Todo el mundo habla del pachwork, pero muy pocos conocen las almazuelas. En cada región la tradición del arte textil se ha desarrollado de formas muy singulares, siendo clave para la construcción identitaria de cada territorio. En La Rioja, España, este legado cobra vida a través de las almazuelas o retazales es una técnica de costura, consistente en unir diferentes piezas de tela para formar una nueva superficie, normalmente en forma de manta, colcha o incluso prendas de vestir. Deriva de la voz árabe almozala o almozaia, de almoçala, alfobrilla o cobertor de cama.
No obstante, las almazuelas tienen una particularidad: son un reflejo de la economía y el ingenio riojano. Históricamente, las mujeres de La Rioja reciclaban los retales de tela sobrantes de confeccionar sus ropas y los utilizaban para reparar textiles deteriorados. De esta necesidad nació esta expresión artística, donde cada retal cuenta una historia, ya sea de una camisa que se desgastó o de un vestido de fiesta que pasó de moda.
Pachwork y Almazuelas: puntos que los unen
El patchwork se considera en EE. UU. un símbolo de la herencia cultural y comparte con las almazuelas la filosofía de aprovechamiento y la estética del ensamble. Ambas técnicas se centran en la reutilización de materiales y en la narración visual, donde cada pieza unida puede ser vista como una metáfora de la diversidad y la unidad comunitaria.
A pesar de sus similitudes, se diferencian en sus patrones y motivos, que están influenciados por las costumbres y el entorno de cada lugar. Mientras el patchwork americano a menudo muestra diseños geométricos en cuadrícula con una gran variedad de colores y estampados, las almazuelas se caracterizan por la armonía y la sutileza de los diseños que evocan la paleta natural y cultural de La Rioja.
La Fiesta de Almazuelas Colgadas: Un Desfile de Creatividad y Tradición
Cada mes de agosto, la localidad riojana de Pradillo se engalana con el colorido de la Fiesta de Almazuelas Colgadas. Durante dos días, el pueblo entero se convierte en un museo al aire libre. Las calles, balcones y plazas exhiben las obras maestras de las almazuelas. La localidad se transforma en un vibrante lienzo que invita a vecinos y turistas a un recorrido visual por la historia y el arte textil riojano.
La fiesta no solo celebra la belleza del arte textil, también sirve como recordatorio de la importancia de preservar y valorar el patrimonio cultural. Esta fiesta es todo un puente entre generaciones, donde las manos experimentadas enseñan a las más jóvenes a cortar, coser y soñar en telas.
