El aguamanil –¿real o leyenda?– Etiqueta del aguamanil o enjuaga-dedos

Por Pilar Richardson

¡Hay sacrificios que valen la pena! Cuenta esta historia – ¿real o leyenda?— ocurrida en Londres en una recepción, cuando la propia anfitriona, la reina Victoria, tuvo que beber el agua del aguamanil, ya que el invitado de honor (un dignatario africano o del Medio Oriente), quien nunca había visto un aguamanil y que nadie se lo había explicado, tomó el tazón con las dos manos, y se bebió el agua. La reina Victoria fue seguida por las decenas de invitados en la recepción. Un acto de cortesía hasta poco común de la reina, quien sólo quiso poner a su invitado cómodo y que no sintiera vergüenza, confirmado aquello de que “la etiqueta es respetar la comodidad y privacidad de otros para que se sientan a gusto”. Los sacrificios de la etiqueta si valen la pena! 

¿Es el aguamanil de la época de la reina Victoria entonces? FOTO 

El aguamanil deriva del jarrón de agua sobre una vasija que antiguamente servía para lavarse las manos. Es un utensilio más de la mesa y todavía es presentado en comidas formales, en clubes privados, en restaurantes, en bodas, aunque ya menos en cenas familiares o informales. Algunos restaurantes utilizan inclusive los sanitarios hechos de papel. 

¿Qué es el aguamanil o enjuaga-dedos? 

Es un pequeño recipiente o tazón que sirve para enjuagarse los dedos después de la comida. En francés rince-doigt o en inglés finger bowl, es más pequeño que un tazón de cereal y puede ser de metal, de cristal, de vidrio o porcelana. 

¿Cómo viene presentado? 

El tazón es pasado justo antes del postre. Viene servido con tres cuartas partes de agua tibia, una rodaja de limón y de manera opcional y a gusto de los anfitriones, pétalos de rosa. Viene colocado sobre un plato grande de postre, un pañito de tela entremedio (de mal gusto de papel) y los respectivos cubiertos de postre, tenedor y cucharilla. Si no hubiera cubiertos, querrá decir que no se servirá postre. 

¿Cómo utilizar el enjuaga-dedos? 

Coloca los cubiertos sobre la mesa (el tenedor a la izquierda y la cucharilla a la derecha) y ubica el tazón a mano izquierda encima del plato del pan y procede a comer el postre con el tenedor y cucharilla. Al terminar y al haber sido removidos los cubiertos, acerca el aguamanil al centro sumerge los dedos de la mano, una mano a la vez para luego limpiarte cada mano en la servilleta sobre la falda. Una vez utilizado, este utensilio será retirado inmediatamente de la mesa. 

Como ves, más que un sacrificio, el enjuaga-dedos es una necesidad; es sumamente útil, lo único que te recomiendo es no beber el agua como la historia de la época victoriana! 

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