Empezaré matizando que soy de la opinión de que se come bien en toda España, y además, tenemos la suerte de ser uno de los países con una de las gastronomías más completas y más variadas de Norte a Sur. Pero en concreto, en este post voy a hablar de lo maravillosamente bien que hemos comido esta Semana Santa en La Rioja Alta.

Y se lo dedico a mi madre, riojana, gracias a la cual valoro tanto las maravillosas verduras frescas (no congeladas ni embotadas, que no soporto!), que siempre he tomado en casa, y que al independizarme, descubrí que son un «bien escaso». Donde esté una buena borraja, el cardo, las alcachofas, los pimientos del piquillo, o los espárragos blancos naturales, que se quite todo lo demás!

Pero a lo que iba, en Ezcaray comimos maravillosamente bien en El Portal de Echaurren (ver post anterior), alta gastronomía pero basada en los excelentes productos riojanos.

En Haro, hay que disfrutar de la experiencia de salir de vinos y pinchos/raciones , por la zona de la Herradura, que comprende las calles de Santo Tomás o Mayor, la plaza de la Iglesia, San Martín y Bilibio, donde podemos entrar en un bar tras otro. Los pinchos no tienen la complejidad gastronómica que tienen en San Sebastián o Pamplona (tengo pendiente un post), pero son productos sencillos de la zona elaborados con la mayor calidad, especialmente las cosas a la plancha (champiñones, sepia, pinchos morunos, «embuchado», etc), aliñadas con una sabrosa salsa con ajo y perejil, que los riojanos dominan de maravilla.  El bar que más nos gustó de esta zona es el Jarrero, aunque hay miles.

 Otra experiencia imprescindible si estamos por La Rioja es ir de vinos por la Calle Laurel, en Logroño. Un bar tras otro donde disfrutar de exquisitos champiñones a la plancha, patatas bravas, setas a la plancha, pimientos rellenos (picantes o no), patatas a la riojana, y mil maravillas más….eso sí, siempre acompañado de un buen tinto «del año» o «crianza», como piden los locales.

Como muestra, pondré alguna foto de nuestro recorrido por los bares de la zona, aunque la calidad no es muy buena, porque las hice con el iphone…

En DO Laurel (C/ Laurel, nº4), encontramos una gran variedad de vinos por copas y cocina riojana en miniatura, pero actualizada e incluso «deconstruida», como: «pulguita de choricillo al crianza», «tortilla de patatas evolucionada» o «pisto de boletus con espuma de bacalao».

Otras maravillas de la zona, que hay que probar son las chuletillas de cordero asadas al sarmiento, el picadillo de chorizo, el choricillo picante riojano, los ajos tiernos a la brasa, la maravillosa menestra de verduras, el calderete, las gordillas (tripas de cordero enrolladas a la plancha) o los fardelejos (postre de origen árabe, compuesto por un fino hojaldre artesanal relleno de una pasta de almendra) en Arnedo etc

Y de vinos, a parte del típico rioja tinto, hay que probar el zurracapote o «zurra«, bebida elaborada a base de vino tinto al que se le añade fruta (naranjas, limones, o incluso melocotón), azucar y canela, aunque hay cada uno tiene su propia receta. En mi época, lo elaboraban las cuadrillas de jóvenes en las bodegas en fiestas, pero ahora lo venden en todos los bares.