Les dones mateixes s’ocupen de la cuina, de la cantina dels infants i de la seva escolaritat amb l’ajuda del Socors Suís i dels quàquers. Però, en el conjunt del camp, no tots els refugiats estan sotmesos a les mateixes condicions d’internament. Al subcamp dels gitanos no s’aplica la separació familiar i resta aïllat de la resta del camp. La seva creació remunta a principis de la primavera del 1940, quan preveient la seva arribada una part de l’extrem del camp havia estat desallotjat i, en el lloc deixat disponible, s’havia creat un nou illot destinat a les famílies de gitanos alsacians, on més endavant també seran internats els gitanos espanyols de la retirada. Un informe de l’abril del 19416 menciona que entre els 7.247 interns del camp, es compta amb 1.000 infants en edats compreses entre els 7 i els 15 anys, 600 de menys de 7 anys i 102 nadons de menys de 15 mesos… La situació dels infants gitanos, com també la del infants republicans, és dramàtica. La ubicació dels dos camps familiars, gitanos i republicanes, separats entre si per una distància de més d’un quilòmetre, crea enormes problemes d’intendència a les organitzacions humanitàries. Elisabeth Eidenbenz proposa la construcció d’una segona barraca de la Gota de Llet, esdevinguda indispensable, que comença a funcionar a partir de la primavera del 1941 a i i efecte d’assegurar una distribució equitativa per a tots els infants. Renée Farny, delegat del Socors Suís, també present al camp des del mes d’abril del 1941, en precisa les modalitats en un report del 16 de juny del 1941.7 Els infants de 2 a 16 anys prenen llet els matins a les 8 i també un berenar, només tres vegades a la setmana, a les 4 de la tarda. Als nadons, se’ls dóna un biberó a les 8.30 del matí, farinetes a les 10, arròs amb llet a les 4 de la tarda i un darrer biberó a les 5.30… Les dones embarassades, els vells i els malalts també tenen accés a aquestes dues cantines que, a més a més, distribueixen vitamines als infants tres vegades a la setmana. 6 ADPO 13J83 – Rapport du 27 avril 1941 tiré du fons Fourquet. 7 CICR/Genève. Manuscrit de Renée Farny, delegat del Socors Suís, signat el 16 de juny de 1941. 452 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament Elisabeth Eidenbenz es desplaça quasi a diari ins al camp i organitza el millor que pot aquesta ajuda, procurant que sigui el més efectiva possible. Amb gran orgull recorda: “Van morir moltes nenes i nens, però cap mare…” Per ella i les seves col·laboradores cada naixement era una complicada aventura, però, malgrat això, aconseguien impregnar-lo de tota l’emoció necessària de cara a la mare. Les dones arribaven al part desmoralitzades i afeblides a causa dels mesos o dels anys d’internament als camps i del tracte misèrrim que se’ls donava. A les condicions de vida sempre precàries sovint cal afegir un sentiment de solitud i d’abandó en els interns il·lustrat per exemples quotidians. Així, quan pel Nadal del 1940 Elisabeth Eidenbenz aconsegueix trobar farina i un lequer per fer coure uns pans petits, la direcció li prohibeix l’entrada al camp, com ho testimonia un correu exhumat per Tristan Castanier en el seu excel·lent treball Elisabeth Eidenbenz, la Maternitat Suïssa d’Elna i el Socors Suís en els Pirineus Orientals entre 1939 i 1944.8 No cal estranyar-se, doncs, que malgrat les accions humanitàries la situació de les dones i dels infants sigui com un malson. Les cartes i els informes de l’època en són testimonis roents. En una carta del dia 4 de setembre del 1940, quatre mares poloneses imploren al prefecte dels Pirineus Orientals que les deixi sortir del camp. Fa quatre mesos que han estat internades amb els seus ills i separades dels marits: “Senyor Prefecte, és realment impossible poder aguantar durant més temps en aquest camp. Comprengui que l’alimentació que se’ns dóna no és adequada a les necessitats dels nostres infants. Durant les nits és pràcticament impossible de dormir a causa de la por a la gran quantitat de rates.”9 Un altre infant, ill de llibertaris catalans, és testimoni d’aquestes condicions de vida, ja que va ser internat a Argelers en dues etapes diferents. Josep Torres10 llavors era un adolescent de 14 anys i guarda aquesta imatge de la primera vegada: “La tramuntana bufava quasi sempre. Havíem de menjar amb el cap sota la manta sinó hi havia sorra pertot arreu.” El pare treballava en una companyia de treball, però amb la declaració de guerra tota la companyia s’enrolà voluntària a l’exèrcit francès per la durada de la guerra. Els portaren a la frontera belga i, just abans de l’ofensiva alemanya, el pare obtingué un permís. Les dones van modiicar la distribució de la barraca i fer un racó perquè els pares estiguessin junts dues curtes nits. Aquesta serà 8 “Femmes en exil, mères des camps”, op. cit., pàg. 159. 9 ADPO 109W301. Dossiers individuels Ba-Be. 10 Entrevista a Josep Torres, Reims, 2007. 453 Felip Solé la darrera vegada que Josep Torres el veurà… Quan el pare se’n tornà al front va veure com estaven entrant al camp les tropes belgues derrotades i, poc després, transferiren els republicans cap a altres camps. Josep Torres passarà pels camps de Sant Cebrià i Bram, abans de tornar a Argelers. La segona estada comença quan un tren deixa Josep Torres i les seves dues germanes, Hortènsia i Orfània, la mare i unes cinc-centes persones més a l’estació d’Elna, ja que la d’Argelers està inutilitzada pels aiguats. Era el vint de novembre del 1940: “Era el dia del meu aniversari, el dia dels meus quinze anys.” A Elna els fan baixar del tren i els ordenen que han d’anar ins al camp a peu, carregats amb les poques pertinences de roba i llibres. Després de la llarga caminada de 7 o 8 quilòmetres els enquibeixen en unes barraques del camp número 9 on la sorra està molt mullada i no els donen ni mantes ni palla, i passen la nit damunt el sorral on Josep Torres agafa una galipàndria que li durarà més de vint anys. Al costat d’aquest camp hi havia la infermeria i una mica més lluny el cementiri: “Hi havia petits drames, un nen va morir, el dipositaren a l’hospital i quan l’endemà van anar a buscar-lo, les mans i els peus se’ls havien menjat les rates. Van haver de muntar un sistema per penjar els taüts… Davant del camp 9 hi havia el camp de càstig on hi havia dues o tres barraques petites envoltades de ilferrades molt més altes i més espesses que les que ens envoltaven.” No cal dubtar que sempre tenia ocupants. Normalment els infants resten en grup i es dediquen a fer barrabassades com escapar-se del camp nedant: “Les ilferrades entraven ins uns quants metres dintre de l’aigua, i era una de les maneres d’evasió si sabies nedar… la policia, els gendarmes, la guàrdia mòbil, patrullaven a cavall per la platja, però era fàcil. Hi havia tres o quatre nens més atrevits que els altres, que s’havien escapat vàries vegades, i quan els capturaven ens explicaven el que fora havien vist…” De fet, els infants corren poc risc, ja que si bé els agafen fàcilment, són retornats al camp amb un parell de garrotades, mentre que els adults represos van a parar al camp de càstig. Josep Torres recorda bé la mecànica de funcionament del camp. Per anar del camp de les dones al dels homes, calia, primer, passar per l’oicina administrativa que hi havia al costat de l’entrada del camp, mostrar el salconduiït i explicar la raó de la demanda: “Dient que un germà celebrava el seu aniversari era fàcil obtenir l’autorització.” Lliuraven permisos de dotze o de vint-iquatre hores. Durant el camí calia mostrar el permís a qualsevol guardià o gendarme que el demanés: “Hi havia coses molt divertides perquè les ilferrades les havien xafat i podies saltar-te-les com si res, però si un gen- 454 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament darme et veia passar la ilferrada et castigava.” Josep Torres recorda que a un company seu, Raúl Carballeira, un argentí molt tímid i molt simpàtic, el van tancar 8 dies al camp de càstig per haver passat a través dels ilats de reixes. Els infants, enquadrats per gendarmes o guàrdies mòbils, formen part dels anomenats grups de defensa amb la missió d’apagar incendis en cas de bombardeig i, per aquesta raó, els donen un entrepà suplementari que no els treu els rosecs de la gana que passen; el més dur, però, és romandre tancat, un fet desesperant… Els adolescents viuen immersos en la disciplina de matar puces, matar polls, matar rates, fer els llits… La seva responsable viu a la mateixa barraca en un petit reservat construït amb mantes, però el seu comportament és més aviat fraternal. Les dones republicanes espanyoles propugnen l’autoorganització i, si bé cal repartir el correu i distribuir les vitualles, cada barraca s’organitza com millor li sembla. Com que no hi ha moblament qualsevol activitat social s’organitza als voltants dels llits i el pes de les converses recau sobre el que passa a l’altra banda dels Pirineus o el curs de la guerra. Viuen conscients que, malgrat estar internades, continuen fent pam i pipa a Franco i són molt actives, en tant que militants anarquistes, comunistes, republicanes… i molt solidàries entre elles. Josep Torres recorda: “Molta solidaritat i molta hostilitat a la vegada ja que les dones es barallaven fàcilment entre elles ja que hi havia tota la divisió política de la guerra. Però feien bloc bis a bis de l’administració francesa.” Josep Torres juga amb un Mecano, l’únic tresor que ha conservat de casa seva a través de la retirada, i llegeix molt. Als vespres, a la fosca, explica als seus companys el que ha llegit: “Recordo haver explicat llibres de Salgari, de Sandokan…” Entre nois es parla molt de les noies, la seva relació amb elles és molt casta, encara que, això sí, els escriuen cartetes romàntiques; però a qui escriuen moltes cartes és als pares absents… i, ins a l’any 2005, Josep Torres no coneixerà les circumstàncies de la desaparició i mort del seu pare al camp de Mauthausen. Aquests adolescents del camp componen una imatge precisa sobre les dones i les deineixen com una consciència col·lectiva molt coherent. Josep Torres: “Jo diria que les dones eren més idels i més resistents que els homes.” Molts adolescents pateixen crisis de desesperació ja que no han fet res per merèixer el camp i, sobretot, per no saber quan en sortiran; i la gran distracció és endevinar en quin moment el llit s’enfonsarà a causa de les galeries excavades per les grans rates o anar a veure els comerciants francesos que vénen a vendre llibres, llibretes, llapis i plomes. Els infants 455 Felip Solé estan apadrinats pels brigadistes internacionals que han muntat un escola taller on esculpeixen objectes diversos i petits avions fonent plats d’alumini. Amb els diners que guanyen compren queviures i els porten al camp de les dones per millorar la subalimentació crònica. A causa del curs de la guerra, dones i infants passen cada dia més fam, les malalties progressen encara més, si és possible, i llavors canvien el cap del camp de les dones. El nou cap, petit i gros, porta l’uniforme i la boina de la milícia feixista, però quan veu el que mengen s’enfada per la poca quantitat de matèria grassa que conté el menjar. L’endemà fa cuinar cigrons amb greix que es mengen amb molta gana per, a continuació, tothom estar malalt per la impossibilitat de digerir menjar ric en proteïnes i vitamines. El milicià petainista plorarà davant aquesta realitat complexa. Josep Torres recorda la seva relació amb els internacionals: “Anava al taller, així la vida era més intensa… estaven davant el camp de càstig.” Des d’allà veu el principi del que esdevindrà la gran revolta de les dones del camp d’Argelers. Tot comença quan un brigadista evadit del camp de càstig és reprès i apallissat. Els guàrdies l’escarneixen i volen obligar-lo a entrar pel mateix lloc per on s’ha escapat. Ell s’hi nega i els guàrdies el llencen per damunt les reixes. Llavors les dones, davant la crueltat de l’espectacle, es revolten i surten del seu camp per anar a alliberar el brigadista. Aquest incident crea un clima de violència desconegut ins aleshores i que ja no s’aturarà… El 10 de novembre del 1940, un informe del Comitè Americà de Socors subratlla amb molta clarividència que el camp d’Argelers és la “segona ciutat del departament” i que està construït “com Sant Cebrià i el Barcarès, en l’indret més insalubre de la Catalunya francesa, sobre una platja exposada als vents i a les inundacions”. El periodista americà Varian Fry, que salvarà molts milers de jueus i de militants antinazis, com també nombrosos artistes i intel·lectuals, que aconsegueix que fugin d’Europa, el descriu amb por; les barraques no tenen entarimat, el vent les aixeca literalment del terra, la tramuntana penetra a l’interior i, amb ella, la sorra. Quasi o totalment sense llum, quasi o totalment sense màrfegues…. “He visitat el camp en un dia radiant de novembre: el vent feia tremolar les barraques i la sorra voleiava en grans capes ins a un metre d’alçària, un dia de joia en comparació amb el que pot bufar la tramuntana durant moltes setmanes de l’any.” A la plana del Rosselló la tramuntana bufa amb força un promig de 156 dies l’any. Un report del Comitè Internacional de la Creu Roja, redactat també el novembre del 1940 pel doctor Alec Cramer, fa les 456 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament mateixes asseveracions: “Les barraques estan tan escalabrades que, quan la tramuntana bufa, la sorra i el vent hi penetren fent un soroll estrepitós que impedeix de dormir els refugiats. No hi ha cap estufa excepte els estrafolaris invents fabricats pels mateixos interns amb llaunes de conserva. Mancats de mantes, els refugiats dormen damunt trossos de fusta o de llauna ondulada recuperada de les teulades malmeses. Molts pocs són el que disposen d’una trista màrfega de palla; palla que no ha estat renovada des de fa mesos i completament infectada de paràsits. En conseqüència, la majoria dels interns pateixen de fred; a més a més, les escasses mantes existents són només parracs.”11 Aquestes condicions de vida, els maltractes i el menyspreu quotidià fan covar una revolta que esclata a la primera ocasió i que serà coneguda entre els interns com la revolta de les dones. Un testimoni d’excepció d’aquesta revolta al camp d’Argelers és Margarida Soriano12 que va estar-hi internada durant més de dos anys sense interrupció. Ella, la seva mare i el seu germà van arribar al camp en circumstàncies dramàtiques cap al novembre del 1939, dos mesos més tard de la declaració de guerra a l’Alemanya nazi. Margarida encara va conèixer les primeres barraques i la refecció del camp. Dels primers temps recorda que, una nit de molt fred, la barraca que tenien al davant se la va emportar el vent i les fustes trencades voleiaven ins a la mar. Encara conserva una fotograia feta el dia que, gràcies a haver assistit a la missa, el capellà la va portar a la barraca d’intendència i li va donar un abric. Pobres criatures que, a més del fred que patien menjaven poc. Un brou fet només amb nyàmeres, naps i pastanagues en ben poca quantitat: “La majoria de les dones no tenien la regla a causa de la deicient dieta, la mama m’ho va dir.” L’excés de nyàmeres feia que els seus ventres s’inlessin. Margarida Soriano va aprendre a llegir i escriure en castellà en una barraca utilitzada com a escola: “Ens van donar llibretes i un quadern, llapis i llibres també.” Sortint de l’escola i a causa de l’esforç fet calia que s’allités durant tres o quatre hores per reprendre una mica de forces. En aquella època va tenir una diarrea crònica que encara avui, setanta anys després, ha de suportar. I també va ser testimoni de com les dones es defensaven davant les repetides agressions sexuals: “Quan vam arribar al camp ens van posar guàrdies senegalesos per cuidar les dones i saps què feien? En11 Report de Varian Fry del 10 de novembre de 1940. Op. cit. Grynberg, p. 148. 12 Entrevista a Margarida Soriano. Elna, 2009. 457 Felip Solé trar a les barraques a violar les noies. I llavors les noies es van revoltar, van armar-se amb ampolles, pals i tot el que van trobar i en van deixar més d’un malferit ins que ens van posar gendarmes per vigilar-nos.” Margarida Soriano airma que algunes noies es van quedar embarassades i van portar al món un ill de color. La mateixa Elisabeth Eidenbenz13 ens ha conirmat que a la maternitat va néixer una “negreta”. Margarida Soriano recorda perfectament Elisabeth Eidenbenz i diu que el que va fer té molt de mèrit. Temps endavant el seu germà compleix 14 anys i se l’emporten a treballar a una GTE de llenyataire: “A nosaltres ens va fer molta pena. Amb catorze anys… què, què volien? Una criatura i a tallar pins! Allà no hi havia compassió.” Un diumenge de març del 1941 a la tarda les dones van veure tres joves brigadistes escortats per guàrdies mòbils. Portaven unes grans maletes i els van obligar a seure en un tamboret i els van tallar el cabell molt curt. Quan va arribar el torn del tercer brigadista, aquest s’hi va negar, malgrat els crits i els cops que rebia. En un moment determinat un guàrdia mòbil va aixecar el seu fusell i, d’un cop al cap amb la culata, el va estabornir. Margarida Soriano també va unir els seus crits amb els de les dones: “Criminals, assassins, criminals. De tot els vam dir.” Aquell mateix vespre les dones van saber que les autoritats havien decidit deportar una part dels brigadistes internacionals a l’Àfrica del Nord i que ells s’hi oposaven. Les dones van passar una bona part de la nit en reunions i, col·lectivament, van prendre la decisió d’intentar impedir-ho. L’espurna estava a punt d’encendre un gran incendi. Aquesta mateixa nit ens és explicada per Josep Torres que, cal recordar que també estava al camp de les dones: “Aquella nit, durant tota la nit, del camp dels brigadistes internacionals ens arribaven els seus cants, les barricades, la internacional.” Les dones van vetllar, però l’endemà matí no sabien el que realment passava. El camp dels internacionals estava ocupat per camions i autobusos de color blau de la Guàrdia Mòbil. Per l’avinguda principal del camp va passar un camió de servei, camí de l’hospital, conduït per republicans, i van dir-los a crits que transportaven ferits, que els guàrdies mòbils estaven “maltractant” els brigadistes. Aquesta notícia va provocar molta excitació, les dones van començar a fer caure les reixes per accedir al camp dels internacionals. 13 Entrevista a Elisabeth Eidenbenz. Zuric, 2009. 458 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament Josep Torres va aconseguir parlar amb Timelli, un dels brigadistes que els donava classes. Va assabentar-se que els francesos havien decidit construir un ferrocarril transsaharià i necessitaven mà d’obra barata. Els brigadistes rebutjaven pujar als autobusos… La lluita va durar tres dies, i va ser intensa i desproporcionada. Davant la platja van aparèixer vaixells de la marina i, ins i tot, van fer un desembarcament a la platja. Les dones van anar de camp en camp per sumar els homes a la revolta. Les autoritats van enviar guàrdies mòbils, en quantitat, i després van portar soldats de tropa. Les dones llençaven grapats de sorra a la cara dels soldats. Ells no s’atrevien a tornar-s’hi pegant, però, amb els fusells per davant, les impellien a tornar al seu camp. Els adolescents es van constituir en escamots, malgrat l’oposició de les seves mares, que tenien por que els maltractessin. Ja al camp dels internacionals les dones van fer una mena de barrera amb els seus cossos, després d’haver fet caure totes les línies de reixes que els barraven el pas. L’Administració francesa decidí retirar els autocars i deixar momentàniament tranquils els internacionals. Però la tensió estava en un punt àlgid al mateix camp de les dones entre les que s’havien revoltat i les que no. A més a més, les dones estaven enfadades amb els homes, ja que la majoria de republicans no s’havien apressat a solidaritzar-se amb els companys de les brigades internacionals. L’endemà una columna de dones va anar de camp en camp a través de les reixes de separació, una altra ho va fer per la “rambla”; hi havia homes que cridaven: “no us exciteu, no us exciteu, són els estrangers…!” Josep Torres explica que, si haguessin pogut, les dones haurien pegat als homes, però, en tot cas, aquest fet va fer augmentar, també, la violència. A la i, els mateixos brigadistes van parlar amb les dones dient-los que no volien que elles patissin més, que no intervinguessin i que, si els venien a cercar, se n’anirien per evitar més mals. I, efectivament, al cap de pocs dies el camp dels internacionals va aparèixer completament desert. A partir d’aquell moment, els gendarmes passaven per les barraques de les dones intentant identiicar les que havien sigut més actives per portar-les cap a altres camps. Efectivament, tant la família de Margarida Soriano com la de Josep Torres, van fer cap al camp de Ribesaltes. Les líders —o les considerades com a tals— seran enviades al camp de Rieucros el 27 de març del 1941.14 Tanmateix només hi restaran 8 mesos i l’any 1942 14 Les itxes del camp en curs de classiicació donen fe d’un transport de més de 50 dones d’Argelers a Rieucros en aquesta data. 459 Felip Solé seran traslladades al camp de Brens (Tarn), especíicament designat com a “camp de concentració per a dones” on es barregen les arrauxades (entre les quals hi ha les dones de la revolta d’Argelers), les detingudes de dret comú, les militants llibertàries i les comunistes, jueves, prostitutes… Al camp d’Argelers la catastròica situació sanitària i les deplorables condicions de vida dels internats són denunciades per totes les comissions que visiten el camp amb autorització oicial del Govern de Vichy per l’estat de deteriorament de les barraques, la manca d’higiene, els problemes d’alimentació… La llista de les carències és llarga. Un informe del Comitè de Nimes, datat la primavera del 1941, posa l’accent en els problemes del subministrament de l’aigua. L’informe de la Comissió d’Higiene15 és eloqüent: l’aigua dels pous no és potable. La quantitat d’aigua transportada en camions cisterna ins al camp és insuicient i les condicions d’higiene no són les adequades, amb cisternes brutes i obertes tot el dia; per aquest sol fet la contaminació és inevitable… La situació de les latrines no és més bona amb canalitzacions inexistents o, en el millor dels casos, deteriorades; amb WC instal·lats al bell mig dels illots, les partícules fecals són grans nius d’infecció i de malalties. L’informe subratlla que després d’un temps de disminució, la mortalitat torna a augmentar de manera inquietant, a causa, principalment, d’una subalimentació crítica i dels factors patològics infecciosos. El doctor Cramer, del CICR, subratlla la manca de medicaments, de béns i de material quirúrgic abans de llistar les nombroses patologies de les quals són víctimes els internats; sobretot s’indigna de les condicions de vida en el camp dels “israelites”. El seu informe és eloqüent: “Amuntegats els uns damunt els altres, hirsuts i peluts, amb els vestits esparracats, molts inclús sense sabates, es planyen del fred i de la fam. La majoria, internats primer al camp de Sant Cebrià, declaren que les condicions higièniques i d’alimentació eren molt millors que a Argelers. Molts d’aquests miserables desafortunats són intel·lectuals que sofreixen per la seva ociositat i demanen llibres de ciència, de ilosoia, d’història, etc. Aquesta part del camp ha produït una impressió molt desfavorable en la nostra delegació.” Aquest informe del Comitè Internacional de la Creu Roja precisa que, entre els 12.046 internats al camp d’Argelers, hi ha: “382 nòmades d’origen 15 Reel-35-Folder-620-040. JOINT. La Comissió d’Higiene reunia Pasteur Tureille (president del Comitè de Coordinació), la senyora i el senyor Dubois (Socors Suís), el doctor Zimer (metge director de l’Unitarian Service), el senyor Vaucher (Institut de Recerca i d’Higiene) i el doctor Weill (OSE). 460 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament francès, quasi tots venedors ambulants, que trobant-se a Alsàcia han estat rebutjats per les autoritats alemanyes.”16 Aquests gitanos han estat literalment expulsats des de les regions d’Alsàcia i Lorena annexades pel Reich cap a la zona lliure i internats als camps d’Argelers i del Barcarès; conduïts, més tard, al camp de Ribesaltes, ins que el mes de novembre del 1942 són transferits al camp de Saliers, situat al departament de les Bouches-duRhône.17 En aquest informe esmentat s’aprèn que el camp compta, a més dels gitanos, amb 1.171 antics membres de les brigades internacionals, 93 obrers polonesos i 552 jueus, 196 dels quals són dones i infants, transferits des del camp de Sant Cebrià en el moment del seu tancament. La resta d’interns són treballadors (immigrats), milicians (soldats republicans) i civils espanyols (dones i infants). L’informe del CICR, que també visitarà altres camps, dóna peu a una campanya de premsa a Suïssa i als Estats Units denunciant les condicions d’internament en els camps de la zona no ocupada pels alemanys. El miler de brigadistes internacionals que hi ha a Argelers forma part d’una categoria d’interns anomenada oicialment “aïllats”. Això signiica que els obliguen a viure separats de la resta d’internats. Als integrants del camp dels “brigadistes”, l’Estat francès els posa a treballar o bé en les companyies de treballadors estrangers, ja sigui en els tallers del mateix camp com en el “dels químics”, visitat per Alec Cramer, on els brigadistes fabriquen sabó a base d’ossos i grassa d’ànec. El 27 de setembre del 1940, el Govern aprova una llei18 que fa referència als estrangers inclassiicables o sense cabuda dintre les estructures de l’economia nacional. El primer article estipula que: “Els estrangers de sexe masculí, de més de 18 anys i menys de 55, poden ser tant de temps com les circumstàncies ho exigeixin internats en reagrupaments d’estrangers, si són improductius pel conjunt de l’economia i si, com a refugiats a França, es troben impossibilitats de retornar al seu país d’origen.” La llei precisa que aquests estrangers no per16 CICR/Genève. Report del Comitè Internacional de la Creu Roja sobre les visites als camps d’internats civils del sud de França efectuades pel seu delegat el mes de novembre de 1940. 6 de gener de 1941, op. cit., p. 8-13. 17 Una ordenança francesa del 4 d’octubre de 1940 decreta l’internament de tots el gitanos que viuen en la zona ocupada. Segons aquesta ordenança, “Són considerats bohemis (transhumants) totes les persones de nacionalitat francesa sense domicili ix i transhumants en la regió ocupada segons tenen per costum, sense tenir en compte si estan en possessió d’un carnet d’identitat o d’un carnet antropomètric.” Un total de 27 camps d’internament francesos van acollir gitanos. 18 Journal oiciel de l’1 d’octubre de 1940, p. 5.198. 