La Biblia nos dice repetidamente que no nos desalentemos ni desmayemos. Dios sabe que no podremos ser victoriosos si estamos desalentados, así que Él nos anima a iniciar un proyecto diciéndonos: “No nos desalentaremos”. Dios quiere que estemos con aliento, no desalentados.
Cuando el desaliento o la condenación tratan de abrumarte, lo primero que debes hacer es examinar tu modo de pensar. ¿Qué clase de pensamientos has estado teniendo? ¿Acaso sonaban como éstos?: “No podré hacerlo, es demasiado difícil. Yo siempre fracaso; siempre pasa lo mismo. Nada cambia nunca. Estoy seguro de que otras personas no tienen tantos problemas para renovar sus mentes. Será mejor que me rinda. Estoy cansado de intentarlo. Oro, pero parece que Dios no me oye. Probablemente, Dios no responde mis oraciones, porque está decepcionado por la manera en que actúo”.
Si estos ejemplos representan tus pensamientos, entonces no te asombres de estar desalentado o sentirte condenado. Recuerda, tú te transformas en lo que piensas. Si tienes pensamientos desalentadores, terminarás desalentado. Si tienes pensamientos condenatorios, vivirás bajo condenación. ¡Cambia tus pensamientos y libérate!
En lugar de pensar negativamente, piensa algo como esto: Bueno, las cosas van un poco lentas, pero, gracias a Dios, estoy haciendo algunos progresos. Me alegra saber que estoy en el camino que me conducirá a la libertad. Ayer, tuve un día agitado. Elegí pensamientos erróneos a lo largo de todo el día. Padre, perdóname y ayúdame a seguir adelante. Cometí un error, pero al menos es un error que no tendré que cometer otra vez. Éste es un nuevo día. Tú me amas, Señor. Tu misericordia es nueva cada mañana. Rehúso estar desalentado. Rehúso ser condenado. Padre, la Biblia dice que tú no me condenas. Tú enviaste a Jesús a morir por mí. Voy a estar bien: hoy va a ser un gran día. Te pido que hoy me ayudes a elegir pensamientos correctos.
Estoy segura de que tú ya puedes sentir la victoria con este tipo de pensamientos positivos, alentadores, que agradan a Dios. ¡Practica hoy mismo este tipo de pensamientos!
Tomado de “La Biblia de la vida diaria”, de Joyce Meyer. Una publicación de Casa Creación. Usado con permiso.