Ante un ahogamiento, ¿cómo actuar?

Salud y seguridad

El ahogamiento es la muerte por asfixia al estar sumergido en el agua. Para evitar llegar a esta muerte, es preciso que sepamos actuar rápidamente y estando plenamente conscientes y seguros de los pasos a realizar en cada momento.
Salvar a una persona que se está ahogando requiere de mucho temple, serenidad y algo de experiencia.
Nosotros tratamos de explicarle en este artículo cuáles son los pasos a seguir, para ayudarle en tan complicada situación.

Evaluar la gravedad del problema

Para poder ser eficaces en nuestra acción de salvamento, deberemos ser capaces de diferenciar el nivel de ahogamiento y actuar en consecuencia.
Por eso conviene que sepamos que existen diferentes tipos de ahogados:

  • AHOGADO LEVE: presentará movimientos respiratorio s discretos y en la boca contendrá espuma, arena o fango.
    En esos casos deberemos actuar de la siguiente manera:

    • Acostar a la persona en el suelo.
    • Limpiarle la boca rápidamente lo más profundo que podamos, hasta la garganta.
  • AHOGADO GRAVE: en estos casos no habrá respiración o ésta será muy superficial, tampoco habrá pulso.
    En caso de que salga agua por la boca, deberemos facilitar esta salida por las vías aéreas grandes, laringe, tráquea y bronquios; para lo cual acostaremos al ahogado de lado y le daremos unos golpes en la base de los pulmones utilizando para ello las palmas de la mano.
    Esto deberá hacerse siempre antes de la maniobra de reanimación, puesto que sino ésta no obtendrá resultados de ningún tipo.

La reanimación

Una vez que hayamos analizado la situación, deberemos pasar a la siguiente fase, sin duda la más complicada: la reanimación.
Todos habremos oído hablar en alguna ocasión del Boca a Boca, pero ¿sabemos cómo realizarlo?. En realidad, se trata de una maniobra muy sencilla de realizar, pero que puede sernos de gran ayuda ante cantidad de diferentes situaciones, por lo que conviene conocerla correctamente.
Los pasos a seguir para realizar un boca a boca son:

  • Inclinamos la cabeza del accidentado hacia atrás, levantando el mentón.
  • Tomamos aire profundamente.
  • Llevamos nuestros labios sobre la boca abierta de la víctima.
  • Taponamos los orificios nasales del ahogado con nuestras manos.
  • Soplamos con firmeza durante unos dos segundos, comprobando que la persona está aceptando el aire, lo que sabremos porque su pecho se hincha.
  • Retiramos nuestra boca, esperamos a que el pecho se deshinche y volvemos a repetir la acción. El ritmo deberá ser de unas 15 veces por minuto
  • Comprobaremos el pulso cada diez insuflaciones y, cuando lleguemos a percibirlo, continuaremos hasta que la persona recupere el conocimiento.

En caso de que el ahogado no reaccione al Boca a Boca, deberemos pasar al Masaje Cardíaco, sin duda algo mucho más complicado de realizar, pero que igualmente conviene conocer.
Para realizar correctamente un masaje cardíaco deberemos seguir los siguientes pasos:

  • Colocar al sujeto en una superficie plana y nivelada.
  • Tratar de que nuestros hombros se encuentren en una posición bastante alta, para poder aplicar la fuerza con los brazos rectos y los codos rígidos.
  • Colocamos la palma de una mano, apoyando el talón y con la otra mano superpuesta, sobre el tercio inferior del esternón del paciente.
  • En esa posición aplicamos fuerza hacia abajo, hasta deprimir el esternón unos cinco centímetros, liberando después la presión de manera inmediata.
  • Repetimos estas presiones cortas y bruscas de manera rítmica, con una media de unas 80 veces por minuto.
  • Tras esto procederemos a alternar el masaje con el boca a boca (en caso de que haya dos personas atendiendo al paciente convendrá que cada una de ellas realice uno de los ejercicios).

Si todo se ha realizado convenientemente, el paciente deberá recobrar el pulso y la respiración.
Por supuesto, debemos ser conscientes de que en esta situación la hospitalización urgente será imprescindible.

La siempre necesaria previsión

A nadie le gusta pensar en lo peor, pero sólo haciéndolo podremos ser realmente eficaces si nos encontramos ante algún problema.
En el caso del ahogamiento, la diferencia entre la vida y la muerte de la persona que sufre el accidente puede decidirse en apenas unos segundos; por eso no hay ni que mencionar la enorme importancia de una intervención rápida.
Para que ésta pueda realizarse, siempre resulta conveniente tenerla prevista, habilitando zonas para un posible rescate de este tipo en la propia embarcación, que deberá disponer del material de seguridad necesario para auxiliar a un posible ahogado.
Tenga en cuenta que un ahogado siempre se salva fuera del agua; esa es la primera regla a cumplir, después todo dependerá de la “calidad” y rapidez del rescatador.
Todos conocemos casos de personas que han sufrido ahogamiento y se han recuperado sin que quedara ninguna secuela; pero debemos ser conscientes de que si se sufre una anoxia del cerebro de más de cinco minutos, las posibilidades de recuperación serán muy pocas.

Tipos de salvamento

Antes de lanzarnos al agua sin más en búsqueda de la persona que ha sufrido el percance, resultará necesario que evaluemos la situación en la que nos encontramos, para actuar en consecuencia.
A nivel general, las diferentes situaciones que podremos encontrarnos son:

  • Agua muy peligrosa y víctima muy alejada: no saltaremos al agua, lo más adecuado es enviarle algún objeto flotante al que pueda asirse.
  • Agua peligrosa y víctima cerca: trataremos de alcanzarla con algún objeto, para que se agarre a él y poder tirar hasta subirle a bordo.

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