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Dos ejemplos de concretización Por Andrew Iliadis (Purdue University) Publicado en Platform: Journal of Media and Communication, Volumen 6 (2015), pp. 86-95. Traducido por Bernabé Ferreyra Este artículo provee dos ejemplos de concretización, un concepto importante en la filosofía de la tecnología que también puede aplicarse interpretándolo ampliamente al estudio de los medios. Comienza con un breve sumario de la literatura preexistente sobre concretización, seguido de un estudio de los usos de la concretización en el trabajo de su principal teórico, el filósofo francés Gilbert Simondon. El artículo procede con un breve análisis de un famoso ejemplo de concretización ofrecido por Simondon (La turbina de Guimbal) antes de iniciar un nuevo análisis de la concretización en el contexto de las tecnologías contemporáneos de la información y la comunicación (los transistores planos). Se argumenta que Simondon provee una pronta (y simple) explicación filosófica de la concretización, que es útil para el seguimiento la evolución tecnológica analógica y digital en el tiempo. "Mecanología" era el término preferido para un campo iniciado por un grupo de pensadores en Francia que, inspirados por la cibernética naciente, quería crear una filosofía universal de la tecnología, y cuyo padrino espiritual era un hombre llamado Jacques Lafitte. Lafitte escribió un tratado filosófico sobre las máquinas, que incluye reflexiones sobre el gran erudito británico Charles Babbage y su artículo fundamental, "Sobre un método de expresar con signos las acciones de las máquinas" (1826). Acerca de la máquina diferencial de Babbage (la famosa máquina de calcular que Babbage describió como "con el proposito de cálcular las tablas y de grabar los resultados en las placas de cobre", una máquina que no se construyó en el curso de su vida), Lafitte escribió: "Lo que es importante determinar es menos la forma misma de los órganos que la secuencia de las funciones". En el mismo libro, Lafitte incluye pasajes sobre la obra de Robert Willis, Auguste Choisy, Eugène Viollet-le-Duc, y Franz Reuleaux, entre otros. Este pequeño libro obscuro acerca de la "filosofía de la máquina" como "una extensión organizada de nosotros mismos" se publicó en 1932. Lafitte lo llamó Reflexiones sobre la Ciencia de Máquinas. El filósofo francés Gilbert Simondon fue influenciado por mecanología de la funciones de Lafitte, y el grueso de la obra de Simondon sobre Lafitte se puede encontrar en su publicación póstuma La invención en las Técnicas (2005), en dos capítulos titulados "Objetos técnicos pasivamente individualizados (o las máquinas pasivas de Lafitte)” y "Dispositivos de información (las maquinas reflexivas de Lafitte)”, así como en otros pocos lugares. Simondon, se puede decir, intentó promover la "filosofía de la máquina", propuesta por Lafitte, argumentando a favor de una teoría de la "tecnología general". Con el tiempo introducirá el concepto de concretización en esta filosofía, y se convertirá en una de sus contribuciones filosóficas más importantes y duraderas. En el presente trabajo, voy a empezar por ofrecer una definición de concretización antes de repasar un breve resumen de la literatura preexistente. Luego, voy a hacer un breve análisis de uno de los propios ejemplos de Simondon de concretización (la turbina de Guimbal) antes de ofrecer una de mi parte (transistores planos). La palabra "concretización" se utiliza generalmente en lo que respecta a la evolución de artefactos tecnológicos. No se ocupa de concretización en cuanto al uso de sentido común o su historia etimológica, como "hacer" algo "real", "tangible", o "específico". La concretización tampoco supone algo así como lo que está implícito en la frase "la concreción de una abstracción". Más bien, concretización es un concepto útil para pensar artefactos tecnológicos y su evolución en el tiempo. La concretización se ocupa con la ingeniería ontológica de artefactos técnicos y, como tal, está estrechamente ligada a la realidad y todos los detalles técnicos que los investigadores y filósofos utilizan para hacerle frente; en este sentido, se podría llamar concretización a un tipo de "ingeniería filosófica". Gilles Deleuze y Félix Guattari sostenían que la filosofía es "la creación de conceptos". Luciano Floridi ha señalado, asimismo, que la filosofía es un tipo de "ingeniería conceptual". Uno debe acercarse a la concretización con una idea similar. La concretización se enfrenta precisamente con "las cosas mismas", es decir, con lo que ocurre con los elementos específicos que componen artefactos tecnológicos a lo largo de su evolución. Los contemporáneos filosóficos más cercanos a Simondon incluyen a Raymond Ruyer –que, junto con Simondon, ha publicado también acerca de la filosofía de la información– y Gaston Bachelard, que trabajó principalmente en la filosofía de la ciencia (Simondon mantuvo amistad con ambos durante toda su vida, debatiendo con Ruyer en artículos y conversando con Bachelard en cartas). Es sabido que Marshall McLuhan leía filosofía francesa, en particular el trabajo de Lafitte, Simondon, y Jacques Ellul; una traducción