461 Felip Solé cebran cap salari pel seu treball. A la i de l’any 1940 el camp d’Argelers encara és un dels camps més importants per a estrangers i, des d’aquest punt de vista, la inspecció general dels camps encarrega al doctor Limousin una visita d’inspecció. Aquest membre del gabinet del ministre de l’Interior jutja correcte l’estat sanitari general d’Argelers, malgrat les barraques en molt mal estat o les condicions sanitàries. Però potser el que continua provocant més preocupació a les autoritats de Vichy és la resistència mai subjugada. Malgrat les múltiples i diferents mesures administratives de discriminació envers els refugiats republicans de la retirada i altres collectius de refugiats polítics, l’esperit de resistència federa a l’interior dels camps una solidaritat política sense issures. Una prova és que, a principis de l’octubre del 1940, té lloc en una barraca la primera reunió del PCE19 coordinada per Sixto Agudo, àlies Blanco, secretari de les Joventuts Socialistes Uniicades del PSUC al camp. Aquesta reunió clandestina és considerada el principi de la resistència armada comunista en la zona sud i la base fundacional de la futura UNE.20 L’1 de gener del 1941 el camp d’Argelers compta amb 13.296 interns, dels quals 12.000 són republicans espanyols, 336 gitanos i 900 estrangers de nacionalitats diverses. Si bé els polonesos, alemanys, austríacs, belgues, italians, txecoslovacs i hongaresos constitueixen els contingents internacionals més importants, hi ha representades altres nacionalitats, com per exemple: 1 noruec, 1 argentí, 2 xinesos, 2 palestins… Els jueus internats són objecte d’una atenció especial o particular per part de les autoritats. El 12 de febrer del 1941, el prefecte dels Pirineus Orientals adreça un telegrama classiicat com a conidencial21 al Ministeri de l’Interior informant que dels 32 refugiats alemanys que hi ha al camp, 18 són jueus… Aquesta xifra és idèntica a la que es retroba en els informes redactats un mes abans sobre la presència de refugiats alemanys en el conjunt dels camps francesos. Es comptabilitza un total de 9.900 jueus entre homes i dones, la majoria internats al camp de Gurs. Un any més tard, un altre informe22 datat del 12 de febrer del 1942, ofereix la situació exacta del nombre d’israelites pro19 Partit Comunista d’Espanya. 20 La Unión Nacional Española va ser impulsada pel Partit Comunista d’Espanya a i d’agrupar les organitzacions polítiques de l’exili en la lluita contra els nazis i per la restauració de República a Espanya. Oicialment serà creada l’any 1942. 21 ADPO 1287W1. Report del prefecte dels Pirineus Orientals. 22 ADPO 1287W1. Report del prefecte dels Pirineus Orientals. 462 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament vinents de territoris del Reich transferits al territori de Vichy en el mateix moment del tancament del camp d’Argelers. Aquest informe classiica els refugiats del Reich en “aris” o “no aris”. Els polonesos són els més nombrosos, amb 801 aris i 124 no aris. A continuació vénen els txecoslovacs, que són 41, 20 dels quals són no aris; els exaustríacs annexats al Reich, que són 29, 23 dels quals són no aris, i els alemanys, que són 33, 19 dels quals són no aris… Mitjançant els transferits cap a altres camps, com el de Ribesaltes, Argelers entregarà a l’ocupant nazi refugiats no aris i, per tant, jueus, que moriran en els camp d’extermini a conseqüència de les grans deportacions de l’any 1942. Si bé el camp d’Argelers oicialment mai va fornir combois en destinació a Drancy,23 l’estudi del recorregut dels jueus que van ser-hi internats demostra el seu rol d’antecambra de la mort com ho van ser tots els altres camps sota control del Govern de Vichy que lliurarà, entre el 1942 i el 1944, 78.000 jueus, la majoria estrangers, a Alemanya. Abans del seu tancament deinitiu, el camp d’Argelers canvia una vegada més de denominació com ho menciona una circular enviada a principis de l’any 1941 pel Govern de Vichy als prefectes de la zona lliure: “Els agrupaments de Vernet i de Rieucros han de ser anomenats camps de concentració, els estrangers que hi romanen considerats interns. Gurs, Argelers (i tota nova agrupació creada en un futur) han de ser anomenats centres d’allotjament. Els estrangers internats seran considerats com a allotjats.”24 En les instruccions enviades el 1941, comunes als dos camps, el prefecte dels Pirineus Orientals remarca als serveis dels camps que “Ribesaltes i Argelers han de ser designats sota el terme de centres d’allotjament i els estrangers com a allotjats.”25 El mes de febrer, amb 15.600 “allotjats”, Argelers continua igurant com el més important camp francès en termes d’efectius, per davant de Gurs (12.250), Vernet (3.200), Ribesaltes (2.100) i les Milles (1.000).26 Cap al març la situació és idèntica: Argelers compta amb 14.000 internats, Gurs amb 11.200, Ribesaltes amb 4.000, Vernet amb 23 El camp d’internament de Drancy (situat al nord-est de París) entre el 1941 i el 1944 va ser el principal lloc d’agrupament i de sortida cap als camps d’extermini nazis. Vigilat per gendarmes francesos, el camp estava sota el control del Servei d’Afers Jueus de la Gestapo i comandat per oicials de la SS. 24 ADPO 109W297. Circular del 10 de gener de 1941. 25 ADPO 1287W1. 26 Centre Contemporani de Documentació Jueva CCXIX-54. Població aproximada dels camps durant l’any 1941. L’últim estat numèric sobre el camp d’Argelers en aquest report porta per data el setembre del 1941. 463 Felip Solé 3.100, Noé amb 1.700 i les Milles amb 1.100. Aquest és el moment en què en el panorama concentracionari del sud francès apareix el nou camp de Ribesaltes.27 Com ins ara Argelers, ha de servir per “allotjar” els estrangers no útils a l’economia nacional. Després de les primeres arribades durant la tardor del 1940, a partir del gener del 1941 es produeix l’arribada massiva d’interns. Des de principis del mes de gener del 1941, el camp militar Jofre de Ribesaltes esdevé el Centre d’Allotjament de Ribesaltes i hi arriben 1.350 súbdits alemanys provinents del camp de Gurs, 570 infants i 780 adults, i també nombrosos refugiats republicans espanyols. Així, segons un informe de la prefectura dels Pirineus Orientals, el camp de Ribesaltes comptabilitza, el 31 de maig del 1941, 6.475 internats dels quals 3.582 són republicans espanyols (més del 50% dels efectius), 1.278 francesos (la majoria jueus i gitanos) i 2.256 jueus estrangers, que representen 14 nacionalitats diferents… Aquest camp construït en barraques d’obra servirà de centre de trànsits per a les “sortides” cap a Drancy, com a mínim per a 2.300 refugiats. Durant alguns mesos els dos camps, Argelers i Ribesaltes, funcionaran conjuntament sota el mateix criteri i la mateixa autoritat, i amb circulars i notes de servei comunes. Per aconseguir-ho 65 guàrdies del camp d’Argelers són enviats com a reforç al camp de Ribesaltes el dia de la seva obertura ja que es preveu el traspàs de 5.000 interns des del camp de la platja. En realitat, només un terç del nombre de trasllats previstos s’efectuarà durant els mesos de març i maig. 27 Creat l’any 1938 per acollir tropes colonials, aquest camp militar servirà de camp d’internament d’estrangers des del 1940. Hi passaran, successivament, refugiats republicans de la retirada, i refugiats del centre i de l’est d’Europa, la majoria jueus i gitanos. Quan els ocupants alemanys el tanquen, l’any 1942, hi han passat 21.000 internats. Poques setmanes després de l’alliberament de França, durant l’agost del 1944, el camp esdevé un centre de residència vigilada per a un miler de col·laboradors francesos, però també continua servint de lloc d’internament per a estrangers, sobretot d’antifranquistes detinguts en el moment d’intentar passar la frontera francocatalana. Alhora, però, les autoritats també munten un dipòsit (el número 162) de presoners de guerra alemanys i italians que no serà tancat ins a l’any 1948. Durant la guerra d’Algèria, el camp torna a tenir una funció d’internament amb l’arribada de nord-africans “condemnats per activitats antinacionals”. Encara reagruparà el 1962 els harkis (algerians reclutats per reforçar l’exèrcit francès a l’Àfrica del Nord). Ironies de la història, quan l’Estat francès elegirà el camp de Ribesaltes per implantar-hi un centre de retenció administrativa on els estrangers sense papers són conduïts abans de ser acompanyats a la frontera i expulsats, un centre que serà sortosament desplaçat fora el camp l’any 2007; neix i es desenvolupa el projecte Museu Memorial del camp de Ribesaltes, impulsat pel Consell General dels Pirineus Orientals. 464 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament Però ja des del gener del 1941, el reglament del camp d’Argelers també serveix de model al de Ribesaltes: diana a les 6.30 a l’estiu, a les 7.30 a l’hivern, toc de queda a les 22.00 a l’estiu, a les 21.30 a l’hivern. A partir del toc de diana, els refugiats disposen d’una mitja hora d’agençament i neteja personal, i en el conjunt de la setmana també mitja jornada per fer la bugada. Tots els interns han de participar en els treballs de manteniment i, si es rebutgen, els sotmeten a mesures disciplinàries contemplades en el reglament del camp28 i detallades amb minuciositat: privació de visita (de vuit dies quan el càstig és aplicat pel cap del camp, de 15 dies quan és el prefecte del departament qui castiga i directament pel Ministeri de l’Interior quan la durada del càstig és superior als 15 dies), prohibició de correu, privació de lectura, tancament a l’illot especial d’aïllament o traspàs al camp de Vernet en els casos jutjats greus… A aquesta sèrie de mesures restrictives i de càstig de caràcter individual, cal afegir-hi tota una sèrie de prohibicions aplicades al conjunt dels refugiats com, per exemple, la prohibició del dret d’assistència d’advocat (excepte en el marc dels dossiers judicials) o del representant d’un consolat. La correspondència està autoritzada, però cartes i paquets només són oberts en presència d’un brigadier. Les visites estan sotmeses també a restriccions i únicament autoritzades als familiars directes de l’internat, i amb horaris ixats directament pel cap del camp. Totes les consignes que es refereixen al treball, al reglament i a la higiene estan exposades per escrit en cada barraca i traduïdes en molts idiomes. Aquest fet demostra l’enorme quantitat de cultures europees que representa la població dels camps. A principis de l’any 1941, com durant tot l’any 1940, la gestió de la mà d’obra barata que representen els treballadors estrangers sobrants en l’economia nacional i, per tant, internats és el motiu que fa bategar tot el sistema administratiu del camp. La prefectura dels Pirineus Orientals classiica els interns en quatre categories: els homes ineptes per prestar un treball (a les GTE),29 però que poden ser utilitzats pel Ministeri de Treball, les dones que poden ser utilitzades, també, pel Ministeri de Treball, els “grans amputats i malalts incurables” i els treballadors expulsats de les companyies o del lloc de treball per mala conducta. El 29 de març del 1941 una circular del secretari general de la policia de Vichy recorda al prefecte dels Pirineus Orientals les mesures que cal prendre envers els homes internats a Ribe28 ADPO 1287W1. Correu del 17 de gener de 1941. 29 Agrupaments de treballadors estrangers. 465 Felip Solé saltes i Argelers.30 Els refugiats han de ser classiicats en tres categories: “els que cal mantenir al camp”, “els que cal incorporar en una companyia de treballadors estrangers” i aquells que “poden ser empleats en condicions normals sota un contracte de treball”. En aquest correu, el secretari de la policia de Vichy, també demana al prefecte que notiiqui la llista dels estrangers classiicats “com a extremistes” susceptibles de ser enviats a Algèria… A causa d’aquestes instruccions, el “camp de vigilància” d’Argelers lliura, en el decurs del mes d’abril, llistats “d’agricultors” disponibles de qui menciona nom, cognoms, lloc i data de naixement, professió i situació familiar. Els homes d’aquests llistats poden ser alliberats si signen un contracte de treball, però el mateix secretari general de la policia de Vichy emet reserves en relació amb aquests alliberaments precisant que només són vàlids els estrangers que no presenten cap risc d’alteració de l’ordre públic, decisió que deixa a l’apreciació i al criteri dels prefectes. Una altra circular del 6 de març del 194131 precisa que els antics milicians espanyols (els militars republicans) han de ser destinats a companyies de treball i que “en cap cas els antics combatents de les Brigades Internacionals seran autoritzats a sortir dels centres on estan internats”. Un informe de l’abril del 194132 il·lustra l’enorme diicultat de poder sortir dels camps. Sobre els 456 agricultors llistats i “retinguts” al camp de vigilància d’Argelers des del 25 de març només 112 s’integren en l’Agrupament de Treballadors Estrangers Tercer Bis del total de disponibles en la data de l’informe. En el decurs del mes transcorregut entre aquestes dues notiicacions oicials, el moviment de sortides és continu ja que 36 refugiats han retornat voluntàriament cap a Espanya, 44 han estat enviats al camp de Recededou i 22 al camp de Ribesaltes, juntament amb les seves famílies… Aquesta forma de “gestió” dels efectius masculins fa aparèixer una nova terminologia utilitzada per les autoritats: Argelers ha esdevingut un “camp de vigilància”, com ho atesta, des de la primavera del 1941, la correspondència oicial conservada als arxius. El camp forneix els llistats d’homes disponibles i sota l’ègida del Ministeri d’Agricultura, comissionats van al camp per contractar directament refugiats que estan en llista d’espera. Al si dels GTE del camp, amb un efectiu total de 1.600 treballadors, 900 homes passen a disposició dels agricultors del departament 30 ADPO 1287W2. 31 ADPO 1287W1. Report del 19 d’abril de 1941. 32 ADPO 1287W2. Report del 19 d’abril de 1941. 466 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament dels Pirineus Orientals. Els homes integrats en aquests GTE es beneicien de racions alimentàries suplementàries destinades als treballadors que forneixen un esforç físic continuat. Aquesta és l’única diferència notable en el tractament, si el comparem amb el dels altres refugiats internats. A l’Ajuntament d’Argelers es conserva una circular de servei destinada als treballadors estrangers del camp. En aquest document de 3 pàgines, datat el març del 1941, traduïdes al castellà hi ha les instruccions adreçades als treballadors republicans. S’hi llegeix que està terminantment prohibit travessar els camps (vinyes, horts…) o collir fruits sense autorització… Es precisa que malmetre, trepitjar o menjar una fruita és un robatori. També s’ordena taxativament als treballadors portar en tot moment el seu carnet d’identitat i la seva autorització de treball i mostrar-se “tranquils, calmats i en perfecta correcció” si són interpel·lats per les forces de l’ordre… i caminar per camins i corriols coneguts per anar d’un lloc a un altre. El Ministeri d’Agricultura no és l’únic encarregat d’ocupar-se de la situació dels interns d’Argelers. Creat el dia 11 d’octubre del 1940, el Comissariat de Lluita contra l’Atur o CLC s’encarrega, a partir de la primavera del 1941, de la gestió dels treballadors estrangers enquadrats en els GTE. Segons els treballs de recerca de la historiadora Marie-Antoinette MauxRobert,33 el CLC en la zona sud obté millores en les condicions de treball dels estrangers i, en coordinació amb el Comitè de Nimes, permet l’obtenció de drets ins ara exclosos a l’interior dels camps; entre altres: creació d’una comissió de treballadors estrangers, nominació d’oiciants religiosos del país, organització de centres especialitzats per a malalts i disminuïts físics, visites mèdiques no restringides, cursos d’orientació cap a centres de requaliicació professional, socors a les famílies dels voluntaris que treballen en l’organització Todt en la zona ocupada… Marie-Antoinette Maux-Robert, en els seus treballs, subratlla el refús del CLC a col·laborar amb les autoritats alemanyes en relació amb l’enviament de treballadors a l’organització Todt, encarregada, sobretot, de la construcció del mur de l’Atlàntic destinat a impedir un desembarcament dels aliats. No obstant això, entre els mesos de març i maig del 1941, dues comissions alemanyes passen pel camp d’Argelers a i i efecte de reclutar voluntaris per anar a treballar al Reich. En total sumen 800 homes, entre els quals n’hi ha força de voluntaris. Segons Renée Farny, són enviats a la zona francesa ocupada 33 Maux-Robert, Marie-Antoinette, Le Commissariat à la lutte contre le chômage en zone sud. Guerres mondiales et conlits contemporanis, PUF, París, 2002, núm. 206. 467 Felip Solé o directament a Alemanya. Un informe de la policia secreta, els Renseignements Généraux, del 6 d’agost del 1941,34 evoca els rumors publicats en la premsa estrangera sobre un traspàs de 500 joves interns, essencialment jueus, cap a la zona ocupada a les ordres de les autoritats d’ocupació alemanyes, destinats a ser emprats en la reconstrucció de les regions bombardejades per la RAF anglesa. Aquest informe policial exagera, segurament, les xifres, però es pot airmar que un total de 130 refugiats israelites són conduïts a la força cap a la zona ocupada i s’accedeix, així, a les demandes de les autoritats alemanyes, segons ho testiica l’informe del rabí del camp d’Argelers datat l’estiu del 1941.35 El 16 de juny del 1941 un metge republicà espanyol del camp adreça un informe a la Creu Roja Suïssa. A més a més de les rates descriu els nombrosos insectes que impedeixen dormir a tothom. En aquest moment el camp ha quedat quasi bé buit de refugiats homes a causa dels traspassos cap a les companyies de treball. Per contra, i segons aquest informe del doctor Santos, hi ha encara els gitanos i nombrosos refugiats internacionals: “Al camp dels espanyols les barraques estan pràcticament buides car fa només tres dies hem assistit a la sortida de 800 refugiats per anar a treballar voluntàriament a la zona ocupada, l’únic mitjà d’escapar d’aquest malson. En el camp dels gitanos (hi ha també gent d’altres nacionalitats com, per exemple, alsacians, ciutadans francesos que han estat recompensats per la seva lleialtat i idelitat envers França posant-los en un camp de concentració), la gent hi viu amuntegada, moltes famílies carregades d’infants viuen en una promiscuïtat indesitjable i sota condicions de vida detestables.”36 A continuació, el cirurgià enumera en dues pàgines la llista de patologies que quotidianament detecta: els edemes d’origen alimentari que afecten més del 80% de la població del camp; els casos de tuberculosi pulmonar, la majoria dels quals es compliquen; les mossegades de rata; les epidèmies que afecten els infants… L’informe és aclaparador i apunta, sobretot, el problema de l’alimentació. L’aigua extreta a partir de les bombes és portadora d’epidèmies d’enterocolitis a cada canícula; petites quantitats 34 Centre Contemporani de Documentació Jueva CII-30. Còpia de la nota dels informes número 5.748 del 2 d’agost de 1941 del servei de Renseignements Généraux adreçada al comissariat general de les qüestions jueves, relativa al traspàs de 500 internats del camp d’Argelers a la zona ocupada. 35 Centre Contemporani de Documentació Jueva CII-24. Report no datat. 36 CICR /Ginebra. Informe del doctor Santos, metge espanyol, sobre la situació dels interns al camp d’Argelers, signat el 16 de juny de 1941. 468 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament de llegums constitueixen l’aliment essencial dels àpats amb una cullerada de conitura i un quart de pa per dia. “La gent viu afamada ins al punt de disputar-se els cadàvers de les rates. Altres que tenen l’ocasió de sortir del camp per fer un treball cacen gossos i gats de les cases dels voltants”, escriu el doctor Santos, que conclou el report precisant que si aquestes condicions de vida continuen un o dos anys més “el problema dels refugiats de totes les nacionalitats internats en els camps de concentració deixarà d’existir car tothom morirà de misèria, de fatiga extrema i de gana”. L’autèntic camp dintre del camp, l’illot d’aïllament d’Argelers, és, segons el doctor Santos, un lloc de mort: “Aquells que vénen de les presons estan en un estat tan lamentable que no poden resistir el dejuni del ranxo i, en pocs dies, cauen greument malalts. Quan s’aconsegueix fer-los hospitalitzar sovint només hi arriba un cadàver que ocupa el lloc reservat a un viu. Es comptabilitzen sis o set homes alliberats de l’illot especial que han mort 24 o 48 hores després de la seva entrada a l’hospital del camp. Tots presentaven un esgotament total de defenses orgàniques a causa d’una malaltia freqüentíssima al camp: la fam.” Renée Farny descriu el mateix desastre alimentari del qual és testimoni de primera mà durant la primavera del 1941: “L’alimentació és totalment insuicient per a una gent ja subalimentada. Els homes pateixen fam. Tres han mort de gana en el decurs dels dies anteriors a la data de l’informe. La queixa és general i repetida per tothom. Els joves es veuen incapaços de fer esforços físics. La majoria tenen la tuberculosi o estan malalts de l’estómac. El pa que se’ls dóna és tan dolent que no es pot menjar, ja que el cos no el suporta. Cada dia naps, al matí; al vespre, bullits sense pelar i, de tant en tant, una sardina salada a més del pa diari de 850 grams a repartir entre quatre persones. Es dóna carn una o dues vegades per setmana. La fam és el motiu que ha fet marxar molts voluntaris cap a Alemanya o tornar a Espanya.” L’historiador Tristan Castanier i Palau, especialista i estudiós del Socors Suís als infants remarca que, contràriament al camp de Gurs, molt poques organitzacions humanitàries intervenen a Argelers, malgrat formar part dels camps escalabrats més densament poblats. Hi ha excepcions, però, ja que la Creu Roja americana envia un taló de 10.000 francs per desratitzar i restaurar les barraques, i el Socors Suís acull infants del camp en la seva casa de colònies de Sarcenas (Grenoble) i els quàquers també n’acullen a les colònies de Canet Platja i dels Banys de Vernet. Aquestes dues organitzacions són les úniques que ajuden quotidianament els refugiats d’Argelers. 469 Felip Solé Les autoritats són conscients de les terribles condicions de vida a l’interior del camp? A començaments de l’any 1941, un dels més freds del segle, el director adreça una carta al prefecte dels Pirineus Orientals37 per alertar-lo sobre la penúria en llenya i carbó. Conirma que només rep de 30 a 40 tones per mes mentre que la quantitat vital és de 150 tones… Aquest coneixement, però, no aporta cap millora als refugiats en general, sinó que només és una font de picabaralles al si de l’administració general dels camps. En un altre correu, del juny del 1941,38 el responsable de l’alimentació general dels camps amonesta d’una manera molt directa el director del camp d’Argelers: “Només dos camps, el seu i el de Ribesaltes, semblen no posseir un estatus de funcionament administratiu precís, cosa que a fora ens crea diicultats de tot ordre pel retard anormalment massa llarg en els pagaments. Malgrat totes les amables excuses escrites en els seus informes, el saldo deicitari del compte del camp s’eleva a 619.000 francs, si hi sumo el de Ribesaltes addiciono tres quarts de milió; aquesta situació és anòmala i, en conseqüència, li comunico que no se sorprengui, que freni el subministrament de queviures ins que el problema estigui solucionat.” Malgrat algunes millores materials degudes a l’acció de les associacions humanitàries i a les pròpies iniciatives dels refugiats, la moral dels internats se situa en un nivell baixíssim durant la primavera del 1941. Els dies passen amb monotonia i sobretot són els infants qui més la pateixen sense res a fer i veient la platja i el mar a través de les reixes sense poder acostar-s’hi. Apropant-se el vespre, una de les seves ocupacions favorites és dedicar-se a la caça de rates. En tots el camps hi ha desenes de milers de rates i es fan concursos premiats amb una mica de menjar a qui és capaç de matar-ne més. A Argelers, en un sol vespre, hi ha infants que arriben a matar-ne més de cent cadascú. Renée Farny evoca, en els seus informes, les mossegades en els rostres i en les mans sofertes durant la nit; tant adults com infants en són víctimes. Els matins, abans que el vent aplani i netegi la sorra, milers de petjades són perfectament visibles. En aquestes condicions no és estrany que, en el decurs de l’any 1941, les evasions continuïn produint-se quotidianament, malgrat l’enduriment de les mesures de vigilància, l’amenaça d’encarcerament a l’illot de càstig i, en cas de reincidència, el traspàs al camp de Vernet, com ho atesta una directiva enviada el mes de gener per la direcció de la policia del territori 37 ADPO 38W166. Correu del 4 de gener de 1941. 38 ADPO 38W166. Correu del 6 de juny de 1941. 470 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament i dels estrangers als caps dels camps d’Argelers i de Ribesaltes.39 Aquestes disposicions van acompanyades d’un esforç administratiu per itxar, individualment o col·lectiva, els evadits o sospitosos de preparar la seva evasió. El comissari especial encarregat de la vigilància general dels camps dels Pirineus Orientals envia un informe al prefecte40 sobre la situació a Argelers. Tot i fer esment de les diicultats en l’avituallament, subratlla que cap “propaganda subversiva” no ha estat descoberta i que els traspassos a Algèria s’han fet sense incidents, exceptuant el fort de Montlluís on hi havia internats un grup de brigadistes internacionals. Gràcies a aquest informe es pot precisar la quotidianitat de les evasions a Argelers. No només avança una estimació de 12 per dia sinó que també n’explica la raó: “Segons la meva opinió, es deuen a les diicultats en què es troba el comandant per assegurar la vigilància dels interns a causa del nombre insuicient dels efectius de guàrdia”; uns guàrdies que han rebut armament, però no uniformes… Aquesta situació preocupa molt les autoritats ja que una part de refugiats fugen del camp per lliurar-se de l’internament i provar d’emigrar lluny de la guerra mentre que, molts altres, entren en les iles de la clandestinitat i de la lluita armada. Aquest és el cas de Joseph Boczov que s’evadeix del camp d’Argelers l’abril del 1941 amb un grup de voluntaris romanesos per integrar-se, a París, a les iles de l’OS (Organització Especial) i, més tard, passen a formar part de la MOI (Main-d’Ouvre Immigré). Citem també Ramon Vila Capdevila (àlies Cara Cremada, àlies Pasos Largos), combatent il·lustre dels maquis de la Dordogne i del Lot amb el pseudònim de Capità Raymond ins a l’alliberament de França; lluitador que travessarà clandestinament la frontera dels Pirineus desenes de vegades integrat en la guerrilla urbana llibertària ins que serà abatut per la Guàrdia Civil el mes d’agost del 1963. La revolta de les dones no va evitar la deportació dels brigadistes internacionals ni el traspàs i càstig dels republicans espanyols considerats extremistes. Però, si ins aquell moment el camp d’Argelers no havia tingut un rol oicial especíicament “repressiu”, a partir de la revolta de la primavera del 1941 entrarà a formar part del dispositiu repressiu general envers els “individus suspectes”, gràcies al seu illot especial, on seran agrupats els refugiats que les autoritats franceses decideixin deportar cap a Algèria i els seus terribles camps disciplinaris. Aquesta “deportació” massiva té lloc 39 ADPO 1287W1. Correu del 17 de gener de 1941. 40 ADPO 1287W1. Report del 17 d’abril de 1941. 