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SINTAXIS HISTÓRICA DE LA LENGUA ESPAÑOLA Tercera parte: Adverbios, preposiciones y conjunciones. Relaciones interoracionales VOLUMEN 1 Directora CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Primera edición, 2014 Company Company, Concepción Sintaxis histórica de la lengua española. Tercera parte: Adverbios, prepisiciones y conjunciones. Relaciones interoracionales. Volumen 1 / dirección de Concepción Company Company.— México: FCE, UNAM, 2014. XXXII, 23 x 17 cm — (Colec. Lengua y Estudios Literarios) 1. Español — Historia 2. Lingüística histórica I. Ser. III t. LC PC4746 Dewey 465 C238s Distribución mundial La publicación de esta obra ha sido posible gracias al financiamiento otorgado por la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de la UNAM, a través del proyecto IN-400612 “Medievalia: Sintaxis histórica de la lengua española”, y corresponde al número 40 de Publicaciones de Medievalia. D. R. © 2014, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Instituto de Investigaciones Filológicas Circuito Mario de la Cueva s.n., Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F. www.filologicas.unam.mx ifl@unam.mx D. R. © 2014, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Carretera Picacho-Ajusco 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001: 2000 Comentarios: editorial@fondodeculturaeconomica.com tel. (55) 5227-4672 Fax (55) 5227-4694 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio, sin la aunencia por escrito del titular de los derechos Impreso en México • Printed in Mexico Índice general VOLUMEN 1 Advertencia editorial Introducción, por Concepción Company Company Parte I. Planteamiento teórico CAPÍTULO 1. Adverbios, preposiciones y conjunciones. Caracterización, relaciones y problemas de delimitación categorial, por Rosa María Espinosa Elorza Parte II. Adverbios CAPÍTULO 2. Adverbios demostrativos de lugar, por Concepción Company Company y Rosa María Espinosa Elorza CAPÍTULO 3. Adverbios de lugar. La construcción sustantivo + adverbio locativo, por Alejandro Velázquez Elizalde CAPÍTULO 4. Adverbios de tiempo. Demostrativos, comparativos y modotemporales, por Elena Azofra Sierra CAPÍTULO 5. Adverbios tempoaspecutales: aún, luego, todavía y ya, por Elsie Magaña Juárez CAPÍTULO 6. Adverbios en -mente, por Concepción Company Company CAPÍTULO 7. Adjetivos adverbiales, por Martin Hummel CAPÍTULO 8. Adverbios y locuciones adverbiales de manera, por Javier Rodríguez Molina CAPÍTULO 9. Adverbios de cantidad, foco, polaridad y modalidad, por Rosa María Espinosa Elorza CAPÍTULO 10. Locuciones adverbiales con a y base léxica en -as, por Rosa María Ortiz Ciscomani IX XI 3 127 245 313 411 457 613 733 939 1117 Índice de contenidos volumen 1 VOLUMEN 2 Parte III. Preposiciones CAPÍTULO 11. La preposición a, por Concepción Company Company y Rodrigo Flores Dávila CAPÍTULO 12. Las preposiciones de, des y desde, por Concepción Company Company y Zazil Sobrevilla Moreno CAPÍTULO 13. Las preposiciones por, pora y para, por Rena Torres Cacoullos Joseph Bauman CAPÍTULO 14. Las preposiciones con y sin, por Angelita Martínez CAPÍTULO 15. Las preposiciones en y entre, por Axel Hernández Díaz 1195 1341 1479 1565 1629 CAPÍTULO 16. Las preposiciones contra, hacia y hasta, por Marcial Morera Pérez CAPÍTULO 17. Otras preposiciones locativas y construcciones afines, por Álvaro S. Octavio de Toledo y Huerta CAPÍTULO 18. Preposiciones, conjunciones y adverbios derivados de participios, por Cristina Sánchez López Parte IV. CAPÍTULO 19. CAPÍTULO 20. CAPÍTULO 21. CAPÍTULO 22. CAPÍTULO 23. CAPÍTULO 24. 1837 2055 Relaciones interoracionales: yuxtaposición, coordinación y subordinación Oraciones yuxtapuestas, por Dorien Nieuwenhuijsen Coordinación y subordinación. Panorama general, relaciones diacrónicas básicas y nexos, por Rosa María Espinosa Elorza Coordinación copulativa e(t) / y y disyuntiva o, por Mar Garachana Camarero Oraciones adversativas, por Silvia Iglesias Recuero Reestructuración general del sistema de subordinación latino. Las completivas de objeto directo, por Laura Espinoza Gutiérrez La conjunción que. La complejización del sistema de subordinación, por Francisco Javier Herrero Ruiz de Loizaga 2229 2335 2519 2671 2789 Índice de contenidos volumen 2 VOLUMEN 3 CAPÍTULO 25. Oraciones subordinadas sustantivas de objeto directo, por Georgina Barraza Carbajal CAPÍTULO 26. Oraciones subordinadas sustantivas enunciativas. Sujeto, predicado nominal y régimen prepositivo, por Sergio Bogard CAPÍTULO 27. Oraciones subordinadas sustantivas interrogativas, por José Luis Girón Alconchel CAPÍTULO 28. Oraciones causales, por Manuel Pérez-Saldanya CAPÍTULO 29. Oraciones finales, por Rosaura Silva Ceceña CAPÍTULO 30. Oraciones concesivas, por Manuel Pérez-Saldanya y Vicent Salvador CAPÍTULO 31. Oraciones comparativas, por Antonio Freire Llamas CAPÍTULO 32. Oraciones condicionales, por Rafael Cano Aguilar CAPÍTULO 33. Oraciones consecutivas, por Claudia Parodi Lewin CAPÍTULO 34. Oraciones temporales, por Rolf Eberenz Índices Corpus base en orden cronológico Corpus base en orden alfabético Índice de autores y obras citados Índice de conceptos, materias y términos Índice de contenidos de los tres volúmenes 2971 3107 3251 3449 3613 3699 3843 3907 4095 4171 LXIII LXXXVII CXI CLXXI CCIX Capítulo 6 ADVERBIOS EN -MENTE ÍNDICE 6.1. INTRODUCCIÓN. CARACTERIZACIÓN GENERAL, DEFINICIÓN Y OBJETIVOS 6.2. EL CORPUS 6.3. BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN 6.4. EL ORIGEN DE LA CONSTRUCCIÓN 6.4.1. La expresión de la modalidad adverbial en latín 6.4.2. Antecedentes latinos directos y profundidad histórica 6.4.3. Mente frente a otros sustantivos latinos modalizadores 6.4.4. El cambio frase nominal > palabra: gramaticalización y reanálisis 6.5. LOS ADVERBIOS EN -MENTE EN LA ROMANIA 6.5.1. Los adverbios en -mente en la Iberorromania 6.6. MORFOLOGÍA Y MORFOFONÉMICA DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE 459 467 468 474 474 477 486 488 495 498 500 EN EL ESPAÑOL 6.6.1. Incertidumbre categorial en el estatus morfológico de los adverbios en -mente 6.6.2. Las variantes del formativo -mente y la rápida generalización de -mente 6.6.2.1. El “misterio” de la -r6.6.3. “Pérdida” y “reaparición” del sustantivo pleno mente 6.7. LA PRODUCTIVIDAD DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE Y SU CONDICIONAMIENTO TEXTUAL 6.7.1. Frecuencia general de empleo 6.7.2. Productividad en léxico y productividad en uso 6.7.3. El carácter de cultismo y el condicionamiento textual 6.8. SINTAXIS DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE 6.8.1. Capacidad del adverbio de recibir modificación 6.8.2. Categoría gramatical modificada 6.8.3. Adyacencia o no del adverbio a la categoría modificada 6.8.4. Posición relativa y posición absoluta del adverbio 6.8.4.1. Orden relativo de adverbio y verbo 6.8.4.2. Orden relativo del adverbio con categorías léxicas no verbales 6.8.4.3. Orden absoluto del adverbio en -mente en su oración 6.8.5. Coordinación de adverbios 6.8.6. Omisibilidad: adverbios facultativos vs. obligatorios 6.8.7. Los verbos que concurren con adverbios en -mente 6.8.8. Concurrencia con negación 6.9. SEMÁNTICA DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE [457] 500 503 511 515 518 518 520 528 534 534 536 543 546 547 553 555 559 566 568 572 575 6.10. 6.11. 6.12. 6.13. 6.9.1. El significado básico general de los adverbios en -mente 6.9.2. Bases adjetivas 6.9.2.1. Adjetivos léxicos primarios vs. adjetivos deverbales 6.9.2.2. Campos semánticos de las bases adjetivas 6.9.3. Bases no adjetivas 6.9.4. Una propuesta de clasificación semántico-pragmática de los adverbios en -mente DIACRONÍA GENERAL CONCLUSIONES CORPUS BIBLIOGRÁFICO 6.12.1. Corpus base 6.12.2. Corpus adicional REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS [458] 575 578 579 581 585 586 595 597 598 598 600 600 Capítulo 6 ADVERBIOS EN -MENTE Concepción Company Company Universidad Nacional Autónoma de México 6.1. INTRODUCCIÓN. CARACTERIZACIÓN GENERAL, DEFINICIÓN Y OBJETIVOS Una constante de los adverbios terminados en -mente del español: naturalmente, mansamente, supuestamente, solamente, primeramente, etc., es que su caracterización, tanto en las gramáticas de referencia de la lengua española como en los estudios especializados, está, curiosamente, sustentada sobre varias paradojas, al menos cuatro: una diacrónica, una doble paradoja morfológica, una paradoja de categoría-función y una de productividad, paradojas que, si bien suelen estar analizadas en los numerosos trabajos sobre estos adverbios, no han sido identificadas como tales. a) Paradoja diacrónica. Son adverbios no genuinamente adverbiales en su origen, tardaron siglos en adquirir estatus de adverbios plenos y, de hecho, aún persisten problemas de análisis en cuanto a su adscripción categorial; no obstante ello, estos adverbios son considerados en todos los estudios, para efectos de ejemplificación, la categoría adverbial por excelencia o paradigmática, por encima de adverbios que diacrónicamente siempre han sido adverbios, como es el caso de la mayoría de los de tiempo y lugar.1 b) Paradojas morfológicas. Son las únicas formas adverbiales con una terminación inequívoca de adverbio, -mente, pero a la vez —o mejor, a consecuencia de ello— constituyen una clase léxicamente abierta, por lo cual son los únicos adverbios del español que no pueden ser consignados en una lista. La segunda paradoja morfológica es que el formativo -mente tiene un estatus categorial incierto y complejo para ser definido y, en consecuencia, el adverbio completo tiene también un estatus morfológico incierto, difícil de ser acotado, pero aún así, como decimos, son los adverbios paradigmáticos del español a la hora de la ejemplificación, seguramente por su inequívoca terminación adverbial. 1 Baste un par de ejemplos: el libro de González García (1997), no obstante su título, El adverbio en español, dedica prácticamente el 80% de la obra a los adverbios en -mente, y la Nueva gramática de la RAE-ASALE (2009:§§30, 40) trata estos adverbios a lo largo de unas 300 páginas, en distintos apartados. [459] 6.1 ADVERBIOS EN -MENTE c) Paradoja de categoría-función. Son únicamente adverbios, por lo que carecen de la flexibilidad categorial de la mayoría de adverbios, que pueden, según el contexto, operar como adverbios o adjetivos: comió mucho vs. comió mucho pan, adverbios o sustantivos: te veo mañana vs. el mañana es incierto (→ Capítulo 4) (→ Capítulo 7) (→ Capítulo 9). Sin embargo, a manera de compensación, los adverbios en -mente son, posiblemente, los adverbios con mayor transversalidad funcional de la lengua española en cuanto a su capacidad de modificar distintos tipos de constituyentes y tramos textuales y por su flexibilidad para operar en casi todos los niveles de la lengua, por lo que son, sin duda, los adverbios multiniveles por excelencia; es decir, no son transversales categorialmente pero sí lo son, y mucho, funcionalmente. d) Paradoja de productividad. Los estudios sincrónicos suelen analizar estos adverbios como una clase abierta, en cuanto que casi todo tipo de adjetivo puede formar un adverbio en -mente, por lo cual son tratados como formas con una elevada productividad léxica y con una gran flexibilidad estructural. Constituyen además una zona de prueba en la gramática y pueden construirse con ellos pares mínimos contrastantes, utilizados para probar el significado y alcance o ámbito de la modificación del adverbio, del tipo rápidamente los ríos volverán a deslizarse lentamente; rápidamente, se inyectó un antídoto despacio (apud Torner 2003:277); te digo francamente que sucedió consiguientemente que cortamos el papel (apud González García 1997:182). Sin embargo, los hechos de lengua, extraídos de corpus real, indican que estos adverbios muestran una productividad de uso limitada y sobre todo muy repetitiva, de manera que no hemos documentado en ninguna etapa del español ejemplos como los expuestos arriba. En resumen, son adverbios en los que existe una gran escisión entre su capacidad en el sistema y su realización real documentada. Estas paradojas no son gratuitas ni al azar, sino que son resultado del acontecer histórico de estos adverbios, en cuya caracterización la diacronía pervive, se refleja y condiciona la sincronía, ya que aquella ha dejado huellas en el español actual, o lo que es lo mismo, es casi imposible deslindar diacronía de sincronía en esta zona de la gramática. Aunque se han integrado totalmente al paradigma de los adverbios, su compleja diacronía los hace ser adverbios huidizos para ser unívocamente caracterizados. Pasemos a la definición de estas formas, desde su función, distribución y semántica. En cuanto a su función, como adverbios que son, son modificadores que matizan y complementan el significado expresado por la forma o construcción modificada. Pueden modificar a un constituyente léxicamente simple, sea el verbo (1a) —que es, con mucho, la forma más frecuentemente modificada por estos adverbios en todos los periodos del español—, el adjetivo (1b), el sustantivo (1c) y el pronombre (1d) y, con mucha menor frecuencia, el adverbio 460 INTRODUCCIÓN 6.1 (1e).2 Pueden también modificar a un sintagma completo (2a), a una oración (2b) o constituirse ellos mismos en una oración averbal (2c), en cuyo caso presentan total autonomía e independencia estructural, como es característico de la unidad estructural ‘oración’ (Bloomfield 1933/1984:169-171). En este último caso, han dejado, sensu stricto, de ser modificadores de un constituyente o tramo textual, aunque sigan siendo la misma clase de palabra: adverbios en -mente. (1) a. b. c. d. e. et encubra su fazienda, et traiga su fazienda mansamente, que non llegue a lo que quiere [Calila, 129] Pues siendo así que en todo el curso de la vida insensiblemente obramos más por hábito que por razón [Hombre práctico, 134] no escribían una línea sin estar absolutamente seguros de la verdad [Bandidos, 2.183] lo estrictamente real y conmovedor es el amor paterno de don Antonio a su obra [Nájera, 155] Se le figuraba que Evaristo personalmente la acechaba a todas horas [Bandidos, 2.197] El actualmente director del Museo de Antropología dijo a los medios que... [México, programa TV] aquel que lo rresçibe non lo puede rresçebir synon todo enteramente [Setenario, 232.1] ¿No pudiera ser la mujer en general, y no yo singular y exclusivamente, quien ha despertado esa idea? [Pepita, 336] yo no puedo hacer absolutamente nada al salir del trabajo, ni siquiera hablar, sin comer primero [Corazón, 119] por sobre todo lo visible y lo invisible, la nada era completamente suya [Velasco, Diablo guardián, apud Reyes 2009] Con el brazo doblado dentro del yeso,... quieto, quietísimo, mío, completamente, mucho más que el billete que tenía escondido en el librero [Velasco, Diablo guardián, apud Reyes 2009] parecerte ha que Hércules fue demasiadamente bien criado [Pérez de Chinchón, La lengua de Erasmo, 1533, España, CORDE] y sospechan absolutamente mal de todo Cometa [Torres Villarroel, Anatomía de todo lo visible, 1738-1752, España, CORDE] 2 En el caso de modificación a adverbios, se documentan en el corpus base varios ejemplos ambiguos en cuanto a si modifican a un adverbio o a otro constituyente, por ejemplo: “E començando del río que dizen Éufrates fueron poblando por sí primero apartadamientre fasta que llegaron al mar Océano” (GEI, 1.181). En este caso, a nuestro parecer, cabe una interpretación como modificador del adverbio primero o como modificador de por sí, completando la lectura distributiva de este sintagma prepositivo. 461 6.1 (2) ADVERBIOS EN -MENTE a. b. c. tiene exceso de miga y se halla francamente mal cocido [ABC, 1210-1946, España, CORDE] Cuenta con unas piernas largas, estupendamente bien formadas [Gerardo Marín, Fábrica de conciencias descompuestas, 1980, México, CREA] El comandante de la 21 zona militar hizo un recorrido y exactamente debajo de las astas banderas estaba uno de los seguros de las granadas [El Universal, 16-09-2008] e obliguen deçir verdat a su rey o señor natural, mayormente en las cosas que de tal calidat son [Enrique IV, 145] decomisaron 534 kilos de mariguana exactamente [México, programa TV] Onde çiertamiente los ssaberes sson de Dios [Setenario, 44.26] Obviamente, los pasos que se deben dar a escala internacional son en el sentido de que el regulador tiene que... [El Financiero, 10-09-2008] —¿Crees que le den el puesto que acaba de solicitar? —Probablemente En cuanto a su distribución, pueden aparecer solos (3a), rasgo compartido con la mayoría de los adverbios, o pueden estar modificados a su vez por otro adverbio (3b), aunque el primer caso es con mucho el más común en todas las etapas del español, lo cual significa que son formas de baja relacionalidad formal interna que, por lo general, constituyen por sí solos un sintagma adverbial. Algunos, muy pocos, y siempre en la misma construcción: independientemente de, juntamente con / juntamente a, paralelamente a, pueden regir una frase prepositiva, en una construcción próxima a una locución prepositiva (3c),3 y algunos pocos pueden aparecer tras preposición como integrantes de una frase nominal que es término de preposición (3d), pero, en general, por sí mismos no entran en construcción con preposición: *por teóricamente, *en francamente, *con inmediatamente, a diferencia de otros adverbios que sí tienen esa capacidad relacional: con / por mucho, esta es la situación más compleja que he vivido; por poco lo matas; de lejos, esa es la mejor película del año; salieron muy de mañana, etcétera. (3) a. E diremos primerament de Sem porque fue ell hermano mayor [GEI, 1.81] 3 Para algunos autores las construcciones de adverbio + frase prepositiva, que heredan el régimen prepositivo del adjetivo base, independiente de > independientemente de, son locuciones prepositivas (Bosque 1989:133-135; García-Page 1993); para otros (Cifuentes 2002-2004), no es posible un análisis como locución prepositiva. Para las pruebas a favor y en contra, cf. Cifuentes (2002-2004). 462 INTRODUCCIÓN b. c. d. 6.1 no leo un libro ni apenas me dejan solo un momento para pensar y meditar sosegadamente [Pepita, 179] que después que el obispo la ouyere bendicha, que la ssaludasse mucho omillosamiente [Setenario, 173.7] Probar aquí con ejemplos la falacia y aun locura deste género de aprehensiones fuera alargarse demasiado inútilmente [Hombre práctico, 146] y que en efecto se llamaban, algo hiperbólicamente, parques [Regenta, 1.113] Podía incluso, muy fácilmente, dejar de ser cualquier día [Corazón, 342] Un triunfo... le asegura disputar la final de local, independientemente de lo que suceda en la otra semifinal [El Financiero, 19-09-2008] yo caí de hocicos y él dio con la cabeza en una peña, perdiendo rienda y estribos, juntamente con la silla y la vida [Rey gallo, 183.201] Actuaremos con absolutamente todo el peso de la ley [México, programa TV] Síntoma de su baja relacionalidad son tres hechos. En primer lugar, con bastante frecuencia se emplean bien aislados, en posición parentética (4a), separados por pausa del contexto adyacente, bien solos con la autonomía predicativa de una oración completa (4b). En segundo lugar, pueden con facilidad ocupar las posiciones extremas de la predicación, en inicio o final absoluto (4c), con frecuencia pero no necesariamente, separados por pausas de los otros constituyentes de la oración, posición extrema que es síntoma de que han debilitado su relación con el verbo, se han desligado de la predicación verbal y han adquirido nuevos significados modales; asimismo, la posición parentética interna es síntoma de desligamiento o debilitamiento de relacionalidad con los otros constituyentes de la predicación (→ Capítulo 5) (→ Capítulo 9). En tercer lugar, no pueden acumularse dos adverbios en -mente formando secuencia sin nexo alguno entre ellos, ni modificando uno al otro (5), es decir, un adverbio en -mente no puede ser modificado por otro de su misma clase. Esta incompatibilidad entre ellos constituye una diferencia estructural importante respecto de otros adverbios que pueden combinarse e incluso repetirse: cras mañana; luego entonces; luego luego; ya, ya, ya; más nunca / nunca más (→ Capítulo 4) (→ Capítulo 5) (→ Capítulo 8). El elevado peso fónico de los adverbios en -mente puede ser una causa importante de su baja relacionalidad y de su imposibilidad de acumulación y concurrencia. 463 6.1 (4) ADVERBIOS EN -MENTE a. b. c. (5) Como agente, como cómplice, o quizás, simplemente, como testigo [Corazón, 124] ¡Oh! ¡mucho! ¡evidentemente! ¡conforme! [Regenta, 1.129] que lo emiende desta guisa: primeramiente, doliéndose dél [Setenario, 190.30] porque esa explotación es indigna, francamente [Pardo Bazán, El niño de Guzmán, 1897, España, CORDE] *Dormía tranquilamente apaciblemente Distribucionalmente, son bastante flexibles en cuanto al orden que ocupan en la oración, tanto en el orden relativo respecto del verbo, porque pueden antecederlo (6a) o seguirlo (6b), como en el orden absoluto en la oración de la que forman parte, ya que pueden ocupar posiciones internas (7) o, como ya señalamos, pueden aparecer en los extremos (8), iniciando o cerrando una oración, (8a) y (8b) respectivamente. El cambio de orden va de la mano de cambio de significado, ya que cambia el alcance o ámbito de la modificación, y suele implicar cambios prosódicos, que, como es lógico, son casi imposibles de ser detectados en etapas antiguas del español, pero de los que cabe pensar que existían, dado que son una constante en el español actual, y no hay que olvidar que las continuidades son mayores que las discontinuidades en la evolución de cualquier lengua.4 (6) a. b. (7) (8) a. b. y más para una señorita que oficialmente debía ignorarlo todo [Regenta, 1.226] la que se siguio inmediatamente a la peticion de confesion que hizo la denunciante [DLNE, 1689, 155.397] que don Luis espontáneamente le había pedido hora para hacerle una visita de despedida [Pepita, 311] Naturalmente, en esta gira artística ganó muchísimos aplausos y bastante dinero [Nájera, 55] E sobresto pasaron entrellos algunas palabras de enojo, pero onestamente [Enrique IV, 128] En cuanto a su semántica, aportan un significado general complejo, que se inscribe, grosso modo, en el ámbito de la modalidad, porque refieren, centralmente, al modo, perspectiva o evaluación que realiza el hablante sobre un evento. Pueden, entre otros significados, referir a acciones y a entidades individuales, pueden denotar el modo o manera de realizar una acción (9a), o establecer un foco o tema tras el cual se realiza una predicación (9b), o indicar la perspectiva en que se sitúa el hablante respecto de lo enunciado por él mismo, por el oyente 4 Cf. Di Tullio (1997:205-208) para una propuesta de clasificación formal-distribucional de estos adverbios, que difiere de otras clasificaciones de base semántica. 464 INTRODUCCIÓN 6.1 o por otras personas (9c). Dado el significado general de manera o modo, bastantes de ellos, pero no todos, son parafraseables por un sintagma prepositivo,5 lo cual no significa que la paráfrasis y el adverbio aporten el mismo significado: de manera / modo + adjetivo: apasionadamente ~ de manera / modo apasionado; desde el / un punto de vista + adjetivo: teóricamente ~ desde el / un punto de vista téorico; preposición + sustantivo: teóricamente ~ en teoría; anteriormente ~ con anterioridad (→ Capítulo 8). Sin duda, la semántica de estos adverbios es uno de los aspectos más complejos de su caracterización porque, no obstante que tienen un significado básico constante (véase infra §6.9.1), el significado del adjetivo con el que se construyen incide en el significado general del adverbio además de que se permean con gran facilidad del significado del contexto en que aparecen (véase infra §6.9.4), por lo cual la impresión de polisemia a la vez que de un único significado subyacente es otra de sus características, un tanto paradójica de nuevo. (9) a. b. c. Et preguntó el león a Sençeba buenamente [Calila, 137] caída en tierra, súpitamente murió [Cárcel, 167] Otrossi uos do todo quanto yo he en Guipuzcua... & sennaladamient aquel logar que solien dezir Malburguet [DLE, 1277, 140.181] Futbolísticamente, M. es sin duda el mejor del mundo, y además, a pesar de ser argentino, es simpático [México, programa TV] —No me convidó usted expresamente, y me figuré que quería usted estar solo y libre con sus amigos [Bandidos, 2.430] Entonces yo, sinceramente, trabajaría desde las tres sedes por definir, cada una con su idiosincrasia, evidentemente, actividades que sean realmente proyectos innovadores [Conversación Escuela Europea de Psicoanálisis, 2003, España, CREA] Los adverbios en -mente se suelen dividir en una clasificación bipartita amplia, con nomenclaturas diversas, que atiende tanto a la función como al significado cuanto al lugar de aparición del adverbio en su oración o tramo discursivo: adverbios del enunciado vs. adverbios de la enunciacion: los primeros, denominados también adverbios de manera, operan como modificadores del texto o enunciado, en alguno de sus tramos o constituyentes o en su totalidad, ejemplos (1) y (2a-c) arriba, y son, por lo general, omisibles en cuanto que su supresión no altera las relaciones gramaticales del constituyente modificado ni cambia 5 Bello (1847/1988:§369a) daba prioridad en la definición de estos adverbios a la paráfrasis con frase prepositiva; para el autor son “frases sustantivas adverbializadas; o si se quiere complementos en que se calla la preposición, que para el caso es lo mismo; justamente, sabiamente quiere decir de ‘una manera justa’, ‘de una manera sabia’: mente en estas frases significa manera o forma”. 465 6.1 ADVERBIOS EN -MENTE el significado referencial del constituyente o tramo modificado en cuestión; los segundos, denominados también adverbios de modo, operan en el nivel de la enunciación realizada por el hablante, ejemplos de (2d) y (4ab) arriba, casos en que, como decimos, no son realmente ya modificadores del texto. Una división, también bipartita, que se recubre en gran parte con la anterior, es adverbios adjuntos —que corresponderían a los del enunciado— vs. adverbios disjuntos —o de la enunciación—: los primeros proporcionan una información omisible, equivalente a la de ciertos complementos circunstanciales, los segundos aportan significados sobre actitudes y valoraciones del hablante, bien de lo enunciado por él mismo bien de lo enunciado por otros. Otras clasificaciones dicotómicas, comunes en la bibliografía, que, grosso modo, aportan la misma información que las anteriores, son las divisiones adverbios del dictum vs. adverbios del modo; adverbios nucleares vs. adverbios periféricos, correspondientes, respectivamente, a enunciado o adjuntos y enunciación o disjuntos. Entre ambos tipos de adverbios, se puede establecer un continuum de adverbios intermedios no claramente adscribibles a una u otra clase o que participan en alguna medida de ambas clases. Estas dobles nomenclaturas son relativamente recientes en la bibliografía especializada, de manera que la mayoría de gramáticas de referencia y estudios monográficos sigue empleando la etiqueta sinonímica tradicional de “adverbios de modo o manera” para referirse a los adverbios en -mente.6 Las clasificaciones enunciado-enunciación, adjunto-disjunto, dictum-modo o nuclear-periférico no son sinonímicas en su interior. En este capítulo nos referiremos a estas formas como adverbios en -mente. Los objetivos de este capítulo son tres: en primer lugar, analizar y describir el comportamiento general de estos adverbios en su diacronía, en tres niveles de lengua, morfología, sintaxis y semántica, porque los tres están estrechamente ligados para hacer la sintaxis histórica de estos adverbios e identificar los cambios que experimentaron desde la lengua madre hasta el español actual. En segundo lugar, ubicar el español en un panorama general de lenguas romances, con especial atención a las lenguas de la Iberorromania, con el fin de mostrar qué aspectos comparte con aquellas y cuáles son idiosincrásicos de la lengua española. Por último, analizar con cierto detenimiento e intentar aportar una explicación de algunos de los aspectos más problemáticos de la formación de estos adverbios, tales como, entre otros, la existencia de variantes morfofonémicas con vibrante en el español medieval, la rápida generalización de la forma no diptongada, la incertidumbre categorial del formativo -mente y del constructo 6 Incluso trabajos que realizan la distinción teórica entre adverbios de modo y adverbios de manera, a la hora del análisis suelen emplear las dos etiquetas indistintamente y preferir adverbios de manera como una etiqueta de cobertura para todo tipo de adverbios en -mente; cf., por ejemplo, la reciente Gramática de la RAE-ASALE (2009:§30), entre otros muchos. 466 EL CORPUS 6.2 adverbial en su totalidad, su conflictiva productividad, su dependencia de ciertos géneros textuales y el significado básico común a todos ellos. Este capítulo además de la presente introducción está organizado en once apartados generales. En §6.2 exponemos el corpus y los criterios para su estructuración. El apartado 6.3 constituye un breve estado de la cuestión de los principales problemas que ha suscitado el estudio de estos adverbios, tanto en perspectiva diacrónica como sincrónica. El apartado 6.4 está dedicado a exponer los antecedentes latinos de estas formas, su profundidad histórica y la compleja serie de cambios que dio lugar a su origen como adverbios a partir de una frase nominal. En §6.5 presentamos la manifestación de los adverbios en -mente en las otras lenguas romances, con especial atención a la ubicación tipológica del español en la Iberorromania. Los apartados 6.6-6.9, los más extensos, están dedicados al análisis de estos adverbios en su morfología y morfofonémica (§6.6), en su productividad léxica y de uso así como su condicionamiento textual (§6.7), en su sintaxis (§6.8) y en su semántica (§6.9). Sigue una diacronía general en §6.10 que es un resumen de los principales cambios identificados y cierran unas conclusiones en §6.11. 6.2. EL CORPUS El análisis está basado en dos corpus: uno que consideramos corpus base, sobre el que hemos realizado análisis cuantitativo y cualitativo, y está estructurado con un control diacrónico, diatópico, textual y cuantitativo, ya que hemos realizado diversos cortes cronológicos a lo largo de un amplio lapso que abarca unos 800 años de diacronía de la lengua, hemos mantenido homogeneidad dialectal a la vez que, a partir del siglo XVI, hemos intentado diversificar diatópicamente el corpus incorporando dos dialectos distintos, y hemos incorporado textos de bastantes géneros textuales, además de establecer un universo de palabras base similar para cada texto. El segundo corpus, corpus adicional, nos ha servido para completar aspectos del análisis no suficientemente representados en el corpus base. El corpus base de la investigación está constituido por 3 082 adverbios en -mente, con cualquier función, alcance de modificación y significado, extraídos de 22 textos españoles. Está estructurado en cinco cortes cronológicos, con intervalos aproximados de 200 años entre cada corte: siglos XIII, XV, XVII, XIX y XXI. El corpus inicia en la segunda mitad del siglo XIII, porque sólo a partir del periodo alfonsí contamos con producción textual suficiente y diversa temáticamente; concentra una selección de textos en la segunda mitad de cada siglo, con excepción, como es lógico, del siglo XXI en que hemos fichado textos de la primera década, correspondientes a los años 2007-2008. 467 6.3 ADVERBIOS EN -MENTE El corpus está integrado por textos producidos en la zona castellano-leonesa en los dos primeros cortes cronológicos y textos castellanos y mexicanos en proporciones similares a partir del tercer corte, siglo XVII, ello con el fin de controlar diferencias dialectales que pudieran surgir, dignas de ser analizadas o comentadas. Con el fin de obtener cierta comparabilidad cuantitativa entre las diferentes etapas, el muestreo está realizado sobre un universo de palabras base de 64 000 palabras por texto, que es aproximadamente el total de palabras contenidas en el Calila e Dimna; sobre este texto fueron escogidas por muestro al azar 64 000 palabras para cada uno de los textos que conforman el corpus; cuando el texto no alcanzaba este universo de palabras, fue fichado en su totalidad. El universo total de palabras muestreado es de 1 035 762. El corpus está integrado por textos en prosa únicamente, que pueden ser adscritos a diversos géneros textuales: prosa historiográfica, prosa cronística, prosa sapiencial, epistolarios, documentos jurídicos, novela, ensayo cultural, ensayo didáctico, periódico, etc. Esta diversidad textual y dialectal permite garantizar, en alguna medida, que los resultados del análisis constituyan generalizaciones sobre el comportamiento de los adverbios en -mente en la lengua española y no en unos textos específicos. Nos hemos valido además, a manera de corpus adicional, de algunas obras de latín clásico, a partir del corpus electrónico de latín PERSEUS, de textos latinos tardíos patrísticos y notariales redactados en la península ibérica, de los corpus electrónicos de la Real Academia Española Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y Corpus de Referencia del Español Actual (CREA), de algunos textos en poesía, ya que en estos pueden documentarse adverbios con bases adjetivas especiales, que suelen ser consideradas como anómalas o raras para formar adverbios, de narrativa contemporánea diversa, de corpus orales del siglo XX, así como de ejemplos de habla espontánea recabados durante los tres últimos años. Los ejemplos que carecen de referencia final entre corchetes, los menos, corresponden a ejemplos de habla espontánea y a adverbios elicitados a partir de mi propia competencia de hablante nativa del español. Para los textos del corpus base y adicional, así como para las ediciones críticas empleadas, véase el corpus bibliográfico final en §6.12. 6.3. BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN El panorama de estudios sobre los adverbios en -mente puede ser caracterizado, en líneas generales, por un fuerte desequilibrio comparados los estudios diacrónicos con los sincrónicos sobre el español contemporáneo, ya que hay muy pocos, 468 BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN 6.3 se podría decir que casi inexistencia, de los primeros, frente a un abundantísimo número de trabajos de los segundos. En perspectiva diacrónica, no existe, que sepamos, ni un solo trabajo monográfico que aborde la evolución de estas formas en su diacronía general en español, aunque hay un artículo centrado en la prosa alfonsí y tres trabajos diacrónicos que abordan algún problema morfosintáctico específico. No obstante, todas las gramáticas históricas, las gramáticas sincrónicas de referencia del español y los estudios monográficos sincrónicos tocan recurrentemente, aunque de pasada las más de las veces, tres aspectos: a) el origen sintagmático latino de estas formas, el grado de cohesión que han adquirido como palabra en el español y cuándo se produjo la cohesión y adverbialización de la frase latina. b) Ciertas peculiaridades de su evolución en el español, tales como la ausencia de la diptongación de -mente, que sería la evolución patrimonial esperada, la existencia de variantes con -r-, y la coordinación de estos adverbios, coordinación que constituye una zona de prueba fuerte para mostrar que en el español la gramaticalización de estos adverbios es débil o incompleta puesto que no se repite el formativo -mente en todos los miembros coordinados: simpleØ y sencillamente. c) El estatus categorial incierto y complejo de -mente en cuanto a si es un formativo de derivación o de composición, con la consecuencia de que es también incierto el estatus categorial del constructo adverbial en su totalidad, porque no es claro si tiene estatus de palabra simple o de compuesto. Los cuatro trabajos que conocemos sobre la historia de estas formas en el español focalizan aspectos distintos y por ello los comentaremos de manera separada, en orden cronológico de publicación, aunque los cuatro, desde distintos ángulos, tratan el problema de cuándo debió darse la gramaticalización de la frase latina como adverbio y su completa adverbialización, problema central desde el punto de vista diacrónico, sobre el que hay fuertes discrepancias cronológicas en estos trabajos. El artículo de Dyer (1972) analiza estos adverbios en los primeros 150 capítulos de la Primera crónica general de España. En él se plantean dos aspectos novedosos, que, sin embargo, consideramos no quedan demostrados. Por un lado, que los adverbios en -mente tienen varios orígenes y que por ello en el texto analizado reflejan distintos grados de gramaticalización: unos son descendientes directos de la prosa latina cristiana, otros son revitalizaciones de construcciones adverbiales ya existentes en latín y sólo un tercer grupo es consecuencia de una evolución morfosintáctica y semántica directa de un sintagma latino. Por otro, la autora plantea (1972:304-305) que hay dos tipos semánticos de adverbios en -mente en el español medieval: unos con fuerza semántica fuerte, cuyos radicales son adjetivos abstractos, conceptuales, no físicos: perfecta mente credentes, que significarían una actividad o estado mental, otros sin fuerza semántica, 469 6.3 ADVERBIOS EN -MENTE meramente sufijos, una palabra “meramente funcional” (1972:307), cuyas bases son, en opinión de la autora, adjetivos concretos y externos: brauamientre. Por nuestra parte, sólo hemos documentado adverbios formados a partir de adjetivos caracterizables, en líneas generales, como abstractos (véase infra §6.9.2). El artículo de Ferreiro-Couso (1990) hace un detallado resumen de cuatro trabajos sincrónicos y aborda en las últimas páginas la evolución del formativo -mente y sus variantes morfofonémicas en la literatura medieval castellana, en el periodo comprendido de los siglos XII al XV. El foco del análisis es la escritura, junta o separada, del adjetivo base y -mente, en el supuesto de que la separación gráfica es significativa de un bajo grado de cohesión estructural. La escritura separada es denominada en este trabajo “yuxtaposición” y la unión gráfica “síntesis”, que es, con mucho, la graficación dominante desde el siglo XIII, aunque la separación se mantiene residualmente por varios siglos. Para esta autora (Ferreiro-Couso 1990:292), la gramaticalización de los dos formativos se “consolida a principios del Renacimiento”. El artículo de Llorente (1997) resume la expresión de la modalidad adverbial en latín y ubica el surgimiento de los adverbios en -mente en un ciclo de síntesisanálisis experimentado por varias lenguas indoeuropeas en diferentes áreas de la gramática, siguiendo la idea tradicional —planteada desde los neogramáticos, y resumida con detalle en la obra de Schwegler (1990)— de que las lenguas indoeuropeas habrían estado sometidas en su evolución a ciclos sucesivos de expresión analítica > sintética > analítica > sintética, etc. Bajo este enfoque, los constructos en -mente serían formas analíticas que habrían sustituido a los adverbios sintéticos latinos en -e, -(i)ter e -im, entre otros, sintetizándose posteriormente en una palabra simple derivada. La completa gramaticalización de estos adverbios, en opinión de esta autora (1997:178), tuvo lugar en época muy temprana, “en el latín cristiano tardío”. Finalmente, el artículo de Pérez (2001-2002) aborda las formaciones adverbiales en -mente en documentos asturleoneses de los siglos IX-XIII y tiene como objetivo determinar cuándo estas formas pasaron a “ser sentidas” como adverbios de modo; para el autor se trata de una formación “vulgar”, entendiendo por vulgar un origen popular no cuidado, de cohesión o gramaticalización tardía, no antes del siglo XII. Uno de los aspectos más llamativos es que son muy escasos en la documentación jurídica latina analizada por el autor, ya que compiten con abundantes adverbios de morfología latina en -e, -(i)ter e -im, particularmente -(i)ter, todavía presentes en los textos latinos de los siglos XI y XII. Es también llamativo el hecho, señalado por el autor y coincidente con lo que indican los datos de nuestro corpus, de que además de ser cuantitativamente muy escasos, se repiten a manera de fórmulas los mismos adjetivos que se constituyen como raíz de estos adverbios. 470 BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN 6.3 El trabajo diacrónico más profundo y complejo es, sin duda, el de Karlsson (1981), si bien no está centrado en la lengua española, sino que aborda estos adverbios en un panorama general desde el latín y en su evolución a todas las lenguas romances. El libro hace un minucioso resumen de la expresión adverbial modal en latín y de las primeras documentaciones de la construcción adverbial en -mente en las diversas lenguas hijas; aborda además con detenimiento dos aspectos novedosos: a) las ventajas estructurales, fónicas y morfológicas, de mente sobre otros sustantivos latinos de estados mentales, tales como corde, animo, modo, que eran también empleados en la lengua latina para modalizar, y b) la similitud formal y competencia de mente con el sufijo latino -mentu, que era altamente productivo en la lengua madre, y continúa siéndolo en la mayoría de las lenguas romances, para formar sustantivos abstractos deverbales, similitud que debió constituir un incentivo para la temprana cohesión estructural de -mente con su adjetivo. Este libro ha sido obra diacrónica de referencia desde su fecha de aparición. Hay algunas tesis recientes (Colinas 2003; Reyes 2009) que estudian la evolución de estos adverbios en diferentes periodos de la diacronía del español y que arrojan nueva luz a la morfosintaxis, semántica y condicionamientos textuales diversos de estas formas. También recientemente, Company (2011, 2012a, en prensa a, en prensa b) ha abordado algunos aspectos de la diacronía de estos adverbios. Esta información será retomada parcialmente en este capítulo. Para el español actual existe, por el contrario, como ya señalamos, una gran cantidad de trabajos monográficos, tanto libros como artículos y tesis, además de su obligado y amplio tratamiento en las gramáticas de referencia. Los trabajos sincrónicos están centrados en algunos aspectos morfológicos y sintácticos problemáticos y, sobre todo, en el condicionamiento semántico del adjetivo base, en el ámbito o alcance de la modificación de estos adverbios y, con base en estos dos aspectos, en las diversas posibilidades de clasificación semántica que admiten, con el resultado de que existen numerosas propuestas de clasificación semántico-pragmática. De hecho, la modalidad adverbial, denominada también en algunos de esos trabajos epistemicidad, subjetivización, intersubjetivización, etc., entendida como el empleo de adverbios modales para codificar el posicionamiento del hablante ante lo comunicado o su interacción afectiva o social con el oyente, parece ser un tema lingüístico de moda, lo cual explica el gran número de trabajos, casi inabarcable, publicado en las últimas dos décadas, particularmente en esta última, sobre adverbios en -mente. En perspectiva sincrónica actual, son recurrentes los siguientes cinco problemas en los trabajos consultados, que pueden ser considerados, en nuestra opinión, como los problemas mayores en el estudio de los adverbios en -mente. 471 6.3 ADVERBIOS EN -MENTE a) El estatus morfológico de -mente. Si se trata de un afijo derivativo, que es la postura más generalizada, ya sea sufijo pleno, semisufijo o afijo de frase, o se trata de una palabra semiautónoma, un formativo de composición. En consecuencia, también es conflictivo el estatus estructural de palabra simple o no del constructo adverbial en su totalidad, y es asimismo conflictivo si estos adverbios forman una construcción endocéntrica o exocéntrica y si cabe o no para ellos este acercamiento (véase infra §6.6.1). b) Las categorías modificadas por estos adverbios. Para la gran mayoría de autores son el verbo, el adjetivo y el adverbio (Alarcos 1994:§175; Alcina y Blecua 1975:§§4.9.0-4.9.1; Alonso y Henríquez Ureña 1938/1941:§202; Gili Gaya 1943/1961:§167; Moreno de Alba 1988, 2009:566; Pinkster 1972/2005:55, entre muchos otros). Para algunos estudiosos, también el sustantivo y el pronombre pueden ser modificados por adverbios en -mente (Azpiazu 1998:31; Bosque 1989:cap. 6; García-Page 1993, 1995; Kovacci 1999:§11.2.3). Esta última es la postura que seguimos en este capítulo, a partir de la evidencia arrojada por los datos de corpus. Algunos autores adoptan la primera posición cuando aportan la definición general, pero para algunos adverbios específicos admiten que pueden modificar al sustantivo, tal es el caso de Keniston (1937:§§39.11, 39.52): “words used to qualify the meaning of the verb... rarely an adverb is found as an attributive modifier of a noun”. Buena parte de la discusión en torno a este problema estriba en si se acepta o no que existen formas tácitas o sobreentendidas en la lengua, es decir, si en los casos de adverbios que concurren con un sustantivo o sin un contexto verbal, hay o no un verbo tácito o sobreentendido. c) El alcance o ámbito de la modificación. Se entiende por alcance o ámbito de la modificación el constituyente oracional, tramo textual o enunciación sobre el que recae la modificación del adverbio. Este es uno de los problemas más tratados en la bibliografìa y, relacionado con él, los correspondientes cambios de alcance o ámbito de la modificación, con el subsecuente cambio de significado del adverbio y del contexto, cuando el adverbio se mueve de posición dentro de su oración o, incluso, pasa a posiciones extraoracionales, llamadas también extraproposicionales (Kovacci 1999:§11; Laenzlinger 1998:40 ss.; Marcovecchio 2001; Moreno Cabrera 1998; Pinkster 1972/2005:93 ss.; RAE-ASALE 2009:§§30.8, 40.9; Ramat y Ricca 1998:192; Ricca 2010a:134-180; Simon-Vanderbergen y Aijmer 2007:caps. 5-6; Torner 2005a; Van der Auwera 1998; Vigueras 1983, entre muchos otros). En este punto es muy común encontrar ejemplos muy elaborados, como los señalados arriba en §6.1, un tanto artificiales, inexistentes incluso en la lengua literaria y culta. d) La polisemia de estas formas y sus muchos significados modales. Este problema está relacionado parcialmente con el anterior y es posiblemente el problema de los adverbios en -mente. Es consecuencia, en parte, de que arras472 BREVE ESTADO DE LA CUESTIÓN 6.3 tran el significado de sus bases adjetivas y, en parte, de su movilidad posicional, que les permite entrar en contextos muy diversos. Ha generado muchos estudios con numerosas etiquetas clasificadoras, no excluyentes, pero no siempre coincidentes e incluso divergentes: cuantificadores, intensificadores, celerativos, fasales, focalizadores, nocionales, de punto de vista, de marco, de tópico, de modo, de exactitud, aproximativos, de duda, de probabilidad, desiderativos, temporales, frecuentativos, evaluativos, cuasi preposicionales, falsos adverbios y un largo etcétera. El efecto general de muchos de estos trabajos, a nuestro parecer, es que presentan un análisis con una atomización semántica tal que deja al lector sin saber cuál es el significado común subyacente que sin duda deben tener estos adverbios por el simple hecho de ser adverbios con una terminación común: en -mente. Es usual encontrar que un mismo adverbio aparece clasificado en dos o tres rubros diferentes dentro de un trabajo y también es frecuente encontrar que, al comparar diversos trabajos, un mismo adverbio aparezca clasificado semánticamente de varias maneras. e) La flexibilidad funcional de estos adverbios. Un aspecto también tratado recurrentemente en la bibliografía sincrónica, especialmente en la de enfoque pragmático, es la flexibilidad de estos adverbios para operar en un nivel superior al de la oración y desempeñarse como conectores y marcadores del discurso (Fuentes 1991, 2009; Martín y Portolés 1999:§63.1.2; Rosén 2009:372-375; Santos 2003; Tarriño 2009a). Asociado a esta flexibilidad funcional, está el problema, planteado en algunos trabajos, de cuál es el estatus categorial de las formaciones en -mente: si son inequívocamente adverbios, que es la posición mayoritaria en el panorama general de trabajos consultados, o si pueden ser adscritos a otras categorías, tales como marcadores discursivos, conectores o partículas, términos con los cuales parece indicarse que los adverbios en -mente que operan como predicaciones autónomas han sufrido un reanálisis o recategorización como marcadores y han dejado de ser adverbios. Un problema central y recurrente en todos los trabajos sobre el adverbio, posiblemente el problema, es a qué categoría o clase de palabra pertenece y si es posible aportar una definición única o, al menos, unificadora para todas las voces que integran la clase. No es este un problema que ataña en realidad a los adverbios en -mente, de ahí que no lo hayamos numerado como problema en esta revisión y lo hayamos dejado para el final, aunque es central para el concepto ‘adverbio’ en general. El problema del concepto ‘adverbio’ es si se trata propiamente de una categoría y, relacionados con este aspecto, si se trata de una clase abierta o cerrada de palabras y si es una palabra léxica o funcional-gramatical (→ Capítulo 1). Hay consenso en considerar que el adverbio, en general, constituye la clase de palabras más heterógena y de huidiza caracterización de todas las clases de palabras, tanto en el español como en la mayoría de lenguas, porque una misma 473 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE forma puede desempeñar además de la función adverbio, la de otras categorías, sobre todo preposición y conjunción. Hay también consenso en que son de muy difícil acotación, ya sea como palabras léxicas o como palabras funcionales. Por una parte, muchos adverbios pueden ser listados porque constituyen una clase cerrada, tal es el caso prototípico de los adverbios deícticos o demostrativos de lugar (→ Capítulo 2), pero otros, en cambio, no pueden ser acotados en listas. Por otra parte, muchos adverbios tienen propiedades fónicas, distribucionales y semánticas de partículas de ahí que sean incluidos en los apartados y capítulos sobre palabras funcionales o gramaticales, mientras que otros tienen características de palabras léxicas plenas, y aún otros podrían ser adscritos a ambos tipos. Ante tal diversidad, varios estudios indican que es un problema “menor e inútil” ocuparse de la caracterización del adverbio (Haspelmath 2001:16543), que como categoría es “conveniente dejar de manejar conceptos tan abarcadores como ‘adverbio’” (Bosque 1989:127) y que es mejor caracterizarla mediante diversos criterios simultáneos sin intentar someterla a una unificación (Tarriño 2009a:351). Estos problemas, como decimos, atañen sólo de manera tangencial a los adverbios en -mente, porque estos son inequívocamente palabras léxicas y porque constituyen una lista abierta. 