Abarloar supone realizar las maniobras necesarias para colocar un barco dando uno de sus costados al muelle o a otra embarcación.
La forma clásica para amarrar un barco en un muelle es la de utilizar los cabos de amarre, que son los siguientes:
- Largos de proa y popa: los que partiendo de los extremos del barco, van lo más lejos posible hacia delante y hacia detrás.
- Los través delanteros y traseros: los que sales de proa y de popa perpendicularmente al eje longitudinal del barco.
- Los spring: los que se colocan en diagonal. Uno parte de la proa hacia atrás y el otro lo hace desde la popa hacia delante.
En caso de que se atraque en un muelle con marea, lo más común es suprimir los través ya que de lo contrario nos veremos obligados a ajustar las amarras en función del nivel del mar. Pero si el viento sopla del muelle, este sistema tiene el inconveniente de que el barco se acabe separando demasiado del mismo, y para evitarlo deberemos colocar de nuevo los través.
En ocasiones la falta de puntos de amarre en el propio muelle hace que no podamos utilizar todos los cabos. No debemos preocuparnos excesivamente por ello, ya que un barco se considere bien amarrado con cuatro cabos. Lo más importante es amarrar de forma simétrica la proa y la popa.
La forma de abarloar dependerá del tamaño de los barcos:
- Si se trata de un barco pequeño que atraca junto a otro más grande: puede hacerlo de la forma clásica (comentada en el caso de los muelles).
- En el caso de dos barcos del mismo tamaño: no se utilizarán los largos, mientras los springs y los través deberán estar bien templados para que las defensas trabajen correctamente. Además será conveniente que no sea únicamente el primer barco el que mantenga a los otros sujetos al muelle ya que de esta forma una racha de viento puede provocar la rotura de amarras y consecuentemente enormes desperfectos.
De cualquier forma corresponde al recién llegado colocar sus defensas y vigilar que las amarras estén correctamente templadas para no causar ningún daño al vecino.
