Paseando por Vigo (IX). Rincones desconocidos de Vigo

En esta ocasión vamos a recorrer algunos rincones de Vigo poco conocidos por no decir completamente desconocidos. Y no sólo por la gente de fuera sino por la gran mayoría de los vigueses.
Otro tema es el estado en el que se encuentran.
Uno de ellos completamente olvidado y oculto entre la maleza son los Molinos del río Pugariño. Este pequeño regato marca la frontera entre Vigo y Chapela y aunque hoy en día es difícil imaginar que pudiese albergar molinos de agua, y grandes además, ahí están para recordarnos otros tiempos en los que el maíz era la base del sustento y tener un molino a mano era esencial. A lo largo del río quedan restos de aquellos molinos, algunos de pequeño tamaño y otros grandes, incluso con dos edificios uno de ellos destinado a los molineros ya que solían estar habitados.
Los había que tenían el rodicio de madera y los que lo tenían metálico. Los hubo particulares y también comunales.
La costumbre era moler sin descanso, día y noche excepto en verano ya que el agua también se destinaba para regar los campos.
En algunos molinos se cobraba en especie (a "maquía" en galego) mientras que otros cobraban en metálico.
Eso sí, todos, después de la molienda tenían que pagar el arbitrio, un impuesto municipal , en un fielato que estaba al final del río.
A estos molinos venían de la zona de Candeán además de los agricultores de los alrededores.
También se cuentan historias que ocurrían en las largas jornadas esperando a que llegara el turno para moler. Se organizaban bailes, se bebía, se comía, había líos de faldas, enamoramientos, peleas llegando a haber hasta muertos y se cuenta que más de uno vio A Santa Compaña por aquellos bosques solitarios.

El otro rincón es el Bosque Pedagógico, hoy olvidado por las autoridades que un día tuvieron la idea (excelente por otra parte) de llevarla a cabo, aunque después de las fotos de rigor nunca más se volvieron a acordar de que había aquello y así está.
Por suerte hace poco han desbrozado la entrada porque la última vez que fui era imposible andar por allí.

También veremos uno de los barrios con las vistas más espectaculares de la Ría de Vigo y de las Islas Cíes. Es el barrio de Sampaio de Arriba al que muchos nunca han ido. Y es una pena porque es un barrio tranquilo, con excelentes vistas y aire puro y sus intrincadas callejas con tremendas cuestas y sus callejones sin salida lo convierten en una pequeña aventura urbana.