6.4. EL ORIGEN DE LA CONSTRUCCIÓN 6.4.1. La expresión de la modalidad adverbial en latín El latín poseía varios mecanismos regulares para formar adverbios léxicos de modo o manera, cuatro esencialmente. a) Por lo general, construía adverbios de modo a partir de adjetivos, mediante desinencias adverbiales, cuyo carácter flexivo o derivativo no es muy claro, porque tales desinencias son restos de antiguos casos, ablativo y acusativo fundamentalmente, y porque muchos adverbios pueden presentar grado, positivo, comparativo y superlativo, al igual que lo hacen los adjetivos: care, carius, carissime ‘costosamente’, ‘más que costosamente’, ‘costosísimamente’7 (→ Capítulo 7). b) Poseía además un número no desdeñable de adverbios léxicos invariables. c) También, ciertas palabras en ablativo y acusativo, en género neutro o femenino, podían funcionar por sí solas como adverbios. d) Tenía asimismo algunas construcciones lexicalizadas, integradas por preposición más otra palabra, para expresar modalidad. Estos cuatro mecanismos, que denominaremos: a) morfológico, b) léxico propiamente, c) nominal-casual y d) lexicalizado, se perdieron en lo esencial en la evolución del latín al romance, dejando sólo algunos restos léxicos en el español (Espinosa 7 Las traducciones del latín son nuestras. 474 MODALIDAD ADVERBIAL EN LATÍN 6.4.1 2010:144 ss.), y se generalizó una expresión modal en forma de frase nominal, integrada por un adjetivo más el sustantivo mente, que es la que dio origen a los adverbios en -mente. a) Estrategia morfológica. La terminación constitutiva de adverbios latinos de modo o manera dependía, básicamente, del tipo de declinación y, por tanto, del tipo de adjetivo. La primera y segunda declinación, que forman adjetivos de tres terminaciones, solían generar adverbios con una forma procedente de un antiguo ablativo; la tercera declinación, que forma adjetivos de dos terminaciones, solía hacerlo con una forma procedente de un antiguo acusativo. Las terminaciones más frecuentes eran cuatro: a) -é, procedente de un antiguo ablativo -éd, para la 1ª y 2ª declinación: care ‘costosamente’, ‘a alto precio’ < carus; amice ‘amistosamente’ < amicus; b) -(i)ter, procedente de un acusativo neutro, para la 3ª declinación: fortiter ‘fuertemente’, ‘con fuerza’ < fortis; prudenter ‘prudentemente’ < prudens. Sin embargo, bastantes adjetivos de la 1ª y 2ª declinación podían formar adverbios con ambas desinencias, en -é y en -(i)ter: misere ~ miseriter ‘miserablemente’ < miserus; dure ~ duriter ‘duramente’ < durus. Estas dos desinencias eran las más comunes para formar adverbios de modo en latín y, de hecho, los adverbios así formados son considerados como “regularly formed adverbs” en algunas gramáticas (Allen y Greenough 1888-1903/2001:121); c) -im, -atim, -tim, que no es muy claro si era una o tres desinencias aunque exista una clara relación morfológica entre ellas (Leumann 1926-1928/1977:501-502; Ricca 2010a:114); son en su origen acusativos femeninos y forman adverbios a partir de verbos, adjetivos y sustantivos: statim ‘a pie firme’, ‘de modo inamovible’ < sto; separatim ‘separadamente’, ‘aisladamente’ < separo; gradatim ‘paso a paso’, ‘poco a poco’, ‘gradualmente’ < gradus; es la formación adverbial de modo que sigue en productividad a las dos anteriores; d) otras desinencias que ocasionalmente formaban adverbios de significado modal: -és, -tus y -ul: alias ‘ajenamente’; penitus ‘profundamente’, ‘hasta el fondo’; simul ‘de manera semejante’ (Allen y Greenough 1888-1903/2001:124; Bennett 1894/1918:114; Karlsson 1981:21-26; Leumann 1926-1928/1977:501; Lüdtke 2011:234). Había además adverbios con desinencia -é pero sin un correspondiente adjetivo: saepe ‘sabiamente’; abunde ‘abundantemente’; paene ‘a punto’, ‘casi’, y también adverbios modales de base prepositiva más otro elemento, por ejemplo, un sufijo derivativo: prope ‘casi’, ‘a punto’ < preposición pro + sufijo demostrativo -pe, en una formación similar a quippe o nempe (Lewis y Short 1879/1996:s.v. prope).8 El hecho de que hubiera adverbios con una misma terminación -é con y sin correlato adjetival debió crear cierta inestabilidad estructural paradigmática, que 8 Ernout (1914/1953:75) propone para este adverbio una formación a partir de la conjunción que, con una asimilación progresiva: prope < preposición pro + conjunción que: proque > prope, pero nos parece una evolución fonética con dificultades. 475 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE debió contribuir en alguna medida a la pérdida de esta productiva desinencia formadora de adverbios. b) Estrategia léxica. El latín poseía adverbios modales invariables: fortasse ‘quizá’; quamvis ‘cuanto se quiera’; quamlibet ‘a su gusto’, ‘a discreción’; quoque ‘también’; quidem ‘ciertamente’, ‘en verdad’; sic ‘así’; idcirco / iccirco ‘por esa razón’; ergo ‘por consiguiente’; igitur ‘en tales circunstancias’; ita ‘de este modo’, ‘así’; itaque ‘así’, ‘de esta manera’; item ‘también’, ‘igualmente’; utique ‘generalmente’, ‘indistintamente’; utin ‘ojalá no’; utinam ‘ojalá’, etc. Tenían significado de manera, grado o causa, sin que el primero de ellos pudiera ser deslindado claramente de los otros dos en la mayoría de los contextos (Allen y Greenough 1888-1903/2001:124). El número de adverbios léxicos modales no era desdeñable, pero no era muy elevado si se los compara con los adverbios léxicos de lugar y de tiempo: Allen y Greenough (1888-1903/2001:122-124) aportan las listas de los adverbios de lugar, tiempo y modo más frecuentes en latín clásico: 48 adverbios léxicos de lugar, 45 de tiempo y sólo 21, menos de la mitad, de modo. La relativa escasa presencia de adverbios modales léxicos puede ser interpretada como un espacio funcional que estaba, hasta cierto punto, poco explotado para la expresión de la modalidad, lo cual debió también contribuir a dejar el camino libre para la expansión de los constructos nominales adverbiales en -mente. c) Estrategia nominal-casual. Se podía expresar la modalidad en latín mediante un ablativo en singular normalmente neutro, que en determinados contextos y con cierto tipo de verbos mostraba valor adverbial: falso ‘falsamente’; cito ‘rápidamente’; crebro ‘frecuentemente’, ‘de forma apretujada’, o de un acusativo singular neutro empleado adverbialmente: facile ‘fácilmente’. La distinción entre desinencia adverbial (primera estrategia) y nominal-casual (tercera estrategia) era, sin embargo, poco nítida en la lengua madre, porque una misma forma podía ser interpretada como adverbio o como adjetivo y no siempre el contexto ayudaba a deslindar una categoría de otra. Por ejemplo, forte, dulce ¿eran adjetivos en ablativo con significado modal o eran adverbios de modo con desinencia en -é? (Tarriño 2009a:350); en otras palabras, ¿se trata de una sola forma con dos funciones o se trata de una situación de homonimia? Lo cual es equivalente a decir que el latín no siempre hacía la distinción entre esas dos categorías, como tampoco la hace el español con los denominados adverbios cortos o adjetivos adverbiales, que son adjetivos inmovilizados en flexión y empleados con valor adverbial: respire hondo; váyase derecho; que te vaya bonito; este niño come fatal, etc. (→ Capítulo 7). De hecho, la lengua latina, al parecer, prefería expresar la modalidad con adjetivos adverbiales más que con adverbios léxicos (Bassols 1956:I.174-176; Lüdtke 2011:236), de manera que la creación y extensión de adverbios en -mente puede ser calificada como una llamativa innovación realizada por las lenguas romances. 476 ANTECEDENTES DIRECTOS Y PROFUNDIDAD HISTÓRICA 6.4.2 d) Estrategia lexicalizada. Había adverbios integrados por preposición + adverbio que formaban una construcción lexicalizada de significado unitario modal, entre otros: ab ante ‘anteriormente’; a contra, in contra ‘contrariamente’; ab olim ‘antiguamente’; ex tunc ‘posteriormente’ (Grandgent 1907/1928:59). Algunos de estos compuestos adverbiales eran empleados como simples preposiciones, lo cual muestra que los límites entre ambas categorías no eran nítidos, como tampoco lo son en la lengua española. Era un mecanismo de modalización bastante menos productivo que los tres anteriores, pero es interesante porque muestra que ya existía en el latín una pauta para que dos formas entraran en construcción y generaran un significado modal único lexicalizado. En el latín medieval, patrístico y jurídico, se generalizó la terminación en -(i)ter: fortiter ‘con fortaleza’, dulciter ‘dulcemente’, sapenter ‘sabiamente’, exanimabiliter ‘medio muerto’ (Karlsson 1981:39; Väänänen 1967/1968:156), sin duda porque era inequívocamente adverbial, sin competidores nominales-casuales, y porque tenía mayor peso fónico y estructural que -é o -(a)(t)im. De manera gradual, los adverbios en -(i)ter desaparecieron y los constructos en -mente terminaron por imponerse como los adverbios modales prototípicos en el español y en la mayoría de las lenguas romances, como analizaremos en seguida. En resumen, el latín poseía adverbios modales creados mediante procedimientos varios, pero puede decirse que todos exhibían alguna debilidad estructural, debilidades que debieron facilitar la difusión de un único adverbio modal, procedente de una expresión sintáctica, estrategia única que otorgó indudable economía a la expresión de la modalidad adverbial. La creación y expansión de los adverbios en -mente fue desde luego facilitada por la pérdida del sistema casual latino. 6.4.2. Antecedentes latinos directos y profundidad histórica Junto a los procedimientos léxicos y morfológicos consignados en el apartado anterior, el latín de todas las épocas hizo un uso amplio de frases nominales y prepositivas en caso ablativo para la expresión de la modalidad. Tenía, por lo tanto, como todas las lenguas (Haan 2005:36-37), recursos sintácticos nominales para modalizar. Tales recursos sintácticos son el antecedente directo de la adverbialización de los constructos en -mente. Los trabajos sobre el ablativo latino coinciden en señalar tres hechos: uno, que era el caso por excelencia para codificar las funciones circunstanciales o periféricas —y el ‘modo’ o ‘manera’ es una función periférica, de ahí su omisibilidad en general—. Pinkster (1984/1995:58 ss.) hace un conteo de funciones argumentales o nucleares vs. periféricas del ablativo latino en textos clásicos 477 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE y estas constituyen 79% de los casos vs. 21% de funciones argumentales. Dos, que el ‘modo’ es una función semántica difícil de caracterizar porque tenía “una gran amplitud léxica y por la gran variedad de contextos que admite” (Torrego 2009:227), que puede ser definido, de manera amplia, como “una relación que designa la manera en que tiene lugar una situación; designa una característica asociada a la forma de actuación” (Torrego 2009:228). Esta huidiza acotación semántica es heredada por los adverbios en -mente que tienen su origen, como se sabe, en frases en ablativo que tenían carácter adverbial en latín y se adverbializaron por completo. Tres, que el ablativo latino es un caso altamente sincrético en el que confluyen y se fusionan los casos ablativo, locativo e instrumental del indoeuropeo, y es por ello muy polisémico, de manera que no es posible deslindar, ni siquiera a veces con ayuda del contexto, los diversos papeles semánticos que expresa: causa, agente, modo, manera, cualidad, instrumento, compañía, asociación, etc., porque todos están semánticamente relacionados (Ernout y Thomas 1951/1953:101; Hofmann y Szantyr 1965/1977:119-125; Luraghi 2010:94; Ricca 2010a:124 ss.; Rubio 1966-1976/1982:155). El ablativo latino de naturaleza modal o de cualidad, antecedente directo de los adverbios en -mente, se construía con sustantivos abstractos y genéricos en singular, nunca específicos, que referían por lo regular al estado de ánimo, actitud o capacidad del agente, del tipo animo: aequo animo ‘con ecuanimidad’, modo, diligentia, more, vi, misericordia, virtute, pavore, aetate, amore, fame, vitio, etc., y que solían ir acompañados de modificadores intensificadores, summa diligentia ‘con gran presteza’, ‘con gran diligencia’; summo furore ‘con gran furor / pasión’, ‘muy ardientemente’; summa vi ‘violentísimamente’. Las frases nominales que dieron origen a los adverbios en -mente pertenecen a este tipo de construcción ablativa porque mente < mens-mentis era uno de los tantos sustantivos abstractos que poseía el latín para significar la modalidad de la acción. Los ablativos de modo o cualidad designaban el “modo de verificarse la acción verbal en forma análoga a como lo haría un adverbio” (Bassols 1956:I.131) y, de hecho, la afinidad semántica y estructural entre los ablativos de modo y los adverbios de modo debía ser tan estrecha en latín que ambos podían coordinarse en una misma frase: docte atque astu ‘sabiamente y con astucia’ (adverbio + ablativo de astus-astus, apud Bassols 1956:I.131), aunque era más frecuente la coordinación de dos sustantivos en ablativo con valor modal: qui populos urbisque modo ac virtute regebant ‘los que regían a los pueblos y las ciudades con adecuación / justeza y con valor’ (Cicerón, De divinatione, apud Luraghi 2010:86). El ablativo de cualidad o modo aparece definido en algunas gramáticas como “grammatically adverbial” y habría cambiado de un significado externo hacia uno interno, ya que en los inicios, en el latín preclásico, textos de Plauto, describía características externas del agente, mientras que en el periodo de César 478 ANTECEDENTES DIRECTOS Y PROFUNDIDAD HISTÓRICA 6.4.2 expresaba solamente características internas (Woodcock 1959/2002:59); es decir, el ablativo habría experimentado un proceso de abstracción: externo > interno, en el que debe inscribirse la adverbialización de las frases nominales con mente. En el latín altomedieval, “muchos sustantivos en ablativo sustituyeron” a los correspondientes posibles adverbios (Bassols 1956:I.131-132): misericordia ‘con misericordia’ en lugar de misericorditer ‘misericordiosamente’. La expansión de los constructos con mente es sin lugar a dudas parte de esta generalización de los sintagmas nominales adverbiales modales en ablativo a expensas de los adverbios léxicos y también, como veremos, el sintagma nominal se desplazó hacia un significado más abstracto que el ya abstracto originario de parte del cuerpo que tenía mente en los orígenes.9 Los adverbios en -mente proceden, por tanto, de una frase nominal plena en caso ablativo: un sustantivo núcleo en ablativo mente + un adjetivo femenino en ablativo, modificador de aquel, ya que concordaba en género, número y caso con su sustantivo núcleo, como era obligatorio en latín. El sintagma se adverbializó en el orden fijo adjetivo + sustantivo: deuota mente. El sustantivo mente pasó de significar la parte del cuerpo ‘mente’, ‘cerebro’ a la actividad que el ser humano realiza con esa parte del cuerpo: ‘facultad mental o actitud con que el hablante valora o toma una posición en un evento dado’. El significado de mente pasó de concreto > abstracto o, mejor dicho, de abstracto > más abstracto, porque mensmentis era un sustantivo de significado referido a una parte del cuerpo bastante abstracta, no visible y no tangible, si se compara con cabeza o frente. Se trata de un claro proceso metonímico mediante el cual un sustantivo pasa de significar una entidad a la actividad propia de esa entidad: entidad > actividad. Los diccionarios de latín consignan bajo mens-mentis tanto el significado de parte del cuerpo: mens sana in corpore sano (Juvenal) ‘mente sana en cuerpo sano’ (apud Lewis y Short 1879/1996:s.v. mens-mentis), como el más abstracto y bastante polisémico de ‘facultad mental’, ‘intelecto’, ‘juicio’, ‘intención’, ‘discernimiento’, ‘voluntad’: sanum mentis esse (Plauto) ‘tener juicio claro’, ‘ser juicioso’ (apud Lewis y Short 1879/1996:s.v. mens-mentis), y ‘valor’, sentido’, ‘esfuerzo’, ‘carácter’: sine mente sonus (César) ‘palabras sin sentido’ (apud Blánquez 1960/1966:s.v. mens-mentis), todos conviviendo en los mismos textos y periodos. Algunos diccionarios incluyen esta voz en la serie de sustantivos abstractos latinos que referían a las cualidades o virtudes deseables en todo ser humano: mens, virtus, pietas, fides ‘juicio’, ‘valor’, ‘piedad’ y ‘fe’ (Forcellini, Furlanetto, Corradini y Perin 18641926/1965:s.v. mens-mentis). Es decir, era un sustantivo tan abstracto ya en la lengua madre que pudo con facilidad abstraerse aún más y modalizarse por completo 9 Para Hummel (2000:463-467) la generalización de los adverbios en -mente habría estado incentivada por un proceso de adverbialización de adjetivos latinos que habrían sustituido a adverbios plenos latinos y se habrían convertido en verdaderos adverbios (→ Capítulo 7). 479 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE en las lenguas hijas. La oposición que frecuentemente hacían los textos latinos, en especial el latín litúrgico, corpus-mens ‘cuerpo’ - ‘mente’, visible, concreto y tangible el primero vs. no visible, no tangible y abstracto el segundo, debió coadyuvar a la temprana abstracción y modalización de mens-mentis. La profundidad histórica de la adverbialización del sintagma nominal con mente es uno de los aspectos más complejos de la diacronía de estos adverbios pues no puede ser acotada con facilidad. Por un lado, desde el latín del siglo I a. C. es posible documentar ejemplos de frases nominales con adjetivo en ablativo + mente con un significado casi modal, ambiguas entre un ablativo de cualidad, instrumento o modo y un constructo ya adverbial, como se aprecia en (10). Estos ejemplos pueden ser considerados como los contextos puente hacia la adverbialización, ya que participan de la estructura originaria de ablativo de manera o cualidad pero la frase nominal está ya bastante fija porque sólo muestra los dos constituyentes de frase que dieron lugar al adverbio, siempre aparecen en un orden fijo: adjetivo + sustantivo, y el sustantivo mente ha desvanecido su significado de parte del cuerpo. En apoyo de una temprana adverbialización estaría el hecho de que Leumann (1926-1928/1977:499) caracteriza como “Adverbialbildungen” las frases nominales con mente en ablativo documentadas con frecuencia en autores clásicos y preclásicos: obstinata mente ‘obstinadamente’ (Catulo); minitanti mente ‘amenazadoramente’ (Lucrecio); furiata mente ‘furiosamente’, secura mente ‘seguramente’, tota mente ‘totalmente’ (Virgilio); sana mente (Cicerón), etc., las cuales son, en opinión de Leumann (1926-1928/1977:498-499), el precedente inmediato de los adverbios romances en -mente. (10) manet alta mente repostum iudicium Paridis spretaeque... [Virgilio, Aeneis, I a. C., PERSEUS] ‘permanece de manera profunda en su mente el juicio que se hizo a Paris y...’ ‘permanece profundamente el juicio que se hizo a Paris y...’ Olli sensit simulata mente locutam, quo regnum Italiae Lybicas averteret oras [Virgilio, Aeneis, I a. C., PERSEUS] ‘pues se percató de que hablaba con mente fingida / espíritu fingido, porque se llevaba el reino de Italia a tierras de Libia’ ‘se percató de que hablaba falsamente...’ ille traversa mente mihi hodie tradidit repagula, quibus... [Cicerón, De natura deorum, apud Ricca 2010a:183] ‘él con mente torcida / transformada hoy me entregó el cerrojo / las claves / los cierres, con los cuales...’ ‘él sorpresivamente / inopinadamente me entregó las claves / los cierres...’ 480 ANTECEDENTES DIRECTOS Y PROFUNDIDAD HISTÓRICA 6.4.2 Por otro lado, el peso de las tradiciones discursivas escritas opaca el periodo real de la adverbialización de estas frases nominales, porque los escritores latinotardíos suelen mantener la tradición literaria clásica de emplear adverbios en -(i)ter y aún en -é o -(t)im. Así, por ejemplo, san Agustín en De civitate Dei sólo emplea los adverbios modales en -(i)ter y -é, incluso con bases adjetivas neológicas: aequanimiter ‘ecuánimamente’, ‘calmadamente’; bestialiter ‘bestialmente’, y emplea adverbios léxicos y ablativos de modo pero no constructos con -mente (Mahoney 1935:10, 33, 90 ss.). Tampoco se documentan sintagmas adverbializados en la Peregrinatio Aetheriae ad loca sancta, ni en la Mulomedicina Chironis, ni en la Coena Trimalchionis ni en la Sancti Benedicti regula monachorum, textos de los siglos III-IV que hemos revisado cuidadosamente en la edición que hace Grandgent (1907/1928) y que forman los apéndices finales de su libro (19071928:275-334); el Appendix Probi tampoco hace mención alguna a una posible sustitución de adverbio modal por constructo ablativo en -mente. Las gramáticas de latín clásico consultadas (Allen y Greenough 1888-1903/2001; Baños coord. 2009; Bassols 1956; Ernout y Thomas 1951/1953; Rubio 1966-1976/1982, entre otras), con excepción de la de Leumann (1926-1928/1977), no hacen ni una sola mención a la posible adverbialización de sintagmas con mente en el periodo clásico, como los ejemplificados en (10), lo cual podría ser indicio de que esas frases nominales no habían adquirido valor adverbial pleno y de que la adverbialización debe fijarse para un periodo algo posterior, posiblemente altomedieval temprano. Por su parte, las gramáticas sobre latín vulgar listan numerosos sintagmas nominales en -mente ya fosilizados, en muchos autores, coetáneos o anteriores incluso a san Agustín: dubia mente ‘dudosamente’ (Apuleyo, apud Grandgent 1907/1928:56); firma mente tenere ‘tener firmemente’ (san Jerónimo, apud Väänänen 1967/1968:157), lo cual sería indicio de una muy temprana adverbialización, porque la elevada frecuencia de estas frases nominales, bastante fosilizadas ya en esos textos, indicaría que se usaban desde hacía tiempo en todo tipo de situaciones comunicativas. Sin embargo, hay también textos sobre latín medieval, de los siglos VIII al XI, que no mencionan constructos adverbiales con -mente (Bastardas 1953) y ni siquiera son consignados en el análisis de textos latinos altomedievales caracterizables por el descuido o desconocimiento de los usos escriturarios de la época por parte de sus amanuenses y que contienen, por ello, numerosas “faltas de ortografía,... barbarismos y alteraciones”, comparados con otros textos latinos cuidados (Castro 1936/1991:lix). No hay que olvidar, sin embargo, que la ausencia de documentación y la no consignación en gramáticas deben ser tomadas con mucha cautela porque no son prueba de la no adverbialización en la lengua oral y es posible que estos constructos tuvieran ya una fuerte vitalidad como adverbios a partir de los siglos II-III d. C. e incluso antes. 481 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE El corpus latino medieval hispano de los siglos V-X empleado por Espinoza (en proceso) refleja que la adverbialización del constructo estaba plenamente consolidada en la península ibérica en el siglo IX. En efecto, en un documento del año 874 procedente de la catedral de León se documenta un constructo sin separación gráfica entre el adjetivo y mente con pleno valor de adverbio modal, como se ve en (11). Giezi lebra percutiatur qui nostre oblationis cartulam sacrilegamente inerbare uoluerit [Documentos catedral León, 874, doc. 6] ‘Sea golpeado por la lepra de Giezi quien quisiere modificar sacrílegamente la escritura pública de nuestra donación / ofrenda’ (11) La adverbialización, sin embargo, debió ser, como todo cambio sintácticosemántico, un proceso lento y gradual ya que desde las primeras décadas del siglo V, y a lo largo de los cinco siglos que abarca el corpus de Espinoza (en proceso), es posible documentar mente tanto con significado de parte del cuerpo (12a),10 como en frase nominal en ablativo adverbial modal (12b), cuanto coordinado con otros sustantivos referentes a partes del cuerpo, corde ...que mente, ambos ambiguos entre un significado de parte de cuerpo y uno modal (12c), e incluso la voz mente aparece calificada por un adjetivo spiritali (12d), señal inequívoca de que mente significaba todavía parte del cuerpo y requería un adjetivo que aclarara el significado abstracto de ‘pensamiento’, pero señal también de que mente estaba en pleno proceso de abstracción semántica. Todos los ejemplos de (12) pueden ser considerados como contextos puente hacia la gramaticalización, y son numerosos en el latín medieval. Los ejemplos de (11) y (12) muestran la propiedad del cambio sintáctico-semántico de ser acumulativo, ya que formas y significados etimológicos conviven por siglos al lado de las formas y significados innovadores, bajo un mismo exponente formal. En este caso, mente adverbial convive con mente con significado de parte del cuerpo y ambos conviven con adverbios morfológicos latinos en -(i)ter: peculiariter, fideliter, como se aprecia en (12a) y (12c), respectivamente. (12) a. b. 10 nomen regni vestri peculiariter semper habeam, nec a vestra mente recedat [Sisebuto, Epistolae, ca. 621] ‘tenga siempre como algo especial / peculiarmente el nombre de vuestro reino, ni se aparte de vuestra mente / pensamiento’ ut secundum sententiam domini et quae sunt caesaris caesari non negares, et deo quae sua sunt, devota mente persolveres [Montano, Epistolae, 522-531] Los ejemplos de (11) y (12) están tomados del corpus de Espinoza (en proceso). 482 ANTECEDENTES DIRECTOS Y PROFUNDIDAD HISTÓRICA c. d. 6.4.2 ‘De acuerdo con el dicho del Señor, no debes negar al César las cosas del César y ni a Dios las cosas que son suyas, paga / cumple con una actitud devota’ et que pro salute anime nostre adnuntiare uel imperare iusserit, humili corde prostrateque mente fideliter adimpleamus [Cartulario de Valpuesta, 865] ‘y ha ordenado anunciar o mandar estas cosas a causa del / por el bienestar de nuestras almas, postraos con corazón humilde y con mente abatida / con actitud humilde cumplamos[las] fielmente’ Nolo ergo te similare indecoro pictori pulchra pingenti; quia spiritalis doctrina a spiritali mente proficiscitur [Liciniano, Epistula ad Gregorium, 584] ‘Así pues no quiero que tú seas igual al indecoroso pintor que pinta cosas bellas; porque la doctrina espiritual procede de nuestra mente espiritual / pensamiento’ En las Glosas de Reichenau, primera manifestación textual registrada de francés, correspondientes al siglo VIII, se glosa un adverbio latino en -(i)ter por un constructo en -mente: singulariter = sola mente (glosa 1561a) (Nyrop 1925/1936:III.307; Väänänen 1967/1968:156), señal inequívoca de que la forma en -mente era el modo usual de expresar la modalidad adverbial en ese periodo, y posiblemente desde antes, y señal de que los adverbios léxicos y morfológicos latinos estaban en franco retroceso o desuso en la Galia en ese siglo. Las Glosas silenses y Glosas emilianenses, siglos X-XI, contienen un número importante de paráfrasis de adverbios latinos; en las Emilianenses se documentan, entre otras: merito = mondamientre (glosa 32), adtentius = buena mientre (glosa 58); en las Silenses: caste = munda mientre (glosa 20), adgrabans = grabe mientre (glosa 100), rite = studiosamientre (glosa 350) (Karlsson 1981:87-88; Menéndez Pidal 1926/1950:1-24). Estas glosas son prueba de que los constructos en -mente eran los adverbios modales comunes en el castellano desde antes del siglo XI y de que los adverbios latinos ya no eran comprendidos. El corpus base del análisis para este capítulo muestra que estos constructos estaban plenamente adverbializados en el siglo XIII, aunque adjetivo y mente pueden aparecer gráficamente separados hasta finales del siglo XVIII: casual mente, en un documento de 1799, procedente del virreinato del Río de la Plata (Bertolotti, Coll y Polakof 2010:99), lo cual, a nuestro parecer, no es necesariamente señal de débil adverbialización, sino de que la lengua escrita es un soporte conservador que podría reflejar el origen etimológico sintagmático y posiblemente un sentimiento de compuesto y no de palabra simple por parte del autor de esos documentos (véase infra §6.6.1). 483 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE En la poesía española del siglo XVI, pero no anterior ni posterior, y en muy contados autores, fray Luis de León y seguidores, es posible documentar adjetivo y mente en versos consecutivos formando un encabalgamiento, como se aprecia en (13). A nuestro entender, esos encabalgamientos, bastante artificiosos por otra parte y de reminiscencias horacianas, son síntoma de que el adverbio no tenía en el siglo XVI estatus de palabra simple sino que era sentido, al menos por el poeta, todavía como un compuesto con débil grado de cohesión entre sus formativos. (13) Y mientras miserable / mente se están los otros abrasando [Fray Luis de León, Vida retirada, apud Quilis 1963:23] aunque te precies vana / mente de tu linaje noble y claro [Fray Luis de León, Traducción Oda XIV de Horacio, apud Quilis 1963:23] En el español medieval, hasta el siglo XV, se puede documentar, aunque muy esporádicamente, la colocación de buena mente —sólo con el adjetivo buena— que parece ser una construcción intermedia entre una frase prepositiva, con un término frase nominal con el sustantivo pleno mente como núcleo, y el adverbio en -mente (14). Esta colocación sería prueba de la gradualidad de los procesos de gramaticalización y del carácter acumulativo de los cambios sintácticos, porque muestra que mente poseía, si bien de manera residual, cierto carácter nominal sustantivo todavía en el español medieval, puesto que el constructo exhibe la misma distribución de un nominal término de preposición, similar a la distribución de otras palabras modales, como guisa: mucho a fea guisa (Cid, 1677) o manera: tremera tod el mundo mucho de gran manera (Berceo, Signos, apud Menéndez Pidal 1944-1945:I.§67).11 No hemos documentado ninguna de estas construcciones prepositivas con mente en el corpus base.12 (14) acogiose a el mucho de buena ment [Berceo, Sacrificios, apud Menéndez Pidal 1944-1945:I.§67] quantas liebres veya, prendié de buena mente [Arcipreste de Hita, Libro de buen amor, apud Cuervo 1886-1994:s.v. mente] Perdonen e tomen lo poco e de buena mente [Arcipreste de Talavera, Corbacho, apud Cuervo 1886-1994:s.v. mente] 11 El sustantivo guisa se mantiene hasta el español contemporáneo: “y un cabo de vela de sebo puesto en el cuello de una botella a guisa de candelero” (Bandidos, 2.205), pero en el español actual está prácticamente desaparecido (→ Capítulo 8). 12 El carácter sustantivo originario se confirma con el hecho de que existían en el español medieval otras expresiones modales de adjetivo + sustantivo en el orden fijo adjetivo + sustantivo: fiera guisa, fiera cosa, al igual que el orden del sintagma con mente, con las cuales hacía paradigma la construcción con mente (Hanssen 1913:§629; Lausberg 1962/1966:149). 484 ANTECEDENTES DIRECTOS Y PROFUNDIDAD HISTÓRICA 6.4.2 El orden en que se fijaron los dos constituyentes del constructo adverbial nos informa de dos aspectos interesantes, uno relativo a la datación de la adverbialización, otro relativo al significado básico de estos adverbios. En cuanto a las fechas, el hecho de que los dos constituyentes integrantes del adverbio se hayan fijado en el orden rígido adjetivo + sustantivo es señal de que el proceso de adverbialización se inició mucho antes de que se generalizara el orden no marcado y básico del español con los modificadores a la derecha del modificado: sustantivo + adjetivo, orden que es el más frecuente desde los textos más antiguos escritos en español y que se afianza totalmente a partir del siglo XVI (Martínez 2009:§11.7). El carácter temprano de la adverbialización estaría apoyado por el hecho de que la posposición del adjetivo es, en opinión de B. Bauer (2009:263), uno de los cambios realizados ya en el mismo latín: “from the early italic period on, the adjective followed the noun in unmarked order”.13 Los datos aportados por Baños y Cabrillana (2009:701) son indicativos de la temprana fijación y extensión del orden sustantivo + adjetivo ya en el latín mismo: la anteposición del adjetivo decrece drásticamente comparando los textos de César con la Peregrinatio: 78% > 32%, mientras que se incrementa notablemente la posposición: 25% > 73%, comparando Cicerón y Séneca. Por lo tanto, el orden adjetivo + sustantivo, en que se fijaron los formativos del constructo adverbial en -mente, puede ser considerado como un orden marcado ya en el latín mismo y es síntoma, a nuestro parecer, de que la fijación se realizó en fechas bastante tempranas, quizá hacia el siglo I a. C., y esa fijación de orden posibilitó la adverbialización. En cuanto al significado de la posición del adjetivo, la mayoría de latinistas señala que el latín admitía tanto el orden adjetivo + sustantivo como sustantivo + adjetivo pero que el adjetivo aportaba un matiz semántico diferente según su colocación: epíteto o propiedad inherente si precedía y especificador si seguía. Es decir, el lazo semántico era más fuerte, intrínseco o esencial entre el atributo o epíteto y el núcleo sustantivo en el orden adjetivo + sustantivo que en el orden inverso, sustantivo + adjetivo, en que el modificador adjetivo tenía mayor independencia (Pinkster 1984/1995:238; Tarriño 2009b:260-261). Para Pinkster (1984/1995:239-240) el adjetivo precede al sustantivo cuando se quiere aportar focalidad. Cualquiera fuera el orden, era posible interponer otros elementos de la frase nominal entre el adjetivo y el núcleo sustantivo, si bien cuando el adjetivo precedía, la interposición estaba muy restringida. Por lo tanto, la fijación 13 No hay que pasar por alto, sin embargo, que el orden del adjetivo respecto del núcleo sustantivo es uno de los aspectos más debatidos de la sintaxis del latín. A diferencia de B. Bauer (2009), otros autores consideran que no es posible hablar de un orden no marcado de constituyentes en el grupo nominal latino; era un “orden libre pero no indiferente”, en opinión de Marouzeau (1922:15); cf. también en la misma línea, Ernout (1914/1953:161-163) y Rubio (1966-1976/1982:191 ss.). 485 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE del constructo adverbial en el orden adjetivo + sustantivo no fue al azar sino que está motivada por el significado básico del adverbio en -mente: el adjetivo opera como un epíteto que atribuye un significado inherente o esencial a una entidad, acción o evento, sobre los cuales el hablante, mediante el constructo adverbial todo, aporta una valoración o juicio distintivos y caracterizadores de esa entidad, acción o evento (véase infra §6.9.1). En definitiva, en cuanto a la cronología, no es posible asignar fechas precisas para la adverbialización de estas frases nominales en ablativo con adjetivo + mente. Sin embargo, y sin olvidar la gradualidad y lentitud del cambio sintácticosemántico, creemos que se trata de una adverbialización temprana, que tiene su germen directo en el latín clásico, que estuvo motivada por el orden marcado en que muy pronto se fijaron los formativos del constructo, y que debía estar ya ampliamente difundida y gramaticalizada con bastante anterioridad al siglo IX, puesto que en ese siglo se documentan adverbios plenos en -mente en la Hispania. Lausberg (1962/1966:147) indica que la “mecanización” de mente como sufijo tuvo lugar a finales del Imperio Romano. El hecho de que todas las lenguas romances hayan adverbializado las frases nominales con adjetivo + mente, con excepción del rumano —el extremo oriental del Imperio y la zona de romanización más tardía— (véase infra §6.5), es, a nuestro parecer, una prueba sólida a favor de que ya en el mismo latín había comenzado la gramaticalización del sintagma nominal, si bien el hecho de que sea desconocida en el rumano es señal de que posiblemente el sintagma nominal con adjetivo + mente formaba ya una construcción, pero que no estaba plenamente gramaticalizada en las fechas de la romanización de la Dacia, el siglo III. 6.4.3. Mente frente a otros sustantivos latinos modalizadores En este apartado abordaremos por qué se adverbializó y generalizó mente y no cualquiera de los otros posibles sustantivos abstractos en ablativo, ya mencionados, como modo, animo, vi o corde, con los que también se podía expresar la modalidad en latín. En otras palabras, qué ventajas estructurales y/o comunicativas tenía mente sobre esos otros sustantivos, sobre todo respecto de modo, que parecería ser la forma idónea para gramaticalizarse y extenderse, porque su significado refiere directamente al modo o manera de calificar una entidad o acción y porque era además bastante productiva en la formación de compuestos y perífrasis adverbiales modales completamente lexicalizados: quomodo ‘como’, ‘de este modo’; omnimodo ‘de todos (los) modos’, ‘en todo caso’. Es este un aspecto no tratado en la bibliografía sobre estos adverbios, con excepción de Malkiel 486 MENTE Y OTROS SUSTANTIVOS LATINOS MODALIZADORES 6.4.3 (1959), Lausberg (1962/1966:146-148) y Karlsson (1981:43-45), en quienes nos hemos basado, en parte, para la información que sigue. La voz mente tenía, al menos, tres ventajas estructurales: una fónica y dos morfológicas. En cuanto a la primera, mente tenía un patrón silábico inicial común, CVC, a diferencia de spiritu o animo por ejemplo. Tenía bastante peso fónico, porque la vocal tónica e, aun siendo breve por naturaleza, era larga por posición y tenía un grupo consonántico interno que otorga estabilidad a la vocal tónica. Tenía además una estructura silábica interna, CC, resistente a la erosión fónica ya que no motiva la síncopa de consonante, a diferencia de modo, cuya -d- intervocálica podría perderse y llegar a un incómodo monosílabo *mo, con una sustancia fónica muy débil. La vocal final átona de mente podía apocoparse, -ment, como de hecho se documenta en muchos textos medievales, y es la forma estándar en varias lenguas romances, pero hay que enfatizar que la apócope no altera la integridad fónica interna esencial de la palabra. Las dos ventajas morfológicas eran las siguientes: a) en primer lugar, mente tenía un gran parecido con el sufijo latino -mentu. El sustantivo mente pudo evolucionar sin problemas a sufijo —lo denominaremos así por el momento— porque tenía apoyo estructural en el latino -mentu, que es el sufijo más productivo en latín y romance para formar sustantivos deverbales abstractos: entendimiento, nombramiento, casamiento, fundamento, ornamento, basamento. La similitud fónica y silábica de -mentu y mente; ambos con vocal tónica , con idéntico grupo consonántico interno y con la misma pauta silábica, aunadas al significado abstracto de las formaciones con -mentu debieron otorgar apoyo paradigmático para que la palabra léxica mente adquiriera estatus morfológico. b) En segundo lugar, m nt tiene la misma terminación en e que un gran número de adverbios en latín. Recordemos que una de las desinencias más comunes para formar adverbios modales en latín era -é, a partir de adjetivos de dos terminaciones, male, bene, firme, sin olvidar otros adverbios primarios latinos que terminaban en -e: deinde ‘luego’, ‘inmediatamente’, ‘a continuación’; ante ‘antes’. Tal similitud debió otorgar un respaldo estructural a la adverbialización y morfologización de la palabra léxica mente. Es cierto que mente y los adverbios en -e difieren en la cantidad de la vocal final, breve en el primer caso, larga en el segundo, pero la pérdida o desfonologización de la cantidad vocálica ya en el propio latín, más el carácter de vocales átonas, debió acercar la similitud y propiciar la generalización de mente a expensas de otras voces modales.14 14 Karlsson (1981:43) aduce como argumento para la similitud fónica que los adverbios en - provienen de ancestrales adverbios en - ; creemos que es un argumento de menor peso que la desfonologización de la cantidad latina que aquí aducimos, porque en las etapas de la adverbialización de mente los adverbios ya tenían vocal larga final. 487 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE Había también, al parecer, ciertas ventajas semánticas de mente sobre la voz modo. En opinión de Lausberg (1962/1966:147), la sustitución de modo a favor de mente debió hacerse en primer lugar en el lenguaje jurídico y de ahí extenderse a otras tradiciones discursivas: la sustitución “estaba al alcance de la mano” pues en los juicios “la manera concreta de realizar una acción se ponía en relación causal con la disposición de ánimo del autor” o juez que elaboraba el documento o texto en cuestión. Una causa más de la pérdida de la capacidad sufijal de modo fue su “debilidad rítmica fonética” ya que perdía su acento al formar compuestos: quò módo > quómodo > cómo (Lausberg 1962/1966:146). Siguen existiendo, con todo, a nuestro parecer, vacíos importantes en las razones que llevaron a la imposición de mente sobre otras palabras latinas capaces de expresar modalidad. Se requiere un acercamiento filológico tradicional, multidisciplinario, que, además del análisis lingüístico, incluya la historia, la cultura y la visión de mundo subyacentes a los textos latinos en diferentes épocas, para una cabal comprensión de la gramaticalización de los sintagmas con mente. No habría que descartar, por ejemplo, un cambio de parámetro cultural, una intelectualización o racionalización de la sociedad cristiana, que habría elegido la mente humana —por encima de corde, modo, animo u otras voces—, como la parte del cuerpo responsable, metonímicamente, del modo o manera de actuar, evaluar y enjuiciar lo dicho por el propio hablante o por su interlocutor. A este respecto, es interesante la opinión de Lapesa (1942/1981:65) de que la influencia espiritual del cristianismo habría favorecido la generalización del uso de mente en escritores latinos: “el análisis de la propia conciencia, el afán por ver en los actos la intención con que se realizaban, explica el crecimiento de los compuestos adverbiales bonamente, sanamente, aunque hubieran empezado a usarse antes”. También para Karlsson (1981:cap.2), mens expresa la intención del sujeto y su estado mental y disponibilidad para hacer algo. 6.4.4. El cambio frase nominal > palabra: gramaticalización y reanálisis La creación de los adverbios en -mente es un caso paradigmático de gramaticalización y de reanálisis, que es el mecanismo básico de este tipo de procesos de cambio. Los conceptos de gramaticalización y reanálisis son útiles para analizar la gestación de los adverbios en -mente, de ahí que empleemos estos términos a lo largo del capítulo para describir algunos aspectos diacrónicos de las formas objeto de estudio. En su concepción tradicional, una gramaticalización es un proceso de cambio, estructural y semántico, mediante el cual una forma léxica adquiere, a través de determinados contextos y distribución, una función gramatical, o una forma 488 CAMBIO FRASE NOMINAL > PALABRA: GRAMATICALIZACIÓN Y REANÁLISIS 6.4.4 ya gramatical adquiere, en ciertos contextos y distribución, una función aún más gramatical. Es un proceso que convierte lexemas o palabras en formativos gramaticales o morfemas, o bien los formativos gramaticales se convierten en más gramaticales aún (Company 2003; Hopper y Traugott 1993/2003:cap.1). Algunos de los síntomas de que se está produciendo, o ha ocurrido ya, una gramaticalización son que las formas que entran en el proceso de cambio disminuyen o pierden su autonomía, ya que sintácticamente pierden la libertad o movilidad posicional originarias y adquieren otra distribución; semánticamente debilitan o incluso pierden su significado referencial etimológico; suelen, aunque no necesariamente, erosionarse fónicamente y perder peso fonológico; cambian por lo regular su estatus categorial; suelen integrarse en nuevos paradigmas; avanzan a nuevos contextos, semánticamente menos afines a los contextos etimológicos, y, en consecuencia, al independizarse o liberarse del contexto originiario, incrementan su frecuencia léxica y/o de uso; en muchos casos, pasan de ser formas optativas a ser obligatorias. Todos estos cambios, con excepción del último, tuvieron lugar, en mayor o menor medida, en la creación de los adverbios en -mente. Algunos de los pasos de la gramaticalización de los adverbios en -mente fueron los siguientes (Company en prensa a): a) Gramaticalización de construcción. Se trata de una formación a partir de dos palabras léxicas latinas plenas que entraron en una construcción fija en contextos que favorecían la interpretación modal. Es una gramaticalización de construcción (Traugott 2003): un adjetivo en forma femenina, cuando puede ser flexionado para género, buena, o un adjetivo invariable, valiente, mayor, más el sustantivo latino mens-mentis en ablativo: m nte, crean un constructo: buenamente, valientemente. En la lengua madre el sustantivo y su adjetivo formaban una frase nominal plena, de manera que podían aparecer flexionados en número plural y en el caso requerido por su función dentro de la frase u oración: nostris mentibus intiment ‘inculquen en nuestras mentes / espíritus’ (Sisebuto, Epistulae, 621, apud corpus de Espinoza en proceso); pars diuinae mentis ‘una porción de la inteligencia divina’ (Virgilio, apud Blánquez 1960/1966:s.v. mens-mentis). La fijación en ablativo singular, o lo que es lo mismo, la pérdida de capacidad flexiva de los constituyentes del sintagma nominal, es síntoma inequívoco de que la construcción experimentó un proceso de gramaticalización. b) Pérdida de libertad posicional. La frase nominal sufrió pérdida de la libertad posicional originaria de sus constituyentes. En latín, como dijimos, el adjetivo podía preceder o seguir a mente: deuota mente; mente tranquila (Cicerón, apud Karlsson 1981:42-43); tempranamente los dos constituyentes de la frase nominal se fijaron en un orden establecido, adjetivo + sustantivo, y generaron una colocación (Torres y Walker 2011:226), esto es, una secuencia fija, con restricciones léxicas y distribucionales, que, en el caso que nos ocupa, sólo puede ser llenada 489 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE o cambiada léxicamente en la primera parte del constructo, el originario adjetivo. La fijación del orden, o falta de movilidad posicional interna, es una prueba más del proceso de gramaticalización. El sintagma nominal latino se fijó en el orden modificador-modificado, orden que, como dijimos, resulta marcado en el español, lengua en que el orden usual y no marcado para la mayoría de adjetivos es siguiendo al sustantivo. Se ha dicho que el carácter marcado de una estructura puede ayudar al reanálisis y a la gramaticalización (Andersen 2001), y, a nuestro modo de ver, este fue el caso con los adverbios en -mente: el orden marcado adjetivo + sustantivo dentro de la frase nominal impidió libertad posicional y favoreció sin duda la gramaticalización con la consiguiente fijación y plena adverbialización del constructo. c) Pérdida de autonomía y adquisición de cohesión. Juntos, adjetivo + sustantivo adquirieron cohesión y crearon una sola palabra en el español: buenamente, valientemente, proceso conocido como univerbación. En la nueva palabra ya no se reconoce, estructuralmente, ni un adjetivo femenino, puesto que se ha fijado como raíz léxica, ni se reconoce el sustantivo mente, ya que se ha cohesionado como morfema con su raíz. Es decir, los dos constituyentes de la construcción perdieron autonomía puesto que pasaron de ser palabras léxicas plenas a formativos de palabra, es decir, morfemas. La autonomía de la construcción era mayor en el español medieval, particularmente en el siglo XIII, ya que con relativa cierta frecuencia se escribían separados la base adjetiva y mente, si bien, como ya señalamos, la separación gráfica se sigue documentando hasta siglos después: nombrada mjentre (DLE, 1270, 62.92), conplida mente (DLE, 1284, 34.58), publica mente (DLE, 1454, 247.332), sensilla mente (DLNE, 1692, 162.419), síntoma de que el adverbio era sentido como una palabra compuesta.15 La separación gráfica como evidencia de la mayor autonomía de los formativos de la construcción debe ser tomada, sin embargo, como ya dijimos, con mucha cautela, ya que es bien sabido que no pocas ediciones críticas modernizan la separación de palabras y escriben juntos los dos formativos. Es importante señalar que nunca se documentan estos adverbios con la presencia de otras formas entre ambos formativos, interposición que sería prueba irrefutable de un mayor grado de autonomía de los integrantes del constructo. El proceso de cohesión de los dos formativos debió realizarse muy tempranamente, ya que para el siglo XIII es mayoritaria la escritura de los adverbios en -mente en una sola palabra, si bien todavía se documenta, ocasionalmente, la separación gráfica hasta bien entrado el siglo XVII, como indica el último de los ejemplos anteriores, y, como 15 La separación gráfica sufre un decremento paulatino, aunque debía existir una tradición de escritura separada de los dos formativos que pervive por mucho tiempo; así en los documentos virreinales mexicanos recogidos en los DLNE, que llegan hasta 1816, no hay ni un solo adverbio en -mente con los dos formativos escritos juntos. 