En la vida muchas veces tenemos que experimentar circunstancias que sentimos que no son agradables y nos vemos atrapados en situaciones que nos producen dolor. Lo anterior, se debe a que nos enfocamos en expectativas de lo que debe y no debe suceder, y de lo que es correcto o no para nosotros. Cuando nos suceden cosas que no se identifican con dichas expectativas o imágenes mentales, solemos resistirnos y luchar contra lo que está sucediendo con el fin de re direccionarlo hacia donde deseamos, sin darnos cuenta de que en realidad, al resistirnos a lo que es, estamos potencializándolo, acrecentando nuestro rechazo por lo que sucede y por consiguiente aumentando el dolor.

Cuando te resistes a algo, inconscientemente le das más fuerza

 

¿Cómo identificar si me estoy Resistiendo?

              Cuando nos resistimos sentimos miedo, nuestro instinto de supervivencia se activa, experimentamos una presión en el pecho y en ocasiones una especie de ahogamiento en la garganta. La intensidad de los síntomas dependerán del nivel de resistencia que tengamos frente a la situación. Lo interesante aquí es que al sentir que lo que está pasando va en contra de nosotros, ponemos toda nuestra atención en que no queremos que suceda en vez de en ¿para qué está sucediendo?, ¿qué puede enseñarme? y ¿cómo puedo transformarlo?

             Como se explicó en el artículo «Eres de los que Sufren por lo que aún no ha Sucedido» en el momento en que el miedo se apodera de nosotros, perdemos la objetividad y nos enfocamos instintivamente en evadir o luchar más no en solucionar.

¿Cómo identificar si estoy Aceptando?

                    La aceptación en vez de impactarnos de forma negativa, nos libera y nos llena de comprensión, nos lleva a entender y a aprender de todo lo que vivimos. No pendula entre las etiquetas de bueno y malo, porque al comprender que todo lo que nos sucede tiene un propósito de enseñanza para llevarnos a ser mejores seres humanos, encuentra siempre el beneficio de la experiencia por dolorosa que sea.

Cuando aceptamos una situación nuestro ego no puede adueñarse del control. Esto abre espacio para que la consciencia nos ayude a observar la situación de manera objetiva y por consiguiente, a actuar para transformarnos y producir los resultados deseados.

Transformando la Resistencia en Aceptación

 

Suelta el Control

                     ¿Has intentado controlar a los demás?, ¿lo has logrado?, ¿sientes que puedes controlar a la sociedad, o la economía mundial?, ¿controlas el clima o a la naturaleza?… La respuesta es NO, un NO rotundo.

                   Está claro que lo único que controlamos realmente es nuestro estado de ánimo y nuestras reacciones frente a los estímulos del exterior, entonces, ¿qué sentido tiene aferrarnos al control? La necesidad de controlar radica en el miedo; miedo a lo desconocido, a lo nuevo, a lo diferente, a lo que no encaja con mis planes o expectativas, etc. y esto queridos amigos, solo nos desgasta y deja nuestra energía vital por los suelos, nos conduce a perder la claridad mental, la alegría de vivir, de disfrutar lo simple de la vida, y sobretodo, nos lleva a perder nuestra paz interior.

Elimina las Expectativas

                    Te imaginas qué agradable sería poder fluir con la vida y disfrutar de todo y todos naturalmente, sin esperar nada, simplemente enriqueciéndonos compartiendo con los otros, valorando todo lo que sucede. Eliminar las expectativas nos ayuda a aceptar todo lo que sucede sin juzgar ni etiquetar. «La Toxicidad de las Expectativas»

Entrega todo lo que tienes para dar a todos los que se crucen en tu camino, dales lo mejor de ti sin esperar nada de regreso. No tengas miedo, la contabilidad de la vida es perfecta y todo lo que entregues con buena intención y sin esperar nada a cambio, regresará a ti multiplicado.

 

Aprende

                     Lo que pasa en nuestras vidas, sin excepción, es perfecto tal y como es. La mejor herramienta para transformar lo que no nos gusta es el aprendizaje, sácale jugo a todo lo que desde tu percepción es negativo aprendiendo y corrigiendo. De esta forma desaparecerá lo que no quieres en tu vida; no tiene sentido repetir una lección que ya ha sido aprendida. Recuerda que nuestra realidad es una proyección de lo que tenemos dentro.  «Ley de Causa y Efecto» y «Ley de Correspondencia»

Valorar cada experiencia por la sabiduría que te aporta te llevará a aceptar cada una de las situaciones que vivas en tu día a día.

 

 Si has estado en el agua, habrás notado que cuando te relajas y sueltas tu cuerpo es sencillo flotar. Mientras flotas apaciblemente la corriente te guía hacia donde tienes que ir, puedes mover tus manos y piernas de manera armónica para desplazarte, hundirte y volver a la superficie. Lo disfrutas, te haces uno con el agua y aprovechar la experiencia es fácil. En cambio cuando no sabes nadar, estás tenso, relajar tu cuerpo es casi imposible, por lo tanto no logras flotar. Comienzas a luchar con el agua con el fin de mantenerte en la superficie y en realidad no logras desplazarte, te estancas y en definitiva te hundes. Lo mismo sucede con nuestras vivencias cuando nos resistimos a ellas, a lo que ya es. Comencemos a soltarnos, a fluir con la vida, a enriquecernos con todo lo que hay a nuestro alrededor y vivamos en paz. 

©Escrito por Catalina Lobo para VALORARTEblog.com

«A lo que te resistes, persiste» Carl Jung

Foto:fotolia.com