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ODLANYER HERNÁNDEZ DE LARA DE ESCLAVOS e INMIGRANTES ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA EN UNA PLANTACIÓN CAFETALERA CUBANA DE ESCLAVOS e INMIGRANTES ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA EN UNA PLANTACIÓN CAFETALERA CUBANA ODLANYER HERNÁNDEZ DE LARA Centro de Investigaciones Precolombinas Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González Primera edición, 2010 Hernández de Lara, Odlanyer De esclavos e inmigrantes: arqueología histórica en una plantación cafetalera cubana. – 1a ed. - Buenos Aires : Inst. Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, 2010. 200 p. ; il. ; 22x15cm. ISBN: 978-987-20565-6-8 1. Arqueología. 2. Esclavitud. I. Título. CDD 930.1 Fecha de catalogación: 05/10/2010 Revisión editorial: María Andrea Runcio Diseño y diagramación: Odlanyer Hernández de Lara Fotografías: Lisette Roura Álvarez, Frank Franco y el autor. Foto de solapa: Micaela Astorga. ISBN: 978-987-20565-6-8 Centro de Investigaciones Precolombinas. Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González Ayacucho 632. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Telf. (5411) 4305-5282 E-mail: anticip@yahoo.com.ar Internet: www.anticip.com.ar Copyright © Odlanyer Hernández de Lara IMPRESO EN ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 Una hacienda cafetalera es, en verdad, un edén perfecto J. G. Wurdemann, 1989[1848]. el café en el baile de Doña Azúcar y Don Tabaco danzaba entre los dos. Fue extranjero pero acriollado, fue amo pero no ausente, fue empresario, pero progresista, trajo esclavos pero también obreros libres y sobre todo cultura y anhelos de libertad 1 Fernando Ortiz, 1944. Y para comprender lo que podemos ser, es necesario primero saber lo que hemos sido. Rafael Azcárate Rosell, 1938. 1 Prólogo de Fernando Ortiz al libro de Francisco Pérez de la Riva (1944) El Café. Historia de su cultivo y explotación. A toda mi familia, porque sin ellos habría sido imposible llegar. A Larisa, por el amor y la paciencia. A Gamaliel y a Gianny, por la aventura histórica en torno a La Dionisia. PRÓLOGO E n la geografía e historia del archipiélago cubano una región se destaca por su belleza paisajística y los numerosos acontecimientos ocurridos en su devenir económico, histórico y social, de gran repercusión nacional. Me refiero a la actual provincia de Matanzas, reconocida en el mundo, además, por una de sus playas más famosas, Varadero. El territorio matancero ha sido objeto de apasionamiento de numerosos investigadores, seducidos por desentrañar los procesos de una sociedad que en el siglo XIX fue la segunda plaza marítima importante del país y la mayor exportadora de azúcar, con el consecuente tráfico de esclavos, rebeldías, sublevaciones, el desarrollo portuario y del ferrocarril. A los estudios históricos sobre Matanzas se han añadido los estudios arqueológicos, si bien por mucho tiempo primaron las intervenciones en contextos de presencia de grupos prehispánicos, a partir de los años setenta del siglo pasado, los contextos coloniales también fueron anali- Odlanyer Hernández de Lara zados. En los últimos lustros se destaca el interés por las plantaciones azucareras y cafetaleras de las llanuras yumurinas. En este ámbito se inscribe el libro que se presenta: De esclavos e inmigrantes. Arqueología histórica de una plantación cafetalera cubana de Odlanyer Hernández de Lara. El texto que el lector tendrá en sus manos, tiene muchos valores. Refiere una de las áreas más hermosas del entorno de Matanzas: el río Canímar, unos de los ríos que confluyen hacia su amplia bahía en torno a la cual se erige la ciudad, conocida por sus glorias culturales del XIX como la Atenas de Cuba. Declarado recientemente como Monumento Nacional bajo la categoría de Paisaje cultural Río Canímar, este espacio es, sin lugar a dudas, un sitio paradisíaco, donde convergen numerosos vestigios de la ocupación aborigen en el área, la presencia esclava en tiempos coloniales y ser, sobre todo, testigo del acontecer histórico cultural de la provincia de Matanzas desde los tiempos tempranos de la colonización en la Isla. Precisamente, el joven investigador Odlanyer Hernández de Lara se sumerge en la pesquisa de uno de los sitios emblemáticos, por sus valores históricos, arqueológicos y paisajísticos, la otrora plantación cafetalera del francés Francisco Rouviere, nombrada La Dionisia. A través del estudio de fuentes documentales, periódicas, bibliográficas y orales, el autor nos presenta el devenir de este paraje contextualizado en la historia de Matanzas y la Isla: el desarrollo portuario, el café, la introducción de los esclavos. Y lo que creo, uno de los puntos más interesantes del libro, la exposición de los resultados de excavación arqueológica dirigidas por él en el invierno de 2006. 12 De esclavos e inmigrantes En relación con este último aspecto es válido reconocer que Hernández de Lara, con su equipo de trabajo, se inscriben en el grupo de investigadores que en Cuba, utilizan en su metodología de trabajo de campo, la Matrix Harris como sistema de registro; y el alcance de la intervención realizada que incluyó calas en los paramentos, intentado analizar completamente el entorno de la plantación. Algunos criterios podrían mencionarse referidas al tratamiento de la información y la estructura de la obra, lo que conducen a algunas reiteraciones en el discurso expositivo y la naturaleza de afirmaciones a partir de inducciones sobre generalidades establecidas en excavaciones de otros contextos homólogos. Pero estos son aspectos que el mismo autor aclara, son resultado de ser el libro una aproximación inicial a la temática. Llama favorablemente la atención la presentación del levantamiento topográfico del sitio y el apoyo con las imágenes de la zona investigada, en la que se incluyen las fotos aéreas, excelente material didáctico para la comprensión del objeto de estudio. También se anexa en el libro un glosario de términos arqueológicos para favorecer el anterior fin. Al joven Odlanyer Hernández de Lara, quien actualmente es alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, le merecen muchos elogios por poner en nuestras manos el primer estudio monográfico dedicado al Cafetal la Dionisia, en el Paisaje Cultural Río Canímar, Matanzas, Cuba. Congratulaciones que se unen al encomiable esfuerzo de ser el fundador y coordinador del sitio web Cuba Arqueológica y de la revista homónima dedicada a la arqueología de Cuba, el Caribe y por extensión a las Américas. 13 Odlanyer Hernández de Lara El libro concluye con un capítulo dedicado a los impactos negativos que han ocurrido en el cafetal, tanto las acciones de carácter antrópico como las naturales. Hace especial hincapié además, sobre el manejo incorrecto en muchas ocasiones de este espacio en aras de su comercialización, temática totalmente novedosa relacionada con el manejo y gestión del patrimonio arqueológico. El cafetal actualmente es administrado por la Empresa Nacional para la Conservación de la Flora y la Fauna, delegación Matanzas, conocedores de la valía de lugar, que están conscientes y comprometidos a revertir las acciones que en un pasado allí se realizaron. Damos entonces la bienvenida al libro y con él a Odlanyer Hernández de Lara que ya con su labor en Cuba Arqueológica y con el texto que nos regala se percibe y augura la formación de un gran profesional e invitar a los lectores que conozcan un capítulo de la historia de la otrora Atenas de Cuba. MSc. Silvia Teresita Hernández Godoy. Investigadora Auxiliar. Grupo de Investigación y Desarrollo de la Dirección Provincial de Cultura de Matanzas, Cuba. Santiago de Compostela, otoño de 2010. 14 PREFACIO H ace pocos años se comenzaron a realizar algunas labores de limpieza y acondicionamiento de unas construcciones en la zona de Canímar (provincia de Matanzas, Cuba) para crear un nuevo destino turístico. Ese lugar, que hoy se conoce como Cafetal La Dionisia, sigue siendo un espacio poco transitado por los vecinos de la ciudad que lo resguarda, aunque cada día es visitado por muchos turistas internacionales. El hecho de estar a las afueras de la urbe lo aleja un poco de la cotidianeidad yumurina, pero es precisamente ese entorno lo que merece ser disfrutado, pues encierra una naturaleza exuberante y, especialmente, un trozo de nuestra historia que marcó una etapa importante para el desarrollo de la ciudad que llegó a conocerse como la Atenas de Cuba. Pero lo cierto es que mucho antes de que los ojos curiosos del turismo se interesaran en estas ruinas , el lugar era destino frecuente Odlanyer Hernández de Lara de un grupo de jóvenes interesados en investigar la historia de tan pintoresco paraje. En una de las tantas exploraciones del grupo llamado Luis Montané, como el insigne antropólogo cubano, se arriba a la finca por una suerte de azar. Y desde entonces se establece un vínculo muy estrecho con La Dionisia, tal vez por el buen cobijo que nos brindó siempre Nemesio Guillén y su familia, inquilinos del predio. Luego de muchos años de continuas visitas se materializa la campaña de excavación de la cual trata este libro. Pensamos entonces en un texto que diera a conocer esta plantación cafetalera decimonónica que había quedado olvidada a las puertas de la ciudad, no solo desde la perspectiva histórica, sino también con la interpretación de los materiales arqueológicos. Pero pasó más tiempo del imaginado para llegar a este resultado y además algún que otro traspié, como fue el hecho de haber perdido todo el manuscrito en un dispositivo informático, supuestamente seguro, que terminó ocasionando la reescritura del libro. Como bien se diría, son gajes del oficio. Buenos Aires, otoño de 2010. 16 AGRADECIMIENTOS T oda obra, por simple que parezca, está sustentada en el esfuerzo, dedicación y ahínco de muchas personas; esta no es la excepción. Varios amigos, colegas e instituciones ayudaron a que este esfuerzo llegase hasta aquí. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento a todos los que participaron en la campaña de excavación, en condiciones que distaban de ser las ideales: a Adrián Labrada Milán, Boris Rodríguez Tápanes, Silvia T. Hernández Godoy, Larisa Cepero Figueras, Lisette Roura Álvarez, Jorge F. Garcell Domínguez y Esteban Grau. A Beatriz Rodríguez Basulto, por la revisión del manuscrito y sus aceptadas recomendaciones. También a las instituciones que nos apoyaron: Castillo de San Severino Museo de la Ruta del Esclavo, Comité Espeleológico de Matanzas (SEC), Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de Odlanyer Hernández de Lara Ciudad de La Habana, Oficina de Monumentos y Sitios Históricos del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Matanzas. A Nemesio Guillén y toda su familia que nos brindaron una inestimable ayuda durante todos los días que convivimos. A los trabajadores de la Empresa de Flora y Fauna de La Dionisia que sin su importante apoyo no habríamos llegado al final de veinte días de estancia. A todos mil gracias, que son pocas. Además, agradecer a Georgina Molina Tápanes y a Maritza Cuba del Centro Provincial de Patrimonio de Matanzas por la tramitación del permiso de excavación y a las trabajadoras del Archivo Histórico de Matanzas, por la ayuda que me brindaron siempre. 18 INTRODUCCIÓN L a ciudad de Matanzas, objeto de este ensayo, posee un importante patrimonio histórico tanto rural como urbano, donde las investigaciones de los predios desde el punto de vista arqueo- lógico son escasas. En la actualidad, las condiciones económicas no permiten un exhaustivo aprovechamiento de los recursos patrimoniales, como consecuencia además de la poca atención en cuanto a la conservación y restauración del patrimonio construido, actividad que va de la mano del primer problema planteado: el presupuesto. Por otra parte, son escasas las alternativas viables que ofrezcan soluciones potenciales, o bien no han sido escuchadas. Lo cierto es que una cruda realidad golpea al centro histórico de la ciudad de Matanzas y por consiguiente, en mayor cuota al entorno rural. Las inversiones en la recuperación del patrimonio es una de las directrices en las ciudades históricas, donde el principal objetivo es la Odlanyer Hernández de Lara conservación de la memoria colectiva a través de sus monumentos. Estos constituyen uno de los elementos esenciales en la construcción de la identidad de los pueblos y conforman un servicio cultural que cada vez más recae en el conocimiento de nuestro patrimonio. Figura 1. Ubicación del cafetal La Dionisia En este sentido, la implementación del turismo cultural es una de las alternativas más eficientes en la recuperación de los recursos que pueden valorizar los entornos urbanos y rurales. Como bien se ha señalado, hay que dejar claro que no se trata de convertir a nuestros 20 De esclavos e inmigrantes monumentos en parques temáticos, sino en museos monográficos en los que el propio edificio, su historia y la de la ciudad o el territorio en que se encuentra, sus relaciones con otros lugares y culturas, etc., son los temas de exposición. No son artículos culturales de rápido consumo, sino motivos para la ilustración del pueblo1 . El legado cultural de la provincia de Matanzas es rico y variado, representado por importantes asentamientos precolombinos en las márgenes del río Canímar, el San Juan y el Yumurí, así como en la Ciénaga de Zapata y otros lugares; destacados emplazamientos coloniales donde sobresalen las plantaciones de azúcar y café que dieron un significativo impulso a la economía cubana del siglo XIX; el entorno de la esclavitud y el cimarronaje en las elevaciones que alojaron los refugios de los negros fugitivos, así como el legado de la religión afrocubana en la conformación de la cultura nacional. Estos elementos convierten a Matanzas en un exponente de significativa importancia para el turismo cultural en el país, cuestión que ha sido poco o mal explotada en las últimas décadas, tal vez porque las escasas propuestas se realizan desde la perspectiva del turismo y no se conforman equipos multidisciplinarios que impliquen especialistas en patrimonio, arqueólogos, etc. La cercanía a uno de los centros turísticos más importantes del territorio nacional: Varadero, y su ubicación privilegiada en su paso a La Habana, la tornarían en un lugar de obligada visita. Esta es, probablemente, la mejor alternativa para la recuperación del patrimonio histórico yumurino. Azcarate, A., et al. 2004) La restauración de la Catedral de Santa María de Vitoria , en: 2da Bienal de la Restauración Monumental. Fundación Catedral Santa María. VitoriaGasteiz, p. 324. 1 21 Odlanyer Hernández de Lara La recuperación y conservación del patrimonio debe estar precedida de un proceso de investigación que rescate la información contenida en esos espacios históricos. En este sentido, debe destacarse la iniciativa del Centro Provincial de Patrimonio Cultural al incorporar un nuevo espacio dedicado específicamente al desarrollo de la ciencia arqueológica en la provincia, donde Silvia Hernández Godoy realizó una importante labor en el estudio y protección del patrimonio arqueológico. Esto ha logrado que se lleven a cabo varios rescates de piezas, develados por los trabajos constructivos que se realizan en las viviendas ubicadas dentro del centro histórico, lo que ha permitido la conservación, el registro y el estudio de las mismas. Además, se ha podido realizar una excavación en el Castillo de San Severino con motivo del rescate de un contexto en riesgo, aunque el trabajo más significativo corresponde a la evaluación y registro del potencial arqueológico provincial. No obstante, la necesidad de una estrategia de investigación arqueológica, tanto a nivel provincial como urbana, el mejoramiento de las condiciones materiales y el aumento del personal calificado, sigue siendo un problema real. Por otra parte, es de gran importancia nuevas propuestas de proyectos de intervención arqueológica y patrimonial en espacios de resignificación histórica que puedan llegar a convertirse en nuevos lugares de interés turístico y cultural dentro o fuera de la ciudad. En este contexto, a inicios del año 2006, entre los meses de enero y febrero, se logra materializar la primera campaña de excavación arqueológica en La Dionisia a través de un proyecto que impulsó el Castillo de San Severino Museo de la Ruta del Esclavo como parte de su objetivo de estudiar y profundizar en la historia de la esclavitud en 22 De esclavos e inmigrantes Cuba y su legado, tanto en su aspecto histórico como en su proyección al futuro, con la colaboración de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna (ENPFF), Delegación Matanzas, que está a cargo del desarrollo turístico del predio. Este proyecto de excavación se realiza como resultado de varios años de investigación discontinua tanto histórica como arqueológica en La Dionisia, plantación cafetalera del siglo XIX, donde el desarrollo turístico ha ido avanzando sobremanera, poniendo en riesgo la conservación del contexto arqueológico y de las evidencias materiales del pasado. Los datos históricos recopilados hasta la actualidad y los resultados obtenidos por medio de las excavaciones son ofrecidos en este esfuerzo por dar a conocer parte de la cultura e identidad cubana, los cuales fueron organizados en seis capítulos: I. Los estudios arqueológicos. Antecedentes y objetivos. En este primer apartado se hace una panorámica de los precedentes arqueológicos del predio en estudio, se valora el alcance de cada investigación y, además, se plantean los objetivos de la presente, con un recorrido también por el área de estudio. II. Apuntes históricos en torno al café ofrece una introducción al comienzo y desarrollo del cultivo del café en Cuba y especialmente en Matanzas, donde se hace referencia al incremento de las plantaciones y el aumento de la producción. También, se trata la inmigración francesa al territorio nacional y su radicación en las tierras yumurinas, a la vez que se observan las consecuencias y los probables lugares de proce- 23 Odlanyer Hernández de Lara dencia teniendo en cuenta la llegada de la familia que erigiría el cafetal La Dionisia. III. La Dionisia. Algo más que historia, da un recorrido desde la adquisición de las tierras en la zona de Canímar en 1818 y hace referencia a la llegada y permanencia de la familia Rouviere y a la fundación de la plantación, hasta un pasaje de la guerra independentista de 1895 y la composición de la finca en cuanto a sus estructuras constructivas. IV. La arqueología histórica en las plantaciones cafetaleras. La Dionisia como caso de estudio, se introduce en el origen de esta ciencia en Cuba para abordar las excavaciones arqueológicas realizadas en el cafetal, así como el estudio de la cultura material y los materiales de construcción. Además, se hacen algunas anotaciones en cuanto al contexto y su posible cronología teniendo en cuenta las evidencias encontradas. V. La arqueología histórica y el estudio de la esclavitud en el cafetal La Dionisia. En este apartado se tratan las evidencias arqueológicas que muestran la vida del esclavo en la plantación, donde se advierte una economía esclava basada en la producción de alimentos no solo para el consumo. Además, se estudian los objetos religiosos y otras piezas utilizadas para el esparcimiento, así como grilletes y herramientas vinculadas a la actividad productiva que develan el proceso esclavista. VI. Impacto arqueológico y turismo. En este último capítulo se trata el desarrollo turístico del área y la explotación del predio, donde la protección del patrimonio histórico, arqueológico y arquitectónico queda desplazada a un segundo puesto. En este sentido se aboga por la 24 De esclavos e inmigrantes preservación del legado implícito en La Dionisia y la implicación de especialistas en los cambios y modificaciones que se realizan. Aunque queda mucho por investigar, este esfuerzo es un punto de partida para las investigaciones arqueológicas del área. 25 CAPÍTULO I. LOS ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS. ANTECEDENTES Y OBJETIVOS. Estudios arqueológicos previos L os antecedentes arqueológicos más tempranos que se han localizado de La Dionisia datan de los primeros años de la década de 1980. En ocasión de realizarse una reunión de la Sociedad Espeleológica de Cuba en la base de campismo Canímar Abajo, algunos miembros del Grupo Batabanó, dedicado a labores investigativas sobre arqueología y espeleología fundamentalmente, visitan la plantación. Según uno de sus miembros, el lugar se encontraba cubierto totalmente Odlanyer Hernández de Lara de matorral y recolectaron varios tiestos de lozas finas inglesas y algunas bases de botellas de vidrio1. Figura 2. Vista lateral de la casa de vivienda, tomada durante la visita de 1989. Foto: Frank Franco (cortesía Boris E. Rodríguez) Con posterioridad, en 1989, integrantes del entonces grupo espeleológico Norbert Casteret realizan exploraciones en el área del valle de Canímar, donde visitan la mencionada plantación. En las publicaciones periódicas que divulgaron los trabajos se dan a conocer algunas evidencias arqueológicas encontradas en superficie en los alrededores de la casa de vivienda, donde se propone la explotación turística del predio que más de una década después sería de alguna manera materializada. En esa ocasión la información histórica mencionada se correspondió con la tradición oral, sin que se realizara una evaluación de la documen1 Roger Arrazcaeta, comunicación personal 2005. 28 De esclavos e inmigrantes tación existente en el Archivo Histórico Provincial de Matanzas. De las evidencias arqueológicas se tiene referencia a través de una breve mención, donde se relacionan Calderos, botijas, cerraduras, pequeños azadones y hasta corroídos grilletes 2 que fueron encontrados en el patio y los alrededores de la casa y se ubicaron cronológicamente a principios del siglo XIX. En estos trabajos además se recolectaron dos candados de hierro del siglo XIX y dos herrajes utilizados para apoyar los pies en la montura de los caballos fechados entre el XIX y el XX 3. No se conoce ningún informe o publicación que profundizaran los resultados de las labores; sólo se cuenta con la información divulgada en la prensa provincial y nacional. Figura 3. Vista de una de las estructuras cubiertas de matorral en 1989. Foto: Frank Franco (cortesía Boris E. Rodríguez) 2 3 Domínguez, C. (1989) La Dionisia. Sorpresas de un cafetal , p. 44. Boris Rodríguez, comunicación personal 2006. 29 Odlanyer Hernández de Lara Figura 4. Uno de los candados encontrados en la exploración del grupo Norbert Casteret en 1989 Posteriormente, entre los años 2001 y 2002, el grupo espeleológico Luis Montané4, del Comité Espeleológico de Matanzas, comienza sus trabajos de investigación sistemática en la finca, tanto desde el punto de vista arqueológico como histórico. La primera comunicación de las labores se publica en diciembre del 20025. En ese artículo la información histórica divulgada mantiene como fuente a la tradición oral por medio de su inquilino, Nemesio Guillén, aunque se señalaba que la misma no había sido corroborada por los documentos históricos. Luego, se presenta una panorámica de las estructuras constructivas existentes en Se debe mencionar el significativo trabajo realizado por los colegas del Grupo Espeleológico Luis Montané, Gamaliel Vento Franco y Gianny Martín Martínez. 5 Hernández, O. (2002) Cafetal colonial La Dionisia . 