490 CAMBIO FRASE NOMINAL > PALABRA: GRAMATICALIZACIÓN Y REANÁLISIS 6.4.4 vimos, en algunas zonas dialectales del español no consideradas en este corpus, se escribe el adverbio con sus dos formativos separados hasta finales del siglo XVIII. La representación gráfica más frecuente en todos los periodos del corpus es en una sola palabra. La nueva palabra adverbial dejó de ser transparente en cuanto a su formación etimológica y por ello entra como una palabra simple más en el diccionario. Los diccionarios actuales tienden a incorporar como entradas separadas todos los adverbios en -mente posibles de la lengua, mientras que en la práctica lexicográfica más antigua se solía poner una entrada morfológica -mente, definiendo sus posibilidades de concurrencia y sus rasgos semánticos, sin consignar por separado cada adverbio (RAE 2001 y en línea; versiones de finales del siglo XIX del Diccionario de la lengua española, todas en línea). Esta incertidumbre, en este caso lexicográfica, es resultado de la gramaticalización.16 d) Pérdida de variación. En el español medieval, especialmente en el siglo XIII, la forma latina -mente se documenta con una amplia gama de variantes morfofonémicas / gráficas: con diptongación y sin ella: miente ~ mente; con presencia de una -r- interna y sin ella: mientre ~ miente; con apócope —que es erosión fónica— y sin ella: mient, ment ~ miente, mente. Por lo tanto, se pasa de una etapa de mayor variación morfofonémica / gráfica a una etapa de invariación morfémica: sólo -mente. La fijación morfológica es también una característica de la gramaticalización. e) Pérdida de significado referencial. Los dos integrantes de la construcción transformaron su significado etimológico originario: el adjetivo debilitó su significado calificativo atributivo y el sustantivo mente dejó de referir a una parte abstracta del cuerpo para adquirir un significado todavía más abstracto y bastante heterogéneo, de base modalizada: modal, focal, cuantificador, intensivo, etc., que debe ser asignado en contexto (véase supra §6.4.2 e infra §6.9.1). f) Paradigmatización. El nuevo constructo se integró en nuevos paradigmas, es decir, experimentó paradigmatización, la cual es una prueba tradicional de la gramaticalización. En efecto, de no ser adverbio, pasó a formar parte de diversas clases de adverbios, por ejemplo: de modo, junto a así: vivió santamente ~ vivió así; de grado, junto a poco, mucho: come insuficientemente ~ come poco, viaja excesivamente ~ viaja mucho; de conjetura, junto a quizá: quizá no venga ~ posiblemente no venga, etc. (→ Capítulo 8) (→ Capítulo 9). Tal paradigmatización fue posible, como es lógico, gracias a la recategorización como adverbio de la original frase nominal. 16 Es este un aspecto bastante polémico en el quehacer lexicográfico actual, aunque se tiende a consignar cada adverbio por separado, quizá siguiendo la normativa actual del Diccionario de la lengua española (RAE en línea). 491 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE g) Proceso semántico metonímico. La adverbialización fue de base metonímica, como es común en muchas gramaticalizaciones: 1. mente: parte física del cuerpo: cerebro > 2. actividad intelectual que se realiza con esa parte del cuerpo > 3. facultad resultante de esa actividad: entender, evaluar, opinar > 4. modo resultante de realizar el evento todo en que está involucrado el proceso de entendimiento o evaluación. Los adverbios en -mente no alcanzaron la característica de obligatoriedad, como ocurre en otras gramaticalizaciones.17 De hecho, no hay razón alguna para que un adverbio sea de empleo obligatorio porque codifica, esencialmente, el área gramatical de las circunstancias. Los adverbios en -mente no son obligatorios porque, además, han tenido en todas las épocas de la lengua española “competidores” para expresar la modalidad, por lo que son fácilmente sustituibles, como se aprecia en los ejemplos de (15). Entre las estrategias de conmutación, los adjetivos adverbiales o adverbios cortos (15cd) constituyen uno de los recursos más productivos para modalizar en español, algunos de los cuales, como muestran los ejemplos de (15c) son adverbios de modo plenos, sin posibilidades de una interpretación predicativa (→ Capítulo 7). El hecho de que en cualquier etapa del español se puedan coordinar adverbios en -mente y complementos circunstanciales de modo (15e) y adverbios en -mente y adjetivos adverbiales (15f) es prueba de varios aspectos: el esencial carácter de circunstanciales de estos adverbios; la equivalencia funcional de esas otras expresiones y de los adverbios en -mente; la esencial equivalencia funcional de los denominados adverbios largos, en -mente, y cortos, los adjetivos adverbiales, y, sobre todo, es prueba de la no obligatoriedad de los adverbios en -mente. (15) a. b. c. d. Las nadadoras N. M. y D. G. le entregaron a México una medalla de oro y plata de manera respectiva [El Universal, 16-09-2008] con pérdida de mucha parte de sus cavalleros, en especial de los mancebos cortesanos [Cárcel, 145] había podido administrarse a la perfección durante las primeras etapas de la carrera [El Universal, 16-09-2008] ca esto comunal lo fallamos en los mudamientos de los nombres [GEI, 2.665] bolvíase súpito colorada y después amarilla [Cárcel, 98] Si las condiciones económicas no mejoran rápido, las implicaciones para el conjunto de la economía serán severas [El País, 24-09-2008] Emigran a Canadá 68 jornaleros diario [El Universal, 12-11-2008] 17 Por ejemplo, como es sabido, el verbo haber se volvió obligatorio como auxiliar de los tiempos pasados; el adverbio léxico y < lat. ibi se volvió obligatorio para expresar la existencialidad en presente: hay, etcétera. 492 CAMBIO FRASE NOMINAL e. f. > PALABRA: GRAMATICALIZACIÓN Y REANÁLISIS 6.4.4 dijo previo a la reunión que... [El Universal, 16-11-2011] voten libre [México, anuncio electoral] Piensa global, actúa local [México, anuncio electoral] Y aviendo comparecido el susso dicho, puntualmente, con toda obediencia y con el sombrero debaxo del brazo,... dicho alcalde mayor le preguntó cómo se llamaba [DLNE, 1694, 170.446] que el que todas las examinare de raíz y verdaderamente llevare por fin el bien de los otros [Hombre práctico, 175] en una foto de la época vemos al conde Henry Russell, el gran pirineísta francés, descansando plácidamente y muy digno dentro de un gran saco fabricado con pieles de cordero con la lana hacia dentro [Agustín Faus, Andar por las montañas, 1999, España, CREA]18 La gramaticalización tuvo lugar a través del mecanismo que se considera estándar en este tipo de cambio: reanálisis. Un reanálisis es un cambio en la estructura de una expresión o clase de expresiones, que no necesariamente implica una modificación inmediata de su manifestación fónica (Langacker 1977:48). En efecto, en los adverbios mayormente, buenamente, difícilmente, etc., no se observa, a primera vista, que los componentes mayor-, buena-, difícil- y -mente difieran fónicamente de las respectivas palabras plenas, los adjetivos mayor, buena y difícil y el sustantivo mente, no obstante que, como veremos enseguida, los dos componentes fueron reanalizados en una palabra adverbial. Se trata de un reanálisis múltiple. Por una parte, cada uno de los integrantes del constructo sufrió una recategorización: adjetivo > raíz léxica, sustantivo mente > afijo, y, por otra, también el constructo en su totalidad experimentó varios reanálisis: frase nominal (FN) > palabra; construcción endocéntrica > construcción exocéntrica. Estos reanálisis múltiples, que afectaron diversos niveles de lengua, fueron siete al menos: 1. Uno en el nivel morfosintáctico, que implicó un descenso de nivel de lengua: sintaxis > morfología, consistente en FN > palabra. 2 y 3. Dos reanálisis que implicaron también un descenso de nivel de lengua: léxico > morfología, consistentes en: categoría léxica: adjetivo > morfema: raíz léxica de un adverbio, categoría léxica: sustantivo > morfema: ¿afijo? / ¿formativo compositivo de un adverbio? 18 Es difícil encontrar ejemplos en el corpus base y son dudosos: “Et obra en cada una dellas ssegunt conuyene, en las almas spiritualmiente e en las de los cuerpos tenporal” (Setenario, 38.11); el ejemplo es dudoso entre una coordinación con adjetivo adverbial, lectura por la que nos inclinaríamos, y una coordinación de dos adverbios con el formativo -mente en el primer miembro, como la del catalán y el occitano: ‘en las almas espiritualmente y temporalmente en las de los cuerpos’ (véase infra §6.8.5). 493 6.4 ADVERBIOS EN -MENTE 4. Como consecuencia de 2, se produjeron sendos reanálisis que cambiaron el estatus morfológico de los dos integrantes. De un lado, flexión > invariación, en el caso del adjetivo, ya que la raíz del adverbio no es ya un adjetivo femenino singular, sino una forma invariable; era femenina y singular en la lengua madre —consecuencia de su concordancia obligada con el sustantivo mente—, pero ya no es ni femenina ni singular, porque no se puede conmutar por género masculino ni por número plural; es, por tanto, una raíz invariable. De otro, en el caso del sustantivo mente, flexión > derivación / composición (véase infra §6.6.1). 5. Dentro de la sintaxis, también tuvo lugar un reanálisis en el estatus estructural del constructo: construcción endocéntrica > construcción exocéntrica. En el latín constituía una frase nominal con un núcleo obligatorio, mens-mentis, y un adjetivo variable modificador de aquel y, por tanto, en concordancia de género, número y caso con el núcleo; era, por tanto, una construcción endocéntrica, ya que el sintagma en su totalidad tenía la misma distribución que el núcleo. En el español es un constructo exocéntrico, raíz invariable + desinencia, ya que ambos formativos se requieren mutuamente para formar el adverbio de modo o manera y ninguno de los dos tiene libertad para cubrir la distribución del constructo en su totalidad. Es decir, los adverbios en -mente no son una construcción con núcleo. 6. De la mano del reanálisis 4, tuvo lugar otro reanálisis que invirtió la jerarquía estructural de ambas formas: a) núcleo sustantivo mente > dependiente -mente, ya que el significado y distribución del adverbio, es decir, sus propiedades gramaticales, dependen en gran medida del significado del adjetivo base; b) modificador adjetivo > base-raíz léxica, la cual determina en gran parte el significado y distribución del adverbio. 7. A caballo entre los niveles semántico y sintáctico, tuvo lugar también un reanálisis: integración paradigmática nominal (sustantivo y/o adjetivo) > integración paradigmática adverbial; es decir, se produjo la recategorización nombre > adverbio. El esquema 1 a continuación resume, a grandes rasgos, los pasos básicos experimentados en la adverbialización de los constructos en -mente. Varios de los pasos debieron ser simultáneos. Esquema 1 Evolución de la FN con núcleo sustantivo mente a adverbio FN libre en sintaxis y morfología → FN con restricción flexiva de número → FN con restricción flexiva de caso (y de número) → FN con orden fijo de constituyentes (y fija en morfología) → Construcción → Colocación → Palabra 494 ADVERBIOS EN -MENTE EN LA ROMANIA 6.5 En opinión de algunos autores (Herman 1975/1997:143-144; Llorente 1997: 170; Schwegler 1990:53, 103-115), la adquisición de estatus morfológico por parte de la palabra plena mente y de su adjetivo calificativo debe inscribirse en la disminución progresiva, realizada por las lenguas romances e iniciada ya en el propio latín, de medios de expresión paradigmática o sintética a favor de medios de expresión sintagmática o analítica, que, de nuevo, se habrían paradigmatizado o sintetizado con posterioridad, siguiendo un ciclo experimentado por muchas lenguas de síntesis > análisis > síntesis, etc. La caracterización en ciclos debe ser considerada como una configuración tipológica general de las lenguas y debe ser tomada con precaución, ya que las dos manifestaciones gramaticales, síntesis-análisis, suelen convivir por siglos en la mayoría de las lenguas y ambas son parte integral de la estructura de numerosas lenguas. 6.5. LOS ADVERBIOS EN -MENTE EN LA ROMANIA Todas las lenguas románicas, con excepción del rumano, formaron adverbios perifrásticos con -mente: catalán: cortesament; engadino: puramaing [púramenx]; español: obviamente; francés: seulement; friulano: stupidamientri; italiano: umilemente ~ altrimenti; ladino: finalmenter; portugués: boamente, supostamente; provenzal: quietament ~ quietamen ~ francamens; rético: mortalme⋅; sardo: finalmenti ~ finalmentis ~ comonalimente; subsilvano y suprasilvano: particularmaing [partikulármenx], etcétera.19 El rumano forma adverbios modales con varios sufijos: -e te < terminación latina formadora de adjetivos -iscus + desinencia latina -e de adverbios modales: frate te ‘fraternalmente’; -ice te: intelectualice te ‘intelectualmente’: -i : morti ‘mortalmente’. El más productivo en todas las épocas es -e te, que se construye fundamentalmente con bases sustantivas; en los siglos XVIII y XIX -ice te era muy usado, junto al primero, para formar adverbios neológicos relativos a la cultura de la época, e -i forma adverbios de modo a partir de sustantivos y adjetivos. A partir del siglo XIX, el rumano ha incorporado progresivamente adverbios en -mente, tomados inicialmente en préstamo del italiano y del francés, aunque en el rumano actual -mente es ya un sufijo independiente y productivo, que se afija a adjetivos: absolutamente, finalmente (Academia Românâ 2008:I.585-589). Lo más interesante para los objetivos de este capítulo es que el rumano de todas 19 Para un panorama general romance, cf. Karlsson (1981:caps. 4-6); Lausberg (1962/1966:145151), Lüdtke (2011:232-245) y Meyer-Lübke (1890-1906/1974:II.686-692). Para el catalán, remitimos a Fabra (1956/1969:81, 141), López y Morant (2002:cap. 12); para el francés, cf. Laenzlinger (1998:cap. 2), Nyrop (1925/1936:III.306-313); para el italiano, Ricca (2010b); para el portugués, Castilho, Ilari y Moura (2008:cap. 5), Mira, Brito, Duarte y Hub (2003:cap.11), Nunes (1906/1960:348-350) y Said (1931/1971:230-240). 495 6.5 ADVERBIOS EN -MENTE las épocas tiene formaciones con -mente en un par de adverbios altamente lexicalizados: altminte < lat. altra mente ‘otramente’; alminte < lat. alia mente ‘ajenamente’ (Meyer-Lübke 1890-1906/1974:II.688). Puede decirse, por tanto, que todas las lenguas romances formaron y forman adverbios de modo a partir de -mente y que esta forma sufijal / compositiva es léxicamente productiva en todas ellas. La amplia extensión dialectal de esta forma para adverbializar es prueba, como dijimos, de la gran antigüedad de la gramaticalización. Por otra parte, el hecho de que desde el antiguo rumano existan dos palabras que son adverbios de modo con -mente indicaría que la gramaticalización parece comportarse en esta zona de la gramática como un fenómeno de difusión léxica, es decir, -mente no se habría hecho productivo como formador de adverbios desde los inicios de la gramaticalización, sino que ciertos adjetivos habrían entrado antes que otros en el proceso de adverbialización y, de manera paulatina, el formativo -mente habría adquirido productividad léxica. Los dos adverbios del rumano mencionados en el párrafo anterior serían prueba de que la gramaticalización era incipiente o estaba ya en pleno desarrollo cuando el Imperio Romano extendió sus fronteras hacia el este de Europa en el siglo III d. C. Existen semejanzas y diferencias entre las diversas lenguas romances respecto a la gramaticalización de mente como adverbializador de modo. Son más las afinidades que las diferencias. En cuanto a las semejanzas: a) Todas toman adjetivos calificativos como la raíz léxica más frecuente del constructo adverbial, como se aprecia en los ejemplos del párrafo inicial de este apartado. b) Todas pueden formar adverbios de modo sobre adjetivos no calificativos: esp. totalmente, esp. antiguo otrament(e), fr. seulment; sobre bases adverbiales: esp. nuncamente, dentramente (véase infra §6.9.3), it. quasimente, insiememente, imprimamente, fr. ainsement, quasiment, comment, sardo comente (Lausberg 1962/1966:150); o sobre bases nominales: esp. suyamente, ellamente, ultimadamadremente, port. castilhamente. c) Todas experimentaron erosión fónica en mayor o menor grado de la vocal átona final de mente > -ment, -men, -me , -mens, -maing [menx], pero la apócope era mayor en estados antiguos de algunas de las lenguas, como es el caso del español, italiano o portugués, que tuvieron apócope pero que repusieron la vocal final a partir de la segunda mitad del siglo XIII y a lo largo del XIV. d) En todas, con excepción del francés en que hay acuerdo en tratar -ment como un sufijo derivativo, es conflictivo el estatus categorial de los reflejos de mente en las lenguas actuales: afijo para algunos autores, elemento compositivo para otros, si bien es mayoritaria la posición de que es un afijo que forma una palabra derivada; por ejemplo, Mira, Brito, Duarte y Hub (2003:418) y Said (1931/1971:230) lo consideran sufijo en el portugués, aunque para Basilio (1998) 496 ADVERBIOS EN -MENTE EN LA ROMANIA 6.5 no es claro el estatus limpio de sufijo en el portugués de Brasil; Ricca (2010b:716) lo considera sufijo para el italiano; López y Morant (2002:1800) y Cabré (2002:761) lo caracterizan como sufijo en el catalán (véase infra §6.6.1 para el español). e) En todas, son adverbios con una gran flexibilidad funcional para actuar como modificadores en distintos niveles de la lengua, desde modificadores del verbo o de algún otro constituyente simple hasta adverbios de la enunciación con autonomía predicativa capaces de constituirse en marcadores del discurso. Las diferencias estriban en el grado de gramaticalización del constructo y la frecuencia general de empleo de este tipo de adverbios. En cuanto al grado de gramaticalización, hay una integración desigual de la raíz adjetiva + mente en las lenguas romances, y la zona de prueba es la coordinación: el formativo -ment(e) está altamente gramaticalizado en aquellas lenguas donde debe repetirse el formativo en cada uno de los miembros de la coordinación, como es el caso del francés: humblement et doucement (Lüdtke 2011:239), o del catalán: delicadament y reposadament (López y Morant 2002:1800), y está menos gramaticalizado en aquellas lenguas en que la coordinación se realiza con el formativo -mente sobre sólo uno de los miembros coordinados, como es el caso del portugués: pura e simplesmente, o del español: simple, llana y sencillamente. Todas las lenguas en periodos antiguos admitían, sin embargo, la coordinación con un único -ment(e), ya fuera en el primero o en el último miembro coordinado, como en francés: humble e doucement ~ firmement e stavle, ya fuera en el último miembro, como en italiano antiguo: villana e aspramente, portugués y español: clara y concisamente, ya fuera en el primer miembro de la coordinación, como en catalán y provenzal antiguo u occitano: devotament i humil, devotamen e humil, respectivamente (Lausberg 1962/1966:148-149). El grado de gramaticalización está asociado, al parecer, a la acentuación de -ment(e), concretamente, a si este formativo tiene o no acento. Si carece de acento, como en francés, la gramaticalización está concluida y es obligatorio repetir el sufijo en todos los miembros coordinados, si mantiene acento (secundario o primario dependiendo de la lengua), sólo se pone -mente sobre uno de los miembros de la coordinación, como ocurre en portugués y español (Lüdtke 2011:239-240). Hay también diferencias en la Romania en cuanto a la frecuencia de empleo, aunque existe poca información en la bibliografía. Al parecer, el francés tiene un gran gusto por emplear, casi abusar de estos adverbios con muchos tipos léxicos de adjetivos —sería la lengua romance que más uso hace de adverbios en -ment(e)—, mientras que el italiano hace un uso mucho más restringido de ellos. En un conteo de adverbios en -ment(e) en francés e italiano, sobre cinco novelas de extensión similar en cada lengua, Lüdtke (2011:245) aporta los siguientes datos: 1 076 adverbios en francés, casi la mitad en italiano: 627, si bien no aclara el autor si el conteo fue realizado sobre la frecuencia de adverbios 497 6.5 ADVERBIOS EN -MENTE léxicamente distintos o sobre una frecuencia de aparición, sea que se repitiera o no la base léxica adjetiva. 6.5.1. Los adverbios en -mente en la Iberorromania La situación de la Iberorromania en cuanto al empleo de adverbios en -ment(e) en la coordinación es particularmente interesante porque permite trazar dos claras isoglosas sintácticas que agrupan el portugués con el español y distancian estas dos lenguas del catalán, a la vez que aproximan a este a las lenguas galorromances.20 El análisis tiene dos ángulos, uno diacrónico y otro sincrónico actual. Desde el punto de vista diacrónico, las tres lenguas en el periodo medieval expresaban la coordinación mediante un solo formativo -mente que modificaba a los dos o más miembros de la coordinación; es decir, -mente tenía alcance o ámbito de modificación para toda la coordinación, lo cual, como hemos dicho, es síntoma de una gramaticalización débil y no cumplida. Sin embargo, como acabamos de señalar, el catalán ponía el formativo -ment sobre el primer constituyente de la coordinación (16a), mientras que el portugués y el castellano sitúan el formativo -mente al final del último miembro de la coordinación (16b), con algún caso en español de coordinación similar a la del catalán (16c). (16) a. b. c. se adeliten molt en viure delicadament e reposada [Metge, apud López y Morant 2002:1808] apresentou uma proposta pura e simplesmente insatisfatória [apud Lüdtke 2011:239] Ama, ama mucho, pero desea poseer al que ama entera y absolutamente [Nájera, 63] non querién bevir en paz et en asesiego, sinon con bolliçio et con rebuelta, castigándolos cruamente et brava [Don Juan Manuel, Libro de los estados, apud Colinas 2003] ¿Qué mereçió el su poderío et la su onra; por qué tan desonradamente et tan falsa, et con tal traiçión, de los suyos fue priso? [Don Juan Manuel, Libro de los estados, apud Colinas 2003] Por lo tanto, el español y el portugués exhiben en la coordinación de adverbios en -mente una primera divergencia respecto del catalán, ya que el formativo tiene 20 La clasificación del catalán como lengua galorromance no tiene en sí nada de novedosa; fue planteada sobre la base de datos léxicos y fónicos hace ya casi un siglo por Griera (1922) y por Meyer-Lübke (1925), y rebatida por Alonso (1926/1967) y Menéndez Pidal (1926/1950:494496). Para varias innovaciones sintácticas compartidas que apoyan la subagrupación genética del portugués con el español y el distanciamiento del catalán, cf. Company (en prensa c). 498 ADVERBIOS EN -MENTE EN LA IBERORROMANIA 6.5.1 una distribución similar en ellas, divergente de la del catalán, por lo cual puede afirmarse que aquellas exhiben una mayor afinidad estructural entre sí, y, por lo tanto, un más estrecho grado de parentesco, y que el catalán se distancia de ellas. Una segunda divergencia atañe al funcionamiento actual de la coordinación de estos adverbios en estas tres lenguas. Desde el punto de vista sincrónico, el catalán ha realizado una innovación no compartida por las otras dos lenguas iberorromances, consistente en la generalización y obligatoriedad del formativo -ment en todos los miembros de la coordinación: delicadament y reposadament (López y Morant 2002:1808), innovación que es síntoma de que el catalán ha avanzado más que las otras dos lenguas en el proceso de gramaticalización de estos adverbios. En efecto, en catalán actual es normativo repetir el adverbio completo en secuencias de coordinación; el portugués y el castellano han conservado el uso medieval.21 El señalamiento constante que suelen hacer las gramáticas de referencia del catalán respecto a que es más adecuado repetir el afijo -ment en la coordinación de estos adverbios o, en todo caso, ponerlo solamente en el primer miembro, es indicativo de tres hechos: uno, del mayor grado de gramaticalización de los adverbios de modo o manera en -ment ya comentado; dos, que no es un desarrollo patrimonial del catalán poner el afijo en el último miembro de la coordinación, y tres, que en esta zona de la gramática el catalán se aleja genéticamente de las otras dos lenguas iberorromances. Así, Fabra (1956/1969:81) indica: “es pot suprimir aquesta terminació en tots menys el primer: humilment i devota; es però en general preferible de no fer aquesta supressió: humilment i devotament. Es del tot inadmissible de suprimir-la en tots menys el barrer”. Igualmente López y Morant (2002:1808) señalan que “avui predomini... la manifestació del sufix en cada adverbi”. Es posible, por lo tanto, establecer dos isoglosas en esta zona gramatical: una que atañe a la distinta distribución del formativo -ment / -mente: primer miembro de la coordinación en catalán vs. último miembro en las otras dos lenguas iberorromances, y otra consistente en la generalización del formativo en catalán, que puede ser considerada como una innovación, frente a una conservación en las otras dos lenguas, que no han experimentado tal generalización. Ambas isoglosas sintácticas confirman la conocida, y discutida, subagrupación del portugués con el castellano y aíslan al catalán en un nodo iberorromance oriental a la vez que lo vinculan con el francés y el provenzal. 21 Es posible en todas las etapas del castellano documentar de manera aislada secuencias de coordinación con el formativo -mente repetido en los dos miembros: “Es necesario trabajar institucionalmente y coordinadamente” (español actual de México, lengua oral culta, entrevista en televisión). Es algo menos infrecuente en la lengua oral actual, por lo regular en registros cuidados, por ejemplo, una conferencia o un programa cultural, pero en términos generales, puede ser calificada de una distribución inusual en castellano. 499 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE 6.6. MORFOLOGÍA Y MORFOFONÉMICA DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE EN EL ESPAÑOL 6.6.1. Incertidumbre categorial en el estatus morfológico de los adverbios en -mente Abordamos en este capítulo aspectos morfológicos de los adverbios en -mente no sólo porque su análisis ayuda a comprender su sintaxis y semántica, sino, sobre todo, porque tienen un origen sintáctico, una frase nominal, y la morfología sincrónica de estas formas es, en cierto sentido, una microsintaxis dado que la morfologización del adverbio no es absoluta. Un resultado frecuente de la gramaticalización es que las formas que experimentan un proceso de cambio no tienen una adscripción categorial unívoca, sino que pueden admitir un análisis categorial doble o triple, de manera que las formas o construcciones resultantes del proceso de gramaticalización no siempre pueden ser caracterizadas desde un solo ángulo categorial. Es decir, la gramaticalización entraña incertidumbre categorial o falta de exactitud en la asignación categorial porque la evolución diacrónica suele dejar en la sincronía huellas del significado y distribución etimológica de las formas, lo cual complica la caracterización sincrónica; en otras palabras, la diacronía pervive por siglos en la sincronía. Los adverbios en -mente constituyen un caso ejemplar, como pocos en la gramática del español, de la incertidumbre estructural categorial sincrónica que puede acarrear una gramaticalización diacrónica. Uno de los aspectos más llamativos en la bibliografía especializada actual sobre los adverbios en -mente es la falta de consenso en cuanto al estatus categorial de estos adverbios, y más llamativa que la falta de consenso es la multiplicidad de propuestas categoriales, todas, a nuestro parecer, bien fundamentadas en términos funcionales y semánticos. No existe consenso ni para adscribir categorialmente la raíz adjetiva ni para la caracterización categorial de -mente ni para la caracterización del constructo en su totalidad. Sólo hay consenso para adscribirlos a la categoría adverbio y considerarlos los adverbios paradigmáticos para modalizar. El núcleo de la polémica es si el constructo completo debe ser analizado como palabra derivada o como palabra compuesta. No es derivado porque en español la derivación precede a la flexión: zapato > zapat-ero > zapat-ero-s, y en los casos de adverbios superlativos en -mente, las formas flexivas elativas, -ísima, -érrima, se interponen entre la base adjetiva y -mente: dificil-ísima-mente, libérrima-mente, con lo cual se rompe la regla de que la flexión va al final de la palabra derivada. Tampoco es un compuesto porque, entre otras razones, -mente es productivo y por ello no forma constructos fijos, como suelen hacer los com500 INCERTIDUMBRE CATEGORIAL 6.6.1 puestos (Kornfeld 2009/2011; Moyna 2011:cap. 1). La base de la discusión a favor o en contra de una u otra propuesta se puede resumir en tres aspectos: el hecho de que la flexión elativa se interpone entre la raíz adjetiva y -mente; el hecho de que conservan dos acentos primarios: sobre la base adjetiva y sobre -mente, aunque sólo se acentúe gráficamente uno de ellos: comúnmente [komúnménte], y el hecho de que -mente tiene productividad. En cuanto a la raíz léxica o base adjetiva, la controversia estriba en si la base es un adjetivo femenino singular o es un adjetivo ya morfológicamente invariable. La mayoría de autores propone que es un adjetivo femenino singular cuando el adjetivo base de la formación es variable y admite flexión, buena-, fea-, obvia-, etc., o es invariable cuando procede de un adjetivo invariable: real-, fácil-, común- (Kovacci 1999:§11.2.1 y referencias ahí citadas), o que es un adjetivo “neutralizado en femenino” (Alcina y Blecua 1975:§4.9.1).22 Para otros autores, los menos, la raíz de estos adverbios es una forma ya invariable, sin importar si el adjetivo base tiene capacidad o no de ser flexionado cuando funciona como palabra léxica; es decir, sea que la raíz acabe en -a sea que tenga otra terminación, esa raíz sólo tiene estatus morfológico de raíz del adverbio en -mente (Company en prensa a; Di Tullio 1997:220; Girón Alconchel 2008; Gregores 1960:83-84). Esta última es la posición adoptada en este capítulo. En cuanto al formativo -mente, la incertidumbre estructural categorial que genera es mucho mayor. Hay, por lo menos, cuatro análisis alternativos, todos posibles a nuestro parecer: sufijo, elemento compositivo, semisufijo y afijo de frase. a) Para algunos autores es un sufijo derivativo por tres razones: por la elevada productividad del formativo -mente en la formación de adverbios, al igual que los afijos derivativos, que tienen productividad; por el cambio de clase de palabra que experimenta el constructo: nominal > adverbio (véase supra §6.4.3), al igual que muchos afijos que cambian la clase mayor de palabra, amar: verbo > ama-ble: adjetivo, y por el hecho de que -mente selecciona léxicamente ciertos adjetivos, al igual que hacen muchos sufijos, que operan con selección léxica de la raíz. El análisis como sufijo es el más generalizado en la bibliografía (GarcíaPage 1993; Karlsson 1981; Lenz 1920/1935:§241; Rodríguez Ramalle 2003:16, entre muchos otros). b) Para otros autores, -mente no puede ser afijo derivativo, sino que es una forma semiautónoma que construye un tipo peculiar de compuesto (Alcina y Blecua 1975:§4.9.1.1; Kovacci 1999:§11.1.2.1; Moreno de Alba 1988; R. Seco 1930/1954:§215). Hockett (1958/1971:247) los califica como “una clase muy especial de compuestos”, Lapesa (1942/1981:65) se refiere a estos adverbios como 22 Algunos autores parecen dudar; por ejemplo, Rainer (1993:267) señala que “se pierde la flexión y se reduce el carácter femenino del adjetivo”, pero en la página 600 indica: “toma la forma femenina del adjetivo para formar la base”. 501 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE “compuestos adverbiales”, Menéndez Pidal (1926/1950:369-370) los incluye en un apartado de “adverbios compuestos” y recientemente la RAE-ASALE (2009:§30) se refiere a ellos como “formas compositivas”. Una prueba, aducida como fundamental, del carácter de compuesto es que en todos los tipos de coordinación y en la comparación -mente sólo se añade al último constituyente coordinado o comparativo: simple y sencillamente, directa o indirectamente; lenta pero constantemente; tan clara como seguramente, lo cual es muestra de que -mente es elidible, a diferencia de los afijos derivativos que son obligatorios en cada una de las palabras derivadas que se coordinan: pon en la mesa salero, frutero y panera. Una segunda prueba a favor del estatus de compuesto de estos adverbios es que son constructos con dos acentos primarios (Alarcos 1994:§177; Alcina y Blecua 1975:§4.9.1; Navarro 1950/1972:186, n.1; RAE 1973:§1.5.6; Saporta 1990:181; M. Seco 1972/1989:§5.3.6), ya que tanto la raíz adjetiva como -mente tienen acento primario: [komúnménte], y la doble acentuación es sólo propia de los compuestos. Las palabras derivadas, en cambio, tienen un acento único que recae en el sufijo, debido a una ley morfofonémica heredada del latín que obliga a desplazar el acento sobre el sufijo: [róxo] > [roxíso] / [roxíθo]. c) Para otros autores (Azpiazu 1999-2000:270-271, 2002:cap. 2), es un semisufijo, a caballo entre la composición y la derivación; tiene rasgos de compuesto porque procede de un sustantivo pleno y tiene rasgos de derivado porque -mente construye una formación estable con productividad. d) Para otros autores, -mente forma expresiones limítrofes entre la morfología y la sintaxis; sería un afijo de frase (Torner 2005a, 2005b) ya que presenta propiedades de los afijos y también de palabra independiente; ese carácter de afijo de frase explicaría que el morfema flexivo esté antes que el derivativo y que en la coordinación y la comparación sólo se ponga -mente sobre el segundo adjetivo de la secuencia sintagmática. Desde esta perspectiva, los adjetivos a los cuales se une el formativo -mente son frases adjetivas y no bases léxicas. Y aun en otros trabajos o no hay un intento de caracterización categorial o los adscriben simultáneamente a derivación y a composición sin hacer explícito el doble tratamiento ni el problema que ello supone. Por ejemplo, la RAE (1973:§2.4.10c) sólo señala que la morfología de los adverbios en -mente “se separa de la composición y de la derivación”; y en Rainer (1993:267, 600-603) aparecen tratados en dos lugares: composición y derivación. El constructo en su totalidad también es conflictivo en cuanto a su caracterización estructural. Para algunos autores se trata de una construcción exocéntrica, tal como hemos propuesto arriba (Company en prensa a; Gregores 1960:98). Otros autores los consideran endocéntricos, equivalentes a una frase adverbializada, y de nuevo una zona de prueba es la elisión de -mente en los sintagmas coordinados y comparativos (Kovacci 1999:§11.1.2). Otros autores (Saporta 1990) se 502 VARIANTES DEL FORMATIVO, GENERALIZACIÓN DE -MENTE 6.6.2 limitan a señalar que tienen un estatus “anómalo” y que muestran rasgos de “marginalidad sintáctica”. Para Val (1999:§73.1.2) “la mayor parte de los compuestos son endocéntricos”, lo cual apoyaría un análisis del formativo -mente como más próximo a la derivación que a la composición, ya que el constructo en su totalidad no tiene propiedades de endocéntrico. Otro problema que genera incertidumbre categorial, relacionado y en parte derivado de los anteriores, es si los constituyentes que se coordinan son todos adverbios con elisión de -mente excepto en el último constituyente, posición esta la más frecuente en la bibliografía especializada y gramáticas de referencia del español, o son adjetivos más un adverbio final, análisis también posible, aunque poco común, ya que tanto adjetivos como adverbios comparten la propiedad funcional de ser categorías modificadoras y la coordinación requiere equivalencia funcional pero no equivalencia categorial entre sus miembros (véase infra §6.8.6). Los análisis varios que acabamos de exponer son resultado del hecho de que los adverbios en -mente plasman en la sincronía tanto su origen etimológico de frases nominales con significado modal, como su trayectoria diacrónica hacia una gramaticalización que parece no estar concluida por igual ni en todas las lenguas romances ni en todas las zonas de la capacidad funcional de estos adverbios. Una adscripción categorial unívoca —o derivado o compuesto— es, en nuestra opinión, contraproducente porque opaca el funcionamiento de estas formas en su uso real. Los adverbios en -mente se comportan tanto como compuestos cuanto como palabras simples derivadas, según el ángulo de análisis que pongamos de relieve, y ambos análisis pueden coexistir sin conflicto. El elemento -mente es tanto afijo como no afijo, según la perspectiva que enfaticemos. Intentar descartar o “solucionar” esta multiplicidad analítica conlleva más problemas que ventajas, porque necesariamente dejará más residuos en la gramática, además de que sería teóricamente delicado o riesgoso, porque es eliminar la variación lingüística consustancial al funcionamiento de la gramática y es hacer una falsa tajante dicotomía entre sincronía y diacronía. Por ello, en este capítulo, nos referimos a -mente como formativo. 6.6.2. Las variantes del formativo -mente y la rápida generalización de -mente El corpus base contiene cinco variantes del formativo -mente, todas ellas documentadas únicamente en el primer corte cronológico, siglo XIII: sin apócope y con ella: -mente ~ -ment (17ab), con diptongo: -miente ~ -mjente (17c), con diptongo y apócope: -mient ~ -mjent (17d), con vibrante y diptongo: mientre ~ mjentre (17e). No hemos documentado mentre en el corpus base, sí en el CORDE (17f), aunque son muy pocos casos, y sí en la documentación del monasterio leonés de santa María 503 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE de Otero de las Dueñas (17g) analizada por Mora (2011). Este autor aporta los siguientes datos de formativos adverbiales con -r- en esa colección documental: -mentre 25%, -mientre 75%.23 Es decir, hasta inicios del siglo XIV coexisten seis variantes de la terminación adverbial: -mente, -miente, -ment, -mient, -mientre y -mentre.24 La forma con -r- nunca apocopa, es decir, no hay mientr ni mjentr, hecho lógico porque esa apócope generaría una pauta silábica final ajena a la lengua española. En el siglo XV ha desaparecido totalmente la variación y se ha generalizado el formativo único -mente, como veremos más adelante. (17) a. b. c. d. e. f. g. do & ffranqueo & otorgo libre mente [DLE, 1270, 350.464] e que vino otrossí Júpiter a ella vestido muy noblement [GEI, 2.650] e toller las enffermedades e los dannos que rreçiben los omnes en ssus cuerpos naturalmiente o por ffuerça [Setenario, 36.24] & sennaladamient aquel logar que solien dezir Malburguet [DLE, 1277, 140.181] & que nos diessen el diezmo & la renta bien & complida mjent [DLE, 1278, 64.97] Pues que les ovo enseñadas las viandas limpias dond mantoviessen bien e limpiamientre segund su ley... dioles leis d’otras cosas [GEI, 2.498] esta es otrossi grand signification de muchas aguas & fuertes lluuias & grandes agua duchos dannantes & mayor mentre en los montes [Alfonso X, Libro de las cruces, 1259, CORDE] Vendemus uobis, nomnadamentre de la iugueria que fu de don Pedro Fradre, de la meatat, las duas partes [Monasterio de Otero, 1241, apud Mora 2011] seer uestro auer liure, a uitam et ad mortem, et seer nuestros uassallos liurementre [Monasterio de Otero, 1255, apud Mora 2011] Los 421 adverbios correspondientes al corpus base del siglo XIII se reparten básicamente en tres variantes, con -miente como la más frecuente, ya que se manifiesta en algo más de la mitad de todos los casos documentados: 55% (233/421), seguida de -mente: 22% (94/421), y de -mientre: 19% (79/421). El restante 4% (15 casos) se reparte entre -ment, -mient, -mjentre y -mjente, en proporciones de 1% o < 1%. La frecuencia de uso es sintomática de varios hechos importantes 23 Una de las razones de la escasa frecuencia del formativo adverbial -mentre es su homonimia con la variante mentre subordinador temporal de simultaneidad: “E mentre toleren esta concambia non an que veer nen que demandar en Pinça” (Monasterio de Otero, 1280-1285, apud Mora 2011). 24 No hemos considerado la graficación con i larga: j, como una variante distinta de la manifestación con i. 504 VARIANTES DEL FORMATIVO, GENERALIZACIÓN DE -MENTE 6.6.2 relativos a la evolución de los adverbios en -mente: uno, que la forma diptongada es sin duda la patrimonial del castellano, ya que si agrupamos las dos variantes diptongadas más frecuentes, -miente y -mientre, juntas arrojan 74% de adverbios escritos con diptongación, que llega a 76% de diptongación si añadimos las formas diptongadas y apocopadas -mient ~ -mjent. Dos, que el formativo carente de diptongo, -mente, siempre estuvo vivo en la lengua, y podría ser considerado una variante culta, dada la ausencia de diptongación, o una variante de influencia catalano-occitana, o ambas cosas simultáneamente (Company 2012a). Tres, que las variantes con apócope son bastante ajenas a los textos castellanos: 2% en total (10/421), no obstante que Menéndez Pidal (2005:418-419) habla del “arrollador avance de la apócope” en la segunda mitad del siglo X y durante el XI. Para las escasas documentaciones de -ment, -mient en el corpus habría que pensar bien en residuos en el siglo XIII de la moda de apocopar, bien en amanuenses o tradiciones textuales no castellanas, posiblemente catalanas o aragonesas, quizá en ambas razones. No es posible decir, con base en los datos del corpus, si las distintas manifestaciones del formativo -mente eran variantes fonéticas, morfofonémicas o simplemente gráficas, si en la oralidad se prefería alguna de ellas, si la elección de una frente a otras estaba motivada por cuestiones de registro o por orígenes dialectales del hablante o amanuense en cuestión. Pudiera ser una variación motivada por el peso de la tradición de determinados usus scribendi, esto es, las preferencias de autores y amanuenses por unas ciertas tradiciones gráficas, o por la cronología de los manuscritos en los que han pervivido las obras, pues no hay que pasar por alto el hecho sabido de que la gran mayoría de textos medievales tiene una tradición textual compleja con un acumulado cronológico de testimonios, muchos de los cuales son bastante tardíos. La elección de una variante vs. otra no parece estar condicionada por los adjetivos bases, ya que un mismo adjetivo puede aparecer con dos variantes en un mismo texto: primeramientre (GEI, 1.240) ~ primerament (GEI, 1.81), y porque dentro de un mismo texto, en un cambio de un folio a otro, e incluso dentro del mismo folio, puede haber adverbios con terminaciones distintas: firmemientre (Setenario, f. 21v, apud Fernández-Ordóñez 2004:401) ~ derechamiente (Setenario, f. 22r, apud Fernández-Ordóñez 2004:401), derechamiente... conplidamientre (Setenario, 119), lo cual parece ser indicativo, como ha señalado Fernández-Ordóñez (2004:390), de que en los scriptoria alfonsíes convivían amanuenses y colaboradores de muy diversos orígenes dialectales y de que en la elaboración de un texto intervenía más de una persona. Hay bastante variación al comparar los textos que integran el corpus del siglo XIII, tanto entre textos como en el interior de un texto: los DLE, texto no literario, registran todas las variantes que despliega -mente: con y sin separación gráfi505 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE ca, con y sin apócope, con y sin -r- intermedia, miente, mientre, mjentre, mente, mient, mjent, ment; tan amplia variación es, posiblemente, señal de que los DLE fueron elaborados por amanuenses diferentes, procedentes, como acabamos de señalar, de muy diversas zonas dialectales castellano-leonesas e, inclusive, no castellanas. Las obras alfonsíes varían bastante: por ejemplo, el Setenario emplea mayoritariamente miente con algunos testimonios de -mente y -mientre; la GEI prefiere mientre, aunque en menor proporción se documentan casi todas las otras variantes. No hemos encontrado variación entre los distintos testimonios de la GEI en cuanto a la selección del formativo; es decir, una vez elegido un adverbio con una determinada variante, no se altera en otros testimonios, señal de que todas las variantes eran familiares a los amanuenses. El Calila sólo tiene -mente y no hay variación entre los dos manuscritos que se conservan. En resumen, conjuntando obras literarias y no literarias, la terminación -miente seguida de -mente y -mientre son las variantes más empleadas en el primer siglo del corpus base. Es interesante señalar, no obstante, que se observa una cierta especialización léxica en la preferencia de ciertos adjetivos por determinadas variantes, una especie de rutinización en el modo de escribir estos adverbios en el siglo XIII, en cuanto que ciertos adjetivos parecen seleccionar siempre la misma variante, o, en otras palabras, no todos los adverbios se escriben de dos o más formas. Así, algunas representaciones gráficas recurrentes en este primer corte cronológico del corpus son: apartadamientre, ayuntadamente, comunalmente, (f)firmemientre, fuertemientre, juntamente, naturalmiente, nombradamientre, solamente. Estos adverbios no muestran variación gráfica en el corpus y todos tienen varias ocurrencias con la misma graficación.25 Un aspecto controvertido en la diacronía de estos adverbios es si se trata de una formación vulgar-popular, como sugieren algunos autores (Karlsson 1981:98; Pérez 2001-2002), o se trata de un cultismo (Company 2012a; Corominas 19801991:s.v. mente; también Karlsson 1981:46-48), quizá influido por el occitano, lengua de prestigio hasta el siglo XIV. La base de la discusión radica en la evolución fónica de la r tónica de mente: si se trata de una formación vulgar o popular, lo esperado es que siga la evolución propia de una e breve tónica latina, esto es, que diptongue; si es una formación culta y/o efecto de un contacto lingüístico, la e breve tónica no diptonga. Sólo en los siglos XIII y XIV es posible documentar alternancia entre diptongación y no diptongación, pero esa alternancia desaparece, se puede decir que 25 Una mera curiosidad, para la que por el momento no tenemos explicación alguna: bastantes formas que se escriben consistentemente en el corpus con el formativo -mientre tienen otra vibrante en el adjetivo: apartadamientre, firmemientre, fuertemientre, nombradamientre (véase infra §6.6.2.1). 