Cómo recuperar un jardín abandonado

Cómo recuperar un jardín abandonado

Por más misión imposible que nos pueda parecer, recuperar un jardín abandonado no es tan complicado. Mentiríamos si dijéramos que no supone trabajo o dedicación de tiempo porque son, precisamente, los dos ingredientes indispensables para que vuelva a su normalidad. Pero, una vez alcanzado el objetivo de disfrutarlo en plenitud, no habrá duda: tanto esfuerzo habrá merecido ¡y mucho! la pena. Es más: hay otra manera más de mirar esta aparentemente titánica labor. Y es que recuperar un jardín abandonado es una gran oportunidad para cambiarlo por completo. Una forma de renovarlo e, incluso, de adaptarlo a una etapa distinta de su propia vida.

Cuando pensamos en recuperar un jardín abandonado nos viene a la mente esa imagen de las películas de una casa decrépita y un jardín transformado en pseudo selva. Pero no hace falta llegar a tanto para considerar que un espacio exterior desatendido necesita mano dura. Y ya no es, únicamente, una cuestión de estética o de disfrute personal. No hay que perder de vista que una de las razones más poderosas para recuperar un jardín abandonado es nuestra propia seguridad. Porque lo más fácil es que, si hemos dejado ese espacio en manos del curso del tiempo, algunos aspectos puedan resultar peligrosos.

¡Pero que nadie se alarme! Porque nada como saber por dónde empezar para poder recuperar un jardín abandonado. Porque solo paso a paso conseguiremos que vuelva a ser ese espacio habitable y amable que tantas alegrías nos da.

PASOS PARA RECUPERAR UN JARDÍN ABANDONADO

Recuperar un jardín abandonado es una auténtica carrera de fondo. En muchas ocasiones, la magnitud de las tareas que tenemos que afrontar es tal que no tenemos muy claro por dónde empezar. Es la sensación lógica y típica. Nada de agobios porque, realmente, lo único que nos hace falta es un plan. O, mejor dicho, tener claros los pasos que debemos seguir para recuperar un jardín abandonado.

Y, aunque cada jardín tiene sus propias peculiaridades, está claro que la lista de labores es la misma siempre. Una que, simplemente, tendremos que adecuar a las características de nuestro jardín.

¡Empecemos!

1. Limpiar a fondo el terreno, el punto de partida para recuperar un jardín abandonado

El paso del tiempo y la falta de cuidados son un hecho visible en nuestro jardín. No es solo una cuestión de estética. Ambas cosas se traducen en una proliferación de las hierbas adventicias y en un empobrecimiento del terreno. Y es que el suelo, además de compactarse, suele empobrecerse como consecuencia de las condiciones climatológicas sumadas a la falta de atención.

Para comenzar a recuperar un jardín abandonado tendremos que centrarnos en sanear el terreno. No hablamos únicamente de saber cómo erradicar las malas hierbas convenientemente, para evitar que vuelvan a aparecer. Nos referimos, también, a desbrozar a fondo y eliminar hojas u otros elementos que puedan entorpecer.

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Por último e importante: rastrillar a fondo el suelo. Así conseguiremos descompactar el terreno pero, también, oxigenarlo para albergar la nueva vida que decidamos plantar. Además, es importante que nos planteemos nutrir el suelo con una enmienda orgánica que enriquezca el suelo como el mantillo. Mezclándola con la tierra que ya tenemos conseguiremos mejorar sus cualidades para poder volver a plantar. Porque no hay nada como llenar de plantas de exterior lo que antes estaba abandonado para ver el auténtico cambio que puede sufrir un espacio.

2. Sanear y podar árboles o arbustos

Además del suelo, el estado de árboles y arbustos será lo más llamativo en un espacio verde descuidado. Fruto del tiempo, habrán crecido de forma desordenada e, incluso, habrán invadido espacios que no les corresponden. Y no solo eso: podar arbustos y árboles es una tarea fundamental para su salud. Solo gracias a estos cortes pueden crecer con la forma que necesitan o, incluso, hacerlo en condiciones. Porque, si no eliminamos las ramas en mal estado, éstas pueden estar robándole energía a la planta.

