Carlos Alcaraz se exprime para lograr una victoria épica y meterse en los cuartos del Mutua Madrid Open

Carlos Alcaraz celebra su victoria ante Jan Lennard Struff.
Carlos Alcaraz celebra su victoria ante Jan Lennard Struff.
EFE
Carlos Alcaraz celebra su victoria ante Jan Lennard Struff.

Carlos Alcaraz exprimió este martes todo su tenis, hasta la última gota, en un titánico partido de más de tres horas que terminó con victoria al límite ante Jan-Lennard Struff (6-3/6-7/7-6). El alemán quería su venganza de la final de la pasada edición y llevó su minucioso plan hasta el final, pero fue incapaz de tumbar a un joven enamorado de la tierra de Madrid capaz de sacar todo su repertorio de milagros para seguir con vida.

El vigente campeón cerró sin demasiados problemas un primer set con un marcador demasiado severo para lo visto en pista, un nivel que sí ajustó mucho más el marcador en las dos siguientes mangas, ambas resueltas en tie breaks de infarto. 

Carlitos arrancó el duelo al saque, iniciativa que conservó hasta el primer descanso con algunos apuros. El alemán, que sería capaz de mantener una media de velocidad de saque cercana a los 200km/h durante todo el partido, tenía muy clara la idea de atacar al resto y de ello dependería por completo su capacidad de sumar puntos ante el favorito de la afición.

La clave llegó en el sexto juego, cuando la rotura de Alcaraz sobre su rival allanó el camino hacia el primer set. Lo cerró finalmente en un 6-3 algo engañoso, pues si bien se mostró superior en los peloteos, el alemán parecía capaz de sacar algún recurso más en cualquier momento.

El marcador golpeó a un Struff desorientado en el inicio del segundo capítulo del partido, nada que ver con la tormenta de tenis que sería capaz de desplegar ante una Pista Central Manolo Santana confiada en exceso en la victoria de su joven y talentosa raqueta. Más que en su juego, el cambio llegó en el aspecto mental, un desbloqueo que le permitió dar un paso adelante para restar con violencia y buenos reflejos los servicios de Alcaraz.

Con tesón y fe en su plan, el tenista de Warstein silenció a las 12.500 almas que asistieron a una clase magistral de remontadas. Saques abiertos, subidas a red, dejadas, pelotas que limpiaban la línea... de todo tuvo una rebelión que dejó a Alcaraz estupefacto.

Alcaraz se remangó, tocaba respirar y evitar la ansiedad en un partido de pelea. Hasta el 6-6 llegó con la lengua fuera, exigido al máximo por un Struff de acero. El tie break, territorio de valientes, parecía favorable al murciano, pero, tras desaprovechar una ventaja de 3-1 y perder la muerte súbita con un ace concedido por la revisión electrónica, el partido entró en la manga decisiva.

De nuevo empezó el español con la iniciativa del saque y en una nueva ocasión mostró un titubeo a la hora de cerrar el choque. El 4-1 con break parecía definitivo, más cuando el pupilo de Juan Carlos Ferrero enseñaba algunas de sus diabluras a una grada que, al igual que él en pista, volvió a confiarse en exceso. 

Fe, ese es el atributo principal de un Jan-Lennard Struff conocedor de sus posibilidades en un torneo que le quiere. Hasta el límite la llevó, sin descolgarse en su servicio y confiado en sus posibilidades de atragantar a la grada. Era el antagonista para un público sin memoria, los mismos que ya le habían visto llevar a su promesa —y vigente campeón— a un tercer set en nada más y nada menos que la final, y que no creían posible lo que presenciaron sus ojos hasta la última pelota de partido.

Convirtió un 5-2 en 5-5 solo con el empuje de los gritos de ánimo de su entrenador y, de nuevo, llevó a Alcaraz a donde siempre se imponen los tenistas con 'duende', el tie break. Carlitos volvió a tirar una amplia ventaja, esta vez de 3-0, y remontó un 3-4 en contra para cerrar un duelo realmente complicado en este Mutua Madrid Open.

"Ha sido increíble jugar a este nivel durante tres horas después de casi un mes parado", dijo para recordar a todos que la gesta firmada es aún mayor después de un calvario con la lesión en su antebrazo. "Cómo echaba de menos esto", escribió en la firma a cámara. Y es que esto, los nervios, la presión y los golpes imposibles del tie break decisivo son los que alimentan la sonrisa de un joven dispuesto a hacer historia ante su público. Quiere la triple corona seguida en Madrid, nadie lo ha hecho antes, aunque para ello deberá acabar primero con Rublev en la siguiente ronda.

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Alcaraz - Struff, en directo: octavos de final del Mutua Madrid Open
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