al inglés del texto de Lafitte se realizó y publicó en la Universidad de Ontario Occidental bajo los auspicios de John Hart (fundador de las Ciencias de la Computación en la Universidad de Western Ontario en 1964) y Jean Le Moyne (un periodista canadiense y eventualmente senador), los cuales trataron de popularizar la mecanología en Canadá a través de los filósofos franceses. Comenzaron una traducción de Simondon de Sobre el modo de existencia de los objetos técnicos, pero el proyecto se estancó y nunca se terminó. Mientras, en Francia, Simondon pasaría a influir en una amplia variedad de filósofos e investigadores, entre ellos Gilles Deleuze, Bruno Latour, y Bernard Stiegler. La literatura secundaria sobre Simondon y el concepto de concretización está creciendo, sobre todo en Francia, con obras de Muriel Combes (2013), Pascal Chabot (2012), Stiegler (1998), y Barthélemy (2005), el último de los cuales es considerado como el mayor experto del mundo en Simondon, habiendo fundado Cahiers Simondon, trabajando actualmente en su sexto volumen y el Centre International des Études Simondoniennes. Barthélemy ha escrito cuatro libros sobre la filosofía de Simondon que proporcionan exégesis muy claras de su trabajo y ofrecen nuevas perspectivas únicas desde el que leer Simondon. Mientras los textos de Combes y Chabot se han traducido y publicado en inglés, las obras de Barthélemy lamentablemente no. Por último, en cuanto a libros ingleses originales sobre Simondon, la colección editada por Edinburgh University Press, “Gilbert Simondon: Ser y Tecnología” (2012) es una excelente antología, y la concretización es tratada allí en detalle. “La individuación psíquica y colectiva de Gilbert Simondon: Una Introducción Crítica y Guía” (2014) de David Scott, también publicado por Edinburgh, es una buena introducción a ese texto. El concepto de concretización de Gilbert Simondon El concepto de concretización es uno de los conceptos más importantes en el sistema filosófico establecido por Simondon. Su explicación más completa de la misma se encuentra en el capítulo uno ("La génesis del objeto técnico: El proceso de concretización") de la primera parte ("El Génesis y evolución de objetos técnicos") de Sobre el modo de existencia de los objetos técnicos (1958a), el más corto de sus dos disertaciones doctorales publicadas. Hay zonas en las que Simondon hace referencia a una realidad "concreta" y a la "concreción" en La individuación a la luz de las nociones de forma y de Información (1958b), el mayor de los dos libros, a pesar de que Simondon da cuenta de forma mucho más profunda de concretización en el libro más corto (aunque ciertamente no menos complejo). Junto con los conceptos de Simondon de individuación, allagmatica, disparidad, transducción y preindividual, la concretización se encuentra entre los más técnicos y de gran alcance. Al igual que los otros, es un concepto de mediación, destinado a ser aplicado a los objetos tecnológicos que son ellos mismos, nos dice Simondon (1958a, p. 10), "mediadores entre la naturaleza y el hombre". La primera tarea debe ser encontrar una definición de concretización. Dejando a un lado Sobre el modo de existencia de objetos técnicos (en adelante MEOT) por un momento, Simondon hace variaciones sobre el tema de la concretización en otros textos, incluidos los trabajos publicados póstumamente que surgieron como libros que contienen los documentos de sus cursos y conferencias. La ventaja de comenzar con estos textos es que generalmente no contienen observaciones sustantivas sobre la concretización y por lo tanto, donde se menciona la concretización, se explica con sencillez y claridad. Muchos de estos títulos han sido publicados en Francia; sin embargo ninguno de ellos han aparecido aún en inglés. Estos son La invención en las técnicas (2005), Curso sobre la percepción (2006), Imaginación e invención (2008), Curso sobre la Comunicación y la Información (2010), Sobre la Técnica (2014), y Sobre la Psicología (2015). Simondon menciona la concretización en algunas de las publicaciones póstumas y no en otras. Por ejemplo, en el Curso sobre la Percepción, un libro basado en un seminario sobre la fenomenología que Simondon dio desde 1964 hasta 1965, pasa algún tiempo hablando de la realidad concreta y concreción, como en el libro de tesis más grande, pero no propiamente de la concretización. Por otro lado, en Imaginación e invención, otra colección de artículos que han sido publicados en Francia de un seminario sobre innovación que Simondon dio en 1965-1966, Simondon reflexiona sobre la concretización de una manera similar a la que se encuentra en MEOT. En la sección "La invención como producción de un objeto creado o de un Trabajo", Simondon hace referencia a la concretización en un capítulo titulado "La creación de objetos técnicos". Aquí se ofrece una definición simple, escribiendo que la concretización se refiere a las iteraciones que los objetos tecnológicos atraviesan a medida que evolucionan. Las iteraciones, dice Simondon, a menudo contienen una invención que "proporciona una ola de condensación, de concretizaciones que simplifican el objeto mediante la carga de cada estructura