El perfil del absentista escolar en España: hombre, inmigrante... y con figuras parentales sin la secundaria

  • Asi lo asegura un estudio de las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación sobre alumnos de 15 años.
  • "El estudio nos ha permitido confirmar tendencias en los patrones de absentismo", explica una de sus autoras a 20minutos.
Un aula de primaria, en una foto de archivo.
Un aula de primaria, en una foto de archivo.
EUROPA PRESS - Archivo
Un aula de primaria, en una foto de archivo.

Chicos, inmigrantes y con padres con un nivel educativo inferior a secundaria. Así se resume el perfil medio que representa al absentismo escolar en los estudiantes quinceañeros de los 15 países estudiados por la monografía "La importancia del absentismo escolar para el desarrollo y el desempeño educativos".

Este estudio, editado por las fundaciones Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación, basado en la información del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (años 2012, 2015 y 2018), busca examinar "la falta a clase voluntaria y generalmente injustificada por parte de un alumno en varios momentos de su etapa escolar" y encontrar soluciones para mejorar la calidad de la educación.

"El estudio nos ha permitido confirmar tendencias en los patrones de absentismo para los estudiantes en España y en un conjunto de países. Hemos encontrado similitudes y diferencias, todas útiles desde el punto de vista de las políticas y de la práctica educativa", cuenta una de las autoras, Emma García, a 20 minutos.

De esta forma, los varones, inmigrantes y con figuras parentales sin cursar la secundaria, se suman a los adolescentes repetidores, con bajas expectativas sobre el nivel educativo que alcanzarán en el futuro, con valores de sentido de pertenencia a la escuela y de bienestar subjetivo por debajo del promedio nacional, y con niveles de acoso superiores a la media del país, para convertirse en el perfil medio del alumnado que no acude a clase notablemente.

Este problema se relaciona con la falta de motivación y, también, con el abandono escolar. Ahora bien, puede darse en distintas intensidades, así como su prevalencia varía para diferentes grupos en la población estudiantil.

Aproximadamente, uno de cada cinco estudiantes que participaron en PISA 2018 (18,4%) faltó a la escuela ocasionalmente (uno o dos días), mientras que uno de cada 15 (6,6%) lo hizo con mayor frecuencia (tres o más días), tomando como referencia las dos semanas previas a su participación en el estudio, tal y como señalan las autoras Emma García y Elaine Weiss.

Concretamente, en todos los países se observa una diferencia entre la proporción de chicos y chicas que se ausentaron de la escuela tres o más día, puesto que los porcentajes de varones que faltaron a clase son superiores. Las diferencias se distribuyen como mínimas en Canadá, Irlanda, Japón, Países Bajos y Estados Unidos; moderadas en España, Estonia, Finlandia, Italia, México, Suecia; y más importantes en Francia, Portugal y Polonia.

En España, el 23,2% de los jóvenes se ausentaron de sus obligaciones estudiantiles entre uno y dos días durante las últimas dos semanas, y el 6,5% lo hicieron por tres o más días. Tasas que se encuentran entre las abstenciones moderadas-altas, tal y como explica Emma García.

Aunque la ausencia al instituto por parte de los jóvenes puede ser consecuencia de númerosos desencadenantes como son los problemas de salud, los horarios de trabajo no convencionales de los padres, el bajo nivel socioeconómico, los cambios en la composición del hogar, la movilidad residencial y las responsabilidades familiares. Así como la falta de apoyo adecuado dentro del sistema educativo como el transporte, entre muchos otros.

La edad del alumno y el curso al que asiste también son determinantes importantes del absentismo, pues estos se desarrollan a una edad temprana y, a menudo, acaban convirtiéndose en patrones de asistencia posteriores. 

El verdadero dilema que acarrea todo ello son las secuelas educativas que quedan impregnadas en los estudiantes. Y es que cuantos más días se ausente, peor será su desempeño en los tres dominios cognitivos, tambien conocidos como matemáticas, lectura y ciencias. Tanto es así que, según este análisis, cada semana de ausencia por semestre en tercero de la ESO se asocia con una disminución de más del 20% en la probabilidad de finalizar la secundaria.

Es decir, este estudio recoge que en la mayoría de los países se observan brechas en el desempeño cognitivo de alrededor de 20 puntos para los alumnos ocasionalmente ausentes y alrededor de 50 puntos para los estudiantes que faltan con mayor frecuencia, lo que equivale, aproximadamente, a 0,2 y 0,5 desviaciones estándar. 

García, por otro lado, reconoce que "tanto el nuevo análisis como la revisión del campo de trabajo sobre el absentismo están centrados en los estudiantes, en su desarrollo y en sus resultados en la etapa escolar". Sin embargo, sería "muy interesante" conocer qué consecuencias podría tener dicha ausencia en el futuro ámbito laboral de estos jóvenes.

¿Cómo reducir el absentismo?

La monografía de García y Weiss centra sus recomendaciones para enfrentar el absentismo en dos aspectos. En un primer lugar sería necesario seguir incrementando el conocimiento sobre los mecanismos que influyen en este problema, así como profundizar en la importancia que pueden tener diferentes aspectos como el contexto al que se enfrenta el alumno para conocer "qué intervenciones funcionan, para qué grupo de estudiantes y bajo qué condiciones lo hacen".

Y en un segundo lugar, esta vez desde el punto de vista político, es significativo la monitorización y el tratamiento del absentismo, a través de medidas gubernativas.

Ambas recomendaciones, para las expertas, "tienen una importancia mayor en el contexto que rodea la publicación de esta monografía, la pandemia causada por el Covid-19 y sus importantes consecuencias para la educación". Además, la "literatura sobre absentismo escolar, especialmente sobre absentismo crónico y cómo mitigarlo, nos podrá ayudar a proponer soluciones si, tras la pandemia, se observa un incremento en el abandono escolar", aclara García en la entrevista.

Aún así, para reducir esta cuestión el análisis plantea tres tipos de intervenciones: las que incentivan la asistencia; las que reducen las barreras a la presencialidad; y, por último, las que ayudan a abordar las barreras a la adaptación o ajuste a la escuela.

"España y los países que destacan de forma negativa en otros indicadores de resultados educativos como la repetición, el abandono, el bajo desempeño, etcétera... tienen ante sí un campo de intervención amplio, si se enfocan en reducir sus tasas de absentismo, puesto que este se produce con anterioridad y es sensible a muy variadas intervenciones", cuenta Emma García.

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