DICCIONARIO
DE
SINÓNIMOS CASTELLANOS,
POR
S L G-EITSRAL DE Β RIG· ADA
i2y. cr. ty. c¿e 'úz
ibatátna,
INDIVIDUO DE LAS ACADEMIAS ESPAÑOLAS DE LA LENGUA
Y DE LA HISTORIA.
MEXICO.
IMPRENTA DE V I C E N T E G A R C Í A T O R R E S .
calle del Espíritu Sar.!t> Num. 2.
1845.
Nadie podrá reimprimir este Diccionario, sin previa licencia de eu autor,
In magma et volume sat est.
si la amistad no se hubiera anticipado á poner un título á la presente colección, no se vería ésta condecorada con el
que lleva á su frente, porque en verdad que la voz DICCIONARIO promete mucho mas de lo que puede dar una diminuta
compilación de trabajos que en su mayor parte manifiestan la
desconfianza con que los publicaron sus mismos autores. Si
aun es tiempo de corregir un yerro involuntario séame lícito
ofrecer al publico esta colección como un simple Ensayo formado únicamente con el fin de conservar reunidos y sujetos á cierto orden, los diversos trabajos de los escritores que mas especialmente se han dedicado al examen analítico de los sinónimos
de nuestra lengua; y sírvame también de disculpa de todos los
defectos que se noten en este Ensayo, la consideración de ser
una empresa enteramente nueva entre nosotros. Esta circunstancia, ademas de otras muchas, me obliga á mirar como útiles y aun necesarias, algunas indicaciones preliminares, que no
son mas que deducciones ó repeticiones de las doctrinas de varios escritores que han dilucidado esta materia con todo el acierto posible.
Si por sinónimo entendemos cualquiera voz que siendo di/eren
ACASO,
(Π
)
te de otra en su forma material, tiene exactamente el mismo significadoy desde luego podemos asegurar que no hay sinónimos en
la lengua castellana ni en ninguna otra de las conocidas, porque como dice muy bien Dumarsais, esto seria haber dos lenguas distintas en una misma lengua, y la naturaleza quiere que
una vez que se ha encontrado el signo propio de una idea, no
se busque otro nuevo para expresarla, porque no solamente seria superfluo, sino embarazoso en la práctica. Mas si entendemos por sinónimo el sustantivo ó el adjetivo con que designamos las voces que teniendo entre ellas grande conformidad y semejanza en su sentido general, ofrecen en su acepción particular
diferencias verdaderas y esenciales aunque mas ó menos ligeras,
es evidente que la lengua castellana excede á todas las vivas en sinónimos de esta especie, y que en ellos funda gran
parte de su admirable riqueza, porque la riqueza de una lengua no consiste en tener muchas voces distintas para expresar
una sola y misma idea, sino en tener muchas voces para expresar muchas ideas distintas, esto es, hasta las modificaciones menos perceptibles que pueden dar á una idea el entendimiento y la
imaginación. Partiendo de este principio, no podía menos de
tener un numero de sinónimos, considerable en gran manera,
una lengua como el castellano, que reconoce por orígenes principales las lenguas latina^ gótica y arábiga, de las cuales tomó
desde un principio y conserva actualmente un crecido caudal
de voces que siendo en su origen sinónimos perfectos, esto es,
expresando cada una en su respectiva lengua la misma cosa ó
idea, vinieron después á ser en el castellano moderno signos de
modificaciones de la idea común. Esto puede probarse con infinitos ejemplos; v. gr., la voz al-muhad en la lengua arábiga,
significaba lo mismo que la voz coacinus en la baja latinidad;
el castellano conservó ambas voces, pero señalando á cada una
distinto oficio, hizo que expresaran las diferentes ideas que nos
inspiran hoy las voces almohada y cojin: al-cuzet, entre los árabes significaba lo mismo que acetarium entre los latinos; actual-
( ΙΠ
)
mente expresamos nosotros dos cosas diferentes por medio de
las voces alcuza y aceitera, derivadas de aquellas: con la voz almirez tomada del árabe (almihraz), y con la voz mortero, tomada del latin (mortarium), designamos dos cosas diferentes; y lo
mismo se observa en las voces cisterna, algtbe y alterca: cama,
lecho y catre: albergue, hospedería, fonda, meson y venta, 8çc. Así
es, que para expresar solamente las modificaciones de la idea
ofender tiene el castellano todas estas voces,
Ignominia.
Afrenta.
Improperio.
Agravio.
Baldón.
Injuria.
Insulto.
Contumelia.
Ofensa.
Convicio.
Oprobio.
Denuesto.
Desahogo.
Palabrada.
Ultraje.
Deshonra.
Desvergüenza.
Vilipendio y otras muchas.
legrarse tiene la lenguacastellana
Fiesta.
Alborozo.
Francachela.
Alegría.
Bureo.
Frasca.
Complacencia.
Gozo.
Contento.
Gusto.
Contentamiento.
Holganza.
Chacota.
Holgorio.
Delectación.
Holgueta.
Delectamiento.
Holgura.
Deleitabilidad.
Jaleo.
Deleite.
Jubilo.
Delicia.
Placer.
Regocijo.
Fandango.
Festeío.
Uegodéo, &c.
y pues que seria un trabajo interminable y superfluo citar mas
ejemplos, me limitaré á recordar el que nos ofrece la estrofa Ι δ .*
(IV)
de la conocida composición poética del Maestro Gonzalez, intitulada El murciélago alevoso, en la cual vemos acumuladas muchas de las modificaciones de la idea dañar;
Te puncen y te rajen,
Te tundan, te golpeen, te martillen,
Te piquen, te acribillen,
Te dividan, te corten y te rajen;
Te desmiembren, te partan, te degüellen,
Te hiendan, te desuellen,
Te estrujen, te aporreen, te magullen,
Te deshagan, confundan y aturrullen.
Pero si por la diversidad de orígenes es tan rica en sinónimos
la lengua castellana, no lo es menos por la variedad de sus armoniosas terminaciones, en las voces derivadas de un mismo
origen; así es que hay diferencia muy considerable entre
Acometimiento y acometida.
Ardimiento y ardor.
Convencimiento y convicción.
Fingimiento y ficción.
Honra y honor.
Encantamiento, encanto y encantación.
Significado y significación.
Observancia y observación.
Brillo y brillantez,
ímpetu é impetuosidad.
Fuerza y fortaleza.
Fortificar y fortalecer.
Ejercer y ejercitarDulzor, dulzura y dulcedumbre.
Espesor y espesura.
Verdor y verdura.
Grosor, grosura y gordura.
Peso, pesadez, pesadumbre y pesantez.
Contentamiento y contento.
Retardo y retardación.
Salvamento y salvación.
Dolor y dolencia.
Consuelo y consolación.
Queja, quejido y quejumbre.
Pérdida, perdimiento y perdición.
Mancha, mácula y mancilla.
Albor, albura y blancura, &c
Es cierto que todas estas y otras muchas voces aparecen en el
Diccionario de la Academia española como equivalentes rigorosos respectivamente unas de otras; pero esto consiste en que
la Academia se contenta con dar la explicación de las voces refiriéndola á la idea general á que pertenecen, y no á la modificación que indican, porque en verdad que no seria empresa muy
desembarazada descender á explicaciones y análisis, las mas veces prolijos, y otras enteramente metafísicos, en un Diccionario
demasiado copioso por su propia naturaleza, y destinado al uso
frecuente de toda clase de personas.
Estas mismas consideraciones hacen mas sensible la escasez
de literatos españoles que han dedicado su ingenio á tan útiles
tareas. Apenas se cuentan cuatro 6 cincofilólogosde quienes
pueda decirse que han trabajado con acierto, y aun estos á pesar de su erudición y de su exquisita diligencia todavía dejan
un vacío tan grande en sus investigaciones, que debemos mirarlas únicamente como gérmenes que necesitan de otro auxilio para llegar á ser fecundos y productivos. Pero no culpemos del mismo modo á todos aquellos apreciables literatos: sus
trabajos debian resentirse del atraso en que tal vez se hallaban
ciertas ciencias en la época y en el pais en que algunos de ellos
escribían. La metafísica principalmente, y la ideología, ciencia
nueva, son las principales antorchas, á cuya luz debe entrar el
filólogo en el oscuro laberinto de la sinonimia de cualquiera lengua: sin el auxilio de una y otra ciencia es imposible, absolutamente imposible, poder fijar la verdadera y exacta diferencia de
( T Í )
las voces, y por consiguiente, hacer concebir la idea al entendimiento con la perfección y claridad debidas. Entre los muchos ejemplos que pudieran citarse en prueba de esta verdad
eterna, tomemos el que nos proporciona la diferencia que establece March entre las voces acción y acto (pág. 5). Por no haber acudido á la metafísica este escritor confunde las ideas dándonos como causas los efectos. Asienta que "acción se dice in„diferentemente de todo cuanto se hace común ó extraordinario;
„y acto, solamente de lo que se hace notable" La metafísica le
hubiera subministrado una explicación menos expuesta al error,
haciéndole ver que el «cío pertenece al pensamiento, y la acción
pertenece á la obra y expresa mas bien el modo de ejecutar el
pensamiento: por consiguiente los actos son operaciones interiores del alma, y las acciones son operaciones exteriores. Esta
es la razón porque decimos acto de contrición, de fe, de esperanza, fyc, aunque no se manifieste por medio de demostraciones
exteriores; y decimos dejar á uno sin acción, esto es, sin movimiento corporal, y no, dejarlo sin acto. Es cierto que solemos
decir un acto de ira, un acto de irreflexión, &c·; pero en este caso
referimos la idea al movimiento interior del ánimo que fué la
causa de la acción, esto es, del movimiento material y exterior
del cuerpo. No puede servir de disculpa á March en este caso
haber traducido literalmente al abate francés Girard, porque el
que adopta una doctrina agena se hace responsable de ella, y
mucho mas si la publica como suya en un tiempo en que los
conocimientos humanos permitían rectificarla.
Pero por defectuoso que sea el Ensayo que hoy ofrezco á las
personas estudiosas, siempre les proporcionará una utilidad innegable. Ya habia dicho Cienfuegos en el prólogo de su tratado de sinónimos, al orador, al filósofo, al facultativo que tienen
que dar á su persuasion ó á su explicación la mayor precision,
energía y claridad, les conviene elegir aquellas voces que desmenucen, por decirlo así, las mas pequeñas modificaciones de las ideas
generales que apenas se distinguen en el uso común: y en estas
(VII)
pocas palabras encerró Cienfuegos todo el fin y toda la utilidad
del estudio de la sinonimia, porque no es arbitraria la elección
de voces para representar las ideas: la naturaleza quiere que
modifiquemos aquellas según modifica á éstas el pensamiento,
so pena de no ser entendidos con la perfección que deseamos,
ó de incurrir en ambigüedad y confusion. Bien conocía el valor de las voces castellanas el elegante y armonioso escritor
español que decia—eran muy raros los denuestos, las injurias y
las murmuraciones, porque solia en aquel ejército amanecer el escarmiento al mismo tiempo que la osadía; y asi ni quedaba vislumbre de injusticia, ni destello de capricho-, ni hallaba pábulo la altanería, que son los vicios que mas frecuentemente campean en los
ejércitos, y mas señorean la condición marcial
La condición
apocada pronto pasa de pusilánime á débil, y del menosprecio al
vilipendio. No es creíble que el que esto escribía, haciendo así
brillar la pomposa riqueza de la habla castellana emplease sin
intención meditada y solamente por pura casualidad ó capricho
las voces denuesto é injuria; vislumbre y destello; campear y señorear; altanería en lugar de altivez, soberbia ú orgullo; condición, y no carácter, genio, ó índole natural; apocada y pusilánime; menosprecio y vilipendio. El que lee este trozo, modelo de
facundia y de energía, concibe sin el menor esfuerzo las diferentes ideas de que se hallaba poseído el escritor, y que pintó
con toda la precision posible por medio de aquellas voces sinónimas, las cuales, son digámoslo así, los matices que precisamente necesitaba el cuadro para quedar perfecto.
Si en todas las naciones es importante y necesario el estudio
de los sinónimos de sus lenguas respectivas, entre nosotros es
todavía de mayor y mas forzosa necesidad; porque vemos la decadencia y perdición á que nuestra incuria ha dejado llegar la
lengua de nuestros mayores, la lengua mas rica de cuantas hoy
se hablan en el universo, la mas rica en número de voces, en
diversidad de terminaciones, en variedad de acentos, en inflexiones y giros, en modismos y propiedades; la lengua, en fin, que
( vin )
en opinion de Carlos V, era lamas propia para hablar á Dios.
Ya es pues tiempo de que empecemos á reparar tan grave falta que influye en gran manera, y mucho mas de lo que vulgarmente se cree, en la suerte de las naciones, porque el cultivo
de la lengua propia, llave de toda ciencia, es uno de los indicios
mas seguros, no solo de la civilización y cultura, sino aun del
carácter de todo pueblo. Y así como nada es mas á propósito
para apreciar una lengua que el conocimiento de su riqueza,
así también nada contribuye mas á este conocimiento que el
examen analítico de las voces, cuya parte principal es el estudio de los sinónimos. A fin de facilitar este estudio, haciendo
palpable al mismo tiempo su importancia, me ha parecido oportuno poner al frente de este Ensayo por via de introducción algunas ligeras observaciones pertenecientes al mecanismo de las
lenguas en general puesto que de él depende la existencia de
los sinónimos en todas ellas. Pero antes es necesario aclarar una
aserción que se halla autorizada en este mismo Ensayo, por uno
de los filólogos españoles que en él se citan, y la cual podría
causar dudas ó inducir en error á muchos lectores. En el artículo Calidad, Cualidad (pág. 34), dice Jonama que el buen uso
y no la etimología es el que debe decidir sobre la acepción de las
voces. Esto es una verdad hasta cierto punto, y debe servir de
regla siempre que el buen uso decida sin dejar lugar á ninguna duda; mas en el caso contrario, los principios etimológicos
son la única guia que puede conducirnos con seguridad en el
camino de las investigaciones, aunque no debemos seguir la etimología á ciegas, sino empleando las reglas de la crítica. He
aquí uno de los tropiezos que mas pueden embarazar al estudioso. ¿Cuál es el buen uso? Todos hablan de él, pero pocos
indagan las condiciones que se requieren para que un uso merezca la calificación de bueno. A muchas personas basta ver
una voz ó una frase algún tanto generalizada en el trato familiar, para admitirla como buena, y de este modo confunden el
buen uso con el abuso, ó con la vulgaridad: á otras es suficiente
( κ )
la autoridad de cualquier escritor acreditado que mas les place, y se exponen á tomar por regla segura, tal vez el descuido,
o á lo menos la licencia apenas tolerada. El medio de evitar
ambos inconvenientes es hacer uso del raciocinio natural. Dos
son los modos de hablar ó de producirse que tienen los hombres cultos: uno por convencimiento, otro por imitación. Los
que emplean el primero, usan las voces que el estudio, la observación, el conocimiento del mecanismo de las lenguas y la ciencia en general, les presentan como mas propias y necesarias para
pintar las ideas con la misma precision, claridad y exactitud
con que las concibe el entendimiento: los que adoptan el segundo, no hacen mas que seguir el ejemplo que les dan aquellos
por la confianza que les inspiran, y así contribuyen á mantener
la lengua dentro de sus justos límites. Los primeros establecen
el huen uso; los segundos lo generalizan y conservan, y unos y
otros forman lo que se llama opinion general y uso común y constante. El vulgo, cuya índole distintiva es obrar sin meditación
alguna, no hace regla ni mucho menos puede servir de autoridad en ningún caso, porque adopta á ojos cerrados, todo cuanto cree convenirle y se forma un lenguaje peculiar y arbitrario,
sin averiguar si las voces de que se vale, pueden aclarar ú oscurecer las ideas, y menos aún, si pueden menoscabar la pureza del
idioma. De estos principios se deduce naturalmente que el buen
W50 es "el modo de hablar adoptado por la mayor parte de los
"autores, y de los eruditos mas acreditados en cada época." Este
es el buen uso de que habla Jonama en el artículo citado, y al
que alude Horacio diciendo,
Usus,
Quem penes arbitrimn est, et jus et norma loquendi.
Pero cuando no veamos fijado con precision el uso de las voces
por el mayor número de sabios, la razón natural dicta que busquemos un fundamento para asegurar nuestra opinion particular, y
(Σ )
que este fundamento sea la etimología, por la poderosa razón de
que toda lengua conocida proviene de otra, y toda voz se deriva
de otra voz (excepto el único caso de que alguna de estas sea radical por organización ó por onomatopeya); y puesto que las voces no son mas que el resultado de las ideas sensibles, en la etimología hallaremos necesariamente la idea primitiva que atribuyeron los hombres á cada voz, y podremos deducirla idea que
conviene á la voz que tratamos de emplear, según las modificaciones que nos indiquen su pronunciación y su escritura, únicos
medios que nos ha dado la naturaleza, de pintar nuestros pensamientos.
Mas si queremos emplear con acierto la etimología, no debemos perder de vista que las reglas de crítica que pueden guiarnos, se hallan en el sentido, en la figura, y en el sonido de la voz
derivada, comparados con el sentido, con la figura y con el sonido de la voz primitiva.
La identidad de sentido y de significación hace creer con mucho fundamento, que siendo iguales ó semejantes la idea, el objeto, y la denominación, la voz es también igual siempre que concurran en ella las demás circunstancias necesarias.
La figura expresa lo perteneciente á la vista material; sirve
para rectificar la alteración continua que causa en el simple sonido, una pronunciación rápida 6 demasiado difícil de ejecutar:
e indica por medio de las letras características propias de cada
pueblo, la lengua de donde proviene una voz y en donde debe
buscarse su orí eren.
o
El sonido nos hace distinguir los órganos que empleamos para
producirlo, y el orden con que proceden; nos enseña que no debemos atender á las inflexiones cuando se conoce que todas
ellas á pesar de su variedad son producidas por el mismo órgano; que tratándose de derivación, importan poco las vocales; es
preciso atender á las consonantes para cerciorarse de si proceden del mismo órgano, no obstante la diferencia de figura que
tengan en la dos voces comparadas, atendiendo al principio fí-
J
XI)
sico de que cada órgano forma su clase particular de articulaciones fácilmente mudables entre si (*).
Cuando concuerdan en una misma voz estas tres reglas deducidas del raciocinio, del oido y de la vista, puede tenerse por
demostrada la etimología, y en este caso es ya muy fácil conocer el verdadero significado de la voz, porque los sinónimos pro
vienen de que mirando ó considerando el hombre las cosas de
distinto modo, les dá otros tantos nombres diferentes; pero siempre relativos á la naturaleza ó esencia primitiva de la cosa. Si
esta es un ser que existe materialmente en la naturaleza sin
ofrecer diferentes modificaciones, escitará una idea simple y
dará por consiguiente pocos sinónimos, como por ejemplo, las
voces sol, ¡una, luz; pero si la cosa no es material sino percepción del hombre relativa á sí solo, esto es, á la idea que el se
forma, la cual está en él mismo, y no en la naturaleza; entonces
como cada hombre tiene su modo particular de considerar estas cosas, modificarlas y formarse un orden de percepciones, la
cosa debe producir muchos sinónimos; por ejemplo, una cierta
extension de terreno se llama region cuando referimos la idea al
poder ó á las leyes naturales que rigen (del latin regere) en aquella extension: la llamamos provincia, cuando la consideramos
como un terreno al cual se llega viniendo ó proviniendo (lat. provenire} de cualquiera otro; distrito si la miramos como terreno
distraído, esto es, separado Çdistr actus, ó districtusj de otro inmediato: partido si atendemos á la parte que forma separada
mente respecto de otras: pais, si atendemos á la costumbre de
fundar en él las habitaciones (lat. pagusj; estado, si referimos
la idea á la existencia (status) según la forma que ha establecido en él la dependencia política: finalmente, empleamos las voces imperio, reino, ducado, condado, gobierno, intendencia, municipalidad, diócesis, feligresía y otras muchas para expresar cierto espacio de terreno según los diferentes modos particulares
con que lo consideramos.
(*)
Principes physiques de Vitimohyie.
Paris, an IX,
(Χ »)
Pero la abundancia de modos de considerar las cosas, ó por
mejor decir, la diversidad de modificaciones que dá el hombre
á una idea, depende absolutamente de la riqueza 6 del poder de
su imaginación, y de su mayor ó menor sensibilidad; y los modos de representar estas modificaciones, esto es, los sonidos expresados por signos son conformes á la mayor ó menor facilidad
que aquellas cualidades, el clima, las costumbres, los hábitos y
otras causas naturales ó adquiridas, dan á los órganos de la voz,
y he aquí la razón porque se dice con mucha verdad que la lengua es un indicio seguro del carácter de una nación. Sin detenernos por ahora á hacer aplicaciones particulares de este principio, notemos que la lengua castellana cuenta en sus voces mas
de trescientas variaciones ó transformaciones características, ó lo
que es lo mismo, de sonidos radicales. El primer Diccionario
que publico la Academia española, el año de 1726, sin embargo de resentirse de los defectos anexos á todo ensayo de una
empresa gigantesca, contiene 13.365 voces, sin incluir entre ellas
muchas usuales (que se ocultaron á la perspicacia de la Academia), ni las técnicas de ciencias, artes y oficios, ni un gran numero de superlativos, diminutivos, aumentativos y participios
activos y pasivos. La diversidad de terminaciones de los vocablos castellanos es tan prodigiosa que D. Tomás de Iriarte llegó
á colectar cerca de cuatro mil terminaciones, sin comprender
las esdrújulas. La riqueza de voces compuestas es tan grande
en nuestra lengua que las tiene hasta de doce sílabas, y aun pueden formarse de catorce en el buen lenguaje familiar (*). No
es menos admirable la variedad de acentuaciones, pues tenemos
voces que nos presentan el acento determinante, desde la vocal
final, hasta la que antecede á las cuatro últimas sílabas (f ), las
(*) Por ejemplo, del adverbio constitucionalmente, tenemos el compuesto inconstitucionalxsimametxte, de once sílabas; y del verbo constitucionalizar podemos componer los
adverbios superlativos constitucionalizadísimamente, de doce sílabas, y desconstitucionalisadísimamente, de trece; y añadiendo á éste la partícula in, tendremos una voz de catorce sílabas.
(f ) El castellano tiene voces con el acento en la última sílaba como amó, corazón; en
la penúltima, como pena, modo; en la antepenúltima, como bóveda, espíritu; en la ante-
( XIII )
cuales en este caso resultan breves. Si á todo esto agregamos
el increíble numero de superlativos, diminutivos y aumentativos; el no menos copioso de esdrújulos; el de voces que indican
acción y al mismo tiempo el instrumento con que ésta se ejecuta, y aun la parte que recibe ó sufre el efecto de la acción; las diferencias que expresa una misma terminación, según el modo de
emplearla (J); el importante y variado juego que hacen en nuestra lengua los verbos llamados auxiliares, &c, & c , deberemos
inferir, que puesto que la lengua castellana tiene tantos modos
de diversificar las modificaciones de las ideas generales, debe ser
por necesidad igualmente rica en signos propios para expresarlas, esto es, en voces sinónimas.
Por lo mismo seria una desgracia lamentable en sumo graantepenúltima, como dígaselo,póngansele; y en la anterior á esta, como dariamosselo. Ademas ofrece la lengua castellana el raro ejemplo de voces en que suenan dos acentos de
igual valor, como en lánguidamente, pérfidamente, astutamente, oportunamente, &c, y de
otras que en su plural mudan la colocación del acento determinante del singular, como
carácter, caracteres; régimen, regímenes, &c.
(J) Las voceä que indican acciσn y al mismo tiempo el instrumento σ la cosa con
que aquella se ejecuta, terminan generalmente hablando, en ada, como pedrada, puñalada, patada; en aso, como sablazo, garrotazo, escopetazo; en ete, como puñete, piquete;
en on, como empellón, empujón, sornaviron, &c. Otras veces, estas mismas terminacio
nes expresan ademas el lugar σ la parte en que se dá el golpe, como trompada (encon
trσn de dos personas cara á cara, dándose en las narices); espaldarazo (golpe recibido en
la espalda); coscorrón (en la cabeza); repelón (tirσn que se dá del pelo), &c. Finalmen
te, estas mismas terminaciones hacen otras veces que las voces expresen á un mismo tiem
po acción, instrumento,parley modo, como bofetada (golpe dado en el carrillo con lo in
terior de la mano abierta); gaznatada (golpe dado del mismo modo en la parte anterior
del cuello σ gaznate); pescozada (lo mismo, en la parte posterior del pescuezo); cachete
(golpe que se dá en el carrillo con la mano cerrada); pechugón (golpe que se dá en el
pecho con. la mano abierta σ cerrada, empujando al mismo tiempo con violencia á la per
sona á quien se le dá); torniscón (golpe dado en la cara con el revés de la mano); mojicón
(golpe dado en cualquiera parte de la cara con el puρo cerrado), &c.—Las terminacio
nes en ado y en ido unas veces son pasivas como amado, partido; y otras son activas como
acostumbrado, (el que tiene costumbre); cansado (el que cansa); atrevido (el que se
atreve); fementido (el que falta á la fe y palabra dada); presumido (que tiene presunciσn),
&c.—La terminaciσn ada, indica también comparaciσn σ aplicaciσn de cualidades σ de
modo, de una persona ό cosa, á otra, como .alcaldada (acciσn propia de un alcalde); pillada (acciσn σ dicho propio de los pillos); monad« (acciσn σ gesto propio de los mo
nos); muchachada, niñada, perrada, &c.
( XIV ) ^
do que una materia tan vasta, tan rica, tan bella y tan necesa
ria para el verdadero saber, no tuviera la ventura de caer algϊn
dia en manos mas hábiles que las mias. Entonces, cuando esto
llegue á verificarse, se habrá llenado felizmente el vacío que
con mengua de los que hablamos la lengua de Luis de Leon y
de Cervantes, se advierte hoy en la literatura castellana y en la
filología general de nuestro culto siglo; y yo en particular veré
colmado un deseo que hierve en mi alma hace mucho tiempo,
y de cuya viveza es testimonio irrecusable la osadía con que
me he arrojado á dar este débil ejemplo, haciéndome sordo a
los gritos de mi propia insuficiencia.
OBSERVACIONES
SOBBE EL MECANISMO DE LAS LENGUAS.
1.a
V
JUL clima, el aire, el terreno, el método de vida y de alimentaciσn,
el mayor σ menor nϊmero de goces σ de necesidades y otras mu
chas causas físicas, producen variedades muy notables en el hom
bre, y dan por consiguiente mas fuerza á unos σrganos que á otros
en la estructura humana. Estas variedades que tal vez podrían ocul
tarse á la anatomía, serán evidentes para cualquier filσsofo que ob
serve con atenciσn los σrganos que emplea el hombre para producir
la palabra segϊn el uso de cada pueblo. Así desde luego se echará
de ver que el hotentote, por ejemplo, hace en su lengua tan frecuen
te uso déla garganta, como el inglés de la extremidad de los labios.
Estas observaciones por nimias que parezcan, pueden conducirnos
á descubrimientos de mayor importancia y utilidad, y á ellas debe
mos la certeza de que la costumbre que adquiere un pueblo, de em
plear ciertos sonidos determinados, y tales σ cuales σrganos, mas
bien que otros, es un indicio seguro no solamente del clima, sino tam
bién del carácter de la naciσn, que en mucha parte queda modifica
do por el clima, así como el genio de la lengua queda determinado
por el carácter de la naciσn.
El uso habitual de sonidos ásperos ϊ oscuros, y el tropiezo que
causa la profusion de letras consonantes sonoras σ mudas, indican un
origen bárbaro σ poco civilizado. La abundancia excesiva de le
tras líquidas σ de labiales, y la poca variedad de terminaciones, son
por el contrario indicio de debilidad, molicie σ delicadeza, tanto de
los σrganos como del gusto. Citemos por ejemplo de lo primero las
lenguas del norte, y en prueba de lo segundo, la lengua de los chi
nos, de cuyo carácter muelle é indolente podemos formar idea con
(XVI)
solo advertir que no tienen en su lengua el sonido fuerte que damos
nosotros á la r duplicada (*).
La lengua italiana que no es mas que un latin degenerado, per
diσ su fuerza primitiva, y fué debilitándose (σ si se quiere, dulcifi
cándose) á medida que el pueblo que la habla perdiσ el vigor carac
terístico de los antiguos romanos. E n general, la costumbre de trans
formar los sonidos claros y simples en nasales, oscuros y compues
tos; de atenuar las articulaciones naturales de cualquiera σrgano;
de transformar las inflexiones fuertes en otras lángxϊdas, por efecto
de una pronunciaciσn viciosa, descuidada, afectada σ débil; y de li
quidar con exceso los sonidos de ciertas consonantes, es signo in
equívoco de poca fuerza y energía en una naciσn. Pero como el ita
liano se conservσ mas cerca de su origen, como contrajo menos bar
barismos que otros odiomas, y como las alteraciones que sufriσ re
cayeron en una lengua esencialmente vigorosa, que por su inmensa
riqueza tenia mucho que perder; que acaso necesitaba suavizar al
gϊn tanto la excesiva severidad de su carácter; y que se modificaba
bajo la dulce influencia del sol del mediodía, es hoy el italiano una
de las lenguas mas bellas que se hablan en el mundo, y de las mas
propias para expresar conceptos agudos, suaves, delicados y patéticos.
(*) J. J. Rousseau dice, que las lenguas de los pueblos meridionales son hijas del
gozo, y las de los pueblos septentrionales hijas de la necesidad. Oigamos cσmo se expli
ca este filσsofo, cuya autoridad es irrecusable. "En los climas meridionales en donde la
naturaleza es prσdiga, las necesidades nacen de las pasiones; en los países fríos en donde
aquella es avara, las pasiones nacen de las necesidades, y las lenguas, tristes hijas de la ne
cesidad, se resienten de "su duro origen.... ΅Qué diferencia entre las tiernas modulacio
nes producidas por los movimientos del alma, y los gritos en que hacen prorumpir
las necesidades físicas! En aquellos horrorosos climas, en donde todo permanece muer
to durante nueve meses del aρo, en donde el sol apenas calienta la atmσsfera algunas se
manas para dar ä conocer á los habitantes el beneficio de que están privados, y prolon
gar su miseria; en aquellos lugares en que la tierra nada produce sino á fuerza de traba
jo, y en donde parece que el germen de la vida está en los brazos mas bien que en el co
razσn, los hombres ocupados sin cesar en proporcionarse la subsistencia, difícilmente po
dían entregarse á ideas mas halagüeñas; todo se limitaba en ellos al impulso físico....
La ociosidad que es la que alimenta las pasiones, desaparecía ante la necesidad del trabajo que las apaga: antes de pensar en vivir con desahogo era indispensable pensar en
vivir. Uniendo á los hombres la necesidad mutua mas bien que el afecto, la sociedad
debió su formación á la industria. El incesante riesgo de perecer no les permitía limitarse ala lengua del gesto, y la primera frase que profirieron sus labios, no fué ámame,
sino ayúdame. Estas dos expresiones son muy parecidas en su forma; pero se pronun-
( XVII )
La lengua latina es severa, vigorosa y sonora, tan libre en sus gi
ros é inflexiones, tan fecunda en sus recursos, como lo era el pensa
miento del pueblo romano; todos sus sonidos son claros y enteros;
su fuerza principal está ingeniosamente repartida en el significado
propio y peculiar de cada voz, y en la idea que resulta de la combi
naciσn de éstas; en una palabra, era la lengua propia de un pueblo
libre, grande, magnífico y dominador del orbe conocido. Mas si
por estas cualidades se asemeja el carácter de la lengua latina al de
los antiguos romanos, esto es, si parece propio para expresar cosas
fuertes y varoniles, resulta menos á propσsito que la griega para expre
sar cosas agradables, graciosas y ligeras. La lengua griega abunda en
diptongos, en palabras compuestas y en acentuaciones que hacen la
cian en tonos bien diferentes: aquellos hombres no aspiraban á hacer sentir nada, sino
á hacer entender todo; no buscaban la energía sino la claridad: álos η centos que no mo
dulaba el corazσn, sustituían articulaciones fuertes y sensibles, y si llegaban por fin á dar
á la forma de su lenguaje alguna impresiσn natural, ésta contribuía en gran manera á ha
cerlo, duro y desapacible."
"Los hombres septentrionales no carecen de pasiones, pero estas son de otra espe
cie en ellos: las pasiones de los paises cálidos son voluptuosas y propenden á la blandu
ra y al amor; la naturaleza hace todo por el hombre y para el hombre, este casi no tiene
nada que hacer; pero en los paises del norte en donde los habitantes consumen mucho
en un suelo ingrato, los hombres condenados á tantas necesidades son fáciles de irritar:
todo cuanto se hace á su rededor los inquieta; subsistiendo con trabajo y dificultad,
mientras mayor es su pobreza, mas apegados son á lo poco que poseen; acercarse á ellos
es atentar contra su vida. De aquí proviene esa condiciσn irascible tan pronta á convertir
se en furor contra todo cuanto les ofende, y esta es la causa de que sus voces σ expresio
nes mas naturales sean las de la cσlera y de la amenaza, las cuales van siempre acompa
ρadas de articulaciones fuertes que las hacen ásperas y duras."
"He aquí las causas físicas mas generales de la diferencia característica délas lenguas
primitivas: las del mediodía debieron ser vivas, sonoras, acentuadas, armoniosas, elocuen
tes y á veces o«curas á fuerza de energía; las del norte debieron ser sordas, ásperas, com
plicadas, chillonas, monσtonas y claras á fuerza de palabras, mas bien que por la buena
construcciσn. Las lenguas modernas, aunque mezcladas ya y refundidas, guardan aϊn
el origen de estas diferencias: el francés, el inglés y el alemán, son el lenguaje privado
de hombres que se ayudan mutuamente, que razonan entre sí, á sangre fria, pero que
pe irritan y montan en cσlera."
(Para la mejor inteligencia de todo lo que se dice en estas Observaciones, y principalmente en este pasaje de J. J. Rousseau, conviene advertir, que se entiende por paises septentrionales o del norte, todos los situados mas allá de los 43grados de latitud septentrional; y que Rousseau nació en Ginebra, acia los 47°, y escribía en unapoblacion que se halla
miiy cerca de los 49° de la misma latitud.)
c
( XVIII )
pronunciaciσn de las voces mas variada, mas prolongada, sonora y me
lodiosa, y por esta razσn es tan bella su poesía y mucho mas armo
niosa que la latina: puede decirse que las palabras de la lengua grie
ga no encierran mas que la mitad del sentido; que toda su fuerza
consiste en los acentos, y que el inexplicable efecto que estos pro
duc en, llega al entendimiento después de haber encantado al oído
y al corazσn. Tal era el carácter de los griegos, cuya idea domi
nante fué siempre la belleza en todas las cosas, en todas sus empre
sas y en todos los actos de la vida, tanto física como intelectual.
La lengua francesa conserva todavía un aspecto demasiado hiper
bσreo en la estructura de sus voces, en la abundancia de consonan
tes superfluas y de sonidos oscuros y nasales, en la escasez de mo
d ulaciones causada por la poca variedad de acentos y en la pobreza
de proposiciones adverbiales, de palabras compuestas, y de voces pro
pias para expresar grados de comparaciσn (*); pero en recompensa,
su claridad, su sencillez, el gracioso deslizamiento de sus frases, la
(*) "Si la poésie française est fort au dessous de celle des latins, ceci ne vient que
du peu de prosodie de notre langue, de la monotonie de nos pieds toujours équivalens
aux anciens spondées, et du retour fatiguant de nos rimes plates, insuportable à l'oreille
dans un poëme de longue haleine."—(Ch. de Brosses, P. P. de Dijon.)
"Quoique nous ayons eu d'excellens poètes et même quelques musiciens, je crois notre
langue peu propre ΰ la poésie, et point du tout ΰ la musique. Je ne crains pas de m'en
rapporter sur ce point aux poθtes mêmes."—(J. J. Rousseau.)
Voltaire dice igualmente,
ΏEstce assez, en effet, d'une heureuse clarté?
ΏEt ne péchonsnous pas par l'uniformité?
Los autores de la Enciclopedia publicada por Diderot y D'Alambert se espresan en es
tos términos: "Avouons la vérité; la langue des français polis n'est qu'un ramage faible
et gentil: disons tout; notre langue n'a point une étendue fort considérable; elle n'a point
une noble hardiesse d'images, ni de pompeuses cadences, ni de ces grands mouvemens
qui pourroient rendre le merveilleux: elle n'est point épique; ses veibes auxiliaires, ses
articles, sa marche uniforme, son manque d'inversions, nuisent à l'enthousiasme de la
poésie; une certaine douceur, beaucoup d'ordre, d'élégance, de délicatesse et de termes
naïfs, voilà ce qui la rend propre aux scenes dramatiques." En seguida, deduciendo el
carácter de la lengua del de la nación que la habla, añaden los mismos autores.—"Si du
mcins en conservant à la langue frar.qaise son génie, on l'enrichissait de la vérité de Γ
imitation, ce moyen la rendrait propre à faire naître les émotions dont nous sommes susceptibles, et à produire dans la sphère de nos organes, le degré de vivacité que peut admettre un langage fait pour des hommes plus agréables que sublimes; plus sensuels que pass! ounfe;ph>s su nerf, ciels que profonds."
( XIX )
variedad de sus modismos, y la artificiosa valentía de sus inflexiones
y giros, indican bastante un pueblo esencialmente comunicativo y
social; emprendedor y atrevido, bullicioso y amable, como eran los
griegos, con cuya lengua tiene la francesa mas analogía que con la
latina, aunque no en las voces, sino en las frases, giros é idiotismos.
La analogía de origen que desde luego se advierte en las lenguas
alemana é inglesa, indica la analogía que existe entre el carácter de
ambos pueblos á lo menos por sus rasgos mas notables. Una y otra
descubren su origen célticoagreste en la cargazσn de consonantes
duras, ásperas σ silbadoras; en la abundancia de sonidos oscuros y
escabrosos; y en la escasez de vocales sonoras (*); pero también una
y otra prueban el ingenio, el tesσn y la madurez de los pueblos que
las hablan, los cuales han hallado el modo de suplir por medio de
voces compuestas, las simples que aquellas lenguas no pudieron re
(*) En general todas las lenguas septentrionales se resienten mas σrnenos de estos
defectos, segϊn la mayor σ menor inmediaciσn de los pueblos al norte. En la lengua po
laca, por ejemplo, hay voces compuestas de una sola vocal ahogada entre muchas conso
nantes de diversa y contraria articulaciσn, como chrszaszcz (mosca); wtrzcimc (caρa); y
hay otras en que todas las consonantes deben sonar antes que la vocal, como hrzmi (ha
cer ruido). En el alemán, aunque los sonidos van siendo ya mas claros, y las modula
ciones mas perceptibles, vemos también voces como fortschritt (adelanto) compuestas de
solo dos vocales y nueve consonantes; schwanzschraube (culata), de cuatro vocales y doce
consonantes; eigenthumsrecht (dominio); verantwortlich (excusable), &c. El inglés tie
ne también un aspecto muy semejante, como se ve en las voces spring (primavera); unwillingess (desgano); kneadingtrovgh (amasadera), &c; pero existe una diferencia muy
esencial entre ambas lenguas, yes el modo de componer y de pronunciar las vocesΏ El
alemán hace de varias voces diferentes un todo homogéneo, modificándolas cuanto es po
sible, mientras que el inglés se contenta con la simple union délas que le convienen, sin
detenerse á trabarlas por medio de alguna modificaciσn, como country-house (quinta σ
granja); plough-ridge (caballete); hand-barrow (angarillas); one-horse chair (calesa); silversmith (platero); ale-hoíise-Iceepcr (tabernero); watch maker (relojero); hair-dresser (pelu
quero); day-labourer (jornalero), &c. Los alemanes ademas modulan las voces compues
tas, de modo que resulta en ellas cierta variedad de acentos; los ingleses las pronuncian
con rapidez haciéndolas breves.. He aquí perfectamente representado el carácter de la
naciσn inglesa: siempre va al fin sin pararse en los medios y por el camino mas corto.
La lengua inglesa tiene los sustantivos humour y spleen, que no pueden traducirse direc
tamente en ninguna otra, tal vez por significar un estado del ánimo, propio y esclusivo
de la naciσn que lo resiente. Eu la gramática inglesa que es tal vez la mas sencilla de
todas las de las lenguas modernas, se ve que la regla principal es el uso, esto es, la voluntad, el sic voló; siejubeo, de una naciσn que conoce bien sus propios fuerzas ν todo el
alcance de su querer.
I XX)
cibir de su bárbaro origen. La reunion de muchas voces en una
sola, σ el uso frecuente de adjetivos compuestos de modo que se
comprendan varias ideas σ imágenes en una sola expresiσn, es la
mayor prueba que puede ofrecer un pueblo, no solamente de vi
veza de ingenio y fecundidad de imaginaciσn, sino de solidez en
su modo de discurrir para dar á cada combinaciσn precisamente
lo que le conviene. Por otra parte, los alemanes saben dar á las
expresiones un vigor que las hace muy propias para expresar ideas
y afectos de fuerza y de energía. ΏQuién no echará de ver in
mediatamente la suma diferencia que hay entre el carácter de la na
ciσn alemana y el de la italiana, esto es, entre la condiciσn del se
ρor y la del esclavo, al oír á un coronel alemán, v. gr:, pronunciar
á la cabeza de su regimiento la enérgica voz ¡achtung! (atenciσn),
y á un coronel italiano gritar, σ mas bien decir á sus soldados—-preparar si á carteare? La naciσn que así habla á sus guerreros debia
necesariamente ser sojuzgada por la que la hace temblar actualmen
te con solo aquel marcial achtung.
Hablando de la lengua castellana el Presidente de Brosses, que es
quizá el extranjero que mejor la ha conocido, dice: "nσtase que en
"el castellano abundan las palabras polisílabas y compuestas, pero
"son, lo mismo que todas las demás, de muy bella proporciσn, gra
"ves, sonoras, enfáticas, ingeniosas, llenas de fuerza y dignidad,
"como los espaρoles que las emplean." El castellano es, de todas
las lenguas vivas derivadas, la que mejor y con mas pureza ha con
servado sus orígenes, tanto en la forma material de los vocablos, como
en sus articulaciones y sonoridad: no faltaría razσn á los espaρoles
para mirar esto como consecuencia precisa del carácter firme y sos
tenido que heredaron de los romanos y de los godos, y que modifi
caron después tan bellamente aquellos valientes y caballerescos ára
bes, cuyas principales virtudes fueron la constancia, la lealtad, el
honor, el ardimiento y la magnanimidad. La lengua castellana se
escribe lo mismo que se pronuncia; y esta práctica, ϊnica y peculiar
de los espaρoles, indica propension á aclarar las ideas, esto es, á fa
cilitar la inteligencia de la verdad, á que ésta sea fácilmente cono
cida (*). Los espaρoles, poco inclinados á las exterioridades, apre
{*) La necesidad de acudir al modo material de escribir una palabra para poder en
tender lo 411e significa, porque no lo exprésala pronunciaciσn, es una de las pruebas ma,
( xxi )
cian sobre todo el fin de la intenciσn, y procuran desde luego pene
trarla; por consiguiente su lenguaje debía dirigirse á un mismo tiem
po al entendimiento y á l a imaginaciσn, esto es, debia ser eminente
mente conceptuoso, libre de cualquiera traba que pudiera retardar
el vuelo de la idea: así es que en la lengua castellana no lia}" repe
ticiσn continua de artículos ni de pronombres; ni lugar forzoso para
la colocaciσn de las palabras; ni fσrmulas precisas para casi todas
las frases; ni partículas partitivas; ni mucho menos partículas σ ad
verbios referentes como el ne de los italianos, σ el en y el y de los fran
ceses (*). Puede la lengua castellana hacer tomar ala combinaciσn
de sus expresiones todas las vueltas y todos ios rodeos que conven
gan al intento; puede colocar las voces principales en el lugar mas
propio para hacer resaltar la fuerza de la idea; puede hacer alarde
de numerosidad en la estructura de sus frases, y puede reducirlas
hasta el laconismo del celebrado llegué, vi, vencí (veni, vidi, vici) de
la lengua latina. Pero donde mas brillan á porfía la profundidad γ
el ingenio del carácter espaρol, es, sin disputa alguna, en el asom
broso nϊmero é ingeniosísimo artificio de los refranes que tiene esta
lengua. D. Juan de Iriarte colectσ veinte y cuatro mil, y todavía se
quejaba de no serle posible reunir los que le faltaban. Los refranes
son el fruto de una meditaciσn muy sσlida y de una penetraciσn tan
pronta como profunda: son, por decirlo así, la quinta esencia que saca
el entendimiento de la experiencia física y moral de la vida (;£), y
evidentes de la pobreza é imperfecciσn de una lengua. En francés, v. gr., lo mismo sue
najw'e (prado) quebré* (cerca), prêt (préstamo), prêt (Üsto), prêt (pronto): lo mismo
suena la (la, nota musical), que là (allí), las (cansado), lacs (lazos), Va (lo ha, σ la ha)
lo mismo laid (feo), que laie (jabalina), lait (leche), Fait (lo haya, σ la haya), les (los
σ las), legs (legados), Vest (lo es): lo mismo cour (corte), cours (curso), court (corto)
court (corre): lo mismo ver (gusano), que verre (vidrio), verre (vaso), vert (verde), vers
(verso), vers (acia), &c, y muchas de estas y otras voces ni aun en lo escrito se dife
rencian.
(*) Por ejemplo: hablando en castellano de un hombre que ya se ha nombrado en la
conversaciσn, podemos decir—aquí hay flores; coja cuantas quiera; en francés seria ne
cesario expresar la misma idea diciendo: il y a ici des fleurs; qu'il en premie autant qu'il
voudra; palabras que traducidas literalmente al castellano, dicen: él aquí hay aquí de las
flores; que él de ellas coja tanto que él querrá; de lo que resulta, que para comunicar esta
idea á otra persona, el espaρol emplea seis palabras, mientras que el francés necesita
catorce.
(X) "Los refranes que andan de boca en boca, y son una pequeρísima parte de la
tradiciσn verbal (dice Mayans en sus Orígenes) son tantos en la lengua espaρola, que no
( XXII )
el pueblo que esto sabe hacer, debe ser esencialmente pensador, re
flexivo y atinado en las investigaciones de lo ϊtil, de lo bueno, de lo
bello, y de la verdad en general. Su modo de hablar debe ser la fiel
y genuina expresiσn de sus propios sentimientos (*).
2.a
El hombre habla para dar ΰ conocer lo que sucede σ está en él 6
fuera de él; esto es, lo que siente, lo que percibe, σ lo que ha per
cibido, lo cual corresponde á los tres sentidos interiores que son
la voluntad, la inteligencia y la memoria. Si expresa una sensa
ciσn interior simple ( porque en un principio no debemos supo
ner todavía reflexion ni ideas compuestas), la denota por medio
del gesto, del acento, σ de un simple grito, y en esto obra lo
hay otra, cualquiera que sea, que contenga igual nϊmero de ellos, como se puede obser
var e,n las colecciones que hicieron Iρigo Lopez de Mendoza, por mandado del rey D.
Juan el Segundo; el comendador Griego Fernán Nuρez, á quien habia comunicado mu
chos el eruditísimo Juan Paez de Castro; Mosen Pedro Valles, verdadero autor del Libro
de refranes, publicado en Zaragoza, aρo 1549; el Doctor Benito Arias Montano; Juan
Melσ Toledano, que escribiσ Siete Centurias de Adagios castellanos; Blasco de Garay en
sus Cartas en refranes, á las cuales van juntas otras dos de incierto autor; Juan Malara
en su Filosofía vulgar; su émulo Juan Sorapan de Ris. ros en la Medicina española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua; á cuyas colecciones de refranes se pudie
ran aρadir muchos millares mas, que se hallan esparcidos en varios libros, como en el
Dialogo de las lenguas, en la Vida de JO. Quijote, en la comedia Eufrosina, y en muchí
simos otros; de suerte que entre otras obras de alguna ϊtil invenciσn, me atrevería á dis
poner una filosofía moral muy cumplida, compuesta toda de refranes espaρoles, para cuyo
fin tengo recogidos muchos millares de ellos."—(Mayans, Orígenes de la lengua española,
torn. 1.° p. 188, edic. de 1737.)
El célebre Salmacio califica esta riqueza de refranes de la lengua espaρola, diciendo:
inter Europeos, Iíispani in his excellunt.—(Sarm. p. 179.)
Posteriormente D. Antonio Jimenez publicσ en Madrid una reducida colecciσn de re
franes escogidos, dispuesta por orden alfabético.—Imp. de Pierart Peralta, 1828.
(*) Para que no se me acuse de parcialidad en esta materia, advertiré que muchos
sabios extranjeros dan la preferencia á la lengua castellana, respecto de las demás lenguas
vivas, y algunos la confiesan sin rebozo superior á todas. Tales son entre otros, Isaac
Vossio (\); el alemán J. Zahn (2); el cardenal Bentivoglio (3); Julian Gotelini (4);
(1) Be poematu, eantu, et viribus rithm, p. 57.
(2) ¡Specula phys. mathèm.—T. 2. °
(3) Epist. ad Tob. Math. angl.
(4) Cartas à D. J. Sedeño.
( XÍÜII )
mismo que otros muchos animales; pero si quiere indicar un objeto
exterior y darle un nombre, la poca relaciσn que hay entre la pala
bra y la cosa, obliga al hombre á imitar con su voz, á lo menos
en cuanto puede, el sonido del objeto. Esto es lo que se llama onomatopeya, voz tomada del griego, que literalmente quiere decir formación del nombre, y que los latinos definían vox repercussa naturae;
pero solamente se aplica á los términos que pintan el sonido de la
cosa σ del objeto, y así, tanto la palabra onomatopeya, como su acep
ciσn particular, nos demuestran que este modo de formar los nombres fué el mas natural y por consiguiente el primero que empleo el
hombre para empezar á formar una lengua. Las voces onomatópicas son, pues, el principio y el fundamento de toda lengua primitiva.
La invenciσn de palabras destinadas á designar objetos exteriores,
6 lo que es lo mismo, la causa que obligσ á poner nombres á las
cosas, es de dos especies, mediata σ inmediata. Es causa mediata,
cuando la palabra se compone de otra ya inventada, y como estas
palabras así combinadas σ compuestas son las mas abundantes en
todas las lenguas, se ha dicho que no hay ninguna palabra que no
Napoli Signoreli; Pagnini; el P . Bouhours (1) : el autor du Génie des langues (2); el del
Discurso crítico acerca de los traductores de Tácito, que precede á su Moral, escrito por
Mr. Amelot (Z); el abate Pinche; Voltaire en varios lugaree de sus obras (4); D Alambert(5); los alemanes Bouterwek, J. J. Keil, J. Herder (6); ' Schaevius (7); A. Perosini (8); Simonde de Sismondi (9), &c, &c, &c. El P. Bouhours, hablando de las tres
principales lenguas derivadas del latin, las caracteriza de este modo; y acaso sin advertir
lo ni querer, caracterizσ en parte al mismo tiempo á las tres naciones que las hablan.—"La
"lengua espaρola, dice, es una orgullosa que anda, erguida la cabeza* ostenta grandeza y
"dignidad, y ama el fasto y la pompa en todas las cosas: la lengua italiana es una coqueta
"siempre aderezada y llena de afeites, que solo piensa en agradar y se divierte con frusle
r í a s : la lengua francesa es una gazmoρa, pero agradable, y que á pesar de su modestia y
"seriedad, nada tiene de áspero ni de incσmodo."
(1)
(2)
(3)
( 4)
(S)
(G)
(7)
(8)
(9)
Entret. d'Ariste.
Tom. 1.°
Pág. 39 y 40.
Principalmente en sus Mélanges¡
Harmonie des langues,
Hist. litt, y Colecc. depoes. esp.
De orig. linguar. et car. atribuí.
Cari, sobre la harm, délas leng. viv.
Litterat. du midi, fyc.
( XXIV )
provenga de otra; pero ahora no tratamos de las de esta especie. Es
inmediata la cansa, cuando se inventa la palabra imitando al objeto.
como se verifica en nuestras voces, balbuciente, borbollón, burbujear,
carcajada, cecear, chisporrotear, chiquichaque, murmurio, retumbo,
rimbombar, rechinar, silbido, susurro, tartamudear, zumbido, âçc. Las
voces de esta especie, formadas por imitaciσn directa de la cosa, son
verdaderamente primitivas y radicales, y no hay lengua alguna, an
tigua σ moderna, que no las tenga en mayor σ menor nϊmero, pero
de ellas unas son, por decirlo así, mas primitivas que otras.
Desde luego merecen particular.atenciσn las interjecciones que
no debemos mirar como simples gritos σ emisiones de voz, en lo cual
no nos diferenciaríamos de otros animales; sino tales cuales son en
nuestras lenguas formadas σ articuladas, en las que no las aprende
mos por imitaciσn; todo hombre las tiene naturalmente de sí y por
sí mismo; son voces, σ mas bien, expresiones radicales de un senti
miento natural comϊn á todos los hombres, y que todos, sin excep
ciσn alguna, manifiestan del mismo modo con muy corta diferencia,
porque las interjecciones no son voces solamente, sino algo mas, pues
que expresan el sentimiento que produce una cosa en nuestra alma,
y lo pintan por medio de una simple aspiraciσn, σ de una formaciσn
de sonido, σ del solo movimiento de un σrgano. Todas estas voces
son primitivas en todas las lenguas, porque pertenecen inmediata
mente á la fábrica general de la máquina orgánica, y al sentimien
to de la naturaleza humana, que en todas partes y en todos tiempos
es el mismo, en los grandes y primeros movimientos corporales.
Pero aunque las interjecciones son voces radicales, tienen muy
pocos derivados (*), porque no expresan objetos exteriores, sino afec
ciones interiores, y el hombre une, encadena y amalgama fácilmen
te las aprehensiones que le vienen de fuera, mas los movimientos de
su alma que están dentro de él, que pertenecen exclusivamente á
su propia existencia, y que son muy distintos y diversos, permane
cen en su alma aislados, cada uno en su clase, segϊn el género de
afecciσn que ha producido, y cuyo efecto, aunque permanente, ha
(*) La ϊnica voz genuina derivada de interjecciσn que he hallado yo en nuestra len
gua, es el verbo ayear, que significa repetir con frecuencia la exclamaciσn ¡ay! pero estoy
muy lejos de pretender que no se encuentren otros derivados de esta especie, solamente
por haberme impedido descubrirlos mi propia ignorancia.
( XXV )
sido repentino. El dolor, el temor, la sorpresa, la alegría, la duda,
la esperanzΏi, & c , nada tienen de comϊn entre si, cada uno de es
tos sentimientos es solo y ϊnico, 3^ su efecto en el alma ha sido des
de luego el que debía ser, sin que en él temra parte la voluntad ni
haya derivaciσn de sentimientos, ni conocimiento adquirido, ni com
binaciσn facticia. Y sin embargo, las interjecciones son onomatopeyas, y tal vez las primeras que empleσ el hombre para expresarse,
porque la entonaciσn de cada uno de los diverse* sentimientos dei
alma, tiene, digámoslo así, sus cuerdas propias y particulares en la
palabra para darse á conocer según son aquellos, y esta preferencia,
σ mas bien, esta relaciσn comϊn á todos los seres dotados de inteli
gencia, no es una relaciσn puramente convencional σ voluntaria",
como lo es comunmente la que existe entre las cosas y sus nombres,
sino una relaciσn verdaderamente física y de conformidad entre cier
tos sentimientos del alma y ciertas partes del instrumento vocal. La
voz del dolor, v. gi\, hiere las cuerdas bajas, y siempre es mas σ me
nos prolongada, aspirada, gutural σ profunda, como ¡ah! ¡ay! La
voz de la sorpresa siempre es rápida, semejante al sentimiento que
la produce, y se vale de un tono mas alto, como ¡oh! ¡eh! La del
contento se diferencia de ésta en ser por lo comϊn frecuentativa y
menos breve. La del disgusto, de la aversion, del tedio·, del asco,
& c , es casi siempre labial. La de la duda, del disentimiento σ del
recelo, es nasal, con la diferencia de que siendo la duda y el recelo
sentimientos inciertos, la voz que los expresa es prolongada; y al con
trario, siendo el puro disentimiento una impresiσn determinada y
una operaciσn pronta del alma, su expresiσn debe ser breve. El so
nido nasal (propio de la n, y mas cuando la precede la i) pertenece
naturalmente á la negaciσn, como lo prueba nuestro adverbio no:
ademas, en la lengua latina y en todas las que se derivan de ella, la
idea primitiva, σ lo que es lo mismo, la negaciσn absoluta, se expre
sa por la voz nasal in, como ingrato, indómito, innoble, inmundo, Sçc.
Después de las interjecciones que debemos mirar como las prime
ras onomatopeyas que produjo la voz humana, vienen las voces que
inventσ el hombre en un principio para designar ciertos animales
y ciertas cosas necesarias á su existencia, y ya que seria muy pro
lijo y ageno de este lugar descender á explicaciones circunstancia
das acerca de la formaciσn de todas las onomatopeyas, bastará decir
D
( XXVI)
que todas ellas son primitivas y mas limitadas en su significaciσn,
que cualquiera otra voz, porque todas expresan cosas que aunque
están fuera de nosotros, esto es, aunque son objetos exteriores, no
inspiran por su propia naturaleza, ideas capaces de muchas modifi
caciones; y no las inspiran porque la sensaciσn que causan no per
tenece á las afecciones del ánimo: por consiguiente las onomatopeyas de esta especie deben producir muy pocas voces sinónimas (*).
3.°
No todas las onomatopeyas expresan sonido: las hay que indican
movimiento, figura, sensaciσn, accidentes, & c , corno vaivén, relámpago, titilación, dentellear, rodar, deslizarse, Scc, las cuales no pintan
la cosa directamente, sino por medio de una operaciσn de la memo
(*) Las principales onomatopeyas con que nuestra lengua expresa la voz de ciertos
animales, son estas—
Ladrar
El perro.
El jabalí.
Maullar
El
gato adulto.
\ El perro enojado, cuando
Arrufar
Mayar
El
gato joven.
enseρa los dientes.
Mugir
El
buey.
Arrullar . . . . . . La paloma.
Piar
El
pollo.
Aullar
El lobo.
Pipiar
El pichσn.
Balar
La oveja.
Berrear
El becerro y el carnero.
El ciervo cuando respon
Rebramar.
Bramar
El toro.
de á la hembra.
Bufar
El tigre.
El jabalí', y principalmen
Cacarear
La gallina.
Rebudiar.,
te la jabalina.
Cuchichiar . . . . La perdiz y la codorniz.
Rebuznar
El burro adulto.
Cloquear
La gallina clueca.
{ Las aves, unas á otras en
Crascitar
El cuervo.
Reclamar
Croajar
El grajo y las ranas.
su especie.
Chacharear.... La urraca.
Refunfuρar.
,E1 gato montes.
Charlar
El guacamayo.
Relinchar
El caballo.
Chillar
El raton.
Rezongar . . . . .El lobo.
Gaρir
La zorra.
Roncar
El gamo.
Garrir
La cotorra.
Roznar
El burro joven.
Gaznar
El pato.
Rugir
El leσn.
Gorjear
El jilguero.
Silbar
La serpiente.
Graznar
El cisne y el buitre.
Susurrar
Las abejas.
Gruir
La grulla.
Trinar
El ruiseρor.
Gruρir
El cerdo.
Ulular..·.
El buho.
Jadear
El perro cansado.
Zumbar
El mosquito.
De las onomatopeyas castellanas de otra especie he logrado reunir hasta ahora mil seiscientas veinte y una; y movido del deseo de contribuir en cuanto pueda, á hacer brillar
las riquezas de nuestra lengua, me propongo publicarlas en forma de diccionario, con
tando con 1st indulgencia de los literatos y de todas las personas instruidas.
Arruar
( XXVII )
ria, por lo que podemos llamarlas de comparación, pues nos hacen
recordar el objeto que nos ministra la idea primitiva, para compa
rar con ella la secundaria σ derivada, v. gr., la voz vaivén significa
un movimiento encontrado, de un lado á otro, σ de atrás á delante;
pero no significaría esto, si no nos obligara á acordarnos instantá
neamente y sin advertirlo, de la acciσn de ir, y de la de venir, y si
al mismo tiempo no se fijara cuanto es posible la imitaciσn de la
cosa, adecuando ä ésta las articulaciones, como lo hacen los dos mo
nosílabos va y ven, no menos prontos y cortos que el movimiento que
expresan. Esta analogía constante entre el modo de ser de la cosa
y la estructura material de la palabra que la expresa, es de la ma
yor importancia para las investigaciones etimolσgicas, y depende
tanto de las letras características, como de su combinaciσn, y de la
acentuaciσn de las sílabas. Así, en la voz relámpago, v. gr., la onomatopeya consiste primeramente en la sílaba re, cuyo sonido recio, fuerte y vibrante nos hace concebir la idea del ruido; después, en la sí
laba lamp, que se produce por un solo sacudimiento de la lengua al
pronunciar la vocal a, y cortando este sonido casi al mismo tiempo,
por medio de la simple presiσn de los labios,' que nos obliga á ejecu
tar la combinaciσn de las dos labiales mp: y de este modo nos dá
aquella sílaba la idea de la rapidez por la ligereza con que move
mos la lengua para pronunciar las tres letras amp reunidas. Sigue
la onomatopeya en las dos ϊltimas sílabas α go, de las cuales la pri
mera por su combinaciσn con la p, produce un sonido forzado, se
mejante á un estallido, y hace que la ϊltima sílaba go resulte tan
breve corno puede serlo una sílaba en que no se quiere emplear fuer
za alguna. Por ϊltimo, la onomatopeya queda perfecta con la acen
tuaciσn que damos á la palabra relámpago; pues en la combinaciσn
de toda ella, la sílaba re con que empezamos á pronunciarla, nos da
ademas la idea del ruido, de la repetición (que es propia de esta sí
laba en nuestra lengua); y la fuerza y la tardanza con que apoyamos
la entonaciσn de la voz en lamp, juntas á la prontitud con que emi
timos naturalmente las dos ϊltimas sílabas ago, que van deslizándo
se por decirlo así, hasta desvanecerse el sonido de la ϊltima, nos ha
cen formar una comparaciσn instantánea, esto es, la idea de una cosa
ruidosa, movible, pesada en uno de sus extremos, ligera y débil en el
otro, y que éste se agita ó vibra con velocidad, á la manera de lo
( XXVIII )
que sucede, v. gr, en una espada delgada, cuando la sacude con
fuerza una mano robusta. Lo mismo respectivamente podemos de
cir de la voz titilaciσn: la sílaba ti compuesta del sonido golpeador
de la dental t, y del de la vocal i que es el mas agudo que puede
formar la voz humana, conviene á todo ]o pequeρo, delgado y lije
ro (*). La repeticiσn de esta sílaba trae ala memoria la repeticiσn
del movimiento de cualquier objeto material que tenga aquellas cua
lidades, y haciendo nuestro entendimiento por este medio una com
paraciσn repentina, empleamos la palabra titilaciσn para expresar h
sensaciσn que nos causa interior σ exteriormente cualquier movi
miento acelerado, suave y agradable.
4.a
En las investigaciones etimolσgicas hacen el principal papel los
sonidos radicales, esto es, aquellos sonidos que por necesidad han de
dominar en todas las voces que pertenezcan mediata σ inmediatar
mente á una idea primordial, y esta es la principal base de la etimo
logía, porque abraza la forma y la relaciσn de las palabras, las cua
les son los signos materiales que deben darnos á conocer las ideas.
Estos sonidos radicales pertenecen á determinadas letras, ya solas,
ya unidas, que indican la relaciσn, analogía σ.dependencia del sig
(*) Esta es la razσn porque nuestros diminutivos acaban en ito, é ita; ico, é ica; Mo
é illa. En todas estas terminaciones domina la característica i, signo, como hemos dicho,
representativo de lo pequeρo, diminutp, ligero, &c.—La correspondencia de los sonidos de
las vocales con los tonos mϊsicos, lejos de ser indiferente como podria parecer, es de
suma importancia para el estudio del mecanismo de las lenguas. (Véase la preciosa obra
intitulada, Sistema musical de la lengua castellana, impresa en Barcelona, aρo 1832.)—
En general puede tomarse por regla la siguiente comparaciσn:
o.... corresponde al
bajo.
u
a l . . . . . . . . . barνtono.
a
al
tenor.
e
al
contralto.
i
al
tiple.
Esta correspondencia musical y las combinaciones que admite, llegan á ser caracterνs
ticas en las voces, lo mismo que lo son las letras, y en ella consiste nada menos que la
eufonía de nuestra lengua.
( XXIX )
niρeado (por cuya razσn se llaman letras caracterνsticas), y hacen
que los sonidos sean simples σ combinados. Los primeros pertene
cen á las vocales; los segundos á las consonantes. La naturaleza
nos demuestra que el hombre en su infancia, empieza á caracterizar
las voces por medio de los sonidos mas simples y naturales, cuales
son los de las vocales, y entre ellas la a especialmente. E n segui
da caracteriza los acentos figurándolos con las partes, cuyo movi
miento le es menos difícil; desde luego con los labios, después con
la garganta, y de este modo empieza á emplear los sonidos combina
dos mas fáciles, esto es, los labiales que se forman con solo pronun
ciar cualquiera letra vocal uniendo y separando alternativamente los
labios al mismo tiempo. Así es que en todas las lenguas, las sílabas
ab, ha, pa, ma son las primeras que pronuncian los niρos, y que com
binadas después del modo mas natural, producen las voces mama,
papa, raices primordiales, creadas por la misma naturaleza humana,
y cuya apariciσn es, como dicen los filσlogos, una consecuencia ab
soluta de esta verdad física, el hombre habla.
Si seguimos el camino que nos muestra la naturaleza, llegaremos
á ver que el hombre naturalmente denomina cada σrgano de la pa
labra segϊn la inflexion, el movimiento σ el· carácter propio de este
mismo σrgano. E n esta clase de palabras se ve que la caracterνs
tica radical es la misma letra propia y conveniente al σrgano signi
ficado por el nombre; y aunque después se hayan dado otras deno
minaciones á estos σrganos, la naturaleza ha sido siempre la ouia
que maquinalmente las ha determinado, y por lo mismo debemos
mirarlas como voces necesarias, pertenecientes á la lengua primiti
va nacida de la conformaciσn humana. Sirvan de ejemplo las in
flexiones guturales ga, go, gu: en ellas la característica g, no sola
mente ha sido la raiz del nombre dado al σrgano, y á lo que á este
pertenece, sino también la de otras muchas voces que expresan σ
pintan un ruido mas σ menos semejante al que produce el σrgano
cuando pronuncia la característica g. Así, este σrgano se llama en
castellano gorja, garganta, σ garguero; en italiano, gola: en francés,
gorge; en inglés, gullet; en alemán, gurgel; en latin, guttur; en grie
go, glottis; en hebreo, gharon, Sçc. Entre las infinitas voces que tie
nen conexiσn con este nombre, σ que se derivan de él, σ que imitan
σ indican el sonido propio de la garganta, puede α citarse gaznate,
( XXX )
gañote, cogote, garganta, gargantilla, guνa, goloso, ahogar, glotσn,
gorjear, gorgnera, golilla, gola, gargajeo, trago, agonνa, angina (*)·,
angustia, &c., & c , y otras por analogía σ comparaciσn de ideas,
como golfo, gruta, grotesco, σrgano, angosto.
Lo mismo sircede respecto de los sonidos caracterνsticos combi
nados. E l de la combinaciσn st, v, gr., refiere la idea á la firmeza,
á la fijaciσn, á la presencia actual σ inmediata. Si pronunciamos
estas dos consonantes solas, sin agregarles el sonido de ninguna vo
cal, produciremos un sonido particular que es una verdadera inter
jecciσn, la cual expresa un deseo σ una voluntad, y la empleamos
para hacer callar á una persona repentinamente, ϊ obligarla á per
manecer en estado de inmobilidad. Con mas σ menos extension ex
presan las ideas arriba indicadas, las voces estar, estado, estabilidad,
consistencia, asistencia, constancia, estanque, estrella, estatua, astro,
estructura, construcciσn, estupor, persistir, & c , y en la lengua lati
(*) Permítaseme aprovechar la oportunidad que me ofrece la voz angina (escrita
con g y no con;') para hacer ver que la ortografía no es arbitraria ni carece de funda
mento. Hay razones para que cada palabra tenga precisamente las letras que tiene y no
otras: alterar éstas de cualquier modo, sin mas motivo que el capricho, es desfigurar la
pintura, y por consiguiente impedir que sea conocido el objeto que ella representa. Véase,
por.ejemplo, lo que se dice de las letras a, b, c, l, en los artículos Alma, Beso y Claustro,
de este Diccionario. Si no se respeta la etimología, llegará tiempo en que sea casi imposible
descubrirla y mas aun el verdadero significado de las voces, y acaso llegaremos á conce
bir lo contrario de lo que estas expresan, como puede suceder principalmente en las que
se derivan de otras lenguas, v. gr., exotιrico, quiere decir lo pϊblico, σ lo que está fuera;
esotιrico, lo secreto, σ lo que está dentro: geologνa significa ciencia de la tierra; jeologνa
quiere decir ciencia del tiro, o de dispara?; porque la etimología de esta ϊltima palabra,
escrita con;;, es la voz griega ieoo, yo disparo, ό lanzo; y la de la palabra anterior, escri
ta con g, es geo, la tierra. La terminaciσn logia reconoce por raiz logos, discurso; y aque
lla misma terminaciσn, escrita con; tiene por raiz loi, de loibomai, hacer libaciones σ sa
crificios. Véase cuan grande y trascendental es la diferencia de las ideas que nos pintan
en estas voces las letras <?,;', s, x. Podrá si se quiere ser indiferente poner una letra por
otra de igual sonido, en ciertas palabras, como mujer,, jilguero, ajeno, jeringa, herraje, jeta,
lijero, quejido, fyc, porque en ellas no se altera la ortografía de modo que cause duda σ
error; pero respétense las caracterνsticas radicales que como en angina, sirven de guia al
entendimiento para descubrir la verdad. No parecerá inoportuna esta advertencia á las
personas que hayan notado la espantosa y lamentable anarquía ortográfica en que de al
gϊn tiempo á esta parte procuran sepultarnos muchos ignorantes, para quienes es mas
cσmodo corromper la lengua y despojarla de su noble carácter, que dedicarse á estudiar
la y á conocer los fundamentos en que se apoyan sus reglas.
( XXXI )
na, origen de la nuestra, stare, stabilire, stips, stupidus, stamen t
stagnum, stellae, strenuus, constans, Sçc.
He aquí el gran secreto de la ciencia etimolσgica; buscar la ca
racterνstica de cada voz (sin olvidar que esta caracterνstica puede
consistir en sonidos simples, σ en combinados, esto es, en letras so
las σ en sílabas),é ir subiendo con las investigaciones basta descu
brir con certeza, σ por deducciσn la analogía que puede haber en
tre la palabra cuyo significado se busca, y el significado de la voz
primitiva. Entonces se ve si la voz pinta la cosa por la impresiσn
que esta hace en los sonidos; si expresa diversidad de modos de ser
aquella; σ ciertas y determinadas modificaciones, ya déla cosa mis
ma, ya del efecto que esta produce en el ánimo, & c , y entonces será
fácil fijar el significado de las voces, y por consiguiente, la diferen
cia que hay entre las que á primera vista parecen sinσnimos perfec
tos. Pero debe tenerse por regla general é invariable que en la elec
ciσn de etimologías, si llega el caso de haber de elegir entre varias',
deben preferirse siempre las físicas á las histσricas y morales, y de
unas y otras, las mas conformes con la naturaleza.
DICCIONARIO
DE
SINΣNIMOS CASTELLANOS.
Α Β Α
ABA
primero considera al
cuerpo con relaciσn á la altura en que
se halla, sin relaciσn á otro cuerpo; el
segundo le considera con relaciσn á la
situaciσn en que está, respecto de otro
cuerpo; esto es: está abajo lo que, en una
altura determinada, está en un lugar in
ferior, aunque no haya otro cuerpo ar
riba; está debajo lo que tiene encima, σ
sobre sí otra cosa.
" E s menos penosa la cuesta acia abajo, que acia arriba." "Hoy no ha pi
cado ningϊn pez, porque todos se han
quedado abajo." "Se quedσ abajo-, no
quiso subir." "Está debajo de la mesa."
"Lo tiene debajo àel pié." Basta subs
tituir una voz por otra en estos ejem
plos, para conocer la propiedad con que
explican respectivamente las ideas á que
corresponden.
ABAJO, DEBAJO.—El
(L. de la Huerta.)
DEJAR.Podemos abandonar
una cosa sin dejarla, y al contrario, po
demos dejarla sin que la abandonemos.
Abandonar, expresa el acto de la vo
luntad por el cual nos resolvemos á no
volver á tomar interés por tal σ cual
cosa, á no hacer aprecio de ella, á mi
rarla con indiferencia, y á no alterar el
estado que tiene.
Dejar, supone separaciσn σ despren
dimiento, pero sin desprecio de la per
ABANDONAR,
sona σ cosa á quien se aplica.—-Dejé la
casa porque su dueρo la tenia abandonada; esto es, "me separé de la casa,
cesé de habitarla, porque su dueρo no
la cuidaba ni atendía."—"ΏSeráposible
que me dejes abandonado á mis temo
res?"
Abandonar, nos hace concebir la idea
de las consecuencias físicas y morales
del abandono; dejar, nos da una idea li '
mitada á la separaciσn material en lo fí
sico, σ á un simple consentimiento de
la voluntad en lo moral, como cuando
decimos, "deja el libro sobre la mesa."
—"Dejemos eso para otra vez."—"Déjame hablar."—Déjame en paz."—"No
deje vd. de hacerlo."
Llamamos dejado al hombre que no
cuida de su aseo personal, σ del arre
glo doméstico de su casa, por pura ne
gligencia; pero si ademas de esto, des
precia su propio interés, y se entrega á
la ociosidad σ á los vicios, descuidando
su hacienda, su conveniencia σ sus obli
gaciones, decimos que es abandonado.
Del verbo dejar se deriva el sustanti
vo dejadez, que expresa perfectamente
la falta de voluntad, σ de energía para
obrar de tal σ cual modo en lo que inte
resa particularmente á nuestra persona.
—V. Desamparar.
(G, de la Cortina,)
ABO
ABDICAR,
HACER
( 4 )
DIMISIΣN.—Significan
en general dejar un empleo, un cargo.
Abdicar, no se dice sino de puestos de
consideraciσn, y ademas supone dejaciσn
voluntaria, en vez de que la dimisiσn
puede ser for2ada, y aplicarse también,
á empleos grandes y pequeρos.
Cristina, reina de Suecia, abdicσ la
corona. Eduardo II, rey de Inglaterra,
se vio forzado á hacer dimisiσn del rei
no. Felipe V , rey de Espaρa, hizo vo
luntariamente dimisiσn en favor del prín
cipe su hijo.
(March.)
A B O M Í N A B L E , DETESTABLE, E X E C R A B L E .
— L a idea primitiva y positiva de estas
palabras, es una calificaciσn de lo malo
en sumo grado. De manera, que no son
susceptibles de aumento ni de compara
ciσn, sino en el caso en que se quiera
dar al objeto calificado el primer lugar
entre todos aquellos á quienes pueda
convenir el género de calificaciσn. Así
es, que se dice, el mas abominable de
todos los excesos; pero no se diria un
exceso muy abominable, ni mas abomi
nable que otro. Como ellos expresan
por sí mismos todo lo mas fuerte, exclu
yen todas las modificaciones que pue»·
den hacerse en la mayor parte de los de
mas epítetos; y en esto son sinσnimos.
Su diferencia consiste en que lo abo
minable parece hacer relaciσn mas di
recta á las costumbres; lo detestable al
gusto, y lo execrable á la conformaciσn.
Lo primero denota una obscena corrup
ciσn; lo segundo, designa maldad σ de
pravaciσn; y lo ϊltimo, expresa una e x
trema deformidad.
Los que tienen una devociσn supers
ticiosa pasan al libertinaje, y comun
mente se encenagan en él, hasta en lo
que hay mas abominable. U n manjar
tenido hoy dia por detestable, se sacaba
en tiempo de nuestros antepasados en
las mejores mesas. Las riquezas her
ABO
mosean á los ojos de un hombre inte
resado, la mas execrable de todas las
criaturas.
(Mardi.)
A B O M I N A B L E , DETESTABLE, E X E C R A B L E .
—Abominable, se compone de la prepo
siciσn ab, de la voz ornen, agüero, pre
sagio; y de la terminaciσn able, que es
la latina bilis, y que significa la fuerza,
la capacidad, la facultad de ser σ venir
ά ser tal cosa; lo que es propio, á pro
pσsito para hacer σ para ser hecho.
Abominable es lo que no es ominable, lo
que no es bueno para los presagios, lo
que es de mal agüero. La abominaciσn
es propiamente el acto por el cual se
conjuran los presagios funestos. De
testable, se compone de la preposiciσn
negativa de, del verbo, testan, testificar,
y de la terminaciσn able. Designa lo
no testable, aquello de que no se debe
testificar, aquello que merece un testi
monio no favorable. Execrable, se com
pone de la preposiciσn exclusiva ex, del
adjetivo sacer, sagrado, y de la termi
naciσn able. Significa lo que debe es
tar fuera de lo sagrado, lo que está fue
ra de ello, el que atropella y viola las
cosas sagradas. Una cosa σ acciσn que
amenaza, que es siniestra, que excita el
terror, la aversion, es abominable. Lo
esencialmente malo, insoportable, que
excita el odio, es detestable. Lo que es
sacrilego, impío, contrario á las leyes
divinas y humanas, que excita el hor
ror, la indignaciσn, es execrable. P r o
curamos alejar de nosotros, disipar lo
abominable; hacer que se condene, que
se proscriba lo detestable; que se persi
ga, que se aniquile lo execrable. E l im
bécil Claudio, especie de mujer, gober
nado por rameras, es un príncipe detes
table. Catilina, conjurado contra su pa
tria con toda la fuerza de los vicios for
midables, auxiliado de prendas grandes,
es un ciudadano abominable. Cromwel
ACΣ
ACÁ
( δ )
Como las acciones de estos dos ver
con el Evangelio en una mano, y con la
bos son por lo general inseparables, es
espada en la otra, derribando el trono y
poco perceptible su diferencia ; pero
degollando á su rey por mano del ver
para distinguirla basta buscarla en un
dugo, es un vasallo execrable. La ava
ejemplo, en el cual lo que se acaba sea
ricia que mancha todas las virtudes, es
precisamente la acciσn de otro verbo.
un vicio detestable. La hipocresía que las
Maρana acabarι de escribir. No aca
remeda, es un vicio abominable· El fa
ba de llorar. A las doce acabσ de cor
natismo que mira como virtud el violar
rer. Acaba de salir, de volver, de en
en nombre del cielo todas las leyes de
trar. En ninguno de estos ejemplos se
la naturaleza, es un vicio execrable. Es
puede usar sin impropiedad del verbo
tas tres voces se usan en un sentido mas
concitar, porque no se trata directamen
lato para designar los diversos grados
te de una cosa finalizada y completa por
de exceso de una cosa mas mala; y en
medio de la conclusion, sino puramente
este caso abominable dice mas que de
de una acciσn que cesa; del término y
testable; y execrable dice mas que abo
fin á que llega, no la cosa concluida, sino
minable.
(A. Cienfvegas,)
la operaciσn con que se concluye.
dos pala
bras son de poeo uso, á no ser en tiem
po presente; é indican igualmente sen
timientos de aversion, de los cuales el
uno es efecto del orden natural σ de la
inclinaciσn del corazσn, y el otro, de la
razσn y del juicio.
Se aborrece todo aquello que no se
puede sufrir, y que es objeto de antipa
tía. Se detesta lo que se desaprueba y
se condena.
(L. de la Huerta.)
ABORRECER, DETESTAR.—Estas
El enfermo aborrece los remedios; el
desgraciado detesta el día de su naci
miento.
Alguna vez se aborrece lo que seria
ventajoso amar: y se detesta lo que se
estimaría) si se conociese mejor.
El hombre de gran corazσn aborrece
todo lo que es bajeza y cobardía. Una
persona virtuosa, detesta todo lo que es
crimen é injusticia.
(March.)
representa
la acciσn de llegar al término σfinde
una operaciσn; concluir, representa la
acciσn de dejar la cosa completa. Hoy
se acaba mi fatiga. Hoy se concluye la
casa.
\
ACABAR, CONCLUIR.—Acabar
equiva
len á aumentar la velocidad, la diligen
cia, el movimiento, con el fin de con
cluir con mas prontitud una operaciσn;
pero apresurar da idea de un cierto des
orden, de una prisa dirigida sin regla
ni concierto al fin. El verbo acelerar
no supone por sí solo está idea; su ac
ciσn parece mas bien efecto de la con
fianza de llegar antes al fin, mediante
el aumento de velocidad y diligencia;
la del verbo apresurar parece mas bien
el efecto del apuro, de la desconfianza,
del temor de no poder llegar al fin.
El muchacho que ha malgastado el
tiempo en jugar, apresura, escribe atro
pelladamente la plana por el apuro en
que se halla, y por el temor del castigo.
Cuando se trata de alcanzar á algu
no, σ llegar á tiempo, decimos: no hay
que apresurarse, basta acelerar el paso
lo preciso para conseguir el fin; pero
sin apuro, sin temor de que nos falte
tiempo.
Apresurar es el exceso de acelerar.
ACELERAR, APRESURAR.—Ambos
(L. de la Huerta.)
ACCIΣN, ACTO.
Acciσn se dice indiferen
ACL
( 6
temente de todo cuanto se hace, sea
comϊn σ extraordinario; y acto, sola
mente de lo que se hace notable.
Por sus acciones, mas que por sus pa
labras, descubre uno los sentimientos
de su corazσn. Es un acto heroico el
perdonar al enemigo, cuando se halla
uno en estado de vengarse de él.
E! sabio se propone un buen fin en
todas sus acciones.
Los príncipes deben seρalarse en las
diferentes épocas de su vida, con actos
de virtud y de grandeza.
Se dice una acciσn virtuosa; una bue
na σ mala acciσn; pero no se dirá un
acto de virtud, un acto de bondad.
Hácese una buena acciσn ocultando
los defectos del prσjimo; y es segura
mente el acto mas raro de caridad en
tre los hombres.
(March.)
significaciσn
de estos dos verbos es dar luz á una
cosa cualquiera.
ACLARAR, ALUMBRAR.—La
Aclarar prescinde de los medios, y
puede hacerse indirectamente, como
quitando los estorbos que se oponían
al paso de la luz, σ reuniendo los rayos
de ésta por medio de vidrios y rever
beros.
Alumbrar es aclarar directamente a
plicando la luz sobre el objeto; por es
to los hombres, que aclaramos una co
sa de varios modos, no podemos alum
brarla sino por medio de la luz artifi
cial.
Aclarar considera mas la visualidad
de los objetos: alumbrar atiende mas á
la materia de la luz: esto es, el prime
ro considera la luz como pasiva y exis
tente en los objetos; el segundo la con
sidera como activa, y dirigiéndose acia
ellos.
El sol, la luna, las estrellas aclaran
la tierra, es decir, la ponen clara, dejan
ver los objetos; la alumbran, es decir,
ACΣ
dirigen sus rayos acia ella, le comuni
can su luz.
Consiguiente á esto el uso castella
no ha llamado lumbre á la materia de la
luz (*), y claridad al efecto de esta
con relaciσn á nuestra vista. Así es
que un pedernal da lumbre aunque no
dé luz ni claridad. Así es que llama
mos lumbreras á los cuerpos luminosos.
Consiguiente también á lo dicho, se
llaman claros los líquidos transparentes,
y en general, todo cuerpo al través del
cual pueden pasarlos rayos de luz, co
mo los tejidos, los cristales &c.—V.
Alumbrar, iluminar.
(Jormma.)
voces son
en el sentido metafσrico lo que en el
sentido recto, alumbrar, iluminar.
Se aclara una proposiciσn obscura
para que se entienda: se ilustra con
ejemplos σ con notas lo que se quiere
presentar con mayor claridad, para que
se perciban sin trabajo todas sus cir
cunstancias y relaciones. Se aclaran
las verdades: se ilustran los hombres
con sus hechos. Un entendimiento cla
ro es el que ve lo bastante: un enten
dimiento ilustrado es el que está ador
nado de conocimientos. La claridad
de aquel se llama luz natural: la ilustra
ciσn de éste se llama luces; siempre
consiguiente en que ilustrar, lo mismo
que su propio iluminar, supone mayor
luz de la que se necesita para ver.
ACLARAR, ILUSTRAR.—Estas
(Jonama.)
que busca
recurso, ayuda σ protecciσn, se acoge á
la. persona que puede dársela: el que
huye un peligro y busca resguardo σ
ACOGERSE, REFUGIARSE.—El
(*) En otras lenguas no tiene nombre este principio,
lo que viene á ser una inconsecuencia en la nomenclatu
ra química, pues distinguiendo el calor de la materia que
lo produce, exige la analogía que se haga igual distinciσn
entre la luz y su materia, como realmente se verifica en
la lengua castellana.
ACT
( 7 )
ADU
asilo, se refugia; y ambas palabras se ADIVINO, P R O F E T A — E l adivino descubre
usan de este modo, tanto en sentido
lo que está oculto. El profeta predice
recto, como en figurado, sin que pueda
lo que debe suceder. El primero tiene
emplearse una por otra sin faltar á la
por objeto lo pasado y lo presente: el
propiedad: así lo prueban estos ejem
segundo lo futuro.
plos. Los griegos refugiados en Fran
Un hombre bien instruido y que co
cia hallaron en esta naciσn la mas ge
noce la relaciσn que tienen con los mo
nerosa acogida.—Para salir de la difi
vimientos del alma los mas leves indi
cultad, se acogiσ al sentido literal.—
cios exteriores, es tenido fácilmente en
La tempestad se nos echaba encima,
tre muchos por adivino. Un hombre
y no veíamos donde poder refugiarnos.
sabio que ve las consecuencias en sus
—Si vd. no me acoge benignamente,
principios, y los efectos por sus causas,
Ώen dσnde hallaré un refugio!—V. Re
puede hacer que el pueblo le tenga por
fugio, asilo.
profeta.
(O. de la Cortina.)
postura es una
manera momentánea de poner el cuer
po.
La actitud es una posiciσn duradera.
ACTITUD, POSTURA.—La
(March.)
diligencia, la pron
titud, la viveza con que se emplean los
medios para conseguir un fin, σ con que
obran las causas para producir los efec
tos, constituyen la actividad y el ca
rácter de activo.
La virtud, la fuerza, la calidad pode
rosa de los medios σ de las causas mis
mas, constituyen la eficacia y el carác
ter de eficaz.
ACTIVO, EFICAZ.—La
Un remedio activo obra prontamen
te, produce sin dilaciσn su efecto: un
remedio eficaz obra poderosamente, con
fuerza, con seguridad.
Un hombre activo no logra siempre
lo que desea, si no sabe emplear los me
dios mas eficaces para ello.
La actividad de un discurso sorpren
de, y no da lugar á la duda; su eficacia
persuade y convence, y saliendo al pa
so á la duda, la destruye y disipa.
El procurador debe ser activo; el
abogado debe ser eficaz.
(L. de la Huerta.)
(March.)
El lisonjero es
mas fino que el adulador. Éste lo alaba
todo, y sacrifica sin arte ni rebozo, su
propia opinion, la verdad, la justicia, y
cualquiera otro respeto, al objeto de su
adulaciσn. El lisonjero da mas aparien
cia de verdad á su alabanza, persuade
con mas sagacidad, se vale de medios
mas eficaces, y muchas veces indirec
tos, y se insinϊa con mas destreza en
el ánimo de la persona lisonjeada.
ADULADOR, LISONJERO.—
Un hombre prudente debe despreciar
la adulaciσn y temer la lisonja; porque
aquella solo puede inclinar un ánimo
bajo y despreciable; pero ésta sabe em
plear con mas arte la fuerza irresistible
de nuestro amor propio.
La adulaciσn es siempre directa, la
lisonja puede no serlo. El desprecio
de la virtud suele servir de lisonja al
vicio: el de una hermosura suele serlo
Φ de una fealdad: la conformidad de
gustos lisonjea los del incauto, y le in
clina al aprecio del lisonjero.
Por este mismo principio llamamos
lisonjeras á las palabras que persuaden
y no aduladoras, y usamos con preferen
cia del verbo lisonjear para explicar lo
que satisface á nuestro gusto, lo que
cautiva nuestro corazσn, lo que nos ins
pira confianza.
AGR
AFI
( 8 )
Se lisonjean los sentidos con la apa AFRENTA, INSULTO,ULTRAJE.—La afren
ta es un dicho σ hecho, de que resulta
riencia del deleite: se lisonjea el deseo
deshonor σ descrédito: ofende mucho y
con la esperanza; y así decimos: me li
mortifica sumamente á los que son de
sonjeo del buen éxito de este negocio;
licados en el honor.
se lisonjea vanamente de ello; y no, me
adulo, σ se adula de ello.
El insulto es un acontecimiento de
(L. de la Huerta.)
obra σ de palabra, repentino σ violento.
El ultraje, aρade al insulto un exceso
ADVERTIDO, AVISADO. — Examínense
de violencia que irrita.
aquí estas voces en el sentido de sagaz,
No es reparar su honor el acudir al
capaz, astuto.
juez por una afrenta recibida. Los hom
La calidad de advertido, es análoga al
bres de bien jamas sufren insulto de na
talento; la de avisado, al ingenio.
die. Es difícil decidir en qué ocasiσn
La penetraciσn en los juicios, la pru
es mayor el ultraje, σ cuando se quita
dencia en la desconfianza, la solidez en
al sexo por violencia lo que rehusa, σ
la precauciσn, son propias del adverti
cuando so desecha con desden lo que
do. La. viveza en la penetraciσn, la sa
ofrece.—V. Agravio.
gacidad en la desconfianza, la agudeza
(March.)
en la cautela, son propias del avisado.
El advertido se precave contra el AGRADECER, RECONOCER. — Agradecer,
error: el avisado contra el engaρo.
supone la estimaciσn que hacemos del
Los hombres suelen ser mas adverti
beneficio recibido. Reconocer, supone
dos que las mujeres; pero las mujeres
la obligaciσn que nos imponemos de
son, por lo comϊn, mas avisadas que
corresponder á él.
los hombres.
Se agradece un regalo de poca mon
No se desconfia tanto un hombre ad
ta, un obsequio, un saludo. El recono
vertido de sus mayores enemigos, como
cimiento seria excesivo para correspon
una mujer atusada, de sus mayores
der á estas frioleras; así como seria poco
amigas.
enérgica la simple expresiσn de agrade
(L. de la Huerta.)
cer una acciσn generosa que nos ha sal
vado la vida, á que debemos estar « £
AFIRMAR, ASEGURAR.—Se afirma con sσ
msKäsamB reconocidos,
lidos fundamentos σ con buenos apoyos,
(L. de la Huerta.)
para que la cosa se sostenga y resista á
AGRAVIO, OFENSA.—El agravio atropella
los impulsos y á los ataques.
nuestro derecho; la ofensa aρade al agra
Se asegura por la consistencia de la
vio
el desprecio σ el insulto. El que
posiciσn σ por lazos que sujetan, á fin
tiene derecho á un ascenso que no ha
de que la cosa esté fija sin vacilar.
conseguido, se cree agraviado; si á este
En sentido figurado, la evidencia de
agravio se ha aρadido un desprecio de
las cosas y la fuerza del entendimiento,
su
mérito, σ una declaraciσn de su in
afirma al sabio en su modo de pensar
suficiencia, se cree ofendido.
contra las preocupaciones de los erro
Para el agravio es preciso que haya
res del vulgo. La equidad y las leyes,
injusticia ; para la ofensa basta que
son los ϊnicos principios en que uno
haya insulto, aunque no haya injusticia.
debe asegurar su conducta; los ejemplos
Aquel
nos perjudica tal vez sin afren
podrán á veces justificarla; pero no la
tarnos; ésta nos afrenta siempre σ nos
impiden que varíe.
humilla.
(March.)
AGR
ΐGR
( 9 )
"con mano armada, y dándole de palos,
No agravia el que dice de uno, que es
tuerto, cuando realmente lo es, porque
"pone mano á la espada, y hace su de
en decir aquella verdad no hay la injus
"ber; pero la muchedumbre de los con
ticia que exige el agravio para serlo;
trarios se le opone, y no le deja salir
pero le ofende el que se lo dice σ se lo
"con su intenciσn, que es de vengarse:
recuerda, porque insulta su amor pro
"éste tal queda agraviado, pero no
pio y le humilla. Por eso se disimula
"afrentado. Y lo mismo confirmará
el agravio mas fácilmente que la ofensa,
"otro ejemplo: está uno vuelto de es
no obstante que aquel nos causa un per
"paldas, llega otro y dale de palos, y
juicio efectivo, privándonos realmente
"en dándoselos, huye y no espera, y el
de lo que nos pertenece; y ésta solo
"otro le sigue y no le alcanza; éste que
nos incomoda con un perjuicio fundado,
"recibiσ los palos, recibiσ agravio, mas
por lo regular, en la opinion σ el capri
"no afrenta; porque la afrenta ha de
cho; porque la ofensa choca directamen
"ser sustentada. Si el que le dio los
te con nuestro amor propio, que no per
"palos, aunque se los dio á hurta cor
dona con facilidad, ni mira como leves
"del, pusiera mano á su espada, y se
los insultos.
"estuviera quedo, haciendo rostro á su
"enemigo, quedara el apaleado agravia
De un hombre que baila bien, sin ha
a
do y afrentado juntamente: agraviado,
cer vanidad de ello, ni pretender elo
"porque
le dieron á traiciσn: afrenta
gios, no se puede decir que baila mal,
ndo, porque el que le dio, sustentσ lo
sin hacerle un agravio, de que no que
"que habia hecho, sin volver las espal
da ofendido; pero sí lo queda una mu
"das y á pié quedo: y así segϊn las le
jer, á quien se disputa la buena figura,
"yes del maldito duelo, yo puedo estar
aunque ella misma conozca que no la
"agraviado, mas no afrentado."
tiene: porque aquel no vé en ello mas
(L. de la Huerta.)
que una injusticia; pero ésta vé en ello
un desprecio, un insulto.
AGREGAR, ASOCIAR.—Agregar, es aρadir,
Guardando la misma proporciσn en
uniendo σ juntando unas personas σ co
la respectiva propiedad de estas dos vo
sas á otras. Asociar, tomar por com
ces, se dice figuradamente en lo físi
paρero á otr* para que ayude en cual
co, que el sol, la luz, el viento, y otras
quiera ministerio σ empleo. Se asocia
cosas inanimadas ofenden, y no se dice
á las empresas, se agrega á una corpo
que agravian.
raciσn. Lo uno se hace para tener so
(Ώ. de la Huerta.)
corro σ auxilio, σ participar de las ven
tajas
del éxito de la empresa, & c ; lo
AGRAVIO, AFRENTA.—Corresponde tam
otro, para tener un colega σ compaρe
bién á este análisis la distinciσn que
ro, σ sostener la corporaciσn con el nϊ
hace Cervantes de estas dos voces.
mero y la elecciσn de los individuos.
"Entre el agravio y la afrenta hay
Los empresarios, mercaderes y asen
"esta diferencia (dice D. Quijote, ha
tistas se asocian. Los literatos se agre
blando del religioso de la casa del du
gan á las universidades y á las acade
"que que acababa de injuriarle pϊbli
mias, &c.
"camente). La afrenta viene de parte
(March.)
