Los argumentos son imprescindibles para persuadir a alguien de una idea o punto de vista. Con ellos podemos hacer que alguien cambie su forma de pensar o tome una decisión importante. Pero ¿como podemos crear argumentos sólidos y convincentes? En este post, te contaré los diferentes tipos de argumentos y cómo utilizarlos para persuadir a través de la razón.

¿Qué es un argumento?

Antes de centrarnos en los diferentes tipos de argumentos, es importante entender qué es un argumento. En términos generales, un argumento es una serie de afirmaciones que se presentan para convencer a alguien de algo. Cada afirmación en un argumento se conoce como una premisa, y la conclusión del argumento se basa en estas premisas.

Premisas y conclusiones

Como te comentaba antes, las premisas son las afirmaciones que aparecen en un argumento. Cada una de estas afirmaciones debe ser apoyada por alguna forma de evidencia o razón. La conclusión del argumento se basa en estas premisas y es la afirmación final que se hace para convencer a alguien de algo.

Estructura de un argumento

Un argumento consta de varias partes primordiales. Primero, está la afirmación que se está haciendo. Luego están las premisas que respaldan esta afirmación. Finalmente, está la conclusión del argumento, que se basa en estas premisas. Para que un argumento sea sólido, cada premisa debe ser lógica y estar respaldada por algún tipo de evidencia.

Tipos de argumentos

Ahora que tenemos unas nociones generales de lo que es un argumento, podemos adentrarnos en los diferentes tipos de argumentos que existen y cómo utilizarlos para convencer a través de la razón.

Argumentos basados en hechos

Los argumentos basados en hechos se basan en evidencia empírica o en hechos demostrables. Estos argumentos son efectivos cuando se quiere persuadir a alguien de algo que puede ser fácilmente demostrado a través de hechos o datos. Por ejemplo, si alguien defiende que el cambio climático no es real, un argumento basado en hechos podría aportar datos científicos que demuestren lo contrario.

Argumentos basados en estadísticas

Los argumentos basados en estadísticas se basan en datos numéricos que respaldan una afirmación. Estos argumentos son efectivos cuando se quiere persuadir a alguien de algo que puede ser demostrado a través de datos numéricos. Por ejemplo, si alguien defiende que fumar no es peligroso para la salud, un argumento basado en estadísticas sería presentar datos que demuestran la relación entre el tabaquismo y las enfermedades pulmonares.

Argumentos basados en autoridad

Los argumentos basados en autoridad se basan en la opinión de expertos o figuras de autoridad. Estos argumentos son particularmente efectivos cuando se quiere convencer a alguien de algo que puede ser respaldado por la opinión de un experto. Por ejemplo, si alguien defiende que la vacunación no es segura, un argumento basado en autoridad sería presentar la opinión de expertos médicos que respalden la seguridad de las vacunas.

Argumentos basados en emociones

Los argumentos basados en emociones se basan en la capacidad de las emociones para influir en el pensamiento y en la toma de decisiones. Estos argumentos son efectivos cuando se quiere persuadir a alguien de algo que es importante para el emocionalmente. Por ejemplo, si alguien defiende que los animales no deberían ser utilizados para la investigación médica, un argumento basado en emociones podría apelar a la compasión y el amor por los animales.

Argumentos basados en analogías

Los argumentos basados en analogías se basan en la comparación de dos situaciones o cosas para convencer a alguien de algo. Estos argumentos son efectivos cuando se quiere convencer a alguien de algo que es difícil de entender o materializar. Por ejemplo, si alguien defiende que la pena de muerte debería ser abolida, un argumento basado en analogías sería: comparar la pena de muerte con la tortura para ilustrar lo inhumano que es.

Argumentos basados en valores

Los argumentos basados en valores se basan en los valores que comparte la audiencia para convencer a alguien de algo. Estos argumentos son efectivos cuando se quiere convencer a alguien de algo que es importante para ellos a nivel personal. Por ejemplo, si alguien defiende que la educación debería ser gratuita para todos, un argumento basado en valores sería apelar a la igualdad y la justicia social.

Argumentos basados en la lógica

Los argumentos basados en la lógica se basan en el razonamiento y la coherencia para convencer a alguien de algo. Estos argumentos son particularmente efectivos cuando se quiere convencer a alguien de algo que es complejo. Por ejemplo, si alguien defiende que la teoría de la evolución no es cierta, un argumento basado en la lógica sería presentar la evidencia científica que respalda la teoría.

Argumentos basados en la experiencia personal

Los argumentos basados en la experiencia personal se basan en la propia experiencia para convencer a alguien de algo. Estos argumentos son válidos cuando se quiere convencer a alguien de algo que es importante a nivel personal. Por ejemplo, si alguien sostiene que la discriminación racial no es un problema, un argumento basado en la experiencia personal podría contar una historia personal que ilustra la realidad de la discriminación racial.

Los argumentos son fundamentales para persuadir a alguien de algo. Hay varios tipos de argumentos que se pueden utilizar para convencer a través de la razón, desde argumentos basados en hechos y estadísticas hasta argumentos basados en emociones y experiencias personales. Al comprender los diferentes tipos de argumentos y cómo utilizarlos de manera efectiva, podemos mejorar nuestra capacidad para persuadir a otros y lograr nuestros objetivos de comunicación.

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