506 VARIANTES DEL FORMATIVO, GENERALIZACIÓN DE -MENTE 6.6.2 drásticamente, ya en la segunda mitad del siglo XIV. El cuadro 1, construido con un corpus adicional para el siglo XIV (Company 2012a), muestra lo ya señalado de que la diptongación era mayoritaria, en una proporción de tres a uno, en el siglo XIII, pero que convivió con la forma no diptongada desde los inicios de la cohesión, fijación y consiguiente gramaticalización del constructo como adverbio. El cuadro 1 incluye tanto formas separadas como no separadas gráficamente: libre mente (DLE, 1270, 350.464), apartadamientre (GEI, 1.80), formas apocopadas y no apocopadas: complida mjent (DLE, 1278, 64.97), perfetamente (Calila, 91), cuanto formas con inclusión de -r- y sin ella: firme mjentre (DLE, 1288, 141.186), mesuradamiente (Setenario, 12.22), así como textos literarios y no literarios. Es decir, el cuadro 1 sólo controla diptongación vs. no diptongación, en cualquier manifestación de -mente en todos los géneros textuales. Cuadro 1 Diptongación o no de -mente en los siglos XIII y XIV XIII XIV Diptongación No diptongación 76% (321/421) < 1% (4/765) 24% (100/421) 99% (761/765) Para el siglo XIV, la no diptongación, como se observa en el cuadro 1, es casi categórica. El avance de la forma no diptongada debe interpretarse, creemos, como una retracción de la innovación popular diptongada y una generalización de la forma -mente, formalmente más próxima a la lengua madre y que puede ser considerada, como veremos, como un cultismo y/o un resultado de contacto lingüístico. No se trata de un cultismo genuino, ya que -mente experimentó la evolución fonética propia de la oralidad, la diptongación, sino de un cultismo peculiar, porque se trató, al parecer, de una rápida inhibición de la forma vernácula. Con el fin de obtener una mayor certeza en cuanto al carácter popular o culto, diptongado vs. no diptongado, respectivamente, en la formación de estos adverbios, hemos realizado una consulta en el CORDE para los siglos XIII, XIV y XV. Dado el universo de varios millones de palabras y la gran diversidad textual de este corpus electrónico, se pueden precisar los resultados obtenidos en el cuadro 1.26 Los resultados aparecen concentrados en el cuadro 2.27 26 Están eliminados de este conteo todos los casos de mientre, mjentre, mentre como subordinador temporal de simultaneidad, ejemplificados en la nota anterior. También están eliminados del conteo los pocos casos dudosos que existen en el corpus electrónico entre el nexo temporal y el formativo adverbial modal. 27 La rapidísima generalización del formativo -mente, en escasos cien años, como muestran los cuadros 1 y 2, pone en cuestionamiento dos de las propiedades aceptadas del cambio sintáctico-semántico: su gradualidad y lentitud. 507 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE Cuadro 2 Diptongación o no de -mente en el CORDE: siglos XIII-XV Diptongación XIII XIV XV 47% (4730/9960) 3% (1050/30365) 1% (800/89370) No diptongación 53% (5230/9960) 95% (29315/30365) 99% (88570/89370) El cuadro 2 corrobora lo manifestado en el cuadro 1: que la no diptongación se hizo casi categórica a partir del siglo XIV, y categórica en plenitud a partir del XV. Nos aporta además este cuadro una información mucho más interesante que el corpus base para apoyar la hipótesis de que los adverbios en -mente se gestaron y generalizaron como un cultismo peculiar de la lengua española. Puede verse que en el siglo XIII la diptongación, popular patrimonial, compite con la no diptongación, casi 50% en cada una de las columnas, pero que, incluso, hay una ligera mayoría de no diptongación: 53%. Es decir, la forma que refleja directamente el étimo latino, sin diptongación, que consideramos culta, es algo mayoritaria ya desde las primeras manifestaciones escritas en español; el cultismo, que ya asoma en el primer corte cronológico, se confirma con la generalización total de la forma no diptongada en los siguientes dos siglos. La rápida inhibición de la forma adverbial diptongada puede ser señal de un escaso arraigo de estos adverbios en la oralidad de aquel periodo (véase infra §6.7). Una interrogante de la diacronía del español es por qué se impuso en un lapso tan breve el formativo -mente. La pregunta requiere de una respuesta, más aún si tenemos en cuenta que las palabras con secuencia fónica -ent- parecen diptongar con bastante sistematicidad su r: diente, corriente, simiente, e incluso pueden diptongar cuando tienen una ë por naturaleza: hirviente < fervënte, habiente < habënte. Son varias las causas, internas y externas, que pueden haber motivado o coadyuvado a la retracción del formativo diptongado o popular y la rápida imposición del formativo carente de diptongación, cinco al menos (Company 2012a): a) inconsistencias del castellano, en varias zonas del léxico patrimonial, en cuanto a la diptongación de la r tónica latina; b) búsqueda de máxima diferenciación formal respecto del sufijo -miento; c) pérdida de apoyo paradigmático; d) contacto lingüístico en áreas castellano-leonesas con otras lenguas romances carentes de diptongación en estos adverbios, y e) posible gestación y mejor difusión de estos adverbios a través de un género textual culto dirigido a la élite social aristocrática medieval. Examinaremos ahora las cuatro primeras y la última en el siguiente apartado. 508 VARIANTES DEL FORMATIVO, GENERALIZACIÓN DE -MENTE 6.6.2 a) Inconsistencias en la diptongación. En primer lugar, está lejos de ser una regla que las voces patrimoniales del español hayan sistemáticamente diptongado la r y en sílaba tónica y hayan inhibido tal diptongación en entornos metafónicos de yod. Malkiel (1984a:76) denomina “resistance to diphthongization” al número no desdeñable de inconsistencias evolutivas, “erratic monopthongal reflexes”, de voces cuya r tónica, contra lo esperado, nunca diptongó, esprculu > espejo, rrgula > reja, aunque otras palabras con idéntico contorno fónico de yod sí diptongaron: srcula > siega.28 Para este autor, la evolución vernácula esperada “was blocked at crucial points by socio-educational pressures” (Malkiel 1984a:71). Asimismo, no habría que descartar, en opinión de este autor (Malkiel 1984a), la presión sistémica que debió ejercer la retracción de la diptongación de un cierto número de verbos, cuya forma usual medieval era con diptongo pero que posteriormente monoptongaron: traxieron > trajeron, dixieron > dijeron, vieda > veda, etcétera. b) Máxima diferenciación formal con -miento. La rápida imposición diacrónica y generalización de -mente pudo haber estado motivada, en opinión de Malkiel (1959:689), por un intento de “diferenciar máximamente” dos formas con gran parecido formal y semántico: mente > -miente y -mentu > -miento, y las dos con cierta proximidad en el estatus morfológico: cuasi afijo y afijo. Dado que -miento es el sufijo más productivo de la lengua española para formar abstractos deverbales, y que (casi) sistemáticamente diptongó (RAE-ASALE 2009:§5.4, 2010:§5.2.2): surgimiento, casamiento, arrepentimiento, ablandamiento, habría presionado a -miente en su desarrollo fónico, eliminándolo, y favoreciendo la generalización del culto -mente. Un aspecto clave en la argumentación de Malkiel (1959) es que además del parecido formal y de la proximidad semántica, la evolución del latino mente > -miente hacia un sufijo o elemento compositivo habría aproximado morfológicamente -miente y -miento, de manera que en un intento por obtener una máxima diferenciación estructural se habría producido una retracción de la forma patrimonial -miente a favor de la culta -mente, tal como confirman los cuadros 1 y 2 arriba. Es decir, grosso modo, la inhibición de -miente y correspondiente extensión de -mente evitaron una aproximación de cuasi homónimos.29 28 Malkiel (1984a, 1984b) descarta, por inconsistente, la influencia metafónica de yod como una explicación para la inhibición de la diptongación, que, como se sabe, es una explicación tradicional en la gramática histórica española desde el Manual de gramática histórica española de Menéndez Pidal (1904/1940). 29 Este argumento es algo débil y debiera ser afinado, lo cual excede los límites y objetivos de este trabajo, porque muchos deverbales en -miento tienen una primera documentación en el CORDE posterior al periodo de vitalidad de -miente: por ejemplo, surgimiento tiene sus primeros testimonios en el siglo XX, casamiento y ablandamiento son del XV, arrepentimiento es efectivamente del XIII, etc. Para confirmar la hipótesis de Malkiel (1959), que es en cierta manera también la de Karlsson (1981:cap. 2), habría que buscar en el siglo XIII ejemplos de -miente con un vocablo deverbal en -miento en contextos cercanos y habría que buscar -mient < mente y -mient < -mentu, de manera que pudiéramos confirmar la presunta relación de ambas formas. 509 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE La explicación de Malkiel parece apoyada por la opinión de Menéndez Pidal (2005:527) de que en el periodo alfonsí el sufijo -miento “adquiere una vitalidad extraordinaria”. Estamos ante otra paradoja en la evolución de estos adverbios: por una parte, el sufijo latino -mentu habría propiciado en los orígenes la imposición de mente sobre otras voces latinas de significado modal (véase supra §6.4.2), pero también la evolución normal de -mentu > -miento habría inhibido posteriormente la evolución fónica esperada vernácula de -mente > -miente. c) Pérdida de apoyo paradigmático. En tercer lugar, la práctica desaparición o pérdida de constructos verbonominales frecuentes en el español medieval, que contenían el sustantivo diptongado miente: parar mientes, tener en miente(s), venir en miente(s), debió restar apoyo paradigmático a la pervivencia del formativo diptongado del adverbio de manera.30 El empleo de miente(s) en estos constructos puede ser considerado como un vínculo entre la forma libre mente, con estatus de palabra, y el formativo adverbial -mente. En efecto, miente en esos constructos verbonominales es, sin duda, un sustantivo pero ha sufrido una lexicalización y carece, por tanto, de las propiedades de una palabra léxica plena, tales como movilidad posicional, capacidad de cuantificación, capacidad de modificación y expansión, capacidad de ser pronominalizada, etc., por todo lo cual, el constructo verbonominal tiene un significado global y no composicional. d) Contacto lingüístico. La forma no diptongada se puede haber impuesto debido a una situación de contacto cultural, con el consecuente bilingüismo o multilinguismo, entre el castellano y otras lenguas romances que formaron estos adverbios sin diptongo, particularmente el occitano y el catalán, sin descartar la gestación o influencia aragonesa o navarra de textos de amplia difusión en Castilla, como el Libro de Apolonio o el Vidal Mayor (Malkiel 1959), por citar sólo dos casos. Como han mostrado varios historiadores (Martínez Sopena 2004; Ruiz de la Peña 2000), la presencia de occitanos, catalanes y franceses, conocidos todos ellos como francos, fue muy importante, y persistente, en tierras de Castilla y León a lo largo de la Edad Media, tanto a través del camino de Santiago, como en villas y ciudades más alejadas del Camino, donde los francos ejercían los más diversos oficios, como en las diversas cortes, especialmente en la de Alfonso X, en que gozaban de una influencia cultural importante y muy variada (Valdeón 2003:79-82). Asimismo, varios lingüistas han defendido el carácter ultrapireinaico y catalán del formativo -mente de estos adverbios (Karlsson 1981:91-92 y referencias ahí citadas), el carácter no genuinamente castellano 30 Aunque otra interpretación posible sería justamente la contraria: que la generalización del formativo adverbial no diptongado pudo haber contribuido a la pérdida de los constructos verbo-nominales que contenían el sustantivo miente. La cronología relativa de la generalización de -mente y la pérdida de los constructos verbo-nominales con miente es un tema que excede los objetivos de este trabajo. 510 EL “MISTERIO” DE LA -R- 6.6.2.1 de la no diptongación de la r tónica en algunas voces patrimoniales (Malkiel 1984a:72, 1984b) y la inexistencia de una “unificación normativa suprarregional” en el periodo alfonsí (Sánchez-Prieto 2004:427). Si existe un bilingüismo o plurilingüismo activo, como parece ser que existía en la Castilla y León medievales del siglo XIII, las lenguas pueden prestarse formas y construcciones en cualquiera de los niveles de lengua, siempre y cuando la lengua meta tenga las condiciones estructurales para recibir o activar el fenómeno en cuestión. El castellano poseía adverbios de manera formados con el sustantivo mente y, por lo tanto, tenía las condiciones estructurales para generalizar la forma -mente e inhibir la patrimonial diptongada. Dado que la variante sin diptongar está presente en el castellano de todas las épocas, y es la única que se registra en los textos latino-medievales (Pérez 2001-2002), creemos que no es posible hablar de manera estricta de un préstamo lingüístico, sino posiblemente de reactivación de una forma ya existente a partir del intenso contacto cultural con los hablantes de otras lenguas romances, en particular iberorromances orientales. 6.6.2.1. El “misterio” de la -rDesde las primeras manifestaciones de la lengua española y a lo largo de todo el siglo XIII se documentan con una frecuencia no desdeñable las variantes -mientre y -mentre que exhiben una -r- antietimológica (18). El conocido inicio del Cid contiene justamente una de estas variantes con -r- (18a), y en las Glosas silenses y Emilianenses hay paráfrasis varias con mientre: buena mientre (Emil., 58), munda mientre (Sil., 20) (Menéndez Pidal 1926/1950:370). En la documentación notarial del siglo XII son bastante comunes. En el corpus no hay variantes con -r- después del siglo XIII, de manera que la desaparición de la vibrante coincide cronológicamente, en lo esencial, con la generalización de -mente y la inhibición de las variantes con diptongo. En (18b) y (18c) se ejemplifican estas variantes con vibrante con y sin diptongo, respectivamente. (18) a. b. De los sos oios tan fuerte mientre lorando [Cid, 1] E los sabidores de las tierras, veyendo cómo estas dos fuentes se ayuntavan allí e cómo de las aguas de amas ayuntadas en uno egualmientre se fazié un río, tomaron estos dos nombres [GEI, 1.256] uendo... a uos el conuentu desmismo logar, aquel mio proprio solar que yo he en Touera, nombrada mjentre el de Enbith [DLE, 1270, 62.92] assi Ssant Iohán cató derechamiente a Ihesu Cristo,... e mostrólo más conplidamientre que los otros [Setenario, 119.17] 511 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE c. Est Iosep uiene dreita mentre del lignage de Sancta Maria & era so cormano [Anónimo, Liber regum, 1190-1211, CORDE] Et esto sera comunal mentre por todos los logares, por los llanos & por los montes [Alfonso X, Libro de las cruces, 1259, CORDE] Además del español medieval, otras lenguas romances exhiben una vibrante en el adverbio de modo o manera con -mente: friulano stupidamientri; francés antiguo nuitantre pero francés actual nuitamment; antiguo rumano aimintre que convive con alminte; también algunos dialectos de Italia: veneciano, padovano, veronés, tienen vibrante (Meyer-Lübke 1890-1906/1974:II.690-692). Ninguna lengua iberorromance, con excepción del español, muestra -r- en este formativo adverbial. El origen de esta vibrante en el formativo -mente puede ser calificado de un “misterio”, porque no es nada claro, en nuestra opinión, de dónde proviene. En la bibliografía especializada, es general una explicación consistente en considerar que la -r- del formativo adverbial -mientre es una extensión analógica o contaminación a partir del adverbio temporal mientra(s) / m(i)entre < dum interim. Esta explicación fue formulada originalmente por Meyer-Lübke (1890-1906/1974:II.692), quien postula una extensión analógica y contaminación a partir de la -r- etimológica que contiene la locución adverbial temporal latina dum interim > domientre / demientre > mientre. Ha sido seguida por prácticamente todos los autores que se han acercado al tema con ligeras variaciones (Hanssen 1913:265; Karlsson 1981:88; Lausberg 1962/1966:151; Penny 1993/2006:277).31 Por su parte, Menéndez Pidal fluctúa en la explicación de esta -r- antietimológica: en (1926/1950:369) aporta una explicación complementaria de la de Meyer-Lübke, también de base analógica pero ligeramente distinta: la variante mientre sería una analogía sólo con interim, a partir de documentaciones del tipo ta mientre (Glosas silenses, 226) < lat. tam interim; yr se nos ha aguisando tan de mientre la yantar (Alexandre, 2512d), pero la denomina “r epentética”, lo cual parece apuntar a una explicación estrictamente fonética; en cambio en su obra Cantar de mio Cid (1944-1945:I.296) sigue la explicación tradicional analógica de Meyer-Lübke: “la -r- de domientre, mientra se propaga a los adverbios compuestos con mente, mientre”. Existen dos explicaciones alternas a la analógica. Una de ellas es la planteada por la RAE-ASALE (2009:§7.14b): -mientre procedería de una forma hipotética *-menter, resultado de la fusión de la forma latina mente más el sufijo latino - ter. La otra ha sido planteada recientemente por Mora (2011): -mientre sería resultado de una fusión de las voces latinas inter / interim con mente, *interimmente; inter e interim dan en español entre, a esta se añadió el formativo -mente, 31 Para una revisión de autores que siguen esta explicación analógica, cf. Mora (2011). 512 EL “MISTERIO” DE LA -R- 6.6.2.1 de ahí la forma entremente documentada en gallego, y a partir de esta fusión la vibrante de entre se contagiaría al segundo formativo: entremientre, forma también documentada en asturiano y gallego, y de ahí se habría producido la elipsis de entre, dando lugar a mientre, con amplios testimonios en el siglo XIII, tanto como adverbio y conjunción temporal como formativo de adverbios de modo. La explicación analógica, cualquiera sea el matiz, es, a nuestro modo de ver, casi insostenible porque no existe afinidad ni semántica ni distribucional entre el adverbio modal en -mente y el adverbio temporal de simultaneidad mientras ni entre aquel e interim. A pesar de que todas esas formas pueden ser incluidas en la clase adverbio, y el requisito de equivalencia funcional se cumple —requisito que, como se sabe, es necesario para que opere una analogía—, no nos parece posible sostener la contaminación de (dum) interim hacia mientre por la enorme distancia de significado y distribución entre estas formas. Tampoco nos parece muy convincente la explicación a partir de una forma reconstruida, porque -iter no tenía tanta productividad ni en el latín ni en el español como para convertirse en modelo de otras formaciones. Tampoco nos convence la explicación a partir de una fusión de inter / interim y mente, tanto porque todos los ejemplos de mientre(s) sin base adjetiva que registra Mora (2011) tienen valor temporal, como porque tampoco encontramos el vínculo semántico posible entre inter / interim y la modalidad. La -r- antietimológica puede ser explicada, en nuestra opinión, con argumentos estrictamente fonéticos, sin necesidad de recurrir a una poco convincente analogía. Hay evidencias múltiples en la tipología de las lenguas romances, además de que debe ser tomada en cuenta la propia naturaleza articulatoria de la vibrante. Desde la tipología, es un hecho bien conocido que la vibrante simple es fonéticamente inestable en muchas lenguas. a) En primer lugar, con mucha frecuencia hace metátesis: latín quattor > español cuatro; cocreta (por croqueta) está generalizada en buena parte del español peninsular, Grabiel (por Gabriel) es general en el habla popular de toda la lengua española. b) En segundo lugar, la -r- aparece replicada ya desde el latín: proprio < lat. proprius, forma común en el español antiguo, literario y no literario, que se mantiene como pronunciación popular hasta la fecha en algunos dialectos. c) En tercer lugar, con frecuencia se cambia la sonorante vibrante por la sonorante lateral, l, en posición de coda o cierre silábico, cambio conocido en filología tradicional como trueque de líquidas: mardad ‘maldad’, arma ‘alma’ en dialectos de base andaluzante. d) En cuarto lugar, en otras lenguas romances, la vibrante también muestra inestabilidad fónica: por ejemplo, trueque de sonorantes respecto del étimo latino en portugués: obrigado, cumprimento, algures, o posición antietimológica, como la denominada -r- repercutida en catalán (Pérez-Saldanya comunicación personal): fraire, cartró, murtra, junto al estándar cartó y murta, o puede desaparecer respecto 513 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE del étimo, como en catalán alfábega, forma preferida por alfábrega, o puede aparecer antietimológicamente, como bacallar por bacallá, veurer por veure en el catalán de la zona valenciana (Babiloni 2002:283-284), o la presencia / ausencia de -r- puede crear dobletes léxicos, como el catalán orde ‘grupo de personas’ vs. ordre ‘disposición regular’. Veamos la naturaleza articulatoria de la vibrante. En primer lugar, no debe ser pasado por alto el hecho de que existen documentaciones de sustantivos y preposiciones además de otros adverbios con -r- antietimológica y con la misma pauta fónica que -mientre, lo cual, en nuestra opinión, hace insostenible la explicación analógica para el adverbio. En efecto, en el español medieval se pueden documentar los adverbios algodre < lat. ali unde,32 alguandre < lat. ali quando, alquantre < lat. aliquando, y alubre, aljubre < lat. aliubi; algunos sustantivos exhiben una -r- antietimológica en español: estrella < stella; rastrojo < resticulu; stibiu > estribo; las voces diantre y demontre, de etimología y categoría incierta (Corominas 1980-1991:s.v. demonio), también despliegan una -r- agrupada en la misma pauta silábica que -mientre ~ -mentre. También en otras lenguas romances hay -r- antietimológica: occitano alhondre < lat. ali unde; friulano dontri al lado de dond < lat. de unde; seontri que convive junto a seond < lat. secundum, etc. (Menéndez Pidal 1926/1950:369, 1944-1945:I.296; Meyer-Lübke 1890-1906/1974:II.692). En segundo lugar, la gran mayoría de los ejemplos anteriores así como el formativo adverbial -mientre ~ -mentre muestran una -r- antietimológica en idéntica secuencia fónica: dental + vibrante, y ello es fundamental y no se debe al azar. La vibrante simple está en posición interna de cabeza silábica ramificada o, de otra manera, es el miembro interno del grupo consonántico de cabeza o arranque de sílaba. El subsistema de las sonorantes es esencialmente consonántico, esto es, las sonantes son consonantes; en el caso de la vibrante, esta tiene una articulación no marcada apical-alveolar, ya que el articulador es el ápice de la lengua; tal articulación apical presupone, articulatoriamente, una consonante de tipo oclusivo apical, básicamente una dental (Valiñas comunicación personal). En las secuencias -tr- y -dr- de las formas anteriores, la epéntesis de -r- es normal y no marcada por la afinidad articulatoria apical de dentales y vibrantes. Con la epéntesis de -r-, se pondría de relieve el rasgo apical de la oclusiva, con la cual la vibrante simple forma una unidad silábica como si fuera, casi, un único movimiento articulatorio: -tr-. 32 Las formas adverbiales con epéntesis de -r- debían ser comunes e incluso cotidianas en el primitivo castellano, como parece sugerir el hecho de que en las Glosas silenses (número 235) aparece justamente el adverbio algodre como paráfrasis o traducción de un ablativo latino: in occasione = algodre (Menéndez Pidal 1926/1950:20). 514 “PÉRDIDA” Y “REAPARICIÓN” DEL SUSTANTIVO MENTE 6.6.3 6.6.3. “Pérdida” y “reaparición” del sustantivo pleno mente Una característica de los procesos de gramaticalización es que la forma etimológica y la forma innovadora suelen convivir por siglos bajo un mismo exponente formal, propiedad que es conocida, como dijimos, como acumulación o estratificación (Company 2003, 2012b; Hopper 1991). De acuerdo con esta propiedad del cambio lingüístico, lo esperado sería que mente, sustantivo pleno, se documentara al lado del formativo adverbial -mente en todos los periodos del español. Sin embargo, la gramaticalización de los adverbios en -mente parece sustraerse a tal característica. En efecto, a lo largo del español medieval es prácticamente inexistente el sustantivo pleno mente o el sustantivo apocopado ment. No lo documentamos en el corpus base y tampoco lo registra el CORDE en una búsqueda muy detallada de los siglos XII-XIV. El CORDE registra sólo dos casos, del siglo XIII, ambos pertenecientes a la Historia troyana y ambos muy dudosos por la deturpación del texto y la dificultad del contexto, como se aprecia en (19a). En cambio, sí se documenta con facilidad como sustantivo pleno la forma diptongada miente (19b). La función y significado de sustantivo pleno de miente vienen apoyados en los ejemplos por el empleo del artículo o de otros modificadores, la miente, y por el contexto mismo: la miente del mi cuerpo, la miente de los omnes, en ocasiones con contrastes semánticos explícitos que apoyan la interpretación de significado de parte del cuerpo: espíritu vs. miente, coraçón vs. miente, etc. En el siglo XIV, el CORDE tampoco registra el sustantivo pleno mente, sí miente. Entrado el siglo XV, empieza a haber abundantes testimonios del sustantivo pleno mente, como se muestra en (19c), y desde entonces se mantiene el sustantivo mente hasta el día de hoy (19d). Estamos ante una “misteriosa” desaparición y reaparición del sustantivo mente y ante una cierta anomalía del proceso de gramaticalización: en el latín medieval hay mente como sustantivo parte del cuerpo, como se vio en el ejemplo de (12a) arriba, desaparece en textos castellanos medievales y reaparece en el siglo XV. (19) a. b. buscar sy non onrra ca algunos... yr de aqui que nos mostraran... quier que andodiermos mas... la mente alla tornardes... redes que yo librare a Troylo [Anónimo, Historia troyana, ca. 1270, CORDE] Gente mala, / mala gente / non vos sala / ya de mente / se quiera la vuestra vida [Anónimo, Historia troyana, ca. 1270, CORDE] Mas la miente del mio cuerpo sin entendimiento es de las cosas que digo [Anónimo, Epístola a los corintios, ca. 1270, CORDE] Ca si yo orare en las lenguas, el mio spiritu ora, mas la miente sin fructo es [Anónimo, Epístola a los corintios, ca. 1270, CORDE] 515 6.6 ADVERBIOS EN -MENTE c. d. dare mis leyes en la miente dellos; sobre escreuir las he en los coraçones dellos [Anónimo, Nuevo testamento, ca. 1260, CORDE] lo que se non faze por el muy flaco demudamiento de la miente de los omnes [Alfonso X, General estoria. Cuarta parte, ca. 1280, CORDE] E no se faga lo contrario, que assi procede de la mente nuestra, y queremos se faga y cumpla por vos [Anónimo, Orden del rey, 1498, CORDE] cayeron en grandes engaños del enemigo con maginaçiones, con la flaqueza de la mente [Álvarez Gato, Obras, ca. 1465-1495, CORDE] Su mente se concentró en aquel aciago jueves en que ocurrió algo extraño en Mérida [Península, 140] Me alegra, y lo sabes, que estés con la mente puesta en doctorarte El sustantivo pleno miente nos confirma que la diptongación fue la evolución patrimonial o vernácula del latino mrns-mrntis, tanto en su categoría léxica etimológica como morfologizado en formativo de un adverbio, y que la forma mente, sustantivo y morfema, fue una generalización posterior, cuya explicación es bastante compleja, como ya hemos expuesto. En efecto, en el español medieval es muy común el sustantivo miente(s), más frecuente en plural, pero nunca mente(s), en constructos verbonominales altamente lexicalizados (20), ya que siempre son unos mismos verbos: parar mientes, meter mientes, venir en miente(s), tener en miente(s). El sustantivo, como ya dijimos (véase supra §6.6.2), ha perdido capacidad de tomar modificadores, ha perdido movilidad posicional puesto que siempre va pospuesto al verbo, ha perdido posibilidad de pronominalización, son frases hechas, y es el constructo todo y no sólo el verbo el que toma régimen. Algunos de estos constructos llegan con plena productividad hasta el siglo XVII y aún después. Permanecen algunos de ellos hasta la fecha en lengua literaria, aunque se perciben como anticuados y afectados.33 El hecho de que se haya lexicalizado miente(s) y nunca *mente en estos constructos verbonominales es prueba de la antigüedad de la formación de estos constructos y es otra prueba más de que la diptongación fue la evolución patrimonial para el sustantivo latino mente y para su morfema cognado -mente. (20) Parando mientes en las cosas puede el omne retraer buenos enxiemplos [Anónimo, Libro de los buenos proverbios, ca. 1250, CORDE] 33 Se mantiene parar mientes en el español de hispanohablantes emigrados a Estados Unidos, en la zona de Los Ángeles y de la costa oeste, desconocemos si se emplea en otras zonas: “anda parando mientes el bato ese” ‘ese tipo está esperando que pase algo’ (comunicación personal de un alumno en un curso impartido en Estados Unidos), pero no se conserva el constructo en el español de países con gran cantidad de migrantes a Estados Unidos, como es el caso de México. 516 “PÉRDIDA” Y “REAPARICIÓN” DEL SUSTANTIVO MENTE 6.6.3 & paro mientes en otra cosa el rey de Jherusalem [Anónimo, Gran conquista de ultramar, 1293, CORDE] ¿qué es lo que me dexistes el otro día que queríades fablar..., que no se me vino en mientes por la gran priessa que teníamos? [Anónimo, Zifar, 1300-1305, CORDE] Los datos del CORDE y del Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española (NTLLE) son reveladores del rápido decremento de estos constructos verbonominales. Para el siglo XIII, el CORDE documenta 695 casos de parar miente(s), en cualquiera de las formas flexivas de parar, en 43 documentos, mientras que en el siglo XV hay 897 casos en 113 documentos; es decir, en el siglo XIII hay un promedio de 16 constructos verbonominales por cada documento, en el siglo XV se reduce su documentación a la mitad, algo menos de ocho constructos por documento; todavía se documenta en el siglo XX, aunque está prácticamente desaparecido: 104 casos en 68 documentos, que arroja un promedio de 0.6 por documento. Respecto del constructo venir en miente(s), en cualquiera de las formas flexivas del verbo venir, el CORDE sólo tiene ya 16 casos en el siglo XVI. Por su parte, el NTLLE, corrobora la pérdida de estos constructos. El Diccionario de Autoridades (RAE 1726-1739/1990:s.v. mente) indica que miente(s) es “una voz muy usada en lo antiguo”, y el Diccionario de la Academia usual, de 1783 (RAE en línea:s.v. mente), caracteriza miente como voz poco usada, con la marca “p.u.”. En resumen, al debilitarse el empleo de estos constructos verbonominales, la forma diptongada perdió apoyo en el sistema y quedó libre el camino para la completa reinserción del sustantivo pleno mente. La “reaparición” del sustantivo pleno mente en el siglo XV puede ser considerada como un cultismo, reintroducido posiblemente por el gusto latinizante de los autores de ese periodo, que pasaría posteriormente a la lengua oral y permanecería desde luego a partir de entonces en la lengua general. Sin embargo, en el uso real de la lengua, el sustantivo mente es muchísimo menos frecuente que los adverbios de él derivados. Por ejemplo, en el español del último tercio del siglo XX, en El habla de la ciudad de México, hay 1105 adverbios en -mente frente a sólo 15 documentaciones del sustantivo pleno mente (Serrano 2012), señal de la productividad de aquellos y el escaso empleo de este.34 Los diccionarios proporcionan cierta evidencia interesante sobre la aparente vitalidad del sustantivo mente. Covarrubias (1611/2006:s.v. mente) en su Tesoro 34 La mayor produtividad del adverbio frente al sustantivo y la base semántica común queda demostrada en ocasiones en el discurso publicitario que juega con la doble adscripción categorial, nominal y adverbial, de la palabra mente: “Indiscutible / mente / competitiva” (México, anuncio de una universidad para atraer nuevas inscripciones), con las tres palabras del anuncio alineadas en vertical. 517 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE registra el formativo de adverbios: “es un adverbio que se halla en composición con todos los adjetivos”, pero no menciona el sustantivo mente, aunque sí recoge el adjetivo mental: “cosa que pertenece a la mente y al alma”. En el Léxico histórico del español de México, que comprende documentos del Altiplano Central de México a lo largo de todo el virreinato de la Nueva España: 1525-1816 (Company y Melis 2002), no se documenta ni un solo sustantivo mente, pero sí numerosos adverbios en -mente escritos tanto en una sola palabra, que es lo más frecuente, como separados la base adjetiva y el formativo -mente. Algo más de 100 años después del Tesoro de Covarrubias, el Diccionario de Autoridades (RAE 1726-1739/1990:s.v. mente) registra el sustantivo mente y da como primera acepción los significados de ‘entendimiento’, ‘inteligencia’ y ‘sentido’. A partir de Autoridades, todas las ediciones del Diccionario de la lengua española (RAE en línea:s.v. mente) traen el artículo lexicográfico mente para el sustantivo pleno. Los diccionarios y gramáticas consignados por Nieto y Alvar (2007:s.vv. mente, miente) registran la voz miente sin solución de continuidad hasta el siglo XVIII pero la voz mente sólo aparece documentada en algunas obras desde inicios del siglo XVII. El diccionario Redes (Bosque dir. 2004:s.v. mente) del español actual da numerosas combinaciones de este sustantivo con muy diversos adjetivos y tipos de verbos, además de que tiene derivados en muy diversas categorías: mentar, mental, mentalidad, mentalizar(se), mentada (de madre), todo lo cual indica la productividad del sustantivo mente en el español de hoy, aunque el sustantivo sea de empleo real escaso comparado con su reflejo adverbial. 6.7. LA PRODUCTIVIDAD DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE Y SU CONDICIONAMIENTO TEXTUAL 6.7.1. Frecuencia general de empleo Los adverbios en -mente experimentan en su diacronía, al menos en el corpus base, un ligero aumento de frecuencia, como se observa en el cuadro 3 abajo. El aumento en la frecuencia de empleo es un síntoma de que estos adverbios son resultado de una gramaticalización, aunque, como veremos, el aumento frecuencial, si bien es cierto, debe ser evaluado con bastante precaución. La relación entre mayor frecuencia de empleo y gramaticalización se debe a que cuando una forma se gramaticaliza suele adquirir mayor productividad porque la forma se vuelve progresivamente menos dependiente del contexto circundante o, en otras palabras, el contexto originario se hace prescindible, de manera que la forma empieza a aparecer en contextos más diversos, pierde, por lo tanto, privilegios de 518 6.7.1 FRECUENCIA GENERAL DE EMPLEO ocurrencia de la distribución originaria, y gana en abstracción y en significado más gramatical (Company 2012b; Kroch 1989). El cuadro 3 está construido con el total de adverbios en -mente, cualquiera sea su significado o función. Muestra el número total de adverbios fichados, el universo de palabras sobre el que están extraídas esas documentaciones en cada corte cronológico, la frecuencia de empleo por palabras y la proporción que supone el empleo de adverbios en -mente en cada uno de los periodos analizados. Cuadro 3 Frecuencia y proporción diacrónica de adverbios en -mente XIII XV XVII XIX XXI Total adverbios Universo palabras Frecuencia Proporción 421 525 780 699 657 206 527 180 487 218 328 229 493 200 927 1 c. 491 pal. 1 c. 344 1 c. 280 1 c. 328 1 c. 305 .0020385 .0029088 .0035726 .0030458 .0032698 Comparado el siglo XIII con el XXI, primero y último corte cronológico del corpus, respectivamente, hay un aumento de adverbios: 1 cada 491 palabras en el siglo XIII, 1 cada 305 en el XXI; la proporción, lógicamente, aumenta: .0020 > .0032, pero en la diacronía el incremento no es constante. El progresivo menor intervalo en la frecuencia de adverbios por cantidad de palabras, tercera columna, indica que hubo un aumento sostenido del primer corte cronológico al tercero, ya que se estrecha el intervalo de aparición de adverbios en -mente en el universo de palabras: 1 adverbio cada 491 palabras en el siglo XIII > 1 cada 344 en el XV > 1 cada 280 en el XVII, sin embargo, a partir de este siglo se detiene el avance y decrementa la frecuencia. Hay algunos aumentos de frecuencia asociados a voces específicas, por ejemplo, el adverbio juntamente aumenta en el corpus a partir del siglo XVII —posiblemente antes, ya en textos del XVI— porque desplaza a las locuciones adverbiales medievales en uno, de so uno, de consuno, todas con un significado referencial similar al del adverbio; otros adverbios aumentan porque se generalizan a expensas de sus cognados, tal es el caso de comúnmente que desplaza al usual medieval comunalmente, que equivalía a los actuales comúnmente y juntamente (→ Capítulo 9), pero en líneas generales no es posible hablar de un incremento sostenido. Por lo tanto, sí hubo gramaticalización inicial, sí hubo un aumento de frecuencia, pero no es un aumento de frecuencia a lo largo de la diacronía del español; está más bien vinculada a adverbios particulares. El vaivén incremento-decremento frecuencial 519 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE del cuadro 3 podría interpretarse como un aumento de frecuencia truncado o, más posiblemente, una estabilización de la frecuencia. El corpus parece indicar que, al menos a primera vista, sí se produjo un incremento en la frecuencia de empleo de estos adverbios a lo largo de la diacronía del español, pero este aumento plantea el problema de si debe ser interpretado como un verdadero cambio en la lengua. La información estadística que nos aporta la cuarta columna de proporciones permite hacer las siguientes precisiones: a) confirman un incremento gradual tenue, porque las diferencias entre proporciones son muy pequeñas, pero sostenido hasta el siglo XVII: .0020 > .0029 > .0035; un retroceso a partir del Siglo de Oro, ya que el siglo XIX arroja una proporción de .0030, que se mantiene prácticamente igual en el XXI: .0032. b) El siglo XVII desvirtúa la diacronía general de los adverbios en -mente, ya que pareciera que estas formas incrementaron mucho su frecuencia desde el primer corte, siglo XIII, hasta el Siglo de Oro, pero en realidad este siglo es un pico que distorsiona el hecho estadístico de que la generalización de frecuencia es sólo significativa en el lapso del XIII al XV: .0020 > .0029, y a partir de ese siglo puede decirse que es una frecuencia estable o hay esencial continuidad cuantitativa en los adverbios en -mente: XV: .0029 > XIX: .0030 > XXI: .0032, ya que el aumento del siglo XV al XIX y de este al XXI no es estadísticamente significativo (Company 2011). c) Unas proporciones tan escuetas, con tres decimales (.00...), aunque tengamos un corpus de algo más de 3 000 datos con un universo global muestreado de más de un millón de palabras, obligan a tomar con precaución lo que a primera vista parece ser un cambio diacrónico en la lengua, ya que podemos estar ante una simple correlación cronológica de hechos y no ante una causación diacrónica de aumento de frecuencia que responda a una verdadera generalización de los adverbios en -mente. 6.7.2. Productividad en léxico y productividad en uso Relacionado con el aumento de frecuencia analizado en el apartado anterior está el aumento de productividad. Los trabajos especializados, teóricos y descriptivos, sobre adverbios en -mente en español coinciden en señalar que estos adverbios son un ejemplo paradigmático de cómo se crea una “nueva” forma en la lengua, ya que no sólo sufrieron una gramaticalización ortodoxa y llegaron a la univerbación, sino que, como consecuencia de su gramaticalización, aumentaron su productividad, al punto de que en el español actual el formativo -mente es muy productivo porque se afija a casi cualquier tipo de adjetivos (Egea 1979:cap.4, 1993; García-Page 1993; Kaul 2002:cap.3; RAE-ASALE 2009:§7.14, 2010:§7.6.2, entre muchos otros). 520 PRODUCTIVIDAD EN LÉXICO Y USO 6.7.2 Los ejemplos de (21) abajo apoyan la idea de que aumentaron su productividad y que, con respecto al latín y al español medieval, se flexibilizaron las bases adjetivas capaces de construir adverbios en -mente. Pueden documentarse en el español actual adverbios en -mente con diversos tipos de bases: con adjetivos gentilicios (21a), con adjetivos neológicos (21b), en la poesía se crean adverbios con adjetivos de color, de forma y de relación (21c), que son casi los únicos que, acorde con las gramáticas, están impedidos de crear adverbios en -mente en el español, además de que en textos que buscan ciertos efectos discursivos, publicitarios, irónicos, enfáticos, etc., puede construirse con bases no adjetivas (21d). Serían, en resumen, los adverbios en -mente un caso ejemplar teórico de gramaticalización y adquisición de productividad. (21) a. b. c. d. A veces lo normal puede ser extraordinario; Estrella Damm mediterráneamente [España, anuncio en TV] y lo peor que caracterizaba el ser-en-el-mundo de Isabel era la precompresión del ser santanderinamente dado ante sus ojos [Allende, Casa, 2004, Chile, CREA] el interno A.U.P. presenta una evolución no favorable y un pronóstico comportalmente reservado [Proceso, 06-2011] que en las tinieblas azulmente crece [Miguel Hernández, apud García-Page 1993:313] vela cóncavamente sobre el titánico esfuerzo [Alexandre, apud García-Page 1993:313] La verdad, yo eso nuncamente lo haría porque ahora me dueles dentramente [Murciano, apud García-Page 1993:313] Hemos hecho todos los trámites necesarios desde hace tiempo, pero sin embargamente seguimos esperando una respuesta tiene unas ideas pocamadremente teóricas pero sin aplicación alguna Sindudamente, me merecía esa calificación Ipsofactamente, jefa, no se preocupe, ahorita lo hacemos y creo que últimadamadremente estar bien y sentirte bien es tu decisión y nadie te puede quitar eso [El Universal, suplemento cultural Día 7, 10-07-2011] Tan pepisánchez ya, tan ellamente [Montesinos, apud García-Page 1993:313] El primer punto que debemos tomar en cuenta es que no es lo mismo productividad que frecuencia de empleo (L. Bauer 2001:48): es innegable que el 521 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE formativo -mente es productivo porque puede construirse con numerosos adjetivos, pero la frecuencia de uso del adverbio en el corpus dista de ser realmente productiva y nos hace cuestionar en qué sentido debe ser considerada la noción de ‘productividad’. Ejemplos como los de (21) nunca se documentan en el corpus base del análisis; es decir, ninguno de los 3 082 adverbios recabados en los cinco cortes cronológicos es tan “exótico” como los de (21); no hay en el corpus base ni adverbios de color ni de forma, no hay adverbios afijados a bases no adjetivas, etc. Por lo tanto, la productividad en cuanto a la diversificación léxica de bases adjetivas y a la diversificación categorial de las bases posibles es muy limitada porque no se documentan en el corpus base, aunque, por otro lado, esa productividad parece una posibilidad real de la lengua, como confirman los ejemplos de (21). En el corpus no se observa realmente generalización alguna de bases adjetivas; se aprecian cambios en los tipos de adjetivos, ya que desaparecen o, mejor, dejan de documentarse algunos adjetivos y se documentan otros nuevos según las épocas, pero este vaivén de aparente creación y pérdida léxica puede deberse a modas de uso, modas léxicas y modas literarias condicionadas por los soportes textuales y por las diversas temáticas que conforman el corpus. Respecto a la aducida productividad de los adverbios en -mente, los datos del corpus proporcionan una evidencia muy interesante, a saber, que se trata de una falsa o engañosa productividad, ya que en el sistema se documentan, en efecto, muchos adverbios léxicamente distintos, pero en el uso real sólo unas pocas bases adjetivas tienen una frecuencia de empleo significativa, las cuales, además se repiten una y otra vez para formar los mismos adverbios. La falsa productividad es una constante de esta área de la gramática, ya que se constata tanto en los adverbios en -mente en su diacronía general, como en corpus parciales de adverbios en -mente en determinadas distribuciones, como el de posición inicial analizado por Arias (en proceso) para el español de 2011. Por productividad engañosa nos referimos al hecho de que para sopesar adecuadamente la productividad de estos adverbios es imprescindible hacer la distinción entre frecuencia en léxico vs. frecuencia en uso. La primera remite a la capacidad de -mente para entrar en construcción con bases distintas, la segunda refiere a cuántos adverbios distintos se registran en el corpus; en otras palabras, la primera remite a la capacidad del sistema en abstracto, la segunda refiere a lo que hacen los hablantes-narradores con la lengua en uso real. La productividad en léxico nos dice que los adverbios en -mente sí son un área de la gramática bastante productiva, mientras que la productividad en uso nos informa que se trata de una zona con un elevadísimo grado de repetición o de ritualización, ya que los hablantes hemos sedimentado y rutinizado, ritualizado, por siglos unos mismos adverbios en -mente. Trabajos recientes han mostrado 522 PRODUCTIVIDAD EN LÉXICO Y USO 6.7.2 que la repetición y el uso constante de las formas es un componente esencial de la construcción de la gramática (Bybee 2006; Camacho 2009). La diacronía y caracterización de los adverbios en -mente lo confirma. El cuadro 4 abajo indica el total de adverbios léxicamente diferentes, consideradas globalmente las 3 082 ocurrencias del corpus en los cinco cortes cronológicos, y lista los adverbios más frecuentes en el corpus. Se documentan 579 bases adjetivas distintas; es decir, potencialmente un hablante puede elegir un adverbio distinto cada cinco ocurrencias de estas formas, por lo tanto puede decirse que el inventario léxico de adjetivos capaces de formar adverbios de modo o manera es rico y que los adverbios despliegan una variedad léxica nada desdeñable; en consecuencia, la productividad léxica es alta. Sin embargo, sólo 32 bases adjetivas tienen una presencia de 20 ocurrencias o más; son los adverbios que aparecen listados en el cuadro 4, los cuales suman 1 462 usos, que suponen el 47% del total del corpus. Es decir, que con 6% de ítems léxicos distintos se construye el 47% del uso. Ello significa que a través de los distintos textos y periodos se repiten una y otra vez los mismos adverbios. Salta a la vista que la relación entre productividad en léxico y en uso es realmente desequilibrada para esta zona de la gramática (Company en prensa b). Otros datos cuantitativos de interés son los siguientes: sólo 61 adverbios presentan una frecuencia de empleo superior a 10 ocurrencias y tan sólo 10 adverbios, los primeros 10 del cuadro 4, alcanzan un empleo superior a las 50 ocurrencias, las cuales en conjunto suman un total de 809 empleos que representan 26% del total de usos documentados; es decir, la cuarta parte de empleos del corpus se construye con 10 voces. Sólo uno de los adverbios, solamente, supera las 100 ocurrencias: 156 usos, seguido muy de lejos por enteramente, con 93 ocurrencias, de manera que con un solo adverbio se forma el 5% del corpus total, y una gran mayoría de adverbios, 264, tiene ocurrencia de 1. Es decir, el 46% de adverbios léxicamente distintos tiene una baja, casi nula, representatividad léxica en el corpus a la vez que una frecuencia en uso bajísima, < 1%. En resumen, se puede hablar de productividad porque estos adverbios forman, en efecto, una lista abierta, pero también podría ser calificada como una productividad escasa o pobre si consideramos que con unos pocos adverbios, 10, se construye algo más de la cuarta parte del corpus, y con una treintena de bases adjetivas se construye la mitad de los 3 082 adverbios del corpus base. El cuadro 5 abajo muestra la productividad léxica de adjetivos base, esto es, el número de bases adjetivas distintas documentadas en cada periodo; se repiten, como es lógico, las bases léxicas de estos adverbios en los diferentes siglos, pero en el cuadro sólo se controla la variedad léxica al interior de cada siglo. Los siglos XIX y XVII, en ese orden, son los periodos con mayor variedad léxica en el empleo de bases adjetivas formadoras de adverbios en -mente. En el siglo XIII hay muy 523 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE Cuadro 4 Productividad de los adverbios en -mente en la diacronía del español: Adverbios con 20 o más ocurrencias Total bases adjetivas léxicamente distintas = 579 Total ocurrencias adverbios = 3 082 Adverbio Ocurrencias Adverbio 156 93 85 81 74 69 65 65 62 59 48 44 43 38 37 37 solamente enteramente primeramente naturalmente verdaderamente realmente generalmente mayormente complidamente igualmente principalmente continuamente claramente perfectamente evidentemente precisamente Ocurrencias únicamente especialmente fácilmente justamente ordinariamente absolutamente nuevamente inmediatamente juntamente comúnmente finalmente ligeramente secretamente señaladamente largamente sumamente 37 35 33 33 28 25 24 23 23 21 21 21 21 21 20 20 Cuadro 5 Variedad léxica de bases adjetivas que forman adverbios en -mente Adjetivos distintos XIII XV XVII XIX XXI Total adverbios 87 141 231 279 208 421 525 780 699 657 Frecuencia 1 cada 4.8 adv. 1 cada 3.7 adv. 1 cada 3.3 adv. 1 cada 2.5 adv. 1 cada 3.1 adv. poca variedad léxica, y en el XXI, comparado con el periodo inmediato anterior fichado, el siglo XIX, se ha reducido la variedad de bases adjetivas, aunque en el español actual la variedad léxica es bastante mayor que en los dos cortes correspondientes al español medieval. Se aprecia en el cuadro un efecto de dispersión léxica adjetival, es decir, se produjo una gramaticalización del constructo dada 524 PRODUCTIVIDAD EN LÉXICO Y USO 6.7.2 la generalización de las bases adjetivas, ya que cada etapa, con excepción de la última, tiene más adjetivos distintos que la precedente, y, en consecuencia, se reduce el intervalo en la frecuencia de aparición de un adjetivo distinto por cada empleo de adverbio: 4.8 > 3.7 > 3.3 > 2.5 < 3.1. El corpus indica que para el siglo XIII hay pocos adjetivos con una ocurrencia de aparición muy alta; por ejemplo, algo más de la mitad de los adverbios recogidos en este periodo, 218 (de 421), se construyen con sólo 8 bases adjetivas: cierta- (16), complida- (49), natural- (17), omillosa- (11), primera- (50), señalada(21), sola- (42), verdadera- (12). En el siglo XV, también hay bases adjetivas con una ocurrencia muy elevada: sola- (68), mayor- (37), larga- (19). En el siglo XIX ninguna base adjetiva alcanza las 20 ocurrencias y en el siglo XXI vuelve a haber bastantes repeticiones. En resumen, en el primer periodo del corpus hay pocas bases adjetivas con empleos muy elevados, para el siglo XIX, penúltimo periodo del corpus, muchas bases adjetivas con bajo uso. Por tanto, si focalizamos sólo las bases adjetivas, estamos de nuevo ante un desbalance entre productividad en léxico y en uso. El diferente comportamiento de los corpus del primero y último corte cronológico frente a los cortes cronológicos tercero y cuarto debe ponerse en relación, según creemos, por un lado, con el hecho de cómo se considera estilísticamente la repetición léxica en una comunidad en un momento dado y el valor que se le otorga a la repetición.35 Por ejemplo, los textos sapienciales del siglo XIII repiten constantemente ciertos adverbios en construcciones casi fijas: verdaderamente tal es + sustantivo + como: verdaderamente tal es Sençeba commo... (Calila, 145), a manera de una fórmula que puede ser considerada como un caracterizador de este género textual. Por otro lado, la integración de corpus periodístico en el siglo XXI y novelas que reproducen mucho diálogo eleva enormemente la repetición de ciertos adverbios en -mente, sobre todo en función de marcadores de discurso, del tipo naturalmente, evidentemente, obviamente, realmente, etc. En resumen, la dispersión léxica de bases adjetivas puede estar condicionada por modas de escritura y no reflejar realmente una generalización de bases adjetivas en la lengua española; esto es, en el siglo XIII no está estigmatizado repetir el mismo adverbio, en el XIX cambia la normativa de escribir y la repetición se vuelve un hábito escriturario muy estigmatizado y caracterizador de baja instrucción; en el XXI parece no estar tan estigmatizada la repetición, en parte, creemos, porque muchos textos literarios y los periódicos reproducen, ficticia o literalmente, la oralidad. 