con una pluralidad de funciones". Concretización, entonces, es cuando un elemento en una nueva iteración de un objeto tecnológico se ha dotado de una mayor "pluralidad de funciones". Simplifica el objeto mediante la asignación de una pluralidad de funciones a los elementos. Después de esto, la cantidad total de elementos tiende a disminuir. Como un elemento particular se llena de funciones de otro elemento, ese elemento puede dejarse de lado. Simondon escribe que la concretización no sólo puede preservar los "viejas" funciones de los objetos tecnológicos, sino que la concretización trae "además nuevas propiedades de funciones adicionales" que él llama "sobreabundancia funcional". Un objeto tecnológico se carga de sobreabundancia funcional cuando se concretiza; cada elemento individual cumple funciones adicionales que aumentan mientras que la cantidad total de elementos disminuye, lo que lleva a un objeto engañosamente complejo pero "simple". Estas funciones sobreabundantes constituyen "la clase de un verdadero advenimiento de posibilidades además de las propiedades esperadas del objeto". Una nueva iteración del objeto tecnológico ofrece una concretización de funciones sobreabundantes que pueden ser el origen de nuevas posibilidades tecnológicas. El objeto tecnológico se convierte en (curiosamente) menos complejo, en particular en lo que respecta a la cantidad de elementos físicos, mientras se desarrolla. Al ofrecer una definición general de concretización, Simondon dice que "cada elemento estructural" puede cumplir varias funciones "en lugar de sólo una". Es importante entender que no todas las iteraciones de un objeto tecnológico califican como ejemplos de concretización. Para que se produzca concretización debe haber alguna manera por la cual el objeto ha reducido el número de elementos componentes, mientras que al mismo tiempo la asignación de sobresaturación funcional a uno o más de los elementos existentes. El objeto tecnológico debe ser más autosuficientes, depender cada vez menos de las partes "extra": lo que Simondon llama componentes "analíticos". Una nueva iteración genuina buscará apoyo externo en su "entorno", efectivamente "liberando" la carga de funciones hacia su entorno, para que el objeto no deba mantener una gran cantidad de funciones. El medio refiere al ambiente circundante y puede significar algo tan simple como agua o aire. Mientras se concretiza, el objeto tecnológico puede usar su medio. Al mismo tiempo, una mejora "menor" (para usar el término de Simondon) no es una instancia de concretización. Menciona la invención del ánodo giratorio para el tubo de Coolidge como un caso en el que no se produce concretización. Más bien, se disminuye una desventaja en lugar de convertirlo en una función "positiva" para todo el objeto. Pequeñas mejoras sólo son "desvíos" que, si bien a veces son prácticas y útiles, no "promueven la evolución del objeto técnico". Al ignorar los esquemas de la técnica mediante la instalación de lo que Simondon llama "medidas paliativas", pequeñas mejoras proporcionan un "falso entendimiento" de la evolución de los objetos técnicos. Lo que Simondon está describiendo aquí son básicamente las "soluciones rápidas". Ellos pueden trabajar en el corto plazo, pero a largo plazo no proporcionan una sobreabundancia funcional. Simondon ofrece la evolución del tetrodo y del pentodo como ejemplo de concretización adecuada, afirmando que son el resultado de la evolución del sistema de diodo original a través de "saturación y concretización sinérgica". Con el tetrodo y pentodo, la concretización refiere a esquemas de tecnología y organización de la invención de modo que las iteraciones del objeto tecnológico llevan a la unidad y el descubrimiento de lo que Simondon (1958a, p. 40) llama "la distinción de un linaje técnico" que es casi natural. Además, este linaje se nos proporciona como mediador e intermediario en tanto que el mundo natural y el mundo de la técnica ya están participando interrelacionados en una concretización, que se define por una función relacional. Simondon inventa la palabra "tecno-geografía" para describir esta relación. La concretización opera en un tipo de zona media entre la naturaleza y la técnica. Simondon nos advierte que un objeto tecnológico concretizado se mantiene en un "lugar intermedio" entre los objetos naturales y representación científica: dado el objeto técnico no puede ser totalmente concretizado, nunca puede llegar a ser totalmente natural. La "artificialización" de un objeto natural no es un ejemplo de concretización, ya que un proceso de este tipo necesitaría funciones analíticas adicionales para prosperar. En la concretización del objeto tecnológico, sin embargo, el objeto originalmente artificial se vuelve más y más natural. Sin embargo, siempre hay que tener cuidado de recordar que hay una división entre el entorno (naturaleza) y la técnica (concretización). Aunque Simondon (2008, p 175) va tan lejos como para decir que la naturaleza es recreada en la técnica –que él ve la naturaleza como necesitando formalización y concreción en el mundo de la tecnología–, observa cuidadosamente que la naturaleza ya está completamente