"de quien la hace y la sustenta; el
"agravio puede venir de cualquier par AGRICULTOR, CULTIVADOR, COLONO.—
"te sin que afrente. Sea ejemplo: está
Estas tres voces vienen de la latina co
"uno en la calle descuidado, llegan diez
lθre, que en su sentido propio designa
AGU
( 10 )
AGU
to, y en nuestra mente. En todos tiem
cultivar la tierra, labrarla. De aquí cul
pos ha mirado el pueblo los fenσmenos
tivador, que es el que se ejercita en el
extraordinarios del cielo como presa
cultivo. Colθre en el sentido traslada
gios, signos precursores de grandes re
do, designa dar culto, honrar, darse á
voluciones políticas; y á veces han sido
una cosa σ persona; y en este sentido
efectivamente funestos estos fenσmenos
decimos, cultivar las ciencias. Esta idea
por los siniestros agüeros que el terror
distingue al agricultor {cultor agri), que
sacσ de ellos. La imaginaciσn, la su
es el que cultiva, que ama, que profe
persticiσn, el presentimiento, la preo
sa, que se dá al cultivo de la tierra de
cupaciσn, forman los agüeros. La saga
labor. Colθre, designa, en fin, habitar,
cidad, la ciencia, la experiencia, el ra
y por eso llamamos colonos á los que
ciocinio, sacan los presagios. Los adi
van á establecerse á un pais y á fundar
vinos agüeran engaρando, y las pitoni
una colonia. Colono, designa el que
sas exaltando la imaginaciσn. Los mé
está atado, por decirlo así, á la tierra,
dicos considerando los síntomas, y los
el morador de ella.
(A Cienfuegos.)
meteorologistas observando los fenσme
nos, presagian. Las almas débiles, vi
AGUARDAR, ESPERAR. — La acciσn de
sionarias, son las mas fecundas en agüe
aguardar parece que se funda en la pro
ros. Acaso será esta la razσn porque
babilidad que tenemos, de que venga lo
Aristσteles dotaba á los melancσlicos, y
que se aguarda, y la acciσn de esperar,
los turcos á los idiotas del don de pro
en la seguridad que creemos tener, de
fecía. Los que son discretos, atentos,
que ha de venir lo que se espera.
meditadores, son los mas fecundos en
Se espera al amigo que ha dado la
presagios; y este es el genio que adver
cita; se le aguarda, por si viene á la
tía á Sσcrates, y que inspira á veces á
hora á que suele venir.
los sabios predicciones verificadas por
El buen soldado espera á pié firme al
el suceso. Por nuestros agüeros se pue
enemigo que le acomete. El cazador,
de formar juicio de nuestros temores,
aguarda muchas horas la caza que no
de nuestras esperanzas, de nuestra Con
viene.
diciσn, de nuestro genio. Por nuestros
(L. de la Huerta.)
presagios puede juzgarse de nuestras lu
ces, de nuestros conocimientos,de nues
AGÜERO, PRESAGIO.—El agüero se sacaba
tra
aplicaciσn, de nuestros alcances. Se
del canto, del vuelo, y de las demás ac
gϊn la naturaleza y las disposiciones de
ciones de los pájaros; pero después pasσ
los ánimos, un mismo objeto produce
á significar toda especie de conjetura
agüeros diferentes, y aun contrarios; así
sobre lo venidero. Presagio, es voz de
como segϊn el genio y las pruebas ac
la lengua latina, en la cual prsagire,
cidentales de los pueblos, el arte agüe
significa penetrar lo venidero, anunciar
ral habia establecido reglas diferentes y
las cosas antes de que sucedan. El
aun contrarias de interpretaciσn sobre
agüero, es simplemente la idea que for
los mismos puntos. Segϊn la exactitud
mamos de lo venidero por ciertos pre
y la profundidad de los talentos, el mis
supuestos. El presagio es á un tiempo
mo suceso sugiere presagios diferentes,
el signo, la cosa misma que anuncia lo
así como segϊn el modo de ver y de dis
venidero, y la conjetura del pronσstico
currir dos sectas, deducen de los mis
que sacamos de los objetos. El agüe
mos principios consecuencias opuestas.
ro está en nuestra imaginaciσn, y no en
el objeto; y el presagio está en el obje
(A, Cienfuegos.)
( 11 )
ALF
ALARGAR,
PROLONGAR,
PROROGAR.—
Alargar, es aρadir uno de los dos cabos
σ extender la materia. Prolongar, es ir
deteniendo el término de la cosa, ya sea
por la continuaciσn de ella, ya por di
laciσn de ella, σ por producciσn de inci
dentes. Prorogar, es mantener la au
toridad, el ejercicio σ el valor de una
cosa mas allá de su duraciσn regular.
Se alarga el vestido, un triángulo, un
discurso; se prolonga una alameda, un
negocio, un trabajo; seproroga una ley,
una junta, un permiso, una licencia.
(March.)
Alboroto, lleva
consigo la idea de un gran ruido; y tu
multo, la de un gran desorden.
Una sola persona σ un corto nϊmero
de ellas, suele mover alboroto; pero el
tumulto supone siempre que hay en él
gran nϊmero de gentes.
Las casas de disoluciσn están expues
tas á alborotos. Frecuentemente suce
den tumultos en las ciudades de mala po
licía.
Alboroto no se dice sino en sentido
propio, y tumulto se dice también en sen
tido figurado, de la perturbaciσn y agi
taciσn del ánimo, &c. Mal se sostiene
una resoluciσn que se ha tomado en me
dio del tumulto de las pasiones.
ALBOROTO, TUMULTO.—
(March.)
ALFABETO,
ABECEDARIO.—Empleamos
con propiedad la primera de estas vo
ces, cuando nos limitamos á indicar el
orden de la colocaciσn de las letras, ad
mitido en cada lengua, y por eso deci
mos "orden alfabιtico," "índice alfabι
tico," "tablas alfabιticas," fyc.
Nos valemos de la voz abecedario
cuando referimos la idea á la figura y al
sonido correspondiente á las letras, co
locadas por orden alfabιtico.
Como para aprender una lengua, lo
importante es aprender, no tanto la co
locaciσn ordinal de las letras, cuanto el
ALG
modo de pronunciarlas, lo cual es el
principio de toda instrucciσn, llamamos,
por analogía, abecedario á los rudimen
tos de cualquiera ciencia σ facultad, y
por esta razσn, también decimos, "es
tudiar, aprender el abecedano.^
A los niρos se les pone en la mano el
abecedario no el alfabeto, porque lo que
se les vá á enseρar es la figura y el so
nido que deben dar á cada letra; pero al
mismo tiempo se les hace conocer el
alfabeto, porque las letras están coloca
das por orden alfabιtico.
La voz alfabeto, se refiere solamente
al orden; la voz abecedario, al modo
de ser de la cosa, esto es, á la figura y
al valor de las letras, colocadas segϊn
el orden que deben tener en la lengua
á que pertenecen.
Ademas, siendo la voz abecedario for
mada del nombre σ sonido de las cuatro
primeras letras del alfabeto castellano,
segϊn el lugar que cada una ocupa en
él, esto es, a, b, c, d, seria una impro
piedad llamar abecedario al alfabeto de
cualquiera lengua, como por ejemplo,
del hebreo, del griego, del ruso, y de
otras, en que la c no ocupa el tercer
lugar.
(G. de la Cortina.)
se refiere
ilimitadamente á cualquiera persona.
Alguno, se refiere limitadamente á una
persona indeterminada, de un determi
nado nϊmero σ clase.—"Si viene álu
guien á buscarme, di que no estoy en
"casa, porque temo que ha de venir á
"hacerme visita alguno de mis acree
dores."
Esta es la razσn porque se dice alguno de ellos, y no alguien de ellos.
ALGUIEN,
ALGUNO.—Alguien
(L. de la Huerta.)
Ademas de lo que expone Huerta
acerca de estas voces, debe advertirse,
que alguien se aplica solamente á per
sonas, y alguno, á personas, á animales
y á cosas; v. g., "este ruido lo hace al-
ALM
( I
guna rata,—"Déme vd. algunas de esas
flores."
(G. de la Cortina.)
ALIANZA, LIGA, CONFEDERACIΣN,
COA
LICIΣN.—La alianza es una union de
amistad y de conveniencia; la liga, una
union de designios y de fuerza; la con
federaciσn, una union de interés y de
apoyo; la coaliciσn, es también una con
federaciσn, pero momentánea entre dos
σ mas partes, contra algϊn intento daρo
so á todos.
{March.)
RESPIRACIΣN. — Estas voces
aparecen sinσnimas en el Diccionario de
nuestra lengua, y parece que lo acredi
ta el uso en las muchas frases en que
se emplean indistintamente, como: fal
tar el aliento σ la respiraciσn; detener
la respiraciσn σ el aliento. Pero en ri
gor representan dos ideas diferentes.
La respiraciσn es la acciσn de respi
rar, esto es, el movimiento repetido con
que se atrae al pulmσn el aire exterior,
y se vuelve á echar por la boca.
El aire que se respira es el aliento.
Respiraciσn dificultosa, lenta, inter
rumpida. Aliento fétido: arrojar el alien
to: empaρar un cristal con el aliento.
ALIENTO,
[L. de la Huerta.)
principio de la vida
es lo que se llama alma σ espνritu. La
vida consiste en sentir y obrar. El
principio de la sensibilidad es propia
mente el alma: el de la actividad es el
espνritu. Todo lo pasivo se refiere al
alma: lo activo al espνritu. El alma
percibe las ideas: el espνritu las compo
ne y resuelve; se forma otras.
En las demás cosas, espνritu es siem
pre la parte mas activa; alma la parte
que las hace sensibles, picantes, gracio
sas. El espνritu de la pintura consiste
en la invenciσn: el alma de la pintura
es el colorido. El espνritu de una anác
ALMA, ESPÍRITU.—El
)
ALM
dota σ de un cuento es probar una
máxima moral, buena σ mala: su alma
consiste en la gracia con que se cuenta.
A un facineroso, á un hombre duro
é insensible, lo llamamos desalmado,
hombre sin alma; no obstante suele ser
un hombre de espνritu; esto es, de va
lor, de resoluciσn, y muchas veces de
talento y recursos.
Se tienen pasiones de animo, y en
ellas se agita mucho el espνritu, exage
rando el mal presente y representando
el que está todavía por venir. El es
pνritu se fatiga, se cansa: el ánimo pa
dece, se agobia. Solo en estas frases
se usa ánimo en lugar de alma.
La acciσn es en nosotros inseparable
del sentimiento: el sentimiento no β »1ο
es de la acciσn. Por esto cuando con
sideramos en general el principio de la
vida, lo llamamos alma; de modo que
alma en este sentido, abraza los dos
principios, el de la actividad y el de la
sensibilidad. De aquí nace que dar vi
da se llama animar, no espiritar; y que
se dice alma de un negocio, alma de
una repϊblica.
(Jonama.)
ALMA, ÁNIMA,
ÁNIMO.—Empleamos
la
primera de estas voces siempre que re
ferimos la idea al principio interior que
nos dá el ser y nos conserva en estado
de vida, y en este caso tomamos mu
chas veces á este mismo principio por
el individuo que vive, como cuando de
cimos:—"no se vé por las calles ni una
sola alma," en lugar de "una sola per
sona"—"no lo sabrá alma viviente,"
en vez de "no lo sabrá nadie."—
Considerando al alma como parte σ
agente principal de la vida, decimos por
analogía:—el alma del negocio, esto es,
lo principal σ lo sustancial del negocio.
—Le arrancaré el alma, esto es, le qui
taré la vida.—Lo siento en el almacén
lugar de lo siento mucho, &c. En nin
ALM
( 13 )
ALM
gimo de estos casos podríamos sustituir
alimentador. Decimos ánima cuando
con propiedad la voz anima. Este sus
referimos la idea al mismo principio,
tantivo ha quedado destinado por el uso
considerándolo como productor de las
para significar las almas de los difuntos
acciones 6 funciones vitales, por que ánique permanecen en el purgatorio, y es
ma reconoce por origen la voz griega
tan exacta esta idea, que nos basta oir
aliemos, de * ν ε υ μ α que significa espí
decir simplemente: "las animas," la co
ritu, aire, soplo, segϊn la acepciσn
fradía de las ánimas," el toque de ánique dieron á esta voz los filσsofos estoi
mas," "¡animas benditas!" & c , para
cos, considerando á este aire vital co
entender que se habla de las del purga
mo un quinto elemento, y por esta ra
torio.
zσn llamaron pneumología á la ciencia
que trata de los espíritus, y los latinos
De la voz ánima tomamos el sustan
dijeron indistintamente animae silentes,
tivo animación, para expresar el acto de
las almas de los difuntos,—comprimere
infundirse el alma en el cuerpo, y em
animam, detener el aliento σ la respira
pezar la vida; y como esta consiste en
ciσn,—animae thraciae, los vientos del
el ejercicio deJaá funciones vitales, lla
Norte, &c.
mamos animación con mucha propiedad,
Pero aun hay mas. Nuestra lengua
á la viveza σ expresiσn en las palabras,
en el tesoro de su admirable riqueza,
acciones y movimientos de una perso
tiene todavía otra voz distinta de ánina: y del mismo modo, cuando vemos
ma y de alma, y propia para significar
un retrato, σ una figura humana pinta
el mismo espíritu σ principio de vida,
da sin la propiedad necesaria para re
considerado como principio ϊ origen de
presentar al individuo en estado de vi
da, decimos que le falta animación á la
palabra alma se compone de a, primer sonido vocal, pri
pintura.
Yo no puedo menos de admirarme
al ver que ninguno de los filσlogos que
se han dedicado al análisis de los sinσ
nimos castellanos, haya fijado su aten
cion en la diferencia filosσfica que es
tablecemos naturalmente entre las vo
ces alma y ánima, ateniéndonos, acaso
sin saberlo, al origen de cada una de
estas voces. Y no hay remedio; deci
mos alma cuando queremos referir la
idea al principio de la vida, considerán
dolo ϊnicamente como conservador de
ella, porque alma se deriva del latin
alere, alimentar, nutrir, mantener, y de
este verbo tomaron los latinos el adje
tivo almus, alma, almum (•*), nutritivo,
(*; Como la formaciσn de las voces no es arbitraria,
debemos analizar con toda la minuciosidad posible los ele
mentos que entran en la composiciσn de cada una de
ellas, si queremos conocerlas con toda la perfecciσn posi
ble,.; convencernos de la razσn que hay para dar ä cada
vos el significado que tiene. En el presente caso, debemos
empelar por notar que la sílaba al con que principia la
mera letra del alfabeto latino, la cual vale una unidad
en los alfabetos numéricos, y sirviσ" para designar lo que
es 6 está primero, δ en primer lugar, y al mismo tiempo
se refiere al dominio 6 & la posesiσn, indicando el dueρo
σ el propietario. Despftes de 1 a a, sigue l, cuya pronun
ciaciσn es propia para expresar la fluidez, requiere un
movimiento de la lengua suave y ligero, y por consi
guiente debe convenir á las ideas de fluidez, de desliza
miento, y que se refieran á las funciones de la lengua
dentro de la boca, como lo indican tas palabras lamer, liquido, licor tyc. Estos atributos propios de las letras a y
l, y que convienen al hombre, constituyen la esencia de
la sílaba oí, la hacen pertenecerá toda idea referente ai
hombre haciendo uso del órgano llamado lengua, y la con
vierten en radical de todas las palabras que expresen ideas
relativas á esta funciσn, como alere, alimentar; alimentum
alimento; aletudo, gordura; alumnus, el que es alimentado;
alumna, y altrix, nodriza; alicarius, el que muele las se
millas, y también el que las vende &c.—Y si queremos
descender ä deducciones ideolσgicas, veremos que como
el que es bien alimentado, hablando de los hombres, cre
ce, adquiere mayor magnitud, y ocupa un espacio mas
grande desde el suelo acia arriba, σ (hablando de los ár
boles) desde el pie hasta la cima, se aplico la idea produ
cida por la rai'í ai, á la separaciσn 6 elevaciσn vertical, y
se dijo altus, allitudo, altare, altisonans, exaltare, <$"c, y en
castellano, alzar, alto, altura, aliar, altisonante, alteza, exaltar, exaltación, altivez, altanería, altivo, altanero; altozano,
altimetría $c. tfc., y al instrumento mas natural y propio
para alzarse φ elevarse, se le llamo ala, palabra de las mas
ideolσgicas qne tiene la lengua castellana.
(G. di la Cortina.)
ALT
( 14 )
ALT
Un príncipe puede y debe desechar
las operaciones racionales, y esta voz í
con una altivez heroica, proposiciones
es el sustantivo animo, con la cual ex
σ
propuestas degradantes; pero no de
presamos ideas de voluntad, de acciσn
un modo altanero, ni con tono altanero,
y de sensaciσn: y como estas funciones
ni con palabras altaneras.
del alma hacen suponer en ella la fuer
za y el vigor necesarios para ejecutar
Un alma altiva es grande; un alma
las, decimos con mucha propiedad: ani
altanera es soberbia.
mar σ infundir animo, por infundir valor,
Se puede tener corazσn altivo con
—animarse á hacer tal cosa, en vez de,
mucha modestia; no se tiene genio alresolverse á hacerla,—no tengo, σ no
tanero sin un poco de insolencia. El
hago ánimo de decirlo, en lugar de no
insolente, es respecto del altanero, lo
es mi intenciσn decirlo,—decaer de ánique el altanero respecto del imperioso,
mo, desconsolarse, perder las esperan
que tiene genio dominante.
(March.)
zas,—¡ánimo! ΅buen ánimo!—dilatar el
ánimo, expresiσn sumamente significati
va y conceptuosa de que nos servimos ALTURA, ELEVACIΣN, EMINENCIA.—La
altura expresa la situaciσn de un cuer
para dar á entender el consuelo σ el
po, separado de la tierra acia arriba y
desahogo que proporcionamos σ senti
perpendicular á ella, y trae consigo la
mos en las aflicciones por medio de la
idea de la distancia, σ lo que es lo mis
esperanza σ de la conformidad.
mo, de la medida.—Así decimos altura
Finalmente: el alma nos da la vida
de polo—altura de un astro—altura
uniéndose á nuestro cuerpo, y pertene
barométrica—el Dios de las alturas, Sfc.
ce á la esencia, por lo cual decimos que
La elevación no indica separaciσn de
el hombre se compone de alma y euer
la tierra, prescinde de la medida, y es,
po: el ánima hace que la vida sea acti
por decirlo así, mas material: por eso
va produciendo movimientos y acciones
decimos levantar una casa, y no alzar;
materiales y pertenece á la acción, y
tirar por elevación y no por altura.
por esto llamamos animales á todos los
Eminencia indica mucho menos que
seres dotados de sensibilidad y movi
altura y elevación.
miento, principalmente á los brutos: el
Lo alto es opuesto á lo bajo: lo eleánimo espiritualiza las acciones y per
vado es opuesto á lo llano, y lo emitenece al consejo, σ mas bien á la renente es opuesto á lo liso σ á lo igual
flexion, como lo prueba el uso que ha
de una superficie.
cían los latinos de aquella voz, diciendo:
Las aplicaciones que hacemos de to
in animo meo, en mi opinion, "segϊn
das estas palabras en sentido figurado,
me parece."
nos indican exactamente la diferencia
(G. de la Cortina.)
que hay entre ellas; v. g., de la frase
ALTANERO, ALTIVO.—Altanero se toma
„alzar por rey" se derivσ el tratamien
siempre en mal sentido, pues depende
to de alteza, que por mucho tiempo
del orgullo que se anuncia por un exte
se dio en Espaρa á solos los reyes, y
rior de arrogancia: es seguramente el
hoy se da á los príncipes de sangre
medio mas seguro de hacerse aborre
real, á diferencia del tratamiento de
cer, y defecto del cual se debe tener
eminencia que se confiriσ á gerarquías
mucho cuidado en corregir á los jσve
inferiores. Cuando para expresar la
nes. Puede uno ser altivo con modo,
incomodidad que nos causa tal cosa,
en algunas ocasiones.
nos valemos de la frase familiar "me
ALU
( 15 )
ALU
levanta en alto, damos á entender que
A un pretendiente que cree haber
es tan fuerte la impresiσn que nos hace,
merecido el favor de un ministro; á un
que parece que nos separa de la tierra
amante que se considera preferido; á un
acia arriba; idea que no podría expresar
hombre que cree poder hacer esto σ
el verbo levantar solo. Decimos dar
aquello, sin mas fundamento que la con
un salto muy alto y no muy eminente ni
fianza que les inspire el modo particu
elevado: ideas altas σ elevadas, y nunca
lar con que cada uno vé las cosas, les
eminentes, y llamamos eminencias y no
decimos: "no se alucinen vds."
alturas ni elevaciones, á las desigualda
Cuando una luz excesiva nos deslum
des σ á los tropiezos que advierte la vis
hra é impide distinguir bien el color de
ta, σ halla el tacto en una superficie, y
las cosas, decimos que "se ofusca nues
nos impiden llamarla lisa σ igual.
tra vista. " Cuando la profusion de pa
(O. de la Cortina.)
labras σ de frases nos impide percibir
bien lo que se nos quiere dar á entender,
ALUCINACIΣN , ALUCINAMIENTO . — La
decimos que se ofusca nuestro enten
alucinaciσn es el acto de alucinar: alu
dimiento.
cinamiento es el estado en que queda el
La falta de arreglo σ de separaciσn,
que ha sido alucinado. Por consiguien
nos hace confundir las cosas y las ideas,
te debemos considerar á la primera de
no permitiendo á nuestro entendimiento
estas voces como causa, y á la segunda
clasificarlas segϊn convendría. Esta es
como efecto; y llamamos también aluci
la razσn porque llamamos confuso á un
namiento (y no alucinaciσn) á las visio
autor que no expone sus doctrinas con
nes que nos representa nuestra fantasía
método ni orden; y por esta razσn tam
excesivamente exaltada.
bién decimos que queda confundida la
{β . dιla Cortina,)
persona á quien el convencimiento re
ALUCINAR, OFUSCAR, CONFUNDIR.—Alu
pentino de su falta de proceder arregla
cinar, es propiamente hacer concebir
do, deja penetrada de turbaciσn σ de
ideas de cosas que no existen, σ com
vergüenza.
binar de un modo contrario á lo posi
Entre confuso y confundido (aunque
ble ό á lo probable las ideas de lo que
el primero no es mas que el participio
existe.
irregular de confundir, y el segundo, el
Ofuscar, es perturbar al entendimien
participio regular del mismo verbo), hay
to de modo que no pueda percibir σ dis
la notable diferencia de que confuso se
tinguir bien las cosas, segϊn ellas son.
aplica á la naturaleza de la cosa σ á
su
modo de ser; y confundido, al estado
Confundir, es dar á unas cosas los
de la cosa, σ á su modo de quedar.
atributos que pertenecen á otras, esto
(G. de la Cortina.)
es, tomar unas cosas por otras.
Al alucinamiento pertenecen en lo fí
sico las visiones de los dementes, y en ALUMBRAR, ILUMINAR.—Se alumbra para
ver: se ilumina para la claridad, para la
lo moral las esperanzas de las personas
comodidad, para el adorno: de modo que
que se fingen lo que desean, sin sujetar
iluminar
supone siempre mas luz de la
se á la razσn.
que se necesita para ver.
Al ofuscamiento pertenece la oscuri
dad, tanto física como moral.
Las luces que diariamente ponen en
La confusion, expresa la mezcla des
las calles para que la gente pueda an
arreglada, el desorden y trastorno, tan
dar con seguridad, se llaman alumbrado:
to de las cosas como de las ideas.
1 las que se ponen en las fiestas pϊblicas,
,J
AMA
( 16
se llaman iluminaciσn. Se alumbra una
antesala: se ilumina un salon de baile σ
de tertulia. El sol, que nos alumbra,
ilumina la tierra porque la llena de luz.
Las cartas geográficas y las estampas
no se alumbran, porque sin esto se vé
bien el objeto; pero se Ώ/«minan, para
que se perciba todo con mayor claridad
y mas gusto.
(Jonama.)
generalmente
lo que nos gusta, sean personas, sea
cualquiera otra cosa; pero no queremos
sino la persona, σ lo que hace en algϊn
modo parte de la nuestra, como nues
tras ideas, nuestras preocupaciones, y
también nuestros errores y nuestras ilu
siones.
Querer, expresa mas apego, cariρo y
atenciσn. Amar, expresa mas diversi
dad en el modo. Lo uno no está man
dado ni prohibido; lo otro está mandado
y prohibido, segϊn el objeto y el grado.
El Evangelio manda amar al prσjimo
como á sí mismo, y prohibe amar á la
criatura mas que al Criador.
El niρo querido es á veces aquel de
la familia que ama menos á su padres.
AMAR, QUERER.—Amamos
(March.)
aprecio
σ buen concepto que hacemos de una
cosa, sea con fundamento σ sin él, nos
resulta por lo regular una cierta incli
naciσn, que, segϊn es mayor σ menor,
toma las denominaciones de amor, de
cariño, σ de estimaciσn.
AMAR, QUERER, ESTIMAR.—Del
La estimaciσn resulta ϊnicamente de
la persuasion del mérito de la cosa es
timada: el cariño, nace del hábito: el
amor, es efecto de la pasiσn.
Basta regularmente conocer el méri
to de una persona para estimarla: solo
la conveniencia de caracteres, conocida
por un largo trato, puede producir el
cariño: el amor es una inclinaciσn vio
)
Α Μ Β
lenta, que se siente mejor que se expli
ca, y en que regularmente tiene poca
parte la reflexion; aunque siempre se
funda en la suposiciσn de algϊn mérito.
De aquí se infiere, primero: que no
puede haber amor ni cariño sin algϊn
grado de estimaciσn; pero que puede ha
ber estimaciσn sin amor ni cariño: se
gundo, que aunque el amor supone al
gϊn grado de cariño, no siempre están
en proporciσn estos dos afectos; yo pue
do amar extremadamente á una perso
na, sin que propiamente la quiera tan
to como á un amigo íntimo: tercero, que
el amor y la estimaciσn suelen nacer en
un momento, y con el tiempo parar en
cariño uno y otro, particularmente la
estimaciσn: cuarto, que el amor debe du
rar poco; que la estimaciσn puede aca
barse, σ variando las prendas que la cau
san, σ descubriendo que habíamos juz
gado con error; y que el cariño, como
que es un hábito, suele ser perpetuo.
Por esto al deseo de nuestra propia
felicidad y á la inclinaciσn de una ma
dre á sus hijos los llamamos amor, como
cosa en que tiene menos parte la re
flexion que la pasiσn. Al contrario, á la
relaciσn de los hijos á la madre, de los
hermanos entre sí, & c , se la llama ca
riño, porque se funda en la razσn y en
el hábito. En el sentido hiperbσlico,
se dice también amante de las artes, de
la amistad,, del orden; amor á la virtud,
á la justicia; y en general se dá el nom
bre de amor á todo afecto que se supo
ne violento.
Lo opuesto al amor es el odio, al ca
riño el aborrecimiento, á la estimaciσn no
sé si corresponde exactamente el desde
ño σ el menosprecio.
(Jonama.)
AMBOS,
ENTRAMBOS,
AMBOS A DOS.—
Ambos no sirve mas que para expresar
determinadamente y de un modo abre
viado el nϊmero de dos personas σ co
AMO
AMO
( 17 )
sas de quienes se ha hablado ya, pres
ten en dureza; pero la sensibilidad del
cindiendo de que estén juntas σ separa
afecto es mas tranquila, porque la ins
das. Entrambos hace concebir ademas
pira el mιrito.
la idea de la union y de la comunidad σ
Por eso en la idea de afecto se com
conveniencia de la cosa; por lo que ha
prenden otras inclinaciones mas sσli
blando, v. g., de dos consortes, suele
das , pues también se llama afecto al
decirse, "esto es muy conducente á la
que se tiene al amigo, al criado fiel, a
felicidad de entrambos."
aquel á quien nos inclinamos por sus
Ambos ΰ dos, denota con mayor pre
prendas ϊ otro motivo, sin la ceguedad
cision la union, y ademas indica coope
del amor, ni la ternura del cariño.
raciσn voluntaria de las dos personas de
El amor conyugal dura muy poco, si
quienes se habla.
es amor: se entibia eon el tiempo, si es
Los adjetivos ambos y entrambos se
cariño: y solo crece y dura, si es afecto
(L.de la Huerta.)
aplican indistintamente á las personas,
á Jos animales y á las cosas, y son de
clinables por todos los casos. Decimos, A M O R , G A L A N T E R Í A . — E l amor, mas vivo
i(
que la galanterνa, tiene por objeto la
ambos ejércitos," "de ambas partes,"
persona, y obliga á complacerla para
"con ambas manos," "por entrambos la
lograr su posesiσn; hace que la amemos
dos, & c . "
tanto
como á nosotros mismos; se apo
Ambos ά dos, se aplica exclusivamen
dera sϊbitamente del corazσn, y debe
te á las personas, y solo se usa en no
su principio á un no sé qué indefinible,
minativo.
que arrebata los sentidos y se granjea
(G. de la Cortina.)
la estimaciσn antes de todo examen, y
AMONTONAR, A C U M U L A R . — Primero se
sin informe ninguno. La galanterνa es
amontona, después se acumula. Así pues,
una pasiσn mas voluptuosa que el amor,
se dirá: amontonar bienes, acumular ri
y cuyo objeto es el sexo· Por ella se
quezas.
forman tramas y máquinas dirigidas á
Tan sabio es amontonar, para gozar,
satisfacer el deseo; y el que galantea,
como locura privarse de gozar por acu
mas ama su satisfacciσn propia que no
mular.
la de su dama. La galanterνa mas afec
(March.)
ta los sentidos que el corazσn, y mas
participa y cobra mas fuerzas del tem
A M O R , CARIÑO, A F E C T O . — S e tiene amor
peramento y de la complexion, que no
á una persona cuya posesiσn nos pare
de la fuerza de la he.mosura, cuyo mé
ce la suprema felicidad; se tiene cariño
rito descifra con mas conocimiento σ
á aquella cuya amabilidad excita viva
con menos preocupaciσn. El uno ha
mente nuestra ternura; se tiene afecto
ce
agradable á nuestros ojos todas las
á aquella, cuyo mérito excita vivamen
personas de que gusta la que amamos,
te nuestra inclinaciσn.
como no sean las que nos dan celos.
El amor es una pasiσn violenta; el
La otra nos hace guardar ciertos mira
canño una pasiσn tierna; el afecto una
mientos
con todos aquellos que pueden
estimaciσn apasionada.
servirnos σ perjudicarnos en nuestros
El cariño se acerca mas al amor, por
provectos, sin exceptuar nuestro mismo
que aquella misma sensibilidad que es
competidor si creemos poder sacar par
el alma del cariño, es también propia
tido de él.
del amor, aunque exagerada y mezcla
da de contrastes que á veces la convier
El amor no deja libertad para la elec
3
AMO
( 18 )
AMO
cion: al principio manda como seρor;
objeto amado: la galanterνa pinta la
después reina como tirano hasta que se
imagen agradable del singular placer
rompen sus grillos á fuerza de tiempo,
que nos causará la posesiσn del objeto
σ por el esfuerzo de una razσn podero
deseado. Ni el uno ni la otra pintan
sa, σ por el capricho de un enfado lle
estos casos al natural, y sabemos por
vado adelante. La galanterνa da mu
experiencia que sus colores, aunque
chas veces treguas á otra pasiσn, y en
graciosos, son falsos.
frenada por la razσn y por el ínteres,
Hay, sin embargo, esta diferencia:
no dificulta en acomodarse con nuestra
que el amor, como que es mas serio, se
situaciσn y con los sucesos.
siente mas de la infidelidad de su pin
cel, y que la memoria de lo que ha su
Aquel nos da á una sola persona, á
frido, viéndolo tan mal pagado, sirve
la cual entregamos nuestro corazσn to
para que rompamos de una vez con él;
do entero, de manera que le llena todo
pero la galanterνa, siendo mas alegre, se
y nos hace indiferentes para con todas
siente menos de las burlas de sus pintu
las otras, por mérito y por hermosura
ras,
y la vanidad de haber salido bien
que tengan. La galanterνa nos lleva
de sus proyectos le consuela de no ha
en pos de todas las personas de belleza
ber hallado la satisfacciσn que se había
y de gracia, y nos une á las que nos
propuesto.
corresponden; pero de modo que toda
El amor es el que principalmente
vía nos queda gusto para las otras.
prueba el placer; y la satisfacciσn de
El amor, como que parece que tiene
los sentidos contribuye menos á la dul
complacencia en las dificultades, y lejos
zura del goce, que cierta alegría inte
de arredrarse por ellas, solo sirven pa
rior que proviene del pensamiento de
ra darle mas pábulo. La galanterνa
licioso de que se posee lo que se ama,
trata de abreviar las ceremonias y for
y que tenemos las pruebas mas peren
malidades, antes prefiere lo fácil que lo
torias de una tierna correspondencia.
difícil, y las mas veces es una mera di
En la galanterνa no está tan herido el
version. ΏSerá esta la razσn porque
corazσn, el ánimo está mas libre, y los
hay en el hombre un fondo mas inago
sentidos atienden mas á satisfacerse, y
table de galanterνa que de amor? Lo
disfrutan con mas igualdad el placer; y
cierto es que es una cosa rara el ver
así es que mas se goza en ella por el
que á un primer amor suceda otro se
deleite que por la delicadeza de los sen
gundo, por que estos gastos le cuestan
tidos.
mucho al corazσn; pero no sucede así
El que se ve demasiado atormentado
con las galanterνas, que son á veces in
por
los caprichos del amor, pugna por
finitas, y que se suceden hasta la vejez.
desprenderse de él, y llega á ponerse
Siempre hay buena fe en el amor; pe
indiferente. El que se siente cansado
ro es opresor y caprichoso, y le miran
con el ejercicio de la galanterνa, toma
en el dia como una enfermedad σ como
el partido de descansar, y viene á ser
una flaqueza de ánimo. Su poco de
mas sobrio.
picardía hay en la galanterνa; pero es
El exceso de amor viene á parar en
libre y divertida: nuestro siglo está por
celos; el de galanterνa en disoluciσn:
ella.
en el primer caso hay peligro de perder
la cabeza; en el segundo le hay de per
El amor graba en la imaginaciσn la
der la salud.
idea halagüeρa de una felicidad eterna
en la constante y entera posesiσn del
El amor no les sienta mal á las don
AMO
AMO
( 19 )
terνa puede razonar mas, pero que cor
celias; pero es muy mal mirada en ellas
rompe el corazσn. Lo cierto es que el
la galanterνa, porque el mundo pasa
porque se aficionen á uno, pero no
amor quita la libertad y el discernimien
porque se den á la satisfacciσn de sus
to al entendimiento; y que la galanterνa
deseos.
aguza el ingenio, como que tiene que
No sucede lo mismo fuera de este
poner por obra todas sus artes. Por lo
estado; pues entonces se disimula la
que toca al corazσn, siempre decide el
galanterνa en las mujeres, y se mira
carácter personal de los sugetos. Es
como ridiculo el amor. Como que pa
tas dos pasiones obran en él, segϊn va
rece que está en razσn que un corazσn,
rían las personas que son heridas de
nuevo todavía, se deje llevar de una
ellas: si alguna hubiera de sacar parti
pasiσn; y los que lo ven, compadecidos
do, seria sia duda el amor; porque sien
del caso, se interesan de buena gana en
do mas violento que la galanterνa, mue
su favor y no tienen nada que censu
ve mas á tomar venganza de aquellos
rar. No juzgan así de una que está
que le contradicen σ que le causan dis
sujeta al yugj del matrimonio y que
gusto; y como es también mas perso
todavía se ve reducida á ceder auna pa
nal, da ocasiσn á obrar con mas diferen
siσn no menos tiránica que ciega. Tal
cia respecto de todos aquellos que no
vez será este el motivo por que una sol
son el objeto de él, ό que no le lison
tera, aun con el amor mas violento, pue
jean.
de sin embargo conservar la tierna
(A. Cienfuegos.)
amistad de los amigos que no exigen
otros sentimientos que los de estima AMOR A LA PATRIA, PATRIOTISMO.—El
amor ά la patria es un afecto natural;
ciσn y respeto; y es cosa muy difícil
el patriotismo es una virtud.
que una mujer casada, hallándose( en
este caso de un amor tierno y perfecto,
Aquel es propiamente el apego que
no espante de sí á los otros amigos, σ
naturalmente tenemos al suelo en que
que no pierda mucha parte del afecto
hemos nacido, en que hemos conocido á
que la profesaban. Nace esto de que,
nuestros padres y amigos, y adquirido
en el primer caso, el amor habla siem
las primeras inclinaciones; el que gene
pre su idioma, sin que por esto pierda
ralmente se tiene á la lengua, á los
nada el de la amistad; y de consiguien
usos, á las costumbres con que nos he
te, no perdiendo los amigos nada de
mos criado, á los principios de la edu
lo que se les debe, no sienten ni se
caciσn, á los objetos que nos recuerdan
dan por quejosos de lo que se da al
las primeras indelebles impresiones de
amante. En el segundo caso, el amor
la infancia. Este afecto natural es ca
habla uno y otro idioma, y se gobierna
si comϊn á todos los hombres, sin ex
por ambos, haciendo amigo al amante,
ceptuar aquellos que habitan los países
por manera que los otros, si no se reti
mas incultos.
ran, conocen á lo menos que no les dan
El efecto que causa el amor ά la patria
tanta confianza, ven que los tratan so
en un carácter activo y desinteresado,
bre otro pié, y participan de la indife
es el patriotismo, que consiste en un ar
rencia universal que esta nueva aficiσn
diente deseo de servirla, de defenderla,
ocasiona.
de contribuir á sus progresos, á su bien,
á su prosperidad.
Dicen que el amor conserva las bue
nas prendas del corazσn, pero que da
Aquel que sin poner nada de su par
al traste con el juicio; y que la galan
te en la defensa, σ en el bien de su pa
ANC
( 20 )
AN I
tria, se complace en sus felicidades, se
la ϊltima edad del hombre: vejez, es la
gloria de haber nacido en ella, encare
ancianidad considerada con respecto á
ce sus ventajas, y la prefiere á todas,
la decadencia de la vida.
cree tener patriotismo, pero solo tiene
La ancianidad es respetable: la vejez
aun amor ά su patria.
fastidiosa. Los ancianos, en igualdad
de educaciσn, tienen mas experiencia,
En muchos casos se puede decir con
por consiguiente mas instrucciσn y mas
propiedad, que el amor ά la patria es
juicio que los mozos: los viejos suelen
al patriotismo, como la ceguedad de un
tener menos fuerzas de ánimo; por con
amante, al celo de un buen amigo: aquel
siguiente la generosidad y todas las
cree que no hay cosa mejor que lo que
grandes virtudes, son mas propias de la
ama; este procura que no haya cosa me
juventud.
jor que lo que estima,
{L. de la Huerta.)
La ancianidad se considera absoluta
mente: la vejez es siempre relativa. To
ANALOGÍA, CONFORMIDAD.—La relacion
dos los hombres son ancianos en llegan
que tienen unas cosas con otras, es la
do á cierta edad; se llaman viejos σ no
idea comϊn á estas dos voces. Pero
viejos segϊn como los consideramos.
la conformidad representa una relacion
Una soltera de veinte y cinco aρos es
de identidad; la analogνa, una relaciσn
vieja; una casada de treinta, no lo es.
de conveniencia.
, s /
Para una niρa de quince aρos es viejo
La identidad de tmmammmm, de ac
un novio de cuarenta; y no lo es un pa
cidentes y de circunstancias que con
dre de cincuenta.
curren en dos cosas diferentes, consti
(Jonama.)
tuyen su conformidad: la semejanza σ
conveniencia recíproca que tienen en ANHELO, DESEO.—El deseo no es mas que
el movimiento interior que nos hace
tre sí, constituyen su analogνa.
sentir
la voluntad cuando apetecemos al
La conformidad de los gustos, genios
guna cosa. El anhelo es el deseo lle
ϊ opiniones de dos personas, supone
vado al ϊltimo grado de vehemencia de
que sus gustos, genios y opiniones son
que
es capaz el corazσn humano.
idénticas. La analogνa de dos meta
El deseo no supone agitaciσn ningu
les, dos vicios, dos ideas, supone que
na, al paso que el anhelo expresa turba
ios vicios, las ideas, y los metales, son
ciσn del ánimo, y da la idea de una agi
diferentes; pero la imaginaciσn nos re
taciσn
física que nos impide respirar
presenta su relacion por la semejanza
con libertad. La felicidad pϊblica es un
y conveniencia que tienen entre sí sus
deseo de todo hombre honrado. Es im
cualidades.
posible que un amante pueda ocultar
Se hace una copia conforme á su ori
sus
anhelos.
ginal, esto es, idéntica como él. Se ha
ce un discurso análogo á las circunstan
cias, esto es, que conviene á ellas.
De aquí es que decimos: las faldas
de los montes, la caida del sol, por la
analogía, y no por la conformidad, que
tienen aquellas voces con las ideas á
que se aplican.
(£·. de la Huerta.)
ANCIANIDAD, VEJEZ.—La
ancianidad, es
(G. de la Cortina.)
La palabra
animal, comprende todos los seres or
ganizados vivientes.
La palabra bestia caracteriza una cla
se de animales por oposiciσn al hombre.
La palabra bruto, indica las especies
de bestias poseídas del instinto mas gro
sero é incapaz.
ANIMAL,
BESTIA,
BRUTO.—
(March. )
( 21 )
ANI
ANIMOSO, VALEROSO, VALIENTE, INTRÉ
PIDO.—Llamaremos animoso al que im
paciente de atacar σ acometer, no se
para en las dificultades, y emprende osa
damente. Valeroso, al que sostiene el
ataque σ lid con vigor, que no cede á la
resistencia que se le hace, y continϊa
la acciσn á pesar de la oposiciσn y de
los esfuerzos contrarios que se le pre
sentan. Valiente, al que corre al peli
gro sin miedo, y que prefiere el honor
á la vida. Intrιpido, al que arrostra y
vé á sangre fría el peligro mas eviden
te, sin aterrarse al aspecto de una muer
te inevitable.
Diremos, pues, que el animoso se
avanza σ adelanta; el valeroso prosigue;
el valiente se espone; y el intrιpido se
sacrifica.
{March.)
que se des
truye cesa de subsistir, aunque pue
den quedar vestigios; lo que se aniquila
desaparece enteramente. Aniquilar tie
ne mas fuerza que destruir; de modo,
que aniquilamiento es una destrucciσn
total.
Destrucciσn, se usa comunmente en
el sentido literal para las cosas com
puestas y que forman cuerpo por la
union de sus partes. Aniquilar, no se
dice principalmente, sino del ser sim
ple en proposiciones de física: en otro
caso tiene siempre un sentido hiperbσ
lico.
ANIQUILAR, DESTRUIR.—Lo
(O. de la Cortina.)
primero ex
presa anterioridad de tiempo; el segun
do, anterioridad de lugar; por eso lla
mamos antecesores á los antepasados, de
quienes descendemos; y llamamos pre
decesores, á los que obtuvieron, antes
que nosotros la misma dignidad (σ como
vulgarmente se dice, ocuparon el mis
mo puesto) que actualmente obtene
mos. Pero debe notarse que el verbo
preceder, lo mismo que el adjetivo pre
decesor, indican anterioridad inmediata,
al contrario de anteceder y antecesor, que
excluyen toda limitaciσn de tiempo.—
V. Predecesor.
ANTECEDER, PRECEDER.—El
(Ct. de la Cortina.)
ANTIGUAMENTE, EN OTRO TIEMPO, OTRAS
(March.)
ANIQUILAR, ANONADAR.·—Estas dos
ANT
Anonadar, siempre se emplea en sen
tido moral: aniquilar, siempre eiixsenti
do físico. Aquel se aplica á las perso»
ρas solamente; éste á las personas y á
las cosas. Decimos que el alma se ano
nada ante la presencia de Dios, y no,
que se aniquila. Por el contrario, ha
blando de un pais, de un caudal, & c ,
se dice que están aniquilados, y no ano
nadados. Si decimos que fulano está
aniquilado, damos á entender que las
enfermedades, la miseria, los desσrde
nes, & c , han destruido su salud; pero
si decimos que está anonadado, signifi
camos que está confundido, σ avergon
zado, σ abatido profundamente, σ su
mergido en el mas vivo dolor.
vo
ces parecerían sinσnimos perfectos si se
Mjé»efe solamente á su etimología; pues
la ϊnica diferencia que hay entre ellas
es, que aniquilar, se deriva de la voz
latina nihil; y anonadar, de la castella
na nada, traducciσn literal de aquella,
de modo que ambas significan reducir ά
la nada. Pero dejan de ser sinσnimos,
segϊn el uso que se hace de ellas.
VECES.—Los tres designan el tiempo
pasado; pero antiguamente le designa
como muy apartado del tiempo presen
te: en otro tiempo, como simplemente se
parado; y otras veces le indica no sola
mente como separado de lo presente,
sino también como diferente, por los ac
cesorios.
Tan injusto es juzgar de lo que se
practicaba antiguamente, por lo que en
el dia está en uso, como seria ridículo
APE
( 22 )
Α Ρ Ο
querer arreglar los usos del dia por lo · mete crímenes, no obstante la santidad
que antiguamente se hacia. Mn otro tiem i
del lugar.
(March.)
po se rogaba mucho á los convidados á í
que bebiesen, en el dia ni aun se les in i
LPETENCIA, A P E T I T O . — L a apetencia in
dica. Las cosas mudan segϊn los tiem
dica necesidad: el apetito, deseo. Aque
pos y las circunstancias: lo que otras
lla es independiente de la voluntad: éste
veces era bueno, puede no ser conve
puede depender de la voluntad σ del há
niente ahora.
| bito. La apetencia pertenece á la con
(March.)
j
servaciσn del individuo. El apetito mu
!
I
chas veces es contrario á ella, y por eso
AÑADIR, A U M E N T A R . — E l aumento es el
la moral nos impone la obligaciσn de
resultado de la adiciσn. La parte que
moderarlo cuando no es efecto de nues
se agrega á otra para hacerla mayor, es
tra voluntad. Así decimos, que la gula
lo que se añade; la que se hace mayor
es un apetito desordenado de comer y
con la parte añadida, es lo que se au
beber, y no una
apetencia;—apetitos
menta.
Si hablan
sensuales, y no apetencias.
Aumentι el nϊmero de mis libros, aña
do de un enfermo decimos, que ya ha
diendo á los que tenia, algunos que me
recobrado la apetencia, damos á enten
faltaban.
der, que vá mejorando su estado; pero si
E s t e vecindario se vá aumentando de
decimos que ha adquirido tal σ cual in
dia en dia; y no, se vá añadiendo.
clinaciσn nociva, como por ejemplo co
Aumento su caudal, añadiendo á él el
mer tierra, diremos que tiene el apeti
dote de su mujer; y no, añadiσ el cau
to de comer tierra y no la apetencia.
dal, aumentando el dote, porque se da
(G. de la Cortina.)
ría á entender lo contrario de lo que se
quería decir.
APLACAR, C A L M A R . — E l viento aplaca,
(X. de la Huerta.)
i
A PESAR D E , KO O B S T A N T E . — A pesar de,
expresa una opinion de resistencia sos
tenida, ya por el hecho, ya por otros me
dios; pero sin efecto por parte del que
se opone, enunciado por el complemen
to de la proposiciσn. A pesar de sus cui
dados y de sus precauciones, el hombre
no puede evitar su destino. E l alma
del filσsofo queda libre ά pesar de los ti
ros de la muchedumbre, y la razσn le
ilustra ά pesar de las tinieblas que la
preocupaciσn esparce en rededor suyo.
Ν Ό obstante, indica solamente una
oposiciσn ligera por parte del comple
mento, y de la que parece no hacerse
caso. La fuerza ha hecho, y hará el de
recho de las potencias, no obstante las
protestas de los débiles. El malvado
no respeta tos templos, en los cuales co
el mar calina. Respecto á las perso
nas cuando están coléricas σ con el fu
ror de la ira, se trata de aplacarlas; pero
se procura calmarlas cuando están con
movidas por el excesivo temor del mal,
σ por el terror σ la desesperaciσn. Así,
pues, la palabra aplacar tiene lugar con
lo que procede de la fuerza σ de la vio
lencia, y la palabra calmar en lo que es
efecto de turbaciσn σ de inquietud.
Una sumisiσn nos aplaca, un rayo de
esperanza nos calma.
(March.)
A P Σ C R I F O , SUPUESTO.—Llámase apσcrifo
!
lo que no es auténtico ni está probado;
lo que es supuesto, es falso é inventado.
Los protestantes tienen por apσcrifos
algunos libros sagrados, que la iglesia
romana reconoce como divinos y autén
ticos. La historia apσcrifa de la papisa
APR
( 23 )
APT
Juana, se halla igualmente refutada y
El que sabe escuchar, sabe aprender.
sostenida por sabios de una y otra creen
El que sabe hacer hablar, sabe instruirse.
cia. La donaciσn supuesta de Constan
Sucede á veces que se olvida lo que
se habia aprendido; pero es raro el ol
tino ha sido por mucho tiempo un pun
vidar las cosas de que uno ha tenido el
to de la historia que no se dudaba.
(March.)
trabajo de instruirse.
El que aprende un arte σ una cien
APRECIO, ESTIMACIΣN.—Aprecio es ϊni
cia, está en clase de discípulo. El que
camente el juicio favorable que se for
se ha instruido, tiene el mérito de maes
ma de alguna cosa: estimaciσn, es ade
tro.
mas la inclinaciσn que de allí resulta
Para llegar á ser hábil, es menester
acia la cosa estimada. Apreciar yo una
comenzar por aprender de los que sa
cosa, es propiamente ponerle precio, σ
ben, y trabajar después en instruirse
juzgar de su valor con respecto al co
á sí mismo, como si nada se hubiera
mϊn de los hombres: estimarla, es juz
aprendido.
gar de su valor con respecto á mí.
(March.)
Una circunstancia particular puede
hacerme estimar en mucho una joya de APROPIARSE, ARROGARSE, ATRIBUIRSE
—Apropiarse, es tomar para sí una cosa.
poco valor, sin que por eso deje de ha
Arrogarse, es requerir, mandar con
cer aprecio, σ conocer el mérito de otras
altanería, sin tener facultades para re
alhajas mas ricas y preciosas. Yo debo
querir σ mandar.
apreciar el mérito de la Eneyda, aunque
Atribuirse, es adjudicarse el hombre
acaso estime mucho mas una sátira de
una cosa que quiere se mire como suya.
Juvenal, σ una simple fábula de Fedro.
El hombre ambicioso se apropia; el
Lo que se opone al aprecio es el des
vano
y orgulloso se arroga; el envidio
precio; esto es, la persuasion de que la
so se atribuye.
cosa no tiene valor ninguno. Lo opues
Uno se apropia un campo, se arroga
to á estimar es desestimar, menospre
un
título σ mando, se atñbuye una in
ciar, mirar con repugnancia; ϊltimamen
venciσn.
te, es la inclinaciσn que resulta del des
(March.)
precio.
(Jonama.)
explica una idonei
dad pasiva; capaz, una idoneidad ac
tiva.
Es capaz de ejecutar cualquiera co
sa, de acometer á un enemigo ma»
fuerte que él.
Es apto para aprender, para que se
le imprima bien en la memoria lo que
se le dice.
Un buen oficial es apto para la car
rera militar, y capaz para formar el
pían de un ataque.
APTO, CAPAZ.—Apto
— Parece que
se aprende oyendo las lecciones de un
maestro, y que se instruye uno por sí
mismo haciendo investigaciones.
Es preciso mas docilidad para apren
der, y mucho mas trabajo paramsírwirse.
Algunas veces se aprende lo que no
se quisiera saber; pero siempre se quie
re saber las cosas de que uno se ins
truye.
Se aprenden y saben las novedades
pϊblicas por la voz de la fama. Se ins
truye uno de lo que pasa en los gabine
tes por medio del cuidado y la atenciσn
en observar y en informarse.
APRENDER,
INSTRUIRSE.
(L. de la Huerta.)
en general, significa
mas que capaz, ya sea que se hable de
APTO, CAPAZ.—Apto
AQU
( 24 )
ARE
El primero representa aquel lugar ab
un general, ya de un juez, σ de un lite
solutamente, y el segundo le represen
rato. Puede muy bien un hombre ha
ta con relaciσn exclusiva del lugar en
ber leido cuanto se ha escrito sobre el
que hablamos. Allí está, no supone
arte de la guerra, y aun haberla hecho,
mas relaciσn que aquel lugar en donde
sin ser apto para hacerla; puede ser ca
tal vez ha estado siempre; allá está, es
paz de mandar, mas para adquirir el
to es, no está aquí, en donde suele, ha
nombre general apto, es preciso que
estado, σ debe estar.
haya mandado mas de una vez con buen
(L. de la Huerta.)
éxito.
Un juez puede saber todas las leyes
ARENGA, DISCURSO, ORACIΣN.—Arenga
sin ser apto para su aplicaciσn.
es una oraciσn σ razonamiento hecho á
Un literato puede no ser apto para
una comunidad σ persona de respeto.
escribir ni para enseρar.
Discurso, el razonamiento, plática σ
El hombre apto es pues el que hace
conversaciσn dilatada sobre alguna ma
mucho uso de lo que sabe: el capaz
teria. Oración, razonamiento, locuciσn
puede; el apto ejecuta. (Véase capa
compuesta sobre algϊn asunto σ cir
cidad, aptitud,)
cunstancia interesante.
{March.)
Α α υ ί , ACÁ.—Son adverbios locales, que
valen lo mismo que este lugar, σ en este
lugar en donde se halla la persona que
habla. Su diferencia consiste en que
aquν representa el lugar de un modo ab
soluto y sin referencia alguna á otro lu
gar. Aquν vivo, aqui como. Pero acá,
tiene mayor extension, porque ademas
de representar el lugar, aρade por sí so
lo la exclusion de otro lugar determina
do, que directa σ indirectamente se con
trapone á aquel en que nos hallarnos;
de modo, que sin el recurso del senti
do nos presenta la idea, σ del paso de
uno á otro, σ de la comparaciσn, σ de
la preferencia, σ de alguna otra circuns
tancia, que los distingue σ separa.
Como aqui, vivo aquí, supone sola y
absolutamente el lugar en donde como
y vivo, sin excluir determinadamente
otro lugar, sin representar por sí la me
nor idea de duda, preferencia σ rela
ciσn alguna respecto de otro. Pero,
hoy como acá, excluye determinada
mente el lugar en donde suelo comer.
Con la misma proporciσn se distin
guen lo adverbios locales allí y allá.
La arenga se dirige propiamente al
corazσn, teniendo por objeto persuadir
y mover los ánimos; su mérito y su be
lleza consisten en ser viva, animada,
interesante, fuerte y enérgica. El discurso va directamente al entendimiento,
proponiéndose explicar é instruir; su
mérito principal consiste en ser claro,
exacto y elegante. La oración trabaja
en preparar y disponer la imaginaciσn,
fundándose su plan comunmente en la
alabanza σ la critica, y consistiendo su
belleza y su mérito en ser noble, delica
da, y su estilo elocuente.
El capitán hace á sus soldados una
arenga para animarlos á la pelea. La
academia propone un discurso para de
senvolver σ sostener un sistema. El
orador propone una oración fϊnebre pa
ra dar al concurso una grande idea de
su héroe.
Lo largo de la arenga suele amorti
guar el fuego de la acciσn. Las flores
del discurso disminuyen muchas veces
las gracias de él. La afectaciσn de lo
maravilloso en la oración desluce á es
ta, y la hace perder la ventaja de lo
verdadero.
(March.)
ARM
( 2δ )
ART
ideas que hoy se aplican á ellas, y que
A R M O N Í A , MELODÍA. — Aunque parece
esencialmente las distinguen; tanto mas,
ageno de este examen el explicar la
que la definiciσn que aplica el Diccio
significaciσn de los términos propios de
nario á la voz melodνa, las confunde
un arte, no será fuera de propσsito el
implícitamente, pues supone que lo ar
analizar aquí estas dos voces, porque
monioso
es una de las cualidades que
también pertenecen al uso comϊn, en
constituyen la melodνa.
el cual no será extraρo que se confun
Los maestros y escritores del arte,
dan, por las diferentes significaciones
entienden bajo los nombres de melodνa
que han dado á la voz melodνa, tanto
y armonνa, las dos partes de la mϊsica
los antiguos, como el uso comϊn, y los
en que distinguen el canto considerado
escritores del arte de la mϊsica.
con relaciσn á una voz sola, del otro
Los primeros la confundían con la
que llaman concertado.
armonνa, atribuyendo á esta la parte
Segϊn sus principios, creo que se p o
de la mϊsica que hoy entienden los fa
drán definir así: L a melodνa es la in
cultativos por melodνa, porque " n o en
flexion agradable de una voz, que pasa
"tendian por armonνa (como ahora se
sucesivamente de unos sonidos á otros.
"entiende) la combinaciσn y concordan
La armonνa es la combinaciσn metσdica
c i a que se forma de las proporciones
de
varias voces, que forman al mismo
" d e varias partes de diversas voces,
tiempo diversos sonidos.
" q u e se oyen al mismo tiempo, que es
De modo que no puede haber armo
" e l objeto del contrapunto moderno;
nνa
sin la concurrencia de dos σ mas
"sino la relaciσn que tienen entre sí los
voces. La melodνa no supone mas que
"grados sucesivos de una voz sola, al
una sola.
"pasar del agudo al grave, del grave al
Esta es la parte mas esencial del ar
" a g u d o . . . . " (*)
te, porque abraza todos los principios
El uso comϊn no atribuye á la melo
que forman el verdadero fundamento
dνa otra idea que la de la dulzura y la
de la mϊsica, y puede existir sin la ar
suavidad; y el Diccionario de nuestra
monνa, que es la parte que aρade á
lengua se limita á este sentido, dicien
aquellos principios fundamentales los
do que es: la dulzura, pñmor y blandura
de las consonancias y disonancias de
de la voz y canto suave y armonioso,
las voces concertadas, y puede mirarse
siguiendo la etimología de la voz, de
como el adorno con que el arte realza
rivada de la voz griega Metes, que sig
la belleza de la melodνa.
nifica verso σ canto, de donde se llamσ
{L. de la Huerta. )
Melicus al mϊsico ("f), con relaciσn á
Mely σ miel; porque probablemente se A R O M A , P E R F U M E . — A r o m a es todo cuer
po inanimado que despide fragancia σ
consideraba entre los griegos la dulzu
perfume.
ra, como una cualidad inherente al can
Perfume se dice también del cuerpo
to, y este como inseparable del verso.
que perfuma, pero jamas se dice aroma
Es preciso respetar este sentido adop
al olor mismo.
tado en todos tiempos por el uso co
El perfume se dirige ϊnicamente al
mϊn: pero no es justo prescindir en el
olfato, el aroma lisonjea el olfato, la
examen analítico de estas voces, de las j
vista y aun el paladar.
(*) Motast. Poet, de Arist.
sica.
Martini; Hist, de la mϋ, !
I
(•f ) Melicus vel musicus, ΰ graeco Αtelos, «΅rood carmen
site cantum significa!. Arnb. <_'al. fνic. Sf.pt. Ling.
(March.)
A R T E , OFICIO, PROFESIΣN.—El
arte ha
ASI
( 26 )
ATE
ce el artesano y hombre hábil; el ofi ASTRΣNOMO, ASTRΣLOGO.—El astrσnomo
cio el operario y jornalero: la profesiσn
conoce el curso y el movimiento de los
astros.
el hombre de un orden σ de cierta clase.
El oficio requiere un trabajo mate
El astrσlogo raciocina sobre su in
rial, mecánico σ de manos; la profesiσn
fluencia.
un trabajo ϊ ocupaciσn cualquiera; el
El primero observa el estado de los
arte un trabajo del ingenio, sin excluir
cielos, seρala el orden de los tiempos,
los eclipses y las revoluciones que pro
ni exigir un trabajo material.
(March.)
ceden de las leyes establecidas por el
primer
mσvil de la naturaleza, en el nϊ
ASCENDIENTE, IMPERIO, INFLUENCIA.—
mero inmenso de los globos que con
El ascendiente es el poder de una supe
tiene el universo, y yerra poco en sus
rioridad legítima, como el de un ancia
cálculos.
no respetable, de un padre virtuoso.
El segundo predice los acontecimien
Imperio es el poder de la fuerza. In
tos, anuncia la lluvia, el friσ, el calor y
fluencia el de la elocuencia, de la per
todas las variaciones de los meteoros,
suasion, y de la insinuaciσn.
(March.)
engaρándose las mas veces en sus pre
dicciones.
ASIR, AGARRAR.—Estos dos verbos ex
El uno explica lo que hace y mere
plican la diferente actividad de la acciσn
ce el aprecio de los sabios; el otro char
que representan.
la divulgando lo que imagina, espar
El que agarra asegura, tiene firme;
ciendo comunmente mentiras, y buscan
porque el verbo agarrar supone la fuer
do de este modo la estimaciσn del vul
za necesaria para lograr su efecto. El
go, fundándola en su necia credulidad.
que ase, puede σ nσ asegurar; porque
(March. )
la acciσn de anr, no supone precisa y
positivamente la fuerza necesaria para
ASUNTO, MATERIA.—Asunto, es el obje
asegurar y tener firme.
to particular de que se trata: materia,
Corriσ tras él, y le agarrσ; no nos
es la entidad á la cual pertenece el
deja duda de que lo tiene asegurado.
asunto., y constituye su calidad.
Corriσ tras él, y le asiσ; nos deja la
Se propone un asunto cuya materia
duda de si le asiσ de modo que pudo
ofrezca medios de lucimiento á la eru
asegurarle; porque el verbo no lo ex
diciσn y al ingenio.
plica por sí solo, y asi es preciso aρa
La murmuraciσn es en la sociedad
dir de qué parte, σ cσmo le asiσ, para
una materia inagotable, porque no hay
que se deduzca el efecto por el modo
en ella cosa de que no hagan los necios
y circunstancias de la acciσn: le asiσ
un
asunto muy serio para ejercerla, su
fuertemente del brazo, σ le asiσ de la
pliendo con este cσmodo recurso, su
capa.
falta de talento.
La acciσn de asir se refiere al uso
(L. de la Huerta.)
del asa; la acciσn de agarrar al de la
garra. Aquella sostiene tal vez sin es
ATENTO, CORTÉS. — Ser cortιs, es una
fuerzo; ésta asegura con fuerza y tena
obligaciσn que nos impone la buena
cidad.
crianza: ser atento, es una calidad á que
Por esta razσn, para explicar la po
nos inclina la buena educaciσn.
ca seguridad de una cosa, se dice que
El cortιs puede serlo sin pasar los li
está asida de un cabello; no agarrada.
mites de su obligaciσn: el atento no se
(L. de la Huerta.)
ATR
ATR
( 27 )
treza, ni lo que puede dar de sí la for
atiene á ella, y emplea noblemente los
tuna σ la casualidad, sino una ciega pre
medios de agradar σ de complacer.
cipitaciσn, que le hace preferir en aquel
Decir de un caballero que es cortιs,
momento,
la probabilidad de quedar
no es una lisonja, es solo decir que no
muerto en la plaza, al sonrojo de verse
es grosero. Decir que es atento, es ha
despreciado y escarnecido.
cer sü elogio; es decir, que aρade á la
(L. de la Huerta. )
cortesía el agrado, la complacencia.
El cortιs lo es siempre sin afectaciσn:
el atento puede ser afectado. Hay ATRIBUIR, IMPUTAR.—La voz latina tri
buere en su sentido primitivo, designa
hombres que á fuerza de atenciones nos
partir, hacer muchas partes de una cosa,
alejan diestramente de su familiaridad
distribuirla entre muchos. De aquí viene
y confianza.
attribuere, atribuir, dar, apropiar, apli
(L. de la Huerta.)
car á. Atribuciσn, es la asignaciσn de
ATREVIMIENTO, OSADÍA, ARROJO.—El
sueldos, salarios, prerogativas, &c; y
atrevimiento supone una resoluciσn de
atributo es la propiedad que distingue
la voluntad acompaρada de confianza
a un objeto. De la voz latina putare,
en nuestras propias fuerzas para con
que significa originariamente podar, lim
seguir un fin arduo. La osadνa supone
piar, mondar, y por traslaciσn, poner en
el desprecio de las dificultades σ ries
limpio, liquidar una cuenta, calcular,
gos superiores á nuestras fuerzas, pero
examinar, pensar; de ahí, digo, viene
acompaρado de una excesiva confianza
imputar, que significa calcular sobre,
en la fortuna σ en la casualidad. El
incluir una suma en otra, σ deducirla.
arrojo no supone ningϊn genero •«* con
Como sinσnimo de atribuir, opone una
fianza, sino una ceguedad con que te
operaciσn complicada á una operaciσn
merariamente nos exponemos á un ries
simple, como que ofrece la idea de cσm
go, sin examinar la posibilidad ni la
puto, de cálculo, de combinaciσn. Im
probabilidad de salir bien de él.
putar es en este caso atribuir por com
binaciσn, por medio de combinaciones,
Un torero es naturalmente atrevi
y con responsabilidad. Estas dos vo
do, y lo debe á la fundada confianza que
ces expresan la acciσn de poner una
tiene en su habilidad, en su ligereza;
cosa á cargo de alguno. Atribuνrselo,
pero si apartándose de las precaucio
es cargársela como cosa propia suya,
nes comunes y conocidas del arte, se
como obra suya inmediata, por un jui
empeρa por vanidad, en una suerte ar
cio,
por una simple aserciσn. Imputárriesgada, decimos que es osado, porque
sela, es cargársela aplicándole el méri
desprecia con excesiva confianza un
to de ella. Se imputa por lo regular el
riesgo superior á los medios que puede
mérito de las cosas que se atribuyete.
naturalmente emplear para salir bien
Atribuir,
se toma indiferentemente en
del lance, entregándose demasiado á la
buena y en mala parte; pero imputar, se
fortuna σ á la casualidad. Si picado de
toma por lo regular en mala parte. Se
los desprecios del concurso, ciego de
atribuye una acciσn mala así como una
cσlera y despecho, expone temeraria
buena, una virtud y un vicio; pero an
mente su vida en una suerte contra to
tes se imputan las acciones malas que
da probabilidad de salir bien de ella,
las buenas, antes un delito que una vir
decimos que es arrojado, que es un ar
tud. No se crea por esto que imputar
rojo lo que hace; porque no le mueve á
se aplica siempre en mal sentido; pues
ello la confianza que tiene en su des
AVA
( 28 )
AVE
la razσn y el usσ universal fundado en
tiene el afán de guardar: el codicioso e'
ella^ prueban lo contrario. Atribuir, se
de adquirir^ No se dice ser avarienta
usa en el sentido físico lo mismo que en
del bien ageno, ni codiciar, el bien pro
el moral; y se atribuye una acciσn á una
pio, porque solo es avariento el que po
persona, así como el flujo y reflujo del
see, y codicioso el que desea.
mar á la acciσn combinada del sol y de
El avariento no expone nunca su cau
la luna. Imputar, apenas tiene uso sino
dal, por miedo de una pérdida. E l co
en el sentido moral, y por lo comϊn no
dicioso le arriesga muchas veces, por
imputamos sino á las personas σ seres
el afán de la ganancia.
personificados, σ á las cosas animadas.
Este es mas digno de compasiσn, por
Bien es verdad que no se puede hacer
que siempre vé lejos de sí el objeto en
de esta observancia, relativa al uso ac
que pone su felicidad; pero el avariento
tual, una regla absoluta y exclusiva.
sabe que posée lo que crée que puede
(A. Oienfuegos.)
hacerle dichoso, y se complace en cier
to modo con la falsa idea de que, si se
A U N , TODAVÍA.— Todavνa, parece que se
priva de mucho, es por poder lograrlo
refiere mas bien á la duraciσn actual y
todo.
su fin: aun, se refiere á lo porvenir.
(Z,. de la Huerta.)
Aquella por consiguiente se acomoda
mejor á las oraciones positivas; ésta á A V E R S I O N , R E P U G N A N C I A , O P O S I C I Ó N . —
La aversion se aplica tanto á las perso
las negativas.
nas como á las cosas; supone el deseo
Todavνa subsisten monumentos de la
de la separaciσn, conforme lo indica su
antigua Roma: aun no se conoce su ver
etimología avertere, apartar, alejar; y es
dadero fundador. E s preciso confesar
independiente de la voluntad.
que el sentido de estas dos proposicio
La repugnancia hace concebir la idea
nes aun no se ha fijado bien, y por con
del combate de la voluntad, la cual pug
siguiente conservan todavνa mucha ar
na en vano consigo misma para vencer
bitiariedad.
se, y por consiguiente aquella tampoco
(Jonama.J
depende de ésta.
A U X I L I O , SOCORRO, A M P A R O . — S e da el
La oposiciσn supone resistencia cau
auxilio al que ya tiene, y le conviene te
sada por un modo de sentir enteramen
ner mas; el socorro al que no tiene lo su
te contrario, y depende muchas veces
ficiente; el amparo al que no tiene nada.
de la voluntad σ del capricho.
A un ejército considerable se le auxi
La aversion puede degenerar en hor
lia para hacer mas poderosa é irresis
ror: la repugnancia en hastío y en odio:
tible su fuerza; á una plaza que sostie
la oposiciσn, en aborrecimiento.
ne con dificultad un sitio, se la socorre
La repugnancia es mucho mas mate
para que no se rinda; á un infeliz ven
rial que la aversion, y ésta, mas que la
cido y derrotado, se le ampara para que
oposiciσn.
no perezca.
Nos causa repugnancia un alimento,
Se pide auxilio para vencer; socorro
una
medicina, una lectura. Tenemos
para no ser vencido; amparo para no pe
aversion á las personas, á la soledad, á
recer. Se auxilia al industrioso; se so
los insectos. Se nos opone una perso
corre al necesitado; se ampara al des
na, cuyo carácter no conviene con el
valido.
(L, de la Huerta.)
nuestro. Somos opuestos á que se nos
contraríe.
A V A R I E N T O , CODICIOSO. — El avariento j
(O. de la Cortina,)
AXI
( 29 )
AXIOMA, MÁXIMA, SENTENCIA, APOTEG
MA, AFORISMO.—El axioma es una pro
posiciσn, una verdad capital, principal, [
tan evidente por sí misma, que cautiva j
por su propia fuerza y con una autori
dad irrefragable el entendimiento bien
dispuesto. Es la antorcha de la ciencia.
La máxima es una proposiciσn, una
instrucciσn importante, mayor, hecha
para iluminar y guiar á los hombres en
la carrera de la vida; es una gran regla
de conducta.
La sentencia es una proposiciσn, una
lecciσn breve, patente y admirable, que
deducida de la observaciσn σ tomada en
el sentido íntimo, σ en la conciencia,
nos enseρa lo que es preciso hacer σ lo
que pasa en la vida; es una especie de
oráculo.
Apotegma es un dicho memorable, un
rasgo sorprendente, que saliendo de un
alma enérgica, nos causa una viva im
presiσn: es una centella del espíritu, σ
de la imaginaciσn, de razσn y de senti
miento .
Es el aforismo una nociσn, una ense
ρanza doctrinal, que expone σ resume
en pocas palabras, en preceptos y en
compendio, lo que se trata de aprender:
es la sustancia de una doctrina.
El axioma debe ser claro, geométri
co, de eterna verdad. La máxima debe
ser cierta, luminosa y de grande utilidad.
La sentencia, concisa y de un giro ό es
presion proverbial. El apotegma agu
do, picante y dramático. El aforismo
luminoso, dogmático, apoyado en obser
vaciones y pruebas desenvueltas y pa
tentes.
BAN
sola, expresada con un rasgo enérgico.
El apotegma, es como inspirado por lu
ocasiσn, que con el choque expide cen
tella5 El aforismo nace bajo la pluma
del sabio metσdico, que después de ha
ber considerado bien, concebido con
claridad, y discernido con acierto, re
duce sus investigaciones y sus descu
brimientos á divisiones y á ciertos pun
tos capitales.
Citaremos como ejemplo algunos axiomas.
Un cuerpo es impenetrable á otro
cuerpo; σ bien dos cuerpos no pueden ocucosas
par á la vez el mismo espacio
iguales á una tercera, son iguales entre
si
Como por ejemplo de máximas. Considerad el fin atended al objeto
Conócete á tí mismo; inscripciσn del tem
plo de Delfos
Queréis, dicen los
Persas, que crezca el mérito! sembrad las
recompensas.
Las proposiciones siguientes pueden
ser miradas como sentencias. La adversidad es la gran maestra del hombre; σ
como dice el adagio griego: lo que os
daña os instruye.
Cuéntanse entre los apotegmas estos
rasgos. Preguntaban á Leónidas, por qué
los valientes prefieren el honor á la vida?
—Porque depende la vida de la fortuna,
el honor de la virtud.
Las siguientes proposiciones son aforismos. Las enfermedades, segϊn la doc
trina de Hipσcrates, las cura la naturaleza, y no los remedios; y la virtud de los
remedios consiste en ayudar la naturaleza.—(V. Máxima, Sentencia.)
(March.)
I
Β
El axioma se presenta como por sí I
mismo al que busca la ciencia y lo sub BANCAROTA, QUIEBRA.—Uno y otro tér
yuga. La máxima resulta de la obser \ mino significan la cesaciσn σ abandono
de comercio σ de pago: pero bancarovacíon de los efectos constantes, y de
ta manifiesta propiamente el efecto de
las conexiones generales que uno redu
la insolvencia σ malversaciσn. Hacer
ce á un principio. La sentencia parece
bancarota, es cerrar la tienda, casa de
formarse de una multitud de verdades,
comercio σ de pago, y desaparecer del
que se confunden y se reducen á una
Β Α Τ
BAS
( 30 )
suficientemente, da una idea relativa, con
comercio σ de la pagaduría, renuncian
trayéndola determinadamente á lo que
do á esto de grado σ de fuerza. Hacer
justamente alcanza, para no carecer de
quiebra, es dejar de pagar al vencimien
lo preciso. Y así se dice en un sentido
to de los plazos, declararse imposibili
absoluto: fulano es bastante rico; y en
tado de pagar y pedir tiempo para el
un sentido relativo á sus obligaciones, se
pago. La bancarota, expresa literal
dice que es suficientemente rico.
mente la cesaciσn absoluta del comer
El que dice que Leganés es un buen
cio &c; la quiebra, la caida σ pérdida
lugar,
y que hay en él casas bastante
en él.
grandes, no explica mas que la magni
La decadencia, la ruina del comercio
tud absoluta é indeterminada de las ca
lleva consigo la imposibilidad de conti
sas
de Leganés; y no dirá que hay en
nuar. La cesaciσn, el rompimiento del
él casas suficientemente grandes, á no re
comercio da lugar á la alternativa, σ de
ferirse determinadamente al objeto para
que uno no puede, σ de que no quiere
el cual se necesita que lo sean.
continuarlo. Lo segundo conviene pues
{£, de la Huerta.)
mejor para expresar la bancarota vo
luntaria σ de intento, fraudulenta σ cri
BATALLA, COMBATE.—La primera es una
minal·, lo primero para expresar la quie
acciσn general, y comunmente precedi
bra forzosa, desgraciada é inocente: y
da de algϊn plan premeditado. El se
aquí está la principal diferencia que el
gundo parece ser una acciσn particular,
uso establece entre estas dos voces. La
muchas veces imprevista. Así, pues,
calificaciσn de bancarota es injuriosa;
las acciones que hubo en Canas entre
la de quiebra no lo es. Aquella es mas
cartagineses y romanos, en Farsalia en
propia de un banquero σ pagador, y aun
tre César y Pompeyo, son batallas. Pero
también de un tesorero σ cajero, á no
la acciσn en que los Horacios y Cu
ser un caso fortuito de la desgracia·, ésta,
riacios decidieron de la suerte de Roma,
es decir, la quiebra suele ser mas fre
y de Alba, la del paso del Rhin, la der
cuente, y es mas propia en un comer
rota de un convoy σ de un partido, son
ciante, en razσn de las pérdidas y que
combates.
brantos naturales de su caudal, ha
La batalla de Pavía entre Carlos V.
biéndolo expuesto, y aventurándolo en
y Francisco I., la de San Quintín, tam
el tráfico y el giro, por buscar la ga
bién entre espaρoles y franceses, la de
nancia de que puede privarle un contra
Almansa, entre Felipe V. y Carlos de
tiempo cualquiera, arruinando su capi
Austria, la de Waterloo, entre Napo
tal; riesgo á que no tienen necesidad
leon y los aliados, fueron acciones de
de exponer sus fondos aquellos otros á
cisivas. La palabra combate es mas
quienes parece mas aplicable la banca
relativa
á la acciσn de pelear entre dos
rota, y en quienes esto suele ser efec j
to de la mala fe y de malversaciσn.
j σ mas combatientes; σ una parte de ejér
cito disputando σ abriéndose un paso,
(March.)
i
defendiendo una posiciσn, &c.
|
Las batallas se dan solamente entre
BASTANTE, SUFICIENTEMENTE.—El pri
ejércitos
enteros, y se ganan σ se pier
mero de estos dos adverbios parece mas
den llevando consigo el resultado gran
vago é ilimitado que el segundo; porque
des consecuencias , trascendentales á
bastante, da una idea absoluta é indeter
minada de la abundancia, suponiendo · todo un reino, una provincia, &c. Los
que hay sin escasez lo que se necesita;y | combates se dan entre cierto nϊmero de
BEN
(
hombres, y so tienen entre todas las de
nme cosas que tratan de destruirse σ de
superar la oposiciσn, y solo es fatal su
resultado á las personas que entran en
la lid σ cosa disputada, &c.
{March.)
ELLEZA, HERMOSURA.—Tσmase aquí la
primera de estas dos voces en su rigu
roso sentido, y no en el vulgar, en que
comunmente se usa para dar mas fuer
za á la alabanza, σ encarecer la admi
raciσn.
Una y otra consisten en la buena pro
porciσn y armonía de las partes que
componen un todo; pero la voz hermosu
ra se limita á representar aquella idea
con relaciσn á lo agradable: la voz be
lleza representa la idea de la perfecciσn
posible.
E n este sentido se admira la belleza
del Laocoonte, del Hércules Farnesio,
de los cuales no se dice que son her
mosos; pero la Vénus de Médicis, y el
Apolo Pythio son bellνsimos para los
inteligentes, y hermosos para todos.
De aquí es, que el gusto viciado por
el capricho o l a costumbre, pone mu
chas veces la hermosura en lo que está
distante de la belleza. Y no seria poco
el desconsuelo de muchas que tienen
en el mundo la reputaciσn de hermosas
si supiesen que no parecían bellas á los
ojos de Mengs, de Rafael σ del Correg
gio.
[L. de ί α
Huerta.)
ENDECiDO, B E N D I T O . — E l primero se
refiere á la acciσn σ modificaciσn que
sufre la persona σ cosa de que se habla. ;
El segundo expresa el estado en que
queda la misma persona σ cosa, después !
de haber sufrido aquella acciσn.
;
Así, llamamos agua bendita, pan ben '·
dito, al agua y al pan que han sido ben j
decidos.
En general, todas las voces castella ΅
)
BES
ρas, terminadas en ado, y en ido, e x
presan la acciσn σ modificaciσn que su
fre la cosa, y refieren la idea á una cau
sa σ á un agente cualquiera; y las voces
que terminan en cho, so, y to, expresan
el estado en que queda la cosa por ha
ber sufrido aquella acciσn.
De esta especie son las siguientes:
Confesado—Confeso.
Confundido—Confuso.
Convencido—Convicto.
Dirigido—Directo—y Derecho.
Elegido—Electo.
Extendido—Extenso.
Pervertido—Perverso.
Rompido—Roto.
Suspendido—Suspenso,
y otras muchas que podran verse reco
piladas en diferentes gramáticas.
(G.de la Cortina.)
B E S O , ΣSCULO.—El primero
se da por
amor, por cariρo, σ por amistad. El
segundo por veneraciσn, por respeto 6
por ceremonia. Por eso decimos, ubesos
de amor," y σsculo de paz.
La voz beso, pertenece al estilo fa
miliar y puede hacer concebir ideas de
liviandad σ de doblez.
Σsculo pertenece al estilo elevado, y
siempre indica decencia y pureza de
intenciσn. Decimos " e l beso de Judas,
y no el σsculo de Judas."—Una madre
da besos á su hijo, no σsculos; y así es
que cuando queremos ennoblecer la
idea del beso, y de la persona que lo da
σ recibe, lo llamamos σsculo, aunque sea
efecto de amor sexual.
Y ya que se nos ofrece tratar de dos
voces, de las mas ideolσgicas que tiene
la lengua castellana, hagamos, aunque
muy de paso, acerca de ellas, una ob
servaciσn verdaderamente curiosa.
Pues que la formaciσn de las voces
no es arbitraria en ninguna lengua, como
ya se ha dicho (V. Alma), debemos
examinar la estructura de cada voz
BES
( 32 )
BES
para conocer la razσn en que se funda
partes, una. tomada del sustantivo lati
su significado. Observemos en el caso
no os, la boca, y otra, del supino cultum,
presente que la primera letra de la voz
de colθre, reverenciar, adorar.
beso es una b, letra que se pronuncia
El doctor Gall tuvo mucha razσn
uniendo los labios, oprimiéndolos muy
para decir que cada lengua, sea mímica,
suavemente, y desuniéndolos con cier
sea articulada, es un producto natural
ta vibraciσn real y efectiva, aunque
de los sentimientos y de las ideas inte
poco perceptible (como se verifica mas
riores del hombre. Por poco que es
σ menos en las otras dos labiales m y
tudiemos la onomatología de nuestra
p); sigue después una e que no tiene
lengua, quedaremos muy pronto con
mas oficio que hacernos prolongar el so
vencidos plenamente de esta verdad,
nido de la 6, y hacen mas duradera la
así como de la razσn que hubo para
vibraciσn de los labios, por que la b
dar á las letras la figura y el sonido que
hace el papel principal en todas las
hoy tienen.
(O. de la Cortina.)
voces de que nos valemos para referir
la idea á ciertas acciones, σ cosas per
tenecientes á los labios. Tienen ésta B E S T I A , ESTΪPIDO, IDIOTA.—Estos tres
epítetos son contrarios al entendimien
letra las voces labio, beber, bebida,
to, y dan á entender que falta casi del
besar, beso, saborear, sabor, sabroso,
todo; con la diferencia, de que bestia es
boca, bocanada, bostezar, bostezo, bozo,
por
falta de inteligencia, estϊpido por
borbotσn, bocina, bocera, silbar, silbo,
la de sentimiento, Ώidiota por falta de
sorber, baboso, baba, buche, balbucien
conocimiento.
te, are, acciones todas en las que tie
En vano es que se den lecciones á
nen los labios mas σ menos parte. Des
un bestia, pues la naturaleza le ha ne
pués de la e, sigue la pronunciaciσn de
gado los medios de aprenderlas y apro
la s, letra silbadora, de sonido igual
vecharse de ellas. Inϊtiles serán los
mente vibrado, y que hace veces de as
desvelos y el cuidado del maestro para
piraciσn fuerte; y por ϊltimo, termina
enseρar á un estϊpido, si no descubre
la voz con una o que nos obliga á en
el secreto de estimularle y sacarle del
treabrir los labios, y hacer un contras
embotamiento en que se hallan sus po
te repentino de sonidos, y he aquí re
tencias. Con gran dificultad y trabajo
presentado al mecanismo del beso ma
se alcanza á instruir á un idiota: para
terial (esto es, su ruido, la figura que
ello es preciso tener el arte de hacer
toman los labios &c.) con cuanta pro
sensibles las ideas y saberse acomodar
piedad puede hacerse por medio de la
con maρa á su modo de pensar, para
palabra.
elevar éste al nivel del que se trate de
Como en el σsculo tienen menos par
inspirarle.
te los labios, porque solo consiste en
acercar la boca, naturalmente entrea
bierta, á una persona σ cosa, debían
dominar en la voz propia para expre
sar esta acciσn, letras que obligaran á
referir la idea á la boca así entreabier
ta, y por esto en la VOZ σsculo do
minan la o y la u, sonidos mas σ menos
rotundos, y que alternan en la compo ΅
sicion de aquella voz, formando dos I
Hay bestias que creen tener talento;
su conversaciσn es un tormento para
las personas que le tienen verdadera
mente, y su carácter llega á veces has
ta ser molestísimo en la sociedad, par
ticularmente cuando á la bestialidad y
á la vanidad reϊnen también el capri
cho. Los estϊpidos no se jactan de te
ner talento, ni menos buscan á aquellos
CAD
BUL
( 3 )
que lo tienen; por lo mismo seria una
un carro, un cuerpo que cae en tierra,
& c ; pero si decimos que hay bulla en
necedad hacer alarde de tenerlo entre
la calle, damos á entender, que el ruido
ellos; para nada entran en el trato de
que se oye, es causado por la gente que
las gentes, y su compaρía es solo per
habla σ grita en ella.
judicial é incσmoda á quien busca la so
(L. de la Huerta.)
ledad. Los idiotas suelen tener algu
nos rasgos de imaginaciσn, pero á su
c
manera, por una especie de sorpresa, y
que demuestran de un modo singular, CADUCIDAD, DECREPITUD.—Lo primero
indica decadencia, ruina prσxima ; lo
capaz de divertir á aquellos que en
segundo anuncia destrucciσn, ϊltimos
cuentran un placer en cualquier cosa.
de una disoluciσn gradual.
efectos
(March.)
Decrepitud, se dice con propiedad
del hombre, y ϊnicamente es aplicable
BUENAS ACCIONES, BUENAS OBRAS.—El
á los seres animados. Caducidad, se
uno se extiende mas lejos que el otro.
aplica también á ciertas cosas inanima
Se entiende por buenas acciones, cuan
das: asi pues, la caducidad de un edi
to se hace por principio de virtud; y no
ficio; caducan los bienes, una posesiσn,
se entiende por buenas obras, sino cier
una sucesiσn, &c. Caduco, se toma por
tos principios particulares, que pertene
frágil, que no tiene mas que un tiempo,
cen mas bien á la caridad con el prσ
que se acerca á su fin. Decimos una
jimo.
salud caduca, es decir, delicada, vaci
Es una buena acciσn declararse con
y no diremos una salud decrιpita.
lante,
tra la corrupciσn de costumbres y ha
El uso se vale con propiedad de es
cer guerra al vicio; es una buena acciσn
tos términos para distinguir dos edades
resistir á una violenta tentaciσn de pla
σ
periodos de la vejez.
cer σ de interés; y esto no es segura
Hay vejez caduca y vejez decrιpita.
mente lo que en rigor se llama buena
La caducidad, es una vejez avanzada y
obra. Socorrer al infeliz, visitar á los en
achacosa que vá á tocar en la decrepi
fermos, consolar á los afligidos, enseρar
tud;
esta es una vejez extremada, y di
al ignorante, esto es hacer buenas obras.
Se hacen buenas obras cuando se vá á las gámoslo así, agonizante, que conduce á
la muerte, σ está cercana á ella. Los
cárceles y á los hospitales con espíritu
fisiologistas distinguen los dos estados
de caridad.
con los caracteres siguientes. En el an
Toda 6ixeno obra es una σttena acciσn;
ciano σ viejo caduco, el cuerpo se en
pero toda buena acciσn no es una buena
corva, las arrugas se ahondan á causa
obra, hablando en rigoroso sentido.
de la extenuaciσn, la voz se pone cas
(March. )
carrona, la vista se pierde σ amortigua
de día en dia, todas las potencias se em
BULLA, RUIDO.—Toda bulla es ruido; pero
botan σ enervan, y la memoria flaquea.
no todo ruido es bulla. Aquel es el gé
Todo se deteriora, todo desfallece en el
nero, ésta, la especie determinada de
anciano decrιpito; el cuerpo está ago
ruido, que forman con la voz una σ mu
biado, el apetito y la memoria faltan ab
chas personas.
la lengua tartamudea, to
solutamente,
Cuando decimos que se oye ruido en
dos los resortes están como gastados;
la calle, no explicamos por medio de
los sentidos se pierden, el estσmago se
esta voz la especie de ruido, ni el agen
relaja y debilita, la flaqueza es espanto
te que lo causa; puede ser un caballo,
5
CAL
( 34
sa, la circulaciσn de la sangre se entibia
y afloja con exceso, la respiraciσn es
anhelosa y se apaga, todo se disuelve:
el anciano caduco acaba de vivir, y el
anciano decrιpito acaba de morir.
Felizmente en la caducidad se lison
jea el hombre todavía; y felizmente en
la decrepitud no siente todo el mal.
(March.)
— Redϊcese
el calendario á colocar los dias en los
meses por orden numérico, y en las re
voluciones de la semana por sus nom
bres σ signos planetarios, con la indica
ciσn de las fiestas y las prácticas del rito
eclesiástico. El almanaque no solamen
te se extiende hasta hacer observacio
nes astronσmicas y pronσsticos sσbrelas
diversas temperaturas del aire σ de la
atmσsfera, sino también á hacer predic
ciones de acontecimientos sacados de
la astrología judiciaria: ademas, se dan
hoy dia, bajo el nombre de almanaques,
noticias varias, por las cuales se pueden
observar las mutaciones de cada aρo.
CALENDARIO,
ALMANAQUE.
(March.)
buen uso, y no
la etimología, es el que debe decidir so
bre la acepciσn de las voces. Aunque
calidad no haya sido al principio mas
que una variaciσn de la voz cualidad,
sin embargo me parece que hoy dia tie
nen un sentido muy diferente.
Cualidad, es una de aquellas modifi
caciones por las cuales percibimos los
cuerpos, como la extension, el calor,
&c. Calidad, es una clase de.cosas que
convienen en ciertas cualidades.
Se habla de varias calidades de trigo,
y de las bellas cualidades que distinguen
á un sugeto. El género de peor calidad
suele tener la cualidad apreciable de ser
barato.
Por esto calificar no es responder á
la pregunta cual, σ seρalar un individuo,
sino ϊnicamente determinar á qué clase
CALIDAD, CUALIDAD.—El
)
CAL
corresponde; y se califica completamen
te un sugeto llamándolo bueno, malo
sin que realmente se nombre ninguna
de sus cualidades. Por esto se llama
también sugeto de calidad y no de cua
lidad al que está comprendido en cier
ta clase privilegiada.
(Jonama.)
CALIDAD, CLASE, ESPECIE.—Hemos
di
cho que calidad era lo mismo que cla
se; sin embargo no son exactamente si
nσnimas estas dos voces.
Clase, es la idea general de muchas
cosas comprendidas por su semejanza
bajo un mismo nombre: calidad, consi
dera esta idea con relaciσn á la utilidad.
La mejor clase de paρo es á veces la
mas de moda, σ la que mas gusta: la
mejor calidad es siempre la mas fina y
la mas durable.
Especie es una clase subalterna, que
consideramos como parte de otra clase
mas general, que por esto llamamos gι
nero.
(Jonama.)
CALIDAD, CUALIDAD,
PRENDA, DOTE.—
La calidad determina los accidentes de
una cosa; esto es, nos manifiesta si la
cosa es grande σ chica, blanca σ negra,
fuerte σ débil, áspera σ suave, &c; y se
gϊn se conforman con nuestro deseo es
tos accidentes, decimos que tal cosa es
de buena σ mala calidad, y de este modo
calificamos la cosa de mala 6 de buena
en su totalidad.
De aquí se deduce, que la calidad se
aplica solamente á las cosas, alguna vez
á los animales, nunca á las personas, y
supone un examen materiaL—"Este
paρo es de buena calidad."—"Este per
ro tiene todas las calidades que debe
tener un buen lebrel."
La cualidad determina el carácter de
una persona, y en este sentido se usa
siempre en plural porque son varias las
circunstancias σ modificaciones que for
man el carácter de una persona. Por
CAN
CAL
( :5 )
pecial,
σ
si
se
quiere,
casual, sin mérito
consiguiente, será esta buena σ mala,
alguno de parte de ellas.
segϊn sean sus cualidades, que necesa
Prenda y dote, nunca se aplican á los
riamente deben tener gran parte en sus
animales ni á las cosas.
costumbres; y así como de este modo
(G. de la Cortina.)
fijamos la idea de las propiedades del
alma, así también nos valemos muchas CALIDAD, NOBLEZA. — Ambas significan
veces de la voz cualidad, para deno
el carácter de una persona constituida
tar la propiedad σ el modo de obrar
en una clase privilegiada del estado;
de una cosa, y llamamos cualidad ocul
pero con esta diferencia.
ta á una propiedad, cuya causa nos es
Calidad, considerada la persona ϊni
desconocida.
camente como comprendida en la clase,
Por todo lo dicho vemos, que las cua
σ con relaciσn á sus goces y privilegios:
lidades son independientes de la volun
nobleza con relaciσn al honor y virtud
tad, aunque ésta puede modificarlas.
que se supone debe acompaρarla: por
Si las cualidades forman el carácter,
esto se dice un pecho noble, un alma
las prendas constituyen el ornamento
noble, y no un pecho ni un alma de ca
mas precioso de una persona: hacen que
lidad.
esta nos parezca ϊtil, agradable, diver
Cuanto han escrito los moralistas so
tida, & c , y nos son tanto mas aprecia
bre la nobleza, seria falso y ridículo, si
bles, cuanto que nos prueban el estudio
se le sustituyera la voz calidad.
σ el esfuerzo que ha hecho la persona,
(Jonama.)
para adquirir estas prendas y agradar
nos. Por consiguiente, las prendas son CANORO, SONORO.—El primero se refie
re ai canto; el segundo al sonido; pero
adquiridas: las tomamos de los senti
como el canto no es mas que el movi
mientos naturales bien dirigidos, y nos
miento de la voz con inflexiones orde ·
valemos de ellas como de las prendas
nadas, se aplica el adjetivo canoro, tan
materiales, que vienen á nuestro poder
to á las personas, como á los animales
por nuestra industria, y nos proporcio
y á los instrumentos mϊsicos; porque
nan utilidades que podemos comunicar
no solamente llamamos voz al sonido
á otros. Por esta razσn siempre se usa
que se forma en la garganta de aquellos,
de la palabra prendas en buen sentido:
sino
también al que forman ciertas co
nunca se las puede calificar de malas;
sas inanimadas, heridas por el viento,
pues si lo son, dejan de ser prendas, y
σ hiriendo á éste en ellas, σ por medio
serán hábitos, inclinaciones σ defectos.
de ellas, de un modo determinado. Por
Los dotes son un don puramente gra
eso decimos, "este cantor tiene muy
tuito de la naturaleza. Son el dote que
buena voz"—fulana tiene voz de con
nos trae el alma al unirse á nuestro cuer
tralto"—"el balido es la voz de las ove
po; y como en su adquisiciσn no tene
jas"—"este σrgano, este violin, este
mos el menor mérito, ni la menor par
fortepiano tienen malas voces."
te, los llamamos con mucha propiedad
Sonoro, se aplica á todo lo que suena
dotes de naturaleza σ dotes de fortuna.
de un modo mas σ menos agradable aun
Así cuando decimos, fulano está dotado
que sin variedad de inflexiones. Las
de un gran talento, fulana está dotada
campanas, el cristal, algunos metales,
de singular hermosura, damos á enten
son sonoros, porque dan un sonido agra
der que ambas personas debieron á la
dable; y nose dirá que son canoros, por
naturaleza, la primera él talento, la se
que no varían su sonido, el cual es siem
gunda la hermosura, como un favor es
CAR
CAN
( 36 )
Se cansa uno de oir, se fatiga de per
pre uniforme aunque puede ser mas σ
seguir.
menos fuerte.
(March. )
Canoro, encierra la idea del arte: so
noro, la de la naturaleza, y esta es la CAPACIDAD, APTITUD.—Capacidad hace
razσn porque decimos con mucha pro
mas relaciσn al conocimiento de los pre
piedad y elegancia, cítara canora., refi
ceptos: aptitud á su aplicaciσn: la una
riendo la idea al arte con que la hace
se adquiere por el estudio, la otra por
sonar el mϊsico; y bσvedas sonoras, alu
la práctica.
diendo á la propiedad que estas tienen
El que tiene capacidad es á propσ
de dar un sonido que les es propio.
sito para emprender: el que tiene apti
(G. de la Cortina.)
tud lo es para salir bien de la empresa.