Por eso, el segundo paso en nuestra labor de recuperar un jardín abandonado debe ser podar convenientemente árboles y arbustos. Y hablamos de una poda de limpieza en condiciones. No solo eliminaremos todas las ramas en mal estado sino que, además, tendremos que procurar darles forma. Tan importante como hacerla bien es llevarla a cabo sabiendo qué herramientas de poda utilizar para cada labor. No podemos perder de vista que podar es infligirle una herida a nuestras plantas y que esa herida puede ser una oportunidad para que los hongos se ceben con ella. Por eso no está de más hacer los cortes con cautela, siempre tratando de dañar lo menos posible las ramas y utilizando una pasta selladora para evitar posibles plagas.

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Con nuestros árboles y arbustos limpios, es momento de pasarles revista a fondo. Porque, más allá de la limpieza, es importante conocer su estado de salud. Si detectamos hongos o cualquier otro tipo de plaga, tendremos que tomar cartas en el asunto sin dejar pasar más tiempo. Y es que eliminar las plagas del jardín a tiempo es clave para que nuestra naturaleza vuelva a resurgir con salud.

3. Hacer balance del estado del césped

El césped es, probablemente, uno de los espacios que más denotan el abandono. Más allá de su mal aspecto, es habitual que nos encontremos con dos problemas. Por un lado, la proliferación de malas hierbas que han podido, incluso, acabar con las semillas de césped. Por otro, la presencia de hongos en determinadas áreas del jardín, que se manifestarán . Sumado a este par de aspectos, un césped sin cuidar presentará siempre compactación del terreno y falta de nutrientes.

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Antes de más, tendremos que segar primero y escarificar después el terreno a conciencia. Una tarea que suele formar parte de los cuidados del césped en febrero y octubre, y que es clave para recuperar el suelo. Gracias al escarificado, lograremos descompactar el terreno y oxigenarlo. Tras estas tareas, nada como utilizar un recebo antes de volver a sembrar el césped eligiendo las semillas adecuadas para nuestro tipo de jardín. Y, sin duda, utilizar un abono para césped. Nuestro suelo necesitará nutrientes para ser la cuna ideal de nuestra nueva hierba.

4. Revisar los sistemas de riego

El riego es otro de los grandes damnificados del paso del tiempo. Las gomas de los distintos tipos de mangueras de jardín o de sistemas de riego se endurecen e, incluso, se cuartean como consecuencia de la inactividad y las heladas. Por eso y para garantizar que nuestras labores para recuperar un jardín abandonado llegan a buen puerto, no podemos desatender este aspecto. Lo más probable es que tengamos que renovar mangueras y, probablemente, plantearnos instalar algún tipo de sistema de riego. ¡Pero, llegados a este punto, será un mal menor!

5. Renovar cierres y mobiliario

El último aspecto importante que solemos olvidar a la hora de recuperar un jardín abandonado. Nos centramos en las plantas y en el césped, sin caer en que el resto de la arquitectura del jardín es igual de importante. Y lo es por una cuestión muy básica: nuestra propia seguridad.

Más allá de pasar revista a anclajes y vallas para reparar lo que haga falta, tendremos que echarle un ojo en profundidad a nuestro mobiliario. Lógicamente, el descuido trae de la mano el abandono a la hora de cuidar los muebles de jardín según su material. Por eso, nada como hacerles una puesta a punto para ver si es posible alargarles la vida o, directamente, llevarlos a un punto limpio.

¿Te has enfrentado alguna vez a la tarea de recuperar un jardín abandonado? ¿has seguido estos mismos pasos? ¡Cuéntanoslo!