471 Felip Solé per l’obediència de la decisió interministerial d’exiliar als camps de l’Àfrica del Nord francesos, republicans i brigadistes internacionals considerats perillosos per la seguretat de l’Estat. El primer comboi sortirà d’Argelers el dia 23 de març, mentrestant es transfereixen a l’illot especial interns provinents dels camps de Vernet d’Arieja, de Cotlliure i de Montlluís, des d’on arriben 34 brigadistes internacionals d’origen alemany i austríac. Aquests refugiats formaven part del grup dels 175 “súbdits del Reich” internats al fort militar de la Cerdanya francesa que iguraven en les llistes de la Comissió de l’Armistici per a ser repatriats a Alemanya. Cap a la i del mes de març els antics brigadistes italians internats a Montlluís són, també, conduïts a Argelers, ja sigui per ser repatriats cap a Itàlia o, en cas de rebuig, transferits al camp de Vernet en virtut del conveni de l’armistici. El conjunt de brigadistes internacionals i republicans espanyols provinents de Vernet en trànsit cap a Argelers són sempre presentats per les autoritats franceses com uns “estrangers indesitjables”. Els informes precisen “individus a transferir a Argelers i més enllà…”. Cada nom va acompanyat del motiu de deportació: “políticament sospitós”, “provinent de les Brigades Internacionals”, “activista extremista”, “comunista fanàtic”, “sospitós des del punt de vista nacional”, “agitador perillós”, “propagandista extremista”… El primer tren amb subjectes classiicats perillosos provinent del camp de Vernet arriba a l’estació d’Argelers el dia 22 de març. Sis combois plens de refugiats dels camps dels Pirineus Orientals amb destinació als camps algerians salparan de Portvendres entre el mes de març i el mes de desembre del 1941, com ho ha pogut demostrar la historiadora Anne Boitel.41 Tres d’ells procedeixen directament del camp d’Argelers. El dia 15 d’abril del 1941 un correu provinent del Ministeri de l’Interior precisa que el comboi compost per 341 individus, en destinació a Algèria, ha embarcat a Portvendres42 a bord del Djebel Amour (també anomenat Djebel Nador) sense cap incident notable. En total seran prop de 1.200 interns del camp de Vernet que arribaran als camp algerians entre el mes de març del 1941 i el juliol del 1942; entre ells hi ha el coronel Ricardo Sanz, l’escriptor Max Aub, el pintor Helios Gómez… Una gran part d’aquests homes transitaran pel camp d’Argelers. Tots aquests traspassos múltiples i constants amb registres corporals intensius i vigilància especial sembla que esperonen 41 Anne Boitel, Le camp de Rivesaltes 1941-1942, Editions Mare Nostrum, Perpinyà, 2001, p. 105-106. 42 ADPO 109W298. Correu del Departement Sûreté del 7ème Bureau. 472 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament encara més l’esperit de resistència. Els brigadistes internacionals internats a l’illot especial d’Argelers que no han estat transferits a Algèria són, inalment, traslladats al camp de Vernet el dia 27 de març del 1941. 257 exbrigadistes viatgen en tren cap al camp repressiu de l’Arieja escortats per dos esquadres de guàrdies mòbils. Només 234 entren al camp disciplinari i són internats als subcamps B i C. En manquen 23 que han aconseguit escapar del tren durant la matinada, malgrat la custòdia dels 75 guàrdies amb base al camp d’Agde. Durant l’any 1941, 1.395 republicans espanyols internats en aquests dos camps elegeixen voluntàriament el retorn a Espanya.43 L’emigració cap a l’altra banda de l’Atlàntic no està a l’abast dels refugiats, encara que les autoritats franceses airmin voler facilitar les gestions per abandonar el seu territori amb la creació d’un servei d’emigració en les prefectures departamentals. De fet, només són oicines destinades a redactar llistats de candidats que opten a marxar. Aquests llistats són enviats al prefecte del departament de Bouches-du-Rhône que decideix el sí o el no segons el dossier del candidat i, quasi sempre, demanant abans l’aval del Ministeri de l’Interior. Un centenar d’estrangers, la majoria jueus, d’origen alemany, austríac, polonès, búlgar, hongarès, rus, italià o espanyol seran beneiciaris d’un visat de sortida entre la i de l’any 1940 i l’estiu del 1941. Però, per a la immensa majoria, l’única possibilitat de sortir del camp és l’evasió. Famílies senceres ho intenten, com la família polonesa Rosner, que s’escapa del camp d’Argelers a mitjan mes de gener del 1941 i aconsegueix arribar a Marsella, on són detinguts per la policia a inals del mateix mes. Coneixem les seves peripècies ja que el prefecte del departament consulta al seu homònim dels Pirineus Orientals si cal que siguin reenviats al camp d’Argelers.44 El pare, amb 61 anys, i les seves tres illes havien estat internades a Argelers el juny del 1940. La situació creada al camp per la presència de nombrosos infants serà “resolta” amb els traspàs de nombroses famílies al camp de Ribesaltes durant la primavera del 1941. En l’anàlisi que en fa el Comitè de Nimes, en un correu del 4 de juliol del 1941,45 confessa que, sobre aquesta mesura, les opinions estan dividides. 43 ADPO 1287W1. 44 ADPO 109W321. Correu del 4 de febrer de 1941. 45 Reel-35-Folder-620-055. JOINT. 473 Felip Solé A partir del mes de març del 1941, les sortides ja són superiors a les entrades, a causa dels constants traspassos cap a altres camps. Amb tot, les persones de o en “primer internament” continuen arribant a Argelers. És el cas de l’escriptor Arthur Adamov, autor de l’Aveu (La confessió. NDLR), transferit al camp durant el mes de maig, acusat d’haver manifestat opinions hostils contra Vichy. Els efectius en refugiats van disminuint lentament: 14.000 internats el mes de març del 1941, 6.000 l’abril, 5.000 el maig, 2.500 el juny, 1.000 a inals de juliol… En aquesta data se sap que hi ha 200 israelites barrejats amb 700 espanyols mutilats greus, segons un informe del 31 de juliol del 194146 que descriu les penoses condicions de vida al camp. A partir d’aquesta data només l’hospital del camp i alguns illots funcionaran encara ins al seu tancament oiciós datat a inals del mateix any 1941. El mes d’octubre, la majoria del personal de vigilància serà transferit al camp del Barcarès mentre que els últims internats d’Argelers sortiran en camions i seran repartits entre els camps de Ribesaltes i del Barcarès. En aquest moment Argelers és una pura ruïna en mal estat i no sembla que pugui aguantar dempeus un altre hivern, ja que les barraques cauen a trossos i la vigilància és una quimera irrealitzable a causa de la topograia del terreny. Oicialment, però, el seu estat no està descrit enlloc i l’Administració prefereix el camp militar Jofre de Ribesaltes, compartimentat en illots, com a “centre d’allotjament” per a aquests estrangers indesitjables. A principis del mes d’octubre del 1941 el doctor Cramer fa una segona visita al camp d’Argelers com a cap d’una comissió del Comitè Internacional de la Creu Roja que visita els camps del sud de França. En aquest moment només funciona l’hospital del camp on són guarits 493 malalts, la majoria dels quals són republicans refugiats. Un metge francès és el cap del servei mèdic assistit per metges republicans internats i sis infermeres enviades pel Ministeri de l’Interior. Tots aquests malalts pateixen d’afeccions cròniques, tot i que la temuda febre tifoide ha desaparegut. El servei mèdic funciona amb la lògica d’un hospital de campanya i també és el centre de cures per als 700 grans mutilats de la guerra d’Espanya ja descrits. Encara en resten alguns en espera d’una pròtesi. “Ribesaltes és un espectacle aligidor, com també l’hospital d’Argelers, l’únic vestigi del camp ara ja abandonat”, escriu el doctor Cramer. El camp d’Argelers deixa d’existir 46 Centre Contemporani de Documentació Jueva. CCXVIII-25a. Informe sobre els camps d’internament del 31 de juliol de 1941. 474 Dones al Camp d'Argeles: un centre d'allotjament “oicialment” el desembre del 1941. El registre d’entrades del camp47 s’atura el 17 de desembre. Es troben, però, itxes individuals establertes durant l’any 1942 que es refereixen, majoritàriament, a malalts i personal mèdic (metges i infermeres) de l’hospital, però també a traspassos de refugiats republicans espanyols retornats dels GTE. Provenen dels rengles dels que havien estat “contractats per l’Estat via Ministeri del Treball”. En l’estat actual de la recerca documental sobre el camp, el seu tancament total i deinitiu podria datar-se l’estiu del 1942, tot i que les itxes d’aquest any són escasses i de poc iar i, per tant, sense garantia, tenint en compte els errors en dactilograia sovint detectats. A partir d’aquesta data, els últims vestigis del camp d’Argelers aniran convertint-se en pura ruïna. Només l’hospital, construït d’obra, es manté dempeus, però no se sap si encara serveix als republicans espanyols o a altres col·lectius. Recuperant la memòria oral dels testimonis i confrontant-los amb les fonts d’arxiu més clares, hem intentat aportar a la història fosca i emboirada del camp d’Argelers una mica de llum inèdita. En un moment en què les veus conservadores de la memòria oral han arribat al límit biològic de la seva edat i deixen lloc als discursos formatejats de recuperació memorial, ens ha semblat indispensable recuperar aquests testimonis, malgrat poder ferir la sensibilitat d’aquells que volen disculpar la República Francesa del seu acolliment dels antifeixistes d’Espanya, d’Alemanya, d’Itàlia o d’aquells que minimitzen el rol criminal de l’estat de Vichy en nom del temps transcorregut. La memòria del camp d’Argelers ha estat massa temps immergida en el brogit del mar damunt la sorra de la platja. Històries de família, íntimes, sovint tabús, i històries de militants llibertaris, comunistes, catalanistes, socialistes, trotskistes, bascos, d’antics brigadistes internacionals, exiliats antifeixistes, gitanos, refugiats jueus alemanys i austríacs, polonesos, belgues… Ecos de la guerra d’Espanya. Històries d’exilis, de sorra, de platja enquadrada entre el Mediterrani, els contraforts dels Pirineus i la plana del Rosselló. El camp d’Argelers és un símbol tan fort de la retirada que ha esdevingut pràcticament una apel·lació d’origen quasi genèric en la memòria col·lectiva. Una constant, de fet, a causa de la impressionant xifra 47 ADPO 1260W75. Registre “d’admissions” del 14 de març al 17 de desembre del 1941. Els registres d’entrada al camp són incomplets i cobreixen —exceptuant aquest darrer del 1941— únicament els períodes del 12 de març al 24 de juny del 1940, del 4 de novembre al 20 de desembre del 1940 i del 14 de maig al 4 d’agost del 1940. 475 Felip Solé de més de 100.000 refugiats que van sojornar al camp en el moment de la retirada. L’addició de les dues vies d’entrada disponibles (abans i després de l’octubre del 1939) a Argelers aboca el camp a la xifra impressionant de 170.000 internats durant els seus tres anys de funcionament. Aquesta dada en brut cal que sigui ainada i presa amb prudència ins a poder ser conirmada amb exactitud. En tot cas testimonia un fet ins ara ocult en l’estudi dels camps del sud francès: el camp d’Argelers va ser el més important en termes de persones internades tant sota la Tercera República com sota el règim de Vichy. 476 PALESTINA ET VESTEIX DE CAP A PEUS! Anna Fonoll Tassier Universitat Rovira i Virgili UFRGS, Porto Alegre, Brasil anfota@gmail.com Resum Les paraules “Palestina” o “palestins” connoten en si mateixes una diversitat de conlictes en la cerca d’una identitat social en diferents estats nacionals, ja sigui a Israel o bé al Brasil. La comunitat palestina ha anat creixent els darrers anys a Rio Grande do Sul, l’estat més meridional del Brasil, esdevenint les ciutats frontereres d’aquest estat com els punts de concentració més importants d’aquests nouvinguts. L’objectiu d’aquest article és descobrir per què i com a partir de la dècada dels anys seixanta trobem una presència notable d’exiliats palestins a la frontera que separa el Brasil de l’Uruguai; un nou territori que ha permès als palestins adquirir una o dues noves ciutadanies més, i que, a la vegada, els ha complicat la seva autodenominació. Per què se’ls ha presentat la frontera com un bon lloc per establir-se? És aquest un lloc ideal? Aquest article intenta donar resposta a algunes d’aquestes preguntes. Paraules clau Frontera, migració, exili, Palestina, Brasil, Uruguai. Abstract he words “Palestine” or “Palestinian” connote a range of conlicts in the search for a social identity in diferent national states, whether this be either Israel or Brazil. In recent years the Palestinian community has grown in Rio Grande do Sul, the southernmost state of Brazil, and its border towns have become the key gathering points for these new arrivals. he aim of this article is to discover how and why, from the 1960s onwards, we can Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 477–497. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Anna Fonoll Tassier ind a signiicant presence of Palestinian exiles along the border between Brazil and Uruguay, a new territory where Palestinians can acquire one or two new nationalities, thus further complicating their self-denomination. Why do they see the border as a good place to settle? Is it ideal? his article tries to ind answers to these questions. Keywords Borders, migration, exile, Palestine, Brazil, Uruguay. Minha Querida Santana Ela pode não ter mar Só que você sente nos olhos das meninas Que tem mar e que tem praia Ela pode não ter indústrias Só que nos corações dos trabalhadores Você sente obras e obras de serviço Ela pode não ter castelos Só que nas casas dos santanenses você encontra A felicidade e alegria maiores que a dos castelos Ela pode não ter agricultura Só que dentro do povo Santanense tem varios campos de amor Plantadas com simplicidade Ela pode não ter riqueza e dinheiro Só que na vontade dos moradores No sorriso deles, tem bancos e bancos De sensualidade e honestidade Ela pode não ter montanhas ou lorestas Só que na cabeça de cada pessoa Tem sonhos mais altos do que montanhas E mais cheios do que as lorestas Ela pode não ter movimento Mas tem tranquilidade Ela pode não ter zoológico Só que os animais e aves Se sentem livres E com toda a liberdade Sem gaiolas e sem presos 478 Palestina et vesteix de cap a peus! Cantam livres, voam livres Se sentindo felizes Ela pode não ter rios Só que a sua água é a masi pura do mundo Ela pode não ter teatro famoso Só que as praças são como teatros E jardins de crianças Ela pode não ter nada Mas ela é tudo ou nada Ela só tem a nós E nós só temos a ela É o melhor lugar para o melhor gaúcho. Mohamad El Hanini L’exili amb riquesa és una pàtria. Una pàtria amb pobresa és un exili. Proverbi àrab 1. Introducció En el present article tractarem la frontera de Sant’Ana do Livramento i Rivera (ciutats brasilera i uruguaiana, respectivament) com una variable independent i observarem el paper que juguen com a faixa i com a lloc de recepció de la immigració palestina arribada en diferents onades. Una immigració que controla, en la seva majoria, el comerç en aquesta frontera. Normalment imaginem cada grup desenvolupant els seus trets culturals i socials en un isolament relatiu. Aquest concepte produeix que la gent imagini un món de pobles separats, que Barth descriu com si fossin una illa, cadascun amb la seva cultura i societat pròpies,1 però la imaginació no sempre coincideix amb la realitat. En lloc de buscar trets culturals discrets per caracteritzar els grups humans dins d’unes fronteres, buscarem el conjunt de pràctiques que permet a la comunitat palestina l’organizació, la identiicació i la interacció entre les persones, sense diferenciar la comunitat brasilera i la uruguaiana entre si, que és una categoria d’identiicació realitzada pels mateixos actors. La tria de les localitats de Sant’Ana do Livramento (el Brasil) i Rivera (l’Uruguai) com a camp de treball va ocórrer per la viabilitat d’acompanyar una gran concentració d’immigrants que s’instal·laren en botigues tocant les 1 Barth, Ethnic groups and boundaries, 1969: 190. 479 Anna Fonoll Tassier unes amb les altres, que s’estenen per la mateixa avinguda Internacional, i també per l’interès en la frontera com a faixa híbrida i de contacte, no de separació. Avui els palestins són un terç de la població refugiada al món i, en termes genèrics, es pot tractar la immigració palestina com una immigració de postguerra, relativa a la creació de l’estat d’Israel el 1948.2 Des de la creació de l’Estat s’ha arribat a les armes en diferents ocasions com, per exemple, durant la guerra dels Sis Dies el 1967, la del Yom Kippūr el 1973, o amb la Intifada el 1987, entre d’altres. Això comporta una anada i vinguda constant de familiars i coneguts cap a l’exili, que entren dins del nostre camp d’estudi: immigrant a la frontera entre el Brasil i l’Uruguai. Resultat de llargs processos d’interacció, les societats veïnes que es trobaren a la frontera de Sant’Ana do Livramento i Rivera, comparteixen formes culturals híbrides observables, com la llengua i altres trets culturals. Separades (o juntes) per un carrer i per la plaça Internacional, aquestes dues ciutats comparteixen diàriament les activitats comercials, sobretot els caps de setmana, que és quan s’omplen de turistes, arribats en la seva majoria, de l’estat brasiler de Rio Grande do Sul, per fer-hi les seves compres. Encara que aquesta frontera sigui una faixa ben híbrida, ens centrarem en la immigració palestina a la part brasilera, tot i que alguns d’ells avui treballen, viuen o són propietaris dels negocis de la part uruguaiana. Sense cap pretensió de fer un estudi sobre l’aculturació o de començar a fer etnohistòria, citarem petits detalls i connexions que vam anar trobant durant la investigació. Els palestins i, anteriorment, els siris i els libanesos, aquestes dues últimes comunitats ja més estudiades històricament, antropològicament i socialment al Brasil, arribaren a un país fortament inluenciat per la cultura ibèrica. Aquesta cultura ibèrica, per la seva banda, estava inluenciada per la cultura àrab, ja que els musulmans de la península Aràbiga i del nord d’Àfrica estigueren aproximadament durant 8 segles a les regions avui conegudes com Portugal i Espanya. Segons Patrícia Dario, aquests immigrants não somente reconheceram traços de sua própria cultura em nossa sociedade, como também não foram tratados como completos estranhos. Em outras palavras, a presença árabe no Brasil antecedeu a chegada dos próprios imigrantes e, possivelmente contribuiu para evitar um choque cultural 2 Fagundes, Os imigrantes palestinos na América Latina, 2006: 171. 480 Palestina et vesteix de cap a peus! quando da sua chegada.3 Aquesta teoria la secunden altres autors, considerats referència del pensament social brasiler: Gilberto Freyre (1992) i Câmara Cascudo (2001), que inauguraren el reconeixement de la presència àrab al Brasil tot cercant-ne la identitat nacional, cosa que l’historiador brasiler Oswaldo Truzzi, exempliicà com una coincidència en les dates: Seja por sua profunda inluência em Portugal, seja pela forte imigração no último século, a cultura árabe tem presença garantida na história e na sociedade brasileiras. Junto com os colonizadores, no século xvi, desembarcaram heranças de sua língua, música, culinária, arquitetura e decoração, técnicas agrícolas e de irrigação, farmacologia e medicina. É que os árabes dominaram por quase oito séculos a Península Ibérica. Signiicativamente, Granada, seu último reduto em solo europeu, foi conquistada pelos cristãos em 1492, mesmo ano em que Colombo chegava à América.4 Sembla difícil esborrar de cop i volta 800 anys de domini polític i de lideratge cultural; un fet que podem entrellegir en un mite de la cultura gautxa (pròpia de l’estat brasiler de Rio Grande do Sul, entre d’altres): la història de Teiniaguá, la salamanca o salamandra de la muntanya do Jarau, que se refere tanto a um pequeno animal anfíbio fêmeo quanto à cidade espanhola de onde a salamandra teria vindo.5 El que la llegenda explica és que els àrabs que vivien a Salamanca eren mestres de màgia i després de moltes guerres, els àrabs, tot ingint que eren cristians, arribaren a les pampes. D’aquesta manera, la princesa Salamanca, en forma de dona mora es barrejà amb altres divinitats i igures mítiques indígenes, i acabà transformant-se en salamandra. Aquesta igura mítica viu avui dins de la muntanya do Jarau, i sedueix els homes gautxos des d’una fosca gruta on estan guardats els tresors dels àrabs. Però, deixant de costat les inluències històriques o culturals, i abans d’entrar en detall amb la conurbació formada per Sant’Ana do Livramento i Rivera, repassarem el context històric de Rio Grande do Sul com a frontera. 3 Darío, O reconhecimento da presença árabe no Brasil na busca de uma identidade nacional, 2011: 2. 4 Truzzi, Verde, amarelo, azul e mouro, 2009. 5 Fachel, Identidade Cultural e Identidade de Gênero em uma narrativa mítica: Quando ser Gaúcho é ser Homem, 2009: 4. 481 Anna Fonoll Tassier 2. La frontera entre Rio Grande do Sul i l’Uruguai Portuguese and Spanish speaking people did not always coincide with the frontier formally designated by political treates or by the later boundaries of the emerging national states.6 Rio Grande do Sul és una de les 27 unitats federatives del Brasil i, essent l’estat més meridional brasiler, limita amb l’Argentina i l’Uruguai. Generalment s’ha considerat que ocupa una posició singular en relació amb el Brasil a causa de les seves característiques geogràiques, de la seva posició estratègica, de la forma de la població, de la seva economia i per la manera com s’insereix en la història nacional; fet que, às vezes é chamado jocosamente por outros brasileiros de “esse país vizinho e irmão do Sul”.7 Una fràgil línia entre rius, llacunes i alguna ciutat constitueix actualment la frontera que divideix l’estat brasiler de Rio Grande do Sul amb la República Oriental de l’Uruguai. Les duanes, les polítiques de cada país i les diferents llengües no esborraren el passat comú de les dues regions. Els seus territoris foren, al mateix temps, la frontera entre dos grans imperis colonials: una zona borrosa als mapes, a vegades anomenada Tape o a vegades Yapeyú (conques dels rius uruguais, Ibicuí, Jacuí i Negro), objecte d’interminables disputes entre les cases imperials europees més poderoses durant els temps del colonialisme. Al segle xvi, els territoris avui coneguts com Rio Grande do Sul, al Brasil, i República Oriental de l’Uruguai formaven part d’una regió dominada pels pobles coneguts com a originaris: indis caingang, guaraní i guaicurú. Fou en aquesta mateixa regió (i també al Paraguai i a l’Argentina) on les missions jesuítiques s’instal·laren en un territori i fundaren més de trenta poblats. S’aplegaren amb els indis per plantar i criar ramats, així com també evangelitzar-los. Posteriorment, el 1750, el Tractat de Madrid, signat pels reis Joan V de Portugal i Ferran VI d’Espanya, que anul·lava el que establia el Tractat de Tordesillas, fou una de les moltes temptatives de demarcar la frontera entre les dues potències. Històricament trobem conlictes bèl·lics que començaren amb la crisi dels poders imperials de la regió, i que mostraven, així, la connexió entre els interessos, la geograia i els poders locals: la invasió portuguesa de la 6 Fachel, he Gauchos: Male culture and identity in the Pampas, 1989: 21. 7 Oliven, A parte e o todo: a diversidade cultural no Brasil-nação, 1992: 47. 482 Palestina et vesteix de cap a peus! Banda Oriental del Brasil (1817-1828), la guerra dos Farrapos (1835-45), la Guerra Grande (1839-51), la guerra de la Triple Aliança (1865-68) i la Revolució Federalista (1893-95). Tots aquests conlictes relleven i renoven el pes d’un present i d’un passat entrellaçats. O el que airmen també alguns altres autors, com Fachel: he intense interaction of Spanish and Portuguese in this region of the former provinces of Cisplatina and São Pedro, including the Plata basin and part of what is today Argentina, gave to its inhabitants singular Luso-Spanish cultural characteristics.8 Fa menys de dos segles, a mitjan segle xix, els estats nacionals encara estaven traçant la frontera que avui divideix el Brasil i l’Uruguai. La frontera fou deinida per un tractat internacional el 1851, fou demarcada entre el 1852 i el 1862, i fou caracteritzada a partir del 1920. Encara als inicis del 2006 es van col·locar nous marcs al centre de les ciutats bessones de Sant’Ana do Livramento i Rivera. A més del caràcter fronterer dels tractats, la regió, tant d’un costat com de l’altre de la frontera, comparteix les mateixes activitats: agricultura i ramaderia fortes en les seves economies locals. Durant segles, aquestes dues tasques afavoriren el comerç i l’intercanvi. En un indret on l’activitat principal era pastoral i transhumant es generava un espai de trànsit, on els camins prenien importància. Tal i com llegim a la tesi de Suzana Bleil de Souza: A l’inverse d’autres frontières, celle du sud du continent “fut une région frequentée, um monde de relation continue et prolongée”. La transhumance du bétail elle-même, spontanée ou activée par le “changador” (colporteur), mena à l’interaction de territoires et de peuples, contrairement à ce qui était souhaité par les chancelleries des métropoles coloniales.9 Però, tot assenyala que en el curs del segle xx els trets en comú s’enterboliren i les dues regions començaren processos de canvis econòmics i polítics en els quals l’antiga dimensió local disminuí davant la consolidació de les seves respectives identitats nacionals; fet que podem observar amb claredat en el text on l’escriptor Érico Veríssimo respongué a una es8 Fachel, he Gauchos: Male culture and identity in the Pampas, 1989: 17. 9 Souza, L’Uruguay et le Rio Grande do Sul: le commerce de transit et le contrebande, 1994: 339. 483 Anna Fonoll Tassier criptora del nord-est brasiler, la qual considerava que els gautxos eren més castellans que els brasilers: Somos uma fronteira. No século xviii, quando soldados de Portugal e Espanha disputavam a posse deinitiva deste então imenso deserto, tivemos de fazer a nossa opção: icar com os portugueses ou com os castelhanos. Pagamos um pesado tributo de sofrimento e sangue para continuar deste lado da fronteira meridional do Brasil. Como pode você acusar-nos de espanholismo? […] Em setenta e sete anos tivemos doze conlitos armados, contadas as revoluções. Vivíamos permanentemente em pé de guerra. Nossas mulheres raramente despiam o luto.10 Les ciutats es van originar a prop de la frontera, i el seu desenvolupament es lliga amb la intenció d’aproitar-se del comerç. Al llarg de l’extensió limítrofa es formaren diferents parelles de centres urbans, com és el nostre cas. Ho veiem també en casos encara més clars, només examinant les toponímies: Chuí-Chuy, Cerrilhada-Serrillada, Aceguá-Acegua, en són alguns exemples. Amb la creació del Mercosul i la i de les dictadures brasilera i uruguaiana, a partir de la dècada del 1980, es possibilitaren negociacions sobre qüestions al voltant de la vida quotidiana fronterera, reconeixent les particularitats de cada cas. Fossin com fossin les intencions dels tractats, primer entre imperis colonials i després entre estats, els contactes entre la població, les llengües i els costums generaren una cultura local transnacional, com veriicarem amb el treball de camp. 3. Descripció de l’entorn urbà estudiat a Sant’Ana do Livramento-Rivera Carrets de hot-dogs fumejant, venedors de mitges, de cuias i termos, d’ametlles garapinyades o de DVD, aquest és l’ambient que trobem al Parc Internacional entre Sant’Ana do Livramento i Rivera; un lloc de trobada binacional, on hi ha l’obelisc de la frontera acompanyat per les banderes dels dos estats que limita: el Brasil i l’Uruguai. Nombrosos venedors ambulants ofereixen les seves mercaderies a l’encreuament central entre les dues ciutats; els canvistes treballen a l’aire lliure. Al carrer principal de Rivera trobem botigues lliures d’impostos amb els seus cartells, les llums de colors i els anuncis dels millors preus en ampolles de whisky, vi o licors. 