Se necesita capacidad para mandar
CANSANCIO, FATIGA.—El cansancio es la
en gefe, y aptitud para mandar con bue
pérdida de fuerzas, causadotpor el tra
nas esperanzas de éxito.
bajo excesivo: \& fatiga, es el cansan i
(March.)
ciσ que se manifiesta por sus efectos.
Cuando á un hombre cansado le fal CARNICERO, CARNÍVORO.—Estas voces
convienen porque son calificaciones ge
ta el aliento y respira con dificultad,
néricas de los animales que comen car
tiene fatiga. Esta es un efecto visible
ne. Difieren en que carnνvoro significa
del cansancio, y como se habla del efec
simplemente el que come carne; y car
to que se vé, y no de la causa que lo
nicero el que hace su comida de ella.
produce, decimos que respira, que ca
La primera designa el hecho, y la se
mina con fatiga, y no camina σ respira
gunda el apetito natural, el hábito cons
con cansancio.
tante. El animal carnicero no come
Por eso en un sentido figurado, de
otra cosa que carne; su naturaleza le
cimos que cansa lo que disgusta, y fa
obliga á vivir de ella sola. El carnνvo
tiga lo que incomoda.
ro es el que entre otras cosas come car
(L. de la Huerta.)
ne; pero puede vivir sin comerla, como
que no es su ϊnico y propio alimento.
CANSAR, FATIGAR.—La continuaciσn de
El tigre, el leσn, el lobo, se mantienen
una misma cosa cansa; la pena fatiga;
solo de carne, y por consiguiente son
se cansa uno de estar en pie; se fatiga
carniceros. El hombre, el perro, el
de trabajar.
gato, comen y gustan de carne; pero no
Estar cansado, es no poder obrar mas;
la necesitan para vivir, pues pueden
estar fatigado, es haber obrado dema
pasar con otros alimentos, y de con
siado.
siguiente son carnívoros. En las es
A veces se siente cansancio sin haber
pecies carnνvoras, se llaman carniceros
hecho nada, y entonces procede de cier
los individuos que gustan mas de carne,
ta indisposiciσn del cuerpo y de lenti
y la comen mas á menudo que los otros,
tud de la circulaciσn de la sangre. La
pero ya en este caso se usa impropia
fatiga es siempre consecuencia de la
mente de la voz carnicero.
acciσn; supone un trabajo rudo, ya por
(A. Cicnfttegot.)
la dificultad σ por la duraciσn del mu
cho tiempo.
CARRILLO, MEJILLA.— Estas voces se
En el sentido figurado, un suplicante
cansa con su perseverancia, y fatiga
con sus importunidades.
confunden muy á menudo en el uso, y
el Diccionario de nuestra lengua lo au
toriza en el artículo mejilla; pero en
CAS
( 37 )
CAU
realidad representan dos distintas partes
Hay quien es casto sin guardar con
de la cara, como allí se supone en el
tinencia; y al contrario, quien guarda
artículo carrillo.
ésta sin ser casto. La castidad es de
Para explicar su diferencia me pare
todos los tiempos, de todas las edades,
ce que convendrá decir, que el carri
y de todos los estados; la continencia no
llo es, en efecto, la parte carnosa de la
es sino del celibato.
cara desde la mejilla hasta lo bajo de
La edad hace á los viejos necesaria
las quijadas; y la mejilla., la parte que
mente guardar continencia; y es algo ra
está entre el carrillo y el ojo; σ (como
ro que los haga castos.
(March.)
lo explica uno de nuestros mas conoci
dos Anatσmicos) "la parte interior y
"mas blanda de la eminencia σ eleva CAUSA, MOTIVO.—La voz causa tomada
en el sentido moral, como sinσnima de
"cion, que está debajo del ojo, entre
la voz motivo, explica la razσn que te
la oreja y la nariz.
(L dt la Huerta.)
nemos para hacer, decir σ pensar algu
na cosa, pero con esta diferencia, que
CARTAS, NAIPES.—Las cartas son los nai
la causa explica una razσn forzosa, que
pes considerados respecto á su valor en
obliga á la acciσn σ al juicio: y motivo,
el juego.
una razσn voluntaria que mueve, indu
Los mejores naipes son los mas finos:
ce, inclina.
las mejores cartas son aquellas que, se
Se rompiσ una pierna, y esta es la
gϊn las leyes del juego, y el estado ac
causa de su cojera. Ha heredado un
tual de la partida, son superiores á las
mayorazgo, y este es el motivo de haber
demás: al mediator, por ejemplo, el as
dejado el servicio.
(L. de la Huerta.)
de espadas es la mejor carta, siendo en
clase de naipe igual á todos los de la
baraja. Así hablará con tanta impro CAUTIVERIO, CAUTIVIDAD.—Ambas vo
ces se derivan del latin capere, (cojer)
piedad el que jugando á la treinta y una
por lo cual se dijo antiguamente, cap
pida naipes, como el que llame fábrica
tiverio, captividad: pero cautiverio no
de cartas al lugar en que se hacen los
expresa mas que el estado de toda per
naipes.
(Jonama. )
sona de cualquiera clase que sea, que
perdiσ su libertad, y permanece en po
CASTIDAD, CONTINENCIA.—Los dos son
der de un enemigo á quien se le hace
relativos al uso de los placeres de la
la guerra.
carne, pero con diferencias notables.
Cautividad, expresa la cualidad de
La castidad es una virtud moral que
cautivo y se refiere á la duraciσn de
prescribe reglas al uso de los placeres:
aquel estado. Por eso decimos: "du
la continencia es otra virtud que prohi
"rante la cautividad de Fernando VII
be absolutamente el uso de ellos.
"en Francia," y no durante el cautive
La castidad extiende sus miras sobre
rio. —"Aboliciσn del cautiverio en Ar
lo que puede ser relativo al objeto que
"gel," y no "aboliciσn de la cautivi
se propone arreglar; pensamientos, dis
u
dad.»
cursos, lectura, actitudes, gestos, com
(G. de la Cortina.)
paρías, ocupaciones, elecciσn de ali
mentos, &c. La continencia no consi
AUTiVERio, ESCLAVITUD.—El cautive
dera mas que la privaciσn actual de los
rio es el estado á que pasa la persona
placeres de la carne.
que perdida su libertad en la guerra,
CAU
(" 38
vive en poder del enemigo. Esta idea
conviene, σ puede convenir, á la mayor
parte de los esclaves. ΏEn qué está,
pues, la diferencia de estas dos voces?
Ya no se emplea la voz cautivo, sino
cuando se habla de los que se hallan en
poder de infieles, pero aquellos son
también esclavos. La diferencia de la
energía de la voz, me parece que con
siste en que el cautiverio solo se refie
re á la falta de libertad que sufre el
cautivo, sin otra relaciσn alguna; pero
la esclavitud aρade á la idea de la falta
de libertad, la de la propiedad y dere
cho, que como sobre un bien, una alha
ja que le pertenece, tiene sobre el es
clavo su dueρo; y así no se dice regular
mente, comprar un cautivo, ni redimir
un esclavo. Los negros que trabajan
en América se llaman esclavos y no cau
tivos, porque no los consideramos pura
mente como hombres sin libertad, sino
como propiedad, hacienda de sus due
ρos.
{L. de la Huerta.)
CAUTIVO, PRISIONERO,
PRESO.—Por lo
dicho en los análisis de las voces cauti
verio y esclavitud, y cautiverio y cauti
vidad puede determinarse con bastante
precision el significado de cautivo, pues
esta voz no hace mas que aplicar á la
persona en particular las circunstancias
de la cosa.
Prisionero y preso se derivan del latin
prehendere,agarrar, coger, pillar; y se di
ferencian en que prisionero se aplica ex
clusivamente al militar cogido en acciσn
de guerra; y preso, á cualquiera perso
na á quien se priva de su libertad, ya
sea por sentencia de juez, ya por dispo
siciσn de un superior, ya en fin, por ar
bitrariedad del que ejerce la fuerza.
La voz cautivo, como nota muy bien
Huerta, no se emplea sino cuando ha
blamos de los que se hallan en poder
de infieles, y por lo mismo supone ino
cencia, excita sentimientos de confia
)
CEL
ternidad, de compasiσn y de ternura, y
trae consigo la idea de las mazmorras,
de los grillos y cadenas, y de los pade
cimientos en general; y por esta razσn
se han apoderado los poetas de las vo
ces cautivo, cautiverio, y cautividad
para expresar las penas del amor.
El adjetivo preso supone un delito, y
por él, la pérdida absoluta de libertad,
haciéndonos considerar al individuo, en
cerrado en un calabozo, σ cuando me
nos en una cárcel, σ en un recinto mas
σ menos limitado, á disposiciσn de un
juez.
Prisionero indica la pérdida momen
tánea de la libertad, no por delito σ cul
pa, sino por cualquier evento fortuito
de la guerra: tampoco nos hace supo
ner encerramiento en cárcel ni en pri
siσn ninguna, y lejos de inspirar ideas
vergonzosas σ desfavorables para el
prisionero, nos hace atribuirle honor,
valor, grandeza de ánimo, y tal vez he
roicidad.
Es una obra de caridad libertar σ re
dimir al cautivo. Es un hecho honro
so y obligatorio recobrar á un prinone
ro por cuantos medios sean posibles.
Siempre será un delito dar libertad á
un preso, mientras no lo mande la au
toridad á que se halla sujeto.
(G. dιla Cortina.)
CELEBRAR,
ENCARECER.—Como no
se
descubre desde luego ninguna acep
ciσn comϊn á estos dos verbos, parece
rá tal vez impertinente á nuestro inten
to su comparaciσn; pero en la realidad
no lo es, si se advierte que en la pri
mera parte del Quijote, capítulo 27, se
encuentra usado el primero como equi
valente del segundo: "Esta és, σ seρo
"res, dice allí Cardenio, la amarga his
"toria de mi desgracia; decidme si és
"tal que puede celebrarse con menos
"sentimientos que los que en mí habéis
"visto."
CEL
( 39
Como nadie celebra sus propios ma
les en el sentido propio de este verbo,
es preciso que fuese otra la idea que
quiso Cervantes explicar con él. De
las acepciones en que se puede usar
este verbo, la que puede convenirle
mejor en aquel lugar, es la de encare
cer; y en efecto parece muy natural que
dijese Cardenio,que su desgracia no po
dia encarecerse con menos sentimientos.
A pesar de aquella autoridad, no pa
rece posible, que estos dos verbos pue
dan usarse con propiedad como equiva
lentes uno de otro; porque el que enca
rece, puede ponderar sin complacencia,
por interés σ por otros motivos, el mé
rito, el valor, las circunstancias buenas
6 malas de la cosa encarecida; pero el
que celebra, se complace en la alaban
za, σ en el recuerdo de una cosa deter
minadamente plausible y agradable pa
ra él.
Un mendigo encarece, no celebra su
miseria, sus trabajos. Un buen amigo
celebra la parte que ha tenido en una
reconciliaciσn, en el buen éxito de una
solicitud; y es justo que lo celebre, pe
ro no le está bien el encarecerlo.
)
CEL
los que aplauden á ojos cerrados; pero
faltándole el voto de los inteligente»
desapasionados, en quienes está la ver
dadera pluralidad, nunca se podrá lla
mar propiamente cιlebre.
(Jonama.)
ELERiDAD, PRONTITUD.—La celeridad
se refiere al modo; la prontitud se re
fiere al tiempo. En aquella se supo
ne un movimiento ligero y continuado;
en esta se supone un acto, se prescinde
de la continuaciσn del movimiento.
Oyσ un ruido, se levantσ con pronti
tud de la cama, y se vistiσ con una ce
leridad increíble.
El correo viene con prontitud, esto
es, tarda poco: viene con celeridad, esto
es, corre mucho.
(L. de la Hutrta.)
/ELESTE, CELESTIAL.—Lo que pertenece
al cielo, es la idea comϊn á estos adje
tivos; pero el primero abraza toda la
idea; el segundo, la modifica.
Celeste, se refiere al cielo: celestial,
se refiere á la divinidad.
Celeste es, sin restricciσn, todo lo que
pertenece al cielo, bien sea considera
do como la morada de los bienaventu
(L. de la Huerta.)
dos, σ bien como la region superior que
circunda al universo.
CÉLEBRE, CELEBRADO. — Pava que un
Celestial, no solo se limita á aquel
hombre sea cιlebre, no basta que tenga
primer sentido, sino que aun en él se li
mérito, es preciso que lo celebren; sin
mita á lo mas sublime de su idea: por
embargo, no todo lo celebrado es cιle
que se refiere determinadamente á las
bre Mil cosas celebra la preocupaciσn,
perfecciones que constituyen la esen
la pasiσn σ la ignorancia, que fastidian
cia
divina, y á lo que participa de sus
al que las mira á sangre fria y con ojos
divinos atributos.
acostumbrados.
La morada celeste de los justos: los
Para que una cosa sea cιlebre es pre
espíritus celestes: el movimiento de los
ciso que tenga un mérito conocida, y
cuerpos celestes: la esfera, el globo ce
que este sea de tal especie, que intere
leste.
se generalmente, y arrebate los aplau
La sabiduría, la pureza celestial: las
sos á todo el que la mire con imparcia
celestiales perfecciones: la vista celestial
lidad. Si una acciσn σ una obra cual
de la divinidad: la celestial bienaventu
quiera es despreciable en sí misma, σ
ranza.
de un género poco interesante, podrá
ser celebrada por sus partidarios, σ por
Por este principio llamamos celeste al
OLA
( 40
color que nos parece que vemos en el
cielo, y no le damos el nombre de celes
tial, como á ninguna otra cosa que no
pertenece á aquella determinada idea.
Y asi no se podría decir, sin una abso
luta impropiedad, los astros, σ cuerpos
celestiales, la esfera celestial, azul celes
tial.
(L. de la Huerta.)
voz pequeño re
presenta siempre la pequenez específica:
la voz chico, representa la pequenez de
un modo absoluto. Por eso no se pue
de emplear ésta, cuando se trata de co
sas de gran magnitud, porque lo chico
siempre representa una cosa de poco
volumen, siempre que sea menor que
aquellos á que se compara, σ entre cuyo
género σ especie se distingue. Un mon
te, un rio es pequeño; pero ni del uno ni
del otro se dice que es chico, porque no
se considera su pequenez en un sentido
absoluto, sino respectivo, σ en compa
raciσn de los demás montes y rios.
CHICO, PEQUEÑO.—La
Esta es la razσn porque, hablando
con rigurosa propiedad, no se usa en la
física de la voz chico, sino déla voz pe
queño, porque en ella no se conoce la
pequenez absoluta, sino la respectiva σ
específica.
Pequeño, se aplica á lo físico y á lo
moral; pero chico se aplica sσlo á lo fí
sico: pié chico σ pequeño; hombre pe
queño σ chico; pero no: obstáculo chico,
inclinaciσn chica, espíritu chico, porque
en estos casos solo se aplica la voz para
representar expresamente una compa
raciσn.
(L. de la Huerta.)
CLAUSTRO,
CONVENTO,
MONASTERIO.—
La primera de estas voces se deriva de
la latina claustrum, y ésta de claudere,
encerrar; por consiguiente, claustro no
significa propia y rigorosamente, mas
que encierro.
)
CLA
Convento, se deriva del latin conven
tos, y éste, de convenire, esto es, venire
cum, juntarse σ reunirse con otro, en
un mismo lugar; de modo que convento
quiere decir reunion.
Monasteno, es voz derivada de la
griega μ .ovar*)piov, y significa perma
nencia de una persona sola, sin nin
guna compaρía.
El claustro, limita la idea á la parte
en donde el individuo permanece ό pue
de permanecer encerrado.
El convento, al edificio en donde vi
ven reunidos los individuos, haciendo
vida comϊn.
El monasterio, expresa el edificio en
donde cada individuo vive separada
mente haciendo vida solitaria.
Por consiguiente, claustro refiere la
idea al encierro; convento, la refiere á la
reunion; y monasterio, á la soledad,
Y como en el monasterio, lo mismo
que en el convento, la parte principal es
el claustro, empleamos á veces esta ϊl
tima voz en lugar de cualquiera de las
primeras, hablando en sentido figurado,
y tomando la parte por el todo; pero
esta designaciσn no es propia sino cuan
do hablamos en general, é indefinida
mente, v. g., cuando decimos, "la vida
del claustro," "los enclaustrados, & c ; "
pues si queriendo determinar particular
mente un convento cualquiera, v. g., el
de los religiosos de San Francisco dijé
ramos, "el claustro de los francisca
nos," daríamos lugar á que se entendie
ra que hablábamos solamente de la ga
lería, σ de la parte material que en el
edificio de aquel convento se designa con
el nombre de claustro.
Convento y monasterio, son mas ma
teriales que claustro, porque hacen con
cebir la idea nσ tanto del modo de vivir
en ellos, cuanto de la existencia ma
terial de los edificios en donde se vive:
y por eso se dice, "fundar un conven
to," "demoler los conventos," "vender
COL
( 41 )
COM
los monasterνosSvy no fundar, ni derri i que el tronco déla raiz, decimos que
bar, ni vender los claustros (*),
| está rabón.
(fν. de la Cortina. ΅
cola se llama asi cuan
do es grande y está bien poblada de cer
da σ de pelo; pero si es chica, delgada,
desnuda, se llama rabo: por eso decimos
la cola de un caballo; el rabo de un cer
do, & c , y cuando al caballo se le cor
ta la cola de modo que no le quede mas
COLA, RABO.—La
ί
!
!
!
|
ί
.
La palabra cola se usa en sentido fi
gurado, á diferencia de la palabra rabo,
que no se emplea mas que en su senti
do recto, y siempre es innoble. Así lla
mamos vestido de cola al que vá arras
trando por detrás: decimos ponerse á la
cola en vez de al fin σ detrás. Traer
cola un asunto, por traer consecuencias.
•—Llamamos coleta (diminutivo de cola)
al pelo que llevan algunas personas en
la parte posterior de la cabeza mas σ
menos crecido y liado con una cinta σ
de otro modo; y en ninguno de estos
ejemplos podríamos sustituir con pro
piedad la palabra rabo.
__. !
(*) Si nos detuviéramos á hacer un análisis ideolσgico |
«le la voz claustro, considerándola como palabra, esto es, ΅
como imagen material de una idea, quedaría plenamente
probado lo que acerba de ella hemos expuesto. Pero no
siendo este lugar, ä proposito para entrar en tan vastas ex.
pticaciones, nos limitaremos á indicar que la combinaciσn
de la c y de la l, con que empieía la palabra claustro, es el
principal fundamento de la significaciσn que ésta tiene. La
e entra en la composiciσn de un nϊmero infinito de palabras
latinas, y por consiguiente de palabras nuestras. Corres
{G.dela Cortitia.)
ponde á la oncena letra del alfabeto de los orientales, los
cuales la representaron en lo escrito de un modo inverso,
esto es, con la abertura vuelta acia el lado izquierdo del COMENZAR, EMPEZAR, PRINCIPIAR.—
que escribe, en esta forma Q , y su pronunciaciσn corres
Los dos primeros son mas materiales
pondía á la de la k, por cuya razσn los latinos no tenían k,
ni los griegos tienen c, y así, la c latina equivalía absoluta
que el ϊltimo. Comenzar, se refiere mas
mente á la k oriental. La e pues, con el sonido de la k entro
á
la duraciσn del tiempo y á la perfec
en la composiciσn de palabras inventadas para representar
ideas (entre otras muchas), de encerramiento, de capaci
ciσn de la acciσn σ de la cosa, por lo
dad, de todo lo que puede contener, y por consiguiente,
cual decimos, "ahora comienza la misa;"
ideas de espacio y de lugar sujeto á determinados límites,
y de lo que es hueco, como la mano que sirve para coger,
"aquí comienza la comedia."
contener y encerrar dentro de ella, y esta es la razσn por
Empezar, se refiere principalmente
que dieron á la c una figura análoga âla déla mano medio
cerrada. Pero la analogía de esta lelra con las ideas, de
á la totalidad é integridad de la acciσn
pende de su combinaciσn con las demás letras, y así como
σ de la cosa, como lo expresamos di
para expresar ideas de lo que está vacio, y que puede con
tener por dentro otras cosas, se combino la c con la o y
ciendo, "aquí empieza el caserío de la
con la u, y se inventaron las palabras latinas bucea, occupa,
concavo, aculo, coro, coluro, coeton,fyc, y por analogía con- ciudad;" "lo que no se empieza no se
vento, concilio, convenio, continuo, oculto, S¡c, así también
acaba."
para expresar ideas de encerrar, se combino la misma c
con la l; porque los primitivos celtas en su vida sencilla y
Principiar, atiende mas ai origen y á
agreste, se servían de palos toscos para formar cajas σ re
la causa tanto moral como física, y por
cintos cerrados en donde guardar sus efectos y objetos de
uso doméstico; representaban por medio de la figura l la
eso nos valemos del sustantivo princiidea de un palo; y uniendo esta idea á la de la c que hemos
pio, para expresar la entrada, el exor
explicado, llamaban al palo cal. Así, por consecuencia ne
cesaria, entrσ la l á combinarse con la c y con la β en to
dio, todo aquello por donde empieza
das las palabras destinadas á hacer concebir ideas de en
una cosa. En moral y en política lla
cerramiento, de ocultaciσn y de conservaciσn de una cosa
dentro de otra; y los romanos respetando esta etimología
mamos principios á las reglas de nues
natural, dijeron, claudo, include, conclavium, cUmtura,
tra
conducta. En metafísica llamamos
üaustrum, S¡c, y al instrumento propio para encerrar y
del mismo modo á las causas primeras,
mantener encerrada una cosa le llamaron clavis, y noso
tros le llamamos llave, por haberse convertido en castella
y decimos que Dios es el principio (esto
no la combinaciσn el en 11 en algunas voces, como clamare,
es, el origen) de todo. En física y en
llamar: clavigerus, llavero, &c. En la palabra castellana
cónclave se vé realizado todo lo expuesto acerca de la c y
química,
damos el nombre de principios
de la l; pues nos representa los cardenales encerrados bajo
á las sustancias simples que entran en
de llave en un recinto limitado.
(O. déla Cortina.)
'
la composiciσn de las mixtas.
6
En lite·
COM
( 42 )
COM
ratura llamamos principios á los prime COMPLACER, AGRADAR»—Estos dos ver
ros rudimentos de las ciencias, &c.
bos expresan ambas acciones agrada
Comenzar, se refiere á la duraciσn del
bles á aquellos que son su objeto.
tiempo. Lo que comienza concluye; y
Complacer es acomodarse al sentir,
por eso llamamos concluida á la obra
al gusto, al genio de alguno, adherirse
que ha sido muy limada y perfecciona
á lo que desea con la mira de serle gra
da, para lo cual se necesita mas tiempo
to. Agradar es efectivamente ser agradel que comunmente se emplea cuando
dable á fuerza de deferencias y de aten
no se perfecciona tanto la obra,
ciones.
Empezar, atiende mas á la integridad.
Complacer es un medio para llegar
Lo que empieza acaba; y esta es la ra
á agradar, y puede decirse, que quien
zσn porque llamamos acabada á una
sabe complacer con dignidad, puede muy
obra que tiene todo lo que debe para
bien esperar agradar.
(March.)
estar entera.
Principiar atiende al fin. Lo que prin
cipia finaliza: y como la voz principio COMPLACIENTE, CONDESCENDIENTE . —
El complaciente sacrifica su voluntad σ
es muy indeterminada por referirse al
sus inclinaciones con el ϊnico fin de
origen primero de las cosas, decimos
agradar á otro, por la satisfacciσn que
que el mundo tuvo principio; pero que
le
resulta de este sacrificio.
no sabemos cuándo llegará su fin.
El condescendiente depone su autori
De todo lo expuesto puede fácil
dad,
su superioridad, σ la facultad que
mente deducirse la diferencia que hay
tenia de oponerse á nuestro gusto, σ á
entre conclusion, acabamiento y fin; y
nuestros deseos, y se conforma con
por consiguiente, entre los verbos con
ellos, aunque no le resulte utilidad al
cluir^ acabar y finalizar, de los cuales se
guna.
derivan aquellos sustantivos.
(G. de la Cortina,)
De aquí se deduce que el condescendiente es menos interesado que el comCOMERCIO, NEGOCIO, TRÁFICO.—El ne
placiente,
y que Ja condescendencia su
gocio considera los asuntos de banque
pone mas necesidad de parte del que la
ro y los de mercancías: el comercio y el
solicita.
tráfico consideran solo las mercancías;
(O. de la Cortina.)
con esta diferencia, que el comercio se
hace mas por venta y por compra, y el COMPOSTURA, COMPOSICIΣN . — Aunque
trafico por cambios recíprocos.
ambas voces representan la operaciσn
(March.)
COMPENDIO, EPÍTOME, RESUMEN, Σ SU
MARIO.—El compendio es la reducciσn
de una obra á menor volumen. El sumario indica las cosas principales que
contiene la obra, σ cada uno de sus ca
pítulos, á cuyo frente se pone el sumario. El epítome, es mas sucinto que el
compendio, aunque extracto de una obra.
De un sumario no puede hacerse un epítome, ni de un epítome, un compendio;
mas sí, de un compendio un epitome.
(March)
de componer, cada una de ellas corres
ponde á una significaciσn diferente de
este verbo. Se compone lo que está roto,
σ descompuesto, y á esta acepciσn cor
responde la voz compostura. Se compone una obra, un tomo compuesto de
varias partes, y á esta acepciσn corres
ponde la voz composición.
La compostura de un coche, de un
reloj, de un vestido. La composición
de un aria, de una oraciσn, de un re
medio.
(£,. deja Huerta.)
CON
( 43 )
CONCESIΣN, PERMISO, PRIVILEGIO, LI
CON
distinciones de los sinσnimos, deben ser
concisas.
Los lacedemonios, que dieron el nom
bre al estilo lacσnico, respondieron con
un solo sν á una larga carta en que el
padre de Alejandro les proponía la
guerra.
CENCIA.—La declaraciσn de la voluntad
del superior favoreciendo una acciσn
determinada, es el sentido que hace si
nσnimas estas cuatro voces.
Concesiσn se refiere al bien que hace
el superior, σ á lo que pone de su par
(L. de, la Huerta.)
te. Permiso hace relaciσn á los estor
bos que deja de oponer. Así, aunque
CONFIANZA, ESPERANZA.— La seguridad
podemos decir con propiedad que se
que creemos tener de υ na cosa que de
concede σ permite la extracciσn de gra
seamos es el sentido que hace sinσnimas
nos, no podemos decir que el rey per
estas dos voces.
mite pensiones, ni que nuestras leyes
Tenemos confianza cuando la segu
antiguas concedνan el desafio.
ridad de lo presente nos hace descuidar
Privilegio y Ucencia suponen cierta
sobre
lo por venir: tenemos esperanza
exclusiva; de manera que nunca se po
cuando la seguridad de lo por venir nos
drán dar estos nombres á una concesiσn
hace tolerar el mal presente.
σ permiso que comprenda todos los su
El hombre confiado duerme tranqui
getos de un estado. Estas dos voces
lo con lo que tiene: el esperanzado no
se diferencian en lo mismo que las an
reposa
un momento hasta lograr lo que
teriores: esto es, privilegio hace rela
apetece. Yo confio en Dios porque sé
ciσn á lo que se da; licencia á lo que no
que es justo: espero en él porque sé que
se estorba: todo privilegio es concesiσn;
es bueno. El ministro recto inspira
toda licencia es permiso.
confianza
al que pide justicia; da espe
Es de notar, que la exclusiva que
ranzas al que pretende con razσn. El
suponen estas voces no está precisa
amo tiene confianza en el criado, el
mente reducida á un solo individuo:
criado tiene esperanza en el amo. Se
basta que no estén comprendidos todos.
llama mozo de confianza al que es hom
Cuando el superior mismo limita la li
bre de bien; mozo de esperanzas al que
cencia σ privilegio á una sola persona,
es hombre de talento.
σ á un solo cuerpo, entonces se llama
Una y otra, segϊn lo dicho, fija sus
privilegio exclusivo, y nunca se dice
miras en el porvenir; una y otra se fun
licencia exclusiva, porque en el mero
da en la idea de una seguridad.
hecho de limitarse el superior, ya se
La confianza, que funda su seguridad
ve que pone de su parte: y licencia es
en lo presente, se supone que es fruto
una idea puramente negativa.
{Jonatna.)
de la reflexion y del raciocinio; la espe
ranza que no tiene nada de presente, y
CONCISO, LACΣNICO.—Lo conciso da mas
se funda toda en lo venidero, se conten
claridad; lo lacσnico da mas energía.
ta por lo regular con una mera probabi
El primero de estos dos estilos omite
lidad, que muchas veces no es mas que
las palabras ociosas, los rodeos, los
el deseo trasformado.
adornos inϊtiles, para exponer la idea
Si la justicia de Dios me da confian
con la mas exacta precision; el segun
za, es porque la conciencia no me re
do indica con frases cortas y expresi
muerde: si su bondad me infunde espe
vas lo que debe entender σ adivinar el
ranza, es porque á pesar de mi mala
lector.
Las demostraciones geométricas, las i conciencia, me persuado σ deseo per
CON
( 44
Buadirme, que me perdonará. Cuando
el atoo confia en el criado, se funda en
los datos que tiene de la experiencia :
cuando el criado espera en el amo, se
funda en la probabilidad que le da su
propio deseo.
La misma analogía sigue el verbo
confiar cuando es activo. Confiar un
secreto, confiar un negocio, es encar
garlo á una persona de quien no recela
mos traiciσn ni fraude. Tener confian
zas con un sugeto es comunicarle cosas
delicadas; hablarle en confianza es abrir
se con él francamente, en la seguridad
de que es hombre de bien.
(Jonama.)
CONFORME, SEGΪN.—Explícase con es
tas dos proposiciones la conformidad de
una cosa á otra, pero conforme la supo
ne mas exacta é indispensable, y segϊn,
la supone menos absoluta, σ mas volun
taria.
Lo doy conforme lo he recibido; se
queda conforme estaba; esto es, exac
tamente como estaba, σ como me lo
han dado. Juan vive segϊn le dicta su
capricho; habla segϊn se le antoja, esto
es, como quiere. En los dos primeros
ejemplos no se puede usar de la voz
segϊn, porque no explicaría una confor
midad tan absoluta y exacta, como exi
ge aquella idea; ni en los segundos se
puede usar con propiedad de la voz
conforme, porque daria á la idea una
conformidad demasiado exacta, y me
nos libre y voluntaria de lo que se quie
re dar á entender.
Esta diferencia se hace mas percep
tible, cuando la conformidad, que se
quiere explicar con la preposiciσn, se
apoya solo en una probabilidad σ en
una opinion; pues en tal caso se vé cla
ramente la impropiedad del uso de la
preposiciσn conforme, que nunca puede
explicar una conformidad dudosa, sin
una notable impropiedad.
CON
Es verdad, segϊn dicen: llueve, se
gun creo, y no, es verdad conforme di
cen; llueve conforme creo.
(L. de la Huerta.)
3NJETURAR, PRESUMIR.—La conjetura
se funda en alguna combinaciσn de cir
cunstancias σ antecedentes que hacen
probable la cosa. La,presunciσn se pue
de fundar en una simple sospecha, re
celo, malicia, σ preocupaciσn. De aquí
es, que se dice: sacar una conjetura, esto
es, deducir délos indicios σ anteceden
tes alguna consecuencia probable. Pe
ro no se saca una presunciσn.
De la tristeza de un mal pagador se
conjetura que le acosan sus acreedores.
De los síntomas del mal, conjetura el
médico sus consecuencias.
Un avaro presume siempre que le en
gaρan. A un cobarde le basta su mie
do para presumir un riesgo.
(£. de la Huerta.)
CONSECUENCIA ,
RESULTADO ,
ÉXITO ,
EFECTO.—La consecuencia no es mas
que la union σ ligazσn que existe en
tre una proposiciσn y los principios de
donde se ha deducido. Por consiguien
te, tanto en este sentido como en el mo
ral, supone premeditaciσn y combina
ciσn de medios.
El resultado, es el producto definiti
vo de una causa σ del concurso de mu
chas causas, y puede ser casual.
El efecto es igualmente el producto
de una σ de muchas causas; pero es,
por decirlo así, mas material; σ mas
bien, se aplica con mas frecuencia á las
cosas materiales.
El ιxito es un resultado puramente
moral.
Una providencia tomada por un go
bierno sin las precauciones necesarias,
puede tener muy malos resultados, y
fatales consecuencias. Es claro que
estos resultados y estas consecuencias
«eran ya físicas, ya morales, v. g., la
CON
CON
( 45 )
Los padres consienten en el enlace de
guerra civil, el hambre, la desmoraliza
sus hijos; los amantes son fáciles en
ciσn, la pereza, la ignorancia, &c.—Se
adherirse á los caprichos de sus queri
dice, ésta medicina no me hace efecto, y
no, consecuencia, ni resultado, ni ιxito.— das; hay gentes que no están de acuer
do en todo lo que se les propone.
Una batalla puede tener muy buen ιxi
(March.)
to, y muy malas consecuencias.—Este
es el resultado de los efectos del rayo.
He incluido en este Diccionario los
La fνsica es una ciencia que trata de
dos
artículos que anteceden, ϊnicamen
las causas y efectos naturales.
te por ignorar las razones que tendría
La consecuencia debe producirse nece
March para considerar al verbo adhe
sariamente por la combinaciσn de las
rir
como sinσnimo de consentir y de
cosas. No así el resultado, que muchas
acordar; y en caso de duda, debemos
veces se ignora cuál será.
respetar cualquiera opinion, mientras
(O. de la Cortina.)
no nos conste que es errσnea. Pero
permítaseme decir, que creo sin temor
CONSENTIR , ADHERIR. — Consentir, se
de equivocarme, que no ha habido has
dirá con respecto á lo que otro ϊ otros
ta ahora otro escritor que considere
quieren, cuando nosotros mostramos
como sinσnimas aquellas voces.
nuestro beneplácito, σ damos nuestro
permiso.
Adherir, á lo que deba hacerse σ con
cluirse autorizándolo, uniéndonos al par
tido opuesto.
Así,pues, diremos: los padres consien
ten en el matrimonio de la hija.
La plebe adhiere al partido tomado
por los nobles.
(Mardi.)
CONSENTIR, ADHERIR, ACORDAR.—Con
sentimos en lo que quieren los demás,
accediendo y permitiéndolo. Adherimos
á lo que está hecho y concluido por
otros, autorizándolo y uniéndonos á
ellos. Acordamos σ estamos de acuer
do en lo que se nos dice, confesándolo
y aprobándolo.
Se opone uno á lo que no quiere con
sentir: no se toma parte en aquello á
que no se quiere adherir: se disputa
aquello que no se quiere acordar ni es
tar de acuerdo.
Parece como que consentir supone un
poco de superioridad; que en adherir
entra cierta idea de complacencia, y
que acordar σ estar de acuerdo denota
un poco de aversion á las disputas
El verbo adherir, y mas bien, el re
cíproco adherirse, puede parecer si
nσnimo de unirse y de pegarse, y en este
caso la diferencia que hay entre estos
tres verbos consiste en que el primero
es puramente obra de la naturaleza, y
los dos ϊltimos pueden ser obra del
arte. Por eso decimos, v. g., que las
plantas parásitas se adhieren á otros
cuerpos para poder vivir: que la hume
dad se adhiere á las paredes, & c ; y en
lenguaje de medicina, se llama adheren
cia la union accidental que hace la na
turaleza de partes del cuerpo, que de
berían estar separadas.
En sentido moral, el verbo adherirse
encierra un afecto del ánimo, indicán
donos no solamente aprobaciσn, sino
cierta especie de contentamiento en la
determinaciσn que tomamos. Por eso
nos adherimos al partido, σ á la opinion
que nos agrada y complace, moviéndo
nos á ello el impulso de nuestro cora
zσn, esto es, la naturaleza; mientras
que muchas veces nos unimos á un par
tido, contra nuestra voluntad, contra
nuestra opinion y por pura necesidad.
El uso que hacemos habitualmente
CON
( 46
de estos tres verbos, explica con per
fecciσn su diferencia. Pegamos dos
maderos para unirlos: podemos unirlos
de varios modos sin pegar los: pero nun
ca diremos que los adherimos, ni que
quedaron adheridos, porque esto es obra
de sola la naturaleza.
)
CON
La alegrνa excita en la imaginaciσn un
movimiento mas vivo, mas transeϊnte
y menos fundado en aquella reflexion.
Causa contento la buena conducta de
un hijo, una noticia que satisface al
ánimo, la vista de una acciσn virtuosa.
Causa alegrνa el oír un chiste, una gra
(G. de la Cortina )
1
cia que nos divierte, una mϊsica que
nos agrada, el buen humor de un amigo.
CONSONANTE, RIMA.—Consonante y aso
El regocijo pϊblico, con que se cele
nante son dos especies de rima.
bra una victoria, causa alegrνa al pue
La rima en general es la semejanza
blo que se divierte, y contento al gene
de sonido que hay entre dos σ mas pa
ral que se complace.
labras: cuando se trata de la belleza de
;£. de la Huerta.]
este adorno, σ de la dificultad de com
binarlo con el buen sentido, debe decir CONTESTAR, RESPONDER, REPLICAR.—
se rima y no consonante, pues la dificul
Se contesta al que habla, para que sepa
tad y la belleza pertenecen también al
que le hemos oido: se responde al que
asonante. Por lo mismo no debe de
pregunta para satisfacer su duda: se re
cirse consonantear, ni tampoco asonan
plica al que propone alguna cosa, ne
tear, sino rimar, á menos que se quiera
gando parte de la proposiciσn. Estas
indicar alguna cualidad, que solo perte
proposiciones pueden ser de dos mane
nezca á una de las especies.
ras: σ prescribiendo lo que se ha de ha
cer,
σ refiriendo simplemente un hecho:
Se disputa sobre la utilidad σ inutili
en uno y en otro caso tiene lugar la rι
dad de la rima, no del consonante en
plica, σ negándose á obedecer, σ contra
particular. Los poetas espaρoles del
diciendo parte del hecho.
siglo XVI se podían llamar consonante
ros: los del dia son mas bien rimadores,
Al que me pregunta qué hora es, le
porque hacen á todo.
responderι diciéndole la hora, verdade
(Jonama.)
ra σ falsa; pero le puedo contestar di
ciéndole que no tengo reloj, σ que no
CONTENTO, ALEGRÍA.—El contento es una
me da gana de responder.
situaciσn agradable del ánimo, causada,
Solo con sacar la caja, y dar un pol
σ por el bien que se posee, σ por el
vo, contesto al que me lo pida; respon
gusto que se logra, σ por la satisfacciσn
do al que me preguntaba si tenia taba
de que se goza. Cuando el contento se
co; y replico al que negaba que yo lo
manifiesta exteriormente en las accio
tuviese.
nes y palabras, es alegrνa.
(Jonama.)
Los que tienen el genio naturalmen
te alegre, parece que siempre están CONTINUACIΣN, CONTINUIDAD.— Conti
nuaciones para la duraciσn: continuidad
contentos y satisfechos de su suerte. Los
es para la extension.
que son naturalmente melancσlicos, no
están por lo comϊn alegres, por mas
Se dice la continuaciσn de un trabajo
contentos y satisfechos que estén de su
y no de una acciσn; la continuidad de un
fortuna.
espacio y de la magnitud; la continua
El contento reside en el ánimo, y se
ciσn de una misma conducta; y la con
funda en la reflexion σ conocimiento
tinuidad de un mismo edificio.
del bien, σ satisfacciσn que lo causa. \
(.More*. >
CON
( 47 )
CON
CONTINUAR, PROSEGUIR.—Estos dos ver
versaciσn σ el discurso de la persona que
bos significan igualmente la acciσn de • nos habla, le decimos, "detente, no pro
seguir una cosa comenzada, con el in j sigas," y no, no continϊes.
(G.dela Cortina.)
tentσ de llegar al fin y completarla. Esto
no obstante, diremos: continuar la obra
CONTRAVENCIΣN, DESOBEDIENCIA.—Am
σ tarea de otro, proseguir la nuestra.
bos designan en general la acciσn de
(March.)
apartarse de lo que se manda.
No me parece bastante clara la ex
La contravenciσn es á las cσsasela des
plicaciσn de March.—Continuar, refiere
obediencia á las personas. Contravenir á
la idea á la sola reiteraciσn de actos, σ
un reglamento es una desobediencia.
á la adiciσn para formar un todo com
{March.)
pleto, y por eso su contrario es inter
La doctrina de March es exacta, pero
rumpir.
el ejemplo que pone, encierra una con
Proseguir, trae la idea de reiteraciσn
tradicciσn; pues si contravenciσn se re
de actos en todo idénticos é iguales con
fiere
á las cosas, y si desobediencia se
el mismo fin, con las mismas circuns
refiere á las personas, el acto de contra
tancias y cualidades, del mismo modo,
y por iguales medios, y esta es la razσn j venir á xm reglamento será una contra
en que se fundan los ejemplos que pone i venciσn y no una desobediencia, porque
March, aunque no la expresa.
i el reglamento es cosa, no persona. Ha
brá desobediencia siempre que se con
Yo, v. g., podré continuar la obra σ
travenga á lo que mande un rey, un ge
la tarea de otro, aρadiendo lo que me
neral, un superior, una persona cual
parezca conducente para aumentarla σ
quiera que tenga derecho á ser obede.
crecerla; pero no podré proseguirla por
cida.
que no puedo tener las mismas cualida
(G.dela Cortina.)
des, los mismos medios, ni hallarme en
las mismas circunstancias, &c, que te CONVENCER, PERSUADIR.—Se convence
nia el autor: él solo podrá hacerlo. Y
haciendo conocer con razones ciertas y
esto se funda también en otra razσn, y
evidentes, la verdad del hecho σ la jus
es, que continuar admite interrupciones
ticia de la cosa.
de mayor duraciσn de tiempo, y de ma
Se persuade, presentando al ánimo
yor extension de lugar, que proseguir,
con razones ciertas σ aparentes, el he
el cual no las admite sino muy limita
cho σ la cosa como verdadera, como
das. Por eso decimos, "al dia siguien
ϊtil, σ como agradable.
te continuσ la lectura."—"Dentro de
El buen orador convence á su audito
un aρo se continuara esta obra."—Pero
rio de las verdades del Evangelio, y le
si la lectura fué interrumpida por pocos
persuade de las utilidades de la virtud.
momentos, decimos que el que lee la
Una demostraciσn geométrica conven
prosiguiσ.
ce, no persuade; el atractivo que inclina
Ademas, continuar se refiere al prin
al vicio, persuade, no^convence.
cipio que tuvo la acciσn σ la cosa: pro
(£. de la Huerta.)
seguir, se refiere al fin de la misma cosa
σ acciσn, y supone una voluntad deter CONVENIO, CONSENTIMIENTO, ACUERDO.
minada de llegar á él: por eso su con
—El segundo de estos términos desig
trario es detenerse, como vemos prácti
na la causa del primero; y el tercero de
camente cuando para hacer cesar la con
signa el efecto, por ejemplo: estos dos
COR
( 48
sugetos, con consentimiento recíproco, ;
han hecho un convenio, por medio del ]
cual están de acuerdo.
El convenio viene de la inteligencia
entre las partes, y destruye la idea de j
alejarse uno de otro. El consentimiento ;
supone derecho y libertad, y hace que '
desaparezca la oposiciσn. El acuerdo, j
produce la satisfacciσn recíproca y hace
que cesen las contestaciones.
(March.)
pri
mera de estas voces se aplica en'gene
ral á cualquiera persona que copia: la
segunda, á la que tiene por oficio co
piar, y vive de él: la tercera, al libro en
que se conservan las copias, y á la má
quina con que se hacen mecánicamente.
Así decimos, "yo soy mal copiante de
lo que yo mismo compongo."—"Los
copistas del siglo III alteraron muchos
pasajes de los autores latinos."—"An
tes de la invenciσn de la imprenta, era
muy lucrativa la profesiσn de copista.'1''
—"Copie vd. esta carta en el copia
dor."—"Saque vd. dos copias con el co
piador de madera."
Solamente en sentido burlesco apli
camos el adjetivo copiador á la persona;
como cuando decimos, "fulano es un
copiador eterno; un copiador incansable;
no pasa de un mal copiador " &c.
)
COR
El autor que mas correctamente haya
escrito, si le traducen literalmente, po
drá ser muy incorrecto en la version he
cha: lo que está escrito exactamente en
una lengua, si se traduce bien, será
exacto en todos los idiomas; la correc
ciσn nace de las reglas que son de con
venciσn y variables de una lengua á
otra, y aun de un tiempo á otro en una
misma lengua; la exactitud nace de la
verdad, la cual es una y absoluta,
(March.)
COPIANTE, COPISTA, COPIADOR.—La
coméenlos
errores, los defectos del entendimiento.
Se enmiendan los yerros, los defectos
de la voluntad.
Se corrige el hombre prudente, cuan
do advierte el error de su opinion, la
equivocaciσn de sus ideas. Se enmien
da el malhechor cuando conoce el yerro
que ha cometido, el riesgo á que le ex
pone su mala conducta.
Las correcciones de un discurso con
sisten en la mejor elecciσn de voces, la
mayor claridad de las ideas, la mayor
fuerza de las razones. Las enmiendas
consisten en las mudanzas materiales
que se hacen en el papel, borrando σ
aρadiendo lo necesario; y así al ver un
escrito enmendado, decimos que está
corregido.
CORREGIR, ENMENDAR.—Se
(L, de la Huerta,)
(O. de la Cortina.)
CORREGIR, REPRENDER, ECHAR REPRI
Ambas son
relativas al modo de hablar y escribir,
y designan igualmente alguna cosa re
gular σ de que uno se cuida bien.
La correcciσn consiste en la escrupu
losa observancia de las reglas de la gra
mática y de los usos de la lengua. La
exactitud depende de la esposicion fiel
de todas las ideas necesarias al objeto
que uno se propone.
La correcciσn recae sobre las palabras
y las frases; la exactitud sobre los he
chos y las cosas.
CORRECCIΣN, EXACTITUD.—
MENDA.—El que corrige indica σ quie
re indicar el modo de rectificar la falta:
el que reprende no hace mas que indicar
ό echar en cara la falta: el que echa una
reprimenda^ pretende castigar σ mortifi
car al culpable.
Corregir^ se extiende á toda especie
de faltas σ defectos, ya sean de lengua
je, ya de costumbrej y^ ^^ talento.
Echar reprimenda^ solo conviene res
pecto de las costumbres y de la con
ducta.
Para corregir es preciso saber hacer
COR
( 49
mejor que el corregido: puede repren
derse á otro mas hábil que uno mismo;
pero solamente los superiores tienen de
recho de echar reprimendas.
Pocos saben corregir: muchos se me
ten á reprender; y algunos se propasan
a echar reprimendas sin autoridad para
ello. Es preciso corregir con inteligen
cia; reprender con acierto, y echar repri
mendas con bondad y sin exasperar.
(March.)
CORROMPER, SOBORNAR, SEDUCIR, CO
)
COR
exhala lo serian para aquellos que tie
nen los sentidos delicados.
Se seduce la inocencia, la rectitud, la
buena fe, la juventud, el sexo, las per
sonas que no están alerta contra el ar
tificio y que son fáciles de engaρar y de
manejar, valiéndose para ello de apa
riencias lisonjeras, de atractivos, ilusio
nes y prestigios. Se soborna á los co
bardes, los débiles, las personas sin vir
tud, hombres pervertidos, mujeres, tes
tigos y criados, gentes dominadas de
alguna pasiσn σ vicio, dispuestas á de
bilidades; y se les gana σ capta con li
sonjas, promesas σ amenazas, y particu
larmente por el interés. Se corrompe
lo que es puro, sano, bueno, virtuoso;
pero corruptible, accesible al vicio ό
capaz de mudar en mal, y se logra por
todos los medios posibles, por el sobor
no, por la seducciσn, &c. Se cohecha al
juez venal, codicioso, poco recto y de
licado.
La mujer, particularmente, posee el
arte de la seducciσn: el poderoso mas
que ninguno otro hace uso de los me
dios de sobornar: el sofista, en particu
lar, y el vicioso perverso, propagan la
corrupciσn: el litigante destituido de ra«
zon σ de derecho, cohecha al juez para
ganar el pleito.
HECHAR.—Seducir, se dice con respec
to al ánimo, á la razσn y al juicio, ha
blando de opiniones, de preocupaciones
y de errores; y aun lo mismo de corrom
per. Sobornar solo es concerniente á las
acciones morales, ϊnicas que tenemos
que considerar aquí. Cohechar, es ganar
á uno con dádivas, para que haga lo que
se desea aunque falte á la razσn, á la
•equidad y á la justicia.
Sobornar y seducir, se aplican ϊnica
mente á las personas, siendo así que se
corrompen también las cosas. Corrσm
peme las costumbres y las leyes, no se
las seduce ni soborna.
La idea propia de seducir, es atraer y
•conducir al mal, extraviando y apartan
do á uno de su deber.
(March.)
El sentido propio de la palabra sobor
nar, es de tentar, digámoslo así, los áni CORTO, BREVE, CONCISO·— Corlo, se re
mos, y ganarlos con manejos sordos, y
fiere á la materia: breve, al tiempo:
hacerlos artificiosamente de parte de
conciso, al modo.
aquel que soborna para que cooperen á
Un capítulo de pocos renglones es
malos fines.
corto, porque no hay en él mucha ma
Corromper, significa mudar la forma,
teria: es breve, porque se lee en poco
viciar el fondo de las cosas, alterar sus
tiempo: es conciso, porque en pocas pa
calidades esenciales; en una palabra,
labras dice todo lo que hay que decir.
convertir el bien en mal. En lo moral
El predicador pudiera ser mas breve,
un hombre corrompido, es aquel cuyas
si hiciese un sermon mas corto, σ si
costumbres son tan nocivas en sí mis
fuese mas conciso; esto es, si suprimie
mas como una sustancia propensa á po
se una parte de él, ό no gastase tantas
drirse; y tan contrarias y perniciosas á j palabras en lo que puede decir con
cuantos las tienen inocentes y puras, ι
pocas
f orno aquella sustancia y el vapor que j
,L. Jila Huerta,}
CRI
( 50
COSTUMBRE, HÁBITO.—La costumbre per \
tenece al objeto y le hace familiar; el
hábito á la acciσn misma y le hace mas
fácil. El uno se forma por la uniformi
dad, y el otro se adquiere por la repe
ticiσn.
Cuesta comunmente poco trabajo una
obra á que uno está ya acostumbrado;
lo que se ha hecho hábito se hace casi
naturalmente, y á veces involuntaria
mente.
{Marck.)
)
CRI
la conservaciσn de su vida, de su salud,
de su robustez, como en lo moral para
la direcciσn de su conducta y estudio
de sus obligaciones.
La educación solo recae sobre lo mo
ral, y supone ya otros principios mas
elevados, ideas mas extensas, reglas
mas metσdicas, para ilustrar la razσn,
adornar el entendimiento, perfeccionar
el corazσn, y suavizar las costumbres.
Un labrador honrado, una buena ma
dre, crian bien á sus hijos. Un ayo,
un preceptor educan, no crían, al joven
que se ha puesto á su cuidado.
La buena crianza y la educación se
dirigen esencialmente á un mismo fin,
que es la perfecciσn moral del hombre;
pero puede decirse, que la primera la
desbasta, y la segunda la pule, por me
dio de la instrucciσn: y así el principal
defecto que suponemos en quien no
tiene crianza, es la grosería: en quien
! no tiene edueacion, es la ignorancia.
(L. déla Huerta.)
j
diferencian en que
fe se toma á veces como si solo desig
nara la persuasion en que se está de los
misterios de la religion. La creencia
de las verdades reveladas constituye
la/e.
Se diferencian también por las pala
bras á que se las juntan. Las cosas á
que el pueblo da fe, no siempre mere
cen que el sabio les dé creencia.
Ambos términos significan una per
suasion fundada sobre algϊn motivo, y
hay otra tercera diferencia. Creencia
es una persuasion determinada por al CRÍTICA, CENSURA.—El sentido mas ge
neral en que se pueden tomar estas dos
gϊn motivo, cualquiera que sea, evi
voces, es la declaración del juicio que
dente σ no evidente; y fe es una persua
formamos de tal ó tal cosa.
sion determinada ϊnicamente por la
En este caso se diferencian en que
autoridad del que ha hablado. De ahí
la
censura no expone como la crítica el
viene que se puede decir que el pueblo
pormenor de las razones en que se fun
da fe á mil fábulas de que tiene llena
da. La crítica de una obra es la ex
Ja cabeza, porque solo está persuadido
posiciσn detenida de todas sus partes,
de ellas por la palabra de los que se las
comparando cada una de ellas con el
han contado; pero no puede decirse
modelo que nos hemos formado de la
que un pagano, que determinado por
belleza y de la verdad: su censura es
las razones naturales, está persuadido
la simple declaraciσn de los censores
de la existencia de Dios, tenga la/e de
de que es ϊtil σ perjudicial, de buena σ
esta existencia, porque su persuasion
mala doctrina, sin que sea necesario ex
no está determinada por la autoridad
poner las razones en que funda su pa
de la revelaciσn.
recer. Hay cosas tan palpables que
(March,)
1
se pueden censurar antes de haberlas
I
materialmente examinado, tales son por
CRIANZA, EDUCACIΣN.—La crianza es el !
ejemplo
todas las obras de gusto: para
primer cuidado que el hombre, desde ]
que nace, debe á sus padres, σ á quien j juzgar si un retrato es parecido al ori
hace sus veces, tanto en lo físico, para ; ginal no se necesita mucha crítica, has
CREENCIA, FE.—Se
CRI
( 51 )
CRI
ta tener la vista acostumbrada. El
de un principio de retσrica σ de poéti
buen gusto, que no es mas que el hábito
ca, que es falso σ no tan general como
del buen sentido, σ de sentir con delica
se pretende, esto es censurât;probar que
deza, nos hace percibir en un momento
la cosa es así, esto es crítica.
una infinidad de relaciones, que nece
Se debe criticar con buen gusto ν
sitaríamos mucho tiempo para exami
censurar con moderaciσn.
(March.)
nar: en tal caso censuraremos sin perder
tiempo en una critica que no haría mas
CRÍTICA, SÁTIRA.—La crítica es un exa
que comprobar nuestra censura.
men imparcial, en que se elogia lo bue
Como el hombre parece que debe
no y se reprende lo malo, exponiendo
ocuparse mas en corregir defectos que
la razσn en que se funda. La sátira es
en admirar bellezas, y como esta ver
un
juicio, en que, desentendiéndose de
dad ϊtilísima se halla tan conforme con
lo que puede merecer elogios, se ridi
los resortes de nuestro amor propio;
culizan los defectos.
cuando se dice simplemente crνtica σ
censura, se entiende siempre en contra
No hay cosa mas difícil, que hacer
de la cosa censurada
una buena crítica. No hay cosa mas
fácil, que agradar al pϊblico con una sáEn esta acepciσn hay la misma dife
tira.
rencia entre las dos voces. Censurar
será decir que una cosa es mala: criti
Así la crítica, como la sátira, pueden
car será descubrir sus defectos: por esto
tal vez tener por objeto la correcciσn y
el primero se toma siempre mas en ge
el desengaρo; pero los medios de que se
neral que el segundo. Se censura la
valen son muy diferentes; porque la críconducta de una dama crνticando su
tica mas moderada, hace ver el error
desenvoltura; y la política de un minis
como tal, para que se evite; la sátira,
tro criticando sus desaciertos.
rara vez imparcial, y siempre violenta,
lo representa ridículo, para que se des
En este ϊltimo sentido la censura se
precie. Aquella instruye mas que re
parece mucho á la murmuraciσn:^ la
crea, ésta recrea mas que instruye: de
crνtica se acerca á la invectiva cHa sá
aquí
es, que su eficacia es mayor, y sus
tira.
(Jonama.)
efectos, mas peligrosos.
se aplica á
las obras literarias; censura, á las obras
teolσgicas, á las proposiciones de doc
trinas σ á las costumbres.
Me parece que una critica es el exa
men raciocinado de una obra de cual
quier naturaleza que sea; y que una cen
sura es la reprensiσn precisa y modifi
cada de lo que ofende á la verdad σ á
la ley: así pues, la crνtica puede exten
derse aun á las obras teolσgicas, y la
censura puede recaer sobre obras pura
mente literarias.
Decir de un sistema que está mal en
lazado σ desmentido por la experiencia,
CRÍTICA, CENSURA.—Crνtica,
Una critica necesita estar muy funda
da para corregir, σ establecer una opi
nion. Una sátira ligera puede hacer ol
vidar el mérito mas sσlido, y establecer
la opinion menos fundada.
De todos los versos de Cicerσn, que
merecieron los elogios de algunos de sus
contemporáneos, solo se ha conservado
uno, que eternizσ por malo Juvenal en
una de sus sátiras. Todos desprecia
mos por engreído, aquel verso sencillo
de que se burla Horacio, tal vez por
parcialidad: Fortunam Priami cantaba,
et nobile bellum; sin poder dar mas ra
zσn del motivo de nuestra risa, que la
CUL
( 52
impresiσn que ha hecho en nosotros la
moräjetel de la sátira.
DAN
D
acidad
(L.de la Huerta.';
CUESTIONAR, INTERROGAR, PREGUNTAR.
—Se cuestiona, se interroga y se pregunta para saber: mas parece que cuestionar da cierto espíritu de curiosidad:
que interrogar supone autoridad; y que
preguntar tiene algo mas de político,
urbano y respetuoso.
Cuestionar é interrogar, forman por sí
solos sentido; pero en preguntar, hay
que aρadir algϊn caso (gramatical): es
decir, que para formar sentido perfecto,
es necesario indicar la cosa que se pregunta.
Un espía cuestiona á las gentes; el
juez interroga á los reos; el soldado pregunta sobre la orden del general.
(March.)
cueva es
una gran cavidad en la tierra hecha ar
tificialmente y que está abovedada.
La caverna, es también una cavidad
natural; pero muy profunda y oscura,
que inspira horror y espanto, á propσ
sito para guarida de fieras y malhecho
res.
La gruta es una cavernilla adornada
por la naturaleza, σ susceptible de ser
lo por el arte.
CUEVA, CAVERNA, GRUTA.—La
{March.)
el sentido en que
pueden mirarse como sinσnimas estas
dos voces, parece que la primera repre
senta mas propiamente una infracciσn
de la ley divina; la segunda, una infrac
ciσn de las leyes humanas.
El robo es una culpa mortal, consi
derado como infracciσn de la ley de
Dios: y un delito grave, considerado co
mo una infracciσn de la ley del reino.
El pecador pide á Dios el perdσn de
sus culpas: el delincuente pide al rey el
perdσn de su delito.
CULPA, DELITO.—En
{L. de la Huerta.)
danza pertenece a
los usos y costumbres de una naciσn: el
baile, es el resultado de ciertas reglas
dictadas por la observaciσn, y fundadas
en el buen gusto. La danza trae con
sigo la idea de la falta de la civilizaciσn,
al paso que el baile hace concebir la
idea de la cultura, y de la dulzura de
costumbres. Aquella comprende á un
nϊmero indeterminado de personas, por
que es puramente un acto de naciona
lidad: este no admite mas que un nϊ
mero determinado, segϊn lo prescriban
las reglas del arte. Decimos las danzas
de los indios, de los árabes, de los chi
nos, y no los bailes. Meter á uno en
la danza, esto es, en un asunto en que
intervienen muchos. Llamamos danza
prima á la que usan los gallegos, porque
es propiamente la danza que tenían en
tiempos antiguos, y pertenece á los usos
y costumbres peculiares de aquellos ha
bitantes. Finalmente, llamamos danzaai conjunto de personas que bailan, imi
tando cualquiera danza antigua.
DANZA, BAILE.—La
(G. de la Cortina.)
DAÑO, PERJUICIO.—Daño es un mal
que
directamente se hace: perjuicio es un
mal que indirectamente se causa, impi
diendo un bien.
El granizo hace mucho daño al la
brador, y el bajo precio del grano le sue
le causar mucho perjuicio.
La misma distinciσn conviene á es
tos verbos en lo moral.
Una joven bien criada, debe tener
siempre presente que, por mas infun
dada que sea la sospecha que recae so
bre las apariencias de una falta, no de
jará de hacer mucho daño á su reputa
ciσn, y mucho perjuicio á su estableci
miento.
(L. de la Huerta.)
DEB
( 53
DAR, ENTREGAR.—Dar es ceder, σ pasar
á otro )a posesiσn de una cosa; entregar
es ponerle materialmente en posesiσn
de ella: y así, ni el que da es siempre
el que entrega, ni el que entrega es siem
pre el que da.
El rey da con liberalidad, y el teso
rero entrega con exactitud.
A los niρos se les debe inclinar á que
den limosna á los verdaderos pobres, y
para que se les imprima bien esta doc
trina, conviene que la entreguen ellos
mismos, y se acostumbren á ver de cer
ca la verdadera necesidad.
El que hace una limosna por su mano
á un mendigo, emplea al mismo tiempo
las dos acciones de dar y de entregar,
así como el mendigo emplea las dos ac
ciones de tomar y recibir.
(L. de la Huerta.)
DAR
NOMBRE,
PONER
NOMBRE.—Los
franceses dicen indiferentemente donner
un nom, á dar y poner nombre. Estas dos
expresiones no son idénticas en caste
llano. La primera corresponde á lla
mar σ nombrar, la segunda á lo que vul
garmente se llama bautizar, y propia
mente denominar; esto es, aquella per
tenece á las voces ya conocidas; esta á
las que inventamos por primera vez.
Los hombres han puesto nombre á las
cosas al paso que las han ido observan
do; nosotros, que hemos hallado la len
gua ya formada, se lo damos.
La lσgica de Condillac me ha sugerido
esta diferencia.
(Jonama.)
seρor de Huerta ex
plica muy bien la diferencia que hay
entre encima y sobre. Dice que aquel
adverbio solo presenta la situaciσn lo
cal de un cuerpo con respecto de otro;
y que esta preposiciσn índica ademas la
gravitaciσn que ejerce el cuerpo sobre
el que lo sostiene.
Una diferencia análoga creo que dis
DEBAJO, BAJO.—El
)
DEB
tingue las voces debajo y abajo: esto es,
un cuerpo está debajo de otro cuando
ocupa un lugar inferior en una misma lí
nea vertical: está bajo de otro cuando
este gravita sobre él, cuando están en
contacto inmediato, σ á lo menos cuan
do no consideramos los cuerpos inter
medios.
Está bajo la losa, quiere decir, que
la losa lo cubre, que está sobre él; está
debajo de la losa, quiere decir, que la
losa está encima: esto es, mas arriba,
aunque no lo toque ni lo cubra. Por
esto se dice bajo llave; es decir, depen
diente de la llave; bajo mi tutela, bajo
mi direcciσn; es decir, que tengo cier
ta autoridad, cierto derecho sobre la
cosa de que se trata; bajo mi palabra,
bajo esta suposiciσn; esto es, que la cosa
depende de la palabra σ de la suposi
ciσn, y en ninguno de estos casos se
puede sustituir el adverbio debajo.
(Jonama.)
autoridad
de Cervantes hace dudosa la diferente
significaciσn de estas dos locuciones.
"La verdadera amistad (dice en el ca
pítulo XXXII de la primera parte del
Quijote) no puede ni debe de ser sospe
chosa." Pero el uso generalmente re
cibido las aplica á dos ideas enteramen
te diferentes.
Debe ser, afirma que es debido, justo
σ conveniente, que la cosa exista. Debe
de ser, supone que es probable la exis
tencia de una cosa, que por sí misma
parece dudosa σ increíble. La prime
ra equivale i es preciso que sea; esto es,
las circunstancias, la obligaciσn, la ne
cesidad lo exigen. La segunda, equi
vale á parece que es asν: las circunstan
cias, las conjeturas, las apariencias in
clinan á creerlo.
D E B E SER, DEBE DE SER.—La
Un hombre rico, como Juan, debe ser
generoso y caritativo; pero segϊn lo que.
DEB
( 54 )
BED
de él se cuenta, debe de ser un mtsera j D E BUENA GANA, DE BUENA VOLUNTAD.
—Obra el hombre de buena gana cuan
ble.
do no le fuerzan á ello; de buena volun
Lo dice el Evangelio, y debe ser creí
do; esto es, tenemos obligaciσn de creer
tad, cuando no tiene repugnancia en
lo, porque en ello no cabe duda. Lo
obrar. Lo que se hace de buena gana,
dicen los mas, y debe de ser cierto; esto
se hace libre y espontáneamente; lo que
es, la voz general lo hace probable; nos
de buena voluntad, se hace sin incomo
inclina á creer que lo es.
didad σ pena.
(L.dela Huerta.)
Debe uno sujetarse de buena gana á
las leyes, y obedecer de buena voluntad
DEBER, OBLIGACIΣN.—El deber indica al
á los amos.
(March.)
guna cosa mas imperiosa para la con
ciencia que la obligaciσn^ y como pro
DECADENCIA, RUINA.—Se diferencian en
cedente de la ley: la virtud nos condu
que decadencia seρala ruina que es co
ce á su cumplimiento.
munmente efecto suyo, por ejemplo: la
La obligaciσn indica alguna cosa mas
decadencia del imperio romano desde
obsoluta para la práctica; y el buen pa
Teodosio, anunciaba ya su total ruina.
recer, el qué dirán, y los respetos hu
También se dice de las artes que van
manos exigen su cumplimiento.
en decadencia; y de una casa que vá
Es deber de un consejero asistir al
arruinándose.
(March.)
tribunal á cumplir con su eargo, y es
obligaciσn suya asistir de manto talar.
Se dispensa fácilmente de una obliga DECIDIR, JUZGAR.—Estos términos de
signan en general la acciσn de tomar
ciσn: se falta á un deber.
partido sobre una opinion dudosa σ te
Es un deber del eclesiástico el ir ves
nida por tal.
tido modestamente, y es obligaciσn el
Se decide una contienda σ disputa, ό
ir de negro σ de hábito talar.
una cuestiσn: se juzga una persona σ á
A los políticos cuesta menos ser ne
su obra. Los particulares y los arbitros
gligentes en su deber, que olvidar la me
deciden: los cuerpos y los magistrados
nor de sus obligaciones.
juzgan; se decide uno á tomar tal parti
(March.)
do; se juzga que lo tomará.
Decidir, difiere también de juzgar, en
D É B I L , INCONSTANTE, LIGERA, VOLU
que este ϊltimo designa simplemente la
BLE, INDIFERENTE.—La mujer dιbil,
acciσn del entendimiento que toma su
es aquella á quien se echa en cara algu
partido sobre una cosa después de exa
na falta que ella misma siente, y cuyo
minada,y que toma este partido para sí
corazσn está combatiendo con la razσn
solo, á veces también sin comunicarlo á
que debe curarla, que jamas la curará,
los demás; en vez de que decidir, supone
σ la curará muy tarde.
un dictamen pronunciado á veces sin
Mujer inconstante, es aquella que no
examen. Se puede decir en este sen
ama; ligera, la que ha amado á otro;
tido, que los periodistas deciden, y los
voluble, la que no sabe si ama, ni lo que
inteligentes juzgan.
ama; indiferente, la que nada ama.
(March.)
La mujeres acusan á los hombres de
ser volubles, y los hombres de que ellas
son ligeras.
(March.)
es sacar la
consecuencia exacta que resulta de los
antecedentes. Deducir, es formar la
DEDUCIR, INFERIR.—Inferir,
(55 )
DEL
DEF
consecuencia que, segϊn el orden natu DELICIA, DELEITE, PLACER, VOLUPTUO
SIDAD.—Enlacfe/icia no tienen parte los
ral, resulta de la conformidad de los an
sentidos corporales, pertenece al alma
tecedentes con ella (*).
exclusivamente y no puede engaρarnos.
De las dos premisas de un silogismo
Así decimos,—"los hijos son las deli
se infiere exactamente su consecuencia.
cias de sus padres."—"En la lectura
Las proposiciones geométricas se infie
tengo todas mis delicias,"r—"El justo
ren progresivamente unas de otras.
gozará de las delicias celestiales."—
Del mérito de una obra se deduce el
Nunca se dice las delicias de los senti
talento de su autor. De una probabi
dos, ni las delicias carnales, ni falsas.
lidad se deduce otra, no se infiere.
(L de la Huerta.)
DEFENDER, SOSTENER, PROTEGER.—Los
tres significan en general la acciσn de
poner algo al abrigo del mal que se le
hace σ puede hacer.
Se defiende lo que puede ser atacado;
se sostiene, lo que puede serlo; se prote
ge, lo que necesita ser estimulado.
Un rey sabio y prudente debe prote
ger al comercio en sus estados, sostener
le contra los extrangeros, y defenderle
de sus enemigos. Se dice defender una
causa, sostener una empresa, proteger
las ciencias y artes. Es uno protegido
por sus superiores, y puede ser defendi
do y sostenido por sus iguales. Es pro
tegido uno por los demás; pero puede
sostenerse y defenderse á sí mismo.
Proteger, supone poder, y no exige
acciσn; defender y sostener la exigen;
pero el primero supone acciσn mas mar
cada.
Un estado pequeρo en tiempo de
guerra es, σ defendido abiertamente, ό
secretamente sostenido por otro mas
grande y poderoso, que se contenta con
la protecciσn en tiempo de paz.
(March.)
{*) Así lo indica Za etimología del mismo verbo deducir;
áucer« guiar, conducir, y de (latino), de (5 desde, preposi
ciσn que se refiere á persona, cosa 6 lugar; y esta raíz es
una de las mas fecundas en las lenguas latina y castellana.
En latin hay adducere, condueere, deducere, educere, indu
cere, producers, reducere, seducers, traducere, compuestos
del simple ducere: en castellano tenemos estos mismos ver
bos compuestos, y no tenemos el simple; pues decimos,
educir, conducir, dedtteír, ed«ctr, índKcir, producir, redu
cir, seducir, traducir, y no decimos ducir.
(G. de la Cortina.)
El deleite y el placer llegan al alma
por medio de los sentidos, aunque mu
chas veces puede aquella percibirlos
sin el auxilio de estos. Un avaro tiene
deleite en contemplar su tesoro. Su
alma es la que goza, pero por medio del
tacto, de la vista y del oido.
Hay no obstante una diferencia muy
notable entre el deleite y el placer, y
es, que el segundo denota cierto con
tentamiento, cierta alegría, cierta satis
facciσn que es como un resultado nece
sario del mismo goce que causa el pla
cer; y por esta razσn cuando advertimos
estos efectos en un hombre, decimos
que es placentero. El placer, es por de
cirlo así, mas comunicativo, no indica
egoísmo, ni poquedad, al paso que el
deleite se circunscribe mas á la persona
que lo siente: muchas veces es sombrío
y misterioso, y no pocas se funda en la
melancolía. He aquí el motivo porque
decimos los placeres del campo: la idea
que inspira en esta expresiσn la pala
bra placeres es tan dilatada, tan agrada
ble y tan diversificada como el campo.
Pero tanto el deleite como al placer son
interesados y pueden variar de causas,
de modo y de medios, mientras que las
delicias se limitan absolutamente al alma
y solo el entendimiento puede propor
cionárselas.—"΅Qué delicias no expe
rimenta el justo cuando examina su con
ciencia!"—La voluptuosidad es pura
mente sensual; se acerca mucho al des
orden σ al exceso, y consiste ϊnicamen
te en el empleo de medios que puedan
DEP
( 56 )
DES
contribuir á aumentar las sensaciones
don pugna por destruir las cualidades
agradables.
esenciales que ella debe tener. Lo que
(G. de ta Cortina.)
se deprava pierde su modo propio de ser
y de obrar; lo que se corrompe pierde su
DENUNCIAR, DELATAR.—La idea comϊn
virtud y su sustancia. La idea de de
de estos dos verbos es la de descubrir
pravaciσn es contraria de la de lo bello;
la infracciσn de la ley, σ de la obliga
la idea de corrupciσn es mas bien con
ciσn, al juez σ persona competente.
traria á la de lo bueno. Comparando
Pero denunciar supone un objeto en
una persona muy contrahecha con una
que tiene menos parte el interés perso
de muy mala salud, tendremos en estas
nal, que el deseo de evitar el daρo σ el
dos imágenes las diferencias distintivas
delito. Delatar, supone un objeto en
de la depravaciσn y de la corrupciσn. Un
que tiene menos parte el deseo de la
juicio no recto es depravado; un juicio
justicia que el interés personal.
no puro es corrompido;
Denuncia la conspiraciσn que descu
(A. Cienfuegos.)
bre, un buen ciudadano, un hombre que
desea la pϊblica tranquilidad; y la dela DERECHO, JUSTICIA.—El derecho es el
ta uno de los cσmplices por el miedo
objeto de la justicia; esto es, lo que es
del castigo.
debido á cada uno. La justicia es la
Denuncia una mala vecindad el que
conformidad de las acciones con el de
desea evitar el escándalo á su familia.
recho, es dar y conservar á cada uno lo
Delata un contrabando el que espera
que le es debido. El primero lo dicta
la recompensa que á él le toca.
la naturaleza σ lo establece la autoridad,
(L. de la Huerta.)
DEPRAVACIΣN, CORRUPCIΣN.—Estas vo
sea divina, sea humana, y puede algu
na vez variar segϊn sean las circunstan
cias. La segunda es la regla que siem
pre se debe seguir, y no variar jamas.
No se obra contra las leyes de la. justi
cia cuando uno sostiene y defiende sus
derechos por los mismos medios de que
se vale para atacarlos.
ces designan la mudanza de bien en mal;
pero la primera denota físicamente una
grande alteraciσn de las formas, de los
caracteres sensibles, de las proporcio
nes naturales σ regulares de la cosa. La
segunda designa una grande alteraciσn
{March.)
de los principios, de los elementos, de
las partes de la sustancia de la cosa. La
DESAGRADECIDO, INGRATO.—Para ser
depravaciσn desfigura, hace disforme;
desagradecido basta no agradecer el be
la corrupciσn gasta, descompone, disuel
neficio; pero el ingrato aρade á ella la
ve. La depravaciσn anuncia propiamen
injusticia de su mal proceder. Aquel
te un defecto de regularidad, de recti
puede serlo por indolencia, este lo es
tud, de orden. La corrupciσn anuncia
siempre por malicia.
un defecto de pureza y de sanidad. Por
El desagradecido mira con indiferen
la depravaciσn se nota la oposiciσn di
cia el bien que recibe: el ingrato lo mira
recta de una cosa con la regla, el orden,
como una carga que le irrita contra su
el modelo dado. Por la corrupciσn se
bienhechor, y á veces sirve de estímu
designa la viciaciσn, por decirlo así, la
lo
á su odio, no solo el beneficio que le
deterioraciσn de una cosa, y una fermen
pesa, sino aun la injusticia misma de su
taciσn que tira á disolverla. La depra
propia ingratitud.
vaciσn da á la cosa una direcciσn con
traria á la que debe tener; y la corrup j
Por eso decía uno, hablando de un
DES
DES
( i • )
La lente fué un descubrimiento: el te
ingrato: no le perdonaré jamas el mal
que me ha hecho."
lescopio fué una invenciσn.
(L. de la Hutrta.)
La pσlvora no se inventσ; fué un des
cubrimiento, que ha producido después
DESAMPARAR, ABANDONAR.—Se desam
tantas invenciones, para facilitar la muer
para al que se halla necesitado; se aban
te y la destrucciσn.
dona al que se halla en riesgo.
(L. de la Huerta.)
El desamparo se refiere al bien nece
sario de que se priva al desamparado; DESDICHA, ACCIDENTE, DESASTRE.—Loa
el abandono se refiere al mal inminente
tres términos designan σ indican un
á que se deja expuesto al abandonado.
acontecimiento desagradable; pero des
El rico que no socorre á su familia
dicha se aplica particularmente á los
pobre, la desampara; pero si lo hace
acontecimientos de fortuna y de cosas
cuando ésta se halla en un inminente
extraρas á las personas. Accidente, per
riesgo de perecer, σ de sacrificar su ho
tenece propiamente á lo que acontece á
nor, la abandona.
una persona.
El desamparado puede no deber su
Es una desdicha perder uno su dine
desgracia á la malicia; pero el abando
ro σ su amigo: es un accidente caer σ
nado la debe siempre á un descuido re
ser herido: es un desastre verse de re
prensible, σ á una intenciσn maliciosa.
pente arruinado y deshonrado.
Un niρo que ha perdido sus padres, y
Se dice una gran desdicha, un acci
no tiene quien le cuide, está desampa
dente cruel y un horrible desastre.—
rado. Un joven, á quien sus padres han
(V. Desgracia.)
echado de su casa, σ no cuidan de su
(March.)
crianza σ conducta, está abandonado.—
(V. Abandonar.)
DESEAR, APETECER.—Se desea lo que sa
u
(L. de la Huerta)
DESCUBRIMIENTO, INVENCIΣN.—Lo
que
tisface á la voluntad: se apetece lo que
satisface á los sentidos. Como las mas
veces se dirige por ellos la voluntad, se
desea ordinariamente lo que se apetece.
Se desea un ascenso σ una gracia; se
apetece un manjar, un deleite.
Un enfermo desea, y no apetece un
remedio.
Los irracionales apetecen, no desean.
se halla σ se eneuentra, es la idea co
mϊn á estas dos voces, las cuales cor
responden á las acciones de los verbos
descubrir, inventar.
Descubriros hallar σ encontrar lo que
está oculto. Inventar, es imaginar ios
medios de conseguir algϊn fin. La ac
'JL. de la Huerta.)
ciσn del primero puede ser efecto del
cuidado, σ de la casualidad;la del segun DESEMBARAZO , DESPEJO , DESENFADO,
do lo es siempre del designio, del estu
DESPARPAJO, SOLTURA, DESENVOLTU
dio, del cuidado.
RA.—He aquí seis voces de las mas sig
Con esta misma propiedad, el descu
nificativas y conceptuosas que tiene la
brimiento no representa por sí solo, mas
lengua castellana para expresar otras
que la acciσn de hallar σ encontrar: la
tantas modificaciones de la idea que nos
invenciσn representa el efecto de los
inspira la voz genérica facilidad, y que
medios que ha empleado el ingenio para
difícilmente pueden hallar traducciσn
ello.
directa en otras lenguas. La voz despe
jo dio mucho que hacer al Padre Cour
Se descubre una mina, no se inventa:
beville y á Mr, Amelot de la Houssaie,
se inventa una máquina, no se descubre.
DES
( 58 )
DES
traductores ambos de varia« obras de
Un buen esgrimidor maneja la espada
Gracian, y al fin se contentaron con tra
con soltura.—Fué muy notable el desen
ducirla por Je ne sais quoi. El Padre
fado con que Napoleon tomσ del altar
la corona y se la puso él mismo en la
Bouhours adoptσ esta traducciσn, mien
cabeza.—Es digno de risa el desparpa
tras que el abate Desfontaines, Mr.
jo con que los charlatanes encarecen la
Oudin y otros escritores, no menos eru
eficacia de sus remedios.—Una buena
ditos, creyeron traducirla mejor dicien
policía
debe contener dentro de ciertos
do gaillardise, gaitι, aisance, rιsolution,
límites la desenvoltura de las bailarinas
y ciertamente de ninguno de estos mo
del teatro (*),
dos queda traducida nuestra voz despejo.
(G. dιla Cortina.)
La voz desembarazo nos hace conce
bir la idea de estorbos 6 embarazos qui
DESGRACIA, DESDICHA.—La voz desgra
tados de enmedio, σ de dificultades ven
cia, solo explica el mal en sí mismo; la
cidas, esto es, de acciones ejecutadas
voz desdicha aρade á la idea del mal el
con mas libertad de la que comunmen
efecto de la desgracia, con lerrelacion á
te se acostumbra emplear en ellas.
la triste situaciσn en que se halla el des
Despejo, expresa no solamente la mis
graciado.
ma idea, sino también la dé la gracia,
El que pierde al juego, sin que le in
la del donaire, y de una operaciσn par
comode ni le aflíjala pérdida, es desgra
ticular del talento.
ciado al juego, y solo por pura ponde
El desenfado supone viveza, pronti
raciσn llamará desdicha á su desgracia.
tud, resoluciσn, y cierta especie de vio
Pero el que ha perdido toda su fortuna,
y se halla reducido á la mayor miseria
lencia.
y aflicciσn, sin consuelo ni esperanza de
El desparpajo, suma facilidad en ha
alivio, no solo es desgraciado, porque
blar σ en obrar.
padece un verdadero mal, sino también
La soltura, denota agilidad y facilidad
desdichado por la triste situaciσn á que
en los movimientos puramente corpo
le ha reducido su desgracia.
rales.
Por eso decimos: ayer sucediσ una
El desembarazo y la soltura, pueden
desgracia en el río; y no: ayer sucediσ
ser naturales σ adquiridos por la prác
una desdicha, porque solo hacemos re
tica; pero soltura expresa mas, y es
laciσn al hecho, al mal sucedido.
mucho mas material que desembarazo.
Por la misma razσn se puede aplicar
El despejo es efecto de un raciocinio,
la voz desgracia á un mal grave σ leve,
y tiene mucha parte en él la reflexion.
continuado σ transeϊnte;pero la voz des
El desenfado depende enteramente
dicha siempre representa un mal grave
de la voluntad, y es mas bien un movi
continuado é inherente á la persona que
miento del ánimo.
lo padece. Tuvo la desgracia de per
El desparpajo supone cierto despre
der el camino, y llegσ tarde á la posada.
cio de los miramientos sociales.
Si se dijese: tuvo la desdicha, se daria
La reunion de todas estas cualidades
demasiada fuerza á la expresiσn para
en el bello sexo, constituye la desenvol
tura, la cual será mas σ menos digna de
(*) Consϊltense todos los diccionarios francesesespaρo
les
que existen, y se verá que á las voces desembarazo,
aprecio σ de vituperio, segϊn las cir
despejo, desenfado, desparpajo, y desenvoltura, aplican siem
cunstancias que la acompaρen.
pre los autores indistintamente, en lugar de traducciσn di·
Un buen actor acciona con desemba recta, las perífrasis,aisance,airdUibιrι,banne grace,liber
tι dans Us mattieret.
razo, y recita su papel con despejo.—
(G. dt la Cortina^
DES
( >9
explicar un mal leve, que solo durσ has
ta llegar á la posada.
La desdicha de un hombre condena
do á galeras, es mas que desgracia, por
que esta voz, aunque propia para ex
plicar el mal en sí mismo, no tiene tan
ta fuerza y energía como aquella, para
explicar el estado infeliz en que se halla,
esto es, la desdicha á que le ha reduci
do su desgracia.
(L de la Huerta.)
DESIERTO, DESHABITADO, SOLITARIO.—
)
DES
movimos, y no la del movimiento len
to, pero continuado, con que fuimos
adelantando.
Mas claramente se advierte esta di
ferencia, cuando decimos: una gotera
arruina poco apoco una casa: la arruina
despacio, querría decir que tarda en
arruinarla, pero no explicaría la repeti
ciσn progresiva de esfuerzos que la go
tera vá empleando para causar al fin
aquel efecto.
(L. de la Huerta.)
Un lugar desierto está vacio, inculto;
DESPRECIAR, DEPRIMIR, DEGRADAR.—
un lugar deshabitado, no está ocupa
Preciar es dar precio, poner precio á
do, está sin habitantes, y aun sin habita
una cosa; y despreciarla, es quitarle el
ciones; y uno solitario no es concurrido.
precio que se le había dado, rebajárse
El lugar desierto es mas σ menos vas
le. Deprimir y es empujar mucho de ar
to; el deshabitado, mas σ menos habí
riba abajo, apremiar abatiendo, oprimir,
table σ inhabitable; el solitario, mas σ
&c. Degradar, es quitar el grado, des
menos apartado σ lejano de las habita
pojar de su grado, de su clase á una
ciones.
persona para ponerla en otro inferior.
Los landes están desiertos, las rocas
Despreciamos una cosa porque no juz
inhabitables, y los bosques solitarios.
gamos de ella favorablemente, por la
Se huye á los desiertos, huyendo del
baja estimaciσn que hacemos; lo que
trato de las gentes; se huirá hasta los
origina que la creamos muy inferior á
lugares deshabitados, poniéndose á salvo
su tasa. Deprimimos una cosa por un
de la persecuciσn; y se retirará uno á un
juicio contrario al que los demás for
sitio solitario para librarse del mundo.
man; por censuras σ sátiras hechas de
En los países desiertos se vá á bus
intento para que pierda la buena opi
car nueva vida, un nuevo mundo, el
nion y fama de que goza, para rebajar
hombre salvaje, la tierra abandonada á
su mérito, y quitarle el buen nombre
sí misma, la independencia en fin. En
que ha merecido. Se degrada una cosa
un paraje deshabitado se busca un nuevo
en virtud de un juicio vilipendioso, con
orden de cosas, un nuevo aspecto de la
una fuerza, por un poder y por una au
naturaleza. En un asilo solitario se vá
toridad que la desposee de la clase en
á buscar el reposo, la calma y la medi
que estaba, despojándola de los títulos
taciσn.
y dignidades que la ponían en un orden
(March.)
superior. Despreciar, indica una sim
ple opinion en la persona, el precio σ
DESPACIO, POCO Á POCO.—Despacio no
tasa de la cosa, y la rebaja de este pre
explica otra idea que la lentitud de la
cio. Deprimir, denota un vehemente
operaciσn en sí misma. Poco ά poco
deseo de daρar en la persona, la buena
exprime la lentitud progresiva del mo
opinion que tiene sentada la cosa, la des
vimiento que nos acerca al fin.
trucciσn de esta buena opinion. DegraFui ganando poco á poco terreno. Si
dar, designa una especie de orden σ de
se sustituye la voz despacio, presenta
fuerza mayor en la persona, una distin
ré solo la idea de la lentitud con que nos
DES
DES
( t >)
precio, es la arrogancia con que los ne
cion honrosa en la cosa, la privaciσn in
cios desprecian lo que ignoran.
fame de este honor. Por persona debe
{L. de la Huerta.)
entenderse aquí el agente, y por cosa
el paciente. Para despreciar el objeto
DESPRECIO, MENOSPRECIO.— Desprecio
que se estimaba mucho, basta por lo re
es el juicio que hacemos de una cosa
gular poseerle. Para deprimir la perso
que no tiene valor ninguno: menospre
na que se exaltaba σ para exaltar la que
cio, es la inclinaciσn que de ahí resulta
se deprimνa, no es menester mas sino
contra la cosa juzgada.
que mude de fortuna. Para que un hom
Se desprecia una persona no hacien
bre suba á los mas altos honores, y para
do caso de ella; se menosprecia insul
que sea degradado de ellos, no hay mas
tándola. Los autores deben despreciar
sino ponerle tal cual es en diversos tiem
las críticas infundadas; pero nunca me
pos y lugares. En efecto, lo que hon
nospreciarlas σ irritarse contra ellas,
ra en Espaρa, por ejemplo, produce un
porque en esto manifestarían un amor
efecto contrario en Constantinopla. El
propio muy fuera de razσn. (V. Apre
ingrato desprecia los beneficios; el malo
cio.)
deprime la virtud; el impío degrada la
(Jonama.)
divinidad.
(A. Cienfuegas.)
despre
cio supone una desestimaciσn total de
la cosa, porque la preposiciσn des re
presenta una negativa absoluta: de ma
nera que, en cierto modo, se puede mi
rar como la exageraciσn del menospre
cio, porque este solo representa el me
nos aprecio que hacemos de la cosa, en
el juicio que formamos de ella.
A mí me parece que, refiriéndonos á
este principio, se puede decir que el
menosprecio es la opinion que tenemos
de la cosa; y el desprecio, el modo des
deρoso con que manifestamos nuestro
menosprecio.
Por eso no se dice: hacer un menos
precio, sino hacer un desprecio. Aquel
se manifiesta: éste se ejecuta.
Muchas veces se menosprecia lo que
se alaba, y se desprecia lo que se envi
dia.
Menos envilece el desprecio con que
nos insulta un enemigo, que el menos
precio con que nos alaba un adulador.
Entre los efectos de la ignorancia que
tiene que sufrir y disimular el hombre
prudente } el que mas excita su menos
DESPRECIO, MENOSPRECIO.—El
DESTINADO Á, DESTINADO
PARA.—Fre
cuentemente ocurre decir, que una per
sona σ una cosa cualquiera está destina
da á hacer σ para hacer tal σ tal otra
cosa; y por mas que estas dos expresio
nes parezcan sinσnimas, creo sin em
bargo que el buen uso no las confunde
jamas.
Un hombre está destinado ά una cosa
cuando él solo debe hacerla: está destinado para ella cuando la cosa debe ha
cerse, y él ha de cooperar de algϊn
modo. Por esto no hay ningϊn hom
bre destinado ά construir un puente, ni
á abrir un camino, á no ser que esta ex
presiσn se aplique figuradamente al que
dirige la obra σ al que la manda hacer.
Sin embargo los hay destinados ά correr,
ά vencer, ά mandar, &c.
La misma analogía siguen las demás
cosas. Las palabras están destinadas ά
representar las ideas, para comunicar
los pensamientos. La leρa está destinada ά arder, ά quemarse, & c , para gui
sar, para calentar, para tostar, para
quemar.
No diré que en esta parte esté siempre
constante el uso, ni aun en los autores
mas exactos; pero esto no prueba nada,
DES
( ι 61
ni contra mi distincion,ni contra el buen
uso.
Así como muchas veces nos basta una
idea general sin que sea preciso seρalar
la especie, así también en la combina
ciσn σ enlace de las ideas unas veces
nos basta indicar una relaciσn cualquie
ra, y otras es preciso individualizar si
queremos expresarnos con toda claridad;
pero basta que conozcamos la analogía
en los casos principales para saber el
camino que hemos de seguir en todos
los demás.
{Jonama.)
DESTREZA, DOBLEZ, SUTILEZA, ASTUCIA,
ARTIFICIO.—La destreza es el arte de
dirigir las empresas del modo conve
niente á su buen éxito.
La doblez, es una disposiciσn á aco
modarse á las coyunturas y á los acon
tecimientos imprevistos por lograr el fin.
La sutileza, un modo secreto y ocul
to de obrar.
La astucia, un medio ignorado σ en
cubierto para ir uno á sus fines σ desig
nios.
El artificio, un medio muy estudiado
y poco natural para la ejecuciσn del ob
jeto.
Destreza, doblez, y sutileza, sa toman
mas veces en buen sentido que astucia
y artificio.
La destreza hace uso de los medios
y requiere inteligencia.
La doblez evita los obstáculos y re
quiere docilidad.
La sutileza insinϊa de una manera
insensible, y supone penetraciσn.
La astucia engaρa y necesita una
imaginaciσn ingeniosa.
Un comerciante debe ser diestro; un
cortesano doble; un político sutil; un
alguacil σ espía astuto, y un juez de po
licía artificioso.
Rara vez se logra el buen éxito en
)
DES
negocios difíciles si no ae manejan con
destreza.
No es posible conservarse mucho
tiempo en favor sin estar dotado de una
grande doblez.
El que no es sumamente sutil, bien
pronto le penetran en la corte hasta sus
mas recσnditos pensamientos.
Es impropio de* un honrado valerse
de la astucia, á no ser en casos de re
presalias σ en asuntos de guerra.
A veces se ve uno precisado á valer
se de artificios por no comprometerse
con personas muy delicadas: σ por atraer
á la verdad á las muy preocupadas.
(March.)
sinσnimos
en un sentido recto; pero en la acciσn
de destruir, se descubre siempre volun
tad y objeto. La acciσn de arruinar pue
de ser efecto de circunstancias involun
tarias y casuales.
Los enemigos destruyen ]os edificios.
El tiempo arruina los palacios.
Por esto se dice, que una casa ame
naza ruina, y no destrucciσn, porque su
pondría voluntad y objeto en la acciσn
de destruirse.
DESTRUIR,
ARRUINAR.—Son
(L. de la Huerta.)
DESVERGONZADO, AUDAZ, ATREVIDO.—
Los tres designan en general la disposi
ciσn de una alma á quien nada se le da
de cuanto temen los demás. Desver
gonzado, dice mas que atrevido, y siem
pre se toma en mal sentido. Audaz,
supone mas que atrevido, y también se
toma en mal sentido casi siempre.
El desvergonzado no tiene pudor; el
audaz no tiene respeto ni reflexion; el
atrevido no tiene temor.
El atrevimiento con que siempre debe
decirse la verdad, jamas debe degene
rar en audacia, y mucho menos en des
vergüenza.
Atrevido se toma también en sentido
DET
(ι ! )
DIA
figurado. Desvergonzado, no se dice
todos los cuerpos de la naturaleza lla
sino de las personas;y audaz, de las per
mamos cara, frente σ delantero uno de
sonas, délas accionesy de los discursos.
sus lados (*): por consiguiente, todo lo
que cae á la parte opuesta, se dice que
(March.)
está detrás de aquella cosa.
DETERMINAR, RESOLVER, DECIDIR.—Se
Para que una cosa esté tras otra, no
determina consultando solo á la volun
basta que esté detrás, es preciso que la
tad; se resuelve examinando la razσn que
siga inmediatamente, que no haya cuer
hay para ello; se decide pesando dos σ
po intermedio, σ á lo menos que no ha
mas razones opuestas.
gamos caso de él.
La voluntad determina: el entendi
Tras la cruz está el diablo, no quiere
miento resuelve; el juicio decide.
decir que el diablo se halla á la parte
Ayer había determinado ir á caza, y
posterior de la cruz, sino que está in
viendo que llovía, resolvν quedarme en
mediato á ella, y que nos sorprenderá
casa; pero al fin, luchando entre la afi
si nos llegamos incautamente; esto es,
ciσn y la comodidad, me decidν á salir.
no que la maldad este' pospuesta á la
(L dιla Huerta.)
virtud, sino que suele ocultarse bajo la
capa de ésta. Yo voy tras una perso
D E TODOS LADOS, DE TODAS PARTES.—
na cuando la sigo, sea que la busque, σ
De todos lados, parece hacer mas rela
que esté unido á ella: voy detrás de cuan
ciσn á la cosa misma de que se habla; y
tos van delante de mí. El lacayo vá
de todas partes, á las cosas extraρas que
tras el amo, y detrás de él suelen ir va
rodean á aquellas de que se habla.
rias gentes.
Se vá de todos lados; se llega de to
La misma analogía debían seguir las
das partes.
voces ante y delante; sin embargo, la pri
Se vé un objeto de todos lados cuan
mera se ha anticuado, y solo se usa en
do la vista se vá dirigiendo sucesivamen
ciertas frases determinadas, como por
te alrededor de él, y se le mira por to
ejemplo, ante todo, ante mí, fyc.
das partes, se le vé de todas partes cuan
(Jonama.)
do todos los ojos que le rodean le divi
san, aunque no sea visto de cada uno
DIÁLOGO. C O L O Q U I O . — E l r.nlnnvin ν Í»1
sino por una de sus caras.
diálogo conservan su idea comϊn de con
Por mas que el desgraciado se vuel
versaciσn entre dos σ muchas personas,
va de todos lados en pos de la fortuna,
sin distinguirse por las ideas propias del
nunca la encuentra. El favor que se
soliloquio y del monσlogo, que son sus
tiene con un príncipe, atrae honores de
opuestos. El diálogo no está consagra
todas partes, así como la desdicha acar
do exclusivamente al teatro, como lo
rea desengaρos.
está el monσlogo; ni el coloquio, en su
(March.)
valor usual, es grave σ filosσfico como
el soliloquio. El coloquio es propiamen
DETRÁS, TRAS.—Estas dos voces se dis
te una conversaciσn familiar y libre, no
tinguen en lo mismo que debajo, bajo.
sujeta á ninguna regla particular; pero
Suponiendo un plano vertical tirado
el diálogo es conferencia seguida, en que
por el ancho de nuestro cuerpo; todo el
espacio que cae á la parte de la cara,
(*) Este lado, Φ se halla determinado por la figura de loe
cuerpos,
como sucede en las casas, sillas, coches y otros
se llama delante: todo el que cae á la
varios utensilios; 6 cuando no, es la parte por donde los mi
parte de la espalda, se llama detrás. En ramos.