35 Las gramáticas de español para extranjeros son iluminadoras en este punto; por ejemplo, Butt y Benjamin (1988/1994:§31.2.7) señalan que debe evitarse poner muchos adverbios en -mente en un párrafo, a diferencia del inglés en que no está estigmatizado repetir adverbios en -ly. A este respecto, es interesante o curiosa la respuesta que oímos a Gabriel García Márquez a una pregunta sobre su obra en una entrevista realizada en 2010 en televisión mexicana: “sufro por quitarme mentes en mis escritos”. 525 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE Otro aspecto sobre el que debemos insistir es que ni en el corpus base ni en el corpus correspondiente a Arias (en proceso) se documentan adverbios con bases no adjetivas, como los ejemplificados en (21). Es decir, vuelve a aparecer un abismo en la productividad de los adverbios en -mente. Considerada sólo la competencia lingüística de los hablantes, estos adverbios parecen ser, o en efecto son, muy productivos; en cambio, considerada la realización, sólo unos pocos son verdaderamente productivos y lo más significativo es la constante repetición léxica de unas mismas voces. En (22a) aparecen algunos ejemplos de adverbios con elevada repetición en el corpus base, en (22b) aparecen adverbios de ocurrencia única en el corpus. (22) a. b. disiendo que eran unos simples, que sólo él sabía lo que era aquello, que solamente él se abia paseado por el interior de la mina [DLNE, 1692, 162.419] Cuyo axioma, plausible solamente como lo suelen ser las agudezas y novedades, descubre bien examinado su falsedad en la práctica [Hombre práctico, 175] Verdaderamente tal es Sençeba commo tú dizes [Calila, 145] El qual, como naturalmente sea codiçioso, concordo con ellos çiertos capitulos [Enrique IV, 407] Casi no tengo que pretextar una enfermedad porque realmente estoy enfermo [Pepita, 256] Una mañana se presentó el mismo ayudante, regañó de parte del presidente al comandante de la prisión por su tolerancia, echó a la calle groseramente a las visitas, y cuando Bedolla estuvo solo, sin saludarlo le dijo secamente... [Bandidos, 2.193] Has de guardar un buen recuerdo mío; me has de amar melancólicamente si te dejo [Nájera, 55] En las horas subsiguientes de ese día fatal Arnulfo Arroyo intentaría obsesivamente reconstruir sus actos y las reacciones de los demás [Expediente, 20] El cuadro 6 abajo (apud Arias en proceso) contrasta la frecuencia en léxico vs. la frecuencia en uso de adverbios en -mente en posición inicial en un corpus del español de México de 2011. Contiene 417 adverbios que funcionan, básicamente, como marcadores del discurso, formas subjetivas que indican el posicionamiento y evaluación del hablante sobre los hechos referidos en la narración, como muestran los ejemplos de (23), más algunos adverbios de marco, económicamente, unos cuantos adverbios temporales, primeramente, anteriormente, y algunos pocos de otras subclases semánticas. 526 Cuadro 6 Formas léxicas vs. frecuencia en uso de adverbios en -mente: posición inicial, siglo XXI Frecuencia Bases léxica [527] 527 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 obvia final simple afortunada actual definitiva franca desafortunada segura real efectiva lamentable reciente total desgraciada sincera evidente exacta posterior cierta curiosa independiente normal sola última lógica natural posible Frecuencia Frecuencia en uso léxica 13% 10% 6% 5% 4% 4% 3% 3% 3% 2% 2% 2% 2% 2% 2% 2% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% (54/417) (43/417) (26/417) (20/417) (17/417) (15/417) (12/417) (11/417) (11/417) (10/417) (8/417) (8/417) (8/417) (8/417) (7/417) (7/417) (6/417) (6/417) (6/417) (5/417) (5/417) (5/417) (5/417) (5/417) (5/417) (4/417) (4/417) (4/417) 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 Bases práctica precisa supuesta anterior económica general indudable nueva paralela personal probable absoluta adicional clara coincidente física honesta justa orgullosa primera rápida súbita táctica tonta anímica anual aparente aproximada Frecuencia en uso 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% 1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% (4/417) (4/417) (4/417) (3/417) (3/417) (3/417) (3/417) (3/417) (3/417) (3/417) (3/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (2/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) Frecuencia léxica 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76 77 78 79 80 81 82 83 84 Bases automática básica cínica circunstancial cómoda comparativa concreta constante difícil especial feliz futbolística histórica ideal incidental inicial inmediata maravillosa ocasional paradójica potencial principal racional sencilla sexual sicológica sorpresiva verdadera Frecuencia en uso <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% <1% (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) (1/417) 6.7 (23) ADVERBIOS EN -MENTE A estas alturas del partido, ¿qué opina de la muerte? —Simplemente, que ya no estás y esperas tener la oportunidad de encontrarte con los seres queridos [Tvnotas, apud Arias en proceso] Nunca lo había pensado, fue una gran sorpresa, un momento mágico, con los testigos que más amo en mi vida; obviamente, él es el hombre que amo con toda el alma [Tvnotas, apud Arias en proceso] El cuadro 6 corrobora la información del cuadro 4: sea cual sea la distribución y función de estas formas adverbiales, se repite la misma paradoja en cuanto a las grandes diferencias entre productividad en léxico y productividad en uso. Los adverbios en posición inicial tienen una frecuencia en léxico alta, ya que 417 ocurrencias están construidas con 84 bases adjetivas, es decir, el hablante, para aportar sus valoraciones o establecer un marco a partir del cual emitirá una opinión, puede seleccionar un adjetivo distinto cada cinco ocurrencias (417:84) —se mantiene, como vemos, la frecuencia en léxico promedio diacrónica—, o en otras palabras, el hablante tiene un rico almacenamiento léxico que le permite cambiar de adjetivo cada cinco ocurrencias; sin embargo, estas 84 bases adjetivas distan entre ellas de tener un porcentaje de uso similar o equilibrado: la gran mayoría de adverbios iniciales en -mente tiene ocurrencias de 1% (23 adverbios) o < 1% (44 adverbios); esto es, de 84 bases adjetivas distintas, 67 tienen una ocurrencia real de 1% o menor. Es más, 34% de las ocurrencias, poco más de la tercera parte (142/417), se construye con tan sólo cuatro bases adjetivas: obviamente (54 ocurrencias, 13%); finalmente (43 ocurrencias, 10%); simplemente (26 ocurrencias, 6%); afortunadamente (19 ocurrencias, 5%). El cuadro muestra que con 16 bases adjetivas —las primeras 16 de la columna extrema izquierda del cuadro— se construye casi las dos terceras partes, 63% (264/417), del total del corpus. Es decir, la productividad real está concentrada en unos mismos adjetivos y ello significa que los hablantes actualizamos esta zona de adverbios iniciales mediante mucha repetición léxica, tal como ya vimos que sucedía con el corpus base. 6.7.3. El carácter de cultismo y el condicionamiento textual Los datos del corpus indican que la formación de los adverbios en -mente es un cambio que parece haberse gestado en el ámbito culto literario y llegó a la oralidad con restricciones, buena parte de las cuales parece seguir operando en el español actual. Con base en los datos del corpus, los adverbios en -mente pueden ser caracterizados como un cultismo peculiar. Cultismo, porque su manifestación se recubre, en buena parte, con uno de los sentidos de esta voz en la filología 528 CARÁCTER DE CULTISMO Y CONDICIONAMIENTO TEXTUAL 6.7.3 tradicional: “forma de aparición temprana sin el desarrollo fonético esperado” (Pensado 1983:189),36 y con la primera acepción de cultismo en el Diccionario de la lengua española (RAE 2001:s.v. cultismo): “palabra usada en la lengua intelectual, literaria y científica”. Peculiar, porque su evolución no se recubre exactamente con ninguna de las dos definiciones anteriores: sí evolucionaron fonéticamente de manera regular ya que mrnte diptongó, pero se retrajo el resultado fonético patrimonial o vernáculo (véase supra §6.6.2), y se emplean también en la lengua oral, coloquial y no coloquial, pero en este soporte textual son muchísimo menos productivos y menos frecuentes que en la lengua literaria, además de que oralidad y escritura muestran preferencias distribucionales y léxicas distintas. La oralidad y la escritura parecen ser, al menos para esta área de la gramática, dos soportes, registros o manifestaciones de lengua bastante diferenciados y no tanto registros lingüísticos complementarios, donde uno de ellos refleja o secunda al otro (Company 2012a). Si comparamos textos literarios y no literarios en el español antiguo, la frecuencia de empleo es notablemente superior en los primeros. El cuadro 7 abajo está estructurado con los adverbios en -mente correspondientes a los tres primeros cortes cronológicos del corpus base, siglos XIII, XV y XVII, ya que para esos periodos contamos con un corpus bastante extenso de documentación no literaria y es posible comparar escritura literaria y no literaria. Para fines operativos del análisis, hemos considerado lengua escrita literaria los textos elaborados con intención creativa y lengua escrita no literaria aquella documentación escrita sin intención creativa: los documentos jurídicos, DLE de los siglos XIII (1270-1290) y XV (1449-1492), los DLNE, siglo XVII en su segunda mitad, y las cartas del conde de Tendilla, escritas a inicios del siglo XVI (1504-1506). El resto de textos de esos siglos entra en el rubro de literarios, acorde con nuestra definición. El cuadro 7 pretende reflejar el grado de inmediatez comunicativa: lengua escrita literaria = menor inmediatez comunicativa vs. lengua escrita no literaria = mayor inmediatez comunicativa. Cuadro 7 Adverbios en -mente en escritura literaria y no literaria en español antiguo Escritura literaria Escritura no literaria Adverbios Universo % Ocurrencias Adverbios Universo % Ocurrencias XIII XV XVII 407 503 749 192000 139220 176723 0.21 1/472 pal. 0.36 1/277 0.42 1/394 14 22 31 14527 41267 41608 0.09 1/1038 pal. 0.05 1/1876 0.07 1/1342 36 Cf. también, Clavería (1991:10-12), García Gallarín (2007:caps. 1-2) y Menéndez Pidal (1904/1940:§3.3). 529 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE Las ocurrencias, porcentajes y estadística arrojados por el corpus base son altamente significativos de que los adverbios en -mente son una construcción caracterizadora de la lengua literaria. Esta multiplica con creces las ocurrencias y porcentajes de aparición de adverbios respecto de la escritura no literaria. En las obras literarias hay una ocurrencia promedio de un adverbio cada 380 palabras, mientras que en los textos jurídicos y epistolares el promedio de ocurrencia es un adverbio cada 1 419 palabras; es decir, la lengua literaria tiene, en promedio, cinco veces más posibilidades de emplear un adverbio en -mente que la lengua escrita no literaria. Si comparamos ahora los porcentajes en ambas tradiciones textuales, tercera y séptima columna, respectivamente, se afianzan los indicadores de que se trata de una construcción propia de la escritura literaria. Por una parte, cuantitativamente, la lengua literaria contiene 15 veces más posibilidades porcentuales de aparición de estos adverbios que la lengua escrita no literaria: .33% vs. .07%, en promedio. Por otra, se observa un incremento sostenido de aparición de estos adverbios en la lengua literaria: .21 > .36 > .42. Estadísticamente, las diferencias entre las proporciones anteriores son significativas, con estadísticos z siempre mayores a 1.96, número a partir del cual es siempre significativo el resultado.37 Por su parte, la lengua escrita no literaria no muestra incremento ni generalización alguna, sino más bien un vaivén, con un ligero incremento en el segundo corte cronológico respecto al primero y un nuevo leve decremento en el último corte: .09 > .05 > .07. Estadísticamente, el estimado z arroja resultados no significativos, ya que en los tres cortes cronológicos está por abajo de 1.96: del siglo XIII al XV, z = 1.76; del XV al XVII, z = 1.21. Es posible obtener una primera conclusión a partir de las diferencias porcentuales y el incremento sostenido en sólo una de las tradiciones textuales, la literaria, y de la significatividad estadística de las diferencias: la gramaticalización de los adverbios en -mente está asociada a la lengua literaria. Es posible, incluso, que se haya gestado en la lengua literaria. Llegó también, desde luego, a la lengua escrita no literaria y llegó desde luego a la oralidad, síntoma de generalización y gramaticalización sin duda, pero con fuertes restricciones, léxicas y de frecuencia. En general, se puede decir, que cuanto más culto es un hablante, más posibilidades habrá de que emplee adverbios en -mente. Cualitativamente, en cuanto a la diversificación léxica de las bases adjetivas (24), las obras literarias contienen una gran variedad léxica de bases diferentes (24a): raviosamente, bivamente, escondidamente, forciblemente, cruelmente, alegremente, intensamente, nativamente, y un largo etcétera. En la lengua escrita 37 Cf. Company (2012a) para un análisis estadístico pormenorizado del comportamiento de estos adverbios en lengua oral y escrita de diversos géneros discursivos en varios periodos de la lengua española. 530 CARÁCTER DE CULTISMO Y CONDICIONAMIENTO TEXTUAL 6.7.3 no literaria se reduce enormemente la variedad léxica y suelen con mucha frecuencia repetirse los mismos adverbios, muchas veces casi a manera de fórmulas, como muestran los ejemplos de (24b): solamente, claramente, primera mente, nombrada mjentre, prinçipalmente, juntamente, sacramentalmente, o la fórmula que es constante en los documentos jurídicos medievales oreginal et fielmente concertados. No debe ser pasado por alto, sin embargo, el hecho de que la oralidad es altamente creativa y espontánea y que se registran en este soporte discursivo adverbios, de base adjetiva y no adjetiva, que no se registran en la escritura: pendejamente ‘de manera idiota / estúpida’, felizpuesmente ‘finalmente’, ‘gracias a dios’, patudamente ‘con torpeza’, pachorrientamente ‘con tranquilidad’, pachorrudamente ‘con tranquilidad’, chambonamente ‘de manera descuidada’, asustantemente ‘con susto’, ipsofactamente ‘en el instante’, nuncamente ‘jamás’, últimadamadremente ‘en última instancia’ ‘finalmente’, pinchemente ‘jodidamente’, etc., muchos de los cuales son creaciones esporádicas, que conllevan un matiz semántico irónico o festivo, como ya señalamos. (24) a. b. Non es el que sirve al rey, en quanto se teme que lo matará raviosamente et que se le mudará el coraçón por las mezclas de los malos [Calila, 168] yo creería que dispongo y ordeno sabiamente la muerte de Laureola [Cárcel, 132] pues de acostumbrarse a perder la vergüenza en los defectos pequeños va naciendo un hábito que insensiblemente nos conduce a no tenerla en los graves [Hombre práctico, 275] la qual dicha gente ha de quedar aca solamente en tanto que nos aquí estoujeremos [DLE, 1492, 364.480] claramente el moro deve ser para los daños [Tendilla, 71] A que se añade que en la dicha su declaración tiene dicho que confiesa sacramentalmente y ha resivido el santísimo sacramento de la eucharistia [DLNE, 1692, 163.431] Fue preguntada diga en qué lugar está el confesionario donde le pasó lo que lleba declarado, i si dicho padre daba a entender estaba confesando, simulando oirla sacramentalmente [DLNE, 1694, 165.435] El carácter de cultismo se confirma cuando se analiza la frecuencia de los adverbios en -mente en diferentes géneros discursivos en el español medieval.38 38 Un problema no menor, desde luego, es cómo definir un género discursivo y, sobre todo, cómo delimitarlo de otro, problema aún mayor en la literatura medieval, para la que es sabido que los géneros textuales no están bien delimitados y que muchas obras, como la GE, en sus diversas partes, por poner un solo ejemplo, se definen precisamente por la capacidad 531 6.7 ADVERBIOS EN -MENTE El género discursivo o textual es un condicionante fundamental en la formación y difusión de estos adverbios. En los siglos XIII y XIV son mucho más frecuentes en el género sapiencial, un género que puede ser considerado culto tanto por sus elaboradores como por sus receptores, y posteriormente se habría difundido a otros géneros textuales. En el cuadro 8 abajo se compara la proporción de adverbios en -mente en textos sapienciales vs. no sapienciales en el español medieval.39 Puede verse que en el siglo XIII la presencia de adverbios de modo o manera en textos sapienciales es casi cinco veces mayor que en los no sapienciales, en el siglo XIV se acorta la distancia entre ambas tradiciones textuales, ya que es sólo tres veces mayor la presencia de adverbios en -mente, y en el siglo XV se invierte la frecuencia, ya que es mucho mayor en textos no sapienciales, lo cual es indicativo de que se generalizaron los adverbios en -mente más allá del género textual propiciador inicial. El cuadro 9 contiene la misma división discursiva pero considera los porcentajes de empleo sobre el total de ocurrencias analizadas. El cuadro muestra que el quiebre en la difusión de estos adverbios está en los textos del siglo XV: en este periodo los adverbios en -mente invierten las proporciones de aparición y se generalizan a textos no sapienciales. En resumen, la difusión diacrónica de estos adverbios parece iniciar en textos sapienciales y se difunde hacia textos no sapienciales. Cuadro 8 Proporciones de adverbios en -mente según género discursivo XIII XIV XV Universo Sapiencial No sapiencial 206 527 198 357 180 487 1 cada 597 palabras 1 cada 532 palabras 1 cada 1 357 palabras 1 cada 2 753 palabras 1 cada 1 047 palabras 1 cada 460 palabras La mayor presencia de adverbios en -mente en el género sapiencial es bastante lógica por dos razones: por un lado, porque hay afinidad entre el significado básico de los adverbios en -mente, que es mostrar la valoración del hablante ante la de conjuntar géneros textuales diversos. Somos conscientes de que muchas obras literarias contienen un continuum textual, pero rebasa los objetivos de este trabajo decidir qué zonas textuales deben ser adscritas a qué géneros discursivos. Es un impositivo metodológico para lograr un análisis hacer una clasificación, aunque esta sacrifique riqueza de los contenidos y complejidad de las obras. 39 Como textos con características sapienciales, aunque no necesariamente sapiencial la obra completa, hemos considerado Calila y Setenario para el siglo XIII, y Celestina y Cárcel para el XV; los restantes textos del corpus de esos siglos están considerados como no sapienciales. Los datos del siglo XIV están tomados de Company (2008). 532 CARÁCTER DE CULTISMO Y CONDICIONAMIENTO TEXTUAL 6.7.3 Cuadro 9 Difusión de los adverbios en -mente según género discursivo XIII XIV XV Sapiencial No sapiencial 82% (346/421) 73% (559/765) 25% (133/525) 18% (75/421) 27% (206/765) 75% (392/525) predicación —toda o en distintos tramos sintagmáticos— y el valor-significado general del género sapiencial, que es mostrar verdades generales, ejemplificar el buen comportamiento que debe seguir un ser humano para convertirse en un buen político y sancionar las acciones, buenas o malas, del príncipe. Por otro, la fuerte asociación o dependencia de un género literario culto, como lo es el sapiencial, apoya la condición de cultismo peculiar de estos adverbios. El carácter de cultismo se observa desde otros ángulos de análisis: generalización muy temprana de la forma no diptongada, bajo empleo en la lengua oral en el siglo XXI, menor aún en la lengua oral popular, baja productividad léxica en lengua oral. En los siglos XVII y XIX, los géneros discursivos que versan de manera general sobre la conducta del ser humano (Hombre práctico, Rey gallo, Obras de Nájera) arrojan un ligero mayor empleo de adverbios en -mente, que textos narrativos como Pepita o La Regenta. Los textos no literarios, como ya vimos, documentos jurídicos y epistolares, emplean mucho menos este tipo de adverbios. No debe ser pasado por alto el hecho importante de que la brusca retracción de la diptongación (véase supra §6.6.2) coincide con la creación en el siglo XIV de numerosos espejos de príncipes en la literatura española. Es decir, la difusión de la literatura sapiencial, un género textual que puede ser calificado de culto como ya dijimos, coincide cronológicamente con la generalización del formativo no diptongado de estos adverbios, formativo que hemos caracterizado también como variante culta. El carácter de cultismo se vuelve a constatar cuando se comparan registros orales diferentes: habla culta y habla popular del último tercio del siglo XX. Los corpus El habla de la ciudad de México y El habla popular de la ciudad de México recogen, respectivamente, la lengua oral culta y popular del español de la ciudad México en el periodo 1967-1974. Al contrastarlos en cuanto al empleo de adverbios en -mente, los resultados indican que estos adverbios son formas caracterizadoras del habla culta ya que esta triplica el empleo de adverbios en -mente respecto del habla popular, en universos de palabras similares. El corpus México del habla culta contiene 1 105 ocurrencias de adverbios en -mente, con 175 adverbios léxicamente distintos, en un universo de 171 654 palabras; el corpus del Habla popular contiene 363 ocurrencias de adverbios en -mente, 533 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE con 68 adverbios léxicamente distintos, en un universo aproximado de 176 690 palabras para cada Habla. La productividad en uso es tres veces mayor en el habla culta que en la popular: 1 105 vs. 363 ocurrencias, respectivamente, aun cuando el universo total de palabras es ligeramente superior en el corpus de habla popular. La productividad en léxico también arroja diferencias significativas que respaldan el carácter de cultismo: el habla culta duplica con creces la diversidad léxica respecto del habla popular: 175 vs. 68 vocablos adverbiales distintos.40 6.8. SINTAXIS DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE 6.8.1. Capacidad del adverbio de recibir modificación Los adverbios en -mente normalmente aparecen solos en el discurso o narración (25a), lo cual es muestra de su baja relacionalidad interna, comentada en el apartado 6.1. Pueden, como adverbios que son y por la naturaleza adjetiva de sus bases, aceptar otros modificadores, casi siempre adverbios intensificadores y cuantificadores, como algo, asaz, aún, bien, c(u)asi, cuán, harto, más, menos, mucho, muy, qué, tan, qué tan, etc. (25b).41 También pueden ser negados por no y ni (25c), casi siempre en la correlación no solamente... mas / sino / pero; en el corpus las formas no y ni suelen entrar en construcción con el adverbio en -mente ya modificado por otro adverbio: non tan solamente (Setenario, 19.23). La característica común de los modificadores de adverbios en -mente es tener escasa estructura fónica, con una mayoría de adverbios monosilábicos; muy ocasionalmente aparecen modificados por adverbios de mayor estructura fónica, como demasiado o todavía (25d). En el español actual los modificadores de adverbios en -mente han quedado reducidos prácticamente a tres adverbios, los intensificadores muy, más y tan. (25) a. Onde mandamos & defendemos firmemjentre alos nuestros posaderos [DLE, 1284, 353.467] Mayormente que sé yo al mundo nascida una flor que de todo esto te delibre [Celestina, 10.244] 40 Los datos cuantitativos de estas dos Hablas proceden de Serrano (2012), quien, amablemente, ante nuestra solicitud, realizó la cuantificación en los dos corpus. 41 En algunos casos el adverbio en -mente parece aceptar una aposición: “Ca él comíe mesuradamiente, nin mucho nin poco” (Setenario, 12.22); “Nunca había tenido inclinación alguna amorosa a una mujer determinada; pero inocentemente, sin malicia, gustaba de todas” (Pepita, 155). Son pocos casos y todos dudosos entre una lectura apositiva al adverbio o un complemento circunstancial directo del verbo: ‘comía con mesura y comía ni poco ni mucho’, ‘gustaba de todas de manera inocente y gustaba de ellas sin malicia’. Dada la doble interpretación, hemos decidido incluirlos como casos de no modificación del adverbio. 534 CAPACIDAD DEL ADVERBIO DE RECIBIR MODIFICACIÓN b. c. d. 6.8.1 “La Virgen está conmigo” pensaba Ana en el lecho, allá en Loreto, y acababa por llorar, por rezar fervorosamente [Regenta, 1.221] porque por ventura los cuatro tiempos dell año non fueran tan complidamientre departidos fasta alli [GEI, 1.61] se hace muy fácilmente, con un ministro o audiencia que le obligase a traer la debida contribución [Hombre práctico, 217] Son, pues, más intensamente humanos que los otros [Nájera, 123] Pero hoy, que la moral evangélica ha penetrado más profundamente en el seno de la sociedad cristiana, me parece... [Pepita, 213] con el qual estovo algun tienpo asaz amenguadamente [Enrique IV, 406] por estar aun mas perfectamente acabado que quando se hizo [Parayso, 182v]42 pues siendo las mugeres sus criaturas, no solamente a ellas ofende quien las afea, mas... [Cárcel, 156] Es menester repetir que los amigos de las divas ni remotamente se figuraban que pudiera sucederles el menor percance [Bandidos, 2.31] Y el marques de Villena todavia falsamente mostrava ayudar al arçobispo moço [Enrique IV, 134] Probar aquí con ejemplos la falacia y aun locura deste género de aprehensiones fuera alargarse demasiado inútilmente [Hombre práctico, 146] La no modificación representa 87% de los casos (2 681/3 082) frente a 13% de modificación (401/3082), considerados los cinco cortes cronológicos del corpus base como una totalidad. Los modificadores más comunes son (a)tan, más y muy, como se muestra en los primeros ejemplos de (25b) arriba; los tres juntos alcanzan 76% de ocurrencias en que los adverbios en -mente llevan modificadores en el corpus. En perspectiva diacrónica, muy y más han desplazado progresivamente a (a)tan, y, de hecho, esos dos adverbios, son desde el siglo XIX los usuales, casi los únicos, para modificar adverbios en -mente; los restantes modificadores son de frecuencia escasísima en el español actual y son propios de la lengua escrita muy cuidada. Otros autores han señalado las dificultades de los adverbios en -mente para ser modificados (García-Page 1993:319) y la naturaleza general de operadores gradativos e intensificadores de los adverbios en -mente, dado que toman modificadores intensificadores (Bosque 1999:§4.1.2; Egea 1979:167). Diacrónicamente, cuadro 10 abajo, se aprecia un decremento sostenido de modificadores del adverbio en -mente, lo cual confirma que debilitaron su ca42 El adverbio aun modifica a “más perfectamente acabado que...”. 535 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE pacidad de relacionalidad interna, pero también puede indicar, como creemos, un cambio de normativa o moda en la escritura que tiende hacia una mayor simplificación; por ejemplo, hoy suena afectado decir sobradamente y, además de afectado, reiterativo muy sobradamente, pero es bastante usual decir casi exclusivamente. Cuadro 10 Capacidad de modificación del adverbio No modificación XIII XV XVII XIX XXI 80% 74% 90% 93% 97% (337/421) (388/525) (705/780) (653/699) (637/657) Sí modificación 20% 26% 10% 7% 3% (85/421) (137/525) (75/780) (46/699) (20/657) A partir del siglo XVII puede observarse un incremento drástico de la no modificación, que llega a casi categórica en el siglo XXI. Comparados los dos extremos cronológicos del corpus, hay un descenso muy importante de la modificación: siglo XIII 20% > XXI: 5%. El progresivo decremento de modificadores queda confirmado por los datos de Reyes (2009) para un corpus de los siglos XVII al XX con 959 adverbios de modo o manera, distinto del analizado en este capítulo: la autora registra un 93% global de adverbios solos y sólo un 7% de adverbios que toman modificadores. Los adverbios que llevan modificador son los adverbios de manera y que tienen alcance intraoracional. En cambio, aquellos adverbios que han pasado a funcionar como predicaciones autónomas o tienen alcance sobre toda la oración, por ejemplo, los marcadores de discurso y ordenadores de información, no aceptan la modificación interna, al menos no los hemos documentado ni en el corpus base ni en el corpus adicional y creemos que no son posibles. Así, casos como *Muy primeramente,... o *Tan finalmente me dieron la beca para iniciar un discurso son agramaticales, como también son agramaticales oraciones como —¿Está usted contento? —*Tan / *Muy obviamente. 6.8.2. Categoría gramatical modificada Los adverbios en -mente modifican tanto a categorías léxicas o palabra simples: verbo, adjetivo, adverbio, sustantivo y pronombre, como a categorías que se sitúan en un nivel superior de lengua: frase y oración, y pueden ellos mismos 536 CATEGORÍA GRAMATICAL MODIFICADA 6.8.2 operar como una predicación completa, en cuyo caso, como ya dijimos, sería la enunciación toda ya emitida o por emitirse el tramo sintagmático o discursivo modificado. La relación que contrae el adverbio con su categoría modificada es conocida como ámbito o alcance de la modificación. En orden de frecuencia de empleo, considerados los cincos cortes cronológicos del corpus en su totalidad, modifican, fundamentalmente, al verbo (26a), a la oración,43 ya sea a la oración toda (26b) o a alguno de sus constituyentes (26c), y al adjetivo (26d); siguen muy de lejos los casos en que ellos mismos constituyen una predicación autónoma (26e); en menor medida modifican al sustantivo o al pronombre (26f) y, en unos pocos casos, a otro adverbio (26g). El promedio de frecuencia, sobre el total de 3 082 adverbios del corpus base, es: verbo 53% (1 637 casos), oración: 29% (904 casos), adjetivo: 14% (428 casos), ellos mismos son una predicación: 2% (58 casos), sustantivo / pronombre: 1% (41 casos), adverbio < 1% (14 casos). En los ejemplos, se resalta en negritas el constituyente o tramo modificado además del adverbio. (26) a. b. c. et sufra mucho pesar, et encubra su fazienda, et traiga su fazienda mansamente, que non llegue a lo que quiere [Calila, 129] la terçera, descubriéndolos todos conplidamiente ante aquel a quien se conffiesa [Setenario, 183.5] certifícame brevemente si no ovo buen fin tu demanda gloriosa [Celestina, 6.178] Encarecidamente le ruego, confiado en su excelente corazón, que me mande alguna cosa a cuenta del mes próximo [Nájera, 14] De ahí en adelante las acciones y las reacciones se sucedieron aún más caóticamente [Expediente, 21] a el modo del caminante que apresura sus jornadas valiéndose muchas veces de las noches y de las postas, a costa de su trabajo, caudal y desvelo, judiciosamente, para llegar cuanto antes a el sitio donde su conveniencia le lleva [Hombre práctico, 147] la hermosura pinto por el mayor deleite de los humanos y en quien adoran las mujeres y los hombres vergonzosamente quieren parecer a ellas [Rey gallo, 181.97] Casi no tengo que pretextar una enfermedad porque realmente estoy enfermo [Pepita, 256] Non se puede encobrir mestura de Digna et su mal fecho en todas las cosas, mayormente en fecho de Sençeba [Calila, 188] 43 Por alcance oracional entenderemos los casos donde el adverbio modifica a un tramo discursivo superior a una categoría simple, sin llegar a constituir él mismo una predicación autónoma. 537 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE d. e. f. g. e como en la çibdat estoviesen temerosos de lo que ya por muchos se dezia, no quisieron en ella acoger, salvo solamente al rey con tres familiares [Enrique IV, 232] Una perdiz sola por maravilla buela mayormente en verano [Celestina, 7.206] pero sí puedo apuntar mi impresión personalísima, enteramente indocta, desnuda de toda técnica, respecto al Tannhäuser [Nájera, 101] El ayudante salió haciendo una respetuosa reverencia, dando a entender con esto que las órdenes serían fielmente cumplidas [Bandidos, 2.182] y pensando hallaria remedio en los terrenos Medicos les consultó su achaque, a que se acudió con las confortaciones, y pitimas que receta su arte; pero frustraneamente [Parayso, 174] ¡Oh! ¡mucho! ¡evidentemente! ¡conforme! [Regenta, 1.129] —¡Indudablemente! —corroboraba doña Petronila [Regenta, 1.515] vos mando que amos a dos juntamente hagays pesquisa por ante escriuano público de todo lo que pasó [Tendilla, 65] En el despacho todo era de roble mate; nada, absolutamente nada, de oro [Regenta, 1.313] que el sacristán y él, personalmente, hicieron cuanto su deber les ordenaba [Bandidos, 2.224] Y abiendole leydo todo lo que agora nuebamente a declarado, dixo que estaba bien asentado, segun hella lo abia dicho [DLNE, 1697, 176.465]44 Los artistas estuvieron perfectamente bien [Nájera, 168] Detuvo el péndulo con sus dedos para volver a ponerlo en marcha inmediatamente después [Corazón, 329] Una prueba de que los adverbios de alcance verbal y de alcance oracional son distintos en su funcionamiento es que pueden concurrir en una misma oración compleja, como se ve en (27), aunque son casos aislados y rarísimos, ya que, como muestra la gran mayoría de ejemplos del corpus, lo usual es que los adverbios en -mente aparezcan solos en su oración. (27) la llamó a la recámara e hizo sentar y acostar en la cama y finalmente pecó carnalmente con ella [DLNE, 1805, 293.689] 44 Cabría pensar en otra interpretación, menos inmediata a nuestro modo de ver: que el adverbio temporal agora y el de modo nuevamente no entren en construcción, sino que este tenga alcance sobre el verbo, pero nuestra lectura, basada en el contexto del documento, es ‘ahora de nuevo’. 538 CATEGORÍA GRAMATICAL MODIFICADA 6.8.2 Más de la mitad de todos los adverbios del corpus (53%) tiene alcance sobre el verbo, lo cual confirma la función esencial de complementos circunstanciales que tienen los adverbios en -mente. En los casos de modificación a adverbios, se repiten los mismos adverbios en -mente, que entran, además, en construcción con unos mismos adverbios: temporales, inmediatamente antes / después, en menor medida locativos, justamente arriba, exactamente abajo, y en mucha menor medida de modo, exactamente así, perfectamente mal / bien. Los adverbios que constituyen por sí mismos una predicación autónoma se documentan fundamentalmente a partir del siglo XIX, con algún caso aislado anterior, y sobre todo se registran en el siglo XXI, lo cual, como ya hemos dicho, no significa que no estuvieran en la lengua de periodos anteriores, sino que posiblemente no pasaron a la literatura sino hasta que esta se aproxima o intenta reproducir en alguna medida la inmediatez comunicativa de la oralidad. Uno de los aspectos más complejos en el análisis de los adverbios en -mente es justamente cómo establecer el alcance, ya que no siempre es evidente cuál es el constituyente o tramo modificado, como muestran los ejemplos de (28). Los casos dudosos en la asignación del ámbito o alcance de la modificación recaen, sobre todo, entre alcance oracional y alcance de predicación autónoma: por ejemplo, un cambio de pausa en el ejemplo de La Celestina (28a) podría dar una diferencia de alcance al aislar el adverbio del resto de la predicación, aproximándolo a un marcador aseverativo: Mayormente. Que siendo yo jurista... El ejemplo de (28b) admite dos lecturas, como predicación autónoma o como adverbio oracional. En (28c), puede verse que es una decisión de los editores de Calila no poner pausa tras verdaderamente, lo cual inclina la lectura hacia alcance oracional, mientras que Nájera pone pausa tras el mismo adverbio y en un contexto similar, lo cual inclina el ejemplo de Nájera hacia una interpretación de adverbio de predicación autónoma. Asimismo, surgen bastantes dudas entre adverbios de alcance verbal y adverbios de alcance oracional; por ejemplo, en mastica cada bocado lentamente es difícil asignar el alcance, ya que puede ser a la oración formada por V-OD: [mastica cada bocado] lentamente]] o sólo al verbo: mastica lentamente. En mucha menor medida, plantea dudas la asignación entre alcance verbal y alcance sobre el adverbio, como se aprecia en (28d), en que podría decirse que califica tanto al verbo dixo como al adverbio assí, y en (28e) donde tampoco es claro si inmediatamente es modificador de allí ‘allí mismo’ o del verbo ‘contó inmediatamente’. (28) a. b. Mayormente que, siendo jurista yo, aunque obra discreta, es agena de mi facultad [Celestina, Carta.70] Evaristo continuó ya tranquilo platicando con Cecilia. —Precisamente —le dijo—, quería pedirle el favor de que me guardase por dos o tres horas estas alhajas [Bandidos, 2.43] 539 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE c. d. e. Verdaderamente tal es Sençeba commo tú dizes [Calila, 145] Verdaderamente, fue lo que se llama un gran carácter [Nájera, 14] que porque Moisén dixo assí en cabo del quinto capítulo del Génesis embueltamientre e sin otro departimiento [GEI, 1.85] Y luego la Joanna contó allí inmediatamente todo quanto con el dicho fray Joan Rengel le avía pasado [DLNE, 1621, 86.256] Para efectos operativos del análisis, decidimos considerar alcance de predicación autónoma aquellos casos en que el adverbio constituye inequívocamente por sí solo una oración, como en (26e) arriba; todos los demás casos de alcance mayor a una categoría simple decidimos considerarlos como alcance oracional. Hemos considerado que modifica al verbo cuando el adverbio funciona como un complemento circunstancial, es parafraseable por una frase prepositiva con las voces manera / modo y se sitúa próximo al verbo, adyacente o no. Los adverbios que modifican adjetivos y sustantivos no plantean problemas para establecer el ámbito o alcance porque el adverbio en -mente siempre es adyacente a ellos y no hay ambigüedad en la interpretación (véase infra §6.8.3). El lugar que ocupa el adverbio en la oración es determinante para asignar el ámbito o alcance. Así, el alcance oracional del último ejemplo de (26b), de Pepita, cambia a alcance sobre el adjetivo si antepusiéramos el adverbio al adjetivo y lo quitáramos del inicio de la oración: realmente estoy enfermo > estoy realmente enfermo. Los diferentes tipos de alcance son, precisamente, los que, junto con la semántica del adverbio, han dado lugar a las clasificaciones bipartitas (véase supra §6.1) entre adverbios de manera y adverbios de modo, adjuntos y disjuntos, enunciado y enunciación, etcétera. La bibliografía especializada sincrónica establece dos pruebas básicas para deslindar entre adverbios modificadores del verbo y adverbios oracionales: la prueba de la negación y la prueba de la interrogación (Hernanz y Brucart 1987:269, de quienes tomamos los ejemplos que siguen; Torner 2005a). Si la negación afecta al adverbio, entonces este tiene alcance verbal: el asunto no ha terminado desgraciadamente, análisis apoyado por el hecho de que el adverbio admite paráfrasis: el asunto no ha terminado de manera desgraciada (sino de manera afortunada), de lo contrario el adverbio es oracional o es de predicación autónoma, según se evalúe el peso de la pausa: el asunto no ha terminado, desgraciadamente, y no admite paráfrasis. Respecto a la interrogación, sólo los adverbios modificadores del verbo se ven afectados por ella: ¿el asunto ha terminado desgraciadamente?, pero la interrogación con adverbios oracionales y de predicación autónoma resulta agramatical o absurda: *¿has podido resolver el problema, afortunadamente?, *¿el asunto ha terminado, desgraciadamente? La pausa o posición parentética del adverbio es, como vemos, determinante para 540 6.8.2 CATEGORÍA GRAMATICAL MODIFICADA establecer el alcance de la negación y la posibilidad o no de interrogación. Estas dos pruebas son, sin embargo, de muy escasa utilidad en un corpus cerrado, no manipulable, como es el único posible en lingüística histórica, porque es obvio que los casos de agramaticalidad no se van a documentar jamás y porque aun en casos gramaticales, como la negación, no siempre es posible documentar ejemplos ad hoc que constituyan pares mínimos contrastantes, como los ejemplos aducidos.45 El cuadro 11 a continuación muestra la diacronía del alcance de la modificación. Las tres categorías más frecuentemente modificadas, verbo, oración y adjetivo, tienen una columna propia y hemos subsumido bajo una misma etiqueta, otros constituyentes, todos los demás casos, dada su baja frecuencia general. Cuadro 11 Diacronía de categorías modificadas por el adverbio en -mente Verbo XIII XV XVII XIX XXI 67% 55% 58% 48% 42% Oración 27% 30% 25% 28% 37% Adjetivo Otros constituyentes TOTAL 2% 12% 14% 20% 17% 4% 3% 3% 4% 4% 421 525 780 699 657 Se observa un decremento sostenido, con un ligero quiebre en el siglo XVII, de modificación al verbo: XIII: 67% > XV: 55% > XVII: 58% > XIX: 48% > XXI: 42%, decremento que se realiza a expensas de un incremento sostenido de modificación oracional y de modificación al adjetivo; la casilla Otros diacrónicamente no sufre cambios cuantitativos aunque sí cualitativos, ya que los textos del siglo XXI, y en parte los del XIX, contienen más adverbios en -mente de naturaleza discursiva, que forman por sí mismos una predicación autónoma. Comparando el primero con el último periodo analizados, el verbo baja de 67% > 42%; la modificación oracional sube: 27% > 37% y aumenta enormemente la modificación al adjetivo: 2% > 17%. Los textos del siglo XIX, en particular los ensayos de Nájera, tienen 45 Remitimos a Reyes (2009) para un intento de aplicación de estas dos pruebas sobre un corpus cerrado correspondiente a los siglos XVII-XXI, distinto del de este capítulo. La autora muestra las enormes dificultades que conlleva; así, en el ejemplo “El funcionario señaló que los talamontes extraen madera principalmente de la zona boscosa ubicada en los límites del estado de México con Puebla” (México, La Jornada, apud Reyes 2009), la negación no es pertinente para establecer el alcance verbal u oracional ya que para tener sentido requeriría que la oración continuara con una conjunción adversativa: “El funcionario señaló que los talamontes no extraen madera principalmente de la zona boscosa ubicada en los límites del estado de México con Puebla, sino en...”. La interrogación, por su parte, plantea el serio problema de la total ausencia de documentaciones ya que es difícil o casi carente de sentido preguntar o dudar sobre una modalización adverbial. 