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Los docentes reclaman formación multicultural para atender a un alumnado cada vez más diverso

Cuando hablamos de interculturalidad nos referimos a la interacción y búsqueda de convivencia entre personas de diferentes culturas. El fenómeno migratorio actual nos obliga a replantearnos cómo se integran las personas en nuestras sociedades. Para ello, la escuela es clave.

¿Cómo es la diversidad sociocultural en el contexto educativo? ¿Es posible hablar de promoción de la diversidad cultural y del respeto por las diferencias culturales en el aula? ¿Qué papel juegan las actitudes del profesorado en este tema?

Alumnos de origen inmigrante

En España, más del 25 % de los centros educativos (en educación primaria y secundaria) cuentan con más del 10 % del alumnado con origen sociocultural diverso no español. En otros países europeos, el porcentaje de alumnos nacidos en el extranjero varía entre el 5 y el 15 %. En cambio, en otros países latinoamericanos el porcentaje de población migrante en edad escolar no supera el 3 %.

Si a la heterogeneidad por origen geográfico añadimos la enorme diversidad de los estudiantes no extranjeros por motivos religiosos, funcional, género o estilos de aprendizaje queda clara la necesidad de impulsar la educación intercultural, en todos los niveles educativos.

La actitud del docente, determinante

Más allá de la normativa y de lo conscientes que seamos de la necesidad de promover la educación inclusiva e intercultural, el factor que condiciona más su promoción en el aula es la actitud del profesorado. Es decir, las creencias y disposiciones que tiene el profesorado sobre la diversidad inherente de su alumnado a cargo, que influyen en la forma de acercase a este tema.

Una actitud más favorable a la diversidad permite que el profesorado se relacione mejor con el alumnado. Por el contrario, cuando estas actitudes son de rechazo o miedo pueden afectar las expectativas de rendimiento del alumnado. Incluso, dificultar la forma de resolver conflictos en el aula.

¿Qué es la aculturación?

Otro factor a tener en cuenta es la aculturación. Se entiende por aculturación el conjunto de creencias compartidas por una sociedad sobre cómo deben adaptarse y comportarse las personas migrantes que llegan a ese territorio. Existen diferentes enfoques asociados a este concepto:

  1. El primero, donde se aboga más por una integración, que conserve las identidades de cada grupo y se cree un entendimiento común.

  2. Y el segundo, donde se propone que cada grupo debe vivir por separado, para no perder sus raíces y valores.

Datos preliminares del proyecto DiverProf₁ , ejecutado por el Grupo de investigación SIMI de la Universidad Internacional de La Rioja, muestran que en España:

  1. El 70 % del profesorado no ha tenido formación asociada a la educación intercultural. Un porcentaje similar estaría interesado en formarse para ello, con el fin de mejorar sus labores educativas a cargo.

  2. El 46 % del profesorado valora la diversidad cultural de sus aulas.

  3. El 40 % de los títulos destinados a la formación del profesorado en España no contemplan en sus planes de estudios lo establecido por el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4, asociado a la valoración de la diversidad cultural, por ejemplo.

¿Cómo se logra?

Algunas de las medidas que se pueden tomar para favorecer actitudes más positivas y una mayor preparación son:

  1. La reorganización de la dinámica institucional. Crear un clima inclusivo en el que todos sean conscientes de la dinámica migratoria y diversidad sociocultural del alumnado. Esto ayudaría a mejorar el impacto en el proceso de recepción, retención y éxito académico de estos últimos.

  2. La promoción de cambios en la pedagogía del profesorado. Impulsar enfoques pedagógicos inclusivos y sensibles a la diversidad sociocultural inherente en las aulas contribuiría a mejorar la experiencia de aprendizaje del alumnado de distintos orígenes culturales, desde el respeto mutuo.

  3. La búsqueda de mecanismos que fortalezcan la empatía y la comprensión del profesorado hacia la diversidad sociocultural de su alumnado mejoraría la comunicación entre el docente y el estudiante, y relaciones más cercanas y sustantivas entre estos.

  4. Un mayor autoconocimiento y reducción de prejuicios y estereotipos en el profesorado, desde su formación inicial (titulaciones destinadas a tal fin).

  5. El desarrollo de las competencias interculturales del profesorado. Esto repercutiría en la gestión de la diversidad sociocultural en las aulas. Además, mejoraría la adaptación de las prácticas educativas.

En resumen, existen muchos factores socioeconómicos y culturales y organizativos y pedagógicos que pueden influir en el desarrollo integral del alumnado a su cargo (migrante o no), como por ejemplo: el lugar de nacimiento, la edad, el género, el estatus socioeconómico, el conocimiento de la lengua de instrucción, la trayectoria educativa, los aprendizajes previos, y las estrategias y las dinámicas escolares, entre otros.

Por este motivo, las actitudes positivas y proactivas del profesorado (en ejercicio y en formación), hacia la interculturalidad son prioritarias. Estas contribuirán al descenso de la tasa de abandono escolar temprano de los estudiantes migrantes y refugiados en España; así como una bajada en el nivel de conflicto en el aula, desde la mejora de la atención del alumnado y las condiciones para una mayor presencia de aulas interculturales en España. Algo clave en una sociedad sociocultural diversa como la que integra el país.

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