4 30 De esclavos e inmigrantes la plantación y de las piezas arqueológicas encontradas hasta entonces. Entre las mismas se mencionan fragmentos de vajilla europea, varios contenedores de cerveza, dos grilletes de pie y uno de cuello de cuatro anillas. Un dato importante de mencionar es la búsqueda que se realizaba en ese momento del cementerio del cafetal. Figura 5. La casa de vivienda al comienzo de los trabajos del grupo Luis Montané en el año 2001 Con posterioridad, se publica otro artículo sobre La Dionisia, esta vez en la revista Matanzas, de arte y literatura6. En esa entrega, por vez primera se dan a conocer datos concretos de la historia de la plantación, con referencia a diversos pasajes registrados en el Archivo Histórico de Matanzas. Dentro de los datos aportados se destaca la compra 6 Vento, G. y O. Hernández (2004) Cafetal La Dionisia: arqueología e historia . 31 Odlanyer Hernández de Lara de las tierras en 1818 y su traspaso en 1836 a los hijos de los fundadores, además, la fecha de nacimiento del hijo primogénito en Cuba ofrece una nueva versión de la inmigración de la familia a la isla, cuestión que la tradición oral ubicaba en 1818. En esta ocasión también se tratan las construcciones presentes, así como algunos hechos relacionados con la guerra de independencia. Desde el punto de vista arqueológico se repiten algunas de las piezas antes mencionadas y se describen otras, entre estas una cerradura con llave, un caldero trébede y un pequeño azadón, además de varios fragmentos de loza blanca, contenedores de gres y vidrio. A diferencia de los trabajos precedentes, este ofrece mayor información de las piezas colectadas en cuanto a tipos cerámicos, técnicas decorativas y cronologías, además de establecer un contexto decimonónico preferencial, con evidencias de la primera mitad del siglo XX. Al año siguiente, otra publicación ve la luz sobre la historia y la arqueología de La Dionisia7, donde el aporte fundamental se observa en el estudio de los contenedores de vidrio, aunque también son tratados los hallazgos precedentes. El estudio del vidrio ubicó el contexto en la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX. En cuanto a la actual provincia de Matanzas, las investigaciones en las plantaciones son escasas. Se tienen referencias de los trabajos dirigidos por Rodolfo Payarés (1922-1993) entre 1977 y 1978 en el Ingenio Triunvirato, donde participaron además Rafael Valdespino y Antonio Ramos, cuando excavan en una de las plantaciones donde se desarrolló la más importante sublevación de esclavos del siglo XIX 7 Hernández, O y G. Vento (2005) La Dionisia: arqueología histórica de un cafetal . 32 De esclavos e inmigrantes cubano. Los trabajos estuvieron dirigidos a recuperar evidencias materiales de los propietarios del lugar, así como de la presencia del esclavo, para lo que excavaron en los barracones y el cementerio. Figura 6. Dibujo de uno de los fondos de botella encontrados en el 2001 por el grupo Luis Montané En 1994 el grupo espeleológico Cacique Yaguacayex lleva a cabo investigaciones arqueológicas en una plantación cafetalera en la provincia. En ese momento se localizan tres estructuras asociadas a barracones y un pozo, estudio que se postergó al no existir evidencias en superficie. Se detectó la presencia del cementerio de la finca, donde se exhumó parte de los restos óseos que se estimaron en nueve individuos. Además, se encontraron botones de hueso, nácar y vidrio, un broche de oro y fragmentos de hierro y madera que podrían corresponder a los ataúdes, así como dos objetos decorativos8. 8 Menéndez, G. (2004) Carriera: arqueología de un cementerio colonial . 33 Odlanyer Hernández de Lara Desde 1997 miembros de otro grupo espeleológico matancero, el Manuel Santos Parga, exploran varias ruinas de ingenios y cafetales del Valle de Yumurí, donde realizan colectas de superficie de piezas arqueológicas, de las que se destacan algunas pipas para fumar tabaco de origen catalán, fragmentos de lozas, contenedores de gres y vidrio, entre otras cosas, aunque los resultados de los trabajos han sido publicados parcialmente. Figura 7. Vista de la casa de vivienda del cafetal La Dionisia (Matanzas, Cuba) desde la entrada actual en el año 2008 Es interesante señalar las exiguas investigaciones arqueológicas en las plantaciones matanceras, si se tiene en cuenta que la provincia fue el mayor productor de azúcar del país a mediados del siglo XIX, donde se alojaron las más importantes plantaciones del territorio nacional. 34 De esclavos e inmigrantes Objetivos de este estudio El proyecto de excavación en La Dionisia trató de trabajar siguiendo tanto los intereses de la investigación histórico-arqueológica que se venía realizando, como los de la ENPFF, Delegación Matanzas. Si bien la duración del tiempo de trabajo se limitaba a veinte días, se trataron de llevar a cabo todas las tareas posibles, tanto en los inmuebles, como en el subsuelo. Entre los objetivos generales se pretendía realizar una valoración del potencial arqueológico del lugar, así como del impacto acontecido tanto por la refuncionalización como por el desarrollo actual del turismo. Además, se procuraba detectar la presencia esclava en la plantación a través de evidencias materiales que permitieran estudiar el proceso esclavista y la vida cotidiana y, por otra parte, la presencia francesa en el predio a partir de la localización de posibles evidencias de los propietarios fundadores de La Dionisia, que se conocía como una familia procedente de Francia. Teniendo esto presente, se establecieron varios espacios para practicar las excavaciones arqueológicas, ubicadas en los siguientes puntos: 1. El árbol de La Ceiba. 2. Posible área del campanario, estructura que no se conocía en la plantación. 3. El patio de la casa de vivienda. 4. El área de los barracones de los esclavos comunes. 5. Calas de pintura mural en la casa de vivienda. 35 Odlanyer Hernández de Lara Es preciso destacar que se habían previsto posibles estudios en algunos espacios de la casa de vivienda y sus alrededores que no pudieron realizarse como consecuencia de que el lugar es habitado por la familia Guillén. No obstante, nos concedieron el permiso para poder efectuar algunas calas de pintura mural y una pequeña excavación en el patio. El área de estudio La cuenca del río Canímar constituye una de las más importantes del norte de la provincia de Matanzas, con un área total de 434 kilómetros cuadrados. Posee un cañón con escarpas erosivas en ocasiones muy abruptas que alcanzan alturas de hasta 90m, sobre todo en su curso medio. La profundidad de su delta es de 2,8m aproximadamente, aunque alcanza los 6m en su primer meandro, siendo navegable cerca de diez kilómetros, hasta el lugar conocido como San José de Tumbadero. Esto tuvo una importante influencia en el desarrollo económico del lugar, teniendo en cuenta que el río fue utilizado para transportar hasta el puerto de Matanzas las mercancías que se producían en los alrededores, tanto el azúcar como el café, que fueron los exponentes más explotados. En función de esto se construyó, en el lugar conocido como El Bongo, un andarivel compuesto por sogas dispuestas a ambos lados del río que ayudaban el traslado de una barcaza, dispuesta para el trasiego tanto de hombres como de animales y mercancías. Esto además conllevó al surgimiento del poblado San José de Tumbadero, 36 De esclavos e inmigrantes con almacenes, muelle para el embarque y un canal para facilitar la navegación9. El valle de Canímar se caracteriza por una vegetación y fauna exuberantes durante casi todo su curso, donde está presente fundamentalmente el bosque semideciduo, el matorral y el mangle, con una fauna rica en mamíferos, aves y reptiles. Esto evidencia la belleza incalculable que predomina en el lugar, lo que implicó que el área, idónea para el asentamiento humano, fuera seleccionada hace más de 5000 años atrás por las comunidades aborígenes. Desde los primeros años de la conquista el hato, con radio de dos leguas y colindante por el este con Camarioca, que comprendía toda la comarca inmediata al río, se conoció y escribió como Caneymar. La primera referencia acerca de este nombre aparece en la carta que Juan de Rojas escribió a Diego Velásquez el 11 de septiembre de 1519, por la que suplicaba le hiciese la merced de cambiarle el pueblo de indios de Caneymar por otro, ya que este se encontraba lejos de sus haciendas. Posteriormente, el 4 de marzo de 1558, Inés de Gamboa pide al cabildo de la villa de San Cristóbal de La Habana, se le haga merced de la sabana de Caneymar10. Hacia la segunda mitad del siglo XVIII comienza la parcelación del hato con el objetivo de establecer ingenios y cafetales como consecuencia de distintos conflictos que acontecían en la región circun-caribeña que propiciaron la explotación agraria. Desde esta fecha, y fundamentalmente a en los umbrales de la próxima centuria, la zona de Canímar 9 Hernández, S., et al. (2008) Paisaje cultural río Canímar. Expediente de declaratoria como Monumento Nacional. Centro Provincial de Patrimonio Cultural, Matanzas. 10 Vento, E. (2001) El alma de la ciudad, p. 143. 37 Odlanyer Hernández de Lara comienza a jugar un papel protagónico en la economía provincial, no solo por las producciones que se generaban desde sus predios, sino también por la función del río en el trasiego de mercancías desde lugares más alejados de la bahía. 38 CAPITULO II. APUNTES HISTÓRICOS EN TORNO AL CAFÉ. L os estudios en torno al café1, su historia y su desarrollo, incluso hasta la actualidad, son muy variados y numerosos, tanto en Cuba como en el resto del mundo. No obstante, aún existen dudas respecto al origen de este producto, si bien se ha situado tentativamente en la provincia de Kaffa, en Etiopía. La leyenda sobre su génesis relata que un pastor de Abisinia, actual Etiopía, observó el efecto tonificante al ser consumidos unos pequeños frutos rojos por sus El Café es un género de árboles de la familia de las Rubiáceas, del genero Coffea, de la cual existe una treintena de especies, aunque solo tres de ellas son las más importantes. El arbusto del cafeto alcanza de cuatro a seis metros de altura en la madurez, posee hojas aovadas que se mantienen durante tres a cinco años y flores blancas que sólo permanecen abiertas durante unos pocos días. El desarrollo del café requiere un suelo rico y húmedo, que absorba bien el agua y drene con rapidez el exceso de precipitación Microsoft Corporation (2003), Biblioteca de consulta Microsoft Encarta. 1 Odlanyer Hernández de Lara cabras, efecto que luego experimentó personalmente al renovarse sus energías2. El largo y complejo proceso de elaboración de esta bebida parece explicar su tardío descubrimiento, que se vincula al siglo XV, aunque en 1996 un equipo de investigadores británicos realiza algunos descubrimientos arqueológicos que indicarían la posibilidad de que el consumo se iniciara a partir del siglo XII en Arabia3. Hasta los siglos XV y XVI el cultivo es muy poco frecuente, fecha en que se establecieron extensas plantaciones en la región árabe del Yemen, lugar desde donde se dio a conocer al mundo, aumentando el consumo de dicho producto hacia el siglo XVII, lo que animó a los holandeses a cultivarlo en sus colonias. En esta centuria el desarrollo del café en el mundo occidental fue contundente, cuando se abren las primeras cafeterías y alcanza una popularidad nunca antes vista, llegando a convertirse en la infusión comercial más bebida del orbe. 1714 sería un año trascendental para la expansión del café. De la mano del capitán de infantería Gabriel Mathieu de Clieu llegaría a las costas de la isla antillana de Martinica el primer esqueje de una planta de café, quien lo había ocultado y conservado en los invernaderos reales del rey Luis XVI de Francia para establecerlo en las cuestas del Monte Pelée4. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Caf%C3%A9 (26 de agosto de 2008). Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Caf%C3%A9#Historia (26 de agosto de 2008). 4 Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Caf%C3%A9#Historia (26 de agosto de 2008). 2 3 40 De esclavos e inmigrantes En 1748 el grano es traído a Cuba por el Dr. Antonio Gelabert desde Santo Domingo, si bien otros autores ubican este hecho veinte años antes5, eximiéndolo de alcabalas y diezmos desde 1768 para alentar su cultivo entre los agricultores6. Lo cierto es que ya en 1787 se informa a la Corte de la difusión por todo el país, aunque solo para satisfacer el consumo local y exportarse en pequeñas partidas (Tabla 1). Al siguiente año se le proporcionan ciertas ventajas a los que cultivasen el café para la exportación, aunque en 1791 solo se alcanza a exportar unas 7411 arrobas7. Aun así, de una forma u otra, el cultivo de la planta se difundió hacia el occidente del país, donde en las postrimerías del siglo XVIII comienza el fomento de cafetales en la jurisdicción de Matanzas con la llegada de la inmigración francesa. Tabla 1. Cantidad de plantaciones en Cuba (1774-1890) Años 1774 1827 1862 1877 1890 3 2067 782 192 188 Plantaciones cafetaleras Fuente: J. Le Riverend (1981) Historia Económica de Cuba. La apertura en 1793 del puerto de Matanzas permitió el libre comercio de la provincia con el resto del mundo sin injerencias de la capital en este intercambio, aunque no es hasta 1818 que se habilita totalmente, ofreciendo el umbral de las puertas matanceras a una Alberto Arredondo: El café en Cuba, Vida y pasión de una riqueza nacional, Imp. Arellano y Compañía, O´Relly No 206, La Habana, Cuba, 1941, p. 13. Citado por: Rizo Aguilera, L. (2005) La arquitectura agroindustrial cafetalera del siglo XIX en Santiago de Cuba, pág. 10. 6 Pérez de la Riva, F. (1944) El café. Historia de su cultivo y explotación en Cuba, pp. 307 y 308. 7 Guerra, R. (1971) Manual de historia de Cuba desde su descubrimiento hasta 1868, p. 248. 5 41 Odlanyer Hernández de Lara amplia gama de visitantes extranjeros interesados en los fértiles suelos yumurinos. Además, los conflictos bélicos ocurridos en Haití y Santo Domingo, dieron un impulso significativo a la migración francesa que rápidamente se estableció en las tierras cubanas. Figura 8. Vista del puerto de Matanzas en primer plano. Al fondo la ciudad y el Fuerte La Vigía. Grabado de Federido Mialhe, ca 1856 (cortesía Boris E. Rodríguez) Por otra parte, la Real Cédula del 22 de abril de 1804, entre otros beneficios, eximió de pagos por la producción de algodón, café, añil y azúcar8, lo que impulsó el arribo de inmigrantes a la Isla. Esto deja entrever como se fueron creando las condiciones para recibir a un importante cúmulo de personas con conocimientos productivos que impulsarían el desarrollo de la economía cubana. Torres-Cuevas, E. y O. Loyola Vega (2001) Historia de Cuba 1492-1898. Formación y liberación de la nación, p. 104. 8 42 De esclavos e inmigrantes Lo cierto es que para el quinquenio 1806-1810 son extraídas por el puerto de Matanzas 22046 arrobas de café, permaneciendo estable, durante el periodo, el ritmo de las exportaciones, entre 4 o 5 mil arrobas anuales9. La creciente demanda de productos tropicales en los principales mercados del mundo fue el verdadero catalizador de todos los procesos ocurridos en la economía cubana de principios del siglo XIX, lo que ayudó a que el país llegue a exportar dos millones de arrobas. Esto se vio favorecido por Real Cédula emitida el 21 de octubre de 1817 que daba a los emigrantes franceses iguales derechos que los ciudadanos españoles residentes en Cuba10. Al año siguiente un reporte de siete meses consigna el establecimiento de 942 colonos entre las ciudades de Habana-Matanzas, constituyendo el grueso 320 agricultores11. Hacia 1827 la mayor parte de las plantaciones se localizaban en el occidente con un 62,5%. Esta cifra fue disminuyendo con la decadencia del producto hasta constituir en 1862 el 45,5% (Tabla 2). A la par de La Habana, las tierras yumurinas fueron asiento de los mayores cafetales cubanos, contando la jurisdicción Matanzas con 203 plantaciones12. Ese mismo año, 1827, el puerto de Matanzas ocupaba el tercer lugar como exportador de café y menos de un decenio después, en 18341835, el número de plantaciones ascendía a 321, abarcando los plantíos una extensión considerable13. 9 Ruiz, R. (2001) Matanzas. Surgimiento y esplendor de la plantación esclavista (1793 – 1867), p. 20. 10 Archivo histórico de Matanzas. Real Cedula 21 de octubre de 1817, p. 168. 11 Ruiz, R. (2001) Ob. Cit., p. 45. 12 Ruiz, R. (2002) Ob. Cit., p. 22. 13 Ruiz, R, (2001) Ob. Cit., p. 51. 43 Odlanyer Hernández de Lara Tabla 2. Cantidad de plantaciones en Cuba por Departamentos (1827). Departamentos Occidental Centro Oriental Total Plantaciones cafetaleras 1207 135 % 58,39 6,53 725 2067 35,08 Fuente: J. Le Riverend (1981) Historia Económica de Cuba. Todo este desarrollo económico trajo consigo la búsqueda de fuerza de trabajo para apoyar fehacientemente el proceso. El comercio de esclavos se concibió como la vía para resolver la necesidad planteada, aunque su principal destino lo constituía la industria azucarera. A partir de 1763 el tráfico de esclavos comienza su trayectoria, caracterizado primeramente por la actividad extraoficial, aunque permitida. Luego, la Corona promulgó diversas reales órdenes que le dieron carácter legal14. Después de firmados dos tratados entre Inglaterra y España se estipula la prohibición de la trata negrera a partir del 30 de mayo de 1820, iniciándose así otra etapa de la trata ilegal permitida. El tratado entre Francia e Inglaterra y la promulgación de la abolición de la esclavitud en las colonias inglesas para 1833, así como la guerra civil española, crearon las condiciones necesarias para un nuevo acuerdo hispano-británico en 1835, aunque este no difirió de los anteriores. No es hasta 1845 que el gobierno español promulga la Ley de Represión del Tráfico Negrero, resultante de diversos intereses15, pero la trata 14 15 Torres-Cuevas, E… 200 ) Ob. Cit., p. 04. Torres-Cuevas, E… 200 ) Ob. Cit., p. 05. 44 De esclavos e inmigrantes ilegal continuó. Hacia 1826-1827 la esclavitud empleada en la producción de café representaba el 40% en el ámbito provincial16. Durante los primeros años del segundo cuarto de siglo la producción nacional se mantuvo alta. Pero en la década del treinta aparece el germen de la decadencia. En Brasil y América Central el cultivo había tomado fuerza; las repercusiones se comenzaban a sentir en Cuba. La decadencia del cultivo del café queda evidenciada en 1840 por la existencia en la jurisdicción Matanzas de solo 175 plantaciones del grano. Un cuarto de siglo después serán solamente 83 en toda la comarca yumurina17. En 1866 las cifras reafirmaron el descenso, ya que en la jurisdicción Matanzas se contaba con 58 cafetales18. La suerte estaba echada, las plantaciones de café estaban sentenciadas a la desaparición casi completa. Arribo y permanencia de colonos franceses La segunda mitad del siglo XVIII está matizada por una serie de sucesos históricos donde Francia ocupa un papel protagónico. El estallido de la Gran Revolución de 1789 influyó considerablemente en la estabilidad de las colonias francesas en el Caribe. Las consecuencias se observarían en 1791 con el levantamiento de la masa esclava de Saint Domingue. En 1801, Toussaint L´Ouverture invade la parte oriental de la isla correspondiente a la parte española, tomando la antigua ciudad de Santo Domingo en enero del mencionado año, lo que provocó Ruiz, R, (2001) Ob. Cit., p.44. Ruiz, R. (2002) Ob. Cit., p. 24. 18 Ruiz, R, (2001) Ob. Cit., p.91. 16 17 45 Odlanyer Hernández de Lara que miles de colonos huyeran con diferentes destinos, entre ellos Cuba, ocasión en que muchas familias francesas que habían llegado allí a raíz de los primeros levantamientos, los acompañaran19. Entre enero de 1801 y noviembre de 1804 Napoleón intenta la reconquista de la mencionada colonia, enviando una espléndida fuer- za que termina rindiéndose en la última fecha citada tras una epidemia de fiebre amarrilla que diezmó gran parte de las tropas20. Luego de la capitulación de Rochambeau, el General Jean-Jacques Dessalines, quién se proclama emperador de Haití, dispuso el exterminio de todas las personas de ascendencia francesa. Algunos se vieron tocados por la suerte al alcanzar las costas de Cuba y, aunque la mayoría se estableció en la entonces provincia de Oriente, grupos más pequeños se afincaron cerca de Matanzas y al sur de La Habana21. Por otra parte, en 1803, la antigua colonia francesa de Louisiana es vendida a la creciente potencia estadounidense, acontecimientos que impulsaron otra oleada de inmigrantes franceses que se instalaron en la región habanera22. Estas migraciones se ven matizadas por el aumento repentino de la entrada de masa esclava al archipiélago cubano. Pérez de la Riva23 proporciona un compendio aproximado de información que permite apreciar como entre 1791 y 1792 hay un ingreso de 21292 esclavos, cifra que incrementa el acumulado desde 18409 hasta 39701 en un 19 Real Consulado-Junta de Fomento, ley. No. 184, exp. No. 8426 (1801). Citado por Roland T. Ely (2001) Cuando reinaba su majestad el azúcar, p. 84. 20 Ely, R. T. (2001) Ob. Cit., pp. 84-85. 21 Ely, R. T. (2001) Ob. Cit., p. 85. 22 Pérez de la Riva, J. (2004) La conquista del espacio cubano, p. 103. 23 Pérez de la Riva, J. (1979) El monto de la inmigración forzada en el siglo XIX, p. 41. 46 De esclavos e inmigrantes lapso de tiempo de dos años. A partir de este momento se vislumbra que las aguas van retomando su nivel (Tabla 3). Semejante situación ocurre entre 1802 y 1804, así como entre 1815 y 1818 fundamentalmente, coincidiendo con los períodos de alza de las migraciones francesas. Tomando como referencia los datos disponibles, se pueden distinguir tres lugares fundamentales de procedencia de colonos franceses para la etapa que se trata: Haití (1791-1792), Santo Domingo (18021804) y Luisiana (1803). Según los estudios de Pérez de la Riva24, solo entre 1801 y 1806 llegaron a exceder de diez mil los colonos que arribaron a nuestras costas, donde los inmigrantes procedentes de Santo Domingo y Louisiana se asentaron en la región habanera, especialmente en el suroeste de la provincia. Con posterioridad, entre el 2 de mayo de 1808 y el 4 de mayo de 1814 se desata la guerra de independencia española contra la invasión francesa, sucesos que tuvieron su repercusión en Cuba mediante una serie de actos entre españoles y franceses que culminaron con la expulsión de estos últimos Para el caso especifico de Matanzas, en 1809 el Cabildo dicta medidas de precaución contra la presencia, en alza por días , de ciudadanos franceses, atemorizados por el ideario de la revolución burguesa25, aunque esto no puso freno al problema. Otro ejemplo de lo 24 25 Pérez de la Riva, F. (1944) Ob. Cit., p. 27. Ruiz, R. (2002) Ob. Cit., p. 21. 47 Odlanyer Hernández de Lara antes dicho se presenta en Santiago de Cuba donde en el mismo año se dictó la expulsión de ese territorio de los colonos de origen francés26. Tabla 3. Ingresos de esclavos a Cuba. Fechas Entradas Acumulados 1790 3177 18409 1791 10622 29031 1792 10670 39701 1793 4721 44422 1801 2073 86789 1802 18290 105079 1803 12089 117168 1804 11164 128332 1805 6248 134580 1814 5401 181982 1815 12289 194271 1816 23671 217942 1817 28301 246243 1818 24576 270819 Fuente: Pérez de la Riva, J. (1979) El monto de la inmigración forzada en el siglo XIX. Durante 1811 y 1812 tuvo lugar una guerra de desgaste, por lo que España necesitaba de fondos para continuar y trató de vender los 26 Portuondo, O. (2003) Entre esclavos y libres de Cuba colonial, p. 80. 