Después de todo
Dejo para la consideración de ustedes este breve cuento que escribí inspirado en la mata de almendrón; una árbol muy común de Venezuela que da una sombra sinigual y un fruto que esconde dentro de él una almendra extraordinaria.
Fuente
¡Qué bonitos se ven mis almendrones! ¡Si hasta me da lástima venderlos! Pero si no los vendo tengo que olvidarme de aquello de hacerme rico. Aunque después de todo, abuela no sembraba por más nada que no fuera por la sombra y nunca me habló de esas cosas de estar vendiendo.
Soy el único que los riega desde hace mucho tiempo, es por eso que da los más bonitos, porque nunca les falta agua ni dejo que les crezca el monte en la pata.
Algo tengo que hacer con ellos; después de todo no podré comérmelos todos. Nadie puede comerse todos los almendrones de una mata y si los dejo zocatear en el piso estaría cometiendo un pecado.
No sé lo que está pasando conmigo, que me ha dado por pensar como pensaba abuela.
Hoy me despertaré muy temprano y me sentaré en la sombra del almendrón y me comeré los que caigan.
Los pájaros picarán los de arriba, los muchachos tumbarán los que dan al techo y no me pondré bravo porque después de todo siempre será mía y hasta sería posible que Dios se contente conmigo y le dé por llover y entonces ni siquiera tenga que regarla.
Muy bueno el cuento, una planta de almendrón muy bondadosa. Saludos, @acostacazorla.
Si,es muy buena,cuando yo era niño me quitaba el hambre en la escuela.
amo el almendrón
¡Qué grata sensación me produjiste con tu relato, @acostacazorla! Me trasladé a mi edad de muchacho en mi pueblo natal Las Mercedes del Llano allá por 1966.
Sin duda, un cuento claro, sencillo e inteligible ciento por ciento. Dios te bendiga.
Gracias.
el almendrón está unido a mi infancia,en Carúpano.
su sabor vive palpitando en mi corazón
Me encanta el almendrón y me encanta su almendra, alguna vez se me ocurrió que se podría explotar industrialmente esa almendra,ojalá y los aproveches todos para alegría de tu abuela,@acostacazorla, me gustó.
Carajo, Ramón, que casualidad, yo escribí un cuento que se llama el niño del almendrón, basado precisamente en un combustible que se saca de la almendrita esa del almendrón.
lo publicaré en estos días.
gracias por tu lectura
Este cuento es una delicia, como la almendra del almendrón, @acostacazorla! Creo que en algún momento, con el tiempo, nos parecemos a nuestros padres y nuestros abuelos. Somos entonces esa almendra del almendrón. Abrazos
Asi es querida Nancy,un dia,en un gesto,algun sonido de nuestra voz,nos encontramos repetidos en ellos.
Mas que genetico,creo que algo metafisico se hace presente,un puente entre ellos y nosotros
Una historia muy bonita y fresca, querido @acostacazorla. La foto es muy bella, la mata se ve en todo su esplendor. Un abrazo.
Gracias hermanita,nos debemos una visita
¡Qué hermoso cuento, @acostacazorla! Lleno de una ternura especial, que me conmovió, sinceramente. Escrito con gran sencillez y mucha emoción. Son los cuentos que más me gustan de los que compartes. Además, el almendrón es un árbol y fruto tan propios de nuestra infancia. Gracias por ese relato. Un abrazo.
Hasta la semilla seca era buena,escondia el tesoro de una almendrita deliciosa,recuetdas su sabor?.Una piedra ,un golpe con buen tacto para no romperla y se hacia la magia.