El cultivo de rosas es uno de los más comunes de la jardinería. Y no solo en nuestro país sino que, a nivel mundial, es una de las flores más cultivadas. Las razones son obvias: la rosa recibe, de forma popular, el nombre de la «reina del jardín». A su majestuosa belleza se le suma una elegancia natural que convierte en irresistible su cultivo. Un buen motivo para que aquellos jardineros apasionados por esta flor quieran descubrir los distintos tipos de rosas para plantar en primera persona.
Si bien el cultivo de rosas no es complicado, sí tiene sus secretos. O, mejor dicho, el misterio radica en poder conseguir unas rosas preciosas y duraderas. Un detalle que suele ser el oscuro objeto de deseo de los amantes de la jardinería. Y que, a pesar de lo que pueda parecer, no es tan complicado. Basta con darle a nuestros rosales lo que necesitan para que puedan transformar su energía natural en esas flores divinas con las que soñamos.
Así que veamos esos pequeños consejos cruciales en el cultivo de rosas. Unos que harán de nuestras plantas ese espectáculo de belleza que todos queremos disfrutar.
- CONSEJOS PARA EL CULTIVO DE ROSAS ESPECTACULARES
- 1. Cuidar el lugar de plantado, clave en el cultivo de rosas
- 2. Guardar distancia entre plantas, fundamental para su crecimiento
- 3. Podar cuándo toca y cómo toca
- 4. Vigilar de cerca las enfermedades, vital para la salud del rosal
- 5. Regar de forma regular y en el momento adecuado, un detalle importante
- 6. Abonar en el momento preciso y con un fertilizante específico
- 7. Prepararlos para el invierno
CONSEJOS PARA EL CULTIVO DE ROSAS ESPECTACULARES
Más allá de saber cómo cuidar las rosas para disfrutarlas, hay algunos trucos del cultivo de rosas que favorecerán una correcta salud de la planta. ¿Y por qué es importante este detalle? Porque solo una planta sana y fuerte puede florecer profusamente. La floración es un desgaste de energía, nutrientes y recursos. Una razón de peso para que tratemos de mimar nuestro rosal, desde el mismo momento de su plantación.
Y es que, aunque estos trucos parezcan de poca importancia, lo cierto es que influyen ¡y mucho! en el cultivo de rosas.
1. Cuidar el lugar de plantado, clave en el cultivo de rosas
Si bien algunas plantas de exterior admiten ser plantadas en cualquier lugar, no es nuestro caso. Más allá de saber en detalle cómo plantar correctamente un rosal, hay otros aspectos decisivos en el cultivos de rosas a contemplar. Y es que, probablemente, el lugar de plantado es uno de los detalles más importantes para disfrutar de nuestras flores.
Para empezar, es fundamental no plantar nuestro rosal en un espacio en el que ya haya habido previamente otro. Por su elevada exigencia de nutrientes, no será el lugar ideal para plantar uno nuevo. Si no quedara más remedio, nos tendríamos que ver obligados a cavar un hoyo de hasta medio metro para renovar completamente el suelo. Solo así el nuevo ejemplar crecería con la fuerza y energía necesaria para que florezca en condiciones.
Independientemente de si el espacio de plantado es recurrente o nuevo, tendremos que prepararlo a conciencia. No solo es fundamental que le realicemos un buen drenaje, clave para el desarrollo del rosal. Además, tendremos que mimar el suelo. Por un lado, utilizando un sustrato específico para rosales o, en su defecto, un sustrato neutro ligeramente ácido. Por último, no está de más añadir una buena capa de materia orgánica a la altura de las raíces.
Por último, es igual de importante elegir correctamente el sitio de plantado. No es recomendable plantar rosales demasiado cerca de un muro o debajo de árboles. Para poder crecer en condiciones, el rosal necesita aire y mucho sol.
2. Guardar distancia entre plantas, fundamental para su crecimiento
Otro aspecto que suele pasar desapercibido en el cultivo de rosas. El rosal es una planta que, a pesar de tener en ocasiones una talla modesta en su juventud, puede llegar a tener unas dimensiones muy interesantes.
Por ese motivo, es fundamental dejar un buen espacio entre planta y planta para permitirlas crecer todo lo posible.
3. Podar cuándo toca y cómo toca
Otra tarea fundamental para su bienestar pero, sobre todo, para disfrutar plenamente del cultivo de rosas. Por un lado, la poda promueve la creación de flores. Por otro, llevarla a cabo favorece que circule mejor el aire entre las ramas. Un aspecto fundamental para su bienestar.
Cuándo podar rosales y cómo hacerlo correctamente es una de las dudas recurrentes de los amantes de estas plantas. Y está claro que llevarla a rajatabla es la única forma de que la poda cumpla con su función beneficiosa para la planta.
4. Vigilar de cerca las enfermedades, vital para la salud del rosal
Probablemente, uno de los aspectos más delicados en el cultivo del rosal. Y es que igual que a los humanos nos parece una planta espectacular, a los insectos les pasa algo parecido. Una razón por la que es objeto de múltiples plagas que pueden llegar, incluso, a comprometer su bienestar y salud.
Si en condiciones normales eliminar las plagas del jardín es clave, en el caso del rosal todavía más. Será la única manera en la que nuestra planta no abandone la floración, centrándose en mantenerse sana contra el enemigo.
5. Regar de forma regular y en el momento adecuado, un detalle importante
Cualquier amante del rosal sabe que el riego es una de las tareas fundamentales de su cultivo. De la misma manera que demanda una buena dosis de nutrientes para crecer en condiciones, necesita agua en abundancia. Pero cuidado con esto porque, habitualmente, interpretamos esta necesidad de forma incorrecta.
El rosal debe regarse en profundidad. Es más: es preferible menos riegos semanales pero en profundidad que muchos ligeros. El cultivo de rosas exige riegos abundantes pero espaciados, y siempre dirigidos a las raíces. Importante: no mojar sus hojas. De hacerlo, estaríamos exponiendo a nuestro rosal a ser objeto de hongos. Unos incómodos visitantes que tienden a colonizar la planta, y arruinar su floración.
6. Abonar en el momento preciso y con un fertilizante específico
Fundamental en el cultivo de rosas. Promover la floración del rosal pasa por comenzar a abonarlo desde el comienzo de la primavera. Pero ojo: es fundamental esperar siempre a que desaparezcan por completo las heladas. De no hacerlo, el frío puede acabar con los nuevos brotes. Pasada la primavera, después mantendremos la pauta de fertilizante una vez al mes durante el verano.
También es importante elegir correctamente el tipo de abono. Solo uno específico para rosales aportará lo necesario tanto para hacer crecer la planta como para promover la intensidad de su floración. De optar por otro tipo de abono especialmente si es rico en nitrógeno, puede ser perjudicial para el desarrollo de nuestra planta. Su crecimiento será demasiado rápido y eso será un auténtico imán para los pulgones.
7. Prepararlos para el invierno
El último detalle a contemplar. Se suele creer que el rosal es rústico y resistente. Sin embargo, es importante mantener sus raíces a salvo del frío y las heladas. Estas últimas, de hecho, son su principal enemigo. Por eso, es importante cubrir las raíces en los meses de invierno ya sea con compost, hojas secas o corteza de pino.