DIF
( 63 )
DIF
se discurre, y que está sujeta á reglas.
si no los distinguimos, la falta está en
Decimos los coloquios de Erasmo, y los
nuestros ojos.
(March.)
diálogos de Platon σ de Fenelon.
(A. Cienfuegot.)
pala
bra vocabulario, solo se aplica á nomen
claturas sin explicacionσ definiciσn: diccionario comprende los de lenguas, los
histσricos, los de ciencias y artes, & c ,
y requiere definiciones. Un vocabulario puede no ser alfabético, un diccionario debe serlo.
DICCIONARIO, VOCABULARIO.—La
{March.)
DIFERENCIA, DESIGUALDAD, DISPARIDAD.
—Términos relativos á lo que nos hace
distinguir la superioridad σ inferioridad
entre seres que comparamos.
El término diferencia se extiende á
todo cuanto los distingue; pues es géne
ro, cuyas especies son desigualdad y
disparidad.
La desigualdad parece indicar la diferencia en cantidad, y la disparidad la
diferencia en calidad.
(March.)
DIFERENCIA, DIVERSIDAD, VARIEDAD.—
La diferencia, supone una comparaciσn
que el entendimiento hace de las cosas,
para tener de ellas ideas exactas que
eviten la confusion.
La diversidad, supone una mudanza
que el gusto busca en las cosas, para
hallar algo de nuevo que le excite σ li
sonjee.
La variedad, supone una pluralidad
de cosas no semejantes, que la imagina
ciσn se representa, para formarse imá
genes agradables que disipen el fastidio
de la demasiada uniformidad.
La diferencia de las palabras debe ser
vir para notar la de las ideas.
Un poco de diversidad en los manja
res no daρa á la nutriciσn.
La naturaleza ha puesto una variedad
infinita en los mas pequeρos objetos:
IFERENTE, DIVERSO, VARIO, DISTINTO.
—Diferencia es aquella parte, cualidad σ
circunstancia en que dos cosas no con
vienen entre sí, σ por decirlo de otro
modo, es lo que á una cosa le falta σ
sobra para ser igual á otra.
Diversidad, es la negaciσn de la iden
tidad, de modo que todo lo diferente ha
de ser diverso; pero puede una cosa ser
diversa de otra sin que podamos seρalar
su verdadera diferencia. La blancura,
la dulzura y la fetidez son tres cosas diversas; pero no podemos decir en qué
se diferencian, ni cuál es mas diferente:
de aquí se infiere que una cosa puede
ser mas σ menos diferente de otra; pero
no mas σ menos diversa.
Variedad es la diversidad con respec
to á la mudanza y á la novedad. La diversidad de objetos consiste en que es
tos sean diferentes: variedad,en que ten
gan poca relaciσn entre sí; esto es, que
sean muy diferentes. Una huerta, en
que se cultiva una infinidad de verdu
ras y legumbres diferentes, presenta mu
cha diversidad de objetos: una fortale
za antigua en lo alto de una colina ba
ρada por las aguas del mar, en cuya fal
da se ven algunas casas de campo, y á
lo lejos una frondosa arboleda; una vis
ta semejante, hablando propiamente,
presenta menos diversidad; pero mas
variedad de objetos.
Adviértase que mucha diversidad quie
re decir muchos objetos diferentes; y
mucha variedad quiere decir objetos muy
diferentes, σ entre quienes hay muy poca
semejanza,
Dos cosas distintas cuando la una no
es la otra, aunque sean idénticas. Así
esta voz solo tiene uso relativamente á
las ideas σ á las cosas representadas con
palabras; pues cuando las cosas están
DIS
( 64
presentes, á nadie le ocurre preguntar si |
dos de ellas son una misma. Un trián
gulo equiángulo no es distinto de un
triángulo equilátero, porque estas dos
ideas representan una sola y misma cosa.
Lo opuesto á diferente es semejante;
á diverso, idιntico; á vario, monσtono.
{Jonama.)
es diferir,
retardar alguna cosa. Pero en el rigor,
lo que se difiere es la acciσn que se sus
pende por algϊn tiempo; lo que se dila
ta, es el tiempo en que no tiene efecto
la acciσn. Porque en la verdadera fuer
za de sus significaciones, diferir es sus
pender, dilatar es prolongar.
Cuando se difiere la paz, no es la paz
la que se dilata, sino la guerra. Se di
fiere el congreso, esto es, no tiene lugar
por ahora: se dilata, esto es, dura mas
tiempo de lo que se creía.
Con relaciσn al riguroso sentido de
estas voces, se desean dilatados aρos de
vida, y no diferidos.
D I F E R I R , DILATAR.—Dilatar,
(L. de la Huerta.}
DILIGENTE, EXPEDITO, PRONTO.—Cuan
do uno es diligente no pierde nada de
tiempo, ni deja la obra de la mano; sien
do expedito no deja para otro tiempo
la obra y la concluye inmediatamente;
cuando es pronto, trabaja con actividad
y adelanta en la obra.
La pereza, las dilaciones y la lenti
tud son los tres defectos opuestos á es
tas tres cualidades.
Al diligente nada le cuesta ponerse al
trabajo; el expedito no le deja; el que es
pronto en breve acaba su obra.
(March.)
verbos
en su sentido recto tienen muy diferen
te significaciσn: porque disgustar repre
senta una acciσn puramente física, esto
es, la que produce en nuestros sentidos
DISGUSTAR, DESAGRADAR.—Estos
)
DIS
la sensaciσn opuesta al gusto; y desagra^
dar representa una acciσn moral, esto
es, la que produce en el ánimo la sen
saciσn opuesta al agrado.
Pero el verbo disgustar se usa tam
bién figuradamente en el sentido moral,
y en tal caso se refiere generalmente á
todo lo que no satisface á la volun
tad: desagradar, conservando siempre
la fuerza de sa sentido recto, se refiere
á lo que no satisface al ánimo, y debie
ra satisfacerle por obligaciσn, atenciσn,
ϊ otros motivos.
El enojo del padre disgusta á los hi
jos, y la desobediencia de los hijos des
agrada al padre. Disgusta el mal hu
mor de un amigo, y desagrada el de un
criado. Disgusta el mal tiempo, y des
agrada la mala fe.
(£. de la Hutrta.)
y otro se
aplican á todo hecho σ dicho fuera de
razσn y propσsito; pero cada uno tiene
su extension y energía particular. El
disparate recae sobre hechos σ dichos
fuera de propσsito por falta de reflexion,
σ por incoherencia, σ disparidad de
ideas. El desatino recae sobre hechos,
σ dichos fuera de propσsito por falta de
tino, esto es, de inteligencia, de pruden
cia, de razσn.
Es un disparate el decir que el olmo
puede llevar peras. Es un desatino el
decir que no se debe respetar la perso
na de un padre σ de un soberano. Es
un disparate el ir á pié, pudiendo ir en
coche. Es un desatino el exponerse á un
riesgo inminente de la vida.
Un hombre de buen humor suele de
cir disparales que divierten, y no des
acreditan su talento, pero nunca dice
desatinos.
DISPARATE, DESATINO.—Uno
(L. de la Huerta.)
DISPUTA,
ALTERCADO,
CONTESTACIΣN,
DEBATE.—Disputa se dice comunmen
te de una conversaciσn entre dos perso
DIS
( (B5 )
DIV
nas que difieren de parecer sobre un
Querer distinguirse demasiado entre
mismo punto: llámase altercado, cuan
las personas con quienes tenemos que
do se agrega alguna aspereza.
vivir, es darles ocasiσn á que se separen
Contestaciσn se dice de una disputa
de nosotros.
entre muchas personas, σ entre dos de
La diferencia de los usos y del lengua
consideraciσn sobre algϊn objeto inte
je distinguen mas á las naciones que la
resante, σ bien entre dos particulares en
de las costumbres.
asunto judicial.
La ausencia separa á los amigos sin
Debate es una contestaciσn tumul
desunir sus corazones: no podrá decirse
tuosa entre varias personas.
otro tanto de los amantes.
(March.)
La disputa jamas debe degenerar en
altercado. Los reyes de Francia y Pru
sia están en contestaciones sobre cierto IDISTINTO, DIFERENTE, DIVERSO.—Lodis
tinto recae sobre la identidad misma del
articulo de un tratado. En el concilio
sugeto; lo diferente y lo diverso, recaen
de Trento hubo grandes contestaciones
sobre sus predicamentos; pero diverso
sobre la residencia. Juan y Diego an
indica cierta oposiciσn, incoherencia, σ
dan en contestaciones sobre los límites
disparidad,
de que prescinde por sí solo
de sus tierras. El parlamento de In
lo diferente.
glaterra está sujeto á grandes debates.
Pedro y Juan son dos personas distin
(March.)
tas, esto es, no es de un hombre solo de
DISTANTE, LEJOS.—Distante, representa
quien se habla, sino de dos individuos
la idea del espacio que hay desde un
de la especie humana.
punto á otro, de un modo determinado
El agua y el fuego, considerados pu
y relativo; lejos, la representa de un
ramente como elementos, son distintos;
modo absoluto é indeterminado.
considerados como sustancias, que no
Se mide lo distante, esto es, la dis
tienen las mismas propiedades, son dife
tancia σ espacio determinado que hay
rentes ; considerados como causas de
entre dos puntos: no se mide lo lejos.
efectos contrarios, son diversos.
Esta voz prescinde de toda dimension.
Un perro y un gato son animales de
Está una legua distante de aquí, y no
distinta especie, de diferente figura, y
una legua lejos. Vino de muy lejos, y
de diversas inclinaciones.
(L. de la Huerta.)
no de muy distante; porque con aque
lla voz parece que, en cierto modo, se
IDIVERSIΣN, ENTRETENIMIENTO.—Aplí
pondera la distancia, suponiéndola inde
canse estas dos voces al medio σ modo
terminada.
de procurar al ánimo una ocupaciσn
{L. de la Huerta.)
agradable, que le recrea, que le lisonjea,
DISTINGUIR, SEPARAR.—Se distingue lo
que satisface su gusto; pero en esta idea
que no se quiere confundir; se separa
comϊn me parece hallar mía diferencia,
lo que no se quiere alejar.
que distinguen las mismas voces; por
Las ideas que uno forma de las cosas,
que diversion dice lo mismo que separa
las calidades que se les atribuye, las con
ciσn, esto es, distracciσn del ánimo de
sideraciones en que se les tiene y las se
aquellas ocupaciones en que regular
ρales que ley son anejas σ se les desig
mente se emplea, y á que sustituye otras
nan, sirven para distinguirlas. El arre
mas agradables, que le distraen de aque
glo, el sitio, el tiempo, el lugar, sirven
lla fatiga σ disgusto; y entretenimiento lo
para separarlas.
mismo que ocupaciσn interina, ^ntre
DON
DON
( 66 )
y en determinadas acciones propias ex·
tanto que llega el momento de hacer
elusivamente de la persona que las eje
otra cosa.
cuta.
Me divierto leyendo; me entretengo
Una aldeana,v. g.,tendrá cierto modo
leyendo. Al oir la primera de estas pro
de hablar, de saludar,σ de moverse, que
posiciones, percibo que la lectura agra
en ella será gracejo, pero que en una
da, distrae y recrea el ánimo del que se
petimetra de la corte, seria una rustici
divierte con ella, y casi puedo asegurar
dad insufrible: y al contrario; en esta
que no tendrá gusto, que no le será in
misma petimetra, puede notarse cierto
diferente el dejarla. La segunda me re
modo de hacer σ decir las cosas que en
presenta otra idea, esto es, que Ja lec
ella será gracejo, mientras que en la al
tura ocupa, sirve de pasar el tiempo, al
deana seria una afectaciσn ridicula y
que se entretiene con ella; veo casi la
contraria á la naturaleza.
indiferencia con que el que lee puede in
El donaire quiere oportunidad, natu
terrumpirla, cuando llegue la hora de
ralidad y discreciσn.
hacer otra cosa, porque solo le sirve de
El gracejo, naturalidad, propiedad y
entretenimiento que tal vez no le divierte.
conveniencia.
Al que está entretenido, no se le hace
La labia, dulzura, astucia y cautela.
el tiempo largo. Al que está divertido
Los dos primeros pueden consistir en
se le hace corto.
(L. de la Huerta.)
acciones, σ en palabras.
La tercera, como su mismo nombre
lo indica, no puede consistir mas que
DONAIRE, GRACEJO, LABIA.—El donaire
en palabras.
consiste todo en la discreciσn, opor
La persona que tiene donaire puede
tunidad y gallardía con que se dice σ
tener gracejo al mismo tiempo.
se hace la cosa; depende del talento, y
La que tiene gracejo puede no ser sus
prueba buen gusto.
ceptible de donaire.
El gracejo es mas festivo, y consiste
El gracejo en las palabras es siempre
en un modo de decir, σ de ejecutar las
sencillo é inocente. El donaire es á ve
cosas,que aunque nos agrada, no le con
ces picante y malicioso. La labia nun
cedemos el nombre general y absoluto
ca deja de ser aduladora é interesada.
de gracia, porque es un modo puramen
(V. Gracioso, Chistoso.)
te relativo á la persona.
(G. de la Cortina.)
La labia consiste en la afluencia de
frases y expresiones escogidas, con la
mira de persuadir agradablemente, y DONDE, ADONDE.—El adverbio local don
de, explica el lugar puramente en abs
por lo comϊn supone estudio, artificio,
tracto, y las preposiciones en, de, por,
y segunda intenciσn.
&c. que se le unen, determinan, por su
El donaire requiere cualidades que
propia
significaciσn, la idea exacta que
solo da la naturaleza, y que después con
se le quiere aplicar. Adonde vá: de don
el hábito, vienen á ser modificadas por
de viene: por donde pasa. De manera,
la instrucciσn, por la observaaeST, y por
que no parece hay mas razones para que
el frecuente roce con personas de edu
donde sea sinσnimo de adonde, que para
caciσn muy fina y esmerada. Así es
que lo sea en donde, de donde, por donde.
que depende en gran parte del estudio
Es verdad qué muchas.veces deduci
dirigido por el buen gusto.
mos
por el sentido la idea que sé quiere
Eí gracejo es todo natural, y no lo
descubrimos mas que en ciertos modos ) aplicar al adverbio usado sin preposi
DUR
DON
( ( ' )
nes?
Por
dσnde
pasa? Mal dicho se
cion, como cuando decimos: donde está,
ria pues: Dσnde vas? Adonde estas?
dσnde anda; pero ademas de que no
&c. Es supérflua la preposiciσn en para
siempre suplimos en estos casos pre
el primero de estos ejemplos.
cisamente la preposiciσn a, como se ad
(March.)
vierte en estos mismos ejemplos, basta
reflexionarlo un poco, para conocer que
las significaciones que se dan al adver DURABLE, DURADERO, PERMANENTE, ES
TABLE.—Durable es lo que por su na
bio, no las tiene por sí solo, y dependen
turaleza σ por el modo de estar cons
precisamente del sentido. Si encontra
truido, debe durar. Duradero es lo que
mos á un Propio, y en lugar de pregun
realmente dura. Permanente lo que dura
tarle, adonde lleva la carta, esto es, á
siempre y sir. alteraciσn. Estable lo
qué lugar, le preguntamos dσnde lleva
que es de naturaleza permanente; de
la carlu; no responderá con impropie
modo que estable es á permanente lo que
dad si dice: la llevo en las alforjas σ en
durable es á duradero.
la maleta.
Una cosa durable y estable puede por
Cervantes usa con semejante indife.
algϊn accidente no ser duradera ni per
rencia de las preposiciones ά y en, uni
manente; pero todo lo duradero σ perma
das al adverbio donde. Adonde lepare
nente os durable σ estable, aunque no lo
ciσ ά Sancho pasar aquella noche. Adon
parezca.
de en unos corredores estaban ya el duque
Además estas voces se diferencian
y la duquesa. Pero la obscuridad que
también en que durable y duradero con
puede dar á la frase este uso indiferen
sideran la duraciσn con respecto á la di
te, se vé con bastante claridad en este
soluciσn natural é insensible de las par
ejemplo: "No me aprovechσ nada mi
tes que componen la cosa que dura: es
"buen deseo (dice uno de los galeotes,
table y permanente se refieren á una di
"á quienes dio libertad D. Quijote) para
soluciσn repentina producida por una
"dejar de ir adonde no espero volver,
causa exterior. Así que las ϊltimas se
"segϊn me cargan los aρos, y un mal
aplican con mas propiedad á aquellas
"de orina que llevo, que no me deja re
cosas que por su naturaleza nos pare
"posar un rato." Es claro que el ad
cen eternas, como una torre, un gran
verbio adonde se refiere á las galeras á
fuerte,
&c; y las otras á cosas débiles,
que iba condenado; pero Ώquiso decir
y que se van gastando poco ά poco.
que no esperaba volver de ellas, por ser
Un par de medias pueden ser durade
ya viejo y achacoso, σ que no esperaba
ras; la obra de una casa se llama per
volver ά ellas? Por el sentido se podrá
manente.
El amor es duradero cuando
tal vez deducir, pero será preciso re
no se entibia; es permanente cuando no
currir á él.
(L. de la Huerta.)
se acaba.
Se llaman estables y permanentes en
DONDE, ADONDE, DE DONDE, POR DON
el sentido moral aquellos hábitos σ ins
DE.—Sin que se trate de criticar el lar
tituciones humanas,que se conocen bajo
go artículo de Huerta, donde, adonde,
los nombres de legislaciσn, costumbres,
parece que está explicado con decir:
religion, & c ; primeramente porque los
que donde ϊnicamente debe usarse con
miramos como indisolubles, á no sobre
verbos de quietud, y lo demás con ver
venir algϊn accidente σ causa exterior;
bos de movimiento. Por ejemplo, Dσn
y lo segundo, porque su duraciσn es re
de está? Adonde vas? De dσnde vie
gularmente tan larga, que para nosotros
EFI
( 68
es lo mismo que si durasen siempre.
Por esto se dice que no hay nada per
manente^ y no puede decirse con verdad
que no hay nada duradero. Por esto di
cen los teσlogos que la vida del hombre
no es estable, porque la consideran no
como una cosa que se vá gastando poco
á poco, sino como que se acaba de golpe
por la separaciσn de sus dos componen
tes alma y cuerpo. También llamamos
permanentes á los colores por conside
rarlos como una cualidad inherente á
las mismas cosas, y por lo tal insepara
bles de ellas.
Lo opuesto á permanente es perecede
ro: lo opuesto á estable instable, y de
aquí instante, que es un tiempo sin du
raciσn.
(Jonama.)
duradero es
firme por su solidez y nunca cesa: lo
constante es firme por su resoluciσn, y
no muda.
No hay conexiones duraderas entre
los hombres si no se fundan en el méri
to y la virtud.
DURADERO, CONSTANTE.—Lo
(March.)
Ε
EDIFICAR, CONSTRUIR.—Edificar, se re
fiere al edificio considerado en general,
y conducido á su fin, segϊn su plan y
proporciones. Construir, se refiere á la
operaciσn material de su fábrica, á los
trabajos y operaciones mecánicas con
que se ejecuta.
En tal aρo se edificσ este palacio, y
se construyσ con solidez y buenos mate
riales.
Por eso, de las partes de un edificio,
no se dice que se edifican, sino que se
construyen, porque edificar recae sobre
el todo. Se construye una pared, un te
jado, un sσtano; no se edifican.
(L. de la HuertaJ
E F I G I E , IMAGEN,
FIGURA,
RETRATO.—
La efigie sustituye la cosa misma.
)
ELE
La imagen representa la idea.
La figura demuestra la actitud y el
designio.
El retrato presenta ϊnicamente la se
mejanza del objeto.
Diremos pues: ahorcar en efigie á un
malhechor; representar en imágenes los
misterios de nuestra santa religion; ha
cer la figura ύ estatua de un rey; pin
tar, esculpir σ grabar los retratos de los
grandes hombres.
En sentido literal, no se dirá efigie y
retrato, sino con respecto á las perso
nas; imagen y figura en cuanto á toda
clase de cosas; bajo este concepto, la
circuncisiσn fué la imagen del futuro
bautismo; la serpiente de bronce la. figura de la cruz de Jesucristo.
En sentido figurado se dirá de un poe
ma que está lleno de bellas imágenes;
de un panegírico que está adornado de
figuras retσricas; de un canto que retrata al vivo á su héroe.
{March.)
elegante es
lo mismo que compuesto, adornado, culto, sin afectación, selecto y esmerado; y
elocuente lo bien y perfectamente hablado, con elegancia, pureza y facundia, es
preciso mirar como rigurosamente sinσ
nimas estas voces, porque en estas dos
aplicaciones solo se descubre una mis
ma idea; esto es, la de la gracia y belle
za de la elocuciσn. Pero esta parece
que conviene peculiarmente á la elegancia, la cual consiste en la hermosura del
estilo, y en la buena elecciσn de voces
y de palabras, porque su objeto es agra
dar; y no á la elocuencia, la cual consis
te en la fuerza del discurso y en la bue
na elecciσn de razones, porque su obje
to es persuadir.
ELEGANTE,
ELOCUENTE.—Si
Cicerσn es elegante en sus epístolas,
y elocuente en sus oraciones.
(L. de la Huerta.)
ENC
( 69 )
resulta de conseguir aquello en que nos
ELOGIO, ALABANZA.—Basta para alabar,
empeñamos; ya sea el de evitar el sa
decir bien de una persona, sin fundar la
crificio de nuestro amor propio á la opi
razσn ni el motivo. El elogio es una
nion σ voluntad agena.
alabanza, que funda su razσn, y expli
La tema supone mas propiamente in
ca su motivo.
docilidad
σ espíritu de contradicciσn.
Un ignorante alaba lo que le parece
Uno y otro pueden ser pasivos, esto es,
bien, sin detenerse á exponer los fun
sostener pasivamente su objeto σ su ca
damentos de su alabanza. Un sabio hace
pricho.
el elogio de un libro, exponiendo el mé
rito que halla en él. Un discurso aca
La porfia es la demostraciσn activa
démico, en que se haca una exposiciσn
de la tema σ el empeño, cuando estas
fundada del mérito de una persona ilus
encuentran alguna resistencia ϊ oposi
tre, se llama elogio y no alabanza. El
ciσn.
elogio de Carlos III. El elogio de Fe
Un hombre hace empeño de salir con
lipe V.
su gusto, de satisfacer su deseo, de sos
El elogio solo puede recaer sobre las
tener su opinion; hace tema de no es
producciones del entendimiento, σ las
cuchar los consejos de sus amigos, de
acciones en que tiene parte la volun
privarse de sus propios gustos y satis
tad: la alabanza puede extenderse á to
facciones: si se lo desaprueban, σ se lo
das las cosas que nos agradan, de cual
contradicen, porfia, sostiene con tena
quiera clase que sean. Se alaba la fres
cidad el objeto de su empeño, σ el ca
cura de un jardin, la bondad de un cli
pricho de su tema.
(L. de la Huerta.)
ma; se alaba un caballo, un vestido de
gusto; no se elogian, como el valor de un
soldado, la elocuencia de un orador, la ENCANTAMIENTO, ENCANTO, HECHIZO,
BRUJERÍA.—El encantamiento es la ac
bondad y la justicia de un soberano.
ciσn σ el medio: el encanto es el efecto;
(£. dιla Huerta.)
pero tanto uno como otro, se refieren
EMBARCO, EMBARQUE.—Embarco es la
principalmente á la ilusiσn de los sen
acciσn de embarcarse: embarque, la de
tidos
ser embarcado.
El hechizo hace concebir la idea de
Por esto la primera solo se aplica á
alguna cosa que perjudica σ trastorna
los seres racionales: la segunda puede
la razσn; esto es, se refiere á la alma
convenir á las personas y á las cosas.
mas bien que á los sentidos. He aquí
Se dice el embarque de los heridos, y
la razσn porque se aplica el hechizo á
el embarco de las tropas; el embarque de las personas y animales solamente, al
los presos, y el embarco de los pasaje
paso que aplicamos el encanto á las per
ros, distinguiendo siempre la acciσn del
sonas, á los animales y á las cosas. Por
que se embarca por si mismo, de la ac
eso decimos palacio encantado, y no he
ciσn del que es embarcado por mano σ
chizado. El hechizado por fuerza, y no
por mandato de otro. El embarque de
el encantado.
un regimiento lo verificará el gefe del
En sentido moral conservan estas dos
puerto σ del departamento: su embarco
palabras la misma diferencia. Si ha
lo verifica el mismo regimiento.
blando de una mujer hermosa, decimos
(Jonama.)
que nos encanta, damos á entender el
EMPEÑO, TEMA, PORFÍA.—El empeño su
efecto que su aspecto causa en nosotros,
pone algϊn ínteres, ya sea el que nos
sin que ella tenga en esto la menor par
EMP
ENC
( 70
te; pero si decimos que hechiza, ya da
mos á entender que nuestro corazσn
siente algo, σ que ella se vale de cier
tos medios para agradar. Esta idea se
manifiesta mejor cuando decimos: "lo
tiene hechizado esa mujer:" que es lo
mismo que si dijéramos:—No puede de
jar de amarla, y sufrir por ella las pe
nas del amor.
El encanto es mas noble que el hechi
zo. Aquel suspende las penas del alma,
y causa admiraciσn. Este supone siem
pre un daρo y causa temor; en una pa
labra, es sinσnimo perfecto de maleficio,
etimología de la palabra hechizo.
La brujerνa ya no tiene ni puede te
ner en nuestro idioma la acepciσn que
tuvo en otro tiempo: ahora no emplea
mos esta palabra sino en estilo pura
mente familiar y jocoso, porque con
serva la bajeza que le imprimiσ enton
ces su primitiva significaciσn, y nos ser
vimos de ella para denotar la prontitud
extraordinaria, σ la admirable facilidad,
σ el modo raro con que vemos practi
car alguna cosa.
íG. dιla Cortina.)
indistintamen
te para explicar la situaciσn, σ el lugar
que ocupa una cosa respecto de otra;
como cuando decimos: está encima de
la mesa; ha quedado sobre la mesa. Pe
ro si examinamos con rigor su verdade
ra fuerza y energía, hallaremos que no
representan rigurosamente la misma
idea.
El adverbio encima explica solamen
te la situaciσn local de un cuerpo res
pecto del que se halla debajo de él. La
preposiciσn sobre, representa, no solo la
situaciσn, sino también, y mas propia
mente, la gravitaciσn que ejerce un
cuerpo sobre otro. Y no es extraρo que
los confunda el uso, porque el cuerpo
que está encima, gravita naturalmente
sobre el que está debajo. En esta mis
ENCIMA, SOBRE.—Ϊsanse
)
EN
ma proposiciσn se percibe la diferente
fuerza de las dos voces; pero examiné
mosla en otros ejemplos.
En lugar de ponerlo debajo, lo puso
encima. Se descubre la torre por en
cima de la montaρa. Se ve el sol por
encima del tejado. En estos casos en
que solo se trata de una situaciσn local,
no se pudiera emplear la preposiciσn
sobre con la misma propiedad que en
los siguientes, en que se considera al
cuerpo con relaciσn determinada á su
gravitaciσn: yo estaba sobre un pié; la
casa está fabricada sobre buenos cimien
tos. Se apoya sobre una mesa; reposa
sobre el duro suelo.
De aquí es, que los físicos dicen que
un cuerpo pesa, gravita, ejerce su atrac
ciσn σ su impulso, sobre otro, y no en
cima de otro.
Segϊn este mismo principio, se dis
tinguen claramente dos ideas diferentes
en e;ïtas dos proposiciones: daban gol
pes encima de mi cabeza; daban golpes
sobre mi cabeza. Con la primera supon
go que los golpes se daban en un para
je mas elevado , y que correspondía
perpendicularmente á mi cabeza, σ en
la habitaciσn que estaba sobre la mia.
Con el segundo doy á entender que yo
recibía los golpes en la cabeza misma.
Por eso se dice también en el sentido
moral: sobre mi conciencia, sobre mi ho
nor, sobre mi palabra, para denotar que
lo que se asegura σ se promete, se sos
tiene, carga, y se apoya en la concien
cia, el honor, σ la palabra; y no se pue
de decir: encima de mi honor, σ mi
conciencia.
{L. de la Huerta.)
cuanto ΰ
mi es la frase latina quantum ad me
spectat, en cuanto la cosa me toca σ me
concierne, segϊn el ínteres que tomo
en ella, σ la opinion que tengo. Por
denota la manifestaciσn, la presencia, la
consideraciσn. Por mν significa σ quie
E N CUANTO Á MÍ, POR MÍ.—En
EN
( 71 )
EN
elusion. Al fin denota después de to
re decir: si yo me pongo delante; para
do esto, al cabo, en ϊltimo análisis, por
decir mi opinion, con respecto á mi sen
resultado de las cosas.
Finalmente
tir, por lo que respecta á mí σ á la par
significa al fin final, esto es, por ϊlti
te que yo tomo. Por mi es el latino
ma conclusion, definitivamente. En fin
ego vero. En cuanto ά mν denota lite
anuncia particularmente, por una espe
ralmente un interés en la cosa, y una
cie de transiciσn, el fin σ la conclu
relaciσn establecida. Por mν no indi
sion de un discurso, de una relaciσn, de
ca mas que un juicio σ un hecho. Cuan
un raciocinio. Al fin anuncia el fin σ
to designa también una medida y una
el resultado de las cosas, de los asun
proporciσn, y por solo una cosa vaga.
tos, de los sucesos considerados en sí
Cuanto expresa una relaciσn mas seρa
mismos. Finalmente anuncia una con
lada, una division mas clara, una opi
clusion final.
nion mas fuerte, un complemento mas
(A. Cieifuegos)
esencia], una cosa mas considerable que
por, tomado en esta acepciσn. Cuan
ENTENDER, COMPRENDE?,.— El prime
to recuerda p.incipalmente un objeto σ
ro de estos dos verbos explica una
una relaciσn nueva que se había anun
percepciσn del ánimo, en que tienen
ciado antecedentemente con otras.
mas parte los sentidos y la memoria,
(A. Cienfuegos.)
que en la percepciσn que explica el
verbo comprender, en que tiene mas par
ENFADO, ENOJO.—Lo que se opone á
te el entendimiento.
nuestro gusto, σ á nuestra inclinaciσn,
nos enfada. Lo que falta á la obedien
Se entiende una lengua, una seρal da
cia, á la obligaciσn σ al respeto que se
da; esta percepciσn la debemos á la
nos debe, nos enoja. Por eso el enfado
práctica material, ala acciσn de los sen
puede causarse indiferentemente por las
tidos. Se comprende la fuerza de un
personas y por las cosas; porque unas
discurso, la causa oculta de un efecto;
y otras pueden disgustarnos. Enfada
esta percepciσn la debemos á la perspi
un hablador, enfada el calor, el polvo,
cacia, á la sutileza del entendimiento.
el ruido. Pero el enojo solo se puede
(L.de la Huerta.)
causar por las personas, pues estas so
lamente son las que pueden faltar á la E N UN TIEMPO, Á UN TIEMPO.—En estas
obligaciσn, á la obediencia, al respeto.
proposiciones, y todas las que se diri
Y así el enojo supone superioridad de
jan á seρalar un tiempo, la partícula en
parte de la persona enojada, pero no
se refiere á la presteza; ά se refiere á la
siempre la supone el enfado.
prontitud.
El padre está enojado al ver la des
Hacer dos cosas en un mismo tiempo;
obediencia é ingratitud de sus hijos; y
es decir, gastando el mismo nϊmero de
estos están enfadados porque no les deja
momentos: hacerlas ά un mismo tiempo;
salir con sus gustos.
es decir, en una misma época. Es evi
Por eso no se dice comunmente, que
dente que todas las cosas se hacen en
Dios está enfadado, como se dice que
tiempo; lo que conviene es hacerlas ά
está enojado, que nos hace ver muchas
tiempo.
(Jonama.)
veces los efectos de su justo enojo.
(L. dιla Huerta.)
E N F r N , AL F I N , F I N A L M E N T E . — E ñ fifi
΅significa acabando, para acabar, por con
uso con
funde comunmente la significaciσn de
estos dos adverbios; pero á poca re
E N VANO, INΪTILMENTE.—El
( 72
ESC
flexion que se haga, se percibe entre
ellos la misma diferencia que entre vano
ι inϊtil.
En vano supone insuficiencia de los
medios, de los esfuerzos, del deseo, del
conato que hemos empleado para la
consecuciσn de un fin. Inϊtilmente ex
plica la poca necesidad σ utilidad con
que se ejecuta la cosa, sin relaciσn algu
na á los medios ni esfuerzos.
Habla inϊtilmente, esto es, habla sin
necesidad. Habla en vano, esto es, ha
bla sin fruto.
Madrugué inϊtilmente, esto es, me
levanté temprano, sin necesidad, sin ob
jeto, sin que á ello me obligase motivo
alguno. Madrugué en vano, esto es;
aunque me di el mal rato de levantarme
temprano, no conseguí el fin que me
propuse, σ que esperaba conseguir.
Querer persuadir á un necio, es can
sarse en vano. Gasta el tiempo inϊtil
mente el joven que no hace mas que pa
searse y divertirse.
(L, de la Huerta.)
)
ESC
do secundario, σ menos propio, la signi
ficaciσn que rigurosamente parece con
venirla en su sentido recto y principal;
pues así como escasez representa la ca
lidad de escaso; carestνa representa di
rectamente la calidad de caro. La pri
mera recae sobre la insuficiencia de la
cantidad, la segunda sobre el exceso de
su precio.
Como el aρo pasado ha habido mu
cha escasez de trigo en toda Castilla, no
ha podido evitarse la carestνa del pan en
Madrid.
Rara vez deja de andar caro lo que
anda escaso, y por eso tal vez se confun
den la carestνa y la escasez; pero esta
misma reflexion ofrece un ejemplo que
hace ver la diferencia rigurosa de las
dos voces, y de que solo abusivamente
las confunde el uso, cuando se habla de
las cosas, y en los casos en que la insu
ficiencia puede hacerlas subir de precio;
y así no se dice: la carestνa de luz me
impidiσ el verle. En aquella casa se
vive con mucha carestνa. Este aρo ha
habido mucha carestνa de agua en la
Mancha; como se dice escasez de agua,
escasez de medios, escasez de fortuna.
error consiste en lo
que creemos; el yerro consiste en lo que
obramos. La voluntad se decide impe
(L.dela Huerta.)
lida del error que la lisonjea σ persua
de; y la acciσn que resulta de esta de
cision, es un yerro. Cualquiera otro de Es CIERTO, ES VERDAD.—Es cierto se re
fiere directamente al hecho de que se
fecto, que no nace de error, sino de mali
trata: es verdad se refiere á la relaciσn
cia, no es yerro, sino culpa.
del hecho. El caso es el cierto, la re
Incurrimos en el error de creer al fal
laciσn es la verdadera. Y así no se dice:
so amigo que nos vende; y cometemos
Fulano ha hecho una relaciσn muy cier
el yerro de comunicarle nuestros secre
ta, ni tampoco: en esta gaceta no hay
tos.
una palabra de certidumbre.
A veces son verdaderos errores las
Si se examinan con atenciσn estas
opiniones de los entendimientos mas
dos contradicciones, no es cierto, no es
ilustrados. A veces pasan por yerros las
verdad,
dudo que se deje de percibir,
acciones mas prudentes.
que la segunda desmiente con mas ener
(L de la Huerta.)
gía, y mas directamente que la primera.
ESCASEZ, CARESTÍA.—Ϊsanse como sinσ
(L. de la Huerta.)
nimos, principalmente cuando se trata
de géneros comestibles, y solo se da co ESCOGER, ELEGIR.—Se escoge lo que se
munmente á la voz carestνa en un senti
ha de elegir. Se elige lo que se ha es
E R R O R , YERRO.—El
ESC
( 73 )
ESP
cogido. La acciσn de separar lo bueno
se oye. El primero representa una ope
de lo malo, lo ϊtil de lo inϊtil, lo que
raciσn inmediata del oido, el segundo
conviene de lo que no conviene, exami
una operaciσn del ánimo.
nando y consultando el gusto, la utili
El que oye bien al predicador, atien
de, está atento al sermon, no se distrae,
dad y demás circunstancias de la cosa,
para no perder nada de él. El que está
es escoger: la acciσn de este verbo su
lejos, escucha para poder oir.
pone la duda σ la indecision existente
Para escuchar se evita el ruido; para
todavía. El acto de decidirse la volun
atender se evita la distracciσn.
tad, y destinar la cosa al fin propuesto,
(Zr. de la Iluer'a.)
es elegir. La acciσn de este verbo su
pone ya vencida la duda σ la indecision.
Es DECIR, ESTO ES.—El c'en ά dire fran
Cuando queremos hacernos un vesti
cés me ha sugerido el asunto de este
do, vemos diferentes muestras de paρo,
artículo. Bs decir, y esto es, son ex
examinamos sus colores y calidades,
presiones castellanas, que igualmente
consultamos el gusto σ la moda, y esta
le corresponden; pero si observamos con
es la verdadera operaciσn de escoger
alguna atenciσn, notaremos que cada
para elegir el que nos parece mejor.
una de ellas tiene su diferente energía.
Se elige un diputado, un arbitro, un
Una y otra sirven para amplificar una
general, después de haber examinado
proposiciσn; pero, σ se quiere explicar
comparativamente las calidades y cir
su sentido literal para que se entienda,
cunstancias que concurren en los suge
σ se quiere aclarar su espíritu para que
tos, entre quienes puede recaer la elec
se comprenda: en el primer caso es mas
ciσn. Esta previa discusiσn seria pro
propia la expresiσn es decir; en el se
piamente la acciσn de escoger; pero el
gundo esto es.
uso no permite que se aplique sin diso
Pondré algunos ejemplos para que se
nancia á las personas, á no ser que en
comprenda mejor: deben traducirse li
ellas solo se considere materialmente al
teralmente; es decir, aproximándose á
individuo con relaciσn á sus calidades
una version: entre tanto los sitiados es
puramente físicas: y así se escogen los
taban sin víveres ni municiones; es decir
soldados de mas talla, para completar
que se veían forzados á rendir la plaza:
las compaρías de granaderos, los hom
privilegio y licencia se diferencian en lo
bres de mas fuerza, el esclavo de mas ro
mismo que concesiσn y permiso; esto es,
bustez; pero no se escoge un magistra
privilegio se refiere á lo que se da, y li
do, un prelado, un asesor. La elecciσn
cencia á lo que no se impide: la conclu
es rigurosamente la acciσn de elegir; la
sion de la paz estriba en dos puntos;
de escoger debería ser escogimiento (*).
esto e?, en que el uno ceda de sus dere
(L. de la Huerta.)
significaciσn
comϊn, que hace sinσnimos estos dos
verbos, es prestar atenciσn á lo que se
dice; pero no explican rigurosamente el
mismo objeto de nuestra atenciσn.
Se eseuha para oir bien lo que se dice.
Se atiende para comprender bien lo que
ESCUCHAR,
ATENDER.—La
i *) La usa Herrera aun en prosa. Notas á Garcilaso.
Caoc. V. Est. II.
c h o s ^ el otro modere sus pretensiones.
(Jonama.)
persua
sion en que estamos de que se ha de
verificar lo que deseamos σ tememos, es
el término σ idea comϊn á este verbo,
usado como activo y como recíproco.
Lo que distingue su exacta y rigurosa
propiedad es, que la acciσn del activo
10
ESPERARLO, ESPERÁRSELO.—La
Ε Τ Ε
( 74
representa indeterminadamente la per
suasion en que estamos de que ha de
suceder la cosa; la del recíproco repre
senta determinadamente el interés con
que la prevemos. Aquella tiene mas
relaciσn al deseo, esta tiene mas rela
ciσn al temor.
Maρana hará buen tiempo, así lo es
pero. Ya me esperaba yo esta mala no
ticia.
(ZÍ. de la Huerta.)
Es PRECISO,
ES M E N E S T E R . — L o que
es
menesíerpuede pender de nuestra volun
tad, por exigirlo puramente nuestra uti
lidad σ conveniencia; pero lo que es
preciso, nunca pende de nuestra volun
tad, porque lo exige la obligaciσn σ la
necesidad.
Para ir desde Madrid á la Granja, es
preciso pasar un puerto. Es menester
llevar con paciencia los trabajos é inco
modidades de esta vida.
Es preciso morir, y es menester llevar
lo con resignaciσn.
(L. dιla Huerta.)
E S T I M A B L E , A P R E C I A B L E . — E n el hom
bre estimable consideramos las buenas
calidades en sí mismas, sin relaciσn al
bien que resulta á los demás. E n el
hombre apreciable las consideramos con
relaciσn al bien que de ellas resulta.
Estimable recae siempre sobre lo que
lo es para todos; pero apreciable puede
también recaer sobre lo que lo es para
pocos.
Un hombre virtuoso, un joven mo
desto, son sugetos muy estimables por
sus prendas: un criado fiel es una per
sona muy apreciable para su amo.
E l que disipa locamente su patrimo
nio, no es estimable para nadie; pero es
muy apreciable para los que disfrutan
de su necia simplicidad.
(L. de la Huerta.)
E T E R N O , I N F I N I T O . — L o que no tiene fin
es infinito, y es eterno; pero esta voz re
)
EXA
presenta determinadamente la duraciσn
sin fin; la voz infinito, aunque por su
composiciσn parece que debería circuns
cribir, mas que la otra, su significaciσn
á aquella idea, se extiende no solo á lo
que no tiene fin, sino también, y mas
usualmente, á lo que no tiene límite.
Dios es eterno porque no tuvo princi
pio, ni tendrá fin. Su bondad y su sa
biduría son infinitas, porque no tienen
límite.
Por eso, para representar lo ilimitado
del espacio, de la medida, del peso, del
nϊmero, usamos de la voz infinito, no de
la voz eterno. Grandeza, distancia in
finita.
Las estrellas del firmamento nos pa
recen infinitas.
(L. de la Huerta.)
E T E R N O , P E R P E T U O . — E t e r n o , represen
ta una duraciσn sin fin; perpetuo, una
duraciσn indeterminada.
Todo lo eterno es perpetuo, porque no
llega jamas á determinarse el fin de su
duraciσn. La gloria eterna de los biena
venturados es perpetua.
Pero no todo
lo perpetuo es eterno. Y así decimos:
movimiento perpetuo, destierro perpetuo,
privilegio perpetuo, y no eterno; porque
la idea que se quiere representar es la
de una duraciσn indeterminada, no la
de una duraciσn infinita.
(L. de la Huerta.)
EXACTO, P U N T U A L . — E s exacto el que no
falta: es puntual el que no tarda.
El que hace lo que dehe, es exacto;
el que lo hace cuando debe, es puntual.
Un religioso es exacto en ir al coro,
porque nunca deja de ir; es puntual,
porque nunca llega tarde.
(L. de la Huerta.)
EXAGERAR, ENCARECER.—Exagerar
re
cae mas propiamente sobre las circuns
tancias que hacen notable la cosa exa
gerada; y encarecer, sobre las que la ha
cen apreciable, conservando el verbo en
EXC
( 75
este sentido figurado (en que es sinσni
mo de exagerar) la propiedad de su sen
tido recto.
Se exagera el nϊmero de los enemi
gos, se encarece el valor de nuestras tro
pas. Se exageran las incomodidades de
la guerra, y se encarece el mérito de ha
ber servido al rey en ella.
Un historiador exaaera los hechos
que refiere; un mercader encarece el pri
mor de la alhaja que vende. Un casa
mentero exagera las riquezas, y encare
ce las buenas prendas de la dama que
propone.
Se exagera la cosa por buena σ por
mala; pero solo se encarece por buena.
El murmurador, que exagera los de
fectos de los otros, encarece su propia
sinceridad y su odio á la murmuraciσn.
[L. de la Huerta.)
)
EXP
na cosa; pero esta en realidad no pue
de llamarse excusa, porque es claro, que
no puede verdaderamente serlo aquello
que se quiere hacer pasar falsamente
por tal. La voz la explica siempre bajo
la acepciσn de verdadera, y por eso pro
ducimos nuestra razon como excusa, su
poniendo que, recibiéndola en esta ca
lidad, se mira como legítima; pero la
voz pretexto representa por sí misma
una razon puramente aparente, y así
nadie la produce en calidad de pretexto.
Confieso que he errado, pero sírva
me de excusa mi poca experiencia. Sír
vame de pretexto, seria confesar que, no
teniendo excusa legítima que alegar,
expongo una razon puramente aparen
te, que no puede pasar legítimamente
por excusa.
Esto no tiene excusa, esto es, no hay
razon válida que lo justifique.
ι
excitan σ se mue
ven los afectos; pero el verbo excitar es
mas á propσsito, cuando se trata de los
afectos σ movimientos del alma, fuertes
y sublimes, como el valor, la indigna
ciσn, la venganza; y el verbo mover,
cuando se trata de los suaves y senci
llos, como la compasiσn, la ternura, la
piedad.
Excita un poeta el terror, pintando
los horrores de una batalla: mueve el
orador la ternura, pintando el cariρoso
afán de una madre afligida.
(L. de la Huerta. )
EXCITAR, MOVER.—Se
(L. de la Huerta.)
es la razon
válida, con que justificamos un hecho.
Pretexto es la razon aparente, de que
nos servimos para ocultar la verdadera.
Se busca un pretexto, para que sirva
de excusa. Dio por excusa, el estar ocu
pado; pero después se ha sabido que la
tal ocupaciσn fué solamente un pretexto.
Llámase impropiamente excusa á la
falsa razon σ motivo con que procura
mos disculparnos σ eximirnos de algu
EXCUSA, PRETEXTO.—Excusa
REQUERIR. — Ser necesario, σ
necesitarse, es la idea comϊn,cuyas mo
dificaciones se buscan en este artículo.
Exigir, parece que supone una nece
sidad indispensable: requerir, una nece
sidad de conveniencia.
Sin lo que se exige, no puede, σ no
debe, existir la cosa; sin lo que se re
quiere, no puede existir bien, como con
viene, σ como se desea.
Todo arte ϊ oficio exige un estudio
proporcionado á su dificultad, y requie
re gusto y aficiσn en el que lo profesa.
La tierra exige cultivo; el baile re
quiere gracia.
EXIGIR,
(L. de la Huerta.)
EXPERIMENTO,
EXPERIENCIA. — El
re
sultado de la observaciσn es el sentido
en que estas voces se toman por sinσ
nimas.
Su diferencia consiste en que el ex
perimento resulta de una observaciσn
activa, y para las experiencias basta la
observaciσn puramente pasiva.
EXT
( 16 )
FAM
Estas han creado la astronomía: aque
no esté ni vina en nuestro propio pais.
llas son la base principal de la química.
Forastero es el que no está avecindado
El hábito producido por experiencias re
en el pueblo en que se halla, siendo va
petidas se llama experiencia: el que se
sallo del mismo soberano. Un inglés
adquiere con los experimentos se llama
es extranjero respecto de un espaρol,
propiamente práctica.
aunque no esté ni haya estado en Es
(Jonama.)
paρa. Por eso decimos: los extranjeros
critican las cosas de nuestro pais sin ha
EXTERIOR, APARIENCIA.—Exterior es lo
berlas visto. Un burgalés, un toleda
que se ve; hace parte de las cosas, pero
no
son forasteros en Madrid; pero no se
las mas lejanas del centro. La aparienles da este nombre sino en el hecho de
cia es el efecto que causa la vista de
estar en Madrid, y asi seria bien dicho:
la cosa.
hay muchos forasteros que no han es
Los techos, las paredes, las ventanas,
tado
en Madrid.
& c , son el exterior de un palacio; la fi
Un mahonés que es ahora forastero
gura, el tamaρo, la situaciσn y el plan
en
Madrid, era extranjero antes, varian
de arquitectura constituyen su apariendo esta calidad, no obstante ser antes y
cia.
después de la conquista de Menorca,
En sentido figurado, exterior se dice
una persona que no es de aquella tierra y
las mas veces del aspecto y la fisono
pais
donde está, y donde vive.
mía de las personas; y apariencia, con
(L. de la Huerta )
respecto á las acciones y la conducta.
El exterior que agrada, no siempre
F
lleva consigo el verdadero mérito.
La práctica de la virtud es muchas FALTA, DEFECTO.—La falta es un acto
con que contravenimos á nuestra obli
veces apariencias que nada deciden so
gaciσn: el defecto es una costumbre con
bre la existencia real de la virtud en
que faltamos á menudo á ella.
las personas que la aparentan.
El que miente una vez, hace una fal{March.)
ta contra la verdad. El embustero tie
ne el defecto de mentir, esto es, la cos
EXTRANJERO , FORASTERO. — Segϊn la
tumbre viciosa de faltar á menudo á la
acepciσn autorizada de estas dos voces,
verdad.
parece que forastero debe llamarse la
Una distracciσn es una falta. Ser dis
persona que vive ó está en un lugar ó pais
traído, es un defecto.
de donde no es vecino: y extranjero se
Muchas faltas ligeras, que se cele
toma por el que no es de aquella tierra ó
bran como gracias de la niρez, son la si
pais donde esta, y donde vice. Pero si
miente imperceptible de los grandes dequeremos conformarnos á estas defini
fectos del hombre.
ciones, será preciso convenir en que un
(L. de la Huerta.)
valenciano, que se halla en Madrid, es
tan extranjero, como un ruso, porque FAMOSO, CÉLEBRE.—La celebridad es una
no es de aquella tierra ó pais en donde
fama distinguida y consolidada por la
esta, y donde vive.
universalidad, y por el tiempo.
La aplicaciσn que generalmente se
El/amoso puede serlo á una distan
hace de estas voces, distingue perfec
cia y por un tiempo limitado; pero no
tamente dos diferentes ideas. Extranjeel célebre, cuyo renombre debe recaer
ro es el vasallo de otro soberano, aunque [ sobre lo que, σ por bueno σ por malo,
FAT
( 'i77 )
FAZ
llama ilimitadamente la atenciσn gene
El labrador tiene mucha fatiga. El
ral, y la de la posteridad.
servicio de esta casa es de mucha fa
La celebridad que debe á la historia
tiga.
el patriotismo de Atilio Régulo, la te
Con estas expresiones se ponderan el
meridad de Herσstrato, se expresarían
trabajo del labrador, y el que acarrean
con poquísima energía, dándoles sola
los muchos quehaceres de la casa.
mente el título de famosos.
El rico orgulloso^á quien cuesta poco
Un predicador, un médico, cuyo re
trabajo el ganar su sustento, está muy
nombre no sale de su patria, ni pasa de
lejos de pensar, en medio de la opulen
su tiempo, no serán nunca cιlebres, por
cia y delicias de una espléndida mesa,
vaos famosos que los haya hecho entre
en la mucha fatiga con que gana su ns
nosotros, su pasajera, y tal vez mere
gro pan el pobre jornalero.
cida reputaciσn.
(L. de la Huerta.)
Cano va no solo es famoso, es ya ce
lebre;y se le dará aun con mos propie FAVORITO, VALIDO, PRIVADO.—Favorito
dad este nombre, cuando admire sus
es el que ha llegado á adquirir el favor
obras la posteridad.
de una persona.
(L. de la Huerta.)
dos significan una
cosa triste y desgraciada; pero fatal es
mas bien un efecto de la suerte: y fu
nesto es mas bien una consecuencia del
crimen.
Los guerreros están en peligro de
acabar sus dias de un modo fatal, y los
malvados de un modo funesto.
A veces tienen estos dos términos un
sentido augurai: es decir, que se vale
uno<Ie ellos para indicar alguna cosa
que anuncia un triste acontecimiento, σ
que da motivo á él. Fatal no designa
entonces sino una cierta combinaciσn
en las causas desconocidas, que impi
den que nada salga bien. Funesto pre
sagia accidentes mas grandes y mas in ·
tolerables para la vida, para el honor σ
para el espíritu.
El andar cortejando mujeres hace la
fortuna de unos y es fatal á otros; toda
conexiσn ligada al vicio es funesta.
FATAL, FUNESTO.—Los
(March.)
también si
nσnimo de trabajo; y en este sentido, la
fatiga se emplea como una especie de
ponderaciσn del trabajo.
FATIGA, TRABAJO.—Fatigues
Valido es el favorito de un soberano,
de un príncipe, σ de cualquiera perso
na que ejerce autoridad y poder.
Privado es el valido que no solamen
te ha adquirido el favor del príncipe,
sino que trata á éste con familiaridad y
llaneza.
El favorνto ha logrado favor.
El valido favor y valimiento.
El privado favor, valimiento y fami
liaridad.
La voz favorνto indica solamente el
merecimiento del afecto, del cariρo, y
tal vez, del amor.
La voz valido hace concebir la idea
de los medios que sabe emplear la per
sona para dirigir la voluntad agena»
La voz privado supone merecimien
to de amistad, de confianza y de fami
liaridad absolutas.
La misma diferencia existe respecti
vamente entre los sustantivos favor, ra
limiento, y prνmnza.—(V. Gracia, Fa
vor.)
( C de la Cortina )
FAZ, SUPERFICIE.—Es lo de afuera, la
parte exterior y sensible de los cuerpos;
esta idea los hace sinσnimos.
Se dice faz cuando no se quiere hablar
FIR
FER
( 78 )
sino «le lo que es exterior y visible, sin
σ un ingenio fιrtil 6 fecundo en grandes
respeto á lo que no se presenta.
ideas; pero seria mal dicho un orador
Se dice superfine cuando se intenta
fιrtil en lugar de fecundo; podremos, si,
poner lo que está fuera, en oposiciσn
decir, que su pluma es fιrtil, á cau
con lo que no se presenta.
sa de las muchas y varias producciones
De todos los animales que cubren la
de asuntos que él da á luz.—( V. Ferti
faz de la tierra, solo el hombre es ca
lidad, Fecundidad.)
{March.)
paz de conocer todas las propiedades de
este globo; y entre los hombres la ma
FERTILIDAD, FECUNDIDAD.—Lo que ma
yor parte no perciben mas que la super
terialmente produce con abundancia, es
ficie; solo sabe penetrar en lo interior el
fecundo. La fecundidad de varias espe
ojo perspicaz de un corto nϊmero de fi
cies σ individuos constituye/eV/í/ el todo
lσsofos.
que componen.
Esta distinciσn vale también en sen
Una tierra, un campo e s / r'il cuan
tido figurado; y de ahí viene que se dice
do en él hay muchas plantas fecundas.
de los talentos vanos, que para hacerse
La provincia en donde se coge mucho
valer hablando de todo, hacen ligeras
aceite σ mucho \rino, no es fecunda, es
incursiones en todos los géneros de co
fιrtil. Las olivas, las vides que produ
nocimientos sin profundizar ninguno;
cen materialmente aquellos frutos, son
que no saben mas que la superficie de
fecundas.
las cosas, y que solo tienen nociones su
Por la misma razσn entre los anima
perficiales.
(March.)
les no se llaman fιrtiles las hembras,
sino fecundas.
(JL. de la Huerta. )
FELICIDAD, DICHA.—La felicidad es el
estado permanente de la dicha. Se pue
F I N O , DELICADO.—Se necesita mucho ta
de tener un momento de dicha sin go
lento para conocer lo que es fino; pero
zar de la felicidad. La dicha como sen
ademas se necesita gusto para conocer
timiento es una continuaciσn de place
lo que es delicado. Lo primero es su
res; la felicidad un goce duradero de la
perior al alcance de muchos, y lo se
dicha. Puede uno tener una dicha sin
gundo está al alcance de muy pocos.
ser feliz. Un hombre ha tenido la di
Un discurso fino se repite alguna vez
cha de escapar de un lazo, σ de un pe
con utilidad al que no lo ha entendido
ligro, sin dejar por eso de ser tan infe
desde luego; pero el que no conoce lo
liz σ mas que antes, y por consecuencia
delicado al momento, no lo conocerá
no se puede decir de él que ha experi
nunca. Puede buscarse lo uno y es pre
mentado la felicidad.
ciso comprender lo otro.
(March.')
Fino tiene un uso mas extenso, pues
sirve para los rasgos de malicia como
F É R T I L , FECUNDO.—Estos dos adjetivos,
para los de bondad. Delicado, es de un
tomados en sentido propio σ figurado,
servicio y mérito mas raro: no sienta
expresan una abundante producciσn;
bien en los rasgos maliciosos, pero figu
mas parece que la. fecundidad proviene
ra con gracia en cosas lisonjeras. Así
de la naturaleza, y que Infertilidad sea
es que se dice una sátira fina, una ala
mas bien efecto del arte. Diremos,
banza delicada.
pues: el calor del sol y la lluvia del cie
(March.)
lo fecundizan la tierra: el cultivo y el
abono la hacen fιrtil: una imaginaciσn F I R M E , CONSTANTE.—El que no varía,
FIR
( 79 )
FIR
es constante; el que no cede, es firme.
constante y firme al mismo tiempo, por
El hecho solo de no mudar de opinion,
que será propenso á variar de gusto σ
de inclinaciσn σ de conducta, basta para
de inclinaciσn, y tendrá bastante firmeza
acreditarse de constante. Para ser fir
para obrar del modo que le convenga:
me es preciso tener que vencer las difi
no así el que es constante solamente;
cultades σ contradicciones, y todo lo que
puede ser constante por carácter, σ por
puede oponerse á la constancia.
hábito, y verse obligado por falta de fir
meza á obrar contra sus deseos. La
Un hombre puede ser constante tal
constancia parece que lleva embebida
vez por costumbre, por irresoluciσn, y
en
sí misma la idea de la tranquilidad,
aun por debilidad; pero solo es firme el
de la mansedumbre, de la dulzura de
que resiste á todo lo que puede sepa
carácter, al paso que la firmeza indica,
rarle de su resoluciσn.
(L.dela Huerta.)
como se ha dicho, fuerza y vigor de es
píritu; por esta razσn se mira la falta
F I R M E , CONSTANTE, PERSEVERANTE, ASI
de firmeza en las mujeres con mas in
DUO.—Firme es el que se resuelve con
dulgencia que en los hombres; pero tan
decision á obrar de tal σ tal manera, sin
to en aquellas como en estos se exige
que nada le obligue á mudar de reso
la constancia.
luciσn.
ha. perseverancia supone continuaciσn
Constante es el que por naturaleza
de actos, una práctica seguida sin va
sigue una misma inclinaciσn, un mismo
riar de intenciσn; pero sin grandes es
gusto, una misma práctica, pero siem
fuerzos, cediendo tal vez á las circuns
pre en sentido bueno σ indiferente.
tancias, sacrificando acaso nuestras pro
Perseverante es el que continϊa prac
ticando con ahinco lo que es necesario
para lograr sus fines.
Asiduo es el que acude con frecuen
cia donde su deseo σ su interés lo llama.
La firmeza supone fuerza y energía, y
por esta razσn se aplica con tanta pro
piedad á las cosas materiales, pues nada
de lo que es firme está sujeto á vacilar ni
mudarse fácilmente.—"Este hombre es
firme como una roca."—"Todos los co
natos de los malvados se estrellaban con
tra su firmeza.'''' Pero debe advertirse
que la palabra^meza, así como supone
fuerza y energνa, supone también justi
cia y rectitud; pues de lo contrario no
ceria firmeza sino obstinaciσn. La pri
mera es una virtud, la segunda un vicio.
La constancia es, si se quiere, una
virtud; pero en ella tiene tal vez me
nos parte ln voluntad: las mas veces de
pende del carácter de la persona, pocas
veces del esfuerzo que haya hecho por
adquirirla. Un hombre puede ser in
pias inclinaciones para lograr mas fá
cilmente el fin principal.
Esta es la razσn porque se dice—este
hombre persevera en sus errores, en sus
vicios, & c , y no—es firme ni es cons
tante. Si persevera en los vicios, es
sin grande esfuerzo porque ya se habi
tuσ á ellos, y así como no quiere vio
lentarse para dejarlos, tampoco perseve
rarνa en ellos si hubiese de costarle al
guna violencia.
La asiduidad trae consigo la idea de
la repeticiσn frecuente de un acto, pero
mudando de lugar para trasladarse á otro
en donde conviene permanecer: así lo
indica su misma etimología (sedere ad.)
Un cortesano, un amante, pueden no
ser firmes ni constantes y ser sin embar
go muy asiduos, el uno cerca del sobe
rano, y el otro al lado de su querida.
De aquí se deduce que el que es asi
duo, es por fuerza perseverante; pero el
perseverante puede no ser asiduo.
(O. de la Cortina.)
FOR
( 80 )
FUE
representa la
corazσn, y la dulce tranquilidad del
naturaleza del cuerpo; lνquido, el esta
ánimo.
do en que se halla.
Conservando esta misma propiedad
la voz fortuna, se toma á veces por el
Los cuerpos físicos se distinguen en
mismo bien fínico; pero no se puede ha
sσlidos y fluidos, no en sσlidos y lνqui
cer este mismo uso de la voz dicha, que
dos, porque se trata de la calidad esen
siempre representa un goce moral: y así
cial que los distingue; y entre solido
no puede substituirse á aquella en es
y lνquido se contrapondría una calidad
tos ejemplos: algunos han hecho gran
esencial y una circunstancia accidental.
fortuna eh las Indias. Cuando media el
El agua es siempre un cuerpo fluido,
honor, se debe sacrificar la fortuna y la
quo no siempre es lνquido, porque deja
vida.
de serlo cuando se hiela.
F L U I D O , LÍQUIDO.—Fluido,
(L. de la Huerta.)
Los metales no son jamas cuerpos
fluidos, aunque son lνquidos cuando se
derriten.
(L.dela
Huerta.)
voz fortuna en su
sentido recto se extiende tanto á la bue
na como á la mala suerte, y solo en el
primero de estos sentidos puede mirar
se como sinσnima de dicha; pero la voz
fortuna representa aquella felicidad fí
sica y materialmente; la voz dicha la re
presenta moralmente, esto es, en cuan
to causa satisfacciσn al que la posee. Y
así la primera es mas propia para ex
plicar el logro σ posesiσn de aquellos
bienes, que todos miran como tales, y
á que se atribuye, por una especie de
opinion σ convenciσn general, la felici
dad en esta vida, y que muchas veces
no llenan el corazσn del que los posee,
como los honores, los empleos, la rique
za; j la voz dicha se aplica mas propia
mente al goce de aquellos bienes, que
el que los disfruta tiene verdaderamen
te por tales, sin necesidad de que los
califique la opinion general, porque sa
tisfacen su gusto σ su deseo.
FORTUNA, DICHA.—La
Hay muchos hombres que tienen la
fortuna de ser ricos, y no por eso logran
ser dichosos; pero por el contrario, el
hombre prudente, abandonado de la for
tuna, puede ser dichoso, si sabe conser
var en su desgracia la inocente paz del
FRATERNAL, FRATERNO.—(V.Paternal.)
fuerza del dis
curso consiste en la solidez de las ra
zones; la energνa en el modo de expo
nerlas.
Un argumento escolástico puede ser
fuerte sin ser enιrgico. Una descrip
ciσn histσrica puede ser enιrgica sin ser
fuerte.
Las lágrimas de Veturia fueron mas
enιrgicas, que las fuertes razones que
emplearon los romanos para aplacar la
obstinaciσn de Cariolano.
La descripciσn que hace Boileau de
la pereza, es enιrgica, y no es fuerte;
el discurso de Colocσlo en la Araucana
es al mismo tiempo fuerte y enιrgico.
FUERZA, ENERGÍA.—La
(L. de la Huerta.)
FUERZA, FORTALEZA.—La fuerza
es para
obrar: la fortaleza para resistir, tanto en
lo físico como en lo moral.
Un hombre necesita mucha fuerza
para levantar un gran peso. Los cimien
tos de una casa necesitan tener mucha
fortaleza, para sostener el peso de su
fábrica.
El varσn justo, que conoce la fuerza
con que obran las pasiones, se reviste
de una fortaleza de ánimo superior á
ellas, para resistir al ímpetu de sus es
tímulos.
(L.dela Huerta.)
FÜE
( 81 )
FUERZA, VIGOR, FORTALEZA, ROBUSTEZ.
—Fuerza llamamos al principio del mo
vimiento ; así decimos que todos los
cuerpos de la naturaleza están equili
brados por dos fuerzas contrarias, una
que los mueve acia un centro, otra que
los aparta de él por una tangente: un
cuerpo decimos que lleva mas σ menos
fuerza segϊn le vemos ir mas σ menos
aprisa.
Los seres inanimados, ademas de las
fuerzas centrípeta y centrífuga, que les
son comunes con todos los demás cuer
pos, tienen otro principio de fuerza para
moverse á su arbitrio en todas direccio
nes. Si no se mueven con igual facili
dad en todas ellas, es porque hallan otras
fuerzas que contrarestar; y las fuerzas
se destruyen mutuamente: por ejemplo,
acia arriba se pierde la mayor parte de
la fuerza animal en la resistencia de la
fuerza centrípeta; y regla general, en
cualquiera direcciσn se pierde tanta can
tidad de fuerza animal, cuanta es la
fuerza contraria. Por esto, cuanto mas
pesadas son las cosas cuesta mas traba
jo moverlas. Si yo empujo una bala de
hierro que esté sobre un plano horizon
tal, segϊn mi fuerza, sea mayor σ me
nor que la de su gravedad, la haré mo
ver, σ me cansaré inϊtilmente. Cuan
do cogiendo un palo por sus dos extre
mos lo parto sobre la rodilla, mi fuerza
no hace mas que dar movimiento á sus
dos mitades, á pesar del punto de apo
yo que lo estorbaba. Ϊltimamente, si
dirijo la mano contra una pelota, una
bala σ cualquier otro cuerpo que venga
acia mí, siendo mi fuerza mayor que la
suya, lo haré retroceder; en caso con
trario él vencerá mi mano, y pasará ade
lante: en fin, si nuestras fuerzas son en
teramente iguales caerá á mis pies.
Por lo dicho se vé que lo que Uama
mos fuerza animal no es mas que la elas
ticidad de nuestra musculatura, por la
cual no solo nos manejamos rápidamen
FUE
te en todas las direcciones, sino que co
municamos el movimiento á otros cuer
pos, σ les quitamos el que tenían.
En esta acepciσn parecen sinσnimas
las voces fuerza y vigor; sin embargo,
observando que suelen usarse muchas
veces juntas en una misma proposiciσn,
podemos sospechar que no será uno mis
mo su sentido, pues entonces seria una
repeticiσn insufrible decir que arrojamos
una cosa eon fuerza y vigor.
Si bien lo notamos, esta ϊltima voz
indica mas bien el esfuerzo y disposiciσn
del espíritu que mueve los resortes de
nuestra máquina: la otra atiende mas á
la materialidad de los mismos resortes;
de modo que vigor es propiamente el
uso de la fuerza. Decir que un hombre
repele una cosa con fuerza y vigor, es
indicar que no solo tiene fuerzas para re
pelerla, sino que las emplea realmente
en aquella ocasiσn. Una ley está en su
fuerza mientras no se deroga; está en
su vigor mientras se observa. Dos per
sonas de iguales fuerzas pueden hacer
una cosa con mas σ menos vigor segϊn
el esfuerzo de cada una. Por esto vi
gor solo se dice de los animales, σ de
las cosas personificadas; esto es, solo se
aplica á las fuerzas voluntarias, y de
ningϊn modo á la fuerza necesaria que
dirige todos los cuerpos de la naturale
za con unas leyes invariables y cons
tantes.
Fuerza es en todos los casos el prin
cipio del movimiento, y por consiguien
te de la acciσn: fortaleza es al contra
rio, el principio de la resistencia; y un
cuerpo decimos que tiene mas σ menos
fortaleza segϊn resiste á los esfuerzos
de otro que quiere moverlo σ separar
sus, partes.
Un cue*·^ lleva mucha fuerza cuando
se mueve c^n rapidez, cuando rompe
por todos los obstáculos: al contrario,
tiene mucha fortaleza cuando nada le
hace mella, nada lo descompons ni hace
11
GAL
( í : )
GOC
mover. Al hombre de fuerzas nada le
puede tal vez confundirse con el amor;
resiste; el hombre que tiene fortaleza lo
éste pudiera mas bien equivocarse con
resiste todo. En la guerra se llaman
la íntima amistad, si no anduviese casi
fuerzas todas las cosas que pueden ser
siempre acompaρado de las apariencias
vir para atacar, como soldados, caba
del vicio.
llos, artillería, navios: plazas, castillos,
El cortejo, á quien disguste esta sig
baterías, y todo lo que ϊnicamente pue
nificaciσn de la voz, prefiera el nombre
de servir para defensa se llama fortale
y la calidad de galán, haciendo mas
zas, fuertes ό fortificaciones. Forzar una
alarde de un obsequioso rendimiento,
trinchera es rendirla: fortificar una pla
que no exceda los límites del respeto,
za es ponerla en estado de defensa.
que de una confianza que ostente las
La apariencia σ el exterior de la for
apariencias de la facilidad σ de la pose
taleza es lo que se llama robustez. El
siσn.
grueso de una columna constituye su ro
(L. de la Huerta.)
bustez, su fortaleza depende de la mate
ria. La robustez animal consiste en el GENERAL, UNIVERSAL.—Lo general com
prende la totalidad en grande: lo unigrueso de la musculatura, en lo apretado
versal por menor. Diremos pues: la ca
de las carnes, y en el aparente buen es
restía
ha sido general en el reino: el di
tado de los humores: para que haya for
luvio fué universal. No hay regla getaleza es menester que la máquina ten
neral que no tenga excepciσn; no hay
ga verdadera resistencia, cosa que no
principio
universal del cual, no se reco
siempre acompaρa la robustez. Hay
nozca la verdad sin excepciσn. Es opi
hombres de mucha robustez que resisten
nion general que las mujeres rio nacie
muy poco; así como puede haber una
ron para la guerra; es principio univercolumna de corcho mas robusta que otra
sal que los hijos deben honrar á sus pa
de mármol.
dres.
El adjetivo de fuerza es forzudo: el
{March.)
de fortaleza fuerte: vigoroso y robusto
son los de vigor y robustez.
GLOSA, COMENTARIO.—Los dos son in
{Jonama.)
terpretaciones σ explicaciones de un
texto;, pero la glosa es mas literal y se
FUROR, FURIA.—Furor denota mas bien
hace casi palabra por palabra; el comenla agitaciσn violenta interior, y fuña la
tario es mas libre y menos escrupuloso
agitaciσn violenta exterior. El furor
en separarse de la letra; sucede á veces
está dentro de nosotros; la furia nos
ser
difuso en lo que fácilmente se en
saca fuera de nosotros. Nos posee el
tiende, y guardar silencio sobre los lu
furor, nos enagena la furia. Contene
gares σ pasajes difíciles.
mos el furor, nos abandonamos á lafuria.
{March.)
(A. Cimfuegos.)
G
GALAN, CORTEJO.—La voz cortejo se ha
admitido ya generalmente como sinσ
nima de galán; pero hay entre ellas la
diferencia, de que la galantería supone
respeto y rendimiento; y el cortejo su
pone familiaridad y confianza. Aquella
GOCE, POSESIΣN.—En el artículo/orftmec,
dicha se ha empleado la voz goce para
explicar la acciσn del verbo gozar, por
que aunque en este sentido no parece
que está adoptada en nuestra lengua, no
hallo otro substantivo que corresponda
rigurosamente á este verbo, y explique
por sí solo su acciσn. Si en su falta que
GOZ
( 83 )
GR A
remos substituir un equivalente, no pa
imaginaciσn para que suceda un gran
rece ofrecerse otro mas análogo á la
gozo á las lágrimas mas amargas.
idea, que el substantivo posesian. Pero
(March.)
poseer explica la acciσn de tener una
cosa en nuestro poder, σ á nuestra dis Gozo, GUSTO.—El primero se aplica solo
á lo moral, y el segundo á lo físico, y
posiciσn, sin relaciσn á la parte moral
solo figuradamente á lo moral.
de la acciσn, esto es, á la parte que tie
El gusto que me causσ su vista, llenσ
ne en ello la voluntad del que posee, ni
de
gozo mi corazσn.
á la utilidad que le resulta, cuya idea
No se dice el gusto del alma, sino el
explican rigurosamente el substantivo
gozo; ni el gozo de comer una pera, sino
goce, y el verbo gozar.
el gusto.
Muchos hay en el mundo que poseen
Aplicados uno y otro puramente á lo
bienes, de que no pueden gozar; Ώpues
moral, el gozo supone un efecto mas in
por qué no se podrá decir, que lo que
herente,
mas sublime, y causado por
satisface al corazσn humano no es la po
objetos mas nobles; el gusto una sensa
sesiσn, sino el goce de las riquezas?
ciσn menos sσlida, y causada por obje
{L. de la Huerta.)
tos mas comunes. El gozo de los bien
GORDO, GRUESO.—El adjetivo grueso con
aventurados; el gusto de pasear solo.
sidera el volumen con relaciσn á solo el
(L. de la Huerta.)
espacio; el adjetivo gordo le considera
con relaciσn al espacio y á la materia. GRACIA, FAVOR —Gracia dice algo de
gratitud; un beneficio gratuito, un ser
Un hombre corpulento tiene natural
vicio gratuito. Favor dice algo de afec
mente una mano gruesa, y en esta idea
tuoso; es la expresiσn de un interés par
no vemos mas que su volumen; pero
ticular, del cuidado de la felicidad σ de
una mano gorda nos representa la idea
la satisfacciσn de alguno. Nos gratifi
de su carnosidad, de la abundancia de
can con un bien, con una cosa que no
la materia de que se compone.
nos debían: nos favorecen con bienes,
Se mide lo grueso, no lo gordo; por
con preferencias que nos distinguen.
que la medida solo recae sobre el es
pacio.
Gordo no se aplica con tanta propie
dad á las materias compactas y resis
tentes, como grueso. Es grueso un ár
bol, es gorda una pantorrilla. Solo en
un lenguaje muy vulgar se dice: un palo,
un garrote muy gordo.
(L.dela Huerta,)
Gozo, ALEGRÍA.—El gozo está en el co
razσn, la alegrνa en los modos: el gozo
consiste en un dulce sentimiento del
alma, la alegrνa en una agradable situa
ciσn del espíritu.
A veces sucede que la posesiσn de un
bien, cuya esperanza nos habia atraído
mucho gozo, nos acarrea mucho pesar.
Basta soltar alguna vez la rienda á la
(A, Cienfuegos.)
El gracioso di
vierte excitando la risa, por medio de
acciones σ dichos jocosos; y el chistoso,
recreando el entendimiento con agude
zas y sales, aplicadas sin estudio, con
viveza y oportunidad, al asunto de que
se trata.
El primero puede valerse de imita
ciones,de dichos estudiados, de extrava
gancias, de las ventajas que puede ofre
cerle la disposiciσn física de su propia
figura, σ la singularidad de su carácter;
el segundo todo lo debe á Ja viveza de
su ingenio, y á la prontitud de su ima
ginaciσn.
Un ignorante puede tener gracia, σ
GRACIOSO,
CHISTOSO.—
GRA
( 8
disposiciσn natural para divertir σ mo
ver la risa; pero no puede ser chistoso,
porque para ello necesita agudeza y dis
creciσn.
El gracioso puede serlo en una socie
dad de ignorantes, pero no el chistoso,
porque necesita que le entiendan.
)
GUI
dos voces; porque aquella puede con
servar en él su energía y extension pro
pia, representando una ilimitada exten
sion, y estas no pueden representar con
propiedad sino un volumen determina
do. Y así se dice: grandeza de ánimo,
y no magnitud ni tamaño.
(L. de la Huerta.'}
(L. de la Huerta.)
GRANDEZA,
MAGNITUD,
TAMALVO.— L a
grandeza considerada físicamente, re
presenta al cuerpo con relaciσn al ex
ceso de su volumen, respecto del regu
lar y comϊn de otros cuerpos, y sin re
laciσn determinada á siu· ~ ^'iidas y pro
porciones; la magnitud le representa
bajo una idea determinada, con relaciσn
á sus porporciones y medidas.
Se admira la extraordinaria grandeza
del sol, y se mide por medio de los ins
trumentos astronσmicos su verdadera
magnitud.
El tamaño representa también deter
minadamente el volumen, pero se usa
con mas propiedad cuando se trata de
cuerpos mas pequeρos, de los de nues
tro uso, de los que manejamos, de los
que podemos medir fácilmente: y mag
nitud cuando se trata de cuerpos muy
grandes σ inaccesibles.
Se calcula la magnitud de un planeta,
se compra una caja de un tamaño pro
porcionado. Ni el tamaño se aplicaría
con propiedad al planeta, ni la magnitud
á la caja.
La grandeza es respectiva, la magni
tud y tamaño son absolutos; porque no
es grande ni pequeρo un cuerpo consi
derado solo, sino respecto de otro: y
esta comparaciσn le constituye tal; pero
todo cuerpo tiene por sí, independien
temente de toda comparaciσn, las me
didas y proporciones que forman su mag
nitud y tamaño.
De aquí es, que la voz grandeza se
usa con mucha frecuencia y propiedad
en el sentido figurado, pero no las otras
uno grave por pru
dencia y por madurez de reflexion; se
rio por carácter y por temperamento.
La ligereza es opuesta á la gravedad;
el regocijarse es opuesto á lo serio.
La costumbre de tratar negocios nos
da gravedad. Las reflexiones de una
moral severa nos hacen senos.
GRAVE, SERIO.—Es
(March.)
guarda lo que
no se quiere dar: se retiene lo que no se
quiere devolver.
Guardamos nuestros bienes: retenemos
los de otros.
El avaro guarda sus tesoros: el deu
dor retiene el dinero á su acreedor.
Al hombre honrado le cuesta mucho
guardar lo que posee, cuando por otra
parte vemos á un bribσn que parece es
tar autorizado para retener lo que ha to
mado.
GUARDAR, RETENER.—Se
{March.)
guia mostrando,
enseρando el camino, yendo delante.
Se conduce dirigiendo.
El postilion inteligente guia bien al
correo que no sabe el camino. El buen
piloto conduce bien el navio al puerto.
Guiar hace relaciσn directamente á
los medios; conducir hace relaciσn di
rectamente al fin. Un traidor nos guia
por un rodeo, para conducirnos al para
je en donde está emboscado el enemigo.
Por esta razσn en la acciσn de" guiar
puede no tener parte la voluntad del
que guia; pero siempre la tiene la del
que conduce, en la acciσn de conducir,
GUIAR, CONDUCIR.—Se
HAL
GUS
( 85 )
tra alma los objetos pintados; pero si
Una estrella nos guia; un amigo nos
decimos que somos aficionados á la pin
conduce.
(L. de la Huerta.)
tura, damos á entender que tenemos
gusto en practicar σ estudiar este arte.
GUSTAR, AGRADAR—Solo se pueden usar
—Una pieza de mϊsica puede no gustar
uno por otro en un sentido figurado,
á muchas personas, y embelesar al mis
porque en su sentido recto, gusta lo que
mo tiempo á un aficionado.
satisface á los sentidos, lo que deleita
(G. de la Cortina.)
materialmente: agrada lo que deleita
H
al ánimo, lo que satisface á la imagi
naciσn.
HABILIDAD, DESTREZA.—El que sabe ha
Gusta una bella figura, un manjar re
cer una cosa bien, y con conocimiento
galado. Agrada la virtud, la sencillez
de lo que hace, tiene habilidad: el que
de la aldea.
la hace materialmente bien, y con faci
\L. de la Huerta.)
lidad, tiene destreza. Aquella se refie
re directamente al saber; ésta se refiere
GUSTO, AFICIΣN.—El gustono es mas que
directamente al ejecutar.
el placer que se siente en satisfacer
Un artífice tiene habilidad, cuando
nuestras inclinaciones, aun cuando sean
sabe ejecutar bien la obra que le encar
pasajeras.
gan, y destreza en el manejo material de
La aficiσn es este mismo gusto, fun
los instrumentos de su profesiσn.
dado en el conocimiento de las cosas
Un maestro tiene habilidad para en
que nos lo inspiran.
seρar, cuando sabe el buen método, y
Por esta razσn llamamos aficionado
los medios que debe emplear para ello.
al que profesa una facultad, una arte σ
Una araρa forma con destreza su tela.
una ciencia, solamente por gusto; σ al
(X. de la Huerta.)
que aun cuando no profese ninguna de
estas, se halla en estado de juzgar so
bre tal σ cual cosa por el estudio que HACER, EJECUTAR.—El primero de estos
dos verbos representa la acciσn de un
ha hecho, llevado de su gusto é incli
modo absoluto, sin relaciσn directa á
naciσn. Así decimos—"Concierto de
otra alguna; el segundo la representa
aficionados"—Tengo un gusto inespli
determinadamente con relaciσn á otra
cable en oir el voto de todos los aficio
acciσn anterior, esto es, á la resoluciσn,
nados.
á la orden, á la yrimcfa, á la idea que
De aquí se deduce que el gusto será
ha precedido á la ejecuciσn; y así puede
bueno σ malo, segϊn sean las inclinacio
hacerse una cosa inesperada, pero no se
nes; pero nunca podrá calificarse á la
dirá propiamente que se ejecuta.
aficiσn de buena σ mala sin faltar á la
Se hace una obra, un favor, una in
propiedad, porque si una persona tiene
justicia; y en estos ejemplos presenta el
mal gusto, deja de merecer el título de
verbo el hecho en sí mismo, y no como
aficionado.
consecuencia del motivo σ razσn que le
La palabra aficionti&Q consigo la idea
precede, como cuando se dice, que se
de la ciencia, del arte, del estudio y de
ejecuta el proyecto, la sentencia, la de
la observaciσn, al paso que la palabra
terminaciσn.
gusto no indica mas que la sensaciσn que
(L. de ta Huerta.)
nos causa tal σ tal cosa. Si decimos
que nos gusta la pintura, nos limitamos HALLAR, ENCONTRAR.—Hallar es encon
á expresar el efecto que causan en nues
trar alguna cosa, σ porque se busca σ so
HEC
( 86 )
HON
licita, ό por que la casualidad la ofrece;
El hecho tiene una relaciσn directa á
pero habiendo dos voces para explicar
la cosa ejecutada, representándonos el
estas dos ideas diferentes, parece que
efecto, la resulta, lo que queda ejecu
convendría seρalar á cada idea una voz
tado por medio de la acciσn.
que la distinga, mas bien que autorizar
De aquí es, que las acciones son bue
un uso que las confunde, tanto mas que,
nas, malas, σ indiferentes, seρalando la
si se examinan con rigor, se percibe que
voz directamente la intenciσn del que
la acciσn de encontrar no supone preci
la ejecuta; y los hechos son ciertos, fal
samente la de haber buscado lo que se
sos σ dudosos, con relaciσn directa á la
encuentra; pero la acciσn de hallar supo
esencia, σ calidad del hecho en sí mismo.
ne la de haber buscado lo que se halla.
Las acciones del hombre, que piensa
Al pasar por la plaza he encontrado
mal, descubren el carácter de su cora
una procesiσn: á dos leguas de Madrid
zσn, por mas que las disimule el arte, σ
encontrι el parte. Nadie diria que hallσ
las disfrace la afectaciσn y la hipocresía.
una procesiσn, σ el parte, ΰ no quérir
Un mal historiador suele alterar los
dar á entender que los andaba σ iba bus
hechos que refiere, cuando le acomoda,
cando. A la verdad, si decimos, que el
para divertir á sus lectores.
que huye por un atajo desconocido, se
(L. de la Huerta.)
expone á encontrar al enemigo, no pue
de dejarse de percibir mayor exactitud HEROICIDAD, HEROÍSMO.—Heroicidad es
una acciσn heroica: heroνsmo es el ca
y propiedad en el uso del verbo encon
rácter del héroe; así esta ϊltima voz no
trar, contra nuestra voluntad, al enemi
tiene plural.
go de quien huimos, que en el uso del
Sacrificar las pasiones al deber es he
verbo hallar al enemigo que no bus
roicidad: para ello se necesita heroνsmo.
camos.
(Jonama.)
Se ofrece el hallazgo de una cosa per
dida que se busca. Hacerse encontra HONRA, HONOR.—El honor es indepen
dizo, es hacer como que no se busca,
diente de la opinion pϊblica: la honra es,
como que la casualidad lo ofrece.
σ debe ser, el fruto del honor, esto es,
(L.de la Huerta.)
HALLAR, ENCONTRAR.—Hallamos las co
sas desconocidas σ las que buscarnos:
encontramos las que están en nuestro ca
mino σ que se nos presentan y que no
buscamos.
Aun los mas desdichados hallan siem
pre algϊn recurso en su desgracia. Los
que fácilmente se unen á toda clase de
gentes, están expuestas á encontrar ma
las compaρías.
(March.)
acciσn tiene una
relaciσn inmediata á la persona que la
ejecuta, representándonos la voluntad,
el movimiento, la parte que tiene en
ella la persona.
HECHOS, ACCIONES.—La
la estimaciσn con que la opinion pϊbli
ca recompensa aquella virtud.
Mostrσ el honor que tenia. Un hom
bre de honor es la honra de su familia.
Se hereda el honor, y no la honra;
esta se funda después, en las acciones
propias, y en el concepto ageno.
Se honra, no se da honor. El favor
puede honrar, pero no restituir el honor
al que una vez lo ha perdido.
(L, de la Huerta.)
Por consiguiente, debemos mirar al
honor como causa, y á la honra como
efecto; y debemos también mirar como
galicismos insufribles é innecesarios en
nuestra lengua las frases, "hágame vd.
el honor"—"tengo el honor de"—"sen
HUÍ
HΦR
( 87 )
sible al honor que vd. me dispensa"— HUECO, VACÍO.—Si hueco es lo cσncavo σ
vacνo por adentro, como parece de su de
"el honor que me resulta," y otras ex
finiciσn, habremos de considerar como
presiones del mismo jaez, no menos im
sinσnimas estas tres voces; pero cσnca
propias que contrarias á la ideología.
(G. dιla Cortina.)
vo y hueco de ningϊn modo parece que
se pueden mirar como tales, porque la
HORRENDO, HORRIBLE, HORROROSO.—
primera de estas calidades es una cir
Un objeto que horroriza, es la idea co
cunstancia propia de la figura determi
mϊn á estas tres voces, que la represen
nada del cuerpo, y la segunda es pura
tan con relaciσn á los efectos que pro
mente una negaciσn de su solidez, sea
duce el horror en nuestra imaginaciσn.
la figura la que se fuese. Y así un cuer
Lo horrendo nos horroriza, c orno atroz
po cuyas superficies interiores sean pla
y abominable: lo horrible, como repug
nas,
podrá estar hueco sin ser cσncavo.
nante y desagradable: lo horroroso,como
Lo vacνo parece distinguirse menos
espantoso y temible.
de la idea que representa la voz hueco.
Es horrendo el crimen de un parrici
Veamos cual puede ser la diferente pro
da: es horrible la vista de un monstruo,
piedad y extension de estas dos voces.
la de un cadáver desfigurado: es horro
Vacνo supone una negaciσn acciden
roso el ^effismiOtwlo» de un naufragio, los
tal de aquellas cosas que el cuerpo sue
efectos de un incendio, la profundidad
le σ puede contener, y no contiene ac
espantosa de un abismo.
tualmente.
Hueco supone una negaciσn
(L. de la Huerta.)
positiva, no precisamente de aquellas
HORRIBLE, HORROROSO, HORRENDO.—
cosas que puede contener el cuerpo dis
Horrible es lo que por su deformidad
tintas de la materia, σ materias de que
debe causar horror: horroroso y horren
se compone, sino de aquella parte del
do, lo que realmente lo causa, con la di
mismo cuerpo que falta en lo interior de
ferencia que horroroso se aplica á lo fí
él para constituirle sσlido.
sico, y horrendo á lo moral.
Es hueca la bola de un campanario,
Las máximas de Hobbes y Maquia
porque está construida de un modo que
velo son horribles, porque deben horro
no tiene mas materia que la que basta
rizar á todo hombre de bien, aunque no
para formar su superficie esférica. Está
sean horrendas para s\is sectarios. Una
vacio un jarro cuando no tiene dentro
tempestad, un precipicio, un desierto son
licor alguno.
cosas horrorosas: los delitos y las atro
Hueco tiene relaciσn al espacio; va
cidades se llaman horrendas.
cνo prescinde del espacio, y solo hace
Alimentarse con el sudor de los infe
relaciσn á lo que no contiene el cuerpo.
lices es una cosa horrible; ver correr la
Una vejiga hueca deja de serlo, si se la
sangre de su semejante, es un espectá
priva de su extension y capacidad, aplas
culo horroroso; hacerla correr, es una
tándola, comprimiéndola, retorciéndola
acciσn horrenda.
σ de otro modo; pero no deja de estar
Este mismo creo que fuese el senti
vacía de cualquier modo, y en cualquie
do de las voces horribilis, horridus, hor
ra figura σ disposiciσn que se halle.
rendas. Adviértase que los poetas usan
(£·. de la Huerta.)
la palabra hσrrido en lugar de horroroso.
Don José Lopez de la Huerta no con H U I R , ESCAPAR.—No siempre escapa el
que huye. Huir solo explica la fuga: es
viene conmigo en el sentido de estas
capar aρade á la idea de la fuga la del
tres voces.—(V. su artículo Horrendo.)
logro de su objeto.
(Jonama.)
1LÜ
( 88
Si no se alcanza, σ se detiene al que
huye, se escapa sin remedio. Al ir á
prenderle, se les huyσ; le siguieron, pero
al fin se les escapσ.
(L.de la Huerta.)
I
IGNORANCIA, TONTERÍA, NECEDAD.—La
ignorancia es falta de cultura del enten
dimiento; la tonterνa falta de cultura de
la razσn; la necedad es ignorancia σ ton
terνa acompaρada de presunciσn.
El ignorante yerra por falta de prin
cipios adquiridos; el tonto por falta de
luces naturales; el necio por falta de lu
ces σ principios, y sobra de amor propio.
El amor propio oculta muchas veces
la ignorancia; descubre siempre la nece
dad; y no tiene influjo alguno en la ton
terνa^ porque el ignorante puede saber
que lo és; pero ni el tonto lo sabe, ni el
necio lo cree.
El que ignora el lenguaje de los ne
cios, pasa por tonto entre los ignorantes.
{L. de la Huerta.)
hombre puede
ilustrar σ su entendimiento, σ su perso
na. En el primer caso se llamará ilus
trado, en el segundo ilustre.
Cicerσn fué un hombre ilustrado por
sus conocimientos: ilustre por sus obras.
Los entendimientos mas ilustrados se
confundirán cuando léanlas ilustres proe
zas de Napoleσn.
ILUSTRADO, ILUSTRE.—El
(Jonama.)
ILUSTRE, ESCLARECIDO, INSIGNE, CÉLE
BRE.—Estos cuatro epítetos convienen
al hombre distinguido entre los demás
en fortuna, poder, talentos, & c , &c.
Ilustre pertenece especialmente al que
está en una esfera mas elevada, y sobre
todo al que naciσ en ella. Es timbre
que da la opinion, y que por consiguien
te se halla expuesto á todos sus ca
prichos.
Esclarecido conviene mejor al que
)
1LV
ha sabido adquirir gloria con sus haza
ρas, colocándose en una esfera superior
σ realzando el lustre de la suya. Los
que quieren hablar latin en castellano
dicen claros varones en lugar de varo
nes esclarecidos; pero el uso comϊn (que
no es tan caprichoso como se cree) no
permite aquella expresiσn sino á los que
confunden hembra con mujer, y trasla
do con traducciσn.
Insigne, que en su origen quiere de
cir seρalado, indica con mas propiedad
el estado de un hombre raro, por sus
grandes vicios σ por sus grandes virtu
des. Un hecho muy pequeρo, pero ca
sualmente poco comϊn, puede dar á un
hombre el carácter de insigne; y al con
trario, no se lo darán las acciones mas
ilustres, si son de las que estamos vien
do frecuentemente.
Cιlebre es aquel cuyos hechos son co
nocidos y relatados por la fama. El ilus
tre Cervantes, esclarecido por su insig~
ne Quijote, no ha tenido celebridad has
ta muchos aρos después de su muerte.
Si tuviese que citar hombres ilustres,
los buscaría, por ejemplo, en las casas
soberanas de Europa. Si tuviese que
seρalar los esclarecidos, no me olvida
ría de los Alejandros, Césares, Corte
ses, Pizarros, Turenas y Bonapartes; ni
tampoco de los Virgilios, Racines, Loc
kes y Neutones. Entre los insignes con
taría los Diσgenes, los Zenones, los Al
cibíades, los Viriatos, los Colones, las
Zenobias, las Lucrecias y una infinidad
de romanos de todos tiempos. Todos los
que van citados son personas cιlebres;
pero debe notarse que la celebridad sue
le no estar en proporciσn con las demás
cualidades: la fama es como la sombra,
que aumenta y disminuye los objetos
segϊn las distancias; por otra parte, no
toaos los hechos se llegan á saber, ni
todas las circunstancias son iguales para
que ellos hagan siempre la impresiσn
IMP
( 89 )
IMP
que debieran; por cuyas razones mu
en todos tiempos el logro de las pruden
chos hombres insignes, ilustres y escla
tes ideas de los legisladores.
recidos quedan sin la celebridad mere
Un cuerpo opaco interpuesto entre
cida.
los ojos y el objeto, impide el verle; una
(Jonama.)
niebla no lo impide, pero estorba para
verle bien. Los grillos no impiden el
IMAGINAR, IMAGINARSE. — Imaginar es
andar, pero estorban.
formar alguna cosa en la mente; en al
(L. de la Huerta.)
gϊn modo es crear una idea, ser inven
IMPOLÍTICO, GROSERO, RTJSTICO.—Es ma
tor de ella.
yor defecto ser grosero que simplemen
Imaginarse es representarse en la
te impolνtico, y lo es mas aun el ser
mente alguna cosa, σ bien creerla σ per
7-ÚstÍC0.
suadirse de ella.
El impolítico es por falta de buenos
Imaginar necesita tener un objeto por
modos
y á nadie agrada; el grosero por
complemento y que sea nombre; ima
tener modos desagradables, y á todos es
ginarse puede ir con nombre, con ver
insoportable; el rústico los tiene cho
bo, &c.
cantes y nadie puede sufrirle.
El que imagino los primeros caracte
La impolítica es el defecto de gentes
res del alfabeto, hizo un gran beneficio
de una mediana educaciσn: la grosería
al género humano.
lo es de los que la han tenido mala, y
Los espíritus inquietos se imaginan
la
rusticidad de los que no han tenido
comunmente las cosas muy diferente
ninguna.
mente de lo que ellas son.
En el trato del mundo se sufre al imLa mayor parte de los escritores po
político,
se huye del grosero, y no se
líticos se imaginan haber humillado á
quiere trato con el rústico.
sus adversarios cuando les han dicho
(March.)
muchas injurias; mas se engaρan en ello,
pues lo que hacen es envilecerse. Se IMPORTUNO, IMPERTINENTE. — Trátase
imagina uno que siempre habrá tiempo
aquí del sentido recto de estas dos vo
para pensar en la muerte, y así es que
ces, y no del secundario, aunque mas
se pasa la vida sin pensar en morir.
comϊn y conocido, en que ordinaria
{March.)
mente se usan, llamando importuno al
molesto y enfadoso, por la instancia σ
IMPEDIR, ESTORBAR.—Impedir supone un
continuaciσn con que pide alguna cosa;
obstáculo directo. Estorbar supone,
é impertinente al displicente σ desagra
con mas propiedad, un obstáculo indi
dable, por su mal humor, melancolía ϊ
recto, y no pocas veces una mera difi
otras causas.
cultad ό embarazo.
Lo que es fuera de tiempo, es imporEl padre impide con su autoridad que
tuno; lo que es fuera de propσsito, es
su hijo salga de casa. La compaρía de
impertinente. La disonancia que causa
un amigo suele estorbar á veces que ha
lo importuno, no consiste en la calidad
gamos nuestra voluntad.
de la cosa en sí misma, sino en la oca
Muchas son las leyes que se han pro
siσn en que se emplea, en la falta de
mulgado en todas partes para impedir
oportunidad. La disonancia que causa
los desafíos; pero la loca presunciσn
lo impertinente está en la misma calidad
del amor propio, á que damos impropia,
de la cosa que no conviene, no pertenemente el nombre de honor, ha estorbado
ce á lo que se dice σ se hace.