48 De esclavos e inmigrantes cafetales y otros bienes que habían dejado los colonos expulsados. A esta proposición se opuso el diputado cubano señor Jáuregui, quien fue combatido en las cortes por defender a los franceses27. El 15 de septiembre aparece una nota en el Diario de La Habana aclarando la publicada el 22 de marzo de 1811 respecto a las ventas de las propiedades mencionadas, aunque esto no aplacó los saqueadores ataques. Los sucesos en cuestión trajeron como consecuencia un estancamiento del café28. Tras la firma del Tratado de Valençay el 11 de diciembre de 1813, Fernando VII fue liberado por Napoleón, aunque no es hasta el 11 de abril de 1814 que se firma el armisticio con el jefe de las tropas francesas en la península Ibérica, Nicolas Jean de Dieu Soult29, lo que puso fin a una dura guerra de casi seis años. Este hecho estimula el regreso de muchos de los franceses que habían abandonado la isla de Cuba, observándose el aumento tanto de los inmigrantes como de la producción cafetalera a partir de 1814 (Tabla 4). Por Real Cédula de 30 de agosto de 1815 se concede finalmente la libertad de montes y plantíos, protegiendo y dando seguras garantías a los derechos de propiedad30, lo que provocaría nuevamente el arribo de inmigrantes al territorio cubano. Esto se vio favorecido por la Real Cédula emitida el 21 de octubre de 1817, mencionada anteriormente, que daba a los inmigrantes franceses iguales derechos que a los ciuda- Portuondo, O. (2003) Ob. Cit., pp. 37-40. Portuondo, O. (2003) Ob. Cit., p. 48. 29 Enciclopedia Encarta 1993-2003 Microsoft Corporation. 30 Pérez de la Riva, F. (1944) Ob. cit., p. 14. 27 28 49 Odlanyer Hernández de Lara danos españoles residentes en Cuba, cuestión que intensificaría el flujo de colonos, retornando muchos de los que habían sido expulsados. Tabla 4. Producción de café (1813-1815) Años Quintales 1813 84690,5 1814 132497,5 1815 229565,75 Fuente: Pérez de la Riva, F. (1944) El café. Historia de su cultivo y explotación en Cuba. 50 CAPITULO III. LA DIONISIA. ALGO MÁS QUE HISTORIA. La fundación del cafetal L as primeras noticias referentes a las tierras donde luego se fundaría el cafetal La Dionisia datan de 1818, cuando se realiza la compra a censo redimible de ocho caballerías de tierra en el hato de Canímar por parte de D. Francisco Rouviere Durán, francés nacido en Marsella. La hipoteca es cancelada diez años después en 24 de mayo1. En noviembre del mismo año las tierras parecen haber sido utilizadas para el cultivo de frutas y hortalizas, las cuales se trasladaban a una casa venduta en la ciudad de Matanzas, según consta en una carta Archivo Histórico de Matanzas. Fondo Anotaduría de Hipotecas. Libro 1. Partida 70. Folio 15. 1 Odlanyer Hernández de Lara de puño y letra del dueño dirigida al Cabildo solicitando la disminución de los impuestos que hasta ese momento constaban de $25.00, adjuntando un resumen de las ventas realizadas2 (Anexo 1), cuestión que se siguió tramitando hasta 1820. La investigación histórica no ha aportado hasta el momento la fecha exacta de la fundación del cafetal, pero, según los datos obtenidos, se estima haya sido entre 1820 y 1822. En 17 de julio de este último año es fechada la primera certificación de bautismo de una esclava perteneciente a Francisco Rouviere, asentada en la Parroquia San Carlos Borromeo de Matanzas y correspondiente a una adulta carabalí3. Figura 9. Ubicación del río Canímar, en las afueras de la ciudad de Matanzas. Enmarcado en un círculo el cafetal La Dionisia. Archivo Histórico de Matanzas. Actas Capitulares. Tomo 32. Folio 271 y 272. Parroquia San Carlos Borromeo Catedral – Matanzas. Certificación de bautismo. Libro 10 Pardos y Morenos, folio 300, No. 1914. 2 3 52 De esclavos e inmigrantes Figura 10. Foto satelital tomada en abril de 2006 donde se observan varias de las estructuras de la plantación y algunas de las guardarrayas de los sembrados de café Posteriormente, a la muerte del fundador de la finca y su esposa Dionisia Giraud en 1834, todos los bienes pasan al mayor de sus ocho hijos, Francisco Simón Rouviere, quien traspasa la propiedad a tres de sus hermanos dos años después4. Los beneficiarios fueron Josefa Magdalena, Santiago Cornelio y Luis Eduardo Rouviere, para los cuales se aseguraron 23131 pesos y 7 reales. La caída de los precios del café en la década del cuarenta del mismo siglo convierte a la otrora hacienda cafetalera en potrero, encontrán- Archivo Histórico de Matanzas. Fondo Anotaduría de Hipotecas. Libro 7. Partida 481. Folio 93. 4 53 Odlanyer Hernández de Lara dose para 1863, mediante una partida de bautismo de una morena, que el lugar pertenecía a otro miembro de la familia, Simón Giraud. En ese mismo año, el potrero Dionisia es comprado por dos hermanos de apellido Elizalde, quienes lo obtienen del hospital de San Lázaro de La Habana, perdiéndose la consecutividad de los propietarios del predio hasta principios del siglo XX. Según la propiedad actual, en 1922 la Sra. Concepción Espino y Pérez, viuda de Guerra, vende el potrero a D. Gerardo Guillén y González, cancelándose la hipoteca tres años después. La casa continua en uso por Nemesio Guillén, hijo de Don Gerardo, donde vive con su familia y la historia de La Dionisia. En cuanto a las dimensiones del predio, este fue incrementándose paulatinamente. Para 1818, como se mencionó antes, los terrenos correspondientes a lo que luego sería el cafetal La Dionisia estaban compuestos por ocho caballerías de tierra y en 1836, cuando Francisco Simón traspasa la propiedad a tres de sus hermanos, había aumentado en tres cuartos de caballerías. Posteriormente, en 1863, cuando el lugar es adquirido por Salvador y Federico Elizalde Giraud, que para ese entonces había dejado de ser cafetal para convertirse en potrero, La Dionisia poseía 18 caballerías y 212 cordeles5. Una posible explicación del incremento de diez caballerías podría tener su origen en una compra de igual cantidad de tierras en 1820 por el fundador del cafetal, Francisco Rouviere Durán. Éstas, se ubicaban en Archivo Histórico de Matanzas. Fondo Anotaduría de Hipotecas. Libro 18. Partida 760. Folio 130. 5 54 De esclavos e inmigrantes Punta de Maya6, existiendo la posibilidad de que se convirtieran en una sola propiedad, aunque este planteamiento hasta el momento no pasa de ser una hipótesis. Figura 11. D. Francisco Simón Rouviere Giraud (cortesía de Marisol López Iglesias) Archivo Histórico de Matanzas. Fondo Anotaduría de Hipotecas. Libro 1. Partida 395. Folio 97. 6 55 Odlanyer Hernández de Lara La familia Rouviere D. Francisco Federico Rouviere, natural de Marsella, y Da. Dionisia Giraud Le Riech, natural de Paris, parecen haber arribado a Cuba entre finales del siglo XVIII y 1804, fecha en que nace el primer hijo del matrimonio, Francisco Simón, en Güira de Melena, La Habana. Teniendo en cuenta los distintos sucesos tratados en el capítulo anterior, los probables lugares de procedencia serían Haití, Santo Domingo, Luisiana y hasta la propia Francia. La familia Rouviere parece haber sido expulsada hacia los Estados Unidos entre 1808 y 1811, como consecuencia de la guerra españolafrancesa, ya que el 12 de mayo de este último año nace otra hija del matrimonio: Josefa Magdalena, en Savannah, Georgia, donde se estableció la familia, pues el 26 de diciembre de 1813 nacería María Dorotea, a quien bautizan el 6 de febrero del año siguiente. Además, el 23 de marzo de 1816, nace Dionisia Catalina en la misma ciudad, bautizada el 27 del siguiente mes. Los referidos nacimientos dan fe de la estancia de la familia entre mayo de 1811 y abril de 1816. Luego, se tiene que en 3 de febrero de 1818 D. Francisco Rouviere compra las primeras tierras en la ciudad de Matanzas7, lo que reduce el estimado a un año y nueve meses para la llegada por segunda ocasión al país. Una carta escrita de puño y letra de D. Rouviere fechada en 13 de noviembre de 1818, localizada en las Actas Capitulares del Archivo Histórico de Matanzas, permite observar algunas dificultades en la escritura, con la utilización de artículos en 7 Archivo Histórico de Matanzas. Anotadurías de hipotecas. Libro 1. Partida 70. Folio 15. 56 De esclavos e inmigrantes francés, resultado de una breve estancia en Cuba. Por otra parte, es necesario recordar la Real Cédula emitida el 21 de octubre de 1817, lo que pudo haber influido en el retorno de la familia. El 22 de junio de 1834 muere doña Dionisia Giraud Le Riech, lo que debió provocar un doloroso impacto a su familia que ya contaba con varios miembros. Lo cierto es que, como un extraño suceso, justamente siete días después muere su esposo Don Francisco Rouviere Duran. Ambos, por la fecha de defunción, debieron ser sepultados en la necrópolis de Embarcadero Blanco que brindó sus servicios desde 1811 hasta 1839, aunque desde 1830 se elevaron innumerables quejas a razón del espacio y las condiciones en que se encontraba8. Con posterioridad, en 1840, es la apertura del cementerio de San Juan de Dios, efectuándose el primero de noviembre de ese año la inauguración con la inhumación de los difuntos procedentes del de Embarcadero9, por lo que es de pensar en el traslado de los difuntos esposos franceses hacia las nuevas parcelas. Es preciso señalar que en el curso de las investigaciones se logró detectar la bóveda con la inscripción a bajo relieve en la tapa que reza: D. Francisco Rouviere. Año de 184210. Por la fecha se puede inferir su procedencia del camposanto de San Juan de Dios, con posterioridad trasladada hacia el San Carlos, donde fue hallada. En 1868, se agota por completo el espacio dedicado a la sepultura en la mencionada necrópolis de San Juan de Dios, por lo que, tras un Vento, E. (2002) La última morada. Historia de los cementerios de Matanzas. Vento, E. (2002) Ob. Cit. 10 Su localización se debe al trabajo realizado por Marisol López Iglesias, quien amablemente brindó datos históricos para esta investigación. 8 9 57 Odlanyer Hernández de Lara pedido efectuado por el cura D. Juan Mignagaray el 4 de julio del corriente, se concede la bendición de una parcela en el aún inconcluso nuevo cementerio11 de San Carlos, aunque este se fundaría en 1872. En 1870 muere D. Francisco Simón Rouviere a la edad de 66 años, por lo que parece haber sido sepultado en la necrópolis de San Carlos, donde se encontró la lápida. Este ínterin, desde que comienzan las sepulturas hasta que se funda el camposanto, dio lugar a la falta de documentación de esos primeros años, por lo que fue imposible abundar más en el tema. La Dionisia en la Guerra del 95 La segunda mitad del decimonónico cubano estuvo matizado por las acciones bélicas para la independencia del archipiélago del dominio español. El año 1895 trajo consigo el inicio de otra contienda conocida como la Guerra Necesaria, esta vez organizada por José Martí y Máximo Gómez, en la que la incorporación de occidente era fundamental. La zona de Canímar y sus cercanías es utilizada para el resguardo del armamento para el alzamiento del 24 febrero de 1895. Entre los lugares documentados por la historiografía se encuentran La Ignacia, en el actual municipio de Limonar, y la finca de Manuel Fernández, situada en Canímar12. Las autoridades coloniales comienzan a inquietarse por un factor de inminentes consecuencias: la tea incendiaria o 11 12 Vento, E. (2002) Ob. Cit. Gómez, F. (2004) Ob. Cit., p. 67. 58 De esclavos e inmigrantes guerra económica. Matanzas, que sobresalía por su riqueza azucarera, se vería afectada sobremanera. Según demuestra la información histórica, en estos años, sobre todo en 1896, se desatan acciones bélicas en algunas plantaciones de la zona, como es el caso del cafetal Josefa el 23 de junio en Sumidero, Limonar, entre las fuerzas del general Lacret y el coronel Gastón13. No obstante, hasta el momento no se tienen referencias de sucesos semejantes llevados a cabo en La Dionisia14. Sin embargo, en el marco de una de las puertas de la parte trasera de la casa de vivienda de la plantación se conserva un agujero que se ha asociado a un impacto de proyectil. La tradición oral ha rescatado un pasaje relacionando esta evidencia con la gesta independentista de 1895, cuando tropas españolas se refugiaron en la casa para repeler un ataque mambí. Se cuenta que las fuerzas cubanas derrotaron a sus oponentes, sepultándolos en el lugar por donde hoy pasa el camino que conduce al poblado de Indaya. Como resultado del enfrentamiento una sección de la vivienda fue quemada. Si bien la zona de Canímar, como se ha mencionado, estuvo vinculada a todo el proceso independentista y sufrió las consecuencias de la contienda sobre todo a través de la tea incendiaria, no se ha podido corroborar, ya sea mediante la documentación histórica o las labores arqueológicas, la veracidad de los hechos. Lo cierto es que el agujero que atraviesa el marco ha quedado como testigo de un suceso 13 14 Gómez, F. (2004) Ob. Cit., p. 102. Faustino Gómez, comunicación personal, 2005. 59 Odlanyer Hernández de Lara que pudo haber estado relacionado con el paso de las tropas mambísas por el territorio. Figura 12. Agujero del impacto de bala en el marco de una de las puertas Composición de la plantación Uno de los rasgos más significativos del cafetal La Dionisia es, sin lugar a dudas, la conservación de su estructura constructiva. La cercanía de la ciudad y el crecimiento urbano no parecen llegar al predio, aunque esta apreciación no podría afirmarse cabalmente por razones que se tratan en el Capítulo V. 60 De esclavos e inmigrantes Hasta el presente, los estudios realizados en torno a las plantaciones cafetaleras15 concluyen que la organización de las mismas se caracteriza por las particularidades de cada una respecto al emplazamiento en el terreno, poder adquisitivo y otros factores que influían en la distribución de las estructuras, por lo que no existía un patrón único de organización. No obstante, se han identificado dos variaciones en la estructuración del batey en las plantaciones cafetaleras, sujetas a la geografía del espacio utilizado, definiéndose los bateyes en forma lineal para las áreas montañosas y bateyes agrupados para los valles y cimas de montañas16. Teniendo en cuenta esta propuesta, concebida para el oriente cubano, La Dionisia tendría una organización agrupada del batey. El levantamiento topográfico llevado a cabo en La Dionisia mostró la conformación del batey, ubicándose todas las estructuras de forma tal que quedaba en el centro un espacio común. El batey era uno de los componentes esenciales de las plantaciones cafetaleras, conformado por dos áreas definidas por su funcionalidad: la zona industrial y la habitacional. Así, entre los exponentes que presenta mayor estado de conservación se encuentra la casa de vivienda. Los estudios realizados en plantaciones cafetaleras cubanas han tenido como principal objetivo estas estructuras. En este caso no ha sido así. Si bien los objetivos propuestos iban en otro sentido, era de interés el conocimiento de todo el conjunto, pero la constante utilización del inmueble hasta nuestros días 15 Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Francia en Cuba. Los cafetales de la Sierra del Rosario (1790-1850). 16 Rizo, L. (2005) La arquitectura agroindustrial cafetalera del siglo XIX en Santiago de Cuba, pág. 59. 61 Odlanyer Hernández de Lara imposibilitó cualquier trabajo. No obstante, con el debido permiso de los actuales inquilinos, se pudieron efectuar varias calas de pintura mural en los muros a la vista más antiguos. Figura 13. Trabajos topográficos realizados por Jorge Garcell Domínguez y Adrián Labrada Milán Por lo general, la vivienda en la plantación tenía amplio dominio visual del resto de las construcciones y, en el occidente cubano, era concebida fundamentalmente para el hábitat. En contraposición, en el oriente del país la denominada casa señorial se utilizaba como vivienda y almacén, que en occidente constituían dos estructuras distintas, como es el caso de La Dionisia. No obstante, esto se manifiesta en la zona rural, ya que en las urbes de La Habana y Matanzas también existían las casas señoriales que contaban con un entresuelo destinado a almacén. La casa es de planta compacta rectangular y parece haber presentado una galería o portal alrededor de la misma que actualmente está presente solo en el frente y parte de uno de sus lados. Los trabajos de 62 De esclavos e inmigrantes pintura mural develaron la superposición de paramentos mediante la diferenciación de los enlucidos de cal y cemento que los caracterizaba. Figura 14. Levantamiento topográfico del cafetal La Dionisia. Realizado por Adrián Labrada Milán. 1. Casa de vivienda, 2. Campanario, 3. Criadero de criollitos, 4. Espacio supuestamente utilizado de semillero, 5. Noria, 6. Ubicación del barracón de esclavos comunes, 7. Espacio de secaderos de café, 8. Espacio asociado a la enfermería, 9. Almacén, 10. Estructuras vinculadas a los apareamientos forzosos. A unos 180 metros al fondo de la casa se encuentran los restos del horno de cal, aunque no figuran en el plano 63 Odlanyer Hernández de Lara Figura 15. Calas de pintura mural realizadas por Larisa Cepero Figueras, donde se observan las distintas capas y colores de las pinturas Además, la morada presenta un área de traspatio donde se encontraba la cocina y un horno para pan. Según Ramírez y Paredes17 la cocina era frecuente que constituyera un elemento independiente o estuviera separada del cuerpo de la vivienda para evitar los olores y humos. A continuación de la cocina existen otras habitaciones que las fuentes orales relacionan con los barracones de esclavos domésticos y, quizás, la despensa. 17 Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. 64 De esclavos e inmigrantes Figura 16. Unión de los dos tipos de enlucidos (antiguo y moderno) Otra de las estructuras principales en la plantación lo constituye el almacén. Como ya se mencionó, está formado por una construcción independiente y presenta un estado de conservación parcial, ya que cuenta con algunos de sus muros destruidos por agentes naturales como la vegetación, aunque la mayor parte está en pié. Algunos investigadores mencionan la existencia de otros locales más pequeños que funcionaron para el almacenamiento de los útiles y herramientas de trabajo18. En el caso de estudio no se hallaron huellas de estructuras que pudieran asociarse a este tipo de dependencia, lo que podría indicar la posible utilización del mismo local para ambas funciones, aunque lógicamente el grano tendría un evidente privilegio. 18 Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. 65 Odlanyer Hernández de Lara Figuras 17 y 18. Vista del lateral derecho de la casa (arriba) y del muro perimetral del fondo (abajo). 66 De esclavos e inmigrantes Figuras 19 y 20. Vistas de la estructura que parece haber sido utilizada como almacén de café. Fotos: Lisette Roura Álvarez 67 Odlanyer Hernández de Lara Entre la casa y el almacén se halla una estructura compuesta por tres habitaciones, una de ellas destruida, así como algunas partes del resto de los muros. Según la tradición oral están asociadas con los apareamientos forzosos, cuestión que ha sido tratada en la literatura histórica referente a la esclavitud en las plantaciones. Era utilizada para la reproducción natural de la fuerza de trabajo y los nacidos eran denominados criollos, para los cuales existían otras construcciones dedicadas a su crianza. Otra estructura, que aparentemente está compuesta por una sola habitación, está enclavada a la izquierda del almacén. Esta conserva algunas secciones de muros, pudiéndose reconstruir sus dimensiones hipotéticas teniendo en cuenta sus cimientos y se ha relacionado con la enfermería. La presencia de la enfermería era común en todas las plantaciones cafetaleras, por la necesidad de mantener la fuerza motriz de la cosecha en perfectas condiciones de salud19. La denominada casa o criadero de los criollitos es otra de las construcciones presentes en La Dionisia, aunque su atribución funcional está dada por la tradición oral. La misma está constituida por un muro perimetral y otro que la divide aproximadamente al medio. En la esquina suroeste se detectaron los cimientos de una pequeña estructura de dos habitaciones comunicadas, de las cuales no se tiene ninguna referencia, pero deberían estar asociadas a la crianza de los criollitos. Al lado oeste de la casa de los criollitos se conservan restos de muros en un área donde el nivel del suelo era de aproximadamente 19 Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. 68 De esclavos e inmigrantes 0,50 metros más alto en las primeras visitas que realizamos, espacio que parece haber sido destinado a semillero. En la actualidad esta diferencia no se aprecia, ya que se ha destinado para la siembra y la capa vegetal ha sido removida. La noria, por otra parte, se mantiene en buen estado de conservación y ha sido utilizada ininterrumpidamente hasta la actualidad, aunque gran parte de la estructura de madera ha sido sustituida. Relacionada con esta, se encuentra un sistema de estanques o contenedores que parecen estar asociados a las reservas de agua. Gran parte de ellos solo se conservan los cimientos. Las modificaciones realizadas para su uso actual llevaron a su destrucción. Según Ramírez y Paredes20, en el occidente los cafetales ubicados en zonas llanas estaban obligados a crear reservas de agua para tiempo de seca, lo que parece estar relacionado con los cimientos hallados. Frente al almacén se pudo definir al menos una estructura correspondiente al secadero, observándose un basamento de pequeñas rocas a un nivel ligeramente superior con respecto al resto del terreno. También se localizaron varios fragmentos del muro perimetral con forma redondeada en la superficie, dispersos por el área. Es probable la existencia de otro secadero o bien que el mencionado se extendiera más allá de sus dimensiones actuales, puesto que hoy día está cruzado por el camino de entrada a la finca. Presenta una figura rectangular y se encuentra justo a la vista de la vivienda, característica que está presente en todos los cafetales21. 20 21 Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. 69 Odlanyer Hernández de Lara Figuras 21 y 22. Vistas de la estructura conocida como Criadero de Criollitos. Fotos: Lisette Roura Álvarez 70 De esclavos e inmigrantes Aunque ya no existe, se tienen referencias del barracón de los esclavos comunes, el cual conservaba sus muros perimetrales hasta la década del setenta cuando fue derrumbado. La tradición oral describe la estructura como de planta aproximadamente cuadrada con un muro divisorio y en una de las esquinas, en la parte externa, se encontraba un aljibe. Estas estructuras parecen haber sido de dos formas fundamentales: el barracón de patio que constituía un conjunto de habitaciones con salida a un patio central que fue más común en las plantaciones azucareras donde se contaba con una dotación más importante, así como mayores exigencias de trabajo y por ende precisaban más seguridad. Por otra parte se encontraban los bohíos que se conformaban de pequeñas casas construidas de embarrado y guano, las cuales parecen haber sido más comunes en los cafetales22. Viajeros como Fredrika Bremer23 señalan estas diferencias y reciéntes excavaciones en el cafetal del Padre, provincia La Habana, indican la presencia de bohíos como vivienda esclava24. En La Dionisia no se ha podido definir qué tipo de barracón existió. Las excavaciones realizadas en esta área no han aportado datos de los mismos. También, se halla entre las estructuras el horno de cal. El mismo fue construido aprovechando las condiciones naturales del terreno, en una dolina que crea un desnivel. Hasta mediados del siglo XX la estructura parece haber permanecido en buenas condiciones pero otros inciden- Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. Bremer, F. (1989) Cartas desde Cuba. 24 Singleton, T. 2005) )nterpretando la vida del esclavo en el Cafetal del Padre . 