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País Vasco

La disidencia en la izquierda abertzale se traslada de las redes a la calle

La disputa por el material tras el cierre de un gaztetxe (casa de jóvenes) de la Parte Vieja donostiarra ha actuado de detonante de una tensión acumulada

La disidencia en la izquierda abertzale se traslada de las redes a la calle

Manifestación de la izquierda abertzale. | Europa Press

Una pelea entre jóvenes inscritos en distintas facciones de la izquierda abertzale el pasado sábado en San Sebastián ha hecho emerger en las calles el conflicto latente que desde años se libra en internet entre distintos grupos críticos con el giro hacia la «realpolitik» que ha culminado EH Bildu.

La disputa por el material tras el cierre de un gaztetxe (casa de jóvenes) de la Parte Vieja donostiarra ha actuado de detonante de una tensión acumulada fundamentalmente por los sectores juveniles de la izquierda independentista, que derivó en una pelea tumultuosa el pasado sábado en San Sebastián, motivo de preocupación en la izquierda abertzale y en los Gobiernos español y vasco, tal y como han expresado hoy el delegado del Ejecutivo central en Euskadi, Denis Itxaso, y el portavoz del vasco, Bingen Zupiria.

El conflicto, que tuvo un precedente de tensión con la disputa de la sede de Ikasle Abertzaleak de Bilbao en 2019, se ha dirimido durante los años de pandemia fundamentalmente en las redes, pero ahora ha saltado a las calles en los locales y sedes de los pueblos.

Movimiento socialista

El principal baluarte crítico con Sortu y EH Bildu se agrupa en torno al autodenominado Movimiento Socialista, una amalgama de organizaciones de corte comunista, cuya punta de lanza es el colectivo juvenil Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), algunos de cuyos militantes intervinieron en la pelea.

GKS fue fundada en febrero de 2019 y su objetivo consiste en constituir un estado socialista vasco a través de la lucha contra el «poder burgués», para lo que promulga la fundación de un Partido Comunista en Euskadi.

En diferentes posicionamientos hechos públicos en internet, GKS habla de la «derrota histórica» del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) y tacha de «socialdemócrata» a la izquierda abertzale «oficialista», que representa EH Bildu y Sortu.

GKS mantiene una vinculación estratégica estable con otras dos organizaciones, Ikasle Abertzaleak -el sindicato estudiantil histórico de la izquierda abertzale- e Itaia, un nuevo movimiento socialista de mujeres creado en 2020 y que también se caracteriza por la perspectiva de clase.

De hecho, GKS e Ikasle Abertzaleak celebrarán entre el 20 y el 24 de julio unas jornadas de encuentro en Durango denominadas Gazte Topagune Sozialista (Encuentro de jóvenes socialistas), que darán continuidad a las celebradas en Alsasua (Navarra) en octubre de 2021.

Además de GKS, el Movimiento Socialista lo integran otros colectivos como Erraki (red de apoyo de espacios de control obrero), Unibertsitateko Indar Batasuna (UIB), otro movimiento estudiantil, Ekida, una herramienta de carácter cultural, y el órgano de difusión Gedar, un medio de comunicación en internet.

A través de Gedar, el Movimiento Socialista ha denunciado algunos episodios de tensión relacionados con las primeras fiestas locales pospandémicas, relacionados con el reparto de txoznas ocurridos en Hernani, Vitoria, Lesaka o Lazkao, donde acusan a Bildu de, en colaboración con el PNV, impedir que colectivos de este movimiento puedan disponer de estos espacios festivos.

Precisamente, tras el precedente de la pelea del sábado, la disputa de los espacios festivos, cuando empiezan a arrancar las fiestas locales del verano, representa el mayor foco de conflicto y preocupación en el seno de la izquierda abertzale.

Jardun Koordinadora

Otro eje de disidencia respecto a Sortu y EH Bildu se reúne en torno a la coordinadora Jardun, que engloba a la organización Jarki y al recientemente presentado grupo Aske.

Se trata de grupos críticos con la política de la izquierda abertzale «oficial» pero a su vez que están alejados -cuando no enfrentados- con el Movimiento Socialista.

Jarki, que se define como una organización independentista y socialista vasca, se fundó en marzo de 2017, pero no se hizo visible hasta el Gudari Eguna de agosto de 2019.

Promulga la construcción de un estado independiente y socialista que agrupe a las provincias de Euskadi, Navarra y el País Vasco francés y la consecución de una «sociedad basada en el poder de la clase trabajadora vasca, en la superación de la lucha de clases y en la socialización de los medios de producción».

A su juicio, la izquierda abertzale «oficial» está «agotada en parámetros revolucionarios» y se ha «sumido completamente en la vía institucional».

Aunque no resulta fácil distinguir sus postulados de los del resto de organizaciones críticas, Jarki se caracteriza por un mayor hincapié en el objetivo independentista respecto al comunismo ortodoxo que representa el Movimiento Socialista. En este sentido, se trata de una formación más claramente alineada con la izquierda abertzale histórica.

Fuentes de la izquierda abertzale han indicado que, en el conflicto de la Parte Vieja que derivó en la pelea, los jóvenes de Jarki comparten posición con los de Ernai -juventudes «oficiales» de Sortu- y están enfrentados a los de GKS.

El pasado 7 de mayo se presentó en San Sebastián Aske, una organización incluida en la coordinadora Jardun y caracterizada como «antirrepresiva», ya que su actividad principal se dirige a la reclamación de la amnistía de los presos de ETA.

Ernai

Mientras que todos estos grupos expresan su alejamiento con Sortu y EH Bildu, los jóvenes que apoyan la línea oficial del partido de Arnaldo Otegi se inscriben en Ernai, la organización juvenil «oficial», y en el sindicato Ikama (Ikasleria Martxa), constituido como el movimiento estudiantil de la izquierda abertzale.

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