concretizada mientras los objetos tecnológicos nunca pueden estarlo del todo. Todo lo que los objetos tecnológicos pueden hacer es seguir concretizándose en tanto sus componentes den paso a la sobreabundancia funcional. Señala que en inglés la palabra "versatility" se utiliza para describir algo así como el proceso de concretización, y que la concretización tiene que esforzarse por "elevar el nivel de compatibilidad interna para producir la capacidad de adaptación externa". Por otra parte, Simondon se referirá al proceso de concretización como "resonancia interna". En La invención en las Técnicas, que afirma que la evolución tecnológica es "posible gracias a la resonancia interna, la concretización, la sobredeterminación multifuncional que es la auto-correlación de varios componentes". A menudo utiliza otros términos; Simondon también describe la concretización como "síntesis" o "tetrium quid" (un término asociado con la alquimia), este tetrium quid queriendo referir a un tipo de tercera "cosa" adicional que no es clara, pero que está conectada a otras dos que son claras o conocidas. La síntesis de estos elementos conocidos produce la tercera y "eleva el nivel de organización", ofreciendo una nueva formulación para describir la concretización. En un trabajo sobre Lafitte, Simondon describe la concretización como "condensaciones funcionales para las sinergias". "Sinergia" se repite a menudo en MEOT; en la concretización el objeto técnico avanza por una "redistribución interior de funciones" que no se hace "función a función", sino "sinergia a sinergia". Simondon cree que es la síntesis de funciones y no las propias funciones lo que importa. Es a través de esta sinergia que la concretización puede "dar lugar a un aspecto de simplificación", donde una sola "función puede ser realizada por una serie de estructuras sinérgicamente relacionadas". La concretización concierne a la organización de lo que Simondon llama "subconjuntos" del objeto técnico en unidades sinérgicas que contribuyan al funcionamiento total del objeto, en lugar de contribuir una sola función única. En la concretización, los "aspectos marginales" se incorporan en el "esquema de funcionamiento": los elementos que en un principio podrían haber parecido inutilizables se convierten en "vínculos funcionales". Aunque cada una de las definiciones que Simondon proporciona es ligeramente diferente, mantienen lo suficientemente común de tal manera que la esencia de la concretización debe quedar clara. Hay una lista de conceptos útiles para pensar a través del concepto de concretización en Simondon: funciones sobreabundantes, compatibilidad interna, la capacidad de adaptación externa, resonancia interna, tetrium quid, sinergia, sobredeterminación, y así sucesivamente. Sin embargo, a fin de comprender la concretización, hay otro concepto importante que debe ser explicado, y que es el concepto simondoniano de "esencia técnica". Esencia técnica Aparentemente un libro acerca de la tecnología, Simondon establece explícitamente en MEOT que es bastante despreocupado por objeto técnico material en tanto objeto, y que en su lugar está interesado en la esencia del objeto técnico, su evolución. "Esencia" es una palabra curiosa para utilizar en un libro sobre la filosofía de la tecnología, pero es apropiado cuando uno entiende precisamente lo que Simondon quiere decir. Para Simondon, la esencia de la tecnología es un cierto tipo de modo o de operación y no un tipo de cualidad universal inmutable, escribiendo que lo que "cuenta son solo los intercambios de energía e información en el objeto técnico o entre el objeto técnico y su entorno". De hecho, "la esencia de la concretización del objeto técnico" se describe como la "organización de subconjuntos funcionales dentro del total de la operación". Para Simondon, el objeto técnico existe como un tipo de coraza, algo que "envuelve" la esencia informativa o que interactúa con la esencia de otro medio informativo. Hay toda una línea de la filosofía en Simondon sobre la invención y la creación de tales esencias, y uno de sus primeros ejemplos se da al comienzo de MEOT. En la sección titulada "Origen absoluto de un Linaje Técnico", describe la invención del diodo como uno de esos principios: «El diodo está hecho de la asociación de este fenómeno reversible de transporte de cargas eléctricas a través de un campo, y de la condición de irreversibilidad creada por el hecho de que la producción de cargas eléctricas transportables es producción de un solo tipo de cargas eléctricas (únicamente negativas), y por uno solo de los dos electrodos, el electrodo caliente; el diodo es un tubo de vacío en el cual existen un electrodo caliente y un electrodo frío, entre los cuales se crea un campo eléctrico. Allí hay por cierto un comienzo absoluto que reside en la asociación de esta condición de irreversibilidad de los electrodos y en ese fenómeno de transporte de cargas eléctricas a través del vacío: lo que se crea es una esencia técnica. » La tecnología comienza con un solo acto de invención que pertenece al orden de la información o de la energía y no de los objetos técnicos como tales (es por eso que Simondon tiene poca