10 Oliven, A parte e o todo: a diversidade cultural no Brasil-nação, 1992: 48. 484 Palestina et vesteix de cap a peus! També hi trobem formatgeries, botigues d’alfajores, i restaurants i bars que serveixen a turistes i a la població local. Però les botigues lliures d’impostos són les que dicten el ritme, ocupant l’avinguda Sarandí, la principal avinguda de Rivera. Quan creuem els carrers és normal sentir els cotxes de comunicació locals fent propaganda de les botigues amb els seus altaveus en ambdues llengües. Al costat brasiler, hi trobem, sobretot, botigues que es coneixen col·loquialment com a “botigues de turcs” (que, en realitat, són d’origen palestí), on es venen, sobretot, tèxtils –d’aquí el nom de l’article– ja siguin per a la llar o d’ús individual. A banda dels negocis “turcs”, també hi trobem bancs, hotels i farmàcies. Com que la majoria de turistes que arriben a aquesta conurbació són brasilers, prefereixen dormir al costat brasiler, treure els diners dels seus bancs, però comprar al costat uruguaià. 4. Presència àrab a la conurbació Sant’Ana do Livramento-Rivera Depending on what side of the border he was, and depending also from what side of the occasional border the oicial histories were written, the frontiersman was an outlaw.11 Com en molts altres països de l’Amèrica del Sud, el Brasil va rebre importants corrents migratoris procedents d’Europa i també de l’Orient Mitjà, en luxos de diferent intensitat registrats des de la meitat del segle xix ins avui. Immigrants d’origen àrab es troben en diferents ciutats de l’interior de tot Rio Grande do Sul. Segons el text presentat per una periodista brasilera, Liane Chipollino Asef, al Festival Sud-Americà de la Cultura Àrab, el dia 31 de març del 2010 a São Paulo, el procés immigratori àrab a la frontera brasilerouruguaina, entre les ciutats de Sant’Ana do Livramento i Rivera començà als primers anys del 1900 i va arribar ins a mitjan anys seixanta. Avui la tendència ha canviat i la majoria dels immigrants àrabs, en comptes d’arribar de Síria o del Líban, arriben de Palestina. Segons Munir Bruno Suleyman, el president de la Societat Arabopalestina de Sant’Ana do Livramento, la gran majoria de palestins arribaren a Sant’Ana durant la dècada dels anys 60 fugint de la guerra. La comunitat palestina va trobar-hi unes condicions ideals per qui buscava “garimpar”, un mot portuguès que designa l’acte de buscar me11 Fachel, he Gauchos: Male culture and identity in the Pampas, 1989: 21. 485 Anna Fonoll Tassier talls i pedres precioses, o bé establir-se comercialment. Seguint el mateix sistema que utilitzaren els sirolibanesos en tot el país, els palestins acabats d’arribar es dedicaren inicialment al mercadeig ambulant, amb la intenció d’acumular algun capital i retornar. El protagonista del mercadeig ambulant es coneix al Brasil amb el nom de “mascate”, i viatjava amb una maleta d’un lloc a un altre venent productes tan exòtics com variats. Aquest personatge el trobem en repetides ocasions en la reconeguda obra Tristos Tròpics, del pare de l’estructuralisme antropològic: Tot de dies s’escolen a la rebotiga de comerciants libanesos anomenats turcs: mig majoristes, mig usurers, que alimenten de quincalleria, teixits i medicaments dotzenes de parents, clients o protegits […].12 Passada aquesta fase, la fase del mascateamento, els palestins s’establiren en algun lloc, i van obrir, així, les seves botigues d’articles variats, és a dir, van fundar el tradicional basar, on hi havia una miscel·lània d’articles, com explica un dels nostres informants, Saleh Said: Antiguamente todos vendían Hering, todos vendían Hawaianas, chocolates Garoto, […] chinelos, cobertores, ropa íntima, parafusos… Todo, te juro, era una mezcla que era terrible, así. Ahora ya no, ya se hacen las tiendas más especíicas, para una cosa, para otra… Botigues més especíiques o no, els palestins es quedaren al Brasil; senyal d’això és que avui se’n comptabilitzen 600 a la conurbació estudiada. Però la majoria tenien la intenció de tornar al país d’origen; una intenció que va deixar els seus reductes, ja que avui encara és observable. Não era uma idéia de vir para icar. Nunca foi assim. Sempre foi a idéia de fazer um pouco de dinheiro e voltar. E ai aconteceu um pequeno detalhe nessa história. Algums izerom dinhero […] voltar para qué? A vida ta complicada lá, eu já tenho dinheiro, minha vida é boa aquí. O que não fez dinheiro: como é que vou voltar para lá? Eu não iz dinheiro, eu tenho que voltar só quando faça dinheiro. […] Mas a vida… Esto aquí se formou a segunda parte nossa […] Muitos vivem lá mas tem o corpo aqui, não sei se me explico. Se você entra na casa dele, ela é tuda decorada ão estilo oriental, se você olha a televisão que ele olha, é tudo de lá. Ele ta isicamente aqui, mas a cabeça ta la. Eu sou quasi desses (riu). (Adeeb Mohamad Hanini) 12 Lévi-Strauss, Tristos Tròpics; 1971: 208. 486 Palestina et vesteix de cap a peus! Però observem reaccions diferents a les segones generacions que entrevistem: Mas claro, eu queria voltar aqui, eu tenho minhas ilhas aqui, eu casei aqui… É muito diicil equilibrar as dois. A terceira vez que nos fuimos, eu quise levar minhas ilhas também, então a patria, tá um pouquinho aquí e um pouquinho lá, é um coração dividido mesmo. (Jamila Hanini) Per entendre aquesta reacció hem de conèixer la generació a la qual pertanyen els entrevistats i a les circumstàncies d’arribada d’aquestes onades migratòries, és a dir, la “situació de partida”. No és el nostre objectiu parlar de les circumstàncies històriques de Palestina, però, en termes generals, i tal com ja hem comentat, direm que la majoria dels informants coincideixen en aquesta “situació de partida”: amb la guerra, o amb una migració ja anterior a un altre país àrab; fet que està íntegrament relacionat amb la qüestió històrica recent del conlicte entre dues nacions, les redeinicions territorials, ocupacions i oposicions diplomàtiques que s’han succeït a Palestina durant aquest segle. Truzzi aconsella utilitzar l’aparell conceptual de xarxa com el model apropiat per representar de quina manera la informació és rellevant a l’hora de prendre la decisió de migrar: A pessoa ou família que pensava em migrar tendia a coniar mais nas informações trazidas, ão vivo ou por carta, de um parente, vizinho ou amigo.13 La immensa majoria dels informants menciona unes circumstàncies semblants: l’existència d’un parent (pare, tiet, cunyat…) que havia immigrat amb anterioritat i que no només feia el paper de receptor, sinó que també tenia la seva importància a l’hora d’oferir treball: A familia do marido já tava há 40 anos. Chegaram em SP, vieram de navío, baixarom no porto de Santos, SP. Depois já foram mandando no interior do Rio Grande do Sul, por causa da fronteira com Uruguai, porque estavam recém abrindo. (Samia Badra) Meus tios, pela parte do meu pai, chegaram no Brasil anos 60, chegaram como mascates, em Santa Catarina, e de Santa Catarina a Chuí. Depois um 13 Truzzi, Rumo a uma compreensão micro-analítica da migração sírio-libanesa ão Brasil, 2007: 149. 487 Anna Fonoll Tassier outro tio e esse tio chamo a meu pai. […] Meu pai em 84 chegou e depois minha mae em 85. (Saleh Said) E eu acho que nos acabamos vindo aqui e não em qualquer outro lugar pelo destino. Mas eu acho que ele já conhecia algumas pessoas que indicarom e ele acabou vindo. Isso á mais de 40 anos atrás, né? Tem uma irma do meu pai mas ela é de Rosario, uma cidade próxima. Então, seguramente isso acabou puxando ele. (Jamila Hanini) I, així, d’un germà que crida a un altre germà, d’una tieta que escriu a un nebot, la immigració palestina a Sant’Ana do Livramento-Rivera començà pensada com una migració de caràcter temporal pels protagonistes ins a convertir-se en permanent actualment. De la mateixa manera que la fase de mascateamento es va convertir en la permanència dels mostradors, darrere dels quals avui palestins, ills de palestins i néts de palestins ens atenen. 5. Identitat a la frontera. Gresol de races o pluralisme cultural a la frontera? As identidades étnicas só se mobilizam com referência a uma alteridade, e a etnicidade implica sempre a organização de agrupamentos dicotômicos Nós/ Eles.14 Com ja hem dit en la descripció de l’entorn urbà de la conurbació estudiada, les botigues propietat de famílies palestines es coneixen sota el nom de “botigues de turcs”. Els mateixos mascates també es coneixien sota la mateixa apel·lació. És a dir, si estan entre el Brasil i l’Uruguai i són palestins se’ls coneix amb el nom de “turcs”. Sabem per què? L’ús generalitzat d’aquest terme obeeix a dues lògiques: per una part, al fet que en el moment en què els siris i els libanesos ingressaren al país ho feren amb passaport turc, fet que no deixà de succeir ins a la caiguda de l’imperi Otomà, al inal de la Primera Guerra Mundial; i, per una altra, a la tendència 14 Poutignat i Streif-Fenart, Teorias da Etnicidade seguido de Grupos Étnicos e suas Fronteiras de Fredrik Barth, 1997: 152. 488 Palestina et vesteix de cap a peus! uniformadora de la societat receptora, ja que és més fàcil homogeneïtzar i englobar a tota la comunitat araboparlant. Quant al concepte de “turcs”, la majoria dels informants coincideixen en el fet que a l’inici era despectiu, però que avui ja no ho és. Veiem què en diuen dos dels informants: Los primeros imigrantes sirio-libaneses venían con el pasaporte turco otomano. Ellos se ofendían mucho, agarrás un libanés o sirio y le llamás de turco y te arrancá la cabeza. (Saleh Said) No inicio era… usavam para a pessoa se sentir inferior, para humillar. Tanto que os meus ilhos, que são jovems, no inicio sofreram. Hoje eu vejo a palavra turco com muito carinho, com comprensão. E parece mentira, através de uma novela O Clon,15 ela mudou… teve muita audiencia. Então ela foi fenomenal, porque se explicou, mostrou o outro lado da mõeda. Que é o arabe, o que signiica, como eles agem… Se são cobertos, mas não é para nada mau, isso é uma creença religiosa… Foi assim… E claro, eu não tinha uma festa, uma reunião com amigos que não explicara o que é turco. Eles perguntavam: que é o pais árabe? Mas que signiica Palestina? O que é Jordania? Eles não sabiam, hoje tudo o mundo sabe. (Samia Badra) Segons Peters, basant-se en el terme diàspora treballat per James Cliford, l’individu elabora la seva identitat personal amb la base del sentiment d’estar dividit entre dues lleialtats contradictòries, la de la seva terra d’origen i la del lloc on es troba actualment, on viu i construeix la seva inserció social. Aquest sentiment genera ambigüitats per als qui arriben i per als ills brasilers que encara tenen l’experiència paterna molt 15 O Clon fou una telesèrie emesa el 2001 al Brasil, després exportada a altres països, que planteja un balanç entre la cultura arabomusulmana i la manera de viure occidental, així com també la possibilitat de diàleg i convivència entre les dues opcions. Dado que la audiencia primaria de El Clon era la sociedad brasileña general, la tarea didáctica principal de esta trama consiste en informar sobre la religión y las costumbres del islam […]. Esta inluencia se debió, sin embargo, no sólo a sus contenidos iccionales, documentales y didácticos, sino a una casualidad histórica. El Clon salió al aire en TV Globo en octubre de 2001, tal como estaba previsto por su programación. Lo que no estuvo previsto fue la tragedia de September 11. (Goldberg, 2008: 449-453.) 489 Anna Fonoll Tassier present en el seu dia a dia.16 A la Fronteira da Paz, que és així com es coneix la frontera entre les dues ciutats de les quals tractem, la ciutadania i la nacionalitat són elements negociables, anant més enllà del criteri d’estatus atorgat pels estats. Davant d’aquesta pregunta sobre la seva nacionalitat, els informants coincideixen, en la seva majoria, en el seu sentiment dual, deixant entreveure un conlicte intern o, potser, extern, encara que la vessant palestina sempre apareix amb força. Yo soy brasilero, pero mi patria es Palestina. Pero allá es una tierra sin dueño, es un presidio abierto. (Saleh Said) Eu? Paraguaio! (riu) Porque nasci na Palestina, estudei na Palestina, então cheguei no Brasil e agora moro no Uruguai há muito tempo, então é ai uma mescla… (Adeeb Mohamad Hanini) Eu istou dividida, minha sangue é de lá, mas se mexe, se mexe muito. Eu amo Brasil, eu não posso falar mal do Brasil, então tenho isso dividio, mas a sangue, sangue é de lá. (Samia Badra) Mesmo sendo brasileira, minha sangue é palestina […] É muito diicil equilibrar as dois. (Jamila Hanini) Eu sou brasileiro na verdade, mas quando me perguntam, eu sou palestino […]. Eu me sinto palestino, acho que mais por necessidade mesmo, né? Por ter visto o que tem lá, por ter visto o sofrimento da minha família. Por sentimento de necessidade de ajudar. (Munir Bruno Suleyman) Aquesta possibilitat d’“identitats compartides” ve creada pels luxos culturals entre les nacions i la societat de consum global, ja que podem ser consumidors dels mateixos béns, clients dels mateixos serveis i públic dels 16 Peters, Imigrantes palestinos no Estado do Rio Grande do Sul: casamento, política e identidade ètnica, 2007: 199. 490 Palestina et vesteix de cap a peus! mateixos missatges o imatges, entre persones que poden estar ben distants unes de les altres en l’espai i en el temps.17 Les minories no sorgeixen prefabricades, es produeixen en les circumstàncies especíiques de cada nació i de cada nacionalisme. Freqüentment són portadores de records indesitjables, són marques de fracàs i de coacció. Segons Appadurai, são um constrangimento para qualquer imagem, patrocinada pelo estado, de pureza nacional e justiça do estado. São, portanto, bodes expiatórios no sentido clássico.18 Per a Cliford, la igura d’aquests palestins correspondria a la igura de “viatgers” que es troben a l’interior de simples “hotels”. Aquesta “contracultura de la modernitat” política es convertiria en una forma de resistència a l’exclusivisme i a la voluntat de l’estat nació de “domesticar les diferències”.19 Però, al contrari, els informants palestins de la present investigació no senten que l’estat nacional brasiler intenti “domesticar les diferències” d’ells. Per a ells, el Brasil no és un gresol en el sentit del terme, sinó que ens trobem davant d’una situació de pluralisme cultural que alguns autors denominen “plat d’amanida”. Curiosament, una de les nostres informants bateja el mateix fenomen amb el terme “salada mista”: Então não consigo ver uma diferencia hoje, de tão aberto, de tão facil, a gente já tá acostumada… eu não vejo diferença. É uma salada mista. (Jamila Hanini) Aquesta sensació es veu emfasitzada perquè ens trobem en un indret de frontera on no es té la sensació d’estar entre dos països diferents i on s’escolten, també, les dues llengües a les dues ciutats, no pas perquè l’estat brasiler faci bandera de pluralisme cultural. Essas diferenças são diicis, mas, aqui é um pais só, eu vejo isso como se for uma rua só, com dois línguas, até que se criou uma língua só, se fala que o portunhol, que é uma mistura dos dois. (Jamila Hanini) 17 Hall, A identidade cultural na pós-modernidade, 1992: 74. 18 Appadurai, O medo ão pequeño número. Ensaio sobre a geograia da raiva, 2009: 39. 19 Baeza, Ethos da mobilidade, performance da nacionalidade e cidadania entre os homens de negócios palestinos do Chile e do Honduras, 2007: 233. 491 Anna Fonoll Tassier Cal assenyalar, doncs, que el fet d’estar emmarcats dins el fenomen de frontera és ben important. Pobles de diferents cultures conviuen i formen la comunitat fronterera: brasilers, uruguaians, argentins, palestins… Sorgeix, així, una identitat fronterera que lliga els diferents integrants de la societat local i els diferencia dels altres, considerats els “estrangers”, els “turistes” o els “visitants”.20 La igura del mascate introduí l’alteració dels patrons de consum de les classes populars llatinoamericanes. Aquest ens sembla un dels principals èxits de la comunitat palestina i, també, de la sirolibanesa a la frontera entre el Brasil i l’Uruguai: dedicar-se al comerç de productes que anteriorment eren inaccessibles, articles d’ús domèstic, a vegades importats. “O turco” participou certamente da homogeneização cultural das classes laboriosas latino-americanas da primeira metade do vigésimo século.21 Així, ell també va estar en contacte diari amb els altres pobles que els acolliren: el brasiler i l’uruguaià. 6. Frontera com a lloc ideal? For frontiersmen, frontiers are not separating walls, but bridges which establish a community of interests.22 De deinicions de frontera, n’hi ha moltes. Alguna més encertada que una altra? Segurament. Però el que és important per a nosaltres ara és la deinició de frontera per a la comunitat que ens porta a l’estudi avui, la deinició de frontera per als palestins que viuen a Sant’Ana do Livramento i Rivera. Acá es una ciudad, una ciudad abierta para los 2 paises, podés cruzarlos, nadie te dice nada, podés cruzarlos y nadie hace preguntas. (Saleh Said) A fronteira… A fronteira é muito legal. Aqui a gente aprendeu a se relacionar com outros povos, assim. Para mim é muito interessante mesmo, porque eu sou árabe, vamos dizer de cultura oriental. E eu vinhe para uma fronteira que 20 Müller, A presença árabe-palestina na mídia impressa fronteiriça, 2004: 146. 21 Baeza, Ethos da mobilidade, performance da nacionalidade e cidadania entre os homens de negócios palestinos do Chile e do Honduras, 2007: 227. 22 Pujadas i Comas d’Argemir; Living in/on the frontier: Migrations, identities and citizenship in Andorra; 1999: 254. 492 Palestina et vesteix de cap a peus! você tem o brasileiro, que tem um peril, e depois tem o uruguaio, que tem um outro peril diferenciado… Nisso a gente aqui aprendeu o português, aprendeu o espanhol, […] E são duas culturas distintas… mais a minha! E a mescla dessas culturas occidental e oriental ica muito legal! Se voce tira o mais bom delas, ica muito bom, é uma riquesa. (Adeeb Mohamad Hanini) Ah deinir… é um aprendizado. A gente aprende muito. (Jamila Hanini) Esta fronteira aqui é muito especiica. Eu conehço varias fronteiras do mundo e nenhuma igual a essa. Não tem divisão, é uma fronteira irma, como disem aqui é a fronteira da paz. A oportunidade de trabalho dos dois lados é bom, já foi melhor… (Munir Bruno Suleyman) Realmente isso, isso é surprendente. Eu não acreditava… Eu me criei até 21 anos, num país que a fronteira era… nossa com Israel! Que era uma coisa asustadora. Tu falava de fronteira e só a palavra tinha que ser segredo… porque era sinhal de alguma coisa muito grande e perigosa. E hoje a gente chega aquí… Duas línguas diferentes, dois estilos de ropas diferentes, duas músicas diferentes… E todo o mundo se dá, né? De boa tudo o mundo. (Samia Badra) Per a la comunitat palestina, la frontera es presenta com un bon lloc per viure-hi. No només hi ha una raó per creure-ho, sinó que n’hi ha més d’una. Les intentarem presentar a continuació. La primera raó és la relació amb la seva millora de vida quant a llibertat i també quant a nivell adquisitiu, en la seva majoria. La segona, per la facilitat en la qüestió de treball en una àrea d’activitat econòmica que la frontera representa. Sigui d’un costat o d’un altre, seguint un procés de mirall típic de la frontera, on l’èxit d’una de les ciutats és entès com a crisi en l’altra, i així consecutivament; aquesta relació ve determinada per les diferències locals dels preus dels béns de consum, per la relació del canvi entre el peso uruguaià, el real brasiler o el dòlar americà, i pel poder adquisitiu de la població. 493 Anna Fonoll Tassier Mas qué o que acontece? Quando não ta bom dum lado, vam para o outro… Mas a grande maioria dos arabes, quando ta bom aqui abrem a loja la, e quando ta bom la, vão para lá. (Munir Bruno Suleyman) La tercera raó és la poca semblança que té la Fronteira da Paz amb les fronteres que els palestins coneixen al seu país d’origen. Els informants reconeixen que el fet d’estar en una frontera els proporciona la tranquil·litat quant a la possibilitat de canviar de costat, ja que encara que la majoria d’ells deixaren el seu país per la guerra, entraren al Brasil com a turistes i no pas en qualitat d’exiliats. És per això que el fet d’estar al costat de la frontera se’ls presenta com un valor afegit, per la facilitat quant als documents: quan caducava el seu visat, anaven uns mesos a l’Uruguai i després tornaven, ins aconseguir, primer, la permanència i, després, la naturalització. Aquesta tranquil·litat arriba de la mà de la felicitat. La sensació de felicitat d’adonar-se que una frontera diferent d’aquella amb la qual el poble palestí conviu és possible. É horrível, é horrível. Aquilo ali é uma escravidão. Na chegada já é um terror, né? A gente icou 6 horas no aeroporto, interrogação… Eu tenho nacionalidade brasileira mas eu tenho nome árabe, pae árabe. Eles sabem tudo, quem que tu é, a onde tu vai… Não adianta tu querer mentir, tu querer esconder… não faz nada de ilegal mesmo. Então 6 horas de interrogatorio no aeroporto, humiliação, ica sentado esperando… E depois tá, vai…! Tas chegando lá: check-points. Uma hora te perguntando, te deixando parado no sol… Horas e horas de ila. Aquila lá não existe. Olha! […] É um absurdo, aquilo é um absurdo. Não existe… um povo sem direito a circular, não tem direito a ir e vir na sua própria terra. A criança para chegar na escola tem que icar passando os check-points, quero dizer… É um terror aquilo. (Munir Bruno Suleyman) Porque los que están allá no pueden salir, no pueden hacer nada, no pueden cruzar la calle… entendés? Este concepto de frontera allá no existe. Para llegar a una ciudad tienes que pasar por 30 check points, te revisan 300 veces… Entonces es difícil… Patria mae es diicil, porque no tienes tierra allá, no tienes nada. (Saleh Said) 494 Palestina et vesteix de cap a peus! En un món de fronteres difuses i de continuïtats trencades, Mohamad El Hanini, l’autor del poema amb què començàvem l’article, un conegut poeta de Sant’Ana do Livramento nascut a Palestina, encara guarda amb ell un exemplar del diari A Platéia (el mitjà de comunicació propietat d’una família d’origen àrab), com a curiositat. A la portada d’aquest exemplar hi trobem l’experiència de l’ambaixadora de Palestina al Brasil durant la seva visita a la Fronteira da Paz,23 una frontera que traspassa els límits establerts políticament com a demarcació a través d’una línia divisòria, ja que, en realitat, és un camí, un moviment constant que ha albergat i segueix albergant un nombre important d’exiliats palestins. 23 Fotograies al punt 7, grup 2. 495 Anna Fonoll Tassier 8. Bibliograia Appadurai, Arjun. O medo ão pequeño número. Ensaio sobre a geograia da raiva. Observatori Itaú Cultural, São Paulo, 2009. Baeza, Cecília. 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Llicenciada en Comunicació Audiovisual (UAB, 2010) i Antropologia Social i Cultural (URV, 2013), ha realitzat estudis a altres universitats estrangeres, com Galatasaray Universitesi (Istanbul, Turquia) i Universidade Federal do Rio Grande do Sul (Porto Alegre, Brasil), amb un especial interès per les minories ètniques i les nacions sense estat. També escriu, fa fotos i realitza vídeos, però el que més li agrada és escoltar, explicar històries, conèixer persones i viatjar. 497 TRANSTERRADOS Y EXILIADOS: PEDRO GARFIAS Y LEÓN FELIPE Alberto Reig Tapia Universitat Rovira i Virgili Resumen Se analiza el drama del exilio español republicano tras la Guerra Civil tomando como ejemplos representativos y ejempliicantes a dos destacadas iguras del destierro y la poesía españolas: Pedro Garias y León Felipe, dos de los más grandes poetas de su generación y, sin embargo, poco frecuentes en las antologías escolares más al uso en los planes de estudio de bachillerato en España. Se enfatiza su consideración de “transterrados” más que exiliados, concepto ideado por el ilósofo español José Gaos, también exiliado en México, y de general aceptación por ambos poetas, que querían así poner en valor que también se sentían mejicanos por la generosidad mostrada por su tierra de acogida. Se repasan particularmente a través de sus versos más representativos todo el dolor y sentimiento de pérdida de ambos escritores y, por extensión, de la igura del exiliado. Palabras clave Exiliado forzoso, desplazado, transterrado, compromiso, memoria, olvido, reconocimiento, retorno. Abstract his article analyses the drama of Spanish Republican exile ater the Civil War through the notable igures of Pedro Garias and León Felipe, who were two of the greatest Spanish poets of their generation, despite rarely being found on Spanish secondary school curriculums today. Particular emphasis is placed on the fact that they considered themselves to be “transterrados" (displaced) rather than exiled, thus employing a concept developed by the Spanish philosopher, José Gaos, also exiled in Mexico. In making this distinction, both poets who wanted to highlight that they Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 499–524. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Alberto Reig Tapia also felt themselves to be Mexican because of the generosity of the country which took them in. hrough their most representative verses, the article analyses the pain, sufering and loss felt by both writers and, by extension, the igure of the exile himself. Keywords Forced exile, displaced person, uprooted person, commitment, memory, oblivion, recognition, return. El mundo se entreabre a mi camino; dicen que el mundo es grande… Pero había tantos mundos todavía que descubrir entre tus besos. Madre. Pedro Garfias Por esta puerta salí yo… Todos los poetas del Destierro… Y todos los españoles del Éxodo y del Llanto. León Felipe En contra de lo que pudiera pensarse, es aún muy poco lo que sabemos sobre los exilios contemporáneos pues, pese a la bibliografía ya existente, es tal la dimensión del dolor producido a causa de estos desplazamientos forzados de población que aún sigue siendo un mundo por descubrir. El pasado siglo xx fue en este sentido verdaderamente devastador, incluso aceptando su propia cortedad en contraposición a su precedente, el xix, que habría durado más de lo debido de acuerdo con Eric Hobsbawm, el gran historiador británico ya desaparecido.1 Los conlictos, revueltas, guerras, revoluciones, contrarrevoluciones, dictaduras, persecuciones, represiones, migraciones y exilios de todo tipo que lo asolaron han dejado una huella indeleble en la memoria histórica de la Humanidad. Fueron muchos los seres humanos que hubieron de abrir las puertas del exilio y aún se ven constreñidos a seguir haciéndolo. En este sentido, las historias de vida tienen un interés máximo, pues nos aportan una visión mucho más personal, íntima y verdadera que la que podría aportar el historiador profesional y mejor intencionado. 