MÉXICO.- La música de banda suena fuerte en un rodeo en medio de un barrio de Naucalpan, una zona popular del Estado de México. El piso es de tierra. Las mujeres van vestidas en minifalda y hombres con sombrero y cadenas doradas. Algunos intentan subir al escenario mientras la música suena varios decibeles más altos que la voz del cantante, cuya lírica enloquece:
El público le ayuda
Preparen bazukas, rifles y granadas
Aquí no entra nadie
Que el jefe no escapa gritaba la escolta
Clavo en terrenos francotiradores
Queriendo abrir fuego varios talibanes
Con mente suicida cubrían
El Chapito tenía que escapar
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Algunos brincan. Otros bailan apretados. Todos gritan como aficionados cantando en un estadio de futbol. Los jóvenes mueven el cuerpo al ritmo de letras violentas y alabanzas a los capos sinaloenses de la droga.
"Todos tenemos un narco dentro", dice Omar Valenzuela, uno de los empresarios y productores del llamado Movimiento Alterado, un estilo de narcocorrido cuya característica principal es la crudeza de sus letras, pues su lírica olvida las metáforas y referencias sutiles para llamar a las cosas por su nombre.
Es una modalidad de la música norteña, ritmos golpeaditos y sincopados, en algunos casos con grandes bandas de alientos y fuertes trompetas y en otros guiadas por el ritmo del acordeón.
Para Elijah Wald, experto en narcorridos y autor de varios libros sobre el tema, "en Estados Unidos el Movimiento Alterado, con su estética donde los sombreros texanos no son la regla y los tenis pueden sustituir a las botas, ha sabido llegarle a toda una generación que escucha rap y corridos sin distinción".
El mismo Valenzuela dice que le han pedido permiso al cártel de Sinaloa para que los dejen componer y cantar de esa manera.
Así ocurrió, dice Valenzuela, con la canción "Los sanguinarios del M1", que ha sido vista casi 13 millones de veces en YouTube y que habla de Manuel Torres, alias el M1, miembro del cártel de El Mayo Zambada.
"Nosotros los buscamos a ellos para que nos den permiso", dice Omar sin ofrecer mayor detalle. "Les hicimos llegar (la canción) y nos dieron el OK para poder sacar el corrido. Teníamos miedo. Nos mandaron decir con su gente, con sus secuaces, que estábamos autorizados para sacar cualquier cosa. A veces se puede ofender alguien. No queríamos broncas".
Soy el número uno
De clave M1
Respaldado por El Mayo y por El Chapo
La JT siempre presente y pendiente
Pa su apoyo dar
El empresario cuenta que en alguna ocasión rechazó a un intermediario que no era del cártel de Sinaloa. Era músico, hablaba de dinero y ofrecía depósitos bancarios a cambio de canciones.
"Te pagan lo que tú cobres...", dice Omar. "Y se hace güey uno, ando ocupado, así te sacas a esa gente. Yo dije 'es alguien de allá' (de otro cartel distinto al de Sinaloa)".
"Estos grupos saben a lo que se arriesgan cantando a los cárteles sinaloenses", dice José Manuel Valenzuela, académico del Colegio de la Frontera Norte y experto en narcocorridos.
Alfredo Ríos, cantante conocido como 'Komander', y Omar niegan tener relación o patrocinio de cártel alguno. "Ojalá, que le echen la feria (dinero) para promoverlo (al Movimiento)", dice el último entre carcajadas.
Él no le canta a los narcotraficantes, canta como si fuera uno de ellos. Cuando sus líricas, no lo hace como un simple narrador sino como un narcotraficante que habla en primera persona.
"Honestamente, a mí no me gustan las armas, en primera porque no soy muy bueno para usarlas", dice Ríos. "Lo que sí me gusta es ejecutar un papel, como en un 'videohome' que se llama el ejecutor. Yo salgo del (sic) ejecutor".
Ríos era vocalista de un grupo local de Culiacán llamado Comando Norteño. Se fue a Estados Unidos a probar suerte como compositor y a conocer a los hermanos Valenzuela. Logró vender algunas canciones exitosas, y luego los Valenzuela le grabaron un disco.
Las letras son explícitas y abiertas porque los tiempos así lo piden, dice Omar. "(Los narcos) sí están cortando cabezas, sí son más sanguinarios. Las noticias lo dicen, es el pan de cada día. Sería falso si (los corridos) no hablaran así. Si un corrido no sale con el lenguaje de hoy se va a oír viejo. Out of time".
Miguel Soto, del grupo Los Buchones, dice que su trabajo consiste en cantar una noticia en forma de corrido. "A la gente no la haces tonta, sabe lo que está pasando en México. Cuando escuchan una canción dicen 'eso es lo que está pasando en México'. La gente se identifica", dice.
Este nuevo tipo de corridos nació en Culiacán, capital de Sinaloa, ubicado en la costa del Pacífico donde, dice Omar, "levantas una piedra y salen cien grupos".
Hace unos años, cuando empezó, al movimiento lo llamaban 'enfermo' o 'enfermedad'.
"Cuando le preguntabas a alguien en Sinaloa '¿cómo está compa?' Te decían: 'pura enfermedad'. Es un modismo. Se referían a balazos, desveladas, todo lo que ellos vivían o veían", dice Omar.
Adolfo Valenzuela, hermano gemelo de Omar, luego lo bautizó "Movimiento Alterado" y le puso algunas etiquetas: a los cantantes los llamó "macizos" y a los fans "enfermos"; un juego de palabras.