paciencia para los que se preocupan por lo que él llama las mejoras "menores" de los objetos técnicos). El MEOT se trata de la evolución de los objetos técnicos que comienzan cada una de sus series con "un acto definido de invención [...] lo que era necesario era un fenómeno nuevo". Él escribe que el "principio de un linaje de objetos técnicos está marcado por un acto sintético de la invención que es básico a una esencia técnica". Esta esencia se mantiene en el objeto tecnológico a lo largo de su evolución; "la esencia técnica puede ser reconocida por el hecho de que se mantiene estable a lo largo del linaje evolutivo, y no sólo estable, sino también produciendo estructuras y funciones a través de desarrollo interno y de saturación progresiva". Simondon utiliza el ejemplo del motor de combustión interna y afirma que su esencia técnica permitió que se convierta, con el tiempo, en un motor diesel; lo hizo por "una concretización suplementaria de funcionamiento". Esto, de nuevo, es lo que Simondon quiere decir con "resonancia interna" del objeto técnico; el objeto técnico "evoluciona por convergencia y adaptación a sí mismo; es unificado desde dentro de acuerdo con un principio de resonancia interna". Una conexión de ambientes comienza en el momento de la evolución tecnológica, y esta convergencia inicial dura en la medida en que se desarrollan otras nuevas. Ahora, vamos a pasar a algunos ejemplos de concretización. El primero es un famoso ejemplo al que hace referencia Simondon lo largo de su obra (la turbina Guimbal), mientras que el segundo es un nuevo ejemplo para explicar cómo la concretización se puede aplicar al estudio de las tecnologías digitales. La turbina de Jean-Claude Guimbal Simondon menudo utiliza el ejemplo de la turbina Guimbal para describir la concretización. El ingeniero e inventor Jean-Claude Guimbal nació en la ciudad natal de Simondon, en Saint-Étienne. Saint-Étienne ha sido históricamente un centro industrial que solía producir armas, carbón, y bicicletas. Este entorno industrial puede haber influido en el pensamiento de Simonton, y su elección de la turbina Guimbal es seguramente un reflejo de su educación en Saint-Étienne (una ciudad una vez llamada la "ciudad del diseño" por la UNESCO). Simondon incluso menciona a su ciudad natal en MEOT, refiriéndose a "la calidad de los aceros de Saint-Étienne". Guimbal emitió una patente para su turbina en 1953. En ella, esbozó las características distintivas de su diseño, que incluía hasta entonces técnicas sin precedentes para la fabricación de la turbina. En su patente original de la turbina, Guimbal incluye cuatro objetivos principales: «En una unidad construida de acuerdo con la presente invención, la turbina y el generador se construyen juntos como una sola unidad para la instalación bajo el agua. La unidad se construye preferiblemente para su instalación en la garganta de un conducto convergente-divergente que transporta agua y la conduce desde la unidad de turbina. Un objetivo de la invención es proporcionar una unidad de turbina y generador del tipo descrito en el que el espacio requerido se reduce a un mínimo. Otro objetivo es proporcionar, en una unidad de turbina del tipo descrito, la mejora de medios para impedir la entrada de agua en la unidad. Un objetivo adicional de la invención es proporcionar, en una unidad del tipo descrito, un aparato mejorado para la refrigeración y para la lubricación de la unidad. Un objetivo adicional es construir una unidad del tipo descrito que pueda ser instalada con su eje principal de ya sea horizontal, vertical o en cualquier ángulo oblicuo.» Como se ha señalado por comentadores como Brian Massumi, Simondon se refiere a la turbina Guimbal en un ensayo titulado "Mentalidad técnica", pero una vez más sus observaciones más interesantes se hacen en el MEOT. Allí, Simondon escribe que la turbina Guimbal puede ser vista como un ejemplo paradigmático de concretización, y la cantidad de conocimientos técnicos que Simondon muestra aquí es impresionante. Afirma que el genio de concretización de Guimbal está en la colocación de la turbina en la tubería de carga (una especie de túnel de admisión o tubería que controla el flujo de agua), por lo tanto sumergiéndolo en agua, así como en la conexión de la turbina a un generador contenido en un cárter (refugio para un cigüeñal) lleno de aceite a presión. Ante esto, Simondon señala que la presa contiene todo en la compuerta y que tanto el agua y el aceite se convierten en "multifuncionales". En primer lugar, el agua se vuelve multifuncional suministrando la energía que activa la turbina y el generador. En segundo lugar, cumple otra función evacuando el calor que se produce por el generador. A continuación, Simondon toma nota de que el aceite se convierte en multifuncional de cuatro maneras. En primer lugar, lubrica el generador. En segundo lugar, aísla la bobina. En tercer lugar, conduce el calor de la bobina hacia el cárter. En cuarto lugar, evita la filtración de agua en el cárter, puesto que la presión del aceite es mayor que la del agua. Simondon señala también que la propia presión es multifuncional, ya que causa el engrase permanente bajo