22 23 71 Odlanyer Hernández de Lara tes, que son tratados más adelante, conllevaron a su destrucción casi completa, conservándose solo dos secciones de muros. Figura 23. Estructura de la noria, donde se observa el proceso de extracción de agua mediante tracción animal. Foto: Lisette Roura Álvarez El horno de cal es un elemento imprescindible en este tipo de plantaciones ya que se utilizaba tanto para la construcción de las instalaciones como para el beneficio de la cosecha25. El funcionamiento del mismo estaba concebido para el acceso tanto a la parte superior como inferior, por donde se suministra la materia prima para la obtención de la cal y para alimentar el fuego. 25 Ramírez, J. F. y F. A. Paredes (2004) Ob. Cit. 72 De esclavos e inmigrantes Figura 24. Otra vista de la noria donde aparece toda la estructura. Foto: Lisette Roura Álvarez Por último, se encuentra el campanario, estructura que también participa activamente en la vida de la plantación. Ramiro Guerra26 menciona al respecto que: Esta tenía la triple función usual: llamar a los esclavos al trabajo en la mañana y al medio día; hacerlos cesar en el mismo a las horas acostumbradas; y tocar a somatén en caso de incendio o cuando hubiese necesidad de cualquier otra clase de socorro. El campanario tenía otra función de elevada espiri- 26 Guerra, R. (1974) Mudos testigos, p. 52. 73 Odlanyer Hernández de Lara tualidad: dar el toque de oración a la caída de la tarde en coro solemne con las campanadas de las fincas vecinas . En este caso la estructura del campanario fue localizada mediante los trabajos arqueológicos, encontrándose los cimientos del mismo, que será tratado en el apéndice correspondiente. Figura 25. Sistema de almacenamiento de agua junto a la noria. 74 CAPITULO IV. LA ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA EN LAS PLANTACIONES CAFETALERAS. LA DIONISIA COMO CASO DE ESTUDIO. E l estudio de la arqueología histórica ha variado cuantiosamente desde su surgimiento hasta la actualidad, definiéndose como el estudio de la conformación del Mundo Moderno, que comienza con la expansión europea1, aunque en otros casos, autores como Barbara Little y David Small han planteado una visión más 1 Orser, C. y B. Fragan (1995) Historical Archaeology; Domínguez, L. S. 2005a) (istorical archaeology in Cuba . Odlanyer Hernández de Lara abierta, extendiéndose al estudio de las sociedades con escritura, no un período histórico o un sistema económico2, con las implicaciones que esto conlleva. Los primeros esfuerzos en este sentido en América Latina fueron presentados bajo el término de Arqueología Colonial. Para el caso de Cuba desde la primera mitad del siglo XX se comienza a utilizar esta denominación con el surgimiento de la Sección de Arqueología Colonial de la Comisión Nacional de Arqueología en 1937, que en su reglamento establecía el período a estudiar: entre el descubrimiento de la Isla de Cuba y el cese de la Soberanía española en ella 3. En la opinión de la Dra. Lourdes Domínguez4 desde los años 0 el debate giró en torno al propio nombre de esta ciencia: unos la llamaban Arqueología Colonial (de hecho, se llamó así por mucho tiempo), otros Arqueología de niveles coloniales, Arqueología de la etapa colonial o hecha sobre sitios históricos . Lo cierto es que hasta bien entrada la década del noventa, con sus remanentes aún en el siglo XXI, continuó utilizándose dicha denominación. Desde 1989 se proponía la utilización del término Arqueología Histórica en el ámbito cubano para referir la ciencia en cuestión5, asunto que fue ampliamente cuestionado durante el Taller Nacional de Arqueología que se celebrara en la ciudad de Holguín en ese año, donde finalmente se continuó con la Arqueología de la etapa colonial. La problemática del tema fue tal que 2 Funari, P. P. 2008) La arqueología histórica mundial y latinoamericana en las últimas dos décadas . 3 Comisión Nacional de Arqueología (1939) Reglamento de la Comisión Nacional de Arqueología. Sección de Arqueología Colonial, p. 75. 4 Domínguez, L. S. 2005b) Patrimonio en Cuba: el caso de la (abana Vieja como sitio arqueológico . 5 Ramos, A., et al., 8 ) Arqueología histórica en Cuba: problemas y perspectivas . 76 De esclavos e inmigrantes aún en 1995 continuaban las dudas al respecto, aunque con tendencia a su aceptación teniendo en cuenta el uso de aquella denominación en el entorno internacional, si bien se señalaba la ausencia de marcos conceptuales en los estudios arqueológicos de etapas históricas6. En otro orden de cosas, la limitación desde el punto de vista económico de la disciplina arqueológica en Cuba ha repercutido negativamente en su desarrollo. La falta de financiamiento de los proyectos arqueológicos conllevó a que en reiteradas oportunidades se realizaran con los recursos propios de los investigadores. Con la creación de la Comisión Nacional de Arqueología en 1937 por Decreto No. 3057, se le asignaron mil pesos que otorgaba la Dirección de Cultura para la publicación de un boletín y la organización de investigaciones arqueológicas. En la junta constitucional de la Comisión, el Dr. José María Chacón y Calvo (1892-1969), por entonces Director de Cultura, mencionaba: Nace con humildad desde el punto de vista de los recursos materiales, como si la austera pobreza fuese aliada inseparable de nuestros empeños científicos 7. No obstante, la creación de instituciones dedicadas a la investigación arqueológica después de los La Rosa, G. (1995) Arqueología en sitios de contrabandistas. Con posterioridad, el mismo autor (La Rosa, 2003: 37) plantearía casi una década después que: para algunos estudiosos la arqueología que se ocupa de fenómenos acerca de los cuales existe documentación escrita, es una especie de otra arqueología . Una hermana bastarda de la que pocos quisieran acordarse. Este enfoque es un error conceptual y metodológico de primer orden, pues la arqueología histórica (término acuñado por la historiografía internacional y que no debe desecharse) no es una ciencia particular, ni alguna otra, pues sus métodos de campo y de laboratorio, procedimientos, recursos interpretativos y principios metodológicos son los de la ciencia arqueológica …) Por otro lado, las investigaciones en el campo de la arqueología histórica en Cuba han demostrado un alto nivel científico, un sentido pleno de la responsabilidad social, al poner al servicio de la comunidad inmuebles y cascos históricos recuperados . 7 Palabras reproducidas en la reseña de la Junta de Constitución de la Comisión Nacional de Arqueología que se publicó en el primer número de la Revista de Arqueología (1938: 63-64). 6 77 Odlanyer Hernández de Lara años sesenta y el soporte económico que se le brindó, lograron afianzar la organización y sistematización de la actividad en todo el país8. En cuanto a las publicaciones científicas, también se vieron restringidas aunque se mantuvieron saliendo con relativa frecuencia, si bien muchos han sido los obstáculos para que vean la luz, en muchos casos se publicaban trabajos de décadas anteriores que ya habían sido superados en cuanto a sus planteamientos9. Además, la década de los años noventa acrecentó aún más las necesidades, motivos por los cuales gran parte de la producción científica arqueológica quedó en los archivos de las instituciones. El siglo XXI trajo consigo la creación de la primera publicación seriada con privilegio a la arqueología histórica: el Boletín del Gabinete de Arqueología, de la institución homónima. Su nacimiento creó una puerta de salida a las investigaciones que se venían realizando por todo el archipiélago cubano, dando a conocer los resultados del quehacer científico en la disciplina. A pesar de todo, la arqueología se ha ido abriendo camino entre las dificultades y se han realizado importantes proyectos en función de la restauración y conservación del patrimonio histórico nacional. Dentro de estos se pueden mencionar los centros urbanos de la Habana Vieja, Trinidad, Camagüey y Santiago de Cuba, donde los esfuerzos por mantener los logros alcanzados son significativos. Domínguez, L. S. 2005a) (istorical archaeology in Cuba . Este tema es tratado por Gabino La Rosa (2003), donde ejemplifica con algunas obras donde se publicaron investigaciones realizadas en muchos casos más de diez años antes, cuando las estrategias de trabajo habían cambiado sobremanera. 8 9 78 De esclavos e inmigrantes Origen de la Arqueología Histórica en Cuba La Arqueología Histórica en Cuba tiene sus orígenes a finales de la década del treinta del siglo XX, cuando se dan a conocer varios trabajos en la Revista de Arqueología de la entonces Comisión Nacional de Arqueología desde el segundo número de esta publicación en 1938, aunque constituían estudios de edificios o ciudades patrimoniales, generalmente desde el punto de vista histórico o arquitectónico donde el aporte arqueológico era nulo10. Por otra parte, en la misma década, la aparición de objetos relacionados con la cultura europea de los siglos XV y XVI en contextos aborígenes llevó a comprenderlos como parte del registro arqueológico adjudicándolos a los colonizadores, como es el caso de los trabajos realizados por García Castañeda11 en el asentamiento El Yayal, provincia de Holguín, lo que condujo a una avalancha de investigaciones relacionadas con el denominado contacto indohispánico que perduró hasta la década del noventa. Con la creación de la Comisión Nacional de Arqueología en agosto de 193712, devenida luego en Junta Nacional de Arqueología y Etnología, nace la Sección de Arqueología Colonial a cargo de Manuel Pérez Beato 10 Ya desde finales del siglo XIX se habían interesado algunos investigadores en evidencias materiales vinculadas con la esclavitud, como fue el caso de la excursión realizada por Fernando García y Grave de Peralta donde describe una pipa para fumar tabaco de barro y la asocia a las utilizadas por los esclavos de las plantaciones azucareras. 11 García Castañeda, J. A. 8) Asiento Yayal . 12 La Comisión Nacional de arqueología fue creada el 9 de agosto de 1937 por decreto presidencia No. 3059. Los cargos en ese momento fueron: Presidente Honorario: Carlos de la Torre y Huerta; Presidente efectivo: Carlos Manuel de Céspedes Quesada; Secretario: Carlos García Robiou; Vicesecretario: René Herrera Fritot; Tesorero: Emeterio Santovenia Echaide; Vicetesorero: Julio Morales Coello; Presidente de la Sección de Arqueología Aborigen: Juan Antonio Cosculluela; Presidente de la Sección de Arqueología Colonial: Manuel Pérez Beato. 79 Odlanyer Hernández de Lara que trabajaría hasta la desaparición de la organización en 1962. Durante este período se efectuaron varios trabajos con mayor importancia desde el punto de vista arqueológico, además de los presentados en las secciones científicas a principios de los años cuarenta13. Un ejemplo de las labores que realizaran fue publicado por Oswaldo Morales Patiño14 bajo el título Arqueología colonial cubana. Resumen de actividades durante el año 1951, esfuerzos que continuarían hasta la década del sesenta. En ese momento se realiza uno de los trabajos más significativos en el estudio de la entonces arqueología colonial: Restauración de un cafetal de colonos franceses de la Sierra Maestra, de Fernando Boytel Jambú, incorporando los resultados arqueológicos a la restauración del patrimonio histórico y marcando un cambio trascendental en la arqueología de Cuba. La creación del Departamento de Arqueología de la Academia de Ciencias de Cuba en los primeros años de la década de 1960 implicó un desarrollo de la ciencia arqueológica en el país, solidificando los antecedentes de la arqueología histórica. En este contexto se pueden mencionar las labores realizadas en el Palacio de los Capitanes Generales en 1968, ligadas a las labores de restauración de la Habana Vieja15, los de la casa de la obrapía16 y los de la casa de Filomeno en Nueva Paz17. 13 La Rosa Corso, G. 2000) Perspectivas de la arqueología histórica en Cuba en los umbrales del XX) . 14 Morales Patiño, O. (1952) Ob. Cit. 15 Domínguez, L. S. (2005b) Ob. Cit. 16 Domínguez, L. S. (1984) Ob. Cit. 17 Payarés, R. 8) La casa de Filomeno en Nueva Paz . 80 De esclavos e inmigrantes A pesar del importante cúmulo de investigaciones que se venían realizando, las publicaciones en este ámbito fueron escasas. El primer libro dedicado al estudio de la arqueología histórica en Cuba corresponde al arqueólogo español Francisco Prat Puig en 1980: Significado de un conjunto cerámico del siglo XVI en Santiago de Cuba, aunque desde una óptica más de la historia del arte que de la arqueología, tomando como referencia el estudio pionero en el tema del antropólogo estadounidense John Goggin18. Luego, aparece en 1984 una de las obras más importantes en la arqueología histórica cubana de la mano de la Dra. Lourdes S. Domínguez: Arqueología colonial cubana: dos estudios, que, a diferencia de la anterior, se realiza desde un punto de vista netamente arqueológico, constituyendo una obra de obligada consulta en las investigaciones sobre el tema en Cuba. Un artículo publicado en el año 2000 por el Dr. Gabino La Rosa19 evaluó la trayectoria histórica de esta ciencia en el país, sobre todo desde la perspectiva metodológica, observando un panorama donde la gran mayoría de las investigaciones que se han realizado parten de una problemática: su carácter local, parcial o descriptivo. Una de las ausencias importantes en este artículo es la omisión de la significativa labor del Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana, una de las instituciones que más ha aportado al desarrollo de la arqueología histórica en el país desde su creación a finales de la década del ochenta. Los estudios en el campo de la arqueología histórica, no obstante haber sido criticados durante décadas remanentes de los cuales aún 18 19 Goggin, J. (1968) Spanish majolica in the New World. La Rosa Corso, G. (2000) Ob. cit. 81 Odlanyer Hernández de Lara persisten, han demostrado, a través de la cientificidad y sistematización de las investigaciones, la importancia de sus resultados para rescatar el patrimonio cultural, teniendo además gran significación desde el punto de vista económico y sobre todo social, aportando inestimables valores a nuestra cultura e identidad nacional para la sociedad moderna. En sus inicios, la Arqueología Histórica en Cuba tuvo una tendencia hacia el estudio de las ruinas de las plantaciones cafetaleras, con especial énfasis en las fundadas por colonos franceses, según demuestra la bibliografía especializada20. Según el investigador Gabino La Rosa21 esto está dado en gran medida porque los colonos residían en las plantaciones22, convirtiendo las estancias en lugares apropiados para la vida, mientras las haciendas de españoles y criollos eran atendidas desde las ciudades, por lo que las estructuras domésticas fueron menos relevantes. Por otra parte, el estado de conservación influyó significativamente en la tendencia antes mencionada, puesto que las haciendas construidas en los sistemas montañosos del oriente y el occidente del país estuvieron menos expuestas al crecimiento urbano y sobre todo al impacto producido a partir de mediados del siglo XIX con la expansión 20 Boytel Jambú, F. (1961) Ob. Cit.; Tabío, E. y R. Payarés 8) Sobre los cafetales coloniales de la Sierra del Rosario ; Dompinguez, L. S. ) Las ruinas de los cafetales de la Sierra del Rosario, Cuba . Se puede mencionar además El cafetal Filomeno, de Oswaldo Morales Patiño presentado en las secciones científicas de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología a principios de los años cuarenta (La Rosa, 2000). 21 La Rosa Corso, G. (2000) Ob. Cit. 22 Es preciso añadir que este planteamiento no se ve reflejado en todo el país, sino más bien en el oriente y en el extremo occidental, ya que en la región Habana-Matanzas, una de las más importantes en cuanto a densidad de cafetales y producción, generalmente los propietarios residían en las ciudades. 82 De esclavos e inmigrantes de las plantaciones azucareras, que vinieron a sustituir muchos cafétales en las llanuras. Una de las áreas más afectadas sin lugar a dudas por este desarrollo azucarero fue la llanura Habana – Matanzas, donde las plantaciones de café que no evolucionaron a ingenios azucareros terminaron en simples potreros a partir de la decadencia del cultivo en la década del cuarenta del decimonónico. Las excavaciones arqueológicas en La Dionisia Como se mencionó al inicio de este ensayo, los precedentes investigativos desde el punto de vista arqueológico en La Dionisia se remontan a principios de la década de 1980, por la visita del grupo Batabanó y luego, en 1989, con las exploraciones realizadas por el grupo espeleológico Norbert Casteret, ocasión en la que solo se describen en la prensa provincial y nacional algunos objetos hallados en superficie y las estructuras visibles. En esa ocasión, se rescataron algunas piezas arqueológicas que fueron donadas en el año 2006 por Boris Rodríguez Tápanes al Castillo de San Severino Museo de la Ruta del Esclavo. Las piezas donadas constituyen: dos candados y un herraje utilizado en las monturas de caballos, fechados para el siglo XIX, las cuales se muestran en la sala de exposición dedicada a la esclavitud. Posteriormente, se comienzan a llevar a cabo varios trabajos en el lugar por parte de otro grupo espeleológico: el Luis Montané, quienes iniciarían la investigación histórica y arqueológica del predio, aportando resultados inéditos hasta ese momento. 83 Odlanyer Hernández de Lara No es hasta el año 2006 que se cometen las primeras excavaciones en el cafetal La Dionisia, resultados que son expuestos en el presente estudio. Los trabajos de excavación fueron realizados entre el 15 de enero y el 5 de febrero del 2006, para lo cual los objetivos trazados, mencionados con anterioridad, consistían esencialmente en la exploración del área en torno a la Ceiba existente en la finca, la casa de vivienda, la zona donde estuvo el barracón de los esclavos comunes y tratar de localizar los posibles restos del campanario. La metodología de excavación siguió las pautas establecidas por Edward C. Harris23 con procedimientos estratigráficos que proporcionan un minucioso nivel de recogida de datos al exponer cada estrato horizontalmente y registrar las relaciones que se establecen entre las superficies y los materiales depositados. Se llevaron a cabo excavaciones en áreas abiertas atendiendo a los espacios excavados, siguiendo la distribución de los estratos arqueológicos e identificando cada estrato, estructura e interfaz como unidades estratigráficas (u.e.) independientes. El sistema de registro de las evidencia se desarrolló a través de planillas basadas en las utilizadas por el Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana, aunque con adaptaciones al contexto excavado. Además, se realizaron dibujos a escala, con un registro fotográfico digital pormenorizado y sistemático. En ese sentido se delimitó un área de 2m X 3m partiendo desde el tronco de la Ceiba hacia el lado Este y se profundizó hasta 0,15m donde 23 Harris, E. C. (1991) Principios de estratigrafía arqueológica. 84 De esclavos e inmigrantes el estrato se comportó estéril. La excavación estuvo dirigida a la búsqueda de posibles cultos religiosos afrocubanos, encontrándose varias monedas ubicadas cronológicamente en el siglo XX y XXI, así como varios fragmentos de vidrio. En la casa de vivienda se efectuaron calas exploratorias de pintura mural en el área del portal y en un espacio interno, hallándose en ambos lugares varias capas pictóricas. En el portal se pudo detectar un cambio cronológico a nivel del enlucido, detalle que indica reestructuraciones del espacio donde fueron realizados añadidos de habitaciones. En la habitación que actualmente ocupa la carpintería se hallaron capas con decoraciones de diseño sencillo: cenefas tipo rodapié alto de un color plano, que en los tres casos fue blanco24. Una pequeña excavación fue realizada en el patio interior de la casa de vivienda, donde fue escogida una habitación ubicada en el lado izquierdo el cual, según las fuentes orales, había estado destinado a la incineración de maderas para hervir ropas. En el lugar, donde se realizó una cala de 1m X 1m, se detectaron varias capas de ceniza y un apisonado sobre un estrato arenoso donde afloraron varios fragmentos de madera y gran cantidad de herrajes y clavos de hierro. Entre los objetivos más significativos se encontraba la localización de los restos del campanario, para lo cual se contó con la ayuda de Nemesio Guillén, quien conocía un probable lugar de ubicación en lo que hoy es parte de un potrero, donde se observaba la afloración de algunas rocas con aparente disposición intencional. En ese espacio se excavó un área de 5m X 4m que develó gran cantidad de fragmentos de 24 Cepero Figueras, L. 200 ) )nforme de pintura mural . 85 Odlanyer Hernández de Lara enlucidos de cal, vidrio, loza blanca y perla, porcelana y clavos de hierro. También, como último objetivo de la campaña, se excavó un área de 5m X 3m a la izquierda de la entrada actual de la finca, lugar donde debió existir el barracón de los esclavos comunes. Según los datos orales de Nemesio Guillén, la estructura fue destruida cuando se construía la línea eléctrica de alta tensión. En el lugar se observan varias aglomeraciones de roca y tierra provocadas por la acción devastadora de los buldóceres utilizados. En este espacio los trabajos no fueron culminados, pudiéndose profundizar hasta 0,15m, no obstante fueron encontrados varios fragmentos de vidrio, cerámica ordinaria, algunos clavos y parte de una bisagra, entre otras piezas. Excavaciones en torno a la Ceiba El inicio de las excavaciones estuvo retrasado por días lluviosos, en los cuales se hacía imposible excavar, ya que los trabajos a realizar se llevarían a cabo a cielo abierto y en la conocida tierra colorada, que al mezclarse con la lluvia resultaba en un terreno fangoso imposible de tratar arqueológicamente. Esto conllevó a que se dedicara más tiempo a las calas de pintura mural en el interior de la casa de vivienda, comenzando en el área de la Ceiba cuando el tiempo lo permitió. 86 De esclavos e inmigrantes Como se dijo anteriormente, la excavación realizada en torno a la Ceiba estuvo dirigida a la búsqueda de posibles cultos religiosos afrocubanos. En este sentido, se delimitó un área de 2m X 3m partiendo desde el tronco del árbol y se profundizó entre las raíces hasta 0,15m donde el estrato se comportó estéril. Se encontraron varias monedas y varios fragmentos de vidrio blanco traslúcido correspondiente a un mismo frasco, probablemente de perfumería. Figura 26. Árbol de la Ceiba En este espacio se encontraron las únicas evidencias numismáticas presentes en el cafetal. Fueron rescatadas un total de 22 piezas ubicadas cronológicamente en los siglos XX y XXI, procedentes de Cuba, Estados Unidos de América y Venezuela. Los ejemplares fueron encontrados en buen estado de conservación como norma general, aunque seis presentan un avanzado proceso de 87 Odlanyer Hernández de Lara oxidación, razón por la cual uno no pudo ser identificado. En este sentido es importante señalar que de las siete monedas procedentes de los EUA, cinco se corresponden con las afectadas por la oxidación y la restante no pudo ser identificada, si bien podría también pertenecer a este lote por las características físicas observadas. Figura 27. Excavación realizada en torno al árbol de la Ceiba Entre las monedas localizadas se encontró un centavo correspondiente a las primeras monedas circulantes cubanas25, emitida por la Casa de la Moneda de Filadelfia, EUA, en 1916. Además, apareció una de 25 El 29 de octubre de 1914 se promulgó la Ley Monetaria que establecía la acuñación de la moneda nacional. La primera moneda cubana fue la de 10 centavos de plata, emitida el 9 de marzo de 1915, a lo que le siguieron las de níquel que fueron acuñadas el día 13 del mismo mes. Los diseños de las mismas estuvieron a cargo de Charles E. Barber, grabador jefe de dicha Casa y las monedas comenzaron a circular en todo el territorio nacional a partir de l915 (Triana Aguiar, 2004). 