1 Hobsbawm, Eric, he Age of Extremes: he Short Twentieth Century, 1914-1991, Michael Joseph, Londres, 1994. 500 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe 1. Introducción Es muy difícil situarse en el alma y en el corazón de un exiliado forzoso si no hemos padecido su mismo infortunio. El desgarro y el dolor que produce el desarraigo involuntario, la violencia de verse expulsado de su propio país, arrancado de sus más íntimas y profundas raíces sentimentales y culturales, ha producido una abundante literatura que, inevitablemente y sin la menor duda, busca la empatía y solidaridad del lector, que no puede sino conmoverse ante tanta penuria padecida. Pedro Garias y León Felipe pasan por ser dos de los más grandes poetas de la literatura del exilio republicano español tras la Guerra Civil. Y, ¿por qué no decirlo estando convencido de ello?, a nosotros nos resultan especialmente queridos y admirados y no podemos sino asumir plenamente el comentario del profesor José Luis Abellán: Quizás pocos poetas como Garias —con la excepción probablemente de León Felipe— representen simbólicamente lo que fue “la España del éxodo y del llanto”.2 Gracias a estos dos inconmensurables poetas pude sentir desde muy joven, pese a no tener en mi familia implicaciones directas con los aspectos más dramáticos de la Guerra Civil, ese dolor del exilio tan suyo y peculiar que hice inmediatamente mío; diría que es ya un patrimonio cultural y sentimental irrenunciable, pese a que por razones evidentes de edad no viví ni siquiera los últimos coletazos de la posguerra ni he sido nunca un exiliado. Quiero decir que no hube de padecer las últimas salpicaduras de la miseria y el hambre, de la represión y el miedo de los perdedores, del abandono del propio país por parte de tantos seres anónimos que igualmente lo fueron aunque no dejaran testimonio de ello… Solo hube de sufrir un asixiante secuestro interior, intelectual y político que, necesariamente, tuvimos que padecer los jóvenes antifranquistas de mi generación. Esa educación política y sentimental la incorporamos a nuestras señas de identidad con una especial querencia que ya habrá de acompañarnos hasta el inal del camino. Los versos de Garias que abren estas páginas, “Cruzando la frontera”, son probablemente los primeros que compuso nada más pasar a Francia y hablan por sí mismos sobre el dolor de la pérdida por todo lo que se ama y 2 Abellán, José Luis, Prólogo a Moreno Gómez, Francisco, Pedro Garias, poeta del exilio español en México, “Las dos orillas”, 6, Asociación Cultural de Amistad Hispano-Mexicana, Ministerio de Asuntos Exteriores, Madrid, 2002, p. 2. 501 Alberto Reig Tapia aún no hemos llegado a conocer bien de nuestra propia patria. Los de León Felipe expresan muy concisamente la clave de bóveda de mi relexión y de su poesía: derrota, humillación, expulsión, huida, dolor, llanto…, llanto de no tener ya lágrimas… Ambos poetas comparten ciertas concomitancias biográicas y sus respectivas trayectorias vitales resultan apasionantes, lo que potencia aún más su poesía entreverada de lágrimas, gritos, proclamas, blasfemias, susurros, plegarias… Los ejemplos que podrían traerse a colación al respecto requerirían un espacio del que no disponemos. ¿Fueron Pedro Garias y León Felipe unos exiliados más entre tantos otros? ¿Qué sería lo que les distinguiría e identiicaría de los demás? ¿Qué quiere expresarse con el término transterrado? 2. Transterrados y exiliados Transterrados y exiliados pudieran parecer dos términos distintos para referirse a una misma situación, la pérdida de la propia patria por razones fundamentalmente políticas. Sin embargo, no quieren decir exactamente lo mismo, no transmiten la misma idea de alejamiento forzoso que, sin embargo, parece común a ambos conceptos. La carga de violencia implícita que conlleva la condición de exiliado, que nos remite inevitablemente a expulsado, parece difuminarse ante la más liviana de transterrado. Un exiliado es aquel que abandona forzado y anímicamente violentado su patria y la siente desde la lejanía como difícilmente recuperable o deinitivamente perdida; sin embargo, un transterrado sería aquel que, pese a verse trasladado lejos de su tierra e instalado en otra distinta, hace suya la de acogida, la siente y la vive como propia, hasta el punto de que olvida pronto su condición de extranjero y quiere incorporarse al “nosotros” integrador frente al “vosotros” excluyente, lo que, en deinitiva, ija el sentido de pertenencia o exclusión mucho más que cualquier otro de índole geopolítica o ideológica. Un transterrado vendría a ser en realidad un trasplantado. Alguien que, en deinitiva, sigue disponiendo de un nutriente que lo mantiene vivo. La profesora Inmaculada Cordero, reiriéndose a los refugiados españoles en México tras la Guerra Civil, ha puesto de relieve una evidente paradoja a la que tuvieron que enfrentarse los republicanos: 502 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe A su llegada, encontraron que las circunstancias políticas favorecían su integración y que las históricas la diicultaban.3 Pero, más allá de la inabarcable bibliografía existente sobre el exilio republicano, nos topamos con algo que con frecuencia se olvida: las historias de vida, de dolor y llanto, de todos los exilios, que tienen cara, nombre y apellidos, como bien sabe nuestra colega Rocío Arnal Lorenzo, verdadera experta en la materia que nos acompaña en estas páginas. Dicha bibliografía excede en mucho la documentación disponible al efecto para los limitados propósitos que abordamos en este texto: tratar de relejar a través de dos grandes poetas, como Pedro Garias y León Felipe, ese doble sentimiento tan contradictorio como complementario, el dolor y el sentimiento de pérdida, de sentirse exiliado español y al mismo tiempo transterrado mexicano. Desde España se ha hecho más hincapié en los estudios políticos de la diáspora republicana, mientras que desde la perspectiva mexicana se ha incidido más en los culturales y puramente testimoniales.4 Las circunstancias políticas mexicanas les resultaron favorables a los españoles exiliados por varias razones. En primer lugar, porque desembarcan en un país que habla su propio idioma, lo que facilita extraordinariamente la conexión cultural, emocional y sentimental sobre la que cada uno construye su propia visión del mundo. En segundo lugar, porque en México había triunfado la revolución que en España había fracasado. Las reformas impulsadas y soñadas por los republicanos españoles y abortadas a sangre y fuego tras la rebelión militar y la Guerra Civil se estaban consolidando en México gracias a la decidida política de su presidente, Lázaro Cárdenas. Este siempre impulsó la educación y la investigación y apoyó decididamente a la República española, a la que vendió armas, acogiendo tras la derrota a numerosos refugiados españoles, muchos de ellos maestros, profesores de enseñanza secundaria y catedráticos de universidad, profesionales de la enseñanza y la difusión cultural cualiicados, que pudieron acomodarse y ganarse la vida dentro de las estructuras educativas y culturales de México. Pero la decisión del presidente no fue 3 Cordero Olivero, Inmaculada, Los transterrados y España: Un exilio sin in, Publicaciones de la Universidad de Huelva, Huelva, 1997, p. 22. 4 Véanse al respecto el estudio de Fagen, Patricia, Transterrados y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, México, 1975; y el de Hernández de León-Portilla, Ascensión, España desde México, vida y testimonio de los transterrados, UNAM, México, 1978. 503 Alberto Reig Tapia únicamente por razones humanitarias o de simple empatía y ainidad política con la II República española, sino que, como él mismo expresó con claridad: No se trata solamente, en el presente caso, del problema concreto español, sino de la necesidad que México tiene de dejar sentado en forma pública un precedente contrario a toda intromisión indebida de los países fuertes en la existencia de las naciones débiles.5 Pocos países respondieron a las demandas de auxilio que se hacían desde Francia para acoger a los republicanos españoles que abandonaban el país tras la derrota y para eludir las duras represalias que los vencedores aplicaban inmisericordemente a los vencidos. Solo cuatro países (la URSS, México, Chile y la República Dominicana) lo hicieron y México se convirtió en el segundo receptor tras Francia en dar albergue a alrededor de 20.000 republicanos. No fue una decisión fácil, pues México se hallaba dividido entre quienes apoyaban la postura del presidente y quienes se oponían a ella. El Gobierno argumentó que no solo era un acto de solidaridad con perseguidos políticos, sino que también el propio país saldría beneiciado.6 Como bien sintetiza Inmaculada Cordero: En contraposición al desterrado, el español refugiado en México se va a sentir transterrado o conterrado. No es un ser expulsado de su universo mental y físico, sino trasladado a otra tierra físicamente distinta pero que forma parte del mismo universo mental. Para el refugiado, la conciencia de pertenecer a un país, no la da el haber nacido en una tierra concreta sino el poseer una determinada visión del mundo, determinados valores que marcan su pasado y su futuro. España y México comparten esa visión: son, pues, una sola patria. El desterrado no se puede sentir como tal en México.7 El término transterrado o empatriado lo acuñó el ilósofo español José Gaos. Se trata de un acertado neologismo que sirve bien para deinir los sentimientos de los refugiados españoles al encontrarse a su arribada a 5 Carta del 11 de septiembre de 1937 del presidente Lázaro Cárdenas a Isidro Fabela, representante de México ante la Sociedad de Naciones, cit. en VV. AA., El exilio español en la ciudad de México. Legado cultural (edición gráica y coordinación de Abraham San Pedro), Gobierno de la Ciudad de México, Turner, Madrid/México D.F., 2011, p. 52. 6 Ibídem, p. 64. 7 Cordero, op. cit., p. 32. 504 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe México con una continuidad lingüística y cultural que no les era ajena y que incluso la sentían como propia; rápidamente pudieron acomodarse a ella, así como desarrollarla y potenciarla, ampliando la propia visión que traían de España. Así, México se constituyó en una extensión o prolongación de la propia patria o, por decirlo al modo norteamericano, en una especie de Manifest destiny, de “destino maniiesto”, pero solamente a nivel espiritual y cultural, sin las connotaciones expansionistas y providencialistas que le otorgaron al término sus primeros teóricos como John L. O’Sullivan.8 El término empatriado sería aún más potente y expresivo al entenderse por tal a alguien que no ha dejado su patria por otra extranjera que le resulta completamente ajena, sino que el traslado de una parte de la propia patria a otra que, sin embargo, siente como suya excluye el sentimiento de expulsado y lo convierte más bien en un acogido, en un simple transterrado que se funde en dos patrias. Es, pues, como un desdoblamiento del sentimiento patriótico al pasar a poseer una patria de origen, la propia, y una patria de destino, la nueva. Como señala Gaos, se produjo una fusión entre españoles y mexicanos que les hizo a estos extraer sus propias esencias hispánicas, que tenían como soterradas bajo la fuerte personalidad del pueblo mexicano, mientras que los españoles descubrieron en los mexicanos lo que ellos mismos tenían de tales, produciéndose como una especie de nuevo descubrimiento de América, pero totalmente alejado de la idea originaria de conquista y mucho más cercano a la idea moderna de encuentro. Fue un acercamiento mutuo que surgió espontáneamente desde las dos partes para producir un sugestivo proceso de fusión cultural que les hizo a unos y otros sentirse españoles y americanos. Todo ello permitió conciliar la reivindicación de los valores españoles y la idelidad a ellos con la adhesión a los americanos.9 El mismo José Gaos nos recuerda cómo fue acuñado el tan expresivo neologismo de transterrado. Ocurrió en una comida de confraternización 8 Véase al respecto Johannsen, Robert W., “he Meaning of Manifest Destiny”, en Sam W. Hayes y Christopher Morris (eds.), Manifest Destiny and Empire: American Antebellum Expansionism, Texas A&M University Press, College Station, Texas, 1997; y, sobre O’Sullivan, Sampson, Robert D., John L. O’Sullivan and His Times, Kent State University Press, Kent, Ohio, 2003. 9 Véase Gaos, José, “Los transterrados españoles de la ilosofía en México”, Filosofía y Letras, núm. 36, octubre-diciembre, México, 1949, pp. 207-231. 505 Alberto Reig Tapia que los profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional ofrecieron a sus colegas españoles que acababan de incorporarse como docentes a esa misma institución. Le pidieron a Gaos unas palabras y queriendo expresar este que él, en México, no se sentía como un desterrado, según él mismo ha relatado…, “se me vino a las mientes y a la voz la palabra transterrado, que sin duda quedó ajustada a la idea que había querido expresar con sinceridad”.10 El neologismo resultó afortunado y se expandió rápidamente su uso común por toda Latinoamérica, pero muy especialmente en México, donde fue acogido con una extraordinaria simpatía y cordialidad, pues no hacía sino expresar un sentimiento muy fuerte y sincero de los españoles en relación con México que iba mucho más allá de compartir un mismo idioma. 3. Dos poetas para la eternidad ¿Cómo se alcanza la inmortalidad literaria? ¿Haciendo siempre poesía de circunstancias o pretendiendo hacer poesía pura por completo desvinculada del ser y sentir más cotidiano y profundo del pueblo que la alimenta? Hoy en día hablar de compromiso político suena más bien a broma habida cuenta del maniiesto autismo colectivo en que parecen hallarse sumidos la mayor parte de nuestros intelectuales de primera ila, con la excepción de algún que otro escritor de los que pudiéramos considerar más consagrados, pese a las sobradas razones que nos ofrece la cruda realidad del mundo actual y particularmente de nuestro país, siempre pródigo en argumentos para no dejar de lanzar voces a los cuatro vientos. Se habla constantemente de la muerte de los intelectuales y entre los más comprometidos no suele ser frecuente, además, toparse con poetas.11 Quizás podríamos plantearnos ahora las mismas preguntas que Rafael Alberti se hizo en 1953 en su célebre “Balada para los poetas andaluces de hoy”, que popularizó en el despuntar de la transición el grupo musical Aguaviva (1975). 10 Gaos, José, “Confesiones de Transterrado”, Universidad de México, núm. 521, junio, México, 1994, pp. 3-9. 11 Por ejemplo, en los recientes movimientos de protesta surgidos en España a raíz de la crisis como el 15-M, salvo José Luis Sampedro a nivel estatal o Arcadi Oliveres en Cataluña, no han sido muchos los intelectuales destacados que se han comprometido clara y abiertamente con tales movimientos sociales. 506 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe ¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora? ¿Qué miran los poetas andaluces de ahora? ¿Qué sienten los poetas andaluces de ahora? Cantan con voz de hombre, ¿pero dónde los hombres? con ojos de hombre miran, ¿pero dónde los hombres? con pecho de hombre sienten, ¿pero dónde los hombres? Cantan, y cuando cantan parece que están solos. Miran, y cuando miran parece que están solos. Sienten, y cuando sienten parece que están solos. ¿Es que ya Andalucía se ha quedado sin nadie? ¿Es que acaso en los montes andaluces ya no hay nadie? ¿Qué en los mares y campos andaluces no hay nadie? ¿No habrá ya quien responda a la voz del poeta? ¿Quien mire al corazón sin muros del poeta? ¿Tantas cosas han muerto que no hay más que el poeta? Cantad alto. Oiréis que oyen otros oídos. Mirad alto. Veréis que miran otros ojos. Latid alto. Sabréis que palpita otra sangre. No es más hondo el poeta en su oscuro subsuelo encerrado. Su canto asciende a lo más profundo cuando, abierto en el aire, ya es de todos los hombres.12 Sin embargo, en la convulsionada España de la década de 1930, ante el golpe militar del 18 de julio de 1936 se produjo una movilización general dentro de la cual destacó una verdadera pléyade de poetas. No solo el citado Rafael Alberti, sino también Antonio Machado, Miguel Hernández, Pedro Garias, León Felipe y tantos otros a los que no tenemos ni tiempo de mencionar siquiera aquí se convirtieron en poetas del pueblo, fueron los verdaderos poetas del pueblo, y como tales actuaron cual nuevos juglares por la patria, el pan y la justicia… de la de verdad, sin falsas retóricas fascistizantes, pues fue a la nación toda a la que se puso en almoneda en aquel aciago verano de 1936. Hay una abundante literatura del destierro, del exilio…, dado que a lo largo de la historia esta se ha manifestado pródiga en generar sufrimiento y un inenarrable dolor, como expresará mejor que nadie León Felipe: 12 Alberti, Rafael, Baladas y canciones del Paraná, Losada, Buenos Aires, 1954. 507 Alberto Reig Tapia Oh, este dolor, este dolor de no tener ya lágrimas, este dolor de no tener ya llanto para regar el polvo. ¡Oh, este llanto de España, Que ya no es más que arruga y sequedad… Un llanto seco de polvo y arcilla, el polvo de una casta perdida ya en la historia para siempre…, un polvo amarillo y maldito que nos trajo el rencor y el orgullo de siglos y siglos y siglos… Dice León Felipe: Nadie tiene aquí lágrimas. ¿Y para qué hemos de vivir nosotros si no tenemos lágrimas? ¿Y para qué hemos de llorar ya más si nuestro llanto no aglutina ni en los clanes rojos ni en las harcas blancas? En esta tierra el llanto no aglutina; ni el llanto ni la sangre. ¿Y para qué sirve la sangre derramada si no junta los labios de la casta?13 La derrota, la huida, la puerta del destierro que se abre sombría e inmensa hacia un futuro impredecible…, denuncia el poeta: Por allí salimos… Por allí salí yo… Por allí salieron los españoles del Éxodo y del Llanto. Entonces Franco dijo: “He limpiado la nación… He arrojado de la Patria la carroña y la cizaña”14 Un dolor producto de las derrotas de unos y las victorias de otros, de las exaltaciones de los vencedores y las deportaciones y desplazamientos 13 Felipe, León, Antología rota (epílogo por Guillermo de Torre), Losada, Buenos Aires, 1957, pp. 59-61, y en Obras Completas (edición ordenada por Adolfo Ballano Bueno y cuidada por Andrés Ramón Vázquez, prólogo de Guillermo de Torre), Losada, Buenos Aires, 1963, pp. 143-145. 14 Felipe, León, ibídem, p. 167. 508 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe forzosos de los perdedores. Todo ello ha producido una obra literaria verdaderamente sobrecogedora y tan auténtica como valiosa.15 Pedro Garias y León Felipe no callaron precisamente. Cantaron, vaya si cantaron, y lo hicieron a voz en cuello o en sordina. Hicieron de todo menos quedarse mudos, como el propio León Felipe, que hizo enmudecer al mismísimo general superlativo: Franco, tuya es la hacienda, la casa, el caballo y la pistola. Mía es la voz antigua de la tierra. Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo… mas yo te dejo mudo…¡mudo! y ¿cómo vas a recoger el trigo y a alimentar el fuego si yo me llevo la canción? Efectivamente, el poeta se llevaba el salmo con él para preservarlo y custodiarlo adecuadamente, y remachaba: “Cuando los arzobispos bendicen el puñal y la pólvora y pactan con el sapo iscariote y ladrón… ¿para qué quieren el salmo?”16 El salmo, la voz y la palabra son siempre del poeta, nunca del mercenario que vende su patria por una buena cantidad de dinero en el extranjero puesta a su nombre, como hizo Franco por cuenta del banquero pirata Juan March.17 15 Véase el excelente estudio de Moreno Gómez, Francisco, “Literatura, icción o realidad”, Seminario Humanístico de Zafra, núm. 24. Conferencia impartida en Zafra el 17 de mayo de 2002, pp. 13-21. 16 Felipe, León, Antología rota, pp. 161-162. Esta poética imprecación a Franco no consta en Ganarás la luz (1943), donde se sustituye el nombre del dictador por “soldado”, desposeyendo así al poema de su originaria fuerza dramática pues, por lo general, los soldados carecen de hacienda, casa, caballo y pistola, que es lo que correspondería más bien a jefes y oiciales del ejército (en, O.C., pp. 193-194). León Felipe volvía de continuo sobre su poesía e introducía correcciones o modiicaciones de los versos citados, pues en Español del éxodo y del llanto (1939) no se omite el apellido del generalísimo destinatario y así consta también en otra parte de sus Obras Completas: “Sin el poeta no podrá existir España. Que lo oigan las harcas victoriosas, que lo oiga Franco: Tuya es la hacienda…”, etc., p. 120. 17 Sobre tan controvertido personaje, véanse: Garriga, Ramón, Juan March y su tiempo, Planeta, Barcelona, 1976; Díaz Nosty, Bernardo, La irresistible ascensión de Juan march. Notas previas para una investigación biográica, Sedmay, Madrid, 1977; Ferrer Guasp, Pere, 509 Alberto Reig Tapia A su vez, Pedro Garias, en un poemario considerado como uno de los mejores libros que se hayan escrito nunca sobre el destierro español en la sabia opinión de Dámaso Alonso, decía: AHORA Ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado la cabeza en la bruma y los pies en el agua y el cigarrillo apagado entre los dedos… Ahora voy a llorar por los que han muerto sin saber por qué cuyos porqués resuenan todavía en la tirante bóveda impasible… Sobre esta roca verdinegra agua y agua a mi alrededor ahora sí que voy a llorar a gusto.18 En la aldea inglesa de Eaton Hastings en la que Garias fue acogido con otros pocos compañeros tras la derrota republicana dio rienda suelta a su dolor escribiendo 22 hermosos poemas entre abril y mayo de 1939, poemas por la patria abandonada, versos a la añoranza por la madre secuestrada… a raíz de haber perdido a su propio país, como él mismo señalaba: aunque el temblor sonoro se extienda a las estrellas y perturbe un momento su formación tranquila mientras duerme Inglaterra, yo he de seguir gritando mi llanto de becerro que ha perdido a su madre19 La primavera rápida se esquiva, se rompe en mil pedazos el aire de veloz cristalería y cubre el sol sus desnudos miembros como una virgen tímida. Yo quedo sobre un monte de tinieblas aullando al horizonte de mi vida.20 Los inicios de un imperio inanciero, 1900-1924, Ediciones Cort, Palma de Mallorca, 2001, y Juan March. El hombre más misterioso del mundo, Ediciones B, Barcelona, 2008. El mejor estudio es el de Cabrera, Mercedes, Juan March (1880-1962), Marcial Pons, Madrid, 2011. 18 Garfias, Pedro, “Intermedio: llanto sobre una isla”, de Primavera en Eaton Hastings, en Poesías Completas (edición de Francisco Moreno Gómez), Alpuerto, Madrid, 1996, pp. 337. 19 Ibídem, p. 342. 20 Ibídem, p. 345. 510 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe Ese llanto, esa pérdida, se maniiestan las más de las veces a voces, gritando y aullando como expresión máxima de ese dolor que producen las pérdidas irreparables. En ese sentido, es muy ilustrativa la relexión que se hace León Felipe al justiicar el elevado tono con que se maniiesta todo español argumentando que no le ha quedado más remedio que hacerlo así previamente por tres veces en la historia. La primera fue cuando gritamos: “¡Tierra! ¡Tierra! ¡Tierra!”. Había que desgañitarse para que lo oyeran los que se habían quedado en la otra orilla, pues se abría ante ellos un nuevo continente al que, ante el naufragio de Europa, pudo agarrarse la esperanza del hombre libre. La segunda fue cuando salió por el mundo grotescamente vestido el estrafalario caballero de la triste igura, el fantasma de La Mancha, gritando “¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!”. También había motivos para hacerlo bien alto. Y la tercera fue en la colina de Madrid en 1936. El mismo León Felipe reconoce haber estado en el coro junto con muchos más y tener aún la laringe parda por la ronquera. Fue el grito que dieron los españoles entonces para prevenir a la majada, para soliviantar a los cabreros, para despertar al mundo. “¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo!”. Cuando vieron que los habían dejado solos, gritaron hasta desgañitarse: “¡No pasarán!”. Y, para vergüenza del mundo libre, pasaron. Tanto el que gritó “¡Tierra!” como el que gritó “¡Justicia!” o “¡Eh! ¡Que viene el lobo!” es el mismo español de siempre. Como León Felipe, que siempre supo hacerse oír: Nadie le oyó. Nadie. Los viejos rabadanes del mundo que escriben la historia a su capricho, cerraron todos los postigos, se hicieron los sordos, se taparon los oídos con cemento y todavía ahora no hacen más que preguntar como los pedantes: ¿pero por qué habla tan alto el español? Sin embargo, el español no habla alto. Ya lo he dicho. Lo volveré a repetir: el español habla desde el nivel exacto del hombre, y el que piense que habla demasiado alto es porque escucha desde el fondo de un pozo.21 Gritos e imprecaciones, pues, de pura lógica, de irrenunciable ansia de justicia y libertad. Gritos capaces de transformarse en estremecedora sordina como los versos que Garias compuso cuando abandonaba su patria camino del exilio tras la derrota de la II República española a manos del 21 Felipe, León, “Pero, ¿por qué habla tan alto el español?”, en Obras Completas, pp. 191-192. 