12
INC
( 90
Las chanzas no son de modo alguno
impertinentes en una comedia, pero pue
den ser importunas.
El adjetivo inoportuno solo está au
torizado por el uso, y parece por su mis
ma formaciσn mas conforme que impor
tuno á este sentido.
(£. de la Huerta.)
La inad
vertencia puede ser un defecto discul
pable, causado por una tarda percepciσn
del ánimo, σ de una distracciσn involun
taria. El descuido es siempre un defec
to reprensible, causado por una negli
gencia indisculpable, σ una distracciσn
voluntaria. Aquella falta á la precau
ciσn conveniente ·, éste falta á la obliga
ciσn debida.
Un general que se halla sorprendido
por falta de precauciones, no puede ex
cusar su descuido con el título de inad
vertencia, porque en aquellas circuns
tancias, no hay falta que sea disculpa
ble.
Los recíprocos cumplidos, que ha es
tablecido el uso entre los amigos y fa
milias, producen á menudo disensiones
y quejas, por las inadvertencias de los
amos, y los descuidos de los criados.
INADVERTENCIA,
DESCUIDO.—
(L. de ί α Huerta.)
dudoso supone
en el ánimo indeciso razones, motivos,
σ antecedentes, que inclinándole igual
mente á opiniones, σ acciones diversas,
suspenden su resoluciσn. Lo incierto
supone falta de aquellas mismas razo
nes, motivos, σ antecedentes que cons
tituyen lo dudoso, la cual deja al ánimo
sin facultad σ luz suficiente pava fijar su
resoluciσn σ su persuasion.
Es dudoso el partido que se debe to
mar en una guerra civil. Es incierta la
hora de nuestra muerte.
INCIERTO, DUDOSO.—Lo
(L. de la Huerta,)
inclina
ciσn nos arrastra: la propension nos ex
INCLINACIΣN, PROPENSION.—La
)
IND
pone. Aquella es puramente moral: ésta
es moral y física. En la inclinaciσn tie
ne mucha parte la voluntad: no así en la
propension que es toda de la naturale
za, y por esta razσn se dice, que debe
mos corregir nuestras malas inclinacio
nes, y no nuestras malas propensiones.
—Un muchacho sale mal inclinado, y
no mal propenso. Por el contrario, de
cimos—soy muy propenso al llanto, al
temor, á la cσlera.—Fulano es muy pro
penso á costiparse, á la tos, á la jaque
ca. En estos ejemplos se nota inme
diatamente que la voluntad no tiene par
te alguna.
La inclinaciσn supone cierto gus
to, cierta preferencia, y por eso se em
plea esta palabra para denotar el primer
grado de amor, σ como sinσnimo de
afecto.
(G.dela Cortina.)
INDOLENTE,
DEJADO,
PEREZOSO,
NE
GLIGENTE.—Es uno indolente por falta
de sensibilidad; dejado por falta de ar
dor; perezoso por falta de acciσn; negli
gente por falta de cuidado.
Nada mueve al indolente; él vive
con tranquilidad y sin temor de las fuer
tes pasiones. Es difieil animar al deja
do: en cuanto hace va lentamente. En
los perezosos es preferible el deseo de la
quietud y del reposo á las ventajas que
proporciona el trabajo. La distracciσn
y descuido es la dote del negligente,
todo se le escapa y no se cuida de ser
exacto.
La indolencia embota el gusto. La
dejadez teme la fatiga. La pereza huye
del trabajo. La negligencia ofrece dila
ciones y deja escapar la ocasiσn.
Creo que el amor es entre todas las
pasiones la mas á propσsito para vencer
la indolencia. Paréceme que se ataca
con mas facilidad la dejadez con el te
mor del mal, que con la esperanza del
bien. La ambiciσn ha sido siempre el
enemigo mortal de la pereza. Los inte
INF
( 91 )
INF
reses personales y considerables no per
respecto á la ignorancia y debilidad que
miten ni dan lugar a la negligencia.
la acompaρa.
(Mardi.)
Decimos la infancia del mundo, la in
fancia de la sociedad, porque conside
INESPERADO, IMPREVISTO.— Inesperado,
ramos aquella edad en sí misma, σ con
supone conocimiento de la posibilidad de
relaciσn á sus buenas cualidades: un fi
una cosa, que no se espera en una oca
lσsofo podrá decir que el mundo es to
siσn, σ circunstancia determinada. Im
davía niño si medita sobre la pequenez
previsto, supone ignorancia de la posibi
de los hombres, y la ignorancia de sus
lidad de la cosa.
verdaderos intereses. La infancia del
La muerte de un hético que se que
hombre es la edad de las gracias, de la
da hablando, puede ser inesperada, se
inocencia y del candor: la niñez es la
gϊn las circunstancias, pero nunca pue
edad de la ignorancia, de la debilidad y
de ser imprevista.
de los males. Cuando acariciamos á un
Un buen general prevι en la guerra
niño le llamamos infantito: cuando que
los lances que parecen mas remotos, y
remos excusar sus faltas decimos que es
está siempre dispuesto á las sorpresas
todavía muy niño.
que parecen menos posibles, porque es
Privar de la existencia á una criatura
tos accidentes, aunque inesperados, nun
racional se llama infanticidio: el hombre
ca deben para él ser imprevistos.
que por su inexperiencia σ poco espíri
(L. dιla Huerta.)
tu se deja gobernar por los demás, deci
INFAMIA, IGNOMINIA.—La infamia y la
mos que es un niño. Las acciones que
ignominia son el efecto de la afrenta pϊ
suponen pequenez de espíritu se llaman
blica, con que queda difamado el que la
niñadas: los objetos de aquellas accio
recibe.
nes se llaman niñerνas.
La distinciσn que me parece que se
De lo dicho proviene que en un esti
halla entre estas dos voces, es que la in
lo algo elevado decimos infante en lu
famia es la tacha misma que envilece:
gar de niño; y el llamar infantes á los
la ignominia es la humillaciσn vergon
hijos de príncipes creo que no tenga otro
zosa que padece el que recibe la afrenta.
origen.
La infamia es siempre efecto de una
(Jonama.)
afrenta merecida, σ no reparada. La ig
nominia puede ser efecto de una vio INFIEL, PÉRFIDO.—Una mujer infiel, si
es conocida por tal por la persona in
lencia injusta é irreparable.
teresada, no es mas que infiel; si aque
Fara un hombre vil no hay ignomi
lla persona la tiene por fiel, entonces
nia, porque para él no es vergonzosa la
ya es pιrfida.
afrenta.
De esto se deduce, que la infidelidad
Para un hombre de honor no hay in
es
simplemente la falta de fe, σ una me
famia, porque la ignominia á que le pue
ra infracciσn de las promesas hechas, y
de conducir una suerte injusta, podrá
que la perfidia aρade á eso el colorido
humillarle, pero no envilecerle.
impostor σ falso de una constante fide
(£. de la Huerta.)
lidad.
INFANCIA, NIÑEZ.—Infancia es la prime
La infidelidad puede ser tan solo una
ra edad del hombre, y por extension la
flaqueza; la perfidia un crimen medi
primera edad de una cosa cualquiera.
tado.
Niñez es la infancia considerada con
La infidelidad puede no ser mas que
INF
( 92 )
1NH
una debilidad; la perfidia es un crimen
engaρarnos. Este adjetivo se aplica
indistintamente en sentido recto y en
de reflexion.
{March.)
figurado á las personas, á los animales
y á las cosas, siempre que hay oculta
INFIEL, PÉRFIDO, TRAIDOR, FALSO, DO
ciσn de la verdad para engaρar. "Este
BLE.—El infiel falta á la fidelidad σ á
hombre es falso como muía de alqui
la fe: el pιrfido oculta su infidelidad, y
ler." "Es/a/so como moneda de plo
aparenta σ finge fidelidad.
mo." "Un amigo falso."
"Unafirma
La perfidia se aplica solamente á las
falsa." "Una noticia falsa."
personas: la infidelidad se aplica algu
Doble,en su sentido recto, es lo que
nas veces á los animales en sentido fi
contiene σ vale dos veces la misma cosa
gurado.—Por esto dice Buífon con mu
sencilla, y este adjetivo aplicado á las
cha propiedad y elegancia: " E l gato es
personas, parecería sinσnimo perfecto
un criado infiel, á quien mantenemos
de falso, si el buen uso no hubiese esta
por necesidad.''—Se elogia la nobleza
blecido una diferencia notable entre am
del caballo, y la fidelidad del perro·,
bas palabras. Esta diferencia consiste
pero cuando no tienen estas propieda
en que el adjetivo doble se aplica ϊnica
des, se dice que el caballo es traidor, y
mente al corazσn del hombre; esto es,
el perro infiel.
á sus intenciones, á su alma, al paso que
Una esposa será infiel si falta á la fe
falso indica no solamente los designios,
prometida; mas si procura parecer fiel
sino las acciones. Doble pertenece al
no siéndolo, es pιrfida.
carácter, falso á la conducta. Así de
El traidor falta á la fidelidad que pro
cimos doblez de corazσn.—Doble inten
metiσ σ jurσ á su patria, á su príncipe,
ciσn.—Doble objeto.—En todos estos
á su amigo σ á los hombres en general.
casos indica el adjetivo doble el fin, de
Asi es que su falta influye mas en el
signio, intenciσn σ disposiciσn del alma.
orden social que la del infiel: es mas pϊ
El hombre doble es acaso menos perju
blica, y por decirlo así, pertenece mas
dicial que el falso, porque aquel no hace
al comϊn de los demás hombres, y por
mas que ocultar su segunda intenciσn,
lo mismo constituye uno de los delitos
y este no solamente la oculta, sino que
que castigan las leyes sociales en todo
finge que no lo hace. Finalmente, pa
ra conocer bien la diferencia que hay
pais civilizado. Hé aquí la razσn por
entre
estas dos palabras, basta atender
que llamamos traidor á un hombre que
al significado de sus contrarias: falso es
nos ataca de improviso y con ventajas in
contrario de verdadero: doble es contra
debidas σ al que descubre nuestro secreto
rio
de sencillo.
σ nuestros designios cuando se los he
mos confiado, aunque ni uno ni otro nos
La infidelidad puede ser efecto de de
hayan hecho promesa ni juramento al
bilidad σ de irreflexiσn; pero la.perfidia,
guno; porque existen ciertas promesas
la traiciσn, la falsedad y el doblez, su
y convenciones tácitas entre los hom
ponen premeditaciσn, estudio y apro
bres, dictadas por la razσn natural, y
baciσn de medios.
necesarias para la conservaciσn del or
(Cr, de to Cortina.)
den social, que obligan á todos aunque
carezcan ellas de las formas materiales. INHUMAR, ENTERRAR.— Enterrar es el
Se dice que un hombre es falso, cuan
acto material de poner σ meter entre
do no obra conforme á la verdad y se
tierra una cosa. Inhumar es enterrar
esfuerza por parecer cual no es, para
con las ceremonias religiosas, con los
INS
( í
honores fϊnebres, los de la sepultura. Se
entierra todo lo que se cubre en la tier
ra; pero no se inhuma sino á la persona
humana, á quien se hacen los honores
fϊnebres. Los ministros de la religion
inhuman á los fieles: un asesino entierra
el cadáver de uno á quien ha asesinado.
Se entierra en cualquiera parte; pero
solo se inhuma en lugares santos, en los
que están consagrados para este uso pia
doso.
(A, Cicnfuegos.)
presenta la
idea del agravio violento. Ultraje pre
senta la idea del vilipendio pϊblico.
Desconfiar de la honradez de un hom
bre de bien, es una injuria; tratarle pϊ
blicamente de ladrσn, es un ultraje.
Tratar de fea á una mujer hermosa,
es un agravio, que, cuando mas, no de
biera pasar de injuria; pero habrá po
cas que no lo miren como ultraje.
INJURIA, ULTRAJE.—Injuria
(L.dela
Huerta.)
y otra voz
significan el punto mínimo σ mas breve
en que se divide el tiempo.
Pero así como el punto es la parte
mas pequeρa en que se divide el espa
cio, y la consideran los geσmetras como
ideal, invisible é inconmensurable; y los
físicos como una cuantidad efectiva y
divisible, como lo es toda cuantidad fí
sicaj así parece que se puede concebir
en el instante un punto ideal de tiempo
indivisible é inconmensurable, y en el
momento una cuantidad efectiva de tiem
po perceptible y divisible.
Prestar un momento de atenciσn, ofre
ce al oido una expresiσn mas exacta,
que prestar un instante, porque no pa
rece que se percibe en este la duraciσn
que, aunque corta, se percibe en el momento, como necesaria para dar algϊn
tiempo á la atenciσn.
Un reposo momentáneo. A esta fra
se, con que damos idea de un tiem
INSTANTE, MOMENTO.—Una
)
INS
po de alguna, aunque corta duraciσn,
no se puede substituir con igual exac
titud reposo instantáneo, porque este
adjetivo no presenta á la imaginaciσn
la mas pequeρa duraciσn de tiempo pa
ra el reposo.
Por el contrario, se puede aplicar con
mas propiedad la voz instantáneo, á un
tiempo en que suponemos que no se
percibe duraciσn alguna.
La caida del rayo es instantánea.
{L. de la Huerta.)
instrucción se refiere á los conocimientos, que
se adquieren por cualquier medio, y en
todo género de materias. La enseñanza
se refiere á los preceptos, reglas y lec
ciones, que da el maestro al discípulo.
La instrucción se puede adquirir sin
maestro, porque la lectura, el ejemplo,
la conversaciσn, nos instruyen-, pero la
enseñanza supone principios dictados,
y lecciones dadas.
Del que tiene diferentes conocimien
tos en una facultad, ciencia σ arte, se
dice que es un hombre instruido, no un
hombre enseñado, porque se hace rela
ciσn á lo que sabe, no á los medios con
que lo ha aprendido.
Un sabio está muy instruido de todo
lo que le enseñaron en su juventud, y
de los conocimientos que ha adquirido
después por sí mismo.
INSTRUCCION, ENSEÑANZA.—La
(L. de la Huerta.)
— Para que
pueda decirse que una persona tiene
instrucción, basta que haya adquirido
un nϊmero considerable de ideas y las
tenga en la memoria. Mas para poder
decir que tiene erudición, es necesario
que nos conste que sabe bien lo que sa
be y que la inteligencia que tiene de las
ideas adquiridas, lo pone en estado de
juzgar de las cosas y de hacer aplicacio
nes ϊtiles y oportunas.
INSTRUCCIΣN, ERUDICIΣN.
INS
( 94 )
INS
El erudito es necesariamente instrui
Con respecto á la beldad del sexo fe
do: el hombre instruido puede no ser
menino, no creo que haya insipidez sino
erudito, por faltarle los medios de sacar
en aquellos que son de un temperamen
todo el partido posible de su instruc
to del todo insensible; pero se dice una
beldad
insulsa, cuando no está animada
ciσn.
y que no tiene ninguna de aquellas gra
La erudiciσn supone un gusto fino y
cias, sean de vivacidad σ de languidez,
delicado, un talento no muy comϊn, y
que excitan la vista del espectador.
un estudio constante y bien dirigido; al
(March.)
paso que la instrucciσn no necesita mas
que una memoria feliz y cultivada.
(G.dela Cortina.)
INSURGENTE, REBELDE, FACCIOSO, AMO
—El insurgente hace una ac
ciσn legítima σ legal: usa de su libertad
σ de su derecho para oponerse á una
resoluciσn, σ levantarse contra un de
signio σ empresa, como lo indica su
mismo significado, pues se deriva de in
surgere, esto es, de surgere y de in, le
vantarse contra.
El rebelde abusa de su libertad σ de
sus medios para oponerse á las leyes vi
gentes, y desobedecer á la autoridad le
gítima.
El faccioso excita los ánimos á la re
beliσn.
El amotinado persiste con obstina
ciσn en la desobediencia.
La insurrecciσn supone la voluntad
general de una naciσn, σ de la mayor
parte de sus individuos.
La rebeldνa casi siempre se funda en
intereses particulares.
Cuando Espaρa se levantσ contra la
dominaciσn de Napoleon Bonaparte se
insurreccionσ, y los espaρoles que se
opusieron á ella, fueron insurgentes;
pero las turbulencias causadas en Cons
tantinopla por los genízaros, fueron re
beldνa manifiesta, excitada por los fac
ciosos que fundaban en ellas su interés
particular. Todos los que tuvieron par
te en estos movimientos fueron repeldes,
y los que por mas tiempo y mayor obs
tinaciσn permanecieron rebeldes fueron
amotinados.
Sin embargo, la palabra motin, indica
un nϊmero de personas mas corto, me
TINADO.
INSUFICIENCIA,
INCAPACIDAD,
INEPTI
TUD.—Se designa por estas palabras la
falta de la disposiciσn necesaria para
salir con lo que uno se propone, pero
con esta diferencia.
La insuficiencia viene del defecto de
proporciσn entre los medios y el fin; la
incapacidad de la privaciσn de los me
dios; la ineptitud de la imposibilidad de
adquirir ningϊn medio.
Se puede muchas veces suplir la in
suficiencia; á veces se puede enmendar
la incapacidad; pero la ineptitud no tie
ne remedio.
Es una falta precisar á los jσvenes á
ser eclesiásticos cuando se conoce su
insuficiencia; es un crimen cuando se co
noce su incapacidad, y es un desprecio
sacrilego de la religion cuando se les
fuerza por la razσn misma de la inepti
tud; sin embargo, no es raro ver esto.
(March.)
que es insulso no
excita el paladar σ el gusto; pero lo in
sνpido no estimula absolutamente nada.
Así el primero excede al ϊltimo; á este
no falta sino un grado de sazσn, y á
aquel le falta todo.
En las obras del entendimiento están
ambos distantes de lo bello; pero lo in
sulso, queriendo aparentar y buscar las
gracias, displace y choca; lo insνpido pa
reciendo que ni siquiera conoce lo be
llo, displace y desagrada.
INSULSO, INSÍPIDO.—Lo
INT
INT
( 95 )
sas
espirituales;
interno
tiene mas rela
nos considerable, y un movimiento me
ciσn con las partes del cuerpo; intrνnse
nos duradero que la insurrecciσn.
co se aplica al valor σ á la calidad que
(G. de la Cortina,)
resulta de la esencia de las cosas mis
INTENCIΣN, DESIGNIO, MIRA, PROYECTO.
mas, independientemente de la estima
—La intenciσn es un movimiento del al
ciσn que de ellas hagan los hombres.
ma, por el cual se propone el hombre
La devociσn debe ser interior; las en
una cosa que está lejana y que tal vez
fermedades internas son las mas peligro
es incierta.
sas. Las frecuentes variaciones en la
El designio es una idea resuelta ya y
moneda han enseρado á poner mas aten
adoptada, y supone meditaciσn y mé
ciσn en su valor intrνnseco.
(March. )
todo.
La mira indica un fin determinado y INTERNO, INTERIOR, ÍNTIMO.— Una de
cierto, que no pasa mas allá de lo que
las anomalías mas notables de la lengua
se desea, ni supone grandes combina
castellana, es la conservaciσn de mu
ciones.
chos comparativos y superlativos pura
El proyecto es el arreglo y combina
mente latinos, cuyos positivos no se
ciσn de los medios que deben emplear
usan, y carece de ellos σ los suplen con
se para lograr un fin.—Sus intenciones
otros de diferente raiz. Así es, que de
eran tan sanas, como vastos sus desig
cimos menor y inνnimo; ulterior y ϊltimo;
nios.—Puso sus miras en Fulana, aun
superior y supremo; exterior y extremo;
que el matrimonio no entraba en el nϊ
inferior ι νnfimo; y no hacemos uso al
mero de sus proyectos.—Este proyecto
guno de sus positivos propios, á diferen
supone intenciones muy puras, designios
cia de mejor y σptimo; peor y pιsimo; ma
muy vastos y miras muy dilatadas.
yor y máximo, cuyos positivos bueno,
(G, de la Cortina.}
malo y magno son los mismos que con
servan en latin. De aquí debemos de
INTERIOR, INTERNO.—La idea que ofrece
ducir que interior é íntimo, son dos gra
la voz interior, es mas extensa, porque
dos de comparaciσn, y que ésta deter
representa lo que esta de la parte de
mina claramente la diferencia de su sig
adentro, sin restricciσn alguna, como lo
nificado.
interior de la casa, las partes interiores
Interno es lo que está profundamente
del cuerpo humano. La voz interno mo
oculto dentro de una cosa, y cuando nos
difica la idea, y no se puede usar con
servimos de este adjetivo, prescindimos
toda aquella extension: y así no se dice
de la posibilidad que puede tener lo incon propiedad: las obras internas de un
terno de no serlo, σ de ser externo. Por
navio: los adornos internos de un pala
esta razσn se emplea con mas frecuen
cio: la parte interna de una caja. Este
cia en sentido figurado, y nos valemos
adjetivo parece reservado para repre
tanto de interno como de externo para
sentar con mas precision, lo que esta de
indicar lo que está dentro σ fuera de una
la parte de adentro, y solo percibimos
cosa, porque conviene así en cierto
por sus efectos, σ en nuestra imagina
modo á la esencia de la misma cosa. Así
ciσn, como dolor interno, inflamaciσn in
decimos, en este colegio hay discípulos
terna, persuasion interna.
internos y externos.
(L. de la Huerta.)
Lo interior está oculto por lo exterior;
INTERIOR, INTERNO, INTRÍNSECO—Inte
esto es, llamamos interior á lo que se
rior se dice particularmente de las co
oculta á nuestra vista, porque la super.
IRA
( 96 )
JOV
La venganza premeditada puede ser
ficie de la cosa que lo contiene nos im
efecto de la ira. La cólera no sufre di
pide verlo. Por esta razσn decimos—
laciσn en la venganza.
vida interior; habitaciσn interior; el in
Un insulto grave puede excitar en un
terior de un reino, & c , y en ninguno de
genio
tranquilo un momento pasajero
estos casos usamos el adjetivo interno.
de cólera; pero no un momento pasaje
(G. de la Cortina.)
ro de ira, porque esta no es momentá
INVECTIVA, SÁTIRA.—Una y otra de es
nea ni pasajera.
(L. de la Huerta.)
tas voces significa un discurso dirigido
á poner en pϊblico los defectos de una
obra, de una persona, de una naciσn. IRRESOLUTO, INDECISO.—Estaremos irresolutos en las materias en que nos deter
Solo se diferencian en los medios de que
minemos por gusto, por opinion; indese valen.
cisos en aquellas en que decidamos por
La invectiva declama: la sátira ridicu
y después de una discusiσn.
razσn,
liza. Las invectivas atroces se llaman
Estoy indeciso si debo aceptar σ no
imprecaciones σ maldiciones: la sátira
la herencia; irresoluto, aceptándola, á
mordaz se llama sarcasmo.
cuál de los dos abogados conocidos míos
(Jonamu.)
confiaré la causa. El irresoluto no pue
de vencer su indiferencia; el indeciso no
IR, IRSE.—Estos dos verbos no pueden
se atreve á juzgar.
usarse indistintamente, porque irse tie
ne la fuerza de ausentarse, sin relaciσn
El irresoluto, titubea sobre lo que
al paraje á que se va, sino solo al que
hará; el indeciso sobre lo que debe hacer.
se deja; é ir, por el contrario, no hace re
A veces está uno decidido sobre la
laciσn al que se deja, sino á aquel adon
bondad de un partido, sin estar resuelto
de se va.
á seguirle; y suele uno estar resuelto á
Ha resuelto irse de Madrid: puede no
seguir un partido sin decidirse acerca
saber' adonde irá, σ qué camino elegirá;
de su bondad.
y no se dirá en este caso: ha resuelto ir
El término indeciso, puede aplicarse
de Madrid, sin determinar precisamen
á las cosas: como pleito indeciso, sen
te el paraje adonde va, σ destino que
tencia indecisa; el de irresoluto, solamen
lleva. Y así cuando digo: me voy, for
te conviene á las personas.
mo una frase completa, porque como el
{March.)
verbo por sí solo hace relaciσn deter
J
minadamente al paraje en que me hallo,
explico completamente que le dejo, que JOVEN, MOZO.—La voz joven explica la
idea absolutamente; la voz mozo la ex
me ausento; pero no la hago igualmen
plica comparativamente, porque laj».
te completa, si digo solamente: yo voy,
ventud es la edad del hombre entre la
pues falta saber adonde.
niρez y la edad varonil, como desde los
(L. de la Huerta.)
catorce hasta los veinte y un aρos; y la
mocedad es el tiempo en que el hombre
IRA, CΣLERA.—La ira exaltada es cólera.
conserva aquel vigor, parecer, σ dispo
Esta es la manifestaciσn, el movimien
siciσn que son propios de la juventud, y
to que excita la ira.
pueden durar mas σ menos tiempo.
Se conserva la ira, se exhala la cole,
Un hombre de treinta aρos no es ya
ra. Aquella es una pasiσn que puede
ocultarse en el corazσn; ésta es un hu
joven, segϊn la rigurosa propiedad de la
mor alterado que es difícil contener.
voz, pero es mozo todavía.
JUS
JUS
( 97 )
plimiento no se le puede obligar con I a
Por eso se dice con relaciσn á aque
autoridad legal; pero que le impone la
lla disposiciσn física, que caracteriza el
honradez, la conciencia, ϊ otras consi
estado de mozo: es un buen mozo, por
deraciones poderosas.
que un buen joven no aludiría á la dis
posiciσn física, sino á las buenas pren
Los arbitros juzgan muchas veces,
das y calidades morales de un hombre,
mas bien por una prudente equidad, que
por el rigor de la justicia.
que se halla determinadamente en la
edad juvenil. En la escuela militar de
ha justicia exige que paguemos á
artillería solo se admiten jσvenes, esto
nuestros acreedores, y la equidad, que
es: con relaciσn á la edad determinada
socorramos á los menesterosos.
que allí se requiere.
(£, de la Huerta.)
Por la misma razσn, y con alusiσn á
la idea que aplicamos á la voz mozo, lla JUSTO, EQXUTATIVO.—Estos términos de
mamos así vulgarmente al ganapán, aun
signan en general la naturaleza de nues
que sea viejo, al criado que se ocupa en
tros deberes acia los demás. Lo que dis
los oficios que suponen, σ requieren la
tingue el sentido de estas palabras es la
agilidad y disposiciσn, que naturalmen
idea del fundamento en que estriban es
te acompaρan, y son propias de la juven
tos deberes.
tud. Y en muchas partes se da el nom
Lo que es justo se hace en virtud de
bre de mozo á todo hombre soltero.
un derecho perfecto y rigoroso; su eje
(L, de la Huerta.)
cuciσn puede exigirse por la fuerza si no
se satisface voluntariamente. Lo que
JUSTICIA, EQUIDAD.—ha justicia, consi
es equitativo no se hace sino en virtud
derada como sinσnima de equidad, es
de un derecho imperfecto y no rigoro
una obligaciσn á que se ha sometido el
so: su ejecuciσn no puede exigirse, sino
hombre reducido á sociedad, y que, por
que penda del honor y de la conciencia
consiguiente, se debe arreglar por la ley
de cada uno.
positiva. La equidad es una obligaciσn
El contrato de alquiler da al propie
fundada en los principios de la ley na
tario el derecho de exigir del inquilino,
tural, que no está sujeta á leyes huma
aun por fuerza, el alquiler σ paga de la
nas, antes bien estas, para ser justas,
casa;
es pues justo pagarlo, y es una in
deben arreglarse á ellas. Y así, la. jus
justicia eludir σ rehusar su pago. El
ticia impone determinadamente la obli
pobre no tiene sino un derecho imper
gaciσn de dar á cada uno su derecho, de
fecto
á la limosna que pide, y no puede
la cual no se puede separar, ni el juez
exigirla de justicia; pero el principio de
que la administra, ni el individuo res
la igualdad natural la constituye un de
pecto de su igual, sin exponerse á que
ber
para la conciencia del hombre rico;
una autoridad superior les obligue por
es pues equitativo cumplir con esta obli
fuerza á su observancia; pero la equidad
gaciσn,
y el dispensarse de ella cuando
modifica aquella misma idea, represen
se puede cumplirla, si no es una injusti
tándola, respecto del juez, con relaciσn
cia es al menos una iniquidad.
á aquella moderaciσn prudente, con que
sin faltar á la justicia, regula, en caso
Las leyes positivas son las que esta
necesario, el derecho dudoso, las cir
blecen el derecho rigoroso; los princi
cunstancias, las recíprocas convenien
pios de la ley natural son los que esta
cias, &c; y respecto del individuo, con
blecen el derecho menos rigoroso con
relaciσn á una obligaciσn, á cuyo cum
forme á la igualdad natural, y los que
13
LAS
(Ε
por consiguiente determinan lo que es
equitativo o inicuo.
La justicia está, pues, fundada en la
ley; pero la ley misma, para someter las
voluntades á la obediencia, y para no
ser tiránica, debe estar fundada en la
equidad, cuyas sanas máximas son eter
nas, y deben ser el tipo de todas las
leyes.
Los arbitros juzgan ordinariamente
mas bien por las reglas de la equidad
que por el rigor de la justicia; pueden
hacerlo así, porque las partes son libres
en instaurar demanda ante los tribuna
les, si no quieren conformarse con la
decision de los arbitros; y deben hacer
lo así, porque ejercen un ministerio de
conciliaciσn y de paz, que siempre su
pone medios razonables.
Los jueces subalternos σ inferiores,
son unos jueces de rigor que no deben
desviarse en nada de la justicia, porque
no son mas que los ministros de la ley.
Los jueces de los tribunales supremos
deben juzgar segϊn equidad cuando la
ley, por cualquiera razσn que sea, está
en contradicciσn con sus máximas; pues
la parte de autoridad que les está con
fiada por el legislador los hace á la vez
ministros é intérpretes de la ley.
(March,)
L
recae sobre la
duraciσn; difuso sobre el modo.
Es largo el sermon que dura mucho;
es difuso, cuando el predicador trata con
demasiada prolijidad la materia, el pun
to σ puntos de que se compone.
El opuesto de largo es corto; el de
difuso es conciso.
LARGO, DIFUSO.—Largo
)
LEN
to que causa en el ánimo la reflexion
del mal: porque aquella no explica por
sí sola mas que la sensaciσn de la pena,
σ el disgusto que causa el mal ageno;
pero la compasión aρade á esta idea la
de una cierta inclinaciσn del ánimo acia
la persona desgraciada, cuyo mal se de
searía evitar.
No nos mueve á compasión la suerte
de un asesino condenado á muerte; pero
nos da lástima el verle padecer en el su
plicio.
Nos da lastima el ver morir á un irra
cional; nos da compasión el triste estado
de una pobre viuda.
La compasión supone siempre un sen
timiento verdadero. La lástima se em
plea algunas veces para representar un
sentimiento tan ligero, que apenas me
rece el nombre de tal; como: Es lástima
que no haga buen tiempo. Y en este
sentido se emplea aquel: Pero es lástima, con que después de un elogio, se
da á la murmuraciσn un aire de inge
nuidad.
(L. déla Huerta,)
La observancia
de lafe debida á un soberano, es la idea
que se considera aquí como comϊn á es
tas dos voces; pero la fidelidad no ex
plica por sí sola, mas que la exactitud
con que se cumple la obligaciσn contraí
da, con que se observa la fe debida al
soberano; la lealtad aρade á esta idea
la del afecto personal con que se cum
ple aquella obligaciσn.
Por eso no se dice: juramento de lealtad, sino juramento de fidelidad.
Un republicano puede tener fidelidad;
un espaρol tiene mas, tiene lealtad.
LEALTAD, FIDELIDAD.—
{L. de la Huerta-)
(L. de la Huerta.)
ESTILO.—Cuando queremos
expresar un pensamiento que existe en
nuestra mente, lo vamos analizando, y
resolviendo en todos sus accesorios σ
ideas parciales por medio de los signos
LENGUAJE,
—La lástima se
aplica con mas propiedad á la sensaciσn
que nos causa el mal que se ofrece á
nuestros sentidos; y la compasión al efec
LÁSTIMA,
COMPASIΣN.
LEN
LEN
( 99 )
puede variar al infinito, pues compren
de un idioma; por consiguiente sin que
de las combinaciones de todos los soni
el pensamiento deje de ser uno mismo
pueden variar los accesorios segϊn nues
dos apreciables, ya cuando se suceden
tro modo de considerarlo.
formando lo que llamamos canto σ m e
lodía, ya cuando reunidos forman la a r
Salido se quejaba de los rigores de su
monía.
amada: esta es una proposiciσn sencilla
que se puede considerar bajo diferentes
aspectos. Si atiendo á la razσn de la
queja, diré por ejemplo: el incauto Sa
lido, que ή η haber reflexionado jamas so
bre sν mismo, se habνa, dejado arrastrar
de su pasiσn, se quejaba injustamente de
Galatea, porque siguiendo como ιl los
impulsos de su corazσn, le miraba con in
diferencia.
Garcilaso queriendo lison
jear la imaginaciσn, y enternecer el co
razσn con los lamentos de Ssxlicio, deja
á un lado todas las reflexiones, y se de
tiene en pintar los pormenores de su si
tuaciσn en estos versos:
Saliendo de las ondas encendido,
Rayaba de los montes el altura
E l sol, cuando Salicio, recostado
Al pié de una alta haya, en la verdura,
Por donde una agua clara con sonido
Atravesaba el fresco y verde prado;
É l , con canto acordado
Al rumor que sonaba
Del agua que pasaba,
Se quejaba tan dulce y blandamente,
Como si no estuviese de alh' ausente
La que de su dolor culpa tenia.
Aunque rigurosamente no hay nada
en estos versos que no pueda atribuirse
al lenguaje, considerado como instru
mento de nuestras ideas; sin embargo
conviene distinguir la elecciσn de los
accesorios, de la material aplicaciσn de
los signos. A lo primero se le llama estilo
del lenguaje, σ simplemente estilo; á lo
segundo se le conserva su nombre ge
nérico de lenguaje.
El lenguaje de la mϊsica es la colo
caciσn de las claves, notas, accidentes,
& c , y solo es susceptible de mayor σ
menor sencillez: el estilo de la mϊsica
Aplicando esto á los sonidos articu
lados, llamamos lenguaje á la elecciσn
y colocaciσn de las palabras segϊn las
reglas de la gramática; y estilo á la elec
ciσn de las expresiones, al mayor σ me
nor nϊmero de accesorios, σ á lo corto
σ largo de los periodos, al orden direc
to σ inverso, á las figuras, tropos, &c.
Por esto decimos del estilo, que es
conciso σ difuso, llano ό florido, bajo σ
sublime: cosas que, hablando con rigu
rosa propiedad, no se pueden decir del
lenguaje; y si alguna vez las decimos,
es tomando aquella voz en su acepciσn
mas general, que igualmente compren
de el estilo.
Los defectos del lenguaje son los s o
lecismos, los barbarismos, y la dureza
de la pronunciaciσn: los defectos del es
tilo son la hinchazσn, la frialdad, la in
conexiσn de ideas, la mala aplicaciσn
de las figuras, la afectaciσn y otros mu
chos.
E l lenguaje de Solís es excelente, el
estilo de Cervantes inimitable. Por no
distinguir como conviene estas dos es
pecies, se han equivocado los que ha
blando de la acepciσn de las voces, han
dicho que un escritor de una materia no
podía servir de norma á los escritores
de otras: el lenguaje propiamente dicho,
esto es, la acepciσn de las voces y su
enlace gramatical debe ser el mismo en
todos los estilos.
(Jonama.)
L E N G U A J E , IDIOMA, HABLA, L E N G U A . —
Lenguaje es un conjunto de signos de
nuestras ideas: idioma es un sistema de
estos mismos signos, de modo que una
parte del idioma σ un cierto nϊmero de
LEN
( 100
signos bastan para formar lenguaje; pero
para ser idioma se necesita no solo que
estén todos los signos, sino que por su
analogía formen un cuerpo σ sistema
mas σ menos regular.
El lenguaje es propiamente el instru
mento con que comunicamos nuestras
ideas: el idioma es el arte que nos guia.
Las buenas cualidades del lenguaje son
la pureza, la propiedad y la elegancia;
la del idioma son la exactitud, la preci
sion, la riqueza, y también la elegancia.
La exactitud y la precision pueden tam
bién en algϊn modo pertenecer al len
guaje; pero la riqueza pertenece exclu
sivamente al idioma, así como la pureza
y propiedad no pueden pertenecer sino
al lenguaje.
Esto se entenderá mejor definiendo
cada una de estas voces. La exactitud
consiste no solo en que cada idea tenga
su signo distinto, sino en que estos guar
den entre si la misma conexiσn que las
ideas. La precision consiste en que
no haya mas ni menos signos que los
necesarios, y que estos sean los mas
sencillos. La riqueza consiste en la
abundancia de signos, y por consiguien
te de ideas: esta se ve que no puede
pertenecer al lenguaje que no es sino la
práctica del idioma; pues la ejecuciσn
de una cosa no es buena ni mala por
ser larga ni corta, sino por estar hecha
segϊn reglas.
La pureza del lenguaje consiste en
que todos los signos y el orden de ellos
pertenezcan al idioma en que se ha
bla (*). La propiedad es la buena aplica
ciσn de ellos á las ideas que se quieren
expresar. La elegancia comϊn al idio
may al lenguaje consiste en que las ideas
estén expresadas, σ puedan expresarse
de un modo agradable á los sentidos,
por ejemplo: á la vista si las expresa
(*} Aquí se toma el verbo hablar en el sentido mas ex
tenso de expresar cualquiera cosa por medio de signos; por
consiguiente no solo entiendo por hablar el comunicarse
con gestos, sino también el escribir, el contar, &c.
)
LEN
mos con gestos σ notas; al oído si las
expresamos con sonidos. Hay varias
especies de idioma, y por consiguiente
de lenguaje, tales son el de acciσn σ el
de los gestos arbitrarios, el de los soni
dos musicales, el de la aritmética, el de
los sonidos articulados y otros varios.
Algunas de estas especies tienen un
nombre particular. El idioma y el len
guaje de la mϊsica, por ejemplo, se llamar«
solfa; los de la aritmética se llaman nu
meraciσn.
Asimismo el lenguaje de los sonidos
articulados se llama habla, y el idioma
de los mismos sonidos se llama lengua;
de modo que entre estas dos ϊltimas vo
ces hay la misma diferencia que entre
idioma y lenguaje: esto es, el habla es
un conjunto de voces, que representa
uno σ muchos pensamientos; la lengua
es el sistema mas σ menos regular de
estas mismas voces.
La perfecciσn del habla por consi
guiente consistirá en que sea pura, pro
pia y elegante: la perfecciσn de la len
gua, en que sea no solo elegante, sino
también rica, precisa y exacta.
Habla es la voz propia y específica
del lenguaje de los sonidos articulados,
σ de lo que se llama lenguaje hablado;
así como lengua lo es del idioma de los
mismos sonidos. Sin embargo, es pre
ciso notar que aquella voz no suele
usarse en toda la extension de su signi
ficado; y así no decimos el habla de So
lis, sino el lenguaje de Solís. Esto pro
viene de dos cosas: primera: de todos
los lenguajes el habla es el de mayor
uso; es, digámoslo así, el lenguaje por
excelencia, y por esto le conservamos
su nombre genérico: segunda: la voz
habla es equívoca, pues significa tam
bién la potencia σ facultad de hablar:
por consiguiente sirviéndonos de la idea
general lenguaje, prevenimos la ambi
güedad que resultaría muchas veces de
tomar la idea mas individual habla.
LEY
( 1
De aquí resulta una regla general, y
es, que se debe preferir esta ϊltima voz
como mas propia, siempre que se pue
da sin obscuridad ni doble sentido.
Algunos ejemplos ilustrarán todo lo
dicho hasta aquí. Se aprenden los idio
mas y las lenguas: se observan y anali
zan los lenguajes, y por consiguiente el
habla: unos y otros se entienden. Se
dice el idioma de la razσn, y no pode
mos decir el lenguaje ni la lengua de la
razσn. Al contrario, se dice el lengua
je, no el idioma, de los libertinos σ de
los hipσcritas. Aunque se puede decir
idioma francés, castellano & c , se dice
mas comunmente lengua francesa, len
gua castellana.
De aquí podemos deducir otra regla,
y es, que en estas expresiones no debe
mos usar la voz general idioma sino pa
ra evitar el equívoco que resultaría al
gunas veces de la voz lengua que signi
fica también el instrumento material de
la articulaciσn: en todos los casos en
que esté salvada la equivocaciσn, debe
mos preferir esta ϊltima voz como mas
propia.
En la suposiciσn de que la lengua cas
tellana sea mas perfecta que la france
sa, y que las tragedias de Racine estén
mejor escritas que la Raquel, diremos
que el autor de esta ϊltima escribiσ en
mejor lengua; pero que el lenguaje del
otro es superior.
En honor de la verdad permítaseme
una observaciσn algo arriesgada: me pa
rece que Condillac debiσ decir idioma σ
lenguaje, y no lengua de los cálculos; á
lo menos en castellano creo que es im
propio el título de aquella obra. No
podemos decir la lengua ni el habla de
la mϊsica, del álgebra &c; pues estas
voces pertenecen exclusivamente á los
sonidos articulados.
(Jonama.)
LEYES NATURALES, LEYES DE LA NATU
RALEZA.—Esta expresiσn leyes natura-
)
LIB
les está tan generalmente conocida por
las relaciones morales que hay entre los
seres libres é inteligentes, que no se pue
de apropiar sin ambigüedad á las relaciones físicas que tienen los cuerpos entre
sí; en tal caso debe decirse leyes de la
naturaleza.
No solo la claridad pide esta distin
ciσn, sino que la creo fundada. Efec
tivamente, las leyes de la naturaleza de
ben ser aquellas con que se gobierna
ella misma, y no las que ϊnicamente ha
dictado á unos seres que pueden des
obedecerlas. Estas son mas bien leyes
de los hombres, leyes de los animales,
&c, y ϊnicamente se llaman naturales
para indicar que no son obra de ellos.
Por esta razσn el epíteto de estas no
distingue suficientemente las demás.
(Jonama.)
liberalidad consiste en el desinterés con
que da el que puede dar; la generosidad
en la nobleza con que da el que puede,
y con que daría el que no puede.
Deja de ser liberal el que no tiene
con que serlo, pero el generoso lo es
siempre, aunque tenga que dar poco,
porque la generosidad no consiste en el
hecho, sino en la noble disposiciσn de
la voluntad.
Un pobre puede ser generoso, dando
lo poco que tiene, pero no liberal, por
que le faltan los medios para serlo.
Está muy lejos de ser generoso el que
es liberal por ostentaciσn.
LIBERALIDAD, GENEROSIDAD.—La
(L. de la Huerta.)
libertino se en
trega con libertad á los placeres de los
sentidos: peca propiamente contra las
buenas costumbres, y la pasiσn que le
domina le hace despreciar las leyes de
la decencia sin temor de la publicidad.
El vicioso puede no tener mas que un
solo vicio, y ocultarlo toda su vida, σ
LIBERTINO, VICIOSO.—El
LIG
( 102 )
LIS
por mucho tiempo. Por consiguiente
una particularidad, y la frase adverbial
es menos malo que el libertino.
una singularidad. El primero atribuye
(β . de la Cortina.)
la ligereza; la otra un carácter, un aire,
una forma de ligereza notable y distin
LIBRERÍA, BIBLIOTECA.—Parece que am
tiva. Soldados armados ligeramente tie
bas voces convienen en representar una
nen armas y vestidos que no los car
porciσn de libros reunidos en un mismo
gan. Soldados armados ά la ligera tie
lugar; pero con diferentes relaciones.
nen una armadura particular que los
Librerνa expresa esta idea con rela
distingue.
(A, Cicnfuegos.)
ciσn á un fin cualquiera: biblioteca la
expresa con relaciσn á la instrucciσn:
tGEREZA, VELOCIDAD.—Ligereza en su
aquella solo considera los tomos: ésta
sentido recto no tiene relaciσn alguna
mira particularmente á los tratados.
con el movimiento; sin embargo se apli
Muchos ejemplares de una misma
ca
figuradamente á la presteza de un
obra σ muchos tomos en blanco, pue
cuerpo ligero.
den formar por sí solos una librerνa, pe
En este caso es rigurosamente sinσ
ro no una biblioteca, que pide variedad
de velocidad.
nima
de materias y cierto orden.
(Jonama.)
Una buena librerνa es la que vale
IMAR, PULIR.—Limar es quitar con la
mucho dinero: una buena biblioteca la
lima las partes superficiales de un cuer
que contiene obras escogidas, manus
po duro. Pulir es poner por la frota
critos y otras preciosidades: por esto
ciσn liso un cuerpo, hacerle lustroso y
una tienda de libros no se puede llamar
agradable á la vista. Limar es quitar
una biblioteca.
{Jonama.)
las asperezas, las escabrosidades. Pu
lir aρade á este efecto el de dar finura,
LÍCITO, PERMITIDO.—Diremos que es li
lustre, el primor que exige la perfecciσn.
cito todo aquello que ninguna ley ha
Sin el pulido se ven en la obra los gol
declarado ser malo; permitido, lo que
pes de la lima; pero con él desaparece el
ninguna ley expresa ha autorizado. Así
trabajo de limar.
pues, el comer carne es lνcito en sí;
(A. Cienfuegos.)
mas habiéndolo prohibido la Iglesia en
ciertos dias del aρo, no es permitido sino LISONJERO, ADULADOR.—Unoy otro pro
á aquellos que están dispensados por
curan agradar á costa de la verdad; pe
justos motivos.
ro se lisonjea á las personas por parte
Lo lνcito es indiferente en sí mismo,
del corazσn: se les adula por parte del
mientras que la ley nada pronuncia en
entendimiento σ del talento.
contra. Lo permitido supone que era
El lisonjero nada desaprueba, justifi
malo σ prohibido por alguna ley, y dejσ
ca lo que es vituperable, y aun intenta
de serlo en virtud de otra.
erigir el vicio en virtud. El adulador
(March.)
lo alaba todo; hace la apología de lo
malo, y aun se atreve á dar aplausos á
LIGERAMENTE, Á LA LIGERA.—Ligera
lo ridículo.
mente enuncia una simple modificaciσn
La lisonja es muy propia para alimen
del modo con que las cosas son σ deben
tar las pasiones; la adulaciσn satisface
ser. A la ligera designa una costumbre
la vanidad; la una es el talento del cor
diferente de la que tienen las cosas en
tesano vulgar; la otra constituye el ca
el estado natural. El adverbio denota
rácter del pedantuelo asalariado.
LOG
( 103 )
LUG
No es ser lisonjero el manejar la ver
deseo. La consecuciσn es el efecto tie
dad con cierta prudencia, σ de un modo
la industria y la paciencia; el logro es
que no desagrade á aquellos á quienes
el término del deseo.
(L. de la Huerta.)
chocaría si se la presentasen desnuda.
Jamas adulador alguno supo el arte de LUEGO, DESPUÉS.—Uno y otro adverbio
alabar; ϊnicamente conoce el de vender
explican la posterioridad de tiempo;
alabanzas.
pero luego seρala un tiempo mas corto,
(March.)
un término mas inmediato, conservando
la propiedad de su sentido recto, que
LOGRAR, CONSEGUIR, ALCANZAR.— Lo
corresponde á prontamente y sin dila
grar es propiamente el término de nues
ciσn.
tro deseo, sin relaciσn á los medios em
Pasearemos ahora, cenaremos luego,
pleados para ello. Conseguir es el tér
y nos iremos despites.
mino de nuestra solicitud, el fin á que
Leeremos la gaceta luego que trai
se dirigen los medios, con relaciσn á ello.
gan luces, esto es, inmediatamente que
Alcanzar es el termino de nuestro rue
las traigan; solo esperamos que traigan
go. Lograr y conseguir pueden supo
luces
para ponernos á leerla.
ner justicia; alcanzar supone siempre
Leeremos la gaceta despues que trai
gracia.
gan luces, esto es, cuando tengamos lu
Logra una gran fortuna el que puede
ces, sin denotar positivamente que ha
vivir sin pleitos ni pretensiones. Con
de ser inmediatamente, luego que las
sigue un buen empleo el que lo solicita
traigan.
con mérito y protecciσn. Alcanza el
Por eso, cuando la posterioridad recae
perdσn el que interpone los ruegos hu
sobre
una acciσn que decididamente su
mildes, y pide misericordia.
pone dilaciσn σ retardo, solo se puede
En la diferencia de este ϊltimo verbo
usar el adverbio despues, y no luego. Al
respecto de ios dos primeros, no cabe
fin lo errσ, despuιs de haberlo pensado
duda, porque es claro que, solo se pue
tanto tiempo. Despues que todo el mun
de decir que se alcanza lo que se debe
do lo ha visto, ya no tiene gracia el pu
á la libre voluntad de otro, y así nadie
blicarlo.
dirá que ha alcanzado ganar un pleito,
(£. de la Huerta.)
que ha alcanzado limpiar de mala yer
ba sus heredades. Para distinguirlas LUGAR, SITIO, PARAJE.—Por lugar se en
tiende la parte del espacio que está ocu
ideas que representan los dos primeros,
pado por un cuerpo cualquiera.
basta buscar un ejemplo, en que la ac
Lo mismo podemos decir de la pala
ciσn que se quiere explicar por medio
bra sitio, por cuya razσn es muchas ve
del verbo, no tenga relaciσn directa á
la solicitud, sino puramente al deseo; y
ces sinσnimo perfecto de lugar, pues
se hallará la mayor propiedad y exac
ambas palabras indican un punto deter
titud que en tal caso tiene el verbo lo
minado; pero el buen uso ha estableci
grar. Logra la satisfacciσn de ver que
do entçe ellas una diferencia muy no
sus hijos le respetan. Logra el gusto
table, y es, que cuando nos servimos de
de saber que es amado de todos.
la palabra lugar, prescindimos de la
quietμ d σ del movimiento, al paso que
Las dos ideas diferentes que respec
la palabra sitio lleva consigo la idea de
tivamente explican los dos verbos, se
la quietud, del reposo y de la estabili
descubren con bastante claridad en esta
dad: por esto se da el nombre de sitio
oraciσn: A fuerza de industria y de pa
á la casa de campo σ de recreaciσn de
ciencia, al fin conseguν ver logrado mi
LUG
<1
un rey σ de un magnate, y así decimos
—el sitio de Aranjuez—el sitio de la
Granja: igualmente se emplea esta pa
labra para denotar un espacio determi
nado de terreno, propio para alguna
cosa, v. g.,—este sitio es á propσsito
para sembrar trigo. Al cerco que se le
pone á una plaza σ fortaleza, se le
llama sitio, cuya palabra da la idea de la
permanencia fija de los sitiadores en el
terreno que ocupan. En ninguno de
estos casos son sinσnimas las palabras
sitio y lugar.
El paraje es mas indeterminado, com
prende una idea mas extensa, y por lo
mismo pocas veces es sinσnimo de lu
gar y de sitio. Comunmente se usa para
denotar un. espacio indeterminado de la
tierra σ del mar, y excluye toda idea
de particularidades σ pormenores, co
mo demuestra claramente este ejemplo.
"Perdido ya el camino, discurrí por
aquellos parajes, sin esperanza de po
der hallar un sitio (σ un lugar) en don
de conceder á mi cuerpo algϊn repo
so."
La palabra lugar es la que determi
na mas la idea y la representa, por de
cirlo así, en un ámbito mas pequeρo,
v. g., á un libro que está sobre una mesa
se le puede mudar de lugar en la mis
ma mesa, y en este caso no diremos que
se le muda de sitio ni de paraje. Una
persona puede mudar de lugar σ de sitio
en una sala, y no de paraje. Se dice
"ocupar un lugar y hacer lugar, y no
un paraje ni un sitio." "Los santos lu
gares de Jerusalen," y no los santos si
tios ni parajes. En este ϊltimo ejem
plo vemos cuan bien determina la idea,
la palabra lugares, pues la fija exclusi
vamente en los reducidos puntos que
ocupan en el Asia el Santo Sepulcro,
el pesebre de Belén, &c. Lo mismo se
advierte en el uso que se hace de esta
palabra para denotar una poblaciσn muy
pequeρa.
)
LLE
Aun en sentido metafσrico la pala
bra lugar es la ϊnica que se usa, por
que como hemos dicho, es la que mas
limita σ circunscribe la idea que quie
re expresarse, y por esta razσn decimos
—"en primer lugar" "poner una cosa
en lugar de otra"—'"dar lugar"—como
mejor haya lugar"—"lo dice Cicerσn
en el lugar citado, &c.
(G. de la Cortina.)
LUJURIA,
LUBRICIDAD, LASCIVIA.— La
lujuria es un hábito σ inclinaciσn crimi
nal, que conduce á los sexos uno acia
otro con arrebato y sin consideraciσn.
La lubricidad es una influencia sensi
ble de esta inclinaciσn sobre los movi
mientos indeliberados, sobre la compos
tura σ continente de uno, sobre el ges
to, &c.
La lascivia es la manifestaciσn exte
rior de esta inclinaciσn, por actos estu
diados y premeditados.
Los célibes lujuriosos, son el azote
mas peligroso para la sociedad, pues á
veces alteran su físico y moral. Huya
se, como del escollo mas terrible de la
castidad, de la compaρía de las perso
nas que tienen el rostro y los ojos lϊ
bricos y que gustan decir cosas lascivas.
(March.)
LL
verbos son
sinσnimos cuando uno y otro significan
bastar, σ ser suficiente una cosa para un
fin determinado; pero llegar^ representa
el hecho positivamente: alcanzar, re
presenta la posibilidad del hecho. La
acciσn del primero es un efecto de la
»suficiencia; la acciσn del segundo es
la «»suficiencia misma.
La alfombra llega de una parte á otra
de la sala. Este es un hecho positivo,
un efecto de la suficiencia de la alfom
bra; pero si decimos que alcanza, solo
explicamos la idea de la posibilidad de
LLEGAR, ALCANZAR.—Estos
MAL
( 105
que llegue; esto es: llega porque es bas
tante larga; alcanza·, esto es: es bas
tante larga para llegar.
De aquí' es que, cuando no tenemos
que explicar puramente una posibilidad
sino expresamente el hecho mismo de
llegar, bajo la idea de positivo, y no
de posible, no empleamos el verbo al
canzar. El camino nuevo llega hasta
Burgos. La capa le llega á los pies.
(L. de la Huerta.)
M
— Ambas
voces representan al hombre que ha eje
cutado una mala acciσn; pero la prime
ra considera la acciσn como mala en sí
misma; la segϊndala considera como in
fracciσn de la ley σ precepto que la pro
hibe.
La voz malhechor se usa comunmen
te con referencia á aquellas acciones
malas, que se oponen ai buen orden de
la sociedad, al derecho de los ciudada
nos, á la tranquilidad y buen gobierno
del estado: y como no hay legislaciσn
que no las prohiba, todo malhechor de
linque, quebranta la ley, y no es extraρo
que se tome indistintamente una voz por
otra, porque las dos ideas que represen
tan, aunque diferentes, es difícil que se
encuentren separadas.
Si no hubiera leyes, el malhechor no
seria delincuente. En tiempo de los an
tiguos tiranos el delincuente pudo no ser
malhechor.
MALHECHOR,
DELINCUENTE.
(L. de la Huerta.)
MALIGNO, MALO, MALVADO, MALICIOSO.
—Todos cuatro indican disposiciσn á
hacer dan o.
El maligno lo es á sangre fría; astuto
cuando hace daρo: para estar á salvo de
sus malas maρas, conviene desconfiar
de él.
El malo lo es por carácter y se des
cubre á sí mismo; cuando daρa satisfa
)
MAL
ce su pasiσn; para no temerle tanto, se
procura no ofenderle.
El malvado lo es por temperamento
y es muy peligroso; cuando hace daρo
sigue en ello su inclinaciσn; para librar
se de él, lo mejor es huirle.
El malicioso lo es por capricho, y si
hace daρo es de rabia; para contenerle,
lo mejor es ceder.
El amor es un dios maligno que se
burla de sus adoradores. El cobarde
hace del malo cuando no tiene enemigos
que combatir. Los hombres son á ve
ces mas malvados que las mujeres; pero
éstas siempre son mas maliciosas que los
hombres.
En el malicioso hay facilidad y astu
cia, poca audacia y ninguna actividad.
El maligno solo quiere ocasionar pe
nas leves y no grandes males; á veces
quiere darse ϊnicamente cierta supe
rioridad sobre los demás á quienes inco
moda; se contenta mas bien con poder
hacer el mal que con el gusto de ha
cerlo.
En el maligno hay mas consecuencia,
mas profundidad, mas disimulo y mas
actividad que en el malicioso.
El maligno no es tan duro ni atroz
como el malvado: hará derramar lágri
mas; pero tal vez se enternecerá si las
ve correr.
El substantivo malignidad tiene mu
cha mayor fuerza que el adjetivo ma
ligno.
Muchas veces se permite á los niρos
ser malignos; pero nunca la malignidad,
sea la que se quiera, por ser esta el es
tado de una alma que perdiendo ya el
instinto de la benevolencia, deséala des
dicha de sus semejantes, y aun se goza
en ella.
Se les disimula á los niρos el ser ma
liciosos, y á veces se entiende esta con
descendencia hasta estimularlos á cier
ta malicia; porque no teniendo esta nada
de criminal, supone cierto germen de
14
MAR
( 106
talento, de que en adelante puede sa
carse buen partido; sin embargo, esta
indulgencia puede ser peligrosa, la as
tucia que supone la malicia va insensi
blemente disponiendo á la malignidad,
y de ser maligno á ser malvado dista á
veces muy poco.
{March.)
sig
nifica obrar con alguno de tal σ tal ma
nera; de ahí viene que maltratar y tra
tar mal designan un modo de obrar, que
no conviene al que es objeto del trato;
peto la diferencia de la construcciσn es
también grande en el sentido.
Maltratar significa hacer ultraje á al
guno, σ con palabras σ á golpes. Tra
tar mal es no darle bien de comer auno,
σ no tratarle á su gusto.
Un hombre arrebatado y grosero mal
trata á los que tienen que ver con él:
un avaro y mezquino trata mal a los que
convida por fuerza.
MALTRATAR, TRATAR MAL.—Tratar
)
Μ Α Τ
cion recíproca que le une mas noble y
estrechamente á su mujer, separando
en cierto modo la idea de la superiori
dad doméstica que le da el estado y ca
lidad de marido. Por eso se usa en el
sentido culto, \ cuando se habla de per
sonas de alta clase, como para represen
tar una union, por decirlo así, menos vul
gar.
El hombre honrado oye siempre con
singular ternura el dulce nombre de es
poso. Venia el rey acompaρado de la
reina su muy amada esposa.
De aquí es, que en el lenguaje co
mϊn, es por lo general afectado el uso de
esta voz: Que pongan el coche para mi
esposo; mi esposo se ha ido á pasear. A
no ser que su relaciσn sea tan directa
al cariρo, que solo se emplee para re
cordarlo, como cuando se empieza σ
concluye una carta, diciendo: Esposo
querido; tu esposo que te ama de co
razσn.
(£. de te Huerta.)
[.March.)
en su sentido
recto y riguroso, no es sinσnimo de ma
rido, sino de novio; pero se ha anticua
do de tal modo este uso de la voz, que
en el dia pasaría por un galicismo. Ge
neralmente se da el nombre de esposo
a} hombre casado, y así se dice: la rei
na Doρa Isabel y D. Fernando el catσ
lico su esposo.
La diferente fuerza y energía que yo
hallo entre estas dos voces en el senti
do comϊn á que ahora se aplican, es que
la voz marido explica, sola y sencilla
mente, la calidad de un hombre casado,
sin otra relaciσn que al estado del ma
trimonio. Aquella seρorita quisiera ca
sarse, pero no encuentra marido. Los
dos que allí vienen son marido y mujer.
Pero la voz esposo ennoblece, si pode
mos explicarlo así, la idea, represen
tando al hombre casado con relaciσn,
no solo al estado, sino á aquella aten
MARIDO, ESPOSO.—Esposo
— Marido designa la
cualidad física; es el término físico. Es
poso denota la obligaciσn social; es el
término sacramental σ moral. Marido
corresponde á mujer, como macho á
hembra. Esposo corresponde á esposa,
como un consorcio á otro. Los latinos
llamaban al macho marido; pero esposo
no puede convenir sino á las personas.
Se toma, se escoge un marido que las
formalidades y ceremonias de las bodas,
tanto las civiles como las eclesiásticas,
hacen que sea esposo.
MARIDO,
ESPOSO.
(A. Cienfuegos.)
materia es el gé
nero de las cosas de que se trata.
El asunto es el objeto particular que
se trata.
Las verdades del Evangelio son la
materia de los sermones, y el asunto de
un sermon será una de estas verdades.
MATERIA, ASUNTO.—La
MAX
( 107
P o r consiguiente, la materia abraza σ
puede abrazar varios asuntos.
La materia del Quijote es la caballe
ría; la estancia de D. Quijote en el pa
lacio de los duques, el gobierno de San
cho y las demás aventuras de uno y
otro, son otros tantos asuntos.
)
MER
todas son el resultado de la observaciσn
y de la experiencia; todas son ciertas,
todas son ϊtiles. Las máximas de la R o
chefoucauld, son buenas en general, mu
chas impracticables, algunas falsas. Las
máximas de Maquiavelo son inmorales.
(G. de la Cortina.)
(G.dela Cortina.)
M E N T I R A , E M B O S T E . — L a voz mentira e x
M A T E R I A , O B J E T O . — L a materia es lo que
se emplea en el trabajo; el objeto es
aquello sobre lo cual se trabaja.
La materia del discurso consiste en
las palabras, en las frases y en los pen
samientos. El objeto es lo que se expli
ca por estas palabras, por estas frases
y por estos pensamientos.
Los raciocinios, los pasajes de la E s
critura, y los pensamientos de los Pa
dres de la Iglesia, el carácter de las pa
siones y las máximas de moral, son la
materia de los sermones; los misterios
de la fe y los preceptos del Evangelio
deben ser el objeto.
(March.)
MATERNAL, MATERNO.—(V.
Paternal.)
M Á X I M A , S E N T E N C I A . — M á x i m a es
una
proposiciσn que contiene una regla de
conducta.
Sentencia es un pensamiento moral,
deducido las mas veces de la experien
cia, y de una aplicaciσn muy extensa.
Una y otra tienen el mismo objeto,
pero la sentencia tiene, por decirlo asi,
unfundamento mas sσlido y seguro, cual
es la observaciσn constante de la natu
raleza humana: los resultados que esta
ofrece son ciertos é innegables, al paso
que la máxima puede fundarse muchas
veces en el modo de pensar de un hom
bre, en su carácter, en sus circunstan
cias particulares, y ser por lo mismo
imposible en la práctica, σ tal vez per
niciosa. Las sentencias de Solís se fun
dan en los mismos hechos que refiere:
plica solamente la idea de una cosa fal
sa, puramente como tal; pero la voz embuste supone por sí sola, ademas de
aquella falsedad, la malicia con que se
dice. Y así la mentira no pierde el ca
rácter de tal, aunque se extienda de
unos á otros, á grandes distancias y
tiempos remotos, y se diga y se publi
que por personas que de buena fe la
crean como cierta; pero el embuste no
lo es propiamente sino en boca del que
la cree falsa, porque nadie dice un embuste de buena fe.
Anda muy valida una grande mentira
por toda la ciudad. Las historias y las
gacetas están llenas de mentiras. Un mu
chacho travieso sale con un embuste del
apuro en que se halla.
Por eso á un tramposo, á un hombre
de mala fe, se le da con mas propiedad
el nombre de embustero, que el de mentiroso, porque aquel adjetivo explica con
mas energía, no solo la falsedad de lo
que dice, sino también ia intenciσn ma
liciosa con que miente.
Los yerros de pluma se llaman mentiras y no embustes, y este uso de la voz
es conforme á este mismo principio,
porque solo se quiere explicar una fal
ta de verdad y exactitud, no una inven
ciσn maliciosa de una cosa falsa.
(L. dt la Huerta.)
M E R E C I M I E N T O . — E l primero
se aplica á las personas y á las cosas:
el segundo, á las personas solamente, y
ambos pueden tomarse en buena σ ma
la parte. Por eso decimos, " u n hom
MÉRITO,
MIE
( 108 )
MIÉ
bre de mιrito," una obra de mιrito, y M I E D O , TEMOR.—El miedo proviene del
amor excesivo á nuestra propia conser
no de merecimiento. Este viene á ser
vaciσn, y porque conociendo la supe
el efecto, y mιrito Ja causa; porque el
rioridad de la causa que debe decidir
merecimiento indica, mas bien, el estado
del acontecimiento, estamos convenci
moral en que pone al hombre su propio
dos de que ella decidirá en mal. El te
mιrito.
(G. de la Cortina.)
mor nace de conocer simplemente la
causa que debe decidir del suceso, no
MIEDO, COBARDÍA.—Miedo solo explica
sabiendo si decidirá en mal σ en bien.
en general la situaciσn del ánimo sobre
Por lo mismo diremos tener miedo de
cogido, con la idea del peligro. Cobar
la muerte, de una fiera, de la peste, del
dνa es el efecto del miedo, con relaciσn
fuego σ de otra cosa semejante. Tener
á la repugnancia que este nos inspira,
temor de un hombre malo, de perder el
de buscar un riesgo, σ exponernos á un
pleito, de disgustar al amo, de pasar á
peligro, á que nos llama el honor, el
nado un rio, &c. Y como buen cristia
bien parecer, σ la obligaciσn.
no tener temor de Dios, porque esto es
Una mujer tiene miedo de que entren
conocer
su infinita superioridad, y con
ladrones en su casa. El hombre que,
fesar la debilidad nuestra; pero tener
pudiendo, no se defiende, es cobarde.
miedo de él, en algϊn modo es blasfemar,
Al que no tiene obligaciσn de tener
porque
es como no conocer el mas glo
valor, no se puede dar con propiedad el
rioso de sus atributos, que es el de su
nombre de cobarde, sino el de medroso;
bondad y su clemencia.
y asi el miedo de un niρo no merece el
(March.)
nombre de cobardνa, como el de un
soldado que huye á la vista del enemigo.
(L. de la Huerta.)
M I E D O , TEMOR.—El miedo es la apren
siσn viva del peligro que sobrecoge y
ocupa el ánimo. El temor es el con
vencimiento del ánimo, el efecto de la
reflexion, que le hace prever, ,y le in
clina á huir el peligro.
Un niρo tiene miedo de quedar solo,
σ á obscuras. Un hombre que va solo,
y sin armas, tiene temor de encontrar
ladrones en un camino.
De aquí es, que el miedo siempre es
despreciable, pero no lo es siempre el
temor; y así se dice: el temor de Dios, y
no el miedo. Es noble el temor de la
deshonra, que hace perder al soldado el
vergonzoso miedo del enemigo.
El que se arrojσ con ciega resoluciσn
al asalto de una brecha, tiembla tal vez
después en su cama á la vista de su cer
cana muerte. Allá pudo despreciar el
miedo. Aquí no puede vencer el temor.
(L. de la Huerta.)
MIENTRAS, ENTRETANTO.—Decimos in
distintamente: mientras llega, σ entretan
to que llega la hora de comer, podremos
pasear en el jardin; pero aunque expli
camos la misma idea, es con diferentes
relaciones.
Mientras, se refiere á la duraciσn del
tiempo presente, σ que corre, antes que
llegue el que se espera. Entretanto,
se refiere al punto, ocasiσn σ tiempo
que se espera, y que sirve de límite á
la duraciσn del tiempo presente. Esta
diferencia es la misma que hay entre
durante el tiempo que, que equivale á
mientras; y hasta que, que equivale á
entretanto.
En las comunidades religiosas se lee
mientras se come, esto es, durante el
tiempo de la comida. Juguemos á la pe
lota entretanto que se come, esto es,
hasta que se coma.
En este ejemplo se advierte clara
mente, que la distinciσn que hago de
MIS
( 109 )
MOM
las ideas que nos representan estas dos
es con diferentes relaciones: en la mise
voces, no es tan superflua como parece
ricordia pedimos un efecto de la compa
á primera vista, porque si fuera lo mis
siσn; en la clemencia un efecto de la ge
mo decir, leer mientras se come, σ en
nerosidad. Por eso, á las obras de mi
tretanto que se come, no seria tan fácil
sericordia no se las puede llamar con
distinguir si la lectura debe ser antes,
igual propiedad, obras de clemencia.
σ al mismo tiempo de la comida.
(L, de la Huerta.)
Mientras le durσ el dinero, tuvo mu
chos amigos. Le esperaron los acree MODA, USO.—Moda es un uso nuevo, que
no ha llegado á ser general: en llegan
dores entretanto que llegaba la letra.
(L. de la Muerta.)
do á ser adoptado por todos, σ por la
mayor parte, y por algϊn tiempo, ya es
MISERICORDIA, CLEMENCIA.—Una pro
uso.
posiciσn de Séneca me ha suministrado
Todo uso ha sido moda en sus prin
la idea de este artículo. Aquel célebre
cipios. Fué moda el afeitarse, ya es uso.
filσsofo miraba como virtud á la clemen
El principal objeto del que sigue
cia, y como defecto á la misericordia;
siempre la moda, es el llamar la aten
porque, segϊn los principios de los Es
ciσn, distinguirse en el gusto, en la va
toicos, tenia por pura debilidad de áni
riedad. El objeto del que sigue siempre
mo, la sensibilidad del corazσn. Cle
el uso, es el no singularizarse entre los
mentiam, dice, mansuetudinemque omnes demás.
boni praestabunt; misericordiam autem
Las mujeres varían tanto y tan á me
vitabunt: est enim vitium pusilli animi,
nudo sus adornos, que casi siempre con
ad speciem alienorum malorum succiden servan el nombre de modas; rara vez se
tis (*).
les llega á dar el nombre de uso3.
Dejando aparte el error de este prin
(L. de la Huerta.)
cipio, y considerando la proposiciσn pu
ramente con relaciσn á la significaciσn MOMENTO, INSTANTE.—Un momento no
determinada de cada una de las dos vo
es largo; un instante es todavía mas cor
ces, parece que en nuestro idioma pue
to; momento tiene una significaciσn mas
de hacerse la misma distinciσn de las
extensa; algunas veces se toma por el
ideas que representan.
tiempo en general, y es de uso en el
La misericordia considera al hombre
sentido figurado. Instante tiene signifi
con relaciσn á su infelicidad y miseria;
caciσn mas limitada: denσtala mas pe
la clemencia con relaciσn á su fragilidad
queρa duraciσn del tiempo, y jamas se
σ malicia. La primera es el efecto de la
usa sino en sentido literal.
compasiσn que inclina á ejecutar aque
Todo depende de saber aprovechar
llas obras que pueden aliviar los males,
el momento favorable; á veces un instan
σ consolar las aflicciones; la segunda es
te mas tarde σ mas temprano es lo que
el efecto de la bondad, σ generosidad
hace la diferencia entre el buen σel mal
del ánimo, que mitiga el rigor merecido
éxito.
σ perdona los agravios personales que
Por prudente y dichoso que uno sea,
puede legalmente castigar.
tiene siempre algϊn momento desagra
Se implora la misericordia, σ la cle
dable que no puede prever. A veces
mencia de aquel, de cuya voluntad de
falta un instante para mudar enteramen
pende el castigo, σ la venganza; pero
te la faz de lo que uno cree hallarse en
la mejor sazσn.
(*) Séneca de clement, lib, 2, cap. 5.
MOV
( i ) )
MUCH
na sobre una cosa cualquiera, pues en
Todos los momentos son apreciables
uno y otro caso se considera como di
para quien conoce el precio del tiempo.
rigiéndose acia un objeto.
Cada instante de la vida es un paso acia
Los malos cσmicos creyendo hacer
la muerte.
(March.)
acciones no hacen mas que movimientos.
El pleitista con una sentencia definiti
M O V E R , MENEAR.—Todo lo que se me
va pierde la acciσn pero no el movimien
nea se mueve, pero no se dice con igual
to, antes se mueve mas que nunca pa
propiedad que todo lo que se mueve se
ra buscar un efugio, y continuar sus
menea; porque el verbo mover supone in
embrollos.
determinadamente cualquier especie de
(Jonama.)
movimiento, y el verbo menear supone
un movimiento determinado, esto es, el MUCHAS VECES, FRECUENTEMENTE.—El
uno es para la repeticiσn de los mismos
que hace un cuerpo separándose un po
actos. El otro para la pluralidad de los
co del puesto en que se hallaba, y vol
objetos.
viendo inmediatamente acia él, una σ
Se ocultan muchas veces los pensa
repetidas veces.
mientos: frecuentemente se encuentran
Una piedra que cae, se mueve de ar
traidores.
riba abajo; y no se dirá con propiedad
(March.)
que se menea de arriba abajo. La hoja
de un árbol que se mueve de un lado á MUCHEDUMBRE, MULTITUD.—La lengua
otro, se menea. Un pájaro que vuela,
castellana se deriva en su mayor parte,
se mueve en todas direcciones, y menea
no del latin puro que hablaban Horacio,
de cuando en cuando sus alas y su cola.
Virgilio, Cicerσn y los romanos cultos
Movemos 3a cabeza, volviéndola, in
de aquellos tiempos, sino de la baja la
clinándola á un lado para evitar un gol
tinidad, esto es, del latin corrompido ya
pe; la meneamos para decir que no, por
por la introducciσn de voces godas, cél
seρas, moviιndola sucesivamente de un
ticas, arábigas y de otro origen.
lado á otro.
El castellano formσ casi todos sus no
(L. dιla Huerta.)
minativos de los ablativos latinos, y por
esta razσn decimos, hombre de homine,
MOVIMIENTO, ACCIΣN.—Movimiento de
y no de homo; cielo, de coelo y no de
un cuerpo es su mutaciσn de lugar con
coelum; virgen de virgine, y no de virgo;
j7J<vfcilos demás cuerpos que lo rodean. Ac
virtud de virtϊte y no de virtus, &c.
ciσn es el movimiento considerado ade
El castellano convirtiσ en la termina
mas, con relaciσn á los cuerpos acia
ciσn umbre la mayor parte de las termi
quienes se dirige, σ que encuentra en
naciones latinas en ine (*),consistiendo
el camino.
(*) Como lo prueban las voces siguientes:
La acciσn de un cuerpo sobre otro
Aluml.re, de Alumine.
Certidumbre, de Vertitudine.
es el choque de los dos. La acciσn de
Costumbre, fie Consutludine.
los ácidos sobre los metales es el modo
Cumbre, de Culmine.
Duicedumbre, rie Dulcedine.
Herrumbre, de JSrugine.
como aquellos van disolviendo y sepa
Incertidutnbrc, de Incertitudine.
Legumbre, de Legumine.
rando las partículas de estos ϊltimos.
Lumbre, de Lumine.
Mansedun
bre, de Mansuetudine.
Siguiendo la misma analogía se lla
Muchedumbre, de Multitudine.
Pesadumbre, de Poenitudine.
man acciones los movimientos que ha
Podredumbre, de Putredine.
Servidumbre, de Sertitudine.
ce un hombre para comunicar sus pen
Techumbre, de Testudine.
Vislumbre, de Vixhmine.
samientos á otros; y se llama también
La voz azumbre es arábiga. Los árabes pronuncian
axunrι.
acciσn al derecho que tiene una perso
MUT
( 11 I )
NAD
esta variaciσn, entre otras causas, en
Mutuo no se dice mucho sino en ma
que los antiguos castellanos pronuncia
teria de voluntad, de sentimiento, de
ban la terminaciσn latina ine suprimien
sociedad y compaρía; como, amistad
do la i, y decían alumne, certitudne, &c.
mutua, obligaciσn mutua. Recνproco se
extiende á una multitud de cosas leja
También convirtiσ el castellano fre
nas de aquella idea; se dice, términos
cuentemente la combinaciσn U en ch,
recνprocos, verbos recνprocos, influencia
y formσ mucho, de multo; cuchillo, de
reciproca, & c , para expresar particular
cultello; escucho, de ausculto, &c.
mente la correspondencia de acciσn, la
Con arreglo á estas variaciones, y en
correlaciσn, la reciprocidad. En suma,
fuerza de ellas, resultσ el sustantivo mu
favores σ servicios hechos voluntaria
chedumbre, del ablativo latino multitu
mente de una parte y de otra son mu
dine, al mismo tiempo que se conserva
tuos. Servicios y favores exigidos, me
ba la voz multitud, derivada, como su
recidos
y correspondidos de una y otra
cediσ con otras, del nominativo latino
parte, son recνj>rocos.
multitude; pero la naturaleza inmediata
{March.)
mente hizo su oficio, no tolerando vo
ces superfluas, y obligando á los hom
Ν
bres á establecer por el uso una diferen
cia muy notable entre muchedumbre y NACIΣN, PUEBLO.—La palabra colectiva
naciσn comprende á todos aquellos que
multitud, y es, que la segunda de estas
tienen el mismo nacimiento, que son
voces se aplica indistintamente á las
oriundos del mismo pais. Pueblo desig
personas, á los animales, y á las cosas;
na una gran multitud, un gran nϊmero.
y la primera solamente á las personas.
Así
en el sentido literal y primitivo, na
Decimos simplemente, una muchedum
ciσn indica una relaciσn comϊn de na
bre para expresar un gran nϊmero de
cimiento, de origen; y pueblo una rela
personas; pero nunca decimos una mu
ciσn de multitud, de congregaciσn.
chedumbre de carruajes, ni de árboles,
(A. Cien)uegon.)
ni de flores, ni de cosas, sino una mul
titud.
Acaso esta observaciσn por una par N A D I E , NINGUNO.—La misma extension
que tienen en un sentido afirmativo las
te, y por otra la construcciσn material
voces alguien y alguno, tienen en un sen
de la palabra muchedumbre, fueron cau
tido negativo las voces nadie y ninguno,
sa de que cierto escritor de nuestros
esto es: nadie excluye ilimitadamente
dias considerase á ésta equivocadamen
toda persona, sin determinar clase ni
te como compuesta de las voces muckos,
nϊmero; ninguno excluye limitadamen
y hombres.
(G. de la Cortina.)
te todas las personas que componen la
clase σ nϊmero de que se habla.
MUTUO, RECIPROCO.—Mutuo designa un
Nadie es capaz de hacerlo, esto es,
cambio σ trueque correspondiente, la
no hay persona alguna, de cualquier nϊ
acciσn de dar y de recibir; reciproco la
mero σ clase que sea, que pueda hacer
lo. De los soldados que asaltaron la
retribuciσn, la acciσn de corresponder á
brecha, ninguno dejσ de quedar muerto
afecto ccn afecto, &c. El cambio σ true
σ herido, esto es, de los hombres,de que
que es libre y voluntario, y esta acciσn
se componía aquella clase σ nϊmero de
es mutua. La retribuciσn σ correspon
terminado, no hubo uno que oo fuese
dencia, es debida σ exigida, y este acto
muerto σ herido.
es recνproco.
( 1 2 )
NOT
NOM
N
o
OBSTANTE,
AUNQUE,
BIEN Q U E . — N o
Esta es la razσn porque se dice: nin
obstante excluye sencillamente una opo
guno de ellos, y no nadie de ellos.
siciσn, resistencia, σ dificultad absolu
(L. de la Huerta.)
ta. Hace calor no obstante que ha llo
vido.
Sale de casa, no obstante que anda
NIÑADA, NIÑERÍA. — Las acciones del
malo.
niρo son niñadas; los objetos del niρo
Aunque tiene mas extension, porque
son niñerνas.
se emplea también en los casos en que
Una cosa hecha sin malicia y con
se
trata de una oposiciσn, resistencia, σ
poca reflexion es una niñada: una cosa
dificultad puramente condicional σ posi
de poco momento es una niñerνa.
ble, en los cuales no tiene su uso propio
Hay niñadas que traen graves conse
la preposiciσn no obstante. Maρana iré
cuencias, y por lo mismo no son niñe
al campo, aunque llueva. No dejaré de
rνas. Hay, al contrario, niñerνas que por
hacerlo, aunque me maten. No obstan
la malicia con que se hacen no deben
te que llueva, no obstante que me ma
considerarse como niñadas.
ten,
supondría una oposiciσn absoluta;
Una diferencia análoga creo que deba
no condicional ni posible, y no serian
distinguir las voces monada monerνa,
del caso.
tontada tonterνa, frailada frailerνa, per
Bien que se usa para limitar σ modi
rada perrerνa, Sfc, y en general se pue
ficar la primera idea, disminuyendo la
de establecer, que siempre que un sus
fuerza
y energía que se le habia dado.
tantivo mude su ϊltima vocal en ada σ
Si va á palacio por la calle mayor, le
en eria, la primera de estas terminacio
encontrará, bien que puede ser que hoy
nes indicará una acciσn, la segunda un
venga
por la plaza. Aunque σ no obs
objeto. Se exceptϊan algunas, á quie
tante que venga por la plaza, signifi
nes no se puede atribuir una acciσn σ
carían en rigor que, aun mediando la
un objeto: tales son, por ejemplo, agua
circunstancia de haber tomado aquel
y caza, de que se forman aguada y ca
camino, le encontrará en la calle mayor,
cería.
que es todo lo contrario de lo que se
Librería, sombrerería, & c , no son
quiere explicar; pero bien que limita,
excepciones de la regla general; pues
modera, corrige la idea, dando á enten
no están formadas de libro ni de sombre
que no es tanta la probabilidad de
der
ro, sino de librero y sombrerero; pero
encontrarle, como se creyσ σ pudo ha
estas no mudan la ϊltima vocal en eria;
cerse creer al principio.
por consiguiente no hay caso.
(Jonama.)
nombra para dis
tinguir en el discurso. Se llama para
hacer que uno venga.
El Seρor llamσ á todos los animales
y los nombrσ delante de Adán para en
seρarle sus nombres: tal es el sentido del
texto hebreo.
No siempre se deben nombrar las co
sas por sus nombres, ni llamar en auxi
lio á toda clase de gentes.
NOMBRAR, LLAMAR—Se
(March.)
(L. de la Huerta.)
notan las cosas
por la atenciσn, para acordarse de ellas:
se observan por examen, para juzgarlas.
El viajero nota lo que mas le da en
rostro; el espía observa los pasos que
juzga ser de consecuencia.
El general debe notar los que se dis
tinguen entre sus tropas, y observar los
movimientos del enemigo.
Se puede observar para notar; pero
estará bien al contrario.
NOTAR, OBSERVAR.—Se
OBJ
NOT
( 1 13 )
modo que la cosa sea no solo conocida,
Los que observan la conducta de los
sino indubitable, constante y notoria.
demás para notar sus faltas, lo hacen
Se
significa lo que se declara con una
comunmente para tener el placer de
resoluciσn expresa; se notifica lo que
censurarlas, mas bien que para enseρar
se significa segϊn reglas, σ con los re
les la enmienda.
quisitos necesarios para dar á la signifi
Cuando uno habla de sí, se observa y
caciσn el peso necesario.
se hace notar. Y a no se observan las
(A, Cienfuegos.)
mujeres á sí mismas tanto como en otro
tiempo; su indiscreciσn corre parejas
con la de los hombres: mas quieren ha N U E V O , R E C I E N T E . — E s nuevo lo que no
ha servido todavía: lo que acaba de su
cerse notar por debilidad, que ser bien
ceder, es reciente. Se dice un vestido
consideradas por una buena reputaciσn.
que
es nuevo: de un suceso que es recien
(March.)
te. Menos llaman la atenciσn las his
torias antiguas que las nuevas.
N O T A R , TACHAR, T I L D A R . — S e nota lo
ridículo y lo reprensible; se tacha y se
tilda lo culpable y lo perjudicial.
La diferencia que hay entre las sig
nificaciones de estos dos ϊltimos verbos
es, que tachar, recae sobre la tacha σ
borrσn visible, que afea al sugeto, esto
es, sobre los defectos notorios; y tildar,
recae sobre los defectos que se sospe
chan vivamente, y que, como una tilde,
los tiene seρalados nuestra desconfian
za σ temor.
Está notado el hombre extravagante
σ singular en sus costumbres, el mise
rable, el que falta á las atenciones de la
sociedad.
Está tachado un hijo ingrato, una mu
jer libre, un embustero, un tramposo.
Está tildado un hombre sospechado
de venalidad; un tratante de dudosa fe;
un hombre doble de quien es menester
precaverse.
(L, de la Huerta.)
nota y el
signo dan á conocer, pero la nota lo hace
mas distintamente que el signo. Éste
indica, muestra, enseρa; pero la nota
ilustra, explica, caracteriza. El signo
hace que la cosa sea conocida, y la nota
hace que lo sea clara y distintamente.
Así notificar es significar claramente, de
un modo auténtico, en toda forma, de
NOTIFICAR, SIGNIFICAR.—La
(March.)
O
objeto es término ma
terial de la acciσn; el fin es el término
moral de la voluntad. Aquel puede su
poner un motivo solamente; éste supo
ne siempre un deseo.
Si yo enviσ á un criado para que en
s e ρ e ^ conduzca á mi casa á un amigo, á
quien estoy esperando, podré decir que
mi criado va con el objeto de conducirle
á mi casa, que este es el objeto de su co
misiσn; pero no diré, con la misma pro
piedad, que el fin de mi criado es con
ducirle, porque no tiene parte en ello ni
su voluntad ni su deseo. Yo soy el que
deseo, el que quiero que venga, y este
es el fin que me propongo, enviando á
mi criado con aquel objeto. Pero si éste
lo ha hecho por puro celo, y sin que yo
se lo mande, podré decir indiferente
mente, que mi criado ha ido con el fin
de conducirle, σ con el objeto de condu
cirle; porque en tal caso ha tenido su
acciσn material un objeto, su deseo y
voluntad un fin.
OBJETO, FIN.—El
El fin es siempre voluntario y libre,
segϊn este mismo principio; pero no
siempre lo es el objeto: y así no se dice,
que una acciσn se ejecuta con buen σ
mal objeto y sino con buen σ mal fin; por
15
OBL
( 1U )
OBS
que aquel se mira como el término á que
El buen parecer obliga á veces á cier
se dirige materialmente la acciσn; pero
tas gentes á cosas que no son de su gus
este se mira como puro efecto de nuestra
to. Por complacer se suele uno empe
voluntad, de nuestro buen σ mal deseo.
ñar en asuntos delicados, por no saber
(L. de la Huerta.)
elegir la compaρía de los que no quer
rán comprometernos.
(March.)
OBLIGACIΣN, DEBER.—Cumplir un hom
bre con su obligaciσn no es exactamen OBSCENO, DESHONESTO.—Obsceno indica
te lo mismo que cumplir con su deber.
mucho mas que deshonesto; pues agre
Obligaciσn es aquello á que nos pre
ga á la deshonestidad la licencia impϊ
cisan las leyes, las costumbres, y gene
dica: la idea propia de obsceno es la de
ralmente todo convenio tácito σ expre
inmundo y lϊbrico. Un pensamiento des
so: deber es aquello que manda la vir
honesto hace perder la pureza; una pa
tud y la conciencia. La obligaciσn pue
labra obscena el pudor. Obsceno se dice
de ser forzada: el deber es siempre vo
de las palabras, de los cuadros σ pintu
luntario.
ras, de las personas; deshonesto se apli
La obligaciσn de un hombre pϊblico
ca á todo aquello que ofende al pudor
es desempeρar aquella parte del gobier
σ la pureza.
no que se ha puesto á su cargo: su de
Violar, engaρar, cometer un adulte
ber es mirar como propios los intereses
rio, dice Cicerσn, es una cosa deshones
del estado. Las obligaciones de un pa
ta; pero esto se dice y se hace sin obs
dre y de un esposo están cumplidas con
cenidad. Se dirá bien un poeta obsce
mantener á su familia y dar á sus hijos
no, y lo mismo de un pintor, de un au
una educaciσn regular: la fidelidad con
tor σ de otra persona cualquiera.
yugal, el cariρo, el buen ejemplo y un
(March.)
entero sacrificio de su voluntad al ma
yor bien de los hijos constituyen el de OBSCENO, DISOLUTO, LASCIVO, LUJURIO
SO, LUBRICO, IMPΪDICO.—Todo lo que
ber de aquel estado.
es contrario al pudor es obsceno, y este
El hombre de honor cumple con su
adjetivo se aplica indistintamente á las
obligaciσn: el virtuoso nunca falta á su
personas,
á las acciones y á las cosas.
deber.
Disoluto es el hombre que desprecia
El deber no es mas que uno, porque
las leyes de la honestidad; y se aplica
no hay mas que una justicia y una ra
este adjetivo á las personas y á las cos
zσn. La lengua castellana es consecuen
mas bien que á otra cosa; y
tumbres,
te en esta parte: y así como no permi
ciertamente parece que así lo exige su
te decir las probidades ni las avaricias,
mismo valor σ significado, pues viene
tampoco ha dado plural á la voz deber.
de dissolutus, esto es, solutus lege.
(Jonama.)
Lascivo es el hombre propenso con
OBLIGAR, EMPEÑAR.—Obligar indica al
exceso á los placeres carnales, que se
guna cosa mas fuerte que empeñar: este
siente excitado á ellos, no solamente por
ϊltimo tiene algo de gracia σ compla
la presencia del objeto que desea, sino
cencia.
aun por la sola idea del deleite.
Se nos obliga á hacer una cosa, im
El lϊbrico es tal vez menos carnal,
poniéndonos el deber σ la necesidad de
porque el deseo de aumentar y diversi
ejecutarla; se nos empeña á hacerla por
ficar sus placeres, le hace hallarlos en
medio de promesas σ buenos modos.
objetos, en circunstancias σ en acciden
OBS
OBS
( 1 15 )
tes, que no tienen atractivo ni valor OBSERVACIΣN, EXPERIENCIA.—La expe
riencia realmente no es mas que la ob
alguno para el lascivo. El lϊbrico hace
servaciσn misma que la hace; sin embar
que su alma tenga gran parte en sus go
go hacer una observaciσn y hacer una
ces, al paso que el lascivo no procura
experiencia no es exactamente lo mis
mas que satisfacer los estímulos de su
mo. El hombre hace observaciones mu
cuerpo.
chas veces sin intentarlo, sobre ellas
El impϊdico hace alarde de sus ex
funda sus hipσtesis, y para averiguar
cesos, σ á lo menos no trabaja por ocul
la verdad σ falsedad de estas hipσtesis,
tarlos σ disimularlos: se entrega á ellos
pasa á hacer nuevas observaciones: estas
sin que nada le contenga; á diferencia
son las que propiamente se llaman ex
del lascivo y del lϊbrico que pueden ser
periencias.
lo en secreto, sin faltar pϊblicamente á
La experiencia^ segϊn esto, es la ob
las leyes del pudor.
servaciσn comprobante de una hipσtesi
Lujurioso se aplica no solamente al
fundada en observaciones anteriores.
hombre dado á la lujuria, sino también
á todo lo que puede excitarla.
{Jonama.)
(β . de la Cortina,)
OBSTÁCULO, DIFICULTAD.—El obstáculo
llama
hace la cosa impracticable; la dificultad
claro aquello que tiene la luz suficiente
la hace ardua. Mientras duran las dipara que lo veamos. Tomado con esta
ficultades se adelanta poco; mientras du
generalidad se le opone el adjetivo obs
ran los obstáculos, no se adelanta nada:
curo tanto en lo propio como en lo fi
porque lo que llamamos vencer el obsgurado. Se llama obscura una pieza
taculoy es evitarle, σ destruirle; y en tal
donde no se distinguen los objetos: se
caso, el ser la operaciσn practicable con
llaman obscuros los colores que reflejan
siste en que el obstáculo no existe ya;
poca luz, como por ejemplo el azul tur
pero la dificultad se puede vencer sin
quí: se dice que es obscuro el lenguaje
que deje de existir; y así hay cosas que
cuando apenas se entiende.
se hacen con dificultad, pero no con obstáculo.
También se llama claro todo cuerpo,
Hay dificultad en andar por un mal
al través del cual pueden pasar los ra
camino, en medio de precipicios, pero
yos de luz. En esta acepciσn se le opo
se va poco á poco adelante. El haber
nen los adjetivos turbio y espeso; el pri
se llevado una avenida el puente, pue
mero cuando un cuerpo extraρo impide
de ser un obstáculo que no nos permita
el paso de la luz, como cuando el agua
continuar el viaje.
tiene alguna materia en disoluciσn, σ
(£. de la Huerta.)
cuando los cristales no están muy lim
pios; el segundo cuando el defecto está
en el mismo cuerpo, como cuando los OBSTÁCULO, IMPEDIMENTO. — Obstáculo
significa lo que está delante. Impedilíquidos se hielan, σ cuando los tejidos
mento es lo que envara, lo que enreda
están muy apretados.
los pies. El obstáculo está delante, de
Por consiguiente, aunque estas tres
tiene nuestra marcha; y el impedimento
voces se oponen á claro, representan
está, no precisamente delante, sino al
esta oposiciσn de diverso modo, y por
rededor, y nos retarda. Para adelan
lo mismo no son rigurosamente sinσni
tar es preciso superar, allanar el obstámas.
culo; para andar libremente es preciso
(Janama.)
OBSCURO, TURBIO, ESPESO.—Se
OCU
( 1 5)
ODI
quitar el impedimento. El obstáculo tie
Se oculta la verdad callando, se enne algo de grande, de alto, de resistente,
cubre con palabras artificiosas; pero no
podemos decir que se esconde. El hom
y por eso es menester destruirle σ pa
bre de bien oculta sus debilidades; el
sar por encima. El impedimento tiene
impostor hace mas, las encubre.
algo de molesto, de incσmodo, de enre
Si un malhechor se viene á refugiar
doso, y es preciso desembarazarse de él,
á mi casa, yo que le abro la puerta le
romperle.
(A. Cienfucgos.)
oculto: las paredes le encubren: él se esconde.
OBSTINACIΣN, TERQUEDAD.—La obstina(Jonama.)
ción es el efecto de una falsa convic
ciσn fuertemente impresa en el ánimo, ODIO, ABORRECIMIENTO.—El odio es ana
σ de un empeρo voluntario con deter
pasiσn ciega y arraigada en el corazσn
minado Ínteres. La terquedad no nece
viciado, por el capricho, por la envidia,
sita de interés ni de convicciσn: es un
por las pasiones; un afecto que en nin
defecto, σ adquirido σ arraigado por la
gϊn caso deja de ser bajo é indigno de
mala educaciσn, σ inherente á la perso
un ánimo honrado y generoso. El aborna inclinada á contradecir la opinion σ
recimiento es un afecto nacido del con
voluntad agena, σ sostener la propia.
cepto que forma nuestra imaginaciσn de
Está obstinado en su error aquel á
las calidades del objeto aborrecido, y
quien no convencen las razones mas cla
compatible con la honradez, cuando
ras y evidentes. Es terco, el que, con
su objeto es el vicio. De aquí es que lla
vencido de las razones, no cede á ellas.
mamos implacable al odio, y no aplica
Está obstinado el reo que niega su deli
mos ordinariamente este adjetivo al aborto, por miedo del castigo. Es terco un
recimiento, porque miramos á aquel co
muchacho por pura malignidad de su vi
mo una pasiσn ciega, que nunca perdo
ciado carácter.
na, antes bien, anda casi siempre acom
La Obstinación puede ser efecto de
paρada del rencor y de la mala volun
un error disculpable del entendimiento.
tad; y al aborrecimiento lo miramos como
La terquedad es siempre un defecto re
efecto de una persuasion, que la razσn
prensible de la voluntad.
σ el desengaρo pueden llegar á destruir.
(L. de la Huerta. )
Un hombre honrado perdona la ofen
sa de un traidor, de un asesino, porque
OCULTAR, ENCUBRIR, ESCONDER.—Oculno cabe el odio en su noble corazσn:
tar es simplemente substraer una cosa
pero no puede dejar de aborrecer tan
á la vista σ conocimiento de las gentes.
execrables monstruos de la sociedad.
