Tengo cita en el juzgado a las 12:30. Llego y veo un cartel en el ascensor. Obediente voy al piso 5. He cogido el ascensor hasta la planta 1 , he subido por las escaleras hasta la 2. Aquí me he puesto los guantes y he llamado al ascensor por el botón… he esperado lo suyo porque vino con una persona y tuve que dejarlo pasar…al final llegó el elevador y he subido a la planta 3 con el ascensor. Me he vuelto a bajar en la planta 4. He subido a la 5 sin guantes, por las escaleras y sin tocar el pasamanos… cuesta lo suyo. Entro al juzgado y me dice la ujiere (es inclusiva, yo le dije Ujier y me dijo que era con e) que cómo llegaba tan tarde. Le he dicho que llego alternativamente. Me he sentado en la sala de espera, pues habían iniciado otro procedimiento. En estas sale un funcionario que llama: Said al Bufad… se hace silencio para escuchar al funcionario. La segunda llama más alto mirándome. Yo que soy jodedor lo miro como si no hubiese dicho bien Said… y no digo nada. Él poniendo acento habibi vuelve a pronunciar como Placido Domingo una octava más alto: “Said al Bufad” y me mira fijamente. Me dice: “¿es usted?” Yo le digo: “yo soy el que soy”. No entiende el chiste irreverente y me vuelve a decir: “ Said Al bufad” y ya no pude más porque en ese momento entra Said Al Bufad y dice sala malekum… la cara del funcionario se quedó sin sangre no entiende un chiste caribeño. ¡Qué gente caballero pero qué gente!