presión y por lo tanto evita la filtración. Todos son, dice Simondon, ejemplos paradigmáticos de la multifuncionalidad en la concretización. Antes de la invención de Guimbal, argumenta Simondon, nadie habría soñado con colocar el generador bajo el agua, ya que, independientemente de los problemas de infiltración, los generadores eran extraordinariamente grandes en ese momento. Sin embargo, es debido al genio de Guimbal al darse cuenta de que la turbina podría ser enfriada en agua que podría ocurrir esta concretización, ya que es en virtud de la refrigeración automática por agua que la turbina podría ser construida mucho más pequeña (convirtiéndose en un objeto tecnológico que interactúa con su medio para alcanzar la siguiente iteración de su evolución). Simondon llega a sugerir una especie extraña de causalidad inversa tecnológica ya que la turbina no podría incluso ser sumergida, si no fuera por el hecho de que el agua produce el enfriamiento. Esta misma invención sería perfectamente imposible si se encontrara en el aire, señala. Es el medio del agua el que es necesario para que ocurra la concretización. Basándose en esto, Simondon termina la sección de MEOT sobre la turbina Guimbal con un pasaje muy perspicaz. Se hace hincapié en que concretización se determina en el caso de la turbina de acuerdo con "una invención que supone que el problema está resuelto". La concretización de la turbina sólo fue posible debido a las condiciones que se establecieron por la propia concretización. Él dice que el "acto de adaptación" no sólo se establece con ambientes predeterminados, sino que "la adaptación-concretización" es un proceso que en sí mismo puede provocar el nacimiento de un medio. La adaptación-concretización es causada por un medio, según Simondon, que "tenía existencia meramente virtual" antes de la invención. La invención se produce debido a un "salto" que la invención hace posible debido a la aparición de un nuevo medio "tecno-geográfico" que es su condición. Simondon escribe: "Por tanto, el objeto técnico es la condición de sí mismo como una condición para la existencia de este entorno mixto, que es a la vez técnica y geográfica". La invención del objeto tecnológico en cierto sentido "inventa" retroactivamente su nuevo entorno. Los transistores planos "sucios" de Jean Hoerni La idea de que un objeto tecnológico puede requerir retroactivamente su propio medio, uno que sea capaz de finalizar el "salto" del objeto tecnológico a la siguiente etapa de su iteración evolutiva, se puede explicar observando la evolución de los transistores. Mientras Simondon proporcionó ejemplos de concretización de su propio tiempo (tecnologías en gran medida analógicas, como la palanca o el motor), se ha aplicado poco la teoría de la concretización de Simondon a tecnologías específicas contemporáneas de la información y la comunicación (TIC) –Mills (2011), Hui (2015), y Bontems (2009) son tres excepciones. La concretización es valiosa para describir la evolución de las TIC de la misma manera que es útil para analizar el desarrollo de las tecnologías analógicas. En el pasado, los transistores tenían que mantenerse absolutamente limpios de suciedad o exceso de partículas que pueden haber aparecido durante la construcción, pero esto cambió pronto. Jean Hoerni era uno de los "ocho traidores" que dejaron el Laboratorio de Semiconductores Shockley para formar Fairchild Semiconductor en 1957. Hoerni fue responsable de la elaboración de un "tipo radicalmente nuevo de transistor: un dispositivo plano más compacto cuyas partes sensibles estaban protegidos bajo una delgada capa de dióxido de silicio". Esto era debido en parte al hecho de que Hoerni utilizaba las múltiples capas de restos de óxido de silicio crecido a partir de la construcción del transistor que a menudo formada sobre el silicio en sí, por lo general una molestia. El crecimiento de óxido, Hoerni descubrió, no era simplemente un exceso natural de suciedad que debía limpiarse. Podría ser utilizado para el aislamiento. Tras el descubrimiento de Hoerni, los ingenieros podrían "iniciar transistores de impresión en el silicio. Los transistores planos resultaron ser mucho más fiables y funcionaron mucho mejor que otros diseños". El dióxido que se produce de forma natural durante el proceso de construcción en realidad podría ser utilizado y aprovechado como un tipo de aislante, contrariamente a la creencia generalizada. Como tal, el transistor plano "sucio" es un caso aún más interesante de concreción que la encontrada en la turbina Guimbal. Cuando la turbina elimina un elemento y se utiliza el medio del agua para concretizarse, el transistor aquí ni siquiera añade un medio ya que simplemente se utiliza un elemento excedente contenido en sí mismo para causar la siguiente iteración de su evolución, algo que está más cerca de la esencia tecnológica de Simondon. El exceso de suciedad del transistor plano fue objeto de un uso. Para comprender plenamente cómo era mantener una pieza tradicionalmente limpia de equipos electrónicos sucio, hay que entender cuan contra-intuitivo era. Christophe Lécuyer y David C. Brock escriben, en su libro magistral sobre la historia de los