88 De esclavos e inmigrantes veinte centavos fechada para 1962 donde aparece por vez primera la leyenda: PATRIA O MUERTE en vez de PATRIA Y LIBERTAD como se utilizó hasta el citado año. Con respecto a los trabajos realizados en torno a la Ceiba se debe mencionar que la ausencia de evidencias directas asociadas a cultos afrocubanos debe estar sujeta a lo biodegradable de las ofrendas y la acción devastadora del clima tropical. La presencia de monedas indica la continuidad de las tradiciones afrocubanas en relación al culto a la Ceiba, hecho que en la actualidad se mantiene en explotación por los guías turísticos, a lo que se debe la aparición de monedas datadas hasta la actualidad y la presencia de varias nacionalidades. Excavaciones en la estructura del campanario Uno de los objetivos considerados de mayor significación lo constituye la base de la estructura del campanario, la cual fue localizada en un área que actualmente se utiliza como potrero para caballos, donde solo se observaban algunas rocas que aparentemente tenían una disposición cuadrada. El área excavada consistió en un espacio de 5m X 4m, donde se develaron gran cantidad de evidencias arqueológicas. Las excavaciones comenzaron a develar los muros de una estructura que parecían corresponderse con la base del campanario. La presencia de enlucido en la parte externa y no en la interna parecía corroborar la hipótesis del campanario, aunque quedaba pendiente definir su forma 89 Odlanyer Hernández de Lara exacta y el modo de construcción en un terreno cársico donde la roca estructural aflora por doquier. Figura 28. Estructura del campanario encontrada durante las excavaciones arqueológicas. Se pueden observar los muros limítrofes y la huella de poste dispuesta al centro del espacio La existencia de conglomerados de rocas en toda el área fue interpretada como posibles restos de la estructura que indicaban su destrucción. En el interior de la estructura se localizó un pavimento apisonado con un corte que delimita una huella de poste en el centro. Ubicado en torno a la huella se encontraron varias rocas con restos de un mortero de cal, el cual estaba sobre una casimba natural que parece haber sido aprovechada para la construcción del campanario. En el fondo de la 90 De esclavos e inmigrantes huella se hallaron restos de madera correspondientes a dos postes, uno más grueso que el otro. Figura 29. Detalle de la excavación donde se observa la huella de poste La interpretación de la Matrix Harris elaborada a partir de las unidades estratigráficas encontradas en la excavación del campanario, permiten establecer tres momentos cronológicos. El primero representado por la roca natural (u.e. 11) y la casimba (u.e. 7), a partir de donde se construye la estructura del campanario. La segunda etapa abarca la construcción del campanario (u.e. 3, 3a, 4, 6, 8, 9, 10) y el momento de mayor complejidad interpretativa, donde se ha podido observar la conformación del contexto. La construcción del muro limítrofe (u.e. 3) no se ha podido diferenciar temporalmente con respecto a la ubicación 91 Odlanyer Hernández de Lara de los dos postes de madera (u.e. 8 y 9) dentro de la casimba (u.e. 7), de los cuales se hallaron algunos restos. En un momento posterior se ubica el relleno de la estructura (u. e. 10) y la adhesión del enlucido (u.e. 3a). La u.e. 10 parece haber tenido la función de rellenar el espacio sobrante alrededor de los postes para asegurar su estabilidad, así como el poste más pequeño (u.e. 9). Ambos rellenos (u.e. 6 y 10) estaban cubiertos por un apisonado (u.e. 4) que abarcaba el área alrededor de la huella de poste donde se halla un corte (u.e. 5) que parece corresponder al momento de destrucción del poste de madera, marcando la última etapa de la estructura. Figura 30. Detalle de la huella de poste donde se pueden ver los restos de madera que correspondieron al mástil original del campanario 92 De esclavos e inmigrantes Figura 31. Esquina noroeste de la estructura del campanario donde se observa el enlucido en la parte exterior del muro Este espacio hace referencia a una parte de la historia de La Dionisia donde se pueden determinar los momentos de cambio que acontecieron a mediados del siglo XIX como consecuencia de la depresión de los precios del café. Los cimientos encontrados alrededor de la huella de poste que sostuvo el campanario parecen haber sido demolidos probablemente cuando la plantación se convierte en potrero. Los muros y enlucidos hallados conforman una estructura probablemente semejante a las descritas por los viajeros de esa centuria con forma escalonada piramidal. En la tierra que rellenaba la estructura se detectaron gran cantidad de evidencias arqueológicas, donde sobresalían los fragmentos de enlucidos, algunos con restos de pintura mural. Aquí se encontraron todas 93 Odlanyer Hernández de Lara las piezas de cerámica, con excepción de tres fragmentos hallados en el patio de la casa y otros cuatro en el barracón de los esclavos. Figura 32. Plano de la estructura del campanario con la ubicación de las unidades estratigráficas realizado en base al dibujo de Adrián Labrada Milán El monto total fue de 67 fragmentos. Los mismos se dividen en: trece de loza fina blanca, tres de loza perla, treinta de Ironstone ware, cinco de porcelana, ocho de Stoneware, dos de cerámica ordinaria sin 94 De esclavos e inmigrantes engobe, tres tipo El Morro, uno de cerámica de pasta roja con engobe amarillo con vidriado verde en el interior y un fragmento de gollete de jarra de aceite. Se pudieron definir al menos quince vasijas entre platos, ollas y un posible bacín, así como un contenedor de Stoneware. Figura 33. Matriz de Harris de la estructura del campanario donde se establecen las etapas de utilización del espacio Entre los ejemplares de loza fina blanca aparecieron seis fragmentos decorados, en los que predomina la impresión por transferencia, la decoración estilo moca y el borde decorado en plumilla. Proveniente de Inglaterra, su fechado está establecido a partir de 1830 hasta la actua95 Odlanyer Hernández de Lara lidad26. Para 1825 constituían el 100% de la vajilla de mesa utilizada en Estados Unidos, aunque ya para 1858 disminuye a un 40%. El valor de estas lozas también varió de un máximo alcanzado en 1810, a transformarse en un producto de bajo costo una década después27. Figura 34. Grabado de Samuel Hazard donde se observa un campanario con la base semejante a la encontrada en La Dionisia Dentro de la muestra del tipo cerámico Ironstone, también de procedencia inglesa, posee un fechado comprendido entre 1815 y 1930. Una de las piezas presenta la marca inconclusa: W BA… correspondiendo al ceramista William Baker de la ciudad de Fenton, Inglaterra. La misma se produce entre 1839 y 1932 con la rúbrica W. Baker & Co. 26 La información referente a cronología y procedencia fue citada del Florida Museum of Natural History. http://www.flmnh.ufl.edu/ histarch/gallery_types/ 27 Schávelzon, D. (2001) Catálogo de cerámicas históricas de Buenos Aires. 96 De esclavos e inmigrantes Figura 35. Fragmentos de loza fina blanca con borde decorado en plumilla En este espacio se hallaron los únicos fragmentos de porcelana encontrados en el predio, conformando un ejemplar que parece corresponder a una escudilla de origen europeo28. Ya para el siglo XIX, con la producción europea, la porcelana se abarata considerablemente en comparación con la porcelana oriental que llegó a constituir en muchos lugares, como Buenos Aires, bienes de prestigio social para la élite que quería estar a la moda. La poca presencia en La Dionisia hace suponer que fueron piezas poco comunes en este lugar o al menos que se descartaban solo en casos límites. 28 Lisette Roura Álvarez, comunicación personal, 2006. 97 Odlanyer Hernández de Lara En el mismo lugar se rescató un fragmento de gollete de jarra de aceite, probablemente correspondiente a una botija globular estilo tardío de las destinadas al comercio de aceites y otros productos, fechada entre 1800 y 1900. Estas vasijas se comienzan a fabricar desde el siglo XVI (estilo temprano de Goggin) y constituyeron piezas que se descartaban solo en caso de roturas, ya que eran utilizadas para el traslado de agua, vino y otros líquidos por la capacidad de almacenamiento. Se localizaron además algunos fragmentos de Stoneware que forman al menos un contenedor, probablemente de cerveza. Este tipo cerámico es procedente de Inglaterra y Estados Unidos y está ubicado cronológicamente entre 1835 y 1900, aunque se ha extendido hasta 1916 cuando se interrumpe la importación como consecuencia de la Primera Guerra Mundial. Es preciso mencionar que en investigaciones anteriores29 se menciona la presencia de tres contenedores de cerveza de este material encontrados en superficie. En muchos casos los contenedores de cerveza están provistos de un sello en el hombro de las botellas con la inscripción del lugar de procedencia y el fabricante, aunque en esta ocasión no se hallaron los mencionados sellos debido a las dimensiones de los fragmentos. Excavaciones en el patio de la casa En el patio interior de la casa de vivienda fue escogida una pequeña habitación ubicada en el lado izquierdo el cual, según las fuentes orales, 29 Hernández de Lara, O. y G. Vento Franco (2005) Ob. Cit. 98 De esclavos e inmigrantes había estado destinado a la incineración de maderas para hervir ropas. En el lugar, donde se realizó una cala de 1m X 1m, se detectaron varias capas de ceniza y un apisonado sobre un estrato arenoso donde afloraron varios fragmentos de madera y gran cantidad de herrajes y clavos de hierro. Figura 36. Botella de bebida gaseosa marca Quinabeer Entre las evidencias arqueológicas se localizaron algunas piezas fuera de contexto, probablemente como consecuencia de las actividades que se realizaban en este espacio. Se hallaron cuatro piezas de vidrio en forma de rombo que formaban parte de una lámpara de techo y un contenedor de vidrio blanco con el gollete fracturado que presenta una inscripción a relieve donde se destaca una marca de bebida gaseosa: 99 Odlanyer Hernández de Lara Quinabeer, que fue embotellada en la ciudad de Santiago de Cuba. También aparecieron tres fragmentos de loza que conformaban un plato llano que, al igual que las piezas antes mencionadas, fue fechado para la primera mitad del siglo XX. En la unidad estratigráfica #7 se encontró un tenedor de cuatro dientes con la inscripción en el reverso del mango: ALPACCA. BILCO / MADE IN USA, fechado para la primera mitad del XX. El uso de los cubiertos se difundió masivamente hacia fines del siglo XVIII, como resultado de la introducción de los platos llanos. Tan es así que en Inglaterra los tenedores no aparecen en los inventarios de dotes o testamentos antes de 1660, generalizándose a partir de 1750. En Buenos Aires, los tenedores constituían objetos de lujo, lo cual se observa entre 1776 y 1810, cuando en las familias pudientes como promedio correspondían a tres tenedores por casa30. En el caso de Cuba, la aparición de tenedores en contextos arqueológicos es muy escasa. En La Habana Vieja se han encontrado algunos ejemplares, probablemente ubicados cronológicamente en la primera mitad del siglo XIX los más tempranos31. Los cubiertos hallados con mayor frecuencia corresponden a las cucharas; las más antiguas han aparecido en un contexto de finales del siglo XVII o principios del XVIII, en un pozo con basuras en la casa de la familia Basabe, sito en Mercaderes esquina Amargura en La Habana Vieja32. Además, fue hallada una ficha de juego hecha en cerámica ordinaria. Estas evidencias han sido descritas por varios investigadores y se Schávelzon, D. (2000) Historias del comer y del beber en Buenos Aires. Roger Arrazcaeta Delgado, comunicación personal, 2009. 32 Roger Arrazcaeta Delgado, comunicación personal, 2009. 30 31 100 De esclavos e inmigrantes relacionan a disímiles juegos de mesa u otros. Las mismas, que serán estudiadas más adelante, han sido halladas en contextos militares de los siglos XVIII y XIX en el Castillo de San Severino de Matanzas33 y también asociadas a los esclavos34. Figura 37. Tenedor encontrado en la excavación del patio de la casa con la inscripción: ALPACA BILCO / MADE IN USA Los trabajos realizados en la habitación parecen corroborar las tradiciones orales referentes a la utilización de ese espacio como cuarto para hervir ropas, pues se encontraron varios estratos donde pueden observarse restos de maderas quemadas y abundantes concentraciones de cenizas, así como herrajes y clavos de hierro que parecen haber formado parte de estas, de lo que deviene su estado crítico de conservación. 33 Rodríguez, B. y O. (ernández de Lara 2005) Castillo de San Severino: pasatiempos en la vida de una fortaleza . 34 Singleton, T. (2005) Ob. Cit. 101 Odlanyer Hernández de Lara Excavaciones en el barracón de los esclavos Uno de los objetivos de las excavaciones arqueológicas constituyó la localización de los barracones de los esclavos comunes, ya que su estructura había sido destruida por la construcción del tendido de alta tensión, cuestión que se tratará más adelante. Lo cierto es que se conoce la ubicación de este espacio por Nemesio Guillén, quien presencio la destrucción del lugar. Figura 38. Espacio excavado en el área donde debió ubicarse el barracón de los esclavos comunes Se delimitó un área de 5m X 3m con la intensión de detectar la presencia de los cimientos de la estructura, lo cual no llegó a realizarse. El término del tiempo de trabajo frustró los posibles resultados de esta excavación, donde solo se pudo profundizar hasta 0, 15m. No obstante, se localizaron algunas evidencias que parecen representar la destruc102 De esclavos e inmigrantes ción del lugar, ya que se hallaron gran cantidad de fragmentos de enlucido y se observaban aglomeraciones de rocas que parecen corresponderse con las utilizadas para la construcción del barracón. Por otra parte, se encontraron siete clavos de cuerpo cuadrado y otros herrajes de hierro que también podrían ser parte de la estructura. La pieza más significativa corresponde a un fragmento de bisagra de 31cm de largo que pudo haber sostenido una de las puertas. Figura 39. Bisagra encontrada en la excavación del área del barracón de los esclavos comunes, probablemente perteneciente a esa construcción Si bien el contexto estaba muy alterado, el conjunto de evidencias hallado se fechó para el siglo XIX, aunque un fragmento de cerámica que parece formar parte del fondo de un bacín, podría tener una cronología más temprana. Este parece corresponder a la base de un bacín Verde sobre Amarillo de Pasta Roja, tipo cerámico que es descrito 103 Odlanyer Hernández de Lara por Daniel Schávelzon35 para todo el siglo XVIII y las dos primeras décadas del XIX, con énfasis en el XVIII tardío, confiriéndole un origen inglés. Si bien los bacines u orinales eran utilizados como útiles de aseo para suplir el uso del baño en las noches, su aparición en el área del barracón hace pensar en una posible reutilización de la pieza. Este tipo de objetos era muy común en la vida cotidiana desde el siglo XVI, utilizándose tanto en las viviendas como en las fortalezas militares. Figura 40. Base de un contenedor de vidrio negro destinado al consumo de vino, fechado entre 1850 y 1900 35 Schávelzon, D. (2001) Ob. Cit. 104 De esclavos e inmigrantes Las cerámicas estuvieron representadas además por algunos fragmentos de ladrillos y tejas criollas y tres fragmentos de vasijas de cerámica ordinaria. Un hecho de destacar fue la aparición de siete fragmentos de vidrio entre los cuales se encuentra un gollete y una base, que constituyen al menos cinco contenedores. Lo interesante de este hallazgo es que cuatro de las cinco botellas fueron destinadas al consumo de bebidas alcohólicas. Si se tiene en cuenta el contexto en el que fueron halladas, o sea en el barracón de los esclavos, se podrían inferir algunas cuestiones relacionadas a la evasión de limitantes impuestas en dichos espacios. Este tema será retomado más adelante. Trabajos de recolección en superficie Desde las primeras exploraciones en La Dionisia, la colecta de superficie fue la estrategia seguida para el rescate de las piezas arqueológicas que se hallaban desperdigadas en los alrededores. En esta oportunidad, la presencia de gran cantidad de evidencias en superficie conllevó a que se realizara un proceso de recogida que a la misma vez ubicara el contexto de aparición por posibles asociaciones. En este sentido, se localizaron las áreas de mayor concentración de piezas en el potrero, la parte posterior de la casa y el secadero. El grueso de los objetos encontrados fueron contenedores de vidrio, aunque también se hallaron importantes evidencias de metal que reflejan parte de la vida cotidiana del predio. 105 Odlanyer Hernández de Lara Figura 41. Fragmento de cardero trébede, muy común en todas las plantaciones esclavistas del siglo XIX Dentro de lo rescatado en el área que actualmente es utilizada como potrero, en los alrededores de la estructura del campanario, se exhumaron cuatro fragmentos de hierro correspondientes a calderos. Constituyen al menos tres ejemplares distintos según diferencias tipológicas. Uno presenta una inscripción a relieve cerca del borde: 4 GAL… Aunque no puede leerse completamente, parece corresponder con la medida de capacidad. Otro posee el fondo plano y un asa. Los restantes dos fragmentos, únicos fechados en el siglo XIX, corresponden a bordes de calderos trébedes y uno de ellos presenta una pata. Respecto a estas piezas es preciso apuntar que en el artículo publicado en la revista Bohemia de los trabajos realizados en 1989 por el 106 De esclavos e inmigrantes grupo espeleológico Norbert Casteret36, aparece una foto de un caldero trébede íntegra y en buen estado de conservación. Por otra parte, los estudios precedentes37 reportaron la existencia de tres fragmentos de este tipo de calderos, aunque los mismos permanecieron en el lugar. Al parecer en todos los casos de trató de la misma pieza, aunque se fueron perdiendo partes. Por otra parte, las evidencias vítreas estuvieron compuestas por 17 contenedores ubicados cronológicamente en el siglo XX. Entre estos se destacan una botella de vidrio blanco con el gollete fracturado que presenta algunos detalles interesantes. El contenedor posee una etiqueta en el hombro y otra en el cuerpo del envase, ambas pintadas en azul con fondo blanco donde se puede leer: Cawy. En la parte posterior presenta una inscripción también pintada: DELICIOSO REFRESCO ELABORADO CON AZUCAR CUBANO Y FRUTAS FRESCAS. HECHO EN CUBA. Esta marca fue fundada en 1948 y su producción se extiende en Cuba hasta 1959, fecha en que se trasladan a los Estados Unidos donde continúa hasta la actualidad. Existían cuatro embotelladoras ubicadas en las actuales provincias de Ciudad de La Habana, Matanzas, Villa Clara y Granma38. Lo interesante de este envase es que la etiqueta de Cawy está pintada sobre una anterior de una marca distinta: MANYÚ, indicando una reutilización de los contenedores. Esta última marca también existió en Cuba al parecer hasta 1959, aunque no hemos encontrado información al respecto. Domínguez, C. (1989) Ob. Cit. Hernández de Lara, O. y G. Vento Franco (2005) Ob. Cit. 38 Información tomada de: http://www.cawy.net/cawy-esp.swf (5 de marzo de 2007). 36 37 107 Odlanyer Hernández de Lara Figura 42. Botella de refresco marca Cawy Fueron encontradas, además, otras botellas correspondientes a compañías fundadas en Cuba de las marcas Bacardí y La Tropical que se comercializaron entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. También se hallaron productos de la importación, donde están representados EUA y España. Del primero solo se pudo identificar la base de un frasco de vidrio azul traslúcido del siglo XX donde se lee la inscripción: Made in USA. Respecto al segundo país, apareció un fragmento de la base de una botella de vidrio verde traslúcido con la inscripción en el fondo: PEDRO DOMEQC JEREZ. Esta marca, que ya había sido encontrada en otro ejemplar en trabajos precedentes, se funda en 1822 en España, para el comercio de vinos de Jerez que se mantiene hasta la actualidad39. 39 Domecq tres siglos de historia. http://www.elalmanaque.com/TURISMO/bodegas/do meq/historia.htm (6 de marzo de 2007). 108 De esclavos e inmigrantes Figura 43. Gollete fracturado de una damajuana Figura 44. Base de botella con la inscripción PEDRO DOMEQC JEREZ 109 Odlanyer Hernández de Lara Del resto de los contenedores se pueden mencionar el gollete de una damajuana, varios frascos de perfumería y botellas de vino, en su mayoría correspondientes al siglo XX. En la parte posterior de la casa, donde actualmente se han ubicado algunas dependencias para el turismo, se hallaron un total de diez contenedores de vidrio, con la presencia de los mismos tipos en general, aunque en este espacio se destaca un frasco de farmacia de vidrio marrón, con borde recto y cuerpo de base cuadrada con las esquinas chanfleadas. Presenta la inscripción: L. PAUTAUBERGE / PHARMACIEN / PARIS. En la base posee letras y números dispuestos fuera y dentro de un óvalo y una estrella. Esta solución se crea en 1887 en Paris y su producción se adentra en el siglo XX. La misma era medicada para el tratamiento de infecciones pulmonares, apareciendo en sus anuncios su eficacia para prevenir la tuberculosis, la bronquitis, la gripe y el raquitismo40. Si bien este frasco es importado de Francia, no se relaciona con la familia Rouviere que funda la plantación cafetalera, como puede observarse al comparar la fecha en que el predio perteneció a la familia y la cronología del frasco posterior a 1887. También se halló un frasco de base cuadrada y gollete con rosca con la inscripción a relieve: CRUSELLAS. Esta marca, dedicada a la fabricación de jabones y cosméticos, es fundada en La Habana en 1863 y su producción se mantiene en la actualidad41. El frasco en cuestión parece corresponder a la primera mitad del siglo XX. Histoire de Pautauberge. Tomado de: http://www.shp-asso.org/index.php?PAGE=pau tauberge&id (6 de marzo de 2007). 41 Tomado de: Crusellas. http://www.guiadeprensa.com/quimica/ crusellas.html (6 de marzo de 2007). Juan de las Cuevas Toraya (2001: 114-115) menciona al respecto que: 40 110 De esclavos e inmigrantes Figura 45. Frasco de farmacia francesa, donde se lee la inscripción: L. PAUTAUBERGE / PHARMACIEN / PARIS, fechado para finales del siglo XIX Por último, en el área del secadero, muy cerca del almacén, se halló una herradura fracturada y dos fragmentos de vidrio que corresponden a un frasco de perfumería y una botella de ron de producción nacional, según parte de una inscripción preservada en el fondo donde se puede leer a medias: Havana ru… En el año 8 Juan y José Crusellas y Vidal crearon esta empresa en la calzada de Monte 310 y 312 que operaba una fábrica de jabón y perfumería bajo la razón social Crusellas, Hermano y Compañía, que fue ampliada cinco años después con la llegada de los sobrinos Ramón y José Crusellas y Faura, por lo que modificaron la razón social por la de Crusellas y Compañía. En 1917 separaron la producción de perfumería y artículos de tocador, quedando establecida en la calle Santa Rosa y tres años más tarde se comenzó la construcción de otra nueva fábrica, limitada por las calles San Julio, Balaguer, Durege y Vía Blanca. Las producciones de esta firma eran los jabones Candado y Hiel de vaca, el agua de Kolonia 800 y la Rhum Quinquina de Crusellas . 