Encubrir es ocultar por medio de una
El aborrecimiento nos hace mirar con
cosa tercera, que se interpone entre lo
disgusto á su objeto; el odio nos le hace
que se oculta, y la vista, oido, atenciσn,
mirar con ira.
σ cualquiera otra facultad de las perso
(L. de la Huerta.)
nas á quienes la encubrimos. Esconder
es ocultar una cosa metiéndola en para ODIO, AVERSION, ANTIPATÍA.—La pala
je donde no se vea.
bra odio se aplica mas ordinariamente á
las personas. Las palabras aversion y
De aquí se infiere que esconder solo
antipatía convienen á todo igualmente.
puede referirse á la vista: ocultar y enEl odio es mas voluntario y parece
cubrir no solo se refieren á todos los sen
tener su raíz en la pasiσn y en el resen
tidos, sino también á todas las faculta
timiento de un corazσn irritado y lleno
des intelectuales.
ODI
( 1 17
de hiél. La aversion y la antipatνa no
dependen tanto de la libertad, y parecen
tener su origen en el temperamento σ
en el gusto natural; pero con la diferen
cia, de que la aversion tiene causas co
nocidas, y la antipatνa las tiene mas
ocultas.
Los modales impertinentes y las ma
las calidades que se notan en las perso
nas, σ que se les atribuye, alimentan el
odio, y no cesa sino cuando se comien
za á mirarlas con otros ojos; ya sea por
una correspondencia de estimaciσn, ya
por reconocimiento de algϊn servicio,
ya por movimiento de interés. Los de
fectos que miramos con horror, y los
modos de obrar opuestos á los nuestros,
nos inspiran aversion acia las personas
que los tienen, la cual no se acaba sino
cuando las personas mudan y se aco
modan á nuestro espíritu, á nuestras
costumbres, σ que nosotros mismos mu
damos tomando sus inclinaciones. L a
diferencia del temperamento, la singu
laridad del genio, el carácter particu
lar, y cierta cosa inexplicable que des
place, producen la antipatνa, la cual
dura hasta que los resortes secretos de
la sangre y de la naturaleza hayan he
cho una mudanza tan grande en el gus
to, que llegue á ser universal σ entera
mente subordinado á la razσn.
E l odio todo lo hace vituperable en
las personas que se odian, y se denigran
hasta sus virtudes. La aversion hace
que huyamos de las gentes, y que mi
remos su compaρía como una cosa muy
desagradable. La antipatνa hace que
no se les pueda sufrir, y que nos sea
molesta su compaρía.
Hay menos distancia, como ha dicho
un hombre de talento, del odio al amor,
que del odio á la indiferencia.
Algunas veces tenemos mas aversion
â aquellos con quienes el debernos hace
vivir. Nada depende menos de noso
)
OIR
tros que la antipatνa; lo mas que pode
mos hacer es disimular.
N o debemos tener odio sino al vicio,
ni aversion sino acia todo lo que es da
ρoso; ni antipatνa sino á lo que condu
ce al crimen.
(March.)
O F R E N D A , OBLACIΣN.—Oblaciσn en rigor
es la acciσn de ofrecer; y ofrenda la cosa
que ha de ofrecerse, ϊ ofrecida, que es
tá destinada para la oblaciσn. Oblaciσn
tiene siempre un sentido mas rigoroso
que ofrenda, y solo se dice para expre
sar el sacrificio σ el don hecho con las
ceremonias religiosas prescritas para
este efecto. Así que no toda ofrenda
es oblaciσn; y la idea del don basta para
constituir una ofrenda sin ninguna ce
remonia. La mano sagrada σ religiosa
hace su oblaciσn en el altar: el corazσn
hace en sí mismo su ofrenda. Oblaciσn
es término de liturgia, y el pueblo no le
entiende. Ofrenda es el término co
mϊn y vulgar, aun cuando se trate de
la oblaciσn rigorosa.
(A. Cienfuegos.)
OFUSCAR, OSCURECER.—Ofuscar significa
impedir el ver σ el ser visto, á lo menos
ver y ser visto claramente, por la inter
posiciσn ϊ oposiciσn de un cuerpo σ de
un obstáculo. Oscurecer expresa la ac
ciσn simple y vaga de quitar á un obje
to su luz σ su brillo, sin ninguna rela
ciσn ni con el medio ni con la vista. E l
sol se oscurece cuando pierde su resplan
dor; pero si le consideramos nublado,
decimos que está ofuscado.
Las nubes
le oscurecen quitándole su luz, y le ofus
can porque nos impiden verle.
(A. Cienfuegos.)
O Í R , ESCUCHAR.—Oir
es percibir por
el
σrgano del oído cualquier sonido: escu
char, aplicar el oido para oir, prestando
atenciσn á lo que dicen.
A veces conviene fingir que no se oye.
( 118 )
OPI
ORÍ
dictamen es que no salgamos de casa.
Es efecto de mala crianza escuchar lo
El parecer del médico recae sobre los
que pasa en casa age na. Se puede oir
síntomas y conocimiento de la enferme
sin escuchar, mas no escuchar sin oir.
(March.)
dad; el dictamen sobre la resoluciσn que
debe tomarse para curarla, sobre los re
OLVIDO, DESCUIDO.—El olvido es falta de
medios que se deben emplear σ preferir.
memoria: el descuido falta de cuidado σ
(Z. de la Huerta.)
atenciσn. El primero siempre es invo
luntario: en el segundo puede tener mas ORILLA, MARGEN, RIBERA.—Entendemos
por orilla la línea de tierra que sirve de
σ menos parte la voluntad.
límite al mar, á los lagos, á los rios, á
Si me olvido de que es domingo me
los arroyos, á los estanques, á los char
quedaré sin misa: si me descuido un
cos de agua considerables &c.,y en esto
poco llegaré tarde. Descuidándose uno
respetamos
exactamente el valor de la
demasiado se olvidan las cosas.
etimología de la voz orilla, que se deri
(Jonama.)
va de la latina ora, borde, límite, línea
divisoria σ terminadora de un confín, de
OMNIPOTENTE, TODOPODEROSO.—Por su
una frontera &c.
etimología son sinσnimos perfectos es
tos dos adjetivos, porque todopoderoso
Margen, indica mayor extension de
no es mas que la traducciσn castellana
terreno, y por eso llamamos margen á
del latin omnipotente. Pero el buen uso
la extremidad de la tierra cercana á la
ha querido atribuir á cada una de estas
orilla. Esta idea de extension del es
pacio que trae consigo la voz margen, se
voces, una idea diferente, haciendo que
ve bien comprobada con el proverbio
todopoderoso se aplique solo á Dios;
vulgar — "andarse por las márgenes:'1''
y que omnipotente ademas de aplicarse
para andar vagando, σ no ir en derechu
á Dios, pueda también decirse de las
ra (pues tal es el valor de andarse) por
personas y de las cosas, cuando se habla
un terreno, es necesario que éste tenga
en estilo hiperbσlico.
una extension proporcionada. Al con
( G, de ta Cortina.)
trario, la expresiσn comϊn de "andar,
andar y á la orilla ahogar," determina
O P I N I Σ N , PARECER, DICTAMEN.—Se tiene
perfectamente la limitaciσn de la orilla.
la opinion, se da el parecer, ó el dictaPor analogía damos los mismos nom
men. Aquella solo explica el juicio que
bres á las extremidades de un pliego, σ
se forma en un asunto, en que hay ra
de una hoja de papel, diciendo: "esta
zones en pro y en contra; estos expli
estampa, v. g., tiene demasiado margen,
can la exposiciσn de la opinion.
por haberle dejado las orillas fuera del
Tiene su opinion, pero la calla. Doy
marco." — "Escriba vd. eso á media
mi parecer σ mi dictamen con arreglo á
margen, " " con no tas al margen, &c. " ( * ).
mi opinion.
Ribera es toda la extension de tierra
Entre las voces parecer y dictamen,
á los mares, rios, &c. aunque
cercana
hay la diferencia, de que la primera se
no esté en su margen, σ considerando
aplica con mas propiedad cuando se tra
al terreno desde la margen acia dentro.
ta de la existencia de una cosa, de la
Aquí la idea de la extension es ma
aserciσn de un hecho; el dictamen cuan
yor, y por eso, hablando de un hombre
do se trata de lo que se debe ejecutar,
del partido que se debe preferir.
(*) El sustantivo margen es ambiguo; pero en plural se
Hoy lloverá segϊn mi parecer; mi usa siempre en el género femenino.
PAL
( ι : >)
PAL
ϊtil para todo, se dice figuradamente
considera mas bien la materialidad de
la articulaciσn y del sonido.
que "es de monte y ribera;" y pues que
esta comparaciσn se toma del cultivo del
Un libro no está Heno de palabras,
sino de voces. Yo en esta obra no me
campo, bien se concibe, que para que
propongo examinar la diferencia de las
haya cultivo en un terreno, es necesario
palabras, que consiste en sílabas y le
suponer que este sea de una extension
tras; sino la diferencia de las voces, que
algo considerable.
consiste en ideas y relaciones. Por el
Podemos, pues, decir que la ribera,
contrario, á un hombre no se le dicen
acercándose á las aguas, empieza á for
voces injuriosas, sino palabras; el vien
mar margen desde cierta distancia, y va
se lleva las palabras, no las voces; y
to
á terminarse ala orilla.—Puede un ejér
propiamente no puede haber voces hue
cito recorrer las riberas de un rio, dar
cas ni insignificantes.
batalla á las márgenes de éste, y derro
De aquí procede tal vez que prome
tar al enemigo arrojándolo sobre las oriter se llama dar palabra, y no dar voz;
llas de donde ya no puede pasar.
pues las palabras, en boca de otro, no
(O. de la Cortina.)
sabemos si significan algo, y mucho me
Ρ
nos en semejante caso.
(Jonama.)
primera de estas voces
expresa la cantidad que se da por remu
neraciσn de un trabajo σ servicio que
debe ser pagado con una suma de dine
ro convenida anteriormente, σ estable
cida por el uso, σ por las leyes: y esta
es la razσn porque se comprende bajo
el nombre genérico de paga, tanto el
sueldo de los empleados, como el prest
de la tropa &c.
Pago es la satisfacciσn de cualquiera
deuda, ya se haga con dinero, ya con ob
jetos de cualquiera otra especie.— Así
decimos "fulano me completσ σ hizo el
pago de lo que me debia, con trigo, con
ovejas, con un reloj, &c."
PAGA, PAGO.—La
(G. de la Cortina.)
José Lopez de la
Huerta conociσ perfectamente que la
etimología engaρaba muchas veces, y
que el uso comϊn era el que debia fijar
el sentido de las voces.
Efectivamente, á los signos que com
ponen el habla los llamamos voces ó palabras; y precisamente voz es la que
prescinde del sonido, y considera el sig
no abstractamente: al contrario, palabra
PALABRA, VOZ.—Don
parte sσlida
de los vegetales se llama palo. Este
es su nombre genérico, considerándola
puramente como una sustancia: así de
cimos palo de Campeche, palo del Bra
sil, cuchillo de palo, &c.: su etimología
probablemente es del latino palus, que
significaba estaca σ planta sin vida.
El palo es la materia mas comϊn y
mas general para todos los usos de la
vida: casas, barcas, carros, instrumen
tos de labranza, instrumentos de las ar
tes, todo se hace de aquella sustancia;
y de ahí provino el que los latinos lla
masen materia á lo que nosotros llama
mos madera.
PALO, MADERA, LEÑA.—La
La madera es el palo considerado
como materia de las artes. De ahí
maderamen, enmaderamiento, maderis
ta, &c. Rigurosamente bien se puede
decir una casa de palo, un reloj de palo;
pero con mas propiedad se dirá casa de
madera, reloj de madera. La madera
labrada conserva su nombre genérico de
palo en estas expresiones, cuchara de
palo, tenedor de palo, pierna de palo, y
algunas otras; tal vez por considerar
PAR
( 120
cada una de estas cosas como un solo
pedazo en que el arte no ha hecho casi
nada.
El palo destinado á arder, σ conside
rado bajo este respecto, se llama leña.
Todo el mundo sabe la diferencia que
hay entre cortar madera y cortar leñai
entre partir madera y partir leña. Las
maderas mas preciosas llega tiempo que
no sirven sino para leña.
Un palo es un pedazo de aquella ma
teria, v. g., el tronco de un árbol, que
puede destinarse para labrar σ para ar
der. Si lo destinamos para labrar, lo
llamaremos un madero: si lo destinamos
para arder, será un Uño.
(Jonama.)
sinσnimos en el
sentido en que significan que se hace
una cosa con la mira de otra, con la di
ferencia, de que para denota una mira
mas cercana σ presente, y ΰ fin de, una
mas lejana.
Se presenta uno delante del príncipe
para hacerle la corte; se le hace la cor
te ά fin de obtener gracias.
Parece quedara conviene mejor cuan
do la cosa que se hace con la mira de
otra es cosa mas infalible de ella, y que
afin de está mejor cuando la cosa que
se desea haciendo otra, es consecuencia
menos necesaria de ella.
Se tira un caρonazo contra una mu
ralla para abrir brecha, y ά fin de to
marla por asalto ϊ obligarla á rendirse.
Para es relativo mas particularmen
te á un efecto que debe producirse. A
fin de, es relativo propiamente á lo que
uno se propone.
Las mujeres á cierta edad hacen ya
cuanto pueden para agradar, ά fin de
encontrar marido.
PARA, Á FIN DE.—Son
(March.)
se emplean para ex
plicar la razσn σ motivo de alguna ac
ciσn, son sinσnimos; por ejemplo: pro
PARA, POR.—Cuando
)
PAR
curσ cortarla conversaciσn para no ex
ponerse, σ por no exponerse á decir
mas de lo que quisiera. Pero yo hallo
entre ellas esta diferencia: con la pre
posiciσn para se explica mas directa
mente el poder σ la influencia del moti
vo σ de la acciσn en el efecto; con la
preposiciσn por se explica mas directa
mente la intenciσn, σ el objeto con que
se ejecuta la acciσn. Y así aquella se
aplica con mas propiedad, cuando se su
pone suficiencia en la acciσn σ seguri
dad de su efecto, y ésta cuando se su
pone solamente probabilidad σ posibili
dad de su logro.
Muevo los pies para andar. Ando
por ver si puedo dormir mejor. Salgo
de casa para ir al prado, en donde me
pasearé un poco por disipar la melan
colía.
{L. de la Huerta.)
— Estas voces
son puramente griegas. La primera de
signa un engaρo obrado por racioci
nios artificiosos, por argumentos capcio
sos, por conclusiones falaces. Sofisma
designa un fraude cualquiera, la sutile
za, la astucia. El paralogismo y el so
fisma inducen á error; aquel por defec
to de luces σ de aplicaciσn, y éste por
malicia, por una sutileza maligna.
PARALOGISMO,
SOFISMA.
(A. Cienfuegos.)
parι algun
tiempo en aquella ciudad para ver sus
curiosidades; oí que me llamaban y me
detttve al instante; son frases con que el
uso comϊn suele confundir estos dos
verbos.
El primero representa el acto mo
mentáneo de suspender el movimiento
σ la acciσn; el segundo representa la sus
pension continuada por algun tiempo,
de la acciσn σ del movimiento.
La acciσn de pararse un caballo, se
refiere al momento mismo en que deja
PARARSE, DETENERSE.—Me
PAR
( 12
de andar: la acciσn de detenerse un ca
minante, se refiere al tiempo continua
do que tiene suspendido su viaje.
Llegué tarde, porque me detuve mu
cho tiempo en casa; y no: porque me
parι mucho tiempo en casa.
he parσ en el primer momento mi re
flexion, y después de haberse detenido
largo rato á pesar las dificultades, se in
clinσ á lo peor.
(L. de la Huerta.)
P A R E C I D O , SEMEJANTE.—Cuando por al
gϊn accidente una cosa hace en nosotros
una impresiσn distinta de la que debie
ra hacer por su naturaleza, y nos hace
formar un juicio errado, á esta impre
siσn la llamamos apariencia, y la cosa
que se nos figura ver se llama aparente.
El verbo parecer es el que denota la a c
ciσn de las cosas aparentes sobre nues
tros sentidos. Un violin bien tocado
da sonidos que parecen de flauta; hay
cristales que parecen diamantes: el sol
tiene un movimiento aparente alrededor
de la tierra.
Cuando reciprocamente comparamos
cosas reales con cosas aparentes, á unas
y á otras llamamos parecidas, σ decimos
que se parecen. Los sonidos que hemos
dicho son parecidos, y lo mismo los cris
tales y los diamantes.
Parecidas son pues aquellas cosas
que hacen una misma impresiσn á los
sentidos.
Semejantes se llaman dos cosas cuan
do alguna parte σ cualidad de la una es
igual á alguna parte σ cualidad de la
otra. Las figuras geométricas son se
mejantes cuando sus ángulos respecti
vos son iguales. Dos personas serán se
mejantes si tienen, por ejemplo, una mis
ma talla, iguales ojos, igual nariz: y á
proporciσn que convengan en mas y
mas partes, irán siendo mas y mas se
mejantes.
La semejanza es una idea ϊnicamen
te relativa á las cosas: la apariencia es
)
PAR
relativa á nuestro modo de percibir. No
todo lo semejante es parecido; ni todo lo
parecido para unos lo es para otros.
Aunque la apariencia proviene siem
pre de alguna semejanza, hay cosas muy
parecidas que apenas se asemejan; así
como las hay muy semejantes, que no
se parecen tanto. El hombre es muy
parecido a una estatua; pero mucho mas
semejante y no solo á un Urangutang,
.vino á cualquier otro animal. Con la
estatua no conviene mas que en los con
tornos de la superficie, cuando tiene una
infinidad de relaciones con el animal
mas diferente.
De la apariencia nunca se habla sin
referirse á las circunstancias. Así se
dice: ά mi me parece tal cosa: mirada
desde aquν parece tal otra: si se mira
de este modo parece fea; vestidos asν no
dejan de parecerse. E s evidente que
en ninguno de estos casos podemos sus
tituir el verbo asemejarse.
De la semejanza se habla obsoluta
mente. Lo que es semejante para mí lo
es para todos, de cualquier modo, y á
cualquiera distancia que se mire. Lo
que podrá suceder, que no se descubra
la semejanza, y entonces no será pareci
da la cosa; pero no por esto dejará de
asemejarse.
Todos los hombres son semejantes
mios; esto es, sienten y piensan como
yo, son de una misma especie, y tienen
unas mismas facultades; pero hablaría
yo con impropiedad si dijese que todos
son parecidos mios, porque ni á mí, ni
á los demás hombres causan la misma
impresiσn. Para que de una persona se
diga que es parecida á otra, es preciso
que entre las dos haya una gran seme
janza.
{Jonama.)
PARSIMONIA, AHORRO,
ECONOMÍA.—La
economνa no consiste precisamente en
gastar poco ni mucho, sino en llevar un
buen sistema de gobierno, que propor
16
PAR
( 1
)
PAT
avaricia: en la verdadera economνa no
cione el mayor nϊmero de goces con el
cabe exceso.
menor costo posible. Asi es que un hom
(Jonama.)
bre parco, un hombre ahorrativo y un
hombre econσmico son tres cosas no solo P A R S I M O N I A , FRUGALIDAD.—La parsimo
distintas, sino á veces enteramente di
nia es un estado del hombre: la. frugali
versas.
dad es una virtud.
La parsimonia consiste ϊnicamente en
Aunque todo el que es frugal vive
gastar poco: el ahorro en cercenar todo
parcamente, hay muchos que viven par
io que no sea absolutamente preciso: la
camente sin ser frugales. La esencia del
economνa en no malgastar, en hacer las
pordiosero es la parsimonia; y no hay
cosas á tiempo, y en proporcionar el
cosa mas opuesta á la frugalidad que la
gasto al haber.
vida desarreglada y generalmente vicio
La parsimonia es una idea absoluta;
sa de estos miserables; á mas de que la
de modo que el peon de albaρil que gas
frugalidad, como todas las virtudes, su
te, por ejemplo, diez reales en comer,
pone voluntad libre.
(Jonama.)
vive mas parcamente que el grande que
gaste veinte; aunque el primero no será
ASAR, PASARSE.—Tener una existencia
nada ahorrativo, y el segundo lo será
limitada y acabar, es el destino y cua
demasiado.
lidad de las cosas que pasan. El estado
La excesiva parsimonia, generalmen
actual y la revoluciσn de las cosas que
te hablando, es enemiga de la economνa:
se pasan es de caducidad, el estar en una
si es forzosa, la necesidad no permite
crisis que trae su fin. Pasar se refiere
seguir un sistema constante: si es vicio
a la totalidad de la existencia; y pasar
sa, la avaricia suele perder por un lado
se, á las diferentes épocas de la existen
lo que quiere ahorrar por otro.
cia. Pasar tiene mas relaciσn con el fin
Un hombre puede ser ahorrativo sin
de la existencia;y pasarse, con la acciσn
ser nada parco ni econσmico. El que, por
de cierta época, de la degradaciσn. Las
ejemplo, gusta de comodidades, y al
flores y los frutos pasan, no tienen mas
mismo tiempo le mide las viandas al co
que una estaciσn: se pasan cuando se
cinero, escaséala comida á los criados,
ajan σ se marchitan. La mayor parte
la cebada álos caballos, & c , no es par
de los gustos son como las flores, que
co, porque gasta mucho; pero es ahor
no hacen sino pasar. Casi todos los bie
rativo. Si á este mismo los caballos se
nes son como aquellas frutas que en co
le mueren, los criados le sirven mal, y
giéndolas se pasan. Los colores pasan,
el cocinero sabe ajustarle la cuenta, con
pues tienen una duraciσn determinada;
cluiremos que lleva muy mal sistema de
y cuando empiezan á bajar y á perder
economνa.
su lustre, se pasan. Del mismo modo
E l econσmico puede ser ahorrativo
pasa y se pasa la belleza.
hasta cierto punto, y aun allegarse á la
(A. Cienfuegos.)
parsimonia si las circunstancias lo exi
gen; pero hay cosas en que la economνa P A T E R N A L , P A T E R N O . — E l primero refie
re la idea á las cualidades morales; el
proscribe el ahorro. El pagar bien á los
segundo á las circunstancias físicas.
criados es un gran punto de economνa
Decimos 'Ώmor paternal; entraρas pa
doméstica: el moderar los impuestos lo
ternales, y no paternas: y al contrario,
es de economνa política.
decimos
herencia, casa, autoridad pa
El abuso de lapardmonia es la mise
terna y no paternal.
ria o la mezquindad: el del ahorro es la
PEN
( 123
Si decimos, fulano es tio paterno, ΅
damos á entender que es tio por parte
del padre: si decimos que es un tïo ρ a |
ternal, damos á entender que observa la I
conducta propia de un padre.
La misma diferencia hay, respectiva
mente, entre maternal y materno, y en
tre fraterno y fraternal.
(G. de la Cortina.·)
΅
peligro se refiere
á un mal mas inmediato, que el riesgo.
Aquel se aplica siempre á contingencias
de grande consideraciσn: éste se suele
aplicar á cosas de poca consecuencia.
Está en peligro de perder la vida el
soldado que se halla enfrente de una ba
tería enemiga. Corre riesgo de caer j
malo el que pasa sin precauciσn del ca j
lor al friσ. E l primero se refiere á un j I
mal mas inminente y prσximo que el se \
gundo.
j
Juego á la lotería, aunque con el ries j
go de perder mi dinero, y no con peli
gro, que supondría un temor, y un mal
mucho mayor que el que corresponde á
aquella idea.
Un valiente que desprecia los riesgos,
suele arrepentirse de su temeridad á la
vista misma del peligro.
PELIGRO, RIESGO.—El
(L. de la Huerta.)
es todo sen
timiento desagradable. Cuando proce
de inmediatamente de los sentidos se
llama dolor; cuando proviene del espí
ritu se llama pesar. Uno y otro se ha
cen en el alma, y provienen de una cier
ta disposiciσn σ tirantez de nervios;
pero hay la diferencia que el dolor tie
ne una causa física inmediata, como la
aplicaciσn de un cuerpo extraρo á los
σrganos délos sentidos,la extravasaciσn
de los humores de nuestra máquina, & c :
la causa inmediata del pesar es el re
cuerdo de las sensaciones pasadas: el
alma pesa en algϊn modo los placeres
P E N A , DOLOR, PESAR.—Pena
)
PEN
que ha perdido,y las penas que la aguar
dan, de lo que resulta una disposiciσn
análoga á la del dolor. El pesar conti
nuado produce verdadero dolor; y aun
sin esto, hablando metafσricamente, se
llama dolor todo pesar que se supone
muy grande. El hombre tiene dolor de
haber ofendido á Dios, dolor de ver m o
rir á sus hijos, se duele de la suerte de
sus hermanos.
El castigo que imponen las leyes se
llama pena, porque se dirige á mortifi
car el individuo en general, y sin rela
ciσn determinada: la pena de azotes es
un dolor: la de infamia es un pesar: las
mas de ellas son uno y otro, y por esto
conservan su nombre genérico.
(Jomrma,)
Έ Ν Α , S E N T I M I E N T O , DOLOR.—Explican
estas tres voces Ja diferente impresiσn
que hace el disgusto en nuestros áni
mos; pero la pena puede aplicarse mas
vagamente, y denotar una aflicciσn, ή
disgusto mas accidental, que el senti
miento, el cual no presenta la idea de
una sensaciσn tan profunda como el
dolor.
Por mas voluntaria que parezca, á
primera vista, esta distinciσn, no deja
de percibirse en la práctica la fuerza
con que cada voz se aplica propiamen
te á su idea respectiva. El ver pade
cer á un hombre desconocido, á un mal
hechor, un trabajo de poca considera
ciσn, unaincomodidad, causa pena; pero
estos males son demasiado leves σ ac
cidentales, para poder confundirlos con
los que nos causan sentimiento; siendo
tal la extension que damos á la idea de
la pena, que decimos que nos causa, σ
da pena, el trabajo con que habla un
tartamudo, la dificultad con que oye un
sordo, para explicar una incomodidad
que padecemos, un disgusto que sufri
mos.
Nos causa sentimiento la pérdida de
PER
PER
( 12 4 )
un bien que nos interesa, el mal de un
de su duraciσn; es continuo, porque no
amigo, la muerte de un conocido. E s
se interrumpe jamas su curso.
(L. de la Huerta.)
tas incomodidades son demasiado fuer
tes, para contentarnos con decir que
P E R P E T U O , INCESANTE, CONTINUO, P E
solσnos causa pena.
Nos causa dolor la pérdida de un pa
dre amado, la de un hijo ϊnico, la del
honor, la de un bien de que pendía toda
nuestra subsistencia; y aunque no pue
de negarse que estos males nos dan perca,
nos causan sentimiento; no explican es
tas voces con tanta energía, como el
dolor, la profundidad de esta aflicciσn, y
la gravedad de sus motivos.
La diferente impresiσn que causan en
el ánimo estas sensaciones, se puede ex
plicar diciendo, que la pena incomoda,
el sentimiento aflige, y el dolor abate.
(L. de la Huerta.)
PERDΣN,
REMISIΣN,
ABSOLUCIΣN.—El
perdσn es en consecuencia de la ofensa,
y mira principalmente á la persona que
la ha hecho; depende del ofendido, y
produce la reconciliaciσn cuando since
ramente se concede y sinceramente se
pide.
La remisiσn es en consecuencia del
crimen, y tiene una relaciσn particular
con la pena con que merece castigarse;
la concede el príncipe σ el magistrado,
é impide la ejecuciσn de la justicia.
La absoluciσn es en consecuencia de
la falta σ del pecado, y concierne pro
piamente al estado del culpable; se pro
nuncia por el juez civil σ por el minis
tro eclesiástico, y restablece al acusado
σ al penitente en los derechos de la ino
cencia.
(March.)
PERPETUO,
CONTINUO.—Perpetuo, repre
senta una duraciσn indeterminada; con
tinuo, una duraciσn no interrumpida.
E l movimiento de un planeta es per
petuo, porque no conocemos el término
RENNE ,
PERDURABLE ,
INMORTAL ,
primera de
estas voces expresa una duraciσn sin
fin determinado, dependiente solamente
del tiempo, y no de nuestra voluntad, y
trae consigo la idea de una cosa que va
y viene por sí sola; por lo cual decimos
—movimiento perpetuo, esto es, movi
miento cuya duraciσn no depende de
nuestra voluntad.—Perpetua memoria,
esto es, recuerdo que hacemos de una
cosa por su misma naturaleza, sin que
hagamos ningϊn esfuerzo para acordar
nos de ella. Decimos también, "tal em
pleo, σ cargo, es perpetuo,'''' esto es,
debe disfrutarlo la persona que lo tiene
todo el tiempo que ella viva,y este tiem
po no depende de su voluntad.
ETERNO, SEMPITERNO.—La
Incesante es lo que no cesa, σ lo que
no deja de suceder, por repetirse los ac
tos, y así decimos "quejps, sϊplicas,
ruegos incesantes.''''
Continuo se aplica propiamente á una
serie de actos σ de cosas que tuvieron
principio, y se siguen unos á otros sin
interrupciσn. La diferencia esencial que
hay entre perpetuo, incesante y continuo
es, que el primero deja ilimitada la du
raciσn futura; el segundo no admite in
terrupciσn; y el tercero expresa una
cosa empezada y seguida, como cuan
do decimos "continuaciσn de una obra,
de un trabajo & c . "
Perenne es todo lo que dura ilimita
damente sin interrupciσn, pero exclu
ye la idea de precipitaciσn σ celeridad,
y por eso se aplica este adjetivo con
tanta propiedad á una fuente cuya cor
riente es mansa, apacible, y nunca in
terrumpida.
Perdurable se dice de todo lo que
principiσ, y es capaz de durar ilimita
PLA
PER
( i: 5 )
Esta viρa me correspondνa á mí, pero
damente; pero este adjetivo hace con
se
ha adjudicado, en la particiσn, á mi
cebir la idea del deseo, y por lo mismo
hermano.
siempre se toma en buen sentido. Así,
Cada uno toma lo que le pertenece.
decimos "vidaperdurable." en lugar de
"vida que esperamos comience alguna
A cada uno se le da lo que le corres
vez y nunca tenga fin;" esto es, la eter
ponde.
(L. de la Huerta.)
na bienaventuranza, y nunca decimos,
"penas, σ desgracias, σ trabajos perdu PETARDO, CHASCO.—Ambas voces expre
rables.''''
san el éxito σ resultado de una cosa,
Inmortal es lo que no está sujeto á
contrario á lo que se esperaba; pero con
morir, inspírala idea del merecimiento,
la diferencia de que el chasco puede ser
y aunque en sentido físico, solo se re
casual, mientras que el petardo siempre
fiere á la vida, en sentido moral se apli
es premeditado: aquel es inocente, σ in
ca á cualquiera cosa que por su bondad
diferente á lo menos; este siempre es
nunca debe perecer; y por eso decimos
malicioso.
"gloria, fama inmortal." Todo lo que
Por esta razσn llamamos chasco á la
merece σ deja una larga y gloriosa me
burla inocente y ligera que se hace por
moria es inmortal.
puro entretenimiento y diversion; y lla
Eterno es lo que no tiene principio
mamos petardo á cualquiera acciσn con
ni fin; σ á lo menos, lo que no puede te
traria á nuestras esperanzas, σ á nues
ner fin, sean cuales fueren las circuns
tros cálculos, siempre que advertimos
tancias de la cosa, y tanto en lo físico
en ella malicia por parte de la persona
como en lo moral; y así, decimos indis
que la ejecuta.
tintamente, "Dios eterno, tormentos eter
Así es que nos valemos frecuente
nos, penas eternas, monumento eterno."
mente de la voz petardo para expresar
Sempiterno refuerza y determina más
cualquiera estafa σ cualquier engaρo,
la idea excluyendo absolutamente el
principalmente cuando se reduce á pe
principio lo mismo que el fin.
dirnos prestada una cosa con intenciσn
Eterno expresa propiamente la du
de no volvérnosla.
raciσn del tiempo; inmortal, la duraciσn
Decimos "buen chascσme he llevado
de la vida; sempiterno, la duraciσn de la
este aρo con la siembra del lino," y no
existencia.
buen petardo—"fulano es un tunante
(G.dela Cortina.)
que vive de pegar petardos," y no chas
cos.
PERSEVERAR, PERSISTIR.—Dícese per
(Cr. de la Cortina.)
severar cuando se continϊa la cosa sin
querer hacer mudanza σ variaciσn. Per PLACER, DELEITE.—Todo lo que excita
sistir cuando se persevera con constan
nuestro contento, nuestra satisfacciσn
cia y obstinaciσn. Así pues, persistir
y alegría, sin mezcla de disgusto, es cau
es mas que perseverar.
sa de placer. El deleite representa par
{March.)
PERTENECER, CORRESPONDER.—Perte
necer supone la propiedad; corresponder
declara el derecho á la propiedad.
Esta casa perteneciσ al convento de
San Gerσnimo, hasta que la comprσ mi
padre.
ticularmente el gusto material que per
cibimos por nuestros sentidos.
El placer supone serenidad en el áni
mo, ocupado enteramente con el obje
to que excita en él una apacible satis
facciσn. El deleite puede suponer el
gusto material de un ánimo inquieto,
PLE
( 126 )
POR
que satisface una pasiσn violenta, sin
liase comprendido en una de las dos cla
aquella apacible serenidad que consti
ses, diría cuál de ellas puede convenir
tuye esencialmente lacalidaddelpface/.
al hombre de bien.
(Jonama.)
Las tiernas caricias de un hijo, las
delicias del campo, una compaρía en P O B R E , MENDIGO.—Estas voces no son
que reina la alegría y la cordialidad, son
sinσnimas, porque nadie ignora que po
motivos de placer. Un manjar delica
bre es el que carece de lo necesario, y
do, un lecho cσmodo, un gusto que sa
mendigo el que pide limosna, con nece
tisface la sensualidad, son motivos de
sidad σ sin ella; pero la caridad mal en
deleite.
tendida, á que se ha ido apoyando el
No merece el nombre de placer la
uso, las ha hecho ya sinσnimas; de modo
bárbara satisfacciσn del que en el furor
que se dice: se recogen los pobres: no
de la venganza, se deleita con la vista
he encontrado, no he visto ningϊn po
de la sangre de su enemigo.
bre: en este Lugar no se permiten poire*.
(Z.. de to Huerta.)
PLEBE,
VULGO.—Plebe representa sim
plemente la clase inferior del pueblo.
Vulgo representa esta misma clase como
revestida de las calidades bajas y comu
nes que son propias de ella.
Así es, que plebeyo y vulgar no son
sinσnimos, porque plebeyo se contrapo
ne á noble; esto es, se refiere á la cla
se; y vulgar se contrapone á culto, ins
truido, σ que no tiene las inclinaciones
y modales que son propias del vulgo;
esto es, se refiere á las calidades.
Hay mas vulgo del que parece, se de
cía con propiedad en este sentido, an
tes que fuese tan general la inclinaciσn
á parecerse al vulgo.
(L, de la Huerta.)
estas dos
voces la analogía de la terminaciσn está
exactamente conforme con eí uso.
Pleiteante es el que pleitea, así como
amante es el que ama, copiante el que
copia, &c.
Pleitista es el que hace profesiσn de
pleitear, siguiendo la analogía de oculis
ta, fisonomista, papista, jansenista, que
todos representan una profesiσn.
Un vizcaíno σ un castellano podrán
ser pleiteantes: los catalanes y gallegos
tienen fama de pleitistas. Si no me ha
PLEITEANTE, PLEITISTA.—En
El uso de estas voces ofrece una prue
ba de la influencia que puede tener el
lenguaje sobre la imaginaciσn, porque
el que se deja llevar de la idea que ofre
ce la voz pobre, cree siempre haber em
pleado bien su caridad, dando limosna
á un mendigo, y no se le ofrece la idea
de que, así como la limosna que se da á
los pobres puede fomentar el trabajo y
disminuir la pobreza; asila que se da á
los mendigos, puede fomentar la ociosi
dad, y es un medio seguro de multipli
car su nϊmero; pues ellos miden la sen
sibilidad pϊblica, por la facilidad con
que se confunden estas dos voces,y pre
fieren á una ocupaciσn laboriosa, una
profesiσn libre y cσmoda, que tiene so
bre las otras la ventaja de que hay tan
tos que la respeten y miren como una
profanaciσn su desprecio.
El mendigo que puede trabajar, es un
ladrσn de profesiσn, que roba al verda
dero pobre, y el que, con una caridad
mal entendida,le da limosna,es un cσm
plice de su robo.
(L. de la Huerta.)
dos voces son si
nσnimas, cuando se emplean para e x
poner la causa σ motivo de una aser
ciσn; por ejemplo: espero que mi hijo
ha de dar gusto á sus gefes, porque tie
ne aplicaciσn y buena conducta, y no
P O R Q U E , PUES.—Estas
PRE
( 127 )
PRE
dudo que hará fortuna, pues ahora se
Los papas sus predecesores: su prede
premia el mérito.
cesor en el trono: su antecesor en la casa:
La diferencia que parece hallarse en
el sueldo que tuvo su antecesor.
tre estas dos voces, es que porque e x
Hablaría con mucha afectaciσn el
plica una ilaciσn mas cierta, mas posi
criado que dijese: esta es la librea que
tiva, que no está sujeta á la duda σ á
se hizo para mi predecesor.
la probabilidad.
(L. de la Huerta.)
Hay lodo, porque ha llovido; esto es:
el lodo es una consecuencia cierta de la PREROGATIVA, PRIVILEGIO.—Lapreroga
tiva es respecto de los honores y de las
lluvia. Es natural que consiga el em
preferencias personales; viene princi
pleo que solicita, pues parece que tie
palmente de la subordinaciσn. E l p i
ne mediadores; esto es: el logro del em
vilegio es respecto de alguna ventaja de
pleo es una consecuencia probable de
interés σ de empleo, y viene de la con
la mediaciσn.
cesiσn del príncipe σ de los estatutos de
Voy á dormir un poco,pues no es re
la sociedad.
gular que mi amo venga antes de las
El nacimiento da prerogativas; los
doce, porque sé que está jugando. La
cargos dan privilegios.
tardanza en venir es probable; el juego
(March.)
es cierto.
(L. de la /Tuerta.)
es el modo
con que está puesto el cuerpo. Actitud
σ aptitud es el modo de estar mas con
veniente para el cuerpo y para cada uno
de sus miembros. Postura es un modo
de poner el cuerpo mas σ menos con
forme á su costumbre ordinaria. La ac
titud es un modo de tener el cuerpo mas
σ menos conforme á las circunstancias
presentes. La postura, aun la mas cσ
moda, no deja de costar algϊn esfuerzo,
y se varía; pero la actitud, aun la me
nos ordinaria, es conforme á la natura
leza y á la conveniencia de las cosas, y
se mantiene. La postura nota la posi
ciσn, y ésta es movible. L a actitud de
signa el continente de una persona, el
cual es firme. Uno que padece no hace
sino mudar posturas. Las actitudes son
modos de ser dados; las posturas se bus
can y suponen movimiento.
POSTURA, ACTITUD.—Postura
(A. Cienfuegos.)
primero
parece mas propio para las dignidades;
el segundo para los oficios y demás es
pecies de ocupaciones.
PREDECESOR, ANTECESOR.—El
P R E S T E Z A , PRONTITUD.—Presteza es la
actividad del movimiento: prontitud la
anticipaciσn del tiempo.
El que primero llega á una cita es el
que ha venido mas pronto; el que gas
tσ menos tiempo en el camino es el que
ha venido mas presto. E l aire vivo en
la mϊsica se llama presto: una ocurren
cia á tiempo en la conversaciσn se llama
un pronto.
(Jonama.)
Presunciσn
es la acciσn de presumir de tomar ade
lantadamente una opinion. Conjetura
viene de conjectare, echar σ lanzar, con
agorar, adivinar, interpreter, con alu
siσn á la acciσn de tirar los dados, de
sacar las suertes. E s , pues, conjetura
dicha así de una cierta direcciσn de la
razσn acia la verdad, pero con la idea
de acaso, de agüero. La presunciσn es
una opinion fundada en motivos de cre
dibilidad; la conjetura no tiene por fun
damento sino meras apariencias. La pre
sunciσn tiene mas fuerza de razσn que
la conjetura, y forma una preocupaciσn
legítima, mientras que la conjetura no
PRESUNCIΣN,
CONJETURA.—
PRE
( 128
pasa de un simple pronσstico. La pre
sunciσn tiene realidad, porque se funda
en hechos ciertos, en verdades conoci
das, en principios de pruebas. La con
jeturaos ideal, porque se deduce por
discursos, por interpretaciones y supo
siciones. La presunciσn nace de las co
sas; la conjetura de la imaginaciσn. Las
probabilidades que sin probar directa
mente la verdad, establecen una gran
verisimilitud, forman las presunciones.
Las conjeturas estriban en relaciones va
gas, inducciones violentas, y analogías
imperfectas.
(A. Cienfwgos.)
P R E T E N D E R , SOLICITAR.—Pretender
ex
plica solo la acciσn de aspirar á una
cosa, σ con justicia σ por gracia. Soli
citar representa las diligencias y medios
de que nos servimos, y pasos que da
mos para conseguirlo.
Un caballero que reside en una pro
vincia, pretende en Madrid que se le
confiera un empleo, σ se le declare una
posesiσn: y no pudiendo abandonar su
casa y familia, encarga á un apoderado
σ á un amigo, que lo solicite en la se
cretaría, σ tribunal á que corresponde.
E n este caso, ni el caballero solicita, ni
el amigo pretende.
(L. de la Huerta.)
sinσ
nimos, cuando significan orden, consejo,
σ aviso anticipado; pero la prevenciσn
lleva consigo la idea de autoridad, σ de
precepto; la advertencia lleva consigo
la idea de buen deseo, σ de consejo
amistoso.
El general hace sus prevenciones á los
oficiales del ejército, y exige que se ar
reglen á ellas. El joven que no se ar
regla á las prevenciones que le hacen
sus superiores, σ cierra los oidos á las
prudentes advertencias de los hombres
experimentados, que le quieren bien,
se expone á muchos desaciertos.
P R E V E N C I Σ N , ADVERTENCIA.—Son
)
PRO
ha. prevenciσn se hace siempre de su
perior á inferior; la advertencia se pue
de también hacer entre iguales: pero ni
la una, ni la otra, se pueden hacer de
inferior á superior, porque á este no se
le previene, ni se le advierte lo que debe
hacer; se le expone σ se le representa.
( i . de la Huerta.)
ROBLEMÁTICO,
DUDOSO, INCIERTO.
Del griego problema, proposiciσn que
hay que poner en claro, viene problemático. Dudoso viene de dubius, que se
compone de duo y de via, y designa lo
que tiene dos caminos. Incierto es lo
no cierto, lo que puede ser impugnado,
lo que no tiene una verdad irresistible.
No hay razσn para fallar en las cosas
problemáticas: no hay motivos suficien
tes para tomar partido en las cosas dudosas: no hay bastantes razones para
creer en las cosas inciertas. En el pri
mer caso el ánimo se halla indiferente
para el pro y para el contra. E n el se
gundo se ve embarazado entre el pro y
el contra; y en el tercero ve el pro y
teme el contra. La opinion es libre en
las cosas problemáticas: es difícil la elec
ciσn en los casos dudosos: acerca de los
objetos inciertos no tenemos mas que una
opinion. Se busca la soluciσn de lo
problemático, la verificaciσn de lo dudoso, la confirmaciσn de lo incierto. De
ben adquirirse ideas claras de lo problemático, sobre lo cual no sabemos qué
pensar: razones sσlidas respecto de lo
dudoso, de que no tenemos sino ideas
precarias: pruebas constantes de lo incierto, á que no nos resolvemos á dar
fe. Una verdad aventurada es problemática: una verdad altamente impugna
da parece dudosa: una verdad puramen
te creíble es todavía incierta.
(A. Cienfuegos.)
y otro ver
bo explican la causa de una cosa; pero
el primero determina rigurosamente la
PROCEDER, PROVENIR.—Uno
PRO
{ 129 )
PRO
causa eficiente σ directa; el segundo de ΅
á conocer. Proferir es pronunciar pa
termina la causa motiva σ impulsiva.
í
labras en voz alta é inteligible. Articu
lar es pronunciar distintamente, ό no
El mal olor del estanque procede de \
tar las sílabas uniéndolas unas con otras.
las materias corrompidas que hay en el, !
Pronunciar es expresar ό darse á enten
y proviene del descuido del jardinero, ι
der por medio de la voz. Solo el hom
que no lo limpia, y renueva sus aguas. !
i>re profiere palabras, porque él solo ha
De aquí es que, sin separarnos de la
bla
para expresar pensamientos. Algu
idea propia y rigurosa del verbo, deci
nas aves, los papagayos sobre todo, ar
mos que el hijo procede del padre, y no
//cttfriftj'perfectamente sílabas, y aun vo·
que proviene.
(L. (le la Huerta.)
»es enteras. La diferencia de climas y
de hábitos hace que unas naciones no
RODUCCION, OBRA.—Producir es sacar i
puedan pronunciar lo que otras pronun
afuera una cosa, engendrar, crear, sacar
cian facilísimamente. Una persona cor
de si. Decimos las producciones de la ·
tada no puede proferir una palabra.
tierra, de la naturaleza, del entendimien i
(A. Oienfuegos.)
to, de toda causa que produce por sí
misma, que da ser a 1 :> que no le tenia. P R O M E S A , OFERTA.—La oferta es una de
Obra es del latino opa :i, trabajo, lo que
mostraciσn del deseo con que nos halla
obra la industria. En las producciones
mos, σ afectamos hallarnos, de que se
se considera la sustancia de la cosa;pero
admita, σ se reciba, el servicio σ la cosa
en las obras la forma. La producciσn y
quç. se ofrece. La promesa es una obli
la obra contrapuestas difieren como el
gaciσn, que nos imponemos, de hacer
productor y el obrero, de los cuales aquel
algϊn servicio, σ de dar alguna cosa.
da el ser, y este trabaja la producciσn
El que ofrece con poca voluntad de
σ la cosa producida. La producciσn es
dar, se expone á que se le admita la
obra de la fecundidad; la obra es el re
oferta. E l que promete con voluntad, σ
sultado del trabajo: la producciσn sale
sin ella, debe cumplir su promesa.
del seno de la causa productiva, y la
Por eso no decimos, que se admite
obra de las manos del obrero industrio
con agradecimiento la promesa, y se exi
so. La producciσn recibe el ser, y la
ge el cumplimiento de la oferta: sino
obra la forma. El árbol es una produc
que se admite con agradecimiento la
ciσn de ia tierra, y es obra de carpinte
oferta, y se exige el cumplimiento de la
ría por el trabajo del carpintero. El uni
promesa.
verso es la producciσn de un poder in
En la voz oferta solo se descubre la
finito, y es obra de una sabiduría supre
voluntad del que ofrece; en la vez pro
ma que ha dado á la materia las formas
mesa se descubre la aceptaciσn de aquel
y la disposiciσn maravillosa que tiene.
á quien se ha prometido.
Me ha ofrecido su casa, pero yo no
(A. üienfuegos.)
la he aceptado. Me ha, prometido ve
nir á la mía, y espero que no faltará ä
R O F E R I R , ARTICULAR, P R O N U N C I A R . —
su palabra.
(Ir de la Huerta.)
Proferir es llevar afuera, echar delan
te, del latino ferre.
Articular es enla
P R O N U N C I A R , ARTICULAR.—Pronunciar,
zar, unir una cosa con otra, del latino
es formar las palabras, las sílabas y las
articulus,diminutivo de artus, que signi
letras, con la voz natural.
Articular,
fica miembro
Pronunciar es anunciar
es distinguir bien unas sílabas de otras.
á las claras, exponer abiertamente, dar }
17
PRO
( 130
para dar mas claridad á lo que se pro \
nuncia.
Un tartamudo puede pronunciar bien
cada silaba; pero, precipitando unas ve
ces, y retardando otras, su debida sepa
raciσn, articula mal.
La perfecciσn del que habla está en
pronunciar con claridad, y articular con ΅
distinciσn. La perfecciσn de una len ι
gua exige que cada letra tenga su pro j
nunciacion propia, para evitar ambiguë j
dades semejantes á la que en la nuestra
nos expone á confundir lo vasto con lo
basto, lo benéfico con lo venéfico.
(L. de la Huerta.)
PROPICIO,
FAVORABLE.—Propicio es lo
)
PRO
Proverbio.—Los proverbios de Salomon.
Adagio.—Dime con quién andas y te
diré quién eres.—Por un clavo se pierde
una herradura, por una herradura un caballo, por un caballo un caballero.
Refrán.—A rio revuelto, ganancia de
pescadores.—Si el guardian juega ά los
naipes, ¿qué harán los frailes?—Ahí me
las den todas.—A la vuelta lo venden tinto.—A otro perro con ese hueso.
Tanto el proverbio como el adagio y
el refrán, tienen por objeto dar precep
tos ϊtiles para el régimen de la vida,
pero todos se diferencian en el modo.
Los proverbios de Salomon, son bien di
ferentes de los refranes de Sancho, aun
que unos y otros se dirigen al mismo
fin. Sin embargo, la palabra refrán trae
consigo la idea déla repeticiσn frecuen
te, y así decimos hablando de una per
sona—es su refrán favorito, y no su proverbio ni su adagio.—Conocemos mu
chos proverbios y adagios de los antiguos
pueblos del Asia, pero no sabemos sus
refranes.
que está dispuesto á favorecer. Favo
rable es lo que de hecho favorece.
El reo tiene propicio al juez que le
mira con indulgencia, y desea que haya ΅
algϊn medio de salvarle: y le tiene fa
vorable, cuando éste da un voto á su fa j
vor, σ usa de todos los medios σ con '
descendencias, que pueden directamen
te contribuir al buen éxito de su causa.
{6. de la Cortina.)
Como el primero de estos adjetivos
solo representa un acto de la voluntad,
no se puede aplicar con propiedad á lo
'ROVERBIO, R E I R Á N , ADAGIO.— Estas
que no la tiene; pero el segundo se apli
voces son sinσnimas en cuanto signifi
ca generalmente á todo lo que favorece
can una sentencia breve, que contiene
con voluntad σ sin ella.
algϊn precepto moral, σ de conducta
Un ministro está propicio. E l vien
particular; pero hallo la diferencia que
to está favorable.
el adagio es mas vulgar que el prover[L. de la Huerta.)
bio, y de una moral menos austera, y
que el refrán da siempre la instrucciσn
P R O V E R B I O , ADAGIO, R E F R Á N . — E l pro
por medio de alguna alegoría σ me
verbio es una sentencia, un consejo, σ
táfora.
un precepto serio, casi siempre moral y
Ademas el proverbio es grave y seco;
expresado en estilo cnlto.
el adagio sencillo y claro, el refrán agu
E l adagio es una sentencia ϊ obser
do, chistoso, y muchas veces de un es
vaciσn llena de agudeza muchas veces
tilo bajo.
epigramática, pero en estilo culto y
En rigor todo refrán y todo adagio es
siempre moral.
proverbio;
pero no hablaría con propie
El refrán es también una sentencia, 1
pero popular, festiva y casi siempre me
dad el que llamase adagios σ refranes
tafσrica, aunque no siempre moral.— ·
á los proverbios de Salomon.
Ejemplos.—
j
(Jtmama.)
PUB
PRUEBA,
( 131 )
ENSAYO, E X P E R I M E N T O . — E s !
QUE
Publicar recae siempre sobre una cosa
que realmente existe. Divulgar puede
recaer sobre una cosa falsa, que se in
venta con algϊn fin.
Un tramposo, que vive con ostenta
ciσn, divulga que es rico, y teme que se
publique que es pobre.
tos tres términos son relativos al modo ;
con que se adquiere el conocimiento de \
ios objetos.
Haremos pruebas para conocer; ens« i
yos para escoger y acertar; experimentos !
para saber.
;
(L. de la Huerta.')
Con los experimentos, nos asegurare ;
mos si la cosa es cierta; con el ensayo,
P U E S T O , SITIO, PARAJE.—Puesto, dice un
cuáles son sus cualidades; con la prueba
espacio pequeρo y determinado. Sitio,
si tiene las cualidades que la atribuimos.
una extension indeterminada, de que
Hablando, pues, de un químico, diré !
pueden hacerse muchos puestos. Para
mos, que ha hecho el experimento de
je, no se limita á espacio alguno, y de
ciertas sales, para saber si realmente !
termina mas propiamente la situaciσn
tienen la fuerza atractiva que deseaba; ΅
local del puesto σ del sitio.
que ha hecho el ensayo de dos minérale? •
΅Se guarda el puesto; se mide el sitio;
para escoger el que mas convenga para j
pero no se guarda ni mide el paraje,
un secreto suyo; que ha hecho \u.pri;e \
ba de cierta preparaciσn, para conocer ! porque esta voz no representa un espa
si puede resistir al fuego sin reducirse ΅ cio, sino una situaciσn.
Me ha tocado el mejor puesto que
á cenizas.
hay
en todo este sitio, porque está en
(Marclt,)
buen paraje.
idea comϊn,
que hace sinσnimos estos verbos, es la
de descubrir un secreto; pero publicar
lo explica la idea absolutamente, sin
modificaciσn alguna, esto es, hacer pϊ
blico lo que no era, hacerlo saber á los
que lo ignoraban. Divulgar supone que
el secreto se ha ido diciendo á varias
personas σ en varias partes, con alguna
determinada intenciσn, σ que, contra la
voluntad del que lo ha confiado con re
serva, se ha esparcido y hecho pϊblico.
PUBLICAR,
(L. de la Huerta,)
DIVULGAR.—La
Se ha divulgado mi casamiento, esto
es, yo no quería publicarlo; pero alguno
de aquellos á quienes yo lo habia con
fiado, σ que han tenido modo de saber
lo, σ sospecharlo, lo ha ido diciendo á
unos y á otros, ha corrido la voz, y lo
saben ya todos.
Un hombre honrado publica con sa
tisfacciσn los beneficios que recibe de
sus amigos. Un hombre ruin procura
divulgar con astucia los defectos de sus
enemigos.
Q
estos ver
bos la inclinaciσn de la voluntad á una
cosa que no se posee; pero querer supo
ne un objeto mas asequible, y en cuyo
logro tiene mas parte la voluntad, y los
medios que se emplean para conseguir
lo. En el objeto del verbo desear, pa
rece que tiene menos influencia la vo
luntad, y depende menos de los medios
que pueden emplearse para su logro,
que de la voluntad agena, σ de circuns
tancias en que no tiene parte la volun
tad del que desea.
Deseo que maρana haga buen tiempo,
porque quiero ir á la pradera de San Isi
dro. Deseo ganar el pleito, porque quie
ro fundar un mayorazgo.
Q U E R E R , DESEAR.—Explican
(L, de la Huerta.)
verbos se sue
len confundir en el uso comϊn para e x
plicar nuestra inclinaciσn á alguna per
Q U E R E R , ESTIMAR.—Estos
( 132
QUI
sona; pero querer la explica como diri
gida por la voluntad, y estimar como di
rigida por el entendimiento, esto es,
como efecto del concepto que tenemos
del mérito de la persona.
A un enemigo no se le puede querer,
pero se le puede estimar. N o se quiere
á quien no se conoce, pero se le puede
estimar por reputaciσn.
Una mujer honrada debe hacer mas
aprecio del que la estima sin quererla,
que del que la quiere sin estimarla.
(L. de la Huerta. )
(G. de la Cortina.,!
escritor mo
derno da el nombre de alquimista á un
célebre quνmico de nuestros dias; ate
niéndose probablemente á la etimología
de. la voz.
A la verdad, no se puede dudar que
quimia y alquimia son una misma voz,
pues el artículo aρadido á una de ellas,
no muda su sentido, porque en los tiem
pos desde los cuales conservamos estas
voces, se hacia poca distinciσn de las
ideas que ahora explican una y otra,
como tampoco se hacia de las operacio
nes y objetos que hoy las distinguen; y
así no teman otra denominaciσn latina
que la de Chemia, que trayendo su orí
gen de una voz que significaba ocultar,
deja poca duda de la idea que entonces
se tenia de estas operaciones.
Pero en nuestros tiempos, en que el
adelantamiento de estos estudios ha he
cho variar las ideas, parece vergonzoso
el confundir con estas voces á un quν
mico respetable, que aplica los resulta
dos de sus sabias investigaciones á los
ϊtilísimos objetos de la verdadera .qui
mica, con un alquimista, que en la obs
curidad de sus manipulaciones, busca
vanamente la piedra filosofal.
Q U Í M I C O , ALQUIMISTA.—Un
\
quietud
es opuesta al movimiento: la tranquili
dad á la agitaciσn. Aquella se refiere
á las cosas materiales; ésta principal
mente al estado del alma. Se procura
que un niρo esté quieto; que una naciσn
esté tranquila. Muchas veces la inquie
tud indica falta de tranquilidad; y otras
muchas vemos quieto al que no está
tranquilo.
Pero cuando queremos usar metafσri
camente de las palabras quietud y tran
quilidad, cambiamos la aplicaciσn res
pectiva de cada una, y por este medio
damos infinita energía á nuestras ideas;
v. g. El mar está tranquilo. Esta e x
presiσn contiene una comparaciσn filo,
sσfica, pues así como cuando el mar es
tá embravecido se dice que está agita
do, á semejanza de lo que experimenta
el alma cuando la agitan las pasiones,
así también lo llamamos tranquilo cuan
do no experimenta ninguna agitaciσn.
Comparándolo á la alma, debían apli
cársele los adjetivos que convienen á
esta.
Del mismo modo decimos—mi alma
está en una perfecta quietud—esto es,
en una indiferencia absoluta para todo
aquello que no le interesa; en un estado
en que nada la mueve ni inquieta.
Conviene, pues, no olvidar que en to
dos estos casos se emplea el estilo figu
QUIETUD, TRANQUILIDAD.—La
RAP
)
rado, y que la aplicaciσn propia de las
palabras quietud y tranquilidad, es la
que indicamos al principio. Una pén
dola que no se mueve está quieta. Una
persona que nada teme ni desea está
tranquila.
(L. de la Huerta.)
R
R Á P I D O , \ T ELOZ, ACELERADO.—Estas vo
ces rapidez, velocidad y celeridad no son
otra cosa que \&presteza c onsiderad a bajo
distintas relaciones.
Rapidez considera principalmente la
fuerza impulsiva, y de consiguiente los
estorbos que tiene que vencer la cosa
RAR
( 133
movida. Velocidad se refiere mas á la
ligereza que encuentra pocos estorbos.
Celeridad es una presteza acelerada, 6
que va aumentando progresivamente. ;
Una bala de caííon anda con rapidez:
esto es, lleva mucha fuerza, y de consi
guiente vence con facilidad la resisten
cia del aire y el impulso de la gravedad.
La carrera de un galgo es veloz, pues
la suma ligereza de este animal apenas
le deja estorbo que vencer. Ni sus car
nes le pesan, ni su configuraciσn le em
baraza; antes al contrario, todo concur
re á que ande sin esfuerzo.
]
Todo cuerpo que se desprende, baja
con celeridad, porque su'presteza va
aumentando á proporciσn que se aleja
del punto de su desprendimiento.
Un torrente no puede ser veloz, sino
rápido. Una águila bien puede des
prenderse rápidatras una palomita;pero
esta solo puede huir con velocidad; σ
bien con celeridad, si el miedo le hace
sacar fuerzas de flaqueza.
Un hombre que en poco tiempo se
haya elevado á empleo de considera
ciσn, no decimos que ha hecho una car
rera veloz, ni que ha ascendido con celeridad, sino que ha hecho una fortuna
rápida: es que fijamos principalmente
nuestra consideraciσn en la fuerza del
favor ό de la suerte que lo ha elevado,
que es lo que nos llama mas la atenciσn,
porque irrita nuestro amor propio.
El hombre que tiene, prisa hace las
cosas con celeridad, porque á cada mo
mento la impaciencia aumenta su pres
teza: el que está práctico en ellas las
hace con velocidad; esto es, sin esfuer
zo: la suma presteza se llama siempre
rapidez, porque no podemos concebirla
sino imaginando una gran fuerza que la
causa.
(Jonama.)
EXTRAÑO, SINGULAR. — Cuando
queremos encarecer σ exagerar alguna
RARO,
)
RAZ
cosa, usamos indiferentemente de estas
tres voces: es una cosa rara, extraña,
singular, suceso raro, singular, extraño;
pero, aunque las mas veces se aplican fi
guradamente, y por exageraciσn, no se
debe perder de vista la peculiar exten
sion y energía de cada una de ellas.
Raro es lo que no es comϊn, lo que
se ve, σ sucede pocas veces, lo que se
halla con dificultad. Extraño es lo que
no es propio, conforme, σ adecuado á
la cosa de que se trata. Singular es lo
que es ϊnico, lo que no tiene igual σ
semejante.
Cuando decimos, que el tener un
hombre seis dedos en una mano, es una
cosa rara, extraña, 6 singular, no expli
camos nuestra admiraciσn con relaciσn
á la misma idea: es raro para quien lo
mira como una cosa poco comϊn, que
se ve pocas veces; es extraño para quien
lo considera como monstruoso, poco
conforme á la natural construcciσn de
nuestras manos; es singular para el que
lo cree ϊnico, y no sabe que ha habido
otros hombres que han tenido también
seis dedos en una mano.
(2λ déla
Huerta.)
quere
mos expresar un origen comϊn, que se
diferencia de otros por ciertos acciden
tes que le son propios, y se designan por
medio de un nombre particular, nos va
lemos de la palabra raza; pero ha de ser
necesariamente hablando del hombre σ
de los animales.
Cuando intentamos clasificar los di
ferentes individuos, σ los diferentes sé
res que pertenecen á un mismo género,
nos servimos de la palabra especie, y la
aplicamos á todo cuanto existe.
Sin embargo, como la costumbre de
aplicar la palabra raza á los animales la
hace parecer poco noble, se prefiere co
munmente la palabra especie hablando
de los hombres, y así se dice la especie
R A Z A , E S P E C I E , CASTA.—Cuando
REA
( 134 )
REC
humana, y no la raza humana: solamen
rar; ejecutar es cumplir una cosa confor
te para denotar las malas inclinaciones
me al plan que antes se habia formado.
de una persona, decimos que es de mala
Así, pues, realizar hace relaciσn á las
apariencias;
efectuar á algϊn empeρo, y
raza; pero aun en este caso aplicamos
ejecutar á un designio.
á la persona lo que creemos propio de
(March.)
los brutos, y hablamos en sentido fi
gurado.
i R E B E L D E.,, INSURGENTE.—El insurgente
Una especie puede comprender dife
usa de su derecho, de su libertad para
rentes razas, y por eso decimos.—ΏQué
levantarse contra una empresa de agre
especie de animal es éste?—Un perro.—
siσn ϊ opresiσn, privaciσn de sus leyes,
ΏDe qué raza?—Lebrel.
&c. ; el rebelde abusa de sus medios
La palabra cosía nos indica ϊnicamen
para levantarse contra una autoridad
te las diferencias accidentales que ofre
legítima.
ce la especie humana en sus individuos,
El insurgente hace pues una acciσn
y que forman, por decirlo así, otras tan
legítima σ legal, y el rebelde una acciσn
tas clases diferentes. Mas como estos
perversa y criminal. El primero se arma
accidentes no constituyen especies di
la opresiσn y en defensa de la
contra
versas, pues consisten ϊnicamente en el
patria; el segundo por sus fines parti
color, en las variaciones del pelo, & c ,
culares y contra el gobierno legítimo.
nunca podrá usarse de la palabra casia
Aquel resiste al poder enemigo, este
como sinσnimo de raza σ de especie.
al poder tutelar. De aquí la di
ataca
Ademas, la palabra casta parece que in
ferencia absoluta entre insurrecciσn y re
dica siempre falta de civilizaciσn σ de
beliσn.
cultura, σ degradaciσn de facultades in
(March.)
telectuales, &c.
Como la palabra casta designa las di R E C I B I R , A C E P T A R . — liecibimos lo que
nos dan σ nos envían: aceptamos lo que
ferencias accidentales, y éstas nos indi
nos ofrecen.
can muchas veces las inclinaciones na
Se reciben gracias, se aceptan ser
turales σ adquiridas, nos valemos de
vicios.
ella para expresar la bondad intrínseca
Recibir excluye simplemente la ne
que cada especie de animales recibe de
gativa
σ acto de rehusar. Aceptar pa
su origen. Así decimos:—"Este perro
rece indicar un consentimiento σ una
es de buena casta;" y por extension
aprobaciσn mas expresa.
para manifestar el recelo que nos inspi
Debe uno siempre mostrarse agrade
ra una persona, despreciable al mismo
á los beneficios que haya recibido.
cido
tiempo, decimos también: "Ώqué casta
No se debe desechar jamas lo que se ha
de pájaro es éste?"
aceptado.
(G, dB la Cortina. :
(Marck.)
REALIZAR,
EFECTUAR,
EJECUTAR.—Es
cumplirlo que se habia tenido por mira
anteriormente; pero cada uno de estos
verbos indica este cumplimiento bajo
diferentes puntos de vista.
Realizar es cumplir lo que las apa
riencias daban lugar de esperar; efectuar
lo que promesas formales hacían espe
voces en
cierran la idea de atraer por medio de
los sentidos, pero la primera la refiere
al del oido; la segunda al de la vista:
porque llamamos reclamo á la voz con
que una ave llama áotra de su especie;
y por analogía damos el mismo nombre
no solamente al pájaro enseρado para
R E C L A M O , SEÑUELO.—Ambas
REG
REC
( i; )
miento. La gratitud es el reconocimiento
que con su canto atraiga otros, sino
de un buen corazσn, de una alma gran
también al instrumento que sirve para
llamar á las aves imitando su voz.
de. El que se da prisa á pagar un ser
Señuelo es una figurilla con alas que
vicio generoso que le hicieron con otro
imita á una ave y sirve para engaρar á
servicio para quitarse el peso del reco
las verdaderas y atraerlas al lazo.
nocimiento, es un ingrato; y aquel rebo ·
El reclamo es un medio mas dulce,
sa gratitud que no pagando su deuda ni
pues que se refiere al clamor: el señue
aun atreviéndose á desplegar sus labios
lo es mas material, pues que consiste en
sobre ello, acompaρa á su bienhechor
un objeto del arte, como lo indica su
en sus placeres, rie en sus gozos, y llora
misma etimología, signulum, diminutivo
en sus desdichas. El reconocimiento da
de signum.
lo que debe, paga; pero la gratitud no
En sentido moral hacemos uso de am
cuenta lo que da, porque siempre debe.
bas voces con notable propiedad y ele
(A. Cienfuegos. )
gancia.
΅Con qué prontitud no acude un hom RECTO, ÍNTEGRO.—El que no se separa
de la justicia, es recto; el hombre recto,
bre, dotado de ternura, al poderoso re
considerado como inflexible y superior
clamo de la voz de una mujer amable!
á la parcialidad σ al interés, es intsgro.
΅Cuan dulce señuelo son los ojos de esta
Esíecíoeljuezque, al condenar al reo,
mujer cuando expresan una verdadera
no se deja llevar, ni de la violencia de
pasiσn!
su genio inclinado al rigor, ni de la ex
Y ciertamente, con dificultad podrán
cesiva bondad y sensibilidad de su co
presentarse muchos ejemplos de aplica
razσn.
ciσn de voces mas ideolσgica ni mas fun
dada en las leyes de la naturaleza. El
Es integro el que, al sentenciar una
oído y la vista; he aquí los dos medios
causa, no escucha ni las sugestiones de
de atracciσn propios del hombre: solo
la amistad, ni el influjo σ el temor del
los animales son atraídos por los demás
poder, ni los estímulos de la codicia.
sentidos.
(L. de la Huerta.)
(G. de la Cortina.)
REFUGIO, ASILO.—El refugio es un re
reco
curso contra la aflicciσn, la indigencia σ
nocimiento es la memoria, la confesiσn
el riesgo. ElímVoes una protecciσn,
de un servicio σ de un beneficio recibi
una defensa contra la fuerza y la per
do. La gratitud es el sentimiento, el
secuciσn.
afecto inspirado por un beneficio σ por
El hospital es un refugio para los po
un servicio. El reconocimiento conser
bres; la Iglesia es un adνo para los cri
va la memoria de las cosas; es el ani
minales.
mus memor de los latinos. La gratitud
Busca la nave un refugio en cualquier
conserva esta memoria en el corazσn;
puerto,
huyendo de la tempestad que
es su gratus animus. Publicar un be
la amenaza: busca en un puerto amigo
neficio es un acto de reconocimiento;
o neutral un asilo, huyendo de una fuer
querer á su bienhechor es el acto pro
za superior que la persigue.—(V. Aco
pio de la gratitud. Basta ser justo para
gerse, Refugiarse.)
tener reconocimiento; pero es menester
(L. de la Huerta.)
ser sensible para tener gratitud. El re
conocimiento es el principio de ia gratitud., REGLA, REGLAMENTO.—La regla se re
fiere propiamente á las cosas que se de
la cual es el complemento del reconoci
RECONOCIMIENTO, GRATITUD.—El
REM
( 1 36
ben hacer,y el reglamento al modo como i
deben hacerse. En la idea de aquella
entra alguna cosa que participa mas del
derecho natural, y en la idea de éste ;
alguna cosa que participa mas del dere
cho primitivo.
La equidad y la caridad deben ser dos i
grandes reglas de la conducta de los
hombres; ellas tienen hasta derecho pa
ra derogar todos los reglamentos parti
culares.
Se somete uno á la regla, se confor ;
ma con el reglamento. Aunque aquella
sea mas indispensable, es sin embargo
mas frecuentemente violada, porque es ;
timulan los pormenores del reglamento
mas bien que las ventajas de la regla.
(March.)
cosas tienen
relaciσn una con otra por una especie
de conexiσn entre sí ya sea de conse
cuencia, de hipσtesis, de motivo σ de
objeto. Tienen analogνa entre sí por
una mera semejanza en alguna de sus
propiedades, ya sea en la forma, ya en el
origen, en el uso σ en la significaciσn.
R E L A C I Σ N , ANALOGÍA.—Las
(March.)
;
REP
tenecen el primero al verbo mederi, que
significa remediar, recuperar, restable
cer; y el segundo al verbo medicor, me
dicamentar, dar remedios, poner bajo un
régimen. Elra?ie</ioesloquecura,loque
restablece, lo que recobra la salud. Me
dicamenlo es lo que se prepara, y admi
nistra y emplea como remedio; lo que se
aplica para que cure. El remedio cura
el mal; el medicamento es un régimen en
que se pone al enfermo como medio para
que cure. El medicamento cura como
remedio. Se aplican medicamentos á un
enfermo aunque su enfermedad no ten
ga remedio. Cuanto contribuye á cu
rar, es remedio; toda materia, todo misto
preparado para que sirva de remedio es
medicamento. Todo medicamento es es
pecie de remedio, σ se emplea como tal.
La naturaleza suministra σ sugiere los
remedios: la farmacia componey prepara
los medicamentos. En la medicina el
medicamento se contrapone al alimento,
porque este se convierte en sustancia.
El remedio se opone propiamente al mal,
y anuncia un buen efecto, un alivio, un
bien, aunque no sea una cura completa.
(A Cienfuegos.)
— Relativo ex
prime la referencia de una cosa á otra
en cuanto la una conviene, se aplica σ
pertenece á la otra. Respectivo expri
me la proporciσn en que una cosa de
terminada tiene el valor, la calidad, σ
cualquiera propiedad σ constitutivo que
es comϊn también á otras.
R E L A T I V O , RESPECTIVO.
Esta proposiciσn es relativa al asun
to de que hablamos ayer. Los pobres
suelen ser respectivamente mas felices
que los poderosos.
Todo hombre tiene su respectivo amor
propio, relativo á la pasiσn que le do
mina.
(L. de la Huerta.)
pala
bras son dos sustantivos latinos que per
R E M E D I O , MEDICAMENTO.—Estas
reposo, en su
sentido físico, significa intermisiσn del
trabajo σ fatiga, y en este sentido es si
nσnimo de descanso, pero con esta dife
rencia, que el descanso supone mayor
lasitud, mayor necesidad de reparar las
fuerzas perdidas, y una fatiga mas in
mediata; reposo supone menor cansan
cio, σ menos inmediato, y tal vez una
situaciσn de pura comodidad, σ que su
pone una fatiga muy remota.
Después de haber corrido es indis
pensable el descanso. Con el tiempo,
la paciencia y el reposo, se curan mu
chos males.
Después de pasear, descanso con gus
to; después de comer, reposo un poco.
El rico sedentario reposa blandamente
REPOSO,
DESCANSO.—El
REP
( lí 17 )
RES
proceder,
dirige
sus
acciones con sosie
sobre colchones de pluma, mientras el
go y moderaciσn.
pobre labrador descansa sobre el duro
Después de haberle dejado hablar
suelo, de las fatigas del dia.
(L. de la Huerta.)
cuanto quiso, le respondiσ á todo con
mucho sosiego y dulzura, sin alterar, de
R E P O S O , QUIETUD, SOSIEGO, DESCANSO.
modo alguno, el reposo y la tranquili
—Reposo es la falta de movimiento;
dad de su espíritu.
quietud la falta de acciσn; sosegarse es
(L. de la Huerta.)
recobrar el reposo; descansar recobrar i
la quietud.
\ RESPONDER, CONTESTAR.—Contestar es
corresponder á lo que se dice σ se escri
Lo que nunca se ha movido, no po
be, haciendo ver que se ha oido σ se ha
demos decir que está sosegado, sino que
leido,
se ha escuchado, se ha entendido.
reposa; así como no podemos decir que ΅
Responder es satisfacer á las preguntas
descansa, sino aquello que ha estado in
que se hacen, dar soluciσn á lo que se
quieto; es decir, aquello que ha tenido
propone, entrar en materia sobre la dis
una acciσn violenta. Por esto la agita
cusiσn σ asunto de que se trata.
ciσn de ánimo que nos hace obrar vio
No solo no me ha respondido á las
lentamente, se llama inquietud; por esto
preguntas que le hice, pero ni aun me
el que se había agitado mucho, sea con
ha
contestado.
ejercicios corporales, sea con trabajos
Una carta de pascuas no exige mas
de espíritu, σ con pasiones de ánimo,
que una simple contestaciσn.
decimos que descansa.
Al que da una orden, se le contesta;
Como todo animal que descansa gra
al que pide informe, se le responde.
vita mucho mas que antes de cansarse;
(L.de la Huerta.)
en el lenguaje vulgar, por analogía se
ha llamado descansar á lo que propia
RESPUESTA, RÉPLICA.—La respuesta se
mente debe llamarse gravitar. Una pi
hace á una pregunta σ cuestiσn; la rι
rámide σ una estatua decimos que des
plica á una respuesta, queja σ repren
cansa sobre un pedestal: es decir, que
siσn. La respuesta debe ser clara, su
gravita sobre él.
cinta; la rιplica fuerte y convincente.
(Jonama.)
Hay mas mérito en callar al oir una
REPOSO, SOSIEGO.—Significan en el sen
prudente reprimenda y aprovecharse de
tido moral, quietud, tranquilidad, sere
ella, que en contestar con una rιplica.
nidad de ánimo, pero con esta diferen
Los escolásticos enseρan á proponer di
cia: la idea del reposo excluye absoluta
ficultades extravagantes y á dar también
mente toda acciσn; la voz sosiego no la
respuestas extraρas.
excluye, antes bien supone muchas ve
Respuesta tiene mas extension que
ces la moderaciony tranquilidad del áni
rιplica. Se responde á las cuestiones de
mo durante la acciσn. Y así reposo ex
las personas que se informan, á las pre
plica solamente la tranquila situaciσn
guntas de las que esperan gracias σ ser
del ánimo; y sonego extiende su rela
vicios, á los interrogatorios de los jue
ciσn á la tranquilidad, que el estado de
ces, á los argumentos que se proponen
un ánimo sereno comunica á las accio
en las escuelas, á las cartas que nos es
nes exteriores.
criben, á las dificultades que nos pro
El hombre prudente, que quiere con
ponen, &c.
servar el reposo de su espíritu, y tran
Rιplica es mas limitado; supone una
quilidad de su ánimo, es sosegado en su
disputa por opiniones σ por diferentes
18
( 138 )
RID
ROS
pareceres que se siguen, en los cuales RIQUEZA, OPULENCIA.—La abundancia
de bienes es la idea que hace sinσnimas
hay partidos σ intereses opuestos.
estas dos voces; pero la opulencia la re
Se hace una rιplica á la respuesta de
presenta
de un modo absoluto: la rique
un autor á quien se ha criticado; alas
za representa una abundancia relativa.
reprimendas de aquellos cuya correc
Cuando decimos que un hombre es
ciσn no queremos seguir, y á los discur
opulento, damos la idea de una grande
sos del abogado de la parte contraria.
abundancia,
sin hacer relaciσn mas que
Se debe enseρar á los niρos á dar en
á ella misma. Pero si decimos que es
lo posible respuestas claras, sucintas y
rico, damos una idea de la abundancia
juiciosas, y hacerles conocer que les será
de bienes relativa á su estado, á su ca
mas provechoso, honorífico y prudente,
lidad, á sus circunstancias.
escuchar callando que replicar.
(March.)
De un artesano industrioso, que ha
adquirido algϊn caudal con su trabajo,
se dice que es rico, porque lo es relati
RESTOS, ESCOMBROS, RUINAS.—Estos
vamente á su estado, y en comparaciσn
tres vocablos significan en general los
de los demás de su cía je; pero no se
restos dispersos de una cosa destruida,
con la diferencia, que restos y escombros dirá con propiedad, y sin exageraciσn,
que es opulento.
no se aplican sino á los edificios, y que
minas supone también que el edificio σ
De aquí es, que vivir con opulencia,
edificios destruidos son de considera
no es solamente gozar de las comodida
ciσn. Se dice los restos de un navio,
des que proporciona la riqueza á cada
los escombros de un edificio, las ruinas
uno, segϊn sus circunstancias; sino vi
de un palacio σ de una ciudad.
vir con el lujo, lucimiento y ostenta
ciσn, que dan idea de una grande abun
Escombros nunca se dice sino en sen
dancia y sobra de bienes.
tido propio; restos y ruinas se usan en
(L. de la Huerta.)
b ntido figurado; pero ruinas en este
caso, se emplea mas veces en singular
que en plural. Los restos de una fortu ROMPER, QUEBRAR.— El verbo romper
tiene una significaciσn mas extensa, por
na brillante; la ruina de un particular,
que se aplica á toda acciσn, por medio
del estado, de la religion, del comercio.
de la cual se hace pedazos de cualquier
(March.)
modo un cuerpo; pero quebrar supone
que la acciσn se ejerce determinada
RIDÍCULO, RISIBLE.—Ridνculo es lo que
mente en un cuerpo inflexible σ vidrio
debe hacer reir, que no puede dejar de
so, y de un golpe σ esfuerzo violento.
mover la risa. Risible es lo que puede
Se rompe un papel, una tela; pero no
hacer reir, pero puede no mover la risa.
se quiebra como una taza, un vaso.
Risible se toma en buena y en mala par
te; pero ridνculo se toma siempre en
(L. de la Huerta,)
mala parte. Hay cosas que hacen reir,
porque son despropositadas, inmodera ROSTRO, CASA, PAZ, SEMBLANTE.—Ros
tro se dice de los racionales splamente.
das, desordenadas;, y estas son risibles y
Cara se aplica á estos, lo mismo que
ridiculas. Hay cosas que deben hacer
á los animales y aun á las cosas, y es,
reir para llenar su destino, su objeto, su
por decirlo así, mas material que rostro,
fin; y estas son risibles, y no ridiculas:
pues aquella indica solamente la parte
su objeto es el ridνculo.
anterior de la cabeza, desde el principio
(A. Cienfuegos.)
ROS
( i:
de la frente hasta el extremo de la bar
ba; y éste indica las facciones modifica
das ya de un modo, ya de otro, lo que
no puede verificarse sino en el hombre.
Por esta razσn decimos cara de burro,
cara de mona, y no rostro de burro ni
de mona, porque en este caso atende
mos ϊnicamente á la figura material de
las partes comprendidas en la cara. Si
decimos que una persona se cubriσ el
rostro, hacemos concebir la idea de la
vergüenza, del pudor σ del dolor; y si
decimos que se cubriσ la cara, no indi
camos mas que el deseo de que no fue
se vista. En sentido figurado nos ser
vimos de la palabra cara para denotar
la presencia de una persona y decimos
—se le dije cara á cara: nunca le he vis
to la cara: guardar, huir la cara, &c.
En todos estos ejemplos se ve que la
palabra cara, denota, como hemos di
cho, el efecto puramente material que
causa en nuestra vista el modo de pre
sentarse las partes que componen lo que
llamamos cara, y por eso decimos cara
de pascua, cara de pocos amigos, cara
de vaqueta, cara de vinagre, & c , y aun
nos valemos de esta voz para expresar
la superficie σ frente de muchas cosas,
como—galon de oro de (ios caras,\acara
de un palacio. Finalmente, nada pue
de dar una idea mas exacta de la dife
rencia que hay entre cara y rostro, que
las expresiones usuales y comunes—la
varse la cara, y caérsele á uno la cara
de vergüenza.
La/az, cuando se usa en lugar de cara
es su sinσnimo perfecto, pues no existe
entre ambas palabras mas diferencia, que
la material de sus respectivas etimolo
gías. Cara se deriva de chara σ che
ra {*)•>¥fazde fades. Pero esta ϊltima
se aplica con mas frecuencia y propiedad
al aspecto exterior de todas las cosas,
y por 'so decimos superficie, que es lo
mismo que sobrefaz. La faz se limita
{*) Mr. Minage deriva la palabra casa déí griego kara.
)
ROT
mas á indicar la exterioridad del todo
prescindiendo de las partes, como se ve
cuando decimos ά la faz del mundo en
tero, esto es, delante σ en presencia de
todos: en paz y en faz (σ en haz, que es
lo mismo), esto es, pϊblica y pacífica
mente: á prima faz, esto es, á la pri
mera vista: la/a« del sol, de la luna & c ,
esto es, la figura con que se dejan ver
la luna y el sol, &c.
Llamamos semblante á la manifesta
ciσn de algϊn afecto del ánimo en el
rostro; por consiguiente la palabra sem
blante se refiere á lo moral mas bien que
á lo físico. Así decimos componer el
semblante, esto es, disimular la turba
ciσn σ inquietud, y aparentar seriedad,
serenidad σ modestia, &c. Mudar de
semblante, esto es, manifestar en el ros
tro alteraciσn causada por un afecto del
alma. Igual uso tiene la palabra sem
blante en sentido figurado, pues cuando
decimos, "las cosas han mudado de sem
blante," queremos decir que variaron
las circunstancias, y por consiguiente
deben variar los efectos que de ellas se
esperaban.
(G. de la Orríina.)
ROTO, ROMPIDO, QUEBRADO.—limo es el
participio pasivo irregular de romper; y
rompido es el participio pasivo regular
del mismo verbo; pero ofrecen diferen
cias notables.
Rompido indica violencia, esfuerz ;
de parte del que rompiσ, y resistencia
de parte de la cosa rompida.
Lo roto puede serlo sin que en ello
haya tenido parte la fuerza ni la resis
tencia, en el sentido en que hablamos.
Por eso decimos—este vestido está roto;
esto es, lo está por el uso, y no porque
se haya intentado romperlo violenta
mente. Llamamos roto á un hombre
andrajoso: decimos que nunca falta un
roto para un descosido, y en ambos ejem
plos nos valemos del adjetivo roto, que
SAB
( 140 )
SAC
nos da la idea indicada. En sentido fi
malos caminos á fin de desviarse de
gurado decimos—un maniroto, hablan
ellos.
do de un disipador del dinero, como si
Parece que la sabidurνa es mas ilus
dijéramos—"su mano está ya tan rota,
trada, y que la prudencia es mas reser
que no puede contener lo que toma en
vada.
ella." Si en el primer ejemplo llamáse
El sabio emplea los medios que le pa
mos rompido al hombre andrajoso, y en
recen propios para el buen éxito de lo
el segundo dijéramos manirompido, da
que desea y se conduce por la luz de
la razσn. El prudente toma el camino
ríamos á entender que aquel se había
que cree mas seguro, y no se expone á
fracturado los huesos, y que éste tenia
andar por el que le es desconocido.
fracturada σ inutilizada una mano.
Tanto lo roto como lo rompido y lo
Un antiguo dijo: que es propio de la
quebrado, ofrece la idea de la separaciσn
sabidurνa no hablar sino de lo que se
sabe perfectamente; sobre todo, cuan
de sus partes; pero indican no solamen
do uno quiere hacerse estimar puede
te diferentes modos de efectuarse esta
aρadirse á esta máxima: que es propio
separaciσn, sino también otras varias
de
laprudencia no hablar sino de lo que
circunstancias que pertenecen al todo
puede agradar, principalmente cuando
de la acciσn; por ejemplo; diciendo que
uno desea hacerse estimar.
fué necesario romper tal puerta, damos á
entender, que se empleσ la fuerza; que
\_March.)
la puerta ofrecía resistencia; que era de
materia sσlida y fuerte; que la intenciσn SABIO, DOCTO, ERUDITO.—Sabio, se lla
ma en general todo el que sabe profun
era facilitarse el paso; que todo esto fué
damente alguna cosa; y se aplica co
efecto de la voluntad, & c ; pero si dijé
munmente á los que profesan las cien
ramos que se quebrσ la puerta, no da
cias. Docto, se aplica particularmente
ríamos á entender nada de esto: haría
á los que profesan las facultades. Eru
mos concebir ϊnicamente una idea ais
dito, no supone ni la ciencia profunda
lada, producida tal vez por la casuali
del sabio, ni ladoctrina profunda del doc
dad, sin objeto determinado, y sin nin
to, sino una vasta noticia de conocimien
guna consecuencia.
tos literarios, que requiere mucha lec
Cuando decimos que una cosa se quie
tura, actividad, curiosidad y memoria.
bra, damos á entender que es dura, re
Un gran teσlogo es docto. Un gran
sistente, y que sus partes estallan mas
mineralogista es sabio. Un compilador
σ menos al desunirse. Se quiebra un
es erudito.
vaso, un palo, & c , y no decimos que
(£. de la Huerta.)
se quiebra un hilo, un lienzo, un vesti
SACRIFICAR, INMOLAR.—En sentido reli
do, &c.
(G.dela Cortina.)
gioso, se sacrνfica cualquiera cosa: no
se inmolan sino víctimas, haciendo sa
S
crificio sangriento de seres animados.
SABIDURÍA, PRUDENCIA.—La sabidurνa
El objeto sacrificado se dedica á la di
hace obrar y hablar oportunamente. La
vinidad; el inmolado se destruye σ ani
prudencia impide obrar y hablar fuera
quila en honor de ella. El verbo inmo
de tiempo. La primera para conseguir
lar viene de mola, nombre de la pasta σ
sus fines procura descubrir el buen ca
masa sagrada que se ponia en la cabeza
mino para seguirlo. La segunda para
de la víctima antes de degollarla.
no errar el golpe, trata de conocer los
Los perseguidores del cristianismo al
SAG
( 1 1 )
SAL
principio de éste obligaban á los cris SAGAZ, ASTUTO.—El sagaz penetra con
tianos á hacer sacrificios en honor de
sutileza lo que es difícil de conocer σ
los falsos dioses, no haciéndoles inmo
descubrir. El astuto oculta con arte ma
lar animales, sino ϊnicamente exigien
liciosa los medios de que se vale para
do de ellos un acto de culto, como el
lograr sus intentos.
de riuemar incienso, probar las carnes
El primero se aplica á buena σ mala
sagradas, &c.
parte, el segundo supone siempre ma
licia.
Arístides se sacrifica por su patria
El perro es sagaz: la zorra es astuta.
sirviéndola aun contra sí mismo, á pe
sar de lo ingrata que para él ha sido. Co
El juez debe ser sagaz para descu
dro se inmola por ella, alcanzando la
brir los enredos de un ratero astuto.
victoria sobre sus enemigos, á costa de
(L. de la Huerta,.)
una muerte obscura é innoble.
Es la virtud un sacrificio continuo de
sí mismo; y el hombre no es jamas sino
una víctima inmolada cada dia.
El que se acostumbrare á sacrificar to
dos los dias alguna cosa de sus propios
intereses, de sus gustos, σ de sus place
res, llegará en fin á inmolarse, á sufrir
las mas duras privaciones, y á hacer los
mayores sacrificios sin esfuerzo alguno.
Veránse también padres que se sacri
fican por sus hijos viviendo ϊnicamen
te por ellos; pero, σ tiempos! σ costum
bres! en nuestros dias se mira esto como
una locura. En todas partes se ven pa
dres que por vanidad mas bien que por
predilecciσn, inmolan á favor de un pri
mogénito todos los demás hijos, priván
doles de unos derechos justos y legíti
mos que les concediσ naturaleza.
(March.)
la saga
cidad la excelencia de un entendimien
to tan despejado, que distingue sin di
ficultad alguna hasta lo mas confuso:
perspicacia es la penetraciσn de un en
tendimiento tan sutil, que adquiere el
conocimiento perfecto de lo que hay
menos penetrable, ha, sagacidad es pe
netrante, ve de lejos, adivina, prevé; la
perspicacia nada deja por descubrir, ve
á fondo, manifiesta la evidencia.
SAGACIDAD, PERSPICACIA.—Es
(March.)
SALARIO,
ESTIPENDIO,
HONORARIO. —
Salario es lo que se satisface á los
criados por el servicio que hacen á sus
amos.
Estipendio el que se paga á las perso
nas que tienen empleo σ dignidad por el
estado.
Honorario lo que se paga σ abona á un
maestro por la enseρanza de una cien
cia σ arte liberal.
{March.)
SALARIO, ESTIPENDIO, SUELDO,
SOLDA
DA, HONORARIO.—No me parece muy
exacto lo que dice March acerca de al
gunas de estas voces.
El salario es la cantidad fija de dine
ro que un amo da á su criado en remu
neraciσn del servicio mecánico de éste.
La voz salario se deriva de la latina so
larium, y ésta de sal, porque fué cos
tumbre antiguamente dar en pago á los
sirvientes domésticos una cantidad fija
de sal.
Estipendio es la cantidad, estipulada
de antemano por un trabajo cualquiera,
y así lo demuestra claramente su eti
mología, pues se deriva de stare y de
pondus, estar σ atenerse al peso, σ á la
cantidad convenida para pago.
Sueldo, es la cantidad con que el es
tado paga á sus empleados, esto es, la
recompensa pecuniaria del trabajo des
empeρado en servicio de la sociedad.
SEC
SAN
( 142 )
Soldada es el complemento de pago
dad, no vean mas que los mejores ejem
plos, y no reciban sino las instituciones
convenido por servicio mecánico. El
mas saludables.
significado de estas dos ϊltimas voces
(March.)
está fundado en la etimología. Soldada
se deriva de la latina solνdala, y ésta de
solidus, entero, moneda de que usaron los SATISFECHO, CONTENTO.— Aunque am
bos términos expresan cierta tranquili
romanos, llamada así porque era de va
dad de ánimo respecto del objeto de su
lor entero σ redondo, á distinciσn del
deseo, el contento manifiesta cierta tran
sueldo que inventaron después, cuyo va
quilidad que está mas en el corazσn. Sa
lor era quebrado por contener una frac
tisfecho es mas propio de las pasiones;
ciσn. Solidare, y solidatus son las eti
así es que uno está satisfecho cuando ha
mologías de las voces castellanas sol
conseguido lo que deseaba, aunque á ve
dar, solidar, soldado, &c.,y por eso de
ces puede tener mas inquietud después
cimos que un hojalatero suelda una pie
de estar satisfecho por parte del objeto
za cuando la hace entera uniendo las
deseado. No siempre por estar satisfe
partes σ porciones de que debe cons
cho se está contento.
tar. Entonces la pieza queda soldada σ
En suma; está uno satisfecho cuando
completa,
ha conseguido lo que deseaba; está con
Honorario es la cantidad de dinero
tento cuando nada le queda que desear.
que se da á un médico, á un abogado,
La posesiσn debe dejarnos siempre
á un maestro científico, &c, en remu
satisfechos; pero solo el gusto y el goce
neraciσn del trabajo intelectual, aun
tranquilo de lo que ya poseemos, podrá
cuando no se haya estipulado de ante
dejarnos enteramente contentos.
mano, ni se halle sujeta á regla alguna.
La voz honorario hace concebir la idea
Un literato laborioso nunca puede es
tar satisfecho de su trabajo, aunque esté
de la nobleza y excelencia tanto del mo
contento de la elecciσn de la materia que
tivo del pago, como de la persona que
ha
preferido.
lo recibe.
(March.)
(G.dela Cortina.)
SANO, SALTJBLE,
SALUDABLE.—Las co
sas sanas no daρan; las salubles hacen
bien; las saludables salvan de algϊn pe
ligro, de algϊn mal, de algϊn perjuicio;
así, pues, los tres están en graduaciσn.
Es interés del gobierno que los sitios
destinados á la educaciσn pϊblica estén
en situaciσn sana, que los alimentos de
la juventud sean mas bien salubles que
delicados, y que nada se economice por
administrar á los enfermos los remedios
mas saludables.
Pero lo que es también importantísi
mo, es inspirarles la doctrina mas sana,
en cuanto á religion y costumbres, y
que sobre sus deberes para con Dios, la
patria y las diferentes clases de la socie
y otro expliean
en general la acciσn de extraer la hume
dad de un cuerpo; pero enjugar repre
senta una idea mas limitada, y se aplica
mas propia y exactamente, cuando se
trata de poca humedad. Lo que está
mojado, se seca; lo que está hϊmedo, se
enjuga.
SECAR, ENJUGAR.—Uno
La ropa que la lavandera saca moja
da del rio, se seca al sol; pero es preci
so casi siempre enjugarla después en
casa, porque regularmente viene algo
hϊmeda.
Se seca una fuente, un estanque, no
se enjugan. Se enjuga el sudor, los ojos
hϊmedos del llanto, no se secan.
(L. de ta Huerta.)
SEN
( 1 13 )
SEN
SECRETO, RESERVA.—Guarda secreto el
tenece también al sugeto; pero nace en
que calla lo que no debe decir. Tiene
algϊn modo de la reflexion: no es opues
reserva el que no dice, ni aun aquello
to sino á lo afectado σ buscado; el inge
que no está obligado á callar.
nio solo conoce sus límites.
El secreto es un silencio que nos im
Todo pensamiento sencillo es natural;
pone la obligaciσn, σ la necesidad. La
pero el natural no es sencillo.
reserva es un silencio á que nos inclina
(March.)
la prudencia σ la desconfianza.
El hombre de bien debe guardar con SENDA, VEREDA.—Igualmente significan
el camino estrecho y poco trillado, di
la mayor exactitud el secreto que se le
ferente del real. Pero vereda no deja
encarga. El hombre prudente debe ha
de explicar mas positivamente un cami
blar con la mayor reserva con personas
no algo mas ancho y frecuentado, una
que no conoce.
(L. de la Huerta.)
comunicaciσn mas conocida y hecha
mas de intento, para servir de atajo σ
SEMEJANTE, PARECIDO.— La conformi
travesía. Senda da idea de un camino
dad de figura, de calidad, de propieda
mas estrecho, menos conocido, cuyo
des, y de otra cualquier especie de cir
uso se debe mas al acaso σ al abuso,
cunstancias que hay entre dos cosas di
que al arte y al cuidado. Senda es siem
ferentes, es la idea comϊn que correspon
pre un camino para la gente de á pié;
de á estos dos adjetivos; pero semejante
por las veredas pueden muchas veces ir
la explica de un modo absoluto, como
carros. Una senda puede no conducir
existente, real y verdaderamente en la
á parte alguna, una vereda sirve siem
cosa misma: parecido la explica de un
pre de comunicaciσn. Las líneas que
modo relativo, esto es, con relaciσn á
dividen las heredades, forman sendas,
nuestra percepciσn, al efecto material
que muchas, σ las mas veces, no sirven
que causa en nuestra vista, y al juicio
de veredas.
que ésta nos hace formar de la semejan
De aquí es, que á los conductores de
za. Triángulos semejantes. Retrato pa
los Despachos del Consejo real se les
recido.
llama verederos, y al Despacho vereda,
De aquí es, que semejante se puede
con alusiσn á los caminos de travesía
aplicar con igual propiedad á lo físico y
por donde andan, para ir á los pueblos
á lo moral; pero parecido solo conviene
separados del camino real; y á los que
con propiedad á lo físico, esto es, á
andan extraviados por pasos no conoci
aquellos objetos de cuya semejanza pue
dos, se les llama asendereados, con alu
de juzgar materialmente nuestra vista.
siσn á los caminos que no conducen á
Un color semejante σ parecido. Una
lugar σ punto conocido.
virtud, una autoridad semejante.