541 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE un particular gusto por modificar adjetivos mediante adverbios en -mente: zafiamente sensata, hábilmente combinada, reconocidamente fuerte, radicalmente estériles, implacablemente azul, y un largo etcétera. El incremento general hacia la modificación de oraciones y adjetivos puede ser considerado como un cambio diacrónico de los adverbios en -mente consistente en una flexibilización en su capacidad de modificación categorial. Si caracterizamos el alcance de los adverbios que modifican a una categoría léxica como alcance reducido y el de los adverbios que modifican a la oración o ellos mismos constituyen una oración averbal como alcance amplio, cuadro 12, puede observarse que los adverbios de manera son la manifestación más común o no marcada de los adverbios en -mente ya que mantienen una preferencia notable, más de las dos terceras partes en general, por alcance reducido, esto es, modifican básicamente a una categoría léxica en todos los cortes cronológicos del corpus. Comparados el primero y el último siglo, se produce un ligero incremento diacrónico del alcance amplio: 30% > 38%. Cuadro 12 Alcance reducido vs. alcance amplio del adverbio en -mente Alcance reducido XIII XV XVII XIX XXI 70% 68% 73% 70% 62% (296/421) (357/525) (570/780) (489/699) (408/657) Alcance amplio 30% 30% 27% 30% 38% (125/421) (168/525) (210/780) (210/699) (249/657) Muchos trabajos teóricos sobre la diacronía de los adverbios de modo o manera sostienen que estos ampliaron en la diacronía de muchas lenguas el alcance de la modificación y adquirieron ámbito extraproposicional (Tabor y Traugott 1998; Traugott 2010), de manera que con el paso del tiempo suelen situarse en posiciones extremas, inicio o fin de oración, señal de que debilitan los lazos de modificación sobre categorías léxicas. El cuadro 12 arriba confirma sólo parcialmente esta afirmación, porque lo más llamativo en la evolución interna del español es una esencial continuidad en esta área de la gramática, con un ligero incremento en el último siglo: XIII: 30% > XV: 30% > XVII: 27% > XIX: 30% > XXI: 38%. Las frecuencias del cuadro 12 podrían estar condicionadas por los tipos de texto y no obedecer al funcionamiento real de estos adverbios en la lengua oral de los diferentes siglos analizados. Incluso el aumento frecuencial de alcance 542 ADYACENCIA DEL ADVERBIO A LA CATEGORÍA MODIFICADA 6.8.3 amplio del siglo XXI respecto de los periodos anteriores puede deberse a un cambio en las tradiciones discursivas y no necesariamente reflejar un cambio en la gramática. En efecto, los adverbios de alcance amplio, muy particularmente aquellos que constituyen por sí mismos una predicación, están muy vinculados a la oralidad, y por ello no se puede interpretar el cuadro 12 ad litteram: no se puede sostener que no hubiera adverbios en -mente de alcance amplio en los siglos XIII o XV pero tampoco podemos decir que sí hubiera; podemos decir que las tradiciones discursivas de esas épocas no estaban próximas a la oralidad y que posiblemente por ello no dejaban aflorar con facilidad adverbios de alcance amplio y mucho menos, dentro de estos, marcadores u operadores del discurso. Es decir, podemos estar, como creemos, ante un problema de tradiciones discursivas y no ante estabilidad o inestabilidad diacrónica de la lengua (→ Capítulo 32); esto es, el corpus del siglo XXI, no la lengua, facilita la documentación de formas características, aunque no exclusivas, de la oralidad y por ello aumenta el alcance amplio. Toda la lingüística histórica está, en efecto, condicionada por los corpus, pero en el caso de la zona de la modalidad aún más, porque sabemos que esta pertenece en gran medida al mundo de la oralidad o aflora más en esta. En resumen, la evidencia del corpus es esquiva, a nuestro modo de ver, en cuanto a sus posibilidades de interpretación diacrónica real (Company 2011). 6.8.3. Adyacencia o no del adverbio a la categoría modificada El análisis de este apartado está realizado sobre los casos en que el adverbio en -mente modifica a una categoría simple, es decir, sobre los 2 120 adverbios que constituyen el total de adverbios con alcance reducido del cuadro 12 arriba, porque para el alcance amplio no cabe el criterio de adyacencia. Son adyacentes los adverbios que están junto al elemento modificado (29) y no adyacentes los que están separados (30), sin embargo, para efectos del análisis, hemos considerado como adyacentes los casos en que entre el adverbio y el verbo hay un clítico y/o el adverbio de negación no, como en (29d), pues estos forman una unidad con el verbo, además de tener escasa estructura silábica —sea átona, como el clítico, o tónica, como la negación—.46 En general, considerados todos los periodos del corpus y todas las categorías modificadas, la adyacencia del adverbio en -mente a su categoría es, con mucho, la distribución más frecuente y puede 46 Como es lógico, los casos en que el adverbio está modificado por un adverbio: “le apalearon muy resiamente” (DLNE, 1629, 95.278) están considerados como casos de adyacencia, porque la forma que entra en relación de constituyente con la categoría es el adverbio modificado todo, una frase adverbial, de manera que los adverbios muy, tan, más, asaz, etc. no establecen relación alguna con la categoría modificada. 543 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE decirse que no marcada para estos adverbios: 87% (1841/2120). Hay diferencias interesantes entre las diversas categorías, mismas que serán analizadas más adelante. Los ejemplos de (29a) y (29b) muestran la adyacencia del adverbio, antepuesto y pospuesto, respectivamente, los de (29c) ejemplifican casos de adyacencia a la categoría modificada, donde el adverbio interrumpe los constituyentes internos de esa categoría: son los pocos casos de tiempos compuestos y perífrasis en que el adverbio se aloja en el centro de los dos constituyentes del núcleo verbal, y en (29d) se ejemplifican los casos en que un clítico o adverbio de negación se interpone entre el adverbio y el verbo. En (30a) aparecen ejemplos de no adyacencia respecto del verbo, los casos más comunes, y en (30b) respecto de otras categorías, que son casos aislados y, básicamente, de adjetivos. En los casos de no adyacencia, se resalta en cursivas el constituyente o constituyentes que interrumpe la adyacencia. (29) a. b. c. Vete, ca manifiestamente verás, quando entrares al león, la fortedunbre de lo que te yo dixe dél [Calila, 182] porque mostrase Dios lo que justamente deviese obrar [Cárcel, 134] y aunque todos eran bastantemente notorios para que mas se justificase su desconsuelo, suplicaron al Arçobispo... [Parayso, 11v] y que hay algo de dislocamiento o descuartizamiento en los conciertos, cuando no preside su organización un criterio netamente artístico [Nájera, 159] El comandante de la 21 zona militar hizo un recorrido y exactamente debajo de las astas banderas estaba uno de los seguros de las granadas [El Universal, 16-09-2008] comiença el primer moion en la cabeça de Naual Puerco... & dent por ffondon delos Sarçaleios commo ua derecha mient a la cabeça de Naual Puerco [DLE, 1276, 202.258] yurava Dios e amenazaba que al que non toviese este su mandamiento yl quebrantasse que él gele demandarié grievemientre [GEI, 2.541] Lastimado serás brevemente con la muerte de tu única hija [Celestina, 20. 332] porque todas las casas, sin excepción, estaban abiertas y abandonadas; pero ningunos víveres ni recursos. La única tienda, vacía completamente [Bandidos, 2.219] Manifiesto es que con vergüença el uno del otro, por no ser odiosamente acusado de covarde, esperáramos aquí la muerte [Celestina, 12.259] 544 ADYACENCIA DEL ADVERBIO A LA CATEGORÍA MODIFICADA d. (30) a. b. 6.8.3 Mientras pasaba en medio de la tenebrosa noche el drama sangriento que hemos fielmente referido, se fraguaba en... [Bandidos, 2.187] la fe de bautismo de Moctezuma III podría fácilmente encontrarse en una de las parroquias de México o de los pueblos del valle [Bandidos, 2.197] que era profetizado por el dios Apolo que su marido recebiría muerte si no huviese quien voluntariamente la tomase por él [Cárcel, 168] Todo esto y otras cosas que distintamente no me acuerdo me dijo el dicho padre [DLNE, 1692, 162.418] no fue porque los hubiera escuchado de veras sino porque angustiosamente los esperaba [Expediente, 14] Así que, quando quisiese fazer alguna cosa derechamente, afeitargela ía fasta que la fiziese [Calila, 129] Este curador falso me lo faze, que se sirve de mí continuamente [Calila, 260] El rey abiertamente en presençia de todos declaro su voluntad en gran daño de la prinçesa doña Ysabel [Enrique IV, 308] de modo que la música que aplaude una suele ser fastidiosa ordinariamente a el común de la otra [Hombre práctico, 142] y quando su natural no la inclinara a la virtud espontaneamente bastaran las amonestaciones [Parayso, 169v] Sin duda, incomparablemente es mayor tal galardón que el servicio, sacrificio, devoción y obras pías [Celestina, 1.86] El grado de adyacencia varía, como ya dijimos, según la categoría modificada. El verbo es la única categoría léxica que es flexible para construirse tanto con adverbios adyacentes como con no adyacentes, aunque predominan los primeros, como se ve en (29). La mayor adyacencia del adverbio modal al verbo era también una característica de la lengua madre latina (Pinkster 1972/2005:105-107). Cuanto menos adyacente y más alejado se encuentre el adverbio del verbo, ello será señal de que aquel no indica la manera en que se produce o expresa una acción, sino que su función será otra, por ejemplo, ordenar o secuenciar, topicalizar, enmarcar, valorar, etc. el discurso en que está el adverbio (véase infra §6.9). Con el resto de categorías léxicas, la adyacencia es casi categórica: > 98%. El cuadro 13, a continuación, muestra las frecuencias globales de adyacencia por categoría y confirma la flexibilidad del verbo frente a las restantes categorías léxicas para tomar adverbios adyacentes o no. Diacrónicamente, no hay cambios sustanciales. Las categorías nominales (adjetivo, sustantivo y pronombre) y el adverbio no experimentan cambio alguno en cuanto a la adyacencia o no cuando concurren con un adverbio en -mente que 545 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE Cuadro 13 Adyacencia del adverbio según categoría léxica modificada Verbo Adjetivo Sust. / Pron. Adverbio 78% (1277/1637) 100% (427/428) 100% (41/41) 93% (13/14) los modifica. El verbo sufre un cambio consistente en un ligero incremento de la adyacencia, 71% > 79%, comparados el primero y el último siglo estudiado, lo cual puede ser interpretado —como ocurría en el caso de la aparente ampliación de alcance, vista en el apartado anterior (cuadro 12)— desde dos perspectivas: como un cambio en la gramática, en el sentido de que el adverbio en -mente adquirió cohesión al modificar al verbo, cohesión que sería síntoma de gramaticalización, pero también puede ser interpretado como un cambio en los usos escriturarios, en el sentido de que en el español actual, pero no en los siglos XIII-XV-XVII, puede resultar afectado en la escritura más coloquial interrumpir la secuencialidad de modificado y modificador o de regente y regido en ciertas construcciones, sobre todo en aquellas que están próximas a colocaciones y construcciones, y exhiben cierto grado de lexicalización, como ciertos casos de V-OD en constructos verbonominales, perífrasis de diverso tipo, verbos con régimen prepositivo, etcétera. 6.8.4. Posición relativa y posición absoluta del adverbio Este apartado está estructurado en dos secciones: en primer lugar, analizaremos el orden relativo del adverbio en -mente respecto de la categoría modificada, y en segundo lugar, examinaremos el orden absoluto que ocupa el adverbio en su oración y/o tramo discursivo. Para efectos cuantitativos del análisis, en la primera sección los totales base del análisis son los 2 120 casos de alcance reducido del cuadro 12, divididos en subtotales que corresponden a las diferentes categorías léxicas modificadas, que serán analizadas en dos subapartados: uno dedicado al verbo y otro a las restantes categorías léxicas. El análisis de la segunda sección corresponde a los 962 casos de adverbios de alcance amplio del cuadro 12 arriba. En términos generales, la posición relativa del adverbio en -mente está en estrecha relación con la variable adyacencia analizada en el apartado anterior, ya que cuando el adverbio es adyacente respecto de la categoría modificada la posición relativa tiene, por lo regular, menor movilidad. El tipo de categoría léxica modificada también incide de manera notable en el orden relativo que ocupa el adverbio: si es el verbo, el adverbio en -mente tiene mucha más movilidad que si son categorías no verbales. Cuando el adverbio tiene ámbito o alcance de modificación sobre toda la oración o él mismo constituye una predicación autónoma 546 ORDEN RELATIVO DE ADVERBIO Y VERBO 6.8.4.1 suele tener bastante movilidad dentro de la oración, aunque suele ocupar, pero no necesariamente, los extremos inicial y, en menor medida, final de la oración o del tramo discursivo sobre el cual el propio adverbio está predicando. El orden relativo del adverbio respecto de su categoría está asimismo en relación con el significado aportado por el adverbio, que es una combinatoria, como veremos, del arrastre del significado de las bases adjetivas que se constituyen en raíz del constructo adverbial y del aporte semántico del contexto y de los verbos con los que concurre el adverbio en -mente (véase infra §6.9.2 y §6.8.6). 6.8.4.1. Orden relativo de adverbio y verbo Cuando el adverbio modifica al verbo, hay tres órdenes relativos posibles: verbo-adverbio, V-ADV, ejemplificado en (31a), adverbio-verbo, ADV-V (31b), y el adverbio interpolado entre los dos formativos o constituyentes de un tiempo compuesto o de una perífrasis: verbo-adverbio-verbo, V-ADV-V (31c). El orden preferido general es con el adverbio siguiendo al verbo, V-ADV, orden relativo que constituye 60% (982/1637) en promedio de los casos en que el adverbio modifica a un verbo, considerado el corpus en su totalidad. Esta frecuencia de posposición del adverbio sería bastante más elevada si pasáramos por alto el hecho de que los textos del siglo XV, de manera muy particular La Celestina, muestran una acusada preferencia por anteponer el adverbio al verbo, 61%, como se aprecia en los dos últimos ejemplos de (31b); de hecho, La Celestina —que fue analizada en su totalidad por tener un universo de palabras menor a la muestra considerada como base (véase supra §6.2)— presenta un 67% de orden ADV-V, frecuencia que sesga la tendencia general y no marcada del español de posponer el adverbio cuando este tiene alcance sobre el verbo. El promedio de anteposición del adverbio, ADV-V, es 35% (573/1637). El orden interpolado es bastante bajo: 5% (82/1637), promediando todos los siglos y textos que integran el corpus base. (31) a. e dixol assí: —Sal ya dell arca seguramientre tú e tu mugier e tus fijos [GEI, 1.58] todas las cosas hechas por la mano de Dios son buenas necesariamente [Cárcel, 156] riguroso el viento embistiendo con las olas soberbiamente, querían ofender las nubes [Rey gallo, 140.188] En una carta que revela el mal humor del artista,... dice a los ingleses que no quiere pertenecer “a ese bárbaro país” y que vive exclusivamente “para el único, verdadero y glorioso arte alemán” [Nájera, 30] 547 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE b. c. Hablaba, siempre que podía, al oído del interlocutor, guiñaba los ojos alternativamente, gustaba de frases de segunda y hasta tercera intención [Regenta, 1.144] Et el rey non deve justiçiar por sospecha nin en dubda fasta que claramente vea la cosa [Calila, 182] que deuie fazer ssegunt ellos ffizieron por que conplidamiente mereçiessen sser onrrados [Setenario, 23.7] en escuelas de educación media superior existen directores que flagrantemente están cometiendo el delito de usurpación de profesión [El Financiero, 19-09-2008] La segunda, que el que verdaderamente ama es necessario que se turbe con la dulçura del soberano deleyte [Celestina, 1.118] Es la que tiene mereçimiento de mandar a todo el mundo, la que dignamente servir yo no merezco [Celestina, 12.259] El omne deve solamente trabajarse de aver algo por sí mesmo [Calila, 256] y la cuestión está claramente resuelta en favor de los herederos de Moctezuma [Bandidos, 2.196] el drama sangriento que hemos fielmente referido, se fraguaba en... [Bandidos, 2.187] sin fuerza material, sobre todas las cosas visibles que han sido inmediatamente creadas por Dios [Pepita, 189] El cuadro 14 abajo presenta la diacronía de los tres órdenes relativos del adverbio en -mente y el verbo, con independencia de si el adverbio es adyacente o no al verbo. Se observa, si exceptuamos la discontinuidad del siglo XV, un lento decremento de la posposición del adverbio: siglo XIII: 73% > XVII: 66% > XIX: 64% > XXI: 64%, a favor de un ligerísimo incremento general muy tenue de anteposición del adverbio al verbo: XIII: 21% > XVII: 30% > XIX: 29% > XXI: 29%, Cuadro 14 Diacronía del orden relativo de adverbio y verbo XIII XV XVII XIX XXI V-ADV ADV-V V-ADV-V 73% (205/282) 32% (92/289) 66% (299/453) 64% (215/336) 64% (177/277) 21% (59/282) 61% (176/289) 30% (136/453) 29% (98/336) 32% (89/277) 7% (18/282) 7% (21/289) 4% (18/453) 7% (23/336) 4% (11/277) 548 ORDEN RELATIVO DE ADVERBIO Y VERBO 6.8.4.1 y debemos pasar de nuevo por alto el siglo XV en la presentación de la diacronía. El quiebre en el decremento de la posposición del adverbio y consecuente anteposición, como se observa en el cuadro 14, corresponde al siglo XVII, a partir de este periodo no hay cambios significativos, sino una esencial continuidad.47 La interpolación ha sido mínima en todas las etapas del español, algo mayor en los textos medievales y llamativa en algunos textos del siglo XIX, particularmente en el mexicano Los bandidos de Río Frío, casi perdida por completo en el siglo XXI.48 No es tarea simple, a nuestro parecer, valorar la diacronía del orden relativo del adverbio y el verbo para afirmar que se haya producido un verdadero incremento de la anteposición del adverbio. Como ocurre con otras variables analizadas, esta tendencia puede ser valorada desde dos ángulos. Por una parte, puede responder a un cambio diacrónico general hacia un adelantamiento —común en categorías modales y deícticas (Company 2006a, 2006b)— que permite al adverbio adquirir progresivamente nuevos valores subjetivos o valorativos. Por otra parte, puede no estar reflejando un cambio de lengua. Considerados globalmente los cinco siglos del corpus, ha habido, en efecto, una ligera tendencia hacia la anteposición, pero el siglo XV sesga u obstaculiza la interpretación de la evolución de la lengua y comparar el siglo XIII con el XVII, con un intervalo de 400 años, no es metodológicamente aconsejable ni aporta información gramatical diacrónica real. Lo que es notable es que a partir del siglo XVII en adelante hay una esencial continuidad, lo cual confirma la ausencia de cambios en el orden relativo. Esa tendencia a la anteposición puede deberse al diferente efecto semántico de la anteposición vs. posposición del adverbio, en términos del aporte comunicativo de mayor relevancia de la información que conlleva el adverbio antepuesto; puede deberse asimismo a los diferentes géneros discursivos de los textos que integran el corpus: las obras literarias anteponen más que los textos no literarios, los ensayos, tipo Hombre práctico o Rey gallo, anteponen por lo general más que las novelas, pero sin diferencias estadísticas significativas, al menos a primera vista, entre los diversos soportes textuales, o puede deberse a preferencias y rutinas creativas de determinados autores. El decremento de la interpolación 7% > 4%, comparados el primero y último siglo analizado, XIII y XXI respectivamente, recae en los tiempos compuestos del verbo y no tanto en las perífrasis verbales, ya que en estas se mantiene la 47 La ligera tendencia de anteponer el adverbio al verbo se constata ya al comparar los textos del siglo XIV con los del XIII: 8% más de anteposición (Colinas 2003), lo cual indica que esta tendencia ancla sus raíces desde antiguo y confirma la movilidad del adverbio. 48 Algunos autores, pocos en general, mencionan la posibilidad del adverbio de interrumpir la cohesión de los tiempos compuestos y las perífrasis, y es considerada incluso agramatical en algunas gramaticas del español actual. Egea (1979:287) considera que los adverbios intercalados cumplen una función intensificadora; Vigueras (1983:124) sigue a Egea; Rodríguez Ramalle (2003:43) hace mención de la posición postauxiliar del adverbio en los tiempos compuestos. 549 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE posibilidad de interpolación, aunque muy débilmente. Se produce una práctica pérdida total de la interpolación entre los formativos de los tiempos compuestos del verbo: hoy son inaceptables o muy afectados, aunque no sean del todo agramaticales, casos como *?ha abiertamente declarado su simpatía por el nuevo candidato, *?Juan ha rápidamente comprendido los problemas, pero son aceptables y frecuentes los casos de interpolación sobre todo en perífrasis de significado pasivo: el problema fue totalmente soslayado por el precandidato de la derecha (México, programa de radio). La interpolación tiene cierta presencia en perífrasis obligativas y son algo frecuentes también en oraciones incoativas —consideradas en algunos estudios como perífrasis—, aunque esa interpolación tiene un carácter marcado: y tras la expectación, comenzó lenta y suavemente a cantar su melodía preferida (México, programa de radio).49 El porcentaje de interpolación del siglo XXI recae fundamentalmente en los periódicos, de las dos áreas dialectales muestreadas en el corpus, España y México, y no en las novelas; en los primeros podría decirse que son relativamente frecuentes los adverbios interpolados, sobre todo en perífrasis de significado pasivo, como se aprecia en (32). (32) La elección de T. L., como jefa del partido gobernante en Israel, Kadima, ha sido mundialmente bien recibida por su condición de moderada [El País, 24-09-2008] el dinero que portaba A. estaba presuntamente destinado a la campaña electoral de la actual presidenta de Argentina [El País, 24-09-2008] para poner en aprietos a unos Empacadores que hasta el momento se han visto muy bien, aunque no han sido extraordinariamente exigidos [El Financiero, 19-09-2008] El orden relativo del adverbio y el verbo está en estrecha relación con la adyacencia o no de aquel a este. Cuando el adverbio sigue al verbo, es mayoritaria la adyacencia, si el adverbio precede la adyacencia es menor, como se aprecia en el cuadro 15 abajo, que muestra el contraste global para los cinco siglos con los dos órdenes relativos V-ADV y ADV-V —el 100% es la suma de esos dos órdenes en los cinco siglos, extraída del cuadro 14 arriba—; el cuadro no considera el orden interpolado porque en él no hay movilidad y, por tanto, no hay variación. 49 La diferente capacidad de interpolación debe interpretarse como un síntoma de la total gramaticalización y fijación de los dos formativos del tiempo compuesto que expulsa a cualquier constituyente alojado entre ambos, y también como síntoma de que en las perífrasis la gramaticalización es mucho menor. 550 6.8.4.1 ORDEN RELATIVO DE ADVERBIO Y VERBO Cuadro 15 Orden relativo y adyacencia de adverbio y verbo V-ADV ADV-V Adyacente No adyacente 72% (712/988) 47% (263/558) 28% (276/988) 53% (295/558) La anteposición del adverbio al verbo, ADV-V, es el orden ideal para que aquel debilite su función de adverbio de manera o adverbio del enunciado, se desvincule del núcleo verbal y amplíe su alcance para tener mayor ámbito de modificación. Las diferencias porcentuales del cuadro 15 arriba son interesantes: el orden que puede considerarse no marcado, esto es, con el adverbio pospuesto al verbo, tiene un 25% más de adyacencia que el orden antepuesto: 72% vs. 47%. El 53% global de no adyacencia con el orden ADV-V es un fuerte indicio de que este orden fue el que posibilitó, o a partir del cual se inició, la ligera ampliación del alcance de la modificación, hacia un adelantamiento, que presenta el corpus en el último corte cronológico. Los datos diacrónicos del corpus apoyan este debilitamiento del vínculo adverbio y verbo en el orden ADV-V pero no hay debilitamiento en el orden inverso: comparados los siglos XIII y XXI, primero y último siglo analizados, respectivamente, en el orden ADV-V fue la no adyacencia la que se incrementó: 11%, mientras que en el orden inverso, V-ADV, se afianzó la adyacencia: 18%, datos que confirman lo expuesto en el apartado anterior de que la lengua española experimenta un ligero incremento de la adyacencia del adverbio a su verbo. En otras palabras, en el orden ADV-V aumenta ligeramente la no adyacencia, de manera que el adverbio se puede desligar con cierta mayor facilidad del verbo modificado, y ello también significa, en nuestra opinión, que la anteposición, ADV-V, es marcada para el adverbio en -mente, porque cuando el adverbio sigue al verbo, aquel no se desligó semánticamente ni se separó formalmente de su verbo. En (33) y (34) a continuación se ejemplifican todas las posibilidades de orden relativo y adyacencia o no de adverbio y verbo: (33a) adverbio pospuesto adyacente, (33b) adverbio pospuesto no adyacente; (34a) adverbio antepuesto adyacente, (34b) adverbio antepuesto no adyacente. Cabe señalar que para los dos primeros siglos del corpus, XIII-XV, es realmente difícil documentar casos de anteposición y no adyacencia con alcance verbal. (33) a. Ca así commo alcança a la lengua flaqueza de non decir çiertamente el pensamiento del coraçón, otrosí... [Calila, 168] se abre cautelosamente una de las ventanas del castillo y aparece en ella el rostro encantador de una mujer [Nájera, 164] 551 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE b. (34) a. b. E mandó por esta razón firmemientre que la sangre de las animalias de comer que siempre... [GEI, 2.529] Por ende cumple que al médico como al confessor se hable toda verdad abiertamente [Celestina, 10.240] arbitrando sentenciamos e amigable mientre conponemos en esta manera o en esta forma... [DLE, 1275, 127.166] mas, triste de mí, que este descargo solamente aprovecha para conplir comigo [Cárcel, 109] E el qui primeramientre allí regnó después que la ganaron de cabo los primeros naturales, ovo nombre Leobio [GEI, 1.240] Era ya práctico en la cirugía, pues frecuentemente, después de una acción, ayudaba a los médicos y practicantes del regimiento [Bandidos, 2.213] El hecho de que el orden relativo del adverbio en -mente respecto a su verbo sea con el adverbio pospuesto permite establecer un paralelismo entre los órdenes básicos o no marcados del adverbio y del adjetivo respecto a su modificado: ambos pospuestos al modificado, ambas son categorías modificadoras, nominal la primera, esencialmente verbal la segunda. Este paralelismo debe ponerse asimismo en relación con el origen nominal de estos adverbios y con el hecho de que están formados con bases adjetivas. Por otra parte, la anteposición o posposición de un adverbio a un verbo produce, a nuestro parecer, un efecto de diferentes pesos semántico-informativos: cuando se antepone, la información que se pone de relieve es la del adverbio mismo (35a), ya que conlleva un efecto de contraposición de sí mismo con otro adverbio semánticamente opuesto: involuntariamente y no ‘voluntariamente’ en los dos primeros ejemplos, educadamente y no ‘ineducadamente’ en el último de (35a), y por ese contraste adverbial, y no vinculativo con el verbo, surge la interpretación posible de modificación extraverbal o desvinculada del verbo. En cambio, cuando el adverbio se pospone, (35b), no contrasta con otro adverbio, sino que simplemente describe la manera en que se está realizando lo expresado por el verbo: así, la expresión reciba agradablemente del Quijote en el primer ejemplo de (35b) no contrasta con ‘reciba desagradablemente’, sino que significa ‘de manera agradable / cortés’; igualmente, la expresión bebía alegremente de Bandidos, último ejemplo de (35b), no contrasta con ‘bebía tristemente’. En resumen, en la anteposición hay contraste semántico y pasa a un segundo plano, o a fondo, la descripción de la manera del evento; en la posposición, en cambio, hay descripción de un evento, no contraste de adverbios, y es el evento todo el que se pone de relieve. 552 ORDEN RELATIVO DEL ADVERBIO CON CATEGORÍAS LÉXICAS (35) a. b. 6.8.4.2 Don Pedro quiso recoger esta confesión, que involuntariamente salió de sus labios [Bandidos, 2.491] el Inspector General hizo una caravana o dio unos pasos inciertos que involuntariamente lo aproximaron a la única silla vacía en la sala [Expediente, 129] Le suplico que educadamente reciba a la persona que va de mi parte suplico le reciba agradablemente en su protección [Quijote I, Preliminares.6] pero en el salón se tocaba y se cantaba, se bailaba y se bebía alegremente como si nada hubiese pasado [Bandidos, 2.431] 6.8.4.2. Orden relativo del adverbio con categorías léxicas no verbales Cuando el adverbio modifica a adjetivos, sustantivos, pronombres o adverbios, la anteposición es la norma, 89% (430/483), además de la adyacencia categórica ya señalada. Con el adjetivo, la anteposición es absolutamente mayoritaria: 91% (389/428), promediando todos los textos y siglos que integran el corpus, y cualquiera sea el tipo de adjetivo (véase infra §6.9.2): tanto con adjetivos léxicos primarios (36a) como participiales (36b), el adverbio se antepone; la posposición también es posible, como se ejemplifica en (36c), pero puede ser calificada en términos generales de esporádica. No hay cambios diacrónicos dignos de ser notados. El orden ADJ-ADV es algo mayor en el siglo XVII, particularmente en los ensayos preilustrados, como Hombre práctico o Rey gallo, pero no es común en las obras literarias de ese siglo y menos aún en las no literarias; es ocasional, pero se documenta, en los ensayos de Nájera, ha desaparecido en los textos literarios del corpus del siglo XXI, aunque algún caso aislado se documenta en los periódicos actuales. Los datos del corpus confirman lo expuesto por otros autores para el español del siglo XX: el adverbio se antepone al adjetivo casi como regla (Egea 1979:166-169). (36) a. al qual con todos sus prinçipales fiço retraer a la çibdad de Esenia, que es maravillosamente fuerte [Enrique IV, 102] Fue el dolor claro está sumamente eficaz, y vehementissimo, pero no tubo con el primero comparacion alguna [Parayso, 190v] había relaciones anteriores e íntimas, no de asuntos privados, sino absolutamente políticos [Bandidos, 2.180] pongo en este amor mucho de infernal y de horriblemente ominoso [Pepita, 259] 553 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE b. c. En la cárçel pública están presos çiertos nuevamente convertidos [Tendilla, 70] Hay en esas obras pasiones muy bien movidas, escenas diestramente combinadas [Nájera, 106] El inglés director de las minas de Bolaños, estaba agonizando en Puebla, y mistress Allen en el mismo estado, con las narices enteramente perforadas [Bandidos, 2.53] Cuyo axioma, plausible solamente como lo suelen ser las agudezas y novedades, descubre bien examinado su falsedad en la práctica [Hombre práctico, 75] Suélese, no obstante, discurrir si... sería conveniente a los pueblos quedar libres enteramente de contribución [Hombre práctico, 213] Con respecto a las otras categorías léxicas no verbales, los escasos datos que nos proporciona el corpus —55 ocurrencias: 41 con sustantivos o pronombres, 14 con adverbios— indican que el sustantivo o el pronombre no parecen tener un orden preferente o no marcado, ya que puede aparecer antepuesto (37a) y pospuesto (37b) a esa categoría nominal, aunque se documenta con alguna mayor frecuencia pospuesto. Respecto del adverbio, los pocos casos documentados no permiten establecer una tendencia de orden relativo; repetimos aquí, como (38), algunos ejemplos de (1) de modificación adverbial, más un ejemplo de habla espontánea. Dada la exigua documentación, no es posible hablar de cambios diacrónicos en este punto de orden relativo de los adverbios en -mente. (37) a. b. (38) El meramente soldado se fastidia luego que no se habla de los sitios, batallas y otras operaciones [Hombre práctico, 264] El actualmente director del Museo de Antropología dijo a los medios que... [México, programa TV] Se le figuraba que Evaristo personalmente la acechaba a todas horas [Bandidos, 2.197] Con el brazo doblado dentro del yeso,... quieto, quietísimo, mío, completamente, mucho más que el billete que tenía escondido en el librero [Velasco, Diablo guardián, apud Reyes 2009] y sospechan absolutamente mal de todo Cometa [Torres Villarroel, Anatomía de todo lo visible, 1738-1752, España, CORDE] El comandante de la 21 zona militar hizo un recorrido y exactamente debajo de las astas banderas estaba uno de los seguros de las granadas [El Universal, 16-09-2008] Exactamemte así es como lo quería, gracias 554 ORDEN ABSOLUTO DEL ADVERBIO EN -MENTE 6.8.4.3 6.8.4.3. Orden absoluto del adverbio en -mente en su oración Este inciso, como dijimos, está elaborado sobre los 962 adverbios clasificados como de alcance amplio en el cuadro 12 arriba; esto es, adverbios cuyo ámbito de modificación es superior al de una categoría léxica, ya sea la oración, toda ella o muy ocasionalmente un complemento de la frase verbal,50 ya sea un tramo de la enunciación ya la enunciación completa, o bien un adverbio que tiene por sí mismo autonomía predicativa, los denominados marcadores, marcadores pragmáticos, marcadores del discurso, operadores, etc.; en este capítulo los hemos denominado adverbios de predicación autónoma. Cuando el adverbio modifica a la oración o él mismo constituye una predicación autónoma, tiene bastante flexibilidad posicional, ya que puede aparecer al inicio de la oración (39a), puede aparecer solo (39b), casi siempre al inicio del tramo discursivo sobre el que el adverbio realiza una predicación, puede aparecer en posiciones intermedias (39c), parentéticas o no, o puede aparecer al final de la oración o tramo discursivo, ya sea modificando a la oración (39d), ya sea de manera aislada (39e). (39) a. b. Et aun les muestra en muchos logares en guisa que lo puedan uer, e sennaladamiente a aquellos que en ello dubdan [Setenario, 248.16] hasta que ya los rayos illustrantes de tu muy claro gesto dieron luz en mis ojos, encendieron mi coraçón, despertaron mi lengua,... doblaron mis fuerças, desadormescieron mis pies y manos, finalmente me dieron tal osadía que me han traýdo con su mucho poder a este sublimado estado [Celestina, 12.261] Seguramente era la real cédula que debe encontrarse en el Ayuntamiento de Ameca y que usted fue a buscar [Bandidos, 2.196] Obviamente estaríamos a la disposición de esta Comisión de Hacienda para discutir cualquier corrida que considere prudente [El Financiero, 19-09-2008] —¡Indudablemente! —corroboraba doña Petronila [Regenta, 1.515] ¡Oh! ¡mucho! ¡evidentemente! ¡conforme! [Regenta, 1.129] Atentamente, el Jefe de la Sección de Cancillería [Expediente, 71] Teóricamente, porque eso jamás ocurre en la política [México, programa TV] 50 Considerados para este apartado, para evitar la atomización de datos, como de alcance oracional porque son realmente pocos, ejemplificados en (2ab) y (26c), comparados con el total de adverbios que modifica a toda la oración. 555 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE c. d. e. Y si la sala se le llena cuando da El trovador y se le queda vacía cuando da El buque fantasma, hace perfectamente en dar El trovador [Nájera, 189] y el primer ensayo ha sido afortunadamente muy feliz [Najera, 160] y pensó, naturalmente, que la casualidad le proporcionaba saber de este mocetón y de sus dos compañeros más de lo que deseaba [Bandidos, 2.431] Ana admiró en silencio la fuerza de su padre espiritual... fortaleza en que ella tenía, indudablemente, una defensa segura [Regenta, 1.515] los Pumas, que, decididamente, no han hecho lo que deberían esta temporada [México, programa TV] Pero entre las de entrambas especies u orígenes a que se reduce toda nobleza, crece o disminuye su estimación verdadera según la opinión de los hombres, no según lo que ello sea realmente [Hombre práctico, 185] Faltole al Convento Real de Jesus Maria una fortissima columna sobre que estribava todo el peso de la religion, y de la observancia seguramente [Parayso, 169v] Los hugonotes pueden ser silbados justamente [Nájera, 47] —¿Crees que le den el puesto que acaba de solicitar? —Probablemente51 Por inicio o final, entendemos, para fines operativos del análisis, adverbios con alcance oracional en inicio absoluto de su oración, adverbios autónomos predicativamente y también los casos en que el adverbio está precedido de una o dos palabras. Pueden ser palabras gramaticales: pero psicológicamente, puede tener consecuencias; pues obviamente, no; pero pues francamente, no sé qué decirte; y realmente, no me importa lo que opinen, o pueden ser adverbios de escasa estructura fónica, sí, no, ya: sí, naturalmente que lo tendré listo; ya realmente, ya ni la amuelas. El mismo criterio vale para los casos de posición final, aunque en estos es más frecuente la posición final absoluta. En cuanto a la posición intermedia, con alguna frecuencia, en las ediciones empleadas, el adverbio aparece entre comas,52 o en una lectura de hablantes 51 De hecho, los casos de posición final absoluta, como el ejemplificado en (39e), podrían ser considerados, desde otro ángulo, como posición inicial en cuanto que da pie a una nueva conversación o intervención del interlocutor. 52 Debe ser tomada con mucha cautela, como ya dijimos, la puntuación de los textos antiguos, así sean ediciones críticas que siguen rigurosos criterios ecdóticos, porque nunca sabremos en realidad cómo hablaban o leían nuestros antepasados. 556 ORDEN ABSOLUTO DEL ADVERBIO EN -MENTE 6.8.4.3 actuales, realizaríamos pausa ligera otorgando estatus de posición parentética al adverbio. Es bien sabido, y señalado en todos los estudios, que los adverbios oracionales y de predicación autónoma tienen correlatos suprasegmentales siempre, pero es imposible hacer un análisis adecuado de este aspecto en un corpus escrito, básicamente de español antiguo. Para efectos de esta variable, no hemos tomado en cuenta si se trata de una oración principal o subordinada. Las posiciones posibles ejemplificadas en (39) no tienen la misma frecuencia de empleo: la inicial es por mucho la preferida: 51% (491/962), seguida de la posición intermedia: 41% (394/962), sean que ocupen una posición parentética clara o simplemente intermedia con alcance oracional, y la final es muy poco frecuente: 8% (77/962). El fuerte contraste cuantitativo entre posición inicial y final puede obedecer a que los adverbios en -mente de alcance amplio conllevan, en esencia, valoraciones o evaluaciones sobre información conocida o previsible a partir de lo dicho por el hablante o su interlocutor, de manera que la posición inicial responde al flujo informativo usual en la mayoría de las lenguas, por el cual la información conocida precede a la nueva. Además, la posición inicial es una colocación privilegiada para atraer la atención del interlocutor, poner énfasis en algún aspecto (Givón 1988:10 ss.), establecer un marco, tópico o posicionamiento a partir del cual el hablante emitirá una opinión, o indicar que la información estará secuenciada en tramos informativos diversos; todos estos ángulos semántico-pragmáticos pueden ser codificados por los adverbios en -mente, sean oracionales o predicativos autónomos. El cuadro 16, a continuación, muestra la diacronía de estas tres posiciones. Se ve claramente que las posiciones preferidas en todos los siglos son inicial o media y que, comparada con estas, la posición final puede ser considerada como poco común e incluso esporádica en algunos periodos. Cuadro 16 Posición absoluta de adverbios oracionales y de predicación autónoma XIII XV XVII XIX XXI Inicial Media 41% (51/125) 45% (76/168) 51% (107/210) 54% (113/210) 63% (157/249) 51% (64/125) 45% (76/168) 36% (76/210) 39% (82/210) 32% (80/249) Final 8% 10% 13% 7% 5% (10/125) (16/168) (27/210) (15/210) (12/249 El cuadro 16 muestra un incremento ligero pero sostenido de la posición inicial: siglo XIII: 41% > XV: 45% > XVII: 51% > XIX: 54% > XXI: 63%, que se realiza a expensas de un decremento de la posición media que baja de 51% > 32% 557 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE comparando el primero y último siglo analizado, XIII y XXI, respectivamente. La posición final, escasa en todos los siglos, no parece intervenir en este reequilibrio de aumento y descenso frecuencial de las posiciones inicial y media, ya que se mantiene por abajo del 10% con un repunte en el siglo XVII que se debe, fundamentalmente, a los textos ensayísticos Hombre práctico y Rey gallo. El afianzamiento de la posición inicial debe ponerse en relación con el adelantamiento del adverbio a su verbo visto en §6.8.4.1, adelantamiento tenue pero que hizo posible desvincular o desligar al adverbio como modificador del verbo y evolucionar de adverbio del enunciado o de manera hacia adverbio de la enunciación o del modo, enunciado > enunciación, mediante la adquisición por parte del adverbio en -mente de nuevos significados más subjetivos y valorativos o más fuertemente subjetivos, tal como ha sido señalado en numerosos trabajos especializados como el camino diacrónico usual de las expresiones modales o subjetivas (Company 2006a, 2006b, 2011; Traugott 2005, 2010). Sin embargo, debemos ser, de nueva cuenta, cautelosos con la evidencia diacrónica, a primera vista positiva, que ofrece el cuadro 16, ya que puede ser valorada como una muestra de la evolución de la lengua o como un reflejo de la evolución de las modas literarias y las tradiciones discursivas. Por una parte, el cuadro 16 permite afirmar que los adverbios tienden, con el paso del tiempo, a situarse en posiciones iniciales que les permiten desligarse de los constituyentes oracionales y cargarse semánticamente de nuevos significados modales más subjetivos; pero, por otra parte, también permite decir que podríamos estar ante cambios en las tradiciones discursivas y no ante cambios en la lengua real —por más que los textos escritos sean lengua real—, y por ello, los textos del siglo XXI se acercan o reproducen más fácilmente la inmediatez comunicativa de la oralidad, de ahí el aumento a 63% de posición inicial de adverbios en -mente en el español actual, frente a 41% del siglo XIII. Volvemos a insistir en el hecho bien conocido y señalado en este capítulo de que en cualquier etapa de la lengua española, y aún desde el propio latín, se registran adverbios en -mente con alcance de modificación sobre toda la oración y que es un verdadero problema de la lingüística histórica decidir si una cierta documentación corresponde a hechos recurrentes de lengua, más allá de la escrita y la literaria, de la misma manera que es un problema insoluble decidir si la ausencia de documentación corresponde o no a ausencia de la lengua. No sabremos nunca si nuestros antepasados medievales o áureos empleaban o no adverbios autónomos de nivel discursivo del tipo afortunadamente, evidentemente, naturalmente. No sabremos nunca si el adelantamiento que reflejan los cuadros 14 y 16 anteriores se debe a cambios en la lengua, a cambios en las tradiciones textuales o a ambos cambios en interacción. En resumen, como ya hemos señalado para otras zonas de este capítulo, la modalidad adverbial 558 COORDINACIÓN DE ADVERBIOS 6.8.5 se nos muestra como un terreno de arenas movedizas en lo que a la relación entre lengua escrita y lengua oral se refiere. 