semiconductores Fairchild, que Hoerni dejaba el óxido en la parte superior de la oblea de silicio y abría pequeñas ventanas en ella para crear contactos de transistores. La idea de dejar la capa de óxido en la parte superior de la oblea después de múltiples procesos de difusión fue, como si se ensuciara oro, contra todo el conocimiento aceptado en la comunidad de los semiconductores. Ingenieros de semiconductor y científicos consideraban la capa de óxido que había servido como una máscara para difusiones como “sucia”, es decir, llena de contaminantes que puedan afectar a las características eléctricas del transistor. Esta idea del óxido "sucio" parece haberse originado en los Laboratorios Bell en 1955 y luego se extendió rápidamente a toda la comunidad de científicos e ingenieros de semiconductores. En la época en que Hoerni anotó sus ideas sobre el proceso plano en su cuaderno de patentes, era ampliamente aceptado que la capa de óxido que había estado expuesta a difusiones tenía que ser sustraída y reemplazada por un óxido de re-crecimiento "limpio". El óxido sucio permitió un mejor aislamiento del transistor y un salto adelante en la innovación de transistores en virtud de la introducción de un elemento "interno" al transistor. De esta manera, se podría decir que la esencia tecnológica encontrada en la invención del transistor se encuentra en este proceso, ya que sigue una trayectoria interna de la resolución más allá de medidas aditivas o paliativas. El transistor plano sucio, como un ejemplo paradigmático de concretización, muestra que estos momentos de la historia de la tecnología puede ser instructivo para pensar en la evolución tecnológica de hoy, y pueden ofrecer una visión de los tipos de iteraciones e innovaciones multifuncionales internas que deben ser buscadas en investigación y desarrollo tecnológico por sobre aditivos externos. La concretización de los artefactos Contrariamente a la mayor parte de la literatura actual sobre concretización que se centra en sus fundamentos metafísicos, la concretización es mucho más que una metafísica de la tecnología; tiene el potencial para pensar el objeto tecnológico desde perspectivas especulativas y analíticas. Marc de Vries (2007) sugiere que sería valioso revisar algunos de los primeros filósofos de la tecnología como Simondon, que "publicaron ideas que no fueron seguidas porque eran demasiado analíticas para ser reconocidas como interesantes en una época en la que todavía estaba dominada por un enfoque de la filosofía de la tecnología generalmente continental". Es cierto que la filosofía de Simondon se puede volver a examinarse a la luz del crecimiento actual de la filosofía analítica de la tecnología, especialmente como se practica por la escuela holandesa y su enfoque de la "doble naturaleza" sorprendentemente similares (que consideran a los artefactos tecnológicos a la vez como físicos e intencionales). Vries termina afirmando que "la perspectiva de una naturaleza dual de los artefactos técnicos es preferible por sobre la perspectiva especulativa de Simondon", antes de admitir que su obra "mantiene una semejanza" a la consideración de la naturaleza dual y parece "cumplir los criterios para una ontología de artefactos técnicos". Ahora, mientras Vries contribuye con algunas observaciones interesantes en su texto, la filosofía de Simondon todavía ofrece un fundamento filosófico muy fructífero para pensar en la tecnología tratando de ir más allá de estas distinciones fáciles. Simondon afirma que "hay una realidad humana en la realidad técnica" y que "la acción humana" es "fijada y cristalizada" en las "estructuras de funcionamiento" de la tecnología. Intenta ir más allá de los dualismos de "la cultura y la tecnología" y "el hombre y la máquina", buscando en su lugar una "realidad ajena". Él comienza a partir de la observación de nuestra falta de comprensión de la máquina, y sin embargo no tiene que ver con la ciencia ficción, ni está relacionada sólo con la materia inerte. El trabajo de Simondon es un intento de iniciar una nueva filosofía de la tecnología y pide una nueva figura: una filosofía de la "pluralidad abierta de la técnica", realizada por un técnico, o mejor aún, un mecanólogo. Como ha sido bien documentado en otros lugares, Simondon se refiere a su enfoque como un "método genético" en el que está menos interesado por objetos mismos (el "producto final") que por las estructuras y funciones de las que están compuestos. Deja a un lado autómatas "cerrados" (dice que son grados bajos de perfección técnica) y busca el "margen de indeterminación" "abriendo" los objetos tecnológicos que tienen la capacidad de interactuar con su ambientes. Para comenzar a pensar en esto, divide los objetos técnicos en sus tres tipos famosos; elementos, individuos y conjuntos. A grandes rasgos, los elementos son objetos técnicos simples como martillos y tazas, construidas por artesanos. Los individuos son máquinas, que marchan en su mayoría a partir de los principios de la termodinámica (la revolución industrial). Por último, los conjuntos son un producto de la teoría de la información del siglo XX, que sustituye a la termodinámica. Es con esta última