(L. de la Huerta.)
(L. de la Huerta.)
impre.
siones que el alma recibe de los objetos
se llaman sensaciones y sentimientos. Si
me aplican una ascua sobre Ja piel ten
dré sensaciσn y sentimiento de dolor. Una
flauta produce en mí una sensaciσn agrá
dable, y un sentimiento de melodía.
Sin embargo no es lo mismo sensaciσn
que sentimiento. Cuando los objetos es
SENSACIΣN, SENTIMIENTO.—Las
dos adjetivos
que califican los pensamientos y las ex
presiones relativas á la naturaleza del
sugeto.
Lo que es sencillo nace del sugeto y
sale sin esfuerzo; es lo opuesto de lo re
flexivo, y solo lo inspira el sentimien
to del hombre. Lo que es natural per
SENCILLO, NATURAL.—Son
SEN
( 144 )
SER
tan presentes decimos que hacen sensa
cil de cortar, de penetrar, de ser afec
ciσn, y que producen sentimiento: cuan
tado.
(A. Cienfuegos.)
do están ausentes solo pueden producir
sentimiento por el recuerdo de las sensa
SEPARAR, APARTAR.—Se separa lo que
ciones pasadas. La sensaciσn se refiere
está unido, mezclado, σ hace parte de
mas bien á la acciσn de los objetos: el
un todo. Se aparta lo que toca, está
sentimiento no es mas que la percepciσn
junto, σ prσximo á otra cosa.
del alma, σ el resultado de la sensaciσn.
Se separa la paja del grano; se apar
Nunca decimos hacer sentimiento, sino
ta el paρuelo de la cara. Se separa el
producirlo, causarlo, originarlo; porque
alma del cuerpo; se aparta una piedra
el sentimiento es una operaciσn puramen
que impide el paso.
te pasiva, que puede muy bien tener
(L.de la Huerta.)
una causa, pero no un agente.
Hay sensaciones agradables y desagra SER, ESTAR.—Al latino esse corresponden
dables; pero no sensaciσn de distancia,
dos verbos castellanos, ser y estar.
de tamaρo, de igualdad, de dependen
No falta quien los confunda usando
cia; porque estas no son mas que ideas
indistintamente del uno y del otro; sin
generales, y la sensaciσn no puede ser
embargo en pocas voces está el uso
hecha sino por un cuerpo real y exis
mas decidido.
tente: en tal caso diremos, por ejemplo,
Al que es malo se le aborrece: al que
sentimiento de tamaρo, producido por la
esta malo se le tiene lástima. Las cosas
comparaciσn de dos σ mas sensaciones.
que están altas se pueden bajar: las que
son
altas se rebajan. El mármol es duro:
Al efecto que produce en mí una mala
el pan esta blando. Un verso puede ser
noticia le llamo sentimiento; porque no
lleno: un cántaro puede estarlo: una
es el sonido de las palabras el que me
casa puede á un mismo tiempo ser fría
afecta, sino la multitud de consideracio
y
estar caliente. .
nes que se ofrecen inmediatamente á
De estos ejemplos se colige el verda
mi espíritu, aunque yo no las distinga.
dero oficio de los dos verbos y su dife
El sentimiento puede ser físico σ mo
rencia sinonímica.
ral; esto es, puede proceder inmediata
Ambas convienen en indicar la co
mente de una sensaciσn, σ ser el resul
existencia de dos ideas; es decir, en de
tado de una combinaciσn del espíritu.
notar que el atributo de la proposiciσn
También puede ser agradable σ desagra
está
comprendido en el sugeto: cuando
dable; pero cuando no va acompaρado de
digo que el pan está tierno, la idea de
ningϊn adjetivo que lo modifique, siem
este adjetivo se encierra en la del pan:
pre se entiende que es de esta ϊltima
si digo que el mármol es duro, en la idea
clase.
(Jonama.)
de mármol comprendo la de dureza.
La diferencia consiste en que la co
SENSIBLE, TIERNO.—Sensible es lo que
existencia denotada por el verbo ser es
es capaz de hacer impresiσn en los sen
por la naturaleza del sugeto, y la que
tidos, σ de recibirla. Una cosa que ve
denota el verbo estar es accidental. El
mos por los sentidos σ por la razσn, es
hombre es débil por naturaleza: está dé
sensible en la primera acepciσn; y un ob
bil nor enfermedad: un mismo tintero
jeto que es susceptible de sensaciσn σ de
no puede ser sino grande σ chico; pero
sentimiento, lo es en la segunda. Tier
puede estar lleno σ vacío.
no es lo contrario de duro, lo que es fá
(Jonama.)
SER
( 145 )
absolutamente,sino limitadamente el de
S E R , E X I S T I R , SUBSISTIR.—Ser conviene ι
la personaque sirve sin libertad, como el
á toda clase de objetos, sustancias σ mo
esclavo. Esta es la idea que explica la
dos, y á todas las maneras de ser, ya
voz servitus, que igualmente significa es
reales σ ideales, σ calificativas σ relati
clavitud.
vas. Existir no se dice sino de las sus
Solamente hablando del servicio de
tancias, y solo para indicar el ser real.
palacio
está recibida la voz servidum
Subsistir se aplica igualmente á sus !
bre, pero en muy diferente sentido; por
tancias y á modos, pero con cierto res j
que no representa el servicio, sino el
peto á la duraciσn de su ser, cosa que
conjunto de personas empleadas en él
no expresan los dos primeros términos.
eu actualidad.
Se dice que son, hablando de formas,
La servidumbre del rey; la servidum
de las acciones, del arreglo, del movi |
bre de los seρores infantes.
miento y de todas las relaciones. Se j
Un criado no dirá nunca, hablando
dice que existen, tratando déla materia,
del
acto ό ejercicio de servir á su amo,
del espíritu, de los cuerpos y de todos
que ha estado en su servidumbre; ni un
los seres reales. Se dice que subasten,
oficial á quien el rey ha concedido un
hablando de los estados, de las obras,
buen retiro, σ una buena pension, dirá
de los negocios, de las leyes y estable
que aquel es el fruto de su servidumbre,
cimientos que hay.
sino de sus servicios.
E l verbo ser sirve comunmente para
Con relaciσn á esta rigurosa propie
indicar el acontecimiento de alguna mo
dad,
sfc llama en el estilo forense servi
dificaciσn σ propiedad en la cosa: el
dumbre, y no servicio, á aquella carga,
existir no es de uso sino para expresar
σ incomodidad forzosa, con que está
el acontecimiento de la mera existencia,
gravada una hacienda, y debe sufrir in
y se usa el de subsistir para designar un
voluntariamente su poseedor.
suceso de duraciσn que corresponde á
( £ , de la Huerta.)
esta existencia σ esta modificaciσn.
Así, pues, se dice que el hombre es in
constante: que no existe el ave fénix: que S E R V I D U M B R E , ESCLAVITUD.—La escla
vitud es mas dura que la servidumbre.
lo humano subsiste poco.
(March.'}
Ésta impone un yugo; aquella una ca
dena. La servidumbre oprime la liber
S E R V I C I O , S E R V I D U M B R E . — S i es la ser
tad', la esclavitud la destruye. En aque
vidumbre el acto ό ejercicio de servir, no
lla no tiene el hombre nada suyo; en
habrá diferencia entre estas dos voces;
ésta el hombre es todo de otro. Redu
pero la voz latina que corresponde á
cido uno al estado de servidumbre queda
cada una de ellas, hace ver su diferen
como inferior á la especie humana, y en
cia, tanto en el sentido recto, como en
la esclavitud abatido hasta la condiciσn
los secundarios.
de los animales domésticos. La servi
A mí me parece que el servicio no
dumbre humilla; la esclavitud embrute
solo es el acto, sino también el ejerci
ce. E n resumen, la esclavitud es la mas
cio déla persona libre que sirve por con
dura de las servidumbres. Bajo este con
venio σ interés, como el criado, σ por
cepto, la servidumbre indica particular
gusto σ complacencia, como el amigo; y
mente el estado σ la condiciσn del que
á esto corresponde la voz latina servi
está sujeto á servir á otro, trabajando á
tium. La servidumbre no es el acto, sino
favor suyo, y vivir para provecho del
solo el ejercicio de servir, ni el ejercicio
amo σ del seρor. La palabra esclavitud
19
SER
SEV
( 146 )
SIE
Segϊn el uso se dice: la severidad de
significa que no está libre, σ que está
costumbres, elrigorde la razσn.
encadenado. Así, pues, la esclavitud es
(March.)
en todos sentidos contraria á la libertad
personal. Esta palabra indica propia
mente el estado desdichado del hombre SIEMPRE, CONTINUAMENTE.—Lo que se
hace siempre se hace en todo tiempo y
despojado de sus derechos sagrados, y
en toda ocasiσn; lo que se hace conti
la otra la condiciσn servil del hombre
nuamente se hace sin interrupciσn y sin
sacrificado á los intereses de otro.
descansar.
(March.)
Es preciso preferir siempre su deber
al placer. Es difícil estar continuamen
SERVIR PARA, SERVIR DE.—Cervantes
te aplicado al trabajo. Para agradar en
usa el segundo como equivalente, σ si
tre amigos es preciso habíar siempre
nσnimo del primero, en la segunda par
bien; pero no continuamente.
te del Quijote, capítulo XX. " Y dos
"calderas de aceite, mayores que las
(.March.)
"de un tinte, servνan de freir cosas de
"masa;" pero dudo que haya quien imi SIEMPRE, PERPETUAMENTE, ETERNA
MENTE.—Hemos dicho que permanen
te esta locuciσn, porque servir para re
te es lo que dura siempre y sin altera
presenta el uso á que se destina, σ en
ciσn (*) : perpetuo y eterno es lo que dura
que se emplea una cosa. La pluma sir
y eternamente.
perpetua
ve para escribir, los ojos sirven para ver;
Estos adverbios se diferencian en que
pero servir de, representa la equivalen
siempre γ perpetuamente indican una du
cia de una cosa respecto de otra, en
raciσn inmensa, σ solo infinita con res
cuyo lugar se emplea, como si se dije
pecto á nosotros ό á las cosas de que
se: en lugar σ en vez de. Un sombrero
hablamos; y eternamente indica una du
suele servir de vaso, el suelo le sirviσ de
raciσn absolutamente infinita.
cama, el tambor le sirve de mesa; esto
La eternidad es incomprensible: siem
es, en lugar de vaso, de cama, σ de mesa.
y perpetuamente se refieren á un es
pre
Y así en el ejemplo de Cervantes se
pacio determinado, y pueden significar
substituyen las calderas, no á las sarte
una duraciσn muy corta, si se refieren á
nes, sino al acto mismo de freir.
alguna cosa, cuya duraciσn natural sea
(L. de la Huerta.)
también cortísima. Hay árboles siem
pre verdes σ perpetuamente verdes; pero
SEVERIDAD, R I G O R . — L a severidad se
no eternamente.
halla principalmente en el modo dépen
Siempre indica mas bien la sucesiσn
sai· y de juzgar; el rigor en el modo de
del tiempo no interrumpida: perpetua
castigar. La primera condena fácilmen
mente
se refiere á la existencia de algu
te sin admitir excusa; el segundo ni sua
na cosa en que la otra, de que estamos
viza la pena ni perdona cosa alguna.
hablando, se supone comprendida σ con
Los falsos devotos no tienen severi
la que tiene mucha relaciσn.
dad sino con los demás; prontos á vitu
Por esto de un sugeto, que no hace
perarlo todo, no cesan de aplaudirse á
mas de ocho dias que visita continua
sí mismos.
mente una casa, se dice qué ahora va
El rigor no parece bien sino en las
siempre allí; y no puede decirse que va
ocasiones en que el ejemplo es muy ϊtil;
perpetuamente. Al contrario, de una
en todo lo demás debe tenerse alguna
consideraciσn á la flaqueza humana.
j (*) V. Durable, Duradero, Permanente, Estable.
SIM
SIL
( 147 )
contribuye con su hipocondría á dismi
planta se podrá decir que da irutoperpe
tuamente; aunque no lo dé masque por
nuir el gusto, y la jovialidad de los de
otoρo, y de consiguiente no pueda decir
mas.
(L. de la Huerta.)
se con igual propiedad que lo da siempre.
Una pension dura nempre si nunca la SIMULACRO, FANTASMA, ESPECTRO.—Si
quitan ni la suspenden: es perpetua sien
mulacro significa no solo lo que es se
do para toda la vida.
mejante, del latino similis, sino también
Los condenados padecerán siempre
lo que es simulado, fingido, contrahe
porque nunca tendrán alivio; perpetua
cho, del verbo simulare. Se han llama
mente porque su pena durará tanto como
do particularmente simulacros los ídolos
el mismo infierno; eternamente porque
σ falsas representaciones de los falsos
dioses; representaciones que no ofrecían
nunca jamas tendrá fin.
otra cosa que formas imaginarias de las
La misma diferencia hay entre las vo
divinidades. La imagen es una repre
ces permanente, perpetuo y eterno. Es
sentaciσn fiel de un objeto, y particu
permanente lo que no padece alteraciσn;
larmente es obra de la pintura; la esta
perpetuo lo que dura toda la vida, σ
tua es la representaciσn de bulto en re
mientras subsista otra cosa déterrai na
lieve de una figura, y pertenece á la es
da; eterno lo que nunca se acabará, σ
cultura; el simulacro es una representa
nunca tuvo principio.
(Jonama.)
ciσn falsa σ tosca, informe, vana, que
no presenta sino un objeto desfigurado,
SIGNO, SEÑAL.—El signo da â conocer y
si el objeto existe σ ha existido. Se
á veces es natural; la señal advierte y
dice un simulacro de ciudad, de virtud,
siempre es arbitraria.
&c, para indicar falsas σ vanas aparien
cias. El simulacro vano, el de un obje
Los movimientos del rostro son co
to no real, viene á ser sinσnimo de es
munmente signos de lo que pasa en el
pectro y de fantasma. Fantasma (voz
corazσn; la campanada es una señal que
griega cuya raíz designa claro, lumino
llama al canσnigo á la iglesia.
so, aparente), se toma en filosofía por
Con los mudos y sordos se explica
la imagen que le forma en la mente
uno con signos; y se conviene en cierta
cuando los objetos afectan nuestros sen
señal para entenderse con los que es
tidos. En el uso comϊn es una apariciσn
tán lejos.
(March.)
fantástica, esto es, imaginaria, obra de
la fantasía sin ninguna realidad. Aplí
SILENCIOSO, TACITURNO.—Silencioso es
case esta voz á todo objeto destituido de
el que habla poco y con moderaciσn.
realidad, y á todo pensamiento que ca
Taciturno es el que habla poco y con
rece de razσn. Espectro es unafiguraex
repugnancia. Aquel puede serlo con
traordinaria que vemos σ creemos ver;
tra su genio, por prudencia, por interés,
pero figura horrible, espantosa. Se dice
por obligaciσn; este lo es siempre por
de los objetos que se aparecen, y de las
carácter, por hipocondría, σ por natu
personas desfiguradas que no parecen
ral inclinaciσn al silencio.
humanas en su figura. El simulacro es
la apariencia falaz de un objeto vano:
Es el silencioso inϊtil en una sociedad
fantasma es el objeto fantástico de una
de gente divertida, porque contribuye
vision extravagante: espectro es la figu
poco por su parte á hacerla agradable;
ra σ sombra de un objeto horrible y es
pero el taciturno es mas que inϊtil, es
pantoso. El simulacro nos engaρa; la
gravoso, porque inspira desconfianza, σ
SIN
SIN
( 148 )
traordinario.
Propiedades
raras, cualida
fantasma nos rodea; el espectro nos per
des exclusivas, rasgos distintivos y ϊni
sigue.
(A. Oienfuegos.)
cos forman lo singular; mientras que el
mas σ el menos, el exceso ό el defecto,
SINCERIDAD, FRANQUEZA.—El sincero no
la grandeza y la pequenez en todos sen
oculta la verdad; pero el hombre fran
tidos, y bajo toda especie de medidas,
co la dice secamente, desnuda, sin es
caracterizan lo extraordinario. Lo sin
tudio, sin reparo.
gular excluye comparaciσn, lo extraor
Si la verdad es desagradable, la sin
dinario la supone. Se llama singular la
ceridad disgusta, la franqueza ofende;
ley que está sola en un título. Es sin
porque aquella se combina fácilmente
gular una lucha de hombre á hombre.
con la atenciσn; pero ésta rara vez deja
Es extraordinario en los juicios lo que
de andar acompaρada de la impruden
no sigue el método ordinario de enjui
cia, y en muchos casos no está muy dis
ciar. Llamábase tortura extraordinaria
tante de la grosería.
la que no se aplicaba sino en ciertos ca
(L. de la Huerta.)
sos. Un correo σ un embajador extraor
dinario va encargado en un caso urgente
SINCERO, INGENUO.— La sinceridad es
de lo que en cualquier otro caso haría el
una virtud del que aborrece la mentira.
correo σ el embajador ordinario. Lo un
La ingenuidad es una calidad del que no
gular es una especie de novedad; lo ex
sabe mentir.
traordinario es una especie de extension
El sincero lo es por reflexion, por
de las cosas. La brϊjula tiene una pro
honradez; el ingenuo lo es por genio, σ
piedad que es singular; el vapor del
por falta de malicia.
agua hirviendo tiene una fuerza extraor
Sacrifica á la verdad su interés el sin
dinaria. Todo hombre que tiene un ca
cero, porque aborrece la adulaciσn; el
rácter
propio, tiene necesariamente algo
ingenuo, porque no la conoce.
de singular; y todo el que tiene un ca
(L. dιla Huerta.)
rácter enérgico y fuerte, tiene algo de
extraordinario. Un hombre que vive
SINGULAR, EXTRAORDINARIO.—Hay algo
solo parece singular; y uno que vivien
de singular en lo extraordinario, y algo
do entre las gentes no obra como todos,
de extraordinario en lo singular, sea en
parece extraordinario. Lo que es con
buena σ en mala parte. Singular es el
trario
al uso se llama singular; lo que
latino singulariSf solo, ϊnico, raro, dis
es poco comϊn en el uso se llama ex
tinto de los otros, sin concurrencia, sin
traordinario. Lo singular y lo extraor
paridad. Extraordinario es lo que está
dinario varían de pueblo á pueblo, y
fuera del orden, de la medida comϊn,
aun de hombre á hombre.
desusado. Lo singular no se parece á
(A. Cienfuegos.)
lo que existe, porque es de un género
particular; mientras que lo extraordina
rio sale de la esfera á que pertenece, es SINGULAR, PARTICULAR.—Ambos repre
particular en su género. Lo singular
sentan el individuo de una especie, pero
no es del orden comϊn de las cosas, sino
se distinguen en que singular le repre
que, por decirlo así, forma clase apar
senta como ϊnico y solo, sin relaciσn á
te: lo extraordinario no está en el orden
los demás individuos; particular le re
corriente de las cosas, es una excepciσn
presenta con relaciσn á ellos, como par
de la regla. Hay algo de original en lo
te de un todo compuesto de varios in
singular, y algo de extremado en lo ex
dividuos, entre los cuales se distingue.
SOC
( 149
Cada uno de los hombres que existen,
es un individuo particular de la especie
humana. Si existiese un solo hombre,
seria singular en su especie.
Por eso decimos: todos y cada uno en
particular, y no cada uno en angular,
porque consideramos á cada uno como
parte de un nϊmero, esto es, con rela
ciσn á los demás individuos que com
prende la voz todos.
Es una cosa singular, esto es: no exis
te otra como ella. Es una cosa parti
cular, esto es: se distingue entre las de
su clase.
El fénix seria particular entre las aves,
y singular en su especie.
(I« de. la Huerta.)
ESTADO.— Situaciσn indica
comunmente algo accidental σ pasaje
ro; estado, algo mas habitual σ perma
nente.
Situaciσn se usa generalmente con
respecto á los negocios, la fortuna, & c ;
estado para la salud. Así se dice pues:
el estado de su salud le puso en situa
ciσn bien apurada. La situaciσn en que
me hallo es efecto de la pérdida de un
pleito.
Estado, no obstante, puede ser apli
cado á entrambos casos en ciertas cir
cunstancias; pero no así situaciσn. Se
ria mal dicho: la situaciσn de mi salud
no me permite salir de casa.
SITUACIΣN,
(March.)
dos palabras
designan un carácter propio para la so
ciedad; pero difieren por otra parte tan
to, que esta idea comϊn las hace con
dificultad sinσnimos.
El hombre sociable tiene las cualida
des propias pava el bien de la sociedad:
quiero decir, la dulzura de carácter, la
humanidad, la franqueza sin aspereza,
la complacencia sin adulaciσn, y sobre
todo, el corazσn inclinado á la benefi
SOCIABLE, AMABLE.—Estas
)
SOL
cencía; en una palabra, el hombre so
ciable es el verdadero ciudadano.
El hombre amable, dice Mr. Duelos,
al menos aquel á quien se da en el dta este
título, es muy indiferente al bien pϊblico;
solícito en agradar en todas las concur
rencias, adonde su gusto σ la casualidad
le lleva, y dispuesto a sacrificar á ellas
cada individuo, no ama á nadie, ni es
amado de ninguno; agrada á todos, y
muchas veces es menospreciado y bus
cado por las mismas personas.
Las conexiones particulares del hom
bre sociable, son vínculos que le ligan
mas y mas al estado: las del hombre
amable no son mas que nuevas disipa
ciones que disminuyen otro tanto los
deberes esenciales. El hombre sociable
inspira el deseo de vivir con él; del hom
bre amable se desvia σ debe desviarse
todo honrado ciudadano.
(March.)
dice
socorrer en el peligro; ayudar en los
apuros; asistir en los trabajos σ necesi
dades. Socorrer proviene de un movi
miento de generosidad; ayudar, de un
sentimiento de humanidad; y asistir, de
un sentimiento de compasiσn.
Se va al socorro en el combate, se ayu
da á llevar un peso; se asiste á los en
fermos.
SOCORRER, AYUDAR, ASISTIR.—Se
(March.)
SOLÍCITO, DILIGENTE.—El primero
de es
tos dos adjetivos explica la ocupaciσn
del ánimo, el cuidado, el esmero que
ponemos en el acierto, σ brevedad del
negocio σ empresa, en que estamos em
peρados σ interesados. El segundo ex
plica la ocupaciσn material, los pasos,
los medios que empleamos con activi
dad para conseguir aquel fin.
El pleiteante anda solicito, porque el
procurador ο ,η ό β diligente.
Del criado se exige, por la misma ra
zσn, diligencia, y no solicitud.
(L. d& la Buerta.)
SOLILOQUIO,
sos
MONΣLOGO.—Estas
( 150 )
dos vo
ces, latina la una y la otra griega, de
signan el discurso de uno que habla solo.
EL uso las ha distinguido apropiando al
monσlogo una idea particular que le res
tringe al teatro, considerándole como el
soliloquio de una persona que, sola en la
escena, habla solo con los espectadores.
El soliloquio es una conversaciσn que
tiene uno consigo mismo como si fuera
con un tercero. El monσlogo es una es
pecie de diálogo en que el personaje
hace á un tiempo su papel y el de un
confidente. La necesidad de deliberar
y de controvertir el pro y el contra pro
duce el soliloquio. El inconveniente de
multiplicar los monσlogos ha hecho que
se imagínenlos confidentes, papeles pe
gados y ridiculos cuando no son nece
sarios á la acciσn.
(A. Cienfuegos.)
S O R P R E N D E R , ENGAXAR.—Hacer caer en
lo falso es la idea comϊn de estos dos
verbos. Pero sorprender es hacer caer por
maρa aprovechándose de la circunstan
cia de que no atienden á lo verdadero.
Engañar es hacer caer en lo falso con
disfraz,dándole ciertaapariencia de ver
dadero.
Parece que sorprender indica mas par
ticularmente alguna cosa que induce al
espíritu á error. Engañar parece de
cir meramente alguna cosa que hiere á
la probidad σ la fidelidad.
Es difícil que la religion de un prín
cipe no sea sorprendida por uno ϊ otro
de los partidos, cuando hay muchos en
sus estados. Hay gentes á quienes la
verdad es odiosa; es pues preciso enga
ñarles para agradarles.
(March.)
SOSPECHA, R E C E L O . — S e sospecha el bien
σ el mal; se recela el mal, y no el bien.
Una mujer tiene sospecha de estar em
barazada, y recelo de malparir.
suc
La sospecha supone reflexion; el re
celo temor σ miedo. Un niρo no sospe
cha nada, porque le falta la reflexion,
que debe servir de fundamento á su sos
pecha; pero recela, porque para esto le
basta el miedo.
Por la misma razσn,
no se dice de un irracional que sospecha,
y se dice que recela.
(L. de la Huerta.)
SUCIO, PUERCO, INMUNDO, DESASEADO.
—Se dice que una cosa está sucia, cuan
do no tiene el grado de limpieza que ne
cesita, σ se desea que tenga, pudiendo
no ser sucio lo que en este caso se opo.
ne á la limpieza. V. g.: este vaso está
sacio de leche, esto es, no debe tener
la leche que tiene, para que podamos
decir que está limpio. Este vestido se
despinta y ensucia las manos.—En am
bos casos, ni la leche ni el color, son
cosas sucias aunque ensucian. Otras ve
ces se aplica el adjetivo sucio á lo que
es demasiado susceptible de suciedad;
por ejemplo, se dice que el raso blanco
es una tela muy sucia, porque la menor
cosa puede mancharla.
Se llama puerco, lo que contiene su
ciedad que ofende á nuestros sentidos.
Lo inmundo y el sustantivo inmundi
cia, suponen corrupciσn de materias de
toda especie, que no solamente ofenden
á los sentidos, sino que son contrarias á
la salubridad. Así se dice las inmundi
cias de la ciudad. El carro de las inmun
dicias, y no las suciedades ni las por
querνas.
Desaseado, es el hombre que no prac
tica las leyes de limpieza personal, ad
mitidas entre la gente de buena educa
ciσn. Pero este adjetivo nunca se usa en
sentido moral, á diferencia de los otros
tres que se aplican indistintamente á las
cosas, á las personas, á las costumbres
y á las inclinaciones.
(O, de la Cortina.)
SUG
( 151
es el acto de
dormir. Ensueño es lo que nuestra iina
srinacion nos hace ver σ sentir mientras
dormimos; y esta es la misma acepciσn
que tienen las voces latinas sornnus, ι
insomnium, de donde se derivan las cas
tellanas sueño, y ensueño.
El sueño es necesario para la vida: los
ensueños no son necesarios para nada,
aunque suelen ser muy gratos cuando
los produce el deseo.
SUEÑO, ENSUEÑO.—Sueño
(G. de la Coriina.)
Sufrir, se dice de
un modo absoluto: se sufre el mal de
que uno no se venga. Soportar perte
nece mas bien á los defectos persona
les. Se soporta el mal humor délas per
sonas que tratamos.
La humildad cristiana hace sufrir los
desprecios sin resentimiento. La bue
na crianza y la urbanidad hacen soportar
en la sociedad multitud de cosas que
nos desagradan.
Se sufre con paciencia: se soporta con
mansedumbre.—(V. Sufrir,
Tolerar.)
S U F R I R , SOPORTAR.—
(March.)
diferencia de es
tos dos verbos, considerados como si
nσnimos, es que el primero tiene rela
ciσn al esfuerzo físico, y el segundo al
esfuerzo moral.
Se sufren los dolores; se toleran los
desprecios.
También se usa figuradamente el ver
bo sufrir en el sentido moral, y entonces
supone una paciencia mas forzosa, to
lerar una paciencia mas voluntaria.
Un amo prudente tolera algunas ve
ces las faltas de sus criados, haciéndose
cargo de que estos tienen que sufrir á
menudo sus vivezas, é impertinencias.
— ( V . Tolerar, Consentir, Permitir.)
SUFRIR, TOLERAR.—La
(L. de la Huerta.)
SUGESTIΣN, INSPIRACIΣN, INSINUACIΣN,
INSTIGACIΣN, PERSUASION.—La
suges
)
SUP
tion es un modo oculto σ disimulado, de
inspirar á otro una idea que no tiene.
La inspiraciσn es un medio insensible
y penetrante de hacer que una persona
conciba ciertos pensamientos 6 senti
mientos que le parecen nacidos natural
mente, y por sí solos, en su corazσn.
La insinuaciσn es un modo sutil y as
tuto de introducirse en el espíritu de
una persona, y apoderarse de su volun
tad sin que ella lo note.
La instigaciσn es un modo estimulan
te y efectivo de obligar á alguno á obrar
contra su voluntad σ su gusto.
La persuasion es obligar á otro á pen
sar ϊ cbrar del mismo modo que noso
tros, no obstante sus preocupaciones;
pero valiéndonos para ello de discursos
y razonamientos agradables y que mue
ven el corazσn, mas bien que de las ra
zones fuertes y de los argumentos que
se necesitan para convencer. En la per
suasion tiene mas parte la voluntad que
el entendimiento.
Se sugiere una idea: se inspira un
afecto: se insinϊa, un adulador: un mal
vado instiga: un hombre dulce y elo
cuente persuade.
(G. de la Cortina J
significan pe
dir un favor; pero el primero supone
respeto, el segundo supone humildad.
El que suplica pide, con justicia σ por
gracia, lo que depende de la voluntad
agena; el que ruega pide siempre por
pura gracia, lo que depende de la hon
dad de otro.
Un pretendiente suplica; un pecador
mega.
S U P L I C A R , ROGAR.—Ambos
[L. de la Huerta.)
hipσtesis es
una suposiciσn puramente ideal; la su
posiciσn se toma por una proposiciσn
σ verdadera σ declarada, ha, hipσtesis
es precaria; la suposiciσn, voluntaria, sin
fundamento. Se impugna σ combate
SUPOSICIΣN, H I P Σ T E S I S . — L a
TEM
TAL
( 1 2 )
nocimientos, y aplicarlos á la direcciσn
una hipσtesis, como insuficiente para dar
y acierto de sus operaciones. Tiene inrazσn de las cosas; se niega una suposi
genio el que está dotado de viveza y
ciσn. Tσmase la hipσtesis por un con
disposiciσn para hallar recursos y me
junto de proposiciones σ de suposiciones
dios que no se presentan á primera vis
ligadas de manera que forman un siste
ta, para conseguir un fin.
ma. Hipσtesis no se usa sino en mate
El artífice que construye un instru
ria de ciencia; suposiciσn entra en la
mento segϊn las reglas del arte que po
conversaciσn comϊn. Los grandes mis
see, y que, en fuerza de su estudio, y
terios se aclaran por medio áehipótesis;
de sus combinaciones y cálculos, le per
las ideas particulares por suposiciones
fecciona, tiene talento. Un curioso que
sensibles σ manifiestas. Hipótesis solo
inventa un instrumento por un puro
tiene un sentido relativo á la explica
efecto de su imaginaciσn, sin conoci
ciσn de las cosas; suposición se toma en
miento de las reglas y principios del
una acepciσn moral y en mala parte,
arte, tiene ingenio.
significando cosa fingida σ inventada.
Aquel aprende con facilidad lo que
(March.)
le enseρan, adquiere ideas con el estu
dio, y sabe dar razσn de lo que apren
SUSTO, ESPANTO.—Ambas voces explican
de. Éste halla en sí mismo ideas, que
una consternaciσn del ánimo ocupado
no ha debido al estudio, y muchas ve
de pronto por un objeto σ accidente im
ces no puede dar razσn de lo que sabe.
previsto. La diferencia que hay entre
(L. de la Huerta.)
ellas es, que el susto es análogo al mie
do; el espanto al horror σ á la admira
TEMPORAL, CONTRATIEMPO, TEMPESTAD,
ciσn.
BORRASCA, HURACÁN, TRONADA, &c.
Un sueρo horroroso espanta á un hom
— Temporal es el estado de la atmσsfe
bre que no tiene miedo. Un pequeρo
ra con respecto á nosotros, y puede ser
ruido asusta de noche á un cobarde.
bueno σ malo, contrario σ favorable. La
La inesperada explosion de una mina
tempestad es un trastorno aparente de la
volada, puede espantar á un soldado, el
naturaleza, que por lo mismo se llama
cual se avergonzará de decir que se
también contratiempo; pero esta ϊltima
asustó, porque este efecto supondría
voz es mas general, y se aplica á cual
miedo.
quier otra adversidad σ trastorno de la
(L. de la Huerta.)
vida.
Τ
En una tempestad completa se cubre
la atmσsfera de nubes, se mueven vien
TALENTO, INGENIO.—La voz talento, en
tos recios con truenos y relámpagos, se
el sentido en que se mira como sinσni
alborotan las olas y las crecientes del
mo de la voz ingenio, recae sobre la fa
mar; enfin,vemos varios fenσmenos en
cultad intelectual de que está adorna
uno
solo.
do un hombre, y de que usa para el ar
Segϊn consideramos mas particular
reglo de sus acciones y palabras, para
mente uno ϊ otro de estos fenσmenos,
la exactitud de sus raciocinios, y fun
toma la tempestad diversos nombres. Se
damento de sus opiniones. Ingenio es
llama borrasca con relaciσn al alboroto
la facultad con que el alma percibe y
del mar, y por extension, cuando se
discurre sutilmente.
considera el daρo causado en los cam
Tiene talento el que se halla con lu
pos por las inundaciones y demás. Se
ces y disposiciσn para aumentar sus co
TEN
( 153 )
TEO
llama huracán con relaciσn á los vien
para el primero, y acaso delicioso para
tos: tronada con relaciσn á los truenos;
el segundo.
y con relaciσn á otros fenσmenos toma
Lo mismo sucede en el sentido me
los diversos nombres de pedrea, granitafσrico: se llaman obscuras las proposi
zo, nevada, fyc.
ciones difíciles de entender; pero nadie
Cuando no se considera particular
llamará obscura una oraciσn en una len
mente ninguno de esos fenσmenos, ose
gua que le sea desconocida.
consideran varios á un tiempo, conser
(Jonama.)
va su nombre genérico de tempestad, y
lo mismo cuando se considera particu 'f BΣRICA, ESPECULATIVA.—Lo que cons
larmente la gran lluvia por mirarse ésta
tituye la significaciσn de estas dos vo
como inseparable de la tempestad.
ces, es su oposiciσn á practica; pera
{Jonama.)
TENEBROSO, OBSCURO.—El hábito de ver
la idea de las tinieblas asociada casi
siempre con la idea del miedo, y acaso
la semejanza de sonido de las voces ter
ror, temblor, & c , con la palabra tenebroso, ha hecho creer á algunos que no
podia haber tinieblas sin terror, y que
de consiguiente un lugar tenebroso nece
sariamente había de ser terrible y pa
voroso.
Sin embargo el análisis nos enseρa
que ni las tinieblas son necesarias para
el terror, ni este es una propiedad ab
soluta de las tinieblas. Cuando Moisés
nos dice que las tinieblas cubrían la faz
del universo, creo que presenta una idea
muy sublime, pero nada terrible; al con
trario, muy apacible, muy tranquila, y
de un género semejante á la del vacuo
y á la de la nada· La escasa luz del in
fierno es para nosotros una idea mucho
mas terrible que las tinieblas del limbo.
Yo creo que tinieblas significa la to
tal carencia de luz; esto es, la obscuridad absoluta independiente de toda otra
cualidad. Así en un lugar puede haber
mas σ menos obscuridad; pero no mas σ
menos tinieblas, porque la nada no está
sujeta á cantidad. Por la misma razσn
un lugar será igualmente tenebroso para
un hombre tímido y preocupado que
para un hombre osado y sin miedo; sin
embargo, el mismo lugar será terrible
cada una representa esta oposiciσn de
un modo diferente.
Todo estudio σ conocimiento sobre
materia que no tiene relaciσn alguna con
la práctica, es especulativa. El conoci
miento de las reglas de un arte, σ ejer
cicio práctico, es la teórica.
La especulativa pertenece á los cono
cimientos puramente intelectuales, cuyo
estudio no se dirige á alguna operaciσn
material. La teórica pertenece á los co
nocimientos adquiridos, y no practica
dos, cuyo estudio se dirige á operacio
nes materiales.
El estudio de la historia es especulativo. Un oficial que ha aprendido la
táctica en su gabinete, y no ha estado
en la guerra, no sabe mas que la teórica
de su profesiσn.
La geometría se llama especulativaf
cuando se ocupa, de un modo abstracto,
en la demostraciσn de sus verdades; por
que aquella voz representa un estudio
puramente intelectual, pues ni aun con
sidera materiales los puntos, medidas y
stiperficies que sujeta á sus cálculos.
Pero cuando la geometría se ocupa en
la aplicaciσn de sus verdades á las ope
raciones que sirven para las medidas de
los cuerpos y distancias, se llama practica, porque representa un estudio que
se dirige á operaciones materiales.
El que, por mera curiosidad, estudia
estas dos partes de la geometría, será
20
TIE
( 154 )
TIP
especulativo en la primera, y teσrico en
mismo que ahora; pero ?nundoy orbe eran
la segunda.
sinσnimos entre sí, y al mismo tiempo
(L·. de la Huerta.)
lo eran unas veces de tierra, y otras de
universo.
TÉRMINO, FIN.— Tιrmino es elfin de al
guna cosa material σ inmaterial, y en
Hoy dia cada una de estas voces tie
este su sentido recto, es sinσnimo de fin.
ne un sentido sumamente distinto.
El fin se refiere á la cosa que cesa: el
Tierra es el globo σ planeta en que
tιrmino á la cosa que se completa. Aquel
habitamos. Mundo es el conjunto del
no supone, como éste, una extension
sol y de los planetas que lo rodean. Orbe
determinada del tiempo, σ del espacio.
es el espacio que ocupa el mundo. UniLa muerte es el fin de la vida del
verso es todo lo que existe, y segϊn se
hombre, porque cesa de vivir: es el tιr
puede creer, está formado de una infi
mino de ella, porque con él se comple
nidad de mundos.
ta la medida que la Omnipotencia ha
Los planetas ruedan por el orbe: na
seρalado á la duraciσn de su vida.
ruedan por el mundo, sino que son par
(L. de la Huerta.)
te del mismo mundo. Σrbita se ha lla
mado el espacio que abraza un planeta
TIERNO, BLANDO.— Tierno, es lo blando,
al rededor del sol, σ un satélite al rede
delicado, flexible y fácil à cualquiera exdor de su planeta; de modo que el con
traña impresión. Y como estas circuns
junto de todas las σrbitas es lo que com
tancias constituyen también la calidad
pone el orbe.
de blando, parece que se deben mirar
(Jonama.)
estas voces como sinσnimas.
T I P O , MODELO.— Tipo es una voz griega
Para distinguir la significaciσn de es
que designa propiamente rastro, vesti
tas dos voces, me parece que deberá de
gio, huella, y por una consecuencia na
cirse que tierno es lo que se corta σ rom
tural figura, forma, imagen. Esta voz
pe fácilmente; blando lo que cede fácil
viene del Oriente, y su raiz designa la
mente al tacto.
acciσn de herir, de estampar, y por una
Una oblea es blanda cuando está hϊ
consecuencia natural la de imprimir.
meda, y tierna cuando está seca.
Así es que por esta razσn se ha llama
El pan es blando cuando entra en el
do la imprenta tipografía. De esta mis
horno, y tierno cuando sale de él.
ma raiz tip tap, nasalada, se ha hecho
(L· de la Huerta,)
estampa y estampar. Modelo viene del
TIERRA, MUNDO, ORBE, UNIVERSO.—El
latino modus, medida, regla, manera; y
sentido de las voces varía conforme el
es lo que sirve de regla para alguna cosa,
estado de los conocimientos, y mientras
las proporciones adaptadas á las cosas,
haya confusion en las ideas, la habrá
el objeto que se trata de imitar. Así se
también en las voces que deben repre
dice un modelo de escultura, de pintu
sentarlas. Si esto fuese cierto, nuestros
ra, &c. El tipo lleva la huella, la im
autores del siglo XVI no serian los me
presiσn del objeto: el modelo dala regla.
jores maestros de propiedad castellana.
El tipo representa los objetos tales co
Las voces que forman el asunto de
mo son á la vista: el modelo dice como
este artículo tenían antiguamente una
deben ser los objetos. El tipo es fiel,
acepciσn distinta de la que tienen des
porque es tal cual es la cosa: el modelo
de que se ha hecho general el sistema
es buenc, y se deben hacer conforme
copérnico. Es verdad que tierra y uniá él las ob....s. Se sacan copias del tipo
verso significaban lo mismo, σ casi lo
por impresiσn, y del modelo por imita
TOC
( 155 )
TOC
don. El impresor σ tipσgrafo usa de ti TOCAR, TENTAR, PALPAR.— Ademas de
pos en su trabajo; el escultor y el pin
lo que acerca de estas voces dice Jona
tor trabajan por modelos. Segϊn Platon,
ma, y para mayor aclaraciσn de sus doc
las ideas son los tipos de todo lo cria
trinas, debemos atender al uso tan va
do; pero son tales en cuanto represen
riado que hacemos de estas voces en
sentido figurado, porque las dos prime
tan las cosas aun antes de quesean: mas
ras son de las mas expresivas que tiene
son modelos si se atiende a que por ellas
han de hacerse las cosas. Tipo no anun
la lengua castellana. Decimos—"eso
cia sino la verdad de la figura, sin in
no me toca," en vez de "no me perte
cluir la idea de regla σ de modelo. Así
nece.''''—"No toque vd. esa materia," en
es que se llaman tipos las figuras simbσ
lugar de "no hable vd. de ella."—"Dios
licas que no tienen otra relaciσn con el
le tocσ el corazσn," en vez de "lo con
moviσ σ estimulσ."—" Tocan tres pesos
objeto figurado sino una especie de se
á cada uno σ toca á razσn de tres pesos
mejanza, y que lejos de . τ modelos, no
son sino signos muy interfectos y de
á cada uno," en lugar de "cada uno
una instituciσn particular. El Cordero
debe recibir tres pesos."—"En la lote
Pascual es el tipo de Jesucristo; el maná
ría me tocσ el nϊmero 60," esto es, "me
cayσ en suerte."—Hablando de un pa
lo es de la Eucaristía, Estos tipos son
meramente símbolos.
riente decimos "me toca muy de cer
(A. Cienfuegos.)
ca," lo cual significa "tiene conmigo
parentesco muy cercano." — De todo
TOCAR, TENTAR, PALPAR.—Tocar es sim
esto se deduce que Jonama no solamen
plemente la situaciσn de una cosa que
te no determinσ con exactitud la signifi
está contigua á otra: tentar y palpar
caciσn de tocar, sino que incurriσ en una
indican la acciσn determinada del que
contradicciσn, porque este verbo, ade
toca. Las hojas de un libro se están to
mas de expresar simplemente la situa
cando unas á otras; pero no se tientan ni
ciσn de una cosa que esta contigua â otra^
se palpan.
como dice aquel autor, indica princi
La diferencia de tentar á palpar es
palmente el acto de llegar una cosa á
que el primero se dirige á averiguar las
otra poniéndose en contacto inmediato
cualidades de un cuerpo: el segundo á
con ella, aunque ligeramente y sin es
producir una sensaciσn en nosotros por
fuerzo: y por eso decimos, "no le toques
medio de la mayor σ menor resistencia.
ni un pelo de la cabeza,"—"Su cabeza
Se toca la almohada estando sobre
tocaba al techo, &c." El mismo Jona
ella: se tienta para ver si tiene algo que
ma prueba esta doctrina con el ejemplo
pueda lastimar: se palpa para percibir
de las hojas de un libro; si se están tosu blandura. En la obscuridad se va ten
cando, es porque la una llega á la otra,
tando para no tropezar: se toca y se pal
y todas están en contacto inmediato.
pa todo lo que se encuentra.
Tentamos una cosa para asegurarnos
Los instrumentos mϊsicos se tocan:
de su existencia; la palpamos para saber
se tienta la disposiciσn de los ánimos an
cσmo es: por eso, si estamos ciegos, σ
tes de entablar un negocio: se palpan sus
en la obscuridad, como dice Jonama, vainconvenientes. Lo evidente se llama
mos tentando para no tropezar, y tocapalpable; es decir, que puede sujetarse
mos y palpamos todo lo que vamos en
al sentido que se mira como menos en
contrando. En sentido figurado utentagaρoso: se puede tocar de modo que se
mos el ánimo, la fortaleza, la constan
sienta.
cia de alguno," esto es, "investigamos
iJanama.)
TOL
( n
la existencia de su voluntad, de su cons
tancia, &c." para cerciorarnos de ella.
Nos tienta, nos instiga, nos estimula, σ
nos excita un deseo; si lo satisfacemos,
"hemos caído en la tentaciσn."—uPal
pamos los inconvenientes de una cosa"
porque sabemos cuáles, cuántos y de
qué manera son, y llamamos palpable á
lo que es evidente, no, como dice Jo
nama, porque podemos sujetarlo al senti
do que se mira como menos engañoso, y
tocarlo de modo que se sienta, sino por
que podemos conocer bien todas sus
cualidades y todos sus accidentes. En
lenguaje tecnolσgico llamamos tentáculos á los miembros que da la naturaleza
á ciertos animales ciegos, para que pue
dan tentar el terreno por donde andan,
y los objetos que los rodean; y llama
mos palpos á los míembrecillos articu
lados que tienen casi todos los insectos,
para examinar y reconocer bien lo que
les conviene.
Para tocar no son necesarias las ma
nos, pues podemos hacerlo con todo el
cuerpo, σ con cualquiera parte de él:
para tentar necesitamos en rigor, no de
los dedos particularmente sino de la
mano, que es en nosotros el tentáculo
natural: para palpar, necesitamos preci
samente de los dedos, que son nuestros
verdaderos palpos, indispensables para
cerciorarnos de los mas pequeρos acci
dentes de las cosas.
En sentido físico, la acciσn de tocar,
y en sentido moral la de tentar, pueden
ser independientes de la voluntad; á di
ferencia de palpar, que expresa una ac
ciσn no solamente voluntaria, sino re
flexiva.
(G. de la Cortina.)
TOLERAR, CONSENTIR, P E R M I T I R . — Se
tolera el mal, σ el abuso, haciendo que
se ignora su existencia, σ su malicia;
se consiente, condescendiendo pasiva
mente, no prohibiendo lo que conoci
damente se tiene por malo; se permite
)
TOM
condescendiendo activamente, dando un
consentimiento abierto que lo autoriza.
Muchas veces es forzoso tolerar al
gunos males inevitables en la sociedad,
pero no se debe hacer de modo, que el
pϊblico conozca que se consienten, y
mucho menos que crea que se permiten,
porque la tolerancia representa una ig
norancia artificial, σ una razσn poderosa
que tácitamente desaprueba el mal ine
vitable; pero el consentimiento !e. aprue
ba indirectamente, y el permiso le auto
riza con toda formalidad.—(V. Sufrir,
Tolerar. )
(L. de la Huerta.)
toleran las cosas cuando conociéndolas y
teniendo uno por su parte el poder no
se impiden. Se sufren cuando uno no
se opone á ellas, haciendo como que se
ignoran σ como que no se pueden impe
dir. Se permiten cuando se les autoriza
por un consentimiento formal.
Tolerar y sufrir no se dice sino de las
cosas malas σ que se tienen por tales.
Permitir, se dice tanto por el bien
como por el mal.
Los magistrados se ven á veces obli
gados á tolerar ciertos males, por temor
de que sucedan otros mayores. Es pru
dente á veces sufrir abusos en la disci
plina de la Iglesia, antes que romper su
unidad. Las leyes humanas jamas pue
den permitir loque las divinas prohiben:
pero prohiben á veces lo que estas permiten.—(V. Sufrir, Tolerar.)
TOLERAR, SUFRIR, PERMITIR.—Se
(March.)
es la acciσn
formal con que aceptamos σ adquirimos
lo que se nos da. Tomar es la acciσn
material con que nos apoderamos de
una cosa.
Se recibe del amigo el regalo que nos
envia, y se toma materialmente del cria
do que lo trae.
También hay otra diferencia entre es
TOMAR, RECIBIR.—Recibir
TRA
( )
tos dos verbos; y es, que para tomar,
basta la voluntad y acciσn del que toma;
pero para recibir no basta la acciσn y
voluntad del que recibe, porque se nece
sita también que concurra la voluntad y
acciσn del que da.
No puedo recibir lo que no me dan,
pero puedo tomarlo: y así, el que hurta,
toma, no recibe.
(L.de la Huerta.)
T O N T O , N E C I O , IGNORANTE, MENTECATO,
IMBÉCIL·.—El tonto carece de entendi
miento.
El necio carece de ideas, como lo in
dica la etimología de esta voz nescire,
no saber.
El ignorante carece de instrucciσn.
El mentecato carece de imaginaciσn y
discernimiento.
El imbιcil carece de razσn.
Es muy fácil engaρar á un tonto; no
lo es convencer á un necio: es inϊtil dis
putar con un ignorante: imposible disua
dir al mentecato: y muy fácil persuadir
al imbιcil.
En el tonto y en el imbιcil hay vicio
de carácter: en el necio, en el ignorante
y en el mentecato hay vicio de carácter,
de educaciσn y de voluntad.
(G. dιla Cortina.)
)
TRA
co que pasa sin alteraciσn de una len
gua á otra; las expresiones σ los modos
de decir se mudan en otros, v. g., las
expresiones latinas en expresiones cas
tellanas, y esto es precisamente lo que
hace la traducciσn.
La version, por el contrario, expresa
la mudanza de las palabras, conservan
do las expresiones σ modos de decir, y
por esta razσn, hablando de la Biblia,
en la cual se respetan las expresiones σ
modos de decir, decimos u la version de
los Setenta," "la version caldea, siria
ca" &c.
Si queremos trasladar al castellano el
proverbio latino sepulchrum dealbatum
v. g. podremos hacerlo por medio de
la traducciσn diciendo—"hermosura en
gañosa." Si queremos trasladarlo por
medio de la version, diremos, sepulcro
blanqueado.
En el primer caso, hemos conserva
do la idea σ el pensamiento, pero hemos
mudado el modo de expresarlo: esto es,
hemos hecho una traducciσn.
En el segundo, hemos conservado el
modo de expresar el mismo pensamien
to, y solamente sustituimos á las pala
bras latinas, las que les corresponden
en castellano: esto es, hemos hecho una
version,
(G. dιla Cortina.)
TRADUCCIΣN, VERSION.—Paréceme que
todo lo que dice Jonama, no muy cla
ramente, para explicar la diferencia que
hay entre trasladar, vertir y traducir,
puede reducirse á estas ligerísimas ob
servaciones.—
Trasladar es voz genérica, y signifi
ca pasar de una lengua á otra. Pero
hay dos modos de trasladar·, σ por me
dio de la traducciσn σ por medio de la
versiσn.
La traducciσn es la interpretaciσn de
los pensamientos; la version es la inter
pretaciσn de las palabras.
El pensamiento σ el sentido es lo ϊni
T R A M A , CONSPIRACIΣN, C O N J U R A C I Σ N . —
Trama es el convenio clandestino de al
gunas personas unidas σ coligadas para
abatir σ destruir por algϊn golpe tan efi
caz como impensado lo que les causa
disgusto, envidia, sombra ϊ obstáculo.
La idea dominante de la trama es la de
una empresa complicada, solapada, sor
da, formada á hurtadillas por dos σ mu
chas personas.
La conspiraciσn es la inteligencia se
creta, sorda, y disimulada de gentes
unidas por unos mismos sentimientos y
opiniones, para deshacerse σ libertarse
TR A
( 158 )
TRA
conspiraciones. Los desσrdenes pϊbli
por medio de un gran golpe, de ciertos
cos,
la pasiσn desenfrenada á la domi
personajes, σ de ciertas corporaciones
naciσn σ la independencia, el fanatis
respetables y de influencia por su po
mo de libertad y otros diversos géneros
der, &c. en el estado, y mudar la faz de
de fanatismo, el temor á las leyes y sus
las cosas, σ á veces también para perju
abusos;
todo lo que propende á la re
dicar á particulares. Su idea natural y
voluciσn inspiran las conjuraciones: este
principal es, pues, la de un proyecto
fué el papel de Catilina.
formado en el silencio y las tinieblas,
{March.)
por algunas personas que animadas de
una misma pasiσn se dirigen juntas á un
TRANÜUILIDAD, PAZ, CALMA.—Estas pa
mismo fin.
labras, ya sea que se apliquen al alma,
La conjuraciσn es la asociaciσn σ mas ya á la repϊblica, ya á cualquiera socie
bien la confederaciσn ligada y cimenta
dad particular, expresan igualmente una
da entre ciudadanos σ subditos podero
situaciσn determinada de turbulencia y
sos σ armados, para hacer una revolu
de agitaciσn; pero la de tranquilidad no
ciσn memorable en el estado, acome
se refiere precisamente sino á la situa
tiendo empresas ruidosas y violentas.
ciσn, en sí misma, y en el tiempo pre
La idea natural y dominante de la con
sente, independientemente de toda re
juraciσn, es la de una conexiσn, un en
laciσn; la palabra paz mira esta relaciσn
lace estrechado por los compromisos
con referencia al exterior y á los ene
mas fuertes para una empresa impor
migos que podrían causar alteraciσn de
tante.
ella; la palabra calma la mira con rela
La trama se reduce á algunas perso
nas, y aun á dos de ellas: cuanto mas
se comunica el intento, mas se vende σ
expone á descubrirse. La conspiraciσn
por la naturaleza de sus empresas, re
quiere una liga y mucha mas gente que
la trama. La conjuraciσn, reducida en
un principio, como una simple conspi
raciσn, á cierto nϊmero de conjurados,
se ve forzada á llamar en su socorro y
comunicar su secreto á una multitud de
conjurados necesarios para grandes y
peligrosas empresas; de manera que
cuanto mas temible se hace por el nϊ
mero, tanto mas tiene que temerse á sí
misma; de aquí es que la suerte comϊn
de las conjuraciones es la de ser descu
biertas.
Los genios inquietos, envidiosos, dís
colos, revoltosos y zizaρeros, ambicio
sos, malignos y perversos, forman las
tramas. Los hombres malintencionados,
descontentos, malhechores, malos ciu
dadanos, subditos incorregibles, forman
ciσn al acontecimiento, ya sea pasado σ
futuro; de suerte, que la designa como
subsiguiente á la situaciσn agitada, σ
como precediéndola.
Se tiene la tranquilidad en sí mismo,
la paz con los demás, y la calma des
pués de la agitaciσn.
Las gentes inquietas no tienen tran
quilidad en lo interior de su casa. Los
quimeristas pocas veces están en paz
con sus vecinos. Cuanto mas tumul
tuosa ha sido la pasiσn, tanto mas se
aprecia la calma.
Para conservar la tranquilidad del es
tado es preciso hacer respetar la auto
ridad sin abusar del poder. Para man
tener lapas es menester estar en dispo
siciσn de hacer la guerra. No se res
tablece la calma con la debilidad en un
pueblo sublevado.
(March.)
prime
ro es un verbo de movimiento, que solo
supone el paso á un paraje determina
TRANSFERIR, TRANSPORTAR.—El
TRA
( 159 )
TRI
do; el segundo supone una acciσn mate
menos de los pormenores del estilo, se»
rial, que acompaρa á este paso.
gun sea la obra; para lo cual se requiere
El rey se transfiere maρana á Aran
crítica y buen gusto.
juez, y hoy se transportan á aquel sitio
De la Biblia se han hecho versiones,
varios muebles de la tapicería. Los na
porque así lo pedia la delicadeza del
vios transportan, no transfieren las mer asunto. Las obras elementales deben
caderías; porque la acciσn que se quiere
traducirse literalmente, es decir,aproxi
representar, es la material de traerlas σ
mándose cuanto sea posible á una ver
llevarlas dentro del navio de un puerto
sion. Solo las obras del ingenio pueden
á otro, y no puramente la mudanza for
alguna vez traducirse libremente; y esto
mal de lugar.
porque de otro modo no es fácil conser
De aquí es, que transferir solo se dice
varles todas las bellezas que constitu
con propiedad de las personas, sin rela
yen su mérito, y sin las cuales se per
ciσn á su peso, ni volumen; y transpor
día la idea principal.
(Jonama.)
tar de los cuerpos, con relaciσn á su
volumen y peso. Se transporta el oro
T R E N , EQUIPAJE.—El tren se refiere á la
de América. Se transfiere allá un virey.
comitiva, y el equipaje al servicio.
A no ser que la persona se considere
Se dice un gran tren y un bello equi
precisamente solo con relaciσn á su peso
paje.
σ volumen, como cualquier otro cuerpo,
Solo á los príncipes corresponde te
y á la acciσn agena que le lleva de un
ner trenes numerosos, y soberbio equi
paraje á otro; porque en tal caso se
paje.
usa, por el mismo principio, del verbo
(Marckj
transportar. Quedσ sin sentido en me
dio de la calle, y le transportaron en una TRISTE, MELANCΣLICO, SOMBRÍO.—Una
escalera, en una silla.
pena,una aflicciσn, una desgracia, cual
quiera causa que oprime nuestro cora
(L. de la Huerta.)
zσn nos pone tristes. Pero tanto la tris
TRASLADAR, VERTIR, TRADUCIR.—El
teza como su contraria la alegrνa, indi
trasladar σ transportar de un lenguaje
can un estado de duraciσn determinada,
á otro, como de prosa á verso, de fran
producido por causas externas que co
cés á castellano & c , es lo que se llama
nocemos y podemos explicar.
vertir σ traducir; y aunque no faltan au
El melancσlicolo es muchas veces por
tores que hayan usado en este sentido
carácter, σ porque cualquiera causa hace
el mismo trasladar, sin embargo, es ex
en su corazσn una impresiσn tan pro
presiσn tan impropia, como lo seria de
funda, que siempre lo mantiene en un
cir yo introduzco en lugar de yo ceno,
estado continuo de languidez, de triste
σ llamar á Catσn excelente animal, solo
za silenciosa, y aun de abatimiento físi
porque hombre es animal, y cenar es
co y moral. Él mismo ignorará muchas
introducir comida.
veces la causa de su melancolνa.
Por esta razσn nos valemos del adjeti
Trasladar el sentido literal σ grama
vo triste para denotar lo que afecta á so
tical es lo que se llama vertir: traducir
los los sentidos, y llamamos melancσlico
es trasladar el verdadero pensamiento
á lo que profundiza mas en nuestra alma.
y espíritu del autor. El que vierte debe
—Cuando decimos—esta ciudades muy
conservar el mismo orden de ideas, las
triste—esta naciσn es melancσlica, apli
mismas figuras, las mismas alusiones:
camos el adjetivo triste á lo exterior y
el que traduce puede separarse mas σ
TUM
TRI
( lí )
á los accidentes materiales de la ciudad, T R I S T E Z A , AFLICCIΣN. — La tristeza es,
una situaciσn continuada del ánimo ocu
y el adjetivo melancσlico al carácter, σ
pado con alguna pena σ disgusto. La
por mejor decir, al estado del alma de
aflicciσn es la situaciσn del ánimo en lo
aquellos hombres.—"La tristeza que le
mas fuerte del dolor.
causσ la muerte de su amigo, degenerσ
El infeliz ocupado continuamente de
en una profunda melancolνa." En este
su desgracia, está triste. Una buena ma
ejemplo se ve indicada la duraciσn de
dre se aflige siempre que se acuerda de
ambos efectos.—Si decimos que un niρo
la temprana pérdida de un hijo.
está triste, damos á entender que expe
rimenta una sensaciσn pasajera, comϊn
El efecto que causa en el primer mo
á todos los niρos; pero si decimos que
vimiento la pérdida de un padre amado,
está melancσlico, nuestra imaginaciσn
es afliccion;L· situaciσn desagradable en
nos presenta la idea del alma, y trata
que queda después el ánimo por algϊn
mos de buscar la causa, que en otras
tiempo, es tristeza. De aquí es, que hay
circunstancias hubiéramos despreciado.
genios naturalmente tristes, y no natu
ralmente afligidos; porque esta expre
La tristeza siempre es desagradable:
siσn explica una situaciσn continuada
la melancolνa, tiene sus atractivos y sus
del ánimo, no un efecto actual de la vi
goces.
veza del dolor.
El adjetivo sombrνo, aplicado á las per
sonas, es una de las palabras mas enér
oicas y significativas de la lengua cas
tellana. El hombre sombrνo ya no es
triste, ya no es melancσlico, ya no es sus
ceptible como éstos, de consuelo ni de
sensaciones agradables, ni de pasiones
suaves. Las suyas son violentas, tu
multuosas, funestas; y si consigue re
concentrarlas en su corazσn, no puede
impedir que su semblante manifieste la
violencia continua que le cuesta este es
fuerzo. Huye de los hombres, porque
le entristece el bien ageno, y busca la so
ledad y las sombras porque convienen al
estado de su espíritu.
La tristeza lleva siempre consigo la
idea de una causa pasajera.
La melancolνa, indica un carácter apa
cible, σ á lo menos un estado de resig
naciσn adquirida por convencimiento, σ
por necesidad.
Nos causa placer proporcionar algϊn
consuelo al triste y al melancσlico; pero
todos huimos del hombre sombrνo. Esta
palabra trae á nuestra imaginaciσn la
idea del crimen y de los remordimien
tos de una conciencia agitada.
(G. de la Cortina.)
(L. de la Huerta.)
tristeza es
comunmente una consecuencia de gran
des aflicciones. La melancolνa un efec
to del temperamento.
Una mala nueva nos pondrá tristes.
Una indisposiciσn del cuerpo nos pon
drá melancσlicos. El corazσn está do
minado de la tristeza, cuando el hombre
por un efecto de sensibilidad se deja
apoderar de ella enteramente.
La sangre se altera con la melancolνa
cuando el hombre no procura distraerse
ni divertirse.
T R I S T E Z A , MELANCOLÍA.—La
(March.)
T R I U N F A R , VENCER.—Triunfar
es vencer
con gloria.
Un general, que gana una batalla con
tra un enemigo débil, vence, no triunfa.
(L. de la Huerta.)
T U M B A , TΪMULO, SEPULCRO, SEPULTURA.
—Tumba es el latino tumbus, y su tu
mulus es nuestro tϊmulo. Ambas voces
llevan en sí la idea de elevaciσn; pero
el tϊmulo es mas alto que la tumba. Esta
es propiamente la loga que cubre el hoyo
que encierra los huesos, σ que contiene
UNA
TUM
( 161 )
pulcro. Vamos á orar y á llorar sobre
las cenizas de los muertos. En su orí
las sepulturas; vamos á ver la nada de
gen sirviσ para que se grabasen en ella
la vida, del mundo y del ser en los se
las inscripciones, epitafios, σ los símbo
pulcros. El lugar destinado para reci
los de la dignidad, profesiσn, edad, &c,
bir nuestros cadáveres es sepultura; todo
del difunto. Asi en rigor la tumba es la
lo que nos abisma para siempre es se
piedra sepulcral; pero después se ha to
pulcro, como llamamos al amor y á los
mado por un sepulcro de piedra. El tϊ
monstruos devoradores. La sepultura
mulo es una especie de edificio ϊ obra
conserva siempre su carácter religioso,
del arte erigido en honor de los muer
que no necesita el sepulcro. La tierra
tos para consagrar é ilustrar su memo
es
sepultura del hombre solo, y sepul
ria por el elogio de su vida, por emble
cro de todas las cosas, como dice Lu
mas, alegorías, y por cuantos medios
crecio. Entre las sepulturas, unas son
pueden inmortalizar la virtud. Así la
comunes y sencillas, y otras particula
tumba es humilde, sencilla, modesta,
res y honrosas; pero el sepulcro borra to
comparada con el tϊmulo: todas las in
das estas diferencias. En el sentido pro
signias posibles de honor adornan y real
pio y riguroso, en medio de las sepul
zan el tϊmulo: se derraman algunas flo
turas destinadas para encerrar los muer
res sobre la tumba; expresiσn metafσri
tos, la tumba cierra los sepulcros parti
ca tomada del uso de los antiguos de ir
culares, y conserva las cenizas y aun
á echar todos los aρos en la tumba de
la memoria de los muertos. El tϊmu
sus parientes flores, con especialidad
lo mas elevado realza la memoria y la
rosas, símbolo de la brevedad de la vida.
gloria
de los muertos que sobresalieron
Lloramos sobre la tumba, y admiramos
en otro tiempo por algϊn motivo, pero
el tϊmulo σ su vanidad. Hollamos la
que hoy están abatidos y confundidos
tumba; pero el tϊmulo descuella sobre
en el fondo del sepulcro por el destino
nuestras cabezas. Aquella está desti
comϊn á todos los mortales.
nada para memoria, éste para gloria.
(A. Cienfuegos.)
Sepulcro y sepultura se distinguen de
tumba y de tϊmulo por la idea contraria
u
á la elevaciσn. La sepultura es el lugar
en que los cuerpos muertos están en UNÁNIME, ACORDE, CONFORME.— Unácerrados en la tierra. El sepulcro es un
nime, representa una misma voluntad:
lugar en que están encerrados también,
acorde, una misma opinion: conforme,
pero mas hondamente, en un hoyo pro
una misma decision.
fundo. La idea de la sepultura no es tan
Si los ministros de un tribunal están
tétrica como la del sepulcro» La sepul
unánimes en la intenciσn de hacer justi
tura es el lugar destinado σ consagrado
cia, y dar á cada uno su derecho; pue
para hacer las exequias de los muertos
den no estar acordes en las razones que
con todas las ceremonias religiosas de
asisten á cada una de las partes, segϊn
inhumaciσn, volviendo á la tierra los
el modo con que cada uno de ellos las
cuerpos que salieron de la tierra. El
percibe; pero para dar la sentencia bas
sepulcro es la huesa, el pozo que recibe,
ta que estén conformes, σ por haber adop
traga y consume los cuerpos, la» ceni
tado al fin el mismo parecer, σ por ha
zas, los despojos de los muertos, redu
ber adherido los unos al de los otros
ciéndolos á la nada de que salieron. So
por condescendencia, σ por ceder á la
mos enterrados, inhumados en la sepul
pluralidad.
tura, y sepultados, aniquilados en el se
Por eso, cuando se retarda una deci
21
USO
( 162
sion, no se dice, aun no están unánimes;
porque de lo que se trata es, de que es
tén todos, σ igualmente persuadidos,
esto es, que estén acordes, σ mutuamen
te convenidos, esto es, que estén conformes, para proceder después sin sepa
rarse ninguno del parecer de los demás.
(L.dela
Huerta.)
)
UTI
A veces conviene mas acomodarse á
un mal uso, que seρalarse uno aun en
alguna cosa que no sea mala sino buena.
Hay muchos que siguen la costumbre en
el modo de pensar, como en el ceremo
nial: solo se atienen á lo que sus padres
σ nodrizas pensaron antes que ellos.—
(V. Costumbre, Hábito.)
(March.)
única la cosa que es
singular, rara σ excelente en su espe
cie.
Sola cuando no tiene compaρera.
Un hijo de familia que no haya teni
do ningϊn hermano es único.
El hombre que no tiene quien le am
pare, socorra, alivie σ conduele en sus
necesidades σ aflicciones, es solo.
ΪNICO, SOLO.—Es
(March.)
Urdir es disponer los
hilos para hacer una tela. Tramar es
pasar los hilos por entre los hilos. En
el sentido propio no se confunden estas
voces, pero sí en el figurado, en el cual
se dice urdir σ tramar un enredo, una
picardía. Tramar supone un designio
mas formado, un enredo mayor, planes
mas bien concertados,disposiciones mas
adelantadas para la ejecuciσn. Urdir
es empezar; se urde una trama. Tramar
es adelantar la obra, darle la consisten
cia conveniente.
URDIR, TRAMAR.—
(A. Cienfuegos.)
Uso, COSTUMBRE.—El vso parece ser mas
universal; la costumbre mas antigua: lo
que practican la mayor parte de las gen
tes es un uso; lo que se ha practicado
desde mucho tiempo es una costumbre.
El uso se introduce y se extiende; la
costumbre se establece y adquiere auto
ridad.
El uso hace la moda: la costumbre hace
el hábito. Uno y otro son especies de
leyes en un todo independientes de la
razσn, en cuanto conviene al exterior
déla conducta.
USURPAR,
INVADIR,
APODERARSE.—
Usurpar es tomar injustamente una cosa
á su legítimo dueρo, valiéndose de la
autoridad σ del poder. Se dice igual
mente de los bienes, de la autoridad, del
poder.
Invadir es tomar inopinadamente, σ
de repente σ de hecho algϊn pais σ ter
ritorio, sin acto alguno de hostilidad σ
prevenciσn anterior.
Apoderarse es precisamente hacerse
dueρo de una cosa, previniendo á los
concurrentes y á cuantos puedan pre
tenderla con derecho.
Parece también que usurpar encierra
á veces una idea de traiciσn, que invadir da á conocer que hay mal proceder,
y que apoderarse contiene cierta idea
de prontitud y diligencia.
No se usurpa la corona cuando estan
do vacante se recibe de las manos de la
naciσn. Tomar provincias después de
declarar la guerra, es conquistarlas y no
invadirlas. No hay injusticia en apoderarnos de las cosas que nos pertene
cen, aunque se disputen nuestros dere
chos y pretensiones, pero á veces pue
de haber temeridad.
(March.)
UTILIDAD,
PROVECHO, VENTAJA. —
La
utilidad nace del servicio que se saca de
las cosas; el provecho de la ganancia que
producen; la ventaja nace del honor σ
de la comodidad que uno encuentra.
Un mut΅> e tiene su utilidad; un ter
reno trae ¿JL provecho; una gran casa
tiene sus ventajas.
VAL
( 163 )
VAN
Las riquezas no son de utilidad aigu ι VALOR, PRECIO.—El mérito intrínseco
na, cuando no se hace de ellas buen uso:
de las cosas constituye su valor; fϊnda
mayor es el provecho en las rentas; pero
se su precio en la estimaciσn que se les
mas frecuente en el comercio. El di
da. Diremos, pues: esta medalla ade
nero da muchas ventajas en los nego
mas de su valor, porque es de oro, es
cios y facilita el éxito.
también de gran precio por ser antiquí
Deseo que esta obra sea ϊtil al lec
sima y rara.
tor, que dé provecho al librero que la
Parece como que precio supone algu
vende, y que me acarree la ventaja del
na relaciσn con la compra 6 venta, lo
aprecio pϊblico.
cual no sucede con la palabra valor. Así
(March.}
es que se dice, que no es buen inteligen
V
te el que no juzga del valor de las co
VALENTÍA, VALOR.—La valentνa es la os
sas, sino por el precio á que cuestan.
tentaciσn del valor. Aqj.'lla puede ser
(March.)
efecto de la educaciσn, del amor propio,
de la vanidad, y acaso de una pura cos VANAMENTE, INΪTILMENTE, EN VANO.
—Se trabaja vanamente cuando no es
tumbre adquirida con el ejemplo; este
uno recompensado de su trabajo σ que
es inherente al carácter, y propio de un
no se le aprecia; se trabaja inϊtilmente
espíritu noble, superior á todo riesgo.
cuando la obra que se hace no sirve de
Aquella busca los lances; este los evi
nada;
se ha trabajado en vano cuando uno
ta, pero no los rehusa, cuando la obli
no ha podido hacer lo que emprendiσ.
cion σ la necesidad lo exigen. Por eso
Hubiera trabajado vanamente si esta
cuando se trata de una acciσn en que
obra
no me atrajese el aprecio pϊblico;
media el lucimiento, la arrogancia, el
la habría hecho inϊtilmente si no se apro
deseo del aplauso, se usa con mas pro
vechasen de ella para tener ideas y ex
piedad de la voz valentνa que de la voz
presiones mas exactas y justas; y en
calor, y así á un soldado se le puede
vano me habré cansado, si no he encon
llamar valeroso,pero no á un torero; éste
trado la verdadera diferencia y el ca
propiamente es valiente.
rácter propio de los sinσnimos.
Esta distinciσn parece hacer Cervan
(March.)
tes, cuando dice, que los que profesan
las σrdenes militares deben ser caballe VANIDAD, PRESUNCIΣN. — La vanidad
ros valerosos, valientes, y bien nacidos.
puede recaer indistintamente sobre ua
La valentνa de un espadachín es, no
mérito real, σ imaginario. La presun
pocas veces, efecto de no tener valor
ciσn recae siempre sobre un mérito, que
para despreciar una desatenciσn, σ per
solo existe en la imaginaciσn del presu
donar una injuria.
mido.
Por este mismo principio, un valien
Un mϊsico excelente tiene tal vez
te (usado como sustantivo) no quiere
vanidad de su habilidad. Un mal gine
decir precisamente un hombre de vahr,
te tiene presunciσn de su destreza.
sino un quimerista que lo ostenta, que
Una mujer hermosa puede tener va
hace vanidad de él. Y en el sentido fi
nidad, pero una fea solo puede tener
gurado se dice, guardando la misma pro
presunciσn.
porciσn, qiie un pintor maneja el pincel
De estos dos efectos del amor pro
con valentνa; que es menester mucho
pio, considerados políticamente, resul
valor para combatir contra las armas po
tan muy diferentes consecuencias: por
derosas de la lisonja.
que la vanidad no excluye absoluta
(£, de la Huerta.)
VAS
( 1
mente el deseo del adelantamiento y de
la perfecciσn, antes bien nos inclina á
buscar los medios posibles para satisfa
cerla, σ justificarla: de lo cual pueden
sacar ϊtiles ventajas la industria, las ar
tes, los progresos del buen gusto, & c ;
pero la presunciσn, lisonjeando el áni
mo con la idea de que no hay mas que
ser, saber, σ adelantar, destruye los es
tímulos de la emulaciσn, inutiliza los
medios del adelantamiento, y obra efec
tos sumamente perniciosos.
(L. de la Huerta.)
VARIACIΣN, MUDANZA.—Consiste la va
riaciσn en ser σ estar tan pronto de un
modo como de otro.
La mudanza en cesar de ser lo mismo.
Variar en las opiniones σ en el modo
de pensar, es abandonarlos y volverlos
á tomar sucesivamente.
Mudar de opinion es desechar la que
se tenia para seguir otra nueva.
Las variaciones son comunes.
La mudanza es propia de los incons
tantes. El que no tiene principios cier
tos está sujeto á variar: al que se fia
mas de la fortuna que de la verdad,
nada le cuesta mudar de doctrina.
{March.)
primero es
el acto de variar: lo segundo la diferen
cia de algunas cosas entre sí. Así, pues,
se dice; la variaciσn del tiempo, varie
dad de colores.
No hay gobierno alguno en que no
haya variaciones: no hay especie algu
na en la naturaleza, en que no se noten
muchas variedades.
VARIACIΣN, VARIEDAD.—Lo
{March.)
VASTO, EXTENSO, EXTENDIDO, DILATADO.
—Todas estas palabras nos dan la mis
ma idea, pero producida de diferentes
modos. En las dos primeras pueden no
tener parte alguna la industria y la vo
luntad. Las dos ϊltimas pueden ser efec
VAS
)
to de la voluntad y de la industria. Vas
to dice mas que extenso, y mucho mas
que extendido y dilatado.
Lo vasto y lo extenso prescinden de
los límites y de los accidentes de las
cosas: no así extendido ni dilatado, que
muchas veces necesitan de los acciden
tes para determinar la idea con preci
sion; por ejemplo, cuando decimos que
una cosa debe extenderse á lo ancho σ á
lo largo, damos á entender que tiene
longitud y latitud, y que una de estas
dimensiones debe determinar el modo:
entonces diremos que tal cosa está, σ
debe estar extendida á lo ancho σ á lo
largo.
Por el contrario, cuando decimos ΅quι
campo tan vasto! prescindimos entera
mente de los límites que lo terminan,
de su figura y de todos sus accidentes:
ϊnicamente atendemos á la impresiσn
que causa en nuestra alma la extension
en abstracto. Lo mismo sucede cuan
do empleamos la palabra vasto en senti
do figurado, v. g.: es materia muy vasta.
Extenso es ya menos que vasto, y de
nota limitaciσn indeterminada: por eso
nos servimos del sustantivo extensiσn
cuando queremos expresar un espacio
cualquiera, cuyos límites dependen, por
decirlo así, de la arbitrariedad. Esto
se verifica tanto en el sentido propio,
como en el figurado.—La extension del
brazo.—La extension del imperio.—La
extension de una ley, de un tratado, &c.
Extendido es lo que ocupa un espacio
mayor que el que ocupaba antes: rara
vez se usa en sentido figurado.
Dilatado trae consigo la idea del em
pleo dßl tiempo. Así nos lo manifiesta
su misma etimología—dilatus; esto es,
llevado mas allá; y claro está que mien
tras mas allá sea, mas tiempo se nece
sita. Esta es la razσn porque decimos
que una ausencia es dilatada, y no vas
ta, ni extensa, ni extendida.
(G. de la Cortina.)
VER
( 1 5 )
V
E
N
E
R
A
C
I
Σ
N
,
R
E
S
P
E T O . — La veneraciσn
V E L O C I D A D , R A P I D E Z . — La velocidad
reside en el corazσn; el respeto en la
exprime genéricamente el movimiento
imaginaciσn. Aquella es efecto de la
pronto σ acelerado de un cuerpo; pero
persuasion
interior del ánimo; éste lo es
la rapidez parece que aρade mas ener
de la impresiσn que causa el objeto en
gía á la idea, mas ímpetu al movimien
nuestros sentidos.
to, representando al mismo tiempo el
Por eso se venera la virtud, y se resesfuerzo violento con que el cuerpo cor
peta
la autoridad.
re, y con que corta, σ separa cualquie
Un varσn apostσlico excita nuestra
ra dificultad ό resistencia, que pueda
veneración; un padre nuestro respeto; un
oponérsele.
soberano virtuoso nuestro respeto y veDe un torrente se puede decir que
neración. El aparato y magestad de la
baja con velocidad de las montaρas; pero
casa de un príncipe causa respeto en el
si se dice que baja con rapidez, se ofre
que
lo ve. La memoria de las acciones
ce á la imaginaciσn, con mas energía,
virtuosas de un hombre ilustre, excita
el movimiento impetuoso con que se
nuestra veneración.
precipita, sin que haya obstáculo que
[L. de la Huerta.)
le pueda contener.
El fuego se eleva con velocidad, y V E N I D E R O , FUTURO. — Estos dos voca
blos son mas caracterizados por la di
consume una casa con rapidez. De aquí
versidad de los estilos que por la dife
es, que la rapidez solo se aplica á la ac
rencia de sus significaciones.
Futuro
ciσn, y no al agente. Puede ser rápies de mucho uso en lo dogmático; la
da la carrera de un caballo, el vuelo de
gramática conoce los tiempos futuros;
un águila; pero ni el caballo, ni el águi
la filosofía escolástica trata de la cues
la son rápidos, sino veloces.
tiσn del futuro contingente: hasta la ex
El mal ejemplo hace rápidos progre
presiσn poética se vale muy bien de las
sos. Un general hace rápidas conquis
series futuras.
Lo venidero se usa tan
tas. En estos ejemplos el adjetivo veto en lo moral como en el lenguaje co
loces no representaría con igual propie
mϊn de la conversaciσn. La reflexion
dad la inocencia, σ la razσn atropella
sobre lo pasado, y la inquietud acerca
das por el mal ejemplo: la fuerza, la re
de lo venidero, no sirven á veces sino
sistencia, arrolladas por las armas vic
para quitarnos el g©ce de lo presente.
toriosas del conquistador.
(L. de la Huerta.)
Se consuela uno de un infortunio pasa
jero con la perspectiva de un porvenir
V E N E N O , PONZOÑA.—L&voz veneno se ex
dichoso.
tiende, no solo á los simples, que natu
Futuro es relativo á la existencia de
raímente son nocivos, sino también, y
los seres; venidero á las relaciones de
con mas propiedad, á los compuestos,
los acontecimientos. Se puede hablar
mezclas σ preparaciones que destruyen
con certidumbre de las cosas futuras, y
la salud, σ quitan la vida. La voz ponzopredecir las de cierto orden por solas
ña solo se aplica á los simples, que por
las luces naturales; pero sobre lo veni.
sí solos son nocivos, y con mas propie
dero no se puede hacer mas que conje
dad á los que naturalmente se encuen
turar, y es imposible predecirlo sin te
tran en el cuerpo de varios animales.
ner una revelaciσn especial.
Se compone, se prepara un veneno, no
(March.)
una ponzoña; ésta la da preparada la
V E R , M I R A R . — S e ve lo que se presenta á
naturaleza.
la vista: se mira donde se echa la ojeada.
(L. de la Huerta,)
VEN
VER
( 166 )
VID
Vemos los objetos que se presentan á
el pudor. Ambos hacen á veces salir
nuestra vista: miramos los que excitan
los colores á la cara; pero en este caso
nuestra curiosidad.
se sonroja uno por vergüenza, se sonro
sea por pudor.
Se ve σ distinta σ confusamente. Se
mira de lejos σ de cerca: ábrense los
No conviene vanagloriarse, ni tener
ojos para ver: vuélvense atrás para mi
vergüenza por el nacimiento, porque son
rasgos de orgullo; pero conviene igual
rar.
mente al noble y al plebeyo, tener ver
Los hombres indiferentes ven, como
güenza de sus vicios.
todos los demás, las gracias del bello
Aunque el pudor sea una virtud, hay
sexo; pero las miran aquellos á quienes
sin embargo ocasiones en que pasa por
causan admiraciσn.
debilidad y timidez.
El inteligente mira las bellezas de un
(March.)
cuadro que ve: el que no lo es en la pin
tura, mira el cuadro sin ver sus belle VESTIGIO, HUELLAS.—Los vestigios son
los restos de lo que ha estado en un lu
zas.
gar; las huellas rastros de lo que ha pa
De aquí se deduce que ver es un acto
sado por allí. Se conocen los vestigios;
involuntario: no así mirar, que indica
se siguen las huellas.
poner atenciσn con la vista.
(March.)
Se ven los vestigios de un castillo an
tiguo; se advierten σ notan las huellas
VERGÜENZA, CORTEDAD.—La ideacomun
de un ciervo.
(March.)
á estas dos voces, consideradas como
sinσnimas, es la timidez; pero la corte VIA, MEDIO.—Se siguen las vias; se vale
dad la considera como un efecto de la
uno de los medios.
falta de aquel desembarazo que se ad
La via es el modo de conducirse para
quiere con el trato continuado de cier
salir bien. El medio es lo que se pone
ta clase de personas; la vergüenza la con
en práctica para este efecto. Via tiene
sidera como un efecto, σ de poca con
una relaciσn particular con las costum
fianza del mérito propio, σ del temor
bres; medio con los sucesos.
del desprecio σ burla de los otros.
(March.)
Un sabio, que está seguro de que sabe
lo que dice, no tiene vergüenza de ha VICTORIA, VENCIMIENTO.—ha victoria es
la acciσn de vencer, el vencimiento la de
blar delante de gentes; pero poco acos
ser vencido.
tumbrado á ello, puede tener cortedad.
El general que gana una batalla, pu
Uno que no es muy diestro en la mϊsi
ca, aunque no tenga cortedad, puede te
blica tu victoria: el que la pierde, pro
ner vergüenza de cantar delante de gen
cura ocultar su vencimiento.
tes, que pueden burlarse de él.
El vencimiento de las pasiones es la
victoria de la razσn.
La cortedad es efecto de falta de ex
(L. de la Huerta.)
periencia, σ de pequenez de espíritu.
La vergüenza es efecto de desconfianza, VIDA, EXISTENCIA.—La vida no es mas
y no pocas veces de amor propio.
que el estado de todo animal que sien
te y se mueve: por lo mismo es aplica
(L. de la Huerta.)
ble á todo lo que tiene sensibilidad y
movimiento, sea animado σ inanimado.
VERGÜENZA, PUDOR.—Las acusaciones
de la conciencia causan la vergüenza.
Un árbol vive y muere, lo mismo que
Los sentimientos de modestia producen
un pez, lo mismo que una ave.
57
VIE
( 167
La existencia denota solamente la du
raciσn actual de una cosa, y prescinde
de las cualidades que constituyen la
vida. Así se dice—existen documentos
que prueban la muerte de César.—En
Europa existen muchos edificios de la
edad media.—Es fabulosa la existencia
del ave fénix.
Pero cuando se intenta expresar el
modo de existir de los seres animados,
son sinσnimos perfectos las palabras vida
1
y existencia, y puede decirse, hablando
de un hombre desgraciado—΅qué vida
σ qué existencia tan penosa!
No sucede lo mismo cuando nos ser
vimos de la palabra vida para denotar
el conjunto de obras σ acciones de una
persona, σ el tiempo que hace que vivi
mos: en este caso no puede ser sinσni
mo de existencia, porque esta denota
solamente el ser. Por esta razσn deci
mos vida ejemplar σ criminal y no exis
tencia.—Historia de la vida dt Cicerσn,
y no de la existencia de Cicerσn.—En
mi vida oí decir tal cosa—y no en mi
existencia.
(G. de la Cortina,)
vejez es la ϊltima
edad de la vida, como lo es igualmente
la ancianidad; pero la primera repre
senta esta idea con relaciσn á lo físico
y perecedero, tanto del hombre, como
de todo viviente; y la segunda con rela
ciσn á la distinciσn que se hace de aque
lla edad respecto de las demás edades
del hombre, contrayendo la idea deter
minadamente á su especie.
Vemos en la vejez la decadencia de la
vida, y al viejo sujeto á los achaques y
debilidades que acarrean los aρos. Ve
mos en la ancianidad la consideraciσn
que inspira, σ debe inspirar, la edad, la
madurez, la experiencia.
V I E J O , ANCIANO.—La
Por eso para explicar el estrago que
hace el tiempo, usamos del verbo enve
)
VIO
jecer: como igualmente se dice: morir
de vejez, y no de ancianidad.
A los ancianos del pueblo de Israel
no les daríamos, con igual propiedad,
el nombre de viejos del pueblo.
Así es que, poranalogía con este mis
mo uso de la voz, llamamos viejos y no
ancianos, ΰ los edificios, á los vestidos,
á los muebles, y aun á los usos.
(L. de la Huerta.)
IGOROSO, FUERTE, ROBUSTO.
El VigO
roso, mas ágil que los demás, debe mu
cho al ánimo; elfuerte, como mas firme,
debe mucho á la construcciσn de los
mϊsculos; el robusto, menos sujeto á los
achaques, debe mucho á la naturaleza
del temperamento.
Es uno vigoroso por los movimientos
y esfuerzos que hace; fuerte por la so
lidez y la resistencia de los miembros;
robusto por la buena conformaciσn de
las partes que sirven á las funciones na
turales.
Un hombre vigoroso ataca y lidia con
agilidad y violencia; uno fuerte sobre
lleva con facilidad lo que á otro agobia
ría y oprimiría; uno robusto resiste toda
fatiga, la influencia del aire, del clima, y
aun los excesos.
(March.)
violento
llega hasta las acciones; el arrebatado
se contiene comunmente en los discur
sos.
VIOLENTO,
ARREBATADO.—El
Un hombre violento levanta la mano,
y da tan pronto como amenaza; el ar
rebatado está pronto á decir injurias, y
se enfada fácilmente.
El hombre arrebatado solo tiene á
veces el primer impulso σ fuego de malo;
el violento es mas peligroso.
Se debe estar muy alerta contra los
violentos, y á veces basta con tener pa
ciencia con los arrebatados.
(March.)
VOL
( 168
V I S I O N , APARICIΣN.—Lavision se hace en
los sentidos interiores, y no supone sino
la acciσn de la imaginaciσn. La apari
ciσn hace mas impresiσn en los sentidos
exteriores, y supone un objeto en lo
exterior.
San José por una vision fuá advertido
de que huyese á Egipto con su familia.
La Magdalena fué instruida del Salva
dor por una apariciσn.
Los cerebros exaltados y débiles por
falta de alimento creen á veces tener vi
siones. Los espíritus tímidos y crédu
los toman á veces por apariciones lo que
no es nada σ solo es un juego.
(March.)
V I V E Z A , P R O N T I T U D . — L a viveza depen
de siempre de la sensibilidad y del áni
mo, la menor cosa produce efecto en el
hombre vivo: al punto conoce lo que le
dicen, y reflexiona sus respuestas me
nos que otros.
Prontitud viene mas bien del genio y
de la acciσn: un hombre pronto está mas
sujeto á los sobresaltos que otro, tiene
la mano ligera y es expedito para el
trabajo.
La indolencia es opuesta á la viveza,
y la lentitud á la prontitud.
(March.)
VOCES, GRITOS.—Significan el esfuerzo
que hacemos con la voz para que se nos
oiga mejor, σ de lejos; pero voces supo
ne un tono natural esforzado; gritos, un
tono mas agudo que el natural.
A los sordos se les grita, no se les da
voces; porque el tímpano de su oído ne
cesita no tanto un sonido fuerte, como
un sonido agudo, que le hiera y excite.
Al que está lejos, se le da voces, porque
para oír de lejos, es mas ϊtil lo fuerte,
que lo agudo de la voz.
(£. de la Huerta. )
)
VOZ
cer varios volϊmenes; pero la encuader
n a r o n separa los volϊmenes, y la divi
sion de la obra distingue los tomos.
No se puede juzgar siempre de la
ciencia del autor por el tamaρo σ bulto
del volumen. Hay muchas obras en va
rios tomos que fueran mejores reducidos
á un solo volumen.
(March.)
o z , PALABRA.—Hemos dicho ya (en el
artículo Elegante, Elocuente) que la ele
gancia tiene por objeto la buena elec
ciσn de voces y de palabras, mirándolas
como dos cosas diferentes, porque en la
realidad lo son cuando se consideran,
como sucede en este caso, con relaciσn
determinada al idioma, esto es, la voz
σ la palabra que significa tal cosa, σ á
que se aplica tal idea.
En este caso, la diferencia que se per
cibe entre ellas es, que voz se refiere
mas comunmente á la composiciσn ma
terial, y á las circunstancias gramatica
les; y palabra á la pronunciaciσn y cir
cunstancias en que tienen parte la pro
nunciaciσn y el oido.
Almojarifazgo es una voz árabe com
puesta de cinco sílabas, sin contar el
artículo, que miramos ya como parte de
la misma voz; y es una palabra poco
agradable al oido, y difícil de pronun
ciar para un extranjero.
Un predicador usa de voces propias,
y de palabras armoniosas. Un aman
te emplea palabras tiernas, y no voces,
para ablandar el corazσn de su dama.
Por la misma razσn se dice: no oyσ
una palabra de cuanto se hablσ; y seria
mal dicho, no oyσ una voz, porque no
se trata de la composiciσn gramatical
de la voz, sino del efecto material que
causa en el oido la pronunciaciσn, el so
nido de la palabra.
(£, de la Huerta.)
V O L U M E N , TOMO.—El volumen puede con
V o z , PALABRA.— Voz designa los sonidos,
tener varios tomos, y el tomo puede ha
sean inarticulados σ articulados, que
VOZ
( ]
forma el aire desde los pulmones, pa
sando por la garganta y saliendo por la
boca. Palabra, que antiguamente se
decía parabla, corresponde al verbum
latino, que designa la idea de hablar,
de comunicar á otros sus pensamientos.
Es, pues, la palabra la expresiσn vocal
del pensamiento, la pintura vocal de las
ideas. La voz no expresa mas que so
nidos; la palabra ideas, porque sin ellas
no hay habla. Segϊn esto, la voz en
cierra en sí las ideas de sonoridad, de
dulzura, de aspereza, de armonía. Con
forme á esto, diremos con propiedad,
que Almojarifazgo, por ejemplo, es una
voz áspera, desagradable al oido; y
hablaría impropiamente el que dijese
que era una palabra áspera: pues lapa
)
VOZ
labra es pintura, expresiσn, supone la
correspondencia entre el modelo y la
copia, entre el signo y la cosa significa
da, y por consiguiente incluye las ideas
de propiedad, exactitud, fuerza, ener
gía, ternura, segϊn sea fuerte σ tierno
lo que pinte. Así un orador emplea pa
labras propias, y no voces; y usa de voces
armoniosas, y no de palabras·, Un aman
te para expresar su pasiσn,dicepalabras
tiernas y voces dulces, pero no al con
trario: no oyσ palabra de cuanto se dijo,
significa que no pudo entender nada de
la conversaciσn: por eso se usa aquí
propiamente de palabra y no de voz, por
que no se trata de sonidos, sino de com
prender los discursos de los que hablan.
(A. Cienfuegos.)
22
APÉNDICE.
TÉRMINOS SINΣNIMOS.
A . ]a propiedad de la dicciσn pertenece
antes de todo la elecciσn en el uso de es
tas palabras llamadas sinσnimos. El dis
curso mas elegante y mas adornado care
cerá de precision, claridad y energía, cuan
do el pensamiento se anega en aquella pro
lusion de palabras análogas, y siempre in
cierta la verdadera, cuya redundancia qui
ta la rapidez y la fuerza á la expresiσn.
La delicada diferencia, σ graduaciσn que
se halla entre los sinσnimos y esto es, la ín
dole particular de estas voces, que guar
dan en su significado general una seme
janza comϊn como entre hermanas, las dis
tingue una de otra por alguna idea secun
daria y peculiar que encierra cada una de
ellas. De aquí viene la necesidad de es
cogerlas con inteligencia, y acierto, y co
locarlas con oportunidad, para escribir ade
cuadamente.
Esta feliz elecciσn, de que depende la
propiedad del estilo, enseρa á decir con
verdad y solidez lo que en otros es vana
verbosidad: enemiga del abuso de las pa
labras, hace inteligible nuestro lenguaje:
juiciosa en el uso de los términos, castiga
y fortalece la expresiσn: rigurosamente
exacta, destierra las imágenes vagas y ge
nerales, y todos aquellos correctivos como,
, ú poca diferencia, escasi, â modo de
pecie de , que manifiestan la incerti
dumbre de nuestro juicio, σ nuestra pere
za, σ nuestina superficialidad. De esto se
infiere que el espíritu de discernimiento
y de exactitud es la verdadera luz que dis
tingue en un discurso al hombre sabio del
hombre vulgar.
Para alcanzar esta exactitud, el escri
tor ϊ orador ha de ser algo escrupuloso en
el uso de las palabras, hasta llegar á co
nocer que las que se llaman sinónimas no
lo son con todo el rigor de una identidad
tan cabal, que el mismo sentido de cada
una sea comϊn á todas. Examínense de
cerca, y se echará de ver luego que esta
supuesta igualdad no abraza toda la ex
tension y valor de su significado; pues
solo consiste en una idea principal que to
das representan indefinida y latamente.
Sin embargo, cada una diversifica esta idea
por medio de otra secundaria σ accesoria
que constituye su propia y peculiar acep
ciσn.