6.8.5. Coordinación de adverbios La coordinación de adverbios en -mente es una posibilidad estructural del sistema del español en cualquier época, pero en el uso real de los textos —literarios y no literarios— son escasísimas las ocurrencias de coordinación: 114 casos, considerados todos los siglos y textos que integran el corpus base: 4% (114/3082). Con todo, esas secuencias muestran cierta variedad estructural en cuanto al lugar que ocupa -mente en la secuencia coordinada y en cuanto a las posibilidades categoriales de los miembros que se coordinan. El escaso 4% de coordinaciones en un corpus textualmente tan diverso, extenso en el tiempo y cuantitativamente nada desdeñable confirma dos hechos: uno, el aspecto ya tratado de que este tipo de adverbios es reacio a entrar en relaciones internas y prefieren, como ya dijimos, aparecer solos en la narración; dos, que el mucho peso fonológico de estas formas adverbiales, todos polisilábicos, es un obstáculo para crear cadenas sintagmáticas complejas. El cuadro 17 a continuación muestra la diacronía general de la coordinación. Se observa que es casi categórica la no coordinación: arriba de 90% de estos adverbios aparece solo. Se observa asimismo un decremento importante del siglo XIII al XV: 7% > 3%, y a partir de ahí una esencial estabilidad cuantitativa mantenida hasta el español actual. El relativo mayor empleo de coordinación en el primer siglo analizado puede deberse al hecho de que hay un importante porcentaje de fórmulas jurídicas con coordinación en los DLE de ese periodo, particularmente la construcción oreginal et fielmente concertados. Curiosamente, la coordinación constituye una nueva paradoja en la larga lista de paradojas, ya comentadas, caracterizadoras de los adverbios en -mente (véase Cuadro 17 Diacronía de coordinación de adverbios XIII XV XVII XIX XXI No coordinación Sí coordinación 93% (392/421) 98% (507/525) 97% (758/780) 96% (673/699) 97% (638/657) 7% (29/421) 3% (18/525) 3% (22/780) 4% (26/699) 3% (19/657) 559 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE supra §6.1). En este caso, la paradoja radica en el contraste entre uso y teoría: unas pocas ocurrencias hacen mucho “ruido teórico” y generan muchas menciones en la bibliografía, porque la coordinación es zona de prueba privilegiada en estos adverbios para mostrar el aparente débil grado de gramaticalización del constructo en el español y para mostrar el estatus de los constituyentes coordinados. En cuanto al lugar que ocupa el formativo -mente en la coordinación, se documentan tres posibilidades en el español: -mente en el último miembro de la coordinación (40a), -mente repetido en cada miembro (40b), -mente en el primer miembro de la coordinación (40c). Nunca aparecen en el corpus base coordinaciones con el formativo apocopado: -ment, sino siempre con el pleno -mente, con o sin diptongo con o sin vibrante, señal, por otra parte, de que la apócope de este formativo adverbial no es resultado vernáculo del castellano (véase supra §6.6.2). Las tres posibilidades de (40) se documentan en el siglo XIII e inicios del siglo XIV. A partir de mediados del siglo XIV se generaliza (40a) con -mente al final de toda la secuencia coordinada como la coordinación estándar del español, aunque en la lengua oral contemporánea cuidada no es infrecuente escuchar coordinaciones con repetición de -mente (40d). (40) a. b. c. por que las oraçiones que él dixiere ssean oýdas con Dios e la ssu alma uenga blanca e linpiamiente antél [Setenario, 251.25] Y mas quando tan discreta y admirablemente nos lo describe [Parayso, Aprobación.2] Sardou... busca mañosa y diestramente aliados en el escenógrafo [Nájera, 105] Los campesinos bolivianos levantaron ayer parcial y temporalmente,... el cerco que durante casi 10 días han mantenido... [El País, 24-09-2008] mas fablava mansamente et cuerdamente [Calila, 252] mas quien quiere servir a rey sanamente et verdaderamente sin falago, pocas vezes acontesçe que se le pomga en bien su fazienda [Calila, 307] dó que lo ayades siempre por juro de heredat quitamientre e libremientre como lo que en el mundo mejor [Anónimo, Donación de Fernando III a la orden de Santiago, 1248, CORDE] merçet que les fazemos, que vendan e compren francamientre e libremientre en sus casas sus pannos [Anónimo, Privilegios reales, 1253, CORDE] quier de compra, quier de donadíu, por mia alma e por bienes que recebí del monesterio sobredicho e espero recebir espiritalmiente 560 COORDINACIÓN DE ADVERBIOS d. 6.8.5 e temporal [Anónimo, Donación al monasterio de Moreruel, 1255, CODEA] así commo la moneda non se puede ffazer conplidamiente nin derecha a menos de ssiete cosas [Setenario, 42.32] non querién bevir en paz et en asesiego, sinon con bolliçio et con rebuelta, castigándolos cruamente et brava [Don Juan Manuel, Libro de los estados, apud Colinas 2003] ¿Qué mereçió el su poderío et la su onra; por qué tan desonradamente et tan falsa, et con tal traiçión, de los suyos fue priso? [Don Juan Manuel, Libro de los estados, apud Colinas 2003] para develarnos radicalmente y dramáticamente nuestra alma [México, conferencia] Es necesario trabajar institucionalmente y coordinadamente [México, conferencia] ¿Podría usted decirnos brevemente y sintéticamente cuáles son los efectos de estas drogas? [Programa de radio Si yo fuera presidente, 2007, España, CREA] En textos de influencia aragonesa, o expedidos en zona aragonesa, es posible documentar coordinaciones con el formativo adverbial apocopado, como muestra el ejemplo de (41). (41) asi xpianos como moros con sus mugeres e sus fijos companyas puedan salvament e segura con todos sus bienes e sus cosas venir tro el Portixol [Anónimo, Documento de la entrega de Elche al rey de Aragón, 1296, CORDE] Los ejemplos de (41) y (40c) arriba tienen en común exhibir el formativo -mente en el primer miembro de la coordinación, y, a nuestro parecer, esa secuencia es dudosa como genuinamente castellana, porque se aproxima a la norma del occitano y catalán vista antes (véase supra §6.5): son textos castellanos pero con influencia de un iberorromance oriental y/o galorromance. Así sean ejemplos procedentes del Setenario de Alfonso X o del Libro de los estados de don Juan Manuel, creemos que los casos de (40c) y (41) no reflejan la pauta vernácula castellana de coordinación de adverbios en -mente, como sí la reflejan los de (40ab) y (40d), entre otras razones porque no llegan ni a cinco casos en el corpus base y porque la gran mayoría de casos de documentos jurídicos del corpus adicional tiene procedencia geográfica no castellana. Estamos de nuevo, en esta área de la gramática, ante el problema del contacto lingüístico en la Castilla y León medievales: la temprana generalización de la forma no diptongada -mente, anali561 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE zada con anterioridad (véase supra §6.6.2), y las secuencias de coordinación con -mente en el primer miembro (ejemplos de 40c y 41) apuntan, de manera clara, a una situación de intenso bilingüismo con lenguas del oriente de la península ibérica y/o galorrománicas. Las tres posibilidades estructurales ejemplificadas en (40) tienen una muy desigual frecuencia de empleo en la historia del español. En todas las épocas, la coordinación absolutamente mayoritaria ha sido con -mente en el último miembro de la secuencia coordinada: arriba del 95% de todas las coordinaciones documentadas. Los ejemplos de (40b) y (40d), con repetición de -mente en ambos miembros, son relativamente frecuentes en la documentación jurídica medieval y no son infrecuentes en la lengua oral actual. Los de (40c) son esporádicos y pueden ser calificados de curiosos o extraños para la pauta castellana de coordinación de adverbios en -mente. Estamos ante una nueva paradoja, esta vez respecto al estatus de la gramaticalización, puesto que hay evidencia tanto para argumentar una gramaticalización cumplida como para defender una gramaticalización débil. Por un lado, los ejemplos de (40b) son significativos de que la gramaticalización estaba totalmente cumplida en el español ya en el siglo XIII y posiblemente antes, puesto que se repite el formativo adverbializador; esa gramaticalización cumplida se confirma en los ejemplos orales de (40d) con repetición de -mente. A favor de que la gramaticalización estaba cumplida desde temprano, como creemos, está el hecho de que en las coordinaciones de estos adverbios no es posible interponer otro constituyente, lo cual es síntoma de alta cohesión, como se ve en (42a) abajo, a diferencia de otras coordinaciones que admiten interpolacion de constituyentes ajenos a la secuencia coordinada, (42b), sin dificultar la lectura coordinante. (42) a. b. *lo hizo mala, a medias, pero simpáticamente *?La besó suave, bajo el cielo, y apasionadamente Juan, a eso de las diez, y Pedro, algo más tarde, llegaron a la fiesta Por otro lado, el hecho de que la norma en todas las épocas del español sea que el primer miembro de la coordinación carezca de la terminación en -mente es muestra de que el adverbio en español no ha completado el proceso de gramaticalización, de que no ha llegado al estatus de morfema derivativo, con repetición obligatoria en cada base adjetiva, y de que el constructo todo no tiene un estatus cabal de palabra simple, de ahí que el formativo -mente tenga alcance para los dos o más miembros coordinados (véanse supra §§6.3, 6.6.3). La no repetición de -mente en todos los miembros es sin duda síntoma de débil gramaticalización, pero es posible que el avance hacia la completa gramaticalización hubiera estado inhibido durante siglos por el hecho estilístico de que la 562 COORDINACIÓN DE ADVERBIOS 6.8.5 lengua española estigmatiza las repeticiones léxicas, a diferencia, por ejemplo, del inglés que no rechaza la repetición. En cuanto a las posibilidades funcionales de coordinación, los adverbios en -mente establecen relaciones de coordinación bastante flexibles en cuanto a los nexos coordinantes, los miembros coordinados y el tipo funcional de coor-dinación. Empleamos coordinación como un término de cobertura para coordinación, yuxtaposición y secuencias comparativas. Los nexos coordinantes son, fundamentalmente, la conjunción coordinante y —o sus variantes e y et —, ejemplificadas en (40ab) y (40d) arriba, la forma negativa de esta conjunción, ni o e non (43a), y con mucha menor frecuencia la conjunción disyuntiva o (43b), las adversativas mas, pero, sino (43c), las secuencias comparativas (43d) y la yuxtaposición (43e); estas últimas parecen ser exclusivas de un estilo literario muy cuidado (RAE 1973:§2.4.10). (43) a. b. c. d. e. y para principio de su nuevo estado hizo voto de no pecar mortal ni venialmente [Parayso, 189v] me remito a la corrección de V.E.,... protestando que no ha sido maliciosa ni cautelosamente [Lope de Vega, Cartas, apud Reyes 2009] e sy el arçobispo temeraria o locamente darla quisiesse, muy por çierta tenian la vitoria [Enrique IV, 209] Y el personaje simpático es el que, sincera o no sinceramente, le dice al padre: —Esa niña es muy hermosa [Nájera, 154] de ahí se desprende que la posición de la mujer no está determinada biológica sino culturalmente [Lamas, Diferencia sexual, apud Reyes 2009] los políticos actúan tan sagaz como sabiamente pueden en época electoral, pero los resultados son escasos [México, programa de radio] Y no hace gestos teatrales, ni se le eriza el cabello, ni parece que se enoja: natural, sencillamente, con la sangre fría de un verdadero general en jefe, dispone la batalla y da sus órdenes [Nájera, 161] él lo odiaba subjetiva, minuciosamente, con un odio final [Expediente, 25] Decidió que era hora de empezar a desaparecer, y que lo haría obsesiva, sistemáticamente [Velasco, Diablo guardián, apud Reyes 2009] Los adverbios en -mente pueden aparecer también en coordinación con otras estructuras (44). Con adverbios de modo, mejor, bien (44a), lo cual es prueba de que aquellos codifican la modalidad adverbial; con bien parece formar una construcción fija, casi formulaica, en el español medieval: bien e X-mente: bien e 563 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE fielmente; bien et complidamjent / bien et complidamientre (Setenario, 178.27). Se coordinan con adverbios no modales (44b), con otras estructuras adverbiales (44c) y con frases prepositivas que operan como complementos circunstanciales de modo (44d), lo cual ayuda a interpretar el estatus funcional de un buen número de estos adverbios como equivalentes a complementos circunstanciales de modo. (44) a. b. c. d. & que nos diessen el diezmo & la renta bien & complida mjent en cadanno [DLE, 1278, 64.97] Por ende, muy encargadamente y luego mandad que esto se cunpla al pie de la letra [Tendilla, 21] ca diz que levavan estonces la dozena part de los bienes de la tierra solamientre e non más [GEI, 2.682] Tres días después nadie se acordaba ya de los dos valentones de Tepetlaxtoc, muertos heroicamente y como buenos [Bandidos, 2.415] do & ffranqueo & otorgo libre mente & sin entredicho ninguno & sin toda condición [DLE, 1270, 350.464] que porque Moisén dixo assí en cabo del quinto capítulo del Génesis embueltamientre e sin otro departimiento [GEI, 1.85] Buen entendimiento auya en las cosas; ca sienpre las entendíe sanamiente e a la mejor parte [Setenario, 12.11] Pero ssi alguno demandasse licençia maliçiosamiente o con enganno [Setenario, 213.26] Una característica recurrente de los adverbios en -mente cuando entran en coordinación es que con mucha frecuencia lo hacen en fórmulas fijas, colocaciones acuñadas por siglos, sin posibilidad alguna de alterar el orden de los miembros coordinados, como se ve en (45). Estas secuencias son prueba de que la continuidad es parte inherente de la evolución de la lengua y de que la repetición y el carácter formulaico son consustanciales a la construcción de la gramática (Bybee 2010:cap.1). (45) Entonces se declaraban los conceptos amorosos del alma simple y sencillamente, del mismo modo y manera que ella los concebía [Quijote I, 11.98] Y no porque ocurra en un país determinado un atropello a la libertad de expresión... simple y sencillamente debamos todos quedarnos callados y voltear la mirada a otro lado [La Jornada, apud Reyes 2009] Te lo digo llana y simplemente para que atiendas las indicaciones 564 COORDINACIÓN DE ADVERBIOS 6.8.5 La coordinación de adverbios en -mente sigue el mismo patrón que la coordinación de algunos compuestos cuando estos comparten significado, por afinidad o contraste, en donde sólo se expresa el compuesto completo en el último miembro, como se ejemplifica en (46). En este sentido la coordinación vuelve a ser zona de prueba de la gramática porque arroja luz sobre el conflictivo estatus morfológico de los adverbios en -mente (véase supra §6.6.1), e inclina la balanza hacia un análisis como palabras compuestas y no como derivados, sin que por ello dejen de tener un estatus morfológico de huidizo acotamiento. (46) El libro es una desolada reunión de recuerdos, de agridulces olvidos bien y malcurados [Carballo, 83] No sé si son dineros bien o malhabidos [México, programa TV] Un problema complejo, que no suele estar explícitamente abordado en la bibliografía consultada, es cuál es la naturaleza categorial del primer miembro de la coordinación en los casos en que existe un solo formativo -mente sobre el último miembro coordinado. El análisis tradicional es que se coordinan dos adverbios de modo con elisión del formativo -mente en el primer miembro o, en otras palabras, el formativo -mente tiene alcance para las dos bases adjetivas (Kovacci 1999:§11.1.2.1). Este análisis es claro en la mayoría de los casos, sobre todo cuando la base adjetiva tiene terminación en femenino, pero en otros casos cabrían interpretaciones alternativas: por ejemplo, que se están coordinando dos adverbios plenos, uno corto o adjetivo adverbial y uno largo, o uno largo y uno corto: lo hizo lentamente pero constante.53 Los datos del corpus indican que no parece posible un análisis estructural único en cuanto a qué categorías se coordinan: hay casos donde parece claro que se coordinan dos bases adjetivas con un solo formativo adverbial en el último miembro con alcance para las dos bases (47a), porque el primer miembro no parece tener autonomía como adjetivo adverbial en esa secuencia o es dudosa su gramaticalidad; hay casos en que parece que se están coordinando adverbios cortos y adverbios largos (47b), sobre todo por la elevada productividad de aquellos, y aun hay casos donde parece que se están coordinando adjetivos simples y adverbios (47c) donde los primeros parecen operar como predicativos del verbo más que como adverbios. En todos los casos, se cumple el requisito de equivalencia funcional, porque son modificadores del verbo o de la oración.54 Ejemplo tomado de Kovacci (1999:§11.1.2.1) pero considerado agramatical por la autora. Serían aspectos que habría que estudiar para iluminar este problema, entre otros, el tipo de verbo concurrente, el grado de habituación o fijación de la secuencia coordinada y la posición relativa de los dos miembros coordinados. 53 54 565 6.8 (47) ADVERBIOS EN -MENTE a. b. c. Te lo digo simple y sencillamente para que me entiendas ?Te lo digo simple para que me entiendas Respire hondo y pausadamente e la ssu alma uenga blanca e linpiamiente antél [Setenario, 251.25] Et obra en cada una dellas ssegunt conuyene, en las almas spiritualmiente e en las de los cuerpos tenporal [Setenario, 38.11] 6.8.6. Omisibilidad: adverbios facultativos vs. obligatorios En los estudios especializados sobre adverbios en -mente suele hacerse una distinción entre adverbios circunstanciales facultativos u omisibles, que son aquellos que pueden ser omitidos sin alterar el significado referencial de la oración en que aparecen ni alterar la estructura argumental del verbo, y adverbios circunstanciales obligatorios o no omisibles, en tanto que su eliminación altera el significado de la oración y las relaciones argumentales. Kovacci (1999:§11.3.2) señala: “Los circunstanciales pueden ser obligatorios cuando realizan papeles semánticos exigidos por la estructura argumental del verbo”, los facultativos son aquellos que no son exigidos por el significado del verbo. Los adverbios que concurren con verbos como tratar, sentirse, comportarse, desempeñarse, vivir, pronunciar, hablar, interpretar, etc. suelen ser obligatorios, en opinión de la autora. Por ejemplo, en la oración mi abuelo vive modestamente el adverbio es obligatorio o no omisible porque esa oración no es, desde el punto de vista semántico, equivalente a mi abuelo vive, ya que esta no implica a aquella; igualmente, Juan habla correctamente no está implicada en Juan habla, por lo tanto no son equivalentes y, por lo tanto, el adverbio correctamente es obligatorio. En perspectiva diacrónica, la +/- obligatoriedad es interesante porque la obligatoriedad implicaría que la gramaticalización del adverbio habría llegado a un grado muy avanzado ya que el adverbio pasaría a formar parte de la estructura argumental de forma obligatoria. En perspectiva diacrónica, sin embargo, consideramos que es una variable huidiza para ser adecuadamente analizada, por tres motivos al menos: en primer lugar, porque es obvio que la presencia del adverbio aporta un significado peculiar o específico a esa oración, no está en la estructura sintáctica de manera gratuita sino por algún significado que el hablante, narrador o escritor quiere aportar, y en ese sentido todos los adverbios serían “obligatorios” desde el momento en que están en un discurso dado. En segundo lugar, la gran mayoría de adverbios es sustituible, aunque la conmutación cambie el significado oracional, y por ello todos los adverbios son omisibles o facultativos porque aceptan alternancia paradigmática. Por último, pero lo más importante, en un corpus cerrado que recoge en lo esencial estados 566 OMISIBILIDAD: ADVERBIOS FACULTATIVOS VS. OBLIGATORIOS 6.8.6 pretéritos de la lengua española es muy difícil manipular los datos, ya que no es posible saber si la omisión de una determinada forma arrojaba una estructura posible o no, gramatical o no, en ese estado de lengua dado. Aun así, si seguimos la perspectiva de Kovacci (1999:§§11.3.2.1-11.3.2.2), el corpus indica que la gran mayoría de adverbios en -mente es omisible: 89% (2743/2082), y por ello funcionan como complementos circunstanciales de diverso tipo, y que sólo en un pequeño número de expresiones adverbiales, la omisión del adverbio —desde nuestra perspectiva de hablantes actuales— altera la estructura argumental. Hemos restringido la noción de ‘omisibilidad’ a un criterio básicamente sintáctico, de ahí que la estemos tratando en el apartado de sintaxis, a diferencia de otros trabajos que tratan este aspecto en la semántica adverbial. Para efectos del análisis, hemos considerado omisibles todos los adverbios cuya presencia o ausencia no afecta las relaciones sintácticas de la oración, que no son requeridos para realizar una predicación completa ni su ausencia genera una oración carente de sentido, como los ejemplificados en (48). Son no omisibles, (49), los adverbios que pertenecen a estructuras sintácticas mayores (49a), que generan una oración carente de sentido o adquieren un sentido distinto si se omiten (49b) o que establecen una particularización, un marco o un tópico en función de los cuales existe el tramo u oración que siguen (49c). El corpus base no arroja luz para poder decir que se haya producido un movimiento hacia la obligatoriedad de estos adverbios. (48) (49) a. Et dizen que en el prado, que él primeramente andava, que un omne cogía yervas [Calila, 124] y después que largamente con él caminé, vile meter en una prisión dulce para su voluntad y amarga para su vida [Cárcel, 95] sin reservar aun las cobijas y ropa de vestir de sus mugeres y suyas, como lo vio en algunas ocasiones y oyo decir generalmente entre dichos naturales este testigo [DLNE, 1694, 169.442] ¿Quién le juzgará tan breve, que no gobierne con tiento el curso de la vida, tasando cuerdamente tan breve distancia? [Rey gallo, 127.7] y veía que iba a ser completamente derrotado por ese traidor y terrible enemigo invisible al que era imposible combatir [Bandidos, 2.226] Rossini es el gran traductor de Schiller, porque lo tradujo maravillosamente en todos los idiomas [Nájera, 121] el comité de fiscalización que propusieron PAN, PRI y FAP, respectivamente [El Financiero, 19-09-2008] bien sabes tú cuán sanamente lo hize [Cárcel, 153] 567 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE b. c. y no solamente dio fe a lo que veía, que no era nada, mas a lo que imaginava, que era el todo [Cárcel, 113] Sudaba y trasudaba con tales parasismos y accidentes, que no solamente él, sino todos pensaron que se le acababa la vida [Quijote I, 17.150] también lo es que, según el acaso (humanamente hablando) hace durar más tiempo en un estado personas sabias [Hombre práctico, 210] De lo que hoy se representa, lo más educativo, literariamente hablando, es El rey que rabió [Nájera, 110] Todo sucedió instantáneamente [Expediente, 38] Las malas voluntades temidas deven ser, et mayormente las que son en los coraçones de los reyes [Calila, 275] commo el enffermo que ha la fiebre, e mayormiente en la cabeça, sse le antoian muchas cosas que non sson assí [Setenario, 48.2] Deportivamente, México no termina de ser el país que todos quisiéramos [México, programa TV] Los adverbios de (48) son omisibles o facultativos porque los constituyentes de la oración mantienen inalteradas sus relaciones sintácticas y de significado referencial; así, las oraciones de (48) que en el prado, que él (...) andava; después que (...) con él caminé; oyó decir (...) entre dichos naturales; iba a ser (...) derrotado están completas, sintáctica y semánticamente, sin sus respectivos adverbios, si bien el significado no es obviamente el mismo al omitirlos. Los adverbios de (49), en cambio, son no omisibles porque la oración se vuelve agramatical o carece de sentido o adquiere un significado referencial completamente distinto al elidir el adverbio, como se ve en los siguientes enunciados agramaticales: *?bien sabes tú (...) lo hize; *lo más educativo, (...) hablando, es...; *las malas voluntades temidas deven ser, et (...) las que son en los coraçones de los reyes; *el enffermo que ha la fiebre, e (...) en la cabeça, sse...; *(...), México no termina de ser el país que todos quisiéramos. 6.8.7. Los verbos que concurren con adverbios en -mente Los adverbios en -mente pueden concurrir con todo tipo léxico de verbos: realización (50a), logro o consecución (50b), actividad (50c) y estado (50d), en orden de mayor a menor transitividad, siguiendo la clasificación de Dowty (1979:cap. 3), que incorpora, básicamente, tres ángulos: el significado inherente, más o menos dinámico, del verbo, el grado de agentividad del sujeto y el grado de afectación 568 VERBOS QUE CONCURREN CON -MENTE 6.8.7 del paciente. De hecho, no habría razón alguna para que estos adverbios condicionaran o constriñeran el tipo léxico de verbos de la oración, puesto que la gran mayoría de los adverbios en -mente, como vimos en el apartado anterior, puede ser omitida sin consecuencias para la estructura argumental del verbo. (50) a. b. c. d. Así que, quando quisiese fazer alguna cosa derechamente, afeitargela ía fasta que la fiziese [Calila, 129] pero no soy denunciante —continuó Juan en voz más baja—, y lo que quiero es matarlo personalmente [Bandidos, 2.433] E en estas palabras semeja que se entiende que non rayessen solamientre los que fuessen cabellos, mas cabellos o pelos [GEI, 2.680] Leriano, que fue a la prisión, acrecentando con la saña la virtud del esfuerço, tan duramente peleó con los guardas [Cárcel, 142] e como la fuese preguntado por que tan falsamente avie escrito, ninguna cosa supo responder [Enrique IV, 222] Escogióla Dios singularmente para que... fuese la segunda piedra fundamental sobre que estrivase el Convento [Parayso, 153] asi commo el elefante que solamente su beldad et su fermosura es en dos lugares [Calila, 131] No sé qué se ha visto Calisto porque dexa de amar otras cosas que más ligeramente podría aver y con quien más él holgasse [Celestina, 9.228] Cuando adoptamos una perspectiva ligeramente distinta de la clasificación de Dowty (1979:cap. 3), se observan, sin embargo, concentrados cuantitativos y cualitativos muy interesantes en el tipo de verbos con los que concurren los adverbios en -mente. Para ello, dividimos los predicados donde se encuentran los adverbios en transitivos fuertes y transitivos débiles; en los primeros agrupamos, grosso modo, verbos de realización, logro y actividad, cuando esta era dinámica, tipo escribir o besar, y bajo los segundos agrupamos estados y actividad, cuando esta tenía léxicamente menor grado de dinamismo, tipo escoger o escuchar. Hemos abarcado en esta clasificación todos los adverbios del corpus, incluidos aquellos que constituyen una predicación autónoma y que, en sentido estricto, no entran en relación con verbo alguno, y para los cuales hemos considerado el verbo de la oración adyacente. La razón de hacerlo es que en este apartado estamos buscando preferencias por cierto tipo léxico de verbos concurrentes y no tipos de relación sintáctica. Desde luego, como es sabido, los límites entre transitividad fuerte y débil no son tajantes porque el contexto puede modificar la clasificación semántica del verbo. Los datos del corpus base muestran una gran mayoría de predicados de débil transitividad: 78% (2404/3082) en 569 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE promedio, considerados de manera global todos los textos y siglos del corpus. Este concentrado es lógico porque estos adverbios, dado su origen nominal y adjetivo, indican la calidad del modo o manera de algo y por ello lo esperado es que concurran mejor con verbos de baja transitividad, porque hay afinidad entre el significado modal del adverbio y la semántica estativa general de los verbos concurrentes. En efecto, hay poquísimos ejemplos con verbos tipo matar, romper o cortar, pero son innumerables los ejemplos con verbos tipo poner, estar, ser, tener, sonreír, pensar, desear, evadir, contestar, decir, ver, poder, hablar, y un numeroso etcétera de verbos de baja transitividad. El ángulo de análisis más iluminador, complementario del anterior, fue la división de los verbos concurrentes en télicos y atélicos. Por télico entendemos que el evento tiene conclusión, bien porque son tiempos verbales inherentemente télicos, pretérito simple o futuro por ejemplo, bien porque el contexto indica que lo narrado empezó y concluyó. Por atélico entendemos que el evento no tiene una conclusión, bien porque son tiempos verbales inherentemente atélicos, presente o copretérito / pretérito imperfecto por ejemplo, bien porque no se hace explícito en el contexto la conclusión o término de lo narrado. Lo esperado, como efectivamente sucede, es que los adverbios en -mente concurran mayoritariamente con predicados atélicos, porque el significado de modo —manera, actitud, valoración, cuantificación, intensificación, calidad, etc.— se aviene mejor con predicaciones abiertas, tipo verdades generales o descripciones generales, sin término en el tiempo. Los ejemplos de (51a) corresponden a eventos télicos, los de (51b) a eventos atélicos. (51) a. b. Et vi manifiestamente que mi estado era ya mudado [Calila, 213] Estas palabras engañaron a los que entonçe en una liga estaban...; la qual maldad abiertamente fue a todos manifiesta [Enrique IV, 104] Una mañana se presentó el mismo ayudante,... echó a la calle groseramente a las visitas, y cuando Bedolla estuvo solo, sin saludarlo le dijo secamente... [Bandidos, 2.193] desde los segundos corredores, mucho más altos que el campanario, había él visto perfectamente a la Regenta [Regenta, 1.105] Et el obispo, uistas las prueuas, juzgo que nos mostrassen la heredat & que nos diessen el diezmo & la renta bien & complida mjent en cadanno [DLE, 1278, 64.97] por la penitençia, karidat, que es amor de Dios; por la comunión, ffortaleza, que es creer ffirmemiente [Setenario, 122.5] 570 VERBOS QUE CONCURREN CON -MENTE 6.8.7 e ally asy mesmo viniese el condestable don Rodrigo Manrrique e juntamente fuessen perseguir a Garçia Mendez de Badajoz [Enrique IV, 226] y dízenme que entiende él en hazerlo por su persona y aved ynformaçión desto muy particularmente [Tendilla, 38] Vio delante de sí todo el peligro a que voluntariamente se aventuraba, y no vio ventaja alguna en hacer recatadamente y a hurto de todos una visita a la linda viuda [Pepita, 313] pero podía ser peor. Mucho peor. Podía incluso, muy fácilmente, dejar de ser cualquier día [Corazón, 342] El cuadro 18 a continuación presenta la división télico-atélico por siglos. Puede observarse un fuerte concentrado en eventos atélicos, ya que un 71% en promedio, más de las dos terceras partes del corpus, son predicaciones que no contienen una conclusión en el tramo discursivo donde se encuentra el adverbio. Sólo los siglos XV y XXI están por abajo de 70% de predicaciones atélicas. Comparado el primero con el último siglo analizado se observa un decremento de 11% de eventos atélicos, pero sobre todo se aprecia en el cuadro un vaivén de incrementos y decrementos comparados los siglos consecutivamente más que una tendencia diacrónica definida, vaivén que creemos está asociado a los temas desarrollados en los diferentes tipos de textos. Cuadro 18 Eventos télicos vs. atélicos con adverbios en -mente Télicos XIII XV XVII XIX XXI 23% 40% 21% 27% 34% Atélicos (96/421) (210/525) (167/780) (189/699) (223/657) 77% 60% 79% 73% 66% (325/421) (315/525) (613/780) (510/699) (434/657) Los géneros discursivos y los temas desarrollados en los diferentes tipos de texto vuelven a ser un condicionante importante para explicar los concentrados cuantitativos del cuadro 18 arriba. Por ejemplo, los textos sapienciales del siglo XIII y los ensayos preilustrados del XVII —Calila, Setenario, en parte GE, Hombre práctico, Rey gallo— y algunos documentos jurídicos medievales presentan un alto concentrado de eventos atélicos porque la narración se sitúa por lo general en un nivel atemporal, ya que se describen las propiedades de una conducta 571 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE ejemplar, las virtudes y vicios humanos, las sanciones que deben imponerse cuando se transgreden las normas, etc., lo cual explica, en parte, por qué los siglos XIII y XVII arrojan el porcentaje más alto de adverbios concurrentes con verbos atélicos o insertados en eventos atélicos: 79% y 77%, respectivamente. Las crónicas, en cambio —Enrique IV, algunos documentos de los DLNE que se aproximan a una crónica, Parayso— contienen un número importante de hechos, sucesos y acciones que inician y concluyen, muchos eventos suceden en el pasado o son narrados como pasados, por ello el mayor concentrado de empleos verbales télicos, y de ahí el 40% de télicos en el siglo XV, por ejemplo, aunque las mismas crónicas suelen contener tramos moralizantes que propician eventos atélicos. Las novelas —La Regenta, Pepita, Bandidos, Corazón, en parte Expediente— describen, en líneas generales, más eventos télicos que atélicos, pero ello está lejos de ser una constante de esos textos. En otros textos, La Celestina por ejemplo, no observamos una tendencia cuantitativa definida en cuanto a esta variable de análisis, porque contienen tanto narración de sucesos y acciones, con verbos y eventos télicos, como numerosos refranes y sentencias atemporales codificadas mediante verbos y eventos atélicos. 6.8.8. Concurrencia con negación Los adverbios en -mente no suelen entrar en construcción con el adverbio de negación no(n) ni la variante ni. En el corpus base sólo se documentan 62 casos de adverbios negados de un total de 3082 ocurrencias, es decir, 2%, de los cuales 61 casos son la correlación no(n) solamente... mas / sino, ejemplificada en (52a), correlación que, desde el punto de vista semántico, no es una negación sino la adición de dos entidades o hechos, más una ocurrencia negada del adverbio necesariamente (52b). Son muchísimos más los casos en que el muy frecuente adverbio solamente aparece sin negar, como un adverbio restrictivo de foco que incide sobre una expresión, como en (53). (52) a. b. sson ffiguradas e medidas todas las otras, non tan solamiente las que ueen por oio, mas aun las otras que sse entienden por entendimiento [Setenario, 33.16] por que han de auer pena non tan ssolamiente los que lo ffazen..., mas los otros que desçenden de ssu linaje [Setenario, 121.11] y no solamente esto es poco, mas lo que se puede desear perder no es nada [Cárcel, 125] De acuerdo con F. R. no habrá muchas novedades en la lista de jugadores para el encuentro amistoso ante Chile...: “No necesariamente, 572 CONCURRENCIA CON NEGACIÓN (53) 6.8.8 porque le hemos dado seguimiento a una base y...” [Excélsior, 16-092008] En ocho cosas se aprovechan los omnes solamente [Calila, 298] A los quales todos el rey mando tomar las armas, e dexolos yr libres, e solamente detovo al malvado capitan [Enrique IV, 116] Esta última consideración podría tener fuerza solamente en el acto de morir [Hombre práctico, 295] Esta es solamente la muestra de los gustos, y pasatiempos de los hombres [Rey gallo, 181.107] Solamente si los concesionarios se sienten a gusto, nos harán saber en su momento si con esto salen adelante [El Financiero, 19-09-2008] Es llamativo que en el uso real de la lengua sean escasísimos estos adverbios negados —casi se podría decir que no hay—, porque desde el punto de vista gramatical no hay razón alguna para que la negación no pueda modificar a un adverbio en -mente; expresiones como no claramente, no naturalmente, no completamente, no totalmente, no antiguamente, etc. son perfectamente posibles en el español: y el personaje simpático es el que sincera o no sinceramente le dice al padre (Nájera, 154). Sin embargo, hay dos razones que motivan, en nuestra opinión, la ausencia casi generalizada de negación concurrente con adverbios en -mente en el corpus. En primer lugar, una gran mayoría de estos adverbios indica la manera en que se lleva a cabo una acción o se evalúa o valora con ellos lo emitido o por emitirse, por lo cual no parece que tenga sentido que el hablante o narrador-escritor niegue la manera, punto de vista, foco, marco temático, etc. con que codifica su posición. Es decir, carece de sentido negar la modalización expresada por estos adverbios. En segundo lugar, muchos de estos adverbios tienen una naturaleza léxica positiva asertiva en sí mismos, como se aprecia en (54). Por lo tanto, no es lógico negar lo que se está aseverando. En otras palabras, la modalización mediante estos adverbios no se aviene con la negación porque la concurrencia de ambos adverbios, negación y -mente, genera cierta contradicción. (54) Sepas verdaderamientre que non á cosa ninguna que grieve sea el poder de Dios [GEI, 1.249] Sal ya dell arca seguramientre tú e tu mugier e tus fijos [GEI, 1.58] Esto ouo en ssí naturalmiente ssin otras buenas costunbres e maneras quel dio Dios [Setenario, 11.25] 573 6.8 ADVERBIOS EN -MENTE pero Bedolla, que nada desperdiciaba, se acordó, en el momento en que recibía la misión de pacificador, de que ese comerciante rico podría servirle eficazmente [Bandidos, 2.20] Ser original enteramente, en música, es cosa ya imposible [Nájera, 133] veo claramente que estoy dominado por una maga cuya fascinación es ineluctable [Pepita, 249] Gustosamente, cuando ustedes me indiquen, lo hago Por último, léxicamente muchos adverbios, pero no todos, tienen la posibilidad de ser negados mediante prefijos: in-, des-, como en (55a), por lo tanto carece de sentido que aparezcan con negación porque la concurrencia de esta aportaría un significado positivo que se puede expresar léxicamente con el correspondiente adverbio positivo. Es decir, si existen recursos léxicos, en pares del tipo humanamente ~ inhumanamente, ordenadamente ~ desordenadamente, tranquilamente ~ intranquilamente, dignamente ~ indignamente, distintamente ~ indistintamente, etc., no es necesario recurrir al empleo sintáctico de una negación. En (55b) se ejemplifican adverbios que podrían tener contrapartida morfológica-léxica negativa mediante prefijos.55 (55) a. b. ¡O bienaventuradas orejas mías que indignamente tan gran palabra avéys oýdo! [Celestina, 1.87] pero en el fin de mis dubdas tove por mejor, si inhumanamente me quisieses tratar, padecer pena [Cárcel, 94] un efecto natural en cualquiera congregación o junta de hombres, donde vemos que al más capaz y esforzado se sujetan insensiblemente los demás [Hombre práctico, 85] Un tropel de hombres del pueblo entró desordenadamente hoy a la una de la madrugada al antiguo Palacio de la Diputación [Expediente, 89] Todo esto y otras cosas que distintamente no me acuerdo me dijo el dicho padre [DLNE, 1692, 162.418] 55 Remitimos a Egea (1979:cap. 3) para una exposición detallada de las posibilidades morfológicas de adverbios con prefijos negativos in-, des-, etc. Es un aspecto complejo en el que, diacrónicamente, parecen estar incidiendo grados de lexicalización, rutinización o incluso simetría estructural y repartos léxicos en el sistema. Por ejemplo, hay algunos que sólo admiten empleo negativo, incomparablemente: “Y no porque éste lo represente peor que aquél, sino porque aquél lo canta incomparablemente mejor que éste” (Nájera, 13), y carecen de la contrapartida positiva: *comparablemente, pero el adverbio que es semánticamente afín, comparativamente, sólo tiene empleo positivo: *incomparativamente. 574 SIGNIFICADO BÁSICO GENERAL DE ADVERBIOS EN -MENTE 6.9.1 y después durmieron tranquilamente hasta que amaneció [Bandidos, 2.185] 6.9. SEMÁNTICA DE LOS ADVERBIOS EN -MENTE 6.9.1. El significado básico general de los adverbios en -mente Es indudable que los adverbios en -mente expresan numerosos matices semánticos aportados tanto por el significado léxico del adjetivo que se constituye en raíz de la formación adverbial, como por la posición que ocupa el adverbio, como por su alcance, así como por el contexto o tramo discursivo en que aparece. Ello ha llevado, como ya dijimos en el estado de la cuestión (véase supra §6.3), a que el acercamiento lingüístico usual a estos adverbios sea casi siempre en forma de fina casuística que establece un número grande de subclases semánticas de adverbios, e incluso, dada esa riqueza semántica, se sostiene que “-mente carece de valor semántico propio” (Rodríguez Ramalle 2003:64). Sin embargo, sin negar la riqueza y flexibilidad semántica de estas formas, creemos que tienen un significado básico general común por el simple hecho de que todos acaban en -mente, porque todos tienen una raíz adjetiva y porque comparten capacidades de distribución. Este significado básico general es bastante abstracto pero es constante en todas las expresiones en donde aparecen estos adverbios; a él se añaden los matices semánticos diversos derivados del alcance, posición, contexto, etcétera. En toda gramaticalización, el debilitamiento del significado originario es un lento proceso que siempre deja alguna huella semántica, esto es, deja algún rasgo que en la nueva forma, ya resemantizada y gramaticalizada, se mantiene como una huella semántica que es relevante para comprender el significado de la forma o construcción. En el caso de los adverbios en -mente, se debilitaron los significados referenciales del adjetivo y del sustantivo que integraban la frase nominal latina, pero cada uno dejó rasgos de su significado, y también quedó huella del significado del orden adjetivo + sustantivo que dio origen al adverbio. El significado básico general viene dado por tres aspectos: el aporte semántico del adjetivo, el aporte semántico de -mente y el aporte semántico del constructo adverbial en su totalidad. En cuanto al significado del adjetivo, ya dijimos (véase supra §6.4.2) que no fue al azar su fijación en el orden antepuesto al sustantivo: la anteposición hace que el adjetivo funcione como un modificador explicativo, que no genera contraste o distinción de la entidad modificada, mente, frente a otras entidades, sino que atribuye la propiedad o cualidad por excelencia, cua575 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE lidad que se vuelve inherente a ese sustantivo (Demonte 1999:§3.2.2; Martínez 2009:§11.5.1). Por lo que respecta al significado de mente, se trata, en nuestra opinión, de un proceso metonímico por el cual se pasa de referir una parte abstracta no tangible del cuerpo humano, la mente, a significar la actividad propia que se realiza con esa parte: ‘decir algo de alguien o algo’, ‘evaluar’, ‘valorar’, ‘enjuiciar’, ‘formular un punto de vista’, etc. Al añadirse mente, ya resemantizado vía una metonimia, toda la construcción se dinamiza en tanto que el sujeto hablante aporta una actividad evaluadora del evento (véase supra §6.4.3). Por ejemplo, el adjetivo antiguo es una cualidad estática de un sustantivo: mueble antiguo, pero antiguamente es un modificador dinámico referido a un constituyente simple, antiguamente rojo (pero hoy descolorido), o a un evento completo, antiguamente la educación era otra, porque el individuo está aportando su actividad mental y posicionamiento ante lo dicho. Igualmente, lento es un adjetivo de valoración: coche lento, persona lenta, pero lentamente añade a la valoración el dinamismo de la actividad mental.56 El significado del adverbio en su totalidad es un significado de construcción, por lo tanto, un significado global y no composicional. Aunque cada uno de los formativos integrantes realiza el aporte semántico que acabamos de exponer, tras el proceso de gramaticalización, el adverbio tiene un significado básico general de modificador evaluador, con distintos matices de evaluación, derivados del significado de la base adjetiva, más la desinencia -mente, más el contexto o tramo discursivo, más la posición del adverbio, el alcance, etc. Mediante el constructo adverbial todo el hablante aporta una valoración o juicio distintivos y caracterizadores de una entidad, acción o evento total. El análisis detenido de un par de ejemplos permitirá mostrar con cierto detalle este significado básico. En (56a) el adverbio frescamente pone de relieve el rasgo semántico central del adjetivo fresco: ‘novedoso’, ‘reciente’, ‘acabado de producir’, rasgo que estaba en el étimo del germánico *frisk, y con el cual el narrador indica que las entidades mencionadas en esa oración dictámenes y cosas tienen el carácter de recientes y poco sedimentadas; la evaluación negativa resultante de atribuir la cualidad de ‘fresco’ a esas entidades se apoya en el contexto mediante el verbo impresionar: halla impresionado, que aporta el sentido de ‘dejar huella 56 El análisis como metonimia tiene pauta en otros cambios del español por los cuales, metonímicamente, se pasa de denominar una entidad a realizar una valoración resultante de la capacidad intrínseca de esa entidad: ¡no’hombre!, ¡tío!, ¡macho!, ¡mano!, ¡ojo!, etc. La formación de adverbios de modo en otras lenguas indoeuropeas respalda, asimismo, en nuestra opinión, el análisis como metonimia; por ejemplo, el étimo del sufijo formador de adverbios de modo en inglés -ly, badly, evidently, significa ‘cuerpo’ < lice, lo cual indicaría que el inglés también realizó una metonimia, por la cual de la denominación de la persona toda se pasó a denominar las valoraciones que puede expresar esa persona-hablante. 576 SIGNIFICADO BÁSICO GENERAL DE ADVERBIOS EN -MENTE 6.9.1 de manera honda’; la evaluación negativa general resultante que hace el narrador queda confirmada con los significados negativos del adverbio inconsideradamente y del verbo desaprobando de la siguiente oración. En (56b) el significado central del adjetivo desordenado, base del adverbio desordenadamente, ‘con confusión’, ‘falto de orden’, es inherente al significado del sustantivo tropel ‘muchedumbre que se mueve en desorden ruidoso’ (RAE 2001:s.v. tropel), que es sujeto de la oración y al cual el adverbio de manera desordenadamente califica. (56) a. b. incurre en la ridiculez de querer reducir a todos los otros a los dictámenes y cosas de que más frescamente se halla impresionado su ánimo, desaprobando inconsideradamente todo lo que no es conforme a esto [Hombre práctico, 271] Un tropel de hombres del pueblo entró desordenadamente hoy a la una de la madrugada al antiguo Palacio de la Diputación [Expediente, 89] El ejemplo (57), de Rayuela de Cortázar, es particularmente interesante porque muestra un adverbio con un adjetivo de color como base: pelirrojamente, y es sabido que los adjetivos que denotan cualidades físicas, como el color y la forma de algo o alguien, son reacios para formar adverbios de modo, e incluso tales formaciones adverbiales suelen ser consignadas como agramaticales en la bibliografía. Con el adverbio pelirrojamente el escritor no está refiriendo al color mismo sino a lo que el color pelirrojo simboliza en la visión de mundo en que se inserta la novela: la transgresión. Recordemos, como ejemplo de tal simbolismo, que en el LBA las dueñas alegres se teñían el pelo de alheña, que Judas, el traidor por antonomasia, suele estar representado en la iconografía como pelirrojo, además del dicho popular: de ese pelo, ni San Juan fue bueno. Esta interpretación tiene apoyo en el contexto mismo de la novela: en el tramo discursivo en cuestión, como se ve en el ejemplo (57), Ronald, a quien se atribuye la evaluación de pelirrojamente, es un transgresor de las normas y de la ortodoxia social: es casi alcohólico, bebe vodka barato, entona himnos profanos, desobedece y se burla de las reglas de convivencia social con sus vecinos, etcétera. (57) En el quinto piso los esperaban Ronald y Babs, cada uno con una vela en la mano y oliendo a vodka barato. Wong hizo una seña, todo el mundo se detuvo en la escalera y gritó a capella el himno profano del Club de la Serpiente... Ronald se apoyó contra la puerta. Pelirrojamente en camisa a cuadros [Rayuela, 166] 577 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE 6.9.2. Bases adjetivas El aporte semántico del adjetivo que se constituye como raíz del constructo adverbial es, como acabamos de ver, un condicionante fundamental del significado del adverbio. Desde Lenz (1920/1935:§§145-146), al menos, se sostiene que la semántica de los adverbios en -mente coincide en gran parte con la semántica del adjetivo base y es consecuencia de ella (Reyes 2009; Rodríguez Ramalle 2003:cap. 2; Torner 2005a). Se acepta, en general, que la mayoría de adjetivos calificativos puede formar adverbios en -mente con excepción de aquellos que denotan cualidades físicas, como color o forma. Los adjetivos que suelen situarse en el margen izquierdo del núcleo de la frase nominal no suelen, por lo regular, dar lugar a bases de adverbios de modo: ni los determinativos, posesivos o demostrativos: *aquellamente, *tuyamente, *suyamente, ni los numerales, sean cardinales u ordinales, a excepción del numeral más bajo: primeramente, ni los adjetivos que denotan múltiplos, con excepción de numerales bajos, como doblemente y triplemente, ni los indefinidos, con excepción del medieval otrament(e) y de talmente, característico del español de España pero desconocido en gran parte de América; el particularizante mismamente, de empleo coloquial y propio del español de España, es otro de los escasos adjetivos del margen izquierdo que forman adverbios en -mente. Los adjetivos que denotan origen, pertenencia o filiación tampoco suelen constituirse en base de adverbios, a no ser que indiquen, como decíamos en el apartado de significado básico, la cualidad por excelencia, reconocida como inherente, de ese origen o filiación, como en se comporta muy españolamente cuando está en el extranjero (apud Varela 1990:83), o como en Omicrón habla andaluza y onomatopéyicamente (Aldecoa, Un cuento de Reyes, 1963, España, CORDE), referido al habla de un negro, donde la base adjetiva andaluza nos remite a un estereotipo de habla caracterizado por la apertura y la relajación de sonidos, al tiempo que la base onomatopéyica —poco común como adjetivo y menos como adverbio— nos hace pensar en sonidos balbuceados, con tono alto y en un hablar deficiente. Hay numerosas restricciones en cuanto a los adjetivos capaces de constituirse en bases de adverbios en -mente y los análisis pueden diferir notablemente de un autor a otro. Se suele aceptar que los adjetivos estativos: viejo, bajo, gordo, tienen más dificultades que los dinámicos: ágil, generoso, hábil, para formar adverbios (Egea 1979:116-122, 1993; Rodríguez Ramalle 2003:178 ss.), y que los adjetivos que predican de individuos o de su comportamiento forman adverbios de manera orientados al sujeto: inteligentemente, humildemente, mientras que los que predican de resultados de acciones o procesos generan adverbios orientados al verbo, a la oración o ellos constituyen una predicación autónoma por sí mismos: estupendamente, espléndidamente, tristemente. Ya hemos visto que 578 ADJETIVOS LÉXICOS PRIMARIOS VS. ADJETIVOS DEVERBALES 6.9.2.1 la lengua oral coloquial y los textos literarios pueden alterar las restricciones léxicas para crear el efecto semántico y comunicativo requerido. 6.9.2.1. Adjetivos léxicos primarios vs. adjetivos deverbales Tanto adjetivos léxicos, es decir, etimológicamente adjetivos: dulce, fácil, difícil, eficaz, etc. (58a), como deverbales (58bc) pueden formar adverbios en -mente. De los deverbales, son sobre todo participios: cumplida, señalada, osada, y algunos que han opacado su caracter deverbativo por haber debilitado el vínculo semántico con el verbo y estar más lexicalizados: agradable, amable, cuidadoso. (58) a. b. c. Et preguntó el león a Sençeba buenamente [Calila, 137] cómmo el conffesador deue preguntar honestamiente al que sse quiere conffesar... [Setenario, 200.3] murieron muchos de diferentes hedades... e mayormente los niños [Enrique IV, 243] Y aviendo venido a su mandato, humildemente y con el sombrero debaxo del brasso, despues de aver... [DLNE, 1694, 171.452] Paco, sin pensar mucho en ello, y sin pensar claramente, esperaba todavía un amor puro, un amor grande [Regenta, 1.292] En lo que hay mayor campo de originalidad es únicamente en el ritmo [Nájera, 133] et sopo que era mesclado a tuerto, et que lo mandara matar apresuradamente [Calila, 311] Et esto ouo el rrey don Ffernando conplidamiente a todo aquel que ouo de amar [Setenario, 14.1] ya sabeys como yo puse aquellas guardas por vn mandamiento de la reyna, nuestra señora, en que muy ahincadamente me mandó que... [Tendilla, 66] pensé decididamente en abandonar la hacienda y regresar a México [Bandidos, 2.496] arbitrando sentenciamos e amigable mientre conponemos en esta manera o en esta forma... [DLE, 1275, 127.166] aunque es verdad el que en su ultima enfermedad sobresalió admirablemente su humildad profunda [Parayso, 186v] El cuadro 19 abajo muestra que los adjetivos léxicos primarios son mayoría, 72% (2211/3082), promediando todos los cortes cronológicos, pero arroja una cifra no desdeñable de adverbios constituidos por adjetivos de base verbal, sean 579 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE Cuadro 19 Bases adjetivas: primarias y deverbales XIII XV XVII XIX XXI Adjetivos primarios Adjetivos deverbales 57% (241/421) 78% (408/525) 77% (598/780) 72% (505/699) 70% (459/657) 43% (180/421) 22% (117/525) 23% (182/780) 28% (194/699) 30% (198/657) participios o deverbales menos transparentes, 28% (871/3082). Se observa un quiebre muy importante del primero al segundo corte cronológico, ya que del siglo XIII al XV disminuyen casi a la mitad los adjetivos deverbales: 43% > 22%, porcentaje este que se mantiene estable en el siguiente corte cronológico, hasta los siglos XIX y XXI en que las bases deverbales se incrementan de manera ligera, a 28% y 30%, respectivamente. El hecho de que en el primer siglo del corpus base, siglo XIII, las bases adjetivas deverbales tengan una frecuencia no desdeñable: 43%, puede ser interpretado, en nuestra opinión, como un indicio de que en los inicios los adverbios en -mente modificaban fundamentalmente al verbo y por ello se documentan tantas bases deverbales, sobre todo participios, porque hay afinidad entre estos y el verbo, ya que denotan el resultado de la acción o evento referido por el verbo; posteriormente se habrían extendido las bases adjetivas primarias. Un hecho digno de ser mencionado es que en los textos del siglo XVII, y sólo en este siglo, es relativamente común el empleo de adverbios en -mente formados sobre bases elativas: valiosísimamente, frecuentísimamente, profundísimamente: estas consideraciones le representaban vivissimamente lo mucho que padeció Christo por nuestro bien (Parayso, 78v). Es posible decir que se trata de una moda literaria que desaparece en siglos posteriores, aunque en cualquier periodo del español se pueden documentar adverbios de modo o manera construidos sobre adjetivos superlativos. También a partir del siglo XVII, pero no antes, es común documentar adverbios cuyas bases son adjetivos comparativos que no tienen el correspondiente adjetivo en grado positivo: me determine interiormente a no dezir nada de esto a persona alguna (Parayso, 164v); anteriormente se reconocía esta actividad con el Premio a... (El País, 24-09-2008). De esta subclase de adverbios con base adjetiva comparativa y sin base positiva, sólo el adverbio mayormente se documenta en todas las épocas, aunque es especialmente frecuente en el español medieval del siglo XIII. 580 CAMPOS SEMÁNTICOS DE BASES ADJETIVAS 6.9.2.2 El hecho de que el adverbio en -mente se pueda formar sobre bases adjetivas comparativas que carecen de grado positivo más el hecho de que muchos adjetivos base son formas invariables en flexión de género: real, (im)posible, eficaz, etc. son pruebas adicionales de que la raíz del adverbio debe ser analizada como ‘adjetivo’ y no como ‘adjetivo femenino’, como ya planteamos con anterioridad (véase supra §6.6.1), aunque la terminación -a sea la formadora de adverbios neológicos de base no adjetiva: dentramente y no *dentromente, ipsofactamente y no *ipsofactomente (véanse los ejemplos de 64 abajo), por ser sin duda la terminación etimológica más común de adjetivos concordantes con el femenino latino mente en la formación de este tipo de adverbios. 