511 Alberto Reig Tapia fascismo nacional e internacional. Pedro Garias zarpó a bordo del Sinaia rumbo a Veracruz, México, buque que partió del puerto francés de Sète el 25 de mayo de 1939 y en el que viajaron 1.800 refugiados españoles y cuyo trayecto, marcado por poemas de grandes poetas españoles, utiliza como logo el Ateneo Republicano en México. Cada vez que el buque costeaba tierra española hacia sonar su sirena para que subieran a cubierta sus viajeros y pudieran ver pedazos de la tierra que dejaban tras de sí. Al pasar por el estrecho de Gibraltar, conocedores de que esa era quizás la última vez en sus vidas que tendrían ocasión para ello, lo hicieron con una emoción colectiva difícil de contener. Pedro Garias fue tomando notas a lo largo de la travesía y fue componiendo, a ráfagas de viento y fogonazos de suprema inspiración, unos versos que constituyen el que quizás sea uno de los poemas más hermosos que se hayan escrito nunca en lengua castellana sobre la ausencia y la querencia por la patria perdida. Lo compuso sumido en la zozobra y angustia de sentir la forzada lejanía de su país, quizás para siempre, y la esperanza y la fe depositadas en la nueva tierra de acogida. Finalmente, el 10 de junio, a tres días del desembarco en Veracruz, cuando aún se encontraban en pleno Caribe, recitó en la cubierta del Sinaia un poema cuyo impacto repudia la menor posibilidad de olvido y queda ya para siempre inscrito en las letras de oro de nuestra mejor literatura. Esos estremecedores versos que elevan la literatura y la poesía a cotas difícilmente superables los tituló “Entre España y México”, y son bien conocidos por españoles y mexicanos cultos, quizás más aún por los españoles de Latinoamérica que por los latinoamericanos de España. Por ejemplo, el poema se encuentra bien expuesto en un gran cuadro que cuelga de las paredes del Colegio Madrid de México D.F. Así, pueden verlo y aprendérselo bien todos sus colegiales y, desde luego, es muy apreciado por los especialistas en la materia. Sin embargo, en España, en las antologías poéticas dedicadas a la generación del 27 o a la del 36 e incluso en las generales sobre la poesía española de todos los tiempos, raramente, por no decir nunca, aparece algún poema de los dos poetas mencionados, como si su obra fuera menor y ni siquiera mereciera una referencia en cualquier antología por considerar que, siendo una poesía irmemente comprometida con el pueblo y su destino en uno de los momentos más dramáticos que le ha tocado vivir a Europa y al mundo, nada útil puede ya transmitir a las nuevas generaciones españolas y latinoamericanas de ahora mismo en un mundo en el que todo se compra, 512 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe todo se vende, todo es pura mercancía, como apuntara el mismo León Felipe. Nada sirve para nada si no cotiza mínimamente en el mercado, la subasta o la almoneda. Y menos que nada la poesía del éxodo y del llanto. Este poema es capaz por sí mismo de convulsionar cualquier espíritu sensible ante el hondo drama que toda guerra civil y sus impredecibles consecuencias provocan. Es un poema que, aparte de alcanzar directamente el corazón de cualquier lector, puede cantarse, gritarse o llorarse, pero nunca nos dejará indiferentes: Qué hilo tan ino, qué delgado junco —de acero iel— nos une y nos separa con España presente en el recuerdo, con México presente en la esperanza. Repite el mar sus cóncavos azules, repite el cielo sus tranquilas aguas y entre el cielo y el mar ensayan vuelos de análoga ambición, nuestras miradas. España que perdimos, no nos pierdas; guárdanos en tu frente derrumbada, conserva a tu costado el hueco vivo de nuestra ausencia amarga que un día volveremos, más veloces, sobre la densa y poderosa espalda de este mar, con los brazos ondeantes y el latido del mar en la garganta. Y tú, México libre, pueblo abierto al ágil viento y a la luz del alba, indios de clara estirpe, campesinos con tierras, con simientes y con máquinas; proletarios gigantes de anchas manos que forjan el destino de la Patria; pueblo libre de México: como otro tiempo por la mar salada te va un río español de sangre roja, de generosa sangre desbordada. Pero eres tú esta vez quien nos conquistas, y para siempre, ¡oh vieja y nueva España!22 22 Garfias, Pedro, Poesías Completas, pp. 297-298. 513 Alberto Reig Tapia Nada encarna mejor esa lejanía y proximidad, esa separación y unión entre México y España, durante la larga e inacabable dictadura franquista, y ha unido más a todos los demócratas españoles de ambas orillas del Atlántico que la igura y la poesía de Pedro Garias. Ningún otro se recorrió el país de acogida de arriba abajo leyendo poemas, dando recitales, participando en tertulias por toda clase de plazas y foros. Su igura siempre estaba presente en los actos conmemorativos de los republicanos españoles, en las reuniones de los demócratas españoles y mexicanos. Nadie como Garias ha encarnado la poesía de la derrota y del exilio. Allí alcanzó una gran popularidad y recibió justo reconocimiento tanto más merecido como insólito es su falta de correspondencia en su propio país una vez que, tras la muerte del dictador, pudo reconstruirse el tejido político y cultural propio de toda democracia,23 salvadas sean las admirables excepciones.24 Se tacha de poesía de “circunstancias” la de León Felipe… ¿Qué poesía, qué creación artística, no lo es de circunstancias? Es una poesía que llega directa al corazón de cualquier ser humano que sepa escucharse a sí mismo. Lo importante, como destacó Antonio Machado, es saber estar siempre a la altura de ellas, nunca por debajo ni por encima. Su poesía no busca “el verbo raro ni la palabra extraña”, son versos que no pueden cantarse con una voz engolada ni con falsos acentos a una comunidad patria que no se siente.25 Como Garias, León Felipe fue un poeta militante, épico en la contienda y lírico antes y después de ella, arrastrando siempre ambos el dolor por el desgarro padecido, por la terrible amputación sufrida, que, en el caso de este, alcanza cotas maniiestamente descompuestas y blasfematorias. Así lo pone claramente de maniiesto en El payaso de las bofetadas (1938), en El hacha (1939) o en El poeta prometeico (1942), alcanzando en su frenético poema “Yo soy el gran blasfemo” una fuerza verdaderamente arrasadora como no creemos (yo al menos no conozco nada parecido) exista en la poesía española contemporánea. El poema va adquiriendo un ritmo trepidante y uniformemente acelerado para desembocar en su inal de forma abrupta como el célebre bolero de Ravel: 23 Véase Moreno Gómez, Francisco, Pedro Garias, poeta del exilio español…, pp. 5-7 y 27-38. 24 Como la que constituyen el mismo Francisco Moreno Gómez y otros especialistas, obviamente. Sin la espléndida obra de Francisco Moreno consagrada al poeta no puede hoy en día escribirse nada novedoso sobre él y su poesía. 25 Véase la Introducción de Jorge Campos en Felipe, León, Antología poética, pp. 10-11. 514 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe (¡Ay del que se armó tan sólo para defender su granero, y no se armó para defender el pan de todos primero! ¡Ay del que dice todavía: nos proponemos conservar lo nuestro!) Allí va el demagogo, aquél es el banquero, éstos son los cristianos (que ahora se llaman los “cristeros”). Y éste es el hombre de la mitra la bestia de dos cuernos, el que vendió las llaves… el Gran Conserje Pedro… ¡Aquí van todos! Y aquí voy yo con ellos. Aquí voy yo también, yo, el hombre de la tralla, el de los ojos sucios… el blasfemo. Sí. Ahora ya sin hogar y sin reino, sin canción y sin salmo, sin llaves y sin templo… yo la llevo, yo llevo hoy la carroza, yo la llevo. Se va del salmo al llanto, del llanto al grito, del grito al veneno… ¡Arre! ¡Arre! ¡Y se gana la luz desde el inierno!26 Se trata de un poema río de los más signiicativos de León Felipe que hay que enmarcar entre aquellos que menos le satisfacen de su producción a juzgar por sus propias palabras. Sin embargo, este, que leído entero ilumina muy bien ese tono blasfematorio e indignado del que habría de arrepentirse el poeta a favor de su producción más íntima y lírica, ciertamente magníica, a mi juicio, no solo no conviene prescindir de ella sino que resulta especialmente signiicativa para comprender el irme compromiso del poeta con la causa republicana y, por ende, antifranquista. 26 Felipe, León, Obras Completas, p. 285. 515 Alberto Reig Tapia 4. Memoria y olvido Las secuelas del exilio forzado son imborrables en la memoria de las víctimas. Hay una evidencia que no podría negarse ni por los más decididos partidarios de pasar página incluso obviando la menor reparación en nombre del sacrosanto e intangible “borrón y cuenta nueva”, sin acabar de percibir que la única manera de que tal pretensión resulte fructífera es afrontando sin mayores dilaciones una reparación cuando menos moral para las víctimas, pues es de estricta justicia ya que un exiliado no es menos víctima que quienes fueron directamente represaliados. La dictadura fue implacable y a ello se ha referido con toda claridad Nicolás SánchezAlbornoz en un libro personal pero no por ello menos lúcido. La dictadura… …eligió excluir de la vida nacional a un sector numeroso de la población española mediante cárceles y exilios, exclusión que ha marcado la historia del país y de la que no parece todavía moralmente recuperada.27 A los vencidos no solo se les privó de su propia patria, sino que la dictadura tuvo la pretensión de practicarles una ablación de su propia memoria decretando su expulsión de la historia. Como es lógico, la represión fue debilitándose a lo largo de la prolongada dictadura, pero “el trípode de cárcel, exilio y ejecución no desapareció hasta el inal del régimen”, y, cuando se inició la transición hacia la democracia, aún había en el extranjero decenas de miles de exiliados a los que el régimen jamás tendió oicialmente la mano. Muchos regresaban por su cuenta y riesgo, pero la dictadura jamás se permitió en este sentido un acto oicial de verdadera reconciliación. “Sangre y igura hasta la sepultura”. El franquismo “nunca concibió una convivencia fraterna entre españoles, sin proscripciones políticas”.28 En este contexto, la memoria y el olvido forman parte de una misma experiencia. La memoria impide el olvido, pero ¿cómo sería posible vivir sin memoria? Además, algo que con frecuencia se olvida es que el retorno de muchos exiliados no fue siempre fácil para quienes lo buscaron y lo desearon (al mismo Nicolás Sánchez-Albornoz se lo negaron durante más de treinta años). La realidad es que el regreso no les resultó a muchos precisamente 27 Sánchez-Albornoz, Nicolás, Cárceles y exilios, Anagrama, Barcelona, 2012, p. 309. 28 Ibídem, p. 310. 516 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe gratiicante, sino más bien decepcionante. Muchos creyeron que serían recibidos como si el tiempo no hubiese dejado caer el amargo sabor del olvido en la memoria de las viejas y más jóvenes generaciones de españoles, por lo que se sintieron al volver a su propia casa tan desvalidos como muchos se habían sentido en el exilio. Analizando las trayectorias de los escritores republicanos del exilio, fueran poetas, novelistas o intelectuales, es difícil no coincidir con una de nuestras más afamadas hispanistas cuando airma que exilio y retorno son dos polos difícilmente convergentes.29 La nostalgia fue el componente principal de estos hombres y mujeres, primero, refugiados republicanos y, después, exiliados españoles. Unos intentaron reintegrarse y fracasaron, como José Bergamín o Max Aub, que escribió al respecto un libro metáfora de la nueva España, incapaz de reconocer a todos sus hijos.30 Incluso Rafael Alberti, que regresó de Roma y fue diputado en las Constituyentes, o Jorge Semprún, que lo hizo de París para convertirse en el ministro estrella de Cultura de Felipe González. Uno dimitió y el otro fue cesado. María Teresa León se quejaba de estar cansada y no saber dónde morirse; también los hubo que volvieron y se adaptaron mejor o peor a la realidad española (Manuel Andújar, Américo Castro, Juan Gil-Albert…). Como bien concluye Bertrand de Muñoz: […] exilio y retorno son difíciles de casar felizmente; casi podríamos airmar que, a pesar de todos los sentimientos de esperanza que abriga la idea del regreso durante el exilio, sobre todo si se prolonga casi indeinidamente como fue el de la guerra española del 36, los términos, además de antagónicos, a menudo se repelen.31 Adolfo Sánchez Vázquez expresó muy bien esa diicultad del regreso ante el hecho incuestionable de que el tiempo nunca transcurre en balde: 29 Bertrand de Muñoz, Maryse, “Exilio y retorno: dos polos difícilmente convergentes”, en L’exili literari republicà (edición a cargo de Manuel Fuentes y Paco Tovar), Publicacions de la URV, Tarragona, 2006, pp 19-28. 30 Aub, Max, La gallina ciega, Joaquín Mortiz, México, 1971. 31 Bertrand de Muñoz, Maryse, opus cit., p. 25. Véanse también de la misma autora: “El exilio y el ansiado retorno en la novelística española de posguerra”, Hispania, Madrid, mayo 1999, pp. 190-202; y El regreso: tema candente de los exiliados, Fundación Largo Caballero, Madrid, 2000. 517 Alberto Reig Tapia Y entonces el exiliado descubre con estupor primero, con dolor después, con cierta ironía más tarde, en el momento mismo en que objetivamente ha terminado su exilio, que el tiempo no ha pasado impunemente, y que tanto si vuelve como si no vuelve jamás dejará de ser un exiliado. Puede volver, pero una nueva nostalgia y una nueva idealización se adueñan de él. Puede quedarse, pero jamás podrá renunciar al pasado que lo trajo aquí y sin el futuro ahora con el que soñó tantos años.32 Siempre se idealiza la patria perdida y nunca deja de alimentarse el sueño del retorno en la falsa esperanza de que todo pueda volver a ser igual como si los hechos que propiciaron el exilio no se hubieran llegado nunca a producirse. Es como cuando se regresa a una patria que no es la misma que se recuerda y se ija en la memoria. A este respecto dice Francisco Caudet: El exilio es, sobre todo, la pérdida de la identidad, de la estabilidad, del sentido de la inalidad. El exilio tiende a causa de ello, a reconstruir y mitiicar la memoria de lo perdido.33 Por otro lado, como apunta el mismo Caudet, conviene no “edulcorar” el fenómeno del “trastierro” de los republicanos españoles en Latinoamérica ignorando la cruda realidad, “más terca que las falsas expectativas de muchos”. Y continúa: Extraña que todavía existan muchos lugares comunes sobre este extremo. Porque pronto se comprobó, por ejemplo, que ni el habla común —ese tan socorrido tópico— unía tanto como se había creído en un principio, ni el encuentro de España con América fue tan natural y luido como también se ha solido dar por sentado. La culpa hay que imputársela —si es que realmente se puede hablar de culpa— a los españoles. Porque su ignorancia de América, salvo contadas excepciones, era tan mayúscula como su complejo de superioridad intelectual y moral, rayano a menudo en la más torpe arrogancia.34 Fueron múltiples los problemas que hubieron de afrontar los refugiados españoles en México desde el mismo instante de su arribada a tierras mexicanas. Constituían un colectivo humillado y dividido, y las diicul32 Sánchez Vázquez, Adolfo, Recuerdos y relexiones del exilio, cit. en VV. AA., El exilio español en la ciudad de México. Legado cultural, opus cit., p. 243. 33 Caudet, Francisco, El exilio republicano en México. Las revistas literarias (1939-1971), Fundación Banco Exterior de España, Madrid, 192, p. 644. 34 Caudet, Francisco, El exilio republicano de 1939, Cátedra, Madrid, 2005, pp. 400-401. 518 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe tades de mantener vivas las instituciones republicanas en México tras la llegada masiva de exiliados procedentes de Francia, y más después de la ocupación nazi, fueron enormes. Allí se instaló el GRE (Gobierno de la República en el exilio), que se encontraba desbordado. Tras sus inicios, la fuerte personalidad de Indalecio Prieto dominaba el panorama político del exilio español. La pugna por la administración y el control de los bienes del famoso Vita (buque en el que se transportó a México todo lo incautado por la Caja General de Reparaciones por órdenes del jefe de Gobierno, Juan Negrín), el papel de la JARE (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles) y del SERE (Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles), así como los recurrentes enfrentamientos entre los diversos partidos y organizaciones republicanos no vinieron sino a poner de maniiesto que nada hay más disgregador, más autodestructivo, que el amargo sabor de la derrota.35 Pronto quedó claro a los refugiados y exiliados republicanos españoles que les aguardaba una dura travesía del desierto y la percepción de que el regreso a la patria no solo no estaba próximo, sino que se dilataba en el tiempo y no cesaba de aumentar día tras día.36 La principal característica del GRE desde sus inicios hasta su disolución fue la precariedad económica. Subsistió con extraordinarias diicultades gracias a su férrea austeridad y a las pequeñas subvenciones que recibió de los Gobiernos de Francia, México, Yugoslavia y Cuba tras la victoria de Fidel Castro. Ciertamente —como señala Sánchez Cervelló—, fracasó en su intento de restaurar la República, pero sólo con la ingente labor de ayuda que realizaron en el campo asistencial su esfuerzo ya habría tenido sentido. Fue el GRE, además, el que de forma destacada atendió siempre a los mutilados del Ejército Popular de la República, fue también quien se preocupó por los exiliados en el Magreb cuando esos países alcanzaron la independencia. ¿Qué otra institución o gobierno lo hizo? ¿Quién se preocupó de que a los supervivientes de Mauthausen, o de los otros campos de exterminio, se les reconociese la dignidad herida? No fue el Gobierno usurpador, sino el GRE a pesar de la precariedad de sus medios y de los apoyos políticos. El monumento que recuerda en Mauthausen a los republicanos muertos se hizo con la colaboración del GRE, igual que las reiteradas gestiones para que los lugares de memoria del exilio no se destruyesen.37 35 Véase al respecto: Sánchez Cervelló, Josep, La Segunda República en el exilio (19391977), Planeta, Barcelona, 2011. 36 Ibídem, pp. 119-159. 37 Ibídem, p. 450. 519 Alberto Reig Tapia 5. Consideraciones inales Puede que algún joven lector de hoy quede sorprendido por estas historias de dolor, muerte y olvido si antes de ahora no había tenido sino vaga noticia de ellas. Hemos querido servirnos de Pedro Garias y León Felipe por lo que sus iguras puedan tener de emblemáticas. Puede que, si se toma contacto por vez primera con los versos de estos dos gigantes de la poesía española contemporánea, se piense que son versos demasiado destemplados por el trauma de la Guerra Civil y el dolor del exilio. Los más jóvenes no han padecido ni de cerca ni de lejos nada parecido o puede que de tal suceso, tan familiarmente lejano, les quede ya apenas la idea de que estas “historias” son hijas de un simple anacronismo histórico que ya nada puede aportarles a su conocimiento del mundo y de sí mismos. Puede que así sea, pero se equivocarían de plano si no analizaran dicha poesía en su contexto y optaran por desconocer el resto de tan miríica obra poética, que va mucho más allá de su primera condición de exiliados, rápidamente sustituida por la de transterrados. Pedro Garias murió prematura y humildemente a la edad de 66 años. Estaba enfermo, pero la verdadera causa de su muerte no fue otra que la misma de Antonio Machado y tantos otros, “fue una víctima más del franquismo, del exilio, de la soledad, del desarraigo y de la pérdida de España”, por más que los mexicanos le atendieran perfectamente.38 Su igura carismática se alza magníica y extraordinaria, destacando como uno de los poetas más brillantes de aquella excepcional generación del 27, tanto en su acción juglaresca de militante del pueblo por su libertad como por el conjunto de su obra poética, tan sugerente como imperecedera. La igura inmensa de León Felipe, el poeta prometeico, también se alza majestuosa junto con la de Pedro Garias. León Felipe se recorrió toda América para dar testimonio de su época. Murió a la edad de 84 años, con tiempo suiciente, como Miguel de Unamuno, para revisarse muy críticamente, lo que no hace sino engrandecer aún más su igura. El poeta altitonante le escribía en 1959 a Camilo José Cela, entonces alma y director de la importante revista literaria Papeles de Son Armadans, en la que empezaron a publicar muchos autores de la derrota y del exilio, diciéndole, ante la demanda de Cela de que escribiera alguna relexión sobre su poesía, que no servía para nada y se sentía muy viejo. Decía estar muy enfermo y tener que sostenerse con fármacos que le debilitaban y le mantenían como un 38 Moreno Gómez, Francisco, Pedro Garias, poeta del exilio español en México, p. 39. 520 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe guiñapo, viendo ya muy cercano su inal. Airmaba allí que, salvo alguno de sus poemas que tienen aliento de plegaria, quemaría toda su poesía… Estoy avergonzado de haber escrito la mayoría de mis versos. Casi todos no son más que actualidad. Al inal creo que no he sido más que un reportero con un énfasis de energúmeno. He tenido una voz irritable, irritante y salvaje sin freno y sin medida, y sólo en algunos momentos he sabido rezar. La poesía no es más que oración. Una oración fervorosa, piadosa y reposada de la que solo quedaría “una gotita de rocío diluida, perdida, anónima en el gran río de las canciones eternas…”.39 Esa es la gran verdad de la poesía, de la suya propia que dice aborrecer. Sin embargo, hasta la más blasfematoria se halla poseída de ese fervor religioso, casi místico, tronante sí, a veces y muy justiicadamente, pues ¿qué es la blasfemia sino una imprecación directa al Dios Todopoderoso ininitamente justo y misericordioso que abandona a su suerte al hombre al que apenas le dejan conservar la fe pues le han arrebatado violentamente todo lo demás? León Felipe la tenía y si bramaba de indignación era contra los caballeros del hacha, contra los cruzados del rencor y del polvo, contra los obispos buhoneros que bendecían la masacre y le robaban a Dios… “¡Sólo los republicanos españoles no teníamos Dios!” gritaba henchido de justa indignación ante semejante usurpación hasta que, remansado, volvía a la plegaria que nunca abandonó. Pedro Garias y León Felipe son los más ieles exponentes de la conmovedora literatura del éxodo y del llanto. Exiliados forzosos, se transmutaron en transterrados voluntarios. Ambos son los más ieles exponentes del extremo dolor que provoca una guerra fratricida, pero, sobre todo, ambos ijaron con versos imperecederos el trágico destino que nos aguarda a todos los seres humanos y que el mismo León Felipe selló en México el 11 de abril de 1954 con palabras insuperables: Pero en el mar amargo e ininito, en la historia dolorosa del Hombre, y en la canción eterna y anónima del Mundo, habrá una gota perdida de mi llanto… una lágrima mía. 39 Carta de León Felipe a Camilo José Cela fechada en México el 29 de abril de 1959, en Obras Completas, pp. 1034-1035. 521 Alberto Reig Tapia Esta lágrima será mi cédula, mi pasaporte Y mi carta de naturaleza… de naturaleza divina e inmortal. Por esta lágrima me conocerán ya siempre las constelaciones y los dioses… Y con esta cédula me abrirán las puertas, sin bisagras ni cerrojos, del Mundo por donde se entra a navegar en los espacios ininitos… 522 Transterrados y exiliados. Pedro Garias y León Felipe Bibliografía Caudet, Francisco, El exilio republicano en México. Las revistas literarias (1939-1971), Fundación Banco Exterior, Madrid, 1992. — El exilio republicano de 1939, Cátedra, Madrid, 2005. Cordero Olivero, Inmaculada, Los trasterrados y España: un exilio sin in, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Huelva, Sevilla, 1997. Fagen, Patricia, Transterrados y ciudadanos, FCE, México, 1975. Felipe, León, Antología rota (epílogo por Guillermo de Torre), Losada, Buenos Aires, 1957. — Antología poética (introducción de Jorge Campos, selección de Alejandro Finisterre), Alianza, Madrid, 1981. — Obras Completas (edición ordenada por Adolfo Ballano Bueno y cuidada por Andrés Ramón Vázquez, prólogo de Guillermo de Torre), Losada, Buenos Aires, 1963. Fuentes, Manuel y Tovar, Paco (eds.), L’exili literari republicà, Publicacions URV, Tarragona, 2006. 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Alberto Reig Tapia es catedrático y jefe de área de Ciencia Política y cofundador con el profesor Josep Sánchez Cervelló del Centro de Estudios sobre Conlictos Sociales (CECOS) de la URV. Ha sido investigador y profesor visitante en la Universidad de Harvard. Autor de una decena de libros y de más de medio centenar de monografías sobre los que ha dictado más de cien conferencias en diversas instituciones públicas y privadas. 524 EL EXILIO PALESTINO: UNA VISIÓN PERSONAL Ahmad Abdouni Resumen Un refugiado palestino de Safad describe las circunstancias, el sufrimiento de su familia y la lucha para sobrevivir después de la expulsión de su tierra en Palestina por las milicias judeo-sionistas el año 1948 hacia Siria y la proclamación del Estado de Israel. Palabras clave Recuerdos de un refugiado palestino, expulsión de su tierra, Safad, lucha de supervivencia, Israel Abstract A Palestinian refugee from Safad describes the circumstances in which his family were expelled from their land in Palestine by Jewish-Zionist militias in 1948 and how his family sufered and struggled to survive in exile in Syria ater the proclamation of the state of Israel. Keywords Memories of a Palestinian refugee, expulsion from their land, Safad, ight for survival, Israel. Safad es mi ciudad natal, nací el año 1948, lo único que saben decirme es que fue en una tarde fría de un día de invierno, nadie sabe la fecha exacta. Éramos una familia supernumerosa, lo que para aquella época era habitual. La memoria les fallaba a mis padres en ese aspecto, probablemente porque eran demasiadas fechas. Mi hermana mayor asegura que fue el día 7 de enero, de todas maneras para mí es un dato irrelevante. En aquella época éramos nueve hijos, cinco chicos y cuatro chicas. No teníamos ningún problema económico, mi padre se dedicaba al comercio y al negocio del transporte así como a la venta de material de construcción Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 525–537. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Abdouni y, según me han contado, disfrutaba de una situación de prosperidad. Mi familia vivía en una casa muy grande que mi padre construyó con la ayuda de mi abuelo a los pocos años de casarse. La casa estaba rodeada de árboles y huertos, por lo que nos autoabastecíamos de toda clase de verduras y frutas. Contaba mi madre que desde la terraza de nuestra casa se divisaba el lago Tiberíades; lo describía como un espejo que brillaba según las horas del día y cuando el sol incidía de una manera especial sobre él. Safad era una ciudad palestina y la capital del norte del país llamado Galilea; fue fundada, según los textos históricos árabes, por los Cananeos. En aquella época tenía 13.000 habitantes, mil de ellos judíos; está situada sobre una elevación montañosa de 900 metros sobre el lago Tiberíades y limita al norte con Siria, a 29 km de distancia, hecho que iba a ser determinante para nuestra familia y el desarrollo de nuestras vidas en el futuro. Desde principios del año 1947 y hasta los primeros meses del año siguiente, en Safad, como en el resto de ciudades palestinas, la población árabe vivía una situación de tensión, miedo e inquietud por las continuas agresiones e incursiones de las milicias judeo-sionistas, bien armadas y adiestradas en países europeos durante la Segunda Guerra Mundial. La táctica que usaban consistía en cometer masacres eliminando poblaciones enteras, dejando a algún superviviente para que contara lo sucedido en los poblados vecinos, hecho que hacía cundir el pánico entre la población y facilitaba su expulsión más tarde. Todos temían por la vida de sus hijos, mujeres y padres. Hoy día esto tiene un nombre: terrorismo y limpieza étnica. La ciudad de Safad fue asediada y atacada de forma continua durante los últimos meses del año 1947; las pocas unidades militares enviadas desde Siria para socorrer a los palestinos no pudieron resistir ante la superioridad militar de las milicias, apoyadas por carros de combate y vehículos militares. Me contaba mi madre que en la terraza de mi casa, por ser una zona muy elevada, se instaló una unidad de 10 soldados sirios cuya misión era repeler los ataques de las milicias. También contaba que, durante el tiempo que estuvieron en casa, ella y mis hermanos mayores se encargaban de llevarles comida cada día y compartían nuestras mantas y ropa de abrigo con ellos. Unos cuantos de ellos perdieron la vida allí; a mis padres les producía mucha tristeza recordar aquello ya que habían confraternizado con aquellos jóvenes 526 El exilio palestino: una visión personal que habían ido a defenderles, aunque luego no consiguieran cumplir su objetivo. Yo había nacido ya presumiblemente el día 7 de enero. Cuenta mi hermana mayor que aquella tarde llovía y a lo lejos se oían las explosiones y los disparos; mi padre la había enviado a buscar a la comadrona, que por suerte pudo asistir a mi madre. Así fue mi primer saludo a la vida, acompañado de los ruidos de las balas y los cañones, iniciando la penuria y el sufrimiento que padecería toda mi familia. Las cosas siguieron igual durante los meses siguientes, más ataques y la ayuda no llegaba. Empezaban a escasear los víveres; en mi casa se padecía menos porque disponíamos del huerto, las conservas y los adobos que se hacían antes en las casas. Cuenta mi madre que era la costumbre porque, cuando nevaba, era frecuente estar incomunicados incluso durante muchas semanas; todas las familias preparaban y guardaban alimentos para disponer de ellos en casos como este: olivas en conserva, quesos en aceite, mermeladas y otras variedades de alimentos de la zona. Cuentan mis padres que el inal de esta situación se precipitó de forma brusca después de varios meses de asedio; la gente un día por las calles voceaba y gritaba: ¡que vienen los judíos, que vienen los judíos! Eso suponía un peligro de muerte, ya sin ninguna defensa, y todo el mundo recordaba las masacres y matanzas perpetradas hacía poco por las milicias sionistas en otros pueblos cercanos, donde habían matado a mujeres, hombres, niños y ancianos. La reacción de los padres fue tratar de proteger a sus familias y, sobre todo, a sus pequeños, por lo que, a causa del pánico, se produjo un desplazamiento masivo hacia zonas alejadas de los militares sionistas. La zona más segura estaba cerca de la frontera con Siria; todo el mundo pensaba que regresarían al poco tiempo, ya que los gobiernos árabes, de forma demagógica, prometieron que iban a ganar la contienda y que los palestinos no tenían nada que temer. Mis padres marcharon a pie como el resto de la gente, era urgente buscar un refugio lo más lejos posible de las milicias judías. Mi padre pudo conseguir un burro, donde cargó algunos pequeños enseres ya que no necesitábamos demasiadas cosas, creía que íbamos a regresar al poco tiempo. No puedo imaginar la situación sin tener un sentimiento de honda tristeza y rabia. Mis padres, con nueve hijos, yo el más pequeño, de tres o cuatro meses, caminando por los campos y sufriendo las inclemencias del tiempo, con frío y lluvia durante muchísimos días y durmiendo a la intemperie. 