111 Odlanyer Hernández de Lara Materiales de construcción La presencia de materiales de construcción no es abundante, ni en cantidad ni diversidad de objetos. Sin embargo, en el patio de la casa de vivienda se registraron varias tejas francesas que se ubican cronológicamente entre el siglo XIX y XX. Este tipo de tejas se encuentra actualmente en parte de la techumbre de la casa, que también está constituido por tejas españolas o criollas. Del monto registrado se localizaron seis marcas distintas de origen francés y nacional. Las francesas, sin excepción, proceden de la ciudad de Marseille, identificándose variaciones en las marcas con la presencia de letras y otros signos. Los propietarios representados son: Pierre Sacoman, Martin Freres y Anaud. Las tejas cubanas en todos los casos corresponden al siglo XX, aunque no se descarta que algunas de las fábricas tengan su originen en la anterior centuria. Las localidades de procedencia corresponden a Cienfuegos y Trinidad. En este caso los propietarios presentes fueron Nicolás del Castillo y Bonifacio Valdés. Además, está representado el Tejar Santa Ana correspondiente a la Compañía de Tejas Trinitarias, la única marca que no identifica a un propietario en específico, quizá como indicador cronológico que se adentra en el siglo XX. Los ladrillos fueron otros de los materiales constructivos representados en la muestra, aunque solo se encontraron fragmentos pequeños que imposibilitó aportar más datos, aunque por la tipología construc- 112 De esclavos e inmigrantes tiva de las estructuras de la plantación, el uso de ladrillos debió aparecer para finales del XIX o principios del XX. Las observaciones de paramentos al descubierto en las distintas estructuras develan la utilización de la mampostería irregular como técnica constructiva, utilizando piedras de tamaño pequeño y mediano, unidas por argamasa. Las piedras utilizadas para la elaboración de aparejos de mampostería suelen proceder del lugar donde se realiza la construcción42. En este caso el terreno donde está inmersa La Dionisia es altamente cársico, utilizándose como materia prima no solo para los paramentos, sino también para la producción de la cal que conformaba la argamasa. Es preciso mencionar que luego de extraída la piedra, se procedía a tallarla para adaptar su forma y tamaño al grosor de los muros, proceso que realizaban los esclavos. La técnica de la mampostería requería un enfoscado que protege la superficie de los paramentos cuando los mismos quedaban al descubierto, cuestión que se puede observar en La Dionisia únicamente en la estructura asociada con la casa de los criollitos tanto en los muros perimetrales como en uno divisorio. Se debe destacar que en el caso de las construcciones castrales, tiene a la vez la función de evitar que sus paredes pudieran ser escaladas con cierta facilidad 43. Los muros limí- trofes de esta estructura culminan de forma redondeada y son algo más altos que el muro interior, el cual termina en forma acuminada. Esto parece corroborar el uso estimado para esta estructura como casa de los criollitos, la cual podría haber estado dividida tal vez por edades. 42 Luque Martínez, F. de (2003) El Castillo de Piñar: análisis estratigráfico de las estructuras en superficie. 43 Luque Martínez, F. de (2003) Ob. Cit., p. 28. 113 Odlanyer Hernández de Lara Por otra parte, se halló un pequeño fragmento de azulejo que por sus dimensiones es difícil clasificar, aunque parece corresponder a los denominados Pais de Calais, procedentes de Francia y fechados para el siglo XIX. Figura 46. Parte de uno de los muros del criadero de criollitos donde se puede observar el sistema de construcción 114 De esclavos e inmigrantes También fueron encontrados numerosos fragmentos de revoques y enlucidos. Las excavaciones realizadas en la estructura del campanario, el patio de la casa de vivienda y el área del barracón, aportaron gran cantidad de estas evidencias. Contexto y cronología El contexto arqueológico excavado en La Dionisia, según la información que brindan los objetos hallados y la investigación histórica, se ubica cronológicamente en un momento de habitación estimado entre 1818 y 1959. Se toma la fecha de inicio por los datos de adquisición de las tierras, las cuales no fueron habitadas con anterioridad y se extiende hasta 1959 tomando como referencia los fechados más tardíos encontrados. En este lapso de tiempo se erige y se quebranta la plantación cafetalera de La Dionisia, convirtiéndose en potrero, función que ejercería hasta la actualidad. No obstante, aparecen objetos que presentan una cronología de finales del XVIII que se encontraron mezclados con evidencias del XIX. En este caso se hallan cerámicas tipo El Morro y Verde sobre Amarillo de Pasta Roja, así como la loza Pearlware. Hay que señalar que estos tipos cerámicos han aparecido en números escasos y todos en la excavación practicada en el área del barracón de los esclavos comunes. El hecho de que correspondan a objetos de importación hace pensar en una posible reutilización después de su descarte por parte de los propietarios del lugar. Por otra parte, el uso 115 Odlanyer Hernández de Lara de buldóceres en esta área para la demolición de la estructura del barracón sin dudas contribuyó a la alteración del contexto arqueológico, por lo que estas piezas pueden haber formado parte de un relleno. Por otra parte, las evidencias fechadas para el siglo XIX son la mayoría, confirmando el contexto excavado. Entre ellas la loza Whiteware y la Ironstone corresponden al mayor monto recuperado. 116 CAPÍTULO V. LA ARQUEOLOGÍA HISTÓRICA Y EL ESTUDIO DE LA ESCLAVITUD EN EL CAFETAL LA DIONISIA. C omo consecuencia de la colonización europea en América a finales del siglo XV y el rápido exterminio casi por completo de la población aborigen, comienza la importación de personas procedentes de las costas del continente africano. El año de 1517 trae consigo el inicio de la trata negrera en la isla de Cuba de la mano del rey Carlos V (1516 – 1556) cuando autoriza la primera licencia para la inserción de negros esclavos en el denominado Nuevo Mundo1. Hasta entrado el siglo XVIII esta empresa no se comporta estable. El impulso que lograran las industrias cafetalera y azucarera en la según- 1 Funari, P. P. y L. S. Domínguez 200 ) El método arqueológico en el estudio de la esclavitud en Cuba y Brasil . Odlanyer Hernández de Lara da mitad de la mencionada centuria, sería el catalizador que conllevaría al arraigo del sistema esclavista en la isla. La apertura del puerto de Matanzas en 1793 por la Real Orden del 3 de diciembre, como se mencionó con anterioridad, abrió las puertas de la provincia al comercio directo con España y sus colonias, pero también a la entrada de negros bozales producto de la trata trasatlántica. El creciente desarrollo de las plantaciones produjo el rápido incremento de la población esclava, superando con creces a los blancos, especialmente en Matanzas que se ha considerado como el emporio azucarero de Cuba2. En 1841, la población de la jurisdicción era la siguiente: 27.148 blancos, 4.570 libres de color y 52.322 esclavos, demostrando una amplia superioridad. La trata trajo consigo las manifestaciones de rebeldía que comenzaron a intensificarse con el siglo XIX como consecuencia de la sobrepoblación esclava. Para el caso de las plantaciones cafetaleras, los reportes de estos fenómenos sociales fueron menos frecuentes con respecto a las plantaciones de azúcar, lo que se ha entendido por las diferencias en cuanto a los trabajos que en cada una se sometían a los esclavos. En este caso la Arqueología Histórica aporta la información que los documentos no mencionan y, en ocasiones, puede cuestionar la veracidad de los hechos que describen mediante la interpretación de la cultura material. Desde la particularidad de este contexto se estudia la conformación de la sociedad moderna a partir de la influencia de la cultura africana y su legado en la conformación de la sociedad cubana. 2 Escalona, M. S. 2005) Los momentos que preceden a la Conspiración de la Escalera en la jurisdicción Matanzas. La población negra de la zona (1840- 844) . 118 De esclavos e inmigrantes Trabajos arqueológicos Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en La Dionisia estuvieron dirigidas, entre otros objetivos, a la búsqueda de vestigios materiales que debelaran la vida cotidiana del esclavo en la plantación cafetalera. Con el propósito de verificar la posible existencia de prácticas de cultos religiosos afrocubanos se realizaron excavaciones en torno a la Ceiba que se conserva, formando parte del antiguo batey del cafetal. En este espacio se encontraron varias monedas ubicadas cronológicamente entre el siglo XX y XXI, así como 36 fragmentos de vidrio blanco traslúcido correspondiente a un frasco, probablemente de perfumería, tratados en el capítulo anterior. Por otra parte, se excavó un área a la izquierda de la entrada actual de la finca, lugar donde debió existir el barracón de los esclavos comunes. Según los datos orales de Nemesio Guillén, actual propietario, la estructura fue destruida cuando se construía la línea eléctrica de alta tensión. En el lugar se observan varias aglomeraciones de roca y tierra provocadas por la acción devastadora de los buldóceres utilizados. Los trabajos realizados en esta área no fueron culminados, no obstante fueron hallados varios fragmentos de vidrio, cerámica ordinaria, clavos y tres muestras óseas que no han sido identificadas. Además, en una pequeña habitación ubicada en el lado izquierdo del patio interior de la casa de vivienda, se realizó una cala donde se detectaron varias capas de ceniza y un apisonado sobre un estrato arenoso 119 Odlanyer Hernández de Lara donde afloraron varios fragmentos de madera, gran cantidad de herrajes y clavos de hierro y una ficha de juego elaborada en cerámica. La vida del esclavo Los datos históricos hasta ahora encontrados referentes a los esclavos del cafetal La Dionisia no ofrecen mucha información. El único registro acerca de la densidad de población esclava de la citada plantación se encuentra en la Correspondance consulaire et commerciale del Ministère des Affaires Etrangères de Francia donde aparece la cifra total de 80 esclavos para 1843 (Anexo 2). Es preciso señalar que en este documento aparece como propietario de la plantación Francisco Rouviere que para esa época hacía casi diez años de su fallecimiento. Por otra parte, en 1836 Francisco Simón, primogénito del matrimonio, había pasado la propiedad a tres de sus hermanos, por lo que la información mencionada podría representar una cifra equivocada para el año en cuestión, tal vez correspondiente a la década del treinta. No obstante, el documento aporta un estimado de la densidad de la población esclava que habitó en un momento determinado la plantación. No se han hallado documentos que especifiquen la proporción de hombres y mujeres, cuestión que ha sido determinada en otras plantaciones de la provincia de 2:1, dos hombres por cada una mujer. Así mismo, tampoco se conocen las naciones africanas representadas, con la excepción del primer bautismo de esclavos del cafetal, realizado en julio de 1822 en la Parroquia San Carlos Borromeo de Matanzas que 120 De esclavos e inmigrantes corresponde a una adulta Carabalí y otro bautismo realizado en la Iglesia Parroquial San Cipriano Obispo y Purísima Concepción de Limonar en marzo de 1863 de una morena hija de una esclava de nación Mina3. Figura 47. Grabado de Samuel Hazard (1873:488) donde aparecen las esclavas escogiendo los granos de café Iglesia Parroquial San Cipriano Obispo y Purísima Concepción de Limonar. 1863. Certificación de Bautismo. Libro 4 Pardos y Morenos, folio 229, No. 797. 3 121 Odlanyer Hernández de Lara El término nación, que define la afiliación étnica o cultural, fue utilizado para distinguir la procedencia de los esclavos embarcados en la trata trasatlántica. Los comerciantes de esclavos los catalogaban según el puerto de embarque. Así, Minas proviene de Elmina, puesto de comercio que perteneció primeramente a los portugueses y más tarde a los holandeses, ubicado en la Costa de Oro, actualmente dentro de los límites territoriales de Ghana4. En cuanto al término Carabalí, parece haberse asignado a los esclavos extraídos desde las factorías localzadas en las márgenes de los ríos en la zona de Calabar, actual territorio de Nigeria, en las fronteras con Camerún. El puerto de Calabar fue uno de los más importantes mercados de esclavos desde el siglo XVII hasta el XIX, desde donde se ha considerado fueron enviados hacia el Nuevo Mundo entre el 25% y el 30% aproximadamente5. Respecto a las evidencias materiales, aunque cuantitativamente no fueron muchas, se lograron encontrar algunos indicios y ausencias que apuntan a la vida del esclavo en la plantación. Religión y esclavitud Las excavaciones efectuadas en torno a la Ceiba estuvieron dirigidas a la búsqueda de posibles ofrendas hechas por esclavos. La Ceiba es reconocida como árbol sagrado por excelencia donde se realizan ceremonias y se ofrecen ofrendas a todos los Orishas, que consisten por lo 4 5 Singleton, T. (2005) Ob. Cit. Wikipedia. http://en.wikipedia.org/wiki/Calabar (18 de septiembre de 2008). 122 De esclavos e inmigrantes general en sacrificios de aves, aunque también se utilizan huevos y centavos viejos6. Las excavaciones develaron la presencia de monedas que podrían estar vinculadas a prácticas religiosas afrocubanas, ya que de 22 piezas encontradas 14 son centavos. No obstante, estas monedas están fechadas para el siglo XX, lo que indicaría la continuación de las tradiciones de los mencionados cultos, pero no se corresponden con la dotación de esclavos. Es preciso mencionar la posibilidad de que se utilizaran materiales perecederos, cuestión que fue ampliamente señalada por viajeros extranjeros que visitaron las plantaciones cubanas en el siglo XIX. Atendiendo a esto, Fredrika Bremen7 menciona la utilización del árbol de la güira para la confección de distintos útiles domésticos, así como la realización de cestos trenzados por los esclavos, lo que dejaría abierta la posibilidad de que utilizaran este tipo de recipientes para las ofrendas, lo cual no perduraría en el clima tropical imperante en la isla. Por otra parte, el hallazgo de un núcleo de pedernal (sílex) en la excavación del área asociada al barracón de esclavos comunes podría estar vinculado a ofrendas religiosas. La aparición de piezas de pedernal en contextos históricos se ha asociado principalmente a la confección de piedras de chispa, como parte de las armas de fuego. La presencia de este tipo de material en contextos asociados a esclavos ha conllevado a interpretarlos por parte de los arqueólogos como evidencias del acceso de los esclavos a las 6 7 Cabrera, L. (1993) El monte. Bremer, F. (1981) Ob. Cit. 123 Odlanyer Hernández de Lara armas de fuego. No obstante, se está tomando en cuenta la posibilidad de que este tipo de piezas hayan sido utilizadas como ofrendas religiosas8, cuestión que está por comprobarse. Figura 48. Núcleo de sílex encontrado en el área del barracón de los esclavos comunes Algunos investigadores han planteado la utilización de rocas de cuarzo como ofrendas religiosas en Norteamérica9, mineral que presenta características físicas semejantes a las del pedernal, lo que podrían sugerir la posibilidad de uso de este último con esos fines. 8 9 Singleton, T. (2007) Re: question. Singleton, T. (2007) Re: question. 124 De esclavos e inmigrantes En el ámbito cubano, el hallazgo de pedernal asociado a los esclavos es muy escaso. En un contexto excavado en la Habana Vieja10 se reporta la presencia de posibles cultos de origen africano para finales del siglo XIX en varios restos óseos humanos, excavación donde apareció una pieza de sílex, aunque en un relleno secundario no vinculado al hecho descrito. Economía esclava Los trabajos en el área del barracón de los esclavos comunes debelaron la presencia de cerámicas importadas de origen europeo y otras de probable producción criolla. La muestra estuvo compuesta por cerámica tipo El Morro, un fragmento de cerámica de pasta roja con engobe amarillo correspondiente a un bacín y cerámica ordinaria sin engobe, en un contexto del siglo XIX. Singleton11 menciona la posibilidad de que la fuente de adquisición de muchos de estos productos pudo haber sido las tiendas establecidas dentro de las plantaciones, lo que fue descrito por el reverendo Abiel Abbot en 1828 en el cafetal Angerona. Entre los objetos mencionados por Abbot12 se encuentran pequeños potes para cocinar . Además, se encontraron un total de siete fragmentos de vidrio entre los cuales se pudo identificar al menos dos contenedores para vino. La Roura, L. 2002) Enterramientos humanos en la casa de Obrapía no. 55 . Singleton, T. (2005) Ob. Cit. 12 Abbot, A. (1829:141), citado por Singleton, T. (2005) Ob. Cit. 10 11 125 Odlanyer Hernández de Lara presencia de bebidas alcohólicas vinculadas a los esclavos sugiere algún tipo de intercambio económico que incluía la compra a vendedores ambulantes13, ya que este tipo de productos no eran autorizados dentro de las plantaciones. Esta situación quedó plasmada en las quejas constantes de las autoridades de Matanzas por la compra ilegal de licor que realizaban los esclavos14. También, aparecieron tres muestras óseas vinculadas a la dieta que, como se mencionó anteriormente, no han sido identificadas. Es preciso referirse nuevamente a los viajeros del siglo XIX, quienes notaron la cría de cerdos y aves por parte de los esclavos de las plantaciones cubanas, los que, además de formar parte de su alimentación, constituían su mayor fuente de recursos monetarios15. Esta fuente de dinero pudo haber favorecido el acceso, mediante la compra, al consumo de productos no autorizados como fueron las bebidas alcohólicas, aunque no se descarta otras formas de ganancias mediante la cestería o la venta de alimentos. Hay que considerar un particular respecto a la conformación del contexto arqueológico, que en este caso corresponde a un contexto secundario, precisamente por lo comentado acerca del impacto ocasionado a esta área por los buldóceres con el afán de destrucción de la estructura del barracón. El movimiento de tierras que este proceso conlleva puede haber implicado la intromisión de piezas procedentes de otros espacios, aunque lo alejado del barracón del resto de las Singleton, T. (2005) Ob. Cit. Bergard (1990), citado por Singleton, T. (2005) Ob. Cit. 15 Bremer, F. (1981) Ob. Cit.; Wurdemann (1989) Ob. Cit. 13 14 126 De esclavos e inmigrantes estructuras de la plantación hace pensar en su asociación con los esclavos comunes. Figura 49. Fragmentos óseos encontrados en el área del barracón de los esclavos comunes En los trabajos llevados a cabo en el cafetal del Padre, provincia de La Habana, aparecen evidencias semejantes a las encontradas en La Dionisia, lo que Theresa Singleton16 ha asociado a una economía esclava informal. La producción que llevaran a cabo los esclavos en las plantaciones cubanas se ha visto reflejada en las crónicas de los viajeros extranjeros. Entre estas, como ya se ha mencionado, la cestería y los productos alimenticios parecen corresponder a los más comunes, lamentable- 16 Singleton, T. (2005) Ob. Cit. 127 Odlanyer Hernández de Lara mente en muchos casos no están representados en el contexto arqueológico por lo endeble de la materia prima. Las hortalizas y verduras parecen haber acompañado sus raciones de comida y la cría de aves y cerdos, además de un uso alimenticio, constituyeron fuente de dinero. Esto parece justificar la presencia de bebidas alcohólicas en el área de vivienda de los esclavos, a los que tanto las evidencias arqueológicas como la información histórica hacen alusión. Además, la presencia de cerámicas también hace pensar en su posible adquisición por medio de la compra, aunque también podrían provenir de la casa de vivienda. No obstante, las bebidas alcohólicas por su condición de productos no admitidos por los propietarios, parecen corroborar un posible comercio donde el esclavo vendía sus productos y a la vez adquiría otros. Se debe hacer referencia al embarcadero de Canímar, por donde se transportaban las producciones de la zona en cuestión hacia Matanzas. Este lugar parece haber funcionado como el punto de unión de toda la mercadería que salía y entraba a través del río. En su paso por el lugar, entre 1841 y 1843, el médico norteamericano John G. Wurdemann17 describe el trasiego comercial de la zona llena de trabajadores ocupados en las tareas y la calle bloqueada por yunta de bueyes, carros, cajas y barriles entre otros, donde todo estaba muy entremezclado, señalando la gran masa de productos que contenía y la activa multitud en su breve calle . La cercanía de este punto, así como del poblado de Limonar a La Dionisia, podría indicar posibles lugares de compra o intercambio de productos, además del monto de plantaciones cafetaleras y de azúcar 17 Wurdemann (1989) Ob. Cit., p. 206. 128 De esclavos e inmigrantes que existían en la zona circundante. El censo de 1841 reportaba entre la jurisdicción de Matanzas y Guamacaro, partido donde se encontraba Limonar, el monto de 248 plantaciones cafetaleras y 191 azucareras, lo cual no quiere decir que todas estuvieran en su radio de acción, pero da una idea de la densidad poblacional del área donde se encontraba La Dionisia y de su entorno. Wurdemann hace referencia a las visitas a otras plantaciones por parte de los esclavos y en el testimonio de uno de ellos se plasma que: En horas de día y a veces hasta en la tarde los esclavos podían ir a las tabernas. Pero eso no pasaba en todos los ingenios. Siempre había el amo que no le daba permiso al esclavo para ir 18. Estas tabernas parecen haber provisto al esclavo de varios productos para el consumo y otros objetos. Según el citado testimonio la existencia de estos establecimientos era común y accesible por la distancia. Eran como una especie de vendutas donde se podía comprar de to- do 19, aunque el intercambio también era una vía para la adquisición de productos. Estos lugares, además, servían para vender los propios productos que producían o acumulaban mediante el ahorro. No obstante, las tabernas no fueron su única fuente externa para la adquisición de objetos, alimentos u otros. Además de mencionar a los vendedores ambulantes que recorrían las plantaciones, donde los inmigrantes de origen chino parecen haber tenido un papel protagónico al menos en la segunda mitad del XIX, hace referencia a la compra de prendas a los moros o turcos que iban de vez en cuando a los mismos 18 19 Barnet, M. (1968) Biografía de un cimarrón, p. 30. Barnet, M. (1968) Ob. Cit., p. 30. 