Algunas bandas usan prendas de camuflaje y pecheras y otras tienen nombres claramente alusivos al cártel de Sinaloa, como Los Mayitos, en referencia al Mayo Zambada, o Los Buchones, como llaman en Sinaloa a los nuevos ricos del narcotráfico.
Las canciones enfermas le cantan exclusivamente al cártel de Sinaloa. En sus temas aparecen reconocidas figuras de esa organización como El Chino Antrax, El Mayo, El M1 o el mismo Chapo. Y en las hazañas cantadas de los cárteles, Sinaloa va siempre a la cabeza.
La exclusividad de los cantos a ese cártel la explican por la cercanía.
"Nosotros platicamos lo que vivimos nosotros, lo que pasa en el rancho, en la ciudad, donde vivimos nosotros, es lo que está pasando", dice Soto, de Los Buchones. "Hablamos de lo que oímos porque no nos vamos a poner a cantar sobre Nayarit, porque yo no sé qué pasa en Nayarit".
Omar es más claro: "En Culiacán no le puedes cantar a otra gente, porque son los de aquí. A los Zetas ni pensarlo. Te buscan y te dicen que qué estás haciendo, te pueden reclamar. Nadie se quiere meter en broncas", dice.
La bonanza del movimiento inició en 2009, cuando los hermanos Valenzuela grabaron las canciones de dos grupos y las subieron a Internet porque las estaciones de radio no las tocaban. En Sinaloa y Baja California está legalmente prohibido transmitir en la radio canciones que hagan apología del narco. En Chihuahua las radiodifusoras acordaron vetarlas.
Las líricas grabadas se descargaron por miles y los escenarios se llenaron tanto en Estados Unidos como en México.
"El mercado más grande de la música está en Los Angeles, porque es donde todavía se venden discos", dice Omar.
Ladiscomusic, sello disquero de la mayoría de los cantantes alterados y de propiedad de los Valenzuela, ha producido cinco discos en los que participan todos sus músicos. Según ellos, cada disco ha vendido 70 mil copias o más, mientras que la Banda El Recodo vende unas 50 mil copias en Estados Unidos.
Cantantes como Larry Hernández firmaron contratos con grandes disqueras como Universal. Intérpretes como Gerardo Ortíz o Los Buchones, compuesto por dos hermanos inmigrantes, viven en California.
Otros como Komander tienen su residencia en Culiacán, pero entre presentaciones, promoción y grabaciones pasan la mitad del tiempo en Estados Unidos.
En México también son famosos Los Buitres, el RM, o Gerardo Ortiz, quienes abarrotan foros lejos de los estados norteños, donde los corridos son considerados música regional.
Un cantante alterado no sale al escenario por menos de unos 18 mil dólares, según Omar.
Pónganse trucha contrarios
Que los voy a trozar
Si quieren pelear conmigo
No se la van a acabar
El experto Valenzuela dice que ésta es la tercera ola del narcocorrido. En los años setentas apareció por primera vez el narcomundo, pero sin referencias explícitas a la droga. Una década después llegaron los corridos "perrones", con menos juego retórico en las letras.
La tercera es el Movimiento Alterado. "El lenguaje se radicaliza y se manejan códigos explícitos", dice el investigador. "Son los mismo códigos, fundamentalmente lo que tiene que ver con machismo, sexismo, regionalismo, la droga, el consumo como ostentación, (pero) ahora se hace alusión directa a figuras como El Chapo, Ramón Arellano".
Se pueden cambiar los dichos del experto por el del profesor de UCLA:
"La presencia social del narco amplía la circulación de esta música que además es de fácil acceso a través de Internet", agrega. "En la medida en que nos vamos familiarizando con escenas desalmadas y cruentas, con personas colgadas en puentes, descuartizadas, empozolados, y los escenarios de crueldad se han vuelto evidentes, se está reflejando en los cantos".
Traigo sangre de combate
Y orden de ejecutar
Como una fiera salvaje
El terreno hay que cuidar
Buena parte de los discos se graban en el estudio Twiins Enterprises, de los hermanos Valenzuela en Los Angeles; algunas otras en sus estudios de Sinaloa.
En Mayo pasado, el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, prohibió que se toquen en bares y lugares públicos narcocorridos que hagan apología al delito.
No es la primera vez que en ese estado se promulga una medida de este tipo. En 1987, el entonces gobernador Francisco Labastida empezó con la oleada prohibicionista.
El experto Valenzuela asegura que no hay relación entre discurso narrativo de la canción y el comportamiento de quienes la escuchan.
"Es pensar que la gente que escucha esta música va a salir a matar. Es como si hubieran prohibido los corridos revolucionarios y no hubiera habido revolución, o pensar que si prohibimos a Paquita la del Barrio van a mejorar las relaciones de pareja", dice.
Son las tres de la mañana en el rodeo de Naucalpan y han pasado por el escenario cuatro grupos alterados. El público espera al plato fuerte, por el que pagaron los 200 pesos que costó el boleto. Se impacientan.
Hace media hora que se escucha música grabada, porque el empresario no ha pagado los 22 mil dólares que cobra el músico estelar. Por fin. El presentador anuncia al rey del Movimiento Alterado: el Komander.
Las mujeres lo aclaman, los hombres lo admiran, le ofrecen de sus botellas de whiskey Buchanans.
Traigo sangre de combate
Y orden de ejecutar
Como una fiera salvaje
El terreno hay que cuidar