Método: Esta modalidad consiste en acechar el paso de un animal por sus pasos naturales de ida o vuelta a sus encames o por lugares de especial querencia, así como en comederos preparados al respecto.
Es practica habitual en las zonas de abundante caza mayor, y existen verdaderos expertos e incondicionales que la prefieren a cualquier otra modalidad.
Dado que los animales a cazar son de costumbres nocturnas o crepusculares es necesario la utilización de elementos ópticos de la mejor calidad y luminosidad posible para su localización y caza.
El cazador se sitúa en un puesto lo mas oculto posible, el cual puede ser natural (tras un matorral, subido a una encina), o preparado al efecto (torretas, etc), debiendo armarse de paciencia. Uno de los problemas en este tipo de caza
es la inmovilidad a que se ve sujeto el cazador para evitar cualquier ruido. En invierno, las temperaturas extremas exigen una indumentaria muy especial y gran capacidad de sacrificio del cazador.
Animales más apropiados para practicar este tipo de caza: El animal a cazar por excelencia es el jabalí, aunque esta modalidad puede aplicarse a la caza de otras piezas.