129 Odlanyer Hernández de Lara barracones. Llevaban unos cajones colgados al hombro 20. También menciona a los guajiros, con quienes negociaban tasajo por leche o se la compraban. Todo lo antes expuesto indica la posesión de algún caudal por parte de los esclavos en las plantaciones, lo que era posible por la producción de alimentos y otros artículos y la cría de animales. La utilización de pequeñas parcelas de tierra en las cercanías del barracón por el esclavo fue usual en el XIX, a lo que le denominaban conucos. Ahí se cosechaba de todo: boniato, calabaza, quimbombó, maíz, gandul, frijol caballero, […] yuca y maní. También criaban sus cochinaticos. Y algunos de estos productos se los vendían a los guajiros que venían directamente del pueblo 21. Esta producción le dio al esclavo alimentos para acompañar las exiguas raciones que le proporcionaban en las plantaciones y, además, fue una de sus principales fuentes de ingresos. En este sentido también jugó un papel importante la cría de cerdos como se ve en la anterior cita. No mataban cochinos nada más que los domingos y los días de Pascua. Eran muy negociantes. Llegaban a matar cochinos para venderlos y no se los comían 22. La información brindada da una idea de la producción y el comercio en que el esclavo participaba activamente. Este desenvolvimiento lo llevó no solo a adquirir los alimentos que necesitaba, sino también le proporcionó la posibilidad de comprar prendas y otros productos como Barnet, M. (1968) Ob. Cit., p. 27. Barnet, M. (1968) Ob. Cit., p. 27-28. 22 Barnet, M. (1968) Ob. Cit., p. 39. 20 21 130 De esclavos e inmigrantes las bebidas alcohólicas. Los negros iban a las tabernas a buscar aguar- diente. Tomaban mucho para mantenerse fortalecidos 23. Figura 50. Partes de un arreo para la tira de animales Objetos vinculados a la actividad productiva La presencia de utensilios de trabajo en las excavaciones arqueológicas en La Dionisia no fue muy abundante, encontrándose entre estos tres fragmentos de roca que parecen conformar el extremo superior de una mano de mortero, hallados en el área del barracón de los esclavos comunes. Este tipo de evidencias pueden estar vinculadas tanto a la confección de alimentos como a la preparación de posibles ofrendas religiosas. 23 Barnet, M. (1968) Ob. Cit., p. 30. 131 Odlanyer Hernández de Lara También, fueron encontradas algunas herramientas dispersas en la superficie que están relacionadas con la producción, en este caso con la del café. En ese orden se pueden mencionar dos pequeños azadones que podrían haber sido destinados a los trabajos específicos con el café, así como otro azadón de mayores dimensiones destinado a las labores de mantenimiento de los sembrados. Además, se halla un pico utilizado posiblemente para la extracción de piedras calizas como materia prima para la confección de cal, producto usado tanto para la construcción de las estructuras como para el abono de los cultivos. Figura 51. Azadón encontrado en superficie Por otra parte, se rescataron dos piezas confeccionadas en hierro que corresponden a un arreo utilizado para la tira de animales. Los 132 De esclavos e inmigrantes viajeros del decimonónico y otros historiadores describieron en innumerables ocasiones la utilización de carretas de carga en las plantaciones cubanas, lo cual estaba vinculado estrechamente con los trabajos de recolección y traslado de las cosechas. La cultura material del proceso esclavista Para el caso específico de La Dionisia, se encontraron pocos objetos vinculados al proceso esclavista en las plantaciones, fechados para el siglo XIX. En este grupo se pueden mencionar un grillete de hierro en perfecto estado de conservación de cuatro anillas y otro, construido en el mismo material, tipológicamente diferente y constituido únicamente del aro que cerraba alrededor del pie. Figura 52. Grillete encontrado en superficie en La Dionisia 133 Odlanyer Hernández de Lara Además, se reportaron dos candados y una cerradura que debieron utilizarse para la seguridad de las estructuras, como pueden ser los barracones y la enfermería. Figura 53. Grillete de cuatro anillas Pasatiempos Las evidencias encontradas en La Dionisia no se han podido asociar con posibles usos de esparcimiento con la excepción de un disco de cerámica ordinaria catalogado como ficha de juego localizado en la excavación de la habitación enclavada en el patio de la casa de vivienda. La aparición de piezas semejantes ha sido reportada en varios países del continente americano, aunque también en sitios africanos de contacto posteuropeo. Han sido halladas en la Florida y en misiones españolas en Estados Unidos de América. También se han encontrado en el Caribe, en naufragios y en sitios urbanos. 134 De esclavos e inmigrantes En Cuba se han reportado en distintos contextos: asociadas a la dotación de esclavos en el cafetal del Padre, La Habana24, en sitios militares como el Castillo de San Severino en Matanzas y en Guanabacoa, La Habana25. La arqueóloga norteamericana Kathleen Deagan26 comenta acerca de la aparición de estos discos confeccionados a partir de fragmentos de cerámica, los cuales han sido interpretados por la literatura arqueológica como fichas de juego. Esta autora les confiere además posibles usos como tapas de contenedores, aunque la frecuencia de su aparición en sitios coloniales españoles y la bien documentada pasión por los juegos sugiere que al menos algunas de ellas fueron usadas para juegos. Por otra parte, varios autores han incursado en los posibles juegos practicados con este tipo de piezas, asociándose a juegos de azar y destreza como las Damas. Singleton27 menciona un juego moderno de la isla de Montserrat denominado Chiney Money donde se utiliza dinero y son arrojados tres discos de cerámica y, por otra parte, Deagan 28 comenta la utilización de fichas en el juego del Back gamón, las Damas y el Parchís. No obstante las tareas que se realizaban en las plantaciones, los esclavos encontraron el tiempo libre para el esparcimiento, tanto en la música y el baile, como en los distintos juegos. Aunque parezca raro, Singleton, T. (2005) Ob. Cit. Domínguez, L. S. 2004) Guanabacoa: una experiencia india en nuestra colonización . 26 Deagan, K, (2002) Artifacts of the Spanish Colonies of Florida and the Caribbean. 1500 – 1800.Volume II: portable personal possessions. 27 Singleton, T. (2005) Ob. Cit. 28 Deagan, K, (2002) Ob. Cit. 24 25 135 Odlanyer Hernández de Lara los negros se divertían en los barracones. Tenían su entretenimiento y sus juegos 29. Miguel Barnet en su Biografía de un cimarrón, hace referencia a varios juegos que realizaban los esclavos en los barracones y otros en que participaban en las tabernas cercanas a las plantaciones, aunque no se menciona ninguno que utilizara fichas. Por otra parte, el viajero norteamericano J. G. Wurdemann30 en el viaje que realizara de Madruga a Matanzas visita una plantación cafetalera denominada Carlota donde apunta en relación a los esclavos jóvenes que allí se criaban que fue agradable verlos en tropel por los alrededores, entregados a diversos juegos . Cualquiera sea el caso, la aparición en distintos contextos sociales de las mencionadas piezas podría vincularlas tanto a la dotación de esclavos como a sus dueños, no obstante es preciso añadir que la habitación excavada está ubicada en el ala derecha del patio de la casa, donde también están los barracones de los esclavos domésticos y la cocina. Por el área en cuestión, la ficha de juego podría estar asociada a este sector favorecido de la dotación de esclavos. 29 30 Barnet, M. (1968) Ob. Cit., p. 28. Wurdemann, J. (1989) Ob. Cit., p. 128-129. 136 CAPITULO VI. IMPACTO ARQUEOLÓGICO Y TURISMO. L os estudios de arqueología histórica, como se ha tratado en las páginas anteriores, han jugado un importante papel en el rescate de nuestro patrimonio. Empero, en muchas ocasiones pri- man otros intereses en la recuperación o restauración del patrimonio histórico, lo que trae como consecuencia que el resultado no redunda en una verdadera restauración fundamentada científicamente, y en el enriquecimiento cultural para el monumento recuperado 1, brindando una imagen de nuestro pasado que a veces no es precisamente la más aceptada. Por otra parte, a lo largo de todo el país se han venido realizando proyectos turísticos vinculados al patrimonio histórico, tornándose una importante fuente económica y una vía de mostrar las raíces cubanas y 1 Arrazcaeta, R. 2002) (abana Vieja: arqueología en edificios históricos , p. 8. Odlanyer Hernández de Lara el legado de siglos de historia. No obstante, a pesar del interés de instituciones y personas por preservar ese patrimonio, en ocasiones no se cumplen las disposiciones legales que ha implementado el estado cubano para su protección. Todo esto tiene una consecuencia: el impacto negativo causado al monumento, muchas veces provocado por su antigüedad y la exposición a agentes naturales y otras por la intervención del hombre a través del tiempo, aunque en la actualidad el principal factor está dado por un uso no adecuado de los recursos patrimoniales. En esta ocasión, se trata de evaluar el daño ocasionado por los factores mencionados con anterioridad, así como algunas medidas que podrían, si bien no detener, atenuar el avance destructor de un legado centenario. Cambios y transformaciones Como se trató en el primer capítulo, el cultivo del café tuvo su época de esplendor en la primera mitad del XIX. Es cierto que para la década del cuarenta del mismo siglo su decadencia fue inevitable, trayendo como consecuencia que las haciendas cafetaleras que se habían incrementado cuantiosamente comenzaran a sufrir las primeras transformaciones, convirtiéndose en ingenios azucareros y potreros fundamentalmente. Esa misma suerte la corrió el cafetal La Dionisia, posiblemente a fines de los años cuarenta o en la década siguiente. Lo cierto es que 138 De esclavos e inmigrantes para 1863 la Dionisia había quedado reducida a potrero2, según testifica el bautismo de una morena nacida dos años antes. De esto se desprenden los cambios a los que debieron estar sujetas las estructuras que componían la hacienda al cambiar de función. El siglo XX traería la mayor cantidad de modificaciones de la mano de los nuevos propietarios. Las calas de pintura mural realizadas durante la primera campaña de excavación arqueológica en el sitio comprobaron la adición de nuevas habitaciones a la estructura original de la casa de vivienda en el ala derecha, donde se pudo identificar la relación de paramentos en cuanto a su contemporaneidad, así como las diferencias en las capas pictóricas y los enlucidos. Por otra parte, la noria fue otra de las estructuras modificadas. La utilización de la misma para la extracción de agua potable desde antaño hasta la actualidad, determinó su evolución. Durante el levantamiento topográfico se apreció la realización de arreglos y quizás modificaciones en los contenedores de agua anexos a la misma, observándose inscripciones en varias partes de los muros fechadas en diferentes meses de 1935, figurando el nombre de Francisco Contreras y la existencia de cimientos de varios contenedores destruidos. La abertura del pozo también sufrió cambios, añadiéndosele un basamento y un estanque de cemento que se utiliza actualmente, el cual se construyó en la segunda mitad del XX, según datos aportados por el actual propietario de la finca. Iglesia Parroquial San Cipriano Obispo y Purísima Concepción de Limonar. Certificado de Bautismo. Pardos y Morenos Libro 4, Folio 229, No. 797. 2 139 Odlanyer Hernández de Lara Además, se debe hacer referencia al cambio del acceso original de la propiedad. Este se encuentra al Sur, donde aún se conservan parte de los muros por donde pasaba el antiguo camino del Bongo que conducía al río. No se tiene una idea precisa de cuándo y el por qué del cambio, aunque la construcción en 1951 del puente Guiteras (Canímar), pudo haber influido en la reorientación del camino y por ende de la entrada que actualmente está orientada al Oeste. Aproximadamente para la década de los setenta del siglo XX, se lleva a cabo el hecho que más repercusión tuvo en el cafetal desde su creación. En la fecha mencionada se construye el tendido eléctrico de alta tensión con las respectivas torres y un camino que las comunica entre sí. La obra en ejecución pasaba justamente por las tierras pertenecientes a la finca y una de sus estructuras estaba condenada a desaparecer, por haberse construido, 150 años antes, en el lugar donde se planificaba edificar una de los componentes del nuevo tendido eléctrico. No valieron las alternativas y opiniones del actual inquilino del lugar, el barracón de los esclavos comunes fue demolido irreverentemente. Otro de los factores que han influido en la progresiva depauperación del sitio ha sido la cría de ganado vacuno. Algo alejado de la casa de vivienda, en la parte posterior, se encuentra ubicado el horno de cal, que fue construido aprovechando lo heterogéneo de un terreno altamente cársico. En un desnivel, donde existe una pequeña dolina, se levantaron los muros del horno de cal. La misma topografía provocaría su destrucción, cuando una vaca cayó en el interior de la estructura y los dueños, para recuperarla, la demolieron, quedando solamente dos fragmentos de muro como testimonio de su existencia. 140 De esclavos e inmigrantes Desarrollo turístico del área Las condiciones naturales del Valle de Canímar han llevado a considerarlo como una zona de importantes riquezas naturales, donde conviven exóticas especies tanto de la flora como la fauna tropical y elementos patrimoniales, como sitios donde se reconocen huellas de las antiguas culturas precolombinas y estancias coloniales de extraordinario valor, más allá de algunas irregularidades que han afectado el paisaje. Estas condiciones incidieron en la instauración de bases de campismo en el área a inicios de la década de los ochenta, como primeros exponentes de explotación turística destinada al público nacional. Con posterioridad, se comienzan varios proyectos, fundamentalmente a partir de los años noventa con el naciente turismo internacional, lo que trajo consigo la inserción de empresas nacionales y extranjeras, siempre con una concepción de turismo de naturaleza. En las postrimerías del siglo XX y en el umbral de XXI, muchos han sido los proyectos que se han concebido en torno al Valle de Canímar, aunque pocos han llegado a materializarse. Uno de los más recientes fue dirigido a la creación de un Parque Temático con un uso sostenible de Recursos Naturales, arqueológicos, culturales y patrimoniales. El mismo reitera que su desarrollo sería con amplia concepción de sostenibilidad , planteando que posibilita- ría, entre otras cosas, el cuidado y protección de los recursos forestales y arqueológicos fuertemente amenazados en la actualidad , según el 141 Odlanyer Hernández de Lara autor por carencia de financiamiento3. Es importante señalar que, al decir del autor, el Parque podría triplicar los ingresos actuales, que está limitado de alcanzar cuotas de mercado, al no poder incrementar las opciones y atractivos. Más adelante plantea lo expresado por el Ministerio del Turismo (MINTUR) referente a la necesidad de o no considerar a Canímar como Área Protegida o en su defecto establecer capacidades de carga amplias , ya que 20 PAX diarios no permiten el desarrollo del Parque . Añade además que los intereses del turismo requieren que ésta [capacidad de carga] no sea inferior a 000 PAX diarios , por lo que las entidades interesadas, la Unidad de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Matanzas y la Empresa de Flora y Fauna, se pronunciaron por ampliar la capacidad de carga, aludiendo como justificante que no se había contado con la información y recursos necesarios para fijarla con exactitud y se reconocía que los cálculos habían sido conservadores , siempre que los resultados aboguen por un incremento económico. A todo lo anterior se debe apuntar que en un inicio prima una amplia concepción de sostenibilidad y las razones de la limitante de mercados están dadas por no poder incrementar las opciones y atrac- tivos , dando como solución el incremento de la capacidad de carga de 120 a 1000 PAX diarios, respondiendo exclusivamente a los intereses del turismo. No se niega la carencia de financiamiento para la protección de los recursos forestales y arqueológicos del área, pero tampoco García, P. L. (2001) Diseño de Parque Turístico en el Área Protegida del Valle del Río Canímar. 3 142 De esclavos e inmigrantes es el único inconveniente, ya que las soluciones donde solo atañen los resultados económicos concluyen con daños irreversibles. Por otra parte, es de destacar la ausencia de entidades como el Centro Provincial de Patrimonio Cultural en un proyecto donde el 45,44% de los atractivos turísticos ofrecidos corresponda a sitios patrimoniales. La Dionisia y las consecuencias del turismo Al caso específico del cafetal La Dionisia se hace referenfia en varias ocasiones dentro del citado proyecto. Así, entre los planes que proponía la Corporación Gaviota, ejecutante del proyecto, se encontraban los Proyectos de construcción, restauración y ambientación del cafetal La Dionisia , asunto que sigue siendo considerado, esta vez por la Empresa de Flora y Fauna. Las pretensiones eran representar la etapa de florecimiento del cultivo del café en la zona, vinculado con el Bongo. En cuanto a la construcción el proyecto fue más ambicioso ya que se erigió un restaurante en la parte trasera del patio de la casa para brindar un mejor servicio. Las consecuencias de este hecho comenzarán a manifestarse en un futuro cercano ya que la obra se encuentra muy cerca a un muro sin revoque que es parte de los barracones de esclavos domésticos en el fondo del patio, hacia donde el techo hace agua, provocando daños irreparables al entorno de la finca y sobre todo al potencial arqueológico con que cuenta la antigua plantación. Además, el funcionamiento del restaurante implica la sobre explotación del pozo de agua, ya que es la única fuente de abastecimiento del lugar. Esto 143 Odlanyer Hernández de Lara conllevó a insertar un elemento anacrónico como es un tanque metálico en el entorno cafetalero. Figura 54. Vista de la noria donde se puede observar la presencia de un tanque metálico que rompe con el entorno de la antigua plantación La conservación del conjunto de las estructuras originales es considerablemente buena, aunque muchas de ellas han sido afectadas reiteradamente. La vivienda, que presenta el mejor estado de preservación, estaba afectada en mayor parte en el techo, lo que provocaba humedecimiento de los muros y maderas presentes en el inmueble, por lo que una intervención de restauración habría sido apropiada. Para la misma, era imprescindible la participación y asesoramiento de personal especializado, lo cual no está explícito en ninguna de las propuestas 144 De esclavos e inmigrantes turísticas. Tal es así que se hizo la sustitución de una parte del techo sin contar siquiera con las autoridades patrimoniales. Respecto a la ambientación, el proyecto está dirigido a la recreación del siglo XIX mediante esculturas, lo cual podría ser utilizado, pero solo como material de apoyo. Por los valores del lugar, es inimaginable la no inclusión de contextos arqueológicos que demuestren materialmente la vida cotidiana en el cafetal, así como los diferentes utensilios utilizados y cambios ocurridos durante su evolución hasta la actualidad. Es de destacar que la construcción y ambientación de áreas para el turismo se debe tratar con suma precaución y, como ya se ha planteado, debe intervenir algún especialista en el tema, ya que la intención de recrear los ambientes en ocasiones distorsiona la realidad y puede tergiversar realidades históricas o arqueológicas. En la actualidad, según la promoción que realizan las agencias de turismo, en La Dionisia se brindan el servicio de comida tradicional cubana y una visita al cafetal, pero es de vital importancia que se destaquen los valores históricos, arqueológicos, arquitectónicos y ecológicos representados en el lugar, lo cual constituye su razón de ser. Recientemente, tras una visita a La Dionisia, se pudo constatar la limpieza efectuada de las estructuras, lo que da una mejor visión del espacio y a la vez favorece su conservación. También, se observaron reparaciones realizadas en el techo de la casa de vivienda, algo que se puede apreciar como gesto de beneficio sobre todo para los actuales inquilinos, ya que había grandes daños que provocaba el humedecimiento de muros y maderas. No obstante, esta actividad debió realizarse con asesoramiento de personal especializado en restauración y 145 Odlanyer Hernández de Lara conservación de patrimonio, ya que se realizó una intervención que implicó la sustitución no solo del área deteriorada, sino de todo el techo de viga y tablazón de la galería. Figura 55. Intento de reproducción del campanario realizado sobre la estructura original (cortesía de Silvia T, Hernández) En última instancia se debe mencionar la reconstrucción de la estructura del campanario llevada a cabo. La misma se realizó como consecuencia del hallazgo de los cimientos originales durante las labores de excavación arqueológica, elemento que se dejó descubierto por su valor histórico para que formara parte de la atracción turística del lugar, por lo que se sugirió su conservación, pudiéndose delimitar el 146 De esclavos e inmigrantes área antes de terminados los trabajos. Para ese entonces surgía la idea 4 de hacer una reconstrucción hipotética la cual se realizaría cerca de la estructura descubierta. Es importante resaltar el acercamiento de la reconstrucción del campanario, ya que cerca no significa en el mismo lugar, ni utilizar la misma huella de poste para colocar la nueva estructura, lo cual se hizo. Lo cierto es que para la recreación del espacio se construyó un muro a continuación de los cimientos de la estructura original, ubicándose una reproducción de un campanario justo en la huella de poste hallada durante las excavaciones. Es preciso añadir que dicha reproducción fue hecha sin escala alguna, por lo que es totalmente desproporcionada. Por otra parte, la falta de control sobre los visitantes durante su estancia en el predio se ve reflejada en el impacto producido sobre los muros de las estructuras constructivas de la plantación, donde se observa gran cantidad de escrituras sobre el musgo que los cubre. También, hubo un intento de hurto de un grillete, el cual fue recuperado en esa ocasión gracias al cuidado de Nemesio Guillén. No obstante, una segunda oportunidad fue la definitiva para que desapareciera una de las piezas mejor conservadas de las que se atesoran en La Dionisia. Este hecho es la consecuencia de la explotación turística de un predio que conforma parte del patrimonio cubano, sin que exista personal dedicado a su salvaguarda, más allá de los mismo guías y los trabajadores de mantenimiento y cocina que se desempeñan en el lugar, cuestión que debe ser atendida con suma precaución para que Esta idea fue expresada al autor por Rolando Torres, Subdirector Comercial de la ENPFF de Matanzas, representante ante el convenio con el Castillo de San Severino Museo de la Ruta del Esclavo para la realización del Proyecto de Excavación Arqueológica en La Dionisia. 4 147 Odlanyer Hernández de Lara este tipo de situaciones no se repitan y se haga cumplir la ley que los protege. Figura 56. Daños ocasionados por los visitantes en los muros del almacén Legislación del patrimonio histórico El patrimonio histórico en su generalidad ha sido protegido de una forma u otra por leyes internacionales y con más especificidad por cada pueblo en su situación particular. Los mismos constituyen la memoria e identidad de cada comunidad consciente de su pasado, los que, además, son portadores de valores que definen la particularidad de cada patri- 148 De esclavos e inmigrantes monio, desarrollándose así una conciencia y un conocimiento de la necesidad de su salvaguarda5. En este sentido, las leyes establecidas para la protección del patrimonio distinguen el valor de los monumentos históricos, diferenciando así los que deben ser protegidos y los que no. Si bien la palabra monumento, de origen latín (monumentum), se refiere a recordar, por extensión ha llegado a utilizarse para toda construcción histórica. Lo expuesto en el primer artículo de la Carta de Venecia6, fechada para 1964, establece lo siguiente: La noción de monumento histórico comprende tanto la creación arquitectónica aislada, como el ambiente urbano o paisajístico que constituya el testimonio de una civilización particular, de una evolución significativa o de un acontecimiento histórico. Esta noción se aplica no sólo a las grandes obras, sino también a las obras modestas que con el tiempo hayan adquirido un significado cultural. Este planteamiento muestra la importancia de los espacios receptores de la memoria colectiva que representan parte de la historia de los pueblos, más allá de la magnitud de las estructuras que lo conformen, dando una definición más globalizada de monumento que expone la significación del patrimonio. Esto pone de manifiesto la importancia de la protección y resguardo del patrimonio histórico, actor protagónico en la conformación de la Rivera Blanco, J. y S. Pérez Arroyo (2000) Carta de Cracovia. Principios para la conservación y restauración del patrimonio construido. 