527 Abdouni Me asombra ahora la voluntad de mis padres y cómo llegamos todos sanos y salvos a lo que sería nuestro refugio deinitivo. Sigo pensando que fueron héroes, que en ningún momento desfallecieron por tener que alimentar y abrigar a nueve niños, el mayor de ellos de tan solo 13 años. Contaban mis padres las calamidades que pasaron durante los primeros meses de nuestro éxodo forzado. Las autoridades sirias de entonces habilitaron campos de refugiados provisionales dentro de la zona árabe; estuvimos alojados durante varios meses en tiendas de campaña, a cada familia le asignaban una, con diferentes medidas dependiendo del número de personas que se cobijaban allí. Aquello era muy duro, mi madre contaba que no dejaba de llorar en silencio cada noche ante el drama acontecido y las necesidades urgentes para la supervivencia de sus nueve niños, que había que alimentar y abrigar durante aquellos meses fríos de un invierno que se hacía largo. Ellos todavía no habían asumido que su situación no iba a cambiar, que no podrían regresar a su casa ni los niños dormir en sus camas, alimentarse cada día y acudir al colegio cada mañana. En resumen, aquello debió ser desesperante al tener niños pequeños a su cargo y no poder hacer nada. Era una situación con sentimientos de impotencia y de rabia por la injusta realidad que vivían como si fuera una pesadilla que no tiene in. Estuvimos viviendo en aquel campo durante varios meses (tres o cuatro); al inal del invierno, mi padre, creyendo e intuyendo que aquello no iba a solucionarse a corto plazo y no viendo un posible regreso a Safad, tomó la decisión de buscar otro sitio para trasladarse con la familia a la espera de poder volver a nuestra casa, ya que vivir en el campo de refugiados era insoportable, sobre todo para los niños de corta edad, y otro invierno allí equivalía a más sufrimiento añadido, había que elegir una ciudad donde poder trabajar y llevar a los hijos al colegio (eso era primordial para mis padres). Por un motivo u otro eligieron marcharse a la ciudad de Alepo, situada al norte de Siria, que gozaba de fama de prosperidad ya que era una capital con industria y agricultura y parecía que era más fácil encontrar empleo, vivienda, servicios básicos de educación y asistencia médica. El traslado duró casi diez días; a su llegada a Alepo los acomodaron en otro campo de refugiados, pero esta vez hecho con barracas metálicas en lugar de tiendas de campaña. Aquel verano, el frío que pasaron en la frontera en Siria lo cambiaron por un calor tórrido insufrible; decía mi padre que dentro de aquellas barracas estaban como en un horno de 50 grados. Alepo es una ciudad con temperaturas muy elevadas durante el verano, 528 El exilio palestino: una visión personal que suele ser largo. Vivir en una barraca hecha de chapa metálica era un sufrimiento y, además, se corría el riesgo de sufrir deshidratación en cualquier momento, sobre todo los niños, que son frágiles y vulnerables. Mis padres no hacían más que añorar su casa en Palestina, con el frescor de una ciudad montañosa y el verdor de los árboles frutales, los huertos y el agua que abundaba en todos los sitios. Allí no aguantaron más de seis meses; mi padre, a pesar de su empeño, no pudo encontrar ningún empleo que pudiese cubrir nuestras necesidades mínimas. Nuestro segundo y deinitivo destino fue Damasco, yo ya tenía entonces más de un año y medio. Mis tíos maternos, que se encontraban en nuestra misma situación, se habían instalado allí hacía poco tiempo y animaron a mis padres a trasladarse a Damasco. Por lo menos íbamos a estar más arropados por la familia, aunque ellos solo nos podían ofrecer su compañía y apoyo emocional. Carecían de todo igual que nosotros, pero vivir en Damasco era muy positivo, sobre todo para que mi madre pudiese ver a sus hermanos y compartir recuerdos, preocupaciones, hablar de los hijos y desahogarse. Mi madre tenía tres hermanos y dos hermanas; todos ellos vivían en Damasco y estaban casados y con hijos. Antes lo habitual, como en todo el resto del mundo árabe, era la familia numerosa. Viéndolo ahora retrospectivamente, agradezco haber tenido tantos hermanos, que han enriquecido mi vida y me han proporcionado muchas vivencias y sabiduría sobre la vida. El sentimiento que me queda ahora es que me han endulzado la vida, a pesar de todos nuestros sufrimientos y la precariedad que tuvimos que soportar diariamente durante muchísimos años. En Damasco nos instalaron en un ediicio que debía de ser un instituto o una especie de colegio que las autoridades sirias habían convertido en viviendas provisionales para los refugiados palestinos. A cada familia le correspondía una habitación, que entonces me parecía muy grande; me acuerdo, ya con tres años de edad y muy vagamente, de que había muchas habitaciones en aquel ediicio donde siempre circulaba gente y, en el centro del ediicio, un patio muy grande que había estado dedicado al recreo de los alumnos cuando era un colegio. También me viene a la memoria la imagen de nuestra habitación, donde nos cobijábamos todos. Mis padres separaban espacios dentro del cuarto para conseguir cierta sensación de intimidad; lo hacían con cuerdas que iban clavadas de una pared a otra sobre las que colgaban mantas que arrastraban hasta el suelo y que luego retiraban a la hora de comer y a la hora de estar juntos durante el resto del 529 Abdouni día; las volvían a colocar por la noche a manera de biombo. De alguna manera, querían conseguir una separación de espacios con cierta intimidad para que aquello se pareciese a una vivienda. Dormíamos sobre colchones en el suelo que se recogían por la mañana y se apilaban en un rincón de la habitación. Lo que no recuerdo, al principio de nuestra llegada, es cómo preparaba mi madre la comida para tantos miembros de familia en aquel pequeño espacio y con tanto niño correteando dentro de la habitación. Sí que me viene a la memoria la hora del baño. Mi madre lo organizaba dos o tres veces por semana. Nos sentaba en una pequeña banqueta baja de madera muy típica en Siria que se usa para el baño; al lado había calentado agua en una especie de bidón de aluminio muy grande y con un cazo o palangana hacía la mezcla de agua caliente con fría y la vertía sobre la cabeza mientras uno se restregaba la pastilla de jabón por todo el cuerpo; lo hacíamos de uno en uno, primero los más pequeños y después los mayores, que no necesitaban ayuda. Aquello nos encantaba a todos, sobre todo aquel olor a jabón que lotaba en el ambiente después de acabar la sesión de baño. Los aseos entonces eran comunes y, cuando apretaban las necesidades isiológicas, a menudo la gente tenía que guardar turnos a veces de casi media hora. Éramos muchos en aquel espacio, que no estaba preparado como vivienda y solo disponía de dos cuartos de baño para tantas personas. Todo esto a mis padres les producía sentimientos de angustia e impotencia, sobre todo sabiendo que su casa en Safad estaba allí y la disfrutaban unos ocupantes extraños que nada tenían que ver con aquella tierra palestina, Dios sabe de dónde habían venido para inligir sufrimiento y desesperación a tantas familias pacíicas como la nuestra. El problema que pronto surgió era la manutención de todos. Al principio recibíamos ayuda alimentaria que proporcionaban las instituciones sirias y la UNRWA, que era una agencia creada por las Naciones Unidas para el socorro de los refugiados palestinos (de ahí vienen sus siglas) y que todavía existe; repartían harina para hacer pan, margarina vegetal, azúcar, lentejas, alubias secas y leche en polvo para los más pequeños. Lo hacían una vez al mes y daban diferentes cantidades según el número de miembros de la familia; esta ayuda no era suiciente y, además, con el tiempo, iba menguando y siempre llegaba tarde. Urgía encontrar algún medio de vida para traer el sustento a casa, yo entonces tenía cuatro años y es cuando empiezo a tener recuerdos más nítidos. Mi padre, después de mucha búsqueda, encontró trabajo en un hotel como recepcionista o algo parecido; 530 El exilio palestino: una visión personal consistía en hacer el registro de clientes y demás papeleo, atender el teléfono y hacer guardia muchas noches. El salario era mínimo e insuiciente para cubrir los gastos de cada día. Pronto mi hermano mayor, que ya tenía dieciséis años, se tuvo que incorporar al trabajo, que compaginaba con el horario de estudio en el colegio. Se levantaba a las cinco de la mañana para repartir pan y leche; lo hacía en una bicicleta vieja que le prestaron unos vecinos. Después de acabar el reparto, se marchaba a la escuela. Mi hermana mayor, de catorce años, encontró trabajo en un taller de costura; lo hacía durante unas horas cada día después de salir del colegio. Así, de alguna manera, todos pudimos tener nuestras necesidades básicas cubiertas; esta situación duraría varios años y de ello me acuerdo perfectamente. Al menos teníamos un techo donde dormir, porque todavía muchos refugiados seguían viviendo en tiendas de campaña o barracones en los campos de acogida. Mis recuerdos de mi inicio en el colegio fueron cuando tenía cinco años. En Siria los niños se escolarizaban a los seis. Empecé a ir al mismo colegio donde iban mis hermanos mayores y el maestro o director accedió a la petición de mi madre para dejarme asistir a las clases. La excusa era que así no me quedaba solo en casa y sin mis hermanos; la condición que pusieron es que fuese de espectador y de manera extraoicial, ya que no me tocaba empezar el colegio hasta el año siguiente. Al inal de aquel año escolar ya había aprendido a leer y escribir como el resto de los niños y me dieron por válido ese curso. Al año siguiente empezaría el segundo; el colegio donde íbamos tenía unas condiciones muy precarias en comparación con los actuales. Pertenecía a la UNRWA y era solo para los refugiados palestinos; recuerdo que en mi clase cabían sesenta niños, algunos de los cuales venían descalzos por padecer pobreza extrema y carecer de los mínimos medios. Mi madre era muy cuidadosa con nuestro aseo e higiene y nos obligaba a lavarnos las manos con agua y jabón muchas veces al día, lo que luego se convirtió en hábito; las uñas tenían que estar siempre bien cortas y los zapatos, aunque eran viejos, no tenían que estar sucios. No teníamos que llevar uniforme, cada uno venía a clase como quería o como podían en su casa; los maestros no se inmiscuían en este aspecto ya que a los padres no se les podía exigir mucho y en aquellas circunstancias lo primordial era que los niños fueran a clase cada día, de la manera que fuera. Se trataba de animar a las familias para que mantuvieran a los hijos en la escuela, por lo 531 Abdouni que no les ponían trabas. Esto lo he comprendido muchos años más tarde y ahora alabo su inteligencia, lexibilidad y empatía. La enseñanza entonces era la más básica e imprescindible, era imposible hacerlo de otra forma con tantos alumnos y sin casi medios. Al principio de curso, el colegio nos tenía que proporcionar el material escolar necesario que enviaba la UNRWA. Sin lápices, cuadernos ni libros, no teníamos con qué escribir y estudiar, había que esperar a que llegase este envío; nadie de nosotros tenía una familia con medios para adquirir este material escolar. El día que lo repartían, lo que solía ser al mes de empezar las clases, era emocionante y muy feliz; tocar un libro nuevo y con olor a tinta proporcionaba una sensación de euforia y de triunfo. Llegaba después a casa con lo que me habían entregado y con ganas de enseñárselo a mis padres y hermanos; teníamos que cuidarlo todo muy bien porque no había posibilidad de reemplazar nada en caso de extravío o deterioro. Recuerdo que había que apurar los lápices hasta que casi no quedaba nada de ellos, las hojas del cuaderno se tenían que aprovechar al máximo, no había lugar para el despilfarro o el descuido. El colegio estaba cerca de donde vivíamos e íbamos a clase andando. Al principio nos acompañaba mi hermana mayor, pero pronto dejó de hacerlo porque yo ya había aprendido bien el trayecto y siempre íbamos con algún que otro compañero que también vivía cerca. Durante los primeros años era costumbre el reparto de vitaminas durante las horas de clase, así como unas peculiares cápsulas blandas y transparentes, que no he vuelto a ver, que contenían aceite de hígado de bacalao; aquello olía fatal si se rompía, muchos de nosotros nos negábamos a tomarlas, pero allí estaba el bedel de pie acompañado por el profesor con las cápsulas y la jarra de agua; nos obligaban a tragarlas y, para más seguridad, teníamos que abrir la boca después para que nos inspeccionaran. Aquello servía, viéndolo ahora con mis conocimientos actuales, para prevenir carencias, sobre todo de vitamina D, y el raquitismo. Los dos primeros años en el colegio pasaron muy deprisa cuando pienso ahora en ello; tengo recuerdos nítidos de los cantos e himnos matinales patrióticos que hacíamos en formación antes de entrar a clase y siempre para recordar a Palestina y la diáspora, que algún día íbamos a regresar a nuestra tierra. Siempre nos impartían una hora diaria de clase que versaba sobre Palestina, su historia, sus héroes, su geografía. Estaba convencido de que pronto íbamos a regresar a Safad. Mis padres me contaban cómo era nuestra casa y cómo todo era de verde, los 532 El exilio palestino: una visión personal cipreses, el lago de Tiberíades que se divisaba desde la terraza, los naranjos y manzanos…, todo esto me hacía soñar y ahora pienso que aquello agudizaba mi sensibilidad, me hacía ver nuestra dura realidad tal como era y me hizo madurar muy pronto como niño; a los diez años yo ya sabía y entendía lo que eran el colonialismo, la injusticia y la diáspora. Me acuerdo que se organizaban manifestaciones conmemorativas de acontecimientos como nuestra expulsión de Palestina, que se produjo al mismo tiempo de la creación del Estado de Israel. En el colegio participábamos todo el mundo: dibujos, carteles y manualidades relacionados con Palestina. Yo hice más de un mapa, fabricado con moldes de yeso y pintado con los colores de nuestra bandera. En varias ocasiones me tocó dar un discurso delante de todos mis compañeros del colegio enalteciendo el recuerdo y el nombre de Palestina y proclamando que algún día íbamos a regresar a nuestra tierra. Mi hermano Muid, que ya estaba cursando enseñanza secundaria, me ayudaba a redactarlos. Al inal, el recuerdo de nuestra tierra y de Palestina estaba presente en todos los acontecimientos de nuestra vida cotidiana tanto en el colegio como en casa y entre los compañeros y amigos. Alrededor de mi existencia y preocupaciones de niño de diez años ocurrían en mi casa otros acontecimientos que yo no entendía del todo bien. Mi hermano Walid había acabado ya lo que se llamaba entonces bakaloria, palabra de origen francés que equivalía a inalización de la enseñanza secundaria. Así, tras obtener el grado de bachillerato superior, que permitía el acceso a la universidad previo examen de selectividad, mi hermano empezó el primer curso de la carrera de Derecho en la Universidad de Damasco. Al parecer, se sumó a alguna actividad estudiantil de crítica al régimen militar dictatorial de entonces. Lo detuvieron con dieciocho años de edad y le plantearon dos salidas: autoexiliarse de Siria o ir a la cárcel, opción terrible porque, además, se corría el riesgo de desaparecer y no se sabría nunca su paradero. Mi familia y hermano optaron por la primera y tuvo que dejar sus estudios y marcharse de Siria. El país elegido fue Kuwait, pequeño país desértico de reciente creación y muy caluroso; esta elección se debió a que no le admitieron en ningún otro país árabe y porque allí tenía posibilidad de trabajar, como así sucedió después. Mi hermana Lawahez al poco tiempo se casó con un profesor de lengua inglesa, también palestino y originario de Safad. Tuvieron cuatro hijos que sobresalieron en sus estudios y vida profesional. 533 Abdouni Quedamos menos hijos en casa y pronto nos habituamos a la nueva situación sin mis dos hermanos mayores. Los contactos eran entonces por carta, poca gente disponía de teléfono y menos nosotros. La recepción de sus cartas era un acontecimiento muy importante, se guardaban y se releían por todos muchas veces. Pronto aprendí la importancia de la familia y el sentido de la solidaridad. Mi hermano Walid ya estaba ejerciendo en Kuwait como profesor en un colegio de enseñanza primaria; por aquel entonces disponer del título de bachiller superior habilitaba para este trabajo. Mi hermano Walid seguía en Kuwait y tenía prohibida la entrada a Siria, lo que signiicaba su segundo exilio después de Palestina. Tan pronto como empezó a trabajar y tener un salario, se hizo cargo de una parte de nuestros gastos en Damasco; enviaba a mi padre parte de su sueldo todos los meses y continuó haciéndolo durante muchísimos años después. Gracias a la generosidad y solidaridad de mi hermano pudimos mudarnos de aquel sitio y pagar el alquiler de una vivienda. Esto nos cambió la vida de alguna manera. Por in teníamos un cuarto de baño para nosotros solos y camas en vez de colchones en el suelo, era un pequeño salto hacia delante y, dentro de nuestra desgracia y penuria, éramos un poco más felices. El acontecimiento más importante que vendría después nos proporcionó una inmensa alegría. Todavía me acuerdo cuando mi segunda hermana mayor entró en casa al mediodía gritando de alegría: “¡Un golpe de Estado! ¡Un golpe de Estado! ¡A Al Shishakli [nombre del dictador sirio de entonces] le han detenido y está en la cárcel!”. Eso signiicaba que mi hermano Walid, después de cinco años de exilio, podría regresar a Damasco. Aquello se celebró en mi casa como día festivo con música y cantos. Así, al poco tiempo, un día de agosto por la tarde llamaron a la puerta de casa y allí estaba mi hermano. Lo recuerdo como un día feliz de mi vida; traía muchos regalos para todos, yo recibí unos patines y mi primer reloj, de marca Oris, que era mi orgullo y la envidia de todos los niños y demás compañeros. Esto se repetía cada verano cuando venía de vacaciones a Damasco. Mi padre, con la ayuda de este hermano, tomó la decisión de regentar por cuenta propia una especie de hostal u hotel de 20 habitaciones en una zona popular de Damasco, ya que el salario donde trabajaba seguía siendo muy escaso y apenas llegaba para cubrir la mitad de nuestras necesidades. Este proyecto no fue muy próspero con el tiempo, pero era mejor que el empleo anterior. A todos nos tocaba ayudar en este proyecto. Cuando mi 534 El exilio palestino: una visión personal padre iba a descansar a casa, alguno de mis hermanos ocupaba su puesto e, incluso, yo muchas veces tenía que ayudar rellenando impresos para el registro de entradas y salidas de viajeros que se hospedaban en el hostal. Para mí era una tarea engorrosa, había que apuntar nombre y apellidos, dirección, fecha de nacimiento…, pero nunca protesté por ello, comprendía que esto tenía que ser así y lo hacía siempre que lo ordenaba mi padre. En Siria la enseñanza estaba dividida en tres tramos: seis años de primaria, tres años que llamaban “preparatoria” y tres años más de enseñanza secundaria; al inalizar este ciclo se obtenía el título de bachiller superior, que era el requisito necesario para acceder a la universidad después de un examen de selectividad. Los seis años de primaria los cursé en un colegio de la UNRWA y esto reforzaba nuestro convencimiento de lo que éramos: palestinos expulsados de nuestro país y a la espera de regresar a nuestra tierra. También nos recalcaban que nuestra condición de refugiados y sin tierra tenía que estimularnos para el estudio. Siempre nos hablaban de la importancia y la necesidad del esfuerzo y del trabajo, sobre todo en nuestra situación. Sobresalir y estar bien preparados sería un arma más para reclamar nuestros derechos. Después de estos primeros seis años de colegio, teníamos que someternos a un examen estatal para obtener el certiicado de primaria y poder acceder al siguiente nivel; para mí no fue difícil pasarlo. Por aquel entonces nos asignaban el colegio más cercano a nuestro domicilio, así que comencé esta etapa con once años de edad y en un colegio público del Gobierno sirio. Todos mis compañeros eran de Damasco, excepto dos palestinos; mi estancia en este colegio duró un solo curso y guardo buenos recuerdos de él y de las amistades que hice aquel año. Después me trasladé a otro colegio solo para palestinos y cercano a la casa de mi otra hermana mayor, que ya se había casado, por lo que me quedaba a comer en su casa. Durante los siguientes dos años fui muy feliz en mi nuevo colegio; volvíamos a organizar manifestaciones por Palestina, festivales y aniversarios y, al ser algo mayor, lo vivía de forma más intensa porque comprendía mejor el signiicado de Palestina y con más profundidad, y podía entusiasmarme con las explicaciones que nos daban sobre su literatura, sus escritores y poetas. En aquella época hacíamos un periódico mural con artículos, historia, geografía y toda clase de noticias relacionadas con Palestina. Yo era uno de los que participaban en esta actividad, recuerdo que me encantaba. 