Crece la producción de la acuicultura en España, líder de la Unión Europea
El crecimiento del sector contrasta con los datos de consumo de pescado, que ha caído notablemente por la inflación
España es el país con mayor producción de acuicultura de la Unión Europea. | Apromar
El sector de la acuicultura ha vuelto a crecer en España y su producción supone un 25% del total de la de la Unión Europea, según los últimos datos publicados por Eurostat. Junto a Francia, Italia y Grecia, produce dos tercios del total del sector europeo.
La información corresponde a datos de 2021, cuando ya se experimentó un crecimiento en España respecto al año anterior. Según las cifras que publica la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar), este crecimiento ha ido en aumento y fue aún mayor en 2022. En total, la cosecha de acuicultura fue de 326.520 toneladas, con un valor de 760,7 millones de euros.
El mejillón es el que levanta la producción española, con 255.218 toneladas en 2022, lejos de la siguiente especie, que es la lubina con 23.622 toneladas. También se produce mucho, aunque en menores cantidades, trucha arcoíris y atún rojo, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que recoge Apromar.
La acuicultura crece, pero la pesca cae
En 2021, la acuicultura superó a la pesca extractiva a nivel mundial por noveno año consecutivo, según señala el último informe de Apromar, consultado por THE OBJECTIVE. En la Unión Europea también ha disminuido en los últimos años la producción de la pesca, impulsando así un descenso de la producción acuática en general.
En 2021, la producción acuática cayó un 4,5% y la caída media en los últimos cuatro años ha sido del 5,4%, «debido principalmente a la disminución de la pesca». Eso sí, el valor ha aumentado, concretamente un 14,9%, debido al aumento de los precios experimentado desde 2020.
A pesar del crecimiento de la producción en la acuicultura, la disminución de las capturas de la pesca extractiva ha supuesto un aumento de la dependencia de los productos importados. En concreto, esta fue del 67% en 2022, por lo que la tasa de autosuficiencia en la Unión Europea fue del 33%.
La acuicultura, por su parte, llevaba varios años de caída en la Unión Europea, pero después de 2020 volvió a crecer, mientras la pesca seguía disminuyendo.
Sube la producción, pero baja el consumo
El crecimiento del sector de la acuicultura llega en un momento que contrasta con la demanda de sus productos, que ha caído tanto a nivel europeo como español debido a la inflación.
A nivel europeo, el consumo per cápita de productos acuáticos, es decir, pescado, molusco y marisco, fue de 23,3 kilos en 2020, un 7% menos con respecto al año anterior, según los últimos datos que publica Apromar.
En cuanto a España, en 2022 el descenso fue del 15,6%, que no fue compensado con el valor de las compras, «a pesar de que el precio medio aumentó un 7,4%», afirma el informe de la asociación.
En los primeros meses de 2023 no mejoró la situación. En abril, último mes del que hay información recopilada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares compraban un 11,3% menos de pescado en comparación con el mismo mes del año anterior. En comparación con el mes anterior, el consumo se redujo un 3,1%, mientras el valor de mercado seguía creciendo por el aumento del precio medio.
De todos los productos de este sector, los mariscos, moluscos y crustáceos son los que más experimentan la caída, seguidos de las conservas de pescado y molusco.
En cuanto al pescado, es el segmento que mejor aguanta la caída en comparación con el resto de productos acuáticos, con un ligero aumento de la demanda de pescados frescos, un 1,2%, aunque con menor consumo de pescados congelados, un 9,1% menos.
A pesar de la contracción del mercado, la UE es el primer mercado mundial para el pescado, marisco y moluscos. Eso sí, exporta aproximadamente la mitad de lo que produce. En 2022, de los 4,6 millones de toneladas de productos acuáticos generados entre la pesca y la acuicultura, se exportaron 2,1 millones y 1,1 se dedicaron a usos no alimentarios. A pesar del descenso de la producción por parte de la pesca, el saldo neto de importación-exportación se ha mantenido similar a años anteriores.