6.9.2.2. Campos semánticos de las bases adjetivas Todos los adverbios en -mente se construyen con bases adjetivas que hacen referencia al mundo de lo abstracto. Cuando los adjetivos denotan significados no abstractos, como color, tamaño o forma, que aparecen con cierta frecuencia en textos literarios: blancamente, altamente, cóncavamente, están empleados, como ya dijimos, en un sentido metafórico que simboliza la propiedad característica y definitoria de ese adjetivo, ‘lo que es puro y carente de mácula’, ‘lo que es profundo’, ‘lo sinuoso de la curvatura’, etc. (véase supra §6.9.1). Se utilizan bases adjetivas abstractas porque con ellas el hablante logra codificar el carácter dinámico del significado básico del adverbio para emitir un juicio sobre la manera / modo en que se está manifestando, haciendo o realizando una acción o evento determinados. Otras bases adjetivas, sin dejar de ser abstractas, le permiten al hablante indicar el transcurso del tiempo o denotar un momento en el tiempo, sea un momento específico o una secuencia, otras le permiten juzgar, desde su perspectiva intelectual o emocional, lo que está expresando y aun otras hacen posible dar relevancia, focalizar o tematizar un tramo del discurso o el discurso todo, sea lo dicho por él mismo o por sus interlocutores. El hecho diacrónico más notable es que hay algunos adjetivos persistentes a lo largo de la historia de la lengua española y muy usados en los 800 años que abarca el corpus, del tipo solamente, claramente, ciertamente, pero la gran mayoría de adjetivos se documenta sólo para determinados periodos y tiene una frecuencia baja o muy baja, como ya vimos en el apartado de productividad (véase supra §6.7). Es decir, la única constante diacrónica es que unas bases adjetivas dejan de usarse, otras comienzan a ser empleadas, se retoman otras que estaban en desuso, etcétera. La clasificación de las bases adjetivas es una tarea compleja por huidiza, ya que el verbo concurrente y sobre todo el contexto oracional y el contexto 581 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE discursivo en general inciden de manera muy importante en las decisiones de los rubros que se establecen. Hemos realizado una clasificación de bases adjetivas siguiendo a Colinas (2003), quien hizo una clasificación en campos nocionalesculturales, y se aparta en cierta medida del análisis tradicional de clases básicas de adjetivos (Demonte 1999:§3.2; Dixon 2004:9, 28; RAE-ASALE 2009:§13.2), porque estas suelen dar cuenta del significado del adjetivo por su significado léxico, por sus capacidades morfológicas y por su relación con otras categorías y no tanto por el significado de construcción que adquieren al formar adverbios y entrar estos en determinados contextos temáticos. Proponemos una clasificación en cinco campos semánticos: a) mundo de la primacía o exclusividad; b) mundo de lo intelectual; c) mundo de las emociones; d) mundo de lo ético y social, y e) mundo de lo temporal. Esta clasificación viene dada por el comportamiento del corpus y da cuenta de manera bastante completa de los campos semánticos a que se adscriben las bases adjetivas documentadas. a) Mundo de la primacía o de la exclusividad. Pertenecen a esta esfera semántica los adverbios que se utilizan para poner en foco la información que introducen (59), otorgando más importancia al tramo que presentan por contraposición a lo previamente dicho o a lo que se va a decir. En el español medieval de los siglos XII-XIV, la contraposición de tramos informativos suele venir respaldada por una coordinación copulativa y / e(t) concurrente con el adverbio: e mayormente; e señaladmente, que contribuye a estableecr la focalización del tramo introducido por el adverbio, como se ve en los dos primeros ejemplos de (59). Muchos de estos adverbios son también ordenadores del discurso, en cuanto que focalizan o realzan una idea sobre otra. (59) que los non dexen tomar a omne del mundo a qui non conuenga, e mayormiente a aquellos e aquellas que sse trauaian en ffazer ffechizos o encantamientos [Setenario, 176.28] Otrossi uos do todo quanto yo he en Guipuzcua que herede de mio padre & de mj madre & sennaladamient aquel logar que solien dezir Malburguet [DLE, 1277, 140.181] Pues assí es, que no el solo comer mantiene. Mayormente a mí, que me suelo estar uno y dos días negociando encomiendas ajenas ayuna [Celestina, 4.158] y no solamente dio fe a lo que veía, que no era nada, mas a lo que imaginava, que era el todo [Cárcel, 113] A ruegos de los gacetilleros, singularmente el del Lábaro, se perseguía cruelmente la prostitución, pero el juego no se podía perseguir [Regenta, 1.261] 582 CAMPOS SEMÁNTICOS DE BASES ADJETIVAS 6.9.2.2 —Observe usted —le respondieron— que rara vez hablan de intereses reales de la provincia. —Únicamente cuando viene el señor Mesía [Regenta, 1.265] b) Mundo de lo intelectual. Pertenecen a este rubro aquellos adverbios que hacen referencia a la capacidad de razonamiento del ser humano, de toma de decisiones y la forma de llevar a cabo ciertas acciones. Bajo este rubro se encuentran muchos adverbios orientados al agente: sabiamente, hábilmente, torpemente, etcétera. (60) para poder con esto encaminar más atinada, justa y acertadamente todas nuestras operaciones [Hombre práctico, 226] que en dos o tres ocassiones adoró esta declarante al demonio,... i mentalmente le adoraba con mucho afecto y beneraçion [DLNE, 1697, 176.465] que como apenas se verá hombre semejante totalmente a otro en lo corporal, de la misma manera casi ninguno se hallará serlo en la parte espiritual [Hombre práctico, 240] No sé a qué Dios se venera en esta catedral, pero evidentemente, aquí hay un Dios [Nájera, 66] La economía de dos naciones está vinculada en muchas formas y ciertamente se resentirá el golpe en todas ellas [El Universal, 1609-2008] c) Mundo de las emociones. Incluimos bajo este inciso aquellos adverbios relacionados con las emociones propias de los seres humanos, aquellas que provienen del mundo psicológico de los instintos y no del intelecto. Muchos de los adverbios de este rubro están igualmente orientados al agente. (61) E los reyes se vieron alegremente, e fablaron algunt poco en publico [Enrique IV, 131] entonçe el arçobispo lloro amargosamente la cayda de la yglesia [Enrique IV, 101] Don Luis se dejaba querer, esto es, era dominado despóticamente por Currito en los negocios de poca importancia [Pepita, 296] ¿Por qué la he engañado vilmente? [Pepita, 267] d) Mundo de lo ético y social. Consideramos bases adjetivas pertenecientes al mundo ético y social aquellas que refieren al ámbito de las creencias religiosas y a la salvación o condena del ser humano, aquellas que refieren al mundo ético 583 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE que regula a los seres humanos dentro de una determinada visión de mundo y aquellas que denotan el marco de normas externas que regulan el comportamiento de los seres en sociedad. Muchas veces es el contexto, y no la base adjetiva misma, la que decide si el adverbio pertenece a este inciso o a los dos previos, lo cual es muestra de que el significado del adverbio es significado de construcción pero también adquirido en el uso real en contexto; a ello obedece que algunos ejemplos de (62) presenten un contexto más largo del usual. (62) e como desonestamente le sobrase en palabras la muger de Pedro de Fuentiveros... [Enrique IV, 235] Quando no huviera dotado Dios al marido de Maria de un natural morigerado,... havia conseguido no solo el imitarlos, sino el hallarse con creditos de que procedia ajustadamente en sus acciones [Parayso, 59] cuando por poseer la riqueza ajena u otro bien que se nos figura solicitamos fraudolentamente la muerte o ruina del prójimo... entonces realmente hallaremos verificarse el sentir común de proceder la crueldad de pusilanimidad y miedo [Hombre práctico, 246] e) Mundo de lo temporal. Pertenecen a este campo semántico los adverbios que marcan el transcurrir del tiempo o que establecen un marco temporal en que se sitúa el evento o que refieren lapsos, intervalos o secuencias, ya sea indicando el inicio o fin ya sin esa indicación, ya indicando una frecuencia no determinada, del tipo frecuentemente, continuamente. (63) Fallamos por escritos de sabios,... que esta fiesta ovo antiguamientre estos tres nombres [GEI, 2.522] E cuando esto vió Noé sabié él cómo de las aves la paloma era ave de casa más cutianamientre que otra ave de las bravas [GEI, 1.58] como todos lo dixeron, y actualmente lo dicen [DLNE, 1694, 172.455] Es tambien de esta clase la noticia que anticipadamente le dio Nuestro Señor acerca de la assistencia que havia de tener [Parayso, 93v] Así escribía diariamente cinco o seis epístolas [Bandidos, 2.192] lo que hubiera afectado a la Expocruz 2008, la mayor feria económica que se celebra anualmente en Santa Cruz [El País, 24-09-2008] El reparto frecuencial de estos cinco campos semánticos es el siguiente, considerados los cinco periodos analizados del corpus base como un todo: primacía o exclusividad: 25% (770/3082); intelectual: 23% (709/3082); emociones: 22% 584 BASES NO ADJETIVAS 6.9.3 (678/3082); ético y social 12% (370/3082); temporal: 17% (524/3082); otros: 1% (31/3082), que o no son claros en su adscripción semántica o que pertenecen a una esfera muy escasamente representada, como es el espacio: cercanamente, lejanamente, paralelamente, y que, además, no siempre significan espacialidad literal, sino metafórica, como en les mostró que ellos eran puestos tan altamientre en el çielo que la ssu lunbre paresçríe a todos (Setenario, 116.3). Diacrónicamente, y de nuevo considerados los cinco cortes de manera general, se observan, como es lógico, continuidades en ciertas esferas semánticas y pequeñas discontinuidades en otras. Los adverbios del ámbito temporal constituyen una constante en todos los textos, lo cual es señal de que el parámetro tiempo es mucho más productivo que el espacio para codificar la modalidad, posiblemente porque las expresiones temporales son más frecuentemente deícticas que las espaciales, por ejemplo antiguamente, tardíamente. Dado que las expresiones deícticas adquieren su significado en la enunciación misma, son ideales para expresar la modalidad, que es la codificación de los puntos de vista, valoraciones, actitudes, en definitiva, la subjetividad del hablante. También son una constante, casi sin cambios, los adverbios de exclusividad para focalizar y tematizar. Los adverbios que hemos denominado éticos o sociales disminuyen comparando el siglo XIII con el XXI, disminuyen sobre todo a partir del siglo XIX, posiblemente porque los textos modernos, a diferencia de los medievales, no suelen describir regulaciones sobre la conducta humana. En el siglo XIX, y se sostiene en el XXI, aumentan notablemente los adverbios emocionales, posiblemente porque las novelas que integran el corpus de esos siglos, La Regenta, Los Bandidos, Pepita, Corazón helado, o los ensayos de Nájera contienen numerosos adverbios con valoraciones sobre la naturaleza psicológica de sus personajes. 6.9.3. Bases no adjetivas En la lengua oral coloquial y en la publicidad oral y escrita del español actual es bastante común documentar adverbios formados sobre bases no adjetivas (64a), sobre todo adverbios y frases nominales, que logran efectos comunicativos valorativos y afectivos especiales, irónicos y festivos muchas veces. Estos adverbios de base no adjetiva prueban tanto la productividad en el sistema de los adverbios en -mente como confirman la creatividad y capacidad de los hablantes para lograr el efecto expresivo deseado en todo acto de habla. Muchas de esas documentaciones son posiblemente creaciones únicas, hápax, con nula o muy baja habituación e inserción en la comunidad lingüística, pero, por lo mismo, con una alta expresividad. Algunos de esos adverbios de base no adjetiva han llegado a formar parte de la norma coloquial en algunas variedades hispanohablantes, 585 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE como casimente ‘casi’, ‘por poco’, ‘por casualidad’, ‘aproximadamente’, en el español de la República Dominicana y Honduras (ASALE 2010:s.v. casimente). También en la literatura, particularmente en la poesía, es posible documentar adverbios en -mente creados sobre bases no adjetivas (64b).57 (64) a. b. kamikazemente delicioso [México, publicidad en radio] La verdad, yo eso nuncamente lo haría —¿Lo harías? —No estoy segura, quizásmente Hemos hecho todos los trámites necesarios desde hace tiempo, pero sin embargamente seguimos esperando una respuesta tiene unas ideas pocamadremente teóricas pero sin aplicación alguna Sindudamente, me merecía esa calificación Ipsofactamente, jefa, no se preocupe, ahorita lo hacemos Casimente lo logras [República Dominicana] Tan pepisánchez ya, tan ellamente [Montesinos, apud García-Page 1993:313] porque ahora me dueles dentramente [Murciano, apud García-Page 1993:313] 6.9.4. Una propuesta de clasificación semántico-pragmática de los adverbios en -mente Los adverbios en -mente despliegan una notable diversidad de valores semánticopragmáticos derivados por una parte del significado básico general —aportado por la base adjetiva más el formativo -mente más el constructo completo—, por otra, de la predicación y del contexto en que se encuentra el adverbio, y por otra, de las intenciones comunicativas del narrador o hablante, plasmadas en la narración o a veces no explícitas sino de naturaleza inferencial, de ahí que la clasificación que proponemos tenga un carácter semántico a la vez que pragmático. En el establecimiento de los valores semántico-pragmáticos hemos considerado que un adverbio dado tiene siempre un valor constante —por ejemplo, realmente siempre es evaluativo, solamente siempre es focalizador, juntamente siempre es inclusivo, etc.—, pero que en el contexto, en la lengua en uso, se produce un 57 En el corpus base, hemos documentado un adverbio cuya base es dudosa entre un adjetivo, participio de presente del verbo instar, como creemos, y el sustantivo instante: “Saludabala con amores tiernos, y repetiale instantemente aquellas cosas que sabe dictar muy bien el entendimiento” (Parayso, 73v); este adverbio sólo tiene dos ocurrencias en el corpus, ambas pertenecientes al mismo texto, pero es relativamente común registrarlo en textos novohispanos del siglo XVIII. 586 PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN SEMÁNTICO-PRAGMÁTICA 6.9.4 juego de debilitamiento, o fondo, vs. relieve, mediante el cual, en un empleo dado, pueden quedar debilitados y, por lo tanto, ponerse en fondo, ciertos rasgos del significado básico de un adverbio y pasan a ponerse de relieve otro u otros rasgos aportados por los constituyentes de la predicación, por el contexto mismo o por la intención comunicativa del hablante. Así, por ejemplo, un cierto empleo puede motivar que en solamente se opaque o ponga en fondo el valor de focalización y se pongan de relieve otros valores como la restricción o la cuantificación de unicidad exclusiva; en otros empleos la focalización estará en relieve y la restricción pasa a fondo.58 Además de los bien establecidos significados de manera o modo, tiempo y cantidad / intensificación, que son recurrentes en todos los textos y periodos, los adverbios en -mente pueden ser focalizadores, de manera excluyente o incluyente, sobre alguna parte del discurso o sobre la predicación completa, es decir, son formas que jerarquizan la información dando primacia a alguna parte de ella; pueden asimismo expresar significados relacionados con el valor de verdad de una oración; pueden establecer el tema, marco o punto de vista a partir del cual se realizará la predicación; pueden ser el vehículo de las valoraciones del hablante respecto del contenido de la predicación emitida por él o por su interlocutor; pueden ser ordenadores o secuenciadores de las informaciones contenidas en el discurso u ordenadores de información temporal extradiscursiva, etcétera. Diacrónicamente, lo más llamativo es que no parece existir una tendencia evolutiva que permita establecer algunos cambios, ni siquiera en forma de pequeños quiebres o tenues discontinuidades por siglos, en cuanto a los tipos semántico-pragmáticos de adverbios en -mente, de ahí que hayamos dejado esta clasificación para el final del capítulo. Lo más notable, diacrónicamente, es la constante elevada frecuencia de los adverbios de modo o manera, cercana al 50% en algunos periodos, y un incremento interesante de adverbios evaluativos, particularmente en los siglos XIX y XXI: de 3% en el siglo XIII, primer siglo del corpus, aumentan a 9% y 15%, en el XIX y XXI, respectivamente. La ausencia de cambios generales importantes es bastante lógica, porque cualquier lengua en cualquier época tiene a su disposición todos los recursos para expresar aquello que le es importante, es decir, aunque con distintos ítems adverbiales en -mente, cualquier periodo del español habrá podido expresar modo, tiempo, foco, punto de vista, valoración, etc. El empleo preferencial de unos tipos 58 La posición que aquí adoptamos difiere de la mayoría de clasificaciones semántico-pragmáticas de los adverbios en -mente, en las cuales un mismo adverbio puede estar asignado a dos o más rubros semánticos, porque se parte de la idea de que el significado está dado por el significado del adjetivo base más el contexto y que no tienen un significado constante, con lo cual la diversidad de clasificaciones resultantes es fuerte, la atomización y casuística clasificatoria también lo es y, como consecuencia, como ya hemos dicho, son numerosas las etiquetas o nombres con que se denominan las caracterizaciones semánticas de estos adverbios. 587 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE semántico-pragmáticos de adverbios sobre otros viene dado por el desarrollo de ciertos temas y por los géneros discursivos que se han desarrollado según las épocas y no tanto por cambios diacrónicos. Por ejemplo, los textos medievales muestran una notable preferencia por secuenciadores temporales, sobre todo primeramente, y por dos focalizadores restrictivos, mayormente y solamente; en cambio los textos del siglo XIX, así como los dos ensayos de finales del siglo XVII, presentan una mayor diversidad léxica de adverbios focalizadores de diverso carácter y muchos evaluativos; además, en la novela del siglo XIX el narrador suele estar situado fuera de la diégesis y suele ser un narrador omnisciente que se permite incorporar sus valoraciones mediante el empleo de adverbios en -mente de significado evaluativo diverso; por su parte, los textos del español moderno, ensayos, novelas y periódicos, propician la aparición de adverbios de marco, e intentan reproducir o acercarse a la oralidad, con lo cual prolifera el empleo de adverbios de foco y de evaluación. Estas diferencias, como decimos, son textuales y no obedecen a cambios diacrónicos en la lengua, aunque habría que plantearse el problema —básico en gramática histórica, a nuestro entender— de cómo y hasta dónde una tradición textual es o no parte de la trayectoria diacrónica de una lengua. Los adverbios en -mente del corpus base sugieren una clasificación semánticopragmática en seis grandes clases: 1) modo o manera, 2) focalizadores, 3) temporales, 4) evaluativos, 5) cuantificadores, y 6) inclusivos-aditivos; seguimos en parte el trabajo de Reyes (2009). El agrupamiento obedece a la cercanía semánticopragmática que muestren los adverbios en el interior de cada clase. El reto ha sido no atomizar la clasificación, y para ello hemos juntado aquellos adverbios que comparten un significado general y realizan una función informativa semejante, basándonos en los contextos de uso. Los adverbios tienen, lógicamente, significados diferenciados por el hecho de ser ítems léxicos distintos, y habrán surgido, desaparecido o cambiado su comportamiento en épocas distintas de la lengua española.59 La mayoría de las etiquetas corresponde a las tradicionalmente empleadas en la bibliografía especializada sobre estos adverbios. Algunos de los rubros contienen subtipos semántico-pragmáticos que comentaremos en su momento, y algunos adverbios que hemos subsumido en alguna de las clases están considerados como clases independientes en otros trabajos. El orden de exposición es de mayor a menor frecuencia de empleo, considerado el global de los datos del corpus como un todo. 59 Sería una tarea de un diccionario histórico, más que de una sintaxis histórica, un acercamiento más individualizado, lexicalista, para establecer la primera documentación de cada ítem y mostrar si ha adquirido o no nuevos ámbitos de empleo y nuevos valores, por ejemplo, si evolucionó de modal > evaluativo o de cuantificador > focalizador, que son caminos diacrónicos posibles. 588 PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN SEMÁNTICO-PRAGMÁTICA 6.9.4 1) Modo o manera. Son, con mucho, los más frecuentes en todos los periodos y textos analizados. Modifican fundamentalmente al verbo, como circunstanciales (65a), pero pueden modificar también al adjetivo (65b), a una oración y constituirse ellos mismos en una predicación (65c). Indican la manera como se desarrolla la acción y suelen, pero no todos, aceptar paráfrasis con las palabras manera / modo + adjetivo. En el corpus adicional Quijote es común el adverbio de manera, bonitamente (65d), que parece no tener continuidad en siglos posteriores; posiblemente sea exclusivo del siglo XVII y exclusivo del texto de Cervantes (Reyes 2009); desde nuestra perspectiva de lectores actuales, tiene el significado metafórico ‘con sigilo’, ‘de manera sigilosa’, inferido del contexto,60 por lo cual no es posible extraer directamente tal significado de la base adjetiva. (65) a. b. c. et el omne entendido non se estuerçe de se arrepentir sinon dándose a vagar et dexar de fazer sus cosas rabinosamente [Calila, 312] Verdad es que primero que me determinase estove dubdoso, pero en el fin de mis dubdas tove por mejor, si inhumanamente me quisieses tratar, padecer pena [Cárcel, 94] Por ende cumple que al médico como al confessor se hable toda verdad abiertamente [Celestina, 10.240] ¿Quién le juzgará tan breve, que no gobierne con tiento el curso de la vida, tasando cuerdamente tan breve distancia? [Rey gallo, 127.7] aceptó con cara de pena, como si se compadeciera sinceramente de nosotros [Corazón, 137] y entonces comprenderá por qué no he conducido a este capitán, que cayó gravemente herido, al cuartel o al hospital de sangre [Bandidos, 2.214] la vna, creençia; la otra, con deuoçión, la otra, linpiamiente [Setenario, 127.18] 60 En la misma oración de bonitamente aparecen expresiones como “sin ser sentido”, segundo ejemplo de (65b), “con mucha sutileza” (Quijote I, 10.92), “sin rumor alguno” (Quijote I, 20.181), que confirman el significado de ‘sigilo’ y no de ‘hermoso’ ‘lindo’. La extensión metafórica de lindo a sigilo parece clara: algo bien hecho es sutil, como el propio Cervantes nos dice, y no requiere particular atención ni debe hacer ruido o quiebres, de ahí que no sea notado, y de ahí el ‘sigilosamente’. Es posible que a partir de esta acepción cervantina de bonito, el adjetivo haya adquirido el significado valorativo negativo de ‘desagradable’, ‘malo’, ‘espantoso’, común en bastantes variedades del español: “¡bonita educación la de esos chavos!” ‘mala / terrible educación’; “qué bonita familia” ‘desagradable / espantosa familia’, que está muy próximo al sentido elativo de grado extremo del español general: “bonito lío en que te has metido” ‘gran / tremendo lío’ (RAE-ASALE 2010:§13.6.2e). Ambas extensiones semánticas conviven al lado del significado etimológico ‘lindo’, ‘agradable’ de bonito. El cambio hacia el sentido negativo debió seguir el siguiente proceso inferencial: a partir de algo que se realiza sigilosamente > la inferencia es que ese algo no debe ser bueno > se convencionaliza el significado de ‘malo’, ‘desagradable’. 589 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE d. —¿Cómo la están pasando? —Aquí, alegremente, rico [México, entrevista en TV] cuando apretaba las cinchas al caballo, bonitamente y sin ser sentido ató con el cabestro de su asno ambos pies a Rocinante [Quijote I, 20.177] lo que hizo, por bien de paz, fue soltar la mano derecha, que tenía asida al arzón trasero, con la cual bonitamente y sin rumor alguno, se soltó la lazada corrediza con que los calzones se sostenían [Quijote I, 20.181] Los adverbios de modo o manera suelen ser clasificados a su vez en varios subtipos en algunos análisis (Kovacci 1999:§11.3.2.2; Rodríguez Ramalle 2003: 28-30; Torner 2005a): a) de acción y agente, esto es orientados hacia el sujeto o complemento agente: lo miró atentamente, en que el adverbio modifica la manera en que el agente mira, de ahí la paráfrasis con adjetivo ‘lo miró atento’, y también la manera de mirar; b) de acción, que no pueden ser aplicados al agente y concurren con verbos de actividad: le sustrajo la cartera limpiamente; c) de resultado u orientados al objeto, que modifican sobre todo verbos de logro y realización, y denotan el resultado final de una predicación: hiriéndole y lastimándole gravemente. En algunos trabajos, los adverbios de la manera verbal son considerados predicados de eventos, ya que denotan propiedades semánticas intrínsecas de los verbos o adjetivos modificados (Rodríguez Ramalle 2003:28, 78) (→ Capítulo 8), como en las hay también que conmueven hondamente por su ternura (Nájera, 167), en que hondamente es resultado inherente del verbo conmover. 2) Focalizadores. Son el segundo grupo en frecuencia general de empleo en el corpus. Jerarquizan información ya que otorgan más importancia al tramo que presentan, por contraposición a lo ya dicho o a lo que se va a decir, de manera que ponen en foco o destacan la información que introducen (66). Pueden ser excluyentes o incluyentes de la información focalizada, y pueden tener alcance sobre un constituyente, sobre toda la oración o, más raramente, ellos mismos pueden constituir una predicación. Aportan matices semánticos diversos tales como: a) ‘restrictivo’: solamente, exclusivamente, únicamente; b) ‘particularizador’, que suele tener alcance sobre el elemento que sigue: mayormente, especialmente; c) ‘identificativo’: exactamente, o d) ‘reforzador’ argumentativo: realmente, evidentemente, obviamente. Comparten el hecho de que, al focalizar, valoran alguna información como superior o inferior a otra, como más o menos importante que otra, y por ello, en cierto sentido, son un subtipo de cuantificadores intensificadores. Pueden concurrir con formas negativas, en cuyo caso el resultado semántico total es de adición de informaciones o de adversación aditiva: no 590 PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN SEMÁNTICO-PRAGMÁTICA 6.9.4 solamente X sino también Y; no exclusivamente / no únicamente X (pero también Y), no exactamente X (más bien Y). El adverbio solamente es el de mayor empleo en todo el corpus y es el único que supera las 150 ocurrencias (156 apariciones) (→ Capítulo 9) (→ Capítulo 8).61 (66) Las malas voluntades temidas deven ser, et mayormente las que son en los coraçones de los reyes [Calila, 275] e aquellas aberturas a que llamava Jerónimo cataractas dize Agustín que son señaladamientre las puertas del Nilo [GEI, 1.55] ca diz que levavan estonces la dozena part de los bienes de la tierra solamientre e non más [GEI, 2.682] A los quales todos el rey mando tomar las armas, e dexolos yr libres, e solamente detovo al malvado capitan [Enrique IV, 116] con sobradas pesadumbres que se le daban por no acudir tan puntual, y exactamente como solia a las funciones de musica [Parayso, 155] Este método era eficaz, principalmente en la controversia [Pepita, 304] La obra tiene escenas, particularmente en el segundo acto..., que cautivan por su verdad y su gracia [Nájera, 167] Lo que eran los hombres, y especialmente los indianos,... todo esto se discutió por largo [Regenta, 1.230] Y al decir encantadora, refiriéndome exclusivamente a su voz,... [Nájera, 185] No tiene usted idea, por más que se exagere, del carácter del conde de Sauz. De piedra, de fierro, de acero, es poco decir; realmente tiene el carácter de demonio [Bandidos, 2.494] 3) Temporales. Son los terceros en frecuencia de empleo. Expresan ubicación en el tiempo, ya sea un tiempo narrativo: diariamente, anualmente, frecuentemente, (67a), ya sea el tiempo deíctico del narrador: antiguamente, recientemente, actualmente (67b). Hemos considerado también como temporales aquellos adverbios que establecen el orden interno en que suceden los hechos narrados o secuencian los eventos (67c): primeramente, seguidamente, anteriormente, finalmente, porque, en realidad, expresan una temporalidad, así sea esta metatemporal 61 Los estudios especializados plantean, por lo regular, más subclases de focalizadores que las aquí expuestas; cf., por ejemplo, entre otros, Albelda (2007:cap. 3), Azpiazu (2002), Kovacci (1999:§11.7), Simon-Vanderbergen y Aijmer (2007:caps. 6-8). Por su parte, Kaul (2002:56-57) considera los focalizadores que aportan significado de identificación como un “refuerzo pleonástico”, ya que no conllevan información semántica nueva; diferimos de este análisis, en cuanto que consideramos que no existe información supérflua en ninguna lengua; estos adverbios construyen un foco informativo sobre el que el hablante desea llamar la atención del oyente o lector. 591 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE intranarrativa. Pueden tener alcance sobre un constituyente simple, las menos de las veces, y con más frecuencia sobre un tramo informativo o sobre la oración toda (→ Capítulo 9) (→ Capítulo 4). (67) a. b. c. Espiridión y el Emperador,... lo querían también y estaban frecuentemente juntos [Bandidos, 2.216] Lamparilla... llegó al convento de San Francisco... Allí fue sabiendo sucesivamente lo que pasaba [Bandidos, 2.195] Repentinamente sintió que dos brazos como de hierro lo sujetaban por la espalda, a la vez que otra persona le ponía un trapo en la boca [Bandidos, 2.228] Y repetían continuamente estos gritos, que se alejaban para dejarse oír otros de los nuevos papeleros que venían de otras calles [Bandidos, 2.57] La poligamia... está y ha estado siempre más establecida que en otra parte entre los pueblos orientales, y aun antiguamente no dejó de haber también entre los europeos alguno que tuviese esta opinión [Hombre práctico, 279] De 81 a acá, las rondeñas y las peteneras han seguido su marcha triunfal, y actualmente en México son las dueñas de todos los teatros [Nájera, 112] Et el rey apartóse con él, et demandóle consejo et preguntóle primeramente por qué fue la enemistad entre los cuervos et los búhos [Calila, 229] Finalmente, por no detenerme en esto que..., Leriano le cortó a Persio la mano derecha [Cárcel, 117] Previamente, Marcelo Lara puso contra la pared a Connors [El Financiero, 19-09-2008] 4) Evaluativos. Presentan en el corpus una frecuencia próxima a los temporales, aunque ligeramente menor. Indican el juicio, punto de vista, evaluación, actitud o perspectiva que adopta el hablante o narrador sobre lo que se está diciendo o narrando o sobre algún punto relacionado con lo dicho o narrado (68a): innegablemente, afortunadamente, desgracidamente, obviamente. Son adverbios de alcance amplio, externos a la predicación o externos al dictum (Bonami y Godard 2008; Kovacci 1999:§11.8; Torner 2005b). Hemos incluido en este rubro los adverbios que expresan juicios de verdad (68b): correctamente, incorrectamente, ciertamente, verdaderamente, acertadamente. Son típicamente adverbios epistémicos, altamente subjetivos, que codifican juicios del hablante-narrador. Hemos considerado también adverbios evaluativos aquellos que establecen un 592 PROPUESTA DE CLASIFICACIÓN SEMÁNTICO-PRAGMÁTICA 6.9.4 marco, tema, tópico o punto de vista, sobre el cual se realiza la predicación (68c): musicalmente, lingüísticamente; este tercer subtipo de evaluativos es muy poco frecuente, en el corpus, con algún caso aislado, poco claro, en el siglo XXI, indicio, según creemos, de que son propios de la oralidad o de cierto tipo de textos ensayísticos. La mayoría de los adverbios denominados marcadores de discurso, marcadores pragmáticos, operadores pragmáticos, marcadores, etc., pertenece a la clase de evaluativos (→ Capítulo 9) (→ Capítulo 8). (68) a. b. c. En cuanto a Pepita, ni remotamente convengo en lo que usted deja entrever como vago recelo [Pepita, 207] Afortunadamente había poca luz, pues las iluminaciones rojizas, medio apagadas,... [Bandidos, 2.400] Francamente, señor O’Reilly, ¡siempre no apechugo con La reparación! Con la primera escena me basta [Nájera, 2] Es innegablemente una soprano encantadora [Nájera, 185] Conque hallará indubitablemente este verdadero conocimiento [Hombre práctico, 225] así, el ministro que lo vio tan irritado, no se atrevió a decirle lo que verdaderamente había pasado [Bandidos, 2.53] Musicalmente, no te puedo decir, pero teatralmente, fue desastroso Políticamente, el país ha avanzado en seguridad y empleo [México, Programa TV] Los adverbios evaluativos son, posiblemente, los que más atención han recibido en la bibliografía sobre adverbios en -mente. Por una parte, son una fuente importante de cambio ya que ellos generan un gran número de los denominados marcadores de discurso o marcadores pragmáticos u operadores (Fuentes 2009). Por otra parte, se prestan a detalladas divisiones semántico-pragmáticas, derivadas del contexto, por lo cual un mismo adverbio puede ser asignado a varias subclases, y se prestan a una nomenclatura de finos matices semánticos. Por ejemplo, Egea (1979:258-260) distingue entre adverbios evaluativos de “fortuna o lo contrario” y de “satisfacción o lo contrario”; Fuentes (1991:316 y ss.) distingue emocionales negativos, positivos y de sorpresa; Kovacci (1999:§§11.4-11.5) distingue emotivos, de conocimiento, epistémicos, de necesidad y obligación, evaluativos de la actuación del sujeto y de voluntad, varios de ellos con subclases internas. 5) Cuantificadores. Distan en frecuencia de los cuatro subtipos anteriores. Expresan, como su nombre indica, la cantidad en que se manifiesta una propiedad, ya sea una cuantificación de grado en una escala de valores cuantitativos (69a), ya sea una cantidad absoluta sin ubicación escalar (69b). Los primeros admiten modificadores intensificadores, los segundos no. Los primeros son 593 6.9 ADVERBIOS EN -MENTE bastante menos frecuentes que los segundos. Pueden tener alcance sobre un constituyente simple o sobre la oración, como se aprecia en el contraste de los dos primeros ejemplos de (68b), o pueden constituirse ellos mismos en una predicación autónoma. Para algunos autores, la cuantificación es un valor básico de los adverbios en -mente (Kaul 2002:cap. 4), entre otras razones, creemos, porque varios de ellos, aun no siendo cuantificadores, pueden ser modificados por intensificadores de grado (véase supra §6.8.1) (→ Capítulo 9) (→ Capítulo 18). (69) a. b. Pacini, el soberbio barítono a quien admiré en El trovador, estaba horriblemente acatarrado [Nájera, 188] En tan corta visita me ha dicho mil locuras que me afligen profundamente [Pepita, 268] ha declarado... la necesidad imperiosa de que se autoricen más visas para ingenieros y técnicos extranjeros altamente capacitados [La Jornada, apud Reyes 2009] me parece que deves escrevir a Laureola esforçando su miedo con seguridad de su vida, la cual enteramente le puedes dar [Cárcel, 124] pero sí puedo apuntar mi impresión personalísima, enteramente indocta, desnuda de toda técnica, respecto al Tannhäuser [Nájera, 101] en las operaciones de los hombres es imposible dar regla que sea generalmente conveniente [Hombre práctico, 246] y lo que es mas por el decurso prolixo de tantos años, con todo no falta tan absolutamente su memoria [Parayso, 62] Los Macedos de otra familia me son desconocidos totalmente [Nájera, 108] De Valentín Cruz, ni quien se acordara; se había sumido completamente desde que supo que... [Bandidos, 2.406] 6) Inclusivos-Aditivos. Tienen una muy baja frecuencia de empleo. Ponen en relación dos conjuntos, sean similares o no. Expresan que el constituyente o zona sintagmática modificada debe agregarse, sumarse o incluirse a la idea expresada por el verbo o expresada en esa oración (Egea 1979:213-216). Hemos incluido en este subtipo los adverbios semánticamente contrarios a los aditivos, que indican indiferencia al conjunto / separación del conjunto: independientemente, indiferentemente, porque también establecen una relación entre dos subconjuntos o partes discursivas, así sea de una parte menor con una mayor. 594 DIACRONÍA GENERAL (70) 6.10 Et commo quier que en los omnes cae esto comunalmiente tan bien a los mayores commo a los menores [Setenario, 172.26] el almirante don Fadrique... enbio mandar a don Alonso Enrriquez, su fijo,... que se viniese para Palencia, e ally asy mesmo viniese el condestable don Rodrigo Manrrique e juntamente fuessen perseguir a Garçia Mendez de Badajoz [Enrique IV, 226] Enamóreme de doce doncellas... pagaron mi amor, no en desprecios, pues todo era caricias, grangeadas con mi asistencia y cuidado teniéndolas tan igualmente contentas que jamás hubo celos entre ellas [Rey gallo, 111.193] El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República aseguró que, adicionalmente, lo que hacen en Los Pinos “lo hacen mal” [El Financiero, 19-09-2008] Un triunfo sobre Rusia le asegura a Argentina disputar la final de local, independientemente de lo que suceda en la otra semifinal [El Financiero, 19-09-2008] El cuadro 20 a continuación muestra las frecuencias relativas de uso de cada una de las subclases semántico-pragmáticas que acabamos de analizar. El corpus está considerado como un todo porque no hemos detectado, como ya señalamos, cambios diacrónicos importantes. Es digno de ser notado que una sola subclase, los adverbios de modo o manera, representan casi la mitad de todos los empleos, lo cual indica que la denominación tradicional de adverbios de modo o manera es adecuada. Cuadro 20 Frecuencia de clases semántico-pragmáticas de adverbios en -mente Modo o manera Focalizadores Temporales Evaluativos Cuantificadores Inclusivos-aditivos 42% (1296/3082) 20% (615/3082) 15% (462/3082) 14% (431/3082) 8% (247/3082) 1% (31/3082) 6.10. DIACRONÍA GENERAL Hemos visto a lo largo del capítulo que son más las continuidades que las discontinuidades en el comportamiento de estos adverbios a lo largo de los cinco 595 6.10 ADVERBIOS EN -MENTE cortes analizados, que abarcan un lapso aproximado de 800 años. Se constata en el análisis de estos adverbios que la evolución de una lengua es una constante transformación imperceptible en la que continuidades y discontinuidades se suman. En el caso de la evolución de los adverbios, son más las continuidades que las discontinuidades. Son muchos los cambios fónicos y morfológicos, pero mucho menos los cambios sintácticos, léxicos y semánticos. Las discontinuidades se manifiestan en forma de pequeños ajustes o microquiebres, a veces poco llamativos cuantitativamente, que impactan el sistema de los adverbios en su totalidad. Hemos podido documentar, no obstante, datos interesantes para la diacronía de estos adverbios y hemos podido establecer algunos cambios lingüísticos, que exponemos de manera resumida a continuación: 1. La modalización de la frase nominal etimológica inició muy tempranamente, siglo I a. C., posiblemente desde antes, señal de la gradualidad del cambio y señal de la gran profundidad histórica del proceso. Prueba de ello es que existen contextos puente desde el latín imperial, que se vuelven numerosos en el latín altomedieval hispano. 2. La adverbialización propiamente tiene ya documentaciones tempranas: siglos VIII o IX. 3. Son resultado de una gramaticalización compleja pero paradigmática, con siete reanálisis en su interior. El impacto mayor de la gramaticalización fue la recategorización frase > palabra. 4. La gramaticalización está totalmente cumplida desde el siglo XIII: la escritura separada de los formativos y la coordinación pueden ser residuos en el proceso de gramaticalización o pueden ser manifestaciones de normativas escriturarias y de uso ajenas al proceso mismo de gramaticalización. 5. Son un cultismo peculiar, entendido el concepto de cultismo desde varios ángulos, dos al menos: imposición de la forma no diptongada, forma no patrimonial, y mucha mayor productividad, tanto léxica como de uso, en la lengua escrita literaria y la lengua oral culta. 6. En su conformación morfológica actual debió intervenir el contacto lingüístico con lenguas del oriente de la península ibérica y posiblemente con algunas lenguas galorromances. 7. El español junto con el portugués se distancia del catalán en la morfología y la sintaxis en cuanto a la coordinación de estos adverbios. Se crearon dos isoglosas que confirman la agrupación del español con el portugués y la separación del catalán dentro de la Iberorromania, al menos en los que a los adverbios de modo atañe. 8. En la sintaxis, hay un cambio en la posición relativa respecto del verbo, ya que se observa un ligero incremento de la anteposición del adverbio a su 596 CONCLUSIONES 6.11 modificado. En la posición absoluta del adverbio, también se produjo un ligero desplazamiento hacia los márgenes de la oración, particularmente, hacia posiciones iniciales en el margen izquierdo. Ninguno de los dos cambios son cuantitativamente llamativos. 9. En sintaxis, se constata un ligero incremento de la adyacencia de los adverbios en -mente al verbo modificado, cuando van pospuestos. 10. Se documenta un decremento en cuanto a la capacidad de tomar modificadores; son formas de baja relacionalidad interna en todos los periodos analizados. 11. Se produjo un decremento brusco después del siglo XIII de bases adjetivas deverbales participiales. 12. El siglo XVII desvirtúa en algunas variables la evolución lenta y gradual esperada del cambio sintáctico-semántico. 13. No hay cambios léxicos notables: se pierden bases adjetivas, entran otras nuevas, hay algunas bases constantes a lo largo de la historia de la lengua española. Se documenta una cierta formulaización o ritualización en esta área de la gramática ya que se repiten a lo largo de los siglos y textos unas mismas bases adjetivas para formar adverbios. 14. No hay cambios semánticos notables en la diacronía interna del español: una vez abstraído el significado del sustantivo mente y de haber adquirido la forma mente y el constructo todo un estatus morfológico, se mantiene el significado de inherencia de los dos formativos del constructo y se mantienen en lo esencial las clases semánticas documentadas desde el inicio. Hay vaivenes en la frecuencia de estas clases según las épocas, pero es posible que se deban a los temas de los textos y no propiamente a la evolución de la lengua. 15. Los adverbios en -mente muestran a lo largo de su diacronía una fuerte dependencia de determinados soportes textuales. El género sapiencial es el que propicia la mayor aparición de estos adverbios en el temprano español medieval y es muy posible que a partir de este género textual se expandieran y generalizaran a otros soportes textuales. 6.11. CONCLUSIONES En este capítulo hemos caracterizado los adverbios en -mente desde su morfología, su sintaxis y su semántica. Hemos visto que constituyen una zona de la gramática con fuertes paradojas en su interior y con varias incertidumbres en cuanto a la adscripción categorial, paradojas e incertidumbres que son consecuencia de que el acontecer diacrónico de su gestación pervive en su análisis sincrónico. Hemos visto, asimismo, que la diacronía ha dejado huellas múltiples que motivan que el análisis sincrónico de los adverbios en -mente sea complejo y huidizo. Hemos 597 6.12 ADVERBIOS EN -MENTE planteado también que son formas con un significado básico general, inherente y constante, que se moldea mediante el contexto y mediante el significado de las bases adjetivas que se constituyen en raíz del adverbio. Hemos identificado los antecedentes latinos directos de estos adverbios y hemos intentado establecer la profundidad histórica que tiene la adverbialización de los sintagmas ablativos originarios; creemos que se trata de una adverbialización de orígenes tempranos, ya en el mismo latín, que tardó algunos siglos en adverbializarse y gramaticalizarse por completo. Hemos intentado, asimismo, arrojar luz sobre varios aspectos problemáticos, algunos casi misteriosos, relativos a la gestación y evolución de estos constructos, tales como, entre otros: a) la rápida generalización de la terminación -mente a expensas de la forma diptongada vernácula o patrimonial -miente; b) la necesidad de precisar o afinar el concepto de productividad en esta zona gramatical, porque existe casi un abismo entre productividad en léxico y productividad real en uso para estos adverbios; c) el origen no analógico de la sonorante vibrante de los formativos medievales con -r-; d) la falta de estratificación o acumulación porque el sustantivo pleno mente “desaparece” de la lengua escrita, literaria y no literaria, a lo largo de todo el medioevo; e) la ausencia casi generalizada de adverbios de negación en las oraciones que contienen adverbios en -mente; f) la exigua frecuencia de estructuras coordinadas, que son, curiosamente, zona de prueba muy importante para mostrar que en el español estos adverbios no tienen una gramaticalización cumplida; hemos planteado que puede tratarse más bien de una normativa de no repetición de adverbios, fijada, posiblemente, desde antiguo, y no de una gramaticalización débil; g) la constante dependencia temática y de género discursivo tanto en su gestación como en el análisis de algunas variables independientes. No obstante que estos aspectos problemáticos son muy llamativos en la diacronía de estas formas, la continuidad sintáctica, léxica y semántica es posiblemente el hecho más llamativo en la caracterización de los adverbios en -mente. Por último, hemos comprobado que se trata de una zona gramatical con una fuerte interacción, e incluso dependencia, de los géneros textuales en que se manifiesta la lengua. 6.12. CORPUS BIBLIOGRÁFICO 6.12.1. Corpus base [Calila] Anónimo, Calila e Dimna, edición de Juan Manuel Cacho Blecua y María Jesús Lacarra, Madrid: Castalia, 1984. 598 CORPUS BASE 6.12.1 [Setenario] Alfonso X, Setenario, edición de Kenneth H. Vanderford, Buenos Aires: Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires, 1945. [GEI] Alfonso X, General estoria. Primera parte, edición de Pedro Sánchez-Prieto Borja, Madrid: Fundación José Antonio de Castro, 2001. 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