que Simondon se ha interesado principalmente. Pero esto no quiere decir que él sólo estaba interesado en lo abstracto o lo especulativo. Por el contrario, Simondon buscó y desarrolló una forma altamente analítica para analizar las distinciones entre objetos tecnológicos "abstractos" y "concretos". Una forma sencilla de imaginar lo que quiere decir Simondon por "abstracto" y "concreto" es la siguiente. Tome un motor. En un motor abstracto (antiguo), cada elemento entra en juego en un momento determinado y no contribuye al funcionamiento global de la máquina y de sus otros elementos. Por el contrario, en un motor concreto (más moderno), el problema técnico tiene que ver principalmente con la convergencia de funciones como estructura total. Uno de los ejemplos favoritos de Simondon es el motor refrigerado por agua y el motor refrigerado por aire. En el primero, el agua actúa como un elemento de aditivos destinados a resolver el problema de refrigeración. Es "abstracto", ya que no afecta a ninguno de los otros elementos del motor. Un motor refrigerado por aire, por otro lado, tiene el motor interactuando con su entorno. Hay una convergencia ahí que no está presente en el motor refrigerado por agua. La razón por la que un motor más antiguo es "abstracto" es que las piezas literalmente se añaden para aumentar la funcionalidad. Simondon describe este tipo de procedimiento como analítico. En esta analítica técnica, el objeto es aditivo, pero también se vuelve más débil, y este es el punto importante. Utiliza más material y trabajo. Es más simple lógicamente pero complicado técnicamente. Esta es la razón por la que Simondon hace hincapié en las funciones más fuertemente sinérgicas de un objeto tecnológico concretizado: los que son "realizados por un número de estructuras asociadas de forma sinérgica". En el objeto analítico, cada elemento está diseñado para una determinada función y así la "cadena" se vuelve más débil. El objeto técnico analítico adopta medidas paliativas para resolver un problema, mientras que en el objeto tecnológico concreto el esquema incorpora todo. Pero esta fuerza, al mismo tiempo, se basa en y explota una debilidad constitutiva en términos de conocimiento de las estructuras universales de la ciencia. Siempre hay, nos dice Simondon, un margen sobrante de indeterminación entre el esquema del objeto técnico y los esquemas universales de la ciencia, y es la "reducción de la brecha" entre estos dos lo que motiva el proceso de concretización. La diferencia "reside sólo en la imperfección de la ciencia", y con este fin, "el objeto técnico jamás es completamente conocido". Por esta razón, el objeto no es nunca completamente concreto. La cuestión de la reducción de la brecha entre la ciencia y la técnica asume entonces dos tipos de mejora. Aquellas que "modifican la división de funciones", el aumento de la "sinergia de funcionamiento", y las que, sin modificar la división en cuestión, "disminuyen las consecuencias nocivas de los antagonismos residuales". Simondon las llama mejoras "menores" y "mayores", y uno entiende rápidamente que las principales mejoras son preferibles, ya que pequeñas mejoras son potencialmente perjudiciales para el objeto tecnológico en el largo plazo. Estas esconden la verdadera imperfección de un artefacto tecnológico mediante el uso de "dispositivos no esenciales, integrados de forma incompleta en el funcionamiento del conjunto, para compensar los antagonismos reales; los peligros de la abstracción son evidentes nuevamente en el caso de mejoras menores". La evolución tecnológica, en este sentido, no aparece en las mejoras menores de funcionamiento en absoluto. Sólo las "mejoras discontinuas" provocan "modificaciones en el régimen interno del objeto técnico" que puede constituir un caso de evolución tecnológica. Si se tienen en cuenta artefactos tecnológicos desde el punto de concretización, entonces, se puede ver mejor cada artefacto a la luz de los esquemas virtuales de un objeto técnico. Estos dejan abrir un espacio para la contemplación de la evolución técnica, así como espacio para otras consideraciones, como la seguridad. Al seguir la concretización –es decir, en el rastreo de la evolución esquemática de objetos tecnológicos a través de sus iteraciones– uno entra en sintonía con la necesidad definida de manera objetiva y esquemática del objeto tecnológico en lugar de una abstracción humana voluntariamente impuesta. De esta manera, Simondon apunta a un nuevo humanismo tecnológico, que pueda ver lo humano en la máquina. En una entrevista de 1983 titulada "Salvar al objeto técnico" (2014), invoca el mito de Prometeo: "Creo que, para mí, el objeto técnico tiene múltiples valores. Es sobre todo algo que viene de una actividad muy antigua del hombre, y que probablemente nos ha alejado de la barbarie". Para Simondon, la tecnología es el camino a la civilización. La concretización es, entonces, una manera de seguir ese camino. Bibliography Babbage, C. (1826) On a Method of Expressing by Signs the Action of Machinery. Philosophical Transactions of the Royal Society of London, 116(1-3), 250-265. Barthélémy, J.H. 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