6 Gazzola, P., et al. (1964) Carta de Venecia. Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos. 5 149 Odlanyer Hernández de Lara identidad de los pueblos, para lo que es preciso la subvención de proyectos de rehabilitación e investigación para una mejor comprensión de nuestro pasado. En el caso de la arqueología, la Carta Internacional para la gestión del Patrimonio arqueológico7, adoptada por la Asamblea General de la ICOMOS en 1990, en su artículo tercero, plantea que: La protección del patrimonio arqueológico debe constituir una obligación moral para cada ser humano. Pero también es una responsabilidad pública colectiva. Esta responsabilidad debe hacerse efectiva a través de la adopción de una legislación adecuada y mediante la provisión de fondos suficientes para financiar programas que garanticen una gestión eficaz del patrimonio arqueológico. Las leyes de la nación cubana también se han interesado por la protección del patrimonio nacional desde la misma Constitución de la República8 en su Capítulo V referente a la educación y cultura, Artículo 39, inciso h, donde sostiene que: el Estado defiende la identidad de la cultura cubana y vela por la conservación del patrimonio cultural y la riqueza artística e histórica de la nación. Protege los monumentos nacionales y los lugares notables por su belleza natural o por su reconocido valor artístico o histórico ; a lo que le siguen la Ley no. 1, la Ley no. 2, ambas de 1977, y los decretos nos. 55, de 1979 y 118 de 1983. ICOMOS. (1990) Carta internacional para la gestión del Patrimonio arqueológico. Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición Extraordinaria número 3 de 31 de enero. http://www.asanac.gov.cu/espanol/constitucion.htm. (21 de marzo de 2007). 7 8 150 De esclavos e inmigrantes Este último decreto, el 8, plantea en el primer artículo que: El Patrimonio Cultural de la Nación está integrado por aquellos bienes, muebles e inmuebles, que son la expresión o el testimonio de la creación humana o de la evolución de la naturaleza y que tienen especial relevancia en relación con la arqueología, la prehistoria, la historia, la literatura, la educación, el arte, la ciencia y la cultura en general , destacando en el inciso k la inclusión de todo centro histórico urbano, construcción o sitio que merezca ser conservado por su significación cultural, histórica o social . Teniendo en cuenta todo lo planteado, desde las cartas internacio- nales hasta las leyes nacionales, la concepción del patrimonio está muy bien definida, como también el ideal de su conservación, ya sean centros históricos completos como lugares aislados, todos con algo en común: la significación cultural en la identidad de los pueblos. Esto conlleva a que en muchas ocasiones sean convertidos en espacios de atracción turística, lo cual no implica la tergiversación de la realidad histórica. Cada patrimonio se destaca por su particularidad histórica y se debe ser consciente de sus propios valores sin agregados culturales con intensiones de grandeza. Si bien es cierto que las leyes nacionales promueven la protección y conservación del patrimonio cultural, la realidad cotidiana no funciona al pie de la letra. Muchas veces por falta de financiamiento y otras veces por inconsciencia de las personas a cargo, lo cierto es que nuestro patrimonio cada vez está más expuesto a su desaparición. No obstante, existen Centros Históricos como La Habana Vieja, Camagüey, Trinidad y Cienfuegos, con políticas de protección que funcionan con mayor certeza. Matanzas, lamentablemente, no forma parte de este círculo benefi151 Odlanyer Hernández de Lara ciado por la conciencia gubernamental de la provincia. Los espacios históricos, con escasas excepciones, se van transformando o derrumbando sin que se realicen estudios arqueológicos. En el mejor de los casos, son rescatadas algunas piezas que son encontradas como consecuencia de trabajos constructivos dentro de los inmuebles urbanos. 152 De esclavos e inmigrantes Figuras 57 y 58. Vistas de la estructura del almacén 153 Odlanyer Hernández de Lara Figuras 59 y 60. Vistas de las estructuras a la derecha del almacén donde se observan las reconstrucciones de piedras superpuestas, realizadas por la empresa turística 154 De esclavos e inmigrantes Figuras 61 y 62. Vistas de las estructuras a la izquierda del almacén 155 EPÍLOGO. L a historia de La Dionisia comienza a ser contada. La información recuperada en el Archivo Histórico de Matanzas permitió corroborar y enriquecer sobremanera gran parte del conoci- miento que se tenía sobre esta plantación cafetalera. La Dionisia es un exponente de la economía cubana decimonónica y del desarrollo del cultivo del café en la provincia que, unido a la conservación de las estructuras, especialmente de la casa de vivienda y la noria, constituyen un importante patrimonio de la cultura yumurina. La investigación histórica ha permitido hacer una reconstrucción somera de los procesos por los que pasó el cafetal en cuestión, realizando un acercamiento a la familia Rouviere hasta la adquisición, en febrero de 1818, de las tierras donde se establecería La Dionisia. Aunque no se ha precisado la fecha exacta de su fundación, es probable que haya sido entre 1820 y 1822, ya que se estimaba un aproximado de cuatro años en la conformación de una plantación cafetalera. Odlanyer Hernández de Lara La Dionisia, a la par de todas las plantaciones dedicadas al grano, sufrió los embates de la decadencia del cultivo del café en la década del cuarenta del decimonónico, convirtiéndose en potrero. Esto trajo como consecuencia las transformaciones y cambios estructurales para la nueva función que cumpliría hasta el siglo XX, quedando en el olvido muchos espacios que pasaron a ser prescindibles. Los estudios arqueológicos, que tenían su precedente a finales de los ochenta, develaron importantes facetas de la vida de la plantación, de su dotación y también de sus dueños. A través de las investigaciones de pintura mural que se llevaron a cabo dentro de la casa de vivienda se pudo determinar la adición de habitaciones a la estructura original de la casa, así como algunos diseños utilizados para la decoración de sus muros. Uno de los hallazgos más significativos corresponde a la estructura del campanario del cafetal, que se localizó con la ayuda de Nemesio Guillén. La reconstrucción histórica permitió asociarla a un campanario en forma de horca con una base cuadrada probablemente piramidal escalonada, muy común en la época y representada en varios grabados de viajeros del siglo XIX. Entre las evidencias materiales se localizaron muy pocas piezas que se pueden asociar al comienzo del cafetal, aunque apareció un frasco de medicamento de origen francés, fragmentos de cerámica europea y algunas tejas francesas pero con una cronología de la segunda mitad del siglo XIX. Como se mencionó antes, la vajilla más representada fue la loza fina blanca de origen inglés, muy abundante durante todo el siglo XIX cubano por el abaratamiento de los costos de adquisición. 158 De esclavos e inmigrantes Los datos aportados por la primera campaña de excavación permiten un acercamiento preliminar a la vida del esclavo en el antiguo cafetal La Dionisia. Las evidencias materiales ubican al esclavo en un papel de consumidor de productos adquiridos por medio de la compra, lo que además muestra su accesibilidad al dinero. La dedicación a la cría de animales, documentada por los viajeros extranjeros, constituyó su principal fuente de recursos monetarios, además de formar parte de su sustento diario para compensar la insuficiente alimentación de las plantaciones. Las condiciones de existencia del esclavo eran infrahumanas por el hecho en sí de la esclavitud. No obstante, aunque su vida giraba en torno a la plantación, también buscaron otras formas de supervivencia más allá de los límites impuestos, lo que debió variar de una a otra plantación y sobre todo de la época de cosecha, permitiendo lo que ha sido denominado por Theresa Singleton, una economía esclava informal. Las prácticas religiosas y los juegos debieron ocupar el poco tiempo de ocio en las plantaciones, sobre todo en las cortas épocas que no se producía, lo que debió aliviar en cierta medida el duro yugo de la esclavitud. De una forma u otra, los esclavos lograron mantener sus creencias religiosas y costumbres, a tal punto de constituir hoy día un importante exponente de la cultura e identidad cubana. Como se ha expresado, el pasado y lamentablemente también el presente de esta historia ha estado colmado de hechos que han contribuido al deterioro de la plantación, desde la decadencia del cultivo del café a 159 Odlanyer Hernández de Lara mediados del XIX hasta la instalación de la infraestructura turística y todo su escenario más de un siglo después. Los intereses del turismo en el área de Canímar han provocado un considerable impacto en las estructuras y en el entorno de La Dionisia, lo cual se ve en los hechos descritos con anterioridad, pero también en los daños ocasionados en los muros como consecuencia de las inscripciones que han ido dejando los visitantes, muestra del descuido y la incompetencia en la protección del lugar. Se debe tomar medidas en este sentido para concientizar a las instituciones involucradas en función de hacer cumplir la ley, teniendo en cuenta que la protección de los sitios históricos o arqueológicos en general está bien explícita, desde las cartas internacionales hasta las leyes y decretos dispuestos por el gobierno nacional para el resguardo del patrimonio cubano. Las soluciones no pueden verse solamente desde la conveniencia económica. La protección del patrimonio, de nuestro pasado, no puede solo estar concebido dentro de las pautas de un proyecto para que sea aceptado. Se tiene que trabajar en la implicación legal y moral de las instituciones, en la inclusión de los especialistas de patrimonio en los proyectos para que estén presentes los intereses del monumento histórico. La Dionisia, si bien no se ha declarado Monumento Nacional o Local hasta el momento, según la Ley no. 2, reúne las condiciones necesarias para serlo. Es indiscutible su valor histórico, puesto que fue testigo de enfrentamientos de la lucha independentista de 1895, y forma parte, además, del legado francés a la nación cubana. Su valor ambiental también es digno de destacar, conservando un ambiente decimonónico 160 De esclavos e inmigrantes de lo que fuera una estancia colonial. Su restauración y conservación se imponen para que no seamos la última generación que disfrute de su entorno. El presente esfuerzo no pretende abarcar todo el inmenso potencial que resguarda el antiguo cafetal La Dionisia. De hecho solo se han tratado los datos recopilados durante algunos años de investigación intermitente dedicados a esta plantación y los resultados de la única campaña de excavación arqueológica realizada hasta la fecha. La información rescatada de este patrimonio saca a la luz parte de la historia particular de La Dionisia, de sus propietarios, esclavos, cambios y transformaciones que sufrió durante todos los años que han pasado desde que fueron compradas las tierras en 1818. Pero esto no quiere decir que ya esté contada la historia de La Dionisia, de hecho estos son los primeros pasos de un largo camino que falta por andar. Futuras investigaciones históricas y excavaciones arqueológicas develarán mucho más del pasado de esta plantación cafetalera. En estas páginas se da a conocer un poco más de la historia de Matanzas y de la gente que contribuyó al desarrollo económico y cultural alcanzado en el siglo XIX que conllevó al calificativo de Atenas de Cuba. Es, además, otro testimonio de la identidad cubana, del ajiaco que conformaron esclavos y esclavistas. La actualidad nos lleva por el camino de la conservación y restauración del patrimonio histórico. La Dionisia es parte del pasado que ha construido nuestro presente, su conservación se impone más allá de la mera explotación turística. Cada fragmento de muro siempre desper- 161 Odlanyer Hernández de Lara tará la memoria, reconstruyendo todo un teatro donde la esclavitud jugó el papel protagónico. 162 De esclavos e inmigrantes Figura 63. Algunos de los objetos de metal encontrados 163 Odlanyer Hernández de Lara Figura 64. Algunos de los fragmentos de cerámica encontrados 164 POSTSCRIPTUM. D esde el año 2008 un equipo de trabajo del Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Matanzas y colaboradores de otras instituciones, se dio a la tarea de elaborar el expediente para proponer el área del Valle de Canímar como Monumento Nacional, donde se incluyeran los sitios arqueológicos precolombinos existentes en la zona y también diversos restos de construcciones coloniales. Esta iniciativa conllevó a que el Cafetal La Dionisia quedara inmerso en lo que sería el Pasaje Cultural Río Canímar, cuestión que garantizaría la conservación y protección de este espacio histórico arqueológico, como consecuencia de las leyes que velan por la salvaguarda del patrimonio nacional. Esta propuesta, que fue aceptada recientemente, vino de la mano de una serie de compromisos por parte de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, Delegación Matanzas, que ayudarían a la conservación del lugar, toda vez que han interiorizado los valores culturales que posee la otrora plantación cafetalera. Odlanyer Hernández de Lara La Dionisia comienza una nueva etapa que debe ser acompañada por los esfuerzos necesarios que garanticen su estudio y resguardo, lo que servirá como referente en el rescate y puesta en valor del inmenso conjunto agroindustrial de la provincia matancera que espera ser recuperado. 166 GLOSARIO Arqueología Histórica: La arqueología es la ciencia que reconstruye la cultura del pasado mediante el estudio de los restos materiales. La arqueología histórica en América, con el uso además de registros escritos, planos, fotografías y otros, estudia la etapa posterior a la conquista europea (1492) y la expansión del colonialismo. En Europa, esta parte de la ciencia arqueológica es denominada Arqueología Postmedieval, tratando, como su nombre lo indica, la etapa posterior a la Edad Media. Esta arqueología no solo estudia la cultura material europea, sino también los conflictos sociales, la interacción de europeos y comunidades aborígenes y el proceso esclavista afroamericano. Castrales (de castrum): Originalmente, un castrum es una fortificación celta que semeja un castillo rodeado de una muralla circular en la cima de una colina. Los romanos usaron luego el término para designar sus campos militares, que eran rectangulares. Es sinónimo de castillo, fortaleza. Contexto: Es el entorno del espacio en estudio, donde se incluyen desde los mismos estratos terrestres hasta los objetos descartados por Odlanyer Hernández de Lara el hombre. La comprensión del contexto es fundamental para el conocimiento y la interpretación de los lugares estudiados, ya sean desde el punto de vista cronológico como espacial, pues pueden aportar datos que ayuden a establecer su ubicación temporal y a dilucidar la distribución y el uso de los espacios. Cultura material: La cultura material parece a simple vista referirse exclusivamente a los artefactos, pero en la arqueología este término abarca un universo más amplio. Este implica todos los aspectos tangibles de la cultura, tanto los artefactos como las construcciones, el paisaje, etc., a la vez que no es estudiado únicamente por arqueólogos, sino también por arquitectos, museólogos, antropólogos, etc. Enfoscado: Los Enfoscados son un tipo de revestimiento ejecutado con mortero de cemento, de cal o mixto, caracterizados por una gran rigidez y dureza. El espesor de la capa de mortero se encuentra entre los 20 y 30 mm. No se recomienda aplicar capas de espesores mayores ya que el peso mismo puede producir desprendimientos. Estratigrafía: La estratigrafía es la formación durante el transcurso del tiempo de capas de suelo, muros y otros que forman una masa física ya sea en contextos enterrados, sobre el terreno o ambos, lo que da origen a los sitios arqueológicos. La estratigrafía arqueológica es la ciencia que explica la estratificación ubicando cada unidad en su posición correcta en una secuencia de tiempo relativa. Como la estratificación es producto incidental de la vida, se convierte en un registro imparcial del pasado de extraordinario valor para los estudios arqueológicos (Harris, 2002) 168 De esclavos e inmigrantes Noria: máquina hidráulica que sirve para extraer agua siguiendo el principio del rosario hidráulico. Consiste en una gran rueda que posee en su perímetro una hilera de recipientes, que con el movimiento de la rueda se llenan de agua, la elevan y la depositan en un conducto asociado a la noria que la distribuye. Existen también norias para sacar agua de pozos, en los que el movimiento se consigue generalmente utilizando tracción animal. Paramento: Cualquiera de las dos caras de un muro o pared. Se utiliza también como sinónimo de muro, pared, fachada. PAX: es la abreviatura internacional utilizada en la industria turística para designar la palabra pasajero . Aunque originalmente se refería sólo a los pasajeros de barcos y aviones, hoy se ha extendido su uso para cualquier tipo de transporte. Por extensión, en hostelería se refiere también a los clientes y huéspedes de hoteles, restaurantes, etc. Piedras de chispa: piedras de pedernal (sílex), generalmente de forma cuadrada, que eran utilizadas en las arma de fuego para crear la chispa con la que se hacía encender la pólvora para disparar. Sílex: también llamado pedernal, es un mineral perteneciente a las anhidras amorfas dentro del grupo de las Sílices, como el cuarzo o la calcedonia, todas ellas en la subclase de los tectosilicatos. 169 Odlanyer Hernández de Lara Figura 65. Nemesio Guillén, actual inquilino de La Dionisia, con su esposa (izquierda) y una de sus hijas (derecha) 170 De esclavos e inmigrantes Figura 66. Miembros del equipo de trabajo junto a la familia Guillén y trabajadores de la empresa Flora y Fauna Figura 67. Campamento durante las excavaciones 171 BIBLIOGRAFÍA. ARRAZCAETA DELGADO, R. (2002) (abana Vieja: arqueología en edificios históricos , en Gabinete de Arqueología. Boletín No. 2, Año 2: 14-23. Editorial Boloña. Ciudad de La Habana. ARRAZCAETA DELGADO, R. y R. ROSELLÓ (1988) Datación arqueológica de botellas de vino , en Documentos 1/88. Ministerio de Cultura. Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología. CENCREM pp. 40 – 51. BARNET, M. (1968) Biografía de un cimarrón. Editorial Galena, Buenos Aires. BOYTEL JAMBÚ, F. (1962) Restauración de un cafetal de colonos franceses de la Sierra Maestra , en Revista de la Junta Nacional de Arqueología y Etnología. Imprenta el Siglo XX. La Habana. BREMER, F. (1981) Cartas desde Cuba. Editorial Arte y Literatura, Ciudad de la Habana. CABRERA, L. (1993) El Monte. Editorial Letras Cubanas, La Habana. CEPERO FIGUERAS, L. 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Transcripción del Resumen de las ventas hechas en la venduta pública en Matanzas desde el 26 de septiembre presente año hasta el 10 de noviembre a saber del 26 de septiembre hasta el 29 del 29 hasta el 3 de octubre del 3 de octubre hasta el 6 del 6 hasta el 10 del 10 hasta el 13 del 13 hasta el 17 del 17 hasta el 20 del 20 hasta el 24 del 24 hasta el 27 del 27 hasta el 31 del 31 hasta el 3 de noviembre del 3 de noviembre hasta el 7 del 7 hasta el 10 del 10 hasta el 14 $ 66 5 1/2 23 2 33 51 7 40 5 1/2 20 4 20 39 Nada Nada 9 30 4 Nada 15 4 $ 350 Matanzas noviembre 13 de 1818 Fco. Rouviere Fuente: Archivo Histórico de Matanzas. Actas Capitulares. Tomo 32. Folio 272. 188 De esclavos e inmigrantes 189 Odlanyer Hernández de Lara Anexo 3. Plano de la casa de vivienda. Elaborado por Adrián Labrada Milán. Se puede observar las diversas dependencias en el patio que, en algunos casos, correspondían a los barracones de esclavos domésticos. 190 De esclavos e inmigrantes Anexo 4. Plano del almacén. Elaborado por Adrián Labrada Milán. 191 Odlanyer Hernández de Lara Anexo 5. Plano del denominado criadero de criollitos. Elaborado por Adrián Labrada Milán. 192 De esclavos e inmigrantes Anexo 6. Plano de la estructura de la noria. Elaborado por Adrián Labrada Milán. 193 ÍNDICE. Prólogo………………………………………………………………... 11 Prefacio………………………………………………………….......... 15 Agradecimientos……………………………………………………… 17 Introducción…………………………………………………………... 19 CAPÍTULO I. Los estudios arqueológicos. Antecedentes y objetivos………………………………………………………………. 27 Estudios arqueológicos previos………………………………………. 27 Objetivos de este estudio……………………………………………... 35 El área de estudio……………………………………………………... 36 CAPÍTULO II. Apuntes históricos en torno al café…………………. 39 Arribo y permanencia de colonos franceses………………………… 45 CAPÍTULO III. La Dionisia. Algo más que historia………………… 51 La fundación del cafetal……………………………………………… 51 La familia Rouviere…………………………………………………... 56 La Dionisia en la Guerra del 95……………………………………… 58 Composición de la plantación………………………………………… 60 CAPÍTULO IV. La arqueología histórica en las plantaciones cafetaleras. La Dionisia como caso de estudio………………………. 75 Origen de la Arqueología Histórica en Cuba…………………………. 79 Las excavaciones arqueológicas en La Dionisia…………………….. 83 Excavaciones en torno a la Ceiba…………………………… 86 Excavaciones en la estructura del campanario……………… 89 Excavaciones en el patio de la casa…………………………. 98 Excavaciones en el barracón de los esclavos………………. 102 Trabajos de recolección en superficie………………………. 105 Materiales constructivos……………………………………………… 112 Contexto y cronología……………………………………………….... 115 CAPÍTULO V. La arqueología histórica y el estudio de la esclavitud en el cafetal La Dionisia…………………………………... 117 Trabajos arqueológicos……………………………………………….. 119 La vida del esclavo……………………………………………………. 120 Religión y esclavitud………………………………………………...... 122 Economía esclava……………………………………………………... 125 Objetos vinculados a la actividad productiva………………………… 131 La cultura material del proceso esclavista……………………………. 133 Pasatiempos…………………………………………………………… 134 CAPÍTULO VI. Impacto arqueológico y turismo……………………. 137 Cambios y transformaciones………………………………………….. 138 Desarrollo turístico del área…………………………………………... 141 La Dionisia y las consecuencias del turismo…………………………. 143 Legislación del patrimonio histórico…………………………………. 148 Epílogo………………………………………………………………... 157 Postscriptum…………………………………………………………... 165 Glosario……………………………………………………………….. 167 Bibliografía…………………………………………………………… 173 Anexos………………………………………………………………... 185 Impreso en octubre de 2010 en los talleres de Impresión Digital de Docuprint S. A. Tacuarí 123, Ciudad de Buenos Aires, Argentina