ΏQuién dirá que los nombres tranquilidad, reposo, sosiego, descanso, se pueden
aplicar indistintamente á una misma idea,
ni juntos ni separados, sin embargo de que
convienen todos, por modo extenso, en la
significaciσn de quietud? Examínese cada
uno en particular, y se verá, que tranquilidad es la quietud absoluta de lo que no
ha.estado inquieto: que reposo es la quie
( 174 )
tud de lo que ha sido movido: que sosiego conocimiento del idioma, nunca le asisti
es la quietud de lo que ha estado agitado: rá la virtud y eficacia para enseρar y per
y que descanso, de lo que ha sufrido fati suadir. El que carezca de este pulso, usa
ga σ trabajo. Lo mismo podremos decir rá indistintamente de las palabras avenir,
de esotras palabras gusto, placer, deleite; y acomodar,reconciliar; sin advertir que solo
de otras, como espantoso, asombroso, horro se aviene á las personas discordes por pre
roso; y de otras muchísimas, como gozo, tensiones ϊ opiniones: que solo se acomo
alegrνa, jϊbilo, que algunos escritores, σ da á las que han tenido intereses σ dife
equivocan su elecciσn, tomando una por rencias personales; en fin, que solo se re
otra, por ignorancia; σ las confunden jun concilia á las que por malos oficios se ha
tas por falta de seguridad en su juicio·, y bían hecho enemigas. En estos tres ejem
otras veces, por ostentaciσn de la riqueza plos tenemos tres actos de conciliaciσn en
de su estilo, que es vanidad é ignorancia general, y solo en esta idea vaga son sinσ
juntamente. Pero las mas veces dimana nimas aquellas tres voces; pero cada uno
de la incertitumbre que padece el ánimo determinado por distintos fines, y distintas
del que escribe σ habla, vacilante acerca causas.
del valor especifico y propio de las pala
Lo mismo se puede aplicar á estas vo
bras; y en esta duda echa mano de todas ces estado, situaciσn, cuya diferencia se
para acertar, entre tantas, con la que bus manifiesta en que la primera dice alguna
ca, y no sabe escoger.
cosa habitual σ permanente, y la segunda
Los que creen que esta exuberancia de como accidental y mudable, Y así lo que
palabras, que entre los vicios del estilo se no alcance el raciocinio, lo demostrarán
llama pleonasmo, enriquece la oraciσn, ig los ejemplos: Ni el estado de padre de fa
noran ciertamente que no es el valor nu milia pudo mudar la situaciσn de su fortu
meral de ellas el que enriquece el discur na. Tampoco entre austeridad, rigor, y
so, sino el que nace de su diversidad, como severidad se percibe á primera vista la
la que luce en las obras de la naturaleza. diferencia; pero dice así un autor de cier
Cuando las palabras varían entre sí, solo to magistrado: vivνa con austeridad, pen
por los sonidos, y no por la mayor σ me saba siempre con rigor, y castigaba con se
nor energía y sencillez de su propio sen veridad.
tido, en vez de dar riqueza á la sentencia,
La propiedad de las palabras se cono
la empobrecen, y fatigan la memoria y ce mas por lo que enseρan los ejemplos,
atenciσn del oyente, σ del lector. Esto es, que por lo que enseρan sus definiciones,
hablando con propiedad, confundir la su si estas no son exactas y luminosas. El
perfluidad con la abundancia; hacer, como uso diverso á que aplicamos su significa
quien dice, consistir la magnificencia de ciσn particular nos conducirá á definirlas
un banquete en el nϊmero de los platos, y con toda propiedad; porque padecen en
no en la diversidad de los manjares. Y esto grandes yerros los diccionarios, cuan
siendo regla constante que entre las diver do en ellos no se ha llevado por guía esta
sas palabras que declaran nuestro pensa operaciσn, que parece de orden inverso.
miento, una sola es la propia; todas las El que solo se guía por ellos con ciega
otras, teniendo diferente σ inferior grado confianza, se expone á grandes errores:
de valor, σ embarazan la expresiσn, σ la hallará en el de la Academia espaρola de
enervan.
finida la palabra perdimiento de este modo
De aquí es, que si el orador σ escritor tan vago como ambiguo: lo mismo que per
no tiene aquel pulso seguro y fino, que diciσn σ pιrdida. Aunque las tres pala
pide la exactitud filosσfica, y un profundo ! bras abrazan la idea recta y general de per
( 175 )
dida, se diferencian entre si notablemen cal, vestiduras pontificales; y por el con
te por el motivo, la acciσn, y el objeto. trario, autoridad pontificia, palacio ponti
Busquemos por el uso su aplicaciσn, y ficio, estados pontificios. En el citado dic
de esta sacaremos su definiciσn verdade cionario se univocan las voces acuátil y
ra. Perdimiento se dice en sentido legal, acuático; mas yo me tomo la libertad de
hablando de bienes, de una posesiσn, de hacer entre ellas esta distinciσn, aplican
un empleo: perdiciσn tiene un sentido mo do lo acuátil hablando de plantas, y lo
ral, y se aplica á la ruina de las costum acuático hablando de aves. Lo primero
bres, al abandono del honor y de sus obli me parece se apropia mejor á lo que nace,
gaciones: y pιrdida es un acto σ resulta se cria y mueve en el agua; y lo segunde á
contraria á ganancia, sea en lo que com lo que vive entre el agua, σ la frecuenta.—
pramos σ vendemos, como en lo que es Lo mismo sucede con las voces vegetable y
vegetal, cuya definiciσn comϊn á entram
peramos, σ que poseíamos.
En el referido diccionario se define la bas, no distingue su uso. Sin embargo, de
voz paternal de esta manera: lo que es pro cimos el reino vegetal y no vegetable; de
pio del padre, definiciσn muy extensa é cimos tierra vegetal y no vegetable; deci
indeterminada; y de la otra paterno se dice: mos vivir de vegetables y no de vegetales.
lo que pertenece al padre, σ es propio suyo, Lo mismo sucede en los artículos angé6 se deriva de ιl. Esta definiciσn, ademas lico y angelical del citado diccionario, cu
de vaga, es oscura, y confunde en ella la yas respectivas definiciones se confunden
en una, aunque decimos coros angélicos,
primera, de suerte que no se conoce la
espíritus angélicos; y pureza angelical, ge
verdadera diferencia de las dos palabras, y
nio angelical. Lo mismo sucede con es
por consiguiente no hay regla ni luz para
tas dos voces celeste y celestial;sin adver
el uso de ésta, σ de la otra. Obedezca
tir que decimos, para hablar con propiedad,
mos á la regla sabia del uso, y este maes
orbes celestes, fenσmenos celestes, cuerpos
tro nos dará la particular y propia defini
celestes, espacios celestes, esfera celeste, en
ciσn de cada una. Dícese amor paternal,
términos astronσmicos; y gloria celestial,
correcionpaternal, solicitud paternal; y se
reino celestial, en sentido místico; y por
dice, herencia paterna, autoridad paterna,
extension, mϊsica celestial, voz celestial,
tio paterno. De estas distintas aplicacio
en alabanza de su excelencia. Decimos
nes sacaremos que paternal es lo que es
azul celeste, y no celestial; y este solo
propio de los afectos de padre; y paterno
ejemplo tan comϊn, y tan conocido, basta
lo que es propio de la calidad y represen ba para una clara y distinta definiciσn.
taciσn de padre, σ se deriva de sus dere
Si no consideramos con escrupulosa
chos, σ de su sangre.
atenciσn las palabras, jamas escribiremos
Por el diccionario tampoco hallaremos con correcciσn y propiedad. En este cui
la diferencia que se trasluce entre estas dado no hallo nimiedad, por mas que la
dos voces, pontifical y pontificio, porque dren los antipuristas. Verdad es que este
se identifican de tal suerte, que la defini esmero debe proceder de estudios ante
ciσn de la una sirve igualmente para la riores, pues sin este caudal de prevenciσn,
otra. Veamos como se define allí la pri mal podrá el escritor detenerse en estas
mera: lo que toca σ pertenece al pontνfice. especulaciones, cuando está con la pluma
Veamos después como se define la segun en la mano. Escribe, pues, no se detiene
da: lo que toca σ pertenece al pontνfice. Si el que conoce el valor de las palabras, y
estas dos palabras fuesen unívocas, no se este conocimiento le sirve aun después
diría ornamentos pontificales^ misa pontifi para ver su yerro, y enmendarlo.
( 176 )
Vuelvo á decir, que nunca sobra cuida dictado de presbνtero á los regulares, sino
do en la elecciσn de las palabras para ha el de sacerdote. Parece que presbνtero se
blar con propiedad. ΏQuién dirá que en el aplica mas al orden y al título, y sacerdo
uso de estos dos nombres Levante, Orien te al ejercicio y ministerio pϊblico de su
te, hablando de regiones, puede caber no dignidad. Así, se dice: el orden de los
table impropiedad, tomando indistinta presbνteros, cardenal presbνtero. Decimos
mente el uno por el otro? Lo dirá el que al contrario: cuando el sacerdote alza la
sepa que, en lenguaje náutico y mercantil, hostia: cuando sale al altar el sacerdote, y
el Oriente se toma por los países del Asia nímea el presbítero: bajo palabra de sa
respecto de la Europa, cuando se navega cerdote, y no de presbítero.
El uso nos enseρa estas distinciones,
á ellos por el océano; y Levante, por los
aun
en las cosas mas comunes; bien que
mismos, cuando se va á ellos por el Me
todas son importantes cuando se trata de
diterráneo.
Saber un idioma, no es solo saber su propiedad. Si me es lícito descender á
sintaxis, y la nomenclatura de millares de ejemplos de objetos bajos y humildes, pon
voces, si se ignσrala aplicaciσn que se ha dré éste, por ser de uso mas conocido y ge
de hacer de ellas, muchas veces mas por neral. Los nombres puerco, cerdo, cochi
el uso que por razσn. En las palabras do no,marrano, representan un mismo animal,
mιstico y casero, no se presenta mas dife y con todo eso no usamos indistintamente
rencia que la extrínseca de ser, la una de de ellos en todos los casos y circunstan
rivada de la latina domus, y la otra de la cias: y segϊn son diversos los aspectos
vulgar casa. Sin embargo, el uso nos en bajo de que consideramos dicho animal,
seρa, y aun nos manda, que la primera la es diverso el nombre que le aplicamos, ya
apliquemos á unas cosas, y la segunda á en sentido recto, ya en el metafσrico. De
otras. Por este tenor decimos educaciσn cimos puerco, en estos casos: piara de
domιstica, guerras domιsticas,animales do puercos, matar puerco, comer carne de puer
mιsticos, disensiones domιsticas, & c , y de co, manteca de puerco, & c , y en sentido fi
jando lo doméstico, tomamos lo casero di gurado y proverbial: el puerco de Epicϊ
ciendo: haciendas caseras, vida casera, pan ro: ϊ cada puerco le llega su San Martin:
echar margaritas ΰ puercos. Parece que
rasero, lienzo casero, &c.
Este mismo uso nos enseρa la diferen este nombre es el propio del animal, y de
cia entre regio y real. Aunque ambas voces acepciσn mas inmediata, como derivado del
vienen del nombre rey; decimos el palacio parens latino: porque de él se forman las
/cal, los reales ejércitos, la marina real, voces porquerizo, y porqueriza, y no de
el consejo real, la real familia, &c; pero los otros nombres. En la caza de monte
el epíteto regio va con otros nombres, se llama puerco al jabalí y no cerdo ni co
como el regio solio, el censor regio, regia chino; y de aquella sola voz, como origi
prosapia, y por comparaciσn se aplica á nal, se forma la compuesta puerco espin
Usamos del nombre cerdo indiferente
cosas magníficas y espléndidas, como fun
ciσn regia, banquete regio, aparato re mente, y de puerco en los cuatro primeros
ejemplos arriba aplicados: mas no en los
gio, &c.
También nos enseρa la distinciσn entre restantes, porque en los otros sentidos de
sacerdote y presbνtero: lo primero se dice semejanza y comparaciσn, solo se extien
en la religion catσlica, en la judía y en la de á estas frases, vive como un cerdo, engor
pagana; y lo segundo solo se dice del mi da como un cerdo.
Usamos del nombre cochino en estos ca
nistro catσlico en cuanto ha recibido el or
sos,
casi siempre para chanza y desprecio:
den sacerdotal: sin embargo, no se da el
( 177 )
San Antonio y su cochino: corne como un Esta materia era importante tratarla en
cochino: no son pelos de cochino: la muer este lugar con alguna extension, porque
te del cochino. Por esto se forman de la abundancia misma de nuestro idioma
este nombre y no de los demás, estos nos obliga á ser mas cautos, solícitos, y
derivados cochinerνa, cochinada, y llama remirados para acertar nuestra elecciσn
mos cochina á la persona sucia y desasea entre la tan varia riqueza de su dicciona
da; sin embargo decimos también puerca rio. Me he detenido acaso mas de lo que
era menester en este género de observa
y porquerνa.
ciones,
así por el motivo que acabo de
De la voz marrano usamos mas para
despreciar y motejar, que para definiciσn exponer, como para hacer mas sensible la
d.el animal: Marrano se llamaban unos á falta que padece de un tratado particular
otros los moros y los cristianos por apodo: de sinσnimos nuestro riquísimo idioma,
duerme, ό come, σ engorda comoun marrano, habiéndolo gozado ya casi todas las len
guas vivas de Europa.
también se suele decir.
De la ignorancia del verdadero y pro
Igual reseρa podríamos hacer de los
pio significado de las palabras, procede
nombres asno, burro,borrico, jumento. ΏPoi
también la impropiedad de su uso en las
qué decimos el asno de oro de Apuleyo y
aplicaciones figuradas. De aquí nacen tan
no el burro, ni el borrico! ΏPor qué deci
tas imágenes inadecuadas, tantas metáfo
mos burro cargado de letras, y no borrico?
ras incoherentes, tantos pensamientos fal
ΏPor qué decimos la burra de Balan y no
sos. Por ejemplo, el que confundiese las
la borrica, ni la asna? ΏPor qué risa de
voces sierpe y serpiente, como lo hace el
borrico, y no de asno, ni burro? ΏPor qué
diccionario, diria: la sierpe engaño ΰ Eva,
caer de su burro σ de su asno, y no de su
en lugar de la serpiente: diria de una mujer
borrico, ni jumento? ΏPor qué orejas de bur
colérica y soberbia; es una serpiente en lugar
ro, y no de asno, ni borrico, ni jumento?
de una sierpe: diria de una persona mor
ΏPor qué llamamos borrico al hombre sim
daz y maldiciente, tiene una lengua de ser
ple y manso, y no burro, ni asno? ΏPor
piente, en vez de lengua de sierpe como se
qué el que ha caído en un engaρo σ equi
dice generalmente. En esta impropiedad
vocaciσn, dice: he sido un borrico, y no un
caen los que confunden el género con la
burro? ΏPor qué, si bien todos cuatro nom
especie, σ al contrario; y no habrán con
bres se aplican á un hombre tonto, solo el
tribuido poco á que los incautos σ perezo
de burro se aplica al muy sufrido, σ al que
sos no conozcan este peligro algunos re
lleva todo el trabajo en una casaϊ oficina,
franes nuestros, como aquel de: olivo, oli
entre sus iguales? ΏPor qué decimos bur
va, y aceituno, todo es uno: y el otro tan co
ra de leche, y leche de burra, y no de borri
mϊn, ganso, pato y ansarσn, tres cosas sue
ca, ni de asna? ΏPor qué llamamos burre
nan, y una son: pero yo respondo, que tres
ro y no borriquero al que cria burras de le
cosas suenan, y tres cosas son. Cuando
che, y borriquero y no burrero al que cui
decimos, hablar por boca de ganso, y no
da y lleva burros al prado? ΏPor qué lla
de pato: cuando decimos la oliva de lapaz
mamos borricada, y no burrada, á una
y no el olivo; damos un claro ejemplo de
cavalgada en burros, σ á una manada de
que hay alguna diferencia entre aquellos
ellos?
tres objetos, si no como individuos, á lo
ΏHasta dσnde podríamos extender este menos por algϊn accidente que hace va
examen de las voces sinσnimas, si quisié riar su uso.
semos repasar aquí su interminable serie,
(C^praany.—Filosoίade la elocuencia.)
contando con la paciencia de los lectores?
23
DEL INGENIO.
JjiN vano habríamos pretendido mostrar
con doctrinas, ejemplos y reflexiones guia
das de la filosofía, las demás calidades que
constituyen el talento oratorio, si nos ol
vidásemos de la primaria y principal que
es elingenio, y la que preside á todas. ΏDe
qué podrían servir los consejos de la sabi
duría, los colores de la imaginaciσn, el ca
lor de los afectos, y las reglas del buen
gusto para hablar y escribir con eminen
cia y aplauso, al que se hallase destituido
de esta llama, de esta inspiraciσn, de este
entusiasmo, pues con estas metáforas poé
ticas se define el ingenio? Este conside
rado como una lumbre celeste que escla
rece á nuestro entendimiento, se llama
también numen y genio, personificando es
tos nombres en figura de deidad σ ángel
que nos inspira, á dicho de Ovidio, hablan
do de los poetas, est Deus in nobis, para
sobresalir en alguna de las artes de inven
ciσn, que por esto las llamamos artes de
ingenio.
Ingenio significa aquella virtud del áni
mo y natural disposiciσn, nacida con no
sotros mismos, y no adquirida por arte σ
industria, la cual nos hace hábiles para
empresas extraordinarias, y para el des
cubrimiento de cosas altas y secretas. Por
esto llamaron los griegos y latinos ingenio
á la naturaleza de cualquier cosa: y así
también toda invenciσn en las artes arou
ye ingenio, y el que carece de este don na
tivo, nunca será sino un imitador mas σ
menos perfecto de las operaciones de otro.
Y no por otra razσn decimos que en tal σ
tal hombre hay cantera, σ que tiene can
tera, tomándola metafσricamente por in
genio σ talento natural que descubre en
sus hechos σ escritos, al modo como de
aquella se saca la piedra viva para labrar
después los edificios. Por extension se
llama ingenio toda máquina σ artificio en
mecánica, como las catapultas y trabucos
en la antigua artillería, y los molinos de
azϊcar σ trapiches, por suponerse ingenio
en su invenciσn. Y por otra aplicaciσn
análoga damos el nombre de ingenio á la
industria σ maρa de que usa el hombre pa
ra conseguir sus fines, porque en estos me
dios se supone siempre artificio. Por ϊl
timo se llama por sinécdoque ingenio al
mismo sugeto ingenioso.
Pero como en la lengua francesa no se
distingue particularmente el ingenio del
genio, pues no tiene para lo uno y lo otro
mas que el nombre genie; de aquí habrá
provenido que en estos ϊltimos tiempos, á
fuerza de tantas traducciones, se haya in
troducido en los escritos de algunos de
nuestros literatos el abuso de llamar cons
tantemante genio á lo que constantemente
( 179 )
han dicho ingenio nuestros padres y abue que entendemos nosotros por ingenio, que
los. En aquella lengua, gente se toma por es talento superior σ inventivo en las ope
ingenio mas que por genio, porque la di raciones del discurso, y no del ánimo.
Si alguna vez se ha usado, σ se puede
cha voz se aplica al arte y profesiσn de
usar,
la palabra genio, es personificándo
ingeniero, y al mismo cuerpo de ingenie
ros llamado corps du genie; y cuando se la, tomada entonces por algϊn sabio singu
nombra en particular á un ingeniero es lar que ha hecho época en los adelanta
con el nombre de ingιnieur, y no genieur, mientos de alguna ciencia; pero siempre
como parecía mas regular segϊn la radi acompaρada de algϊn epíteto, como de
cal genie. Luego, bien podremos decir que divino, creador, inventor, soberano, original.
el genio traducido á la francesa es nuestro Diremos muy bien en este sentido el gaño
de Homero, de Platon, de Aristσteles, de
ingeyνio verdaderamente castellano.
Descartes, de Newton; y no, "Homero
Entre nosotros la voz genio vale lo mis
fué un genio," "Platon era un genio & c ; "
ino que el natural, la inclinaciσn con que se porque esta acepciσn absoluta nada signi
siente cada uno para el ejercicio en alguna fica en castellano. Y aun es mas impro
ciencia σ arte, así como en las de invenciσn pia, y menos inteligible, si, hablando de las
se llama numen. Este numen que levanta artes amenas, dijésemos, como traducido
ta mente humana á una region superior, y
á la francesa: el genio en un poeta ϊ orador
en cierto modo la endiosa, es aquel es
puede ser superior ά su gusto.—En la elo
píritu agente que mueve el talento inven
cuenciapuede mas el genio que el arte.—El
tor, y abre rumbos no conocidos al discur
genio daña ά los sentimientos del orador.—
so. Por esto la supersticiosa admiraciσn
Hay escritores de mucho gusto para juzgar,
en la antigua gentilidad dio los nombres ya y
de poco genio para componer.—Al que
de genio, ya de demonio á esta potencia in
profesa muchas artes le llaman genio univer
telectual con la que se distinguieron algu sal Sfc. Tales son los ejemplos que se
nos varones sabios por su eminente y ma pueden citar, dejando otros muchísimos
ravillosa inteligencia. Este numen era el vaciados en esta misma turquesa, pues son
genio de Platon, y el demonio de Sσcrates; ya sobrados para el desengaρo: y tales los
la ninfa Egéria que guiaba á Numa; y la que se leen en la pésima traducciσn cas
cor cilla blanca con quien consultaba Serto tellana de las lecciones de Hugo Blair.
rio. Nose pudo entonces retratar con otros
El nombre ingenio en su comϊn signifi
emblemas mas significativos la luz miste
caciσn se extiende mas allá de los térmi
riosa y oculta de la filosofía, de la ciencia
nos de las artes amenas, y de imaginaciσn,
política, y del arte de la guerra. Tanta
pues se aplica igualmente al talento so
fué la veneraciσn y respeto que se adqui
bresaliente en las matemáticas, en la poe
riσ el saber soberano de ciertos hombres,
sía, en la táctica, en la elocuencia, en la
que la admiraciσn tuvo que atribuir la fuer
política,en la pintura, en la astronomía, en
za de su ingenio á influjo sobrenatural.
la mϊsica, en la física, en la mecánica, &c.
También se toma la voz genio por la Con el arte y el estudio se puede aumen
misma naturaleza σ índole que nos inclina tar este talento, mas no adquirir.
á las obras buenas, σ bien á las malas: por
No llamamos hombre de ingenio al hom
que, como se ha dicho, genius est quod una bre de esquisito gusto, σ de feliz imagina
gignitur nobiscum; tales son las personas ciσn, si no engendra, produce, σ crea por
que llamamos de buena, σ mala índole. sí; que es decir, si no trabaja de su propia
Pero ninguna de estas propiedades, que invenciσn, que decimos también de propio
influyen en la moralidad, pertenecen á lo marte, en seρal de suponerse en el inge
( 180 )
nio algo de divino. Lo nuevo y lo singu j Plancio, por Sestio, por Fonteyo, y red
lar en los pensamientos no basta para dar be como cosa sonora y agraciada los luga
el nombre de ingenio al orador; es menés· res patéticos del francés Masillon, y deles
ter que sus ideas sean grandes σ suma paρol P. Granada, que debían enternecer
mente importantes á los hombres. Y en le y arrobarle; Ώqué idea puede tener de
este punto se diferencian las obras de in este don sublime que la especulaciσn de
genio de las originales; porque éstas solo las definiciones no puede explicar á quien
tienen el carácter de la singularidad, y no no puede sentirlo? Las maravillas de los
el de la invenciσn; la cual no debe enten afectos de aquellos grandes maestros nada
derse solo en la traza y composiciσn, sino dicen al que no puede imitarlos: y como
también en la expresiσn y estilo. Los el que no puede imitarlos, no tiene en su
principios del arte de bien decir, son to ánimo centella alguna de esta llama divi
davía tan obscuros, tan varios é imperfec na, en vano espere producir cosa alguna
tos, que el que no es realmente inventor excelente, ni como poeta, ni como ora
en este género, jamas alcanzará el título dor. Las reglas del arte son inϊtiles, y los
de grande ingenio. No basta un fino gusto, dechados también, al escritor que carece
una delicada crítica, ni conocer lo imper de ingenio, pues no puede crear, ni tam
fecto, lo sublime, si no produce nuevas poco imitar, porque quien no siente lo que
perfecciones, σ las presenta con novedad, el maestro siente en tal pasaje σ situaciσn,
que no es pequeρa gracia y virtud. Con Ώcσmo sabrá jamas ponerse en aquel caso?
el gusto se juzga; y solo con el ingenio se Copie, σ robe entonces los pensamientos
ejecuta. Este ha precedido siempre á toda ágenos: y véndanos después, como el mer
delicadeza y primor, como sucediσ en la cader, el trabajo de otras manos.
infancia de la poesía, de la elocuencia y
Algunos han creido que lo que llama
de otras artes, en que las ideas mas subli mos ingenio consistía en la extension de
mes, y las expresiones mas vehementes, la memoria: errado concepto de entendi
andaban vestidas en traje tosco y plebe mientos vulgares, que hallándose con el
yo. A los primeros héroes pinta la anti cerebro amueblado, digámoslo así, de pen
güedad desnudos, para presentar el vigor samientos y frases prestadas, han creido
y esfuerzo de su naturaleza; y si vistiσ ai igualar á los originales, á los escritores
cuna vez parte de sus miembros, era con que escriben de propio numen, como si di
silvestres despojos de sus propias hazaρas, jéramos, que trabajan con materiales de
como insignias de trofeo, y no como ador su propia mina. El hombre docto, que
no y compostura.
cuenta solo con su memoria, viene á ser el
El ingenio del orador sujeta al imperio obrero inferior que va á las canteras á es
de su palabra todo lo criado: pinta á la na coger el mármol; y el hombre de ingenio
turaleza toda con imágenes: enciende σ es el escultor que hace respirar la piedra
apaga las pasiones; y hace hablar al silen bajo la forma de la Venus de Guido, σ del
cio mismo. Lo hermoso toma bajo de su Gladiador romano. El ingenio, sí, que pue
pluma, nueva hermosura; lo tierno, nueva de suplir á la memoria; pero jamas ésta al
suavidad; lo enérgico, nuevo vigor; lo ter ingenio. Cervantes produjo su Don Qui
rible, nueva sublimidad; en fin, el ingenio jote, sin haber historia verdadera de tal
héroe, ni de sus hechos; y Cornelio á La
del orador arde sin consumirse.
En vano preguntaría qué es ingenio, el pide con toda su maravillosa erudiciσn no
que no tuviere de él alguna semilla en hubiera hecho una página de la cuaresma
su ánimo: el que queda tibio y tranquilo de Masillon, ni de las oraciones fϊnebres
leyendo las peroraciones de Cicerσn por de Bossuet,
( ι
El ingenio, hemos de confesarlo, tiene
también sus extravíos;y suele perderse re
montándose en alas de una impetuosa ima
ginaciσn. Aquí entra á ejercer su oficio
un severo gusto, y una sabia moderaciσn,
que se forma con el estudio crítico de los
maestros del arte; pero siempre con aquel
temperamento de no obedecer ciega y ser
vilmente al ejemplo de aquellos ánimos
flemáticos é insensibles, que parece qui
sieran arrancar á la elocuencia sus rayos.
Todo lo que está lleno de verdad y razσn
puede respirar alguna vehemencia; pero
huyendo la ridiculez y fantasía del decla
mador que, esgrimiendo con palabras hue
cas, se enardece puerilmente representan
do con ánimo frío lo patético.
La elocuencia escrita, por estar des
acompaρada de acciσn, no necesita menos
de la mociσn, que la pronunciada. Las
Veninas, y la segunda Filνpica de Cice
11
)
.
ron fueron compuestas solo para la lectu
ra, y sin embargo, son acaso lo mas vigo
roso y penetrante que tiene la elocuencia.
El orador algunas veces ha de hacer ha
blar la pasiσn, y en este caso no debe se
guir los pasos lentos y acompasados del
disertor. La verdad misma, realzada con
la novedad de la expresiσn, y el calor del
estilo, da mas valor á la justicia déla cau
sa, y gana los votos todos del auditorio.
Digamos en suma: que el orador, σ es
critor, dotado de ingenio, cuando trata de
objetos que tocan vivamente su corazσn,
ha de comunicar de necesidad á su estilo
los movimientos de su ánimo. Por esto
vemos que ordinariamente los escritores
de ingenio pintan su carácter en sus escri
tos, y solo de ellos se dice que tienen su
estilo propio, aunque otros les excedan
tal vez en mas hermosa y expléndida elo
cuciσn.
^m&oWMfr
•rOapmany.—Filosoίa de la elocuencia.)
A
A—primer sonido vocal—ideas ά que
se refiere.— V. la nota al art. Alma.
Abajo, Debajo
Abandonar, Dejar
Abandonar, Desamparar
Abdicar, Hacer dimisiσn
Abecedario, Alfabeto
Abominable, Detestable, Execrable.
Aborrecer, Detestar
Aborrecimiento, Odio
Absoluciσn, Perdon, Remision
Acá, Aquí.
Acabar, Concluir
Accidente, Desdicha, Desastre
Acciσn, Acto
Acciσn, Movimiento
Acciones, Hechos
Acelerado, Rápido, Veloz
Acelerar, Apresurar. *
Aceptar, Recibir
Aclarar, Alumbrar
Aclarar, Ilustrar
Acogerse, Refugiarse
Acordar, Consentir, Adherir
Acorde, Unánime, Conforme
Actitud, Postura
7, y
Activo, Eficaz
Acto, Acciσn
Acuerdo, Convenio, Consentimiento.
Acumular, Amontonar
Adagio, Proverbio, Refrán
Adherir, Consentir
Adherir, Consentir, Acordar
Adherirse, Pegarse—continuaciσn de
Consentir, Adherir, Acordar
13
3
3
57
4
11
4
5
116
124
24
5
57
5
110
86
132
5
134
6
6
6
45
161
127
η
5
47
17
130
45
45
45
Adivino, Profeta
Adonde, Donde
Adonde, Donde, De donde, Por don
de
Adulador, Lisonjero
7, y
Advertencia, Prevenciσn
Advertido, Avisado
Afecto, Amor, Cariρo
Aficiσn, Gusto
A fin de, Para
Afirmar, Asegurar
Aflicciσn, Tristeza
Aforismo, Axioma, Máxima, Senten
cia, Apotegma
Afrenta, Agravio
Afrenta, Insulto, Ultraje
Agarrar, Asir
Agradar, Complacer
Agradar, Gustar
Agradecer, Reconocer
Agravio, Afrenta
Agravio, Ofensa
Agregar, Asociar
Agricultor, Cultivador, Colono
Aguardar, Esperar
Agüero, Presagio
Ahorro, Parsimonia, Economía . . . .
Al—ideas ά que se refiere esta silaba.
Alabanza, Elogio
A la ligera, Ligeramente
Alargar, Prolongar, Prorogar
Alboroto, Tumulto
Alcanzar, Lograr, Conseguir
Alcanzar, Llegar
Alegría, Contento
Alegría, Gozo
Alfabeto, Abecedario
7
66
67
102
128
8
17
85
120
8
160
29
9
S
26
42
85
8
9
S
9
9
10
10
121
13
69
102
11
11
103
104
46
83
11
Al fin, En fin, Finalmente
Alguien, Alguno
Alguno, Alguien
Alianza, Liga, Confederaciσn, Coali
ciσn . ,
Aliento, Respiraciσn
Alma, Ánima, Ánimo
Alma, Espíritu
Almanaque, Calendario
Alquimista, Químico
Altanero, Altivo
Altercado, Disputa, Contestaciσn, De.
bate
Altivo, Altanero
Altura, Elevaciσn, Eminencia
Alucinaciσn, Alucinamiento
Alucinamiento, Alucinaciσn........
Alucinar, Ofuscar, Confundir
Alumbrar, Aclarar
Alumbrar, Iluminar
Amable, Sociable
Amar, Querer
Amar, Querer, Estimar
Ambos, Entrambos, Ambos á d o s . . .
Amontonar, Acumular
Amor, Cariρo, Afecto
Amor, Galantería
Amor á la patria, Patriotismo
Amotinado, Insurgente, Rebelde, Fac
cioso
Amparo, Auxilio, Socorro
Analogía, Conformidad
Analogía, Relaciσn
Ancianidad, Vejez
Anciano, Viejo
Anhelo, Deseo
Ánima, Ánimo, Alma
Animal, Bestia, Bruto
Ánimo, Ánima, Alma
Animoso, Valeroso, Valiente, Intré
pido
Aniquilar, Anonadar
Aniquilar, Destruir
Anonadar, Aniquilar
Anteceder, Preceder
Antecesor, Predecesor
í 184 )
71 Antiguamente, En otro tiempo, Otras
veces
21
11
11 Antipatía, Odio, Aversion
116
Aρadir, Aumentar
22
12 Apariciσn, Vision
168
76
12 Apariencia, Exterior
Apartar,
separar
144
12
22
12 A pesar de, No obstante
57
34 Apetecer, Desear
Apetencia,
Apetito
22
132
22
14 Apetito, Apetencia
Aplacar, Calmar
22
22
64 Apσcrifo, Supuesto
Apoderarse, Usurpar, Invadir
162
14
Apotegma, Axioma, Máxima Senten
14
cia, Aforismo
29
15
74
15 Apreciable, Estimable
23
15 Aprecio, Estimaciσn
23
6 Aprender, Instruirse
Apresurar,
Acelerar
5
15
149 Apropiarse, Arrogarse, Atribuirse... 23
36
16 Aptitud, Capacidad
23
16 Apto, Capaz
24
16 Aquí, Acá
Arenga,
Discurso,
Oraciσn
24
17
25
17 Armonía, Melodía
25
17 Aroma, Perfume
167
19 Arrebatado, Violento
Arrogarse, Apropiarse, Atribuirse... 23
Arrojo, Atrevimiento, Osadía
27
94
Arruinar, Destruir
61
28
25
20 Arte, Oficio, Profesiσn
129
136 Articular, Proferir, Pronunciar
Articular,
Pronunciar
129
20
167 Artificio, Destreza, Doblez, Sutileza,
Astucia
61
20
12 Ascendiente, Imperio, Influencia.... 26
8
20 Asegurar, Afirmar
12 Asiduo, Firme, Constante, Perseve
rante
79
21 Asilo, Refugio
135
26
21 Asir, Agarrar
149
21 Asistir, Socorrer, Ayudar.
9
21 Asociar, Agregar
26
21 Astrσlogo, Astrσnomo
Astrσnomo,
Astrσlogo
26
127
( 185 )
Bruto, Bestia, Animal
20
Buenas
acciones,
Buenas
obras
33
61
33
141 Buenas obras, Buenas acciones
33
106 Bulla, Ruido
73
26
61
C— Observaciones sobre esta letra en
27
la nota al art. Claustro
41
27
Caducidad, Decrepitud
33
23
Calendario, Almanaque
34
61
Calidad, Clase, Especie
34
22
Calidad, Cualidad
34
28
Calidad, Cualidad, Prenda, Dote... 34
112
Calidad, Nobleza
35
71
Calma, Tranquilidad, Paz.
158
28
22
28 Calmar, Aplacar
35
116 Canoro, Sonoro
36
28 Cansancio, Fatiga
36
8 Cansar, Fatigar
Capacidad, Aptitud
36
23
29 Capaz, Apto
138
149 Cara, Rostro, Faz, Semblante
Carestía, Escasez
72
Cariρo,
Amor,
Afecto
17
Β
Carnicero, Carnívoro
36
Carnívoro, Carnicero
36
Β —Ideas ά que se refiere esta letra.—
36
art. Beso, Σsculo
32 Carrillo, Mejilla
37
Baile, Danza
52 Cartas, N a i p e s . . . .
Casta,
Raza,
Especie
133
Bajo, Debajo
53
37
Bancarota, Quiebra
29 Castidad, Continencia
37
Bastante, Suficientemente
30 Causa, Motivo
37
Batalla, Combate
30 Cautiverio, Cautividad
37
Belleza, Hermosura
31 Cautiverio, Esclavitud
37
Bendecido, Bendito
31 Cautividad, Cautiverio
38
Bendito, Bendecido.
31 Cautivo, Prisionero, Preso
Caverna,
Cueva,
Gruta
52
Beso, Σsculo
31
Bestia, Bruto, Animal
39
20 Celebrado, Célebre
Bestia, Estϊpido, Idiota
38
32 Celebrar, Encarecer
Biblioteca, Librería
39
102 Célebre, Celebrado
Bien que, No obstante, Aunque.... 112 Célebre, Famoso
76
Blando, Tierno
154 Célebre, Ilustre, Esclarecido, Insig
Borrasca, Temporal, Contratiempo,
ne
88
Tempestad, Huracán, Tronada &c. 152 Celeridad, Prontitud
39
49 Celeste, C e l e s t i a l . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Breve, Corto, Conciso
Brujería Encantamiento , Encanto,
Celestial, Celeste
39
Hechizo
»
69 Censura, Crítica
50, y 51
24
Astucia, Destreza, Doblez, Sutileza,
Artiρcio
Astuto, Sagaz
Asunto, Materia
26, y
Atender, Escuchar
Atento, Cortés
Atrevido, Desvergonzado, Audaz.. .
Atrevimiento, Osadía, Arrojo
Atribuir, Imputar
Atribuirse, Apropiarse, Arrogarse.. .
Audaz, Desvergonzado, Atrevido...
Aumentar, Aρadir
Aϊn, Todavía
Aunque, No obstante, Bien q u e . . . .
A un tiempo, En un tiempo
Auxilio, Socorro, Amparo
Avariento, Codicioso
Aversion, Odio, Antipatía
Aversion, Repugnancia, Oposiciσn..
Avisado, Advertido
Axioma, Máxima, Sentencia, Apo
tegma, Aforismo
.
Ayudar, Socorrer, Asistir
( 186 )
125 Conforme, Unánime, Acorde
161
Chasco, Petardo
40 Conformidad, Analogía
20
Chico, Pequeρo
83 Confundido, Confuso
31
Chistoso, Gracioso
Confundir,
Alucinar,
Ofuscar
15
Cl—Observaciones sobre esta combina
31
ciσn en la nota al art.
Claustro.... 41 Confuso, Confundido
34 Conjetura, Presunciσn
127
Clase, Calidad, Especie
Conjeturar,
Presumir
44
Claustro. Análisis ideológico de esta
41 Conjuraciσn, Trama, Conspiraciσn.. 157
voz
Claustro, Convento, M o n a s t e r i o . . . . 40 Consecuencia , Resultado , Éxito ,
109
Efecto
44
Clemencia, Misericordia
Conseguir, Lograr, Alcanzar
103
Coaliciσn, Alianza, Liga, Confedera
12
Consentimiento,
Convenio,
Acuerdo.
47
ciσn
108 Consentir, Adherir
45
Cobardía, Miedo
28 Consentir, Adherir, Acordar
45
Codicioso, Avariento
Consentir, Tolerar, Permitir
156
Cohechar, Corromper, Sobornar, Se
49
Consonante,
Rima
46
ducir
41 Conspiraciσn, Trama, Conjuraciσn.. 157
Cola, Rabo
96 Constante, Duradero
68
Cσlera, Ira
9 Constante, Firme
78
Colono, Agricultor, Cultivador
Coloquio, Diálogo
. 62 Constante, Firme, Perseverante, Asi
30
duo.
79
Combate, Batalla
82 Construir, Edificar
68
Comentario, Glosa
46
Comenzar, Empezar, P r i n c i p i a r . . . . 41 Contento, Alegría
Comercio, Negocio, Tráfico
42 Contento, Satisfecho
142
Compasiσn, Lástima
98 Contestaciσn, Disputa, Altercado, De
Compendio, Epítome, Resumen, Su
bate
64
42 Contestar, Responder
mario
137
42 Contestar, Responder, R e p l i c a r . . . . 46
Complacer, Agradar
Complaciente, Condescendiente.... 42 Continencia, Castidad
37
42 Continuaciσn, Continuidad
Composiciσn, Compostura
46
42 Continuamente, Siempre
Compostura, Composiciσn
146
71 Continuar, Proseguir
Comprender, Entender.
47
Concesiσn, Permiso, Privilegio, Li
Continuidad, Continuaciσn
46
43 Continuo, Perpetuo
cencia
124
49 Continuo, Perpetuo, Incesante, P e
Conciso, Corto, Breve
43
Conciso, Lacσnico
renne, Perdurable, Inmortal, Eter
Cσnclave. Observaciones sobre esta
no, Sempiterno
124
voz en la nota al art.
Claustro.... 41 Contratiempo, Temporal, Tempes
5
Concluir, Acabar
tad, Borrasca, Huracán, Tronada,
Condescendiente, C o m p l a c i e n t e . . . . 42
&c
152
Conducir, Guiar
84 Contravenciσn, Desobediencia
47
Confederaciσn, Alianza, Liga, Coali
Convencer, Persuadir
47
ciσn
31
12 Convencido, Convicto
Confesado, Confeso
31 Convenio, Consentimiento, Acuerdo. 47
Confeso, Confesado
31 Convento, Monasterio, C l a u s t r o . . . . 40
Confianza, Esperanza
31
43 Convicto, C o n v e n c i d o . . . .
Conforme, Segϊn
44 Copiador, Copiante, Copista
48
( 187 )
Copiante, Copista, Copiador
48 Deducir, Inferir
Copista, Copiante, Copiador
48 Defecto, Falta
Correcciσn, Exactitud
48 Defender, Sostener, Proteger
Corregir, Enmendar
48 Degradar, Despreciar, Deprimir....
Dejado, Indolente, Perezoso, Negli
Corregir, Reprender, Echar repri
gente
menda
48
Corresponder, Pertenecer
125 Dejar, Abandonar
Delatar, Denunciar
Corromper, Sobornar, Seducir, Co
hechar
49 Deleite, Delicia, Placer, Voluptuosi
dad
.„
Corrupciσn, Depravaciσn
56
Cortedad, Vergüenza
166 Deleite, Placer....
Cortejo, Galán
82 Delicado, Fino
Cortés, Atento
26 Delicia, Deleite, Placer, Voluptuosi
dad
Corto, Breve, Conciso
49
Costumbre, Hábito
50 Delincuente, Malhechor
.
Costumbre, Uso
162 Delito, Culpa
Creencia, Fe
50 Denunciar, Delatar
; .
Crianza, Educaciσn
50 Depravaciσn, Corrupciσn
Crítica, Censura
50, y 51 Deprimir, Despreciar, Degradar....
Crítica, Sátira
51 Derecho, Directo, Dirigido
Cualidad, Calidad
34 Derecho, Justicia
Cualidad, Calidad, Prenda, D o t e . . . . 34 Desagradar, Disgustar
Cuestionar, Interrogar, Preguntar... 52 Desagradecido, Ingrato
Cueva, Caverna, Gruta
52 Desamparar, Abandonar
Culpa,Delito
52 Desaseado, Sucio, Puerco, Inmundo.
Cultivador, Agricultor, Colono
9 Desastre, Desdicha, Accidente
Desatino, Disparate
D
Descanso, Reposo
Danza, Baile
52 Descanso, R eposo, Quietud, S osiego.
Daρo, Perjuicio
52 Descubrimiento, Invenciσn
Dar, Entregar
53 Descuido, Inadvertencia.
Dar nombre, Poner nombre
53 Descuido, Olvido
Debajo, Abajo
3 Desdicha, Accidente, Desastre
Debajo, Bajo
53 Desdicha, Desgracia
Debate, Disputa, Altercado, Contes
Desear, Apetecer
taciσn
64 Desear, Querer
Deber, Obligaciσn
54 y 114 Deseo, Anhelo
Debe ser, Debe de ser
53 Desembarazo , Despejo , Desenfado,
Débil, Inconstante, Ligero, Voluble,
Desparpajo, Soltura, Desenvoltura.
Indiferente
54 Desenfado, Desembarazo , Despejo,
De buena gana, De buena voluntad. 54
Desparpajo, Soltura, Desenvoltura.
Decadencia, Ruina
54 Desenvoltura, Desembarazo, Despe
Decidir, Determinar, Resolver
62
jo, Desenfado, Desparpajo, Soltura
Decidir, Juzgar
54 Desgracia, Desdicha
Decrepitud, caducidad
33 Deshabitado, Desierto, Solitario....
De donde, Donde, Adonde, Por don
Deshonesto, Obsceno
de
67 Desierto, Deshabitado, Solitario....
54
76
55
59
90
3
56
55
125
78
55
105
52
56
56
59
31
56
64
56
57
150
57
64
136
137
57
90
118
57
58
57
131
20
57
57
57
58
59
114
59
Designio, Intenciσn, Mira, Proyecto.
Desigualdad, Diferencia, Disparidad.
Desobediencia, Contravenciσn
Despacio, Poco á poco
Desparpajo, Desembarazo, Despejo,
Desenfado, Soltura, Desenvoltura.
Despejo, Desembarazo, Desenfado,
Desparpajo, Soltura, Desenvoltura.
Despreciar, Deprimir, Degradar....
Desprecio, Menosprecio
Después, Luego
Destinado á, Destinado para
Destreza, Doblez, Sutileza, Astucia,
Artificio
;..
( 188 )
95 Disoluto, Obsceno, Lascivo, Lujurio
63
so, Lϊbrico, Impϊdico
114
47 Disparate, Desatino
64
59 Disparidad, Diferencia, Desigualdad. 63
Disputa, Altercado, Contestaciσn, De
57
bate
64
Distante, Lejos
65
65
57 Distinguir, Separar.
59 Distinto, Diferente, D i v e r s o . . . . . . . . 65
60 Distinto, Diferente, Diverso, Vario.. 63
103 Diversidad, Diferencia, Variedad... 63
60 Diversion, Entretenimiento........ 65
Diverso, Diferente, Vario, Distinto.. 63
65
61 Diverso, Distinto, Diferente.
Divulgar, Publicar
131
85
Doble, Infiel, Pérfido,Traidor, Falso. 92
21
Doblez, Destreza, Sutileza, Astucia,
61
Artificio
61
61
Docto, Sabio, Erudito
140
120
Dolor, Pena, P e s a r . . . .
123
62
123
4 Dolor, Pena, Sentimiento
Donaire, Gracejo, Labia
66
5
Donde, Adonde.
66
62
62 Donde, Adonde, De donde, Por donde. 67
62 Dote, Calidad, Cualidad, P r e n d a . . . . 34
90
62 Dudoso, Incierto
63 Dudoso, Incierto, Problemático.... 128
78 Durable, Duradero, Permanente, Es
table
67
80
68
118 Duradero, Constante.
63 Duradero, Durable, Permanente, Es
table
67
63
Destreza, Habilidad
Destruir, Aniquilar
Destruir, Arruinar
Desvergonzado, Audaz, Atrevido...
Detenerse, Pararse
Determinar, Resolver, Decidir
Detestable, Abominable, Execrable.
Detestar, Aborrecer
De todas partes, De todos l a d o s . . . .
De todos lados, De todas p a r t e s . . . .
Detrás, Tras
Diálogo, Coloquio
Diccionario, Vocabulario
Dicha, Felicidad
Dicha, Fortuna
Dictamen, Opinion, Parecer
Diferencia, Desigualdad, Disparidad.
Diferencia, Diversidad, Variedad....
Diferente, Distinto, Diverso
65
Ε
Diferente, Diverso, Vario, Distinto.. 63 Echar reprimenda, Corregir, Repren
Diferir, Dilatar
64
der
Dificultad, Obstáculo
115
Economía, Parsimonia, Ahorro
Difuso, Largo
98
Edificar, Construir
Dilatado, Vasto, Extenso, Extendi
Educaciσn, Crianza
do
164 Efecto , Consecuencia , Resultado,
Dilatar, Diferir
64
Éxito
Diligente, Espedito, Pronto
64 Efectuar, Realizar, Ejecutar
Diligente, Solicito
149 Eficaz, Activo
Directo, Dirigido, Derecho
31 Efigie, Imagen, Figura, R e t r a t o . . . .
Dirigido, Directo, Derecho
31 Ejecutar, Hacer
Discurso, Arenga, Oraciσn
24 Ejecutar, Realizar, Efectuar
Disgustar, Desagradar
64 Electo, Elegido
48
121
68
50
44
134
7
68
85
134
31
( 189 )
97
Elegante, Elocuente
68 Equidad, Justicia
159
Elegido, Electo
,
31 Equipaje, Tren
97
Elegir, Escoger
72 Equitativo, Justo
72
Elevaciσn, Altura, Eminencia
14 Error, Yerro
93
Elocuente, Elegante
68 Erudiciσn, Instrucciσn
140
Elogio, Alabanza
69 Erudito, Sabio, Docto
87
Embarco, Embarque
69 Escapar, Huir
Escasez,
Carestía
72
Embarque, Embarco
69
72
Embuste, Mentira
107 Es cierto, Es verdad
Eminencia, Altura, Elevaciσn
14 Esclarecido, Ilustre, Insigne, Célebre. 88
37
Empeρar, Obligar
114 Esclavitud, Cautiverio
145
Empeρo, Tema, Porfía
69 Esclavitud, Servidumbre
72
Empezar, Comenzar, Principiar.... 41 Escoger, Elegir
Escombros, Restos, Ruinas
138
Encantamiento, Encanto, Hechizo,
Esconder, Ocultar, Encubrir
116
Brujería
69
Escuchar, Atender
73
Encanto, Encantamiento, Hechizo,
Escuchar, Oir
117
Brujería
69 Es decir, Esto es
73
Encarecer, Celebrar
38 Espanto, Susto
152
Encarecer, Exagerar
74 Especie, Calidad, Clase
34
Encima, Sobre
70 Especie, Raza, Casta.
133
Encontrar, Hallar
85 y 86 Espectro, Simulacro, Fantasma.... 147
En cuanto á mí, Por mí
70 Especulativa, Teσrica
153
Encubrir, Ocultar, Esconder
116 Esperanza, Confianza
43
Energía, Fuerza
80 Esperar, Aguardar
10
Enfado, Enojo
71 Esperarlo, Esperárselo
73
En fin, Al fin, Finalmente
71 Espeso, Obscuro, Turbio
115
Engaρar, Sorprender
150 Espíritu, Alma
12
Enjugar, Secar
142 Esposo, Marido
106
Enmendar, Corregir
48 Es preciso, Es menester.
74
Enojo, Enfado
71 Estable, Durable, Duradero, Perma
En otro tiempo, Antiguamente, Otras
nente
67
veces
21 Estado, Situaciσn
149
Ensayo, Prueba, Experimento
131 Estar, Ser
144
98
Enseρanza, Instrucciσn
93 Estilo, Lenguaje
74
Ensueρo, Sueρo
151 Estimable, Apreciable
Entender, Comprender
71 Estimaciσn, Aprecio
23
Enterrar, Inhumar
92 Estimar, Amar, Querer
16
Entrambos, Ambos, Ambos á d o s . . . 16 Estimar, Querer
131
Entregar, Dar
53 Estipendio, Salario, Honorario
141
Entre tanto, Mientras
108 Estipendio, Salario, Sueldo, Soldada,
Entretenimiento, Diversion
65
Honorario.
141
En un tiempo, A un tiempo
71 Esto es, Es decir
73
En vano, Inϊtilmente
71 Estorbar, Impedir
89
En vano, Vanamente, Inϊtilmente.. 163 Estϊpido, Bestia, Idiota.
32
Epítome, Resumen, Sumario, Com
Eternamente , Siempre , Perpetua
pendio
42
mente..
146
( 190 )
74 Faz, Rostro, Cara, Semblante
138
Eterno, Infinito
74 Faz, Superficie
77
Eterno, Perpetuo
Fe, Creencia
50
Eterno, Perpetuo, Incesante, Conti
Fecundidad,
Fertilidad
78
nuo, Perenne, Perdurable, Inmor
78
tal, Sempiterno
124 Fecundo, Fértil
78
Exactitud, Correcciσn
48 Felicidad, Dicha.
78
Exacto, Puntual
74 Fértil, Fecundo.
Fertilidad,
Fecundidad
78
Exagerar, Encarecer
74
98
Excitar, Mover
75 Fidelidad, Lealtad
Excusa, Pretexto
75 Figura, Efigie, Imagen, R e t r a t o . . . . 68
113
Execrable, Detestable, Abominable.
4 Fin, Objeto
Fin,
Término
154
Exigir, Requerir
75
fin
71
Existencia, Vida
166 Finalmente, En fin, Al
78
Existir, Ser, Subsistir . . . . . . . . . . . . 145 Fino, Delicado
Firme, Constante
78
Éxito, Efecto, Resultado, Consecuen
Firme,
Constante,
Perseverante,
Asi
44
cia.
duo
79·
64
Expedito, Diligente, Pronto
80
Experiencia, E x p e r i m e n t o . . . . . . . . . 75 Fluido, Líquido
76
115 Forastero, Extranjero
Experiencia, Observaciσn
80
75 Fortaleza, Fuerza
Experimento, Experiencia
Fortaleza,
Fuerza,
Vigor,
Robustez.
81
131
Experimento, Prueba, Ensayo
80
31 Fortuna, Dicha
Extendido, Extenso
Franqueza Sinceridad
148
Extendido, Vasto, Extenso, Dilata
80
164 Fraternal, Fraterno
do
Fraterno,
Fraternal
80
31
Extenso, Extendido
Frecuentemente, Muchas v e c e s . . . . 110
Extenso, Vasto, Extendido, Dilata
122
164 Frugalidad, Parsimonia
do....
167
76 Fuerte, Vigoroso, Robusto
Exterior, Aparie ncia.
80
76 Fuerza, Energía
Extranjero, Forastero
Fuerza,
Fortaleza
80
Extraρo, Raro, Singular
133
Extraordinario, Singular
148 Fuerza, Vigor, Fortaleza, Robustez. 81
Funesto, Fatal
77
Furia, Furor
82
Furor, Furia
82
Faccioso, Insurgente, Rebelde, Amo
Futuro, Venidero
165
tinado
94
Falso, Infiel, Pérfido, Traidor,Doble. 92
G
Falta, Defecto
76
82
Famoso, Célebre
76 Galan, Cortejo
17
Fantasma, Simulacro, Espectro.... 147 Galantería, Amor
General,
Universal...»
82
Fatal, Funesto
77
101
Fatiga, Cansancio
36 Generosidad, Liberalidad
82
Fatiga, Trabajo
77 Glosa, Comentario
82
Fatigar, Cansar
36 Goce, Posesion
83
Favor, Gracia
83 Gordo, Grueso
83
Favorable, Propicio
130 Gozo, Alegría..
Favorito, Valido, Privado
77 Gozo, Gusto
83
( 191 )
88
Gracejo, Donaire, Labia,.
66 Ignorancia, Tontería, Necedad
Gracia, Favor
83 Ignorante, Tonto, Necio, Mentecato,
Imbécil
157
Gracioso, Chistoso
83
Grandeza, Magnitud, Tamaρo
84 Iluminar, Alumbrar
15
Gratitud, Reconocimiento
135 Ilustrado, Ilustre
88
Grave, Serio
84 Ilustrar, Aclarar
6
Gritos, Voces
168 Ilustre, Esclarecido, Insigne, Céle
Grosero, Impolítico, Rϊstico
89
bre
86
Grueso, G o r d o . . . . *
83
Ilustre, Ilustrado
88
Gruta, Cueva, Caverna
52
Imagen, Efigie, Figura, R e t r a t o . . . . 68
Guardar, Retener
84 Imaginar, Imaginarse
89
Guiar, Conducir
84 Imbécil, Tonto, Necio, Ignorante,
Gustar, Agradar
85
Mentecato
157
Gusto Aficiσn
85
115
Gusto, Gozo
83 Impedimento, Obstáculo
Impedir, Estorbar
89
H
Imperio, Ascendiente, Influencia... 26
Habilidad, Destreza
85 Impertinente, Importuno
89
89
Hábito, Costumbre
50 Impolítico, Grosero, Rϊstico
Habla, Lenguaje, Idioma, Lengua... 99 Importuno, Impertinente
89
91
Hacer, Ejecutar
85 Imprevisto, Inesperado
Hacer dimisiσn, Abdicar
4 Impϊdico, Obsceno, Disoluto, Las
civo, Lujurioso, Lϊbrico
. · . . 114
Hallar, Encontrar
85 y 86
Hechizo, Encantamiento, Encanto,
Imputar, Atribuir
27
Brujería.
69 Inadvertencia, Descuido
90
Hechos, Acciones
86 Incapacidad, Insuficiencia, Ineptitud. 94
Hermosura, Belleza
31 Incesante, Perpetuo, Continuo, Pe
Heroisidad, Heroísmo
86
renne, Perdurable, Inmortal, Eter
Heroísmo, Heroisidad
86
no, Sempiterno
124
Hipσtesis, Suposiciσn
151
Incierto, Dudoso
90
Honor, Honra
86
Incierto, Problemático, Dudoso.... 128
Honorario, Salario, Estipendio
141
Inclinaciσn, Propension
90
Honorario, Salario, Estipendio, Suel
Inconstante,
Débil,
Ligera,
Voluble,
do, Soldada
141
Indiferente
54
Honra, Honor
86
96
Horrendo, Horrible, Horroroso
87 Indeciso, Irresoluto
Horrible, Horrendo, Horroroso
88 Indiferente, Débil, Inconstante, Li
gera, Voluble
54
Horroroso, Horrendo, Horrible..... 87
Indolente,
Dejado,
Perezoso,
Negli
Hueco, Vacío
87
gente
90
Huellas, Vestigio
166
Huir, Escapar
87 Ineptitud, Insuficiencia, Incapacidad. 94
Inesperado, Imprevisto
91
Huracán, Temporal, Contratiempo,
Infamia,
Ignominia
91
Tempestad, Borrasca, Tronada, &c. 152
Infancia, Niρez
91
I
Inferir, Deducir
54
91
Idioma, Lenguaje, Habla, Lengua... 99 Infiel, Pérfido
Idiota, Estϊpido, Bestia
32 Infiel, Pérfido, Traidor, Falso, Do
Ignominia, Infamia
91
ble
92
Infinito, Eterno
Influencia, Ascendiente, Imperio....
Ingenio (del)
Ingenio, Talento.
Ingenuo, Sincero
Ingrato, Desagradecido
Inhumar, Enterrar
Injuria, Ultraje
Inmolar, Sacrificar
Inmortal, Perpetuo, Incesante, Con
tinuo, Perenne, Perdurable, Eter
no, Sempiterno
Inmundo, Sucio, Puerco, Desaseado.
Insigne, Ilustre, Esclarecido, Céle
bre
Insinuaciσn, Sugestiσn, Inspiraciσn,
Instigaciσn, Persuasion
Insípido, Insulso
Inspiraciσn, Sugestiσn, Insinuaciσn,
Instigaciσn, Persuasion
Instante, M o m e n t o . . . . . . . . . 93, y
Instigaciσn, Sugestiσn, Inspiraciσn,
Insinuaciσn, Persuasion
Instrucciσn, Enseρanza
Instrucciσn, Erudiciσn
Instruirse, Aprender
Insuficiencia, Incapacidad, Ineptitud.
Insulso, Insípido
Insulto, Afrenta, Ultraje
Insurgente, Rebelde
Insurgente, Rebelde, Faccioso, Amo
tinado
Integro, Recto
Intenciσn, Designio, Mira, Proyecto.
Interior, Interno
Interior, Interno, Intimo
Interior, Interno, Intrínseco
Interno, Interior
Interno, Interior, Intimo
Interno, Interior, Intrínseco
Interrogar, Cuestionar, Preguntar..
Intimo, Interno, Interior
Intrépido, Animoso, Valeroso, Va
liente
Intrínseco, Interior, Interno
Inϊtilmente, En vano
( 192 )
74 Inϊtilmente, En vano, Vanamente.. 163
162
26 Invadir, Usurpar, Apoderarse
96
178 Invectiva, Sátira
Invenciσn,
Descubrimiento
57
152
96
148 Ir, Irse
96
56 Ira, Cσlera
92 Irresoluto, Indeciso
96
93
140
J
Joven, Mozo
124 Justicia, Derecho
Justicia, Equidad
150
Justo, Equitativo
88 Juzgar, Decidir
96
56
97
97
54
Κ
151
94
Κ
151
109
151
93
93
23
94
94
8
134
94
135
95
95
95
95
95
95
95
52
95
21
95
71
Observaciones sobre esta letra en
la nota art. Claustro
41
L
Ideas ά que se refiere esta letra.—
V, las notas ά los artνculos Alma y
Claustro
13 y 41
Labia, Donaire, Gracejo
66
Lacσnico, Conciso
43
Largo, Difuso
98
Lascivia, Lujuria, Lubricidad
104
Lascivo, Obsceno, Disoluto, Lujurio
so, Lϊbrico, Impϊdico
114
Lástima, Compasiσn
98
Lealtad, Fidelidad
98
Lejos, Distante
65
Lengua, Lenguaje, Idioma, Habla.. 99
Lenguaje, Estilo
98
Lenguaje, Idioma, Habla, Lengua.. 99
Leρa, Palo, Madera
119
Leyes naturales, Leyes de la natura
leza
101
Liberalidad, Generosidad.
101
Libertino, Vicioso
101
Librería, Biblioteca
102
Licencia, Permiso, Concesiσn, Privi
legio
43
Lícito, Permitido
102
Liga, Alianza, Confederaciσn, Coali
ciσn
«· 12
L
Ligera, Débil, Inconstante, Voluble,
Indiferente
Ligeramente, A la ligera
Ligereza, Velocidad
Limar, Pulir
Líquido, Fluido..
Lisonjero, Adulador
7 y
Lograr, Conseguir, Alcanzar
Lubricidad, Lujuria, Lascivia
Lϊbrico, Obsceno, Disoluto, Lascivo,
Lujurioso, Impϊdico
Luego, Después
Lugar, Sitio, Paraje
Lujuria, Lubricidad, Lascivia
Lujurioso, Obsceno, Disoluto, Las
civo, Lϊbrico, Impϊdico
LL
Llamar, Nombrar
Llegar, Alcanzar
M
Madera, Palo, Leρa
,
Magnitud, Grandeza, T a m a ρ o . . . . . .
Malhechor, Delincuente
Malicioso, Maligno, Malo, Malvado.
Maligno, Malo, Malvado, Malicioso.
Malo, Maligno, Malvado, Malicioso.
Maltratar, Tratar mal
Malvado, Maligno, Malo, Malicioso.
Margen, Orilla, Ribera
Marido, Esposo
Materia, Asunto
26 y
Materia, Objeto
Maternal, Materno
Máxima, Axioma, Sentencia, Apo
tegma, Aforismo
Máxima, Sentencia
Medicamento, Remedio.
Medio, Via
Mejilla,· Carrillo
Melancolía, Tristeza
Melancσlico, Triste, Sombrío
Melodía, Armonía
Mendigo, Pobre
Menear, Mover
( 193 )
Menosprecio, Desprecio
54 Mentecato, Tonto, Necio, Ignorante,
102
Imbécil
102 Mentira, Embuste
102 Merecimiento, Mérito
80 Mérito, Merecimiento
102 Miedo, Cobardía.
103 Miedo, Temor
104 Mientras, Entre tanto
Mira, Intenciσn, Designio, Proyecto.
114 Mirar, Ver
103 Misericordia, Clemencia
103 Moda, Uso
104 Modelo, Tipo
Momento, Instante
93 y
114 Monasterio, Convento, Claustro....
Monσlogo, Soliloquio
Motivo, Causa
Mover, Excitar
112
Mover, Menear
104
Movimiento, Acciσn
Mozo, Joven
Muchas veces, Frecuentemente...
119 Muchedumbre, Multitud
84 Mudanza, Variaciσn
105 Multitud, Muchedumbre
105 Mundo, Tierra, Orbe, Universo....
105 Mutuo, Recíproco
105
Ν
106
105 Naciσn, Pueblo
118 Nadie, Ninguno
106 Naipes, Cartas
106 Natural, Sencillo
107 Necedad, Ignorancia, Tontería.....
107 Necio, Tonto, Ignorante, Mentecato,
Imbécil...,
29 Negligente, Indolente, Dejado, Pe
rezoso
107
136 Negocio, Tráfico, Comercio
166 Ninguno, Nadie
36 Niρada, Niρería.
160 Niρería, Niρada
159 Niρez, Infancia
25 Nobleza, Calidad
126 Nombrar, Llamar.
110 No obstante, A pesar de
25
60
157
107
107
107
108
IOS
108
95
165
109
109
154
109
40
150
37
75
110
110
96
110
110
164
110
154
111
111
111
37
143
88
157
90
42
111
112
112
91
35
112
22
( 194 )
112
112
H9
113 Paga, Pago
119
113 Pago, Paga
119 y 168
113 Palabra, Voz
Palo. Cσmo representaban los celtas
O
la idea ά que pertenece esta voz.—
Nota al art. Claustro
41
119
Objeto, Fin
113 Palo, Madera, Leρa
Palpar,
Tocar,
Tentar
155
Objeto, Materia
107
120
Oblaciσn, Ofrenda
117 Para, A fin de
120
Obligaciσn, Deber
54 y 114 Para, Por
103
Obligar, Empeρar
114 Paraje, Lugar, Sitio
Paraje,
Puesto,
Sitio
131
Obra, Producciσn
129
120
Obsceno, Deshonesto
114 Paralogismo, Sofisma
Pararse, Detenerse
120
Obsceno, Disoluto, Lascivo, Lujurio
118
so, Lϊbrico, Impϊdico
114 Parecer, Opinion, Dictamen
121 y 143
Obscuro, Tenebroso
153 Parecido, Semejante
Parsimonia,
Ahorro,
Economía.....
121
Obscuro, Turbio, Espeso
115
122
Observaciσn, Experiencia
115 Parsimonia, Frugalidad
148
Observar, Notar.
112 Particular, Singular
Pasar,
Pasarse
122
Obstáculo, Dificultad
·.. 115
Pasarse, Pasar
122
Obstáculo, Impedimento.
115
Paternal, Paterno
122
Obstinaciσn, Terquedad
116
Paterno, Paternal
122
Ocultar, Encubrir, Esconder
116
Patriotismo, Amor á la p a t r i a . . . . . . 19
Odio, Aborrecimiento
116
158
Odio, Aversion, Antipatía
116 Paz, Tranquilidad, Calma.
Ofensa, Agravio
8 Pegarse, Adherirse.— Continuaciσn de
Consentir, Adherir, Acordar
45
Oferta, Promesa
129
123
Oficio, Arte, Profesiσn
25 Peligro,, Riesgo
123
Ofrenda, Oblaciσn
117 Pena, Dolor, Pesar
123
Ofuscar, Alucinar, Confundir
15 Pena, Sentimiento, Dolor
40
Ofuscar, Oscurecer
117 Pequeρo, Chico
Perdon,
Remision,
Absoluciσn
124
Oír, Escuchar
117
Olvido, Descuido
.118 Perdurable, Perpetuo, Incesante, Con
tínuo, Perenne, Inmortal, Eterno,
Omnipotente, Todopoderoso
118
Sempiterno
124
Opinion, Parecer, Dictamen
118
Perenne,
Perpetuo,
Incesante,
Conti
Oposiciσn, Aversion, Repugnancia.. 28
nuo, Perdurable, Inmortal, Eterno,
Opulencia, Riqueza
138
Sempiterno
124
Oraciσn, Arenga, Discurso
24
Orbe, Tierra, Mundo, Universo.... 154 Perezoso, Indolente, Dejado, Negli
gente
90
Orilla, Margen, Ribera.
118
91
Osadía, Atrevimiento, Arrojo
27 Pérfido, Infiel
Pérfido,
Infiel,
Traidor,
Falso,
Doble.
92
Σsculo, Beso.
31
25
Oscurecer, Ofuscar,
117 Perfume, A r o m a . . . . .
Perjuicio, Daρo
52
Otras veces, En otro tiempo, Anti
guamente
21 Permanente, Durable, Duradero, Es
No obstante, Aunque, Bien q u e . . . .
Notar, Observar
Notar, Tachar, Tildar
Notificar, Significar
Nuevo, Reciente
( 195 )
67 Predecesor, Antecesor
Preguntar, Cuestionar, Interrogar..
43 Prenda, Calidad, Cualidad, D o t e . . .
102 Prerogativa, Privilegio
156 Presagio, Agüero
156 Preso, Prisionero, Cautivo
Presteza, Prontitud.
146 Presumir, Conjeturar.
te
124 Presunciσn, Conjetura
Perpetuo, Continuo
74 Presunciσn, Vanidad
Perpetuo, Eterno
Pretender, Solicitar
Perpetuo, Incesante, Continuo, Pe
Pretexto, Excusa
renne, Perdurable, Inmortal, Eter
124 Prevenciσn, Advertencia
no , Sempiterno
Principiar, Comenzar, E m p e z a r . . . .
Perseverante, Firme, Constante, Asi
79 Prisionero, Preso, Cautivo
duo
125 Privado, Favorito, Valido
Perseverar, Persistir
125 Privilegio, Permiso, Concesiσn, Li
Persistir, Perseverar
cencia
141
Perspicacia, Sagacidad
Privilegio, Prerogativa
47
Persuadir, Convencer
Problemático, Dudoso, I n c i e r t o . . . .
Persuasion, Sugestiσn, Inspiraciσn,
Proceder, Provenir
151
Insinuaciσn, Instigaciσn
Producciσn, Obra
125
Pertenecer, Corresponder
Proferir, Articular, Pronunciar
31
Perverso, Pervertido
Profesiσn, Arte, Oficio. ,·
31
Pervertido, Perverso
Profeta, Adivino
123
Pesar, Pena, Dolor
Prolongar, Alargar, Prorogar
125
Petardo, Chasco
Promesa, Oferta
125
Placer, Deleite
Prontitud, Celeridad
Placer, Delicia, Deleite, Voluptuosi
Prontitud, Presteza
55 Prontitud, Viveza
dad
126 Pronto, Diligente, Expedito
Plebe, Vulgo
126 Pronunciar, Articular
Pleiteante, Pleitista
126 Pronunciar, Proferir, Articular
Pleitista, Pleiteante
126 Propension, Inclinaciσn
Pobre, Mendigo
59 Propicio, Favorable
Poco á poco, Despacio
53 Prorogar, Prolongar, Alargar. , . . .
Poner nombre, Dar nombre
165 Proseguir, Continuar
Ponzoρa, Veneno
Por, Para
120 Proteger, Defender, Sostener
Por donde, Donde, Adonde, De don
Provecho, Utilidad, Ventaja
de
67 Provenir, Proceder
69 Proverbio, Adagio, Refrán
Porfía, Empeρo, Tema
Por mí, E n cuanto á mí
70 Proyecto, Intenciσn, Designio, Mira.
Porque, Pues
126 Prudencia, Sabiduría
Posesion, Goce
82 Prueba, Ensayo, Experimento
Postura, Actitud
7 y 127 Publicar, Divulgar
21 Pudor, Vergüenza.
Proceder, Anteceder
Precio, Valor
163 Pueblo, Naciσn
table
Permiso, Licencia, Privilegio, Con
cesiσn
Permitido, Lícito
Permitir, Tolerar, Consentir
Permitir, Tolerar, Sufrir
Perpetuamente, Siempre, Eternamen.
127
52
34
127
10
38
127
44
127
163
128
75
128
41
38
77
43
127
128
128
129
129
25
7
11
129
39
127
168
64
129
129
90
130
11
47
55
162
12S
130
95
140
131
131
166
111
( 196 )
137
Puerco, Sucio, Inmundo, Desaseado. 150 Réplica, Respuesta
126 Replicar,Responder, Contestar.... 46
Pues, Porque
131 Reposo, Descanso
136
Puesto, Sitio, Paraje
102 Reposo, Quietud, Sosiego, Descanso. 137
Pulir, Limar
.
74 Reposo, Sosiego
137
Puntual, Exacto
Reprender, Corregir, Echar repri
Q
menda
48
Repugnancia, Aversion, Oposiciσn. 28
Quebrado, Roto, R o m p i d o . . . . . . . . 139
75
138 Requerir, Exigir
Quebrar, Romper
Reserva, Secreto
143
16
Querer, Amar
62
16 Resolver, Determinar, Decidir
Querer, Amar, Estimar
.. „ 1 [ Respectivo, Relativo
136
Querer, Desear
„ f Respeto, Veneraciσn
165
Querer, Estimar
_ q * Respiraciσn, Aliento
12
Quiebra, Bancarota
Responder, Contestar
137
Quietud, Reposo, Sosiego, Descanso, 137
132 Responder, Contestar, Replicar.... 46
Quietud, Tranquilidad
137
132 Respuesta. Réplica
Químico, Alquimista
Restos, Escombros, Ruinas
138
Resultado,
Efecto,
Éxito,
Consecuen
R
cia
44
Rabo, Cola
41 Resumen, Sumario, Compendio, Epí
Rapidez, Velocidad
165
tome
42
Rápido, Veloz, Acelerado
132 Retener, Guardar
84
Raro, Extraρo, Singular
133 Retrato, Efigie, Imagen, F i g u r a . . . . 68
Raza, Especie, Casta
133 Ribera, Orilla, Margen..
118
Realizar, Efectuar, Ejecutar
134 Ridículo, Risible
138
Rebelde, Insurgente
134 Riesgo,Peligro.
123
Rebelde, Insurgente, Faccioso, Amo
Rigor, Severidad
,
146
tinado
, 94 Rima, Consonante
46
Recelo, Sospecha
, 150 Riqueza, Opulencia
138
Recibir, Aceptar
, 134 Risible, Ridículo
138
Recibir, Tomar
156 Robustez, Fuerza, Vigor, Fortaleza. 81
Reciente, Nuevo
113 Robusto, Vigoroso, Fuerte
167
Recíproco, Mutuo
111 Rogar, Suplicar
151
Reclamo, Seρuelo
134 Romper, Quebrar
138
Reconocer, Agradecer.
8 Rompido, Roto
31
Reconocimiento, Gratitud
135 Rompido, Roto, Quebrado
139
Recto, Integro
135 Rostro, Cara, Faz, Semblante
138
Refrán, Proverbio, Adagio
130 Roto, Rompido
31
Refugiarse, Acogerse
6 Roto, Rompido, Quebrado
139
Refugio, Asilo
135 Ruido, Bulla
33
Regla, Reglamento
135 Ruina, Decadencia
54
Reglamento, Regla
135 Ruinas, Restos, Escombros
138
Relaciσn, Analogía
136 Rϊstico, Impolítico, Grosero
89
Relativo, Respectivo
136
S
Remedio, Medicamento
136
140
Remision, Perdon, Absoluciσn
124 Sabiduría, Prudencia...,
Sabio, Docto, Erudito.
Sacrificar, Inmolar
Sagacidad, Perspicacia
Sagaz, Astuto
Salario, Estipendio, Honorario
Salario, Estipendio, Sueldo, Solda
da, Honorario
«
Saluble, Sano, Saludable
Saludable, Sano, Saluble
Sano, Saluble, Saludable
Sátira, Crítica
Sátira, Invectiva
Satisfecho, Contento
Secar, Enjugar
Secreto, Reserva
Seducir, Corromper, Sobornar, Co
hechar
Segϊn, Conforme
Semblante, Rostro, Cara, Faz
Semejante, Parecido
121 y
Sempiterno , Perpetuo , Incesante ,
Continuo, Perenne, Perdurable, In
mortal, Eterno
Sencillo, Natural
Senda, Vereda
Sensaciσn, Sentimiento
Sensible, Tierno
Sentencia, Axioma, Máxima, Apo
tegma, Aforismo
Sentencia, Máxima
Sentimiento, Pena, Dolor
Sentimiento, Sensaciσn
Seρal, Signo
Seρuelo, Reclamo
Separar, Apartar
Separar, Distinguir
Sepulcro, Tumba, Tϊmulo, Sepul
tura
Sepultura, Tumba, Tϊmulo, Sepul
cro
Ser, Estar
Ser, Existir, Subsistir
•
Serio, Grave
Servicio, Servidumbre...
Servidumbre, Esclavitud
Servidumbre, Servicio
( 197 )
140 Servir para, Servir de
14g
140 Severidad, Rigor.
14g
146
141 Siempre, Continuamente
141 Siempre , Perpetuamente , Eterna
mente
146
141
Significar, Notificar
113
147
141 Signo, Seρal
147
142 Silencioso, T a c i t u r n o . . . . . . Ώ
142 Simulacro, Fantasma, Espectro.... 147
142 Sinceridad, Franqueza
148
51 Sincero, Ingenuo
148
96 Singular, Extraordinario
148
142 Singular, Particular.
·.
148
142 Singular, Raro, Extraρo
133
143 Sitio, Lugar, Paraje
103
Sitio, Puesto, Paraje
131
49 Situaciσn, Estado
149
Sobornar,
Corromper,
Seducir,
Co
44
hechar
49
138
70
143 Sobre, Encima
Sociable, Amable
149
Socorrer, Ayudar, Asistir
149
2S
124 Socorro, Auxilio, Amparo
120
143 Sofisma, Paralogismo
143 Soldada, Salario, Estipendio, Sueldo,
Honorario . . *
141
143
128
144 Solicitar, Pretender.
Solícito, Diligente
149
150
29 Soliloquio, Monσlogo
Solitario,
Desierto,
Deshabitado....
59
107
Solo, Ϊnico
162
123
Soltura, Desembarazo, Despejo, Des
143
enfado, Desparpajo, Desenvoltura. 57
147
Sombrío, Triste, Melancσlico
159
134
Sonoro, Canoro
35
144
Soportar, Sufrir...
151
65
Sorprender, Engaρar
150
Sosiego, Reposo
137
160
Sosiego, Reposo, Quietud, Descanso. 137
Sospecha, Recelo
150
160 Sostener, Defender, Proteger
55
144 Subsistir, Ser, Existir
145
145 Sucio, Puerco, Inmundo, Desaseado. 150
84 Sueldo, Salario, Estipendio, Soldada,
145
Honorario
141
145 Sueρo, Ensueρo
151
145 Suficientemente, Bastante
30
< 198 )
Sufrir, Soportar
151 Tomar, Recibir
151 Tomo, Volumen
Sufrir, Tolerar
•
156 Tontería, Ignorancia, Necedad
Sufrir, Tolerar, Permitir
Sugestiσn, Inspiraciσn, Insinuaciσn,
Tonto, Necio, Ignorante, Mentecato,
151
Instigaciσn, Persuasion
Imbécil
Sumario, Resumen, Epítome, Com
Trabajo, Fatiga
42 Traducciσn, Version
pendio
«
77 Traducir, Trasladar, Vertir
Superficie, Faz.
151
Suplir, Rogar
Tráfico, Comercio, Negocio
151 Traidor, Infiel, Pérfido, Falso, Doble.
Suposiciσn, Hipσtesis
22 Trama, Conspiraciσn, Conjuraciσn..
Supuesto, Apσcrifo
31 Tramar, Urdir
Suspendido, Suspenso
31 Tranquilidad, Paz, Calma
Suspenso, Suspendido
.
152 Tranquilidad, Quietud
Susto, Espanto
Transferir, Transportar
Sutileza, Destreza, Doblez, Astucia,
61 Transportar, Transferir
Artificio
Tras, Detrás
Τ
Trasladar, Vertir, Traducir
Tratar mal, Maltratar
113
Tachar, Notar, Tildar
Tren, Equipaje
147 Triste, Melancσlico, Sombrío
Taciturno, Silencioso.
152 Tristeza, Aflicciσn
Talento, Ingenio
84 Tristeza, Melancolía
Tamaρo, Grandeza, Magnitud
69 Triunfar, Vencer
Tema, Empeρo, Porfía
108 Tronada , Temporal, Contratiempo,
Temor, Miedo
Tempestad, Temporal, Contratiempo,
Tempestad, Borrasca, Huracán,
Borrasca, Huracán, Tronada, & c . 152
&c
Temporal, Contratiempo, Tempes
Tumba, Tϊmulo, Sepulcro, Sepul
tad, Borrasca, Huracán, Tronada,
tura
152
&c
Tϊmulo, Tumba, Sepulcro Sepultu
153
Tenebroso, Obscuro
ra
155 Tumulto, Alboroto
Tentar, Tocar, Palpar.
153 Turbio, Obscuro, Espeso
Teσrica, Especulativa
154
Término, Fin
173
Términos Sinσnimos
U
116
Terquedad, Obstinaciσn.
154 Ultraje, Afrenta, Insulto
Tierno, Blando
144
Ultraje, Injuria.
Tierno, Sensible
154
Unánime, Acorde, Conforne
Tierra, Mundo, Orbe, Universo....
113 Ϊnico, Solo
Tildar, Notar, Tachar
154 Universal, General
Tipo, Modelo
155 Universo, Tierra, Mundo, O r b e . . . .
Tocar, Tentar, Palpar
28 Urdir, Tramar
Todavía, Aϊn
Todopoderoso, Omnipotente....... 118 Uso, Costumbre
156 Uso, Moda
Tolerar, Consentir, Permitir
151 Usurpar, Invadir, Apoderarse
Tolerar, Sufrir
156 Utilidad, Provecho, Ventaja
Tolerar, Sufrir, Permitir
156
168
88
157
77
157
159
42
92
157
162
158
132
158
158
62
159
106
159
159
160
160
160
152
160
160
11
115
8
93
161
162
82
154
162
162
109
162
162
Vacío, Hueco
Valentía, Valor
Valeroso, Valiente, Intrépido, Ani
moso
Valido, Favorito, Privado
Valiente, Intrépido, Valeroso, Ani
moso
Valor, Precio
Valor, V a l e n t í a . . ,
Vanamente, Inϊtilmente, En v a n o . .
Vanidad, Presunciσn
Variaciσn, Mudanza.
Variaciσn, Variedad
Variedad, Diferencia, Diversidad...
Variedad, Variaciσn
Vario, Diferente, Diverso, Distinto.
Vasto, Extenso, Extendido, Dilata
do.....
Vejez, Ancianidad
Velocidad, Ligereza
Velocidad, Rapidez
Veloz, Rápido, Acelerado
Vencer, Triunfar
Vencimiento, Victoria.
Veneno, Ponzoρa
Veneraciσn, Respeto
Venidero, Futuro
Ventaja, Utilidad, Provecho
Ver, Mirar.
( 199 )
Vereda, Senda
Vergüenza, Cortedad
87 Vergüenza, Pudor
163 Version, Traducciσn
Vertir, Trasladar, Traducir
21 Vestigio, Huellas
77 Via, Medio
Vicioso, Libertino
21 Victoria, Vencimiento
163 Vida, Existencia
163 Viejo, Anciano
163 Vigor, Fuerza, Fortaleza, Robustez.
163 Vigoroso, Fuerte, Robusto
164 Violento, Arrebatado
164 Vision, Apariciσn
63 Viveza, Prontitud
164 Vocabulario, Diccionario
63 Voces.—Su formaciσn.—Nota al art.
Alma
»..
164 Voces, Gritos
Voluble,
Débil,
Inconstante,
Ligera,
20
Indiferente
102
165 Volumen, Tomo
132 Voluptuosidad, Delicia, Deleite, Pla
160
cer.....
119 y
166 Voz, Palabra
165 Vulgo, Plebe
165
165
Y
162
165 Yerro, Error
143
166
166
157
159
166
166
101
166
166
167
81
167
167
168
168
63
13
168
54
168
55
168
126
72
LISTA
DE SEÑORES SÜSCRITORES.
E N LA CAPITAL.
Exrao. Sr. Presidente de la Repϊblica, Castillo, D. Felipe.
general de division D. José Joaquín de Cervantes, D. Miguel.
Cervantes, D. Vicente
Herrera.
Cevallos, D. José María.
SEÑORES.
Compta, D. Paulino.
Acuρa, D. Pablo.
Contreras, D. José María.
Aguado, D. Luis G.
Covo,D. Juan.
Alaman, D. Lϊeas.
Cruz, Fr. Antonio.
Alf aro, D. Agustín.
Cuevas, D. Luis G., ministro de Relacio
Algara, D. Ignacio.
nes.
Alva, D. José María.
Charum, D. Ramon.
Alva, Dr. D. Mariano.
Chaves», D. Juan.
Alva, D. J. R.
Diaz, D. Agustín.
Andrade, D. Manuel.
Diaz de Bonilla, D. Manuel.
Anievas, D. José.
Diaz, D. Manuel.
Aranda, D. Mariano.
Domínguez, D. Juan.
Arriσla, D, Guadalupe.
Duran, D. José Ignacio.
Arroyo, D. Miguel.
Echeveste, D José.
Badillo, Doρa Josefa.
Escobosa, D. Jesus.
Balderas,D. Antonio.
Escoto, D. Antonio.
Barrera, D. Eulogio.
Espinosa, D. Antonio.
Barrera, D. Francisco.
Espinosa, D. Rafael, coronel de caballe
Barrera, D. José María.
ría, director de la Escuela Normal del
Baylier es, D. Mariano.
ejército.
Buenabad, Lie. D. Mariano.
Esteva y Ulíbarri, D. M.
Bulnes, D. José María.
Estrada, D. Francisco.
Camacho, D. Silvestre.
Falcon, D. Marcos.
Campillo, D. Joaquin.
Flores Alatorre, D. Ignacio.
Cancino, D. Rafael.
Floriano, D. Joaquin.
Carbajal, D. Francisco.
Fonseca, D. Juan.
Casamadrid, D. Viviano.
Castaρeda y Nájera, D. Manuel.
Fuentes, D. Angel.
26
( 202 )
García Conde, D. Pedro, ministro de Guer
ra y Marina.
García, D. Manuel.
García Muro, D. Francisco.
Gomez García, D. Mariano.
Gonzalez de la Vega, D. José María.
Gonzalez, D. Manuel.
Gonzalez, D. Miguel.
Guerra, D. Miguel.
Guillon, D. Luis.
Gutierrez, D. Genaro.
Heredia, D. Francisco.
Hernandez, Fr. Juan.
Herrera, D. Francisco.
Hidalgo, D. José Manuel.
Huerta, D. José María.
Iglesias, D. José.
Jimenez, D. Miguel.
Jimenez, D. José María.
Labastida, D. Sebastian.
Ladrσn de Guevara, D. Joaquin.
Laso, D. Miguel
Laspita, Br. D. José María, Rector de la
Santísima.
Leon, D. Joaquin R. de.
Lombardo, D. Francisco.
Madrid, D. Antonio.
Marroquí, D. Joaquin.
Martinez, D. Luis.
Martinez, D. José María.
Medina, D, Gregorio.
Medina, Fr. Juan.
Mendiondo, D. Pedro.
Mendoza, D. José María, coronel;
Merlin, Fr. Buenaventura.
Miρσn, D. Juan, general de brigada.
Moreno y Jove, Dr. D. Manuel, canσnigo
de esta Santa Iglesia Catedral.
Moreno, Fr. Agustín María, Guardian de
San Francisco.
Nájera, D. José María.
Navarro, D. Joaquin.
Olarte, D. Ramon.
Orbegozo, D. Juan, general de division.
Ormaechea, D. Ignacio, general de brigada.
Ortega, D. Francisco.
Osollo, D. Francisco.
Otero, D. Mariano.
Padilla, D. Ignacio.
Palacio, D. Francisco.
Palomino, D. Manuel.
Palomo, D. Ignacio.
Parra, D. Francisco.
Paz, D. Buenaventura.
Peρa, D Miguel.
Pevidal, D. Patricio.
Peyersfeld, D. Manuel.
Pineda, D. P.
Piquero, D. Ignacio.
Pulet, D. Pedro.
Quitana Roo, D. Andrés, senador.
Ramirez, D. Antonio.
Ramirez, D. Fernando.
Ramirez, D. Simon.
Reyes, D. José María.
Rio, D. Andrés del.
Riva Palacio, D. Mariano, ministro de
Justicia.
Rodriguez, D. Feliciano.
Rodriguez, D. José María.
Rodriguez, Fr. Manuel.
Rosa, D. Luis de la, ministro de Hacien
da.
Rosas, D. Manuel.
Salazar, D. Benigno.
Salinas, D. José María.
Sámano, Fr. Tomás.
Segura, D. Vicente.
Sierra, D. Felipe.
Sierra, D. Mariano.
Sousa, D. Mariano, capitán.
Terán, D. Felipe.
Terreros, D. Pedro Romero de, general
de brigada.
Torrescano, D. Pablo.
Troncoso, D. Luis.
True va, D. Manuel.
Ulíbarri, D. José Dolores.
Valdes, D. Ramon F .
Valdes, D. José María.
Varas, D. Manuel.
Várela, D. Luis.
Vazquez, Fr. Rafael.
Velasco, D. Juan,
Vera, D. José Joaquin.
Vértiz, D. Juan Ν .
Villalva, D. Estevan.
Villamil, D. José Lázaro.
»»»Ε
ACAPULCO.
Loranca, D. José María.
Medina, D. Manuel.
Perez Gavilán, D. Agustín.
( 203 )
Villaseρor, Br. D. Juan.
Viya, D. José María.
Yaρez, D. José Isidro.
Zarate, D. Mariano.
Μ ΙΜ Ε ®
García, D. Pedro.
Rubio, D. Jacinto.
DU RANGO.
Castaρeda, D. Marcelino.
Gameochipi, D. Gregorio.
ACTOPAM.
Cárdenas, D. Marcos, Doctor, Cura pár Gomez del Palacio, D. Francisco.
Olvera, D. Pedro.
roco y Vicario Foráneo.
Ramirez, D. Fernando.
AGUASCALÏENTES.
Torre, D. Bernardo de la.
Arenas, D. Antonio.
EJUTLA.
ATLIXCO.
Genis, D. Francisco.
Otero, D. Juan J.
Perez de Leon, D. Francisco.
Ramírez Espaρa, D. Joaquín.
Zenon, D. Francisco.
Martínez, D. Juan C.
Martinez, D. Pascual.
Moreda, D. Victor J.
FRESNILLO.
Santillan, D. Agustín.—4 ejemplares: no
mandσ la lista.
CELAYA.
GUADALAJARA.
Márquez, D. Víctor.
C I U D A D DE
BRAVOS.
Martinez, D. Ramon Ε .
CIUDAD
VICTORIA.
Cárdenas, D. Manuel.
Guerrero, P . Andrés.
CHALCHICOMULA.
Brambila, D. Juan María.—5 ejemplares:
no mandσ la lista.
G U A D A L U P E Y CALVO.
Peimbert, D. José María.
GUANAJUATO.
Campuzano, D. Ruperto.—7 ejemplares:
no mandσ la lista.
Castillo, D. Joaquín.
HUEJUTLA.
DOLORES
HIDALGO.
Corona, D. Francisco
Diaz, D, José Trinidad
Andrade, D. Cristσbal.
Mercado, D. Juan.
Quintero, D. Juan María,
( 2C34 )
Rodriguez, D. Francisco.
Vera, D. Manuel
Viniegra, D. Agustin.
NIEVES.
Arellano, D. Jesus.
OAJACA.
IXMIQUILPAM.
Alamillo, D. Pedro Perez, Juez de letras.
Bolaρos, D. Cristσbal.—23 ejemplares: no
mandσ la lista.
JALAPA.
Perez y Rincσn, D. Francisco.—7 ejem
plares: no mandσ la lista.
MAZATLAN.
Estradra, D. Patricio.—4 ejemplares.· no
mandσ la lista.
MÉRIDA DE YUCATÁN.
Aznar Perez, D. Alonso.
Calero, D. Francisco.
Calero, D. Vicente.
Elizalde, D. Pedro.
Elizalde Quijano, D. Pilar.
Elizalde de Domínguez, D. Manuel.
Este van Carrillo, D. Manuel.
Lopez, D. José Tiburcio.
Lopez Constante, D. Manuel.
Pedroso, D. Mariano.
Peraza D. Martin.
Sauri Méndez, D. Gregorio.
Sierra, D. Justo.
Solís Novelo, D. Vicente.
Sosa, D. José Domingo.
Villamil, D. Eusebio.
MINERAL DEL MONTE.
ORIZAVA.
Lopez, D. Clemente.
Mosquera, D. Manuel.
Soane, D. Ramon María.
PUEBLA.
Castillero, D. Atenσgenes.—6 ejemplares:
no mandσ la lista.
Gonzalez, D. Marcelino.—25 ejemplares:
no mandσ la lista.
PURUÁNDIRO.
Burgos, D. Benito.
QUERΘTARO.
Pimentel, D. Mariano.—6 ejemplares: no
mandσ la lista.
SAN
ANDRES
TUXTLA.
García, D. Crispin.
SAN CRISTÓBAL CHIAPAS,
Cuendo Vallejo, D. José.
Pineda, D. Emeterio.
Castelazo, D. Ignacio.—3 ejemplares: no
mandσ la lista.
SAN JUAN DEL RIO.
MO RE LI A.
Olvera, D. José María.—5 ejemplares: no
mandσ la lista.
Calderσn, D. Ireneo.
Cortés, D. José María.
Degollado, D. Santos.
Elguero, D. Manuel.
Gonzalez, D. Agustín.
Herrera, D. Rafael.
Huerta Anton, D. Juan.
Lopez, D. Carlos.
Pastor, D. Francisco.
Sierra, D. Manuel.
SAN LUIS POTOSÍ.
Avila, D. Florencio.
Blanco, D. Estanislao.
Conde, D. Manuel.
Contreras, D. Estanislao
Castro, D. Tirso.
Castro, D. Marcelino.
Echeverría, Fr. Felipe.
Gomez, D. Ignacio.
( a
Gonzalez, Fr. Manuel.
Guzman, D. José Francisco.
Hoyuela, D. Mariano.
Huerta, Fr. Francisco.
Medellin, Fr. Luis.
Morillo, D. José.
Rico, D. Antonio.
Rodriguez, Fr. Estanislao.
Vega, D. Mariano.
SAN MIGUEL ALLENDE.
Bustamante, D. Gavino.
Espinosa, D. Lorenzo.
Gonzalez, D. Mariano.
Moneada, Fr. Antonio.
Pastor, D. Juan José.
Santto, D. José Luis.
> )
TULA DEL MEZQUITAL.
Fernandez, D. Vicente.
Macotela, D. Domingo.
TULA DE TAMAULIPAS.
Villasana, D. Francisco.
TULANCINGO.
Carlon, D. Luis.
VERACRUZ.
Vidal, D. José.—10 ejemplares: no man
dσ la lista.
VIGAS.
Domingo Casas, D. Manuel María.
VILLA DE SAN FRANCISCO.
SANTA CRUZ.
Gonzalez, D. Secundino.
SANTA MARÍA DEL RIO.
Nava, D. Guadalupe.
Tapia, D. José María.—5 ejemplares: no
mandσ la lista.
VILLA DE TEHUANTEPEC.
Cházary, Fr. Félix.
Robles, D. José María.
SOTO LA MARINA.
Garza, D. Juan B. de la.
ZACAPU.
Sierra, D. Jesus.
TAMPICO.
Escobar, D Juan.— 11 ejemplares: no
mandσ la lista.
ZACAPUAXTLA.
Ochoterena, D. Antonio.—5 ejemplares:
no mandσ la lista.
TEHUACAN.
Almazan, D. Pascual.
Parra, D. Luis G. de la.
TEMASCALTEPEC.
Alas, D. Manuel.
ZACATECAS.
Zamora, D. Victoriano.—3 ejemplares: no
mandσ la lista.
ZIMAPAN.
TESIUTLAN.
Castillo, D. Francisco.
Gallegos, D. Antonio.
Ruiz, D. José G.
Ruiz, D. Pablo.
Garrido, D. Alejandro.
Gomez, D. Manuel.
Ledesma, D. Guadalupe.
Noeggerath, D. José.
Obregon, D. Romualdo.
Rivera, D. José María.
TOLUCA.
Monroy, D. José Darío.—10 ejemplares:
no mandσla lista
ZINAPÉCUARO.
Espino, D. Luis.
Dice:
suele serlo el de una fealdad:
enteramente
á otra
no solo es
casualidades,
atiende
ningϊn género ni confianza,
atribuye.
centella.
causado
práctimente
σ la sátira.
censurar;
morosidad
.con la relaciσn
de un honrado
que le son
diferencia
observancia,
y así sería bien dicho:
á la moral,
primera,
querar
espetáctulo
causada
se llama
insuficiencia
insuficiencia
con los demás
anda diligente
Saber un idioma,
Léase:
suele serlo de una fealdad:
eternamente
á otro
no lo es
cualidades,
atendiera
ningϊn género de confianza,
atribuyen.
centellas.
causada
prácticamente
σ á la sátira.
censura;
mordacidad
con relaciσn
de un hombre honrado
que les son
indiferencia
observaciσn,
y así no sería bien dicho:
á lo moral,
promesa,
querer
espectáculo
causado
se llaman
suficiencia
suficiencia
con respecto á los demás
ande diligente
Saber su idioma,