535 Abdouni También un grupo de alumnos organizó una especie de emisora que por altavoces emitía durante el tiempo de recreo música folklórica palestina, noticias y anécdotas populares de entretenimiento…, ahora, viéndolo tan lejano, puedo decir que para aquella época era un colegio avanzado. Aparte de esto, la enseñanza era de buena calidad, con profesorado muy competente y comprometido con la causa; no tengo recuerdos de ningún conlicto durante mis años de estancia en el colegio, hice muchos amigos entre mis compañeros de clase que después he seguido conservando durante muchos años. En mi casa todo seguía igual, mi padre trabajando todo el día en el hotel y en un negocio poco rentable y mi hermano mayor en Kuwait. Ya se había casado, pero seguía contribuyendo a la economía de mi casa; nunca le oí quejarse por este motivo. Cuando venía a Damasco de vacaciones en verano, su conversación acababa derivando siempre hacia el tema de Palestina. Narraba sus recuerdos de cuando, con un grupo de chavales de diez años que él lideraba, se dedicaba a lanzar piedras contra las tanquetas y los camiones militares del ejército inglés que ocupaba Palestina; contaba que, ingenuamente, cada vez que pasaban por las calles cercanas a nuestra casa de Safad colocaban piedras de tamaño grande a manera de barrera para impedir su paso. Mi hermano fue un patriota empapado de ideología reivindicativa de los derechos del pueblo palestino. Fue un hombre tan soñador e imaginativo que, dentro de su faceta de pintor aicionado, dibujaba y pintaba óleos de los rincones más entrañables de Safad. Plasmaba muy bien sobre los lienzos imágenes que se le habían quedado grabadas en su memoria desde niño. Cuando venía gente mayor de visita a mi casa, quedaban sorprendidos con aquellos cuadros que reproducían bien muchas estampas y paisajes de Safad, yo todavía conservo con orgullo algunos de estos cuadros. Mis dos tíos maternos frecuentaban mucho mi casa, sobre todo durante el invierno. Venían los viernes a tomar el té y charlar alrededor de una estufa de leña en el cuarto de estar; nosotros los pequeños quedábamos admirados y hasta hechizados por las historias que nos relataban de su época de lucha contra los ingleses cuando Palestina era protectorado británico. El mayor de mis tíos y su hermano se enrolaron en un grupo de resistencia armada durante la revolución de 1936, que duró casi cuatro años. Fueron detenidos y el mayor de ellos pasó 12 años en la cárcel y al pequeño le condenaron a pena de muerte, pero consiguió evadirse de la cárcel 536 El exilio palestino: una visión personal y refugiarse en Jordania y posteriormente en Iraq. Más tarde y después de nuestra expulsión de Palestina hacia Siria, consiguió reunirse con sus hermanos en Damasco. Aquello nos hacía sentirnos orgullosos de nuestra familia y del nombre de Palestina, con su historia de lucha. Ya adolescente seguí mis estudios en un instituto de enseñanza secundaria que ya no era de la UNRWA. Tenía fama de buen centro en Damasco; allí cursé mis últimos años de estudios en Siria. En el colegio se seguía hablando de Palestina y de los refugiados, el profesorado que tuve en esta etapa, como la mayoría del pueblo sirio, continuaba apoyando nuestra causa. En este centro siempre me sentí arropado y, siendo palestinos, nunca fuimos discriminados a la hora de acceder a todos los servicios de enseñanza y sanidad, puestos de trabajo… Nos trataban exactamente igual que a los ciudadanos sirios. Pero no por ello dejábamos de ser palestinos; disponíamos de un documento de identidad para los refugiados palestinos expedido por el Ministerio del Interior que daba a entender que nuestra situación era transitoria y pendiente de resolución deinitiva. Se trataba de evitar que nuestra identidad se diluyese dentro de la sociedad siria. Podría seguir contando muchos recuerdos de nuestra vida y los avatares y sufrimientos que hemos tenido que pasar. Nuestro caso y nuestra historia familiar se parecen a los de otros muchos palestinos, algunos con más suerte, otros con menos. La siguiente generación de palestinos sigue la estela de sus padres, se identiican como tales y con orgullo por pertenecer a un pueblo luchador y referente para todos los que pretenden recuperar sus derechos. Estoy convencido de que algún día se restablecerá la justicia, mientras haya niños palestinos nuestra causa seguirá presente a la espera de su resolución. Por circunstancias de la vida y apoyado por mi segundo hermano mayor, acabé viniendo a España para cursar estudios de medicina y más tarde la especialidad en pediatría. A pesar de que han transcurrido muchísimos años, mis sentimientos de identidad y pertenencia siguen siendo Palestina, jamás he perdido los lazos con mi familia, mi cultura, mi pueblo y su causa. No puedo dejar de mencionar mi agradecimiento al pueblo sirio, que nos prestó toda ayuda y apoyo en los tiempos más difíciles, y al pueblo español y especialmente al catalán la oportunidad que me han brindado de poder cursar mis estudios en sus universidades y ejercer mi profesión en este país. 537 EPÍLOGO EL REGRESO DE LOS EXILIADOS REPUBLICANOS Nicolás Sánchez-Albornoz Profesor emérito de la New York University La forzada expatriación masiva de hombres y mujeres de un espectro social e ideológico muy amplio constituye un acontecimiento singular no solo del siglo xx, sino también de la historia general de España. El fondo bibliográico acumulado a este respecto, tanto en nuestro país como en las naciones receptoras y en otras, atestigua el relieve que se reconoce universalmente a este episodio. La atención prestada al infausto desgarro responde, entre otras razones, al excepcional tamaño del desprendimiento —alrededor del dos por ciento de la población del país—, a la tajante discontinuidad institucional, social y cultural ocasionada y a la excepcional caliicación de los refugiados en su conjunto. Del exilio republicano suelen recordarse las páginas descriptivas, como son la avalancha y la dispersión espacial, así como la prolíica actividad desarrollada en el destierro. En este aspecto tienden a resaltarse las iguras prominentes por su labor cultural. En la sombra o en la penumbra han quedado, en cambio, cuestiones también primordiales, como son la participación de sus hombres y mujeres en los frentes aliados o en la resistencia de la Segunda Guerra Mundial, insuicientemente reivindicada, la composición y actuación política del exilio, y, entre otros puntos, el regreso o no a España de los refugiados, materia de la que nos ocuparemos en estas páginas. A diferencia de las deportaciones interiores imposibles de eludir, los republicanos pudieron elegir exiliarse o no, por más que decisión compagine mal con apremio. Algunos no pudieron evadirse y cayeron prisioneros, con las graves consecuencias que la detención supuso. Individuos igualmente acosados, pero menos resueltos, optaron por coniar en su suerte. Y así les fue. Los exiliados ejercieron su voluntad de nuevo para regresar o no. Exilio y regreso constituyeron —postulo— dos actos con constreñimientos pero básicamente libres. Entre las razones que pesaron Sànchez Cervelló, Josep y Reig Tapia, Alberto (coords.), Exilios en el mundo contemporáneo: vida y destino, URV/UACM/SIMO, Tarragona/Ciudad de México, 2016, p. 539–548. ISBN: 978-84-8424-383-0. DOI: 10.17345/9788484243830 Nicolás Sánchez Albornoz a menudo para volver sobresale, aparte de las familiares, el haber entrado en contacto con críticos del régimen en España con quienes les cabía compartir opiniones y conductas. Contra el empeño del régimen por perpetuarse, estos disidentes habían concluido que era hora de superar la división provocada por las armas y que para una futura convivencia entre españoles se necesitaba recuperar el pasado anterior a la guerra civil y el exilio. Este rescate conceptual animó luego a algún que otro exiliado a tantear el terreno con cortas estancias o a volver de forma permanente. Antes de repasar el escalonamiento de los regresos, convendrá ijarse en las modalidades de salida que inluyeron en ellos. En primer lugar, ¿quiénes formaron parte del exilio? El golpe de Estado de 1936, al que siguió una guerra civil, sustrajo de España no solo a republicanos, sino también a monárquicos y personas no embanderadas en la honda disyuntiva abierta. Otros compatriotas fueron sorprendidos en el extranjero y decidieron no afrontar los riesgos de un país en guerra. Ausencias, pues, hubo más que las republicanas consabidas. Ese apéndice del amplio exilio no permaneció sin embargo demasiado tiempo fuera. Por volumen y duración, los republicanos tienen ganada de sobra la equiparación convencional entre su destierro y el genérico. En estas páginas, trataremos de los exilios republicanos, en plural. Los refugiados no formaron por cierto un conjunto homogéneo, debido a los ideales y proyectos dispares que conluyeron en la causa de la República, una pluralidad que se vio reforzada por la diversidad de capas sociales que participaron en su defensa. Los sublevados preirieron borrar matices y englobar a sus oponentes bajo el sambenito único de “rojo”. Las demandas de asilo no concluyeron, por otra parte, con el éxodo de 1939, meollo del exilio, sino que se prolongaron hasta el cierre del ciclo de exclusión con el restablecimiento de la democracia en España. El triunfo de las armas aliadas en 1945 no puso in al exilio republicano, a la par que el de los fraternos, menos copiosos, de alemanes, italianos… La indiferencia desplegada dio lugar a una frustración inmerecida, motor de un nuevo desprendimiento compuesto por resistentes: guerrilleros en retirada, políticos y sindicalistas urbanos perseguidos, así como antiguos combatientes o políticos, que tras purgar años de cárcel o vivir ocultos como topos cruzaron entonces la frontera limpia en in de tropas alemanas en busca de amparo y libertad. En la etapa postrera del franquismo, un reducido contingente formado por disidentes en busca y captura se añadió inalmente en el extranjero al exilio de años atrás. Esta última hornada se decantaría por el regreso antes que los veteranos. 540 El regreso de los exiliados republicanos El destierro republicano no fue, por otra parte, el primero inligido a los españoles por sus opiniones. Siglos antes del advenimiento de la República y del estallido de la guerra civil, los judíos y los moriscos fueron expulsados en masa en proporción semejante al tamaño de la población del momento. A siglos de distancia, la escala de las tres exclusiones resulta por el estilo, superior en cualquier caso a la registrada en los ostracismos pendulares desatados, por ejemplo, por las luchas civiles decimonónicas. Los tres destierros, fruto de un mismo empecinamiento en la intolerancia, muestran sin embargo arranques y trayectorias dispares. Judíos y moriscos fueron expulsados por decreto, sin más alternativa que la conversión; los republicanos marcharon en cambio al extranjero por decisión propia, como se ha dicho, aunque espoleados por la amenaza de propósitos y actos sanguinarios conocidos. Judíos y moriscos nunca tuvieron por otra parte ocasión de volver a poner pie en España, a pesar de su nostalgia incurable. Su exilio de siglos sobrepasó los decenios del republicano. Solo sus descendientes lograron realizar, mucho después, el sueño acariciado por sus antepasados. Gran parte de los refugiados del siglo xx, los de mayor edad y muchos de los que combatieron el nazismo, terminaron sus días en tierra ajena y dejaron allí descendencia, pero una parte menor del conjunto pudo darse el gusto de volver a pisar su tierra, antes y después del ocaso de la dictadura, acompañados incluso por su familia. A diferencia también de los judíos y moriscos, de quienes nadie quedó a la espera, salvo el brazo implacable de la Inquisición, los republicanos y las ideas que ellos encarnaron, contaron pronto con añorantes de sus personas, de su pensamiento y de la forma de Estado por ellos preconizada. Un segmento nada desdeñable de la sociedad española vindicó a los exiliados antes de la muerte del autócrata y de forma explícita después. Para volver, los republicanos no necesitaron que se abrogaran leyes. Se dejaron guiar por su instinto o cedieron al amistoso reclamo de familiares, compatriotas de la misma cuerda o, incluso, de conversos políticos en ruptura con el régimen. Judíos y moriscos recibieron además un trato menos lexible en su tiempo que el acordado para los opositores del régimen, no por impensable mayor benevolencia de la dictadura, sino por hallarse esta sometida a una presión exterior contraria a sus tendencias naturales. Mientras que judíos y moriscos fueron expulsados por un Estado sin isuras en la cumbre de su poderío y al abrigo de precedentes ajenos y de una ofuscación general (guerras de religión), el nacionalcatolicismo, resorte principal del 541 Nicolás Sánchez Albornoz franquismo y heredero declarado de aquel pasado turbio, se encontró de repente en la intemperie al perder a sus aliados nazi-fascistas. El aislamiento debilitó las prácticas y las intenciones de un régimen fundado en el ejercicio sin mesura de la fuerza, le obligó a poner sordina a sus bases doctrinarias y a buscar acomodos para sobrevivir en un entorno reticente por lo espurio de sus orígenes. A la repulsa exterior se sumó después otra interna, inconcebible en los sistemas absolutistas antiguos. En la necesidad de recoger velas, la dictadura aceptó, a cuentagotas y con manga de ancho variable, que algunos exiliados regresaran. Incluso emprendió, con ines eminentemente propagandísticos, alguna que otra repatriación, como la cacareada acogida de una tanda de refugiados de la Unión Soviética, entremezclados con prisioneros de la División Azul. Por nada descuidó sus espaldas el régimen. Desde el comienzo de su odisea, los refugiados republicanos pudieron optar entre desistir o no del regreso, alternativa de la que judíos y moriscos carecieron, aparte de la conversión. La opción ofrecida encerraba sin embargo el riesgo de cometer errores. A algunos incautos les fue la vida cuando pisaron España; otros pasaron años presos o fueron condenados a duras penas pecuniarias. La desdicha recaída sobre ellos encalleció la determinación de los exiliados. La diversidad de opiniones que recorría sus ilas frenó, por otra parte, la constitución en el exilio de organizaciones e instituciones unitarias representativas y la conjunción de acciones contra la dictadura, fallos no excluyentes de solidaridad. El criterio convencional entre los refugiados fue postergar el regreso hasta la caída del régimen. A esta regla de implementación difícil no se sometieron las decisiones individuales, fruto más bien de compromisos particulares o de la conianza que la evolución del régimen inspiraba a cada uno. El regreso del exilio, cuando se produjo, fue por etapas. El cruce por Francia hacia el bando contendiente opuesto puede pasar por ser la primera de ellas. El éxodo multitudinario del invierno de 1939 no tardó en sufrir una muesca profunda. Según el recuento efectuado por el Servicio de Evacuación de los Republicanos Españoles en Francia, los refugiados en este país se redujeron a la mitad aproximadamente, en junio del mismo año, por regreso de quienes, sin aparentes responsabilidades políticas, fueron sorprendidos por el avance del frente y en su huida simplemente procuraron ponerse a salvo del fuego de las armas. Sobre los retornos tempranos incidió además el desánimo despertado por la áspera acogida que recibieron tras cruzar los Pirineos o tras llegar al puerto de Orán, así como 542 El regreso de los exiliados republicanos por la prontitud mostrada por las autoridades galas para desembarazarse de los intempestivos refugiados republicanos. En este sentido, facilitaron la actuación de los agentes reclutadores franquistas en territorio francés. La derrota militar de Francia abrió, un año más tarde, una andanada menor de regresos, forzados unas veces y renuentes otros. Los ocupantes de la franja atlántica del país galo recibieron de sus recientes conmilitones listas de republicanos eminentes residentes en su zona para que fueran detenidos y entregados. De los devueltos, Companys, Peiró, Zugazagoitia y Cruz Salido —entre los más conocidos— fueron pasados por las armas. Otros exiliados preirieron regresar entonces a ser reclutados para trabajar en las industrias de guerra alemanas. El campo de concentración de Miranda del Ebro los esperaba. Entre quienes procuraron eludir la leva forzosa alemana se encuentran también los adolescentes mandados por sus padres a la casa de parientes en España. La espera permanente entre los refugiados para volver a España en libertad sufrió un duro revés entre 1945 y 1950. Hasta entonces, el exilio se había dejado mecer por una sensación de interinidad, a la espera de una victoria aliada sobre el nazismo y del correlato local lógico. Al concluir la guerra en Europa, el gobierno republicano en el exilio, representante de la legalidad conculcada, se estableció en Francia y fue reconocido por varias naciones, mientras que el régimen imperante en el país era excluido de los foros internacionales por entonces en construcción. La expectativa de un desmantelamiento inminente de la dictadura dio alas a la resistencia interior no obstante la persecución tenaz que habría de recaer sobre ella. Puñados de militantes políticos y sindicales, sobrevivientes incluso de los campos de concentración nazi, renunciaron entonces al exilio para impulsar la resistencia rural y urbana clandestina. La generosidad de su empeño estuvo empero condenada al fracaso por culpa del atropellado estallido de la guerra fría. La tensión internacional rebajó las presiones iniciales sobre la dictadura y pospuso sine díe su eliminación. La realpolitik y el cinismo traicionaron los ideales por los que tantos habían combatido y caído. El régimen no dejó de percibir el cambio de actitud de los vencedores, bienvenido por cuanto abría un lanco para eludir sanciones. La dictadura aprovechó la facilidad brindada para operar una represión sistemática y hostigar a los exiliados. Las demandas de asilo en Francia aumentaron, al tiempo que, en sentido contrario, refugiados de vieja data y signiicación política menor optaron, por motivos familiares las más veces pero también descorazonados, por volver a costa incluso de ser estigmatizados. 543 Nicolás Sánchez Albornoz Refugiados que la guerra mundial inmovilizó en Francia aprovecharon también la normalización del tráico marítimo para cumplir por su cuenta el sueño de reunirse con parientes y correligionarios en América. Para embarcarse exhibieron un laissez-passer emitido por el comité intergubernamental de ayuda a los refugiados españoles, a falta del pasaporte que las autoridades de Madrid denegaban a sus connacionales. A pesar de las fatales bajas biológicas o de guerra, el núcleo enrocado del exilio, de edad en general aún joven, se mantuvo en alrededor de las 150.000 personas repartidas por todo el mundo. Al contingente se había incorporado entre tanto la prole nacida fuera, aunque de ánimo y condición iguales, por adoctrinamiento, a los de sus progenitores. Un lustro después de inalizar la guerra civil, o poco más, el régimen subsistía y seguía sin resolver el problema del exilio. Desde la consolidación del régimen hasta la muerte del autócrata, es decir durante el cuarto de siglo que media entre 1950 y 1975, la brutalidad habitual de la represión perdió arrebato, sin que decayera la persecución de los disidentes y sin que más españoles tuvieran que exiliarse. El gobierno aguantó un chaparrón de desdenes llegados de fuera, pero logró ser reconocido diplomáticamente y ser admitido en los foros mundiales sacriicando sus hábitos más chocantes. La sorpresa vino sin embargo de dentro del país, al recusar la dictadura estudiantes e intelectuales, con un pie en el régimen, a la par que los obreros industriales protagonistas de huelgas masivas. Una opinión pública extranjera vigilante no impidió la represión, pero evitó sus desbordes. En años de incertidumbre sobre el futuro del país, tanto el régimen como el exilio dieron muestras simultáneas de debilitamiento. Las instituciones republicanas quedaron coninadas a desempeñar un papel simbólico, irritante para la dictadura, pero incapaz de encabezar una oposición interior eicaz. La ideología y las instituciones del régimen vieron, por su lado, estigmatizados sus fundamentos por unos disidentes encandilados por el sistema político y el género de vida de los países vecinos. El contenido de los modelos que Europa desplegaba coincidía con los de la tradición democrática española. Lo esencial del ideario republicano y del exilio volvió estar sobre el tapete, en un franquismo en descomposición. En este período, la España interior y la “extraterritorial” acortaron distancias. El régimen había borrado a los exiliados del escrutinio público y solo permitía nombrarlos para el denuesto. Por su parte, los refugiados en el extranjero habían abierto, en su mente y en su comportamiento, un 544 El regreso de los exiliados republicanos paréntesis entre el pasado y un futuro esperanzado, negando el pan y la sal a la dictadura y desdeñando cuanto se hacía bajo su sombra. Dos mundos se movían pues de espaldas, que la interrupción de las comunicaciones como consecuencia de la guerra mundial contribuía a alejar más aún. La vida intelectual, cientíica y literaria se halló entre lo más afectado por la incomunicación. Prohibida por el régimen la publicación en prensa, revistas y libros que llevaran el nombre y la irma de los exiliados, estos respondieron con toda lógica prohibiéndose colaborar con él y más aún someterse a la censura. Nada en su entorno les compelía a renunciar a expresarse en libertad. La pluma de los españoles ausentes inundó las editoriales y las revistas literarias, de pensamiento y cientíicas americanas de contenido eminentemente español. Durante la prolongación de la dictadura, la censura y sus vetos perdieron fuelle paralelamente a su debilitamiento político y social, así como por la tenacidad que autores, editores y libreros emplearon para burlarla. La censura oicial dejó de empeñarse en ocultar las iguras eminentes del exilio, ante todo aquellas que gozaban de reconocimiento internacional, y no pudo evitar la entrada bajo cuerda de sus obras literarias, de pensamiento o cientíicas, ni que, años más tarde, los artículos o libros publicados por ellos ya en España fueran recibidos por el público con interés. Incapaz de renunciar a entorpecer la circulación de la información y de las ideas, la censura se atrincheró entonces en la prohibición, antes que contra la teoría política, contra el análisis de la actualidad social y política. Los debates literarios o cientíicos desplazaron entonces en clave la imposible crítica del régimen. La censura se mostró incapaz de combatir los circunloquios y de impedir que los intelectuales del interior desearan medirse y colaborar con los exiliados. Una censura en retirada, un régimen con plomo en las alas, junto con la multiplicación de interlocutores ávidos, cada vez más jóvenes, llevaron a los exiliados a renunciar a su anterior reticencia y a mandar a España sus colaboraciones. La pluma restableció presencias. La incomunicación entre las dos Españas se desplomó. En ese entrecruce de espera y de desengaños, el colectivo exiliado reaccionó de cuatro formas distintas ante el regreso en persona. El reducto tal vez más numeroso y caracterizado del mismo se mantuvo en sus trece. Un segundo grupo de exiliados se inclinó por dejar de soñar con volver deinitivamente a su tierra y, sintomáticamente, adoptó la nacionalidad del país de su residencia, que era también el de nacimiento de sus hijos y, por exogamia en las generaciones más jóvenes, de su esposa. El tercer 545 Nicolás Sánchez Albornoz grupo comprendió a quienes, cediendo a la humana añoranza de parientes, amigos y lugares, visitaron el país en ocasiones o lo hicieron con el propósito, también humano, de que sus descendientes lo conocieran. Por motivos de seguridad o por repugnancia a pisar el consulado franquista, muchos de ellos cruzaron la frontera provistos de un pasaporte extranjero y confundidos entre los turistas. Otros acudieron con cierta regularidad, como por ejemplo para veranear, preámbulo a veces de un regreso deinitivo al llegar su jubilación. Los menos fueron quienes decidieron volver para quedarse y llevar una vida activa, para lo cual tropezaron con pegas de todo género. Nombres no iguran aquí para soslayar lo anecdótico, pero la mayoría de quienes conocemos el exilio republicano tenemos en mente a más de una persona en cada categoría de las mencionadas. La lógica falta de un registro impide comparar los reingresos con el residuo envejecido que se resistía a pisar España mientras estuviera sometida. A estas alturas, tornadizos e inlexibles sumaban en todo caso una fracción exigua del exilio inicial. En resumen, el “desmoche” constituyó una pérdida demográica neta para el país. Al regreso soñado por los republicanos se oponía, por un lado, la vigilancia política llena de suspicacia y, por el lado propio, reticencias morales y también frenos materiales, rara vez acreditados. Que la dictadura hubiera trazado un plan para la recuperación de los exiliados resulta inconcebible, pero tampoco se diseñó uno durante la posterior transición. Los exiliados hicieron frente por su cuenta exclusiva al coste, mucho o poco, de su vuelta y de su reinserción. Al llegar se toparon además, a la hora de buscar ocupación, con las puertas cerradas. Expulsados en su día de los cuerpos de funcionarios, los ceses no fueron anulados, ni fueron restituidos en su rango en el escalafón correspondiente, por ejemplo en el militar. Su exclusión de los colegios profesionales, de obligada ailiación para ejercer cualquier profesión, tampoco había sido anulada. Un estado corporativo les cerró el paso, con el beneplácito de quienes se beneiciaban por la exclusión de competidores. Los retornados solo encontraron refugio, como ocurrió antes con los represaliados, en la actividad privada, cuyas empresas tomaban en consideración más que nada la cualiicación y el menor coste salarial. Los exiliados modestos, sin cualiicaciones especiales y sin ahorros suicientes, atados a pensiones extranjeras, se vieron a menudo obligados a renunciar a la vuelta acariciada. Un sesgo cruel interirió en el regreso de los exiliados. La dictadura alicaída acabó por ser reemplazada por un sistema democrático de signo monárquico a la caza de la homologación con Europa 546 El regreso de los exiliados republicanos y de la aceptación internacional. A las primeras señales de voluntad de cambio político, un puñado de exiliados de cierta edad y signiicación, inlexibles hasta entonces, se dieron el gusto de volver a una España sin dictador y también con la intención de animar a proseguir el curso reformador emprendido. Quienes aún tenían alguna responsabilidad política o no descartaban una involución tardaron más tiempo en presentarse. Las Cortes Constituyentes convocadas contaron con un puñado de exiliados, corto pero simbólico, elegido por sufragio popular. La constitución resultante despejó el último argumento del gobierno republicano y de muchos exiliados de no ceder en su empeño hasta que los españoles se expresaran democráticamente. Aprobada la Constitución, ¿in pues del exilio? Las razones para permanecer fuera habían desaparecido con el restablecimiento de la legalidad, pero el paréntesis del exilio no quedó cerrado limpiamente. Gestos más que simbólicos de reconocimiento oicial del exilio no sobraron, ni fueron tantos los exilados presentes en las nuevas instituciones en construcción. Flecos quedaron sin resolver en el ánimo y en el ordenamiento legal. Las ambigüedades de la democracia transaccional llevaron a varios exiliados a regresar al punto de partida, tras un intento de reinserción. Pendiente quedó, por ejemplo, la demanda de los hijos de exiliados nacidos fuera para ser documentados como naturales de España, y no como extranjeros nacionalizados. Los brochazos anteriores sobre el regreso de los exiliados han puesto de maniiesto la complejidad del problema abordado en estas páginas, complejo de por sí y por comparación con los destierros precedentes con los que se ha comparado el republicano. Lo escrito podía haber sido más, a poco de entrar en detalles y de añadir nombres y anécdotas. En una aproximación al tema, no parece que se necesite más. Antes de cerrar estas páginas parece oportuno plantearnos el signiicado del exilio y del retorno para la España actual. La última hora sorprendió fuera a la mayor parte de los exiliados. Sus restos se hallan desperdigados por cementerios de Europa, América y África. Casos de repatriación de cadáveres son contados. Quienes regresaron al país resultaron por consiguiente los menos. Por lo mismo, se reduce considerablemente la posibilidad de que, por su acción personal, los exiliados republicanos hayan podido inluir sobre la presente sociedad democrática española. El país se ha levantado de su postración de mediados del siglo xx con una participación mínima de aquellos, a diferencia de lo sucedido en la Alemania o la Italia de la posguerra, donde los hombres 547 Nicolás Sánchez Albornoz del exilio intervinieron más. El mayor volumen del exilio español fue neutralizado en sus efectos por la desmedida duración de la dictadura. Con todo, el exilio ha calado en el espíritu de las generaciones españolas contemporáneas, no por haberse codeado con los exiliados, como acaba de decirse, sino por el ejemplo moral, intelectual y político legado, que alivia el bochorno que sienten ante los años oscuros de la dictadura. Al operar de puente con un pasado largamente obliterado, el exilio les reconcilia con una etapa a la que pueden mirar sin agachar la cabeza. El conocimiento del exilio no parece agotado, y sus intersticios siguen despertando interés. La mejor prueba es el congreso organizado por la Universitat Rovira i Virgili, en cuyo marco se presentó este ensayo. 548 UNIVERSITAT ROVIRA I VIRGILI Si hay un drama humano íntimamente ligado a la guerra y la muerte, es el exilio al que siempre se ve arrojado el exiliado en contra de su voluntad, nunca voluntariamente. Nadie abandona por simple espíritu de aventura, de conocimiento o de descubrimiento, su país o su familia o a sus más próximos allegados sino impelido por razones políticas o económicas bien concretas y forzado por una situación tan destructiva y traumática como una guerra civil y sus inmediatas consecuencias. La vida humana en una situación límite siempre es una fuente inagotable de conocimiento, que nos fuerza a plantearnos muchas preguntas y a tratar de responderlas. En este libro encontrarán una amplia gavilla de estudios académicos realizados desde diversos enfoques pluridisciplinares en los que esperamos que el lector encuentre, sino respuestas concretas y precisas a su curiosidad, intereses e inquietudes, sí al menos una sólida base de información y reflexión a partir de la cual poder seguir adentrándonos en el doloroso y ejemplarizante drama de los exilios en el mundo contemporáneo.